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miércoles, 29 de junio de 2016

LA CONCHA DE ARTEDO: LA VIRGEN DE LA CHINA, EL VIADUCTO FANTASMA, EL FINAL DE LA ERA ATÓMICA, UN TIBURÓN QUE SE COME Y LOS SUBMARINOS ALEMANES (ASTURIAS)


La Concha de Artedo, vista desde el Camino

La Concha de Artedo es una preciosa ensenada con playa, o ribera, como más se dice en estas costas, que luce en todo su esplendor cuando la vemos bajando, tras dejar atrás las laderas del totémico monte de Santa Ana de Montarés, al valle del río Uncín, entrando en el histórico territorio de Las Luiñas, una de las que constituyen desde su origen el concejo de Cudillero o Cuideiru, en la antigua Pravia de Allende, paso a las fragosidades de Las Ballotas, tan mencionadas en los textos de viajeros y peregrinos de la antigüedad


La concha, bellísima, fue un puerto y ensenada natural desde hace milenios. Un castro astur, el de La Cavona, con formidables defensas. lo domina al oeste, ante La Punta Austera y El Cabu. Fue en tiempos pesquería de gran importancia y, dado su calado, en el siglo XVIII se proyecto hacer aquí un gran puerto cantábrico, proyecto que luego sin embargo pasó a Ferrol


Además de por las excelencias de su playa y valle, muy frecuentados y transitados, especialmente en verano, y en cuyas inmediaciones hay dos campings y varios alojamientos, Artedo es famosa por sus leyendas de piratas, naufragios y submarinos alemanes, en las cuales se hace difícil separar la realidad de la fantasía, pero que trataremos de perfilar en esta entrada de blog

El Rellayu, camino de Artedo

Para ir a Artedo por el Camino Norte, la ruta señalizada paso como hemos dicho por las estribaciones inferiores de la ladera norte del monte sagrado de Santa Ana o Santana de Montarés, viniendo de Piñera y El Pitu, que precisamente quiere decir "ladera pequeña". Puede decirse que por aquí entramos en el territorio histórico de Las Luiñas o Lluiñas, pues antaño perteneció a la parroquia de San Martín de Luiña (Samartín), su cabeza político-administrativa, todo él integrado en el concejo de Cudillero/ Cuideiru desde su independencia de Pravia el 29 de diciembre de 1836. La antigua divisoria parroquia pasaba por los lugares de La Charca, La Peña'l Cristal y La Llagocera


En este tramo el viejo Camín Real de la Costa desapareció o quedó desdibujado totalmente al hacerse la Carretera de la Costa (actual N-632), posteriormente el ferrocarril (llegó en 1962), y posteriormente la Autovía del Cantábrico (el tramo Las Dueñas-Novellana se inauguró en 2009) y el de Muros-Las Dueñas en 2013). Sin embargo pistas y caminos alternativos evitan que hayamos de ir por el peligroso trecho de la carretera general para bajar a la concha


Llegando a El Rellayu aún no vemos la concha pero sí los campos y repoblaciones de La Cavona y Las Piniellas, en el entorno del castro allí localizado, que dispone de dos fosos y contrafoso, entre otras estructuras, pendientes de más estudios y excavaciones, el cual aprovechaba el propio acantilado como defensa natural. Constituye, con otros castros costeros, un antecedente poblacional de este litoral, hasta el punto que a los críos, cuando preguntaban, se les decía que de la isla de El Rebeón, al otro lado de esa raza, venían las niñas, traídas en las lanchas de pescadores a sus padres, mientras que en la Isla la Deva, frente a la costa de Castrillón, se traía a los niños (como cuando se dice que vienen de París)


El Rellayu, como tantos pueblos costeros y además cercanos a playas transitadas, villas urbanas y vías de comunicación, ha ido cambiando su aspecto rural a residencial. con segundas residencias, alojamientos y viviendas vacacionales. Pese a su cercanía a la autovía y la carretera es un lugar tranquilo, de estrechas callejuelas, por las que caminaremos ahora, atravesándolo rápidamente por su extremo sur, ya que la mayor parte se extiende a la derecha, en los caminos que van del monte a la carretera


A partir de las primeras casas, pues, el camino empieza a estar asfaltado, u hormigonado, y hace calle, en recto


De frente es la Casa la Madreñera, nombre que delata los antiguos usos y oficios tradicionales del campo astur. Antaño, en el entorno de las quintanas, solían plantarse los cereales, maíz y trigo principalmente,  más antiguamente escanda o trigo de montaña, con los que se hacía el pan en la forna de casa, tras molerlo en los molino de los ríos y arroyos que bajan del monte. En la actualidad hay jardines y alguna pequeña huerta de autoconsumo


El Camín Real de la Costa fue sustituido por la carretera, la cual ya había llegado a Pravia en 1856. Sin embargo aún tardaría unos 30 años en enlazar en Canero o Caneiru con la procedente del interior, la actual N-634, continuando su avance hacia el occidente. Esta es la razón por la que el viejo camín real vio el paso hasta entonces de las diligencias de línea regular, la carrilona, cuyo nombre ha pasado a topónimo en el cercano lugar de Las Dueñas, donde estaba una de sus paradas


Para el paso de la carrilona, que dicen tenía cinco caballos, el viejo camino se había acondicionado en el siglo XVIII, ensanchándolo donde fuese conveniente y construyendo puentes de piedra para garantizar el buen paso de los ríos. Aún habría de esperarse un poco más para el de las rías, continuando un tiempo el servicio, no demasiado popular por su precio e inseguridades, de las barquerías


Por lo que sabemos de sus mismos textos, los peregrinos que se dirigían a Santiago en Galicia ya irían temiendo por aquí el abrupto paso de Las Ballotas, donde las montañas se precipitan literalmente sobre el mar, con continuas subidas y bajadas y pequeños arroyos que, no obstante, con las lluvias, se convertían en chorros y torrentes haciendo el camín real costanero intransitable, por lo que habrían de tomar alguno de los del interior, como el de Las Palancas, por la cresta y línea de cumbres de la sierra


Esta sería la razón por la que abundarían los hospitales de peregrinos a lo largo de estas viejas sendas, en Soto de Luiña o Soutu Lluiña, hacia donde nos dirigimos, nada menos que dos, muy necesarios antes de acometer ese tramo montañero y costero a un tiempo. Los arrieros y demás viajeros por su parte, contaban con varias ventas y posadas de mayor o menor categoría


Nosotros, aunque comprobaremos la dureza de estos tramos, no padeceremos los rigores e inclemencias de los peregrinos y caminantes de antaño, mucho más expuestos


Ahora, en este cruce, hemos de atender a los mojones y flechas, pues habremos de ir a la izquierda, no sin fijarnos en alguna de las casas del fondo, las antiguas y de aspecto más tradicional, que conservan la estructura de las casas campesinas de la zona


Aquí hay una fuente, restaurada, construida según reza su inscripción en el año 1948, aprovechando el agua de los manantiales de la montaña. Aquí acudía la gente de El Rellayu a por agua, a lavar, pues dispone también de un pequeño lavadero, y a dar de beber a ganado antes de la llegada del agua corriente a las casas, que aún tardaría un par de décadas más


Veamos el mojón, hay una corta cuesta y seguidamente una bifurcación


Y en la bifurcación, para seguir a Artedo, habremos de tomar el camino de la derecha, que pasa a la sombra del alto seto silvestre


El mojón, con su flecha correspondiente, nos indica, efectivamente, ir a la derecha


El seto, con sus arbustos y espesa vegetación, forma una pantalla acústica y natural ante la cercana autovía, que pasa unos metros más arriba


A la derecha, una tapia cierra el terreno en torno a un chalet


Durante unos metros el Camino va en llano hasta que llega a una importante encrucijada al salir de El Rellayu


Tal vez a simple vista solamente veamos dos caminos, uno a la derecha, que baja, y otro a la izquierda, que se mete a la espesura. Pero hay también en medio una senda, entre los dos postes, uno de farola y otro de teléfonos


Vamos a poner una foto del mismo lugar cuando se limpia periódicamente de helechos y matorral, pues el aspecto cambia


Aquí vemos el mojón con la flecha amarilla que nos indica bajar entre los postes...


Veamos cómo, con el matorral alto y la hierba y helechos crecidos, el mojón puede pasar desapercibido, sobre todo si le da sombra, normalmente por las mañanas, cuando caminan la mayor parte de los peregrinos


Tengamos también entonces los dos postes como referencia, entre ellos va este hermoso sendero de hierba por el que caminamos ahora


En los postes suele ponerse alguna flecha más a manera de confirmación, algo muy necesario, por lo que felicitamos a quien las haya pintado


El Camino, coincidente con la línea telefónica, inicia ahora una fuerte bajada..


Abajo vamos divisando ya el valle del río Uncín, bajo el Monte Valseras, que tenemos enfrente, cuya máxima altitud es el Picu Mayor o La Sierra (202 m). Es el camino a Soto de Luiña por Mumayor, llamado Montmayor por el peregrino picardo Guillaume Manier en el relato de su peregrinación de 1726, quien regresaba por aquí desde Santiago al Salvador, a visitar las reliquias de la catedral ovetense, el llamado Camino de Vuelta...


Dependiendo también de lo altos que estén los pinos, helechos, zarzas y demás plantas y arbustos podremos ver, mejor o peor, el importante pueblo de Lamuño o Llamuñu, un poco más a la derecha, uno de los que componen la extensa parroquia de Samartín o San Martín de Lluiña, a la que entramos ahora


Aunque por Lamuño/Llamuñu no pasa el Camino oficialmente señalizado como tal, es un enclave muy a tener en cuenta en la ruta xacobea asturiana por su estrecha vinculación con Artedo, allí está la capilla de La China, llamada de esta manera por los rasgos orientales de la imagen de una Virgen en marfil, procedente del naufragio de un barco procedente de Filipinas, acaecido mucho tiempo atrás en la concha o sus cercanías, según dicen la tradición y la leyenda


Concha que, también dependiendo de lo que hayan crecido pinos, ocalitos, helechos y matoxos, empezaremos tal vez a ver desde aquí, bajo el gran acantilado de La Cavona. Covadonga Loy Madera, en su libro Cudillero, caprichos del mar, transmite así esta leyenda:
"Hace muchos años, un barco se hundió frente a la costa, concretamente en las inmediaciones de Lamuño, pueblo cercano a la Concha de Artedo. Entre los restos del naufragio traídos por el mar, había un sólido arcón de madera. Qué sorpresa se llevaron los habitantes de este pueblo cuando al abrirlo descubrieron el tesoro que el baúl contenía: unas ricas imágenes talladas en marfil, procedentes del colmillo de un elefante. Una de ellas era la imagen del Cristo en la Cruz, fina estatuilla que correspondía con la parte superior del colmillo. La otra, más espectacular si cabe, se trataba de la Virgen del Rosario, pero esta imagen presentaba una peculiaridad que llamó la atención de la gente: los rasgos orientales que tenía su rostro, por lo que se conoce como La China"

Sigue contando también Loy Madera en su libro que, según la historia, con el arcón llegó también un náufrago, el misionero Fernando de la Cantera, que traía las imágenes desde las islas Filipinas, por entonces posesión española con la que había tráficos marítimos regulares. Esta procedencia explicaría los rasgos orientales de la Virgen, la cual puede verse en la capilla que el religioso solicitó hacer en el pueblo en acción de gracias por haberse salvado del las aguas, rindiendo culto a esta y las demás imágenes, por lo que su capilla fue también llamada de La China


En la distancia es muy difícil reconocer esta capilla, que sin duda está oculta además por otras casas, que se concentran linealmente a lo largo de callejuelas y caminos de la rasa costera, aprovechando esta buena llanura en los accesos occidentales a Artedo, a La Cavona y, al oeste, a otra de las buenas playas de este litoral, la de Oleiros, ya más apartada del Camino. Justo debajo hay un gran monte de eucaliptos, El Dosal


Son estos los barrios y lugares de El Consuelo (donde está la capilla de esta advocación), El Trechoriu, La Calea, La Fontarica o, entre otros, también el llamado propiamente de La China por este santuario, del que explica su historia, de esta otra manera, con algún dato diferente, el Diccionario Geográfico de Asturias de Editorial Prensa Asturiana, citando al historiador Bances y Valdés:
"En lo que al patrimonio histórico-artístico y monumental se refiere, cabe destacar que cuenta con dos capillas, la de Nuestra Señora del Consuelo, fundada a primeros del siglo XIX por los señores de la casa de Candiales, y la de Nuestra Señora de La China (Siglo XVII), denominada así por que guarda una imagen de la Virgen con dicho nombre, aunque la primitiva advocación era la de la Natividad de Nuestra Señora y de San José. De la imagen de la Virgen de la China, dice Antonio Juan de Bances y Valdés (Noticias históricas del concejo de Pravia, 1806) que se llama así "por haber sido fabricada y venido de aquel país. Su materia es de alabastro bien bruñido y trabajado con primor y esmero del arte, en tamaño de media vara; perro cabeza y manos son de marfil fino (...), contiene, en trono de plata, un escaparate bien proporcionado, con dos puertas al frente, labradas a buril y todo de plata de buen grueso y delicado gusto; tiene además un rosario de oro macizo; de la propia materia es la corona imperial de su cabeza que, a juicio de inteligentes, puede tener más estimación  su hechura y piedras preciosas en ella engastadas, que su material valor"
Virgen de la China con el Niño

La imagen, según el citado Diccionario Geográfico de Asturias, puede verse normalmente, junto con las demás, durante las Fiestas de la China, el tercer domingo agosto, cuando se abre la capilla, fundada, siguiendo textualmente la información, "por el indiano Domingo Fernández de la Cantera y en la actualidad propiedad de la familia Piñar"


Lamuño o Llamuñu se ha especializado también en el turismo rural a medida que las labores agropecuarias tradicionales, y antes las pesqueras, han ido casi desapareciendo. No queremos olvidar a uno de los comercios con solera del pueblo, Casa Celsa, bar-comercio, el chigre-tienda asturiano, fundado en 1914 por Jesús González Suárez, hijo de un maestro afincado aquí. Primero estuvo cerca del pueblo hasta que, en 1925, al casarse Jesús con una vecina, Celsa Díaz, trasladó su negocio a un nuevo lugar, con vivienda, siendo entonces cuando pasó a llamarse Casa Celsa. Su hijo Jesús González Díaz lo regentó 1990c on su hermana Eloísa tras la temprana muerte del fundador en 1933, luego continuaría la saga con la nieta, Celsa González (Datos del libro Mostradores con solera de Ignacio Pulido)


Lo que sí vemos es el camino que, desde la misma capilla de La China, baja al valle en dirección a la playa por Las Cuevas y El Foxu, con varios chalets, alojamientos y apartamentos rurales entre prados de siega y pasto y algún arbolado autóctono y ornamental de las fincas, quintas y parcelas que vemos por esa ladera


Fue esta zona, como todas Las Luiñas, territorio de apetencias monásticas en la baja Edad Media, en concreto del convento femenino ovetense de Santa María de La Vega. Sin duda el cercano topónimo de Las Dueñas, referido a monjas, tiene que ver con ello. Además del estratégico paso al occidente, las rentas de los colonos campesinos, y otras salvaguardas, estas calas y ensenadas tenían derechos y privilegios de pesca. Posteriormente la poderosa familia de los Omaña llegó a ejercer su férreo dominio sobre estos parajes desde su sede en El Castiallu (donde ahora está el Ayuntamiento, en la villa capital), disponiendo hasta de un coto señorial familiar un poco más allá, en San Pedro de la Ribera. En el siglo XVIII hubo varios intentos de independizarse pero no fructificarían hasta las reformas liberales del XIX


En el siglo XVIII, dada la profundidad de la concha y lo resguardado de sus aguas, se barajó hacer aquí el gran puerto de Asturias, para el que elaboró su proyecto José del Campillo y Cossío, Comisario de Marina. No obstante, dadas las malas comunicaciones del lugar fue desechado, continuando con sus pesquerías tal y como leemos en el Gran Atlas del Principado de Asturias:
"En la segunda mitad del siglo XVIII se sucedieron los proyectos de remodelación del puerto de Cudillero. Las obras se empezaron en 1787 y, según Jovellanos, se gastaron 500.000 reales. Por las mismas fechas ya se había desechado el ambicios proyecto de José del Campillo consistente en realizar en la Concha de Artedo las magnas obras que, más tarde, efectuó en su puerto El Ferrol, aunque la hermosa ensenada del concejo de Cudillero seguía manteniendo una excelente reputación como "la mejor de las costas del Cantábrico y del océano Atlántico"

En ese siglo XVIII los principales puertos del actual concejo eran el de la villa pixueta y este de Artedo. célebres por su costera del besugo, mientras que en verano se dedicaban al congrio, bonito y merluza. Aún a mediados del siglo XIX Pascual Madoz escribía en su Diccionario Geográfico"...por su capacidad y fondo pudiera construirse uno de los mejores puertos de la Cantabria, pues es el único punto en que, en toda aquella costa, pueden anclar navíos de mayor porte..."  pero el proyecto de hacer un puerto aquí ya había quedado definitivamente sobre el papel. Sin embargo, aparte de las pesquerías, hubo en tiempos un muelle para embarcar mineral de hierro y barita de las cercanas minas del interior. También se hicieron algunos barcos, pero la intención de poner en marcha un gran astillero también se echó abajo


En el libro El Camino de Santiago por Asturias.Topoguía 2. Ruta de la Costa (varios autores), hablan así de este tramo caminero, ya transformado antes aún de la construcción de la autovía:
"... el Camino continúa por la base de la ladera NE. del alto de Santa Ana de Montarés aproximadamente paralela a la carretera, atravesando los lugares de El Manto, arroyo de Santa Ana, Las Hortonas y Las Dueñas, llegando al sur de Rellayo donde se inclina en fuerte pendiente para buscar a través de la Magdalena la vega del río Uncín"

En esta bajada de El Rellayu a La Madalena y Artedo vamos viendo poco a poco el valle, así como la subida posterior que nos aguarda en El Ribete, acceso a Mumayor en la senda a Soto de Luiña/Soutu Lluiña, al otro lado de las montañas


En El Ribete el Camino, subiendo de Artedo, pasa entre esas casas y sube a la derecha, para inmediatamente seguir a la izquierda, tal y como vemos en esta foto, para ganar el paso a Mumayor


Ojo en esta bifurcación: sabemos que tenemos que bajar a la playa pero no aún tan pronto: hemos de tomar el camino de la izquierda, el más llano


El mojón lo deja claro, pero atención solo unos pocos metros más allá


En esta segunda bifurcación sí habremos de bajar ya, siguiendo por la senda de la derecha


El mojón y la flecha lo dejan bastante claro pero conviene no despistarse


Este es el grandioso viaducto de la Concha de Artedo, que salva este valle y bajo el que vamos a pasar. Es el más alto de la Autovía del Cantábrico, que ha solventado en buena medida el secular problema de las comunicaciones con el occidente asturiano y con Galicia, pero evidentemente se ha cobrado a cambio su tributo en el paisaje


Este impacto visual se acentúa aquí al existir ¡ DOS viaductos !, uno de ellos llamado El Viaducto Fantasma, cortado al tráfico, que empezamos a ver, en cuesta, un poco más abajo. Un caso inédito del que informa, ya el 10 de marzo de 2013, el corresponsal de El Comercio, I.Gómez:
"Dieciséis pilares sustentan el viaducto más alto de toda la autovía del Cantábrico. Desde sus 106 metros de altura máxima se ven la emblemática playa de la Concha de Artedo y el valle de las Luiñas, corazón vaqueiro de Cudillero. Ambos parajes se descubren al circular sobre su tablero, de unos 1.200 metros de longitud, e invitan a tomar la nueva salida hacia Lamuño y Salamir para conocerlos.
De alguna forma, uno de esos atractivos es el propio gigante de hormigón, que está considerado una de las obras de ingeniería más sobresalientes de la región. Desde el inicio de su construcción, llamó la atención por su altura, que sobrepasa con mucho la del puente original de la carretera N-632. Hoy, ambos conforman un sorprendente entramado de líneas sólidas apreciable desde la antigua nacional. 
No obstante, la principal aportación del viaducto de la Concha de Artedo, la gran infraestructura del tramo Muros-Las Dueñas, es la mejora de la seguridad viaria. Su total puesta en servicio, el pasado martes, permite desviar la circulación de la N-632 y evitar enlaces tan conflictivos como el de El Rellayo. También aporta una mayor comodidad a la conducción y acorta la longitud y el tiempo de los trayectos. 
Los cerca de 3,2 kilómetros que unen la rotonda de Las Dueñas con el acceso a Lamuño y Salamir (unos dos kilómetros menos que el trazado de la nacional) se recorren en menos dos minutos a la velocidad máxima recomendada (100 kilómetros por hora) y elementos de protección instalados en los laterales del viaducto reducen riesgos como los derivados del fuerte viento. 
La mejora de las comunicaciones en Cudillero, que se completará la próxima semana con la apertura total del tramo, la constatan, sobre todo, los vecinos de la zona: «Ya era hora de que lo abrieran. Hacía mucha falta», sostiene el portavoz de la parroquia rural de Lamuño, Santiago Bernardo. 
También desde el sector turístico celebran la conclusión de las obras. Bernardo Alija, presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural y gerente de un negocio hotelero en Cudillero, destaca que, sobre todo en temporada alta, el nuevo trazado evitará los tediosos atascos. Además, las comunicaciones ya no serán un obstáculo para la llegada de visitantes. 
Ahora, vecinos y empresarios turísticos, se preguntan qué pasará con el puente viejo. Y es que mientras unos destacan la grandeza de la nueva vía, otros critican la gran cantidad de hormigón que se eleva sobre el paisaje: «Desde el punto de vista estético, no atrae, pero no se va a tirar lo que ya está hecho. Habrá que buscar soluciones», comenta Alija"

Sin duda, mucho más le hubiese afectado a la concha y a su entorno la puesta en marcha de una central nuclear planeada para este lugar en la década de 1970, la cual fue echada atrás dada la inmensa oposición popular


El 6 de junio de 2010 Ignacio Pulido publica en La Nueva España el artículo titulado Cudillero plantó cara a la era atómica, repasando aquellos acontecimientos que hubiesen transformado radicalmente este entorno natural, afectando directamente a la pesca, a todo el ecosistema, al paisaje, y al turismo, incluyendo la misma recuperación de este Camino, acontecida un par de décadas después:
"Durante el verano de 1974, el concejo se levantó contra la instalación de una central nuclear en la playa de la Concha de Artedo. Las posibles consecuencias para la vida marina, para la actividad pesquera y para el turismo consiguieron unir a todos los vecinos y dieron lugar a una fuerte campaña mediática que ni siquiera pudo ser contenida por el ya agonizante régimen franquista.
Juan Luis Álvarez del Busto, cronista oficial de Cudillero, era por aquel entonces corresponsal en varios medios de prensa y ejercía como Delegado Local de Juventud. Álvarez del Busto recuerda que durante la primavera de 1974 había comenzado a circular por los mentideros un insistente rumor en el que se hablaba de la construcción de una central nuclear en la Concha de Artedo. «Comprobé que tenía visos de realidad y aproveché el hecho de ser delegado local para sacarlo a la luz», precisa. 
No en vano, el 27 de abril de 1974 Álvarez del Busto advertía a través de un artículo del posible proyecto nuclear que Hidroeléctrica del Cantábrico había previsto para la Concha de Artedo. En concreto, la compañía energética pretendía instalar una central de ciclo abierto -similar a la de Lemoniz- en la que el agua empleada en la refrigeración sería devuelta al mar a altas temperaturas, lo que provocaría el exterminio sistemático de las especies marinas de la zona y pondría en peligro el futuro de la flota pesquera pixueta, integrada en aquel momento por 1.000 pescadores. 
La noticia cayó como una bomba y la respuesta no se hizo esperar. Todo el pueblo se unió y Juan Luis Álvarez del Busto inició una campaña de recogida de firmas en contra de la instalación de la nuclear. «Conseguí rúbricas que no se podían ni imaginar, como por ejemplo las de las viudas de Selgas o las de la familia Bravo, residente en La Torre de Villademar, lugar de veraneo del ministro Laureano López Rodó», precisa. Asimismo, la causa contó con el apoyo de varias figuras culturales, como es el caso del arquitecto Fernández Rañada o del fotógrafo Nebot. «Incluso me vino a ver Pedro Costa Morata desde Águilas. Nunca más lo volví a ver», señala Del Busto. 
Coincidiendo con el estío, la prensa inició una campaña mediática sin precedentes. «El redactor de Televisión Española Carlos Rodríguez Suárez me entrevistó, lo que casi le costó su puesto», advierte Álvarez del Busto, el cual prosigue añadiendo que numerosas cabeceras de la región se hicieron eco del proyecto nuclear cudillerense. Por otra parte, también fue decisiva la posición adoptada por el entonces alcalde, Urbano Cuervo Arango. «Tanto el Ayuntamiento como el Consejo Local del Movimiento se opusieron taxativamente a la central», subraya Del Busto. 
Durante la década de los setenta L'Amuravela (pregón de las fiestas de San Pedro en Cudillero/Cuideiru) vivía sus momentos más dulces y, cómo no, el 29 junio de 1974 Juan Luis Álvarez Bravo «Totó» fue el encargado de recitar unos versos en los que se hacía referencia a la polémica central:   
«La Concha Arteu, San Pedro  
quiarin ahora istrozanos / 
que non l'hay mejor en España  
sigún intindius ya sabius. 
Ya por la nuestra experiencia 
que sirví pa rifugíanos 
cuando na mar con las folas 
vemusnus algo apuraos.  
¡Nun lu pirmitas Patrón,  
qu'en publicu protestamos; 
que si llevin las nuclaris 
pa sitius más apartaus! 
Contigo ya Dios delante 
el consiguillu asperamus»
En vistas de la oposición, se sopesó sin éxito la instalación de la central en Lamuño. El proyecto cayó en el olvido y en el concejo nunca más se volvió a temer a la implantación de la nuclear. «Sólo pretendimos que Cudillero no se viese perjudicado», concluye Del Busto"

En cuanto al viaducto de la autovía su ficha técnica dice lo siguiente:
"Viaducto situado en el tramo Las Dueñas - Muros de Nalón (Asturias) de la carretera N-632, cuenta con 1.184 metros de longitud y cruza los valles del río Uncín y Especuero. Se ha construido con dovelas prefabricadas en voladizo a 110 metros de altura."

Al pie del viaducto, cerca de El Bravu, el camino enlaza con otro que baja y realiza una curva cerrada a la derecha, para pasar entre sus pilares. Cuando se construyó, también el corresponsal I, Pulido lo plasmó así para su periódico, Nace el gigante de las carreteras asturianas:
"Con una envergadura similar a los de los espectaculares acantilados del Cabo Peñas, el nuevo viaducto de La Concha de Artedo, el de mayor altitud de Asturias y de todo el trazado de la Autovía del Cantábrico, ya está construido. Antes del mes de marzo del año que viene, coincidiendo con la apertura del tramo de la Transcantábrica entre Muros de Nalón y Las Dueñas, los conductores podrán circular por una enorme infraestructura que impresiona especialmente si se la contempla desde el paso actual de la carretera general N-632 o desde la línea de costa. Y es que, en su punto más alto, el gran viaducto pixueto ronda los 110 metros, el equivalente a un edificio de cuarenta plantas, y casi 300 metros más que el puente actual. Su longitud es de 1,1 kilómetros.
El delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, acudió ayer a Cudillero para asistir al acto de presentación oficial de una infraestructura que ya fue visitada hace unos cuantos meses por el ministro de Fomento, José Blanco, y cuya construcción arrancó en el otoño de 2008. Acompañaron a Trevín el ingeniero jefe de la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias, Ignacio García-Arango, y el director de obra, César Nespral, que fue el encargado de explicar las características del «gigante» de las carreteras asturianas, así como de informar sobre la marcha general del tramo de la Transcantábrica entre Muros de Nalón y Las Dueñas. Según explicó, la enorme estructura, que salva una pendiente del 3,80 por ciento, está sostenida por 17 pilares, algunos de los cuales alcanzan los 102 metros de longitud, así como por dos grandes apoyos, uno a cada lado del puente. El sistema constructivo ha destacado por ser totalmente innovador. Así, primero se levantaron las pilastras y, después, con una maquinaria especial, se fueron colocando las dovelas, de dos metros de longitud y diez metros de ancho, construidas en una fábrica instalada al lado de los tajos de la autovía 
Las labores de colocación de las dovelas se compatibilizaron con los trabajos de construcción de los aleros de hormigón sobre los que van el tablero y la calzada de la autovía. Todo está ya listo y únicamente quedan pendientes las labores auxiliares de colocación de barandillas, asfaltado o señalización previas a la entrada en servicio de todo el tramo Muros-Las Dueñas, cuya ejecución global, según reseñó ayer Antonio Trevín, está al 80 por ciento. 
El viaducto de La Concha de Artedo no estaba previsto en el proyecto inicial, y su construcción encareció en algo más de veinte millones de euros una obra que había sido adjudicada inicialmente en 110,5 millones. La idea original del Ministerio de Fomento consistía en levantar una estructura similar pero de dos carriles para uno de los sentidos de circulación, y la utilización del viaducto actual para el otro. Sin embargo, el Ayuntamiento de Cudillero solicitó cambiar el proyecto para construir un puente de cuatro carriles y variar el enlace previsto para la capital pixueta, logrando que el departamento que dirige José Blanco diera el visto bueno a una alternativa que también incluía el enlace de Cudillero al nivel de la rasa costera y no en trinchera, como estaba previsto en el diseño inicial de la obra. 
Como resultado del cambio de proyecto para afrontar la construcción del mayor viaducto de la Transcantábrica y de otros enclaves complicados, el kilómetro de autovía en el lote de Muros de Nalón a Las Dueñas sale por 18,2 millones de euros. Además de con el paso elevado de Artedo, el tramo en cuestión incluye los viaductos de Santa Ana, San Juan, Piñera y Santa Olaya, así como los túneles de San Juan y Somao. Además, en el trayecto hay algunas zonas en las que los operarios de la constructora se han visto obligados a realizar importantes desmontes. 
Con el plazo para la apertura del trazado fijado en el primer trimestre de 2012, el director de la obra, César Nespral, reconoce que el tramo presentó «dificultades técnicas muy importantes», pero que hoy ya están «superadas». En la misma línea se expresó Trevín, quien también quiso destacar las complicaciones de los trabajos y las modificaciones que se llevaron a cabo para contar con el mejor trazado. Francisco González hizo énfasis en destacar que Fomento aceptará las modificaciones planteadas por el Ayuntamiento de Cudillero, toda vez que la primera opción, además de no incluir un nuevo viaducto de cuatro carriles, dejaba «enterrados» varios pueblos del concejo"

Los poderosos pilares... nada menos que 25 camiones participaron en las pruebas de resistencia de este viaducto en noviembre de 2012, antes de la apertura de este tramo


Un poco más abajo vemos el arranque del antiguo viaducto, el célebre Viaducto Fantasma, inútil cuando solo cumplía catorce años y que en su momento se planteó demoler, cosa que al final no se hizo. Dado el lugar que ocupa su voladura es extremadamente peligrosa y su desmontaje pieza a pieza una verdadera operación de cirugía económicamente inasumible, o eso se esgrime, por lo que, aún inservible, ahí se ha quedado a pesar de ciertos proyectos para reaprovecharlo, por lo que los coches, de no pasar por la autovía, siguen el trazado de la antigua N-632 hacia los pueblos del valle


Todas estas titánicas obras de infraestructura para salvar concha y valle han trastocado todo el paisaje y con él el viejo camín real costero


Allí, nuestra senda se introduce en un túnel bajo la carretera...


Si nos fijamos, más allá veremos el trazado de la carretera antigua, registrada ahora como N-632a, a la que vamos a salir prontamente


Concha y flecha nos confirman el paso a la entrada del túnel


Al otro lado,y tras pasar sobre la línea férrea, otra de las comunicaciones terrestres costeras, llegamos a la N-632a


Y aquí la cruzamos, con sumo cuidado, hay bastante visibilidad pero el tráfico pasa rápido y veloz


Miremos pues muy bien en ambas direcciones: el Camino sigue al otro lado


Allí, junto al guardarraíl, está el siguiente mojón que certifica la buena dirección a seguir


Es el camino al Apeadero de la Magdalena, que seguidamente baja por aquí a la playa y al valle


En el suelo una concha de piedra revalida la señalización de este trayecto


Hay una explanada con aparcamientos y ala derecha jardín y merendero. De frente está el Hotel-Restaurante Mariño, uno de los establecimientos emblemáticos y pioneros de esta concha, regentado por Santiago Mariño, fallecido en 2017, quien lo había heredado de su padre, haciendo de él uno de los más famosos de la costa asturiana. A.M. Serrano publicaba así la noticia de su fallecimiento, glosando la vida del empresario hostelero, el 2 de marzo de ese año en La Nueva España:
"El empresario y hostelero Santiago Mariño Menéndez descansa para siempre en San Martín de Luiña. El presidente de la extinta Cudillero Turismo y fundador de la Cofradía del Curadilllo, amén de uno de los hosteleros que lideró el "boom" del sector en el concejo a finales del siglo XX, fue despedido ayer por numerosas personas en un sentido funeral.

Vecinos, amigos y allegados de la familia acudieron a la iglesia San Martín para decir adiós a Mariño, fallecido en Oviedo el martes a los 63 años"

Por su parte, David Suárez Puente redactaba así la noticia para El Comercio, explicando la trayectoria de Santiago junto con la historia de este establecimiento:
"En la mañana de este martes falleció en Oviedo, a los 63 años, el hostelero de Cudillero Santiago Mariño Menéndez. Propietario del hotel-restaurante Mariño, una de las casas de comidas más conocidas del concejo, situada en la Concha de Artedo, cuya especialidad eran las almejas a la marinera.
Un restaurante familiar, a día de hoy cerrado, que llegó a acoger eventos tan importantes como La Amuravela de Oro y el premio Curadillo de Oro, de cuya cofradía gastronómica fue fundador y presidente, promocionando este pescado típico de Cudiller 
Santiago Mariño heredó el negoció familiar de su padre, una casa de comidas de las más reconocidas de la región, con la que fue creciendo paulatinamente llegando a obtener una gran popularidad. Santiago Mariño presidió la junta local del PP y fue concejal en el Consistorio pixueto. Además fue uno de los impulsores del turismo en el concejo, al fundar la asociación Cudillero Turismo de la que fue presidente, y a la que se le galardonó con la XXII A Muravela de Oro. 
Su restos serán despedidos hoy, a las 13 horas ,en la iglesia parroquial de San Martín de Luiña, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente y acto seguido recibirá cristiana sepultura en el cementerio parroquial"

Cuando pasamos, el negocio llevaba cerrado hacía tiempo. Por ello queremos recordar alguna crítica gastronómicas, en las que se ensalzaba tanto la cocina como sus excelentes vistas, dado que la gente ansiaba tomar mesa y asiento ante alguna ventana que dominase la concha. Este es por ejemplo la de Federico García Poncet en Fedegustando:
"Es de obligado cumplimiento hacer una parada para conocer las lindezas de la gastronomía del norte de la península ibérica cuando visitamos tierras como la gallega, asturiana y vasca. Y como no podía ser de otra forma en este caso concreto me vi en la necesidad de degustar la tradicional cocina asturiana a mi paso por la hermosa costa marítima de Cudillero 
El lugar elegido siguiendo las recomendaciones de mi tío, José Manuel, fue el restaurante Mariño en la Concha de Artedo. El local tiene fácil localización, está situado a unos 5 km del núcleo de Cudillero carretera general a Galicia, ahí encontramos un cartel que nos indica Concha de Artero y cuando cogemos la antigua carretera de la costa encontramos el restaurante justo alado del apeadero del tren, donde por cierto, tiene un buen aparcamiento. 
Llegamos al bonito lugar y nos marcamos como prioridad conseguir una  mesa desde donde pudiésemos contemplar las magnificas vistas a la Concha de Artero. Una vez conseguida la primera fila degustamos como aperitivo una crema de puerros, gentileza de la casa, y unas anchoas del cantábrico. Otra de nuestras prioridades era almorzar un plato de fabada asturiana, que tanta fama le ha dado a esta gastronomía. Es cierto que también tienen otras recetas de fabas con almejas, curadillo, centollo, etc. pero yo me decante en este caso por el tradicional plato de fabes al estilo más popular. Y a buena fe que acertamos en la elección, pues estaban ricas, ricas.  El vino elegido fue un D.O. de Toro Orot crianza 2003. Como postre y antes del café, tomamos unos freixuelos rellenos y un típico requesón a la braña. 
Según vimos en la carta otras especialidades que podremos probar en futuras ocasión serán los arroces, pescados y mariscos, o el emblemático curadillo en época de Navidades y Semana Santa. Esta casa es sede de la “Cofradia del Curadillo"

El curadillo es un pescado, la gata, un pequeño tiburón inofensivo curado al sol, colgado de ventanas, balcones y corredores. La Enciclopedia de la Gastronomía dice esto de él:

"... se trata de un pequeño tiburón, vulgarmente conocido con el nombre de gata, y del que durante muchos años vivieron básicamente los pescadores de este pueblo. 
Cumplía tres funciones fundamentales. 
La primera era la extracción del aceite de su hígado. Con él se freía, pero sobre todo se iluminaba, hasta tal punto que el alumbrado público de Oviedo se abastecía de este producto, con lo que mantenía una industria y una flota florecientes. 
La segunda era el uso de su piel para limpiar y pulir maderas y metales, el llamado papel de lija, hoy fabricado con polvillo de vidrio pegado a papel sintético, pero que antaño solo se conocía como derivado de la piel de estos u otros escualos. 
Y la tercera función de este tiburoncito era como pescado cecial, como alimento de recurso para aquellas largas vigilias impuestas, ora por la Iglesia, ora por un temporal del Diablo que mantenía la flota amarrada durante interminables días. ¡O semanas! 
A diferencia del bacalao y similares, este no es una salazón, si no todo lo contrario. 
Una vez eventrado, el animal es cuidadosamente lavado con agua dulce, endulzado en términos de la mar, operación que se repite hasta quedar sin el menor rastro de sangre. 
A partir de ahí, y desprotegido de cualquier agente protector, sal, pimentón, aceite, etc., la gata se crucifica sobre una tablilla engarzada de dos travesaños, adoptando la figura de un curtido de piel de cabra, y se cuelga de los aleros de las casas para que se vaya secando al oreo. 
Pero solo de día y cuando el viento es seco, ya que de otro modo, tanto si lo toca la niebla, como si lo hace la lluvia o el rocío, el tasajo se echa a perder. 
De este modo, cuando las mozas salían a pasear, soñando como sería el hombre de su vida, al ver una ventana llena de curadillos al oreo, pensaban: «N’esta casa nun hai fame. No. Nin con la mar bella nin con temporal» y así el joven pescador que en ella habitase sabía que sería el soltero mas codiciado del puerto. 
Dice un antiguo cantar: 
«Muciquinas aldianas 
Si querais mozu pixuatu, 
tenéis que saber guisar 
curadillu pa’l inviarnu.» 
Luego llegaron el gas, las pulidoras Bosch y las conservas de atún claro, Calvo, Oviedo dejó de consumir aceite de gata, la lija pasó a mejor vida y los curadillos dejaron de secarse. 
Afortunadamente hay una cofradía gastronómica, la del Curadillo, en La Concha de Artedo, que ha recuperado la tradición, y hoy este humilde y miserable pellejo se ha convertido en plato de lujo en todos los restaurantes y comederos de la zona. 
Una vez guisado su sabor es bravo, con aspecto de cecina de cabra y sabor a caza. 
Basto y ordinario para algunos, brutal y sugerente para otros, pero el curadillo es sobre todo nostálgico y romántico, porque sabe a momia social, a recuerdo de días de hambre y pasiones secretas, a tiempos en que se nacía y moría en un mismo pueblo, matando el tiempo secando gatas, o cortejando entre las redes. 
En los días del curadillo, no había pastillas de Éxtasis, ni Megane Sport con CD Pionner con los que huir de la realidad cotidiana, por eso este pescado sabe diferente, porque para secarlo hay que vivir en Cudillero, con días cargados de horas, años llenos de días, y vidas con pocos años, que una vida llevada en calma da mucho de sí, aunque sea comiendo curadillos"


Cerrado, pues, cuando vinimos, no pudimos parar a probar el preciado curadillo, pero sí aportar una crónica de las que fueron sus jornadas del año 2011, aquí celebradas. Artículo del blog Tony (vacaciones y derivados):
"Las Jornadas Gastronómicas Del Curadillo se celebrarán los días viernes 29, sábado 30 de abril y el domingo 1 de mayo del 2011 en el Hotel** Restaurante Mariño de Cudillero (Asturias). Esta casa es la sede de la Cofradía Del Curadillo, fundada en 1991 con la intención de recuperar este alimento tradicional y dar a conocer este producto. Formada por amigos y amantes de la buena mesa, gastrónomos y restauradores, la preside Don M. Santiago Mariño.

Cualquiera que ha visitado alguna vez Cudillero, se habrá fijado que en muchas casas cuelga una especie de pez estirado y sujeto por unas tablillas, ese es el Curadillo. ¿Pero que es el Curadillo? Pues no es una especie en concreto, ya que se utilizan distintos peces, principalmente el conocido como Gata (Galeus Melastomus), pero también lijas, toucas, y glayos entre otros.

Conocido como jamón de los pobres, del curadillo se aprovecha casi todo, la propia carne, por supuesto, el aceite que se destila al secarlo, llamado aceite de Sain, e incluso la piel, la cual también la utilizaban antaño para lijar la pintura de los botes y barcos.

Es un producto que requiere mucho mimo y cariño, ya que desde que se limpia el pescado, hay que secarlo y curarlo al sol y al viento entre cuatro y seis meses, evitando la lluvia y la niebla y teniendo mucho cuidado de que la mosca no lo pique. Una vez bien curado y seco, debe de estar acartonado y prácticamente no desprender olor. Cabe destacar que no se utiliza ningún tipo de salazones ni aderezo.

Ya seco el curadillo, antes de su elaboración, hay que hidratarlo con agua dulce dejándolo a remojo 48 horas, teniendo mucho cuidado de cambiar el agua con frecuencia, para posteriormente, con ayuda de unos alicates, separar la piel de la carne.

Curiosas las jornadas de este maravilloso escualo, poco conocido y tan olvidado en nuestra gastronomía por desgracia, el cual, no a mucho tardar, creo que se va a convertir en santo y seña gastronómico de Cudillero y alrededores. El tiempo dará o quitará razón ...

Personalmente, y basándome en las pocas veces que disfruté del mismo, me pasó algo muy curioso, el tono rojizo intenso de la carne, tanto en olor y sabor, me recordó a las carnes de caza.

El menú de las jornadas constará de tres entradas, tres segundos y tres postres a elegir, con bodega y café incluido, y el precio por cubierto será de (...).

Los platos estrella anunciados para estas jornadas serán las Fabas con Curadillo y el Curadillo guisado a la vieja usanza con patatinas."

Pasamos así frente a la entrada de algunos de estos salones-comedores testigos de tan memorables jornadas y otras muchas más


Por aquí empieza la bajada al valle y la playa


A nuestra derecha el ferrocarril, la línea Ferrol-Gijón de la que tanto hablamos y hablaremos en este Camino Norte, pues coincidimos con ella en numerosas ocasiones y más que volveremos a coincidir. Este es el Apeadero de La Magdalena


El apeadero se inauguró el 30 de julio de 1962 al abrirse el tramo Luarca Pravia de esta línea cuyo proyecto había ya sido aprobado en 1886, con la idea original de comunicar las fábricas de armas asturianas con las bases artilleras de Ferrol, base de la Armada. Aún tardaría otros diez años largos más en completarse (septiembre de 1972), ya con unos parámetros totalmente diferentes a los que fue creada


Este es uno de los tramos desde los que desde el ferrocarril se contempla el mar. Durante buena parte del trayecto discurre por profundas trincheras y largos túneles. Algunos puentes-viaductos se encuentran muy al interior. Tal vez sea parte de la idea primera de ferrocarril estratégico que no fuese visto desde el mar y no fuese bombardeado por flotas enemigas (recordemos que cuando se diseñó aún no existía la aviación)


Efectivamente, vamos admirando en esta bajada una bellísima estampa de la Concha de Artedo y las boscosa desembocadura del río Uncín. No en vano Luis Antonio Alías dice de este paisaje en El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios:
"De amplia media luna de arena y cantos y rápido calado, considerada como una de las más bellas de Asturias, pone fondo espectacular al camino"

Esta es la tan disputada vista de la concha desde las solicitadas mesas del restaurante, viendo al oeste el largo brazo de El Cabo que se extiende a la Punta Austera bajo el castro de La Cavona, poblado de denso arbolado. Ahí están los acantilados y pedreros, roquedos o pedrales de El Sarreirín, Supiniella y El Zarrolón. No llegamos a ver una pequeña cala, El Castru, bajo el castro de La Cavona, tapada por El Cabu, puesta muy apreciada por lso pescadores de caña, dice Fernando Ornosa Fernández en su libro, de consulta obligada para quien desee conocer un poco más estos pueblos, dedicado a la Toponimia de la parroquia de San Martín de Luiña (Academia de la Llingua Asturiana)


La playa, recalcamos, está llena de leyendas, una de ellas nos la transmite Covadonga Loy Madera en su libro Cudillero, caprichos del mar:
"Entre la Punta Austera al Oeste y La Punta San Cayetano al Este, se forma la pintoresca y amplia ensenada denominada Concha de Artedo, en la que desemboca el Río Uncín, Cuenta una leyenda que después que dios hubiese creado la costa de Galicia con todos sus entrantes y salientes, contempló el Mar Cantábrico y se entusiasmó tanto que dejó la marca de su huella posando su pulgar sobre la blanda costa recién formada, dando lugar a esta hermosa playa"

En el Gran Atlas del Principado de Asturias se dice que es la principal del concejo de Cudillero/Cuideiru por "afluencia de bañistas, servicios, belleza y amplitud". Son unos 700 metros de playa o ribera propiamente dicha, de cantos y arena dorada. En pleamares la parte arenosa tiende a desaparecer 


El paseo marítimo hubo de ser reconstruido varias veces a causa de la acción del mar, el actual es un buen pasillo de tablas que salva la loma de cantos sin afectarla. Por allí caminaremos dentro de poco en nuestra visita a la mítica ensenada


El río es salvado por un puente, una pasarela de madera que vemos a la izquierda de la foto, casi al otro extremo de la playa. El aspecto actual del entorno playero es fruto de las intervenciones realizadas en el año 2009. Así publicaba F. Peláez para La Nueva España la noticia de su inauguración:
"Bañistas y obras comparten el entorno de la playa de la Concha de Artedo en plena temporada estival. Los trabajos de recuperación medioambiental del arenal cudillerense serán inaugurados en la primera quincena del próximo mes, con un mes de retraso. Será entonces cuando se izará por primera vez la bandera azul, según aseguró el alcalde de Cudillero, Francisco González Méndez.
Tras más de una década de reclamaciones por parte de vecinos y usuarios, el ministerio de Medio Ambiente y el Principado se pusieron de acuerdo sobre el tipo de actuación a desarrollar en la playa. El Gobierno central había presentado previamente un proyecto que no recibió el apoyo autonómico. Tras varios ajustes, entre ellos el cambio de ubicación del aparcamiento, se inició la obra, cuyo presupuesto rondó el millón de euros"

Al otro lado, tapada por los árboles, está Casa Miguel, bar, restaurante y hotel, con hermosa terraza sobre la playa y ante el mar, fundada en 1965


Esta concha está dentro del Paisaje Protegido de la Costa Occidental, La desembocadura del río Uncín
es también especialmente bella, con sus marismas de juncos, espadañas y otras especies acuáticas de flora y fauna


Campos de Las Tarronas, La Sabina, La Finca Carola y La Güerta d'Arriba, bajo Casa Mariño. Realmente el Camino, que por aquí recuperamos sin duda en su trazado original pues hay restos de una antigua venta con capilla, la de La Magdalena que da nombre al lugar, así como un puente antiguo, no pasa por la playa, sino que atraviesa el valle un poco más al interior, entre la citada capilla, que también vamos a ver, y los citados aparcamientos. No obstante nosotros recomendaremos modestamente realizar un muy corto rodeo para recorrer la playa por su paseo, pues bien merece la pena


Desde las vegas del río que vemos aquí abajo, tan cercanas a la primera línea de costa, el Camino va a separarse ligeramente del litoral para adentrarse en Las Luiñas, el paso montañoso, tanto si se va por lo alto de la sierra, el Camín de Las Palancas o Camín de los Vaqueiros, como por la costa de Las Ballotas, el camín real costanero propiamente dicho, del que ya escribía en 1502 el noble flamenco Antoine de Lalaing en su peregrinación a Santiago


Aquí vemos el importante impacto visual de los dos viaductos de Artedo, el de la Autovía del Cantábrico y, más abajo, el inutilizado Viaducto Fantasma de la antigua N-632, que nos impiden admirar bien desde aquí El Valle la Barca, por donde viene el río Uncín, con Picu la Sierra a la derecha, también llamado Umayor o Mumayor y la Sierra de los Baos o de los Vayos (también de los Vientos) a la izquierda 


Bajo el Monte Umayor, El Ribete, por donde nos subirá nuestro Camino desde la playa y el valle, tras dejar las orillas del Uncín


En El Ribete el camín real, llamado La Cuesta Manín, enlaza con la carretera que sube a Lamuño o Llamuñu, la cual seguiremos desde el cruce unos pocos metros, en ascenso


Luego dejará el asfalto a la izquierda para pasar bajo los dos viaductos y continuar el itinerario a Soto de Luiña, donde hubo antaño dos hospitales de acogida de romeros, muy necesarios para emprender frescos al día siguiente las duras Ballotas o las altas Palancas, tal y como hacen los peregrinos hoy en día en el albergue de las antiguas escuelas o en otros alojamientos con solera que conoceremos al llegar allí


En El Valle de la Barca, topónimo de indudables reminiscencias barqueras de algún antiguo paso fluvial lanchero por el río Uncín, está Artedo o Artéu, con sus casas desparramadas por la veiga, así como Mumayor y San Cosme. Por allí venía a la costa otro camín real desde el interior, vía Pravia, que fue también senda de peregrinos, los cuales contaban con un hospital de Santantón cerca de Santana de Montarés, existiendo además una malatería u hospital especializado en leprosos, en Villafría


Y ahí encima tenemos la Sierra los Baos o los Bayos con su parque eólico en el Piocu'l Gallu (651 m) y La Sinxana (721 m). Más a la derecha El Picu la Braña (432 m), sobre la braña de La Rondiella o La Rundiecha o Rundiel.la (l.l = ts), braña vaqueira por excelencia, de pastores trashumantes que pasaban el invierno en las brañas costeras con sus grandes rebaños de vacas, desplazándose en verano a las de alzada, en los pasos de los puertos altos de la Cordillera Cantábrica. Dice una canción alusiva a esta y otras brañas de las inmediaciones:
Brañaseca muy seca
La Rundiel.la enverdecida
Chandepena paréz
una propia vil.la

Brañaseca estaría más a la izquierda, ahí está La Cueva'l Cuélebre, la temida serpiente alada de la mitología asturiana. al cual los vaqueiros de lanzaban adentro, para aplacarlo, un gran pan de centeno y boroña (maíz), al grito de "abre la boca culebrón, que ahí te va el boroñón", evitando de esta manera que les comiese el ganado. Hasta que un día, hartos, le arrojaron una piedra calentada al rojo vivo que el cuélebre tragó, causándole la muerte. Ahí está también La Mina, una antigua mina de barita, cuya producción salía por La Concha de Artedo


Continuamos la bajada a la playa por La Magdalena, otro de los muchos enclaves eminentemente turísticos de la costa occidental asturiana


Según el citado Diccionario Geográfico de Asturias, al pueblo de La Magdalena pertenece buena parte de la Concha de Artedo, en concreto hasta el mismo río Uncín, siendo la otra parte de Lamuño/Llamuñu. De esta ensenada escribía en el año 1900 Agustín Bravo, Roque, para la obra Asturias de Bellmunt y Canella:
"... es, por su calado y abrigo, el mejor puerto natural, acaso de toda la costa cantábrica. Su soledad y abandono son el testimonio lamentable de la ineptitud y la desidia de nuestro gobernantes"

A finales de la década de 1940, un antiguo submarino republicano, el C-6, hundido por su tripulación en el gijonés puerto de El Musel antes de la entrada de las tropas nacionales, el 30 de octubre de 1937, fue reflotado y llevado al desguace en los astilleros ferrolanos, pero dado su mal estado acabó hundiéndose en esta su última travesía, justo a 15 millas al norte de la Concha de Artedo y a gran profundidad. Este suceso, junto con el embarrancamiento del submarino italiano Lugi Torelli en Cabu Peñes en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, rescates de tripulaciones de aviones alemanes y aliados, fondeaderos improvisados, e labores de espionaje y demás historias cruzadas dieron origen a una de las leyendas más apasionantes de esta concha, la del refugio y avituallamiento de submarinos alemanes en las dos contiendas mundiales


Existen diversas versiones de esas leyendas, que no obstante, como todas, puedan tener un trasfondo de realidad, pero solo un trasfondo. Una es la del supuesto rescate de la tripulación de un submarino alemán U-Boot que había hundido su tripulación, acorralados por destructores ingleses, habiendo quien aseguraba haberlos visto, siendo llevados al aeródromo de Navia, donde sí hubo soldados alemanes rescatados, pero aviadores de un bombardero averiado de la Luftwaffe. Otra sería la de un establecimiento de avituallamiento permanente de estos submarinos, del que nunca se han hallado restos, pero no obstante sí los hubo en las cercanas ría gallega. Otra más, solamente por citar tres, amplía esta función de repostaje de submarinos alemanes a las dos guerras mundiales. Incluso se ha llegado a afirmar la existencia de ¡toda una base de los submarinos nazis en la cercana Oviñana!, siendo en realidad las instalaciones de una cetárea


Mucho se ha escrito y especulado del tema de los U-Boot de la Concha de Artedo, incluso con sonar y submarinistas, pero nunca se ha hallado nada. Un buen trabajo, premiado por el Ministerio de Defensa en 2013, es el de Félix Feito Álvarez, titulado Visitantes de otra guerra: repercusiones de la II Guerra Mundial en territorio asturiano, introduce en la sección de Los mitos el apartado de Las bases de submarinos de la Concha de Artedo y Oviñana:  




Verdaderamente la historia de la base alemana de submarinos es tan sugerente que a veces aparece, más o menos destacadamente, en artículos descriptivos, geográficos, blogs, guías, e incluso de promoción turística. No obstante de vez en cuando aparecen artículos que arrojan una luz de menos leyenda y más veracidad contrastada, como el titulado El fantasma del submarino nazi, publicado en El Comercio por Marco Menéndez el 24-8-2015:
"Calamares y pulpos gigantes, ballenas enormes y grandes remolinos que engullían cualquier buque son algunas de las leyendas habituales relacionadas con la mar. Pero en la costa occidental asturiana existe la historia del submarino alemán U-Boat que fue hundido frente a la Concha de Artedo, durante la Segunda Guerra Mundial. No se ha detectado nada ni en las distintas inmersiones realizadas por buzos de la zona ni con los sónar de los muchos pesqueros que suelen navegar por esas aguas, pero lo cierto es que son muchos los mayores que recuerdan no solo cómo fue hundido el submarino, sino que sus tripulantes, malheridos, fueron evacuados por avión desde el aeródromo de Navia 
 Lo cierto es que los investigadores no pudieron localizar dato alguno sobre este suceso. La única referencia encontrada en aguas asturianas relacionada con el conflicto mundial fue el embarrancamiento en Cabo Peñas del submarino italiano 'Luigi Torelli', en 1942, tras ser atacado por un avión aliado, si bien fue remolcado al puerto de Avilés y, luego, pudo continuar su navegación. Pero un hecho constatable es que la zona de la Concha de Artedo sí pareció ser un lugar habitual de refugio por diferentes sumergibles durante las dos guerras mundiales. 
Otra cosa son los submarinos españoles. Durante la guerra civil hay constancia de tres sumergibles del bando republicano que acabaron en el fondo del mar, aunque uno de ellos pudo ser reflotado, hundiéndose en su travesía hacia el astillero. 
Se trata de los sumergibles B-6, C-5 y C-6. Los tres habían sido enviados a defender el frente norte en aguas del Cantábrico y una de sus misiones eran tratar de hundir el temido 'Cervera'. Ninguno de los tres submarinos tuvo suerte. El B-6 fue hundido por su propia tripulación, en agosto de 1936, frente al Cabo Peñas, al verse acorralado por varios barcos enemigos y para que el navío no cayera en sus manos. En cuanto al C-5, navegaba desde Bilbao hacia Asturias cuando, en diciembre de ese mismo año, se perdió todo contacto con el buque. Pocos días después, unos pesqueros encontraron una gran mancha de aceite a más de diez millas al norte de Ribadesella. Era la prueba de su hundimiento.
El caso del C-6 es especialmente llamativo, pues se encontraba atracado en El Musel cuando Asturias estaba a punto de ser conquistada por el bando nacional. El 20 de octubre de 1937, tras un intenso bombardeo, la tripulación decidió hundir el submarino frente a las costas gijonesas, a unos cien metros de profundidad. Pero ya a finales de la década de 1940, el C-6 fue reflotado para desguazarlo en los astilleros de Ferrol. El mal estado del buque hizo que acabara hundiéndose a gran profundidad frente a unas 15 millas de la Concha de Artedo. Son las únicas constancias reales de las peripecias de submarinos frente a las costas asturianas, pero eso no quita para que todavía haya quien sueñe con encontrar el pecio del fantasma del U-Boat nazi"

Como tampoco queremos ser aguafiestas, y sabedores del interés que despierta el tema, adjuntamos también una versión más acorde con las expectativas más afines a las míticas bases de los U-Boot, que extraemos de la página del Club de Buceo Mola Mola:

" Circulan dos versiones, la primera cuenta que era un submarino de la guerra civil, que no se sabe muy bien por qué ni cómo acabó allí hundido; la segunda dice que era un submarino alemán que durante la segunda guerra mundial se refugió en la playa con tan mala suerte que chocó contra una roca y se hundió. 
Apoyando la primera versión he encontrado un foro de Historia Militar donde creen que podría ser el C-6, que fue echado a pique por su tripulación (que evacuó en el torpedero nº3), antes de la caída de Gijón. Posteriormente, fue reflotado, pero falló el remolque y volvió a hundirse. 
Otra posibilidad sería que se tratara del B-6, que emergió para enfrentarse en superficie al remolcador armado Galicia (por escasez de torpedos), cerca del cabo Peñas, fue hundido por el destructor Velasco y el remolcador armado Ciriza (además del Galicia), que llegaron en auxilio del primero; su tripulación, fue rescatada por el Velasco. 
De cualquier manera, ambos submarinos figuran como "hundidos cerca de Gijón", nadie habla de La Concha... 
Lo que sí queda claro es que la playa fue utilizada durante toda la segunda guerra mundial por submarinos alemanes para diversas funciones. Gracias a la punta del Rebeón, el cabo del margen más occidental de la Concha, la playa queda resguardada del oleaje del Cantábrico, por eso los submarinos se resguardaban allí. De hecho, los alemanes la establecieron como base de submarinos durante el conflicto. Se dice que una gran serie 500 transoceánica , fue hundida por mosquitos (pero no de los que pican), en los últimos días de la guerra del 45. Se cree que en esta base operaban 4 submarinos, debido a que tenían un acceso muy cómodo a las Azores. Incluso creo que hay un reportaje (que no encontré aún) con las fechas de hundimiento, los supervivientes, datos de que algunos se casaron aquí, las narraciones de cómo desembarcaban a por víveres en la noche, y cómo asomaban sus lomos a la luz del alba para recargar aire y bateríasAquí además cargaban níquel de unas minas próximas a Navia... en fin estos son los motivos por los que la Concha parece que fue elegida por la Kriegsmarine, como base avanzada del Cantábrico. Incluso los alemanes llegaron a hacer en Gijón un consulado para poder repatriar a los heridos. 
Otra historia que confirma la anterior y que circula entre los mayores del lugar es que durante la 2ª contienda mundial los submarinos alemanes utilizaban la playa de la Concha de Artedo para emerger por las noches, y que una vez hubo un ataque de aviación contra uno de ellos (por la descripción de los aviones podrían ser mosquitos o beaufigthers) que se sumergió muy rápido en las aguas de la Concha y no se le volvió a ver. Según ellos los aviones tiraron cohetes y bombas que levantaban columnas de agua como casas al explotar en el agua. 
Sea como sea, aún no se han encontrado sus restos, aunque su localización es más o menos conocida por algunos... o eso dicen"


Tal y como podemos comprobar, las leyendas, tanto de la flota submarina del Reich, como de los piratas, los vikingos, los vikingos, el home-marín, etc. son muy comunes en esta concha, pero también en otros lugares del litoral asturiano. Recorriendo el Camino Norte ya nos hemos encontrado con numerosos episodios relativos a la guerra mundial en el Cantábrico, cuando reales, cuando fantásticos, cuando con un poco de todo. Por ejemplo, una barcaza de la marina británica embarrancó en 1943 en San Pedro de la Ribera, a unos pocos kilómetros de aquí, según señala el investigador Alonso Iñarra



Sin duda, toda esta multitud de historias dieron pábulo a otras más fantasiosas pero tremendamente sugestivas, tantos es así que incluso hay gente que llega a enfadarse en discusiones sobre el tema



En esta foto de invierno podremos apreciar mejor las grandes charcas que se forman en la marisma situada en la anteplaya, en la frondosa vega del río Uncín, cerradas al mar por el montón de cantos, el xorragal tan característico de tantas playas del occidente asturiano


Con la resaca, buena parte de estos cantos, los más cercanos a la orilla, son arrastrados por el mar, rozando y chocando unos con otros, formando un sonoro espectáculo que retumba en este anfiteatro natural



En la Concha de Artedo existe además un cultivo controlado de algas marinas comestibles, del género palmaria, la Palmaria palmata, alga roja de propiedades nutritivas y sin apenas grasas, ideal para acompañar platos de pescados y mariscos, así como para especialidades reposteras. Otro gran aporte gastronómico pues de este litoral


No es nada extraño que esta abrigada y bien guardada ensenada llamase siempre la atención de los observadores de fondeaderos de la costa. En 1806 por ejemplo, en su Descripción y reconocimiento de la costa de Asturias, el ingeniero miliar Thomas Pascual de Maupoey escribía un informe sobre defensas costeras que decía de esta concha: 
"Artedo.- Famoso fondeadero para cualquiera navío de línea, tanto por su mucho fondo, como por lo limpio de él, se halla resguardado de todos vientos a excepción de los de parte del primer cuadrante. En esta concha se abrigan los corsarios enemigos, ejecutan sus aguadas, y se anidan para acometer a los mercantes que navegando de Oeste a Este se tienen que montar el inmediato cabo de Vidio, y en donde han ejecutado muchas presas, en las anteriores guerras. En la actualidad se está construyendo una batería provisional para dos cañones de a 24 cuyos fuegos (aunque elevados por no haber modo alguno para ponerlos más rasantes sin un grande dispendio) flanquean la concha, las aguas próximas de Cudillero, y la porción que permite la localidad del terreno, entre las islas de Reveyón, y la punta del Este de la ensenada de Olero. El destacamento que se supone en esta batería debe de vigilar por el Este de la ensenada de Cudillero, y por el Oeste de la de Olero, de San Pedro, y aun de la de Cadavedo, a pesar de que esta última, es más propia del destacamento de Luarca"

Lo cierto es que, si bien la costa estaba artillándose, siendo endémicas las guerras con Inglaterra. Holanda y Francia, y muy preocupante por entonces, aún con las guerras napoleónicas no en España pero sí muy cerca, su informe no podía ser mas descorazonador, pues añadía en sus Reflexiones:
"El Principado de Asturias, su costa, baterías quedan en tiempo de paz sin tropa alguna que pueda atender a su tranquilidad, y conservación. De aquí es, que las Justicias no pueden muchas veces, mantener su autoridad por faltarles la fuerza con que poderla sostener. En muchos puestos de la costa, se ven obligados los dependientes de rentas, a tolerar ciertos fraudes por no ser ellos suficientes para impedir estas vejaciones que tanto perjudican a la Real Hacienda. Las baterías se hallan por la misma razón al cargo de los alcaldes o jueces, los cuales debiendo mudarse anualmente resulta que al cabo de pocos años no se encuentra a quien poder hacer cargo de cualquier menoscabo que se note, y mayormente cuando las más son entregadas sin inventario ni documento que lo justifique; a esto debe añadirse que hallándose muchas de ellas abiertas por la gola los vecinos, y en particular los muchachos, atacan los cañones con piedras,  barrotes, etc... quitan el herraje de las cureñas, cierran los tragaderos de las baterías, estropean los tejados, y ejecutan cuanto daño tienen por conveniente. A fin de precaver los dos primeros puntos y captar o mover la afición de estos robustos jóvenes hacia la carrera de las armas; sería muy conveniente el que en tiempo de paz permaneciese a lo menos un batallón o regimiento en la capital"

No podemos olvidar que, secularmente hasta fechas históricamente recientes, las rutas marítimas del Cantábrico, pese a sus galernas, bajíos y otros peligros, fueron más rápidas y rentables que las terrestres, y durante siglos incluso más seguras, de ahí viene la gran cantidad de castros costeros existentes y que muchos puertos, hoy exclusivamente pesqueros, fueron también comerciales, mineros e industriales, incluso hasta muy avanzado el siglo XX


El mismo castro de La Cavada es una buena muestra de ello. Pendiente de excavaciones, se sabe de su aparato defensivo con los fosos de El Carreiru los Moros, mayor incluso que el dedicado a hábitat poblacional propiamente dicho, pese a valerse del propio cantil como defensa natural, señal de lo disputado que podría haber sido este estratégico enclave, del que cuentan Hernán del Frade y Rubén Figaredo en Marinos, puertos y barcos de la antigua Asturias:
"Concha de Artedo

En sus proximidades de encuentra el castro de La Cavona, en la punta que separa las playas de Oleiros y Artedo, en la margen occidental

Posiblemente este sea uno de los fondeaderos más seguros de la costa asturiana. Protegida por el cabo Vidío en primera instancia, y la punta Austera, en segunda, la Concha de Artedo posee una orientación al noroeste, que la hace ideal para ser abordada en cualquier condición de mar, máxime cuando las barras de las rías hace tiempo que están cerradas. Reflejo de sus óptimas condiciones fue el proyecto de Madoz de establecer en ella un puerto comercial"

Muy interesante es que, tanto por los caminos del mar como de la tierra, llegó la romanización, según abundan en ello estos autores:
"En sus cercanías la romanización hubo de ser intensa, si nos fijamos en topónimos de inequívoco origen romano como Salamir, Oviñana, Novellana o Beldréu, procedentes de nombres de los posibles posesores Salamirus, Albinus, Novelius y Balde-Redus. Estos topónimos se distribuyen siguiendo el trazado ideal de la vía costera, por lo que estas posibles villae irán floreciendo con el tránsito de mercancías, siendo la razón de su ubicación la proximidad a las redes de distribución comercial"

Hernán y Rubén extienden este estudio también a los valles interiores y a las vías terrestres y fluviales:
"Otros topónimos de posible origen romano en la zona son los de Villazaín, Villeirín y Llendepín, que tendrían su origen en los nombres de Satinus, Airinus y Pinius. Hemos de tener en cuenta que habría de existir un tráfico comercial ende la zona de Luiña, procedente en última instancia de la zona del río Llantero, en torno al cual se encuentran varios topónimos romanos, como Sierrajubín, Arcallana o La Mafalla, que procederían de Iovannus, Arcadius y Mafalda"

Según avanzamos y los vamos viendo en toda su extensión, resalta más el impacto de los dos viaductos hechos con tan escaso tiempo de diferencia en lo relativo a la duración que se estima para estas megaestructuras, lo que muestra a las claras un evidente fallo de previsiones


Al menos, uno de ellos cumple su buena función, el de la autovía, el otro ni la tiene ni se le espera, y su desmontaje se dice inasumible económicamente (una voladura podría afectar al otro, además de al valle, con el río y camping que tiene debajo, así como a las cercanas casas de El Ribete


En Las Luiñas, la pesca fluvial era un complemento de la casería tradicional. El río Uncín por ejemplo era apreciado por sus truchas, que solían ser para consumo interno


Dentro de Las Luiñas, que aquí comienzan, únicamente en Artedo y Oviñana había pescadores que tenían esta por su profesión, siendo sus capturas comercializadas en los puertos de Cudillero/Cuideiru y Avilés, según datos del investigador Ángel Ardura Parrondo


Bajando pasamos al pie de los Apartamentos Bellavista. Ejemplo de la especialización turística de estas aldeas que fueron de campesinos y pescadores hasta bien avanzado el siglo XX


Ahora el Camino va a hacer aquí un giro completo a la izquierda: atentos pues van a salir, en la curva, diversos ramales


El primer camino a la derecha es claramente particular y la entrada a una quinta: La Torre, plantada de árboles notables. A su izquierda hay uno que baja directamente desde aquí a la playa, todo recto (el de la señal de prohibido el paso a vehículos). Pero nosotros vamos a proponer seguir de momento el camino oficial hasta el valle, pues hay varios lugares muy vinculados al pueblo y al Camino que estimamos oportuno conocer


Vamos pues a seguir los mojones camineros jacobitas, los monolitos del Camino


Este presenta una flecha roja. Verdaderamente, según normativa existente al respecto, solo las amarillas son propiamente las de los caminos de  Santiago, por lo que es posible que, o bien lo puso alguien con buena intención para evitar extravíos, o bien está marcando otra ruta, que aquí puede coincidir pero más adelante divergir. Estemos atentos a estos casos también


Caminando ahora en dirección sur tendremos otra maravillosa vista del valle del río Uncín, que forma un gran pasillo natural entre el mar y la montaña, los pasos de las brañas vaqueiras, que comunican con los valles del interior y sus poblaciones, así como, más al sur, con los puertos de la Cordillera Cantábrica hacia la meseta 


El valle del río Uncín, que va a la playa oculto por la frondosa vegetación ribereña, el cual nace al sur, en las montañas brañeiras, a unos 600 metros de altitud, donde se unen para darle origen los regueiros de Busfríu, Llendepín y La Bordinga, todo ello nombres además de brañas vaqueiras en la Sierra del Pumar o de los Vientos. Sus 12 kilómetros de largo discurren enteramente por esta parroquia de Samartín o San Martín de Luiña y le hacen el segundo en importancia de este concejo


Es el llamado Valle de la Barca, se dice que porque antiguamente era navegable cuando la pleamar llegaba hasta muy tierra adentro, existiendo vestigios de que así era, como los postes para amarrar las barcas de los pescadores. Con fuertes intereses en la zona, la misma Iglesia, en el siglo XVIII, intentó aplicar al pescado los diezmos correspondientes, al igual que hacía con otras mercancías, pero fracasó en el pleito interpuesto para conseguirlos


Aquí cerca, a la izquierda de la foto, la antigua escuela, hoy en desuso desde que, allá por la década de 1970, comenzó la concentración escolar. En su momento se planteó la idea de habilitarla, como otras, para albergue de peregrinos, pues el camino pasa a su lado, bajando al valle, La Veiga, zona llana en las orillas del río, en lo que sería antaño la zona inundable


Y al otro lado del valle, otra muy buena vista de El Ribete, por donde vemos el Camino subir, procedente de la orilla del río Uncín, para luego cruzar la carretera a Lamuño/Llamuñu y pasar bajo los dos viaductos


Allí, en el mismo cruce con la carretera está la sede de Astur E-Bikes, la del medio de un grupo de tres casitas en medio de la foto, donde alquilan bicicletas de montaña y realizan rutas, como la del Camino Norte. De especial interés sin duda para los bicigrinos...


No nos cansamos tampoco de contemplar las sierras de Los Baos y El Pumar, las de los  vaqueiros y sus brañas, algunas ya mencionadas y otras por mencionar, Gallineiru, Teixidiellu, Folgueirúa, La Puerca, Los Gayuelos... son excelentes atalayas sobre la costa


No fueron nunca fáciles las relaciones de los vaqueiros con sus vecinos marnuatos, campesinos costeros, ni xaldos, aldeanos del interior no vaqueiros. Los dos modos de vida, nómada y sedentario, se contraponían y no parecían complementarse, lo que daba origen a graves agravios, ofensas y desencuentros. Ángel Ardura Parrondo, en su libro El valle de Las Luiñas de Cudillero en el Camino de Santiago, escribe de ello y de los tan discutidos orígenes de los vaqueiros, especializados en unas actividades y trabajos que condicionaron su manera de vivir y su mismo pensamiento y actitud ante la vida, que chocaba con la de sus vecinos no vaqueiros:
"La mayor parte de la población denominada vaqueira perteneciente a Las Luiñas se situaba en las brañas que dependen de la parroquia de San Martín, en el desfiladero que en forma de cañada natrual propicia el tránsito para el paso del ganado entre San Martín y Brieves, lo que facilitaba la comunicación de los de la marina con los del interior, al que llevaban su ganado buscando los pastos del valle de Laciana en la época estival. Eran las brañas de La Bordinga, La Puerca, Llendepín , Orderías, La Rondiella, Tejediello, Brañasecam Busfrío, Cipiello, Folguerúa, Gallinero y Gayuelos pertenecientes a la parroquia de San Martín. Resiellas a Novellana, y Resillinas a Ballota

(,,,) es probable que la migración vaqueira llegara a Las Luiñas a través del eje Muías-San Martín buscando los espacios abiertos despoblados. Los vaqueiros ocuparían estas tierras a irían avanzando hasta llegar a las faldas de las colinas de la costa, donde los agricultores acaparaban las tierras cultas de la rasa

Los vaqueiros, una vez incluidos administrativamente en las parroquias de la marina, estarían  a un nivel social inferior a los pecheros aldeanos, formando un figurado cuarto estamento por debajo del Estado llano"

Por encima de los habituales mitos de los orígenes de los vaqueiros, Ángel Ardura, basándose en estudios de otros investigadores como María Cátedra Tomás y Adolfo García Martínez, ve el origen de los vaqueiros tal y como los conocemos, allá por la centuria del 1600 y debido a la confluencia de diversos factores que no nos es fácil resumir, un cierto aislamiento grupal y territorial, y una cierta, o importante, ausencia de influencia administrativa-eclesiástica (entonces muy importante) sobre ellos, con una cierta paganización incluso, pero tenían la protección de casas principales, dueños de la tierra, a los que pagaban la renta con sus productos, como manteca, entonces también muy relevantes, prácticamente una moneda de cambio

Y de esta forma explicaba, en la temprana fecha de 1806, su aparición como grupo social el historiador Juan Antonio de Bances y Valdés, cuando aún esto era Pravia:

"...las brañas son agostaderos en las cumbres de las tierras donde pastan los ganados en el verano desde San Miguel de mayo hasta el de septiembre. Se llaman morteras u majadas. En las que están en la marina hay poblaciones que poco tiempo hace eran sólo chozas pajizas y en el día de hoy quasi todas de tejado. Se distinguen de los demás en el vestido y en su dialecto.

Las brañas en Asturias, pero sobre todo en Pravia, están incorporadas en las casas principales. Decía un curioso que cuando se poblaron la protección delos magnates y en los baldíos de los pueblos, que los nuevos colonos les gratificaban a estos señores con libras de manteca y con el tiempo se redujo a renta fija..."


En el Camino Norte, ya habríamos tenido contacto con lo vaqueiro en El Cueplu y Anzu, en Castrillón, antiguos asentamientos trashumantes, pero ahora nos adentramos plenamente en El país de la brañas, que abarcará también los concejos de Valdés y Navia en esta senda costera, donde está más viva aún la cultura vaqueira


Una vieja caseta de ladrillos está justo en medio de la curva del camino que atraviesa La Magdalena, parece una antigua caseta de aperos, mirando justo para la rampa que baja a la ribera


En nuestros días una concha amarilla ha sido puesta en su enladrillado muro, confirmando el Camino a seguir: El Camín Real


Caminando en llano, pasamos entre las casas y el hórreo, que es otro buen mirador sobre la playa y el valle. En Casa Agapito se dice hubo antaño parada de postas para la carrilana, la diligencia o carruaje de línea regular


La carrilana, de la que se dice tenía cinco caballos, entraría en servicio en el siglo XVIII, cuando se acondicionó el milenario, o varias veces milenario, camín real. Asimismo también pasará a prestar servicio en la Carretera de la Costa, que lo sustituyó 


El montón de cantos, arrastrados durante siglos por las corrientes del mar, forma una presa natural que separa la playa de la marisma. Antaño no debió ser así y el Cantábrico, sobre todo en pleamares, formaría un estuario, obligado de cruzar en barca, de ahí el nombre del valle, Valle de la Barca. Más adelante se haría un puente, que veremos antes de subir a El Ribete


La mayor parte de los hórreos y paneras de la rasa costera presentan mandiles o faldones, de tablas, cerrando el corredor pues al estar muy expuestos a los vientos lo resguarda más. A veces los tienen por los cuatro lados, a veces solo por uno, por dos, o por tres, como es este el caso


Otra de las tentativas dieciochescas para construir aquí un gran puerto vino como consecuencia de la Revolución Industrial y la explotación del carbón. Allá por 1770 el Departamento Marítimo de Ferrol, deseoso de no depender del carbón inglés para su arsenal, mostró su interés por este puerto natural para realizar unas infraestructuras portuarias que, aunque también fue desestimado, ocupó la atención del ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos, quien escribe en sus Diarios:
"... la boca de la Concha de Artedo tiene de oriente a poniente un diámetro de más de dos mil varas castellanas y el proyecto de un puerto hecho por el ingeniero Puente se reducía a dos grandes malecones sacados de los extremos al centro, y un luneto para cerrar la entrada interior, dejándola dos laterales. El presupuesto de las obras, según unos, de ochenta y seis millones. Pero yo no apruebo tan enormes gastos. El comercio no se adelanta con grandes gastos. El comercio no se adelanta con grandes sino con muchos puertos..."

Uno de los grandes problemas de hacer de este un pueblo y puerto carbonero eran que, en infraestructuras viarias para traer el carbón hasta aquí, habría que partir de cero, existiendo una abrupta orografía y siendo la distancia desde las cuencas mineras muy considerable para la época. Se optó por hacer del Nalón un río navegable pero al ponerse en marcha la idea esta fracasó estrepitosamente. Al final se haría una carretera carbonera, pero no hacia aquí, sino hacia el muelle gijonés, pero no sería hasta 1844, perdiéndose en ello bastantes décadas


Dejando ya estas primeras casa aquí lo llano da paso al tramo final de bajada hacia la ermita y el valle. Ahora vemos sobre nosotros toda la gran extensión de los famosos Viaductos de Artedo


Y de frente una antigua casona con un hórreo con su mandil


Atrás quedan las primeras casas de La Magdalena, alrededor de la curva en plena cuesta. Destaca en medio el edificio de los apartamentos


Y a su izquierda, entre los árboles, el edificio de La Torre, con su corredor en la planta alta. Es del año 1902 y fue primeramente colegio, siendo después reformada. En primer término vemos el hórreo-mirador, con su lado oeste mostrando el clásico corredor de baranda, más abierto que los costados cerrados por mandiles


Ladera abajo Los Campones, prados de pastizal, y La Pumarada, buena pumarada de manzana de sidra. Este valle abierto es propicio para los cultivos agrícolas y la crianza de ganado, de ahí su aprecio por los vaqueiros para asentarse, aunque fuera en las brañas de las montañas cercanas pues, pese a su altitud, su clima es mucho más benigno, dada su proximidad a la costa, que las nevadas brañas de alzada en los puertos de la cordillera, inhabitables en invierno


El fracaso de los proyectos portuarios, y posteriormente de los nucleares, preservó sin embargo este mágico lugar. Aún a mediados del siglo XIX pareció querer retomarse la idea de un puerto en Artedo, pero tras la Carretera Carbonera el Ferrocarril de Langreo asentaría a Gijón/Xixón, la villa de Jovellanos, como el gran puerto asturiano, construyéndose uno nuevo en El Musel


Avilés se constituyó también como gran puerto, y aunque San Esteban lo fue, con la llegada del Ferrocarril Vasco-Asturiano, no pudo competir, desapareciendo como tal puerto comercial-industrial en 1980.Ya antes habían dejado de serlo otros, Cudillero/Cuideiru, Tapia, Luarca/L.luarca, etc. solo por citar algunos del occidente, centrándose preferentemente en la pesca. Más allá, ya hasta Ribadeo en Galicia no hay ya grandes puertos de mercancías, aduana, etc.


El hórreo junto al que pasamos ahora se construyó, o reconstruyó, en el año 1934. Sin duda antes habría bastantes más. Es de los que tienen abajo bodega, empleada normalmente como almacén de aperos pero que puede tener otras muchas funciones, cuadra, gallinero, llagar, cochera, taller, etc.


La fecha la vemos precisamente sobre el portón de la bodega, mirando al Camino. Las iniciales M A suelen ser las del dueño


Y aquí está la casona, que, aunque reformada, tuvo que ser principal a tenor de su estructura, grande dos pisos, escalera de piedra, buhardilla y buena chimenea


En la fachada se conserva, muy deteriorado, el viejo azulejo que dice LA MADALENA CONCEJO de CUDILLERO


El siguiente edificio el de la antigua escuela, al que antes ya nos referíamos


Es uno de esos edificios-tipo, prácticamente clónicos, que se extendieron como modelo de escuela rural por todos los pueblos en la década de 1950, por lo que sin duda antes de este existiría otro mucho más viejo aún, quizás desaparecido, o se daban clases en una casa particular o en algún lugar de las cercanías. Era la llamada escuela unitaria, donde acudían juntos escolinos de los diferentes cursos y edades, un plan escolar que se abandonó a partir de 1970 por la concentración escolar, en un proceso que fue gestándose paulatinamente


La historia de la escuela rural unitaria y reglada puede decirse que empieza con la Ley Moyano de 1858 y abarca hasta la Ley General de Educación de 1970. A partir de entonces solamente sobrevivieron algunas con suficientes alumnos y normalmente para cursos de preescolar. Los edificios, que eran muchos, sirvieron posteriormente con sedes vecinales, clubes sociales, vivienda, e incluso albergue. Otros, como parece ser este el caso, yacen abandonados y en desuso. Arriba solía tener el maestro su casa


Pasada la escuela, un viejo muro de piedra cierra la finca de otra grande y buena casona... por eso se llama precisamente así: La Casona


Es de planta cuadrada abuhardillada con tejado a cuatro aguas y un pequeño anexo a manera de caseta-almacén de aperos. Delata notable antigüedad y es sin duda de los tiempos del gran trasiego de gentes por este camín real


Precisamente mirando al Camino tiene un buen zaguán, portalón o antoxana, que sería en tiempos un muy buen espacio de socialización. Parecería incluso una antigua venta, pero la noticia de la existencia de una la tenemos en realidad más abajo, al lado de la capilla, por donde enseguida pasaremos


Este espacio de socialización se incrementaría con la existencia enfrente, a nuestra izquierda, de un lavadero público con su correspondiente fuente, donde se juntaría toda la vecindad, principalmente mujeres y niños, a hacer la colada o a coger el agua para llevar a casa


No es muy grande pero su estructura es bastante llamativa, con una buena entrada con arco semejante al llamado de carpanel. Arriba hay un cimborrio acristalado, que nos recuerda a los de algunas iglesias, que arroja más luz al interior


Antiguamente se iba a por agua monte arriba, a La Fontina, por lo que construir esta fuente aquí constituyó un gran ahorro de tiempo y esfuerzo


Esta es la parte interior: además de bien iluminado por la luz natural de la entrada lo es por la cubierta. Hay lavadero propiamente dicho y esclaraderu. Se decía de estas construcciones que eran "el periódico de los pueblos", pues aquí circulaban las noticias, contándoselas de unos a otros...


Otra fuente importante era antaño la de Las Vaqueiras, donde paraban estas cuando bajaban de las brañas al camín real


Y aquí tenemos la fuente y el bebederu, secos, pese a tener caño y grifo


La fecha es de 1958, una década posterior al que vimos en El Rellayu. Ya no tardaría demasiado en llegar el agua corriente a cada casa, siendo abandonado el continuo deambular hacia la fuente


Las iniciales talvez respondan a las del nombre de algún constructor o patrocinador, pero a ciencia cierta no lo sabemos


Tanto en el lavadero como en el zaguán del caserón más de un peregrino buscó cobijo de alguna granizada o aguacero, esperando amainase


El Camino, hormigonado, sigue la bajada al valle


Al pasar, en la fachada sur de La Casona, una galería tal vez cierre un antiguo corredor. La extensión de la industria del vidrio propició esta solución para integrar térmicamente estos espacios dentro de la vivienda. Abajo se adivina un portalón con columna


Más abajo, pasado el muro de la finca de La Casona, empieza ya el tramo final de la bajada por El Camín Real


Los "Dos Viaductos de Artedo", siempre a la vista dominando el valle


Junto a la casa, una pequeña explanada aprovecha el terreno de la ladera, allanando un pequeño espacio


Aquí hubo un hórreo o panera, se ven pegollos, bodega, pegolleras y parte de la estructura inferior, como los trabes o vigas que sostienen la estructura. Realmente y en contra de la creencia extendida, el número de pegollos 


Luego un cobertizo a manera de cochera es nuestra siguiente referencia caminera


Siguiendo el artístico cierre de El Rinconín llegamos a esta bifurcación, en la que seguiremos bajando, a la derecha


El suelo hormigonado es mejor en estas cuestas que el asfalto, más lisos y propicio a resbalones, sobre todo para el ganado y las caballerías


En la portilla, el nombre del lugar: El Rinconín


Un pequeño rincón desde el que se domina bien La Veiga, la vega del río Uncín atravesada por el Camino de este a oeste


Ahora una curva un tanto cerrada a la derecha, para seguir perdiendo altura


En la bajada final, Villa Begoña, también dando vista al valle y veiga, así como las plantaciones de eucaliptos en la ladera opuesta


A la derecha otra de las entradas, el portón principal, de El Rinconín


Y por allí va el camino a la playa, que es el que habremos de seguir si deseamos visitarla


Pasamos de esta manera el portón de Villa Begoña...


Y bordeamos toda la tapia que cierra su finca


Ya acabando el largo descenso desde El Rellayu, llegamos al solar de la capilla de La Magdalena, que da nombre al barrio o lugar


Reconocemos la capilla por la pequeña espadaña de su campanario. Está integrada en una quintana con hórreo y vivienda, Casa Macanas, que, al otro lado, mira al camino de la playa. En su fachada principal una inscripción dice "iglesia de silio", es decir, de asilo, para perseguidos por la justicia, que según la ley vigente por entonces podía acogerse a su inviolabilidad sagrada, un privilegio con el que contaban algunos templos antes de las reformas liberales del siglo XIX


Al lado de la capilla había una venta, llamada Casa Pepa, de la que se sabe, por datos de 1814, que la estancia de tres personas y dos caballerías costaba por entonces 16v reales. Los peregrinos, como los transeúntes más pobres, solían por ello eludirlas, buscando los hospitales de acogida caritativa a ellos destinados, como los de Soto de Luiña, muy cerca ya de aquí, al otro lado de aquellos boscosos montes de El Ribete y Mumayor


Ángel Ardura Parrondo, en su citado libro dedicado a Las Luiñas en el Camino de Santiago, nos dice que en el siglo XVIII la administración de la capilla estaba a cargo de dos excusadores, siendo uno de ellos además vicario en ella del párroco de Samartín, con obligación de decir misa aquí todos los domingos y festivos, además de confesar a los vecinos, dentro de la jurisdicción parroquial de San Martín de Luiña:
"Tenía esta capilla un beneficio simple que consistía en que todos los frutos de los diezmos del lugar y del Rellayo (zona próxima  situada al oriente de la misma) pertenecían a D. Clemente de la Bárcena y Mier, a finales del siglo XVII, cura de La Magdalena del Poo del concejo de Cabrales, pariente del que lo había sido de Soto de Luiña. Después que quedó vacante el beneficio, pasaría al párroco de San Martín"

A La Magdalena de Artedo dedica este escrito Antonio Parra, narrando una de sus visitas e impresiones al santuario. publicado en La Nueva España el 28 de julio de 2021:
"Santa María Magdalena, ora pro nobis. 
Bajé a la Magdalena cuesta abajo del bello valle que se reclina en la cuesta del mismo nombre. Cerradas las puertas de roble de la iglesia de Magdalena en la incomparable bahía de la Concha Artedo, intacta la espadaña y en el dintel el letrero indicando su carácter de iglesia de antana, derecho de asilo, dentro no me podrán echar mano los corchetes que andan por la red, esos sabuesos que nos indagan a los que somos políticamente incorrectos porque este lugar era un lugar sagrado para los que huían de la justicia. 
Fue muy concurrida en el Medievo, llegaban romeros que atravesaban el valle de las Luiñas, y en medio del silencio sin fiesta recojo uno párrafos del libro de George Barrow, aquel itinerante inglés que vino a España a vender biblias: “Hube de pasar la ría en barca y luego trepar por una pina cuesta que los naturales llaman caleya”. 
Debió de tener en aquel lugar una fiesta de prau que marcaba el cenit de los veranos asturianos. Y a mi memoria llegan los sones de tambor y gaita. Junto con el grito del ijujú al acabar la danza prima. En los años 80 yo bajaba a misa a esta ermita recoleta donde había una tribuna consistente y un armonium. Repican igualmente las campanas en mi memoria. 
Santa María Magdalena, ora pro nobis. La devoción a esta santa pecadora que ungió con sus lágrimas y sus cabellos los pies del Salvador en casa de Simón el Leproso ocasionando la rechifla y la indignación del fariseo, a lo cual replicó Jesús con la frase que ha sido el código de conducta de las que venden su cuerpo por dinero y a cambio dan amor. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. La fiesta de la Magdalena es un solemne día de tolerancia y perdón. 
En mis tiempos de Inglaterra yo iba con frecuencia al Magdalene College, dedicado a su memoria y uno de los colegios más famosos de la erudita Oxford, en cuyo campanil se exhibe el reloj de Fairfax con su Papamoscas. La liturgia de la Iglesia romana dedica a esta santa que debió de ser una hebrea bellísima y a la cual los pintores de todos los tiempos, Rembrandt, Velázquez, Van Dick, pintan rubia y al pie de la iglesia de asilo, que no sé si pertenece ya al obispo de Oviedo (fue rectoral en antiguos tiempos), con una pequeña huerta donde crecía el niso y el limonero, canto a media voz para que no me oigan los bañistas que huelgan en el estero de la playa de Artedo aquel himno que transcribo de las páginas sobadas de mi viejo breviario:

Pater supernae luiminis

Cum Magdalena respicis

Flammas amoris excitas

Geluque solvis pectoris

Amore currit saucua

Pedes beatos ungere

Lavare fletu

Comis et ore lambere

Adstare no time cruel

Sepulchro inhaeret anxia

Truces non horret milites

Pellit timorem charitas

Maria castis osculis

Lambit Dei vestigia

Fletu rigat, tergit comis

Detersa nardo perlinit

Deo patri sit gloria

Ejusque soli filio

Cum Spiritu Sanctu

Nunc et per omnia saecula

TRADUCCCIÓN

Padre de la luz de lo alto

Cuando miras a Magdalena

Enciendes llamas de amor

Y derrites el hielo

Del odio que anida en el corazón

Ella corrió llena de amor

A lavarle los pies y ungirle para el sepulcro

Lamiéndolos con su llanto

Los cabellos

Barrunta ya las ansias del sepulcro

No teme a los esbirros

Su amor vence al miedo

De los soldados

María con sus besos castos

Lame los calcaños de Dios

Regándolos con su llanto

Echándolos con el pelo

Y los unta de linimento de nardo

Gloria al Padre y al Hijo

y al Espíritu Santo

Ahora y por el universo de los siglos

Amén 

Sintiendo la soledad en que ha quedado la iglesia semiabandonada en este augusto valle sin repiques de campanas pero con su espadaña todavía enhiesta me apena que un obispo romano desconozca la dulzura y grandeza de sentimientos que solo pueden expresarse en latín, suprimiendo el rito secular en que rezaron los cristianos a lo largo de las épocas. Otras lenguas carecen de la delicadeza para decirlo tan alto y claro. El Redentor viene a anunciar a los pecadores que nos salvará solo el amor. Amor omnia vincit. Sancta Maria Magdalena, ora pro nobis. Su sagrado pediluvio nos libre de nuestra culpa"


Efectivamente, este bello campo, el de Los Praos de la Capilla fue sin duda escenario de aquellas romerías de antaño, tan bien descritas por Antonio Parra. Y también, posiblemente, del pastar de caballos y mulas de las recuas de arrieros, o de otros caminantes y viajeros, a lo largo de los siglos.


Efectivamente, de "región muy agreste, pero muy pintoresca" calificó estos parajes el viajero y filólogo políglota, trotamundos, estudioso, escritor y divulgador protestante inglés George Borrow cuando los atravesaba, viniendo de Galicia, en el otoño de 1837, viniendo de Galicia y tras recorrer el duro camino de Las Ballotas, llegando al anochecer a una  "escarpada montaña, a la que se subía por un camino de herradura, a través de un bosque de altísimos árboles" (¿la cuesta de La Madalena a Santana de Montarés?), llegando ya avanzada la noche a Muros de Nalón con la lluvia arreciando, donde ya hemos hablado de su posada en El Mesón de Muros y su novelesca historia de los espías rusos en la entrada de blog dedicada a esta población, que ya hemos dejado atrás


El camín real sigue de frente, cruzando la carretera a la playa hacia La Ponte la Madalena por los prados de El Fucicu Blancu bajo el gran paredón de eucaliptos de El Dosal. Muy posiblemente, si esta vega se inundaba antaño y formaba ría, habría de ser cruzada en lancha para bien ser. Más tarde, con la vega ya desecada, se haría un puente tal vez sucesor del que veremos más adelante, en el cruce del río


Enfrente veremos el mojón que nos indica ir hacia ese vado del río Uncín, pero nosotros vamos a aconsejar, haciendo un muy corto desvío como hemos dicho, realizar un pequeño rodeo, pues merece la pena conocer y recorrer la playa por su paseo: por ello proponemos ir a la derecha, acercarnos a la playa, cruzar el río por la mencionada pasarela de su desembocadura, frente a Casa Miguel, y retomar al otro lado el trayecto señalizado oficialmente del Camino Norte, unos pocos metros más allá


No somos en principio de varias mucho el recorrido oficial de la señalización jacobita, pues se supone es la histórica o al menos la más aproximada a la misma, pero en caso como este sí, pues vemos el corto tramo hasta el puente sobre el río, junto al que vamos a pasar posteriormente, y vamos a pasearnos por esta bellísima, pintoresca e histórica playa, o ribera...


El camino, antes empedrado y llamado El Camín de la Quintana es aquí llano y está adoquinado, evitando que los vehículos tomen gran velocidad, pues la playa es muy frecuentada en verano, aunque también en festivos y fines de semana de buen tiempo de otras estaciones. Hay rutas senderistas costeras, buen paisaje y recomendable gastronomía


A nuestra izquierda, entre el camino de la playa y la orilla del río, se extienden los aparcamientos playeros en El Prau Llanu. Esta foto es una mañana temprano del mes de julio en día por semana. Pese a que hay sol aún se ven pocos coches. Según avanza el día irá llenándose, a veces muy rápidamente


A partir del aparcamiento está prohibido del paso de vehículos, salvo los de los residentes en un par de casas en las inmediaciones de la playa, así como por supuesto servicios de mantenimiento, salvamentos y similares


En verano, cuando están presentes estos servicios de salvamentos y otros complementos playeros, puede ser una buena oportunidad para darnos un chapuzón con las máximas garantías


De frente, La Casina, bajo la ladera que baja desde la parte alta de La Magdalena, por donde hemos venido


A la izquierda, las marismas, con su vegetación ribereña, predominando las espadañas: El Barreirón


Hay algún barco para sentarse y papeleras


Por aquella pendiente, baja directamente a la playa la rampa que vimos en la primera curva del Camino, luego del Bellavista


Ya al fondo empezamos a ver la playa...


En concreto es un pequeño aparcamiento y el montó de cantos apilados que cierra la ribera de manera natural


A la derecha hay un grupo de casas, justo a pie de playa, cada una con su terreno


Pasamos los aparcamientos y ya vamos viendo el xorragal o apilamiento de cantos en toda su extensión


Siempre es conveniente detenerse un instante ante algún panel informativo, siempre suelen encontrarse noticias o recomendaciones importantes en ellos


De mano, una foto aérea dela playa con sus iconos se servicios y, muy importante, la zona de baños


La Bandera Azul, algo que todos hemos oído alguna vez como ejemplo de calidad de una playa, pero que no siempre sabemos exactamente lo que es y cuándo, dónde y porqué se concede. Extraemos por ejemplo esta información de la Wikipedia
"La Bandera Azul es un galardón que otorga anualmente desde 1987 la Fundación Europea de Educación Ambiental a las playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales e instalaciones. En el jurado participan además las Agencias de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA-UNEP) y para el Turismo (OMT), así como la Federación Internacional de Salvamento y Socorrismo (ILSE); la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) de la UE; la Unión Europea para la Conservación de las Costas (EUCC) (Coastal & Marine Union); la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN); un experto en Educación Ambiental y el Consejo Internacional de Asociaciones de la Industria Portuaria (ICOMIA).1​ Los criterios para obtener la bandera azul se dividen en cuatro áreas fundamentales: Calidad de las aguas de baño, Información y Educación ambiental, Gestión ambiental y Seguridad, Servicios e Instalaciones. 
La condición de Bandera Azul es concedida a las playas en más de veinte países de Europa, cuatro de Oriente próximo, uno de Asia Oriental, tres de África, ocho de América y uno de Oceanía. Para la concesión del distintivo Bandera Azul se exige el cumplimiento de normas sobre la calidad del agua, la seguridad, la prestación de servicios generales y la ordenación del medio ambiente"

Más señalización playera, de aparcamientos y otros lugares y dependencias de la ribera. Tal y como hemos dicho, el aspecto actual de la misma obedece a las intervenciones efectuadas en el año 1999


Dejamos pues la explanada adoquinada del parking y nos disponemos a pasar sobre el xorragal de cantos rodados, piedras sueltas, más o menos menudas, redondeadas por la erosión


Toda esta montaña alomada de cantos es llamada El Bocal



Y ya vamos admirando in situ esta espectacular ribera con los acantilados de los alargados cabos que la cierran a ambos lados. Los cantos son muy claros, la mayor parte casi blancos, reflejando una gran luminosidad al sol. Así la describen en la Guía de las playas de Asturias de la Gran Enciclopedia Asturiana:
"Posiblemente esta sea la playa más conocida y concurrida del concejo de Cudillero. Formada por cantos rodados en pleamar, se convierte en un gran arenal durante la bajamar. Como indica su nombre es una playa aconchada; tiene una gran extensión, muy buen acceso rodado y es bastante segura para el baño, en determinados días, por la ausencia de corrientes. Se le ha otorgado la Bandera Azul por sus excelentes servicios"

Al oeste seguimos viendo el gran promontorio castreño de La Cavona, que se prolonga hasta El Cabu y La Punta Austera. Otra buena definición, buscando la truncada historia portuaria de la ribera, es la de Belén Menéndez Solar en su Guía completa de las playas de Asturias:
"... D. Pacual Madoz, en su Diccionario Geográfico-Estadístico de España hacía referencia a la Concha de Artedo como un lugar privilegiado para la construcción de uno de los mejores puertos del norte de España y señalaba: "... la playa es una de las más limpias, protegidas y amplias de Asturias"

A la derecha, al este, cierra la playa la Punta San Cayetano, también llamada Punta del Cerrón o del Zarrón, que hasta ahora aún no habíamos podido ver. Hay asimismo un saliente conocido como El Órrio, con la roca de El Orrín, Ahí están también las peñas y acantilados de La Castañal, en el lugar conocido tradicionalmente como Mar de la Madalena, donde hay una pequeña gruta denominada Cueva Panes y un sarréu o pedregal ribereño, La Olla. Aquí era además donde se hicieron algunos barcos, que dando mucho tiempo los restos de uno de ellos, El Barcu Mingón, según recoge Fernando Ornosa Fernández en su Toponimia de Samartín de Lluiña



Aquí está la marea subiendo, solamente se ve una franja de arena bajo la montaña de cantos blancos, en la que ahora caminamos por el paseo entablado todo en llano. La Gran Enciclopedia Asturiana, en su edición primera (1970), cuenta esto de la concha:
"Artedo, Concha de. Ensenada o concha situada cerca del pueblo del mismo nombre, en la desembocadura del río Uncín o Artedo. Decía Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico (1847): "... donde por su capacidad y suficiente fondo, pudiera construirse uno de los mejores puertos de la Cantabria, pues es el único punto que en que, en toda aquella costa, pueden anclar navíos de mayor porte; está a 1/2 leg. de Cudillero. A la entrada de la ensenada y punta del O. hay una peña ,llamada el Rebeyón. a la parte E. otra, llamada Órreo, dist. ambas de tierra como un tiro de fusil: a mayor dist. hacia el E. y cerca de Cudillero, se hallan otras tres peñas, conocidas con el nombre de Colinas, pero que no merecen siquiera el nombre de Islotes, siendo puramente unos peñascos. A todas las cubre el mar cuando las embravece, excepto la de Rebeyón, que queda un poco descubierta: a éste suelen los vec. de Oviñana llevar algunas ovejas y cabras, que no pasan de docena y media, a pastar"

 La playa del mismo nombre, en este puerto natural, es una de las más limpias, protegidas y amplias de Asturias; es de arena gruesa y parte de guijo"

A la izquierda, la tupida vegetación marismeña, humedal muy sensible ambientalmente y de especial protección. Más allá El Foxo, la ladera al pie de Lamuño/Llamuño que veíamos antes también, bajando al valle


Al sur, el bosque autóctono se extiende por La Veiga, ocultando la zona de aparcamiento. Más allá el altísimo viaducto de la autovía con sus múltiples pilares y la Sierra del Pumar


Más a la izquierda, ya al este y a nuestras espaldas, vista de La Magdalena, bajo el monte de Santa Ana de Montarés 


En el frente acantilado de Las Piniellas y La Cavona se ven bien los argayos, desprendimientos o corrimientos de tierras, provocados por la erosión, muy comunes en estas costas y que causan a veces importantes quebrantos


En el año 2013, por ejemplo uno de estos argayos cortó el acceso a la playa, por lo que hubo que aplicar soluciones de acceso alternativo. Una de las primeras intervenciones consistió en talar los eucaliptos del monte para aliviar el peso que ejercían sobre el terreno, como los de Los Regueirales, encima de la desembocadura


Allí vemos la pasarela sobre el río Uncín en su desembocadura y, más allá, tras las palmeras, Casa Miguel y su terraza sobre la ribera, otro de los pioneros del turismo en esta preciosa ensenada. Esto publica de él Pedro Madera en el artículo Con la arena en los talones, el 30-6-2017 en el diario Marca:
"Quienes busquen un chiringuito original, en plena primera línea de una playa de las que merece la pena conocer, Casa Miguel, en la Concha de Artedo, es una buena alternativa. Como buen asturiano, en su carta encontraréis un cachopo especial, además de pulpo a la asturiana, almejas a la marinera, patatas rellenas y por supuesto, fabada. Pero no deja nada que desear el arroz negro, sus buenos pescados a la espalda o una tabla de quesos espectacular que no podéis perderos. Eso sí, id con hambre porque las raciones son muy abundantes. De noche es un lugar muy especial... Hasta los más indiferentes pueden descubrir el amor al ritmo de las olas"

Esta es una foto de principios de la primavera, con marea alta y la ribera más tranquila y solitaria. En la estampa se plasma bien el intenso color azul turquesa que presentan muchas veces estas aguas: "Este idílico entrante de mar, de un idílico azul turquesa, porta la fama de ser la mejor playa del concejo, en el sentido más veraniego y turístico de la expresión", arma Luis Frechilla García en su Guía de la costa asturiana


Es un paraje ideal también para los buceadores, en el que se realizan los célebres bautizos de buceo, las primeras inmersiones, Buceo Artedo lo explica así:
"Encontrarás un arrecife de corales de agua fría, por lo que a parte de los corales, verás krill, sargos, sepias… ¡todo tipo de peces! Si tenemos suerte avistaremos algún pulpo e incluso rayas o sus huevos. También hay palmeras de mar, pólipos de varias especies… Lo más maravilloso es que la luz nos revela todos los colores que normalmente se pierden si bajásemos a grandes profundidades. ¡Es como bucear en un acuario!"

A este respecto, muy interesante es el artículo de Chano Montelongo, Los secretos sumergidos de la Costa Verde, publicado en Buceo XXI:
"El Cantábrico siempre ha sido un mar tan bravo como misterioso, capaz de albergar al mítico y reservado Kraken (el calamar gigante) como a pequeños y comunes nudibranquios como el Hipselodoris cantábrica, por ejemplo. Y si hay algún lugar que represente mejor el enigmático aspecto que le caracteriza es, sin duda, la costa asturiana, cuyos fondos marinos son unos de las más desconocidos de la geografía española"

Montelongo explica de forma muy amena las diferencias del Cantábrico con otros mares aledaños, su vecinos del gran Océano Atlántico:
"El Mar Cantábrico tiene características propias que lo diferencian de las aguas que lo delimitan, las del Atlántico gallego y las de la Bretaña francesa. Sobre todo por su temperatura, ya que de media siempre está ligeramente por encima de los mares vecinos. Además, está dominado por un complejo sistema de corrientes que se nutre de aguas cálidas subtropicales, que hacen su aparición en los meses de otoño, y de las frías provenientes de un afloramiento que surge bajo el Cabo Peñas. 
Es por esto por lo que al hablar de Asturias, de la Costa Verde como se la conoce, hay que hacerlo diferenciando claramente dos zonas: el oriente y el occidente, dos mundos tan diferentes entre sí, como extraordinarios y bellos. Desde el punto de vista del submarinismo, estamos hablando prácticamente del lugar más desconocido de la península, donde la industria del buceo es con diferencia la menos desarrollada de nuestra geografía. 
Es probable que la dureza de este mar tenga mucho que ver con esto, ya que a lo largo del año ofrece muy pocas posibilidades de practicar este deporte, en comparación al resto del litoral. De todas formas, la mejor temporada para bucear es la primavera, sobre todo el mes de junio, ya acercándose al verano, aunque hasta principios de octubre las condiciones del agua son muy buenas. 
Pero estamos hablando de uno de los mares más impredecibles que tenemos. La temperatura del agua, por regla general, es fría, y como mucho, en la época de más calor, el termómetro puede subir hasta los 20-21º C en las zonas más altas, registrándose en las cotas más bajas una media de 17-18º C, por lo que siempre es aconsejable un traje de neopreno de entre 5 y 7 milímetros como poco. Si tomamos como referencia el imponente Cabo de Peñas, hacia el oeste, en dirección a las costas gallegas, nos encontramos aguas más frías y unos fondos marinos que por su fauna y vegetación recuerdan mucho a los de la Bretaña francesa o a los de la costa del sur de Inglaterra, con enormes laminarias que pueblan completamente los fondos y dan al entorno un aspecto de verdadera jungla sumergida. Sin embargo, si nos orientamos hacia el lado contrario, hacia oriente, los fondos que recorren todo el litoral hasta el Golfo de Vizcaya, con aguas algo más cálidas y salinas, encontramos un ambiente más meridional, con flora y fauna más parecida a la que podemos ver en costas como las del sur de Portugal o en aguas atlánticas de Marruecos. Ambas zonas son muy atractivas para el buceo y para aquellos que les gusten las aguas llenas de vida, aunque a primera vista no se divise"

Y en el apartado La jungla sumergida, hace referencia a las costas del occidente asturiano y en concreto a estas:
"A lo largo de toda la costa occidental de Asturias podemos encontrar innumerables zonas de buceo repartidas por casi todos los concejos del litoral como Valdés, El Franco, Luarca, Soto del Barco y, especialmente, el de Cudillero que es uno de los que aglutina mayor número de puntos de inmersión diferentes de este sector. La infraestructura de centros de buceo en toda esta vasta área de la Costa Verde es muy escasa, por lo que los aficionados asturianos suelen acceder a estas zonas desde la costa, claro, siempre que el terreno lo permita, ya que en muchos casos sólo llegar hasta la playa supone un gran esfuerzo"

Y hablando de algunas de las mejores playas para bucear, se refiere, naturalmente, a esta:
"Otro de los lugares recomendables para bucear es la Concha de Artedo, en el Concejo de Cudillero. Es una playa de arena y cantos de piedra de gran fama por su belleza. Es una de las conchas más limpias y protegidas de toda la región. Las paredes de los dos extremos de la playa pueden bucearse, aunque sin duda, el que tiene más fama es el de la Punta Austera, el de la izquierda. Hay grandes grietas que recorrer, con paredes cubiertas de esponjas y gorgonias. Y si abandonamos unos metros la zona rocosa y nos fijamos en la arena es posible descubrir numerosas rayas, tembladeras y peces de fondo. Esta inmersión requiere embarcación, aunque también se puede salir de la playa, pero será muy difícil recorrer la totalidad de la pared si tenemos que reservar aire para volver otra vez hasta la costa"

Esta parte hacia la Punta Austera es conocida como Mar de Llamuñu. Uno de aquellos acantilados recibe el nombre de Espeñaperros por ser desde donde antiguamente se tiraban al mar los animales muertos. No había aún conceptos higiénico-sanitarios y se arrojaban desde vacas a perros y pollinos. Otro lugar similar es el de El Pasu'l Buei o La Pata'l Güei, donde dicen cayó un buey que pastaba en esos campos. Alguna versión dice que fue arando la tierra


Vamos acercándonos paso a paso a la desembocadura del río Uncín, al otro extremo de la playa, en la zona perteneciente al pueblo de Lamuño/Llamuñu, donde estuvo El Muelle Vieyu, antiguo embarcadero del mineral de las explotaciones próximas, como las de hierro de El Dosal, debajo de Lamuño/Llamuñu


Allí está la pasarela de madera que salva el río y nos pasa al otro lado, donde enlazamos con una senda costera hacia la Punta Austera. Nuestra idea es retomar el Camino Norte de Santiago, yendo a la izquierda



El suelo entablillado hace un ligero serpenteo para ganar altura hacia el puente


De frente vemos alguno de los muros de contención existentes para las fanas o argayos


Mirando ya atrás, a la Punta del Cerrón, de La Castañal o de San Cayetano, descubrimos uno de los islotes o peñascos que allí emergen 


El Furao y Las Maseras, que guardan historias de naufragios...


Siguiendo camino miramos ahora a la izquierda, de nuevo a la marisma...


El río Uncín y parte de lo que debió ser su estuario. Al otro lado y sobre la orillavemos el camino que seguiremos hacia el puente de La Veiga


Y aquí está la desembocadura. En ocasiones, algunos de los ríos que dan sus aguas al Cantábrico en estos pedregales quedan sin comunicación superficial con el mar, y aunque las aguas pasan subterráneamente, filtrándose entre cantos y arenas, su cierre puede afectar a la fauna piscícola, que como la del mar, fueron actividades seculares del vecindario


Ya hemos dicho que Artedo y Cudillero eran los puertos pesqueros por excelencia, puertos naturales, sin instalaciones especiales, solamente arribando las lanchas a la ribera. La Iglesia, con diversas posesiones y privilegios, cobraba a los pescadores del antiguo coto de Muros un preceptivo diezmo, por lo que intentó también aplicarlo aquí


En 1783, D. Sancho Castañeda Hevia, representando al deán y cabido de la catedral ovetense, como dueño del préstamo de San Martín, demandó a un vecino de Lamuño/Llamuñu, José Albuerne, pues este, recaudador de los tributos que corresponden a la mitra, "no había incluido los de la pesca, aduciendo que el denunciado y consorte los obtenía de la ribera de Artedo, pero que se negaba a contribuir con ellos al arrendador", según informa Ángel Ardura Parrondo en su recitado libro de Las Luiñas en el Camino de Santiago:
"El provisor hizo comparecer a José Albuerne, José Suárez, Alonso Suárez, Julio Fernández Malleza, Antonio Alvar, Juan de Riego y Felipe López, vecinos de San Martín y Soto de Luiña, pertenecientes al Gremio de Mareantes, quienes contestaron que estas dos parroquias siempre habían andado con los barcos a la pesca pero nunca habían contribuido con diezmo alguno. Además -decían- no constaba en la fundación de sus cuartos la obligación de tener que pagarlo"

Los pescadores de estas parroquias de Las Luiñas consideraban pues que no debería aplicárseles este tributo, nombrando representante del gremio al vecino y sacristán de la parroquia de San Martín D. Francisco Suárez Riego, "para que tutelase a los vecinos en lo que fuese menester"


La reunión se celebró en la villa de Muros, "donde acordaron y renunciaron expresamente a las leyes de la mancomunidad y discrepaban de quienes solicitaban su contribución a los diezmos de los pescados del mar que pescaban en las riberas de ambas parroquias". Lo cierto es que los pescadores locales ganaron aquel pleito, pues nunca se pagarían aquellos diezmos


Los Dormones y Los Xunqueros, ¡ la boca del Valle de la Barca, ante el mar y bajo el Picu Santana, con La Magdalena a media ladera y el gran viaducto cruzándolo de este a oeste desde El Rellayu. La vegetación de valle parece haber dado lugar al topónimo Artedo o Artéu, según explica Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Las palabra asturiana artu ‘Rubus sp.’ con toda probabilidad debe explicarse del mismo modo que el aragonés arto ‘espino, cambrón’ y vascuence arte ‘encina’, así como junto a otras presentes en el mozárabe y en algunos dialectos franceses del Périgord, del Ariège, etc. Se trataría, según algunos, de una originaria palabra preindoeuropea. De todas formas no todos están de acuerdo con tal atribución creyendo en su adscripción indoeuropea"

Y aquí ya estamos pasando sobre el río Uncín. Parece un arroyuelo, pero como hemos dicho buena parte de su caudal se sume entre los cantos al desembocar. Como también comentábamos, a partir de aquí sería la parte de la ribera perteneciente a Lamuño/ Llamuñu, también de esta parroquia de Samartín "cabeza de todas Las Luiñas", como se solía decir


En su corto recorrido de 12 kilómetros desde su nacimiento en Piedrasmalas recibe las aguas de varios afluentes, muchos con nombres de brañas y otrtas poblaciones de su recorrido: Teixidiello, La Uz, El Molín, La Puerca, Gallineiru, Lleiréu, Árgoma y Fornón, en su curso alto. Más abajo el Ferrera, el Cipellu, Abango y La Debesa


Cantiles arriba son Las Telayonas, en El Campu Murias. Bajada difícil pero empleada por los pescadores que descienden peligrosamente a El Sarreirín, un lugar que fue empleado también para embarcadero del mineral de barita, traído en burros desde las minas de Argatón, un poco más allá de la iglesia parroquial de San Martín, siendo bajada a los barcos con una tolva


Pescadores de tiempos pasados, delos de lancha y remo, fueron los de Casa los de Menda en Lamuño/Llamuñu, pescadores del bonito con lanchas de 16 a 18 remeros. Casa que fue pues de marineros y armadores también glosada por el investigador Fernando Ornosa, quien nos dice que en verano, además de al bonito, se iba al congrio y la merluza, mientras que en invierno se pescaba el besugo


La pasarela tiene forma combada, hace un poco de ligera cuesta hacia arriba y luego baja


Al otro lado vamo a seguir a la izquierda. Pero recordamos que ahí mismo a la derecha está Casa Miguel con su terraza. También podríamos subir a Lamuño/Llamuñu si quisiéramos, fuera ya del camino oficial


Al otro lado sigue el camino a la izquierda con una baranda de madera, sobre la orilla


Vemos el poderoso murallón de contención del argayu aquí existente, cuando la pista hace una pequeña subida


Desde el camino seguimos contemplando unos instantes más toda la concha, entre la Punta Austera y la de el Zarrón, Un marco incomparable para recuperar algunos de los mágicos rituales mitológicos de la noche de San Juan: la Noche Encantada, una representación teatral inspirada en la mitología asturiana y pensada para celebrar en la noche de San Juan los rito paganos del fuego y del agua y el solsticio de verano en la playa de la Concha de Artedo


En el blog anamovimiento leemos esta glosa del Proyecto Noche Encantada:
"Noche de prodigios, espíritus y mágica virtud en la que se abren de par en par las invisibles puertas del otro lado del espejo. Al oscurecer un Mouro te espera en el aparcamiento de la Playa de la Concha. Síguele por el camino que conduce a la playa y descubre un mundo mágico. 
La Noche Encantada es una pieza de teatro físico, instalación, música y danza que se representa en un entorno natural la noche de San Juan para celebrar los ritos paganos del fuego y del agua del solsticio de verano. 
En 2011 fue representada en el rio y el camino que conducen a la Playa de la Concha de Artedo, Cudillero y fue apoyada por el Ayuntamiento de Cudillero. Más de 500 personas se congregaron  para presenciar un bosque mágicamente encendido por velas. El espectáculo finalizo con la tradicional hoguera en la playa. Estas fotos muestran el proceso de creación: desde los ensayos, la preparación del attrezzo y la representación final. 
La Noche Encantada está inspirada en los arquetípicos seres de la mitología asturiana y en las historias tradicionales que se cuentan sobre sus apariciones y poderes: xanes, ayalges, lavandeiras, bruxes, busgosos, ventolines y cuélebres pueden ser vistos esa noche por los ríos y caminos donde se representa la obra gracias a la mágica compañía del mouro. 
Los participantes del proyecto 2011 son vecinos de la zona de Cudillero sin experiencia teatral previa que han participado como actores, preparando la escenografía o encargándose de la iluminación. Los ensayos empezaron en Marzo 2011 y tuvieron como fin la búsqueda de un personaje, la creación e iluminación de la escena y la fabricación del attrezzo"

Nos encaminamos ya pues hacia el interior, hacia el Valle de la Barca y el gran valle de Las Luiñas, antesala de los caminos a Las Ballotas y Las Palancas...


Al fondo ya se divisan las montañas, algunas cubiertas de eucaliptos, que caracterizarán gran parte del camino que nos aguarda hasta alcanzar la rasa valdesana. Vayamos por Las Palancas por Las Ballotas, Soto de Luiña es un lugar óptimo para hacer un alto y pernoctar, si bien si vamos por Las Palancas habríamos de hacer una etapa larga montañera, preciosa pero toda seguida. Las Ballotas, también muy montañera pese a discurrir a escasos metros del mar, sí nos permite dividir el trayecto en dos jornadas más cortas, en las que podemos disponer de tiempo para visitar playas como El Gavieiru o del Silencio, La Ribera del Molín, o la de Gueirúa y otras


A nuestra izquierda La Buelga, donde el río Uncín se ensancha antes de llegar al mar


A la izquierda otra vista de La Magdalena y la bajada de El Rellayu bajo El Picu Santana


A la derecha el Mariño y el apeadero. A la izquierda el Bellavista


Aquí aparcan los coches que bajan desde Lamuño/ Llamuñu, nosotros seguimos de frente todo recto


Ante nosotros, la subida a El Ribete, que nos aguarda


Salvo que queramos subir al pueblo, continuamos de frente y en llano hacia La Veiga


En este lugar dejamos la pista y nos adentramos en el bosque de ribera


Es una larga pasarela de madera que salva la marisma y forma parte de una senda costera


Este pasillo preserva la integridad de este espacio y nos permite adentrarnos en tan bella foresta ribereña y marismeña: Los Dormones, donde antaño abundaban las llóndrigas, llondras o nutrias


La masa de agua del río Uncín en su remanso previo a la desembocadura semeja un lago en medio del bosque. Es el lugar también conocido como Entrepresas


El pasillo entablado pasa en todo momento a la sombra de estas arboledas acuáticas. Es un paseo gratificante de gran frescor, apetecible en los calores del verano, cuando llega a llenarse de paseantes


Tras una curva a la izquierda llega un tramo recto en la umbría en la que las hojas de los árboles de la alameda filtra la luz solar con tonos intensamente verdes


Resuenan nuestros pasos en "el tablao" de la senda fluvial, la cual forma parte de rutas senderistas en todo el entorno de la concha, el valle y la rasa costera


Aquí hay un pequeño claro con más luz, rodeado de árboles y arbustos. Aparte de un remanso de aguas el lugar es un auténtico remanso de paz, si bien algunos días de verano "viene gente como una romería", según se dice


Ahora, curva a la derecha. Fijémonos en la elevación de la pasarela respecto al suelo


Volvemos a estar al lado del río...


Y ya llegamos al final de esta pasarela, volviendo a pistar camino de tierra


A la izquierda señalización de la senda costera. A veces los peregrinos se decantan por emplearla, si bien es sensiblemente más larga que el Camino oficial y no sigue el trazado histórico del Camino, o el más aproximado en los tramos que este se haya perdido


Orillas de cantos forman pequeñas playas fluviales en este sector del río Uncín


En otros la espesa vegetación nos oculta su cauce... pero el río sigue ahí, a nuestra izquierda


Y pronto vuelve a aparecer, paralelo al camino, que sigue llano y recto


Vienen caminantes. Este sendero ribereño, casi todo el tiempo a la sombra, es posiblemente el más empleado para ir a la playa desde el parking


Parking que vamos a volver a ver, a nuestra izquierda


Por allí vemos el Camino, el Camín Real, bajando por El Rinconín y Villa Begoña, donde nos separamos de él para tomar el de la playa


Y de frente ya divisamos el puente, entre el ramaje: La Ponte la Madalena. allí nos reuniremos con él, antes de subir a El Ribete


La verdad es que es un puente de cierta entidad, como el de una carretera. Sabemos que el viejo camín real fue acondicionado para el paso de carruajes sin problemas entre los siglos XVIII y XIX, cuando esta veiga ya no se inundaría. No sabemos si será de esa época o será aún posterior


Sea como sea, lo importante para nosotros es tener presente que aquí se reúnen ambos caminos, el Camino Norte y la senda de la Concha de Artedo


A la derecha la señalética informa a los que vienen del parking la dirección de la playa


Y al lado volvemos a ver los mojones con la concha y la flecha del camino jacobita


Es muy posible que sigamos viendo venir bastante gente en verano, pues esta vía es muy utilizada para quienes van andando a la playa desde los campings de Artedo. A la derecha los prados de El Fucicu Blancu


Tras esta curva empezaremos a separarnos de la orilla del río...


Y es que empezamos la cuesta que sube a El Ribete, barrio al sur de Lamuño/Llamuñu, por donde sube (o baja, según se mire) la carretera que lo comunica con el pueblo de Artedo o Artéu, en la N-632


Foto de principios de la primavera, con poca hoja aún en los árboles: arriba volvemos a ver los dos viaductos de Artedo. el de la autovía y el fantasma. Abajo La Veiga


Allí vemos el camping Los Pradones, que en verano llega a estar oculto por las hojas de las ramas, y el solar del antiguo Molín de La Veiga, al que iban a moler gentes de La Magdalena, Artedo y Lamuño/Llamuñu, pues se dice que era el mejor de todos estos contornos. Estaba últimamente en ruinas


La subida se conoce como La Cuesta Manín, y en su libro dedicado a la Toponimia de Samartín de Lluiña, Fernando Ornosa Fernández señala que antaño fue una senda empedrada. Cosa nada extraña siendo camín real


Desde aquí empezamos a ver las primeras casas de El Ribete, a las que llegaremos acabando este primer trecho de cuesta, tras dejar a nuestra izquierda el camino a Los Pradones


Desde El Ribete, y luego de cruzar la carretera de Lamuño/ Llamuñu y pasar bajo los viaductos, caminaremos hacia Mumayor, dando vista al tan citado Valle de la Barca, en nuestro trayecto al ya cercano pueblo de Soto de Luiña/ Soutu Lluiña, verdadera base para acometer la ruta de Las Ballotas o la de Las Palancas y donde, si hacemos una etapa corta, podremos tener tiempo para acercarnos a la playa de San Pedro la Ribera



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