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jueves, 2 de enero de 2025

LES VEGUES: EL PASO DE CORVERA A AVILÉS BAJO LA XUNGAROSA Y EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA LUZ (ASTURIAS) DE LA CUESTA LOS CAMPOS A LA CASA DE POSTAS Y EL RÍO ARLÓS

Les Vegues (Corvera) y El Monte la Luz (Avilés) en La Xungarosa

Al empezar la bajada de La Cuesta los Campos entramos en Les Vegues, población de Corvera en el límite con Avilés y que, como Los Campos, forma parte del área periurbana avilesina pese a pertenecer a otro concejo, señalando el límite El Ríu Arlós, cuyas vegas dieron nombre al lugar, una pequeña aldea que "experimentó un espectacular crecimiento como consecuencia de la instalación de los últimos emigrantes atraídos por Ensidesa", la gran empresa siderúrgica que hoy día es Arcelor Mittal, nos dicen en el Diccionario geográfico de Asturias, Ciudades, Villas y Pueblos"hasta convertirse en un barrio dormitorio de Avilés". De esta manera y, como Los Campos, llegó a desgajarse de la parroquia, también corverana, de Trasona, formando una entidad propia dentro del concejo de Corvera:

"Sin embargo, se construyó de forma caótica, con falta de ordenación urbana, alta densidad de edificación y carente de infraestructuras y espacios verdes. En los últimos años se han ido corrigiendo esas carencias y hoy es el lugar más poblado y el mayor eje comercial del concejo, que cuenta con un parque dotado con un centro cultural, dos colegios públicos, un centro preescolar, un centro de salud del Insalud, biblioteca municipal, polideportivo y piscina, y un centro socio-cultural."

Justo detrás de Les Vegues y ya en Avilés, otro gran conglomerado urbano es el poblado de La Luz, en la ladera norte del monte del mismo nombre, en terrenos que fueron de La Xungarosa, construido cuando, avanzando la década de 1950, se vio que los barrios obreros nacidos para acoger a las familias de los trabajadores de Ensidesa, principalmente el de Llaranes, iban a quedarse pequeños, máxime teniendo en cuenta los de otras empresas como Endasa (Alcoa), Cristalería Española, o Asturiana de Zinc. Es entonces cuando el constructor Domingo López Alonso proyecta construir el "Nuevo Avilés" en este lugar, con 5.000 viviendas, rascacielos de 16 pisos, salas de fiestas, colegios, zonas deportivas, jardines, piscinas... presentando un proyecto que impresionó a las máximas autoridades y algunos estudiosos lo calificaron de "pequeño Manhattan". A la hora de ponerlo en práctica, como suele pasar, la cosa era menos impresionante. Comenzado a edificar en 1959, se hicieron en total 2.056 viviendas en 95 bloques. Ensidesa compra las viviendas y a su vez las reparte en alquiler a obreros que trabajen en la empresa y tengan familia numerosa


En 1964 se abre la posibilidad a que los inquilinos compren la vivienda, en unas condiciones, al mismo precio que el alquiler y a un plazo de 30 años, que hizo que en 1994 pasasen a ser propietarios. No tenían ascensor y su tamaño, entre 45 y 63 m2, eran condicionantes muy negativos. El instituto se inaugura en 1967 y los primeros colegios en 1970, pues hasta entonces las clases de daban en los bajos de los edificios. La iglesia es de 1971 pues las misas se daban en los bajos de la Plaza de Alvarado. En 1978 abre la biblioteca y el barrio afronta una rehabilitación integral en 2003



El Monte la Luz debe su nombre al santuario de la Virgen de Luz, de honda tradición romera y tradiciones legendarias y milagrosas, que desde 2012 es copatrona de Avilés con San Nicolás (aunque la fiesta grande avilesina es San Agustín, a finales de agosto), sito en lo alto del pueblo de Lluera, donde se alza el palacio de este nombre, otro enclave de leyenda que se materializa en rituales de amor como el de la lleche preso y la xarra, jarra de barro con cuajada que el mozo tira al suelo el día de la romería del santuario; así en tantos pedazos como rompa tantos besos ha de darle a su amada. La tradición fue recuperada en 1989, según nos recuerda el periodista Alejandro J, Jambrina en su crónica de la fiesta, publicada para el periódico El Comercio del 21-5-2018 y titulada Sesenta besos para cumplir con una tradición centenaria en Avilés:
"Dice la tradición que la pareja de novios tiene que darse tantos besos como trozos en los que se rompa el puchero tras lanzarlo contra la base del crucero y este martes fueron setenta nada menos los que se dieron Noelia Galán y Sergio Fernández frente a la ermita de La Luz, en el acto que cierra las fiestas del barrio avilesino de Villalegre. Lo hicieron bajo la atenta mirada de una multitud que tuvo que cobijarse bajo los paraguas porque se puso a llover justo unos instantes antes de que la pareja protagonizase el popular Rito del Beso. 
Con esos setenta besos no se pudo superar el récord de esta tradición centenaria, que es de 2018 y está en los 155, pero sí el del año pasado que se había quedado en tan solo 43. Sin embargo, a la pareja protagonista de este año no les preocupó tanto el número de besos como haber podido participar en esta bonita tradición. 
«Ha sido una experiencia maravillosa y estamos muy contentos y muy agradecidos con la asociación de vecinos por habernos dado la oportunidad de participar en el Rito del Beso y por poder haber disfrutado de este día, aunque el tiempo no haya acompañado», reconocían los novios en cuanto se dieron sus setenta besos. 
Cabe recordar que, según marca la tradición, deberán estar juntos los mismos años que besos se han dado. «Pues ni tan mal, ojalá sean muchos más», bromeaba la pareja con ilusión. El Rito del Beso es una tradición centenaria que se remonta al siglo XVII, pero que la Asociación de Vecinos Marapico de Villalegre retomó en 1989 después de varias décadas en el olvido. Desde entonces se ha celebrado todos los años sin falta, excepto el año de la pandemia. 
En definitiva, el de este martes fue un día bonito a pesar de que la lluvia empañó la fiesta. Antes del rito se celebró una misa al aire libre en el mirador de la ermita, una ceremonia que ofició el párroco José Juan Hernández en honor a la Virgen de La Luz, patrona de Avilés, que precisamente estrenaba un ajuar completo de orfebrería para la ocasión, con una nueva corona, un cetro, una rosa y un broche con la palabra 'Luz', todo obra del orfebre sevillano Francisco Rivero. 
La lluvia sí obligó a cancelar la procesión de la virgen, que este año no pudo rodear la ermita de La Luz para no poner en riesgo la imagen bajo la lluvia. En cambio, el gaitero José Manuel Tejedor amenizó los momentos previos a que los novios se dispusiesen a besarse frente al público presente. 
También se cumplió con la tradicional venta de pucheros de cerámica llenos de leche presa, una receta tradicional que elaboran varias mujeres en la asociación de vecinos de Villalegre y que cada año venden en las Fiestas del Puchero para recaudar fondos para la entidad. 
«Ha sido un día muy bonito, como siempre, la pena es que haya llovido y que los novios se hayan mojado, pero se les veía muy contentos», celebraban las integrantes del colectivo vecinal tras concluir el acto."

El templo actual se hizo a principios del siglo XVIII sobre otro mucho más antiguo. A sus pies está el Palacio de Lluera, en el lugar de este nombre, aldea en lo alto del monte en el entorno de la ermita. Se dice que los primeros señores de lugar de los que se tienen noticia fueron allá por 1360, don Pedro de Cascos y doña Estébanez, fundadores en testamento de mayorazgo y patronato. Bajo sus auspicios se construiría la ermita anterior a la actual, que a la vez se levantaría sobre otra anterior, y hacia atrás así sucesivamente, tal vez incluso cristianizando un lugar de culto precristiano al dios Lugh. Así escribe el gran erudito y párroco de Miranda José Manuel Feito, esta historia...

"Se pierde en la noche de los tiempos...», podríamos empezar diciendo al hablar del monte de La Luz. No cabe duda de que hay montañas que tienen un poder mágico, exotérico, donde los dioses parece que han descendido y habitado. ¿Quiénes poblaron hace milenios este promontorio de 107,14 m. de altitud? ¿Qué ritos y costumbres tuvieron lugar en esta colina desde la que se divisa la hermosa ría de Villaclara? ¿Tuvo relación con San Balandrán la isla desaparecida, o con Argenteola la ciudad sumergida de los pésicos? Un día, posiblemente, encontraremos la verdadera historia de La Luz. Entretanto consolémonos con ir reconstruyendo, trozo a trozo, con el material de que disponemos, su historia y su folklore, sus leyendas y ritos.

HISTORIA

Según el Marqués de Ciadoncha, la primera familia de que se tiene noticia y que probablemente fue la que construyó o reconstruyó la ermita bajo la advocación de Ntra. Señora de Lluera o Luera se remonta al s. XIV (año 1360). Se trata del matrimonio don Pedro de Cascos y doña Estébanez, que crean en testamento vínculo, mayorazgo y patronato.
Doscientos años más tarde, en 1535, encontramos en la casa señorial de Luera a doña Magor Gómez de Avilés, casada con don Fernando de Valdés Arroyo. Les suceden don Hernando de Somonte, apellido procedente de Cenero (Gijón), don Menendo, don Alonso de Valdés, apellido este que se encuentra en casi toda Asturias y doña Mayor Menéndez, marquesa de Suárez Valdés, casada con don González de Rozas.

Hernando de Somonte muere sin dejar sucesión. Hereda en 1538 su sobrino, don Fernando de Somonte, natural de Avilés, que casó con doña Catalina de Reinoso, muriendo ambos sin dejar sucesión, no sin antes fundar en Madrid la Capilla de los Somonte, en el Convento de San Felipe, donde ambos colocaron sus bustos.

Hereda la casa y bienes, hacia 1585, su hermana, doña Isabel de Valdés Somonte, natural de Avilés, que contrae matrimonio en San Nicolás de la Villa con don García Menéndez de Valdés. Aparecen inscritos como hijosdalgo en 1585. Fueron vecinos de Cenero (Gijón) y después de Molleda, parroquia a la que pertenecía Villalegre y la ermita de Santa María de Luera, en donde pidieron ser sepultados. Tenemos constancia de dos de sus hijos: don Alonso de Somonte, que tomó el hábito de los dominicos en el Colegio de San Gregorio (Valladolid) y don Fernando de Valdés Somonte, señor y patrono de la ermita, según testamento que otorga en Madrid en 1589. También muere sin dejar sucesión.

Hacemos hincapié en esta pertinaz esterilidad precisamente por tener lugar en un monte donde todo parece estar protegido por la Mater Magna o diosa de la fertilidad: la fuente, el promontorio, la imagen dando a luz y las costumbres y ritos que luego veremos, vestigios seguramente de remotos cultos precristianos. Y por si esto fuera poco, lo corrobora la explosión demográfica habida estos últimos decenios y que desparramó por las laderas de la colina de LIuera o Luera el populoso barrio de San Pablo de La Luz, considerado como el hábitat de más densidad de población de Europa. No deja de ser una paradoja interesante.

A don Fernando de Valdés le hereda su hermano menor, don Juan de Valdés Luera Somonte, natural de Lluera y que debió de ser un personaje con una vida digna de novelar: fue familiar del Santo Oficio de la Inquisición, vio con amargura arder su palacio de Luera, suceso este digno también de ser descrito por Faulkner en su «Luz de Agosto». Reconstruye la casa, pero entonces deberá pleitear ante la Real Chancillería de Valladolid por mantener sus derechos y predios contra su litigante don Andrés de Valdés. Todo ello sucedía hacia 1600. Habiendo muerto, su esposa, doña Catalina de Prendes y Valdés de Carreño, casa en segundas nupcias con don Alonso Fernández Perdones. De este matrimonio, según el Marqués de Ciadoncha, nace don Fernando de Valdés Somonte, natural de Molleda, donde está bautizado el 1 de mayo de 1618, y sucede, por ser el hijo mayor, a su padre en el vínculo con mayorazgo y patronato de la ermita. Fue Caballero de la Orden de Santiago desde 1651. Por derecho de Patronato puso sus armas labradas en piedra sobre la puerta principal, hoy lateral, de la ermita. En sus cuarteles se hayan representadas las principales familias de Luera:

Los Valdés: en las tres fajas y diez roeles jaquelados.

Los Velarde: en el árbol y la sierpe alada a su izquierda atravesada por la lanza en ristre que esgrime un cabaIlero, y en lo alto una doncella.

Los Posada: en el halcón posado sobre una lanza que sale de un ventanal.

Los Quirós: en las dos llaves en pal, seis luneles y tres flores de lis.

Los Somonte: partido en pal con los cinco hierros de lanza ensangrentados puestos en aspa y las seis rosas de plata.

Sarandeses nos describe que los Luera pintan: «De gules con un castillo de plata sobre ondas de azur y plata. Sobre la torrecilla de la derecha, un gallo de sable. Y sobre la de la izquierda, una bandera de plata».

Según la obra de G. RamaIlo, «Escultura Barroca en Asturias», en los años 1690-
1702 aparece en Avilés un pintor: don Pedro Menéndez de Valdés Somonte, posiblemente emparentado con los Condes.

Con Fernando de Valdés la casona de Luera pasa a los Condes feudales de Nava.
Y probablemente es la primera Condesa de Nava la protagonista de alguna de las leyendas que corren de boca en boca, atribuidas, erróneamente, a los Condes de Velarde.

Fueron los primeros Condes de Nava en Luera don Francisco de Caso Estrada y doña Bernarda María Álvarez de las Asturias, que parece ser la que donó la imagen y promocionó la fiesta y devoción, debido a haber tenido un hijo tras años de esterilidad. De este tiempo data la Cofradía de La Luz y la Bula del Papa Clemente XIII (13-VIII-1763), coincidiendo con «La Luz de Agosto», en la que se concede a todos los romeros indulgencia plenaria ese día una vez cumplido lo preceptuado.

Fue el sucesor logrado -fruto de la promesa-, don Francisco de Caso Álvarez de las Asturias, que casó en 1709 con doña Catalina Juana de Miranda Ponce de León, padres a su vez de doña Joaquina de Caso Álvarez de las Asturias, Condesa de Nava y esposa de don Francisco de Nava Bolaño, casados en 1736. Su hija mayor, doña María Manuela de Navia Bolaño Osorio Álvarez de las Asturias, desposó con don Joaquín de Velarde Queipo, primogénito de la casa de su apellido, el cual, siempre según el Marqués de Ciadoncha, fue quien dio lugar al error de creer a los Condes de Nava como Condes de Velarde, título que nunca ha existido.

Hereda la casa su hijo mayor, don Joaquín María de Ve1arde Navia Bolaño Queipo y Caso Álvarez de las Asturias y Nava, que obtuvo del rey la conservación de su título feudal de Conde de Nava en título del Reino, por Real Cédula del 21 de agosto de 1835, siendo Teniente General de los Reales Ejércitos, quien tuvo el acierto de elegir para Vizcondado previo el Vizcondado de La Luz que le fue otorgado el mismo día, según anota el citado Marqués de Ciadoncha.
En el Archivo Parroquial de Molleda consta que los Condes de Nava ostentaron el Patronato de la ermita de La Luz los años: 1718, 1732, 1738, 1764y 1800.

Don Joaquín María de Velarde contrajo matrimonio siendo ya Vizconde de La Luz con doña Nicolasa Ramírez Cienfuegos, hija de los marqueses de Natahoyo. Le ssu-cede su hijo don Rafael de Velarde, que contrae matrimonio con doña Rufina Guisáosla Acevedo. Hija de don Rafael y doña Rufina, aparece como tercera Condesa de Nava, desde 1858, doña María Asunción Velarde y Guisasola. El último poseedor de que tenemos noticia es don Juan Bautista Pardo Pimentel y Velarde, que hereda en 1876.

Posiblemente haya lagunas o incluso errores. De todas formas, creo que nos puede dar una idea bastante aproximada de cómo se desarrolló el árbol genealógico del Palacio o Torre de LIuera y de la ermita de La Luz.

LEYENDAS

Se dice que detrás de una leyenda se esconde siempre un hecho histórico velado. Varias son las leyendas que tienen como protagonistas a los moradores del caserón de Luera. Uno de los sucesos corrió de boca en boca. Como en todas las leyendas, su historia «se pierde en la noche de los tiempos...».

En la colina de Lluera aún está en pie y habitado el viejo palacio o Torre desde cuyos ventanales se divisa claramente la ermita de la Virgen y su fuente.

Hace ya muchos años vivieron aquí unos Condes a los que la Virgen, por especia favor, les concedió un hijo después de esperarlo largo tiempo. Cada año, en agradecimiento a Nuestra Señora, regresaban de lejanas tierras, como las golondrinas, a celebrar «La Luz de Mayo» y a disfrutar parte del verano.

En torno al caserón, diseminados por la ladera del monte, algunos caseríos de mísera estructura al estilo feudal daban albergue a los siervos que cuidaban de la hacienda de los Condes.

En uno de ellos vivía un matrimonio cuya hija, subía con frecuencia a la colina a dejar a los pies de Nuestra Señora de Luera la guirnalda de flores que había entretejido con primor en los días rumorosos del mes de mayo mientras cuidaba las ovejas. Era una pastora digna de que la Virgen María cualquier tarde le hablara desde una encina. No fue así.

Un día, mientras estaba bebiendo de bruces en la fuente, que aún hoy mana no lejos de la ermita, sintió cómo unos ojos la miraban. Antes de elevar los suyos, pudo ver un instante, reflejada en el agua, la figura apuesta de un joven, el hijo de los Condes, y que ella, por un momento, se imaginó el príncipe azul tan esperado.

Ambos se miraron tiernamente y el amor llegó puntual a su cita.

Cada tarde la fuente fue testigo fiel de mil y una promesas.

La Condesa observaba desde las ventanas de La Torre de l palacio de Lluera con preocupación, más de linaje que de madre, las idas y venidas de su hijo a la fuente, los cada  vez más reiterados encuentros y el cariz que iba tomando aquella disparatada amistad

«Esperaremos al mes de agosto o a septiembre -le decía la condesa al Conde-. No debemos infundir sospechas. Nuestra marcha, a finales de verano, pondrá fin a este ridículo idilio. ¡Estaría bueno! ¡Nuestro único hijo casado con una vulgar desarrapada...!»

Aquel año, nadie supo por qué los Condes se fueron mucho antes de que se acabara agosto, apenas pasada la fiesta. Los dos enamorados lloraron de tristeza y se juraron eternas promesas de fidelidad y amor. El día de la despedida fue especialmente esperado y preparado. Se citaron, no junto a la fuente, sino junto a la ermita, donde ya alguna otra vez se habían visto.
Allí se coronaron de besos y promesas, casándose ante Dios y ante los muros, testigos: todas las estrellas. Y allí se prometieron fidelidad y una vez más eterno amor. El hijo del Conde arrancó la medalla que llevaba al cuello con su título e iniciales y la puso amorosamente al cuello de la joven: «Aquí tienes las arras. Guárdala como un recuerdo»
.
Pasó el tiempo y llegó de nuevo mayo Los Condes no llegaban. Ni tampoco el junio. Un buen día la pastora desapareció del caserío y cercanías. Nadie supo más de ella por más que padres y allegados la buscaron por montes y barrancas

¿Qué había sucedido? Cuando al cabo de un tiempo supo que  iba a tener un hijo, temerosa del castigo de su padre, fiel servidor del señor de Luera, y queriendo evitar el escándalo con el desprestigio del Conde y de su hijo, ante la carencia absoluta de noticias de quien juró amarla eternamente y regresar de nuevo, huyó de casa una noche. Dicen que anduvo, anduvo, hasta el amanecer. Medio muerta de agotamiento se hospedó en casa de una buena mujer donde dio a luz un niño, muriendo ella al poco tiempo, no sin antes haber colgado la medalla al cuello del pequeño y haber dado alguna explicación a aquella mujer tan bondadosa que tan desinteresadamente la acogió

El niño creció sano y robusto, ayudando en las faenas del campo a su protectora. Cuando al fin del verano regresaron los Condes a cumplir la promesa, el hijo en vano interrogó a todos los labriegos del lugar y cercanías por la pastora. Nadie sabía nada o no querían saberlo por miedo al Conde.

Pasaron muchos años. Una mañana por el camino de la ermita subía un joven aldeano. También él tenía una promesa que cumplir hecha por su madre poco antes de morir: «Si logro este hijo mío, lo llevaré en promesa a la ermita de Nuestra Señora de Lluera».
El tomó sobre sí el compromiso. Cuando llegó a la ermita, rendido de cansancio y sediento, se acercó a la fuente para apagar la sed. Una gaita inundaba el valle con su monótona música entre ijujús y asturianadas. Cerca de la ladera norte los jóvenes rompían contra el suelo o monte abajo cazuelas de barro negro después de tomar la leche presa que en ellas se vendía, como un rito ancestral. «¡Cada pedazo, un beso!
¡Cada pedazo, un beso!...», se oía gritar entre el lógico regocijo de los protagonistas

Algunos romeros se habían ya sentado cerca de la fuente bajo los viejos robles que brindaban su sombra secular. El joven se arrodilló y bebió de bruces aquel agua que manaba clara y mansa. Cuando trató de izarse, la medalla cayó sobre la fuente

Uno de los presentes la vio brillar, miró fijamente al joven y, como movido por un resorte, se abalanzó hasta el agua y tomó entre sus manos aquel trozo de metal precioso aún pendiente del cuello. Era el hijo del Conde que cada día, en vano, se acercaba a la ermita y a la fuente, esperando volver a ver de nuevo cualquier día a la pastora.

Un grito incontenible se escapó de sus labios: «¡Hijo mío!». El joven aldeano se dio cuenta, al punto, de quién era aquel hombre, y sin dar crédito a su corazón, abrazándose al Conde, no pudo menos que exclamar: «¡Padre mío!»

Los dos quedaron largo tiempo abrazados en medio del oleaje inmenso de recuerdos y lágrimas, de sollozos y alegrías. Hubo que arreglar algún papel y cambiar unos apellidos. Se dieron algunas explicaciones, las imprescindibles. A partir de aquel día, el joven peregrino, que llegó a cumplir una promesa, fue el heredero de todo aquel Condado de Luera. Desde entonces las jóvenes del lugar, cuando llega La Luz de mayo, se acercan antes de amanecer al manantial y beben, beben agua milagrosa y clara de bruces sobre la fuente. Porque hay una copla que dice:
"Hay una fuente en La Luz
que nace al pie de un carbayo,
quien bebe en .La Luz de agosto
se casará en ..La de mayo»
Existen otras muchas leyendas como la que narra «el nacimiento del hijo» de los Condes de Nava, cuando ya sus padres La Torre o Palacio de Lluera en torno al cual se tejieron algunas leyendas eran de avanzada edad y la llegada de la imagen a La Luz, «los apuros del escultor» para representar a la Virgen dando a luz, etcétera

Por la ladera del monte hubo ermitas, y aún se conserva alguna, que, dado el santo a que se dedican, debieron de tener también hermosas historias: La de la Purísima (de nuevo el misterio de la concepción), la de San Roque (año 1599, el peregrino de Santiago siguiendo la Vía Láctea), la de San Miguel, advocación que tanto se prodigó por cerros y montañas (el arcángel que luchó y venció a Luzbel, el ángel de la luz), etc. Finalmente tenemos que mencionar la que recoge y novela don Manuel Álvarez Sánchez bajo el título de Salvador, en su obra Avilés, de parecida temática a las anteriores en torno al Conde.

DEL RITO AL MITO

El mito siempre es anterior a la leyenda. En la ermita de La Luz quedan fragmentos que, bien estudiados, podrían recomponer el cántaro de viejos ritos de fertilidad

No olvidemos que nuestros más antiguos ascendientes siempre han tenido predilección por las colinas y altozanos para rendir culto a los dioses de la vida. Aquellos lugares donde frecuentemente era la Magna Mater el objeto del culto, el cristianismo los bautizó y cristianizó, erigiendo en ellos ermitas que recuerdan, de algún modo, el origen. Y los asturianos en esto no hemos ido a la zaga

Avieno, en su obra Ora Marítima (s. IV a. de C.), nos habla de la región de Ofiusa o País de las serpientes, refiriéndose a Asturias, cuyos moradores tuvieron que abandonar sus tierras precisamente debido a estos ofidios. No se debe de olvidar que la serpiente fue siempre símbolo de la fecundidad desde los remotos tiempos de la Biblia. Avieno puntualiza poco después  que los Seres, o siguientes pobladores de la región, tenían elevadas colinas en el campo de Ofiusa y que cerca de ellas colocaron sus lares los ágiles Luces. Estrabón, por su parte, nos habla del culto que los cántabros daban al dios Lug en las colinas. E incluso cita un santuario en nuestra costa dedicado a este dios cuyo rostro irradiaba tanta claridad que ningún mortal podía contemplarle cara a cara. No sé si la etimología de Luera tendrá que ver algo con esto. La colina frente a la ría, do-minando la ensenada, parece ideal. Sólo Lug podía manejar su lanza y usaba como escudo el Arco Iris. En Irlanda se llama aún a la Vía Láctea (o camino de leche) La Cadena de Lug.

La colina de La Luz mira hacia el mar como faro sagrado. Pero en su cima también hay una fuente. Siempre el agua fecunda y milagrosa. Y cada fuente tenía su diosa o xana y su cuélebre guardián de tesoros. Cuando en la cima de un monte nos encontramos con un santuario, un bosquecillo de roble o de laurel y una fuente, no es extraño que haya sido en algún tiempo lejano lugar de culto a desconocidas divinidades.

Los hombres del neolítico adoraban las cumbres, pues en ellas descendía, con más frecuencia, el rayo y la luz. Lo inaccesible de la altura, la música del viento (espíritu) en las ramas, etc., era interpretado como una presencia sobrenatural perenne a quien había que dar culto.
Así debieron de nacer religiones mistéricas, tales como la de Eleusis o Dionisos, donde la luz, el agua y el bosque tienen un papel tan primordial.

En la colina de La Luz hoy casi todo está perdido: los ritos, las danzas en honor a la Santa a la salida de Misa (siempre el baile estuvo unido al rito cultual), hasta la misma fuente que apenas mana, llena de maleza.

Sin embargo, allí sigue como testigo fiel. Hay una costumbre, ya en desuso, que tenía lugar en «La Luz de Mayo» que bien pudiera remontarse a épocas muy lejanas

Era la de romper una vasija de barro destinada a contener leche presa.

La rotura de un cántaro existe en todo el mundo como el símbolo de la rotura del vientre materno para dar a luz. El primer domingo de Cuaresma, en ciertos pueblos, aún se practica la rotura del cántaro de barro, por lo que vino el llamársele a tal domingo «El domingo de piñata» (Pignata, en italiano, olla)

En Oaxaca (México)la gente se reúne el día 24 de diciembre (hora del Nacimiento del Señor), a las doce de la noche, en el zócalo de la ciudad a romper los tazones de barro en que acababan de comer los buñuelos. En Egipto los faraones también rompían cántaros después de haber escrito en ellos algunos nombres

Finalmente en Asturias son múltiples los pueblos donde la gente se reúne a jugar a la piñata o romper el puchero. Con un sentido ritual lo recoge Aurelio de Llano al hablar del Antroxo«Fulano, ¿antroxaste? Pues si no antroxaste, ¡antroxa!»

y rompían un puchero estrellándolo contra la puerta al grito de:
«¡Antroxo fuera!».

En las fiestas de La Luz de Mayo, en Luera, se practicó esta costumbre con algunas variantes. El puchero se compraba lleno de «llechi preso» y, después de haberlo consumido u ofrecido, se estrellaba el puchero contra el suelo, o se le hacía rodar monte abajo. Si se estrellaba contra el suelo el mozo debía recoger después los pedazos y podía dar por cada pedazo un beso a su pareja. Es el novelista Palacio Valdés quien recoge en «El cuarto poder»esta costumbre ya venida en su tiempo a menos: «Alrededor de la ermita las mujerucas de los contornos... vendían leche en pucheros de barro negro... La gracia de aquella romería estribaba en tomar leche por la mañana en la ermita, jugar luego con los pucheros y romperlos al fin haciéndolos rodar monte abajo. Pablito compró más de una docena de pucheros con leche... con que obsequiar a sus conocidas. Luego retozó con ellas largamente...»

A Palacio Valdés, que nos aporta el dato de que los pucheros eran de barro negro, posiblemente de los alfares de Miranda, se le escapó anotar que se trataba de «leche presa», la cual se vendía en dichos pucheros cubriéndola con una hoja de higuera, como si de algo pudoroso, en un jardín de Edén, se tratase

En Asturias la leche y la manteca del mes de mayo está considerada como dotada de ciertas virtudes curativas: «La manteca de mayo / es buena para todo el año»

Por otra parte, entre los campesinos, la vaca no deja de tener algo de animal sagrado. Aurelio de Llano recoge la costumbre de «correr la cuajada», que tenía lugar al terminar la recolección entre los mozos para ver quién era el afortunado que llegaba corriendo a coger la última espiga de la «estaya». El vencedor «comía la cuajada».También se ha perdido en La Luz el folklore, música y danza de sus ritos. Algo hemos podido recoger referente a este rito de la leche presa, como aquella invita que reza:

"A La Luz, al llechi preso,
que hay llambiones para eso»

Una de las estrofas que aún se canta en la Danza Prima por San Juan recuerda también el rito:
"Por madrugar a la leche
en La Luz por la mañana,
por mucho que madrugué
amanecióme en la cama.»
CONCLUSIÓN

Historia, leyenda, tradición y mito. Algo debe de esconder esta colina santa hoy tan falta de admiradores, salvo la ermita en días de fiesta y boda. María dando a luz -una de las pocas imágenes en la que la Madre de Dios adopta este misterio- es sólo el eslabón final de una cadena.
Es un riesgo aventurar hipótesis  que suenan a ciencia ficción, pero por lo dicho, sí parece desprenderse que el promontorio de La Luz está por estudiar. Quizás algún fenómeno tuvo lugar en sus cumbres desde un tiempo que «se pierde en la noche de la historia...». Algo de magnetismo encierra aún hoy, pues aún siguen brotando mensajes de su cumbre, unicornio metálico, pararrayos de Dios a la inversa (esparce en «ondas populares», sus rayos de palabra hecha luz por toda Asturias rompiendo con sus voces el cántaro de cielo para llegar con su mensaje, Vía Láctea adelante, más allá de las estrellas. y algo misterioso debió encerrar parra el hombre del Neolítico, cumplidor de viejos ritos en las cumbres"


Lluera: palacio y ermita de La Luz, hito y puerta de Avilés y de la historia en el Camino Norte de Santiago. Desde allí, al norte, se divisa la Ría de Avilés, que aún no vemos nosotros desde aquí, así como el otro ramal caminero oficialmente señalizado, el procedente de Gijón/Xixón, del que nos habíamos separado en Casquita, en Villaviciosa. De la historia del lugar disertaba así el erudito investigador Julio García-Maribona Rodríguez-Maribona con motivo de la presentación de la segunda edición de su libro Virgen de La Luz, según recoge Y. de Luis para El Comercio del 5-8-2022:
"Recordó García-Maribona que la advocación surge en el antiguo convento de La Merced, en Raíces, y en el siglo XVII se traslada a la ermita de La Luz. Fue, según indica en su publicación, una rama de la familia de Los Alas la que la llevó a esta nueva ubicación y ahí continúa desde entonces. Antes se veneraba en esta ermita a la Virgen de Santa María de Lluera, traída por una familia procedente de Foz que se asentó en Lluera.
Él mismo confiesa su devoción por un icono que califica como «único», recordando que son pocas las imágenes en el mundo que recogen el nacimiento de Jesucristo. La imagen original era barroca y fue destruida en la guerra civil, la duda que existe es si la actual se reconstruyó sobre los restos que quedaron o es completamente nueva. 
Sobre el templo, apunta que ya existen referencias de su existencia entre los siglos VI y X. Y fruto de su investigación también descubrió que en La Luz, desde el siglo XIV hasta hoy, hubo al menos tres capillas de diferentes tamaños. Asegura que su libro, «contempla la historia de un lugar, documentada desde hace casi mil años y que podría retrotraerse casi a la Edad de Hierro. Hay indicios prehistóricos en el entorno y noticias no contrastadas que remiten a un templo romano en la cima del Monte de La Luz», dijo en su conferencia."


Y es que este es el camino que emplean los peregrinos que, tras visitar las reliquias de la Cámara Santa en la Sancta Ovetensis se deciden a continuar por el itinerario costero tomando la ruta a Avilés para posteriormente continuar por la costa occidental asturiana, camino que en este lugar habría de tener un aspecto radicalmente diferente en los tiempos de las peregrinaciones históricas, pues aún en 1950, el año que se funda Ensidesa, Les Vegues "era un pequeño núcleo de 210 habitantes formado por antiguas casas de arquitectura tradicional, algunas de las cuales aún se conservan, y varios hórreos y paneras", leemos en el citado Diccionario geográfico de Asturias


Efectivamente, tanto en Les Vegues como aquí, en las últimas casas de Los Campos, algunos hórreos y paneras simbolizan el pasado rural de estos lugares que, en algunos lugares, subyace y sigue aún presente. En la serie Asturias. Viejas y nuevas polas, publicada por La Nueva España al empezar la segunda década del siglo XXI, se dedican varios capítulos a estos barrios urbanos al norte de Corvera, los más poblados del concejo, estrechamente vinculados a Avilés, uno de ellos es Construyendo la ciudad, de Fermín Rodríguez y Rafael Menéndez, del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet), del que extraemos su comienzo:
"Las antiguas vegas y campos de Corvera acogieron en la segunda mitad del siglo XX a miles de nuevos residentes, atraídos por la oferta de trabajo del polo industrial surgido alrededor de la ría de Avilés. Así se transformaron rápidamente en núcleos urbanos periféricos a la centralidad avilesina que, rodeada por el anillo de fuego de las grandes industrias, permitía ocupar las aureolas inmediatas a manera de capas de un peculiar hojaldre fabril, donde se intercalaban láminas de industria con poblados residenciales. La presión ejercida por el tiempo fue compactando el milhojas territorial, cohesionando el conjunto urbano e integrándolo en la joven aglomeración metropolitana, nacida con los fuertes cambios que conmovieron al sistema industrial tradicional durante las dos décadas finiseculares de desconcierto. 
Así que a pesar de su nombre, que nos retrotrae a épocas preindustriales, Las Vegas y Los Campos conforman el principal conglomerado urbano del concejo de Corvera, sumando entre ambas parroquias 10.700 habitantes, un tamaño similar al de Piedras Blancas. Pero su principal característica es, precisamente, su origen, vinculado el impulso industrial que provocó la implantación de la siderurgia y el desarrollo del polo de industria metalúrgica en la ría de Avilés, por lo que Las Vegas y Los Campos son de Corvera por ubicación administrativa y de Avilés por forma y origen urbano. Campos y vegas no de maíz, sino de bloques de viviendas, crecidas apresuradamente para alojar a los en aquel momento recién llegados. De ahí ese aire, impersonal, inacabado, que colmata y llena la «urbs» de perfiles borrosos, que el paso del tiempo y un buena política urbana intentan convertir en «civitas», un espacio de valores ciudadanos. Utilizando el indicador demográfico, que sintetiza las tendencias evolutivas de un territorio en profundo cambio, Corvera pasó de 4.158 habitantes en 1950 a 18.500 en 1980. La ciudad sobrepasó el término municipal de Avilés y continuó su crecimiento, sin interrupciones, desde Villalegre y La Luz a Las Vegas de Corvera. La crisis industrial paralizó el crecimiento y provocó un reflujo, que llevó el concejo a los menos de 16.000 residentes en el fin de siglo, para volver a crecer moderadamente en la última década."

Entre las últimas casas de Los Campos este era el Bar Triple 18, antiguo Bar El Cruce, frente a la Avenida Principado, que es aquí el trazado urbano de la actual carretera AS-17, más conocida por todos como Carretera General, y que antaño fue la Avilés-Puerto de Tarna, una de las antiguas 'carreteras de Castilla' que comunicaban la costa asturiana con la meseta a través de los puertos de la cordillera


Esta carretera, la Carretera d'Avilés de las canciones asturianas, fue una de tantas obras públicas nacidas al amparo de las reformas ilustradas de tiempos de Carlos III, aunque no se dio por terminada hasta 1847 con el ingeniero Severo Robles tras guerras, crisis y revueltas que ralentizaron su construcción


Comunicaba en principio Avilés con la capital y sustituyó a los varios y antiquísimos caminos reales que hasta entonces cumplían esta función. Al perderse su trazado en todo o en parte se decidió que esta carretera fuese el itinerario jacobita oficial por el concejo de Corvera, y así viene siendo desde la década de 1990


A la izquierda la urbanización El Bosquín, en las praderías sin edificar entre Los Campos y Les Vegues se decidió construir con otro criterio diferente, dejando más espacios verdes entre los bloques, evitando los entornos angostos y abigarrados del núcleo urbano original de los años 1970 "Los motivos del cambio de tendencia hay que buscarlos en el fin del proceso de reestructuración de la aglomeración urbano-industrial-portuaria de Avilés y en una ambiciosa política de ordenación del territorio en Corvera, que apostó por nuevos modelos residenciales", leemos en Construyendo ciudad de Fermín Rodríguez y Rafael Menéndez. Fijémonos delante de los bloques en un par de antiguas caserías 


Aquí es donde, oficialmente, dejamos Los Campos y entramos en Les Vegues, la última población corverana antes de pasar a Avilés por su vecino barrio de Villalegre. Bien es verdad que antaño la señal de entrada en el barrio estaba unos metros más abajo y es que, en esta cuesta, ambos barrios se fusionan en una divisoria no fácil de discernir


A la derecha, un gran espacio sin edificar que quiere preservarse como gran zona verde entre ambas poblaciones, la Plaza Corvera, así descrita por el profesor Alfonso Suárez Rodríguez en su trabajo La periferia de Avilés dentro del concejo de Corvera. Propuesta de itinerario:
"La salida del barrio de Les Vegues hacia el vecino de Los Campos permite visibilizar un cambio morfológico significativo. La edificación compacta deja paso a un amplio espacio libre, que ha venido siendo ocupado durante los últimos años con algunos bloques de viviendas abiertos, equipamientos deportivos (gimnasio al aire libre) y sanitarios (construcción del nuevo ambulatorio, aún no reflejado en la imagen aérea), los cuales, en conjunto, forman parte del proyecto “plaza Corvera”, actuación urbanística con la que se busca “coser” este espacio intersticial entre ambos barrios y unir sus tramas. No obstante, este espacio ha sido también lugar de malas prácticas durante los años de la burbuja inmobiliaria, como se materializó con la ya desaparecida Casa de Encuentros, edificación destinada a la celebración de congresos y que nunca llegaría a inaugurarse, convirtiéndose así en un cadáver urbanístico que la llevaría a su demolición hace apenas unos años."

A la izquierda, zona de expansión urbanística pero aún con muchos solares sin edificar o que se van a preservar como zonas verdes. Hay también supermercado y bajos comerciales en este "núcleo urbano vinculado al polo avilesino, del que son parte integrante y aseguran la continuidad del casco urbano y de las áreas empresariales. Las Vegas creció como barrio urbano por el impulso de Ensidesa a partir de otros de Avilés, saltando el límite administrativo. Los Campos sostiene, por su parte, el crecimiento más reciente que incorpora nuevas tipologías urbanas y áreas residenciales más esponjadas y extensas. Un conjunto urbano en crecimiento moderado y en fase de consolidación como parte integrante de una ciudad renovada, que aspira a pasar de «urbs» a «civitas», escriben Fermín Rodríguez y Rafael Menéndez



En estos prados, donde se celebraban las fiestas y estuvo la malograda Casa de Encuentros, la Plaza Corvera sigue su desarrollo según un proyecto que ya se esbozaba así en 2013, según recoge la noticia de Olaya González para La Nueva España del 28 de julio de ese año y titulada La plaza Corvera tiene hueco:
"El proyecto Plaza Corvera tiene el horizonte despejado, aunque el concejal de Hacienda y portavoz del PSOE, Iván Fernández, insista en que no es una obsesión para el gobierno: «La Plaza Corvera forma parte del programa de gobierno; es una prioridad de legislatura aunque tampoco es lo más urgente. No es una cosa que se decida de hoy para mañana». 
El gobierno afirma que el espacio será utilizado exclusivamente para equipamientos públicos: «La zona contará con un centro de salud, dos aparcamientos, una cancha deportiva para mayores, dos canchas deportivas para jóvenes, una gran plaza y un pequeño parque infantil», explica Fernández. Así, las parroquias de Los Campos y Las Vegas se unirán: «En lugar de dos barrios pasaríamos a tener una pequeña gran ciudad con una población de unos 10.500 habitantes», subraya. El espacio que hasta ahora ocupaba la Casa de Encuentros pasará a ser la nueva casa consistorial."
A su vez, Iván Fernández denuncia el mal estado que presentaba el entorno hasta ahora, y defiende el plan de acción que ha asumido el gobierno: «Se trata de un gran proyecto que convierte una zona que estaba totalmente degradada y casi abandonada en un espacio público de calidad con equipamientos y dotaciones públicas para el uso y disfrute de los corveranos. Hasta ahora, el concejo vivía de espaldas a este espacio» 
En cuanto a las voces que acusan al gobierno de derrochar dinero público, Fernández se muestra rotundo: «Hasta hoy, en Plaza Corvera solo hemos destinado un 1,5 por ciento del presupuesto para inversiones, que asciende a casi tres millones y medio de euros». Asimismo, el portavoz del PSOE explica a dónde ha ido a parar el resto del presupuesto: «Hemos preferido hacer obras pequeñas, como completar los arreglos de calles de Las Vegas. Para la construcción de aceras hemos empleado más de 100.000 euros». 
Uno de los puntos más ambiciosos del proyecto es el nuevo centro de salud, que aglutinará a toda la población de Las Vegas y de Los Campos: «Es una cuestión prioritaria. Desde el gobierno estamos en contacto con la administración del Principado para que trate de definir los plazos y así poder comenzar las obras antes de finalizar esta legislatura», explica Fernández. «Los Campos tendría derecho a un consultorio periférico. Sin embargo, nuestro objetivo es construir un centro de salud potente que sea mayor que la suma de las partes; tendrá mayores prestaciones y ofrecerá mejores servicios a los ciudadanos», añade el concejal de Hacienda. Así, el actual complejo médico de Las Vegas pasaría a ser un centro para mayores, que contará con una rampa desde la plaza del Tomás y Valiente para facilitar el ascenso a los ancianos. 
En cuanto a la fuente de financiación, el PSOE afirma que la mayor parte del dinero saldrá del Plan General de Ordenación Urbana: «En los presupuestos de 2014 y 2015 veremos cómo podemos seguir avanzando en este proyecto. Lo que los ciudadanos deben saber es que el dinero del plan general solo puede ir destinado a inversiones; por ley, no está permitido que se use para políticas sociales, gasto corriente, pagas al personal o vales de comida» 
Así, el gobierno estima que una vez que el proyecto salga a concurso, la concesión no superará los 600.000 euros: «El proyecto estaba valorado en casi dos millones de euros, pero la situación ha cambiado, ahora las empresas están ofertando grandes descuentos», asegura Fernández. Para afirmar la postura, el concejal de Hacienda pone el ejemplo del aparcamiento de la zona de Los Campos, que ya está construído: «Inicialmente la obra estaba valorada en 115.000 euros, pero finalmente se adjudicó en 39.000 euros, lo que supone un diferencia cercana al 65 por ciento», subraya. 
«Lo que no vamos a hacer es acudir a una línea de crédito, porque es pan para hoy y hambre para mañana. Llegado el momento valoraremos la posibilidad de seguir avanzando en Plaza Corvera, pero no lo pondremos por delante de otros proyectos», sostiene Fernández. «El proyecto está en el programa de gobierno, que está ahí para cumplirlo. Somos conscientes de que los ciudadanos critican que los políticos no cumplen las promesas de campaña, y no queremos ser un caso más», añade. 
Fernández no es ajeno a la polémica que ha suscitado este proyecto en los grupos de la oposición, debido sobre todo al gran desembolso que supone en tiempos de crisis económica: «Nos lloverán críticas porque es una iniciativa del gobierno, pero eso forma parte de la estrategia política. Los que nos juzgan por hacerlo serán los mismos que si no lo hiciéramos nos echarían en cara que no cumplimos nuestras promesas». Con ello, Fernández prefiere tomarse las cosas con calma: «Creemos que es un proyecto realista, pero tenemos que ir paso a paso»

La Casa de Encuentros fue un malogrado edificio, construido y proyectado para actividades socioculturales, con salón de actos y conferencias, salón de exposiciones, oficinas, locales para asociaciones, etc., pero que, una vez hecho, no se le encontró utilidad práctica alguna, quedando abandonado y languideciendo hasta que fue abandonado. Convertida en un ejemplo de construcciones desaprovechadas, la noticia de su demolición era así publicada por J.F. Galán para El Comercio del 3-10-2009:
"La Casa de Encuentros de Corvera será demolida. La decisión está tomada y supondrá el punto final a un proyecto estrella que ha derivado en un absoluto fracaso. Lo que iba a ser un edificio moderno y funcional, destinado a ser sede de entidades como Cruz Roja o Amnistía Internacional, se convirtió en una casa fantasma, en un bloque de hormigón semienterrado y abandonado que ni tan siquiera llegó a inaugurarse. Ahora se verá reducida a escombros y con sus restos se irán al vertedero los aproximadamente 1,8 millones de euros invertidos en el proyecto. 
La crónica del absurdo comenzó a escribirse a finales de la década de los 90, con Víctor Manuel Álvarez León en la alcaldía. El proyecto, financiado con fondos europeos, fue diseñado por el arquitecto gijonés Vicente Faixat y un estudio japonés, y su construcción se adjudicó a la empresa Corsán. Las obras comenzaron en 1999 y con ellas llegaron las primeras críticas, a raíz de su ubicación, en la cuesta de Los Campos. 
Era el principio de una historia de desencuentros. El edificio sufrió modificaciones, problemas administrativos y defectos de ejecución que afectaban tanto a su estructura como a la ausencia de saneamiento. 
El 16 de enero de 2001 el director de obra solicitó al Ayuntamiento la rescisión del contrato por apreciar graves defectos y el 20 de febrero de ese mismo año el gobierno municipal adjudicó a la misma empresa, Corsán, un proyecto modificado que tampoco dio resultados. El 7 de diciembre de 2003, tras muchos problemas, se firmó el acta de recepción de las obras, haciéndose cargo el Ayuntamiento de los trabajos pendientes, estimadas entonces en medio millón de euros. 
Esas obras nunca llegaron a ejecutarse. La Casa de Encuentros se convirtió en un pesado y costoso lastre que además fue objeto de varios actos vandálicos. Ahora, diez años después del inicio de su construcción, con el edificio relegado al olvido y semicubierto de vegetación, el Ayuntamiento ha certificado su fallecimiento, es decir, su demolición. El único 'fleco' que quedaba suelto era la liquidación de la obra con Corsán. Ambas partes entendían que existía un derecho de cobro a favor de sus respectivos intereses, por importe de 18.711,58 euros el contratista y de 605.423,64 el Ayuntamiento. 
El asunto quedó en manos de la Justicia, que ha emitido ya su fallo. Corsán tendrá que pagar al Ayuntamiento 164.423,64 euros, aunque la sentencia aún no es firme. Cuando lo sea (ambas partes disponen de 15 días para presentar recurso) el Ayuntamiento dará los pasos necesarios para derribar la Casa de Encuentros."

En nuestros días se ha habilitado aquí el Centro de Salud, cuyo edificio vemos un poco más abajo y junto al que enseguida pasaremos. A la derecha se ha abierto una calle, dedicada a los Donantes de Sangre, con numerosos aparcamientos y una rotonda. En esta gran campo abierto se celebran numerosas fiestas y eventos, siendo el tradicional campo de la fiesta de Corvera, como refleja esta noticia para el diario El Comercio del 9-6-2021 y firmada por Borja Pino:
"El nuevo centro de salud de Corvera, situado entre la avenida Principado y la calle Donantes de Sangre, en el 'prado de la fiesta', comenzará a prestar servicio después del verano. Con los trabajos de construcción ya finalizados, el Principado ha recibido formalmente la propiedad del complejo. Ahora sólo resta que se instale el equipamiento y el mobiliario necesarios para el desempeño de la actividad sanitaria, algo que, si no se producen contratiempos, ocurrirá en el último trimestre de este año. 
La conclusión de las obras propició que, en la mañana de ayer, el consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, visitase las instalaciones acompañado por el alcalde del concejo, Iván Fernández, y por diversos miembros tanto de la Corporación municipal como de la dirección del Área Sanitaria y representantes del movimiento vecinal corverano. El rol de guía lo asumió Jesús Menéndez, jefe del servicio de obras de la Consejería y, a la sazón, responsable último del proyecto. 
Sobre la magnitud de la obra, Pablo Fernández recordó que ha contado con un presupuesto total próximo a los 3.500.000 euros, parcialmente sufragados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). El resultado es una instalación que, en cuanto se equipe, contará con veinte consultas de atención primaria, diez médicas y diez de enfermería, frente a las doce, seis y seis, respectivamente, de las que dispone el actual centro de salud Las Vegas. 
Además de tales consultas, el edificio dispondrá también de todos los servicios ya operativos en el concejo, como el de extracción de sangre o el de odontología. No obstante, a este último se sumará una sección de higienización, e igualmente se habilitará un área para cuidados maternales. Al complejo se accederá por dos entradas: la principal, orientada a la avenida Principado, y la de urgencias, a la que se accederá por la calle Donantes de Sangre. 
El estacionamiento estará garantizado por medio de las setenta plazas en batería que han sido habilitadas, de las que tres se reservarán a personas con movilidad reducida. Por lo que respecta a los trabajadores del nuevo ambulatorio, sean personal sanitario o no, contarán con treinta plazas exclusivas en el sótano, donde también se han situado los equipos de calefacción y refrigeración. 
Tal como Menéndez compartió con los miembros de la visita, «en el diseño se ha primado la sencillez, la funcionalidad, el confort de los usuarios y, muy importante, la sostenibilidad energética». En ese sentido, el nuevo centro de salud es el primero de su clase que se ha construido mediante geotermia, un recurso arquitectónico que potencia la eficiencia energética y reduce notablemente el consumo. 
«Llegar hasta este punto no ha sido tarea fácil». Tal como Iván Fernández recordó ayer, ha transcurrido casi una década desde que el embrión de la idea del nuevo espacio sanitario se pusiese sobre la mesa, aunque «esperamos que nos sea útil durante, al menos, treinta años». Por ello, el edil no dudó en calificar su consumación como uno de los «hitos no sólo sanitarios, sino también arquitectónicos» del municipio. 
«Es una de las obras más importantes de la historia democrática de nuestro concejo», aseveró el alcalde al término del recorrido. No en vano, la necesidad de dar servicio a una media de más de 15.000 personas ha exigido que se trate «no sólo de construir un gran centro de salud, que lo es, o un edificio más grande o bonito, sino de que albergue más y mejores prestaciones sanitarias». 
Desde el Principado se insistió en que la construcción de esta instalación se engloba en la apuesta regional por potenciar la atención primaria y por dotarla de mayor confort, sostenibilidad y recursos. A ese respecto, el consejero Pablo Fernández recalcó que el diseño del equipamiento «se ha hecho con la capacidad de desarrollarse y ampliarse en un futuro, en función de la evolución de las necesidades».

Un poco más allá de la calle Donantes de Sangre pasa el ferrocarril, cuyo trazado se abrió al tráfico el 26 de julio de 1890 "con la puesta en marcha del tramo Avilés-Villabona de Asturias de la línea que pretendía unir esta última con San Juan de Nieva.​ Las obras corrieron a cargo del Conde Sizzo-Noris que recibió el encargo de Norte que había obtenido la concesión de la línea en 1886, nos informa Wikipedia. Dado que por entonces había muy pocos vecinos no se dispuso ninguna estación ni parada hasta que en 1991 de inauguró el apeadero de Los Campos


Detrás del Centro de Salud a la derecha es La Estrada, barrio de Les Vegues formado por viviendas unifamiliares distribuidas en calles como Peñarroyo, El Aguanín, El Marapico y Florida que, hasta una fecha extraordinariamente tardía, enero de 2020, estuvo separado de Les Vegues por las vías del tren


El topónimo es eminentemente caminero pues "una estrada sería en tiempos pasados una (VIAM) STRATAM o ‘camino estráu, mullido o empedrado’ . El término aparece en nuestra documentación medieval y todavía hoy en asturiano pervive la palabra estrar ‘preparar la cama del ganado, mullir’ y estru ‘rastrojo empleado para mullir o estrar’. Etimológicamente estos términos están emparentadas con los topónimos La Estrá, La Estrada", como nos informa el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos


La Estrada llega en su parte alta a los 45 metros de altitud y, como dice el Diccionario geográfico de Asturias, "su caserío se divide en dos zonas claramente diferenciadas: una de escasa entidad de edificación, en la que sólo hay casas unifamiliares con terreno alrededor, y otra, más concentrada, en la que alternan las casas unifamiliares y de pisos, edificadas en varias calles que destacan por su gran desnivel".


Un poco más allá del Centro de Salud vemos la torre del Edificio Topacio, construido en 1976, cuya comunidad puso en marcha el primer centro de compostaje vecinal de Asturias, asesorados por el Consorcio de Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (COGERSA); noticia de S. González para El Comercio del 7-10-2017:
"Cogersa lleva años apostando por enseñar a los asturianos a hacer su propio compost dentro de su campaña de reciclaje de los residuos orgánicos. La comunidad de vecinos del edificio Topacio de Las Vegas quisieron ir un paso más allá y hace diez meses iniciaron su propio proyecto de compostaje, pionero en el concejo y en Asturias. Ese proceso, en el que han colaborado todos los vecinos, llegó ayer a su fin con la extracción del compost generado tras todo este periodo de trabajo en equipo. 
El gerente de Cogersa, Santiago Fernández, y el alcalde de Corvera, Iván Fernández, acudieron ayer hasta el edificio para participar junto a los vecinos del acto de extracción. En estos diez meses las familias implicadas lograron reciclar 1.500 kilos de residuos orgánicos, que se convirtieron en compost tras el proceso clásico de descomposición. «Desde Cogersa hemos propuesto el proyecto a algunas entidades y abandonaron, este es primer compostaje entre vecinos que se hace en Asturias y por eso hay que agradecerlo y destacarlo», apuntó Santiago Fernández. 
Operarios del Ayuntamiento de Corvera fueron los encargados de extraer el compost realizado, que ahora podrá ser usado por los vecinos para poder aplicarlo en el huerto o en las macetas de casa. Para eso recibieron ayer las últimas lecciones de los expertos, que les animaron a seguir con la experiencia. «Animaros a que sigáis, que no se quede en la experiencia piloto y que dentro de unos años lo que era novedad sea algo normal, que esté al orden del día», les pidió el alcalde, Iván Fernández.
En la creación del compost se trata de imitar y manejar de manera controlada el proceso de putrefacción natural de la materia orgánica: se mezclan en la proporción adecuada los diferentes residuos, se voltean periódicamente y se controla el grado de humedad. «Esperamos que el resto de ciudadanos empiecen a pedirnos hacer lo mismo», decía Santiago Fernández, que hacía hincapié en que para Cogersa «es muy importante porque va a servir de ejemplo y que se vea que es un producto muy bueno». 
Aunque la iniciativa ha resultado muy fructífera, el gerente lanzó un mensaje de ánimo a otros vecinos, «queda mucho por hacer en la recogida selectiva pero esto anima mucho a la gente a seguir haciendo cosas porque se ven los buenos resultados». Por su parte el alcalde resaltaba el mérito de los vecinos durante estos diez meses « porque no es fácil, son diez meses de constancia y de atención continuada». 
Fernández también les puso de ejemplo y reiteró que «si toda Asturias se comporta como vosotros podríamos llegar a los objetivos marcados para 2020». Por otro lado anunció que «en Trasona hay una comunidad que ya se puso en contacto para replicar la experiencia».


Un poco más a la derecha vemos el abigarrado caserío de Les Vegues, «que cuando no existía el barrio los lugareños llamaban “La Vegona” o “Les Vegues del Río Arlós”, a diferencia de otras barriadas surgidas de la industrialización que solían uniformar el caserío, multiplica formas y colores, a veces de manera caótica, y las más de manera digna», escribía el periodista y escritor Nicomedes Santos, Pepe Galiana


Les Vegues conforma un continuum urbano con Villalegre, alguno de cuyos edificios más altos vemos desde aquí, y La Luz, en La Xungarosa (tierra de xuncos, 'juncos'), la falda del Monte la Luz, barrio del que también Wikipedia nos ofrece su semblanza:
"El barrio de La Luz comienza a fraguarse a principios de la década de 1950 en el despacho de Domingo López Alonso, un constructor leonés que veraneaba en Luanco. Por aquel entonces, Domingo López se da cuenta de que el barrio de Llaranes no sería capaz de albergar a todos los obreros y sus familias que empiezan a llegar para trabajar en la Fabricona (ENSIDESA, hoy Arcelor-Mittal), ENDASA (Alcoa), Cristalería Española (Saint-Gobain) o Asturiana de Zinc
El primer proyecto del empresario leonés fue la construcción del “Nuevo Avilés”, un proyecto de 5.000 viviendas, rascacielos de 16 pisos, dos grandes salas de espectáculos, colegios con zonas deportivas y piscinas, así como zonas ajardinadas entre los bloques. Este proyecto, afirma Jorge Bogaerts en su obra «El mundo social de Ensidesa»: “La maqueta del barrio impresionó hasta al mismísimo caudillo” asemejándose a un “pequeño Manhattan”. De esas 5.000 viviendas, el proyecto se modifica y solo se edifican 2.056 viviendas agrupadas en 95 bloques. 
Al contrario que los barrios de Villalegre o Llaranes, que ya tenían asentamientos, La Luz comienza a construirse de la nada en el año 1959. Se puede afirmar que su construcción comienza cuando se observa que las viviendas levantadas en Llaranes con destino a la masa obrera que llegaba de otros puntos de España para trabajar en La Fabricona era insuficiente. ENSIDESA compra todas esas viviendas para repartirlas en régimen de alquiler a los obreros que cumpliesen dos condiciones: trabajar en la Empresa y tener familia numerosa. Pero en el año 1964, se les da la posibilidad a los inquilinos de adquirir en propiedad la vivienda, al mismo precio del alquiler, y en un plazo de 30 años, con lo que en 1994 finalizó esta amortización, pasando todos los vecinos, a ser propietarios de sus viviendas. 
Estas viviendas tienen unas características no muy atractivas a vista general, ya que oscilan entre los 45 y 63 metros cuadrados, y sin ascensor. 
Posteriormente a la construcción de las viviendas, el barrio de La Luz tenía carencias de todo tipo. Así, en 1963 se empiezan a impartirse las clases en los bajos de los bloques, con grandes carencias, con clases de 40 incluso hasta 50 alumnos por profesor. Pero no fue hasta 1970 cuando se inauguran los actuales colegios, uno de niños (Poeta Juan Ochoa) y otro de niñas (Virgen de La Luz). En 1981, los colegios se hacen mixtos, y 10 años más tarde, en 1991, se unifican en torno al Poeta Juan Ochoa, desapareciendo el Virgen de La Luz. 
La iglesia en un principio funcionó en los bajos de la plaza de Alvarado, hasta que en 1971 se acaba la construcción de la iglesia, con fondos de ENSIDESA y de la archidiócesis de Oviedo, y con aportaciones de los vecinos. 
El instituto se inaugura en 1967 bajo el nombre de «Nuestra señora de La Luz». Hasta entonces, los niños del barrio tenían que bajar a la capital a estudiar en el instituto de Avilés (posteriormente llamado IES Carreño Miranda). 
En 1978 se termina de construir la Biblioteca Pública de La Luz. Curiosamente es la quinta biblioteca de Asturias, después de las de OviedoGijónAvilés y Mieres. Contaba con más de 20 000 volúmenes dispuestas en dos salas, una de adultos y otra de niños. El polideportivo de La Luz fue construido en 1977 y fue el primero de la ciudad. Es propiedad del Ayuntamiento y es gestionado por la Fundación Deportiva Municipal. Tiene una pista polideportiva de 45 por 25, vestuarios y graderío con capacidad para 300 personas. Fue remodelado en 2002. Actualmente es utilizado por el IES Virgen de La Luz para el desarrollo de sus clases de Educación Física y otras entidades deportivas de la ciudad. 
​En el año 2003 se llevó a cabo la reurbanización integral del barrio de La Luz. Esta reurbanización ha girado en torno a tres líneas fundamentales: 
Mejorar y ampliar la peatonalización de amplias áreas de espacio público, favorecedores de la convivencia y la integración, así como la creación de zonas de aparcamiento. 
Regenerar los espacios públicos con la reorganización de 56 600 m² de calles y la creación de nuevos espacios libres. 
Modernización de los servicios de energía eléctrica, canalización de aguas, red de comunicaciones y alcantarillado.

El presupuesto general final de las actuaciones en el barrio, fueron de 7 715 240,68 €, en la que la superficie total de actuación fue de 85 164 m², y el número total de plazas de aparcamiento es de 836. Las zonas verdes superan los 32 000 m². Se han puesto 422 farolas, 103 bancos, 10 jardineras, 5 fuentes y una zona de juegos. 
Esta reurbanización finalizó con la construcción de un aparcamiento con 80 plazas y las obras realizadas en las fachadas de los edificios, en las que Ayuntamiento y Principado subvencionaron un 50 % respectivamente. 
En el año 2005, La Luz fue declarado "Barrio de Interés Social". 
Y en 2008, el Ayuntamiento de Avilés obtuvo el premio a la accesibilidad urbanística, arquitectónica y de medio de transporte por el trabajo realizado en la rehabilitación del barrio de La Luz."


Y arriba en lo alto del monte, seguimos viendo, en la aldea de Lluera, el palacio o casona de los condes de este nombre, también llamado La Torre, luego adquirido por los de Velarde y Pimentel como quinta de descanso y, sobre todo, el santuario de la Virgen de La Luz, del que reconocemos parte de su estructura, el muro sur con sus contrafuertes y la espadaña del campanario. No vemos el mirador, a su derecha, fantástica explanada encima de Avilés y su ría, pero sí algunas casas de la aldea, a la izquierda, enclave rural que se va rodeando de ciudad


Ahí celebraron en 2010 un multitudinario encuentro familiar los descencientes de los caseros del palacio, del que dio cuenta en La Nueva España Myriam Mancisidor en La familia de La Lluera se reencuentra:
"Trescientos años de saga familiar en Lluera unen. Más de cincuenta personas descendientes de los caseros de la Torre de La Luz celebraron ayer una emotiva fiesta de reencuentro que comenzó pasado el mediodía a los pies de la ermita. Es la quinta vez que la familia se reúne en Avilés para recordar el pasado de los caseros de un mayorazgo tocado por el PGOU. «En 2005 los últimos moradores de la casona de la Torre tuvieron que marchar y desde entonces celebramos este encuentro», explicó una de las anfitrionas del evento al tiempo que una pareja de gaita y tambor animaba la mañana.
Los participantes en la reunión familiar son descendientes directos de Joaquina Solís y José María Valdés-Flórez. La pareja contrajo matrimonio allá por 1871 y engendró a siete hijos. «De estos siete, cuatro se quedaron aquí y otros se fueron a América, no se supo más de ellos», manifestaron asistentes al encuentro llegados de distintos puntos a la ermita de La Luz. «En estos encuentros hemos llegado a juntarnos hasta cien personas», subrayaron los anfitriones, entre ellos Fernando Romero. Señalaron además: «Los apellidos tradicionales de la torre han sido Rodríguez de León, García-Barbón y Solís». 
La familia de los descendientes de los caseros de la Torre comenzaron la fiesta en la ermita a ritmo de gaita a los pies de la ermita de La Luz. Luego participaron en una misa en el mismo templo con vistas a la vieja casona de Lluera, de origen medieval, y pusieron punto final al encuentro con una comida que se celebró en el restaurante «Los Sauces». Los participantes en el encuentro apenas podían apartar los ojos del palacete de piedra próximo a la ermita de La Luz y con vistas aéreas de Avilés. «Mi familia ocupó esta torre como guardeses de una propiedad de los condes de Nava que, aquí, eran conocidos como los condes de Velarde, aunque no existe este título», explicó ya en 2006 Fernando Romero, que entonces matizó: «Lo que era el mayorazgo queda tocado por futuras intervenciones en lo que será el parque de La Luz, por eso desde diciembre de 2005 ya no hay nadie de mi familia allí». Por eso los encuentros de la saga de La Lluera."

Allí "El Rito del Beso se debe vivir una vez en la vida" es también así descrito por Sheyla Rodríguez en El Comercio del 21-5-2018:
"Desde el siglo XIX, año tras año, se recuerda la leyenda de una plebeya y un conde, que juraron su amor sellándolo con un puchero de leche presa. Una vasija que desde tiempos inmemoriales se lanza contra el crucero de la ermita de La Luz como promesa de amor, a cambio la pareja que cumple con el rito se casará en el plazo de un año. Beatriz Gonçalvez y Jairo Gutiérrez participaron del 'Rito del beso' el año pasado. 
La tradición viene protagonizando desde los años ochenta las fiestas del Puchero de Villalegre, cuya entidad vecinal quiso recuperarla. Beatriz y Jairo estaban inmersos en 2017 en los preparativos de su boda, que finalmente se materializó hace cinco meses en la misma ermita de La Luz. La leyenda se cumplió con ellos. Ambos, de 23 años, quisieron participar de la fiesta antes de celebrar la boda oficial. «Siempre que hablábamos del momento salía a relucir el rito, queríamos ser parte de él por eso nos pusimos en contacto con la asociación y nos presentamos de voluntarios», recuerda Beatriz Gonçalves. 
La fiesta comienza con una misa en el interior de la ermita en la que la pareja ofrece un ramo de flores a la Virgen. Tras ella salen al exterior y, ante la mirada de decenas de personas, lanzan el puchero contra el crucero. El encargado de hacerlo es el hombre. Jairo Gutiérrez lanzó la vasija tan fuerte como pudo y la hizo añicos. En concreto en 130, que se convirtieron a su vez en besos. «Fue un momento muy bonito. Es una experiencia maravillosa que recordaremos toda la vida», comenta ella, que hace memoria y recuerda el día como «perfecto. Nos lo pasamos muy bien en todo momento». 
Antes de tomar la decisión de casarse iniciaron un noviazgo que duró tiempo. «Estábamos con los preparativos por eso este acto fue como una previa de la verdadera boda que llegó en diciembre», puntualiza ella. Junto a ellos estuvieron presentes el año pasado muchos amigos y todos los familiares que pudieron. No faltaron tampoco vecinos de La Luz que les conocen del barrio. «Nos sentimos muy arropados». 
La joven insiste en que «El Rito del Beso es una tradición que se debe vivir una vez en la vida» y aconseja a las parejas que estén pensando en casarse el próximo año a «apuntarse para participar. Si ya estás con los preparativos, como nos pasó a nosotros, esta celebración será un premio, no se lo deben pensar». 
Como ellos Sonia Castrillón y Daniel González intentarán este año batir el récord de trozos de puchero y de besos. Ellos también tienen planes de boda, que si se vuelve a cumplir la leyenda, se materializarán sin problemas. El rito se llevará a cabo mañana martes a las 12 de la mañana en el crucero de la ermita de La Luz."

Sobre la proclamación de la Virgen de La Luz como copatrona de Avilés, las gestiones para lograrlo y la fiesta celebrada para conmemorarlo estimamos oportuno compartir el artículo de Myriam Mancisidor en La Nueva España del 23-4-2013:
"Los vecinos de La Luz están de enhorabuena, y muy ajetreados. El Vaticano aceptó hace poco menos de un año el nombramiento de la Virgen de la Luz como patrona de Avilés y, ahora, ha llegado el momento de su proclamación. La fiesta se celebrará el domingo 12 de mayo a partir de las seis de la tarde. El párroco de Villalegre, Vicente Pañeda, dio ayer la buena nueva. Avanzó, además, que está previsto que participe en la ceremonia el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. «Contamos con la presencia de muchísima gente por lo que instalaremos una carpa en las inmediaciones de la ermita y un circuito de televisión cerrado para que nadie se pierda qué ocurre dentro del templo», manifestó Pañeda. 
La Virgen de la Luz compartirá el patronazgo del concejo con San Nicolás, pese a que la ciudad celebra San Agustín, el 28 de agosto. La iniciativa en favor de la imagen que se venera en la parroquia de Villalegre -santuario mariano- tomó fuerza con la llegada del sacerdote Vicente Pañeda a la parroquia y la petición ante la Santa Sede estuvo precedida por el apoyo de numerosas entidades culturales, deportivas, colegios y cofradías, con la aprobación de la secretaría general del arzobispado de Oviedo. «Entre todos lo hemos conseguido y estamos muy contentos», dijo Pañeda, que señaló que en los próximos días comenzará la novena. 
El culto a la imagen de la Virgen de la Luz se remonta al siglo XVIII. Desde entonces goza de una gran devoción, especialmente entre las mujeres embarazadas. Esto no es casualidad. La imagen representa a la Virgen de pie en el momento de dar a luz y simboliza el misterio de la Maternidad Divina de María: con la cabeza del Niño Jesús sobre el centro de su pecho, con actitud sonriente y como sosteniendo una imaginaria luz coincidente con la cabeza de su Hijo. La talla original de la Virgen databa, al igual que el templo, del siglo XVI, pero se perdió durante la Guerra Civil , por lo que ahora su lugar lo ocupa una figura realizada después de la contienda. 
Anualmente se celebran dos fiestas en honor de la Virgen de la Luz: la primera, en mayo, coincide con el popular «Rito del Beso» en el que una pareja se regala arrumacos a los pies de la ermita y la segunda es a mediados de agosto. 
Ahora, los devotos de la Virgen de La Luz han visto cumplida una reivindicación que se remonta nada menos que a la década de los años cuarenta del siglo pasado si bien el fervor por esta imagen data de hace más de trescientos años, según figura en documentos depositados en el Archivo Histórico Diocesano. La fiesta de proclamación, el día 12, domingo."

A la derecha de La Estrada se extiende la colina de Truyés, que pertenece a la vecina parroquia de Trasona, también en Corvera, de unos 60 m de altitud, que era un pequeño caserío de 11 habitantes en 1998 en una quintana de casas muy concentradas, el cual desapareció, junto con un bosque autóctono de ribera, en una gran operación inmobiliaria para construir una gran colonia de chalets en el año 2008, alguno de los cuales llega a verse desde aquí


La asociación La Voz del Pielgu, de defensa del patrimonio corverano, concede anualmente los premios Truyés con los que se galardona iniciativas en favor del medio ambiente en el concejo


Allí, en estos espacios verdes de la Plaza Corvera que se quiere conservar, vemos la vía del tren y, paralela a ella, el camino que comunica La Estrada con Santa Cruz, barrio de Los Campos y, de allí, con el pantano de Trasona, formado por El Ríu Alvares y que entró en funcionamiento en 1957 para abastecer a la antigua Ensidesa y a los nacientes barrios de su entorno, tal que estos


Chalets en Les Binaes, otro lugar de Los Campos, cuya raíz etimológica es el 'bi' de 'dos', dos sembrados en este caso, como explica García Arias:
"Tierras en barbecho parece que fueron las llamadas La Binada, Las Binadas, Les Binaes, a juzgar por un documento del siglo XVIII en que se dice “... hay tierras de secano que llaman de vinada que producen trigo o escanda un año y descansan al siguiente...” (...) 
En realidad, etimológicamente, hay que partir del participio del latín vulgar *BINARE (binar) en el origen del asturiano actual abinar ‘dar una segunda mano al campo sembrado’, operación agrícola que se efectúa después de sallar’. Es posible que toponímicamente binada se pueda explicar como ‘tierra que se siembra al segundo año’.


Más allá asoman algunos edificios del Grupo San Ramón y, más cerca y en esta pradería, aparcamiento de autocaravanas junto a las casas de la calle Horacio Fernández Inguanzo


Siguiendo la bajada un banco para sentarse cómodamente, orientado al sur



Frente a nosotros, dos llamativos edificios del año 2009, en el primero, sito en el Pasaje del Peral, el Restaurante Yamiqueo, agradable hallazgo, como él mismo lo cuenta, del historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías, que publica su artículo en El Comercio del 19-3-2018:
"Salimos mal de la autovía en dirección a otro restaurante y el destino, siempre caprichoso, hizo del error un acierto
Los Campos alza edificios modernos, separados por praos y parques, antes que la avenida de Asturias alcance las barriadas de Las Vegas. A un lado el embalse de Trasona, no muy lejos de la ría de Avilés, alrededor un laberinto de urbanizaciones que aquí dejan paso a céspedes y boscajes. El lugar resulta con vista y alegre (a diferencia de la cercana y homófona plaza de Vistalegre) y ocupa un bajo elevado y en terraza que avizora verdes. Y algún hórreo. 
Hay bar, hay comedor, se sirven desayunos y meriendas, los aperitivos y las tapinas calientes se disfrutan y agradecen, y no faltan bocadillos y bollería para cumplir con la parte que le toca como lugar de paso.
Todo reluce según mandan las actuales pautas nórdicas de grises y maderas oscuras, especialmente por la luz que entra a través de los enormes ventanales que apenas unen delgadas tiras de obra. 
Pero lo que más reluce, sin duda, son los platos imaginativos de Francisco y las gestiones y asistencias de Antonio e Iván, lo que hace del lugar una isla hospitalaria a la hora de las treguas, les fames y los deseos de microvacaciones campestres al margen (y en cambio al lado) del continuo ajetreo comercial y humano que discurre por los concejos de Corvera y Avilés, tan densos por una parte, y tan rodeados de naturaleza oxigenadora por otra. 
Comencemos con los menús del día, que ofrecen ensaladillas hay, falsos risottos de crujiente de parmesano, filetes de pescado en salsa de pimentón, ensalada de frutas con vinagreta de ablanes y toque de morcilla, flamenquines con queso azul, sarandonga (cubanísimo arroz bacaladero al que la inolvidable Celia Cruz añadía el cuchíbiri, cuchíbiri), risoto de algas y setas del bosque, ensalada de atún con chutney de mango y wasabi, entrecó de ternera de los valles… 
Un menú diferente, lleno de mestizajes e imaginaciones, que va de boca en boca por la comarca y que recoge y amplía la labor que estos tres socios (y sin embargo amigos, dirían los escépticos tantas veces equivocados) realizaron antes en el Club Náutico de Salinas, donde coincidieron y diseñaron un nuevo compromiso que acaba de cumplir dos años. 
La carta nos propone ceviche de pulpo con guacamole y crema de limón, pata de pulpo asado con crema de setas, berenjena en tempura con humus castellano (de Pedrosilla) y miel de caña, un wok cuyo carrusel manual ximielga ‘noodles’ de huevo salteado con pollo, verduras, sésamo y salsa teriyaki… 
Este y Oeste fusionados que comparten fogón, importancia y mesa con los nativos callos, los cachopos de jamón y cecina, los frixuelos rellenos y los pescados del distribuidor de confianza. 
Un hallazgo, un feliz hallazgo con nombre socarrón y contrario a la realidad, pues para Antonio, Amador e Iván constituye un dedicado casi que todo."


En el siguiente edificio gemelo está la Cafetería El Mosaico


Este es su acceso, otro lugar para tomar algo antes de seguir nuestro periplo por Les Vegues y entrar en Avilés


La Avenida Principado forma un perfecto punto de fuga en perspectiva, con el cogollo de Les Vegues al fondo, como confluencia de sus líneas de calzada y acera


Paso a paso nos acercamos al Centro de Salud de Les Vegues y Los Campos, inaugurado en noviembre de 2020



Seguidamente, más espacios verdes delante de la Urbanización El Bosquín que se extienden por el Parque Europa, inaugurado en 2016 y que vemos al fondo


Allí, en La Cuesta la Estebanina, entre un grupo de edificios, el Polideportivo Toso Muñiz, que era como se conocía a Fructuoso Muñiz Suárez, gran deportista que fue presidente de la Asociación Atlética Avilesina, toda una institución en la comarca de Avilés. De él escribe Alberto Rendueles en El Comercio del 20-11-2020:
"Uno de los referentes de la historia del deporte local es sin duda Fructuoso Muñiz Suárez, conocido por todos como Toso Muñiz. Sus tres décadas como presidente de la Atlética Avilesina (1961-1991) calaron hondo en la memoria de la ciudad, hasta el punto de haberle dedicado una de sus calles, pero lo que muy poca gente sabe o recuerda es que nuestro protagonista de hoy también fue competidor. Y en este ámbito, su verdadera pasión fue el atletismo, sin olvidar ciertos pinitos en el mundo del fútbol modesto. 
Nacido en la villa el 13 de mayo de 1924, Toso fue uno de esos niños que se entusiasmó viendo los éxitos de los deportistas locales en el campo de Las Arobias, tanto en la naciente Asociación Atlética Avilesina, como en el Stadium. Fueron en mayor medida los éxitos de deportistas como Enrique Gago, Carlos Suárez o Luis Núñez los que marcaron la pasión de Muñiz por el atletismo, que puso en práctica una vez finalizada la Guerra Civil. Atrás dejaba los partidos de fútbol de equipos de barrio -como era habitual en los niños de la época- para formar parte de las formaciones de Educación y Descanso. 
Sus condiciones físicas y pundonor hicieron que nuestro protagonista se prodigara esencialmente en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros listos, donde la resistencia física era algo fundamental, y ya mostró su clase en el campeonato de Asturias para principiantes que se celebró a comienzos de la década de los años 40 y en la que otros convecinos también asomaban en el atletismo regional, casos de Fernández II, Adolfo Álvarez, Pinillos, Soberón o Burgos. Era evidente que la cantera avilesina de este deporte se mostraba como la más pujante en la posguerra deportiva asturiana. 
La cita más esperada llegó con los Campeonatos de Asturias de 1942, en una formación avilesina en la que destacaban hombres de la talla de Ramón Granda, Armando Benítez, José Fernández 'Ferrador', Chemo de la Campa o Tito Guerra, quienes eran habituales en la consecución de medallas asturianas. 
Toso Muñiz realizó un digno papel en las tres sesiones de la competición, celebrada la primera en Avilés el 24 de mayo de 1942, y las otras dos en Oviedo y Gijón. Muestra del nivel que presentaba el equipo avilesino de Educación y Descanso es que los tres primeros puestos de la prueba de 5.000 metros lisos recayeron en tres de sus componentes y a la vez compañeros de Muñiz: Alfonso Vallina, José Fernández 'Ferrador' y Eustaquio Fernández. También se consiguieron dos récords de Asturias de la mano de Armando Benítez, en la prueba de 400 metros lisos, con un tiempo de 56 segundos y cuatro décimas, así como el llamado relevo olímpico formado por Guerra, Ramón Granda, Benítez y Chemo de la Campa. 
Su etapa competitiva no fue extensa, pero su pasión por el deporte le llevó a implicarse de lleno en el Frente de Juventudes, que a mediados de los años 40 del pasado siglo era la organización polideportiva por excelencia en la ciudad, ante la ausencia temporal de la Asociación Atlética Avilesina. Es cuando Toso Muñiz pasa a realizar labores de entrenador de jóvenes de varias disciplinas deportivas y fue uno de los principales organizadores de eventos, ya fueran en el nuevo campo de deportes de La Exposición o en otras zonas habilitadas por el centro de la ciudad, como fue el caso del parque del Muelle -en este caso de baloncesto y balonvolea-, secciones para las que se improvisaban unas canchas en la zona próxima a la estatua de Pedro Menéndez, y con gran éxito de público en cada uno de los encuentros programados. 
Aún se recuerdan los campeonatos de centurias u otras específicas como las fiestas de San Fernando, sin olvidar las fiestas de San Agustín. En todas ellas, los niños deportistas avilesinos veían a Toso Muñiz con gran admiración, no sólo por el hecho de ser uno de sus formadores, sino también por omnipresencia en todas y cada una de las disciplinas y competiciones que se celebraban. Allí ya se vislumbraba la pasión de Muñiz por el fomento del deporte base y amateur, idea que era esencial en su concepto de ejercicio físico. 
Toso Muñiz era un hombre muy entregado en todo lo que hacía y buscaba el éxito, pero ante todo primaba el que los jóvenes pudiesen hacer deporte en las mejores condiciones. De hecho, se involucró en el Ayuntamiento de Avilés hasta el punto de la insistencia en la búsqueda de recursos e instalaciones. No en vano, la Atlética era una realidad en la villa y en sus múltiples secciones no se podían escatimar esfuerzos. Pero eso forma parte de otros nuevos capítulos de este hombre tan recordado y cuyo ejemplo continúan hoy en día quienes dan impulso a la polideportiva entidad, incluido su hijo Juan Muñiz, a quien su padre inyectó en sus venas el amor por el deporte, o su viuda, Margarita Cuervo-Arango, que le siguió hasta el final en sus propósitos en favor de la cultura deportiva local."

Allí cerca están también la Casa de Cultura de Corvera, el Complejo Deportivo de Corvera, las piscinas municipales, el Centro de Salud, el Centro de Mayores y la iglesia de la Sagrada Familia, construida hacia 1975, en esta zona ya algo más alta respecto a la vega y ribera del Ríu Arlós, como describe Marcos Palicio en El genoma urbano: al referirse al crecimiento urbano de esta zona de Corvera:

"La explicación del crecimiento veloz está a la vista cuando se coge altura y estas «vegas» del río Arlós se miran desde lo alto de la colina que las encajona. Subiendo a contemplar la localidad desde el lugar donde la plaza de la Libertad agrupa todos estos edificios de servicios aparecen las razones: desde la puerta del polideportivo «Toso Muñiz», a la izquierda se perfila cercano el casco urbano de Avilés; al frente se dibuja la silueta inconfundible de las chimeneas de la vieja Ensidesa, hoy Arcelor Mittal. La proximidad de la ciudad y el aposento de la gran siderurgia en Trasona ha hecho esto ser tal como es, pero el motivo y el remolque es sobre todo el de siempre: la industria. Todavía. «Sigue siendo el sector que tiene más tirón», confirma Ovidio Rodríguez pensando en Arcelor, pero también en sus satélites y en las tres áreas industriales -Cancienes, la Consolación y La Rozona- que tiene esta zona urbana en un radio de apenas cuatro kilómetros. Del respaldo estadístico a su percepción se ocupa el alcalde de Corvera. «Somos -apunta el socialista José Luis Vega- el municipio asturiano que, después de Gijón, cuenta con más empleos industriales, casi 9.000 de los 11.000 que tenemos en total, lo cual no quiere decir que sean todos trabajadores del concejo: aquí tenemos 7.000 y de ellos unos 1.400 en paro», precisa. De regreso en la raíz de la imagen actual de Las Vegas, Alberto León sabe que «si se hiciera hoy, no sería así», pero también que cuando se edificó había prisa. En aquellos primeros años cincuenta, explica, «se buscaba sobre todo salvar la vivienda. Había venido mucha gente emigrada a trabajar en la fábrica y muchos vivían en barracones, en tiendas de campaña, en hórreos y paneras, o tres o cuatro familias en la misma casa. Lo más urgente era, pues, proporcionarles un sitio en el que vivir» y así empezó a crecer Las Vegas, o más bien a explotar, siguiendo un guión urbanístico apremiado por la necesidad de velocidad que de algún modo pasa la factura ahora, dicen aquí: «Quedó un poco encajonado», valora Ovidio Rodríguez, «y debido a aquel mal diseño inicial, queda poco espacio hacia donde crecer».

Descontados los espacios extensos que han ocupado los servicios públicos, esta pequeña ciudad sí puede aprovechar todavía, dicen aquí, terrenos en el entorno de la cuesta de La Estebanina y la zona de La Estrada, en el terreno pendiente a los dos lados del eje principal que forma la transitada AS-17, aquí avenida Principado."


Aquella nave de franjas verticales de colores rojos y grises es el Teatro El Llar. Más a lo lejos es Molleda, cuyo valle constituía otra de las antiguas entradas a Avilés desde Oviedo/Uviéu, procedente de Gallegos y L'Escampleru (paso del Camino Primitivo de Santiago) y que tomaba dirección norte por Biedes, Parades en Les Regueres, pasando a Santa Cruz y Arlós, en Llanera, para luego por Molleda entrar en Avilés por La Madalena los Corros, donde hubo una malatería u hospital de leprosos dedicado, como era habitual, a Santa María Magdalena, de ahí el topónimo (así como los Corros por los pequeños cubículos de los malatos)


Más en la distancia es Villa, la parroquia más occidental de Corvera, más rural y en los límites con Illas y Castrillón, además de con Avilés. En la lejanía es el Alto Reboria (418 m) y Viñugas (354 m)


Sigue tan magnífico bulevar de la Avenida Principado y, aunque seguimos bajando, continuamos viendo El Monte la Luz, el cual en sus tiempos debió ser un faro natural que orientaba a los viajeros, tanto de tierra como de mar, pues su cima, donde está la ermita, pese a que no es de una altura significativa en sí misma, sí lo es al no tener montes mayores en su entorno, constituyendo toda una referencia visual que no pasaría desapercibida en la antigüedad


Hoy en día, sin embargo, rodeado de edificios, el monte se pierde pronto a nuestra vista según descendemos al paso del Arlós, en Les Vegues, para entrar en Avilés, ciudad con la que estos barrios comparten tanto que, desde fuera, suelen confundirse con ella, algo contra lo que los vecinos planteaban diversas iniciativas a Marcos Palicio, periodista autor de otro capítulo de la serie Asturias. Viejas y nuevas polas, el titulado El genoma urbano:
"Contra el riesgo de la reducción al reposo y la parálisis de la ciudad dormitorio exhiben aquí la vitalidad de una población que, según la opinión de Mar Serrano, «todavía puede sacar más partido de su gran oferta cultural y deportiva», con  equipos de natación, balonmano, remo, fútbol sala, tiro con arco... Hoy, domingo, una comida en la calle con mesa reservada para 2.000 cerrará las fiestas –las de Corvera, porque no hace tanto que las que se celebraban aquí eran las de San Agustín en Avilés, recuerda Ovidio Rodríguez–, y hasta un logotipo propio del concejo –con el topónimo junto a una manzana mordida– se aplaude aquí como un esfuerzo positivo para tratar de diferenciar esta identidad y esta oferta de vida apacible y bien surtida de servicios. «Necesitamos crear marca», destaca Bras Rodrigo, convencido de esa necesidad de sacar la cabeza, de evitar el sentido peyorativo de la consideración de «barriada» y, al final, la fusión por absorción con la que amenaza la vecindad inmediata de Avilés. 
La queja del director de la banda de gaitas, que salió a tocar a sitios donde «pensaban que Corvera era solamente el nombre de la banda», subraya incluso el flaco favor que a esa pretensión hace el nombre de la «comarca de Avilés». «Nos absorbe», protesta Mar Serrano, aunque también sea cierto que en general, precisa, esa ocultación ya sea cada vez menos como antes. Hay motivos para festejar cierta reversión en aquella vieja tendencia a permitir que la villa grande se comiera a la pequeña. «Va corrigiéndose», zanja Ovidio Rodríguez riéndose ahora de aquella etapa de la Vuelta Ciclista a España que hace algunos años salió de aquí, de «Corvera de Avilés», en la versión de algún periodista despistado."

Pasamos ya delante del Cantro de Salud, así descrito en las fichas de los Fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) del Principado de Asturias:
"Se trata de una edificación formada por dos módulos en L de diferente dimensión, unidos por un cubo central, con orientación principalmente norte-sur, que en relación con el trazado urbano, cumple la función de relacionar los barrios de Las Vegas y Los Campos. 
El diseño de la construcción tiene en cuenta que los accesos al centro de salud y al área de urgencias puedan tener funcionamiento independiente, no obstante dispondrá de una comunicación de personal y servicios con el centro. Para el área de urgencias, en el espacio de acceso exterior se sitúan tres plazas de aparcamiento reservadas para discapacitados y ambulancias. 
El centro de salud contará con áreas de admisión, apoyo asistencial (extracciones), fisioterapia, matrona, pediatría, consultas de familia, salud bucodental, área de personal y zona de servicios e instalaciones. 
La superficie de actuación total es 3.816 m2 (2.514 m2 para uso sanitario y 1.302 m2 para planta sótano -garaje + reserva + instalaciones)."

Y en el apartado dedicado a sus objetivos y resultados previstos se dice así:
"La construcción de un único centro de salud supone mejoras importantes en la accesibilidad y en la capacidad para atender la demanda sanitaria, con programas específicos de una gran singularidad, y que en el actual centro no es posible atender en unas buenas condiciones. 

La financiación del proyecto, incluido dentro del Programa Operativo FEDER de Asturias 2014-2020 implica garantizar el derecho a la salud, así como a la prestación de asistencia sanitaria de calidad, derechos sociales importantes y valorados por la población." 

Y en la nota de prensa del Gobierno del Principado de Asturias de fecha 29-11-2021 se aportan estos nuevos datos coincidiendo con su inauguración:
"El presidente del Gobierno del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha visitado hoy el nuevo centro de salud de Las Vegas-Los Campos, en Corvera, en el que se han invertido 3.755.122 euros, cofinanciados con fondos Feder, para dar servicio a cerca de 15.000 habitantes de la comarca avilesina en unas instalaciones más accesibles y confortables para usuarios y profesionales. 

El equipamiento ha comenzado a prestar servicio esta mañana en las consultas de atención primaria, con lo que finaliza el traslado que se inició el pasado viernes con la actividad en el área de Urgencias como punto de atención continuada para usuarios de Corvera y Villalegre, tal y como ocurría en el antiguo equipamiento. 

El nuevo edificio triplica la superficie construida del anterior local, con un total de 2.514 metros cuadrados, y aumenta también la cartera de servicios. Así, cuenta con 10 consultas de medicina de familia y otras 10 de enfermería. Por su parte, la unidad de pediatría dispone de 2 consultas médicas y otras 2 de enfermería, que se complementan con una nueva consulta polivalente pediátrica. 

Además, el centro está dotado con una unidad de apoyo asistencial que incluye consultas técnicas polivalentes y sala de extracciones; una unidad de salud bucodental con doble consulta, odontólogo e higienista; otra de fisioterapia y una para la matrona, además de sala de preparación al parto. El área de urgencias tiene dos consultas médicas y dos de enfermería, además de sala de observación.

Las nuevas instalaciones duplican el espacio del área de administración, que incluye recepción, archivo y un despacho para atención a la ciudadanía, y albergan también una sala de reuniones y varios despachos, así como un aparcamiento subterráneo para profesionales. 

El edificio, cuya construcción comenzó hace tres años, dispone de un sistema de geotermia que garantiza su eficiencia energética y se ha diseñado para atender el crecimiento futuro de la población y como lugar de formación de profesionales sanitarios de atención primaria."

Poco antes, se celebraron unas jornadas de puertas abiertas para dar a conocer estas instalaciones, de las que informaba La Voz de Asturias del 25-10-2021:
"El nuevo centro de salud de Las Vegas-Los Campos entrará en funcionamiento a finales del próximo mes de noviembre o principios de diciembre, tras una inversión superior a los 4 millones de euros a cargo del Principado. 
Es la previsión adelantada este lunes por el alcalde de Corvera Iván Fernández, que, junto con el gerente del Área Sanitaria 3, Ricardo de Dios, ha presentado unas jornadas de puertas abiertas para dar a conocer las nuevas instalaciones los próximos días 3, 4 y 5 de noviembre. 
El edificio dispone de más de 2.500 metros cuadrados de superficie destinados a la asistencia (800 más que el actual centro de salud de Las Vegas), distribuidos en dos plantas superiores en las que se ubican 31 consultas de medicina general, pediatría y enfermería. 
También dispone de sendas salas de fisioterapia y de preparación al parto, además de una consulta polivalente pediátrica y un aula de docencia y biblioteca. 
Además, el equipamiento es el primero de Asturias en contar con un sistema que aprovecha la energía geotérmica del subsuelo para su climatización, lo que permite contar con un sistema más eficiente y sostenible, que cumple la directiva europea sobre edificios de bajo consumo basado en energías renovables. 
También incluye un área independiente de urgencias, -inexistente hasta ahora-, con dos consultas de medicina, dos de enfermería y una sala de observación. 
La Administración autonómica completará la actuación con la construcción de un aparcamiento con 68 plazas anexo al equipamiento sanitario actualmente en fase de licitación, con una inversión prevista de 185.927 euros, informa Efe."

Si bien no hacemos una guía de equipamientos ni comercial, de la misma manera que informamos de alojamientos, principalmente albergues, o para comer o tomar algo, o tiendas de comestibles y supermercados, también nos agrada contar de otros establecimientos que pueden ser de utilidad inmediata para los peregrinos a su paso, como farmacias, centros de salud, tal que este, o similares 


El entorno es diáfano y abierto, pues forma parte, recalcamos de la nueva zona de expansión urbana que comunica los barrios de Los Campos y Les Vegues construida con criterios arquitectónicos en los que predominan las zonas verdes y los grandes espacios entre edificios, si bien, ya nos acercamos a la zona de mayor concentración de casas, a partir del Edificio Topacio al que antes nos referíamos


Pero los planes urbanísticos pudieron haber sido otros, la crisis del ladrillo de la primera década del siglo XXI echó abajo grandes macrourbanizaciones como la prevista en La Estrada, que luego se replantearon, como comentaban los vecinos a Marcos Palicio:
"Este lugar de la Corvera urbana, residencial y fabril ha sentido tanto la explosión urbanística de los comienzos del siglo como la más reciente parálisis del ladrillo, la onda expansiva de la Ensidesa boyante tanto como los efectos próximos de la crisis industrial. Bras Rodrigo señala las persianas bajadas en bloques de viviendas de factura reciente y hace apenas una semana que el Ayuntamiento ha comenzado a retirar la maquinaria de algún solar con viejas previsiones de edificación en la cuesta por la que Los Campos fusiona su trazado con el de Las Vegas. Ovidio Rodríguez se acuerda de aquel gran proyecto de seiscientos chales que quedó en «ciento y pico» en el entorno de La Estrada, y Francisco García Naranjo, trabajador de Arcelor, puede dar testimonio fehaciente de la compañía desagradable que aquí le ha hecho a la crisis del ladrillo la de la industria, los ERE parciales o las fluctuaciones del ritmo de trabajo en la siderúrgica. «Yo hacía en el restaurante el “catering” de Arcelor», le acompaña Rodríguez, «y he experimentado un descenso del noventa por ciento».

Pasa el tren, toda esta zona, si hubiese sido edificada, habría formado un todo con la colonia de chalets construida en Truyés, llegando a formar otra zona abigarrada y densamente construida, que parece que ahora quiere conservarse, al menos en esta Plaza Corvera


Hoy en día y aunque se ha construido, se ven aún buenas praderías en esa ladera de La Estrada a Truyés


Y es que, efectivamente y como podemos comprobar, a partir del Edificio Topacio, a nuestra derecha, y de estos que cierran la Plaza de Europa, separándola de la Avenida, a la izquierda, la construcción se hace más densa según nos acercamos al centro de Les Vegues


Aquí cruzamos la calle de los Donantes de Sangre; de la misma manera que antaño con la industria, ahora la demanda de vivienda es tal que la construcción se incrementa en los espacios libres de los concejos limítrofes con Avilés, como también veremos cuando continuemos camino por Castrillón. A la izquierda, estos bloques fueron construidos en 2011, pasando ya la crisis del ladrillo y la burbuja inmobiliaria que afectó a aquella época


Nos adentramos pues en un ámbito urbano de alta densidad en estos últimos metros de nuestro camino en el concejo de Corvera, unos seiscientos, antes del paso del puente sobre el río Arlós, nacido en la parroquia llanerense de ese nombre


Allí al fondo, los edificios que vemos al final de la Avenida y de esta suave pero continua bajada, son ya los últimos de Corvera y ahí se encuentra La Casa de Postas, histórico testimonio de la pequeña población anterior al boom de Ensidesa, allí se realizaba la toma y cambio de caballería y se asignaban los postillones o mozos guías para los correos, viajeros y ganado


En este tramo de la avenida, a derecha y a izquierda se suceden diferentes bloques de pisos de diferentes épocas y estilos, los de la derecha construidos preferentemente entre mediados de los años 1960 y principios de la década de 1980, cuando el núcleo original, en la vega que dio nombre al lugar, al lado del río, ya estaba saturado y se efectuaba esta expansión urbanística en dirección a La Cuesta los Campos


Luego, estos de la izquierda, en el acceso al Teatro El Llar y Plaza Europa, son de los primeros años del siglo XXI. En ambas márgenes hay bajos comerciales con empresas y comercios



Entre dichos negocios hay algunos bares, como por ejemplo, el Café Bar Alcántara, a nuestra derecha


Seguidamente, y entre otros, están la Farmacia Matilde Evarista Rodríguez Solís Muñiz y el Restaurante Casa Pío, cuya terraza vemos un poco más adelante a la derecha


En el punto de fuga de la Avenida Principado, asoman, más altos que los edificios en torno a La Casa de Postas, alguno de los del barrio de La Luz en La Xungarosa, concejo de Avilés, una proximidad que se hace aún más patente en esa "frontera fluvial oculta entre los edificios", como dice Marcos Palicio, que nos ofrece una perspectiva de Les Vegues allá por el año 2010:
"El núcleo más poblado de Corvera -7.528 habitantes tras un leve descenso en el censo de 2010- progresó a toda velocidad al calor de la vecindad urbana de Avilés y la cercanía de la gran industria, pero hace tiempo que retuerce las estrategias para tratar de hacer más visible aquella frontera fluvial oculta entre los edificios, para reforzar su identidad. Poco a poco, confirmará pronto algún vecino, van urgiendo los esfuerzos por hacer ver que esto es algo más que un apéndice urbano que le ha salido a la Villa del Adelantado y olvidar que a veces todavía no queda más remedio que identificar a esta pequeña ciudad y a su concejo como eso que está «al lado de Avilés». 
Está, sí, en su acceso sureste, literalmente pegado al casco urbano avilesino por el barrio de Villalegre, trazado en torno al tramo final de la carretera AS-17, que viene hasta aquí desde Llanera y formando ya una unidad urbana también hacia el Este con la expansión residencial de Los Campos y el más primigenio asentamiento industrial de Entrevías. Emblema de la extensión urbana de raíz industrial en el noveno municipio más poblado de Asturias, la suma de las parroquias de Las Vegas y Los Campos supera ya ampliamente los 10.000 habitantes y cerca del setenta por ciento de la población actual de Corvera. 
Los 7.500 residentes de hoy rebajan los casi 8.000 del comienzo del siglo en Las Vegas, pero este entorno inequívocamente urbano, que cruzan al menos cada hora varias líneas del autobús de Avilés, tiene a la vista las huellas de su explosión acelerada. Para bien y para mal. Alberto León, recién licenciado del Ayuntamiento después de 36 años como concejal y alcalde, era «un guaje» cuando esto se acababa en «cuatro casas» y tiene memoria para situar el comienzo de la construcción de la villa en torno a los años cincuenta, no por casualidad al mismo tiempo que Ensidesa. Corvera de Asturias empezó 1950 con 4.000 habitantes, acabó 1960 con  casi 10.000 y en los ochenta tocó techo en más de 18.000. Hoy son algunos más de 16.000 y Ovidio Rodríguez, hostelero con restaurante en Santa Cruz, parroquia de Los Campos, se dice convencido de que «hoy llega aquí un ciudadano de la Corvera de hace veinte años y no sabe dónde está». No reconocería la gran avenida que transforma en travesía urbana la AS-17 y que al mediodía va a ser imposible cruzar si están fuera de uso los semáforos. Puede que le costara identificar el parque Europa, donde una vieja casería es ahora el teatro El Llar y la Casa de la Llingua, o que le sorprendiera, más allá, el promontorio que ocupan juntos el polideportivo y las piscinas municipales, el centro sociocultural, el colegio, la escuela infantil y el ambulatorio, a sus pies el centro de servicios múltiples y alrededor, prácticamente por todas partes, los restos abundantes que ha dejado aquí la expansión inmobiliaria de los años anteriores al estallido de la burbuja."

Estamos en el kilómetro 3 de la carretera AS-17 que, recordamos, es la distancia a la avilesina Plaza de los Oficios, por donde entra en Avilés el ramal gijonés del Camino del Norte, con el que nos uniremos en la calle Rivero, aproximadamente a la misma distancia, frente albergue público Pedro Solís (calle Magdalena 1), que ostenta el nombre del fundador en 1515 del hospital de peregrinos de dicha calle Rivero, llamada así por haber sido antaño ribereña de La Ría



Sobre las sombrillas de la terraza del Don Pío se ve ahora el paso a nivel elevado, con ascensor, que comunica Les Vegues con La Estrada sobre la vía del tren, del que daba noticia de su inauguración El Comercio del 3-1-2020:
"Los vecinos de Las Vegas y La Estrada cruzaron hoy por primera vez la nueva pasarela que une ambas poblaciones corveranas, evitando el «peligroso» paso a nivel que llevaba más de 50 años siendo motivo de preocupación de los vecinos por la escasa visibilidad de la zona y por la velocidad a la que pasan los trenes. 
El primer viaje en el ascensor tuvo un gran número de voluntarios que corrieron a hacerse un hueco para subir a atravesar la pasarela, pero el límite de ocho pasajeros hizo que muchos otros utilizaran las escaleras para cruzar de un lado a otro de las vías. La emoción de los vecinos era palpable, la necesidad de este paso era tal que, a la llegada del alcalde de Corvera, Iván Fernández, el gran número de personas que esperaban para presenciar la inauguración lo recibieron con aplausos. 
«Después de tantos año por fin llegó la hora de cerrar ese paso a nivel que era muy peligroso», señalaba el presidente de la asociación vecinal Conceyu de Corvera, Juan Manuel González, recordando que esta petición es una demanda vecinal que se llevaba realizando durante 50 años, por lo que «agradecen» al actual equipo de gobierno que «haya escuchado a los vecinos y haya luchado porque esta obra se llevase a cabo». 
Precisamente Juan Manuel es uno de los vecinos que recuerda «muchos sustos» al cruzar un antiguo paso a nivel por el que llegaron a pasar coches cuando la vía era accesible para el tráfico. Los vecinos se tomaron la inauguración de la «esperada» pasarela como un regalo de Reyes adelantado, ya que según explica María Olvido Menéndez, vecina de La Estrada desde hace 38 años, «no solo han cumplido con la petición si no que han puesto un paso moderno y accesible para todos gracias a los ascensores». 
El alcalde corverano, que estuvo acompañado en la inauguración por la delegada de Gobierno Delia Losa, brindó con los vecinos y mostró su «alegría por saldar al fin una deuda que el concejo tenía con los vecinos de La Estrada». Losa, por su parte, quiso remarcar «la importancia de eliminar este tipo de barreras», algo que según la delegada, «forma parte del plan del Ministerio de Fomento para quitar todos los pasos a nivel de ferrocarril».

El mismo día, La Voz de Asturias se hacía también eco de tal histórico acontecimiento de esta manera y con el titular El puente que une por fin a Corvera:
"Las localidades de La Estrada y Las Vegas, en Corvera ya cuentan con un paso a nivel elevado que elimina la barrera ferroviaria que les separaba, gracias a una actuación de cerca de medio millón de euros, costeados íntegramente por Estado, a través de ADIF
Las instalaciones, que incluyen dos ascensores que conectan con una pasarela sobre las vías del tren, han sido inauguradas este viernes por la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, y el alcalde del municipio, Iván Fernández. 
Desde que se construyó la vía, los barrios de La Estrada y de Las Vegas habían permanecido separados por esta barrera que además supone un serio peligro para las personas que cruzan diariamente. 
Losa ha destacado la peligrosidad de ese paso, dada la gran velocidad con la que circula el tren y ha indicado que este proyecto forma parte del plan del Estado de ir eliminando todos estos pasos de ferrocarril. 
Por su parte, el alcalde ha dicho que es un día de felicidad y de alegría «porque, por fin se salda una deuda histórica que teníamos con los vecinos de La Estrada que estaban aislados por el tren»

Y aquí, dos de las casas de los tiempos anteriores a Ensidesa, de aquella antigua aldea caminera cercana al puente germen de Les Vegues actual. En aquellos tiempos había ya en Les Vegues dos ejemplos de la incipiente industrialización de la comarca, como el taller de vidriería artística fundado hacia 1925 por el indiano Víctor Py Rapp y una teyera o fábrica de tejas y ladrillos, propiedad de la familia Maribona, que cerró poco antes de la Guerra Civil y que trabajaba con la tierra arcillosa de la entonces no edificada ribera


No mucho más lejos, pero ya en Villalegre, estaba El Martinete, aún más antiguo, fundición de cobre fundada en 1755 y que suministró a los célebres caldereros de Miranda, también de Avilés, artesanos que realizaban migraciones periódicas fabricando y vendiendo enseres domésticos, principalmente de cocina, con este metal


Estas dos casas y cobertizo han sido dejadas con la fachada a piedra vista, con lo que su aspecto arcaico, aunque restaurado, contrasta con los edificios de pisos de la Avenida Principado


Conforman los números 12 y 14 de esta avenida y frente a ellas sigue la acera cuesta abajo en dirección a La Casa de Postas y el puente del Arlós, puerta de Avilés por Villalegre


Aquí sí que podemos encontrarnos con un tráfico intensísimo, pero como travesía urbana que es, los semáforos regulan los cruces y evitan que los vehículos circulen a velocidad, lo que, junto con las aceras, nos permiten caminar seguros, incluso si queremos cambiar de acera si deseamos. Aquí a la derecha estuvo antaño el Cine Los Campos, que después fue el Taller los Gemelos


Si bien los trayectos urbanos-industriales no son la esencia que los peregrinos suelen buscar en los caminos, también forman parte de él y tienen su historia, metro a metro, como bien estamos comprobando



También nos ofrecen la posibilidad de servicios y compras para avituallarnos o de enseres que necesitemos para continuar rumbo. El Camino del Norte es una continua alternancia de grandes espacios urbanos con otros más pequeños y muchas zonas rurales, incluso agrestes y a veces selváticas, en un contraste magnífico. A la derecha, un supermercado y, seguidamente, el  Mesón OBradoiro


A partir de aquí vemos algunas viviendas construidas en los años 1950, coincidiendo con el gran despegue industrial siderúrgico, por lo que son otro testimonio muy importante de la historia de Les Vegues desde su desarrollo urbano-industrial, que resumen Fermín Rodríguez y Rafael Menéndez en Construyendo la ciudad:
"Las antiguas vegas y campos de Corvera acogieron en la segunda mitad del siglo XX a miles de nuevos residentes, atraídos por la oferta de trabajo del polo industrial surgido alrededor de la ría de Avilés. Así se transformaron rápidamente en núcleos urbanos periféricos a la centralidad avilesina que, rodeada por el anillo de fuego de las grandes industrias, permitía ocupar las aureolas inmediatas a manera de capas de un peculiar hojaldre fabril, donde se intercalaban láminas de industria con poblados residenciales. La presión ejercida por el tiempo fue compactando el milhojas territorial, cohesionando el conjunto urbano e integrándolo en la joven aglomeración metropolitana, nacida con los fuertes cambios que conmovieron al sistema industrial tradicional durante las dos décadas finiseculares de desconcierto."

Algunas se conservan, pero otras se derribaron posteriormente para levantar nuevos edificios ya desde la década de 1960, conservando la estructura abigarrada que tanto contrasta con la diáfana y abierta que vimos en La Cuesta los Campos. De aquí parte, yendo en dirección contraria a nosotros, el trayecto La periferia de Avilés dentro del concejo de Corvera. Propuesta de itinerario, de Alfonso Suárez Rodríguez:
"El recorrido comenzará en el barrio de Les Vegues, localidad más poblada de este territorio y del concejo de Corvera y engarce directo con la restante trama urbana de Avilés. Con 7275 habitantes (según cifras del INE, en 2019, casi la mitad de la población total del concejo), este barrio sufrió una transformación radical a partir de la década de 1950, motivada por la instalación de la fábrica siderúrgica de ENSIDESA que, al igual que en el resto de la villa portuaria y su comarca, atraería una fuerte oleada inmigratoria. Debido a ello, lo que antes era apenas un pueblo se ve convertido en pocas décadas en toda una entidad urbana, en forma del típico barrio bloque de la época del Desarrollismo franquista (años 1960-1970), en el que el principal agente urbanizador sería el Estado a través del Instituto Nacional de la Vivienda. 
En este primer tramo, por tanto, se pone de manifiesto un espacio denso, de estrechas calles y manzanas cerradas, donde la carencia de un planeamiento urbanístico todavía se deja entrever en los contrastes entre pequeñas viviendas unifamiliares y elevados bloques residenciales. En numerosos puntos, además, se observa una fosilización de elementos propios de su antiguo pasado rural, en los que se denota un distinto grado de conservación de la arquitectura popular y el patrimonio etnográfico (muy mala en la Venta de Villalegre, deficiente en los hórreos de casa Xunceo, correcta en la casa de corredor al pie de la avenida Principado), así como algunas piezas urbanas degradadas (espacio de las Quintanas del Chacón, calle Estebanina)"

A nuestra derecha, en los bajos de este edificio, están la Panadería la Masera, y el Café Bar Migoya, otros establecimientos que pueden ser especialmente útiles a los peregrinos cara a su alimentación y su aprovisionamiento. Seguidamente está el bazar de La Estrella, estrechamente vinculada en su nombre a la historia del comercio local



A la izquierda, el edificio de Corvera Automoción, su emplazamiento en la que durante mucho tiempo fue la principal vía de comunicación de Avilés con la capital de Asturias, el interior y la meseta favoreció la creación de talleres relacionados con el automóvil, aquella antigua aldea "Hoy dispone de entidades bancarias, comercios, bares y restaurantes y varios talleres de reparación automovilística", enunciaba el Diccionario geográfico de Asturias en 1998


Seguidamente, y en la esquina con la calle Sebastián Miranda, otro edificio de la primera expansión urbanística de Les Vegues, el donde estuvo el comercio de ultramarinos y mercería La Estrella, nombre que ahora enfrente y al otro lado de la calle lleva la tienda-bazar que acabamos de reseñar, así como, no muy lejos de aquí, en la calle Jovellanos, la Carnicería La Estrella


El edificio se conserva tal y como era, incluso con el letrero pintado en la fachada. A su derecha, en otra casa de época, el comercio de ultramarinos La Tiendina, "tienda de ultramarinos tradicional donde se puede comprar pan, pasteles,frutas, hortalizas, patatas. fiambre, embutidos, periódicos, productos de droguería", como leemos en su página.


A la derecha estaba, en el bajo del siguiente edificio, el Bar El Lugarín, en la esquina de la Avenida Principado con la calle Arlós


En la siguiente esquina, llamativa casa en chaflán, construida por un emigrante a Cuba y en cuyos bajos estuvo la Ferretería de Ovidio y Tina, que antes fue de Jesús y Rolis y primero aún de Nazario. Luego pasó por otros dueños y negocios. A la izquierda estuvo Bodegas Taranco


Más bloques de pisos a la izquierda, todos con bajos comerciales, hacia las calles Alejandro Casona y, al fondo y junto a la Casa de Postas, la calle Estebanina



En medio de los bloques, una vivienda unifamiliar con jardín, se trata de un chalet construido en 1954, es decir, cuando Ensidesa estaba en fase también de construcción pero no todavía con actividad, por lo que sería una de las primeras casas construidas con la implantación siderúrgica, cuando esto seguiría siendo una aldea


Seguimos observando esta variedad de contrastes entre espacios edificados con diferentes criterios urbanísticos. Son construcciones que nos ofrecen en su arquitectura un compendio de la historia de Les Vegues de los últimos cien años o más, pues al fondo la Casa de Postas o Venta Villalegre figura como construida en 1880, cuando la carretera ya llevaba unas tres décadas y pico hecha pero aún quedaban diez años para que se inaugurase el ferrocarril


Seguidamente al taller son las naves de más talleres de reparación de automóviles, el segundo el de Fernández Taboada


A la izquierda es el Bar Páramo grupo de construcciones es muy importante también, pues ya estaba en pie antes del boom urbanístico acontecido con la llegada de Ensidesa

Foto: Las Vegas a través del tiempo

En esta foto del grupo Las Vegas a través del tiempo podemos comprobarlo. Ahí a la derecha están los talleres y el bar y, a la izquierda y un poco más adelante, la Casa de Postas, con su largo corredor. No está edificado ninguno de los actuales edificios del barrio ni tampoco de Villalegre ni de La Luz, cuando La Xungarosa eran todo prados monte arriba hacia la ermita


Del bar Páramo, que última vez que pasamos vimos cerrado, decir que, como la Casa de Postas, aparece como construido en 1880, si bien es posible que se trate en ambos casos de una fecha aproximada y que sea aún anterior


Se trata de una casa tradicional de corredor, entre cortafuegos, en la que una reseña en Tripadvisor resume cuales eran sus especialidades y filosofía gastronómica:
"Pulpo, lacón, pimientos de padrón, oreja y cuatro cosas mas. Tasca de mantel de papel y vino Ribeiro. La calidad de la comida buenísima y muy barato pero pijerías las justas. Muy recomendable en mi opinión y sabiendo a lo que se va."

Y, al lado, de nuevo 'el contraste', las altas torres de pisos a ambos lados de la calle Primero de Mayo, nombre que nos recuerda lo que escribió de Les Vegues el escritor Manuel Vázquez Montalbán, " tiene forma de barrio resistente, de barricada hecha con mano obrera y corazón de lucha… Algo tienen estos barrios que, sin querer, acabas apretando el puño"


En el segundo de estos edificios gemelos se encuentra el Bar Peñalver. Al fondo vemos los primeros edificios de Villalegre, ya en Avilés, destacando la torre de la calle Santa Apolonia, por la que viene, entrando en Corvera, Marcos Palicio, en dirección contraria a la nuestra, y plasmando sus impresiones al comenzar su artículo El genoma urbano:
"La avenida de Santa Apolonia atraviesa el río Arlós, que baja casi invisible, encajonado entre los edificios, y al otro lado la ciudad sigue. Sin separación ni alteraciones evidentes del paisaje urbano, nadie diría que no sigue en Avilés si no fuera porque en el centro del puente hay un cartel que le ha cambiado el nombre. Ahora la calle se llama avenida del Principado; esto ya no es Avilés ni su concejo y, aunque la transformación haya podido pasar desapercibida al ojo despistado del forastero, al cruzar a esta orilla ya está en Las Vegas y en Corvera. El portal número 44 de la avenida del Principado corverana sucede casi inmediatamente al 169 de Santa Apolonia avilesina. Al pasar el límite han cambiado la forma de algunas farolas y el color de los semáforos, que aquí son amarillos y cuentan hacia atrás los segundos que quedan para el verde de los peatones, pero la sustancia urbana permanece. El indicador de entrada en Las Vegas señaliza una frontera imperceptible entre poblaciones y municipios, una linde que contiene en su falsa invisibilidad a la vez la razón de ser y un problema para esta orilla que no quiere confirmar la apariencia física de ser solamente una «barriada» de la gran ciudad contigua."

Y aquí a la izquierda y en terrenos corveranos y de Les Vegues, está el edificio conocido como La Casa de Postas, "en evidente estado ruinoso", nos dice Alfonso Suárez Rodríguez en La periferia de Avilés dentro del concejo de Corvera , añadiendo que "La construcción ha sido objeto de numerosas tensiones entre colectivos conservacionistas, partidarios de su restauración, y la corporación municipal, que ha valorado su demolición para proceder a una reurbanización del degradado entorno en que se encuentra"


Efectivamente, desde hace muchos años ya se plantea el debate entre derruir esta casa y urbanizar su solar o restaurarla como uno de los escasos ejemplos de la historia del lugar y elemento histórico de esta vieja Carretera de Castilla. El Doctor en Historia por la Universidad de Oviedo Jesús Antonio González Calle publicó un amplio reportaje sobre ella en La Voz del Pielgu que compartimos enteramente aquí:
Descripción e interpretación del edificio 
El número 17 de la Avenida del Principado constituye un edificio de dimensiones relativamente notables, lo suficiente como para que se le pueda aplicar el calificativo casona, ya de por sí significativo, con el que ha aparecido, por ejemplo, en la prensa reciente (1).  
Ocupa un solar cuadrado y el alzado consta de una estructura cúbica articulado en dos plantas (una baja y otra alta). Ofrece fachada por sus costados norte, este y sur, hallándose adosada por el oeste a unos edificios posteriores. 
De este modo, la fachada norte ofrece en el piso inferior una puerta y una ventana adinteladas, construidas con sillares de piedra gruesos y bien labrados, y con un sólido antepecho de sillería bajo la ventana. Entre ambas, en el centro, hay otra puerta que parece producto de una refacción a mediados del siglo XX vinculada a los locales comerciales que ocupan parte de la planta baja (concretamente una peluquería y un quiosco, a los que se vinculan respectivamente la ventana y la puerta de sillería antes descritas); a pesar de ello, se trata de una reforma muy discreta que en muy poco afecta a la composición de la fachada y que no hace sino prolongar en el tiempo el uso comercial que debieron tener estas dependencias desde la construcción del edificio, en tanto que éste pudo haber sido en su origen una venta o posada. En cuanto a la planta superior, ofrece un esquema muy propio de las construcciones populares de los siglos XVIIXVIII: sobre una cornisa que separa visualmente la planta superior de la inferior, se abre un balcón sin voladizo, con balaustres de madera torneada, flanqueado por dos ventanas cuadradas apoyadas sobre sólidos antepechos de silleria (2). Tanto la cornisa que distingue las dos plantas del alzado, como la obra de sillería vista de los antepechos y de los propios vanos, o la simetría que preside y equilibra toda la composición, son elementos conscientemente dignificadores de la construcción, que sigue así ciertos rasgos de la arquitectura culta y nobiliaria. De este modo, la fachada norte de este edificio, la más “pública” en tanto que es la que da directamente a la calle, se nos presenta como una fachada sobria pero ordenada, sólida, simétrica y solemne. 
La fachada este se orienta hacia una pequeña corrada cerrada por un elevado muro de mampostería, y presenta un gran contraste con la antes descrita. En el ámbito de privacidad que proporciona la corrada se vuelcan los rasgos arquitectónicos genuinamente populares. La solemnidad mostrada hacia la calle en la fachada anterior da paso aquí a un elemento tan dinámico como la solana de madera que recorre toda la planta superior de la fachada este. La solana consiste en un corredor techado con balaustres torneados de madera., y se trata de un elemento que se generaliza en la arquitectura tradicional asturiana, tanto en casas como en hórreos y paneras, a partir del siglo XVII en base no tanto a cuestiones estéticas sino a una necesidad funcional: el secado del maíz, cultivo entonces recientemente importado de América y que se generaliza rápidamente en Asturias entre los siglos XVII-XVIII. Pero lo que, como decimos, es un elemento en principio funcional, pasa a ser a la vez un elemento estético que proporciona nuevos volúmenes a las construcciones, dotándolas así de un mayor dinamismo, complejidad y riqueza. Por lo demás, los vanos siguen presentando obra de sillería, pero no de manera tan masiva como en la fachada norte, ya que en definitiva las dos fachadas, aún perteneciendo a un mismo edificio y una misma época, ofrecen un carácter y unas pretensiones totalmente distintas: sobriedad, solidez, orden en la fachada norte, volcada hacia lo público, y funcionalidad y espontaneidad popular en la fachada sur, volcada hacia lo privado. 
La fachada sur se orienta hacia lo que en su día debieron ser prados o huertas. Presenta una construcción mucho menos sólida que cualquiera de las dos anteriores, y presenta varios vanos irregularmente repartidos y que parecen abiertos y reformados en distintas épocas, destacando tan sólo los indicios de un antiguo balcón sin voladizo convertido en ventana y que probablemente establece un eje con el situado justo en el extremo opuesto del edificio, en la fachada norte. Esta fachada sur obedece a un claro concepto de fachada trasera: al no dar a la calle ni a la corrada carece tanto de elementos estéticos como funcionales destacables. Predomina pues, la espontaneidad unida a cierto descuido, lo que ha repercutido en que sea la fachada menos sólida, más alterada y con mayor riesgo de ruina. 
Por lo demás, resta referirnos a la cubierta, con tres vertientes que se corresponden con las fachadas, y que descansan en aleros consistentes en varias hileras de tejas superpuestas, solución constructiva que parece haberse generalizado en el siglo XVIII. 
Cronología del edificio 
El nº 17 de la Avenida del Principado es un edificio paradigmático en un doble sentido: por sí mismo y por el entorno en el que se ubica. 
De este modo, en sí mismo, se trata de una interesante muestra de arquitectura popular, indicadora de las condiciones de vida de los sectores más acomodados del campesinado asturiano de finales de la Edad Moderna (siglos XVII-XVIII). Ofrece dos fachadas especialmente interesantes (la norte y la oeste) que representan diversos matices de la mentalidad campesina de la época llevada al campo de la construcción. Cada fachada, como ya se ha señalado, sugiere mensajes distintos al observador: así, de cara a la calle, al mundo exterior, a lo público, el edificio denota intencionadamente orden, armonía, solidez (una solidez estética que implica una solidez económica por parte de la familia propietaria), todo ello no exento de sobriedad; por otra parte, de cara al ámbito privado, al interior, el protagonismo visual es el de elementos tales como la solana de madera, que a la vez son funcionales (secado del maíz), de recreo, y estéticos (por el añadido volumétrico que supone para el edificio); finalmente, hay una fachada, la menos interesante y menos a la vista tanto de la calle como de los propios habitantes de la casa, que por todo ello obedece al concepto de fachada trasera. De este modo tres fachadas diferentes que suponen tres mensajes diferentes y simultáneos que atañen a la mentalidad del campesino del Antiguo Régimen, no siempre tan fáciles de encontrar en un mismo edificio. 
En cuanto al entorno en que se halla, independientemente de que el edificio tenga mayor o menor empaque, lo cierto es que no cabe duda que se trata de uno de los escasos vestigios que quedan en el barrio de Las Vegas, el más populoso de Corvera, de la arquitectura anterior a la industrialización del concejo a mediados del siglo XX. Uno de los escasos vestigios y además y de forma clara, el más antiguo, pues los demás, o están muy reformados (caso de las Quintanas de Chacón, situadas inmediatamente detrás del edificio que nos ocupa) o son ya del siglo XIX, y sin que con ello se los desprecie, pues por calidad estética o histórica, sería lamentable la pérdida de la casa conocida como La Perseguida o la casa-molino de una familia indiana de tanto arraigo histórico en el barrio como los Py. Se quiera o no, este escaso elenco de edificios es todo lo que queda del pasado de Las Vegas y lo que todavía da una nota de color y tradición en medio del impersonal y densificado paisaje urbano del barrio (4). En cierto sentido, el nº 17 de la Avenida del Principado cabe considerarlo, en unión a otros mucho mas reformados y menos interesantes desde el punto de vista estético o arquitectónico, como una prolongación de las denominadas Quintanas de Chacón, denominación tradicional y popular donde las haya, pues hasta mediados del siglo XX era el que distinguía la parte corverana de Villalegre de la avilesina, hasta la imposición final del topónimo Las Vegas.  
Por otra parte, no podemos finalizar sin una hipótesis de trabajo que subrayaría la singularidad del nº 17 de la Avenida del Principado. Así pues, cabe la posibilidad de que este edificio se corresponda con la “Venta de Villalegre” que figura en un mapa de finales del siglo XVIII. Se trata de un mapa que representa exclusivamente el concejo de Corvera, y en el punto en que parecen confluir la carretera de Avilés a Oviedo con otra que se dirige hacia Molleda (y que tal vez sea la subida a La Estebanina) se sitúa la referida “venta de Villalegre” y, como se sabe, hasta mediados del siglo XX como Viialegre se conocía tanto la Villalegre actual como Las Vegas (5). La ubicación del nº 17 de la Avenida del Principado, situado estratégicamente en el punto preciso entre la carretera de Avilés a Oviedo y la Subida a la Estebanina, las dimensiones de este edifício, el probable uso comercial que puede haber tenido desde siempre la planta baja, y el hecho de que la casa parece haber estado un tanto aislada de las tierras de labor que hubiera en su entorno inmediato (las puertas al exterior y la corrada ofrecen solamente acceso a la carretera) son, en principio, criterios racionales para la identificación de dicha venta, extremo que habría de confirmarse mediante el estudio laborioso de fuentes documentales de la época tales como protocolos notariales o, muy especialmente, el catastro del marqués de Ensenada (1752). 
Por todo ello, el que suscribe estas líneas considera el edificio nº 17 de la Avenida del Principado lo suficientemente digno y representativo de una forma de arquitectura tradicional y de la historia del barrio donde se ubica como para ser respetado y conservado. Y para que conste a los efectos oportunos, lo firmo en Las Vegas (Corvera de Asturias), a 4 de julio de 2003. 
Jesús Antonio González Calle 
Notas 
(*) Jesus Antonio González Calle es ademas autor del libro Historia de Corvera de Asturias y su área (Corvera.1996), y del artículo “Horros y paneres decoraos nel conceyu de Corvera”, publicado en la revista Asturies (nº 14. diciembre de 2002). 
(1) La Nueva España (30-6-2003), p. 10. 
(2) Esquema que se repite, por ejemplo, en la planta superior de las casas nº 23.25 y 27 del tramo fmal de la calle Galiana de Avilés, si bien en estas construcciones hay más detalles de estilo (como molduras “de oreja” en los ángulos de los vanos) que las acercan más a la arquitectura culta barroca. Por otra parte, al mismo esquema de fachada aludíamos en Historia de Corvera. página 184, cuando afirmábamos un modelo de “casa de estructura cúbica, de dos plantas (baja y superior) y una fachada principal simétrica muy característica, con (...) y balcón sin voladizo asimismo flanqueado por otras dos ventanas en la [planta] superior: las fachadas laterales ostentan en ocasiones solanas de madera. Se conservan aún numerosos ejemplos de este tipo de casa en Nubledo, Mora, El Portalgu (Cancienes), Capiellu (Villa). Candamo, Xuncéu (Molleda). Las Vegas, etc.“. 
Advertimos que al citar Las Vegas nos referíamos exclusivamente al nº 17 de la Avenida Principado. 
(3) La comparación no deja de ser sencilla si se realiza, por ejemplo, con los edificios inmediatamente adosados al que nos ocupa y que siguen una estética claramente decimonónica. Con ocupar una planta mucho menor, sus alzados, sus vanos, su obra de sillería, etc. son todos mucho más estilizados; la solana abierta ha dejado paso a la galería cerrada y acristalada. las ventanas cuadradas con antepecho de sillería han dejado paso, a su vez, a las ventanas rectangulares con antepecho de rejería metálica, etc. 
(4) Ejemplo de integración de un edificio tradicional en un marco urbano semejante al de Las Vegas lo tendríamos en el parque de la plaza principal de Posada de Llanera, donde en un parque delimitado por bloques de pisos modernos se ha preservado una casa que corresponde a la tipología mariñana tan propia de Llanera. 
(5) El mapa original se halla en la Biblioteca Nacional. ms. 7.295 folio 159, pero se halla reproducido en la página 3 del tomo 7 de la ampliamente difundida H istoria de Asturias (Salinas, editorial Ayalga, 1977).

Mapa: La Voz del Pielgu


Posteriormente a la venta caminera y parada de postas hubo aquí otros negocios, pues vemos un cartel de materiales de construcción y otro, sobre una puerta, que pone ZAPATERÍA, al lado hay otros dos edificios antiguos pero no tanto, con pinta de haber tenido también negocios en sus bajos



Bloques de pisos hacia la calle La Ñora, cuyo nombre revela alguna antigua ñora o presa del río, posiblemente para embalsar agua del Arlós para el funcionamiento de los antiguos molinos que molieron en su cauce



Uno de los molinos era la citada casa-molino de los Py, la familia del indiano Víctor Py Rapp que fundó el taller de vidrio artístico de este lugar, del que nada queda



A la izquierda dejamos la calle Armando Palacio Valdés, donde están el Café Géminis y, más allá, la Cafetería La Sastrería, reconociendo a lo lejos la arbolada ribereña del Ríu Arlós y la zona de La Serrería, recuerdo también de otra antigua industria, donde existe un puente peatonal

Nosotros seguimos de frente, cruzando la calle la Ñora para tomar el puente de la antigua Carretera d'Avilés, Avilés-Oviedo, luego Avilés-Puerto de Tarna, Carretera General o AS-17, que es aquí la Avenida Principado, la cual pronto dará paso a la de Santa Apolonia, al pasar dicho puente para entrar en Villalegre, concejo de Avilés










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