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Monasterio de San Salvador de Celoriu |
Situado sobre la misma playa, el monasterio de San Salvador de Celoriu delata en su misma advocación su relación con las peregrinaciones a San Salvador de Oviedo y sus veneradas reliquias, germen además de los primeros caminos a Santiago por la estrecha franja costera entre la Cordillera Cantábrica y el mar, por donde discurren las viejas sendas jacobeas del Norte. Aquí llegaban, acogiéndose a su alberguería monacal, los peregrinos que, procedentes de Llanes, donde tenían el amparo y cobijo del Hospital de San Roque, proseguían hacia la catedral ovetense y de allí continuaban a Santiago, empleando aconsejablemente en la actualidad la más segura Senda Costera de Llanes desde la Ría de Poo, evitando así la carretera sin arcenes en un peligroso tramo en el que la histórica vía del Camín Real de la Costa, empleado por los viajeros, arrieros y peregrinos de antaño, se ha perdido
Es enigmática la fundación de San Salvador de Celoriu, monasterio que marcó el devenir de la historia de Llanes durante siglos. Un documento la atribuye al rey
Fernando I El Magno, pero una antigua inscripción señala que esta fue protagonizada, si las crónicas son ciertas, por dos miembros de la nobleza llanisca de entonces, Alfonso y su mujer Cristilda, en el año 1017, siendo su primer abad Pedro Suárez y acogiendo monjes
benitos (benedictinos), aunque existen reseñas a un abad Gonzalo que sería anterior a este (luego veremos la posible veracidad de esta historia fundacional)
Llegaría la abadía a disponer de grandes propiedades por el oriente asturiano merced a donaciones y compras, así como de servicio asistencia a los romeros en su hospital de peregrinos, documentado desde 1198. Más tarde llegarían la decadencia y pleitos con la nobleza local que se hacía con su patrimonio, devuelto al monasterio por el monarca
Juan I en 1380. El templo era en el siglo XVI conocido como Santa María de la Capiella, siendo parroquial de Celoriu. En 1530 había únicamente dos monjes cuando se integra en la provincia eclesiástica de Castilla, siendo unido en 1544 al también llanisco monasterio de San Antolín, del que hablaremos más adelante. En el siglo XVII había 30 monjes y el cenobio era un importante centro cultural, con estudios filosóficos, históricos y de Latín, percibiendo rentas de muchas parroquias de Llanes e ingresos por los derechos de pesca. Fue entonces cuando se creó aquí el Real Colegio de Artes, primero para los monjes pero luego abierto a los seglares y donde recibieron instrucción muchas personalidades llaniscas
A mediados del siglo XVIII había diez sacerdotes, dieciséis monjes colegiales, cuatro legos, un correo, un abogado, doce criados, tres lavanderas y dos hortelanas. La prosperidad acaba con la irrupción de las tropas napoleónicas, siendo la comunidad disuelta y entregando el abad a los frailes el dinero del que se disponía, antes de la llegada de los franceses. Terminada aquella contienda los monjes regresaron, pero la Desamortización de Mendizábal en 1835 provocó que los ochenta colegiales que aquí residían marchasen a enrolarse en las partidas carlistas. El cenobio fue comprado por particulares hasta que en 1919 lo adquirió la Compañía de Jesús que, al ser disuelta, pasó al Estado, siendo cárcel y campo de concentración en la guerra civil. Más tarde la comunidad de monjas Esclavas de Cristo Rey habitó el lugar hasta 2010, quedando entonces a cargo de unos guardeses y siendo usada ahora, en verano principalmente, la Casa de Ejercicios por la Compañía de Jesús
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Llegando a Celoriu por la Senda Costera de Llanes |
Si bien algunas guías siguen reflejando la peligrosa ruta sin arcenes por la AS-379, como acabamos de decir es preferible llegar a Celoriu siguiendo la senda Costera desde Poo, que además de su propia señalización, cuenta con las flechas amarillas y conchas del Camino de Santiago. De esta manera, y viniendo de El Portiellu y La Ería Samartín (pasando junto a las ruinas de su capilla), subimos el alto de El Mirador y bajamos a Celoriu viendo primeramente sus barrios del sur, precisamente los extendidos a lo largo de la citada carretera, bajo la prominencia de La Peñe Llabres, que alcanza los 689 metros de altura en su cota más alta (La Cabeza la Roble) y es una gran atalaya sobre este sector de la costa asturiana
Llabres ya está considerada estribación aparte del Cuera, el gran macizo montañoso que nos acompañó durante gran parte de nuestra travesía por el litoral llanisco, pues discurre en paralelo a la línea de costa durante unos 30 kilómetros al menos. Esta peña caliza es frecuentada por montañeros y en esta vertiente una ruta de acceso a sus cimas es a través del
Colláu la Prida, que vemos desde aquí, pues accede a una muy llamativa cavidad, un
poljé, depresión kárstica que forma un pequeño y cerrado valle interior
Desde aquí vemos el barrio de Las Escuelas, al sur de La Torre y al norte de la carretera, que no obstante sí es preferida por muchos bicigrinos para desplazarse, si bien la antigua señalización jacobita la dejaba un kilómetro antes de La Escuela, para entrar en Celoriu por Compámpari, Gatones y La Ería Serna
Celoriu, que es pueblo y parroquia, ocupa una extensión relativamente importante a lo largo de la AS-379 y de allí hacia el mar, donde tiene varias playas, las primeras al lado mismo del monasterio y por la que pasará el camino. La parroquia por su parte es estrecha a tenor de su longitud, desde las citadas playas hasta las estribaciones del Cuera, haciendo frontera al sur con el vecino concejo de Cabrales, ello se debe al ancestral reparto de recursos, pastoriles, agrarios y pesqueros, que fijaron los límites parroquiales, una institución que en Asturias, como en Galicia y otros lugares, tiene hondas raíces históricas, no solamente religiosas sino también civiles y administrativas, pues su origen serían los
conceyos vecinales de los diferentes barrios y lugares a la salida de misa en el atrio de la iglesia para tratar de asuntos del común
Gran parte de las casas de Celoriu, sin duda la mayoría, son viviendas vacacionales, tanto las antiguas, quintanas asturianas, quintas de indianos y alguna casona, como las construidas posteriormente, entre ellas numerosos apartamentos y varias urbanizaciones. Hay hoteles, campings, turismo rural y algún albergue turístico y de peregrinos
A lo lejos, el Ríu las Cabras, que aguas abajo y hasta su desembocadura es llamado Bedón, conforma un histórico paso natural entre la costa y el interior, el valle de Ardisana, comunicación con el valle del Güeña y de allí a los Picos de Europa, el Sella y otras ancestrales vías que de la Cordillera Cantábrica enlazan con la meseta. Ahí está La Peñe Ibéu, divisoria de aguas vertientes al Güeña o al mar, línea de cumbres que alcanzan los 869 metros de altitud en el pico de su nombre, otra serranía de seculares usos pastoriles para aprovechar los pastos de altura, tradicionalmente en primavera y otoño, si bien se sabe que antaño algunos pastores vivían todo el verano arriba en sus cabañas, cuidando
Más cerca y reconocible por su muy peculiar forma es La Peñe Benzúa, monte cuya cota cimera es el Picu Benzúa (724 m), célebre por la dura carrera pedestre que se celebra durante las fiestas de Los Carriles, con salida y llegada en la iglesia parroquial de San Julián. Por eso se canta, al ritmo del Pericote...
San Xulián de los Carriles
que tas cerca d'Ardisana
Axuntate al de Porrúa
que é'l que cuece las castañas
A celebrar Porrúa San Julián en enero, primera fiesta del año, era tiempo de castañas, que se cocían en la celebración. Los Carriles lo celebra en agosto
Más bajos que Bezúa son La Peñe Cuanda (468 m) y El Picu Cantobraos (409 m), encima Los Carriles, Rales, Vibañu y Los Caleyos
Si nos fijamos, bajo la mole recortada de La Peñe Benzúa reconoceremos el pequeño valle verde donde se asientan las casas de Los Carriles. Y más al la derecha reconocemos las Sierras de Cuana o Puertu Cuana y de Santianes, en la divisoria concejil riosellana y canguesa, donde destacan los 875 metros del Picu Joyadongu o H.oyadongu (o La Peña Joyadongu y El Cantu Joyadongu, siempre con hache aspirada) y sobre todo los 900 metros (otras fuentes dicen 897 m) del Mofrechu, mítica cumbre montañera. Poco más allá se reconoce también El Cantu Arriundu (791)
Más a la derecha y aún más lejos, vamos cada vez perfilando mejor un emblemático monte que, aunque ya empezábamos a verlo desde más atrás, ya empezamos a descubrir en todo su esplendor por su cara este, nos referimos al Sueve, Monte Sueve o Puertu Sueve, que en nuestro Camino jacobita viene a representar el paso entre el oriente y el centro de Asturias, pues lo veremos mucho y cada vez más cerca, y luego, ya dejado atrás, lo seguiremos teniendo de referencia visual hasta más allá de pasado Avilés
La gran brecha entre la Sierra de Santianes y el Sueve señala el profundo valle del Sella, uno de los principales ríos asturianos, que nace en El Pontón, forma la garganta de Los Beyos y por tierras canguesas y parraguesas va a desembocar al mar en Ribadesella/Ribeseya, uno de los importantes pasos fluviales del Camino Norte, antigua divisoria entre
astures y
cántabros, entre los
luggones o hijos del dios Lugh y los
orgenomescos, que su nombre dice que son, literalmente,
los que se embriagan en la matanza
Es posible que el Sella no fuese exactamente su límite sino, a tenor de las estelas descubiertas en
Cofiñu y
Borines, en las mismas faldas del Sueve, majestuosa serranía que desde el mar se adentra en el interior. Su topónimo habría querido buscarse en el pueblo de los
suevos, que quizás hubiesen tenido en él un
limes, dominando la franja costera del noroeste peninsular, pero cobra más fuerza ser una evolución de
Iovis, Júpiter, padre de los dioses del panteón romano, para ser exactos
sabino, pero en origen divinidad guerrera de tormentas y relámpagos, tal vez como la local céltica
Taranis, mitos cristianizados en santos como Santa Bárbara y Santiago y popularmente evolucionados en el
nuberu, genio astur de las nubes, los truenos y la tempestad, que desde estas alturas arrojaba sus granizos sobre los pueblos y campos de la contorna, siendo a veces conjurado tañendo campanas (a veces para disgusto del párroco, que lo consideraba paganismo), lanzando alpargatas de espaldas o poniendo cuchillos sobre la mesa con el filo hacia arriba, pues por todo ello se decía...
"Sentáu nel Picu Pienzu
mirando taba un nuberu
qu'esconxuró'l señor cura
antes llegare al eru"
La cumbre más alta del Sueve es precisamente el citado Picu Pienzu (1.161 m), muy fácil de reconocer. Más lejos a su derecha es el Picu Mirueñu (1.138 m) y a la derecha más pequeños, el Picu la Govieta (1.044m), Les Duernes (1.059 m), el Picu Sellón (1.030m) y más la derecha y fácil de distinguir por su forma de cono, el Picu Babú (929 m)
Monte de usos comunales y pastoriles, fue el último reducto de los bravos caballos
asturcones antes de su recuperación como especie, ya valorados por los emperadores romanos. La montaña tiene muchos accesos y es una concurridísima cima montañera, sin duda el más fácil y empleado es por esta vertiente oriental, pues si se va en coche ya empiezas muy arriba, en El Fitu, donde pasa la carretera de este nombre y se sube bastante escalonadamente
Bajando a Celoriu vemos ahora, a la izquierda de La Peñe Llabres, los picos de
Los Resquilones, separados de las estribaciones de Mañanga, en la Sierra Cuera, por el Alto de la Tornería. El más alto llega a los 669 metros de altura, del que nos dicen en la página montañera
Mendikat:
"Este pico calizo se alza imponente sobre los tejados de la Parroquia llanisca de Porrúa y se asoma al Cantábrico a la altura de Celorio. Constituye el extremo septentrional de la Sierra de Peña Villa que, junto a Peña Llabres (689 m), forma un macizo kárstico bastante individualizado respecto a la Sierra de Cuera, de la que no dejan de ser una estribación por el NW.
Aunque el mapa del IGN señala la cima como Corona Cantiellu, nadie en los pueblos del entorno parece reconocerlo por ese nombre. Los de Porrúa le llaman Los Resquilones, que es el topónimo más extendido en la actualidad para designarlo. En cambio en Celorio, a cuyo término parroquial pertenece, se conoce el pico como Bijorcu; la Jorcada Bijorcu lo separa de la Peña la Garma (546 m), Los Cabriteros para el IGN, y Corona El Cantiellu no sería sino la punta más oriental de este vistoso apéndice de la sierra, que cae a plomo sobre el singular paisaje de la Mañanga de Porrúa.
Las antenas que degradan la cumbre, referencia para los pueblos de la rasa costera de Llanes, afean la esbelta silueta de esta montaña, aunque no consiguen rebajar su reconocimiento como el mejor mirador de la costa oriental asturiana; esta cualidad, unida a la comodidad de su acceso, convierten a Los Resquilones en un destino popular y concurrido, apreciado también como pista de despegue para los amantes del parapente"
Todas estas referencias visuales nos ayudan a percatarnos de nuestra situación y de cómo vamos avanzando en dirección oeste. Ahora a nuestra derecha empezamos a descubrir más barrios de Celoriu, población cuya historia y origen van muy ligados a la del antiguo monasterio benedictino de San Salvador, que se ubicó en esta estratégica rasa costera ante unas playas que son en sí mismas un puerto natural empelado sin duda desde los mismos orígenes de la navegación en estas costas
Esta franja litoral entre las montañas y el mar forma un pasillo de este a oeste y a la vez el valle del Ríu las Cabras otro de norte a sur, con señales de poblamiento desde la más remota prehistoria, el Paleolítico Inferior, como así lo muestran los yacimientos de
La Riera, en la cercana Posada, o en la también próxima
Cueva de Balmori. Estos pasos naturales fueron pues empleados durante milenios y, lo mismo que por ellos pasan ahora las carreteras, el ferrocarril y la autovía, fueron adaptándose y mejorándose, como durante la romanización, con la vía Ossarun (Oyarzun o Irún) a Brigantium (A Coruña o Betanzos), fundamento sin duda del Camín Real de la Costa que se empleó como principal vía de comunicación de la franja cantábrica (con sus variantes y cambios) hasta la puesta en marcha de las primeras carreteras
A simple vista y desde la distancia comprobamos en las construcciones de Celoriu su impronta residencial-vacacional, llegando a verse urbanizaciones y edificios de apartamentos. Un topónimo, La Ventina, al sur de la población, revela la antigua existencia de una venta caminera
La población creció desde lo que sería la finca del monasterio hacia el sur principalmente, aprovechando la llanura de La Ería la Vega, donde están barrios, calles o lugares como Guengüeyu, El Moriscáu, La Peruyal, La Bolerona. Más al sur estarían La Torre, La Pía y El Palaciu, Sampedro,Las Cuencas y La Celada, y de ahí aloeste Cuetu Jerreros, La Bolerina, La Xunta o La Teya, El Cantón, El Rellanu, La Vega la Escuela o Morella...
Hacia el oeste también creció Celoriu: La Pituca, El Toru, L'Ardina, La Peña y El Carril, llegando más allá a El Barriu d'Arriba, Pozabal, La Cábila, Escaleras y El Barbudu. Maás cerca de la carretera por esa parte El Baladru. El Pinu y La Granxa. Luego citaremos alguno más, según vayamos avanzando
Caminando en dirección sur-suroeste tenemos justo enfrente los picos de Los Resquilones y, a su izquierda, ya en la Sierra Cuera, Mañanga y El Texéu
A la derecha de Los Resquilones, La Peñe Llabres es otra de las montañas fáciles de identificar desde el Camino
Bajamos ahora entre espesos setos que forman una verdadera caja caminera vegetal a ambos lados de la senda
"... hace referencia a una alberguería, probablemente relacionada con el Camino de Santiago. En el actual barrio de La Fonda existe una parte a la que se denomina Las Cuencas, en la que los vecinos más viejos recuerdan unos castaños. Asimismo existe un caserón que recibe ese nombre, con una huerta rodeada por algunas partes de un muro de buen grosor que, con seguridad, en su día fue el corral de la «alberguería» al que se refiere la documentación. Afirma aún más esta suposición su proximidad a la carretera –antes camino real– y el hecho de que a principios de siglo aún los pobres se refugiaban en el hórreo que se levantaba en dicho corral. Era conocido como horriu de Quina y en la actualidad se encuentra en Navalcarnero (Madrid). En el barrio de Corrazones existe un lugar también denominado Las Cuencas, pero todo indica que el lugar de que se trata en nuestro caso es el antes mencionado. Orónimo. Citado en 1127 (concas) y en 1497 (el castañedo y la alberguería)."
En medio del pueblo está el ahora también urbanizado Cuetu Pipe, que en esa misma información monástica aparece mencionado como
Piedra de Pepei. Más allá vemos El Cuetu la Cuerva, monte de eucaliptos que separa Celoriu de Balmori, llamado en el medievo
Pumarcorbi. Los vecinos aún recuerdan la existencia de grandes pumaradas de manzano de sidra en ese lugar
Pasamos viejos cierros de una fincas y llegamos a un cruce, nos acercamos a los primeros barrios de Celoriu por los que iremos entrando en su núcleo urbano, Serna y Corrazones
Bifurcación y a la izquierda. Nos llaman mucho la atención estos altos y viejos muros de piedra cerrando grandes fincas, pensamos que pudiesen ser antiguas posesiones monacales, cerradas ya por los monjes o al pasar a ser adquiridas particulares tras la exclaustración de 1835
Una flecha amarilla, muy destacada sobre fondo azul, nos advierte de la dirección aquí a seguir, en el muro al lado de la
portiella
Seguimos bajando muy suavemente entre el muro y el seto silvestre, matu o sebe, muy alto y que proyecta su sombra sobre el Camino
El muro es efectivamente muy antiguo y parece ir desmoronándose. Algunas piedras están a la vista y casi sueltas, también crece el helecho
Empezamos a ver, asomando entre el boscaje, las primeras casas de Serna, por donde entra en el pueblo de Celoriu el otro camino, el que viene de Poo por la carretera y se desvía de esta un kilómetro después en Compámpari y Serna. Es limpiado en ocasiones por los propios vecinos a
sestaferia o estragedia, trabajo comunal de la sexta feria o sexto día, el sábado. Se trata de un camino bien pisado y asfaltado hasta las casas y tiene bastante uso, por parte de vecinos y de peregrinos
bicigrinos que siguen prefiriendo la carretera
Se nos ofrece pues ahora un buen paisaje de Serna un hermoso y llano valle por el que discurren ese camino y, poco más al sur, la AS-379. Más allá son Los Santucos y El Cárabu, cerca ya de la Autovía del Cantábrico
Serna, senra, sienra, xenrra y demás topónimos tienen el significado de hazas o porciones de terreno dedicadas al cultivo y que forman parte de una gran heredad, talvez en origen también posesión de la abadía de San Salvador. El topónimo talvez provenga del céltico
senara y en su significado es similar a
Ería, gran terreno de cultivo dividido en porciones que pueden estar cercadas (cierros) por diferentes dueños o llevadores. Era un sistema de explotación agraria muy empleado en Llanes
A lo largo del siglo XX, muchas tierras de labor fueron dejando de cultivarse para especializarse en prados de pastos y siega para el ganado vacuno, dada la gran demanda de carne y leche en los crecientes núcleos urbanos de las grandes urbes y zonas industriales y metropolitanas
Esta llanura es muy propicia a encharcarse con las lluvias, formándose una charca, El Llagu Gatones, refugio de aves acuáticas o migratorias, como varias especies de patos. El topónimo Gatones nos hace pensar en los gatos monteses, especie diferente tanto al gato doméstico como al lince, pero con los que puede cruzarse. Tal vez fuese su territorio de caza
Más a lo lejos El Bosque Peredi, donde Álvarez Castrillón localiza en la diplomática monacal celoriana a fecha de 1146 el topónimo Palomba y en 1328 los de cueto de Cárabos y valle de Cárabos:
"Es el lugar que actualmente ocupa la autopista a su paso por Celoriu ante la casería de Peredi. Hasta la construcción de la carretera N-634, en la década de los setenta, el lugar estaba ocupado por un par de casas. Aparece asociado a los términos de «Rilago» y «Cante Río», aunque estos nadie los recuerda y seguramente hayan sido fincas que ocupó la carretera o el ferrocarril. Zootopónimo el primero e hidrónimos los otros dos. Citados en 1146"
"Entre la zona de Serna y la casería de Peredi, al este de la antigua estación de ferrocarril y limitada al sur por la vía de éste, se encuentra una llanura en cuyo centro se levanta un pequeño altozano conocido como El Cuetu los Cárabos. Zootopónimo"
Más allá de Peredi, en la distancia la Sierra Cuera forma dos muy llamativas serranías paralelas. La primera es la línea de cumbres de El Cantu, El Risque y La Muezca, con El Texéu y El Monte, grandioso murallón calizo que se nos revela casi vertical. La segunda sierra, más atrás y más alta, es la línea de cumbres del Picu H.aba o Jaba (1.162 m) (con hache aspirada) y La Cabeza Liño (1.179 m)
Entre ambas están los profundos valles de La Mardola y La Raíz, uno de los llamados valles invisibles o
valles ciegos del Cuera, cuyas majadas de cabañas de pastores se hallan en su hondonada
Más la derecha La Cabeza Torbina (1.315 m), la máxima cota de esa serranía, mítica cima montañera y referencia tanto de pastores como de navegantes, pues se divisa perfectamente desde el mar y orienta hacia la entrada al puerto de Llanes
Al lado de La Cabeza Turbina, otra prominente altura, La Cabeza Ladesna o Ledesma, de 1.234 metros de altitud (las alturas pueden variar, a veces incluso sustancialmente, según la fuente). Más abajo la presierra son las también verticales paredes de El Texéu continuidad de El Risque, La Muezca, Mañanga...
Entre estas cimas La Llosa de Viango, que es un profundísimo valle "al lado de Llanes pero aislado del mundo", según dicen de él en la página Asturias Paraíso Natural:
"Viango es un enorme poljé, una formación de origen kárstico con el fondo plano y paredes elevadas que se presenta como un valle cerrado, de más de 1,5 kilómetros de longitud, rodeado de montañas. Una gigantesca alfombra verde, fruto del húmedo y fértil suelo, recorrida por un arroyo que según las épocas del año deja algunas lagunas y que en primavera-verano se ve salpicada de las marrones manchas del ganado vacuno, fundamentalmente.
Aquí el silencio sólo lo rompen los sonidos del viento y de la fauna; la tranquilidad y el sosiego, imperan en este paraje poco transitado donde desconectar del mundo es tarea fácil. Y si empezamos en la Tornería, qué mejor que terminar llegando al pueblo de Purón, atravesado por el río del mismo nombre, en este apartado valle de Llanes"
El paisaje es sublime, las montañas y el valle, la serna de Serna, el hermoso terreno fértil y cultivable que se extiende al este de Celoriu. Al fondo, los Resquilones parecen seguir orientando nuestros pasos, ahora en dirección sur, bajando a estas fincas de los antiguos labrantíos celorianos
Aquellas antiguas huertas vecinales se hicieron, como vimos, prados de verde y jugosa hierba y en algunas parcelas se edificaron viviendas unifamiliares a lo largo del camino que une Senra con Corrazones. Las filas de estacas con alambre delatan estos usos ganaderos a los que nos referimos, al igual que, por supuesto, la bañera reciclada como abrevadero, tan usual de ver allá donde vayamos
Ahí en ese camino hay otros topónimos medievales, Pumar Sendín, una pumarada con el nombre de su posesor, mencionada en 1362, y Cortina, del que dice asimismo Álvarez Castrillón:
"En el camino que lleva a Serna desde el barrio de Corrazones, a la derecha, existe un pequeño cueto, ahora poblado de eucaliptos, que recibe ese nombre. Quizá haga relación a un ‘terreno de labranza dividido en lotes’. Citado en un documento sin fecha del siglo XVI"
Como nota curiosa a tener en cuenta, en la carretera, que no vemos prácticamente, oculta por el bosque, estuvo la discoteca El Serna, disco-pub que fue muy popular en Llanes. En el año 2014 se celebró una fiesta "revival" en el Club Náutico de Celoriu, organizado por dos de sus antiguos gestores, con paellada y música de la que se pinchaba por entonces
Si nos fijamos veremos la parte posterior del edificio de El Serna a la derecha de la foto, casi oculto por dichos árboles. Allá por el año 2018 hubo un proyecto para hacer en él un
albergue de peregrinosEl camino realiza una curva a la derecha, enlazamos con una vía de servicio a las fincas y seguimos de frente dirección oeste, dando vista ya al barrio de Corrazones
Corrazones quizás tenga que ver también con antiguos cierres de tierras cultivables, corros, corras, corrales, etc., se extiende entre Serna y el antiguo monasterio, en cuya documentación es plasmado en 1362 en la forma actual y en la de
CorrezonesSe acaba la bajada y continuamos en recto y llano para atravesar Celoriu en dirección al monasterio. En 1882, escribía de sus impresiones camineras por Llanes el geógrafo e historiador Manuel Foronda:
"Ya damos vista a Celorio, rodeado de su frondosa arboleda, que hace de las inmediaciones del famoso monasterio un pequeño paraíso; tan hermosos, apacibles y melancólicos son los agrestes lugares y casi impenetrables bosques de frutales y arbustos que le circundan"
Aquí llegan las vaquerías, fundamento de la potente industria láctea llanisca, uno de cuyos más conocidos ejemplos, por no decir el que más, son sus múltiples tipos de quesos. Sin salir del concejo de Llanes nada menos que ocho queserías, y cada una no elabora una sola especialidad, sino varias, cuatro, seis, siete... de alguna de ellas ya hablamos, de otras tocará hacerlo prontamente, según nos vayamos acercando a ellas
Por ejemplo, y sólo por hablar de las queserías más inmediatas a Celoriu, un poco más al sur tenemos la Quesería Porrúa, que elabora
quesu Porrúa Fresco, Porrúa Vaca Ahumado, Porrúa Oveya, Porrúa Cabra y Porrúa Tres Leches Semicurado. Un poco más allá, en Frieras, en la ribera del Ríu Bedón, y muy cerca del Camino, esta la Quesería Bedón, quesu Bedón también de cabra, de vaca, de mezcla, Requesón de Cabra y Queso Fresco de Cabra, y solamente hemos mencionado a dos
No obstante, hemos de decir que en lo que es propiamente el pueblo de Celoriu no vamos a ver prácticamente casas campesinas en activo, ni caserías, ni cuadras, ni ganado, con suerte algún pequeño huerto. Quien cría ganado lo suele tener afuera, en estos pastos de las erías, o en el monte
Celoriu, como tantos pueblos de la costa, está plenamente dedicado a usos residenciales y turísticos, viviendas vacacionales, segundas residencias, apartamentos turísticos, hostelería, alguna tienda, pero lo más todo el tema del alojamiento y la gastronomía y bares, con hoteles también, casas de turismo rural, todo lo vinculado a este campo, volcado en la playa, en la montaña, en las rutas, tanto aquí cerca como por toda la zona oriental asturiana, incluyendo los muy cercanos Picos de Europa y su entorno
Esta actividad turística, efectivamente abarca tanto a las antiguas caserías y casonas rurales, que han sido restauradas y remozadas con este, fin, como a la nueva construcción. Su mayor problema es la gran estacionalización, durante ciertos meses al año, principalmente los tres meses de verano. Una parte importante de los establecimientos cierran en invierno, cuando Celoriu queda casi deshabitado
Por contra, en verano, y si hace buen tiempo en Semana Santa, puentes, algunos fines de semana, el pueblo se llena. En julio o agosto su población oficialmente empadronada, unas 400 personas, se multiplica varias veces. En su Guía de la costa asturiana, Luis Frechilla García lo describe de la forma siguiente:
"... el caserío residencial de Celorio, uno de los principales destinos del turismo llanisco, que recala aquí atraído por la proximidad de la capital del concejo y de numerosas playas de arena blanquecina que se cuentan entre las preferidas por los bañistas"
Dentro de los numerosos alojamientos existentes en Celoriu, hemos de incluir alguno especialmente dedicado a los peregrinos, como el albergue privado
Las Palmeras, además, insistimos, de no pocos hoteles, pensiones, y algún albergue turístico como
La Casona de Celorio. Si venimos en temporada baja y es nuestra idea pernoctar en Celoriu, asegurémonos que están abiertos previamente. Si es en temporada alta, confirmemos que quedan plazas libres
Esta parte del barrio de Corrazones es, incluso en verano, especialmente tranquila, relativamente apartada de la playa y de la calle principal que enlaza su arenal con la carretera, pero próxima a la vez. Los árboles frutales arrojan buena sombra al camino, que en este lugar sólo permite el paso de un coche
A la izquierda, la parte posterior del gran caserón de La Corralada. El terreno de las casas ye cierra aquí con muros, corros, corras, corradas, corraladas, como hemos dicho, de ahí puede ser la razón del nombre del barrio
Se trata de un grupo de casas extendidas a lo largo de este, el camino que comunica el pueblo con las playas del límite con Poo, acceso a la derruida capilla de San Martín. El monasterio cobraba un diezmo por los derechos de pesca en las aguas de su incumbencia y mantenía pleitos con Llanes por asuntos de pastos comunales
Según pasamos, nos asomamos a La Corralada, un nombre de casa o de lugar muy común en Asturias y Cantabria, similar de alguna manera a patio o corral, pero con otras acepciones, básicamente en este caso sería un espacio cercado y sin techo delante de la casa
En origen era un espacio abierto donde podía dejarse el ganado mayor antes de meterlo en la cuadra o de llevarlo a los pastos, soliendo deambular el ganado menudo o reciella, al igual que las aves de corral (gallinas, patos, gansos ocas), los perros, los gatos. También era un lugar que servía para entablar conversaciones o recibir visitas sin necesidad de entrar en casa, que ya sería una siguiente fase de hospitalidad
Así mismo también puede ser la corrada o corralada, un espacio público entre las casas, como sería igualmente este el caso, o cualquier terreno en medio de cosas que lo rodeen
En cuanto al topónimo
Celoriu, del que aún no nos hemos ocupado, se le ha buscado etimología en la raíz prerromana
sel, empleada aún en los documentos medievales como sinónimo de braña o majada, la cual sería prerromana, muy posiblemente incluso preindoeuropea y relacionada con el vasco
zelai, prado, el toponomista Xosé Lluis García Arias ve en ella la base de los topónimos asturianos Celoriu y Seloriu, y del cántabro Celaya
Los prados de la rasa costera, compaginándolos con los cercanos puertos de la montaña, fueron la base de una trashumancia interior ganadera entre los pastos del litoral y los de la montaña. El mismo monasterio tenía rebaños que pastaban en los comunales, por lo que la acepción de Celoriu como antigua braña costera tiene mucho sentido
Aquí enlazamos con lo que sería el antiguo camino oficial que viene de Poo por la carretera y luego por Compámpari, Gatones y Serna, una encrucijada en la que nosotros vamos a la derecha
A la derecha tomaríamos pues el camino que secularmente se dirigía al monasterio por el camín real, cuyo trazado original también se habría perdido en buena parte, si bien este sería una buena aproximación
Los cruces en principio están bien señalizados, lo que es muy de agradecer, así como que se reponga esta señalización, muy necesaria también en los núcleos residenciales, rurales o urbanos, dados los numerosos cruces existentes. Junto con las marcas del Camino también se señalizan las direcciones a casas de comidas, alojamientos y lugares de interés, como el monasterio o las playas
A finales del verano y principios del otoño, la hiedra se torna de un intenso y vivaz tono rojo , como el de este muro en la casa de este cruce con el camino al monasterio, que se dirige igualmente a la playa, o mejor dicho, playas, pues los arenales de Celoriu son en realidad varios, que se hacen uno en bajamares, tónica generalizada en otros muchos sables o arenales de la costa cantábrica a causa de esos sus flujos intermareales. Pronto lo comprobaremos
Este camino, o aproximado, sería el que, enlazando monasterio y
camín real, sería el empleado por los peregrinos en ruta a su hospedería conventual, donde recibirían los preceptivos cuidados dentro de la máximas de acogida cristiana de las
Obras de la Misericordia,
"dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo (muchos peregrinos iban harapientos, no todos ni mucho menos con su bonita túnica y sombrero inmaculados),
visitar al enfermo (muchos peregrinos lo estaban), e incluso
"enterrar al difunto", pues no pocos peregrinos morían de cansancio, enfermedad o ambas cosas en lo que se consideraba una promesa, remisión o penitencia, más que una actividad lúdico-vacacional y como mucho de aventura como se vive hoy el Camino (por suerte),lejos ya de los tiempos de aquella canción de peregrinos alemanes, recuperada por los estudiosos Robert Plötz y Klaus Herbers:
¡El que quiera ser desdichado,
que se anime y sea mi compañero
por los Caminos de Santiago!
Que lleve dos pares de zapatos
y una escudilla con una cantimplora.
Que lleve un sombrero de ala ancha
y también una buena capa
guarnecida de cuero.
Tanto si llueve como si nieva o sopla el viento
para que el aire no se la lleve.
Que no falte el fardel y el bordón
y que no olvide confesar […]
Además de los peregrinos, los vecinos que trabajaban en o por para el monasterio, recorrerían estos caminos, sin duda muy diferentes, al menos hasta la Desamortización de 1835 cuando sus bienes y tierras irían pasando a particulares, incluyendo los labrantíos, levantándose los primeros muros y cercas (cierros), edificándose casas y cuadras, etc., luego todo eso se transformaría, paulatinamente, en el pueblo de sector servicios que es en la actualidad, residencial y turístico, si bien rodeado de campo y entorno rural y marino
Llegados a este cruce, seguimos de frente y en recto, siempre caminando entre viejos muros
A nuestra izquierda el
Hotel La Encina, uno de los que nos encontraremos en el mismo Camino, pero en Celoriu existen unos cuantos más
Pasamos la entrada al hotel y nos encontramos con lo que fue una casa tradicional, en ruinas. Es muy posible que cuando paséis ya se haya venido abajo completamente
A su altura el Camino hace un poco de curva. Estemos muy atentos al paso de vehículos
Y en medio de la curva una bifurcación: seguimos a la izquierda. Cuidado pues no hay mucha visibilidad en la curva ni demasiado margen para apartarnos si pasa algún coche
Bordeamos la parte trasera de la casa, donde crece el matorral y llegamos a una colonia de chalets
Es la Urbanización El Bosque, que se extiende hasta el monasterio, pues se construyó en el lugar de una laguna, Llagu Mestu, que se sabe llegaba las huertas de los monjes, quienes plantaron árboles a su alrededor. En el
Apeo de Cepeda de 1713, podemos leer de esta y las otras lagunas de Celoriu, según encuesta a los vecinos
"Y declararon que dentro de los términos de dicho lugar referidos hay una Laguna que llaman Lagumistu, que está cerca y junto a la Buerta y corrada de el convento de monjes Benitos que hay en dicho lugar, la cual es comun a los vecinos de dicho lugar: dijo digeron ser propia de vecinos, y los árboles que están plantados al rededor de ella los plantaron los monjes del convento. Item declararon haber otra Laguna en la hería de Alsedú que es propia de los vecinos de dicho lugar. Item declaran haber en la heria de Serna otra laguna la cual es propia así mismo de los vecinos de dicho luglar: Y el uso de ellas siempre que de sus conbeniencias, y aprovechamiento, necesita"
En el mismo
Apeo, se pregunta a los vecinos por los límites y propiedades de la parroquia, incluyendo el monasterio, manifestando ellos que se extendían a lo largo de una franja entre Poo y Porrúa desde la sierra por el sur, frontera con el concejo de Cabrales, hasta el mar bravo al norte
"En las casas de Ayuntamiento de la villa de Llanes a ocho dias del mes de Marzo de mil setecientos y trece años. Comparecen ante el señor Juez Facundo Lledias de edad de sesenta y dos años, José de Artasanchez de sesenta y Angel del Toro de cuarenta vecinos de Celorio, parroquia de San Salvador de dicho lugar, y digeron que dicho lugar de Celorio por la parte del Nordeste confina y tiene sus términos con el lugar de Po do dicen Portillo, a medio Cueto de Molleri segun está en cierros a la Concha de Piedra Cardin, a la peña de los pájaros, hasta confinar con los términos de la parroquia de Porrua: y por la parte de el Sú confina dicho lugar y tiene sus términos con la Parroquial de Porrua dodicen el Collado de Carabascones, al cueto de el Mazo, al Bijorcu. Y por la parte de el Vendaval confina dicho lugar y parte sus términos con el lugar de Barro y Balmori dodicen la peña de el Cellero, a Joz, a la concha de Barquero, a la Cueva de Santa Dorotea, y a la verde y hasta llegar al cueto de el Mazo. Y por la parte de el Norte confina Y tiene sus términos por la parte de dicho Norte con el mar bravo"
"Iteni declararon que por la parte de el Sú, de dicho lugar hay cierros y muchos plantíos de diferentes árboles que son propios de los vecinos de dicho lugar y de otros de esta jurisdición, y de dichos árboles y cierros hacia la parte de el Sub hasta confinar con Cabrales hay Cuestas, Balleyos, Llanos y Montes brabos y que son comunes a los vecinos de dicho lugar y mas de esta jurisdición en virtud de dicho privilegio y donación, y que sirven para pasto de ganados mayores y menores: y que en dichos montes hay Prados, Cabañas y Séles en donde se alvergan pastores y ganados, cuyos Prados y Séles, siempre han visto oido y entendido ser propio de diferentes vecinos de este concejo. Y que dentro de los términos de dicho lugar referidos no hay más términos comunes, realengos ni valdíos que los que lleban mencionados, por que lo demás que hay dentro de dichos términos siempre lo han tenido y tienen por propiedades del Convento de San Salvador de Celorio, y otros vecinos de dicho lugar y más de este concejo; y no saben que persona alguna poderosa o no poderosa se haya entrometido a cerrar comun alguno realengo ni valdio término, de inmemorial tiempo a esta parte dentro de los términos de dicho lugar. Y que lo que llevan dicho es la verdad para dicho juramento que fecho tienen en que se afirmaron"
En El Bosque, llegados a esta bifurcación, continuaremos a la izquierda
Siempre ha de haber alguna concha xacobea o flecha amarilla indicando la dirección a seguir en estos cruces
Los viales ya son rectos, propios de los núcleos urbanizados. A la derecha hay aceras y farolas
Estas urbanizaciones son parte de la configuración actual de Celoriu como gran centro vacacional. Lo mismo que en el resto de Celoriu, pocos son los vecinos que residen de manera permanente en estas colonias de viviendas unifamiliares y chalets
Más allá de El Bosque vemos los árboles de La Plazuela, en el campo de la iglesia parroquial, que fue también del monasterio: hacia allí nos dirigimos. Durante las profundas reformas acaecidas en el prado del cenobio entre 1797 y 1801, junto a la cocina, para mejorar el acceso y estado de los almacenes, de sacaron muchas peñas y
"más de mil carros de piedra menuda", que fue echada a esta laguna
Más tarde, tras la francesada o invasión napoleónica, en las obras de reparación de sus desperfectos en el monasterio, entre 1814 y 1818, la laguna terminó de ser desecada con
"8.000 carros de arena", uniéndola con las huertas de estas erías. Sin embargo, aún se producen ocasionalmente en el lugar algunas inundaciones
Para ello, en el siguiente cruce, La Cruz, donde se unen El Bosque, Güengüeyu y La Ería la Vega, iremos a la derecha
Al fondo las urbanizaciones de Los Castros y Llagu de Mestu. Es posible que esa antigua ería fuese la llamada El Mar en la documentación medieval, según explica Álvarez Castrillón:
"Así se llamó una unidad de explotación –un documento la cita como villa y el otro como heredad– ubicada sin duda en Celoriu, aunque en la actualidad de imposible localización. Un chalet de indianos situado en lo que hasta hace unas décadas era la ería contigua al monasterio lleva el nombre de Villamar, pero es improbable que transmita un topónimo antiguo. Citada en 1090"
Esta encrucijada, cruce de calles, caminos y barrios, se llama
La Cruz por la existencia de una cruz de piedra justo en medio, colocada sobre un pedestal y este a su vez encima de un cuadrado escalonado
En el pedestal hay cuatro rombos labrados uno por cada lado. Es más que posible que esté relacionada con la iglesia, parte de un antiguo viacrucis, o una cruz de término, la cual está representada en el escudo de Celoriu. En la
Guía Turística de Celoriu, de
celoriu.com, pueden informarnos de ella:
"Las cruces de término son cruces de piedra situadas, generalmente, en las encrucijadas de caminos, en las entradas y salidas de pueblos, entradas a monasterios y como hitos para delimitar los términos o municipios y, al decir de algunos autores, para indicar que aquel pueblo ya era cristiano durante y después de la reconquista.
Si bien actualmente aun quedan muchas cruces de término en pie, la mayoría de ellas han sido reubicadas debido a las transformaciones de los pueblos o viales, y otras reconstruidas o reemplazadas ya que un importante número de ellas fueron destruidas durante la guerra civil. También el nombre de humilladeros porque los viajantes se detenían en ellas a rezar una plegaria. Lo que si sabemos a ciencia cierta es que la base de la cruz de piedra de Celorio tiene tres caras iguales y una diferente. Ésta última con dos flechas triangulares que indican el norte geográfico"
La Cruz señala efectivamente la proximidad de la iglesia y del antiguo monasterio, hacia el que nos encaminamos ya todo recto por la calle que separa estas urbanizaciones
A la derecha, empieza a asomar sobre los tejados de los chalets de El Bosque la torre románica del antiguo monasterio de San Salvador de Celoriu, advocación que delata su vinculación con la ruta xacobea costera a la muy venerada catedral de
San Salvador de Oviedo, en cuya
Arca Santa de las
Reliquias de la
Cámara Santa se guardan las reliquias de Jesús (El Salvador), la Virgen María, santos y apóstoles procedentes de Jerusalén, de ahí su advocación de San Salvador y de ahí también la de este monasterio, sito en una de las rutas de peregrinación al templo ovetense, ya un centro de devoción romera antes de Santiago, y de de donde arranca a la vez el que se tiene por primer camino a Compostela, el Camino Primitivo (independientemente de los oportunos debates históricos al respecto)
Hemos de pensar que un monasterio era no solamente un centro de retiro y oración, sino toda una empresa de explotación agroganadera, administración, gobierno y gestión del territorio, no únicamente de su coto monástico más próximo sino incluso muy lejos de él, según donaciones, concesiones, cesiones, compras, litigios, pleitos o privilegios, lo que constantemente era fuente de tensiones con otros poderes, laicos y religiosos, desde las cercanas villas cabezas de alfoz o concejo hasta la Corona y los mismos vecinos e incluso sus colonos, no pocas veces ahogados a tributos o férreo dominio y control
Estas tensiones incluyen por supuesto a otros monasterios y a la propia mitra, pues aunque dependientes nominalmente del cabildo catedralicio de la catedral ovetense de San Salvador, la Iglesia asturiana, estos conventos gozaron de amplísima autonomía, al menos hasta que, tras la decadencia de finales del medievo, fueron sometidos a la autoridad de la sede central de la orden, en el caso de Celoriu la benedictina de Valladolid, en el siglo XVI (1517)
Muchos de esos monasterios no eran al principio esos grandísimos edificios que vemos en las guías turísticas actuales ni en las fotos de los libros de historia, esas suelen corresponder al estado al que han llegado a nosotros, que salvo destrucciones o ruinas, es en muchos casos el más espectacular, enormes construcciones engrandecidas con edificios y dependencias cuya cronología va del románico al barroco o incluso más allá, pasando por el gótico y el renacimiento
En origen pues gran parte de las primeras abadías eran fundaciones muy muy pequeñas, mismamente casi eremíticas, unas chozas, con escasísimo número de monjes, a veces incluso una familia regida por una regla religiosa. Son periodos que están poco documentados, o los papeles conservados que lo corroboran muy posteriores y que no ofrecen garantías de absoluta credibilidad
Luego llegarían las concesiones a las grandes órdenes religiosas medievales que se extendieron por Europa gracias a un importante despegue social y económico y a ponerse fin o casi, a los inseguros siglos que sacudieron los territorios cristianos desde la caída del Imperio Romano. Si bien continuaron las guerras y pestes ya no eran los temidos momentos en que todo parecía venirse abajo con las incursiones de árabes, magiares y vikingos que amenazaron con la misma extinción a aquellos nacientes reinos de la cristiandad, más o menos continuadores, y más o menos exitosamente, del
orden y el derecho romano y por lo tanto de la cosmovisión clásica de la vida y el mundo, ya dentro de la órbita ideológica, social y religiosa del cristianismo como aglutinador y continuador de ello, pues la Iglesia era la única institución que sobrevivió a aquel
Imperio Romano cuya memoria, a veces idealizada y a veces no, seguía siendo un supuesto de perfección ideal en lo tocante al gobierno de los pueblos al que se le intentaba imitar, hasta en el nombre y el arte, desde
Bizancio/Constantinopla (realmente el continuador más directo), a
Carlomagno, el
Sacro Imperio y el mismo
Asturorum Regnum, entre otros muchos. Ese pavor apocalíptico altomedieval a la destrucción total que parecía disiparse (pese a todos los problemas), a partir de los siglos XI y XII, quedó bien plasmado en la gran difusión en impacto del que fue el
best seller de aquella atormentada Europa, los
Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana, verdadero ideólogo del
Reino de Asturias, que era uno de esos estados que corrieron dramático peligro de desaparecer, ante las invasiones y las "herejía" del
Adopcionismo
Difusores de la nueva era bajomedieval, cuando pese a pandemias y guerras, el status quo de los reinos cristianos pareció asentarse, era plasmada artísticamente en el arte románico (imitación del romano, griego y clásico) fueron los viejos caminos, existentes desde la prehistoria y bases de la red viaria romana, que los rehabilitó o hizo otros nuevos, pasando a ser caminos reales, esto es, públicos (del reino), volviendo a discurrir por ellos y con cierta seguridad (insistimos, en comparación con el periodo anterior), gentes, mercancías y viajeros a nivel particular, y con ellos arrieros y peregrinos, y tras ellos instituciones políticas, administrativas y religiosas
Llegarían así pues aquí, como a tantísimos lugares, los benedictinos, que edificarían su convento y nueva iglesia, es posible que en un muy modesto asentamiento preexistente que aprovecharía, insistimos dos cosas fundamentales: un puerto natural (sigue habiendo muelle) que es un fondeadero perfecto con varios arenales (uno detrás mismo del cenobio) protegidos dentro de una bahía, y otro su emplazamiento en el pasillo costero de este a oeste que es la rasa llanisca, unido al formado por el Ríu las Cabras en dirección sur sur entre este puerto y los pasos de las montañas
A la izquierda, la Urbanización los Castros, que se extiende hacia el monasterio y, aún más allá, hasta la Playa de las Cámaras, que aún no vemos desde aquí, una de las que conformarían aquel antiguo puerto natural, que llegó a ser ballenero incluso. Hoy en día hay muelle y embarcaciones de recreo, pues es el Puerto Deportivo de Celoriu, lo veremos después de visitar el monasterio
Los edificios que estamos viendo entre los árboles de La Plazuela corresponden a las obras efectuadas entre 1973 y 1977 para hacer la actual residencia de ejercitantes de la Compañía de Jesús, hecha a la vez sobre una reforma efectuada en el mismo claustro (hecho en 1805 sobre otro anterior), efectuadas en 1919 cuando la orden adquirió el antiguo edificio monacal, no así la iglesia, que era parroquial ya desde los tiempos del monasterio
Así, dicho inmueble está en uso pues la Compañía de Jesús realiza retiros espirituales y cursillos, si bien también lo alquila para celebrar reuniones, tanto religiosas como laicas. En su trabajo
San Salvador de Celorio (Llanes), sus autores, Javier Chao Arana, César García de Castro Valdés y Alejandro García-Álvarez Busto, afirman que este uso privado ha provocado que, dado su acceso restringido, el conjunto monástico no haya sido convenientemente estudiado:
"Paradójicamente, y pese a tratase del monasterio más rico y preeminente de la Asturias oriental, por las condiciones de su uso actual que impone un acceso restringido buena parte del año, el edificio monástico ha pasado desapercibido para buena parte de la historiografía tradicional. En consecuencia, son muy pocos los historiadores o historiadores del arte que se han preocupado por estudiarlo y, cuando lo han hecho, ha sido de una manera parcial, fijándose básicamente en su iglesia y en la torre. Huelga decir que desde la arqueología el panorama resulta aún más desalentador, ya que no se conoce ninguna excavación ni investigación realizadas en el edificio. No contaba pues el complejo monástico con una aproximación integral a su evolución arquitectónica, prácticamente inédita"
El mismo origen de
San Salvador de Celoriu es controvertido, como en casi todo origen es imposible separar la realidad de la fantasía o la especulación. Su posible fundación en 1017 se basa en una noticia que nos da el investigador
Manuel García Mijares, cuando en su libro
Apuntes históricos, biográficos y genealógicos de Llanes y sus hombres, publicado en 1893, en la que afirma que había una lápida, actualmente desaparecida, situada en el claustro bajo, un texto informaba que el primer monasterio había sido fundado por dos
"poderosos señores de Asturias llamados Alfonso y Cristilda":
"Por más que hemos rebuscado en documentos antiguos, ninguna luz hemos podido hallar que nos aclare la fundación del convento San Salvador de Celorio de monges de San Benito.
Gil González Davila en su teatro eclesiástico de la Santa Iglesia catedral de Oviedo, sólo se concreta a decir, que el monasterio de Celorio tiene su asiento a media legua de Llanes en la ribera del mar; que es parroquia y convento rico, y que tiene un Priorato, que tambien es parroquia, dedicado a San Antolín.
El P. Morales en su viaje por Asturias de orden del Rey Don Felipe II, que acabó de escribir el 20 de Noviembre de 1573, tampoco dice mas, de Celorio y San Antolín, que son dos pequeños monasterios de Benitos, media legua uno de otro, en la costa del mar, a una legua de la villa de Llanes; que no tienen memoria de su fundación ni de otra cosa, sino que en ambos hay muchas sepulturas de hidalgos de la tierra; que carecen de reliquias y libros, y que los monges dicen que de unos en otros ha venido que son fundaciones de aquellos hidalgos Estradas, Aquilares y otros de los que estan allí enterrados.
Sin embargo, consta la fundación de San Salvador de Celorio en una lápida que en letras versales atestigua que en la era 1055. (año comun 1017) erigieron el templo dos poderosos señores de Asturias llamados Alfonso y su esposa Cristilda. La inscripción dice así. «XVII–KAL: YANUARII ERA LV–(1017.) ALFONSUS ET CRISTIDI HANC BASILICAM PROCTER AMOREN DEI FACIMUS.»
Por consiguiente aceptamos como exacta la noticia que nos da Caunedo en que asegura fue erigido el monasterio en la costa y cerca de Llanes por Alfonso y Cristilda el año de 1017, pero totalmente renovado en tiempos modernos; que nada ofrece que merezca observarse, a no ser un magestuoso arco bizantino, unico resto del antiguo edificio: y que uno de los Abades, D. Juan Martínez se quejó en las cortes de Soria a D. Juan I, de los caballeros de Asturias que le tiranizaban, apoderándose de las propiedades de los monges"
Existe además un documento, ya muy tardío, del siglo XVIII, la
Tabla de aniversarios y sufragios de Celorio, que se conserva en el Archivo Histórico Diocesano, que retrasa la fundación al 22 de enero año 1000, pues se disponía se celebrasen ese día misa y responso conmemorativos del aniversario. Otro erudito, Luis Fernández Martín, recopilador documental del monasterio, dice que este en realidad habría sido fundado por
Fernando I de León (fallecido en 1065), según noticia del historiador llanisco
Vicente Pedregal Galguera citando al
Libro de Fundaciones. Esta noticia la daba ya el gran observador ilustrado
Gaspar Melchor de Jovellanos, cuando escribía de su visita al convento en agosto de 1792:
"Fuimos al convento: reconocimos en el oratorio una arquita de reliquias hallada bajo el altar mayor con inscripción de tinta sobre la madera (de roble), no es en todo legible, pero sí el nombre del abad Rodrigo y la Era MCCX, que corresponde al año 1212. En el archivo hay hartos pergaminos que no pudimos reconocer: uno de Da Urraca es de la Era MCC.X.VII, reinando en León D. Alfonso IX y Dª Berenguela. Bebimos con el abad y monjes"
Dice de esto al respecto la
Gran Enciclopedia Asturiana que la tradición más extendida era que habría sido su fundador el citado Fernando I El Magno, trayendo para ello a los frailes
benitos o benedictinos, a los cuales dotaría magníficamente su nieta
Doña Urraca I De León, quien les cedería el territorio en torno al monasterio con sus pueblos limítrofes a cambio de sufragios por las almas de sus padres, recibiendo diezmos de Barru, Balmori, Niembru, Vibañu, H.ontoria y varios más
Se entresacaría de esto que el cenobio lo habría fundado efectivamente ese rey Fernando I y que las obras habrían durado hasta tiempos de Doña Urraca, quien les dio esas tierras para su mantenimiento y administración directa. Los autores de San Salvador de Celorio (Llanes), parecen decantarse más por una fundación de los aristócratas Alfonso y Cristilda, si bien retrasándola un siglo:
"Los orígenes del monasterio de Celorio no son bien conocidos, como suele ser habitual por otra parte en este tipo de establecimientos religiosos, más si cabe cuando escasea la documentación escrita conservada, como es el caso. Algunos autores han defendido una primera fundación o dotación regia por parte de Fernando I de León (1037-1065), basándose principalmente en referencias posteriores indirectas aunque es este un extremo difícil de verificar. Sí se intuye con mayor certeza un proceso de adquisición de propiedades en el espacio que ocupará el monasterio protagonizado por el matrimonio formado por Cristildi y Alfonso Suárez, miembros de la aristocracia comarcal, los cuales, en las décadas finales del XI, antes de la fundación monástica, se harán con un conjunto de heredades, bien mediante compra, bien recibiendo donaciones, entre estas una efectuado por la reina Urraca en 1109.El monasterio benedictino debió de ser fundado por esta pareja en la segunda década del siglo XII, ya que el primer abad conocido con certeza es Pedro Suárez, a partir de 1112. Se ha conjeturado que en 1117 este matrimonio habría patrocinado la construcción del templo monástico, a partir de una inscripción leída por Argáiz (1675:VI, 60 y copiada por cuantos le siguieron (García de Castro Valdés 1995:196-197), y actualmente perdida. No hay que descartar en todo caso que con anterioridad existiese en el lugar una iglesia o monasterio, más bien propio que de fundación regia y vinculado a los ascendientes de los fundadores conocidos"
Ello no obstante contrasta con la información de la
Gran Enciclopedia Asturiana (tomo 4, voz
Celorio),cuando dice
"Los abades, cuya serie nos es conocida desde 1075 hasta 1832, tuvieron derecho de presentación y percibían los diezmos de numerosas parroquias". Otras fuentes, el
Diccionario Histórico de Asturias o la
Topoguía del
Camino de Santiago por Asturias, dan otra fecha más, la de 1107. Se trataría de una diferente transcripción de lo que pondría aquella mencionada inscripción fundacional desaparecida,
Sea como sea estaríamos en unas fechas de llegada y plenitud del arte románico a Asturias, del que es buen ejemplo la torre monástica, uno de los pocos elementos originales que han llegado a nuestros días, que ha sido comparada con la Torre Vieja o Torre de San Miguel, de la catedral de Oviedo y con la de
San Salvador de Cornellana (en el
Camino Primitivo). Esta torre, que comunica con la iglesia por una sacristía del siglo XVII, es de planta cuadrada, de 5,10 x 5,10 metros interiores, con un muro de 1,45 metros de grosor en la primera planta, 1,15 m en la segunda y 0,88 en la tercera, si bien en el interior, donde originariamente había tres pisos, la medida es uniforme. La torre tuvo serias reformas por dentro y por fuera y aunque de base románica no luce tampoco como era originalmente
Bien por compra o bien por donación, el domino monástico se extendió considerablemente. Las donaciones se recibían cuando la nobleza local disponía que a cambio se celebrasen misas y sufragios por su alma "pro remedium animae", pero también cuando ingresaba un nuevo monje en la comunidad, llegando a tener por ejemplo ya en el siglo XII numerosos rebaños. Serían los tiempos del abad Pedro Suárez, que ejerció entre 1112 y 1146, así como de un posible abad anterior, Gonzalo. Se fundaría además una hospedería para peregrinos, de la que sabemos por primera vez en 1198, que tal vez fuese la de Las Concas, en La Fonda, fuera del edificio del monasterio. En 1228 había además una enfermería de los monjes, que recibe sus propias donaciones
En el siglo XIII este proceso de consolidación avanza y en 1264 ya se enterraban dentro del monasterio, en lugar sagrado destacado, algunos miembros de la nobleza laica, al igual que dotaciones de aniversarios, pero no se tardarán, a finales de ese siglo, en registrarse los primeros pelitos con otros propietarios. Asimismo, y como era habitual en los conventos de entonces, se percibían ciertas relajaciones en la regla monástica, pues hasta un documento menciona a Elvira como mujer de Juan, el abad. Por entonces, la fundación de la Puebla de Aguilar, el actual Llanes, como población libre y aforada, por
Alfonso IX, y confirmada por
Alfonso X, supondría el surgimiento de un nuevo poder, laico, frente tanto la nobleza como los monasterios, por lo que enseguida surgirían nuevos pleitos entre todos
En 1295 se sabe de la existencia de la
"feligresía de Santa María de Capiella", lo que da a entender que había una segunda iglesia en el mismo monasterio que haría las veces de parroquial de Celoriu. Esa iglesia, intramuros y dentro del mismo cenobio, aparecerá en en censo parroquial del obispo
Gutierre Toledo un siglo después y en otros documentos
A la centuria siguiente siguen las relaciones, cuando amistosas o cuando animosas, con la nobleza de la Tierra de Aguilar, es decir, tanto habría donaciones como compraventas y litigios. Destacan entre las primeras las de Pedro Díaz de Nava y las de Rodrigo Álvarez de Noreña, pero a la vez en 1380
Juan I hace restituir al convento bines usurpados por la nobleza. Es entonces cuando los abades esgrimen para conseguir el favor de la Corona, la fundación real por parte de Fernando I, otra cosa es que sea efectivamente realidad o no. El abad Fernán Martínez hizo valer ante el citado monarca Juan I en las cortes de Soria la independencia de las propiedades del monasterio empleando ese argumento
También sabemos de la existencia de la portería del monasterio, mencionada por primera vez en 1340, cuando era portero el portero el laico Fernán Pérez
En el siglo XV se registra un importante declive y endeudamiento, perdiendo parte de sus propiedades, otras las aforarían (alquiler a campesinos) a perpetuidad, caserías, corrales montes y tierras de cultivo, pues lo verían más rentable que la explotación directa. Por esos documentos se sabe tenía numerosas paneras graneros y bodegas, almacenándose abundante escanda para hacer pan
Así, entrando el siglo XVI, cuando solamente quedaban un abad (Juan Espinosa) y dos monjes, se produce la entrada directa del monasterio en la órbita de la congregación reformada de San Benito de Valladolid, entre 1517 y 1531, comenzando un nuevo periodo de esplendor con el abad Juan de Estella en el que le será añadido el vecino monasterio de
San Antolín de Bedón como priorato dependiente
Se intentó acabar con una fuente de conflictos, la dualidad entre iglesia monacal e iglesia parroquial, suprimiéndose la otra iglesia de Santa María de la Capiella y quedando como parroquial la misma del monasterio, la de San Salvador. Así el
Papa Inocencio III unió los cargos de párroco y abad, pero seguirían los problemas entre el monasterio y el obispado por la jurisdicción de esta abadía y los pueblos y parroquias que le correspondían, algo que se prolongaría hasta incluso después de la Desamortización de 1835. Escribe de ello García Mijares en sus
Apuntes...
"La Iglesia del convento de Celorio era en lo antiguo la parroquial del pueblo del mismo nombre, con los que hoy forman la parroquia de Barro, y con una tercera parte de la aldea de Poó, por que las otras dos partes pertenecian a Llanes y a Porrua, sin más deslinde de barrios ni demarcación definida, que la vase de que el varon seguía la parroquialidad del padre, y la hembra lo mismo, hasta que contraia matrimonio, que entonces seguia la del marido; y siendo ambos conyuges forasteros, podian elegir libremente iglesia.
Esta confusión de derechos parroquiales, fue causa de pleitos entre las tres feligresías, sacando por lo regular la mejor parte el monasterio, que se atraía los de elección libre con promesas de foro y arrendamiento.
Los párrocos respectivos, convinieron arreglar sus disensiones, pero lo hicieron tan vagamente que, recrudecidas de nuevo las pasiones, promovieron más pleitos, mereciendo especial mención por lo dispendioso, el que, a fines del siglo diez y ocho, entabló el Párroco de Porrúa contra el monasterio de Celorio. Por estas fechas, reunía Póo ciento veinte y dos vecinos, de los que a Llanes solo seis pertenecían, nueve a Porrúa y los restantes a Celorio, y fue indispensable para cortar las discordias que constantemente se suscitaban, a ruego de los vecinos de Póo, crear como se creó en 1849, una Vicaría perpetua en dicho pueblo, independiente de las otras tres parroquias"
Tras el abandono y decadencia del siglo XV se ve que el edifico románico había quedado muy deteriorado, siendo entonces, ya con Juan de Estella, cuando se hace una nueva iglesia y parte del monasterio, desapareciendo físicamente la iglesia de Santa María de la Capiella. Entre 1574 y 1580 el abad Jerónimo de Baraona emprendería grandes reformas en el claustro, que se acabarían en 1610, cuando ya otro abad, Pedro Martínez, mejoró la sacristía
Una fase posterior sería la de la actual iglesia, renovando la anterior, medieval, construyendo este nuevo acceso, así como la nueva casa abacial, iniciativa del abad Fray José Muñárriz, casa que tras la exclaustración pasará a ser la rectoral
Se llevan a cabo estas obras en 1660, fecha que vemos inscrita en la fachada principal
Más arriba, en una hornacina, la imagen de San Salvador, el patrón, en actitud de bendecir. Su fiesta se celebra el primer día de agosto, si bien es más gastronómica, con reparto del bollu preñau y botella de vino a lo que se añadió de un tiempo acá la elaboración de una gran marmitada de bonito con espicha de sidra
Pero la gran fiesta por excelencia de Celoriu es la del Carmen, que se celebra el domingo siguiente al 16 de julio, relatada de esta forma el
Diario Digital de Celorio:
"El día comienza cantando las “mañanitas” a la Virgen del Carmen, que por primera vez desde el año anterior sale de la Iglesia y ve la luz del día. Una vez finalizadas las «mañanitas» se devuelve al altar hasta el mediodía. Es entonces cuando, acompañados normalmente por una banda de gaitas, los mozos y mozas del pueblo, vestidos en su mayoría con los trajes típicos, caminan en procesión hacia la Iglesia para honrar a su Virgen.
Allí le ofrecen los «ramos» (pirámides de roscos de pan adornados con flores y cintas que los mozos llevan a hombros durante toda la procesión), que la gente del pueblo ha elaborado. Posteriormente se lleva la imagen de la Virgen frente al mar, en el paseo de La Rotonda, donde se le honra con la Salve Marinera.
A continuación se celebra la Eucaristía en su honor y tras ella se procede a la subasta de los ramos en la Plazuela. En dicha misa, de singular belleza, se interpretan los himnos regional y nacional a gaita. A la salida de misa también se interpretan los bailes regionales, en los que un grupo de mozos y mozas del pueblo vestidos con los trajes regionales, bailan varias piezas típicas de la zona. Una vez finalizados estos bailes la fiesta se suspende hasta por la tarde-noche, cuando se suelen repetir para dar comienzo a una romería y verbena amenizada con orquesta/s y que dura hasta altas horas de la noche"
Una semana antes del Carmen acontece una tradición que se realiza desde tiempo inmemorial: se planta en La Plazuela el tronco pelado de un gran árbol como en casi todas las parroquias, barrios y aldeas llaniscas, la
joguera o
h.oguera (con hache aspirada) una costumbre ancestral, tal vez prerromana, existente en otros muchos lugares. Se compite en el tamaño del tronco y en la destreza y fuerza de los mozos que lo transportan y colocan. Ha evolucionado como todo. antes era un olmo y ahora es un eucalipto, también se cuenta con la ayuda de maquinaria agrícola. Nos lo dicen en el
Diario digital de Celorio:
"Es la primera de las fiestas del verano celoriano y se celebra una semana antes de la fiesta del Carmen. La fiesta consiste en que los mozos y mozas del pueblo van en grupo (normalmente andando desde el pueblo y con tractores) a la falda de la cercana sierra del Cuera. Allí deben buscar y escoger un eucalipto grande, recto y ancho. Ese eucalipto (que es lo que se llama «hoguera») es talado a mano, para posteriormente ser arrastrado hasta el pueblo. En el camino de vuelta hacia el pueblo acompañan gaitas, sidra, y un fabuloso ambiente festivo que une a locales y visitantes en torno a este celebración. Normalmente ese camino de vuelta también incluye una parada a modo de «espicha» en la que la Sociedad de Festejos ofrece viandas a los asistentes.
Es por la tarde, normalmente en torno a las 18h, cuando se retoma la celebración de esta fiesta. Al Eucalipto se le quita la corteza y las ramas, y se le añade en la parte superior un ramo de sus propias hojas adornado con hortensias y con las banderas de Asturias y de España. «La Hoguera» es conducida entonces a la plazuela (junto a la Iglesia) donde deberá ser plantada por los mozos sin ayuda mecánica. Mediante cuerdas, topes y fuerza, la hoguera comienza a ser izada en un foso preparado en la plaza al efecto. Los mozos se distribuyen entre el foso, debajo de la hoguera, la torre de la iglesia y los laterales, para favorecer un correcto levantamiento del «palu». Este proceso lleva aproximadamente una hora y media.
La tradición cuenta de una «rivalidad» entre los pueblos vecinos (casi todos izan una hoguera el día de sus fiestas), para ver qué pueblo levanta una hoguera mayor y de más peso. En Celorio en 2011 se levantó una hoguera de 38,5 metros y algo más de 3.000 kilos. Esta Hoguera permanece plantada frente a la Iglesia hasta la víspera de la misma fiesta del siguiente año, cuando se tira para dejar hueco a la siguiente.
Por último se ofrece a los asistentes una espicha con orquesta que ameniza la fiesta hasta la madrugada"
"A Celorio le dan la fama su monasterio y sus fiestas: las fiestas del Carmen, que canta con ecos de «marcha triunfal» rubeniana el poeta Celso Amieva:
Ya asoman, ya asoman,
ya asoman los mozos.
En carro triunfal, abrumado de lauros,
dos bueyes de gala transportan un olmo.
El olmo más alto, señor de los bosques
verdes de Redondo.
Está en la plazuela del viejo convento
congregado el pueblo feliz de Celorio.
El poeta describe la llegada de la hoguera de la fiesta del Carmen, a hombros de los mozos. La costumbre de la hoguera en estos pueblos es ancestral, y en cada uno tienen a gala cortar para ella el árbol más erguido del bosque: tanto es así que en Balmorí, hace pocos años, tuvieron que derribar un muro para plantar la hoguera. El árbol antes sería un olmo, como en el poema; ahora los más se conforman con el advenedizo eucalipto, siempre que sea alto. Por lo general, la hoguera no es tal hoguera, y su nombre tan sólo es evocación de antiguas celebraciones relacionadas con el fuego: en Balmorí, en Celorio, la hoguera [134] permanece plantada durante todo el año en la plaza; en cambio, en Llanes se le da fuego la noche de la Magdalena. Celso Amieva contempla la hoguera plantada en la plaza delante del convento:
¡enhiesta se eleva como hace mil años,
como en los primeros días de Celorio!
Pero, la verdad, pocas cosas quedan en Celorio que sean como hace mil o más años..."
Con el abad Bernardo Alvarado (1633-1637) el número de monjes pasa de 10 a 30 y se funda el Real Colegio de Bellas Artes, una especie de enseñanza secundaria para monjes con clases de Filosofía, Historia y Latín, pero que pronto se abrirá a admitir seglares. De este
Colegio de San Salvador de Celoriu escribe en su obra histórica Manuel García Mijares:
"El monasterio se componía de Abad mitrado, Monjes profesos y Legos, Párrocos y Maestros, y de un número de colegiales internos, con hábito de la religión de San Benito, que nunca bajaba de cincuenta, y en sus cátedras estudiaban latín, filosofía y Teología. También asistían a las mismas cátedras muchos alumnos externos, especialmente hijos de este Concejo, como los Inguanzos, los Posadas, los Cortinas, los Prietos, los Quintanas y otras notabilidades, que después brillaron en la Iglesia, en la Política, en la Administración, en el Foro y en las Armas. Hasta los pobres desheredados de la fortuna recibían allí, instrucción algunos, y todos a las doce de cada día, el abundante rancho, con esmero y limpieza condimentado para apagar su hambre"
Efectivamente, la creación del Colegio de Artes supuso un impulso en el número de habitantes del monasterio, que empezando el siglo XVII eran doce monjes y un
donado (persona que es sirviente en una orden religiosa mendicante y viste hábito, pero no profesa), se van superando los 30 entre maestros, colegiales y pasantes, manteniéndose esta alta ocupación a lo largo de los siglos XVIII y XIX, leemos en
San Salvador de Celorio (Llanes):
"... en 1725 la comunidad consta de veintinueve miembros, que en 1727 se reducen veinticuatro: el catastro de Ensenada nos informa que, en 1752, convivían en Celorio "diez monges sacerdotes, diez y seis monges colegiales y quatro legos". Además de estos mantienen el monasterio, dentro de la clausura, los criados y oficiales, los cuales sirven en la cocina, en la cámara abacial, en la portería, en la caballeriza y en las huertas del monasterio; en 1765 la comunidad estaba integrada por diez sacerdotes, trece juniores y dos legos; en 1787 por catorce profesos, un lego y seis criados; y entre 1797-1801 por "27 religiosos, dos señores franceses, cuatro estudiantes, dos chicos de misas, carretero, espolista, pastor, cocinero y ayudante, hortelano"
Más tarde, en 1675, se acometían las obras en la nave del templo, pero de ello hablaremos cuando accedamos al interior. En 1697 se seguía trabajando en el claustro, que nunca pareció estar completamente terminado
En 1750 se hizo esta monumental puerta de servicio al patio exterior meridional para que entrasen los carros con las rentas en especie, para la que se sabe había problemas de almacenamiento
Una grandiosa portada soberbiamente tallada con numerosas filigranas artísticas y sobre ella la frase:
IHS MARIA IPH ANO DE 1750
Debió de haber en ese patio y finca grandes graneros, paneras, cuadras y otras dependencias para ello, que posiblemente se ampliasen considerablemente por entonces, de lo que solamente esta portada guardaría la memoria, junto con, posiblemente, estos muros de un edificio a su derecha, que pudo ser parte de esos almacenes monásticos o incluso la cárcel abacial
Llegamos así al abad Plácido Rico (1781-1785), que hará construir el archivo y la nueva cocina, fomentando el cultivo de la vid en la finca monacal y la repoblación forestal en sus propiedades. También se edificará bajo sus auspicios en nuevo dormitorio de los estudiantes, muchos de los cuales llegaron a ser destacadas personalidades del momento. Volvemos a la Gran Enciclopedia Asturiana:
"Entre otros quehaceres, los monjes de Celorio se dedicaron a la enseñanza del latín, filosofía y otras materias. Una breve relación de los alumnos más eminentes pueden hablarnos de la importancia de este centro; así el cardenal Inguanzo, arzobispo de Toledo; Joaquín Fernández Cortina, obispo de Sigüenza; Fernando Prieto Mestas, eminente teólogo; Lorenzo Fernández Cortina, doctoral de Jaén y notabilísimo canonista; Antonio Posada Rubín de Celis, patriarca de las Indias, José de Posada Herrera, jefe del Gobierno en 1883, presidente de las Cortes en distintas legislaturas y varias veces ministro; Lorenzo Nicolás Quintana, director general en el Ministerio d Hacienda, consejero de Estado, senador, diputado y Poeta: Benito Posada Herrera y Ramón Díaz Vela, magistrado del Tribunal Supremo; Isidro de Hoyos, teniente general y ministro de la Guerra, etc."
Entre 1797 y 1801 el prado de los almacenes, junto a la cocina obra de Plácido Rico, sería limpiado de piedras y rocas, las cuales fueron arrojadas a la antigua laguna de Llagu Mestu, como hemos dicho antes.
En 1805 se acaba el claustro con el abadiato de Juan Íñiguez, entre otras obras, pero la francesada de 1808 provoca la marcha de los monjes y serios desperfectos en el monasterio. El abad Samaniego, además de repartir el dinero que había entre los monjes, donó 33.000 reales al ejército armado para repeler al invasor, siendo confiscados el vestuario, la loza y los cálices, por lo que entre 1814 y 1818, ya finalizada la Guerra de la Independencia, se realizaron diversas reparaciones y nuevos trabajos. Precisamente durante la Nochebuena de 1818 el monasterio sufrió un robo de 11.000 reales, "únicos que entonces había", mientras los monjes cantaban en el coro
Las labores continuaron los abades Bartolomé Conde y Benito Briones, el primero sustituyó la primitiva portada de la iglesia por esta de cantería y el segundo mandó hacer el retablo mayor. Posteriormente M. Alegría (1828) sufragó la sillería del coro
Llegamos así al último abad, Fray Alvito Petite, a este, más que por sus obras constructivas lo recordaremos por su obra poética
Despedida de Celorio, en la que narra desgarradoramente los momentos acontecidos entre la tarde del 27 de octubre de 1835 y la mañana del día siguiente, fijado para la expulsión de los frailes, sólo 17 días después de la firma de la Real Orden del ministro
Juan Álvarez Mendizábal, artífice de la
Revolución Liberal Española, uno de cuyos frutos más conocidos fue el de la
Desamortización que provoca la desazón, plasmada en verso por aquel último prior:
Al agudo dolor que mi pecho
a la sazón se encuentra poseído
viendo que ya está escrita la sentencia
del funesto destierro tan temido
viendo el dulce vergel de las delicias
convertido en morada del afligido
El abad había encabezado sus versos con la cita de
Ovidio "Est aliquid fatale malum per verba levari", males comunicados son aliviados. Unos 80 colegiales abandonan entonces el monasterio y muchos se enrolan en las milicias carlistas de las montañas. Manuel García Mijares en sus
Apuntes históricos de Llanes, relata lo sucedido y cómo los frailes se echaron al monta a pelear con los carlistas:
"El Monasterio era rico, poderoso, en caridad y fortuna, pero todo desapareció con la exclaustración llevada a término el día 28 de Octubre del año 1835, siendo Abad D. Fray Alvito Petite, perdiéndose también con ella el archivo que tantos y tan importantes documentos guardaba para la historia de Llanes y su concejo. Los que en ese día hemos visto salir de su santa casa a diez y seis padres graves, y a ochenta colegiales profesos, vistiendo el hábito, que fueron a engrosar en su mayor parte el contingente para la guerra que entonces ardía en nuestra España, no podemos menos de derramar lágrimas de sentimiento. Desde entonces, fue demolida la parte del convento que servía de Colegio, quedando para quinta de recreo particular poco más que los claustros, y la iglesia como parroquial"
El famoso viajero inglés
George Borrow, del que tanto hablamos y hablaremos en este Camino Norte, conoció el monasterio, que llama
"convento de San Cirolo" cuando pasaba camino de Llanes el 7 de octubre de 1837, es decir, recién desamortizado:
"uno de los edificios monásticos más grandes de España. Ahora está abandonado, y se alza solitario y desolado en una de las penínsulas de la costa cantábrica"
Siete años más tarde el edificio monacal es subastado, haciéndose con él un particular, Juan Abarca Sobrino, quien se lo cedió a un comerciante santanderino
La iglesia se mantenía aparte de ese proceso pues seguía siendo parroquial, cuando la Casa del Abad pasó a ser la del párroco. Esta casa contaba con el cuarto de estudio y el dormitorio del abad, según datos del inventario de 1835 hecho a consecuencia de la exclaustración, y del que sabemos también que el monasterio contaba con una hospedería
En 1919, los arruinados restos del monasterio fueron adquiridos por la
Compañía de Jesús, transformándolos en Casa de Ejercicios, para lo que rehabilitaron el edificio e hicieron un nuevo pabellón adosado interiormente en la esquina sudeste del claustro
Más tarde, en la posguerra civil, se construyó un nuevo cuerpo entre ese pabellón y la torre, de estética racionalista. Todo ello fue derribado en la última gran remodelación, entre 1973 y 1977, para hacer una nueva casa de ejercitantes con los arquitectos Miranda y Ferreres
De la torre gustan de glosar con esta frase en la Gran Enciclopedia Asturiana:
"La torre, aprisionada entre cenobio e iglesia, románica -muy similar a la vieja de la catedral ovetense- se eleva majestuosa y desafiante. como único testimonio de pasados esplendores"
Cuando se disolvió la Compañía de Jesús, el edificio pasó al Estado, tuvo muy diferentes usos como casa de peregrinos y taller de artes. Durante la Guerra Civil fue empleado por los republicanos como depósito de soldados de reemplazo, el Depósito de Reserva nº 3, también como cuartel de descanso y centro de reorganización de los batallones de milicianos asturianos que lucharon en el País Vasco y Cantabria
Tras su toma por los nacionalistas en octubre de 1937 pasó a ser campo de concentración de prisioneros, en el cual surgió una epidemia de tifus a causa de dar agua de un pozo en mal estado
Más tarde se establecieron de nuevo los usos religiosos, restableciéndose a los jesuitas en 1939, quienes lo emplearon como lugar de reunión del Apostolado Social Católico. Leemos en Wikipedia su evolución hasta la actualidad:
"Hasta el mes de noviembre de 2010 el convento estaba ocupado por un grupo de monjas pertenecientes a la Congregación de Esclavas de Cristo Rey que lo abandonaron definitivamente el mes de octubre, dejando a cargo del convento a un matrimonio de guardeses. Desde entonces se utiliza únicamente la parte dedicada a "Casa de Ejercicios", que es alquilada por la Compañía de Jesús, sobre todo durante los meses de verano. No están contempladas visitas al mismo"
María Cruz Morales y Emilio Casares en su libro El románico en Asturias. Zona oriental, plasman la situación actual:
«en la actualidad el monasterio, totalmente rehecho en épocas sucesivas, sólo conserva una puerta de la iglesia totalmente lisa de carácter tardío, de principios del siglo XIII, y una torre visible desde el actual claustro. El resto de las construcciones románicas así como el importante archivo que allí existían han desaparecido»
En el muro que cierra La Plazuela por el oeste encontramos un monolito con una placa
Está dedicada a un vecino, Paulino Crespo Martínez, Pipo. No hemos encontrado de momento más referencia sobre él que una foto de niño en el catecismo, del año 1924, publicada en Celoriu.com
Como ya habíamos informado, pocas veces se tiene la oportunidad de visitar el interior de muy reformado edificio monacal, aunque no así la iglesia, a la izquierda, con su torre y nave
Este acceso al templo, recordamos, es obra de 1660, cuando se hace la casa del abad, que está justo encima, la cual pasaría con la Desamortización de Mendizábal a ser casa rectoral
Ya pasada la francesada el prior Bartolomé Conde auspiciará esta nueva entrada, de cantería, la cual mira al sur, no al oeste, como era habitual en las iglesias más antiguas
La casa abacial tiene un balcón volado sobre esta portada, dando vista, como las dos ventanas laterales, a La Plazuela. Aquí pasaría el último abad, Fray Alberto Petite, parte de aquellas últimas horas antes de abandonar su monasterio, la tarde y noche del 27 al 28 de octubre de aquel año, transmitiendo tan traumática espera en su Despedida de Celorio, poema que tardaría nada menos que 173 años en ser publicado, cuando en 2008 el escritor Salvador Fernández de la Cigoña lo publica en el boletín Studium Ovetense del Instituto Superior del Seminario Metropolitano de Oviedo, dándolo a conocer en el artículo titulado Despedida de Celorio. Un poema en verso rudo, tosco y desabrido, sobre la exclaustración de San Salvador de Celorio en Asturias
Nos abren la puerta y entramos adentro...
Este es pues el espacio bajo la casa abacial, antes de entrar al templo propiamente dicho, un gran espacio cubierto a manera de porche que parece haber hecho la función del atrio o cabildo de otras iglesias, lugar de reunión o espera al entrar o salir de los oficios religiosos. De frente tenemos una imagen de San Benito de Nursia, fundador de la orden benedictina
Se le representa con su hábito negro y el libro de la Regla de San Benito que él compuso para los monjes monásticos. Leemos en la Wikipedia:
"La regla daba autoridad de patriarca al abad del monasterio que al mismo tiempo tenía la obligación de consultar con el resto de la comunidad los temas más importantes. Los discípulos de Benito se encargaron de difundir la Regla por toda Europa y durante siglos hasta la adopción de la regla de San Agustín por los premostratenses en el siglo XII y los dominicos y mercedarios en el siglo XIII, fue la única ordenanza a seguir por los distintos monasterios que se fueron fundando.
Siguiendo los preceptos, el hábito benedictino debía estar formado por una túnica y un escapulario, cubiertas ambas piezas por una capa con capucha. No se dice el color que deban llevar dichas prendas, aunque se cree que seguramente serían de la coloración de la lana sin teñir, que era lo más fácil en los primeros tiempos. Después, el color negro fue el predominante hasta que llegó la reforma de los cistercienses, que volvieron a adoptar el blanco; de ahí la diferencia que se hace entre monjes negros y monjes blancos, ambos descendientes y seguidores de la orden benedictina"
Y si a un lado está San Benito al otro debería esta su hermana melliza, Santa Escolástica, abadesa del monasterio femenino de Piumarola, al lado del de Monte Cassino fundado por su hermano, por lo que sería el suyo el primer convento de monjas benitas
Santa Escolástica de Nursia hizo vida religiosa desde niña y desde su convento visitaba a San Benito cada año, pero como no podía entrar en el cenobio masculino, salía San Benito a recibirla, yendo los dos a una casa de confianza
" donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de alabanza a Dios y discutiendo asuntos espirituales. Sobre la última visita, San Gregorio hace una notable descripción, en la cual, la santa, presintiendo que no volvería a ver más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día siguiente, pero San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su monasterio.
Entonces, Santa Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su ayuda, y acto seguido, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano regresara al monasterio. Los dos santos pasaron la noche hablando de las cosas santas y de asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano, que se encontraba absorto en la oración, tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma. Él falleció cuarenta días después"
Accedemos hacia lo que es propiamente la nave del templo a través de esta portada románica tardía o protogótica, de arco ligeramente apuntado con una moldura en zigzag sobre las roscas de arco y guardapolvo, datada en la segunda mitad del siglo XIII. No parece haber sido esta su ubicación original, para empezar arco y guardapolvo se sostienen sobre unas impostas y jambas de diferente piedra y traza escultórica
Es también pequeña para haber sido la portada principal (fachada oeste) de la iglesia de un monasterio medieval de la importancia de Celoriu, el principal del oriente de Asturias. Es muy posible que durante las sucesivas campañas de reformas y construcciones se añadiese un elemento antiguo como símbolo de prestigio
No sabemos no obstante si esta portada ha venido desde otra parte de este cenobio y mucho menos de cual, o ni siquiera si ha venido de fuera. ya que durante el abadiato de Fr. Bartolomé Conde (1822-1824) se documenta que se compró una portada de cantería labrada para la iglesia, colocándose en ella y tirándose el arco viejo
Mirando hacia arriba, descubrimos en el arco también esta decoración geométrico-vegetal, tetrapétalas. Dadas las intensas reformas acontecidas en iglesia y cenobio entre los siglos XVII al XIX viene a resultar imposible saber la procedencia exacta de esta arquería
Seguidamente llegamos a otro espacio, enlosado. Vamos a fijarnos a la izquierda en la pila bautismal
Es del año 1552 y simboliza el paso del monasterio de Celoriu a la congregación benedictina de Valladolid, con todas las obras e innovaciones que se realizaron tras los años de declive dejados atrás, sobre todo a lo largo del siglo XV. Fue colocada en este lugar durante las obras de 1824 a 1828, al retirarse un peñón que aquí había
Las numerosas imágenes existentes en el monasterio son de a partir de esa época, del siglo XVI y hasta los siglos XVII, XVIII y XIX. Junto con lo sucesivos trabajos constructivos se realizaban también los artístico-religiosos, como la imaginería correspondiente y los retablos
La pila bautismal es además un testimonio de las funciones parroquiales asumidas en esa centuria. Es grande y voluminosa, monolítica y de piedra caliza. Su cuba lisa se dispone sobre un pie poco elevado
Tiene una inscripción en su parte superior que la data en la dicha fecha de 1552. De no ser por eso podría parecer muy anterior
Es sumamente interesante comprobar cómo en época tan tardía se mantenía una tipología de pila bautismal tan propia de los tiempos del románico
El arte románico es imitado asimismo en las columnas que hacen las veces de candelero
Un cuadro de la Virgen de Guadalupe, a la derecha, es claramente muy posterior, es muy posible que tenga que ver con los muchos vecinos emigrados a México, y es que la época de las grandes emigraciones a América comenzó justo después de la Desamortización, esas mismas reformas liberales quitaron las trabas existentes desde hacía siglos para salir de España, las guerras carlistas fueron otro aliciente para escapar del servicio militar y por eso se iban muy jóvenes, y al otro lado del mar, las nacientes repúblicas americanas necesitaban mucha mano de obra con iniciativa, favoreciendo la llegada de emigrantes
José Suero, el Padre Macón, oriundo de Celoriu, fue el último vicario del convento y tras su exclaustración fue uno de esos emigrantes a México, sus virtudes hicieron que fuese el único clérigo al que el presidente
Benito Juárez permitió el uso en la calle del hábito de monje o
traje talar
Seguidamente tenemos otra gran estancia antes de la nave del templo propiamente dicha. Hay más imágenes religiosas y libros antiguos
Aquí tenemos una imagen de San Martín de Tours, representado con el hábito de obispo
Al lado, una vitrina expone un antiguo y voluminoso libro. Sin duda pertenece a los antiguos benedictinos que poblaron y rigieron el monasterio durante siglos. La Orden de San Benito fue fundada por Benito de Nursia, venerado como santo por las iglesias católica, ortodoxa y luterana. Su idea era fundar monasterios autosuficientes, organizados normalmente en torno a una iglesia de planta basilical y claustro. Está considerado patrón de Europa y patriarca del monacato universal
Benito escribió una regla para sus monjes, conocida luego como la Santa Regla y Regula Sancti Benedicti (
Regla de San Benito), de 73 capítulos, algunos añadidos y otros modificados, siendo su principal mandato el ora et labora, por el que se regulaba el tiempo, leemos en
Wikipedia:
"Se tuvo muy en cuenta el aprovechamiento de la luz solar según las distintas estaciones del año, para conseguir un equilibrio entre el trabajo (generalmente trabajo agrario), la meditación, la oración y el sueño. Se ocupó San Benito de las cuestiones domésticas, los hábitos, la comida, bebida, etcétera. Una de las críticas que tuvo esta regla al principio fue la «falta de austeridad» pues no se refería en ningún capítulo al ascetismo puro sino que se imponían una serie de horas al trabajo, al estudio y a la lectura religiosa, además de la oración"
Cuando San Benito de Nursia, creador de la orden benedictina, fundó en 530 el monasterio de Monte Cassino, construyó sobre los más antiguos templos paganos existentes en la montaña un altar dedicado a San Juan Bautista, al que tenía por el máximo ejemplo de ascetismo , y otro a San Martín de Tours, iniciador en la Galia de la vida monástica
Esta es la razón de la presencia de esta figura de San Martín aquí, en lugar tan prominente y destacado en el paso a la nave de la iglesia. El libro también ha de recordarnos el archivo del monasterio, en su mayor parte perdido, como nos indica José A. Álvarez Castrillón en su trabajo Toponimia medieval del concejo de Llanes en losdocumentos del monasterio de San Salvador de Celoriu:
"El monasterio benedictino de San Salvador de Celoriu, fundado a mediados del siglo XI , constituye, junto con sus hermanos en la orden de San Antolín de Beón y San Pedro de Villanueva, esencial referencia histórica del territorio asturiano conocido como Primorias –«territorio Primoriensi» en un diploma del s. X–, nombre genérico vigente para las tierras comprendidas entre los ríos Seya y Deva hasta que acaba el paulatino fenómeno de cristalización de entidades menores conforme la base de los actuales concejos, algo que podemos considerar plenamente realizado en el siglo XIII.
Conocida la gran influencia que en ese ámbito oriental de Asturias tuvieron las tres citadas abadías, cualquier aproximación histórica a ese espacio en el medievo ha de remitirse con fundamental interés a sus fondos documentales. Considerados en términos de Georges Duby son evidentemente los campos del oriente de Asturias en ese periodo «campos con señor», pero lamentablemente no por eso son «campos con historia»: la historiografía se encuentra con una carencia documental lamentable con respecto a lo que debieron ser los riquísimos fondos monásticos.
Avatares sucesivos en forma de incendios, pillajes, traslados, y finalmente el caos que rodeó el proceso desamortizador, pueden resumir una singladura documental, por otra parte nada extraña, que acaba en un silencio lamentable, sólo roto muy ocasionalmente por algún afortunado hallazgo. De esta forma los fondos de San Antolín han desaparecido y de San Pedro de Villanueva de Cangas se conocen cuatro únicos documentos, casualmente insertos por homonimia en la colección de Sta. María de Villanueva de Oscos que se custodia en el Archivo Histórico Nacional .
Los fondos de San Salvador de Celoriu han corrido muy parecida suerte y la única documentación de época medieval que nos consta se conserva consiste en seis pergaminos custodiados en un archivo particular llanisco que fueron dados a conocer por J. I. Ruiz de la Peña hace unos años. Del resto de la documentación sólo podemos saber a través de dos registros de escrituras de época moderna incluidos en dos legajos del Archivo Histórico Nacionalque, como señala Ruiz de la Peña «por el propio carácter de estos registros y su tardía confección, con innumerables errores, deben ser manejados con suma cautela» . En su mayor parte son extractos de escrituras y han sido publicados por Fernández Martín en su totalidad , aunque transmitiendo necesariamente los defectos de las transcripciones de época moderna"
Los arcos carpanel, que predominan en esta antesala de la nave, alcanzaron su máximo difusión en el gótico final o gótico flamígero, estilo predominante en Asturias cuando el monasterio pasó a la congregación benedictina vallisoletana, cuando comenzaron las ingentes obras que transformarían el santuario medieval, muy deteriorado tras su periodo de decadencia
A nuestra izquierda confesionarios, y más imaginería
Una Piedad intensamente emotiva y realista
Y al lado, otra enorme vitrina y otro libro enorme de los frailes
benitos, cuyos monasterios estaban, y están, dirigidos siempre por un superior que, dependiendo de la categoría del monasterio, puede ser llamado prior o abad, escogido por la comunidad:
"Los monasterios benedictinos están siempre dirigidos por un superior que, dependiendo de la categoría del monasterio, puede llamarse prior o abad; este es escogido por el resto de la comunidad. El ritmo de vida benedictino tiene como eje principal el Oficio Divino, también llamado Liturgia de las Horas, que se reza siete veces al día, tal como San Benito lo ordenó. Junto con la intensa vida de oración en cada monasterio, se trabaja arduamente en diversas actividades manuales, agrícolas, etc., para el sustento y el autoabastecimiento de la comunidad"
(
Wikipedia)
Fundadas las primeras abadías benedictinas en los reinos cristianos peninsulares en el siglo X, en el siguiente llegarán a Asturias. Dejando aparte la fecha no probable de 1017 como la de fundación de Celoriu por ser demasiado temprana, aparecen primeramente en San Juan de Courias (Cangas del Narcea) y en la sede episcopal ovetense, en San Vicente y en San Juan Bautista (luego de San Pelayo). En este segundo, femenino, la abadesa Teresa Ansúrez adoptó la Regla de San Benito en esa época
Los
cistercienses, una de las corrientes reformadoras de la Orden, estableciéndose muy cerca de aquí, en San Antolín de Bedón. Eran llamado los
benedictinos blancos, por el color de su hábito, en contraposición a los demás, los benedictinos negros. Como hemos visto los de San Antolín pasaron a ser priorato dependiente de San Salvador de Celoriu en 1544, lo que conllevaría su decadencia, quedando un monje para los servicios religiosos bajo la autoridad del abad de Celoriu. Fue por ello de los más tempranamente desamortizados, ya en 1822 con el
Trienio Liberal, vendiéndose sus propiedades. premonición de lo que iba a pasar aquí unos años después
Caminando ahora hacia la nave del templo, pasamos primeramente bajo el coro alto, construido entre 1828 y 1832, es decir, poco antes ya de la exclaustración
Más allá estaría el coro bajo, donde en 1818 cantaban maitines los monjes durante la Nochebuena en la que se produjo el robo de sus 11.000 reales
El coro alto que lo sustituyó se sostiene entre las paredes de la nave y sobre estas artísticas columnas de madera. Este de la iglesia es uno de los escenarios de la Despedida de Celorio de Fray Albito Petite, unos versos que constituyen una temática muy especial, pues no existen poemas contemporáneos sobre los acontecimientos que se vivieron en las exclaustraciones y además narrados por los mismos frailes afectados, como testimonio de primera mano. El poema busca transmitir toda la angustia del abad cuando este busca un motivo a la dramática situación a la que se ve abocada la comunidad, con toda su impotencia, sentimientos de culpabilidad y mucha incertidumbre. El abad y su comunidad están abatidos, un ejemplo es lo que ha pasado ya en el jardín del monasterio, todo un triste ejemplo de la situación en la que viven:
y lo encuentro cubierto ya de luto;
pues sus flores hermosas han salido
de él; que sin dejar ni las raíces
se dieron al primero que las quiso
cual bienes de un país ya conquistado
cual si fueran hacienda de perdidos
El abad espera la tarde de la víspera de la exclaustración (27-10-1835) muy ansioso, ha salido afuera, al prado tras del monasterio, viendo las olas del mar que en un momento parece quisieran engullirle. Llega la noche pero no puede dormir en su cuarto de la casa abacial, por lo que se viste para venir a la iglesia y en el claustro escucha los lamentos de sus compañeros que salen de sus celdas.
Y en la iglesia, Dios se muestra enfurecido, levanta las olas sobre el templo y le hace al abad conocedor de su poca devoción, le muestra que los lloros ya están fuera de tiempo y que el final del monasterio ya no tiene solución, siendo esta la explicación a sus remordimientos de conciencia
Seguidamente será la Virgen la que le anime, dándole esperanza, lo que calma al abad, que se retira a su celda, consciente ya que la suerte está echada y asumiendo que van a ser expulsados del monasterio. En su examen de conciencia quiere descubrir su culpabilidad en el descuido del culto y en realizar este como una rutina
Pasa la noche en vela, llega el amanecer y siente ruido en el claustro, han llegado los funcionarios que aplicarán su exclaustración. Y así, los frailes, uno a uno, en una escena de terrible desolación, se despiden de su abad:
Uno a uno penetran en mi estancia,
a mi cuello se cuelgan afligidos,
y lo estrechan con lazo cariñoso,
y mezclando su llanto con el mío
el muy terrible A Dios ya me dirigen
mil veces del sollozo interrumpido
que inhumano y cruel hiere de muerte
cual tiro de arcabuz el pecho mío
Esta nave de la iglesia por la que deambulaba inquieto y con gran desazón Fray Albito Petite es obra del año 1679, cuando se emprendió la tarea de hacer una nueva nave para el templo, pero manteniéndose la cabecera, tardo gótica, donde está el altar, que vemos al fondo con su clásico arco apuntado u ojival...
"que la iglesia de esta casa tenía necesidad de reparos, que todos veían y sentían reconociendo el techo y el suelo, que uno y otro pedían se reformase y compusiese, haciendo las capillas de bóveda y el suelo de chaplón, que sería obra de tres o quatro mil ducados"
Y así se construyó esta actual nave única de bóveda de cañón con lunetos o bóvedas secundarias, huecos formados por la intersección de dos bóvedas
Está dividida en cinco tramos separados por arcos fajones, los cuales se corresponden al exterior con sus respectivos contrafuertes
El primer tramo de esta nave ya lo hemos dejado atrás, se corresponde con el del coro alto, cuya sillería fue sufragada por el abad M. Alegría (1828-1832), cuyo nombre está grabado en el asiento abacial
Mirando hacia la cabecera hay dos caras y un escudo
El escudo del Reino corresponde a la Congregación de San Benito de Valladolid, de la que dependía Celoriu desde el siglo XVI
Sobre una columna, artísticamente labrada, una de las caras, la de la izquierda...
Con los rasgos y colores muy acusados y la boca abierta sin duda está cantando, señal del uso del coro de la iglesia
Y esta es la cara de la derecha: otro cantor, fijémonos en lo detallado de su factura, con todos los detalles hasta en los dientes. Casi parece una caricatura de alguien, quizás algún fraile fue su modelo
Cuadros e imágenes, así como uno de los retablos, este en el lado del evangelio, el de la izquierda según avanzamos hacia el altar
Es el del sagrado corazón, con todo el poder del barroco, denominación que, como el gótico, empezó teniendo un uso despectivo, como sobrecargado, según calificación hecha posteriormente, hasta que en el siglo XIX fue revalorizado
Arriba, y entre otros detalles, escudo y corona...
A la derecha del retablo, un púlpito. Ahora se usan poco, pues las normas litúrgicas vigentes recomiendan que la homilía, como parte integrante de la misa, se diga desde el presbiterio, junto al altar
A la izquierda una hornacina con la imagen de San Antonio y arriba placas con representaciones del Viacrucis, que se extienden por las paredes de la iglesia
Encima un cuadro con una escena del Nacimiento de Jesús. La Nochebuena...
Miramos ahora al lado de la epístola, a la derecha, donde está el otro de los dos retablos barrocos del templo
Con todo el esplendor de ese arte muestra en el medio dos imágenes muy reconocibles
Arriba un querubín, con sus alas y sobre él un escudo.Remata elretablootra corona
Debajo unas pinturas
En medio la Virgen con el Niño y detrás, pensativo, se ve a San José
A la derecha la leyenda "Le puso por nombre Jesús". Se refiere evidentemente a San José, según el Evangelio de San Mateo:
"Evangelio (Mt 1,18-24)
La generación de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba desposada con José, y antes de que conviviesen se encontró con que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería exponerla a infamia, pensó repudiarla en secreto. Consideraba él estas cosas, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
−José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Todo esto ha ocurrido para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta:
Mirad, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel −que significa Dios-con-nosotros.
Al despertarse, José hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, y recibió a su esposa. Y, sin que la hubiera conocido, dio ella a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús"
Estamos en otro episodio muy vinculado a la Navidad en este antiguo templo monacal, pues el evangelio del cuarto domingo de Adviento recoge el relato del nacimiento de Jesús según San Mateo
Más abajo y entre numerosas filigranas más querubines y el Santísimo
Avanzando hacia el altar, veremos a la izquierda de la cabecera, muro norte y lado del evangelio, una capilla lateral
En esta iglesia tenían capilla y privilegios los señores de la casa de Posada, familia a la que pertenece la única lápida conservada de los miembros de la nobleza con sepulcro en el monasterio, la cual es del siglo XVII y fue trasladad al claustro. En 1751 el vecino D. José de Posada Intriago, fallecido en 1751, recogía en su testamento que fuese sepultado
"en la capilla que yo tengo en la Iglesia Parroquial de San Salvador de Celorio, donde soy feligrés, en la sepultura que en dicha capilla eligiere D. Joaquín de Posada, mi hijo"
Es muy posible que sea esta la capillla de los Posada, así se entendería de una noticia de la época del abad Fray Ramón Alegría (1828-1832) en la que se dice: "se compuso, en su tiempo, la capilla de nuestro padre San Benito, que pertenecía a la casa de D. Gonzalo Posada". Los Posada, junto con los Tamés, son los más más numerosos en la relación de las misas y los responsos cantados en los aniversarios y sufragios del monasterio
La capilla es de planta rectangular y cubierta de bóveda de cañón sobre línea de imposta. Dispone de un retablo, de estilo neoclásico
Preside el retablo una imagen de San Salvador, Jesús Salvador
La mano derecha levantada está en actitud de bendecir, con la izquierda porta la bola del mundo (el
orbe). Esto es, el
Salvator Mundi, del que leemos en la
Wikipedia:
En los monumentos del antiguo arte cristiano se distinguen en gran variedad la disposición de los dedos al dar la bendición. En la bendición latina aparecen desarrollados los pulgar, índice y cordial (gesto oratorio). En la griega, el índice, el cordial y el auricular, juntándose el pulgar con el anular. Algunos monumentos ofrecen la bendición con el cordial y el índice; otros, con el índice y el auricular. Muy variada es en esta materia la actual liturgia". Suele interpretarse que la bendición con tres dedos simboliza la Trinidad divina, y la bendición con dos dedos la dúplice naturaleza de Cristo, humana y divina; mientras que la bendición con la mano abierta, desarrollando los cinco dedos, representa las Cinco Llagas."
A su izquierda en Niño Jesús, coronado y bendiciendo, aquí con dos dedos y también con un
orbe
A su derecha, la Virgen María, en actitud de oración
Arriba dos escudos
El de la izquierda es el de Celoriu con la cruz de término que hemos visto antes y a su izquierda el león y la Cruz de la Victoria representando a Llanes y Asturias. A la derecha es el escudo de la Orden de San Benito
Saliendo de la capilla vemos, al otro lado de la nave y también junto a la cabecera, un arcosolio: tal vez haya sido una sepultura
No obstante, al no tener tapa, escudos ni inscripciones que lo avalen no puede certificarse totalmente esa posibilidad funeraria
Un cuadro representa la Anunciación de María, con el Ángel Gabriel y el Espíritu Santo
Y aquí tenemos a Santa Marta con el dragón al que amansó, según la leyenda, una metáfora del bien que vence al mal. Leemos en el
Blog del padre Eduardo:
"Una leyenda medieval cuenta que los santos hermanos Lázaro, Marta y María se fueron a vivir a la Provenza francesa después de la resurrección del Señor y que fueron los evangelizadores de la zona.
Entre otras cosas fantásticas, cuenta la leyenda que en el término de Tarascón había un dragón que aterrorizaba a la ciudad. Además de echar fuego por la boca, tenía seis patas, cuerpo de oso con caparazón de tortuga a las espaldas y cola terminada en aguijón venenoso.
Santa Marta lo venció derramando agua bendita sobre él, lo encadenó y lo convirtió en un animal de compañía. Por eso se la representa muchas veces con un calderillo y un hisopo en las manos y con un dragón a sus pies.
El "tarascón" o la "tarasca" (el dragón de santa Marta) fue un personaje muy popular en el folklore antiguo y lo encontramos presente en muchas representaciones artísticas, como símbolo del mal, siendo parte integrante de muchas procesiones (especialmente el día del Corpus Christi) y fiestas populares hasta el presente"
Efectivamente el tarascón, el dragón de Santa Marta, aparece a sus pies feliz como un perrito con su ama...
A la izquierda, otra imagen santa fácil de identificar
Es San Sebastián, atado a un tronco árbol y ofreciendo su torso desnudo a los verdugos que le van a disparar flechas. Esta iconografía del santo se implantó en el siglo XV, desnudo joven e imberbe, atado al tronco del tormento. Anteriormente y como era militar se le presentaba con armadura de cota de malla o con el traje de los nobles palatino y con barba
Con la definitiva integración de San Salvador de Celoriu en lña Congregación de San Benito de Valladolid, proceso que se da por terminado en torno a 1531, se acomete la renovación arquitectónica del monasterio nada más las cuentas conventuales lo permiten en el reorganizado cenobio. Con Juan de Estella como abada (1548-1550) se hizo
"una nueva iglesia y parte del monasterio", de lo que forma parte esta cabecera de planta cuadrada y crucería estrellada, encuadrada en el estilo gótico final
Su tamaño y características artísticas y arquitectónicas hicieron pequeña la nave del templo, que sin embargo aún habría de esperar casi siglo y medio en ser también renovada, pues antes se hizo el claustro
El actual retablo mayor fue echo con los auspicios del abad Benito Briones (1824-1828), una de las últimas obras, por tanto, antes de la exclaustración, estilo neoclásico, con las columnas y frontón tan propios de un templo griego o romano
En lo alto, una vez más Jesús, San Salvador, el patrón, con San Pedro a su derecha y San Juan a su izquierda. Sobre él y saliendo de una nube, la cara y la mano derecha abierta de Dios Padre
Justo debajo y en medio del frontón de madera del retablo, el escudo benedictino
Otro muy buen ejemplo del arte neoclásico en esta cabecera, muy similar a la gran estructura superior, con frontón triangular y dos columnas a cada lado, de orden corintio
En una gran hornacina, la
Virgen del Carmen, la gran fiesta mayor de Celoriu, cuyo gran día comienza cantándole unos cánticos compuesto en su honor,
las mañanitas, que no siempre estuvieron permitidas
. Leemos estas curiosidades en
Celoriu.com:
"Las fiestas de Celorio han ido evolucionando con los años, como no puede ser de otra manera, al igual que el pueblo, sus gentes y la sociedad en general. Afortunadamente muchos aspectos tradicionales se mantienen aún hoy en día, pero no está de más dar un repaso completo a los programas de fiestas de Celorio de hace unos años para comprender cómo eran y cómo disfrutaban de ellas nuestros padres y abuelos (...)
En 1963 «El Oriente» se hacía eco de cierto estupor en el pueblo, cuando se prohibió la celebración de las mañanitas. Las mañanitas las había cantado por primera vez en Celorio la familia García Hurtado el 20 de julio de 1947 con la aprobación del párroco de Celorio Don Fabián. Ese año no se podían celebrar y el pueblo lo lamentó públicamente.(...). Todos los años, para facilitar la participación de la gente, se entregaban las letras de los cánticos a la Virgen, que se producían durante la procesión o las misas, y también durante las novenas"
"es un signo exterior de la relación especial, filial y confiada, que se establece entre la Virgen, Reina y Madre del Carmelo, y los devotos que se confían a ella con total entrega y recurren con toda confianza a su intercesión maternal; recuerda la primacía de la vida espiritual y la necesidad de la oración"
La Virgen había prometido a
San Simón Stock, en el siglo XIII, que quien muriese con su escapulario no se condenaría
En primer término el
sagrario de la iglesia, que desde el siglo XV es costumbre añadirlo al retablo. Detrás algunos patriarcas de la Iglesia labrados en madera...
Tras hacerse la nueva cabecera parece que lo lógico hubiese sido que la empequeñecida respecto a ella antigua nave medieval le siguiese a continuación en la fase de reforma, pero no fue así, con el abad Jerónimo de Baraona (1574-1580) "se cerró la huerta de Celorio y se hizo el claustro" y con Pedro Martínez (1604-1607) se mejoró la sacristía. La obra del claustro se tiene por acabada en 1613 con la colocación en su fachada del escudo real, pero aún a finales de esa centuria se estaba sacando piedra de las canteras para concluir diversos trabajos en él. En 1721 un cronista local escribía:
"La fábrica del monasterio no es sumptuosa, contiene un claustro aún no perfeccionado; un cuarto o dormitorio que mirando al Oriente y Poniente, de hacia una y otra parte, decente habitación a los monjes. La iglesia, que es monasterial y parroquial, está a la parte del Septentrión. Es obra moderna de una nave, bastante capaz y muy vistosa"
Entre los años 1814 y 1818 se abrió una gran puerta en la pared norte para comunicar la iglesia con el cementerio, del que sabemos existía ya en la Edad Media, destinado a los monjes en este costado septentrional, pero poco o nada se conoce de los lugares de inhumación para los laicos que entregaban donaciones al monasterio a cambio de ser enterrados en él
En fecha de 1295 un documento informa de la "condizion de enterrar en caxa horadamente los huesos de don Alfonso González de Malaio y hazer su aniversario", y en 1347 se fecha el foro de por vida a Doña Aldonza, "con calidad de que se aia de enterrar en este monasterio de los puertos de Arbás acá". Los laicos aquí enterrados entre los siglos XIII y XIV eran miembros de la nobleza local
Llama la atención el ángel querubín sobre la columna de madera, el cual tiene una especie de bordón que sujeta una lámpara colgante con vela, de las que iluminan el altar
También nos fijamos en los detalles de la mesa donde se oficia la misa, centro del culto y eje de toda la liturgia
Y en la sillería de madera donde se sientan los párrocos y oficiantes, el coro bajo. No sabemos si son contemporáneos de los frailes de las fases finales del monasterio o son posteriores
Podemos acceder ahora a la sacristía, cuya puerta está en el lado sur de esta cabecera
En ella vemos su mobiliario y numerosos objetos religiosos. En la pared del este, según entramos a la derecha, dos ventanas, con un óculo ovalado entre ellas, arrojan luz natural al interior. El abad Diego de Ledesma (1592-1595) se sabe enriqueció esta sacristía de plata y ornamentos, otra cosa es que haya sobrevivido alguna pieza a guerras y desamortizaciones, o no
Candelabros, cuadros e imágenes religiosas. Dos hornacinas de madera con la Virgen, una estampa de Cristo crucificado...
Armarios y expositores, un cuadro de la Virgen del Carmen, pedestal de pared con San José y el Niño Jesús, la Virgen de Fátima...
Este es San Nicolás, los tres niños en el caldero lo identifican claramente. Se trata de uno de sus milagros, el que le hizo santo protector de la infancia y origen de su relación con los regalos de Nochebuena y su identificación el personaje bondadoso de Santa Claus o Papá Noel. Existen varias versiones del milagro pero básicamente consisten en que el santo resucitó a tres niños que un tabernero había descuartizado y echado en un caldero para preparar la comida a sus clientes
Santo con cota de malla, no fácil de identificar, tal vez podría ser una representación de San Sebastián de las que hemos hablado, no imberbe, con el torso desnudo y atado a un tronco, sino con barba y armadura
Arriba la Virgen de Fátima. Esta sin duda ya ha de ser una imagen posterior, ya que las apariciones marianas ocurrieron en 1917, son consideradas dignas de fe en 1930 y es a partir de entonces, sobre todo tras la II Guerra Mundial, cunado se extiende su culto
En un hueco hay una pila de piedra de agua bendita entre dos columnas, y sobre ella una imagen de la cara de Cristo en plata
Es muy posible que fuese la antigua comunicación de la sacristía con el claustro, que está al otro lado de la pared, en las dependencias privadas de la actual casa de ejercicios
El cceso está hoy en día cegado y en un frontón una pintura tal vez represente a la fuente existente en dicho claustro, de pilón circular
Vemos también un acceso antiguo a esta sacristía, otra puerta cegada, con un arco de piedra enterizo, al lado de la iglesia actual. Arriba otra imagen de San Martín
Y en la pared una foto, igualmente muy interesante
Es la llegada de las nuevas campanas de la iglesia en el año 1921. Podemos ver más en la galería de fotos antiguas de
celoriu.com
Salimos así de la sacristía...
Volvemos al altar, en la iglesia se celebran también conciertos y actividades culturales
La acústica fue un elemento muy importante a la hora de proyectar este templo, recordemos
los cantos gregorianos de los monjes benedictinos
Pasamos de nuevo bajo el coro alto, con su sillería costeada por el abad M. Alegría ya pocos años antes de la desamortización
Recorremos ya toda la nave y nos disponemos a salir bajo la antigua casa abacial
Tal vez fuese esta la imagen de la Virgen que consoló a aquel último abad aquella última noche del monasterio. Un buen momento para traer aquí alguno más de sus versos en Despedida de Celorio, haciendo una elegía a Ramilio, un supuesto primer abad, llamándose él a sí mismo Filino:
De la orilla del mar más proceloso
donde residen los hijos de Benito
próximos ya a huir y malhadados
dejar de la virtud el sacro asilo,
que Celorio se llama y se interpreta
Cielo de Oro, tal nombre ha merecido
lo hermoso y apacible de su clima,
el más suave y dulce, el más benigno:
nombre, que en si compendia la alegría
de su ameno variado y bello sitio:
nombre el más conveniente y adecuado
(discreta antigüedad se lo ha escogido):
desde aquí, dó en un tiempo el puro gozo,
el placer inocente ha resistido,
y hoy habita la angustia y desazones,
sinsabores y sustos repetidos,
y por la caridad de sus estancias
vuelan multiplicados los suspiros:
desde aquí hoy Filino, el sin ventura,
en verso rudo, tosco y desabrido;
cual conviene al disgusto en que se encuentra,
dirige sus lamentos a Ramilio
La pila bautismal y las imágenes de la entrada...
La parte interior de la portada de acceso, diferente al arco gótico del exterior, que vimos antes
Y toda esta gran antesala de suelo de losas, con sus imágenes y cuadros. A la derecha San Benito y al fondo un retrato de la Virgen del Carmen
Hasta aquí llegan
las mañanitas con sus cantores dedicándole sus bellas composiciones de las que estimamos oportuno adjuntar algunos buenos ejemplos de la página
Celoriu.com, que habréis de visitar, pues dispone de más documentos históricos sobre esta emotiva y piadosa tradición:
Visitada la iglesia del monasterio volveremos a salir a La Plazuela
Pero antes de regresar al Camino propiamente dicho, vamos a tomar el ramal que sube a la izquierda en rampa, entre la rectoral-abacial y la siguiente casa
Al empezar a subir comprobamos la profundidad y tamaño de esta Casa del Abad que con la Desamortización pasó a ser la Casa Rectoral de Celoriu
Nos asomamos primeramente a la ensenada que constituye el puerto natural que es Celoriu, una concha que está cerrada al este por el promontorio de La Punta los Frailes y al oeste por La Punta'l Picu o El Picu, donde está el muelle del ahora puerto deportivo. Como suele suceder, en las bajamares se forma un único y gran arenal que en pleamares se dividen en varios, cada uno con su nombre o nombres, no siempre coincidentes según fuentes e informantes. Incluso entre los mismos vecinos de siempre hay diferentes opiniones al respecto, como pudimos comprobar
Esta sería por ejemplo la Playa los Frailes, pues aquí tendrían su embarcadero en tiempos del monasterio. También es conocida como La Playa los Curas, pues al estar recogida al pie de la Casa de Ejercicios era la empleada para bañarse los jesuitas y sus visitantes-residentes. También se la llama Playa de la Cámara o de Las Cámaras. Algunos vecinos llaman Las Cámaras solo a los acantilados, pues Las Cámaras serían las cuevas del cantil
Un paseo abierto en 2002 nos lleva a La Punta'l Revellín, con su mirador. Es fácil que este fuese el lugar desde donde el último abad pasase aquellas horas de la tarde de la víspera de la exclaustración lleno de angustia y remordimientos, con el embravecido mar que luego inspiraría sus versos
La parte alta es La Corona'l Revellín, donde desde 2002 hay un mirador. En medio del mar, Peñamesada, peñasco o
castrín (se llama en Llanes
castru a los islotes rocosos o con muy poca vegetación), que según dicen en Celoriu los turistas conocen más como El León. Más allá El Picu con su muelle-embarcadero y detrás la Isla Arnielles o Isla Borizu. Esta ya una verdadera isla con pradería en lo alto, a la que antaño se llevaba a pastar al ganado. En el
Apeo de Cepeda de 1713 los vecinos de Celoriu manifiestan que:
"declaran haber una Isla que está dentro de el mar que llaman Armelles, que siendo las marcas vivas por la parte de ella queda en seco de baja mar, y entonces entran dentro de ella ganados mayores y menores de los vecinos de dicho lugar, la cual Isla es propia de ellos, y su uso en todo tiempo"
Una vez en el mirador vamos a ver este sector de la playa con la pared norte del monasterio y sus contrafuertes de inspiración gótica que por el interior se corresponden con otros tantos arcos fajones que a la vez dividen en tramos la nave de la iglesia monacal-parroquial
A su derecha el muro norte de la casa abacial-rectoral, expuesto a los embates del mar y a los fríos vientos y umbrías del septentrión, presenta menos vanos que la parte sur que mira a La Plazuela, donde se yergue la h.oguera
Vemos asimismo el cementerio y en primer término La Torre del Revellín, que fue del monasterio de San Salvador y se atribuye obra medieval. Aunque se ha escrito algo sobre ella no se sabe con seguridad su función, pues podría haber sido parte del embarcadero como cargadero de materiales o torre defensiva
En este lugar donde estamos nosotros, La Corona'l Revellín, hubo otra torre o batería artillera, tal vez también ballenera, cuyos restos en planta fueron ocultados por la construcción de este mirador turístico
Vemos también la parte superior de la torre románica del monasterio, con sus ventanas parcialmente cegadas en las caras norte y oeste
La Punta los Frailes y sus acantilados con el gran muro de la finca de los jesuitas. Entre 1814 y 1818, a la vez que se cegaba con arena la laguna de Llagu Mestu , se erigía un gran paredón de 2 metros de alto y 53 de largo desde el matadero en los antiguos almacenes del convento hasta "la pared del mar", el acantilado
Ahí vemos El Gaiteru o Castru'l Gaiteru, que ya veíamos llegando a Celoriu por
La Ería Samartín, aunque desde allí no veíamos sus famosas dos jorobas que tanto lo caracterizan
Con sus 19 metros de altura es así llamada, dice la tradición, porque un gaitero, llevando con él a su inseparable gaita, sobrevivió a un naufragio nadando hasta allí
El Gremio de Mareantes de San Nicolás, surgido en el siglo XIII con la misma Puebla de Aguilar, abarcaba no sólo a los marineros y pescadores de la villa de Llanes sino a los de Poo, Celoriu, Barru, Niembru, H.ontoria y Cuevas del Mar (Nueva) llegando a tener gran prosperidad durante el siglo XIV y a tener una gran autonomía respecto al Conceyu propiamente dicho, siendo su actividad principal la caza, más que pesca, de las ballenas, hasta tal punto que prácticamente se extinguieron del Cantábrico en el siglo XVIII
El mismo monasterio de San Salvador cobraba diezmos por los correspondientes derechos de pesca. En nuestros días el muelle deportivo, en El Picu, guarda la memoria de la historia marítima del lugar, estando gestionado por el
Club Marítimo de Celorio
En el año 2012 algunas embarcaciones abandonaron este puerto al inaugurarse el nuevo puerto deportivo de Llanes. Así lo publicaba a fecha 1 de febrero el
Diario Digital de Celorio:
"El Club Marítimo de Celorio despedirá con cariño a alguna de sus embarcaciones de cara al próximo verano. El motivo es que alguna de las embarcaciones más grandes de las que actualmente utilizaban el embarcadero celoriano, abandonarán nuestro pueblo para utilizar el nuevo puerto deportivo de la villa llanisca más adecuado a su calado y eslora.
Celorio ha prestado servicio a multitud de embarcaciones algunas de las cuales tuvieron que buscar abrigo en puertos y embarcaderos secundarios como el de Celorio, al menos mientras duraban las obras del puerto llanisco en los últimos veranos. Otras, tradicionalmente ligadas a Celorio, buscarán en el flamante puerto llanisco una infraestructura más adaptada a sus necesidades"
Cinco años atrás, el proyecto de un puerto deportivo más atrás, en
Borizu, había provocado una importante manifestación popular espontánea en contra de esa infraestructura, a la que se unieron tanto vecinos como socios del club náutico y veraneantes, con el fin de preservar la isla. El puerto no se hizo
Al sur de El Picu y El Cuetu las Barcas se extiende la Playa Palombina, con el islote de El Castrellín entre las zonas conocidas como el Arenal de la Juente y el Arenal del Llavaderu. Es de muy fácil acceso incluso en pleamares y no llega a los 10 metros de altura sobre el mar
Dado que en este tramo se ha perdido el trazado original del camín real de la costa, el Camino Norte oficialmente señalizado se dirige desde el paseo marítimo al Arenal del Llavaderu, donde había un lavadero al que acudían las mujeres a lavar, caminando los peregrinos durante unos metros sobre la arena, teniendo cuidado en verano de ver bien dónde ponen el pie, para no pisar a ningún veraneante tomando el sol sobre su toalla
Entre viviendas vacacionales el camino deja el arenal dejando a la izquierda la pensión y restaurante
El Tábanu, en primera línea de playa, fácil de identificar por su toldo, grandes ventanales, escaleras y muro. Por allí seguiremos hacia la Playa de Borizu y el pueblo de Barru, también con sus
sables o playas
Más a la izquierda, en esta Playa Palombina de arenas blanquecinas, está el Arenal de la Juente, Encima, El Cuetu Palombina, muy urbanizado. Ahí está el club Marítimo de Celoriu
La fuente que da nombre a ese tramo de playa se enramaba de flores por San Juan, como era tradición. A su izquierda se extiende el Arenal de la Iglesia o de la Plazuela, otro de los que forman Palombina. Existe la leyenda que un manantial de agua dulce que surge de la arena, La Juente Palombina, viene subterráneo desde los Picos de Europa y que por eso aparecieron en esta playa unos abalorios o corales que había perdido una cabraliega en una torca o sima
Ahí está La Rotonda, con su edificio de apartamentos frente a la playa y explanada de aparcamientos, hacia donde va el Camino desde La Plazuela, el que vamos a seguir nosotros desde la iglesia rumbo a Borizu y Barru por las
playas de Celoriu
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