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lunes, 3 de julio de 2023

LA VILLA, LA POLA DE MALIAYO (2) EL ATENEO OBRERO, LA CALLE NUEVA Y LA CALLE SOL (VILLAVICIOSA ASTURIAS) EL ANTIGUO AYUNTAMIENTO Y LA PLAZUELA DE BALBÍN: "ENTRE BLASONES Y QUADRIELLAS"


Calle Sol, Villaviciosa y Ayuntamiento viejo

Esta es la calle Sol o del Sol y a la izquierda, muy reformado, el edifico del que fue el antiguo Ayuntamiento de Villaviciosa, posiblemente a partir del año 1550, aunque, muy reformado, el actual parece obra del siglo XVII. Por aquí pasa el Camino, dentro de lo que era la población intramuros, esto es, dentro de la desaparecida cerca o muralla de la antigua Pola de Maliayo, denominación primigenia de Villaviciosa capital, fundación de Alfonso X El Sabio en 1270 dentro de la política repobladora y reorganizadora de sus reinos emprendida en esa centuria por monarcas castellanos y leoneses

El Ayuntamiento se trasladó por entonces desde la iglesia parroquial de Santa María del Conceyu, joya del románico, así denominada por ser su cabildo escenario de las primeras juntas vecinales o conceyos de los pobladores de la Pola de Maliayo que, desde mediados del siglo XIV, irá cambiando este su primitivo nombre (de discutida etimología) por el de Villaviciosa, es decir, villa fértil, quizás como forma de atraer el establecimiento de más gentes en sus aforados términos. No obstante el término La Villa distinguirá la población en su denominación de su concejo circundante. Al lado, el hospital Sancti Spiritus era el antiguo hospital de acogida de los peregrinos del Camino de Santiago, ahora llamado del Norte pero al que en documentos de la época se le conoce como "Camino Francés de Bayona" o más concretamente "Camino Francés que viene de Bayona"

Entre la iglesia y el Ayuntamiento está El Ancho, paso también del Camino donde muchos linajes se establecieron construyendo sus palacios blasonados, como en la contigua Plaza de Peón y otros lugares, haciéndose presentes en la población intramuros, a la que vinieron prontamente a asentarse desde sus antiguas casonas, castillos y torres rurales, influyendo en la toma de decisiones o, directamente, ocupando los cargos de justicia, regimiento y otros que, como su nombre indica, regían, regulaban y juzgaban la política de villa y concejo

Ya derribadas las murallas, la población creció, y en lo que fue un arrabal mercantil frente a una de sus puertas, la Puerta del Mercáu Vieyu, a donde se trasladó un tiempo el mercado que se celebraba en la calle Sol se hizo, avanzando el siglo XIX, una plaza, la Plaza de Pidal, donde se construiría el nuevo y actual Ayuntamiento de Villaviciosa, inaugurado en 1906, así como el Parque Ballina, a sus espaldas, abierto en 1928, intentando todo ello constituir un avance, cuando no una ruptura, con las ideas sociales, políticas, administrativas y urbanísticas, del llamado Antiguo Régimen

La actual Plaza del Ayuntamiento (popularmente del Güevu por su antigua forma ovalada) estructura ante la casa consistorial los dos ensanches villaviciosinos, el de la Magdalena, a la derecha, que empieza a partir de la carretera a Colunga, ahora calle de Cervantes, que sustituyó a partir de mediados del siglo XIX al Camín Rial (trazado histórico también del camino jacobita), y a la izquierda el del Prau del Cañu o Prau de Fuera'l Cañu, por los que creció la vieja puebla a partir de su núcleo medieval

Antaño una calle, la Calle Nueva, comunicaba, siguiendo el Camino, la población intramuros con este arrabal exterior del Mercáu Vieyu. Su trazado aproximado, desde esta Plaza del Güevu a la calle Sol, es el que vamos a seguir ahora desde aquí

Por el paso de cebra que vemos a la izquierda podemos cruzar la calle Balbín Busto (que va al Mercado de Abastos, por si lo deseamos conocer, otra obra arquitectónica ejemplar construida casi a la vez que el actual Ayuntamiento) y continuamos a partir de él de frente acera adelante hasta el cruce con la calle Valle Ballina y Fernández, que arranca al fondo, a la derecha de la foto. En este tramo, las casas antiguas se construyeron sobre la antigua muralla, como la Casa de Sebastián Álvarez, luego era la huerta de Doña Ramona Pidal, donde la muralla ya había sido "demolida hasta el suelo" a mediados del siglo XIX, así como la "Huerta del Señor Peón" que "tiene ventanas sobre la muralla", según datos de Pedrayes Obaya. Aún había una casa más saliente:

"Casa de D. Francisco Rodríguez, antes de su tío José. El Ayuntamiento le permitió al reconstruir su casa arrimarse a la muralla, anulando un callejón de 2 pies por donde bajaban aguas. Rodríguez canalizó las aguas en un alcantarillón subterráneo"

Aquí está ahora la Farmacia Villazón, en uno de los edificios de aquellos ensanches que sustituyeron a las casas, hórreos y paneras, de la calle Nueva a través del arrabal del Mercáu Vieyu. Fundada en 1915, al cumplir los cien años de existencia, su dueño, José Villazón González, recordaba su historia para el diario digital VillaviciosaHermosa:

“Fundada por Salustiano Villazón Llera en 1915, son ya tres las generaciones que han pasado por ella. Salustiano, que trabajó como mancebo en la Farmacia de Don Rafael Valdés en El Ancho, estudió la carrera a distancia y se licenció en Santiago de Compostela en 1914.

 Sus sucesores, José Manuel Villazón y Laura González, se conocieron precisamente en Santiago durante sus estudios universitarios, que terminaron en 1958. Antes de instalarse en Villaviciosa se ocuparon durante 3 años de la farmacia de Santolaya de Cabranes, donde nacieron sus dos primeros hijos. A día de hoy somos María y Jose, nietos de Salustiano, los actuales cotitulares.

Mucho han cambiado los tiempos y la profesión en estos 100 años. Siempre hemos intentado ser útiles a la gente en sus necesidades respecto a los medicamentos, desde el respeto y, en tantos casos, el afecto."

A los lados de la puerta, abajo una concha y a la izquierda unas flechas amarillas confirman la dirección a seguir. En travesías urbanas es importante fijarse especialmente en las señales, pues en el entramado urbano pueden llegar a pasar desapercibidas

"La evolución del espacio dedicado a mercado durante la etapa tardomedieval fue intensa", afirma el arquitecto Juan José Pedrayes Obaya en su precioso libro Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, pues en La Villa, el mercado de la calle Sol enseguida hubo de ampliarse hacia la Plazuela del Cruceru, "llamada así por la colocación en ella de un crucero sobre gradas". La celebración de un mercado semanal, en Villaviciosa los miércoles, es, junto con el aforamiento de sus habitantes, individual y colectivamente, dándoles capacidad de nombrar sus órganos de gestión (jueces y regidores), libres de vasallajes feudales de señores terratenientes y monasterios, son dos de las características fundamentales de estas nuevas poblaciones que dependerían directamente de la Corona, otra cosa es que, como solía ocurrir, esas influencias nunca desapareciesen del todo

Más tarde, el mercado hubo de salir extramuros dado el aumento de las transacciones, a un espacio fuera de la desaparecida puerta de la muralla que pasaría a llamarse Puerta del Mercáu (luego del Mercáu Vieyu al trasladarse de nuevo a otro lugar), y así nació el arrabal del Mercáu Vieyu en la entrada por el Camín Rial de Colunga, por donde, junto con demás gentes y mercancías, aportaban también la mayor parte de los peregrinos jacobitas y de los salvadores (a la ovetense catedral de San Salvador), buscando acogida en el Hospital Sancti Spiritus

Este nuevo mercado y su barrio, del que nada ha llegado a nuestros días, salvo saber que estos edificios se hicieron sobre el lugar que ocupaban las viviendas alineadas a lo largo de la llamada Calle Nueva, hecha para unirlo a la población intramuros, así como sus numerosos hórreos y paneras (normalmente estos sobre suelo del común), habría de ser trasladado a su vez posteriormente a otro arrabal exterior, el de Fuera'l Cañu, al otro lado de la muralla o cerca (como más se la denomina documentalmente), al sur, ante la Puerta del Cañu, salida, o entrada, del Camino que comunicaba con el interior de Asturias, paso al valle del Nora y a la capital, el que seguirían los peregrinos que hiciesen caso al dicho, popular en toda Europa, que recuerda que "quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor"

En la actualidad, los peregrinos de hoy en día cuentan con varios albergues en el casco urbano: nosotros iremos a la izquierda en el siguiente cruce, siguiendo la calle Valle, Ballina y Fernández (dedicada a la empresa de Sidra El Gaitero), pero si siguiésemos a la derecha tendremos a escasos metros el Albergue Hostel Villaviciosa, mirando al arranque de la calle Magdalena, a partir de la que arrancó uno de los ensanches villaviciosinos a partir de la compra, por varios vecinos, del Prau de Balbín, naciendo todo un barrio obrero en el que se establecieron la fábrica de sidra La Tierrina y la Sierra Mecánica de Sacramento Cangas

Por ello, en esa "esquina de la Ronda del Pelambre con la calle Magdalena, una de las calles obreras de Villaviciosa", como describe Juan José Pedrayes Obaya, se encuentra el Ateneo Obrero de Villaviciosa, entidad que había sido fundada en 1911 con el nombre de Sociedad Casino Obrero, siendo su primer presidente Cristóbal Cano, pero no sería hasta seis años más tarde cuando se inició la construcción del edificio, ostentando la presidencia José Busto Vega, siendo su gran patrocinador Obdulio Fernández Pando, de Sidra El Gaitero, quien aportó 7.000 de las 57.059 pesetas que costó, cediendo el terreno Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa y siendo su arquitecto Manuel del Busto, quien realizó el proyecto de forma gratuita. Lo demás fueron aportaciones por suscripción de los emigrantes en La Habana. Esta es la historia de su fundación, sacada de la página del mismo Ateneo, firmada por Senén Rivero Cueto:

"La primera noticia sobre El Ateneo se publica en el semanario local “La Voz de Villaviciosa” el 22 de febrero de 1911 en que un obrero, identificado como Cristóbal Cano publica una carta en el que aboga por la creación de un “Círculo Obrero” centro de instrucción y recreo, cuya base sea la enseñanza y en donde se puedan escuchar conferencias de Extensión universitaria que propagaban catedráticos de la Universidad de Oviedo. El centro, sin matiz político, impartiría clases de distintas materias como aritmética, dibujo o gramática a los hijos de los obreros.

La idea fructifica y, tras varias reuniones, el 4 de marzo en la escuela pública se celebró la Asamblea Constituyente. El 25 de marzo se firma el Acta de Constitución del “Ateneo Casino Obrero” previa presentación de los Estatutos en el Gobierno Civil. Se elige como presidente al electricista Cristóbal Cano, nacido en Vera (Almería) residente desde hacía 7 años en Villaviciosa donde trabajó en el salto de agua de Amandi, pasando poco después a trabajar en el Gaitero. La sede social estaba en un primer piso de la calle Balbín Busto en cuya planta baja se estaba instalando el café de Facundo Álvarez.

Se establecen dos tipos de socios, protectores y de número. Los primeros son los que realizan alguna donación además de pagar la cuota mensual y los de número pagan una peseta al mes. Los alumnos hijos de socios una peseta al mes y los demás una cincuenta. El primer mes eran 76 socios, pasando a 111 en abril con 40 socios protectores. Para poder dar comienzo a las clases se emitieron 100 obligaciones reintegrables de 2 pesetas para comprar material escolar. En un principio se contrata a dos profesores Arturo del Fresno y Jesús de la Piedra sacando al poco tiempo a concurso la plaza de Conserje. El 1 de mayo se produce la inauguración oficial con una conferencia del rector de la Universidad de Oviedo Fermín Canella."

Anteriormente, a esta altura fue donde estuvo la capilla de la Magdalena que dio nombre a la calle, la cual, ya arruinada, hubo de ser derribada para abrir esta vía. Anteriormente, en el siglo XVIII, en el santuario había escuela, en la que daba clase, de forma al parecer bastante enérgica, el renombrado escritor Bruno Fernández Cepeda, según información del cronista Fermín Canella. Otro cronista, Carlos Ciaño, afirma que en los últimos tiempos de la capilla, ya sin uso religioso, había un taller veterinario. La urbanización de esta y las calles transversales no será hasta 1901 tras la petición vecinal de construir aceras. Luego de la construcción del Ateneo Casino Obrero, como se le llamó primeramente, llegan los años de crecimiento, truncados de raíz por la Guerra Civil:

"Los primeros 25 años son los de auge y esplendor de la institución. El número de socios creció rápidamente y en 1916 eran 340 y en 1926 llegó a los 510. Las clases fueron en aumento y en 1916 se impartía 1ª enseñanza, dibujo lineal, figura y adorno, Matemáticas, Contabilidad y cálculos mercantiles y francés con un total de 323 alumnos. En 1916 ante el auge adquirido por la sociedad, se planteó siendo presidente José Busto Vega la necesidad de construir un edificio propio, creándose a tal fin una comisión. En 1917 se llevaban recaudados 33.459 ptas. de los socios y otros 10.000 de villaviciosinos residentes en La Habana. El marqués de Villaviciosa D. Pedro Pidal cedió un terreno entre las calles magdalena y El Pelambre valorado en 15.000 ptas. El arquitecto Manuel del Busto regaló los planos del edificio y los propios obreros trabajaron en su tiempo libre en la construcción. Con ello se pudo inaugurar en agosto de 1922 el nuevo edificio social. En 1928 se creó una nueva comisión presidida por Luis de la Ballina y Fernández para recaudar dinero y realizar una ampliación del edificio en la calle del Pelambre que se realizó en los años siguientes. 
En 1936 la institución preparaba para el verano los actos del 25 aniversario. El comienzo de la guerra civil paralizó las actividades y el edificio fue incautado por los anarquistas locales, comandados -paradojas del destino- por Cristóbal Cano. 
A lo largo de estos 25 años fueron presidentes, algunos varias veces, Cristóbal Cano, José González, Luis Rodríguez, Rafael Álvarez Miyar, José Pérez Llera, José Busto Vega, Carlos de la Concha, Robustiano Cabeza, Feliciano Girgado, Manuel Arroita, David Alonso, Domingo Caramés, José García Gandarillas y Macario Iglesias."

Cuando Asturias cae en el segundo año de contienda, la actividad del Ateneo desaparece por largo tiempo, dadas las duras condiciones políticas para una institución de esta clase y el nuevo régimen salido de la contienda le dará otros usos al edificio:

"Con la entrada de las brigadas navarras el 20 de octubre de 1937 en Villaviciosa el Ateneo entra en una nueva realidad. Las clases no vuelven a reanudarse y los vencedores que lo incautan, promueven un expediente para que se declare Sindicato Marxista al Ateneo Obrero con el doble objetivo de hacer desaparecer una institución que tenía el adjetivo “obrero” y por otra para obtener gratis el beneficio patrimonial del edificio y la finca.

La Delegación Nacional de Sindicatos le dio diversos usos al edificio. En el salón de actos en los años cuarenta se inauguró el “ Imperial Cinema“ gestionado por la empresa Arguelles que duró muchos años. Tras su cierre el Salón de actos acogió durante años la exposición del Festival de la Manzana. En los locales que dan a la calle marqués de Villaviciosa se abrió el bar “El hogar del Productor” nuevo nombre del obrero. En la primera planta se instaló la Cámara Agraria y diversos organismos."

Con la transición democrática, se refunda en octubre de 1979 con una nueva asociación del Ateneo Obrero en la que estarán presentes algunos miembros históricos del periodo anterior a la incautación. Este periodo llega hasta el colapso del edificio por falta de mantenimiento allá por la primera década del siglo XXI:

"La comisión gestora fue presidida por Germán Cueto Alonso y tenía como principal objetivo la recuperación del edificio social que se encuentra adscrito al patrimonio sindical. Muchas fueron las gestiones y reuniones dedicadas a tal fin, pero a día de hoy, 33 años más tarde, no se ha logrado con todos los problemas que eso supone. En un primer momento peleó por desalojar a la Cámara Agraria local y desescombrar el edificio de todo tipo materiales que se abandonaron allí durante años como carrozas, decorados y todo tipo de trastos.

Posteriormente en la presidencia de Juan Jurado, se realizan numerosos trabajos de acondicionamiento y mejora en el edificio realizados por los propios socios con lo que se consigue poner a funcionar el salón de actos.

En esta tercera etapa tanto el uso como las clases que se imparten son muy distintas a la primera época, como lo son las necesidades de ocio de la sociedad. Hoy día cobija en su seno un club de ajedrez, Club de Bolos, Grupo Teatro “Contraste” Grupo Defensores de la Naturaleza o “Flying padres”. Tiene Talleres de Manualidades y restauración, Talla de Madera, Encaje de Bolillos, Aula de Ingles, Aula de Dibujo, Escuela de música, Guitarra, Bailes de Salón, Danza Moderna, Taichi, Actividades de educación para la Salud.

En esta tercera etapa sus presidentes fueron Germán Cueto, Aurelio Hevia Carmona, Juan Jurado Alonso, Teresa García García, Cuqui Rodríguez Medio, Alfonso Martínez Figaredo y Víctor Simón Algara.

En setiembre de 2006 se produce el derrumbe del tejado del salón de actos, lo que deja inutilizada la mitad del edificio. Ningún organismo se hace cargo de su restauración y el edificio entró en un rápido declive con multitud de goteras y ausencia casi total de labor de mantenimiento. En setiembre de este año nuevos derrumbes en el salón de actos nos anuncian que de no tomar medidas, en poco tiempo se producirá el colapso total del edificio, y con él, una labor centenaria desaparecerá."

No sería hasta el año 2014 cuando, tras mucho luchar, el Ayuntamiento de Villaviciosa consiga por fin la cesión del edificio, lo que permitió iniciar los trámites para su restauración integral. Según datos de 2.023 cuenta con más de 1.550 socios e imparte clases y talleres a más de 400 alumnos. Así describen este emblemático edificio en el Gran Atlas del Principado de Asturias:

"Consta de dos pabellones de una sola planta dispuestos en forma de "L": el que se abre a la calle Magdalena se corresponde con el salón de actos; en el otro se ubican una serie de aulas y otras dependencias. Los paramentos exteriores se compartimentan de forma rítmica por medio de pilastras planas, abriéndose en ellos ventanales alargados que, en asociaciones pares o triples, rematan en arcos de medio punto. El acceso al edifico se localiza en la confluencia de las dos alas, es decir, en cha el chaflán de la esquina. En lo estilístico, el edificio participa dese eclecticismo tan del gusto de la clientela  indiana de Manuel del Busto"

De alguna manera, los arcos de medio punto nos recuerdan, lejanamente, por ejemplo, a los soportales del Ayuntamiento, inaugurado en 1906

La puerta principal dispone por su parte de elementos que recuerdan el arte románico, los más evidentes sin duda las columnas de capiteles labrados y fustes y basas lisos

Sobre la portada, en lo alto de la fachada, la palabra ATENEO entre dos filigranas vegetales, a los lados dos bolas herrerianas

Los frontones que rematan dos salientes laterales, uno a cada calle, beben también de ese ideal ecléctico. En ellos aparecen escudos y más filigranas ornamentales

Con la apertura de la calle Magdalena, la "ya vieja calle Nueva" había quedado estrecha y obsoleta, por lo que se decidió ensancharla y reurbanizarla, aportando para ello importantes cantidades la empresa Valle Ballina y Fernández, a quien está ahora dedicada y por la que vamos a continuar ahora, donde estuvo, en la esquina, la Casa de Rita Valverde, cuyo edificio antiguo estaba ya construido sobre la misma muralla, siendo reedificado por su padre en 1822, "demoliendo la muralla hasta el suelo", dice Obaya. A su derecha era la Casa de Rafael Valdés, "este construyó esa casa sobre la muralla abriendo en el primer piso un balcón y dos ventanas de antepecho, en la planta baja había desde inmemorial tiempo una puerta". Seguidamente estaba la Casa de José Rodríguez, "de características similares a la anterior" y luego "el resto de las parcelas hasta llegar a la de José Posada Pontigo tienen una puerta de salida al camino desde inmemorial tiempos"

La ampliación, dice Pedrayes Obaya, surgió a raíz de una solicitud de construcción en 1911 del nº 2 de la calle por un particular, Félix Vigil. Tras el derribo del edificio, dice Obaya, "varios vecinos propusieron al alcalde la posibilidad de ensanchar la calle", creándose para ello la oportuna comisión

Para hacer realidad la ampliación se decidió derribar la casa que seguía en la acera norte de esta rúa "tras el solar de Vigil, propiedad de los herederos de Joaquín Pío García". Ello llevaría en la práctica a la desaparición de una de las quadriellas, hazas o parcelas que se habían trazado para edificar al fundarse la Pola de Maliayo, consiguiendo duplicar la anchura de la calle:

"El ensanche fue realizado por suscripción popular, aportando la sociedad Valle, Ballina y Fernández el donativo más importante. La comisión gestora estaba formada por Joaquín Álvarez Morís, Ángel Fernández, José Blanco de la Viña y Antonio Moreno -los dos últimos concejales- quienes se encargaron de comprar las casas, indemnizar a los negocios en ellas instalados y contratar su derribo, aportando esta comisión entre donaciones y venta de los materiales de las demoliciones 11.100 pesetas. El Ayuntamiento se hizo cargo del resto de los gastos, 8.805 pesetas"

Esta reforma y ampliación de la calle Nueva puso al día de manera efectiva la unión viaria entre el casco histórico intramuros con los nuevos ensanches. Antes estaba, aquí a la izquierda, la "Casa de Felipe Fernández, director de la fábrica de tabacos de Gijón, reconstruida pocos años antes a 1857. Al reconstruirla rozó la muralla, de 5,5 pies de espesor, dejándola en 2,5 pies"


Luego, en el nuevo edificio posterior, estuvo la tienda de Ultramarinos y Chocolatería de Tere Miravalles, uno de los históricos comercios de la época, glosada por el cronista José Antonio Fidalgo en su artículo Un ayer de muchos años, pues ella misma molía el cacao importado de ultramar y hacía sus propias tabletas de chocolate con un método netamente artesanal:

"Antiguamente, cuando el comercio importación-exportación con nuestras antiguas «colonias» hispanoamericanas, ya naciones independizadas, era muy importante; los almacenistas de «al por mayor» y comercios de «al por menor» solían rotular así sus establecimientos: ULTRAMARINOS Y COLONIALES. Es decir, pregonaban productos traídos de nuestras viejas colonias de ultramar. 
Pues, miren ustedes, si van por Villaviciosa (Asturias), la de los claveles verdes, azules y colorados, se encontrarán con la plena vitalidad de este rótulo con historia ya centenaria. ULTRAMARINOS Y CHOCOLATERÍA DE TERE MIRAVALLES. 
Una tienda «de todo», pero de todo en máxima calidad, hoy regentada por otras personas nuevas guiadas con el cariño de tradición que enseñó la titular primera, Tere Miravalles; mujer que ella misma molía el cacao importado de ultramar y elaboraba sus propias tabletas de chocolate.

Antes de la ampliación de esta calle Nueva, hubo un intento para comunicar de forma directa y práctica la villa intramuros con los barrios que iban creciendo al exterior, fue en El Ancho, al derribarse en 1897 unos edificios entre dos de los palacios allí existentes, el de Posada y el de Estrada. El hueco resultante entre ellos iba a ser para una calle llamada de La Paz, que saldría a El Pelambre y la calle Magdalena, pero no llegó a cuajar, como enseguida vamos a ver al pasar por allí 

Estamos en una de las calles peatonalizadas del centro histórico, acceso al poblamiento intramuros, , que sigue el trazado de lo que fueron las viejas rúas medievales de la Pola de Maliayo, aunque ni se conservan la muralla ni los edificios originales, pero sí su disposición en lo que fueron los solares o quadriellas para construir las primeras casas de esta puebla que configuraría un núcleo urbano con sus fueros especiales libres, al menos nominalmente y durante un tiempo, del férreo poder señorial y monacal

La Pola de Maliayo (antiguo nombre de Villaviciosa, La Villa), era fundación con Carta Puebla de Alfonso X El Sabio otorgada en 1270, como tantas que estamos visitando en este Camino Costanero de Santiago. En base a ellas se quería crear unas villas independientes con sus propios derechos y obediencia directa al rey que aglutinasen territorios o alfoces en su alrededor, origen de los actuales concejos, sustituyendo al poder feudal. Así, su primitivo nombre de Pola de Maliayo, referido Maliayo al territorio en el que se ubicaba, topónimo de discutida etimología, irá pasando al de Villaviciosa, en el sentido de viciosa "fértil", como manera de atraer nuevos pobladores. Pero los poderosos señores ejercerán desde siempre gran presión política en los asuntos de la naciente pola, lo que no quitará de todas maneras que esta logre un gran desarrollo, llegando incluso a tener su propia representación en las cortes y hermandades concejiles

El afianzamiento del poder real, la Corona de la que dependían estas polas, hubo de pasar por diversos avatares pues los monarcas habían de pagar fidelidades a la nobleza terrateniente y guerrera, que les suministraba tropas, suministros y apoyo en las sucesivas guerras y exteriores, cediéndoles territorios que eran de realengo. Así en 1374 Villaviciosa es donada por Enrique II de Trastámara a su hijo bastardo Alfonso Enríquez"conde de Gijón y Noreña", pero volvería a la Corona tras ser derrotado por Enrique III en sus guerras por el trono. Nunca fue fácil la convivencia de los poderes señoriales, casi siempre enfrentados entre sí, con los vecinales. Una situación que se haría patente en Villaviciosa durante mucho tiempo. Avanzado el siglo XV sucederán graves altercados entre miembros de familias nobiliarias asentadas en La Villa para influir en su beneficio toda la política local, las cuales estaban gravemente enfrentadas por cuotas de poder, influencias y cargos públicos. Aún en 1507 un vecino, Pedro Peón, se quejará ante estamentos superiores de la existencia de jueces y regidores homicidas, prohibidos por ley

Los cambios urbanísticos acontecidos a lo largo del siglo XIX y a principios del XIX supusieron la plasmación física de los cambios y reformas liberales frente a los poderes de llamado Antiguo Régimen. En esta calle nueva, a la derecha, fueron construidos dos edificios de trazas muy semejantes, uno de ellos, propiedad de los herederos del Marqués del Real Transporte, destinado a fonda, y otro, este que se conserva, el de la esquina con la calle Sol, el levantado por el mencionado Félix Vigil cuya solicitud motivó ensanchar la calle

Su arquitectura ya muestra claramente los nuevos constructivos imperantes para calles más amplias, si bien es cierto que, como dice Obaya, de los dos edificios sustituidos "uno, levantado en 1822, ya había adelantado alguna de las características que presentan estas nuevas construcciones: su amplio desarrollo de huecos a la calle lateral"

Como en gran parte de Asturias, muchos de aquellos cambios y transformaciones se sufragaron en gran medida con los capitales de los indianos emigrados a ultramar en gran número según avanzaba el siglo XIX, una centuria que había empezado con la francesada, siendo Villaviciosa ocupada varias veces por los ejércitos napoleónicos, periodo de guerra al que siguieron tiempos muy convulsos y de traumáticos cambios políticos y de régimen, constitucionalista, absolutista, liberal, guerras carlistas, etc., que en buena parte auspiciaron la búsqueda de nuevas oportunidades en ultramar

Anteriormente, el crecimiento de los siglos XVII y XVIII, con ferias, mercados y tráfico comercial por La Ría, motivo este de algún pleito con el vecino puerto de Tazones, dentro del mismo concejo, se plasmará en buena parte de la morfología humana que vemos hoy día en La Villa

En la calle Nueva existieron casas de tipología bajomedieval aún hasta 1985, que se derribó la última, si bien bastante reformada. Las de la margen derecha ya hemos dicho que responden a la ampliación del espacio de esta vía al eliminarse una quadriella original, y las de la izquierda, como las de la calle So a la que ahora nos asomamos, son posteriores, siglos XVII, XVIII, XIX y XX

El incendio que asoló Villaviciosa en 1484 supuso la destrucción de la mayor parte de los edificios y casas netamente medievales, pero sí podemos advertir el esquema constructivo fundacional, en base a las famosas quadriellas, tal que aquí, llegando ya a la calle Sol, pues los edificios levantados sobre los anteriores respetaron bastante esa estructura originaria, que además mantuvo su vigencia en Villaviciosa hasta el siglo XVIII, según informa también Pedrayes Obaya:

"La anchura más repetida de las quadriellas menos alteradas ronda los 5 metros. En cuanto a su profundidad es muy inconstante debido a la morfología del trazado, variando de los  11 metros de las quadriellas situadas en las manzanas centrales, hasta 58 metros en las respaldadas por la muralla. La anchura de 5 metros no permite la partición en medios solares edificables, como ocurre con los medios solares guipuzcoanos de 4 metros. En el Catastro de Ensenada son detectados solares dedicados a huertas en incluso una pumarada, que tienen dimensiones grandes por tratarse de solares fundacionales"

Viendo la disposición de las viejas quadriellas, separadas unas de otras por estrechas callejuelas, pasamos a la calle Sol, que fue antiguamente de La Ferrería por las fraguas de sus ferreros, así como la del primer mercado, intramuros, que pronto tuvo que expandirse hacia la izquierda, a El Cruceru, para luego salir al Mercáu Vieyu y posteriormente al arrabal de Fuera'l Cañu:

"La propia Carta-Puebla dada a los pobladores del territorio de Maliayo, define expresamente tres cuestiones fundamentales para el desarrollo efectivo de una ciudad: el territorio dominado que va a articular, el fuero por el que se regulará la vida urbana y la fijación del mercado semanal con la paz del mercado, base de la economía medieval en alto grado autárquica."


Llegados a la calle Sol vamos a la derecha, en dirección al antiguo Ayuntamiento, que es en la actualmente el Café del Sol, del que vemos su terraza, siendo el piso alto su pensión y hostal. Está muy reformado tras su venta por parte del Ayuntamiento en 1907, un años después de inaugurarse la nueva consistorial en la Plaza de Pidal del antiguo arrabal del Mercáu Vieyu 


Su origen se busca en el año 1550, cuando el Corregidor del Principado (representante del rey) mandó hacer un edificio de consistoriales en Villaviciosa, trasladando aquí las reuniones del conceyu vecinal desde el pórtico de la iglesia parroquial de Santa María del Conceyu, de ahí esta su advocación (luego de Santa María de la Oliva al formarse el barrio de este nombre), circunstancia que supone una mayor adecuación a la complejidad de una población creciente, que no era solamente una unidad parroquial al uso (en lo religioso y en lo civil-administrativo) sino que obedecía a las necesidades administrativas de una entidad urbana considerable, junto con su concejo


Junto con la casa para Ayuntamiento, el Corregidor del Principado disponía además construir una cárcel, unas obras que es posible hubiesen auspiciado aquí algunos regidores. Sea como fuere lo cierto que para hacerlo se aplicó un repartimiento o contribución que causó protestas vecinales



De todas maneras el actual edificio, si bien muy transformado como hemos dicho, no le parece a Pedrayes Obaya propio de esa época sino de la centuria posterior, del siglo XVII. En algún momento antes de 1845 el consistorio se trasladó a nuevas dependencias en el monasterio franciscano, desamortizado en 1836, de San Juan de Capistrano, sito en las afueras, pero se vio tan incapaz de asumir el mantenimiento de un edificio de tales dimensiones que las sesiones ordinarias volvieron a celebrarse aquí, "argumentando los ediles la lejanía del convento de la población"


De ahí que incluso se diese el caso de acrecentar su carácter de edifico público del concejo, añadiéndosele en 1849 una torre del reloj, obra de no mucha fortuna, pues ya en 1853 y 1854 el arquitecto Andrés Coello hizo varios informes sobre su estado, planteando darle una altura más al edificio, de manera que quedase buen espacio para la sala de sesiones en la primera planta mientras en la segunda se habilitarían sendos despachos para alcalde y secretario, mientras el convento sería siendo la escuela que allí se destinó y en un posible futuro hospital de beneficencia sustituyendo al Sancti Spiritus de al lado de la iglesia, pero el proyecto no tardó en olvidarse


En 1860, dado el estado de la torre del reloj, se pidió un presupuesto de reparación, resultando tan caro que se estimó mucho mejor plantearse construir una nueva casa consistorial en los amplios espacios del Mercáu Vieyu y, aunque no se hizo, el Gobernador de la Provincia "ordenó la demolición de la desafortunada y efímera torre del reloj". Luego se sucedieron varias gestiones y proyectos que no fructificaron hasta la construcción del actual Ayuntamiento de Villaviciosa entre 1902 y 1906, cuando quedó inaugurado


En cuanto a esta pequeña plazoleta situada ante él, donde ahora hay una animada y acogedora terraza, no se sabe si es propia de la fundación de la Pola de Maliayo o ser parte de algo similar a un espacio de respeto palacial de los que hubo en La Villa en los tiempos de la ciudad-hidalga, es decir, plazas privadas vinculadas a un palacio, que en este caso es el de los Balbín del Monte, pegado a este antiguo consistorio y que parece haber tenido fuerte influencia en él, tanto en su aspecto constructivo como político-institucional, tal y como veremos enseguida


En ese aspecto, conviene señalar que avanzamos hacia El Ancho, lugar de especial concentración palacial en el camino del Ayuntamiento a la iglesia, y de allí a la antigua Puerta del Puente, salida hacia El Puente Buetes o Güetes, estratégico paso sobre el Ríu Llinares cuando este ya se hace La Ría, antiguo vado y luego histórico pontón clave en las comunicaciones costeras, al lado del que se había estipulado fundar la Puebla de Maliayo en 1270


Diversos factores debieron prevalecer para no hacer allí la nueva puebla sino algo más al este: el importante cruce de caminos que aquí existía (costa e interior) y no en el mismo puente, mayor salubridad del lugar, llanura, mayor disponibilidad de agua, menos conflictos con Amandi, parroquia a la que pertenecían los terrenos (al igual que estos sobre los que se edificó La Villa), alegaciones de los monasterios de Valdediós (fundado a principios de la misma centuria) y de San Pelayo, dueños de posibles tierras en explotación en aquella vega, o mismamente apartarse de la inquietante fortaleza de La Peña Castiellu, sobre el puente, que lo mismo valdría, como solía suceder, para defender la pola que para controlarla y sojuzgarla


Vemos en primer lugar la traza, bien diferente, del edificio construido por Félix Vigil que da a esta calle, que con su mercado y disposición pudo haber sido una calle Mayor de la pola primigenia. Se trataría del camino preexistente sobre el que se apoyó para su nacimiento y crecimiento, aunque existe una calle paralela, la del Agua, a la izquierda de esta, que también pudo cumplir esta función. Sigamos leyendo a Obaya:
"El apoyo de la estructura viaria existente es una constante en el trazado de estos nuevos núcleos. Este hecho es responsable en gran parte de la situación anómala de muchas poblaciones respecto al marco geográfico en que se enmarcan. En concreto Villaviciosa se encuentra orientada transversalmente al valle que define su Ría. Su forma sinuosa se manifiesta no sólo en la calle principal sino en el resto de las calles longitudinales debido a la duplicidad de los recorridos, una de las características de las villas-camino de panta ovalada"

Reconocemos bien, al fondo, los edificios del Ancho y Plaza de Peón, así como, más lejos, el monte Pelapotros (410 m), por cuya falda discurre uno de aquellos antiguos costeros, el que subiendo desde Puente Güetes pasa a Les Mariñes de Villaviciosa, zona azabachera por excelencia que suministraba a los artesanos de Santiago de Compostela, tanto es así que la misma rúa da Acibechería es por donde los peregrinos se dirigen a su catedral 


No se sabe exactamente cual de las dos calles, si esta del Sol, o su paralela la del Agua, formaban parte del camino en el que se apoyaría La Villa para su fundación como población aforada, sin embargo, por su condición de calle-mercado y mayor vitalidad, hasta tal punto que se hizo aquí el primer edificio consistorial propiamente dicho, suele apuntarse a que esa histórica vía caminera de origen ancestral sería esta calle Sol, lo que también explicaría el mayor desarrollo constructivo experimentado en el sector oriental de la población intramuros a lo largo de las edades Media y Moderna


Desarrollo constructivo y urbano del que forman parte los palacios, tal que aquí, a la izquierda, con la fachada del Palacio de los Balbín del Monte que da a la calle del Sol, una familia a la que algunos eruditos atribuyen la propiedad de La Torre del Cañu, que estaba en las cercanías de esa puerta de la muralla, al sur, salida de los caminos a la capital asturiana y a la meseta. Ello demuestra la apetencia de la pequeña nobleza feudal de origen rural y terrateniente de entrar en estas pujantes villas para, fueros aparte, intentar someterla a otro vasallaje, quizás menos directo y sutil pero igual de efectivo. Dejarían sus torres y castillos de los pueblos, caminos y montes, donde tenían sus tierras y rentas para pasar a gobernarlos desde aquí, y de paso influir en las decisiones de los órganos de representación vecinal y concejil, a veces desde fuera, pero cada vez más desde dentro, ocupando todos los cargos posibles. La coexistencia de linajes enfrentados será causa de graves altercados


Más tarde, acordes con los tiempos, se trasladaron de aquel primer enclave estratégico a este, más simbólico, pues se extiende entre las calles Sol (junto al Ayuntamiento), Agua y plazuela de Balbín, a la que vamos a salir ahora, es decir, las de mayor tránsito y en una de las manzanas centrales



Al perderse la mayor parte del archivo familiar y dado el tipo de arquitectura, purista, del edificio (común en buena parte de la arquitectura palacial de La Villa, no es fácil conocer la fecha de su construcción, si bien Obaya se decanta por algún momento entre los años 1623 y 1750, pues aparece además citado en el Catastro de Ensenada:
"Casa tiene en la que vive (Pedro Gabriel de Balbín) en la villa de Villaviciosa de habitación alta, sus dos alas, cuartos correspondientes, oratorio y caballeriza, De frente 13 varas y de fondo 26. Confronta O - Calle del Sol. M - Casa del Ayuntamiento. P - Calle del Agua, N. Plazuela propia, la que alquilada rentaría 24 ducados"

En esta fachada, al lado del balcón, es donde se ostenta el escudo familiar, mirando a esta concurrida calle. Cuando las linajudas estirpes villaviciosinas compraron terrenos para edificar sus palacios, en base a las viejas quadriellas, buscaban ver y ser vistas, tanto personalmente como en su heráldica


Eran pues casonas de fuerte carga simbólica en cuanto a su ubicación y más aún al colocar los emblemas familiares. "La inserción palacial se realiza en el recinto amurallado y no en los arrabales, debido a la representatividad que se buscaba en estos edificios: los linajes no vinieron a la pola tardomedieval para quedarse a sus puertas", como bien dice Obaya


Casas de la derecha, edificadas sobre las quadriellas, de planta baja y dos alturas o dos más ático o bajocubierta, aprovechando el espacio a lo alto y, hacia atrás, a lo largo. En origen por su parte posterior tenían huertas que lindaban con la muralla. Luego ese espacio fue edificándose también según iba demoliéndose dicha cerca, que era como se la llamaba documentalmente, a lo largo del siglo XIX


La muralla, descrita por el erudito historiador Francisco de Paula Caveda Solares, quien aún la conoció relativamente conservada en su tiempo, a caballo entre los siglos XVIII y XIX; protegía la población de bandolerías señoriales, ejércitos hostiles y marcaba el espacio aforado intramuros. Tenía cuatro puertas y se construyó con la creación de la pola, tenía 2 metros de espesor y medía casi 5,50 metros de altura hasta el llamado paseo de ronda (donde se apostaban los miembros de la guarnición haciendo su ronda), a lo que se sumaba 1,12 metros más en las almenas. Era de buena calidad y estaba hecha de mampostería de piedra caliza y mortero de cal, según se sabe de la porción descubierta en la antigua Puerta del Cañu (Plaza del Ecce Homo


Para su mantenimiento, así como para otras obras públicas, la reina Isabel de Castilla concede un tributo especial a la villa de "Posada, peso y medida", para repararla, así como para calzadas, caminos y poner caños en los abrevaderos. Como tantas murallas fue quedando obsoleta según avanzaban las tácticas militares, pero aún cumplía su misión defensiva y simbólica sobre los derechos de La Villa y sus pobladores. La expansión urbana que saltaba fuera del núcleo medieval, el final del esquema de valores del Antiguo Régimen, la aún inexistencia prácticamente de inquietudes en relación con la conservación del patrimonio y otros factores, similares a los acaecidos en tantas poblaciones amuralladas, hicieron que la cerca fuese demolida para construir casas y abrir calles, empleando sus materiales para la construcción, de forma relativamente rápida, a lo largo del siglo XIX, hasta prácticamente desaparecer


No obstante, aparte de los documentos que hablan de ella, la disposición de las casas, especialmente en este sector, nos permite hacernos una idea de la forma y disposición de la cerca casi a simple vista


Una de estas casas es aquí el Palacio de los Concha, con su alzado dispuesto en tres huecos, del que dice Pedrayes Obaya que es un edificio a medio camino entre los palacios medios y los grandes palacios, estando su estructura relacionada con otras mansiones palaciales de este estilo en La Villa
"La traza del estragal y la escalera, sus elementos más notables, lo relacionan con la quadriella central de los palacios de Balbín de la Calle y de Reguero, lo que afirma la composición modular de la arquitectura palacial villaviciosina..."

Sobre la entrada, arcón bolado con barandilla de forja y, sobre él, el escudo de la estirpe. "Lento y admirativo paseo entre palacios renacentistas y barrocos", dice del caminar por esta calle y sus aledañas el historiador Luis Antonio Alías en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios


Blasón de los Concha. unos 25 escudos se conservan en las fachadas de La Villa, y antes debió haber bastantes más, una muestra de la ostentación heráldica de las estirpes que se establecieron a lo largo de lugares y calles señaladas de la población


Seguimos la concha y la flecha hacia El Ancho cuando llegamos a la Plazuela de Balbín, de la que se sabe ya existía en 1517, pues se da la noticia que en ella "se corrieron toros" durante la improvisada estancia del joven Carlos de Flandes (futuro Carlos I de España y V de Alemania), lo que permite hacernos una idea de la evolución palacial aquí acontecida, ya que es posible que la familia Balbín, que había pleiteado en 1587 por conseguir cargos municipales, fuese protagonista de su apertura


Aquí estuvo la Casa del Arcediano o de la Fábrica, casona medieval comprada por los Cavanilles Peón desaparecida en 1921 y en cuyo solar se construyó esta, la Casa del médico Bernardo Corripio, que en 1929 sucedió como alcalde a Norberto de la Ballina (fallecido poco después de terminar las obras del Parque Ballina, en el antiguo arrabal del Mercáu Vieyu), lo explica soberbiamente bien Pedrayes Obaya:
"La pretensión de Corripio era construir una casa para su uso diario. El edificio levantado, de gran porte, y magníficos materiales, sigue la arquitectura regionalista, muy acorde con el entorno palacial en el que se inserta. Compositivamente desarrolla su fachada principal a la plazuela, como siglos antes había hecho el palacio de Balbín del Monte (al que se enfrenta) y a principios del ochocientos el palacio de los Valdés en la plazuela de Peón."

Las obras de esta casa duraron al menos hasta 1925, pensándose que fue su arquitecto Manuel del Busto. Está inspirado, como muchas mansiones de la época, en la arquitectura montañesa, de estilo montañés o regionalista montañés. Aquí vivió, entre los 5 y los 9 años de edad, quien sería el dramaturgo Alejandro Casona, ahora es el Hotel Casa España


A la izquierda vemos la extensión de la fachada del Palacio de los Balbín del Monte que mira a esta plaza, muy reformada, como la de la calle Sol, para abrir bajos comerciales. Puede comprobarse cómo ocupa el espacio de varias quadriellas fundacionales de la Pola de Maliayo. Su construcción y encaje en la trama medieval es explicada así en Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano:
1.- Trazado fundacional; con parcelas estrechas y alargadas y edificios  que no tratan las parcelas en  esquina de manera singular. 

2.-  Formación de la plazuela de Balbín con la desaparición de la quadriella extrema

3.- Construcción del palacio, volcado hacia la plazuela, en contraste con la Casa del Arcediano, palacio medieval enfrentado a él y que trata la fachada más larga que da a la plazuela, En ésta, los Balbín instalan  un hórreo que utilizan como despensa. El patio posterior queda  vinculado en gran medida al palacio, aunque es mancomunado con otras parcelas.

4-- Se cierra el espacio entre el palacio y el edificio del Ayuntamiento con una pequeña casa. Posteriormente se cierra el acceso al patio y comienza su proceso de división, que continúa en la actualidad.

Respecto a este palacio, resulta muy interesante el inventario realizado  tras la muerte en 1788 de Pedro José Balbín, mayorazgo de la familia, pues nos permite indagar por su interior y es un documento importante para conocer la vida privada de este grupo social, fundamental en el desarrollo de la ciudad-hidalga.

Tras la llegada de los franciscanos a Villaviciosa fue potenciada la celebración de la Semana Santa. Uno de los sermones, el Sermón del Encuentro fue celebrado en alguna ocasión en la plazuela de Balbín, situándose el predicador en uno de los balcones de este palacio. En la actualidad se conserva esta tradición pero  en distinto lugar; ahora es utilizada la antigua plazuela de Peón y el palacio de los Valdés. Esta circunstancia nos indica el protagonismo de los palacios en las representaciones públicas, que en cierta medida aún permanece, y en su momento llegó a suplantar al edificio consistorial, bien por la presión social del linaje o por la incapacidad física del compas del consistorio para reunir multitudes"

En la calle Sol y mirando a esta Plazuela de los Balbín tenemos el Palacio de Peón de la Mesada, actual Hotel Palacio Carlos I en recuerdo a la estancia del entonces joven flamenco que arribó a Tazones-Villaviciosa inesperadamente con su flota, llegando de Flandes con la idea de hacerse con la herencia de sus dominios españoles, legado de los Reyes Católicos, confirmando su prevalencia sobre su madre Juana I de Castilla, ya encerrada en Tordesillas con la excusa de una supuesta locura


Son los escudos de la fachada los que nos permiten atribuir este palacio al linaje de los Peón de la Mesada, según nos informa una vez más en su libro Pedrayes Obaya


El aspecto actual del palacio obedece a las reformas en él acometidas a principios del siglo XX, con un recrecido en galería en su fachada. Antaño su forma original se parecía bastante al Palacio de los Concha, pegado a su derecha, que acabamos de ver


La característica esencial del Palacio de la Mesada sería la inclusión en el edificio de la que fue la quadriella norte de la antigua parcela constructiva original de la pola. A partir de aquí, de la Plazuela de Balbín, o ahora de Carlos I, continuaremos por la calle Sol (en un tramo que hasta 2008 fue calle García Caveda) en lo que se da en llamar El Ancho, larga fila de palacios urbanos blasonados conforma la fachada de este paseo abierto en 1885: el de Cienfuegos, el de los Reguero, Busto, Posada, Estrada... todos de entre los siglos XVII y XVIII



Anteriormente eran estos los llamados "espacios de respeto", terrenos privados vinculados a las casonas contiguas que, tras la calamitosa situación de las calles tras la Guerra de la Independencia y aprovechando las reformas liberales, fueron pasando al común


El Ancho (llamado así por su anchura), se tiene por la obra más significativa hecha en Villaviciosa en el siglo XIX, financiado por suscripción popular pero con una aportación fundamental del indiano Manuel Fernández del Valle, realizándose las obras en 1885


Siguiendo la forma ovalada de la antigua muralla, a un paso de la iglesia parroquial de Santa María de la Oliva o del Conceyu, la concentración palacial y la importancia del lugar, ante las soberbias casonas de la Plazuela de Pidal, cercanas además a la Casa de los Hevia, donde se hospedó Carlos I, hacen que a El Ancho le dediquemos una entrada especial de este blog

















































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