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martes, 27 de junio de 2023

CARDA Y UN GAITERO FAMOSO EN EL MUNDO ENTERO: EN LA ANTESALA DE LA VILLA (VILLAVICIOSA, ASTURIAS)


Tras entrar en la parroquia villaviciosina de Carda, los peregrinos bajan de la histórica Torre de Ayones hacia La Ría, viendo en lontananza, al otro lado del estuarios montes de Bedriñana y Cazanes, que la guardan por el oeste, con el monte Pelapotros (410 m), en medio de la foto, o La Cobertoria, a su izquierda, con El Picu Iyán (364 m), a su izquierda. Por sus laderas su verde campiña, plagada en gran parte de eucaliptales, aparece salpicada de casitas blancas de sus barrios y lugares, conformando una muy bella estampa de ensueño

Pero en este lugar, situado poco más de dos kilómetros del casco urbano de Villaviciosa, La Villa, capital del concejo, es muy posible que les llame la atención una gran factoría con naves, edificios y la emblemática chimenea de la antigua maquinaria de su propia fábrica de botellas: se trata de la renombrada Sidra El Gaitero, cuyo conocidísimo lema es "famosa en el mundo entero", que se extiende entre la orilla de La Ría y la carretera N-632, en el antiguo Porréu de La Espuncia, pólder ganado a La Ría y sus marismas, donde esta empresa tenía embarcadero, llevando su producción en gabarras a través del estuario hasta el puerto de El Puntal, donde era embarcado para su comercialización

La Ría tuvo una actividad portuaria cuyo origen se hunde en las profundidades del tiempo, en la misma prehistoria, abrigo de buques y vía comercial de suma importancia. Por ello, alrededor de la misma, surgió, ya desde el siglo XVIII pero aún más en el XIX y el XX, una incipiente industrialización, de la que tenemos un ejemplo más en la ribera izquierda y que vemos desde el Camino a la derecha de la gran nave de El Gaitero El Calieru, en Bedriñana, también con su embarcadero

Es El Calieru, antiguo horno industrial de cal, que destaca con su clásica estampa de naves de tejado a dos aguas, justo al lado del cruce entre la Carretera Tazones (VV-5) y la Carretera del Gobernador (AS-256), que asoma un poco a su derecha y donde estuvo La Teyera los Jacintos, una tejera (hoy diríamos cerámica) donde fabricaban tejas y ladrillos unos famosos teyeros llaniscos o tamargos que, con un novedoso sistema originario de Llanes, cocían en su horno a un tiempo piedra caliza y barro

El Calieru fue especialmente célebre en Villaviciosa porque tenía además llagar de sidra y baile. Su proximidad a la factoría y su embarcadero, que vemos desde aquí, hizo que fuese sede del Club de Piragüas de Villaviciosa-El Gaitero, uno de los equipos deportivos patrocinado por la empresa. Otra cosa es que la los trabajos de rehabilitación sean una constante polémica que se lleva arrastrando varios años, aduciendo el Ayuntamiento de Villaviciosa, que se negó en 2022 a firmar el acta de recepción, que la empresa adjudicataria no se ajustó en su trabajo a lo estipulado en la modificación del proyecto

Una gran finca de pumaraes de manzano de sidra se extiende entre el Camino y la carretera, conformando una bellísima estampa, sobre todo en primavera con los árboles en flor, que así describe el escritor Pablo Antón Marín Estrada en El Comercio del 17-6-2016 con el artículo En el corazón del llagar:

"La flor blanca del manzano aún se deja ver estos días en las pomaradas del país. Es una flor delicada y de existencia efímera: apenas vive una semana. En los llagares, tras haberse espichado la sidra nueva, es el tiempo del embotellado y corchado. Después del verano, entre setiembre y primeros de noviembre, llegará la cosecha y la mayanza para volver a iniciarse el proceso de elaboración de nuestra bebida más popular. En el mundo globalizado y urgente del siglo XXI el calendario de la sidra sigue fiel a la hoja de ruta cíclica de la cultura campesina asturiana. Para quienes nos visitan, el caldo de la manzana es sin duda uno de los mayores atractivos turísticos que le ofrece su estancia en nuestra comunidad. Las empresas llagareras y cosecheras han visto en ese interés de los visitantes del Principado una nueva manera de difundir el producto desde el conocimiento de su proceso de elaboración y del entorno en el que se cultiva su materia prima. La iniciativa tiene ya nombre acuñado: sidraturismo."


Y esta es una imagen de la pumarada ya pasado el verano y cuando se acerca la época de pañar y mayar. Esto es, recoger y luego machacar para conseguir el primer mosto, la sidra del duernu, la sidra dulce: los árboles están repletos de manzanas que serán la materia prima de esta empresa fundada en 1890 por los hermanos Eladio y Alberto Valle unidos a los industriales Bernardo de la Ballina y Ángel Fernández. Este es el resumen de su historia en Wikipedia:
"El origen de la compañía se remonta al siglo XIX, cuando la demanda creciente de sidra hace que los comerciantes burgueses locales de Villaviciosa empiecen a exportar la producción a las colonias españolas y América. En 1888 Alberto del Valle adquiere maquinaria francesa para el proceso de carbonatación de la sidra, que supone un impulso para la industria local.

El 24 de mayo de 1890 los hermanos Alberto y Eladio del Valle, y los comerciantes Ángel Fernández y Bernardo de la Ballina, constituían la sociedad regular colectiva "Valle, Ballina y Fernández", dedicada a la fabricación, venta y exportación de sidra espumosa. La compañía adoptó el nombre de "El Gaitero" sobre la base de una pintura de José Fernández-Cuevas datada en 1886. En 1895 Eladio y Ángel ceden sus participaciones a Obdulio Fernández, que centralizó la producción, fomentó el uso de la publicidad, y ordenó la construcción de una fábrica de botellas consolidando así la compañía.

El Gaitero se vio afectada por la muerte de Obdulio en 1927 y la situación política, tanto de España como de Sudamérica. En 1944 llega a la presidencia José Cardín, que permanecerá hasta su muerte en 1992, y con el mercado americano descartado se realizan esfuerzos para tratar de consolidarse en el nacional, con la renovación de maquinaria, el aumento de las bodegas y el comienzo de una fuerte campaña publicitaria. Además se fue aumentando su cuota de mercado mediante la adquisición de empresas locales dedicadas a otros sectores comerciales.

En la actualidad la empresa continúa como una de las líderes en el mercado."


Y así se ven los pumares o manzanos en invierno y durante la primera parte de la primavera, si hojas y antes de la floración. La empresa se instaló primeramente en La Villa, pero pronto vinieron al Porréu de La Espuncia (antigua marisma ganada al estuario en 1860), aquellos fueron sus primeros pasos, según podemos leer en la página de El Gaitero en su apartado de Historia:
"Será en 1888 cuando los hermanos Alberto y Eladio del Valle, financiados por Bernardo de la Ballina y Ángel Fernández, adquieran la maquinaria necesaria para dar comienzo a la “champanización” de la sidra en el Concejo de Villaviciosa.

Un año después, el 24 de mayo de 1890, la empresa Valle, Ballina y Fernández se pone en marcha. Éste es el principio de una larga y fructífera historia: la de la sidra El Gaitero, que comienza con un éxito rotundo tanto en la Península y como en América.

Las grandes inversiones y el despegue de El Gaitero

En 1895, Eladio del Valle y Ángel Fernández abandonan la sociedad y transfieren sus derechos a Obdulio Fernández Pando (1858-1927), natural de la parroquia de Cazanes en el concejo de Villaviciosa. Gracias a él, y a su dilatada experiencia empresarial procedente de Acapulco, la empresa vivirá la primera de sus grandes transformaciones.

Tras su primer año de trabajo, Obdulio Fernández apuesta por dar un giro y decide adquirir los terrenos de La Espuncia. Con ellos, la empresa consigue tener una ubicación estratégica junto a la ría y favorece el transporte en barco del producto terminado y la salida a los puertos de Gijón, Santander y Pasajes.

A finales del siglo XIX, con la llegada de Obdulio Fernández, la empresa vive su primera época dorada: logra una ubicación estratégica en La Espuncia, y consigue que la sidra El Gaitero se conozca en el mundo entero

En 1900 los socios de Valle, Ballina y Fernández invierten y apuestan por centralizar la producción de El Gaitero -que hasta entonces estaba dispersa en almacenes y llagares por toda Villaviciosa-, en un solo lugar, La Espuncia. Una estrategia que refuerzan años después, en 1915, con la construcción de su propia fábrica de botellas, ante los problemas de abastecimiento de vidrio. La actividad de esta fábrica cesaría años después, aunque todavía hoy se conserva su chimenea como un emblema de desarrollo de la empresa.

En esta época, y de la mano de El Gaitero, la sidra empezaba a ser conocida fuera de las fronteras asturianas, gracias a la gran inversión publicitaria de Obdulio Fernández. Carteles en puntos de venta, material fílmico e incluso algunas de las primeras piezas publicitarias radiofónicas de la historia de España fueron parte del material acuñado con la marca ‘El Gaitero’."

Era tal la cantidad de emigrantes asturianos en ultramar que se buscaba un método para hacerles llegar la sidra sin que perdiese su esencia con la larga travesía en barco. De esta manera se imitó como solución el proceso champanizador, gasificándola:

"El nuevo comercio con las Américas obliga a la industria asturiana a idear la manera de conservar la sidra en óptimas condiciones durante su viaje a través del mar. Llega entonces un descubrimiento, que tiene su verdadero origen en el ámbito médico de aguas medicinales y en el farmacéutico: la máquina champanizadora. Esta nueva herramienta, que genera la burbuja carbonatada de la sidra y la conserva para su consumo, permitirá llevar a los emigrantes asturianos el sabor de su tierra."

Sus características burbujas pasaron a ser todo un símbolo, tanto es así que, fuera de Asturias y entre la gente no conocedora de la sidra, la que entienden como tal es la aquí llamada sidra xampanada (achampanada), para diferenciarla de la llamada oficialmente sidra natural o como también se dice "la de escanciar". Seguimos aprendiendo de su historia...

"La apertura en América

Dos "ingredientes" sociales fueron claves en el origen y devenir de la sidra El Gaitero y de la industria sidrera de Villaviciosa: la habilitación del puerto de Gijón en el siglo XVIII para el comercio marítimo –con lo que eso suponía de apertura hacia el nuevo continente americano- y la emigración de españoles a América en el siglo XIX en busca de prosperidad y futuro.

A todo ello se unieron también los deseos de progreso de una generación ilustrada asturiana que apostó en ese momento por los plantíos de manzanos (pomaradas) y por la industrialización de la zona como motor económico de Asturias. Y el resultado no pudo ser mejor: la tradición del consumo de sidra atravesó el Atlántico junto con aquellos indianos emigrantes.

El Gaitero se convierte en el siglo XIX en el cordón umbilical de los ‘indianos’, emigrantes asturianos que residían en América, con su Asturias natal, con sus costumbres y sus recuerdos

Entre todos ellos, los que emigraron en busca de sueños y los que se quedaron en España tratando de progresar, crearon la situación idónea para el nacimiento de El Gaitero. 
A la par, los cambios sociales también ayudaron, con unas zonas rurales que fueron adquiriendo poco a poco costumbres metropolitanas y llenando las tascas y los chigres (lugares típicos asturianos para el consumo de la sidra) que habían estado vacías hasta 1850."

En Los Fernández, una familia empresaria, El Gaitero dedica un artículo especial a esta saga, cuya vocación ya venía desde mucho tiempo atrás:

"La emigración a las Indias estimuló, desde la necesidad o los deseos de aventura, un movimiento en el que se involucraron todas las clases sociales de la época, aspirando a mejorar sus condiciones de vida y posición social. En ese contexto, Antonio Fernández Costales y sus hijos Joaquín y Antonio partieron para México en 1.796. Sus sobrinos Fernandez Ballina, hijos de su hermano Rodrigo, también emigrarían a México posteriormente, a Acapulco, costa del Pacífico, desarrollando actividades mercantiles que les reportaron una importante fortuna.

A mediados del siglo 19 Joaquín y Raimundo Fernández Ballina regresan a su Villaviciosa Natal, hecho trascendental para el devenir de la sociedad, pues un hijo de Joaquín, Angel Fernández Fernández, nacido en 1.860, fue figura clave, fundador y primera generación Fernández en lo que hoy es Valle, Ballina y Fernández, S.A., empresa familiar en su quinta generación."   

La historia del transporte de la sidra está especialmente vinculada a la ría que vio nacer a El Gaitero. Al principio, un vapor, el México, llevaba las cajas de sidra desde el embarcadero de La Espuncia a los puertos de Santander y Pasajes. Consultamos aquí el muy ameno e interesante libro Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, del arquitecto Juan José Pedrayes Obaya, destacado especialista en la historia de villa y concejo:

"La fundación en 1890 de la fábrica de sidra gaseada "El Gaitero" supuso la entrada definitiva de Villaviciosa en el mercado capitalista mundial. Fuer la primera implantación industrial de importancia y la que más ha trascendido a lo largo del tiempo.

En los años ochenta, Alberto Valle, Bernardo de la Vallina y Ángel Fernández crean el embrión de la Sociedad. En la idea estaba también Obdulio Fernández Pando, emigrante en Acapulco donde labraba, junto a varios hermanos, una importante fortuna.

En un primer momento se instalan en el propio casco urbano, pero pronto comienzan la construcción de un lagar en el atracadero de La Espuncia, tras la compra en 1896 de la mitad del porréu del mismo nombre de 11.000 m² de superficie. Esta edificación servirá de núcleo a la futura fábrica que irá creciendo orgánicamente en futuras ampliaciones, llegando a constituir una interesante muestra de la arquitectura industrial.

La ubicación de la fábrica en el cauce medio de la Ría permitirá la fácil salida por mar del producto, pensado para el consumo de la colonia asturiana en ultramar"

Un periódico local, La Opinión de Villaviciosa, daba oportuna cuenta de las exportaciones de la empresa y por esta información, muy puntual, conocemos que el vapor empleado, el México anteriormente citado, cargaba en cada viaje unas 3.000 cajas que, tras arribar a Pasajes o Santander, se cargaban en barcos rumbo a América:

"En algunas ocasiones este vapor admitía pasajeros que luego trasbordaba en Santander a los barcos que cruzaban el Atlántico, actuando la empresa Valle, Ballina y Fernández como consignataria"

Luego el transporte se simplificó gracias a las mejoras del puerto de El Puntal, dentro de La Ría. Una motora, La Gaiterina, arrastraba las gabarras con las cajas de sidra hasta el pequeño puerto de. Desde El Puntal allí un remolcador gijonés, el Jumbo, las llevaba de dos en dos o de tres en tres hasta el puerto de Gijón/Xixón (es posible que primero el local y luego el de El Musel), donde se realizaba el trasbordo de la carga a los grandes buques de transporte, evitando de esta manera depender de las obras de canalización de la ría, que además acabarían siendo abandonadas

El 1900 el Ayuntamiento de Villaviciosa solicitó a la Dirección General de Aduanas habilitar el embarcadero de La Espuncia para el desembarco de cabotaje menor, al igual que el de El Salín, justo al sur y al lado de La Villa, que vemos en la distancia, más allá de las instalaciones de El Gaitero en su sector más próximo al casco urbano, cerca de Les Caleyes, donde está también El Porréu del Retiro, en Bedriñana 

Junto con ello, el Ayuntamiento de Villaviciosa llamaba a la vez al trabajo comunal o satisferia de los vecinos el arreglo del camino de la población a La Espuncia, de lo que se entresaca que la carretera de Colunga, que el mismo Ayuntamiento había comenzado hacia 1854, siendo posteriormente, año 1873. incautado por el Estado el escaso tramo hecho, no estaba aún en plenas condiciones

Y es que por entonces, el viejo embarcadero de Buetes o Güetes, junto al puente de este nombre, germen de la Pola de Maliayo, ya se había quedado muy obsoleto para el calado de las embarcaciones de la época, que iba en aumento. Esta medida, dice Pedrayes, "se ponía al día la antigua relación villa-embarcadero, pero desplazando los muelles al tramo medio de la Ría". algo que estaba pasando por ese tiempo en otros estuarios similares, con puerto interior

Los muelles de La Espuncia se emplearon hasta los años 50 del siglo XX, cuando se hizo más competitivo el transporte por carretera, coincidiendo en el tiempo con la apertura de nuevos mercados, según seguimos leyendo en la página de El Gaitero:

"El segundo de los momentos dorados de la empresa se vive en los años 50, con la gerencia de José Cardín Fernández (1905-1992), sobrino de Obdulio y médico de profesión. Él es considerado el refundador de la empresa después de los momentos difíciles que vivió la entidad, y el sector del comercio en general, tras las guerras. José Cardín modernizó las instalaciones y la maquinaria. La ampliación de capital que realizó durante su gerencia llevó a la creación, entre otras cosas, de una nueva bodega de depósitos metálicos, que supuso, en aquel momento, triplicar la capacidad de producción existente hasta entonces.

Pero, además, José Cardín diversificó la gama de producto, con el lanzamiento de dulces y turrones El Gaitero, y consiguió, gracias a la inversión publicitaria, un gran éxito: convertir la imagen de El Gaitero en un símbolo de identidad. Su apuesta por la dirección del publicista asturiano Manuel Brun en la estrategia, le llevó a inundar todos los medios y canales de comunicación de los años 60 con publicidad de El Gaitero.

Gracias a él se iniciaron también las visitas a las instalaciones de La Espuncia –acción pionera en el sector-, lo que permitió al mundo conocer los secretos de la sidra de primera mano"

Verdaderamente la historia de El Gaitero es la de la expansión de su empresa, no solamente la de sus productos a nivel internacional, sino también y de manera muy perceptible a la vista, máxime desde aquí, la de sus mismas instalaciones. Las primeras ampliaciones ya habían llegado en 1898, cuando se construye una bodega nueva con capacidad para 80.000 litros, así como el edificio de maquinaria y empaque de botellas

Y en 1914, cuando ya llevaba Obdulio Fernández 14 años como gerente de El Gaitero, es cuando se inaugura la fábrica de botellas en la misma factoría para evitar depender de las empresas de vidrio suministradoras. Esta actividad se prolongó hasta 1931 pero la chimenea de la embotelladora nunca fue retirada, transformándose en todo un símbolo de la empresa, que además permite ubicarla desde muy en la distancia. Si nos fijamos veremos el nombre de El Gaitero pintado en ella verticalmente

Enfrente, a este lado de las instalaciones, está la casa conocida como La Carbayera, que fue chigre y baile, La Carbayera d'Avelino

El Gaitero en toda su extensión, visto desde el Camino, una amplia y larga franja en La orilla de La Ría. Ahora, a la derecha, vemos en monte Vistalegre (339 m) y, entre este y el Pelapotros, al que nos referíamos antes, el Altu la Cruz, paso histórico por Bedriñana del que algunos conocían como Camín Real de les Mariñes, pues constituía una muy importante vía de las comunicaciones costeras de la antigüedad, subiendo desde El Puente Güetes, Huetes o Buetes hacia ese collado, paso natura a Les Mariñes de Villaviciosa, parroquias que recorre y deja en ellas su nombre, dirigiéndose posteriormente hacia la bahía gijonesa por el Altu l' Infanzón

Junto con ese, otro camino se dirigía a Gijón/Xixón desde algo más al sur, subiendo al Cordal de Cañéu entre el monte Curiella y El Llanucáu, por otro collado también conocido como Altu la Cruz precisamente, sin duda por el cruce de caminos allí existente y/o por cruces que solían ponerse en esos lugares estratégicos, reminiscencia y cristianización de cultos viarios ancestrales

Por nuestra parte, nuestro camino, en este nuestro tramo, fue ensanchado notablemente para el transporte de maquinaria durante las prolongadas obras de la autovía que trastocaron drásticamente el trazado original del viejo Camín Rial seguido por los peregrinos, viajeros y arrieros de antaño

A nuestra derecha, Ayones, donde un ramal comunica con una casería situado al otro lado del cueto, la cual quedó casi aislada sobre el enlace de la autovía con la carretera N-632, muy empleado para ir y volver a Rodiles, especialmente intenso de tráfico en verano por los veraneantes y visitantes de las playas de Seloriu

Hablando de carreteras, ahora vemos mejor el cruce de las de Tazones y El  Gobernador en El Calieru, donde también estaba La Teyera los Jacintos, que trabajó hasta la posguerra, de ella y de otras de la Ría cuenta lo siguiente Pedrayes Obaya:

Junto a la Ría, en la parroquia de Bedriñana, en el lugar de El Calieru existieron tres hornos. El de más arriba, conocido como la  teyera de los Jacintos, fue usado hasta los años cuarenta por una cuadrilla de de llaniscos: cocía cal, teja y ladrillo. En la parroquia de Samartín del Mar, a orillas de la Ría, se conservan restos de dos calieros cerca del antiguo fondeadero del Puntal. Uno de ellos está situado en la finca conocida como de “Amable Rodríguez. La cal se embarcaba  en veleros que atracaban en pequeños canales que aún se conservan. Eran de marcha continua y funcionaban todo el año. En 1861 utilizaban como combustible antracita de la mina de Viñón en Cabranes

Más a la derecha y bajo el Vistalegre La Riega Llames forma un profundo surco que es por donde se aprovechó este paso natural para trazar la carretera, que enlaza arriba, en El Gobernador, con la que va a Tazones. La carretera del Gobernador, que se oculta entre los ocalitos de Les Peñes y La Peña´l Carru fue empleada muchos años como alternativa a la del Pedrosu (N-632) para evitar sus continuas y peligrosas curvas

Esa riega hace además de divisoria entre las parroquias de Bedriñana y Samartín del Mar hasta su desembocadura en La Ría en El Llagarón, en La Ruxidora. Su nombre hace referencia a los lodazales, llamas o llamargues de la zona alta de la rasa costera, donde está la aldea que le dio nombre, Llames, en Samartín del Mar. Con las aguas de La Riega Llames funcionaron antaño los molinos del Coloráu y Falo Rafaela, así como, más abajo y al lado de La Ría, El Molín de Tristán o Molín del Farrucu, informa el investigador Rafael Balbín Loredo en su obra Los molinos de Maliayo

En la ladera del Vistalegre Casa Cequiel, por donde pasa el camino local que enlaza la carretera con Pentanes y El Llugar, en el centro de Bedriñana. Por ahí iban también diferentes sendas recopiladas por Pedrayes Obaya, que desde Tazones y El Puntal comunicaban con La Villa vía Güetes

Palés y traspalés, carretillas eléctricas, en La Espuncia, en la explanada del antiguo embarcadero, junto a una de las naves. Vemos bien el alto muro de piedra que separa las instalaciones de la carretera N-632



Dejamos el cruce de Ayones y seguimos bajando todo recto al lado de unas ruinas en las que crecen profusamente árboles y vegetación


La Ría y los montes que la guardan forman un bello anfiteatro natural que admiramos según seguimos bajando, siempre con las instalaciones de El Gaitero ante nosotros, en La Espuncia, inconfundible la veamos desde la margen derecha o la izquierda, con su larga fila de naves y edificios en la ribera de La Ría y su alta chimenea


"Como edificios notables cuenta con la Escuela, la Iglesia y la acreditada fábrica de sidra "El Gaitero", publicaba en 1928 y refiriéndose a Carda, la obra obra Villaviciosa y su progreso ensalzando los valores de las gentes y pueblos del concejo y de la que fueron autores Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, lo que nos permite hacernos una idea de la importancia de esta industria y sus dependencias


Y enfrente, Bedriñana, que se nos muestra casi entera en toda la falda de los montes que guardan desde el sur Les Mariñes de Villaviciosa y desde el oeste el "valle sumergido" que es, geológicamente, La Ría, así definida en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"El origen se debe a una amplia sucesión de transgresiones y regresiones marinas, tras la deformación alpina, a lo que habría que sumar los efectos de las glaciaciones. Este estuario de "valle sumergido", es uno de los espacios naturales de mayor interés de la costa asturiana, tanto por las características de su vegetación y fauna, como por los procesos geomorfológicos y ecológicos que en ella se desarrollan"

Enfrente, encima de la margen izquierda, la parroquia de Bedriñana nos muestra sus caserías, quintanas, barrios, lugares y casas como un precioso escaparate ante nuestra vista. Aquí por ejemplo está Pentanes, "en la falda sur de la peña El Carru y el monte Vistalegre", dicen en el Diccionario geográfico de Asturia. Ciudades, Villas y Pueblos, añadiendo que está "en una pendiente suave que cae sobre la carretera AS-256 que camina al lado de la ría de Villaviciosa, y entre la riega de Llames por el este y la de la casería por el oeste"


Es Pentanes la tierra de Pentus o Pintamus, antropónimo referido a algún posesor de época romana o altomedieval, de la misma manera que Bedriñana sería la de Vitrinius, "De Casas independientes y dispersas, formando caseríos rodeados de praderías y pomaradas, y grandes manchas de eucaliptales", donde está la Casa l'Indianu, con capilla propia y en cuyas inmediaciones trabajaba otro calero que exportaba su solicitada producción por El Puntal, El Calieru l'Indianu


Había también un telar de llinu, lino, en Casa Claudio y un establecimiento muy célebre fue de siempre Casa Merso, de José Elías Álvarez, Pepe, que vendía manzanos de sidra, pumares, de su vivero, del que habla en esta entrevista publicada el 24-2-2010 en el diario digital VillaviciosaHermosa:
"José Elías Alvarez, Pepe, lleva acudiendo los miércoles más de 50 años para vender los pumares del Viveru, Casa Merso en Pentanes de Bedriñana:
- antes los vendió Amable y recuerdo a mi güelu Manuel en la acera del parque cuando los vendía, donde había como diez vendedores, con cargues y todos de Bredriñana, tenemos cerca de treinta clases, entre manzana y sidra y diecisiete con denominación de origen -. Los mejores de manzana son los de reineta del Canadá, hay de carrio, penera, penerina... y de denominación de origen, raxao, durona tresali o coloradona. Cuando me casé, había más de vente vecinos de Brediñana que los sembraban, íbamos en la camioneta de Salustio a los mercaos de Gijón, Infiestu o La Pola. Ahora solo quedamos nosotros, el pumar tradicional creo que solo se puede encontrar en Bedriñana y tienen fama porque son injertados por arriba. Los compradores son principalmente del concejo, pero también voy a los mercados semanales de Colunga, Infiestu y Gijón. Estos pumares únicos en Asturias se venden a partir de seis euros y son reconocidos también fuera de Asturias, desde hace cinco años, me encargan anualmente más de quinientos de Santiago de Compostela"

Encima, el Pelapotros conserva en su nombre la tradición de la prinda y marcaje de caballos que antaño se realizaba en los antiguos pastos de altura, hoy dominados por el ocalito. El Pelapotros es fácil de identificar por la antena existente en su cumbre. Poco más abajo las casas del barrio de Cabañes, también en Bedriñana, evocan aquellos usos ganaderos y pastoriles de antaño


Más abajo está La Pola, topónimo que hace referencia a lo que debió ser una población de relevancia ya antes incluso de la fundación de la Pola de Maliayo, pues allí está la iglesia parroquial de San Andrés, que conserva restos del Arte Asturiano prerrománico. Más abajo estaba, en el lugar de L'Arpayu, el Llagar de Manolo Lilo y en La Ermita hubo un viejo oratorio, tiempo ha desaparecido, en el camino que de Güetes sube al Altu la Cruz para bajar luego a Les Mariñes


Algunos silos revelan que siguen estando vigentes las labores agropecuarias de las caserías asturianas, si bien sumamente evolucionadas para ser rentables, pues a simple vista nos damos cuenta que las antiguas caserías, no obstante, que las caserías han dado paso a núcleos residenciales, vacacionales, segundas residencias o de turismo rural


"Diríase de este pueblo que sus hombres vividores de un jardín, quieren gozarse de un paraíso formado por sus manos", ensalzaba, con el lenguaje propio de aquel tiempo, El progreso de Villaviciosa a Bedriñana, otra parroquia, como todas las de Villaviciosa y otros concejos que, aún con bastantes llagares caseros, vendían buena parte de sus manzanas a El Gaitero y otras empresas sidreras, antes transportadas en carros, luego en camiones:
"tierras científicamente labradas; pomaradas excelentemente trabajadas; bosques inmensos todo verdor y ramaje prometedor de frutos y riquezas; sus ganados seleccionados y bien cuidados, y sus viviendas y sus llugares aseados y alegres."


A nuestra izquierda, otra finca, plantada de pumarada, con un pequeño muro de la entrada. Es este un buen momento para traer a colación las imprescindibles guías del genial historiador, especialista y pionero de los Caminos de Santiago Antón Pombo que, en la obra dedicada al Camino de Santiago. Camino Norte, dice acertadamente respecto a la que puede ser una etapa del Camino (orientativa, cada caminante y peregrino hará las suyas: 
"El adjetivo bucólico le viene bien a esta etapa, que discurre por el corazón de la comarca turística de la Sidra, de la que forman parte los concejos de Colunga y Villaviciosa. Valles fértiles y húmedos, ocupados por pumaradas y bosques de castaños, alimentan los lagares y fábricas de sidra, la bebida asturiana por excelencia, que en Villaviciosa ha alcanzado una proyección internacional a partir de la fábrica El Gaitero"

Y a la izquierda, más allá de la muria que cierra una nueva pumarada, cuyas piedras centenarias son soporte de la señalización xacobea, la iglesia de Santa Eulalia (Santolaya o Santa Olaya) de Carda, fácil de reconocer por la intensa blancura de sus muros que, como la de Tornón (San Cosme) y otros, hacía destacar su estructura como referencia a los navegantes que embocaban el abrigo natural que es La Ría de Villaviciosa


Detrás de la iglesia vemos La Retoral, la antigua casa rectoral o residencia de los párrocos de Carda: dentro de la recuperación de los antiguos caminos de peregrinación y arriería, y sobre ello de su reconstrucción tras la apertura de la Autovía del Cantábrico, hemos de saber que hoy en día, en vez de bajar directamente a Les Caleyes para entrar en Villaviciosa, el recorrido señalizado actualmente como oficial pasa delante justamente de su portada, por lo que es una muy buena referencia para saber del recorrido que nos aguarda antes de llegar a La Villa


Desde aquí vemos los edificios de oficinas y administración de El Gaitero, el nuevo, a la izquierda, y el antiguo, a la derecha, del año 1890, actualmente sede de la Colección Permanente, que se conoce durante las visitas guiadas a la fábrica


Enfrente de La Espuncia están los porreos de El Retiro, a la derecha y El Cierrón, a la izquierda. Los porreos, como los pólderes holandeses, son terrenos ganados al agua para conseguir espacio dedicado a la agricultura y ganadería. En el caso de Villaviciosa a partir principalmente de la desamortización de bienes civiles promulgada por Pascual Madoz en 1855, por la que terrenos comunales y de ayuntamientos pasarían al Estado y seguidamente y por subasta a particulares. Sin embargo, los porreos de Bedriñana son aún anteriores, del siglo XVIII


El Retiro fue renombrado en su época por ser el nombre de un afamado merendero y baile situado enfrente, al que acudían muchas gentes de La Villa, caminando por la senda del porréu


Los de La Pola, La Peruyera, Cabañes y otros barrios de Bedriñana, aunque también tenían chigres y bailes arriba, gustaban igualmente de bajar a El Retiro. Allí en Casa Manolo Barreo, enfrente del Porréu del Cierrón


En El Retiro desemboca La Riega'l Gorgollu o Gorgoyu, que nace entre La Pola y Pentanes, de apenas 500 metros de longitud pero donde molieron El Molín de Quintanal y El Molín de la Baraya. En las inmediaciones, el topónimo Paniceres, bajo La Pola o El Llugar, abunda en esa antigua tradición cerealística


Un magnífico paisaje pues el que divisa el peregrino que recorre la parroquia de Carda, con la fábrica de sidra El Gaitero causando siempre honda impresión, pues no en vano ocupa ya una extensión de nada menos que 40.000 m² y su producción alcanza a los 20 millones de botellas de sidra al año. Así es la estructura de esta gran factoría según el apartado de La Bodega en su página web: 
"Desde el canigú –zona de entrada de la manzana para su clasificación previa y lavado- y la Sala de Prensas –donde se tritura la manzana y se extraen sus primeros jugos-, hasta el tren de embotellado y embalaje –automatizado con tecnología puntera-, la historia y las emociones se palpan en todos y cada uno de los espacios de La Espuncia. Y el corazón de Valle Ballina y Fernández late en sus cinco bodegas: la Central, la de las Provincias, la de los Países Americanos, la de los depósitos de metal y la de los nuevos depósitos de acero inoxidable.
La Bodega Central fue la primera en construirse hace más de ciento veinte años y cuenta con unos 200 toneles repartidos en tres pisos, con diferentes capacidades: 90.000, 20.000, 10.000 y 5.000 litros. Las Bodegas de las Provincias y de los Países Americanos, también con más de un siglo de historia, se construyeron como homenaje a los principales importadores de sidra El Gaitero, tanto en España como en América, y se realizó la inscripción de sus nombres y escudos en todos los toneles, con capacidad para 60.000 y 70.000 litros de sidra. 
Estas tres bodegas tienen menos uso hoy en día, utilizándose para los procesos de I+D+i o para almacenaje. En la de metal es donde la mayoría de la sidra fermenta, son casi un cetenar de depósitos de acero al carbono revestidos de resina alimentaria, con capacidad individual de 56.000 litros. También en esta bodega la sidra pasa por un último proceso de filtración, con filtros tangenaciales de última generación. 
La nueva bodega, la de depósitos de inoxidable, es la que acoge las sidras de Denominación de Origen SIDRA DE ASTURIAS. Hay depósitos de fermentación con control de temperatura y presurizados para las segundas fermentaciones. 
En estas tres bodegas, la sidra fermenta, para ir a parar a un último lugar antes de embotellarse: la nueva bodega con casi un centenar de depósitos de acero al carbono, con capacidad individual de 56.000 litros. Es en ella donde la sidra pasa por un último proceso de filtración, con filtros tangenciales de última generación. 
Además, La Espuncia acoge en sus 40.000 metros cuadrados los almacenes, laboratorio, zona de elaboración de dulces, las nuevas oficinas de la empresa, el edificio de la Colección Permanente de El Gaitero y una sala de cata en la que los miles de visitantes que se acercan cada año a la bodega degustan las mejores sidras de El Gaitero."

Como no podía ser de otra manera, El progreso de Villaviciosa glosaba así esta auténtica institución villaviciosina y Asturiana ya en aquel año de 1928:
"En la abierta campiña situada entre la Ría de Villaviciosa y la Carretera general Gijón-Ribadesella, se levanta retador un hermoso edificio dividido  en grandes pabellones presididos por una elevada y cónica chimenea en cuyas superficies circulares se destaca en grandes caracteres el nombre tradicional de "El Gaitero", marca de fábrica reconocida mundialmente, perteneciente a la Sociedad de sidra champanada que rige bajo la razón social de Valle, Ballina y Fernández"

Sus instalaciones además han sido declaradas Patrimonio Histórico Industrial. El especialista Faustino Suárez Antuña la describe de esta manera en las fichas de Patrimoniuindustrial.com:
"La producción industrial de sidra es uno de los productos agrícolas que posibilitan, a través de la manzana, la progresiva entrada del campo asturiano en una economía de mercado, capitalista y, por tanto, monetaria, favorecida por las reformas del incipiente sistema liberal.

Además, el crecimiento de las ciudades al calor de la industria regional a fines del siglo XIX alentó la producción de distintos productos que sus habitantes ya no podían procurarse por sus medios como en el ámbito rural, y, algunos, como la sidra experimentaron un consumo creciente en el nuevo contexto urbano y social. Finalmente, la reapertura del flujo migratorio a ultramar, donde colonias de asturianos se fueron asentando en distintos países americanos, completó la creciente demanda de productos asturianos y, entre ellos, la sidra. 

Para atender este consumo fueron numerosos los lagares y fábricas de sidra que nacen en el periodo que va hasta el fin de siglo, destacando entre todas El Gaitero, en Villaviciosa, que pronto se especializaría en sidra espumosa- entonces denominada sidra champagne- para el mercado americano, siendo en la actualidad uno de los mayores productores mundiales.

La empresa Valle, Ballina y Fernández, constituida en 1890 y transformada en Sociedad Anónima con el cambio de siglo, levantará su fábrica en un porreo o terreno ganado a la ría- similar a los pólder neerlandeses- donde sigue produciendo hoy en día. Con una buena localización sobre la carretera nacional que vertebra la costa asturiana y con la posibilidad de dar salida a su producción mediante un muelle propio, la fábrica irá ganando entidad, llegando a producir sus propias botellas a partir de 1915, cuyo testimonio es la chimenea que constituye un auténtico icono de la planta. Completan el conjunto, las naves de recepción, tratamiento, almacenamiento…y el edificio de oficinas, de 1900, que pronto se conformó como la cara más pública de la empresa teniendo un tratamiento cuidado alternando la mampostería enlucida con la sillería en los esquinales y el ladrillo visto en los encintados de los vanos.  

Un excelente y cuidado patrimonio de una marca, El Gaitero, que, como rezaba su más famoso eslogan, era conocida en el mundo entero."


En El Gaitero, pensando en ultramar, el corresponsal de La Nueva España M.S. Marqués resaltaba en este artículo, publicado el 1-5-2011, la conservación de este patrimonio, incluyendo las bodegas originales:
"Tras la historia de la sidra El Gaitero está la herencia de aquellos ilustres asturianos «preocupados de encontrar vías para sacar a Asturias de la pobreza atávica en que vivía». Así habla de la centenaria firma villaviciosina Víctor García de la Concha, que la considera, «en buena parte, un proyecto de indianos y a ellos, en gran medida, se destinaba la producción».

Ahora, la firma Valle, Ballina y Fernández, con más de un siglo al frente de un proyecto industrial de éxito indudable, ha visto reconocido su patrimonio por el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH), que lo destaca como uno de los ocho elementos más representativos del patrimonio industrial asturiano incluidos en la muestra titulada «100 Elementos del Patrimonio Industrial de España», que se mostró en la Real Fábrica de Tapices de Madrid.

En la actualidad, las instalaciones de El Gaitero mantienen una fisonomía bien cercana a la que presentaban a comienzos del siglo XX. La modernización que la expansión y el paso del tiempo impuso a las instalaciones supuso en los años setenta la construcción de un nuevo edificio para albergar los servicios centrales de la empresa, que sustituye al de 1900. En esa década se realizó, asimismo, la ampliación de la bodega de tinos metálicos que se amplía en cuarenta y cinco nuevas unidades, consiguiendo una mayor capacidad de almacenamiento."

Existía realmente una antigua idea de aprovechar estos terrenos de las afueras de La Villa: como señala Juan José Pedrayes Obaya, ya antes de la francesada o Guerra de la Independencia el Ayuntamiento de Villaviciosa había hecho gestiones, dentro del auge de las obras públicas del periodo de la Ilustración, para construir un muelle y un cementerio en La Espuncia. Con esta obra se pretendía mejorar el sistema portuario de La Ría, que ya necesitaba acoger barcos de mayor calado y, a la vez, conseguir menguar los costes del dragado del estuario, cuyos primeros aterramientos o porreos ya habían sido denunciados por el propio Ayuntamiento en 1804. Más tarde, con la desamortización civil, se generalizaron de tal manera, sobre todo los de Musllera y Sebrayu, de La Espuncia al norte, que se temió hiciesen inviable la navegación


Pasada la francesada, en el llamado periodo constitucional, el mismo consistorio propuso fomentar la fabricación de aguardiente de sidra y la construcción aquí de un atracadero. La propuesta no llegó a cuajar pero fue una especie de premonición de lo que habría en el lugar con la fábrica de El Gaitero y su muelle. Seguimos leyendo a Marqués:
"... la historia de El Gaitero comienza en 1888, cuando los hermanos Del Valle adquieren maquinaria para dar comienzo a la champanización en Villaviciosa. Nace así una sociedad que crea su marca bajo la imagen del gaitero consiguiendo un éxito rotundo. Francisco Crabiffosse Cuesta, autor de la historia de la empresa, cita el 24 de mayo de 1890 como la fecha fundacional de la Sociedad Valle, Ballina y Fernández, constituida con un capital de diez mil pesetas. La actividad para poner en el mercado la bebida gaseosa se desarrolló inicialmente en distintas instalaciones de la villa, que iban cambiando a medida que la producción crecía. A finales de 1890 salen para el resto del país y América las primeras remesas de sidra champagne que consiguen una excelente acogida. Ese éxito en el mercado americano fue determinante para el futuro de la empresa y obligaría a ampliar las instalaciones y a adquirir materia prima a diversos lagareros.

 A finales de 1896, Valle, Ballina y Fernández tenía alquilados cinco llagares y dos almacenes, una pomarada y el local donde se encontraban las oficinas de la empresa. Según recoge Crabiffosse, en ese mismo año se adquirió la finca denominada La Espuncia, lindante con la ría y la carretera a Colunga, elegida por su emplazamiento estratégico para la entrada y salida de materias primas y producto acabado por vía marítima y terrestre."


El primer edificio fue un sencillo llagar con bodega, era de planta rectangular con cubierta a cuatro aguas que buscaba espacio y utilidad. Enseguida se añadió anexa otra nave más pequeña mientras los dueños seguían comprando fincas del porréu, los siguientes edificios ya serán de planta netamente fabril:
"Las nuevas instalaciones se completaron en aquel final de siglo con la moderna maquinaria adquirida en distintos lugares de España y del extranjero: trituradoras, embotelladoras, máquinas de alambrar y corchar... El montaje del conjunto concluyó con la construcción de una rampa que facilitaba los accesos a la ría para el transporte de mercancías y más tarde va a ser preciso levantar un muelle a lo largo de todo el frente de la fábrica. En aquel momento la salida de los productos se hacía casi exclusivamente por mar, enviándolos a los puertos de Gijón, Santander y Pasajes desde donde se embarcaban hacia los mercados de ultramar, que en esos años ya alcanza la importancia capital que tendría en el futuro. 
Un aspecto que contribuyó al desarrollo de la firma fue la estrategia publicitaria realizada en los países latinoamericanos, así como la presencia en exposiciones y certámenes que, junto al esfuerzo inversor en nuevas instalaciones, fue crucial para el gran éxito de ventas alcanzado ente 1895 y 1899. 
A pesar de la existencia en el sector de otras firmas con más antigüedad, la decidida apuesta de Valle, Ballina y Fernández por un producto de calidad junto con el inteligente uso de los recursos publicitarios le valió el reconocimiento inmediato de la prensa que iba a contribuir a consolidar el nombre de la empresa. El éxito va a plasmarse con la instalación a comienzos del siglo XX en La Espuncia de un completo taller, equipado con nueva maquinaria que permitía la fabricación de cajas de embalaje. 
En 1900 las instalaciones levantadas a orillas de la ría ocupaban más de 10.000 metros cuadrados, con una producción anual que rondaba el millón de litros. Siete años después, la producción anual de la fábrica ascendía a dos millones de botellas y la capacidad de almacenaje era de cerca de tres millones de litros de sidra, en toneles de 400, 500 y 700 hectolitros y en veinticinco grandes tinos con cabida para 80.000 litros cada uno."

Seguimos bajando. El Camino hace un poco de curva a la izquierda y a la derecha sigue la extensa pomarada de El Gaitero según nos acercamos a alguna de sus instalaciones, a este lado de la carretera. De frente, otra maravillosa estampa de Bedriñana sobre La Ría y bajo Pelapotros. Por ahí a su izquierda sube El Camín Real de la Cobertoria, otra vieja ruta desde Puente Güetes a Les Mariñes caída en el olvido


El topónimo Cobertoria, relativamente frecuente en Asturias, especialmente en las alturas, procede del latino coperio, cubrir, y hace referencia en concreto a necrópolis megalíticas, por su cubierta o cobertoria de piedra. El filólogo Julio Concepción SuárezXulio, en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana:
"En asturiano una cobertoria, cobertoira, cubertoria, un cobertoriu, es una 'cobertera' más o menos grande: 'cubierta, tapa, de masera, de olla, de arca...', de piedra, madera, barro...

Aplicada la voz a ciertos parajes, ha de tratarse de las abundantes losas encontradas, muchas veces entre las zarzas, procedentes de cubiertas rocosas en distintos túmulos y dólmenes, algunos excavados y documentados como restos arqueológicos (...)

La voz cobertoria ha de ser plural neutro de coopertorium: conjunto de tapas o cubiertas, en el contexto prerromano de los túmulos como lugares de culto primitivos."

La línea de cumbres sigue al sur en otras tres alturas muy a destacar, primeramente y empezando por la derecha el ya mencionado Picu Iyán, Illán o Picu Llan, que es como lo denomina la Enciclopedia del paisaje de Asturias, y que puede ser la razón de su topónimo, una morfología más o menos llana en su cumbre, si bien hoy día no puede apreciarse al estar plantada de eucaliptos


El Picu Llan o Iyán está en la llamada Sierra de Caés, sobre el pueblo de este nombre, en la parroquia de San Xusto, por donde pasa la carretera N-634 o Carretera'l Pedrosu, pues su serpenteante trazado sigue el paso de este nombre, sito en el collado entre La Cobertoria y el Monte Curiella, La Curiella o Picu La Curiella (535 m), que vemos a su izquierda (en el medio de la foto), ya en El Cordal de Pión o Monte Cañéu


Y a su vez, a la izquierda del Curiella, El Faéu o Monte Faéu (481), entre ambos está el Altu la Cruz, por donde va el ramal gijonés del Camino de Santiago, siguiendo el trazado más directo entre los caminos reales (del reino, esto es, públicos) de antaño y que, definitivamente en el siglo XVIII, triunfó sobre los de Les Mariñes como vía más corta hacia Gijón/Xixón


En la lejanía la Casa Rúan, en un claro entre las plantaciones de ocalitos del cordal, sobre el valle de Rozaes, río afluente del Valdediós que conforma el gran valle central villaviciosino


Más abajo y más cerca algunas casas de Felgueres, en la parroquia de Cazanes, "a la vera de pintorescas colinas", como las definía El Progreso de Villaviciosa, cuando ya reflejaba que por entonces se habían plantado "medio millón de eucaliptus". De ahí son las célebres Fabes del Carbayu, empresa familiar de productores de faba asturiana


Situada entre Felgueres y Mieres, también en Cazanes, la venerada ermita de Foncaleyu es de gran tradición romera y fiesta del 15 de agosto, muy cerca de La Fuente les Xanes, donde al decir de la leyenda vivían cuatro xanes o ninfas asturianas, que se aparecían a la gente en los caminos. En Mieres fue famoso antaño el chigre-tienda de Vistalegre (otra vez este nombre, como el del monte de Bedriñana, siempre en lugares de amplias panorámicas) que tenía una muy concurrida bolera. Más allá nos parece conocer alguna casa de Caés, parroquia de San Xusto, extendida esta a ambos lados del cordal


Más a la derecha y también en ladera, Oriyés y Abayu, por donde se pensó en su momento trazar la carretera a Gijón/Xixón, llegando a abrirse la caja de una pista que, subiendo por La Cobertoria, atravesaría el valle de San Xusto para llegar a La Obra y Venta les Ranes, pero al final se decidió hacerla por El Pedrosu. Y es que por Cazanes pasaba uno de los antiguos caminos costeros de antaño, hoy cortado por la Autovía del Cantábrico que ha partido en dos la parroquia y cuyo enlace con la N-632 tenemos aquí abajo, en El Riañu, cerca ya del Puente Güetes y entrada a La Villa, reconociendo en primer término lo Finca Obaya, en el porréu, cruce además con la Carretera del Gobernador (AS-256)


Y a su derecha, en un cerro sobre El Cierru y al sur de El Retiro, Llorea, tierra de lloreos, laureles, en la divisoria entre las parroquias de Bedriñana y Cazanes


Según seguimos bajando entre más pumaradas tenemos ante nosotros El Salín, un gran porréu (2,62 hectáreas) donde estuvo antiguamente el embarcadero de La Villa, que con la desamortización de bienes civiles ya habría sido hecho en 1862, pues según Pedrayes Obaya en esa fecha el Ayuntamiento de Villaviciosa ya habría reconocido el cierre efectuado al agua para aterrar el lugar, comprado en 1865 por Pedro José Pidal y Carneado:
"Este cierre ocasionaría posteriormente un pleito entre la viuda de Pidal y el Ayuntamiento, debido a que a este lugar iban a parar todos los desagües y aguas negras de la villa, y con su cierre se reducía la limpieza del canal al atenuar el afecto de las mareas"

Añade Obaya en su obra Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, que el cierre de este porréu ocasionó la separación física entre La Villa, cuyos edificios vemos desde aquí, y su ría, llegando los terrenos a revalorizarse grandemente. En tierra firme está el germen de La Villa, la Pola de Maliayo, el Puente Güetes o Buetes, vado y embarcadero y por tanto importante nudo de comunicaciones que implicó su fundación en este lugar y no en otro. Realmente la confluencia de las antiguas rutas costeras y con los caminos del interior no estaba en el mismo puente, sino a unos 500 metros, existiendo además un precedente poblacional, el castillo de La Peña Castiellu, justo encima, desde donde se ejercería vigilancia y control del paso desde mucho tiempo atrás


Estas dos podrían ser algunas de las posibles razones por las que La Villa, la antigua Pola de Maliayo, no se construyó verdaderamente al lado del puente, como estaba estipulado en su carta puebla, sino que "Trescientos cincuenta metros separan este lugar de la puerta más próxima de la muralla", como plantea asimismo Obaya, es decir, primó más hacer la nueva población lo más cercana al cruce caminero, apoyándose en su estructura viaria, lo que garantizaba ya de por sí gran trasiego de gentes y mercancías, y a la vez lo más alejada posible de un castillo que, aunque tal vez ya deshabitado, traería malos recuerdos de vasallajes feudales de los que las polas nacían para eximirse:
"Otro motivo que pudo influir en la decisión de fundar la Pola al Este del Puente Buetes y no hacia el Oeste pudo ser la presencia del antiguo castillo de Peña Castiellu, que se alzaba dominante sobre el puente. No existe documentación al respecto, pero situaciones semejantes pudieron darse en otras fundaciones del Norte de la península, concretamente en Guipúzcoa. Aunque el castillo ya estuviese desmantelado, cuestión que está aún por concretar, es bien conocida la situación dominante de los castillos sobre los recintos urbanos en los que se emplazan, hecho que permite tanto defender como sojuzgar a sus moradores; esto pudo influir para alejar a la nueva pola de la influencia de un castillo"

Pero hay también otras posibles razones de ese alejamiento de facto de la pola del puente, la existencia de un manantial y varios arroyos que garantizaban el suministro de agua dentro de la cerca o muralla de defensa que se construiría a la vez que las casas. No olvidemos que esos muros tanto defendían de ataques externos, tanto de invasores foráneos o de bandos enfrentados en contiendas civiles, como de las apetencias de la nobleza rural terrateniente y, al mismo tiempo, eran salvaguarda de los fueros otorgados a sus moradores, colectiva e individualmente, según los términos fundacionales de la naciente puebla:
"En el caso de esta pequeña pola el trazado de la riega del Pedregal y el manantial de La Ballera tienen un carácter de elementos configuradores de su estructura urbana. La riega que bajaba del camino de Mal Tiempu desde el manantial del Pedregal y a la que se unía el agua de la fuente de La Fontanina definió en gran parte el límite Este del recinto cercado"

Esta Riega del Mal Tiempu empezó a llamarse del Pelambre al ser empleada por los curtidores de pieles y, pese al tiempo transcurrido, el topónimo se mantiene vigente en una de las zonas de mayor expansión urbana de Villaviciosa, en terrenos además de otro antiguo porréu. En El Pelambre, un nombre en el origen de La Villa, se publica en el periódico El Fielato, a fecha 28-1-2015:
"El Pelambre es un apelativo antiguo que debe su denominación a la riega que proviene de San Vicenti. Recibe en su parte alta el nombre del Pedregal, y adopta éste a medida que se acerca a la capital maliayesa.  Su curso (que incluía un pequeño puente situado ante la puerta del Mercáu Vieyu), fue tapado para dar cabida a la urbanización, extramuros, de la zona norte de Villaviciosa hace unos 200 años.
 No todo el mundo estaba de acuerdo en la idea de enterrarlo: "Pude observar que las deliciosas huertas estaban muy mermadas por las carreteras anchas que habían invadido el pueblo, y que padecían al mismo tiempo alguna sed, porque se había querido esconder el arroyo llevándole por un subterráneo y él, enojado, no se prestaba al riesgo (...)", dice el Vizconde de Campo Grande, Plácido Jove y Hevia (1823-1909), en su artículo titulado "Una Villa española hace 40 años", publicado por primera vez en el diario "El Tiempo" de Madrid, y que hace referencia a cómo era la Villaviciosa del principios del siglo XIX; la última publicación corrió a cargo de Telvino González en "Cubera".     
En este paraje, que flanqueaba la muralla, existió hasta 1850 -según Pedrayes Obaya, en su obra "Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano" (1994)-, una nómina importante de "horros" y "paneres", y el arrabal del Mercáu Vieyu en expansión, que pertenecía en aquel momento a la parroquia de San Vicenti de la Palma (parroquia actualmente integrado en Fuentes), allí nació el dómine Bruno Fernández Cepeda en el año 1744, hombre venerable, autor de la famosa obra "Bayura d'Asturies". 
El topónimo sin embargo no desapareció, sino que emergió a la superficie, manteniéndose con firmeza a través del tiempo. No cabe duda de que éste es uno de los nombres más emblemáticos -sino el que más- de la Villa, y más antiguo que el propio nombre de Villaviciosa (que data del siglo XIV). 
Un antiguo hidrónimo 
Se trata de un hidrónimo, y el curso de los ríos es quizás el que mejor conservan su nombre a través de los siglos. Por ejemplo, hay ríos o arroyos en el municipio como La Xixa (relacionada con Xixón, en el castro de Moriyón, que además es fuente y "estaya" de un monte), el Puente Güetes/Buetes -un nombre añoso que se mantiene por casualidad en en punto concreto de la ría-, que antes daba nombre al río y está vinculado con Boides (Valdediós), y que cita la carta puebla como el lugar donde los maliayeses deben "facer villa".   
Se le da el nombre de (riv-)Aste, al llamado -equivocadamente- "río de Valdediós", y a una fuente en la parroquia de San Pedru Ambás. La denominación Aste tiene que ver nada menos que con el nombre de Asturias; hay solamente dos hidrónimos, además de éste, que hacen referencia al origen hídrico del Principado: Astuera (Llastres), y el Esba (Valdés). La Riega la Olla, junto a Xixón, viene citada en los límites del concejo de 1270, al igual que el actual Llabiargu, nombre de río de La Rasa, en la "raya" con Colunga (el tema de los límites es fundamental en un documento fundacional tan importante como el que se cita). 
Anterior a la pola 
En el caso del Pelambre, se supone que ya existía el topónimo antes de que se edificara la pola, cuando aún era Mallayo>Maliayo. Se trata de un nombre de uso que viene en los diccionarios, tanto en el caso asturiano como en el castellano. Hacen referencia, entre otros significados, a la "mezcla de agua y óxido de calcio con el que se pelan los pellejos de los animales", que es la más adecuada al caso. En bable se dice tanto "pelambre-a" como "pelame".

En la literatura asturiana antigua, que viene recogida por nuestro paisano José Caveda y Nava (su obra es la primera publicada en asturiano que se conoce; data de 1839), cita el magnífico poema "El Caballu", de Francisco Bernaldo de Quirós y Benavides (1675-1710) "Eche so mercé de ver/ si será de bon pelame" (que hace referencia a la calidad del pelo, que es otra de las acepciones del término). Y en la "Coronación de Carlos IV", de la misma obra: "Per encima del focicu/ del rau y la pelambra".

El nombre del Pelambre se mantuvo vivo en la misma zona por la que pasaba el río (empezando en el Mercáu Vieyu y terminando en La Oliva, desde donde se construyó el "alcantarillón del Pelambre" hasta Güetes). A finales del siglo XIX surge la idea de hacer un callejero local, dicho callejero recoge la denominación calle del Pelambre en lo que ahora es Marqués de Villaviciosa. Entre santos, caciques y alcaldes maliayos, el único nombre popular que se puso a una placa fue precisamente ese: El Pelambre. Los barrios de La Torre, La Vallera (Ballera), La Oliva o el Mercáu Vieyu, nunca fueron nombres oficiales, si bien sobrevivieron en el uso popular -mejor o peor- hasta hoy."

Otra razón (pudo haber varias a un tiempo), para fundar aquí esta pola es que el terreno es más llano y de mejor base para construir edificios y murallas, sin lomas ni pendiente alguna, además de en un lugar más soleado y salubre que el puente. Incluso puede haberse dado el caso que la vega de Buetes estuviese en explotación y se decidiese cambiar el emplazamiento para no afectar a los cultivos:
"Algunas de estas circunstancias, o tal vez todas, hicieron que la elección definitiva del lugar no se adaptase exactamente a lo indicado en la Carta Puebla. Estos ajustes debían ser comunes en los procesos fundacionales y las personas encargadas de delimitar la nueva pola, de probada experiencia en nuestro caso, tendrían en cuenta múltiples factores en el momento de la elección exacta del lugar"

En este caso no hemos de olvidar que los terrenos estaban dentro, o habían estado hasta entonces, de la parroquia de Amandi, y sus propietarios eran los poderosos monasterios de Santa María de Valdediós, fundado no mucho antes en el solar del antiguo enclave del Conventín de San Salvador, fundación de Alfonso III El Magno y de San Pelayo, este al lado mismo de la catedral ovetense de San Salvador, cosa que ya causó pleitos y tirantez desde el principio:
"Lo que sí parece demostrado es la poca consideración que tuvo la propiedad de los terrenos sobre los que se asentaría la pola. Bien por desconocimiento o bien por suponer que la Carta Puebla les confería ese derecho. El caso es que los terrenos pertenecían a los monasterios de San Pelayo de Oviedo y Valdediós, quienes hicieron una reclamación que fue atendida por el Rey, por lo que el Concejo de la Puebla debió pagar una renta anual a los citados monasterios"

Precisamente los accesos a la puebla y su territorio o alfoz por el sur, La Llomba y el Altu La Campa, estaban directamente condicionados por los cistercienses de Valdediós, tanto el que pasa al lado del monasterio, en el fondo del valle, como el que sube, o baja, directo, por Arbazal. Ambos son además los dos caminos de Santiago oficiales y señalizados como tales con conchas y mojones, además de por flechas amarillas


No hemos de soslayar la enorme capacidad de los cistercienses y las pelayas en hacer revocar a un rey sus decisiones: cuando Alfonso X El Sabio, dentro de la política repobladora y reorganizadora de sus reinos, creando entidades dependientes directamente de la Corona y si vasallaje intermedios, otorga carta puebla a Maliayo en 1270, lo hace al mismo tiempos prácticamente que a otras muchas fundaciones similares, una de ellas, la de Sariegu, al otro lado de La Llomba, pero alegando importantes perjuicios el monarca se echa atrás y suspende la fundación de esa puebla en 1272, lo que debió causar entre los vecinos una honda conmoción, pues estaban e iban a seguir estando, a un férreo dominio monacal


Es más, aparte de por el puente y la encrucijada, la construcción aquí de La Villa parece obedecer a que por entonces el centro de gravedad de Maliayo estaría más hacia el corazón del llamado Valle de Boides (Valdediós) que hacia la misma ría y su costa, y eso pese a que Rodiles por ejemplo, o Sebrayu, parecían reunir más condiciones con unas poblaciones preexistentes y en las que confluyen "caminos de la tierra y el mar", incluso densamente pobladas para la época de sus más antiguos vestigios preurbanos, castros ástures y villae romanas y altomedievales


En otro orden de cosas queremos decir que, aquí abajo, en La Trocha, parroquia de Carda, hay unas viviendas obreras, Les Cases de Ángel Suardíaz, que vemos en su parte posterior, pues la fachada principal da a la carretera de Colunga


Ahí estaba el renombrado Bar La Trocha, bien situado en el camino entre La Villa y La Espuncia, en el que hubo en sus buenos tiempos animado baile y buen llagar, pasando luego a ser cuartel de la Guardia Civil durante bastante tiempo. Ahora está ahí el albergue La Casa de Montse, privado y dedicado a los peregrinos



Y es que, aunque no en el mismo Camino sí a muy escasos metros, podremos acercarnos fácilmente si deseamos pernoctar en él tomando un camino a la derecha que encontraremos al fina d la bajada, el cual se dirige directamente a la carretera al lado de la casa. Así cuentan de él y de su fundadora en el diario digital VillaviciosaHermosa el 2-7-2022, recién abierto:
"De la mano de Montserrat Alonso Fernández  se acaba de inaugurar  una nueva casa abierta a donativo para peregrinos del Camino de Santiago en La Trocha, Carda. A pocos kilómetros de la bifurcación entre los Caminos del Norte y Primitivo.

"La Casa de Montse" es un lugar acogedor para el descanso merecido,  lleno de paz,  tras una etapa marcada por el transitar entre bosques y paisajes inolvidables."

Jalonan la ribera de La Ría varios observatorios de aves, pues constituye la segunda gran área de Asturias, tras la del Eo, compartida con Galicia, de invernada y reposo migratorio de la poblaciones de aves acuáticas europeas. En 1995 1.085 hectáreas de sus terrenos fueron declaradas Reserva Natural Parcial


La bajada se suaviza y las hermosas filas de manzanos de sidra perfectamente alineadas siguen constituyendo nuestro entorno más inmediato, así como las naves y edificios de Sidra El Gaitero, tapándose ya por la enramada


En invierno, con los árboles desnudos, vemos el aparcamiento, a esta parte de la carretera y enfrente de la entrada principal, donde vemos, con su llamativa forma, el edificio de administración y dirección, las nuevas oficinas, pues el situado a su derecha es el histórico, dedicado a la Exposición Permanente de El Gaitero, cuya visita se realiza así, conforme leemos en la web de la empresa:
"Manuscritos, impresos, maquinaria, fotografías, originales publicitarios o productos elaborados son algunos de los principales tesoros que el visitante puede encontrarse en la Colección Permanente ‘El Gaitero’. La magia comienza en el propio espacio elegido para mostrar la historia de la empresa: el antiguo edificio de dirección y administración de Valle, Ballina y Fernández, construido en 1890.

La siguiente planta viaja a través de los mercados, la exportación y la apuesta visionaria de esta empresa asturiana por la inversión en publicidad.

El colofón de la última planta lo protagoniza un espacio que invita a detenerse. A modo de sala de cine, con sencillos asientos, se ofrece al visitante la proyección de un moderno audiovisual sobre la historia de la empresa, que incluye fragmentos de uno de los documentos de carácter cinematográfico más importantes que conserva la firma. Se trata de la película ‘Bellezas de Asturias’, rodada entre 1919 y 1920, que contiene un completo reportaje sobre las bodegas de La Espuncia.

Esta pieza constituye un ejemplo más de que la empresa siempre estuvo un paso por delante de su tiempo utilizando nuevas herramientas para promoción de sus productos."

En medio, dos altas palmeras rememoran la impronta indiana y la vocación ultramarina con la que nació desde un primer momento, como manera de enviar a los asturianos emigrantes a las Américas la rica sidra asturiana, y con ella, la directa conexión con su tierra, esta es la sensación que les daba esta ajardinada entrada a Víctor Vallín Martínez y a Gerardo Fernández Moreno en Villaviciosa y su progreso:
"Al Norte de una gran explanada convertida en aromático y placentero jardín, se destaca un valioso chalet de tipo moderno y confortable en cuyos bajos están instaladas las oficinas de esta industria  modernísima y potente; en sus altos, habita el encargado de la fábrica con su familia"

Nos llama poderosamente la atención la descripción que hacen de lo que entendemos habría ser ser un maniquí con el atuendo asturiano, sito en el pabellón de al lado
"A su lado izquierdo se encuentra un pabelloncito típico y alegre  en cuyo interior hállase sentado sobre una histórica tayuela un simpático anciano vestido a la antigua usanza y cuya cabeza toca con picona montera: es el vito retrato de El Gaitero, simpático y atrayente"

Las palmeras nos recuerdan el muy interesante trabajo Del árbol a la botella: sidra «El Gaitero»,la internacionalización de una empresa familiar, de Joaquín Ocampo Suárez-Valdés, Catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Oviedo, donde resalta que, a diferencia de otras industrias sidreras de la época, El Gaitero ya nacía con vocación internacional para suministro en primer lugar a los emigrantes, de sidra, y de alguna cosa más:
"En mayo de 1890 se constituía en Villaviciosa la sociedad regular colectiva Valle, Ballina y Fernández para la «fabricación de sidra espumosa y toda clase de bebidas gaseosas, preparación de frutos del país, venta y exportación de estos productos». La integraban los hermanos Alberto y Eladio del Valle Ballina, farmacéutico y abogado respectivamente, Bernardo de la Ballina Fernández y Ángel Fernández Fernández, comerciantes. El capital social escriturado, 10.000 pesetas, se suscribía por iguales partes. Los hermanos Valle lo aportaban en «maquinaria y efectos», y «en dinero» los otros dos socios. En la misma escritura se especificaban las «obligaciones» de las partes. A los hermanos Valle correspondía la «preparación de las bebidas gaseosas que se fabriquen, embotellado, corchage [sic], alambrado, adorno de las botellas y todas las operaciones hasta que estén dispuestas a la venta», además de la conservación de bodegas, maquinaria y pipería. A los otros dos socios, las funciones de administración, custodia y depósito de fondos, relación con proveedores, «pago de jornales» y gestión de ventas. Se establecía igualmente que en caso de disolución de la sociedad, ninguno de los socios «podrá usar la marca de fábrica ni imitarla en forma, color ni dibujo».

Inicialmente, las instalaciones se establecieron en diferentes locales de la capital del concejo pertenecientes a los Valle, acreditados productores de sidra natural y con experiencia exportadora. Posteriormente conocerán sucesivos traslados, y ampliaciones. La producción, además de sidra espumosa, comprendía tanto sidra natural en barricas y botellas, como bebidas gaseosas (agua de seltz, refrescos de jugo de manzana) que se expedían a América por los puertos de Gijón, Santander y Bilbao junto a productos alimentarios regionales —castañas, quesos de Cabrales, embutidos, manteca, habas, manzanas de mesa—. Las exportaciones de sidra espumosa tuvieron una progresión ascendente, siendo México (37%), Argentina (27%) y Cuba (26%) los principales mercados. En 1900 las ventas de VBF suponían el 39% de las exportaciones asturianas de sidra"

Y ahí tenemos las grandes naves, extendidas al otro lado de la carretera. No obstante no llegamos a ver el embarcadero desde el Camino, sí si tenemos la oportunidad, haciendo un alto en Villaviciosa por ejemplo, de visitar la margen izquierda. Esta es la historia de sus primeras exportaciones, según Suárez Valdés:
"Desde sus orígenes, y dada su orientación exportadora, la estrategia empresarial se centró en tres objetivos complementarios. En primer lugar, el de asegurar la provisión de inputs: envases para sifones, botellas —adquiridas a la firma gijonesa La Industria—, corchos de Zamora, alambre de los Corrales de Buelna (Santander), estaño, etiquetas —contratadas con empresas litográficas asturianas—, además de la maquinaria —casi siempre adquirida en Éparnay—, tonelería y, por supuesto, la manzana. En este último caso la firma contaba con dos claras ventajas competitivas: los pomares de Villaviciosa gozaban de secular fama y eran unánimemente reconocidos como los de mayor calidad de Asturias; además VBF contaba con plantaciones propias. En segundo lugar, para la penetración en el mercado americano resultará determinante la infraestructura representada por la red de casas de comercio que asumían las funciones de consignación y venta a comisión, y que a lo largo del siglo habían establecido canales directos de distribución con los centros y asociaciones de emigrantes. Las familias fundadoras, con presencia comercial en México desde principios del xix, aportaban a la empresa su experiencia y conocimiento de clientelas, mercados y canales de venta que abarcaban desde Cuba a Argentina, pasando por representaciones en Madrid, Bilbao y Santander. En tercer lugar, y dada la presión competitiva de las champaneras sobre los mismos mercados, revistió gran importancia la temprana apuesta de la firma por una fuerte inversión en campañas publicitarias diseñadas y planificadas con criterios técnicos modernos. A la publicidad formal tradicional (cartelismo, tarjetas, objetos de regalo, anuncios en la prensa...), se añadía la participación en certámenes y exposiciones internacionales les cuyos premios fortalecían el valor añadido y prestigio de la empresa, completado todo con una constante acción de mecenazgo, patrocinio y fomento entre las asociaciones representativas de emigración española."

La llegada de la empresa a La Espuncia no fue casual, vino dado por un cambio muy importante en la sociedad fundadora, coincidiendo con el aumento de la competencia, a casusa precisamente de los capitales que invertían en la creación de nuevas empresas del gremio
"En marzo de 1895 VBF conocía un cambio societario de gran importancia: los socios Eladio del Valle y Ángel Fernández transferían por 5.000 pesetas su representación y derechos a su tío Obdulio Fernández Pando, quien pasaba así a ostentar el 50% del capital como socio colectivo, correspondiendo el resto a los otros dos socios fundadores. El relevo coincidía con la citada oleada de repatriación de capitales y empresarios indianos, con la consiguiente atracción hacia el sector de nuevos competidores —en 1897, se constituía en Villaviciosa una nueva empresa champanera: Benigno Llaneza Hermanos—. La entrada de Obdulio Fernández en VBF unía a la solidez de su patrimonio indiano el capital representado por la experiencia adquirida al frente de su casa de comercio Bernardo Fernández y Compañía (México), además de una sólida cartera de clientes y contactos institucionales en los mercados mejicano y antillano

Una de las primeras decisiones de la nueva dirección fue el cambio de ubicación de la fábrica y la renovación de sus instalaciones. Con esa finalidad se adquiere la finca del Porreo de la Espuncia (Carda), su sede actual, colindante con la ría de Villaviciosa y con las carreteras que conectaba a Villaviciosa con Gijón y con los concejos industriales y mineros. Con este emplazamiento se centralizaban las instalaciones hasta ahora dispersas —lagares, bodegas, almacenes, oficinas— y se reducían los costes de transporte al dotarse de mejores accesos terrestres y marítimos para las operaciones de aprovisionamiento y distribución. Para mejorar la logística comercial y dar salida a las exportaciones hacia los puertos de Gijón, Santander y Pasajes, la sociedad adquiría un vapor de fabricación inglesa, así como varias gabarras para el tráfico fluvial. Finalmente, se procedió a renovar el equipo productivo con la importación de trituradoras, encorchadoras, embotelladoras, máquinas de alambrar y para fabricación de cajas de embalaje.

En los mercados sudamericanos, la ampliación de la red de distribuidores fue seguida del registro de nuevas marcas —El Asturiano, La Asturiana, El Águila—, y de una intensificación de las campañas publicitarias con el objeto de compensar el retroceso de las ventas en Cuba y Filipinas. La competencia con otras empresas no dejó de apoyarse en la mejora de la calidad del producto como ventaja diferenciadora. En esa vía, entre 1898 y 1901, la Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio libraba a favor de VBF derechos exclusivos de explotación de dos patentes sobre un procedimiento de fabricación de envases impermeables, y un sistema de «conservación indefinida» de sidra espumosa. No debe olvidarse que, además de los mercados americanos, VBF nunca desatendió sus ventas de sidra natural en barriles en Asturias y en el mercado nacional —Madrid, León, Santander y La Coruña, principalmente."

En agosto de 1904 sociedad regular colectiva se transformó en anónima. Su capital social, en manos de las familias fundadoras, era de millón y medio de pesetas a las que hay que añadir activos como la flota o las participaciones de VBF (Valle Ballina y Fernández) en otras empresas tales como La Azucarera de Villaviciosa o Gijón Industrial, entre otras. Es entonces cuando la gerencia de Obdulio Fernández Pando, entre 1906 y 1927 llevó, "marcada por su liderazgo en los mercados americanos", a Sidra El Gaiter (o Valle Ballina y Fernández VBF) a una época de gran esplendor:
"Al papel de las casas de comercio que trabajan a comisión con la matriz, se añadía la renovación de los medios y campañas publicitarias —cuñas cinematográficas, patrocinio de eventos deportivos, financiación de giras musicales...—, reforzada con la institucionalización de los viajes periódicos a América de los directivos de la empresa y, en sentido inverso, de las estancias en Villaviciosa de los representantes de las casas de comercio. Entre 1900 y 1913, las exportaciones se multiplicaron por cuatro, a la vez que se registraban marcas comerciales —El Pelotari, Jai-Alai, Sagardua y Euskaria— específicamente orientadas a promocionarlas entre las colonias vascas. Como venía siendo tradicional, los cargamentos de sidra se completaban con los de embutidos, quesos y mantequillas y otros productos regionales. 

En estos años, la empresa acentuó la integración de su cadena productiva. La adquisición de fincas colindantes a la fábrica con vistas a ampliar instalaciones —dos nuevas bodegas que permitían 3 millones de litros de capacidad de almacenamiento—, se completó con la mejora de los medios de recepción y distribución —ampliación del muelle de embarque dotándolo de dársena y vagones de carga; compra de nuevas gabarras, de una lancha a vapor y de un nuevo buque de vapor—. El crecimiento de las ventas obligó a prestar atención a los suministros de materia prima: a la compra de nuevas pomaradas, se sumó la absorción, en 1907, de la champanera local Llaneza Hermanos, y la adquisición de una participación en la Sociedad Manzanera, una empresa que comercializaba manzana de mesa y de sidra. La renovación del equipo se acompañó con la instalación de alumbrado y electromotores, con la subsiguiente reorganización de los talleres de procesado.35 El paso final se tomaba en 1913 con una apuesta estratégica: levantar una fábrica para iniciar la producción propia de botellas, componente esencial de los costes de producción y hasta entonces adquiridas a productores catalanes y asturianos."

Es en esos años cuando se compran más fincas en La Espuncia y alrededores, se amplían las instalaciones y se aumenta la producción exponencialmente, mejorándose los sistemas de recepción y distribución, ampliándose el muelle con dársena y vagones de carga, nuevas gabarras, lancha a vapor y un nuevo buque también a vapor. Además, durante la Primera Guerra Mundial y hasta el crack de 1929 la producción de manzana de sidra continuó en ritmo ascendente:
 "El crecimiento de las ventas obligó a prestar atención a los suministros de materia prima: a la compra de nuevas pomaradas, se sumó la absorción, en 1907, de la champanera local Llaneza Hermanos, y la adquisición de una participación en la Sociedad Manzanera, una empresa que comercializaba manzana de mesa y de sidra. La renovación del equipo se acompañó con la instalación de alumbrado y electromotores, con la subsiguiente reorganización de los talleres de procesado. El paso final se tomaba en 1913 con una apuesta estratégica: levantar una fábrica para iniciar la producción propia de botellas, componente esencial de los costes de producción y hasta entonces adquiridas a productores catalanes y asturianos."

Pero el periodo de 1929 a 1939, aciago a nivel internacional y especialmente en España (luego el mundo entero pasará por una nueva guerra mundial) se anticipó incluso para El Gaitero con la muerte de Obdulio Fernández Pando en 1927
"... seguido, en los años inmediatos, del de otros miembros de las familias fundadoras que situaban a la empresa ante un amplio relevo generacional. En España, aun cuando en los años de posguerra el desabastecimiento de vino y cerveza facilitó su sustitución por la sidra, la caída generalizada de la renta acabó por afectar a la demanda de bebidas alcohólicas. Desde el sector se constatan tres tipos de respuestas: el cierre de numerosos lagares familiares —orientados hacia el autoconsumo y las ventas al margen de la fiscalidad—, la opción de algunos fabricantes por la sidra espumosa y, finalmente, la sustitución de los plantíos de pomaradas, intensivos en trabajo, por cultivos forestales —pino y eucalipto—, más rentables y menos exigentes en labores."

Al estallar la Guerra Civil la fábrica es incautada, haciéndose cargo de ella el Sindicato Único de Champán La Fusión, de filiación anarquista. Luego, tras la entrada de los nacionales en octubre de 1937, la empresa intenta recuperar su actividad anterior pero con muchos problemas de suministros, transportes y, por tanto, disminución de beneficios. Luego, como titula Suárez Valdés, a esa época, llegará "la difícil vuelta a la normalidad":
"Tras la caída de las exportaciones asturianas durante los años de la Segunda Guerra Mundial, el bienio 1949-1950 asistía a la recuperación de ventas, de las que un 50% correspondían al Gaitero  —un 80% dirigidas a Cuba, que había relevado a Argentina como principal mercado—. En Argentina y Uruguay las restricciones arancelarias y el apoyo estatal a los fabricantes nacionales obligaron a VBF a renegociar los acuerdos que mantenía con sus distribuidores tradicionales. Por entonces, tres empresas argentinas, —Raggio, Forchieri y Cía, Bodegas y Viñedos Santa Ana (Mendoza), y Fioravanti y Cía—, además de competir con El Gaitero en el mercado local, exportaban parte de su producción a las naciones vecinas.

Pese a la recuperación de exportaciones, la década de los cuarenta había sido testigo de una ruptura en los mercados de sidra espumosa: las ventas de El Gaitero en el mercado nacional ya triplicaban las exportaciones. Con vistas a fortalecer su posición en el mismo, la empresa ampliaba en 1944 su capital para financiar la modernización de la planta de dulces y mermeladas, para suscribir contratos con productores de remolacha azucarera, y para adquirir dos camiones con los que realizar la distribución directa. Desde 1947, comenzaba a elaborar orujo de manzana y, desde 1951, tras contratar maestros alicantinos, turrones y confituras: además de mejorar sus economías de gama, se buscaba establecer sinergias comerciales y de marca."
En la década de 1950 la pérdida de mercados durante la autarquía, así como las oscilaciones del precio de la manzana, harán padecer muy especialmente al sector, a lo que se añadiría, incrementándose durante las dos décadas siguiente, con las transformaciones sociales, de gustos y de cosumo
"... junto a los seculares problemas técnicos y agronómicos, se incorporaba como novedad la referencia a los nuevos hábitos de consumo (refrescos, cerveza) y a la decadencia de las tabernas o «chigres» como espacios tradicionales de sociabilidad y consumo colectivo de la sidra. Todo ello agravado al incidir sobre unas industrias sin reglamentar y escasamente competitivas tanto por sus costes de fabricación como por sus problemas financieros.46 Por último, y en relación con la materia prima, se consideraba el escenario de una futura liberalización arancelaria de la economía española: llegado ese momento, los mayores precios pagados por Reino Unido, Holanda y Alemania, acabarían por «acaparar» toda la cosecha asturiana, con el consiguiente aumento de los precios de la sidra. En esa situación, se añadía, el vino sería el principal beneficiario."

Para contrarrestar esta situación, Valle Ballina y Fernández asumió abrirse paso en esos nuevos hábitos de consumo tal y como estos habían hecho para extenderse en la sociedad, con importantes inversiones en publicidad,. Junto con eso irían adquiriendo otras marcas de la competencia:
"Desde 1960, VBF diseñó un plan de negocio entre cuyas prioridades figuraba la de rentabilizar los nuevos hábitos de consumo asociados tanto a la elevación de la renta familiar como al boom turístico. Uno de sus pilares descansará en una costosa campaña publicitaria de radio y televisión en las principales ciudades turísticas españolas orientada a convertir la sidra en «bebida de verano» con vistas a modificar la acusada estacionalidad de su consumo, centrada en las campañas navideñas. El otro se dirigió a ampliar su cuota de mercado por la vía de neutralizar la competencia de otras marcas: en 1964 adquiría una empresa histórica del sector, Industrial Zarracina, que a su vez detentaba la propiedad del 54% de Vereterra y Cangas. Con la absorción, además de adquirir una posición dominante en ambos mercados, el nacional y el americano —en este último alcanzaba el 60% de las ventas—, ampliaba la gama de su oferta de derivados ya que Vereterra y Cangas, además de sidra espumosa, elaboraba mermeladas, confituras, sirope, gelatinas, galletas y productos de repostería. Por otro lado, siguió ampliando la comercialización de subproductos de la manzana: vinagres, orujos, purés de manzana obtenidos por gelatinización de la pulpa, jugos y pectina —obtenida de la «magaya» resultante del prensado, y destinada a las industrias farmacéutica, láctea y alimentaria."


En los años 1970 se hace patente aún más el problema del abandono del campo por familias enteras, algo que ya se arrastraba desde pasada la posguerra e incluso antes, pero que alcanzó grandes cotas, por lo que también hubo que hacer frente a eso y a ciertos estereotipos de consumo que se habían venido manifestando respecto a la sidra achampanada:
"En 1972, Asturias, que venía produciendo el 80% de la manzana española de sidra, se había convertido en importadora. El éxodo rural y el abandono de pomaradas dejará su huella en el parque lagarero, reducido en 1980 a 216 lagares con una producción de sidra natural de 40 millones de litros/año —un 92% se consumían en la propia región, se exportaba un 0,25%, y un 8% se destinaba al mercado nacional—. Aquel mismo año, la producción de sidra espumosa en España era de 10,5 millones de litros —9 se elaboraban en Asturias—, que en un en 85% se consumían en España.53 Aceptada la pérdida del mercado americano, el «sindicato champanero» aprobaba aquel mismo año una inversión de 2 millones de pesetas en campañas publicitarias que pretendían ampliar las ventas en el mercado nacional por tres vías: la de combatir la imagen de la sidra espumosa como «champán para pobres»; la de tratar de desestacionalizar su consumo —el 70% del mismo se concentraba en las fiestas navideñas—, y la de intentar «sacar» la bebida del ámbito doméstico y llevarla a los restaurantes explotando sus ventajas culinarias.

Para VBF, con posición dominante en los mercados, la reinversión de beneficios y sucesivas ampliaciones de capital, sirvieron para renovar equipos, mejorar sus sistemas de gestión —construcción de un nuevo edificio de servicios centrales—, y para ensayar la producción de sidra en botellines. En 1976 se daba un paso más en la integración de la cadena productiva con la constitución de la sociedad Concentrados de Villaviciosa S.A. (Almunia de Doña Godina, Zaragoza): la producción in situ de zumos concentrados de manzana, además de regularizar la oferta de manzana, reducía los costes de transporte. El mismo sentido integrador tendrá la adquisición de Gráficas Summa (1989), proveedora de etiquetas, papel, cartonaje y publicidad."

Acabando el siglo XX la competencia no era tanto entre sidra de diferentes fabricantes, españoles o foráneos, como en otros productos sustitutivos. Seguimos con los magníficos datos y comentarios que nos ofrece Joaquín Ocampo Suárez-Valdés:
" en 1997, el consumo español de cerveza por habitante y año era de 53 litros, de 34 en el caso del vino y de 1,7 en el de la sidra. En 2009, los 10.241 millones de litros de «bebidas» consumidos en España se distribuían entre aguas envasadas (32%), gaseosas y refrescos (30%), cerveza (22 %), vino (7,50%), zumos (6,25%), bebidas espirituosas (2%) y sidra (0,25%). En términos europeos, la producción española de sidra representaba el 8% del total (10 millones de Hl), frente al 11% de Francia, el 13% de Alemania o el 58% del Reino Unido.

Dela producción española de sidra —72 millones de litros: 40 de sidra natural y 32 de sidra espumosa—, un 80% salía de 93 lagares asturianos. Entre 2000 y 2012, la producción asturiana de sidra espumosa osciló entre los 18,3 y los 21,76 millones de litros —un 69% elaborados en Villaviciosa—, de los que entre el 12 y el 20% se destinaron a la exportación. A los destinos tradicionales—renovados por el protagonismo de Estados Unidos y Portugal— se añadieron las primeras campañas para penetrar en mercados emergentes —acuerdos de distribución con empresas rusas y chinas—. En facturación, el liderazgo exportador seguía correspondiendo a El Gaitero. Sin embargo, el valor de las exportaciones españolas —entre 4 y 5 millones de euros— no cubría el de las importaciones —entre 12 y 13 millones de euros, en un 50% procedente de Irlanda y Reino Unido, y el resto de Alemania— destinadas a las colonias turísticas y de residentes extranjeros en Canarias, Cataluña y otras regiones mediterráneas."

Y llegaríamos así a un periodo que llegaría a nuestros días, una revisión de las exportaciones, la apertura a nuevos productos, los platos precocinados, las nuevas sidras, la sidra sin alcohol y la adquisición también de viñedos:
"En la década de los noventa, VBF revisaba su política exportadora. En 1996, vencía el contrato de cesión de la marca El Gaitero a las empresas argentinas distribuidoras. Argentina, además de consumir 120 millones de litros/ año —más del doble de la demanda española—, constituía una plataforma para acceder a Mercosur. Por vez primera desde su fundación, se abordaba la producción directa de sidra fuera de Asturias a través de la constitución de Valle, Ballina y Fernández-Argentina —participada al 80% por la matriz—. Aquel mismo año se constituía en Portugal la sociedad Importadora de Sidra S.L. con la pretensión de ampliar allí su presencia. Por último, con la adquisición en 1997 de La Piquera S.A. (Siero, Asturias), empresa de platos tradicionales precocinados y enlatados con presencia en el mercado nacional e internacional, VBF fortalecía su línea de conservas alimentarias. 

La aprobación en 2003 de la «Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias» abría nuevas expectativas para todo el sector y permitía a VBF explotar el valor añadido representado por sus pomaradas: además de las variedades de sidra espumosa tradicional, se posicionaba en las gamas de sidra natural con DOP y de sidras «de nueva expresión», ambas distribuidas a través del canal de la restauración. La oferta se ampliará con sidras «de hielo», con el «tercio El Gaitero» —dirigida al mercado anglosajón—, «El Gaitero Sin», y sidras de doble fermentación (cava). El objetivo perseguido era adaptar una bebida centenaria a nuevos espacios y formas de consumo que permitiesen su desestacionalización. Por último, en 2006, VBF iniciaba su última apuesta industrial: la adquisición del 50% de Viñedos de Alfaro S.A. (Aldeanueva del Ebro, La Rioja). Además de tintos de crianza y jóvenes, no se descarta la entrada en los vinos espumosos blancos o cavas a partir de las variedades de uva de la propia plantación. En cualquier caso, la entrada en este sector, deja abierta al futuro la puerta para que El Gaitero acabe por convertirse en productor de los dos «champanes» en disputa en el mercado español, el de uva y el de manzana."

En esta magna exposición de este ilustre profesor, independientemente de periodos económicos, transformaciones sociales, históricas, hábitos y precios, saca unas, a nuestro entender, muy importantes conclusiones de las que deseamos aportar aquí lo siguiente:
"... la capacidad de respuesta de la empresa a los cambios en el entorno económico en que se movía: la progresiva desaparición, desde 1930, de las exportaciones ultramarinas; la reconquista del mercado interior; las duras condiciones de ventas asociadas a la autarquía y, desde los años sesenta, la competencia de otras bebidas o el abandono de las pomaradas tanto por el éxodo rural como por la sustitución de las mismas por otros cultivos más lucrativos... 

No cabe duda de que la explotación de los archivos empresariales de otras firmas del sector permitirá alumbrar nuevos casos, contrastar, abrir debates, mejorar la información disponible y superar la provisionalidad de las conclusiones alcanzadas en estas páginas."

Y otra firma del sector es, por ejemplo, la famosa Sidra Mayador, cuyo origen es la firma M. Busto, de Manuel Busto Amandi, que aunque nacido en Celada (Poreñu) vivía en La Cuesta, de Tornón (quintana bajo la que ha pasado el Camino, dedicándole la oportuna entrada de blog), empresa sidrera que fundó en 1939 y recién pasada la Guerra Civil, elaborando sidra natural alquilando varios llagares de la zona, uno de ellos el que había aquí, en La Trocha, otro hito pues en la historia de la buena sidra asturiana de Villaviciosa, la llamada Capital Manzanera


Manzanas que también nacen aquí, a la izquierda del Camino, donde la pumarada de El Gaitero se extiende hasta la iglesia de Santolaya (Santa Eulalia) de Carda, ladera arriba bajo la cumbre del Monte Agüelle, estribaciones septentrionales del Monte Cubera, montaña emblemática de Villaviciosa por excelencia


Justamente detrás, a su izquierda, está La Retoral, la casa del párroco, y más arriba La Payariega, hermosa quintana asturiana de la que vemos su parte norte, la más umbría y menos llamativa pese a sus vistas sobre La Ría. Hubo en La Viesca la Payariega viejas canteras de piedra, como las de Abéu y La Ería de Carda, pero el lugar se hizo famoso en el mundo jacobita por haber sido ahí habilitado el albergue La Payariega, de donativo y acogida tradicional de peregrinos


Carda, tierra de cardos, del latín carduum, cardo, es en nuestros días tierra de pumares, el erudito José Caveda y Nava creía que en el lugar pudo haber un monasterio dependiente de San Salvador de Celoriu. Tengamos presente que en la alta Edad Media podía llamarse a una muy pequeña comunidad de monjes residentes que administraban tierras, territorio y rentas, o incluso a alguna familia acogida a algún voto o regla religiosa


Para Caveda, el viejo monasterio aquí existente habría desaparecido, dejando sus propiedades en manos de colonos y renteros, sus noticias aparecen efectivamente en la documentación monacal de Celoriu según explica el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos:
"De la antigüedad de esta parroquia se sabe, por documentos del monasterio de Celorio, que ya era conocida en el siglo XIII, pues el caballero de ella Alfonso González llevaba propiedades que le había dado el abad del monasterio D. Gonzalvo, éste agradecido hizo donación de la mitad de su hacienda al monasterio, mientras iba de viaje con el Infante a cuyo servicio estaba. Así lo dice una escritura hecha en pergamino y fechada el 13 de agosto de 1246: "In tantum fose en esta carrera, que vo en servicio del Infante"; y añade esta cláusula: "y estas heredades Carda ye Fontobial, deben ficar pobladas, ye con linos, ye cabadas, ye con pan verde y secu..."; y más abajo: "E per si D. Alfonso tornase desta carrera, el monasterio aya las sus heredades libres, e D. Alfonso las suas"

Carda extiende sus términos hasta Les Caleyes, barrio que en nuestros días ya forma parte del casco urbano de La Villa. De esta proximidad nació la tradición, recogida también por Caveda, que Carda estuvo unida a La Villa durante algún tiempo, por ello los vecinos de esta cantaban esta copla:
De todas las parroquias
de La Villa alrededor,
la de Santa Eulalia de Carda
es la que lleva la flor

Les Caleyes es además un emblemático lugar donde está el campo de fútbol del equipo local, el Club Deportivo Lealtad, fundando en abril de 1918 y cuyas instalaciones ya vemos desde aquí: el Camino pasará muy cerca de ellas, a escasos metros a su izquierda. Más allá son los edificios de El Pelambre, zona de expansión urbana en la que antaño los vecinos tenían sus paneras, retiradas del lugar en 1867, donde se hizo el Alcantarillón de El Pelambre, dentro de las obras de saneamiento acometidas en la época, que sigue dando servicio


Más atrás, en El Cantu Cuetu o Monte Coroña, faldas de La Peña Castiellu, se extiende La Carbayera Sorribes, magnífico robledal autóctono, que inspiró  El Cantar del Cuquiellu de Ramón Rivero con música de Renedo:
En el bosque de Sorribes
non vien el sol
abre el güeyu
ya fai días que se escucha
el cantarín del cuquiellu

Cantar que anuncia a la xente
faciéndola muy feliz.
Ye que se acerca el buen tiempu
nel que se siembra el maíz

Cu-cú cu-cú diz el cucu
que si nun nació el to maíz
pa San Xuan
la xente muera de risa
van llamate folgazán.

El cantarín del cuquiellu
pa les moces casaderes
ye rueda de la fortuna
que consulten muches veces

Por eso non bien lu oyen
dicen con miel en la boca
"Paxarín di cuántos años aún
me falten pa la mio boda"

Cu-cú cucú, die el cucu
entre la enramada.
Si la que pregunta ye una moza guapa
en cuanto que güelva
de servir al reu
el que te cortexa
te fará so muyer.

Pero si ye fea la moza
o sosa o vieya el gandúl
empieza pero non acaba
diciendo cu-cú cu-cú cu-cu.

Cú-cu cucú cucú

En un claro se divisa, sobre los tejados de El Pelambre, El Palacio Sorribes, casa mencionada ya en el siglo XIV en documento de donación de Juan I a la mitra ovetense (1383). Miembros de la estirpe de la casa, ilustres marinos, participaron en la batalla de Lepanto, en la defensa de A Coruña y en la Armada Invencible, siéndoles concedido el título de marqueses del Real Transporte la hacerse cargo del transporte de Carlos III, familia y séquito, de Nápoles a España en 1759. Leemos en Wikipedia
"Se ubica en una ladera del monte Coroña, rodeado por praderías y con el bosque de La Carbayera vinculado a la propiedad. En la muralla de acceso al recinto palacial se conservan dos de las torres que conformaban la muralla medieval de Villaviciosa, trasladadas a este lugar a mediados del siglo xx

La primera mención documental a una casa señorial en Sorribas data de 1383, tratándose entonces de una posible torre medieval, a la que se fueron añadiendo elementos en los siglos posteriores. En su configuración actual, es una construcción del siglo xvii, con algún elemento aislado anterior (caso de una ventana tardogótica que aún se conserva en el cuerpo anexo al edificio principal). El edificio principal cuenta con dos plantas, en las que se conserva mobiliario histórico de los siglos xviii al xx, así como un fondo documental de suma importancia, con un primer documento datado en 1581."

Más arriba, sobre La Carbayera, asoman un tejado y una espadaña, son los de la iglesia de San Julián de Cazanes, que conserva elementos románicos de su traza original, así como barrocos y de otras intervenciones posteriores. Es mencionada dentro de las parroquias del Arciprestazgo de Villaviciosa en el inventario de Gutierre de Toledo, hecho entre 1385-86, en estos términos
"San Iohán de Caçanes húsanla apresentar padrones herederos. Es capellán (...) Ruy Martinez e beneficiado Alfonso Ferrándiz. Ha de manso seys días de bues. Los diezmos pártense en esta manera: el terçio lieva el obispo e el terçio el capellán e el terçio el beneficiado. Pagan de procuraçion quarenta e seys mrs. Riende esta capellanía (...) mrs. e el benefiçio (...)."

Una mención anterior del territorio de Cozanes de Maliaio, fechada en 905, con la supuesta donación que Alfonso III El Magno y su mujer Ximena realizan a la catedral de San Salvador, es realmente una interpolación de las hechas por el obispo Pelayo en el siglo XII para su Liber Testamentorum. Se celebra tradicionalmente al patrón a primeros de año con un gran magüestu de castañes


Por entre los árboles El Ríu de Vega, un arroyuelo, forma la encantadora cascada de Sorribes antes de dar sus aguas al Ríu Llinares o Linares o de Amandi, formado por la unión de los de Valdediós, Sotu, Viacaba y Espadañal para formar el estuario de Villaviciosa, La Ría, de ahí que en menciones antiguas aparezca denominada como Ría de Linares


A nuestra derecha, unos silos, grandes, enormes y cilíndricos, señalan el final de la bajada


Silos de la pumarada de El Gaitero, cuya entrada y edificio de la Exposición permanente vemos de nuevo, ahora a nuestra altura, con el Pelapotros, el Altu la Cruz y La Cobertoria a lo lejos



Y esta es la bifurcación de La Trocha: el Camino sigue de frente para subir a la iglesia de Carda, a la derecha podemos ir al albergue La Casina de Montse, que seguimos viendo en todo este tramo


En la pared de la cuadra que mira a este cruce hallamos las correspondientes flecha y concha de confirmación que hemos de seguir todo recto


Nada más bajar empezamos a subir, una rampa recta entre torres de alta tensión


A nuestra izquierda, la finca de Villa Langreo, casa con hórreo junto a la que pasaremos en la subida a la iglesia. Más arriba está el barrio de Abéu, que no llegamos a ver desde aquí


Por Abéu es por donde va la carretera Villaviciosa-Miravalles-Los Pandos, gestionada por el Ayuntamiento en 1855 pero cuyas obras no comenzaron hasta 1862, es la actual AS-330, la famosa carretera a Colunga por Puente Agüera, que discurriendo por el interior, apartada de la costa más de una vez se empleó como alternativa a la N-632 en casos de cortes, caravanas, retenciones, obras, argayos, etc.


A la derecha más pumarada. Es posible que antes que a Valle Ballina y Fernández, El Gaitero, otros manzanos anteriores a estos suministrasen al llagar que allí existió hace tiempo. Realmente el consumo de sidra en Asturias está demostrado plenamente desde hace 2000 años, y así se entresaca de los hallazgos arqueológicos de Sobia, en Teberga, pues aparecía entre el sarro de los dientes de los restos de los astures hallados la evidencia que tomaban ya esta bebida de manzana fermentada . Una referencia clásica posterior, el zhytos del geógrafo Estrabón, no estuvo nunca claro si sería sidra o cerveza


La procedencia etimológica de la palabra sidra da lugar también a controversia, por ejemplo la sicera de San Isidoro él mismo la definía como "toda bebida que, aparte del vino, puede embriagar", y el mismo Evangelio de Lucas, 1,15, "et vinum et siceram non bibet" (tampoco beberá vino ni otra bebida fermentada). En Asturias será en el famoso documento Ego Fakilo del año 803 donde se la denomine por escrito por primera vez que se conozca, que beberla, desmostradamente, viene de milenios atrás. En Reseña de la sidra asturiana, de Francisco José Rozada Martínez, Cronista Oficial de Parres, artículo publicado en El Comercio el 3-8-2014, se explica así ese documento:
"El documento más antiguo de la Edad Media Española, perteneciente al Reino de Asturias, se denomina Ego Fakilo y se conserva en la Catedral de Oviedo, datado el VIII idus iulias era DCCCXXXXI (correspondiente al 8 de julio del año 803 de nuestra era) y en él se recoge la donación que una rica terrateniente hace para erigir el Monasterio de Santa María de Libardón, en Colunga. Es el primer original que se conserva de la Monarquía asturiana en el reinado de Alfonso II. Escrito sobre pergamino de piel de cordero, con una tinta obtenida a base de óxido de hierro, en un latín muy alejado del clasicismo y con caligrafía visigótica, Fakilo, especifica que entrega villas, bosques, viñas y manzanos para elaborar mostos y sidra, a fin de que obtengan réditos económicos mediante su explotación para la fundación y mantenimiento del monasterio citado."

A partir de entonces, las referencias a la sidra en Asturias serán constantes, empezando por las de los monasterios, inventariando la extensión de sus pumaradas y los contratos de sus cosechas, comercialización de las manzanas (de mesa y de sidra), etc., para seguir su historia volvemos al excelente trabajo de Ocampo Suárez-Valdés:
"En Asturias, son escasas las referencias grecolatinas a la sidra. La diplomática medieval ofrece información más detallada: desde el siglo viii, diferentes fuentes monásticas prueban la extensión de los pomares y de los contratos sobre sus cosechas, y aportan noticias sobre comercialización de la manzana de mesa y de sidra. En el siglo XVII, el sector se hallaba consolidado: en 1622, Valdés escribía: «Hácese mucha sidra de manzana y algunos no sienten con ella falta de vino». En 1695, Carballo confirmaba el carácter comercial de la bebida: «la manzana es tanta que no pudiendo gastarse toda en esta tierra, se lleva mucha cantidad a otras partes».Varios factores explican estos hechos. En primer lugar, la disponibilidad de mayores reservas de espacio agrario inducida por la penetración del maíz en el terrazgo. En segundo lugar, las estrategias desplegadas por colonos y hacendados para afrontar la mayor presión fiscal y la elevación de las rentas agrarias. Para los primeros, se impuso la búsqueda de fuentes complementarias de ingresos, con especial atención a los cultivos de mayor valor comercial; fue el caso de los pomares cuyo laboreo adehesado permitía simultanear pastos, hierba y frutales. Para los hacendados, propietarios de lagares y pomaradas, el proceso de sustitución de tierras de vid o de castañares por plantíos de manzano venía a reforzar sus propias rentas."

Luego, en los siglos XVIII y XVIII llegaría "el furor y la manía de plantar", como cuenta Suárez-Valdés citando al mencionado Caveda:
"En el Informe de ley agraria (1795), advertía Jovellanos de que, en Asturias, «huertas de naranjas y aun muchos prados y heredades, se convirtieron en pomaradas por el aumento del consumo y precios de la sidra», y «dado que la plantación crece prodigiosamente», se corría el riesgo de que se perdiesen «muchas tierras excelentes para la producción de maíz o escanda, o para prados de guadaña». La ampliación del consumo y comercio de sidra se veía limitado por las propias técnicas de elaboración: no tenía «mucha duración ni sufre los riesgos de un largo transporte, y mucho menos los de una distante navegación». Opinión refrendada en 1786 por J. Townsend. En Villaviciosa, concejo sidrero por excelencia, en 1753, las «tierras de pomares para hacer sidra» abastecían a 29 lagares que alcanzaban una producción de 600 pipas (300.000 litros) cada dos años. En 1805, un ilustrado local, Caveda y Solares, refiriendo el «furor y la manía de plantar», hallaba en los precios de la bebida la lógica a tal expansión: los pomares «ocupan en el día una buena porción de terreno y dentro de poco ocuparán mucho más porque el provecho que redunda es el de más interés». Tras analizar el proceso de elaboración de la sidra —lavado, prensado, trasegado...— y la tipología de los lagares, se refería a los mercados: además del consumo local en tabernas, ventas y posadas, se expendía a Galicia, Vizcaya y «aun para el interior del Reino» y para América, tanto en pipas y pipotes como en botellas."

Varias causas favorecieron grandemente la producción sidrera en Asturias, entre ellas las reformas liberales con los cambios de propiedad de las desamortizaciones, civil y eclesiástica, que ayudaron a la tendencia de mayor mercantilización de las cosechas, la bajada del precio del trigo en un periodo tan largo como de 1814 a 1815, por el que munchos campesinos prefirieron dedicar los terrenos a productos más rentables, como el manzano de sidra, y la demanda de los emigrantes de ultramar, sin embargo eso llegó paulatinamente, el mercado principal siguió siendo, mucho tiempo, el interior:
"Aun cuando, desde 1802, la Junta General del Principado, a instancias de los cosecheros de sidra, venía insistiendo en «la importancia de fomentar sus ventas en América», el mercado regional seguía siendo su principal destino. Una encuesta agraria de 1850 señalaba que «de pocos años acá, se nota en el labrador un principio de desarreglo en el uso de la bebida y en la moralidad». Para las mismas fechas, en las villas mineras y fabriles, se achacaba al consumo de sidra la extensión de la «holganza y criminalidad». Otro tanto cabría decir de los hábitos de bebida en las villas marineras: «No hacen uso apenas del vino. Durante el día, para el desayuno, comida y cena, y a todas horas que puede, el pescador bebe mucha sidra». El Anuario Estadístico de 1858, situaba a Oviedo a la cabeza de las provincias consumidoras de sidra y cerveza. A mediados del xix, las 38.000 pomaradas de Asturias ocupaban 14.000 días de bueyes (1.761 ha) y producían 7.000 pipas anuales de sidra (3,5 millones de litros).18 En 1850, en el concejo de Villaviciosa, la extensión del plantío había multiplicado por 8 los valores de 1753 —3.317 días de bueyes frente a los 400 del catastro de Ensenada—, y por 5 los de producción de sidra —1,3 millones de litros frente a 300.000—. El concejo representaba el 24% de las pomaradas y el 37,8% de la producción regional."

La producción de sidra en Villaviciosa, y en Asturias en general, no dejó de crecer a partir de 1850, pasando de 3.5 millones de litros al año a 18,5 en 1900, o incluso 25 millones en otras estimaciones, gracias a las mejoras en la producción, rendimiento e innovaciones:
"El auge del sector fue compatible con un tejido empresarial que apenas había arrinconado el empirismo en el tratamiento de las pomaradas y en los procesos de elaboración: en 1846, la Sociedad Económica de Amigos del País ofrecía 640 reales a quien «revele un método sencillo, seguro y poco costoso de conservar la sidra en envases de madera por más tiempo de dos años y sin detrimento de su calidad», y otro de igual cuantía a quien facilitase «el medio de transportarla al extranjero». En ambos casos, la convocatoria quedó desierta. En 1853, desde la agronomía, se insistía en la necesidad de difundir los conocimiento de la química aplicada como medio de «mejorar la sidra o componerla de modo ventajoso para poderla exportar y ponerla en competencia con la de Normandía». Durante la segunda mitad del siglo, a la par que se difundían en España los trabajos de química agrícola de Liebig, en las monografías sobre pomología se mostraban los beneficios de podas, injertos, insecticidas o fertilizantes como vía para mejorar el tratamiento industrial de la manzana. "

Y es entonces cuando, acabando el siglo XIX triunfa en Asturias, tras varios precedentes, el proceso de champanización, siendo entonces cuando surge Valle Ballina y Fernández:
"Aunque la sidra espumosa —indistintamente citada como «gasificada», «champanizada» o «sidra-champagne»— elaborada por procedimientos similares a los practicados en el gran distrito vinícola de Éparnay (Marne) se venía importando en España en pequeñas cantidades desde el siglo XVIII, su difusión no se hará visible hasta la década de 1830. En estos años, coincidiendo con el fin del exilio liberal —también con la generalización de los tratamientos balnearios y la elaboración de aguas medicinales minerales y carbonatadas por laboratorios químicos y farmacéuticos—, se iniciaba en Cataluña la producción de vinos espumosos. En Asturias, si los ensayos experimentales pioneros datan de 1834, los primeros proyectos industriales se retrasaron hasta 1857 (Industrial Zarracina: Somió, Gijón) y 1875 (Industrias Cima: Colloto, Oviedo), respectivamente. En ambos casos, se trataba de empresarios que contaban con experiencia comercial previa en los mercados ultramarinos y en la producción de sidra natural y que, además de viajar a los establecimientos franceses productores de champán, contaron para sus proyectos con la colaboración inicial de farmacéuticos locales, llegando en algún caso a fundar sus propios laboratorios químicos. Desde la óptica empresarial, las pautas de reproducción de las formas de sociabilidad en sus comunidades de origen —entre las que se contaba el consumo de sidra— por parte de las colonias de la emigración asturiana, fueron pronto percibidas como una oportunidad para ampliar mercados.

Pero será entre 1880 y 1900 cuando en el registro mercantil se perciba una auténtica «fiebre» societaria con la inscripción de 8 empresas champaneras:23 con un empleo medio de 10 a 15 operarios, una producción de 5 a 20.000 cajas anuales destinadas a las repúblicas americanas, y un capital social no superior a 1,5 millones de pesetas, conformaban un tipo de empresa familiar cuyo negocio exportador se circunscribía a una suerte de mercados «cantonalizados»: cada empresa se apoyada en su capital relacional para exportar fundamentalmente a las colonias asturianas oriundas de los concejos o comarcas sidreras en las que se hallaban enclavadas las fábricas de sidra."

Hasta ahí llega, al otro lado de la carretera, la finca de La Espuncia de la Fábrica El Gaitero, donde, vallada, hay una bella pumarada más, aquella, en los llanos prados de El Porréu, mirando a Bedriñana y su histórico paso caminero del Altu la Cruz


Allí, un ramal que sale de la carretera sigue hasta la orilla, donde se encuentra uno de los observatorios de aves. En la web Comarca de la Sidra nos informan de su situación y características

Distribuidos por toda la ría de Villaviciosa, disponemos de varios puntos de observación para ver y disfrutar de las muchas especies de aves que aquí invernan y realizan una parada en su paso migratorio. Algunos de estos puntos de observación cuentan con caseta de avistamiento; otros con paneles explicativos de las aves que por allí se pueden ver; y otros, simplemente son lugares, que donde con nuestro equipo (prismáticos, guía de aves, libreta para apuntes, etc.) son un sitio perfecto para la observación.

Puntos de observación de la reserva natural:
 
El Puntal 
Centro de interpretación 
El Cierrón El Gaiteru 
Sebrayu 
La Ancienona de Seloriu 
Observatoriu de EL Picu 
Misiegu

En Bedriñana, El Retiro y su porréu, con la subida por L'Arpayu La Ermita y Paniceres a La Pola/El Llugar, cerca de la iglesia de San Andrés, que conserva importantes restos del Arte Asturiano (prerrománico) y era paso de los antiguos caminos a Les Mariñes. Se celebra la muy sonada fiesta de La Velilla, por eso se canta:
San Mamés está en Argueru
La Velilla en Bedriñana
y San Roque está en Tazones
que es el que lleva la palma

Pumar en primavera con Les Cases de Ángel Suardíaz en La Trocha. La fábrica de La Espuncia favoreció el crecimiento urbano de La Villa a Les Caleyes de Carda y a lo largo de la carretera de Colunga (N-632), en base en buena parte a viviendas obreras como esta


Más arriba está la nave de Hórreos Llera, constructores de hórreos y paneras, como su nombre indica, al lado de una curva cerrada a la izquierda


La concha que confirma nuestra dirección está bien visible en este punto, pero ahora prestemos máxima atención al llegar, la final del muro, a la siguiente curva y cruce


En este cruce el camino original bajaría directamente a la derecha para llegar directamente a Les Caleyes por la N-632, que cruzaría unos metros más allá, pero la carretera, que carece de arcenes en ese lugar, El Túnel, donde estuvo el antiguo matadero, ha dejado aún sin más espacio para viandantes el tramo por el que pasa bajo el puente la Autovía del Cantábrico, resultando sumamente peligroso caminar por ahí


Por ello y desde 2015, se ha optado por señalizar la alternativa de subir hasta lo alto del campo de la iglesia, donde pasaremos encima de dicha autovía y, tras cruzar el camino de La Trocha a La Payariega, bajar a Les Caleyes por una senda que evita el peligroso trecho de la carretera. "Villaviciosa desviará el Camino de Santiago en Carda por seguridad", así titulaba la noticia de esta desviación la corresponsal de El Comercio Lydia Is a fecha d 2 de diciembre de dicho año:
"El alcalde de Villaviciosa, Alejandro Vega, anunció ayer que el Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias ha autorizado al Ayuntamiento a desviar de forma provisional el trazado del Camino de Santiago en la parroquia de Carda. «El pasado mes de octubre solicitamos una modificación por razones de seguridad y el Consejo del Patrimonio la ha informado favorablemente en su última reunión», explicó el regidor.

Para su petición, el equipo de gobierno maliayo se basó en un informe elaborado por Miguel Ángel Naredo, responsable del Servicio de Turismo de la Mancomunidad Comarca de la Sidra, en el que destacó el riesgo que supone para la seguridad de los peregrinos el tramo comprendido entre la parroquia de Carda y el enlace con la calle Ciaño Canto, ya en el núcleo urbano de Villaviciosa. «Es un espacio en el que se produce un cruce de vías entre el paso elevado de la Autovía A-8 y la carretera N-632, de alta peligrosidad porque obliga al tránsito peatonal durante unos doscientos metros a través de una vía sin arcén y acotada por guardarraíles», detalló.

Naredo presentó también al Principado una propuesta, consistente en conducir a los peregrinos por un vial semiparalelo a la A-8 y que finaliza en el mismo punto de llegada que el trazado oficial del Camino de Santiago. «Se trata de incrementar una ruta en unos doscientos metros, pero sobre todo lo que aumenta es la seguridad de los peregrinos», defendió. Con esta medida, se evita el paso por una vía que cuenta con un importante volumen de tráfico, tanto de turismos como de camiones.

Nueva señalización

Ahora, una vez que la propuesta ha sido aprobada, el Ayuntamiento de Villaviciosa deberá indicar adecuadamente el trazado con las señales oficiales de la ruta jacobea. Asimismo, el Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias dará cuenta a la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias de la situación de riesgo que ha forzado a adoptar esta medida.

El objetivo es cumplir con otra de las reivindicaciones del equipo de gobierno maliayo. «Planteamos la posibilidad de habilitar un paso o pasarela a través del badén de la carretera Nacional y por el interior de los guardarraíles entre Carda y la calle Ciaño Canto», explicó Vega."

Hay flechas amarillas en el suelo y en esta llábana o losa colocada en vertical una concha constituye el símbolo caminero oficial que nos orienta sobre la dirección a seguir


Desde La Cuesta la Iglesia o Camín de Misa nos despedimos de La Espuncia, símbolo del despegue industrial asturiano en base a un producto tan autóctono como la sidra, así como oportunamente diversificado, algo en lo que tuvo muchísimo que ver la emigración masiva de asturianos en el siglo XIX:
"Distintos factores contribuyen a explicar aquel auge. Desde la oferta, la «incesante aportación del dinero indiano», responsable de las numerosas iniciativas empresariales finiseculares. En la mayoría de los casos, a la aportación financiera se añadía la empresarial: junto a los capitales, se repatriaban empresarios con experiencia gestora y una amplia red clientelar en los mercados ultramarinos. En segundo lugar, el arancel Cánovas (1891), al hundir las importaciones de vinos espumosos franceses, ofreció incentivos a la sustitución de importaciones. Desde la demanda es indispensable considerar el papel del mercado americano, destino de más del 98% de la producción, y que obliga a recordar que la década finisecular, coincidiendo con la inserción de las naciones latinoamericanas en el mercado mundial, asiste a una aceleración de los flujos migratorios asturianos. Entre 1884-1900, 74.479 asturianos emprendieron el viaje hacia aquel destino, y otros 88.386 en la década siguiente, cifras elevadas si las consideramos en términos relativos a la población regional. Argentina y Cuba serán los principales destinos de una corriente migratoria que el Negociado de Emigración español consideraba «alarmante». Así, oferta y demanda creaban oportunidades y margen de crecimiento para las nuevas empresas a condición de que sorteasen algunas limitaciones de partida: atraso técnico en el equipo transformador y en las industrias auxiliares, limitada escala de producción y competencia de otras bebidas alternativas."

Desde aquí el peregrino seguirá asombrándose de su gran extensión, producto de su expansión y capacidad de adaptarse a los cambios y transformaciones, no pocas veces drásticos, acaecidos en Asturias, España, y el mundo entero donde es internacionalmente conocida, como su lema indica y como leemos en la página Asturias Paraíso Natural:
"La Espuncia está estratégicamente situada entre la carretera N632 y la ría de Villaviciosa, en un paraje de extraordinaria belleza. La implantación fabril, que comenzó a finales del siglo XIX, con el primer edificio para la elaboración de sidra y la bodega, va teniendo sucesivas ampliaciones y reformas en los edificios que se construyen, dando como resultado un conjunto arquitectónico de singular interés, armónico con el entorno y de contenidas volumetrías, y con la singularidad de contar con embarcaderos en la ría más larga de Asturias, Reserva Natural merced a la riqueza de su biodiversidad de aves acuáticas.

El Gaitero es más que una marca y una fábrica, simboliza una forma familiar de hacer empresa, basada en una materia prima y un producto vinculado directamente a la esencia natural de la tierra asturiana, cuna de la sidra por excelencia. La fábrica es visitable, y sin duda merece la pena conocerla, para entender de esta manera la esencia asturiana y su historia."

La Espuncia es un fitotopónimo, es decir, un topónimo relacionado con las plantas que da además nombre a unas casas de Carda y a la riega o arroyo que desagua en La Ría cerca de la fábrica, al menos eso nos cuenta el escritor, investigador y periodista Lluis Portal Hevia en el libro Postre Adiós, dedicado a María Teresa Villaverde VillaverdeTuxa, la gran poetisa de Tornón, que tanta inspiración halló en este estuario, sus aldeas, gentes y paisajes


Un primo de TuxaFrancisco Manuel Balbín de VillaverdeXiquín de Villaviciosa, se inspiró, es muy posible que motivado especialmente por ella en estos mismos motivos villaviciosinos y asturianos, llegando a escribir los versos Salen de la Espuncia, dedicados a la salida de la fábrica al acabar la jornada laboral


Vemos ahora la fachada sur del edificio de la Exposición Permanente, de planta cuadrada y tejado a cuatro aguas 


En la planta alta leemos El Gaitero, y en la de abajo Sidra Champagne, el gran emblema de Valle Ballina y Fernández


Este último repecho antes de la iglesia de Carda se hace tan cuesto que los bicigrinos se han de posar de la bicicleta


A la izquierda, Villa Langreo, también con su pumarada, que hace un momento veíamos desde abajo, desde la bifurcación de La Trocha, cuando empezábamos a subir


Si nos descuidamos la iglesia puede pasarnos casi desapercibida, está justo a la izquierda, detrás de esa tupida plantación de hermosos árboles ornamentales


El Camino sigue de frente, al paso sobre la autovía y ante La Payariega, albergue al que podemos subir en un momento desde aquí; el Camino como tal baja a la izquierda pasado el puente


Si deseamos conocer la parroquial podemos tomar el camino al otro lado de los árboles y disfrutar de su acogedora sombra, así como a la del pórtico de la iglesia, en un lugar tranquilo y recogido, placentero incluso, pese a su inmediatez a la autovía, "Es famosa y concurridísima la fiesta-romería que en honor de Nuestra Señora del Carmen se celebra en julio", decía en 1928 El Progreso de Villaviciosa, añadiendo que "Regenta esta parroquia, el virtuoso sacerdote D. Manuel García". Se recoge además el dicho, referente a este festejo, "Voladores en Carda, fiesta en Tornón"


Numerosas columnas, de base cuadrada, sostienen los grandes tejados de este gran pórtico que cubre gran parte de los muros norte y sur y toda la fachada principal, que mira al sur-suroeste


En el año 1784 era párroco aquí, ejerciendo desde 1776, don Bernardo Alonso Ablanedo, por entonces joven sacerdote y ya buen escritor, que llegaría a ser considerado, posteriormente y en su nuevo destino, como párroco de San Cucao, el primer cronista del concejo de Llanera


Alonso Ablanedo, incipiente escritor y narrador, recoge ya por entonces en el Libro de Difuntos algunas noticias de la parroquia, destacando la de Ana María, La beata de Carda, cuya historia divulgaría la investigadora Arantxa Margolles Beran


Y es que para el sacerdote, Ana María, si no tenida por santa, sí era una devota beata llena de humildad, gustosa de ofrecer ayuda y amparo a quien lo necesitase, y por ello es que le dedica especiales alabanzas en el anexo de dicho registro de defunciones, como persona de gran religiosidad, dando incluso datos muy precisos respecto a su vida íntima y personal de acuerdo a esa beatitud


Pasando ante la fachada principal descubrimos un elemento interesante bajo la espadaña del campanario


El reloj, que realmente no es tal, sino una representación pictórica hecha en esta pared: la hora, las cinco


Subimos las escaleras de acceso. En su blog La Ría de La Villa, el fotógrafo Bernardo Busto dice de este santuario:
"Al pie de la autovía del Cantábrico y cerca de donde ésta se hunde bajo La Ría, se encuentra la iglesia de Santa Eulalia de Carda. Sin estilo definido debido a las numerosas reformas, no deja de tener su gracia y un gran reloj de mentira, pintado en la pared."

La portada es de sencillo y liso arco de medio punto


Recorremos el pórtico, el cual constituye un bellísimo rincón, ajardinando incluso podríamos decir, con estas macetas y flores


Afuera, el guardarraíl y el vallado de la Autovía del Cantábrico (A-8), que tiene aquí una profunda caja


Allí, en un banco a la sombra de los árboles, descansa un bicigrino tras la dura cuesta de la iglesia. En el pórtico, fijémonos que las columnas de este lado E son de madera y menos robustas. Al fondo, el Monte Cubera


Salimos pues ya del pórtico y retomamos el Camino, dirigiéndonos de inmediato al paso del puente sobre la autovía


Otra hermosa estampa de Santa Eulalia de Carda desde este lado; al fondo vemos la portada lateral y la sacristía, con su puerta de acceso


Desde el puente de Carda, mirando al sur, tendremos una amplia perspectiva del antiguo Valle de Boides que, al decir de los filólogos, significaría "valle de bueyes", entendido bueyes como la raíz bovis, relativa a ganado vacuno en general, esto es bóvidos


Como gran parte de los caminos adyacentes, que se ensancharon para el paso de camiones y maquinaria para la construcción de la autovía, este puente es notablemente ancho


Ante nosotros El Monte Cubera, del que se dice tiene en su interior un gran lago que suministra el agua que da nacimiento a numerosos ríos y regueros


Es también montaña de olvidados castros ástures, de tesoros escondidos, y de aquelarres, llamados aquí la ofrenda'l diablu, siendo, según la tradición, uno de los lugares de Asturias donde estos se celebraban, junto con el cercano Monte Coroña, entre Cabranes y Nava, una ardina o encina en Peñamellera, o en La Veiga´l Palo al sur de Cangas del Narcea, ya en términos leoneses-lacianiegos. El investigador David Madrazo dice que no se sabe el lugar exacto del monte de estas fiestas brujeriles pero sí que existía una ruta piadosa por siete capillas para ahuyentar a les bruxes


Aunque como hemos dicho, la perspectiva hacia el sur, hacia La Villa, es amplia, no es, hay que reconocerlo, su mejor presentación paisajística, con el valle atravesado por la autovía, pero al menos nos permite otear bien todo el entorno


Justo por ahí a la derecha baja el antiguo Camino, llegando un poco más allá a la N-632, que pasa luego bajo la A-8 en la zona donde estuvo el antiguo matadero, que sustituyó al que antes había en El Salín "detrás de las "quadriellas" ocupadas por la cárcel y el hospital del Sancti Spiritus" dice Pedrayes Obaya, mencionando las quadriellas o solares establecidos para edificar la fundarse la Pola de Maliayo 


Vemos los edificios en torno a El Palambre y los que se extienden hacia Les Caleyes, donde está el campo de fútbol del Lealtad, paso a El Salín


A su izquierda reconocemos la nave del Polideportivo Manuel Busto: pronto pasaremos a escasosa metros de él


El Monto Coroña y La Peña Castiellu dominando El Puente Güetes, que sigue siendo el acceso principal a La Villa por el oeste, ribereño a La Ría y cercano al actual enlace de la N-632 con la A-8


En la cumbre se reconoce muy bien la corona donde estuvo en antiguo castillo que dominaba estos caminos antes de la fundación de la pola, así como el vadeo, posteriormente puente, de Güetes, donde parece hubo embarcadero desde tiempos antiguos


Muy en la distancia y más allá de La Llomba unas antenas identifican las inmediaciones del Picu Fariu y Peña los Cuatro Xueces, donde confluyen los concejo de Villaviciosa, Siero, Sariegu y Gijón/Xixón


La Llomba señala por el sur la larga frontera con Sariegu, vemos la zona de El Cantón, El Pozu los Llobos, El Cantón (lugar de necrópolis tumulares investigadas de tiempo atrás), El Campu los Salgueros o El Campu les Cruces (552 m) entre otros lugares


La Carbayera Sorribes y  El Palaciu, Palacio del Marqués del Real Transporte, debajo de Cazanes y en la ladera bajo La Peña Castiellu, dominando La Villa


Vemos los altos muros de su finca sobre el lugar de Vega. Dice de él el genial fotógrafo Alejandro Braña en su blog Asturias por descubrir:
"Uno de sus primeros moradores, Gutierre de Hevia, Conde de Buen Viaje y Marqués del Real Transporte -curiosos títulos- fue marino y capitán del navío que transportó a Carlos III a España en 1759, cuando este sucedió a Fernando VI.

Un extenso reportaje de éste y otros palacios está en la Colección de Palacios y Casonas de Asturias que edita Asturias por Descubrir."

Por El Salín se trazó una carretera cuyas obras comenzaron en 1845, dentro del proyecto de mejorar las infraestructuras de La Ría adecuándola para la exportación de carbón de las cuencas mineras, pues la intención era que comunicase La Villa, donde se formaría el barrio de La Oliva, con un nuevo atracadero que se proyectaba construir en El Salín


Las obras comenzaron pronto pero el atracadero no se llegó a terminar, por lo que el antiguo muelle fluvial del Puente Buetes siguió funcionando hasta su desaparición definitiva en la década de 1960


En nuestros días hay una senda andariega por los porreos de El Salín y El Cierrón y se ubica otro de los observatorios de aves de La Ría, además de los respiraderos del túnel de la autovía bajo La Ría, una de cuyas torres tal vez distingamos algo más allá, a la izquierda, mirando a El Riañu, barrio que creció a lo largo de la carretera general de resultas de la expansión urbana de La Villa al otro lado del Puente Buetes. Fijémonos de nuevo a la derecha en la Autovía del Cantábrico


El Riañu dispone sus casas, unifamiliares, de traza entre lo urbano y lo rural, una a continuación de otra, aprovechando el escaso espacio entre las laderas de Sorribes y el porréu. Ahí se encuentra también la hilera de de viviendas obreras del barrio llamado L'Espabiláu, llegando a vivir en una de ellas el propio promotor hasta la construcción por su hijo Luciano Viñes de una nueva vivienda familiar más grande y aparte, pero también en El Riañu, en 1928


Más allá de Sorribes, Mieres, Caés y El Cordal de Cañéu o de Pión, donde, a partir de cierta altura, los ocalitos dan paso a los pinos, plantados estos en las cotas más altas de la serranía


Volvemos la vista hacia el núcleo urbano y el gran Valle de Boides, donde se asentó La Pola de Maliayo a partir de 1270


No llegamos a ver el casco histórico, por el que enseguida caminaremos, pero sí, más al sur y a la izquierda de La Peña Castiellu, otro montículo, plagado de ocalitos, que constituye otra referencia castreña del hábitat prerromano de Villaviciosa, El Castiellu Camoca


El Castiellu Camoca forma parte de la gran red castreña en torno a La Ría de Villaviciosa, desde su bocana a sus riberas y valle de cabecera, de los que leemos en el magnífico blog Ástures de Fon S.P.:
"Las primeras noticias que se tienen sobre vestigios arqueológicos en estos castros provienen del diccionario de Pascual Madoz, quien en 1855 habla de «señales de fortificación… murallas, escaleras y pedazos de fosos… alhajas de oro y plata y hasta brazaletes». Se refería a Moriyón. De ellos dieron cuenta también autores como Constantino Cabal, o Aurelio de Llano.
Pero hablar de los castros de la ría de Villaviciosa es hablar sobre todo del trabajo de Jorge Camino Mayor, quien excavó la mayor parte del conjunto de castros (...) y que podemos considerar equivalente a Villa Valdés para los castros del Navia, o Maya para la Campa Torres. (...) 
Tampoco fue el único que investigó, aunque sí el que lo hizo más a fondo. José Luis Maya también publicó un trabajo sobre Camoca, y cómo no, José Manuel González incluyó varios de ellos en su inventario de castros de Asturias antes que ningún otro. 
Se trata de un terreno donde aún la rasa costera mantiene una cierta anchura jalonada por elevaciones calizas que se presentan en muchas ocasiones de forma casi aislada, en forma de conos de elevada pendiente. No pasaron inadvertidos para los pobladores de este tiempo que aprovecharían sus favorables condiciones de defensa. 
En general se trató hasta no hace tanto de un terreno de bosques y suaves colinas muy apto para el cultivo y la ganadería. Se conocen trabajos mineros en época antigua así como el inevitable aprovechamiento de la ría para obtener alimento y probablemente como fondeadero donde se produce un tráfico comercial. 
Los estudios palinológicos hablan de una presencia de bosque de alisos, robles, castaños y pinos silvestres así como de avellanos, brezos y tojos. El más abundante de la zona es el quercus robur, siendo la especie predominante en el paisaje de la edad del Hierro. 
Sus buenas cualidades para el poblamiento hacen que en época romana se establezcan varias villas en torno a los yacimientos estudiados en este post."

No ha de pasarnos desapercibida su posición en medio del valle, no en vano a sus pies, por la derecha, por Grases, discurre el trazado gijonés del Camino de Santiago, mientras que por la izquierda, por Camoca, lo hace el ovetense, por lo que vayamos por donde vayamos a partir de La Villa lo tendremos como referencia geográfica y visual


Su forma, de los del tipo de corona, no pasa inadvertida, es ligeramente ovalada y su vista abarca casi todo el valle. Las plantaciones de crecimiento rápido han afectado a su sistema de defensa, del que se conocen dos fosos en su parte oriental y un talud de más de diez metros


Del Castiellu Camoca únicamente vemos, desde aquí, la citada corona, pues su base nos la oculta la colina de La Mesada, parroquia de Amandi, otro buen promontorio entre La Villa, donde comienza La Ría, y la cabecera del valle, al sur, en Valdediós


Y en La Mesada, topónimo vinculado a mesa y meseta, que es lo que forma esa suave loma hay un conjunto de muy interesantes construcciones: un palacio y una nave ganadera, sitos sobre el Ríu Llinares y su valle


El Palacio de la Mesada que fue del vicealcalde de París, de origen asturiano, Manuel Díaz Ron, exiliado en Francia tras la Guerra Civil (su padre era concejal en Oviedo/Uviéu por Izquierda Republicana, fue héroe de la Resistencia en la II Guerra Mundial, haciendo posteriormente carrera como político y empresario, siendo considerado como una de las "ocho personas más influyentes de Francia" que dijo "soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiana"


Fallecido en París el 11 de noviembre de 2010, a los 86 años, palacio y finca de La Mesada (un millón de m²), fueron adquiridos posteriormente por el empresario José Antonio Díaz Carbajosa como yeguada-criadero de caballos y casería de vacas Asturiana de los Valles, de ahí la gran nave de ganado que vemos a la derecha, la de la prestigiosa Ganadería La Mesada, donde también se cría la autóctona Cabra Bermeya. A la izquierda de la foto, sobre el palacio y a lo lejos, la iglesia de San Pedru Ambás, por donde sube, dese el cruce de Castiellu Ambás (solar de otro castro más) el Camino ovetense en su ramal por Arbazal, encima de Valdediós


Como tanto reiteramos los dos ramales que se separan en Castiellu Ambás vuelven a reunirse arriba en el Altu La Campa, el que lo hace por Vallinaoscura subiendo desde Valdediós asciende a La Llomba por la derecha, al pie de Lluaria, a unos 540 metros de altitud, uno de los pueblos más altos de Villaviciosa, con estupendas vistas de estos valles y montañas


Encima de Lluaria destaca el Altu del Caballín (606 m) en la zona de Valloberu, donde hay un vértice geodésico, dos topónimos que hacen referencia a lobos y caballos, abundantes antaño en La Llomba hasta el punto de ser origen de esos parajes de montaña, recorridos por un antiguo camino a lo largo de toda su cresta y que a su vez se cruza con los que suben y bajan de los valles adyacentes


Lluaria extiende sus casas linealmente a lo largo de uno de esos caminos, no en la misma cresta pero sí un poco más abajo, protegidas en la ladera por las cimas de La Llomba antes reseñadas


La Llomba se extiende hacia el oeste. A la izquierda de  La Campa (en medio de la foto) es El Picu Torres (563 m) en El Monte Arbazal, estando más cerca El Picu Lloses (451 m) sobre San Pedru Ambás. Más al este Los Picos (512 m) y Cueturredondu (556 m)


Bajo nosotros, el nuevo camino para entrar en La Villa por Les Caleyes, ante las urbanizaciones de Fuente Ñuera, otra zona de expansión urbana al sur de La Villa


También bajo nosotros, pero a la derecha y al otro lado de la autovía, Casa Aurelia, que ya pertenece a Les Caleyes, o al menos así figura en su dirección, por donde baja el camino antiguo directamente al casco urbano por la zona del antiguo matadero, ramal ahora no recomendado, como acabamos de exponer, porque hay un tramo muy peligroso cuando sale a la N-632


Se contempla al oeste una muy buena vista de los montes de Bedriñana y sus porreos, todo el paisaje que hemos referido según caminábamos encima de La Espuncia viniendo de La Torre Ayones


El Porréu del Retiro con las casas de La Pola o El Llugar a media ladera, solar del Palacio Mauriño, camino de la parroquial de San Andrés. Encima el Altu la Cruz de Bedriñana, paso a Les Mariñes y a la izquierda siempre omnipresente el Pelapotros


El Retiro con el camino que sube a La Pola. Mas arriba está el lugar de La Casería, donde vivía el popular Tino Casería, que era de los últimos que xunció les vaques, es decir, que aún uncía las vacas con el yugo para tirar del carro, estampa tradicional desaparecida del campo astur, quitando alguien que mantenía la costumbre y hasta participaba en fiestas y desfiles


Arriba a la derecha de la foto: El Palaciu, Palacio de Mauriño o de Cutre, con su palomar algo tapado por los árboles. Más a su izquierda, entre las casas, estuvieron el baile de Casa Pancho y el chigre de L'Estanco. La antigua escuela pasó a centro social hace tiempo, mientras casa Evita la d'Antón es ahora hotel rural. Hay varios alojamientos turísticos


Más a la izquierda, La Peruyera, lugar de peruyes, peras pequeñas y silvestres, y arriba Cabañes


Más abajo  y a la izquierda de La Peruyera, Abayu, ya en Cazanes, solar de la antigua ermita de San Cipriano; este es el bello panorama ribereño que se ve desde esta casa de Les Caleyes de Carda, donde ahora abre sus puertas Casa Tata, de apartamentos rurales, quintana en la que nació, el 23 de septiembre de 1849, Nicolás Rivero, director del famoso Diario de La Marina, en Cuba


Nicolás Rivero, estudiante en el Seminario de Oviedo, acabó en Cuba más como exiliado que como emigrante, tras caer preso como voluntario carlista, con el grado de comandante, dedicándose al periodismo en los periódicos, fundados por él, La Centella, El Rayo, El General Tacón y El Español, defendiendo la causa española frente a los independentistas cubanos


En 1895 fue nombrado director del citado Diario de la Marina, estando a punto de ser asesinado. Siendo nombrado por Alfonso XIII primer conde del Rivero por sus méritos hacia la metrópoli, si bien siguió residiendo en Cuba tras la independencia, pues falleció en La Habana en 1809


La autovía ha transformado drásticamente el paisaje en este lugar de Les Caleyes y afectado con ello al Camino. Aquí está el túnel, realmente falso túnel pues se hizo una zanja que luego se tapó por encima, para rehabilitar sobre ella de nuevo el estuario y sus porreos obra polémica y titánica que hizo correr en su tiempo abundantes ríos de tinta


Antes de llegar al otro lado del puente, vamos a mirar a la izquierda, casi despidiéndonos ya de esta parroquia de Carda, "pueblo humilde y trabajador que ocultando su nombre, en su demarcación se levanta la antorcha soberana que se ha llevado el nombre glorioso de Villaviciosa industrial a todos los rincones del mundo", decía El Progreso de Villaviciosa en relación a estar aquí la fábrica de Sidra El Gaitero, famosa en el mundo entero y que lleva en su etiquetado en nombre de Villaviciosa, aunque no el de Carda


Parroquia de la que ya ha quedado atrás su iglesia, la del párroco cronista y su muy beata feligresa


A lo lejos La Torre Ayones, donde empezábamos a bajar hacia La Espuncia tras cruzar otro de los puentes sobre la autovía


Era de los Hevia y desde aquí ejercía control sobre lo que sería el principal acceso a La Villa por el este, El Camín Rial, camino real de Colunga mencionado como "camino Real Francés" en documentos de época


Cruzado el puente y al pie de La Payariega el Camino ahora continúa, por un nuevo trazado, a la derecha. Suele haber pintadas en el suelo varias flechas


También hay una concha en una piedra cuadrada en medio de la bifurcación


Y por aquí por esta caleya bajamos ahora, haciendo un rodeo respecto al camino primigenio per evitando las recitadas peligrosidades de la carretera a la entrada de La Villa


Da la sensación que siempre hubiese habido varios caminos en este lugar y el topónimo Les Caleyes se refiera a ellos. El gran investigador y filólogo Ángel Valle Cuesta, en sus Apuntes para las rutas jacobeas de Villaviciosa, de la revista Cubera nº 23 de agosto de 1993, habla de estas variantes, diciendo que desde La Fuente los Pelegrinos (entre Tornón y Carda, ahora separada del Camino por la autovía) un camino sigue de La Venta'l Sellu hacia El Patiu (donde hubo chigre y parada de postas) y de ahí el trazado antiguo coincidiría con la carretera de Colunga (N-632) por La Carbayerona, la orilla de La Ría hacia La Espuncia


Pero también duce que, si desde La Fuente los Pelegrinos "seguimos adelante continuaremos por el Camino Real Francés que reiteradamente se menciona en la documentación que hace referencia a la zona de Ayones", de ahí hay un ramal que va a Miyares por La Estrada mientras otro, aún por entonces con abundante "piedra suelta" y ahora rampa asfaltada al lado de la caja de la autovía llega a La Torre Ayones, que bajaría a La Trocha, pudiendo asimismo tomar "una pendiente corta pero muy pronunciada hasta la iglesia nueva de Carda"


Cuando Valle Cuesta escribía su artículo aún no esta hecha, y tal vez no siquiera proyectada, la Autovía del Cantábrico, por ello presenta así la entrada a Villaviciosa:
"Poco antes de la Curva'l Mataderu y de El Túnel, el camino de Santiago que estamos probando a recorrer coincide, por primera vez y por breve espacio, con la carretera nacional N-632 Ribadesella Canero, hasta que la cruza para perderse a la derecha por Les Caleyes, que sirve de puente entre la Villaviciosa rural y la urbana que la va absorbiendo paulatinamente"


Dicho cruce, situado al otro lado del falso túnel de La Ría, sigue existiendo y ese será el que empleemos para, por Les Caleyes, entrar en el casco urbano de La Villa, Villaviciosa, la capital del concejo





































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