Vega desde el Camino |
Al oeste de la parroquia riosellana de San Esteban y tras dejar atrás el cruce de Abéu, el Camino Norte de Santiago, histórico Camín Real de la Costa, pasa al pie de El Forniellu y, tras dar vista al valle del Ríu Acebu en Barreu, baja al pueblo de Vega, admirando sus casas y barrios, que se extienden, escalonados y en ladera, entre el camino y su magnífico arenal, La Playa Vega, junto a la que pasaremos enseguida, la más grande del concejo, Monumento Natural de un kilómetro y medio de extensión y unos 300 de anchura de media según el flujo de las mareas, la cual conserva un importante conjunto dunar, Les Dunes, con su característica vegetación
Bajada a Vega desde La Cruz |
Luego de una corta cuesta al sur de Barréu, los peregrinos comienzan la bajada a Vega en La Cruz, un cruce de viejos caminos en el que hubo antaño una cruz de piedra, amparando esta encrucijada, parajes tenidos por especiales y sagrados desde tiempo inmemorial
El Camino, cuidado y acondicionado, es desde que empieza la bajada de La Cruz, de suelo de cemento con franja central de empedrado de cantos rodados. Prácticamente no tiene tráfico, ni siquiera en verano pues, pese a haber sido antaño el principal, en el que se unían el camín real procedente del riosellano arenal Santa Marina (Camino de Santiago Norte) con el que venía del vado de Lloviu, Sella arriba, y otros, en la actualidad el principal acceso al pueblo es la carretera RS-4, que desde la N-632 en Barréu cruza la foz o desfiladero de Entrepeñes (también Monumento Natural), y sale, desde el otro lado del monte El Calerón, aquí a nuestra izquierda, directamente a la playa por la gran vega que da nombre al pueblo, bañada por el Ríu Acebu en su desembocadura
La carretera llega en concreto a Vega por las casas de abajo, pasando por los barrios de El Molín (el del antiguo molino que funcionaba con el agua del Ríu Acebu), La Sapera, El Potril, La Pedrera, El Cantón y luego, por las casas de La Cecotilla y El Carrizal sigue a las de La Playa, junto a la misma desembocadura del río y en la entrada al arenal, donde el Camino cruza el Acebu por una pasarela que sustituye al viejo puente medieval, derribado en 1988 por una riada
La playa es de las más concurrida de Asturias en verano: ahí vemos llegar a ella la carretera, camino del puente. Vemos algo de Les Dunes y, a la derecha y más allá del puente, una casa blanca casi sobre la arena, Los Ángeles, cuyo bajo es alquilado para bar en verano. Más allá está, aunque no lo llegamos a ver aún, el Superman, bar que fue una institución en Vega, el primer hotel-pensión que hubo en el pueblo, que tuvo además un animado baile, cuyo dueño era el popular Pepe Viña, más conocido como Pepín el del Superman, apodo familiar basado en la afición por tan afamado superhéroe del cómic (al cine pasaría muy posteriormente a esto)
Nosotros además vamos a pasar por la casa de Superman, pues pasaremos delante de ella bajando a la playa por los barrios de La Sertal y La capilla, solar de la capilla de Santa María Magdalena, la patrona del pueblo, cuya romería del mes de julio es ahora, a pesar de la masiva afluencia de veraneantes, casi una fiesta familiar, pequeña pero muy acogedora y entrañable
Los campos situados justo frente a la playa, pasado el río, se habilitan como aparcamiento en verano, pero se tiene especial cuidado en preservar el espacio natural de las dunas, cuya abundancia de flora dunar hace de ella uno de los parajes de mayor interés botánico de Asturias. Se trata toda esa vega y ribera de una ancha llanura aluvial, que en la prehistoria fue un estuario, transformado, por la sedimentación, en un estuario fósil
Más, allá por donde el camín real conserva tramos de su antiguo empedrado, está El Cuetu les Xanes, donde cuentan las historias se aparecían estas ninfas asturianas de las aguas a las mujeres que iban a lavar la ropa al ahora restaurado lavadero del Güeyu Mar, que es también como se llama a la punta que cierra la playa por el este y además actualmente da nombre a un afamado establecimiento hostelero, enfrente del puente, donde estuvieron las antiguas escuelas. Les xanes, según la tradición común, no sólo en Asturias sino gran parte de Europa occidental donde haya leyendas de hadas similares, gustan de dar el cambiazo de sus hijos (el mito del niño cambiado) por los de las mujeres, que las acompañaban al lavadero, para que estas los críen, dado que según la tradición la xana no tiene leche para darles de mamar. Las mujeres terminan dándose cuenta pues los xaninos tienen la facultad de de hablar, o tienen todos los dientes aún siendo bebés, por lo que vuelven al lugar a reclamar la devolución del niño: "toma la to cría y dame la mía", "toma'l to sarnosu y dame'l míu hermosu", etc.
Por allí sube después el Camino a El Cuetu, subiendo a Berbes, donde la frondosa vegetación va tapando las cicatrices de las antaño muy activas minas de fluorita, cuya explotación comenzó en 1931, estratégico mineral, fundente de primer orden del acero, que llegó a exportarse a los dos bandos en la II Guerra Mundial y alcanzó su máxima producción en los años 1970 para seguidamente entrar en una paulatina crisis que hizo desaparecer estas explotaciones en la zona, a no ser el lavadero de Mina Ana en Torre, al sur de Barréu, el pueblo vecino, al otro lado de Entrepeñes
Parte de la playa, en concreto se dice que desde el lugar llamado Piedra Colorada al oeste, es de la vecina parroquia de Berbes, la última ya del concejo de Ribadesella/Ribeseya, si bien es cierto que, durante el llamado Trienio Liberal (1820-1823), perteneció al de Caravia
Más allá, al oeste-noroeste, el Cabu Llastres, al norte de Colunga, es una larga cuña-promontorio que se adentra en el mar, con sus famosos acantilados jurásicos de la Costa de los Dinosaurios y su puerto y pueblo de pescadores, antiguamente también de marineros mercantes, balleneros y corsarios, Llastres, inmortalizado por la famosa serie de televisión Doctor Mateo, en la que se le denominaba San Martín del Sella
Su topónimo viene de llastra, piedra lisa, grande y plana, abundante en sus cantiles y pedreros. Precisamente el río de La Llastra es el límite occidental de su parroquia, frontera entre los concejos de Colunga, al que pertenece, y el de Villaviciosa, parroquia que abarca también al pueblo de Lluces, arriba, en La Rasa, este de tradición agrícola-ganadera, que secularmente se complementaba con la marinera-pescadora de Llastres
La población se asentó en una ensenada natural que el cabo protege de los vientos del norte, fondeadero en el que hubo astilleros y carpinteros de ribera. Sus casas se construyeron en un lugar en el que el acantilado pierde su verticalidad. Las señales más antiguas de poblamiento aparecen en el periodo neolítico-megalítico, con las necrópolis tumulares de La Rasa de Lluces y en la Edad del Bronce, a manera de tres hachas votivas localizadas una en dicha rasa o llanura litoral y las otras dos registradas en su hallazgo como de la parroquia de Llastres en general.
Posteriormente a ello, el precedente poblacional que podríamos calificar como urbano, al menos localizado hasta ahora, estaría más al sur, en el castro astur de La Villeda, al otro lado de la Playa la Griega (de briga, fortaleza, nada que ver con ninguna griega), que aún no llegamos a ver desde aquí, si bien toda la ensenada debió ser un fondeadero natural desde los tiempos de las lejanas navegaciones atlánticas ya atestiguadas en la prehistoria
Lo que sí vemos es, al oeste de esa playa, y entre ella y Llastres, los acantilados de La Peña'l Quesu y La Punta los Estudiantes, bajo El Cantu l'Arenal y arriba, en El Monte la Salú, el gran edificio del MUJA, el Museo del Jurásico de Asturias, popularmente llamado de los Dinosaurios, donde se muestra la riqueza de hallazgos de aquel apasionante periodo de la historia de la Tierra, cuando los grandes saurios dominaban el planeta y cuyos restos, sobre todo sus huellas o icnitas, abundan en estas costas.
Más a la derecha, la Playa de Llastres, al pie de los acantilados, donde desemboca el Ríu Frayón o Astuera, relacionado este con astures y el topónimo Asturias. Esta playa está separada, por la Punta'l Caballu, de la del Escanu, al lado del puerto y al pie de la población, que fue su primer embarcadero, muy bien resguardada
El largo (y ancho) brazo de tierra acantilado del cabo proporcionaba esa seguridad, pues se adentra bastante en el Cantábrico, haciendo una barrera natural contra temporales y galernas que se prolonga desde L'Escanón y La Punta Miseria, al norte de Llastres, hacia Les Llastres de La Cotariella, El Pedreru de Llimixide, El Pintu, La Piedra'l Rayu, La Teyosa, El Talameru, La Vaca, El Teyadín, y por fin el extremo final, El Cabu Llastres propiamente dicho, sobre el que se construyó en 1994 El Faru Llastres, o Faru Lluces, que hasta el momento es el último construido en Asturias (balizas portuarias aparte que eso es realmente otra cosa)
Por los restos localizados del tiempo de Roma esta comarca costera fue intensamente romanizada a partir de sus estructuras y poblaciones indígenas, como vimos en El Forniellu. La existencia de enclaves portuarios en esa época como el Portus (precedente de Ribadesella/Ribeseya) y, especialmente por su importancia y cercanía a Llastres, el de La Isla, delatan la actividad portuaria de esos embarcaderos naturales al abrigo de rías y cabos
Hay quien a querido ver en Llastres la Noecantrum de Agrippa en los tiempos en los que la flota de Aquitania desembarcaría en este litoral para atacar a los cántabros y los astures por retaguardia. Más seguro parece que una de las calzadas romanas que llevan el nombre de este general (Marco Vipsanio Agripa), tuviese un ramal que, desde Las Landas de Aquitania aprovechase, el camino natural prehistórico entre la Cordillera Cantábrica y el Mar, para la vía Ossaron-Brigantia (Irún u Oyarzun a Betanzos o A Coruña), precedente del Camín Real (del reino, del Estado, público) que a lo largo de la costa enlazaría todos estos enclaves, uniéndose también a los caminos del interior, entre los puertos húmedos, del mar, a los puertos secos, los pasos de dicha cordillera, al sur, las principales vías de comunicación hasta la construcción de las primeras carreteras, precedentes de todas las rutas seculares, incluidas las de Santiago, pues por supuesto eran las que escogían los peregrinos, el precedente, en este caso que nos ocupa, del Camino de Santiago, este llamado tradicionalmente de la Costa, como lo fueron el camín real y luego la primera carretera, pero que técnica y burocráticamente en la moderna nomenclatura institucional jacobita parece haber cambiado a Camino Norte
Llastres ya en el siglo XIII era célebre por sus pesquerías, que dotarían, entre otras villas y lugares, a la Puebla de Colunga, constituida como tal población aforada en algún momento antes de 1274, cuando se la menciona por primera vez, a la cual, además de sus respectivos fueros comerciales, administrativos, políticos, etc. para ella y sus habitantes, se la declaraba cabeza o capital de un alfoz al que pertenecía Llastres, libre, teóricamente, de poder feudal nobiliario y monástico, precedente del actual concejo
"La instalación portuaria soportaba el tráfico mercantil -que combinaba el comercio marítimo y la práctica arrieril hacia el interior- y, sobre todo, una intensa actividad pesquera, que generaba otras labores artesanales subsidiarias (escabeches, salazones, tonelería, etcétera). Los pescadores de la localidad situaban en un lugar preferente entre sus múltiples faenas la peligrosa captura de la ballena. Según R. Baragaño, en el siglo XVII la flota de Lastres rondaba la treintena de embarcaciones. El mismo autor informa de que al sur del puerto había unas ruinas que correspondían a una antigua casa de las ballenas. En 1622 Luis de Valdés venía a asegurar, no sabemos si exageradamente, que Lastres era el puerto ballenero más importante de Asturias. Lo que sí es seguro es que para entonces la localidad costera constituía, con mucho, la mayor entidad de población del concejo."
Llastres, con sus casas blancas resaltadas en la falda de la ladera bajo La Rasa de Lluces, destaca como un faro en la lejanía. Tanto la población como su faro serán a partir de ahora una de nuestras referencias geográficas y visuales camino de Berbes, Caravia y Colunga
Es esta una estampa que, por su belleza, es fotografiada hasta la saciedad por peregrinos y senderistas que se encuentran en este lugar con esta maravilla del paisaje
Los prados de extienden en cuesta a nuestra izquierda hasta casi la corona de El Cuetu, donde el arbolado forma un bosque. Llamado también El Cuetu l'Aspa, ahí estuvieron algunas de las minas de fluorita de Berbes: Cuetu I, Cuetu II, Cuetu Norte y Busteriza. La minería de espato flúor, su nombre comercial, llegó aquí con el empresario minero Celestino Menéndez en 1931. Sin embargo, ya en 1802, D. Lope José Bernaldo de Quirós y Miranda el párroco de San Esteban advertía de su existencia, pues aunque aún se habían descubierto las cualidades del mineral, principalmente como fundente del acero (de ahí su interés estratégico), este llamaba la atención por su aspecto acristalado y muy colorista
Mucha gente de estos pueblos trabajó en estas y otras de las minas de la zona, que alcanzaron gran notoriedad durante la II Guerra Mundial, cuando llegó a venderse espato flúor a los dos bandos en conflicto. La producción siguió creciendo hasta casi la mitad de los años 1970, luego comenzó la crisis del sector, el crecimiento se detuvo y seguidamente cayó en picado. La muerte de cinco mineros en el trágico accidente de Foncaravia en 1982 agravó la situación, produciéndose una cascada de cierres de estas explotaciones hasta su extinción, quedando únicamente en actividad Mina Ana, al lado de la N-632, pero como lavadero del mineral procedente de otras minas
"A nuestro modo de ver estos topónimos deben explicarse por la palabra toda vía en uso, mortera, con que se alude al terreno de pasto, propiedad comunal, que queda acotado durante determinados períodos del año y al que sólo se puede acceder para disfrute colectivo, previo acuerdo tomado en xunta de vecinos que es quien fija el día de la derrota o de la irrupción de ganados en la mortera. La derrota se explica desde DERRUPTAM, participio del compuesto dirumpere ‘romper’ y bien merece el nombre porque en realidad se quebraba el cierre que impedía el acceso al pasto.Según esto creo que habría que pensar en la imagen que a nuestros paisanos ofrecieron unos terrenos que no podían aprovecharse durante una época del año. En realidad muy bien pudieron haberlos denominado (PASCUA) MORTUARIA ‘pastos muertos’ > mortera porque se trataba de verdaderos pastos muertos o sin aprovechamiento durante un largo período de tiempo. El hecho de que hoy en algunos concejos no se recuerden estos usos tradicionales no quiere decir que no hayan tenido vigencia en épocas antiguas cuando se formaron los topónimos"
"A propuesta de Pedrayes se adoptó el círculo repetidor de Jean-Charles de Borda para la medición del arco de meridiano que va de Dunquerque a Barcelona y que había de servir de base para la división del cuadrante de la circunferencia terrestre en diez millones de partes, y una de éstas sería el metro, que en griego quiere decir medida."
"Vigía cantábrico, desparrama sus casas por la ladera y parece recordar con indolencia lejanas hazañas balleneras. Hay que desviarse un poco delCamino,perono esposible renunciar a la visita. Además, cuando el siglo XVIII finalizaba, un vecino don Bernardo del Castillo, habilitó una de las casas de la villa como hospital de transeúntes y mantuvo, de su exclusivo pecunio, siete camas y una guardesa. El peregrino que tenía dificultades para hospedarse en el hospital de Colunga, podía probar aquí"
"Vega merece un capítulo aparte, por su bien acondicionada calle principal, por sus hórreos, por sus trampantojos… El caminante se topa en el barrio de La Sertal con el albergue de peregrinos Tu Casa, que lleva la suiza, Marina Ferrari -curiosamente, los tres albergues privados que han abierto sus puertas al peregrino en Ribadesella, dos en Cuerres y uno en Vega, están regentados por extranjeros-. Llama la atención el que Marina haya tenido que poner en la puerta, junto a una campana bien visible, un cartel que dice: “Para llamar, campana. Ding, dong”. Estoy seguro que algunos seguirán utilizando los nudillos."
"El corredor de madera es un elemento que se encuentra reiterativamente en casas repartidas por toda la región asturiana: por su ubicación. disposición y diseño son posibles múltiples alternativas en la composición de fachada de las viviendas y servicios que adoptan esta solución constructiva. Determinados tipos de corredor predominan en área s concretas. unas veces de forma tan clara que caracterizan por completo su arquitectura. como es el caso del corredor volado diáfano en concejos centrales. mientras que en otras áreas coexisten dos. tres o más tipos de corredor -por ejemplo volados. sobre machones y entre muros cortafuegos en concejos costeros o o incluso es la importancia que adquieren sus cerramientos el denominador común más evidente."
"El corredor se desarrolla a lo largo de toda la fachada principal de la casa, cerrándose sus laterales por la prolongación de los muros piñones, en los que encajan o apoyan las carreras sustentantes de aquél. Estos muros, denominados cortafuegos, protegen lateralmente del viento y de la lluvia tanto el zaguán como el corredor. Se consigue con esta composición una lectura similar a la que proporciona el corredor sobre machones; en ambos casos toda la fachada es un espacio de transición entre el extetrior y el interior."
Una panoya tiretey nun me fixisti casu;ya verás como te quedaspor siempre pa vestir santos
Alégrate vaqueirinaqu'esti añu hai bon maíztengo yo una panoyonabarbada pela raíz
El cantar de la panoyayá nun se puede cantarporque dicen qu'echa multael guardia municipal
Grandioso caserón, con altísima fachada de piedra, según llegamos ahora al barrio de La Capilla
Enorme casa de tres plantas, restaurada de manera impresionante. Ahora, a diferencia de antes, se valora dejar las fachadas con la piedra a la vista. Antes se encalaban para evitar humedades. Admiramos especialmente los vanos adintelados con piedra de sillería, al igual que las esquinas
"Durante más de 20 años he estado desempeñando trabajos en empresas de hostelería de la zona. Esto me ha permitido conocer en primera persona lo que el visitante desea. Mi ilusión era poder ofrecérselo personalmente, en mi propia casa ruralAl adquirir el terreno junto con la antigua vivienda, de casi cien años, se me planteó la posibilidad de afrontar este reto de una manera autónoma. Con los medios de los que disponíamos hemos ido reformando y adecuando la propiedad al uso familiar pero teniendo siempre presente la posibilidad de alquilar las habitaciones.Me complace ofrecer a visitante una estancia agradable y económica, en la que disfrute de la casa y del maravilloso entorno"
En el túnelo del arco, más leña apilada, y calle abajo otro hórreo, este sin corredor
Al fondo, El Cuetu, por donde prosigue el camino rumbo a Berbes y Caravia. Abajo los barrios de la vega, en la carretera, donde hay más alojamientos rurales
Al otro lado del pasadizo volvemos la vista atrás y vemos el arco en todo su esplendor, al lado de esta casa de corredor
Y este es el hórreo. Aunque tenga seis pegollos y en contra de la creencia popular lo que lo diferencia con una panera es la estructura, pues la de la panera tiende a ser rectangular y su tejado en vez de uno, tiene dos picos, moños o cantapaxarinos. Este lo que tiene son unos cuantos tentemozos, estos palos que apoyan el peso del alero saliente del teyáu o tejado
Y así llegamos a la ermita de La Magdalena, construida en el año 1922 sobre otra más antigua de 1772. A su derecha nos unimos con el camino señalizado
Nos asomamos a ver el interior. Aunque esté cerrado desde la puerta puede verse. Fijémonos en el arco de medio punto de la portada y, sobre las alas de la puerta, la viga con el nombre MARIA MAGDALENA y arriba una composición que asemeja los rayos solares emergiendo al amanecer u ocultándose en el horizonte al atardecer. Todos confluentes en una media circunferencia, el sol, con una cruz de malta en su interior
Y en el interior, el altar con sus imágenes piadosas y, en las paredes, una exposición fotográfica de lugares y personajes de la historia de Vega. Estas exposiciones fotográficas ya eran glosadas por el corresponsal de El Comercio Juan García el 11-12-2013 en Vega rinde homenaje al pasado:
"El pueblo de Vega sigue rindiendo homenaje a su pasado. Lo hizo el último verano con una primera exposición de fotos antiguas dedicada a grandes grupos de vecinos y lo vuelve a repetir en este mes de diciembre con otra muestra compuesta por una treintena de reproducciones. La colección fotográfica permanecerá expuesta en la capilla de Santa María Magdalena hasta el último día del año. Esta vez, según explicó Amaya Aguirre, la muestra quedó dividida en cuatro grupos. Uno está dedicado a las mozas y mozos en tiempos de fiesta y romería. Otro se ha centrado en trabajos vecinales, prestando atención tanto a los que tienen que ver con las labores propias del campo como a las sextaferias relacionadas con el arreglo de caminos. El tercer grupo se fija en la chavalería de Vega. El cuarto y último en las familias. La selección se realizó a través de las aportaciones que la asociación de vecinos recibe a través de la página abierta en las redes sociales, «todo un éxito después de un año de andadura».Todas las fotografías llaman la atención, pero a Amaya Aguirre quiso destacar dos en particular. «Una en la que se ve a un grupo de vecinos trabajando en el arreglo de caminos con unas mazas llamadas porrillos y otra hecha en El Castañeu en la que se aprecia que aún no estaba construida la carretera de acceso al pueblo», explicó. La muestra se inauguró el pasado sábado con un pincheo para los asistentes, una oportunidad más para reunir a la vecindad de Vega, repartida en sus diferentes barrios de La Serial en la parte alta, El Potril y La Sapera en la zona baja, La Pedrera en la carretera, El Carrizal camino de la playa o El Molín y El Castañeu. «Hay épocas del año en las que pasan los días sin que lleguemos a vernos, la exposición es una excusa más para reencontrarnos, recordar viejos tiempos y rememorar el pasado», añadió Amaya Aguirre, asidua veraneante familiar que decidió convertir el pueblo de Vega en su residencia definitiva.Los vecinos de Vega despiden el año viejo de esta manera y se aferran a las novedades que pueda traerles el año nuevo. Entre ellas, la esperada depuradora. La reciente visita del viceconsejero de Administraciones Públicas al concejo de Ribadesella dejó abierta la puerta a su ejecución a lo largo de 2014. La vecindad entiende que es una infraestructura muy necesaria, «sobre todo para acabar con los malos olores que durante el verano se originan en la zona donde desaguan las viviendas». Se trata de un pequeño rincón del río Acebo, el mismo que atraviesa el monumento natural de Entrepeñes para desembocar en una playa de dunas que forma parte del mismo espacio protegido. A pesar de su abandono, este arenal recibió la visita de 185.000 bañistas a lo largo del último verano. Sus habitantes y principales guardianes también esperan que de cara a la próxima temporada de baños se lleven a cabo las mejoras anunciadas desde el Ayuntamiento de Ribadesella. Entre ellas, la limpieza y desbroce de los espacios verdes que bordean las dunas y el acondicionamiento del camino adoquinado que se adentra en el área de servicios. De momento han comenzado trabajos de poda en la arboleda que envuelve el aparcamiento y de renovación del firme en algunos caminos de la localidad, actuaciones muy bien acogidas desde la Asociación de Vecinos de Vega"
"La localidad riosellana de Vega celebró ayer la fiesta de Santa María Magdalena en un ambiente muy agradable y familiar. A las 13.00 horas se celebró la misa en la capilla, que ofició José María Orviz, y seguidamente la santa salió en procesión, acompañada de una bandina tradicional. El médico madrileño afincado en Vega Carlos Jiménez Escolano pronunció el pregón, en el que glosó la figura de María Magdalena, antes de la sesión vermú y por la tarde hubo juegos infantiles, teatro y baile con "Nueva Sensación"
"Aunque huya del protagonismo como gato del agua, los dibujos que ha pintado en la fachada de su casa de Vega, en Ribadesella, llaman la atención de los viandantes de esa zona, muy transitada, además, por coincidir con el paso del Camino de Santiago. Su obra callejera la componen varios trampantojos, muy rurales y realistas, que desde lejos consiguen engañar al ojo del observador..."
"Aparte de las obras que ahora adornan el pueblin de Vega, Piti tiene numerosos cuadros («por ahí desperdigados»)y también es el autor de la fachada de la Iglesia de San Esteban de Leces, que imita los bloques de mármol de la fachada gótica del Palacio Ducal, en Venecia. Ahora, ya jubilado de su trabajo como funcionario, ha decidido llenar de pinturas el pequeño pueblo de Vega, empezando por su casa. Un trabajo que realiza solo y de manera íntegra «antes de pintar tengo que alisar la pared, para dejarla como un lienzo. Es un trabajo de albañilería y es lo que más me cuesta. Además, para hacer los dibujos debo pedir autorización a Cultura, por tratarse del Camino de Santiago, y abonar una tasa en el Ayuntamiento. Voy a seguir haciendo dibujos y pinturas y puede usted hacer las fotos de ellos que le de en gana», explica. Eso sí, su única condición es no salir él retratado en las instantáneas, «soy muy tímido y tengo un pánico escénico aterrador y un gran sentido del ridículo. Creo que me viene de cuando recibí el sacramento de la Confirmación, allá en los años 60, cuando de regreso a mi sitio en la iglesia me tropecé y caí, poniendo perdido mi traje blanco de marinero. El Sr. Obispo me dijo «Fernandito, tenga cuidado, no vaya dando tropiezos por la vida» y todo el mundo se echó a reír... Desde entonces, nunca jamás he hablado en público ni quise ser protagonista de nada», rememora, justificando un ansia por no figurar que ha llevado a rajatabla siempre."
Seguidamente, más pinturas de gran realismo. Este concejo es especialmente receptivo al arte del mural siempre que este sea bello y respetuoso. Ya hemos hablado, por ejemplo, del de El Rey de la Ruina bajando de Abéu y pronto hablaremos de alguno más
Más arcos porticados en largo pasillo (la columna de ladrillo de la derecha sí es real)
El coche, Wolkswagen Polo, parece verdaderamente aparcado a la entrada de una finca desde la que se ven los Picos de Europa
Hay un perro adentro, en la baca un gato, y El Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes) en lontananza
Es El aguador de Sevilla, de Diego Velázquez (1599-1660). Sin duda este gran pintor español estaría también entusiasmado de su reproducción aquí, a la vista de peregrinos procedentes de todo el mundo...
Agua fresca que sirve el aguador. También se dice que más de un peregrino al pasar y verlo ha sentido una repentina sensación de sed y ha tenido que detenerse para echar mano a su cantimplora... o apurar el paso al bar más cercano
"La instalación de estatuas, monumentos y aderezos urbanos para la decoración en el concejo de Ribadesella parece ir por barrios. Los vecinos de El Cobayu disfrutan desde hace una semana de su monumento conmemorativo del cincuenta aniversario. Próximamente le tocará turno al barrio de La Cuesta, donde el Ayuntamiento está colocando una alegórica estatua que presidirá la glorieta situada a la entrada del cementerio municipal. Se trata de un Ícaro donado a la comunidad riosellana por el artista Manuel Díaz Migoyo.Pero quienes ya presumen de trampantojo son los habitantes del pueblo de Vega. Uno de sus vecinos, el cirujano madrileño Carlos Jiménez Escolano, ha decidido decorar uno de los muros de su residencia con un motivo jacobeo. Teniendo en cuenta que la vivienda está ubicada en pleno Camino de Santiago, dirección a la playa, ha decidido utilizar ese paramento para rendir homenaje a los cientos de peregrinos que cada año transitan frente a su casa dirección a Santiago de Compostela.El resultado ha sido extraordinario, aunque la modestia del autor le lleva a calificarlo como «decente». Lo cierto es que, hasta ahora, solo ha recibido felicitaciones. «Crítica ninguna», asegura. El trampantojo se ha convertido ya en un elemento más a fotografiar dentro de las maravillosas estampas naturales y urbanísticas que ofrecen el pueblo y la playa de Vega o el desfiladero de Entrepeñes, ambos monumentos naturales.Aficionado a la pintura en lienzo y en otros soportes similares, esta era la primera vez que Jiménez Escolano se adentraba en la pintura mural al aire libre. Las dificultades iniciales fueron muchas. Debido a la irregularidad de la superficie del tabique, requirió de un saneado inicial y una posterior imprimación, «labor que me hizo un vecino, porque lo de la llana no está hecho para mí», explicó. Su colaborador fue el hijo de su vecino Alfonso Llera.En su particular homenaje a los peregrinos que caminan rumbo a Santiago, Carlos Jiménez Escolano dibujó y pintó a uno de ellos bebiendo de una fuente con su mochila y su perro. Como fondo eligió «una especie de alegoría paisajística en la que aparece el Picu Urriellu, un hórreo y los verdes prados de la Asturias litoral». La concha del peregrino, con su Cruz de Santiago, remata la obra junto a su firma, la de 'J. Escolano'.Concluido el trabajo ya son muchos los vecinos que le han animado a continuar la labor hacia otros puntos de la finca. En concreto, le han propuesto utilizar los parapetos de la escalera de doble tramo que da acceso peatonal a su vivienda. No lo descarta, «aunque ahora como jubilado tengo menos tiempo que cuando estaba ejerciendo mi profesión, pero es cierto que jubilado no es muerto, como decía un buen amigo mío».Todo es posible y más aún si la que insiste es su mujer, la encargada de mantener en perfecto estado de revista el vergel ajardinado que sube a la vivienda"
"La localidad de Vega, en Ribadesella, tiene, desde hace unas semanas, una nueva atracción turística. Y es que un vecino del lugar ha decidido dibujar sobre el muro de su vivienda una estampa que refleja a un peregrino a su paso por Asturias, una curiosa ornamentación que no ha pasado desapercibida.Carlos Jiménez, que imparte un taller de pintura en Vega, cuenta que decidió decorar el muro de su casa por petición de su mujer porque "estaba muy irregular y muy feo". Así, el motivo enseguida estuvo claro, ya que el Camino de Santiago discurre justo por delante de su propiedad. De hecho, su creación ya es parte de esta ruta. "Los peregrinos al pasar se sorprenden y muchos se paran a hacerse fotos", cuenta el autor de esta original obra, con la que ha pretendido "hacer un homenaje a todas las personas que hacen el Camino".Además, para darle ese carácter asturiano que lo identifique con la zona en la que se encuentra, Jiménez ha decidido añadirle varios toques de la región. Así, en el dibujo se pueden ver un hórreo, el Urriellu al fondo y un manto (cala), ya que "es una flor que en esta zona se puede encontrar en muchísimos sitios". Una vez tuvo clara la idea, este vecino de Vega empleó dos días de trabajo y un tercero para rematar los últimos detalles"
"Siga la indicación amarilla, respete las normas viales y hágase ver en todo momento con prendas reflectantes o llamativas.Por carretera debe circular por la izquierda y por el arcén, si es que existe, y en sentido contrario a la marcha de los vehículos.Podrá hacerlo por la derecha siempre que por la izquierda resulte peligroso o hubiese obstáculos.En grupo, camine en fila, de uno en uno, guardando una distancia de 3 metros entre cada uno.Si se necesitara cruzar al otro lado, es necesario poner mucha atención y hacerlo siempre por el sitio más seguro, evitando curvas y cambios de rasante.De noche es obligatorio usar un chaleco reflectante u otra prenda visible desde una distancia mínima de 150 m.En grupo, deberá llevar encendidas al menos dos luces: una blanca o amarilla en la cabeza del grupo, y una de color rojo al final."
"Si hace el camino a caballo: circule por vías pecuarias; es aconsejable que tenga seguro de responsabilidad civil; de noche deberá llevar elementos luminosos que marquen sus dimensiones y use casco homologado"
"... trigo, escanda, maíz, habas, patatas, muchas manzanas, castañas, nueces, peras y otras frutas; se cría ganado vacuno, caballar, de cerda, lanar y cabrío; caza de liebres y perdices, y pesca de truchas y mariscos"
«la cruza el arroyo llamado la Torre, que nace en los montes de Sueve y después de atravesar la feligresía de Moro, penetra en el mar junto al pueblo de Vega: tiene dos puentes, uno de sillería en dicho lugar de Vega y otro muy notable por ser un arco de peñaviva de más de 40 pies de elevación, 50 de luz y 20 de ancho, pasando por encima de un camino. El terreno es arenisco y flojo, no tiene montes considerables y abunda en bosques de robles pertenecientes a particulares; encontrándose también bastantes castaños y prados naturales con buenos pastos»
"En 2007, Álvarez abría las puertas de Güeyu Mar junto a su mujer, Luisa Cajigal, y daba vida a una pasión que desde 2016 compagina con otro negocio conectado en filosofía y técnicas con el restaurante y con el que ha cosechado muchas alegrías. “Me dedico a la gastronomía desde hace 30 años, pero en el poco tiempo que llevo con la conservera (Conservas Güeyu Mar) he aprendido más que en toda mi trayectoria anterior”, asegura.El chef innova desde la tradición con la calidad como base. Mucho trabajo, visión y algo de suerte han hecho el resto. “Decidimos apostar por la brasa (razón de peso para peregrinar hasta Vega) en lugar de la plancha para rizar el rizo de determinados productos. Queríamos darle otro empaque al pescado y al marisco y atraer a un tipo de cliente más especializado”.
El giro estratégico se produce en 2010-2011. “La crisis aún no arreciaba en Asturias, pero la veíamos venir”. Álvarez reorienta Güeyu Mar. “No íbamos a poder subsistir a base de menús del día servidos a gente de la zona. Debíamos abordar a un cliente que estuviera dispuesto a viajar hasta aquí solo para comer. No nos equivocamos y situamos al restaurante en el mapa nacional e internacional”.
Con el producto en el centro, Abel Álvarez recupera, bajo una nueva óptica, la elaboración de algunos pescados, como el rey, “que siempre comimos en Asturias, pero que estaba un poco olvidado”. “Ahora es casi como la mascota del restaurante”, añade el chef. “Lo cocino con cortes novedosos y aprovecho mejor la pieza. Hemos optado por una manera de asar distinta a la de los asadores vascos hegemónicos”.
La conservera tiene un prólogo en el propio restaurante. “Estaba empeñado en incluir una conserva de sardina a la brasa en el menú. Soy un fanático de las conservas, dominan mi dieta sobre todo en agosto. Los primeros pinitos los hice al abrir Güeyu, con pruebas de conserva de salmonete, de lubina… era algo innovador, pero tuve que dejarlo por falta de medios”. Sin embargo, la bombilla de la idea ya no se apagaría.
“Percibí que el sector conservero tenía mucho margen de mejora”. Abel Álvarez empieza a trabajar con el clúster agroalimentario asturiano ASINCAR para ‘rematar’ el producto en el plano tecnológico. “La dificultad no estuvo tanto en el proceso de braseado, que dominamos en el restaurante, como en el autoclave y la esterilización”.
Juntos desarrollaron una técnica de asado de la sardina que patentaron a nivel industrial. El chef contactó con varias empresas conserveras para dar el salto al mercado. “Me pusieron muchas pegas, así que seguí adelante yo solo. Me metí en este ‘tinglao’ con cierta ingenuidad. Y me alegro de haberlo hecho, porque hoy Conservas Güeyu Mar da trabajo a 12 personas”
Pulpo, angulas, berberechos, mejillones, merluza y por supuesto sardinas. La oferta (disponible online) asciende a 19 productos distintos, una variedad al alcance de muy pocos. “Me aconsejaban que me centrara solo en la sardina. El tiempo nos ha dado la razón: si la sardina sufre un paro biológico y escasea tendríamos que dejar de trabajar en la fábrica. Preferimos cumplir escrupulosamente con el ciclo de la naturaleza y trabajar la sardina, el mejillón, el pulpo o la navaja cuando el mar decide”
"El Güeyu Mar de Ribadesella, entre los cien mejores restaurantes europeosEl establecimiento se mete por primera vez entre los reconocimientos de Opinionated About Dining, que encabeza por segundo año consecutivo el parisino L'Arpège
El Güeyu Mar de Abel Álvarez , en Ribadesella , se ha colocado entre los mejores restaurantes de Europa dentro de una lista que encabeza, por segundo año consecutivo, L'Arpège de París, del chef Alain Passard. Entre los establecimientos reconocidos por Opinionated About Dining (OAD), también se encuentra Azurmendi, del español Eneko Atxa, que baja del segundo al cuarto puesto en la clasificación. Por suparte, el establecimiento asturiano se coloca en el puesto 94 ."
"Aquí el pescado se hace a la brasa, con un mejunge secreto, que Abel denomina, en broma, Agua de Covadonga.Sea lo que fuere, con algo de vinagre, lo vierte sobre el pescado durante la cocción para que así, sea lubina o xarda, esta alcance su máximo esplendor. Difícilmente superable, se ha ganado el reconocimiento de la crítica nacional y ha sido nombrado mejor restaurante de playa de España.En las vitrinas puede uno encontrarse cualquier pescado de temporada: lubinas, meros, virreyes enormes, besugos y xarda. Para hacer a la parrilla o, por qué no, también a la plancha.Mención aparte también merece su bodega, donde no escatima en champanes ni vinos de todas las latitudes para que la experiencia sea completa."
"El ambiente del restaurante es curioso, ya que puedes encontrar gente que sale de la playa y va a comer en chanclas, como otros comensales con un outfit elegante. El servicio es muy profesional, pero a la vez de una informalidad y cercanía que se agradece."
"El rey o virrey no hace mucho era considerado un pescado de segunda, hasta que comenzó a ganar prestigio cuando fue adoptado por la alta restauración y por las mejores pescaderías. Larga es la nómina de restaurantes del Principado que rinden pleitesía al rojizo pescado, tanto al horno como a la espalda o a la plancha, e incluso en elaboraciones vanguardistas. En cualquier caso, mejor es no complicarse ni llegar a faltarle al respeto al monarca, por muy rojo que sea, con aderezos innecesarios.Dado el equilibrio entre su grasa, su fina gelatina y la firmeza de su carne, ensambla muy bien con el fuego de la brasa de la parrilla, en la que Abel Álvarez, propietario de Güeyu Mar (Playa de Vega, 84) en Ribadesella, que sabe tanto de reyes de mar como Jaime Peñafiel de reyes de tierra, consigue de la que él llama “la mejor criatura del mar”, un punto caramelizado que realza de manera exquisita sus virtudes de nobleza marina."
"No tenemos carnes ni arroces", afirma la carta de esta casa que recuerda a un refugio de pescadores a pocos metros del agua. Frase no menos rotunda que la que figura en su lacónica web: “Solo pescados y mariscos del Cantábrico”. Antes de cada servicio, Abel Álvarez extiende brasas abundantes sobre parrillas de acero articuladas. A la vista, una gran vitrina escaparate en la que se amontonan besugos, doradas, lenguados, meros, salmonetes y, sobre todo, reyes, sus pescados fetiche. Pescados enormes que recibe de los puertos de Luarca, Lastres, Llanes y Ribadesella y se tarifan al peso, según mercado. “Solo trabajamos ejemplares grandes, no utilizo pequeños”, afirma. Piezas que nunca asa enteras, o las corta en gruesas rodajas o las coloca sobre las parrillas abiertas a lo largo. “Necesito el contacto de la combustión y el humo, busco la reacción de Maillard, no pretendo que los pescados se asen sino que se doren. Cuando las grasas empiezan a oler el espíritu de los pescados se está yendo”.
Durante 20 años Álvarez manejó la plancha en el restaurante La Parrilla de Ribadesella; inauguró Güeyu-Mar en 2007 junto con su mujer, Luisa, y a partir de 2011 se iniciaría en la parrilla en la que innova a diario. Analiza los aromas de las maderas y sustituye las de encina por las de roble, más húmedas, para preservar la jugosidad de los pescados; reemplaza el típico refrito de aceite y ajos por un aliño que denomina agua de Covadonga, y deja reposar durante días piezas recién capturadas para que ganen con la maduración en cámara. “Los más frescos no siempre saben mejor. Desde marzo hasta mayo es el momento de los salmonetes, lenguados y rodaballos. Todavía no han desovado y andan cargados de grasa”.
Una buena recomendación es dejarse aconsejar por el patrón. Lo mismo sugiere unas zamburiñas asadas sobre rejilla de colador que un puñado de ostras sobre brasas directas. Son muy finos los lomos de dorada y aún mejor los de mero. Inconmensurable la piel de los grandes salmonetes, delicados sus lomos y excelentes sus higaditos. Todo a la brasa. Otro de sus hitos, solo en temporada, es el calamar de potera a la parrilla sin limpiar, que se trocea en la mesa. El punto final lo pone el rey, que se abre en lascas jugosas."
"En una primera visita al restaurante Güeyu Mar hay que pedir rey, virrey, palometa roja o como lo quieras llamar, que es el producto fetiche de Abel Álvarez. Abel utiliza la parrilla con una maestría que solo es comparable a la de Bittor en Etxebarri. A diferencia de otros parrilleros, Abel, en Güeyu Mar, asa los pescados grandes, como el rey, en trozos grandes en lugar de el pescado entero. Mientras esperaba al rey me acerqué con disimulo a ver la parrilla de Güeyu Mar. Da gusto ver trabajar a Abel entre las brasas, por las que se mueve como si fuera una coreografía estudiada.
El resultado es magnífico, un pescado jugoso, sabroso, amariscado y con la piel prácticamente caramelizada. Pero con lo que realmente gocé fue con la cabeza del bicho. Ir disecando con las manos cada zona gelatinosa, cartilaginosa, y rechupetear cada recoveco fue algo glorioso. Hasta le ataqué al ojo del rey, un bocado majestuoso."
"Güeyu quiere decir ojo en asturiano. Güeyu Mar, ojo y mar. Eso es lo que Abel debe de tener para todo lo del mar, buen ojo. Pero además de buen ojo para los pescados y los mariscos, tiene un instinto especial para las brasas. Abel y su pareja, Luisa, abrieron Güeyu Mar en 2007; hasta entonces, y durante mucho años, Abel estuvo estudiando y enamorándose de la parrilla en La Parrilla de Ribadesella.Güeyu Mar está en playa de Vega, una minúscula aldea de menos de 50 habitantes pegada a una de esas grandes playas del Cantábrico, abiertas y de arena blanca, que invitan al paseo y a la meditación. Abel únicamente sirve en su establecimiento mariscos y peces a la brasa, además de algún excepcional queso gamoneo. Después de casi 25 años de moverse entre parrillas y ascuas, ha conseguido, si puede decirse así, dominar y entender el fuego y sus misterios. El dueño de Güeyu Mar dice que: “La gente no sabe controlar el fuego; al fuego hay que conocerlo”. Este parrillero astur, ha conseguido sofisticar lo sencillo, tecnificar lo natural e innovar las brasas . Abel ha conseguido que la simple cuestión de hacer un pescado a la parrilla se convierta en algo elaborado y sutil. Experiencia, brasas, parrillas y, sobre todo, producto, son los ingredientes esenciales del éxito de este restaurante. En Güeyu Mar se gasta anualmente entre 25 y 30.000 euros en madera. Abel utiliza preferentemente maderas de roble, encina y cerezo.Desde que cada día a las 10 de la mañana enciende el fuego, nuestro parrillero dedica entre 3 y 4 horas hasta conseguir las brasas perfectas. Su larga experiencia con los fuegos le ha enseñado los secretos básicos de su maestría parrillera: “El producto debe ser siempre de primerísima calidad. Al producto hay que hacerle y echarle lo menos posible.Hay que probar, probar y probar hasta conseguir lo que se busca. En la parrilla hay que jugar mucho con la lentitud».Años y años en la parrilla han llevado a Abel a saber perfectamente: como manejar la intensidad de las ascuas; la diferente distancia entre los hierros y el fuego que requiere cada pescado; como hay que exponer cada pez a las brasas: abierto, cerrado…..
El precio del super producto que utiliza Güeyu, Mar dice Abel que supone el 60/65% de la factura al cliente. Ostras, bogavantes, quisquillas, santiaguiños, andaricas, almejas, sardinas, calamares, pulpo, bonito, lenguados, salmonetes, lubinas, rodaballos, merluzas, rapes, doradas, meros, besugos y, sobre todo, el rey o virrey, el pez preferido y fetiche de Abel.
El día que mi amigo Miguel y yo estuvimos por allí pudimos probar: Unas sorprendentes zamburiñas al aroma de cerezo. Una exquisitez desconocida al paladar que como las ostras a la brasa, constituyen un autentico y verdadero mar y montaña, una suerte de sutil y sorprendente sabor a mar ahumado. Un tronco de rape levemente dorado por fuera y con la misma consistente jugosidad en toda la pieza. Unos salmonetes de textura y sabor desconcertantemente inusuales. Un queso gamoneo de la tía de Abel, de esos realmente buenos de verdad: aromático, untuoso e intenso.
La comida la acompañamos con un sorprendente Louro un soberbio Valdeorras con crianza, de Rafael Palacios, sugerencia de la casa ."
"La pasión que Abel siente por lo que hace se parece mucho a la exhibida por esos artistas que después de realizar una obra se resisten a tenerla que vender porque sienten su creación como algo intimo y personal que, en el fondo, nunca dejará de pertenecerles. Eso es lo que a veces le pasa a Abel, cuando preferiría no vender ese magnifico bogavante de 2 kilos a punto de abandonar el trono de su parrilla.Si va a la cornisa cantábrica asturiana, aunque le pille un poco lejos, no deje de acercarse a Güeyu Mar, porque seguro que te compensará. Aunque llegue sin reserva y haya mucha gente, algo que sucede casi siempre, Abel y su mujer Laura nunca le dejarán sin comer."
"Era la Escuela Nacional de Vega. En todos los pueblos antiguos había una escuela así. En los años 50 salió a subasta e hicieron el primer chigre de Vega, evoluciona, se convierte en sidrería, y yo lo cojo en 2007. Le dije al dueño: te lo alquilo y si no funciona te quedas con las rentas y santas pascuas. Me di cuenta de que tenía potencial, le metimos una obra bestial, fuimos evolucionando… pero es muy hostil, la playa funciona muy bien en verano, ¿cómo mantienes a los camareros el resto del año? Lo pasé de Caín, las broncas que tuvimos mi mujer y yo… Pero yo era de pescado, es lo que quería, pasaba de carne, no la controlo al milímetro.""Güeyu significa ojo, y luego mar. Cuando lo estábamos abriendo pensamos en nombres, que si el bar de Lucía, el bar de Abel, marisquería de la playa de Vega, siempre lo mismo. Una compañera del pueblo me habló de Güeyu, y dije, ostras, eso, una palabra muy asturiana. La playa de Vega siempre fue muy hippy, digamos que a la de Ribadesella iban los ricachones, y los desnudos y tal iban a Vega, a bañarse en Güeyu mar, que era una fuente grande en un cabo saliente a la que le llaman así. Y así es. Me aseguré que no estuviera en Google, y hala"
"Un "Güeyu Mar" en lengua asturiana no significa cocinar con un ojo (güeyu) mirando a la mar, no; Güeyu Mar es el nombre de la punta oriental de la Playa de Vega, donde se ubica el restaurante, y que, en asturianu, significa "pozo de tierra adentro que se cree que sus aguas proceden directamente de la mar por comunicación subterránea".
Preciosa casona de piedra situada en la Playa de la Vega, una terraza maravillosa donde puedes comer en verano. Dentro, una gran parrilla preside la entrada principal, con alguna mesa para comer. Es la zona más guapa. Tiene también un mini salón privado. A la derecha, acceso a un comedor-carpa-ampliación del local, que es donde comimos nosotros, ganado al exterior de la casa.
En su carta lo pone claramente "No tenemos carne". El Rey es el pescao, y particularmente El Rey, que preside con una figura enorme en la fachada de la casa. Cocina de producto, de primera, con el toque mágico de la brasa. Y sus conservas, por supuesto todas la brasa. Cantábrico en estado puroComimos 2 personas. Nos trajeron de aperitivo un Paté de Sardina a la Brasa. Con pan tostao. Asadas con madera de encina. Trituradas y mezcladas con alga nori y aceite de oliva virgen extra. Intensidad y salinidad pura. Maravilloso. Cuando se acabó el pan tostao, nos trajeron sus panes, por cierto, uno de castaña espectacular.
Otro aperitivo, Mejillones a la Brasa en Escabeche. Braseados con madera seca de eucalipto y enlatados escabeche elaborao con aceite de oliva virgen extra y vinagre de vino. Excepcionales. El escabeche muy elegante, incluso suave. Los mejillones ya veis en la foto lo hermosos que son y el toque del vinagre le queda genial.
De entrante, pedimos Tomate, Cebolla y Conserva de Atún a la Brasa. Esto en plena temporada de tomates, tiene que ser un espectáculo; porque los tomates estaban buenos, pero todavía se pueden mejorar. Los lomos de bonito son enormes, el punto de brasa le queda genial. Con un poco de sal negra que le da un toque alegre junto con la cebolla. Y coronado con aceite de oliva.
Y 1 ración que quedaba del Rey. Que nos gustó todavía más. Un puntín todavía más jugoso y con más sabor que el Besugo. Acompañados de una ración de patatas paja. Postres no pedimos. Para beber, Señorío de Ibias. Os hable de este vino aquí"
"El dueño del Güeyu Mar lo considera rey. Para otros, es conocido como virrey, cachucho, palometa roja, dorada hembra o alfonsino, si eres tendente a los anglicismos. Su color rojo bastante intenso y sus ojos enormes lo convierten en una pieza inconfundible. Vive bien al fondo, busca desenvolverse a unos 400 metros de profundidad. Su carne es amariscada y posee una textura fina de exquisita digestión. Busca los corales y arrecifes, se alimenta de peces, crustáceos y cefalópodos. La manera de cocinarlo no debe agredir sus esencias naturales. Plancha u horno, mejor no complicarse ni faltarle al respeto con aderezos que lo estorben."
"Güeyu Mar. Lo que era un chiringuito en la playa de La Vega, en Ribadesella, se ha convertido, de la mano de Abel Álvarez en uno de los mejores restaurantes de pescado no sólo de Asturias sino de España. Piezas de todo tipo, siempre de la máxima frescura, que se hacen en las brasas y llegan a la mesa en su justo punto. Lo mismo virreyes que lubinas, meros, besugos, rapes o, ahora en verano, espectaculares ventrescas de bonito o unas sencillas sardinas. El marisco es también de primera calidad, procedente, como el pescado, de la costa asturiana: centollos, bogavantes, camarones, nécoras… Y además, una bodega por encima de la media. Eso sí, el producto de tanta calidad hay que pagarlo. Un sitio imprescindible para los entusiastas de los productos del mar."
"Hay tres protagonistas en el restaurante Güeyu Mar: los mejores peces del Cantábrico, la parrilla de brasas y la mano magistral de Abel Álvarez. Parrilla diseñada por él mismo y que maneja con precisión, para darle y sacarle a cada pescado su punto exacto. La alimenta con encina o roble y con un juego de poleas, sube o baja la parrilla para controlar la intensidad del fuego (...)El pescado rey, es el rey de esta casa. Preside la fachada del edificio y en ningún sitio lo vas a tomas más rico. Un pez típico de la costa asturiana y difícil de encontrar en otras zonas. Con un llamativo color rojo y grandes ojos. No tiene mucha espina y su carne es semigrasa. Abel lo parte y lo hace a la parrilla troceado, nunca el pez entero (marca de la casa)."
"Si hay algo que no falta en el verano de los españoles es el post playa en el chiringuito. Nos encantan despedir nuestra jornada playera disfrutando del atardecer en este tipo de locales. Los hay más clásicos, otros presumen de un estilo chill out y música en directo, pero todos ellos tienen en común las buenas vistas, la comida rica y las reuniones de amigos y familia. Son muchos los ciudadanos que consideran que la época estival no ha comenzado hasta que no disfrutan de un buen tentempié con el batir de las olas como banda sonora"
"En Asturias existen un montón de chiringuitos pero hay uno de ellos que ha llamado la atención de la revista Forbes. La sección Tapas ha elaborado una lista en la que recoge los 25 mejores chiringuitos de España en los que deleitarse de los pequeños placeres de la vida y, entre ellos, se ha colado uno asturiano.Se trata de El Chiringuito Miradoriu, en la playa de Vega, en Ribadesella, lo que fue, durante más de 50 años, el Superman, un hostal en el que se podía comer cocina casera contemplando el mar.
El chiringuito ha sido destacado por los usuarios de la guía por los impresionantes atardeceres frente al Cantábrico desde su mirador. Un chiringuito desde el que es posible contemplar «la más bella puesta de sol de Asturias» mientras se disfruta de un cóctel y de su cuidada propuesta gastronómica.
La publicación señala que el lugar «debe ser considerado como mucho más que un simple restaurante de playa». La gastronomía de El Miradoriu se encuentra a cargo de Luisa Cajigal, dueña junto a Abel Álvarez del afamado Güeyu Mar, y en su menú se pueden encontrar productos del mar, guisos de cuchara y magníficas carnes, todo acompañado con las mejores vistas y el mejor servicio."
«No tengo miedo a la muerte», asegura el riosellano Jorge Cerra. Los muros de su casa aún se alzan en Barreu, un pequeño pueblo situado entre la mina Ana y la playa de Vega que fue víctima, hace ya 25 años, de la peor riada registrada en los anales del concejo riosellano. Cerra salvó muchas vidas aquella madrugada del 3 de agosto de 1988. Aún recuerda cómo apretaba el calor el día anterior y el sonido de los truenos que hicieron que a él y a su mujer, Amalia Sierra, les costase esa noche conciliar el sueño. Los ríos Sella y Acebo se desbordaron a causa de una gran tormenta y acabaron con todo a su paso.«Algo está pasando», le susurró Amalia a su marido. Y no se equivocaba. Las olas alcanzaron en los laboratorios de la mina una altura aproximada de siete metros. Afortunadamente, el encargado, Alberto Cerra, abandonó la instalación por miedo a la tormenta antes de que llegase lo peor. Jorge Cerra se sirvió del tractor que empleaba en las labores del campo para rescatar a las víctimas que, en su mayoría, pernoctaban en aquellos días en el camping de Vega. Amalia Sierra explica que muchos de ellos acababan de llegar y no conocían la zona."
"Corría la primera semana de agosto, esa en la que tradicionalmente se celebra el Descenso Internacional del Sella. Jorge Cerra se asomó a la ventana de la cocina y divisó la luz de una linterna a lo lejos. Muchas voces pedían auxilio.Sin pensárselo dos veces se dirigió al lugar en el que hoy se encuentra el túnel de la carretera de Vega. Ante sus ojos, desprendimientos de tierra y agua, mucha agua, cubriéndolo todo. «Si me lleva por delante, es el destino que tengo; si no me lleva hoy, va a llevarme otro día», fue la idea que le vino a la mente.En la primera caravana con la que se topó, se encontraban unos alemanes que tenían una niña pequeña. Ellos, al igual que una veintena de personas más, se quedaron unos días en casa de Cerra y su familia, hasta que el Ayuntamiento habilitó un acceso y fue posible abandonar el pueblo.«La pequeña aprendió algo de español en el tiempo que estuvo con nosotros», cuenta Amalia Sierra. Ella y su esposo acogieron entonces a tantas personas que, según relatan, «la casa se quedó sin ropa», pues llegó incluso gente desnuda, que lo había perdido todo a causa de la riada. «Hicimos comida para no sé cuánta gente. Donde comían seis, de pronto comían treinta», añade Sierra.Algunos coches municipales trasladaron a varias personas al polideportivo y un helicóptero rescató a un hombre de lo alto del monte. Sierra está convencida de que, viéndose uno en tales circunstancias, trepa como nunca antes hubiese imaginado poderlo hacer. En cambio, Cerra no pudo salvar a las personas que se encontraban más allá del octavo coche en dirección a la mina aquella madrugada. Hacia las once de la mañana del día 4, cuando la riada parecía haberse calmado, le fue posible rescatar a unas 11 personas más. «Jorge es muy arriesgado, yo no quería que fuera», cuenta Amalia Sierra. «Fueron momentos muy difíciles», añade. Por suerte, el agua no alcanzó su casa y el peñón que se encuentra hoy tras los árboles a la altura del túnel se cayó hacia el río frenando posibles daños mayores."
"Jovellanos recorrió la mayor parte de Asturias, dejó constancia de sus recorridos en sus diarios y en las cartas a Ponz, y puede decirse, sin exageración alguna, que ningún otro viajero español viajó por su tierra natal con tanta dedicación, con tanta atención, con ánimo a la vez tan fervoroso y constructivo. Decía Unamuno -y no es la primera vez que lo repito- que el requisito principal para amar una tierra, un país, es conocerlo, y se le conoce recorriéndolo, entrando en sus aldeas y villas, cruzando sus ríos y montañas, deteniéndose ante sus obras de arte o ante la belleza de su paisaje. En una palabra: se conoce a la propia tierra pisándola.
Jovellanos recorrió Asturias, ante todo, como asturiano. También lo hizo como ingeniero, como economista, como arqueólogo, como experto en arte. Entendía que el problema principal de Asturias era su aislamiento, entre montañas y un mar encrespado. Por ello buscó salidas a Castilla y al mar. Su punto de partida y de regreso era Gijón. Viaja por la Asturias central, a Pajares, a Avilés, a Pravia; por la occidental a Salas, a Tineo, a Cangas del Narcea; y por la oriental, a Llanes y a Covadonga. En su «Diario» anota lo que le sucede y lo que observa; señala el pésimo estado de los caminos, que las más de las veces ni ese nombre merecen, y el de las posadas, que están a la altura de los caminos, o son peores. Por ejemplo, comenta acerca de la posada en la que posó en Llanes: «Mala, pésima, pulgas, humo». Para viajar en aquella época era preciso armarse de mucho valor, de mucha paciencia y disponer de mucho tiempo. No se podía tener prisa; y aun así, hombres como Jovellanos eran capaces de hacer, ellos solos, mucho más que una legión de ejecutivos modernos y frenéticos, armados de ordenadores y teléfonos móviles y viajando constantemente de aeropuerto en aeropuerto, en veloces aviones y en otros aparatos igualmente supersónicos."
"Dentro de la vegetación cabe destacar la manzanilla bastarda y las mosquitas doradas (especie en peligro de extinción). En cuanto a fauna existen dos zonas: la de la playa, en la que aparecen cormoranes y gaviotas, y la del desfiladero, en la que aparecen el halcón peregrino y la rana verde."
"Las obras, adjudicadas a la empresa “Elosúa y Compañía S.L.”, fueron ejecutadas bajo la dirección de Enrique Vera entre 1948 y 1967, contando con un presupuesto total de más de 17 millones de pesetas. Tras esta intervención, que fue la de mayor envergadura de cuantas se habían emprendido en la larga historia del fondeadero, fueron acometiéndose distintas actuaciones aisladas, entre ellas la creación de una escollera de bloques prefabricados de hormigón bordeando el exterior del dique y el acondicionamiento de la explanada del muelle con la construcción de una hilera de almacenes al pie de la peña, la fábrica de hielo, el depósito de gasoil y la rula"
"Sin embargo, la reforma, concluida durante la primavera de 1995, se saldó con el derribo injustificable de la antigua lonja, a la que, a pesar de formar parte de la identidad cultural del pueblo, le fue denegado el indulto, perdiéndose con ella no sólo parte de la esencia del puerto histórico, sino también un recurso turístico potencial."
"Saldrían de Llastres haciendo la ruta mercantil prevista. Si en su singladura divisaban un navío extranjero sospechoso, o que les pareciera portar un buen cargamento, se le intentaba dar caza para comprobar que las licencias se encontraban en regla. Trataban de identificar su nacionalidad. Se aproximaban hasta la distancia prudencial para estudiar su potencial presa por si era asequible para el abordaje. El abordaje dependía de la envergadura del contrario, dotación de la tripulación, armamento, velocidad y destreza en el pilotaje para perseguirlo, maniobrar y alcanzarlo. Perseguido y alcanzado el barco, se le conminaba en nombre del Rey de España, a dejarse inspeccionar. Si se negaba, se les conminaba a rendirse y se disparaban unos cañonazos disuasorios ante una eventual resistencia. En el mejor de los casos se llegaba a un acuerdo entre el patrón del barco y Juan de Abadía. Si no se accedía a la inspección por las buenas, se procedía al abordaje, previamente preparado con cañonazos sobre cubierta y a los mástiles, barriendo la cubierta con los arcabuces y ballestas. Una vez abordado en barco, casi siempre con resistencia y con lucha cuerpo a cuerpo, si el barco era pirata, se les ahorcaba en el palo mayor siguiendo la tradicional ley de la mar. Después, se expoliaba el barco de su cargamento trasvasándolo al “Nuestra Señora de Atocha”. Y en la mayoría de los casos se hundía después el barco a cañonazos"
Pasamos el puente y seguimos hacia los aparcamientos veraniego en los prados llanos al pie de El Cuetu l'Aspa, por donde pronto subiremos a Berbes por sus antiguas explotaciones de fluorita, mineral que sigue siendo muy ansiado por los coleccionistas. Se encuentra en cristales cúbicos que pueden llegar a más de 5 cm de arista, color violeta intenso, traslúcidos o mismamente transparentes
"Ya en la playa de Vega se cruzaba el arroyo del Acebo por un puente actualmente derruido, hoy el paso de hace por otro de reciente construcción situado unos metros más al norte. Se inicia aquí la paulatina subida que tras unos 1.400 metros por la ladera norte de El Cueto, nos conduce a Berbes"
"Luisa Cajigal y Abel Álvarez, responsables del restaurante Güeyu Mar, se hacen cargo este año del mítico restaurante Superman de Playa de Vega, al que añaden el sobrenombre de "El miradoriu de la playa". Mientras Abel se centrará en el cercano Güeyu, meca del pescado a la brasa, Luisa estará al frente del Superman defendiendo una nueva carta con platos infaltables en el verano asturiano, con elaboraciones y materia prima de excelente calidad. El Superman es uno de los restaurantes de playa con más tradición en Ribadesella. Con más de 50 años de éxito, ha sido regentado desde tiempo inmemorial por los propietarios del hostal, ahora cerrado, en cuyo edificio se ubica.
Con la llegada de Luisa y Abel, la propuesta gastronómica del Superman El miradoriu de la playa cobra protagonismo con una carta dividida en cinco apartados. Para Picar, ocho propuestas, como "Pulpo de aquí (a la gallega), Croquetas caseras, Coppa de Lomo Ibérico Joselito o ensaladas. Por pura lógica asturiana siguen dos Platos de Cuchara -Fabada asturiana y Pote asturianu - y sin perder coherencia llegan los cuatro De la Mar, Merluza del Cantábrico en salsa o Salmonetes pequeños fritos, por ejemplo. De Carne, El miradoriu ofrece Chuletilles de lechazu, Escalopines al Cabrales o Torto con picadillo de cerdo ibérico, entre otros. Y si ¿Quieres postre? puedes elegir entre los dos clásicos de Luisa Cajigal, también presentes en la carta de Güeyu, la Tarta de Queso Afuega´l Pitu y su Arroz con leche (hecho con leche de vaca de aldea).
Pero además de la carta y los cocineros, el Superman -con justicia rebautizado como El miradoriu de la playa- juega con la baza ganadora de su ubicación de verdad privilegiada frente a la Playa de Vega. Además de sus mesas en el interior, el restaurante cuenta con una terraza cubierta, desde donde comer disfrutando de la vista al mar.
Como total novedad, los clientes de El miradoriu también contarán con la extraordinaria carta de vinos de Güeyu Mar, que ambos compartirán. Infinitas referencias de vinos españoles y extranjeros, con gran importancia para los blancos y una fantástica selección de champagnes."
"Mientras Güeyu Mar ya es un negocio consolidado, sus propietarios han estrenado este verano un nuevo formato: El Miradoriu de la Playa. Ocupa el local que antes perteneció a Superman, un mítico restaurante de Playa de Vega situado en un hostal ya cerrado y que funcionó durante más de 50 años, siendo, de hecho, uno de los más conocidos entre los espacios tradicionales del entorno de Ribadesella.
Ahora, bajo la gestión de los dueños de Güeyu Mar, El Miradoriu presenta "una nueva carta con platos infaltables en el verano asturiano, con elaboraciones y materia prima de excelente calidad", de modo que así se diferencia así de la superespecialización en torno a la brasa de su sede central.
La carta se estructura en cinco apartados. El primero, Para Picar, suma 8 platos, como el Pulpo de aquí (a la gallega), la Coppa de Lomo Ibérico Joselito y las Croquetas. Le siguen los Platos de Cuchara, con la Fabada asturiana y el Pote asturianu. El lado marino llega con el capítulo De la Mar, con opciones como la Merluza del Cantábrico en salsa o los Salmonetes pequeños fritos. La oferta se completa, en todo caso, con la vertiente carnívora, con las Chuletilles de lechazu, los Escalopines al Cabrales o el Torto con picadillo de cerdo ibérico. De postre, rigen dos clásicos de Cajigal: la Tarta de Queso Afuega'l Pitu y el Arroz con leche.
Con la apertura del nuevo local, la pareja se ha repartido no solo funciones (entre cocina y sala, como hasta ahora, en Güeyu Mar), sino también negocios: Abel Álvarez sigue centrado en la casa madre, mientras Luisa Cajigal se hace cargo del nuevo local.
Situado justo enfrente del arenal de la Playa de Vega, este nuevo establecimiento suma comedor interior y una terraza cubierta asomada al mar."
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