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lunes, 11 de mayo de 2015

CASTIELLU AMBÁS Y EL CAMINO DE VALDEDIÓS POR LA RIBERA: EN EL "VALLE DE DIOS" (VILLAVICIOSA, ASTURIAS) LA VILLA ROMANA DE PUEYES Y EL VALLE DE BOIDES


Castiellu Ambás: El Palaciu, a la derecha se toma el camino a Valdediós y a la izquierda el de Arbazal

"Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al Señor", esta es la máxima medieval que, corriendo entre los peregrinos de toda Europa, estipulaba el paso por la catedral ovetense de San Salvador a todos los romeros jacobitas, pues en ella se albergaban las reliquias de Cristo (el Salvador o San Salvador) y otras sumamente importantes, como las de la Virgen, San Pedro y otros santos. También siguen esta máxima los peregrinos del Camino de Santiago del Norte que, desde el cruce de Casquita,en Villaviciosa, han escogido este, el ramal ovetense, en vez del gijonés, atravesando la parroquia de Camoca y, en La Riega, pasando a la de San Pedru Ambás, en cuyo cruce de Castiellu tienen otra importante bifurcación: a la derecha se sigue por Valdediós y su antiguo monasterio, a la izquierda por Arbazal


Ambos caminos se reunirán de nuevo al sur, arriba en La Campa o Altu la Campa, en la cima de La Llomba, alargada montaña que separa este valle de Boides, el del Ríu Valdediós y sus afluentes, del valle del Nora, paso natural directo a Oviedo/Uviéu, la capital asturiana. Pero aquí, en esta bifurcación, hemos de tomar, como en Casquita, una decisión: ir a la derecha, por Valdediós, o a la izquierda por Arbazal


Si al llegar aquí aún no hemos planificado nuestra opción, podemos meditarlo, descansando además un poco en este hermoso cruce donde, en un triángulo verde, de hierba, hay un pequeño rellano sobre esta encrucijada y, en él, una mesa de madera con sus correspondientes bancos, a la sombra de un árbol y junto a un panel de anuncios y un contenedor, por lo que puede ser un lugar ideal también para sacar el bocadillo de la mochila y recomponer fuerzas y energías


Nosotros en este caso vamos a tomar desde aquí el camino de la derecha, el que va a Valdediós por Castiellu y La Ribera, donde existe además albergue de peregrinos y es una buena oportunidad para conocer el monasterio románico-barroco de Santa María, de honda y trascendental historia desde su fundación y asentamiento cisterciense allá por el 1200 y, por supuesto, el tres siglos más antiguo Conventín de Valdediós, la antigua iglesia de San Salvador, joya del Arte Asturiano, declarado en 1982 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO


Se discute en nuestros días sobre cuál era, históricamente, el Camino más empleado por los peregrinos de antaño, unos opinan que irían por Arbazal, pues los mismos monjes auspiciaron esa ruta, con una subida más larga a La Campa, pero menos acusada, fundando en dicho pueblo de Arbazal un mesón caminero en el siglo XVII, el cual se conserva aún en nuestros días, casi intacto y con su escudo del Císter, como vivienda particular


Otros en cambio piensan que la ruta de Arbazal era más seguida por los arrieros, factible para sus recuas de mulas, así como pastores trashumantes, artesanos ambulantes, emigrantes estacionales y viajeros en general, mientras que los peregrinos preferirían optar por ir a la derecha, por Valdediós, acogiéndose a la hospitalidad de cistercienses, siguiendo tal vez una tradición más antigua de los caminos a San Salvador, pues en El Conventín existe un "pórtico de los peregrinos". Estos romeros de Valdediós emprenderían desde el cenobio la subida a La Campa por Vallinaoscura y Villarica, una cuesta mucho más corta pero también mucho más pronunciada, más factible para los que suben (o bajan) andando 


El Camino por Arbazal, que primeramente sube a la iglesia de San Pedro de Ambás, centro de la parroquia y al que también le dedicamos las pertinentes entradas de blog, fue incluso al principio la única ruta oficial, allá cuando se recuperaron estas viejas sendas xacobeas y se procedió a su señalización, en los años 1990, pero posteriormente, se enmendó y se señalizó y oficializó también, aunque algunas guías o autores no actualizados aún y pese al tiempo pasado desde entonces, publican la de Arbazal como única guía oficial, pese a que hace mucho que no es así


La trascendencia de Valdediós y su conjunto monumental, la existencia de un albergue de peregrinos (confirmad siempre si está abierto y si tienen plazas para evitar sorpresas), que es una ruta más llana hasta prácticamente la pared de La Llomba, y otras circunstancias, han hecho que, con gran diferencia, sea el de Valdediós el trayecto más empleado por los peregrinos actualmente. En este aspecto, el erudito investigador Víctor Guerra expone su opinión en Los caminos jacobeos por la comarca de la Sidra de su blog Gente del bordón. Por la vereda de los heterodoxos:
"Casquita con su pequeña ermita dedicada a San Blas, representa clara disyuntiva de los caminos Jacobeos, y en cuyo enclave se da un curioso paradigma, por un lado, aquí hay un Camino el del del Norte que va a Oviedo el cual en estos últimos años está pasando de ser un destino peregrino a ser una opción. 
El otro camino el que diverge al mismo pie de capilla de Casquita, este se va hacia Gijón subiendo al Alto de la Cruz. Trazado más tardío y que pudiera denominarse como Camino de la Costa, pues su vocación es ir de forma aledaña a la cornisa costera, y de cuyo recorrido trataré en otro apartado. 
El Camino del Norte o la Vereda de los San Salvadores, según Maria Josefa Sanz este trazado del Norte se realiza a través de un recorrido que atraviesa las dos Camocas, para ganar la altozana parroquia de San Pedro de Ambás a través de Castiello, quedando el Monasterio de Valdediós fuera de la arteria principal del Camino Jacobeo.
En este sentido llama la atención varias cuestiones, por un lado, que se eche el camino jacobeo por Camoca y San Pedro Ambás hacia Arbazal, pues parece que este Camino tiene por objetivo responder a la existencia en la pequeña aldea de Arbazal del Mesón de los Cistercienses. 
 Arbazal es una aldea con media docena de casas y una portentosa iglesia que algunos suponen anterior al siglo IX (Ciriaco de Miguel Vigil, la sitúa en un documento en el 996 año en que reinaba Vermudo II) aunque siendo más precisos «es una construcción del siglo XVI a la que sirve de sacristía un templo románico del siglo XIII» (Mª Josefa Sanz). 
Junto al templo hay una casa con escudo abacial, la cual se la conoce como Mesón de los Cistercienses, y se dice que fue abierto por los monjes en el siglo XVII. Pocas más noticias hay al respecto, y un poco tardía me paree la fundación, pues poco más adelante el ejercicio de la peregrinatio, terminaría por desaparecer durante un par de siglos. 
Resulta extraño que se eche contra toda lógica el Camino histórico por Arbazal, aunque lo achaco a que los historiadores que hicieron la recuperación del Camino Jacobeo, como María Josefa Sanz, desconocían la red viaria de estos valles, y se recuperó el trazado por las Camocas, en parte por una escritura que habla de Camoca y del Camino Frances, y por tal razón se supone que ha quedado como trazado histórico el que sube al citado Mesón de los cistercienses, dejando de lado no solo el Monasterio de Valdediós y su templo dedicado a Santa María, sino el propio jalón exponencial que supone la existencia de la iglesia prerrománica de Valdediós, o sea el «Conventín» que se encuentra bajo la advocación de San Salvador, datado en el 893, y consagrado por el obispo iriense-compostelano Sisnando I junto con los obispos de Coimbra Nausto, y Recadero de Lugo. 
Por tanto, creo que esto es cambiar la totalidad por la parcialidad, pues no es muy lógico «ir a visitar al criado y no al señor», primero porque al Monasterio de Valdediós fundado según carta privilegio expedida en Santiago por Alfonso IX y su mujer Berenguela y dotado de ricas heredades, se puede llegar por un trazado ancho y llano desde Villaviciosa tomando como referencia la bifurcación de Casquita, un poco más adelante de la Capilla de San Blas se toma el Camino de la Costa que va hacia Gijón, el cual va pegado al río y dejando en un momento el Camino costero se sigue al Oeste, lo cual permite llegar al cenobio sin tener que afrontar el recorrido que va la larga subida a las Camocas, aunque por medio esté la famosa filiación documental de que en Camoca había una «finca lindera con el Camino Francés». 
Cuando uno conoce la zona, y la ha andado de cabo a rabo, se da cuenta de que un cenobio de la importancia de Valdediós, «el más importante establecimiento cisterciense de tierras asturianas y unas de las principales instituciones monásticas de la Asturias medieval» (Solano Fez. Sordo) debe tener un peso notorio entre las gentes peregrinas, y por tanto que se encuentre un camino que va paralelo al río Valdediós, el cual no solo es amplio y sin apenas desniveles, sino que además está jalonado por diversas instalaciones molineras, como las de Grases: el Pico, o el del Mayorazu… 
Al tenor de lo expuesto habría que replantearse la situación, la llegada a Valdediós no podía ser por medio de una subida hasta Castiello a través de las Camocas para después bajar a Valdediós, o en cambio dejar de lado el monasterio más importante del todo el área por el hecho echar la ruta hacia el mesón de Arbazal. 
Valdediós siempre tuvo mucho peso y significación como para que este quedase al margen del Camino Jacobeo, cuando además su trayectoria histórica y peso ha sido tan importante para el desarrollo del Camino de la peregrinatio, cuyo tránsito siempre ha pasado por delante de su puerta. 
Mucho me auguro, que el famoso Camino Francés por las Camocas hacia San Pedro de Ambás, fuera un trazado más bien para uso de acémilas, (arrieros y trajineros) pues la subida es más suave que la presenta la salida del valle de Valdediós, que es mucho más empinada, me refiero a la que sale de Valdediós y se dirige a Vallinaoscura y Villarrica para ganar el Alto de la Campa, este sería un recorrido más idóneo para desplazamientos camineros, o sea a pie. 
Sin dejar de mencionar cierta contradicción, pues alguna cartografía marca como itinerario santiaguista un tramo más suave por las Camocas, pero no el oficializado sino el que sube a San Pedro de Ambás, pero desde Camoca de Arriba va pasando por encima de La Riega, yendo a la par del Barranco de Camoca para colocarse de formar travesera en el enclave de La Corolla, punto en donde se conexiona con el actual trazado sobre el que iría la carretera AS-113, y desde aquí supongo que virando al Suroeste llegaría al faro radiante que significa para la zona la iglesia de San Pedro de Ambás, y de ahí sí que tendría cierta lógica el trayecto que se encamina por encima de la AS-113 hacia la aldea de Arbazal. 
Esta variante, es un itinerario mucho menos empinado que el marcado desde Camoca de Arriba por Castiello hacia San Pedro de Ambás, que es el tramo oficial. En parte, es de suponer que se hizo así a la hora de marcar el camino oficializado como Camino Jacobeo por evitar que los romeros actuales fueran por la carretera AS-113 hasta San Pedro de Ambas. 
En cuanto a los que estoy exponiendo, el historiador Uría Ríu, se muestra más cauto, y nos dice que un «camino más antiguo que iba por Amandi, Grases, Ambás, antes de la actual carretera a ganar las alturas de la Campa de Arbazal por el camino del mismo nombre. Es de suponer la desviación por Valdediós dada la importancia de este «monasterio que gozó de la Bula de Gregorio XII por el cual se concedía un jubileo por 10 años a las personas que arribana al monacato el día de San Blas, y confesasen y comulgasen, concediendo indulgencias plenarias a todos los pecadores, estamos hablando del año 1583». 
Creo que todo esto está a medio estudiar, y es preciso darle unas cuantas vueltas antes de asentir una vez más, y en pleno siglo XXI que el Camino Jacobeo dejara al monasterio de Valdediós de lado para irse por Arbazal, es algo que resulta ilógico, y que a estas alturas sería necesario un buen panel que explicase estos términos.

Fuera como fuere el Camino del Norte, o sea nuestra Vereda de los San Salvadores, bien por la campa de Arbazal, o por los núcleos que jalonan el valle de Valdediós, como el propio Monasterio de Valdediós y los núcleos de Vallinaoscura o Villarrica, se alcanzaba el Alto de la Campa, divisoria entre los concejos de Villaviciosa y Sariego, que es el último concejo dentro de la Comarca de la Sidra."

En el camino a Valdediós pues, nuestros primeros metros, del cruce a la derecha, reiteramos, se dirigen en este rellano de Castiellu a El Palaciusoberbia casona con capilla, dedicada al Ecce Homo, jardín y palmera, además de una extensa finca, la cual llega hasta aquí, hoy todo pasto pero que antaño tuvo también huertas y tierras de cultivo


La casona de El Palaciu, como la capilla, es del siglo XVIII, si bien con evidentes reformas, como su gran galería acristalada, mirando al santuario, y un largo corredor sostenido por columnas, orientado al sur


En El Palaciu trabajaron muchas vecinas y vecinos de la parroquia, unos como caseros, otros como mantenimiento de la casa y finca, otros como servicio... nos cuentan que era una quinta de recreo y que no estaba habitada todo el año


En El Palaciu y su finca, como era habitual en las quintas de recreo, la familia propietaria organizaba grandes fiestas, siendo este el campo de las romerías y, además, se recuerda al famoso chigre o bar de Ángel y Ción, con sus bailes de los domingos, que abría sus puertas en el lugar. De sus dueños en 1928 nos cuentan así los autores del libro Villaviciosa y su progreso, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, lo siguiente:
"don Fernando de la Guardia, Ingeniero de Caminos, Puertos y Montes, y don Jaime Sánchez, propietario, quienes casados con dos hijas de doña Lucía Miravalles, viuda de Quirós, poseen una hermosa posesión en el barrio de Castiello"

A lo lejos, al oeste, está El Monte Cañéu o Cordal de Pión, que cierra de norte a sur este gran valle de Boides, como se le denominaba en la Edad Media, el del río Valdediós y sus afluentes, por el que han de subir, por Niévares y el Altu la Cruz, los peregrinos que escogen el ramal gijonés del Camino Norte, de la misma manera que nosotros hemos de subir el Camino Sur


Y, de igual forma que Víctor Guerra nos informa de la dicotomía entre el Camino por Valdediós o por Arbazal, también habla, en La Nueva España del 9-2-2019, de la aún mayor disyuntiva ente Oviedo/Uviéu y Gijón/Xixón:
"Los itinerarios del Camino de Santiago continúan siendo un factor clave en el turismo asturiano, sobre todo, por el carácter históricamente peregrino de la ciudad de Oviedo. El experto Víctor Guerra, no obstante, aseguró en su ponencia de esta semana en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón que la nueva ruta "de moda" es el Camino del Norte y que, al bordear buena parte de la costa asturiana, hace que muchos peregrinos ignoren ahora la capital y prefieran quedar en albergues gijoneses. 
La ruta jacobea citada, según Guerra, intenta bordear el mar y llegar a Santiago en línea recta, por lo que en muchas partes del recorrido los peregrinos deberán bajar y subir los valles de pequeños ríos costeros. "Muchos prefieren esta ruta porque en casi todo el recorrido se ve alguna playa, pero en época de lluvias provoca problemas. Hay repechos que acaban en unos cauces de agua que no se pueden cruzar de un simple salto", resumió. Al tener siempre los ojos puestos en el horizonte, esta versión del Camino de Santiago podría suponer, a la larga, un buen reclamo turístico para la gente de Gijón. Según el experto, el perfil del peregrino se centra ahora en "gente joven que prefiere ver el mar y tirarse medio mes como mochileros", por lo que la capital asturiana "ya no se ve como un destino ineludible". "Es comprensible que en la ruta del Norte Gijón empiece a atraer a los peregrinos que antes iban a Oviedo; cada vez los peregrinos, sobre todo los jóvenes, tienen una conciencia más turística que religiosa", aseguró."

Otro gran historiador, pionero y maestro en la divulgación y recuperación de los caminos de Santiago, Antón Pombo, dice así en su famosa y tan reeditada guía El Camino Norte de Santiago:
"Es una opción, no cabe duda, proseguir de Villaviciosa a Gijón y Avilés, pues del mismo modo que a Roma, a Santiago puede llegarse por cualquier camino. No obstante, renunciar a pasar por Oviedo constituye una falta de respeto a la historia de la peregrinación, ello por más que los intereses autonómicos hayan fijado este itinerario, que sin duda tiene su base en vías medievales que recorrían la costa..."

Ante nosotros, el monte de Casa Marcos (141 m) y, abajo en su ladera, Los Riaños, uno de los barrios o lugares de este pueblo de Castiellu, llamado Castiellu Ambás cuando quiere diferenciárselo de otros castiellos, castillos y similares, topónimos semejantes abundantes por doquier y que suelen hacer referencia a los muy abundantes recintos fortificados castreños cuya memoria ha quedado plasmada en la geografía asturiana


Allí un poco más al norte sin ir más lejos, tenemos El Castillu Taloca, nombre de uno de los lugares de la vecina parroquia de Camoca, razón por la cual el castro y su monte aparecen también mencionados como Castiellu Camoca y, solo en Villaviciosa, hay muchos más


Del castro de Camoca hemos hablado ampliamente en las entradas de blog dedicadas al paso del Camino de Santiago por dicha parroquia, es decir, las correspondientes al trayecto caminero inmediatamente precedente a este. En él realizó prospecciones arqueológicas Jorge Camino Mayor y se dató en base a ello el castro en unos 2.600 años de antigüedad, en época prerromana


Como nota curiosa hemos de decir que en él se halló polen de lino, planta empleada para hacer tejidos que tuvo gran fama en esta zona y fue intensamente plantada, tanto es así que en la feria de Camoca eran famosas sus transacciones, acudiendo a ella por esta razón arrieros castellanos y vendedores de género


En nuestros días de ello no queda más que algún topónimo como El Prau Llinar, La Llinariega, etc. y, también, su protagonismo compartido en la célebre Feria de les nueces y el lino que desde 1999 se celebra en Camoca recuperando aquellas ferias que coincidían con la romería del Rosario de Octubre en las que también se vendían los preciados productos hortofrutícolas de estas parroquias del interior de Villaviciosa


El Castillu Taloca (141 m) es actualmente uno de tantos montes castreños que han sido plantados de eucaliptos u ocalitos, la estructura del castro propiamente dicho, localizado en su cima o corona, es ligeramente ovalada, perimetrado por un talud de más de diez metros con doble foso en su sector oriental


Allá en su falda, arriba, está la casa de Taloca, con sus pumaradas que se extienden prado abajo hacia las casas de Vega, en Camoca Riba


Abajo, por el bosque, La Riega Camoca, que nace en La Forcona, casi al pie de La Llosuca, en el cercano pueblo de Ambás, baja, haciendo de frontera entre las parroquias de San Pedru Ambás y Camoca, a desembocar al Ríu Valdediós en El Mayorazu o El Molín de Mayorazu, este ya en Grases, a poco más de 300 metros de aquí


Poco antes de desembocar forma un pequeño desfiladero al llegar, ahí abajo, a la altura de las casas de El Castañéu, parroquia de San Pedru Ambás


Por El Mayorazu pasa el otro ramal del Camino de Santiago, mientras que el nuestro ha subido desde La Riega justo a la derecha del monte El Castañéu (a la derecha de la foto), por lo que la proximidad de ambos es evidente


A lo lejos, al norte, vemos, más allá de Los Riaños, El Monte Iyánn (364 m), en La Cobertoria, estribaciones septentrionales del Monte Cañéu, que separa este valle de la franja costera de Les Mariñes, famosa por su ancestral tradición azabachera cuyos productos y producción se vendían en gran parte a Santiago de Compostela por aquellos antiguos caminos costaneros


Precisamente por La Cobertoria y el Monte Bedriñana subían ramales camineros desde El Puente Güetes, Buetes o Huetes, saliendo de La Villa (Villaviciosa capital) hacia la bahía gijonesa atravesando Les Mariñes de este a oeste, caminos que quedaron regalados en favor del que discurría por Grases y Niévares para acercarse a Gijón/Xixón vía Pión y su valle, El Curviellu y su alto, y La Olla, en Deva, y su llana meseta, ruta con más subida y bajada pero sensiblemente más corta, que es por donde se ha señalizado, desde 1994, dicho trayecto gijonés desde Villaviciosa


En la ladera, la Casa Marcos apenas la podemos ver, rodeada de frutales, mientras que abajo, en Los Riaños, pasa el camino que comunica con El Castañéu


Una muria de piedra, no muy alta, bordea toda la gran finca de El Palaciu mientras nosotros nos acercamos a la mansión y su capilla, en cuyo campo se yergue una gran palmerona que da vista, al oeste, al valle de Rozaes, río afluente del Valdediós que da nombre a una parroquia villaviciosina



Más allá, otra palmera es también atalaya sobre dichos valles, justo donde empieza la bajada de Castiellu a la ribera del Valdediós, paso natural a la cabecera de su valle, donde se halla el monasterio. Al fondo es la cabecera del valle de Rozaes, con las casas de Conceyeru en la lejanía, justo a la izquierda de la palmera



Y aquí a la derecha tenemos La Corolla, el castro astur, o lo que queda de él entre los ocalitos, que dio nombre a este pueblo de Castiellu, catalogado por primera vez por el gran maestro de la investigación castreña y prehistórica asturiana José Manuel González y Fernández Valles en la década de 1960, siendo excavado por Jorge Camino Mayor en 1988



No están situados en las alturas más prominentes pero sí en las más estratégicas, habitables y de dominio del entorno, en medio del valle de Boides y divisando sus accesos a través de las montañas, así como el camino o los caminos que, a través de estos pasos naturales, comunican la costa con el interior



Dejamos a la derecha el cruce de Los Riaños y continuamos de frente entre las fincas de El Palaciu y la del monte de Casa Marcos


A nuestra izquierda, prado arriba, al otro extremo de la finca de El Palaciu, vemos La Casona, en el otro camino, el que sube a Arbazal


Ese primer trecho es llano pero poco después pasando los lugares de La Quintana y La Brimera, ese camino comienza a subir


El Camino a Arbazal va a subir, por La Venta, al cementerio y, de allí, continuará hasta la Carretera la Campa, pasando al lado de la iglesia parroquial de San Pedro (oculta por el arbolado)


Luego sigue unos metros por esa carretera y, al llegar al barrio de Villabona, cuyas casas vemos arriba a la derecha de la foto (encima de las de La Venta), tomará una senda que sube por esa ladera del monte y ganará rápidamente altura


Es el monte Lloses (454 m) con el pico de igual nombre. El Camino llega bastante cerca de la cima, saliendo del bosque a las laderas empinadas de la zona más alta, pobladas de cotolles (tojos)


El camino a Arbazal sube pues bosque arriba desde Villabona pasando encima de otro barrio de esta parroquia de San Pedru Ambás, Lloses, llamado de la misma manera que el monte, donde está, a la derecha, el famoso hórreo de Casa Ánxel, célebre por sus numerosos símbolos grabados y pintados y por su ejemplar restauración


Allí hay otro palacio (a la izquierda), El Palaciu Lloses, quinta de indianos construida en 1912 por el arquitecto para Salustiano Carrera, emigrante retornado de Cuba, por el arquitecto Colominas


Cuando murió su mujer, Blanca, Salustiano regresó a Cuba y vendió la casa a su vecino Bernardo Vallines Fernández, también indiano en Cuba, casado con Elisa Solís. Enfrente, donde estaban la antigua cuadra y el llagar, construidos en 1916, se hizo posteriormente una casa de turismo rural



El Camino sigue llano y recto entre los muros de ambas fincas



Luego del muro de piedra, a la altura de la capilla, hay una verja con columnas


Desde la verja, vemos la capilla y su campo, su estructura es de planta cuadrada y tiene una pequeña espadaña con una campana, un ventanuco en forma de aspillera en el muro lateral da luz al interior


Al lado de la capilla, una mesa pentagonal azulejada en azul y blanco


A la entrada de El Palaciu hay una bifurcación, El Fundil, donde seguimos de frente, donde estuvo el chigre de Ángel y Ción, que además de bar tenía llagar y baile


A nuestra izquierda, la fachada norte de la casona de El Palaciu


El camino hace aquí calle, estrechándose entre las casas. Si bien no suele haber tráfico alguno estemos pendientes ante el paso de algún vehículo pues apenas hay espacio


Sigue a nuestra izquierda, ahora más alto, el muro que cierra la finca de El Palaciu, que tiene aquí un portón de acceso



Y ahora, en este cruce, seguiremos a la izquierda



Y empezamos a bajar, teniendo enfrente La Corolla y, a la derecha, la palmera que antes nos sirvió de referencia para saber donde empezaba esta bajada al valle



Arriba a la derecha de La Corolla está La Quintana, por donde va el otro camino, en dirección a San Pedru Ambás y Arbazal


Nuestro Camino pasa al pie de La Corolla haciendo esta pronunciada curva a la derecha, perdiendo altura paulatinamente



Aquí hay un poco de rellano y una encrucijada, el monte de La Corolla está totalmente plantado de eucaliptos


Del cruce seguimos bajando, a la derecha, pasando junto a la portilla de una finca



Y empezamos a ver ante nosotros el valle del Ríu Valdediós con el de su afluente el Rozaes, cerrado al oeste por El Monte Cañéu o Cordal de Pión



El valle está atravesado por la Autovía del Cantábrico (A-8), la cual se bifurca en Grases, esta sigue de frente atravesando el monte por los túneles que vemos a la izquierda, yendo en dirección a Gijón/Xixón, mientras que otro ramal, la A-64, sigue a la izquierda (vemos un viaducto entre los árboles, en dirección a Oviedo/Uviéu por otros túneles, los de Fabares, en la cabecera del valle de Rozaes


Los túneles de la A-8 están en el lugar de El Mayáu, parroquia de Rozaes, mientras que el viaducto de la A-64 (abajo) está en Casares, parroquia de Niévares. Bajo él pasa el ramal jacobeo a Gijón/Xixón, obligando al peregrino a realizar un gran rodeo desde que el Camino de Santiago original quedó cortado por el llamado "nudo de Grases", donde ambas autovías se bifurcan


En Rozaes está la capilla de Santumedero (a la izquierda de los túneles y un poco más abajo), que hace las veces de parroquial desde que fue incendiada la iglesia de Santa María en la Guerra Civil



Santumedero es el patrón de los huesos, y por eso es tradición que mucha gente acuda a su romería de Pascua en este santuario, por eso la periodista de La Nueva España Mariola Menéndez titulaba Rozaes devoto de Santumedero, el 7-4-2015, su crónica de fiesta:
"Rozaes, en Villaviciosa, rindió homenaje ayer a San Emeterio, "para sus vecinos Santumedero". Así lo explica Eladia Díaz, natural del pueblo aunque vive en Oviedo, que no quiso perderse la fiesta del lunes de Pascua. Forma parte de la banda de gaitas que han creado los alumnos de las clases de este instrumento que organiza la asociación de vecinos en la localidad y en la que colabora también la banda de gaitas de Villaviciosa.

"Ye la fiesta de Rozaes", tiene claro Eva Solares. Al menos, es la más popular. Ayer la celebraron por todo lo alto con una misa solemne, a la que sucedieron la procesión y la puja del ramo. También se pudo tomar algo y picotear en la barraca que colocaron en el prau próximo a la capilla. La soleada mañana invitaba a tomar el vermú. Solares agrega que es una fiesta que "va cogiendo auge" porque cada vez participan más romeros y "el día que te presta es éste", por ayer, culmen de tres días de festejos.

Encarnita Díaz destaca la colaboración y trabajo de los vecinos. "Estamos muy unidos y todos colaboran", insiste. Recuerda que Santumedero es "el santo de los huesos", al que se encomendaban muchos que habían sufrido algún mal o fractura en alguno. Por lo que, aunque ha ido decayendo la tradición, hace años era habitual llevarle algún exvoto o acudir en promesa el día de la fiesta para pedirle que intercediera después de haberse roto por accidente, por ejemplo, una pierna o un brazo.

Eva Solares agrega que sobre todo entre la gente mayor aún persiste esta devoción hacia al santo, a quien le atribuyen tales poderes milagreros. Tradicionalmente eran muchos los vecinos de Peón que acudían a visitar al santo por alguna promesa y en Oles también ha tenido siempre mucha aceptación."

Enfrente de la iglesia están la antigua rectoral y Casa Modesto y Cavafríu, donde hubo buenos ferradores (herradores) de ganado, a la entrada del barrio de Villanueva


Justo enfrente en el cordal vemos el monte La Cruz (541 m) y a su derecha el alto de este nombre, a unos 500 metros de altitud, paso entre el valle del río Rozaes y, al oeste, el valle del río España. A la izquierda es La Curiella (535 m)


Por allí suben desde Niévares los peregrinos que, en el cruce de Casquita, hayan decidido tomar dicho camino, también oficialmente señalizado como ruta xacobea, que va a Gijón/Xixón, y por allí bajan los que hacen, en sentido inverso, otra famosa ruta de peregrinaciones: el Camín Xixón-Cuadonga/Gijón Covadonga


Por allí abajo, por Siana, detrás de las casas en la parte inferior de la foto, va ese camino procedente de Casquita y Grases y luego de habar cruzado el Ríu Valdediós en las cercanías del Molín del Mayorazu, dirigiéndose al paso bajo el mencionado viaducto para dirigirse a Casares


Luego de Casares, ese ramal gijonés pasa bajo la aldea de Turbeñu, en Niévares, dirigiéndose luego a la derecha para retomar el camino original cortado por el nudo de Grases


Y ese camino original se retoma tras pasar Les Vallines, también en Niévares (a la derecha de la foto), allí puede decirse que comienza la gran ascensión al Altu la Cruz (arriba a la izquierda)


Camino ese que pasa a la derecha de La Torre, un verdadero castillo con sus torreones que se alza imponente sobre el valle y destaca en la distancia


La Torre de Niévares es en realidad un conjunto palaciego edificado encima de un torreón medieval mucho más antiguo que el palacio propiamente dicho. Sus grandes dimensiones y fábrica le confieren un aspecto más de castillo-fortaleza que de torre defensiva, con muralla hecha de mampostería


Como en casi todas las edificaciones de la antigüedad, torres y castillos, se dice de galerías y pasadizos subterráneos que comunicaban La Torre con el exterior. Al pie de ella están la gruta de La Cueva y una cantera, sin duda lugares relacionados con su construcción


Desde ella se domina todo este gran valle central villaviciosino, llamado Boides en la Edad Media  (de boi y bovis, ganado vacuno). No se conservan documentos que avalen la fecha exacta de fundación pero por todos sus elementos constructivos se trata de una construcción de la baja Edad Media, sin negar que pudiese estar levantada encima de otra fortaleza anterior mucho más antigua. Estas murallas que ahora observamos desde el camino están levantadas en considerable altura y con refuerzo de contrafuertes a manera de pequeños torreones semicirculares. Entre ellos se disponen las almenas


No falta tampoco quien esboza la posibilidad de que pudiese haber sido parte (una construcción anterior a la actual) de las dependencias palaciales del rey Alfonso III El Magno en el mítico Valle de Boides donde tuvo su retiro (Valdediós y El Conventín) o incluso que estuviese relacionada con un aún más antiguo castro astur o fortaleza romana. De todas las maneras, lo cierto es que la parte posterior de la muralla original fue derribada cuando se abrió la carretera de Niévares a El Pedrosu, que pasa por detrás



Acabado el medievo, el castillo perdió su utilidad defensiva, por lo que se erigió encima un palacio con varias dependencias, al igual que pasó en tantos casos, cuando los señores-guerreros feudales pasaron a convertirse en nobleza terrateniente. Esta fue la razón por la que muy a primeros del siglo XVI se dio en construir aquí estas edificaciones palaciegas que vemos ahora, en las que lo más notable viene a ser la casona solariega de planta rectangular con torre cuadrada de dos pisos (a la derecha de la foto)


Una escalera sube por afuera, a la derecha de la torre, hasta el primer piso, y en el otro lado, el que mira hacia el sur, se abre un corredor estilo asturiano popular. En los dinteles de piedra de las ventanas se esculpieron motivos decorativos de tipo tradicional


 En la sobrepuerta de la entrada está labrada la fecha del año 1501, que seguramente es la que corresponde al momento en el que se levantó el edificio, así como otras construcciones exteriores como la capilla del palacio. Junto a ella se armó una monumental panerona de ocho pegollos



Afuera, a la izquierda justo de La Torre, se reconocen las casas de los caseros, que por sus características y lo ancho de sus muros no sería raro que fuesen contemporáneas del palacio, del que se cuenta que fue donde vivió un tiempo Antonio de Borja, uno de los grandes maestros del arte Barroco en Asturias, y en épocas más recientes, esto ya totalmente seguro, el médico don Carlos de la Concha, familia esta a la que ya aparece vinculada La Torre desde el siglo XIX


Desde La Torre ese camino sube al Altu la Cruz por el barrio de El Pueblu y muy cerca de la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Niévares, y luego asciende directo por la ladera monte, bajo La Curiella hacia La Piñera y Fernandiz, antiguas quintanas solitarias en esta falda occidental del cordal


En lo alto de La Curiella existe una importante necrópolis megalítica, el campo de túmulos de La Llaguna de Niévares, donde hay además un área recreativa. La subida al Altu la Cruz coincide, como buena parte del recorrido entre Amandi, en Villaviciosa, y La Olla, en la parroquia gijonesa de Deva, con otra ruta de peregrinación, solo que a la inversa, el Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga


Según bajamos vemos la gran vega donde se unen los ríos Rozaes y Valdediós y donde confluyen las parroquias villaviciosinas de San Pedru Ambás, Niévares, Rozaes y Pueyes


La unión fluvial se realiza precisamente al pie del referido lugar de Siana, que pertenece a San Pedru Ambás y detrás del que, como hemos dicho, pasa el camino gijonés



En la fértil vega no hay casas, pues Siana mismo esta a cierta altura sobre la misma. Además de ser zona inundable con las riadas, las tierras más fértiles del valle se aprovecharon secularmente para pastos y cultivos


El Camino baja más suavemente al llegar a estas arboledas, donde hay árboles y arbustos autóctonos y también alguna plantación de eucaliptos


El Camino no tiene riesgo de pérdida, vamos siempre por esta carretera local asfaltada, los antiguos caminos reales o principales, tal que este, o desaparecieron o se transformaron en vías pecuarias con la llegada de las primeras carreteras generales, en este caso de La Campa, que a mediados del siglo XIX relegó al camín a la comunicación local entre estos pueblos del valle



Aunque veamos algún desvío, como este sin señalizar, seguimos todo de frente por el asfalto


Abajo, en la vega es, obviamente, el lugar de nombre y topónimo La Vega, en la mesta o unión fluvial del Rozaes y el Valdediós, bajo Siana


Más arriba de nuevo La Torre, en Niévares y, sobre ella y en la ladera Tresvilla, otro de los barrios de la parroquia. En lo alto, Tresvilla de Riba


Tresvilla es como decir 'detrás de la villa', sin duda referida 'villa' no exactamente a población sino a alguna antigua villae o asentamiento agrícola que podría haber estado en el lugar de La Torre


Justo al pie de La Torre pasa, de izquierda a la derecha siguiendo la línea de setos, El Camín del Llivinque, que emplean los peregrinos a Covadonga para ir a Grases y que, al revés, es un posible atajo, no señalizado eso sí con las conchas ni los mojones ni las flechas, para los peregrinos jacobitas del itinerario hacia Gijón/Xixón. A ambos casos les dedicamos las pertinentes entrada de blog


Aunque nosotros, en el trayecto ovetense, no nos afectan esos otros periplos camineros, la referencia de La Torre de Niévares siempre es importante como elemento histórico y visual en nuestra travesía xacobea


Si bien caminamos por asfalto el recorrido es un muy agradable paseo rodeados de bosque y de un idílico paisaje que ya prendó al rey Alfonso III El Magno para hacer su palacio de retiro y paraje de caza, solaz y recreo, muy posiblemente siguiendo una tradición de la nobleza y clases principales existente desde mucho tiempo atrás...


Vamos así acabando la bajada y empezamos a ver ya al lado nuestro los prados de la vega del Ríu Valdediós, aunque el río propiamente dicho, unos metros más allá a nuestra derecha, discurre oculto entre la vegetación


Ante nosotros el monte de Peñacalva (502 m) y en su ladera Valeri, uno de los barrios de la parroquia de Pueyes, al sur de Villaviciosa, por donde va la carretera de Rozaes a Valdediós


Con esfuerzo tal vez distingamos, asomando entre el boscaje, la espadaña de la iglesia de San Bartolomé, edificada en la Edad Media (s. XII) y en la que se emplearon elementos de una desaparecida capilla más antigua existente en la cercana aldea de Sanzornín. En esa zona, concretamente en el prado llamado El Requexu, fueron halladas monedas y cimientos de construcciones muy antiguas, tal vez una villa romana o altomedieval o, sin ser necesariamente excluyente de lo otro, el palacio del rey asturiano Alfonso III El Magno, del que se sabe tenía su residencia de recreo en el Valle de Boides, relacionado con este gran valle de Valdediós, el valle de Villaviciosa por excelencia


Allí excavó a primeros del siglo XX el sacerdote y profesor del Seminario de Valdediós, José Fernández Menéndez, quien descubrió baños y termas de tiempos de Roma, tal vez formando parte de una villa o palacio reaprovechado después para palacio de señores y monarcas. Luego fue tapado todo y jamás volvió a excavarse. Topónimos como La Villa y La Torre son absolutamente reveladores, al igual que la leyenda de la mora encantada enterrada en esos parajes legendarios


A lo lejos vemos a la derecha El Llanucáu (521 m) en El Cordal de Cañéu, La Llaguna, otro topónimo similar al de Niévares y con una circunstancia similar, sus monumentos megalíticos, donde se han hallado ofrendas de hachas votivas de piedra. Luego es El Llanu'l Toral (505 m), topónimo vinculado a toros o vaquerías en general, pues las montañas tuvieron desde hace milenios pastizales de altura y brañas, hasta que el éxodo rural y el abandono del campo ocasionaron que los terrenos fuesen aprovechados para plantar especies de crecimiento rápido como eucaliptos para las papeleras o plantaciones masivas de pinos, sobre todo a partir de los años de la década de 1970


Más a la izquierda El Cuetu (624), el Monte l'Osil, topónimo relacionado con osos que hace muchos siglos que desaparecieron de aquí, y El Cantón (643 m), ya en La Llomba y fronterizo con Sariegu, otro campo de túmulos


Bajo La Llaguna, Villanueva, cabeza de la parroquia de Rozaes. Sus habitantes son llamados figueros y se celebra en el otoño la animada Fiesta de los Figos, poniéndose higos a la venta y realizándose ricos postres con ellos



Avanzamos en llano junto a los prados del valle y sus setos silvestres o sebes, que los separan. Hay pequeños bosquetes autóctonos


Valle de Boides, de bois, literalmente bueyes pero aplicado al ganado vacuno en general. Sin duda en tiempos remotos buenos pastizales para los numerosos rebaños de la trashumancia, que en invierno bajaban a los valles y a la marina y en verano subían a los pastos altos o de alzada, en la cordillera...


La relación de las villae, como la de Pueyes, con la cristianización del noroeste peninsular se ha escrito mucho, incluso de su relación con las comunidades priscilianistas, como escribe el arqueólogo Antonio Blanco Freijeiro en su artículo La villa romana en Gallaecia y su posible relación con la vita comunis del priscilianismo, publicado en Los Cuadernos del Norte, donde entre otras cosas dice:
"... los cánones del Concilio de Zaragoza citan las villae alienae (las casas de campo de sus amigos y simpatizantes) entre los lugares frecuentados por los presuntos herejes (cubicula, montes, villae alienae, domus); y en segundo lugar, porque quienes contemplan el priscilianismo como una forma de transición entre el ascetismo paleocristiano y el nuevo monacato, consideran que las villae eran aptísimas para que el priscilianismo se sirviese de ellas como sedes o células de su movimiento.

Una villa era, pues, ante todo, una residencia señorial. Había de reunir, por ende, comodidades como las del baño caliente y frío, y ofrecer elementos suntuarios como los porches columnados, las paredes revestidas de estuco y de pintura mural, los suelos de mosaico, las habitaciones calefactadas por el sistema de las suspensurae, etc., en suma, los elementos de que el arqueólogo se vale para afirmar que las ruinas de tal o cual edificio corresponden a una villa romana. Pero ahí no acaba todo: la villa ha de tener también las dependencias propias de una explotación agrícola: graneros (harrea), henares (fenaria), pajares (farraria), molinos (pistrina), fragua, talleres para confección y reparación de cestos y aperos de labranza, establos, etc. Estas dependencias pueden hallarse, al menos en parte, formando un conglomerado con la mansión dominical, o totalmente separadas de ésta, según recomienda Vitrubio en previsión de riesgos de incendio. 

Pero, ¿había en tiempos de Prisciliano villae romanas en Gallaecia? Es evidente que sí. Aun en el supuesto de que no lo fuesen todas las 118 registradas y puestas en el mapa de la doctora María Cruz Fernández Castro estar seguros de que además de las reseñadas y comprobadas, hubo muchísimas, incluso centenares de otras más . Un indicio importante, aunque no sea arqueológico, lo tenemos en la cantidad elevadísima de topónimos compuestos de «vila» y «Villa». No pretendemos con esto que todos ellos se remonten a época romana, puesto que como todo el mundo sabe, villa adquirió en la Edad Media un nuevo significado en las lenguas romances, el de aldea o el de pueblecito; pero aún así, en el subsuelo de muchas villas actuales subsisten los cimientos de la villa romana en que la posterior tuvo su origen. 

Cuando decimos la Gallaecia no sólo nos referimos, por supuesto, a la Galicia actual, sino a la provincia romana que desde la reforma de Diocleciano comprendía el norte de Portugal (o sea, las provincias de Minho, Douro litoral, y Tras-os-Montes-e-Alto Douro), y las provincias españolas de Asturias, León, norte de Zamora, hasta el Duero, y parte de Castilla, todo lo que hasta entonces había sido el conventus Cluniensis (capital Clunia, cerca de Peñalba de Castro, Burgos)."

Efectivamente, el que la villa romana sea una explotación agropecuaria y que siempre que se halla alguna se encuentran indicios de muy temprana cristianización, entronca con las reuniones que se dice celebraban en ellas los priscilianistas, cuyo papel en la evangelización de buena parte de Hispania para haber sido determinante:
"Los caminos por los que una villa romana, en buen uso o en ruinas, podía convertirse en monasterio, en cementerio o en ambas cosas a la vez, eran múltiples, y más en momentos críticos, incluso caóticos, como los que le tocó vivir al Occidente romano a raíz de las invasiones germánicas. 

Imaginamos a un religioso, sólo o en compañía de algún hermano, que vaga por el campo en busca de un lugar donde cobijarse y fundar monasterio. Al fin encuentra los muros de un edificio antiguo y grande, probablemente una villa; armándose de paciencia los limpia de escombros y los hace habitables. Encuentra asimismo una estancia que se le antoja oratorio; es más, las gentes de la comarca afirman que allí solía orar San Martín. Nuestro cenobita pone especial esmero en la reconstrucción de este aposento noble, llamado a ser la iglesia de su monasterio; levanta en él un altar; dispone un relicario para recibir las reliquias de los santos e invita a varios obispos a venir a bendecirlo... Todo esto, que pudiera parecer una reconstrucción imaginaria -y como tal la hemos anunciado-, puede convertirse en realidad histórica con sólo ver lo que a propósito de una fundación de San Senoque escribe Gregorio de Tours (Vitae Patrum 15, 1),  y que no vamos a traducir porque acabamos de hacerlo: 
Reperit enim ... parietes antiquos, quos eruderans a ruinis habitationes aptavit dignas; reperitque ibi oratorium, in
quo ferebatur celebre nostrum orasse Martinum.
Quod diligenti cura compositum, erecto altari, loculumque in eo ad recipiendas sanctorum reliquias praeparatum, ad benedicendum invitat
episcopos"

Afirma Blanco Freijeiro que "Así nacieron monasterios, iglesias, abadías e incluso catedrales", en torno a aquellos núcleos poblacionales, bastante autosuficientes y que ya administraban el territorio como luego lo harían los monasterios:
"Y es que lo mismo que los conventos edificados ex novo las villae reunían todos los requisitos necesarios para La vida espiritual y material de una comunidad bien avenida: una estancia semejante a una basílica, a menudo con ábside incluido, una serie de cubicula, convertibles en celdas monacales; servicios de cocina, comedor, lavabos, etc., y normalmente una buena extensión de tierra cultivable. Siendo así, resulta por demás natural que San Agustín hiciese sus estudios en un monasterio de Lombardía que se llamaba Cassiciacum, nombre apropiadísimo para una villa romana en territorio de lengua céltica como todos los acabados en acum, y llegado el momento de fundar él uno propio sabemos que lo hizo en una de sus fincas, probablemente una villa. Es posible que Prisciliano procediese del mismo modo, pues el calificativo de praedives opibus que le aplica Sulpicio Severo es justamente el que conviene a un gran terrateniente , ya que otras posibilidades de poseer caudales eran escasas en aquella época. Casiodoro hace constar que su fundación de Vivarium la realizó transformando en monasterio una villa de su propiedad."

Llegamos a una bifurcación: nosotros seguimos de frente hacia Valdediós pero, si por alguna razón cambiásemos de idea y quisiésemos tomar el rumbo a Gijón/Xixón, podríamos ir a la derecha y enlazar, bastante cerca, con las señales del otro ramal, en ruta a Niévares, justo antes del viaducto de Casare en la A-64


Aquí sí tenemos la necesaria flecha amarilla que nos confirma el camino a seguir, viendo Valeri siempre al sur


Podríamos pensar que, de la misma manera que el Coto de Valdediós, cuyo centro fue el monasterio de Santa María, tuvo su precedente en el templo y palacio de Alfonso III en Boides, este hubo de tener el suyo en comunidades religioso-sociales administrativas precedentes,  tardorromanas y asturromanas, villae y castros, villae ya vinculadas a santuarios cristianos muy antiguos y castros donde se refleja la espiritualidad comunitaria de sus moradores, como la famosa estela de los Luggoni Arganticaeni encontrada en la cercana iglesia de Grases y que se vincula al castro del Castillu Taloca del que antes hemos hablado


En lo alto de La Llomba y en la frontera con Sariegu se encuentra El Pozu los Llobos, antigua trampa para los lobos que antaño poblaban el monte, otro campo de túmulos megalíticos localizados en estas montañas. En las cercanías se encuentra el paraje del significativo nombre de Valloberu


Esplendor de la pumarada en flor en la primavera, todo un espectáculo visual para el que se realizan incluso visitas guiadas



Frondosos bosques a nuestra derecha, ribereños del Ríu Valdediós que, aunque no podemos ver sí lo intuimos en la espesura


En este lugar del valle es donde se unen las parroquias de San Pedru Ambás, Pueyes, Rozaes y Niévares


Sobre el río está Conceyeru, dos casas en la frontera de Pueyes y Rozaes  una pertenece a una parroquia y otra a otra. Justo al lado a la derecha, empieza también la de Niévares. En esta foto de principios de primavera, con algunos árboles aún sin hojas podemos ver una de ellas


Allí estaba el Palacio de los Hevia. De Conceyeru era además la línea de autobuses que recorría los pueblos y parroquias del valle, comunicando a sus habitantes con las villas


Descubrimos ahora, mirando un poco más a nuestra derecha, otro de los importantes pasos del Monte Cañéu entre Villaviciosa y Gijón/Xixón por El Monte Cañéu, El Pedrosu (250 m), donde está la aldea de este nombre, paso de la carretera N-632, de penoso recuerdo para los automovilistas antaño por sus tremendas curvas y atascos. A la derecha tenemos el Monte la Cobertoria con El Picu Iyán (364 m) y, a la izquierda, El Llanu del Cañéu y estribaciones septentrionales de La Curiella 


La N-632 cayó en desuso cuando se abrió la llamada Carretera del Gobernador (AS-256) que va más directa y sin tantas vueltas un poco más al norte, y definitivamente ya con la apertura de la Autovía del Cantábrico. En nuestros días es casi una vía de comunicación local para los pueblos de la zona Les Mariñes, pero en no pocos tramos registra bastante tráfico en verano, los de los accesos a las playas principalmente, también es muy empleada por moteros y ciclistas


En El Pedrosu, parroquia de San Xusto, abrieron en sus tiempos de esplendor varios establecimientos renombrados, los bares-comercio o chigres-tienda de Casa Constante, antes Casa Valeria, y Casa Gelu, que además de chigre y tienda tenía estanco, parada de línea y baile, a donde acudía a bailar la juventud de entonces, muy numerosa aún en estas parroquias


Si bien la carretera se sabe estaba acabada "en 1882 sino antes" dice el arquitecto Juan José Pedrayes Obaya en Villaviciosa de Asturias. Analisis urbano, en Villaviciosa y su progreso, año 1928 recordamos, afirmaba que "Los caminos son pocos y malos" y que "Como única vía de comunicación importante, tiene el camino a Caés, construído por don Leonardo Palacios ayudado por el vecindario". Es extraño no se mencione a esta carretera, que además va a Caés, pueblo de San Xusto situado más abajo de El Pedrosu. La insatisfacción era no obstante tan grande con este y otros problemas que se llegó a plantear en San Xusto el independizarse de Villaviciosa:
"Es lamentable, por no calificar de otra forma, el abandono que se aprecia en las cosas públicas de este pueblo (...) el cronista se explica la indignación explosiva de este vecindario contra el proceder del Ayuntamiento, que según ellos, le tiene abandonado; de ahí su aspiración a constituirse en entidad menor."

A El Pedrosu sube también la carretera local VV-9 desde Les Vallines, en Niévares, llegando a Villarrica, la llamada Casa'l Cura, que tenía capilla anexa


El Camino sigue todo llano y, reiteramos, cuando encontramos algún cruce con sendas y pistas de tierra, normalmente sin señalizar, seguimos de frente por el asfalto sin temor a pérdida


El paraje es un vergel y los árboles conforman un auténtico bulevar natural, además de un vello túnel vegetal. Si bien no hay normalmente nada o casi nada de tráfico, eso sí, no dejemos de estar atentos al ocasional paso de vehículos, a veces tractores que van y vienen a las fincas, pues no disponemos de arcén ni vereda peatonal


Hay tramos con bastante visibilidad pero en las curvas esta desaparece y puede llegar algún vehículo de frente


La famosa villa de Pueyes, en la llamada Ería de la Villa, tras su excavación fue vuelta a tapar y jamás se reanudaron los trabajos arqueológicos, aunque ocasionalmente el tema parece retomarse y salta a los medios de comunicación. He aquí por ejemplo un artículo titulado Un paseo por la joya romana de villaviciosa: así era la villa de Puelles hace 2.000 años, firmado por José A. Ordóñez para La Nueva España y publicado el 4-12-2022:
"La joya romana de Villaviciosa duerme enterrada entre Puelles y San Zaornín, muy cerca del monasterio de Valdediós. Se trata de una villa rural erigida en el siglo I y que fue excavada parcialmente en 1928, sin que desde entonces se haya investigado más sobre el terreno. Lo único que se conoce sobre este emplazamiento es lo publicado hace más de noventa años en la revista “Covadonga” por J. Fernández Menéndez, responsable de aquella primera y única intervención, que se limitó a unos setenta metros cuadrados del área termal de un complejo cuyo cometido principal sería la explotación de la tierra. El resto sigue siendo una incógnita, aunque es de suponer que responda al modelo de villas romanas habituales en el territorio que hoy es Asturias, algunas de las cuales, como la de La Estaca, en Las Regueras, está siendo objeto ahora de una serie de campañas que deparan espectaculares resultados.
La Fundación Cardín organizó recientemente una conferencia a cargo de José Ignacio San Vicente González de Aspuru, profesor titular del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo, para rescatar del olvido la villa romana de Puelles, también conocida como de Boides, aunque esta última denominación ha perdido peso en las últimas décadas entre los expertos. 
La excavación de Fernández Menéndez en Puelles se centró en una zona conocida como la Ería de la Villa, muy cerca de la carretera que entonces estaba en construcción. El complejo se levantó en un terreno pendiente, como era habitual, para favorecer la evacuación de las aguas residuales. Uno de los primeros descubrimientos de aquella campaña fue una galería porticada, con el suelo pavimentado, que funcionaría como zona de comunicación entre la zona termal y el resto de la villa. 
Desde esa galería se pasaba al Apodytherium, que era el vestuario donde los usuarios del área termal dejaban las ropas al cuidado de los esclavos, y, luego, al Frigidarium. Esta era una sala de agua fría que fue excavada parcialmente por Fernández Menéndez, quien detectó al fondo una estancia de 2,90 por 3,10 metros en la que se conservaban pavimentos y pinturas. Sería la piscina de agua fría del Frigidarium. 
La siguiente estancia era el Tepidarium, una sala sin agua por la que circulaba aire caliente caldeado a una temperatura templada gracias a un horno cercano. Los usuarios pasaban después al Caldarium, la sala de agua caliente de la que en 1928 únicamente se conservaba una parte debido a un hundimiento. En su parte más oriental estaba el Alveolus, que era la piscina del enclave. 
La excavación de Fernández Menéndez permitió recuperar trozos de teja y ladrillo, cerámica decorada, cristales, una rueda de molino, clavos y monedas, de las que se conservan dos, posiblemente tardorromanas. También apareció un anillo de cobre con inscripciones, cuyo paradero actual es una incógnita. 
La villa romana de Puelles aún tiene mucho por descubrir, ya que solo hay conocimiento de una parte del complejo, la destinada a balneario. Sin embargo, no hay previsión alguna de retomar aquella histórica excavación ejecutada hace casi un siglo."

Luego, en la Edad Media, este valle y sus montañas circundantes formaron parte del Coto de Valdediós, propiedad directa del monasterio de San María de Valdediós, fundado tres siglos después que El Conventín y palacio de Alfonso III El Magno, el cual no se incorporaría definitivamente al concejo de Villaviciosa hasta las leyes liberales que suprimieron los señoríos, en 1827, y posteriormente la desamortización que hizo desaparecer al cenobio con institución religiosa


Aún en 2000, en el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, se decía que los vecinos de Pueyes, por entonces unos 50 (en el pueblo no en la totalidad de la parroquia), "tienen su principal trabajo en las faenas del campo". Ahora se han habilitado muchas casas como segundas residencias y alojamientos, así como construido viviendas de nuevo cuño


En La Vega, prados de siega y pasto, tierras de cultivo en invernaderos; más allá, Turbeñu, La Curiella y el Altu la Cruz. El Monte Cañéu y El Cordal de Pión son nombres que suelen superponerse en estas montañas, la Enciclopedia del paisaje de Asturias dice que el primero "es una continuación de pequeños montes" del oeste del segundo, "que van desde el Cierru Cañéu y el Llanu L'Altaraca, hasta peña Crespa y La Parea El Faéu", añadiendo además lo siguiente:
"En toda la sierra son abundantes las plantaciones de eucaliptos y pinos, con alguna pradería. Como en todo el cordal, fue lugar de enterramientos neolíticos, destruidos y perdidos en su mayor parte. Es un lugar de gran belleza paisajística, desde el que se pueden admirar los valles del interior del concejo, la rasa marina y esta parte de la costa centro oriental de Asturias"

En cuanto al Cordal de Pión o Peón la misma enciclopedia dice que es como se llama "la sucesión de montes que separa la rasa del litoral villaviciosino o Mariñes del valle de Valdediós", y que con una longitud aproximada de 6 km va desde la collada de La Fumarea, frontera con Sariegu, al sur, hasta El Pedrosu, estando aquí algunas de las alturas más prominentes del concejo de Villaviciosa:
"El paisaje de estas montañas, de seculares pastos y campos de túmulos, ha sufrido un espectacular cambio con las plantaciones incontroladas de pinos y eucaliptos y ha destruido y ocultado en gran parte ese patrimonio natural, cultural y arqueológico"


Por la cresta del monte pasaba un antiquísimo camino entre el puerto de Tazones y el interior de Asturias. Es posible que de una antigüedad similar a la de los túmulos del cordal, ahora transformado en alguna de las pistas forestales que recorren su línea de cumbres, "todo su recorrido es un magnífico mirador de la rasa marina, los valles que lo circundan y las montañas cercanas"


Campos de cultivo, el Ríu Valdediós discurre justamente entre los árboles al final de esta plantación


Plantaciones lineales de fabes, que forman una armoniosa composición lineal con pasillos que se extienden por la ribera, entre el Camino y la orilla


De frente, "Ahí está Puelles, escondido entre un boscaje milenario y ameno", decían en Villaviciosa y su progreso en 1928, cuando el ocalito aún no era el árbol imperante (aunque ya había medio millón plantados) y cuando la población era de "699 habitantes, la mayoría de los cuales, se dedica a la agricultura" y había "499 vacas, 210 cerdos, 123 asnos, 25 caballos, 250 ovejas y 5.500 gallinas"



Había por entonces asimismo "161 casas, 22 paneras, 63 hórreos, 67 corrales, 7 molinos, 5 bodegas, 3 cabañas, 3 establos, 3 lagares, 1 tendejón, 1 colegio, 4 capillas, 1 cementerio y dos iglesias" y, aparte de los reseñados ocalitos, había "tilo, roble, castaño, álamo, abedul, cerezo, peral, ciruela..." y "40 pomaradas con una producción normal de 127.242 litros de sidra que representan unas 282 pipas"


En Pueyes, Peñacalva forma parte de los Montes de Valdediós, que separan estos dos valles y, a la vez, las parroquias de Pueyes y Rozaes, así como, al otro lado y La Llomba, el conceyu de Sariegu


En sus laderas, Valeri y otros barrios de Pueyes, El Toyu, La Cabaña, Canal, La Torre, sobre los prados de La Suerte, Posada, La Granda...


Seguimos avanzando en llano; a la izquierda se nota el trabajo de desmonte hecho en su momento para ensanchar el Camino y, además, hacerle una cuneta de canalización de aguas sobrantes de las lluvias


A la derecha, un seto separa el Camino de la finca a nuestra derecha, que cae hacia el río, aquí más próximo a nosotros, pues hace meandros, pero que seguimos sin ver


Los Montes de Valdediós asoman arriba, sobre la copa de los árboles


Luego, la entrada a otro prado ribereño y un cierre de alambrada


Siguen las pumaradas... que dan el fruto de la sabiduría, según la mitología celta, la Insula Pomorum o de los manzanos, Ávalon, a donde se retiran los reyes míticos, como Arturo, tras una vida de sagas y epopeyas...


Después de estos prados nos acercamos a otro bosquete



La portilla de la pomarada, al final del cierre, a la derecha



El Camino baja ahora un poco para volver a subir, pasando encima de una riega o arroyuelo


Por esta zona se deja la parroquia de San Pedru Ambás y se entra en la de Pueyes, cerca ya de la aldea de La Ribera, antesala de Valdediós


De nuevo, otro encantador túnel vegetal...


Viene ahora seguidamente otra pequeña bajada...


Y vemos un tejado, estamos en La Requexada, la primera casa de La Ribera, dando vista a la derecha a El Figaréu, campos llanos y bosques que se extienden por las vegas del Valdediós


Por ahí están también Les Faces y La Viñona, topónimo este vinculado a las antiguas plantaciones de vid del monasterio, cuyo coto abarcada hasta Conceyeru



En La Requexada, primeramente pasamos junto a la entrada a una nave o llagar



Caminamos un poco más...


Y vemos la entrada a la casa, aquí empieza una suave cuesta



Es un buen caserón, rodeado de árboles


Es de notable antigüedad y ha sido hermosamente restaurado, al otro lado la vista al valle, donde antaño trabajaba con el agua del Valdediós El Molín de Servanda o Molín de La Vega, transformado en llagar de sidra 



El Camino hace un poco de curva a la izquierda y continúa todo en llano


Caminamos bajo esta frondosa enramada. Los vecinos se ocupan de la limpieza de estos caminos trabajando a sextaferia o sestaferia, trabajo comunitario recogido en el derecho consetudinario y referido al sexto día de la semana, el sábado o 'sexta-feria', que se emplea tradicionalmente para estos labores; así lo recoge el corresponsal Vicente Alonso para el diario digital VillaviciosaHermosa el 14-3-2022:
"Una docena de animosos vecinos  de los pueblos de La Ribera  y El  Peredal en  Pueyes (Villaviciosa) se  unieron este fin de semana  en sextaferia para adecuar y  limpiar los caminos que cruzan estos pueblos entre Peruyeru, y Valdediós.  “Es la primera vez que  hacemos  sextaferia este año para  limpiar las  hojas acumuladas  en  los últimos meses y que ya tapaban las cunetas  y evitar que no se deterioren nuestros  caminos por el agua. Tenemos que ser conscientes que hay que mantener esta  tradición comunal asturiana  de  la  sextaferia como  siempre se hizo  por la mejora de nuestros pueblos y  el bien común”, reivindican  estos vecinos  que utilizaron para los trabajos  sus propias herramientas,  aperos de labranza,  y un  tractor. 
Una jornada que sirvió  también de confraternización vecinal, “algunos vecinos casi no nos vemos durante el año porque algunos residen habitualmente en Oviedo, Siero, Gijón, o   La Villa.  Juntarse  en sextaferia es un buen momento para verse, charlar,   mantenerse unidos, y porque no, pasarlo bien trabajando en la adecuación de  zonas comunales”, asegura Luis Teja “vedor” de las sextaferias en estos pueblos. 
Según dice la tradición asturiana, “vedor” es   el encargado de convocar   a los participantes a las sextaferías, y “ve” que trabajos se deben hacer. 
A la jornada también se sumaron las mujeres de los participantes aportando  el “avituallamiento” de media mañana, con tortillas,  empanadas y sidra. Una vez finalizados los trabajos,  vecinos y vecinas  en un ambiente de camaradería disfrutaron también   de   un almuerzo de hermandad en Villaviciosa."

Y en una finca a nuestra derecha una palmera y una casa, El Carbayal, topónimo que hace referencia a carbayos o robles, de los que hay varios ejemplares...


El Carbayal es un hermoso caserón un poco más abajo del Camino con esplendorosas vistas hacia Pueyes y Los Montes de Valdediós


Nos llama la atención de la fecha del año 1256 que han puesto con azulejos en la fachada. Tal vez exista alguna referencia a esta casa en algún documento del viejo monasterio


Ese año es un poco posterior a la consagración del monasterio de Santa María de Valdediós, que tanta influencia ejerció en el valle, el cual formaba parte, junto con otras tierras y extensos dominios, de las propiedades monacales. Existe la tradición que algunas casas eran de los monjes que administraban las tierras del convento y que incluso estuvieron habitadas por ellos mientras duraban las obras de su construcción


Enfrente vemos, por los pegollos, que hubo una panera


En la fachada también una imagen de la Santina de Covadonga


Un paraje sensacional, prácticamente rodeado de bosquetes ribereños y cerca de otros dos molinos, desaparecidos, El Molín de Lupa y El Molín de Manín



En La Ribera, que se divide en varios barrios y lugares, pasamos ahora a El Tarreru, donde hay unos invernaderos


Son los de Casa Tino l'Alcalde, que tenemos arriba a nuestra izquierda


Luego, también arriba, otra casa de El Tarreru



Y en El Tarreru La Plazoleta'l Diablu, un rellano en medio de una encrucijada



Nosotros seguimos de frente, atravesando la plazoleta y siguiendo por el camino de abajo, el que pasa a la izquierda de la primera casa


Aquí hay un estratégico banco, que invita a sentarse, y una placa



Es una placa, artísticamente cincelada y colocada en el año 2002, firmada por Julio, con el nombre de esta plazoleta




Más allá estaba la Casa l'Escribanu, que como su nombre indica era donde vivía un escribano, el del monasterio de Valdediós. También Casa Sofía y Roberto


Viene un grupo de viviendas y llagares... Casa Manolín el Carteru


Un antiguo llagar...



También, la antigua cuadra



Y pasamos delante de Casa Trina, en cuya fachada hay un detalle muy a destacar


Blasón de la Cruz de la Victoria, emblema de Asturias, contemporáneo pero imitando los antiguos, los que se ponían en tiempos del Reino de Asturias, como el existente en El Conventín de Valdediós, a donde nos dirigimos


La Cruz de la Victoria original (totalmente restaurada tras el robo de 1977) podremos verla cuando lleguemos, en esta ruta, a la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo/Uviéu



El Camino tiende a estrecharse pasando entre las casas, viene a continuación un poco de curva a la derecha



Casa Portal, al pie de Casa'l Tarreru


A la derecha La Vega, donde estaba Casa Milio la Vega


Artístico portón de La Vega


Arado de hierro, hoy elemento decorativo


Casa Patro y, a lo lejos monte La Utrera (relacionado con utres, buitres) y Peñacalva


Hórreo soberbiamente restaurado


Obra de Jamín el fíu Tista, restaurador de hórreos. En este trayecto hacia la capital asturiana veremos al menos uno más restaurado por él, en el campo de la capilla de la Virgen de la Cabeza, en Meres (Siero)


En Casa Patro estuvo uno de los antiguos llagares de sidra de La Ribera, como los de Manín, Baltasar, Delfina, Paraja, o el de Tino l'Alcalde


Esta es la portilla de la vivienda, con su fachada de corredor mirando al Camino...


Dejamos así El Tarreru y seguimos hacia otro de los barrios o lugares de La Ribera: El Matu



En El Matu, como en El Tarreru y en toda La Ribera, las casas se disponen linealmente haciendo calle, extendiendo sus fincas y prados hasta el río



A la derecha, otro viejo llagar de sidra 



Bifurcación y de frente



Casa María Luisa y, de frente y al fondo, Casa Milio


Atención ahora con lo que vamos a encontrarnos en esta explanada a nuestra derecha 


Aquí una antigua panera frente a un añejo caserón nos hará detenernos: vemos los viejos y gastados escalones de piedra de la escalera



Esta casona presenta ventanas y puertas adinteladas y un curioso detalle en la fachada


Escaleras arriba, sobre el dintel de la vieja puerta hay un símbolo muy a destacar


Se trata de una representación del Cáliz y el Santísimo Sacramento, el Santo Grial, símbolo de la Eucaristía


Este emblema que delata la morada en la que, al decir de la tradición transmitida de generación en generación, vivieron algunos de los primeros frailes cistercienses que vinieron a asentarse en Valdediós cuando aún el monasterio estaba en construcción, a primeros del siglo XIII. Estamos quizás ante símbolos de la Pasión, pues la jarra simbolizaría la empleada por Jesús para lavar los pies de sus discípulos en la Última Cena (o, según otras versiones, la que contenía el vinagre que le fue ofrecido en la cruz)


El monasterio de Santa María de Valdediós fue fundado por documento fechado el 27 de noviembre de 1200 por los reyes Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla a la Orden del Císter, el cual sería filial del de Santa María de Sobrado (Sobrado dos Monxes, paso del Camino Norte) en Galicia. Para ello se donó este Valle de Boides, además de otras tierras y privilegios. De todas maneras el monasterio no empezó a construirse hasta 1218 y se terminó hacia 1225 (añadidos y reformas posteriores, sobre todo barrocas, aparte)


Vamos ahora a ver la panera, la cual presenta corredor en su mitad derecha y en la otra no, lo que podría delatar dos propietarios


Tiene además dos puertas, una para cada parte


Detalle de la puerta de la derecha


Detalle de la puerta de la izquierda


Y el xugu o yugo colgando de les colondres o cureñes, tablas que componen su pared


Abajo, los pegollos o pilares son de piedra arenisca

 
Entre los dos pegollos de la izquierda hay dos ruedas de carru de rayos (radios) y una de rodendu, pieza del molino que, puesta en vertical y con un eje o asta, giraba con la fuerza del agua del río, canalizada y embalsada, que entrapa a chorro hacia sus aspas, moviéndose con ello toda la maquinaria de la molienda


Y detrás, apoyadas contra el muro, viejas muelas de molino, las que giraban, arriba, una contra otra y molían el grano


Siete eran los molinos, recordamos, que registraba Villaviciosa y su progreso en la parroquia en 1928


Uno de ellos está allí mismo, El Molín de Portal o de la Ribera, que hace mucho tiempo que no muele pero cuyo edificio ha sido restaurado y podremos ver al pasar, así como el lavadero


Pero antes, a la izquierda, vamos a ver otro elemento de la antigua cultura cerealística de antaño, el hórreo de Casa Milio, que es posiblemente de los siglos XVI ó XVII y presenta un formidable trabajo de talla, si bien muy gastado, en su parte delantera, a la que se accede por una subidoria de piedras planas, rudimentaria pero también por ello muy antigua


Esta talla, con numerosas filigranas, se concentra en el lliñu o viga que recorre el hórreo por su parte superior, bajo el tejado y a la que se sujetan las tablas de les colondres


Si subimos nos fijaremos en el montante de la puerta, con forma de arco de medio punto, pensado para poder entrar y salir más cómodamente sin pegarnos de frente con el lliñu


Presenta un doble arco y, claramente, imita los de las iglesias románicas, que es una de las características principales de este estilo, denominado Villaviciosa, no porque sea único de este concejo sino porque fue donde primero se estudió y se registró su abundancia


Realmente este estilo se encuentra en toda la zona central asturiana, conviviendo en los concejos más septentrionales con el estilo Carreño, más basado en el arte barroco y de origen algo posterior


Así, elementos del arte culto, y símbolos, usuales en el románico, se unen en el denominado estilo Villaviciosa con otros de traza popular


Las flores o estrellas, por ejemplo, son elementos recurrentes que existen en el arte desde la prehistoria hasta nuestros días, tanto en el religioso como en el popular y el señorial


Se supone serían en principio símbolos solares con todo el significado mágico-religioso pertinente, se mantuvieron como representaciones de buena suerte y protección, en este caso de lo aquí guardado, el grano para hacer el pan y la despensa de una familia campesina, también protegida



Media estrella en un semicírculo de doble arquería, detalle muy llamativo


Franjas de rayas verticales y arriba en forma de punta de flecha, unas en un sentido y otras en otro


Seguidamente pasarían a ser elementos tal vez puramente decorativos y con cierta ostentación para acreditar las posibilidades de los propietarios


Un examen exhaustivo permitiría sin duda localizar detalles que, a simple vista, podrían pasar desapercibidos


Destacan las flores hexapétalas, las composiciones de cruces y rombos, el ajedrezado, las bandas de rayas horizontales y verticales, etc. En su trabajo Los hórreos del concejo de Villaviciosa  (Asturias), los etnógrafos Armando Graña García y Juaco López Álvarez escriben así:
"Las formas más utilizadas son diseños geométricos, tales como rosetas de seis pétalos, y más raramente de cinco, siete u ocho; círculos radiales de seis o doce radios, que pueden ser rectos o curvos; semicírculos aislados, o cruzándose unos con otros, así como en sucesión de tamaño decreciente; cuadrados a manera de metopas, con surcos verticales u horizontales también tallados a bisel en su interior; otros cuadrados rellenos de combinaciones reticulares; series de pequeños triángulos o de cuadrados a bisel, bien en líneas rectas dispuestas de forma aislada, bien en varias líneas paralelas, siempre horizontales; las mismas líneas cruzándose en aspa, o formando una cruz de brazos irregulares, e incluso en círculo; muy abundantes son las series de líneas oblicuas, a veces dobles a modo de espina de pez; por último, círculos cóncavos de fondo aplanado y por lo general con un grueso botón central. 

Motivos escasos son las cruces de San Andrés, los círculos de entrelazos y las pequeñas cruces de retícula triangular. 

El conjunto de esta decoración es abigarrado y denso, ocupando por completo la superficie disponible. El efecto visual es nítido, por la talla angulosa, pero confuso, pues ninguno de los motivos destaca sobre los demás y no hay entre ellos ninguna disposición buscada de antemano que dé sentido a la composición. Puede decirse que tan sólo se trata de rellenar un espacio partiendo de diversos motivos aislados, que se yuxtaponen y repiten hasta lograrlo. Algunos motivos aislados pueden tener, y sin duda tienen, un simbolismo previo, pero el conjunto no."

Los clavos han afectado a la decoración, sustituyen a antiguos gabitos o ganchos de madera de los que se colgaban les riestres de panoyes 'ristras de mazorcas' de maíz, fabes, cebolles, etc. incluyendo aperos agrícolas y lo que fuese menester


Cuando el maíz llegó de América y se implantó la producción era tan grande que se hicieron hórreos más grandes y nació la panera como su evolución; unos y otros llegaban a cargarse totalmente y era símbolo de prestancia tenerlos así, sin paredes a la vista. A raíz de esas cosechonas también se idearon rodearlos de corredores, aunque no en todos los casos, pues este hórreo, por ejemplo, no los tiene


No dejemos de observar la argolla de la puerta, en forma de timón y también muy antigua, muy posiblemente hecha en alguna fragua local


Los pergollos de este hórreo son de madera, apoyándose en el suelo en estructuras de piedra. Se ha añadido cemento para mejorar la adherencia 


Dejamos el hórreo y de Casa Milio continuamos avanzando por La Ribera


Y ahora ya vamos al Molín de Portal, que como hemos dicho ha sido restaurado en su estructura exterior


También fue restaurado el lavadero, así como su entorno, elemento que cayó en desuso al llegar el agua corriente a todas las casas. Sin embargo se rehabilitan y conservan como elementos del patrimonio y de la historia


Fijémonos abajo como el agua que entra, aprovechando el agua del río que venía canalizada al molino, vuelve a salir por ese agujero, regresando al río posteriormente


Y aquí se lavaba la ropa, en este pequeño espacio, difícil para más de dos personas a la vez, pero habría más lugares para lavar, antaño en el mismo río...


Enfrente, la vega del Valdediós y la panera de la antigua casa del Císter. Cerca de aquí estuvo la desaparecida capilla de "San Benito de la Rivera. En su pórtico administraba justicia el Abad del Monasterio, como señor del coto de Valdediós", como resalta el erudito Agustín Hevia Ballina


Detrás la fuente, también restaurada, con un grifo y un sumidero


Y el molino, dejando con la fachada en piedra vista y reconstruyéndose su tejado a dos aguas


No es fácil pasar pues el terreno circundante está empozado y no se ve bien dónde pisar con la hierba alta. El interior, recalcamos, está vacío. A la izquierda un ventanuco con reja daba también luz natural al interior


Adentro nos metemos nosotros, donde no encontramos nada de la antigua maquinaria pero sí este duernu o artesa grande hecho del tronco de un árbol


Este tapa el lugar donde estaba dicha maquinaria, que forma un hueco en el suelo


No se ve el duernu ni ninguna otra pieza identificable con el viejo molino


Otro ventanuco en la pared de enfrente. El tejado es a teya vana, ese decir, vigas y tablas de madera sobre las que se colocan las tejas, sin revestimiento interior


Regresamos afuera y retomamos el Camino


Seguidamente había otro molino, también del mismo dueño, por eso se les llamaba Los Molinos de Portal


Esta está totalmente arruinado y es irreconocible, únicamente se conservan algunas paredes y estas también van desmoronándose


Muy pocos metros más allá está el primero de Los Molinos de Baltasar, o lo que queda de él, a la entrada del barrio El Peredal


Tapado por la maleza, esta fue desbrozada hace tiempo y, al menos, puede reconocerse su estructura exterior, las paredes


Arriba vemos entre los ladrillos dónde se apoyaban las vigas del tejado, también a dos aguas


Este era el cubu,"el funcionamiento de losa molinos de agua comenzaba río arriba con la construcción de una presa, de troncos o piedras, con la que se desviaba una parte del cauce hacia una acequia o canaliega", nos dice el erudito villaviciosino Rafael Balbín Loredo en su libro Los Molinos del Profundu; luego, por la canaliega, el agua discurría y quedaba embalsada cerca del molino en una barbacana y, cuando el molino se ponía en funcionamiento, "el agua se precipitaba  por una pronunciada pendiente canalizada o cubu al final de la cual salía a fuerte presión por un pequeño orificio denominado salibu".

Dibujo de J.J. Pedrayes para Los molinos de Maliayo, otro de los libros de Rafael Balbín Loredo

La presión del agua al salir por el salibu hacía mover la rueda interior o rodendu, compuesta de varias astas o péndoles y del que arrancaba el asta que se coronaba con una pequeña pieza llamada inera que se encajaba en la muela:
"Cuando el grano era llevado a moler, era depositado en una especie de tolva, también llamada moxeca. Gracias a la vibración de una pieza cilíndrica de madera o tirabolu, que transmitía a la canaleta o cuernu por donde iba saliendo el grano, éste iba cayendo entre la muela móvil y la fija o frayón. La fuerza centrífuga de este movimiento, que podía tener distinta frecuencia, hacía que la harina fuese cayendo en un gran cajón llamado también baranzal. Existían además otras piezas adicionales, como la cabria, especie de grúa con la que se levantaba la muela cuando era preciso hacer una limpieza o picarla para mejorar la molienda; y la paradoria, consistente en un rudimentario dispositivo con el cual se cortaba el chorro de agua y se hacía para el movimiento giratorio de la muela. Otro de los dispositivos que formaban parte de la maquinaria de los molinos era el raposu, un dispositivo con el cual se regulaba la distancia entre el frayón y la muela. Según su distancia, la harina podría obtenerse más fina o más gruesa."

Si los autores de Villaviciosa y su progreso mencionaban siete molinos en Pueyes en 1928 Rafael Balbín localiza doce en su libro Los molinos de Maliayo en 2000, pero ninguno molía ya:
"A pocos metros del monasterio cisterciense de Valdediós, se encuentra la concentración de molinos harineros más interesante que puede verse en el concejo de Villaviciosa. En sólo un kilómetro se suceden hasta doce molinos que, en otro tiempo, como recoge el Catastro de Ensenada, pertenecieron al monasterio de Valdediós. Esta concentración fue objeto en su día de un trabajo realizado por la Escuela Taller de Valdediós con el que se hizo una ruta señalizada y una topo-guía. Hoy, después que la Escuela Taller terminara su labor en la recuperación del monasterio, esta ruta está perdida y la mayor parte de los molinos están tapados por los zarzales"

En El Peredal subimos un poco, suavemente, bordeando la finca de Casa Baltasar, el dueño de los molinos de su nombre, que eran tres


Estos molinos de La Ribera eran de maquilar, es decir, de los que tenían un dueño particular al que se le pagaba una porción de lo molido o maquila (medio kilo de harina), otros eran comunales o de vecería, donde cada vecino tenía un turno o vez para moler:
"En general, al molinero se le solía pagar con media maquila por cada galipu (cuatro kilos) de harina molido. Con estas ganancias, la figura del molinero era sinónimo de categoría social y objeto de los más variados comentarios respecto a la forma de cobrarse la maquila:
La molinera trae corales
y el molinero corbatín
¿De donde sale tanto lujo
si no sale del molín?"

A nuestra izquierda, una nave de ganado en Casa Baltasar, gran hacienda moliñera de antaño:
"Sobre la actividad molinera, que abarca toda la parroquia de Pueyes y parte de la de San Pedru Ambás, llama la atención que los doce molinos funcionaran por el régimen de maquila. Y que cuatro de ellos (...) tuviesen como amos a dos personas, después de comprar al monasterio de Valdediós los derechos de molienda."

Y en este rellanos vemos la casa por su parte posterior, con nada menos que dos paneras, donde se guardaban cosecha y molienda


Arriba, por la ladera del monte, va la carretera que comunica Valdediós con la Carretera la Campa en Villabona (San Pedru Ambás)


Bucólica estampa rural de la aldea asturiana...


Enfrente de la primera panera, junto a la entrada y, como los otros, a la derecha, llegamos al segundo de los molinos de Baltasar, con su canaliega limpia y a la vista, aunque seca


Este segundo Molín de Baltasar, de planta rectangular, fue el único de los tres que se restauró, con la esperanza de que volviese a moler, cosa que no se consiguió a causa de los trámites burocráticos relacionados con el uso del agua del río, apuntaba Rafael Balbín en 2000


Este es el güeyu u ojo del molín, que tenía una sola muela



Ahí vemos el rodendu, en seco y lleno de herrumbre, ferruñando



Un seto sobre una muria o murete cierra a la izquierda la quintana de Casa Baltasar, propietario de tres molinos nada menos. Y es que, efectivamente, los monjes, que en un principio organizaban directamente sus tierras, haciendas y molinos, pronto entendieron que era más rentable arrendarlo en términos sumamente beneficiosos para el monasterio


Tras una panera, asoma la siguiente, no dejemos de admirar el conjunto desde un poco más adelante, en la segunda entrada


Aparte de la canal o canaliega del molín hay otra en el borde de la carretera, para las consabidas aguas sobrantes


El tercero de Los Molinos de Baltasar estaba aguas arriba, pero antes de él había otros dos, El Molín d'Adela y El Molín de Soledá, de los que hablaremos enseguida



Al pasar reconocemos también aquí el cubu, con la barbacana, todo suele quedar oculto a poco que crezca la vegetación


Continuamos camino pues junto al seto y las paneras de Casa Baltasar


Antiguo almacén, tal vez para el pienso del molino


Justo enfrente y a la izquierda, la otra entrada a la pintoresca quintana de Casa Baltasar


Aquí tenemos la bella estampa de la parte delantera de la casa, que en realidad son tres, las tres con corredor, uno de cada color, separadas por cortafuegos


Un lugar muy fotografiado por los peregrinos...



Un poco más adelante llegamos a las últimas casas de El Peredal antes de Valdediós, solamente unos 500 metros del monasterio...


La primera es un  caserón de planta baja y dos pisos, Casa Luis El Llargu, con su balcón galería sobre el jardín y el Camino


Grandioso caserón con cierto aire urbano, bien engalanado por coloristas flores en las macetas dispuestas sobre el murete que guarda su entrada


Luego, era la fragua de Pachín El Ferreru, Casa Adela y Casa Soledá, las dueñas de los siguientes molinos


Aquí está ahora La Casuca


Placa de azulejos al lado de la puerta...


Si tiene tres colores dicen que es gata



Saliendo de El Peredal empezamos un poco de cuesta al llegar a esta la última de las casas...


Ya se vislumbra a lo lejos la cabecera del valle, por donde baja El Ríu Valdediós


Y aquí lo tenemos, cuando aún es un pequeño arroyuelo que riega este prado y pumarada


Dejamos a la derecha esta pasarela, cerca de donde estuvo El Molín d'Adela, del que Rafa Balbín decía que únicamente quedaban unos restos, tapados por la maleza


Aguas arriba estuvo El Molín de Soledá, también desaparecido, que ya Rafa Balbín en el año 2000 decía  que solamente quedaban en pie "les muries". Su cubu, de poca altura, "era de bloques de piedra y tenía poca pendiente", añadía. También desapareció el primero de Los Molinos de Baltasar, que funcionaba con el agua del Molín Nuevo, situado poco más arriba, cerca de El Conventín de San Salvador y el monasterio de Santa María... Valdediós


El Conventín. Iglesia de San Salvador de Valdediós
Santa María de Valdediós


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