Bifurcación a la salida de Salas: por la derecha, calle Ondinas, se inicia el camino a La Espina |
La señalización xacobea y una placa con el nombre de la calle nos orientan
Y así tomamos la calle Ondinas, entre filas de casas a cada lado de la vía
La bandera asturiana, con la Cruz de la Victoria, a la derecha
Conjunto de hórreos
La calle Ondinas baja un poco y forma una larga recta
Hay aceras a ambos lados y farolas
Las casas son viviendas unifamiliares
Más hórreos
Al fondo ya adivinamos la profunda foz o estrechamiento del río Nonaya, por donde arrancará el primer trayecto ascendente, así como el viaducto de la célebre y semiparalizada Autovía de La Espina
El tráfico por esta calle suele ser bastante escaso, pero mejor vayamos siempre por las aceras
Ahí está la que fue la célebre panadería La Moderna, cuyo letrero aún aguanta el paso del tiempo...
El viejo y casi borrado cartel
Casas de planta baja
Y otras de planta alta
El Camino, por las aceras, sigue un buen trecho llano
Algunas casas tienen un terreno alrededor
Otras escaleras de acceso
Hórreo en el cruce con La Carrilona
Seguimos de frente
A la izquierda La Fontina
Nos llama la atención un hórreo en miniatura
En medio de la parcela
La calle sube ligeramente...
Un gran edificio ahora a nuestra izquierda
Es Casa Sueño, hotel, restaurante y albergue, fundado en 2017 por Patri y Xavi, quienes se conocieron en 2015, siendo ella peregrina y él hospitalero en un albergue. Ella trabajó en ese albergue de hospitalera voluntaria y posteriormente se casaron
Patri deja su trabajo como ejecutiva y abogada en Brasil y hace de esta su profesión. En diciembre de 2016 hacen el Camino Primitivo y se enamoran de él en sus primeras etapas, encontrándose con este lugar, ideal para este espacio de descanso y encuentro, fundando aquí Casa Sueño
El albergue, al sol y bajo la arboleda
Entramos primeramente al bar
Nos fijamos que en la pared exterior de la barra hay un artístico mapa del Camino Primitivo
Y aquí están nuestros anfitriones, Patri y Xavi
Seguimos admirando el gran mapa de la barra
Mientras Xavi enciende el horno de leña
Y nos prepara una de las afamadas pizzas del lugar
Amasando...
Rica masa casera, base para un gran éxito
Un verdadero espectáculo ver este trabajo
Pasando el rodillo para dejar la masa bien fina...
Y la buena salsa...
Y ahora la mozarella
Lechazo, exquisitamente preparado con receta propia
Se esparce generosamente...
Gran paisaje
Pimientos...
Resultado apetitoso y colorista
La recoge en la pala...
Y al horno...
Allí está...
Verdadera pizza casera de las auténticas
Se espera unos minutos...
Y ya se saca y se muestra al público
Impresionante
Gran manjar
Y ahora a la mesa...
Nuestros anfitriones, esperan por nosotros con su obra...
Hay comedor y terraza. También hay buenos menús y carta...
Salimos así de Casa Sueño y llegamos a las últimas casas del casco urbano de Salas: La Cañona
Son las últimas casas de la calle y del casco urbano de Salas
Ya estamos comenzando propiamente lo que es la subida a La Espina, uno de los desniveles más llamativos del Camino Primitivo, si bien las cuestas no son seguidas, se va subiendo primero suavemente y después de manera escalonada, como iremos comprobando
Panera con bodega debajo
Pasamos junto a la última casa
Luego un tendejón
A su derecha sigue el Camino, que pierde el asfalto
El Camino pierde el asfalto
Palabras de ánimo
Castaños y setos silvestres
Un cobertizo
Al fondo eucaliptos
Pasamos así bajo un castaño que extiende sus ramas sobre el Camino
La cuesta arriba empieza a hacerse levemente más empinada. A la derecha hay una pequeña vega y una parcela cerrada junto al río Nonaya
Es un antiguo molino que funcionaba con la fuerza del agua del río
Y la subida sigue
A la izquierda una vieja fuente
La Fuente Paín, con algo de agua, restaurada en el año 2004.
Luego andamos junto a algunas fincas que caen hacia el río y plantaciones de eucaliptos, aunque predominan las especies autóctonas
Un poco de pradería a la derecha, cayendo al río. La ladera boscosa de ese lado es la que baja de La Flecha, en la Sierra del Viso. La ladera de la izquierda es la de la Sierra de Poles, estribaciones de la de Bodenaya o Boudenaya
En esta bifurcación seguimos de frente, como indica el mojón
Y ya estamos en lo profundo del bosque
Es ahora cuando llegamos a las instalaciones de una mina de caolín abandonada, con sus silos y tolvas medio tragados por la vegetación
Luego seguimos junto a la caseta
Y cruzamos un regueiru
El agua sale de un tubo
Estamos a la orilla misma del río, cuyo nombre está vinculado a la diosa celta (o precelta) Navia, vinculada a la abundancia, cosechas, fertilidad, suerte... y que da nombre a no pocos lugares de Europa occidental, relacionados con hidrónimos, como es este el caso
La raíz indoeuropea se hace ya patente en el sánscrito navya (curso de agua), y algunos topónimos de este origen son en Asturias Naviegu, Navelgas, Nava, Navidiellu o Nalón (antiguo Nauilo), así como Fontenavia, Bodenaya, y otros, en Galicia podemos encontrar el Navea, río afluente del Sil (Ourense) y el Nabalia, actual Eck, afluente del Rhin, en Alemania, o el Nauaeus, ahora Naver, en Escocia, el Naseby o antiguo Naubesia en el condado inglés de Northants o el Neber, el viejo Nabarcos, en Gran Bretaña
Encantadoras pero frágiles pasarelas de madera dan paso a las fincas ribereñas, pero nosotros no hemos de ir allí para nada, sino continuar de frente sin pérdida, con el sonoro ruido del Nonaya a nuestro lado, que golpea los regodones de su cauce y lecho al bajar con fuerza de las alturas
Flechas amarillas confirman que vamos por buen trayecto
Nuestro periplo es siempre en subida
En Nonaya queda abajo...
Aquí hay algunos pinos
El suelo es de tierra y piedra
Todo este primer tramo de subida aunque directa es muy llevadera
Se sube pero más bien poco a poco
Estamos en un castañéu o castañar, donde además de castaños crecen carbayos y otros árboles, con más helechos en las veredas y musgo en las piedras de las murias...
Maravilla de la naturaleza que dan vista también a algunos peñones rocosos de la serranía, los cuales muestran sus aristas en el monte de enfrente, formando un precipicio sobre el río
Aquí es donde verdaderamente empiezan a notarse las etapas más "montañeras" que tanto caracterizan a buena parte del Camino Primitivo
Por suerte, si hace sol, disponemos de buena sombra
También cuando llueve el ramaje forma un techo vegetal que mengua un poco la caída de llucia
El Nonaya abajo a nuestro lado
Estamos en lo más tupido del bosque.
Vemos, mirando atrás, la pared de piedra sobre el río, hecha para este viejo camino que cayó en desuso con la construcción de las actuales carreteras, recuperado ahora en su faceta de ruta xacobea, pues por aquí pasaban arrieros y peregrinos en dirección a las ventas y fundaciones hospitalarias de La Espina
Nosotros cada vez más arriba
El río cada vez más abajo, si bien él viene bajando del Alto la Espina
Unos arbustos delatan que nos acercamos a un pequeño claro en el monte.
En este claro admiramos la frondosidad boscosa que cubre estos picachos, en la zona de La Penallonga, las colinas del otro lado. Ahí está El Campón (597 m)
Son las estribaciones de La Sierra del Viso, que se extiende hacia el oeste, como el Camino
Atrás, más peñascales abruptos en El Carcabón y Cabana Borra
Abajo el río, oculto en las profundidades de la foz o estrechamiento aquí formado
Adelante, volvemos al bosque...
Sigue la subida, de momento bastante llevadera y liviana
Camino abierto en la roca...
Tramos de claro y tramos de bosque...
El Camino es pinta ancha y no ofrece pérdida
Continuamente en subida
Exuberante selva verde...
La gran subida
La vereda derecha se cubre de musgo
Frescor del bosque atlántico...
Subiendo sin parar
Aquí hay aún más piedra
Pequeño argayu o desprendimiento
El río siempre abajo
Llegamos a un puente, el de Borra, construido entre los siglos XVII y XVIII cuando aún este era el camino existente para ir de Salas a La Espina, antes de la construcción de la carretera general.
El puente salva un regato que desemboca abajo en el Nonaya, el cual solo parece llevar algo de agua en invierno o durante las lluvias
Pasando el puente sigue el ascenso
Mucha piedra suelta
Subida directa
Gran pedregal
Y salimos momentáneamente del bosque en la zona de La Pavera
En un nuevo claro nos parece vislumbrar más cerca el final de la subida, al menos en su "primera parte". Arriba El Curión (584 m)
Vista atrás El Carcabón y El Viso
A lo lejos monte de Las Ribonas
Impera el suelo de morrillos
La tierra, los árboles y las piedras se cubren de musgo...
Y seguimos subiendo...
El gran túnel vegetal del bosque
Inmensidad de troncos y ramas
Otro pequeño claro para contemplar el paisaje a nuestra derecha
Más peñas y monocultivos de especies arbóreas de crecimiento rápido
El Curión
Y abajo un poco de vega
Momentos de esfuerzo pero también de gran intensidad
Afloran en el suelo las ramas de los árboles
La pista se estrecha hasta hacerse pequeño sendero
Luego se ensancha otra vez
El Camino sigue subiendo a la izquierda hacia el Puente del Carcabón, pero si lo deseamos podemos bajar unos metros para ver el famoso salto o cascada del Nonaya, unos pocos metros más abajo
Dado que merece la pena bajamos un momento a ver ese verdadero monumento natural
Según empieza el descenso admiramos la soberbia estructura del puente, un verdadero murallón
Con las lluvias y el deshielo, por aquí baja el agua a torrentera, hacia el río Nonaya
Grandiosa estructura
Y seguimos la bajada por esta senda, oyendo ya la cascada, oculta por los árboles
Con humedad es menester tener cuidado con los resbalones en esta bajada
Ya se oye el ruido de la cascada
Hay un pequeño puente y a la izquierda ya vemos la cascada, en la zona donde el río Bouza vierte sus aguas al Nonaya
Esta es casi la misma foto que la anterior pero en invierno, con menos hojas en los árboles, y con más luminosidad
Hay dos formas de acercarse a la cascada para tener dos vistas de la misma, con cuidado, una justo antes del puente
Vamos por esta orilla...
El maravilloso sonido del chorro de agua...
Y el del río bajando con fuerza...
Un lugar impresionante, inolvidable...
"Momento foto"
La fuerza de la naturaleza...
Pero pronto vemos que, para estar más cerca, tal vez mejor ir por el otro lado...
Poder puede pasarse por aquí, pero mojándonos los pies y arriesgándonos a un resbalón
Volvemos pues al puente...
Lo cruzamos...
Y tomamos este paso junto a la roca...
Las piedras se cubren de musgo...
Y subimos hacia la cascada...
Unos momentos inolvidables...
Crecen los helechos...
Volvemos pues desde la cascada al Camino subiendo bajo El Carcabón
Retomamos así la ruta subiendo a la izquierda
Y ahora sí pasamos por el Puente del Carcabón, también fruto de los arreglos y mejoras efectuados en los siglos XVII-XVIII.
Vista al otro lado.
Las flechas nos confirman el Camino. Si bien es todo subir, la pista es ancha y no hay cruces importantes, es bueno ir viéndolas, como los mojones, cada no muchos metros
A partir de aquí la cuesta se empina muy considerablemente
Curva a la izquierda
El Camino ganará altura en dos fuertes pendientes, haciendo dos revueltas en zig-zag, una seguida de otra, por firme pedregoso.
Un buena subida.
Y otra seguidamente. El camino zigzaguea y serpentea
Estamos en El Llanón, el nombre lo implica todo, tierra llana a media ladera de la montaña, La Sierra Bodenaya. Aquí acaba tan fuerte ascenso
Es un lugar en el que muchos peregrinos suelen hacer un alto antes de emprender la siguiente fase de subida a La Espina
Llegamos así a la carretera
Justo encima de nosotros, en la falda de la sierra, la Autovía de La Espina
Salimos a la carretera N-634 en este lugar
Primeramente andamos por un tramo recto y llano
Veamos el mojón...
La carretera suele tener poco tráfico desde que se abrió la autovía, no obstante no hay arcén y no es infrecuente el paso de vehículos, incluso camiones, a veces a bastante velocidad. Seamos prudentes, lo adecuado en estos casos es caminar bien arrimados a la izquierda, atentos, pues nos aguardan unos 800 metros por ella
Pasamos unas ruinas...
Estamos en el kilómetros 458
Y ya vemos los viaductos de la Autovía de La Espina
Pasamos bajo ellos
Admiramos los altísimos pilares...
Aquí la carretera hace una pronunciada curva
Mucha precaución en este lugar, El Puente Servando, sobre el Regueiru Porciles, afluente del Nonaya
Volveremos a pasar bajo los viaductos
El arroyo bajo nosotros...
Caminamos bajo Los Saraballones, estribaciones de la pared norte de La Sierra Bodenaya
Un poco de cuesta
Se desbordan los sumideros con el agua que arroya de la montaña
Curva a la izquierda, cuidado con el socavón y con la escasa visibilidad
Un caserón en la arboleda, Casa Servando
Poco más allá, en aquella curva del fondo, estemos atentos a las señales, pues allí nos apartaremos del sufrido asfalto
Otra curva cerrada en la subida a La Espina
Un poco de sendero en esta vereda...
Y ahora tomamos este camino a la izquierda
Justo antes de la curva y de otro puente, ese sobre el río Nonaya
Atención a las señales
El Camino inicia otra nueva subida...
Comenzamos otra subida
Buena señalización
La cima no obstante se percibe próxima.
Cabañas de La Peña...
Bifurcación y a la izquierda
Sigue la cuesta en recto
Flechas en los árboles
Un pequeño claro en el bosque
Y seguimos por la umbría forestal
Curva a la derecha
A lo lejos La Sierra la Cuerva, a la derecha el aquí pequeño valle que forma el río Nonaya en su nacimiento
Una mata de altos árboles delata por donde va el río
Allí arriba a nuestra derecha El Couz, por donde continúa la carretera a La Espina
Más atrás La Peña, por donde va la N-634
El Camino, aquí ahora ancha pista, va a endurecer aún más la subida
En ascenso fuerte y directo
El vallado se debe a que a que tras el montículo a la izquierda pasa la Autovía de La Espina (A-63)
Atención ahora a nuestra derecha
Vemos la carretera N-634
Y las primeras casas de Porciles, las que están al lado de la carretera
Crece el matorral...
Estamos subiendo un duro repecho
Hojas y bolas de acebo, por aquí llamado acebu, carrascu y xardón...
La subida sigue, paralela ahora a la autovía
Comienza un duro repecho
Matorrales a los lados...
Toxu o cotoya...
Ya estamos al nivel de la autovía y seguimos subiendo, viendo el Puente del Campu las Fornas
Casi siempre en ascenso desde Salas, no mentimos si decimos que nos da una gran alegría llegar a ver las primeras casas y hórreos del pueblo de Porciles en las estribaciones de la serranía. Porciles, un topónimo que volveremos a encontrar en otra aldea de la ruta y que hace referencia a porcos-puercos, cerdos salvajes, esto es, el jabalí, xabalín, xabaril o gochu montés.
Vista atrás...
La Peña a nuestras espaldas; abajo el camino que acabamos de subir. Al fondo los altos de Ardesaldo (618 m)
A nuestra derecha El Couz. Encima el monte de La Enverniza (792 m)
Abajo pasa el recién nacido río Nonaya...
Y a la izquierda de El Couz, Brañameana
Brañameana, nacimiento del Nonaya. Arriba Los Gayos de la Cuerva (845 m)
Las fuentes del Nonaya...
Un encanto de paisaje...
Tras un breve reposo para recuperar aliento y observar las referencias del paisaje reemprendemos la marcha..
Pasamos junto al Puente del Campu las Fornas y seguimos de frente siempre subiendo. Aquí empieza el asfalto
La autovía ya queda abajo. A la izquierda los altos de la Sierra de Nonaya, con su parque eólico
La máxima altitud es El Rebollín (815 m)
Vieja muria de piedras...
Subimos un poco más...
Y tomamos este ramal a la derecha
Ahí está el mojón
Seguimos subiendo pero más suavemente
Ya empezamos a divisar enfrente el final de las cuestas
No es caminar en llano pero el desnivel no es tan acusado
Y se ofrece ante nosotros un maravilloso panorama
Pasamos junto a esta muria y admiramos el paisaje.
Estamos viendo al norte de nuevo las aldeas de El Couz y La Peña, todo un paisaje de prados separados unos de otros por tupidos setos, matos o sebes, que llegan a formar densos bosques, cayendo las fincas en ladera hacia la foresta de la ribera en la que nace el Nonaya y esparciéndose estas aldeas en las pendientes de enfrente, por las alturas que suben a El Couzaltu (744 m), en la parroquia de Ardesaldu
También otra vista de Brañameana
Son los espectaculares paisajes de la subida a La Espina
Al oeste, El Castro, allí acaba propiamente la subida de La Espina
Aquellas son las casas de El Alto, donde vemos el Albergue Fontenonaya a la derecha el guardarraíl de la carretera N-634
Hermosa ladera de Porciles
Ya casi caminamos en llano
Pero entre esos árboles vamos a desviarnos
Y tomar ahora el camino que sube a la izquierda
Es una corta cuesta
Por aquí subimos
Hay una curva si bien podemos atajar a la derecha
Llegamos a otro tramo asfaltado y continuamos a la derecha
Señalización artesanal
Ya caminamos casi en llano
Y llegamos a una casa
Primero la cuadra...
Luego la vivienda
Y después el hórreo y la casa vieja
El Camino, ya llaneando, sigue todo recto
Hacia aquellos árboles
El paisaje va camiando, es la llana meseta de La Espina
El Alto, las casas de Porciles de la parte de la carretera. Más allá la Sierra la Cuerva
En la carretera el Albergue Fontenonaya
Pasamos esta cuadra y tendejón
Un amplio paisaje de la gran llanada de La Espina se ofrece a nuestra vista...
Paisajes de murias, fincas llanas y arbolado. Aquí comienza esta amplia meseta que se extiende hasta más allá de La Sierra, paso del conceyu de Salas al de Tineo/Tinéu, el cordal donde se alzan los picos de El Picu La Preda (943), Las Ourales (946 m) y L'Altu la Degol.lada (pronunciar "degotsada")
A la derecha, más al norte, La Pena'l Gallo (1.010 m), frontera de Tineo/Tinéu con el concejo de Valdés
El camino sigue recto y llano por los pastos de Porciles
Grandes vaquerías, otra característica del paisaje rural en estas camperas
Porciles, solar de la capilla de San Roque, que no vemos desde aquí
Porciles; las casas que acabamos de dejar atrás
La larga muria separa el camino de las fincas que, al otro lado, dan a la carretera en la famosa Recta de La Espina
En estos mismos campos el coronel Teijeiro perdió en la guerra civil el mando de las columnas nacionales que, procedentes de Galicia, confluyeron en La Espina, una desde la costa y otra por el interior, cuando intentaban socorrer a las asediadas tropas de Aranda en Oviedo/Uviéu, a finales de agosto de 1936, cuando por primera vez las fuerzas republicanas tenían apoyo aéreo y eso se hizo notar en aquel avance, obligándole a parar, aunque solo fuese brevemente, ante Salas, pero lo suficiente para que el general Mola le diese el mando de las dos columnas a otro militar, el teniente coronel De Miguel
Casi exactamente cien años atrás, en octubre de 1836, fueron las partidas carlistas de Sanz las que sufrieron una derrota en Salas, al intentar invadir la capital asturiana por el occidente. Son estos los tan disputados desde siempre, caminos de La Espina
Nos acercamos a un cruce...
El parque eólico de La Sierra Bodenaya domina el paisaje a nuestra izquierda, donde están Las Penonas, abruptos peñascales, y donde hay campos de túmulos o necrópolis megalíticas
En el cruce hay que ir primero a la izquierda
Y seguidamente a la derecha
Atentos al mojón. Aquí hay un refugio metálico para sentarse los peregrinos o viandantes en general
Frente a él sigue el camino. El lugar es un mirador perfecto.
La verde campiña de Porciles
El Alto y la Sierra la Cuerva...
Pacas de yerba...
Muy a lo lejos al oeste, vemos tambíen La Curiscasa, otra referencia visual sobre las planicies de La Espina
De frente Bodenaya; en la colina Las Casas de Riba. En lontananza reconocemos también los eólicos de La Sierra
Bifurcación del puente y seguimos de frente, todo recto
El camino es una pista de zahorra que continúa recta y llana
La autovía a nuestra izquierda
Pasamos junto a esta casa
Estampa rural en el prado
Las ovejas...
Las gallinas...
Seguidamente una mata de pinos
El matorral nos separa de la autovía
A nuestra derecha la rotonda de comunicación de la N-634 con la autovía
Una preciosa vista de Bodenaya, donde hay albergue de peregrinos, al igual que, al fondo, en La Espina, hacia donde se encaminan nuestros pasos, ya en el límite occidental del concejo de Salas
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