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miércoles, 8 de septiembre de 2021

DEL VALLE DE LA BARCA AL VALLE DE LAS LUIÑAS POR MUMAYOR: EL PODER DE LOS OMAÑA, EL "SANTU LAS NATAS", LA "CATEDRAL DE LOS VAQUEIROS" Y LA FIESTA LOS DOLORES DE SAMARTÍN (ASTURIAS)

Valle de la Barca con sus viaductos
El río Uncín, que nace en la Sierra del Pumar, solar de brañas vaqueiras, baja a desembocar en el mar en la Concha de Artedo, concejo de Cudillero/Cuideiru, formando el precioso Valle de la Barca, llamado así porque antiguamente era inundable en marea alta y navegable, siendo pescadores no pocos vecinos, tanto de mar como de río. La barca comunicaría las dos orillas en los vados pertinentes, pues aquí confluían el Camín Real de la Costa y otro procedente del interior, vía Pravia


El Camín Real de la Costa, vía que fue también de peregrinaciones y forma parte del trazado oficial del Camino Norte de Santiago, sube de la Concha de Artedo y las orillas del Uncín por La Cuesta Manín a El Ribete, dando vista al Picu Mayor, La Sierra, Umayor o Mumayor, por donde sigue la ruta a Soto de Luiña/ Soutu Lluiña, cuyo albergue, sucesor de los antiguos hospitales de peregrinos allí existentes en siglos pasados, así como otros alojamientos, son la base ideal para acometer seguidamente las fragosidades montañosas costeras de Las Ballotas, o de Las Palancas, según por donde queramos ir a ganar la ya cercana marina del vecino concejo de Valdés


El ascenso a El Ribete no es muy largo pero sí bastante pronunciado y con un importante desnivel. Dejamos a la izquierda El Camín de La Veiga, que comunica con el camping de Los Pradones y seguimos subiendo hasta primeras las casas


Un elemento llamará poderosamente nuestra atención en esta subida, el tremendo impacto visual de los dos viaductos sobre Artedo y el Valle de la Barca: uno, el más alto, es el de la Autovía del Cantábrico (A-8), que al menos cumple su función, pues esta autovía solventa en gran parte el problema secular de las comunicaciones costeras con el occidente Asturiano, y por supuesto con Galicia (salvo el grave error del Alto da Xesta y sus nieblas, entre Mondoñedo y Abadín)


El otro, más bajo, es el cortado viaducto de la antigua carretera N-632, que quedó inutilizado tras hacerse el otro, no demasiados años después de su inauguración. Se proyecto demolerlo, pero es sumamente peligroso dada la cercanía del de la autovía y la proximidad de casas. También se planteó desmontarlo, pero se dice es un coste inasumible. De vez en cuando surge una idea de reabrirlo, pero de momento ahí está, cual fantasma de la ingeniería caminera


Efectivamente hay un viaducto más, el del ferrocarril, más lejano, ya en la falda del monte y sin duda el más integrado en el entorno de los tres. Se inauguró el 30 de julio al abrirse el tramo Luarca-Pravia del extraordinariamente tardío Ferrocarril Ferrol-Gijón, que aún tardaría una década larga más en completarse, pese a que el proyecto se aprobó en... ¡1886!. Las cosas de palacio van despacio...


Abajo está La Veiga, la vega del río Uncín, el Valle de la Barca, que antaño formaría estuario, al menos en las pleamares. Hay en su cauce algunos antiguos molinos harineros, ya en desuso


Un de ellos era el llamado Molín de la Veiga. Ahora está uno de los campings de Artedo, el de Los Pradones, que ya hemos mencionado, el cual en verano queda casi oculto por las hojas del soto o bosque de ribera


Más allá, es el totémico monte de Santa Ana de Montarés, cuya cota más alta es el Picu Santana (404 m). Su nombre procede de la ermita de esta advocación, situada en su alomada cima, de gran romería de la que mucho hemos hablado a nuestro paso por El Pitu y Piñera. Tuvo hospital de peregrinos y se sabe que muchos caminantes a Santiago subían allí. No muy lejos había otro, el de Santantón, en La Candalina, para los procedentes de Pravia

Al otro extremo del valle, La Magdalena o La Madalena, la bajada a la Concha de Artedo desde El Rellayu y entrada en esta comarca de Las Luiñas o Lluiñas, cuyo topónimo ha querido verse originario de la palabra llueñe (lejos), por lo que las Luiñas serían las alejadas. esto es, la parte más alejada respecto a su capital del antiguamente extensísimo concejo de Pravia. Otra posibilidad es que se trate del antropónimo Ludinia, de algún antiguo posesor en tiempos de Roma o altomedievales. Aquellas antiguas villae, sucesoras de los castros, pasarían a posesión eclesiástica avanzando el medievo

En La Magdalena vemos a la derecha el Restaurante Mariño, por donde llega el Camino desde El Rellayu, que nos tapa el apeadero de la vía del tren. Más a la izquierda los Apartamentos Bellavista, al lado de la rampa a la playa y sobre el Camino oficial que baja hacia la antigua escuela y una La Casona, caserón de plata cuadrada y tejado a cuatro aguas (en el medio de la foto). A su derecha y más abajo las casas de El Rinconín y Villa Begoña, medio tapadas por unos árboles, así como las casas al lado de la capilla de La Magdalena, que da nombre al lugar, donde uno una venta o posada, Casa Pepa, de la que se sabe que en 1814 cobraba 9 reales por tres personas y dos caballos


Los peregrinos empelarían más bien los centros asistenciales a ellos destinados. En esta franja costera los hubo en Muros de Nalón, en la villa pixueta capital de Cudillero/Cuideiru, así como los ya citados de La Candalina, Santa Ana de Montarés y Soto de Luiña. Los cronistas de entonces solían reflejar en sus escritos la abundancia de estos establecimientos hospitalarios, que también citan algunos peregrinos en sus memorias


Todas estas aldeas y lugares pertenecen a San Martín de Luiña /Samartín de Lluiña, una de las dos parroquias originales de Las Luiñas, de las que fueron desgajándose las demás. La parroquia es una entidad administrativa civil además de religiosa tanto en Asturias como en Galicia y otros lugares del mundo. Aparecen documentalmente en la alta Edad Media, ya en el famoso Parroquial Suevo, que a su vez se basaría en divisiones suprafamiliares prerromanas, como la gens, mantenidas y evolucionadas con la romanización. En el siglo XII el obispo ovetense Pelayo transmitirá este legado parroquial en sus documentos oficiales, como los del Corpus Pelagianum y el Liber Testamentorum


Al llegar a la primera casa de El Ribete el Camino presenta firme de hormigón


El hórreo cubre sus lados con mandil o faldón, pared de tablas que presenta su corredor de los vientos, siendo un modelo muy abundante en la rasa costera. Otro elemento característico es abajo la bodega, en origen almacén de aperos pero con todo tipo de funciones según cada casa: gallinero, cuadra, llagar, cochera, e incluso vivienda


La casa que vemos hoy en día muy posiblemente sea resultado de reformas y ampliaciones realizadas a lo largo del tiempo en base a una primera y original mucho más antigua


Al otro lado de la casa, otro hórreo, también de faldones


Este no tiene bodega, pero sí una buena subidoria o escalera, de piedra. Parece ha sido parcialmente restaurado



En torno a él hay una buena explanada que ex un excelente mirador y atalaya sobre el valle


La empinada cuesta no da tregua. El hormigón es excelente en estos lugares, pues agarra mejor, evitando resbalones, tanto de gentes como de vehículos y ganado


Bifurcación y siempre recto hacia arriba


Los viaducto, siempre a la vista, cada vez se inauguraba uno se batían impresionantes records de altitud, longitud, etc. En Megaconstrucciones leemos estos datos:
Récord: 1185 m
Récord de Altura: 109 m
Récord de Anchura de Vano: 75 m
Tipo: Puentes
Categoría: Puente en viga cajón Hormigón pretensado


De la misma página, una reseña de prensa:
"La Concha de Artedo alcanza la cota máxima

El nuevo trazado entre Las Dueñas y Lamuño, que se recorre en menos de dos minutos, mejora la seguridad de los trayectos El viaducto, con 106 metros, es el más alto de la autovía del Cantábrico

I. GÓMEZ CUDILLERO.
Domingo, 10 marzo 2013

Dieciséis pilares sustentan el viaducto más alto de toda la autovía del Cantábrico. Desde sus 106 metros de altura máxima se ven la emblemática playa de la Concha de Artedo y el valle de las Luiñas, corazón vaqueiro de Cudillero. Ambos parajes se descubren al circular sobre su tablero, de unos 1.200 metros de longitud, e invitan a tomar la nueva salida hacia Lamuño y Salamir para conocerlos"

A la izquierda, Santa Ana de Montarés, a la derecha La Sierra del Pumar con El Campu Redondu y El Picu Cabañín o La Cabañina (481 m). Abajo la unión de los valles de La Barca (río Uncín) y del río Ferrera o La Riera Ferrera, paso natural hacia Pravia

Los gigantescos pilares: bajo ellos unas casas: empezamos a ver Artedo o Artéu. A su izquierda, entre el viaducto de la autovía y el del ferrocarril, el Ferrera da sus aguas al Uncín

La población, también de esta parroquia de Samartín o San Martín de Luiña, era antaño pescadora. Junto con Oviñana y el propio puerto de Cudillero/Cuideiru, eran los principales núcleos pesqueros del concejo


Seguimos subiendo y subiendo... un poco más arriba del Ribete habremos de pasar bajo los dos viaductos...


Bifurcación y hacia arriba. Pasado el mojón parece que la subida va tendiendo suavizarse


En esta cuesta de El Ribete llegamos a la sede de la empresa Astur E-Bikes, fundada en el año 2017 y dedicada al turismo activo y actividades en bicicleta, entre ellas el Camino de Santiago


Sin duda el establecimiento de esta empresa en este lugar del Camino Norte ha de ser una muy buena referencia, sobre todo para los bicigrinos


Dice de ellos, de los bicigrinos, la Xacopedia
"Término con el que se conoce a quienes realizan alguna de las rutas del Camino de Santiago en bicicleta. No reconocido todavía por el Diccionario de la Lengua Española, nació con el boom de la peregrinación jacobea en los pasados años noventa e intenta resumir y unir en una única palabra una afición y una vocación: la de ciclista y peregrino
En un primer momento el vocablo tuvo cierta connotación despectiva, dado que la Ruta Jacobea en su concepción contemporánea se había interiorizado como un itinerario ajeno a cualquier tipo de artilugio mecánico. Por ello, los ciclistas que se adentraban por el Camino -sobre todo los que lo hacían y hacen por la propia senda jacobea- fueron vistos como seres ajenos al espíritu del Camino, pese a que ya desde los años sesenta habían llegado a la Ruta para quedarse y eran reconocidos por la Iglesia de Santiago, al concederles la compostela como a los peregrinos a pie. Uno de los primeros bicigrinos fue el popular hospitalero navarro Pablito el Varas (1966). 
Con el tiempo los ciclistas lograron formar parte del paisaje propio del Camino y el término acabó siendo asumido por ellos mismos, inicialmente con ironía y finalmente con naturalidad y hasta con orgullo. Son varias las páginas web y los foros sociales en los que los bicigrinos se citan entre ellos de esta manera y se intercambian todo tipo de información y productos específicos para realizar el Camino en bicicleta"

Y en lo relativo a la Peregrinación en bicicleta, dice la misma enciclopedia xacopea: 

"Desde la Edad Media, las formas de peregrinar a Santiago eran, casi exclusivamente, el viaje a pie y a caballo, y los recorridos de los diferentes caminos de Santiago eran comunes a ambos tipos de peregrinos, siempre que las condiciones del terreno lo permitiesen. 
La realización del Camino de Santiago en bicicleta está reconocida por coincidir en la actividad ciclista numerosos factores característicos de la peregrinación, como el esfuerzo físico y el sentido de autosuperación, la búsqueda de uno mismo y el disfrute del rico patrimonio natural, cultural y artístico e incluso espiritual que tiene el Camino de peregrinación. También en el viaje piadoso en bicicleta se observan las ideas de mortificación, sufrimiento y esfuerzo que debía suponer este viaje para los peregrinos, recogidas por el Códice Calixtino (siglo XII), que en su sermón conocido con el nombre de Veneranda dies nos dice que “el camino de peregrinación es cosa buena, pero es estrecho”. 
Pablito Sanz Zudaire, conocido como Pablito el Varas o Pablito el de las Varas, fue un auténtico pionero en utilizar este medio de locomoción para peregrinar a Santiago de Compostela. En 1966 decidió coger su bicicleta y emprendió su viaje hasta la tumba del apóstol Santiago. La experiencia lo convertiría en peregrino para siempre y abriría el camino a otros peregrinos que vinieron detrás. 
Aunque el principal número de peregrinos en bicicleta sigue a través del Camino Francés, como por otra parte ocurre con los que llegan a Santiago a pie o a caballo, también se pueden utilizar las otras rutas jacobeas de peregrinación. Hay que tener en cuenta que las condiciones de algunos tramos de los trazados originales previstos para realizar la Ruta a pie pueden sufrir ligeras modificaciones para facilitarles el tránsito a los ciclistas. 
Para obtener la compostela, que es el documento mediante el cual el Cabildo de la Santa Apostólica y Metropolitana Iglesia Catedral Compostelana acredita que los peregrinos realizaron, conforme a las condiciones que esta institución impone, el Camino de Santiago, hay que recorrer al menos los últimos doscientos kilómetros de cualquiera de las rutas. 
Muchos de los tramos de los caminos de Santiago discurren por zonas de perfil accidentado, salpicado de continuas subidas y bajadas y algún que otro puerto de montaña, por lo que, antes de partir, hay que preparar adecuadamente la bicicleta, ponerse en buena forma física, planificar una correcta dieta alimenticia, una distribución adecuada de los kilómetros que se han de recorrer en cada etapa y un estudio básico de la ruta y el equipaje necesario"

Y esta sería la preparación pertinente que nos recomiendo también la Xacopedia: 

"El equipamiento básico de cualquier bicicleta de montaña suele ser suficiente para afrontar con unas mínimas garantías técnicas una ruta como el Camino de Santiago. Es necesario, sin embargo, añadir al vehículo unas alforjas y la parrilla portaequipajes sobre la rueda trasera. También resulta útil el triángulo hombrera que se coloca bajo el sillín, en el que puede tener cabida un pequeño, pero imprescindible, equipo de herramientas. 
Las personas habituadas a la actividad ciclista deberán adaptarse antes de la partida al manejo de la bicicleta por trazados difíciles y con las alforjas cargadas. Los no iniciados deben realizar una preparación lenta y continuada de aclimatación, tanto a la propia bicicleta como a los recorridos por caminos y zonas de firme irregular. Es indispensable poseer unos conocimientos básicos sobre mecánica para los casos en los que se pudiera presentar alguna avería en la bicicleta. 
El equipaje tiene que reducirse a lo mínimo necesario para no cargar con más peso del debido. El equipo básico debe incluir un maillot, un culotte, botas de bicicleta de montaña o zapatillas de suela dura, guantes, gafas de sol, sombrero o visera, un chubasquero ligero y el casco. Si el Camino no se realiza en verano, será necesario adaptar este equipo a las condiciones meteorológicas -maillot térmico, culotte largo, etc.- A todo esto hay que añadir la ropa interior y de calle más imprescindible, unas zapatillas ligeras, crema solar, una toalla, útiles de aseo, una cantimplora, una linterna y la documentación personal y de ruta. Debe llevarse también un plástico para cubrir las alforjas. Muchos de los albergues actuales de los caminos de Santiago tienen lugares reservados para estacionar las bicicletas"

Cuesta abajo, las casas de la ladera de La Tarrona, dando vista a los viaductos y al valle


Cuesta arriba las casas de la carretera, donde está, a la derecha, Casa Clarita, dedicada al turismo rural


Buena parte de las antiguas caserías y quintanas se han reformado para alojamientos turísticos, pensiones, segundas residencias, etc., como es este el caso


De frente, el Monte Pardín. Aquí salimos a la carretera CU-6, que comunica Lamuño/Llamuñu con Artedo/Artéu y la carretera N-632: hemos de seguir a la derecha


En el cruce hay una máquina de refrescos. Puede ser una opción si necesitamos beber algo, en este tramo sin bares ya hasta Soto de Luiña, a no ser que nos desviemos a las poblaciones, arriba o abajo


En la CU-6 fijémonos en las flechas y conchas, pueden estar en cualquier parte, mismamente en el suelo, como es este el caso...


Y un poco más allá, la confirmación, en este muro de piedra


Sigue la cuesta en la carretera. Muy pendientes ahora al pasar esta casa, la última de El Ribete, señalada con el número 7 en la fachada. Casa Varisto d'Antón, muy cerca del Prau Regueiru y el lugar de Las Charcas, donde se lavaba el material de una antigua mina de caolín, según leemos de Fernando Ornosa Fernádez en su libro Toponimia de Samartín de Lluiña (Academia de la Llingua Asturiana), con numerosas reseñas históricas de la parroquia


Nada más pasarla hay una encrucijada: dejaremos la carretera y tomaremos el primer camino a la izquierda, muy cerca de La Debesa, antigua carbayera de monte comunal que hoy es ocalital


Ahí tenemos sendas señales que nos lo indican: la placa y el monolito de la concha


Es una pista hormigonada que sigue ascendiendo entre arboledas y setos silvestres...


Atrás ha quedado ya El Ribete


Llegamos a lo alto y en esta bifurcación seguimos recto, ahora cuesta abajo, hacia los viaductos


Los dieciséis pilares del viaducto de la A-8 se extiende ante nosotros. Cuando se estaba construyendo las noticias eran especialmente de gran admiración ante el volumen y magnitud de la obra. El 13 de octubre de 2009 V. Díaz Peñas la daba así para La Nueva España, El techo de Asturias tiene su pilar:
"El nuevo viaducto de la Concha de Artedo, en el concejo de Cudillero, no para de crecer. La infraestructura, que cuando esté lista se convertirá en el puente más largo y más alto de Asturias, ya cuenta con cinco de sus dieciséis pilares y se trabaja en el apoyo central, uno de los de mayor envergadura. Así pues, el avance de las obras ya permite intuir lo que será un puente récord. Con más de un kilómetro de longitud y una cota máxima de altura de 110 metros, será la construcción más alta de toda Asturias, por encima, incluso, de la torre de La Laboral de Gijón. 
La construcción de esta infraestructura es uno de los puntos clave en el avance de la Autovía del Cantábrico hacia Galicia. Una vez superado el escollo del río y las vegas del Nalón, quedaba salvar el valle de Artedo, para que la A-8 siguiese su camino hacia el occidente. Finalmente se optó por construir este nuevo puente que se levanta a la par que el tramo Muros-Las Dueñas. Si se cumplen los plazos previstos, el puente y el nuevo tramo podrían estar listos para finales del año que viene o principios del próximo. 
El nuevo viaducto de la Concha de Artedo tendrá un total de 16 pilastras y 17 vanos. Las obras han permitido ya el levantamiento prácticamente completo de cinco de los pilares. Además, también se trabaja a buen ritmo en la construcción del pilar central, que ya asoma junto al actual puente por el que trascurre la carretera. Además, se está comenzando a instalar el sistema que permitirá la colocación del resto de las piezas. En las próximas semanas se podrían comenzar a colocar los bloques de hormigón que unirán los distintos pilares. 
Estas dovelas que se colocarán entre los pilares ya se construyen desde hace varios meses en unos terrenos próximos al puente. En este sentido también los trabajos avanzan a buen ritmo, pues junto a uno de los extremos del viaducto ya se almacenan decenas de estos bloques de hormigón que se colocarán con la estructura que se está instalando. Así pues, uno de los siguientes pasos que dará el puente será la unión del apoyo de salida y el primero de los 16 pilares 
Los conductores que transitan por la actual carretera nacional ya perciben lo que será el futuro viaducto de la Concha de Artedo. Junto a ellos se levantan los apoyos de lo que será la Autovía del Cantábrico. Una construcción de más de un kilómetro de largo que circulará a unos cuarenta metros por encima del actual puente y que supondrá el techo artificial de Asturias. Casi nada"

El puente viejo, el viaducto fantasma, es la otra cara de estas megaestructuras. Se hizo unos catorce años antes para evitar la bajada al valle de la carretera general. En este tiempo quedó inservible. En nada quedaron las infundadas ilusiones de darle algún servicio. Tirando también de hemeroteca encontramos esta información de la corresponsal Isabel Gómez para El Comercio el 4-5-2011:
"Mantener en servicio el actual viaducto de la Concha de Artedo parece ahora una posibilidad aceptable. Para algunos, incluso más deseable que su derribo, sobre todo si el Ministerio de Fomento garantiza que tendrá continuidad hacia las localidades cercanas y que no quedará como una vía muerta cuando entre en servicio el tramo Muros-Las Dueñas de la autovía del Cantábrico. En este sentido, el alcalde de Cudillero, el socialista Francisco González, señaló que el gobierno local estudiará todas las propuestas que realice Fomento en relación con el futuro del puente de la carretera Nacional 632, aunque, en principio, «si se hace un nuevo enlace, nos parece bien».
La misma opinión comparte la presidenta del PP de Cudillero, Carmen Pérez García de la Mata, que señaló que la conservación de la estructura «servirá para descongestionar el tráfico de la autovía y dará servicio a los pueblos». Así, parecen imponerse los criterios económicos al impacto ambiental que se atribuían a la proximidad de tres puentes (a los de la nacional y la autovía se suma el del ferrocarril) en uno de los enclaves de mayor atractivo del concejo. De hecho, para la edil popular desmontar el viaducto existente requeriría «desembolsos millonarios y eso sí que causaría un gran impacto». 
Esas dos moles 
No obstante, a su juicio, el debate en torno al futuro del puente pone de manifiesto «la falta de previsión» ante la ejecución de grandes infraestructuras: «En poco más de 20 años se hicieron esas dos moles, pero las carreteras deben hacerse pensando mucho más allá». 
La crítica es compartida por el candidato de Foro Asturias a la Alcaldía de Cudillero, Juan Carragal, que señaló que «demolerlo no tendría sentido, como tampoco lo tiene cómo se hizo». Reclamó una «nueva función» para el viaducto de la nacional y propuso destinar la cantidad que precisaría su derribo a otras actuaciones necesarias en el concejo. 
El alcalde recordó que la existencia del puente de la nacional permite mantener el tráfico por una carretera cómoda mientras se ejecutan las obras de la autovía, que finalizarán en ese tramo en marzo de 2012

La construcción de la Carretera de la Costa, que ya había llegado en 1854 a Pravia pero que tardaría unas décadas más en completarse, supuso el abandono del camín real, o su transformación en una vía pecuaria más. Más tarde las obras del ferrocarril primero, luego las de la nueva N-632, y más tarde las de la autovía, han trastocado el Camino de forma más o menos importante, si bien se conservan grandes tramos


En otros, como aquí, alguna pista, aprovechada para el paso de camiones durante las obras de estas infraestructuras, sucede al viejo trazado caminero, más o menos coincidente con su itinerario histórico


Este es el camino que se dirige a Mumayor, paso secular del Camino, citado por peregrinos como Guillaume Manier, que en 1726 venía de Santiago por este itinerario costanero, realizando el camino de vuelta por Asturias para visitar las reliquias ovetenses de San Salvador


La cicatriz de la autovía parece va supurando, crece la vegetación en las veredas


Cuando los eucaliptos no están muy altos, es posible que desde algún lugar veamos más o menos bien el Valle de la Barca. Bajo la Sierra del Pumar, con el Monte Pascual, el Picu Cabañín y el del Abedul, este de 533 metros de altitud


Abajo vemos Artedo o Artéu, extendido a lo largo de la carretera N-632, poblamiento lineal que forma esta pintoresca imagen de las casas al pie del viaducto ferroviario, que pasa sobre el río Ferrera. Ahí está la veiga de Arroxín, en el cruce con la carretera a la playa. Hubo antaño varias fraguas, como la de la Casa'l Ferreirín y la Casa Taresa la Ferreira. Mención aparte merece La Casona, ya desaparecida, donde se encontraba la capilla de San Ildefonso y cuenta la tradición que existió un convento. Dicen se quitó cuando se hizo la carretera a finales del XIX y luego se hizo una ferrería. Hoy está Casa Atanasio


Más a la derecha, otro de los campings de Artedo, el Yolimar, que fue la Casa de Rosa Sabino, construida por un indiano, Jacinto, en 1900, razón por la que se llamaba también Casa Jacinto.Ahí paraba antaño la carrilana o diligencia de cinco caballos (datos de Fernando Ornosa Fernádez en Toponimia de Samartín de Lluiña)


Lo cierto es que, aparte de los eucaliptos que se talan periódicamente, se han plantado profusión de árboles y arbustos autóctonos para mitigar el impacto visual y acústico de la autovía en el valle


Nueva subida, un buen repecho en el que ganamos altura rápidamente


Al final de la cuesta ya caminamos al lado de la autovía, que está a nuestro lado, a la derecha, pero no la veremos apenas tapada por pinos y otros árboles


Hace unos años se veía incluso el vallado metálico que separa esta pista de la A-8


Y de frente a lo lejos El Viso, con los 199 metros del Picu Mayor un poco más allá y a su izquierda. Durante unos años se había señalizado el Camino por allí, sin pasar por Mumayor, bajando directamente a Soto de Luiña


La autovía, tal y como se veía desde la pista en el año 2017


Ahí están, a los lados, en el Monte Valseras, las rotondas de enlace para ir a Lamuño/ Llamuñu y Salamir con su playa de Oleiros. Es la zona conocida como Los Barrizales, cerca de La Cueva (donde sin embargo a día de hoy no hay ninguna cueva)


Ahora toca un poco de bajada...


Tras ella una nueva subida... buen entrenamiento para las piernas antes de Las Ballotas o de Las Palancas, todo montaña costera y profundos barrancos que nos aguardan


La pista en el año 2017, con algunos pinos recién plantados a la derecha


El mismo tramo en el año 2021...


Bifurcación y de frente, todo recto y subiendo por la pista principal


El mojón nos despejará cualquier duda...


Y enseguida, otro repecho en la ancha y solitaria pista


Repecho que va a acabarse inmediatamente, en esta bifurcación, en la que iremos a la izquierda


Por fin parece haber terminado la larga subida desde la Concha de Artedo, tomando el camino a Mumayor por esta ladera del Monte Valseras


Estamos en la cabecera del río Abango, un regueru afluente del Uncín, que nace en lo alto del monte, en el citado Picu Mayor


A la derecha siguen los pinos...


El Camino llanea, es una pista pero no tan ancha como la que hemos dejado atrás...


Alguien ha plantado un par de cipreses en este recodo del Camino...


No parece haber ninguna casa cerca y solo proliferan alrededor plantaciones de eucaliptos. En principio esto no es habitual. No nos parece la presencia de esta pareja sea fruto de la casualidad, puestos a fantasear un poco nos preguntamos si no los habrá plantado alguien por algún motivo especial, tal vez incluso vinculado al Camino 


A falta de otros lugares para pintar flechas de confirmación, un tronco talado sirve...


La pìsta parece haber sido acondicionada en algún momento para el paso de peregrinos. Esta ya no es una vía de servicio de la construcción de la autovía y su viaducto


Se baja poco a poco y suavemente con el aroma penetrante de los ocalitos


Bifurcación y a la derecha, por la pista principal


El mojón ha perdido su concha, pero a falta de ella le han pintado no una sino dos flechas...


Según avanzamos nos adentramos en la umbría...


Todo tiende a ser verde, hasta las piedras, que se cubren de musgo...


Nos parece que este puede ser el trazado original del camín real, pasando por lugares elevados para evitar en la medida de lo posible el antaño inundable valle


No obstante es muy posible que la caja caminera se haya ensanchado en algún momento, habilitándola para el paso de vehículos forestales


El suelo, de tierra, se cubre de hojas... hay algunos castaños jóvenes...


Curva a la izquierda. Por aquí pasa el Abango, que nace unos metros más arriba


Es posible que ni lo veamos, pues estamos caminando debajo de él, por una canalización subterránea


Aquí, un poco de humedad delata el sumidero, donde el Abango se mete bajo el Camino...


Camino que hace una curva cerrada en una gran vuelta, acomodándose a la orografía de esta ladera...


Hay algunas zonas de bosque autóctono formando una intrincada selva


A la izquierda, oculto por los helechos, baja el Abango a desembocar al Uncín cerca de Artedo


Entre los árboles señalaremos algunas importantes referencias visuales


Caminando ahora en dirección este vemos a la izquierda los altos de El Ribete, por donde hemos venido


Y más allá la omnipresente mole de Santa Ana de Montarés con el Picu Santana en su cumbre cimera


Más abajo comprobamos la acusada curva del viaducto de la autovía


También nuestro camino hace una curva cerrada siguiendo la forma de esta falda boscosa del Picu Mayor o La Sierra


En este momento por tanto caminamos en dirección sur.


En medio, La Llousa Pardín, donde está El Fundil, barrio de Artedo. Ahí tenemos también los prados de El Fundil y El Fundilón


Se ve muy bien ahora la carretera N-632a. Para evitar sus sinuosidades en la bajada al valle se hizo el antiguo viaducto, ahora sin funcionamiento y cortado al paso. En medio de las casas se ve el camping


A la izquierda de la casa de la parte inferior izquierda de la foto vemos el puente sobre el río Uncín. Poco más allá está el del río Ferrera, que acaba de pasar bajo el viaducto del ferrocarril. La carretera hizo desaparecer el Molín de Claudio


De ahí viene también que los caminos antiguos tiendan a buscar lugares más o menos elevados, eludiendo las inundaciones que podrían anegarlos


Otra preciosa vista del Valle de la Barca por la zona el Bravial y El Martón, con la N-632 y el río Uncín, cuyo paso delata la línea de árboles bajo la Sierra del Pumar, río donde molió El Molín del Xelán o de Xilán, junto al Prau Baxu y bajo el Monte Corollos y Campu Redondu. Las cimas son El Picu l'Abedul a la derecha (532 m) y a su izquierda El Picu Cabañín (481 m). Plantados de monocultivo de eucaliptos


Magnífico panorama visual hacia Artedo y Montarés, por donde llegarían antaño viajeros y peregrinos procedentes de Pravia. Los primeros tal vez se hubiesen alojado en el Hospital de Santantón, en La Candalina, o en el del mismo Campu Santana. Un topónimo aquí existente rememora también las antiguas barquerías: El Prau Barcu


El el camino que viene de Pravia, el Camín de Candalina, había también una malatería, hospital especializado en leprosos, del que se sabe documentalmente desde 1274, y en el que el historiador Luis Alfonso de Carballo (1571-1635) escribe que en 1290 se le otorgó una fundación hecha por "dos hermanos, cavalleros honrados, llamados Suer Perez de Selgas, y Alvar García de Villarigan...". En el siglo XVIII estas leproserías fueron extinguidas al disminuir drásticamente el número de malatos y se centralizaron, como otras enfermedades, en el Real Hospicio de Oviedo/Uviéu (actual Hotel Reconquista). En 1806 otro historiador, Juan de Bances y Valdés, escribía aún de ella en Noticias Históricas del Concejo de Pravia:
"La Malatería, u hospital, de San Lázaro de Villafría, todos la vimos en pie y con malatos. Tenía su partida de repartimiento como las demás de Asturias para pedir limosna, recibir leprosos, que dicen malatos, y cobrar derechos de quantos vecinos finaban, que se reducían a un copo de pan y otro de maíz. Cada malato, que entraba en esta malatería, tenía que asegurar con finca segura dos copinos de pan de renta perpetua, de lo que, y de los bienes de su fundación, que estaban mal cuidados y faltosos de instrumentos de propiedad, cobraban sobre 60 fanegas de pan en cada un año. Tenían un protector, ó comendero de la malatería; y aunque éste debía ser elegido por los mismos malatos, regularmente obtenía este encargo el dueño de la casa de Escoredo. También elegían un Mayordomo para sus rentas, que no andaba tampoco muy fiel Por lo que y haberse como extinguido en Asturias la enfermedad de la lepra, y no haber patrono conocido de los nombrados por los fundadores, ó por otras razones que no alcanzamos, se incorporó este hospital con sus rentas al Real Hospicio de Oviedo, igualmente que todos los demás de Asturias, de Patronato Real, sobre el año de 1771; con cuyo motivo se vendieron sus casas y muebles..."

Por estos viejos caminos se iba a la gran feria de San Lázaro de Villafría, el "Viernes de San Lázaro", que era quince días antes del Viernes de San Lázaro, extinguida en 1936, la cual guardaba la memoria de aquella antigua malatería


De pronto, en el bosque, volvemos a ver cipreses: estos sí son señal que entramos en zona poblada


Es un grupo de cuatro árboles, tal vez puestos como pantalla contra los vientos, hemos llegado a L'Acebedal, Antesala de Mumayor o Umayor, otra de las aldeas de Samartín, San Martín de Luiña


La caja caminera es profunda, lo que demuestra su antigüedad. A la izquierda muro de piedra


L'Acebedal, antiguo lugar de acebos, revela su topónimo, es el primer núcleo de una larga calle de casas que se extenderá como parte del Camino hacia Mumayor, Campubaxu y Campucima, en la ruta a Soto de Luiña


Un hermoso hórreo elevado sobre bodega y rodeado de faldones recibe a los peregrinos a la entrada de estas poblaciones de la ladera sur del Picu Mumayor y Monte Valseras


Al pasar debajo de él podemos ver la composición de su estructura inferior: el suelo de vigas y tablas, así como también con los pegollos y sus pegolleras. Todo un sistema para evitar el ataque de los roedores a lo que adentro se guardaba, el grano de cereales panificables, principalmente maíz y escanda (trigo de montaña), cuando antaño se hacía el pan en casa tras llevarlo a moler al molino


Ahora los hórreos han perdido su función original, esta para la que fueron creados, y los que se mantiene en pie se destinan a otras utilidades


La vivienda por su parte es un buen caserón de bajo mas dos plantas. A su izquierda se estrecha el Camino...


Camino señalizado en sus piedras, como vemos en esta con la flecha pintada


Desde L'Acebedal sigue el Camino, en bajada, hasta las siguiente s casas. A la izquierda, las sierras del Pumar y de Los Baos, Los Vayos o de los Vientos siguen cerrando el valle por el sur


Artística pintura en ventana de la casona


Al pasar el caserón podremos admirar su fachada principal


A la derecha, abajo, estaría la cuadra-A la izquierda, subiendo por las escaleras, la vivienda, un cuerpo en forma de torre con un pequeño portal y arriba corredor. Parte de la carga de la fachada se ha caído, dejando ver su pared de piedra


Según avanzamos, vamos contemplando nuevas vistas del Valle de la Barca, con los montes de La Llestra y La Revedal. Por esta zona se han localizado antiguos lugares de atraques de barcas, de cuando se formaba aquí un estuario navegable. Sin duda para pasar de uno a otro margen eran necesarias. Y además se conoce que algunos vecinos las empleaban para pescar, llegando incluso hasta el mar. Siendo célebre la fama truchera del río Uncín y sus afluentes


Muy en la distancia, el Picu Cabornín, en la Sierra de Las Palancas, por donde va uno de los dos caminos (el considerado oficial) para pasar Las Ballotas, este por lo alto del cordal costero


Vamos a pasar ahora delante de otro buen caserón, de piedra


En la pared, mirando al Camino, una concha del peregrino, como lo fue Guillaume Manier, que por aquí pasó en 1726 procedente de Santiago, ya regresando a su Picardía natal, y que en el relato de su viaje, que escribiría una década después, llamaría Mont-Mayor a esta población


Umayor o Mumayor, debió ser por lo tanto pueblo principal del Camino. Agustín Bravo, en la obra Asturias de Bellmunt y Canella, escribe así de él:
"se cree que las aguas de la Concha de Artedo subían en la antigüedad muy cerca de Mumayor, donde se han encontrado anillos y postes de amarre de barcos, y donde existe el llamado Valle de la Barca y vestigios de un antiguo castillo"

Serían pues estas pues poblaciones camineras y portuarias fluviales. Un castillo, del que poco más se sabe, controlaría el paso natural aquí existente


Testimonio de la antigua importancia de Mumayor y de lo poblado de estos parajes en tiempos pasados es el edificio de la vieja escuela, que encontraremos seguidamente


En una construcción bastante antigua y que sigue una tipología constructiva de estilo tradicional


El tejado es de cuatro aguas y dos picos, como las paneras. Hay un piso superior, al que se entra desde el Camino y otro inferior, cuya puerta da al prado. Al otro lado tiene un gran vano por el que entraba la la luz al piso alto, mirando al valle



Una flecha en la fachada señala Santiago. También está la correspondiente concha


Desde aquí tenemos otra preciosa vista del Valle de la Barca, regado por el río Uncín. Esta veiga sería la antigua ría navegable. Por aquí aparecerían los postes de amarre de las barcas que surcaban las aguas del valle. En la orilla estuvo El Molín del Forcáu, uno de los que molían con la fuerza del río...


Labores agrarias. La canalización del agua para dar fuerza a los necesarios molinos harineros construidos en la veiga, así como el cierre natural de la Concha respecto al valle con la acumulación de cantos en la ribera de la desembocadura, pudieron sin duda desecar la marisma y estuario, siendo aprovechado el terreno para campos de cultivo y pastizal


De todas maneras lo cierto es que no hay mucha información documental de cómo, cuándo y porqué dejó de haber barca en el Valle de la Barca, buenos siglos hace ya de eso


Banco de piedra y lugar para el solaz y el descanso. Una flecha amarilla nos indica por dónde continuar


Hay un grupo de casas en una encrucijada de varias calles.Tomando como referencia la casona de planta cuadrada que hay en medio tomaremos la segunda calle a la izquierda


Esto es, primeramente pasamos entre estas dos casas


En la casona, están, en la esquina, las pertinentes señales jacobeas


La concha y la flecha amarilla siempre nos lo confirman


Primero vamos de frente hacia ese edificio con forma de torre


Es una vivienda de planta cuadrada, de dos pisos con hórreo encima, sin pegollos. Una pequeña fleca nos indica seguir caminando a la izquierda


El Camino, asfaltado, sube un poco ligeramente...

Y delante de esta casa hace ahora un poco de curva a la derecha


A la entrada de la casa, un bello jardín. A la derecha la que debió ser la cuadra o establo


Al fondo, un viejo muro de piedra, cubierto de hiedra, cierra un finca o terreno


Sigue la cuesta ahora en recto hacia el siguiente barrio de Mumayor: El Palacio

Este es otro de los grandes caserones que veremos en nuestro recorrido por el pueblo, tal vez, aunque muy reformado sin duda, guarda memoria de aquellos tiempos en los que el camín real era el principal de la costa asturiana hacia Galicia, y este pueblo, en una de las principales vías de comunicación de la antigüedad, era en enclave tan significativo que hasta era citado por los peregrinos europeos en su viaje, como es el caso del mencionado Guillaume Manier



Hemos de decir además que, durante unos años, fue esta también una pequeña cuenca minera de hierro y barita, extraídos de las montañas circundantes. En este momento, con las faenas agrarias y ganaderas muy mermadas, únicamente el turismo, muy estacional y sujeto a los vaivenes de las crisis, tiene cierta relevancia como actividad económica con creciente auge


De todas maneras, tractores y maquinaria evidencian que, aunque con menos población campesina, las labores tradicionales de la casería se mantienen, si bien adaptadas a los nuevos tiempos: ya no son rentables, prácticamente han desaparecido, las pequeñas caserías familiares, una por casa, para autoconsumo principalmente, pero cuyos excedentes iban a los mercados locales. El campo se ha especializado en unos pocos productores de leche, carne y huerta para abastecimiento delos grandes mercados urbanos, un proceso que ya arrancó a finales del siglo XIX con la industrialización, pero que se aceleró totalmente a partir delas décadas de 1960 y 1970, coincidiendo también con el éxodo rural y el abandono del campo

Esto lo vemos a las claras con las numerosas casas reformadas o construidas de nuevo cuño, destinadas en gran parte a segundas residencias, viviendas vacacionales o alojamientos, si bien la presión urbanística no es tan grande como en la rasa costera más próxima a las playas y el mar, y aún se mantiene buena parte del paisaje rural, sin mucha densidad constructiva, con muchos prados de siega y pasto, pero con las montañas, antiguos pastos y montes comunales, plantadas enteramente de eucaliptos para las papeleras, paisaje de monocultivo forestal enteramente predominante en la franja costera cantábrica


Si nos fijamos, abajo en el fondo del Valle de la Barca predominan aún las arboledas autóctonas en la ribera del río Uncín, aunque también allí hay plantaciones de eucaliptos. Las antiguas praderías de pasto y siega y montes comunales, también para uso de pastos, leña para los vecinos, y algunos cultivos, desaparecieron con las transformaciones del mundo rural, siendo estas plantaciones y las de pinos una salida comercial inmediata. Empezaron como madera para la construcción y la minería, ahora prácticamente todo es para las fábricas de celulosa, elaboradoras del papel


En primer término, una de las casas nuevas, construida cerca dela N-632. Abajo El Fontán, el barrio más bajo de Umayor. El topónimo es sinónimo de charco, lodazal, etc. Se supone la parte navegable del Valle dela Barca llegaría hasta aquí


Más arriba, y más allá de los prados de La Bolenga, La Cabriella, Las Llongas y Las Cuartas, Castañedo o Castañéu, en lo algo de un cueto que está dando vista al valle alto del río Uncín, donde recibe las aguas de numerosos afluentes. A la izquierda es la Sierra del Pumar, a la derecha la de Los Baos o de Los Vientos


En medio El Picu la Uz Lauz o Lahúz, de 676 metros de altitud,  ya en la divisoria con Pravia. Por esas montañas están las brañas vaqueiras de Folguerúa, Gallineiru, Teixidiellu y La Puerca. Un poco a la izquierda veremos Lleiréu, bajo El Monte l'Árguma. A sus pies molía hace años otro delos célebres molinos del valle, El Molín de Lleiréu


El Camino sale a una gran explanada en medio de Mumayor, verdadero pueblo-calle que tiene en este lugar un  buen espacio para aparcamientos y maquinaria. Existió antaño una capilla, de la que no conocemos advocación, pero sí que en el año 1800 era su patrono D. Joaquín Caballero, "vecino y regidor de la villa de Tineo", estando contigua a su casa principal, según informa Ángel Ardura Parrondo en su libro Historia del Valle de las Luiñas de Cudillero en el Camino de Santiago


Hay una gran panerona, tal vez vinculada con El Palacio y sus rentas de antaño, y al lado un hórreo. Existe un taller de forja artística, el de Fernández Albuerne


Todo este territorio del actual concejo de Cudillero o Cuideiru, en el que se integraron Las Luiñas, estuvo durante siglos bajo la égida de la poderosa casa de Omaña, dueños de gran parte de la tierra, y que tenían su castillo en la actual villa pixueta, la capital del concejo. Hasta tal punto era así que tuvieron todo un coto señorial de su jurisdicción administrativa directa, el de San Pedro de Bocamar, muy cerca de aquí
 


Los Omaña eran una de esas familias nobiliarias que, tras las guerras trastamaristas de la baja Edad Media, fueron aumentando su influencia, posesiones y poder en Asturias en premio a sus fidelidades con la Corona. Desde su leonesa Omaña originaria pasaron a la antigua Cangas de Tineo, hoy del Narcea, y luego de ahí hacia el mar. Llegaron de la mano de otro linaje leonés, los Quiñones, a quienes ayudaban en el incremento de sus posesiones asturianas desde que empezaron a asentarse en ella en 1369. Arias Álvarez de Omaña, por ejemplo, participó con los Quiñones en favor de Juan II en la guerra contra Alfonso Enríquez, en concreto en el frente de las montañas de Babia y Laciana

Ambas familias, como es natural, en estos casos, emparentaron prontamente, pero como también suele suceder, enseguida empezaron las más terribles desavenencias. En el año 1408 Ares de Omaña se había enfrentado a su tío, el Adelantado o representante real, Pero Suárez de Quiñones, porque este pretendía construir su palacio en los mismos muros de la ciudad de León. Las desavenencias fueron tan graves que, fingiendo querer buscar un acuerdo, convenció con simulada amistad a la madre de Ares, Sancha Álvarez de Omaña, para que su sobrino fuese a visitarle a su castillo de Ordás, donde quería agasajarlo acorde con su rango y parentesco

Ares se dejó convencer de muy mala gana, fue a la cita muy receloso, pero ante las murallas del castillo de Ordás, su tío le dio tales muestras de cariño que entró en la fortaleza, donde se le recibió con grandes honores, pero esa misma noche, cuando dormía en sus aposentos, su tío entra con sus hombres en el dormitorio y es ahogado entre dos almohadones, siendo después decapitado y arrojada su cabeza al exterior, donde aguardaban los fieles del Omaña, a quienes se encargó con sorna se la llevasen a su madre, doña Sancha, quien tras aquello murió a los pocos meses. Sus hijas y hermanas de Ares, Sancha y María, se refugiaron entonces en sus posesiones canguesas, ayudadas por otro tío, primo del homicida, Suero Pérez de Quiñones. Sus descendientes fueron extendiéndose, con sus ramas y parentescos con la nobleza local, por buena parte del occidente astur, que gobernaron en muchos casos despóticamente hasta las reformas liberales del siglo XIX que acabaron con el Antiguo Régimen. En el blog Aqueraasturias hay una competa historia, firmada por Rodrigo, de su asentamiento aquí: Cudillero y los Omaña, de la que extraemos este retazo:
"Los Omaña pleitearon largamente con los pixuetos para conseguir la preponderancia en la villa, unas veces por las armas otras, las más, con pleitos  Finalmente acordaron someterse al dictamen imparcial del juez licenciado del Valle, quién, pese a ser cliente de los Omaña, dio la razón al concejo, estamos a finales del s.XV. Ni que decir tiene que el licenciado huyó de Asturias tras dar a conocer su veredicto.

La base de los Omaña en esta zona estaba el el mismo puerto de Cudillero/Cuideiru, en El Palación o El Castiallu, fortaleza ubicada donde hoy es el Ayuntamiento, de la que se sabe ya en 1493 un tal Diego de Quirós ejercía su poder feudal desde ella cobrando tributos a los habitantes de Pravia, que por entonces abarcaba extensos términos a ambos lados de las márgenes del Nalón, incluyendo Las Luiñas, en la llamada Pravia de Allende. La Pravia de allá, visto desde la capital del antaño enorme concejo


El propio topónimo Luiña, como llueñe, lloñe o llonxe, hace referencia a lejano, por lo que Las Luiñas serían las lejanas, dos parroquias lejanas respecto a su centro administrativo, como ya señalaba en 1806 el historiador Antonio Juan de Bances y Valdés:
"... cuarto de Las Luiñas por ser lo más distante de la capital, y en el lenguaje del país vale lo mismo Lexos, Longe, Lueña y Luiña"

Parece que los Omaña ya habrían emparentado con los Quirós, poderosa estirpe asturiana en decadencia, desde los tiempos de sus enclaves cangueses, de ahí que pasasen aquí a plasmar su poderío. El puerto, con su actividad pesquera y comercial, así como el contrabando de sal, de gran importancia pues era el único modo conocido por entonces para conservar efectivamente los alimentos, de ahí la palabra salario



El comercio de sal era tan estratégico que precisaba de su preceptivo alfolí, almacén para guardar la sal, que incluía su correspondiente derecho, privilegio o monopolio según cada puerto. En el siglo XV se planteó que, en estas costas pravianas lo tuviesen, además del concedido a Pravia, Cudillero/Cuideiru y la Concha de Artedo, pero se desestimó. No obstante se sabe de su tráfico fraudulento por los pixuetos dadas las protestas por ello proclamadas por el cercano puerto de Avilés. Dado que este valle era navegable no es extraño que, como en la ribera pixueta, hubiese también por aquí este contrabando


Empezando el siglo XVIII los vecinos ya habían presentado infructusamente pleito para comprar su libertad de Pravia y sus señores tributarios los Omaña por 1.000 maravedís al Visitador Real A. J. Cepeda, reiterando esta reivindicación en 1734, que aún habría de esperar un siglo largo a hacerse realidad, estableciéndose la capital del nuevo concejo en el puerto de Cudillero/Cuideiru, que además celebraba mercado diario y mantenía la infraestructura de cabeza de la Pravia de Allende establecida por los Omaña, siendo significativo que el Ayuntamiento independiente se hiciese donde tenían su palación o castiallu...

 

Y de ahí viene que la capitalidad del nuevo concejo se estableciese en la villa pesquera y comercial y no en otro sitio, y tomase de ella su nombre y no otro, lo que ciertamente daría lugar a una muy variada composición territorial y social, ya preexistente anteriormente no obstante, que a veces daría lugar a pleitos y confrontación de intereses. En la misma villa los pescadores pixuetos y los comerciantes y artesanos de La Cai (la calle principal) o caízos, los campesinos de la marina o marnuatos o marinuetos, los campesinos de los valles interiores o xaldos y los vaqueiros trashumantes de las brañas. Esta diferenciación existió acusadamente hasta los grandes cambios transformadores de la economía y la sociedad del siglo XX. En la actualidad aún se vislumbran, pero forman parte, salvo excepciones, del anecdotario local o de ciertas piquillas vecinales, pero nada en comparación a lo que pasaba anteriormente, cuando aún en el siglo XIX llegaron a producirse, por ejemplo, matrimonios por rapto, ante la férrea oposición de familias de diferentes estamentos


En los prados que vemos al fondo, entre El Fontán y Castañéu. está El Campu la Torre, encima de Las Llongas. El topónimo tal vez pueda aludir a aquel pretendido castillo al que aludía Agustín Bravo en Asturias, cercana a los amarres de las barcas. Sin duda ejercería su dominio también sobre caminos fluviales y terrestres que aquí confluían, que muy posiblemente, pese a ser caminos reales, esto es, del reino o públicos, tendrían algunos tributos, derechos de paso, etc. para mercancías por ejemplo, máxime si recordamos la historia del contrabando de sal, que sin duda no sería el único


A efectos prácticos Castañéu viene a considerarse parte de la cabeza de la parroquia. No existe propiamente un núcleo de población llamado San Martín de Luiña, sino que este es el nombre genérico de toda esta parroquia o collación. no obstante, y como es norma casi general, suele denominarse Samartín al área poblacional en torno a la iglesia, la cual nos recuerda su investigador Fernando Ornosa, está compuesta realmente por varios barrios, como Escalada, solar del templo parroquial, que veremos más adelante, Argatón y Veiciella, este cerca ya de Soto de Luiña/ Soutu Lluiña


Más allá de Castañéu, una línea de cumbres: en primer término La Revedal (298 m), Seguidamente el Picu Bolenda (317 m), los altos de Brañaseca, y en la distancia El Picu'l Gallu y el de la Sinania (725 m), también llamado de La Gamachal o Xinxane, divisoria con el concejo de Valdés. Más a lo lejos a la derecha veremos algunas de las laderas de Las Palancas, alta serranía costera por la que discurre, recordamos, uno de los caminos que sortean las antaño tan temidas Ballotas, con sus profundos valles cual barrancos, de cuyo tránsito se decía... "Siete ballotas y un ballotín, válgame'l diablu, qué mal camín"


En medio de Castañéu destaca La Casona, robusta mansión de finales del siglo XVII en medio de un gran prado, y cerrada con muro almenado. La relativa abundancia de palacios, casonas y caserones delata la gran importancia que tuvo Samartín durante siglos. La parroquia es tan extensa, y antes lo fue más, que los mencionados estamentos de marnuetos, xaldos, pescadores y vaqueiros estaban vivamente presentes en su composición social, dado que se extiende desde el mar, de tradición pesquera, a los valles y montañas del interior


Ahí está también El Cuetu Castañéu, donde había una era para mayar la escanda, trigo de montaña, en otros lugares llamado espelta, que llegó a ser muy plantado y empleado en Las Luiñas para hacer el pan


La Calea Morán, La Calea la Pepa El Camín de La Bolenga y Las Canaleas comunican Castañeú. Más allá, en El Monte l'Árguma, estaba La Fonte los Vaqueiros, antaño famosa porque nunca secaba, ahora se dice que sí, a causa de abrirse numerosas pistas. Más cerca, en Lleiréu, hubo una fábrica de manteca. en La Casuca


Prados de Las Cuartas. Por aquí abajo la N-632 empieza a subir hacia Escalada por La Rampla o La Rampa. Más allá La Cuestiquina. La Rampla, en las curvas de la carretera, es una arteria de comunicación que configuró de forma importante el devenir de la parroquia


Una hermosa parra en el cabañón. Los cabañones o cabanones son construcciones para almacenar hierba seca. Su cierre es a base de listones de madera con un pequeño espacio entre ellos que permite la aireación del interior. Suelen hacerse sobre una base de madera o, como en este caso, un cuerpo de mampostería que comúnmente se emplea como cuadra


Prados abajo frutales y pumarada. Por aquí baja a El Fontán, el barrio bajo de Umayor, "l Camín del Controciu. Son los prados de La Focenta con Las Güertas del Fontán. Junto al río Uncín estaba El Lavaderu, donde se iba a lavar. Cerca va a dar sus aguas al río Uncín El Regueriu los Carcabones, que nace en La Caza'l Fornón, una hondonada donde los vecinos de Mumayor plantaban antiguamente berzas. La leyenda, que nos transmite Fernando Ornosa en su libro de loa toponimia de la parroquia, dice que nunca las podían recoger, pues se las llevaban antes "las ánimas"


Una historia de las ánimas, su procesión de almas en pena vistiendo mortajas, la güestia, en la zona llamada Guáspida, dice que un vecino de la braña de Busfríu se encontró de noche con ella, llegando a ser agarrado del brazo por una de ellas, que le dice: "Pricura nun atopate con nós outra vegada. Güei salvas porque soi'l to padrín", esto es "procura no encontrarte con nosotros otra vez. Hoy salvas porque soy tu padrino"


Frutales en los caminos. Otro personaje mitológico y caminero es Xuan de la Vara, con cuya vara invisible y poderosa hacía caer las castañas al suelo, dando sustento a quienes de otra forma no podrían. Recordemos que las castañas del suelo público, como los caminos, son del que las coge, según el derecho consetudinario. Era base alimenticia empleada hasta en los potes, hasta que fabas y patatas las sustituyeron, venidas de América. Xuan de la Vara no es por tanto sino el viento fuerte, el aire las castañas, que sopla en otoño coincidiendo con su maduración. Estamos por tanto ante un Eolo local


La señalización oficial con concha y mojones está completada con las flechas amarillas, las cuales se hacen imprescindibles. Suelen estar pintadas por voluntarios o particulares conocedores del Camino 


Camino que sigue siendo muy llano, pero que ya nos da vista, al fondo, a las próximas cuestas


Y es que empezamos a ver, al oeste, el cueto de La Cogolla (151 m), por donde el Camino subirá a Campubaxu y Campucima, saliendo de Umayor o Mumayor


Desde lo alto del cueto de La Cogolla tendremos excelentes vistas tanto del Valle de la Barca como de su gemelo, el Valle de Las Luiñas, más al occidente y a continuación, pasillo natural hacia Soto de Luiña, que se separó de la de Samartín en algún momento antes del siglo XVII o muy a primeros de esa centuria, al menos antes de 1605, cuando se halla la primera documentación que lo corrobora


En La Cogolla hay varias caserías, en lo alto La Cogolla Riba y La Cogolla Baxu en la carretera. También está La Cogollona


La Rampla y La Cuestiquina, entre Mumayor y Castañéu, cerca ya de Escalada. A lo lejos, el parque eólico de la Sierra los Baos o de los Vientos


Antaño, alrededor delas casas, solía plantarse el cereal panificable, la buena escanda, hoy prácticamente desaparecido. El maíz que se planta es dedicado a forraje ganadero. Esos espacios o son jardín o pequeñas huertas familiares. Únicamente durante algunos festivales, como el Mercado Vaqueiro, que se celebra todos los años, aparecen aquellos productos y usos de antaño. Belén G Hidalgo, corresponsald e El Comercio, glosaba así este mercado en la edición de 2018, a fecha 6 de agosto:
"A lo largo del fin de semana, San Martín de Luiña, en Cudillero, volvió a convertirse en un lugar de encuentro gracias a la celebración de su décimoctavo mercado vaqueiro. Las brañas fueron escenarios de diferentes rutas como antaño, cuando los vaqueiros las recorrían para alimentar su ganado. La plaza del pueblo fue el escenario donde se recordaron las piezas de su folclore gracias al grupo de baile 'La Fonte La Faya', de El Faedal. Tampoco faltaron las recetas vaqueiras, con las natas o el pan de escanda como productos típicos de la gastronomía vaqueira.
«San Martín de Luiña es una tierra con brañas vaqueiras. La gente bajaba al pueblo porque aquí se hacían las ferias. Los vaqueiros, en aquel entonces, estaban discriminados. De hecho, en la puerta de la iglesia aún hay una placa que dice 'No pasar de aquí a oír misa los vaqueiros'. Quedaban siempre al final de la iglesia», relató Juan Manuel Valle, uno de los miembros de la organización. 
En honor a ese pasado vaqueiro, la asociación de vecinos 'Nuestra Señora de los Dolores', la asociación 'Alcuentros' y el Ayuntamiento de Cudillero organizan esta fiesta declarada de Interés Turístico Regional.

Sí hay, alrededor de las casas, algunos huertos familiares, jardines, y unos cuantos frutales. Básicamente para consumo doméstico. Además de la crisis y reconversiones del campo, las concentraciones escolares fueron contribuyendo a que los pueblos se despoblasen


Parte considerable de la tierra de Las Luiñas fue también de los monasterios. El de Santa María de las Dueñas, ovetense y femenino, puedo ser de los más antiguos que tuvieron aquí intereses, y tal vez origen de ciertos topónimos como Las Dueñas, al norte de El Rellayu, en la misma divisoria parroquial. Pero los que más llegaron a tener fueron el tinetense de Santa María la Real de Oubona y el belmontino de Santa María de Lapedo, a tenor de la documentación existente al respecto


Los Omaña, como otro señores de tierras, arrendaban y administraban propiedades de estos cenobios, subarrendándolas a la vez a campesinos colonos. Estos señores, que empezaron siendo gestores e intermediarios, terminaron disponiendo de los terrenos de tal manera, que se fueron haciendo en la práctica sus propietarios, lo que obligó a los monasterios a iniciar innumerables pleitos por su posesión, solicitando ayuda a la Corona en el reconocimiento de los dueños originales




Respecto a Iglesia y monasterios hay unos prados aquí abajo que se llaman La Viña. Es muy posible que, hace muchos siglos, se hubiesen plantado aquí cepas vinícolas, pues el vino es imprescindible en la liturgia y se sabe fue especialmente implantado por los monjes. No obstante de ello solamente queda el topónimo, pues según Fernando Ornosa no se conservan noticias, ni memoria ni documentos, de viñedos en Las Luiñas 


Es posible que su cultivo fuese abandonado prontamente, importándose vino de zonas vinícolas más o menos cercanas, como el suroccidente asturiano, Galicia, León, Castilla, o mismamente el muy cercano concejo de Candamo, donde pervivió hasta el siglo XIX


Por aquí son los campos de maizales de Campurricu, alrededor de Casa Peral y Casa Feliciano, y a los dos lados de la carretera, donde se conserva el topónimo de La Bolera, donde se jugaba a losa bolos, modalidad de batiente, hace ya tiempo...


La hierba, tanto para pasto como para ensilar, es a lo que se ha dedicado mayoritariamente el terreno cultivable del Valle de la Barca, pero siguen viéndose estos pequeños huertos dando vista a La Viña, El Castañéu y La Sierra del Pumar


A la derecha vemos vemos las casas de La Rampla, que se extiende a lo largo de la rampa de la carretera


En la carretera, curva de La Viña, vemos Casa La Aurora o de Manolo'l Sindicato. Un poco más allá está el surtidor, que por poco no llegamos a ver, así como tampoco Casa Angelín de Liborio, que tenía tienda mixta y era donde dormían los tratantes de ganado que venían a las ferias. Importante era El Salón, que fue baile: se entendía que de él a la derecha era Mumayor y a la Izquierda Castañeú


El paisaje de las casas de Castañéu sobre El Fontán es la estampa característica del paso del Valle de la Barca al del río Esqueiru o de Las Luiñas


El paisaje del país de las brañas, cantado por Rafa Lorenzo y Peltó en aquel disco,  Sou vaqueiru:
Atrás dexa la braña
atrás s'esqueiza,
quíte-y Dios de la mala
vida vaqueira,
tantu'l sube ya'l baxa
tanta ida y vuelta,
nunca más a l'alzada,
cunas madreñas.

Pal "Madriz" de los ricos
quién lu dixera
cuandu nenu cuiraba
cabras ya uvechas....

Lliendu cartas la tía
cunas prumesas,
namás cumplir la edá 
vaste cun ella

Deprender los modales
ya las maneras
decir toudu qu'amén
cuna cabeza,

Nun falar más que cuandu
amden cun nuecas
cun parulas d'España
nunca vaqueiras...

Atrás dexóu la braña,
nunca s'esqueiza,
llárimas d'alcurdanza
vida vaqueira,
aquel sube ya baxa
tanta ida y vuelta,
quien ficiera l'alzada
cunas madreñas


Pasamos junto a un hórreo. Arriba El Coyón, monte de eucaliptos


Y así seguimos caminando por Mumayor, verdadera calle mayor del Camino en el Valle dela Barca


Los postes telefónicos de hormigón son siempre un lugar ideal para colocar las conchas del Camino...


Otro cabañón: arriba el henar, abajo la cuadra, establo o corte


Prado abajo manzanos y perales: El Güertu


Casa Tita, en el lugar de El Pedregal, llamado así por su abundancia de piedras


Algunos espacios entre las casas han sido aprovechados como aparcamientos. Aquí el Camino empieza a bajar ligeramente


A la izquierda la parte posterior de una casa, reformada. A la derecha el antiguo establo


Pasamos la entrada y seguimos todo de frente


Abajo a nuestra izquierda la N-632a, justo antes de la gran curva que hace bajo La Cogolla


De frente La Cogollona, casas, naves y cabañón


Por aquí vamos ya despidiéndonos del Valle de la Barca y cuenca fluvial del río Uncín, enmarcado por la Sierra'l Pumar


La Cogolla Baxu y Castañéu


El Camino baja en dirección a la carretera, haciendo un poco de curva a la izquierda al pasar junto a otro cabañón


Otro de los bancos de piedra u hormigón que jalonan el recorrido por Mumayor


Nada más pasarlo dejamos de bajar a la carretera para tomar la pista hormigonada que sube a la derecha en esta bifurcación


Es el trazado original del camín real, la subida a Camopubaxu y Campucima



Aquí tenemos el mojón. Las dos llamativas flechas amarillas ayudan a que no nos pase desapercibido a la hora de tomar este camino



La senda sube prado arriba, comenzamos la ascensión a Campucima



Ahora vamos llaneando unos metros hasta la siguiente casa, con La Cogolla Riba siempre arriba, como dice su nombre



A la derecha una muria o murete de piedra. A la derecha de la casa hay un taller o cochera



El Camino sube a la derecha bajo el ramaje de los árboles de la ladera


Es camino de tierra y piedra, estrecho para el paso de vehículos, tal vez únicamente un Pascualín o similar hacia las fincas


Es una subida corta pero muy recta y continua


A la izquierda la carretera hace una curva cerrada, a la que siguen otras, para salvar este desnivel un poco más al sur


El Camino, originalmente de herradura, no necesita ese trazado sinuoso para el tránsito seguro de grandes carros y luego automóviles, y asciende directo cuesta arriba sin tregua
 

No no extraña que, en sus viajes de reconocimiento, el erudito Juan de Llano Ponte, Juan de las Carreteras, escribiese, avanzado el siglo XIX: "con muy mal camino y con grandes ganas de almorzar llegamos a Soto de Luiña"


Sin duda, yendo a esta altura, ya pasaría grandes hambres, por eso, alojándose en la única posada existentes por entonces, escribe: "pero como a buen hambre no hay mal pan, nosotros la quitamos en Soto de Luiña"


En medio de la cuesta, cabañón y casa...


Este es otro modelo algo diferente: los listones se emplazan en las partes anterior y posterior, así como en el triángulo formado arriba por la cubierta a dos aguas


Tejas y listones se rehabilitaron en su momento




Esta es una foto anterior, del año 2017, cuando estaba deteriorándose, para que comprobemos el trabajo de restauración soberbiamente realizado



A partir de aquí el suelo está hormigonado. Es la comunicación de la casa


Y así continúa la subida, saliendo a los prados


A nuestra izquierda, La Cogolla, un topónimo que se repite mucho en la geografía asturiana, y que según el toponomista y filólogo Xosé Lluis García Arias, tiene esta adscripción:
"Otra manera de aludir nuestros paisanos a determinadas eleva ciones o crestas del terreno se inspiró en un término latino CUCULLUM ‘capuchón’, de probable origen onomatopéyico y frecuente hoy en nuestra toponimia (408 p. 265). Con la expresión cogollu o cogollu se alude también no sólo al centro o núcleo de algo sino a la bola donde se almacena la grana de la berza o lechuga; en todo caso se trata de algo abultado de fácil aplicación oronímica"

La Cogolla Riba y El Picu la Gametosa (497 m)y Siete Fontes (543 m), entre los montes de Pacual y L'Árguma, una zona de pastos comunales regadas por siete fuentes que sacaron al plantarse pinos y eucaliptos. También en la Sierra del Pumar divisamos el Picu Candanéu (583 m) y Picu Carceda (604 m), donde se han encontrado estructuras tumulares de necrópolis megalíticas. También se conserva un muy interesante zootónimo, La Buitreira, señal de la antigua presencia de buitres en esas montañas


Este bello paisaje de prados cuestos y algo de arbolado es la vista que tenemos delante...


Atrás van quedando Mumayor y el Valle de la Barca. Aún seguimos viendo Santana de Montarés aún más allá, al este, en la distancia, tan vinculado a la tradición jacobita. Si bien con reminiscencias de cultos antiguos, se sospecha que los peregrinos a Santiago que subían a venerarla fomentaron especialmente su culto, teniendo por ello adosada hospedería, con cocina y comedor, y abajo cuadra para caballerías. Desde Las Luiñas la procesión en romería a Santa Ana de Montarés arrancaba de Soto y seguía por Samartín, donde se unirían los fieles de esta parroquia


Paso a paso vamos llegando a la cima del collado...


Otro viejo mojón sigue cumpliendo su función en la vereda


Y ya llegamos a las casas de Campucima


Haciendo un muro de contención entre el prado en ladera y el Camino


La cuesta va suavizándose poco a poco


Casa llaneamos al pasar junto al jardín...


Y esta es la carretera local que comunica, a la izquierda con Samartín y a la derecha con Lamuño/ Llamuñu por el Monte Valseras


Nosotros iremos a la derecha, subiendo al monte para luego bajar al valle del río Esqueiru, entrando en Soto de Luiña/ Soutu Lluiña



El mojón y la flecha, siempre guiándonos


Y de nuevo un repecho, ahora por firme asfaltado, nos llevará monte arriba, siguiendo la subida...


Pasaremos aquellas casas y, al llegar al bosque justo antes del alto, empezaremos la bajada al valle. Es la cuesta de Campucima, en este Monte Valseras, dando vista al Picu San Andrés (195 m), un poco al este del Picu Mayor


La quintana de Campucima, casa cuadra, gallinero y hórreos flanqueando el conjunto, por donde vamos a pasar


A mitad de la subida aparece un nuevo banco. Aquí sí que podremos aprovechar la oportunidad para, además de descansar, deleitarnos con el paisaje


Al sur, a la derecha del monte de La Cogolla, empezamos a ver algo del valle de Las Luiñas por la zona de Argatón y San Cosme. Escalada, el corazón de la parroquia de Samartín, aún nos queda oculto, lo veremos desde más arriba


A la derecha, los boscosos montes de El Xunglal también nos ocultan parte de la vista del valle, pero lo que descubrimos es significativo


Es un momento también muy importante en nuestro Camino, bajo la Sierra los Baos o los Vayos empezamos a ver el Valle de Las Luiñas o Lluiñas, el formado por el río Esqueiru, que nace en Mones, en el vecino concejo de Valdés, donde es llamado Llantero, formando al llegar a Las Luiñas las veigas de San Cosme, Prámaro, Beiciella, Soto, y San Pedro, donde desemboca en la playa de San Pedro de Bocamar, formando una pequeña ría


En su recorrido de unos 20 kilómetros recibe numerosos afluentes, pasando encajonado por profundos barrancos, pero en los últimos siete riega alegremente estas praderías del valle


A la derecha de la foto y en primer término, asoma una de las casas de Beiciella o Veiciella, otro de los núcleos de lo que se dan en considerar Samartín como ente aglutinador de los barrios cercanos a la iglesia parroquial, el centro de esta extensa parroquia


Al fondo otro barrio importante, San Cosme, bajo La Peña la Rama (331 m), núcleo importante donde hay apeadero ferroviario y existieron hasta cuatro capillas: la del Carmen, donde se venera a San Cosme y San Damián y su propietario las cede para la fiesta. Otra capilla, desaparecida , fue la de Santa Catalina

Mención especial merece la capilla de San Marcos, que tenía una talla de San Ildefonso destruida en la guerra civil. Es de la familia Galán y en ella se celebran los actos litúrgicos de la fiesta de San Cosme. Fue reedificada en el siglo XX cuando solo quedaba de ella el campo de la romería, donde tocaban los músicos. La leyenda, transmitida por Ángel Ardura Parrondo en su libro sobre Las Luiñas en el Camino de Santiago,  dice que un día de fiesta, que amaneció con amenaza de lluvia y por tanto de suspensión el festejo, la vecindad untó con natas preparadas para la comida campestre la imagen del santo patrón San Marcos que en ella se venera, quedando un día soleado y espléndido para sonada romería. Desde entonces es llamado El Santu las Natas, siendo tradición prepararlas para la fiesta, junto con el arroz con leche


Es San Cosme solar solar de una de esas antiguas tiendas mixtas con solera, Casa Toya, fundada en 1921, y a la que Ignacio Pulido le dedica un buen artículo en La Nueva España el 24-12-201, Casa Toya, de noche y de día:
«Si volviese a nacer, sería de nuevo comerciante», subraya María Victoria Albuerne, «Toya» para los amigos. A punto de jubilarse, Toya es la última de una saga de tenderos iniciada por sus abuelos, José Albuerne y María Marqués, un matrimonio natural del pueblo cudillerense de San Cosme que compaginó durante décadas la actividad comercial con el trabajo del campo.
«Casa Toya», también conocida popularmente como «Casa El Foro», abrió sus puertas en 1921 al pie de la carretera que conduce a Brieves. «Cuando se casaron, mis abuelos fueron a vivir a una casita en una zona de San Cosme que se llama "El Foro", de ahí el apodo», precisa Toya. Su abuelo, José Albuerne, realizó varios viajes a Cuba durante las dos primeras décadas del siglo XX. «Antes de establecer el negocio, viajó en varias ocasiones a la isla antillana. Él iba y venía. Permanecía durante una temporada allí y regresaba con dólares», comenta la tendera cudillerense. 
Por aquel entonces, la travesía por el océano Atlántico hasta Cuba duraba aproximadamente un mes. José Albuerne solía trabajar en la isla durante un par de años. Cuando regresaba, invertía el dinero obtenido en la compra de fincas o en la construcción de su vivienda, en cuyo bajo estableció su comercio, probablemente después de cruzar por última vez «el charco». «Mis abuelos tuvieron cinco hijos. Un retoño por cada viaje de mi abuelo. Él solía permanecer en San Cosme mientras esperaba el nacimiento de cada uno de sus vástagos», comenta Toya. 
María Marqués falleció en 1947 y su marido en 1961. «Tras la muerte de mis abuelos, mis padres se ocuparon del negocio», afirma Toya, la cual apenas llegaba al mostrador de la tienda cuando comenzó a ayudar en el comercio familiar. «Nací aquí, como quien dice. Tenía un taburete en el que me subía para atender a la gente», recuerda la empresaria. Y añade: «En 1980 pasé a llevar yo sola el establecimiento». 
Rodeada por estanterías de madera repletas de productos alimenticios, de limpieza o de útiles tan cotidianos como varios calderos, Toya permanece tras el mostrador de lunes a domingo. Tan sólo descansa unas horas durante la tarde dominical. «Aquí abrimos como en casa de María, de noche y de día», bromea. Su bar tienda es el último que continúa abierto como tal en el pueblo. «De los cuatro que había tan sólo permanecen abiertos éste y "Casa El Chisco", que ahora es un hotel. Otros como "El Ramón" o "Casa José" cerraron ya hace años», matiza. Ser el único superviviente es un motivo de orgullo, pero también un síntoma de que los buenos tiempos se acabaron para los comercios tradicionales 
María Victoria es consciente de ello y no lo oculta. «Mi jubilación está próxima y nadie viene detrás de mí», subraya. No obstante, en el pueblo «Casa Toya» es mucho más que un comercio. «Regentar un comercio rural tiene sus pros y sus contras. Te da muchas alegrías si eres condescendiente, pero por otra parte es como un confesionario. La gente quiere hablar y se deshaoga contigo, por lo que hay que ser muy prudente», sostiene. 
Nacer en el seno de una familia de comerciantes condicionó el futuro de Toya, pero ella no se arrepiente para nada de haber emprendido el mismo camino que sus antedecesores. «Volvería a ser la misma una y otra vez», recalca. Y es que el trato con la gente es su mayor satisfacción. «Mantener un negocio es muy difícil pero los que llevamos muchos años tras el mostrador conocemos ya el quid para que esto sea posible», advierte. 
«Apenas se ven tiendas como ésta ya», comenta. «Ya no se vende como antes, eso está claro. Por suerte, el estar situada al pie de la carretera permite que aún pare mucha gente de fuera, además de la del pueblo. Tengo una clientela muy fiel. Los habitantes de pueblos como La Rondiella, El Ribao o Los Baos siguen viniendo a comprar aquí», afirma la tendera, quien advierte de que permanecerá al pie del cañón hasta que la gente de San Cosme se canse de ella"

Más a la izquierda, Argatón, donde hubo una mina de mena barítica que cerró por falta de rentabilidad. Se dice que todo el pueblos está sobre un yacimiento de este mineral


Más arriba la Sierra los Baos o de los Vientos, donde están las brañas vaqueiras de Cipiellu, Brañaseca y Busfríu. La formación de los vaqueiros de alzada como grupo social diferenciado surge tras la decadencia de la casa de Miranda y sus posesiones en el occidente asturiano allá por el siglo XVI. Los Miranda previamente habían sustituido a los Quiñones en decadencia y, por matrimonio, donación y compra más o menos fraudulenta, adquirieron cotos y territorios desde Pravia hasta Navia por la costa y del Cantábrico hasta Babia y Laciana, en el sur, Una parte muy importante de sus bienes lo constituían inmensos rebaños de ganado, principalmente vacuno, al cargo de mano de obra propia, ganaderos directamente a su servicio que, con la decadencia de la estirpe y tras diversos pleitos, fueron arrendando directamente a los señores comprándolos directamente. Este parece ser el nacimiento de este grupo social al que no obstante, y dado su diferente medio de vida, se le achacó todo tipo de orígenes legendarios


Los grandes rebaños no podían estabularse y necesitaban grandes pastos abiertos, los comunales de los puertos de la cordillera, antiguas posesiones de los Miranda, pero solamente eran habitables en verano, estableciéndose trashumancia a la llegada del invierno con otros pastos de clima más benigno, en la costa y valles interiores. Y ambas son las brañas, de branu (verano), la latina prata veranea, existiendo trashumancias de largo y corto recorrido. Esta situación coincidió con un aumento demográfico a nivel europeo que crea nuevos problemas de espacio, sobre todo en lugares de pasto, lo que da lugar al cerramiento de muchos espacios entonces "en abertal", surgiendo los subsiguientes pleitos y disposiciones al cercarse brañas vaqueiras y no vaqueiras


Ya a finales del siglo XVI se registra que vecinos de los pastos de alzada somedanos bajan a pasar el invierno a los del concejo llamado precisamente de Miranda (Belmonte de Miranda), propiedad del monasterio de Santa María de Lapedo, a quien se los arrendaban. Este monasterio y otros seguían teniendo grandes posesiones en todo el occidente asturiano, también aquí, lo que favoreció la formación del mundo vaqueiro y su expansión, cuyo siguiente paso será el de emanciparse de esas jurisdicciones señoriales, proceso que parece culminar a mediados del siglo XVIII


Con la trashumancia se revela una gran predilección de los vaqueiros por oficios y actividades muy relacionadas, principalmente la arriería. Otra figura fundamental era la del vecindeiru, vaqueiro que se quedaba al cuidado de la braña de alzada en invierno. Dado que muchas estaban en caminos naturales de paso de los puertos, ayudaban a viajeros y peregrinos que por allí pasaban en esa dura época, repicando campanas o dando voceando de noche o con niebla, acogiéndolos en la braña, donde al menos tendrán refugio y lumbre, y sin duda una sopa caliente. No obstante, ese modo de vida nómada chocaba frontalmente con el sedentario y sus correspondientes obligaciones jurisdiccionales, que ya eran fuente de muchos pleitos entre los no vaqueiros. La iglesia, en aquel momento, por ejemplo, no solo era centro religioso sino social: concejos abiertos, fiestas, bodas, bautizos, entierros, y por ello se plasma especialmente esta división, pues a veces estaba incluso en entredicho a qué parroquia pertenecían o no dentro de la trashumancia 


De las brañas y los vaqueiros hemos ya hablado en las entradas de blog de tramos anteriores del Camino y volveremos a hacerlo en este recorrido por la franja costera del occidente asturiano. Por ello,  disfrutado este reposo y paisaje volvemos al camino y a la cuesta...


Llegamos a las casas altas de Campucima, el campo cimero o más alto, cerca de la boscosa cima del monte 


Este es un gran cabañón evolucionado. Las tablas, unas colocadas horizontalmente y otras verticalmente, delatan que arriba es el pajar. Abajo la cuadra


Seguidamente, una cochera. A la izquierda viejo muro de piedras


Pasamos ahora delante de una de las viviendas, con espacio vallado delante de ella


Hórreo con mandil, bien resguardado de los vientos


La bodega del hórreo, almacén de aperos. Llama la atención el tejadillo sobre la caseta del perro


Y la siguiente vivienda, reformada, pero que conserva una coqueta galería tradicional mirando al siempre luminoso sur


Ahora desde aquí sí que vamos a ver Samartín, cabeza de la parroquia y de Las Luiñas, justo en medio de la foto. Es en concreto el lugar de Escalada, las casas en torno a la iglesia parroquial, donde en su fiesta de los Remedios se juntaban "vaqueiros xaldos ya marnuatos" y cuenta con su propio himno, compuesto por José Luis Menéndez, Vallina, estrenado en la romería de 2018 y una de cuyas estrofas dice así:
"Mientras na parroquia tea, aunque namás sea un vecín, fairanse los Dolores, los Dolores de San Martín

Escalada es fácil de identificar, el alto campanario de la iglesia parroquial se ve desde muchos kilómetros a la redonda. Al lugar y a la parroquia le dedican un tema, Los vaqueiros na fiesta Los Dolores de San Martín, Rafa Lorenzo y Peltó en el mencionado disco Sou vaqueiru. Plasmamos aquí algunas de sus estrofas:
San Martín, cuna de toudas las Lluiñas
comu parroquia primera, ella:
fasta de la sou viecha ilesia
las piedras chevanun a facer outras ilesias,
donde los cristianos rezan.
Sigue teniendo la Ilesia de San Martín
vigas discriminatorias pa castas y categorías
sindu la Ilesia de toudas las Lluiñas

Las "vigas discriminatorias" de la iglesia, se reflejan en las inscripciones escritas a la larga en el suelo separando lugares que establecían diferencias según los tantas veces enunciados estamentos sociales, cuya preponderancia, condición, contribución, participación, etc., era fuente constante de litigios. Existían en otros muchos santuarios. Dentro del templo, donde antiguamente se realizaban los enterramientos en suelo, eran las más numerosas, establecían separaciones entre estado llano y nobles, casados, niños célibes, forasteros, vaqueiros... pero la más célebre y que se conserva es la de "No pasar de aquí a oír misa los baqueros"


Ángel Ardura Parrondo, en su recitado libro de Las Luiñas en el Camino de Santiago, nos plantea así esta situación:
"Los conflictos tendrán como motivo aparente la discriminación sufrida por los vaqueiros en las colaboraciones religiosas y en la elección de sepulturas y por eso los litigantes, ante las instancias competentes serán normalmente los vaqueiros y la iglesia. Sin embargo el problema que latía fundamentalmente era económico. Los vaqueiros, apoyándose en su singular forma de vida, procuraban eximirse de sus obligaciones parroquiales pues no se reconocían parroquianos devocionarios: primero, porque al vivir en dos parroquias distantes no les identificaban con ninguna; segundo, porque para ellos era solamente un lugar donde reposaban sus antepasados y no sentían ninguna otra necesidad otra necesidad espiritual, pues vivían al margen de la moral imperante desarrollando sus propias normas y por lo tanto, veían a la iglesia como algo que había que soportar irremediablemente.

El Estado llano, la inmensa mayoría de los campesinos, los pecheros, se veían sometidos por los grandes hacendados en un medio geográfico limitado. El incremento demográfico  del s. XVIII, la escasez de tierras para aumentar los cultivos y la discriminación que soportaban de los otros estados es proporcionaban un malestar contenido

Los incidentes protocolarios y discriminatorios que soportaron los aldeanos durante el siglo XVII desaparecen en el siguiente o al menos no se reflejan en los Libros de Fábrica. Ahora las nuevas recomendaciones de los Visitadores (inspectores eclesiásticos de las parroquias) se dirigen principalmente hacia el clero parroquial, conscientes de su decadencia

El siglo XVIII se manifiesta como de gran crecimiento tanto demográfica como económicamente y consecuencia de ello surgirán las necesidades de ampliaciones parroquiales. Se necesitaba la colaboración física y económica de los aldeanos y la actitud de la iglesia para con ellos se modificará con respecto al siglo anterior, revaluando su ascendencia social no a través de criterios igualitarios estamentales sino creando artificialmente un cuarto estamentos con los vaqueiros

Los hacendados veían con agrado la construcción e los nuevos templos, pues deseosos de acaparar honores y promover diferenciaciones sociales piensan que los mimos facilitarían sus aspiraciones.

Los campesinos miraban con recelo las nuevas construcciones, pues valoraban el esfuerzo que les iba a suponer y la carga económica a la que se comprometían y sin embargo no tenían claro el provecho que de ellos podían obtener

Los vaqueiros, en general, eludirán sus aportaciones económicas y se desentiende del problema, pues consideran que el templo es "marinueto" (de los aldeanos de la parroquia) y no sienten ninguna vinculación con el mismo

Cuando los aldeanos son convencidos y los templos construidos, estos no podrán aceptar que los vaqueiros que no habían colaborado en su erección, compartieran los mismos honores que ellos. Los señores y eclesiásticos, deudores de los aldeanos, apoyarán su actitud de rechazo y la restricción de los vaqueiros en el uso del templo a través de la normativa preferencial

Los vaqueiros, ante esta actitud, cierran filas entre ellos y comienzan a pleitear insistentemente en la mayoría de las parroquias"

El caso de la iglesia de San Martín de Luiña o Samartín de Lluiña es paradigmático: se construyó entre 1716 y 1726 sobre otra anterior medieval de la que no se conservan restos. Los avatares de su construcción se reflejan en su férrea diferenciación social, a la que no eran ajenas otras iglesias. Problemas y litigios similares ocurrieron en Novellana, Ballota y Arcallana, El mismo Gaspar Melchor de Jovellanos, visitando estos lugares, lo criticó duramente en sus escritos. Aún en 1817 los vaqueiros de las brañas de Faéu presentaban un recurso ante el Rey y ministro de Gracia y Justicia contra el uso discriminatorio de la palabra vaqueiro o baquero "por entender que era peyorativo y pensando que con la prohibición del uso del mismo se acabaría la marginación", escribe Ardura Parrondo


Escalada, con sus lugares de La Traviesa, Fontouria y La Estación, y con el conjunto de barrios de lo que se tienen por Samartín como población cabeza de la parroquia homónima, los citados Castañéu, Beiciella, Argatón y San Cosme, tiene una verdadera apariencia de villa, como no podría ser de otra manera en esta capital de Las Luiñas con su campo de romerías de los Dolores, en trono al 15 de septiembre, a la que acudían todos los estamentos concejos, siendo tradicional comer en el campo, no faltando las empanadas de carne o bonito, al igual que los dulces de Alejo. Tras las comidas, cantaban las pixuetas...
Venimos a Los Dolores
a cantar con gran anhelo,
que es una fiesta de fama,
desde siempre en Cudillero

Por su parte los vaqueiros hacían lo mismo con sus cantos y danzas, acompañados de la payalla, una sartén, que resonaba sus sones tocándola con una llave...
Vienen los de la Marina
a ver bailar las vaqueiras
son tan buenas pa bailari
como las perixileiras

A los Vaqueiros en la fiesta de los Dolores canta también Peltó en el disco de Rafa Lorenzo antes citado:
Campu d'axuntase: vaqueiros, xaldos, marnuetos
En esti, centenarios carbachos ya castañales
algún que outru olivu vieyu

Comienza la fiesta,
las campanas empizanun a tocar,
suona la gaita, los pandeiros ridublandu
baxu tantas fuechas verdes

Suaños de mouzas ya mouzos, suaños d'amores
qu'al son de la gaita fixenon,
xuntos, xuramentos
ante tí, Virxen de los Dolores
con muncha fé y devoción

(...)

¿Qué troxeron Los Vaqueiros?
"Muncha alegría"
A la Virxen chi intrigamos
un ramu de fuechas verdes
de las brañas nuesas...

Cantamos, bebiemos beillan,
qué biridas, ¡Viva la braña mía!,
volvede, de güei nun añu,
en esti campu taremos,
los vaqueiros de toudas las brañas pixuetas.

Faciendo compaña, la gaita,
Ridublandu, los pandeiros.

Xúntense más vaqueiros
nel día de Los Dolores
en esti San Martín nuesu,
que estrellas tién el cielu
ou arenas la playa San Pedro
de onde tomaban las nueve olas
na temporada de branu
las vaqueiras pixuetas.

Xaldos, marnuetos,
vulvede de güei nun añu,
en esti campu taremos
los vaqueiros
con gaitas ya pandeiros
pa invitavos

En el entorno de la iglesia, El Campu Samartín o sus cercanías hay varias casas notables y con historia, con varias tiendas mixtas o chigre tienda, una de ellas Casa Rodríguez, tienda mixta desde 1950. Más antigua, en La Traviesa, Casa Falín, ahora Casa Eduardo, paraíso gastronómico, como también lo es, cerca de la iglesia, El Rosal, la lado de la también dieciochesca, como la iglesia, capilla del Santo Cristo del Humilladero, donde acostumbraban a hacer un alto las procesiones y que sustituye a una anterior situada algo más distante. Hay también, café, tienda, panadería (la antigua en Casa la Rosona que antes fue llagar), consultorio... y alguna casa de indianos, como la de Las Rondas, que vemos aquí abajo...

Las Rondas fue construida para el indiano Jerónimo Martínez en una gran finca a la entrada del pueblo. De ella leemos en el blog Casonas de indianos:

"En su fachada principal destaca la escalera de entrada sobre la que se sitúa un mirador que casi no se ve debido al gran tamaño de los árboles y en un lateral una galería acristalada. Parece ser que tras el fallecimiento de su hija de 16 años durante la Guerra Civil la casa fue vendida a D. Manuel Álvarez, heredándola su hija Dª María Luisa Álvarez Pinillos casada con D. José Camón Aznar (1898-1979). Éstos la utiliza

Otra antigua construcción era La Casona Fontouria. Es interesante la existencia de un prado en La Traviesa llamado de Los Pelegrinos. Es posible fuesen los peregrinos jacobitas que desde Pravia, Villafría, La Candalina, Santa Ana de Montarés y Artedo fuesen a enlazar con este nuestro camino en Soto de Luiña. También pueden ser los peregrinos a Santa Ana de Montarés desde Soto y otros lugares

Desde La Ferreiría sube el antiguas camino a algunas de las brañas vaqueiras de la montaña, como Gallineiru, El Camín de la Ferreiría, llamado así por la existencia de una antigua fragua, testimonio del oficio de los ferreiros que parece fue especialmente abundante en estos valles. En las brañas, entre Busfríu y Llendepín, esta La Campa d'Omaña, que guarda el recuerdo del antiguo linaje. Aún muchas tierras pertenecían hasta no hace mucho a la Condesa de Omaña. Otro monte famoso es el Llan de Cubel, del que tomó nombre un afamado grupo de música folk asturiana, quien le dedicó un tema o composición a otra de estas brañas: Teixidiellu


La iglesia es de varios cuerpos con planta de cruz latina: la capilla mayor o presbiterio, el crucero con bóveda de media naranja, el cuerpo central de tres naves y su alta torre porticada, a la cual se elevó aún más en 1964 con un templete cuadrado cubierto con bóveda y balcón corrido en sus cuatro lados. La tradición popular dice que se hizo para que "se pudiese ver el mar". El pórtico se añadió a principios del siglo XIX con la idea de que se pudiesen celebrar las procesiones sin inconvenientes con la climatología


No deja de ser una pena que el Camino oficial no pase por Samartín, si bien, siguiendo el mapa, podría realizarse una ruta cultural y paisajística dirigiéndonos de Umayor a Castañéu, pasar a Escalada y visitar la iglesia, continuando por La Traviesa, San Cosme (solar del Santu las Natas) y Prámaro, enlazando de nuevo a la entrada de Soto de Luiña con el Camino del Norte. Naturalmente no está señalizada y es una idea solo para peregrinos con tiempo, orientación y ganas, muy amantes de la historia, pues mucho hay que ver en ella


En la iglesia por ejemplo, además de sus renombrados retablos, podríamos ver, si la encontramos abierta o alguien nos la abra, la famosa inscripción de no dejar de pasar a oír misa los baqueros en determinado lugar, así como las que indican los espacios de sepultura de nobles, plebeyos, estado llano, forasteros, niños y solteros. Además aún se sabe que en 1658 se dispuso separar a hombres de mujeres para que estas "se coloquen promiscuamente entre los hombres"


Aquel mismo siglo XVIII en el que fue construida fue convulso también para la iglesia, los visitadores en sus inspecciones criticaban el comportamiento social eclesiástico y falta de rigor en la liturgia. Ardura Parrondo incide en que el problema básico era que la iglesia no era solo lugar de culto sino una especie de lo que hoy llamaríamos local social, por lo que se pide a los párrocos que separen bien ambos casos, no entablando conversación con los vecinos en el ofertorio y que los asuntos del común se traten pasada la misa y en otro local. Asimismo el obispado, consciente de la formación de muchos sacerdotes, impartió para ellos conferencias morales


La culminación de este rearme moral vendría con el sínodo del obispo Agustín González Pisador en 1764, convocado con la idea de moralizar a clero y sociedad. Uno de sus apartados era el de Pecados público, en el que se ordenaba que todos los religiosos inquiriesen la vida y costumbres de la vecindad, si alguien reniega o blasfema, se practica la usura, hay amancebamientos o pecados públicos, si no han confesado o comulgado al menos una vez al año... 


A los vaqueiros y pastores de la montaña les dedica este apartado especial:
"... que no concurran mujeres a los puertos y montes; bien que se haga separación de brañas, vegas, majadas o  invernaderos en distintos sitios; o se señalen por los pueblos o sus justicias para que a unos concurran los hombres y a otros las mujeres y que los padres de familia, cuidadores y amos, que no envíen ni consientan vayan sus mujeres, hijas menores y criadas a dichos montes y puertos para el cuidado de los ganados y dormir en ellos y en caso irremediable, les manden y hagan que asistan y duerman en casas separadas hombres y mozos"
La vida moral se extendía a las reuniones populares y trabajos comunales, la esfoyaza del maíz o los filandones, exhortando a los párrocos que las prohibiesen. Junto con ello había disposiciones para los propios párrocos, para las procesiones, uso de los cabildos, multas por no ir a misa y un largo etcétera. Otra cosa es el grado de aplicación en la práctica de estas severas ordenanzas, que en buena parte al menos parece quedaron en papel mojado. En buena parte surtieron un efecto contrario incluso, un cierto distanciamiento de buena parte de la sociedad con la iglesia, pues ni siquiera sus miembros más cercanos al pueblo, los párrocos, serían capaces de cumplir con lo suyo, dando lugar a no pocas coplas, dichos y chascarrillos. En el caso de los vaqueiros se hizo especialmente notorio, dada su forma de vida...
El siñor cura del Puertu
capáimelu capadores,
que cunfiesa a las vaqueiras
debaxu los cobertores

El cura dela parroquia
yá nun compra más cebada,
porque-y murrióu la pullina,
básta-y montar la criada

El siñor cura del Puertu
t'asentáu naquel piniellu,
pur debaxu la sotana
vese'l mangu d'un martiellu

Seguimos subiendo por Campucima, dejando atrás las casas de la carretera local tras pasar junto a este otro cabañón con cuadra debajo. El entorno se vuelve más boscoso según avanzamos hacia la cima


Un poco más arriba, justo al final del prado, habremos de ir a la izquierda, estemos atentos


Pero antes aprovechemos para echar de nuevo un vistazo al valle, pues según nos movemos vamos viendo nuevos detalles en la distancia


El soberbio paisaje de Las Luiñas desde con los cuetos de La Cogolla en primer término siempre nos deleita. Hemos de recordar que durante siglos el concepto de paisaje no era idéntico al acual, juzgándose más por su dureza que por su belleza, siendo esto especialmente característico en muchos escritos de los peregrinos. Se reflejan espacialmente las fragosidades y lo bueno y malo de los caminos, los lugares donde pueden hallar acomodo y sustento y su existencia o no, el ambiente de las poblaciones por las que pasan, el trato con la gente que conocen, la comida y los lechos... rara vez se extasían con el paisaje, y muchas veces que lo hacen, buscando mucho lo práctico, la abundancia de frutales por ejemplo, las frescas sombras, las fuentes para apagar la sed


Tal vez con la Ilustración empieza a bosquejarse un mayor interés por el paisaje en sí mismo, Jovellanos hablaba de "un país, el más bello y risueño que puede concebir" referente a alguna de sus vistas en las excursiones, pero el concepto de paisaje práctico sigue siendo una constante mucho tiempo, prácticamente en buena parte pervive en nuestros días. Expresiones como "duro pero pintoresco" fueron habituales en estos pasos de Las Luiñas y hacia Las Ballotas


Vemos ahora la fondo, en la ladera del monte, La Traviesa, por donde va uno delos principales caminos a algunas de las brañas de Las Luiñas... las brañinas cantadas por Rafa Lorenzo y Peltó:
Los vaqueiros solo piensan
en dir a la capital,
ya dexar la sua brañina
envuelta en soledá.

Vanse cunas cuentas
de punese a trabachar,
de rudías tras un amu
que-ys paga poucu xornal.

Piensan tar cuntentos,
nun mediu d'una ciudá,
encuantas pasen dous meses
fálta-ys tiempu pa tornar.

La Brañina de mieu alma,
soula non te veis quedar
La canción es hermosa, pero si el éxodo rural fue generalmente intenso más lo fue en los pueblos de montaña como las brañas vaqueiras. Algunas están deshabitadas y otras casi...


Pese a la distancia es posible que, por su forma, reconozcamos el edificio de La Torre de Rasqueto, construida en 1827 según se lee en la puerta pero muy reformada, cambiando las fachadas y añadiendo una torre y otros detalles. Parece ser una casona que en su tiempo fue transformada por indianos, pues se sabe vivió una tal Micaela la Cubana. Durante un tiempo fue alquilada a un matrimonio de maestros que ejercieron en la parroquia. Allá por 2013 tuvo más reformas, que modificaron los grandes alerones que tenía en la torre. A la izquierda el hórreo delata la actividad agropecuaria original (fuente: blog Casonas de indianos)
 


Más a la izquierda está el cementerio parroquial, en el lugar del significativo nombre de Los Castros, entre La Escalada y Castañéu. Avanzado el siglo XVIII, ya con Carlos III, se estipuló por razones higiénicas la construcción de cementerios fuera de las iglesias, lo cual se hizo paulatinamente, a veces con resistencias por el sagrado simbolismo de ser enterrado dentro de los templos o en su más inmediato entorno. La Real Cédula del 3 de abril de 1787 dice así:
"... los cementerios fuera de las poblaciones siempre que no hubiere dificultad invencible o grandes anchuras dentro de ellas, en sitios ventilados e inmediatos a las Parroquias y distantes de las casas de los vecinos y se aprovecharán para capillas de los mismos cementerios las ermitas que existan fuera de los pueblos"

En la carretera AS-222 que comunica La Escalada con la N-632 por La Rampla, otro grupo de casas indianas. La de la izquierda es la Casa de Benito, que tuvo tienda. Es ya perteneciente al barrio de Beiciella o Veiciella


Subimos un poco más y aquí, justo en la curva, dejamos el asfalto y tomamos el sendero a la izquierda


Tal y como decimos en estos casos, la hierba alta, algo de maleza, contraluz, sombra o simplemente que vayamos un poco despistados puede hacernos pasar de largo y no ver el mojón


El mismo mojón parece estar orientado para los que vienen en dirección contraria, tal vez de cuandola ruta estuvo señalizada subiendo pro El Viso a lo alto del Monte Valseras


Una enorme flecha amarilla parece tender a compensar esta situación, confirmándonos el Buen Camino


Al tomar el sendero iniciamos una larga bajada que no acabará hasta las puertas de Soto de Luiña


Son las frondosas laderas del Picu San Andrés, estribaciones también del Monte Valseras...


El Camino es suficientemente ancho para losa caminantes y se pasa bien, incluso cuando helechos, zarzas, arbustos y matorrales crecen en primavera y principios del verano


Nos adentramos así en la espesura, siendo este un trayecto realmente precioso. atravesando un gran bosque


No obstante cierto es que, normalmente, los peregrinos al llegar aquí, a veces tras una etapa muy larga, pues hay quien sale de Avilés (de cuando no había o apenas albergues en localidades intermedias, como Muros de Nalón), más que deleitarse con el paisaje, cierto es que ansían llegar a Soto de Luiña/ Soutu Lluiña, que suele ser una muy buena parada para, al día siguiente, acometer las quebradas Ballotas o las cuestas de Las Palancas


En ciertos tramos la caja caminera es sorprendentemente profunda. Es seguro no obstante que en algún momento se hubo de ensanchar, pues además no son infrecuentes, con las lluvias, los corrimientos de tierras que lo puedan cubrir parcialmente en algún puntos


No obstante, no parece haber sido senda aprovechada para el paso de vehículos salvo forestales, por lo que esta tan marcado trazado ha de ser muy antiguo, independientemente de algunos arreglos puntuales


Una perfecta forma de U en la que las paredes terrosas se cubren de musgo


En base al Camino parece también se hubiese apisonado para facilitar el paso de los peregrinos, que van ya con ganas, repetimos, del buen reposo en Soto, o de reponer fuerzas con la excelente gastronomía


Tramos sombríos alternan con otros más luminosos, como en todo trayecto por un bosque...


El Camino, de tierra y cantos, serpentea perdiendo altura


Bifurcación y a la derecha: de todas maneras el Camino principal está bien trillado y no ofrece riesgo de pérdida


Desde aquí, salvo que los helechos o árboles estén muy altos, hay más buenas vistas de La Escalada y la iglesia parroquial, a nuestra izquierda, al sur


Otro de los antiguos caminos de Samartín con las brañas era el llamado Camín de Misa, en concreto con las de Teixidiellu, La Bordinga, Los Gayuelos, Folgueirúa y La Puerca. Fernando Ornosa nos dice que era camino carretero y de caballerías, pero que hoy en día, al despoblarse esos lugares, es una pista en malas condiciones. Era también llamado El Camín Real, denominación común a los caminos públicos principales. De su trasiego de arriba abajo canta también Rafael Lorenzo:
Los vaqueiros de la braña
la xente los mira mal,
si ellos llindan vacas
nun sei purqué será

Será que son toudos probes
será que nun tienen ná
será'l gulor de la corte 
que ya gulor de dignidá

Tan entrandu los vaqueiros
pula calle principal,
touda la xente marnueta
nun fai más que marmurar

Vienen cuas suas vacas,
vienen feriar elmercáu,
vienen pa ver lo que sacan
regatiando polganáu

Ya difícil que-ys lu compren,
anque trai ganáu de raza,
perolos xaldo nun falan
cun vaqueiros de l'alzada...

Ya s'atoupan a un pasianu
cun el que puder tratar
xuntos fairán bona robla
na tabierna del llugar...

Márchanse ceo los vaqueiros,
torna la normalidá,
la xente sal de las casas
papunelos apingar...

Van cantandu vaqueiradas
de lo contentos que tán,
vanse camín de la braña
sabe Dios si volverán

Por ello, y a pesar de sus vigas discriminatoria, la iglesia fue llamada La Catedral de los Vaqueiros. Así lo leemos en el blog Disfrutando Asturias:
«La catedral de los vaqueiros»: esas fueron las palabras que utilizó el sacerdote Antonio Fernández Diez al iniciar su pormenorizada descripción del templo. Y  la expresión, un tanto chocante al principio, puede considerarse muy atinada, pues en pocas palabras resalta dos de los rasgos que la caracterizan: la monumentalidad del edificio  y su estrecha vinculación con estos asturianos trashumantes de costumbres ancestrales. 

Ciertamente,  lo primero que llama la atención del visitante que hasta aquí se acerca son las dimensiones de la templo,  inhabituales para una pequeña parroquia rural.  Parece ser que allá  en  los inicios del siglo XVIII, cuando se decidió construir una nueva iglesia en el solar que habría ocupado otra, románica y de menor tamaño, los feligreses  fueron generosos en sus aportaciones. Algo tendría que ver en el asunto el hecho de que por entonces  la actividad ganadera generaba una importante actividad económica, hasta el punto de que en San Martín y con carácter quincenal (un sábado sí y otro no) se celebraba un afamado y concurrido mercado, al que habitualmente acudían los vaqueiros para vender sus animales"

Además del mercado, la feria de San Martín en noviembre se celebra desde hace más de cien años. Hay diversas celebraciones y reparto del bollu. Aparte delas transacciones hay concurso y premios a la mejor vaca roxa y al mejor caballo


Aunque ya hemos hablado de la estructura constructiva del templo, deseamos compartir parte de la descripción que leemos en Asturnatura:
"Está construido a base de mampostería, con piedra sillar en cadenas esquinera, vanos, contrafuertes, pilares, arcos, impostas, cornisas y elementos ornamentales como ménsulas, columnas de portadas etc. Los paramentos exteriores están revocados y enlucidos de blanco. Presenta planta de cruz latina, con tres naves, cabecera plana, con sacristías laterales, pórticos y torre campanario a los pies; al muro del testero aparece adosado el recinto del antiguo cementerio parroquial, hoy jardín. Las naves y los brazos del crucero están cubiertas con bóveda de crucería; el ábside lo hace con bóveda de cañón ligeramente apuntada y el tramo central del crucero con cúpula semiesférica sobre pechinas"

Más abajo va la carretera N-632, cuya construcción transformó este viejo camín real costero en vía pecuaria. Es el pueblo de Beiciella, también escrito con v, Veiciella, otro de los considerados corazón y centro de la parroquia alrededor de la iglesia , a la vez dividido en los barrios de La Capilla, El Castrillín y El Piñeú


Sigue pues el Camino cuesta abajo, muy agradable y cómo de caminar, rodeados de foresta en plena naturaleza, si bien insistimos en que por lo general los peregrinos al llegar aquí ya aprecian más su cercanía a buena cama o litera, y mejor mesa....


Un lugar sin duda para respirar con intensidad e impregnarnos también de este buen aire


Si bien en el mapa la distancia a Soto parece corta, este trayecto, aunque de gran belleza, sin duda tiende a antojarse un tanto prolongado para muchos sufrido peregrinos, algunos con bastantes kilómetros a sus espaldas, si han salido de Irún o mismamente de la catedral de Bayona, para hacer completo el Camino Norte


En buena parte de la bajada predomina el trazado en línea recta 


Aquí a los lados sí parece también haberse ensanchado y arreglado el Camino, que discurre profundo, hondo, como una zanja o trinchera


Nos metemos ahora de pleno en la ocalital, la ineludible plantación de eucaliptos en las montañas costeras del norte


Siempre decimos lo mismo. Cuando cada ciertos años se emprenden las talas, el paisaje cambia drásticamente, y lo que ahora nos parece un paraje umbrío mañana puede ser una ladera pelada


Carbayos y castaños jóvenes son las especies predominantes en el arbolado autóctono, así como arbustos, sobre todo laurel


A una recta parece seguirle otra y otra en un prolongado descenso


Hay de vez en cuando un poco de curva para perder altura siguiendo la forma de la falda del monte...


Y seguidamente llega otra recta en rápido y continuo descenso...


Musgo en las paredes de la caja del Camino...


Existe debate sobre el origen del Camín Real de la Costa, para algunos autores se trataría de una red de caminos enlazados entre sí y con otros que comunicarían con el interior. Serían rutas prehistóricas más o menos asentadas la en el Neolítico y la Edad del Hierro, bien aprovechadas por los romanos y acondicionadas para sus comunicaciones imperiales


Otros hablan de un camino principal con otros secundarios, que con la romanización sería la vía Brigantium-Ossarum, esto es, de Betanzos o A Coruña a Irún u Oyarzum. Sea como fuese lo cierto es que estuvieron vigentes hasta la construcción de las actuales carreteras entre finales del siglo XIX y principios del XX


En este aspecto es muy interesante lo que nos aporta el libro El Camino de Santiago en Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, de varios autores coordinados por María Josefa Sanz (Remedios Bordiú Cienfuegos Jovellanos, Víctor Manuel Rodríguez Villar, Ana Belén de los Toyos de Castro y Yolanda Viniegra Pacheco), publicado por el Principado de Asturias en 1994 con la recuperación de este Camino:
"Verdaderamente las vías de comunicación están sujetas a un comportamiento muy contradictorio, ya que encontrándose entre los elementos arquitectónicos más perennes han sido al mismo tiempo profundamente transformados. Es precisamente, en su propio carácter de construcciones diacrónicas, conformadas por el constante uso y por la evolución de las actividades humanas a través del tiempo, donde reside la explicación de esa exposición

La identificación sobre el terreno de los caminos antiguos de Asturias entraña un conjunto de dificultades que suelen ser comunes a toda la cornisa cantábrica, dimanando de su resolución la fiabilidad de las conclusiones obtenidas en el trabajo de prospección

Un primer inconveniente lo constituye el carácter rústico de los caminos, los más de 300 km del Camino de Santiago, como el resto de las vías antiguas de Asturias, excepto honrosas excepciones como la calzada de La Mesa, carecen en su estado actual de elementos naturales que ayuden a adscribirlo a una determinada época: son por lo general caminos terreros, que como únicos signos de antigüedad, muestran cajas profundas, taludes laterales, contrafuertes en la base como o sujeción a la caja y, en casos excepcionales, empedrados groseros,; elementos todos ellos de gran indefinición cronológica"

Si bien el estudio de los viejos caminos y vías ha avanzado mucho desde entonces, este texto explicativo nos muestra las dificultades a que se vieron sometidas las investigaciones tendentes a documentar el trazado de los caminos, en concreto el de la costa, para procederse a su señalización dentro de la red xacobea...
"A esta carencia que se arrastra históricamente, se añaden los efectos erosivos de los fenómenos naturales y las modificaciones impuestas por distintos motivos. Se engloban aquí los cambios que conllevan las obras de mantenimiento y reparación, tendido de puentes, afirmados, la apertura de ramales paralelos para la sustitución de tramos envejecidos y, especialmente, la suplantación de trazados en dependencia de la distinta ubicación o importancia de los núcleos de población" 

Por supuesto, también señalan el abandono de muchos de estos caminos tras la construcción de las carreteras implicó en muchos casos su abandono y desaparición, unas veces cubriéndose de vegetación, otras siendo destruidos por la nuevas infraestructuras o a veces pasando a particulares. Sólo en los casos que pasaron a ser vías pecuarias se manifestó más fácil su recuperación, como sería este el caso, pese a que muchas veces llegó a perderse incluso la memoria popular de su antigua importancia


Otras veces entre varios caminos reales costó en su momento discernir cuál sería el principal, o al menos el más empleado por peregrinos para ser señalizado con garantías como ruta jacobita...
"Otro de los habituales escollos con los que tropieza la investigación de las vías antiguas es la dificultad para discernir cuál de entre dos trazados próximos y con la misma dirección puede ser el más genuino, si no median referencia complementarias y análisis críticos, sobre todo teniendo en cuenta la mencionada carencia de atributos materiales concluyentes"

También, la utilización del Camino puede ser la razón de su transformación:
"Otras veces es la utilización del propio Camino la causante de su alteración. El uso de un camino, especialmente si es terrero, hace que su caja se vaya ahondando a lo que contribuye la escorrentía de lluvia ya que la vía actúa como un verdadero cauce, especialmente en zonas de pendiente, esto produce su arruinamiento iniciándose entonces el tránsito por las márgenes con lo que se va creando un nuevo camino paralelo, semejante al anterior pero distinto"

Ye en la temprana fecha de 1994 se plasmaba además en este libro la proliferación de caminos de Santiago:
"Pese a admitir la diversidad, no ya delas rutas seguidas por los peregrinos, sino también de los caminos existentes en cualquier franja del espacio y susceptibles de haber sido utilizados por ellos,hay que reconocer que en nuestra región, especialmente en los últimos tiempos, se ha producido, obedeciendo a distintos intereses, un abuso de esta multiplicidad queriéndose  atribuir un sinnúmero de caminos la calificación de Camino de Santiago, con lo que se ha causado un enmarañamiento de la red caminera que dificulta en gran medida el discernimiento del eje principal"

Dentro de estas numerosas atribuciones de caminos jacobeos han prevalecido, dicen estos investigadores, una serie de "máximas y tópicos" que lejos de contribuir a la recuperación de las vías históricas no han hecho sino que arrojar más confusión:
"El primero de ellos viene dado por la creencia de que el trazado ha de discurrir por las localidades situadas en su órbita. Contra lo que cabría esperar, un rasgo que caracteriza al camino  documentado y que se repite a lo largo de toda la franja costera asturiana, es su carácter excéntrico respecto a muchos núcleos de población existentes en las proximidades (...)"

Este hecho parece indicar que nos encontramos ante una vía de creación anterior a la fundación de las mencionadas localidades o que, por el contrario, el viejo Camino determinado por la topografía más fácil y corta, atravesase despoblados y permaneciese ajeno a los condicionantes históricos que hallaba a su paso, situación que no sería factible de tratarse de un camino coetáneo en su construcción a la formación de estos centros de población que irremediablemente lo hubieran atraído hacia sí"
Pero según comprobamos en estos itinerarios, también se da el caso al revés, poblaciones, algunas muy importantes, que nacen gracias al paso de un antiguo Camino, que empezaron como un villorio, una alberguería, un puente o a veces ni siquiera eso...


En este descenso al valle coincidimos con otro camino senderista cuya señalización son unas estacas de madera clavadas en el suelo


Aquí hay una bifurcación, aunque en esta foto no se aprecia bien al haber crecido una gran helechal. Nosotros seguimos bajando todo de frente por el camino más pisado, tal y como nos indican el mojón y la flecha


Esta es una foto del mismo lugar con menos vegetación, empezando la primavera. Desde aquí vemos otro de los barrios de Beiciella, justo enfrente nuestro, al otro lado de la carretera: El Piñéu




El Piñéu está encima de La Fontona, donde hay una renombrada quesería (abajo, en la carretera) que lleva su nombre, fundada en 1948. Cerca está también el barrio de La Capilla, donde estuvo la desaparecida capilla de San Juan Bautista, fundada por don Juan Díez del Riego para su hermano Andrés, según informa Ángel Ardura Parrondo. En el año 1800 era su capellán el párroco de Samartín, pues era nieto de una hermana del fundador:
"Se encontraba en Beiciella, con bóveda de crucería, pórtico cerrado y sostenido por dos columnas ochavadas de buena cantería. Tenía un retablo de San Juan Bautista patrono, San José y San Fernando. En la parte superior del retablo se hallaban unos relieves de tipo medio de Nuestra Señora del Carmen, con San Antonio de Padua y San Andrés"
Por su parte Fernando Ornosa comenta que hoy en día a nivel de memoria popular no hay mayor recuerdo de su existencia a no ser la de dos santos que se dice estuvieron bastantes años guardados en un pajar, 


Continuamos por la senda del viejo camino. En la topoguía de la ruta de la costa antes citada se perfila la existencia y señalización del ahora llamado Camino Norte...
"En esencia, podemos concluir que como resultado de este trabajo se ha logrado establecer la existencia de una vía antigua de cierta importancia, aunqu7e secundaria tanto en el contexto medieval como en el inmediatamente anterior, que articulaba el litoral asturiano conectándolo con los vecinos territorios de Cantabria y Galicia y que fue usada por peregrinos nacionales y extranjeros en su tránsito a la tumba del apóstol en Compostela. Camino, pues, de Santiago"

Aún así, la antigüedad del itinerario en todos sus tramos era por entonces, y en parte sigue siendo, un enigma según también apuntan los autores:
"Menos clara parece la fijación cronológica de este itinerario, a la que poco contribuyen las características rústicas de sus elementos técnicos y la prospección que tan sólo permitió, por regla general, diferenciar entre trazados antiguos, modernos o recientes, estableciéndose una barrera clara entre los caminos abiertos con anterioridad a la transformación del transporte terrestre de la época contemporánea y los posteriores a esta"

Estos especialistas mantienen que el camino señalizado oficialmente sería el existente a mediados del siglo XVIII, puede decirse que inmediatamente antes al trazado de las primeras carreteras. Documentalmente el Camino, con más o menos cambios, se registra anteriormente en textos de entre los siglos XIII al XVI, e incluso existe la sospecha de un antecedente de época romana al que ya nos hemos referido...
"Es concluíble, por tanto, la existencia de un camino cristalizado desde el siglo XIII, cuyo origen tal vez sea anterior, que pervivió hasta el punto de constituir el esquema circulatorio del siglo XVIII, y que concentró en su ámbito no sólo la mayor parte de la comunicación de la franja litoral, sino muy probablemente esta a través de un periodo extraordinariamente dilatado"

Muy importante entender también que estos camino no eran solamente de peregrinos, eran las autopistas de la antigüedad:
"En este sentido, no hay que olvidar que el Camino de Santiago no es sólo camino de peregrinos, es más, y sobre todo para el occidente costero, , podría decirse que sólo ocasionalmente es un camino peregrinos. Se trata, ante todo, de una vía de enlace con la vecina Galicia. Por tanto, el eje principal de esta comunicación buscará siempre los recorridos más cortos y evitará rodeos inútiles (...)"

Estas son algunas de las razones por las que el Camino, por ejemplo, no seguía ni sigue necesariamente los lugares más pintorescos dentro de nuestros gustos actuales. Por ejemplo, aunque se le llame del Norte o de la Costa, pocas veces pasa justo al lado del mar, evitando las sinuosidades de la orografía costera. Es más, el gusto por las playas o costas es históricamente mucho más reciente de lo que suponemos, hasta bastante avanzado ya el siglo XIX, y auspiciado por avances médicos. Hasta entonces eran incluso considerados, en la mentalidad antigua, hasta lugares insalubres incluso, propicios para arrojar los detritus... también puerta abierta de invasiones y desembarcos corsarios


Otra cosa es que hoy en día el peregrino, a su libre albedrío, pueda escoger por donde ir, variando sus itinerarios según le plazca y recorriendo incluso las sendas costeras, pese a que suelen ser trazados mucho más largos y no recorras las poblaciones históricas del Camino


En nuestro caso no somos muy partidarios de apartarnos del trazado oficial salvo contadas excepciones, ya que es el Camino de Santiago pues hacemos el Camino de Santiago, otra cosa es que, si podemos, hagamos etapas cortas para tener tiempo, por la tarde principalmente a acercarnos a visitar las playas o los cascos históricos de las poblaciones costeras. o algunos tramos de sendas litorales dentro de este contexto


Si bien en caminos como el del Norte suele haber bastante sitios para comer, siempre es bueno llevar algo de comida con uno, y aunque gustemos de comer fuera, no deberíamos perdernos nunca la participación en cenas comunitarias, sobre todo en los albergues más proclives a ello, compartiendo nuestras viandas o de las que hace el hospitalero u hospitalera, a veces con gran tradición


Antiquísimo muro de piedras a nuestra derecha, que si pudiesen hablar cuántas cosas nos dirían. Sin duda oyeron muchas veces rugir las tripas de más de un peregrino, como aquel famoso Llano Ponte que llegó con hambre a la única posada que había en sus tiempos en Soto


Sigue de este modo el Camino en continua bajada, casi siempre en recta


Una foto del mismo lugar que la anterior pero a la luz del sol de la tarde y con algunos eucaliptos más al fondo


Pronto crecen los nuevos, y con ellos los helechos y los toxos


Más mojones balizando el recorrido


Al fondo una nueva referencia muy importante la Sierra de Troncéu, estribaciones orientales de Las Palancas. Por elmonte de la derecha la derecha, La Cuesta Ventana, sube el mencionado Camín de las Palancas o Camín de los Vaqueiros


A la izquierda Picu y Mediu (218 m), donde nace el regato de este nombre, junto al Cerro del Cura (238 m), que baja por Cachona a unirse al Esqueiru poco después de cruzar Soto de Luiña y poco antes de la playa de San Pedro la Ribera


En medio, otro de los viaductos del Ferrocarril Ferrol-Gijón, que luego pasó a Feve, abierto al tráfico también con el tramo Luarca-Pravia el 30 de julio de 1962


Es de 91 metros de altitud y bajo él ya reconocemos los tejados de Soto...


Tras esta nueva observación visual proseguimos con esta larga bajada...


Gran roca aflorando en la superficie.Tal vez formase parte del empedrado del antiguo Camino...


Otro antiquísimo muro pétreo cubierto de una buena capa de musgo...


La caja del camino y su hondo surco...


Castaños jóvenes crecen por doquier...


La hojarasca se amontona en la vereda


El filólogo, aventurero y divulgador de la Biblia protestante George Borrow, que venía por aquí desde Galicia (en dirección contraria a nosotros por tanto), escribe: "Pasamos por Soto de Luiña, prosiguiendo nuestro camino a través de un bosque de altísimos árboles". Es muy fácil que se refiriese a este


La caja caminera parece ahondarse aún más ya en este tramo final. La pared derecha es más alta que una persona


Vamos en rampa, en bajada directa a la carretera


No es inusual encontrarse con algún tronco caído por esta zona... a veces pronto cubierto de musgo


La tupida arboleda ya acabando el largo descenso desde Campucima...


Pasamos esta hilera de altos castaños...


Y el Camino gira ahora levemente a la izquierda


El descenso acaba en El Piñéu, saliendo a la N-632 no muy lejos de El Molín Caseiro


En la carretera seguimos a la derecha, ya en el veiga del Esqueiru y sus afluentes, tapada a nuestra vista por la exuberante vegetación de ribera, muy cerca también del Molín del Vecín


La carretera es una larga recta y sin arcenes, por lo que los coches tienden a pasar con bastante velocidad


Al final de la recta El Cepeo, barrio que fue Soto de Luiña hasta que pasó administrativamente a Samartín en la década de 1980, si bien en lo eclesiástico sigue dependiendo de la iglesia de Santa María de Soto. Allí el antiguo camín real era llamado La Calzada.Mas allá vemos el Viaducto de San Pedro la Ribera, en el camino a la playa, antiguo coto señorial de los Omaña


El Cepeo viene verdaderamente a formar parte ya del casco urbano de  Soto de Luiña/Soutu L.luiña, población que debió de crecer con el Camino pues no en vano tuvo no uno sino dos hospitales de peregrinos, de los que el principal se conserva. Su iglesia de Santa María es una impresionante muestra del arte y de la historia, y su antigua escuela, sufragada con capital indiano, es el actual albergue público, disponiendo también de otros alojamientos, algunos de especial solera, buena gastronomía, tiendas y proximidad a la playa...





























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