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sábado, 21 de mayo de 2016

CARRETERA DE VILLAVICIOSA Y AVENIDA DE LA COSTA, LAS DE "LAS CONCHAS DORADAS": CAMINO DE L'ACERONA Y EL CARMEN GIJÓN/XIXÓN (ASTURIAS)


El peregrino que accede al casco urbano gijonés desde Somió y La Guía se encontrará, una vez pasado el río Piles en Les Mestes, con esta señal en un hito xacobeo. Por un lado la concha y por otro la flecha. La flecha sigue el camino por la ribera del río hasta llegar a la Playa de San Lorenzo o San Llorienzo en El Puente del Piles, mientras la concha, aunque oficialmente es un emblema indicativo del Camino pero no direccional, parece señalarnos el trayecto a lo largo de la Carretera de Villaviciosa y de allí a la Avenida de la Costa, sucesora de la carretera de igual nombre y esta a su vez del milenario Camín Real que por aquí discurre desde tiempos remotos


A partir de aquí se señalizó en el año 2009 el itinerario urbano gijonés con conchas doradas en el pavimento de las aceras. Este itinerario es el netamente histórico pero en la actualidad pasa totalmente encajonado entre los edificios de la urbe y no deja ver ni la playa principal de Gijón/Xixón ni pasa por su parte más antigua, alejado incluso de los lugares más directamente relacionados con las peregrinaciones xacobeas, como son el solar del antiguo Hospital de Corraxos o peregrinos pobres o los Jardines del Náutico, donde se ubicaba hasta 1936 el Hospital de Caridad, su inmediato sucesor.


El Camino que se dirige al Puente del Piles y a la Playa de San Lorenzo, tampoco carece de rigor histórico dado que existieron varios ramales que desde el Camín Real entraban en la villa de Gijón/Xixón, entonces poco más que el actual barrio alto de Cimavilla, aunque no por esta parte sino unos metros más adelante, atravesando El Bibio y los arenales sobre los que se edificó el actual barrio de L'Arena. Era la entrada antigua a la primitiva población y por allí iban todos los viajeros que venían desde el este, incluidos los peregrinos en busca de cuidados y sustento en el Hospital de Corraxos. No obstante al estar marcado con las conchas doradas y aparecer también en las guías, queremos explicar este trazado a lo largo de la Avenida de la Costa si bien, hemos de reconocerlo, no presenta actualmente tantos alicientes históricos, paisajísticos y xacobeos como la otra opción.


Antaño desde Les Mestes se vería el mar y lo que entonces era una pequeña villa, Esto eran praderías y tierras de labrantío cercanas a las primeras dunas. El río hacía un meandro y la gente acudía a lavar la ropa bajo el desaparecido Puentín de La Guía, mientras la ribera estaba poblada de junqueras y vegetación, existiendo marismas y barrizales o llamuergues. Con la canalización del río el lugar empezó a edificarse a principios del siglo XIX pero predominan netamente aún las casas unifamiliares con parcela, aunque próximas a las urbanizaciones de pisos


 En el caso que quisiésemos seguir el trazado por la Carretera de Villaviciosa y Avenida de la Costa habríamos de cruzar aquí la calle dedicada al mítico jugador Enrique González Castro "Quini" y luego seguir por la acera a la izquierda


Es la zona de El Molinón, donde están los aparcamientos en torno al estadio de fútbol de este nombre


Toda esta zona fue remodelada cuando se hizo el enlace de la entonces Carretera de la Costa con la Ronda Sur (Autovía del Cantábrico) que evitó que todo el tráfico hubiese de pasar necesariamente por el casco urbano, lo que provocaba grandes atascos


Aquel enlace hizo desaparecer en 1996 uno de los merenderos más célebres de la ciudad, El Puentín de La Guía, con su campo y bolera en la ribera del Piles, que estaba aquí enfrente, establecimiento fundado en 1923 por el matrimonio de Balbino Suárez y Aurora Trabanco. En principio regentaban un café económico llamado La Puerta del Sol que desapareció al ensancharse el cauce del Piles, según nos informan los investigadores José Luix Carmona García y Luis Arias González en Comer fuera de casa: tres siglos de restauración gijonesa (1700-2000). A raíz de ello alquilaron una antigua fábrica de jabones y reemprendieron el negocio con las grandes novedades de la bolera, la cancha del juego de llave y los concursos de peonza. En los años 30 ofrecía tortilla española, escabeche, chorizos a la sidra y bocadillos. Al ser un merendero en el sentido genuino la gente podía traer la comida de casa y sentarse en las mesas y bancos junto al río, comprando aquí la bebida, sidra, vino y refrescos. En 1940 y tras fallecer Balbino su mujer siguió al frente del negocio con su hija Aurora


A la izquierda hay un grupo de casas de planta baja con terrenos. Hace unas décadas era zona ya netamente rural


Y ya vemos el estadio de fútbol El Molinón Enrique Castro "Quini", del Real Sporting de Gijón


El Molinón es un verdadero "santuario" que trasciende a lo meramente deportivo, dada la fuerte implicación histórica y social del Sporting de Gijón con la ciudad y con toda Asturias. No están muy claras las fechas de su construcción, su nombre procede de la antigua existencia de un gran molino que funcionaba con el agua que le llegaba a lo largo de una canal desde el ríoPiles, pero por reseñas periodísticas en el diario El Comercio se sabe que ya en 1908 se disputaban partidos, haciendo de él el campo de fútbol profesional más antiguo de España


Es campo oficial del Sporting desde el año 1915. A lo largo de estos más de cien años el estadio fue ampliándose, reformándose y creciendo, en sucesivas ampliaciones, de las que algunas de las más llamativas fueron las acometidas para el Mundial de Fútbol de 1982, y más recientemente las de las obras de los años 2009 a 2011, con nuevas dependencias y un aumento del aforo de hasta 30.000 espectadores


La acera sigue recto junto al espacio verde que la separa de los aparcamientos donde hasta hace unos años se celebraba el restro dominical


Pese a que la ronda absorbió el tráfico que no se dirigía a la ciudad este suele ser bastante intenso la mayor parte de las veces


Antiguamente en el aparcamiento estuvo el taller de Quilo'l de los Carros y dos arroyuelos, El Ríu Muertu y El Ríu Podre desembocaban en el Piles en este lugar con las inmundicias de bajaban de Ciares, al sur de la entonces más pequeñña villa gijonesa


Viendo las señales nos dirigimos al centro ciudad. A la derecha la finca de La Huerta



Aquí hay una hermosa casa indiana del siglo XIX y que sigue el llamado estilo francés


Desde el año 2015 es la Casa de comidas Los Pisones, al cargo de una familia muy relacionada con la cocina asturiana desde mediados del siglo XX, la de los descendientes de Celsa y Aurelio "Len", que procedentes del valle del Nalón abrieron en 1958 la Sidrería Len en la gijonesa calle Ezcurdia y luego el restaurante Los Pisones en Quintueles (Villaviciosa), antecesor inmediato de este


Seguidamente está Casavella, otro reconocido restaurante. La zona, siempre frecuentada y transitada, llega a serlo a veces masivamente cuando hay partido de fútbol o, en verano, con la celebración de la Feria de Muestras


A la izquierda está la calle Jesús Revuelta, antigua Avenida de Les Mestes o del Hipódromo, pues va al complejo deportivo allí existente, del que hablábamos al pasar por La Guía, al igual que del Real Grupo de Cultura Covadonga, cuya entrada vemos desde aquí. Hay una bifurcación, estando nosotros en este momento en la calle Ezcurdia, una de las primeras que se hicieron cuando se hizo el Ensanche del Arenal y dedicada a quien fue secretario del Ayuntamiento en aquellos tiempos, Vicente de Ezcurdia Cuéllar, cuando la ciudad creció más allá de la muralla que la cerraba y hacía plaza fuerte construida en 1837 a raíz de la Primera Guerra Carlista y cuyos terrenos no revirtieron al Ayuntamiento hasta 40 años después, que las derribó y rellenó su foso, pues fueron un verdadero cinturón defensivo que cortó el crecimiento natural de la ciudad


Seguimos unos metros por Ezcurdia, si bien pronto iremos a la izquierda para seguir por la Carretera de Villaviciosa


Y estas son las conchas doradas que jalonan  toda la Avenida de la Costa, trayecto del antiguo Camín Real que en sí no pasaba directamente por el medio de la antigua población, que era poco más que la actual Cimavilla, pero sí algunos de sus ramales de acceso, aunque luego, con el crecimiento de la ciudad, quedó esta vía secular integrada totalmente en su entramado urbano, pasando de carretera a Avenida tras construirse la Autovía del Cantábrico y crearse la Ronda Sur y tras solicitarlo la Unión de Comerciantes en 1989


Las conchas fueron instaladas en el año 2009, hay más de doscientas en este recorrido


En este paso de cebra podemos cruzar Ezcurdia y seguir hacia el centro por la Carretera Villaviciosa. Aquí cruzamos la calle Oscar Muñiz, antigua calle Stadium


Nada más cruzar la calle Oscar Muñiz cruzamos, ahora sí, la calle Ezcurdia, a la izquierda


En el suelo otra concha


De frente veremos la entrada a las instalaciones deportivas del Real Grupo Cultura Covadonga, institución fundada en 1938, aún en plena contienda y que, tras una primera sede principal en el barrio de L'Arena, adquirió estos terrenos a finales de los años 60 del siglo XX. A la derecha está el Colegio Clarín. Ahora seguiremos por la acera a la derecha, donde los ciclistas tienen carril-bici


Enfrente de nosotros el Edificio Argenta con entrada por Ezcurdia y por la Carretera de Villaviciosa


A la derecha, en Ezcurdia esquina calle Sporting Casa Aurora, chigre y casa de comidas que es un símbolo de la historia, fundada en 1954, llegó a tener taquilla para despachar las entradas al estadio y vestuarios para los jugadores de los equipos visitantes. Luego los altos edificios de El Bibio, que empezaron a construirse en los años 70 del siglo XX, cuando ya el barrio de L'Arena había quedado atestado. Se siguió un modelo distinto, con grandes espacios ajardinados entre bloque y bloque. Más allá está el Parque Isabel la Católica


Zona muy bien ajardinada, con parterres, en la Carretera de Villaviciosa


Bajos comerciales a la derecha


Y a la izquierda la Escuela de Educación Infantil Las Mestas, hecha en el año 1986 donde antes estuvo El Canódromo, inaugurado en 1976 pero que apenas existió diez años




Esta buena acera con carril-bici y arbolado lineal forma un verdadero bulevar. Antaño pasaba por aquí el Tranvía de Somió, primeramente de mulas y más tarde eléctrico, una de las líneas más populares pues iba a los bailes y merenderos de la zona este del concejo y que por ello no en vano fue la primera, uniendo el centro con La Guía, al fundarse en 1889 la Compañía de Tranvías de Gijón, si bien la explotación de esta línea fue adjudicada al industrial Florencio Valdés, quien luego lo cedió a dicha compañía. El servicio de esta primera línea se inauguró el 30 de marzo de 1890, siendo de tracción de mulas hasta 1909, cuando empezó a ser eléctrico


Pasamos la entrada del Edificio Argenta que mira a la calle Ezcurdia

Estos son los edificios de El Bibio. Cuando el Ensanche del Arenal, actual barrio de L'Arena, fue llenándose de edificios a causa del desarrollismo de los años 60 y 70, que provocó la especulación con volúmenes y alturas en lo que estaba considerado un área de edificación de densidad media, las nuevas construcciones llegaron a estos terrenos al lado del Parque Isabel la Católica, sito más a la izquierda, si bien creando entre los altos bloques amplios jardines y zonas verdes


Cruzamos la calle Pintor Antonio Suárez y continuamos todo recto y de frente


Desbordado y totalmente ocupado ya el Ensanche del Arenal, El Bibio y, un poco más al sur, Viesques, se transformaron en zonas residenciales intermedias entre el casco urbano y Somió, la ciudad jardín, ya en los años 70


Esta línea de seto separa la acera de los jardines de los bloques de pisos


A diferencia de L'Arena en El Bibio predomina la vivienda de rentas altas, al igual que en Viesques, suelen ocupar antiguos terrenos de labrantío cerca de La Charca, las marismas donde a partir de 1941 se haría el Parque Isabel la Católica


Las anchas aceras, el carril-bici y el arbolado hacen de la Carretera Villaviciosa un verdadero bulevar


Otros terrenos donde se edificaron los actuales edificios eran fincas de las quintas residenciales de antaño, como es el caso de la de Monasterio, que vemos a la izquierda, la última que queda de todas ellas, si bien en muy mal estado


Este palacete, acabado de construir en 1889, fue del Arzobispado de Oviedo hasta que su propietario, el empresario taurino Eugenio Díaz de Monasterio Guren, lo permutó por un caserón donde se haría Casa de Ejercicios Espirituales de Santa Eulalia, que estaba un poco más adelante. Sigue el estilo ecléctico-modernista y al edificio original, hecho de piedra de sillería, se le fueron añadiendo elementos de menos calidad. Vemos almenas, balaustrada y numerosos detalles arquitectónicos y filigranas decorativas. Esta catalogado como edificio notable a preservar


Los jardines de la quinta, que vemos a continuación, también están protegidos


En los años 70 el paisaje de quintas y pequeñas viviendas unifamiliares se transformó en El Bibio para dar paso a los grandes bloques, abriéndose nuevas calles. Pese a lo ocurrido en L'Arena en primera línea de costa, se llegaron a hacer también aquí edificios inspirados en rascacielos, de más de diez plantas, lo que no sería lo más adecuado urbanísticamente al lado de un parque como el de Isabel la Católica, como bien nos explica el erudito Luis Miguel Piñera en su libro El arenal de San Lorenzo


El Bibio es topónimo de resonancias camineras si es acertada la hipótesis que le hace derivar del latín bivium (encrucijada, bis dos y via camino) si bien no se descarta un antropónimo, vibium, lo que significaría propiedad de un tal Vibius


Por aquí pasaba el antiguo río del Molino, canal con el que funcionaba la maquinaria del gran molino que dio nombre a la zona de El Molinón, donde se haría el Parador de Turismo Molino Viejo, que no vemos desde aquí, sito en el mismo parque, más allá de los edificios de la derehca


Muchos de estos árboles fueron plantados con la urbanización del barrio, si bien otros ya existían anteriormente




Abundan por lo tanto los espacios verdes


Cruzamos la calle Gregorio Marañón


Y así, mientras seguimos por la Carretera Villaviciosa vemos a la izquierda la gran quinta del Colegio de la Asunción


Su historia se remonta al año 1903, cuando la Superiora General M.Mº Celestine del Buen Pastro quiso fundar en Asturias un colegio,  enviando a la Superiora de San Sebastián M. Amanda, y a M.MººIglesias a reconocer una posible ubicación, si bien esta primera misión fue infructuosa. Sería cuatro años después cuando M. Elisabeth de Jesús, Superiora de Santa Isabel en Madrid y M. Mº Ángles recorren Asturias y se detienen en Gijón/Xixón, donde la familia Pidal, que conocía la Asunción de Madrid, las ayuda y presenta al obispo, iniciándose los trámites para buscar casa, que, tras diversos avatares, consiguen alquilar en esta Carretera Villaviciosa la de la Quinta Ballesteros, que estaba aquí ubicada, porpiedad de José Ruiz Ballesteros, cuya mujer María llegó a ser gran amiga de la comunidad


Así el 28 de junio de 1907 visitan Asturias M.M. Celestine y M.M. Catherine, entrevistándose con el obispo, quien les concede permiso para tener la misa en la capilla que ya existían en la quinta. Así ya en julio se forma la primera Comunidad en esta Quinta Ballesteros, comenzando las clases con los primeros cuatro niños el día 1 de octubre de este año, reformándose los antiguos chalets de la carretera, que estaban aquí en la entrada actual, salones de visita y administración


En 1909 se construye un ala para capilla, teniendo encima el dormitorio, siendo Luis Bellido el arquitecto. En 1930 se hace la casa de los caseros, entonces Aurelio y Generosa, que actualmente es el centro María Eugenia, en 1935 los arquitectos Manuel y Juan M. del Busto diseñan la escuela gratuita Nazaret y en 1936, ya durante la guerra, el gobierno del Frente Popular levanta la villa, que se reforma para aula al pasar la contienda y es el actual vestuario


Entre 1940 y 1941 se cubre como patio cubierto de recreo un tramo de jardín junto a la Carretetera Villaviciosa, llamándolo popularmente el paraguas. Un año después se construye una nueva ala con más aulas, dormitorios y otras dependencias, el Bloque de la Secundaria, de tres plantas y sótano, también por los hermanos del Busto, quienes serán asimismo autores del proyecto de la actual capilla, hecha en 1948-49 y donada por don Gurmesindo Junquera, padre de Sor Mª Luisa Junquera, siendo consagrada el 22 de marzo de 1954 por el obispo Francisco Javier Lauzurica


Entre 1955 y 1956 se realizan nuevas reformas en las que se añade una planta más y el desván se transforma en pequeños cuartos. En 1965-66 el salón de actos y un dormitorio grande se transforman en nuevas clases, Hay más reformas en los años 70 y en 1982 se hace la actual Casa de la Comunidad, en 1985 la villa de 1936 es remocicada para vestuarios, en el año 2000 se levanta el edificio de Educación Infantil y en 2009 el pabellón del nuevo comedor


En cuanto a los estudios y actividades, tras la guerra civil en el Colegio de la Asunción se imparte también regularmente Bachillerato, coexistiendo hasta los años 60 con cultura general y con Comercio


En días de fiesta no lectivos se celebraban juegos de escondite en grupo, como el cache-cache, y actividades en el salón de actos, con teatro. Había también deportes, sabiéndose que ya en los años 40-50 se practicaba tenis, balonmano y hockey en el prau del colegio, así como una especie de béisbol llamado randers. Entre los juegos eran los favoritos el cascayu y el balle brulee o "pelota quemada". En 1974 empieza a impartirse lo que sería la EGB, Educación Infantil en 1975 y el Bachillerato actual en 1979



El colegio con la iglesia están realizados dentro de la inspiración neogótica


Vemos también la soberbia fachada principal, que mira al oeste, como las antiguas ilgesia


Esta portada principal mira a la calle Isabel la Católica


Ahora viene un tramo sin bloques de casas en altura


A nuestra derecha, desaparecida, estaba la Casa de Ejercicios Espirituales de Santa Eulalia, la que fue permutada en su momento por la Quinta Monasterio, que veíamos antes. En ella vivió hasta su fallecimiento Eugenio Díaz de Monasterio, máximo accionista de la Plaza de Toros de El Bibio, que vemos al fondo y de la que hablaremos ahora, propietario de la de León y fundador de la Fundación Monasterio


A la izquierda se conserva una colonia de chalets y casas unifamiliares de los tiempos anteriores a las actuales urbanizaciones de El Bibio. Entre los años 1933 y 1934 el arquitecto Manuel del Busto proyectó en este lugar varias viviendas para él y su familia en este lugar


Y poco más adelante ya vemos al fondo el coso taurino, la Plaza de Toros de El Bibio, sin duda el edificio más representativo del barrio, hecha en 1888 con proyecto de Carlos Velasco Peyronnet y obras dirigidas por Ignacio de Velasco. Antes que la plaza de toros, en 1862 varios concejales propusieron, dada la afluencia de gente a la ciudad en verano, construir un circo olímpico permanente para celebrar fiestas, bailes, carreras de caballos y también corridas, pues la plaza de toros que había, provisional, estaba más en el centro urbano, en el Paseo de Begoña. En 1873 Florencio Valdés, indiano fundador del Banco de Gijón, junto con el que luego sería alcalde Antonino Rodríguez San Pedro, y Ángel Rendueles Llanos, proponen fundar un teatro-circo que se hará no aquí tampoco sino, como veremos enseguida, algo más al oeste también, el Teatro-Circo Obdulia, fundado en 1877


En 1887 se funda la Sociedad Plaza de Toros de Gijón para sufragar su construcción, emitiéndose 1600 acciones al precio de 125 pesetas cada una. En enero de 1888 comienzan las obras y en un tiempo bastante breve se culminan, pues se inaugura el 12 de agosto en plenas fiestas de Begoña


Cruzamos la calle Pintor Carreño Miranda. Cerca de la plaza existieron hasta los años 50 del siglo XX unas casas obreras, Les Cases del Pionesu


Más a lo lejos, a la izquierda, vemos asomar los edificios del barrio de El Coto, El Coto de San Nicolás, San Nicolás de Bernilde o San Nicolás del Mar, que fue en origen un coto señorial que abarcaba por esta parte hasta El Bibio, La Guía y el mar, del que se sabe fue terreno cedido en  documento de1476 en foro, esto es, sin desprenderse totalmente de la propiedad, por la Iglesia ovetense, su antiguo dueño, para ser explotado a cambio de un precio a particulares, en concreto miembros de la antaño poderosa nobleza local de los Cifuentes, en concreto Juan de Gijón, que compartía propiedad con el matrimonio de Tristán de Valdés y Teresa


Nos acercamos así a la entrada principal de la plaza de toros. Enfrente, a la izquierda de la foto, más allá de las casas, está la Plaza del Arquitecto Manuel del Busto, su diseñador


La plaza es de estilo neomudéjar. Es decir, imita el estilo mudéjar de Al-Andalus dentro de las corrientes historicistas de la época. Durante la Guerra Civil padeció destrucción, y en 1940 su propietaria Dª Lucía Sánchez y García Rendueles lo puso a la venta, pero el Ayuntamiento, temiendo su derribo, alentó la creación de una sociedad de capital privado para hacerse cargo provisionalmente del inmueble hasta que el consistorio se pudiese hacer con su propiedad, cosa que logró empezando los años 50, destinándolo además de a corridas de toros a otro tipo de eventos. En 1992 fue declarada monumento histórico artístico y en 1997 fue sometida a una profunda restauración


Su forma es la de un polígono regular de 16 lados con otras tantas fachadas hechas de carga, teniendo como material principal la mampostería y empleándose ladrillo para los adornos de puertas y ventanas. Además de corridas de toros durante las fiestas de Begoña en el mes de agosto, se celebran aquí fiestas, conciertos, eventos, actuaciones...


Al otro lado de la plaza, en el entorno de la calle Ezcurdia, se localizó una necrópolis relacionada sin duda con la desaparecida capilla de San Nicolás del Mar o de Bernilde, la antigua capilla del coto


Estos números conmemoran la celebración de los 125 años del edificio


En 1998 y tras los trabajos de restauración es derribada la antigua verja que la rodeaba y se gana un buen espacio público con explanada, zona de césped, jardín, bancos, farolas...


Llegamos a una confluencia muy importante: a la izquierda es la Plaza del arquitecto Manuel del Busto, donde empieza el barrio de El Coto. Esta plaza se amplió en 1949 al derribarse una casería o casa de labranza, así como el fielato allí existente.


A la derecha empieza el barrio de L'Arena, construido sobre los antiguos arenales. Hace siglos se veía desde este lugar perfectamente bien la costa gijonesa con la entonces pequeña villa al fondo. Aquí comienza también además la Avenida de la Costa, que sigue todo de frente. A la izquierda vemos la Avenida Pablo Iglesias, que en los años 20 del siglo XX fue el Boulevard de San José


Allí se reconocen perfectamente bien los edificios del Corazón de María, colegio fundado por los claretianos, que a partir de 1928 buscan terrenos y encargan planos para construirlo, poniendo en marcha en 1938, acabada la guerra en el Frente Norte, un modesto centro provisional para unos 30 alumnos, trasladándose al edificio actual en 1941, ampliado luego a partir de 1959. Fue famoso su cine, una ilusión del gran aficionado el Padre Bernardo Fernández, que proyectó películas no solo para alumnos, sino para todo el vecindario, entre 1967 y 1985, los domingos por la tarde, según informa en su obra Cines, teatros y salones de variedades en Gijón (1896-2018) el investigador Rafael Suárez Muñiz, quien afirma además que en salón de actos nacieron los primeros grupos gijoneses de pop-rock, ya en 1965-66, antes incluso del cine. Actuaron aquí Los Pipers y se celebraban festivales yeyés como el Gran Festival de Conjuntos de mayo de 1868


Cruzamos la calle Pintor Marola, antes calle de Cocheras, pues aquí estuvieron las primeras cocheras del tranvía, trasladadas luego unos metros más allá, justo donde ahora vemos el Parque les Cocheres, espacio ajardinado y arbolado en la confluencia de calles, pues allí se guardaban y reparaban los tranvías, que funcionaron hasta 1965. Las nuevas cocheras fueron construidas a partir de 1902 con proyecto del ingeniero de minas Alfredo Santos, con una capacidad para 108 vehículos, oficinas y talleres. Las viejas se emplearon para cuadra de las mulas que aún tiraban de los tranvías en aquellas fechas. La primera línea, de 1890, llegaba a La Guía, con prolongación posterior a la Plaza de Villamanín en Somió. En 1895 se inaugura la de El Natahoyo y en 1905 la de El Llano. La electrificación de la línea se iniciará en 1909 y se completará a todo el servicio paulatinamente, según nos dice el investigador Joaquín Aranda en Aquellas plazas aquellos parques de la Biblioteca gijonesa del siglo XX

 Cuando se acabó el servicio de tranvías en 1965 las cocheras quedaron en desuso y fueron tiradas hacia 1969, en los años 70 se instalaron en el lugar unos módulos prefabricados para escuelas, el Colegio Begoña, que con el tiempo fueron también tirados. Así, y luego de recortar un poco la plaza para ensanchar la Avenida de Castilla, que vemos al fondo, en el cruce, en 1980 se destina el lugar a parque público con proyecto de Belén Fernández Amado, arquitecto municipal

A esta altura estuvo también antaño el chalet de los Fernández-Nespral y a posteriori el Hospital Psiquiátrico del Doctor Salas. Esta estratégica unión de calles en los accesos a la ciudad favoreció la construcción de edificios de uso público, como el ya citado colegio Corazón de María o la central telefónica, que vemos a la izquierda de la foto


Luego de la Telefónica, también al otro lado del Parque les Cocheres, en la Avenida Pablo Iglesias, reconocemos el Hospital Begoña, en la Avenida de Pablo Iglesias, inaugurado el 10 de marzo de 1958 como Sanatorio de Nuestra Señora de Begoña, tras tres años de trabajos, siendo su primer director el doctor Felipe Sánchez


Anteriormente estuvo en el lugar el sanatorio del doctor Villamil que, oriundo del occidente de Asturias, se trasladó a ejercer su profesión a la calle San Bernardo antes de abrir su clínica en enero de 1935, realizando consultas a pacientes por las mañanas y por las tardes. Era una obra de los arquitectos Manuel del Busto Delgado y su hijo Juan Manuel del Busto González. En el solar existente anteriormente tenía su finca el general Suárez Valdés (Álvaro Suárez Valdés y Rodríguez San Pedro), a donde se retiró tras su trayectoria como veterano de las guerras carlistas y la de Cuba. A él le está dedicada la calle que une esta Avenida de la Costa con Pablo Iglesias detrás del Parque les Cocheres


Confluencia también de barrios, pues en el Parque les Cocheres llegamos al que fue conocido como La Florida, otro de los creados a partir del Ensanche del Arenal y la expansión de la ciudad hacia el este entre los siglos XIX y XX. Era así llamado por ser una zona de arbolado que, en principio, no se pensaba construir, sino que sería destinada a jardines. De la misma forma que El Coto iba a ser una ciudad-jardín con quintas y pequeñas casitas y no se logró tampoco se dejó de edificar toda La Florida, si bien los últimos árboles nobles que le dieron nombre no fueron talados hasta 1977


Tras la demolición de las ya inútiles defensas de la muralla de las carlistadas, el casco urbano gijonés fue creciendo en esta dirección, el Arenal de San Lorenzo, cubriendo primeramente con tierra procedente del dragado del muelle local estos terrenos de dunas, donde se fueron plantando huertas y construyendo las primeras viviendas, humildes unas y otras quintas y chalets más pudientes. Pronto llegarían las ciudadelas obreras y, con el boom urbanístico de los años 60 del siglo XX, los actuales edificios de pisos, sumamente altos, que cambiaron por completo la fisonomía de estos barrios


Cruzamos la calle Pintor Orlando Pelayo, antigua Travesía de Cocheras


Entre las especies arbóreas del parque tenemos cipreses de Lawson, cedros del Himalaya, ciruelos rojos y aligustres. La jardinería, renovada en los años 90, presenta hermosos parterres. Se ha respetado el diseño original de Belén Fernández tendente a hacer del pequeño parque una isla verde y plácida en medio del tráfico que la rodea


Las conchas doradas siguen orientando nuestros pasos por la Avenida de la Costa


Vamos llegando así al cruce con la Avenida de Castilla, uno de los importantes accesos a la Playa de San Lorenzo y Puente del Piles, por donde va el otro camino, un kilómetro más a la derecha aproximadamente


Zona de la calle Alarcón, con la parte de atrás del Colegio Corazón de María. terrenos que fueron de La Florida


Nosotros seguiremos todo recto


Y aquí cruzamos para ello la Avenida de Castilla, asombrándonos ante la densidad y volumetría de los edificios del barrio de L'Arena


 La avenida era llamada antiguamente Vereterra y Cangas por la fábrica de sidra allí ubicada, según informa Luis Miguel Piñera en su libro Las calles de Gijón historia de sus nombres




Al otro lado uno de los establecimientos señeros del barrio, la Confitería Moka, fundada en 1968


Este es el Jardín de José Antonio Roncero Zabala, profesor, seleccionador nacional y entrenador de balonmano, precursor de este deporte en la ciudad


Está justo al lado del CODEMA (Colegio Corazón de María), donde fue profesor de Educación Física



A mano izquierda estuvieron entre 1979 y 2015 los famosos Multicines Hollywood, los primeros multicines de Asturias. Su apertura sería causa del cierre pocos años después del cine del Corazón de María, si bien este no era estrictamente comercial, pero el público acudió en masa a este nuevo concepto de varias salas con diferentes películas proyectándose a la vez, que triunfaba cuando muchas salas clásicas empezaban ya a clausurarse. Al lado se inauguró en 1978 la cafetería-restaurante Atlantis, pionera en nuevos usos hosteleros, cafetería abajo y restaurante arriba, ofreciendo platos tradicionales y otros de gran innovación en el momento. Fueron sus fundadores Isabel Cosgaya Collado y su marido Leo Johann Benz, procedentes de Suiza, a quien se les une Carlos el hermano de Leo, titulado superior en ese país en Gastronomía y Cocina. Datos de José Luis Carmona y Luis Arias González en Comer fuera de casa: tres siglos de restauración gijonesa (1700-2000)


La altura de los edificios en relación con el espacio de la calzada y las aceras hace que en varios tramos la Avenida de la Costa sufra una cierta sensación de angostura, prueba de la rentabilidad máxima que se quiso conseguir con la construcción de viviendas en La Florida y en L'Arena. En la actualidad las reformas urbanísticas han hecho de ella un largo bulevar que con sus amplias aceras arboladas, compense en parte esa sensación



Gijón/Xixón, ya de por sí ciudad industrial y portuaria, con astilleros, factorías, talleres, comercio, hostelería y sector servicios en general, vivió un incremento espectacular de población a partir de los años 60 del siglo XX a raíz de la instalación de la gran empresa siderúrgica UNINSA, luego integrada en ENSIDESA


Nos cruzamos con la calle del Piles, que dejaremos a nuestra derecha. Es interesante señalar que tiene un trazado diferente a las demás de su entorno, que forman cuadros perfectos de manzana de casas a diferencia de esta, con un ángulo más acusado y que no es ni paralelo ni perpendicular a las otras, siendo ello debido a que sigue el trayecto de un viejo camino desde la primitiva y pequeña villa a la capilla de San Nicolás del Mar


 Antaño hubo aquí un sub-barrio denominado La Catalana, desconociéndose el porqué, si bien podría tener con una casa de prostitución o con una empresa de pastas. Abarcaba el espacio entre esta calle Piles y las de Aguado, Doctor Aquilino Hurlé y sus inmediaciones. De las primitivas casas quedaba en pie la de la sidrería Villaviciosa. Es curioso que el arenal aparece denominado en alguna ocasión como Arenal de San Nicolás en vez de San Lorenzo


Pasamos a la altura de la calle Felipe V...


Y cruzamos la calle del Doctor Aquilino Hurlé, médico de gran relevancia que atendía a la vecindad sin reparar en sus condiciones económicas


Por todo este largo tramo se extendía aquel gran parque de La Florida, cuyo  origen habríamos de buscarlo en los tiempos en los que, tras la salida a subasta en 1850 de los arenales de la zona este de la ciudad, cuando aún no se había tirado la muralla de la carlistada, el Ayuntamiento se reserva 47.904 metros cuadrados de la zona sur de este camino entonces Carretera de Villaviciosa, pasando a dominio público y naciendo La Florida como área de arbolado y esparcimiento ciudadano. Pero dado que era lugar muy apetecido ya en fecha tan temprana como 1863 se planteaba construir en él viviendas humildes para obreros a manera de patios o ciudadelas, de las que tanto abundaron en este ensanche construidas por empresas y particulares


En 1873 se concede como hemos dicho a varios promotores encabezados por el indiano Florencio Valdés  hacer un parque de espectáculos, naciendo así el nombre, a imitación francesa, de Los Campos Elíseos y construyéndose en 1876 el Teatro-Circo Obdulia. En 1882, sin duda instigado por las apetencias de algunos inversores, el Estado incauta los terrenos esgrimiendo leyes desamortizadoras. En 1899 se celebra aquí la Exposición Regional, antecesora de la actual Feria de Muestras y en el 1900 se construyen un cuartel de la Guardia Civil y dos edificios de viviendas


Hubo diversas iniciativas para conservar lo que iba quedando de zona verde, durante la contienda civil incluso tanto el Ayuntamiento como el Consejo de Asturias y León pensaban en preservarlo. En la posguerra mismamente el Plan Gamazo, elaborado entre 1942 y 1947 por el arquitecto Germán Valentín Gamazo, contemplaba esa posibilidad, pero el negocio de las plusvalías de la zona lo hacía irresistible y, a partir 1957, pasada la posguerra, se suceden los hechos que llevarán a la definitiva desaparición del parque, entonces llamado Continental, al concederse a una cooperativa de agentes comerciales la construcción de 157 viviendas entre las calles Leopoldo Alas, Vicente Innenárity, y esta avenida, entonces del General Mola


En 1964 se derribaban incluso los antiguos edificios del Cine Obdulia, las viviendas y el cuartel de la Guardia Civil para crear grandes bloques de pisos. Los últimos 12.500 metros cuadrados sucumbieron en 1976 con una licencia municipal para 307 viviendas


En nuestros días la remodelación de la zona con un bulervar de árboles y el nombre del Edificio Continental, al otro lado de la avenida, recuerdan aquel perdido pulmón verde gijonés


Una explanada peatonal separa la Avenida de la Costa de la calle Marqués de Casa Valdés, a quien se le considera fundador de este Ensanche del Arenal, pues en 1853 el Ayuntamiento le concedió en subasta el dragado de la dársena vieja del entonces pequeño muelle local, cubriendo luego con el lodo sacado todos los arenales y dunas que aquí existían, comenzando las parcelaciones. Edificó aquí su casa, que junto con el almacén pajar de la Sociedad Cifuentes, Pola y Cía fueron las primeras construcciones del ensanche, además de la casa de Juan Alonso, situada más al fondo, primer presidente del Ateneo Obrero de Gijón


Entre 1890 y 1900 se construyeron en este lugar un grupo de seis edificios que fueron derribados hace unos años para construir este pequeño parque entre las dos calles, liberando un poco más de suelo y aumentando la luminosidad de la zona


Plazoleta de Aurora Sánchez, actriz nacida en la cercana calle Garcilaso de la Vega en 1892 y muy vinculada a estos barrios, pues con apenas diez años vino a vivir a una de aquellas casas que existieron en este lugar, la de La Verja, donde pasó su infancia y juventud. De sus siete hermanos otros dos, Parmania y Luis, fueron también actores de teatro


Sin duda la cercanía del Teatro-Circo Obdulia, donde empezó a ver teatro, después Campos Elíseos, y la Sociedad de Cultura e Higiene de el Arenal, donde formó parte de su cuadro artístico ya en 1919, marcaron su existencia. En 1921 se casará con Eladio Sánchez, apuntador de la famosa Compañía Asturiana de Comedias



Realizó grandes papeles a lo largo de casi 50 años dentro del Teatro Costumbrista Asturiano, apoyando a numerosas compañías y sus iniciativas, llevándolo incluso a América. Participó asimismo en el homenaje a Federico García Lorca celebrado en enero de 1937 en el Teatro Robledo con el Grupo Ensayos Teatrales del Ateneo Obrero


Fallecida en 1976, sus hijo Eladio Sánchez Sánchez y su nuera Pili Martínez Ibaseta fundarán los grupos teatrales La Máscara, Gesto y Esquilo y su nieto Norberto Sánchez Martínes será actor en la refundada Compañía Asturiana de Comedias



 En esta plazoleta una placa la recuerda


Desde aquí, por la Avenida de la Costa, seguimos ruta


Más conchas doradas en el suelo


Cruzamos la calle Navarra


Así nos vamos acercando a Los Campos, nombre de la zona donde estuvo el cine Los Campos, sucesor del Teatro-Circo Obdulia, el cual estaba donde ahora se levanta el altísimo edificio que vemos al fondo a la izquierda, pasada la calle Leopoldo Alas, un rascacielos cuya construcción en torno a 1970 fue loada, dentro de los valores de la época, como muestra de progreso


Como decíamos, a mediados del siglo XIX la corporación municipal quiso que los terrenos de La Florida fuesen destinados a zona de esparcimiento como "uno de esos lugares conocidos como Campos Elíseos" inspirándose en París. Así en 1875 se inauguraba el Cine-Teatro Obdulia que cambiaría su nombre por el de Campos Elíseos. El cine estuvo activo hasta el año 1964 y su popularidad causó que la zona cambiase su nombre de La Florida por Los Campos dado que su ubicación, calle Ramón y Cajal esquina Avenida de la Costa, sería conocida como del Cine los Campos




Todo había comenzado con la privatización de los terrenos del parque en 1873 por la Sociedad llamada precisamente Campos Elíseos. En La Florida se veía óptimo hacer una plaza de toros y un circo-teatro para el ocio de los muchos forasteros que acudían a la villa a los veraniegos baños de ola, en aquellas décadas que nacía el actual turismo de playa al popularizarse las propiedades salutíferas del mar y las playas en toda Europa


Así, los citados anteriormente Florencio Valdés, Antonino Rodríguez San Pedro y Ángel Rendueles Llanos hacian realidad la idea preexistente de hacer en La Florida este gran salón de ocio, en un lugar muy extratégico...

"(...) a la salida de la Villa y a mano derecha camino de Somió uno de esos lugares conocidos con el nombre de Campos Elíseos que ofrezca amena distracción al público en sus jardines y espectáculos como circo, bailes (...)"


Sabemos que los arquitectos del teatro fuero Darío de Regoyos Molenillo y Juan Díaz, era estilo ecléctico con toques neoclásicos y la obra se encargó a Torcuato Hevia, mientras los jardines fueron diseño de Florencio Valdés, inspirado en los franceses, pues ya tenía experiencia en los de su quinta La Isla, en Cabueñes. Fue llamado Teatro-Circo Obdulia en honor de la hija de Juan Díaz que, al no haber presentado los planos a tiempo ni tener firmados los proyectos, no pidió honorario alguno pero sí a cambio este detalle


El Teatro-Circo Obdulia, con uno de los aforos más grandes de España en su momento fue inaugurado en agosto de 1876 con un espectáculo ecuestre y, casi un año después, comienza las funciones de teatro. En ese año se inaugura el Restaurante Campos Elíseos, regentado por Vicente Iglesia y Alberto Moreda, antiguos camareros


En 1899, sin ser aún cine, proyecta una película realizada con motivo de la Exposición Regional celebrada en estos campos por el gijonés Arturo Truán Vaamonde. En 1914 pasa a propiedad de Manuel Sánchez Dindurra, quien también estaba a cargo de la plaza de toros y del Teatro Dindurra, y pasaría a ser el Gran Casino Kursaal, cuyos nuevos concesionarios en 1919 fueron Adolfo Sánchez del Río y Anastasia Rimada, tal y como leemos en el libro de Rafael Suárez-Muñiz dedicado a los cines y teatros de la ciudad


En 1925 se proyectan nuevas películas, aún mudas, con motivo de la II Exposición Regional con motivo de la II Feria de Muestras de Asturias aquí celebrada. Su pase definitivo a cine será en 1931, con la empresa Circuitos Fraga, pasando a ser el Cine Los Campos. Durante la Guerra Civil se consolidó en esta su nueva faceta y en la posguerra y aún más allá era frecuente la presencia de la policía (los grises) para mantener el orden público, cosa que no ocurría en los otros cines de la ciudada. Dados los inconvenientes con columnas y otros detalles del antiguo teatro, se hicieron mejoras en 1954. Llegaron a trabajar en él 30 empleados y estuvo en activo hasta febrero de 1963, cuando, casualmente el mismo año que los tranvías dejan de prestar servicio, el cine se hundió, y en 1964, sin atender a su importancia arquitectónica ni histórica, fue derribado para construir este rascacielos


Lo cierto es que se hace difícil imaginar que aquí hubiese un hermoso parque arbolado, con espacio suficiente para albergar la I Exposición Regional de 1899, impulsada según precepto estatutario por la Unión Mercantil e Industrial de Gijón, fundada tres años antes, idea bien recibida por la prensa y que asumió la Cámara de Comercio, creada en 1898. En enero de 1899 el Ayuntamiento acuerda en pleno apoyar el certamen, que se celebrará del 15 de julio al 15 de agosto en estos terrenos, con Teatro-Circo y jardines, de Los Campos Elíseos, 35.000 metros cuadrados con entrada principal mirando a esta avenida, disponiendo de varios pabellones, algunos inspirados en la Exposición Universal de París que también se celebraba por entonces. Había secciones industriales, de Bellas Artes, labores, y numerosos pabellones, llegando en agosto a despachar casi 81.000 entradas


En 1925 Los Campos Elíseos acogen la II Feria de Muestras de Asturias (la primera se celebró un año antes en el Paseo de Begoña, unos metros más adelante), con 450 expositores repartidos en unos 24.000 metros cuadrados, muchos de ellos extranjeros, que fue visitada por 250.000 personas y celebrada entre el 15 y el 31 de agosto, siendo clausurada por el Príncipe de Asturias. En 1926 y 1927 se celebraron dos nuevas ediciones en este lugar y en 1928 la IV Feria de Muestras coincidirá con la I Exposición Agropecuaria, con pabellones de ganado porcino, caballar y porcino además de los dedicados a industrias lácteas, avicultura y jardinería, instalándose la Granja Experimental Príncipe de Asturias. Su superficie abarcó 38.000 metros cuadrados gracias a que agregó los terrenos que habían pasado al Club de Tenis que trasladó su sede a Somió. Tanto esta como la V Feria de Muestras duraron en torno del 10 al 25 de agosto, buscando coincidir con las fiestas mayores de Gijón/Xixón, dedicadas a Nuestra Señora de Begoña. En 1931 los cambios políticos no permitieron su celebración y esta no se retomaría hasta 1965, un segundo ciclo ferial que ya no se pudo celebrar aquí, paraje casi totalmente edificado en aquellas fechas, y hubo de ir a las entonces afueras en la Escuela de Peritos, actual Avenida de la Constitución (entonces Fernández Ladreda). Ante el crecimiento urbano luego el recinto ferial buscará nueva ubicación en la Ería del Piles, que es donde se encuentra ahora


En Los Campos las conchas doradas nos llevan ahora a una importante encrucijada


Aquí confluyen Menéndez Pelayo, Ramón y Cajal, la calle Uría de frente a la derecha y la Avenida de la Costa, que sigue de frente a la izquierda y por donde vamos a seguir nosotros


Primeramente cruzamos la calle Menéndez Pelayo y nos dirigimos a la calle Uría.


La calle Uría, a la derecha, comunica poco más allá con la Plazuela San Miguel que fue, al derribarse las murallas en 1877, el primer nexo entre la ciudad vieja y la ciudad nueva


Nosotros no obstante no seguimos por Uría: aquí la cruzamos a la izquierda, hacia el Quiosco de Los Campos, donde retomamos la Avenida de la Costa


El Quiosco de los Campos tuvo en su tiempo gasolinera y fue proyectado por los arquitectos Manuel del Busto y Díaz Negrete. La licencia de construcción es de diciembre de 1950 y se dice sea un...

"quiosco ornamental que sirva de refugio al surtidor de gasolina, dado que en la actualidad las operaciones de sellado de cartillas han de efectuarse en un sitio inadecuado y distante unos 50 metros del surtidor, a la vez que sirva para la venta de periódicos y revistas"


El quiosco con el tiempo perdió su carácter de gasolinera y se centró en el de quiosco propiamente dicho, cerrado hace unos años, se buscan nuevos usos, tal vez hosteleros, en un futuro




Y pasado el quiosco entonces seguimos a la derecha


Tradicionalmente se denomina al lugar Plaza los Capuchinos por la iglesia de San Antonio de Padua de los Padres Capuchinos sita justo enfrente (calle Uría), y que desde el quiosco vemos toda su fachada, templo erigido en 1934 en la unión de los antiguos barrios de El Tejedor y La Florida con el de L'Arena. Este lugar concreto es asimismo llamado Los Capuchinos. La casa sacerdotal ya estaba lista en 1931, pero la iglesia, proyectada en 1934 por Miguel García de la Cruz, hubo de esperar al paso de la contienda para ser terminada por Manuel García Rodríguez en 1940. Es de estilo racionalista y ue reformada, así como sus dependencias, en los años 70. Al lado están los locales parroquiales


Toda esta zona constituye también un hito muy importante dentro del Ensanche del Arenal. Al parcelarse los terrenos se construyeron las primeras quintas y casas de vecindad, luego llegaron las ciudadelas, como la de Justo del Castillo que estaba en la calle Uría


La antigua Plaza de los Campos Elíseos, luego de los Capuchinos, fue dedicada al escritor, Luis Fernández Roces, nacido en Pumarabule en 1935, contando con su presencia, el 14 de octubre de 2010



Desde ella contemplamos la iglesia y a su derecha los salones parroquiales


Cruzamos la calle de Luciano Castañón y seguimos por la Avenida de la Costa


Continuamos por el largo bulevar de árboles que nos lleva al centro urbano


La Avenida de la Costa, con 1.735 metros de longitud es la décima de las calles más largas de la ciudad, la cual seguimos en toda su longitud, desde la plaza de toros a la Plaza de Europa


Aquí a la izquierda, en el lugar que hoy ocupa un edificio de pisos, estuvo la antigua Casa de Socorro, en el lugar que había sido sede de la Real Asociación Paz y Caridad a finales del siglo XIX, siendo su impulsor el litógrafo Enrique Martínez, nombre de la calle que al otro lado confluye con la de Alfonso I. Este cruce fue conocido hasta hace poco como  el de la Casa Socorro, estando casi olvidadas expresiones como "vas acabar en la Casa Socorro" cuando alguien se metía en líos o cometía alguna imprudencia. En la actualidad la franja de la izquierda, antes de aparcamientos en batería, es una pequeña explanada donde las sidrerías sacan sus terrazas


Aquí nostaremos que el espacio entre los edificios de la avenida se ensancha un poco, tras el cruce con la calle Adosinda, a la derecha y Alfonso I, a la izquierda


A partir de aquí y a la izquierda estaba situado el barrio de El Tejedor, topónimo de origen desconocido y que podría tratarse de una castellanización de texedor (zona de texos -tejos- o de tejedores de tejidos) o bien de teyedor, oficio de hacedores de tejas y ladrillos


 Independientemente de todo ello el barrio pasó a conocerse más como Zarracina a causa de la empresa Industrial Zarracina, que vino aquí en 1863, fundada por Tomás Zarracina tras su fundación en Somió en 1857, dedicada fundamentalmente a la elaboración de sidra champanada y luego a demás bebidas y alimentos, fundamentalmente dulces y cuyos edificios estaban algo más adelante. Tras ella el mismo Tomás crearía la Panadería La Esperanza, la Chocolatería La Industria y la Fábrica de Harinas La Caridad, todas en este entorno inmediato de la entonces Carretera de la Costa


El Tejedor nació como resultado de la instalación en estos terrenos de la citada Industria Zarracina, llegando después las fundiciones, con altas chimeneas, de las fundiciones de Faustino del Valle y González y la de Acebal y Rato, justo fuera de lo que era el Ensanche del Arenal pero pegado a él, y fuera también entonces del núcleo urbano, lo que favorecía a la hora de pagar los correspondientes impuestos


A la izquierda, zona de sidrerías y terrazas, en una pequeña explanada arbolada. A la derecha estuvo antiguamente el almacén de Hatre, materiales de construcción. Como Zarracina, las industrias que se mantuvieron fueron saliendo del casco urbano a los polígonos industriales del extrarradio


En el lugar, como en toda la avenida, hay ahora comercios


Aquí, esquina con la calle Garcilaso, estuvo muchos años la Ferretería La Internacional, fundada en 1964. Enfrente, en un desaparecido edificio, estuvo el bar de Casa Paco


Frente a la esquina de la antigua Ferretería la Internacional cruzamos el paso de peatones de la calle Garcilaso. Antaño a la derecha estaba el barrio de El Balagón, llamado El Balagón de Rendueles por estar allí antes El Prau los Hermanos Rendueles. Fue barrio de viviendas muy modestas casi todas desaparecidas y con alguna industria y artesanos, como zapateros remendones y hornos de pan. Por su parte El Tejedor aparece a veces mencionado como El Balagón de Arriba y se registra el topónimo Los Balagones, topónimo plural y aumentativo de la palabra asturiana bálagu, montón de cosas, principalmente de hierba segada amontonada, lo que haría referencia a los prados de siega aquí existentes hace mucho


En la calle Garcilaso hubo también varios patios de casas humildes, como El Patión de Baquero, donde nació la actriz Aurora Sánchez o las Ciudadela de Tomás Zarracina, que este alquilaba a sus empleados. También estaban las de Silverio de la Vega, la de Narciso R. Estrada, con dos retretes y un pozo en el patio, la de Joaquín Morís, construida en 1895 con dos pisos a semejanza de las corralas madrileñas, diseñadas por el arquitecto municipal Mariano Medarde, la Ciudadela de la Hija de Ceferino Cerra, cerrada por una artística verja, la de Evaristo González, mandada desocupar por insalubre en 1892, al no tener ni pozo, ni retrete ni lavadero, la ciudadela de Bernardo Sánchez Álvarez y hasta un total nada menos que de 22, de la que la última en pie fue derribada en 1995. En una de ellas se tiene constancia de la celebración, como en otros lugares de la ciudad, de La Jardinera, mozas que se reunían a partir de mediados de abril y entre todas escogían a una para vestirla de "niña jardinera" y recorrer con ella las casas pidiendo una especie aguinaldo con el que celebraban una fiesta al empezar el mes de mayo. No se tiene constancia que haya resurgido tras la Guerra Civil y se sabe que la útima Jardinera fue María del Carmen Piñera Rodríguez en 1936, según datos de Luis Argüelles en El Libro de Gijón


A cruzar la calle Garcilaso el edificio del fondo a la izquierda, esquina con la calle San Luis, se construyó tras el derribo de los edificios de Industrial Zarracina, trasladados hace unas décadas al Polígono Industrial de Porceyo, en las afueras de la ciudad


Actualmente está en él (al otro lado), el Centro de Salud de Zarracina, con entrada por el parque de este nombre, el Parque Zarracina, lugar en el que antaño, mirando hacia calles como la del Príncipe, al otro lado también del bloque de pisos, hubo varias ciudadelas obreras, como El Patio de Bellmunt, El Patio de González, la Ciudadela de Don Casmimiro o la de Don Marcelino Poche, El Patio del Olivo y El Callejón de la Fuente. Por lo general eran unas condiciones muy insalubres y según dice el investigador Luciano Castañón fue "El barrio de vida airada de Gijón" antes que las antiguas casas de prostitución fuesen a Cimavilla. El Callejón de la Fuente estaba al lado de una charca conocida como Fuente del Tejedor y estuvo habitado hasta los años 60, escribe el también investigador Luis Miguel Piñera en Ciudadelas, patios, callejones y otras formas similares de vida obrera en Gijón (1860-1960). En 1930 se inauguró en la zona el bar-restaurante Los Doce, que en 1956 pasó a ser Riomar


La volumentría del edificio de pisos construido en el solar de la antigua fábrica aportó angostura y oscuridad a la avenida


Dentro de la remodelación urbana del entorno se construyó otro de los numerosos parkings subterráneos de la población, en un intento por solventar el problema de los aparcamientos


A la izquierda Zarracina


Y a la derecha El Balagón. Estos terrenos habían sido primeramente ganados al extrarradio de las desaparecidas defensas de las carlistadas y parcelado por el empresario Manuel Sánchez Dindurra, al que se le dio el nombre de la calle paralela a esta avenida a la derecha, por lo que la zona es conocida más actualmente como "Dindurra" y aparece mencionado así como tal en un acta municipal del año 1899. Las calles eran particulares hasta 1895 cuando pasaron a formar parte oficialmente de la ciudad, también con varias ciudadelas de las que alguna, de las más acondicionadas y mejor reformadas, estaba hasta hace poco en pie, si bien no visible desde el exterior al ser patios a los que se accede por un pasadizo


Cruzamos la calle Fernando Villaamil. Si bien en principio es indistinto caminar por una u otra acera las conchas doradas están en la de la derecha


La calle de la izquierda está dedicada al Conde del Real Agrado, Amadeo Álvarez-Bylla y García Barrosa, indiano que al regresar  con fortuna de América casó casó con la hija del fallecido conde, María Alvera y Núñez de Villacencia. Fue responsable de actividades empresariales de la Industria Zarracina


Cruzamos la calle Santa Doradía frente al Quiosco Ojanguren


Otro de los grandes edificios de la avenida...


En esta calle está el Garaje Asturias, que vemos al cruzar por el paso de peatones. Fue construido en 1925 por el arquitecto Miguel García de la Cruz, que llegó a tener capacidad hasta para 500 coches, Más al fondo hubo una ciudadela construida en 1903 por Mariano Marín para Ramón Álvarez de Arriba, con un patio grande al lado de la que estuvo la Academia Hispano Americana entre 1915 y 1947. A lo lejos los edificios de la Plazuela San Miguel


Pasamos ahora a la altura de la calle Doctor Bellmunt, todo en el antiguo barrio de El Tejedor


Tráfico fluido


Aquí estuvo uno de los hoteles históricos de esta avenida y de la ciudad, el Hotel León, fundado en 1968, que empezó siendo un bar con pensión hasta que en 1971, tras adquirir otros inmuebles y viviendas del mismo edificio, se transformó en hotel de dos estrellas con 156 habitaciones. Cerró en el año 2014 protagonizando sus 23 trabajadores un largo encierro. En el año 2061 reabrió como hospital


Si bien la fachada, rehabilitada, se conserva, el interior ha sido reformado cara a su nueva función


Frente al antiguo hotel cruzamos la calle Celestino Junquera, otro de los enlaces entre la Avenida de la Costa y la Plazuela San Miguel


Las conchas nos orientan


Vemos al fondo ya el arbolado del Paseo de Begoña


Cruce con la calle Cabrales, llamada así en honor del fundador del Hospital de Caridad, Juan Nepomuceno Cabranes, que por un error de transcripción muy usual en Asturias se cambió de Cabranes (concejo del centro-oriente) a Cabrales (concejo afamado del oriente por sus quesos y zona de Picos de Europa)


El Hospital de Caridad tiene su origen en el testamento de su fundador en 1836, por el que legaba al Ayuntamiento la mitad de sus bienes. Estuvo en el solar de los actuales Jardines del Náutico, frente al Muro de San Lorenzo, hasta las reformas urbanísticas del gobierno del Frente Popular en la guerra civil y fue el sucesor directo del Hospital de Corraxos o peregrinos pobres sito en Cimavilla o barrio alto y antiguo


Pasamos bajo otro edificio notable, el de La Puerta del Sol, llamado así por la tienda especializada en productos asturianos ubicada en sus bajos, fundada en 1921 por José Vega, indiano regresado de Cuba, donde había regentado también una tienda de ultramarinos. Al frente del negocio le sucedió su hijo Pepe Vega, que estuvo al frente del negocio 50 años y luego tomó las riendas Alfonso, sobrino de Pepe y nieto del fundador. Durante años vendió además de alimentación aperos agrícolas, por lo que era muy frecuentada por campesinos


Cruzamos aquí ahora la calle San Bernardo, así llamada por una desaparecida capilla diechochesca dedicada primeramente a la Concepción, y pasamos al famoso Paseo de Begoña


Aquí era donde estaba antiguamente el Monte Begoña, topónimo que viene directamente de otra capilla, construida hacia el año 1670 en lo más alto de esta loma, en la que estuvo la primera línea de asedio de las tropas trastamaristas a la ciudad vieja y sus murallas en 1395, dentro de la guerra que supuso la destrucción prácticamente total de la villa medieval


 Durante bastantes siglos supuso el paso de la zona rural de la entonces parroquia de Ciares o Ceares con el núcleo urbano de la pequeña villa que tardó en crecer a consecuencia del levantamiento en 1836 de una muralla para transformar el enclave en plaza fuerte durante las Guerras Carlistas. Sólo cuando aquella muralla en forma de estrella fue derribada a partir de 1877 y fueron rellenados sus fosos la población se expandió en todas direcciones y en pocas décadas. Además antaño estuvo en este campo una de las fuentes que abastecían de agua a la creciente ciudad: La Fuente Begoña o Fuente Vieya


Actuamente la Iglesia de Nuestra Señora de Begoña de los Padres Carmelitas, que vemos al otro lado del paseo, es la sucesora de la primitiva capilla de Begoña, si bien el santuario original estaba más al norte, donde es actualmente el Café Dindurra, pero a lo largo del tiempo se emplazó en diferentes ubicaciones


Según el cronista Julio Somoza en Cosiquines de la mió quintana fueron unos pescadores vizcaínos que, volviendo de Terranova, se encontraron con una terrible galerna que les hizo temer por sus vidas. Encomendándose a su patrona la Virgen de Begoña prometieron dedicarle una capilla en la primera tierra que pisaran si salían vivos del trance. Así pasó y así lo hicieron. Llegados a estas cosas, y siempre según la piadosa tradición, harían un primer oratorio a ella dedicada en las playas gijonesas, el cual luego se trasladaría un poco más al interior, a este Monte o Campo de Begoña, que entonces tendría sin duda otra denominación


Ya más documentalmente existe  fechada en 1740 una escritura de María Antonia Valdés Gendín en la que afirma que la capilla había sido construida por su padre Gregorio Valdés Gendín, del que se sabe por otro documento de 1720 que había comprado aquel solar, tratándose tal vez de un acondicionamiento o nueva construcción sobre un primitivo oratorio


 Aquel templo quedó en ruinas a principios del siglo XIX tras la francesada o invasión napoleónica y se reconstruyó posteriormente. De aquella destrucción se salvó la imagen barroca de la Virgen, del maestro tallista gijonés Luis Fernández de la Vega


En 1849 el historiador Juan Junquera Huergo propone trasladar aquí unas ferias ganaderas que se celebraban junto al histórico santuario de Nuestra Señora de Contrueces (Virgen de la Asunción) para revitalizarlas tras años de decadencia, ferias ampliadas a quincallerías y otros objetos además de fiestas que, dirigidas a dar ambiente a la villa en pleno verano y con afluencia de forasteros, triunfan plenamente en esta nueva ubicación y que, ahora bajo el patronazgo de Begoña, se convierten en la fiesta grande de la ciudad hasta nuestros días. Es la Semana Grande o Semanona, en torno a la Virgen de Agosto (día 15 de ese mes) en plena temporada turística


Hacia 1886 se remata una nueva reforma, teniendo allí su sede y cofradía el gremio de carpinteros bajo el patronazgo de la Asunción, y el de zapateros con el de San Crispín, los cuales hubieron de trasladarse, tras perder un pleito con los carpinteros, a la capilla de la Consolación sita en el Hospital de Caridad, del que hemos hablado antes


En 1904 se hacen cargo del culto las Religiosas de María Reparadora, promoviendo la devoción por la Virgen de la Asunción, misma advocación que en el santuario mariano de Contrueces, si bien con el título de Begoña. Expulsadas a comienzo de los años 30 mantuvo el relevo un grupo de fieles dentro de la llamada Hermandad de Begoña hasta que en 1935 los Padres Carmelitas, presentes en la ciudad desde 1928, reciben la encomienda del santuario


En la Guerra Civil el templo fue transformado para acantonar a un batallón de milicianos, siendo entonces el  Cuartel Máximo Gorki. Tras la contienda vuelven los carmelitas en 1938 y adquieren unos locales al lado para hacer su casa. El edificio es nuevamente reconstruido y ampliado en obras que terminan en 1947 y en 1970 es erigido como parroquia de Nuestra Señora de Begoña. Es entonces cuando se plantea construir la iglesia que vemos hoy en día y su ubicación, al fondo de la explanada del paseo, justo enfrente de nosotros


Realmente puede decirse que hasta mediados del siglo XIX esto no era más que un monte arbolado con una capilla, fuera del núcleo poblado. En 1849, aún estando fuera de la muralla en estrella, se pagan 4.000 reales de vellón, parte de ellos pagados por la fábrica de vidrios Cifuentes, Pola y Cía por sus terrenos aquí emplazados, para acondicionar el lugar, y en 1857 y según proyecto de Cándido González, se pone en marcha la primera intervención para hacer de él un paseo, allanando y nivelando el firme y plantando una doble hilera de árboles, entre otras actuaciones



El paseo como tal estuvo terminado entre 1868 y 1875 y durante los muchos años que fue parte del extrarradio de la población se instalaron algunas industrias. En 1876, al ir derribándose las murallas se asienta todo el suelo hasta la entonces Carretera de la Costa, se instalan farolas y en 1888 se levanta el quiosco de la música proyectado por Rodolfo Ibáñez (elemento recreado recientemente con nuevo estilo). En ese año por primera vez en la ciudad se instala para su iluminación alumbrado eléctrico en 17 columnas de lámpara de arco voltaico si bien primeramente reservado a la duración a las fiestas de verano. Anteriormente a la del Bibio se improvisó también en Begoña una pequeña plaza de toros


Mientras esto era el extrarradio se instalaron varias factorías, como la fábrica de vidrios La Industria en 1844, la fundición Laviada y Compañía en 1850 (La Begoñesa), la fábrica de chocolates también llamada La Industria y la también famosa empresa chocolatera La Primitiva Indiana. Con la expansión urbana pronto triunfaría como zona de ocio con la construcción como ejemplo del Teatro Dindurra en 1899. Dos años después La Begoñesa aquí radicada se trasladaba más al sur, al barrio de El Llano. La irían siguiendo las demás y en su lugar se construirían casas para vivienda de la burguesía local, si bien muy cerca de las ciudadelas obreras y las zonas fabriles de El Tejedor, L'Arena, El Llano...


Así se suceden diferentes reformas hasta la más importante de 1920 a cargo del jardinero municipal Samuel Granda, dándole un toque de jardín francés, vegetación de setos, parterres, estatuas, jarrones...


El Paseo de Begoña realmente tuvo numerosas reformas a lo largo de su existencia, es más, la expresión "otra vez obres en Begoña" es altamente popular entre los gijoneses, pues casi todas las corporaciones realizan alguna intervención urbanística aquí en su mandato, unas con mayor y otras con menor éxito, dado que es uno de los lugares más transitados del casco urbano. En los años 60 fue partido por la mitad para el paso de vehículos por la calle Covadonga y el desarrollismo se deja ver de forma patente en la volumetría de algunos edificios


En 1992 y bajo la dirección del arquitecto Joaquín Aranda Iriarte, que trabajó en equipo con José Manuel Espina, Carlos Viñuela y Javier Hernández Cabezudo, se busca una nueva organización espacial y se recupera el sentido del paseo, así como elementos históricos tales como el quiosco, además del estanque y las pérgolas en la zona de Los Campinos. Se trazan hileras de cerezos japoneses, se habilitan zonas de juegos y se instalan esculturas. Nada más pasar el año 2000 ha de reurbanizarse a causa de la construcción de un aparcamiento subterráneo, suprimiendo algunos elementos y añadiendo otros, tanto en el arbolado y vegetación como en complementos tales como las farolas, siendo inaugurado en el 2004. Una nueva intervención seis años después a causa de una ampliación del parking volverá a cambiar parte de su fisonomía. Puede decirse que la traza actual es producto principalmente de las reformas acontecidas desde 1992 hasta nuestros días


Al fondo, según avanzamos, vemos a la derecha de la iglesia, el antiguo cuartel de la policía armada, ahora Escuela de Hostelería y Turismo, que vino en 1992 de su antigua sede en el barrio de Pumarín. Según los avatares y tiempos que tocasen este paseo pasó por diferentes nombres, Plaza de Begoña, de Enrique II, de los Comuneros, Paseo de Alfonso XII, Alameda de Begoña... es lugar hoy como ayer no solo de paseos sino de eventos, ferias, conciertos y fiestas. A lo lejos otro ejemplo del desarrollismo de los años 60 y 70, el segundo edificio más alto de la ciudad, con 21 alturas. En aquellas épocas no se seguían las normativas urbanísticas al construir y los promotores pagaban por exceso de altura con alguna connivencia a nivel municipal, saliéndoles totalmente rentable


Y esta es la actual iglesia parroquial de Nuestra Señora de Begoña de los Padres Carmelitas, construida entre 1975 y 1978 junto con la casa sacerdotal, siendo inaugurada el día de San José. Aún pervive entre los gijoneses la expresión "zona del Goya" para señalar esta zona pues en el edificio de la izquierda de la foto, al otro lado de la Avenida de la Costa, estuvo el Cine Goya, inaugurado en abril de 1932 con la película ¡Qué hombre tan guapo! en el mismo lugar que había abierto en 1909 sus puertas el Cine Versalles, el tercer cine-pabellón de la ciudad, que a la vez estaba en el solar del Royal Cinematograph, cine-barraca veraniego de 1903 de Antonio Sanchís, y donde en 1912 el arquitecto Miguel García de la Cruz hubiese proyectado un cine-pabellón para Fidel del Río que no se llevó a cabo


En 1931 Enrique Villazón, arrendatario del solar que era entonces de su propiedad, solicita permiso de obra para, según proyecto de Manuel García Rodríguez, abrir este Cine Goya, siendo explotado desde su inauguración por Asdrúbal de la Huerga, hubo reformas en 1935 y en 1937. Ya en la posguerra siguió la política de ser un cine más barato ya que no ofrecía estrenos, siendo en 1948 su capacidad de 477 espectadores. Hubo más reformas en 1975 y durante la transición se especializó en el entonces novedoso cine clasificado "S". Cerró el 1 de marzo de 1981 y en julio de 1987 fue derribado para construir el actual Hotel Begoña, sito en el cruce de esta Avenida de la Costa con la calle 17 de Agosto, fecha de la traída de aguas a la ciudad desde el manantial de Llantones en 1887


Vemos ahora, mirando a la derecha, toda la profundidad, que se extiende hacia el norte, de esta gran explanada central de Begoña, que se extiende hacia el norte. El Teatro Dindurra, actualmente Teatro Jovellanos y el Café Dindurra, en origen vinculado al teatro, donde estuvo el primer solar de la capilla de Begoña, están situados al fondo de la foto, tapados por los árboles


El 12 de agosto de 1896 el Teatro Dindurra fue el primer local donde se proyectó cine en Asturias. Poco menos de un año después los portugueses Marques y Azevedo hicieron proyecciones en un bajo  frente al Quiosco de la Música. Establecidos desde julio a septiembre de 1897, filmaron las primeras películas en la ciudad, que luego aquí proyectaron: Vista de un rompeolas tomada desde el cerro de Santa Catalina y Vista del Campo Valdés tomada a la salida de misa de la iglesia de San Pedro. Entre julio y septiembre de 1899 la Sociedad Científico-Recreativa Foto-Club colocó una barraca en este paseo, a la vez que en el Teatro Jovellanos  el Cinematógrafo Lumiere de Eduardo Jimeno ofrecía proyecciones de filmaciones hechas a personas y lugares gijoneses. A lo largo de los años siguiente diferentes cinematógrafos se instalaban en torno a este ya entonces frecuentadísimo paseo. En 1903 el Salón Luminoso abrió su pabellón, que a partir de 1908 estaría de forma estable al lado de los locales del Centro Asturiano de La Habana, pasando a llamarse Salón Doré, reinaugurado en 1914 con dos plantas para 411 espectadores. Luego de la Guerra Civil pasó a ser Cine Imperio


En el Paseo de Begoña se celebró en 1924 la I Feria de Muestras de Asturias entre los días 15 y 31 de agosto, en la que participaron unas 300 firmas comerciales que dispusieron sus puestos en tres largas filas, dos en el mismo paseo y una al lado, siendo visitada por unas 145.000 personas, siendo clausurada por el Príncipe de Asturias, llegado en barco a El Musel. En su reglamento definía su cometido en...

"poner en contacto a productores y consumidores para la realización de trasacciones comerciales, de una manera sencilla, ordenada y práctica (...). Su carácter es internacional, pudiendo acudir a ella, productos de todas las naciones. Tiende esta feria de un modo especial a favorecer el intercambio comercial con las naciones de la América Latina"


Pasamos así frente a la iglesia de Begoña y su residencia sacerdotal


Y continuamos por la Avenida de la Costa, aquí un poco en ligera bajada


Uno poco más a la izquierda comienza uno de los barrios más populosos de la ciudad: El Llano, antigua llanura que, al ser atravesada por la Carretera Carbonera (actual Avenida Schultz), abierta en 1842 para traer el carbón de la Cuenca del Nalón al puerto local, comenzó a poblarse creciendo en pocas décadas


Mientras conocemos la historia de estos lugares seguimos las conchas doradas


También a la izquierda estaba antaño la Travesía de Cifuentes, por el fundador de la Fábrica de Vidrios La Industria, Anselmo Cifuentes. Actualmente es la calle Palencia


Cruzamos la calle Alfredo Truán. Hubo en esta zona un velódromo construido en 1888 cuando se rellenaron los fosos de la antigua muralla de las guerras carlistas, iniciativa de los empresarios Humbert y Lozana y situado frente a la que fue Fábrica de Vidrios Cifuentes y Cía, La Industria (la cual fue derribada en 1959), por lo que también fue llamada calle del Velódromo y calle de la Industria de Vidrios. En el velódromo se disputaban carreras de un nuevo deporte que gozaría enseguida de enorme popularidad: la bicicleta, las más importantes coincidiendo con las fiestas de Begoña, aportando premios patrocinados por comerciantes e industriales, tanto en metálico como en obras de arte y otros detalles y obsequios

La Fábrica de Vidrios La Industria se instaló en este lugar en 1844, construyéndose ademas 27 casas para empleados en 1850 dentro de la misma factoría. Eran dos edificios, de una planta y de dos, teniendo cada casa tres dormitorios y cocina, compartiendo todas seis retretes comunes. Era llamado El Callejón de los Franceses porque muchos obreros eran de esa nacionalidad. Algunos de estos empleados fundaron la primera logia masónica gijonesa, Los amigos de la Naturaleza y la Humanidad, creada en 1850 por José Victory, Jesús de Gracia y Joaquín Cabrera. Con el tiempo se sumaron más personas, en un 50% asalariados de La Industria, de ellos incluso algunos cargos dirigentes, como Louis Lamboley, según informa Luis Miguel Piñera en su libro Ciudadekas, patios, callejones y otras formas de vivienda obrera en Gijón (1860-1960) 


Aquí estuvo también La Plaza del Retén por el puesto de guardia de las extintas murallas


Todas estas calles eran antaño comunicación directa con la tan mencionada Fábrica de Vidrios La Industria, entonces en las mismas afueras de la población


Aquí la Avenida de la Costa realiza una curva a la derecha


De frente a nosotros la calle Mieres, donde estaba la Ciudadela de Paco el Castellano, casas obreras que se sabe existían ya en 1910 dadas las protestas que aparecían en prensa por sus malas condiciones. Aparece citada antiguamente como calle de la Salud en El Balagón del Humedal, Calleja de la Salud, o calle Salud en el Boulevard de El Llano y fue muy popular en el siglo XIX. Se suponía el nombre era con retranca dados los problemas de insalubridad existentes pero lo cierto es que en 1941 es cambiado su nombre al suponer que su origen es un saludo revolucionario. Información de Luis Miguel Piñera en Las calles de Gijón. Historia de sus nombres



Cruzamos la calle Domingo de la Fuente para seguir siempre por la Avenida de la Costa. Estamos a uno de los extremos de la Plaza de Europa, donde también había foso y murallas de las carlistadas. Se trata del Paseo del Velódromo, luego transformado en el Parque Infantil


Cuando en 1833 muere Fernando VII y las disputas al trono provocan la primera de las tres guerras carlistas, Gijón/Xixón es declarada plaza fuerte y se dispone su fortificación con muralla en forma de estrella y foso. La ciudad quedaría defendida militarmente con este "foso contra el carlismo" pero su crecimiento sería segado de raíz durante décadas y el aspecto del entorno, con aguas estancadas en sus fosos defensivos, no debería ser muy grato, por ello no ha de extrañarnos que el viajero francés Antoine Holinsku plasmase sus impresiones del lugar afirmando que...

"la extraña idea que se tuvo de hacer de él una fortaleza contribuyó en mucho a la insalubridad del aire. Murallas completamente inútiles fueron levantadas y rodeadas de fosos, en donde se ha estancado un agua corrompida"


Las defensas empezaron a construirse en 1837 siguiendo la pautaas del militar Celestino del Piélago, aunque no supuso el derribo de edificios pues entonces la ciudad no llegaba hasta aquí sí supuso la tala de bosques en los que el ilustrado Jovellanos había previsto que con el tiempo serían espacios de esparcimiento de la ciudadanía. Declarada ya inservible en 1863 no habría de ser demolida hasta 1876 cuando acabó la Tercera Guerra Carlista


La población pronto saltó de sus murallas, de las que nada ha quedado pero en buena parte el trazado de las calles y plazas céntricas se basa en su primitiva disposición


Nosotros en este momento estaríamos caminando por el límite de aquella antigua fortificación y sus fosos


Aquí estaban antes Los Campones, grandes campos llanos que se extendían hacia el sur y por donde creció también la ciudad al desaparecer murallas y fosos. Esa es la calle San José, antes de Los Campones


La Avenida de la Costa sigue ahora una larga recta hacia La Puerta la Villa, antigua puerta de la ciudad


A la izquierda la calle La Suerte, en terrenos que en su día cedió al Ayuntamiento Víctor Fernández Menéndez, para quien en su momento se solicitó el nombre de la calle


A nuestra derecha una quinta... superviviente de cuando esto era una zona residencial de transición a lo rural al sur de la cilla


Es el Palacete de Ladislao Menéndez Bandujo, encargado en 1907 al arquitecto Manuel del Busto en una parcela del que fue Paseo del Velódromo. Se construyó ente los años 1908 y 1909 y se la considera una construcción gemela a la de La Javariega, en Poo de Llanes, del mismo arquitecto. Según el catálogo urbanístico de la ciudad el arquitecto...
"concibió un edificio aislado rodeado de jardín por dos de sus flancos y con un diseño realizado a base de un conjunto de volúmenes cúbicos aterrazados. La torre situada en uno de los ángulos de la fachada principal se configuró como el elemento integrador del conjunto. En la ornamentación se emplearon elementos fitomorfos en paneles, columnas del mirador y balaustradas"

En el interior presenta espacio central y en altura, con vestíbulo o sala en la planta baja a manera de distribuidor con accesos a la cocina, el baño, la escalera y los despachos. Arriba están los dormitorios y abajo hay un sótano que hacía de lavadero, cochera y almacén. Su interior está bellamente decorado con piezas de madera, vidriera, rejería y otros detalles. Estuvo a punto de pasar a propiedad municipal para ser restaurado y destinarlo a nuevos usos, pero el proyecto fracasó. Esto escribe de ello en Diario del Aire Félix Población dentro del artículo Un histórico para la historia de Gijón. El viejo palacete de la Plaza de Europa, publicado el 7-6-2019:
"Hoy en día, el edificio gijonés sigue siendo propiedad privada, al fracasar en 2011 una permuta que el Ayuntamiento quiso plantear a los descendientes de su primer propietario, a fin de que el palacete pasara a propiedad municipal y de eso modo fuera restaurado y habilitado para algún uso público. El coste económico de la operación se cifraba en poco más de dos millones de euros. Pasados ocho años desde entonces, y ante la expectativa de un nuevo consistorio en Gijón con una nueva alcaldesa -lleva tres la ciudad en los últimos decenios-, podría darse por fin la circunstancia de que una construcción como esa, catalogada en la máxima y más restrictiva categoría de conservación, deje de ser posiblemente el edificio que mejor simboliza de manera residual aquella arquitectura tan preciada de las viviendas unifamiliares durante las primeras décadas del siglo pasado,  que de modo tan cerril sufrieron los embates de la piqueta en los años del desarrollismo.  
Encarezco al nuevo consistorio municipal a que el  palacete de la Plaza de Europa, también llamado hotelito de don Ladislao, deje de ser para los gijoneses de más edad una  fantasmagórico y avejentado edificio del pasado, varado en su propio decaimiento en el centro de la ciudad como una postrero símbolo del Gijón que fue"


Especialmente llamativo es el alto mirador desde el que verían toda esta zona, llamada entonces El Humedal, rodeados de campiña y divisando cerca los edificios, fábricas y campanarios de la aún pequeña villa. De él y los recuerdos de la Plaza de Europa, por la que seguidamente vamos a pasar, escribe también Félix Población en su citado artículo: 
"Mi niñez discurrió al pie del palacete de don Ladislao.  Si se tiene en cuenta que han pasado muchos años desde entonces, es sin duda singular que en una ciudad tan crecida como Gijón el edificio permanezca tal cual era en pleno centro urbano, aunque cada vez ofrezca un aspecto exterior más decrépito. Ahí sigue, con los mismos y descoloridos cortinajes corridos en sus balcones y las persianas levantadas en una posición indefinidamente fija, como síntoma evidente de la atmósfera antigua que se debe respirar en su interior. 
En la misma acera, a pocos metros del palacete, se encontraba una tahona llamada La Esperanza -buen nombre para poner a un despacho de pan en los años de posguerra-, cuyos hornos al cocer la masa daban un delicioso olor al parque vecino, identificado con el despertar del día y mi primer horario escolar. El parque tenía su estanque de azulejos de colores con su fronda colgante de sauces.Y también un guarda ceñudo e irascible, al que llamábamos El chapines de Begoña por las las chapas doradas que lucía en el correaje de cuero que le cruzaba trasversalmente el pecho y porque también prestaba servicio en los próximos jardines de Begoña. Se trataba de un hombre mal encarado, cetrino, capaz de aventar su bastón contra la rapacería díscola y soltar frases tan demoledoras como aquella con las que nos amedrentó en cierta ocasión al decir que sería capaz de batirle a uno la cara en sangre. Creo que fue El Chapines también el que nos dijo que en el parque cayó una bomba cuando la guerra y que hizo un gran hoyo, del que luego dejó constancia el fotógrafo Constantino Suárez. Asocié desde entonces el crudo lenguaje del guarda con el lenguaje de guerra, como si esta hubiera sido un mutuo batimiento de caras en sangre  
También en esa misma acera estaba el domicilio social de la Agencia Comercial Terrestre y Marítima, a cuyos camioneros envidiábamos algunos de nosotros porque además de viajar por el ancho mundo que desconociámos e imaginábamos mucho más interesante que el nuestro, dormían en la litera de sus camiones en cualquier parte, cuando se cansaban de rodar cientos y cientos de kilómetros. Recuerdo que solíamos evaluar la calidad de esos sueños según la confortabilidad de la cabina, que solía estar en proporción con la entidad y tonelaje del vehículo.

 También en esa misma acera estaba el domicilio social de la Agencia Comercial Terrestre y Marítima, a cuyos camioneros envidiábamos algunos de nosotros porque además de viajar por el ancho mundo que desconociámos e imaginábamos mucho más interesante que el nuestro, dormían en la litera de sus camiones en cualquier parte, cuando se cansaban de rodar cientos y cientos de kilómetros. Recuerdo que solíamos evaluar la calidad de esos sueños según la confortabilidad de la cabina, que solía estar en proporción con la entidad y tonelaje del vehículo. 
Quienes hayan residido en las inmediaciones de la Plaza de Europa por lo años cincuenta y sesenta del pasado siglo, quizá recuerden al adolescente que vivía en ese magnífico palacete modernista, obra del arquitecto nacido en Cuba Manuel de Busto, que tan magníficos edificios dejó como relevante patrimonio histórico en Gijón y en otras ciudades de Asturias. De ese muchacho,  bastante mayor que yo, extravié su nombre hace tiempo, pero no la fisonomía melancólica de su rostro alargado y pálido, con el cabello oscuro y rizado, y un prominente mandíbula. También recuerdo que tenía alguna discapacidad física en las piernas como consecuencia de haber padecido poliomielitis. Con mis pocos años, no más de ocho o nueve, achacaba esa tristeza a su falta de movilidad y a su pierna metálica, considerando en mi fuero interno la fatalidad que suponía vivir en una casa tan maravillosa y estar incapacitado para correr y saltar. Puede que hasta me hiciese a la idea filósofica de que primara esto último sobre lo primero a la hora de despertar el júbilo en nuestra cara y el aliento a nuestra risa.

Con Mario -¿se llamaría Mario?- apenas tuve relación porque cinco o seis años era mucha diferencia de edad. Alguna vez lo recuerdo viendo desde su silla de ruedas nuestras carreras de chapas con las imágenes de los ciclistas más populares insertas bajo un cristal recortado y pegado con masilla. Solían disputarse en la acerca del colegio Asilo Pola, en el que aprendí a leer con las monjas, que una vez quisieron desnudarnos porque faltaba un duro en el nacimiento de Navidad que exponían al público para recaudar lo que la voluntad de visitante gustase.Mario también solía interesarse por nuestras no menos reñidas y en extremo pacientes carreras de caracoles los días de lluvia, caracoles a los que jaleábamos y estimulábamos también en plena competición con el nombre de los ciclistas.

Hubiera dado cualquier cosa porque un día Mario y yo tuviéramos una amistosa y larga charla, nos cayéramos estupendamente y me hubiera invitado a merendar en su palacete. Lo que más me habría gustado con toda seguridad sería haber subido a la torre-mirador, ya de noche, a ver la ciudad desde lo alto y sentirme un encastillado espadachín. Puede que también me hubiera conformado con asomarme al balconcillo de esquina con columnas del segundo piso y que yo quise creer siempre que era su habitación. Posiblemente Mario fuera nieto del hacendado don Ladislao Menéndez Bandujo, que mandó construir el palacete a Manuel del Busto en 1907 para hacerlo su residencia familiar. Dicen que en ese tiempo se veía el mar desde el mirador y las torres con chapiteles de la nueva iglesia de San Lorenzo, edificada en 1901..."

 De la torre escribió Rosa M. Faes, que estudió la obra del arquitecto cubano, que la columnata es muy peculiar y que rodea un espacio central poligonal que recuerda los tholos griegos, con una cubierta de poco inclinación algo volada y un empinado remate ascendente que evoca las cubiertas de tipo oriental.Un tejado de cerámica coloreada presta policromía al conjunto, cuya función es más simbólica que utilitaria, dado que la torre viene a ser un elemento de distinción social: una forma arquitectónica de hacer notar el poder económico del propietario. Situada en uno de los ángulos de la fachada vendría a ser, además, el elemento integrador del conjunto y el que le da sin duda un carácter singular al edificio.


Avanzamos así unos metros más


Y pasamos ante la fachada sur del Museo Nicanor Piñole, dedicada a este gran pintor asturiano en lo que fue el antiguo Asilo Pola, institución escolar creada a raíz del testamento del empresario y benefactor Mariano Suárez Pola, de la Fábrica de Vidrios La Industria y de Fábrica de Loza la Asturiana, naciendo para atender a niñas y niños menores de siete años mientras sus padres trabajaban


Funcionaba con una Junta de Patronato gestionada por el alcalde, el párroco de la villa y otras autoridades, estando regentado por las Hermanas de la Caridad que en él vivían. Es un diseño ecléctico proyectado entre 1903 y 1904 por Luis Bellido que sigue el patrón de los palacetes de la época, estando las obras al cargo del arquitecto municipal Miguel García de la Cruz al tener que traslasarse Bellido a Madrid. Fue inaugurado el 4 de mayo de 1908


Los pequeños llegaban por la mañana temprano y se repartían en dos aulas con enseñanza de párvulos, a mediodía se servía la comida y luego iban a jugar al patio o si no hacía buen tiempo a la sala de juegos. De tres a cinco había otras dos horas de clase, con merienda y segundo recreo hasta que sus padres llegasen a recogerlos


Durante la Guerra Civil se interrumpieron las clases, reanudándose tras la caída de la ciudad en 1937. Su estructura física tuvo reformas y la de enseñanza también, pues acogía niñas de 7 a 13 años y niños sólo los menores de 7. Se sabe que en 1957 asistían a unos 300 menores que pagaban 35 pesetas por el servicio de comedor, con pote, pan y postre. El presupuesto anual de la institución era de unas 6.000 pesetas


Con las reformas legislativas de los años 70 el Asilo Pola pasó a ser parte del Hogar de Sn José, siguiente etapa educativa de las alumnas, y en 1986 desaparece como tal, su bien aún residieron hasta 1987 tres religiosas, pasando el local al Ayuntamiento, quien lo reformó entre 1990 y 1991 para hacer el museo dedicado a Nicanor Piñole con obras y objetos cedidos por su viuda, que sin lugar a dudas queremos recomendar


Desde la Puerta la Villa, así llamada por estar cerca de la vieja entrada a la ciudad, vemos a nuestra izquierda la Avenida de la Constitución, actualmente una de las principales entradas a la ciudad. Fue la carretera a Castilla abierta en el siglo XIX para sustituir a los angostos entonces ya caminos reales (reales, del reino, o sea públicos) basados en calzadas y vías romanas y/o pasos naturales ancestrales. El sur fue otro de los grandes ensanches urbanos, aún a primeros del siglo XX existían disposiciones encomendando a los cazadores se alejasen de este lugar, ya próximo a las primeras casas, siendo todo una gran llanura que iba ocupándose de casas hacia las aún zonas rurales de Pumarín, Tremañes y Roces, por donde continúa creciendo en nuestros días el casco urbano


A su izquierda tenemos la Avenida Schulz, parte de la histórica Carretera Carbonera, una idea esbozada por el ilustrado Jovellanos para enlazar la Cuenca del Nalón con el entonces aún pequeño muelle gijonés para darle salida comercial al carbón. Hasta mucho después de su muerte el proyecto no se haría realidad hasta que lo puso en marcha el banquero y potentado Alejandro Aguado, en 1842, falleciendo incluso al venir a caballo para la ceremonia inaugural, pues según se dice quiso apurar el paso con su caballo al galope, alejándose de su séquito  que estaba parado en el Alto de la Madera a consecuencia de una fuerte lluvia, la cual le caló hasta los huesos, falleciendo de apoplejía aquí el día 12 de abril. Esta carretera, llamada en el tramo urbano Avenida Schulz en honor a este ingeniero de minas alemán que ejerció en Asturias su labor, fue el origen del barrio de El Llano, a donde se trasladaron, como hemos visto, algunas empresas que estaban antes en Begoña y otros lugares de la creciente polis gijonesa


Y esta es la Plaza Europa, hermoso espacio abierto en 1889 tras rellenarse el foso de las murallas derribadas y plantarse arbolado en lo que fueron primeramente los Jardines de Juan Alvargonzález, alcalde por aquellas fechas. Su disposición en forma de "V" (antes hemos pasado por su otro extremo) sigue lo que fue la línea de la fortificación


Ya en 1884 el citado alcalde presentó a la corporación un plan para hacer un parque público en el foso de los baluartes que por entonces estaba rellenándose junto a la fábrica de vidrios, plantándose de eucaliptos y negrillos. Poco después se acaban también las obras del Velódromo


En 1908 se plantan más árboles y se hacen jardines mientras en 1921 el jardinero municipal Samuel Granda transforma el Velódromo en Parque Infantil. Un proyecto más ambicioso para hacer aquí un gran parque de invierno quedó reducido a la mínima expresión por problemas de presupuesto, aunque sí se hizo un estanque similar al existente por aquel tiempo en dicho Parque Infantil


En 1933 el entonces también jardinero municipal Diego Jiménez aumentó el número de bancos con unos nuevos de vistosos azulejos y reformó el Parque Infantil. Las vicisitudes de la guerra, la posguerra y el posterior desarrollismo degradaron tan significativo lugar por lo que se hizo necesario acometer una rehabilitación integral en 1998, proyecto de Fernando Nanclares, en la que se recuperó zona verde y se eliminó el paso de vehículos, así como plantando nuevas especies arbóreas, renovando estanque y jardines y colocando algunas esculturas


Esta es la hermosa fuente de la plaza. El arbolado más antiguo supera el siglo de existencia. Hay magnolias, cedros, olmos y tejos


Tras aquella reforma de 1998 sí que hubo que retirar la polémica tatayuba, exótica madera de la que estaba hecho el suelo del paseo, dispuesto en un entablado, dado que era sumamente resbaladizo. En el año 2001 fue sustituida ya la mayor parte si bien los últimos restos resistieron hasta 2007, justo después que el Ayuntamiento hubiese de abonar una indemnización de casi 21.000 euros a un particular por una caída padecida en el año 2003


Al fondo a la izquierda de la foto vemos el ambulatorio Puerta la Villa y en medio, entre los árboles, a lo lejos, el Mercado del Sur


Es la histórica plaza de abastos de arquitectura en hierro construida entre 1898-99 por el arquitecto Mariano Melarde y el ingeniero Buenaventura Junquera


Antaño vendía aquí la gente de las aldeas los productos del campo y en su alrededor pululaban las sardineras del barrio de pescadores de Cimavilla. Había pequeñas tiendas y una gran actividad comercial dentro y fuera. Tras años de abandono fue reformada y adaptada a los nuevos tiempos con más o menos fortuna y acierto, según opiniones


Al otro lado, en la Plaza del 6 de Agosto, que no podemos ver desde aquí, estaba la antigua Puerta la Villa, monumento de entrada a la población que era llamado Arco de la Villa o Arco del Infante. Se emplazó aquí en 1781 al demolerse la que había en el desaparecido Arenal de la Trinidad. En 1886 también fue derribada a consecuencia, como la anterior, del crecimiento urbano y de que por aquel de entonces no existía la misma sensibilidad a los temas relacionados con el patrimonio


Desde la Plaza de Europa vemos, en el Paseo de la Infancia, el Hogar Materno-Infantil, hospital infantil construido en el año 1949 con la idea de suplir las carencias que tenía su antecesor, el de La Gota de Leche, muy cerca de aquí y que veremos a continuación


Pertenece al estilo arquitectónico del Movimiento Moderno en la que une elementos racionalistas y expresionistas, destacando su alta torre circular. Se trata de una iniciativa del médico puericultor Avelino González. Disponía de comedor de embarazadas, servicios de higiene y desinfección, refugio infantil y otros: Es conocido como la Casa Rosada y actualmente está destinado a diversos servicios municipales como la Oficina de Atención al Ciudadano



Una gran placa de piedra en su vistosa torre conserva su nombre


Allí, al lado del Hogar Materno-Infantil está el edificio de los antiguos Juzgados. Entre ellos la calle Maternidad


Según avanzamos seguimos admirando toda la espectacular estructura de la Casa Rosada, diseño del arquitecto Pedro Cabello


A nuestra derecha otra perspectiva de la Plaza de Europa


Asoman sobre los árboles varios edificios, el más antiguo de ese grupo es, a la derecha, el de las casas de Las Clotas, construido entre 1887 y 1889. José de las Clotas, a quien está dedicada la calle a su izquierda, fue además de su promotor el fundador de la Sociedad Constructora del Mercado del Sur. Antiguamente empezaba allí la Carretera de Castilla, y como tal figuraba en planos de finales del siglo XIX


El estanque de la plaza...



Conchas en el suelo...


Cruzamos la calle de la Plaza de Europa...


Al fondo, en la unión del Paseo de la Infancia con la calle Llanes, estuvieron las viviendas obreras del Patio del Horno y del Patio de la Pajera, esta un almacén de vinos. Se trataba de casas y talleres derribados en 1962 cuando se construyó la entonces llamada Plaza de los Mártires, hoy del Humedal.


Más lejos reconocemos el edificio de la Estación de Alsa, inaugurado el 30 de diciembre de 1941 y hecho según proyecto de los arquitectos Manuel del Busto Delgado y su hijo Juan Manuel del Busto González en estilo racionalista. Allí comienza la calle Magnus Blikstad, industrial noruego Hijo Adoptivo de Gijón/Xixón y benefactor de iniciativas como el Ateneo-Casino Obrero. La dificultad en su pronunciación hace que popularmente se la conozca como Manos Listas, Manulitas y expresiones similares. Allí comenzaba antiguamente la Carretera del Obispo, que comunicaba la población con la Quinta del Obispo en Contrueces, que también se llamó Carretera del Humedal, barrio que nació en la llamada Güelga del Omedal, terrenos lacustres que se extendían al sur de la villa gijonesa


 Y, al otro lado, la Avenida de Portugal, antigua Gran Vía o Gran Vía del Musel, construida a partir de 1895 para comunicar directamente la ciudad con el nuevo puerto de El Musel, según propuesta de los concejales Jove, Escalera y Rato para hacer "una Gran Vía al Musel con, por lo menos, 25 metros de ancho"



Desde aquí tenemos a nuestra izquierda una nueva impresión de la Casa Rosada, ahora con la entrada principal, que mira al Paseo de la Infancia y a la Avenida de la Costa. Ahí vemos sus grandes cristaleras en chaflán, otra de las características constructivas del edificio



Ahora tomamos a la derecha la calle Palacio Valdés, que fue la que Jovellanos llamaba el "Paseo de las Viudas en la zanja de los Omedales", citado también como Paseo de las Armas de la Fortificación y como Paseo de San José, por estar en las proximidades de la iglesia de esta advocación, situada hasta la Guerra Civil en este lugar


Estamos en L'Acerona, anchísima acera inaugurada en 1962 en lo que fue una auténtica novedad urbanística para la ciudad que configuraba sus grandes ejes comerciales. Se hizo dentro de la reordenación integral de la zona a consecuencia de la construcción de la Plaza de los Mártires, suprimiéndose para ello el paso de tranvía eléctrico número 36. Aquí se celebraban ferias de Begoña y todo el tránsito es un gran área comercial con bastantes cafeterías y entidades bancarias. Al lado estaba antes la mencionada iglesia de San José


Caminando por L'Acerona vemos a mano izquierda el soberbio edificio de La Gota de Leche, antiguo Instituto de Puericultura del doctor Avelino González, inaugurado en 1925 y que es actualmente Fundación de Servicios Sociales del Ayuntamiento. La Gota de Leche era como se denominaba en España a estas instituciones creadas para paliar la desnutrición y mortalidad infantiles en las familias de recursos más bajos que no podían permitirse una nodriza. Es de estilo regionalista montañés obra del arquitecto municipal Miguel García de la Cruz y Laviada.


Su función era el reparto gratuito de leche para niños necesitados, disponía de diversos servicios como el de maternidad, guardería infantil para madres trabajadoras y las policlínicas para niños, así como la escuela de puericultura, una de las primeras de España, donde se formaron matronas, médicos, enfermeras y maestras puericultoras


En L'Acerona pasamos sobre el gran mosaico Pavimento artístico, de Pedro Sanjurjo inaugurado en 1995 y restaurado en el año 2009


En el suelo una placa nos informa


Líneas blancas y negras se prolongan por el suelo, serpenteantes...


El lugar es muy importante en las comunicaciones gijonesas, pues en las paradas existentes a ambos lados de la calle, tanto en L'Acerona como en La Gota de Leche, realizan parada casi todas las líneas de autobús de la Empresa Municipal de Transportes Urbanos (Emtusa)


L'Acerona es también una larga galería comercial de tiendas, agencias, oficinas bancarias y hostelería


Y esta es la parte central del gran mosaico...


L'Acerona es otro de los muchos espacios reformados y rehabilitados urbanísticamente tras padecer los rigores desarrollistas de tiempos pasados


Siempre siguiendo las conchas doradas...


Dada la anchura de la gran acera hay buen espacio para quioscos y terrazas...


En este frente los edificios en altura, alguno de más de diez plantas, dominan la estética arquitectónica también aquí, si bien al estar orientados al sur y mirar a una gran plaza y espacio abierto, son muy luminosos y soleados desde los primeros pisos


Una fila de árboles recorre la acera...


Las paradas de autobús de La Gota de Leche. Vemos ahora el edificio en toda su extensión


Y a continuación  veremos la Plaza del Humedal, que conserva el nombre de estos terrenos que hasta el siglo XVIII fueron espacios empantanados y con laguna. Así el investigador Joaquín Alonso Bonet, descubre un monumento del siglo XVI que habla del lugar de esta manera:

"El territorio del Calvario de la villa de Gijón, que está a la salida de ella, hacia el pueblo de Ceares, era una ería de heredades labrantías y que a la falda de ella, hacia el Omedal, había una pradería de la casa y mayorazgo de jove... (...) El Omedal era antiguamente monte de árboles de robles, hayas, abedules, omeros y rozas, hasta Montevil"



En el mapa de Pedro Teixeira de 1687 Vista del puerto de Xixon, se aprecia dibujada efectivamente una laguna, de la que se sabe que en 1782 y 1787 era desecada con arena y lodo dragado del puerto. En 1804 Jovellanos escribe en sus Apuntamientos que su hermano Francisco de Paula...

"trató de poner en cultivo aquella hermosa porción de terreno que el desagüe del Homedal dejara libre"


Tras secar la laguna se plantaron álamos y se hizo el Paseo de la Estrella, el cual, muy del agrado de Jovellanos, enlazaba con el ya mencionado Paseo de las Viudas y con el Paseo de las Damas y Paseo del Humedal. Aquella llana campiña serviría como campo de maniobras e instrucción para la guarnición acantonada en la villa, terrenos todos estos afectados por la construcción de la famosa "muralla carlista" a partir de 1837, que vuelven a "liberarse" con su derribo 40 años después. La primera iglesia de San José se construye en 1890 aquí, donde ahora está la plaza. En los campos existentes se celebraban rastro y mercado ganadero, trasladado aquí en 1850 desde la calle los Moros,  y de la zona saldría la Gran Avenida del Musel, actual Avenida de Portugal, para comunicar con el gran nuevo puerto, extendiéndose la población en esa dirección, hacia las zonas industriales de las industrias de Laviada, Lantero, Moreda... naciendo barrios como El Parrochu, al principio modestísimas ciudadelas o patios de casas de trabajadores y sus familias


Destruida la iglesia de San José en la Guerra Civil el lugar pasa a ser conocido en 1938 como Plaza de los Mártires de la Cruzada Nacional, popularmente Plaza de los Mártires o Los Mártires a secas, construyéndose la nueva un poco más allá, en 1954. En 1962, al erigirse en el lugar del Monumento a los Mártires conmemorando los 25 años de la toma de la ciudad por los nacionales, se reforma todo este entorno, que en los años 70 es el lugar de entrada y salida de la ciudad por la Autopista Y


En 1980 la plaza pasa a ser del Humedal, existiendo el pensamiento que el topónimo hace referencia a las humedades de las charcas aquí existentes hace siglos, pero que la documentación antigua apunta más bien a ser zona plantada de umeros o olmos, Alnus Glutinosa, parte de los antiguos bosques, los omedales, en los que Jovellanos proyectaba espacios públicos


Continuamos así nuestro paseo por L'Acerona, calle Palacio Valdés, gran novelista asturiano


Pasamos el popular Quiosco de L'Acerona, otro de los elementos característicos de este paseo


Al fondo dos elementos muy importantes: la iglesia de San José, en el emplazamiento en el que fue reconstruida tras la contienda civil, y El Rascacielos o Edificio Bankunión. A mano izquierda, justo donde era el arranque de la autopista, está El Solarón, gran espacio libre tras el derribo de la Estación de Gijón-Cercanías, demolida en 2014 y trasladada unos metros más al sur, en la calle Sanz Crespo. Era conocida como Estación del Humedal y su origen está en el Ferrocarril de Langreo, una de las primerísimas líneas ferroviarias de España, cuando el ingeniero de Caminos José Elduayen hubo de vencer la negativa militar a derribar en este lugar la muralla de las carlistadas que aún existía cuando adquirió estos terrenos cenagosos para construir la primera estación de las varias que aquí se sucedieron. Por fin en 1852 se pudo inaugurar en su primer tramo hasta Pinzales, contando con la presencia de la reina madre María Cristina de Borbón



Caminando hacia la iglesia de San José cruzamos la calle Asturias


Este lugar era conocido como La Barraca a causa de una que se tiró para ensanchar estas calles. En ella hay varios edificios protegidos y catalogados


Por allí prosigue L'Acerona...


Siguen también en este trecho las bandas blancas y negras del gran mosaico. Observemos el servicio de bicicletas municipales


A la izquierda La Fuente del Humedal, célebre fuente ornamental que solía chiscar (salpicar) a los coches. Hasta hace unos años, que se reordenó el entramado viario, esta era entrada y salida directa a la Autopìsta Y, la primer autopista asturiana, abierta en febrero de 1976


A la izquierda de la iglesia de San José veremos la calle Pedro Duro, por donde continuará nuestro camino, presto ya a unirse con el otro, que que ha atravesado la ciudad por su franja marítima, en la zona del Fomento y Fomentín, antiguo puerto comercial y actual puerto deportivo. Detrás del templo es el barrio El Carmen, antiguo Arrabal de La Rueda, que en el siglo XVIII era barrio artesano y de talleres y almacenes que surgió al lado de la actual calle Corrida, antiguamente Ancha de la Cruz, que comunicaba el barrio alto, llamado en la época de Cima la Villa, con el bajo, la población que iba creciendo al sur de su núcleo originario, conocido documentalmente como Bajo la Villa. Primeramente se diferenciaban barrios, el La Rueda y el barrio de El Carmen, donde estaba la capilla de este nombre, primeramente bajo la advocación de San José y, empezando el siglo XIX este segundo se conocía a este segundo como Barrio de El Paredón del Carmen a causa de la existencia de un paredón que guardaba la zona de los temporales marinos. En 1815 ya aparecen unidos en el oportuno padrón de habitantes y en el siglo XX desaparece definitivamente el topónimo La Rueda, al menos a nivel oficial


Cruzamos ahora la calle Langreo, que recuerda la desaparecida estación del que fue el tercer ferrocarril de la España peninsular tras el de Barcelona Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez (1851), y cuarto de la España de entonces pues el primer fue el de La Habana-Güines (1837) en Cuba. Este ferrocarril, que traía carbón para su exportación comercial a través del aún pequeño puerto local, favoreció que en El Carmen se instalasen almacenes carboneros, antecedentes de la ampliación portuaria a El Fomento y El Fomentín. En la calle Langreo tuvo su primera sede la Cocina Económica en 1894, dirigida por Ruperto Velasco, siendo su fundador Rafael Suárez del Villar y su inspirador el benefactor Acisclo Fernández Vallín. En ese año se inauguró en esta calle su comedor social. Su ámbito de actuación se extendía a los reclusos de la cárcel y a los soldados que regresaban de la guerra de 1898, al igual que las comidas de beneficiencia organizadas por el Ayuntamiento, uno de los actos principales de las fiestas de Begoña en agosto. En 1905 se haría cargo de ella la Asociación Gijonesa de Caridad. Información recogida de Comer fuera de casa: tres siglos de restauración gijonesa (1700-2000) del que son autores José Luis Carmona García y Luis Arias González


Según nos cuenta también el investigador Luis Miguel Piñera en Los orígenes del arrabal de La Rueda, hoy barrio del Carmen, el ilustrado gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos llamaba a esta zona y a otras al sur donde se iba a extender el entramado urbano gijones, la Villa Nueva. Su ilusión por estos proyectos no pasó desapercibida, por lo que cuando en 1797 es nombrado embajador en Rusia y seguidamente Ministro de Gracia y Justicia, los comerciantes locales le dedican en su honor un paseo arbolado en estos lugares, el Paseo de los Reyes, el cual desde este barrio iba a unirse al Paseo de las Viudas por la actual Carretera Vizcaína, donde luego nacería el popular barrio El Parrochu


Al lado de la iglesia el Edificio Bankunión o El Rascacielos es obra de los arquitectos Francisco y Federico Somolinos edificada entre los años 1957 y 1961. Más anteriormente hubo también en esta calle patios de viviendas de trabajadores como las ciudadelas de Juan Álvarez Tejera y de Arturo Lerroux, o la Güerta de Tejera, cuatro casas sin retrete y escasa altura. En el Edificio Bankunión estuvo antes La Güertona, donde había una casería o granja grande donde sus propietarios intentaron hacer otro grupo de casas para alquilar a familias humildes, pero les fue denegado por el Ayuntamiento. Al lado de las ciudadelas y patios se erigían a su vez los edificios de impronta burguesa de industriales y promotores, dueños, gerentes o cargos de las fábricas y talleres donde trabajaban estos empleados aquí residentes, dentro de la idiosincrasia social y urbanística propia de la época


Luego de cruzar la calle Langreo hacemos lo propio con la de Álvarez Garaya, yendo en dirección a la iglesia de San José, pues recordemos que a su izquierda sigue el Camino por la calle Pedro Duro. La iglesia es obra del arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo inspirada en el barroco colonial aunque también se habla de revival renacentista 



La iglesia de José fue por su parte el lugar del sonado encierro de pensionistas del año 1971 en el que tras nueve noches fueron desalojados violentamente por la fuerza pública en lo que constituyó un impactante drama que constituyó todo un símbolo para la historia más reciente de la ciudad y de la transición democrática


La capilla del Carmen, que cerró al culto el día 8 de agosto de 1898 y posteriormente fue derribada, estuvo más a la derecha, a la altura del que fue, en la esquina del fondo, el edificio de la Obra Social y Cultural de Cajastur, antigua Caja de Ahorros de Asturias y ahora Liberbank. Sabemos de su fecha de construcción y fundadores por una inscripción que había en su interior:

"Esta Capilla del patriarca San José que para mayor honra de Nuestro Señor la hizo a su consta don Francisco Álvarez Tejera, vecino de esta villa, por sí y Ana Álvarez Cienfuegos, su primera mujer, en el año 1705 y la dotó de una fanega de pan de su fábrica y 330 reales en dinero y 30 fanegas de pan cada año para el capellán de ellas"

 Más recientemente, en esta calle de Álvarez Garaya, podemos hablar de la cafetería Avenida de Aquilino Barrio Fernández y fundado por su padre Rodrigo Santos Barrio Canseco en 1945, punto de reuniones políticas y sindicales en los años 80 y también  de refugios de trabajadores de la policía durante las movilizaciones y manifestaciones contra las duras reconversiones de la época que tuvieron en esta calle escenario de concentraciones, protestas y cargas

Otro establecimiento notable fue el restaurante El Trole, fundado por Melchor Prendes Álvarez y Joaquina Peláez Santiago y que vino aquí trasladado de El Natahoyo en los años 60


Llegando a la gran fachada del templo seguimos a la izquierda


Y entramos en la calle Pedro Duro, viendo al lado El Solarón, los terrenos que fueron solar de la desaparecida estación ferroviaria. El 8 de marzo del año 2016 se inauró allí el Parque del Tren de la Libertad, recordando el tren de mujeres que salió de aquí a manifestarse en Madrid contra la reforma de la Ley del Aborto el 1 de febrero de 2014, organizado por la Tertulia Feminista Les Comadres, una de las activas y numerosas asociaciones gijonesas


La calle Pedro Duro, dedicada al fundador de la industria Duro-Felguera, fue antes el Paseo de la Estrella, otra referencia a la muralla en forma de estrella que acordonó la villa durante cuarenta años y fue una verdadera contención de su crecimiento


La calle pasa al pie de esta fachada lateral la iglesia de San José, cuya primera piedra, colocada en una esquina inferior, fue puesta en 1846


Las conchas nos indican la dirección al Fomento y Fomentín, la ruta al mar...


Detrás de la iglesia de San José, en la esquina con la calle Carmen, está el edificio del que fue el cine Fac, inaugurado en el año 1961 dentro de la Federación Española de Cine-Clubs


Popularmente se dice que su nombre significaba Frente Casa Corripio, célebre establecimiento que estaba al otro lado de la calle, donde luego, en el mismo y desaparecido edificio, estuvo largos años el Café Trisquel, luego trasladado a la calle Marqués de San esteban. En torno a 1980 el Fac pasó a ser la Sala Quiquilimón, dedicada a artes escénicas


El barrio del Carmen fue de siempre también de gran actividad social y cultural, no en vano en él estuvo la primera sede del Ateneo-Casino Obrero de Gijón en el año 1881. Como nota curiosa que nos explica Luis Miguel Piñera al lado de ese primer ateneo estuvo la Casa del Duende, de tétrico aspecto, la cual fue comunicada con la del Ateneo-Obrero, por lo que en 1884 el erudito Julio Somoza le dedica un verso y escribe que...

"La casa número 26 de la calle del Rastro llevaba el terrorífico nombre de Casa del Duende. Hoy se ha puesto en comunicación con la inmediata que ocupa el Ateneo-Casino Obrero y el duende ha desalojado sus habitaciones con una galantería y rapidez inusitadas"


Una concha en el cruce de la calle del Carmen en su enlace con Pedro Duro. En este barrio nació el gran intérprete de canción asturiana  José González El Presi, quien le dedicó una conocida melodía:

"¡Ay Xixón de mios amores
Viva la calle Corrida
Y viva el barrio del Carmen
Donde yo me divertía!"



Antiguamente era llamada calle Loza, vinculada sin duda a fábricas y talleres


También El Carmen en su momento fue edificado con algunas torres de pisos


Calle dedicada a otro pionero industrial, Numa Gilhou, antigua Travesía de La Rueda


Pasamos ahora unos bloques de pisos


Y ya en la esquina con la calle Marqués de San Esteban admiramos un edificio de sumo interés, obra de 1931 influenciada por el art decó con pautas de los arquitectos Manuel y Juan Manuel del Busto


Destacan sus motivos decorativos inspirados en el arte precolombino azteca


Calle Marqués de San Esteban, llamada pòpularmente Los Arcos por sus edificios porticados. Realmente el Camino original iría por aquí a la izquierda pues era esto la línea de costa, ante la desaparecida Playa de Pando, El Playón o Arenal del Natahoyo, que desapareció al hacerse los muelles del Fomento y Fomentín, que ya vemos al fondo

Antaño gran parte de los bajos eran almacenes y despachos de las navieras y otras empresas dedicadas a la carga y descarga de mercancías en los citados muelles. La calle fue llamada Camino de Candás en antiguos expedientes, pues era la salida tradicional de la población hacia el oeste y trazado del viejo Camín Real costero. En ella estuvo el llamado Muro de Langreo, apoyo del ferrocarril carbonero que se alargaba hasta la misma dársena, derribado en 1909 en un acto público pues se llevaba tiempo reclamando su demolición al impedir el crecimiento urbano. Fue también el Camino de la Estación del Norte, otra estación ferroviaria gijonesa, inaugurada en 1874, la del antiguo Ferrocarril León-Gijón. En la actualidad abren sus puertas en esta calle comercios y numerosos bares, cafés, pubs, siendo zona de copas...


A la derecha el edificio de la Agencia Tributaria, levantado en el lugar en el que estuvo la Aduana. Anteriormente aquí abría sus puertas el Gijón Cinema, en lo que fue un taller de maquinaria de Dionisio Cifuentes Suárez, quien solicitó albergar en él una sala comercial de cine en 1925, la cual pudo abrir el 15 de julio de 1926 cediendo ese día los beneficios de la proyección de El prisionero de Zenda a las sociedades benéficas Paz y Caridad, Asilo de Ancianos Desamparados y Pro-Infancia. Tuvo una especie de colaboración con el Salón Doré de Begoña para proyecciones simultáneas. Cerró en 1945, en plena posguerra


Seguimos ahora por la calle Pedro Duro, entre estos dos edificios


Siguen las conchas...


Mirando atrás, veremos mejor el soberbio edificio bajo el que hemos pasado al cruzar la calle Marqués de San Esteban


Con sus llamativas filigranas de inspiración precolombina


Edificios de El Fomento, notablemente restaurados


En el paso de cebra con semáforos cruzaremos a la izquierda


Y por Pedro Duro ya salimos a la calle Rodríguez San Pedro, dedicada a este abogado creador de numerosas empresas y que se supone fue la primera persona declarada Hijo Predilecto de Gijón/Xixón, en 1908, según datos explicados por Luis Miguel Piñera en su libro Las calles de Gijón Historia de sus nombres, otra obra siempre a recomendar y de gran ayuda para conocer de manera impecable el porqué de los nombres, actuales y antiguos, de la ciudad.


Aquí, curzando Rodríguez Sampedro y admirando el puerto deportivo y los antiguos muelles de El Fomento y El Fomentín nos unimos al camino que, procedente de La Guía y El Puente del Piles pasa por la Playa de San Lorenzo/San Llorienzo, Cimavilla, y la Plaza Mayor, y se acerca aquí por La Plaza del Marqués y los Jardines de La Reina, para unirse a este rumbo a La Playa de Poniente, antiguo Arenal del Natahoyo y de allí al barrio de La Calzada...






















































AAl pasar junto al templo admiramos su arquitectura basada en la impronta del arte gótico.


Y ya vemos al fondo el coso taurino, la Plaza de Toros de El Bibio, construida en el año 1888
En días de fiesta no lectivos se celebraban juegos de escondite en grupo, como el cache-cache, y actividades en el salón de actos, con teatro. Había también deportes, sabiéndose que ya en los años 40-50 se practicaba tenis, balonmano y hockey en el prau del colegio, así como una especie de béisbol llamado randers. Entre los juegos eran los favoritos el cascayu y el balle brulee o "pelota quemada"



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