Riberas de Calabón, El Castro, La Conchona y Aguadulce. A lo lejos El Gavieiru (Playa del Silencio) |
El Camín de Las Ballotas, el ramal del Camino Norte en Asturias que salva las fragosidades del litoral de Las Luiñas, al oeste del concejo de Cudillero/Cuideiru, por la senda más próxima al mar, siguiendo más o menos fielmente, y en la medida que este se conserva, el antiguo Camín Real de la Costa, pasa tan cerca de las espectaculares playas de este sector como alejado de sus riberas. Esto es, visto sobre el mapa, en muchos lugares apenas separan unos centenares de metros al Camino de ellas, pero extendidas a lo largo de altísimos acantilados se hace bien difícil, en tiempo y esfuerzo, llegar a sus orillas
Gueirúa y La Frocada desde los acantilados al norte de Santa Marina |
Una de las más accesibles desde el Camino sería la de Gueirúa, al norte de Santa Marina, cuyo precioso espolón de La Forcada, que la separa de la de Calabón, se ve maravillosamente desde lo alto del acantilado, e incita a bajar a conocerla
Pero bajar desde el acantilado a la orilla del mar ya es más difícil, y eso que hay una escalera que, pegada a la pared del cantil, y con buena barandilla, se descuelga paredón abajo hacia el pequeño embarcadero natural allí existente
Lo que puede constituir un esfuerzo para cualquier persona, porque luego hay que subir, unos 80 metros de desnivel para abajo más otros 80 para regresar arriba, que se dice fácil, es más para los peregrinos que ya llevarán bastantes kilómetros a sus espaldas y aún les aguardan unos cuantos más antes de llegar a Santiago
La bajada a Gueirúa es recomendable pues para aquellos romeros del Camino Norte que, deseosos de conocer esta impresionante costa acantilada, estén en óptimas condiciones físicas y de tiempo, sobre todo si hacen en esta zona etapas cortas y se hospedan, por ejemplo en el cercano pueblo de Santa Marina, disponiendo de una tarde libre
Abajo hay un rincón lleno de encanto, La Casina los Barcos, unos muros de piedra construidos sobre una pequeña plataforma natural rocosa al final de la bajada donde se guardan pequeñas lanchas de pesca de bajura de los vecinos, que tradicionalmente compatibilizaban las labores agropecuarias tradicionales con esta pesca y la de caña, así como el marisqueo
Cuando sube la marea, las lanchas son arrastradas por el cercano xorragal o pedregal de cantos rodados hasta el agua, aprovechando el refugio del fondeadero natural aquí existente. que debió de emplearse desde tiempo inmemorial, si pensamos en la cercana presencia de milenarios yacimientos castreños
Cuando sube la marea el paisaje cambia, las peñas de La Forcada quedan aisladas de tierra y no son tan accesibles y una bajada con escalones hacia ese sector de la playa, o como más adecuadamente se dice aquí, ribera, desapareció con un temporal, por lo que recorrerla, así como otras cercanas comunicadas con esta, se torna difícil por no decir arriesgado
Al camino y posterior bajada desde Santa Marina a Gueirúa le dedicamos toda una entrada de blog. En esta vamos a recorrerla playa hasta la antigua cetárea existente en El Peñón de los Ayos, la peña de La Forcada más cercana a la ribera, así como visitar más allá una serie de playas, o riberas, todas seguidas, cuyo único acceso es prácticamente desde Gueirúa y en bajamares
Por ello es sumamente importante que, si nos decidimos a realizar esta ruta por estas playas indómitas, corta pero intensa, nos cercioremos totalmente mediante una tabla de mareas, no dudando en preguntar a gente que entiende de este mar, en Santa Marina los hay, para saber que la bajamar va acompañarnos en su horario y no vamos a tener problemas con que el Cantábrico nos corte el paso al volver. No sería la primera vez que hay que rescatar a alguien de una playa del norte por no tener en cuenta el asunto de las mareas
También, y aunque sea en bajamar, mejor recorrer estas orillas con buenas condiciones meteorológicas, sobre todo en verano. Días de fuertes vientos, marejadas, etc. no son en absoluto convenientes, tampoco los de lluvia, pues la tierra en algunos puntos arroya formando argayos (desprendimientos), arrastrando incluso a veces árboles y piedras
Si hay pleamar, por lo tanto, prácticamente el trayecto se acaba aquí, lo que no está nada mal tampoco, disfrutando, pongamos por caso, de un maravilloso atardecer, como este, viendo al este hasta los acantilados de El Gavieiru, la más conocida turísticamente como Playa del Silencio, tal vez la más famosa de este sector, a la que también le dedicamos su oportuna entrada de este blog
Pero si hay bajamar y con garantías horarias de durar, y somos tan prudentes como aventureros, es muy posible que gustemos de emprender este, repetimos, corto pero inolvidable periplo por estas imponentes riberas del occidente asturiano
Bajar de aquí, donde hay un güinche para arrastrar los chalanos, directamente al pedreru, tampoco es factible, pues recordemos que estamos sobre una gran roca que hace de plataforma y nos podríamos romper la crisma
Simplemente lo que hay que hacer es bajar al xorragal, a la cala de cantos por donde estos chalanos salen a faenar...
Una estaca aquí clavada y pintada de intenso color rojo parece mostrarnos el camino a seguir...
Un canalillo de agua ha horadado la roca tras siglos de erosión y desemboca en el mar: el Ríu Molín, un regato que tal vez ni nos fijemos y nos pase por alto o desapercibido, pero que con su alguna embalsada funcionaron molinos arriba en Santa Marina
Este reguerín cae en cascada por la pared del acantilado al lado de las escaleras, pero apenas se ve, tapado por la vegetación
Llegando al xorragal y ante el paredón acantilado, seguimos a la derecha, hacia el mar
Por aquí empieza pues la parte que se cubre con la pleamar, dando vista de frente, al este ahora, a La Forcada
Los charcos delatan la zona cubierta por las mareas, el flujo y reflujo de las aguas del mar, fenómeno de origen astronómico que tiene movimiento creciente o flujo y movimiento decreciente o reflejo, en las aguas de mares y océanos, causado por la atracción de las masas de aguas por la fuerza de atracción del Sol y de la Luna. Así nos lo explican de bien en Art Surfcamp:
"Hay que decir que las mareas no son uniformes en todas las costas del mundo, ya que además de la posición de Sol y Luna, dependen de las condiciones geográficas de una zona determinada. Por eso existen tablas de mareas que debemos consultar para conocer el nivel de la marea en un lugar determinado y a una hora concreta. Las diferencias están provocadas por la profundidad y el relieve del fondo marino o por el perfil de la costa en un punto determinado.
Cada día se producen dos pleamares y dos bajamares, ya que cada 6 horas aproximadamente el flujo cambia a reflujo o viceversa. Como esas horas se calculan en base al horario lunar, que dura 50 minutos más que el solar, los horarios de las mareas varían a diario y tenemos que consultar las tablas de mareas (...)"
Las mareas no son iguales en todos los mares, por ejemplo en el Mediterráneo son prácticamente imperceptibles, pero en el Cantábrico, parte del gran Océano Atlántico, son especialmente acusadas. De ello saben bien pescadores, navegantes y marineros desde los remotos tiempos de la navegación prehistórica, y ahora los amantes de deportes náuticos como el surf, pero puede ser una sorpresa, a veces desagradable, para quien no esté familiarizado con ellas, por eso insistimos en comprobar bien y confirmar con exactitud qué marea vamos a tener antes de aventurarnos por estos pedreros
De la misma manera aconsejamos llevar un calzado adecuado para caminar por aquí. Los que están acostumbrados tal vez no tengan mayor problema, pero hay que evitar inesperados tropezones, resbalones, meter el pie en algún agujero, etc. Las lesiones por caer en las rocas, a veces afiladas y casi siempre con protuberancias, de estos roquedos, pueden ser serias y dolorosas, incluso las de aparentemente menor entidad, más aún para quien quiera seguir caminando aún muchos kilómetros
Por eso, en caso de inseguridad, duda o que no lo vea claro, no se preocupe, reserve sus fuerzas para hacer cómodamente el Camino a Santiago, Si algo tienen de bueno también estas riberas es que desde la distancia y desde lo alto se ven también en toda su plenitud. Más adelante encontrará playas más accesibles, la de Ricabu, similar a estas, o la de La Ribeirona, una de las más turísticas y frecuentadas del ya cercano concejo de Valdés, ambas en este mismo Camín de Las Ballotas
A nuestra derecha tenemos el alto frente acantilado de Gueirúa, por los que crece la vegetación. Están sometidos a una constante presión de las mareas y demás agentes erosivos, que los van socavando, literalmente moliendo, en un gran desgaste que puede hacerse perceptible de año en año
Resumiendo un poco en este caso, las pizarras, más blandas, sucumben antes y la cuarcita resiste más, estos roquedos y sus estratos, así como cabos y puntas como esta de La Forcada, muestran lo que queda de la antigua posición del acantilado, más mar adentro
Es impresionante comprobar cómo coinciden las líneas de los estratos geológicos a lo largo de toda la costa, desde este pedreru a las peñas de La Forcada y aún más allá, hasta los acantilados de El Gavieiru
Si bien no parece en principio tampoco mayormente complicado caminar por aquí, andar entre pozas, charcas, piedras que a veces se mueven y otras son además resbalosas, tiene su intríngulis. Un palo ó bastón puede ayudarnos a tantear y a apoyarnos con mayor seguridad. Nunca pisar encima de mohos y verde, puede ser resbalón seguro
Este es el pequeño acantilado que forma la tarima rocosa sobre la que se hizo La Casina los Barcos. El musgo rezuma y filtra el agua dulce de los regueros y manantiales que caen por el cantil
No sería la primera vez que vemos a gente hacer de esta su refrescante ducha natural. Cuando llueve y hay más caudal se forma una vistosa cascada
Aquí hay quien va por encima y quien va por abajo, hay un carreiro o canal natural a manera de camino entre las rocas, si bien bastante encharcado. Cuidado también al pisar sobre mojado
La Forcada, además de ser un testigo del desaparecido acantilado, es lo que queda de lo que fue una punta cuarcítica que separaba las playa de esta concha
Estas líneas de estratos, comunes en muchas costas y que pueden prolongarse kilómetros, al tener su continuidad con otras en la distancia, es el flysch, esto es, facies o haces de rocas sedimentarias, cuya formación y origen concretos son objeto de estudio. Así es definido en la Wikipedia:
"Los flysch son facies rocosas de origen sedimentario compuestas por alternancia rítmica de capas de rocas duras cohesivas (calizas, pizarras o areniscas) intercaladas con otras más blandas friables (margas o lutitas). Esta disposición favorece la erosión diferencial, pues las capas friables son desgastadas con mayor facilidad que las capas cohesivas. Esto hace que las capas duras se queden en resalte y sin apoyo, que así son erosionadas más fácilmente, pero a la vez la existencia de las rocas duras protege a las blandas.
El término proviene del alemán y es relativamente antiguo, creado antes del estudio en detalle del fenómeno que describe. Quiere decir 'fluir', 'deslizarse' o 'terreno que resbala"
Además no se sabe exactamente como fue su proceso exacto de formación, formulándose para ello dos teorías principales, una que eran playas fósiles, y otra turbiditas, un tipo de facies sedimentaria:
Playas fósiles. Esta hipótesis defiende que la formación de los flysch se ha realizado a partir de la sedimentación costera, en un fenómeno parecido a la formación de las playas. Se basaba en el aspecto de la superficie de las capas areniscas en las que aparecen rizaduras, señales que recuerdan a las figuras dejadas por el oleaje en las arenas de las playas. De esta observación se pasó a la conjetura de que debían de ser sedimentos playeros litificados.
Mediante turbiditas. La hipótesis más aceptada es la de la formación de sedimentos en la zonas profundas de los océanos. Estos sedimentos serían los procedentes de las corrientes oceánicas de gran turbidez que discurren por la pendiente del fondo dejando sedimentos llamados turbiditas. Las rizaduras observadas se interpretan ahora como de corriente, no de oleaje"
En el caso de las corrientes de turbidez o turbiditas, el flysch se formaría de la siguiente manera:
Una corriente con carga de sedimentos se desliza por un talud sobre el fondo abisal del océano excavando una estructura sobre la superficie original del océano o la que ha dejado un episodio anterior de este mismo tipo;
Al disminuir la velocidad comienza la sedimentación del material que arrastra la corriente en diferentes capas ordenadas por las densidades de los mismos. Estas sedimentaciones son de forma laminar;
Cuando la corriente se calma se sedimentan los materiales más ligeros dando forma a las partes arcillosas del conjunto.
Y aparte de los estratos, da la impresión que hasta las formas coinciden en la distancia: aunque mucho menor en tamaño, El Peñón de los Ayos tiene un indiscutible parecido con La Cogol.la, el islote rocoso y también picudo delante de La Punta Nocedal, en el extremo de los acantilados que cierran El Gavieiru
Una definición muy apasionada, y que sin duda os gustará, de lo que es un flysch, es esta de La Gran Escapada: Flysch, el libro de la Tierra. Naturaleza que emociona...
"Es imposible no emocionarse cuando se está frente a él. El Flysch, uno de los mayores tesoros naturales del planeta. Un libro de roca en cuyas páginas están escritos los episodios geológicos acaecidos en la Tierra en los últimos 60 millones de años. La extinción de los dinosaurios, la aparición de los primeros primates, el choque de India con Asia, el intercambio en la polarización de los polos… Increíble, no creéis??"
Hay algo de ouca, llamado en otras partes ocle, algas marinas de arrastre. Antaño se subía a los campos para emplearlo como excelente abono. Por lo general mediante un sistema de cuerdas que evolucionó a poleas. Hoy es extraño ver este uso salvo en costas más accesibles. El ouca se sigue valorando, y mucho, para la industria química y cosmética, pero se recoge en alta mar por empresas especializadas
El acantilado, a la derecha, forma aquí una esquina o vértice, en lo que sería el paso a la Ribera de Calamón, que realmente en la práctica forma una unidad con Gueirúa, sobre todo en estas bajamares
En la distancia La Cogolla y la Punta Nocedal cierran por el este esta gran concha que es una buena sucesión de playas, algunas de las cuales vamos a conocer en esta entrada de blog
Primeramente vamos a acercarnos al Peñón de los Ayos, pues hubo en él una cetárea, cuyos restos queremos explorar antes de seguir a Calamón
Los grandes entrantes de rocas en el mar siempre fueron un peligro para la navegación, si bien con los modernos instrumentos que miden bien longitud y latitud es un misterio la razón de algunos naufragios aquí acontecidos. En la década de 1950, por ejemplo, el barco vasco Bienvenida, naufragó en esta costa por causas desconocidas. Los marineros salvaron la vida y subieron desde aquí a Santa Marina, pidiendo ayuda
De todas maneras, dado el elevado coste que suponía recuperar el barco, este fue dejado aquí abandonado, por lo que los vecinos aprovecharon el pecio, desde la madera y la chatarra a los alimentos, aparejos, maquinaria, etc.
Esta punta es llamada El Barcón Vieyu, no sabemos si en relación a este naufragio, a otro, o a su forma de proa de buque invertida. Separa Gueirúa de otra ribera, que tenemos oculta por el acantilado: Pumarín
Atrás queda ya La Casina los Barcos, con la bajada de Santa Marina desde los campos de Las Terronas, que aguarda por nuestro regreso
"Esa carne blanca y jugosa de perfumes sutiles a mar limpia, y ese intenso carro que cuando está realmente bueno supera cualquier bocado por exquisito que se suponga, son para un buen comilón la mejor fiesta imaginable.Aunque también reconozco que por su aspecto, el primer hombre que se comió un centollo debía tener mucho hambre.Una amiga mía danesa, cuando vino por primera vez a España y uno de sus muchos admiradores la invitó a comer en una conocida marisquería de lujo, al mostrarles el maitre el centollo elegido para recabar su aprobación, dio un alarido y salió por pies pensando que se trataba de una broma latina de mal gusto.Cuando le explicamos que era un manjar exquisito, ella, como buena hedonista que era, accedió a la prueba, aunque le costó participar porque cuando devorábamos el carro mojando pan en ese delicioso amasijo de entrañas, sus ojos nos miraban como si estuviese viendo a un tailandés comiéndole los sesos a un mono vivo (no es ninguna gamberrada escatológica de las mías, sino un plato típico de ese país).Justo es decir, que al poco tiempo Margit, así se llama la danesa, ya era capaz de machacarse el sueldo de una semana en una buena mariscada, recordando con nostalgia aquel perdido amante del que nunca mas se supo, y ahora es ella quien tiene que pagar alguna que otra vez en aquel mismo comedor del que tiempo atrás saliera aullando.Pero volviendo a los centollos de nuestra costa, y dejando recuerdos eróticos aparte, a mi me parecería mucho mas razonable que las portadas de los diarios informasen a bombo y platillo que este año en enero, o sea al principio de temporada, los centollos están como nunca de precio y calidad"
"Una de las cinco playas situadas en la bella ensenada formada por la punta del Nocedal, las otras son la playa del Silencio, la de la Ribera del Molín, la del Castro, y la de la Gueirúa, todas con características muy similares, playas acantiladas formadas por rocas y cantos rodados y con un difícil acceso peatonal"
"Una expansión de *KAL-, *KAR- alusiva a la dureza semejante a la de la piedra la encontramos en ast. calamaya ‘cabeza’; también en calamona ‘cabeza del cerdo’. Lo mismo calamocha ‘cabeza del cerdo’, caramiella ‘cabeza del cerdo’, calancha ‘hueco pequeño en la roca’, calabexu ‘cabeza’, etc.
En Asturias, país abundante en piedra, tendríamos muestras toponímicas de esa antiquísima palabra, preindoeuropea quizá, en algunos lugares..."
"Una forcá, forcada, es en asturiano un palo bifurcado, en horquilla, con dos gayos, para varios usos rurales como utensilio de trabajo. Y una forca es una horca. En usos toponímicos puede tener barios sentidos, siempre como bifurcación del terreno: lomas, peñas, arroyos, valles..."
"El lat. CANDIDUS, A, UM ‘de color blanco’ pudo tener, en su paso al asturiano, un doble comportamiento; de un lado el más general con mantenimiento de la postónica dando lugar a resultados del tipo *candiu, *candia que pervivirían en el adj. candial ‘de buena calidad (especialmente el pan, el trigo)’, ‘cariñoso (un individuo)’.(...)
Pero, al mismo tiempo, debió de haberse producido la tendencia a la pérdida de la postónica dando lugar a realizaciones CAND(I)DUM > *candu.(...)
Sobre el ast. *candu seguido de un sufijo átono, el prerromano átono -ANU con las variantes -ALU, -ARU, el apelativo cándanu, cándalu o cándaru ‘rama seca y blanquecina’ y por extensión ‘persona alta y delgada’. De igual modo, el femenino cándana ‘caña grande y seca especialmente cuando queda algo blanca por haberse quemado’.
Con esta propuesta no creemos que sea necesario, para justificar los topónimos que siguen, acudir a una explicación céltica, aunque en este idioma es posible *KANDO- ‘blanco’ palabra emparentada no sólo con la latina candere ‘arder’ sino con otras de raíz también indoeuropea"
"Se duda acerca de la etimología de gamón ‘Asphodelus albus’ (DCECH s.v. gamón) pero no juzgamos muy acertada la propuesta de García de Diego (35 p. 119) que parte de CAMBA o GAMBA dado que, en asturiano, aunque no imposible no es habitual la asimilación MB > m. Nos parece que para averiguar la filiación etimológica de gamón sería mejor acercarse a palabras que presentan un, al menos, aparente parentesco fonético y semántico como gamayu y gamachu o gamacha ‘rama desgajada’, gamacha ‘vara verde y delgada’, esgamachar ‘desgajar ramas’, esgamotar ‘cortar las cañas’.A nuestro entender son palabras que han de explicarse desde el lat. CALAMUM ‘rama’, ‘púa’ (EM) responsable del ast. cáramu ‘rama que se seca en el árbol’. Desde CALAMUM —> cáramu hubo dos posibilidades evolutivas según que se perdiera o no la -R-, de ahí gamu ‘palo con un gancho para la pesca’ y garmu ‘vara seca y fina del árbol’. A su lado ha pervivido la variante femenina garma ‘terreno pendiente y peligroso’, ‘precipicio’, ‘saliente de una roca’. Probablemente al lado del citado cáramu se dio la correspondiente variante *cárama que hoy vive en el diminutivo garameta ‘zarza’, documenta en nuestra Edad Media como mote “Iohan garameta” (DMB a. 1290, p. 136), y que pervive toponímicamente en Los Garamateros (Xx).Del diminutivo *CALAMACULUM se formó *CA(R)AMACULUM > *camayu —> gamayu ‘caña’. Al mismo tiempo sobre CALAMUM fue posible el verbo *CALAM¯ARE —> *caramar que admitió, lógicamente, una variante *ga(r)amar que explica el ast. gamar ‘alcanzar’. Son compuestos encaramar —> engaramar ‘subir’, y *agalamar —> algamar ‘alcanzar’, ‘conseguir alzando la mano"
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