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miércoles, 22 de junio de 2022

LA RÍA DE POO Y EL CAMINO A CELORIU POR LA SENDA COSTERA (LLANES, ASTURIAS): UN IMPRESIONANTE ESPACIO NATURAL MARÍTIMO


La Ría de Poo desde el Camino

Saliendo del casco urbano de Llanes el Camino Norte vuelve a los campos y arboledas de la rasa litoral y luego de dejar atrás Poo toma la senda costera, señalizada ahora en este trecho con flechas amarillas jacobeas como alternativa a un buen tramo de carretera sin arcenes bajo la que parece haber desaparecido el trazado original y primigenio del Camín Real de la Costa que seguían los peregrinos de antaño y todos los viajeros que recorrían, como hacemos ahora nosotros, la ruta jacobita costera cantábrica

Desde la senda veremos la Ría de Poo, con El Sable (sable, arena), estrecho y precioso estuario que forma el Ríu Vallina, que nace en la cueva de este nombre, en la vecina parroquia de Posada, cerca de la cavidad conocida como El Cabezu. También se le llama L'Agüera por ser el nombre de un lugar antes de llegar a Poo. La playa, como suele suceder, aparece denominada asimismo como la localidad más cercana, Playa de Poo, y gracias a esta ría, que se prolonga por las orillas ribereñas a lo largo de la garganta de La Fuentina, este su arenal, en forma de embudo está muy protegido y es muy seguro para el baño


La ría casi podríamos decir que empieza a formarse allí mismo donde nosotros cruzamos el río Vallina bajando de Celoriu, al pie del cueto de Las Conchas, donde está el camping de este nombre, topónimo que podría hacer referencia a las conchas marinas que llegarían aquí arrastradas por la corriente, o consumidas por los prehistóricos asturienses concheros, o simplemente una variante del latín concham, que abarcaría cualquier objeto o accidente geográfico, como cuencas fluviales u hondonadas, como sería este el caso


Una flecha amarilla, bien marcada de azul, garantiza que vamos por la dirección correcta. El Camino antiguo parece iba efectivamente algo más al sur, pero al ser sustituido por la carretera entre Poo y las inmediaciones de Celoriu (y carecer esta de arcenes), se ha optado por oficializar uno de estos tramos de la Senda Costera de Llanes, comunicando de forma segura para los caminantes ambas poblaciones


Vallina es efectivamente un diminutivo de valle, un valle pequeño, como el que aquí forma el también pequeño río. ¿Sería este el camino en el que el poeta por excelencia de Llanes, Celso Amieva, se encontró con la temida hueste o procesión de almas en pena con mortaja y huesos llameantes que parecen cirios, y como tal lo plasma en estos versos?:
Bajadas Las Conchas,
fui a dar con la Hueste
una noche en calma,
viniendo de verte.

Con niebla y con luna,
fantasmagorías
sobre mi camino
la Hueste tejía.

Amados difuntos
que lo saben todo,
me hablaban, me hablaban
del futuro ignoto.

De ti y de mí hablaron,
de nuestros amores,
las hondas y sabias
desdentadas voces.

Y no tuve miedo.
No sentí pavura
de mirar la Hueste,
de oír desventuras.

Sólo sentí un ansia
de renuncia, loca.
De unirme a la Hueste
y a su eterna ronda.

Ríu Vallina que aquí vemos claramente como tiende a ensancharse para ir formando su ría, justo a partir del puente, tal y como comprobamos al cruzarlo

A la izquierda, el río llega canalizado a esta su ya desembocadura, desde el cercano lavadero existente en esta riega u hondonada fluvial


Hasta aquí llega precisamente el flujo de las corrientes marinas en la pleamar


En verano se ve muy seco en las bajamares, se llena de agua en las dichas pleamares. En invierno, o siempre que haya temporada de lluvias, estos ríos, aunque cortos y diminutos, pueden formar importantes torrentes y ocasionar disgustos con sus riadas, provocando serias inundaciones y arrastrando con fuerza lo que hallen a su paso


Por ello, según a la hora que vengamos, podemos encontrarlo con más o menos agua. El el Mar Cantábrico la variación de las mareas es muy acusada en comparación con la del Mediterráneo o la de otros mares, no solo en relación al tamaño de la playa y su cantidad de metros de arena, sino a la misma existencia de la playa, que puede incluso aparecer o desaparecer en bajamar o con mar llena


Hasta aquí por ejemplo llegan las algas, el ocle, traídas por la fuerza de la corriente marina, que las deposita en el lecho del naciente estuario al retirarse


Antaño estas algas de arrastre eran un preciado abono para los campos de cultivo, su recogida aún sigue efectuándose artesanalmente, con palas, tridentes y carros, en muchos pueblos costeros, pero ahora mayoritariamente se va a por ella a alta mar, con buzos y equipos especializados, destinadas a la industria química fundamentalmente


Por supuesto, aquí afloran las arenas que conforman la playa, el sable, que se extiende por ambas orillas y hasta la concha de la boca del estuario. El arenal cubre toda la superficie cuando el mar se retira, aflorando solo algunas rocas en el cauce fluvial


Pasado el puente y durante unos metros el Camino orillea en llano por el mismo borde del río cuando se hace ría, lo que nos permite admirar este maravilloso espacio natural

Además de arena y rocas, abundan los guijarros y cantos rodados. Ni que decir tiene que esta ría permitía también la práctica de artes pesqueras tanto fluviales como marítimas, constituyendo una importante fuente de recursos para los pueblos costeros

Forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental, en sus riberas crece la vegetación autóctona propia de estos enclaves costeros, la cual sirve de alimento y refugio a aves migratorias y demás fauna fluvial


En la vegetación nos metemos nosotros, el Camino sube y se separa de la orilla para ganar los campos llanos de la rasa litoral


La cuesta ha sido asegurada con base de hormigón y piedra, siendo una subida corta a la sombra de árboles, arbustos y setos silvestres 


Una pared rocosa natural limita el Camino por la derecha, una barandilla de madera lo hace a la derecha, donde hay un importante desnivel


La buena sombra nos alivia en las mañanas veraniegas de sol castigador... 



Pero según pasa el mediodía y hasta la caída de la tarde este cae a plomo sobre nuestra cabezas...


Prontamente acaba el corto repecho desde el puente. Si bien con algunas subidas y bajadas no demasiado importantes este tramo de senda hasta Celoriu es un verdadero y encantador paseo por la franja marítima de Llanes


Abundan los laureles, el suelo puede cubrirse de hojas cuando llega el otoño


Acabando la cuesta llegamos a un cruce


En medio del camino, una gran roca presenta una gran flecha amarilla pintada que nos indica tomar el camino a la derecha (a la izquierda se va al citado Camping Las Conchas)


Confirmándolo hay poco más adelante más carteles anunciadores, junto con una señal de tráfico que impide el paso de vehículos que no sean de servicio de los propietarios de terrenos en este trayecto


Atendiendo a las indicaciones del G.R. (sendero de Gran Recorrido) de la Senda Costera, hemos de seguir siempre y en todo momento los que indican la dirección de Celoriu


Las flechas amarillas complementan esa señalización con las oportunas marcas propias de los caminos de Santiago


El Camino pasa encajado entre estos altos y espesos setos, un verdadero paisaje de bocage. Las formaciones naturales arbóreas autóctonas son únicamente pequeños bosquetes formados por muchas especies de árboles y arbustos 


A la derecha, las laderas, de prado y bosquetes, que caen hacia la ría. Las encinas forman parte de lo que es el bosque tipo mediterráneo, junto con madroños y zarzaparrillas, los cuales crecen en estos terrenos calizos de la rasa costera, cerca de los acantilados donde esta caliza aflora al desnudo


Junto con estas especies de bosque mediterráneo tenemos, conviviendo con ellas las del bosque puramente atlántico, laureles, castaños, tojos, helechos, alisos, sauces, castaños y robles, esto dos últimos sometidos a seculares talas en aquellos terrenos más aprovechables para las labores agropecuarias. Otras especies como las hayas aparecen normalmente a más altura, a partir de los 300 metros, en las serranías


Según datos del libro dedicado a Llanes y a Ribadedeva de la colección Asturias concejo a Concejo publicada por el Real Instituto de Estudios Asturianos, el matorral ocupa nada menos que un 24% de la superficie del concejo llanisco. Más al interior, en algunos valles, en las laderas de las sierras y en algunas cimas, se han plantado profusamente especies industriales de crecimiento rápido (eucaliptos) o repoblado intensamente de pinos


Aflorando entre zarzas y ortigas, estos postes de madera con el escudo de Asturias (Cruz de la Victoria), jalonan también el recorrido de esta senda costera


Desde esta portilla podremos asomarnos a contemplar, a la derecha, un bello paisaje de El Sable y Ría de Poo


Son los prados de La Yastra, ahí tenemos los acantilados y suelos rocosos de la orilla del mar a los que hacíamos antes referencia. En este caso sobre la ría, bien resguardada para el baño. Por arriba va el camino que comunica con La Farola y el Rocamar, ya cerca de la bocana y sobre la gran piscina natural que allí se forma y situados al otro lado de aquel peñasco arbolado


Como podemos comprobar también se han plantado ocalitos en primera línea de costa. En las faldas que bajan a la ría predominan encinas, laureles y algunos castaños. Fijémonos también en la gran superficie de matorral y en los terrenos, que aunque rocosos, se aprovechan para pasto y siega


Esta playa es de un muy llamativo color claro, casi blanco. Dispone en verano de salvamentos, duchas, aparcamientos y otros servicios, lo que hace que, junto con su seguridad y la existencia de los citados hoteles-restaurante y algún chiringuito, sea especialmente concurrida en periodo estival


Ni que decir tiene que todas estas calas fueron aprovechadas en la antigüedad no solo como pesquería propiamente dicha, de mayor o menos importancia, sino también como abrigo de pequeñas embarcaciones de cabotaje. Sin embargo, para la navegación esta ensenada, tiene un inconveniente, no dentro de su seguridad interior sino al exterior, un pequeño archipiélago de islotes y peñascos (castros) en los que ha acontecido algún naufragio


Seguimos camino, la senda bordea uno de estos cuetos costeros de matojos y libres de arbolado: El Cuetu, verdadera atalaya sobre el estuario, como pronto vamos a comprobar


Antaño eran estos caminos de servicio a las fincas, como siguen siéndolo, así como de pescadores de caña y nansa, así como de acceso a las playas, donde podría alguno tener alguna lancha, y a los pedreros o pedrales, paraíso de mariscadores desde la más remota prehistoria


Buenas matas de tojos y zarzas a izquierda e izquierda, también con helechos, forman verdaderas paredes vegetales por las que va subiendo el camino, aquí de guijarros y zahorra (grijo)


Una excelente pradería, muy llana, es un excelente pasto. Al fondo a la izquierda vemos, sobre otro cueto de árboles y matojos, algunas caravanas del camping, cuya blancura destaca entre la vegetación


Los usos ganaderos se delatan por la existencia de los palos metálicos y alambres de los pastores eléctricos o llendadores, para que el ganado no salga al camino. No nos arrimemos tampoco nosotros a ellos pues si están conectados pueden darnos una dolorosa descarga


En otro repecho el camino vuelve a ser de hormigón y piedra, preciso para los usos ganaderos de estas fincas, que no resbalen ni patinen vehículos, ganado y personas en asfalto o barrizales


El camino serpentea pues ganando altura para subir a El Cuetu, contemplando esta variedad vegetal de estos terrenos de las marinas llaniscas, prados, zarzales, brezales y bosquetes lineales de árboles autóctonos a lo largo de los caminos y sendas


Excepto el haya, la rasa costera presenta una combinación de especies arbóreas y vegetales en general que no se da en los altos del Cuera ni en las más cercanas sierras planas, estas muy repobladas de pinar y monocultivos de ocalitales


En este recuesto, subiendo sin tregua y dando vista ahora al este, vemos asomar algunos de los tejados de las casas de Poo, más allá de los árboles de la derecha de la foto, por donde hemos venido desde el puente


Vista su situación, no es extraño que el origen del topónimo, independientemente de la viva polémica con sus transcripción con una o dos "o" (de ahí viene la popular expresión "Poo con un par") o sobre si lleva tilde o no la primera "o", Póo o Poo, se busque etimológicamente en el griego, pero luego romanizado, "podium" , esto es sitio alto y visible (de ahí también el cultismo podio). Dice Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Hoy la terminología deportiva difundió continuadores cultos de la palabra PODIUM ‘altura’ (EM), originariamente griega. Pero con mucha anterioridad nuestros paisanos emplearon otra del mismo origen transmitida por los romanos. Se trata de la asturiana puexu, castellana poyo, catalana puig, francesa puy, etc. Puexu todavía pervive entre nosotros con el significado de ‘lugar alto y visible, de difícil acceso’. Sobre ella se forma la también asturiana empoxar ‘quedar aprisionado entre breñas o riscos sin poder salir sin ayuda’ .

Parece evidente que en algunas zonas de Asturias la expresión equivalente de puexu hubo de ser pueyu y poyu (del mismo modo que argaxu equivale a argayu y fuexu a fueyu). Sin duda la representación toponímica correspondiente a puexu aparece sin diptongar en Poxos (Vy). Desde la variante poyu se formó el compuesto Poibueno (León) y, con pérdida de la [-y-], pudieron haberse generalizado los topónimos orientales Pou (“Poo”) > Po"


Si bien ese podio o elevación no se aprecia cuando llegamos a Poo desde Llanes, pues lo vemos en medio de la llanada costera, esto cambia si contemplamos el pueblo desde la ría o desde este promontorio al otro lado de la misma. Esto es; es como se percibe la posición alta de Poo desde el mar, más que desde tierra, lo que nos hace pensar en la muy antigua existencia de un embarcadero natural, de tantos similares que existieron en estas costas, en los que las pequeñas naves de cabotaje y lanchas de bajura fuesen sobordadas o arrastradas arenas adentro por sus tripulaciones. En la lejanía, los acantilados de la atalaya de la Puna Jarri o La Talá, también llamada La Torre, guardan el testimonio de una fortaleza medieval, con foso, parapetos y cabañas, que no se descarta pueda tener su origen en un castro marítimo de la Edad del Hierro, testigo de aquellas ancestrales navegaciones atlánticas


Más al sur-sureste, el espolón del Picu'l Castiellu, solar de otro castillo, el de Soberrón, que puede tener su primer origen en un fuerte romano o castro prerromano, y que más tarde fue atalaya ballenera, fue uno de aquellos viejos enclaves fortificados que guardaban los caminos del mar y de la tierra


Poo estaría además también, visto desde tierra, en un lugar muy estratégico, cercano a su ría, de la vía romana Osarum-Brigantium, que recorría la cornisa cantábrica desde Irún hasta A Coruña, basada en este pasillo natural entre las montañas y el mar que sería empleado desde la más remota prehistoria, a tenor de los numerosísimos hallazgos arqueológicos localizados a lo largo de ella, la cual habría sido más ancha aún en tiempos de los asturienses (10.000 a 8.000 a.C.), pues se sabe que la línea de costa estaba algo más al norte. Seguimos leyendo en Asturias concejo a concejo:
"La ocupación asturiense se circunscribe en líneas generales a la plataforma litoral, desde el mismo borde marino hasta el pie del monte en las sierras planas, observándose en algunas áreas una cierta concentración de yacimientos en relación con la proximidad de las vías naturales de penetración hacia las tierras interiores"

Aquellos ancestrales pasos y sendas, empedrados posteriormente con la romanización, y más tarde, ya desde el medievo, proclamados caminos públicos (caminos reales, del reino), fueron los que vieron el continuo trasiego de gentes durante siglos, por no decir milenios, y Poo estaría en uno de estos lugares estratégicos entre el camino real costanero y la ría, paso también al sur a los puertos de las cordilleras, comunicación con los valles interiores, y de ellos con la meseta:
"Pieza clave de la ocupación fue la creación de una red de comunicaciones que permitiera el control y explotación de los recién dominados pueblos y tierras. Aunque las evidencias de esta en Llanes son indirectas es indudable que al menos cruzó su costa la vía que iba desde Brigantia (La Coruña) a Ossaruon (Oyarzun, Guipuzcoa)"

Hasta la construcción de las primeras carreteras, ese viejo camino real costanero sería, con algunos ramales y variantes, la principal vía de comunicación del litoral, siendo sus sucesores la Carretera de la Costa (luego N-634 y ahora en este tramo la AS-379), el ferrocarril, y por supuesto la Autovía del Cantábrico, de trazados paralelos y a veces incluso coincidentes, pues todos aprovechan este pasillo natural de la rasa costera


El Camín Real de la Costa vería también el paso de peregrinos tras el descubrimiento del que se tiene por sepulcro de Santiago en Compostela, ruta también coincidente con las de las romerías a San Salvador de Oviedo y sus reliquias así como a otros venerados santuarios. Estas peregrinaciones debieron arrancar en la alta Edad Media pero alcanzaron notoriedad en el bajo medievo por diferentes motivos, uno de ellos, la fundación de hospitales de acogida a peregrinos en las aforadas pueblas medievales que alcanzaban gran importancia con sus derechos, privilegios, instituciones propias y mercados, amparados por las cartas pueblas concedidas por los reyes leoneses y castellanos, en algunas de las cuales se incluía ya, de facto, las referencias a los peregrinos y a su protección


Poo, al sur de su ría, ofrecía un paso para evitarla vadeando aguas arriba cuando el Vallina es solamente un arroyo, bien a pie pues no suele cubrir mucho, o bien sobre algún viejo puente de piedra sucesor de otro de madera que estaría justo antes de El Sable, bien por donde hemos cruzado nosotros o un poco más al sur, donde está ahora el de la carretera


Antes y después de Poo había dos muy importantes centros de acogida a esos romeros jacobeos, uno en la misma puebla de Llanes, el Hospital de San Roque, cuya capilla de esta advocación se conserva reformada y es origen de su bando festivo y romería con Danza Peregrina, y el hospedaje del monasterio de San Salvador de Celoriu, del que hay noticias desde el año 1198. El emplazamiento de Poo a medio camino entre ambos establecimientos hospitalarios implica una notoria relevancia en esta ruta


El Camín Real original no ha llegado intacto hasta nosotros, ya en tiempos tendría algún cambio en su trazado y variantes, sobre todo para entrar y salir en las nacientes pueblas o villas o dirigirse a los monasterios según se iban fundando (aunque cierto es que unos y otros podrían estar enclavados sobre núcleos preexistentes), en otros casos el trazado se ha perdido o ha sido ocupado por la carretera, como es el caso entre Poo y las inmediaciones de Celoriu


Dada la peligrosidad de ese tramo por la actual AS-379 (aproximadamente un kilómetro y sin arcenes), aquí se ha optado por esquivarlo y dirigir a los peregrinos por esta senda costera, más larga y sinuosa pero sin riesgos para el caminante expuesto al tráfico de dicha carretera, que suele ser muy intenso en bastantes ocasiones


A nuestra izquierda sigue el muro vegetal de tojos, a la derecha la falda boscosa de El Cuetu que baja a la ría


El suelo es pedregoso y la senda es una buena pista, ancha y de buen firme para el caminante, bastante bien apisonada. No olvidemos que es también vía de servicio hacia pastos y playas


Llegamos así paso a paso al final de esta cuesta, pasando al lado de una finca en el rellano de la cima


Lugar de crianza caballar, los caballos son muy necesarios en terrenos poco aptos para vehículos, como algunos lugares de esta rasa, y sobre todo para acceder a los pastos de las cercana Sierra de Cuera


Según subimos vamos a ir teniendo excelentes vistas de Poo, en concreto del barrio de H.igos, y por supuesto de su playa, El Sable o Playa de Poo, con su estuario, aquí subiendo la marea


A la izquierda, entrada a otra finca, nosotros seguimos siempre de frente por la pista, que no tiene pérdida


A la derecha El Llagarín, finca de manzanos de sidra, pumares, cerrada por un muro


Las manzanas, rojas, destacan vivamente entre las hojas y ramas del pumar


En el tejadillo del portón de acceso vemos una placa con el nombre del lugar entre el escudo de Llanes y el escudo de Asturias


Contemplando la pumarada de El Llagarín continuamos camino por la senda costera en ruta a Celoriu


Grandes flechas en el muro confirman que vamos siempre y en todo momento en la buena dirección


Desde aquí vamos a disponer de otra muy buena atalaya de observación, mirando al este, a nuestra derecha...


En primer término la finca, muy llana, de El Llagarín, con su pumarada y su horru, seguidamente Poo y al fondo la Sierra Cuera, de Cuera, o del Cuera, el formidable murallón calizo que se extiende, paralelo a la costa y a una media de 6-8 kilómetros de distancia del mar, a lo largo de unos 30 kilómetros, formado a la vez por serranías paralelas con valles interiores


A lo lejos divisamos perfectamente las alturas más prominentes del Cuera: de izquierda a derecha están El Coteru L'Espinu (911 m), La Pica Morea (1001 m), La Cabeza Liño (1.179 m), El Picu H.aba (1.162 m) y La Cabeza Torbina (1.315 m), la máxima cota de esa serranía, mítica cima montañera y referencia tanto de pastores como de navegantes, pues se divisa perfectamente desde el mar y orienta hacia la entrada al puerto de Llanes


Esa cresta de cumbres cimeras está en realidad en el vecino concejo de Peñamellera Alta, la frontera con Llanes está más abajo, por El Traviesu, paso de uno de los caminos que comunicaba ancestralmente Peñamellera con Llanes, muy empleado por los pastores que bajaban a vender el quesu a su mercado semanal. En segundo término es la presierra, con los paredones calizos y muy verticales de El Risque, El Texéu y La Muezca, donde destacan los 766 metros de La Valleya. De ella escribe José Ignacio Gracia Noriega en La Sierra del Cuera:
"El Cuera es la zona intermedia entre los Picos de Europa y el mar. A la altura de Llanes le surge otra sierra paralela, de menor altura y extensión, llamada el Texeu o La Muezca, por una enorme muezca que hay en la montaña, y entre ambas sierras está la Llosa de Viango, a la que se entra con cierta comodidad desde el Mazucu. El Texeu, casi al borde de la costa, se apoya en una sucesión de contrafuertes paralelos, de mucha mayor antigüedad geológica y parecidos a las sierras planas, conocidos por el nombre de Mañangas; parecidas formaciones se ven en las laderas del S. de la sierra del Cuera"

Efectivamente, La Llosa de Viango es un profundísimo valle "al lado de Llanes pero aislado del mundo", dicen de él en la página Asturias Paraíso Natural:

"Viango es un enorme poljé, una formación de origen kárstico con el fondo plano y paredes elevadas que se presenta como un valle cerrado, de más de 1,5 kilómetros de longitud, rodeado de montañas. Una gigantesca alfombra verde, fruto del húmedo y fértil suelo, recorrida por un arroyo que según las épocas del año deja algunas lagunas y que en primavera-verano se ve salpicada de las marrones manchas del ganado vacuno, fundamentalmente.

Aquí el silencio sólo lo rompen los sonidos del viento y de la fauna; la tranquilidad y el sosiego, imperan en este paraje poco transitado donde desconectar del mundo es tarea fácil. Y si empezamos en la Tornería, qué mejor que terminar llegando al pueblo de Purón, atravesado por el río del mismo nombre, en este apartado valle de Llanes"

Al lado de La Cabeza Turbina, otra prominente altura, La Cabeza Ladesna o Ledesma, de 1.234 metros de altitud (las alturas pueden variar, a veces incluso sustancialmente, según la fuente)

La sierra sigue una línea de altitud decreciente a hacia el este, con El Picu Corona (819 m), El Picu Paisanu (818 m), El Picu Llueres (706 m) y El Picu Jana o H.ana (607 m). A sus pies las sierras planas de Purón y La Borbolla, donde está el famoso idolo de Peña Tú, al que puede subirse desde el Camino, en Puertas de Vidiago. Dice Gracia Noriega...

"Esta zona es escarpada y curiosa: los montes parecen surgir desde el mar, a muy pocos kilómetros de la costa, y llegan a las alturas de los Picos de Europa. En torno a Llanes hay diversas sierras planas, algunas sobre el mar, como las de Cué y Pimiango, otras más al interior, como las de Purón, La Borbolla y Los Carriles, que viene de la zona de Llamigo para caer sobre la costa cerca de San Antolín de Bedón. Las sierras de La Borbolla y de Los Carriles son de cierta extensión, con vegetación y caza, pero tan sólo la de Los Carriles está habitada"

En primer término y un poco a la derecha de la foto, el sol sigue iluminando la ladera este del Picu'l Castiellu o Picu Soberrón, del que escribe también Gracia Noriega:

"El punto más al N. del Texeu es el llamado Pico de Soberrón o El Castillo, una enorme y pesada roca de aspecto extraño, con algo de ídolo vigilante de algún remoto lugar sagrado, que se adosa a la sierra. Se dice que el interior de este pico está hueco y que lo ocupa un palacio habitado por una mora encantada; y dentro de ese palacio, naturalmente, hay un tesoro que sólo espera al intrépido mozo que se adentre en las profundidades de la montaña para hacerse con él, y quién sabe si también con el amor de la mora. [92] Cuando baja la niebla, se dice en los alrededores que las criadas de la mora están cociendo el pan. La delicadeza de esta leyenda tiene su oportuno contraste en la figura espantosa de un moro armado de alfange, guardián de la mora y de las arcas del tesoro.

Frente a este pico, y aunque empequeñecida por su mole, plantándole cara, está la rústica capilla de San Felipe, en un paraje arcaico y misterioso. No se sabe qué ritos cristianizó este templo; pero si miramos hacia arriba y volvemos a ver el Pico, podemos imaginárnoslos"

Más cerca tenemos una de esas sierras planas entre el Cuera y el mar, La Cuesta, tan llana que en ella aterrizó en 1919 el avión del francés Leónce Garnier, en el que sería el primer vuelo sobre Llanes. Ahí estuvo seguidamente en servicio el Aeródromo de Cue, utilizado por ambos bandos durante la Guerra Civil, que luego en 1944 fue escuela de vuelo sin motor, que estuvo funcionando hasta 1963. Pasados los terrenos al Ayuntamiento, en la década de 1980 se hizo un campo de golf. Por allí viene la Senda Costera de Llanes, empleada por muchos peregrinos como alternativa al Camino Norte oficial en el tramo que viene Santiuste, Buelna y Pendueles, buscando evitar asfalto y acercarse a las playas

Seguimos pues dándonos cuenta de esta posición de Poo desde este su podio sobre la ría, una llanura próxima a Llanes rodeada de erías de pasto que también fueron de cultivo y cruzada por el camino de la costa y por uno de los que va hacia uno de los pasos del Cuera, el de La Tornería y El Mazucu. Continuamos con la lectura de Gracia Noriega:

"La sierra del Cuera va paralela al mar, entre los concejos de Llanes y Cabrales, siguiendo una dirección de O. a E., y vierte sus aguas al S. por el río Cares (al que se une el río Ribeles en Arenas de Cabrales) y al N. al mar por los ríos Purón y de las Cabras. Su pico más elevado es el Turbina, de 1.315 m., de aspecto piramidal, visto desde Llanes. Por lo general es sierra pelada, aunque por las laderas del Jorcón de Moreda ascienden hayas de gran tamaño. En La Molina, el Cuera parece unirse a los Picos de Europa, en torno a un pozo profundo, de aguas limpísimas"


Vamos a mirar ahora a la rasa costera, en dirección a Llanes, donde está el lugar de La Llaguna, muy común en las tierras llanas que se encharcan fácilmente


A lo lejos vemos las urbanizaciones de Malzapatu, Las Malvinas y otras, al sur de La Talá, ya en el extrarradio de la villa de Llanes, junto a las que hemos pasado para venir a Poo. En la distancia (en medio de la foto, sobre los edificios blancos, podremos incluso distinguir la planicie de El Llanu, monte entre las rías de Tinamayor y Tinamenor, ya en Cantabria y que fue referencia nuestra en esos tramos de San Vicente de la Barquera a UnqueraBustio y Colombres


Reemprendemos la marcha y vemos ante nosotros El Picu, picudo peñón rocoso rodeado de vegetación, entre las praderías de la rasa


El Picu y Moyoriu, el camino vuelve a llanear para luego volver a subir muy suavemente


Al norte, mirando ahora nuestra derecha, entre rocas y matojos empezamos a ver el horizonte del mar


Justo ahí es la boca de la Ría de Poo, cerca del lugar donde naufragó en 1905 el Pedrosa, un carguero construido en 1885 de la Compañía de Navegación Vasco Asturiana en singladura de Bilbao a Avilés, a causa de una vía de agua que los marineros no pudieron reparar, pero estos fueron puestos a salvo gracias a la rápida intervención de varios buques que acudieron al rescate. En la ficha del suceso que hallamos en el muy interesante blog Bucea en la historia se informa que sus restos siguen ahí:
"En la actualidad descansa sobre un fondo de arena a unos 36 metros de profundidad. A excepción de las calderas, no queda demasiado del navío original, solo restos desperdigados, que conforman un auténtico vivero de bogavantes y congrios"

Tradicionalmente las llanuras de la rasa se explotaban en erías, dedicadas fundamentalmente a labrantío pero que fueron especializándose en ganado, ante la demanda creciente de leche y carne en los mercados urbanos de las también crecientes ciudades y grandes áreas metropolitanas a lo largo del siglo XX. Cada parroquia y dentro de cada parroquia cada aldea tenía las suyas. Solían dividirse con seto de piedra o cierru, sobre el que crecía la vegetación a manera de seto natural (matu sebe) similar al bocage.

En el bocage crecen pues plantas árboles y arbustos que forman un cierre vegetal, pero posteriormente también se empleas cercas de estacas con alambre, o simplemente un pastor eléctrico que separa las fincas de los caminos, sobre todo en algunos espacios muy abiertos de la rasa costera, que pueden recordar incluso a los openfield, si bien esto ya va a ser más característico en la costa occidental asturiana y parte de la del centro (La Rasa de Peñes)

Vemos unos edificios a lo lejos a la derecha, están sobre El Sable, que ya no vemos desde aquí, y por eso el lugar es conocido como La Playa

Ahí está el Hotel-Restaurante Rocamar, con sus aparcamientos y acceso directo al arenal. Más atrás son los campos de La Collada, que se extienden hasta La Punta Jarri o La Torre, en La Talá. Enfrente de ese tramo de costa fue donde se hundió el Pedrosa. Maiche Perela Beaumont, en su crónica recogida en la página de la Cofradía de Pescadores Santa Ana de Llanes, da cuenta de ese suceso, titulándolo Naufragio en El Palu de Poo:

"Al mediodía del 14 de abril de 1905, dos marineros llegaron sin aliento a la  Sociedad de Salvamento de Náufragos participando que a milla  y media del puerto, en las cercanías del  Palu de Poo, un buque estaba en apuros y que su tripulación pedía auxilio. 
Me imagino que, en aquel viernes de primavera, con marejada y viento del noroeste, en La Tijerina miembros de la  junta y socios estarían de tertulia, quizá comentando la muerte de Julio Verne, la revuelta en Rusia, la jura como presidente de Estados Unidos de Theodore Roosevelt o la revolucionaria teoría de un excéntrico físico llamado Eisntein. 
Inmediatamente de conocerse y confirmarse la noticia, se comunicó a la Brigada de Auxilio, cuyo jefe, el Cabo de Mar del puerto, Lorenzo Anca Freire, mandó un despacho telegráfico a la comandancia de Gijón, de donde salió hacia  el lugar del siniestro el buque “María”, patroneado por Florentino Cortazar. También, se le hizo saber al capitán del “Rosario”, vapor que estaba atracado en Llanes. 
Antes de que este barco se hiciera a la mar, ya  habían empuñado los remos  marineros llaniscos en embarcaciones menores para prestar ayuda a la tripulación del que resultó ser el carguero “Pedrosa”, de la compañía Vasco Cantábrica, que sufrió una vía de agua a consecuencia de averías en la máquina, que la dotación fue incapaz de reparar. Y antes de que, a altas horas de la noche, el vapor “María” llegara de Gijón, los marineros llaniscos y el “Rosario” habían logrado poner  a salvo a los 16 marineros y al capitán del “Pedrosa”. 
Al parecer, el plan de rescate ideado era sencillo, llevar el buque hacia una playa cercana y  recuperar la carga, que consistía en valiosos lingotes de cobre que se trasportaban desde Bilbao a Avilés. Sin embargo, el capitán, José Blanchard, se negó a ejecutarlo sin dar explicaciones, lo que dio lugar a que durante mucho tiempo corrieran por la Villa las más fantásticas y diversas teorías y suposiciones. 
Así las cosas, tanto el “María” como el “Rosario” acompañaron al “Pedrosa” hasta que a las cinco y media  de la mañana del día 15 de abril, hoy hace exactamente 112 años, se hundió en el mismo lugar donde había fondeado, en las proximidades del Palu de Poo. 
Desde entonces, aquel carguero construido en el año 1889, de 1.105 toneladas de registro bruto, reposa en un fondo de arena a unos 36 metros de profundidad. 
Según distintas fuentes, entre ellas  las de quienes, con grandes dificultades y esfuerzo, recuperaron los  lingotes de cobre, no queda mucho del pecio. Tan solo las calderas y algunos restos desperdigados, que  bogavantes y congrios comparten como refugio"

Si nos fijamos, bajo el hotel veremos la escalinata de bajada desde él y su aparcamiento a la playa

La vegetación hace incluso una caja caminera. Los prados son tan de diente, esto es de pastos, donde pacen vacas, ovejas, cabras, caballos... como de siega, para ensilar. Los cultivos antiguos fueron cereales panificables como la escanda, el trigo y el mijo, pero a partir del siglo XVII van a verse cediendo espacio (hasta desaparecer) en favor del maíz llegado de América. En el s. XX como hemos dicho la especialización ganadera triunfó exponencialmente, pues además ya no se necesitaba hacer el pan en casa al poder las tahonas de las villas y pueblos repartir el pan eficazmente en vehículos, aprovechándose las viejas vías y sendas como carreteras locales para favorecer la mecanización del campo

De todas maneras, esa mecanización campesina coincidió con el gran éxodo rural a las ciudades, un fenómeno social sin precedentes e incluso mucho mayor que el de la emigración a las Américas que produjo el prodigio indiano. Una emigración interior fundamentalmente, sobre todo a las ciudades del área central asturiana y a Madrid o Barcelona, así como a otras ciudades españolas, pero también europeas, como Bruselas, donde hay incluso bares con el nombre del concejo

Aquel antiguo sistema de explotación en erías estaba regulada por una legislación concejil que fijaba todo el ciclo de siembras. Las resoluciones y debates se dirimían en el conceyu abiertu vecinal, organismo tan importante que llegó a tener sus propias casas, similares a pequeños ayuntamientos locales, donde se celebraban las asambleas, y en gran parte siguen celebrándose al evolucionar a asociaciones o juntas de vecinos, tratando asuntos de interés común, que pueden ir desde arreglo de caminos a traída de aguas, acometidas eléctricas, construcciones públicas, permisos de obra, relaciones con el Ayuntamiento, Principado y otros organismos, también con empresas compradoras o proveedoras, o incluso organización de fiestas, exposiciones, publicaciones y actividades culturales y sociales en general

El terreno para el pasto se aprovecha hasta el mismo borde rocoso del acantilado y esquiva peñascos importantes, donde crece la vegetación, o suelos excesivamente pedregosos. Cuando alguno se abandona en poco tiempo se llena del matorral que impera en los lugares no cultivados

Subimos un poco más por la zona de El Picu y El Moyoriu. Al ganar altura ganaremos también algo de perspectiva para contemplar el paisaje

Unos arbustos anuncian que estamos llegando a una bifurcación, nosotros seguiremos a la izquierda, todo de frente hacia Celoriu

De todas maneras estimamos muy importante informar que también podríamos ir a la derecha, si bien es un camino más largo, para acercarnos a ver la playa e isla de L'Almenada o Isla de Poo, siguiendo luego por esa misma vía a salir a este camino de Celoriu en El Portiellu, acceso a la playa de este nombre, no muy lejos de aquí

En este mapa vemos el trazado de ambos caminos, desde esta bifurcación hasta El Portiellu. Uno en rojo y otro en amarillo, el de puntitos verdes es un atajo (si elegimos el amarillo, mejor sin duda seguir hasta el final bordeando todo el acantilado este-sur de la playa). Ahora nos toca escoger a nosotros...

Considerando que en una ruta de peregrinación se suele recomendar el trayecto más corto, dadas las distancias a cubrir en algunas jornadas, y los días acumulados y los restantes que nos aguardan, vamos a escoger el camino de la izquierda, que es el que aparece señalizado con las indicaciones de la Senda Costera de Llanes. Además, aproximándonos a Celoriu también veremos la Isla de Poo desde otra buena atalaya costera

Adjuntamos también una foto de la misma bifurcación cuando se limpian estas veredas, con el matorral no tan grande, parta que no nos extrañe la diferencia según la época en la que vengamos

Y es que cuando crecen los artos o zarzales, a veces se tragan hasta los indicadores 

Dirección a Celoriu, que es la nuestra, de frente. En la indicación a Llanes alguien ha añadido, con buen criterio pensamos, también a Poo, de donde venimos nosotros

Entre Moyoriu y El Picu hay una especie de paso o collada. Fijémonos a la derecha en los pastores eléctricos que dividen las zonas de pasto en las fincas

Reparemos también en cómo encinares y arbustos crecen principalmente en las zonas no aprovechables para pastos, aunque reparamos en que algunos bosquetes están en zona de prados, ofreciendo buena sombra al ganado, protección contra el sol pero también contra la lluvia, a manera de techo vegetal

Acabando otra cuesta un nuevo paisaje irá apareciendo ante nosotros, pero antes vamos a detenernos y volver la vista atrás para despedirnos desde aquí de otro tramo de costa llanisca


A nuestra espalda, al este, dejamos la franja litoral entre Llanes y Poo, lo que viene a ser el sector central del concejo, el de más kilómetros de costa (y más playas) de Asturias


Asoman sobre los árboles los peñascos sobre los acantilados de la Ría de Poo. Más allá es otra vez el lugar de La Playa, sobre El Sable, al norte de Poo, donde están los hoteles y restaurantes. Más atrás son los prados de Alburri, Bustios, La Collada y Jorcaos que se extienden hasta La Talá, al fondo a la derecha. donde en el siglo XVIII se habilitó una atalaya de vigilancia que le dio nombre al lugar, sobre La Torre, La Punta Jarri o Punta La Talá


Las rías hemos dicho que se sabe fueron antaño no solamente ensenadas puramente pesqueras sino refugio de pequeñas navegaciones de cabotaje que no obstante podían hacer singladuras de cierta relevancia. Un caso evidente es el del mismo puerto de Llanes, que durante siglos estuvo en una estrechísima ría pese a su importancia, pero lo mismo podríamos de decir de los de Avilés, Santander y y tantos otros. La búsqueda y localización de estos abrigos naturales existentes desde tiempo inmemorial propició el descubrimiento del yacimiento arqueológico de La Talá, La Punta Jarri


En el promontorio de La Punta Jarri veremos parte de su pared acantilada en el lugar de La Torre, llamada así por la existencia de un recinto fortificado, medieval o castreño en el que en el siglo XVIII se construyó una castea para el atalayero que desde ahí oteaba en el mar la presencia de ballenas o de barcos corsarios. De esta atalaya vino L'Atalá o La Talá, topónimo de toda esa ería, donde se atisba la presencia de un gran yacimiento arqueológico pendiente de más estudios y excavaciones. El 5-3-2010 María Toraño escribe un artículo dedicado a estos hallazgos en La Nueva EspañaEl castro olvidado de La Talá:
"La villa de Llanes creció resguardada de los embates de la mar por el murallón natural del acantilado donde se ubica el paseo de San Pedro. En esa rasa costera, a las faldas de la sierra del Cuera, nació como Puebla de Aguilar, nombre oficializado en la carta concedida en 1225 por el rey Alfonso IX. Pero parece que, muchos siglos antes, otros pobladores ya habían descubierto la idoneidad de la zona para vivir, según ha revelado el proyecto de actuación arqueológica en el yacimiento fortificado de la Punta de Jarri o Punta de la Torre.
Este saliente natural hacia el mar se encuentra en la prologación del paseo de San Pedro hacia Poo, justo a la altura de La Talá. La identificación de indicios arqueológicos tuvo lugar en octubre de 2002, como resultado de una serie de investigaciones sobre fondeaderos y abrigos naturales de la costa. En aquel momento, se informó del hallazgo al servicio de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura, que confirmó el interés de los restos, y se puso en conocimiento del Servicio de Patrimonio Histórico. Nada se ha hecho desde entonces por profundizar en su identidad.  
 Según el estudio -firmado por los arqueólogos Rosa Barroso, Jorge Camino, Primitiva Bueno, Rodrigo de Balbín y Hernán del Frade-, el descubrimiento de un yacimiento fortificado de cierta entidad «aparentemente de época castreña» en el sector costero oriental de Asturias constituye «un hito referencial en el devenir de la investigación arqueológica regional», dada la llamativa ausencia de este tipo de asentamientos en la comarca, sobre todo al este del río Sella. 
Además, el proyecto no descarta las relaciones que podrían establecerse con el enterramiento de Fuentenegroso, en la sierra del Cuera, que data de la primera Edad del Hierro. Determinar la antigüedad del yacimiento sería el primer paso para descartar una asignación medieval -el informe destaca que en la zona había numerosos castillos cuya ubicación se desconoce-, por lo que serían necesarios unos mínimos trabajos arqueológicos que indicasen la época de construcción. 
«Tanto si nos encontramos ante un asentamiento castreño como si es medieval es indudable que el mismo hubo de tener una importancia capital en la vertebración del territorio costero oriental», destaca el proyecto de los arqueólogos. La fortificación se emplaza en una ubicación geográfica privilegiada, desde la cual se tiene una panorámica que se extiende varios kilómetros a la redonda, desde las inmediaciones de la localidad de Cue, por el este, hasta Posada, por el oeste. En días claros se puede seguir la costa hasta Vidiago y contemplar la sierra del Mofrechu, cerca ya de Ribadesella. 
Ese dominio territorial convirtió a la zona en punto idóneo para la instalación de una torre de vigilancia, que funcionó hasta finales del siglo XIX, para avistar ballenas y bancos de peces y para prevenir de la cercanía de cualquier amenaza que llegase por el mar. En 2006, la Asociación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL) denunció que en el proyecto de urbanización de La Talá y en su anexo de acondicionamiento se omitía cualquier mención a la posible existencia de un castro. 
El caminante que se acerque puede distinguir la elevación que provoca en el terreno la muralla que reposa bajo la tierra de varios siglos, mientras espera a que alguien se anime a desenterrarla."

Efectivamente, en La Talá se echó abajo en 2010 un macroproyecto de urbanización de 480 pisos y 90 viviendas unifamiliares según sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, en un fallo que sería confirmado tres años más tarde y que sería el principio del calvario urbanístico de sucesivos planes generales de ordenación urbana de Llanes, que llegó a ser en tiempos llamada La Marbella Nueva a causa de aquellas tremendas burbujas inmobiliarias que caracterizaron el desmedido crecimiento de no pocas poblaciones en aquellas épocas de la última década del siglo XX y la primera del XXI

Y como decía un antiguo lema turístico, en Asturias, cada curva un paisaje. Una llanísima ería bajo El Picu nos ofrecerá poco a poco un nuevo panorama costero, hacia Celoriu y Niembru

Un cierru cierra con muros y seto un pequeño terreno particular arbolado que es otra de las referencias geográficas y visuales que jalonan este itinerario costero

Campos recién abonados a nuestra derecha. Un 40% de la superficie del concejo de Llanes está destinada a prados y pastizales, mientras que los cultivos rondan solamente un 4%, la mayor parte para maíz, ya no para consumo humano salvo cuando se hace alguna borona para alguna fiesta u ocasión especial, sino como planta forrajera. Unas 400 hectáreas son pumaradas de manzanos de sidra

A principios del siglo XX la raza casina era la predominante en el ganado vacuno, dedicada a la producción de carne, la leche alcanzaría gran auge a partir de la posguerra, lo que favoreció la llegada de las ratinas y seguidamente la introducción masiva de frisonas lecheras. Décadas después las autóctonas experimentaron una recuperación y revalorización importante, si bien ya dentro de la grandes crisis y reconversiones agroganaderas a nivel mundial, relacionadas con sistemas de producción, explotación, empresas lácteas y precios. El siguiente reto y amenaza se presenta ya como una realidad, la implantación de macrogranjas

La portilla o portiella sigue siendo un elemento característico de los cierros, de los que muy pocos han llegado a nuestros días. Este nos ofrece además una hermosa sombra, de la que carecemos en este itinerario una vez salidos de la ribera acantilada de la ría

Y como ya advertíamos, un nuevo paisaje marítimo se ofrece ya ante nuestros ojos, el archipiélago de islotes frente a la costa de Celoriu

Justo enfrente, están la Isla de Arnielles o de Borizu y detrás La Punta Borizu. A veces se pasaba el ganado en bajamares a pastar en ella, otras veces incluso en lanchas, normalmente cabras, más adaptadas a los riscos y despeñaderos, más riesgo serían las ovejas y sobre todo las preciadas y apreciadas vacas. También se pescaba desde el acantilado y un revelador topónimo, El Güertu, indica que también se cultivaba. La parte más alta de la isla llega a los 34 metros sobre el mar

A la derecha y más cerca, El Castru Samartín o San Martín, con sus 44 metros de altura sobre el agua del Cantábrico. En Llanes suelen llamarse castros cuando son predominantemente rocosos, aunque tengan algo de vegetación, e islas cuando tienen pradería. En este caso no es prado sino vegetación marina, las llamadas berzas silvestres, refugio con sus peñas de una colonia de gaviotas patiamarillas


A lo lejos vemos La Cuesta Torimbia, acceso a la playa de este nombre desde Niembru, arenal que se prolonga al otro lado de la loma de La Garita, donde esta El Castiellu, un topónimo que podría evidenciar otra fortificación o fortaleza costera que luego pasó a atalaya con garita para protección del atalayero expuesto a las inclemencias del tiempo en ese promontorio sobre La Punta Prietu o Cabo Prieto. Estaríamos hablando por lo tanto de un posible castro, pero en la otra acepción del término, la de recinto fortificado prerromano o romano, normalmente poblados amurallados y con fosos, propios de la cultura castreña, muy pocos se han localizado ahora no solamente en la costa llanisca sino en todo el oriente asturiano a partir del Sella. En Llanes se ha pensando en el de La Talá, así como en el de Soberrón, pero están pendientes de certificarse con seguridad



Es un dato extraño o curioso, pues estas ensenadas propician la existencia de numerosos castros marítimos en otras áreas del centro y del occidente y hacia Galicia. También al este, en Cantabria, hallamos castros o recintos fortificados de ese periodo, que abarcaría principalmente desde la Edad del Hierro hasta la romanización, durante la siguieron existiendo, construyéndose, transformándose y creciendo, pero también incluso hasta la alta Edad Media


Podría deberse esta ausencia a que, sencillamente, aún no se han descubierto, pero también a que no los hubiese, que no existiesen por alguna razón de índole práctica o cultural, pues al oeste del Sella estaban los astures, y al este, hacia aquí, los cántabros. Pero también al este del Deva, en la actual Cantabria, como hemos dicho, volvemos a encontrar castros, así como en el País Vasco y gran parte de la Meseta Norte. Si bien la extensión concreta de la cultura castreña y qué características tiene esa cultura está en continua revisión y debate


De frente vemos vemos las plantaciones de eucaliptos plantados en la cima de la finca monástica (Finca de San Salvador) del antiguo monasterio de San Salvador de Celoriu, situado al otro lado, donde está también el pueblo. A la derecha una torre, El Mirador del Conventu, está en el solar del antiguo Faro de San Salvador, que orientaba a las embarcaciones a su puerto. A lo lejos El Llanu Niembru, planicie de La Cuesta Niembru, donde está el repetidor, a la izquierda de La Cuesta Torimbia


Historiadores y arqueólogos siguen buscando, sobre el terreno y con documentación, señales de castros-castillos en estos promontorios costeros que vemos desde este maravilloso lugar, donde el camino se reúne con el atajo que viene del camino de L'Almenada o Isla de Poo, del que nos separábamos hace un momento. Podríamos emplearlo si quisiésemos bajar desde aquí a El Portiellu


Sea como sea, a falta de castros castreños, tenemos estos otros castros-islote, como el de Samartín llamado así por una capilla que está justo enfrente, en tierra firme, cercana al camino y junto a la que vamos a pasar, si bien solamente quedan en pie algunas paredes 


Paredes, pero muy verticales, son las de los acantilados del castru propiamente dicho, accesible en bajamares pero, salvo las de San Agustín, a finales de agosto, siempre mojándose algo los pies. Quien pasaba al castru, podía subir por una cuesta hacia la cima, pero es muy peligrosa a causa de los muchos pozos existentes ocultos por la vegetación


San Martín o Samartín da nombre a una playa, la cual se une en bajamares con la de El Portiellu que vamos a conocer ahora. Todo ello es parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias, un nombre muy bonito que aparece en muchas guías pero que parece aún pendiente de su declaración oficial


Frente al castru el promontorio de La Ería Samartín, que cierra El Portiellu, da vista también a La Isla Arnielles o de Borizu, de la que ya vemos la parte sur y este de sus acantilados, donde hay pequeñas grutas y ensenadas. Más atrás, La Punta Borizu forma una gran península, que fue en tiempos privatizada dentro de la Finca El Borizo, la cual cambió de manos varias veces por compra, si bien ahora es de paso público. Allí está la famosa Cabeza del Cristo, formación geológica que se asemeja al rostro de Jesús con su barba y corona de espinas


También, las vistas del Cuera, que nos acompañaron ya desde Colombres y por toda la costa oriental llanisca, van a ir dando paso, según avancemos a occidente, a otras montañas que vemos a lo lejos


Primeramente y a la izquierda El Picu Benzúa (724 m), en el monte o sierra de su nombre, también llamado La Cabeza Benzúa. A su derecha En medio de la foto) las Sierras de Cuana o Puertu Cuana o de Santianes, en la divisoria concejil riosellana y canguesa, donde destacan  los 875 metros del Picu Joyadongu o H.oyadongu (o La Peña Joyadongu y El Cantu Joyadongu, siempre con hache aspirada) y sobre todo los 900 metros (otras fuentes dicen 897 m) del Mofrechu, mítica cumbre montañera. Poco más allá se reconoce también El Cantu Arriundu (791).Más a lo lejos se reconoce muy bien el Monte Sueve o Puertu Sueve, cuya cota máxima son los 1.161 metros del Picu Pienzu


Más cerca y a nuestra izquierda también La Peña Llabres con La Cabeza la Roble o La Becerrera (693 m) y Brañueta (682 m).Ya se considera un macizo exterior fuera de la Sierra de Cuera. Ofrece unas muy buenas vistas de su entorno, principalmente hacia la costa, por lo que es frecuentado por montañeros, aunque no tanto como el Cuera


Y de frente y más próxima, la serranía de La Cuesta Niembru en toda su longitud, con la cima relativamente llana de El Llanu Niembru, que se extiende desde La Cuesta Torimbia al oeste hasta L'Amilladeru, donde comenzará la bajada a la Playa de San Antolín que acabará en el campo del monasterio de esta advocación, San Antolín de Bedón, desembocadura del río Bedón y otro de los grandes monasterios llaniscos fundados en el medievo en estas costas


Más allá del cueto que cierra El Portiellu por el oeste, seguimos viendo los árboles de la finca del monasterio, cuya iglesia es parroquial de Celoriu, siendo las dependencias conventuales, muy reformadas, actualmente casa de ejercicios. Lo veremos cuando lleguemos allá


Estemos muy atentos ahora en esta bifurcación señalizada justo antes de bajar a El Portiellu


Realmente los dos caminos siguen hacia Celoriu y son aproximadamente iguales en longitud, pero el de la derecha es el señalizado tanto como Camino de Santiago como Senda Costera, por lo que es el que vamos a seguir 


Y además, por supuesto el de la derecha es el que nos ofrece mejores vistas de la costa hasta Celoriu, mientras el otro se separa de las playas para ir al interior


Bajando vemos las camperas de Tanaviera y los acantilados que guardan El Portiellu por el oeste, separando este sable o arenal del de Samartín, que no vemos desde aquí, situado enfrente del castru, pero que se comunica con El Portiellu en bajamares


Atendiendo al mapa, el camino que baja a la playa parece señalar en parte la frontera parroquial entre Poo y Celoriu. Por él suben los que han preferido tomar el de la ruta a la Playa L'Almenada e Isla de Poo y luego recorren esta concha sin dirigirse al atajo que acabamos de dejar atrás


Esta es una foto en pleamar, cuando la playa disminuye notablemente de tamaño de arenal en superficie, como todas las del Cantábrico, dato muy a tener en cuenta para evitar sustos y sorpresas, que se producen con cierta frecuencia



Más allá La Ería Samartín, camino del castru, ya sería de Celoriu, la parroquia vecina, a donde nos dirigimos


Por ahí estaría el portiellu o pequeña portilla que dio nombre a la playa y al lugar, la cual serviría como límite o llende de los derechos de pasto entre ambas parroquias, teniendo las dos acceso a la playa con derecho a los consiguientes derechos pesqueros


Al sur, vemos el camino subir por La Cuesta San Pedro hacia El Mirador, otra de las atalayas marinas de este maravilloso litoral, al lado de la finca del monasterio y al norte de la Ería la Serna, donde está El Llagu Gatones, una gran charca que se forma con las lluvias y que es refugio de aves acuáticas. Su topónimo tal vez tenga que ver con el gato silvestre, el gato montés (Félix silvestris), que no es exactamente el gato doméstico ni el lince aunque pueden hibridarse


No hemos de confundir esta playa con otra de nombre similar situada muy cerca, entre Cue y Llanes y que también estaría situada en su frontera parroquial (se la conoce asimismo como La Playa los Curas). En algunas ocasiones también se confunde esta de El Portiellu con la de Samartín, situada a su izquierda


A la derecha vemos el otro camino, que baja hacia ella y luego recorre el tramo sobre su acantilado sur. Al fondo asoma la parte más alta de la Isla de Poo, de 48 metros de altura en su parte más alta, fue antaño de propiedad privada y popularmente se la conoce en Poo simplemente como La Isla


Más a la derecha, el camino del atajo, por si no queremos bajar a la playa y luego subir. Abajo, zona de parada justo encima de la playa y donde acaba el camino paralelo la bajada: ahí podrán descansar quienes lo hayan elegido antes de subir a reincorporarse a este trayecto
 

En bajamares puede accederse a La Isla de Poo por las arenas que, aflorando desde El Portiellu comunican con las de L'Almenada, existiendo lugares de trepada para acceder a su alto o corona. Sus más de 5 hectáreas de extensión hacen de ella la isla por antonomasia de Llanes


El Portiellu carece de servicios playeros propiamente dichos, salvo un salvamente en verano. Una buena información la hallamos en el artículo de Celoriu.com dedicado a las playas de la parroquia
"Se accede a ella directamente desde la senda cicloturista peatonal que une las localidades de Celoriu y Poo. Supone el límite oriental de la parroquia de Celorio,  y su nombre proviene de una antigua portilla que limitaba los derechos de pasto de ambas localidades de las que se encuentra equidistante. Tiene una anchura de 110 metros y una longitud de 220m (ambas en bajamar). Con la pleamar la playa queda muy reducida, pero en bajamar llega  incluso a unirse con otros bancos de arena próximos, incluso en ocasiones con la vecina playa de «San Martín», formando un precioso paseo de más de 600 m desde el que se divisa la playa de Palombina y su embarcadero.

Se trata de una playa no urbana, de peligrosidad media, idónea para la práctica del surf, y cuya zona más peligrosa se conoce como «La Poza» y se sitúa a media marea en la zona derecha de la playa.

Para los niños, se suele formar en la parte derecha de la playa y en bajamar, un gran charco de agua conocido como «la poza», y donde suelen jugar.

La única manera de llegar a la playa es caminando unos 10 minutos desde el núcleo de Celorio (o desde Poo) , y la playa no cuenta con aseos, chiringuito, restaurante ni aparcamiento. Durante la temporada de verano, cuenta con vigilancia diaria de los servicios de salvamento entre las 11:30h y las 19h aproximadamente. No cuenta con acceso para minusválidos"

Entendemos pues, si no nos equivocamos con la información, que existe una poza permanente que es peligrosa para el baño y una poza que se forma en bajamares que forma una piscina natural ideal para los niños


Desde el camino de abajo aún habría que bajar aún un poco más para llegar al arenal, por una escalinata que desciende al lado de la mesa allí situada



Una barandilla de madera además separa el camino del borde del acantilado. No se recomienda nunca ni apoyarse demasiado ni mucho menos sentarse en estos pasamanos



Desde aquí y ladera abajo se extiende un prado que parece aprovechado para apacentar el ganado. A la derecha hay zarzas y helechos, al igual que al llegar al camino y al cantil. Otro prado ocupa buena parte del promontorio de la izquierda


En esta costa existió, documentadamente en el siglo XVIII, pues se cita en 1712, el Tributo del Congrio, por el que los vecinos de Barru y Celoriu habían de pagar un congrio al año al alcalde, para que este les renovase los derechos de pesca. Este pescado que asemeja a una serpiente marina era muy valorado desde la Edad Media y se consumía tanto fresco como seco


Esos tributos debían de ser una importante carga, pues por la misma época el monasterio cobraba diezmos por derechos de pesca y el Gremio de Mareantes de San Nicolás de Llanes, si bien abarcaba a las diferentes ensenadas portuarias del concejo, no solamente al puerto de la villa, se sabe era escrupuloso con cualquiera que hiciese la más mínima competencia a este dentro de la costa de su influencia, entre las de Ribadesella/Ribeseya al este y Sn Vicente de la Barquera al oeste, puertos que seguían la misma política con los pequeños embarcaderos de su entorno


Las competencias tributarias, derechos y privilegios, área de influencia, propiedades y beneficios, administración y gobierno de los monasterios de San Salvador de Celoriu y San Antolín de Bedón, fueron también problemáticas, además de muy próximos entre sí estaban cerquísima de Llanes, que teóricamente era la villa regidora del concejo, antiguo territorio o Tierra de Aguilar


Se sabe de enfrentamientos del abad con los vecinos y con los visitadores del obispado que duraron siglos, así como con el Cabildo municipal de Llanes por los pastos comunales entre al menos mediados del siglo XVI a mediados del XVII. Otra fuente de conflictos era la dualidad de iglesia conventual e iglesia parroquial de Celoriu del propio santuario monástico, pues en 1538 la abadía de San Salvador se anexiona los pueblos de Celoriu, Barru, Niembru, Balmori y una tercera parte de Poo (en 1544 lo hará con el mismo monasterio de San Antolín de Bedón)


Cruce de caminos, si esta es la frontera parroquial se supone que aquí habría estado aquel famoso Portiellu que separaba Poo (hasta 1891 partido entre las parroquias de Celoriu, Llanes y Porrúa) de la parroquia de Celoriu con su coto monástico, si bien sus propiedades serán en tiempos mucho más extensas, incluso fuera de Llanes, al menos hasta la desamortización y final del monasterio el 24 de octubre de 1834, cuando los monjes y colegiales (había un equivalente a la educación secundaria en su Escuela de Artes) fueron exclaustrados, ingresando la mayor parte en las filas carlistas(se ve que eran de armas tomar)


También se especula con la posibilidad que el topónimo Portiellu, que tanto se repite, incluyendo sus múltiples variantes, en las costas asturianas, sea en algunos casos un diminutivo de puerto, pues el latín portum era textualmente lugar de paso, tanto en el río como en el mar como en la montaña


Sin embargo en este caso parece más plausible portellam como diminutivo de portam, lo que da portiella, siendo portiellu una portiella pequeña, aunque igualmente puede definir algún tipo de cierre, como los de las erías u otros. Leemos de portiella en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblosde Xosé Lluis García Arias:
"El diminutivo *PORTELLAM es responsable del asturiano portiella ‘puerta pequeña’, ‘cancel de entrada en un corral, en una finca’. La variante masculina es portiellu, expresión con que se alude no sólo a una portiella pequeña sino a un ‘entretejido de varas’ por estar hechos los portiellos, muchas veces, de entretejido de varas. También desde *PORTELLAM se formó portellera ‘tipo de cierre en un seto’, etc"

Sea como sea de El Portiellu salimos en este cruce, así como de la parroquia de Poo para entrar en la de Celoriu, un portiellu administrativo aunque físicamente hoy día nada parezca señalar ese paso o frontera

Por ello, enlazando con el otro camino, y salvo que queramos visitar la playa, continuamos ruta a la izquierda

La pista sigue siendo ancha y está bien trillada, haciendo en este lugar una curva pronunciada a la derecha

Son las verdes y muy llanas camperas que se extienden al oeste hacia la Ería Samartín, que continúan hacia El Castru Samartín con su capilla, al otro lado de aquellos cuetos

Y entre los cuetos un paso, ante La Cuesta San Pedro, la última subida antes de bajar al pueblo de Celoriu, cabeza de la parroquia, cuya Asociación de Vecinos La Hoguera ha estudiado su extensión, límites y toponimia. Esta es su frontera aquí por el este:

"La línea divisoria de La Parroquia de Celoriu por el este arranca en el muro de Portiellu, a medio Cuetu Mollori, y continúa por La Piedra Cardín y por La Piedra Los Páxaros. Sigue por Tercias, por El Collado Carabascones, por El Peyu Carabascones, por El Cuetu Las Rozas, por Trotanes, por Las Enceradas, por La Requexada, por La Cueva Los Cestos, por el collado La Matavieya y por El Cuetu El Mazu también con una cruz del Monasterio, para comenzar después, subiendo por La Verde con el territorio de montaña, hasta La Jorcada del Bijorcu donde existe una cruz que limita las Parroquias de Porrua y Celoriu y continua por el Collado La Salce, por La Cuesta la Torneria, por La Llomba, por los praos de Las Llamarcas, por El Colláu L´Aguañaz, por La Fuente L´Aguañaz, y luego, todo el Traviesu recto para arriba por los praos de Sumedas, dejando levemente a la derecha al Cabañucu El Cumbre, a verter aguas a Cabrales en el escar de Guznuevu"

Estos límites se basan en los que en 1713 plasmaba el Apeo de Cepeda, que registra las divisorias de la parroquia de Celoriu con sus vecinas, tras interrogar a sus habitantes, que las tenían por costumbre y de memoria, incluyendo "por la parte de el Norte confina y tiene sus términos por la parte de dicho Norte con el mar bravo"

Al sur asoman unos picachos, Los Resquilones, en la Sierra de Peña Villa, considerada también ya fuera del Cuera y cuya cima más alta es La Cabeza los Resquilones (669 m), bien visible en la distancia

A la izquierda de Los Resquilones, el Alto o Cuesta la Tornería, también Vega de la Tornería, lo separa de las estribaciones del Cuera, en concreto de Mañanga y El Texéu, formando un paso natural donde se libró en septiembre de 1937 la Batalla de El Mazucu, pueblo existente en ese lugar, en un último intento de las tropas del Consejo Soberano de Asturias y León, leales a la República, para detener a las brigadas navarras, ayudadas por la alemana Legión Cóndor, que acababan de tomar Bilbao y Santander

La Cabeza los Resquilones es fácil de reconocer, además de por su altura, por su forma muy picuda y piramidal, así como por su antena en la cumbre

Entre estos cuetos se forma aquí un pequeño valle junto al mar, atravesado por el camino, bien dibujado sobre le verde, que empezará a serpentear para ganar poco a poco de nuevo altura

Sin duda este paso natural constituía el acceso directo de Celoriu a esta playa, sobre el que se trazaría posteriormente esta senda costera. El camino principal entre los dos núcleos sería el camín real, desaparecido entre el puente sobre el río Vallina y el ramal a La Llaguna Gatones, tramo que sí se conservaría de ahí a Celoriu

Un poco de zigzagueo para seguir subiendo ería adelante frente a El Mirador. Esta Senda Costera de Llanes es, además de por peregrinos, transitada por numerosos senderistas, que la hacen entera o por tramos. Aparte del camino principal otros secundarios se acercan lo más posible al borde del mar cuando hay entrantes y salientes, haciéndolo más largo pero teniendo lo más posible cerca la misma orilla de las playas o el borde de los acantilados, aunque a veces esas opciones también plantean sus inconvenientes, como nos cuentan en la página de Pasu a Pasu Asturias, describiendo esta ruta en invierno, cuando los pueblos están casi vacíos:

"Afortunados en Asturias, por un lado montaña, y por el otro mar, y todo a tiro de piedra. En esta ocasión, decidimos irnos a realizar una ruta por la costa. No vamos a descubrir lo espectacular que es la zona costera de Llanes, como tampoco descubriremos el desfase turístico que se ha montado a su alrededor. En esta época, hay pueblos como Celorio que parecen fantasmas, todo vacío, abandonado, y en verano, no coge un alfiler. Esta ruta, se puede realizar de dos maneras.

Intentando mantener el camino por la costa. Hay camino evidente, pero a cambio, iremos cruzando en muchas ocasiones fincas de ganado, cercados (posibilidad de pastor eléctrico puesto), etc. Esta es la opción que seguimos para ir desde Llanes a Poo. Cansados de saltar y pasar por debajo de alambradas, a partir de Poo, decidimos pasar a la segunda opción

Seguir los caminos que indican la señalización, que harán que en ocasiones lleguemos a la costa, y en otras nos adentremos tierra adentro y perdamos toda referencia del mar. Esta opción es más cómoda, más rápida de caminar, pero también hará que pierda algo del sentido de este tipo de rutas"

Dado que la senda jacobita, insistimos, no es exactamente una ruta senderista para hacer un día unas horas, volviendo por la tarde a casa, sino que acumula jornadas y jornadas de mucho esfuerzo, presentamos fundamentalmente de este el trazado principal, normalmente el más corto y sobre todo el mejor señalizado, tanto por los G.R. como por las conchas y flechas xacobeas

Eso sí, siempre que las conozcamos, avisaremos de otras opciones posibles a este el camino principal, para que los peregrinos escojan a su albedrío según sus gustos y apetencias

Por ejemplo, al llegar a esta curva prestemos atención, pues vamos a recomendar salirnos unos metros de la pista para tomar un atajo muy útil

La senda costera sube a la izquierda  y un trecho más arriba llega un cruce y baja a la derecha en La Ería Samartín: nosotros vamos a tomar un sendero que sale aquí mismo a la derecha atravesando dicha ería

El sendero bordea el cueto entre El Portiellu y Samartín y sigue de frente hacia la llanura costera

El trazado aparece bien marcado en la hierba a base de pisadas. Eso sí, si hubiese ganado, normalmente cerrado por pastor eléctrico, no atajéis por aquí, seguid el camino trazado y señalizado

Camino al que enseguida regresamos, viendo de nuevo el mar y algún que otro nuevo detalle...

Lo que parece en la distancia una cabaña son las ruinas de la capilla de San Martín, a donde antaño llegaba una popular romería y en cuyo subsuelo la leyenda dice hay enterrada una bolera de oro, conocida por los frailes benedictinos del cercano monasterio. Este lugar inmediato a la capilla se cita con su advocación ya en 1086

Y a la derecha volvemos a ver también la cabeza del Castro Samartín, que se nos antoja tiende vista desde aquí verdaderamente la forma de una frente

La advocación a San Martín de Tours se extendió grandemente con las peregrinaciones, el acto de compartir su capa con un mendigo, pues peregrino y mendigo era casi uno, le dio gran devoción entre los romeros jacobitas. Tanto es así que el mismo Codex Calixtinus encomienda a los peregres visitar su tumba en la basílica de Tours (Indre-et-Loire), también a él dedicada, en su peregrinación a Santiago

Ante El Castru Samartín la senda costera realiza una curva a la izquierda, recuperando rumbo oeste. Volvemos a caminar al lado mismo de los cantiles, bajo ellos está la Playa Samartín, que en bajamares pude llegar a unirse con el castru. 

El mar bravo, como llamaban los celorianos al límite septentrional de su parroquia en 1713, que contemplamos en este tramo llano de camino por la Ería de Samartín

Los característicos islotes del paisaje marítimo de buena parte del concejo Llanes siguen siendo nuestra referencia geográfica dominante cuando nos acercamos a las orillas del Cantábrico

De frente el Castru'l Gaiteru, otro peñasco rodeado por el mar, y más allá la de nuevo la Isla Borizu, de la que vemos mejor sus espectaculares grutas marinas

El Castru'l Gaiteru debe su nombre, al menos según el sentir de la tradición, a que un gaitero sobrevivió a un naufragio consiguiendo llegar hasta él, salvando asimismo su preciada gaita. Tiene una altura de unos 19 metros y desde aquí llama la atención su aspecto cónico, pero cuando lo veamos desde Celoriu nos daremos cuenta que tiene no uno sino dos picos o jorobas, lo que hace muy peculiar su silueta

En cuanto a la Isla Arnielles o Borizu es llamada por su parte occidental Las Cabreras, recordando cuando se pasaba la reciella, el ganado menudo, a pastar en sus praderías que hacen de ella una isla y no un castru. En el mencionado Apeo de Cepeda de 1713 los vecinos de Celoriu manifiestan que:

"declaran haber una Isla que está dentro de el mar que llaman Arnielles, que siendo las mareas vivas por la parte de ella queda en seco de baja mar, y entonces entran dentro de ella ganados mayores y menores de los vecinos de dicho lugar, la cual Isla es propia de ellos, y su uso en todo tiempo"

De ello concluimos que no solamente el ganado menor era pasado a la isla en bajamares, al decir ganados mayores entendemos principalmente vacas, bueyes, caballos, un bien muy precisado, caro y no muy abundante, pues además de proporcionar alimento, leche y carne (que tampoco se comía demasiada carne, excepto de cerdos criados en casa), eran empleados como tiro para faenas agrarias, carros, labranza, acarreo de mercancía, desplazamientos

Estos pastizales insulares han de darnos una idea de la perentoria necesidad de terreno de pastos existente para correr el riesgo de llevarlos a las islas frente a sus costas, abruptas y acantiladas, sin duda, al menos en el caso de esta ganado menor, algún pastor viviría especialmente en vilo pendiente de que no cayesen por el cantil o metiesen la pata en algún pozo

Los varios entrantes en forma de cuevas labrados por la erosión marina es muy posiblemente la razón del topónimo Arnielles, existente en otros lugares costeros, pues entre las muchas definiciones de la palabra asturiana arna tiene connotaciones de oquedad. Otra posibilidad es que tenga que ver, sencillamente, con arena, el sable que en bajamares comunica la isla con tierra y permite pasar el ganado a ella. Consultamos de nuevo en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestro pueblos:

"La palabra asturiana arna ‘corteza del roble’ también puede significar ‘tronco de árbol ahuecado de donde pasa a ‘tina para colar la ropa (porque en nuestra tradición originariamente la tina se fabricaba con un tronco hueco)’. Por esa razón también en algunas lenguas arna pervive como ‘vaso de colmena’ pues el tronco agujereado tenía tales usos. Una variante masculina, arniu ‘molde para el queso’, es de uso en Asturias y Cantabria.

Mientras que alguno dice que se podría explicar etimológicamente por el latín URNAM ‘vaso de cuello estrecho y cuerpo abultado’ , cosa no fácil de aceptar dado el vocalismo tónico, otros la consideran palabra prerromana no indoeuropea en todo caso de gran complejidad etimológica

(...)

Topónimos como Arniella, Arnela, Arnín, también Arnón, podrían considerarse como derivados de arna pero también es posible que algunos (...) se expliquen mejor (...) como derivados de HARENAM ‘arena’ , con pérdida de la e una vez desplazado el acento por la presencia del sufijo"

También es preciso decir que si vemos la isla desde una foto aérea o mapa, nos fijaremos su apariencia de croissant, con una gran media luna abierta hacia el norte ( y otra más pequeña al oeste), lo que incide en su forma ahuecada. En cuanto a su otro nombre, Borizu, tiene también un amplio cambio con varios significados muy compatible con sus características, desde plantas a terrenos abruptos y pastos en esos terrenos:

"El término asturiano berezu lo definen algunos como ‘Vaccinium myrtillus’ y se refiere a la planta que produce arándanos; en otros casos se contentan nuestros vocabularios con buscarle una traducción gracias al castellano brezo, acaso de origen céltico para Corominas-Pascual .

En toponimia aparece formando abundativos como en La Berizosa, La Brizosa , El Picu Berezosu), El Berezosu. Idéntico a éste es El Bericiusu aunque con metafonía.

Equivalente a berezu, con una variante berizu o bericiu beriza, lo tenemos en el abundativo berezal que, al perder la e átona, pudo ser responsable de algunos topónimos abundativos del tipo El Bricial. Sobre berezu se forma también el colectivo, doblemente incrementado, Berzadales que nada tienen que ver con las berzas.

Desde bereza, en las mismas condiciones fónicas, pudo seguirse una metátesis responsable del asturiano breza > berza presente en algunos topónimos menores como El Picu la Berza en los límites de Grau y Teberga.

De un diminutivo combinado con sufijo colectivo provienen los topónimos del tipo Bercinéu, a veces escritos con “v” por su aparente relación con verde. También en relación con beriza parece Bricia (...)

Desde la variante beriza pudieron haberse formado los topónimos del tipo Borizu o Boriza, frecuentes en el oriente asturiano pues borizu es, evidentemente, un fitonímico dado que se define como ‘especie de mijo o panizo pequeño que se cría espontáneamente entre el maíz o las hortalizas’. Con una atracción velar sobre la átona se generaliza boriza ‘terreno fragoso’, ‘pastos comunes en terreno breñoso’. Un colectivo puede recordarlo el apelativo borizal ‘terreno donde abunda el borizu, responsable de El Bruzal "

Siguiendo la sinuosidad de este borde acantilado, escalonado, la senda hace otra curva a la izquierda, viendo el cartel que señala el acceso a la capilla y playa de San Martín o Samartín 

A la izquierda del arruinado santuario, hay otra pequeña cala, es llamada El Puertu Samartín o La Playa la capilla, un topónimo que nos hace pensar en alguna vinculación portuaria pesquera de pequeñas lanchas o cabotaje. Se trataría de una de las tres ensenadas arenosas, las dos siguientes solo accesibles por las rocas, que se suceden a continuación al oeste. Una de ellas La Nixón (pronunciar con la x asturiana y gallega -similar a la sh francesa- así como con el acento marcado por la tilde en la ó para que no parezca un presidente de Estados Unidos) y la otra La Penal

Nosotros seguimos de frente, pero si lo deseamos podríamos visitar todas estas playas y arenales a partir del campo de la capilla, hacia la que parte a la derecha un camino.

En los prados del camino a la capilla se celebra la Jira de San Martín, la gran comida campestre para festejar al santo, recuperada en el año 2010 tras muchos años sin celebrarse. Antaño acudían caminando las gentes de Celoriu, llevando cada familia alimentos elaborados en casa propios de estos festejos de caminata y posterior romería extendiendo los manteles sobre la hierba, empanadas, tortillas, borona, huevos cocidos, etc. regado todo ello con buena y rica sidra hecha en el llagar de casa o alguno cercano

No dejaba de ser una pequeña peregrinación local, que tal vez luengo tiempo ha fuese el mismo día del santo y que con el tiempo, para garantizar un poco más la climatología imprescindible en una fiesta de prau, se trasladase a finales del verano para despedirlo en una jornada de confraternización, tal y como se hizo la recuperarla, añadiéndole otros alicientes como un campeonato de pesca submarina que se celebra aquí mismo, junto con su correspondiente entrega de premios

La capilla es de origen medieval, si bien sin duda tuvo importantes reformas, se alza en un promontorio en la bifurcación de caminos que bajan a las playas, los que da que pensar en su vinculación marítima en un lugar que debió de tener en el pasado alguna relevancia para ser construida en este preciso lugar

La presencia del Castru Samartín y de todas estas conchas y sables de abrigo, nos hace pensar en la cristianización de cultos marinos. No sabemos tampoco cuándo y porqué se abandonó, pero en ello tendría que ver su relativa lejanía de núcleos poblados, la desamortización o el olvido de la relevancia que le dieron quienes la construyeron

Si bien hubo iniciativas tendentes, no ya a su restauración integral, sino a consolidar las ruinas y acondicionar el entorno, este se llena de malezas alrededor de la capilla las cuales amenazan con tragársela

Esta es una foto de la ermita y su entorno más limpios y cuidados. De vez en cuando alguna iniciativa vecinal pone manos a la obra, por ejemplo en el año 2015 un grupo de amigos, a iniciativa de la Asociación La Hoguera, la limpió de vegetación y la acondicionó, pero esto fue lo que pasó inmediatamente, según publica Miguel Bueno solamente tres días después de aquel arduo trabajo, en el blog Piedra, con fotos y textos:

"El viernes, 28 de agosto de 2015, un grupo de amigos de Celoriu y algunos de más lejos,  a iniciativa de la Asociación de Vecinos de Celoriu  “La Hoguera”, estuvimos, limpiando de bardales, cercando y rotulando la ermita de san Martín.

 Sin que nadie nos lo  indicase, cada uno cogió su herramienta y su rincón para trabajar, quedando la ermita hecha un primor en unas  cuantas horas,  y aunque  molestamos un poco al lagarto ocelado que vivía tan tranquilo entre sus zarzaparrillas y zarzas, la labor se hizo sin ninguna incidencia. 
Orgullosos del trabajo realizado, lo festejamos con unos culines de sidra y un trozo de empanada, que no aparecieron por arte de magia. Ana y sus compañeros de la asociación se habían encargado de la intendencia. Aportaron las herramientas, los postes, la cuerda para la cerca,  un cartel precioso, la sidra y la empanada. 
 Hoy lunes 31 de agosto , acabo de enterarme  de que la cerca de estacas y el cartel los han arrancado y tirado al acantilado. 
 Desde aquí quiero hacer llegar a todos los amigos mi apoyo solidario y decirles que estén tranquilos, lo que hicimos, no podrán quitárnoslo, está  ya grabado en nuestros corazones"

Con el santuario limpio quizás podamos descubrir mejor alguna de sus características, aunque sea elucubrando pues no es mucha la información localizada. Parece que hubiese sido un antiguo oratorio con tejado a dos aguas que en algún momento se hubiese ampliado, principalmente a la derecha. A la izquierda un muro protege su entrada de los vientos del norte que vienen del mar, así como de sus embates

La portada es de arco de medio punto, careciendo de columnas y ornamentación. Si algo hubo habrá desaparecido. Parece a todas luces bajomedieval, o inmediatamente posterior

No llegamos a ver la playa salvo que nos acerquemos. A pesar de su belleza se dice que es de las más peligrosas de Llanes por sus fortísimas corrientes. Existen fuentes de agua dulce submarinas, que son visibles en durante las bajamares al brotar en la misma arena, no siendo este un fenómeno tan extraño este como parece. Los pescadores de antaño conocían estos pozos y sabían donde podían beber. La fuentes de agua dulce son origen de cultos acuáticos que la capilla podría haber cristianizado

Esta arena al descubierto es la que comunica en esas mareas bajas con El Portiellu y L'Almenada, formando ese gran sable o playón cuyos nombres se confunden. Si alguien desease visitar alguna isla, aparte de los riesgos de acceder a ellas trepando y por sus peligrosas cuestas sobre el acantilado, ha de tener muy presente el flujo mareal para no quedarse aislado

La Isla de Poo, o sencillamente La Isla, fue incluida por El Viajero Fisgón entre Las 5 islas secretas de España que debes visitar, entendiendo más que secreta, desconocida, al menos por el gran público. Pero mejor conocerla sin duda desde la seguridad de este buen camino

Sospechamos que el topónimo Almenada, que en realidad parece más vinculado a la playa que en bajamar la une con tierra, podría ser debida a la forma de algunas formaciones rocosas. En esta costa han registrado los folkloristas de antaño, leyendas de sirenas, serenas, realmente no es para menos en un espacio tan absolutamente sugerente

Se dice que las serenas habitaban las grutas y cavernas de islas y castros, llamando desde ellos a los marineros, a los que encantaban con sus voces y melodías, de tal manera, que ponían proa hacia estas peligrosas paredes y roquedos, estrellándose y naufragando irremediablemente...

La serena de la mar

é una moza gallarda

que por una maldición

tienla Dios en el agua

Y de esta manera, y salvo que deseemos acercarnos a la capilla de San Martín o a las playas (con precaución), nuestra ruta sigue hacia el pueblo de Celoriu, que pese a nuestra cercanía aún no vemos desde aquí, al otro lado de la lisa y llana loma de La Cuesta San Pedro, que en documentos medievales era denominada Cueto de el Malaco

Este es un cartel de la Senda Costera (E-9), al menos cuando estaba intacto y aún no gastado por la erosión, al que como se suele hacer se le añade la correspondiente flecha amarilla, confirmando que en este tramo es también Camino de Santiago

No nos cansamos de mirar al castro y la capilla a los que dio nombre aquel santo turonense tan venerado por los peregrinos, siendo muy posible que su culto fuese traído a Celoriu por los benedictinos en algún momento de la historia del monasterio. Sus derechos de pesca y su presencia en la costa de su incumbencia es fácil motivasen la construcción de esta ermita en el acceso a alguna de sus pesquerías y puertos de abrigo, sin soslayar otros motivos

Estamos indudablemente en un paraje sumamente evocador que estimamos muy conveniente preservar, en la costa de los benedictinos y las sirenas

Nos aguarda ya La Cuesta San Pedro antes de llegar a lo que es, talmente, el pueblo de Celoriu, cuya actualmente estrecha parroquia se extiende desde las máximas alturas de la Sierra de Cuera hasta el mar, esto es, desde los puertos húmedos de la costa a los puertos secos de la cordillera, con todos sus usos, costumbres y tradiciones consetudinarias

Y ahí tenemos las rampas por las que prontamente pasaremos "al otro lado", otro valle, otra rasa costera y otro paisaje, aún sin salir del mismo concejo de Llanes ni de su misma costa, con su magnífica variedad. Los pastores eléctricos guardan las praderas de pasto y de alguna manera nos balizan el recorrido

Ovejas, un prado más o menos llano o accesible es bien aprovechado. Tal vez sus ascendientes fueron algunas de las que pasaban a las islas que hemos visto en este magnífico itinerario costero, compartiendo espacio con las serenas del Cantábrico, las xanas de las fuentes y los devoradores cuélebres de las grutas encantadas de la tierra y el mar 

Es ya el final de La Ería Samartín, nos disponemos a acometer otra cuesta, no muy larga pero que causa mella en el peregrino, que en ocasiones lleva muchas jornadas ya a sus espaldas, tal vez, y sin salirnos del Camino Norte, desde Irún, o desde Bayona, comienzo que se hace más patente por razones históricas, eso por no hablar de los, no pocos, que han empezado mucho más atrás, rindiendo tributo incluso al santo del Loira, venerado también en este mismo lugar, como en otros tantos que le aguardan. Miguel Ángel González, Delegado de Patrimonio de la Diócesis, escribe tan maravillosamente de San Martín de Tours en relación con las peregrinaciones a Santiago en El Faro de Vigo el 10-11-2013: San Martín y Santiago, una feliz coincidencia...

"No tienen por supuesto una relación de histórica convivencia ni de conocimiento personal mientras vivieron. La cronología de sus vidas los separan tres siglos. Santiago vivió en el siglo I y San Martín, el obispo de Tours y nuestro patrono, en el IV. Como tampoco San Martín de Tours tiene vinculación personal con nuestras tierras, que sus pasos tienen geografía de Panonia y de las Galias. Pero todos hemos experimentado mil veces que acabamos teniendo felices relaciones con personas distantes no sólo en el espacio sino en el tiempo, porque nos sentimos confortados e interesados por memorias y tradiciones.

A San Martín de Tours nos lo acercó en el siglo V el otro Martín, el Dumiense, tan olvidado en nuestras evocaciones y liturgias y a Santiago y a San Martín los unieron los peregrinos a Santiago. Uno de los caminos que llegaban a Santiago desde París se llamó el camino de Tours. En el capítulo primero de su Guía del Peregrino (siglo XII), Aimeric Picaud describe así la vía Turonensis: «Hay cuatro rutas que, llevando a Santiago, se reúnen en una sola en Puente la Reina, en territorio español; (? ? ?), otra más pasa por San Martín de Tours, Saint-Hilaire de Poitiers, Saint-Jean-d'Angély, Saint-Eutrope de Saintes et la ciudad de Burdeos. »

San Martín con los peregrinos se hizo peregrino y llegó a Santiago alentando mil pasos y haciéndose presente en la Catedral compostelana con una capilla principal en el edificio románico, que era objeto de mucha veneración, y a lo largo del camino surgieron verdaderos santuarios de fervor martiniano como Frómista y cientos de capillas e imágenes con clara connotación jacobea. Los monjes benedictinos acogieron con especial aprecio al santo turonense y en Santiago pusieron bajo su tutela el monasterio de San Martín Pinario de tanta trascendencia histórico-artística.

Pero de modo particular quiero subrayar la relación iconográfica entre ambos santos, no es desconocida por supuesto y yo mismo la he recordado algunas veces. Dentro de los programas iconográficos de retablos y portadas, buscando paralelismos se emparejan santos y personajes atendiendo a diversas razones. En el último número de Rudesindus, la revista de la Academia Auriense-Mindoniense de San Rosendo, el profesor y académico José Manuel García Iglesias publica un interesante y curioso trabajo sobre las compañías iconográficas de San Rosendo, explicando las razones de los diversos personajes que el arte relaciona. Lo mismo se podría hacer con San Martín y nos saldría una interesante relación de "fraternidades", de ellas quiero fijarme en la que se establece entre el San Martín soldado compartidor de su capa y el Santiago belicoso contra los invasores árabes.

El hecho de ir los dos en caballería permitía una simetría muy oportuna en lo formal con dos personajes a caballo y en el mensaje, con dos formas no necesariamente contrapuestas entre belicismo y pacifismo sino de un mismo empeño generoso en defensa de la Justicia y de los oprimidos y el entusiasmo de la Caridad. Al mismo tiempo ofreciendo como en un juego muy del barroco la paradoja del Apóstol que se hace guerrero y en contrapunto el guerrero que se hace pacífico aliviador de una necesidad.

También al barroco le es grata, por lo que tiene de triunfalista, la imagen de Santiago Caballero y en esos siglos se prodiga este tipo de representación sobre la de peregrino y también es ahora cuando Santiago y San Martín se hermanan en los programas iconográficos viniendo al caso de Ourense las cajas de los desaparecidos órganos de la Catedral, lamentablemente desguazados, obras del escultor Francisco de Castro Canseco de comienzos del siglo XVIII, se remataban con las tallas de Santiago matamoros y San Martín caballero, que se conservan sobre los cortavientos de las entradas del Crucero de la Catedral. Tallas llenas de fuerza y de interés. Puede resultar curioso que el caballo de Santiago sea hoy de un color oscuro cuando la tradición lo quiere blanco y ello es debido a que fue plateado y con el tiempo se oscureció y aunque restaurado recientemente fue irreversible el proceso de oxidación.

Igualmente en el retablo de Rairiz de Veiga en los extremos del mismo están bajo cascarones también ambas representaciones de mano de José Seguín, un artista local seguidor de Moure de1722, en buscado paralelismo.

Un precioso símbolo de esta unión devota entre ambos santos es el escudo del obispo Muñoz de la Cueva que dignifica la portada del viejo Palacio Episcopal, hoy Museo Arqueológico Provincial, eternamente clausurado. Se trata de uno de los más ricos escudos de la ciudad, de estilo barroco culto, fechado en 1727, que condensa en su heráldica una serie de preciosos símbolos en torno al Ciervo deseoso de beber en las fuentes vivas, imagen del deseo de Dios. Además junto con el anagrama de María se ven en dos círculos estas inscripciones "MARTINE FOVE" y "IACOBE FAVE", en ambos casos jugando con distintos verbos latinos "Foveo" y "Faveo" pero con parecida grafía y similar significado de "proteger", "ser propicio". Ya Fernández Alonso en su Pontificado Gallego Ourense, 1897 pg. 534 comentaba este escudo criticando la heterodoxia heráldica del número de borlas del capelo y destacando las inscripciones que comentamos. Curiosamente el obispo de la sede martiniana que pedía la protección de ambos santos fallecería en Compostela el 2 de junio de 1728 cayendo de la mula cuando iba a presentar la ofrenda a Santiago en nombre de los reyes.

Nuestro Pórtico del Paraíso, en feliz curso de limpieza, nos ha deparado algunas gratas sorpresas entre ellas descubrir la calidad del San Martín soldado con el pobre que ocupa la hornacina renacentista del tímpano que suponemos estuvo destinada, como en el modelo compostelano, al Pantocrátor, hasta las reformas, nunca bien documentadas, del siglo XVI. Ocupa este lugar privilegiado como patrón de la Catedral y del Obispado y desde el siglo XIX en una cercanía oportuna con una imagen de Santiago sedente, colocada sobre un pedestal a los pies del parteluz y por tanto ambos santos unidos en la verticalidad del eje del pórtico. Ambos, evidentemente de modo fortuito, con una espada en la mano la que parte la capa y la que en este Santiago evoca su martirio. Caridad y Testimonio de Fe que andan muy bien en compañía. Pero la imagen de San Martín merece una particular mirada y es posible hacerlo estos días en los que tras su restauración estará a una distancia muy corta del espectador. Es una talla de madera policromada, de mano muy diestra y con una disposición elegante. Copia con exactitud la imagen procesional que Gregorio Fernández trabajó para la Iglesia Vallisoletana de San Martín. Ya hace muchos años en 1984 subrayamos en un artículo esta relación, el que esto escribe y el inolvidable José González Paz "El san Martín caballero de la Catedral orensana puede ser de Gregorio Fernández." (La Región 11 de noviembre de 1984). Pero es ahora una vez limpio cuando su valor se hace mayor. La policromía con delicados esgrafiados de principios del siglo XVII hace más bella esta talla evidentemente vallisoletana y como me insinúa mi amigo el subdirector del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, Manuel Arias, atribuible a los Sierra, Tomás o Pedro de la Sierra, que tan de cerca siguieron a Fernández con calidad sobresaliente y a quienes también Martín González atribuyó el emotivo busto de la Dolorosa de Nuestra Catedral.

El San Martín de Valladolid es la primera obra documentada de Gregorio Fernández, realizada en 1606 y costeada por un hermano de Agustín Costilla, pastelero avecindado en Palencia, que había muerto en América. Así que la réplica de Ourense será de hacia 1610. Una importante escultura, de algún modo ahora revalorizada, para con ella evocar y orar a nuestro secular patrón

Una última curiosidad de la iconografía de San Martín contagiada de jacobeismo la he detectado hace poco, en dos pinturas de ámbito catalán-aragonés que representan a San Martín, partiendo la capa con un pobre que se toca con el sombrero propio de los peregrinos, ornamentado con la vieira jacobea. Esa identificación pobre-peregrino es curiosa y denota como la peregrinación a Santiago asimiló el ejercicio de la Caridad con la atención a los peregrinos, generalmente necesitados y desprotegidos. Estoy seguro que habrá más, pero al menos queden como muestra de este detalle interesante un San Martin del llamado Maestro de Riglós, activo en el siglo XV que se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y otra interesante tabla del retablo de Puebla de Albortón, hoy en el Museo Diocesano de Zaragoza, pintada en 1445 por el maestro Blasco de Grañén"


El barro y el guijarro, la zahorra o grijo, ceden paso al hormigón para asentar el firme en las resbalosas cuestas. Como suele pasar, alguien ha marcado su impronta, esta en forma de rodada, cuando el cemento aún no había fraguado del todo. En otras ocasiones pueden ser zapatos o botas de humano, pezuñas de vacuno, herraduras de burro, mula, yegua o caballo, hondos hoyos de paso de perro, acolchadas y tenues pisadas de gato, o de gatones, que van a cazar al llagu al que dieron nombre


Las clásicas rayas de los caminos de hormigón ayudan a asentar nuestros pies en subidas y bajadas. Subida como las que nos toca ahora, el último repecho para luego bajar y entrar en Celoriu, camino del viejo monasterio de San Salvador y de sus playas más conocidas

Si miramos atrás entenderemos porqué a este sitio lo llaman El Mirador

La Ería Samartín y La Isla se nos ofrecen soberbios a nuestra vista. Ganando altura disfrutamos de una mejor perspectivas y se nos ofrecen detalles a la vista que hasta hace poco nos pasaban desapercibidos por no poder verlos

La Isla de Poo, que es casi una península, de la que comprobamos ahora su accesibilidad a través de un tómbolo que forma un pasillo que la acerca al acantilado. Hasta ahí llega la arena en las bajamares

Nos llega al alma en esta atalaya y contemplando esta maravilla las frases de José Alejandro Adamuz, periodista de viajes de National Geographic, cuando resume maravillosamente las hondas impresiones que causa la costa oriental asturiana en quien la recorre:

"De la ría de Tinamayor a Ribadesella, la costa llanisca despliega un extraordinario litoral de playas y pueblos pescadores. Un universo playero con más de 30 playas para ir saltando en traje de baño que se muestra muy diferente con respecto al resto del litoral asturiano. La roca calcárea es la marca geológica de este ADN tan singular que se despliega en un abanico de arcos, bufones, puentes, playas escondidas y acantilados acuchillados. Son 56 kilómetros de línea costera y, sin embargo, podrían dar para toda una vida. Ya se sabe, el tiempo es relativo, y más cuando en el paisaje aparecen playas así como las de Llanes"


Los cantiles orientales de El Portiellu y el mar subiendo cubriendo el arenal. Al otro lado está la bocana de la Ría de Poo. Nos gusta mucho la descripción que hace de este paraje el blog de excursionismo y fotografía Por las playas y pedreros de Asturias:

"La playa de La Almenada es el istmo de arena que se forma entre la isla del mismo nombre y el cercano acantilado en las bajamares .La mejor forma de llegar a ella es desde la de Portiellu sirviéndose de la citada bajamar  y sin duda la mejor época es a finales de verano gracias al habitual aporte de arena. En invierno a pesar de las bajamares es fácil tener que llegar a ella sorteando las olas y con mucha precaución de no quedar encerrado al regreso ,advirtiendo no hacerlo pegado al acantilado pues es segura la presencia de pozas .A Portiellu , que es la única que conserva arena incluso en pleamar llegaremos desde pistas prohibidas a turismos, bien desde Celorio o desde Poo.

 El mayor aliciente de esta playa es el inmenso arenal que queda unido a Portiellu y San Martín bajo las condiciones anteriormente mencionadas y las espectaculares vistas a los Castros de Poo con el inconfundible islote Palo de Poo.

La playa para quien no la conozca es altamente recomendada por su propia belleza y la de San Martín , pero las vistas a los Castros ya son espléndidas desde el mismo acantilado 

Para quien la conozca en invierno cuesta imaginársela en verano con coeficientes  por encima de 100 cuando desaparece por completo la barrera de aguas someras que la separan de SanMartín. Los aportes o reducciones de arena provocados por el mar Cantábrico son también notorios"


Ahí tenemos un ejemplo dela relativa accesibilidad de estas islas y castros tan cercanos a la primera línea de costa, una trepada no exenta de riesgos y una constante preocupación con el devenir del mar. Siempre hay que prevenir con una buena tabla de mareas en caso de aventurarnos por este litoral de cautivadoras serenas

Tras alguna parada para admirar el paisaje y recuperar aliento, retomamos la subida de esta cuesta. Asoma ya en lo alto la cima de la pared caliza de Peña Llabres mientras ascendemos por el último repecho del antiguo Cueto de el Malaco


Preciosa y extensa pradería a la derecha que desde el camino llega al mismo borde del acantilado. Tal vez fuese la que en los documentos medievales de San Salvador de Celoriu se llamase Ermayor


Desde donde divisamos de nuevo la Isla Borizu o Arnielles, con sus acantilados, grutas, y herbosas praderías


Un espolón sobre el mar de las sirenas insinuantes, que aquel antiguo cronista inglés, Osborne, conoció yendo a la Segunda Cruzada a Tierra Santa en el año 1147, cuando surcó el Cantábrico en el año 1147 y escuchó, como sus compañeros de navegación, "los gritos de las sirenas que en primer momento parecían lamentos de dolor y espanto para transformarse en risas como si de sus castillos nos insultaran"


La bien marcada senda costera corona el alto de El Mirador y empieza a llanear mientras sigue mirando, ahora al sur-suroeste, donde otras referencias visuales se alzan ante sus ojos: las montañas de los cordales costeros


Los Resquilones y Peña Llabres, o La Peñe Llabres, con su sucesión de cumbres rocosas más allá de Mañanga, fruto de la erosión caliza que produce cimas y simas. De ellas nos cuentan, y muy bien en el muy gratamente recomendable blog El karst de la Peñe Viila, Llabres y Los Resquilones:
"La Peñe Villa, la Peñe Llabres y el Picu los Resquilones son un conjunto de sierras subsidiarias de la Sierra del Cuera que constituye un pequeño macizo kárstico desligado hidrológicamente de aquella. Este macizo se ubica en el concejo de Llanes, en el Oriente de Asturias, y sus límites naturales están constituídos por la plataforma costera al norte, el valle del ríu Las Cabras al oeste, el valle de Caldueñu al sur, y el valle de La Tornería al este; las cumbres más elevadas del macizo superan escasamente los 700 m.s.n.m. (Picu H.elguerúas, Cabezu'l Trigu)"

Y es que desde el año 2007 se realizan en esas peñas sucesivas campañas de prospección espeleológica, con su correspondiente exploración y topografía, por diferentes grupos especializados en este ámbito de la apasionante exploración subterránea:
"Aunque sobre el papel la titularidad de la zona de exploración corresponde a la Sociedad Espeleológica y Barranquista Escar (Avín, Onís), también han participado en las exploraciones en este macizo algunos compañeros del Grupu d'Espeleoloxía Gorfolí (Avilés), L'Esperteyu Cavernícola Espeleo-Club (Xixón), el Grupo de Espeleología Polifemo (Uviéu), el Grupo de Espeleología Diañu Burlón (Las Vegas, Corvera), la Asociación Deportiva Cuasacas (Uviéu), el Grupo Espeleológico Niphargus (Burgos) y la Asociación Espeleo-Montañera Trasmiera (Cantabria)... (...)

Poco a poco el macizo va desvelándonos sus secretos, vamos recorriendo sus galerías y sus pozos, vamos delimitando el curso de los ríos subterráneos, vamos disfrutando de sus bellezas estalagmíticas y sorprendiéndonos con su fauna troglobia. En diez años se han explorado más de catorce kilómetros de conductos subterráneos, e intuimos que hay mucho más aún por descubrir..."

Y más allá de La Peñe Llabres, Benzúa vuelve a ser visible para nosotros, al igual que la Sierra Santianes y Cuana, paraíso que se extiende del mar a la montaña


Y así, ensimismados en el paisaje marítimo que se torna en un momento a montañero, nada más empezamos a bajar a la otra vertiente, se nos presenta, casi repentinamente, una multitud de casas asomando entre arboledas: Celoriu, que extiende sus barrios y lugares, solitarios en invierno y concurridos en verano, entre la carretera y aquel mar bravo de las viejas crónicas locales y de los versos de Fray Alvito Petite, el último abad benedictino de su monasterio de San Salvador:
De la orilla del mar más proceloso  
donde residen los hijos de Benito 
próximos ya a huir y malhadados 
dejar de la virtud el sacro asilo, 
que Celorio se llama y se interpreta 
Cielo de Oro, tal nombre ha merecido 
lo hermoso y apacible de su clima, 
el más suave y dulce, el más benigno: 
nombre, que en si compendia la alegría 
de su ameno variado y bello sitio: 
nombre el más conveniente y adecuado 
(discreta antigüedad se lo ha escogido)...



























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