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domingo, 9 de julio de 2023

L' ALAMEDA: EL PASEO FLUVIAL DE LA VILLA A AMANDI (VILLAVICIOSA, ASTURIAS) EL PALACIO DE LA MESADA Y EL VICEALCALDE DE PARÍS, HÉROE DE LA RESISTENCIA FRANCESA

 

La Ría desde el paseo de L'Alameda (Villaviciosa)

Saliendo del casco urbano de La Villa, la antigua Pola de Maliayo, capital del concejo de Villaviciosa, el Camino entra, luego de pasado el Palacio de los Peón y la Capillina la Torre, en un paraje natural de gran belleza,  a medio camino entre parque y bosque ribereño: L'Alameda, hermosa arboleda al lado de La Ría cuando esta empieza a configurarse, en la orilla del Ríu Llinares, hidrónimo que evidencia antiguas plantaciones de lino, río formado por los varios que se unen no muy lejos de aquí, para hacer este precioso estuario

Peregrinos en L'Alameda

Y L'Alameda es un bellísimo paseo fluvial, no muy largo pero sí verdaderamente hermoso, que recorre una encantadora vega entre árboles y pradería. Verdaderamente no puede haber mejor transición entre lo urbano y lo rural que en este plácido rincón que a todos impresiona, vengas a la hora que vengas y pases a la hora que pases

Les Colomines, dirigiéndonos a L'Alameda

Lo urbano acaba más o menos aquí, en Les Colomines, histórico barrio obrero de La Villa construido en 1957 para albergar a los trabajadores (y sus familias) de las factorías asentadas aquí, fábricas de lácteos, sidra, textiles y moliendas, cuyo origen industrial se conoce ya al menos desde el siglo XVIII en lo que es uno de los accesos más importantes de La Villa, el de la Puerta'l Cañu de su desaparecida muralla, que también fue además lugar de ferias y mercados

A nuestra izquierda, la antigua Carretera L'Infiestu, actual AS-255a y aquí calle Maximino Miyar, que empezó a trazarse hacia 1846, sustituyó a este antiguo Camín Rial que comunicaba Villaviciosa con el interior de Asturias, y de ahí, a través de los oportunos enlaces, con los puertos de la Cordillera Cantábrica, El Cordal, para salir a Castilla, como se daba popularmente a llamar a toda la meseta

En Les Colomines dejamos la calle-carretera para tomar a su derecha y en paralelo el Paseo de L'Alameda, cuyos árboles vemos ya desde aquí, al final de las últimas casas del barrio. Este ramal sería el que sigue más fielmente el trazado del antiguo Camín Rial, transformado en paseo ya en el siglo XVIII

A nuestra izquierda, al otro lado de la calle, el Colegio Público Maliayo, el cual viene a ser el sucesor de Les Escuelones, Les Escueles o Les Graduaes, el primer gran centro escolar público de La Villa, al lado de la iglesia de Santa María del Conceyu (luego de la Oliva), construida sobre el antiguo hospital de peregrinos Sancti Spiritus, que había pasado a ser cárcel, tal y como vimos al pasar por allí


Salida natural de La Villa hacia el sur, el Paseo de L'Alameda es punto de partida para rutas y excursiones por todo el contorno, tal que esta, la de los montes de Peña Cabrera, en la frontera con Cabranes, al sur del concejo (no confundir con CabraLes)

Les Colomines, dentro del esquema de valores sociales y arquitectónicos de la época, tiene casas de diferentes estilos. Estas son de planta baja y alineadas a lo largo del paseo, les sigue una más grande, más atrás son edificios de pisos. Entre ambas zonas se extiende la Plaza de Manuel Alonso

Les Colomines fue proclamado el Barrio más Guapo de Villaviciosa en el año 2012, así daba la noticia el periódico El Comercio a 12 de noviembre de ese año:

"La Asociación de Amigos de les Fiestes del Portal entregó anteayer al barrio de Les Colomines la placa 'Barrio más guapo de Villaviciosa 2012'. Todos los vecinos asistieron al acto que les declara 'calle más guapa de Villaviciosa'. La distinción fue entregada por Teresa Castiñeiras, presidenta del colectivo de Amigos de les Fiestes del Portal. Tamara Jove, en nombre de les Colomines, fue la encargada de recoger la distinción, que fue colocada en la plaza Manuel Alonso Rodríguez

El acto, alegre y emotivo, fue muy celebrado por los vecinos de les Colomines que resultaron ganadores del Concurso de Engalanamiento de Calles en las pasadas Fiestas del Portal. Llegaron a engalanar cada rincón de la calle, Juan Valdés Suardíaz, de cientos de hortensias, rosas, geranios, margaritas, enredaderas y claveles, verdes, azules y rojos. Fue un trabajo colectivo de todos, pequeños y mayores, que demuestra una vez más la unión y trabajo vecinal. El concejal de Cultura, Juan Ramón González, presente en el acto, felicitó a los vecinos, como buenos merecedores del premio, 'Barrio ejemplar de Villaviciosa'

La fiesta finalizó con una espicha a la que fueron invitados los vecinos de Les Colomines por Los amigos del Portal ."


El nombre del barrio se debe al de la empresa constructora, Corominas S.A., de Joaquim Corominas Llach, fundada en 1956 y que, sustituyéndose popularmente la R suave por la "L" dio en llamarse Les Colomines, como pasó en otros muchos lugares construidos por esta empresa en esa época, acabando la posguerra


El hito del Camino confirma que vamos en buena dirección. Justo antes del parque hay una explanada con aparcamientos. Los altos álamos, a lo lejos, son otra estupenda referencia visual para orientarnos


Pasamos junto a uno de los edificios de pisos y seguimos todo recto calle adelante. Este viene a ser el lugar donde dejaremos el casco urbano de La Villa, en la antigua Ería de la Torre, que pertenecía a la casa de Peón, propietaria de estos terrenos y de otros muchos dentro y fuera de la población, donde se construyeron estas casas y, tiempo antes, la Azucarera de Villaviciosa, de no muy larga vida, 1898 a 1918, pero que supuso un muy importante antecedente industrial en esta zona, a la que siguieron industrias lácteas y sidreras, por eso la construcción de estas casas obreras



La Torre se refiere a la antigua Torre de la Pedrera, una de las que controlaban el acceso a La Villa por la Puerta'l Cañu de la antigua muralla medieval, transformada por los Peón en palacio tras su incendio en 1558, del que hablábamos en la entrada de blog correspondiente al tramo anterior a este


Miguel González Pereda, Cronista Oficial de Villaviciosa, llama también a este lugar, ahora como vemos bastante urbanizado hasta llegar al parque, La Nozalera la Torre, "a la vera'l camín que diba a Amandi y La Parra", que es el que estamos siguiendo nosotros ahora, donde crecían abundantes nozales, nogales, que conformaban parte de extensos bosques que rodeaban La Villa



Uno de estos bosques sirvió de base para hacer este bello paseo de temprano origen dieciochesco, vinculado a otras arboledas de los alrededores que, siendo antaño propiedad de los Peón y demás hidalgos villaviciosinos, se hicieron lugares de esparcimiento para la vecindad. Habla de ello y bien el citado cronista en su artículo dedicado a esta alameda en la revista Friúz, titulado L'Alameda, el desaniciu d'un llugar secular d'esparcimientu y recréu de Villaviciosa, que traducimos libremente así:
"Pocas ciudades y villas pueden ponderarse de tener lugares verdes antes del siglo XIX. Los elementos vegetales que existían dentro de ellas eran, generalmente, porciones de viejos bosques, propiedades de casas solariegas, huertos de las iglesias y jardines de conventos, muchos de ellos desaparecidos con la Desamortización: el Campu San Francisco, propiedad de los frailes del convento franciscano de San Juan de Capistrano, es un claro ejemplo de ello en nuestra villa; el convento de Santa Clara sigue conservando su cerramiento de huerta y jardín; muchas de las casas hechas en las quadriellas (parcelas alargadas a manera de hazas sobre las que se construyeron las primeras casas de la entonces Pola de Maliayo en 1270) solían tener en la parte trasera un espacio verde, usado mayoritariamente como huerto.

Durante el Antiguo Régimen se aprovecharon también como lugares de esparcimiento y paseo las arboledas situadas alrededor de La Villa, fuera de la muralla, sobre los caminos de entrada: La Carbayera Peón, al pie del convento y sobre el camino que sube a Fuentes y las parroquias altas del sureste del concejo, en la que llegó a armarse una bolera para jugar los practicantes de este deporte y asiduos del lugar, y La Nozalera de la Torre, al lado del camino que iba a Amandi y La Parra (donde estuvieron instaladas la Azucarera y después otras industrias lácteas y donde se hicieron Les Colomines, el río y L'Alameda"

Al otro lado, del río, a nuestra derecha hay otra grande e importante arboleda, La Carbayera Sorribes, en la parroquia de Cazanes, donde está el Palacio del Marqués del Real Transporte, sobre Vega y Les Baragañes y cerca de Retremar, donde se abre el estuario


A nuestra izquierda, el bar La Alameda, con entrada también al otro lado por la carretera (calle Maximino Miyar). La Carbayera Peón estaba un poco más allá "propia de este linaje pero utilizada por el público para paseo y juego, pues en ella estaba instalada una bolera. Próxima a La Alameda, tenía una extensión de 60 días de bueyes (75.000 m² )", explica el arquitecto Juan José Pedrayes Obaya en su libro Villaviciosa de Asturias. Analisis urbano


El mismo autor resalta en su libro que uno de los caracteres urbanos de la ciudad-hidalga, en la que se habían asentado los linajes oriundos de diferentes partes del concejo, como forma de acercarse a los centros de decisión e influir en su gobierno, es la conformación de esta alameda dieciochesca, "El camino que unía la villa con Amandi, dadas las características paisajísticas del lugar que atravesaba, fue convertido en un delicioso paseo"


Esta parte es tradicionalmente conocida como Retromar por llegar a ella las aguas del mar en pleamares, retrocediendo en bajamares "antiguo mentidero", dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias en relación al antiguo lavadero existente, a donde se acudía a lavar la ropa y a por agua, lugar de espontánea y cotidiana reunión vecinal


Ya en el siglo XVIII este paseo disponía de mobiliario urbano, como lunetas o bancos corridos, toda una novedad en su momento, pues veíamos que era poco común aún en villas y ciudades, "La Alameda y la Carbayera de Peón constituyen la estructura "galante" de la ciudad hidalga. Su existencia en el siglo XVIII confirma a Villaviciosa como ejemplo de este estadio de ciudad, poco frecuente en la Asturias del Antiguo Régimen", afirma también Obaya


Es el ilustrado erudito e historiador villaviciosino Francisco de Paula Caveda y Solares quien nos ha dejado una buena reseña de este paseo empezando el siglo XIX en su Descripción geográfica e histórica del concejo de Villaviciosa. En ella figura su ubicación, características, arbolado y algo de aquel mobiliario del existente por entonces, en concreto las lunetas y una fuente ornamental:
"En la parte que tiene Villaviciosa en el arrabal de Fuera del Caño da principio la carretera y paseo que va a Amandi y Casquita, casi desde el arco que da entrada a La Villa .En el sitio de La Torre hay una luneta compartida en dos por medio de una abertura para dar paso a los carros y ganados, que tiene su situación a la derecha del camino. Sigue por la orilla del canal que va al molino (Molín de la Torre), situada a la misma derecha, que en medio de impedir en su orilla el plantío de árboles no deja de tener gracia en el terraplén y paredón que bañan las aguas. Desvíase la canal en una diagonal hacia la compuerta por donde traga el agua del río, y deja entre este y la carretera un espacio que, aunque no es de mucha anchura y ex-tensión, está plantado de varias filas de álamos a cordel, entre las que se forma un salón cuadrilongo alineado alternativamente de álamos y negrillos como los de AranjuezLa fila de árboles más próxima al río está alternada de espineras, y en todo el recinto se ven abedules y fresnos que hacen un bellísimo efecto. En me-dio de este espacio hay dos lunetas, a uno y otro lado de la carretera adorna-da por la parte del río con hermosos sauces de Babilonia. En el Pontigo de Retremar, donde remata este plantío, hay otras dos lunetas mucho más espaciosas y capaces también a uno y otro lado, y de allí sigue aún el paseo con filas de álamos hasta el sitio de Palacio, todo a la orilla del río. Aquí hay una fuente de cantería con dos caños de agua. Forma un cajón con tres fajas o pilastras, abrazadas por un corto cornisamiento, con dos pirámides sobre las de los lados y una tarjeta en medio”

Dice por su parte González Pereda que va a ser precisamente en el siglo XIX cuando, siguiendo los postulados del movimiento higienista, las zonas verdes pasan a ser consideradas necesarias para evitar enfermedades y mejorar la salud pública. La burguesía además hará de estos lugares seña de imagen social y ocio. Es entonces cuando el Ayuntamiento comienza a emplearlo como ornato para adecentar el interior urbano, plantándose árboles alineados y jardines en calles y paseos


En el caso de L'Alameda se plantarán los árboles que le darán nombre, líneas de álamos que fueron símbolo de estos arbolados paseos, imagen verde de una época preindustrial que se vio afectada, como prácticamente todas, por las presiones urbanísticas de los años cincuenta y sesenta del siglo XX


Y este es el río Linares que se hace ría en este lugar, cerca del histórico Puente Buetes o Güetes que fue fundamental para la fundación aquí de la Pola de Maliayo aprovechando un camino, o mejor dicho, encrucijada, y muy importante, de caminos preexistente, en los que se apoyó la población para nacer. Este puente que vemos desde aquí no es el de Güetes, que está en realidad más al norte (actualmente paso de la N-632), sino uno de los dispuestos sobre el río de un tiempo acá, comunicando con el paseo fluvial abierto en la otra orilla. Del curso del río de aquí al puente leemos en dicha Enciclopedia del Paisaje de Asturias:
"Si ría es hasta donde llega el agua de mar aquí comienza, pero no será hasta pasados los puentes donde cambia de nombre. Toca por esta parte las primeras urbanizaciones de la capital del municipio, pasa por debajo del Puentón y la carretera AS-113 y baña la vega de La Barquerina, que cosecha reconocida faba. Por aquí el río aminora su marcha y el valle se abre y se adorna con la cercana carbayera de Sorribes. Al llegar a Güetes, también Huetes y Buetes, tras casi 4 km de recorrido, pasa por debajo del puente del mismo nombre y la carretera N-632, donde comienza a llamarse Ría de Villaviciosa"

L'Alameda, que primero fue Nozalera se transformó, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, cuando lo describe Caveda, en un ejemplo claro de los paseos de la Ilustración con nuevos plantíos rectilíneos de álamos ornamentales, si bien se sabe que ya era un espacio de ocio y descanso de La Villa por lo menos desde 1770


Paseo ribereño del río Linares o Ríu Llinares, que nace un poco más al sur, en torno al Puente de Amandi, paso del Camino, de la unión de los ríos Valdediós, Sotu, Viacaba y Espadañal. Era llamado también río de Amandi y parece que el hidrónimo Linares lo tomó de La Ría, que aparece en documentación antigua como Ría de Linares. ahora Ría de Villaviciosa o simplemente La Ría


Al otro lado de La Ría, Les Baragañes, un topónimo que posiblemente tenga que ver con el terreno, tierra estrecha y alargada, a manera de hazas, medidas en varas para proceder a su reparto, como aquellas quadriellas medievales de la Pola de Maliayo


En Les Baragañes una gran finca entre La Ría y la carretera AS-267, se instaló en 1956 La Pomológica (Estación Pomológica), luego y desde 1985 Centro de Experimentación Agraria de Villaviciosa, de la que iremos viendo algunas de sus instalaciones, antecedentes del Servicio Regional de Investigación y desarrollo alimentario (SERIDA), cuya labor desde 1991 es la investigación agropecuaria, tal y como recogemos de su propia página:
"El SERIDA es un organismo público del Principado de Asturias con personalidad jurídica propia, creado mediante la Ley 5/1999, que tiene por finalidad contribuir a la modernización y mejora de las capacidades del sector agroalimentario regional mediante el impulso y ejecución de la investigación y el desarrollo tecnológico agroalimentario, a fin de conseguir una mejora de la productividad, la diversificación en el sector y la elevación de las rentas de los activos primarios.

Desde que el Gobierno del Principado de Asturias asumió las competencias en investigación agraria, éstas fueron gestionadas por la consejería competente en materia de agroalimentación, que actualmente es la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial. En esta consejería, dentro de la Dirección General de Desarrollo Rural e Industrias Agrarias, es el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) quien ejecuta los programas de investigación agraria y alimentaria."

L'Alameda es paraje bucólico y placentero pero también fue escenario de las disputas, casi continuas, entre los regidores de Villaviciosa (Conceyu, Ayuntamiento, Juez) y los frailes de Valdediós, las cuales empezaron prácticamente desde la misma carta puebla otorgada para fundar la población en 1270, supuestamente aforada frente a dependencias y vasallaje, hasta la Desamortización de Mendizábal cuando el monasterio fue extinguido y exclaustrada la Orden del Císter


El císter tenía muchos intereses en Villaviciosa, rentas y propiedades y especialmente en estas fértiles vegas, dentro de la parroquia de Amandi, en cuyos términos precisamente se fundó la pola, lo que siempre fue causa de tirantez. Mismamente una de las causas posibles de que la nueva población no se edificase en el mismo Puente Buetes, como estaba estipulado en la carta puebla, sino unos cientos de metros más al este, fue por alguna alegación monacal a un posible perjuicio, bien sobre derechos de paso por ese antiguo vado, o bien por ser tierras de buena producción agraria


No en vano en el siglo XIV la misma Pola de Maliayo, del antiguo territorio altomedieval de Maliayo, que ocupaba mayor extensión que el actual concejo, cambió su nombre a Villaviciosa (villa fértil) por esta fertilidad de sus tierras y valle. El topónimo se aplicó, se piensa, como manera de atraer el asentamiento de nuevos vecinos, y se aplicó a la villa y a todo el concejo, su bien la capital suele ser identificada como La Villa


Pues bien, dentro de aquella coyuntura de enfrentamientos con Valdediós, hay un documento de fecha cinco de febrero de 1801, donde el juez noble de la villa (cargo equivalente por entonces a alcalde), y varios regidores (concejales), dan parte ante el Real Tribunal de Justicia del Principado de lo acontecido aquí en esa misma jornada:
 “...al amanecer de él, los criados del Monasterio de Valdediós y lego donado de dicho convento, con carro y ganado, con hachas y los instrumentos necesarios habían fradado los álamos que este ayuntamiento tiene en el Retremar de Amandi y aunque dicho Sr. Juez luego que lo supo envió escribano y alguaciles para impedir el destrozo que dichos criados del Monasterio hacían, pero con la precipitación y prontitud que lo hicieron no pudieron impedir que lo hubiesen hecho ,pues cuando llegó el dicho escribano ya llevaban el carro cargado con el demozo de dichos álamo , los que embargó en el puente de San Juan de Amandi, conduciéndolos a dicho Monasterio y hecho cargo de todo el ayuntamiento y que dichos álamos hace más de veinte y treinta años y a expensas del público a vista faz y consentimiento del Monasterio de Valdediós para el servicio del paseo público, por ser camino real y que el ayuntamiento se aprovechó de las fradas ya para más plantío ya también para beneficiar al favor del pueblo, sin que en ningún tiempo haya habido la menor cuestión con dicho Monasterio, no la podía haber porque donde se halla dicho plantío sólo es de público y es en abertal, sirviendo sólo de paseo y recreo del público por lo que conoce el ayuntamiento que dicha frada manejada tal vez por orden del Abad haría una provocación notoria hecha a este ayunta-miento...” 

El Retremar de Amandi es, ya lo hemos dicho este lugar, a donde llega el mar en pleamares y que se considera que se forma ya La Ría, en términos de esta parroquia a la que vamos entrando siguiendo Camino


Es interesante la noticia de que este es espacio público y paso del camino real, por lo que el paseo, por entonces Paseo de Retremar, sigue el itinerario del viejo Camino que salía, o entraba, por la desaparecida muralla o cerca de la pola a través de la Puerta'l Cañu, el acceso más importante a la población


Camino de hojarasca, el follerón. Dado que el documento dice que había sido plantado por el Ayuntamiento hacía más de veinte y treinta años, esto nos da la fecha referida, de 1770 como posible adecuación como paseo de la arboleda fluvial preexistente, sino más atrás aún en al tiempo


Alfombra natural formada por hojas caídas. L'Alameda fue lugar también de celebración de fiestas populares hasta la primera mitad del siglo XX, dice el cronista de Villaviciosa, añadiendo:
 "Lugar apetecido por pescadores de caña, para los juegos de los niños, cucañas, paseo en chalana, asentamiento provisional de gitanos errantes en la posguerra y, bajo la cascada, el mentideru (lavadero)"

Lamenta hondamente Pereda el derribo en marzo de 2019 de la antigua presa del Molín de la Torre por parte de la Confederación Hidrográfica, vinculado desde el origen a la más temprana industria villaviciosina, viejo molino harinero que fue transformado, también a principios del siglo XIX, en algodonera:
"El parque de L'Alameda se separa en dos partes bien definidas, por un lado lo verde, el paseo de los grandes árboles, los desaparecidos negrillos, castaños de indias, pláganos, lloreos (laureles) y otros grandes árboles ornamentales. Por el otro el agua, el gran estanque que hacía la presa, que iba desde la cascada hasta el puentín de Retremar, Presa que fue restaurada y concebida, junto con la canaliega (el canal del molino) hace más de cuatro siglos, como el gran depósito de agua que movía el Molín de la Torre.

¿Este complejo hidráulico con más de cuatrocientos años de pasado, no merecía respeto y conservación?. Nadie, y menos un organismo del Estado debería destruir un bien común y cultural con la excusa de que no está catalogado. ¿Este organismo no debería de haber consultado al Ayuntamiento antes de meterse a hacer algo en un lugar público y urbano?

Nadie pueden entender el parque de L'Alameda sin una de sus dos partes, unidas hacían uno de los elementos paisajísticos más señalado y notorio de la Villa. Hoy, por causa del amaño, desconocimiento, prepotencia, satrapismo o todo junto, de la Confederación Hidrográfica del Norte de España, no podremos, ni las generaciones venideras, disfrutar de un espacio que, durante siglos, generaciones de villaviciosinos mantuvieron y conservaron para nosotros.

Los días 14-15 y 16 de marzo de 2019 fue destruida la presa de L'Alameda. Qué pena y qué vergüenza"

Ahora llegamos a un pequeño claro, donde a nuestra izquierda vemos la nave de Muebles Valle, que tiene entrada por el otro lado, por la calle Maximino Miyar, comunicada aquí con L'Alameda por un camino, donde están las escaleras


Estudiando la descripción de Caveda, el arquitecto Pedrayes Obaya sostiene que L'Alameda ya existiría muy posiblemente a mediados del siglo XVIII, siendo mejorada cuando en 1775 se amplió la calzada de la Puerta'l Cañu, para lo que, más atrás, fue preciso trasladar un hórreo próximo a la iglesia de La Torre (La Capillina la Torre o de la Concepción de la Torre) y en el río reformar su canal molinero


Dato importante es que fue el renombrado arquitecto saregano Francisco Pruneda Cañal el encargado del proyectar esta calzada por lo que es posible instalase también las lunetas del paseo e incluso señalar la disposición de parte del plantío, "para el recreo público y mejor servicio de la villa", como dice la documentación al respecto


"El paisaje es llano, amable y fértil por toda la vega de Amandi, y después del molín de Algara o de Aurelio, serpentea y riega los pastos y tierras del Centro de Experimentación Agraria", dice del curso del río en este tramo de L'Alameda la Enciclopedia del Paisaje de Asturias


Realmente el Camino será bastante llano hasta Casquita, al sur de Amandi y paso a la parroquia de Grases, donde se separarán el ramal ovetense y gijonés del Camino de Santiago del Norte o "Camino Francés que viene de Bayona" según documentación de tiempos de las peregrinaciones históricas


Al otro lado, entre el ramaje, en las antiguas instalaciones de La Pomológica, reconocemos los edificios del Instituto de Productos Lácteos de Asturias, inaugurado aquí en 1990. Esta es su presentación:
"El Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA) pertenece al Área de Ciencia y Tecnología de Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Fue inaugurado en abril de 1990 y está configurado como un Instituto Propio  con Patronato.El IPLA está ubicado en la finca experimental que el Principado de Asturias posee en Villaviciosa.

 La misión del IPLA es la generación de conocimiento a través de la investigación científica de calidad en Ciencia y  Tecnología de Productos Lácteos a fin de favorecer y/o mejorar la salud y bienestar de los consumidores, la competitividad  del CSIC en el Sector Agroalimentario y la transmisión de conocimiento a la sociedad y al sector productivo."

A mano izquierda nos acercamos a un grupo de casas, el barrio o lugar de El Sur, parroquia de Amandi. Etimológicamente parece recibir su nombre por estar al sur de La Villa, sin embargo el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, nos dice que "Le da el nombre un establecimiento hostelero", añadiendo, en datos del año 2000, cuando fue publicado:
"Está situado a una altura de 10 m junto al río Linares, por la parte conocida como La Alameda, parque natural del que han desaparecido recientemente numerosos ejemplares de olmos, y la carretera AS-255. Es de casas alineadas en calle y está próximo a la desaparecida fábrica de Amandi, de quesos y mantecas, y al antiguo lavadero. Tiene una población de 25 habitantes y su distancia a la capital es de 1 km."

Al otro lado de la carretera, a nuestra izquierda, vemos otra de las naves del SERIDA, la de la Granja de Samielles. Más allá es El Monte Cubera, hoy plantado de ocalitos en lo que fueron antes pastos y montes comunales, que dada su impronta de atalaya sobre La Villa, concejo y estuario ha dado nombre a la activa Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa Cubera , una gran institución villaviciosina. Por Samielles se extendía la Carbayera de Peón, de la que escribía Caveda...
"El terreno comprendido dentro de los límites que se han insinuado es bastante igual, y parte de él forma una hermosa porción de esta vega por la parte del monte de robles llamado carbayera de Peón que la domina hacia el Mediodía, y es un no pequeño ornamento de estos alrededores. Principia a elevarse un poco por la carbayera y está contigua a la de D. Bartolo y el prado de Samielles que las subsigue, hacen un terreno llano y espacioso, y en los dos montes tan frondoso, fresco y ameno que se puede poner al par de los bosques más deliciosos y pintorescos; y si a esto se añade la bella agua de la fuente de Fontpalombín, que tiene su asiento en una muy corta hondonada que hace el término del bosque, no deja de apetecer a los que por las tardes del verano van a pasearse, o a jugar a los bolos en una bolera hecha a propósito, o a jugar recostados a las sombras de unas altísimas hayas cuyas ramas cierran la entrada a los rayos del sol, y cuyos letreros cavados en las cortezas, recuerdan las apacibles diversiones de la Arcadia. Nada se pondera cuando se trata de la amenidad de este sitio"


Este es el pueblo de San Vicenti, extendido en su ladera oeste, antigua cabeza de la parroquia de San Vicenti la Palma, extinguida en 1892, cuando pasó, parte a la parroquia de Fuentes como es este el caso, y parte a La Villa, la parte más baja, arrabales del Mercáu Vieyu (Parque Vallina y Plaza del Güevu o del Ayuntamiento) y de Fuera'l Cañu y Prau del Cañu, con el solar de la imagen de la capilla de Santiago la Ballera


Dicha advocación jacobita revela la existencia de un viejo camino, empleado también por los peregrinos, que viene de Priesca por la zona interior oriental del concejo y va a San Vicenti por Fuentes, cuya iglesia parroquial de San Salvador, joya de la transición del Arte Asturiano al primer románico, no llegamos a ver por muy poco y es otra gran advocación romera, pues "quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor", se suele decir. Siguiendo esa ruta, no oficial y sin señalizar  pero sí estudiada, a la que se da en llamar el Camino Perdido, puede visitarse a los dos


No llegamos a ver la iglesia pero sí la enorme Cantera de Fuentes, en el lugar de Solapeña, reabierta y ampliada en 2010, la cual se ve desde gran distancia. Tal vez la maquinaria haya espantado a les xanes o ninfas que según mitológica tradición habitaban en las fuente del lugar de Irís, el pie de Los Cotaraxos, también en el Monte Cubera, o la de La Espina


Más abajo y más cerca nace La Riega San Palombín, a donde era costumbre subir desde La Villa a por su apreciada agua y a la que glosó de esta manera el poeta Enrique Pérez Álvarez:
Fuente de San Palombín, si mio corazón falara
Cuantes coses te diría, y al dicir non acabara,
Si falara la fontina, que de cosines contara,
Que de coses se sabrín, si aquel caleyín falara

Cerca de San Palombín está el barrio de Llavanderu, también parroquia de Fuentes, de donde era natural Mundo, Raimundo Collada García, prestigioso enólogo de Sidra El Gaitero que fue además concejal en Villaviciosa, veterano del movimiento cultural y vecinal de esta su parroquia y hasta donde llegaba en aquellos tiempos la Carbayera de Peón, que en la documentación para el Diccionario Geográfico de Tomás López aparece así citada:
"En los contornos de esta villa hay muchos árboles, praderías pumaradas, algunos nogales, álamos, castaños y carbayeras, en especial una inmediata que es bosque de robles y hayas para paseo público y juego, aunque es de un particular"

Medio tapadas por los árboles y entre cables pero las vemos, las antiguas Escuelas de Fuentes, grandioso edificio que hoy está dedicado a apartamentos turísticos y es una muestra de lo pobladas que estaban antaño las zonas rurales, acabadas en 1923 por el arquitecto Antonio Suardíaz, que seguidamente haría las Escuelas Graduadas de Villaviciosa, Les Graduaes o Les Escuelones. Estas de Fuentes fueron dirigidas por el Patronato Sierra Valdés, del que era fundadora su esposa


"Paseo de La Alameda, en el que sólo queda memoria de sus grandes olmos aniquilados recientemente por la grafiosis", comentaba de los desaparecidos árboles la Enciclopedia del Paisaje de Asturias, publicada en 2003. Las arboledas han sido repuestas y crecen nuevos ejemplares de carbayos y otras especies


Carbayos, con sus inconfundibles hojas dando sombra al Camino. Es posible que en el pasado, además de nozales o nogales hubiese habido avellanos, ablanos, algo que le llamó bastante la atención al inglés George Borrow, viajero políglota, vendedor de biblias que recorrió España entre 1836 y 1840, comisionado por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, para divulgar la Biblia protestante. Estuvo en Asturias, realizando lo que ahora llamaríamos el Camino de la Costa pero al revés, entrando por Castropol y saliendo por Colombres, entre septiembre y octubre de 1837. El día 5 de ese mes llegan a Villaviciosa y esto es lo que cuenta en su libro La Biblia en España, publicado tiempo después dandu cuenta de su viaje e impresiones:
«Entrada la tarde llegamos a Villaviciosa, ciudad pequeña y sucia, a ocho leguas de Oviedo, al borde de una ensenada que comunica con el golfo de Vizcaya. Suele llamarse a Villaviciosa la capital de las avellanas, por la inmensa cantidad de ese fruto que se cosecha en su término; la mayor parte se exporta a Inglaterra. Al acercarnos al pueblo dábamos alcance a numerosos carros de avellanas que llevaban la misma dirección que nosotros. Me dijeron que en la rada había anclados algunos barcos ingleses. Por extraño que parezca, y a pesar de hallarnos en la capital de las avellanas, nos fue muy difícil procurarnos un puñado de ellas para postre y más de la mitad de las que nos dieron estaban hueras. Los de la posada nos dijeron que como las avellanas eran para la exportación, no se les ocurría siquiera comerlas ni ofrecérselas a los huéspedes»

Ahora a la izquierda vemos, más allá de este prado y de la calle Maximino Miyar, el IES Víctor García de la Concha, cuyo origen data en el año 1968 con el nombre de Instituto Técnico Mixto, empezando las clases en el mes de noviembre con los primeros 117 alumnos de 1º de Bachillerato y 10 de 2º, al cargo de siete profesores de una plantilla de diez personas, dado que había tres operarios de personal administrativo y de servicios, todo ello con un presupuesto de 10.800 pesetas


En 1975 pasó a llamarse Instituto Nacional de Bachillerato y en 1977 se le incorporó una sección de Formación Profesional, que al principio dependió del gijonés IES Fernández Vallín. Seguimos su historia leyendo la página del propio instituto:
 "Con el paso del tiempo, en el año 1988, la sección generó la creación de un Instituto de Formación Profesional que trasladó sus dependencias en el curso 1990-91 al edificio nuevo (hoy Edificio B), pasando a denominarse Alfonso X el Sabio. Allí se impartían dos ciclos formativos: electricidad y administración. 
En esos momentos, comienzos de los noventa, había, pues, en Villaviciosa, dos Centros de enseñanzas medias que albergaban a cerca de 900 alumnos. Tras comprobar la Administración el declive demográfico que se avecinaba, definitivamente, en el año 1995, se decidió la fusión de ambos centros pasando a denominarse IES Villaviciosa. En él se podían cursar estudios de Educación Secundaria Obligatoria, de Bachillerato y de Formación Profesional, desaparecida esta última en los primeros años del nuevo milenio. 
En el año 2011 se decidió cambiar la denominación del centro pasando a llamarse IES Víctor García de la Concha, en honor al académico maliayo. Desde entonces mantiene la oferta de ESO y Bachillerato."

A nuestra derecha, crece frondosa la vegetación en la orilla. En los años 1803 y 1804, siendo el recitado Francisco de Paula Cavda y Solares elegido Juez Noble de Villaviciosa, se planteó mejorar el camino de comunicación con el interior de Asturias, para lo que se estimó necesario ocupar unos terrenos pertenecientes a los Peón en esta por entonces Nozalera de Retremar, ofreciéndoseles la permuta por otras propiedades en las rondas exteriores de la muralla y mejoras en la canaliega del molino


Esta propuesta de cambiar los terrenos de esta antigua nogalera por los de los caminos al pie de la muralla medieval supusieron, como dice Pedrayes Obaya, "el trueque de la muralla por paseo" y "la evolución de uno de los elementos de la villa hidalga: la Alameda"


La continuación de los caminos con empedrado y arbolado prolongó los ejes urbanos del camino a Colunga y de esta salida hacia el sur por Amandi


 A nuestra derecha y más allá del SERIDA, es posible podamos ver, entre el ramaje, La Carbayera Sorribes, en Cazanes, otro espacio natural de bosque autóctono de gran importancia, en la parroquia de Cazanes


"Morada de xanas, tierra de los elfos, vivienda de las hadas y duendecillos, refugio del Cuélebre, lugar clandestino de enamorados y alcagüete de amantes" lo define María Fernanda Campa en su artículo La Carbayera de Sorribes en la revista Cubera nº 7. de abril de 1986, una extensión de 15 hectáreas con más de 3.000 árboles que "constituye uno de los pilares ecológicos más importantes de la zona por contener exclusivamente especies autóctonas: castaño roble, olmo, etc.". Más cerca hay unos grandes árboles ornamentales exóticos, los del chalet Les Baragañes, al otro lado de la carretera AS-380, construido entre 1894 y 1902 para el indiano Antonio Fernández Pando, pero cuyo edificio no llegamos a ver desde aquí


La Carbayera Sorribes es parte de los inmensos bosques que los documentos del Asturorum Regnum localizaban en este antiguo Valle de Boides, donde se recogía el rey Alfonso III El Magno a manera de lugar de recreo y coto de caza. Esta carbayera inspiró  El Cantar del Cuquiellu de Ramón Rivero. con música de Renedo:
En el bosque de Sorribes
non vien el sol
abre el güeyu
ya fai días que se escucha
el cantarín del cuquiellu

Cantar que anuncia a la xente
faciéndola muy feliz.
Ye que se acerca el buen tiempu
nel que se siembra el maíz

Cu-cú cu-cú diz el cucu
que si nun nació el to maíz
pa San Xuan
la xente muera de risa
van llamate folgazán.

El cantarín del cuquiellu
pa les moces casaderes
ye rueda de la fortuna
que consulten muches veces

Por eso non bien lu oyen
dicen con miel en la boca
"Paxarín di cuántos años aún
me falten pa la mio boda"

Cu-cú cucú, die el cucu
entre la enramada.
Si la que pregunta ye una moza guapa
en cuanto que güelva
de servir al reu
el que te cortexa
te fará so muyer.

Pero si ye fea la moza
o sosa o vieya el gandúl
empieza pero non acaba
diciendo cu-cú cu-cú cu-cu.

Cú-cu cucú cucú

Estos barrios de la parroquia de Amandi crecieron a lo largo de la Carretera L'Infiestu (ahora AS-255a y aquí calle Maximino Miyar), inaugurada en 1862 tras no pocas vicisitudes


El Sur y su prolongación por L'Escorial y hasta El Palacio, San Xuan y La Parra viene a constituir un barrio lineal en el que se instalaron fábricas y talleres. En esta zona por ejemplo fue famoso El Llagar de la Madrera, procedente del pueblo de este nombre en la parroquia villaviciosina de Coru, en las laderas de Peñacabrera, al sur del concejo


El paseo es sumamente apacible, no hay mejor manera de empezar la jornada andariega aquellos peregrinos que han pernoctado en La Villa, Carda o Sebrayu, sólo por citar algunos lugares con albergues o alojamientos pensados para ellos


El río que es ría si seguimos el criterio que esta se e realidad allá donde le llega el agua del mar, tiene una buena y amplia descripción en el famoso Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, obra de Pascual Madoz y su buen número de colaboradores, publicada a mediados del siglo XIX y donde se le llama Amandi:
"AMANDI: r. en la prov. de Oviedo, part. jud. y ayunt. de Villaviciosa: se forma en el sitio de Balbucar, térm. de la parr. de Amandi, en donde se juntan los que bajan de Cabranes, part. del Infiesto, y de Sietes por la Vega; desde dicha confluencia toma propiamente el nombre de r. Amandi, fertilizando el terreno hasta la represa de Retromar, siguiendo por entre las felig. de Villaviciosa y Gazanes hasta Buetes, en donde toma el nombre de r. Linares, y va á perderse á la Rada del Puntal, despues de haber recorrido unos 7/4 de leg. desde su origen: tiene 4 puentes de piedra, uno en Balbucar, otro en Labares, otro en San Juan de Amandi sobre la carretera de Villaviciosa á Oviedo, y el otro en Buetes: el primero es ant., se halla en mal estado y sirve de paso para Villaviciosa, parr. de Lugás y conc, de Cabranes; el segundo se principió el año 40 y aun no está concluido, por no haber bastado el primer presupuesto que se les concedió para su construccion; es de un ojo, y sirve tambien de paso para Villaviciosa á Labares y parr., que están á la parte del mediodia de su sit.; el tercero es ant. de un arco, y se ignora la fecha de su construccion; á uno y otro lado del puente hace un repecho bastante embarazoso para los transeuntes: el cuarto y último, sit. en el camino de Villaviciosa á Gijon, es tambien ant., de dos ojos, buena construccion y medianamente conservado: sirve de paso para las felig. que se encuentran hácia la marina: el indicado r. en su mayor anchura tiene 7 varas, y de profundidad unos dos pies: prod.: truchas, anguilas y mugiles."


Seguimos viendo, entre las arboledas, La Carbayera Sorribes, e incluso asoman algunas casas de Cazanes, más allá de las naves del SERIDA. No llegamos a ver El Palaciu o Palacio Sorribes, del Marqués del Real Transporte, que sí veíamos desde otros puntos del Camino, como Carda. El lugar sirvió de cuartel a los batallones y la Academia de Artillería de Euskadi, en la Guerra Civil, nos cuenta María Fernández Campa en su artículo, añadiendo que "perteneció a los Peón y luego pasó al linaje de los Busto, cuando un descendiente de los Valdés de San Cucao de Llanera se casó con Isabel Busto se convirtió en Sr. Sorribas y dueño de la mitad del coto de Poreñu"


Este Camino cruzará el río un poco más al sur, entre los citados barrios de San Xuan y La Parra de esta misma parroquia de Amandi, con sus aguas funcionaron varios molinos y hasta una "fábrica de la luz" en El Palaciu, donde ahora está el edificio, abandonado, de la Mantequera de Amandi, que enseguida vamos a ver


Un gran edificio se alza a nuestra izquierda, sus altos y poderosos muros son testimonio de antiguas crecidas. Por aquí estaba antaño la conocida como la Casería del Furriel, y es que Amandi fue lugar de reputados tratantes de ganado, como este del que informa, en 1928, el libro El Progreso de Villaviciosa, del que son autores Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno:
"A este pueblo pertenece el popular tratante de ganados, D. Manuel Acebal, de crédito y renombre provincial cuyo apelativo "Maleta" es conocidísimo. Este ciudadano ejemplar por su pericia y honradez, es de admiración de todos. Ofrece en la vida activa de la lucha nacional, la nota sobresaliente de una memoria de prodigio, con la que sustituye, su carencia total de conocimientos de lectura y escritura. Como dato que le caracteriza, sépase que este hombre ha sabido comprar en una sola mañana más de 2.000 reses, a cada una de las cuales fijó precio de venta y a cuyos dueños pagó en el plazo de dos días, su importe, sin que para la operación interviniese otro auxilio que la memoria feliz de este hombre extraordinario.

¿Queréis otra prueba? Presentarle una res, decirle a que persona y a que pueblo pertenece; y rápidamente os dirá que la tal res es nieta de la vaca propiedad de Fulano, que le vendió Citano, en tanto y en tal sitio..... De estos ejemplares se da uno por siglo,. Al siglo nuestro pertenece "Maleta" modelo de negociante, de honradez, de padre y de abuelo..."

Al otro lado de estos robustos muros, en las casas que dan a la calle Maximino Miyar, hemos de decir que está el restaurante El Escorial, al que el historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías dedica uno de sus artículos en el apartado culinario Yantar del periódico El Comercio, publicado el 18-4-2018:
"Nos topamos con El Escorial, donde muere la larguísima calle Maximino Miyar; un Escorial pequeñín y entre urbano y aldeano, que la villa queda a vista de kilométrica recta, mientras la ría, delgadina por recién nacida, ya señala mareas. 
El nombre salió de la larga construcción de un taller que sufrió papeleos, permisos y otras vicisitudes antes de cambiarse a bar:un parto de los montes bautizado con humor. 
Por entonces, María Jesús, cuyo segundo apellido, el Parrondo tinetense, la familiariza con hosteleros de primer grado, trabajaba de ayudante de cocina, y Severino, su marido, en una maderera. Ambos vistieron por dentro El Escorial de arriero, que no de Herrera, con algunos platos esenciales:fabada, ternera, pixín. Hubo unos propietarios iniciales que propusieron a María Jesús y Severino compartir faenas;pronto se jubilaron y ellos asumieron toda responsabilidad, principalmente cocinar aquello que les da un concejo fértil y dadivoso, trátese de fabes, de quesos (el Varé y Los Caserinos andan por aquí), de pescados, de xatos y gochos, y de manzanas en pulpa o en sidra. 
Y caza. Hay sierras, breñas y biescas alrededor para que el corzo, el rebeco y el jabalí lleguen a la mesa rodeados de granxa o patatines. 
De caza, de fabes, de pote, de salsas y de pixín a la plancha saben mucho en este Escorial que no es el de Felipe II, pero sí el de los precitados María Jesús, la de Cezures, aldea bajo el zigzagueante puerto de La Espina, y de Severino el de Rozáes, aldea de allí mismo con muchos limonares que abril llena de brillantes y maduros frutos amarillos. 
Queda por citar la generación siguiente, la de Alejandro el hijo y Mercedes la esposa y nuera, dedicados a lo mismo que sus progenitores: lo que haga falta. 
Y en ese 'lo que haga falta' debemos incluir un señorial menú del día: el último domingo la fabada estaba de nota, la ensalada de cecina y queso refrescante, el entrecot (no olvide remarcar 'apenas hecho', pues la carne roxa merece que irrumpa muy roxa), el delicado lenguado meunière, y un arroz con leche ablucante. 
Y cachopos de jamón, de cecina, de la casa (con queso azul, jamón serrano, nueces, pimientos asados, champiñones y patatas), todos de dos palmos, y merluza a la cazuela y a la plancha,y carne guisada, y picaña amén de otros cortes parrilleros, y picadillo de caza con tortos, y pulpín con patatines y paellas marineras… 
Hay un aparcamiento frente a la fachada alta de piedra y la baja de obra, y una agradable terraza interior para aprovechar los momentos cálidos y secos de los ya largos días; y hay espacios amplios en el chigre, el comedor que cuelga cuadros de paisajes próximos, y el salón superior para afluencias y celebraciones. 
Amabilidad, precio excelente... Y sopas. Especialmente la de pescado y marisco. ¡Siempre nos olvidamos de las sopas, tan importantes y merecedoras de reivindicación! No en vano sus siete virtudes deben hacernos reflexionar para incorporarlas al cotidiano: económicas, el hambre quitan, sed dan poca, hacen dormir, digerir, nunca enfadan y ponen la cara colorada."

Pronto saldremos ya a la carretera por si quisiésemos dar cuenta de algunos de estos manjares de la tierra. Más allá hablaremos de algún establecimiento más, pues Amandi es un nombre que suena siempre a buena comida y por supuesto a sidra y llagares


Fue famoso antaño en Amandi por ejemplo el Llagar de Pinín, que elaboraba la sidra de este nombre, apodo de su dueño, Luciano Sierra. En la actualidad, por ejemplo, algo más al sur y a escasos metros del Camino, está Sidra Cortina, con Llagar, tienda y sidrería Casa Cortina. Hablaremos un poco más de esta empresa cuando lleguemos al barrio de San Xuan


Al fondo, aquella cuesta representa el final de nuestro delicioso paseo por L'Alameda, paso al barrio El Palaciu y a la Mantequera de Amandi, al pie de la iglesia parroquial, joya que es del románico asturiano y que, si estamos bien de tiempo y fuerzas, recomendaríamos visitar


Otro Caveda, e ilustrado villaviciosino, José Caveda y Nava, historiador y poeta decía "Amandi en cuyos placenteros cotos y poéticas laderas debió soñar y presentir Ovidio", mientras que los autores de Villaviciosa y su progreso escribían que Amandi "es a manera de un hermano mayor de Villaviciosa"


Sin duda se debe, como hemos dicho, a que en tiempos de su fundación como Pola de Maliayo esta se fundó y construyó en términos de esta parroquia, lo que hace vislumbrar ciertas tiranteces, al menos en los primeros tiempos, pues al menos en 1277 los vecinos de la nueva puebla aún tributaban a la iglesia de Amandi 


En un alto, sobre Les Baragañes, está La Mesada palacio que fue del vicealcalde de París, de origen asturiano, Manuel Díaz Ron, exiliado en Francia tras la Guerra Civil (su padre era concejal en Oviedo/Uviéu por Izquierda Republicana, fue héroe de la Resistencia en la II Guerra Mundial, haciendo posteriormente carrera como político y empresario, siendo considerado como una de las "ocho personas más influyentes de Francia" que dijo "soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiana"


Fallecido en París el 11 de noviembre de 2010, a los 86 años, palacio y finca de La Mesada (un millón de m²), fueron adquiridos posteriormente por el empresario José Antonio Díaz Carbajosa como yeguada-criadero de caballos y casería de vacas Asturiana de los Valles, de ahí el ganado que vemos pastando en la finca alrededor del palacio, de la prestigiosa Ganadería La Mesada, donde también se cría la autóctona Cabra Bermeya


En Bugre de Bugre de Tazones para el vicealcalde de París, la corresponsal de La Nueva España Mariola Menéndez narra algunas anécdotas de la vida de Díaz Ron cuando visitaba Villaviciosa y hace un resumen de su biografía:
"Un centollo y arroz con bugre (bogavante) eran las delicias culinarias que el que fuera vicealcalde de París, el recientemente fallecido Manuel Díaz Ron, no perdonaba cada vez que regresaba a la tierra de la que tuvo que exiliarse cuando estalló la Guerra Civil, acompañando a su padre, concejal en Oviedo de lzquierda Republicana.

Siempre hacía hueco para degustar estas delicias del mar regadas de buena sidra a orilla del Cantábrico, en el restaurante La Tortuga de Tazones, confiando en las manos expertas de Maribel Alonso. Para asegurarse mesa, no dudaba en reservarla con un mes o quince días de antelación. Siempre quería la misma (la número cuatro, la segunda de la izquierda) y silla (la primera mirando hacia la ventana), cuenta Maribel Alonso, quien lamenta profundamente la pérdida del que considera un hombre «excepcional».

A la cocinera a la que Manuel Díaz Ron (o Manolo, como le llamaban familiarmente en el restaurante tazonero) insistía en fletarle un avión para llevársela a París donde quería que le cocinara su arroz con bugre favorito le extrañó que una de las personas más influyentes del país galo hubiera faltado este año a su cita anual con Tazones. El haber formado parte en nueve ocasiones del jurado de los premios de Cooperación Internacional de la Fundación Príncipe de Asturias y ser uno de los pocos patronos de la entidad a título personal le traían en cada edición al Principado, ocasión que no dejaba escapar para degustar su menú de La Tortuga, siempre fiel a los mismos platos. Es más, acostumbraba a decirle a Maribel Alonso que cada vez se superaba con sus guisos. «Este año le eché de menos cuando los premios "Príncipe" porque su visita era casi una obligación cuando venía a Oviedo y siempre traía a gente. No sabía que estaba tan malín, me enteré después». Su mujer e hija también tuvieron la oportunidad de probar la sabrosa cocina de esta tazonera un verano.

Maribel Alonso apunta que antes de convertirse en uno de sus clientes más especiales -a lo que contribuyó que «era una buenísima persona» además de «sencillo y cariñoso»- le conocía porque su padre era natural de Villaviciosa y la familia tuvo un imponente caserón en la finca de La Mesada, en Amandi. La relación se afianzó cuando su ahijada, Patricia Alviz, amiga de la hija de Maribel Alonso, Patricia Collada, le llevó a La Tortuga a comer. En aquella visita de hace ya más de diez años se decidieron por el que iba a ser el menú habitual de una de las mayores fortunas de Francia en cada estancia en Tazones: centollo y arroz con bugre. Entonces aseguró que «en su vida había comido un arroz tan bueno», recuerda la cocinera, que agrega que el secreto está en emplear buena materia prima y añadir el bogavante vivo. Ese día, Maribel Alonso se ganó a quien posiblemente habrá sido uno de sus clientes más fieles y satisfechos. «Me enamoraste con este arroz», sentenció sin tapujos Díaz Ron. La cocinera, orgullosa y al mismo tiempo sorprendida, añade: «¡Mira que no habrá comido este hombre en buenos restaurantes!» Quizás esa sencillez que tanto destaca Alonso de Díaz Ron, a pesar de haber desarrollado una extraordinaria carrera profesional, fue lo que consiguió que se sintiera como en casa cuando entraba por la puerta de este restaurante de Tazones.

Era muy «entrañable y cariñoso». Por eso, esta experta cocinera ha lamentado tanto el fallecimiento, el 11 de noviembre, de quien se definía así: «Soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiano». Prueba de ello era el apego a sus propias raíces. De hecho, no sólo era asiduo a La Tortuga de Tazones, también eran habituales sus escapadas ovetenses a la zona de Santa Clara y Gascona, para saborear la buena sidra de su tierra."

Hemos de tomar nota, si bien Tazones puede quedar un tanto a desmano para el peregrino andarín, aquellos que encaminen sus pasos a la ovetense catedral de San Salvador podrán descubrir y conocer las citadas zonas gastronómico-sidreras de Gascona y Santa Clara, paso además del Camino Norte y del Camino Primitivo, respectivamente, en el casco urbano de la capital asturiana


Casas del barrio de El Palaciu, allí cuenta Caveda y Solares que hubo una obra pía o de caridad creada por un particular, de apellido Fariña, que murió sin descendencia, dedicada, según el esquema social del momento, a casar a las muchachas huérfanas parientes del fundador, aportándoles una renta anual de 25 ducados. Luego, al casarse, se les aportaban 100 ducados en razón de la dote


En El Palaciu fue célebre antaño El Estanco de Trina, uno de los establecimientos célebres que abrían sus puertas en la carretera, que aquí sigue siendo en realidad calle, entre casas a ambos lados hasta San Xuan y La Parra. También estaban el chigre de Pachu Collada, el Llagar de les Pachilines, talleres de carpintería, y más lugares y rincones que iremos viendo según hagamos camino


A nuestra izquierda, sigue el alto muro de piedra que protege las casas de posibles riadas, siendo esta su parte posterior pues la fachada principal y entrada dan a la calle


Unos grandes vanos enrejados se abren en el muro a manera de grandes ventanas que dan vista al paseo fluvial, en ellos crecen las flores y en la pared la hiedra


Estos son los apartamentos Paseo de La Alameda, en una casa tradicional soberbiamente restaurada


Desde aquí vemos el patio trasero y el pasillo, con salida a la calle, al fondo, acceso cerrado por portón también de verja


Acaba la cuesta y seguimos de frente, hacia la carretera y las casas


A la derecha, otra encantadora estampa de La Mesnada y su extensa finca: el palacio, los jardines, el arbolado, en medio una panerona y a la derecha una casa auxiliar, tal vez de personal de servicio, caseros, mantenimiento de la casería, etc. En Ría del Eo. Revista online del occidente astur, encontramos esta buena biografía de quien fuera su prestigioso dueño, Manuel Díaz Ron, que este medio extrae de la Fundación Princesa de Asturias:
"Nació en Abres (aldea del concejo o municipio asturiano de Vegadeo) en 1925 y se crió en Villaviciosa (Asturias), de donde era natural su padre. La guerra civil le obligó a refugiarse junto con su familia --su progenitor era concejal de Izquierda Republicana en Oviedo-- primero en Valencia, donde estaba el Gobierno republicano, luego en Barcelona y ya de una manera definitiva en Millau, ciudad del sur de Francia y capital del departamento de Aveyron, a la que llegó cuando tenía 14 años y de la que sería antes libertador al frente de los maquis y luego alcalde durante 18. 
A este militante del Partido Radical, del que llegó a ser vicepresidente, Jacques Chirac lo convenció para que fuera a París como alcalde adjunto, cargo que desempeñó, tras su paso por la alcaldía de Millou, desde 1983 hasta 2001, año en que dejó voluntariamente los puestos políticos. 
Díaz Ron, después de hacer estudios de Ingeniería en París, se embarcó en la aventura empresarial, llegando a crear un imperio de la construcción. 
A lo largo de su vida son numerosas las responsabilidades por él desempeñadas. Director de trabajos de la empresa Albaric (1950-1954), director general de la empresa Grès (1955-1957), presidente-director general de las empresas Gloriès (1962-1966) y de L'Européene d'Entreprises (desde 1957), administrador fundador de la Sociedad de Estudios Generales de Construcciones Industriales y Civiles (Segic), de la Sociedad de Estudios Generales para la Restauración, la Hostelería y el Comercio en las Autopistas Urbanas, de la Sociedad de Mantenimiento General y de Explotación (Segex), de la Urbana de Trabajos, y administrador de Cofiroute, vicepresidente de la Sociedad General de Empresas (1971-1977), administrador desde 1985 de la compañía aérea Euralair y de Electrobanque, presidente de la sociedad financiera Argirám (a partir de 1990), y de la Agencia Francesa de Turismo (Afit), administrador del Mercado Nacional de Rungis, miembro de la sección de expansión exterior y de cooperación del Consejo Económico y Social (1972-1973) y del comité director de los ayuntamientos de Francia. 
Administrador a partir de 1995 de la Fundación Nacional de la Francia Libre y de la Fundación Nacional de la Resistencia, vicepresidente de las Amitiés de la Résistance, miembro y vicepresidente del Círculo Republicano, Comendador de la Legión de Honor, había recibido la Cruz de Guerra 39-45. Perteneció a la Gran Logia Nacional Francesa y estuvo muy ligado a la Gran Logia de España. 
Díaz Ron, miembro del jurado de los premios Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, el 5 de junio de 2007 recibió en Oviedo (capital de su Asturias natal, tierra a la que viaja con frecuencia en las últimas décadas) la Encomienda de la Orden del Mérito Civil —una de las más altas distinciones en España— en reconocimiento a la labor realizada por él, en colaboración con la Embajada de España en París, facilitando la implantación de empresas españolas en Francia. 
Falleció en París el 11 de noviembre de 2010, a los 86 años de edad, siendo enterrado el día 16 del mismo mes en la capital francesa, concretamente en un pequeño cementerio del Trocadero, desde el que se ve la torre Eiffel. 
Poco antes de su muerte, según una publicación era una de las seis mayores fortunas de su amada Francia («soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiano»), así como una de las ocho personas más influyentes del país vecino en el mundo de la empresa y entre los partidos políticos de tendencia liberal conservadora."

También, con motivo de su fallecimiento, Javier Neira publica este artículo en La Nueva España:
"El empresario y político Manuel Díaz Ron, asturiano de Abres recriado en Francia, falleció en París el pasado jueves, a última hora de la noche, a los 86 años de edad. 
Exiliado siendo aún un niño, desarrolló en el país vecino que le acogió una extraordinaria carrera profesional, alcanzado la presidencia de empresas multinacionales y participando en primera línea en muchas actividades industriales, comerciales y agrícolas, al tiempo que realizaba una destacada labor política que le llevó a ser vicealcalde de París cuando el después presidente de la República Jacques Chirac era el alcalde de la capital francesa. 
Una reciente publicación consideraba a Díaz Ron como una de las ocho personas más influyentes de Francia por su peso en el mundo de la empresa -también se le consideraba como una de las seis mayores fortunas del país vecino- por su carisma dentro de las formaciones políticas de carácter liberal conservador y, quizá de forma especial, por su fuerte personalidad que le convertía aún, a su avanzada edad, en el consejero natural de las personas más destacadas de su país de adopción como, por ejemplo, el presidente Sarkozy. 
Enamorado de Asturias, tuvo hasta hace pocos años en Villaviciosa, de donde era su padre, una espléndida finca -de las mejores de la región- y siempre mantuvo un grupo de amigos que inevitablemente, en cuanto ponía un pie en Oviedo, arrastraba a beber sidra por la zona de Santa Clara o hasta la Gascona. Si de comer se trataba, a La Tortuga, en Tazones. 
En Asturias, citar a Manolo Ron era y es mencionar a la masonería. Efectivamente era masón y quizá porque en España aún las cosas son distintas a lo que ocurre en otros países europeos o americanos, si no chocaba al menos siempre se destacaba esa condición al referirse a él. Pertenecía a la Gran Logia Nacional Francesa, una obediencia regular, teísta, apolítica y liberal. Y también estaba muy vinculado a la Gran Logia de España, de iguales características. En todo caso, y contra algunas suposiciones que se llegaron a hacer, la masonería no influyó en su carrera política y profesional siquiera, sea porque se inició cuando ya había cumplido 50 años. 
Manuel Díaz Ron abandonó Asturias y España durante la Guerra Civil, acompañando a su padre que era concejal en Oviedo de Izquierda Republicana. Regresó años después y en 1960 tuvo que traer, al menos por unos días, a su padre porque «sencillamente se moría si no veía un poco Asturias». Una visita accidentada porque, como alguna vez contó, tuvieron una constante vigilancia de las fuerzas del orden. 
En Francia se enroló en la resistencia y llegó a ser un héroe nacional, liberó la ciudad de Millau de la que después fue alcalde y ya durante los años de paz desarrolló en Francia una labor multiempresarial en la construcción -incluso en Marbella, hasta que la dejó cuando empezaron a aflorar asuntos turbios- y la finanzas. Nunca se jubiló, hace aún muy pocos años participó en las frustradas conversaciones a tres para fusionar BNP Paribas -«el presidente es como mi hijo», declaró-, el primer banco galo, y Société Générale, el segundo banco, de la que era consejero. Fue alto directivo de Alstom y de ITT Europa. 
En 2007, el Rey le concedió la Encomienda de la Orden del Mérito Civil que le entregó el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, en un acto celebrado en Oviedo. «Tenía una gran personalidad, era muy inteligente y carismático» 
Blas Herrero; Empresario «Era un ejemplo de la elegancia del exilio español y asturiano, recuperó lazos» 
Antonio Trevín ;Delegado del Gobierno «Se sentía muy asturiano, era muy feliz entre nosotros» 
Director emérito de la Fundación Príncipe 
Cuando recibió la condecoración real recordó que «en mi época política me han llamado capitalista y bebedor de sangre, pero jamás oí a nadie llamarme extranjero por mi origen español. Francia tiene una fama chovinista que no es merecida. Soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiano». 
En sus frecuentes visitas a Asturias solía realizar una escala previa en Santander o Madrid para ver al financiero Emilio Botín y otra posterior en Santiago de Compostela para visitar a Manuel Fraga, al menos cuando era presidente de la Xunta de Galicia. 
En nueve ocasiones fue jurado de los premios de Cooperación Internacional de la Fundación Príncipe de Asturias. Era uno de los pocos patronos de la Fundación a título personal y no en representación de una firma o institución. 
En 2005 declaró a LA NUEVA ESPAÑA: «Zapatero es listo, no creo que se deje llevar por el romanticismo socialista». Un año después dijo: «Aquel sueño de hacer unos Estados Unidos de Europa está muerto». Y en 2008 afirmó: «Estamos pagando años y años de imprudencias y de falta de respeto al orden financiero internacional»


En este cruce de pasarelas seguimos pues de frente hacia El Palaciu. La antigua alameda debía seguir hasta las casas, pues Francisco de Paula Caveda y Solares se refiere así al camino hasta la famosa fuente allí existente, llamada con el nombre del barrio y también Fuente los Caños:
"... y de allí sigue aún el paseo con filas de álamos hasta el sitio de Palacio, todo a la orilla del río. Aquí hay una fuente con dos caños de agua. Forma un cajón con tres fajas o pilastras, abrazadas por un corto cornisamento, con dos pirámides sobre las de los lados, y una tarjeta en el medio..."


A nuestra izquierda, saliendo de El Sur, estaba el bar El Cepelu, que tenía llagar, antes llamado Gran Vía


Vistosos claveles rojos en las ventanas, intensa nota de color...



Y ya tenemos de frente está la antigua industria láctea de La Mantequera de Amandi, fundada en 1914 por Enrique Álvarez y González. Antes de la mantequera estaba aquí El Molín de la Luz, molino que producía corriente eléctrica, concesión de 1898 del alumbrado público de Villaviciosa a José Rodríguez Ortiz


Desde la Mantequera de Amandi seguiremos unos metros carretera adelante hasta llegar a San Xuan, barrio que toma su nombre de la advocación de la iglesia parroquial, maravilla de la historia y del arte medieval,  que podemos reconocer a lo lejos en lo alto del lugar de El Castañerín











































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