"Una forcá, forcada, es en asturiano un palo bifurcado, en horquilla, con dos gayos, para varios usos rurales como utensilio de trabajo. Y una forca es una horca. En usos toponímicos puede tener barios sentidos, siempre como bifurcación del terreno: lomas, peñas, arroyos, valles..."
Las Marinas no ofrece dudas, peñas del mar, marinas. No deja de llamar la atención que esté enfrente del pueblo de Santa Marina, en principio llamado Cándano, como sigue conociéndose a uno de sus barrios. La presencia de una capilla, dedicada a Santa Marina, hizo que fuese denominado generalizadamente de esta manera
"El lat. CANDIDUS, A, UM ‘de color blanco’ pudo tener, en su paso al asturiano, un doble comportamiento; de un lado el más general con mantenimiento de la postónica dando lugar a resultados del tipo *candiu, *candia que pervivirían en el adj. candial ‘de buena calidad (especialmente el pan, el trigo)’, ‘cariñoso (un individuo)’.(...)
Pero, al mismo tiempo, debió de haberse producido la tendencia a la pérdida de la postónica dando lugar a realizaciones CAND(I)DUM > *candu.(...)
Sobre el ast. *candu seguido de un sufijo átono, el prerromano átono -ANU con las variantes -ALU, -ARU, el apelativo cándanu, cándalu o cándaru ‘rama seca y blanquecina’ y por extensión ‘persona alta y delgada’. De igual modo, el femenino cándana ‘caña grande y seca especialmente cuando queda algo blanca por haberse quemado’.
Con esta propuesta no creemos que sea necesario, para justificar los topónimos que siguen, acudir a una explicación céltica, aunque en este idioma es posible *KANDO- ‘blanco’ palabra emparentada no sólo con la latina candere ‘arder’ sino con otras de raíz también indoeuropea"
Dejamos este segundo mirador y continuamos por la pista que constituye el acceso rodado a los acantilados de este sector encima de la playa. En verano y con días de sol suele haber bastante trasiego de gentes, y no pocos coches
Según caminamos seguimos admirando la maravilla natural de estos acantilados. Popularmente se dice que Gavieiru es lugar de gaviotas, y que es así denominado porque nidifican secularmente en esos inaccesibles cantiles, si bien existen otras posibles acepciones relacionadas con ello, como la del latín caveam oquedad, que en asturiano, según García Arias, daría palabras como gavia, grieta. Otra cosa es que el nombre de la gaviota guarde relación igualmente con el latín caveam, como ave que anida en estos parajes, también llamada gavia en algunos lugares y del que existe la variante local gavilueta
Por esto no es extraño que haya quien apunte la etimología de El Gavieiru a alguna de las múltiples acepciones de la palabra asturiana gavia (desde vigas y armazones de palos hasta tipos de cajas o cabañas). Por su parte, el nombre de Playa del Silencio se dice fue un apodo dado por los pescadores pixuetos dada la relativa tranquilidad de estas aguas, donde se guardaban cuando el temporal se presentaba de improviso.
El islote de La Cogolla tiene un topónimo muy relacionado con elevaciones del terreno, dice Arias:
"Otra manera de aludir nuestros paisanos a determinadas elevaciones o crestas del terreno se inspiró en un término latino CUCULLUM ‘capuchón’, de probable origen onomatopéyico y frecuente hoy en nuestra toponimia. Con la expresión cogollu o cogollu se alude también no sólo al centro o núcleo de algo sino a la bola donde se almacena la grana de la berza o lechuga; en todo caso se trata de algo abultado de fácil aplicación oronímica..."
En cuanto a La Sarna y La Sarnina dice Covadonga Loy Madera en Cudillero, caprichos del Mar, que se piensa que su nombre viene dado por su similitud con la forma rugosa y viscosa de estos peñones, como la mancha creada por esta enfermedad. Otra parte del acantilado de Punta Nocedal se llama Las Botas, por su forma parecida a este calzado
Otra posibilidad, menos romántica, está en que el nombre del Silencio fuese ideado en su momento como atractivo turístico, llegando a popularizarse incluso sobre el topónimo real. Esto no es nada inusual y menos en playas, la gijonesa Playa de San Lorenzo fue llamada en algún momento Playa de Miami y así aparecía en algunas postales (hubo un hotel con ese nombre), pero sin embargo no cuajó, como sí lo hizo la Miami de Tarragona o, mucho más cerca, la Playa de las Catedrales o Praia das Catedráis, originalmente Augas Santas, en el ya no muy distante concello de Ribadeo (Galicia)
De todas maneras, de los casos anteriores sí existen pistas ciertas de cómo nació el nuevo nombre, no así el del Silencio, salvo que realmente sea por la cualidad de abrigo natural de su ensenada-fondeadero, si bien no siempre tan silencioso, pues es un encantador anfiteatro natural en el que se resaltan los sones del mar, cuando calmoso y sereno, cuando embravecido por la tempestad.
El camino sigue, bajo este pinar, recorriendo la forma de esta ladera sobre los acantilados, donde acaban los prados de Los Valles
Como antaño, el terreno es pasto y siega hasta el mismo borde del cantil. En otros muchos sectores de costa han desaparecido estos prados para dar paso a las plantaciones masivas de pinos y eucaliptos destinados a la industria papelera
Sólo en algunos tramos hay unos pocos ejemplares de pinares en la zona más abrupta, ya casi sobre la misma pared rocosa de estos cantiles de El Gavieiru, playa y entorno del que se dice en el artículo a ella dedicada en la web del Ayuntamiento:
"Tal como surge a primera vista, su principal atractivo radica en su conservación y por lo tanto exige respeto medioambiental por parte de sus visitantes"
Antaño los vecinos de Castañeras, agricultores, ganaderos y también pescadores y mariscadores, compartían esta ensenada con los citados pixuetos y aún verse alguna lancha faenando en este remanso del mar
Aparte de pescadores, hasta hace unas décadas El Gavieiru aparte tenía visitantes, según leemos en la Wikipedia:
"Es una playa paradisíaca a la que todavía no ha llegado la masificación, de modo que, hasta hace diez años, era frecuentada por personas que practicaban el nudismo. Pero en los últimos años parece que se invirtiera la situación, pues en los mejores días de verano tanto el camino de acceso a la playa como las parcelas circundantes aparecen frecuentemente abarrotados de coches. Quizás una de las razones de esta tendencia esté en la mejora de los accesos a las playas. Sobre todo tras la aprobación del Plan de Ordenación del Litoral Asturiano (POLA) por parte de la Administración de esta Comunidad Autónoma, que contempla la realización de una serie de infraestructuras en este sentido: sendas costeras, aparcamientos, miradores, etc."
Existe asimismo un trabajo, La Playa d'El Gavieiru (Asturias, Noroeste de España) como enclave geomorfológico de interés didáctico, del que son autores Cristina García Fernández, Antonio Fernández, Jesús Ruiz Fernández y David Gallinar, que incide en esta situación:
"...conforme la presión turística aumenta sobre la costa occidental asturiana en general y sobre la playa d’El Gavieiru en particular, amenazas como la que implica la presencia puntual de desperdicios en ciertas áreas de la playa se hacen presentes. Es por ello que, la puesta en valor de los atributos —geomorfológicos, ecológicos, paisajísticos— que conforman el patrimonio natural de estos espacios litorales, entre los cuales la Playa d’El Gavieiru sobresale como ejemplo paradigmático y singular, se hace más necesaria que nunca, mientras estos no han sido excesivamente alterados"
Un dato muy interesante de Covadonga Loy Madera en Cudillero, caprichos del mar, es que existía delante de La Sarna una fuente de agua dulce en medio del mar. Estos surgideros, si bien son sorprendentes, no son muy extraños. No sabemos si sería este el caso, pero hemos conocido de algunos en los que brotaba con tanta fuerza el manantial de agua dulce que los pescadores bebían allí, pues el agua dulce podía con la salada
Las aguas son tan cristalinas que se ve muy bien el fondo, por lo que, previa licencia autonómica, se practican el submarinismo y la pesca submarina. Un gran fotógrafo, Enrique Ros Wagener, los ha fotografiado. En Asturias.com se dice que bucear aquí es un verdadero lujo, con aguas casi siempre en calma, siendo un buen itinerario submarinista acceder por el este al pie de L'Óleo a La Cogolla, llegando a poder practicarse una inmersión hasta de 18 metros de profundidad
A nuestra izquierda otra muy buena vista de Las Gamallas, El Candanón y Las Forcadas
Abundan aquí mejillones y percebes, tanto en rocas como canales, congrios, xargos y otras especies
Sigue la pista bastante llana y llega a otros pinos, donde hay un poco de espacio en esta vereda para aparcar, otro tramo que es un verdadero balcón natural sobre esta mágica ensenada
Así lo explica Loy Madera en su libro:
"Cuando los marineros eran sorprendidos por el temporal fondeaban sus barcos en ella ya que sus aguas son muy tranquilas (ya que el acantilado que la rodea la resguarda de los vientos. Los aparejos quedaban en la playa solos y abandonados, dando así una imagen de tranquilidad, calma y silencio..."
En lo que viene a ser la última vereda de aparcamientos antes de la playa unas barandillas sobre el despeñadero hacen las veces de mirador, a la sombra del pinar, otro paraje verdaderamente encantador
Aquí estamos sobre la blanquísima playa en la que la luz solar proyectada en ella resalta casi como si reflejase en un espejo. Como vemos aún queda hasta abajo una muy considerable bajada. Algunos peregrinos, cansados, o que se les echa el tiempo encima para llegar a buena hora a pernoctar, llegan más o menos hasta aquí, pero toman buena nota para regresar lo antes posible para venir a visitarla expresamente
Unas manchas rojizas son las ya mencionadas algas de arrastre, el ouca, que antaño se recogían para abonar los campos. Con las olas dibujan una forma zigzagueante casi perfecta, como una cenefa bordada en los cantos gris claro de esta playa, o mejor dicho, ribera, como se dice en la zona
Esta es una foto del mismo lugar avanzado el verano, sin el ouca y con unas cuantas sombrillas a lo largo de la ribera playera
Un poco más allá asoman otros grandes peñones a la derecha de la llamada Punta Nocedal: es La Caladoria, acceso a otra gran playa, La Barquera
Esta es una foto casi desde el mismo lugar pero con el sol de la tarde. Los autores de La Playa d'El Gavieiru (Asturias, Noroeste de España) como enclave geomorfológico de interés didáctico, dicen de esta magnífica formación geológica:
"... un lugar idóneo para reconocer morfologías características de medios litorales en general y propios del espacio cantábrico en particular"
La Wikipedia por su parte la llama xogarral, esto es, playa de cantos, e incide en su geomorfología:
"La Playa del Silencio o Playa d'El Gavieiru cuenta con un gran valor paisajístico y geomorfológico, de hecho, recientemente se han realizado estudios que ponen de relieve su valor como espacio de interés didáctico, describiendo los procesos implicados en el retroceso de sus acantilados, en el modelado de su plataforma de abrasión y en las formas de acumulación presentes en la playa (entre las que destacan las terrazas marinas y los cuspilitos)"
Hasta aquí suelen llegar los coches, seguir más abajo se hace complicadísimo. Los vehículos que, al llegar hasta aquí sin encontrar aparcamiento, deseen seguir probando suerte, no tienen marcha atrás, han de ir a la derecha en la siguiente bifurcación, regresando a Castañeras: es el sentido empleado para salir de la playa, pues en el mismo camino dos turismos no pueden cruzarse
Nosotros seguimos pues a la izquierda, comenzando la que es propiamente la bajada a la playa por esta ladera plantada con algunos pinos y eucaliptos
De frente son los altos de Fuécaras y Las Matas, los campos existentes al norte de Novellana, la cabeza de esta parroquia de la histórica comarca de Las Luiñas, la zona más occidental del antiguo y enorme concejo de Pravia, la llamada Pravia de Allende, comarca que se incorporó al concejo de Cudillero o Cuideiru cuando este se escindió de la tierra praviana en 1837, con las reformas administrativas liberales del siglo XIX
Mucho, muchísimo se ha escrito sobre esta playa, desde artículos divulgativos a narraciones de impresiones y descripciones de paisajes y momentos, sentimientos y personajes. Silencio es una playa, por ejemplo, es el título de una glosa que le dedica en El País Álvaro P. Ruiz de Elvira, de la que extraeremos algún buen retazo:
"La playa del Silencio no siempre hace honor a su nombre. Con la marea alta, cada vez que una ola se retira -y tratándose del Cantábrico, casi siempre hay olas-, cientos de cantos y guijarros son arrastrados hacia el interior del mar como si no quisieran formar parte de tierra firme. El ruido que provocan acompaña al oleaje y hace de este tranquilo rincón en la costa asturiana un lugar singular. Cerca, hacia el este, a 16 kilómetros, está el turístico y bello pueblo de Cudillero, uno de los lugares más visitados del norte. Viajando hacia al oeste, a 42 kilómetros, Navia. Toda la escarpada costa entre estas dos localidades es espectacular, con numerosas playas accesibles y preparadas para plantar la sombrilla, pasar el día y jugar en la arena..."
Ruiz de Elvira no deja de hablar de la mejor manera de acercarse hasta aquí:
"Acceder a la playa, no es sencillo. Aunque se puede llegar en coche hasta donde empieza el camino que baja, es mucho más agradable dejar el coche en Castañeras y dar un pequeño paseo hasta el acantilado, donde comienza la senda -bien señalada y preparada- para salvar el desnivel. Abajo esperan 500 metros de playa, con poca arena y menos gente"
Y no deja de tener un toque final de historia de piratas, muy sugerente:
"Pese a los cantos rodados y la cadencia armoniosa de la olas, emana tranquilidad. Si van, si la descubren, si se quedan fascinados por su belleza, guarden el recuerdo y no le cuenten a nadie dónde está. Los piratas se lo agradecerán"
No sabemos si Ruiz de Elvira lo sabía, pero aquí hay historias de Piratas: según Covadonga Loy Madera que en la cercana cala de La Caladoria, donde desemboca el río Prau Llagón en la cala El Riegu, había un molino y sucedió una tragedia con la piratería...
"Una noche dos chicas jóvenes y hermosas bajaron y jamás volvieron. Allí sólo encontraron unas ropas y se dice que fueron secuestradas por piratas. Tiempo después, entre los pueblos de Albuerne y Valdredo, en un pozo hoy llamado "de las mujeres muertas", se encontraron los cuerpos sin vida de dos jóvenes, que supuestamente eran las chicas que aquella noche habían bajado al molino de Riego"
La leyenda no deja de tener una moraleja muy de época, a los molinos se bajaba frecuentemente, pues era absolutamente necesario para moler el grano del cereal, que se cultivaba en casa, para luego hacer el pan, también en casa. En muchas ocasiones no había más remedio que ir de noche al dedicarse el día a las faenas de la casería, surgiendo historias de amoríos entre vecinos y vecinas que allí coincidían, tanto si eran de vecera o comunitarios, con vez para moler; o de maquila, pago de una parte de la molienda, cuando había molinero o molinera
No estaba bien visto pues, para la doble moral imperante, que las mujeres, y menos "jóvenes y guapas", fuesen a los molinos y menos de noche. También era una forma de evitar que mozas y niños bajasen a las playas, que se tenían por parajes solitarios y tenebrosos. La de piratas parece una evolución de las leyendas del home marín, célebre y espantoso personaje de la mitología asturiana que poblaba estas playas, comiendo niños y violentando mujeres, del que encontraremos más reseñas al ir avanzando hacia el occidente, sobre todo en la zona de Tapia
A La Caladoria se va muy bien por un sendero que sigue el pequeño valle del citado Prau Llagón, el cual discurre oculto por esa línea de arbustos que constituye su vegetación ribereña. Este sendero, que vemos muy bien desde aquí parte del mismo camino que baja a El Gavieiru, pero antes de llegar a las escaleras de la playa, cruza este río y se dirige a su desembocadura
Ahí está La Caladoria, donde se unen este y el camino que baja a ella desde Novellana, acceso también a la Playa la Barquera. En medio vemos su gran peñón, que cierra esa pequeña cala. A la derecha es El Fisón, que es como decir gran hito o mojón, ya sobre la citada playa. Es muy inaccesible, de paredes verticales y a 40 metros sobre el mar, pero subía a veces un vecino, El Pisco, trepando como un escalador y provisto de guadaña, pues hay, dice Loy Madera, unos 200 m2 de vegetación
Más atrás, de roca muy clara, es La Percebera, con otra peña más pequeña a su izquierda, La Cagona y La Cagonina, así llamadas por las deyecciones de las aves marinas. Parece ser que los perceberos intercambian los nombres de La Cagona y La Percebera, pues la primera es más abundante en este preciado crustáceo
En esta foto tomada por la tarde apreciamos mejor una formación natural, una oquedad de las que tanto abundan en las rocas con la erosión, situada a la izquierda de La Caladoria
Es llamada popularmente El Peine del Mar, pues está formado por varios arcos naturales, a manera de peine por los que desemboca en el mar el río Prau Llagón. Desde aquí distinguimos bien uno de ellos
A la derecha del peine, aunque tapada por el árbol, hay una caseta al pie del camino, tal vez tuviese que ver con almacén de enseres para recoger el ouca, pues cuando vayamos veremos también un alto poste metálico que parece fue parte del mecanismo de izado de los fardos de algas
Tras explicar los accesos a La Caladoria, que ya que estamos aquí, vamos también a visitar, seguimos nuestro descenso pista abajo camino de El Gavieiru
Giro completo a la izquierda. Si nos fijamos veremos bajar también enfrente el camino que viene de Novellana
Ya de frente vamos directos hacia la preciosa concha de El Gavieiru, con el Cantábrico siempre ante nosotros
A nuestra derecha la Punta Nocedal separa El Gavieiru de La Caladoria. el topónimo hace referencia a nozales nogales, tal vez silvestres o tal vez plantados. Démonos cuenta como se aprovechaba todo el espacio al máximo, incluso trepando a los peñones más difícil a segar la vegetación que crecía en ellos. La hierba sería forraje y otras plantas mullidas para el lecho del ganado
Seguimos bajando, ahora un poco más suavemente, junto a esta mata de arbustos. Pensamos un poco en aquel consejo que dan en Zapatilleando por el mundo:
"No es un lugar secreto, pero no le contéis a nadie cómo llegar a la Playa del Silencio, porque este (pequeño) paraíso situado cerca del pueblo de Castañeras (Novellana), en el concejo de Cudillero, no es un lugar masificado, aunque esta villa marinera de Asturias es un poderoso imán para el turismo"
Y ante nosotros volvemos a tener ahora de nuevo un fantástico paisaje marino, ahora desde otro sector de la concha
Las Gamallas con el picudo Güeyu Culo enfrente (en la foto justo sobre el camino). Un poco más atrás a su izquierda El Candanón, y más atrás Las Forcadas y El Peñón de Pumarín, con el Cabo Busto en lontananza...
Una encantadora visual de esta ensenada desde el este. José Miguel Barrantes describe con esta frase este momento en Viajar, de El Periódico:
"Desde lo alto del acantilado se divisa un paisaje extraordinario que pareciera salido de una postal. La forma de concha de la playa y los peñones sobresaliendo del mar frente a las paredes de roca cubiertas de vegetación nos preparan para lo que encontraremos más abajo"
Y es que estamos ya sobre el acantilado encima de la misma playa: esa empalizada lo delata. Acaba exactamente donde empiezan las escaleras
El camino realiza un ángulo recto a la derecha y sigue bajando
Una de los más bellas estampas marinas que nos podamos figurar se plasma ante nosotros como el cuadro del mejor pintor de paisajes
A lo lejos toda la costa acantilada hasta Cabu Bustu, paso al concejo de Valdés
El mismo lugar un día de mar bella, sin oleaje: veamos cómo se reflejan las peñas en el agua: Las Gamallas, Güeyu Culo y El Candanón principalmente
Vamos a asomarnos a esta empalizada para contemplar la playa
El sector occidental de El Gavieiru, que no habíamos visto hasta ahora y que se extiende hacia Las Gamallas. Sigue así diciendo Barrantes...
"... la playa del Silencio o de El Gavieiru hace honor a su nombre y presume de una calma que se refleja en sus aguas. La forma de concha que crean los acantilados que abrigan la playa, su orientación y los peñones que emergen del fondo del mar en su flanco occidental, amansan las olas del Cantábrico y crean un espacio natural y salvaje en el que reina el silencio. Un silencio que se ha convertido en la seña de identidad de una de las playas más bonitas de toda Asturias, cuyo conjunto se encuentra enmarcado en el Paisaje Protegido de la Costa Occidental de la región"
Y continúa describiendo muy bellamente el gran peñascal que emerge del mar:
"Salvaje, sin elementos artificiales que distraigan nuestras miradas, en un entorno paradisíaco y con aguas límpidas que permiten admirar el fondo marino. Esto es lo que nos espera al adentrarnos en la playa del Silencio. Las rocas y peñascos se erigen imponentes en la parte occidental, como enormes torreones que formasen un baluarte en defensa de la fuerza de las aguas del mar"
Y ya estamos de nuevo de cara a los impresionantes acantilados verticales de La Punta Nocedal. Tal vez ahora reparemos mejor en el porqué de sus nombres: a la derecha, la clarísima pared de L'Óleo parece pintura de aceite desparramándose por un lienzo formando tonalidades y líneas. En medio Los Prietos delatan en su nombre su color algo más oscuro
Y a la izquierda Las Botas tiene realmente forma de botas, exactamente con su empeine, punta y tacón...
Las cuevas del mar, formando galerías, hacen los llamativos tacones...
Todo este trecho a lo largo de la cima del cantil es todo él un gran balcón asomado al Cantábrico
La playa en verano, con sus sombrillas, que rompen la gran franja blanca del xorragal de El Gavieiru. Barrantes dice también:
"... los más de 500 metros de largo con que cuenta la playa se encuentran cubiertos de una perfecta alfombra de piedras de diferentes tamaños y formas, moldeadas a través del tiempo por la erosión marina. El fondo de la cubeta abrigada por los acantilados, también tapizada de cantos rodados, permite una transparencia inusitada gracias a la ausencia de arena que pudiera enturbiar el agua, dotándola de un color especial."
Traemos a colación a Pablo Montes y Estefanía Casillas, quienes hacen esta deliciosa elegía de este lugar inolvidable en La Playa del Silencio, uno de los sonidos más bonitos de España, publicado en Viajar con Pablo:
"El inmenso acantilado de su vertiente oriental. conocido como la punta Nocedal y donde la fuerza del agua ha ido excavando cuevas y pequeños pasadizos, cumple una doble función en el Silencio. Por un lado, protegerla del fuerte oleaje del Cantábrico. Y por otro, dotarla de mayor encanto. Las aguas presentan una hipnótica mezcla de colores turquesa y azul que invitan a llegar cuanto antes y zambullirnos en ellas"
Y esta es su extraordinaria explicación de los sonoros silencios del Silencio que sólo al estar en esta playa se pueden entender plenamente
"No es lo que se suele entender por silencio. Porque el silencio, aunque resulte paradójico, también puede ser sonoro. Uno sonido constante y agradable. Que se funde con el entorno como un elemento más que no perturba ni molesta. Es lo que ocurre en la playa del Silencio en el concejo asturiano de Cudillero. El sonido de las olas meciendo con mimo los pequeños y erosionados cantos rodados es lo que allí se conoce por silencio. Una banda sonora idílica que engarza perfectamente con un entorno natural digno del más imaginativo de los artistas. Por algo está considerada una de las mejores playas de España (...)"
Su situación, agazapada entre los acantilados, tampoco pasan desapercibidos a estos grandes autores de blogs y literatura de viajes:
"Escondida entre los abruptos acantilados del entorno de Cudillero, la playa aparece favorecida en cualquier imagen. Es muy complicado estropear su ‘look’ por mucho que no seamos unos ases de la cámara"
El camino, bien habilitado para el trasiego de gentes, hace un pasillo por este canto o cresta: a la derecha se baja al valle del Prau Llagón, senda a La Caladoria y La Barquera. Tengámoslo presente al volver si deseamos después visitar también estos parajes
Nosotros recomendamos primeramente bajar y disfrutar de El Gavieiru, cuya concha y entorno admiramos desde este soberbio mirador, desde la Punta Nocedal a La Forcada y más allá
Esta explanada es como una antesala donde algunos se mudan antes de bajar y otros después, casi como un pequeño vestidor
La barandilla metálica señala que ya empezamos a bajar por las escaleras del acantilado...
La escalera está labrada en la misma pared vertical. Es conveniente ir agarrándose al pasamanos. Más de cien escalones nos aguardan antes de llegar al pedral, pedrero o xorragal (recordemos que serán otros tantos para subir, más luego la cuesta que hemos dejado atrás
Una nebulosa blanca de luz reflejada en la clarísima pared de L'Óleo, junto con la intensa blancura de los cantos, impregna en ocasiones nuestra visión y nuestra cámara
El ouca y sus vistosísimas ondulaciones. Fijémonos cómo el mar lo lleva a la orilla, formando una franja oscura
L'Óleo ante nosotros: la vegetación parece subir por su altísimo paredón, formando en su cuadro franjas verdes
Los Prietos y Las Botas, que parecen querer dar un paso adelante hacia el mar, estirando su pétrea y titánica pierna
La escalera realiza un continuado zigzag antes de llegar abajo, perdiendo altura rápidamente, por ello la importancia de ir seguros y por eso se ha puesto esta barandilla metálica, bien sujeta y segura
"Otra de la razones del encanto de la playa del Silencio es su carácter salvaje. Algo que por fortuna conservan muchos de los arenales y calas de la costa asturiana. No hay chiringuitos, ni duchas, ni puestos de salvamento, ni tampoco los incómodos y molestos barcos de recreo que rompen la magia de lugares así como ocurre, por ejemplo, en algunas de las mejores calas de la Costa Brava. Nada de nada, la naturaleza más pura y sin maquillajes. Por esto motivo, la playa del Silencio no es una visita exclusiva para los meses de verano. Cualquier época es buena, si el tiempo lo permite, para asomarnos a uno de los rincones más magnéticos de la costa asturiana. Eso sí, para saber si contamos con más o menos extensión de playa, siempre es bueno consultar el calendario de mareas en esta página web que nos ayudará a planificar mejor la visita"
"El Gavieiru o el Silencio, quizás la playa con más renombre de nuestro municipio, en estado semi-salvaje por la falta de servicios y accesos, pero que así queremos que continúe para salvaguardarla de la masificación. Está tan arropada por los acantilados que apenas sopla el viento y las aguas están en permanente calma. Tiene forma de concha, unos 500 metros de longitud y de cantos rodados.Es un lugar mágico, donde mirar el horizonte y ver una puesta de sol maravillosa. Es una playa para desconectar de todo, solo paisaje y silencio"
"El verano ya toca a su fin y parece que este año la cosecha de terrores veraniegos ha sido más escasa y el protagonismo se lo ha llevado la ola de calor, que más que ola ha sido un tsunami, ya que ha durado casi dos meses, sobre todo en el centro y sur de la Península ibérica.
Pero si hay una plaga de este verano que se termina que me ha llamado especialmente la atención ha sido la llamada "plaga de algas", que según parece indignó a los bañistas y veraneantes que visitaron la costa asturiana y gallega a finales de agosto, y que puso en pie de guerra a los ayuntamientos locales, que con tal de satisfacer al personal sacaron todo el armamento de palas e incluso de excavadoras para facilitar el acceso a los bañistas a la orilla del Cantábrico e impedir que sus delicados pies se mancharan.
Esta alarma infundada confirma de nuevo que nuestra sociedad cada vez se encuentra más separada de la naturaleza, a la que considera algo ajeno e incluso molesto, ya que se siente más cómoda rodeada de asfalto, humo y tráfico que de hierba, árboles y mar. Y debido a esto ya piensa que lo normal es una piscina azulejada y con el agua clorada y no una playa natural, con sus sus rocas, sus cangrejos y sus algas.La arribazón de algas a las playas cantábricas es un fenómeno natural y que ha ocurrido siempre después de las marejadas estivales. Los pies de las algas se desprenden del fondo por la fuerza de las olas y cuando la mar se calma se depositan en las orillas. De hecho, lo realmente alarmante no fue la arribazón de algas de este verano sino su práctica ausencia durante los últimos años (...)La desaparición del 95% de todos los bosques de laminarias en tan poco tiempo está relacionada con el aumento de las temperaturas de las aguas cantábricas como consecuencia del cambio climático. Las algas pardas son especies abundantes en latitudes septentrionales ya que la temperatura de crecimiento óptimo se encuentra entre los 15 y los 18ºC. Cuando las temperaturas superan esos límites, el crecimiento se reduce o incluso se detiene, por otra parte, la tolerancia térmica de estas algas es mucho más estricta durante el periodo en el que se fijan a las rocas, por lo que las temperaturas elevadas pueden reducir drásticamente el reclutamiento de nuevas algas y por consiguiente la regeneración de esos bosques marinos (...)Afortunadamente este año parece que los bosques de algas pardas se han recuperado un poco. Quizás se trate de un hecho puntual, quizás haya sido debido a que la temperatura del agua en el momento de la fijación de los propágulos ha sido más baja que en los últimos años. Quizás sea un canto del cisne antes de la desaparición de esos bosques que durante millones de años han cubierto los fondos del Cantábrico, porque el aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio climático sigue produciéndose con mayor rapidez que nunca, pero de todas formas, no deja de ser sorprendente que esta noticia en vez de ser un motivo de alegría sea un motivo de alarma y de preocupación..."
"... Tal como comenté al principio, el fenómeno de la arribazón de algas a las playas no es algo extraño ni mucho menos una plaga y significa un auténtico maná para muchas especies, incluido el hombre, cuando este se consideraba una parte de la naturaleza y aprovechaba lo que ella le ofrecía. Desde siempre, los pueblos costeros han recogido esas algas para usarlas como abono y para venderlas, ya que con ellas se elaboran alimentos, cosméticos e incluso medicinas. Pero además del hombre, numerosas especies de animales encuentran su alimento entre las algas depositadas en la orilla. Innumerables especies de insectos, crustáceos y otros pequeños animales consumen estas algas contribuyendo de esta forma a su descomposición, y gran cantidad de peces y aves se alimentan de ellos, cerrando de esta manera el ciclo de los nutrientes.
No estaría mal recordarles a todos estos bañistas que protestan ante la presencia de algas que mucho antes de que el primer ser humano se untara de Nivea y plantara su sombrilla en la arena, otros animales visitaban las playas y se alimentaban en ellas.Y también habría que recordarles a las autoridades que antes de ceder a las presiones de estos colectivos deberían educar e informar, ya que al no hacerlo y gracias a nuestra desidia nos estamos convirtiendo a pasos agigantados en un rebaño de borregos, cada vez mas ignorantes, cada vez más estúpidos. Y cada vez más mansos. Aunque quizás sea eso lo que desean"
"Obviamente la playa del Silencio no es para tostarse bajo el sol tumbado sobre la inexistente arena. Los que busquen ese concepto seguro que acabarán un tanto decepcionados. Es una playa para contemplarla y, por supuesto, para darse un chapuzón. Aunque sus aguas son frías, nosotros disfrutamos de lo lindo equipados con las gafas y el tubo de esnórquel y acercándonos a la zona rocosa para contemplar el fondo marino y su fauna. Es una gozada. Personalmente valoramos más la transparencia de las aguas que la presencia de arena. Además, en el entorno de Cudillero existen otras muchas playas donde sí es posible pasear sin necesidad de escarpines y cangrejeras"
La Playa del Silencio es uno de esos lugares al que acudes atraído por su fama paisajística y medio ambiental y terminas maravillado por su geología de una belleza sin parangón en el resto de la Cornisa Cantábrica (..)
En la Playa del Silencio nos encontraremos rocas sedimentarias, principalmente cuarcitas y pizarras, con buzamientos subverticales. La parte de la playa que forman las Puntas del Nocedal y Forcada están compuestas por rocas muy duras y resistentes a la erosión (cuarcitas) mientras que en la playa encontraremos pizarras y areniscas mas blandas y erosionables. La Playa se encuentra en el flanco NW de una gran estructura plegada el Sinclinal de Brieves.
"Los materiales que aparecen en la Playa del Silencio corresponden a rocas sedimentarias siliciclásticas: cuarcitas, areniscas y pizarras con una completa ausencia de rocas carbonatadas o magmáticas. Estos materiales pertenecen a la Formación o Serie de Los Cabos que con una potencia muy variable (4.000 – 6.000 mts) se extienden entre el Cámbrico Medio y el Ordovícico Inferior en un rango de edades que van de 500 a 470 millones de años según se puede ver en la tabla cronoestratigrafica internacional"
"La edad geológica de la Serie de los Cabos se ha podido determinar en base a la fauna de trilobites encontrada en la base de la Formación en el Miembro Pizarras Verdes. En este Miembro se han encontrado, entre otros, trilobites del Cámbrico Medio, concretamente de los subpisos marcados por los trilobites de los géneros Acadolenus (ver figura de la derecha) de la parte baja del Cámbrico Medio y Solenopleurosis de un nivel superior del Cámbrico Medio"
"... se trata de un espacio en el que el desarrollo de actividades y aprovechamientos territoriales por parte del ser humano debe compatibilizarse con la conservación de sus valores naturales y paisajísticos. Los espacios geográficos del litoral albergan numerosos ecosistemas extremadamente frágiles desde el punto de vista de sus límites biofísicos, altamente dependientes entre sí, y muy valiosos para el bienestar humano. Sin embargo, el litoral del occidente asturiano experimenta actualmente una creciente presión vinculada a la reciente implantación de nuevas vías rápidas de comunicación (...)
La Playa d’El Gavieiru y su entorno cuentan con un valor paisajístico y geomorfológico evidente, debido a la gran diversidad de procesos y geoformas propias de los medios litorales que alberga. Se trata de un ámbito especialmente adecuado para la comprensión de fenómenos relacionados con la configuración geomorfológica de los ambientes litorales cantábricos, ayudando a entenderlos como espacios vivos y en permanente transformación. Sin embargo, la citada playa constituye un enclave no estudiado específicamente hasta el momento"
"La Playa d’El Gavieiru cuenta, entre otros elementos geomorfológicos, con una orla de acantilados cuarcíticos verticales que le otorgan una llamativa forma de anfiteatro. Asimismo, en ella es posible observar una gran variedad de morfologías rocosas junto a los depósitos de gravas y cantos que la integran. Constituye, por tanto, un enclave de gran geodiversidad y con un valor paisajístico evidente"
"El retroceso del acantilado se da a través de diversos procesos: erosión mecánica, meteorización física, meteorización química y bioerosión. Este retroceso se produce de forma más o menos homogénea, conservando más o menos la verticalidad del acantilado y a diferente velocidad dependiendo de la resistencia de los materiales, la capacidad de abrasión de los sedimentos generados por la acción del oleaje y por la meteorización, así como la propia fuerza del oleaje pues, la presión hidráulica, es responsable del ensanchamiento de las grietas que aparecen en el roquedo. En esta playa podemos observar cómo la combinación de estos factores afecta al modo en que evolucionan los acantilados litorales; en este caso esa evolución se encontrará condicionada fundamentalmente por la erosión basal y los movimientos en masa: deslizamientos, flujos de derrubios y desprendimientos rocosos"
Encontré de arena palabras
envueltas de caracolas
y ni siquiera las olas,
ahora me dicen nada;
el silencio de las miradas
solo cruzan aquella playa,
hoy desierta,
sin gaviotas enamoradas
que rompían los silencios
todas las madrugadas.
Solo el rumor del viento
llega con la brisa callada,
curte sagaz el silencio,
su brisa estalla en mi cara;
no sé, si se perdió la gaviota,
si dejó de estar enamorada
o simplemente enojada
mira la Luna plateada
que cada noche ilumina
las olas de nuestra playa
y, sin saber lo que le pasa,
mi gaviota surca el cielo
al movimiento de sus alas
dejando ese vil silencio
que entristece mi nostalgia.
Vuela, vuela con alas de nácar
hacia el Sol que te marchite
el silencio de tus palabras
y que sople solo el viento
sobre la arena de nuestra playa;
tal vez, una caracola,
en la arena abandonada,
me diga cuál es la causa
que te condujo a la nada.
No volveré al huerto de tus hadas,
ellas duermen en mi sueño
y sueñan mis esperanzas,
pues mártir de tus silencios
abro al lejano viento
las cumbres con otras alas
que ahora me van diciendo
entre rumores de versos,
ecos de caracolas taimadas
que en la arena están escribiendo
pétalos de corazones
a rosas encadenadas,
cuyas mariposas sienten
los otros versos que callas.
Se que la melancolía estalla
en la cabeza del firmamento
y sintiendo el dulce lamento
también escribo en la playa
esos pequeños versos
que encadenan las palabras
cuando tu caracola me habla
en la playa de los silencios:
“en la arena están los luceros
junto a estrellas solitarias,
no tienen brillos ni ecos
ni lunas muertas de escarcha,
pero sienten cuanto siento
y me dicen cuanto callas”.
Solamente los desiertos
miran las cumbres nevadas.
El mar es un susto repentino
la senda bajo la arboleda
susurra un canto de huellas lentas
el silencio se rompe de caminantes
y se esconde a los pies del agua esmeralda.
Los testigos, amarres de la rocosa tierra
permanecen como estatuas en la playa
y yo dibujo en el contorno
de tus labios
un beso de silencio
para el recuerdo de los días amarillos
"Las rocas afiladas y el sonido del mar nos dan la bienvenida desde la lejanía. Aún no he llegado y casi se puede sentir que voy a descubrir a una de las playas más especiales y bonitas del Mar Cantábrico. Y así es. Nos encontramos en la costa occidental de Asturias y acudimos al encuentro de la increíble playa del Silencio
Una playa tan especial debía tener un nombre igual de de especial. ¿Por qué se llama playa del Silencio? En realidad también se le conoce como playa d’El Gavieiru, pero su nombre más habitual le viene que ni pintado. Las impresionantes moles rocosas hacen de parapeto natural, protegiéndola del oleaje y creando un remanso de aguas tranquilas y silenciosas. Un paraíso terrenal de los que quedan pocos y debemos proteger"
"La accesibilidad a esta playa ha mejorado mucho en el transcurso de los últimos años. Aún así, requiere un pequeño esfuerzo. Muy pequeño pero suficiente para que, incluso en temporada alta, la playa del Silencio no llegue a los niveles de ocupación tan altos de la mayoría de playas de la zona. Sin embargo, es una tendencia que está cambiando en los últimos años. Os recomiendo evitar en la medida de los posible las épocas de temporada alta. Ayudaréis a no saturar la zona y disfrutar de este pequeño paraíso con mayor tranquilidad"
"Desde hace tiempo llamó la atención de los estudiosos la frecuencia con que aparece en numerosos nombres de lugar la expresión cala- o cara-. Ello los llevó a profundizar en su estudio y a concluir que se trata de una base prerromana, KAL-, KAR- con un significado primitivo de ‘piedra’ o ‘roca’. Este elemento podría pervivir en los apelativos asturianos actuales galafra ‘precipicio’, galardeyu ‘despeñadero’, galastrón ‘sitio estrecho y apretado’.
Sobre esta raíz algunos opinan que pudo haberse formado KALIO ‘piedra’, presente en céltico CAIO- ‘muralla’ , quizá responsable del ast. gayu ‘saliente rocoso’, hoy de uso frecuente en Valdés, y que vive en el topónimo lluanquín de El Gayo o La Punta’l Gayo.
No ha de confundirse este primitivo gayu con otros términos de origen latino del tipo gallu, gallina..."
"Desgraciadamente, en la noche del 13 al 14 de febrero de 1948, un barco llamado Castillo Vera, naufragó en El Llozano. En el barco viajaban 19 marineros procedentes en su mayoría del occidente de Asturias (Viavélez, La Caridad...).Dicho barco pegó en la peña y rompió parte del bajo. Una vez que se dieron cuenta de lo ocurrido, pusieron rumbo al Sur y encalló en los Palos de Gradas, quedándose con la proa encima de estas peñas. En contra de las recomendaciones del capitán, varios marineros se tiraron al agua pereciendo ahogados tres de ellos. Los cuatro marineros que lograron milagrosamente subir por el acantilado casi vertical, se dirigieron a una casa de Oviñana, la de Fin de Pedro. Allí llegaron pidiendo socorro y diciendo que eran náufragos.
Al amanecer del día siguiente se movilizó el pueblo con botes de remo y lograron rescatar a la tripulación restante. Uno delos marineros fue rescatado cuando estaba a punto de ahogarse por agotamiento e hipotermia"
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