El Camino llega a Les Caleyes, Villaviciosa (Asturias) |
Una caleya, un hermoso camino rural, nos lleva a Les Caleyes, en Carda, puerta de La Villa, como se conoce de siempre popularmente al casco urbano de Villaviciosa, capital del concejo asturiano del mismo nombre. Las casas de Les Caleyes se extienden a lo largo del Camín Rial, camino real, público, del reino, existente antes de la construcción de las actuales carreteras, en este caso la Carretera Colunga, luego Ribadesella-Canero y ahora N-632, que aquí vamos a cruzar, en este lugar, la cual empezó a trazarse, lentamente, a mediados del siglo XIX, relegando a la antigua senda al carácter de vía local y pecuaria
Las primeras obras de la antigua carretera fueron acometidas por el propio Ayuntamiento de Villaviciosa con un trayecto totalmente diferente al del viejo Camín Rial, el camino real costanero, cuando ya en 1862 se proyectaba un nuevo puente en Sebrayu, coincidiendo con el paso de sus marismas a particulares (antes del Ayuntamiento y comunales) a raíz de la desamortización de bienes civiles de Madoz, cuyas subastas arrancaron en Villaviciosa poco antes.
El ingeniero autor del proyecto de la primera carretera fue Jaime Montes, "que lo firmó en Oviedo el 20 de diciembre de 1854 (...). Las obras se realizaron en Muslera y Collobal", dice Juan José Pedrayes Obaya , que su libro Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, nos cuenta de la marcha de estos trabajos y de su incautación por el Estado años después:
"En 1859 el Ayuntamiento expropió terrenos en el Erón y la Aceña Vieja y en 1869 terminó un tramo de 1.437 metros. En 1873 el Estado se incautó del trozo de carretera construida; el 1875 el Ayuntamiento dio las gracias a Pidal y Mon por haber activado las gestiones para la expropiación de los terrenos aunque, en 1882 aún continuaban las expropiaciones, concluyendo las obras años más tarde"
El aludido Pidal y Mon es Alejandro Pidal y Mon, político y académico nacido en Madrid pero de linaje villaviciosino (hijo de Pedro José Pidal y Carniado, Primer Marqués de Villaviciosa), diputado desde 1872, llegaría a Ministro de Fomento en 1884)
Un tramo del Camín Rial sí coincidía, aquí, con la carretera, que en este tramo pasaría sobre su trazado, desde La Trocha (al lado de La Espuncia -fábrica de Sidra El Gaitero-) hasta esta casa a la derecha, Casa Yuste o del Corredor, pasando por La Curva'l Mataderu (antiguo matadero de Villaviciosa) y El Túnel, pero al carecer de arcenes y hacerse un puente para que pasase por encima la Autovía del Cantábrico, quitando aún más espacio al peatón, se decidió buscar otro camino, este, que aún dado un pequeño rodeo desde la iglesia de Carda y pasando por un puente sobre dicha autovía, nos permite llegar aquí sin peligro
Y aquí, frente a la citada Casa Yuste, también llamada Casa del Corredor por este magnífico corredor, sostenido sobre columnas y que da abajo espacio para un portalón o antoxana, cruzamos (con mucha atención) la actual N-632 y seguimos el trazado del Camín Rial en Les Caleyes, entrando, aún en la parroquia de Carda, en términos ya considerados en la práctica como casco urbano de La Villa
En concreto vamos a cruzar y seguir hacia el edificio que hay a su izquierda, más allá del hórreo, que es por donde continúa el Camín Rial
Realmente si quisiéramos podríamos seguir todo recto hasta el centro urbano, que divisamos al final de esta recta ya bastante cerca, pues a partir de aquí ya hay aceras en esta vereda izquierda, pero vamos a cruzar para seguir el Camino oficial, que sigue el trazado histórico y es la ruta más amena y apartada del tráfico
"Situado en la salida del antiguo camino real hacia Colunga, está formado por un conjunto de viviendas obreras", dice Pedrayes Obaya de este barrio de Les Caleyes, al igual que otras similares a las construidas en otros lugares de La Villa (La Ballera) con la expansión industrial y urbana de Villaviciosa
Aquí estuvo el célebre Llagar de Cuetu, que luego pasó a ser Rodiride, tienda de tablas y complementos de surf, fundada en 1991
Peregrinos que encuentran aquí la oportuna señalización para cruzar hacia Les Caleyes: el mojón con la concha, elemento identificador del Camino de Santiago, y la flecha amarilla, elemento direccional
El barrio de Les Caleyes creció a lo largo del Camín Rial dentro del proceso industrializador que, bien pasada la segunda mitad del siglo XIX, aconteció en Villaviciosa, con nuevos grupos de casas, en este caso en una vía de comunicación con La Espuncia, la fábrica de Valle Ballina y Fernández (El Gaitero). Seguimos leyendo a Pedrayes Obaya:
"Los primeros grupos (1850-1861) sirvieron para satisfacer un lógico crecimiento, atenuado después por la gran mortalidad producida por la epidemia de cólera de 1855. Las actuaciones posteriores, el barrio de Merediz, las casas de La Parra o las de Santiago de La Ballera, parecen más destinadas a jornaleros, y es a partir de la industrialización de los años noventa cuando su construcción aumenta y sirven para alojar a los obreros que el nuevo tejido industrial villaviciosino demandaba. Surgen entonces la calle de La Magdalena, Les Caleyes, las casas de don Obdulio o el barrio de El Espabiláu en El Riañu"
A nuestra derecha, Casa Blanco o de Pinón y Aurora. Por aquí estaría actualmente la divisoria de las parroquias de Carda y La Villa, pero el barrio de Les Caleyes sigue como tal aún un buen tramo más allá
El barrio de Les Caleyes revela en su topónimo la existencia de varios caminos, este sería El Camín Rial el principal, pero el filólogo Ángel Valle Cuesta informa, en su artículo para la revista Cubera nº 23 (agosto 1993), titulado Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa, de diferentes ramales, uno el que acabamos de decir por La Trocha a El Túnel (la carretera), otro subiendo a la iglesia de Carda (que se parecería al actualmente señalizado como alternativa al anterior, por donde hemos venido). Más atrás desde La Fuente los Pelegrinos, en el paso de Tornón a Carda, a El Patiu y La Carbayerona, el de La Torre Ayones (recorrido oficial del Camino de Santiago) y el de La Estrada (topónimo eminentemente caminero) a Miyares, que viene desde más arriba...
Un tránsito entre los rural y lo urbano que abarca también lo residencial "de baja densidad" como se diría ahora, tal y como comprobamos contemplando este muro de una quinta, cerrada por viejo pero elegante portón sobre el que asoman, altos, más árboles ornamentales, así como algunos frutales
El Camino es muy llano, y así seguirá siendo hasta bastante más allá de Villaviciosa. Podríamos decir que hasta más allá de la famosa bifurcación de Casquita tanto los que elijan el ramal ovetense como el gijonés para continuar su andadura por el Camino de Santiago del Norte
Hemos de decir que, la construcción de un puente para que la Autovía del Cantábrico pasase encima de la N-632 al lado del falso túnel bajo La Ría, hizo desaparecer, más allá del cruce que hemos dejado atrás, al antiguo matadero, la Casa Nieves, la Casa Xeromín y La Fuente'l Túnel, donde bebían los peregrinos de antaño
El Camín Rial o otras rutas importantes, otros caminos reales, esto quiere decir, del reino (hoy diríamos del Estado), públicos y principales, basados en vías romanas y estas a la vez en sendas mucho más antiguas, mismamente prehistóricas, fue pues durante siglos parte de la red caminera por excelencia hasta la construcción de las primeras carreteras que, en Villaviciosa, no empezaron a hacerse, muy lentamente, hasta mediados del siglo XIX
Es más, la confluencia de varios caminos ancestrales que confluyen desde todas direcciones y salen a la vez hacia todos los puntos cardinales, parece fue fundamental para la fundación de una puebla aforada con derechos individuales y colectivos para sus habitantes. En ello incide especialmente en su libro Juan José Pedrayes Obaya en el apartado que dedica a Los caminos:
"La red de caminos constituye un elemento esencia en la configuración de la nueva estructura territorial bajo-medieval, ya que fija el sistema de coordenadas básico sobre el que fijar el nuevo orden urbano.Una de las causas de la elección del lugar de Buetes (también Huetes o Güetes) para erigir la "Pola de Maliayo" fue su carácter de nudo en el que confluían un buen número de características geográficas, sociales, militares..., y también un buen número de caminos..."
Por el este y cercanos a la costa había, como hemos visto en las entradas de blog correspondientes a los tramos anteriores del Camino, diferentes ramales, vía Colunga y Llastres (este además puerto receptor de peregrinos que arribaban por rutas marítimas) que venían hacia Villaviciosa enlazándose (o divergiendo) aquí y allá
En este lugar ya serían sin duda uno solo el más costanero de ellos, por La Busta y Santa Mera, y otro por Lluces y otro por Llue (estos unidos en La Venta'l Probe), que habrían confluido con este que viene de Colunga por La Llera en Sebrayu, por lo que la mayor parte de las gentes pasarían por aquí, yendo o viniendo, desde muchos antes de la fundación de la población
Sin embargo había otros caminos más, que venían de Colunga desde más al interior, uno el que se da en llamar el Camino Perdido, que llegaría a La Villa (o antes de la fundación de La Pola de Maliayo, a Güetes) por la capilla de Santiago de La Ballera (advocación xacobea por excelencia), antigua parroquia de San Vicenti o San Vicente la Palma, procedente de Priesca (iglesia del Arte Asturiano) a través de La Malena, Solares (Coru) y Fuentes
El Camino por Fuentes estaría evitando el paso por Sebrayu, que pese a ser otro importante nudo caminero, con su propio puente incluso, el de Los Trancos, como el de Güetes, era un trayecto muy afectado tal vez a veces por las mareas altas, pues su porréu o pólder no se empezó a hacer hasta 1860, dejando entonces el Camino de pasar por la orilla del agua... o de la insalubre marisma, que no obstante registraba un relativamente importante tráfico fluvial
Juntándose en El Puete Güetes esos caminos podrían ir, o venir, por La Llomba (y su paso de La Campa, encima de Valdediós), separación del Valle de Boides (Villaviciosa) al Valle del Nora (Sariegu), enlace directo con el centro de Asturias y que, en el caso de los peregrinos, escogerían quienes deseasen dirigirse a venerar las Reliquias de San Salvador, en la capital asturiana, guardadas en su catedral y que ya hicieron de la ciudad un gran centro de peregrinación medieval con la máxima "quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor"
Otro destino, o procedencia, al sur, pero buscando la costa, es, pasando Güetes, El Cordal de Cañéu o de Pión, que separa el Valle de Boides (formado por El Ríu Valdediós y sus afluentes) del Valle del Ríu España, al que se accede, para ir o para venir, por el Altu la Cruz, encima de Niévares. Estos dos caminos se separan, parece ser que secularmente, no en Güetes sino dos kilómetros más al sur, en Casquita, Amandi, parroquia además a la que pertenecían los terrenos en los que se fundó la Pola de Maliayo en 1270. Ese Camino, como el anterior, son los dos caminos de Santiago oficiales encuadrados ambos en el actualmente Camino del Norte pero que en textos de época era llamado, entre otras fórmulas "Camino Francés que viene de Bayona"
Otro Altu la Cruz es el que tenemos aquí, a nuestra derecha y ya al otro lado de La Ría, entre el Monte Vistalegre (339 m, a la derecha de la foto) y el Pelapotros (411 m), paso entre el Valle de Boides y Les Mariñes de Villaviciosa, muy importantes antaño para Santiago de Compostela por su minería e industria azabachera
Ese Camino enlazaba con los anteriores en Puente Güetes y fue muy empleado en la Edad Media. Sin embargo, confluyendo los dos, al oeste, en la bahía gijonesa, el anterior, sensiblemente más corto pese a tener dos importes ascensiones a puertos de montaña (el ya reseñado de La Cruz sobre Niévares y el de El Curviellu), prevaleció sobre este a partir del siglo XVIII, cuando Gijón/Xixón se empezaba a consolidar como importante villa portuaria y comercial, en gran parte gracias al ilustrado prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, quien además lo empleaba mucho, pues por El Curviellu acudía con frecuencia al palacio familiar, Palacio de Buznego, de Pión, donde pasaba veranos con su sobrino Baltasar González Cienfuegos
El paso del Altu la Cruz de Bedriñana siguió utilizándose, naturalmente, también por peregrinos, pues en los libros de difuntos (por entonces no solían registrarse los peregrinos con su nombre y procedencia salvo cuando se reseñaba en caso de fallecimiento) de las parroquias de Quintes y Quintueles, aparecen, en la primera, un peregrino alemán en 1739, y en la segunda uno francés en 1779, pero a diferencia de los dos caminos anteriores este no pasó a ser considerado ruta jacobita oficial
Dos hitos al menos tenía de sumo interés el Camino por Bedriñana, uno el lugar de La Pola, un topónimo muy llamativo pues ya sería una entidad poblacional de relevancia antes de la Pola de Maliayo y de las políticas repobladoras del siglo XIII, sino al menos desde tiempos del Asturorum Regnum pues su iglesia de San Andrés, hito caminero también de esa ruta, conserva elementos interesantísimos del Arte Asturiano (prerrománico)
La Pola y El Llugar aprovecha para su asentamiento un pequeño rellano desde el que se domina La Ría, por ahí desemboca en La Ría La Riega'l Gorgoyu (gorgoyu, burbuja o remolino), donde con la fuerza de su agua canalizada y embalsada trabajaban los molinos de La Baraya y Quintanal
El Pelapotros por su parte ostenta en su nombre y topónimo la reminiscencia del antiguo prindaje y marcaje de potros que se celebraría secularmente en esos montes, antiguos pastos hoy cubiertos de eucaliptos, especie de crecimiento rápido destinada a las fábricas de celulosa
Más cerca, los guardarraíles de la Autovía del Cantábrico en el tramo en el que esta se mete en el falso túnel bajo La Ría, titánica obra de ingeniería, y polémica, que supuso abrir una inmensa trinchera, sumamente cara y laboriosa y luego restituir el lecho y entorno del estuario en este lugar, entre los porreos o pólderes de El Salín, El Cierru y, más allá, El Retiro
Estos caminos, y otros que quizás haya que investigar, por Cazanes por ejemplo, vienen a unirse allí al fondo, en Puente Güetes, lo que hizo que la nueva pola, se fundase en ese lugar, con mercado semanal para darle vida y economía, así como sus propios órganos de administración, justicia y representación, directos ante el monarca, en este caso su fundador Alfonso X El Sabio, dentro de la política de reformas repobladoras llevadas a cabo por reyes leoneses y castellanos en el siglo XIII
Güetes habría sido un lugar vadeable en un lugar en el que El Ríu Llinares o Linares (de antiguas plantaciones de lino o llinu), formado de la unión de los ríos de Valdediós, Sotu, Viacaba y Espadañal, aún es vadeable antes de ensancharse notablemente formando este estuario que, no obstante estar ahí, no reconocemos del todo bien, pues estos terrenos a la derecha eran, al igual que en Sebrayu, marismas que se hicieron pólder en las desamortizaciones civiles de Madoz hacia 1860: El Salín, topónimo de evidentes resonancias salineras
Realmente vemos que el Camín Rial no parece dirigirse exactamente a Güetes, lugar sito justo bajo La Peña Castiellu, solar del antiguo castillo que dominaba puente, valle, río, ría, montañas y caminos, y con ellos tanto a sus viajeros como a sus vecinos, cuando para defenderlos y cuando para sojuzgarlos
Esa fortaleza, aunque tal vez desmantelada en 1270 (está por discernir) es fácil que trajese malos presagios de vasallaje feudal, que era lo que evitaban esta pueblas, lo que, unido a que la encrucijada caminera no era estaba exactamente en el puente (antes vado) sino unos 400 metros más al este, pudo hacer que la Pola de Maliayo no se construyese exactamente en el mismo puente donde había estipulado su carta fundacional, algo que era bastante común en la época
Pues es cuando vemos a la izquierda la chimenea de la antigua Teyera de Villaviciosa, tejera, o cerámica que diríamos ahora, la cual ocupaba una gran superficie de unos 20.000 m²
Tras cesar su actividad de fabricación de tejas y ladrillos, en sus instalaciones se asentó en 1985, procedente de la calle del Carmen y tras constituirse en 1981 como Sociedad Limitada, la empresa Alosei, de materiales de construcción y saneamiento, fundada en 1968 por Ernesto Seijo y cuya primer sede era un bajo en alquiler de un edificio, donde tuvo almacén y pequeña exposición
El Ayuntamiento de Villaviciosa no veía bien aquellas desamortizaciones que, al pasar las marismas a particulares, eran aterradas para suelo agrícola (si bien no tardaron en especializarse más en pastos de vacuno), pues además la navegación, perfectamente factible en marea alta para embarcaciones de poco calado, encontraría cada vez más dificultades para desenvolverse por este estuario cuyo gran proyecto decimonónico era hacer un gran puerto carbonero con muelles en El Salín y, por supuesto, en El Puntal,. para dar salida al carbón de la cuenca minera haciendo además para ello un ferrocarril, proyecto que no llegó a materializarse, salvo una dársena en El Puntal (ahora puerto deportivo) y la canalización de ahí a la bocana
Es más, los porreos de El Cierru y El Salín separaron a La Villa de su Ría, dejando ya en la práctica de ser una población ribereña, pues hasta el pequeño embarcadero existente en Güetes desde tiempo inmemorial, desapareció. Eso sí, los terrenos se revalorizaron grandemente en la zona más cercana a La Villa y se favoreció su urbanización
Este Porréu del Salín, de 2,62 hectáreas, fue comprado hacia 1862 por Pedro José Pidal y Carneado, político y estadista villaviciosino que en 1847 fue nombrado Marqués de Pidal por la reina Isabel II y en 1859 había cesado con casi toda actividad pública a causa de una enfermedad. En dicho año la Junta de Sanidad del Ayuntamiento de Villaviciosa inspeccionó el cierre de aterramiento del porréu, cierre que será luego causa de pleito del consistorio con la viuda de Pidal, dado que aquí salían todos los desagües y aguas negras de La Villa, "y con su cierre se reducía la limpieza del canal al atenuar el efecto de las mareas", dice Pedrayes Obaya en su libro sobre el análisis urbano de Villaviciosa:
"La zona del Salín sufrió una gran revalorización (...) y el cierre de este porréu supuso la separación de la villa y su ría; situación semejante al proceso seguido por muchas ciudades que crecen sobre el mar en esos años"
La primera urbanización de los terrenos de El Salín trajo consigo la formación del barrio de La Oliva al norte de la antigua parroquial de Nuestra Señora de la Oliva o Santa María del Conceyu, y del Hospital Sancti Spiritus, en terrenos ya fuera de la desaparecida cerca o muralla medieval. Ya en 1845 se había proyectado una carretera con un nuevo embarcadero que se había proyectado hacer allí, a partir de la llamada Casa de la Oliva y de dicho hospital, que pasó a ser cárcel. Tras un pleito con el propietario de los terrenos las obras empezaron enseguida pero ni la carretera ni el muelle se llegaron a terminar, si bien esos terrenos, acondicionados y "pertenecientes en su práctica totalidad a los propios del Ayuntamiento se revalorizaron extraordinariamente, siendo muy apetecidos por los grandes propietarios, (...). Poco después fue creado el barrio de La Oliva.", dice Pedrayes Obaya
Seguidamente la urbanización de esos terrenos de El Salín se extendería hacia El Pelambre, La Magdalena y Les Caleyes, donde vemos en el "limite de la ciudad" el campo de fútbol municipal del Club Deportivo Lealtad, fundado en 1918
En Les Caleyes, a la izquierda del campo de fútbol, el Polideportivo Municipal Manuel Busto, dedicado al gran piragüista villaviciosino Manuel Busto Fernández.
Y a su izquierda El Frontón, otro equipamiento deportivo municipal, entre este y el polideportivo están la pista de tenis, también municipal. Al otro lado están la calle Jesús de la Piedra y la Avenida del Deporte
Más atrás se extienden las grandes urbanizaciones de la calle Magadalena y Víctor de la Concha hacia El Pelambre
El Pelambre, es actualmente una de las zonas de mayor expansión urbana de Villaviciosa. Su topónimo es el de una antigua riega o arroyo que nace al este de La Villa, en San Vicenti, allí llamado El Pedregal, y que atravesaba la zona del Mercáu Vieyu (actual Parque Ballina, por donde pasaremos en breve), donde había un puente, todo ello tapado al expandirse la villa en esa dirección hace ya unos dos siglos, una obra en la que no todos estuvieron de acuerdo pues Plácido Jove y Hevia, desde 1879 Vizconde de Campo Grande, llegó a escribir:
"Pude observar que las deliciosas huertas estaban muy mermadas por las carreteras anchas que habían invadido el pueblo, y que padecían al mismo tiempo alguna sed, porque se había querido esconder el arroyo llevándole por un subterráneo y él, enojado, no se prestaba al riesgo (...)"
Más a la derecha son las casas de El Riañu, en la carretera N-632, cerca del enlace con la AS-256 o Carretera del Gobernador y, un poco más allá, con la autovía, cuyos respiraderos, en forma de torre circular, del túnel de La Ría reconoceremos también
La senda El Salín-El Cierrón recorre estos humedales, gran reserva ornitológica y espacio protegido Asoman. detrás de los árboles, algunas casas de la carretera y, más arriba, parte del campo del club Villaviciosa Golf, en Cazanes
Afirma Pedrayes Obaya que "Villaviciosa es una ciudad de ría, también diremos que en su fundación fue una ciudad-puente e incluso una ciudad-castillo", pero la que ha pervivido especialmente es la primera, a pesar de la separación física de su núcleo urbano con el estuario tras hacerse El Porréu del Salín y la desaparición del embarcadero local, que no obstante pervivió hasta la década de 1960
Cuando aún se soñaba con hacer de La Villa un puerto carbonero, allá por 1880, se planeó hacer aquí una gran dársena conectada con la de El Puntal, que sí se llegó a construir, ya casi en la boca del estuario. A la derecha de la foto una de las bocas del túnel de La Ría y El Porréu del Cierrón, unido al de El Salín y mirando, en el margen derecho del estuario, al de El Retiro, en Bedriñana
El Porréu de Bedriñana se hizo en el siglo XVIII, siendo por tanto anterior a este de El Salín al de Sebrayu, frutos estos de las desamortizaciones liberales cuyo fin era solucionar el problema de la deuda pública, así el producto de la venta de bienes comunales y municipales revertiría un 80% en títulos de la deuda, el 3% iría a los ayuntamientos y el 20% restante sería para el Estado
Sin embargo, y como sucedió con la desamortización de Mendizábal, esta anterior y dedicada a propiedades eclesiásticas, el objetivo no se cumplió, siendo además desastroso para las haciendas locales, que perdieron su autofinanciación al venderse los terrenos por debajo de su valor real, quedando los títulos enseguida desvalorizados a causa de la inflación
Si bien la ley se aprobó en 1855, solicitándose ya por entonces al Ayuntamiento un inventario de bienes propios, esta quedó en suspensión entre 1856 y 1858 debido a quejas e impugnaciones sobre los peritos que tasaban las fincas, no empezando las subastas hasta 1859. En Villaviciosa, además de en La Ría, el interés de los compradores se manifestó hacia los montes comunales, esos mismos que hoy vemos plantados de ocalitales
El Ayuntamiento de Villaviciosa alegó contra esa venta dado que eran pastos vecinales, había caminos importantes y muchas vías secundarias, fuentes, árgomas empleada para el abono de las tierras, plantas para mullir la cama del ganado (rozu), así como para alimentar los hornos de cal, ya numerosos al estar cerca de las canteras y del mismo puerto de El Puntal, por donde se procedía a su exportación. También en esos montes se recogía leña y había algunos cultivos
Así, entre 1865 y 1867 se realizaron varias alegaciones contra la venta de esos montes a particulares, contándose para ello con la ayuda de los párrocos de las parroquias afectadas, resumiendo la situación de esta forma Pedrayes Obaya:
"En definitiva el Estado, instado por inversionistas de distinta índole, trató de sacar a subasta gran parte de los bienes de propios y comunes del concejo, a lo que se opuso en Ayuntamiento; aún así parte de estos bienes comunales, sobre todo en La Marina, parece que llegaron a venderse. No ocurrió lo mismo en otras zonas, especialmente zonas montañosas, que aún hoy son montes comunales. Paralelamente a este proceso de venta se produjo el abandono de la organización comunal de los cultivos (...). En el valle de la Ría tres fueron los espacios fundamentalmente modificados en esa época: el porréu de Muslera, el porréu de Sebrayu y el porréu del Salín"
Todo eso ocurría a la vez que arrancaba el proceso industrializador en este valle, lo que, recalcamos traía el temor que algunas de estas desamortizaciones, la de los porreos especialmente, pudiese afectar, como hizo, a la navegación por el estuario, que llegó a tener encima de la mesa un proyecto de canalización completa con el fin de ser un puerto comercial, eminentemente carbonero
Para ello además era necesario mejorar otras infraestructuras, el ferrocarril nunca llegó pero sí se abrieron las primeras carreteras que sustituirían a estos viejos caminos, que pasarían a ser vías pecuarias locales, aunque más tarde, ya en el siglo XX, la mecanización del campo obligó al arreglo, ensanche y asfaltado de no pocos de ellos, o de algunos de sus tramos, con sería aquí este el caso. Otros sin embargo se dejaron como estaban, lo que ayudó a su preservación, incluso del empedrado, y no pocos desaparecieron, tragados por la vegetación o añadidos a fincas colindantes, según el caso
Además del ya reseñado camino de Bedriñana había otro, El Camín Real de La Cobertoria, que sube a este monte por Abayu, en Cazanes, aprovechando el paso existente a la derecha del Picu Iyán o Llan, enlazando con el de Bedriñana en el campo de la jacobita ermita de Santiago les Vieyes, en el valle de San Xusto, donde una aldea conserva el significativo nombre de Camín Rial
La carretera a El Puntal permitió que, a pesar de ni llegar el ferrocarril ni hacerse realidad las grandes dársenas proyectadas para La Ría (hubieran llevado a su desaparición), su puerto sí fuese carbonero, pero de las cercanas minas de Viñón, concejo de Cabranes, transportado en carros y más tarde en camiones, enlazando para ello con la nueva Carretera L'Infiestu, acabada en 1862
La historia de las comunicaciones en La Ría de Villaviciosa tendrá su máxima epopeya en la construcción del falso túnel de 1 kilómetro de longitud (960 metros en concreto) que pasa bajo ella, una muy polémica obra inaugurada, como el tramo Villaviciosa-Grases de la Autovía del Cantábrico, el 9 de septiembre de 2003 (estaba prevista en mayo). Un año antes de su inauguración, el periódico ABC publicaba, a fecha (1-9-2002), la historia de este tunelón en el artículo El impacto ambiental del túnel de la ría de Villaviciosa vuelve a suscitar críticas:
"Hace diez años, la construcción del tramo de la Autovía del Cantábrico que iba a atravesar la ría Villaviciosa desató la polémica, que se resolvió finalmente con la decisión de construir un túnel. Ahora, a ocho meses de la inauguración de la obra, surgen de nuevo los recelos sobre su seguridad e impacto medioambiental.
OVIEDO. Cuando se planteó la construcción de la Autovía del Cantábrico, concretamente del tramo entre Villaviciosa y Lieres, la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa Cubera demandó que la infraestructura no cruzara por la costa y, menos aún, por la ría de la localidad, declarada reserva natural parcial. Sin embargo, no se atendió su petición. Entonces, la disyuntiva a la que se enfrentó el Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Comunicaciones, en aquel momento, dirigido por Borrell, era construir un puente o una autovía.
En los 90 surgieron detractores y defensores de una y otra opción, y, finalmente, tras no menos de tres años de debate, el Gobierno se decantó por el túnel como medida de menor impacto medioambiental. La obra siguió adelante retomada por un Ejecutivo de otro color político, el Partido Popular, y, casi una década después, cuando sólo quedan ocho meses para su inauguración, vuelven a surgir voces en contra.
Uno de los asuntos que se cuestionan ahora es la seguridad de esta infraestructura, un túnel de 960 metros bajo la ría, 26 metros de ancho y dos cajas, una para cada calzada. También se han avivado las reticencias por la falta de un estudio de impacto ambiental específico para el túnel, ya que, en 1993, se realizó uno, pero considerando la opción del viaducto. En este sentido, esta misma semana, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, aseguraba que si el informe minimizaba el impacto medioambiental en el caso de un viaducto, siempre mayor que un túnel, la conclusión es válida igualmente y con más motivo para el paso subterráneo. Asimismo, el elevado coste del túnel ha vuelto a la palestra. De hecho, se habla de él como el kilómetro más caro de autovía de los que Fomento ejecuta en toda España. No en vano, los 17,2 kilómetros del tramo completo Villaviciosa-Lieres supondrán una inversión de 206,7 millones de euros.
Mientras profesores, ingenieros y medios de comunicación vuelven a sacar el asunto a relucir, Cascos trata de atajar el debate, garantizando la seguridad y el menor impacto ambiental de esta obra que se abrirá en abril del próximo año. Además, recuerda que la decisión de realizar la infraestructura es anterior a la llegada del PP al Gobierno.
«Ya no puede remediarse»
Por su parte, Etelvino González, presidente de Cubera -asociación medioambiental de 600 miembros que en 1991 se llevó el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias que concede la Fundación Príncipe-, prefiere mantenerse al margen, desvincular a su organización del debate surgido y no opinar sobre una decisión que ya está tomada. «Cuando ya no puede remediarse, sólo pedimos que se haga lo mejor posible. Confiamos en que se aplique la mejor tecnología y la mayor seguridad», dice González. En cualquier caso, insiste en que el «gran disparate» fue llevar la autovía por la ría, por los problemas de construcción y conservación de los que se resentirá este hábitat."
Justo sobre el túnel pasa ahora una vía de servicio al lado de La Lengüeta, ese brazo de ría. Tras la finalización de las obras viarias en este sector comenzó la ardua tarea de rehabilitar este espacio natural, la cual se prolongó durante años. Con el título Más espacio para las aves en la ría la corresponsal de La Nueva España Mariola Menéndez publicaba esta noticia el 23-11-2012, es decir, casi una década después de la apertura del túnel al tráfico:
"El entorno del túnel de la autovía del Cantábrico (limítrofe con la ría de Villaviciosa) se convertirá en un reclamo para los amantes de la naturaleza como espacio de interés ornitológico. Esta zona, por la que pasa una senda verde, se encuentra bastante degradada en la actualidad. El Principado ha destinado una inversión de 250.000 euros para la recuperación ambiental de este lugar. Las obras, acometidas por la empresa Tragsa y esperadas desde hace años, comenzaron hace unos días y está previsto que concluyan antes de fin de año. Estas labores son posibles gracias a un convenio con la Fundación La Caixa.El objetivo es recrear un hábitat similar al de la marisma de Villaviciosa (una zona inundable con media docena de islas), para lograr unas condiciones que permitan a las aves establecerse y criar en ese entorno. Aquí será posible observar a los pájaros desde una distancia prudencial, para no molestarlos, si bien muchos de ellos ya están acostumbrados a la presencia humana.Una de las principales dificultades es lograr el nivel óptimo de agua, pues la rotura, hace unos meses de un muro en el «porreu» (terreno ganado a la marisma) de El Cierrón ha anegado terrenos en esta zona y en El Salín. Es necesaria una correcta gestión hídrica y, a este respecto, el equipo de gobierno local plantea levantar un muro para controlar el nivel del agua, principalmente en las grandes pleamares.La recuperación de este espacio y la mejora del observatorio de aves actual (en estado ruinoso) permitirá promover el turismo ornitológico en la ría de Villaviciosa, uno de los principales referentes en la cornisa cantábrica para la observación de aves acuáticas. Además, servirá para potenciar la educación ambiental, pues es una forma de conocer las costumbres y el hábitat de estas aves. Uno de los atractivos puede ser la cigüeñuela, que se persigue que siga criando en la ría maliaya. Además, en El Cierrón, el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) ha instalado esta semana un nuevo nido para el águila pescadora -un macho ya inverna en el estuario- que se puede observar desde la senda peatonal, muy transitada para pasear o hacer deporte a la orilla de la ría."
Allí está el observatorio de aves de El Salín-El Cierrón, uno de los que existen en el estuario, que tiene además su propio centro de interpretación, sito en la citada carretera de El Puntal. De estos observatorio nos cuentan en Destino Villaviciosa:
"Desde el observatorio de aves del Cierrón, a las afueras de Villaviciosa, se pueden observar muchas especies de aves como el ánade azulón, el correlimos, el zarapito real, la cigüeñuela, el rascón, la aguja colinegra, la garza real, la garceta común, el martín pescador, el zampullín chico, el archibebe claro y el archibebe común, el cormorán grande, la avefría, la gaviota sombría, la tarabilla, el mosquitero común, el verderón, el pinzón común, la urraca, la lavandera, el mirlo común, la agachadiza común, la cerceta común, el archibebe común, etc."
En la margen izquierda y de abajo arriba vemos las casas de El Porréu del Retiro, más arriba Llorea, luego La Peruyera y en lo más alto Cabañes, cerca de la cima del Pelapotros, fácil de identificar por su antena
Luego, barrios y lugares de Bedriñana, bajo el Altu la Cruz, destacando El Llugar y La Pola, el más importante podríamos decir, al lado de la citada iglesia de San Andrés. Abajo, unas naves al otro lado de la autovía son unas de las pocas edificaciones que se hicieron en esta parte de El Salín, topónimo que, o bien revela la existencia de terrenos salinos (salitre, salmoria), o como dice Pedrayes Obaya, "nombre debido quizás al emplazamiento de un alfolí medieval o a actividades de Salazón relacionadas con las carnicerías", sitas estas al lado de la Puerta de la Carnicería, una de las de la antigua cerca amurallada
Más a la derecha aún, y encima de El Retiro, Pentanes, también en Bedriñana, en la ladera del Vistalegre, paso de aquellos antiguos hacia Les Mariñes y Tazones
En Pentanes, antigua posesión de un tal Pentus, están la Casa l'Indianu, Casa Claudio, antiguo telar de lino y más arriba Casa Pachín de Ramona, por donde se sube a Montealtu, al otro lado de la ocalital y en la falda norte del Vistalegre, mirando a Les Mariñes
Y avanzando por Les Caleyes nos acercamos a la antigua Pola de Maliayo, pues el actual concejo de Villaviciosa formaba parte en la alta Edad Media del territorio o Tierra de Maliayo, que según noticias parece abarcaba bastante más terreno que la actual Villaviciosa. El nombre de Maliayo se sustituye en el siglo XIV por el de Villaviciosa, significando viciosa fértil, se dice que como manera de promover el asentamiento de nuevos habitantes llamados por esta riqueza natural a la que aludiría el topónimo
No está muy clara la etimología de Maliayo. El profesor Florencio Friera, del Real Instituto de Estudios Asturianos y de la Real Academia de la Historia, afirmaba, en un artículo de la revista Cubera y titulado Valor histórico de la toponimia, lo siguiente:
"quienes decidieron llamar Villaviciosa a este concejo, pensando en que era un nombre más apropiado para identificar un territorio caracterizado por la abundancia de su vegetación, desconocían el por qué otros antepasados suyos y nuestros decidieron conocerlo como Maliayo. A diferencia de este caso, es de notar que han persistido los nombres de los otros concejos que forman la comarca de la sidra"
Por su parte, en su obra Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, el filólogo Xosé Lluis García Arias abunda en la etimología de Villaviciosa:
Villaviciosa parece una formación moderna que en el habla coloquial de los naturales no ha desplazado al más usual de La Villa. El adjetivo -viciosa nada dice acerca de los hábitos de sus habitantes sino que mantiene el sentido originario de ‘abundante’, ‘que fructifica bien’ y aparece ya en la documentación del siglo XIV. La tierra de este concejo fue conocida en la documentación medieval como “Maliaio” un posible antropónimo (equivalente al Mallayu de Tinéu) y que pervive en la actualidad en el límite con Colunga, al norte de La Venta’l Probe, bajo la expresión El Vayu Manayu
El escritor, investigador y periodista, especializado en historia y etnografía villaviciosina Lluis Portal Hevia, publica el 23-1-2014 el artículo Maliayo versus Villaviciosa, en el que hace un repaso al uso del término Maliayo y a diferentes propuestas etimológicas dadas por especialistas a lo largo del tiempo,. Por ejemplo, escrito también Maliagio, Maliaio, Maiaio, Maliani o Malaio, ofrece la opinión de Arias, de ser la fusión de dos nombres latinos, "Mallus + Aius", por lo que estaríamos ante un antopónimo de un antiguo posesor. Sin embargo no descarta sea un término prerromano de raíz mal, piedra, a la que le añadiría un aio propio de munchos antropónimos ástures
Luego cita Portal a José Manuel Alonso Moriyón, quien también escribe en Cubera (revista de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa) un artículo, La etimología de Maliayo, exponiendo lo inhabitual que era en latín unir dos topónimo en uno y apuesta por una tesis helena basándose en otros topónimo similares
Si bien su su momento se discutió sobre posibles asentamientos griegos en Asturias, en base sobre todo a los legionarios enrolados en la Legio IV Macedónica, esa presencia se descartó por cuanto dicha legión, pese a noticias dadas por historiadores de principios del siglo XX, si bien participó en la guerra contra los cántabros y ástures, no permaneció mucho tras la conquista en su campamento de Pisoraca (Herrera de Pisuerta, Palencia) y fue desplazada a Caesar Augusta (Zaragoza). No obstante los topónimos griegos pueden sí llevar etimología indoeuropea, o preindoeuropea, de lenguas de antiguos pueblos extendidos por buena parte de Europa
Y es que la raíz mal, con significado de monte, existe en Malta, el Peloponeso y Creta, entre otros lugares helénicos pero también fuera del mundo griego antiguo. En los Alpes hay Maltein, Malbum, en Escocia Mull (antigua Mala), denominándose Meals a los montes muy altos. Más cerca, en Navarra, están los montes Malgorra y Malcasco, en Aragón el apellido Mayayo, junto a Numancia hay un pueblo llamado Malía y nosotros añadimos que en Cantabria, al paso de uno de los ramales del Camino Norte que va a Santander, hemos sabido de Maliaño, parte de su gran zona portuaria. Lluis Portal, cita asimismo al geógrafo Ptolomeo que menciona a una ciudad de Malíaca en la Asturias cismontana
Por otra parte, en la misma Ría de Villaviciosa, en concreto en su bocana, en los acantilados de
en La Envesnada, en las cercanías de Tazones, cerca del solar del castro astur de El Catalín y de la arruinada iglesia de la extinta parroquia de San Miguel del Mar (no confundir con la actual de Samartín del Mar), están la punta y monte Valverde
Y a la derecha de la boca de La Ría, en la parroquia del Seloriu, pueblo de Santa Mera, por donde viene el antiguo camino de Llastres, está el lugar de El Malaín, topónimo que se repite, idéntico, en San Xusto, al otro lado del Altu la Cruz y La Cobertoria. También en La Rasa de Seloriu tenemos Manayu
Al sur del concejo de Villaviciosa, allí en los altos de Lluaria, se encuentra La Riega'l Manéu, y no muy lejos, en el vecino concejo de Cabranes, el monte Grandimáu, Grandi + Mao/Malio, que significaría "monte grande". En los pedreros de la bahía gijonesa están Mayán de Tierra, Mayán de Fuera y Los Mayanes, mientras en tierras tinetenses hay un pueblo llamado Mayayo
El texto, de autor desconocido pues ya se ha desechado la posible autoría de Cicerón, muestra a estos ponis como especie por entonces exótica o de lujo, pues dice así según traducción que encontramos en el gran blog Ástures:
«Le dice al oído, o que pongan en casa los lechos para comer, o que le pida a su tío un etíope para que venga a los baños, o que se haga sitio al asturcón delante de su puerta, o que procure algún efímero decorado de vanagloria».
El prado donde pastan estos asturcones es una hermosa pradería que se extiende hasta el porréu. La Ría, inspiró a grandes literatos y poetas, pero también a pintores como Humberto Alonso, que así lo destacaba y afirmaba en la muy mencionada revista Cubera nº 17 (Diciembre de 1990):
"La Ría lo es todo. Durante mucho tiempo fue casi mi único tema. Pintaba porque nunca se agota. El paisaje de la Ría es constante cambio; se mueve. En un mismo día y en distintas horas. En días de igual clima. Desde lugares distintos. No es una cosa, sino un espectáculo permanente. Eso lo sabemos los pescadores y los pintores. Ellos porque se adentran y yo porque busco rincones, insólitos. A veces me preguntan qué lugar es porque no lo identifican. La ven desde El Puntal, junto a casa de Bohhome, o desde los altos cercanos a Seloriu y poco más. Pero es cambiante y sinuosa, variadísima en su extensión y en sus evoluciones, Un verdadero ballet de formas y colores, de sensaciones y armonías"
Nacido en Colunga, Humberto Alonso la conoció bien desde su juventud, por lo que comienza en esa época de su vida el gran idilio con el estuario villaviciosino:
"El encuentro fue desde mi adolescencia. Me impresionaba la luz y el brillo que tiene la Ría, la especial atmósfera que se respira al pasar cerca. Esa es su gracia peculiar, la atmósfera"
Cuando le hacían esa entrevista, para la sección Personajes de la revista, Humberto Alonso, que había trabajado 15 años para Sidra Mayador (empresa sidrera villaviciosina de la que bien hablamos en La Cuesta (Tornón), pues allí nació su fundador, Manuel Busto Amandi), ya se había jubilado y elogiaba, además de a La Ría, a La Villa y a Villaviciosa:
"Es ideal para vivir y para convivir. Los años y la experiencia dan el poso y la pose que hay que tener para no encasquillarse con nadie, para apreciar a todos, sabiendo que lo importante es colocar a cada santo en su peana, A veces hay que recolocar porque no hiciste buen diagnóstico, pero una vez colocados ya sabes hasta dónde puedes llegar, de qué tienes que hablar y no pasarse"
Pero, como dice su entrevistador, aunque de joven fue discutidor, Humberto Alonso era ya enemigo de la polémica, no conformista pero tampoco amigo de la polémica, por lo que sigue deleitándose, y deleitándonos, con sus historias en La Ría:
"Me meto por vericuetos y rincones, entre xungleres, a veces con dificultades. Tal vez a otros pintores otras rías les digan lo mismo. Las gallegas, son mayores, más espectaculares, maravillosas. Per ésta, la nuestra es más de juguete, más a nuestra medida. Aquellas no las dominas. Y luego... esas brumas de nuestra Ría. Es misterio y es paz. Especial misterio según las horas; no es igual al amanecer que en la tarde o al mediodía. Su calma es un espejo de una fidelidad extraordinaria y una calidad de colores en constante sucesión y variedad. La Ría tiene que penetrarte. Mientras estoy haciendo un apunte me estoy llenando. Tengo que estar allí: ella te impregna; eres como una esponja de olores, rumores, sensaciones. Me pasó en alguna ocasión notar extraña una pierna y era que estaba anegada sin haberlo percibido"
"El 15 de junio de 1347, en presencia de Pedro García, notario público del Rey en Villaviciosa, ante Juan Rol, Juez de esta Villa, el Capellán y representante de San Bartolomé de Nava, Alvar Rodríguez, exhibe el testamento de Pedro Álvarez, de Lodeña, del que se traslada literalmente una cláusula en la que el otorgante instituye heredero a su sobrino Alvar Fernández "enna mitat de la casa que yo fezi enna Puebla de Villaviciosa", con la carga de pagar, "cada hun anno", al Monasterio de San Bartolomé de Nava, cinco maravedís alfonsinos el día de San Bartolomé del mes de agosto"
Por las cláusulas de la escritura, mucho más extensa que el párrafo aportado, el profesor medievalista Ignacio Ruiz de la Peña afirma que el cambio de nombre debió de producirse antes del 24 de agosto de 1246, día de San Bartolomé. De todas maneras, se conoce que durante un tiempo convivieron ambos nombres durante años. Por ejemplo, una década después de esta fecha, el 2 de septiembre de 1356, el rey Pedro I de Castilla confirmaba un privilegio de sus antepasados, otorgado al monasterio de Valdediós, concediéndole siete fanegas de sal de cada embarcación que "surtiere en los puertos de Avilés, Maliayo, Luarca, Ribadesella y Llanes"
En 1371 otro rey, Enrique II, volvía a confirmar ese privilegio a Valdediós y volvía a aparecer el nombre de Maliayo, no el de Villaviciosa, que no se consolidará hasta más adelante. Maliayo seguirá empleándose pero más literaria y simbólicamente, así como en gentilicios (maliayos o maliayenses, como equivalente a villaviciosinos), así como por supuesto para denominar empresas, comercios, edificios, entidades, asociaciones... e incluso productos gastronómicos como los maliayinos, galletas de avellana y nuez. Además, Villaviciosa empezó a ponerse en vez de Maliayo en copias de documentos antiguos, dice también Blanco Moreno:
"algunos amanuenses, al copiar escrituras de siglos anteriores, dan el nombre de Villaviciosa, en lugar del de Maliayo de la escritura original, para la mejor identificación de la población a que se refieren, dándose incluso la circunstancia de ser citado el Concejo con el nombre de Villaviciosa con fecha muy posterior de la Puebla de Maliayo"
Camino que se dirigía por aquí a una de las cuatro puertas de la cerca o muralla, la del Mercáu Vieyu, llamada así por la celebración antiguamente del mercado delante de ella, donde creció un pequeño arrabal que perteneció durante siglos a la extinguida parroquia de San Vicenti la Palma y en él se construyó el nuevo Ayuntamiento a principios del siglo XX, ya demolida la muralla
El político estadista, que llegaría a Ministro de Hacienda, Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, decía a propósito de las antiguas defensas de la población:
"Rodeaba a la población una antigua, elevada y fuerte muralla destruida actualmente casi en su totalidad: al pie de ella existen dos arrabales que aunque pertenecientes a distintas parroquias se consideraban parte de la villa"
Este Camín Rial sería el empleado pues por muchas gentes de los pueblos ribereños de La Ría para acudir al mercado, una de las concesiones principales de estas nacientes pueblas, tal y como queda reflejado en el documento fundacional:
"... pueblen el lugar que dicen Buetes e que fagan villa, e que todos los que hoy poblasen, que tengan las mayores casas pobladas e encierren su pan y su vino. Otrosí otorgamos que fagan mercado en cada semana en un día miércoles e que todos aquellos que biniesen e bengan e bayan libres e seguros como a todos los mercados de Asturias. E otrosí, les otorgamos el fuero de Benavente, porque se juzguen"
"Se juzguen", es decir, nombren sus propios jueces y regidores sin vallasaje señorial y sólo de acuerdo con el rey, de quien dependerían directamente como encarnación del reino o Estado, según se copiaba del Fuero de Benavente, que se empleó como patrón de las pueblas de Alfonso X. En aquel momento se pensaba fundar la pola en Buetes o Güetes, pero como vimos no fue así.
Eso sí, la Puerta del Puente, enfrente de la citada iglesia de Santa María del Conceyu, era otra de las puertas de la cerca, una de las dos principales, la otra era la del Cañu, al sur, y entre ambas estaba la de la Carnicería, cuya actividad con salazones puede ser una de las posibles causas del topónimo El Salín, como hemos dicho
A la izquierda una referencia de alojamiento, el Hotel Alameda, cuya entrada principal mira al otro lado, a la calle de Carlos Ciaño Canto (Carretera de Colunga o N-632). Más adelante, en el centro urbano, hay varios hoteles más, pensiones, albergues privados, como el albergue El Congreso y el albergue Villaviciosa y otros alojamientos. Atrás, en La Trocha, al lado de La Espuncia (Sidra El Gaitero) ha quedado el albergue La Casa de Montse, de la hospitalera Montse Alonso, también privado pero pequeño, acogedor y exclusivo para peregrinos
Así pues la Pola de Maliayo no se fundó exactamente en Buetes o Güetes, topónimo del que dice García Arias es una reminiscencia del antiguo Boides medieval, referido al valle del Ríu Valdediós con sus afluentes, que configura el gran valle central del actual concejo de Villaviciosa y que al unirse al Viacaba, al Sotu y al Espadañal forman el Llinares y La Ría. Boides por su parte es, reiteramos tantas veces, terreno de bóvidos, es decir, de ganado vacuno en general
Y en cuanto a su desaparecida muralla con sus célebres puertas, la cual, en sus tiempos y sin edificios, ya la veríamos desde aquí, el erudito ilustrado Francisco de Paula Caveda Solares, quien aún la vio bastante entera en 1807, justo antes de la francesada, escribía esto de ella:
"La muralla formaba, aunque con varias irregularidades, la figura de un escudo, cuya parte plana, con sus dos ángulos, tiene su situación entre Mediodía y Oriente, y la circular entre Poniente y Norte. Su espesor era en parte de cinco pies y, en parte, de seis, y la altura de todo este macizo de unos veinte, Corría alrededor, por la cima de la muralla, otra más pequeña, de cuatro pies de alto y dos de macizo, rasgada hasta la mitad de almenas cuadradas, dentro de las cuales dejaba un ámbito de tres o cuatro pies sobre todo el macizo, que se andaba en vuelta sin tropiezo, pues no hay vestigio de haber tenido torreones. Tenía cuatro puertas, a saber: La puerta del Caño, en medio de la línea que va de ángulo a ángulo; la del Mercado, en medio del lienzo Norte; la de las Carnicerías, situada ya después de comenzar la vuelta del escudo y la del Puente o del Río, casi en medio del semicírculo"
Más prados hacia la derecha que caen suavemente hacia el porréu, detrás de las instalaciones deportivas antes reseñadas. Este primero, el del frontón, se construyó a principios de la década de 1980
El polideportivo, más abajo, apenas se ve ya, tapado por los árboles, pero sí se reconocen bien los muros del Campo Municipal de Fútbol Les Caleyes, donde se juega oficialmente al fútbol desde 1919, lo que hace de él el cuarto más antiguo de España, aunque no podría describirse como un estadio hasta las obras de los años de la década de 1960
Más a la derecha aún, en La Pola, Bedriñana, reconoceremos bien el Palacio de Mauriño y a la derecha su palomar
Justo encima pero tapada por los árboles, está la iglesia de San Andrés con sus restos bien conservados del Arte Asturiano
A la izquierda están las terrazas de El Gallineru, magnífica casa de comidas cuya entrada se realiza también por la calle Carlos Ciaño Canto, donde atienden a los comensales Natalia Gutiérrez González y Alejandro Crespo González. El erudito historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías les dedica un buen reportaje para el apartado culinario Yantar de El Comercio, publicado el 20-5-2023:
"Natalia nació en Gijón pero pasó buena parte de su infancia en Oles, aldea paterna. Sintió vocación temprana, y con apenas catorce años se puso a trabajar en el bar del pueblo, Casa Trini, donde combinó la cocina con la sala, la formación barista y la formación guisandera, dos destrezas que siempre le han acompañado. Y no sólo, que probó con la peluquería y algún que otro oficio concatenado a la moda «entonces visto más propio para chicas», pero la pasión hostelera se impuso, y La Casería de Castiello fue su segundo marco. Mujer amiga de la independencia, en cuanto pudo abrió el bar Caracas de El Coto, y allí comenzó a dar comidas. Luego la requirieron en La Parrilla de Monteana y en el Langrehotel, donde pasó años de reconocimiento y satisfacción hasta que una enfermedad, felizmente superada tras la consiguiente lucha, obligara su retiro. Y cuando preparaba el retorno encontró El Gallineru, entonces pub, sintió un amor a primera vista, y lo consiguió. Comenzaba el anómalo 2020: no importó, nada podía desanimar a Natalia."
Natalia y su hijo Alejandro, además de ofrecer suculentas especialidades maliayas, dice Alías que orientan a los peregrinos que van a Santiago y a Covadonga:
"Y ahí sigue. El Gallineru es ahora casa de comidas, edificio largo y acristalado precedido de merendero y terraza, con jaimas para fiestas y bancadas de madera, cuya galería nos deja las multicolores flores del práu a la altura de la vista. Natalia, acompañada por Alejandro, su hijo menor, cocina y sirve «pues me gusta recibir, tomar comanda, explicar, responder a dudas, y orientar en gustos o en direcciones, que diariamente pasan por delante peregrinos jacobeos o hacia Covadonga».
La carta, compuesta por verduras, fabes, pescados, carnes, quesos, frutas y otros productos maliayos («siempre uso lo local, conozco a mis proveedores personalmente, busco la temporada óptima», comenta), pueden incluir ensaladas de lomos de caballa, de pollo y teriyaki. También de vinagreta de pulpo y pistacho, de parrillada de verduras, de frixuelos rellenos de venado, de cachopo de setas, de cachopo ternera con el reconocido queso Patacabra de su vecino Alejandro Casielles y el crujiente tortochopo. El bacalao de lomo ancho y lascas nacaradas, los calamares de potera, el pixín, y lo que cada jornada aporte al prealmuerzo, el almuerzo, la merienda, la cena y las noches de verano que aquí, sin salir de la villa, incluyen cielos abiertos y aromas de campo."
A la derecha es el grupo-fila de viviendas hecho con el perfil constructivo de algunas calles villaviciosinas, como la de Santiago la Ballera, durante la urbanización del Prau de Fuera'l Cañu, al lado de la zona Mercáu Vieyu, a primeros del siglo XX, si bien su origen ya arrancó en 1879 con la idea de unir las carreteras de Colunga y de L'Infiestu en ese lugar
Si bien algunas han sido seriamente reformadas, predominaba la sencillez de las fachadas. Hay también un subgrupo de casas netamente obreras que veremos unos metros más allá
Estas tres casas siguientes de la hilera parecen haber sido las más reformadas, con grandes ventanas, portales, mirador...
Estas filas caracterizan buena parte de la arquitectura urbana popular de los años de crecimiento del casco urbano de Villaviciosa, así como en nuevos espacios urbanos formados en el extrarradio, fuera ya de la población, como veremos en el barrio de San Xuan, en Amandi
En este grupo de casas empezamos a tener aceras a ambos lados de la calle, detalle que ya delata su tipología urbana. Verdaderamente La Villa tuvo, desde su origen, su apoyo en la red caminera existente previamente, integrada dentro de su espacio urbano amurallado y luego fuera de él, según crecía la población
Luego se abrirían las nuevas carreteras y las nuevas calles, como la de la Magdalena, que vemos al fondo, cuya parcelación dio lugar a una calle y barrio obreros, no en vano la calle empezaba, y empieza, al lado del Ateneo Obrero, donde estaba la capilla de la advocación que le dio nombre a la vía, y viene a terminar allí, en la Avenida del Deporte, tras pasar junto a El Pelambre
Todas han sido restauradas en nuestros días, algunas reconstruidas por entero, sobre todo su interior. A esta se le añadió piso y ático, según comparamos con el dibujo de las mismas en el libro de Pedrayes Obaya (página 261)
Fueron las únicas destinadas a trabajadores hechas en ese periodo tras la inspección sanitaria realizada en 1924 a la de las barriadas obreras de Merediz y Suardíaz, que obligaron a los propietarios a instalar retretes para los inquilinos, de los que carecían
Cruzamos la Avenida del Deporte, hacia donde estuvo el barrio de Robledo (llamado así por el apellido la familia promotora), ahora sustituido por bloques de pisos, a las que también dedica un apartado especial en su libro dedicado a la historia de urbanismo villaviciosino Pedrayes Obaya:
"Levantadas sobre la calle Magdalena y sus transversales, desarrollan varias soluciones que enriquecieron notablemente este tipo edificatorio en nuestra villa.Destaca sobre los demás el desaparecido conjunto del barrio de Robledo, situado al fondo de una travesía de características similares al barrio de Merediz en La Oliva, y que junto a éste y a les casines de D. Obdulio, tiene relación directa con la vivienda de su propietarioTambién aparecen algunas viviendas en la que la solución más utilizada de dos viviendas por módulo, una en una planta y otra en el bajo cubierta, es reemplazada por la de dos viviendas compartiendo la planta baja, quedando el pasillo central como elemento común y de acceso a la puerta posterior"
La parcelación de esta calle, según informa Juan José Pedrayes Obaya en Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, empezó en 1885 con la compra del llamado documentalmente "Prado de Balbín" por varios vecinos, abriéndose seguidamente tres calles, una esta, la de la Magdalena, y dos transversales, calle de los Artesanos y calle de Macao, las ahora llamadas Plácido Jove y Hevia y Manuel Bedriñana, cedidas por los propietarios y a cambio el Ayuntamiento las acondicionaría y mantendría como parte de la nueva red viaria, integrándola plenamente en el casco urbano
Y así nacía uno de los dos ensanches villaviciosinos por los que crecerá La Villa fuera de su núcleo originario. Para ello y para abrir la calle Magdalena, que sería su eje, hubo que demoler la capilla de este nombre, la cual figuraba en el Catastro de Ensenada, que además emplea para situar varios lugares. De ella informaba el erudito Fermín Canella que había sido escuela a finales del siglo XVIII, donde el religioso y poeta Bruno Fernández Cepeda daba clases de latín, según escribe en su reedición del libro de José Caveda y Nava Poesías selectas en dialecto asturiano (Oviedo 1887):
"... gozó también temido concepto por su dureza y rigor en los castigos de los estudiantes, que concurrían a la antigua capilla de la Magdalena, cerca del Mercado Viejo, sitio donde D. Bruno explicaba, hoy destinado a... taller de veterinario"
Posteriormente, en 1925, el también escritor, y periodista, Carlos Ciaño Canto, confirmaba el último uso como taller veterinario de la ya por entonces desaparecida capilla en su obra Costumbres y Tradiciones Asturianas (publicado en La Habana), por lo que se comprueba que en el momento de su derribo hacía tiempo habían acabado los cultos en la misma:
"... las calles de la Magdalena, que antes cerraba la fragua de Mántaras -veterinario hierra en frío y a fuego..."
Desde 1885, en cuyo plano Lequerica pone un edificio en lo que luego sería la calle, la nueva vía experimentaría un gran desarrollo desde ese año hasta principios del siglo XX, si bien no se urbanizará junto a sus transversales hasta 1901, tras la queja de los vecinos encabezados por Sacramento Cangas, quienes solicitaron en abril de 1900 al Ayuntamiento la afirmase y le colocase las correspondientes aceras
A la izquierda de la calle Magdalena, la de Jesús de la Piedra, que es la que vamos a tomar, no forma parte de la composición rectilínea de las calles del ensanche dado que sigue la curva del Camín Rial o Antiguo Camino a Colunga, cuyo trazado se mantuvo, tal y como comprobamos en dicho plano de Lequerica, enlazando con la entonces nueva carretera de Colunga un poco más allá, a la altura de los edificios del fondo, ya cual sirvió como base de este ensanche:
"La trama urbana adoptada para la composición de este nuevo sector es muy simple, la carretera de Salida hacia Colunga que parte del antiguo arrabal del Mercáu Vieyu sirvió de apoyo y generatriz, la nueva calle se abrió paralela a ella y tras calles transversales al trazado (al principio fueron sólo dos) comunicaron las dos vías. Nuevamente los caminos sirven de generadores del plano, recordemos la estructura fundacional de la pola medieval"
Una acera con franja de césped, en la que crecen varios arbustos ornamentales separa esta calle de Jesús de la Piedra de la calle Magdalena, que discurre recta a su y paralela a su derecha. Su traza ya aparece plasmada en 1897 en vista panorámica publicada por el erudito escritor Octavio Bellmunt, "nos la muestra prácticamente terminada, prueba de la eficaz gestión de sus promotores", escribe Obaya:
"Esta rapidez implicó su uniformidad, característica por lo demás inherente a la nueva forma de hacer ciudad que supuso el liberalismo al acelerar los ritmos de creación de ciudad. El desfase entre construcción y dotación de los servicios urbanos también indica la entrada de Villaviciosa en los nuevos sistemas de generación de suelo"
Dentro del esquema de construcción del antiguo ensanche se emplearán modelos ya utilizados en otros lugares de La Villa, de los cuales veremos enseguida algunas casas que se conservan de aquel periodo en la calle Cervantes (continuidad de la de Carlos Ciaño Canto), a la que vamos a salir, pues el ensanche abarcaba también lo edificado a lo largo de la carretera de Colunga (hoy N-632), que también era llamada carretera de Santander
Hubo sin embargo dos tipologías diferentes, en la calle Cervantes se aplicó una tipología edificatoria basada en la del barrio burgués de La Oliva, que había nacido al revalorizarse los terrenos de El Salín con la nueva y malograda carretera al también malogrado nuevo embarcadero, mientras la calle la Magdalena haría lo propio pero siguiendo el esquema de las casas obreras del mismo barrio. Repasamos de nuevo lo que nos cuenta Pedrayes Obaya:
"En cierto modo la calle Magdalena continúa el esquema comenzando en el barrio de La Oliva, donde las calles del Salín y de La Oliva tuvieron un caserío mesocrático, mientras la calle de Cavanilles albergó las viviendas proletarias:"
La calle Magdalena fue en sus tiempos uno de los lugares de mayor concentración de viviendas obreras de La Villa, pues además se asentaron en ella dos importantes importantes industrias, la primera, en 1897, la Serrería Mecánica de Sacramento Cangas, la vecina que había solicitado al Ayuntamiento de Villaviciosa el acondicionamiento de estas nacientes calles y que ya llevaba tiempo dedicada a este negocio maderero:
"En 1901 esta empresa fue dada de baja en el Padrón de la Contribución Industrial. El edificio aparece en la vista general de Villaviciosa publicada por Bellmunt y Canella ese mismo año, La instalación, que tenía una imagen muy industrial, contaba con todos los adelantos y era movida a vapor. En 1910 una sociedad anónima denominada Unión General ocupó los locales de la serrería y la dedicó a la fabricación de pan, para lo que la solicitó el pertinente permiso para la construcción de dos hornos y una chimenea. En 1928 esta panadería fue comprada por José González Basurto quién continuó la actividad con el nombre de "La Esperanza", posteriormente compró en los años cuarenta el edificio que ocupa en la actualidad el primitivo solar"
En el año 1900 se instala en esta calle Magdalena la Fábrica de sidra La Tierrina, fundada por José Blanco de la Viña, notario; José Vigil Cañal y Cipriano Rodríguez Monte, este registrador de la propiedad:
"La presencia de profesionales en las actividades industriales nos muestra una burguesía villaviciosina emprendedora y cualificada. La escritura de formación de la sociedad se realizó el 5 de Agosto de 1900 ante el notario de Colunga Pedro Viyao Sánchez, poco después de su inscripción en el Registro Mercantil de Sociedades. La duración de esta sociedad se estipuló en diez años, por lo que fue prorrogada el 16 de mayo de 1911"
Parece que La Tierrina se creó a imagen de la ya próspera Sidra El Gaitero, la más destacada, al nacer desde un principio con proyección internacional pensando en el mercado de los emigrantes de ultramar y en unos años en los que se fundaron numerosas empresas del ramo de la sidra achampanada en la zona central de Asturias. La Tierrina terminó siendo comprada por Valle, Ballina Fernández, la empresa de El Gaitero:
"El edificio de volúmenes sencillos, contribuía, junto con otras instalaciones industriales, a dar un aire fabril a la villa, imagen completada con el elevado número de viviendas obreras que llegó a albergar Villaviciosa.El Padrón de Contribución Industrial registra también en 1901 las fábricas de sidra de "Llaneza Hermanos y Compañía" y la de Perfecto Merediz, cusando baja esta última ese mismo año. La producción estimada de esas fábricas y La Tierrina era de 20.000 litros cada una, mientras que en el apunte de "El Gaitero" se evalúan 120.000"
Los solares fabriles fueron urbanizándose y las ciudadelas y viviendas obreras dieron también paso a bloques de pisos, sobre todo a raíz de la construcción del gran parque de El Pelambre, inaugurado en 2011
Hasta aquí, al pie de estos bloques, llega la franja ajardinada que separa esta calle de la de la Magdalena, de la que nos separamos ligeramente
A este lado izquierdo de la calle, que inicia una leve subida, pasamos al pie de un gran chalet, cuya fachada principal mira a la calle Carlos Ciaño Canto, donde están las gasolineras
Jesús de la Piedra, a quien está dedicada esta calle, fue uno de los dos primeros profesores del Ateneo Obrero de Villaviciosa, fundado en 1911 en el lugar de la arruinada capilla de la Magdalena, tal y como se refleja en la misma página de esta institución villaviciosina al informar de sus orígenes en la sección dedicada a la Historia:
Allá por el año 2010, el periodista Marcos Palicio llamaba a Villaviciosa (capital), La villa bulliciosa, y así titulaba su artículo para la serie Nuevas y viejas polas del periódico La Nueva España, un tiempo que coincidía con el boom de las nuevas urbanizaciones:
"Villaviciosa es en el idioma de la calle sólo la Villa, porque de algún modo define el concepto. Se puede aceptar como el paradigma de «la villa» por su magnetismo para los habitantes de un entorno cada vez más amplio, materializado aquí en una incorporación masiva a la espiral explosiva de la construcción que encuentra ahora su reverso neblinoso en una resaca hecha de porvenir incierto. Aunque no hayan dejado de verse grúas en el panorama de los barrios nuevos que alumbró el «boom» inmobiliario de los comienzos optimistas de este siglo. Los más de 6.000 habitantes que al final de 2009 le asignaba a Villaviciosa el Instituto Nacional de Estadística eran menos de 5.000 en el comienzo de este siglo, un veinte por ciento más desde que es recto y rápido el camino que comunica con Gijón y Oviedo, desde que las autovías han puesto a la Villa muy cerca de casi todas partes."
Dentro de ese mismo contexto de la época, y en el mismo diario y serie, Fermín Rodríguez y Rafael Menéndez, del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet), presentan a Villaviciosa como La plataforma de la buena vida:
"Tiende a la especialización residencial y aprovecha su accesibilidad mejorada para un moderado crecimiento del turismo. Combinar con sabiduría sus personalidades, ordenar el territorio en armonía con el entorno, en una época en que Villaviciosa vive en primera persona cambios de mucho calado, aumentar el empleo atrayendo nuevas actividades, recuperar viejas carreteras a modo de vías-parque para vertebrar el territorio, vincularse con sus vecinos y ofrecerse gratuitamente como magnífico escenario para el deporte y el ocio son algunos de los retos que encarar en el futuro inmediato. Pero, por encima de los demás, destaca el de cómo responder a las tendencias manteniendo el «estilo Villaviciosa», el propio de un ámbito refinadamente urbano, diverso en actividades y con múltiples atractivos ahora que el futuro toca a su puerta. La respuesta que dé Villaviciosa a este enigma puede ofrecer pistas a otras villas asturianas que en poco tiempo se encontrarán en situaciones parecidas."
A partir de esta calle empezaremos a ver bastantes bajos comerciales que se incrementarán según salgamos a la calle Cervantes y nos acerquemos al centro urbano, la Plaza del Ayuntamiento y el casco antiguo, a escasos metros ya de aquí
"La fundación de lo que en principio se llamó “Ateneo-Casino Obrero” coincide con una época de grandes cambios sociales en Villaviciosa.La estructura del poder económico imperante en el siglo XIX, en que eran los propietarios de la tierra, muy conservadores, quienes detentan el poder político, da paso en los albores del nuevo siglo, a la consolidación de una nueva clase, la burguesía liberal, formada por profesionales liberales, indianos retornados con capital y emigrantes nacionales que propician el inicio de la industrialización del concejo.Es la época de la creación de las sociedades industriales: Valle Ballina y Fernández, La Tierrina, La Azucarera de Villaviciosa, Sondeos de Villaviciosa, La Sociedad Plaza Cubierta, La Mantequera de Grases…Es también el momento de las grandes obras públicas como la Canalización de la Ría, la construcción de la nueva Casa Consistorial o el Teatro Alonso. Todo ello trae consigo la aparición de otra clase social, los obreros, predominantemente urbanos, que desligados del campesinado tradicional, demandan nuevos servicios tanto sanitarios como educativos que les permitan mejorar su situación. Es así, basado en el asociacionismo, como aparece el Ateneo Obrero de Villaviciosa.La primera noticia sobre El Ateneo se publica en el semanario local “La Voz de Villaviciosa” el 22 de febrero de 1911 en que un obrero, identificado como Cristóbal Cano publica una carta en el que aboga por la creación de un “Círculo Obrero” centro de instrucción y recreo, cuya base sea la enseñanza y en donde se puedan escuchar conferencias de Extensión universitaria que propagaban catedráticos de la Universidad de Oviedo. El centro, sin matiz político, impartiría clases de distintas materias como aritmética, dibujo o gramática a los hijos de los obreros.La idea fructifica y, tras varias reuniones, el 4 de marzo en la escuela pública se celebró la Asamblea Constituyente. El 25 de marzo se firma el Acta de Constitución del “Ateneo Casino Obrero” previa presentación de los Estatutos en el Gobierno Civil. Se elige como presidente al electricista Cristóbal Cano, nacido en Vera (Almería) residente desde hacía 7 años en Villaviciosa donde trabajó en el salto de agua de Amandi, pasando poco después a trabajar en el Gaitero. La sede social estaba en un primer piso de la calle Balbín Busto en cuya planta baja se estaba instalando el café de Facundo Álvarez.Se establecen dos tipos de socios, protectores y de número. Los primeros son los que realizan alguna donación además de pagar la cuota mensual y los de número pagan una peseta al mes. Los alumnos hijos de socios una peseta al mes y los demás una cincuenta. El primer mes eran 76 socios, pasando a 111 en abril con 40 socios protectores. Para poder dar comienzo a las clases se emitieron 100 obligaciones reintegrables de 2 pesetas para comprar material escolar. En un principio se contrata a dos profesores Arturo del Fresno y Jesús de la Piedra sacando al poco tiempo a concurso la plaza de Conserje. El 1 de mayo se produce la inauguración oficial con una conferencia del rector de la Universidad de Oviedo Fermín Canella."
Esta es la Estación de Servicio Antonio Palacio, más conocida como La Gasolinera Pequeña, premiada en el año 2018 por su calidad de atención, según noticia publicada el 20 de junio por el diario digital VillaviciosaHermosa:
"La conocida como “gasolinera pequeña” de La Villa se acaba de convertir en grande. Antonio Palacio su gerente acaba de recibir para su estación de servicio el máximo galardón de Repsol. El certificado de GFK (Instituto Internacional especializado en medición de calidad de servicio) y la bandera azul, que certifica que la de Villaviciosa “es una de las 100 mejores estaciones de servicio de Repsol de España por su calidad y excelencia en la atención a los clientes durante el 2017
Este galardón era entregado esta semana por, Luis Abel Torres, Jefe provincial de estaciones de servicio de Repsol en Asturias. Antonio Palacio mostraba su satisfacción al recibir la distinción, "estoy muy contento y agradecido. Es el reconocimiento a 33 años dedicados a nuestros clientes. Nuestro esfuerzo diario en ofrecer un trato personalizado tiene su recompensa en las relaciones casi personales que construimos con ellos. Este distintivo de excelencia en la calidad de servicio Repsol es un orgullo que impulsa nuestra pasión por lo que hacemos"
Palacio quiso tener un recuerdo especial para un trabajador ya fallecido de esta gasolinera, “Carlos Echevarría, junto con David Samartino ahora, son también artífices de este logro"
Una verdadera avenida, recta, ancha y con buenas aceras que no pocos días tiene intenso tráfico y que se dirige directamente a la Plaza del Ayuntamiento, el antiguo arrabal del Mercáu Vieyu, nacido fuera de la cerca de la pola y frente a la Puerta del Mercáu
En medio de dos edificios de pisos tenemos una de las casas a las que nos hemos referido antes supervivientes de los tiempos del ensanche, que abarcaban aquí un sector de 20.000 m² , formando dos manzanas aisladas de 75 x 50 metros aproximadamente y un grupo residual de tres parcelas apoyadas en dos calles
Estas que había aquí, y de la que la de la derecha es una muestra, serían las casas de los propietarios del conjunto de viviendas del ensanche hacia la calle de la Magdalena y adyacentes, el barrio de Robledo, que se extendía por la parte de atrás. Seguimos leyendo a Obaya:
"Esta correlación entre parcelas delanteras y traseras pudo ser más directa en la formación de barrio de lo que en en la actualidad (sólo perduran dos casos).El diferente rango de los lugares también se observa a lo largo de la calle de la carretera a Santander, después llamada calle Cervantes. La anchura de las parcelas va disminuyendo según nos alejamos del centro urbano, pasando de un estándar de 9,80 metros en las últimas parcelasLa primera parcela de la serie, propiedad de uno de los promotores de la urbanización, Ángel Suardíaz, es más ancha, 12 metros. Existen también dos parcelas dobles, una en cada manzana aislada, de 16 metros de anchura. Las dos industrias, "La Tierrina" y la Serrería Mecánica, se instalaron en la prolongación de estas parcelas"
La Plaza del Ayuntamiento, el antiguo arrabal del Mercáu Vieyu, transformado totalmente a lo largo de los siglos XIX y XX donde antes había una aleda netamente rural, con numerosos hórreos y paneras, paso de la Riega del Pelambre que se cruzaba por un puente
"El pueblo, cansado del anterior sistema caciquil, acogió con agrado este cambio que además fue plasmándose en hechos concretos: traída de aguas, escuelas, parque, mejoras..., elementos ciudadanos que hoy son definidores, en gran medida, de la imagen urbana villaviciosina."
Aquí a la derecha está otro de los edificios de viviendas y bajos comerciales que serían de los propietarios de las casas del ensanche de la calle Magdalena, el del Café Navia, casa que ocupa las dos parcelas dobles de la calle Cervantes
Suelen ser viviendas unifamiliares dedicadas abajo a almacenes o negocios, vivienda arriba y en el bajocubierta desván o más habitaciones, como parece ser este el caso, normalmente dedicadas a la servidumbre
Destacan en la fachada estos balcones-galería y arriba la del bajocubierta, preciosamente acristalada
Luego de otro edificio encontraremos, en la misma acera, otras de esas casas del antiguo ensanche aquí realizado. Este también con su pertinente bajo comercial encima otro hermoso balcón-galería. Esta no parece tener ático ni buhardilla, pero sí desván
Los chalets con terreno y jardín de L'Acerona dan paso a los edificios de pisos en Los Peruyales. En esta zona el plano de Fernando Casariego señala una "Huerta" y traza, a la izquierda, la "Avenida de Manuel A. Miranda", añadiendo debajo "en construcción". Seguidamente empezaría el "Mercado":
"Dado que el objeto del plano era exclusivamente de herramienta para fijar la distribución de las canalizaciones, el Ayuntamiento trató en 1929 con el arquitecto Mariano Marín para que éste redactase un plano de población donde quedase reflejado su futuro crecimiento. Es por esos años cuando Marín comienza a trabajar como arquitecto asesor del Municipio. El plano no fue realizado y Villaviciosa se quedó sin un plan de extensión como los realizados esos años para importantes ciudades españolas"
Y ahora dos edificios gemelos de los propietarios del antiguo barrio de Robledo, el de la Farmacia de Cristina García Villa y al otro lado, el de la calle Manuel Bedriñana. Detrás, esa parte del barrio ya fue sustituida en los años 1970 por bloques de viviendas
Siguiendo la calle, hallaremos alguna más de aquellas casas primigenias, siendo las más sustituidas por pisos de nuevo cuño. Por allí se adentrará el Camino en el casco más antiguo, la antigua pola intramuros, donde estuvo la Puerta del Mercáu Vieyu
Al fondo reconocemos el Ayuntamiento, construido en estos terrenos del Mercáu Vieyu tras pasar a ser de La Villa en 1892, cuando la parroquia de San Vicenti la Palma a la que pertenecían fue extinguida y una parte pasó a incorporarse a La Villa y otra a la vecina parroquia de Fuentes
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