En una visita a
Oviedo/Uviéu, capital de Asturias y origen histórico del Camino Primitivo y por ende de todos los caminos a Santiago, se hace imprescindible para revivir en sus piedras los avatares de la historia y de las peregrinaciones, empezando por la catedral y su entorno, llegada y salida de los peregrinos desde que, en torno al año 813, se descubriese el que se tiene por sepulcro del Apóstol Santiago en Compostela, pero también otros monumentos contemporáneos a aquellos aconteceres situados en los alrededores de la capital y que pertenecen a un estilo único, el Arte Asturiano, prerrománico autóctono declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco
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San Miguel de Lliño |
Uno de ellos es la fuente
Foncalada, actualmente en pleno centro urbano y cerca del paso del Camino Norte, de tiempos de
Alfonso III El Magno; otro es la
iglesia de Santuyano o San Julián de los Prados, sita en uno de los barrios de la ciudad (cercana al Camino Norte) y auspiciada por
Alfonso II El Casto, considerado 'el primer peregrino' por ser bajo su reinado cuando se descubrió la que se considera tumba de Santiago en Compostela, al otro extremo de sus dominios. Pero tampoco podían faltar, los monumentos de la ladera del Monte Naranco, que domina la capital: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, Liño o Lliño, de tiempos del rey
Ramiro I, sucesor en 842 de Alfonso II El Casto tras derrotar a
Nepociano, quien solo reinó unos pocos meses, en la batalla del
puente del Narcea, paso a
Cornellana

Somos realistas, para un peregrino que viene por el Camino Norte o el Camino del Salvador, con muchos kilómetros sin duda a sus espaldas, desplazarse al Monte Naranco, cuesta arriba y a cierta distancia del centro urbano, es un esfuerzo extra muy a considerar. De la misma forma, los que inician el Camino Primitivo, tendrían un desgaste importante de fuerzas antes mismamente de empezar lo que es propiamente la ruta
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Sobre las casas, Santa María del Naranco (en la carretera). Su color piedra dorada destaca sobre el verde |
No obstante, dado que estos monumentos del Naranco no están en el trazado de ningún Camino de Santiago oficial, estimamos que 'no pasa nada' por subir a ellos en transporte público, 'no hacemos trampa' ni nos 'saltamos' ningún tramo o etapa
Y por supuesto y sobre todo si disponemos de una jornada para visitar la ciudad, como bien dice el experto erudito, historiador y peregrino,
Antón Pombo, pionero en la divulgación de los caminos a Santiago, en su tantas veces reeditada
Guía del Camino de Santiago. Camino Norte:
"Deberíamos destinar un día a conocer Oviedo, dedicando la mañana a la catedral y al casco antiguo, dedicando la mañana a la catedral y al casco antiguo, meritoriamente rehabilitado en los últimos años, y el resto de la jornada al Ensanche con sus edificios burgueses, el gran parque de San Francisco y numerosas esculturas, a la visita de las iglesia prerrománicas del Naranco (Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo) y, por supuesto, a frecuentar alguna sidrería. Tiempo suficiente para decidir, si a estas alturas aún no lo hemos hecho, cuál de los dos caminos vamos a seguir al día siguiente: ¿el Primitivo o el de la Costa)"

La subida más directa al Monte Naranco, popularmente La Cuesta Naranco, es por la Avenida de los Monumentos, prolongación ladera arriba de la calle Ramiro I Rey que arranca en Vallobín, al lado de
L'Argañosa, en lo que son los primeros metros del Camino Primitivo en el trazado urbano ovetense. Desde esta avenida salimos de la ciudad y admiramos la campiña del monte, en concreto la de la parroquia ovetense de Naranco, que se extiende por la ladera sur de la montaña
Una línea de casas en la falda del Naranco es el barrio de Casares, donde la Avenida de los Monumentos hace una de sus pronunciadas curvas. A la izquierda, si nos fijamos, veremos Santa María del Naranco
Los sucesores de Alfonso II El Casto, rey que hizo de esta su capital, siguieron teniendo su corte en la naciente ciudad y construyeron nuevos templos y palacios, así, cuando Ramiro I llegó al trono en el año 842 después de derrotar a Nepociano, el primer y breve sucesor de Alfonso II, mandó edificar un nuevo conjunto palacial en la ladera del Naranco, en un paraje en el se revela existió alguna villa en el tiempo de los romanos, así como en las inmediaciones milenarios castros astures

Otros dicen que los palacios fueron construidos tras la legendaria
batalla de Clavijo en La Rioja, fechada el 23 de mayo de 844 y de la que se discute su veracidad completa, aunque sin duda se basa en enfrentamientos que sí acontecieron por entonces, narrados en crónicas cristianas y musulmanas. La historia de Clavijo se escribió mucho después de aquel conflicto pero fue fundamental para Santiago de Compostela pues, según la tradición Ramiro había obtenido ayuda del apóstol Santiago, quien se presentaría en la batalla con su famoso caballo blanco. Surge así la versión bélica del
matamoros en un santo que nada había tenido que ver con la milicia hasta entonces, así como su patronazgo en los reinos cristianos
Posteriormente a la batalla el rey Ramiro aprobaría el voto de Santiago, el cual tenía una parte espiritual, comprometiendo a los cristianos a peregrinar a Compostela y donar ofrendas en agradecimiento al apóstol, y otra material, explicada así en
Wikipedia:
"El compromiso consistía, en lo material, en el pago de un impuesto extraordinario que consistía en un diezmo más de cereal cuyo beneficiario sería el Cabildo Catedralicio de Santiago, incrementando lo ya debido a la iglesia en concepto de diezmos y primicias, y que correspondía realizar a todos los campesinos de un gran territorio que comprendía desde Galicia hasta la Rioja. Espiritualmente, Santiago quedaba convertido en santo patrón de España, calidad que se le sigue reconociendo anualmente, con un acto religioso en la catedral de Santiago de Compostela, a la que acude incluso hoy en día el rey de España o alguien en su nombre (suelen hacerlo el presidente de la comunidad autónoma de Galicia, un ministro...).
La memoria de la batalla realmente sólo aparece en la crónica del obispo Rodrigo Jiménez de Rada De rebus Hispaniae (Cronicón de las cosas sucedidas en España), también conocida como Historia gothica o Crónica del toledano, en la que se describe la historia de la península ibérica hasta 1243. En la Edad Media, se intentó "hacerle la competencia" por otras instancias eclesiásticas: Gonzalo de Berceo reclamaba para San Millán de la Cogolla el copatronazgo y las mismas condiciones económicas, por haber intervenido también en la batalla.
La batalla habría tenido lugar supuestamente en el denominado "Campo de la Matanza" en las cercanías de Clavijo (La Rioja) el 25 de mayo del año 844. La verdad del hecho es discutida desde antiguo por la crítica histórica. Gregorio Mayáns y Francisco Cerdá y Rico, en el siglo XVIII, dejaron claro que pertenecía al campo de la fantasía, como los plomos del Sacromonte o los cronicones del Padre Higuera, lo que les causó no pocos problemas. Las Cortes de Cádiz abolieron el voto en 1812, junto con los privilegios del Antiguo Régimen, y en plena guerra civil española (que comenzó el 18 de julio de 1936, siete días antes de la fiesta de Santiago), Francisco Franco lo reinstauró, sólo con las consecuencias simbólicas que se continúan hoy en día."

Fuese a consecuencia de la derrota de Nepociano en el Narcea, de la de
Abderramán II en La Rioja o, simplemente, porque a la llegada de un rey este gustaba de hacer nuevas construcciones como emblema de su reinado y muestra de poder, el palacio era este, que, siglos después, fue donado a la iglesia y, llegado el siglo XII pasó a ser el templo de Santa María del Naranco, que era la advocación de la iglesia palacial situada en las inmediaciones, la cual se había venido abajo en gran parte, y posteriormente, reabierta al culto pasó a ser la de San Miguel de
Linio, topónimo que ha llegado a nuestros días como Lillo, Liño, Lliño. Es posible que, en un principio tuviese ambas advocaciones, San Miguel y Santa María

Allí, las inscripciones que veremos en el altar nos informan que el conjunto se consagró el 23 de junio del año 848, dos años antes de la muerte del rey Ramiro, cuyo gobierno no llegaría a una década pero pasaría a la historia por estos monumentos, sus batallas, el voto de Santiago y la expulsión de los vikingos que asolaban las costas
Este trasfondo se refleja evocadora y bellamente en la novela histórica
Los Clamores de la Tierra de
Fulgencio Argüelles, se recrea la figura de un atormentado rey Ramiro metiéndole prisa a su arquitecto para poder ver en vida estas maravillas, mientras sus enemigos le hostigaban en todos los flancos: musulmanes al sur, vikingos en la costa, rebeliones internas, así como conflictos y tensiones continuas, incluyendo sangrientas intrigas palaciegas, pues no en vano su época constituyó una de las etapas más duras de la historia del reino asturiano

Normalmente cuando hay tantas guerras, externas e internas, no quedan tiempo, ánimos ni fondos para el arte pero... estamos ante una excepción, con Ramiro el Arte Asturiano llega a su perfección, llegando su periodo a ser llamado estilo Ramirense, en un tiempo en el que la
Crónica Silense (hacia 1115) decía del monarca:
"construyó muchos edificios, distantes dos millas de Oviedo, con piedra arenisca y mármol en obra abovedada. Así pues en la ladera del monte Naranco fabricó tan hermosa iglesia, con título del arcángel Miguel, que cuantos la ven atestiguan no haber visto jamás otra semejante a ella en hermosura; (...) Hizo también, a distancia de 60 pasos de la iglesia, un palacio de madera, de admirable fábrica y abovedado abajo y en lo alto, el cual fue convertido en iglesia después y allí se adora a la bienaventurada Virgen María, madre de Dios"

Tanto en esta crónica, como en las posteriores y en las anteriores, destacan los cronistas las innovadoras soluciones arquitectónicas del palacio que luego fue templo, en concreto la bóveda, que veremos en el interior y suponía una ruptura con la etapa constructiva
alfonsí del monarca anterior, así como con la tradición arquitectónica visigoda. Así en las tempranas crónicas de la monarquía asturiana, las primeras y más cercanas en el tiempo a su construcción, como la
Crónica Albeldelse, citan de esta manera:
"En el lugar de Liño construyó una iglesia y palacios, con admirable obra de bóveda". Por su parte la Crónica Rotense dice que "Después de que descansó de las guerras civiles, edificó muchos edificios de piedra y mármol, sin vigas, con alero abovedado, en la falda del monte Naranco, a solo dos millas de Oviedo".
"la obra de esta Iglesia, y suus bovedas, pues con haber mas de setecientos años que se edificó, están firmes y durables, como si poco ha se ovieran labrado. Es grande para Ermita y chica para Iglesia: toda la labor es lisa, y la hermosa vista que el Templo hace, consiste en la buena proporción y correspondencia. Tiene debajo otra Iglesia del mismo tamaño, à la usanza de las de entonces, que comunmente doblaban las iglesias".

Ya desde la distancia, destaca Santa María del Naranco por su tamaño forma y color de piedra clara procedente de las cercanas canteras del monte, la cual resalta sobre el verde, su largo tejado a dos aguas, sus numerosos vanos y sus altos y poderosos contrafuertes. Es común ver que recibe continuas visitas y se distingue gente pululando por su campo. Un poco más abajo, una casa mariñana restaurada, de gran portalón y cuartos a los lados (cocina y cuadra al fondo y encima la tenada o henar), revela el pasado rural de estas aldeas del Naranco, monte y parroquia

En la actualidad lo rural va dejando paso a lo residencial, tal y como acontece en los extrarradios de la mayor parte de las ciudades, sin embargo aún veremos algo de ganado pastando en estas campiñas donde se sabe existieron, como hemos dicho, villas agrícolas tardorromanas y/o altomedievales, antecedentes de 'Los Monumentos', como se engloba a Santa María y San Miguel y como se da nombre a la carretera, actual avenida, que comunica la ciudad con ellos y con la cumbre
Y en la cumbre, El Picu'l Paisanu (637 m), el más alto del Naranco, una altura más bien modesta pero que, por su ubicación, en medio del valle del Nora y sin cimas mayores alrededor, ofrece una vista espectacular de gran parte de Asturias, que era el corazón de los dominios de Ramiro I, los cuales en buena parte contemplaría desde su mismo palacio
Desde la cima se divisan buena parte de los puertos de la Cordillera, con sus accesos y pasos naturales a la meseta, desde Los Picos de Europa al oriente a los puertos alleranos y lenenses en el centro, al Camín Real de la Mesa más al occidente. Al norte el mar de la bahía gijonesa (antiguo castro de
Noega) y el gran valle de Llanera, solar de la mítica ciudad de
Lucus Asturum, que se tiene por antecedente capitalino de Oviedo/Uviéu, en los tiempos de la romanización
Ahí llega la Avenida de los Monumentos y ahí se yergue la colosal estatua de piedra del
Sagrado Corazón de Jesús, con los brazos extendidos hacia la ciudad, obra del escultor
Gerardo Zaragoza y proyecto del arquitecto
Miguel Ángel-García Lomas. Una Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias y de 5 metros de altura, colocada en su pedestal, es obra de
Rafael Rodríguez Urrusti, mientras que para ensamblar las partes y acometer el montaje se contó con el escultor ovetense
José Antonio Nava Iglesias, quien realizó las mejoras y copias necesarias para contrarrestar los desperfectos ocasionados a los elementos originales durante su transporte
Inspirada en la estatua del
Cristo Redentor de Río de Janeiro, fue inaugurada el 5 de julio de 1981, dieciocho años después de colocada la primera piedra, el 21 de junio de 1963. La idea había partido del padre Vega y
Ramoncita Bertrand en 1950, aún en plena posguerra civil, de alguna manera redimiendo esta que fue zona de combates durante más de un año. Fueron apoyados por
Sabino Álvarez Gendín, rector de la Universidad de Oviedo, y una colecta popular recaudó 10 de los 17 millones de su presupuesto
Esta forma de reconocer el monte, La Cuesta Naranco, antes de llegar a Los Monumentos, nos permite hacernos una composición de esta zona y lugar y el contexto en el que el rey Ramiro los mandó construir, sobre su capital, y divisando cualquier amenaza que se cerniese en el horizonte, desde cualquier acceso a la misma
Estaría a la vez lo suficientemente aislado y retirado, acompañado de sus fideles, su servicio y su círculo de mayor confianza y, al mismo tiempo, inmediato a su aún no muy extensa ciudad, pero que ya había sufrido las acometidas musulmanas de los años 794 y 795 en tiempos de su antecesor Alfonso II
Al mismo tiempo, este recorrido nos acerca a la historia del monte donde están estos monumentos y de su poblamiento humano que, como hemos dicho, de rural de va transformando en residencial de baja densidad, pero también, a la vez y desde hace ya unas cuantas décadas en zona de ocio y esparcimientos, desde paseos y caminatas, lugar perfecto para entrenarse en cuestas de montaña, a pruebas deportivas como carreras ciclistas (meta de la Vuelta a España), y hostelería, siendo célebres y veteranos los establecimientos que jalonan en recorrido de la Avenida de los Monumentos
De las casas de Casares abajo hay buenos prados separados unos de otros por matos o sebes, los setos naturales característicos de gran parte del paisaje asturiano. Más arriba, en antiguas fincas se han plantado ocalitos para las fábricas de celulosa. Cerca de la cima predominan los afloramientos rocosos calizos
En este tramo de la Avenida de los Monumentos o Carretera del Naranco, estuvo uno de aquellos primeros merenderos de esta cuesta,
Las Delicias, que terminó dando nombre al lugar
Otro de los antiguos, el llamado precisamente Los Monumentos, inaugurado como merendero familiar en 1931 y restaurante para bodas y banquetes, fue donde el Ateneo de Oviedo invitó en septiembre de 1932 a
Federico García Lorca "a degustar una suculenta fabada", como nos dice Carmen López Villaverde, de la Sociedad Preotectora de la Balesquida. En 1958 se transformó en la sala de fiestas El Lindo Asturiano y cerró en 1981, en nuestros días es un Centro de Día
En nuestros días están, justo en la curva de la carretera y antes de llegar a Los Monumentos, la Sidrería
Restaurante Sidrería Vista Alegre (abajo en medio de la foto, fijémonos en las sombrillas rojas de su terraza) y, en la segunda casa a su derecha, el
Restaurante El Mirador, reconocible por sus grandes ventanas
Casares alude en su topónimo a lugar de casas, otro testimonio de la antigüedad de estos asentamientos. Naranco por su parte tiene la raíz
nar, preindoeuropea y relacionada con 'agua, fuente, arroyo', y es que la abundancia de manantiales y regueros favoreció sin duda el poblamiento de estos parajes y el de la propia capital, pues su agua era aprovechada para su suministro... y sigue siéndolo en buena parte
Cerca de la cima está por ejemplo La Fuente los Pastores y, cuesta abajo, Los Praos de la Fuente, solamente por citar algunas. Además, en los pozos de la montaña, se acumulaba nieve que era aprovechada también, sobre todo a partir del siglo XVIII, cuando en los primeros cafés ovetenses empezaron a servirse los primeros helados. Los
pozos de nieve suministraban también a las boticas y fueron abandonándose cuando, a raíz de la instalación de las acometidas eléctricas, aparecieron las primeras neveras
Así, a la derecha del Picu'l Paisanu, otro monte, El Pozu l'Agua (593 m) guarda el testimonio en su topónimo de pozos y manantiales, así como de la Guerra Civil en su segundo nombre, El Picu la Miliciana. Una red de trincheras y búnkeres recorre la montaña, algunos pueden visitarse
Sus laderas caen hacia Costante, otro barrio de la parroquia de Naranco (recordemos que en Asturias, como en otros lugares, la parroquia rural es un ente administrativo no solamente religioso sino también civil) y, más al oeste, hacia Villamaxil, en la antigua parroquia de San Julián de los Prados, Santullano o Santuyano, hoy integrada en la ciudad
Bajo Costante discurre la
Pista Finlandesa o Paseo de Valdeflora, aprovechando la caja del antiguo ferrocarril minero de Fábrica de Mieres, construido entre los años 1879 y 1880 para transportar el mineral de hierro de sus minas, sitas al otro lado del Naranco, hacia la Estación del Norte
La explotación de mineral férrico se terminó en 1915 y luego, otras explotaciones, las canteras, enlazaron vía ferroviaria con la más cercana estación de Llugones, ya en Siero. Empezando la década de 1980 el trazado fue comprado por el Ayuntamiento y se empezó a acondicionar este paseo, inaugurado a finales de 1987 con una inversión de 15 millones de pesetas, todo ello siendo alcalde
Antonio Masip
Su impulsor fue el concejal Ignacio Sánchez de Posada, cardiólogo y concejal delegado de Sanidad y Medioambiente quien, a semejanza de otras ciudades, era consciente de lo beneficiosas que eran estas sendas para favorecer la movilidad y el deporte entre la población, algo que hoy nos parece cotidiano pero que entonces era toda una novedad
Dado el éxito de la iniciativa, unos años más tarde, en 1992, y estando en la alcaldía
Gabino de Lorenzo, se amplió 850 metros más su recorrido a partir de Arnéu, en Villamaxil, prolongándola hasta Fitoria, un poco más al oeste

Villamaxil sería una antigua Villa Maginus, Maximilius o de Megillus, otro antiguo posesor tardorromano o altomedieval que tendría aquí su villa agrícola, origen del poblamiento
Arnéu, al que se le quiso vincular etimológicamente a la existencia de canteras de arena, pero el escritor e investigador ovetense
Adolfo Casaprima Collera se decanta más en su
Diccionario geográfico del concejo de Oviedo por
arna, tina o tronco hueco empleado antaño para lavar la ropa,
"dada la documentada y amplísima tradición que existió de lavanderas en los numerosos lavaderos de las fuentes de la zona". Asimismo, destaca que de aquí se recogía el agua de los manantiales con la que desde el siglo XVI se suministraba la ciudad gracias al tristemente desaparecido (salvo unos pocos arcos)
Acueducto de Los Pilares:
"Fitoria es lugar centrado y dedicado al agua. De hecho de su manantial se tomaban las aguas que, convenientemente encañadas, descendían por la cuesta del Naranco hasta La Cabaña, donde se reunían con las procedentes de los manantiales de Boo y Ules en una arqueta para salvar la vaguada final de acceso a Oviedo mediante un acueducto construido en el siglo XVI. Este abastecimiento quedará reforzado en el XIX con la construcción de una red de abastecimiento impulsada por Ramón Pérez de la Sala entre los años 1864 y 1875 para suministrar agua a la ciudad de Oviedo de los manantiales de la sierra del Naranco existentes en Fitoria, Boo y Ules (Lillo quedaba como posible reserva. Esta relación acuífera de Fitoria se manifiesta con varias fuentes y lavaderos, éstos memoria viva de una actividad muy común en el lugar antaño, cuando numerosas mujeres llegaban a Fitoria para lavar la ropa llevada desde la ciudad."
En las nuevas construcciones de viviendas unifamiliares y chalets nos percatamos de la reseñada transformación de lo rural en residencias. Más a lo lejos es la zona de Paredes, en Siero y, en la distancia y también en Siero, aldeas de las parroquias de Ceyes, Muñó, Anes y otras hacia los cordales que separan el valle del Nora y sus afluentes (el Noreña en esta zona) de la franja costera gijonesa

Destaca entre ellos El Fariu con su alargada loma, la cual sirvió de referencia visual y geográfica a los peregrinos que llegaron a la
Sancta Ovetensis siguiendo el valle del Nora por Sariegu y Siero (y Noreña en algún caso)
Su máxima cota es El Picu los Soldaos, Picu les Antenes (por sus antenas) o El Torrexón (737 m), al que se le suele llamar Fariu. Sin embargo El Picu Fariu, ligeramente más bajo, se encuentra un poco más a la derecha, en el límite de esa loma, sobre el paso de Puertecampu. A su derecha se distingue la gran cresta caliza de Peña Careses y, a lo lejos, La Llomba
Aquí abajo, zona de crecimiento urbano, de bloques de pisos, de Ciudad Naranco a Villamaxil. Y un poco más allá, la zona de El Pontón de Vaqueros, por donde la ciudad de Oviedo/Uviéu se une, por Pando y La Cadellada, con La Corredoria, antiguo enclave rural del extrarradio oventese
Y, al mismo tiempo, por La Corredoria lo urbano traspasa la frontera de concejos y forma un
continuum hacia Llugones. Luego y poco más al este se extienden las grandes áreas industriales y comerciales sierenses de Granda y Paredes
Por
El Pontón de Vaqueros sale de la ciudad el Camino Norte de Santiago, comenzando la subida a La Cuesta Naranco hacia
Cuyences y dando vista a esta gran área central asturiana cuyo crecimiento ha dado pie a, por extensión, hablar de la Ciudad Astur, un ente no oficialmente reconocido pero que engloba a buena parte de los concejos del centro de Asturias, y aún más
Hace unos años el Camino oficial había sido señalizado un poco más acá y más cercano a Villamaxil, pasando por
Fitoria y Toleo. Sería una antigua vía romana a
Lucus Asturum y, de allí, con ramales a Noega por un lado y por otro hacia Avilés, su ría y el antiguo
Castillo de Gauzón. Dicho camino pasaría junto a dos de los castros del Naranco,
La Cogolla en Fitoria, y
El Picu Castiellu, en Cuyences
Dichos castros avalan un antiquísimo poblamiento del monte, anterior incluso a la romanización, los cuales vigilarían el valle y sus accesos, asentándose en zonas fértiles y abundantes de agua. Luego llegarían las
villae, este era el marco histórico y natural donde Ramiro I emplazó su palacio
Dicho Camino antiguo pasaba porel convento de Santa Gema, de las Religiosas Pasionistas, cuya primera piedra fue colocada en 1971, cuando este era aún un entorno netamente rural con algunas caserías esparcidas por la campiña
Es el llamado
Convento Blanco por el color de sus muros, únicamente la espadaña del campanario de su templo tiene un color diferente, el de la piedra, así como, por supuesto sus tejados, de roja teja árabe
Era costumbre ovetense, nos dice Adolfo Casaprima Collera en su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo, la de acudir los estudiantes a adquirir el escapulario de Santa Gema al iniciarse el curso, pues se dice propiciaba tener buenas notas, dado que la santa es mitigadora de padecimientos físicos y morales
La urbe llega a los pies del Naranco y va subiendo por sus faldas. Allí, entre las antiguas caserías de Villamaxil y La Cabaña, un nuevo conglomerado urbano, nacido con el final de la posguerra a partir de la aldea Ferreros, al lado de la antigua cárcel, fue llamado Colonia Astur cuando el constructor Julio Rodríguez, dueño de los terrenos, edificó los primeros edificios, naciendo las dos primeras calles, más adelante el lugar sería llamado Ciudad Naranco, que sigue creciendo en nuestros días
Más antigua es la
Fundación Docente de Mineros Asturianos (FUNDOMA), institución fundada en diciembre de 1929 al pie de Villamaxil como centro de asilo y educación para niños huérfanos de la minería, orfanato minero. Evolucionó a lo largo del tiempo y, con la desaparición de su principal fuente de ingresos, la cuota del carbón, y la nacionalización de las minas con
HUNOSA, esta se hizo cargo de sus funciones. En 1991 pasó a ser conocida con su denominación actual
Si bien desde el antiguo palacio del rey Ramiro la vista no ofrece exactamente el mismo ángulo de visión, nos percatamos de la magnífica visual que tenían estos parajes hacia el este, con todo el valle del Nora desde el Naranco hacia la cabecera del valle, en Sariegu

En lontananza, topónimos como El Fariu se repiten con frecuencia pues, poco más, allá, en La Llomba, existe otro Picu Fariu. Su nombre tiene que ver con 'faro', y desde allí se dice se harían señales, lumínicas, empleando el fuego de las hogueras para, como en los faros de mar, orientar y dar avisos
Otro topónimo que se repite constantemente es el de Castiello, Castru, Picu Castiellu y similares, son los antiguos castros astures desparramados por los montes y por todo el valle, rico también en villas astur-romanas y en mucho más antiguos yacimientos megalíticos y paleolíticos, estos últimos ya del lejano tiempo de los cazadores y recolectores, anteriores al mismo nacimiento de la agricultura
Uno de ellos es El Picu Castiello de Marcenao (derecha de la foto), por cuyas laderas inferiores caminan los peregrinos hacia la capilla de la Bienvenida y El Puente Recuna para entrar en La Pola, capital de Siero. Estuvo habitado hasta bien entrada la Edad Media, pues se sospecha fue solar del castillo desde el que se gobernaba el antiguo Territorio de Siero antes de la carta puebla. Estaba a su frente un tenente o potestas que gobernaba la zona en nombre del rey
Mucho más en lontananza, el Sueve o El Puertu Sueve, con los 1.161 metros de altura del Picu Pienzu fue otra constante referencia geográfica y visual para los peregrinos del Camino Norte o de la Costa

El Ríu Nora hace de frontera entre Oviedo/Uviéu y Siero y, aunque no lo vemos, lo intuimos en medio de la llanura que fue La Vega, otra zona de expansión urbana que antaño fue, y durante siglos, la 'despensa de la ciudad', las huertas y campos que producían todo lo necesario para su suministro
Vista parcial de Ciudad Naranco con las Torres de Pando a la izquierda, Teatinos al fondo y Pumarín a la derecha, paso del Camino Norte de Santiago desde Foncalada hacia Pontón de Vaqueros. En la distancia, la Sierra la Paranza, que separa el valle del Nora del valle del Nalón
El Camino viene de La Pola y El Berrón por las tierras bajas de La Carrera, Tiñana y Granda, A lo lejos contemplamos en toda su ladera occidental la sierra de Peñamayor (cota máxima el Trigueru con 1.293 m), que se alza sobre los concejos de Nava, Bimenes y Llaviana (este en el Nalón), así como encima del paso entre el valle del Nora y el del Piloña, que conforman ambos un gran pasillo natural este-oeste, el cual llega, por el valle del Sella y el de su afluente el Güeña, al otro extremo de Asturias, al pie de los Picos de Europa
Obviamente, varios caminos recorrían todo el valle, por los que caminaron, durante siglos, todo tipo de viajeros, arrieros, peregrinos, pastores de las trashumancias, emigrantes estacionales (zapateros, tejeros, segadores, etc.), sendas que cayeron en desuso con las carreteras y el ferrocarril pero recuperadas en parte en la señalización de rutas como el
Camino Norte, el
Camín de los Santuarios, la
Ruta de las Peregrinaciones GR 105 y algunas más
El Camín de los Santuarios enlaza la capital asturiana con
Covadonga y
Santo Toribio de Liébana y la Ruta de las Peregrinaciones la aldea ovetense de La Covadonga, en la parroquia de San Esteban de les Cruces, al sur de la ciudad, con la
Covadonga canguesa, la de la
Santina, una de las puertas de los Picos de Europa
Algunas de las cotas más altas del macizo occidental de los Picos de Europa, los dosmiles de El Cornión o La Peñe (Peñasanta), llegan a verse también desde aquí. Volvemos a recalcar la conveniencia de situarnos en este contexto visual para hacernos una idea de lo que gustaría el rey de observar desde su mansión del Naranco. Atento siempre a invasiones, incursiones y rebeliones, pero también a visitas importantes, muchas veces nobleza y mandatarios del oriente, sur y oeste de sus dominios, y obispos procedentes de sus diócesis y de otras, fundamentales en las solemnidades, sobre todo en los rituales de consagración de sus edificios
Poco más allá, la Torre de Teatinos, a cuyos pies pasa el Camino Norte de Pumarín a este barrio ovetense, para proseguir luego por Pando a El Pontón de Vaqueros
La
Torre de Teatinos, de 23 plantas, fue uno de los primeros rascacielos ovetenses, inaugurada en 1972 con proyecto del arquitecto Julio Galán Gómez. Por entonces, aún no inaugurada la Autopista Y, era esta la entrada y salida principal de la ciudad por el norte, comunicación con la costa gijonesa y con Avilés, por lo que su tamaño impresionaba a todo el que llegaba a la ciudad
Recordemos que, a su alrededor, había muy pocas construcciones aún y estaba casi en la zona rural. El incipiente urbanismo del extrarradio ovetense quedó muy destruido al ser frente de combates durante más de un año en la Guerra Civil, reiniciándose su recuperación y extensión en la posguerra. Posteriormente, entre las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI, se construyeron nuevos y grandes bloques de pisos, tanto en parcelas libres como sustituyendo a los viejos edificios que en buena parte no estaban en las mejores condiciones de habitabilidad
Y aunque el rey no vería desde su palacio el mar, sí lo podría hacer desde un poco más arriba, desde las cimas del Naranco. No cuesta imaginarse a sus vigías en el lugar, atento a cualquier amenaza vikinga en el horizonte
De aquel conjunto palaciego de Ramiro I solo han llegado los dos edificios principales, las actuales iglesias de Santa María y San Miguel; la función de esta segunda siempre estuvo clara, pero la de la primera, antes de ser templo y en tiempos del monarca, ¿qué era realmente?

Lorenzo Arias Páramo, Profesor Titular de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, en su libro
Prerrománico asturiano. El arte de la Monarquía Asturiana, lo califica de "
palacio de recreo o belvedere", término este que significa 'buena vista', como la que desde aquí disfrutaba, el cual "
estaría inscrito en un conjunto suburbano regio", "
Construido originariamente con una función civil" que "
sería convertido en el siglo XII en iglesia y puesto, entonces, bajo la advocación de Santa María", advocación de la antigua iglesia palacial, la cual pasó a la advocación de San Miguel:
"El estudio de la Crónica ad Sabastianum y de la Historia Silense nos confirma además, que la actual iglesia de San Miguel, era en realidad la iglesia de Santa María que se menciona en las crónicas y que es recogida en la inscripción incisa en el ara que se ubicaba en el mirador oriental del palacio de Ramiro I. El original se encuentra depositado en el Museo Arqueológico de Asturias, siendo la pieza actual del palacio del Naranco una perfecta réplica del ara primitiva."
Dice Lorenzo Arias que este ara pertenecería originalmente no al palacio sino a la iglesia que luego fue de San Miguel de Liño y en ella, Ramiro y su mujer Paterna la construyeron para 'renovar' "
esta morada por la demasiada antigüedad consumida", lo que delata una construcción anterior, acaso una
villae de la que procedería la estela de Vendírico, descubierta en 1885 en una
muria o muro de contención de tierras cerca de la puerta de la casa rectoral, adosada por entonces al edificio de Santa María del Naranco y que se retiró con las restauraciones de 1929-1934 de
Luis Menéndez-Pidal, que devolvieron a la construcción su aspecto original, quitándole también la espadaña de su campanario añadido
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Del libro Epigrafía romana de Asturias de Francisco Diego Santos |
Dicha estela menciona a
VENDIRICUS AGEDI F(ilius), es decir, Vendirico hijo de Agedi, o Agedius, ambos nombres célticos con similares en la península y Europa occidental, como explica el epigrafista
Francisco Diego Santos en
Epigrafía romana de Asturias
Asimismo hay otra estela, la de Caesaroni, que estaba aún en el siglo XVI en la tribuna de la iglesia de San Miguel donde la vieron cronistas como
Tirso de Avilés y
Ambrosio de Morales. Desaparecida tiempo después, es redescubierta por el erudito escultor
Víctor Hevia Granda en la tribuna de la misma iglesia, ambas están hoy día en el
Museo Arqueológico de Asturias sito en el
claustro del desamortizado monasterio ovetense de
San Vicente. En ella se lee
CAES / ARON / I TABA / LI F(lio), A Caesaroni (o Cesarón) hijo de Tabali (o Tabalo), el primero nombre emparentado con el céltico Caisarus o Caesaros y el segundo con el también céltico Tabalus, ambos con similares también en otros lugares
De la antigua villa recomendamos los trabajos
La villa astur romana de Lillo, en el Naranco, del arqueólogo Fon S. P. (web
Ástures) y
La "villa" romana de Linio en Naranco, del también gran historiador y arqueólogo
José Manuel González, este del año 1962 y pionero en estas investigaciones. Pero además hay otra 'sorpresa', en 2024 y durante unas obras de conservación apareció una losa que podría ser del sarcófago de Ramiro I, lo que plantea la posibilidad que este palacio fuese empleado como su panteón además de "
capilla particular destinada a acciones litúrgicas". En
Nortes tenemos un artículo dando noticia sobre este tema firmado por la Redacción. Dicha lápida está ahora abajo, en la bóveda inferior del palacio, en espera de nuevas indagaciones
Además de los contrafuertes, grandes miradores a manera de ventanas de arco de medio punto se abren en la gran sala del palacio-panteón y se reconocen desde lejos, por eso estimamos sumamente importante conocer las panorámicas que se reconocen desde él y sus inmediaciones. Abajo está, entre muros, la entrada a la citada bóveda inferior
Por Las Delicias arriba, en esta cuesta vemos de frente y en todo momento Santa María del Naranco, no así San Miguel de Lliño, oculto por las arboledas. Sería también interesante conocer cómo sería todo el inmediato entorno de su palacio en tiempos de su fundación
No sería mala idea, si subimos en transporte público, apearnos aquí, en esta parada justo antes de llegar al Centro de Interpretación del Prerrománico, o incluso en la parada anterior, para observar todo el panorama y al menos hacernos una idea de la relación del lugar con su espléndido campo visual. Mismamente como podemos comprobar, las vistas merecen la pena
Desde aquí, una pequeña cuesta nos separa de Los Monumentos y ya no constituye tan gran esfuerzo de energías y tiempo para el peregrino que llega andando (acaso más factible para los
biciogrinos) y que cuenta continuar su periplo, aún largo, hacia Santiago
Las fotografías, eso sí, están tomadas justo los primeros días de primavera, cuando aún no ha crecido toda la frondosidad de los árboles de hoja caduca (algunos ya florecen o tienen brotes verdes) y se puede ver Santa María, sobre todo su muro sur, casi por entero, además de algo del muro oriental, donde se encuentra la reproducción del ara del altar
"
Construcción palacial de planta rectangular, dividida en dos pisos con tres espacios cada uno", Explica Lorenzo Arias en otra de sus obras,
Arte Prerrománico y Románico. Agenda Asturias 1993, en la que, además de su descripción arquitectónica, nos evoca bellamente estos y otros monumentos:
"Rey durante solo ocho años, Ramiro I tuvo que darse prisa y espabilar a los maestros constructores del taller ovetense para superar los símbolos del poder sacro y terrenal de su antecesor Alfonso II. Por lo que se sabe, la tuvo, y consiguió construir en seis años, en la empinada falda sur del monte Naranco, que protege el flanco noroccidental de Oviedo, un conjunto palacial que llamaría la atención sobremanera de los cronistas de su sucesor, Alfonso III, tanto como la llama hoy día a expertos y profanos que, viendo sólo una parte de ella (la iglesia y el palacio) cavilan en el asombro los primeros y nos enredamos en cábalas felices los segundos cuando acompañamos las sombras de Santa María o, hacia ellas, en las brumas del naciente sol cabalgamos."
Para la
Gran Enciclopedia Asturiana, en su primera edición de 1970, "
Es el más típico y característico ejemplar existente del arte prerrománico asturiano, originalísimo en su arquitectura y concepción y muestra única de tipo civil perdurable de los tiempos de su construcción y, a la vez, la joya más preciada de nuestro arte". Lorenzo Arias, por su parte, continúa su preciosa glosa de esta manera:
"Habría que achacar el mérito, entonces, a quienes tuvieron el orden de la obra en sus manos, más que a quien tuvo fuerza y capacidad para dar la orden de representar toda fuerza y toda capacidad; habría que encontrar las huellas dactilares de aquellas manos capaces de labrar la pauta que constituye el "orden ramirense" de las columnas con martillo y cincel, darles, al menos, el premio de un nombre que no sea el del olvido; habría que conocer, al final, a quienes ingeniaron la posible fundición de las tradiciones autóctonas con las romanas supervivientes para conseguir, sea cual sea el tiempo que tengamos para detenernos en ello, la indudable fuerza y la inconfundible personalidad de los edificios ramirenses.
En todo caso, y después de este rosario de reclamaciones que nos merecemos mi pluma, el hambre y yo, no es tan importante dar mérito cuanto tenerlo durante siglos de impertérrita historiografía. Dice la misma también que la que hoy conocemos por su nombre virginal, y antes fue palacio, sobrevivió en tan buen estado, por convertirse en iglesia, adquiriendo así su uso función más propia de patrimonio nacional en la que, por otra parte, se le supone, de custodia espiritual. A tales efectos estuvo destinada hasta 1930, año en el que fue despojada de los añadidos que los siglos y la Iglesia consideraron necesarios para el buen perpetuarse de las cosas de este mundo y restituida a su aspecto civil, lo que sin duda contribuyó a que se salvase de aquellas quemas que por los años 1934 y 36 convertían en humo la rabia acumulada tanto como los espejos culpables de tal acumulación. Hoy, la vemos severa a María, ocre en el ágata entorno que la rodea, bastante fiel a su aspecto original, transitada por nubes y turistas, y en ella encontramos cada amanecer la corte perdida y ausente de aquel reino, esperando quizás las piedras el tiempo suficiente para despertar de su antiguo sueño."

Atención, aquí a la derecha hay un atajo, una
caleya de servicio a las fincas que, saliendo un poco más allá a la carretera de nuevo, y cruzándola para proseguir por la cuesta, nos permite ahorrar unos metros para llegar al
Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico Asturiano, sito al pie de Santa María del Naranco y San Miguel de Lliño
Nosotros optamos por seguir por la carretera, con buena acera, para dirigirnos primeramente al parking, pues es donde llegan muchos visitantes. También allí dejaremos el asfalto y proseguiremos por sendero
La subida es algo más suave y, a nuestra derecha y prados arriba, seguimos viendo Santa María del Naranco
Las señales nos indican dicho desvío a la izquierda para dejar la carretera, el de Ules (que va al Centro Asturiano). Allí mismo tenemos la entrada al parking de los Monumentos Prerrománicos
Y aquí tenemos una de las caserías de antaño del Naranco, conformando una bella quintana. Los especialistas afirman que su antecedente eran las
villae agrícolas, aunque se vislumbra la existencia de explotaciones agropecuarias fuera de los castros desde época prerromana
Un escarpe nos hace pensar que pudo haber una antigua cantera, acaso para hacer estas casas y, tal vez, alguna de las que se emplearon para hacer Los Monumentos y, además, muchos edificios de la capital, desde los del Arte Asturiano (e incluso tal vez anteriores según diversos hallazgos), hasta bien avanzado el siglo XX
Existe una piedra caliza llamada
Oviedo amarillo y otra
Oviedo gris, o al menos así la diferencian en
Piedra y cal de la web
Descubre el Naranco. Así,
La piedra de Santa María y San Miguel fue extraída del monte Naranco, titula
La Nueva España del 25-4-2013 la noticia recogida en el libro
Canteras históricas de Oviedo. Aportación al patrimonio arquitectónico, de Manuel Gutiérrez Claverol, Carlos Luque Cabal y Luis Alberto Pando González, doctores en Geología por la Universidad de Oviedo:
"La piedra con la que fueron construidos los monumentos del Naranco fue extraída del mismo monte, según recoge «Canteras históricas de Oviedo. Aportación al patrimonio arquitectónico». El libro, publicado por la editorial Hércules, da información geológica detallada sobre una larga lista de edificios, construcciones que fueron levantadas para la corte asturiana, en el Renacimiento, el Barroco y, por supuesto, sobre la Catedral, y en el caso de San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco sus autores defienden que sus constructores no fueron muy lejos a buscar la piedra de la que están hechos, ya que sus características geológicas son similares a las de terrenos próximos.
Ayones, La Granda, Laspra, Lavapiés y Piedramuelle son las principales canteras del concejo de Oviedo a lo largo de la historia, según el geólogo Carlos Luque. Pero también hubo explotaciones de piedra en el ámbito urbano, en lo que hoy es pleno centro. Sin ir más lejos, explicó, el desnivel entre la calle Santa Susana y el paseo del Bombé responde a la existencia de una cantera en ese lugar, y lo mismo ocurre con el que existe entre la calle Nueve de Mayo y General Elorza. También se extrajo piedra para la edificación en la zona que ahora ocupa el cementerio de San Salvador. «La primera explotación documentada estaba en el Postigo», señaló el catedrático.
La cantera de Piedramuelle era propiedad de la Iglesia y por eso es la más utilizada en la Catedral y en los edificios eclesiásticos de la ciudad, indicó. Similar importancia tiene la explotación de Laspra, en el alto del Cristo.
«Canteras históricas de Oviedo» contiene un inventario de obras arquitectónicas que culmina con el Seminario Metropolitano, «la última construida con materiales autóctonos», según Luque."
Piedra en casas y piedra en monumentos, pero si hablamos de piedra hemos de volver a los comentarios de Lorenzo Arias en
Arte Prerrománico y Románico:
"Aquí, en el Naranco, puede pensar y contemplar cualquiera, eso lógico y, soibre todo, los más comprensible, pues la piedra más que nunca acompaña; con poco esfuerzo, el estupor que los árboles producen en la piedra se apoya mucho en un podio sobre el que la altura que adquieren cuatro por cuatro contrafuertes estriados en sus frentes norte y sur constituyen, con matices, el pecho y espalda que ofrece a Oviedo, bajo el toldo de nubes que enciman el monte, la iglesia-palacio que en el Naranco perdura, para solaz de mentes llanas e higiénicos cuerpos que sólo del descanso y del placer puede provenir."
Se refiere el autor al posible uso como baños de una de las partes de la planta baja del monumento, como dice también la
Gran Enciclopedia Asturiana: "
La planta baja tiene tres recintos, el central, posible oratorio central del palacio y los laterales. El de la parte E. ofrece la peculiaridad de haber sido destinado a balneario, con entrada independiente desde el exterior, además del acceso que tiene por la cripta central". Pero prosigamos con el relato...
"Pues parece ser que no fuera otra la utilidad de su piso bajo (abovedado, como el de la capilla inferior de la Cámara Santa de Oviedo, pero con arcos fajones) sobre el que ningún experto deja de reseñar palabras tales como 'baños' y 'piscina', que la de limpiar los cuerpos sucios mientras que en el aula superior, lavaba con justicia las almas un rey señor a quien fuese bien recibido y quisiera ser, en algún lugar del mundo cercano, restablecido."

Como consideración sublime de esta magnífica alegoría de este monumento, Arias sigue haciendo hincapié en cómo nos maravilla en el presente tanto o más que como lo fue en el pasado, mencionando las disposiciones arquitectónicas del romano
Vitrubio, maestro de la arquitectura clásica antecesora de estos edificios, y de
Isidoro de Sevilla y sus números sagrados, patentes en ellos, máxime acaso en el aula regia que sería el piso superior, con sus miradores alrededor, en sus cuatro lados:
"Puede resultar curioso comparar, hoy cómo, acostumbrados a la ostentación con que se respalda todo poder (no en vano el azar dirigido de los siglos acompaña los pasos invisibles de la consciencia), entonces consiguieron estos edificios producir impresiones semejantes a las nuestras cuando nos vemos en manos de quien puede determinar con sentencias y miradas cuáles destinos cumplido o cuáles así se cumplirán. Porqué se aceptaba entonces que aquellas piedras bien labradas significaban poder aquí y aval allá, irradiados como en un microondas de justicia real se me escapa de entender; pero así debía ser y quizás ello contribuyese la composición interna de la sala central, con sus arquerías escalando proporciones desde los miradores hasta el eje transversal que marcaba la puerta de entrada para aumentar la sensación de profundidad, con los arcos de accesos a los miradores como tribunas de contraluz, con la impronta reiterativa de los elementos decorativos y sustentadores, dispuestos como la magina numérica de los libros de Isidoro de Sevilla y de Vitrubio. Mucho tuvo que ver esa magina que no proviene del mundo físico ni del espiritual, que sobre ambas se apoya, para convertir el orden espacial del aula regia en el espacio ordenado de las simetrías ciegas, a las que los dos miradores laterales contraponían el orden un obligado descanso y tránsito al mundo exterior, si no justo y ordenado, sí de implacable rigor."

Pasando al pie de la casería y antes de cruzar la carretera, con el parking y el desvío a Ules ya a la vista, seguimos contemplando el paisaje que se domina desde esta falda de La Cuesta Naranco, pues según ascendemos, se amplía grandemente nuestra perspectiva
Al sur destaca la gran mole del Aramo, llamada por los pastores y lugareños El Puertu l'Aramo, cuyas cumbres más altas forman una serranía de altitudes parecidas cuya mayor cota es El Gamoniteiru (1.791 m). Más abajo vemos Buenavista, populoso barrio ovetense al oeste de la ciudad, en el que se reconoce bien el Nuevo Tartiere, estadio de fútbol del Real Oviedo. Más abajo, por L'Argañosa y La Fuente la Plata el Camino Primitivo sale de la ciudad por las nuevas urbanizaciones de La Florida y entra en la zona rural por Paniceres, donde estuvo la malatería de San Lázaro. Era el Camín Real de Galicia, secular comunicación con el occidente, histórica ruta al pie del palacio del rey Ramiro
Llegamos a reconocer la iglesia de El Cristo (El Cristo les Cadenes), por donde se localizó la villa astur romana de Paraxuga. Todo ello era zona rural hasta que las perentorias necesidades de vivienda tras las destrucciones de la Guerra Civil auspiciaron su urbanización

Allí el mítico Monsacro (1.054 m) 'camufla' su silueta confundiéndose con la del Aramo, más alto y más atrás. Monsacro, como su nombre indica, es monte sacro o sagrado desde la remota noche de los tiempos, como atestiguan los túmulos megalíticos localizados en su cima, sobre los que se construyó la capilla de La Magdalena, de ahí que al monte se lo llame también La Madalena. Un poco más atrás y más arriba está la octogonal capilla de Santiago y su milagroso Pozu Santo Toribio. Ambas son románicas (s. XIII posiblemente) pero, si las crónicas no mienten, debió de haber otras más antiguas, en las que permanecerían guardadas las Reliquias del Arca Santa, a salvo de invasiones, que actualmente se veneran en la Cámara Santa de la catedral de San Salvador

A su izquierda, asoman las cumbres del Picu Castiellu (546 m) y El Picu Gatu (527 m) a su derecha, a lo lejos, son los picos de la Cordillera Cantábrica por la zona del Güerna y Payares, dos de los pasos naturales más empleados entre el centro de Asturias y la meseta desde tiempos inmemoriales, por donde discurre el Camino del Salvador procedente de León, el cual llega aquí a través del valle del Caudal, que se une al Nalón en Soto Ribera, al norte del Monsacro y muy cerca ya de la capital

Según los reinos cristianos avanzaban hacia el sur, el tránsito por la meseta hacia Galicia, más llano y directo, prevaleció sobre los escabrosos senderos norteños. No obstante y ante la importancia de las reliquias ovetenses muchos dejaban en León u otros puntos el ahora denominado en exclusividad' Camino Francés (todos los caminos procedentes del este eran llamados así realmente), para cruzar la Cordillera y llegar a la catedral salvadorana siguiendo el dicho, que corría por toda Europa diciendo "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor."

Otra antigua ruta y paso del cordal era la de La Carisa o
Vía Carisa, que cayó en desuso acaso por estar más alta que Payares y más a expensas de la nieve. Por allí irrumpieron las legiones de
Publio Carisio (de ahí La Carisa), legado de
Augusto, hacia la
Asturias Transmontana a conquistar el territorio astur de las montañas al mar, hallando feroz resistencia, como se ha podido atestiguar en los enclaves del Monte Curriel.los o Curriechos y L'Homón d Faro
Más empleados fueron los puertos alleranos, Vegará, Puertu Braña (San Isidro) y Piedrafita, para pasar de la meseta a Asturias y al revés. Vieron el tránsito de peregrinos y se ha oficializado uno de los trazados como Camino de Santiago Allerano. Ahí tenemos alturas como El Picu Tres Conceyos (2.014 m), El Picu Pisones o Comparón (2.043 m), Robequeras (2.091 m), El Cuetu los Barriales (2.109 m) o L'Estorbín de Valverde (2.124 m)
Por supuesto, el rey, o sus vigías, guardias, soldados y servicio, estarían siempre atentos a cualquier señal que pudiese aparecer por esos puertos. A veces acaso avisando de la llegada de magnates vasallos y jefes locales de sus dominios, otras tal vez de huestes hostiles, de propios y extraños. La sombra de los partidarios de Nepociano, u otros que le disputasen el mando, podría surgir en un instante, así como las no muy lejanas tropas del emirato de Córdoba
Por supuesto también sería paso continuo de arrieros y otros viajeros, entre ellos romeros salvadoranos y jacobitas. Las nueva carretera por Payares hizo caer esos puertos en desuso salvo para pastores y montañeros (ahora también de nuevo para peregrinos), a excepción de la del Puertu Braña, muy empleada para pasar a Léon desde el Altu Ayer y, sobre todo, a la estación de esquí de
San Isidro
El Picu Gúa, con su forma de cono truncado (658 m), separa los concejos de Oviedo/Uviéu y Mieres en la Sierra del Fayéu. Justo debajo se ve otro
Picu Castiellu (449 m), solar del
Castillo de Tudela, cuyas ruinas aún llegan a reconocerse en la lejanía. Fortaleza que guardaba el acceso sobre el antiguo Camín Real, luego Carretera de Castilla, por donde discurre el Camino del Salvador, al que se habrían unido los caminos alleranos, y otros, por la zona de
Uxo (Mieres)
Más al oriente otro gran paso natural hacia la capital asturiana era el valle del Nalón con su puerto de Tarna (actual carretera), que también vio el paso de peregrinos aunque no está considerado Camino de Santiago oficial. La entrada en términos ovetenses se realizaba comúnmente por las sierras de La Grandota y La Paranza, por donde discurre otro Camín Real
Cruzamos pues la Carretera del Naranco o Avenida de los Monumentos en este lugar, donde hay bastante buena visibilidad, y tomamos la carretera de Ules. Estemos atentos pues suele haber relativo tráfico, mucho hacia la cima del Naranco, muy visitada, como los monumentos, a sus restaurantes y merenderos y, en este desvío, yendo o viniendo del
Centro Asturiano, gran institución ovetense, así como al Cementerio Municipal del Naranco
Atentos pues al trasiego de vehículos y al parking, habilitado en un rellano. Es desde él desde donde mucha gente sube andando a Los Monumentos, pues apenas hay sitio para aparcar y hay incluso señales de prohibición
Estas arboledas de la primavera temprana tienen aún pocas hojas salvo los árboles perennes, pero en verano dan buena sombra en este lugar, la cual es una bendición de días de calor
La carretera de Ules baja ligeramente y tiene escaso arcén, reiteramos que hemos de ir bien atentos al tráfico
Prácticamente nada más tomarla hay que cruzarla y dejarla hacia la explanada de los aparcamientos
Nada más cruzar vamos a ir por la derecha, todo recto y en llano hasta el final
Varias placas señalizadoras nos marcan la ruta a seguir
También encontraremos en este recorrido varios paneles informativos
He aquí uno de ellos, si bien no todo el mundo lo hace, siempre es interesante detenerse unos instantes pues suelen proporcionar información bastante útil
Aquí tenemos por ejemplo los horarios de visitas, con guías, sin guías, duración, grupos, teléfonos y direcciones
Y un mapa de situación en la que vemos, en naranja, la senda peatonal y sus accesos al Centro de Interpretación y a Santa María y San Miguel. En gris la carretera y el rojo acceso para gente con movilidad reducida (el atajo que hemos visto antes). Nosotros estamos abajo del todo, como también advierte este panel
El camino a los monumentos sube por los árboles que tenemos al fondo, las señales nos dirigen a él
Reiteramos que el Naranco es una serranía muy visitada, no solo para ver los Monumentos, solazarse en los merenderos o contemplar las alturas desde sus miradores, sino constantemente visitada, más en fines de semana y festivos, por numerosos caminantes, senderistas y montañeros, pues hay rutas y trayectos para todos los gustos, desde el paseante al runner, del ciclista al que se atreve con largas marchas e itinerarios por toda la montaña, que ocupan toda la jornada
En un poco de bajada, veremos el acceso al camino de Los Monumentos al final de este vallado
Por aquí de frente y tal como avisa la señal, podemos bajar unas escaleras hacia el camino, cuya caja vemos justo detrás
Pero nosotros vamos a tomarlo un poco más abajo, pues hay otro gran panel con información de rutas
Esta está dedicada a las trincheras de la Guerra Civil, que pueden visitarse partiendo también desde este lugar
Acaso para un peregrino, que va a hacer Camino 'de sobra', acometer otras rutas no sea factible, pero siempre viene bien por si, en otra ocasión, sí emplea unas jornadas para conocerlas
Los itinerarios en puntos de colores, los caminos, pistas y carreteras secundarias en blanco y en amarillo la Avenida de los Monumentos o Carretera del Naranco
Aquí entonces, dejamos el parking y el asfalto y tomamos la senda peatonal
Nos detenemos otro instante para ver el reverso del panel
Y aquí tenemos otra ruta, la de la Fuente los Pastores, por la zona occidental de La Cuesta Naranco
En puntos rojos el itinerario
Y aquí, el mapa de la Red de Sendas del Naranco
Textos explicativos con información de flora, fauna, lugares de interés, desnivel...
Desnivel que nos toca también a nosotros un poco, pues la senda, hormigonada, sube una corta cuesta
Aquí, puede ser interesante detenerse, sobre todo los peregrinos
Por allí abajo, más abajo de la Carretera de Ules, está el pueblo de Paniceres o San Lázaro de Paniceres, advocación de la malatería u hospital de leprosos que existió en el antiguo
Camino de Galicia, actual trazado del Camino Primitivo
Paniceres guarda en su nombre relación con el pan, en concreto con el
panizu (
Setaria italica) cereal panificable muy empleado antaño y hoy prácticamente desaparecido
Más allá, Llatores, parroquia ovetense cuyo castro astur fue arrasado por una cantera. Detrás, los montes del valle del Trubia, otro paso natural de la meseta a Asturias por el Puertu Ventana, con ramales hacia Quirós y hacia Teberga. Más lejos aún, las montañas del Camín Real de la Mesa, que, aunque algo más al occidente, fue durante siglos el principal acceso hacia el interior central de Asturias y la costa
Es también un paso franco hacia el occidente, simbolizado visualmente desde aquí por las montañas del Alto Narcea, sierras del Courío, Pena Manteiga y otras, que serán referencia visual para los peregrinos que continúen a Galicia por la zona interior del occidente asturiano siguiendo el Camino Primitivo
Resaltamos una vez más pues el amplísimo campo visual del palacio ramirense y sus inmediaciones, oriente, centro occidente... y desde la cercanas cimas del Naranco, el mar y los pasos hacia la costa por los cordales litorales
Más al occidente, podríamos hablar también de otros puertos que fueron y siguen siendo muy empleados, pues por ellos se trazaron carreteras, Somiedo, que cae al valle del Pigüeña, afluente del Narcea, y L.leitariegos, en la cabecera del Narcea, todos pasos naturales hacia el interior de Asturias
Más cerca, en Trubia, el Nora da sus aguas al Nalón. Más al oeste las estribaciones de
El Freisnu, paso del Camino Primitivo, y otras sierras, separan las cuencas fluviales del Nalón y del Narcea. La panorámica pues, es espectacular
Tras contemplar el paisaje, ahora al occidente, seguimos subiendo por el camino peatonal a Los Monumentos
En el tramo más fuerte del repecho hay una barandilla a la derecha
Cuando la cuesta ya se suaviza, la barandilla desaparece y nos adentramos en la mágica umbría
Es un bosquete lineal con árboles en ambas veredas, los cuales separan el camino de las fincas
A nuestra derecha, un poco más de paisaje, también queremos detenernos un instante pues hay un elemento de especial interés
Si observamos, reconoceremos a la derecha, entre los árboles, la torre de la catedral de San Salvador
Por supuesto, el rey Ramiro, de la misma manera que controlaba con la vista todos sus accesos desde su palacio, también querría ver desde él la capital de su reino, entonces muchísimo más pequeña, lo mismo que la catedral, entonces una basílica prerrománica de la que nos han llegado algunos elementos
No estaría, efectivamente, la torre actual, gótica, terminada muy avanzado el siglo XVI, así como la catedral propiamente dicha, construida mayoritariamente dentro de ese estilo a partir del siglo XIII.
Tampoco estaba la torre prerrománica, reformadada eso sí posteriormente en el románico, situada justo detrás y oculta, a cuyos pies llegan a la actual catedral los peregrinos del Camino de Santiago del Norte, que se unen a los del Salvador al pie de esta torre gótica. Luego, a la vez, el Camino Norte sigue hacia la costa, a la vez que empieza el Camino Primitivo rumbo a occidente
Luego son los altos de La Grandota y La Paranza, el tramo del antiguo camino del Nalón en sus trayectos sierense y ovetense (y noreñense en La Pasera) fue aprovechado por la mencionada Ruta de las Peregrinaciones GR-105 a Covadonga
En la lejanía, otro monte emblemático y fácil de identificar, Peña Mea (1.557 m), se alza entre los valles del Nalón y del río Aller, otros pasillos naturales, recalcamos, a través de los puertos Tarna y San Isidro o Puertu Braña, ya reseñados
Más montañas del alto Nalón, entre Sobrescobiu y Casu y en el camino de Tarna. Fijémonos abajo en la gran cantera de Tudela Veguín, en términos ovetenses
Picos de Tarna y sus inmediaciones, con sus cotas nevadas a principios de la primavera
Al igual que, todavía más al oriente, los de Ventaniella, otro puerto y paso secular, que sin embargo dejó de emplearse salvo por pastores y montañeros al hacerse la titánica obra de la Carretera los Beyos, labrada a pico en la pared de un desfiladero sobre el Alto Sella en las últimas décadas del siglo XIX
Mucho mas lejos, ahora apenas asoman los Picos de Europa, tapados por dichas serranías del Alto Sella y Los Beyos
Y aquí enfrente La Grandota (508 m), sobre el valle del Nora a un lado y el del Nalón (detrás) al otro, solar castreño, puesto artillero en la Guerra Civil y también hábitat castreño, muy afectado por la colocación de una antena
A la izquierda, otra de las ya pocas caserías de esta parroquia de Naranco, con la vacada pastando en este prado cuesto que cae sobre el camino
Árboles y arbustos autóctonos alternan con las plantaciones de ocalitales u eucaliptales, tónica dominante del paisaje de gran parte de Asturias, Galicia y País Vasco, sobre todo desde los valles y montes centrales a, sobre todo, los de la franja costera
La profunda caja caminera puede delatar la antigüedad de este camino, de todas maneras es evidente que en su momento fue ensanchado y acondicionado
Este el el lugar de Naranco, que lleva el mismo nombre de la parroquia y de la montaña. Su etimología relacionada con el agua ya ha sido explicada y, como cuenta Adolfo Casaprima Collera en su
Diccionario geográfico del concejo de Oviedo:
"Sobre el topónimo, es conveniente inclinarse por las tesis que vinculan su raíz con el agua, pues si bien no existe río caudaloso, bajo las entrañas del monte brotan los acuíferos de Boo, Ules, Fitoria y Pando, habiendo sido el lugar elegido por Ramiro I para sus baños estivales"
De nuevo la referencia a los baños, salutíferos, ¿o acaso también con un correspondiente ritual?, de su palacio
naranquín, que volvemos a ver ante nosotros y cada vez más cerca. La montaña tiene no obstante también su leyenda, que según cuenta la Enciclopedia de Oviedo, se resume en que "
en tiempos míticos un gigante llamado Noraco que reinaba en Asturias y que fue enterrado allí. Al morir, los habitantes habrían echado tantas piedras sobre su tumba que habrían formado un monte, ¿se trata de alguna referencia a antiquísimas necrópolis megalíticas, campos de túmulos y dólmenes neolíticos, primer precedente físico de espacios sagrados en esta montaña?
Santa María del Naranco asoma sobre las casas de Naranco situadas en su última cuesta de acceso, antiguas caserías reformadas donde aún se reconoce un hórreo
Además de sus contrafuertes y numerosos miradores del muro sur, empezamos a ver algo de su lado oeste, prácticamente idéntico al del este, "
Aula Regia del conjunto palacial que el rey Ramiro I mandó construir en las afueras de la capital del reino de Asturias, y que se terminó en el año 842. Algunos investigadores sostienen que se trató en realidad de un mausoleo", explica
Wikipedia, gran exponente del llamado estilo ramirense del Arte Asturiano (incluso para algunos es un modelo aparte). Monumento Nacional desde 1885 y Patrimonio de la Humanidad cien años después
Para el historiador
Luis Antonio Alías "
es cumbre en piedra debida al refinamiento de Ramiro I y de su corte" así como "
Palacete de reposo del monarca y aula regia donde recibía embajadas e impartía justicia", explicando que "
no es pesada y maciza sin airosa y esbelta" en su libro
El Camino de Santiago en Asturias, Itinerarios
Tras el descubrimiento en 2024 de la lápida que pudiera ser la del rey Ramiro, la historiografía ha dado un vuelco, tal y como leemos también en la entrada de Wikipedia dedicada a este monumento:
"En 2024 el arqueólogo César García de Castro afirmó que Santa María del Naranco pudo tratarse de un mausoleo, tras el hallazgo de una losa funeraria de Ramiro Ien unas obras de restauración, fechada en el siglo IX y por tanto coetánea a la construcción del edificio. El anuncio se hizo con la presencia de autoridades como la consejera de cultura, el alcalde de Oviedo y el director de Patrimonio, dando por tanto un importante respaldo a esta hipótesis. Los investigadores no descartan que pudiera tener más usos a lo largo del tiempo. De confirmarse, la antigua hipótesis de aula regia o palacio de verano pasaría a un segundo plano."
"Santa María, como el cenador de un indiano, es un alarde de representación social", afirmaba el citado arqueólogo
César García de Castro, para el periodista Chus Neira en entrevista publicada en el diario
La Nueva España del 24-4-2024. Dos días antes era Alberto Arce y para
El Comercio, daba así la noticia del descubrimiento y presentación pública de la lápida, surgiendo la teoría del mausoleo:
"Entre los estudiosos, la hipótesis de que el monumento prerrománico de Santa María del Naranco fue construido como una residencia de verano o pabellón de caza para la monarquía asturiana lleva muchas décadas relegada a un plano residual en favor de quienes defienden que se ideó para albergar usos religiosos y palatinos de diferente índole. ¿Cuáles? Los académicos no han coincidido en todo este tiempo en una versión única ni unívoca; no obstante, el arqueólogo César García de Castro apunta a una muy concreta sobre la génesis del edificio: Santa María del Naranco fue construido como el mauselo de Ramiro I, su promotor, y ello no invalida que haya podido tener –como tuvo– múltiples usos.
Al menos eso defendió ayer durante una visita a las obras de conservación que la Consejería de Cultura se encuentra realizando en el monumento. ¿En qué se basa? En una gran losa de caliza blanca de L'Aspra de 2 por 0,80 metros y 600 kilos que lleva más de mil años colocada en el vestíbulo del pórtico norte de Santa María y que se trata de un elemento independiente del pavimento del acceso a la sala central. No es nueva, lo que no se conocía era su cronología. Tras levantarla para acometer la restauración, se dieron cuenta de que la posición de esta losa caliza es la original; es decir, que fue colocada en el momento de la ejecución del edificio, a mediados del siglo IX, y ello implica que debería tener un papel protagonista en su fundación.
«Podemos decir que es original porque está colocada antes de rematar la obra (los pavimentos fueron contra ella) y que su única función, dadas sus dimensiones y su morfología, es servir de soporte al posible sarcófago que albergó a Ramiro I –fallecido en el 850 y trasladado después al panteón de Santa María del Rey Casto de la Catedral por su hijo Ordoño I–, que habría voluntariamente decidido enterrarse en el edificio cumbre de su promoción artística, Santa María del Naranco», manifestó García de Castro. Eso sí, dicho sarcófago se ha perdido y los arqueólogos ignoran si llegó a montarse sobre esa gran losa de piedra.
Esta hipótesis, más que cambiar por completo la perspectiva de estudio del monumento, lo único que hace es seguir la senda de las ideas que se han venido formulando a lo largo de los últimos treinta años. García de Castro fue tajante a ese respecto. «Yo publiqué esto en 1995, lo que pasa es que mis libros no se suelen leer; está en mi tesis doctoral», sentenció, para admitir a renglón seguido que se trata de «una satisfacción porque no siempre uno tiene la posibilidad de esperar 30 años a verificar lo que pensó en un principio»
Nos cruzamos aquí con el atajo que hemos visto antes y seguimos subiendo, a la izquierda
Las señales confirman nuestra proximidad a Los Monumentos, Santa María está bien a la vista, pero San Miguel solamente lo veremos al llegar a él
San Miguel de Lillo, Liño o Lliño se encuentra monte arriba, justo encima de estas casas si bien aún a cierta distancia y tapado por los árboles
Este recuesto, vía de comunicación de estas casas con la carretera, es de firme de asfalto y puede pasar algún vehículo de los residentes, de servicio público o con autorización
La cima del Picu'l Paisanu, justo encima de nosotros, por la ladera de La Peña'l Fuelle y La Fuente los Pastores, una de sus rutas senderistas de acceso a la cumbre
A la derecha, un magnífico hórreo de corredor, donde antaño se colgarían a secar y curar les riestres de panoyes de maíz, las ristras de mazorcas, que luego se esgranaban y con el grano se hacía pan de maíz o boroña tras molerlo en los antiguos y desaparecidos molinos de la zona
Abajo, el coche, donde antes estaría el carro
Cuesta arriba y detrás de esta casa empezamos a ver el Centro de Interpretación del Prerrománico, construido donde estaban las antiguas
Escuelas del Naranco
El edificio contaba con aula para niños y aula para niñas, con los cursos mezclados según costumbre en las escuelas rurales, que cayeron en desuso con la concentración escolar a partir sobre todo de la década de 1970
No dejemos de admirar esta estampa completa del hórreo antes reseñado desde la entrada a la quintana
Es notorio destacar que el mismo arquitecto que restauró Santa María y San Miguel,
Luis Menéndez-Pidal Álvarez, lo hizo a la vez con esta escuela, a la que ya en la década de 1980, los también arquitectos
Jorge Hevia y
Cosme Cuenca, le abrieron los grandes ventanales que vemos ahora, acondicionando el edificio para su nuevo uso
Delante de edificio hay un gran rellano verde, guardado por baranda de troncos de madera hasta su acceso, un poco más arriba de este cruce
Además de la entrada al campo del centro de interpretación, hay una encrucijada en la que se encuentra el antiguo
lavadero del Naranco, a donde antiguamente se acudía a hacer la colada, aprovechando las aguas de un reguero que baja desde su nacimiento en
La Fuente los Pastores y baja por las inmediaciones de San Miguel
Es un lavadero circular construido hacia 1933 según diseño del prestigioso ingeniero
Ildefonso Sánchez del Río y que, como especialista que era en grandes cubiertas de hormigón armado, tenía una en forma de paraguas, desaparecida salvo una pequeña parte de la base
Del lavadero a la derecha se continúa la subida a Santa María, que asoma ahora prado arriba detrás de las casas del camino
Empezamos a ver en su esplendor las características ventanas tríforas del Arte Asturiano, abajo las de la gran sala-mirador occidental, arriba las situadas bajo su bóveda
Aún en la distancia podemos reconocer los motivos cincelados en sus piedras. Además de los capiteles de tema vegetal usual en el Arte Asturiano, y las columnas con sus fustes también cincelados, en la pared del muro occidental hay bandas verticales imitando pilastras y medallones. Cuando nos acerquemos más repararemos más en sus filigranas. También apreciaremos las cruces del Alfa y Omega
De igual manera, desde el lavadero podríamos seguir todo de frente hacia San Miguel siguiendo el curso del arroyo que lo alimentaba
Pero antes de todo ello estimamos conveniente visitar el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico Asturiano, al que subimos por estas escaleras a la izquierda...
Mucha gente lo visita y, desde su pequeño parque-mirador, contempla los paisajes que hemos descrito en nuestra subida
La entrada al centro propiamente dicho se encuentra a la derecha según llegamos, subiendo este par de peldaños
En este porche de la que era una de las antiguas entradas a la escuela ya hallamos información en varios idiomas
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Seguidamente es una grande y larga sala dividida en dos pasillos por los paneles explicativos. Arriba el tejado es a dos aguas, como en buena parte del Arte Asturiano, no así en Santa María del Naranco, que es abovedado, toda una novedad para la época, si bien ya había sido empleado en el arte antiguo
Introducción en el que surge el Arte Asturiano o prerrománico asturiano, el
Reino de Asturias o
Asturorum Regnum
Textos explicativos...
El reino en su contexto histórico
Extensión a lo largo de su historia, de oscuro a más claro desde sus orígenes hasta su final y máxima extensión
El Camino de Santiago, que surge con Alfonso II El Casto basándose en la antigua vía
Lucus-Asturum-Lucus Augusti, la cual a su vez aprovecha caminos prehistóricos en pasos naturales. Fue luego Camín Real de Galicia, Camino Francés (todos los que procedían de Francia fueron así llamados) y en la actualidad Camino Primitivo
Nos acercamos ahora al siguiente panel, es común que nos encontremos con abundantes visitas, sobre todo en fines de semana y festivos, en verano o cuando coincidimos con grupos de personas
Aquí tenemos una maqueta de la iglesia de
Santuyano o San Julián de los Prados, a la que dedicamos toda una entrada en este blog
Es de los tiempos del Alfonso II El Casto, antecesor de Ramiro I (sin contar con el breve Nepociano) y es el mayor de los templos prerrománicos asturianos que ha llegado a nuestros días además de los primeros. El interior alberga el que se tiene por mayor conjunto de pinturas del alto medievo europeo
Parece ser es lo que ha llegado a nuestros días de todo un conjunto palaciego de ese rey, dentro de una idea que luego siguió Ramiro en el Naranco, cada monarca hacía un rico palacio para mayor gloria de su reinado y acaso con la esperanza, conseguida, de que se mantuviese su memoria en base a él a lo largo de los siglos
Siguiente panel, una ruta del Arte Asturiano, con sus correspondientes mapas, gráficos y textos
Explicación en varios idiomas
Se dividen en cuatro grandes áreas, el entorno ovetense, los valles del Trubia, Cuencas Mineras y Villaviciosa-Colunga
Existieron también edificios civiles, uno sería, recalcamos, Santa María del Naranco antes de ser iglesia y otro la fuente Foncalada. Se sabe de palacios y otras construcciones, tales como murallas por ejemplo
Existieron otras muchas iglesia prerrománicas, las más del gusto asturiano y algunas mozárabes, no solo en Asturias sino en todo el reino (
Santa María de Lebeña en Cantabria). De ellas pocas han llegado más o menos 'enteras' pero sí muchas con restos y elementos. La primera basílica de Santiago de Compostela, por ejemplo era de ese gusto
Proseguimos nuestro deambular; de la misma manera que la subida al Naranco, sobre todo al dejar el casco urbano, nos introduce en un marco geográfico pleno, esta visita al Centro de Interpretación del Prerrománico incide en ello, además de en el histórico, artístico y arquitectónico
Panel dedicado a Santuyano y Foncalada
Textos y gráfico
Las pinturas de Santuyano, reconstruidas
Fotografías...
Plano de Santuyano
Maqueta de Santa María del Naranco, esta es su parte norte, que aún no hemos visto y que es la más umbría
Aquí vemos sus do escaleras a la gran sala principal, en el piso alto, denominada aula regia, aunque, repetimos, todo está sujeto a interpretación
Y el panel correspondiente a Santa María del Naranco
Llama la atención la recreación del interior en su policromía, con su bóveda y su arquería ciega
Al fondo en el centro, el rey en un trono. Esta es la interpretación más extendida, un lugar donde el monarca recibiría embajadores, emisarios, noticias, visitas, recepciones, impartiría justicia, trataría asuntos...
Al fondo es la tribuna o mirador oriental, donde en nuestros días se instaló la réplica del altar con la inscripción fundacional, la cual estaba en la iglesia original (San Miguel) y fue traída aquí cuando aquella se derrumbó y este edificio la sustituyó
Fotos, planos y croquis
Maqueta de San Miguel de Lliño
El lado norte y el occidental, en la maqueta, reparemos también en los accesos a la planta inferior
Mesa de lectura, para quien quiera conocer un poco más...
Recreación de dos cortesanos de la época y su vestimenta
Continuamos con el recorrido por los paneles
La Cámara Santa y la Torre Vieja de San Salvador, en la catedral
Exterior de la
Cámara Santa y, a la derecha, la
Torre Vieja tal y como la ven los peregrinos que llegan por el Camino Norte
La Cámara Santa y su croquis
La cripta de Santa Leocadia, en el piso inferior de la Cámara Santa, con el que se ha comparado el de Santa María del Naranco
Maqueta de
San Salvador de Valdediós, en Villaviciosa, iglesia a la que también le dedicamos una entrada de blog dentro de las varias a su conjunto monacal, paso del Camino Norte. Se trataría, como en el caso de Santuyano y del Naranco, de lo que nos ha llegado de un gran palacio regio, el de Alfonso III El Magno
Panel de San Pedro de Nora y Santo Adriano de Tuñón
Fotos, croquis y planos
Zona de audiovisuales y acceso a los baños
Otra maqueta de San Miguel de Lliño, esta minuciosamente detallada y expuesta con vitrina
En el vídeo, espacio para Santianes de Pravia
Se han conservado y restaurado las dos antiguas chimeneas que caldeaban el aula de niños y el aula de niñas
Fotografía de pintura prerrománica
Y deambulamos ya por el segundo pasillo, junto al muro sur, el de los grandes ventanales abiertos en los años 1980
Un excelente mirador hacia la Cordillera
Juegos de la época

Proporcionan excelente aporte de luz natural al interior
Y avanzamos deteniéndonos unos momentos en cada panel explicativo
Santa María de Bendones, esta en el extrarradio ovetense pero relativamente alejada de la ciudad
Arriba, la triple cabecera de Santa María de Bendones y, abajo, la entrada a
Santa Cristina de Lena, que también tiene su artículo en este blog, pues está al paso del Camino del Salvador
Se tiene a Santa María de Bendones por otra iglesia de tiempos de Alfonso II, mientras que Santa Cristina de Lena es el tercero de los edificios ramirenses que se conservan
Plantas y fotos. Abajo a la derecha el famoso
iconostasis de Santa Cristina
Apasionante aproximación al Arte Asturiano, historia y características el que se pone a nuestra disposición en este centro
Y el panel del ya citado templo de San Salvador de Valdediós, cuya maqueta vemos ahora de espaldas, en su cabecera
Los paneles siguen todos el esquema de fotos, textos y planos, también algunos dibujos recreando cómo serían estos templos en el pasado
La Cruz de la Victoria, que mandaría hacer
Alfonso III El Magno y que ponía en sus construcciones. Pasó a ser emblema, símbolo, escudo y bandera de Asturias al ser vuelto a emplear por el ejército asturiano que organizó la
Junta General del Principado en 1808 para hacer frente a la invasión napoleónica.
Agrada la lectura de los textos y el posterior descanso de la vista a los ventanales
La ventana trífora del Arte Asturiano, con un paisaje de campiña, mar, playa y montaña de fondo, acompañado del lema
Asturias Paraíso Natural es la imagen turística asturiana por excelencia desde hace décadas
Más libros de consulta y bibliografía
Llegamos a un panel acaso especialmente interesante para el peregrino pues las dos iglesias representadas en él están también al paso del Camino Norte
San Salvador de Priesca, la última y más antigua del Arte Asturiano que ha llegado a nosotros, construida cuando la capital ya se había trasladado a León, y Santa María de Arbazal, esta actualmente sacristía adosada a un templo barroco construido en dicha aldea de Arbazal que, como Priesca, se encuentra en Villaviciosa
Santa María de Arbazal se encuentra encima de Valdediós, en lo alto del monte por el que discurre un antiguo camino, considerado oficial pero por el que pasan pocos peregrinos en comparación con el que pasa por Valdediós, en el valle. Donde nos deteníamos especialmente pues además era donde los cistercienses del monasterio tenían su mesón, sito a escasos metros. Esto ha llevado al debate sobre cuál de los dos caminos era históricamente el más empleado, o si uno era para arrieros y otro para peregrinos
San Salvador de Priesca está bastante antes, prácticamente a la entrada del concejo de Villaviciosa procedente de Colunga, conserva en su interior abundantes pinturas y justo antes de llegar a él hay un
albergue de peregrinos, habilitado en la antigua casa rectoral
Volvemos a la maqueta de Santa María del Naranco, esta vez viendo su lado sur
Es la parte que venimos divisando todo el camino por La Cuesta Naranco arriba, pronto llegaremos a ella
También el Camino Norte pasa muy cerca de ellos, sobre todo del segundo, que se ve perfectamente desde los caminos que salen de la Playa la Espasa hacia la capital del concejo, en dirección a
Güeñu
San Andrés de Bedriñana ya queda bastante más lejos del trazado oficial de la senda jacobea pero puede 'intuirse' desde el margen derecho de la ría en la zona de Tornón
El Arte Asturiano son otras artes además de la arquitectura, tenemos un valioso legado en cuanto a su orfebrería, que es de lo que trata el penúltimo panel
Se trata específicamente de la Cruz de los Ángeles (Alfonso II El Casto), de la Cruz de la Victoria (Alfonso III El Magno) y de la Caja de las Ágatas (
Fruela II), de las que hablamos ampliamente en la
Cámara Santa de la catedral
Cabecera tripartita de Santuyano, iglesia que antes veíamos por su parte delantera y acceso
El tener transepto o crucero, y además muy alto, más que la misma nave mayor, hacen de ella un templo excepcional dentro del estilo asturiano
El último panel está dedicado al conocimiento, conservación y difusión del arte prerrománico asturiano
Arriba, una foto de una visita a San Miguel de Lliño, abajo tres fotos de la destrucción de la Cámara Santa en la Revolución de 1934
La otra chimenea, de la otra aula de la antigua escuela y ya volvemos afuera
Otra vista de la tienda y sus expositores, con libros, publicaciones postales, ropa, y todo tipo de artículos vinculados al Arte Asturiano
Volvemos afuera, donde no nos cansamos de admirar tan magnífico paisaje hacia la Cordillera
Fijémonos también en las piedras y contrafuertes del Centro de Interpretación del Prerrománico, inspirados en su arte
Y ahora ya sí, vamos a Santa María del Naranco, de la que aún nos separa una pequeña cuesta, pero ha valido la pena observar todo lo que hemos visto hasta aquí
La citada
Crónica Silense la menciona ya como iglesia de Santa María en 1150, por lo que se sabe que por entonces la anterior ya se habría venido abajo, lo que obligó a este cambio de sede eclesial
Representa una maravillosa armonía artística y constructiva con un impresionante sistema de proporción. Al exterior, los ocho contrafuertes se corresponden con las columnas de la arquería ciega que veremos en el interior, junto con los arcos fajones que sostienen la estructura de la bóveda de cañón, la gran innovación de los edificios ramirenses
Diversos autores sostienen que en su entorno había un bosque en el que abundaba la caza, que era una práctica muy habitual de los reyes y la nobleza. Hemos de recordar que, teóricamente, el rey no era en Asturias el primogénito del monarca necesariamente, sino que era elegido por la nobleza palaciega. El sistema no era tampoco perfecto pues daba lugar a intrigas que prácticamente padecieron todos los reyes, incluso desatadas en guerra civil, como la de Ramiro con Nepociano
En lo referente a su entorno, Ambrosio de Morales escribe en 1572 que la "Cuesta Naranzo", como él la llama, es una "gran Sierra", además de "fértil y de mucha frescura", mientras que del templo pondera su fábrica y lo bien que había llegado hasta su época:
"la obra de la iglesia, y sus bóvedas, pues con haber más setecientos años que se edificó, están firmes y durables, como si poco ha se ovieran labrado. Es grande para Ermita y chica para Iglesia: toda labor es lisa, y la hermosa vista que el Templo hace, consiste en la buena proporción y correspondencia. Tiene debajo otra Iglesia del mismo tamaño, à la usanza de entonces, que comunmente doblaban las Iglesias."
El estilo ramirense muestra aquí a las claras "
la introducción de nuevas soluciones constructivas, llevadas a la práctica en el seno de una profunda renovación del inmediato programa artístico de Alfonso II", explica Lorenzo Arias en
Prerrománico asturiano, el arte de la Monarquía Asturiana:
"La novedad arquitectónica que representa el palacio de Santa María del Naranco, junto con la iglesia palatina de San Miguel de Liño y la de Santa Cristina de Lena (las tres obras "ramirenses" actualmente conservadas), constituye una evidente apuesta por perfeccionar y enriquecer el lenguaje artístico alfonsí, cargándolo de una originalidad inusual en la práctica artística precedente."
Esto incluye que el arquitecto responsable habría aplicado "nuevos métodos proyectivos y de composición arquitectónica, experimentando el uso de los recursos geométricos y aritméticos aplicados a las técnicas constructivas un avanza gradual", avance que condicionará la futura evolución del Arte Asturiano, redefiniéndose el estilo y apareciendo nuevas reglas de morfología constructiva, suponiendo "un salto cualitativo en los procedimientos técnicos y en los métodos de composición arquitectónica"
De haber sido el mítico
Tioda de Alfonso II el arquitecto, él mismo habría asumido este profundo cambio y evolución en sus propios proyectos bajo el reinado de Ramiro. En la
Enciclopedia de Oviedo se dice de él:
"Arquitecto cuyas más importantes obras tuvieron lugar a comienzos del siglo IX. Apenas se conocen datos sobre su biografía, aunque su firma autógrafa está estampada en el Testamento de Alfonso II (812), junto a la del propio Rey, cinco obispos, siete monjes y seis abades, siendo la de Tioda la penúltima de treinta y cuatro testigos que firman junto a los personajes anteriores.
Se le supone autor de numerosos templos y edificaciones en todo Oviedo y el Principado de Asturias, como la Iglesia-Catedral de El Salvador junto a sus doce altares a los Apóstoles, San Julián de los Prados, la Iglesia de San Tirso, la de Santa María y San Miguel, Santa María de Bendones y San Pedro de Nora, así como otras edificaciones civiles, tales como acueductos, fuentes y palacios, propios de una ciudad que estaba creciendo como capital de un imperio cristiano en expansión."
Sin embargo, en la Real Academia de la Historia, apartado
Historia Hispánica, aunque asegura su autoría en los edificios alfonsís, pone en duda fuese el de estos del Naranco, pues las pruebas esgrimidas son poco consistentes:
"Figura ligada al arte prerrománico, que desarrolló su obra en Asturias durante la primera mitad del siglo IX. No se tienen datos documentales acerca de su vida ni de su origen, aunque por su nombre, acaso derivado de Teudis, cabe deducir que era de ascendencia germánica. Sí se sabe que trabajó como arquitecto para el rey Alfonso II el Casto (791-842), puesto que su firma figura en el testamento otorgado por este Monarca en el año 812, ocupando el penúltimo lugar, al lado de la del propio Rey, cinco obispos, siete monjes y abades y treinta y cuatro testigos, seguramente nobles. Como maestro de las obras reales, habría sido el artífice del programa de urbanización y embellecimiento de Oviedo, constituida en la nueva capital del Reino, y el autor de la Basílica del Salvador, hoy desaparecida, y las iglesias de San Tirso, de la que sólo se conserva la cabecera, y San Julián de los Prados.
Con Tioda, el prerrománico asturiano fija los postulados arquitectónicos y las características del estilo, que habrían de consolidarse en las dos etapas posteriores.
No existe constancia de que haya intervenido en los edificios del monte Naranco, en las afueras de la ciudad, levantados durante el reinado de Ramiro I (842-850), aunque el hecho de que las claves de los arcos del palacio, hoy iglesia, de Santa María tengan forma de T ha dado pie a pensar, sin mucho fundamento, que podría tratarse de su firma."

Volvemos a La Fuente del Naranco y su cruce, observemos la barandilla en forma de media luna que la separa de la calle, así como, en medio, la base que fue del desaparecido paraguas de hormigón que formaba su cubierta
Estos postes señalan, el primero la dirección al centro de interpretación y, los del fondo, el de la izquierda la subida a San Miguel de Lliño y, el de la derecha, a Santa María del Naranco
A nuestro entender, optaríamos por ir primero a Santa María, el palacio, aula regia y/o mausoleo para, posteriormente, dirigirnos a San Miguel
No haría falta volver a bajar aquí, sino que desde la misma Santa María un sendero se dirige directamente a Lliño
Adolfo Casaprima collera nos cuenta "
Lillo/Lliño: hasta hace unos años lugar y entidad singular, oficialmente casería perteneciente a Ules", mientras que de Naranco, la
Gran Enciclopedia Asturiana nos informa que en ella existía el castro de
Monte Alto, "
lamentablemente destruido poco después de su catalogación por José Manuel González", el gran arqueólogo asturiano que realizó su catálogo de castros en las décadas 1960-1970. Estamos pues ante otro antiquísimo precedente poblacional de estos lugares, cuyo solar veremos desde el mirador occidental de Santa María del Naranco, y del que escribía este arqueólogo:
«El recinto estaba protegido por un escarpe de 4 metros de altura, rodeado de un foso que se conservaba en el cuadrante Noroeste del castro. No existían restos visibles de construcciones, ni de la muralla o del parapeto que sin duda tuvo sobre el escarpe, al menos en el lado norte, frente al istmo que enlaza el contrafuerte con el monte. La ausencia de restos visibles de las antiguas construcciones, obedecería al aprovechamiento de la piedra de los mismos en las edificaciones posteriores del contorno o a que se trataba de un castro con empalizada y vivienda de madera»
Del castro, como de toda la zona, el arqueólogo Fon S.P. en su web Ástures
destaca su proximidad con los monumentos y antigua villae de Linio, así como con el Camino de Santiago:
"Es interesante por su proximidad con los monumentos prerrománicos y con la villa de Linio, que estaba cerca. También J. M. González creyó que podría tratarse de una turris, pero es perfectamente posible que estuviera habitado por una pequeña comunidad por sus dimensiones.
En el Naranco hay evidencias de ocupación romanas, con varias explotaciones agrícolas de ese periodo en forma de villae, además de las supuestas ruinas «viejas» en la época de Ramiro I en las inmediaciones de los monumentos prerrománicos."
"La importancia de este punto estratégico como nudo de comunicaciones queda plasmada cuando, en época medieval, Alfonso II recorre por primera vez el Camino de Santiago Primitivo, que aprovecharía sin duda vías establecidas ya desde siglos atrás, partiendo de Oviedo hacia Galicia. Ya en esa época la ciudad habría sustituido a Lucus como gran cruce viario de la región central de Asturias."

El territorio formó parte del Coto del Naranco, propiedad señorial comprada por la 'Justicia y Regimiento' de la ciudad. Así, en 1385-86 figura como parroquia en el
Libro Becerro del obispo
Gutierre de Toledo, cuando ya se había cambiado la sede de la iglesia parroquial a este palacio o mausoleo ramirense
En todas las épocas Santa María del Naranco admiraba a todos los que la descubrían; en el
Diccionario de Madoz, a mediados del siglo XIX, se destacaba "
su arquitectura, columnas, escudos y relieves llaman la atención de los sabios y artistas y aun de los estrangeros, que vienen con frecuencia á sacar diseños."
Volvemos a las crónicas, además las más antiguas, en concreto la
Crónica Albeldense (siglos IX y X), cuando plasma que en este lugar Ramiro I "
construyó iglesias y palacios, con admirable obra de bóveda", mientras que la
Crónica Rotense, o
de Alfonso III, a él atribuida, dice que "
Después que descansó de las guerras civiles, edificó muchos edificios de piedra y mármol, sin vigas, con alero abovedado...", la referencia a guerras civiles avalaría su construcción tras la derrota de Nepociano más que tras la batalla de Clavijo

Las primeras reformas, al menos serias, se acometieron cuando se trasladó la iglesia parroquial, de esa época sería la portada gótica que se le añadió en la entrada a la sala principal del piso alto (la de las escaleras), la cual se decidió mantener, no así otros añadidos más tardíos, como la espadaña ya citada, en ese mismo lado y sobre la portada, una gran
casa rectoral adosada en este lado occidental, al igual que una pared en el lado sur, una escalinata central hecha en época desconocida, así como una sacristía barroca en la fachada oriental, obra de Luis Menéndez-Pidal entre 1929 y 1935
Al mismo tiempo, se quitaron otros elementos superpuestos a la construcción original que la desvirtuaban, "
restauración del entarimado de madera de los miradores y limpieza de la estancia llamada "sala de baño"
, descubierta, realmente, en el transcurso de las excavaciones realizadas al mismo tiempo que el proceso de restauración", escribe Lorenzo Arias. También se rehicieron estos contrafuertes y arcos del lado sur y del norte, junto con el recrecido de los arcos de separación entre los belvederes y la sala noble. Luis Menéndez Pidal se basó en los grabados y dibujos de
Francisco Javier Parcerisa Boada, hechos durante un reconocimiento arqueológico, cuando aún estaban en pie las construcciones anexas
Fijémonos en el muro de contención, hecho de grandes piedras, que evita los argayos o corrimientos de tierras en esta pendiente bajo la iglesia
El camino se estrecha al pasar delante de las casas, recordamos que es vía de acceso rodado para los residentes y vehículos de servicio y autorizados
Las antiguas cuadras se han incorporado a las viviendas y en las antiguas huertas delante de casa suele haber pequeños espacios ajardinados
El camino, que se hace calle entre las casas, tiene un poco de curva ganando altura
Y, sobre las casas, El Texu del Naranco, árbol emblemático cuya ficha en la web
Tejos de Asturias dice de esta manera:
"El árbol no destaca por sus dimensiones ni por su ubicación, próximo a una casa particular y al lado del camino por el que se accede desde el aparcamiento de visitantes al monumento prerrománico. No obstante, como siempre, transmite un encanto y una gracilidad que atrae al admirado visitante y le anima a meterse bajo sus ramas, a tocar su tronco y a sentirse, por un momento, refugiado y protegido mágicamente."
El tejo es un árbol especialmente vinculado con los lugares sagrados y es seguro tiene reminiscencias precristianas, símbolo de la vida pues es de hoja perenne y siempre está verde, símbolo de la muerte por la alta toxicidad de sus elementos, y de la eternidad por su larga existencia, a veces de muchos siglos
Desde hace tiempo, se viene solicitando además reforestar el Naranco en las áreas más factibles, sobre todo en sus cotas más altas, plantando especies autóctonas, como esta, así lo hizo, simbólicamente y plantando un tejo, la asociación
Manos por el Naranco en 1976
La cuesta vuelve a suavizarse cuando pasamos estas casas de Naranco...
Y, al pasar el
texu, la dejamos para subir por el prado arriba hacia Santa María
Y aquí la tenemos, siempre majestuosa, ya a nuestro alcance: un sendero nos marca el recorrido sin subir todo de frente y en recto por lo más abrupto de estos últimos metros de ascenso
Otra soberbia vista de la fachada sur con sus contrafuertes bien remarcados y las grandes ventanas-mirador
Está construida en sillarejo y mampostería de piedra arenisca, que se mezclaba, siguiendo el sistema ya seguido en tiempos de Alfonso II, con capas de mortero y cal. Las esquinas y contrafuertes son de sillar, pues se cuidaban especialmente por su papel en el sostenimiento de la estructura del edificio
Las fachadas occidental y oriental, como veremos, están más cuidadas. Esta es la fachada más visible, como bien hemos podido comprobar subiendo hasta aquí. Los peregrinos del Camino del Salvador pueden llegar a reconocerla, con zoom o con prismáticos, desde
La Manxoya, antes de entrar en el casco urbano, o incluso desde más atrás
Y el texu, bajo cuyas ramas sube también el sendero, ganado altura suavemente. Al fondo, entre los árboles, está San Miguel de Lliño, que visitaremos después
Más arriba El Cantu Borbotón (604 m), otra de las cotas de La Cuesta Naranco, como L'Altu la Rasa (622 m)
Ladera abajo, los bosques de Fontaninos, otro topónimo relacionado con los manantiales del monte
Por aquí abajo baja el arroyo de San Miguel que nace en La Fuente los Pastores, alimentando antaño a La Fuente del Naranco. Por la ladera de enfrente y entre los árboles sube el camino que desde el Centro de Recepción del Prerrománico llega a San Miguel de Lliño. Bajaremos por él tras ver dicha iglesia
Según nos acercamos, aumenta considerablemente la sensación de monumentalidad y majestuosidad de Santa María del Naranco, algo que sin duda encantaría al rey que auspició su construcción
Situada en otro de esos rellanos del monte que hacen de plataforma natural, sus medidas son 20 m de longitud por seis de ancho. Su altura total es de 9 m y su sistema de proporción ha merecido especial atención, pues sigue las directrices del arquitecto
Marco Vitruvio, maestro de la Antigüedad clásica, y su principio de simetría que recoge en su libro
De Architectura:
"La proporción es la conmensuración de las partes y miembros de un edificio con todo el edificio mismo, de la cual parte la razón de la simetría. Ni puede ningún edificio estar bien compuesto sin la simetría y proporción como lo es un cuerpo humano bien formado."
"
Simetría es la conveniente correspondencia entre los miembros de la obra, y la armonía de cada una de sus partes con el todo", afirmaba también el precepto vitruviano, por lo que la estructura general del arte ramirense y de todo el Arte Asturiano se sostiene sobre el principio de 'orden', que es "
una apropiada comodidad de los miembros en particular del edificio, y una relación de todas sus proporciones con la simetría". Así, "
La planta de Santa María del Naranco inicia su construcción a partir de la figura de un doble cuadrado de 20 m de longitud por 10 m de ancho, límites exteriores del edificio", explica Lorenzo Arias
En cuanto a la fachada occidental, la que permanecía en gran parte tapada hasta que se le quitó la rectoral adosada, su proceso geométrico de modulación se inicia en croquis sobre un cuadrado inicial de 10 m de lado a partir del cual se obtiene el rectángulo. En
Prerrománico asturiano, el arte de la Monarquía Asturiana Lorenzo Arias nos proporciona los planos y gráficos correspondientes en los que se aprecia su desarrollo
El sendero, de cantos y hormigón, hace una pronunciada y larga curva a la derecha
La perspectiva es desde aquí fabulosa; si bien al ir subiendo perdemos algo de ángulo de visión hacia el occidente, hacia el sur la vista gana en detalles al ganar altura, con una grandiosa vista del Aramo y, detrás, algunos puertos del sector central de la Cordillera
Abajo las casas de Naranco, con las antiguas escuelas y el centro de interpretación, por donde hemos subido. A lo lejos los montes que, a la derecha del Aramo, cierran el valle del Trubia, acceso a la capital desde Ventana
Más en la distancia, los cordales de La Mesa, Puertu la Mesa y Camín Real de la Mesa, puerta de Asturias por la Babia leonesa. Ramales principales de esos caminos se dirigían a Pravia, la capital asturiana de Silo y Adosinda, como señalábamos, y también hacia
Lucus Asturum, enclave astur romano al que sucedería
Ouetao u
Ovetus como
civitas principal
Los edificios de Les Campes, al pie del Camino Primitivo y, en la colina de enfrente, Santa Mariña, en Piedramuelle, al oeste de la ciudad, por donde la carretera general sustituyó al Camín Real o
Camín de Grao
Sector septentrional del Aramo, con La Mostayal (1.305 m) a la derecha y El Picu Gamonal (1.225 m) a la izquierda. Más abajo montes de Morcín y La Ribera, accesos a Oviedo/Uviéu por el sur
Más a la izquierda están El Picu Barriscal (1.719 m) y El Gamoniteiru (1.794 m), máxima cota de la serranía, de la que dicen los cantares pastoriles:
Adiós, acebín del valle
adiós, fuente de Braña Vieya
adiós, puertu del Aramo
adiós cabana cimera
Cadena de amor me echaron
non la puedo desatar
ya nun subiré al Aramo
el mió rebañu a pastiar
El Monsacro al buen sol de la mañana y Buenavista debajo con el estadio Carlos Tartiere, antigua zona de canteras. Más abajo asoman algunos edificios de La Florida y L'Argañosa
Acaba la cuesta, a la izquierda a San Miguel, a la derecha a Santa María. Fijémonos en los hitos metálicos, color herrumbre, que jalonan el trayecto
El camino a Santa María está enlosado, al igual que la explanada sita al pie de esta su fachada occidental
Esta fachada occidental es, como la oriental, la más trabajada y cuidada en su mampostería y detalles, con sillares tallados de manera bastante idéntica y regular, "
alcanzando esta técnica de labra una elevada perfección", según Lorenzo Arias
Durante las obras de 1985 se realizó un trabajo de limpieza y acondicionamiento del espacio exterior del monumento, incluyéndose una red de drenaje perimetral, de carácter reversible por si en algún momento se decidiese suprimirla o sustituirla
Abajo vemos el acceso occidental a la cripta interior, en concreto a la cámara existente en este lado, de incierta función, la cual se corresponde arriba con la tribuna-mirador del piso alto, en la que destaca la gran balconada a manera de ventana trífora que constituye la tribuna oeste de la gran sala del piso alto
Arriba, otra ventana trífora, sensiblemente más pequeña, es otro de los elementos clásicos del Arte Asturiano presentes en este edificio, si bien en este caso no es el único acceso a la enigmática habitación cerrada, 'camara del tesoro, 'cámara secreta', que presentan las iglesias de este arte sino que es visible desde dentro bajo la bóveda de este mirador
Esta fachada es simétrica a la oriental que veremos después, "El edificio encierra una perfecta armonía constructiva asentado sobre un zócalo que lo recorre perimetralmente", leemos en la Gran Enciclopedia Asturiana, mientras que Lorenzo Arias destaca esta observación sumamente importante respecto a este edificio único:
"Desde luego, al palacio del Naranco encierra un singular interés para el conocimiento de las construcciones palatinas altomedievales, al no haber llegado a nosotros ninguna edificación palatina, tanto de los conjuntos palaciegos carolingios como de la arquitectura palacial correspondiente a la monarquía visigoda."
Empezando por arriba, la composición de la ventana trífora es proporcional, aunque sensiblemente más pequeña, que la triple arcada central del mirador, con el arco central un poco más grande que los laterales

A sus lados unas líneas verticales con dibujo estriado labrado semejan pilastras y dividen el espacio de la fachada en tres partes verticales lo mismo que una imposta, también estriada, separa un falso segundo piso, que es el que en las iglesias prerrománicas corresponde a la 'cámara del tesoro'
Ahí en esa imposta tenemos dos cruces, semejantes a la Cruz de los Ángeles de la Cámara Santa, con el Alfa mayúscula y Omega minúscula apocalípticos, primera y última letras del alfabeto griego y por tanto símbolo del principio y fin de todas las cosas, refiriéndose a Cristo
La Cruz de los Ángeles se hizo según las crónicas en tiempos de Alfonso II El Casto, como dijimos y, de la misma manera que la Cruz de la Victoria, hecha posteriormente, con Alfonso III, se transformó en emblema de Asturias, esta lo hizo en el de Oviedo/Uviéu, ciudad y concejo
El culto a la Vera Cruz aparece antes reflejado en las pintadas en la iglesia alfonsina de Santuyano, también con el alfa y omega, sus precedentes se buscan en cruces visigodas, bizantinas, paleocristianas, tardorromanas, cada una siguiendo un modelo diferente
El culto a las llamadas 'Cruces de Oviedo' se mantuvo durante siglos y favoreció, como las Reliquias de San Salvador, las peregrinaciones salvadoranas, haciendo de la ciudad un gran centro de peregrinación medieval que llegaría a competir con la misma Santiago en la baja Edad Media
En un momento de cierto declive fue fomentado por el
Jubileo de la Santa Cruz concedido por el Papa
Eugenio IV en 1438, lo que reanimó grandemente la peregrinación a la Sancta Ovetensis e, indirectamente, favoreció que la fiesta grande ovetense fuese la de
San Mateo, pues en su día, 21 de septiembre, una semana después del día del jubileo, se terminaba la preceptiva penitencia para lograr la
Perdonanza
Unas estrías recorren la forma de los arcos de la ventana trífora, que empiezan en recto y se rematan en arco de medio punto, los cuales descansan sobre capiteles corintios de tema vegetal con collarín sogueado, otro detalle ornamental clave del Arte Asturiano. Collarín sogueado que se repite en la basa o base de la columna
Los fustes de las columnas no son lisos sino que presentan también líneas talladas en forma de sogueado helicoidal
Las imitaciones de pilastras laterales llegan, un poco más abajo de las cruces, a dos medallones o
clípeos, otra de las maravillas escultóricas del monumento, sitos entre los arcos de la tribuna del mirador o belvedere
Este es el de la derecha, existen 32 repartidos por todo el edificio, tanto al exterior como al interior, parece ser se trata de un elemento propio del arte oriental que pasó a occidente ya en la época bajorromana en palacios y basílicas
Y este es el de la izquierda, idéntico prácticamente al anterior. Son todos similares en cuanto a dimensiones y forma, con un doble círculo exterior con talla en forma de soga que delimita un espacio circular, a manera de cenefa, con filigranas que en este caso, tienen forma de
roleos que semejan polisqueles o símbolos solares rotatorios
Luego, en el centro del medallón, la temática también puede variar, esta es la de las aves afrontadas, similar en estos dos medallones
Pero sin duda lo más a destacar de la fachada es este gran mirador, abierto al sol de la tarde, con sus grandes arcos que imita la ventana trífora superior en todos sus detalles decorativos, filigranas y estructura artístico-arquitectónica
De sus cuatro columnas, dos son exentas o enterizas, las centrales, mientras que las laterales están anexas al muro. Las describe de esta manera Lorenzo Arias:
"Las columnas de la arquería conservan una labra de sogueado peculiar. Originalmente, existiría una balaustrada, con pretiles o antepechos, hoy desaparecidos, tal y como se puede deducir por la huella incisa presente en los laterales de las columnas. Los arcos son de medio punto peraltados y con las dovelas en piedra (se ha abandonado el ladrillo), clave en forma de 'T' de tradición bajorromana muy utilizada en la arquitectura siriobizantina. Es un recurso extendido, igualmente, en el mundo tardoantiguo: por ejemplo, en el mausoleo de Teodorico, en Ravenna. En la cara exterior del dobelaje se ejecutó un característico estriado "ramirense", rematado en forma semicurcular. Destaquemos que el conjunto de arcos que se encuentran en el interior del palacio conservan idénticas características a las descrita del frontis exterior. El nivel de triple arquería está delimitado, en sus partes superior e inferior, con un dibujo de líneas estriado."

Abajo, la base, otra imposta con dibujo lineal horizontal, estriado, separa en la fachada el mirador del piso bajo
Capiteles del orden corintio, con su collarín sogueado en la base
Columna anexa al muro, a la derecha, que parece confundirse con otra de las exentas, situada al lado meridional de este mirador, el cual veremos enseguida
Reparemos ahora en la simetría con el interior, la pared que separa este mirador de la sala central, con tres puertas de arco de medio punto, la central un poco más grande
Y, entre ellas, columnas sogueadas con capiteles. Encima bandas verticales con franjas de líneas estriadas
Los capiteles, eso sí, son diferentes; estos son cúbicoprismáticos con relieves enmarcados con sogueados; se reconocen, arriba, dos cuadrúpedos con la cabeza girada sobre su lomo. Más abajo otros dos cuadrúpedos mas diminutos y, a los lados, figuras humanas en las esquinas
Es un esquema muy similar al que veremos cuando pasemos al interior, también por los medallones situados arriba, entre los arcos
Estos medallones presentan no uno sino dos líneas de círculos concéntricas; entre ambas sí se repite el tema de los roleos geometrizados. En el interior uno de los "estilizados leones", como los describe Lorenzo Arias, que abundan en la decoración de toda la planta superior
A la derecha, otro medallón y otro capitel y columnas 'cuádruples' similares al conjunto anterior
De nuevo el concepto de simetría se hace patente en cada rincón y cada detalle del edificio
A los lados, los mismos capiteles en forma, pero con figuras acaso un tanto diferentes y, arriba, más medallones
Estos ya no los vemos tan bien, así como otras representaciones labradas un poco más arriba. No obstante, cuando accedamos al interior, los veremos lucir por entero en su totalidad
Justo al lado de Santa María del Naranco pasa la carretera, un poco más arriba; algunos coches se detienen para una parada momentánea y una visita más o menos fugaz, pero ni es buen sitio para aparcar ni tiene espacio suficiente para ello
Vamos así pasando a la fachada sur, la de los ocho contrafuertes y grandes ventanales de medio punto que divisábamos ya desde la distancia, pero que ahora tenemos justo enfrente de nosotros. Los ocho contrafuertes, que se corresponden con las columnas de la impresionante arquería ciega, recalcamos, que vamos a ver adentro junto con los magníficos arcos fajones sosteniendo la bóveda, se apoyan abajo en el robusto y ancho zócalo
Estos contrafuertes presentan también decoración estriada y "se adhieren rítmicamente a la estructura del del edificio en toda la extensión de sus paredes mayores, en correspondencia sincrónica con la arquería ciega interior, es decir, allí donde se concentran el empuje y las líneas de fuerza de la bóveda", explica Lorenzo Arias
En la consabida distribución de espacios de las tres plantas, abajo hay dos ventanas de arco de medio punto pertenecientes a la estancia occidental de la planta baja. Justo encima las dos arquerías del mirador o tribuna de este lado, más estrechas que las del costado occidental. Más arriba, el falso piso superior no necesita ventanas
Detalle de los contrafuertes de filigranas verticales estriadas y de los dos arcos-mirador de la tribuna occidental, con su rica decoración bastante similar a las de la pared oeste
Las columnas sogueadas y las vasas con collarín también sogueado. Más abajo la base con decoración estriada en horizontal
Los capiteles corintios y el arco también con su decoración estriada, acaso todo ello buscando transmitir sensaciones de naturalismo, movimiento, continuidad, paraíso, eternidad y otras
A través de estos vanos meridionales de la tribuna descubrimos parcialmente las columnas y capiteles del oeste, que antes vimos de frente; reparemos en el encaje de la antigua balaustrada que cerraría el mirador
Y también algunas del interior con sus capiteles cúbicoprismáticos, así como, al fondo los corintios de la parte norte
Los medallones y, sobre ellos, los cuadros esculpidos a manera de banda historiada
Arriba, dos figuras humanas parecen portar un paquete o fardo que sostienen con sus manos sobre sus cabezas. Abajo dos jinetes a caballo blanden espadas
Observemos ahora el remate de los contrafuertes, he aquí los cuatro primeros
Todos muestran un idéntico sogueado horizontal...
Abajo, arrancan líneas estriadas verticales...
Las cuales recorren todo el contrafuerte de arriba abajo, hasta su base en el zócalo
En este primer grupo de cuatro contrafuertes, entre los dos de la derecha, una de las grandes ventanas de arco de medio punto y lisas de esta fachada meridional. Son cuatro en total y algunos eruditos sospechan que en su tiempo pudieron tener celosías
La siguiente, más pequeña y situada algo más baja, era en realidad muy posiblemente puerta de un mirador o pórtico mirador de la sala principal o sala noble, tradicionalmente llamada aula regia, del primer piso. A continuación, la tercera y siguiendo la simetría, es una ventana propiamente dicha, similar a la primera, sita además justo antes de las aberturas meridionales del mirador oriental. En la práctica serían pues dos ventanas y una puerta, en medio, a alguna especie de balcón-mirador, o eso se especula mayormente
Abajo, la entrada a la sala central de la cripta (que se corresponde con la sala del piso superior o aula regia), protegida por muros y cerrada por puerta de rejería. Esta disposición espacial de Santa María del Naranco, con dos pisos superpuestos y dos espacios anexos laterales, parece seguir el modelo civil de villa noble extendida en el ámbito romano y que perviviría hasta la Edad Media
La ventana del medio era en realidad como hemos visto el acceso a un mirador y se corresponde, al otro lado, al norte, con la portada principal y entrada a la estancia superior, portada que se rehízo en obra gótica en el siglo XIII cuando el edificio pasó a ser iglesia
Del desaparecido pórtico-mirador, del que se conservan señales pero, a diferencia del existente al norte, aquí estaría sin escaleras de acceso desde el exterior
Abajo, la cripta existente ha sido comparada con la de Santa Leocadia, en la planta baja de la Cámara Santa de la catedral ovetense. Esta portada meridional tiene su simétrica también en el lado septentrional
Los otros cuatro contrafuertes son de características similares a los anteriores, de la disposición de esta iglesia podemos leer en la web
Asturnatura:
"Es muy difícil describir en estas pocas líneas una obra tan perfecta para su época. Exteriormente nos encontramos con un edificio rectangular con tejado a dos aguas, sobre un zócalo de piedra, que visualmente consta de tres zonas horizontales, separadas por franjas en piedra de otro color, de las que la primera corresponde a la nave inferior y las otras dos a la superior. El conjunto así creado produce una gran sensación de verticalidad."
Ciertamente, y esto sería común a muchas iglesias, la sensación de 'elevación hacia el cielo' también la transmite plenamente. Si acaso estamos ante un mausoleo real podemos imaginarnos las implicaciones religiosas que ello conllevaría
Los contrafuertes, en su remate con sogueado horizontal y, debajo, sus líneas verticales estriadas
El tejado no es el original pero se sabe sería de teja árabe
Su base, en el zócalo y, a la derecha, las ventanas de la estancia oriental de la planta inferior, donde se ha pensado estaba la piscina o zona de baños, que como tal se identificó durante las primeras obras de restauración. Consultamos de nuevo a Lorenzo Arias:
"En la pared oriental de la "cripta", se abre una puerta que da acceso a una dependencia semisubterránea a la cual se desciende mediante una escalera. Frecuentemente se identifica como baño real, si bien se considera cada vez menos probable que haya cumplido esta función, al conservar un desagüe a ras de suelo por la pared meridional y otro a media altura, y carecer totalmente de un acceso de entrada de agua canalizada. No cabe compararlo, pues, con un baño romano, con su caldarium, apodyterium, frigidarium, etc. Su incierta utilización suscita variadas funciones, sin que sea posible ofrecer, con seguridad, una respuesta, a la vez, convincente y sugerente."
Las dos ventanas de esta enigmática estancia son, como corresponde a este gusto por la simetría idénticas a las del lado izquierdo y tienen su correspondencia en el lado norte. Cuando visitamos el monumento el acceso a la planta inferior permanecía cerrado por lo que no pudimos entrar a ver sus estancias
En las excavaciones efectuadas por el erudito arqueólogo
Emilio Olávarri en 1985 apareció el desagüe original del edificio, el cual entra a través de muro, en este recinto, protegido dentro de una estructura de piedras, hecha a base de dos filas de lajas laterales y, sobre ellas, otras colocadas horizontalmente. Su trayectoria transversal llega a 1,90 m y está hecho con tubería de cerámica roja a base de tubos emboquillados
Tanto por su porte exterior, que se admira desde la distancia, como por su magnífico interior, sus soluciones arquitectónicas, su historia y disposición, los monumentos del Arte Asturiano siguen asombrando al mundo, lo que ha dado pie a sus precedentes, antecesores, origen y evolución, adelantándose al menos dos siglos al románico. Se plantean principalmente estilos visigóticos, bizantinos, lombardos, carolingios, paleocristianos, tardorromanos, etc., algunos existentes en las
villae cercanas pero, si bien tiene en común con todos ellos, también difiere al mismo tiempo

"... el Arte Ramirense es un rompimiento total con el resto del Prerrománico Asturiano. En sólo ocho años del reinado de Ramiro I se construyeron la pequeña iglesia de Santa Cristina de Lena y los dos edificios del monte Naranco, cerca de Oviedo, que pueden ser considerados como el grupo de monumentos más interesante de todo el arte altomedieval europeo, tanto por su valor intrínseco como por ser un compendio de las mejores técnicas constructivas que provienen de los periodos anteriores y, sobre todo, por los caminos que abría hacia todo el arte posterior.
Pero el Arte Ramirense es un rompimiento total con el resto del Prerrománico Asturiano, tanto en la estructura de sus edificios, como en su exuberante decoración esculpida sin ninguna relación en calidad, cantidad y contenido con el resto, como en la técnica de construcción, sus sistemas de cobertura, siempre abovedadas, o la sustitución de pilares por columnas con basas y capiteles, con la particularidad de que todo esto no se continuó en las construcciones de Alfonso III, que volvieron a las características definidas en tiempos de Alfonso II, excepto Valdediós que también se abovedó.
En cambio, en este periodo cada edificio corresponde a un programa integral, muy completo, para el que además se diseña y desarrolla toda la decoración escultórica que se inserta en su estructura. Son edificios construidos a base de sillares pequeños muy bien escuadrados y están totalmente abovedados. Las bóvedas se soportan sobre arcos fajones que están estribados en el exterior por contrafuertes y en el interior sobre columnas adosadas al muro como luego veremos reproducido en la arquitectura románica.
Los tres poseen una riquísima decoración esculpida en columnas, capiteles, basas, hiladas de piedra, discos y pilastras, en la que vuelve a aparecer la figura humana, que no se había utilizado desde la última época visigoda, así como temas geométricos, vegetales y animales en los que se ha querido descubrir influencias visigodas, orientales e incluso vikingas.
Dada la integración de todos los elementos de cada edificio, en los que sólo se utilizan materiales preparados expresamente para cada uno de ellos, parece indudable que fueron construidos no sólo por un mismo arquitecto, sino también por el mismo equipo de no pocos canteros, constructores y escultores con una gran formación y experiencia conjunta previa."
Queda pues averiguar quién fue el arquitecto de esta maravilla, "un genio desconocido", dice el autor de Turismo Prerrománico, quien se decanta por un nutrido taller de artistas mozárabes, aunque caben todo tipo de interpretaciones, hasta las literarias, como las de Fulgencio Argüelles en su citada novela histórica Los clamores de la tierra, en la que inventa un nombre para él, Eucles de Asti, quien habría recorrido medio mundo, desde más allá del oriente bizantino hasta el Atlántico, dejando huella de su obra
"¡Escúchame bien Eucles de Asti! ¡Vas a construir en esta ciudad los edificios más grandes y hermosos que hayas soñado jamás", pone así Argüelles en boca del rey Ramiro su exhortación al figurado arquitecto tras un comentario poco diplomático de este. Más adelante y al exponerse las condiciones, Ramiro dice "Son razonables. Pero yo también tengo mis condiciones. No quiero techos de madera. Los quiero de piedra. Sé que es posible"
Naturalmente, insistimos en que es una novela histórica, es decir, que en base a la historia real recrea una ficción, raro sería que el rey discutiese términos arquitectónicos pero... ¿acaso no imposible?, como cuando le pida al anciano sabio Magilo, otro personaje de la obra, saber desesperadamente cuántos años de vida le quedan, para poder verla culminada pese a que los enemigos acechan dentro y fuera de sus fronteras...
"El rey lo recibió en el cobertizo, donde ahora está dándole cuenta de sus recelos.
-No es este un día propicio para que podamos ver claro.
-¡Quiero saber cuánto tiempo de me queda!
-Señor, lo que acabáis de pedir no es un deseo razonable sino un infantil arrebato del alma.
-¡Magilo, no intentes engañarme! Yo sé que tú eres capaz de ver más allá del tiempo.
-Señor, no hay nada más allá del tiempo.
El rey estalla en un arrebato patético. Tiene un brillo agónico en la mirada.
-¡Tú estás más allá del tiempo!
Magilo (...) Ve al rey agarrotado por el miedo a la muerte y se le despiertan en el estómago esas comezones que siempre le advierten que tiene ante él a alguien con el destino perdido y el alma al descubierto. Piensa que la voluntad de los reyes, muchas veces, se asemeja a la de los niños.
-Tendréis tiempo, señor!
-¿Cuánto?
Le asusta al anciano errante el ansa desproporcionada de Ramiro. Ve cómo la impaciencia que el rey muestra por conocer el tiempo de vida que le queda está a punto de pararle el corazón.
-No menos de cinco años, señor.
(...) El rey está pensativo. Magilo expectante. No sabe si al rey le parecerán muchos o pocos los años de vida que acaba de pronosticarle."
De la novela volvemos al mundo real, llegamos a los miradores meridionales de la tribuna oriental, idénticos puede decirse a sus gemelos de la occidental
Las columnas sogueadas con capiteles corintios, los arcos y, al fondo, los medallones del muro norte
Sigue el modelo similar al del león estilizado que hemos visto en el mirador o tribuna occidental. Arriba la banda historiada con personajes
En el interior es donde se encuentra la reproducción del altar; esto y sus vistas hacia la ciudad hacen que enseguida se llene de visitantes
A veces hemos de esperar, si queremos captar una imagen sin gente
Columnas y capiteles del lado este, que ahora mismo veremos de frente. Observemos de nuevo el encaje de la balaustrada
El público se agolpa, siguiendo las explicaciones de los guías
Y saca fotografías de cada filigrana...
Los capiteles de la triple portada que comunica este belvedere con el aula regia o sala principal
Múltiples figuras entre sus sogueados triangulares, en zigzag
Más medallones y cruces
Otra vista general de este gran muro sur de Santa María del Naranco,
"El labrado escultórico de la piedra aumenta el preciosismo y la ligereza", apunta Luis Antonio Alías
Y ahora ya pasamos al lado oriental, donde estuvo la sacristía añadida, desmontada por Luis Menéndez-Pidal para devolverle al monumento su aspecto más fiel al original
No estaríamos ante una simetría plena con la oriental en el piso bajo, pues en este hay tres ventanas cuando en aquel solamente había una puerta. Corresponden también a lo que, posiblemente de manera errónea, se creyó era una zona de baños
Por lo demás si estamos ante un calco de la fachada occidental en todos los detalles, empezando porque, como en aquella, se ha cuidado más el remate de la piedra para su construcción
Luego, la estructura se repite con el mirador de sublime arquería trífora en el piso alto y la ventana trífora en el falso tercer piso que en las iglesias de la época alberga la 'cámara secreta' y aquí es un espacio abovedado, como veremos desde dentro. Así se describen ambas fachadas en
Asturnatura:
"En ambas, totalmente simétricas excepto en la planta inferior, toman mayor importancia las tres zonas horizontales, cada una con una estructura diferente pero formando parte de un diseño común de proporciones áureas y de gran belleza. La zona inferior, mientras que en el costado oriental cuenta con tres ventanas terminadas en arcos de medio punto, en el occidental tiene una sola puerta de entrada a la nave. Sobre ella en ambos se abre en el frente un gran balcón con tres arcos de medio punto peraltados, mayor el central que los laterales, que se apoyan en los costados sobre columnas con decoración de sogueado y capiteles de tipo corintio degenerado, adosadas a los muros las laterales, y dos arcos a cada lado, separados por pilares que corresponden a un contrafuerte en el exterior y con columnas y capiteles adosados, del mismo tipo que los anteriores. En las columnas aún se distinguen las hendiduras de sujeción de los pretiles de piedra que cerraban toda la balconada."

Y arriba, la medalla trífora y los medallones, junto con las bandas verticales estriadas que reparten el espacio de la fachada en tres partes:
"En la última zona existe una ventana, también de tres arcos, cada uno con dos columnillas y dos capiteles, algo mayor el central, creando una especie de copia de la balconada inferior pero de mucho menor tamaño. Esta ventana está enmarcada dentro de dos franjas verticales de decoración que parten de sendos medallones con representaciones de animales, situados entre los arcos de la zona inferior. Es muy interesante observar que tanto esta ventana, como el conjunto de la balconada parecen estar hechos a imitación de la ventana de tres arcos existente en la parte superior de la cabecera de San Julián de los Prados y San Pedro de Nora."
Hay unos detalles escultóricos diferentes a los de la fachada occidental. En estos la Cruz de los Ángeles se sostiene sobre un poste y, más abajo, hay una '
X' o Cruz de San Andrés
Los medallones son del estilo de los dos círculos de doble sogueado concéntrico y, en el espacio intermedio a manera de cenefa, nos parece identificar los "racimos y estilizadas hojas, alternando con tallos de vid y diminutas aves", de los que también nos habla Lorenzo Arias en el apartado La decoración escultórica del capítulo que a Santa María del Naranco dedica en su libro Prerrománico asturiano. El arte de la Monarquía Asturiana. La figura del interior es el león estilizado
El tipo de líneas o estrías que recorren los arcos de la ventana trífora tampoco son idénticos a los de la occidental. La temática vegetal de los capiteles y los sogueados sí parecen más similares
Otra diferencia es que aquí se colocó el altar procedente de la antigua iglesia de Santa María cuando los cultos se trasladaron aquí en el siglo XIII al arruinarse aquel templo que, luego, recuperado, pasó a ser de San Miguel
El ara del altar, que recordamos una vez más es una réplica fiel del original, contiene inscripciones de las que hablaremos en el interior
Columna exenta y columna adosada de la parte derecha con detalles de sus capiteles corintios
El fuste sogueado, el collarín también sogueado y el cesto de hojas son el motivo siempre repetido y presente...
Y ahora, las de la izquierda
Como en el caso del otro mirador, cuando estemos adentro contemplaremos mejor los capiteles, medallones y bandas historiadas del interior
Este medallón, por ejemplo, representa a un cuadrúpedo que no parece un león, sino acaso un caballo...
Vamos a acercarnos ahora a las ventanas del piso bajo
Están cerradas con ventanas ciegas de madera, como podremos comprobar
Pero presentan estas aberturas con la forma de la cruz de los ángeles que iluminan y airean el interior de las estancias
Desde ellas tal vez podamos ver algo del interior de la pretendida 'piscina', con su entrada enfrente. A la izquierda, las dos ventanas meridionales, cerradas y sin huecos
A la derecha del acceso desde la sala principal de la cripta vemos la estructura de la pared, de arquerías ciegas. Arriba, soportes de piedra para las vigas y entablado de madera del techo, que conforma la base del suelo del mirador sito encima, en el piso alto. Esta estancia, como su homóloga occidental, son las únicas que no están abovedadas en este monumento
Y ya pasamos a la pared norte, la más umbría, simétrica con la sur pero tampoco plenamente igual, empezando porque aquí es donde están las dos grandes escaleras de acceso
La escaleras forman un triángulo y en su cúspide hay un rellano en el que se dispone la portada de acceso, guardada por un pequeño pórtico o vestíbulo, con dos contrafuertes. Entre ellos hay otra portada de acceso a la sala principal del piso inferior
Además de los dos contrafuertes del pórtico, tenemos cuatro contrafuertes a la izquierda como hay otros cuatro a la derecha. Abajo hay una ventana y, entre esta y la escalera una pequeña puerta que da acceso a la estancia occidental de dicha planta baja, la del supuesto baño regio
Estos arcos del mirador repiten los mismos elementos que los demás, por lo que no vamos a repetirlos pues, además, los veremos desde adentro. Fijémonos igualmente en el altar y en los medallones del interior del muro sur
Sí puede ser interesante subir un momento la escalera hacia la carretera, pues desde lo alto tendremos sin duda mejor perspectiva de este lado septentrional del monumento
Una buena estampa general desde lo alto, sus muros son mayor espesor en el piso inferior que en el superior, robustamente construidos, "
se componen de sendos paramentos de lajas y pequeños bloques irregulares, con un relleno interno de mampuestos y mortero", tal y como nos informan el ya citado César García de Castro Valdés y
Sergio Ríos González en su libro
Introducción a la arquitectura en Asturias en los siglos VIII-IX, a lo que añaden:
"El carácter modesto de la labor de cantería y la conservación de pintura sobre alguno de los relieves apuntan a la existencia de enlucidos interiores y exteriores.
La articulación de las fachadas N. y S., lasa de aparejo más pobre, corre a cargo de estribos que penetran en el muro. Los paramentos entre estos contrafuertes son independientes, es decir, no siguen la correlación de hiladas de los paños vecinos."
El mirador occidental, que pasó a ser altar cuando el edificio de transformó en iglesia, mira directamente a la ciudad:
"En las fachadas E.y O. se localizan las piezas labradas de mayor calidad, especialmente en el piso superior, donde incluso podría hablarse de sillería. Los esquinales de ambos hastiales han sido profundamente rehechos en la mencionada restauración de 1929-34."
Otra muestra del impresionante trabajo de simetría, este es el escenario de otro de los momentos de la novela
Los clamores de la tierra:
"Hoy Ramiro no está en el cobertizo sino subido al balcón oriental del nuevo palacio, aún sin abovedar. Quiere estar solo. Por eso manda salir a Suero Pérez y a Escipión, que lo acompañaron hasta las obras, y al arquitecto Eucles, quien intentaba explicarle la disposición que tendrán las arquerías ciegas, las ménsulas y los siete arcos fajones para soportar el peso de la bóveda. A una indicación del arquitecto, Jonás ordena a los obreros que trabajan en la construcción de los contrafuertes y las escaleras del septentrión que suspendan su actividad. El rey está pensando. En los surcos profundos de su rostro de insomnio lleva agazapado el miedo a la muerte. Está sentado sobre uno de los capiteles, decorado por Arbidel, que espera ser colocado sobre una de las columnas sogueadas del mirador. Tiene los brazos caídos, las carnes flojas y la mirada triste. Al fondo, cubierta por una borrina espesa, se adivina la ciudad de Oviedo..."
Los contrafuertes del norte siguen un esquema arquitectónico y decorativo semejante a los del lado sur, si bien tal vez más desgastados sus sogueados en el remate. Volvamos la vista ahora, escaleras arriba, hacia el pórtico
Y este su arco de ingreso oriental en él, con su correspondiente columna sogueada y capitel corintio
Y este es el arco septentrional, que deja ver al fondo la portada gótica del siglo XIII
El arco ojival descansando sobre capiteles historiados con sencillos símbolos anuncian el paso del románico al gótico
La construcción de dicha portada confirmaba que este edificio pasaba a ser iglesia. Abajo, otra de las entradas a la sala central de la cripta
En el interior se guarda la lápida que se piensa podría ser la de Ramiro I, lo que confirmaría que estamos ante un mausoleo del monarca
Al fondo vemos la entrada sur, la que estaría bajo un pórtico elevado, pero sin escaleras para acceder al piso alto...
Si acaso pudiésemos entrar esta es la cripta mirando hacia la sala de 'baños', cuya estrecha entrada tenemos al fondo. La cripta es un espacio de bóveda de cañón de escasa altura, 2,8 m en su parte más alta; 11,50 metros de longitud y unos 4,20 de ancho. Se compara como dijimos con la cripta de Santa Leocadia en la planta baja de la Cámara Santa de la
Sancta Ovetensis, solamente que, a diferencia de esta, que se hizo de una vez, con una cimbra o estructura de sostén que se fue cubriendo de ladrillos, esta del Naranco se construyó empezando por los arcos fajones, abovedándose luego los espacios intermedios con la ayuda de cerchas o soportes, empleándose para la bóveda piedra
toba (porosa y ligera, de origen volcánico y poco peso) mezclada con argamasa ligera. Si bien el segundo sistema es un adelanto técnico ambos son de origen romano. Así dicen en
El Prerrománico Asturiano en
Emulsión Digital:
"La planta baja al igual que la superior, se divide en tres estancias, todas ellas de finalidad desconocida. La central tiene aspecto de cripta y se cubre con una baja bóveda de medio cañón construida en piedra y reforzada con arcos fajones. En su arranque, casi a ras de suelo, se apoya en un bajo banco que recorre todo el muro.
Las dependencias laterales poseen las mismas dimensiones y emplazamientos que los miradores de la planta superior. Son las únicas estancias del periodo ramirense que no están abovedadas y para su cubrición se emplean unos simples tablones apoyados en los extremos de los muros. La dependencia oriental alberga en su interior una profunda piscina y la occidental carece de comunicación directa con el interior del edificio. Para poder acceder a ella, debemos de atravesar una pequeña puerta situada en el exterior."
De la cripta, seguimos este lienzo norte y pasamos a la otra escalera, los cuatro contrafuertes de esta parte de la derecha y la arquería septentrional del mirador occidental, dando la vuelta completa al edificio
Y aquí tenemos las arquerías de este mirador, que con estas ya las hemos visto todas exteriormente y aguardamos admirarlas enseguida desde el interior...
Como todas, con sus sogueados y arcos estriados que descansan sobre capiteles corintios
En la columna exenta del oeste, el encaje de la antigua balaustrada, la cual separaría el suelo del mirador del umbral, evitando la caída de quienes se asomasen a él
Volvemos a bajar hacia el muro norte del monumento, en dirección a la escalera
Y por ella, emprendemos la subida al piso alto
A nuestra derecha, los poderosos contrafuertes...
El arco occidental del pórtico, el cual también está cubierto con bóveda de cañón hecha con arcos fajones, como bien podemos ver
La portada gótica o tardorrománica, con su arco apuntado u ojival sostenido sobre jambas. Más allá, una de las columnas del arco oriental, antes veíamos desde afuera
Presenta una decoración del tipo denominado 'puntas de diamante', elemento de cuadraditos con apariencia de pequeña pirámide que es habitual en el románico y el gótico
Por aquí accedemos al interior, al fondo vemos el arco sur, el del desaparecido pórtico-mirador meridional, "
El pavimento está compuesto de un enlosado sobre el que se superponen sucesivamente un lecho de cantos y un opus signinum de poca calidad.", destacan en
Emulsión Digital
Miramos a la izquierda, hacia el mirador norte, pero admiremos arriba la famosa bóveda de medio cañón, también de piedra tova, con sus arcos fajones, la gran ruptura del estilo ramirense con las cubiertas de madera a dos aguas del periodo anterior y otros posteriores."El examen de las bóvedas efectuado por Menéndez Pidal puso de manifiesto que éstas no apoyan sobre los fajones, sino que van adosados a ellos, por lo que se puede considerar a Santa María del Naranco un anticipo de las soluciones arquitectónicas del románico", esgrimen García de Castro Valdés y Sergio Ríos González en su Introducción a la arquitectura en Asturias en los siglos VIII-IX. En Emulsión Digital explican de esta manera
"La planta superior se caracteriza principalmente por la presencia de dos miradores, uno a cada extremo, que se configuran como espacios rectangulares abiertos a los cuatro costados mediante arcuaciones de medio punto peraltadas sustentadas por columnas de fuste estriado, basas áticas y capiteles corintios y figurativos. Se recubren con bóveda de medio cañón y un fajón."
Vista a la izquierda, hacia el mirador occidental; los arcos fajones están formados por dovelas o piezas de piedra que soportan esta bóveda de cañón, las cuales descansan en ménsulas, bajo las que vemos, esculpidos, más medallones. En Emulsión Digital nos advierten que los tímpanos o espacios entre los arcos fueron cubiertos con hormigón en las restauraciones de Luis Menéndez Pidal:
"La estancia principal está dominada por la simetría, las proporciones y la armonía rítmica impuesta por la sucesión de siete arcos de medio punto peraltados embebidos en cada uno de los muros largos. Sus dimensiones van disminuyendo en alto y ancho según se alejan del arco central, que a su vez perfora el muro y ejerce el papel de puerta, produciendo un efecto óptico de alargamiento de la sala. Los arcos descansan sobre haces de cuatro columnas de fustes sogueados con capiteles troncocúbicos que se mimetizan al exterior a través de los contrafuertes. Estas a su vez se levantan sobre un pequeño zócalo de unos 25 centímetros que recorre el muro. A cierta altura sobre la arquería se coloca una imposta de la que arranca la cubierta abovedada de medio cañón, construida en piedra toba. Está reforzada con siete arcos fajones que segmentan su superficie en 8 tramos. Se prolongan hacia abajo mediante una faja decorada con figuras humanas en relieve y un medallón de dos círculos concéntricos sogueados (el exterior de ornamentación abstracta y el interior con animales fantásticos), que coincide en su ubicación con las enjutas de los arcos.
Para dar paso a los miradores laterales, se practica en el muro este y oeste una triple arquería, a modo de arco de triunfo romano. Los tímpanos de estos arcos fueron cubiertos con hormigón en una restauración llevada a cabo por Menéndez Pidal entre los años 1929-1934 para facilitar la colocación de unas puertas. Sobre este sistema y hasta llegar a la cubierta se extiende una gran muro en el que se abre un vano para aligerar el aspecto de masividad y pesadez que de otro modo podría provocar. A sus lados penden unos colgantes y medallones que repiten los motivos de los ya vistos en los muros norte y sur.
En lo referente a la decoración, desconocemos si el salón estuvo pintado y el tipo del mobiliario que albergaba. No obstante han perdurado los motivos escultóricos que la embellecen. El repertorio temático es amplísimo y va desde la figura humana a las bestias fantásticas, sin olvidar la ornamentación geométrica o los animales de procedencia oriental, posiblemente extraídos de piezas de metal y tejidos persas y bizantinos."
Son en total siete los arcos fajones, empezamos ahora dirigiéndonos, de la puerta, al mirador oriental. Este tipo de solución es uno de los precedentes de la bóveda de cañón en el románico, mientras que sus antecedentes serían mausoleos romanocristianos o bizantinos:
"Así la bóveda, reforzada por los arcos fajones, se apoya en ménsulas, las cuales descansan en una imposta que recorre toda la base de la bóveda. Las ménsulas están situadas en la vertical de los haces de columnas adosadas al muro. En el exterior, se establece una correspondencia alternativa de las columnas con estribos o contrafuertes, creando un preciso sistema articulado de contrarrestos que refuerza la estructura arquitectónica, anticipo de soluciones plenamente románicas."
Una arquería ciega recorre las paredes norte, sur y tramos cortos, otra solución constructiva original, que configura espacialmente este piso principal o sala noble. Son en total siete tramos de arcos de medio punto en las paredes mayores mas otros tres en sus lienzos cortos transversales, que crean un sistema de apoyo y articulación de la estructura, comentado de esta manera por Lorenzo Arias:
"La secuencia rítmica de los arcos ordena su espaciamiento de acuerdo a un rhythmos basado en criterios geométricos y de proporción. Los arcos experimentan una gradual disminución, con el propósito de crear una impresión óptica de alejamiento en el observador y sugerir, así, la ilusión de mayor profundidad. Esta captación subjetiva de un espacio magnificado se consigue con la subdivisión proporcional de las dimensiones horizontales de la arquería, mediante una gradual disminución del diámetro de cada uno de los siete arcos de la arcada ciega. La altura del eje sobre el cual se distribuyen las circunferencias teóricas de los arcos permanece en todo momento con una magnitud uniforme. Merced a esta "corrección" arquitectónica, el observador, situado en el centro de la sala, podrá percibir un fenómeno de acentuación del descenso de la línea del techo y ascenso de la línea del suelo, a la vez que una perceptible sensación de profundización del espacio."
La columnas sogueadas se agrupan en haces de cuatro fustes, con sus collarinos también sogueados en la basa y bajo los capiteles
Y este es uno de los capiteles cubicoprismáticos, como se refiere a ellos Lorenzo Arias, de Santa María del Naranco, de los que ya hemos visto alguno desde el exterior, mirando hacia el interior de los miradores
En la parte central del cesto cuatro cuadrúpedos, los de arriba más grandes y que vuelven la cabeza sobre su lomo. A los lados y dentro de los triángulos sogueados aparecen sendos personajes de cuerpo entero
A los lados y a continuación de los primeros, aparecen series de más, un poco más pequeños
Son los elementos que Lorenzo Arias dice "
responden a motivos bizantinizantes", existiendo "
modelos similares pero más modestos en San Pedro de la Nave, iglesia hispanovisigoda del siglo VII"
Sin embargo hay un elemento decorativo que los diferencia y que sigue una tradición local ya empleada por Alfonso II en Santuyano, los collarinos sogueados en la base de los capiteles. El sogueado existe en el arte desde la más remota antigüedad, imitando cuerdas y dando sensación de perspectiva y movimiento, además de repetición
En Asturias se encuentra al menos desde época castreña prerromana y acaso su origen hubiese que buscarlo en incisiones hechas con cuerdas en la cerámica antigua, modelo que luego se cincelaría en volumen
"
Está recorrida en sus lados mayores por una arquería ciega que se apoya en dobles columnas de fustes sogueados de origen celta", explican de esta sala de Santa María del Naranco en
Wikipedia
La arquería ciega no era exactamente una novedad en el Arte Asturiano, ya la habría empleado Tioda en tiempos de Alfonso II El Casto para la capilla mayor de Santuyano, aprovechando incluso materiales más antiguos, sin duda de una
villae, pero este recurso llega a su esplendor aquí, en Santa María del Naranco, siendo otro de los avances a su tiempo que, doscientos años después, asumirá el arte románico
Y en la web
Orígenes de Europa explican así esta impresionante composición arquitectónica que sirve de soporte a la estructura del edificio y de esta nave en concreto, así como base y lienzo para un trabajado conjunto escultórico:
"gran nave abovedada sobre seis arcos perpiaños que se apoyan sobre manojos de cuatro columnas bajo un único capitel, que corresponden a los contrafuertes exteriores y que forman sobre los muros laterales la base de una arquería ciega, soportando además los arcos perpiaños mediante estructuras formadas por una ménsula, una pilastra decorada y un medallón semejante a los descritos en las balconadas, todo ello situado sobre la vertical del capitel."
Los grandes vanos, enormes ventanales, ofrecerían la entrada de luz al interior, así como el frescor de los circundantes bosques de La Cuesta Naranco, donde se podría aventurar, con la imaginación de algún
lucus o
nemeton, espacio sagrado natural, precedente acaso de toda construcción
El personaje que tanto se repite en estos capiteles es el "
misterioso hombre del bastón", como lo describe Luis Antonio Alías, para el que podríamos explicar mil conjeturas sobre quién puede ser o qué significa realmente, pero el significado habríamos de buscarlo no ya solamente en todo el entramado escultórico sino en la misma función del edificio realmente
Observamos que ya se habría perdido una también enigmática prevención para con la representación de la figura humana que sí se encuentra en Santuyano, la cual ha dado lugar a si hubo alguna idea iconoclasta en alguna fase temprana del Reino de Asturias o si se trataba de un recurso artístico-religioso motivado por la razón de dicho templo
Pero aquí figuras humanas, y de animales, aparecen por doquier, junto con los omnipresentes sogueados de todo tipo y en todo lugar
Un esquema de una columna completa, con sus cuatro fustes...
El capitel, con su bestiario y sus personajes...
Con sus sogueados triangulares y de arco de medio punto, y los collarinos
El misterioso hombre del bastón, que parece llevar un hábito...
Y la basa, también con sus collarinos, sobre pedestal, que eleva su arranque desde un poco más arriba del suelo
Vamos a pasar a los medallones o clípeos, otro de los motivos constantemente repetidos, hasta 32 veces, en la escultura de Santa María del Naranco, "distribuidos en todo el palacio, teniendo formas características comunes en cuanto a forma y dimensión, pero variando sus motivos", como explica Arias y como ya hemos tenido ocasión de comprobar en el exterior
Dos círculos dobles sogueados y concéntricos con elementos geométricos o naturalistas entre ellos y, en medio, un animal alegórico, aquí un cuadrúpedo
Unos de los leones, cuya cola se extiende encima del lomo del animal, haciendo una rosca
"En lo referente a la decoración, desconocemos si el salón estuvo pintado y el tipo del mobiliario que albergaba. No obstante han perdurado los motivos escultóricos que la embellecen. El repertorio temático es amplísimo y va desde la figura humana a las bestias fantásticas, sin olvidar la ornamentación geométrica o los animales de procedencia oriental, posiblemente extraídos de piezas de metal y tejidos persas y bizantinos", esta es la explicación que nos ofrece
Emulsión Digital
Miramos más arriba, hacia la bóveda, pues seguimos con la temática artística cincelada en estas nobles piedras de Santa María, atendiendo como siempre a Lorenzo Arias:
"En las paredes longitudinales de la sala noble, y en los lienzos norte y sur de los miradores, los clípeos quedan ensamblados a las ménsulas por fajas, o bandas historiadas, sobre las cuales se apoyan los arcos perpiaños..."
Y aquí, "
El enmarque arquitectónico de los mismos lo constituye un sencillo cordón, a modo de soguedado", el cual enmarca un cuadro cincelado con cuatro figuras humanas, cada una debajo de un arco sogueado cuya base son columnas con sus fustes, basas y capiteles
Las figuras se dividen en dos pisos, las de arriba son dos personajes con trajes largos en los que se han cincelado los detalles de sus pliegues, "con una técnica de talla que consigue en sus perfiles un acabado redondeado y suave". Alzan sus manos sobre las cabezas llevando fardos o cajas, un motivo de difícil explicación pero que dos siglos más tarde aparecerá en los canecillos románicos. Abajo aparecen dos jinetes, enfrentados y blandiendo su espada. Se reconocen sus ropajes y las bridas y correajes de los caballos

El doctor
Fernando Martín, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, en estas representaciones "subyacen sin duda factores de representación ideológica que, de forma latente o explícita, trasladan la imagen que la sociedad se hacía de su propia perfección", y estos serían los "
bellatores, hombres de espada cuyo poder coercitivo se halla al servicio de la protección y la defensa de la iglesia, representan el ordo laicus, mientras que los oratores, hombres de oración -también en los solitarios de los capiteles- encarnan el ordo clericales."
Es decir, estaríamos ante guerreros abajo, guardianes de la iglesia, mientras que arriba son clérigos. "De este modo, el aula despliega la alegoría altomedieval del Regnum y del Sacerdotium en sus relaciones de complementariedad. En un plano inferior, dependiendo de las bandas, los animales custodian el más inaccesible de los lugares sagrados: el paraíso, arquetipo celeste que conforma el monumento."
Y Luis Antonio Alías, en El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios, dice evocadoramente de la obra escultórica de Santa María del Naranco:
"El labrado escultórico de la piedra aumenta el preciosismo y la ligereza: bandas y medallones, entre los arcos de la arquería ciega interior o de las arcadas externas, conteniendo jinetes afrontados, figuras humanas y dragones, dobles columnas sogueadas del interior con capiteles decorados -fieras, misterioso "hombre del bastón"-, elegantes capiteles corintios de las columnas en que se apoyan los arcos de las balconadas; asturianísimos fustes sogueados, tan asturianos como los destacados relieves de la Cruz de los Ángeles..."
La bóveda, sobre la parte más oriental de la sala central o noble, compendio de sus arquerías ciegas, portadas a los miradores y esculturas...
"La bóveda de piedra, pericia arquitectónica que sustituye a las techumbres de madera -Asturias el primer lugar del occidente cristiano medieval en que se construyen- se descarga sobre los muros con arcos fajones paralelos. A la vez que desvían las fuerzas hacia la arquería ciega logran un indudable efecto decorativo."
Arriba, sobre las tres puertas al mirador, una gran hornacina en el muro acaso albergase en tiempos alguna imagen. Mas abajo se repite el esquema de arcos recorridos por rayas o líneas estriadas, medallones y capiteles con los consabidos motivos...
Y, sobre los medallones, la Cruz de los Ángeles con el Alfa y Omega, como vimos igualmente en el exterior
Dice
Wikipedia... "
Alfa y omega (en griego: Α- Ω o ω) son la primera y la última letra del alfabeto griego, tradicionalmente se utiliza como frase de principio y fin. En el libro del Apocalipsis se encuentra esta combinación para referirse a Jesucristo y por ende a Dios, y a menudo se adjuntan con la cruz, el crismón u otros símbolos cristianos."
Traspasando el umbral al belvedere, tribuna o mirador
Los personajes del bastón y las fieras alegóricas, en el capitel de la izquierda, separando los muros este y sur
Siempre sobre sus correspondientes cuatro fustes sogueados
Esquema idéntico en el capitel de la derecha, muros este y sur

Aunque aquí, en la zona derecha del capitel, no están los cuadrúpedos pequeños de la parte inferior, donde hay una especie de hendidura, acaso para colocar cualquier pieza o soporte
Los cuadrúpedos, que tanto los grandes como los pequeños asemejan leones, en uno de los capiteles intermedios
Fantástico paisaje al pasar al mirador, caminando sobre su suelo de madera (que abajo coincide con las estancias de la planta baja), dando vista a los prados de La Cuesta Naranco atravesados por la carretera, enmarcados dentro de los tres arcos sobre columnas que sirvieron de inspiración como anagrama del lema Asturias Paraíso Natural
El altar con el ara fundacional que, repetimos es una reproducción del original, el cual se muestra en el Museo Arqueológico de Asturias, siendo su emplazamiento original la iglesia de San Miguel de Lliño y traído aquí cuando dicho templo se vino abajo, estableciéndose aquí la nueva iglesia en su sustitución.
Tiene dos partes, una es un bloque macizo inferior, a manera de podio, cuyas medidas son 0,87 m x 0, 90 m, tendiendo al cuadrado, con una altura de 0,70 m, y la otra una gran placa a manera de mesa colocada encima, de 1,05 m de longitud por 0,80 m de ancho y 0,20 de espesor. La inscripción fundacional, de Ramiro y su esposa Paterna, se extiende por los cuatro costados de la placa y ocupa varias líneas
Tiene además una franja ornamentada en '>>>>>> X <<<<<<' o "ribete ornamentado con un tallo de hiedra, percibiéndose una cruz en su zona central". Se han localizado aras similares de origen visigodo aunque la franja ornamental parece de inspiración bizantina. La transcripción de su texto en latín, 'rellenando' las consabidas abreviaturas (en minúscula entre paréntesis), así como las letras desaparecidas en roturas (en minúsculas sin paréntesis), se ha interpretado de varias maneras, más o menos parecidas. Esta de su frente sería, según Lorenzo Arias:
+CHRIstE FILIVS Dei Q(ui) IN VETRO VIRGINIS BE (ata) E MARIAE INGRESSVS ES SINE HV
Siguiendo por la derecha podríamos leer:
MANA CONTEPTIONES ET EGRESSVS SINE CORRVPTIONE QUVI Per FAMVLUM
Del lado que mira al exterior es la inscripción más larga:
TVVm RANIMIRVm PRINCIPEm GloriOSVm CVM PA (ter) NA RE (gina) CONIVGE RENO VASTI (hoc)
HABITACVLVm NIMIA VETVSTATE CONSVmPTVm E (t pro) EIS ADEDIFICASTI HANC HA RAM B (enedic)
TIONIS GLoriOSAE SanCtE MARIAE IN LOCVm HVNC SV mM EXU(audi)EOS DE CAELO Rum HABITACVLO TVO ET DIM(itte peccata)
(e) ORVM QVI VIVIS ET REGNAS Per INFINITA SaesCuLOrum AMEN (di)E VIIIIº KalenDaS IVLIAS. ERA DCCCLXXXVI A.
Su lectura, aunque dividida en estos cuatro lados, es un solo texto, cuya traducción es esta para el arqueólogo y profesor
Emili Camps Cazorla:
"Oh Cristo, Hijo de Dios, quien en el vientre de la Virgen Bienaventurada María entraste sin humana concepción y saliste sin corrupción, que por el siervo tuyo Ramiro, Príncipe Glorioso, con Paterna, Reina, su mujer, renovaste esta morada por la demasiada antigüedad consumida y por ello edificaste este ara de bendición a la gloriosa Santa María en este lugar elevado, óyenos desde tu morada de los cielos y perdona los pecados de ellos. Que vives y reinas por los infinitos siglos de los siglos. Amén. Día nono de las Kalendas de julio. Era de 886."
(La era 886 corresponde al 23 de junio del año 848)
Sobre el ara, una 'R', acaso de 'reproducción', el año de 1925 y el nombre de GIL... o eso nos parece
Pasamos revista a los componentes artístico-arquitectónicos del mirador, como las columnas exentas, mirando al oeste...
Y las adosadas, con sus capiteles, a la derecha...
Y, sobre ellos, las cruces de los Ángeles con el Alfa y Omega. En el medallón identificamos lo que nos parece un león estilizado u otro felino, fiera o cuadrúpedo caminando, con la cabeza mirando de frente, larga cola enroscada y detalles de su piel
Aquí un dragón de larga cola que también se enrosca, aquí con la cabeza asimismo mirando de frente. Se reconocería una línea dorsal en su lomo
Más arriba la ventana trífora, explicada exteriormente
Columnas sogueadas, capiteles corintios, triple arco (se ha querido ver una analogía con la Trinidad en la numerología constructiva y ornamental del edificio), etc. Observemos el grosor de los muros
Y la cubierta, también de bóveda de cañón, del mismo tipo que el resto de este piso, ofreciendo continuidad en sus tres secciones, la sala o aula regia y los dos miradores
Miramos ahora al sur, desde el mirador a la ciudad y la Cordillera
Los arcos, más pequeños, de esta parte del mirador...
Ya estamos frente a todos esos detalles que, desde abajo, veíamos a distancia
Las hojas de los capiteles corintios, esplendor naturalista del motivo vegetal, ¿sensaciones del paraíso terrenal y/o del nemeton o lucus del bosque?
Sí nos hicimos una idea, subiendo, de todo lo que dominaban con la mirada el rey y su gentes
Haces de columnas sogueadas...
Capitel con varios personajes del hábito y el bastón, ¿monjes, personalidades del séquito real, ritual?
Los cuadrúpedos, siempre en posición heráldica y en actitud de correr
Más personas apoyadas en un bastón, varían los tamaños pero la postura y vestimenta es siempre la misma
Una impecable composición...
Esta columna aparece más gastada
En los dominios del rey Ramiro, martirio de sus enemigos, ganó una guerra civil, expulsó a los vikingos, rechazó a los musulmanes, gobernó con miedo constante a ser depuesto y objeto de venganza, y gobernó no muchos años, pero los suficientes para que también la cultura y su espacio tuviesen cabida en su traumático reinado
Es hora de mirar arriba, a los medallones, franjas historiadas, ménsulas, cruces, arcos y bóveda, todo el consabido repertorio...
Que parece hecho a molde, pero fue a golpe de cincel, sobre ciertos modelos que se repiten, adentro y afuera
El gusto, posiblemente hasta la obsesión, por la simetría...
Deambulamos por el mirador, no nos cansamos de mirar, adentro y afuera...
Y ahora, al más sombrío y expuesto lado norte, guardado por la cuesta de la montaña

Los capiteles corintios, al fondo, la escalera a la carretera, a donde subimos para ver un poco más alto todo el conjunto
Otros se mantienen bastante mejor...
Las hojas, trabajadas al detalle con la representación de sus nervios
Y, al darnos ya la vuelta, el muro occidental del mirador, sobre sus portadas...
Arcos, medallones o clípeos, cruces, capiteles, columnas sogueadas...
Un magnífico equilibrio en el que disfrutaremos con la vista y la imaginación, merece la pena, reiteramos como decíamos al principio, dedicar al menos una jornada a conocer la ciudad y alguno de sus lugares y monumentos más representativos, no pocos de los tiempos en los que aparecía y se divulgaba el culto jacobeo con las primeras peregrinaciones
Y ahora nos dirigimos a la zona occidental del aula regia, sala principal, palacial, o como se quiera llamar a este espacio concreto de las arquerías ciegas, dirigiéndonos al mirador del oeste
Ahora, a la izquierda, el mirador meridional...
Continúa la arquería ciega con su pléyade de maravillas cinceladas por manos maestras, ¿acaso todo un taller itinerante, o un arquitecto que contrataba maestros, canteros, obreros, especialistas solo o de acuerdo con el rey o sus consejeros?, ¿taller local o venido de fuera?, ¿dónde y de quién aprendieron, qué y con qué experimentaron?, muy posiblemente nunca lo sepamos a ciencia cierta
¿Existe una continuidad del arte ramirense o los artistas, maestros y arquitectos del reino vuelven a las soluciones anteriores?, ?adaptan al menos alguna posteriormente?. Las bóvedas de cañón, por ejemplo vuelven a aparecer unas veces (Valdediós) pero en otras no (Priesca). En la segunda parte de esta entrega dedicada a Los Monumentos del Naranco abordaremos más extensamente el tema de los desconocidos autores de estas maravillas y las teorías al respecto
Las arquerías ciegas también aparecerán en la cabecera de
San Salvador de Priesca, por ejemplo, así como en una pared conservada en la gijonesa iglesia de
San Salvador de Deva y, repetimos, serán bastante habituales en el románico
Las paredes del muro norte, como las del sur, que como hemos dicho no están tan 'cuidadas' como las de los miradores laterales, y que ahora vemos en el espacio entre las arquerías ciegas
El concepto de repetición puede haber pasado a ser un recurso decorativo pero sin duda pudo tener razón de ser en la transmisión de conceptos como lo inmutable y eterno. En capiteles historiados, exceptuando los corintios y de tema vegetal, no suele verse demasiado esta reiteración tan numerosa en un solo edificio
No vamos a repasar, uno a uno cada capitel, pero sí transmitir en unos cuantos de ellos esta reincidencia que acaso evoque lo infinito, aunque el abanico de interpretaciones puede ser amplísimo
La repetición, y la simetría, en la pared interior del lado occidental en los elementos que la componen, desde la base de las puertas, un peldaño más altas que el suelo de la sala, hasta la gran hornacina sobre el arco central, siempre ligeramente más grande, y la bóveda, pasando por el elenco de columnas, arcos y capiteles, medallones, cruces y franjas de oradores y jinetes guerreros
Como en un juego de buscar errores, podemos hallar pequeñas diferencias, aquí, pongamos por caso, en este medallón o clípeo, con lo que pueden ser dos seres fantásticos "
con cabeza de un animal indefinido y cuerpo de ave", rodeados de filigranas entrelazadas
Otro estilizado león, fiera o cuadrúpedo de primorosa y larga cola sobre el lomo, haciendo la clásica rosca
Puerta de la izquierda con su arco superior y sus grupos de columnas con sus capiteles, el de la izquierda entre las paredes sur y oeste
Arco del medio, el mayor...
Y puerta de la derecha, todo con su consecutiva reiteración de motivos
Acercándonos a la pared norte, empezamos por el capitel de la esquina...
Volvemos a apreciar que nos resulta evidente que puede ser la parte más castigada por humedades y paso del tiempo, aún así se aprecian mayormente los detalles
La arquería ciega de este lado, con sus clípeos y franjas labradas arriba
Se aprecia la inclemencia de las humedades
Especialmente en puntos concretos, tal que este...
Crece el moho verde...

Zona de uno de los ventanales que acaso tuvieron en origen celosías, aunque no es plenamente seguro
No dejemos de mirar a lo alto, no dejemos de buscar diferencias y hallar la originalidad
Nos parece reconocer a dos aves de cuello largo que nos recuerdan a cines en este medallón
Lo demás nos parece, mejor o peor conservado y perfilado, idéntico a lo que hemos visto ya
¿Y aquí qué hay?

No lo reconocemos bien, la figura representada en la 'diana' de este medallón
Pero vamos a pasar ya al mirador occidental, que viene a ser lo que nos queda por ver de Santa María del Naranco
De frente, el camino por el que hemos subido hasta aquí. Más allá el bosque que tapa
San Miguel de Lliño, nuestra siguiente visita, a la que dedicamos la segunda parte en otra entrada de blog
Las columnas con sus hendiduras para la desaparecida balaustrada de cierre...
Capiteles corintios de columna exenta y columna adosada, la de la derecha...
Hojas, nervios y tallos...
Y ahora, las de la izquierda
Motivos esculpidos hasta el más mínimo detalle, lo que les confiere gran verosimilitud
Y, siguiendo lo que ya nos es cotidiano, miramos arriba a la ventana trífora
Pero fijemos primeramente la mirada en los clípeos entre los arcos
Y el de la izquierda
Ahora sí, la ventana, simétrica con la del muro oriental, como todo en este muro occidental, tal y como vimos por fuera y ahora confirmamos por dentro...
Y, más arriba, la bóveda de cañón con su pertinente arco fajón
El paisaje, enmarcado por estos arcos, se hace especialmente sugerente, no es extraño que haya inspirado el anagrama turístico de Asturias
Volvemos a mirar abajo, a las arquerías meridionales, que miran al Texu del Naranco, por donde sube el sendero que nos trajo a estos majestuosos monumentos ramirenses
Columnas y su encaje de balaustrada o cierre inferior
Desde aquí, y justo a la derecha del tejo vemos los campos y arboledas donde estaba el castro de Monte Alto, antecedente poblacional de estos parajes desde época prerromana, del que escribe
Carlos López Llaneza en su blog
Es Oviedo:
"Monte Alto es un escalón o contrafuerte del borde inferior del Naranco, situado al Noroeste de Vallobín, a 312 metros de altitud y al sur de los monumentos prerrománicos de Santa María del Naranco y San Miguel de Liño. De hecho, se ha resaltado la importancia de este recinto por su cercanía a los monumentos y a una posible villa romana en el Naranco. El castro, por desgracia, totalmente desaparecido, se hallaba en la zona superior del contrafuerte y constaba de un recinto un poco ovalado de 72 metros de longitud Norte-Sur y 85 Este-Oeste. El recinto estaba protegido por un escarpe de 4 metros de altura, rodeado de un foso que se conservaba en el cuadrante Noroeste del castro. No existían restos visibles de construcciones, ni de la muralla o del parapeto que sin duda tuvo sobre el escarpe, al menos en el lado norte, frente al istmo que enlaza el contrafuerte con el monte. La ausencia de restos visibles de las antiguas construcciones, obedecería al aprovechamiento de la piedra de los mismos en las edificaciones posteriores del contorno o a que se trataba de un castro con empalizada y vivienda de madera. Es muy probable que se tratase de un castro-torre o de una torre de vigilancia que controlaba, dada su posición prominente sobre la ciudad, toda la cuenca ovetense y el paso de los caminos hacia Lucus Asturum y la ciudad romana de Gigia. Y todo esto lo sé, no porque haya hecho yo excavación alguna en el parque; no... sino gracias al gran trabajo y horas de estudio que hicieron en 1964 José Manuel González y Fernández Vallés, apodado cariñosamente por los que gozaron de su amistad en vida como "piedrina". Algún día habría que reivindicar y recopilar la ingente obra de este gran estudioso de nuestra historia antigua.
Cuando paseen por el parque piensen que otros ojos, mucho antes que nosotros, disfrutaron también de ese soberbio paisaje que se desliza, plácido y armónico, hacia el horizonte montañoso que configura y circunda nuestra maravillosa Asturias Central."
Al fondo vemos el Aramo y el Monsacro. El castro vigilaría los antiguos caminos desde la Cordillera al mar, así como de este a oeste por el valle del Nora, los cuales se cruzarían en la colina de Ovetus, favoreciendo su poblamiento, como escribe el arqueólogo Fon S. P. en la web
Ástures:
"...la ciudad se asienta en altura sobre la vía proveniente de las montañas que separan Asturias y León y que llevaba a Lucus Asturum conectando posteriormente con Noega (y posteriormente el Gijón romano). La importancia de este punto estratégico como nudo de comunicaciones queda plasmada cuando, en época medieval, Alfonso II recorre por primera vez el Camino de Santiago Primitivo, que aprovecharía sin duda vías establecidas ya desde siglos atrás, partiendo de Oviedo hacia Galicia. Ya en esa época la ciudad habría sustituido a Lucus como gran cruce viario de la región central de Asturias.
Precisamente en las estribaciones del monte Naranco, siguiendo esta vía, en la parte que hoy ocupa el Parque de Purificación Tomás, se encuentra, o se encontraba, el castro del que os hablo en este post. La zona conocida como Monte Alto se ubica en un escalón en la ladera que ofrece una visibilidad extraordinaria sobre la ciudad y sobre las vías que discurren por el valle entre las colinas, alcanzando decenas de kilómetros hasta la sierra del Aramo por el sur.
Se trataba de un recinto ligeramente ovalado, situado en un escalón de la ladera a unos 312 metros de altitud. Especifica que se ubicaba al sur de los monumentos prerrománicos del Naranco, al norte del actual barrio de la Florida. Las dimensiones del recinto eran de 72 metros en el eje norte-sur y de 85 metros de este a oeste.
Contaría con un foso que en los años 60 se conservaba en la parte norte. El asentamiento estaría protegido por una pendiente de 4 metros de altura y estaba unido al resto de la ladera por un paso estrecho de tierra donde se encontraría el foso defensivo, hoy desaparecido, como el resto del castro. (...)
En el lado norte se ha especulado con que tendría una torre o bastión, donde se conservaba un derrumbe, que reforzaría la posibilidad de que hubiera sido un puesto de vigilancia de la ruta en un momento más tardío, muy similar a lo ocurrido por ejemplo en otro malogrado castro, el de Llagú, que corrió la misma suerte.
Ya en aquella época debía estar completamente arrasado. Es frecuente que los desmontes de las estructuras murarias de los castros se aprovechen en las construcciones modernas que los rodean. Sin embargo en este caso las nuevas edificaciones fruto de la ampliación urbana en los años 60 del siglo XX requirieron de este y otros espacios en la ladera del Naranco acabando totalmente con la morfología de este asentamiento y poniendo contra las cuerdas otros similares, como el de Fitoria, a unos cientos de metros. El propio José Manuel González se refería al peligro que la expansión urbanística de la ciudad tenía para este tipo de castros."
Volvemos la vista y miramos hacia los arcos septentrionales del mirador, no mucho más se puede añadir a lo ya dicho respecto a su composición y ornamentación pero siempre es interesante pararse a verlos y ser conscientes de su repetitiva cadencia por todo el edificio
El medallón con su correspondiente animal o 'fiera encerrada' en su sogueado interno y, arriba, las viñetas de supuestos orantes y espadachines cabalgando
Justo encima una de las ménsulas del arco fajón de la bóveda de cañón
Las siempre hermosas columnas de fustes sogueados...
Los capiteles del orden corintio y la carretera...
Los capiteles 'cubicoprismáticos' de 'gentes del cayado' y 'bestiario medieval'
Y, antes de salir del mirador, un vistazo a esta pared exterior de la portada trífica
Los clásicos sogueados en arco y en triángulos o en zigzag

En este, aparecen muy bien perfiladas las figuras humanas, siempre iguales, tres pequeñas a la izquierda, una más grande a la derecha, en el límite con las fieras o animales salvajes cuadrúpedos
Ahí los tenemos...
Y, en lo alto, los medallones...
Y una nueva vista de la bóveda de cañón de este mirador...
Encantados con la visita, volvemos a la sala noble, habiendo recorrido ya toda esta maravilla hecha piedra que es Santa María del Naranco...
Y es que esta espacio de arquerías profusamente decoradas, bóvedas y símbolos transmite siempre el deseo de volver...
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