miércoles, 31 de julio de 2013

BODENAYA Y LA ESPINA (ASTURIAS): LAS FUENTES DE LA DIOSA DE LAS AGUAS, LA VICTORIA Y LA SUERTE, TIERRA DE AGUADORES Y VAQUEIROS


Bodenaya y La Espina desde el Camino
La subida a La Espina se ha acabado en Porciles, al oeste del concejo de Salas, ahora la montaña nos ha dado una tregua y caminamos por los terrenos llanos de la parroquia de Bodenaya o Boudenaya, aproximándonos a este pueblo que tenemos justo antes de lo que es propiamente la población de La Espina, cuyos edificios ya vemos muy cerca, bajo las alturas de La Sierra, ya en términos del vecino concejo de Tineo/Tinéu, al pie del Picu La Pereda y Las Ourales (946 m), una de sus alturas, junto con el Alto la Degol.lá (897 m) o Las Penas Mino'l Touro (1.049 m) entre otros. Por su falda izquierda, la que mira al suroeste, reconocemos también, a la izquierda de los edificios de La Espina, las casas de La Pereda o La Preda, entrada al concejo de Tineo/Tinéu, El Concechón...


La Espina y Bodenaya se asientan en una gran meseta por donde han pasado secularemente los caminos desde la más remota antigüedad: a nuestra derecha está la carretera N-634, a nuestra izquierda la célebre A-63, Autovía de La Espina, y en medio este el viejo Camín Real. De frente vemos la conexión entre la autovía y la carretera


Bodenaya extiende sus casas entre la carretera N-634 y el enlace con la Autovía de La Espìna (A-63)


La mayor parte de las casas de Bodenaya se extienden en torno a estas vías de comunicación que atraviesan la planicie de este a oeste


Pronto cruzaremos la N-634 a la altura de las casas que vemos abajo a la derecha de la foto. De frente vemos los edificios de La Espina, y a la izquierda las casas del tinetense pueblo de La Pereda, por donde sigue el Camino a lo largo de las laderas de La Sierra


A nuestra izquierda este muro nos separa de la autovía


Las aguas de lluvia y las de los arroyos de la Sierra Bodenaya forman aquí pequeñas cascadas o saltos de agua


Los matorrales crecen a ambos lados del Camino, que es una pista ancha y no tiene pérdida


Curva a la derecha...


Y pasamos bajo el puente del enlace carretera-autovía


Al otro lado una nave ganadera...


Pasamos a su izquierda...


Seguimos de frente hacia un cruce


En este cruce, carretera local, iremos a la izquierda


Es la orilla del Regueiru Casandresín, que pasa a nuestra derecha


Atrás ha quedado el cruce y la nave de ganado y tractores


De frente más naves y talleres


A la derecha el cementerio


A nuestra derecha, pasado el cementerio, un elemento muy importante del patrimonio del Camino...


Es el Cruceiru de Bodenaya, símbolo y emblema caminero, casi en la misma orilla, al lado del camposanto


Dejando a nuestra izquierda las naves continuamos de frente


El camino se ensancha...


Y acto seguido se bifurca: nosotros vamos a la derecha, por el llamado Camín de Misa, hacia la iglesia parroquial de Santa Marina de Bodenaya, "abogada del agua" según la tradición, no en vano el topónimo está vinculado, en su raíz, naya, a la diosa celta (o precelta) Navia, vinculada, como tantas otras deidades femeninas, al agua, y por lo tanto a la fertilidad, las cosechas, la abundancia y la suerte... y que da nombre a no pocos lugares de Europa occidental, relacionados con hidrónimos, como es este el caso

El origen indoeuropeo de naya, navia, etc se hace ya patente en el sánscrito navya (curso de agua), y algunos topónimos de este origen son en Asturias Naviegu, Navelgas, Nava, Navidiellu o Nalón (antiguo Nauilo), así como Fontenavia, y otros. En Galicia podemos encontrar el Navea, río afluente del Sil (Ourense) y el Nabalia, actual Eck, afluente del Rhin, en Alemania, o el Nauaeus, ahora Naver, en Escocia, el Naseby o antiguo Naubesia en el condado inglés de Northants o el Neber, el viejo Nabarcos, en Gran Bretaña

Diversos lingüistas relacionan el nombre de esta diosa celta de la abundancia y la fertilidad con la palabra nava como equivalente a valle, e incluso con nave (barco), navegación, etc, lo que le daría fundamento como divinidad acuática en ríos navegables y espacios naturales en valles y lugares similares. No en vano se ha querido traducir Navia como la "diosa barquera", y como tal aparece en los mitos y sagas irlandesas: bella mujer que conduce a las almas al "otro lado", así cuando el héroe Cúchulainn hiere sin saberlo a us hijo Conlaoch o Connia, este se arroja a una lancha de cristal donde un hada le dice...

 "los inmortales te invitan. Serás uno de los héroes del pueblo de Tethra. Día tras día se te verá en las asambleas de tus abuelos, en medio de aquellos que te conocen y te aman"


Con relación a la primera parte del topónimo, Bode, estaríamos ante otra palabra prerromana y céltica vinculada a las aguas con el significado primigenio de fuente, ampliamente registrada en la toponimia, lo que sería como decir "fuente del Nonaya" esto es realmente "fuente del río". El mismo ilustrado Jovellanos escribe, al referirse a este río Nonaya, cuya vega y valle seguimos desde Cornellana, que "nace en los muelles (lagunas) de Bodenaya"


La palabra, además del extendido topónimo con raíz bod y bode, daría origen a teónimos y antropónimos, así como nombres y gentilicios en gran parte de Europa: nombres propios como bodenus o boderus, los antropónimos en Bod y Bode, boddus en Cantabria y Germania o divinidades como el dios Bodo, al que se dedica una estela en Villapalos (León)

Capítulo aparte merece el caso de Bodica o Boudica, la famosa reina de los britanos icenos que se sublevó contra los romanos, aquí se le ha encontrado más relación con el también céltico bouda, victoria, lo cual, etimológica y lingüísticamente está estrechamente vinculado con "suerte". El nombre existió también, sabido es por inscripciones, en el área gala y lusitana y, por un error de transcripción medieval de los textos del historiador romano Tácito, fue conocida también como Boadicea


Y este es uno de los afluentes del Nonaya, el Regueiru Casandresín, que nace en la Sierra de los Gallos, en concreto en su estribación más meridional, la Sierra de la Cuerva, prolongación hacia el este de la Sierra de Tineo

La relación tan especial con las aguas de este lugar continuaría durante siglos, pues de aquí procedían muchos de los célebres aguadores de Madrid, que llevaban antaño el agua de las fuentes a los domicilios, antes que se dispusiese de agua corriente en las casas de la Villa y Corte


Enfrente de la iglesia hay una bifurcación: iremos a la derecha


Y dejamos atrás el templo parroquial


Iglesia rural de una sola nave, sacristía y pórtico cerrado, sólo abierto al exterior por esta pequeña puerta, algo no demasiado usual


Y nos dirigimos a aquella quintana de casas, donde está el albergue de peregrinos



A nuestra derecha vemos La Sierra Bodenaya, con Las Penonas y Las Penas del L.lirón, campos de túmulos megalíticos. Parodiando al mismo Napoleón diríamos que al menos cinco mil años nos contemplan...


El Camino pasa estrechándose entre dos murias o muretes de piedra


Pasamos al pie de una grande y hermosa panera de corredor, con faldones en el lado que mira al Camino...


Se dice que el origen de Bodenaya, como el de La Espina, fue una antigua braña vaqueira, ganaderos trashumantes, al igual que La Espina, Por eso fue preciado de siempre el ganado aquí criado, caballar, vacuno, mular, lanar y de cerda, siendo el oficio de la arriería, el transporte de mercancías en mulas, la ocupación de gran parte de la vecindad de antiguamente


Y en medio de la quintana este es el famoso Albergue de Bodenaya, símbolo del Camino en Asturias, abierto en el año 2007, fue de los primeros, por no decir el primero, de carácter privado en el Camino Primitivo. En él ejerció de hospitalero el célebre Alex Camino, siendo luego sustituido por David Carricondo


Es uno de los albergues donde se mantiene vivo el trato tradicional y la convivencia con los peregrinos, siendo renombradas sus cenas comunitarias y el despertar con la música del "Ave María"



Tras de nosotros ha quedado Casa Piquero


Con su gran portón y su banco, mirando al albergue, al lado del Camino


El albergue se hizo en la que era Cá Pandorao, o Casa Fonso...


Y esta es la entrada al Albergue Bodenaya, gran institución caminera como hemos dicho


Siempre llaman la atención sus placas y carteles


Conchas xacobeas por doquier.


Concha peregrina y distancia a Santiago: 256 kilómetros de nada...


Alegoría caminera a las puertas del albergue...


Corazón peregrino...


Mojón artesano.


Trisquel y xacobea



Desde la puerta del albergue seguimos ruta


Hermosos hórreos


El que está sobre el albergue muestra en sus colondras o tablas de la pared numerosos enseres y aperos, un pequeño museo etnográfico


El de enfrente, al otro lado del camino, se levanta en otro lugar especial


El Segadeiro de Tomas y Maribel


Un pequeño campo con zona de descanso...


Ahora avanzamos hacia las casas de la carretera


Son las de la famosa Recta de La Espina, en la N-634


La Espina es una población eminentemente lineal y esta parte de Bodenaya viene a ser en la práctica una prolongación urbana de la misma, a modo de "gran avenida"


Las casas ya tienen trazas entre lo urbano y lo rural. Antaño el tráfico por la carretera era intensísimo, y en ocasiones continúa siéndolo. Precaución por tanto al cruzar


Una verdadera "calle mayor" hacia La Espina


Los edificios de pisos se vislumbran en la lejanía, así como el parque eólico de La Sierra, uno de los muchos que hollan las alturas del occidente astur


Llegamos así al cruce



Avisos: estamos a solo medio kilómetro de La Espina


La concha y la flecha en el poste telefónico


 Con mucho cuidado y atención, pues los vehículos suelen pasar a velocidad, cruzamos aquí la Recta de La Espina


Miremos buen a ambos lados


Luego de cruzar por aquí sigue el Camino


Veamos la flecha amarilla


Pasamos a la derecha de esta casa


Que en la parte que da al camino sigue su forma, en chaflán


Subimos un poco por este trecho recto


Y llegamos a otro cruce



En la bifurcación delante de esta casa iremos a la izquierda


Hemos de decir que, incluso en verano, la meseta de La Espìna es muy propicia a la niebla, sobre todo durante las mañanas, aunque no pocas veces todo el día. Es normal que nos encontremos con ella en nuestros andares por estos parajes...


El camino pierde el asfalto y en esta parte es una pista de zahorra


Atrás queda la Sierra Bodenaya con sus eólicos, sus campos de túmulos, y los peñascales de Las Penonas


El camino sube ligeramente...


A nuestra derecha huertas


En lo alto Las Casas de Riba


Un vallado...


El Camino pasa detrás de unas viviendas con terreno, cuya entrada mira a la carretera


Hay arbolado, varios castaños



Sigue el vallado de las parcelas y terrenos


Pasamos una caseta de aperos


Y caminamos detrás de más casas cuya fachada principal mira a la N-634


Otra caseta. Se acaba el vallado de estas fincas


Subimos un poco más


Y vemos al sur las llanuras de Los Carrizos y El Zarrín donde hay un polígono industrial, y más allá El Monte'l Molinón (701 m), un pequeño cueto alargado sobre estos campos, no lejos de Cueva, donde se ha localizado un dólmen policromado, y de Las Mueches y La Molina, donde una gran charca forma parte de las antiquísimas explotaciones auríferas de Ovanes, fundamento de la leyenda de la ciudad maldita de Remolero, desaparecida cual Atlántida caminera en castigo divino por no auxiliar a unos peregrinos


Allá La Sierra Bodenaya guarda el testimonio de aquellos antiguos pobladores y sus leyendas...



Arboleda y setos


Ya estamos enfrente de las primeras casas de La Espina: a la izquierda las de la carretera, a la derecha las del Camino


Un buen momento para recordar el Cantar de Señaldá de Xuan Bello y cantado por Llan de Cubel con adaptación de Lisardo Lombardía:

Nel altu de La Espina
conocí un pastor
Hai yá mui bien d'años,
nel Altu de La Espina
au suañaba yo

Falóme de L'Habana,
Los Ánxeles, Chicago
y de Nueva York.
Hai yá mui bien d'años
nel altu de La Espina
conocí un pastor

"Neñu, el mundu ye pequeñu
si nun tienes corazón"
-dixo él-,
"Mira, el mundu ye pequeñu 
si nun tienes corazón",
Entá nun sabía yoç
lo que sedría a medrar
el mio corazón.

Nel altu de La Espina
conocí un pastor
hai yá mui bien d'años,
nel altu de La Espina
volar quería yo

Falóme de La Veiga
Oubona y Paniceiros
Caeras y Busmión.
Hai yá mui bien d'años
nel altu de La Espina
conocí un pastor.

"Neñu, el mundu ye pergrande
si ye grande'l corazón"
-dixo él-,
"Mira el mundu ye pergrande
si ye grande'l corazón".
Entá nun sabía yo
lo grande que se tornó
el mio corazón.

"Neñu, el mundu ye pequeñu 
si nun tienes corazón"
-dixo él-
·Mira, el mundu ye pergrande
si ye grande'l corazón".
Güei que'l mundu percorrí,
ai, quién pudiera falar
col vieyu pastor


La Espina, al occidente del concejo de Salas, donde hallaremos algunos comercios, albergues, alojamientos y reputada hostelería, así como testimonio de los históricos hospitales de peregrinos y malaterías que aquí existieron en el pasado


Estamos asimismo a unos 54 kilómetros al occidente de Oviedo/Uviéu, principio del Camino Primitivo, en lo que suele ser una segunda o tercera jornada para la mayor parte de los peregrinos que van andando. Bien es verdad que cada uno puede emplear el tiempo que estime necesario, máxime ahora que además de los albergues públicos también están los privados, especializándose otros alojamientos como pensiones, hoteles, etc., cada vez más en el trato a los peregrinos


Subimos un poquito más


A la izquierda la gasolinera


Una gran castañalona


El Camino entre las fincas


Subiendo hacia las casas


 Un pequeño recuesto...


Y ya llegamos a La Espina


Subimos junto a este muro


Abajo a nuestra izquierda la gasolinera


Los edificios de pisos de La Espina, un poco más adelante


Pasamos junto a este cobertizo metálico


La llegada a La Espina por el Camino es un entorno marcadamente rural, caserías ganaderas y quintanas de hórreos y paneras entre pastizales...


El trayecto sigue recto


Un hórreo cayendo


De frente un cruce


Seguimos hacia él...


En este cruce iremos a la izquierda


Ya pisamos asfalto: el Camín de La Escuela


Vamos así camino del centro urbano...


Prado arriba una antiquísima cabaña, tal vez de aquellos lejanos tiempos en que La Espina era una braña de pastores trashumantes, vaqueiros de alzada, que subían a los pastos de altura (alzada) en verano y bajaban a los valles y a la costa con sus rebaños en invierno, conformando uno de los más característicos grupos sociales de la Asturias de antaño


Dejamos atrás el cruce y los hórreos


A mano izquierda, en la carretera N-634 ya vemos en cambio los edificios de trazas más urbanas al principio de la población. Hallaremos bares, comercios, pensiones y albergues


Al fondo vemos de nuevo El Zarrín con su polígono industrial y El Monte'l Molinón, que se alza sobre esta gran meseta de La Espina. Muy en la distancia, a la derecha de la foto, El Courío


Al fondo, ya muy cerca, los edificios señalan el centro urbano de La Espina, cruce de caminos y carreteras


Y llegamos a un cruce


En el cruce seguimos de frente, subiendo un poco, a no ser que queramos ya bajar a La Espina, a alguno de sus alojamientos o tiendas


Muro de contención para evitar argayos o desprendimientos


Pasamos al lado de esta casa


Viendo siempre a la izquierda la carretera. Allí está la pensión Dakar


 Ahora a nuestra derecha tenemos las escuelas


En las escuelas de La Espina siguen impartiéndose clases, a diferencias de otras muchas de las zonas rurales, clausuradas por mor de la concentración escolar


Por esta razón se llama a este El Camín de la Escuela


La calle ya presenta un cariz más urbano, con farolas y aceras, además de edificios de pisos


Las fincas y caserías siguen a la vista, a nuestra derecha


A lo lejos El Picu la Pereda y los eólicos de La Sierra siguen mostrándonos el camino. Más abajo por la ladera derecha del monte proseguirá la ruta a Tineo/Tinéu


A lo lejos el campo de la iglesia, a donde nos dirigimos


La acera izquierda se estrecha un poco


Cruce y de frente


Las aceras se estrechan, al fondo vemos ya la iglesia y los árboles del parque infantil


 A la derecha uno de los albergues de La Espina: El Texu


Con una gran flecha amarilla pintada en su portón


Allí está La Plaza la Iglesia, iglesia de San Vicente de La Espina, a cuyos pies, cuenta la historia, durmieron los generales Gómez y Espartero durante una de aquellas carlistadas o guerras carlistas del siglo XIX, los dos en campaña por estos estratégicos puertos y pasos de montaña


La iglesia debió estar relacionada más antiguamente con la renombrada Malatería de La Espina, hospital de leprosos también conocido como de Nuestra Señora del Baçar, donde los enfermos que querían ingresar habían de presentarse al sustituto del Mayordomo de la Casa de Salas, quien les daba un documento en el que un médico certificaba la enfermedad de lepra o pelagra. De ella recopila información el erudito J. Tolivar Faes en su libro Hospitales de Leprosos en Asturias durante las edades Media y Moderna


El topónimo Baçar y sus variantes Baxsar, Bazar, Bacar y Bacal ya aparece en el siglo XIII y continúa hasta el XVIII, coexistiendo con el de La Espina, su significado está relacionado con lugar abundante en ganado vacuno, mientras La Espina tiene que ver con la orografía del terreno

De frente el Parque Infantil


Luego, al pasar la iglesia, iremos a la izquierda


El Mayordomo de la antigua malatería de La Espina tenía que supervisar también las curaciones y los malatos dados de alta. Los leprosos podían pedir limosna por todos los conceyos de la zona, Salas, Tineo/Tinéu y Valdés. Hasta 1761 las tierras de La Espina pertenecieron a la malatería, cuando se registraron, pocos años después, los últimos ingresos. De aquella malatería nada queda, una vieja imagen de San Lázaro, patrón de los leprosos y guardada en esta iglesia, fue destruida en la guerra civil, imagen a la que los vecinos llevaban agua para emplearla después en remedios caseros y curaciones


Fue en tiempos más modernos patrono de la malatería el Conde de Miranda, que nombraba al cura o excusador teniendo por sustituto al Mayordomo de la Casa de Salas, a quienes acuden los malatos que quieren entrar con una cédula dada por médico o cirujano, además de pagar ocho reales y una renta redactada ante escribano en copines de escanda. Otro cargo era La Panadera, que amasaba el pan a los malatos, les asistía y lavaba la ropa, residiendo en una celda más


Los ingresos de la Malatería de La Espina no eran escasos, los leprosos podían pedir limosna por los concejos de Tineo, Salas y Valdés y cobraban el tributo de "foias", por el que los familiares de cualquier difunto habían de pagar una herminia, 18 litros de mijo, por "cada cuerpo mayor que se muere", si bien los mayores  procedían del pago de tierras que habían de hacer los afectados para poder ingresar en el hospital. La malatería, como todas, se extinguió a finales del siglo XVIII, cuando menguó notablemente la endemia leprosa y cuando las ideas científicas y sociales de la Ilustración iban ya acabando con las estructuras e instituciones del Antiguo Régimen. Así sus bienes fueron pasando a particulares


El único vestigio que llegó a nuestros días es, como tantas veces ocurre, un topónimo, La Manteiría, un lugar en las inmediaciones de la actual iglesia, además de referencias en documentos escritos desde el año 1229, cuando por documento de Alfonso IX, rey que visitaba estas tierras, la eximía de impuestos


Es importante tener en cuenta que existe una cierta confusión entre esta malatería y otros dos hospitales, dedicados a peregrinos y tal vez uno al menos al malatos, que parece ser existieron en La Espina, pues se sabe de uno fundado por el mismo Arzobispo de Santiago en 1268 (única mención conocida del mismo), tal vez con los bienes que en el año 883 el rey Alfonso III El Magno donó al santuario compostelano, llamado de La Espina, pero en este caso también se vislumbra confusión con otro de igual nombre y topónimo, La Espina, existente en Tineo/Tinéu (el de Borres o Bourres). La confusión se acrecienta si recordamos que durante tiempo también esta localidad de La Espina estuvo en tierras tinetenses. Del hospital dependiente de Santiago se sabe que en 1268 era administrado por un tal Gonzalo Peláez, hijo de Pelayo de Tineo, quien también fue su administrador. Gonzalo y su mujer María Díaz donaron tierras a dicha malatería


El otro hospital fue auspiciado hacia la segunda mitad del siglo XVI por Fernando Valdés Salas, del que tanto hemos hablado en la villa de Salas, su solar y nacimiento, hospital que estaba bajo el patronazgo de San Pedro Apóstol y perteneció, dado su origen, a los hidalgos de la Casa de Salas, parece acogería también a malatos pues un mayordomo recibía y seleccionaba previo reconocimiento médico a los enfermos, a quienes cobraba diez ducados al ingresar, una vaca o una renta anual en celemines de trigo. Se sabe de su último ingreso en 1761 y que estaría ubicado en el lugar de La Molina


Desde la portada de la iglesia seguimos calle abajo


A la derecha una hermosa perspectiva de La Espina


En concreto los edificios situados en el cruce de carreteras existente al otro lado. A lo largo del camino hacia Tineo/Tinéu se emplazarían los hospitales reseñados, sobre los que arroja luz Luis Antonio Alías en su libro El Camino de Santiago en Asturias, Itinerarios:

"La Espina es uno de los más conocidos puertos interiores asturianos por ser obligado punto de comunicación entre el centro y el occidente. Cruce de rutas, tuvo dos hospitales de peregrinos. Uno dependía del propio obispado compostelano, probablemente fundado con los bienes que Alfonso III, en el 883, donó a la basílica del Apóstol; bienes "in comisio Tinegio". Por esta razón, según noticia del año 1268, el administrador debía entregar anualmente cuatro bueyes buenos al arzobispo compostelano. El otro hospital, de San Pedro Apóstol, tuvo fundador ni más ni menos que a don Fernando de Valdés Salas. Los dos debieron abandonar su benéfica labor, como la mayoría, durante las prostimerías del siglo XVIII.

Escogió sitio igualmente en estos abiertos, cimeros y desolados parajes, la malatería de "Nuestra Señora del Bazar", situada en el lugar conocido como "La Manteiría o "Malatería", próximo a la iglesia parroquial donde estuvo, hasta la guerra civil, la imagen de San Lázaro. Los enfermos ("leprosos de Bacal") estuvieron eximidos de cargas y tributos por privilegio que concedió Alfonso IX y sucesores hasta Carlos I, según tiene constancia la Casa de Alba, cuyo duque heredó la casa de Salas y, con ella, el patronato de la malatería"


A la derecha el Centro Cultural de Zona C.R.A. La Espina. De frente y a lo lejos La Sierra y La Pereda...

, pues se sabe de uno fundado por el mismo Arzobispo de Santiago en 1268 (única mención conocida del mismo), tal vez con los bienes que en el año 883 el rey Alfonso III El Magno donó al santuario compostelano, llamado de La Espina, pero en este caso también se vislumbra confusión con otro de igual nombre y topónimo, La Espina, existente en Tineo/Tinéu (el de Borres o Bourres). La confusión se acrecienta si recordamos que durante tiempo también esta localidad de La Espina estuvo en tierras tinetenses. Del hospital dependiente de Santiago se sabe que en 1268 era administrado por un tal Gonzalo Peláez, hijo de Pelayo de Tineo, quien también fue su administrador. Gonzalo y su mujer María Díaz donaron tierras a dicha malatería


El primer fin de semana de julio, en pleno trasiego de romeros santiagueros, se celebra La Festona, una multitudinaria celebración de gran raigambre popular


De frente tenemos el cruce con la carretera N-634A, llegados a él seguimos a la derecha


De nuevo en la carretera N-634


Andando por la acera encontramos algún banco para el descanso


Nos dirigimos al importante cruce de carreteras de La Espina


Es indistinto ir por una acera o por la otra... de momento, pero en algún momento habremos de cruzar a la izquierda pues en el cruce hemos de seguir de frente


Aceras y farolas forman un verdadero bulevar


Y también árboles y bancos


A ambos lados de la acera...


Gran panera a la derecha


Con bodega debajo


Y luego delante del estanco y un bar


Aquí si vamos por la derecha lo mejor es cruzar el paso de peatones, pues la N-634 va hacia la costa vía Trevías (Valdés) y a la izquierda la AS-216 sigue de frente hacia Tineo/Tinéu. Más abajo cruzar las dos carreteras es más complicado


Pasado el paso de peatones el cruce está justo de frente


Ya aquí se bifurcan las dos vías: siguiendo la acera izquierda nos dirigimos de frente a la calle El Cruce


Aquí, en El Cruce, encontramos otro elemento fundamental para la historia del lugar: La Venta, antigua venta caminera de La Espina, justo en el cruce con la carretera que va a El Zarrín. Dentro de los confunsión existente entre las fundaciones hospitalarias aquí existentes antaño no sabemos a ciencia cierta si esta venta sería sucesora de alguna de ellas o se trata de una fundación aparte



La casa actual de La Venta es del siglo XVIII, cuando era su dueño el Marqués de Villel. La Venta hizo de Ayuntamiento cuando La Espina  fue capital de un municipio independiente que únicamente duró tres años (1820-23), durante el Trienio Liberal


En La Venta paraban arrieros y vaqueiros, pastores trashumantes con su ganado, y demás viajeros que compartían espacio con algún peregrino que no parase en los cercanos hospitales. Entre los visitantes ilustres hemos de citar a Gaspar Melchor de Jovellanos, quien la cita en sus Diarios, si bien no de manera entusiasta, el miércoles 5 de octubre de 1796:

"Venta de La Espina: Dios me libre de ella"


Tiene una buena portalada con tejado a dos aguas a la entrada



En un momento podemos asomarnos al interior y ver sus antiguas dependencias, con tantísima historia detrás de ellas...



Aquí estaría la zona de las caballerizas y los cuartos donde dormirían las personas aquí alojadas


Volvemos al exterior...


Saliendo de La Venta continuamos ruta


De frente vemos el hotel de Casa Aurelio (últimamente cerrado)


A la derecha la bifurcación de carreteras. A la izquierda, a pie de Camino, está el albergue El Cruce


Seguimos todo recto viendo al fondo ya el final de la población


Y El Picu la Pereda en la distancia


Este es el enlace de la N-634 con la AS-216 para los automovilistas


Y adelante pasaremos junto a unas quintas. Al fondo, casi al final, está Casa El Cándano, comercio y bar de gran celebridad, justo enfrente, en un prado, se dice pudo estar la tantas veces citada Malatería de La Espina


Lo óptimo es cruzar el paso de peatones


Y pasar por Casa El Cándano. A la derecha tiene supermercado. A la izquierda es el bar, famoso por sus sabrosos pinchos y  bocadillos


Luego cruzamos por este otro paso de cebra frente Casa Marina


Hay una buena explanada, por donde iremos saliendo del casco urbano de La Espina


Pasamos la última casa...


Y seguimos esta otra explanada a la derecha


Rodeando la rotonda aquí existente enlazando carreteras y autovía


La hierba tiene marcada senda y no hay problema


Caminamos junto a este alto seto


Y aquí tomamos el camino que sale a la derecha


Un bello sendero entre setos silvestres y arbustos


Bien señalizado, que sube poco a poco


Camino de tierra y hierba...


Tramos de sombra...


Y campos abiertos junto a unas fincas


El sendero sube poco a poco


Así dejamos el concejo de Salas y entramos en el de Tineo/Tinéu, viendo ya al fondo algunas casas del pueblo de La Pereda


Atrás  quedó La Espina


Túnel vegetal...


Sigue la cuesta, liviana pero seguida...


Más árboles...


El Camino se ensancha y presenta, poco antes del pueblo, las clásicas rodadas en el suelo de tractores y todoterrenos. Vamos volviendo de esta manera a lo rural en la entrada al conceyu de Tineo/Tinéu, llamado El Concechón por su gran tamaño y extensión (el segundo de Asturias).


Aún queda subir un poco más


Una parada antes de la última cuesta antes del pueblo


En la subida hay un buen mirador...


En la cuesta tendremos oportunidad de ver una hermosa panorámica de La Espina y La Sierra de Boudenaya antes de llegar a las primeras casas del pueblo, despidiéndonos así también del concejo de Salas, hasta la próxima...


La Espina desde el Camino...


Y por Casa Carlos entramos en el pueblo de La Pereda, la primera que vamos a recorrer del Concechón, el concejo de Tineo/Tinéu, dirigiéndonos primeramente a la derecha, a la capilla del Cristo de los Afligidos









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