Ruinas de La Fábrica sobre El Ríu Valdediós |
Los peregrinos que, desde el cruce de Casquita, unos tres kilómetros al sur de La Villa, capital de Villaviciosa, se decidan por tomar el ramal del Camino de Santiago que se dirige a Gijón/Xixón, seguirán las riberas del Ríu Valdediós (el Valle de Dios de los antiguos cistercienses del monasterio de Santa María) y allí, en La Fábrica, parroquia de Grases, es posible que, si no les pasa desapercibido entre la frondosa vegetación ribereña, se asombren ante las ruinas de un edificio de pisos con muchas ventanas, es el de la antigua fábrica de papel La Esperanza, construida entre 1843 y 1845 sobre el antiguo Molín de la Barraca y que luego pasó a ser la fábrica de quesos Mantequera Asturiana, que estuvo en actividad hasta la década de 1930
El Molín de la Mota o de Llacones en El Ríu Valdediós, visto desde el Camino (Grases, Villaviciosa) |
Poco más allá, en La Mota, parroquia de Grases, descubrirán sobre el río esta bella estampa del molino del lugar, El Molín de la Mota, al pie de la quinta palacial de este nombre, llamado también El Molín de Llacones, donde trabajó Belarmino Villazón, Mino, El Moliñeru Grases, y cuenta con dos molares o muelas girando y moliendo, pues era de los pocos que seguían en funcionamiento en este valle
El Cruce de Casquita, a la derecha la capilla de San Blas, a la izquierda el llagar El Traviesu |
Poco antes de ambos lugares Camino Norte de Santiago habrá llegado a un lugar realmente importante, el cruce de Casquita, al sur de la parroquia de Amandi, en el valle del río Rozaes, concejo asturiano de Villaviciosa. Aquí, ante la capilla de San Blas, decidimos si ir a Oviedo/Uviéu, camino del sur, o seguir por la ruta más próxima a la costa (aunque algo separada, unos kilómetros, del litoral), continuando hacia Gijón/Xixón
La bifurcación, determinante a la hora de proseguir camino, la tenemos justo enfrente, en la casa de lo que fue La Pista, el antiguo y célebre baile de Casquita en la Casa del Cubano, hoy en día vivienda: ahí se separan los dos caminos en medio de esta aldea
A la derecha, el mojón de la vereda, junto al muro de la casería de Mari Paz Campa, gran valedora del Camino y los peregrinos en este lugar de Casquita, confirma esta doble alternativa, ovetense y gijonesa
A continuación, en el muro, un par de señales advierten de la existencia de estas dos posibilidades. En la entrada de blog correspondiente al tramo anterior a este, titulada El Cruce de Casquita (Villaviciosa, Asturias) la gran decisión del Camino, comentábamos la razón de la existencia de estas dos rutas, ambas Camino de Santiago oficial dentro del Camino Norte
Nada más dejar atrás La Pista y el cruce entramos en la parroquia de Grases, también en Villaviciosa, a la que pertenece esta otra parte del pueblo. Aquí el antiguo Camín Rial pasó a ser vía de comunicación local de estas parroquias del valle del Valdediós y es actualmente la carretera VV-10, normalmente de escaso tráfico pero sin vereda peatonal, por lo que habremos de estar siempre ojo avizor al paso de vehículos, no solo turismos o furgonetas, sino también camiones de ganado, leche, tractores, etc., como en todas las zonas rurales
Es muy posible que nos encontremos con peregrinos que vienen en dirección contraria, son los de la famosa Travesía Andariega Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga, promocionada por la Tertulia Cultural El Garrapiellu a partir de 1991, señalizada artesanalmente por primera vez en 1992 y 1993 (justo antes del Camino de Santiago por aquí), en 1997 se instaló merced a la colaboración de la asociación con el Principado de Asturias, una señalética específica que lamentablemente nunca fue repuesta, abandono institucional que ha dado lugar a más de una pérdida y confusión entre los dos caminos
Con la buena intención de reponer señales, diversos particulares reseñalizaron a lo largo de estos años la ruta, aunque poco más o menos por donde cada uno quiso, lo que llegó a añadir incluso más problemas al no respetarse el trazado original y a veces obligar a largos e innecesarios rodeos, no obstante, y dado que tiene las correspondientes guías en papel y en blog, con mapas y otros detalles, mucha es la gente que hace esta ruta a Covadonga, también llamada El Camín de Cuadonga, incluso todos los años, incluyendo grupos de montaña y senderismo, asociaciones profesionales, vecinales, clubs deportivos, etc.
"Barrio de la parroquia de Grases, situado a 90 m de altitud, alargado sobre la cumbre del mismo nombre. De casas independientes y agrupadas, domina con sus vistas todo el valle del río que aquí llaman de Rozaes y de Grases, y la carretera VV-10, que le comunica y que fue camino real de Villaviciosa a Gijón. Rodeado de arbolado, tierras bien cultivadas y praderías donde se crían buenas ganaderías, y que dan vida a la mayor parte de sus 40 habitantes. Próxima está la fuente de Pumarroyo, que se echa al arroyo del Salmorial o Pontones, y después de cruzar el lugar vierte sus aguas al río de Grases. En la parte más baja y junto al río estaba el molino de Maoxu, que fue usado como fábrica de papel (...) y posteriormente de quesos y mantecas. Su distancia a la capital del municipio es de 3,9 km"
"El «Caserín» original fue nuestro bisabuelo, al que apodaron así los vecinos de la aldea por dos razones: trabajaba como casero en una finca de la zona y tenía poca estatura y de ahí salió El Caserín, ya que antiguamente, en los pueblos asturianos era costumbre poner nombre a las casas, bien por el apellido familiar o por alguna característica especial que tuvieran su finca o por la dedicación de las personas que en ellas vivían.
Él fue el primero de nuestra familia en dedicarse a cuidar del ganado, en un principio cuidando el de otros, hasta que pudo empezar a tener el suyo propio, puesto que eran tiempos de pobreza en Asturias.
Puede decirse a ciencia cierta que el origen de esta quesería se remonta a 1910 cuando Ángel, hijo del primer Caserín, empezó a dedicarse a la ganadería. Él nos inculcó el gusto por el trabajo en la ganadería. Él siempre decía: “yo no trabajo. Me divierto”. Por eso nosotros pensamos que lo mejor que nos puede pasar es trabajar en lo que nos gusta.
Fueron Gonzalo (hijo de Ángel) y Mary, nuestros padres, los que convirtieron su ganadería familiar en una empresa basada en criar animales en las mejores condiciones posibles para no alterar la calidad de la leche. Años más tarde complementaron la venta de leche con productos como patatas, fabas, huevos o conejos. Poco a poco fueron creciendo y mecanizándose, aumentando el número de animales e invirtiendo en nuevas instalaciones.
El 1 de octubre de 1975, tal como se refleja en el documento cuya imagen aparece a continuación se compra la primera máquina para ordeñar, cuyo precio fue de 46.800 pesetas. En 1984, Gonzalo hizo la nave (que ahora es fábrica) para 16 vacas. Después fueron aumentando la ganadería hasta llegar a ordeñar 180 vacas, pero en el año 2013, llega la denominada “cuota láctea” que limitaba la producción de leche, así que decidimos cambiar el tipo de explotación, por ello se reduce el número de vacas y se compran también cabras y así decidimos montar la quesería. Empezamos elaborando diferentes especialidades de queso y también arroz con leche.
Ahora mismo, nuestra ganadería cuenta con 60 vacas, y se está aumentando el número de cabras progresivamente, dando así el gran paso de convertir una pequeña ganadería familiar, común en Asturias, en una empresa con más producción y muchos más animales. La idea de nuestros padres, era criar animales con las mejores características genéticas y morfológicas de la raza, para aumentar las propiedades de la leche y sus componentes. Un modelo mucho más moderno y de mayor calidad. De esta modernidad salió al mercado un nuevo postre lácteo, el yogur ecológico BIO. Además producimos artesanalmente otros productos como varios tipos de queso, arroz con leche o cuajada.
En 2006 se da un gran paso transformar la leche y hacer queso de forma artesanal. Actualmente cuentan con 8 variedades.
En 2009 se inaugura en la Plaza de Abastos de Villaviciosa la primera máquina expendedora de Asturias de leche fresca.
En 2017 se saca al mercado el yogur ecológico BIO en dos formatos, sin azúcar y con azúcar de caña."
"Formando una bella cordillera con los montes "Parea les Ballines", "Monte Lloses", "La Probida" y "Corolla" y disfrutando de un ameno y hermoso valle, se halla San Pedro Ambás limitando al Norte, por Camoca; al Sur, por Puelles; al Este por Valdebárcena, y al Oeste, por Niévares; de 6 kilómetros cuadrados de extensión, presenta panorámico conjunto con sus barrios y caseríos Ambás, Castiello, Lloses, y Villabona, donde sus 300 habitantes dedicados a la agricultura y la ganadería, le convierten en un emporio de riqueza."Su situación topográfica inmejorable, de un clima templado y benigno, sin llegar a los excesos atmosféricos, con una abundante humedad son sus campos ricos en pastos y arbolado. Sus gentes, adaptados agrícolas modernos, consiguen recolecciones selectas en granos, hortalizas, frutas y horticultura, pudiendo asegurar que su producción múltiple y varia permite una existencia sobrante susceptible a una exportación remuneradora.Sus montes cuajados de arbolado rinden una producción saneada de solicitados frutos, en especial nuez, castaña, higos, avellanas, peras, piescos, ciruelas y cerezas..."
Foto de Los Caserinos |
"Es la capital del antiguo coto de Poreño, que Caveda describe ampliamente en la "Descripción geográfica del concejo de Villaviciosa". Pertenecía este antes de erigirse el coto, la puebla de Maliayo, y allí tenia hacienda Rodrigo Álvarez de las Asturias, según consta en testamento realizado el 16 de agosto de 1331 en Pola de Lillo. El 2 de abril de 1366, fecha de la coronación de Enrique II en Burgos, otorga una escritura por la que da en herencia a su criado Pedro de Colunga, por los servicios prestados, y los que aun le haría, el Coto de Poreño, "...para vender, troncar, enajenar, con toda su jurisdicción civil, criminal, alta ó baja". El hijo del rey Enrique, confirmo la misma donación en Rodiezmo el 13 de febrero de 1375, y posteriormente Juan I, rey de Castilla, lo haría en Burgos el 12 de marzo de 1386. En este tiempo era señor del coto Miguel Fernández, heredero del primer poseedor. Posteriormente paso a la casa de Hevia, con toda su jurisdicción, en la persona de Rodrigo de Hevia, chantre de la catedral de Oviedo, en el centro del pueblo todavía se conserva la casona principal de sus poseedores, que llaman la Casa de la Torre, y donde se hacían todos los oficios de justicia cuando iba anualmente, el heredero de la casa de Hevia, y nombraba alcalde mayor, juez, regidores y procurador general, diputados, veedores de montes y alcaide de cárcel, que según los estatutos había de vivir en la misma casa, y aun quede la casa llamada de la Cárcel.
Con el fin de acelerar el poblamiento del Coto, el almirante Gutierre Hevia, vecino por algún tiempo de Sevilla, concertó matrimonio entre su asistente Gutierre de la Arena, con su domestica Magdalena Trujillo Fontaine, enviándolos a Poreño, donde mando construirles casas, y les dio 50 días de bueyes de la tierra que más apreciasen, por lo que solo pagarían de renta una fanega de "figa" al año, teniendo la obligación de conservar agua y fuego constantemente para todos cuantos por allí circulasen y darles albergue en caso de que lo pidiesen, de cuyo servicio quedarían relevados, así construyesen otras casas. De esta manera fue formándose el Coto. La capilla estaba bajo la advocación de nuestra Señora del Viso, fue llamada la Iglesina, y de la Candelaria, actualmente de la Pilarica, con animada romería el 12 de octubre. Fue igualmente famosa la parroquia por los halcones que en ella había, muy considerados en el arte de la cetrería, A los de Poreño los apodan "fariñones". Dista 9,5 Km. de la capital municipal."
Pero por La Venta no llegaremos a pasar, aunque la veremos desde el Camino, pues al llegar a La Barraca tomaremos un ramal a la izquierda, el que va a La Fábrica, tal y como leemos de Yolanda Viniegra Pacheco en El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, una de las autoras de este libro, coordinado por la catedrática Mª Josefa Sanz:
"Si el peregrino o viajero opta por encaminar sus pasos a la villa de Gijón, en Casquita continuará por la margen izquierda del río Valdediós, aquí también llamado de Grases, cruzándolo a poco más de 400 metros al oeste de la bifurcación, pasando por delante de una antigua mantequera hoy arruinada y siguiendo por el pie del monte El Castillo hasta El Mayorazu"
Justo antes de La Barraca, a la izquierda otra casa de peculiar nombre, El Bombé, nombre que estuvo muy en boga en la segunda mitad del siglo XIX. Tiene que ver con el voiture bombée francés, carruaje de caballos muy ligero, de dos ruedas, dos asientos y abierto en su delantera
Al pasar delante de la fachada principal, veremos su nombre en la pared. Numerosos paseos en Asturias recibieron este nombre en aquella centuria, también algunos bailes, quizás tenga que ver con ello
Pasado El Bombé, ya vemos, al final de la cuesta y a la izquierda de la casona de La Barraca, los edificios de La Fábrica, donde cruzaremos a la izquierda El Ríu Valdediós para continuar hacia Grases de Baxu, cabeza de esta parroquia por las laderas que caen a su orilla izquierda, prados de Balbeáu y La Felguera, frontera con la parroquia de Camoca en el monte de El Llanu
Más arriba de El Llanu en la cima del monte, está El Castiellu, solar de un castro astur, El Castiellu Camoca, con el que se vincula la estela de los Lugonni Araganticaeni (los "brillantes hijos del dios Lug", el principal del panteón céltico) encontrada en la iglesia parroquial de San Vicente de Grases, que podremos visitar realizando un pequeño desvío respecto al Camino oficial
Y en esta encrucijada, justo antes de La Barraca, dejamos la carretera VV-10 para tomar el camino de la izquierda, a La Fábrica
Arriba quedaron Les Cases de La Barraca, un edificio de noble antigüedad y de varias plantas donde vivió Arturo Meré El Madreñeru
Atención al mojón. La flecha azul en sentido inverso es la empleada por los peregrinos del Camín de Cuadonga/Camino de Covadonga, pero también pueden venir por la carretera, que aquí se estrecha peligrosamente en una curva muy cerrada delante de la casa, sin visibilidad
A nuestra izquierda, una preciosa vista de Casquita, que ya hemos dejado atrás. A lo lejos, en la distancia, el Monte Cubera (a la derecha de la foto), montaña totémica de Villaviciosa. Su máxima cota es El Picu Altu (367 m), alto tapado por un árbol que crece en la vega de La Riega Mieres
Como hemos dicho, el origen de La Fábrica está en el antiguo molino harinero del lugar, El Molín de La Barraca, luego llamado El Molín de la Fábrica. El ilustrado Caveda al que antes hemos aludido mencionaba en sus tiempos al Molín de Maoxu, que para el investigador Rafael Balbín Loredo podría referirse a este, y como tal o expresa en su libro Los molinos de Maliayo. Como también comentamos al principio, El Molín de La Barraca pasó en el siglo XIX a ser la Fábrica de Papel La Esperanza, construida entre 1843 y 1845, elemento importante de la industrialización villaviciosina que desapareció en esa misma centuria. En la obra Asturias de Fermín Canella y Octavio Bellmunt, publicada en 1897, se aporta esta muy interesante información de la misma:
"Fábrica de papel de tinas o a mano fue establecida en Grases por el Sr. Sotomayor, de Galicia, sobre un molino del Sr. Rodríguez Álvarez. Sucesivamente pasó a otros dueños hasta que en 1877 la adquirió Lucas Merediz, que dio al establecimiento mayor impulso, amplió las dependencias, aumentó la producción con más clases de papel y sostenía regular número de obreros; pero por enfermedad del dueño se paralizaron los trabajos en 1883"
Las antiguas instalaciones fabriles fueron transformándose luego en la Fábrica de Quesos Mantequera Asturiana, que estuvo trabajando hasta la década de 1930. Su primera noticia documental, dice el arquitecto Juan José Pedrayes Obaya en su libro Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, es del año 1903, cuando su gerente solicitó al Ayuntamiento el arreglo de este camino vecinal de acceso a la misma, "tanto por servir de comunicación a varias parroquias como el interés que tenía la fábrica para el concejo"
El aspecto actual de La Fábrica, con casa y cuadras o almacenes enfrente, se debe a que, tras finalizar su uso industrial, hubo aquí muchos años una casería, con sus establos, tenada o henar, panera y otras dependencias campesinas. No obstante en líneas generales mantiene la estructura de los tiempos de la mantequera, en concreto y muy posiblemente a los de las obras de 1910, cuando figura como su gerente José Alonso Villaverde. Tres años más tarde aparece como tal Ramón Fernández Morán, y la empresa como Sociedad Anónima "Mantequera Asturiana"
La sociedad llegó a tener tanta trascendencia que en 1915 Fernández Morán solicitó al Ayuntamiento permiso para poder utilizar el escudo de Villaviciosa como emblema de sus productos, pero al comenzar los años 1930, tras la gran convulsión mundial del crack de la Bolsa de Nueva York, los problemas económicos le obligaron a vender estas instalaciones, que para encima padecieron posteriormente (1935) un incendio que las afectó en gran parte
La descripción de Obaya se basa en la estructura de los edificios de la fábrica antes de su venta, se trataba de "un conjunto mezcla de lugar de trabajo y quinta de recreo". La fábrica propiamente dicha es toda la estructura que vemos enfrente, sobre la misma orilla del río, que pasa por detrás, unos metros más abajo, si bien el primer tramo fue reformado cuando la antigua fábrica pasó a ser casa de labranza, viéndose más allá las ruinas
En paralelo a la fábrica propiamente dicha este otro edificio, ahora casa, largo y de dos pisos, eran almacenes con una vivienda. Los almacenes propiamente dichos están al fondo, en la actualidad en ruinas, conservándose solamente de ellos las paredes de la planta baja, de mampostería. A continuación, donde ahora se emplaza el hórreo, había una capilla
Antaño algunos vecinos se dedicaban a recoger la leche de las caserías a caballo para traerla aquí. Sólo en Grases había en 1928 unas 195 vacas, según datos de Villaviciosa y su progreso, donde podemos leer:
"El desarrollo industrial se condensa con muy rendimiento a la fabricación de sidra y a la elaboración de quesos y mantecas, siendo acreditadísima la Fábrica de quesos de don Ramón Fernández"
Dentro del esquema de valores sociales y empresariales de la época, el conjunto era además, efectivamente, quinta de recreo, con criadero de truchas en el río, cuyo canal al molino era navegable por una pequeña barca, molino que daba luz a la La Fábrica y a todo el barrio de La Barraca, pues fue bastante usual aprovechar estos ingenios hidráulicos como minicentrales eléctricas
Una gran verja, con portón, cierra el acceso al conjunto y lo separa del Camino, pero podemos verlo casi entero desde él, sobre todo la antigua casa-almacén. En el libro-catálogo de industrias lácteas asturianas del Ministerio de Alimentación se resume el panorama de todas las creadas antes de la Guerra Civil de esta manera:
Hoy día, a las puertas de La Fábrica, sale a recibirnos este nuevo amigo, o amiga, pues tradicionalmente y aunque no sabemos si será verdad, se dice que si tiene tres colores ha de ser gata, que hemos hecho en el Camino
El Camino bordea las viejas instalaciones fabriles, cuyo edificio original tenía forma de "L" con dos cuerpos a distinta altura
Esa primitiva estructura de la fábrica de quesos y mantecas, si cuando no hemos venido no se ha venido abajo definitivamente, tal vez la veamos mejor siguiendo el Camino que se dirige al puente
Entre el Camino y el río este primer cuerpo albergaba la turbina, de tres alturas, con dos sótanos abajo y una altura más, al nivel del patio, que es la que acabamos de ver de frente, delante de la casa-almacén y al lado de la verja, donde estaba también la chimenea, demolida en la posguerra. Más allá, en la que era la base de la "L", una pared, muy inestable, es lo que se conserva del edificio de mayor altura, de cuatro plantas
La turbina era alimentada por el agua del río, aprovechando el antiguo molino, llegando entubada en su último tramo, tenía para ello una excelente tubería de cobre que atravesaba el patio y llegaba a dicha turbina
El derecho de poznera tiene como antecedentes los arbora signata como prueba de dominio de la época romana y es una costumbre que ya fue recogida en el Fuero Juzgo. En Asturias esta costumbre aparece regulada en ordenanzas municipales y de parroquias que en ocasiones la configuran como un derecho-deber, combinando ambas vertientes al reconocer el derecho de los vecinos de plantar árboles para sí y el correlativo deber de plantarlos para el común. La fórmula protocolaria que se emplea a la hora de documentar de forma genérica los árboles en poznera es la de «árboles interpolados».
El derecho de poznera, que encierra la potestad de plantar, poseer y usufructuar árboles en terreno comunal, y en ocasiones público o ajeno, sin que ello genere derecho alguno sobre el terreno, surge de la combinación de tres circunstancias: la escasez de tierras propiedad del campesino asturiano; la importancia que tenía para el campesino el cultivo de los árboles frutales, y en concreto, de los castañales, que tan importante papel jugaban en su alimentación; y la diferencia entre suelo y vuelo, ya que la propiedad del terreno y del árbol tenían titulares no coincidentes.El derecho de poznera supone tener la propiedad sobre el árbol que se planta aunque el terreno pertenezca a otra persona o entidad. Generalmente solía hacerse uso de este derecho en montes de terrenos comunales o públicos, que, por otra parte, eran los más apropiados para plantar castaños, especie más común, sin perjuicio de que el derecho también se extienda a robles, hayas, abedules, avellanos y nogales. Esto no impedía que el derecho de poznera pudiera utilizarse en terrenos particulares siempre que el dueño de dicho terreno estuviera de acuerdo con ello.El derecho de poznera, al implicar la propiedad sobre el árbol, se extiende también a los frutos y a los esquilmos (leña y hojas), así como a la capacidad para podarlo o cortarlo cuando fuera necesario, y no impedía al dueño del terreno disponer de éste con toda libertad.Utilizado el derecho de poznera y para no confundir los árboles propios con los de otros usuarios de dicho derecho, en el tronco se graba un signo, denominado marco, que identifica a cada propietario o a cada casería del pueblo. Existen gran variedad de marcos, entre los que destacan los denominados parrilla, pata de gallina, xugu, felechu o felechu invertíu. También pueden emplearse las iniciales del nombre del dueño, lo que no es más que un ropaje nuevo para una vieja costumbre implantado a partir de la alfabetización generalizada de la población.El derecho de poznera está complementado con el denominado derecho de pañada, que se extiende a la recogida de frutos hasta donde alcanza la llamada «sombra del árbol».
Justo encima La Cruz de Pión o Altu la Cruz. Un poco más arriba de las casas y a la derecha ya reconocemos La Torre de Niévares, casona sobre una torre-castillo medieval que la que hablaremos en su momento pues el camino sube a sus pies. Poco más arriba unos prados como un gran claro en medio de los eucaliptales es Fernandíz, en plena subida al alto, situado arriba a la izquierda de la foto
"San Vicente de Grases húsala apresentar padrones herederos, Es abbad della Fernán Suárez, canónigo e capellán. Ha de manso seys días de bues, Los diezmos pártense en esta manera: los dos tercios lieva el dicho abbad e el terçio el capellán. Paga de procuración esta eglesia un quarto. Riende esta capellanía (...) mr.s e la abadía (...)"
"Su ubicación estará siempre condicionada por el río y no por los núcleos de población a los que hipotéticamente podría prestar servicio. Al mismo tiempo que se recuerdan las entretenidas veladas que acompañaban a la molienda y tiene un hueco en todo estudio de la cultura o el folklore de un pueblo, los vecinos de muchos lugares recuerdan las largas caminatas que realizaban al menos una vez al mes para avituallarse de "fariña".Al lado de los propietarios de molinos, que vivían en el mismo edificio, o de los vecinos de los pueblos próximos como sucede por ejemplo en Grases o La Rivera, se daban también verdaderas aventuras como la del vecino de Cueli que recorría habitualmente la distancia que lo separaba de los molinos de Grases..."
La Mota es un hermoso conjunto con varias dependencias, quintana del siglo XVIII con todo el aspecto de un caserón palaciego, magnífico ejemplo de arquitectura tradicional asturiana
Malayá sean los molinoslos ríos y los reguerosdonde vino a perecerL'Asistente Baqueros
"El libro de José Ramón Gómez Fouz, el gran boxeador asturiano, vuelve a poner de actualidad al famoso Bernabé, a Bernabé Ruenes Santoveña, bandolero llanisco. Sobre Bernabé se han escrito varios libros y algunos con testimonios de primera mano, como son la novela «Víbora» y el libro «Los bandoleros asturianos», de Héctor Vázquez Azpiri, que estuvo secuestrado durante unos días por el bandolero y que obtuvo, de aquella poco deseable experiencia, material literario: en parte así habrá compensado las cien mil pesetas que Bernabé le exigió a su familia, lo que era una cantidad importantísima a comienzos de la década del cincuenta. Posiblemente la novela «Testamento en la montaña», de Manuel Arce, relate también aquella historia y Enzo sea Bernabé. Quien sí se propuso hacer una película sobre Bernabé fue Manuel Gutiérrez Aragón en «El corazón del bosque», pero lo único que consiguió fue un filme pedantesco e inútil, innecesariamente basado en «El corazón de las tinieblas», de Joseph Conrad, y donde desaprovecha las grandes posibilidades argumentales que le ofrecía el variado historial del bandido.Puede decirse, pues, que, con el libro de Gómez Fouz, Bernabé volverá a ponerse de moda, aunque yo creo que nunca dejó de estarlo.Hace dos o tres inviernos, por Navidad, se rumoreaba insistentemente en los bares, en las plazas y en los mercados de Llanes y de Posada que Bernabé había vuelto: que se había ido a Venezuela al final de los años cincuenta y que allí se había hecho la cirugía estética y había hecho fortuna. La familia de Bernabé nunca habló de él como si estuviera muerto.Yo le pregunté al director de un Banco amigo mío (porque los directores de los bancos se enteran de muchísimas cosas) si eran ciertos aquellos rumores y me contestó: «Eso dicen».Bernabé puede que haya sido el hombre más popular de la Asturias oriental durante algunos años.Si no se le podía encuadrar entre los bandoleros que Eric J. Hobsbawn clasifica bajo el epígrafe de «Robin Hood» (es decir, aquellos que robaban a los ricos para dárselo a los pobres), sí se tejió en torno a él una leyenda próxima al «sebastianismo»: es decir, que lo mismo que los portugueses esperaron que regresara su rey don Sebastián, muerto o desaparecido en la batalla de Alcazarquivir, en Llanes, de vez en cuando, se dice que Bernabé regresa; pero no regresa como bandolero, sino como indiano que vuelve para curar nostalgias y para ver a la familia.A Bernabé se le torció la vida mientras hacía la «mili»: un día tuvo una discusión con un sargento y le rompió un mosquetón en la cabeza.El mosquetón rompió porque la culata estaba apolillada; pero Bernabé desertó y se echó al monte, no se sabe si por haber roto el mosquetón o haberle roto la cabeza al sargento.Ambas cuestiones eran graves. Pero lo cierto es que nunca fue político, ni tuvo contactos con el maquis, ni jamás se unió a Juanín, un «huido» santanderino, a medias partisano, a medias bandolero. Yo le pregunté al guerrillero Pepe Mata por Bernabé y me contestó que no lo había conocido; tampoco le conoció el comandante Flores.Los escenarios de Bernabé eran los de la Asturias oriental, que conocía perfectamente, porque había sido cazador, y alguna vez llegó a León en sus incursiones.También había sido tejero. Yo recuerdo la noche que asaltó a un pariente mío, que acababa de llegar de México, disfrazado de guardia civil. Mi pariente, Nacho, tenía a sus hermanas en Serronda, en Posada, pero se fue a dormir a Llanes.Fue a mi casa y estaba muy nervioso. Yo era un niño y cenaba huevos fritos con arroz blanco. Siempre que como huevos fritos con arroz blanco me acuerdo de Bernabé."
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