El Picu Castiellu. Solar del Castillo de Tudela, desde la bajada a Olloniego |
El Padrún, paso del concejo de Mieres al de Oviedo/Uviéu |
Pero luego, inmediatamente después de pasadas las casas de El Padrún y la frontera municipal, un ramal a la derecha nos permite dejar el asfalto y empezar a andar por un buen tramo del viejo camino original, antaño empedrado. en descenso directo a Olloniego, cabeza de esta parroquia ovetense a la que acabamos de entrar, al sur del concejo de la capital asturiana, meta del Camino de San Salvaor
Es la bajada a Casares, señalada por flechas amarillas y el mojón xacobeo, la que nos permite reocrrer este tramo, el mismo por el que pasaban los peregrinos del medievo que, sabedores en León de las Reliquias de San Salvador, subían hacia los antiguos caminos del norte, los primeros de la saga jacobea, conjurando los peligros de la formidable Cordillera Cantábrica, de altos puertos y duro clima, haciendo caso a aquella frase de los romeros francos que aseguraba que "el que va a Santiago y no al salvador visita al criado y olvida al Señor"
Pero los peregrinos eran solo una parte, incluso una parte pequeña, de todos los que pasaban por aquí, en una u otra dirección: arrieros, pastores tanto de los pastos cercanos como de las largas rutas a las brañas de alzada y las aún más largas de la trashumancia, artesanos ambulantes, funcionarios, viajeros en general, pobres, vagabundos y trotamundos, leprosos buscando misericordia en las malaterías que, como los hospitales de peregrinos, ventas y fondas, jalonaban el trayecto... y también, invasores, rutas de penetración de la meseta al corazón de Asturias y viceversa, expediciones en uno y otro sentido que empleaban estas sendas para avances y repliegues. Y con todo ello pícaros... y salteadores, bandoleros unas veces, nobles levantiscos otras, todos historia viva del Camino
Y así, ante el valle formando por los regueros afluentes del Nalón, bajamos a la cuenca de este río dejando atrás la del Caudal, una transformación del paisaje paulatina, a colinas no tan altas como las abruptas montañas que vamos dejando atrás, en ruta al cercano valle del Nora, asiento de la capital astur, cercano a la costa y ya muy próximo, aunque aún no lo vemos, pues tenemos enfrente las alturas del Picu Castiellu (449 m) a la izquierda, Las Coronas (464 m) y El Picu Berrubia (545 m), sobre las aldeas de La Fócara, Les Escobadielles, Sienra, Monegro Cueva, L'Averu, La Capilla o, en medio, la más grande, La Mortera
La Mortera es un topónimo muy común que hace referencia a terrenos comunales. El pueblo además de campesino fue minero, pues la cuenca del Nalón, como la del Caudal, fueron ricas en yacimientos de hulla, combustible fundamental en la primera Revolución Industrial que, avanzando el siglo XX, fue entrando en declive. Ahora no hay minas en activo pero se conservan parcialmente, abajo en el valle, las instalaciones del Pozo Olloniego y de Mina Vicentina, ya explotadas a mediados del siglo XIX y que luego pasaron a Hulleras de Veguín, luego en 1918 Hulleras de Veguín y Olloniego. Mina Vicentina cerraría en 1968 tras un proceso de cooperativización mientras las explotaciones se centraban el Pozo San José, inaugurado en 1958, quedó integrado en la empresa estatal HUNOSA una década después cerrando de forma extraña en 1972. Volvería a abrir en 1982 ante las peticiones de reabrir como experiencia piloto algunas de las minas más rentables, cerrando definitivamente en 1993
En estas aldeas no pocos vecinos compatibilizaron el trabajo agrario y ganadero con el minero, habiendo suficiente población entonces para que abriesen sus puertas varios chigres-tienda y otros comercios, con sus bailes y animadas romerías. Había además un tren minero que enlazaba con la Estación de Olloniego, luego sustituido en 1962 por un cable aéreo, tal y como nos informa el veterano sindicalista e investigador Antón Saavedra
Hoy en día estos pueblos han visto notablemente menguada su población, es zona ganadera y residencial, muy recorrida por montañeros, senderista e investigadores, pues guarda numerosos lugraes históricos de interés, desde los túmulos megalíticos a los castros astures, las fortalezas medievales, los hórreos y quintanas, las casonas y las señales y dependencias, tan dolosamente abandonadas, de la minería
Y así, bajando por este sendero, contemplamos estos lugares llenos de paisaje y de historia
Llega ahora un momento muy especial en este Camino. Si nos fijamos, en la lejanía, a la izquierda del Picu Castiellu, hay una colina
En primer término aquellos prados con alguna casa son los altos de La Manjoya o La Manxoya, que la tradición dice que viene de la expresión que oían continuamente decir a los peregrinos franceses al llegar allí y ver la ciudad de Oviedo/Uviéu y la torre de la catedral de San Salvador, exclamando "Mon joie" (mi gozo), tal y como ocurre en Santiago de Compostela con el Monte do Gozo
Otra interpretación posible plantean los toponomistas como Xosé Lluis García Arias: la de un Monte Iovia (Monte de Júpiter), un teónimo romano nada infrecuente, y menos en las vías imperiales o en montes sacralizados desde la antigüedad
Más a lo lejos es el Monte Naranco, con los 637 metros del Picu Paisanu, donde se alza, visible desde muchos kilómetros de distancia, el monumento al Sagrado Corazón, inaugurado en 1981. Bajo él se extiende la urbe ovetense, que no podemos ver desde aquí aún y por sus faldas discurren los dos caminos que pueden seguir los peregrinos desde la catedral: uno a la izquierda en dirección oeste, el Camino Primitivo, y otro a la derecha, continuidad del Camino Norte para ir por Llanera y Corvera a salir a la costa por Avilés. En el Monte Naranco tuvieron también los ástures sus castros, los romanos sus villas y el rey Ramiro su templo y palacio. No dejemos, si tenemos oportunidad, de visitar Los Monumentos
Nos permitimos aconsejar disponer de un día para visitar Oviedo/Uviéu, su catedral de San Salvador y Cámara Santa, ante cuyas Reliquias tenían su meta los peregrinos y... un nuevo principio, tomando alguno de los caminos a Santiago. También el casco histórico y la animación de sus sidrerías, como en la calle Gascona, así como los monumentos prerrománicos del casco urbano, La Foncalada y Santuyano, cercanos a la catedral. Y si subimos al Naranco tendremos una gran vista del centro de Asturias y de los diferentes caminos que discurren por él: al norte el otro de los ramales costeros, por Gijón/Xixón, al este el ramal del Camino Norte que viene por el valle del Nora, al sur el trayecto desde los puertos de la cordillera de este de San Salvador y al oeste el Camino Primitivo, rumbo a la parte occidental de los valles del Nora y del Nalón y de los altos de la cuenca del Narcea
El Camino es aquí una hermosa senda campestre entre arbustos y prados de siega y pasto
Y así llegamos a Casares, otra aldea de la parroquia de Olloniego
Casares es uno de esos pueblos concentrados que aprovechan el terreno llano en la ladera de un monte. El topónimo está emparentado con casa, y este a su vez con el latín casam, que sería más bien una choza o cabaña, lo que delataría un poblamiento antiquísimo
Al fondo a la izquierda El Picu Castiellu sigue dominando la escena
Desde él se dominan los accesos del valle del Nora hacia la Cordillera Cantábrica, comunicación con la meseta y, sobre todo, este camino, y más en concreto aún el disputado paso del Nalón que existe a sus pies. Ya sería un recinto fortificado astur reaprovechado durante la romanización y sin duda empleado posteriormente pues aparece ya citado en los albores del Regnum Asturorum, Reino de Asturias o de los Ástures que, si bien en algunos casos, son extrapolaciones bajomedievales, permiten hacernos una idea de lo patente de su estratégica fortaleza durante siglos
El milenario recinto fortificado astur-romano sería rehecho como castillo por Ordoño I en el año 854 y cedido, según el dudoso Liber Testamentorum, en el año 857 a la catedral de San Salvador, junto con las iglesias de San Juan Bautista y Santiago "bajo el Castillo de Tudela", topónimo procedente del latín tutelam (protección, defensa) y que da nombre también a Tudela Veguín y Tudela Agüeria en las parroquias ovetenses situadas la norte de él y a sus pies
En el año 893 Alfonso III lo dona a San Martín de Astorga con la frase "en el nombre de Dios Alfonso, morando en el Castillo de Tudela, residente en el solio de la sede de Oviedo". Al ir desplazándose las fronteras del reino hacia el sur, llegando la Edad Media el Castillo de Tudela perdería su condición netamente defensiva ante ataques exteriore y sería fortaleza de control y dominio del territorio, siendo cedida su posesión a la nobleza, más o menos fiel al monarca pero que en ocasiones, desde él, aprovechó para rebelarse
Así pasaría, junto con otros, a ser parte de los dominios del conde Gonzalo Peláez, del que sabemos pertenecía a una poderosa familia nobiliaria en tiempos de Alfonso VI de León, que es cuando empieza aparecer su nombre en la historia, luego relacionado con la hija y sucesora del rey, Doña Urraca, tomando partido por ella durante su enfrentamiento con su segundo esposo Alfonso I de Aragón. En premio sería encargado por ella del gobierno de Asturias alrededor del año 1100, en concreto de las Asturias de Oviedo, su zona central y oriental, siendo mencionado como potestas, presidente, regente y luego conde. La Asturias occidental, desde La Cabruñana a Galicia, así como el territorio hasta El Bierzo y Astorga, eran de su primo, el también conde y que sería su gran rival, Suero Bermúdez.
Sin saberse muy bien el momento y el motivo se rebela contra la reina, enfrentamiento que persistía cuando esta muere en el año 1126 y seguiría su enfrentamiento, junto con otros nobles, al acceder al reinado el hijo de Doña Urraca Alfonso VII de León, pero al personar a los alcaides de León tras conseguir doblegar las defensas de sus murallas, este gesto le atrajo su confianza, pasando a su servicio y participando junto con su primo Suero Bermúdez en las campañas y treguas que enfrentaron al monarca con su padrastro Alfonso I de Aragón, llegando a ser alférez real en julio de 1131, cargo que le duró poco pues en marzo de 1132 se subleva contra el monarca junto con su pariente Rodrigo Gómez, sin duda deseoso de mantener la práctica independencia que había logrado desde su revuelta contra Doña Urraca y en contra de las pretensiones imperiales de Alfonso VII en los crecientes reinos cristianos bajo su dominio
Alfonso VII, que estaba en alerta pues estaba en marcha con su ejército contra los almorávides, se adelanta a sus movimientos al enterarse de la sublevación, prende a Rodrigo y Gonzalo, huido a Asturias, es asediado por las tropas al mando del mismo rey en este castillo de Tudela (del que vemos aún parte de un muro entre la maleza, cubierto de hiedra) mientras rinden algunas de sus plazas como el Castillo de Gozón cercano a Avilés. Se pacta una tregua por la que Gonzalo Peláez rinde Tudela pero conserva los castillos de Proaza, Buanga (Santo Adriano) y Alba de Quirós mientras Alfonso va a la guerra de Andalucía, de la que regresará victorioso exigiendo en Buanga la definitiva rendición de Gonzalo, pero este se opone, reemprende la guerra y mata a numerosos soldados enemigos y al propio caballo del monarca, quien vuelve a la meseta dejando a Suero Bermúdez, el primo de Gonzalo, asediando Buanga, y otro leal a Alfonso VII, el de Alba de Quirós mientras el conde rebelde resiste en Proaza. Tras dos años de guerra en los que a los sublevados se les cortaban manos y pies el obispo Arias de León media un pacto en 1135 por el que Gonzalo Peláez consigue el perdón a condición de entregar sus castillos y no regresar a Asturias
Y así vuelve Gonzalo Peláez a la Corte y asiste a la coronación de Alfonso VII como emperador en la Catedral de León el 26 de mayo de 1135 y logrado además se le concediese, como compensación, el Castillo de Luna, al norte de León, desde el que solo dos meses después vuelve a rebelarse reconquistando sus dominios asturianos, si bien de una manera bastante menos incruenta que la anterior, pues volvió a ser perdonado y regresó a la corte real, donde ya aparece en documento de marzo de 1136
A finales de 1137, cuando se disponía a fortificar sus castillos asturianos para una tercera guerra contra Alfonso El Emperador es preso por Pedro Alfonso, sobrino de Suero Bermúdez, quien lo lleva encadenado al rey, siendo enviado al Castillo de Aguilar (al lado de El Padrún), donde se le comunicará su destierro, exilidándose con sus fieles en Portugal, donde es recibido con honores en la corte de Alfonso Enríquez, muy interesado en afianzar la independencia portuguesa y que se preparaba para la guerra contra Alfonso VII. es entonces cuando sorpresivamente Gonzalo Peláez muere a causa de unas fiebres en marzo de 1138, siendo su cuerpo traído a enterrar a la capital asturiana según la Chronica Adefonsis Imperatoris ... "febre corruptus, peregrinus in terra aliena"
En esa misma centuria, año 1185, el Castillo de Tudela con su territorio de Olloniego y parte del de Tudela, pasa a poder la Iglesia y en 1231 Fernando III le dona el cellero, unidad fiscal por la que un representante del obispo o mayordomo cobra diversos derechos, como los del portazgo para poder pasar por su puente sobre el Nalón, así como con un juez dedicado a impartir justicia y a controlar ese portazgo y otros impuestos y rentas. Esta situación hace que la mitra, andando el tiempo, lo ceda para ser administrado en su nombre a alguno de sus valedores más poderosos. Así pasará a manos del noble y salteador Gonzalo Peláez de Coalla (no confundir con el anterior, Gonzalo Peláez a secas). Gonzalo Peláez, en contra de la decisión del rey Fernando IV que no le otorgó su dominio sobre ella, ataca con violencia su villa natal, Grado/Grau, que tenía fueros de Carta Puebla, e intenta dominar Oviedo/Uviéu alentado por su aliado el obispo Fernando Álvarez. Se suceden así doce años de lucha en las que las huestes del noble y del obispo se enseñorean por todo el territorio, asaltando en este camino a los mercaderes y arrieros que transportaban víveres y mercancías a la ciudad, teniendo el Castillo de Tudela como base de operaciones. Ambas villas se alían contra él en 1309, se crea una escolta, especie de policía para proteger el paso por el camino, el obispo es obligado a obediencia por el nuevo rey Alfonso XI y uno de sus fieles, el poderoso Rodrigo Álvarez de las Asturias, asedia a Peláez de Coalla aquí en su fortaleza y tras cuatro meses de asedio logra su rendición y exilio, unos dicen a Aragón y otros a Navarra
La iglesia, tras su cambio de bando, exige la propiedad de esta fortaleza y su territorio de Olloniego por lo que no es demolida, sino que pasará a su conquistador Rodrigo Álvarez de las Asturias, quien también la empleará a la muerte de Alfonso IX en la guerra al torno que estalla entre el hijo del rey Pedro I y su hermanastro Enrique de Trastámara, por quien toma partido y quien gana la guerra reinando como Enrique II. Luego, un hijo de Enrique, Juan I, ordenará en 1383 su definitiva destrucción para evitar nuevas sublevaciones bajo su reinado. El solar pasa a los Bernaldo de Quirós, luego en el siglo XV a los Muñiz y en el siglo XVI a Bernardo de Miranda, quien construirá allí su casona. Luego, reinando Felipe II, Olloniego pasa de la Iglesia a la Corona, quien se lo vende a Rodrigo Bernaldo de Miranda, quien se lo vende a Rodrigo Bernaldo de Miranda, pasando a ser su coto señorial
Por Real Orden de 18 de diciembre de 1826 por la que se suprimen los cotos señoriales, Olloniego se incorpora al concejo de Tudela, el cual comprendía las actuales parroquias de Box, Naves, Manzaneda y Santianes. En 1857, reinando Isabel II, Tudela se incorpora, junto con otros territorios, al concejo de Oviedo/Uviéu
Por su parte El Picu Berrubia guarda los hallazgos del más antiguo poblamiento de estos lugares, La Cueva les Covadielles o Les Escobadielles, con grabados rupestres estudiados por Miguel Ángel de Blas Cortina
Llegamos a las primeras casas de Casares
Y al llegar a la primera vamos a la izquierda
Así salimos a esta explanada
Es la entrada al pueblo por carretera, donde hay unos bancos
Salimos pues por aquí, a la izquierda, pasando junto a fuente y lavadero
Flecha y mojón
Arriba El Ventanín, topónimo usual en los puertos de montaña como Ventaniella o Ventana, lugar de paso
Dejamos el asfalto para tomar un sendero a la derecha
Por aquí, atentos a la bifurcación
Restos de empedrado
Frutales
Cierres de fincas
Estamos en una verde y hermosísima campiña
Caminamos entre setos silvestres
Los siempre entrañables somieres que valen de cierre, reciclaje práctico
Y de frente de nuevo El Picu Castiellu, centro siempre de leyenda y mitología
Leyendas como la del señor don Ares que vivía en el castillo con su hija Irene, quien se enamoró de un joven moro que llegó perdido y al que dieron cobijo. Salió don Ares con el moro al día siguiente a cazar y fue mortalmente herido por un oso. Regresados al castillo, el señor le hizo jurar antes de morir a su hija que no se iría con el moro a su tierra ni renunciaría a sus creencias. Muerto don Ares en cambio los enamorados lo dispusieron para marchar a la mañana siguiente pero esa noche se desató un voraz incendio, los amantes escapaban pero a la puerta se les apareció el fantasma del señor don Ares, que no les dejó huir, pereciendo allí los dos
Otra leyenda es una variante de la que conocimos entre Payares y Campumanes y que tiene como protagonista de nuevo al rey de Navarra, Sancho, que, siendo aún caballero, salva al señor del castillo del ataque de un oso y este le acoge, pero Sancho seduce a su hija, Adosinda, escapándose con ella y luego maltratándola y abandonándola en una cueva cerca de Payares. Años más tarde, siendo ya el rey Sancho el Mayor de Navarra, vuelve en peregrinación a San Salvador y los hermanos de Adosinda, enterados, le tienden en Payares una fracasada emboscada, pues los navarros los vencen y matan a uno de ellos. Luego, en Campumanes, el rey es muerto en venganza por un tiro de ballesta de desconocido ballestero, haciendo patente el dicho "si la ficiste en Payares, pagarasla en Campumanes"
Se aprecian en la fortaleza algunos de sus muros, tal vez algún foso, y los restos de un torreón que ya mencionamos. Alrededor el ganado pasta apaciblemente
El sendero se estrecha pero se pasa sin mayor dificultad
El potrillo duerme la siesta en la fresca hierba mientras su madre pace y vigila
Boscaje de arbustos
Bajamos poco a poco
Sobre el valle de San Frechoso L'Escobín (714 m)
Más pastos
Una vaca nos contempla junto al cobertizo
De nuevo en los matojos
Fresca umbría
Filas de árboles
La profunda caja caminera muestra su antigüedad
Y salimos de nuevo a la Carretera del Padrún, antigua Carretera de Castilla, luego N-630 y en la actualidad AS-242
Al llegar a la carretera iremos a la derecha
Nuestra ruta coincide con otras, atendamos a la señalización
No suele haber demasiado tráfico, más bien bastante escaso, pero hemos de tener siempre cuidado
Y así vamos cuesta abajo
Atención en este cruce: La Cabaña, donde hay una antigua casa de pastores
En el cruce bajamos hacia la izquierda
Estas son las señales para automovilistas (izquierda) y peregrinos (derecha)
Es una de las pronunciadas curvas del Padrún, donde hasta se tenían que detener autocares y camiones para tomarlas cuando esta era la N-630 y se soportaba un intenso tráfico hasta que se inauguró, en 1968 el nuevo trazado, que pasa al valle del caudal por los túneles de La Peña'l Miel o Peñamiel, evitando esta escabrosa subida
Y así seguimos carretera adelante
En suave descenso...
Las reformas ilustradas del siglo XVIII hicieron posible esta Carretera de Castilla, si bien trabas presupuestarias, vicisitudes políticas, desidia y burocracia la retrasaron notablemente. El trazado y su adecentamiento, los puentes y un sinfín de detalles complicaban la situación. Jovellanos le dio un notable impulso y ya estaba casi acabada a finales de la centuria, pero luego la inestabilidad del Estado y la posterior invasión napoleónica con la consiguiente tensión entre absolutistas y liberales la retrasaron unas décadas más. Abierta la carretera el servicio regular de viajeros en diligencia no se establecería prácticamente hasta no mucho antes de la llegada del ferrocarril, a mediados del siglo XIX, a consecuencia de las guerras carlistas
Ahora es un verdadero itinerario histórico que conviene preservar, con muchísimo patrimonio, historia y paisajes
Otra curva en este tramo, conocido como La Carretera del Padrún
Llegamos a El Cantarillón
Puente sobre uno de los arroyos que nacen de las fuentes del monte
Otra pronunciadísima curva
El boscoso valle y al fondo los eucaliptales bajo El Picu Castiellu
Placa y flecha en un viejo muro de piedra
Aquí vamos a ver el porqué del topónimo del lugar
Estas grandes alcantarillas, cantarillón, por las que se sume el agua por debajo de la carretera, una de las muchas intervenciones que se hicieron en aquella época de su construcción
En la siguiente curva entraríamos en términos de lo que es la población de Olloniego, cabeza de la parroquia y del antiguo coto señorial laico, antes eclesiástico y antes aún feudal
Veamos el cartel
Al entrar en Olloniego vamos a desviarnos de la carretera a la izquierda
Pasando al lado de esta casa
Nos dirigimos a La Estación
Aquí hay un poco de acera
Pasamos unos almacenes o garajes y vemos ya al fondo la estación del tren
Pero antes nos encontramos con un monumento excepcional dentro de aquellas primeras obras de la Carretera de Castilla, se trata de La Fuente los Llocos
Fuente con abrevadero para las caballerías de carros y carruajes, obra de hacia 1776 del escultor y arquitecto Francisco de Pruneda
Su nombre viene a causa que su agua no era nada apreciada, se le atribuían efectos nocivos y se decía entre el vecindario, cada vez que alguien soltaba alguna insensatez o se discutía: "Déxalu, diz fataes porque tuvo bebiendo na Fuente los Llocos". Este nombre prácticamente sustituyo al de L'Arqueta con el que también se la conocía
En la fuente, donde está el caño, se aprecia una figura muy gastada
Es la cara de un león
Se trata de una construcción de estilo barroco
A la derecha las vías del tren de RENFE, tramo inaugurado en 1874 de la línea con León, que aún tardaría una década en culminarse en Payares
Pasamos La Estación de Olloniego
Cruzamos la calle
Y bajamos por el subterráneo
Cuesta abajo
Y así pasamos bajo las vías
Aquí pasamos sobre la Autovía A-66 Ruta de la Plata, cerca de los famosos túneles de El Padrún
Si la actual N-630 sustituyó a la antigua Carretera de Castilla, la autovía sustituyó a su vez a la nacional como principal vía de comunicación para el tráfico rodado con la meseta
Montes de La Peral
Y así bajamos a Olloniego
Huertas y antigua casería
Una quintana asturiana que ha quedado entre la carretera y la autovía
Vetusto caserón
La panera
El Regueru'l Fayéu o de San Frechoso pasa canalizado
Y por este puente de la pasarela cruzamos sobre él
Volvemos a salir a la AS-242
Yendo a la izquierda
Aquí la carretera es la Avenida Príncipe de Asturias
Y este es el antiguo Cuartel de la Guardia Civil de Olloniego, el primero que cayó en poder de los mineros durante la Revolución de Asturias de 1934, y entre cuyos asaltantes estaba Robustiano Hevia, Tano, quien hubo de exiliarse en Francia hasta 1936 y que, al regresar con el triunfo del Frente Popular al que siguió la guerra civil, pasó a ejercer mando militar como comandante del Batallón de Infantería Asturias nº17 más conocido como Batallón Tano. Al caer el frente norte sería jefe de maquis en Asturias pero fue delatado por un infiltrado, siendo tiroteado junto con su esposa durante una reunión en la Cueva del Diablo, sobre Ablaña (Mieres), el 1 de enero de 1939, según datos que nos ofrece en su blog el sindicalista e investigador asturiano Antón Saavedra
Placa de la avenida en el antiguo cuartel
Pasamos al lado de las piscinas
Y nos adentramos en la población, dispuesta a los lados del Camino, con varios comercios y establecimientos hosteleros, como una pequeña villa caminera, no en vano como hemos dicho fue centro durante siglos de un coto eclesiástico y nobiliario
Olloniego aparece reflejado en el inventario parroquial de Gutierre de Toledo en 1375 dentro del Arciprestazgo de Lena de Yuso
Olloniego es un pueblo caminero por excelencia, un pueblo-puente en el camín real y luego Carretera de Castilla para el paso del puente sobre el Nalón
Tras la construcción de la actual N-630 y luego de la autovía el condicionate de lugar de paso ha quedado relegado prácticamente a la comunicación interior de los pueblos del histórico trayecto, si bien iniciativas como la recuperación del Camino de San Salvador le devuelven cierto flujo y tránsito de gentes, los nuevos peregrinos, que encontrarán tiendas y hostelería, consultorio médico, farmacia...
La población vivió un fuerte auge con la minería, su paisaje e idiosincrasia son como las de las cuencas mineras del Nalón y de Caudal, población lineal en la que las viviendas obreras comparten espacio con casas campesinas y unos pocos edificios de traza más burguesa y señorial, directivos o encargados de las minas, médicos, algunas empresas. La desaparición de la minería y las nuevas carreteras, que no pasan por aquí, ocasionaron su declive, si bien, la cercanía del Polígono de Olloniego y de la A-66 así como la estación ferroviaria, han evitado un mayor despoblamiento, asentando población
Hermosa galería
Viviendas obreras
Hórreos, la parte rural del entorno urbano de Olloniego
Avanzamos por la acera. Se han construido algunos edificios de pisos
A mano derecha vamos a encontrar ahora un elemento interesante interesante
El antiguo cine de Olloniego, el Cine Espina, obra de Luis Cuesta Rodríguez de 1953 e inaugurado en 1955
Edificio de mediados del siglo XX, con viviendas y bajo comercial
Pero sin duda predominan las casas obreras, algunas viviendas unifamiliares y los bajos donde abren sus puertas algunos comercios y bares
Por supuesto también, recalcamos, las casas de arquitectura popular asturiana, como estas de largos corredores. De frente vemos la antigua escuela
Ahora es el consultorio médico
Placa de la escuela
Escudo
Algunas quintas de aire indiano o burgués, de época, con sus galerías, palmeras, jardines...
Allí está la farmacia
Son las casas que se encuentran enfrente de la iglesia
Y esta es la iglesia parroquial de San Pelayo de Olloniego, construido en 1783 por Francisco Fernández sustituyendo al templo antiguo, actual capilla del cementerio, situada un poco más allá por el mismo camino y que pronto podremos ver. Detrás está la Casa Rectoral
Es de planta de cruz latina, tres naves abovedadas y cabecera rectangular
Destaca su torre campanario
En el jardín, el monumento a los mineros...
La Vida de los Mineros Muertos
Perdura en la Memoria
De los Mineros Vivos
Enfrente de la iglesia hay un texu
Es un hermoso paseo
Quintas, viviendas de pisos y atrás barriadas obreras
Farmacia y bar
En esta zona, La Plazuela, estuvo el antiguo Hospital Nuestra Señora de los Remedios, una de las fundaciones hospitalarias que jalonaban el Camino de San Salvador
Ya casi al final de Olloniego nos encanta este conjunto de casas restauradas con balcón-corredor, galerías...
En todo el trayecto tenemos aceras a ambos lados de la calle
Pisos y comercios
Curva a la salida
Más corredores
Panera con bodega
Cruzamos la calle a la altura del barrio de La Cuesta la Fuente
Y por estas casas salimos del casco urbano
Flecha y Camino
La calle asciende ligeramente
Vieja panerona con subidoria de piedra
Tras ella las vegas del Nalón
A la izquierda sigue la acera
Y así vamos llegando a un conjunto excepcional dentro de la historia de la población, del Camino y de Asturias
La Torre y el Palacio de Olloniego
Primeramente vemos las ruinas del antiguo palacio, al lado de la vieja capilla
Es del siglo XVII, al igual que la estructura actual del Palacio, mandado todo ello construir por Felipe Bernardo de Quirós
Es de tejado a dos aguas, de pequeñas dimensiones, diminuta espadaña y ventanucos laterales
Y esta es otra muy buena vista de la vega del río Nalón, con el barrio de Fumea al fondo. Allí está el estadio municipal, que lleva el nombre del barrio, al que se le añadió en 2016 el nombre del fundador del equipo de fútbol local en 1996, el Nalón Club de Fútbol, quedando Estadio Fumea Lolo Rodríguez. Este equipo sustituye a otro anterior, en Nalón Club, fundado en 1958
A la derecha está el cementerio, solar que fue de la antigua iglesia de San Pelayo, actual capilla de este camposanto
Antes de proseguir hacia El Palacio podemos entrar un momento a verla
De la antigua iglesia solo se conserva el ábside semicircular románico
El arco del altar el gótico, lo que delata su estructura actual, del siglo XIV, con reformas de los siglos XVI y XVII, aunque realmente su origen podría ser anterior, prerrománico
En el interior, restos de policromía, muy deteriorada
En el altar aún se ven dibujos de elementos geométricos y vegetales
Vemos la estructura exterior de la capilla, antiguo ábside del templo, reparada en su momento con ladrillos
Es de mampostería cubierta con cal, los canecillos son lisos
En su momento se abrieron ventanucos laterales, adintelados con ladrillos
Este no obstante, el central, es el antiguo y original, en forma de saetera
Admiramos así la estructura del ábside
Y la espadaña, un elemento de las reformas de los siglos XVII y XVIII
Regresamos al exterior
Es de cuatro pisos y garantizaría cierta protección pues no todos los que querían pasar debían ser pacíficos transeúntes. Además su porte intimidaría un tanto a los arrieros y viajeros, ostentando poder y mostrando la enérgica disposición al cobro del tributo por peaje
Algunos autores señalan que podría estar en el lugar de otra construcción anterior, tal vez romana, pero no hay ningún documento ni hallazgo que lo avale
La torre, cerrada por el muro de la finca, sería la sucesora del Castillo de Tudela en el dominio del territorio y derechos de paso, tiene 11 metros de altura con cuatro pisos y el muro casi un metro de espesor, hecho de sillarejo con argamasa de cal
Conserva saeteras y algunos ventanucos
Continuando camino veremos otras dependencias palaciales, así como el viejo puente
Caminamos por la izquierda, contemplando esta magnífica vega, así como la mole rocosa de La Corona
Y este es el antiguo camino que, al pie de las amenazantes saeteras de la torre, se dirige al viejo puente, pasando al pie del arruinado palacio, en el que se construiría otra torre, esta cuadrada, mirando hacia el paso del río. En el siglo XVIII se haría el cuerpo que une ambas torres
Y allí, más abajo, vemos El Puente de Olloniego, a raíz del que surgió el conjunto monumental y la misma población
Se supone construido en el siglo XIV si bien no se descarta, como ocurre en casos similares, que hubiese uno anterior, aquí o en las cercanías, altomedival, romano, o pasarela de madera, o al menos algún servicio de barquerías, pero son más conjeturas que otra cosa, si bien un paso fluvial, de una manera o de otra tuvo que haber, pues se conservan en algunos tramos empedrados de calzada o vía romana También, por documentos de la época, sabemos que Alfonso VII, concedió los derechos de portazgo al monasterio de monjas de San Pelayo, aunque las religiosas ovetenses hubieron de empeñarlo en el año del hambre de 1192 por la cantidad de 300 sueldos, recuperándolo no obstante poco después
Tenía cinco arcos, su puntiaguda gótica avala su fábrica bajomedieval. Está "en seco" desde que en el año 1676 una gran riada desvió el cauce, por lo que con el tiempo hubo de hacerse otro, hacia el que ahora nos dirigimos
Ahora hay una hermosa área recreativa en esta ribera, recorrida por rutas senderistas
La carretera AS-242, Carretera de Castilla se dirige por aquí al nuevo puente
A la izquierda la carretera de Tudela Veguín y La Corona dominando este sector del valle del Nalón y sus accesos
Así llegamos a El Cruce, bajo el monte Armatilla
Aquí mucha atención
Hemos de continuar por la carretera. Estos carteles son para los automovilistas e inducen a error a muchos peregrinos, que piensan que indican el camino a seguir, cuando solo advierten a los conductores del lugar por donde pueden cruzar los romeros. La flecha amarilla incide en ello
También aquí más flechas confirman el trayecto a seguir
Cruzamos este enlace
Más flechas de confirmación
Y continuamos por la AS-242
Siempre ante La Corona
Este es el lugar de La Pita
Aquí pasamos bajo el puente de la AS-116, que enlaza la autopista con Tudela Veguín y Riañu (Langreo/Llangréu)
En el cruce seguimos de frente
Siguiendo la curva de la carretera La Corona nos sirve de referencia
Vegas de Entrerríos, por aquel bosque de ribera viene el Nalón. Al fondo La Sierra de Llagos con El Magarrón (648 m), a la derecha El Picu Cuetu (308 m), también frontera con el concejo de La Ribera
La Corona, de frente, a la derecha la finca El Molinón
De frente El Portalgo, núcleo nacido al amparo del portazgo establecido en el puente construido tras el cambio del curso del río, ya avanzado el siglo XVIII, ya durante las obras de la Carretera de Castilla
A la derecha Les Lleres. En Nalón forma aquí un gran meandro
Más arriba La Mazanea. Allí bajo aquella pared caliza a su izquierda está el abrigo de La Viña, uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos de Asturias, donde se han hallado elementos prehistóricos del Ariñacense, más de 38.000 años atrás, al Magdaleniense (Paleolítico Superior), hace unos 12 siglos, apareciendo representados ciervos, bóvidos, caballos y vulvas, así como diversos objetos
A la derecha el río Nalón
Río que nace en el Puerto de Tarna, otra de las seculares entradas a Asturias por la Cordillera Cantábrica, ruta milenaria pendiente de reconocimiento o señalización. El río Nalón es otro de los grandes ríos mineros por antonomasia que da nombre a otra cuenca carbonífera asturiana
Y ya estamos en el puente de El Portalgo, puente para la carretera de Castilla construido en 1780 por Manuel Reguera rematando un anterior proyecto de Marcos de Vierna
En el puente los muros laterales se hacen notablemente altos
Y así avanzamos hacia las casas de El Portalgo
Un pequeño núcleo de población con alguna mansión de porte indiano
Justo al otro lado del puente, estemos atentos, pues dejaremos la carretera a la izquierda
Vemos el río, bajo el puente, al pasar
Hemos de ir con sumo cuidado, pues no hay arcén ni vereda o senda peatonal
Curva a la derecha en la carretera
Pero aquí es donde la dejamos para ir a la izquierda, hacia el edificio de El Portalgo, que da nombre al lugar
Fue construido en 1833 para el cobro el peaje (Real Portazgo) por el paso del puente hasta finales de esa centuria, en 1882
Una pèqueña campera es un perfecto mirador sobre el Nalón
Y así admiramos el puente, con sus tres grandes arcos. A lo lejos de nuevo El Picu Castiellu
Durante los más de cien años transcurridos entre la riada que dejó en seco el viejo puente y la construcción de este se recurrió al servicio de barcas entre ambas riberas y a la construcción de puentes de madera y pasarelas provisionales que solían perecer a causa de la fuerza de la corriente
El camino continúa pues frente a la fachada principal del edificio, estilo neoclásico, del cobro del portazgo
Veremos su inscripción sobre la puerta
"Exacción del Real Portazgo. Año de 1833"
Ventana enrejada
Luego hay un cruce: seguimos de frente
Allí hay un mojón y un poste señalizando la ruta
Dejamos esta pista y subimos a la derecha
Tomamos este sendero, que sube por la ladera de La Corona
Y así comienza la cuesta...
Abajo ha quedado la carretera
En este sendero no va a haber pérdida pero siempre hay que agradecer a quien haya pintado las flechas pues, aunque no haya cruces o desvíos, es muy bueno poder confirmar cada ciertos metros que no te has perdido o equivocado de ruta
La caja caminera es profunda, lo que demuestra su gran antigüedad. Es el camino original anterior a la Carretera de Castilla, vía medieval, antes romana, que aprovechaba el paso natural aquí existente desde tiempos inmemorales
El castro de La Corona revela que estamos ante un camino varias veces milenario. En lo alto la rocosa Peña l'Arnea, un topónimo tal vez relacionado con arena, no en vano está en un lugar calizo donde hubo canteras, viendo por esa lado una vertiente abrupta y agreste, defensa natural por este costado del castro que allí existió y que además tuvo muralla
Hay señales del antiguo empedrado. Se sabe que los romanos empedraron vías preexistentes, como es este el caso. También hicieron vías nuevas, sus famosas calzadas, pero buscaban más la línea recta
Pasamos junto a la entrada de una finca
Antaño la vieja vía debió ser más ancha. A lo largo del tiempo y al abrirse el tramo que pasa por aquí de la Carretera de Castilla, la senda cayó en desuso y la tierra, fue ocupando terreno, arrollando paulatinamente por la ladera...
Abajo las casas de El Portalgo. A la derecha Entrerríos, por donde pasa el Nalón, Se reconoce entre el bosque la autovía. A lo lejos La Sierra de Llagos
Más restos del antiguo empedrado
Eucaliptos
Desde aquí tenemos una buena vista del valle, con el monte de Armatilla (286 m) a la izquierda y a la derecha El Portalgo
En medio el puente y el Nalón
Al fondo El Cruce, la carretera y Olloniego con toda la bajada desde El Padrún. A la derecha de El Padrún Valmurión y La Campa les Monxes. A la izquierda del Alto del Padrún El Picu Gúa (658 m) y a la izquierda del Gúa La Campa'l Trabe
Luego nos adentramos en la umbría del bosque, hay eucaliptos y árboles autóctonos. Las piedras se cubren de musgo
En las piedras están las flechas
Y ahora otra parte del valle, al oeste, con el Polígono de Olloniego la vega de Santianes. A la derecha Armatilla. Arriba El Picu Castiellu y a su izquierda Les Corones y Les Covadielles
A la izquierda del Polígono de Olloniego asoma Santianes , otro de los antiguos señoríos eclesiásticos que formaron parte del concejo de Tudela, integrado en Oviedo/Uviéu en el siglo XIX
Abajo el Nalón y su meandro
En lo alto del Picu Castiellu seguimos viendo la pared superviviente de uno de los antiguos torreones del Castillo de Tudela, así como los escarpes defensivos de antiguos muros defensivos y fosos
Aquí el Camino se ensancha
Y la subida se suaviza
A la derecha El Picu la Viña y su abrigo prehistórico y La Mazanea
Otro de esos numerosos enclaves que son historia viva del Camino de San Salvador y que demuestra que, desde los albores de la humanidad, las gentes andaban y poblaban estos parajes
Quizás para quienes hagan la ruta en bicicleta les resulte mejor subir por la carretera, pero atendiendo a desviarse a la izquierda para tomar la calle, preguntando para asegurarse, que les lleve al camino de Picullanza, hacia donde vamos nosotros
Más a lo lejos vemos unas inmensas canteras
Son las canteras de Tudela Veguín en La Peña'l Gallo (507 m) o Peña la Fábrica, cuyo primer antecedente fue la fábrica de cementos Portland Veguín en 1898, la primera de Asturias. En medio está el pico rocoso de El Cantu la Flecha (385 m) y a lo lejos a la izquierda La Sierra Fresnosa, ya en la frontera con Langreo/Llangreu
La apertura del ferrocarril de Soto Rei a L'Entregu en 194, con estación en Tudela Veguín y en Manzanea favoreció la instalación de la cementera
La flechas amarillas coinciden una vez más con las del GR-100 Vía de la Plata
Llega otro recuesto
Es un hermoso sendero de piedra y tierra
Hito de piedras dejadas por los peregrinos que presienten ya la proximidad de la capital asturiana y de su catedral de San Salvador
Tramo de buen empedrado
Y así llegamos a las casas de la parte alta de La Mazanea, La Canterona
La abundancia de piedra hizo que se abriesen aquí estas canteras
Pasamos junto al cierre del prado
A la izquierda hay bosque
A la derecha las casas
El sendero vuelve a estrecharse
Pero está bien trillado
Las huertas...
Seguimos un poco más
Y vemos un gran edificio
Antigua torre de la luz y el Centro Reto
Pasamos al pie de su terraza
Y salimos a esta carretera local, donde iremos a la izquerda
Subimos todo recto, viendo los altos de El Picón y Los Ferrerinos
La subida es recta
La carretera es ancha y prácticamente sin tráfico
El campo de fútbol
Pasamos al lado del banquillo y seguimos subiendo
Viendo la antigua cantera que da nombre al lugar
En este cruce seguimos de frente, subiendo más
Viendo a la izquierda una bocamina
Y mucha atención ahora
Aquí, donde hay un mojón dejamos la carretera y seguimos el sendero que sale a la izquierda, entre la hierba y junto a la cancela de una finca, el cual continuará paralelo a la carretera por aquellos bosquetes de arriba, rumbo a Picullanza. Estamos entrando en el concejo de La Ribera (Ribera de Arriba), en concreto por la parroquia de La Perera que, como un largo brazo, se introduce como una cuña por este sector limítrofe con el concejo ovetense, con el que siempre tuvo una vinculación muy intensa, la antigua Ribera de Yuso (de Arriba), también tierra episcopal que se constituyó como concejo independiente en 1579, cosa que su vecina, Ribera de Suso o de Abajo, no conseguirá
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