La Ponte Gallegos y el río Nora |
Gallegos y, arriba, L'Escampleru |
Bajando de Lloriana al valle del Nora con L'Escampleru en lontananza |
Saliendo de Lloriana, cabeza de la parroquia de este nombre, vemos L'Escampleru a lo lejos, a la derecha del monte La Berruga (292 m) que cierra el valle del Nora por el oeste, valle en el que comenzamos aquí a bajar, tras dejar atrás la iglesia parroquial de San Bartolomé
Vemos abajo la vega del Nora, río afluente del Nalón que marca la frontera del concejo de Oviedo/Uviéu por el este, norte y oeste, dada la gran vuelta que hace detrás del Monte Naranco, por ello este concejo de la capital asturiana era definido en la Edad Media, cuando era mucho más pequeño, "de Nora a Nora"
Si bien hay otros lugares donde vadearlo para ir al occidente, el mejor paso para ello era este, por lo que se constituyó en el camino principal para ir a Galicia desde la capital asturiana siguiendo la ruta del interior, si bien existieron otros ramales, incluso, y no pocos, los que se dirigían a la costa si las condiciones climáticas, niebla o nieve en las montañas por ejemplo, lo aconsejaban
Prueba de la importancia de este paso es que en L'Escampleru hubo un hospital de peregrinos, el cual, muy reformado, se conserva en la actual Ca'l Juez, Casa l'Aldaba, Casa los Alfonsos o Casa los Escuderos, escenario de un importante episodio histórico
En el año 1.350 Enrique de Trastámara llegó con su séquito a L'Escampleru, buscando posada y refugio tras escapar de Sevilla huyendo de las represalias de su hermano el monarca Pedro I El Cruel, enfurecido por casarse el Trastámara en un matrimonio poco beneficioso para el rey castellano, que ya veía tambalearse su trono y corona
Era un largo viaje para buscar protección al amparo de los dominios heredados de su padre adoptivo Rodrigo Álvarez de las Asturias, dueño de gran parte del territorio asturiano en la Edad Media. Enrique entró en Asturias por los puertos de Somiedo pero no fue recibido por los amos de la tierra de Miranda, fieles a Pedro I de Castilla, por lo que tuvo que que atravesar, con escaso séquito, ese territorio en una larga cabalgada nocturna que le llevó a la mañana siguiente al Altu L'Escampleru, donde el hidalgo Rodrigo Alfonso, con casa-hospital siempre abierta a peregrinos y viajeros, sí le dio posada y, además, la guardia y escolta de siete escuderos armados con lanza, que pasarían a ser los célebres Escuderos de Les Regueres, quienes le guiaron hasta la casa solariega de Noreña, en los dominios señoriales del Trastámara, esquivando el paso por la ciudad de Oviedo/Uviéu, también partidaria de Pedro I, para unos El Cruel y para otros El Justiciero
Años después, pasadas guerras y rebeliones, Enrique llegaría al trono con el nombre de Enrique II de Trastámara, otorgando entonces en reconocimiento a aquella ayuda diversas rentas y privilegios al Hospital de L'Escampleru que tan bien le acogió, y a su anfitrión Rodrigo Alfonso, confirmado todo ello por otros sucesores del monarca. Las lanzas de aquellos escuderos pasarían a partir de entonces a formar parte del escudo de Les Regueres como símbolo de hospitalidad y fidelidad
Y en L'Escampleru está La Venta, antigua venta caminera, mencionada ya por el ilustrado Jovellanos en 1795, junto a la que sube el Camino por Los Arroxos y al pie del Campu la Venta (edificio grande y blanco en medio de la foto). Durante muchos años fue la famosa Casa Concha, bar y restaurante que conocieron muchos peregrinos, pues cerró el 28 de febrero de 2010, como informaba ese día, glosando un poco su historia, Á. Fidalgo para el periódico La Nueva España:
"Casa Concha, situada en el alto de El Escamplero, histórico establecimiento hostelero y merendero familiar para miles de ovetenses que lo frecuentaban en días soleados, apagará hoy definitivamente sus fogones.
Esta casa que naciera como venta y parada de postas en el antiguo Camino Real que de Oviedo salía para Galicia y primigenio Camino de Santiago entre los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XX, cierra sus puertas por el imperativo de la edad de sus dos pilares: María Angelina Suárez y Olvido Marinas.
Cocineras y propietarias que se habían casado con dos hijos de Concha: Pepe y Cipriano Pérez Álvarez -ya fallecidos-. Su suegra había dado su nombre a este afamado establecimiento que ahora cierra sus puertas."
Al sur de La Berruga reconocemos las casas de Quexu, también de la reguerana parroquia de Valsera y más abajo, en el valle, las de Requexu, que por estar del río acá son de esta parroquia, ovetense, de Lloriana, la antigua Floirana de la documentación medieval
Llegamos a una bifurcación en la que iremos a la izquierda, siempre bajando por el camino asfaltado, fijémonos en el mojón
Muchos vecinos llevaban antaño el grano a moler al Molín de Requexu, que funcionaba con las aguas del Nora, por este mismo camino. Dicho molino, del que hay noticias desde 1753 sigue existiendo y es uno de los poquísimos que sigue moliendo en Asturias, con cinco muelas nada menos
Huertas, prados y bosquetes configuran el paisaje del valle del Nora, que es el que nos encontramos al salir del casco urbano ovetense subiendo de La Florida a Paniceres y luego, por Llampaxuga, llegar a Lloriana
"A través de caminos terreros, pistas locales y alguna carretera sin excesivo tráfico, en ocasiones coincidentes con el antiguo Camino Real, el itinerario jacobeo inaugurado por Alfonso II elude por el momento los puertos que tanto asustan a algunos peregrinos, y tan solo hacia L'Escampreru nos topamos con una pequeña cuesta"
Hermoso hórreo de corredor, ya no cuelgan de él les riestres de panoyes o ristras de mazorcas curando al sol para luego llevar a moler al molino, pero se engalana con tiestos de flores
Y aquellas son algunas de las casas de El Campiellu, entre Fabarín y Requexu, en la vega del Nora, donde el río forma un meandro
"Cerca de San Claudio, en Oviedo, se eleva una colina caliza de 210 metros de altura a la que se accede por un camino asfaltado sin ninguna dificultad. El que antaño fuera castro, se extendía por lo que hoy es un prado que se conoce como «prado de los Castros» en uno de estos sorprendentes topónimos de la geografía asturiana.
Hoy se puede percibir aún el sistema defensivo de este castro luggon. Buena parte de su perímetro se apoya en las defensas naturales que proporcionan las empinadas pendientes de la colina. En el sector norte todavía se ven, muy desdibujados por la acción antrópica, lo que parecen tallas en la roca y derrumbes de lo que podría ser una muralla. En el espolón rocoso en el que se asienta la parte oeste del castro se observan restos de lo que pudo ser una muralla o un torreón defensivo que todavía se elevaba a comienzos de este siglo un metro y medio sobre el nivel de l suelo. La composición de esta estructura es de lajas de piedra y sillares entremezclados.
Es uno de los castros más dañados del concejo de Oviedo ya que durante la Guerra Civil fue un punto estratégico del que da cuenta lo que queda de un nido de ametralladora así como varias trincheras que, algo que no es demasiado conocido, se rellenaron en los años 60 con piedra procedente de los derrumbes de las defensas del propio castro.
De este lugar se recuperaron materiales cerámicos muy toscos que probablemente nos hablen de la antigüedad del yacimiento pero que no permite datarlo con seguridad. Jose Manuel González habla de una moneda romana aparecida hacia 1930 que desapareció posteriormente en manos de algún coleccionista."
Se divisan algunas casas de Cotayón y la Planadera, sitas sobre los meandros del Nora, que no llegamos a ver desde aquí. A lo lejos es la Sierra del Pedroriu, con el pico de este nombre (787 m), por donde discurre el Camín Real de la Mesa, la principal vía de comunicación de Asturias con la meseta en siglos pretéritos y con la que nos cruzaremos en El Freisnu, frontera de los concejos de Grado/Grau y Cornellana
Por los puertos de La Mesa y Ventana entraban en Asturias caminos importantes que quedaron paulatinamente relegados frente a Payares, acceso directo entre la Pulchra Leonina y la Sancta Ovetensis con el eje norte-sur de los valles del Bernesga y del Caudal. Otros hitos camineros de esta parte de la Cordillera son los puertos de Marabiu y El Campu Cueiru, más El Picu Caldoveiru (1.354 m). Más cerca reconocemos algunas montañas que guardan en valle del Trubia por el oeste, como la Sierra de Caranga
Según bajamos escudriñamos el horizonte y nos fijamos en cada detalle del terreno, que siempre puede ser una buena referencia
Más al fondo es El Monte las Cruces (355 m), en la puerta del valle del Trubia, que da sus aguas al Nalón justo a sus pies
En la lejanía llegamos a reconocer la Sierra del Courío (1.014 m), que será una referencia visual del Camino Primitivo según avancemos por el occidente asturiano
Ante nosotros el monte La Berruga es nuestra montaña más inmediata, existiendo varias, incluso en las inmediaciones, con este nombre, pues procede del latín verrucam con el significado etimológico de 'altura', 'otero', 'altura escarpada de un monte, como explica el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos
Según vamos bajando vamos viendo mejor, a la derecha de El Campiellu, el pueblo de Gallegos, que se extiende desde el río Nora hasta casi la mitad de la ladera nororiental de La Berruga
A nuestra derecha son los prados de El Mexil, que caen de El Campón sobre el valle en La Bolguina, hacia donde llegaremos primeramente
El nombre de Gallegos, en principio, se debería al asentamiento de gentes gallegas en este lugar del antiguo camino de Galicia. Sin embargo también se llama en ocasiones faba a piedras menudas tipo cantos rodados de los abundantes en el río y, por otra parte, "Algunos topónimos del tipo Gallegos podrían ser abundativos de gallu, otros referencia a gentes de procedencia gallega o de la antigua Gallaecia si se trata en zonas centro-sureñas de la península; en otros ejemplos parecen abundativos que guardan relación con la terminología de la piedra de origen céltico *GALLO ‘piedra’ , dice García Arias
En La Bolguina llegaremos a la carretera AS-371 que dejaremos momentáneamente para cruzar La Ponte Gallegos por el puente antiguo y la retomaremos en el pueblo de Gallegos subiendo por ella hasta la última casa (se ve bien en la foto), donde la dejaremos a la derecha para entrar en los bosques ribereños del Nora (que seguimos sin ver) para luego subir a L'Escampleru por Los Arroxos (arriba en la foto)
La casa más alta en la foto, de color blanco y a la izquierda, es Casa Concha y la antigua Venta L'Escampleru o Escampreru, con El Campo la Venta y su robledal a la derecha. Luego hay una enorme plantación de ocalitos en El Cuétare
Por esas colinas al norte de L'Escampleru estuvieron las minas de Los Arroxos, "muy desconocidas y ocultas", nos dicen en la página de gestión territorial Gecuna:
"Ya son citadas en 1880 en la obra "Mineralogía asturiana", de Fuertes Acevedo. A falta de investigar y rastrear si existe documentación, es posible que fuesen explotadas por Fábrica de Mieres, quien contaba con minas en el cercano Naranco; incluso que su beneficio fuese anterior por parte de la Asturiana Mining Company o la Fábrica de Armas de Trubia."
Son estas camperas de El Mexil las últimas estribaciones del Monte Naranco en su ladera más occidental, conocida como La Sierra Llubrió
"Los hidrónimos de tipo Nora o Ñora podrían admitir una interpretación prerromana si consideramos su sílaba inicial como variante de la apuntada en Nalón, Naranco, etc. En esa dirección podría colaborar la existencia de un apelativo asturiano ñora que se define como ‘corriente de agua’, ‘acequia’. Sin embargo, en sentido contrario, también puede dudarse de tal interpretación porque podría estar motivado por el influjo árabe que ofrece la palabra noria.
El río Nora cerca prácticamente más de la mitad del concejo de Uviéu en su parte norte, de ahí que, tradicional mente, se lea en los documentos que éste se encuentra “de Nora a Nora”, es decir, casi rodeado por el río Nora que mantiene en su trayecto tal denominación."
"El Naranco, monte bien conocido en las inmediaciones de la ciudad de Uviéu, y también de una casería en el mismo, se alza, lato sensu, por occidente sobre el río Nora; etimológicamente no sería imposible considerarlo también un hidró nimo emparentado lingüísticamente con los anteriores, los portadores de *NAR-, aunque el cambio moderno del paisaje haya ocultado la mayoría de sus numerosos arroyos. Esta posible relación etimológica parece más aceptable, en principio, que admitir la suposición de Corominas (210, p. 106) quien lo considera un derivado indoeuropeo de *NERANKOS ‘gigante’, formado sobre *NER ‘hombre’.
Solamente encontraremos por aquí el muy ocasional paso del vehículo de algún residente, por lo que caminamos bastante tranquilos y despreocupados; sin embargo, al llegar a la carretera sí que habremos de prestar más atención al tráfico
Bellas arboledas crecen en este trecho del Camino, tal vez sean lo que queda de los muchos árboles que se plantaban a la vera de las sendas de antaño, proporcionando buena sombra a caminantes y caballerías
Sube un vecino en bicicleta, es habitual que, aparte de peregrinos, encontremos paseantes, runners y excursionistas, dada nuestra cercanía al Monte Naranco, recorrido por varias rutas senderistas
Detrás de El Campiellu son Los Praos Grandes, en la ladera de La Berruga y bajo La Chabola y El Monte
Una casa en ruinas en Primer término es una de las de La Bolguina. Luego, la fila que hay a continuación es Fabarín. Detrás está Gallegos, a los lados de la carretera AS-371, donde vemos los bosques de El Castañéu del Soldáu, por donde subiremos a L'Escampleru evitando la carretera
El Camino pues, va a salir a la carretera AS-371, antigua AS-232 (llamada así en algunas guías) justo entre Peñanora y Fabarín, y empezará a llanear, siendo el trayecto mayormente llano hasta pasar La Ponte Gallegos
Máxima atención pues no hay acera ni propiamente un paso hecho para viandantes, solamente algunas señales advierten a los automovilistas del paso de peregrinos
Ahí tenemos Casa Valdés, bar y restaurante a la derecha de la carretera, donde podremos comer o tomar algo. Es uno de los establecimientos Al servicio del peregrino, como titula su reportaje para el periódico El Comercio Juan Carlos Abad el 18-5-2018 y del que compartimos lo siguiente:
"El año pasado transitaron 30.000 peregrinos por Asturias. Casi la mitad de ellos lo hicieron por el trazado original, el que tiene su origen en Oviedo. En el albergue capitalino pernoctaron 6.000 caminantes llegados de todos los rincones del mundo. Desde que los Caminos del Norte fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en julio de 2015, van a más. Y lo notan, principalmente, los hosteleros y empresarios que por fortuna o por buen ojo decidieron emprender a orillas de la ruta. «Nunca sabes lo que se va a gastar un peregrino», afirman. «Es nuestro sustento de Semana Santa a noviembre».
Tras la obligatoria visita a la Catedral de San Salvador y recibir la encomienda de Alfonso II el Casto para hacer un 'buen camino', los caminantes encaran la primera etapa dirección Grado con fuerzas. Desde La Argañosa hasta casi salir del municipio, la ruta no exige demasiado pero con la mochila todavía llena, el estómago, a las dos o tres horas de ruta, se vacía. En la Bolguina encuentran el primero de los establecimientos que viven de avituallar a los peregrinos que se adentran en la senda primigenia. Es Casa Valdés, una fonda tradicional que ha encontrado en los andariegos que portan la vieira su sustento. «La relación con ellos es muy buena, casi mejor que con los de aquí. Recogen sus mesas y son muy correctos», explica Secundina Peláez.
«Este es el primer bar que se encuentran desde que salen de oviedo. Suelen desayunar aquí», relata mientras aclara que este año el goteo va lento, pero que desde abril ya se nota trasiego. «El peregrino va dejando aquí allá. Italianos y portugueses son los que menos gastan pero mira, los catalanes, a pesar de su situación complicada, no tengo quejas de ellos», se explaya Peláez. (...)
Se nota en el Camino Primitivo, además, que no está saturado y los hosteleros piden «que se conozca más», pero sin pasarse para no llegar a la masificación de la ruta francesa, por ejemplo. Quien viene aquí para hollar en Finisterre busca tranquilidad, el contacto con la gente local y un paisaje diferente a las largas rectas de Castilla."
Hasta el bar hay una buena explanada de aparcamientos que nos permite caminar apartados de la carretera, pero luego se hace preciso cruzar a la izquierda...
Crucemos aquí o allá hemos de hacerlo con la máxima precaución: no hay semáforo ni paso de cebra y estamos delante de una curva cerrada y de poca visibilidad
La Bolguina vuelve a hacer honor a su nombre en este sendero pisado en la hierba, he aquí el "camino que se abre entre la nieve, vegetación o maleza" que dice García Arias. A la izquierda, prado abajo y entre los árboles pasa el Nora. Aquellos peregrinos que ya hayan empezado desde más atrás, por el Camino Norte, han seguido su valle desde su nacimiento en Fuente Ñora (Valvidares, Sariegu, al pie de La Campa) para llegar a la Sancta Ovetensis
Aquí, tras bordear el Naranco por el este, norte y oeste, sigue en dirección sur haciendo grandes meandros antes de dirigirse de nuevo al oeste y darle sus aguas al Nalón en Priañes, al suroeste de L'Escampleru y detrás del monte La Berruga
En este tramo, además de ser frontera de concejos, "La serie de vueltas y revueltas que va haciendo el río deja en medio varias a modo de península", dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias, una de ellas aquí, en Requexu, dado vista a Quexu, dos topónimos que hacen referencia a 'rincón' en el sentido de 'lugar oculto y retirado' entre estas penínsulas fluviales en las que estuvo la 'Playa de Oviedo', apreciada zona de baños de la que nos escribe Esther Rodríguez en La Voz del Trubia del 19-5-2023:
"El sueño de tener playa en Las Regueras fue real en los años 50 del siglo pasado, aunque solo los más ancianos del lugar lo recuerdan. Lo que entonces se llamaba la “Playa de Oviedo” no era tal, aunque los carbayones se la atribuían como suya. Aquel concurrido arenal, con sombrillas, trampolín y servicio de bar, en la margen derecha del río Nora, a su paso por la localidad, de Peña Nora, un pequeño pueblo ya del concejo de Oviedo. Para llegar a darse un baño en la frecuentada playa, favorecida por la presa de un molino cercano, debían cruzar un rudimentario puente colgante, que llevaba a la orilla reguerana, por tanto el arenal se encontraba en el concejo de Las Regueras.
En la primera etapa del Camino Primitivo y poco antes de cruzar la ponte de Gallegos aún se puede acceder por un moderno puente suspendido con una estructura de hierro, instalado hace varios años, ya que los vecinos de Peña Nora, de las casas más próximas al río, son ovetenses pero sus fincas se sitúan en el concejo vecino.
El 20 de febrero de 1959 un hostelero con un negocio abierto en el Cristo solicitó al Ayuntamiento de Las Regueras licencia de obra para la construcción de “un bar restaurante en el lugar denominado Playa de Oviedo, situado en Peña Nora de Las Regueras. Con este edificio se trata de facilitar comodidad a los bañistas, que a aquel lugar acceden durante el verano, donde también se dispondrá en un lugar adecuado de vestuarios, que a su tiempo facilitarán proyectos de los mismos. Esta construcción será de tipo ligero y de formas modernizadas, esta ideada para utilizarla en la época de estío y distribuida por ello con arreglo a esta norma”, como así consta en el documento original que se conserva en el archivo histórico del Consistorio de Las Regueras.
En el proyecto afirma que los materiales y construcción serán los usuales en la localidad, fábricas de ladrillo, machetón asentado y revestido con mortero hidráulico, carpinterías ligeras tipo “marga” y cristalerías tipo “S.A.S., cubiertas de tabiquillos, tablero de rasilla, pavimento con mortero hidráulico y capa e betún asfáltico arenado, pavimento hidráulico arenado, instalaciones de agua, servicios higiénicos y alumbrado eléctrico empotrado”. El presupuesto fue de 126. 000 pesetas. El hostelero alquiló la finca de uno de los vecinos, consiguió la licencia de apertura, construyó el bar y las casetas de vestuarios. Los autobuses cargados de alegres familias cruzaban cada domingo el puente y se instalaban con sombrillas, manteles de cuadros y cestas de picnic en aquella playa fluvial, hasta que el Nora empezó a notar la contaminación, según recuerda José Manuel González, vecino de Santuyanu nacido a orillas del Nora, frente a la playa fluvial. A mediados de los 60 el lugar fue abandonándose por la suciedad y los peligros de “la poza”, en la que perecieron varios bañistas. En la actualidad son visibles los restos del proyecto.
No fue la única del concejo. El Boletín Oficial de la Provincia publica el 2 de marzo de 1905: “Don Tomás Muñiz García, Don Manuel Tamargo Areces, y Don Laureano Álvarez Tamargo, vecinos de Valduno, en el Concejo de Las Regueras, solicitan autorización para establecer una barca para servicio particular en el río Nalón, playa de Valduno, con servicio de amarre en ambas orillas en terrenos de dominio público. Lo que se hace público en el Boletín Oficial de la Provincia, y por edicto en la Alcaldía correspondiente, para que las personas o corporaciones que se crean interesadas, puedan en el plazo de treinta días presentar las reclamaciones que estimen convenientes. Oviedo 28 de febrero de 1905. El Gobernador: Juan Polan."
Seguimos caminando en recto por el sendero tras el guardarraíl y acercándonos a las siguientes casas de La Bolguina
Y nos vemos obligados a caminar por la calzada, bien arrimados al guardarraíl pues aquí ni cuneta tenemos
Avanzando por la curva empieza a mejorar nuestra visibilidad en el siguiente trecho, pero hasta la próxima curva nada más
Aquí tenemos un poquito más de vereda pisada por los peregrinos en un estrecho margen entre la sebe y la carretera
Aquí pasamos frente a la casa en ruinas que veíamos antes bajando desde Lloriana
Tenemos a sus pies otro buen margen para caminar mientras nos acercamos a Fabarín
Nos extraña mucho la existencia de tramos verdaderamente peligrosos en Caminos como este pese al tiempo transcurrido desde su primera señalización en 1993 sin que se haya hecho nada para paliarlo
Un dato curioso: por aquí baja al Nora un arroyo que se llama igual, El Regueru la Nora, solo se diferencia en la existencia del artículo femenino; nace al pie de Llubrió. Más allá son las casas de El Campiellu, que también veíamos antes, bajando de Lloriana
Fabarín, un pequeño fabar o terreno de cultivo de fabes sería, pudiendo ser varias especies de la familia Fabaceae las aquí plantadas en los tiempos en los que se formó el topónimo, como es
"Con el nombre de faba, del lat. FABAM y documentado ya en León en 968, suele aludirse en Asturias a diversas variedades de la familia de las papilionáceas, aunque después, según las zonas, se puntualicen determinados extremos que llevan a distinciones entre les fabes prietes, les fabes pintes, los chichos, les fréxoles o vainas o vainillas etc. Lo cierto es que nuestra faba por antonomasia, la alubia o judía o habichuela, parece que se introduce en época quizá algo posterior al maíz, por más que otras variedades de fabes sean conocidas anteriormente.
Las tierras dedicadas a tal cultivo llevaron, y llevan, los nombres de fabal o fabar, faberu; también fabariega, que ya se documenta en el temprano 1187 según documento del monasterio de San Vicente: “una fauarega”.
La importancia dietética de les fabes queda fuera de toda duda y a su cultivo se dedicaron considerables extensiones de terreno a juzgar por los datos que nos procura el Catastro del Marqués de la Ensenada elaborado a mediados del siglo XVIII. Unas tierras, dice refiriéndose a Teberga, producen “pan, maíz y fauas blancas mezclado alternando’‘; otras “fructifican fauas negras y arvejas mezclado’’ (cf. 7 respuesta 4ª). Nada tiene de extraño que los terrenos caracterizados por el cultivo de les fabes quedaran grabados en la toponimia, incrementados por sufijos abundativos o colectivo."
Además de la vista pongamos al oído en máxima alerta pues ya veis la absoluta carencia de visibilidad. Pasamos en este lugar sobre El Regueru la Nora, que va subterráneo bajo la carretera
Seguimos pegados al guardarraíl según avanzamos y va mejorando nuestro campo de visión carretera adelante
"En el siglo IX, el rey Alfonso II, 'El Casto', enterado de que los restos del apóstol Santiago descansaban en un campo situado en las inmediaciones de Iria Flavia, peregrinó desde Oviedo al sagrado lugar y mandó edificar sobre el sepulcro una sencilla iglesia. Así nació el Camino Primitivo de Santiago, cuya primera etapa, que va de la capital del Principado a San Juan de Villapañada, transcurre entre otros lugares por Fabarín. Los vecinos de esta localidad, a 7 kilómetros escasos del centro de la ciudad, lo saben y presumen de ello. «Es lo único reseñable que tenemos». El resto, dicen, «está todo ya muy dejado».
Sobre el viejo Camino de Santiago y por la aldea, pasa el reguero de La Nora, que nace en la fuente Funtaza, al oeste de Lubrió. Tan solo unos pasos más allá, se encuentra el puente de los Gallegos, el mismo que cruzaban los peregrinos medievales para salvar el Nora y pasar de Oviedo a Las Regueras. Para lo demás, «está en deshuso» porque, junto a él, se ha construido un nuevo puente más ancho para permitir el tránsito de camiones y autobuses. Junto al viejo paso se ha colocado una escultura del artista ovetense José Luis Fernández, titulada 'Hormigón' (1978) y correspondiente a su serie orgánica. Anteriormente, esta obra estaba colocada en La Lloral, parroquia de San Claudio.
Aparte de esto, dicen los vecinos que «no hay mucho más». Fabarín, donde en estos momentos conviven tan solo 7 familias, ha visto caer el número de sus habitantes desde hace tiempo atrás. «Esto es casi todo gente mayor, y muchos ya se van muriendo; los jóvenes no quieren el pueblo y aquí quedamos cuatro; los niños se cuentan con los dedos de una mano», lamenta Mari Carmen González. Ella lleva toda su vida en este núcleo, y sabe como han cambiado las cosas. «Antes nos dedicábamos al campo y a la ganadería, ahora apenas quedan huertas y tener vacas es imposible». Crítica que los coches «no respetan los límites y es un peligro hasta cruzar la carretera». Pero este no es el único problema que existe.
En el pueblo estuvieron años peleando porque la línea de transporte urbano llegara hasta allí, pero una vez conseguido «nos la quieren quitar». La línea 6, que llega a diario hasta Fabarín y la última en incorporarse al servicio, es junto a la 16 una de las perjudicadas por el nuevo plan de Movilidad, que apuesta por recorridos de taxi a demanda a fijar de acuerdo con los vecinos de los núcleos rurales. Para ellos, esta «no es la solución». «Aquí lo necesitamos, porque no todo el mundo tiene coche, de hecho son muy pocos los que lo tienen». Y es necesario para todo. Sin tiendas, bancos o centro de salud, San Claudio es para los vecinos de Fabarín la mejor y más cercana alternativa a Oviedo para poder accecer a los servicios. Mari Carmen González reconoce que «utilizo el transporte a diario casi a diario, y como yo otras».
Con apenas unas decenas de habitantes y «sin muchas facilidades» ni servicios en su camino, los habitantes de este núcleo son conscientes de que «hay mucho que mejorar». Las comodidades no son las de la capital o las de San Claudio, pero aún así «sobrevivimos». El contacto con la naturaleza y la tranquilidad son sus puntos fuerte, «sin el barullo de gente que una se encuentra cada vez que va Oviedo». Mari Carmen lleva toda su vida en Fabarín y, a pesar de las dificultades diarias, «si me dan otro sitio no lo quiero».
Llega ahora un poco de recta y margen para caminar en el cruce que va a El Campiellu y Requexu, que nosotros dejaremos a la izquierda pues continuamos de frente por la AS-371
Artística placa de madera con el nombre de la casa en la fachada
Paso a paso, volvemos a tener las casas de Gallegos, las primeras del concejo de Les Regueres, de nuevo a la vista
Más casas de Fabarín a nuestra derecha, las de El Camín del Santín, en un pequeño cueto entre el Nora y El Regueru la Nora
Sigue la gran curva según nos acercamos al río. Contemplamos las colinas que cierran el valle del Nora por el oeste, de La Berruga a La Cerra y, más al norte, El Llanu la Trecha (312 m)
Cruces con los caminos de servicio a las casas: seguimos por la carretera con el máximo cuidado, viendo y procurando que nos vean los vehículos que vengan de frente
Las primeras casas de Gallegos son las primeras de Les Regueres en el Camino Primitivo. A la izquierda, en la vega del Nora, están los campos de Les Travieses, Los Praos Grandes y La Llana, al pie de La Berruga
A la derecha, las últimas casas de Fabarín son las últimas ovetenses en el Camino Primitivo. Al fondo, los altos de La Gortona y La Cruz, bajo los que pasa El Regueru la Nora
Pasada la curva la carretera baja un poco dirigiéndose al puente nuevo, pero no tiene buen acceso peatonal, por lo que iremos a la derecha, al puente viejo. Un cartel medio tapado por la hierba advierte a los conductores del cruce de peregrinos
Este es el mojón cuya flecha amarilla nos indica ir cruzando a la derecha, pero hagámoslo mirando muy bien a ambos lados
Se trata de un camino vecinal que va a Rodiella, unas casas cuyos tejado asoman al fondo a la derecha entre los árboles
Pero nosotros no iremos tan allá, cruzaremos el río por dicho puente viejo, La Ponte Gallegos, que está aquí mismo, mucho más cerca
El Camino, carretera local asfaltada. baja suavemente: la entrada al puente está unos metros más adelante a la izquierda, donde hay una escultura
Es una escultura sin título del artista José Luis Fernández colocada a la misma entrada del puente y de la que hablaremos más al pasar a su lado. Un poco a la izquierda vemos uno de los ojos o arcos de La Ponte Gallegos, puente citado por primera vez en un documento fechado en 1247, si bien el actual es resultado de numerosas reconstrucciones
Precisamente en el antiguo petril o muro del puente, desaparecido, se conservaba una inscripción que aludía a una de sus reconstrucciones, efectuada tras la Guerra de la Independencia, y que decía: "A expensas del s(eñor) d(on) Álvaro Valdés Ynclán marqués de S(a)n Estevan pro(curador) gen(era)l del Principado. Se reedificó este puente en el año de 1816".
Hasta el siglo XIX el puente, como el Camino, fueron la principal vía de comunicación con el occidente asturiano y con Galicia, llegando incluso a soportar el tráfico de la fábrica de Armas de Trubia hasta que se construyó la primera carretera a Galicia que, desde 1939, fue llamada N-630
Con riadas y con conflictos el puente era destruido y había de repararse, las últimas veces en 1934 con la Revolución de Asturias y tras la Guerra Civil. Una barandilla sustituye al desaparecido petril del que hablábamos antes
Es entonces cuando la escultura de José Luis Fernández viene aquí desde su emplazamiento original, donde estaba desde su instalación en 1982, "en la intersección entre la bifurcación izquierda de la carretera AS-232, dirección a San Claudio, y la ramificación derecha, dirección al concejo de Las Regueras, el cual representaba un punto de encuentro", leemos en Wikipedia. La AS-232 es la actual AS-371
Aquí dejamos el camino a Rodiella para ir a la izquierda a cruzar el puente, cuyo desaparecido petril fue sustituido por una barandilla metálica
Por lo general, popularmente se tiende a llamar 'romano' a cualquier puente antiguo aunque no lo sea, aunque no se descarta que antes de la primera reseña en el viejo medievo, pudiese existir alguna estructura pontonera más antigua, acaso de madera, pero se trata únicamente de una posibilidad pues no se ha hallado ningún testimonio, documental o arqueológico, más antiguo, al menos de momento. Sí existe la idea que su origen pudiese ser 'románico' (que no romano), es decir, ya bajomedieval
Cuando el puente de Gallegos era una frontera hostil es como titulaba Esther Martínez para el periódico La Voz del Trubia del 20-11-2021 la noticia de la interesante conferencia de la profesora María Álvarez Fernández dedicada a estos parajes fronterizos...
«El puente de Gallegos es de una importancia extraordinaria. Es frontera natural entre Oviedo y Las Regueras. En la Edad Media fue frontera entre dos jurisdicciones muy enfrentadas, Las Regueras es espicospal y Oviedo es regia». La profesora de la Universidad de Oviedo María Álvarez Fernández contextualizó así las tensas relaciones medievales entre los dos concejos vecinos en su conferencia ‘El origen del Camino de Santiago’, una brillante charla celebrada ayer en la Casa de Cultura de Santuyanu, dentro de las actividades de la Semana de la Ciencia. La historiadora fue presentada por la alcaldesa de Las Regueras, Maribel Méndez, en un acto público que despertó gran interés y al que asistieron el concejal de Cultura, Vicente Herranz, y la de Participación, May Suárez.
La historiadora, experta en Historia Medieval y que pertenece a la cátedra «Oviedo, origen del Camimo» destacó que el territorio de Las Regueras aparece documentado muy tempranamente, en una donación de Ordoño I a la Iglesia en el año 857, y alabó la Carta Puebla reguerana, cuyo 600º aniversario se celebró este año, con la edición facsímil del documento. Para la historiadora, la Carta Puebla es «una de las más espléndidas de las que se otorgan en Asturias». María Álvarez anunció el reciente descubrimiento, en la documentación, de la existencia del Monasterio de San Juan de Trasmonte, y destacó el cruce de caminos que ha sido desde siempre el concejo, con ventas como la del Escamplero, citada por Jovellanos en sus diarios en 1795".
Justo antes tenemos el cartel informativo del puente, el mojón jacobita y la escultura sin título de José Luis Fernández, de la quien sin embargo Casaprima Collera dice "titulada "Hormigón" (1978 y correspondiente a su serie orgánica. Anteriormente, esta escultura estuvo colocada en La Lloral (parroquia de San Claudio), en en entronque de la carretera AS-242 con la carretera que se desvía a La Cruz y San Roque."
En cuanto al artista escultor autor de la obra artística aquí instalada compartimos asimismo su biografía en Wikipedia:
"De estilo escultórico evolutivo, parejo al momento que le tocaba vivir, los materiales que emplea suelen ser maderas, piedras, metales y resinas sobre el que demuestra una gran maestría en su modelado y talla.
Su obra enraíza con la de Brancusi y Henry Moore, aunque no pueda encajarse en ningún movimiento artístico existente. Su creación evoluciona a través de diversas series que constituyen un estilo propio y personal.
De familia relacionada con el arte y, en concreto, con la talla en madera, sus tíos Carlos y Luis Fernández eran maestros de la talla en madera; desde muy joven se siente vinculado a la escultura. Ello hace que trabaje en el taller de sus tíos desde temprana edad, adquiriendo gran experiencia en la talla de la madera, lo que le permite realizar sus dos primeras tallas de aspecto románico para la iglesia Santa María de Narzana (Asturias). También está en contacto con el esculpido de la piedra a través del taller de Jorge Jordán y estudia en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo.
Comparte espacio de trabajo con pintores como Carlos Sierra y Miguel Ángel Lomabardía en una buhardilla de Oviedo. Siendo muy joven y con la intención de formarse directamente con los grandes maestros de la escultura, se traslada a Madrid, lugar que ve como una parada intermedia en su deseado viaje a París. Su formación se mantiene alejada de las escuelas y facultades de bellas artes, relacionándose con los grandes maestros del momento: Juan de Ávalos, Ramón Lapayese, Enrique Pérez Comendador, José Planes y Antonio Suárez. Desde un principio tiene taller propio en Vallecas, donde va forjando su propia personalidad como escultor.
En la década de los años 60 del siglo XX comienza a relacionarse con otros creadores en sus intensas sesiones de dibujo en el Círculo de Bellas Artes, donde conoce a escultores de su generación como: Eduardo Naranjo, Miguel Ángel Calleja y Cristóbal Toral.[
José Luis Fernández se encuentra en el tránsito entre el Grupo El Paso y la revolución cultural de los ochenta de la Movida madrileña, desarrollándose en su obra una perceptible tensión entre la figuración (en sus inicios, es decir, entre la década de los años 60 y principios de los 70) y la abstracción (a partir de los años 70).
En el año 1972 monta una fundición y taller de escultura, junto con su hermano Enrique, llamada ESFINGE, que ha llegado a convertirse en un referente como fundición especializada en esculturas.
En 1973 conoce a Marisol Fernández Pérez con la que se casa ese mismo año, y con quien tiene su primer hijo, Sergio, que nacerá en 1975.
A partir aproximadamente de 1980, su estilo evoluciona y empieza a trabajar con nuevas formas: espirales, péndulos, personajes que buscan el equilibrio mediante plomadas, alusiones a la muerte (huesos en forma de cráneo). Pero la mayoría de las obras de esta etapa permanecen desconocidas.En la década de los ochenta nacen su segundo y tercer hijos, Cristóbal (1980) y Natalia (1981). En 1990 recibe el encargo de un nuevo diseño del trofeo para los Premios Goya, ya que la anterior estatuilla, obra de Miguel Ortiz Berrocal, pesaba casi 15 kg y era poco manejable. Fernández produjo una estatuilla de 3 kg que es la que se sigue utilizando actualmente.
Ya entrada la década de los 90, la evolución de la fundición ESFINGE hace aconsejable su traslado y se decide llevar a cabo una ampliación y traslado de la misma a Torrejón de Ardoz, evento que coincide con uno de los momentos más importantes en su trayectoria profesional: la exposición antológica “Treinta años de escultura” organizada en el Centro de Arte Moderno Ciudad de Oviedo, que le permitió el encargo de ampliar en bronce una de sus piezas más importantes “La Pensadora” situada frente al Teatro Campoamor, en pleno centro de la ciudad de Oviedo."
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