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viernes, 2 de septiembre de 2016

PRAZA DA CATEDRAL DE MONDOÑEDO. VISITA A LA CASA-MUSEO ÁLVARO CUNQUEIRO Y A "O REI DAS TARTAS": EN EL CORAZÓN DE UNA DE LAS ANTIGUAS CAPITALES DE GALICIA

Praza da Catedral de Mondoñedo

Tras visitar la catedral de Mondoñedo, nos disponemos a recorrer la Praza da Catedral, lugar emblemático en el corazón mindoniense, donde mucho y bueno es lo que podemos conocer y descubrir, pues además es lugar de unión de rutas... y a la vez de bifurcación, en los diferentes ramales y sendas del Camino de Santiago del Norte


Al fondo llega a esta plaza, por ejemplo, viniendo a la derecha por la Rúa Pardo de Cela, el ramal del Camino Norte que ha entrado en Galicia por Ribadeo y, por allí mismo, a la izquierda, frente a la antigua Casa do Concello, sale por la Rúa Lence Santar el Camino que sube a Os Remedios para, por el valle de Cesuras, iniciar el montañoso ascenso a los altos de A Infesta en la ruta a Abadín y Vilalba. En la entrada de blog dedicada a dicha entrada al centro histórico mindoniense por la antigua Rúa dos Cregos que pasaba la villa amurallada por la Porta Nova o Porta do Perexil (la actual de Pardo de Cela) ya nos referíamos ampliamente a esta plaza gracias a la obra La ciudad de Mondoñedo en los siglos XVII y XVIII. Construcción y nueva imagen de un centro de poder episcopal, del Doctor en Historia por la Universidade de Santiago de Compostela Javier Gómez Darriba

Praza da Catedral: al fondo salida a la Fonte Vella y al camino al Alto da Xesta por Maariz

A la derecha de la catedral, frente al Pazo episcopal, entra en esta plaza el Camino Norte histórico o Camín Vello, que ha pasado de Asturias a Galicia por la Ría de Abres y Trabada, recorriendo O Val de Lourenzá y entrando en el concello mindoniense por Lindín, llegando al casco urbano por el barrio artesano de Os Muíños, ruta a la que también le dedicamos las oportunas entradas de blog, coincidente desde Lindín, en lo alto de la montaña, con el camino de Castilla. Cuando Mondoñedo tenía murallas estaba ahí la Porta da Fonte (por la fuente de A Fonte Vellay los peregrinos se acomodaban en el antiguo hospital de romeros, transeúntes, enfermos, vagabundos y demás necesitados existente en esta misma plaza hasta que fue trasladado en el siglo a Os Remedios, la parte alta de la ciudad. Cuenta de él Gómez Darriba:
"Existía en 1233, aunque cabe la posibilidad de que su fundación se remontase hasta el siglo XII. Perteneció siempre a la mitra, pero durante la mayor parte de los siglos XVI al XVIII el obispo delegó su administración en el Ayuntamiento. Hubo incluso un breve periodo de tiempo a mediados del XVII en que estuvo regentado por la congregación de enfermeros obregonianos. Independientemente de su gobierno, cumplió desde su origen la misma función. Esto es, sirvió de asilo a pobres, enfermos y peregrinos, tal y como se reitera constantemente en la documentación de cualquier época. Esto explica que recibiese indistintamente la denominación de alberguería u hospital, indicativa de la variedad de huéspedes que alojaba. Respecto a sus usuarios, nunca hemos hallado menciones a la presencia de huérfanos u otros colectivos socialmente débiles allí, pero ello no significa que no fuesen igualmente acogidos. De hecho, lo más seguro es que sí. A mediados del XVIII el obispo Sarmiento decidió poner fin a esta primera residencia, que en realidad no era más que un bloque de viviendas acondicionada como tal, y patrocinó la erección de una nueva en el Campo de los Remedios, junto al edificio de la Cárcel que él mismo había financiado."


Uno de los episodios históricos más determinantes acontecidos en esta plaza, inmortalizado por los cantares de gesta, fue la ejecución del mariscal Pardo de Cela con su hijo Pedro y su amigo Pedro de Miranda, decapitados tras muy profundas desavenencias entre él y los Reyes Católicos y con los obispos de Mondoñedo que acabaron en guerra abierta, dentro de unos episodios de los que hemos hablado muy profusamente a lo largo de nuestro camino a Mondoñedo desde Ribadeo, pues toda esta zona de A Mariña lucense fue escenario de aquellos truculentos acontecimientos allá por el año 1483


Mientras eso pasaba, dice la leyenda, su mujer Isabel de Castro, que era prima de la reina Isabel I, entraba al galope con su séquito en Mondoñedo esgrimiendo el papel que había conseguido con la firma del indulto real, pero fue parada aposta en un puente sobre el río Valiñadares, a la entrada del barrio de Os Muíños, por unos clérigos que, buscando cualquier excusa, le hicieron perder el tiempo justo a que se realizase las decapitaciones. Desde entonces, este antiguo puente, llamado A Ponte dos Ruzos, empezó a ser conocido como Ponte do Pasatempo


Enterrado en la catedral con el beneplácito obispal, sus bienes confiscados serán en parte devueltos a su viuda, andado el tiempo exceptuando el Castelo da Frouxeira, que sería comprado por Louis Mudarra, mercenario francés cuya tropa de 300 guerreros asedió el castillo y apresó a Pardo de Cela gracias a la traición de sus criados, para luego ser derruido. Su hija Constanza, aún un tiempo más en rebeldía. acabaría claudicando y, perdonándosele la vida, ingresa, voluntariamente o a la fuerza, en un convento. Su hermana Beatriz conseguiría la devolución a su vez de parte de las confiscadas propiedades


Pero las trovas en ferias y mercados seguirán cantando aquellas gestas y llegarán a nuestros días, inmortalizado al mariscal, la oposición a la autoridad de los nuevos reyes, la traición de A Frouxeira capitaneada por Roi Cofano do Valadouro, o las gentes del obispo entreteniendo a su mujer en el puente cuando esta llevaba en su mano el papel del perdón, mientras su marido, siempre en la voz del romancero, perdía su cabeza y esta rodaba, aún con fuerzas para decir la famosa letanía... "Credo, credo, credo" "Credo, credo, credo...", al estar rezando esa oración, el Credo, en ese trágico trance. Otros afirman que lo que decía era "clero, clero, clero" denunciando que sus desgracias vinieron sobrevenidas por los religiosos de esta catedral y sus disputas. Sea como fuese se enterró en este templo, o eso dice la Relazón da Carta Executoria del año 1515:
"...o sepultaron junto a o Pulpito do Evangeo, é porta da Capela mor da Catredal, con grande autoridad. Degolaron juntamente co él á Pero de Miranda Saavedra é Castro seo fillo, é da sua muller Dona Isabela de Castro" 
Su tumba aparecería el 16 de marzo de 1965 dentro las grandes reformas llevadas a cabo aquí en esos años, en ella se ven sus blasones y la leyenda... Pardo de Cela arno (arcediano) de Viveiro. Los restos del Mariscal Pardo de Cela volvían a la luz. El mismo Álvaro Cunqueiro, el gran escritor mindoniense, narraba así su propia versión de lo acontecido en Andar y ver por Galicia, el 14 de diciembre de 1979:
"Muchas veces he contado lo que pasó en la plaza mayor de Mondoñedo el día 17 de diciembre de 1483. El verdugo levantó el hacha y la dejó caer con fuerza sobre el cuello que descansaba en el cepo. la cabeza saltó y rodó sobre las piedras de la plaza, hacia la puerta de la catedral. Y como el Mariscal había comenzado a encomendar su alma a Dios, diciendo el Credo, la boca de la cabeza ya librada del cuerpo, siguió diciendo mientras rodaba: ¡Credo! ¡Credo! Este arrepentimiento le valió, probablemente, el ser enterrado en la catedral. Todavía en la tarde mindoniense se escuchan las campanadas del toque de ánimas, en memoria de la decapitación y arrepentimiento del Mariscal. Decapitado, hay que decirlo, porque se hizo todo lo posible para que no llegase a tiempo el indulto que habían concedido los Reyes Católicos.."

Una leyenda dice que la torre izquierda de la catedral no está alineada con el Pazo Episcopal anexo porque esta se adelantó, milagrosamente, en una tormenta acaecida la noche antes de la ejecución del Mariscal, impidiendo a su captor, Mudarra, ver  la decapitación desde el balcón del palacio, cosa que tampoco le agradaba, pues sabía lo impopular de esta decisión


Al lado mismo, y pegado a la catedral, está pues este Pazo Episcopal, del siglo XVIII, enfrente del que, como acabamos de decir pasan los peregrinos que, procedentes de Asturias por Vegadeo/A Veiga y Abres, vinieron a Mondoñedo por Trabada y O Val de Lourenzá, subiendo luego a Lindín, enlazando con el camino castellano, y bajando a Os Muíños, llegando aquí por la citada Fonte Vella, donde estaba una de las antiguas puertas de la desaparecida muralla mindoniense, A Porta da Fonte. Allí, en una casa, vivirían los Cunqueiro, la familia de Álvaro Cunqueiro, como pasaremos pronto a contar


Se sabe que, en el momento que se construye la catedral, se hace una residencia para los prelados, que sin duda pasaría también por sus reformas, pero de la que prácticamente nada queda a causa de un incendio en 1527, siendo obispo Xerome Suárez, quien encargaría un estudio de los efectos del desastre, pero no acometería su reconstrucción, pues sería nombrado Obispo de Badajoz. Le sucederían Pedro Pacheco Ladrón de Guevara, que ocupará el sitial entre 1532 y 1537, y luego Fray Antonio de Guevara, quien pleiteará y conseguirá que Xerome abone 500.000 maravedíes por los daños, una cantidad no obstante bastante menor a la que se le condenó (962.000) a causa de la discrepancia del condenado y los costes del juicio. Se firma el acuerdo en octubre de 1543 y se restaura por fin el pazo al abonarse la cantidad en dos plazos


El palacio cambia totalmente su fisonomía con las profundas reformas auspiciadas por el obispo Riomol y Quiroga en 1760, en la cara que mira a la plaza, donde pondrá su escudo


Y luego, entre 1788 y 1790, el prelado Cuadrillero y Mota, amplía el pazo construyendo todo un pabellón en la Rúa da Fonte, paso a la Fonte Vella, llegada del Camino Norte procedente de Trabada, antiguo Camiño de Castilla. En sus bajos tuvo farmacia Joaquín Cunqueiro, padre del escritor Álvaro Cunqueiro, fundada en 1904 por los hermanos José y Alejo Barja Alonso, junto con su primo José Alonso Parga, tal y como ha investigado Andrés García Doural, quien relata que la farmacia se hacía sin duda para entrar en competencia con la de su vecino Domingo Martínez, de la que enseguida hablaremos, siendo inaugurada por todo lo alto, tal y como informa La Voz de Mondoñedo:
“La Banda Municipal tocará al abrirse la puerta de dicha oficina de farmacia. El gusto y amor a las cosas del país, de las que tiene dado prueba el creador del nuevo establecimiento, nos hacen sospechar que alternarán con la banda algunas gaitas. Las cosas que han de sonar que suenen y lo que se debe mojar que se moje….. Hasta que no quede un hilo seco”
Dado que los propietarios no tenían el título de farmacéutico, contrataron a uno, Valentín Piñero Pena, con el que pronto surgirán graves desavenencias, por lo que este vende su parte, se va y, en el verano de 1905, llega uno nuevo, Joaquín Cunqueiro Montenegro, quien ya ejercía como tal en la Veiga de Ribadeo. Se supone que acude a Mondoñedo por conocimiento o amistad con algunos de los fundadores


En esta antigua farmacia fue donde Álvaro Cunqueiro, de niño, escuchaba muchas historias de boca de sus clientes, tal y como cuenta Armando Requeixo en su libro-guía Álvaro Cunqueiro e Mondoñedoquien recupera  de Leria con Cunqueiro de  Carlos Casares la noticia de que el gran mindoniense, de niño, y su hermano Pepe, jugaban con el coche, parado, del obispo Don Juan José Solís, quien además comía tanto por navidades, que encargaba a su padre una purga un día o dos después, llevándosela él. Otro de sus hermanos, Xaquín, prácticamente se crió en el pazo, con el prelado y una sobrina


En la farmacia había buenas tertulias con los canónigos, jugándose partidas al tresillo o al tute, juegos de cartas. En esa obra decía Cunqueiro que allí había aprendido a leer:
"De mui pequeno, con meu pai, na farmacia, Tería catro oi cinco anos. Despós xa foi a miña obsesión. Lía na colección da revista La Esfera, que tiñamos en casa. De sete ou oito anos sabía de memoria os poemas que viñan alí de Villaespesa, de Ramírez Ángel, de todos os que alí se publicaban. Sabía de memoria media guerra europea gracias a La Esfera: aquelas cargas de lanceiros e dos cabaleiros contra a artillería... Era a miña enciclopedia."

 Aquí a la derecha, la que sigue en la plaza es la Farmacia Martínez, con la que entraban en competencia los Borja, ejemplo de toda una saga farmacéutica fundada por Domingo Martínez Martínez, de la que también hace una muy buena semblanza Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense:

"En la Plaza de la Catedral de Mondoñedo, al final de lo que quedó del tan recordado Cantón, en la planta baja de una esbelta edificación construida con grandes piedras de cantería, con una espléndida galería y unos bonitos soportales, se halla situada la conocida farmacia Martínez.    
Comienza la saga de estos conocidos farmacéuticos de Mondoñedo con D. Domingo Martínez Martínez, nacido el 28 de diciembre de 1840 en Monforte de Lemos. Se casó en Mondoñedo con Aurora Alonso Alonso. D. Domingo obtuvo el título de farmacia el 21 de septiembre de 1871 en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela. En el año 1879 ya llevaba un tiempo ejerciendo su profesión en Mondoñedo. Su hijo D. Rafael Martínez Alonso, nacido el 25 de julio de 1874 en Mondoñedo, que falleció joven, también ejerció la profesión de su padre    
Su nieto D. Rafael Martínez Gómez, nacido en Mondoñedo en el año 1898, continuó con la tradición familiar. D. Rafael fue un gran estudiante y alcanzó la nota de sobresaliente en la licenciatura de farmacia, “el único sobresaliente” del grupo de 40 licenciados que terminaron la carrera en Santiago de Compostela en el año 1919.    
D. Rafael se unió en matrimonio con la también mindoniense Rosalía Sánchez Gacio, de cuyo matrimonio quedaron tres hijos. Fue su ejemplar empleado, durante muchos años, Francisco Méndez Rodríguez.    
D. Rafael falleció en su domicilio el 18 de abril de 1990. Hasta esa fecha regentó la farmacia de su propiedad. Por lo avanzado de su edad, llegó a ser considerado como el farmacéutico en activo más antiguo de Galicia. Persona muy querida y destacada en Mondoñedo, con una mente fuera de lo común, gran observador de lo que acontecía, tanto en el ámbito local como en general.    
A lo largo de su dilatada vida, fue teniente de alcalde durante la Dictadura de Primo de Rivera, Secretario de la Comisión pro-ferrocarril Lugo-Ribadeo en los años veinte, perteneció varios años a la comisión de fiestas de San Lucas, comentarista deportivo en la prensa local, en la que acostumbraba a firmar con los seudónimos de “Gafas” o “Baloncitos”, etc.    
Hay que destacar las formulas preparadas meticulosamente en la rebotica por este gran profesional, que desgraciadamente se han olvidado (...)    
A la muerte de D. Rafael Martínez, se hace cargo del establecimiento farmacéutico su hijo D. Javier Martínez Sánchez. Al llegarle a éste la edad reglamentaria de jubilación se hace cargo del establecimiento su hija Dª Celsa Martínez Rigueiro, quién lo regenta en la actualidad, siempre bien auxiliada de sus operarios: MaríaFina y Manolo"

 La mujer de Domingo, Aurora Fructuosa Filomena, figura como nacida en Mondoñedo el 21 de enero de 1851 según datos de Xenealoxía.org, mientras que nos da la fecha del nacimiento de su marido en Monforte un año antes que Doural, el 28-12-1839:

 "Licenciado en farmacia, hijo de Agustín Martínez, de Sta. María da Regoa, en Monforte de Lemos (hijo a su vez de José Martínez y de Ángela Rodríguez Vilariño) y de Joaquina Martínez, de San Salvador de Seoane, en Monforte de Lemos (hija a su vez de Antonio Martínez y de María Camino)."

En este lugar había estado anteriormente el Hospital de San Pablo, para pobres y peregrinos, trasladado en 1755 al Campo dos Remedios, en Os Castros, a la salida de la población. De eso nos informa Javier Gómez Darriba, Doctor en Historia y erudito del urbanismo mindoniense, en su tesis La ciudad de Mondoñedo en los siglos XVII y XVIII. Construcción y nueva imagen de un centro de poder episcopal:

"La referencia más antigua a un hospital en Mondoñedo data del 2 de junio de 1233. En aquella fecha el obispo Martín I, con el consentimiento del Cabildo, fundó una capellanía en la capilla de la Santísima Trinidad, sita en el claustro catedralicio, recinto donde quería ser inhumado. El prelado también manifestó las obligaciones que le dejaba señaladas a su capellán, quien además habría de servir en la alberguería u hospital. Seguramente este centro se erigió en una fecha anterior a la citada escritura. Ignoramos cuándo, aunque José Ramón Fernández Pacios ha apuntado que ya debía existir en la década de 1110, coincidiendo con el traslado de la sede diocesana a Villamayor, o en todo caso en un momento previo a la aludida fundación del obispo Martín. Las siguientes alusiones a esta residencia corresponden a la década de 1260, y la ubican muy próxima al “riachuelo de Compín”, esto es, al Río de Sixto, y también cercana a las Rúas da Fonte y da Rigueira1208. En 1379 el obispo Francisco declaró que el Hospital era muy pobre, y que por esta razón le concedía las casas que tenía en Viveiro, así como una gran cantidad de propiedades que poseía en Mondoñedo. Todo cuanto produjesen estos bienes lo invertiría en “pannos de cama et enno comer dos romeus et dos ditos proves et demays que veeren ao dito espital”. Puso además como procurador del mismo al deán. En 1402 el Cabildo aforó al arcediano de Montenegro las casas capitulares ubicadas junto a su casa-torre, abierta a la plaza y contigua al Hospital. Y un último documento de 1596 vuelve a certificar que el sector de la Rúa da Rigueira conocido también como Plazuela de la Fuente Vieja o de la Carnicería se encontraba por la parte trasera del mismo. No vamos a insistir en que su salido o parte de atrás topaba con el lienzo de muralla, y que tras este se hallaba la referida Rúa da Rigueira, porque sobre esta cuestión ya hemos hablado largo y tendido en los capítulos dedicados a la trama urbana y a la propia cerca, haciendo incluso menciones al Hospital que aquí obviamos para no redundar. Tampoco creemos necesario reiterar que su fachada principal siempre se abrió a la Plaza. Basta con asegurar que existe una enorme cantidad de documentos que así lo acreditan y que no hay ninguno que no lo sitúe allí. Las referencias a su solar se encuentran hasta en años como el de 1758 en que ya había cambiado de sede. 

 En definitiva, todas las indicaciones presentadas en el párrafo anterior y en los capítulos sobredichos confirman la localización que le asignaron Juan Ramón Fernández Pacios y Roberto Reigosa Méndez, quienes lo ubicaron en la parcela que actualmente ocupa la casa n.º 1 de la Praza da Catedral. Seguramente la primitiva alberguería medieval fuese una modesta vivienda que con el paso de los siglos sufrió paulatinos cambios que le hicieron crecer en altura y también hacia la parte trasera limítrofe con la muralla. Desde luego en la Edad Moderna experimentó reformas de todo tipo. También de índole administrativo, pues pese a ser de propiedad episcopal estuvo regida por el Ayuntamiento desde finales del siglo XVI como mínimo. Esta situación se mantuvo hasta mediados del XVIII en que se construyó el nuevo Hospital, a excepción de unos años que pronto analizaremos en que lo tutelaron los enfermeros obregonianos. Hay que remarcar además que tanto la documentación medieval como la moderna reflejan la alta frecuencia con que los mindonienses legaban a este centro bienes de todo tipo a través de sus últimas voluntades: dinero, objetos personales –a veces ropas y utensilios domésticos–, usufructo de propiedades, etc. De igual manera, en muchos documentos se aprecia un gran interés por parte del Concejo y de la Iglesia local por traer a Mondoñedo a los mejores médicos y boticarios posibles.

En cuanto al devenir del inmueble desde inicios del siglo XVII hasta la referida mudanza de mediados del XVIII, se puede decir que en 1610 se encontraba en malas condiciones y el Concejo se concertó con el cantero Juan Rodríguez para que llevase a cabo varias obras. A estas le siguieron otras en los cuatro años siguientes. Un lustro más tarde, en julio de 1619, hizo testamento Antolín de Estrada, mayordomo del Hospital desde 1604 aparte de regidor y tesorero de las alcabalas reales. Aprovechó para efectuar una fundación pía junto con su cónyuge María de Losada. La pretensión del matrimonio era dotar con tres misas semanales a la capilla que pretendían construir en dicho Hospital, la cual se iniciaría una vez muriese la esposa. Para edificarla destinaban 500 ducados. En caso de que dicha cantidad no fuese suficiente acabarían pagándola a costa de sus bienes. El lugar destinado al recinto, así como su forma y traza, lo elegiría la corporación municipal, responsable asimismode las obras. Años más tarde, entre 1628-1634, el maestro cantero Pedro de Palacios levantó una pared por la parte trasera del inmueble e hizo una bóveda. En 1636 tanto él como su colega Diego Ibáñez Pacheco pudieron comprobar que el paramento no se había cimentado de manera efectiva, con lo cual Palacios se vio obligado a reforzarlo.

Nada más volvemos a saber de este centro sanitario y de acogida hasta los años centrales del siglo XVII, en que estuvo administrado por la Mínima Congregación de los Hermanos Enfermeros Pobres, una comunidad fundada por Bernardino de Obregón en el último tercio del siglo XVI, y que constituyó en la España Moderna una de las instituciones más importantes dedicadas a la enfermería junto con la Orden de San Juan de Dios. En hospitalillos como el de Mondoñedo solían concentrar a un máximo de tres religiosos que cuidaban a los pobres y pacientes no solo de sus dolencias físicas, sino también espiritualmente, pues entre sus funciones estaban las de administrar los sacramentos, ayudar en el bien morir y facilitar el entierro en el cementerio del hospital. Estos clérigos tomaron el gobierno de este centro en marzo de 1647. En mayo del año siguiente hizo testamento Pedro Jesús, hermano mayor de esta congregación mindoniense, y en dicha escritura reseñó los centenares de reales que debía a distintas personas que habían contribuido a la “redificacion” del Hospital. Por desgracia no especificó qué obras se estaban realizando allí. Simplemente consta que había gastado dinero en los carreteros que habían traído la piedra, y que tenía deudas con el cerrajero Domingo Díaz por el herraje de las puertas y ventanas que “va açiendo”. Es posible que el origen de las obras se debiese a los efectos de un incendio que había sufrido una casa anexa en 1645.

En noviembre de 1654 se mandó reparar nuevamente después de que se hubiese derruido la pared trasera que daba hacia la Rúa da Rigueira o Plazuela de la Fuente Vieja. Pasados tres meses el mayordomo del centro ya no era ningún religioso de la congregación sobredicha, puesto que la administración volvía a estar en manos del poder civil, recayendo en este caso en el procurador general. En febrero de 1655 el Ayuntamiento trató la necesidad de levantar la pared caída y de arreglar la enfermería. Escasos días más tarde la corporación municipal acudió a ver los desperfectos y “allaron el penal y lienço de pared que sale sobre el rio de sisto estar caydo y lo mesmo el tabique donde solia estar el altar”. Aprobaron entonces reformar todo lo destruido y pagar a los oficiales con los fondos del Hospital. La situación del inmueble no debió ser mucho más alentadora en las décadas siguientes, pues en febrero de 1672 se hallaba en tan mal estado que “en el no se socorren a los pobres peregrinos y necesittados que en el concurren”, razón por la cual se ordenó repararlo1227. Justo treinta años después el Ayuntamiento acordó reedificar el lienzo de una de sus paredes porque se había venido abajo. Durante el siglo XVIII siguió reformándose hasta que dejó de cumplir como hospital (1755). En 1719 se realizaron ciertas obras, y lo mismo sucedió en 1737. En este último año debieron ser de cierta importancia. Las dirigió al parecer el maestro alcantarino fray Lorenzo de Santa Cruz. Entre tanto, hacia 1727-1729 se hizo un retablo para la capilla. El autor del mueble y de las imágenes fue el escultor Bernardo de Senra y Taboada.

Poco más podemos decir respecto a la configuración de este primer hospitalillo si nos atenemos a la documentación consultada. En las líneas y citas anteriores hemos comprobado que contaba con capilla, letrina y enfermería. Esta última era una habitación reservada en  exclusiva a quienes necesitaban de atención sanitaria. Lógicamente también tenía cocina, así como distintas estancias para albergar a los diferentes huéspedes. Por supuesto no se acogía a todos de igual manera, ni se les reservaba el mismo lugar. Aunque ello variaba según la época, condición social o enfermedad del paciente en cuestión. Al menos nos consta que en 1740 los peregrinos y los enfermos se distribuían en cuartos separados. Pero esta realidad hubo de darse mucho antes. Sin embargo, como luego veremos, cuando el obispo Sarmiento pretendió hacer un nuevo centro hospitalario, procuró que existiese una separación por sexos, indicando que en la primitiva sede no ocurría esta situación. Desde luego seguro que se incumplía en momentos de grandes crisis, como la que experimentó Galicia entre 1709 y 1711, cuya hambre y peste también diezmaron a la población mindoniense. Como consecuencia de ello, en 1710 el deán manifestó que el Hospital concentraba tal cantidad de pobres y enfermos que no había sitio para todos ni tampoco medios con que asistirles. Respecto a la capilla, podemos asegurar que al menos entre 1735 y 1743 constituyó el espacio donde se inhumaban los huéspedes que fallecían en el centro hospitalario. La cofradía local de San Juan Bautista procuraba conseguir limosnas entre los vecinos para sufragar estos funerales. Dicha capilla también tenía campana propia. Se alzaba en la fachada principal del inmueble, muy probablemente en una espadaña.

La antigua sede del Hospital experimentó distintos cambios en su morfología en la segunda mitad del siglo XVIII después de que el obispo Sarmiento la aforase a particulares y  destinase su renta a la hacienda hospitalaria. A partir de entonces se convirtió en uno de los inmuebles de mayor altura de Mondoñedo, adquiriendo el aspecto de un imponente caserón abierto a la Plaza y en permanente contacto con ella gracias al gran arco carpanel que origina el soportal. Dicho arco supone el último ejemplar de los de su clase en la Plaza, pues aunque existían otros de similar formato y tamaño en unas fachadas dieciochescas que daban al Cantón Pequeño, el Ayuntamiento los mandó retirar en la década de 1910. Sobre el referido vano monta actualmente un primer piso con tres puertas ventanas cuadrangulares; un segundo en el que otras tres se aúpan sobre una balconada cerrada por una galería de carpintería; una tercera altura con tres ventanas enmarcadas con sillares de cantería; y, finalmente, una cubierta culminada por las típicas almenillas de la arquitectura vernácula."

Este gran espacio de la plaza es O Cantón, dividido en Cantón Grande y Cantón Pequeno, donde había comercios y talleres con solera y también era zona de juegos para la chavalería. José Ramón Díaz Cruz, recuerda algunos lugares, juegos y vecinos en El Cantón Grande: El corazón de la vida de aquel Mondoñedo, en www.mondonedo.net:
"Testigos en mi camino eran muchos vecinos. Desde mi tío David y mi primo David, que tenían el taller de carpintería en los bajos, pasando por Matilde, Pichirichi, las de Paredeiro, Salaverri, Ricardo y Lucrecia, la familia de Cabanas y en especial su anciana criada. Vamos, muchos testigos que desde las nubes me miran. Creo que solamente Esther Otero y Daviciño, quedan como testigos. Si afino mucho la memoria y voy a la parte literaria, también la familia de Cunqueiro y hasta Lence, vieron encaminarme al Cantón para jugar a lo que tocase..."

Díaz Cruz continúa hablando de las familias que aquí vivían...

En aquellos lejanos tiempos contabilizaríamos en los portales del Cantón Grande a estas familias: Os de Portas, Os de Balsa, Eduardo de Mimas, O Polo e familia, Os de Neira o Villaamil, en el verano, Os de Cabanas. Por los soportales paseábamos cuando llovía, o jugábamos “a Cabezas” bajo la atenta mirada de Eduardo “Minas”, como árbitro, para definir si había sido gol aquel cabezazo que pasaba por encima del portero, cuestión que terminaba en polémica, porque el larguero virtual dependía de la altura y salto del contendiente. Y como me recuerda mi amigo Juan Meilán, la tienda do Pinto por un flanco y los soportales de Martínez, con la farmacia cuidada por Paco y antes por su padre Francisco, serían en cierre contando con la familia Barja"


Cuenta el mismo autor en estas memorias, que se jugaba incluso al fútbol hasta que llegaba O Lobo, cabo de la policía que confiscaba los balones y, aunque se imponían multas, estas no solían pagarse. Si la pelota entraba en la puerta del Pazo Obispal el portero también solía requisarla. Había también arboleda, con cuyas ramas se hacían arcos y flechas, y se celebraban verbenas...
"En la casa de don Alejo Barja, en el enorme portalón, algún que otro verano se conseguía ver teatro infantil del bueno, por obra y gracia de unos muchachos traviesos, entre los que llego a recordar vagamente los hijos de un registrador 
Y varias verbenas que se celebraron por aquellas épocas, con melodías como “En forma” o la que tenía como letra “reloj no pares las horas” y similares. Los críos aprovechábamos para jugar entre la gente y así justificar que la siesta había merecido la pena dormirla, aunque a regañadientes 
Y en el tema de variedades, sin duda la plaza tenía su máxima expresión en aquellas veladas a las que había que acudir con silla y todo, en la zona de la acera de Xacinto. El mismo lugar elegido por el mercado de frutas. Las obras de teatro o las actuaciones, francamente no las recuerdo, pero si me queda la imagen de ver a las familias agrupándose con las sillas para contemplar la función. Lo emblemático era el sorteo que se hacía para suplir así la venta de entradas al espectáculo. Alguna casa tenía una especie de garrafa de vino dulce que era un premio muy cotizado"

En la Praza da Catedral actuaba además la banda de música, dirigida por don Eduardo, que se colocaba en los soportales de Cabanas, llegando a haber concursos de bandas durante las grandes fiestas mindonienses de As San Lucas, una gran feria caballar con grandiosa romería


Se relaciona su origen con la concesión de ocho días de fiesta (feriados) por el rey Alfonso VII en 1156 y antaño llegaron a durar 15 días, por lo que es una de las más antiguas de Europa. Así escribe de ellas Álvaro Cunqueiro...
"En los días de Martín, obispo, la sede episcopal dumiense fue trasladada a Villamayor, y la Catedral de la Asunción dedicada un 18 de octubre, fiesta de San Lucas Evangelista. Sería por el año 1225. Y desde entonces, hay que suponer que datan estas ferias y fiestas, As San Lucas, que vienen, en el dorado otoño, a perturbar el silencio y la paz mindonienses..."

Los caballos son los protagonistas, venidos de las montañas mindonienses y de los concellos de la comarca. Un espectáculo viéndolos pasar ante la catedral y por el mismo Camino de Santiago, caminado por los peregrinos, y de allí dirigirse por las rúas del casco viejo hacia el Campo da Feira


La plaza tuvo una gran reforma en los años 60, siendo obispo D. Jacinto Argaya Goicoechea, transformando O Cantón Grande y O Cantón Pequeno, se retiró el atrio de la catedral y apareció incluso un pozo, tal vez de agua, pero no es seguro, tal y como nos cuenta en Miscelánea Mindoniense Andrés García Doural:
"Cuando se retiró el atrio del frontal de la catedral y se levantó su pavimento, aparece un profundo pozo, casi enfrente de la puerta principal, de forma tronco-cónica. Su pared está construida con grandes piedras y su considerable boca, con piedras de cantería.

En un principio, fue una gran sorpresa para las autoridades eclesiásticas y civiles y mucho más para los vecinos. Aunque éramos unos niños, nos acordamos del hallazgo, de algunas personas que descendieron al agujero, como José Ramón Montenegro Espina, Alfredo Losada o Luís Gacio, de los numerosos cubos que se izaron, llenos de tierra y restos (entre ellos huesos y alguna moneda de cobre), que se depositaban enfrente de la relojería de Nilo. Este hallazgo fue motivo de muchos comentarios en su momento.

Autores de prestigio no citan la existencia de este profundo agujero, situado casi enfrente de la puerta principal de la catedral. Otros citan el hallazgo y lo describen como un aljibe.

En un territorio que llueve con mucha frecuencia y que incluso, se sacaron en tiempos no muy lejanos algunas imágenes en rogación para que dejara de llover, no tiene mucho sentido. Su ubicación, tampoco.

Otros dicen: “Por auto dictado por la Real Audiencia de La Coruña (27-3-1603) se dispuso que en el plazo de cuatro meses se aterraplenasen y cegasen los calabozos, mazmorras, cuevas y algibes que tenían debajo de la torre las jurisdicciones y fortalezas que sus dueños y señores usaban para prisión de sus vasallos”

En O Cantón Grande estaba el comercio de Cabanas, popular comercio de toda una época, que se anunciaba en prensa de esta manera:
”Casa fundada en 1870. Gran surtido en ferretería, artículos de saneamiento, loza y cristal, armas de fuego, artículos para electricidad, muebles, relojería de bolsillo y pared, máquinas de coser de las acreditadas marcas Werthein, Frister, y Rossmann, artículos para iglesia, objetos para regalos y quincalla, sombrillas, paraguas y bastones, sombreros y calzado, artículos para viaje, perfumería, objetos de escritorio y libros para escuela”


García Doural recuerda a esta y otras tiendas entrañables de la historia de Mondoñedo, como los de Cigarran, Rego, Benito, Paredeiro, Salaverri, Pérez Balsa y O Almacén. Este de Cabanas estuvo primeramente en la calle Padilla, actualmente de Alfonso VII, viniendo luego a O Cantón, siendo su dueño y fundador Ángel Antonio Cabanas Castrillón, del que Doural nos cuenta su biografía

 "Ángel Antonio Cabanas Castrillón, nació a las cinco de la tarde del 24 de octubre de 1856 en su domicilio de la calle Holandillas de Mondoñedo (actual Julia Pardo). Era hijo legítimo de Pedro Cabanas, natural de Mondoñedo y de Antonia Castrillón, natural de S. Pedro de Argomoso. Era nieto paterno de Jerónimo Cabanas y Josefa Díaz, de S. Lorenzo de Árbol. Era nieto materno de Félix Castrillón y de Josefa Fernández, de Argomoso. Fue su madrina Genoveva López

D. Antonio Cabanas Castrillón se casó con Dª Consuelo Caserío Méndez, natural de Madrid y residente en Mondoñedo desde el año 1888. Regentaban un buen comercio en la planta baja de la edificación señalada con el número 1 de la calle Padilla de Mondoñedo (actual de Alfonso VII).

En 1887, D. Antonio figura como concejal del ayuntamiento mindoniense. Forma parte de la corporación junto a D. Juan M. Cayón, D. Pedro y D. Dámaso Salaverri o D. Ramón Martínez. G. de Insua. En 1899, D. Antonio Cabanas figura de nuevo como concejal del ayuntamiento; en esta ocasión, era alcalde presidenta D. Pedro Salaverri.

En el censo municipal de población del año 1906 habitan en su compañía, como dependiente D. Teofilo Arias Alonso, nacido en el año 1877 en Orense y como sirvienta Rosa del Río, nacida en Lorenzana en el año 1872.

Como el matrimonio no tenía descendencia, residía en su compañía su sobrina Consuelo Calzada Caserio, nacida en Madrid en el año 1885, que lo hacía desde el año 1904. Con el transcurso del tiempo, su sobrina Consuelo se casaría con su dependiente Teofilo Arias.

Con el paso de los años D. Antonio y Dª Consuelo compran unas esbeltas y cómodas edificaciones, señaladas con el número 19 de la Plaza de la Constitución y número 2 de la calle Cándido Martínez de Mondoñedo, a las que modificarían totalmente sus fachadas principales e interiores, por medio de un plano confeccionado por D. Ramón Martínez G. de Insua, habilitado del clero mindoniense, tallista y propietario, en las que en su planta inferior montarían sus nuevos propietarios uno de los mejores comercios de Mondoñedo..."

 En 1914 se realizó la reforma de la fachada del comercio de Cabanas, dejándole básicamente el aspecto que luce hoy en día. Allí a la derecha de O Cantón está la antigua Casa do Concello, O Consistorio Vello, donde ocupó asiento de alcalde tres meses el padre de Álvaro Cunqueiro, Joaquín Cunqueiro, en concreto entre el 2 de octubre de 1923 y el 3 de enero de 1924

Por su parte, en el Cantón Pequeno, desaparecieron, hacia 1915, los soportales de esa cabecera de la plaza, en la antigua Rúa de Padilla, actual Alfonso VII. Allí as leiteiras, las antiguas lecheras que venían de los pueblos, vendían sus productos, queixos y manteigas, y a veces buenos requesones, según narra en su recuerdos el citado José Ramón Díaz Cruz:

"Ese Cantón Pequeño, no lo era tanto, porque los paseos con charlas profundas, tenían lugar allí. Además teníamos la oficina de telégrafos con don José al frente, donde algunos mindonienses, en verano, repasábamos las matemáticas con aroma a Partagás. Verle liar el cigarro mientras esperaba que nosotros solucionásemos el problema que nos había puesto, era tan penetrante como el olor a tabaco. La catedral servía de fondo durante esas charlas y las escaleras ponían colofón a la despedida para ir a comer a casa. Las fotos de ese Cantón Pequeño, escasas, tienen como fondo La Acción Social, que era un referente como edificio emblemático junto al del Banco de La Coruña y la oficina de Telégrafos. En sus escalinatas acostumbrábamos en verano a contemplar la catedral. Llegamos a contar las bolas que rematan su fachada y nos entusiasmaba el color que iba cambiando a la caída de la tarde"

Es muy importante saber que allí, en la actual rúa Alfonso VII, antes de Padilla, y más anteriormente aún, do Colexio, estuvo el primer Seminario Conciliar de Mondoñedo, ya solicitado por pleno del Consistorio en 1565, inmediatamente del Concilio de Trento que mandó crear uno en cada diócesis como reacción a la expansión del protestantismo, y que estarían en marcha en los números 1 y 2 de esa calle, aprovechando unas casas preexistentes, en 1573

 El lugar era llamado cabeçera de la plaça en la documentación existente, o plaza de las panaderas. En 1775 se traslada a otro lugar, a un nuevo gran edificio construido a tal efecto detrás de la catedral, el que conocemos hoy en día. Es muy posible que se dedicase a Santa Catalina desde el comienzo (primera mención a su patrocinio en 1608), pues es un patronazgo muy común en colegios y universidades dadas la virtudes doctas de la santa. Su devoción estaría muy arraigada dado el número de niñas bautizadas con su nombre en esos años

Aquí nació en 1831Valentín Patricio Cándido José Martínez Montenegro, representante durante casi treinta años, de 1871 a 1899, de Mondoñedo en el Congreso de los Diputados. Llegaría a ser Director de Correos y en 1883 ocuparía plaza en el Consejo de Estado. Fue nombrado Hijo Predilecto de Mondoñedo en 1890. Era apodado Chambriles y el escritor Xan de Masma (Patricio Delgado Luaces), de militancia carlista, escribió así de él:

"Presentábanse candedatos por M un señor de Santiago, moi rico e moi bon, dos que non fixeran mal o pobo, dos poucos que perdonaban as rentas cando a cosecha se perdía; dos que creían en Dios; dos que pensaban que a revolución, filla dos masós e do enfermo, non nos iva facer felices. Buscou pois outro candedato que poñerlle diante, e este foi un compañeiro de profesión (abogado), fillo dun comerciante bastante rico, e a quen a xente chamaballe Chambriles porque tiña as pernas tortas para fora, facendo un parenteses, o mesmo que son os paus dos que colgan os cochos para facerlles a soá ca brosa"

En ese muro de la plaza una placa hace homenaje a los voluntarios del Mercado Medieval, que se celebra en esta plaza, recreando el medievo, Empezó siendo solo el sábado, pero ahora se prolonga de la tarde del viernes hasta la noche del domingo


La Praza da Catedral y las rúas adyacentes se llenan de puestos de artesanos, 
ferreiros, alfareros, sastres, siendo todas recorridas por soldados, zancudos, músicos, malabaristas, bufones y señores como el mismo Pardo de Cela. Pueden disfrutarse cómo no las ricas viandas y admirar o participar incluso, de juegos populares. El día del turista remata en una pantagruélica cena medieval


Por esta rampa bajan hacia la catedral los peregrinos que vienen, por la Rúa de Pardo de Cela, siguiendo el trayecto del Camino Norte que ha entrado en Galicia por Ribadeo. Según Xosé Ruiz Leivas en su Guía fantástica de Mondoñedo, en esa rúa vivieron en casas contiguas una doncella y un templario, que se enamoraron de verse en la ventana. Dada la condición de ambos su romance se hizo imposible pues para las gentes era un ultraje 


Murieron de amor, separados, pero a cambio fueron enterrados juntos, justo aquí en la esquina de la Praza da Catedral con la Rúa de Pascual Veiga. Dice Leivas que pudo ver sus esqueletos al abrirse una zanja para la conducción eléctrica, muy respetuosa con esos restos. Aconseja además el autor depositar una rosa sobre la acera bajo la que están inhumados estos Romeo y Julieta mindonienses


Caminando de la catedral a O Cantón Grande, pensamos que, lo que no todo el mundo sabe, es que esta plaza se cerraba, al menos documentadamente desde el siglo XVI, para celebrar corridas de toros. La última que se tiene noticia en 1792, afirma García Doural basándose en estudios del historiador Lence Santar


En el artículo Corrida en la Plaza. 1766, Doural presenta escritos del Archivo Municipal por las que estas se prohibieron en 1754:
“Por Orden del Rey, de fecha 10 de mayo de 1754, comunica el Sr. Gobernador del Consejo de Castilla, para la puntual observancia que ha de tener la cría de ganados y prohibición de fiestas de toros y del consumo de terneras. Sirviéndose V. S. hacerla publicar en el distrito de su referida provincia, a excepción de los partidos realengos, a quienes se participa esta igual noticia”. Coruña, 29 de mayo de 1754"

Y otro, del mismo año, dice:

“Hallándose enterado el Rey de la decadencia en que se halla la cría de ganado vacuno en este Reino es dimanada de la calamidad que se ha experimentado de ganados por la esterilidad de pastos y del abuso que se ha introducido en el uso de las terneras y festejos de toros, por cuyo motivo existe escasez de bueyes y carestía del precio para el uso de las labores y carreterías, tan útiles al Reino, en los transportes, como también para el abasto de las carnicerías. Se prohíbe que se maten terneras, que quiere S. M. que se observen con el mayor rigor y para que los ganaderos se dediquen a criar bueyes. Cesen por ahora, hasta nueva resolución, los festejos de toros, en todos sus dominios”. Madrid, 10 de mayo de mil setecientos cincuenta y cuatro. Diego López de Cartagena"

Aún así en 1766 se autoriza una corrida de novillos, luego de conceder el consistorio el permiso solicitado por don Juan Antonio Doval, canónigo de la catedral, para celebrarla la tarde del 14 de agosto, pidiendo además balcón en la Casa do Concello para "una orquesta de música, en la misma noche"

En estos soportales estaba la Perfumería-relojería-platería Martínez, del popular Nilo Martínez, que estuvo tantísimos años al frente del negocio. De él escribe así Juana Prieto Luna en Nilo, el relojero de Mondoñedo:

"En los soportales que hay enfrente la catedral de Mondoñedo tiene su relojería y su taller de relojes, el señor Nilo. Nilo Martínez es una de esas personas de la que estás encantada de conocer, que se hace imprescindible en un determinado espacio, Nilo ya es en mi cabeza parte de Mondoñedo, no entiendo este pueblo sin él. Me vio haciendo fotos y enseguida me invitó a su taller, me enseñó su tesoro más precioso, su profesión, su vida; hablamos de un montón de cosas, me llamó la atención que no tuviera ningún aprendiz que siguiera con el negocio, se lo pregunté, y él acertadamente me respondió que el problema es que los jóvenes con los que ha contactado solo piensan en cuanto van a ganar, ninguno se ha acercado a él con intención de aprender. Claro, esto hace que a él le de pavor pensar en poner a nadie en su despacho. También hablamos de como la crisis afecta a su negocio, a lo que él me contestaba que hasta lo agradece, pues no daba hecho con tanto encargo, y ahora pues está más tranquilo. Presumía de que la mayor parte de su clientela es de fuera del pueblo, incluso de Madrid, a mi no me extraña nada, una persona tan afable es a la fuerza, querida en todos los rincones del mundo, un abrazo Nilo y buena suerte" 

Aquí le hace una preciosa entrevista José Antonio Abella Albo, quien escribe de esta manera tan emotiva del lugar:

"Cada reloj es un corazón. Su ritmo asemeja a los latidos de la vida. Su porte, entre maquinaria y nobles maderas, es una novela de amor desde las prisas de la juventud a las pausas de la madurez. Y todo ello en una de las plazas más hermosas de nuestro mundo. Bajo la sombra de la catedral de Mondoñedo. ¡Ahí es nada!"

El nombre de la tienda, a la puerta...

Sigue luego la hermosa fila de casas porticadas. En una de ellas está el taller de reparación de calzado de Sandro Sordo, una persona que se ofrecía a la gente mayor para realizarles las compras durante el confinamiento a causa de la epidemia del coronavirus en la primavera de 2020

Galerías y balcones. Por viejos planos encontrados parece que, hacia 1771, las columnas de las casas antiguas, de madera, junto con sus arquitrabes, iban sustituyéndose por otras de piedra. Las actuales casas, o buena parte de ellas, al menos, conservan en su interior elementos medievales e, incluso, tardorromanos, como pronto vamos a comprobar

Y una casa blasonada, muy interesante, también con soportales

Escudo que mira a la Praza da Catedral

Así escribe de la ciudad el escritor José María Álvarez, Chesi, según publica en El Faro de Vigo el 30-6-2013:

"El viajero, que no ha leído a Cunqueiro, está en Mondoñedo pero no sabe que está en Mondoñedo o, más bien, no sabe dónde se ha metido. Cualquier lector de don Álvaro sabe que cuando arriba a Mondoñedo accede a otro mundo, a una especie de libro descatalogado donde todo puede suceder. El inocente viajero se sienta en la terraza de un bar y mira a su alrededor: mira y ve el cantón y la catedral, la estatua de un escritor que observa desde la plaza el monte de Silva, las callejas que divergen desde el centro urbano, los habitantes de la ciudad que transitan con una tranquilidad que ya apenas uno puede apreciar en el resto de las ciudades gallegas" 


Y es que esta es la casa donde vivió Álvaro Cunqueiro, actual casa-museo de este escritor, nacido no muy lejos de aquí, al lado de A Fonte Vella. Ocho años después del fallecimiento de su padre, Joaquín Cunqueiro, acontecido en 1849, los hermanos Pepe, Álvaro y Carmen se trasladan desde allí a este edificio de tres plantas del Cantón Grande que había sido propiedad de Pilar Moirón Agüela, tía de su madre Josefa Mora Moirón, Pepita, que de niña vivió aquí, junto con su hermana Eugenia, con ella. Pilar tenía además una comercio de lencería en la plata baja, llamado Géneros de Punto


Poco después de su regreso a Mondoñedo, en 1946 ó 1947, Álvaro Cunqueiro se establece permanentemente en esta casa en 1949, todo ello tras habérsele retirado el carnet de periodista y ser expulsado de Falange, una trayectoria que había comenzando en 1937. Así describe Ricardo F. Colmenero aquel episodio en La Esfera de Papel
"Su vida de periodista es la parte inverosímil. El niño que se sabía todas las hierbas y todos los pájaros se hizo veinteañero nacionalista pocas horas antes de que empezaran a matar por ello. Para no sembrar dudas, del ala radical del Partido Galleguista. Sobrevivió huyendo lo justo para no caerse al mar, a Ortigueira, y escribiendo para una revista falangista, tan creíble que el gobierno de Franco quiso fichar a toda la plantilla, hasta que descubrió que Cunqueiro escribía todos sus artículos, y los del resto de firmantes inventados. De ahí al ABC
En Madrid, cuenta el documental de Antón Reixa El incierto señor Cunqueiro, la embajada francesa le pagó para que publicara un artículo para mejorar la imagen de Francia en España (algunas fuentes que eran sobre el Camino de Santiago). Pero no lo hizo, o consideró el pago era lo justo para mejorar la imagen de Francia en un solo español. Aquello desató un conflicto diplomático, y le ocasionó un castigo ejemplar. Se le retiró el carnet de prensa, el 2.490, se envió una circular a todos los medios para que no se le contratara, y se ordenó su expulsión de la Falange, lo que permitió descubrir que, aunque lo había publicado, jamás se había afiliado. «Las noticias verdaderas son las que tienen 300 años (...) Las noticias modernas son falsas», escribió en 1953"


Gracias sobre todo a su amigo y antiguo compañero del Partido GaleguistaFrancisco Fernández del Río, Cunqueiro pudo colaborar en la prensa gallega, primeramente en el periódico La Noche, de Santiago, y seguidamente en El Progreso, La Voz de Galicia o La Región. En los años 50 lo hará para El Faro de Vigo, llegando a ser redactor de plantilla en 1961, por lo que se fue a residir a esa ciudad, llegando a subdirector del diario en 1964 y a director entre 1965 y 1970. Fallecería en el Hospital Xeral de Vigo el 28 de febrero de 1981


Es de destacar que, en esta misma casa, vivió hasta su fallecimiento con 96 años de edad, en 2006, su hermana Carmiña Cunqueiro. De ella dice La Voz de Galicia el día 4 de mayo...
"... Carmiña Cunqueiro. La hermana del gran escritor mindoniense ocupaba la casa situada en la plaza de la Catedral donde su hermano Álvaro escribió algunas de sus obras más importantes, como Merlín e familia . Carmiña recibía allí a sus amigas, a los escritores que de vez en cuando se acercaban para disfrutar de su conversación. Era una persona entrañable, ocurrente, con gran sentido del humor y que mantuvo su lucidez intacta prácticamente hasta el final de sus días"

En este inmueble que ahora pasamos a visitar, y donde vivió Álvaro Cunqueiro alrededor de toda una década, escribió además obras tan importantes como Merlín e familia, publicada en 1955, As crónicas do sochantre de 1956,  Las mocedades de Ulises en 1960. o Escola de menciñeiros, también publicada en 1960, entre otras


En el mismo cristal de la planta baja un texto recoge parte de esta trayectoria vital y creativa, cuyo escenario fue esta casa, de origen medieval y que fue antaño taller azabachero, inaugurada como casa-museo el 1 de marzo de 2019


Este es la recepción: a la derecha un pasillo comunica con la Taberna de Galiana, que sale al huerto de la casa y cuyo nombres es el de una inacabada novela de Cunqueiro (y que nos recuerda a una famosa calle del mismo nombre en Avilés, Asturias, la calle Galiana, que puede visitarse en este mismo Camino Norte)


Expositor de libros vinculados con Álvaro Cunqueiro y Mondoñedo


Frase entrañable y característicamente cunqueiriana:
"Si cuando escribo no me divierto, pienso que malamente se podrán divertir los lectores con lo que fue escrito"

Subimos así por las escaleras al primer piso, donde un cartel muestra una frase de Merlín e familia:
"Esmelle, selva longa y antiga, na memoria lévoa eu de azul pintada, como se un enorme e morno luar apousara, nun repente, na terra"

Nos dirigimos a la sala sensorial


Placa con la disposición de los cuartos de la casa


La sala sensorial está dedicada a Merlín e familia, novela fantástica ubicada en algún lugar de la Terra de Miranda cercana a Mondoñedo. Allí el famoso mago Merlín de la saga artúrica, adaptado a la Galicia lucense, vive con el narrador de la novela, Felipe de Amancia, que es además uno de sus criados, un paje que recuerda en su vejez las vivencias con su señor, con quien residía también, viuda, la reina Ginebra, y otros criados y sirvientes: Marcelina, cocinera y gobernanta, José del Cairo como mozo de cuadra y cuidador de los campos; Manuelina, ayudante de cocina, que aparece brevemente, o Casilda, moza de vida dura que cuidaba el ganado y la huerta, con un también duro pasado amoroso como novia de un ciego en tiempos en que estos se habían quedado sin trabajo. Leemos así esta crítica literaria en la Wikipedia:
"La imaginación mostrada y las situaciones fantásticas creadas por Álvaro Cunqueiro hacen de este libro una obra fascinante. La maestría de su estilo esconde amplísimos conocimientos de otras épocas y realidades, que aparecen fundidas magistralmente con su propio tiempo y entorno, un pequeño pueblo rural gallego de mediados del siglo XX. Merlín e familia es, sin duda, una obra maestra en su género"

El País publica esta semblanza el 15 de noviembre de 2003: El jardinero de la lengua 
"Álvaro Cunqueiro fue amigo del sosiego rural y de la buena mesa, lo que quedó atestiguado en obras como Ollar Galicia, publicada en 1982 tras la muerte del autor, o La cocina cristiana de occidente y La cocina gallega, libros aparecidos a comienzos de los años setenta
Antes, en 1955, ya había situado al legendario Merlín en su retiro de Miranda, lugar vagamente cercano a Lugo, donde encontramos al personaje tomándose "unas once de huevos revueltos y vino clarete".

Respecto a la relación entre su tierra de origen y su obra literaria, Cunqueiro explicó en 1979: "Yo soy un gallego que utiliza Galicia como un telón de fondo. Y esto ocurre de modo permanente. No quiero salir de esta geografía. Es un paisaje físico y humano que he utilizado para todo: incluso cuando escribí Las mocedades de Ulises, que aparentemente se desarrollaba en Grecia, era Galicia la que estaba en el trasfondo"

El lenguaje fue otra de las grandes pasiones del escritor, quien aplicaba a sus libros "si se me permite decirlo, un cuidado de jardinero en el uso del lenguaje"

Y esta es la reseña en Lecturalia:
"El libro de narrativa fundacional de Cunqueiro, poblada de personajes improbables pero absolutamente verdaderos en la que la invención de su autor llega a alturas prodigiosas. Publicada en 1955, esta es la primera novela de Cunqueiro, que comenzó su obra narrativa después de escribir varios libros de poemas. La historia de un Merlin viejo y refugiado en Miranda (Lugo) llega al lector a través del relato de un testigo directo, Felipe Amancio, que recuerda a los días en los que trabajó como sirviente del mago"

 En Escritores del mundo leemos también:

"Los capítulos son independientes, pero siguen un mismo esquema, y cada uno narra un episodio distinto con toques de humor y párrafos desenfadados.

El esquema de cada capítulo sería el siguiente:

-Llegada del visitante a la casa de Merlín en busca de su sabiduría.
-Exposición del caso a Merlín.
-Resolución de dicho problema mediante la fantasía y la magia.
-Ida del visitante"

Esta es el Merlín de Cunqueiro en la sinopsis de la Wikipedia:
"En la versión de Cunqueiro, el mago presenta varias peculiaridades frente a la tradición medieval e incluso frente a las recreaciones contemporáneas abundantes en el ámbito anglosajón. En primer lugar aparece desvinculado del mundo artúrico como en las fuentes más antiguas, pero si en estas se situaba en una época previa, Cunqueiro lo traslada al futuro: a pesar de que distintas épocas y tradiciones se cruzan en la novela, la acción se sitúa claramente después de la destrucción de la corte artúrica e incluso después de la revolución francesa, según el apéndice añadido en la versión castellana. Traslado en el tiempo y también en el espacio, pues Merlín se refugia en las tierras de Miranda de Galicia, en un bosque trasunto de la legendaria Brocelandia, la selva de Esmelle, aunque aquí el retiro al bosque no es sinónimo de aislamiento, sino bien al contrario, desde la casa de Merlín se ve toda la comarca y allí confluyen todos los caminos que llevan viajeros de diferentes épocas y latitudes en busca de remedio para sus peculiares males. Presentado por el narrador al inicio como todos los personajes de la casa, su mítico pasado se reduce a un recuerdo nebuloso que poco interesa a sus vecinos, y su condición inmortal se asimila con naturalidad a través de una frase tópica ("por el no pasaban los años"), igual que su legendario origen ("era hijo de soltera y de ajena nación"). Se describe como un hombre sociable y afable ("muy franco y abierto, contento del mundo y hablador, y sonreía muy fácil"), y de su físico conocemos pocos detalles ("era de pocas carnes, pero muy puesto en sus anchos y gentil, y muy andador"). Frente a la tradición clásica que lo presenta desde el comienzo como adivino en las Prophetiae Merlini, aquí Merlín nunca adivina el futuro, sino que, al contrario, se muestra sobre todo buen conocedor de las genealogías y en general del pasado de otros personajes. Tampoco tiene poderes ilimitados, sino que en muchas ocasiones se encuentra limitado para proporcionar a sus visitantes el remedio que reclaman, tiene que consultar sus libros para buscar otros recursos, etc. En el proceso nivelador del mundo mítico y mundo real que Cunqueiro introduce siempre en sus novelas, Merlín ve reducidos sus poderes y en su mundo la magia está presente independientemente de su intervención. Para sus visitantes, que traen paraguas mágicos, relojes transportadores, espejos adivinos, sirenas, demonios y seres minúsculos del mundo subterráneo, el mago aplica sus remedios como paragüero, relojero, reparador de azogues, tinturero, exorcista... Más sabio artesano que poderoso embaucador, se muestra siempre afable y didáctico con su joven servidor, el narrador Felipe"

Y la 
Ginebra cunqueiriana:
"El narrador, el criado Felipe de Amancia, nos la describe como “primera de la casa”, “de señorío” y “viuda de un gran rey”, condición que evoca inmediatamente a la reina Ginebra de la materia de Bretaña, esposa del mítico rey Arturo. La Ginebra del relato de Cunqueiro “apenas sale de casa”, ubicada en Galicia, en el espacio mítico de la selva de Esmelle. El narrador nos cuenta que Ginebra, como Merlín, el otro personaje del ciclo artúrico protagonista de la novela, “tampoco era del país”, y “prendía algo en el habla”. Algo de su aura mítica se pierde cuando el narrador describe a Ginebra como “más bien gorda” y la humaniza con un detalle prosaico: la costumbre de “rascarse las espaldas con una manecilla de boj”. A pesar de llevar el mando de la casa, se nos presenta como un personaje melancólico y fuera de lugar, con “algo de tristeza”, que se entretiene tejiendo un bordado dedicado a otros personajes de la materia de Bretaña, Tristán e Isolda. Su aislamiento y rememoración nostálgica del pasado contrasta con la integración activa de Merlín en esta nueva etapa. Sus intervenciones son casi ceremoniales, para recibir y despedir a los viajeros"

Y los otros personajes...
"Marcelina. Cocinera y gobernanta, aparece caracterizada junto con los demás habitantes de la casa de Merlín al principio del relato. Forma parte del grupo de sirvientes de Merlín y Ginebra, personajes de la materia de Bretaña trasladados a Galicia en el relato de Cunqueiro. Marcelina se encarga de las principales labores de la casa. Es, según el narrador, el criado Felipe, enamoradiza y amante de las novedades, tiene ínfulas de alto rango (“pasaba” por parienta de Merlín) y tiene una extraña habilidad para intuir el secreto de los personajes fabulosos que acuden a Merlín en busca de remedios, pues es capaz de interpretar detalles de su vestuario, gestualidad o comportamiento.  
José del Cairo. Mozo de cuadras que también cuida los campos de su amo, Merlín. Desde la perspectiva del joven narrador, José aparece dotado de una personalidad singular: de pocas palabras, amante de los animales, con quien se entiende a la perfección, es valiente y burlón, y hábil para operaciones delicadas como hacer injertos. 
Manueliña. Ayudante en la cocina, aparece brevemente mencionada en la descripción del personal de servicio que habita en la casa de Merlín y Ginebra. Sólo sabemos algunos rasgos de su aspecto físico: “con su pelo rubio y su boca pequeña, calientes los labios como la leche cuando acaban de ordeñar”, lo que parece indicar un contacto directo con el joven narrador. Manuelina es una mujer joven, que es de nuevo  mencionada en el capítulo “El reloj de arena”, cuando el personaje Don Felices le echa las cartas al criado Felipe y le vaticina que tendrá un hijo con Manueliña. El narrador, el propio Felipe, añade que, efectivamente, acabó casado con Manueliña, y que el hijo de ambos, Ramoncito, falleció a los cinco años. 
Casilda. Moza del pueblo de la que solo sabemos dos cosas: que asume trabajos duros fuera de la casa (“cuidaba el ganado y la huerta”) y que tenía un pasado amoroso también duro, como "moza" de un ciego en tiempos en que los ciegos sufrían una situación muy precaria por no poder trabajar"

Esta misma casa donde vivió Cunqueiro es una verdadera novela histórica de arquitectura, hemos dicho ya que es un edificio medieval, pero se sabe fue construida sobre otra, muy posiblemente tardorromana. Un edificio que, como su portentosa literatura, recoge influencias de épocas muy diferentes, atmósfera de siglos, tan característicamente mindoniense, que constituye un escenario que inspiró sus obras


Llegamos a la segunda planta, donde nos recibe la frase de Jean Bodel en Chanson des Saisnes (s. XII), dentro de la Materia de Bretaña o ciclo artúrico
"Só hai tres materias sobre as cales todo home debe tener algún coñecemento: a materia de Francia, a de Bretaña e a de Roma a Grande"
Una traducción podría ser:
"Hay tres ciclos literarios de los que ningún hombre debería carecer: la materia de Francia, de Bretaña, y de la gran Roma"

Pasamos ahora pues a la sala-museo. Álvaro Cunqueiro es un símbolo de Mondoñedo y de Galicia entera: novelista, poeta, dramaturgo, periodista y gastrónomo, uno de los máximos escritores de Galicia en gallego y en castellano


Nació en Mondoñedo el 22 de diciembre de 1911 muy cerca de aquí, en una casa al lado de A Fonte Vella. De niño era aficionado a las pequeñas novelas del Oeste, afirmando que fue entonces cuando escribió la primera, una pequeña obra en la que los blancos hablaban castellano y los indios gallegos. Más tarde se aficionó a la poesía que le recomendaba un amigo, José Ramón Santeiro


Fue en 1921 estudiante en el Instituto General y Técnico de Lugo, donde trabó amistad con Evaristo Correa Calderón y Ánxel Fole. Luego se matriculó en la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Santiago en 1927, donde vivió y se relacionó de joven con lo más granado de los ambientes culturales gallegos, contando con amigos como  Francisco Fernández del RiegoDomingo García SabellGonzalo Torrente BallesterRicardo Carballo CaleroCarlos Maside y Xosé Eiroa. participando en las tertulias del Cafés Español, si bien dejaría la carrera para ejercer periodismo, siendo redactor de periódicos y revistas como El Pueblo Gallego. Entrando en contacto con la obra vanguardista de autores del momento, como  William Butler YeatsRainer Maria RilkeAndré Breton, o Paul Verlaine


Llegada la II República participa como orador en un mitin en Ribadeo de la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA) y se afilió como ya hemos dicho al Partido Galeguista. Conoció en 1932 a Federico García Lorca y en 1932 se libró del servicio militar por estrecho de pecho, por lo que no llegaría tampoco a combatir en la guerra civil, cuyo estallido le pilló estando en Mondoñedo, pero no fue represaliado por la influencia de su familia, muy conservadora. En octubre 1936 ocupa plaza de profesor en una escuela privada de Ortigueira gracias al consejo de un amigo, se afilia a Falange, cuyo jefe de Prensa y Propaganda comarcal era Jesús Suevos, jefe territorial también en Galicia y director de El Pueblo Gallego, donde Cunqueiro entró como redactor, yendo a vivir a su sede en Vigo, donde enseñaría portugués un tiempo en su instituto


En noviembre de 1938, ya caído el Frente Norte, Álvaro Cunqueiro se establece en San Sebastián, y el 29 de Marzo de 1939 a Madrid recién tomada la ciudad, donde trabajó en Madrid en el diario ABC hasta que en 1943, en los sucesos de los que ya hemos hablado antes de entrar en esta casa, rompió con el partido Fe-Jons y le fue retirado el carnet de periodista, acabando bruscamente su colaboración con el régimen de Franco. En su vida personal hemos de decir que, en esa época, en 1940, se casa con Elvira González-Seco Seoane, siendo sus hijos César, nacido en 1941, y Álvaro, nacido en 1944


Volvió a Galicia y gracias al apoyo de su amigo el intelectual y escritor Francisco Fernández del Riego pudo colaborar en los periódicos La Noche, El Progreso, La Voz de Galicia, La Región y El Faro de Vigo donde estaría en plantilla en 1961, llegando a subdirector en 1964 y a director entre 1965 y 1970, siendo sus seudónimos más habituales Patricio Mor, Álvaro Labrada, y Manuel Mar. Cuando marchó a Vigo ejercía de Cronista Oficial de Mondoñedo. El 23 de abril de 1961 ingresó en la Real Academia Galega (RAG)


Además de los paneles que muestran su trabajo y biografía, una proyección audiovisual recoge los testimonios de personalidades como Darío Villanueva, Víctor Freixanes, Armando Requeixo, Marina Mayoral, César Antonio Molina y César Cunqueiro, hijo del escritor, quienes comentan elementos importantes de la vida y obra de Álvaro Cunqueiro. Tal y como dice la propia página de esta casa-museo:
"Esta pieza audiovisual aborda varios aspectos esenciales para acercarse a la obra del escritor, describe sus principales señas de identidad literarias, aborda su acercamiento circunstancial a los vencedores en la Guerra Civil y explora la importancia central que Mondoñedo tiene en toda su obra. La versión completa del audiovisual se encontrará en la página web de la Casa Museo"

Fue Álvaro Cunqueiro periodista, narrador, novelista, autor teatral y traductor. En este estante veremos muchas de sus obras. En poesía en gallego, por ejemplo; escribió:

Mar ao Norde (1932), Poemas do si e non (1933), Cantiga nova que se chama Riveira (1933), Dona do corpo delgado (1950), A noite vai coma un río (1965), Palabras de víspera (1974), Herba aquí e acolá (1980). 

 Y en castellano: 

Elegías y canciones (1940). Edit. Apolo, Col. Azor. Reeditado en 2011 por Follas Novas Edicións Balada de las damas del tiempo pasado (1945). Ed. Alhambra. Reeditado en 1976 por Círculo de Amigos de la Historia

En cuanto a narrativa en gallego son sus obras: Merlín e familia (1955). Galaxia. Tradicida al castellano, asturiano, alemán, inglés e italiano, As crónicas do sochantre (1956). Galaxia. Traducida al castellano, italiano, francés, alemán y asturiano. Escola de menciñeiros (1960). Galaxia. Traducida al castellano, asturiano y al italiano en dos ocasiones. De ella dice su paisano José María Eiros, catedrático de Microbiología: 

"Cunqueiro escribe relatos cortos de menciñeiros con una fidelidad pasmosa a la Tierra, al hombre, a la lengua y a la tradición, y mezcla magistralmente la comprensión del ser en nuestro país con la actividad del menciñeiro. Tiene relación porque tiene tres fuentes de conocimiento en su vida: el contacto con su padre, que era farmacéutico, la vida en la botica en los bajos del Obispado de Mondoñedo y los personajes a los que él conoce y a los que altera en función del mensaje que quiere transmitir 
Lo innovador de su obra es que el menciñeiro se aproxima al paciente de una manera absolutamente original y entiende a las personas como un todo. No solamente ve su enfermedad, sino que ve su vida  
La visión de sus menciñeiros es absolutamente genial. La manera que tiene de comprender la enfermedad trasciende la visión puramente orgánica y va a una visión que pudiéramos llamar psicosomática que nos es muy útil en Medicina para entender que el ser humano que tenemos enfrente acude a nosotros buscando consuelo o buscando remedio para su enfermedad, pero es un todo. En nuestro sistema sanitario vamos una superfocalidad, en mi caso la infecciosa, pero eso Cunqueiro no lo ve. Los métodos de sus curanderos son geniales como escuchar, comprender, pasear y luego les confiere una especialización muy llamativa, hay menciñeiros especialistas en traumatología, otros en dermatología y algunos tienen poderes de trasmundo o sobrehumanos" 

También escribió Si o vello Sinbad volvese ás illas… (1961). Galaxia. La versión en castellano es Cuando el viejo Sinbad vuelva a las islas, publicada en 1962. Traducido posteriormente al italiano, holandés, árabe... Xente de aquí e de acolá (1971). Galaxia. Traducida al castellano como La otra gente, al francés como Gens d'ici et de là en 1988 y como Galiciens, corbeaux et parapluies en 1992, publicada en Actes Sud, al inglés como People from Here and Beyond en 1989 por Sheila Ingrisano y como Folks from here and there en 2011, por Kathleen March, al asturiano como Xente d'equí y d'acullá, al vasco como Han-hemengo jendea y al polaco como Moje plemię en 2009, por varios traductores a cargo de Jadwiga Konieczna-Twardzikowa. Y Os outros feirantes (1979). Galaxia. Traducida al asturiano como Los otros feriantes

Narrativa en castellano de Álvaro Cunqueiro:

San Gonzalo (1945) bajo el pseudónimo de Álvaro Labrada. Editora Nacional, Madrid. En 1968 figura en Flores del año mil y pico de ave, donde figura ya como autor Álvaro Cunqueiro. Después de su muerte la traducción al gallego de San Gonzalo fue publicada por la editorial Ir Indo no ano 2000. En el ámbito galego, el principal interés despertado por la obra se debe al plagio de algnos fragmentos de A romeiría de Xelmírez de Otero Pedrayo.

Las mocedades de Ulises (1960). Destino.

Fábulas y leyendas de la mar (1982). Tusquest.Edición de Néstor Luján

Flores del año mil y pico de ave (1968). Reeditado en 1990 por Seix Barral. Reeditado por Galaxia, Col. Mar Maior (2014).

Un hombre que se parecía a Orestes (1969). Destino, Col. Áncora & Delfin. Premio Nadal 1968. Reeditado por Destino en 2004 y por Austral en 2011

Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca (1972). Destino. 185 páxs. Reeditado por Planeta (1996) y por Galaxia, col. Mar Maior (2014)

El año del cometa con la batalla de los cuatro reyes (1974). Destino. Adaptado al teatro en 2004 por el Centro Dramático Galego, con dirección de Quico Cadaval. Reeditado por Galaxia, Col. Mar Maior (2014)

Obras literarias en castellano. Tomo 1: Merlín y familia; Las crónicas del sochantre; Las mocedades de Ulises; Cuando el viejo Simbad vuelva a las islas; Flores del año mil y pico de ave (2004). Fundación José Antonio de Castro.

Obras literarias en castellano. Tomo 2: Un hombre que se parecía a Orestes - Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca - El año del cometa con la batalla de los cuatro reyes - La otra gente - Tertulia de boticas prodigiosas y escuela de curanderos - Las historias gallegas - Elegías y canciones - Un poema y cuatro prosas - Crónica de la derrota de las naciones (Fragmentos) - Rogelia en Finisterre (2006). Fundación José Antonio de Castro

Ensayo en gallego: Tesouros novos e vellos (1964). Galaxia. 4ª edición en 2011, traducida al castellano, A cociña galega (1973). Galaxia. Incluída después e n la Biblioteca Básica da Cultura Galega (1983), Traducida al casrtellano, Laude da camelia (1981). Comisión de cultura Excma. Diputación Provincial de Pontevedra, Ollar Galicia (1981). Destino. Fotografías de Raimon Camprubí, Álvaro Cunqueiro: escritos recuperados (1991). Universidad de Santiago de Compostela. Edición preparada por el Departamento de Filoloxía Galega da USC, O reino da chuvia. Artigos esquencidos (1992). Deputación de Lugo. Edición de Mabel Mato, 100 artigos (2001). La Voz de Galicia, Biblioteca Gallega. Selección de Dorinda Rivera Pedredo, Cartas ao meu amigo. Epistolario mindoniense a Francisco Fernández del Riego. 1949-1961 (2003), Universo Cunqueiro (2005). Sotelo Blanco. Prólogo de Fernando ÓnegaÁlvaro Cunqueiro. Remuíño de prosas (2011). Cadernos Ramón Piñeiro XX. Recopilación de 22 prosas cortas, O mundo que teño de meu. Artigos en lingua galega. Prensa e revistas 1930–1980 (2013). Galaxia, No obradoiro do fabulador. Artigos en lingua galega. Faro de Vigo, 1963-1971 (2017) Galaxia, No obradoiro do fabulador. Artigos en lingua galega. Faro de Vigo, 1972-1981 (2019). Galaxia


Ensayo en castellano y artículos:
Crónica de la derrota de las naciones (fragmentos) (1954). Suplemento da Revista Atlántica Nº 1. Litografía e Imprenta Roel
Carlos Maside (1954). Galaxia. 22 páxs.

La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra, Santiago de Compostela (1962). Publicaciones españolas.

El Camino de Santiago (1965)

Lugo (1968). Guías Everest. Prólogo de Manuel Fraga.

Rías Bajas gallegas (1975). Everest

Ver Galicia (1981). Destino

Vigo y su ría (1985). Guías Everest.

Viajeros imaginarios y reales (1986). Tusquets

Pontevedra, Rías Bajas (1988). Guías Everesr

Los otros caminos (1988). Tusquets. Selección de artículos y edición de César Antonio Molina.

El pasajero en Galicia (1989). Tusquets. Selección y prólogo de César Antonio Molina.

Cunqueiro en la radio. "Cada día tiene su historia y otras series (1991). Fundación Barrié

Encuentros, caminos y noticias en el reino de la tierra (1992). Compostela

Papeles que fueron vidas (1994). Tusquets

Por el camino de las peregrinaciones y otros textos jacobeos (2004). Alba

Viajes y yantares por Galicia. Obra periodística olvidada en "Vida Gallega" (1954–1963) (2005) Alvarellos

El laberinto habitado: los artículos de Álvaro Cunqueiro en "Destino" (1961–1976) (2007). Nigra. 616 páxs. Edición de María Liñeira

Viaje a Lugo: páginas sobre la ciudad (2011). Alvarellos

Prólogos, epílogos y otros escritos dispersos (2011). Follas Novas

De santos y milagros (2012). Fundación Banco Santander. Edición de Xosé Antonio López Silva
La cocina cristiana de occidente (2015). Austral

Teatro:
Rúa 26 (Diálogo limiar) (1932). Revista Yunque. Publicada también por Laiovento en 1995 y por Galaxia en Don Hamlet e outras pezas (2007)

Función de Romeo e Xulieta, famosos namorados (1956). Publicado dentro de la novela As crónicas do Sochantre. Reeditado por Galaxia en Don Hamlet e tres pezas máis (1974).

O incerto señor Don Hamlet, Príncipe de Dinamarca (1958). Galaxia. Reeditado por Galaxia en Don Hamlet e tres pezas máis (1974), añadiendo a una escena al texto original. 5ª ed. en 1986 y 9ª ed. titulada Don Hamlet en 2003. Estrenada por el Centro Dramático Galego en 1991. Fue traducida al castellano y al asturiano

A noite vai coma un río (1965). Grial, nº 10. Reeditado por Galaxia en 1974 (Don Hamlet e tres pezas máis) y 2007 (tragedia breve: un prólogo y dos jornadas).

Palabras de víspera (1974). Galaxia. Incluído en Don Hamlet e tres pezas máis.

Xan, o bo conspirador (1978). Grial, nº 60. Escrita en 1933. Publicada por Galaxia en Don Hamlet e outras pezas (2007)

Don Hamlet e outras pezas. Teatro galego completo. 1932-1968 (2013). Galaxia

Obra en galego completa I: poesía e teatro (1980). Galaxia

Obras colectivas en gallego:
Antoloxía da poesía galega actual. Nordés (1978). Ediciós do Castro
Antoloxía consultada da poesía galega 1976–2000 (2003). Editorial Tris Tram. Coordinación Arturo Casas.

Tamén navegar (2011). Toxosoutos. Selccción de poesía gallega sobre carpintería de ribera y embarcaciones tradicionais
Obras colectivas en castellano:
Teatro venatorio y coquinario gallego (1958). José María Castroviejo: Arte de la caza. Álvaro Cunqueiro; Arte de cocina: Álvaro Cunqueiro. Ed. Monterrey. Reeditado en 2005 por Ézaro.
Viaje por los montes y chimeneas de Galicia: caza y cocina gallegas (1962). Con José María Castroviejo. Espasa Calpe. Col. Austral (1997).

Vigo en su historia (1980). Con Fernando AcuñaJ. M. Álvarez BlázquezAntonio MeijideAntonio Odriozola et alii. Caja de Ahorros Municipal de Vigo

Cocina gallega (1999). Con Araceli Filgueira Iglesias. Everest. 10º´
Además es autor de:

Antología poética (1989). Plaza & Janés. Gran selección de la literatura universal del siglo XX


Traducción:
Flor de diversos. Escolma de poetas traducidos (1991). Galaxia, Dombate.

Premios:
Premio Gil Vicente en 1934 por Cantiga nova que se chama riveira.

Premio da Crítica española en 1959 por Las crónicas del sochantre, que en realidad fue una traducción de As crónicas do sochantre

En 1962 Manuel Halcón le concede el Premio Juan Palomo de periodismo

Premio Conde de Godó en 1966 por su trabajo como periodista

Premio Nadal en 1968 por Un hombre que se parecía a Orestes

Premio Frol da Auga en 1979 por Herba de aquí e acolá

Premio de la Crítica española en 1979 por Os outros feirantes

Doutor Honoris Causa por la USC en 1980

En 1978 gana una bolsa vitalicia de la Fundación Pedro Barrié de la Maza.

1980: Pedrón de Ouro del Patronato Rosalía de Castro

En 1981 fue nombrado miembro de honor de la Asociación de Escritores en Lingua Galega.


Homenajes:

1980: Lugués del ano, multitudinario homenaje en Vigo. 
Desde 1988 se convoca el Premio Álvaro Cunqueiro para textos teatrales
Premio Nacional de Periodismo Gastronómico Álvaro Cunqueiro.

Desde 1991 se convoca el Premio Álvaro Cunqueiro de narrativa

2011: Dos mil y un poemas al aire para homenajear a Cunqueiro en Vigo

En 2015 se de la el nombre Hospital Álvaro Cunqueiro al nuevo hospital de Vigo

En 2019 se inaugura esta Casa-Museo de Álvaro Cunqueiro en Mondoñedo 


Dice el texto que este es el "único gorro conervado del Mago Merlín, fechdo hacia 1860. Restaurado por el obradoiro Traxandaina. Colección privada de los herederos de Felipe de Amancia"

Carlos Montero, foto de Fidi Fidalgo

Verdaderamente en Mondoñedo hay un Merlín, Carlos Montero, a quien el escritor, profesor, gastrónomo y cronista asturiano José Antonio Fidalgo, dedica esta semblanza:
"En 1955 el gran escritor y narrador gallego don Álvaro Cunqueiro publicó su novela MERLIN E FAMILIA; conjunto de narraciones fantásticas en las que «Felipe», un supuesto criado del fabuloso y clásico mago Merlín, cuenta sus andanzas por una aldea gallega.

Y sucedió que…

En Mondoñedo surgió un personaje singular: don Manuel Montero, antiguo comerciante librero, coleccionista de fotos, postales, textos… antiguos (y muy especialmente los relacionados con don Álvaro), tan amante y seguidor de las tradiciones populares gallegas, que actualmente «vive en su persona la realidad ficticia del cunqueiriano mago Merlín».

Viste como vestiría aquel mago de novela y, con amabilidad de hoy, atiende a visitantes y aconseja a peregrinos compostelanos.

Toda una institución en una ciudad donde fue obispo aquel asturiano célebre, traductor al bable del Evangelio de San Mateo y del texto del dogma de La Inmaculada Concepción, don Manuel Fernández de Castro, conocido en Oviedo como «don Manolín»"

En su libro Cuando juegan doble la novela y su autor, dedicado a esta obra y su traducción, Martine Roux escribe:
"Tanto Felipe de Amancia como su amo Merlín aparecen como los interlocutores implícitos del «Señor Cunqueiro»: Felipe de Amancia representa al gran conocedor y admirador de la tradición oral gallega. Merlín, por su parte, representa al conversador, al lector voraz que sabe distinguir y analizar todas las escuelas literarias —las habidas y por haber, las reales e inventadas del mundo culto—. Entre los tres, casi se confunden con el literato en la Historia, sobrepasado por unos acontecimientos violentos que lo apartan de su mundo primigenio —literario y galleguista en el caso de Cunqueiro"

A los lados del gorro o pucha los balcones miran a la catedral


De ella escribe Cunqueiro en Mondoñedo. Un valle y un pueblo (1953):
"Ya estamos en la plaza, frente a la catedral. De la vieja fundación del obispo don Martín, en el primer tercio del siglo XIII, apenas queda la románica puerta. La sede se estableció definitivamente en Villamayor en el año 1225, y celebra el día de San Lucas, 16 de octubre, el aniversario de su consagración. Todavía estaría don Martín Construyendo cuando el año 1232, con su febrerillo loco, llegó a Mondoñedo, camino de Compostela, el rey San Fernando. Alfonso IX, de quien el obispo Martín era canciller, dio en Bacoy el "fuero de toro" a los que poblaran el "pumar de canónica", y apenas cuesta imaginar en la rúa del Pumar, un pomar, una manzaneda, para solaz de los canónigos, con unas manzanas como rimas latinas. Hoy el viajero, al llegar a la plaza, contempla las barrocas torres que construyó el obispo Muñoz y Salcedo, que siendo monje jerónimo en San Lorenzo del Escorial, puso con gran aparato en la fachada a su patrón San Jerónimo, con león y Escrituras, y a San Lorenzo con las parrillas. Un rosetón, gótico, de transición, dibuja como una flor en la fachada. En lo alto, la Asunción de Nuestra Señora -, advocación de la Catedral- y San Rosendo, obispo mindoniense, pastoreando con su báculo las lluvias y los soles"

 A la izquierda es la torre de las campanas, una de ellas llamada Petra, como bien se acordaba...

"Yo debo de ser uno de los últimos mindonienses que, a punto de salir del vientre de mi madre, les tocó la Petra para que Dios me hiciese nacer sin dificultades"


Esta fachada principal presenta un muro de entramado mixto, de listones de madera y cerramiento de ladrillo macizo, que se ha dejado, en este cuadro, al descubierto, dado su interés. Esta técnica aligera la fábrica de los edificios, sobre todo pensada para las plantas superiores. Su origen es muy antiguo, deriva del Opus Craticum romano y descrito por el arquitecto Vitruvio en su obra De architectura. Se utilizó en toda Europa desde la Edad Media y en muchos casos es dejado a la vista, no siendo este el caso, pero entronca con una tradición que ha dado muy buenos ejemplos en viviendas burguesas y gremiales en toda Europa, sobre todo en las ciudades de lengua alemana o en la Inglaterra de los Tudor. Una secular y sin duda varias veces milenaria relación de las costas del Noroeste peninsular con las Islas Británicas, y una muy especial relación de Mondoñedo, tal vez ya desde los tiempos de San Martiño y su cercano puerto de Foz, puede explicar esta fórmula en esta casa 


Por su parte los tabiques tienen otra técnica


Es el pallabarro, paja y barro, que también se ha dejado, en esta sección, a la vista: es una división interior típica de la zona, procede de Castilla, de donde llegó a Mondoñedo en la Edad Media: es un entramado de cangos o listones verticales de madera, del suelo al techo, enlazados con otros horizontales, o en diagonal, que se rellenan en sus huecos con paja, revocándose todo con barro, blanqueándose después la pared con agua y cal


Abajo, a ambos lados de la puerta, otro detalle impresionante, viejas pinturas a la cal


Son de finales del siglo XVIII o de principios del XIX, las cuales presentan similitudes con algunas de la catedral. Sobre la pared, en diferentes momentos del siglo XX, a primeros y en los años 40, se aplicó papel pintado o mural, del que se conservan varias capas


Comparte esta planta espacio con el comedor de A Taberna de Galiana


Y vamos ya al tercer piso, que nos acercará a la peripecia vital de Álvaro Cunqueiro en los años que aquí vivió, desde finales de los año 40 a su  marcha a Vigo empezando los 60


Un pensamiento cunqueiriano nos recibe, muy acorde con el lugar...
"Un (...) ten dereito á sesta e a lecturas ameas, casi infantís, e reclama licenza para a divagación, como a reclamaba Gargantúa para a "incoherencia discursiva" propia das copiosas libacións..."

Ofrece espacios más recogidos, entre su estudio y su cama. Una estantería nos permite consultar algunas de sus obras, o de otros autores que hablan de él, de su biografía o de su trabajo, tal y como nos dice la guía de la Casa-Museo de Álvaro Cunqueiro:
"El visitante conocerá su espacio de reposo y a su madre Pepita, a su padre don Joaquín, a sus hermanos y el entorno social que abonará su futuro talento literario"

Y nosotros queremos recordar también a su mujer, Elvira González-Seco Seoane, de la que el escritor y periodista Ceferino de Blas escribe en el Faro de Vigo el 10 de junio de 2013, dentro de una semblanza a tres mujeres de otros tantos literatos gallegos, titulada La tercera mujer

"Tras la estancia en Madrid del matrimonio, en los años de posguerra, el regreso a Mondoñedo, cuando la Dirección General de Prensa inhabilita al escritor, la sume en el anonimato.   
Cuando Cunqueiro comienza su recuperación profesional y literaria, en los años cincuenta, y empieza el desencuentro, el silencio sobre Elvira González-Seco se adensa. Al tiempo que se encumbra la figura del escritor, a partir de su llegada a Vigo en el verano de 1961, se difumina la de su mujer. Se convierte en una silueta lejana, un ama de casa que habitaba en Mondoñedo.  
Ahora acaba de despejarse la incógnita. Su hijo César nos acerca a su figura delicada y recia, a la belleza gallega, a la lectora empedernida, autodidacta conocedora de lenguas, incluso traductora ayudante de su marido en este oficio. Y nos desvela una confidencia. La llamaba Nefertiti por la semejanza con el busto de la princesa egipcia del museo berlinés, y a fe que tiene un aire.  
De súbito, treinta años después de la muerte de Álvaro Cunqueiro, cuando los directores literarios son memoria de la prensa gallega, y dos de sus mujeres han entrado en la historia de la cultura, emerge la figura de la tercera, con una aportación que actualmente tanto se valora: la cocina.  
Sin que nadie reparara, con la discreción y el tino que acostumbraba, escribió unos cuadernos gastronómicos que acaban de transformarse en un hermoso libro: " A cociña dos Cunqueiro". Ofrece unos conocimientos culinarios que van a marcar el menú de las familias gallegas"

Esta es su biografía, traducida de la página de Editorial Galaxia:
"Elvira González-Seco Seoane nació en Mondoñedo en 1913, hija del abogado  César González-Seco Romero y de la maestra Josefa Seoane. Se casó en 1940 con Álvaro Cunqueiro, con quien tuvo dos hijos. Murió en 1995  
No muy alta, delgada, de extraordinaria energía vital y un supremo equilibrio de espíritu. Dotada para el trabajo constante y disciplinado, aprendió italiano escrito para ayudar a su esposo en traducciones que le encargaban; aprendió francés para ayudar a sus hiojo en sus estudios de bachillerato y en los años sesenta era capaz de leer libros en inglés. Empedernida lectora, reunió una estimable biblioteca, especialmente de pensamiento e Historia, a la que era gran aficionada. Era también una lectora apasionada de novelas policiacas, de las que poseía buenas colecciones. 
En el terreno de la cocina y de la gastronomía en general, destaca su extraordinaria afición a cocinar, para lo que estaba especialmente dotada, a imaginar recetas o a mejorar las ajenas, que recopiló a lo largo de su vida en una docena de cuadernos  numerados"
Con estas recetas, seleccionando unas 80, se publicó en 2013 el libro A Cociña dos Cunqueiro, recetas de cocina tradicional gallega y española, también alguna de la llamada cocina internacional. Las seleccionó su hijo, el también escritor César Cunqueiro, de un total de unas 2.000, la mayor parte son de días de fiesta, aunque también las hay de diario


César Cunqueiro nació en Mondoñedo el 7 de septiembre de 1941, es licenciado en Derecho en 1962 por la Universidad de Santiago de Compostela, trabajando como notario en Pontevedra desde 1987 tras ganar en Barcelona una oposición a notaría. Se trasladó a Vigo en 2006. Su faceta como escritor son sus publicaciones de asuntos políticos y literarios, fue presidente del Ateneo de Vigo y de la Asoicación Cultural de Vigo

En gallego escribió A Morte de Nancy Regan, relato corto, para la revista Agália (1988) y la novela Beatum Corpus con Ir Indo en 1993, reeditada por Galaxia en 2011, siendo además uno de los autores de la obra colectiva Un futuro para a lingua de la Xunta de Galicia (2002)

En castellano ha escrito las obras poéticas Mtesis (Fraiás, 1998), Poemas de la aceptación y mirada de Narciso (Litoral das Rías, 2003), No Eurídice de nuevo (Trea, 2007). y La muerte del fauno (Follas Novas, 2011).


Entramos ahora en O Faiado, el desván trasero de Álvaro Cunqueiro Cunqueiro, con las ventanas que miran al huerto familiar y a su querido bosque de Silva, del que decía "que me servía para poner el fondo en las historias que amé y amo todavía"


Conoceremos asimismo aquí también su faceta periodística, así como el ambiente cultural y literario de Mondoñedo, cuna de grandes escritores y artistas


Objetos personales, manuscritos, premios y galardones, retratos, un busto, su máquina de escribir y modesta mesa de escritorio... amenizan grandemente este recorrido


Mondoñedo, el vergel literario, con grandes autores que precedieron o fueron contemporáneos de Cunqueiro, y otros sucesores, toda una gran saga


Pues Cunqueiro nació y vivió sus primeros años en un lugar que respiraba literatura, un ambiente literario excepcional con una verdadera Escuela Poética, nombres como Noriega VarelaLeiras PulpeiroLence Santar, o estudiantes del Seminario de Santa Catalina, Aquilino Iglesia AlvariñoCrecente Vega, y muchos más, sin olvidar a Díaz Jácome, amigo de Cunqueiro, como Lence Santar


Y aquí los actuales maestros, vemos a César, hijo de Álvaro Cunqueiro, de quien ya hemos hablado, y a Marina Mayoral y Antonio Reigosa, señalándose también a Luis Enrique Cabanela, Xe Freire, Antón Meilán, Isabel Morán, Francisco Piñeiro, Xosé Ruiz Leivas o el ya mencionado también Armando Requeixo, que es coordinador de la Casa-Museo de Álvaro Cunqueiro, de la que escribe esta buena semblanza el escritor, historiador y periodista, especialista en los caminos de Santiago, Antón Pombo, en Gronze, página especializada también en este tema:
"Por fin se ha saldado una deuda, inmensa en el plano sentimental, con quien ha sido el hijo más ilustre de la ciudad de Mondoñedo, Alvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911-Vigo, 1981). La apertura de su Casa-Museo, situada justo enfrente de la fachada catedralicia, es una buena noticia para poner en valor la memoria de uno de los grandes escritores gallegos del s. XX, para algunos, junto a Ramón María del Valle Inclán, el más ilustre, y también un nuevo atractivo para la ciudad episcopal, tan necesitada de ellos para reactivar su alicaído casco histórico. (...) los peregrinos del Camino Norte podremos aproximarnos a una figura literaria y a su obra, pues la cultura es una parte fundamental en la alforja de cualquier viajero mínimamente curioso"

Y en el gran panel del Cunqueiro periodista, qué mejor que otro, Antón Pombo, extrayendo otro extracto de su artículo en Gronze:
"Nuestro autor, que por su carácter polifacético (novela, ensayo, poesía, teatro, artículos periodísticos), variada producción en gallego y castellano, gran erudición e imaginación han considerado como un trasunto gallego de Borges, y, muchos críticos lo han expuesto así, merecedor del Nobel, abre su casa a todos aquellos que deseen aproximarse a su mundo. Quizá muchos peregrinos, a través de este pequeño estímulo, acabarán cautivados con su Merlín e familiaAs crónicas do sochantre o Escola de menciñeiros, las tres cumbres de su narrativa y todas ellas traducidas al castellano y a otros idiomas. En la lectura conseguiremos, en el buen sentido de la palabra, quedar embrujados"

Escrtibió más de 20.000 artículos a lo largo de su vida. Pero de su faceta periodística vamosa recordar de nuevo la biografía de Ricardo F. Colmenero en La esfera de papel del diario El Mundo
"Su vida de periodista es la parte inverosímil. El niño que se sabía todas las hierbas y todos los pájaros se hizo veinteañero nacionalista pocas horas antes de que empezaran a matar por ello. Para no sembrar dudas, del ala radical del Partido Galleguista. Sobrevivió huyendo lo justo para no caerse al mar, a Ortigueira, y escribiendo para una revista falangista, tan creíble que el gobierno de Franco quiso fichar a toda la plantilla, hasta que descubrió que Cunqueiro escribía todos sus artículos, y los del resto de firmantes inventados. De ahí al ABC.

En Madrid, cuenta el documental de Antón Reixa El incierto señor Cunqueiro, la embajada francesa le pagó para que publicara un artículo para mejorar la imagen de Francia en España. Pero no lo hizo, o consideró el pago era lo justo para mejorar la imagen de Francia en un solo español. Aquello desató un conflicto diplomático, y le ocasionó un castigo ejemplar. Se le retiró el carnet de prensa, el 2.490, se envió una circular a todos los medios para que no se le contratara, y se ordenó su expulsión de la Falange, lo que permitió descubrir que, aunque lo había publicado, jamás se había afiliado. «Las noticias verdaderas son las que tienen 300 años (...) Las noticias modernas son falsas», escribió en 1953.

Retirado en Mondoñedo solo logra que le publiquen un santoral en una revista católica, y aprovecha para atribuirle a los santos milagros inventados. «Le encantaban los santos porque le parecían magos», cuenta César Antonio Molina. Así es que, deprimido por no poder ejercer de periodista, pasa el rato convirtiéndose en el prosista en lengua gallega más grande de todos los tiempos.

Su periodismo literario tampoco estuvo exento de riesgo. Escribía un texto y al poco regresaba en forma de leyenda. Una vez un cura le habló de un demonio que se transformó en bañera para ver desnudas a las monjas, sin saber que había sido una ocurrencia del propio Cunqueiro.

Rehuir de lo que se considera actualidad, («lo cual no quiere decir que yo practique una literatura de evasión, o que me conforme con el mal y la injusticia, y que no ame la libertad y no busque que la miseria desaparezca», dijo), le sirvió para convertirse en director del Faro de Vigo, pero a su manera. Se nombra redactor a tiempo parcial de Deportes y escribe pronósticos de fútbol usando una baraja tarot. En el primer artículo no acierta ni uno, lo que le sirve para escribir el segundo explicándose"

Sus primeros pasos, en el semanario Vallibria de Mondoñedo, del que era director Xosé Trapero Pardo, siendo su primer artículo, publicado el 9 de marzo de 1930, dedicado a Señardá de Aquilino Iglesia Alvariño. En 1930 dirige además la revista Galiza, comprometida con el galleguismo

En 1933 comienza a publicar artículos sobre artistas gallegos en El Pueblo Gallego de Vigo, diario también galleguísta,, dirigido por Manuel Portela Valladares


Siguió a ello un giro total con la guerra, pasando a escribir en la falangista Era Azul  de Ortigueira. De esa etapa y de ese cambio radical escribe José Manuel Suárez Sandomingo en Galicia Digital:
"Álvaro Cunqueiro fue hijo de Joaquín Cunqueiro Montenegro, un farmacéutico de Mondoñedo, y Pepita Mora Moirón. Su familia poseía unas raíces conservadoras que no conectaban demasiado bien en muchos aspectos con la vida de su retoño. Con el declive de la República, los padres de Álvaro se empezaron a preocupar por las consecuencias de las relaciones que había mantenido su hijo con algunas personas que, para ellos, eran poco recomendables y que, en los tiempos que corrían, podían comprometer su futuro. Dentro de ese grupo de amistades peligrosas se encontraban algunos de sus compañeros de estudios en Santiago como Francisco Fernández del Riego, Domingo García Sabell, Ricardo Carballo Calero o Carlos Maside, que postulaban un nuevo galleguismo de izquierdas poco afín a la ideología de la familia mindoniense, y menos todavía a lo que se empezaba a ver en el horizonte oficial próximo.

Pero esto no era todo. También consideraban sus padres que sus escritos en gallego en revistas y periódicos como Vallibria, Papel de Color y Galiza, que él mismo había fundado, podían ser percibidos por las nuevas autoridades civiles y militares como muy censurables.

En este escenario de intensa inquietud por la vida de su hijo, los padres de Álvaro se ven espoleados por la necesidad de encontrarle un lugar en el que fuese un auténtico desconocido y estuviese alejado de Mondoñedo, Lugo y Santiago de Compostela, donde él era muy popular. Tras tantear a varias personas, encuentran la respuesta a sus demandas en un clérigo de la catedral mindoniense que les comenta la posibilidad de gestionar su traslado a Ortigueira. Todos parecen coincidir en que allí podrían sustraer al joven de miradas amenazadoras.

Álvaro llegó a Ortigueira en octubre de 1936, con sus 25 años bien cumplidos, pero con todo su futuro por concretar. Tras ofrecerle un albergue, el amigo del clérigo catedralicio, Jesús Márquez Cortiñas, tuvo que asumir su primer encargo como protector: buscarle un empleo. Este asunto no le resultó demasiado complicado ya que él mismo era entonces el director del colegio particular en que recibían las clases de secundaria los alumnos de la comarca. El puesto que le fue asignado a Cunqueiro fue el de profesor de letras, es decir, de español, latín y francés, unas asignaturas para las que no tenía más preparación que la adquirida en sus cursos del bachillerato en el Instituto General y Técnico de Lugo.

Asentado como un vecino más de la localidad y con su sustento asegurado, el cura le presentó al fundador y delegado comarcal de la Falange Feliciano Crespo Bello. Feliciano era otro de los profesores de la academia y tenía la misma edad que Cunqueiro, por lo que ambos compartían habitualmente los mismos lugares y círculos de personas. Tras los primeros contactos, entre los tres hombres se empieza a concretar la idea de que Cunqueiro se haga cargo de la sección de prensa y propaganda del periódico que quiere crear Feliciano, y que, según dice el biógrafo que más conoció al escritor, Xosé F. Armesto Faginas, vencida la inicial resistencia de Cunqueiro, sale, bajo a su dirección, el 12 de noviembre de 1936, el primer número de Era Azul. Guión de Falange Española y de las J.O.N.S. de Ortigueira

Más tarde, y dentro de un contexto de guerra y posguerra, se trasladará, como hemos visto en su biografía, con otros periódicos, como La Voz de España de San Sebastián y el ABC em Madrid, junto con otras cabecera. Luego de su ruptura con el régimen colabora con el compostelano La Noche y, más tarde, con el El Faro de Vigo, pues su director Francisco Leal Insua, desafió la interdicción que pesaba sobre Cunqueiro 


Una de sus grandes series periodísticas fue precisamente la dedicada al Camino Se Santiago, para lo que volvemos a contar, indiscutiblemente, con el artículo de Antón Pombo:
"Transcurría el año de 1962, y con el año santo de 1965 en el horizonte el Ministerio de Información y Turismo, para el que acababa de ser designado como titular Manuel Fraga Iribarne, pretendía difundir al máximo la impronta cultural del Camino de Santiago para atraer viajeros, al tiempo que se desarrollaba la red de paradores nacionales con la recuperación de edificios cargados de historia (Santiago de Compostela, 1954; Villafranca del Bierzo, 1959; León, 1964; Santo Domingo de la Calzada, 1965). Es entonces cuando a Cunqueiro le encargan, acompañado por el fotógrafo vigués de prensa Manuel García Castro (“Magar”), realizar este viaje, por supuesto en automóvil, para redactar una serie de artículos que serían publicados por el periódico El Faro de Vigo, y posteriormente agrupados en el libro El Camino de Santiago (1965), reeditado en 2004 bajo el título El Camino de las Peregrinaciones.

De aquella travesía, inconcebible aún cualquier atisbo de resurrección del secular peregrinaje, nació un relato impregnado de nostalgia, una crónica que hoy es pieza clave en la historia de la ruta jacobea del siglo XX"


Y esta es la mesa original de Álvaro Cunqueiro con su mítica máquina Smith Premier 10, utilizada por él durante décadas para escribir obras literarias y artículos. De la llegada de la máquina al museo escribe en Zenda, autores, libros y compañía, el periodista, especializado en Cunqueiro, Miguel Somovilla, bajo el título Cunqueiro, medio siglo de periodismo literario:
También de la Smith (...) proceden centenares de textos periodísticos hilvanados día a día, golpe a golpe, por un hombre que, en 1947, iniciaba una suerte de exilio interior en su ciudad natal tras abandonar Madrid como si huyera de un naufragio. Nuestro autor frisaba entonces la cuarentena, cobijaba “un país en la memoria” y compartía el desánimo, la nugalla, en breves epístolas remitidas a Francisco Fernández del Riego y Alberto Casal, entre otros destinatarios. Mandaba cartas —recuperadas y publicadas algunas de ellas en los últimos años— y tecleaba con aplicación: “Yo escribo cada día junto a una ventana, que me permite asomarme a un pequeño huerto. (…) Los ruidos de un vecino taller de carpintería me llegan por el mismo aire por donde vuela la más varia, cantora y coloreante pajarería. Llevo casi siempre cumplida la mitad de mi labor matutina cuando repican el avemaría de las doce las solemnes campanadas de la catedral de la Asunción, que la tengo por vecina”, según contaba en La Voz de Galicia el 24 de marzo de 1957. Dicho con paráfrasis cunqueiriana: las campanas repicaban a la par que la Smith Premier"

Según nos informa en Pies de foto, dentro de su blog, Somovilla, esta máquina fue comprada por el padre del escritor, Joaquín Cunqueiro, el 1 de agosto de 1916, y su sonido llegó a ser casi tan familiar como las campanadas de la catedral. El propio Cunqueiro dice que lo primero que escribió su padre para estrenarla fue una carta a su esposa

En base a un primer artículo dedicado a ella, seguirán más de Somovilla basados en la obra y figura del mindoniense, como por ejemplo el de La Gaveta de Cunqueiro, todo ello para publicar la célebre antología Artículos periodísticos (1930-1981). Álvaro Cunqueiro. Al pasar los años. Nos dice así Miguel el 7 de febrero de 2020:
"Aunque mi interés por el autor de Merlín e familia es antiguo, mi acercamiento al periodismo cunqueiriano adquirió nuevas dimensiones y perspectivas hace algo más de una década, cuando inicié una tesis doctoral fallida a causa de distintos compromisos profesionales. En 2018, liberado ya de esas ataduras laborales, recuperé el impulso y pude dedicarme casi en cuerpo y alma a la apasionante tarea de reconstruir —solo en parte, claro está— la andadura del Cunqueiro articulista, que se remonta a 1930 y culmina con su muerte en 1981. El resultado, como indicaba anteriormente, estará pronto en las libreríasAlvaro Cunqueiro. Al pasar de los años. Artículos periodísticos (1930-1981), obra editada por la Biblioteca Castro que reúne doscientos artículos, sesenta y ocho de ellos inéditos, distribuidos en diez capítulos temáticos"

Otro muy interesante artículo dedicado a la Máquina de contar de Álvaro Cunqueiro es el del Cronista Oficial de Mondoñedo Antonio Reigosa, del que extraemos este texto:
"O modelo nº 1 da Smith Premier deseñouno Alexander Timoty Brown en 1889 e produciuno a Smith Premier Typewriter Company, en Syracuse, USA. A este modelo fórono sucedendo outros mellorados pero todos co defecto de que o escribinte non podía ver o que escribía, un problema que se solucionou coas modificacións que fixeron posible que o modelo nº 10 da Smith Premier, que comezou a comercializarse en 1908, se convertese na primeira máquina de escritura visible, ademais de ser máis lixeira, elegante e moderna que as anteriores. A Smith Premier comeza a aparecer en anuncios na prensa española e galega a partir de 1902 e seguirá estando presente en páxinas de revenda ata mediados do século XX. A partir de 1910 distribuíaas en exclusiva desde Barcelona Otto Streitberger.

Se atendemos á publicidade comercial nos xornais españois da época, a Smith Premier foi “La máquina de escribir mejor del mundo”, “Grandioso invento nuevo”, “La reina de las máquinas de escribir”, “Insustituible e indispensable para toda persona culta"

Afirma Reigosa que el famoso escritor coruñés Wenceslao Fernández López tenía una máquina como esta, pero no la usaba porque...
"Prefería escribir con la pluma, pues pensaba que dentro de la máquina habitaba un espíritu burlón que era el que provocaba ruido al pulsar el teclado, y el causante de que las letras impresas en papel no se correspondiesen con las que él deseaba ver"

Dice el cronista que en una entrevista  de Pedro Rodríguez en El Pueblo Gallego en enero de 1959, Álvaro Cunqueiro habla de esta máquina como "invento imprescindible" en su rittina diaria. Sin embargo, año y medio más tarde, en carta a Fernández del Riego afirma:
“A miña vella Smith Premier nº 10 vai dada. Terei que ver de mercar urxentemente unha nova máquina. A Smith brinca, non podo apurar, desaliña, etc”
Culmina entonces así Antonio Reigosa su crónica de esta máquina diciendo: 
"Todo se deteriora e fatiga, tamén as máquinas de escribir. Mais esta, polos milleiros de folios que produciu, sempre atenta ás ordes da prodixiosa inventiva dun xenio, ben merece o lugar de honra que se lle reservou na Casa Museo Cunqueiro de Mondoñedo"

Buena reseña de Cunqueiro escribiendo con esta máquina la hace el 8 de marzo de 2020 Manuel Morales en su artículo Cunqueiro en encantador de palabras, en El País:
"Con solo dos dedos, a toda velocidad en su máquina Smith Premier y sin hacer correcciones. Así escribía Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, Lugo, 1911-Vigo, 1981) sus artículos para prensa, en los que desplegó los muchos universos que visitaba el autor gallego: de los grandes poetas a los paisajes de Galicia, de las leyendas marinas que contaba alguien que no sabía nadar al gusto por detallar dónde se podían comer los mejores bacalaos lusitanos o las variedades de empanada… Estas y otras mil historias surcaron los 50 años del Cunqueiro periodista"

Y también habremos de hablar de la máquina propiamente dicha. Así lo hace el famoso anticuario José Pascual Aznar en Art & Antiques:
"Esta curiosa máquina es una pieza de coleccionista, una Smith Premier Nº10 fabricada en Estados Unidos a principios del siglo XX (circa 1910). Sin duda, la particularidad más llamativa de esta máquina es su teclado doble, con las mayúsculas y las minúsculas separadas por colores (negro y blanco). El cuerpo de la máquina es de hierro esmaltado en negro y está bien conservado; además, su funcionamiento es bueno y se puede utilizar para mecanografiar documentos con claridad. La máquina conserva todas sus piezas originales y es sin duda una pieza muy curiosa y rara, por su antigüedad y su particular configuración. 

Las máquinas de escribir Smith Premier fueron producidas por la fábrica de armas LC Smith & Brothers, situada en Siracusa, Nueva York (EEUU). Su creador fue el ingeniero Alexander Brown, de quien se dice que vio una máquina de escribir de Sholes & Glidden en 1876 y prometió mejorar el diseño. Sus jefes le proporcionaron un taller donde empezó con su trabajo, y en 1889 la empresa lanzó la primera Smith Premier. El modelo nº10, aparecido en 1908, fue el último de la legendaria serie, que se caracterizaba por su doble teclado con mayúsculas y minúsculas. La SP Nº10 es la única máquina escribir de la historia de tipo "frontstrike" (golpeo frontal) con teclado doble. 

Esta máquina llama la atención por su sencillez. El nombre y el número del modelo aparecen impresos en letras doradas en la parte frontal, bajo el teclado, así como la localidad donde se encontraba la fábrica. Sobre el teclado vemos de nuevo la inscripción SMITH PREMIER TYPEWRITER, bajo la cual encontramos una placa de metal dorado con el nombre del distribuidor donde se vendió la máquina en origen (una tienda de Berlín, Alemania). Encima del teclado está también impreso el nombre de la marca. El teclado está formado por seis hileras de piezas de forma hexagonal, de color blanco y negro. A la derecha hay cuatro teclas rojas con los números 1,2 3 y 4.

 Esta sorprendente máquina de escribir SP Nº10 es una pieza de museo por su peculiar diseño y su antigüedad. Será la estrella de cualquier colección que se precie"

En abril de 1959, mirando por estas mismas ventanas, Álvaro Cunqueiro escribe:
Aquí vino ya la primavera. Es algo tan hermoso, tan alegre, tan coloreado que le obliga a uno a andar de pasmarote. Las rosas llegan, por la ventana, hasta la Smith Premier”

Poco antes, el 22 de marzo, había recibido la visita del petirrojo:
"Un petirrojo enamorado canta, a dos varas de mi vieja “Smith Premier número 10″, doble teclado, en una rama florida de ciruelo"

Aquí, podremos arrimar la oreja, se ha grabado el canto cuco, rememorando al que escuchaba Álvaro Cunqueiro desde este despacho


Una placa recuerda la autoría de la grabación por el Departamento Ornitológico-Sonoro de la Universidad de Santiago de Compostela


Desde la ventana contemplaba Cunqueiro su apreciado bosque de Silva con sus legendarias tradiciones. De él escribe García Doural en su Miscelánea Mindoniense:
"Después de escuchar muchas veces comentarios, de leer en la prensa escrita, de citar en la presentación de algunos libros y de contemplar algunas imágenes en la prensa del “Bosque de Silva”, casi se encuentra uno obligado a explicar de una manera corta y clara donde se encuentra situada esta masa boscosa de Mondoñedo. Unos lo sitúan en la plantación de nogales de D. Jesús Rivas, otros en la plantación de eucaliptos de D. José Antonio Cora y otros junto al “Monte de Cora”, donde fue enterrado el soldado de regulares Mohamed Ben Mohamed, fallecido en el Hospital de Sangre de Mondoñedo durante la Guerra Civil. 

Uno de los primeros mindonienses en dar a conocer e l”Bosque de Silva” fue el sacerdote D. Daniel Pernas Nieto, a través de alguna de sus poesías. El escritor y periodista D. Álvaro Cunqueiro, también lo cita en numerosos artículos y publicaciones. El economista D. Ricardo Pedreiras, recuerda en alguna publicación suya que siendo niño recibió a la sombra de sus árboles clases particulares de latín por parte de D. Daniel Pernas. 

El popularmente conocido como “Bosque de Silva” se halla situado en la parte superior del barrio del Río de Sisto. Comprende la superficie boscosa que linda con camino de carro que asciende desde las viviendas del citado barrio hacia el de San Cayetano, con camino de carro que parte desde el barrio de San Cayetano hasta juntarse con el camino que nuestros mayores conocen como “Camiño Novo”, con el cauce del Río de Sisto, con algunas tierras de labor y por último con las viviendas del barrio del Río de Sisto. Para acercarnos a su interior, podemos hacerlo por la calle Rigueira y Río Sisto o por el “Sabelo” y carretera que asciende a Maariz. Forman parte de esta masa boscosa numerosas plantas de castaño, roble, abedul o laurel. 

De entre su masa arbórea fueron extraídos en los años sesenta numerosos postes de madera para ser utilizados posteriormente por la empresa Barras Eléctricas en el tendido eléctrico. También recordamos efectuar en su superficie varias talas e incluso algún pequeño incendio. 

En la parte superior del “Bosque de Silva”, muy próximo al camino de carro, todavía se pueden observar las ruinas de una pequeña edificación. Preguntamos a alguna persona mayor si había llegado a estar habitada y nos respondieron que sí. Logramos averiguar que allí vivieron durante un tiempo una madre viuda y su hija, dedicadas a la labor de la tierra y que eran conocidas por el mote de “As Xardescas”. 

Esta superficie boscosa era propiedad en el año 1862 de la conocida familia Silva Villaronte de Mondoñedo. En la actualidad, se halla repartida en varias parcelas, que son propiedad de vecinos de Mondoñedo"

También aquí, proyección audiovisual sobre los caminos xacobeos, a los que dedicó, como hemos dicho, su muy buen hacer, Álvaro Cunqueiro, en El Camino de Santiago. Dice de él así la Xacopedia

"Más que un estudioso de la cultura jacobea, que también lo fue, este conocido escritor gallego destaca sobre todo por las evocadoras crónicas que hace de ella y de sus personajes, ya sean reales o imaginarios. Su intensa relación con la ciudad de Santiago de Compostela lo llevó a conocer de primera mano las leyendas y tradiciones jacobeas y a través de estas llegó al Camino de Santiago, que incluye en distintos artículos, tanto en español como en gallego, desde principios de los años cuarenta, trabajos de una gran calidad literaria, casi todos ellos fueron recogidos en distintos libros recopilatorios, sobre todo después de su muerte. Destaca, en todo caso, un libro anterior, El Camino de Santiago, publicado por el diario Faro de Vigo en 1965. En él narra el recorrido del autor y el fotógrafo Magar por el Camino Francés en Galicia en 1962. Fue un proyecto llevado a cabo con la colaboración del Ministerio de Información y Turismo, que pretendía relanzar el Camino como ruta turístico-cultural con vistas al Jubileo de 1965. El trabajo se publicó primeramente a modo de crónicas en dicho periódico. Como ha señalado Francisco Singul, que prologó la reedición de esta obra en 2004, Cunqueiro, que veía en el antiguo camino de las peregrinaciones un fabuloso mundo perdido, “repite varias veces su pena por la inexistencia de romeros, exhibiendo una nostalgia poética por los peregrinos de antaño, las leyendas y tradiciones piadosas, las obras de arte que pueblan la ruta y la mudanza de los tiempos”

 

Vamos ahora a acercarnos a aquel expositor, con objetos personales, premios, galardones y recuerdos, homenajes realizados en vida y algunos posteriores

Manuscrito de una conferencia, lupa que empleó los últimos años de su vida y medalla del Día das Letras Galegas, dedicado en 1991 a Álvaro Cunqueiro

Medalla, de cerca

Más medallas y otras piezas, hasta una baraja del tarot

Medalla con la distinción de Hijo Predilecto de Mondoñedo. 1973

Medalla Doctor Honoris Causa concedida por la Universidad de Santiago de Compostela en 1980

Medalla del Pedrón de Ouro. 1980

Las barajas del tarot estaban entre sus pertenencias, y como tales fueron donadas por su hijo César a esta casa-museo. No olvidemos que con una intentó averiguar el resultado de las competiciones futbolísticas

Medalla de bronce obra del escultor  Pedro Dobao


Cuartillas manuscritas...



Otro rincón de O Faiado, con cuadros y un busto


El busto es de 1990 y se basa en una caricatura del periodista, dibujante y pintor Siro, modelado en poliéster por Xosé Castiñeiras, para una estatua dedicada al escritor en la Praza do Humor de A Coruña


Vamos a fijarnos ahora pues en los retratos de la pared


Están en la esquina: empezamos por el de la izquierda


Retrato a plumilla de Álvaro Cunqueiro con el poeta, escritor y periodista compostelano José María Castroviejo, obra de 1955 del humorista gráfico y pintor Padín, (Roberto Eduardo Padín Rodríguez)


Retrato en técnica mixta obra de Alfredo Erias, año 2018


Reproducción de un dibujo de Laxeiro (José Otero Abeledo), dedicado, año 1955


Dibujo a témpera de Xosé Vizoso en 2018, evocando la obra de Cunqueiro Merlín e familia 


Otra obra de Siro, ilustración de Cunqueiro, 2018, en acuarela y témpera


Este es otro trozo tabique dejado a la vista, es históricamente más reciente pero sigue las pautas de la técnica del pallabarro a la que ya hemos aludido


Pasamos ahora a O Cuarto, el reposo de Cunqueiro


Aquí tenemos una reconstrucción de lo que sería su cuarto de dormir, durante los años que aquí vivió. En el año 2011, el Deán de la Catedral de Mondoñedo, firma así un artículo, publicado el 7 de septiembre en la Tribuna Libre de El Correo Gallego, y titulado Cunqueiro desde Mondoñedo, que muy bien lo describe:
"Atraído por Nuestra Señora de Los Remedios he vuelto a mi Mondoñedo natal para predicar su Novenario en este 2011, centenario del nacimiento del mindoniense mejor, Álvaro Cunqueiro. Y, claro, he vuelto a sentirlo cercano en cada rúa de la vieja ciudad, en lo que fue farmacia de su padre D. Joaquín, en la casa de su hermana Carmiña, refugio de sus años más difíciles, y siempre su lugar de solaz y descanso. A ella volvió ya muerto para salir camino del campo santo precisamente en un uno de marzo, día de S. Rosendo que pastorea las nubes desde la cima de la catedral, justamente frente a esta casa.

Ya la mansión pasó a otras manos, pero tuve la suerte de recorrer despacio todas y cada una de sus estancias cuando ya había sido vendida y estaba a punto de ser desmantelada. Naturalmente, me interesó, sobre todo, la habitación que él habitualmente acupaba en la segunda planta: un cuarto rectangular amplio con gran ventana hacia el naciente, abierta a un delicioso huerto interior. Evidentemente allí tuvo asegurados el silencio, la luz y la tranquilidad. La austeridad del mobiliario era absoluta: una cama muy modesta con su mesilla de noche, una mesa camilla muy amplia arrimada a la ventana, alguna silla y no recuerdo si un sillón..."


En las paredes sobre la cama, cuadros de sus padres y hermanos, pues tuvo cuatro. Dentro de este ámbito familiar destaca su madre, Pepita Mora Moirón, pues será ella especialmente, con la ayuda también se sus hermanas, tías de Cunqueiro, quien inicie a sus hijos en el hábito de la lectura, la escritura y con ello, la fabulación. De ella cuenta en sus prosas que...
"... tiña unha grande fantasía. Contaba historias, recitaba romances e cantaba. Sabía todas as zarzuelas. Inventaba contos para que estiveramos calados e quietos. Esto parece que foi unha especie de mediciña na nosa casa. Eu mesmo participaba nesta creación de contos"

Por su parte, de su padre Joaquín Cunqueiro Montenegro, escribe:
"Ensinábame todo e aprendín deseguida. Eu sabía toda las herbas do mundo: a frestuca pantesis, a daptila numenta, os tréboles, os lírios... En fin toda esa tribu mundial que decía don Ramón Otero Pedrayo: o choupo, o amieiro, o salgueiro... Sabíao todo. Tamén os páxaros: si o que voaba era o merlo, si o que cantaba era o xílgaro ou o calambre"

En la mesita una talla de la Virgen. Volvemos aquí al relato del Deán:
"... Pero lo que más me sorprendió fue el siguiente detalle: junto a la cabecera y sobre leve repisa una pequeña imagen, no antigua, de la Virgen, y en la misma repisa, junto a la imagen, un pequeño ejemplar de los Evangelios, edición bolsillo de la BAC, bastante usado. 
Cunqueiro se profesó siempre sincero creyente y así lo ha confirmado repetidas veces su hijo César. Cuando en los setenta apareció aquella obra coordinada por Gironella, Cien españoles y Dios, el capítulo de Cunqueiro fue quizás el más personal y elocuente: "El hombre capaz de rezar (cito de memoria) siempre se sentirá radicalmente libre". 
Sus manifestaciones de fe se repitieron en no pocas ocasiones. Recuerdo, por ejemplo, (creo que en 1974) la inauguración de la fuente de la Zapata junto a la basílica de San Martín de Mondoñedo, precisamente el once de noviembre festividad del Santo. Estaba previsto que yo predicara en la Misa y que a continuación Cunqueiro echara un discurso junto a la fuente que iba a ser bendecida. Pero comenzó a llover y el obispo Araújo determinó que el discurso se tuviera dentro del templo. No sé lo que había preparado para hablar en esta ocasión, pero la emoción lo embargó y todo lo que dijo fue un delicioso efluvio de fe, de piedad y de amor a la Iglesia: el verdadero sermón fue el de Cunqueiro. 
Pero vuelvo a la pequeña imagen de la Virgen junto a la cabecera de su cama con el librito de los Evangelios. ¿No había escrito en su Herba de aquí e de acolá aquel delicioso testamento en verso en que legaba a Nosa Señora, a derradeira ollada? Es hermoso recordarlo en Mondoñedo, y precisamente esta semana en la que con sorprendente fervor los mindonienses acuden al templo de su patrona, la Virgen de Los Remedios, para que vuelva a nosotros sus dulces ojos misericordiosos"

Enfrente, la catedral de la Asunción, en concreto vista directa desde la ventana al gran rosetón gótco. Unas frases de Cunqueiro dicen "Mondoñedo, Cidade de Galicia, sonada polos Bispos, e polo cabalar das San Lucas (...) E rica en pan, en augas i en latín"

En ellas recuerda la histórica capital episcopal, su fiesta caballar de As San Lucas, sus fuentes y canales, el pan de sus obradoiros y el latín del Seminario


Del rosetón dijo el escritor Ramón Otero Pedrayo que era, visto desde dentro, como una "flor submarina", algo que nunca le pasó desapercibido a Cunqueiro, que la recoge en Mondoñedo un valle y un pueblo (1953), añadiendo:
"... en verdad la más hermosa de todas las flores submarinas, y, por veces, en los atardeceres, como la sombra de una aurora boreal. Contempla cada día esta flor Nuestra Señora la inglesa: una bellísima imagen del más expresivo gótico Tudor, traída de Londres, cuando el cisma, por unos caballeros ingleses  que la salvaron de la furia iconoclasta"

Tras esta intensa y emocionante visita a la Casa-Museo de Álvaro Cunqueiro, bajamos las escaleras para salir de nuevo a la plaza



Nuestra siguiente parada será solo unos metros más allá


Si acabamos de alimentar nuestra mente con la literatura y biografía de Álvaro Cunqueiro, no hemos de olvidar que él era también un excelente gastrónomo, y que sin duda recomendaría que alimentemos ahora también el cuerpo, y para eso solo hace falta dar dos pasos y llegar a otra gran institución en Mondoñedo, la cafetería de O Rei das Tartas, con su terraza en estos mismos soportales


Nos detenemos antes tan goloso escaparate...


Esta es la reina del lugar, la tarta de O Rei das Tartas, un buen lugar para endulzarnos la vida con la riquísima Tarta de Mondoñedo, de origen medieval y sin duda relacionada con la repostería monacal, episcopal y señorial de esta histórica ciudad, elaborada al horno con bizcocho, almíbar, hojaldre, almendras, cabello de ángel y frutas (higos y cerezas)


Entramos al interior que, aparte de tienda, cafetería y confitería, es un verdadero museo vivo que queremos conocer


Nos arrimamos a la barra en este acogedor y céntrico local...


Siempre hay buenos pinchos con nuestra consumición... aunque por supuesto, impera la mindoniense tarta...


Aunque al decir de las crónicas, ya hay una primera representación de la Tarta de Mondoñedo en un dintel del siglo XII en el Pazo de Xelmírez de la Catedral de Santiago, su gran impulsor fue el maestro obrador Carlos Folgueira, apodado O Rei das Tartas, promocionándola a todos los niveles y recibiendo premios y distinciones.



La Tarta de Mondoñedo que conocemos a nuestros días fue creada por él a mediados del siglo XX. La popularidad de esta exquisitez abarcó a toda España e incluso alcanzó nivel internacional en los años 70 y 80 de la pasada centuria



En la pared, como parapetado tras las tazas, sobre la cafetera, el fundador, el genial Carlos Folgueira García, O Rei das Tartas, de quien escribe una excelente biografía el escritor y periodista José de Cora  en El Progreso el 31 de marzo de 2019, relatando su nacimiento en el barrio mindoniense de San Lázaro el 17 de marzo de 1937, en plena contienda, con su madre en una situación de extremo desamparo y necesidad:
"... su llegada al mundo de la vida se produce en plena guerra, con un padre enrolado en la Marina que nunca llegará a conocerlo. Hijo de madre soltera, decía él para no quitarle ni un gramo de tragedia a las circunstancias, aunque bien se podría decir hijo de viuda. Con la misma imprecisión, Carlos contaba que su padre había muerto en el hundimiento del crucero Canarias, aunque en realidad fue en el crucero Baleares, porque el Canarias ni siquiera se hundió. 
Su madre, que conservaba las cartas del novio como un tesoro, se instala en la casa más pequeña y modesta del barrio de San Lázaro con él y con su abuela, pero el dueño del chamizo pensó que era demasiado lujo para ellos y los echa en 1943. Meten sus mínimos enseres en un carrito y de esa guisa entran en Mondoñedo, como protagonistas de un patético cuadro de miseria. 
De las dificultades y de los esfuerzos de su madre por sacarlo adelante y por cuidar a su abuela, encamada de por vida, aprende Carlos a luchar contra una vagancia natural que lo arrastra a no dar golpe. Es mal alumno en el Instituto Laboral y sabe que no debe. Entonces un veterinario le ofrece la posibilidad de ser comercial de piensos Biona y el muchacho acepta. Así descubre sus excelentes dotes para la venta. 
Después de casarse se ve apremiado de dinero y se le ocurre el negocio de las tartas. Compra trescientas y se va a Gijón. Las vende en dos días y obtiene un beneficio de 7.500 pesetas, a razón de cinco duros de margen la pieza, mucho más que con el pienso. La suerte está echada. Charles, como es conocido en la ciudad, seguirá la tradición pastelera de Mondoñedo"

José de Cora dice que sería a mediados de los 50 cuando la actividad repostera de Carlos se asienta con regularidad, pero será en 1963 cuando se promocione intensamente con sonadas campañas publicitarias. Para ello cuenta con Xosé Trapero Pardo, director de El Progreso, que estudió en el Seminario de Mondoñedo, también con Jorge Víctor Sueiro, redactor de La Noche en Santiago y casado con la mindoniense Amparo Nieto, así como Xosé Díaz Jácome, director por entonces de La Voz de Asturias. Todos ellos publicitan y glosan las ricas tartas en columnas y artículos, por ejemplo Sueiro escribe en su columna Desde Galicia que un tal Charles ha llegado a su ciudad vendiendo tartas de Mondoñedo, y añade...
"Piensa repetir el viaje, que también hace a Oviedo, Vigo, Santiago, etc (...). Extiende la fama mindoniense, endulza la vida a las gentes y gana unas pesetas. Demuestra, además, que todavía no están explotadas las posibilidades de negociar en esta tierra. Carlos Folgueira es, por otra parte, el primer habitante de Mondoñedo que se ha decidido a demostrar la vitalidad de su ciudad. Ojalá que cunda el ejemplo"

Invirtiendo en publicidad Carlos Folgueira se da a conocer y da a conocer su producto, unas campañas que por entonces aún apenas se realizaban en España, dándole sin duda Jácome el espaldarazo definitivo en 1970 al llamarlo O Rei das Tartas. La publicidad sigue, se fotografía con famosos, aparece su propaganda en numerosos lugares, y él va siempre detrás, haciendo acto de presencia por doquier, publicitando las tartas. Escribe así del éxito de José Folgueira García, en su biografía, José de Cora:
"En cuanto a la receta de la tarta que vende se establece una controversia que contribuye a la leyenda. Él no cocina, se le dice como reproche, es la suegra. No, es la receta tradicional, contestan los Folgueira. En la competencia por el mismo producto están la Dulce Alianza —o La Alianza, sin más—, que abre en 1892 Héctor Leal, y desde finales del XX, Val de Brea. Lo que distingue a Carlos no es la tarta en si, sino el marketing que pone en pie para vender las suyas"

En 1977 recibe la Medalla al Mérito Turístico a título individual del Ministerio del Interior. En 1980 comienzan sus apariciones televisivas en el programa-concurso, de máxima audiencia, Un, dos, tres, responda otra vez de Televisión Española


En 1981 recibe la Medalla de la Confrérie de la Chaîne des Rôtisseurs, Monsieur Maître Rôtisseur de París, siendo nombrado Cabaleiro da Asociación Maxistral de Gastronomía, Artesano distinguido de la Provincia de Lugo, y Medalla de Plata y Señor de la Feira de Vilagarcía de Arousa. En 1985 es proclamado Fillo Predilecto de Mondoñedo y en 1993 recibe la Medalla de Bronce de Galicia, falleciendo el 2 de agosto de ese año en A Coruña, sucediéndole al frente del negocio su hijo Carlos Folgueira junior, pasando la marca O Rei das Tartas a ser una franquicia en 2003


En las paredes, fotografías y recuerdos de toda una vida...


Cuadro de fotografías. Dice José de Cora:
"Carlos Folgueira era capaz de programar viajes de cientos de kilómetros si atisba alguna oportunidad de conseguir la foto, y así se hace con las de Julio Iglesias, Lina Morgan, Lola Flores, Camilo José Cela, Rocío Jurado, Fraga, Santana, Suárez o Isabel Pantoja, sin olvidar dos fotos bien queridas por Carlos, la de su paisano Álvaro Cunqueiro, que también apoya en algún momento su imparable carrera, y la de Ánxel Fole, a quien busca en el hotel HUSA Lugo cuando El Progreso celebra una de sus convenciones de corresponsales con el escritor presente. 
Pasan los años y él se permite una broma a la inversa, pues mantiene que son los famosos los que se quieren fotografiar con él..."

Con los humoristas de Martes y 13 Josema Yuste y Millán Salcedo. También José de Cora publica en El Progreso el 31 de marzo de 2019 un artículo en el que recoge estas palabras de Carlos Folgueira:
"Una vez llegué a Pontevedra con cientos de tartas. De aquella no tenía títulos, ni medallas, ni era famoso, ni nada, solo una bata blanca. Toreaba El Cordobés y me puse por los alrededores de la plaza de toros: «¡Tartas de Mondoñedo, tartas del Rey de las Tartas!» gritaba yo, pero la gente pasaba y no me hacía caso. Me fui hacia el portero y le pedí que me dejase entrar con el ya entonces famoso torero. Entré allí, vi al diestro y le dije que quería hablar con él un momento». ¿Qué te pasa, chaval?». «Pues verá, tengo ahí fuera unas tartas riquísimas de Mondoñedo, y no consigo vender ni una; si usted fuese tan amable, cuando corte las orejas o el rabo, que usted lo va a cortar todo, que es usted maravilloso, podría salir a la plaza comiendo una de mis tartas y dejarme ir detrás de usted con la cesta y con un cartel...». «Sí, hombre, no hay problema». Y a partir de ahí, todo fue  sobre ruedas. Las vendí todas y más que tuviera"

Una de sus apariciones en el Un, dos, tres, aquí en la etapa como presentadora de Mayra Gómez Kempf


Su hijo Carlos Folgueira junior


Con Fernando Rey y el humorista Coll


Otra serie de fotografías...


Su hijo Carlos con Juan Carlos I


Carlos Folgueira García y Juan Carlos I. Federcio García Poncet, crítico gastronómico coruñés, escribió en el blog Fedegustando:
"Tenía Folgueira gran afición a fotografiarse con rostros conocidos del mundo del espectáculo o famosetes en general, retratos que posteriormente decoraban las paredes de su establecimiento. En su galería de “amigos” incluía personajes populares como Isabel Pantoja, Miguel Bosé o el inevitable Julio Iglesias, entre otros. Pero entre sus amistades más destacadas estaba otro soberano, que no era otro que Su Majestad el Rey de España. Siempre contaba el genial repostero que en una conversación con el Rey Juan Carlos, éste le comentó confidencialmente: “Carlos, como te envidio, tu reino es más dulce que el mío”. Pagaría por ver la cara de ambos monarcas en ese momento"

Con el entonces Príncipe Felipe


Más personalidades...


Raúl Alfonsín, de aquella Presidente de Argentina


Carlos Folgueira junior con Ánxel Fole


Con Manuel Fraga, quien era Presidente de la Xunta de Galicia


Galería de famosos...


De sorpresa en sorpresa


Carlos Folgueira JR con Rocío Carrasco y Antonio David Flores

Israel García escribe este artículo en La Voz de Galicia el 28-8-2007 entrevistando al hijo, al Príncipe das Tartas:
"O Rei das Tartas fue fundada por Carlos Folgueira (padre) en los años 50. Cosechó en su larga trayectoria muchos premios y condecoraciones que reconocieron su maestría en la respostería. El producto sabroso por excelencia y que le lanzó a la fama fue la tarta de Mondoñedo. Cora Puga es propietaria de una de las franquicias de O Rei deas Tartas, en el 30 de la calle Rosalía de Castro. -¿Cuál es el secreto para mantenerse todos estos años como una empresa puntera en el sector de la repostería? -La imagen de marca O Rei das Tartas ha favorecido mucho las ventas porque es muy famosa y son muchos los curiosos que se sienten tentados por probar algunos de nuestros manjares. La tarta de Mondoñedo es lo que más atrae a los clientes. Está hecha a base de cabello de ángel, almendras, hojaldre... y con productos tradicionales de nuestra tierra de elaboración casera. Es eso lo que más valoran nuestros clientes porque en otras pastelerías las tartas no son elaboradas de forma artesanal al 100%. 
-(Risas). En mi tienda hay un decorado especialmente llamativo a base de gran variedad de tartas y pasteles, por lo que es difícil resistirse a entrar. La tarta de chocolate puro con nueces es otro de nuestros productos estrella. También vendemos mousse de distintos sabores como limón, nata, whiskey, frambuesa... Además hay bollería y empanadas, así como bebidas típicas de Galicia, ya sea licor café, crema de orujo y otros licores. -Hay una creciente tendencia por el consumo de productos bajos en calorías... ¿les afecta esto? -No. Tenemos clientes de todas las edades y la mayoría suelen ser apasionados por los dulces e incondicionales de nuestras tartas sin preocuparse de forma especial por eso. -¿Es cierto que se venden más pasteles en invierno que en verano? -No siempre. Pero sí que en época estival la gente opta más por helados y postres fríos, mientras que en invierno y sobre todo en Navidad, es más habitual comprar tartas"

Rocío Carrasco y Carlos Folgueira junior, quien está ahora al frente del negocio


Con Rocío Jurado y Ortega Cano


Literatos y gentes de ciencia


Con Camilo José Cela y Marina Castaño


Con el nobel Severo Ochoa


Cómo no con Álvaro Cunqueiro


Torrente Ballester...


Pasamos a otro cuadro. García Poncet decía también:
"Al margen de valoraciones que siempre son respetables, a la vez cuestionables, sí hay una certeza en cuanto hablamos de la tarta de Mondoñedo y es que el nivel de conocimiento de la marca es muy superior al del producto, mérito que hay que colocar en el haber de Carlos Folgueira. Me atrevería a decir que la imagen que llegó a proyectar O Rei das Tartas y sus constantes apariciones en la tele y en otros saraos, dejaron en un segundo plano su postre hasta llegar a eclipsarlo"

Julio Iglesias


Manolo Escobar...


Juan Pardo. Otro músico, Arcadio Mon García, le dedicó un pasodoble 


Isabel Pantoja


Hace un tiempo, ya con su hijo Carlos Folgueira, al frente del negocio, ocurrió otra de las muchas anécdotas de O Rei das Tartas. Una reasignación telefónica dio a un avecina el número que durante años había sido del local de esta empresa sito en las afueras de Mondoñedo, en la N-634. Así contaba la historia en su crónica Isabel García Fernández para El Progreso:
"... desde hace aproximadamente un mes, una vecina de esta ciudad episcopal mariñana, que prefiere permanecer en el anonimato, recibe numerosos pedidos de postres típicos; otras llamadas de compañías de autobús que avisan de que pararán con una comitiva y hasta de la empresa de alarmas, si ésta salta. Y esto es así desde que le reasignaron el número que durante 20 años permitía el contacto con el establecimiento pastelero ubicado al borde de la N-634

«Hai veces que bromeamos na casa dicindo que lle imos cobrar unha comisión a Carlos Folgueira -el propietario de O Rei das Tartas-», señala esta vecina, que lleva viviendo más de dos décadas en la villa cunqueriana. «O teléfono soará máis ou menos da orde de dúas veces ao día, non máis. Non molesta tanto, quizáis ao principio», reconoce con sentido del humor"

Federico García Poncet cuenta además esta anécdota...
"En cierta ocasión se presentó el monarca de las tartas en un conocido restaurante santiagués, quizás el mas digno representante de la mejor cocina tradicional gallega de la ciudad compostelana. Al comprobar que su postre no estaba en la carta del restaurante, sugirió de buenas maneras a su propietario que la incluyese 
– Hombre Moncho, por qué no metes mi tarta en la carta de tu restaurante, al fin y al cabo no deja de ser uno de los postres más conocidos de la gastronomía gallega. 
– Mira Carliños, -respondió con cariño el restaurador en un arranque de sinceridad- es que tu tarta no hay quien se la coma. 
La respuesta de Carlos Folgueira debería de formar parte de los manuales de marketing de las escuelas de negocios: 
– Bueno Moncho, tu por eso no te preocupes, tu no me la compres pero la incluyes en la carta y si alguien te la pide le dices: Lo siento señor, pero la tarta de Mondoñedo se nos acaba de terminar ahora mismo"

Diplomas y reconocimientos. En 2018 se crea el Premio Rei das Tartas para proyectos de promoción de la ciudad


Entre las anécdotas que Carlos hijo cuenta de su padres es que, estudiando Relaciones Públicas y Turismo en A Coruña, le dijeron que lo que aquello estaba bien, era la teoría, pero para las prácticas lo que mejor podía hacer para aprender era estar en casa pegado a su padre, pues era un relaciones públicas nato
 

Otra anécdota es que promocionando las tartas, O Rei se fue con el coche y una caja de tartas a un partido de fútbol del Pontevedra en el Estadio Pasarón, liga 1963-64, cuando este estaba disputándose subir a primera división y, buscando un lema para venderlas, colocó un cartel que decía algo así como "Ambos somos de Primera, la Tarta de Mondoñedo y el Pontevedra". Como le vieron tan aplicado le dejaron hasta hacerse una foto detrás de los jugadores con una pancarta anunciadora. Ese día el Pontevedra ascendió a Primera


Andrés García Doural descubre esa foto con Carlos y la pancarta-anuncio tras la alineación de los jugadores del Pontevedra, cuando estaban posando para las fotos, la cual publica en uno de sus artículos con el título Las tartas de Mondoñedo


Otra muy simpática noticia que da Carlos hijo es que, en una ocasión, estando en la Feria de Muestras de Asturias, que se celebra en Gijón/Xixón, fue a verle un matrimonio amigo con un niño pequeño. Por entonces publicitarse dentro de la feria también costaba dinero, los anuncios por los altavoces que pregonan la mercancía de los expositores, pero no estaba la cosa para mayores gastos, por lo que O Rei pensó, de acuerdo con la pareja, que le dejasen al chico un rato con él en el puesto, sentado en una silla, porque así la gente que pasaba le veía comer la tarta y le llamaba la atención, haciendo publicidad


El público pasaba, y entonces se le ocurre llamar a la organización para que avisen que tiene un niño perdido en su stand, que anuncien por los altavoces que en el punto de venta de O Rei das Tartas de Mondoñedo hay un niño recogido y que vayan sus padres a por él


Y así estuvo casi media hora sonando el nombre de la tarta de Mondoñedo por la megafonía del gran ferial gijonés. "Y el niño tan tranquilo comiendo tarta" (entrevista TVG 14-2-2018)


El cronista de Mondoñedo, Antonio Reigosa, escribe así de él el 1 de agosto de 2018,en el 25 aniversario de su fallecimiento:
"Carlos Folgueira García, que así se chamaba o noso Rei das Tartas, era de orixe humilde, un pícaro inquedo que co tempo se converteu en eterno embaixador de Mondoñedo e, por extensión, de Galicia. Non houbo, nin seguramente se imaxinará nunca para ningún soporte, mellor campaña publicitaria de Mondoñedo que a que el puxo en marcha coa súa prodixiosa labia, co doce sabor do seu traballo e a súa imaxe singular"

Y también dedica estas frases a su mujer e hijo:
"O seu fillo, Carlos, xunto coa súa nai, Chicha, e o resto da familia continúan 25 anos despois con notable éxito dando brillo á empresa fundada polo pai. Carlos Folgueira López nunca deu o paso de autoproclamarse Rei das Tartas de Mondoñedo, título que obviamente e por razóns hereditarias lle correspondería. Eu son dos que celebran que así fose, pois ao tempo que amosa respecto pola memoria dun pai irrepetible, non é título menor nin que desmereza, ao contrario, ser proclamado e recoñecido como Príncipe das Tartas de Mondoñedo"

La terraza de O Rei das Tartas es un lugar ideal, bajo los soportales, para descansar, tal y como hacen numerosos vecinos, visitantes, viajeros y peregrinos, admirando la plaza y la gloriosa catedral mindoniense, testigo de tantos y tantos episodios de la historia...


Y naturalmente comernos al menos una porción de la preciada, sabrosa e histórica tarta. Nos atrevemos incluso a presentar una receta, sacada de www.mondonedo.net:

TARTA DE MONDOÑEDO

Ingredientes:
200gr. de hojaldre
200gr. de cabello de ángel
200gr. de almendra molida
300gr. de azúcar
1 vaso de agua
4 huevos
4 cucharadas de azúcar
4 cucharadas de harina
5 higos confitados
1/2 vaso de almíbar
8 cerezas en almíbar 
Preparación: 
Se hace un bizcocho con los huevos, la harina y cuatro cucharadas de azúcar, en un molde redondo. Una vez cocido se desmolda y se remoja con medio vaso de almíbar. 
Utilizando el agua y el azúcar se prepara un almíbar a punto de hebra fina donde pondremos a cocer la almendra unos cinco minutos. 
Con la pasta de hojaldre se cubre el molde redondo que utilizamos antes. Se coloca encima el bizcocho, luego el cabello de ángel y finalmente la almendra. 
Se adorna con tiras de hojaldre, formando un enrejado, y se mete la tarta en el horno hasta que esté cocido el hojaldre. Se deja enfriar y se desmolda. Por último se adorna con los higos y las cerezas"

Este lugar, de encuentro y reposo, nos hacer recordar unos extractos de Pasajero en Galicia, publicado en El cuaderno del geógrafo que hacen referencia a Mondoñedo y a estos lugares concretos:

"Daba a su término el mes de julio como quien apura con gusto una copa de vino del país, cuando el viajero llegó a Mondoñedo, la reposada villa natal de su admirado Álvaro Cunqueiro. El día se había despertado con pereza, y ofrecía al viajero una cara triste, pizarrosa, como los tejados que cubren las casas de la villa. El viajero sabe, porque lo ha leído al maestro Cunqueiro que, Mondoñedo, por su posición geográfica en el fondo de un valle avenado por varios cursos de agua (en la cunca que diría don Álvaro) es propenso a que la niebla se haga partícipe del paisaje, tal y como sucedía en aquella mañana estival en la que las fachadas de las casas y los tejados de lajas con sus característicos picos parecían mejillas surcadas por lágrimas de niebla. Estimulados por la belleza silente de aquellas calles desiertas y apretadas, el viajero y su joven acompañante se entregaron al placer de pasearlas con calma, pues no había otro objeto en aquel viaje que el de sentirse simplemente pasajeros en Galicia. Al recorrer aquellas rúas que se retorcían y corrían para desembocar en la plaza de la catedral... "

Y Continúa... 

"En los Cantones, entraron en una taberna donde se sintieron reconfortados por el café y atraídos por el dulce canto de la lengua gallega, al que sus oídos todavía no estaban habituados. Al salir del local, repleto de peregrinos y de feriantes que buscaban el calor que la plaza de la Catedral les negaba, se encaminaron por la rúa del Progreso en dirección a la Alameda y campo de Los Remedios..."

Recorriendo los soportales de O Cantón Grande, por donde venía tocando, los domingos de antaño, por la mañana, la Banda de Música de Mondoñedo, seguimos camino hasta otra de las esquinas de esta plaza, hacia donde estuvo el mencionado comercio de Cabanas, del que hablábamos hace un momento


Las terrazas, con buen tiempo, salen de los soportales abajo, a la plaza, cuyo suelo se rebajó en las reformas sesenteras


Vamos hacia otros dos lugares muy importantes también de Mondoñedo: uno es el Consistorio Vello, o antigua Casa do Concello, que tenemos aquí delante...


Rúa Pardo de Cela, excelente mirador sobre esta plaza, como donde viene el Camino de Santiago que entra en Galicia por Ribadeo


Y otro es la famosa estatua de Álvaro Cunqueiro, que muestra al autor sentado, mirando apaciblemente a esta Praza da Catedral



Y siguiendo los soportales llegamos a las escaleras que comunican con la rúa Lence Santar: aquí está el citado Consistorio Vello, construido en el siglo XVI, pues hasta entonces las reuniones de los representantes de la ciudad, regidor y alcaldes, se celebraban en la Sala dos Cabaleiros de la catedral


En 1563 se hace necesario sacar del templo estas juntas y construir además una alhóndiga o almacén de grano para hacer pan, para ello se compran dos casas que habían resultado afectadas por un incendio, "abrasadas y quemadas", que estaban en este lugar, comenzando las obras para el edificio del consistorio en 1569 con Pedro de Artiaga, quien parece tiene serias disputas y problemas, por lo que acabará en la cárcel y no será soltado por el Concello hasta 1576 para que acabe el trabajo que, aún en 1577, tenía tan graves problemas como que hubo de desmontarse todo el tejado y hacerse nuevo



En 1578 se coloca el Escudo Imperial encargado a pesar de todo al mismo Pedro de Artiaga, quien también hará el del Reino de Galicia y el del obispo Juan de Liermo, actualmente en el Museo Provincial


En 1582 se rematan por fin las obras, instalándose cinco caños para evacuar el agua del tejado. La leyenda dice que a la puerta de la sala una antigua inscripción decía:
Aquí dentro no ha lugar
Pasión, temor o interés
Sólo el bien público es
el que se ha de mirar 1584

Esta fachada es reformada en el siglo XVIII con un balcón de hierro forjado, que se conserva, además de los caños, y el escudo. 


Álvaro Cunqueiro fue orador en esta balconada del Partido Galeguista, destacando el mitin del 25 de julio de 1931 que remató con la consigna "os tempos son chegados", del Himno de Galicia al que puso música el también mindoniense Pascual Veiga, según nos recuerda Armando Requeixo en su Álvaro Cunqueiro e MondoñedoGuía literaria. Alberga en la actualidad la Biblioteca Pública Municipal


En los bajos hay tiendas, no era inusual en buena parte de los edificios consistoriales de la época. Al otro lado otras de sus dependencias han sido habilitadas como Oficina de Turismo


Por aquí llegan al corazón de Mondoñedo los peregrinos del Camino Norte que han entrado desde Asturias por Ribadeo. A lo lejos vemos el emblemático Monte Padornelo (618 m) y a la izquierda tenemos ya la estatua de Álvaro Cunqueiro. Allí estuvieron, a principios del siglo XX, los Soportales de Rego, donde tenía su afamado comercio Domingo Rego. Parte de los desaparecidos edificios porticados cuya línea de soportales fue derruida con motivo de diferentes obras en las casas, dentro de un proceso que fue causa de protestas, seguido por García Doural y publicado en en Miscelánea Mindoniense:
"En sesión del Ayuntamiento de Mondoñedo del 31 de diciembre de 1913,la corporación da lectura al informe emitido por la comisión de policía urbana, a consecuencia de la instancia de D. Pascual Cigarran, en la que solicitaba autorización para construir de nueva planta una casa en los solares que corresponden a los números 1 y 3 de la calle del Progreso y Plaza respectivamente. Se le emplaza a cumplir lo que indica el plano adjunto.
En sesión del 30 de agosto de 1915,se leyó también un informa de la comisión de policía urbana sobre la solicitud de Dª Consuelo y Dª Asunción Martínez sobre la reforma de la fachada de la casa señalada con el número tres, en la cabecera de la Plaza de la Constitución, en el cual se propone que para el mayor ornato y regularidad de la cabecera de la mejor plaza de la ciudad, se retire la fachada de la casa que se cita a la alineación marcada por la contigua y de nueva construcción de D. Pascual Cigarran, con lo cual se despejará más la entrada de la calle de Padilla(actual Alfonso VII). Ésta reforma exigió la indemnización a las propietarias de los machones de las arcadas de los soportales y algo del pavimento de la planta baja" 

Y así, desapareció aquella parte del Mondoñedo porticado, sucesor de aquellas antiguas casas en la que había estado el primer Seminario de Santa Catalina:
"Durante la primavera del año 1915, todos los soportales de la cabecera de la Plaza de la Catedral de Mondoñedo han desaparecido, desechos y en un montón de piedras viejas, bajo la piqueta de un grupo de canteros. Unas de las edificaciones existentes fueron derribadas y otras remodeladas"

En prensa se reflejó aquel descontento en diferentes secciones:
"El pueblo permite impasible que los monumentos, relicario de su pasado espléndido desaparezcan para siempre en el torbellino de arrogantes innovaciones estéticas, sí, pero acabadoras de la tradición” 

“Los soportales, de los que ya no quedará piedra sobre piedra, fueron en otros tiempos y serán todavía ahora, punto y lugar escogido donde jóvenes y seniles pusieron a prueba sus ingenios y algazara. Tablado donde el sainete tuvo su culto”

“Bajo los pórticos, ventosos y glaciares en el invierno y refrigerantes en el estío, se congregaba la flor y nata de la añosa juventud de Mindonium" 

Casa Cigarrán, escribe también Doural, fue subastada en julio 1936, mientras en el otro edificio estuvieron la imprenta de Acción Social, un taller de confección, un bar, el Registro de la Propiedad, una oficina bancaria y un comercio. En los pisos hubo varios inquilinos, siendo uno de los últimos propietarios del inmueble el sacerdotes D. Delipe Bangueses Bande. Su actual propietario es la iglesia de Os Remedios


De esta parte alta de A Praza o Cantón Pequeno, el historiador Roberto Reigosa publica los planos de unas casas fechados en el año 1771 en su Mondoñedo monumental fuentes para su estudio, que permite hacerse una idea de todo este entrono de la catedral por aquel entonces y cómo sería su evolución histórica y poblacional desde el medievo, cuando todo esto sería el Agro do Bispo o Curral 
"... la parte alta de esta plaza, o lo que conocemos hoy como Cantón Pequeño, no debía diferenciarse de la baja, ambas estaban distribuidas en un amplio foro en pendiente, abierto, donde se cruzaban las diferentes vías principales de la ciudad y donde se situaban igualmente sus más significativos y emblemáticos edificios. La pérdida de esta continuidad visual acontece luego de las reformas de medidos del XIX, donde se distribuye el espacio en diferentes partes con diferentes nombres"

De frente a la estatua de Cunqueiro vemos ahora también, a la izquierda, un poco cuesta arriba, la Oficina de Turismo, donde estuvo muchos años  el Estanco de Celestina, Celestina Rodríguez Rivas, fallecida el 30 de marzo de 1937, siendo el negocio sacado posteriormente a pública subasta, tal y como nos recuerda una vez más Andrés García Doural en Miscelánea Mindoniense:
"Dicha subasta tuvo lugar en dependencias del Ayuntamiento, a las doce de la mañana, ante la Comisión de Hacienda, el 31 de mayo del año 1937. Una vez más, se utilizó el sistema de puja a la llana, iniciándose este desde el precio mínimo de ciento cincuenta pesetas anuales y mediante el pago anticipado por el adjudicatario de la renta de un año.
Celebrada la subasta, se le adjudica al mejor postor el arrendamiento del citado local, por el periodo de un año. Es adjudicado a D. Florentino Losada Rico, natural de Viloalle, en la cantidad de trescientas cincuenta pesetas.

Como curiosidad diremos que el albacea de Dª Celestina, D. Cruz Martínez, a pesar de ser notificado correctamente por las autoridades municipales, no quiso entregar las llaves del establecimiento (2). Después de superar este contratiempo, le es entregado a D. Florentino Losada, quién regentó este establecimiento durante muchos años. A comienzos de los años sesenta ocupaba este local D. Antonio Calles Pintos “O Madrileño”, marido de la vecina de Mondoñedo Lourdes Fernández Robles, que se dedicaba también, a la venta de tabacos, al aprovisionamiento de material de librería y prensa escrita. Actualmente ocupa este céntrico local la oficina municipal de turismo" 

En esa misma fachada, más cerca, hay una hornacina con la imagen de San Roque


El 4 de julio de 1885 se acordó por parte del Concello se alumbrase esta imagen con aceite y, en 1916, el recitado historiador  Eduardo Lence Santar, solicita a la empresa Eléctrica-Mindoniense que ilumine de noche la hornacina con una lámpara


Se cuenta que un día la talla cayó al suelo, se había cerrado mal su portezuela y una un vendaval la tiró, resultando muy deteriorada, por lo que se sustituyó por otra que estaba en la antigua capilla de Peña de Francia, donada por la familia propietaria


La escultura de Álvaro Cunqueiro, que muestra al escritor mirando hacia la plaza y catedral, es obra del artista Juan Bautista Puchades Quilis y fue inaugurada el 17 de mayo de 1991 conmemorando el Día das Letras Galegas. Juan Puchades, nacido en Valencia el 16 de marzo de 1934, llegó en 1960 como profesor al Instituto San Rosendo, aquí se estableció y aquí se casó. En 1970 pasó a ser catedrático de Dibujo. Participa activamente de la vida cultural mindoniense y gallega y, tanto él como su esposa, Alicia Tellado Villamarín, se hicieron grandes amigos de los tres hermanos Cunqueiro, Álvaro, Xosé y Carmiña 


Representa a Cunqueiro sedente, con un libro en la mano y mirando a lo lejos, a la Praza da Catedral y, en la distancia, al Bosque de Silva, que les inspiró para recrear los escenarios arbolados que caracterizan muchos episodios de sus obras


Dice Armando Requeixo que cuando Cunqueiro estaba lejos de Mondoñedo siempre recordaba esta vista "la misma que hoy tiene desde esta estatua", según escribe en su Guía literaria Álvaro Cunqueiro e Mondoñedo, extrayendo la Entrevista con Álvaro Cunqueiro de César Morán Fraga en Homenaxe a Álvaro Cunqueiro (1982):
"esa paisaxe que eu coñezo perfil a perfil de montes, dos bosques; sei a hora en que, se miro pró bosque, van estar as abidueiras coas súas primeiras follas, facendo iso que Noriega Varela chamaba "unha ondeante manteliña verde", e sei polas San Lucas, en outono, cando ´é a primeira vez que va haber follas amarelas e as vai traer o vento polas rúas da cidade..."

Por Armando Requeixo, que estudió la prensa de la época, sabemos que Galiza, revista dirigida por Álvaro Cunqueiro entre 1930 y 1933, se repartía en esta plaza. En su segundo número, del 25 de julio de 1931, publica dedicándole una semblanza al comienzo de su escrito Arredor:
"Na praza curva, costenta, agrada a xuntanza. As facianas labouradas, polidas; os ollares fondos, que veñen da montaña erma, do val frondoso, da mariña leda; a fala nutricia; o noso nome que ven do noso vivir. A xuntanza nosa. Matinémol'a. Encetemos a viaxe a ela, cediño. Os aloúxares do cantar dos páxaros i-a brevedade do camiño; ista brevedade que teima de ser a sinxeleza que nos leve a ista curva metafíseca da praza"

En este mismo jardín donde se alza la estatua de Cunqueiro hallaremos algún que otro muy interesante elemento más de la historia de Mondoñedo


Aquí, por ejemplo, una placa recuerda que en esta plaza fue ejecutado el Mariscal  Pardo de Cela, a quien tanto nos hemos referido en los caminos que vienen a Mondoñedo.
O 17 de nadal do ano 1483 foi executado nesta praza o Mariscal D. Pedro Pardo de Cela. A cidade de Mondoñedo no V Centenario da sua morte. 17-12-1983

De estos episodios habla abundantemente Álvaro Cunqueiro en sus relatos. Mismamente Armando Requeixo saca a colación en su obra estos extractos de Álvaro Cunqueiro cuenta su vida a Pedro Rodríguez, publicado en El Pueblo Gallego el 3-1-1959:
"En esta misma esquina, fíjate, fue donde decapitaron al Mariscal Pardo de Cela... Su cabeza cayó ahí mismo donde estás tú y fue rodando plaza abajo, perdiéndose por aquella calle mientras repetía "Credo, Credo, Credo (...)"

Tan cierto como que estamos aquí Pedro... Pardo de Cela era un militar de Mondoñedo, claro, Mariscal del Rey, único testigo de la histórica visita de este con su madre, fue acusado de deslealtad, de rebelión. Y por tal motivo fue ajusticiado aquí mientras hacía profesión de fe (...)

Aquí, a veces, me paso mucho rato viendo anochecer sobre la silva. En Mondoñedo no hay primavera, pero queda compensada con un otoño maravilloso; con las campanillas que florecen -único sitio en el mundo- en el invierno y sobre todo por los camelios y los naranjos. Mira, mira ese naranjo... Sería maravilloso poder escribir así... "

 A su querida ciudad de Mondoñedo la definió como "rica en pan, aguas y latín": pan de sus hornos y obradores, aguas de los ríos y canales que dan fuerza a sus molinos y otros ingenios hidráulicos para el trabajo de panaderos, ferreiros, oleiros (alfareros), etc, y por supuesto sus célebres fuentes públicas. El latín se refiere sin duda a los estudiantes de su famoso Seminario, uno de los primeros de España que, auspiciados por la Contrarreforma de Trento, fueron germen cultural de Mondoñedo y de Galicia entera 


Enterrado en Mondoñedo, en el Cimeterio Vello, donde yacen otros ilustres mindonienses, en su tumba mandó se le pusiesen estos epitafios:
"Eiqui xaz alguén, que coa súa obra, fixo que Galicia durase mil primaveras máis"

"loubado seña Deus que me permitiu facerme home neste grande reino que chamamos Galicia"

La estatua de Álvaro Cunqueiro simboliza además para los peregrinos del hoy en día, una encrucijada y una bifurcación. Aquí, como tantas veces decimos y diremos, dos caminos se unen (los que vienen de Ribadeo y Trabada), y otros dos se separan: 

-A la derecha de Cunqueiro, pasando frente al Consistorio Vello y tomando la rúa Lence Santar, va el ahora camino principal, subiendo al albergue de Mondoñedo (público), y de allí a  Os Remedios para luego, por el valle del Cesuras, ganar los montes de A Infesta

-A la izquierda de Cunqueiro y de frente a su estatua, al fondo, al otro lado de la plaza, yendo a la Fonte Vella, seguiríamos el actualmente llamado camino complementario, hasta hace unos años el único señalizado, que sale de Mondoñedo hacia Maarzi, San Vicente de Trigás y Lousada para ganar el Alto da Xesta. Los dos se reunirán en Gontán, a la entrada de Abadín, ya en la Terra Chá

Ambas rutas, cómo no, están relacionadas también directamente con Cunqueiro, en A Fonte Vella fue donde nació, en una casa justo al lado de esa histórica fuente mindoniense. A la derecha, rúas y casas dond vivieron otros escritores e ilustres vecinos de Mondoñedo, algunos de ellos sus amigos, de quienes escribió ampliamente. En este blog nos ocupamos de ambos caminos
















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