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martes, 16 de julio de 2013

LA IGLESIA DE LOS SANTOS JUSTO Y PASTOR DE EL PEDREGAL (TINEO/TINÉU, ASTURIAS) EL ESCUDO DE LOS FERNÁNDEZ COLADO Y LA CASA DEL HOSPITAL


La iglesia de los Santos Justo y Pastor de El Pedregal, "al lado de la carretera y de la calzada medieval del camino jacobeo", como dice el Diccionario geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos, es sin duda de las pocas que tiene un amplio horario de apertura libre y gratuita para la entrada y visita de los peregrinos y de cualquiera que quiera acercarse a ella, tanto por motivos espirituales como artísticos, de inquietudes históricas, afán de conocimiento, necesidad de estampar el sello en la credencial o, lo más común posiblemente, todos ellas a un tiempo, además de hacer un pequeño alto y descansar unos instantes cuando llegamos a unos 7 kilómetros de la villa de Tineo/Tinéu, capital de este concejo del mismo nombre


Situada al final de la cuesta de Casa El Coxu, en el barrio de El Riñón, está en el corto tramo en el que el Camino de Santiago coincide con la carretera AS-216, atravesando el pueblo, llegando a ella tras pasar la antigua escuela de niñas, donde en su bajo estaba El Sindicato, actual sede vecinal, y al pie de El Carbayón, monumental roble emblemático de El Pedregal bajo el que antaño se celebraban las fiestas y jugaban las escolinas en los recreos


Las niñas también jugaban, en días de lluvia, en el atrio de la iglesia, que mira a la plazoleta de El Carbayón, compuesto por tres arcos sobre columnas toscanas que guardan una portada, que veremos al entrar, con un alfiz o moldura sobre el arco, que se data en el siglo XV. El resto de la iglesia, de nave única y gran presbiterio o ábside rectangular, sería del XVI, siendo de entre los siglos XVII y XVIII las capillas laterales, una dedicada a la Santísima Trinidad, que hace las veces de sacristía, y otra la de San Bartuelo, "fabricada en 1707 por Francisco Díaz Valdés y su mujer Ana Mª Torres", nos dice asimismo el Diccionario Geográfico de Asturias, vinculada a la Casa de Begega, situada unos metros más adelante, donde dejaremos la carretera, también llamada Casa del Hospital por estar en el solar del que habría sido un hospital de peregrinos


La iglesia está en medio de una curva muy cerrada de dicha carretera, por lo que adecuado en estos casos es ir por la izquierda, viendo a los vehículos que vienen hacia nosotros, donde hay además una estrecha vereda que nos ofrece un mínimo de espacio para caminar sin pisar el peligroso asfalto de la AS-216, con mucho tráfico normalmente y aquí con muy escasa visibilidad. Vemos así, en la verja de la plaza de El Carbayón, el cartel que nos informa que podemos sellar las credenciales en este santuario


Aquí dejaríamos momentáneamente el Camino para subir por esta escalera de piedra al patio de El Carbayón y visitar la iglesia que, "dedicada a los santos Justo y Pastor, tiene un origen un tanto incierto: se sitúa al borde de la carretera y a una cota algo más elevada, lo que le da un aspecto majestuoso a la vista. Además, a su lado se conserva un centenario carbayo. Con un pórtico de piedra de tres arcos, nave única y presbiterio rectangular. Posiblemente del siglo XVI", nos informa el antropólogo y erudito investigador Joseph Millariega en su muy recomendable libro El Pedregal: historias, vidas y recuerdos I (hay volumen II, con más información)


"Esta iglesia fue regentada hasta el siglo XVIII por los monjes de Corias, fue aneja a la de Tineo hasta el XIX que fue propia", nos cuenta por su parte el historiador tinetense Rafael Lorenzo en su libro Tineo en la senda compostelana, reflejando el antiguo poder territorial de los monjes del monasterio cangués en todo el occidente asturiano y que abarcaba también buena parte de León hasta casi las puertas de su capital


Y aquí tenemos otra magnífica vista de la iglesia de San Justo y San Pastor de El Pedregal, que se hizo parroquial en 1894 al independizarse la parroquia de la villa de Tineo (pero siempre en su concejo). "Templo de nave rectangular con una capilla en el mismo lado por donde hoy se accede al interior y que antes fue el frente que mira a poniente sobre el que se iza la espadaña de dos ojos, con dos campanas del siglo XVII", informa igualmente Rafael Lorenzo. El también historiador tinetense Senén González Ramírez describe así su planta:
"Se levanta este templo de planta de cruz latina, un tanto desproporcionada, de orientación este-oeste, de resabios medievales, en mitad del núcleo urbano y cabeza de la parroquia, al lado del antiguo camino medieval por donde discurre la ruta jacobea. Su acceso principal está situado en la fachada NO y posee otra secundaria, en la capilla de San Bartolomé, que sirve de acceso al salón parroquial-sacristía. Fue filial de la de San Pedro de Tineo hasta el año 1894.

Sus medidas exteriores son de unos 20 metros de largo por 15 de ancho. En la fachada SO se levanta un murete con dos tragaluces que soporta la espadaña de dos campanas y de líneas sencillas y austeras. (...) La cubierta apoya en maderaje de castaño, de pizarra y, parcialmente de teja árabe (...). Remata la espadaña una cruz metálica"

Las campanas se tocan desde la parte de atrás del campanario, existiendo antiguamente unas escaleras muy peligrosas, por lo que se hicieron mejoras de seguridad para los campaneros, que eran Gonzalo y Jacinto cuando se emitió el programa Pueblos de la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA) presentado por Sonia Fidalgo y dedicado a El Pedregal el 17-10-2022, donde podréis conocerlos pues se los entrevista en dicho capítulo, así como a muchos más vecinos


Si bien la parroquia es la de San Justo y Pastor, la fiesta grande es la de San Bartuelo (San Bartolomé), el patrón de una de las capillas, como hemos dicho, que se hacía tradicionalmente el 24 de agosto, aunque hoy en día se pasa al fin de semana más próximo. Más antiguamente se celebraban también la Virgen de la O, San Antonio y el domingo de Pascua, también se dice se festejaba a San Francisquín


Y aquí tenemos los tres arcos, de piedra de cantería, del atrio o pórtico, siendo el central el que da acceso al mismo, subiendo un peldaño


La puerta, abierta; en el programa Pueblos es Gonzalo quien recalca que "Esta iglesia es la única que encuentran abierta en todo el trayecto del Camino Primitivo. Se empezó a abrir hace dos años. Unos peregrinos vienen por deporte, pero otros por devoción y estos devotos siempre querían visitar la iglesia y estaba cerrada. Iban a casa de Pili a por la llave para entrar. Entonces, Pili y otra familia más, de acuerdo con el cura, tomaron la decisión de abrir de siete de la mañana a siete de la tarde"


Y ahí tenemos el alfiz del arco de medio punto de la portada, formado por seis grandes dovelas o piezas de piedra talladas en forma de cuña, datado en el último tercio del siglo XV o, como dice González Ramírez:
"La portada principal se esconde tras el atrio (dotado de tres arcos de sillería). Arco de amplio dovelaje y alfiz enmarcado, que le dan cierto realce, cuya arquitectura hace que algunos autores lo sitúen en el siglo XV-XVI"

Fijémonos en el llamativo suelo del pórtico, hecho de l.lousas o losas de pizarra, puestas 'de cantu', en vertical, y con formas en zigzag: la mitad derecha con sus vértices mirando a la pared de la nave y la mitad izquierda a la pared que cierra el pórtico. Una línea recta de estas pequeñas lajas separa unas de otras


Y así, admirando el pórtico y el alfiz, accedemos al interior...


Según entramos vemos la estructura de la nave, con cubierta de bóveda de cañón y, a la izquierda, al lado de la cabecera, la capilla de San Bartuelo. Compartimos de María José Buría Fernández, Licenciada en Historia del Arte y vecina de la parroquia, lo que escribe en su libro dedicado a la Toponimia de El Pedregal:
"Iglesia de nave única y presbiterio profundo con bóveda de cañón. Lo más interesante es el retablo barroco en la capilla lateral derecha de principios del siglo XVIII. Las imágenes de San Bartuelo y Santa Ana parecen obra de Antonio de Borja, hecho un tanto extraño en lugares tan al occidente de Asturias pero que puede explicarse en el caso que fuesen un encargo del patrón de la capilla, Fernández Colado, que según la inscripción, la edificó y dotó en el año 1707"

En la pared frente a la portada, un cuadro contemporáneo de Jesús, enmarcado en una estructura de estilo neoclásico rematada en frontón triangular, recibe a los fieles según entran



A la izquierda la imagen de Nuestra Señora de la O. Al fondo y a la derecha del altar y capilla mayor, en la cabecera, vemos la pila bautismal, a la entrada de la capilla de San Bartuelo. Ambas capillas tienen sus retablos barrocos. De la de San Bartuelo o San Bartolomé cuenta esto Rafael Lorenzo:
"Sobre esta capilla de San Bartolomé, gracias a la documentación que posee la CASA DE BEGEGA, se sabe que fue construida por D. Francisco de Valdés, vecino de El Pedregal y de Luarca, señor de esta casa. En 1708 ya estaba construida y en una carta del Vicario General del Arzobispado de Oviedo, pide al entonces cura párroco, de San Pedro de Tineo y de los santos Justo y Pastor de El Pedregal "se da licencia al cura de ella para que la pueda bendecir conforme a lo dispuesto por el orden romano para que así bendita pueda celebrar el Sacrificio de la misa."

Este documento trae fecha de 27 de abril de 1708

La capellanía fue fundada en 1746 siendo su primer capellán y propietario por heredad D. Juan Lucas Valdés, presbítero y Capellán Mayor de la Colegiata de Salas, hijo del anterior.

En 1753 era su capellán D. Lorenzo Jacinto de Vexega Flórez, y en 1789, otro sucesor de este apellido oriundo de Miranda, D. Francisco Begega Flórez"

Primeramente, desde la altura de la puerta vamos a contemplar todo el conjunto de la nave y la cabecera o presbiterio, atendiendo a las explicaciones de Senén González Ramírez:
"En su interior se descubre una sola nave, de gran altura (5,69 al intradós) con bóveda de cañón, con arco de triunfo de 3,35 de luz y más de cinco de altura. En el presbiterio los muros que soportan el empuje de la bóveda tamizan una luz de 4,60 m. Al inicio de la nave de fieles, lado de la Epístola, a cierta altura, aparece una lápida marmórea consagrada al Rvdo. don Cándido García Tomás, cura párroco del Pedregal desde el año 1972 al 2016"

En la pared y al lado de la puerta, la pila del agua bendita; ahora sí avanzamos en dirección al altar


El arco toral o triunfal, liso, es de medio punto y separa la nave de cabecera o, lo que es lo mismo, el espacio de los fieles del espacio del sacerdote que oficia la liturgia. Allí, la mesa del altar fue renovada en 2025, según recoge Joseph Millariega citando a Mari Paz García Gomzález:
"La iniciativa de sustituir el altar por uno de mármol fue del párroco anterior, D. Alfredo de Diego; y la idea inicial era que estuviera listo para San Bartuelo de 2024, pero el retraso en recibir los materiales en el taller hizo posponer la inauguración hasta el 31 de marzo de 2025, siendo párroco ya D. Leonel Fernández y con la presencia del Sr. Arzobispo de Oviedo, D. Jesús Sanz Montes. Para este día llegaron desde Roma reliquias de los Santos Justo y pastor, gracias a las gestiones realizadas por el Sr. Arzobispo. Se trata de fragmentos óseos de ambos santos. 
La ceremonia se llevó a cabo siguiendo el protocolo estipulado con todo rigor y con la participación de los feligreses perfectamente organizados por Gonzalo Fernández Infanzón. La iglesia estaba en penumbra y el altar desnudo. El Sr. Arzobispo entró en el templo precedido por la cruz y los ciriales portados por Tina, Mirta y José Luis, dando comienzo a continuación la Santa Misa. El joven David Menéndez hizo de sacristán ocasional, Mari Paz se encargó de las lecturas y el Sr. Arzobispo realizó la homilía asociando los sacramentos a distintos pasajes de nuestra vida cristiana. Y luego llegó el gran momento: las reliquias de los Santos Justo y Pastor fueron depositadas en el hueco que hay en el centro del ara. Acto seguido se aplicó un ungüento sobre el altar y Virginia y Conchita se acercaron con agua y una toalla para que el oficiante se lavase las manos. Después se bendijo la mesa sacra y se esparció incienso alrededor de ella. Gloria y Mari Paz colocan la primera sabanilla, en tanto que Pili y Albina la segunda. Por su parte, Esperanza, Lolita y Manolo ubicaron las velas y la cruz sobre el altar y, finalmente, José situó un centro con flores delante del mismo. La misa continuó con la Consagración y con la Comunión, siguiendo el ritual que es de costumbre. Al final el Sr. Arzobispo se despidió de todos nosotros, haciéndose fotos con las personas que así se lo pidieron”.

Vemos ahora de cerca la imagen de la Virgen de la O, de la que, como se ha dicho, se celebraba fiesta en El Pedregal aún a principios del siglo XX. En el programa Pueblos un vecino, Luciano, dice que sus padres eran mayordomos de esta Virgen, la guardaban y tenían su corona recogida en una panera...


Oración a la Virgen de la O en un cartel colocado al lado de ella, en la pared


Y aquí tenemos la capilla mayor, también de bóveda de cañón, con su retablo barroco, se supone que de finales del siglo XVII, dice dice Senén González Ramírez


Este retablo de la capilla mayor se estructura en tres calles (franjas de arriba abajo), más ático y banco o base, con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en el centro


A la izquierda está la figura de San Juan Evangelista y a la derecha el que pudiera ser uno de los mártires, San Justo o San Pastor


Debajo del Sagrado Corazón hay una hornacina con una pequeña imagen de San José con el Niño Jesús. A la izquierda otra más grande con la Inmaculada y, a la derecha, otra de similar tamaño que la anterior representando a San Antonio, fácil de reconocer también por llevar al Niño. Este San Antonio se recogió durante la Guerra Civil en una casa del pueblo, Cá David, en el barrio de La Calea d'Arriba "y la señora de la casa (ahora viven en Oviedo) todos los años ofrece una misa aquí en la iglesia a San Antonio", cuenta Jacinto en el programa Pueblos


Arriba en el ático hay un óleo que representa a estos niños mártires San Justo y San Pastor, patrones de la parroquia, con sendas imágenes de los mismos a cada lado, "conocidos como los Santos Niños,
nacidos en Alcalá de Henares el 295 y 297, de origen hispanorromano y que fueron ejecutados en el 304 en Alcalá de Henares por orden del prefecto de la ciudad Publio Daciano (o Dacio) durante la persecución de Diocleciano, por haberse negado a abjurar del cristianismo. Sin embargo, la parroquia no celebra la onomástica de los Santos Justo y Pastor y sí la de San Bartolomé", explica González Ramírez


Desconocemos si en el pasado, siglos atrás, sí se celebrase romería festiva además del pertinente oficio religioso, pero la veneración es muy antigua, dado que empezó a divulgarse cuando el rey godo Chindasvinto los nombró patronos de Hispania en el año 646, pero tuvo su gran expansión a raíz del regreso de parte de sus reliquias al lugar de su martirio, en el siglo XVI, centuria de la que data la mayor parte de la fábrica de la iglesia actual precisamente. Atendemos a lo que nos dice Joseph Millariega:
"Los Santos Justo y Pastor murieron mártires el día 6 de agosto del año 306 durante la gran persecución del emperador Diocleciano cuando tenían menos de diez años (Justo 7 y Pastor 9, aunque en este aspecto las fuentes difieren) en el mismo lugar donde hoy se levanta la catedral de Alcalá de Henares. 

Ya en el 303 Diocleciano promulgó un primero edicto de persecución no violenta del cristianismo, mandando destruir iglesias y libros, así como humillar a los que no renegasen de la fe en Cristo. Aunque en un posterior edicto ya ordenó torturar a todo aquel que no apostatase. Esos mandatos en España fueron llevados a cabo con crueldad por el gobernador Daciano. 
En este marco histórico fueron martirizados los niños madrileños Justo y Pastor en Alcalá de Henares. Según la [difusa] tradición tiraron sus tablillas de escritura y se declararon cristianos. Primero fueron azotados, pero al ver que no desistían en su empeño se ordenó su ejecución, que fue llevada a cabo en ‘Computum’, hoy Alcalá de Henares. El lugar del martirio es conocido como Campo Laudable y la piedra en la que fueron degollados se guarda en la catedral de Alcalá. 
Fueron enterrados en el lugar de su muerte y allí permanecieron hasta que, en el año 760 los trasladó (por temor a las posibles acciones contra la tumba por parte de los musulmanes) el monje eremita francés San Úrbez (o San Urbicio) hasta un apartado lugar del valle de Nocito (Huesca), permaneciendo enterrados en la ermita de Santa María hasta su traslado al monasterio de San Pedro el Viejo. Allí continuarían seguras durante toda la Edad Media, hasta que, gracias a la intervención de Felipe II y del Papa Pío V, los alcalaínos consiguieron que regresaran parte de las reliquias de sus santos patronos. El solemne recibimiento tuvo lugar el 7 de marzo de 1568 (aunque parte de las mismas viajaron también a Narbona y Lisboa). Al recibirlas, representantes del Ayuntamiento, de la catedral, de la Universidad, así como todas las hermandades y cofradías organizaron una enorme procesión que, según los cronistas de la época, fue la más grande que jamás se ha realizado en Alcalá de Henares. 
La veracidad de dicho martirio la podemos encontrar en la referencia que hace de él el poeta Prudencio en su oda ‘Peristephanon’. Además, se cuenta con los calendarios litúrgicos mozárabes, los cuales ya especificaban la fiesta de estos dos santos. También existe el testimonio de San Paulino, que enterró a un hijo suyo de ocho días junto a los sepulcros de los dos santos, hacia el año 392"

Pasamos ahora, a la capilla de San Bartuelo o San Bartolomé. Seguimos atendiendo a las descripciones de Senén González Ramírez:
"En el costal de la Epístola se abre la capilla de San Bartolomé (patronazgo de la Casa de Begega), a la que se accede por amplio arco en carpanel, de 3 metros de luz y 3,30 de altura. En su parte superior campean dos tarjetones de piedra. Uno de ellos en blanco y otro con la siguiente inscripción: Esta capilla la hizieron los señores D. Francisco Díaz Valdés y Doña Ana María de Torres, su mujer, para su enterramiento y para sus descendientes. Año de 1707
Todo el recinto de la capilla está cubierto por una bóveda esquifada que apoya sobre los gruesos muros, de espesor de hasta 96 cm, aptos para resistir los empujes tanto de ésta como de la de cañón del cuerpo central del templo. Tiene la capilla una ventana en la pared del SE y una puerta por la del SO (hueco de 102 x 109 cm bajo arca escarzano, que comunica con el salón parroquial-sacristía). El retablo y altar están adosados a la del NE. El pavimento es similar al de la nave central y la altura de la bóveda de 3,83 m. 
La superficie libre del recinto es de 4,86 x 4,27 m. El retablo es de estilo barroco...

La Casa del Llano, o del Hospital, más tarde de Begega y también llamada La Torre, fueron los fundadores de esta capilla. "En los fondos del archivo de esta Casa[rama de El Pedregal] hemos podido reconocer infinidad de documentos históricos que avalan lo mucho que en otro tiempo representó este noble solar. La Casa poseía en el templo de El Pedregal, al lado del Evangelio, una capilla advocada al
Glorioso Apóstol San Bartolomé, levantada el año de 1707, con hermoso retablo barroco", describe asimismo González Ramírez, quien aporta su testamento, donde refleja era administrador de Fernando Valdés Salas, una de las más influyentes personalidades de la corte de Felipe II, nacido en Salas, Inquisidor General, Arzobispo y fundador de la Universidad de Oviedo, de quien mucho hablamos en su villa natal de Salas:
"Don Francisco Díaz Valdés Fundador de la ‘Casa del Llano’ (después de Begega). Natural de San Feliz, en la parroquia de San Miguel Arcángel de Trevías (Valdés). Fue hijo de otro del mismo nombre y de doña María Menéndez. Regidor Perpetuo de la villa de Luarca y su concejo de Valdés. Alcalde Mayor de la Villa y jurisdicción de Mirallo (Tineo). Mayordomo del Sr. Conde de Miranda, Duque de Peñaranda y Marqués de Mirallo. Mayordomo y administrador de todas las memorias y obras pías que dotó y fundó el Ilmo. Sr. don Fernando Valdés, arzobispo de Sevilla. Gran benefactor del Insigne Colegio Mayor San Gregorio de Oviedo, que tuvo su origen hacia el año 1534, gracias al proyecto y donación de parte de los bienes del arzobispo de Oviedo don Fernando Valdés Salas, quien también fundó la Universidad. Si bien en la fachada del antiguo colegio figuraba la fecha de 1557. Presidente del Consejo de Castilla, etc. Falleció en su ‘Casa del Llano’ de El Pedregal por el mes de julio de 1720, bajo testamento que el 3 de abril de 1712 pasó ante el escribano de La Casa de Merás, don Juan de Roxas Sanfrechoso:
‘Yo, Don Francisco Díaz Valdés, vecino de este lugar del Pedregal, concejo de Tineo, Regidor de la villa de Luarca y su concejo de Valdés, Alcalde Mayor de la Villa y Jurisdicción de Mirallo, Mayordomo del Señor Conde de Miranda, Duque de Peñaranda, Marqués de Mirallo, en este estado y su Casa y Solar de Salas de este Principado y Administrador de todas las memorias y Obras Pías que dotó y fundó el Ilustrísimo Señor Don Fernando de Valdés, de buena memoria, Arzobispo de Sevilla y Gobernador de los Reinos de España, mi Señor, en la Iglesia Colegiata de Salas, Administrador del Insigne Colegio de San Gregorio de Oviedo.  
Ítem mando que mi cuerpo sea sepultado en este lugar del Pedregal y en mi Capilla, encargo a mi hijo el Reverendo Juan Lucas Díaz Valdés ponga otro letrero de piedra (que está sobre que fue de Luarca y después religioso de mi Padre San Francisco en Ciudad Rodrigo. 
Ítem tengo un libro de los que pago a cuenta de sus soldadas a mis criadas y criados en mi escritorio. 
Ítem digo que estoy casado con Doña María de Torre y Angulo y durante nuestro matrimonio tuvimos por nuestros hijos legítimos, según nacieron: Doña Michaela, casada con Don Suero Peláez y Llano, vecino de Santa Eulalia de Tineo. Doña Fran- cisca Teresa, casada con Don José González Inclán, vecino de Las Centiniegas (Salas). Doña Ana María, casada con Don Antonio Begega Flórez, Señor de esa Casa en el concejo de Miranda. Reverendo Don Juan Lucas Díaz Valdés y Torres Angulo, clérigo y beneficiario de los beneficios simples de San Cristóbal de Entreviñas, en el concejo de Cangas; y de los de San Martín de Salas y Santa María de Ardesaldo y San Bartolomé de Camuño, en el concejo de Salas. 
Ítem digo que Ángela García, de Truébano, viuda de Diego García Rodríguez, me debe cuatrocientos siete reales, según consta de mi libro borrador. 
Ítem digo que por el amor y cariño que tengo y bien me sirvió y asistió en mis dependencias el Reverendo Don Jacinto Menéndez Valdés, mi sobrino, Canónigo de Salas, le dejo y mando se le entregue luego que yo fallezca una de mis mulas ensilladas y enfrenadas; y si no que se le dé una yegua de las mejores que yo tuviere con su cría. 
Ítem digo que yo como miserable pecador y llevado por la fragilidad y pasión humana, he tenido tres hijos bastardos en una mujer de sangre honrada, a la que asistí para tomar estado y satisfacer en lo que podía atender a su honra y dichos tres hijos se hallan en el libro de bautizados de San Martín y Santa María de Ardesaldo. 
Ítem dejo a mi hijo el Licenciado Don Juan Lucas Díaz Valdés y Torres Angulo, una sortija de oro con una esmeralda grande que yo tengo, de un valor de 6 doblones; una venera de oro de valor de 4 doblones que fue de mi hermano Don Juan Alonso de Navia, cura de Luarca, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, religioso Descalzo en la ciudad de Plasencia.  
Ítem dejo a mi nieto Vicente Peláez, hijo de mi hija Micaela, la mujer de Don Suero Peláez, dos novillos de dos años, de valor de 150 reales, por el amor que le tengo. 
Ítem dejo a mis nietas María Antonia y Josefa, hijas de mi hija Francisca, mujer de Don José González Inclán, dos vacas a cada una, de valor de cien reales cada una. 
Ítem dejo a mi nieta Catalina, hija de Ana María, mujer de Don Antonio Begega Flórez, otras dos de valor de doscientos reales entre ambas. 
Ítem digo que estuve casado Con Doña Ana María de Torre y Angulo y en nuestro matrimonio tuvimos por nuestros hijos políticos a: Micaela, Francisca, Ana María y Juan Lucas. Mi hija Ana María, mujer de Don Antonio Begega Flórez, parió hace dos días un niño, que se ha de llamar Francisco Antonio, éste viviendo, porque ha de ser sucesor de la Casa de su abuelo y padre de la mía, le dejo una sortija de oro con una esmeralda y dos de amaranto a los lados de la esmeralda, de valor de 5 doblones, la que le mando se la de su madre viviendo dicho niño y si muriese se le entregue al primer varón que tuviere y fuere sucesor en mi Casa y mejora...’.

Dado que una cinta indica que no pasemos más allá de la nave hacia la cabecera, y como somos respetuosos, no hemos sacado fotos más de cerca ni más de frente de la capilla y su retablo "con valiosas imágenes antiguas que representan a San Bartolomé (100 cm), en el medio y a los lados a San Francisco de Asís (88) y Santa Ana (88), de excelente talla. Sobre el altar, la piedra ara, fechada en 1874. Este retablo de excelente calidad se estructura en un cuerpo que alberga tres hornacinas: ático, alerones y banco", explica Senén González Ramírez. Por su parte, el profesor Germán Ramallo Asensio, especialista en arte barroco asturiano, dice así:
"Es un retablo muy curioso, por los atlantes que lo sostienen y las máscaras vomitando, todos seres monstruosos que delatan de maestro muy local, que alberga dos esculturas de vara de alto y terriblemente repintadas, pero que, pese a su estado, denotan la estética de Borja. Representan a S. Bartolomé y Sta. Ana y debe faltar un San Joaquín, al que substituirá el más tosco y repintado S. Francisco. Sus rostros, actitudes, diseño y realización de plegados nos invitan a la comparación con per- sonajes del retablo del Rey Casto y tras ella hemos de admitir una misma paternidad de factura. Es rara la presencia de obras de Borja en estos concejos occidentales, pero este caso podría explicarse por un encargo directo del patrón de la capilla, don Francisco Díaz Valdés, coincidiendo con la estancia de Borja como único buen escultor en Oviedo"

San Bartolomé pues, en medio; Santa Ana a su izquierda serían imágenes pues del gran artista del barroco asturiano Antonio de Borja, mientras que el retablo propiamente dicho lo sería de algún desconocido taller local. San Francisco sustituiría a un San Joaquín, también de Antonio de Borja, que correspondería a la imaginería representada pues era marido de Santa Ana y ambos padres de la Virgen María y abuelos de Jesús


Detalle del ático de este retablo de esta capilla, sobre la que "fundaron los Sres. de la Casa de Begega una capellanía advocada al Glorioso San Bartolomé. Siendo su administrador su único hijo varón, Ilmo. Sr. Don Juan Lucas Díaz Valdés, capellán mayor de la colegiata de Santa María la Mayor de Salas, donde falleció. Siendo posteriormente administradores de la obra pía, en la que se incluía la fundación de una escuela, etc. sus sobrinos sucesivamente"


Las descripciones de estos eruditos del arte podemos hallarlas en los dos libros, primera y segunda parte, de El Pedregal: historias, vidas y recuerdos de Joseph Millariega,  donde también se nos informa de cómo esta iglesia pasó a ser parroquial...
"... en1892 se llevó a cabo el arreglo parroquial de la Diócesis por la que fue disgregada de la de San Pedro de Tineo la hijuela del Pedregal para agregarla a la de Santo Tomás de La Pereda. Ante la negativa de Don Andrés Blanco y Bolaño, cura párroco de San Pedro de Tineo, a la entrega de los libros sacramentales, de difuntos, de obras pías, de fábrica, etc. de El Pedregal, el párroco de San Vicente de La Espina, nombrado encargado de la de La Pereda, dirige al Obispado una instancia donde explica la negativa del Sr. Blanco: 
Sr. Secretario de Cámara y Gobierno del Obispado de Oviedo. Habiendo reclamado del Sr. cura párroco de Tineo los libros sacramentales y defunción de la iglesia del Pedregal, agregada a esta parroquia en virtud del arreglo parroquial, manifestó que dudaba si debía entregarle o no y que esperaba una resolución oficial acerca del caso. Y siendo urgente el asunto, pues no se asientan en los libros las partidas mientras no se sepa en cuales debe hacerse. Suplico a V. se nos diga lo que proceda. En La Pereda (Tineo), 19 de febrero de 1892.
 El párroco de La Espina, encargado de ésta. Antonio García y Fernández. El Cabildo impugna la pretensión del Sr. Blanco Bolaño, el próximo día 23 de ese mismo mes y año:
Entréguese al párroco de La Pereda los libros parroquiales y demás objetos de culto pertenecientes a la filial del Pedregal, bajo inventario duplicado del que conservarán una copia el que entrega y el que recibe. Lo decretó el M. I. y Sr. Vicario General del Obispado de que certifico. Lcdo. Climent. Por mandado del Sr. Lcdo. Dr. Manuel Suárez García. Pbro. Secretario. 
Inmediatamente el párroco de La Espina hace un inventario de los libros sacramentales y de defunción de El Pedregal que le hace entrega Don Andrés Blanco, cumpliendo el man-dato dado por el Provisor del Obispado de Oviedo: 
Tres libros abiertos y de uso corriente, que contienen partidas de bautismo, matrimonios y defunciones. Otro libro cerrado, en pergamino, donde se anotaron partidas bautismales desde el año 1831 a 1860. Otro igualmente cerrado, que contiene partidas de bautismos, matrimonios y defunciones, y que tuvo principio en 1773. Otros dos en rústica, deteriorados, donde se consignaron partidas de todas clases, y que son anteriores al año 1773. Finalmente, un libro de fábrica, en pergamino, donde se extendieron cuentas de dicha hijuela hasta el año 1872. Y para que conste el número y clase de libros entregados y recibidos, yo el infrascrito cura encargado de dicha hijuela del Pedregal, unida a La Pereda por decreto de 1o de febrero del corriente año, doy el presente que firmo y sello con el de esta parroquia en La Pereda, a tres de marzo de mil ochocientos noventa y dos. El Párroco de La Espina, en Salas, encargado de esta y su filial. Antonio García Fernández.

 Además, el párroco Don Andrés levanta un minucioso inventario de los objetos y ropajes de culto que existen en la iglesia:

Primeramente, una casulla blanca, floreada, de medio uso. Otra casulla encarnada, de seda, con galón dorado, algo usada. Otra casulla de color violado, de medio uso. Otra casulla de color blanco y encarnado, bastante usada. Otra casulla negra, vieja. Tres albas, la una nueva, la otra de medio uso y la otra vieja y remendada. Un roquete de lienzo con su encaje, nuevo. Un pendón y un estandarte encarnados y éste con sus cordones de seda encarnada y remate de bronce amarillo en las extremidades de su pala, todo nuevo. Un palio de medio uso. Un incensario de metal viejo con su naveta de metal, con baño de plata ésta. Dos cálices, el uno de plata y el otro de metal con baño dorado éste, siendo uno de la iglesia y el otro de la capilla de San Bartolomé, sita en esta iglesia, sin que pueda decirse cuál de los dos es de la iglesia. Un terno de la capilla, completo, blanco floreado con galón dorado, de medio uso. Otro terno negro completo, viejo y bastante deteriorado. Una casulla de terciopelo con galón dorado, nueva, que compré yo para la iglesia, con su bayeta, para que no se roce. Tres albas de la capilla de San Bartolomé, de la que es patrono Don Antonio Flórez, del pueblo de Begega, en el concejo de Miranda: la una con encaje de más de una vara, la otra con encaje de más de una cuarta y la otra de más de media cuarta, todas de medio uso; y tiene obligación el capellán o patrono de franquear toda la ropa para las funciones de la iglesia, porque con esta obligación se unió la capilla a la iglesia. Una lámpara y un incensario, sin naveta, de plata, también de la capilla. Unas olieras de plata, de la iglesia. Una cajita de plata para llevar el viático. Un copón de metal, con baño de plata y dorado por adentro. Un viril de metal, con baño de plata. Seis candeleros de bronce amarillo, con su cruz y crucifijo, nuevos, también de la iglesia. Son los ornamentos y alhajas que hay en el anejo de San Justo y Pastor del Pedregal. Y para que conste lo firmo con los testigos, que lo fueron Don Manuel Abel Infanzón y Don José Gómez, vecinos de la villa de Tineo, en ella y diciembre veinticuatro de mil ochocientos sesenta y nueve. Manuel Abel Infanzón, José Gómez (rubricado)"

A la izquierda del retablo de la capilla mayor, en el lado de la epístola hay un arcosolio, es decir, un sepulcro en un hueco rematado en arco, en este caso apuntado u ojival, plenamente gótico. Se data en el siglo XVI y en su interior hay actualmente una escultura de la Piedad. No presenta inscripción alguna y ello se debe a lo que nos explica Senén González Ramírez:
"En el lienzo izquierdo de la capilla mayor, a cierta altura, se abre un arcosolio apuntado, con dos impostas, sarcófago que estaba destinado a albergar los restos mortales del Bachiller Pedro García del Pedregal, cura párroco de Santo Tomás de La Pereda. Antes lo había sido de la parroquia de San Ramón de Naveces, concejo de Castrillón. Este sacerdote nació en el lugar de su segundo apellido a finales del siglo XVI y falleció en La Pereda, donde estaba de párroco, el 29 de octubre de 1651, siendo sepultado en el templo de San Tomás, torciendo de esa manera su voluntad testamentaria, al no cumplirse su inhumación en el templo parroquial de El Pedregal. Porque ordena que si cuando le sobrevenga la muerte se encontrase en estado de párroco de la iglesia de San Justo del Pedregal: sea sepultado en la sepultura de la Capilla Mayor, que está al lado del Evangelio, que está puesta en el arco de la pared, que dexó el Bachiller Pedregal, mi tío. Y manda se le digan ocho misas, una cantada y el resto rezadas..."

Al comienzo del segundo libro de El Pedregal: historias, vidas y recuerdos de Joseph Millariega este mismo historiador del arte amplía esta información en el primer capítulo del mismo, titulado: La dinastía de los Begega: esplendor y decadencia:
"El sacerdote Pedro García del Pedregal, nació en el lugar de su segundo apellido a finales del siglo XVI y falleció en La Pereda (donde estaba de párroco) el 29 de octubre de 1651 y sepultado en el templo de San Tomás, aunque en un principio por su testamento deseaba ser inhumado en la iglesia del Pedregal, cosa que no se cumple por su mandato posterior en un codicilo que añadió a dicho testamento. Sobrino del Bachiller Juan García del Pedregal, que fue cura párroco de San Julián de Arbas, en el concejo de Cangas de Tineo, hoy del Narcea. Este señor erigió en 1638 una capilla avocada a la Santísima Trinidad en el templo parroquial del Pedregal, del lado del Evangelio y próxima a la capilla mayor, sobre la cual dejó fundadas ciertas cargas y censos, nombrando capellán a un pariente de su familia. Don Pedro García del Pedregal antes de ser párroco de Santo Tomás de La Pereda, lo había sido de la parroquia de San Félix de San Román de Naveces, concejo de Carreño y Avilés. En esos lugares poseía infinidad de censos que cobraba en dinero y también en grano, al crear una alhóndiga en un hórreo de su propiedad en el que se almacenaban granos de trigo y mijo, con el fin de ser utilizados como simiente en épocas de escasez y con la obligación de reposición con la nueva cosecha. De ahí fluye el capital para crear una obra pía en beneficio de las doncellas y estudiantes de su linaje del Pedregal y de La Pereda; en favor de sus hermanos y también del resto de los vecinos del pueblo, sin distinción. 
Redacta su testamento el 29 de mayo de 1651, ante el escribano de número y Ayuntamiento de Tineo Juan Marcos Pertierra. Por esa escritura queda constancia de la fundación de una obra pía en su pueblo natal, por la que dejaba una panera que permanece con sesenta heminas de pan, cuarenta de centeno y veinte de mijo que se repartían en mayo de cada año entre (y solo) los vecinos del Pedregal; y se recobraban en noviembre inmediato siguiente, hecha la cosecha. Manda se haga un arca de tres llaves, en la cual haya de entrar el dinero del capital de los censos que dejó para esta obra pía (que redimieren y quitaren) y tenga una llave el patrono, que lo era su sobrino Tomás Fernández; otra don Diego García de Tineo (hijo de la Casa de los Tineo Osorio de Zardaín), cura de la iglesia de San Justo y su excusador y después de él sus sucesores; y don Pedro de Merás, Señor de la Casa de Merás y, después de los días de éste, al guardián de San Francisco de Tineo y sus sucesores. 
Inicia su memoria testamentaria como era preceptivo, haciendo una exultación a su creencia religiosa: católica, apostólica y romana. Elije su sepultura en la iglesia del Pedregal, cosa que anularía en un codicilo. Que el día del entierro se le digan ocho misas, una cantada con su vigilia y las otras rezadas; que se ofrezcan dos heminas de escanda y dos cántaras de vino y la mitad de una vaca; otras tantas misas y ofertas el tercer día de exultación del alma. Que los oficios sean hechos por seis clérigos cada día y se ofrezca en cada uno de ellos una hemina de escanda y una cántara de vino y un carnero y se les dé un desayuno; y a los pobres se les dé su limosna, sin intervenir otras comidas... [] ... Ordena se le diga un responso cantado sobre su sepultura todos los domingos del año y se dé al cura de limosna un ducado hasta su cumplimiento según es su voluntad. Manifiesta que para el honor y servicio de Nuestro Señor y de su Santísima Madre, ayuda y socorro de doncellas deudas suyas y de la familia de sus padres, siempre ha tenido el propósito de fundar cierta obra pía, en la cual refleja y sitúa cuarenta ducados de renta cada año sobre los principales de ochocientos que posee en censos, sobre las personas y bienes situados en Naveces, Avilés y Pravia..."

Y aquí, por este arco de medio punto, se accede a la capilla de la Santísima Trinidad fundada por él, que también se empleó como sacristía y presenta cubierta de bóveda de cañón:
"Fue fundada en 1638, por el Bachiller García Pedregal, cura párroco de San Julián de Arbas (Cangas del Narcea). Sobre la cual fundó varias cargas y censos. Se levanta en el ángulo NO, al lado del pórtico cubierto y mide al exterior 4,17 x 3,28 metros en planta, con aleros a 4 de altura. La cabida interior es de 6,54 m2. Está edificada con muros de sólida mampostería que soportan una bóveda de cañón (ligeramente peraltada) de 2,56 m. de vano y arranque a 2,86 m., con altura a la clave de 4,26 m. Carece de retablo e imágenes. El pavimento es de hormigón fratasado y los paramentos están enlucidos con carga de cal arena, descubriéndose la sillería pétrea en jambas y enmarques de puerta de acceso (que da al presbiterio y tiene 0,87 m. de luz, con arco de medio punto) y ventana (que se abre al NO)"

En esta misma pared, un poco más arriba de esta portada de la capilla-sacristía, se ha colocado el Cristo crucificado que antes colgada del arco toral y que en la web Cristo en el arte asturiano nos explican así:
"Se trata de un Cristo muerto con los ojos y la boca cerrada, reclinado hacia la derecha. La corona de espinas tallada en el mismo bloque craneano, formando dibujos geométricos.
El sudario deja libre la cintura y se sujeta en ambas caderas formando en el centro profundos pliegues. Los dedos de las manos están extendidos sin flexionar. Es un Cristo sereno, con un estudio anatómico perfecto. En El parece que se recoge el instante preciso de la defunción"

Visitada la iglesia, con más cuadros de temática religiosa y elementos del Viacrucis, volveremos al exterior saliendo por la misma portada por la que hemos entrado


No se nos olvide, por supuesto, sellar la credencial en este sello creado para tal menester...


Y de esta manera, ya 'sellados' reemprendemos la marcha


Al salir, vemos parte del tramo que hemos recorrido de la carretera AS-216 subiendo desde Cá Xacalén hacia Cá'l Coxu, antiguo chigre, el último que cerró del pueblo, en el año 2011 y la escuela. La primera fue también fundación de la Casa de Bexega, tal y como nos enteramos por el estudio La escuela de El Pedregal, una fundación pía sufragada por la Casa de Begega en 1750. Documento recopilado y transcrito por el historiador Senén González Ramírez y que encontraremos también el en libro El Pedregal: historias, vidas y recuerdos de Joseph Millariega:
"La Pereda y el Pedregal, dos pueblos hermanos que deben eterna gratitud a la Casa del Llano del Pedregal (hoy de Begega por enlaces de familias) por su gran filantropía hacia estas dos feligresías, costeando y edificando el antiguo edificio escolar de mediados del siglo XVIII, donde recibían enseñanza gratuita sus hijos. Y no solamente por eso, sino porque también hicieron lo mismo en la congrua del maestro, el que también sería el encargado de mantener encendida durante día y noche una lámpara de aceite alumbrando al Santísimo en la capilla advocada al Glorioso San Bartolomé, sita en la nave de la iglesia parroquial, del lado de la epístola, propia de la Casa de Begega. Aplicaron a la continuación de esta fundación piadosa, infinidad de censos en distintos lugares del concejo y fuera de él, quedando de esta manera asegurada su continuación en el espacio y en el tiempo. Esta acción altruista lo fue por mandato del Ilmo. Sr. don Juan Lucas Díaz Valdés y Torres Angulo, Capellán Mayor de la Colegiata de Santa María la Mayor de lanvilla de Salas. Nacido en la Casa de Begega el día 17 de octubre de 1687 y fallecido en la villa de Salas el día cinco de julio del año de mil setecientos cincuenta y cuatro, sepultado en la capilla mayor de Santa María de la colegiata.  Este gran benefactor fue hijo de don Francisco Díaz Valdés y de doña Ana María de Torres y Angulo, Sres. de la Casa y fundadores de la capilla de San Bartolomé y otras obras pías (...) 
En el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Tineo, bajo la signatura C 559/2, se custodia una copia auténtica en 14 folios de esa fundación piadosa, la que, transcrita literalmente en parte, dice así: 

Yo el infrascrito escribano público y del número de esta villa y concejo de Salas por S.M. Doña Isabel 2a que Dios Guarde, Certifico y doy fe [de] como a consecuencia de lo mandado por decreto precedente reconocí el archivo y papeles del difunto escribano de este concejo José Rodríguez del Calello y Miranda, y en el año de mil setecientos y cincuenta, hallé una escritura, cuyo original contexto es el siguiente: 
‘En la villa de Salas del mismo concejo, a veinte y cuatro días del mes de mayo de mil setecientos y cincuenta años, ante mí escribano y testigos, el Licenciado don Juan Lucas Díaz Valdés, presbítero, vecino de esta villa y capellán mayor en la iglesia colegiata de ella dijo: Que considerando la necesidad que tienen los vecinos del lugar y parroquia del Pedregal, hijuela de la de San Pedro de Tineo, de la enseñanza y buena educación para sus hijos por ser parajes montañosos y hallarse distantes de lugares agregados, donde puedan lograr esta coyuntura y apreciable conveniencia que inclina y dirige al servicio de Dios Nuestro Señor, conocimiento de la doctrina cristiana y de los divinos misterios y habilitarse aún para sus mismas conveniencias temporales; y movido lo primero del servicio de Dios Nuestro Señor y lo segundo de la inclinación y buena voluntad que tiene a los vecinos de dicho lugar del Pedregal, de donde es natural el otorgante; y a los de La Pereda, inmediato a él; y deseando darles muestra de esta inclinación y buena voluntad. Como también el que la iglesia parroquial del Pedregal esté con la decencia posible, teniendo una lámpara qu siempre esté ardiendo de día y de noche en la capilla de San Bartolomé apóstol, inclusa en dicha iglesia, en honra, gloria y reverencia del Santísimo Sacramento de ella; por la presente escritura funda e instituye el que perpetuamente haya un maestro de primeras letras que enseñe a los hijos de dichos vecinos a leer, escribir, contar, doctrina cristiana y gramática hasta Medianos incluso. Y esto sin interés alguno por lo correspondiente a los vecinos de dicho lugar del Pedregal y de la parroquia de La Pereda, en atención a ser los más de sus vecinos pobres y carecer de medios para la enseñanza de sus hijos. 
Atento a lo cual y poniendo en efecto, funda dicha escuela y lumbre de dicha lámpara con las condiciones siguientes: 
Que el maestro que haya de ser de ella ha de ser hábil, virtuoso, de buena vida y fama, costumbres y opinión; que sepa bien leer, escribir, contar y gramática, para el buen ejemplo y enseñanza de los muchachos que concurrieren; y que éste haya de ser examinado y aprobado por los PP. de la Compañía de Jesús de la ciudad de Oviedo; P. Perfecto de Medianos y de Menores; y del de escribir y contar de la escuela. Con cuya aprobación y nombramiento del patrono que irá señalado y título que se le diere en virtud de ella pueda usar y ejercer el oficio de maestro. 
Que este haya de ser estudiante o casado para que sin embargo pueda asistir con toda puntualidad a los muchachos y estudiantes que concurrieren. Y si concurriese ordenarse y hacerse de misa, se entienda no haya de ser ni usar el ejercicio de tal maestro por las ocupaciones que regularmente se suelen ofrecer a los eclesiásticos, con cuyo motivo cesa el fin primero de esta fundación [para] esta puntual enseñanza de dichos muchachos, en cuya consecuencia el patrono de dicha escuela luego que el tal maestro llegue a ordenarse tenga la facultad de nombrar otro de las calidades expresadas, para que con la aprobación de dichos PP., maestros y título, use y ejerza el dicho oficio. 
Que el tal maestro haya de tener su residencia en dicho lugar del Pedregal, en la casa que en él se dará y señalará par a su habitación, sin que haga ausencia de dicho lugar a excepción del tiempo de Fiestas de Navidad y otros en que cese la concurrencia de los muchachos a imitación de la escuela y estudios de la ciudad de Oviedo y otras partes, sin que en lo restante del año tenga otra libertad para dejar de asistir a dicha escuela. 
Que dicho maestro todos los días haya de llevar a los muchachos que concurrieren a misa si la hubiere en dicha parroquia del Pedregal, exhortándoles a que la oigan con devoción, atención y aseo; y por las tardes tenga la obligación de rezar el Rosario en dicha iglesia con los que buenamente pudieren concurrir; ejercitándolos en esto y en todos los demás actos de virtud y buena crianza con la aplicación posible. 
Que en dicha iglesia del Pedregal o en otra capilla que funde el otorgante, junto a la casa principal del Pedregal de sus padres y causantes, se ofreciere decir misa o misas, no solo por el cura o capellán de dicha capilla, sino también por cualquiera otro sacerdote o religioso que concurra, dicho maestro ha de tener la obligación de ayudar a dicha misa si para ello fuere avisado o enviar un muchacho hábil que sepa y esté bien señalado a ayudar a dicha misa; sin que a dichos muchachos los emplee ni divierta en otros ejercicios, labores ni recados que se ofrezcan suyos ni ajenos, a fin de que dicho maestro, el patrono o el capellán de la capilla de San Bartolomé del Pedregal necesiten, en el tiempo de levantar la hierba, emplearlos algún día en ello.

Que el dicho maestro, según queda prevenido, haya de ser de buena vida, fama, costumbre y opinión, cuyo informe deja al cuidado del patrono para haberlo de nombrar; pero en caso de que no permanezca en estas buenas costumbres, en el cuidado y enseñanza de dichos muchachos y educarlos en buenas costumbres, pueda dicho patrono y expelerles y nombrar otro, precediendo justificación de las expresadas causas u otras equivalentes que baste hacer ante la justicia ordinaria de dicho conejo de Tineo. 
Que atento a que dicho maestro no ha de percibir ni llevar cosa alguna por la enseñanza de los muchachos y parroquias del Pedregal y La Pereda hasta Medianos, incluso como queda advertido. No se le priva el que pueda percibir salario o interés de todos los que concurrieren de afuera de dichos lugares, así [como] de los que aprendieren a leer, escribir y contar, como de los que quisieren proseguir en la gramática. Y de Medianos arriba puedan percibir salario si quiere aún de los de dichas dos parroquias que quisieren proseguir hasta perfeccionarse en la gramática, si quisiere enseñarla perfectamente. 
Y par que dicho maestro tenga congrua de que alimentarse y por razón de trabajo de dicha enseñanza le señala, cede y dona perpetuamente los réditos y usufructo de dos censos y bienes siguientes: 
Primeramente, los suelos de una casa y hórreo y huerta a la parte de debajo de ella, que se halla en el sitio que está a la parte de arriba de la fuente del Valle de dicho lugar del Pedregal, en donde el otorgante está en ánimo de hacer y fabricar casa para la habitación de dicho maestro; y en caso de que no lo haga en sus días y vida, lo haga su heredero a costa de sus bienes, empleando en la fábrica de dicha casa hasta en cantidad de tres mil reales; porque dicha casa ha de ser con cuarto, corredor, cocina, caballerizas, tenada o pie de pajar, con su corrada cerrada de pared y huerto debajo de dicha corrada; dentro de la cual se ha de poner un hórreo, que es el que tiene junto a la casa de la Capellanía Mayor de esta villa, u otro equivalente que le parezca a su heredero, sin incluir en dichos tres mil reales el precio de dicho hórreo ni su conducción ni armamento.
Más la tercia parte del prado del molino que fue de herederos de Lázaro García Santiago, del Pedregal; que las otras dos tercias partes son de Pedro Calvo y Juan Fernández Pruida, vecinos de la parroquia de La Pereda; y dicho tercio es de dar dos jugadas de hierba con sus paciones y vale en renta veintidós reales en cada un año. Con más el prado que se dice de La Vega, cerrado sobre sí, en dicho lugar del Pedregal, según le tocó por legítima de su padre, que es de dar tres jugadas de hierba; y es de rentar veinticuatro reales. Con más de seis heminas de centeno y mijo por mitad, que le paga María de la Vega, vecina del lugar de La Piñera, feligresía de Santullano de Tineo, que a razón de doce reales la hemina, importan setenta y dos reales, cuyo foro pasó ante Mateo Ignacio Villar y Llano, escribano de dicho concejo de Tineo...’

El documento fundacional deja consignados infinidad de censos para el sostenimiento de esta obra pía. En otro lugar se acomete la designación de maestro, en los siguientes términos

“Y por patrono in solidum de dicha obra pía de escuela con la calidad de elegir maestro para ella con las condiciones y obligaciones expresadas, se nombra el otorgante a sí mismo por todos los días de su vida; y después de ella a don Francisco de Begega Flórez, su sobrino, hijo de don Antonio de Begega Flórez (ya difunto) y de doña Ana María Díaz Valdés y Torres Angulo, su mujer, hermana del otorgante, vecina de la parroquia de Begega, concejo de Miranda y sucesor en los bienes vinculados de dicha su casa del Pedregal; y después de él a su primero varón; y a falta de varón a hembra y de este modo vayan preferencia de mayor a menor y de varón a hembra”

Continuamos por esta vereda de la carretera, bien arrimados al muro de la plazoleta de la iglesia y El Carbayón


Hermoso jardín a nuestra derecha en una finca un tanto más elevada que la calzada de la carretera, donde hay un tramo de acera, pero mejor sigamos por esta vereda pues, pasada la curva, dicha acera desaparece, justo al empezar la recta de La Cruz, así llamada por una cruz de piedra, sita en un prado de Antón de Manín, que en su momento fue trasladada unos metros más allá, en la subida a la Casa Begega o del Hospital, de la que hablaremos enseguida


Cá Antón de Manín fue otro de los cuatro chigres de los que hay noticia que existieron en el pueblo y que, desde que cerró en 2011 Casa El Coxu o Cá'l Coxu, no queda ninguno, aunque sí algo más allá, en otros lugares de la parroquia, La Dorada, cerca del Polígono de la Curiscada, si bien en la carretera, aunque no demasiado lejos del Camino


Pasamos Casa Everardo o Cá Verardo, en dirección a Cá la Rubia, Cá la Xuana o Cá Pili Manolo y Cá'l Gancho, por donde seguimos teniendo una estrecha franja para caminar en este barrio de Cu la Ilesia o Las Campanas


De Cá la Rubia o Casa la Rubia nos cuenta Anita Fernández García, de Cá'l Coxu, más conocida como Tina, estos recuerdos que plasma Joseph Millariega en su libro:
"Te voy a hablar también de Casa La Rubia, que está entre medias de la de Verardo y la de El Gancho, en la que hoy vive Pili, la madre de Javier y José, pues la habían comprado ella y Manolo. En Casa de La Rubia vivía mi suegro El Coxo, que era sastre, porque su madre siempre quiso que aprendiera ese oficio, aunque nunca le gustó, de ahí que no se dedicara a ello y pusiera un barín que se llamaba El Figón, en el que vendía vino (sobre todo a los llamados zepelines del vino) y las bebidas de aquellos años: cerveza, algún refresco, licores... Encima del bar tenía la vivienda y los dos hijos mayores nacieron allí, aunque los que les siguen ya lo hicieron en Casa El Coxo, en la casa de junto a la panera..."

Cá Pili Manolo o Cá la Xuana da paso a Cá'l Gancho, que es la última de esta fila, la cual luce en esta pared que mira a la carretera el blasón de los Fernández Colado que vino de la cercana aldea de Bedures, por la que acabamos de pasar, trasladada en el siglo XX "por descendientes de la casa originaria", escribe Rafael Lorenzo en Tineo en la senda compostelana


"Pinta el blasón armas de los Fernández-Colado, un roble de sinople y un jabalí pasante comiendo bellotas al pie del tronco. COLADO, pinta en campo de gules dos calderos de sable puestos en faja gringolados de cuatro cabezas de sierpes de sinople, con tres fajas de oro sobre caldero. El escudo cuartelado presenta dos de sus cuarteles, 2º y 3º, de difícil interpretación heráldica", comenta de este blasón Rafael Lorenzo. Esta es, por otra parte, la interpretación en El Pedregal: historias vidas y recuerdos II:
"Escudo Fernández Colado (Casa del Gancho)

El primitivo asiento de este linaje lo fue en el pueblo de Santianes de Tuña, donde tuvieron casa solar y ejercieron los oficios principales del concejo de Tineo: empadronadores por el estado noble; regidores perpetuos; escribanos públicos y de ayuntamiento, etc. La piedra de armas que nos ocupa, según testimonios de vecinos ya fallecidos, fue trasladada desde el caserío de Bedures, en la vecina parroquia de Santo Tomás de La Pereda. Otros opinan que fue trasegada desde el barrio de El Cueto (Casa Xinral), en el mismo Pedregal. 
A la entrada del pueblo, lado derecho, la llamada Casa del Gancho, lienzo norte, a bastante altura y dando vista a la carretera general, aparece este escudo cuartelado, sobre la cimera timbrada con yelmo que mira a la diestra y en su penacho una espada. Escudo apergaminado, aunque motivado por su traslado desde el primitivo lugar que ocupó y al que falta parte del pergamino: solo se aprecia en su parte inferior y asomando tímidamente en la parte alta a ambos lados del morrión. 
Fernández. En el primer cuartel izquierdo, visto de frente, son sus armas: un árbol de sinople y un león pasante, al pie del tronco. 
García. De plata, con tres pinos de sinople y de azur con un león rampante de plata. 
Doriga. De plata con una encina de su color y un puñal con empuñadura de oro clavado en su tronco; bordura de azur, con ocho flores de lis de oro. 
Colado. De gules con dos cabezas de sable puestas en faja; gringolada de cuatro cabezas de sierpes de sinople y cargadas cada caldera de tres fajas de oro. Lleva bordura con ocho flores de lis de oro. 
Una variante de las armas de la Casa de Doriga consiste en sustituir la encina por una palma sobre ondas de agua, a cuyo pie hay unas llamas de fuego. Lleva bordura con el lema: Per Ignem Et Aquam Reportavit: a través del fuego y el agua. Armas que se pueden ver en los palacios de los Condes de Toreno (Cangas del Narcea), en el de la Plaza de Porlier en Oviedo (sede del RIDEA), en varios sepulcros de la familia en la Colegiata de Salas y en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Tineo"

Empiezan 'las rectas de la Curiscada' en la carretera AS-216. Aunque compartamos fotos desde ambos lados de la calzada lo conveniente en estos casos es ir por el margen izquierdo. Pues en el derecho se acaba la acera

Yendo por la izquierda, donde están Cá Antón El Santu y Cá Belarmino, veríamos a los coches que vienen enfrente. Aquí estuvo antaño el Humilladero de El Pedregal, "próximo a la iglesia parroquial y en dirección a Tineo, donde prácticamente se termina el pueblo", nos informa Rafael Lorenzo, destacando que parece ser que antes estaba en Casa Begega, que veremos enseguida a la derecha "a la que pertenecía. En esta misma casona, sus propietarios dan el dato de su traslado al lugar que ocupa ahora, en el año de 1930".

Sin embargo, también existe la creencia de que antes de la Guerra Civil habría estado en el barrio de L'Amiñadoiru o El Humilladero, En La Pereda/La Preda, como decíamos cuando pasábamos por ahí. Se trata de una cruz de piedra que ahora está de nuevo en el ramal que sube a Casa Begega y que también veremos pronto pues pasaremos a su lado

Esta es la zona de Los Llanos o Los Chanos, llanura al pie de La Sierra Busmayor, que tenemos a nuestra derecha y que es parte de La Sierra Tineo o, comúnmente, La Sierra, también La Sierra Grullomayor y Sierra la Miariega, la Güérgola, especificando cada lugar de la misma...


Por aquí sin duda veremos algunas flechas amarillas que nos indicarán que hay que cruzar la carretera. A lo lejos es Ca'l Velero, en el lugar de La Estrecha Barrosa, que fue parada de postas, taberna y correos, como explica Tina:
"En Casa El Velero hubo cartería (correo postal). Manulo el Velero también era matarife y hacía la matanza por todo el pueblo, aunque había más: Aurelio Campanero, Paco Xico... Yo recuerdo a Manulo viniendo con una botella a buscar vino al Coxo. La mujer se llamaba Pilar, que era modista y andaba de casa en casa por El Pedregal (y por otros pueblos donde la llamaban) con la máquina de coser en la cabeza"

De frente Cá Belarmino y, a lo lejos al final de esta recta es Cá'l Velero. De la mujer de Manulo, Pilar Díaz Marinas, conocida como Pilar del Velero, cuenta su historia para El Pedregal: historias, vidas y recuerdos su hijo Eloy Fernández:
"Pilar nació en Casa Emburria hacia 1889, hija de Ángel Díez García (Anxelo Díez, de Casa Emburria) y Constantina Marinas Colado. Fue una modista de las que iban cosiendo de casa en casa por todos los barrios del pueblo del Pedregal y también por muchas casas de La Millariega, Las Pontigas y La Pereda. A través de su parienta ‘la bichina’ también trabajó por El Crucero, fundamentalmente para Casa Emburria. Comenzó como costurera siendo casi una niña. Cuando tenía veinticinco años contrajo matrimonio con Manuel Fernández y continuó con el oficio. Estamos ante una mujer que pasó muchas necesidades. Su trabajo fue fundamental para sacar adelante a sus nueve hijos, seis varones y tres mujeres. Además de la costura también tenían una casa de labranza en la que trabajaban todos. Murió con 97 años. 
En la época que le tocó vivir la costura era una de las pocas actividades remuneradas a las que tenían acceso las mujeres de los pueblos para poder ganarse la vida; unas cosían, otras servían por las casas, otras cuidaban las vacas, etc. Las oportunidades de estudiar eran muy pocas: para algunas sólo ir a la escuela en invierno, cuando no había que trabajar en casa. Pilar cosía ropa tanto para los hombres como para las mujeres y hacia monos, vestidos, pantalones, peicas con lana de oveja que ella misma filaba y estameña para poner con las madreñas y carpinos. Tomaba las medidas primero con cuerda y después con cinta métrica; también tejía, sabía hacer calcetines a cinco agujas y jerséis que elaboraba para todos sus hijos. También confeccionaba ropa interior, sábanas para las camas y remiendos de todo tipo para arreglar la ropa. 
Una de sus hijas, Estela Fernández Díaz (Estelina), siguió sus pasos: primero cosió con ella antes de contraer matrimonio y después, ya casada en Tineo, continuó haciéndolo. Vive en el barrio de Santa Teresa y aún hoy hace alguna cosa (2011). Esperanza fue a aprender a coser con ella. Sus vecinas la recuerdan venir caminando con la máquina en la cabeza, muy ligera y con madreñas. También que era una mujer muy amable, cariñosa, buena y sufrida. Dicen que esta es la palabra que mejor la define.
Según Amparo Cañedo Rubio (Amparina, de Casa Jaime) esta costurera, Pilar, fue siempre su referente. La recuerda como una mujer con muchísima paciencia, a la que ella admiraba. Cuando Amparo era niña Pilar cosía en su casa, siempre estaba con ella y le dejaba enredar con la máquina. Pilar fue la primera que creyó en ella y en sus dotes para la costura. La madre de Amparo la reñía y la modista le decía que la dejase, que tenía que aprender, que a ella no la molestaba, que era una gran nena y que ya vería como en poco tiempo le cosía cosas. 
Cuenta Amparo que Pilar, para referirse a un remiendo o trozo de tela pequeño, decía que ‘ponemos un ciquitín y ya queda nuevo’. Así fue como Amparo cogió gusto a la costura y se
convirtió luego en una gran modista y profesora de corte y confección con academia propia en Avilés. A Marina de Casa Felipe le decía: ‘¡ay, mi nina, enfílame la guya!’, porque la vista ya le empezaba a fallar. A pesar de todas las dificultades por las que pasó, Amparina, Marina, Tere y Esperanza siempre la conocieron de buen humor, encarando la vida con optimismo"

Y aquí tenemos, a nuestra izquierda, la Casa los Llanos, Casa Begega, La Torre o Casa del Hospital y, enfrente de ella y un poco más abajo, el ramal que vamos a tomar, cruzando y dejando la carretera a la derecha


Aunque la visibilidad sea buena miremos mucho antes de cruzar pues muchos vehículos pasan a gran velocidad y lo que es un punto en el horizonte de repente lo tenemos casi encima...


También aquí, una flecha amarilla nos indica cruzar. Monte arriba están las boscosas faldas de La Sierra Busmayor, con su parque eólico en lo alto. Por la zona intermedia, a media ladera, continuará el camino hacia la capital del concejo: El Camín del Reconcu, que del barrio de La Calea d'Arriba va a La Viña, topónimo que parece totalmente vinculado a antiguas plantaciones de viñedos, totalmente desaparecidas en esta parte del concejo hace siglos, sin embargo, el denominado Vino de la Tierra de Cangas se produce en otras parroquias tinetenses, tal y como leemos en Wikipedia:
"es una denominación de origen protegida utilizada para designar el vino de calidad de la zona vitícola de Cangas, que abarca los municipios de AllandeCangas del NarceaDegañaGrandas de SalimeIbiasIllanoPesoz y las parroquias del término municipalde Tineo de ArganzaBarcaGenestazaMerillésPonteRodicalSantianesSorriba y Tuña..."

Como hemos ya dicho y repetido, la Casa de Begega también se la conoce como La Torre y Casa del Hospital y fue antes llamada de los Llanos. Aunque su aspecto actual obedece a las reformas del siglo XX, se asegura que está en el solar del antiguo hospital de peregrinos que aquí existió en el pasado. leemos a Rafael Lorenzo en Tineo en la senda compostelana:
"En el siglo XVI estaba vinculada a la casa de Salas, y después, por compra, pasó a ser de la Casa de Begega de Belmonte, cuyos descendientes aún la regentan.

Fue un suntuoso palacio de dos torres almenadas de las cuales solamente se ha respetado la de la izquierda tras las reformas de 1932, reformas que cambiaron prácticamente en su totalidad su fisonomía palaciega, aunque todavía hoy se denote su pasado señorial.

Tenía capilla propia advocada a San Bartolomé, cuyo retablo e imágenes se encuentran en la iglesia parroquial, donde fue fundada en el siglo XVIII por D. Juan Díaz Valdés en 1753"

Un poco más arriba, al arrancar el camino que sube a Casa Begega, está La Cruz, el crucero o humilladero de El Pedregal, del que su primera noticia documentada es del año 1693, cuando en un arrendamiento se menciona el lugar de La Cruz, aunque no especificando el sitio concreto en el que este estaba:
"Presente D. Francisco Díaz Valdés, vecino de este dch_lugar... dio en arrendamiento a Pedro García Faidal... otro pedazos de tierra, que todo ello está sito en tierras de este lugar de debajo de la cruz"

Un bicigrino nos saluda al pasar. La señal que vemos al empezar la cuesta de La Cruz es en realidad un aviso a los conductores, indicando que los peregrinos cruzan aquí la carretera AS-216 de izquierda a derecha...


Para Rafael Lorenzo, la existencia aquí de un hospital de peregrinos estaría demostrada por la denominación de Casa del Hospital de antaño y por la existencia de documentos basados en la noticia, publicada en el periódico La Voz de Asturias del 1-1-1932 que, informando de los graves enfrentamientos existentes por los aprovechamientos comunales del monte La Curiscada, dice así:
"Ya por el año 1600 existía el antiguo Hospital o Alberguería de El Pedregal y entre los bienes de este establecimiento se hallaba el monte Curiscada, que llevaron en arriendo mancomunadamente los pueblos de las parroquias del Pedregal y Santa Eulalia, cuyos arrendamientos y deslindes de aquella fecha poseen los vecinos, que más tarde fue convertido en foro, el cual fue redimido posteriormente"

Sin embargo, Joseph Millariega dice en su libro no haber "encontrado evidencia documental sobre el mismo, lo que no implica tampoco que se pueda dudar de su existencia, pues estas instituciones fueron corrientes en diversos pueblos que eran paso obligado para Santiago de Compostela", citando asimismo el referido artículo de La Voz de Asturias al que alude Rafael Lorenzo. Igualmente, en la Gran Enciclopedia Asturiana se pone en duda la existencia de este hospital pese al nombre de la casa:
"Buen ejemplo de arquitectura palacial es (...) la casa Begega o cada de La Torre, casa-palacio del siglo XVII. Tras las reformas acometidas en los años treinta (del siglo XX), la construcción ha perdido una de las dos torres almenadas que flanqueaban el cuerpo central de la estructura, en el que se abre un corredor acristalado; adintelados y moldurados vanos se cierran con balaustres de piedra. La casa es también conocida como "del hospital", apelativo que ha hecho pensar a algunos autores que en este solar hubo en sus días una fundación hospitalaria para peregrinos; sin embargo, este supuesto establecimiento asistencial no se encuentra suficientemente documentado"

Es también Joseph Millariega quien, informando de la tesis doctoral sobre los hospitales del municipio que preparaba la historiadora María José Buría Fernández, dice que en ella "aportó una gran documentación, mucha de ella inédita, descubriendo cuantiosos lados ocultos de todos los centros de acogida de pobres y peregrinos en torno al Camino de Santiago", pero que dicha tesis, que no llegó a terminarse por fallecimiento de la autora, "fue revisada minuciosamente por Manuela Fernández Álvarez, prima de la autora, comprobando que sí hace referencia al hospital de peregrinos de La Pereda, pero que no cita ninguno en El Pedregal"


Pero, en el mismo libro de El Pedregal: historias, vidas y recuerdos I, en el capítulo titulado Un pueblo en el Camino de SantiagoLaureano Víctor García Díez, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago Astur-Galaico del Interior, cuando informa de cómo empezaron los estudios y pesquisas para conocer y recuperar el trazado jacobita tinetense, dice así de esta casona:
"La que fuera casa palacio de los Begega fue una fuente inagotable de información para completar el primer expediente de delimitación de la ruta jacobea. Lucía Rodríguez Begega, fue desde el principio socia de nuestra entidad y una persona que nos facilitó el acceso total a la extensa documentación que se conservaba en su casa. Junto a ella su madre también fue una persona entrañable, cariñosa y accesible y mantenía una memoria que nos facilitó muchos detalles del paso de peregrinos y de la existencia dentro de su casa palacio de unas habitaciones dedicadas a servir de hospital de peregrinos: a acoger y dar descanso a algunos de los caminantes que pasaban por El Pedregal en su peregrinar hacia la tumba del ‘hijo del trueno’ en la catedral compostelana".

Quien esto escribe tiene un recuerdo especial de esta casa y de Doña Lucía Begega, cuando ya en el lejano agosto de 1993, haciendo por primera vez el Camino de Santiago, paró con sus amigos peregrinos, que habíamos formado un grupo, pues preguntando si íbamos por buen camino ella nos invitó a pasar la antoxana, enfrente del palacio, ofreciéndonos café que hizo sobre la marcha y unas galletas de María que nos supieron a gloria y nos sentaron de maravilla, conversando todos animada y desenfadadamente con ella mientras contemplábamos el paisaje... pero no nos desviemos del tema y atendamos ahora de nuevo a Rafael Lorenzo:
"Al no conocerse, de momento, mayor referencia que la transmitida oralmente por algunos vecinos que supieron de "La casa del Hospital" y el mencionado artículo periodístico con clara referencia documental, en este primer intento de conocer la existencia de este Hospital, podemos suponer que se situaba en el solar de LA CASA DE BEGEGA. Su fundación fue anterior al año de 1600, pues por aquel año ya se le consideraba "antiguo" y que tenía propiedades que alcanzaban los conocidos popularmente LLANOS DEL PEDREGAL, donde se sitúa "El Monte de Curiscada".

¿Sería ésta una fundación contemporánea al de La Pereda en el siglo XII?

Sería si no, una fundación intermedia entre el de La Pereda del siglo XII y el fundado en La Espina por el Arzobispo D. Fernando de Valdés Salas en el XVI?

Ningún historiador de esta materia ha hecho referencia concreta al Hospital o Alberguería que nos ocupa, sin duda por falta de manuscritos o documentos acreditativos, que nosotros aquí redescubrimos, como siempre de pura casualidad. Confirmación a lo dicho, lo deja claro D. Juan Uría Ríu cuando escribe:
"De haberse conservado los documentos en mayor números, sabríamos de otros muchos que habrían existido en la Edad Media"

De haber existido efectivamente el Hospital de El Pedregal afirma con fundamento Joseph Millariega que, como el de la vecina parroquia de La Pereda o La Preda, fuese una fundación de los momjes del monasterio de San Juan de Courias en Cangas del Narcea, dueños de gran parte del occidente asturiano y de grandes porciones de territorio leonés hasta las puertas mismas de su capital. En  La histórica Casa señorial de El Llano, hoy de Begega, de Senén González Ramírez leemos así de este palacio rural de El Pedregal
"Antaño se la llamó Casa del Llano , topónimo que obedece al paraje en que se halla ubicada. Otros la nombran como ‘del Hospital’, pero este término no se puede demostrar documentalmente. Porque los hospitales de pobres y peregrinos más próximos estaban en la vecina parroquia de La Pereda y en la villa de Tineo. Por lo cual no es ortodoxo que en tan breve distancia hubiese un nuevo establecimiento hospitalario. El origen de este noble solar se remonta al s. XVII (segunda mitad), en que aparece en la diplomática del concejo de Tineo don Francisco Díaz Valdés, como Señor de esa Casa. Regidor Perpetuo del concejo de Valdés. Hijodalgo notorio, de casa y solar conocido, de armas pintar y poner. 
La casa-palacio que estos señores levantaron en El Pedregal denota noble hechura. Orientada al mediodía, poseía dos torres (suprimida la de la derecha en 1931) y oratorio privado. Se trata de un edificio que aloja en su parte izquierda, perpendicular al edificio principal, una torre cuadrada divida en tres plantas, en la del medio un balcón acristalado, flanqueado a su lado derecho por una ventana rasgada balconada. Al igual que en la primera planta y tercera, ambas con dos ventanas de la misma hechura. Las superiores dispuestas en antepecho enrejado, a modo de mirador. Bajo los jabalcones, tres pequeñas troneras cuadradas y acceso al palomar situado en el camaranchón. En la fachada de poniente: perfectamente diferenciadas las plantas, una ventana en cada una de ellas, las dos últimas balconadas. 
Perpendicular a la torre, el edificio principal alberga la parte superior de la casa, con dos ventanas balconadas y otras dos a ras del suelo. Un gran ventanal sobre el portalón principal de acceso y a su derecha ventana balconada y otra en la parte inferior. A todo este conjunto se le ha añadido en la parte norte otro moderno edificio con fines agropecuarios. 
En los fondos del archivo de esta Casa [rama de El Pedregal] hemos podido reconocer infinidad de documentos históricos que avalan lo mucho que en otro tiempo representó este noble solar. La Casa poseía en el templo de El Pedregal, al lado del Evangelio, una capilla advocada al Glorioso Apóstol San Bartolomé, levantada el año de 1707, con hermoso retablo barroco. La varonía de este linaje se extingue en la persona de don Juan Lucas Díaz Valdés, por su condición sacerdotal, ya que el resto de sus hermanos han sido mujeres. Siendo heredera de los vínculos y mayorazgos de la Casa su hermana doña Ana María Díaz Valdés y Torres Angulo, la que por su matrimonio con don Antonio Begega Flórez, Señor de esa Casa en el concejo de Miranda, pasó la varonía a sus descendientes. El cuantioso patrimonio de esta Casa se fue desmembrándose de la misma en el transcurso de los siglos. 
La casa-solar de El Pedregal fue heredada por doña Lucía Begega y Cañedo, de grata memoria para nosotros, fallecida en marzo de 1995. Siempre que llegamos a su casa fuimos recibidos con atención expresiva, poniendo en nuestras manos el importante archivo que atesoraba esta Casa. El primero que aparece como primer Señor de la Casa lo fue don Francisco Díaz Valdés, quien, al lado de su mujer, la burgalesa doña Ana María de Torres y Angulo, dejaron grata memoria, al igual que sus descendientes, por sus obras de caridad y fundación de obras pías".

De la biografía de Francisco Díaz Valdés hemos hablado ya al visitar la capilla de San Bartuelo en la iglesia parroquial, por lo que es preceptivo que lo hagamos ya con la de su mujer, con la que se casó en 1684, Ana María de Torres y Ángulo, de la mano de González Ramírez:
"Hija de don Miguel de Torres y Angulo y de doña Casilda Rodríguez vecinos de Rosío, en la Villa de Villarcayo y jurisdicción y cabeza de las Siete Merindades de Castilla la Vieja, en la provincia y montañas de Burgos. Señores de la Casa Solar antigua de las Torres Angulo, [señorío] recaído más tarde en doña Ana María por muerte de su hermano don Juan de Torres y Angulo, sin hijos ni herederos legítimos, tomando posesión del mismo y en su nombre don Francisco. (...)

Por escritura que pasó ante el escribano de número de la villa y concejo de Tineo, Hilario Fernández de la Mesa, fecha 22 de julio de 1709, mejoraron a su hijo el presbítero y Capellán Mayor de la Colegiata de Sta. María la Mayor de Salas, don Juan Lucas Díaz Valdés y Torres Angulo, en el tercio de todossus bienes. Y lo correspondiente al quinto de los bienes de sus padres, mandaron fundar una capellanía con el título del Glorioso Apóstol San Bartolomé, en la capilla que fabricaron sus padres en el templo parroquial del Pedregal, lado del Evangelio. Y dejaron poder y facultad a Juan Lucas para fundar por el testamento bajo de cuya disposición murió su padre, que otorgó cerrado por testimonio de Juan de Roxas de Sanfrechoso"

"La Cruz, asentada sobre un pedestal de piedra de unos 80 cms. de altura, se eleva otro metro y medio aproximado. Sus cortos brazos de no más de 50 cms. están rematados en sendas borlas de piedra de granito, como toda ella", escribe Rafael Lorenzo. Joseph Millariega, en su libro, la explica de esta forma:
"Entre la iglesia de los Santos Justo y Pastor y la Casa de Begega, en el cruce de la carretera general con uno de los caminos rurales que lleva a la parte baja del pueblo, se encontraba ubicado un cruceiro o gran cruz de piedra que era una señal inequívoca del paso del Camino de Santiago por la localidad. Esta cruz se conoce en toda la comarca y se recoge así en muchas de las guías publicadas sobre el Camino Primitivo como El Humilladero de El Pedregal. Muy poco se conoce sobre la historia de este elemento que tanto podemos considerar como de señalización de la ruta jacobea o tal vez lugar de culto, especialmente utilizado en la festividad del Corpus Christi para la exposición de la Custodia con la sagrada forma del Santísimo. Lo que sí parece cierto es que se tienen noticias de su existencia desde el siglo XVII"

Dentro de su difusa historia de cambios de ubicación, seguros e inciertos, sabemos cómo vino a parar aquí desde su última situación anterior:
"En los primeros años del siglo XXI (año 2006) fue cambiado de ubicación, aprovechando que un camión, en un día de nevada abundante, lo tiró al tropezar con él. También los vecinos venían solicitando de forma reiterada el cambio de lugar del Humilladero, dado que estorbaba a los vehículos agrícolas que transitaban por el lugar. Nuevamente la familia de Casa Begega facilitó esta operación cediendo, de forma totalmente gratuita, un trozo de su finca colindante con el camino que lleva a los peregrinos al eje principal del Camino Primitivo. Se aprovecho la ocasión para colocar un banco y una placa indicando las características del cruceiro, para el conocimiento de los peregrinos y de cuantas personas pasaran por el lugar"

Sobre a cuál habría sido su primera localización de origen es el erudito investigador Julio Antonio Fernández Lamuño quien "había comentado en no pocas ocasiones que este Cruceiro o Humilladero no siempre había estado colocado en El Pedregal, asegurando que durante bastantes años había estado en la cercana localidad de La Pereda, donde, al parecer incluso existió un barrio denominado ‘del Humilladero’. Sea de una forma o de otra, lo único cierto es que lleva varias centurias acompañando a los caminantes a Galicia y señalizando correctamente el itinerario que atraviesa de punta a punta el pueblo de El Pedregal"


"Existió en El Pedregal un hospital de peregrinos que tal vez ocupó el solar de la casa de Begega, también conocida como la “Casa del Hospital” a la que perteneció el crucero", podemos leer en Cristo en el arte asturiano, donde añaden que "Antiguamente se situaba cerca de la Casa Begega, asentado al borde del Camino". Luego, como hemos dicho, se trasladó a las cercanías de la iglesia, por lo que, en este caso, traerlo aquí en 2006 sería restituirlo a su lugar de origen, de no haber sido este L'Amiñadoiru en La Pereda


Jacinto, vecino de El Pedregal, dice en el programa Pueblos que "Antes esta cruz de piedra estaba del lado de debajo de la carretera, pasaban por los dos caminos y dicha cruz quedaba en el medio. Al principio no hubo mucho problema, pero llegaron los tractores grandes y un mayor tráfico, por lo que se decidió pasarla a un trozo de terreno cedido por los del palacio de Begega. (...) el palacio de la familia de Bixega. Fue hospital de peregrinos. Dicen que esta cruz antes de la guerra estaba en La Pereda y que desde allí la trajeron para aquí..."


En El Camino de Santiago por el concejo de Tineo de El Campo en Asturias, La Cruz es uno de los tres elementos singulares por antonomasia de El Pedregal: "Discurre el camino hacia el pueblo del El Pedregal, donde existen tres puntos de interés: iglesia de los Santos Justo y Pastor, un hermoso y sencillo crucero y la casa de los Begega, donde existió según la tradición otro Hospital de pobres y peregrinos". Mientras, Luis Antonio Alías la señala como "cruz de piedra, elevada por un alto pedestal, que señala la ruta jacobea" y el Diccionario geográfico de Asturias la presenta como "un viejo crucero o humilladero, emplazado en el camino francés o senda que siguieron en pasados siglos los peregrinos jacobeos"


Subimos la cuesta, de frente a La Sierra Busmayor pasando bajo este gran castaño que proyecta su sombra sobre el Camino, separado de la finca de la Casa Begega por una espesa sebe o seto natural


Son evidentes los ensanches efectuados aquí en su momento para ensanchar la calzada y permitir el paso de vehículos. Observemos el canalillo o acequia en la cuneta de la izquierda, por donde bajan a las llanura de Los Chanos las aguas sobrantes de las lluvias


Bifurcación y a la derecha, siguiendo el camino asfaltado. A la izquierda es la entrada a Casa Begega y, de frente, vemos el parque eólico de La Sierra Busmayor en las inmediaciones de La Pena'l Fornu, laderas de El Payarón y El Biforcu


Según pasamos La Torre vemos la casona, arruinada, recordando siempre con nostalgia cuando nos recibió aquí Lucía Begega en 1993, en esta misma entrada. En Casas nobles del concejo de Tineo la llaman...
 "Casa de Begega Flórez, antaño se le llamó casa del “Llano”, su origen se ubica en el Pedregal, donde en padrones del s XVII aparece como hidalgo, don Francisco Díaz Valdés, regidor perpetuo del concejo de Valdés. Poseían capilla propia advocada a San Bartolomé, fundada en 1707, en la parroquia del pedregal lado de la Epístola. La varonía de esta casa desaparece en el matrimonio de doña Ana María Díaz Valdés y Torres Águlo con el señor de la casa de Bexega, de Belmonte don Antonio Flórez Begega, heredando la casa don Francisco Begega Flórez y Díaz Valdés"

Como hemos dicho, el Camino sube haciendo una curva cerrada a la derecha; es el que comunica las casas de El Biforcu, barrio de El Pedregal, cercano a la cima de La Sierra, con la carretera AS-216. En alto, en la sierra, estaban La Cantera Calzada, de donde se extraía piedra menuda antaño, y La Cantera Muñón, de la que cuenta la leyenda que hay en ella lingotes de otro, seguramente basada en las ocasionales ofrendas de bronce, a veces también de oro, halladas en los túmulos megalíticos, como los existentes en las cimas del monte, testimonio de los pobladores del Neolítico y de la Edad del Bronce


Por aquí no suele haber más tráfico que el de los residentes en las dos o tres casas de la zona y algún vehículo de servicio a las fincas. Nos hemos apartado del peligroso tránsito de la carretera y volvemos a caminar plácidamente en estos arrabales del pueblo de El Pedregal


En esta curva a la izquierda enlazamos con El Camín del Reconcu, que viene de La Calea d'Arriba, como hemos dicho


Y a la izquierda vamos al cruzarnos con él, tal y como nos indica el mojón que tenemos delante, al pie de la sebe


Admiramos desde aquí mejor los paisajes de La Sierra Busmayor. Al otro lado de la misma está La Brañina, antigua braña vaqueira, de ganadereos trashumantes, perteneciente a El Pedregal en parte. Por ella pasa El Camín de los Caminantes, sugerente nombre del que María José Buría Fernández nos dice que muy posiblemente fuera caminos de peregrinos hacia Santiago. Se subiría a ella por el Barrio de La Güergola y el Alto la Degol.lada, siguiendo dicho camino


Ya desde La Espina, o antes, desde Bodenaya y Porciles, los peregrinos de antaño oteaban el horizonte hacia occidente y, si veían que la climatología adversa no era propicia para continuar por las montañas, tomaban aquí y allá ramales hacia la costa del vecino concejo de Valdés, al norte


Dada la ausencia de hospitales de peregrinos en ese tramo, diversos documentos atestiguan que los vaqueiros de las brañas del trayecto acogían a los romeros y a cuantos viajeros pululasen por esos caminos, menos transitados, quedando a cambio exonerados del pago de ciertos tributos, lo que dio lugar a pleitos cada vez que se les intentaba cobrárselos, tal y como se lee en el Libro de Fábrica de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor del Pedregal, depositada en el Archivo Histórico Eclesiástico de Oviedo, en documento con la referencia 59.11a. 1.779 -1.882 (a La Brañina se la llama La Brañuca):
"Señor: Josef Pérez, vecino del lugar del Pedregal del Concejo de Tineo, por sí y en nombre de los demás vecinos de dicho lugar, puestos a los pies de V.S. dice: Que don Pedro de Merás y Solís, Subdelegado de V.S. en dicho Concejo, les molesta y apremia al suplicante y más vecinos a que restituyan la renta que han cobrado de los vaqueros de la braña de la Brañuca, términos de dicho lugar, por decir tiene orden de V.S. para embargar y depositar todas las brañas de dicho concejo, siendo así que la referida braña no lo es de tanto; solamente unos términos de dicho lugar en donde los vecinos de él apastan y cortan, siendo todo el dicho lugar y sus términos de realengo y comunes de los vecinos todo su aprovechamiento, sin que Señor, Convento ni Comunidad en dicho lugar tenga hacienda, voz, ni derecho ninguno, según tiene dichos términos, sus límites y linderos señalados y por ser lugar en montaña y camino pasajero en donde todos los vecinos dan albergue a los pasajeros y pobres, por no haber mesón, venta ni hospital, los vecinos tienen por tradición y noticias antiguas fuera libre de tributos y realengo, por esta razón como lo son los vecinos de brañas del Puerto y por la omisión y por negligencia de nuestro portador se perdieron los títulos y cédulas reales que tuvieron y hoy están pagando todas las pagas reales y concejiles, como todos los demás vecinos del concejo..."

En otras ocasiones, también ocurría a la inversa; si el tiempo era bueno había peregrinos que dejarían la costa para tomar la sufrida ruta de las montañas, acaso más directa, pero sobre todo libre del peligroso cruce de las numerosas rías del litoral (no había puentes hasta muy río arriba) en las atestadas, inseguras y de caro peaje barcas, chalanas y demás ingenios navegables de los barqueros, uno de los oficios, según se desprende de numerosa documentación al respecto, más temidos, incluso odiados, por los peregrinos, arrieros y demás viajeros y correcaminos de antaño


Tengamos presente que los peregrinos de antaño no seguían un 'camino' como lo hacemos hoy en día; si bien había ramales principales los romeros iban de aquí a allá según lo que iban encontrando y lo que les iba diciendo. La red caminera, si bien de origen prehistórico, se afianzó con la romanización en base, en esta zona, a la vía Lucus Asturum-Lucus Augusti que comunicaba y controlaba las minas de oro. Esta calzada, que ya en origen tendría sus ramales, constituiría muy posiblemente una ruta esencial en base a la que se constituiría, ya en la Edad Media, el Camín Real de Galicia o Camín Francés, que hoy conocemos como Camino Primitivo (o Astur-Galaico del Interior)


Este 'trazado-base' tendría numerosas transformaciones según avanzaba la Edad Media y se iban abriendo ventas camineras, hospitales de peregrinos y otras instituciones de acogida al calor de las nuevas polas o pueblas aforadas, con derecho a la celebración de mercados, lo que constituirían grandes polos de atracción de gentes, tanto para comerciar como para asentarse. En este caso, la fundación de la Puebla de Tineo en 1222 por Alfonso IX con  "los fueros y privilegios entre los que figuraba el mandato de que los que iban en peregrinación desde San Salvador de Oviedo hasta Santiago de Compostela pasasen en adelante por la población de Tineo y por Obona, sin que nadie se atreviese a desviarlos de ese camino", como leemos en la web del Ayuntamiento, fue fundamental para que este trayecto triunfase frente a otros, que no obstante se siguieron usando, pues eran incluso más directos hacia el occidente


La fundación de dicha puebla, sobre una población preexistente al pie de un castillo, mencionada documentalmente como Tinegio en el siglo XI, trajo consigo la fundación de uno de los hospitales de peregrinos más emblemáticos del itinerario jacobita asturiano como es el Mater Christi, del que apenas quedan unos restos pero da nombre al albergue público actual, situado no en el emplazamiento histórico sino en el barrio de El Viso, a relativa distancia del centro histórico, donde han abierto otros alojamientos, pensiones, hoteles y albergues privados, al calor de las nuevas peregrinaciones


Salimos de unas arboledas camineras y llegaríamos así a la que vendría a ser la última casa de El Pedregal en el Camino de Santiago, la última del pueblo que no de la parroquia, pues esta abarca unos kilómetros más al occidente entre La Sierra Busmayor y la de La Curiscada


En la pared de la casa, como en tantos lugares, se anuncian algunos de estos alojamientos, así como otros servicios para los peregrinos


Aquí hay una bifurcación y aquí se termina la cuesta, nosotros seguiremos de frente, llaneando pasado el contenedor, bajo los árboles, dejando el camino asfaltado, El Camín del Biforcu, que sigue subiendo, a nuestra derecha


Vemos ahora desde atrás la Casa los Llanos, Casa Begega, Casa la Torre o Casa del Hospital con su única torre, así como las casas de la carretera y, más lejos, las caserías de La Sierra Ondinas, pertenecientes a El Pedregal, La Sierra Idarga y el Alto Calabazos en La Sierra Carrales, planicies y serranías alomadas que terminan abruptamente en el hondo surco del valle del Narcea, irguiéndose, al otro lado, La Sierra'l Courío, El Picu Gaméu y La Sierra Bixega, nombre del pueblo del que es oriundo el apellido de la casona. Más en la distancia se divisan parte de la Sierra del Aramo (El Puertu l'Aramu) y algunos pasos de la Cordillera hacia La Mesa, Ventana y Somiedo


Por el valle del Narcea discurría el camino que más digamos que 'hacía la competencia' a este, al que Rafael Lorenzo llama la Senda Rierana de la Barca, paso directo hacia tierras de Allande sin pasar por las villas de Salas ni de Tineo/Tinéu ni por el monasterio de Santa María la Real de Oubona, como dejó estipulado Alfonso IX. Hubo un momento, cuando el viejo puente de Cornellana (La Ponte Vieya) quedó 'en seco' en 1511, cuando una gran crecida alteró el curso del río de manera permanente, en que dicho camino, también con sus hospitales de peregrinos y ventas camineras, estuvo punto de ganar la preeminencia sobre este, si bien los frailes del monasterio de San Salvador, los primeros perjudicados, se apresuraron a establecer un servicio de barquerías y posteriormente a hacer un puente de madera. Hasta bien entrado el siglo XIX no volvió a haber otro puente de piedra (por el que pasamos haciendo Camino)


Y este es el monte La Curiscada y Sierra la Curiscada, nombre que vemos se aplica tanto a la alomada y suave colina de este nombre como a las llanuras aledañas, Los Chanos de la Curiscada. Más a lo lejos y también al otro lado del Narcea están las serranías de Penamanteiga y, más lejos y al suroccidente, las de Las Palancas, Dagüeño y otras hacia Cangas del Narcea y El Valledor (al sur de Allande). Por estos parajes los peregrinos de otras épocas oteaban el horizonte comprobando cómo se presentaba el paso por los puertos del occidente astur, El Palo principalmente


En Los Chanos de la Curiscada, entre la carretera y el monte, reconocemos entre los árboles algunas de las naves del Polígono de la Curiscada, construido en el lugar en el que aterrizaron los ases de la aviación española José Rodríguez y Díaz de Lecea y María Bernaldo de Quirós con motivo de las fiestas veraniegas de San Roque de 1929, causando enorme expectación


Como hemos dicho, dejamos a la derecha El Camín del Biforcu, que sube, asfaltado y recto monte arriba, y seguimos a la izquierda por El Camín del Reconcu, que sigue por esta ladera de La Sierra Busmayor en dirección a la capital del concejo, con La Curiscada siempre a la vista a nuestra derecha, al sur...










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