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sábado, 8 de julio de 2023

LA VILLA, LA POLA DE MALIAYO (y 5) LA CAPILLINA LA TORRE Y EL PALACIO DE LA TORRE LA PEDRERA (VILLAVICIOSA, ASTURIAS)

 

La Capillina la Torre (Concepción de la Torre) y Palacio de los Peón o de la Torre la Pedrera

 Desde su misma fundación como Pola de Maliayo en 1270, población aforada y dependiente y protegida directamente por la Corona, Villaviciosa capital, La Villa, se vio no obstante sometida a los intereses feudales de la nobleza local terrateniente que, desde sus castillos en los campos circundantes, vino a establecerse a la naciente puebla, nuevo centro económico, social, político y administrativo de este territorio o alfoz, germen del actual concejo, con la idea de influir en las decisiones de sus cargos regidores y de justicia o, simplemente, ocuparlos. Para ello erigieron sus nuevas torres tanto dentro como fuera de la nueva población amurallada, controlando sus calles y accesos, tanto para protegerla como para sojuzgarla con sus partidarios, incluso prolongando en sus rúas las bandolerías y peleas entre linajes rivales enfrentados entre sí desde tiempos inmemoriales

Palacio de los Peón o de la Torre de la Pedrera (la Capillina la Torre está detrás)

Con el tiempo, aquellas frías y lúgubres torres, se transformaron en casonas. Ya no eran necesarias aspilleras ni saeteras pero las linajudas estirpes hacían ostentación de su presencia, influencia y poder con sus nuevos palacios de orgullosa heráldica en la ciudad hidalga. Una de esas estirpes, los Peón, originarios del valle villaviciosino de este nombre, llegaron a acaparar tanto poder que se discute si, en la práctica, Villaviciosa llegó a ser su señorío, pues su determinante en la naciente Pola de Maliayo comenzó desde que erigieron en el medievo una torre en el acceso a la Puerta'l Cañu, una de las dos principales de las cuatro que tuvo la puebla intramuros, situada al sur, a escasa distancia de la vecina parroquia de Amandi, en cuyos términos se fundó la Pola de Maliayo, lo que llevó también sus tiranteces, así como como con los dueños de no pocos de sus campos los cistercienses de Valdediós

Aquella Torre de la Pedrera, que sufrió incendio en 1558, se transformó en uno de aquellos soberbios palacios señoriales por obra y gracia del maestro Hernando de la Huerta en 1623, llegando a ser uno de los mejores conjuntos palaciales de la Asturias de su tiempo hasta tal punto que "es el prototipo del paso de las casas-torre medievales a los palacios urbanos, hecho que marcó posterior desarrollo de las villas y ciudades asturianas", como dice el arquitecto villaviciosino Juan José Pedrayes Obaya en su libro Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, que queremos recomendar


A este palacio llega el Camino, procedente de la iglesia de Santa María del Conceyu o de la Oliva, siguiendo por la calle Cavanilles lo que vendría a ser la ronde exterior de la muralla (saliendo de otra puerta, la Puerta del Puente o del Río, acceso al Puente Buetes o Güetes) del documentado como Callejón del Canto. Aquí cruzamos la calle Carmen y de momento sólo vemos la robusta y pétrea pared del muro norte, el lado más umbrío. El Camino sigue después a la derecha, desde donde veremos su gran fachada principal


Pero si antes de seguir a la derecha nos asomamos un momento a la izquierda podremos reconocer, detrás del palacio unos jardines, son los de la capilla palacial, la Capillina la Torre, joya del barroco asturiano, que merece la pena conocer, acercándonos a ella un instante


La Capilla de la Concepción de la Torre representa uno de los momentos de máximo poder de los Peón en Villaviciosa, cuando llegaron a ostentar cargos tanto civiles como religiosos, hasta tal punto que en base a su fundación, este lugar, una pequeña parte del arrabal de Fuera'l Cañu, crecido delante de la Puerta'l Cañu de la muralla, llegó a constituirse en parroquia independiente con el nombre del santuario, La Concepción de la Torre, no reintegrándose en La Villa hasta 1892



Su historia arranca en 1616 cuando fallece en Lima Gonzalo del Toral, pariente de los Peón, nacido en la parroquia de Samartín del Mar y que deja en testamento a "su alma por heredera" así como 5.500 pesos para que su hermano Toribio fundase capellanía en la citada parroquia (al otro lado de la Ría de Villaviciosa), nombrando a este y a sus descendientes patronos de la misma


Los hermanos de Gonzalo del Toral  dieron Poder a su primo Cosme de Peón Hevia, quien a su vez era hermano del mayorazgo de la Casa de Peón, Gonzalo de Peón Hevia, a recoger el dinero legado por Gonzalo del Toral cuando esta cantidad llegó a la Casa de Contratación de Sevilla en 1618. Entonces, el hijo de Gonzalo de Peón, Diego de Peón y Estrada, fue el primer capellán de la nueva capellanía. Su hijo bastardo, Juan de Peón, párroco de Arroes, fundó en 1652 aquí una nueva capellanía bajo la advocación de la Asunción, que es como también se conoce el santuario, que llegó a ser parroquial, Nuestra Señora de la Asunción de la Torre de la Pedrera


En 1623 Toribio del Toral solicita dispensa al Nuncio para el traslado de la capellanía de Samartín del Mar a La Torre la Pedrera, alegando que el templo original estaba en territorio despoblado (entonces en La Isla Monasteriu, en pleno estuario). La idea era traerla a este estratégico enclave al lado de una de las puertas de La Villa. Toribio hizo cesión del patronato al mayorazgo Gonzalo Peón, señor de la Casa de la Pedrera. Con el dinero Cosme de Peón Hevia rentó a los capellanes de la fundación y a su cargo pagó la construcción de esta nueva capilla que en testamento señaló haber costado 2.000 ducados


En octubre de ese mismo año de 1623, el maestro de cantería Hernando de la Huerta, escritura una Carta de Pago con Cosme de Peón por un anticipo que éste le dio para construir la obra de la Capilla «por lo que mandase Juan de Nabeda u otro arquitecto que para ello se nombrase» y de esta manera terminar las obras del palacio. La relación de Juan de Naveda con Cosme de Peón era que este tenía el cargo de Regidor de la ciudad de Oviedo mientras Naveda construía su nuevo Ayuntamiento, acabado un año antes, en 1622


Tras los correspondientes permisos y dispensas en 1632 estaba construido este nuevo santuario siguiendo los parámetros artísticos del arte barroco y el proyecto de Juan de Naveda. En 1667 la capilla pasa a ser hijuela de San Salvador de Fuentes y en 1888 de Santa María de Villaviciosa


Saqueada en la guerra civil, fue cerrada al culto aunque se acometieron obras de restauración hace unos años. Su planta, a manera de rectángulo alargado que tiende a la verticalidad, tiene una sola puerta de ingreso, decorada con molduras mixtilíneas barrocas. Más arriba en altura vemos un gran vano adintelado, enmarcado por molduras similares, y sobre ella está el escudo


 Remata la fachada les espadaña del campanario, de un solo ojo y con sus bolas herrerianas


Se dice que Juan de Naveda, arquitecto del estilo llamado Ducal o de Corte, siguió aquí el modelo de Francisco de Mora para el convento de Las Descalzas Reales de Valladolid, un estilo que nació como resultado de las obras del conjunto ducal de la villa de Lerma, donde Francisco trabajó con Fray Alberto de la Madre de DiosJuan Gómez de Mora (su sobrino) y otros. Fruto de ese trabajo y experiencia fue esta capilla de la Concepeción de la Torre, o la Capillina la Torre, entre otros monumentos


Pedrayes Obaya comenta que en Lerma "ocurrió lo mismo que ya había sucedido durante la construcción de El Escorial, la creación de una "norma", de un sistema compositivo que abarcó a las distintas actuaciones", el cual fue determinante para aplicarlo en otras construcciones, creando escuela: 
"El modelo utilizado fue el definido por Francisco de Mora en la iglesia de las Descalzas Reales de Valladolid hacia 1605 y en el Monasterio de Ntra. Señora de Belén (1601) en esa misma ciudad, edificios promovidos por el Duque de Lerma. Este modelo se desarrolló con la construcción de las obras llevadas a cabo desde 1604 a 1618 por el Duque en su villa de Lerma"

De ahí que se le llame a este estilo o modelo compositivo Arquitectura Ducal, o "clasicismo áulico", que se extenderá e influirá en otros arquitectos, como en Asturias con el trasmerano Juan de Naveda, quien lo plasmó en esta capilla, de la que Juan José Pedrayes Obaya afirma en su libro que su planta es idéntica a la que empleó Francisco de Mora en Las Descalzas Reales de Valladolid, excepto en la falta del sotacoro o espacio debajo del coro y que esta Capillina la Torre tiene capillas en el ábside
"En ella destaca una de las características más definitorias de las plantas de las iglesias de este estilo, el crucero atrofiado, que tanto en el modelo de Mora como en la capilla de Naveda, se reduce a la anchura de una pilastra.

Una variación que la capilla de la Torre introduce sobre la arquitectura Ducal es la situación de los altares colaterales que ocupan un lugar predominante en el crucero debido al carácter de la fundación de la iglesia y también a su escala reducida, que a pesar de su menor tamaño mantiene las mismas proporciones que las iglesias de Lerma. Todo ello produce que las puertas laterales de la capilla queden descentradas respecto al eje transversal del crucero 

En la fachada, muy gastado, el escudo familiar de los peón. A principios del siglo XIX se sabe que esta capilla tenía tres retablos, uno principal y otros dos colaterales idénticos, de los que de uno de ellos hay noticia ya en testamento de Cosme de Peón ante el escribano Gabriel González Valle que dice:
"Edifiqué e hice edificar a mi costa la dicha capilla junto a la casa de Peón, extramuros de la villa de Villaviciosa, en el cual edificio gasté y me costó dos mil ducados. Mando que si algo falta por acabar en el edificio y retablo se acabe a costa de mis bienes"

El erudito villaviciosino Francisco de Paula Caveda y Solares, que los conoció, da nuevos datos en su Descripción del concejo de Villaviciosa en particular, y de cada una de sus parroquias, dando detalle de su estilo clasicista que para Pedrayes Obaya pudo haber sido diseñado por el mismo Juan de Naveda, quien hizo de esta fachada su elemento más innovador al integrar la espadaña en el plano del alzado:
"Este se organiza con un orden gigante  al igual que las iglesias de Lerma, que ya habían abandonado la planitud de las Descalzas Reales de Valladolid y San José en Medina de Rioseco. Encima del orden gigante se coloca un segundo cuerpo que enmarca el escudo del patronazgo y la espadaña que se resuelve con aletones, frontón y bolas herrerianas. Esta fachada la podemos considerar como una evolución lógica de las fachadas Ducales; el primer ejemplo será Las Descalzas Reales, antes mencionadas, el segundo paso sería el monasterio de San Blas en Lerma, donde ya aparece el segundo cuerpo de la fachada, y la capilla de La Torre sería la tercera fase. Esta solución tuvo gran popularidad en Asturias; en 1660 se repitió en la capilla de San Pedrín, en la parroquia de Rozaes en el mismo concejo de Villaviciosa. (...)

Con Juan de Naveda aparece en Asturias  La Arquitectura Ducal o de Corte en su vertiente más depurada y con una cronología muy temprana, que deja obras de primera calidad: el ayuntamiento de Oviedo, la girola de la Catedral, el palacio de Villabona en Llanera y la capilla de la Concepción de la Torre en Villaviciosa (...).

La capilla de la Torre, demuestra una vez más, el método de trabajo delos canteros y arquitectos trasmeranos en Asturias, y humildemente aporta  a la arquitectura asturiana un ejempplo purista y precioso de la arquitectura Ducal de Lerma, que tanta importancia tuvo en el desarrollo del arte español del siglo XVII "


Desde la Capillina la Torre retomamos el Camino yendo de nuevo hacia el Palacio de los Peón o de la Torre de la Pedrera, torre esta que estuvo previamente en este lugar, a 200 metros más allá de lo que era el acceso principal a la villa amurallada, en la Puerta'l Cañu, comunicación de la población con el valle de Boides (Valdediós) y de ahí con el interior de Asturias (incluyendo su capital) y enlace con las vías de los puertos de la Cordillera Cantábrica, paso de la meseta


 En este lugar ese camino se cruzaba con el que rodeaba la muralla por su exterior por su lado oeste, desde Puente Buetes o Güetes, llamado en la documentación de época el callejon del Canto. De los restos de la torre, que se conservaron hasta los años 1940, se entresaca que no era una torre aislada sino una casa fuerte:
"Su situación estratégica permitía el control del acceso principal a la villa desde el interior del valle. Esto no indica claramente la situación social que se vivía en en el siglo XV, fecha probable de su construcción, cuando los clanes familiares establecieron una compleja malla de puntos de control que pervivió durante el Antiguo Régimen. (...)

El carácter autónomo, una veces análogo, otras contrapuesto del desarrollo urbano de esta torre frente al de la villa se mantuvo hasta la segunda mitad del siglo XIX. Ello fue debido a que de todo el proceso de lucha entre clanes familiares para conseguir el predominio, fue la familia Peón quien consiguió la hegemonía y la mantuvo hasta después del fin del Antiguo Régimen" 


Con el incendio de la casa-fuerte y posterior construcción del Palacio de los Peón no desapareció en antiguo edificio medieval hasta la posguerra españolo, cuando la antigua torre fue demolida y la puerta fortificada (dos torres circulares y una portada en arco de medio punto entre ellas) fue desarmada y trasladada al Palacio de Sorribes o del Marqués del Real Transporte, en cuya entrada se encuentra en nuestros días


Al lado del palacio pero al otro lado de la calle, hay otro edificio notable, pese a que sea muy posterior, el de los hermanos Ricardo y Casimiro Miyar, cuyos arquitectos fueron los prestigiosos arquitectos Francisco y Federico Somolinos Cuesta (Hermanos Somolinos)


Es de estilo ecléctico y se encuentra haciendo esquina entre la calle Carmen (antiguo Camín Rial de acceso por la Puerta'l Cañu y luego Carretera L'Infiestu) con la calle Cavanilles (antiguo callejón del Canto), ronda exterior occidental de la muralla o cerca, por entonces ya desaparecida (años de la década de 1920)


Los hermanos Miyar dieron a este antiguo solar del Prau los Morales, donde estaba la panera del párroco de Amandi, que hubo de ser retirada, un tratamiento similar al que las quintas indianas de por entonces, con plantaciones de árboles frutales y otras dependencias


Los Morales, antes Traslacerca (tras la muralla), fue comprado por estos hermanos a la familia Cavanilles a mediados de los 1920, e incluía unas viviendas obreras sitas en esta calle Carmen. Luego vendieron a los hermanos José y Bernardo Solís García la parte norte del prau, donde construyeron xu chalet El Encanto, del que hablamos en la correspondiente entrada de blog


A la izquierda, de la fachada norte, que mira al Campu la Capilla, pasamos a la occidental, que mira a este mismo cruce, hecha de mampostería, si bien este no es su aspecto original de estas paredes. En 1944 se instaló aquí la fabrica de Sidra Escanciador, fundada en 1914 en un llagar de Breceña. El palacio albergó sus oficinas y en la finca se habilitaron naves de maquinaria, transporte, almacenes y llagares, lo que supuso acometer serias reformas


Verdaderamente, el abandono del palacio por parte de los Peón empezó cuando trasladaron su casa principal de Villaviciosa al centro mismo de La Villa (luego Colegio San Francisco y ahora residencia), lo que sería el inicio del siguiente gran momento de esplendor de esta familia, el cual duraría hasta mucho después de las reformas liberales decimonónicas, cuando sus descendientes, los Cavanilles Peón, vendieron gran parte de su patrimonio familiar, lo que permitió una gran expansión urbana en La Villa y acometer diversas actuaciones para adecuarla. Leemos a Pedrayes una vez más:
"... la mayoría de las actuaciones en la trama urbana fueron realizadas en antiguas propiedades de los Peón. Este suceso fue decisivo para la entrada en la modernidad de la villa, al liquidar definitivamente la estructura de la propiedad del suelo en la ciudad hidalga"

El citado maestro de obras Hernando de la Huerta que trabajó en la capilla siguiendo el plano de Juan de Naveda parece haber sido también el encargado de construir el palacio. Estas son las pesquisas realizadas al respecto por Pedrayes Obaya:
"La escritura de Carta de Pago otorgada en Villaviciosa en 1623 por Hernando de la Huerta nos indica claramente que además de la construcción de la Capilla debería terminar, «la obra que faltaba en la casa del dho Cosme de Peón por los precios contenidos en la dcha escritura...» Podemos afirmar que la casa referida es el palacio de la Torre anexo a la capilla, ya que parte de la antigua torre se quemó en 1558 y además no hay referencias a ninguna otra casa de la familia Peón que se pueda datar por esas fechas, ya que la casa de la familia en la calle del Agua se construyó en la primera mitad del siglo XVIII, lo que llevó al abandono y semirruina del palacio de la Torre, según se indica en la «Descripción del concejo de Villaviciosa» realizado para el Diccionario Geográfico de Tomás López en 1785. Resulta, pues, claro que el edificio al que se hace referencia es el actual palacio de la Torre. Aunque de la Carta de Pago no se deduce que las trazas sean de Hernando de la Huerta, no es aventurado atribuirle las trazas del palacio, especialmente después de comprobarse su autoría en la construcción de la Capilla de los Vigiles en la Catedral de Oviedo (14). Es lástima que no se conserven en el archivo de la familia Cavanilles ni en el Archivo Histórico Provincial la escritura de Condiciones de las Obras de la Casa y Capilla, ya que nos sacaría de muchas dudas."

Aquí, dando entrada al patio del palacio. estuvo la puerta fortificada llevada a Sorribes. Enfrente están algunas de las instalaciones de Sidra Escanciador, en el número 1 de la actual calle Maximino Miyar


Y esta es la gran fachada principal del palacio, que es la que, aún también reformada, es la que mejor conserva su estructura original, si bien reformada, principalmente en lo relativo a sus voladizos y rejería


Está estructurado en dos alturas de siete huecos cada una, el material utilizado es la sillería y su cornisa es semejante a la utilizada en la capilla


Los huecos principales son los centrales y corresponden abajo a la portada, de arco de medio punto, así como, encima, al balcón principal


Esta portada recuerda, según Obaya, a la tribuna del Duque de Lerma en la iglesia de San Pablo de Valladolid


Justo encima, el balcón. Y sobre las ventanas de sus lados los escudos


Blasones del águila bicéfala imperial rememoran la estancia en Villaviciosa de Carlos de Gante, el futuro emperador Carlos I de España y V de Alemania en septiembre de 1517, pero no en este palacio, que aún faltaban más de cien años para que fuera construido, ni en la casa-torre de la Pedrera anterior a este, sino en el Palacio de los Hevia en la calle del Agua


El palacio y la capilla forman para Obaya uno de los mejores conjuntos palaciales de la primera mitad del siglo XVII en Asturias, y de confirmarse la autoría del Palacio a Hernando de la Huerta ratificaría a este arquitecto como el mejor continuador de la arquitectura clasicista en Asturias


A la derecha del palacio se extienden más naves de Sidra Escanciador. Tras su llegada procedente de Breceña llegó a producir hasta un millón de litros de sidra natural en poco tiempo, diversificando su producción y elaborando sidra champanizada, zumos de fruta y más tarde licores de futa y aguardientes de sidra, no dejando por ello de producir sidra natural, galardonada en 1997 como la Mejor Sidra Natural de Asturias en el certamen gijonés dedicado a este producto. Su gerente e impulsor en tiempos de ese y otros galardones, así como de la gran proyección de la empresa, Manuel Riera García, falleció en julio de 2022 con cien años de edad, e hijo del fundador, Constantino Riera, del que volveremos a hablar enseguida en relación con las industrias lácteas de Amandi


La actividad industrial del lugar viene en realidad desde tiempo atrás, aquí estuvo El Molín de la Torre o de la Torre la Pedrera, construido en 1802 sobre otro más antiguo por parte de Pedro Peón, dueño del lugar, con vistas a la fundación de una fábrica de algodón, cuyo promotor era el inglés Philemon Pickford, natural de Manchester, presentada por el propio Pedro Peón ante la Junta General del Principado:
"Pedro Peón  Heredia, diputado en la Junta, Juez Noble del concejo de Villaviciosa ese año, y mayorazgo de la familia Peñón estaba detrás de la oferta, pues fue él quien desarrolló esta cuestión ante la Junta, e instaló en Villaviciosa la fábrica, dirigiéndola en tal Pickford. 

Se pretendía una instalación de tamaño medio para la época (10 máquinas de hilar y  y 24 telares tradicionales con una ocupación de 50 a 60 personas). La ubicación en Villaviciosa se justificaba por su "inmediación al mar, equidad y abundancia de víveres, ríos, corrientes, molinos, gentes y corta distancia para traer los carbones de tierra necesarios, circunstancias coincidentes en todas las instalaciones de esta etapa proto-industrial donde la industria estaba sujeta a las fuentes de energía, y a las materias primas"

Aquella fábrica de algodones, antesala de la industrialización en el concejo, no terminó de cuajar pese a haberse puesto en marcha con ilusión. De esta forma lo comentaba pocos años después el historiador e ilustrado villaviciosino Francisco de Paula Caveda y Solares en su Descripción geográfica e histórica del concejo de Villaviciosa:
"Aunque cuando en la noticia del concejo en general tratando de las fábricas y manufacturas del concejo, hemos dado una idea de la Fábrica de algodones de Villaviciosa, y del brillante estado en que aún en sus principios nos prometíamos esperanzas muy felices por los buenos resultados, y preciosos aparatos que podían proporcionarlos, no obstante en este año 1807 en que escribo, hemos visto con dolor cambiarse el aspecto conque hemos pintado esta fábrica el año pasado, y vemos suspendidas todas sus operaciones y despedidos todos los oficiales por una mudanza que no podemos atinar, Sólo el Director inglés M. Pickford se ocupa al presente del blanqueo de las piezas que han salido de la fábrica naciente, y no sabemos en lo que vendrá a parar todo ello. Podrá ser tal vez que algún obstáculo momentáneo haya enervado la fuerza de este últil proyecto, y por lo mismo contaremos con este ramo, como si estuviera en vigor, para darle lugar en el siguiente estado.

Estado de Fábrica y manufacturas de la Parroquia de Villaviciosa.

Máquinas de hilar que componen 804 usos.....10
Telares de urdimbre...........................................6
Id. de punto........................................................2
Id. de lienzos caseros.........................................4
Molinos de agua.................................................1
Molares...............................................................6

El molino de agua (como lo son todos los del concejo, y acaso todos los de Asturias) tiene el nombre de molino de la torre, por tener su situación frente a la hijuela de Fuentes de este nombre, aunque está en el distrito de Villaviciosa. Cuando se hizo la nueva casa para Fábrica de Algodones, se mudó a ella el molino, o por mejor decir; la primea idea fue hacer un molino con cubos de piedra y nueva caída de agua, y una estancia espaciosa, para su más fácil y cómodo servicio. A esta idea siguió la de ampliar el edificio para mover con una sola rueda impelida por el agua todas las máquinas que debían servir para la fábrica, ahorrando los brazos que en ellas se empleaban. Se hizo toda la nueva casa con dois pisos, y muy capaz, más no llegó el caso de seguir con el pensamiento, sólo el molino se mudó, y de seis molares únicamente trabajan cuatro, y según se dice más hubiera adelantado todo su dueño en dejarlo con el desaliño que tenía en el antiguo sitio" 

Aquellas reformas llegaron a alarmar al Ayuntamiento pues Pedro Peón, además instalar unos hornillos para el blanqueo de telas, desvió las aguas encañadas de La Villa hacia una alberca,  lo que dio temor de que resultase dañada la conducción y disminuyese el caudal de la fuente. Si bien Pedro Peón consiguió la cesión del agua sobrante de la Fuente del Cañu la fábrica no prosperó


Más adelante, ya con la industrialización, el espacio a lo largo del Camín Real que se transformó en la nueva Carretera de L'Infiestu, actual AS-255a que aquí es la calle Maximino Miyar, se configuró tempranamente como una zona industrial bastante lineal, la cual se prolongaba hasta un buen tramo de la parroquia de Amandi, barrios como El Sur, San Xuan y La Parra, que formaron también pequeños núcleos urbanos en forma de calle


Aquí por ejemplo a nuestra derecha, en la antigua Ería la Torre, terrenos por entonces también de los Peón, donde ahora está la calle José Ballina Fernández, se instaló L'Azucarera, inaugurada en 1897 y que constituyó un intento de superación de las labores agropecuarias tradicionales basándose en la explotación de la remolacha azucarera que ya se estaba plantando con profusión en Asturias para su tratamiento industrial en las varias factorías azucareras fundadas en la época. Se trataba de un espacio comprendido entre esta carretera y la de Oviedo/Uviéu en la que seguía siendo primordial disponer del agua del Molín de la Torre:
"Este molino que ya hemos visto existía en el siglo XVIII, reedificado en varias ocasiones, nos muestra la persistencia del uso de ciertas espacios urbanos que perviven incluso a modificaciones totales del resto de la estructura urbana. La vocación industrial de estos terrenos continúa en la actualidad, tras la instalación en los antiguos terrenos ocupados por la Azucarera de una factoría de la empresa multinacional Nestlé y una fábrica de sidra gaseada, estando el cauce del molino en la actual en pleno rendimiento, como canal de refrigeración"

En diciembre de 1897 se iniciaron las primeras gestiones para su construcción tras nombrarse una junta que elaborase bases y reglamento de esta nueva sociedad azucarera, en la que estaban presentes renombrados industriales y profesionales:
"La reunión constituyente rebosaba entusiasmo e incluso hubo que reservar suscripciones para que inversores de los concejos de Caravia, Colunga y Cabranes pudiesen participar. La junta estaba dirigida por el ingeniero de minas Miguel Ramírez de la Sala, quien fue director de la Fábrica de Mieres y del Ferrocarril de Langreo, además formaban parte Antonio Fernández Pando, Manuel Cuesta Barredo, Antonio Cavanilles y Federici, Obdulio Fernández y José Blanco de la Viña. Todos, excepto Ramírez, Villaviciosinos"


Aquella antigua fábrica, de la que nada se conserva en el lugar en nuestros días, ocupaba 3.650 m² en un conjunto de naves de dos y tres alturas junto con varias instalaciones auxiliares, como las construidas en madera para manipular la materia prima y una altísima chimenea, alguna de cuyas dependencias se han comparado artísticamente con el edificio de oficinas de Sidra El Gaitero, que vimos muy bien desde lo alto al recorrer la parroquia de Carda:
"La implantación de la Azucarera en Villaviciosa fue un elemento dinamizador  del cambio económico, en mucho mayor grado que el resto de las empresas de la época. 

Incluso desde el punto de vista político, tan crispado en la Villaviciosa finisecular, este proyecto industrial sirvió de aglutinador de las más dispares ideologías.  Este fenómenos no fue exclusivo de Villaviciosa, se produjo en todos aquellos lugares donde fue instalada una azucarera, siendo este proceso un elemento definidor del fin de siglo asturiano. La expectativa de una rápida ganancia unió  a los diferentes sectores rivales

La cuestión que desde el principio se vio como fundamental fue la necesidad de garantizar un suministro de remolacha suficiente para el funcionamiento óptimo de la empresa. Esto pasaba por la sustitución del cultivo del maíz por la remolacha. Desde la prensa local y por la misma empresa se alentaba este cambio, llegando la "opinión" a publicar un folleto por capítulos donde se daban las instrucciones para su cultivo, haciendo estudios comparativos de las producciones de maíz, manzana y remolacha. Incluso la sociedad importó 5.000 fanegas de maíz para repartir entre los labradores que había suscrito contratos con el empresa, pagándolos éstos con la remolacha a recoger en la primera cosecha, ofreciendo además abonos químicos baratos

Pero la instalación de la Azucarera no  supuso un intento de cambio de la explotación del terrazgo, implicó una demanda mayor por parte de la sociedad villaviciosina del desarrollo de las infraestructuras del transporte tanto para facilitar la exportación del azúcar como apara acarrear la remolacha hasta la villa.

También la empresa realizó mejoras en el paseo de la Alameda, muy próximo a la fábrica, pues el Ayuntamiento acordó en 1900 destinar una persona parta su mantenimiento"

La primera zafra o cosecha de azúcar se realizó en la temprana fecha de 1899, pero la Azucarera de Villaviciosa "no pudo competir con la evolución de un mercado saturado que evolucionaba hacia fábricas de mayor tamaño que implicaban un mayor número de hectáreas plantadas por unidad de fábrica", afirma Fernández Obaya, llegando a realizarse 19 zafras, la última la de la temporada 1917-1918. En 1903 una comisión de inversores, con José Blanco de la Viña, el párroco de La Villa y el Marqués del Real Transporte entre otros, viaja a Madrid a entrevistarse con Alejandro Pidal y Mon, diputado del distrito de Villaviciosa, para evitar el cierre de la azucarera ante su falta de rentabilidad:
"Las gestiones tuvieron éxito, pues la empresa villaviciosina se adhirió a la naciente sociedad General Azucarera, constituida para racionalizar el sector.

En 1906 esta sociedad comunica al Ayuntamiento la necesidad de aumentar el número de días de bueyes plantados de remolacha para poder continuar la producción. Ese mismo año el Jefe de Cultivos de la Azucarera solicita al Ayuntamiento que construya un camino que una el barrio de Poreñu (parroquia de Celada) con la carretera de L'Infiestu, ya que los agricultores de esa zona se comprometen a plantar remolacha si se construye al camino. También los vecinos de las parroquias de La Marina villaviciosina argumentaron el mal estado de los caminos para trasladar la remolacha, acordando la Corporación ponerse en contacto con el diputado del distrito Alejandro Pidal para que gestionase la subasta de las obras de la nueva carretera entre Venta les Ranes, Tazones y El Puntal

Sin embargo la suerte estaba echada. La Azucarera cerró tras la zafra 1917-1918. En 1923 se intentó su reapertura, para entonces era necesario poner en producción 5.000 días de bueyes con los concejos de Villaviciosa, Cabranes y Colunga. Las gestiones no tuvieron éxito  al igual que un nuevo intento en 1930

Pocos años después comenzó el desmantelamiento de las naves. Durante la guerra civil algunas dependencias y el chalet del encargado se utilizaron como hospital de campaña, sirviendo posteriormente hasta el términoi de la Segunda Guerra Mundial de cuartel a un destacamento miliar. La chimenea fue demolida una lluviosa mañana de San Juan de 1941, la vivienda del encargado fue demolida en 1983 para dar paso a un bloque de viviendas"

Esta parte se han instalado sucesivas empresas lácteas, esta de la foto la de C.L.E.A. Industrias Lácteas, establecida en 2014 sobre otras anteriores. Al otro lado la actual Calle de la Azucarera guarda aún su recuerdo. En plena posguerra se instaló aquí la empresa de Productos Lácteos El Molinero, fundada por Maximino Riera al independizarse de su padre Laureano Riera, cuyas raíces arrancan al comienzo de la posguerra en La Venta les Ranes, parroquia villaviciosina de Castiellu (Les Mariñes), pero que a su vez proceden de la Mantequera Riera de su padre Constantino Riera en Breceña, también en Villaviciosa, fundador además de la empresa Sidra Escanciador, de la que acabamos de hablar


En 1963 la multinacional Nestlé compra El Molinero y de esta manera se establece en Asturias aprovechando estas instalaciones y su servicio de recogida. Su impacto y las primeras grandes guerras de mercado han sido estudiadas en La primera multinacional, Nestlé:


La factoría se extendía a ambos lados de la carretera y su gran torre del egrón, que dominó durante años el paisaje del lugar y que vemos en esta foto, fue derribada en 2019 cuando ya se había establecido, e ido a la vez, otra empresa, la Corporación Alimentaria Peñasanta (CAPSA), que había comprado la factoría en 1999 para dedicarla a postres lácteos y variedades de quesos


Su decisión de prescindir de la producción de quesos fundidos en lonchas y rallados para concentrarse en otros productos en los que era puntera, nata, mantequilla y leche, produjo su cierre en 2012, dado que ya arrastraba una gran disminución de carga de trabajo y empleos desde tiempo atrás. En 2014, como hemos dicho se establecía, pero a la derecha de la carretera, C.L.E.A. Industrias Lácteas, de esta manera daba la noticia Mariola Menéndez para La Nueva España a fecha 7 de noviembre:
"La actividad ha regresado a una parte de las antiguas instalaciones de Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) en Villaviciosa. Los operarios trabajan desde la semana pasada para crear una planta de pulverización de suero y un punto de recogida de leche. Según ha podido conocer LA NUEVA ESPAÑA, la empresa Clea Industrias Lácteas, de la que Alfonso Herrero Pérez (sobrino del empresario asturiano Blas Herrero) es administrador único, es la que volverá a abrir una de las instalaciones de la factoría que en su momento fue emblema del concejo. Este periódico trató de contactar ayer, infructuosamente, con los responsables de la compañía. Las intenciones de la empresa es inaugurar la planta en breve.
Clea, con sede en el polígono industrial Rábade de Lugo (Galicia), sólo ha comprado y pondrá en marcha el área que se encuentran en la parcela exterior que está frente al antiguo complejo fabril, en la parte derecha de la carretera (en sentido Cabranes). Anteriormente, aquí se elaboraban distintos tipos de queso (porciones, lonchas, rayado...). El resto del complejo de Capsa, de mayor tamaño, sigue con su proceso de desmantelamiento y retirada del material que hace años convirtió a esta factoría en uno de los motores económicos del municipio maliayés. De hecho, la noticia ha generado una gran expectación en la localidad. Son muchas las personas que desde que comenzaron las obras se informaron y empezaron a acercarse a las instalaciones para dejar su currículo con la intención de encontrar un puesto de trabajo. Algunos son antiguos empleados de la fábrica, otros de la extinta factoría de Chupa-Chus de Villamayor (Piloña) o vecinos de Villaviciosa que anhelan encontrar un empleo, tan escaso en tiempos de crisis. Por lo que no es de extrañar que la noticia haya corrido como la pólvora en el municipio y sea tan bien acogida por los maliayeses. 
Además de generar actividad económica en el concejo, la reapertura de la fábrica significa mucho más en Villaviciosa, donde el cierre de Capsa en abril de 2012 fue un duro batacazo para todos. Hasta finales de los 90 estuvo en manos de Nestlé, compañía que dio empleo a un número muy importante de maliayeses, que sintieron enormemente su cierre al dejar en el paro a varias familias. 
Además de Clea Industrias Lácteas, Alfonso Herrero Pérez figura como administrador único de otras dos empresas del sector: Industrias Lácteas del Cantábrico, S. A., y Lácteos Rábade, S. L. Su padre, Segundo Herrero Fernández, constituyó en agosto Central Lechera de Santander, S. L. Por lo que se trata de la tercera generación de una saga familiar vinculada a la industria de la leche, principalmente orientada a la recogida y distribución, no a la transformación, que inició el abuelo, también Segundo Herrero, en Siero. Alfonso Herrero Pérez posee, además, dos empresas de automoción: Autoavilés, S. A., y Automóviles Puente Azul, S. L. 
En Villaviciosa confían en que Clea Industrias Lácteas reactive en tiempos de crisis parte de la actividad económica perdida en el municipio. Actualmente, las fábricas de sidra El Gaitero y Mayador son las que más empleo generan en el concejo."

Otra muy importante industria láctea estaba un poco más al sur, en el barrio llamado precisamente El Sur, ya en la parroquia de Amandi, cuya iglesia parroquial de San Xuan es otro gran símbolo de Villaviciosa y del Camino. Prácticamente a sus pies estaba La Mantequera de Amandi, fundada en 1914 por Enrique Álvarez González para hacer quesos y mantecas en el lugar del antiguo Molín de la Luz, concesión de 1898 para producción electricidad al molino de José Rodríguez Ortiz


El Camino, que pronto dejará la carretera para adentrarse en el arbolado ribereño de L'Alameda, pasará al lado del edificio de esa antigua industria y al pie de la iglesia, que podremos visitar, pues es un hito del arte y de la historia. Su ábside, que podemos reconocer parcialmente en esta foto, ha sido llamado "la capilla Sixtina del arte románico en Asturias"


Durante los primeros años de existencia de la Pola de Maliayo, antes que se construyese el templo parroquial de Santa María del Conceyu, el vecindario aquí establecido aún tenía dependencia de esa iglesia, centro de una extensa parroquia que llegaba por aquí hasta La Ría y por tanto la nueva pola había sido fundada en terrenos de su demarcación. Aún en 1277 se diezmaba allí y existe la sospecha que tal vez una de las razones del desplazamiento de la naciente puebla unos metros más al este del Puente Buetes o Güetes donde se había estipulado obedeciese a algunos intereses de Amandi sobre las fértiles vegas del lugar o sobre el mismo puente y antiguo vado, avalado además por los monjes de Valdediós, dueños efectivos de la tierra y sus rentas, cuyo monasterio de Santa María se construyó a principios de la misma centuria del otorgamiento de la carta puebla por Alfonso X El Sabio en 1270



Cruzamos por el paso de cebra la calle Norberto de la Ballina, donde hay algunas viviendas unifamiliares tipo chalet, con su terreno y, más a la derecha y hasta la calle de Pedro Pidal Arroyo, los edificios de viviendas obreras de Les Colomines, construidos en 1957


Seguimos en la calle Maximino Miyar, parte de la Carretera L'Infiestu, inaugurada en 1862, y que aquí coincidiría más o menos con el trazado del más antiguo Camín Real


Ya en 1846 el Ayuntamiento de Villaviciosa había solicitado la construcción de esta carretera. En 1849, con motivo de unas obras en la canal del Molín de La Ferrería en Amandi, ya se estipulaba que por allí había de pasar la carretera, pero las obras no empezaban. Por fin en 1853 del Diputado a Cortes por el Distrito, José Agustín, Argüelles, comunicaba al Ayuntamiento que, previa solicitud suya, se destinaban por Real Orden del 27 de septiembre, 20.000 reales al mes para construir la carretera, si bien el consistorio manifestaba que no podría aportar nada, como le invitaba a hacer el diputado, dada su falta de fondos.


La mala situación económica del momento a nivel de toda España retrasaría aún más los trabajos, formándose en 1854 una comisión de los concejos afectados, reiterando la necesidad de esta nueva vía para "remediar la miseria que se experimenta en estos concejos debido a la escasez de cosechas". En 1856 se subastan las obras, que comienzan en 1857, llegando en 1858 a trabajar en sestaferia o trabajo comunal vecinos de varias parroquias cercanas, pero eso no evitó su paralización, que no se reanudó hasta la primavera de 1859, llegando en mayo de 1862 a La Torre, pidiendo el Ayuntamiento su prolongación hasta la Plaza de Fuera'l Cañu, siempre según datos de Villaviciosa de Asturias análisis urbano de Juan José Pedrayes Obaya


A nuestra izquierda, más allá de la explanada donde estaban las instalaciones de las industrial del margen izquierdo de la carretera, el Monte Cubera, monte totémico por excelencia sobre La Villa, montaña de olvidados castros ástures, de tesoros escondidos, y de aquelarres, llamados aquí la ofrenda'l diablu, siendo, según la tradición, uno de los lugares de Asturias donde estos se celebraban, junto con el cercano Monte Coroña, entre Cabranes y Nava, una ardina o encina en Peñamellera, o en La Veiga´l Palo al sur de Cangas del Narcea, ya en términos leoneses-lacianiegos. El investigador David Madrazo dice que no se sabe el lugar exacto del monte de estas fiestas brujeriles pero sí que existía una ruta piadosa por siete capillas para ahuyentar a les bruxes


 "Antaño cubierto de pastos y matorral que servían a los vecinos de las parroquias que lo rodean, abunda hoy en plantaciones de eucalipto", leemos en la Enciclopedia del Paisaje de Asturias, que sigue de esta manera:
"Además de lugar de esparcimiento de las gentes de la villa, capital del concejo, y extraordinario balcón sobre la misma, el valle y la ría, es un lugar lleno de mágicas connotaciones, abundante en cuevas que ocultaron aquelarres y tesoros que dejaron los moros, con la existencia de un gran lago en sus entrañas que vierte por todos los manantiales que lo circundan y en su superficie restos de asentamientos humanos de época castreña, y pequeños núcleos rurales que se asientan en sus laderas"

Uno de esos "pequeños núcleos rurales" de la falda del monte es San Vicenti, cabeza que fue de la parroquia de San Vicenti la Palma que llegaba hasta las murallas de Villaviciosa (arrabales del Mercáu Vieyu y Fuera'l Cañu). Suprimida en 1892, sus términos pasaron parte a La Villa y parte a la vecina parroquia de Fuentes, como es el caso de este pueblo, donde se conservan las ruinas de la que fue su parroquial


Se sabe que una antigua ruta arriera y caminera, también empleada por peregrinos, entraba en La Villa por aquí viniendo de Priesca por La Malena, la cual esquivaba pasar por Sebrayu, pues el antiguo Camino pasaba antaño por la orilla de La Ría y parece era propenso a inundarse con crecidas y grandes pleamares (mareones)


Ahí están la Casa los Barrenderos, en lo alto Casa Celsa, Casa Lola o Casa Luciano, Casa Luisa, Casa los Vitorinos o Casa María, entre otras. Dicho camino viene de la iglesia de San Salvador de Fuentes, joya de la transición del Arte Asturiano al románico (que no vemos desde aquí) por el lugar de El Muriel


En El Pedregal nace, en El Pedregal, La Riega del Mal Tiempu, que se dice debe su nombre a que solamente bajaba con agua abundante cuando hacía mal tiempo y de la que tanto hablábamos cuando recorríamos el Parque Ballina, hecho donde estuvo antaño El Molín del Mal Tiempu, que funcionaba con su agua. Esta riega, ahora subterránea desemboca en La Ría y, justo antes, era aprovechado por los curtidores para limpiar de pelos los pellejos de los animales, pasando a ser llamada El Pelambre en ese lugar, zona de expansión urbanística de La Villa


Un poco más cerca, la torre de la iglesia del antiguo monasterio de San Juan de Capistrano, fundado en el siglo XVII, asoma sobre las naves abandonadas, que cubre la hiedra, de una antigua industria sidrera. Este convento fue fundado por la propia Villa, colectivamente pero encabezados los vecinos por la Casa de Peón, dentro del esquema de valores del momento en el que el prestigio de las poblaciones estaba ligado al número de fundaciones religiosas existente en ellas. En Rara y curiosa historia de un Convento. Las Clarisas de Villaviciosa ( el de Santa Clara, también franciscano y fundado poco después poco más abajo de este), su autor, Francisco Pérez Rodríguez, lo cuenta así:
"Por el mes de enero de 1692, el Rd. y V. Padre Fray Francisco Salmerón, Predicador Apostólico, Comisario de las Misiones en estos reinos de España, y Morador del Colegio Seminario de N.P. San Francisco de Sahagún (León), dio una Misión en esta Villa y concejo de Villaviciosa; de la cual quedaron sus vecinos tan movidos y edificados, que solicitaron con vivas ansias la fundación de un Colegio-Seminario, en su territorio, a causa de la necesidad, que así como en él como en todo el Principado, reconocían del pasto espiritual de la Doctrina Cristiana y frecuencia de los santos Sacramentos, por falta de operarios y ministros evangélicos. Todo lo representaron a dicho Rdo. y V.P. Salmerón, para que les facilitase el logro de tan cristiano deseo"

Por ello, al haber sido fundado por interés mismo de la población no hubo las fricciones que, por ejemplo acontecieron desde el primer momento con el monasterio cisterciense de San Salvador de Valdediós, cuyo poder fue tal que llegaron a conseguir que el mismo rey que fundó la Pola de Maliayo, la declaración de otra puebla cercana hecha por él mismo en el mismo año de 1270, la Pola de Sariegu, en su antigua capital, Moral, en 1272, lo que parece debió ocasionar una grave conmoción entre sus habitantes


De todas maneras su primera sede no fue esta, sino el Hospital Sancti Spiritus al lado de la antigua parroquial de Santa María del Conceyu (después de la Oliva), donde tradicionalmente se acogía a pobres y peregrinos, primero por parte de los frailes de Valdediós y luego por el hospitalero y demás cargos nombrados por La Villa: 
"Desde el primer momento se observa el interés del grupo dirigente en la fundación. Poco después, en el mes de Marzo el Consistorio tras una exposición de Francisco Antonio de Peón Vigil (1661-1700), mayorazgo  por aquel entonces de la Casa de Peón, donde indicó la necesidad de fundar en Asturias un Seminario de Predicadores Misioneros "siendo la tierra muy áspera y así conviene mucho a las almas la dicha fundación por que se logre este deseo de explicar muy de ordinario el Santo Evangelio y la Doctrina cristiana, acuerda gestionar en Madrid las diferentes licencias para fundar el Seminario. Estas fueron concedidas ese mismo año, por lo que los frailes fundadores, Fr. Domingo de Castro y Fr. Francisco de San José pasaron a Villaviciosa, acomodándose en el hospital del Sancti-Spiritu donde permanecieron desde 1692 hasta 1699, año en que se terminó el edificio. Francisco Peón fue comisionado por el Ayuntamiento junto a otro regidor para administrar el dinero recogido para lograr la construcción del convento."

Sin embargo, aquel edificio de 1699 no reunía las condiciones necesarias de salubridad ni espacio, por lo que se construyó uno nuevo que ya estaba configurado como tal en 1734, cuando se acabó la iglesia del convento por parte del maestro de cantería José de la Iglesia. Otro periodo de obras aconteció entre 1780-81 para hacer un pórtico adosado al templo conventual y una fuente cerca de la cocina y, finalmente, otro trabajo, edificar al ala sur, la llamada "obra nueva", quedó sin terminar pues antes llegó la Desamortización de Mendizábal en 1836, cuando se suprimió el convento, los frailes fueron exclaustrados y la iglesia pasó a ser la nueva parroquial de La Villa


Otros edificios se trasladaron o se pensó trasladar a las demás dependencias conventuales, el mismo Ayuntamiento por ejemplo, aunque se vio incapaz de conseguir fondos para su mantenimiento, por lo que, unido a la relativa lejanía de la población, siguió celebrando sus plenos en la vieja sede de la calle Sol hasta que se construyó el actual, acabado en 1906 en la entonces Plaza de Pidal y hoy del Ayuntamiento (arrabal del Mercáu Vieyu, que fue de San Vicenti la Palma hasta poco antes)


También se pensó llevar a San Juan de Capistrano la cárcel, el Hospital Sancti Spiritu, o las escuelas, estas sí aquí establecidas, la de latinidad en 1854 y la de niños pocos años antes:
"las nuevas actividades que el nuevo Estado Liberal de mandaba se desplazaron todas hacia el edificio: Teatro, Hospital, Juzgado de Primera Instancia, Cárcel, cuartel de la Guardia Civil Oficina Telegráfica... aunque no todos llegaron a llevarse a efecto"

También se planteó reinstaurar el Seminario de Predicadores (tras nuevas misiones franciscanas) o hacer de él un cuartel militar para el acantonamiento del Batallón Provincial de Cangas de Onís cuando se le quiso traer a Villaviciosa. Se llegó a nombrar una comisión para estudiar la propuesta, reformas necesarias y su financiación y beneficios económicos para la población, por lo que se informó favorablemente. No obstante, una reunión pendiente y definitiva no llegó a celebrarse, sospechándose que la razón fue un cambio de planes por parte de las autoridades militares. Las dependencias de los monjes son hoy día el Centro Cultural San Juan de Capistrano y la iglesia la parroquial de la Anunciación, descrita por Beatriz Sirvent de esta manera:
"El actual templo parroquial de Santa María de la Anunciación (antigua iglesia de San Francisco) fue la iglesia de un antiguo convento franciscano (Convento-Seminario de padres misioneros de San Juan de Capristano), erigido en el antaño arrabal de fuera'l Cañu, que comenzó a edificarse en 1734, prolongándose la última parte de las obras (ala sur) más allá de 1836, año en que fueron exclaustrados los monjes a consecuencia de la Desamortización de Mendizábal. Las dependencias monásticas pasaron luego a desempeñar otras funciones; según Fermín Canella, se utilizaron como casa de Ayuntamiento, escuela, colegio de segunda enseñanza, teatro, hospital, sede de la Hacienda Nacional... La iglesia pasó a ser parroquial de Villaviciosa en 1838.

Las obras de erección de la iglesia conventual, que data de 1743, fueron dirigidas por el maestro cantero José de la Iglesia; su coste ascendió a 36.500 reales. Los materiales empleados son sillares regulares y mampuesto visto y revocado.

La iglesia es un gran inmueble, de sobrio aspecto al exterior, donde resalta la anexa torre campanario y el pórtico. La torre, un cuerpo de planta cuadrada que forma una L con el imafronte, tiene tres pisos provistos de vanos cerrados por arcos de medio punto, salvo los centrales, que son adintelados; es el único volumen destacado en altura; la fachada, en cambio, posee una marcada tendencia a la horizontalidad, que acentúa todavía más su pórtico, el cual se abre al exterior mediante arcada apoyada en gruesos pilares con los escudos del Instituto Franciscano y de España en sus enjutas.

Este templo presenta nave única de cuatro tramos cubiertos con bóveda de lunetos, así como un crucero bastante acusado en planta y una cabecera, los dos abovedados (bóveda de arista). En el costado norte de la nave se localizan dos capillas unidas a ella a través de una arquería de arco de medio punto sobre sillares. Una de esas capillas custodia el altar y la imagen a él dedicado de Nuestra Señora del Portal de Belén, Patrona de Villaviciosa."

En estos terrenos, todos antaño de la Casa de Peón, se configuró, en el siglo XVIII, un magnífico espacio arbolado, L'Alameda, justo al oeste de La Carbayera de Peón, magnífico bosque de robles, también propiedad de esta familia, que estaba a su izquierda pero más allá del antiguo Camín Rial que es hoy este tramo de carretera


Carretera que vamos a dejar para tomar a la derecha precisamente la dirección de L'Alameda, cuyo arbolado ya empezamos a ver desde aquí. A lo lejos, los altos de La Llomba cierran el valle de Boides o del Ríu Valdediós por el sur. Por él subirán los peregrinos que sigan la ruta ovetense, pero un poco más a la izquierda, en La Campa, paso a Sariegu y al valle del Nora

























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