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miércoles, 7 de mayo de 2014

SOTO DE LUIÑA: EL ESPLENDOR DEL BARROCO ASTURIANO, LA FONDA DE GRAHAM GREENE Y JUAN XXIII Y LOS DOS HOSPITALES DE PÈREGRINOS


La espectacular torre de la iglesia de Santa María de Soto de Luiña/Soutu L.luiña
 
La torre de la iglesia de Soto de Luiña/Soutu Lluiña, joya del barroco asturiano, es un símbolo que identifica rápidamente a esta población y parroquia del histórico territorio de Las Luiñas, uno de los que integraron el actual concejo de Cudillero/Cuideiru cuando este se desgajó de Pravia el 29 de diciembre de 1836. Frente a ella pasa el Camino de Santiago costanero, el cual tenía aquí dos hospitales de peregrinos, de los cuales uno se conserva, precisamente detrás de la iglesia, y puede visitarse. Su sucesor es el actual albergue de peregrinos, situado en la antigua escuela, unos metros más allá, al que se llega al cruzarse la carretera que va a la Playa de San Pedro la Ribera

El Cepeo, entrando en Soto de Luiña/Soutu Lluiña

Viniendo de La Concha de Artedo por Mumayor entraríamos en el núcleo urbano de Soto por El Cepeo, tras bajar del Monte Valseras y salir a la carretera N-632a. Estamos en el valle del río Esqueiru, que pasa a nuestra izquierda el más importante del concejo, que conforma el gran valle de Las Luiñas o Lluiñas, de llueñe o lloñe -lejos-, la zona más alejada del antiguo concejo de Pravia respecto a su capital, un lugar sumamente estratégico para los viajeros y peregrinos de antaño, pues se sitúa al pie de las fragosidades de las temidas Ballotas y sus difíciles caminos


El Cepeo en realidad no pertenece a Soto sino a Samartín San Martín de Luiña. la "cuna de toudas las Lluiñas", como recitaba el gran Peltó, de la que Soto se separó en los primeros años del siglo XVII. El Cepeo o El Cepéu pasó a integrarse en la nueva parroquia, pero en la década de 1980 volvió a Samartín, aunque eclesiásticamente sigue en la de Soto. Aquí abrió sus puertas el 1 de octubre de 1925 La Peluquería de Pichín, José Pérez, que trabajaba en la antigua Panadería de Soto, antecesora de la actual de La Estrella, y llevaba el pan en furgoneta por Las Ballotas. Un par de meses antes el antiguo peluquero del pueblo, José Peláez, se había trasladado a Oviñana


Aquí enlazamos con la senda fluvial del río Esqueiro, que viene de Prámaro, siguiendo por ella y evitando este tramo de carretera sin arcenes. A la derecha, los Mendiolas, familia de gran tradición en Soto, tuvieron un almacén de aperos, al lado de la que fue su ferretería, Que vamos a continuación, un poco más adelante, ahora llamada El Puente. Precisamente al lado del río nos encontramos con el topónimo Los Peregrinos con el que se conoce a un prado en esta vega y al lado del Camino


El Cepeo aprovecha el terreno de esta veiga y algo de las laderas del monte. Al otro lado de la carretera, entre el antiguo almacén y la ferretería, una senda va a la Playa de San Pedro la Ribera o de Bocamar, en el antiguo coto señorial que tuvo allí la familia de Omaña, quienes ejercieron un férreo control del territorio durante siglos, el cual fueron perdiendo en sucesivos pleitos y disposiciones


A efectos prácticos este barrio o lugar es parte de Soto de Luiña, la señalización viaria oficial y los carteles de bienvenida con la foto aérea e información de la población están aquí


A la derecha, la citada Ferretería El Puente, es un comercio con solera que en origen fue de la también mencionada familia de Los Mendiolas, sus fundadores, muy célebres en el concejo


Vistosos y coloristas anuncios en la fachada de la ferretería. Al lado explanada de aparcamientos


El centro urbano de Soto, como el de Samartín, tiene trazas de pequeña villa, con su estructura comercial y de servicios. Lo comprobaremos cuando caminemos por sus calles y barrios


La senda, como la carretera, dibujan una larga recta antes de entrar en el centro de la población. El río Esqueiro sigue a nuestra izquierda, tapado por la vegetación ribereña


El mismo topónimo soto, soutu, muy abundante en todas sus formas, hace referencia a los bosques situados a los lados de los ríos. Según Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, procede del latín saltum, y se refería en origen a "monte de castaños" y "terreno comunal junto al río"


Más allá vemos La Cuesta la Torre, subida al cementerio y a Las Chabolas, donde el Camino se bifurca, uno, el ahora considerado oficial, sube a la citada Sierra de Las Palancas, el otro es el llamado propiamente de Las Ballotas



Aquí en primer término y a la derecha de la carretera está la Casa los Quintos o Casa del Sastre, justo antes del puente sobre el río. Los Quintos es el nombre de unos prados de esa vega y del barrio allí ubicado. En nuestros días es hotel, con el nombre de La Casa Vieja del Sastre, y recibe muy gustosamente a los peregrinos que necesitan una noche de mayor silencio, tranquilidad o intimidad antes de acometer el paso de Las Ballotas, bien por el camín real costanero, bien por la carretera (a partir de aquí con muy escaso tráfico) o bien por la Sierra de Las Palancas 



Al otro lado del puente, una gran casona blanca alberga en su bajo otro de los establecimientos vinculados especialmente a los caminantes, el bar y casa de comidas La Tasca de Luiso. Más arriba los Apartamentos Rurales El Otero, en el barrio de este nombre


En el año 2021 la población fue nombrada Primera Ciudad de Paz de España gracias precisamente a su "larga trayectoria como refugio y acogida de peregrinos" y a su intensa actividad vecinal. Así publicaba la noticia el 3 de julio de ese año el diario El Comercio:
"La localidad cudillerense de Soto de Luiña ha sido admitida como primera 'Ciudad Internacional de Paz' en España. Así lo ha decidido la organización, el colectivo no gubernamental Ciudades Internacionales de Paz, creado en 2009 y que defiende «sencillamente el deseo de trabajar por el bienestar de la sociedad». En el caso de Soto de Luiña, la entidad ha reconocido su «larga trayectoria como refugio y acogida de peregrinos», ya que se encuentra en el Camino de Santiago de la costa del Norte. Tanto el antiguo Hospital de Peregrinos, hoy Casa de la Cultura, como la iglesia parroquial de Santa María de Soto de Luiña fueron rehabilitados a finales de los años ochenta gracias al esfuerzo y colaboración de los vecinos de la zona, que fueron reconocidos con el premio Europa Nostra y el de Pueblo Ejemplar Príncipe de Asturias (1992). 
Asimismo, continúa realizando «sextaferias y mercados para mejorar y embellecer el entorno» y realiza donaciones populares para financiar actividades de la localidad, que mantiene un albergue público para peregrinos. 
Entre las más de 300 ciudades internacionales de paz, Soto de Luiña ocupa el número 321 en un elenco en el que ya figuran Gaza, Amsterdam, Nairobi, Bombay, Katmandú, Medellín o Guadalajara, en México, con el objetivo de alcanzar las mil en 2025. 
Festival en septiembre 
La localidad lo celebrará el próximo Día Internacional de la Paz (21 de septiembre) con un festival en el que habrá talleres, dinámicas grupales, juegos, música tradicional y actividades intergeneracionales. Por lo pronto, el martes, día 6, hará una presentación oficial"

Unas barandillas de madera señalan que tenemos el río justo a nuestro lado. Aunque parecen seguras, este tipo de barandas no suelen tener larga vida y no tardan en flojear. Veremos muchas si vamos por Las Ballotas. Recomendamos nunca apoyarse sobre ellas, y mucho menos sentarse encima, muchas veces suelen fallar. Empleémoslas mejor como pasamanos y guía en los lugares más escabrosos


La senda fluvial va saliendo a la carretera al llegar a la Casa Vieja del Sastre, edificio del año 1890 que albergaba una sastrería familiar y fu reformado en las décadas de 1950 y 1960. Sus fundadores originarios eran una familia acomodada y a lo largo del tiempo fue bar, casa del cura, cuartel de la Guardia Civil y cárcel de presos durante la guerra española


En el año 1945 fue comprada por los abuelos de los actuales propietarios para hacer la sastrería familiar citada. No obstante, dado su tamaño, había varias habitaciones desaprovechadas, primero a las familias de los guardias civiles, que ya tenían otro cuartel en la población, pero pequeño, y más adelante a todo aquel que, pasando por Soto, necesitase pasar la noche


En los años 60 del siglo XX aconteció un gran boom turístico y muchas familias acomodadas acudían a pasar el verano aquí todo un mes, o incluso más. Es entonces cuando comenzaron las ampliaciones, almacén, baños y un almacén de sastrería más grande, además de garajes y gallineros


El historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías, además conocedor de los caminos de Santiago y por todo ello muy citado en este blog, escribe así de este negocio hostelero en el suplemento gastronómica Yantar, de El Comercio, el 3 de enero de 2020, relatando pormenorizadamente su historia:
"Acostumbrados a que los restaurantes se titulen con una palabra o dos, este despliegue posee historia y argumento resumidos por Marimar, Patricia y Amador. Ampliemos el contenido: sus abuelos, Paulino y Josefa, somiedanos de casta y vaqueiros en alto grado, cambiaron los abismos de la Cordillera por los abismos de la costa cudillerense, y abrieron una sastrería en Soto de Luiña.
La sangre y el lugar tiraban, que Las Luiñas llevan impresa la huella vaqueira. Además el camino costero de Santiago, espiritual y comercial, pasa justo delante, igual que de costado el río Esqueiro camino de la playa de San Pedro de la Ribera. 
Así nacía la Casa Vieja del Sastre en el año 1945. Concretamente nació la parte genitiva, no la nominativa: la casa, construida en 1890 por un adinerado, pasó de residencia familiar a bar tienda, vivienda parroquial, cuartel de la Guardia Civil y cárcel..."

Y esta es la siguiente fase, explicada por Alías, la de la transformación
"Fue necesario agrandarla, reponer las fachadas verdes y los marcos blancos, reparar las forjas de los balcones y los cristales del mirador sobre la vega y el jardín, y completar en el tejado los lambrequines o guardamalletas, festón de madera tallada tan del gusto indiano.

Y durante casi cuarenta provechosos y felices años, los que duró la Sastrería López, Paulino y Josefa, acompañados por su hijos Leontina y Amador, midieron cuerpos presentes (pero vivos), y cortaron y compusieron trajes de vestir para primeras comuniones, domingos, bodas, bandas de música y uniformes militares ayudados por una docena larga de modistas"


La industria textil y del vestido cambió y los sastres fueron desapareciendo, pero la casa sigue guardando su memoria, sigue diciendo Luis Antonio Alías:
"Hasta a que el prêt-à-porter hirió de muerte una artesanía que forma parte de las bellas artes: hoy, en Asturias, apenas perduran una docena de profesionales de la cinta métrica, las tijeras y el jaboncillo. 
Los actuales salones y habitaciones de la casa exponen y se embellecen con máquinas de coser, maniquíes, patrones, tarjetas, facturas, diseños, tijeras y entrañables fotos de sus usuarios"

Los fundadores del hotel adquirieron la casa de al lado, donde abrieron el Hostal Paulino, en nuestros días muy especializado en peregrinos. Aunque poco más allá hay un prestigioso albergue público, no pocos peregrinos, recordamos, deciden si tienen oportunidad, dormir plácida y tranquilamente en habitación particular antes de emprender la siguiente dura etapa que les aguarda


Otra gran cronista de lugares, fogones y caminos, Ana Paz Paredes, glosa así para La Nueva España el 30-7-2016 estos establecimientos que forman parte ya del patrimonio y esencia del Camino Norte en Asturias:
"Muchos son los peregrinos que cruzan por Asturias hacia Santiago. En los meses de verano es más patente su presencia y su paso por veredas y caminos, tanto a pie como en bicicleta o a caballo. De ellos, una buena parte se detiene a descansar en el albergue habilitado para ellos en Soto de Luiña, un pueblo con encanto y del que se enamoró Paulino López López, un sastre de Somiedo que en Soto compró una vieja casa construida en 1890 por una familia acomodada, para convertirla, además de en vivienda, en sastrería, que abriría en 1945..."

En la página Turismo Asturias se informa así de esta emblemática casa:

"Este es un lugar cargado de historias ya que fue morada de una familia acomodada, bar, casa del cura, cuartel de la guardia civil, cárcel durante la guerra, sastrería durante mas de 40 años y casa de huéspedes. Se recuperaron todos los muebles y útiles de sastrería que contenía la casa para convertirlo en un hotel temático del mundo de los sastres y modistas.

Ubicado en el Camino de Santiago de la Costa ofrece precios especiales para peregrinos con credencial."


Sin duda merece la pena acercarse a conocer más de esta historia, para ello cruzaremos el paso de peatones aquí existente


Detrás del Hostal Paulino está el aparcamiento y, en aquella casa blanca del fondo, se ubicaba el bar Los Quintos, abierto también en su tiempo por los fundadores de la Casa Vieja del Sastre, sigue relatando Alías:
"...en la casa vecina, fundaron el Hostal Paulino, ahora especializado en peregrinos, y cuando los dos bares del pueblo, Casa Esperanza y Casa Rafaela, cerraron, uno debido a la jubilación y otro al fallecimiento de sus propietarias, añadieron el bar Los Quintos, que así era conocido el barrio por parada de mozos petate en mano"

Ana Paz Paredes, entrevistando a la nieta de los fundadores, añade sus palabras a su artículo de La Nueva España:

 "En 1983 abrieron el bar restaurante Los Quintos, también con mucho éxito, y en él empezamos a conocer el oficio de la hostelería, ya desde niños, mi hermana Patricia, mi primo Amador y yo"


Marimar y Amador son quienes cocinan, Patricia se encarga de la repostería y atiende en el comedor, que vamos a ver ahora mientras seguimos contemplando la histórica casona, de la que Marimar Pérez cuenta a Paz Paredes...
"La casa original la construyó una familia de clase acomodada. Fue bar, tienda, casa del cura, cuartel de la Guardia Civil y hasta cárcel durante la guerra. Mi abuelo abrió en ella la sastrería y ella cosían también mi abuela Josefa; mi madre, Leontina, que además también se casó con otro sastre de Pravia, mi padre, José Luis Pérez, y mi tío Amador. Tuvieron mucho éxito, tanto que con los años fueron ampliando y además de coser para civiles también empezaron a realizar trajes para la Guardia Civil hasta que la llegada de las grandes superficies hizo mella en el negocio" 

La casa familiar y la sastrería estaban atrás, las vemos asomar ahora. Fueron reformadas para integrarlas en el hotel y restaurante, inaugurándose en 2006.  En la página de Gusuguito encontramos esta descripción:

"En su pequeño y acogedor comedor sirven el desayuno casero, las comidas y las cenas. Está abierto a todo el público por lo que recomendamos reservar con antelación, sobre todo si se viene en grupo. También organizan todo tipo de pequeñas celebraciones familiares con una capacidad máxima de 24 personas como comuniones, bautizos, cumpleaños, bodas de oro, plata  y  bodas íntimas. Durante los meses de julio, agosto y mediados de septiembre abrimos todos los días. Fuera de esta temporada, excepto puentes y festividades concretas, abrimos de viernes a domingo. El resto de la semana se debe consultar con antelación.

Dispone de 14 habitaciones todas exteriores y distribuidas en tres plantas (sin ascensor), una de las cuales es abuhardillada (cuenta con tragaluces y ventanas). Pueden ser individuales, dobles, superiores o junior-suites (habitaciones con un pequeño salón)"


Detrás, se extiende la gran vega del río Esqueiro, que corre a desembocar a la Playa de San Pedro la Ribera, a donde era costumbre fuesen a darse los preceptivos nueve baños de septiembre las mozas vaqueiras


Bello exterior ajardinado y arriba en el piso alto luminosa galería

Marimar nos recibe ya a la puerta. Una vez más nos referimos a Luis Antonio Alías cuando dice:
"Marimar y Patricia, hijas de Leontina y de José Luis, otro sastre, éste de Pravia, que se unió a la familia y la empresa, crecieron ayudando con Amador, su primo, en las cocinas de Los Quintos. Y el anejo y acristalado edificio rojo, antaño cochera y gallinero, después ampliación de la sastrería, lo reservaron para el elegante comedor que rodean camelias y palmeras y viste las mesas -faltaría- con manteles de hilo y dedal, y vajilla orlada por geometrías textiles"

Sentados a la mesa hablamos de sus especialidades también dando cuenta de la comanda de Luis Antonio Alías:

"Entre tanta singularidad, la que nos toca resaltar, y resalte merece, es la habilidad guisandera de Amador, la repostera de Patricia y la anfitriona de Marimar, que nos preparan, presentan, alientan y honran con carpaccio de angus y parmesano, pulpo a la brasa entre patatinas cocidas y vinagreta de manzana, revuelto de caviar de oricios y huevas de centollo, purrusalda en crema con su sofrito de ajo, magret de pato y patatas sardalesas, y variedades ocurrentes y atractivas de bacalao, merluza y entrecotes, además del marisco (en paella y caldereta) por encargo"

Por su parte, de las especialidades de la Casa cuenta así Ana Paz Paredes:

"El comedor, lleno de detalles, invita sin duda a disfrutar de las elaboraciones de Marimar, Amador y Patricia. No tienen menú, a excepción de cuando participan en algunas jornadas gastronómicas. En su carta, donde se cuenta con platos para celiacos, para quienes también tienen pan, hay una variedad de elaboraciones muy tentadoras. Entre las que tienen más seguidores están el pulpo a la brasa, el bacalao, los lomos de bonito a la plancha, el entrecot al cabrales y el solomillo ibérico con cebolla confitada y reducción de Coca-Cola.

Destacan algunas entradas como la ensalada de queso feta y anchoas y la de migas de centollo y buey de mar, además de una tempura de verdura con salsa agridulce. Por encargo preparan paella o caldereta de marisco, fabada, fabes con almejas y pote. Entre las carnes también destacan su secreto ibérico y el churrasco, mientras que en pescados también están el abadejo horneado con crema de brócoli y parmesano y la lubina a la espalda. En postres, Patricia se supera cada día. Una de sus últimas creaciones son las natillas de sidra caramelizadas, absolutamente tentadoras, además de la compota de manzana con natas de aldea y la tarta de queso con arándanos"


Peregrina comiendo en el jardín. Muchos son los gastrónomos, peregrinos, turistas, visitantes y público en general que escriben de este lugar, uno de ellos es la Guía paladar y tomar en noviembre de 2017:
"Con más de quince años de antigüedad y referente en la restauración de la zona occidental asturiana (a unos 10 kms de Cudillero), Casa Vieja del Sastre es un pequeño y cálido restaurante, donde nada más traspasar sus puertas se respira familiaridad y sensación de paz y tranquilidad, con una decoración muy particular que te hace sentir que estas en un lugar diferente y especial. 
Su carta es corta pero muy bien cuidada, con una calidad indiscutible tanto en materia prima como en ejecución de sus platos. 
Recomendaros el pulpo a la brasa con vinagreta de manzana y patatinas, la tempura de verdura y queso de Cabra con salsa agridulce, ensalada de queso feta y anchoas a la vinagreta de perejil y mostaza…… 
Para el plato principal tanto los pescados; merluza en salsa verde de pimiento con brocheta de verduras, abadejo horneado con crema de brócoli y parmesano…, como sus carnes; magret de pato con reducción de PX y tagliatelle salteados, solomillo ibérico con cebolla confitada y reducción de coca-cola… 
Todos sus postres son caseros y espectaculares y elabora también tartas para cumpleaños. 
Dispone de una bodega pequeña pero bien cuidada con marcas no muy conocidas pero con una calidad/precio francamente buena. También dispone de alojamiento, al igual que el restaurante, con mucho encanto"

 Van llegando a la mesa las ricas viandas...

Una de las especialidades...

 Un gran postre de chocolate y crema, todo casero


Felicitando a Marimar, Mar Pérez, en la cocina


En plena labor de recogida y limpieza general tras las comidas y ya casi preparando las cenas...


Un café, en el exterior...


El valle desde la casa. Acaba su artículo sobre la Casa Vieja del Sastre Luis Antonio Alías diciendo...
"Afuera esperan la singular y barroca parroquial de Santa María, el Hospital de Peregrinos, las otras casonas de quienes hicieron fortuna en los negocios próximos o americanos, la pequeña estación del tren estrecho de vía y colosal de trazado, las profundas quebradas de Las Luiñas, los arenales... 
Afuera espera mucho, pero adentro también"

Y afuera nos espera, lo primero, el puente con el paso del río...



El Puente o El Puente de Soto, también con su historia. Mucho antes que este existía uno de madera, que en 1790 se llevó una riada. Tal y como leemos en Noticias sobre algunos puentes asturianos en la Edad Moderna, de Inocencio Cadiñanos Bardeci, Doctor en Historia, al año siguiente, 1791 los vecinos se quejaban que "una avenida del año anterior había destruido su puente de madera, paso indispensable de tráfico y correos sustituido, ahora, por un peligroso vado"


Diez años antes, el concejo de Pravia, al que pertenecía, había trazado una primer carretera sustituyendo o mejorando y acondicionando el antiguo camín real costero, y ahora se proponía que, al arreglarse, se hiciese de piedra, abundante y cercana:
"El ayuntamiento de Pravia era rico y podría costearlo, a pesar de que por entonces tenía destinadas buenas cantidades de dinero a la construcción de su nueva Casa Consistorial"
El famoso arquitecto Francisco Pruneda Cañal visitó el lugar y, aparte de aconsejar se hiciese efectivamente de piedra, planteó en su informe ciertas condiciones, las más importantes es mediría 100 pies de largo y se construiría donde estaba el de madera para aprovechar el emplazamiento. Costaría 136.000 reales, pero si los vecinos aportaban los materiales se reduciría a 110.000. Si en cambio se prefiriese volver a hacerlo de madera también aportaba posibles ideas


La burocracia pasaba ahora a jugar su papel: en 1792 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, organismo que por aquellas ilustradas fechas se ocupaba de la construcción de fuentes, juzgó en su comisión de Arquitectura que el proyecto redactado era insuficiente para hacerse una idea de lo que se pretendía construir, pidiendo que el arquitecto lo rehiciese de nuevo más detalladamente. Seguimos leyendo en Noticias sobre algunos puentes asturianos en la Edad Moderna:
"La villa de Pravia advirtió que el sitio no era el más adecuado. Debía encomendarse a otro arquitecto. Pero, posiblemente, lo que pretendía era das largas al asunto pues veía que ella lo tendría que costear. En 1799 consta que seguía encomendado a Pruneda"

Pruneda, en su segundo y más detallado proyecto, presenta un dibujo de la zona donde plantea edificar el puente, un lugar en el que el río, un lugar donde el río "torcía bruscamente formando ramales", los cuales habrían de ser encauzados por "fuertes y largas manguardias", esto es, murallones o paredes que refuerzan por los lados los estribos de un puente


En un tercer dibujo Pruneda muestra un corte del puente en el que se aprecia su estructura constructiva, señalando la "calzada antigua", y en un tercero precisa que estaría formado por "tres arcos carpanales anclados sobre pilares semicirculares aguas arriba y rectos en el lado opuesto coronados de agudos copetes"


La rasante del puente era horizontal y estaría hecho de sillería y sillarejo. Pero la Academia de San Fernando advierte que el nuevo puente va unas 100 varas más abajo que el de madera, por lo que encarga a otro célebre arquitecto Manuel Reguera, que lo viese, pues le consideraban muy experimentado en estos trabajos. Un año más tarde seguía proyectado pero sin haberse empezado con los oportunos trabajos


El puente actual sería el resultado de sucesivas construcciones, reconstrucciones (como la de la posguerra civil), ampliaciones, etc., sin duda su impulso definitivo vendría con la construcción de la "Carretera de Francia a Galicia" o "Carretera de la Costa", que sustituiría a los viejos caminos reales (del reino, públicos), en su mayoría adaptaciones medievales de vía romanas y prerromanas que tendrían su origen en la Prehistoria


Esa primera carretera llegaría a Pravia en 1856 pero su enlace en Canero o Caneiru con la que sale de Oviedo/Uviéu no se produciría hasta la última década del siglo XIX. Soto de Luiña/Soutu Lluiña llegó a ser un hito muy importante de esa carretera, que pasó a ser la N-632 que, como el antiguo camín real, se adentraba a partir de aquí en las fragosidades de Las Ballotas, con sus continuas e interminables curvas, caravanas y otros inconvenientes que duraron hasta la construcción de la Autovía del Cantábrico


En lo concerniente al río Esqueiro, canalizado aquí para evitar sus destrozos con las avenidas, leemos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Es el río principal y de mayor caudal y extensión del concejo de Cudillero. Discurre por su parte central. Es río truchero. Nace en Mones (Valdés) y transcurre con el nombre de Llantero hasta que adquiere la denominación de río Esqueiro, entrando seguidamente ya con este nombre en el concejo de Cudillero hasta su desembocadura en la playa de San Pedro de la Ribera o de Bocamar, formando la ría de San Pedro de la ribera"

Tiene una longitud de unos 20 kilómetros y recibe las aguas de numerosos afluentes:
"sus aguas riegan las fértiles vegas de San Cosme, de Prámaro, Beiciella, Soto de Luiña, Los Pradones y San Pedro, constituyendo la columna vertebral del valle de Las Luiñas y marcando la divisoria de las parroquias de San Martín y de Soto de Luiña"

Gran parte de su recorrido lo hace encajonado en profundos barrancos hasta salir, en los últimos 7 kilómetros antes de su desembocadura, a las vegas citadas. A lo lejos, el Viaducto de San Pedro la Ribera, inaugurado en 1995 dentro del plan de mejora integral del trazado de la N-632 y ampliado 14 años después para la Autovía del Cantábrico, abierto al tráfico junto con el tramo Las Dueñas-Novellana el 3 de abril de 2009


Entrando en Soto vemos un conjunto de casas y terrenos que fueron de otra importante familia local, Los Cándanos. que tuvieron a la izquierda una ferrería que trabajaba con la fuerza hidráulica del río, Hacia 1955 el terreno fue vendido y se construyó el actual chalet


Muy bien situada en el estratégico paso de Las Luiñas y Las Ballotas, Soto de Luiña fue desde antiguo parada y fonda de viajeros y peregrinos, algunos de los cuales dejaron escritas sus impresiones del lugar, al que parece ser llamaría Socques el pudiente peregrino francés Antoine de Lalaing, miembro de la comitiva de Felipe el Hermoso, en 1502, alojándose en el pueblo, tal vez en el desaparecido Hospital del Lugar o en algún otro establecimiento del que no tenemos noticia


A la derecha, El Boalo, apartamentos Turísticos. Antaño era esta la casa de Manuel Gutiérrez, carpintero de Soto, que tenía abajo su sierra y taller


En 1792 pasó por aquí el ilustrado prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, que plasmó por escrito sus impresiones respecto a la iglesia, que veremos enseguida al fondo de la calle. Y allá por septiembre de 1837 el célebre viajero, filólogo, vendedor de biblias protestantes y aventurero George Borrow, Jorgito el Inglés, que venía desde Santiago, sobre el que sabemos orbayó antes de llegar a Soto, continuando por, según afirma, "una región agreste pero pintoresca" de montañas escarpadas y altísimos árboles


"Con muy mal camino y muchas ganas de almorzar llegamos a Soto de Luiña", escribía con cierta desazón Juan de Llano Ponte, Juan de las carreteras, siempre preocupado por el estado de las vías de comunicación asturianas, en 1864 en Impresiones de un viaje por el occidente. A esa primera frase añadía... "como a buen hambre no hay mal pan nosotros la quitamos en Soto de Luiña"


Uno de sus biógrafos, Ramón Avello, recoge que es aquí donde un tabernero le recomienda tomar el Camín de las Palancas en vez de el de Las Ballotas, un debate que aún hoy existe para los peregrinos de nuestros días, al igual que para estudiosos y amantes del Camino en general. Avello publica el 14-8-2011 en El Comercio un artículo relatando esto, del que extraemos esta parte de su contenido:
"Pensaba Llano Ponte que Asturias no podía avanzar sin las mejoras de las comunicaciones y, en especial, de las carreteras y caminos. Para él, la inauguración de una nueva carretera era, además de una muestra de progreso, una alegre fiesta. Por eso, el 5 de septiembre de 1864 asistió como invitado -junto a otras 117 personas, entre las que se encontraban los ancestros del mandamás actual de Asturias- a las fiestas de la inauguración de la carretera de Oviedo a Luarca, celebradas en esta última villa. En los artículos 'Impresiones de un viaje por el Occidente', describe 'Juan de las Carreteras', con gracia y llaneza, el viaje a caballo desde Soto del Barco hasta Figueras, de Figueras a Grandas de Salime y el regreso por Tineo, Salas, Pravia y a Avilés.

Llano Ponte hizo el viaje por la costa, hasta Soto de Luiña, en donde un posadero le recomendó «dejar el camino de Las Ballotas y seguir el de las Palancas», camino que va por la cresta de la sierra y que coincide con uno de los itinerarios jacobeos entre Soto de Luiña y Sampelayo de Tehona. (Santiago, escribe erróneamente Llano Ponte, mientras observa que es el primer pueblo del Occidente en el que la pizarra predomina sobre la teja)"

Aquí tenemos otro sitio para comer, La Tasca de Luiso, que ya veíamos desde la senda fluvial en El Cepeo, donde sirven el Menú del Peregrino, entre otras especialidades.  El Comercio del 23 de agosto de 2021 publica una noticia del poeta Fernando Beltrán donde este ensalza este templo gastronómico:
"Fernando Beltrán adora el occidente asturiano. Su casa, de más de cien años, en Novellana (Cudillero), representa todo aquello que un día soñó tener y ahora tiene. «Un lugar sencillo y muy acogedor, con prau, hórreo y limonero», explica desde Madrid con la intención de volver cuanto antes al Principado. Con orbayu o con sol, varias de sus obras han sido escritas allí. Tal es el caso de su último poemario, 'La curación del mundo'. Y es que, para él, Novellana es un destino para «perderse y encontrarse al mismo tiempo». Mundanamente, el alma del Aula de las Metáforas de Grao solo necesita para disfrutar al máximo unas cebollas rellenas de la Tasca de Luiso, en Soto de Luiña, y un requesón de La Fontana"

 Antes era Casa Saro, chigre y oficina de correos. El edificio, como los de esta fila, era de los Cándanos, y regentó en su tiempo el local la famosa Señorita Radis, que tocaba el acordeón y enseñaba inglés y francés a los niños


En la esquina, la concha del peregrino señaliza el camino. A este símbolo la Xacopedia le dedica un gran artículo, del que plasmamos su primera parte:
"Molusco bivalvo que vive en las costas de diferentes mares del mundo, entre ellos el Atlántico y el Cantábrico. Aunque el idioma castellano prefiere la voz gallega vieira para referirse a este molusco y su concha, el símbolo jacobeo más difundido, también se cita con la denominación de ‘venera’. Lo habitual es que se aluda a la concha superior como venera sólo en un contexto jacobeo. Este término castellano proviene del latín veneria (concha marítima), que a su vez se vincula con Venus, la diosa romana del amor y la belleza, representada surgiendo del mar sobre una concha de vieira.
Además del nombre de vieira, se conoce en distintos idiomas con referencia a la temática jacobea, como common scallop, en inglés; coquille Saint-Jacques, francés; beira handia, en euskera y petxina de pelegri, en catalán. En la actualidad, se utiliza como marca del Camino de Santiago en la señalética internacional. 
En el Códice Calixtino (s. XII) se le atribuyen poderes taumatúrgicos. Se señala así, en uno de los milagros de Santiago, que “corriendo el año mil ciento seis de la encarnación del Señor, a cierto caballero en tierras de Apulia se le hinchó la garganta como un odre lleno de aire. Y como no hallase en ningún médico remedio que le sanase, confiado en Santiago apóstol dijo que si pudiese hallar alguna concha de las que suelen llevar consigo los peregrinos que regresan de Santiago y tocase con ella su garganta enferma, tendría remedio inmediato. Y habiéndole encontrado en casa cierto peregrino vecino suyo, tocó su garganta y sanó, y marchó luego al sepulcro del Apóstol en Galicia”. 
Las conchas son descritas también en el propio Códice como “unos mariscos en el mar próximo a Santiago, a los que el vulgo llama vieiras, que tienen dos corazas, una por cada lado, entre las cuales, como entre dos tejuelas, se oculta un molusco parecido a una ostra. Tales conchas están labradas como los dedos de la mano y las llaman los provenzales nidulas y los franceses crusillas, y al regresar los peregrinos del santuario de Santiago las prenden en las capas para gloria del Apóstol, y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo. La especie de corazas con que el marisco se defiende, significan los dos preceptos de la caridad, con que quien debidamente los lleva debe defenderse, esto es: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo”.

En la fachada la Cruz de Santiago. De ella también dice, entre otras muchas cosas, la Xacopedia:
"Principal símbolo identificador de la Orden de los Caballeros de Santiago, fundada en 1170 con el objetivo de defender a las tropas cristianas de los ataques sarracenos y proteger a los peregrinos. Sus miembros estaban obligados a defenderlos de los peligros del Camino, pero también a proporcionarles hospedaje, alimento e incluso auxilio espiritual"

Soto de Luiña tu refugio en el Camino es el lema que ha acuñado la localidad para hacer de esta una de las paradas más destacadas del Camino de Santiago. La corresponsal Andrea Arruñada destacaba así la noticia en El Comercio el 20-1-2020:
"El pasado mes de abril, Soto de Luiña apostó por convertirse en una parada obligatoria de la ruta jacobea. La asociación de vecinos 'El Carballo' y la asociación cultural y del Camino 'La Humildad' lanzaron el proyecto 'Soto de Luiña, tu refugio en el Camino' en el que se despliega un amplio catálogo de actividades. Con ello han conseguido crear una marca única con la que todo el pueblo se ha volcado y que presentarán el próximo viernes la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebrará en Madrid.
«En invierno apenas superamos los cien residentes. Algo había que hacer para dinamizar la vida aquí y la gran joya que tenemos es el Camino», explica Marisa de la Rúa, presidenta del grupo vecinal y voluntaria implicada «desde niña» con el peregrino. La vinculación de Soto con el Camino es internacionalmente reconocida. En julio de 2015, la organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) incluyó la Iglesia de Santa María y la Casa Rectoral -antiguo hospital de peregrinos- en su lista de patrimonio. 
En la actualidad, unos 5.500 caminantes pernoctan al año en la localidad, la inmensa mayoría en el albergue ubicado en las viejas escuelas desde 1998. El edificio tiene capacidad para 40 personas y en temporada alta, donde alcanzan picos de 60 visitantes al día, se queda pequeño, por lo que el compromiso de hostales y hoteles con este colectivo es imprescindible. «Al llegar los reciben con una barrita y una bebida energética para reponer fuerzas», señala De la Rúa. Los restaurantes confeccionan menús especiales, los taxistas han elaborado una lista cerrada de precios y algunos establecimientos se han adherido a la red de 'Tiendas amigas' de Correos para que puedan enviar sus compras directamente a su casa. 
La oferta también se extiende al ámbito cultural, con ciclos de cine, exposiciones y una entrega de premios en la fiesta anual en su honor. «Normalmente caminan por la mañana. Antes, cuando llegaban aquí se encontraban sin nada que hacer más allá de darse un baño en las playas. Ahora hay opciones para todos los gustos y adaptadas a las distintas épocas del año», relata De la Rúa. 
En invierno, aunque la afluencia es menor es extraña la jornada en la que no reciben, al menos, a un par de peregrinos, normalmente extranjeros, que ayudan a enriquecer la vida cotidiana cudillerense. «Parece que estamos en un Erasmus continuo. Se viven experiencias muy intensas». Los peregrinos se sorprenden al descubrir los altos acantilados del concejo y cuando se encuentran con vecinos que hablan con fluidez idiomas como el alemán. 
De cara al año Xacobeo 2021, en Soto de Luiña tienen varios retos en mente. Uno de ellos, conseguir que el Camino «empiece en Ranón», en cuanto los viajeros abandonan el avión. El otro, estrechar la colaboración con el Ayuntamiento, a quien agradecen que haya apostado por el peregrino como turista preferente"


Soto de Luiña tiene también un seudónimo literario: Villagrís. El investigador Francisco Crabiffosse, en su artículo Soto de Luiña en los años veinte, nos dice que se trataba del título de una novela corta, cuyo autor era Jesús Rovés, de La Casona, y que, publicada en 1924, formaba parte de una proyecto literario más ambicioso y frustrado en el que, siguiendo el modelo del cántabro José María de Pereda, quería plasmar las vicisitudes de un pueblo:
"En 1924, Jesús Rovés, de La Casona, notario de Cangas de Onís y de Villaviciosa, publicaba su novela corta “Villagrís”, un adelanto de un proyecto literario más ambicioso, a la postre frustrado, con el que siguiendo el modelo de Pereda pretendía retratar la vida de un pueblo. 
En esta obra costumbrista, Villagrís es un trasunto de Soto, que está presente en diversos elementos, sobre todo en los retratos del señor, el cacique, el señoritingo, el sabiondo y el gañán.

Este retrato social bebía en la propia experiencia vital de Rovés, y en su conocimiento de su parroquia natal, en la que destacaban diversas personalidades; unas figuras que, así recordaba otro cronista local de estos años:  

“En algunos pueblos como Soto de Luiña suelen encontrarse particulares y familias que por su ilustración, altruismo y bondad, no sólo honran a sus ascendientes, sino también a los mismos pueblos”.
 
A la derecha más casas que fueron de los Cándanos, entre ellas el cuartel de la Guardia Civil, que fue trasladado aquí desde la Casa del Sastre en la posguerra. Dado su pequeño tamaño, a pesar de sus tres pabellones, pues ocupaba también las viviendas de atrás, en la Casa del Sastre alquilaban habitaciones  a los guardias aquí destinados y sus familias


Un poco más adelante y en la misma acera y bloque que La Tasca de Luiso, tuvieron los Cándanos carnicería y matadero. Más tarde estuvo el bar de Casa Luis, con parada oficial de los autocares ALSA y últimamente hubo un quiosco de prensa, ahora cerrado



Buena parte de estos edificios fueron construidos por la iniciativa o auspicios de Jacinto de la Rúa y Rivas, Ayudante de Obras públicas. aquí nacido y cuya biografía presenta asimismo Francisco Crabiffosse Cuesta en ese artículo:
"Nació en Soto en 1823, donde falleció en 1909. Cursó a partir de 1840 estudios de Ciencias en el Real Instituto Asturiano de Gijón y en 1846 comienza su labor profesional en el Ferrocarril de Langreo al lado de los ingenieros Elduayen y Boulay. El primer trazado del ferrocarril se inauguraría en 1852.

En 1854 inicia su trayectoria profesional como ayudante de Obras Públicas, cargo del que se jubilaría en 1891. Durante este prolongado periodo participaría en las más importantes infraestructuras realizadas en Asturias. 

Trascendental en su biografía es su vinculación con el marqués de Salamanca, con quien trabaja en sus proyectos ferroviarios desde 1858. Por encargo de él se traslada a Italia para trabajar en la Sociedad General de Caminos de Hierro Romanos, en la construcción de la línea Ancona-Bolonia. Esta estancia italiana, que se extiende de 1861 a 1866, es clave para el desarrollo de una personalidad que combina el interés por los avances de las ciencias y las técnicas con una pasión por el arte y la literatura, que le lleva a ser un riguroso coleccionista de la pintura italiana y española de los siglos XVII y XVIII, y de la asturiana contemporánea.

 Era caballero de la Orden Civil de San Mauricio y San Lázaro de Cerdeña, condecoración otorgada por el rey Víctor Manuel I. 

Gracias a Jacinto de la Rúa, Soto de Luiña moderniza su configuración con arquitecturas contemporáneas de gran interés y se convierte en un foco cultural de referencia en el contexto asturiano"

Esta carretera se abrió al tráfico en 1894 y marcó la configuración urbana de Soto desde entonces. Una personalidad que influyó notablemente aquellos años en el desarrollo del pueblo fue el deán Ramón Prieto Albuerne, aquí nacido en 1850 y que llegó a ser deán de la catedral de Santiago, donde falleció en 1930. Al ser pariente del ministro, y varias veces Presidente del Gobierno del Gobierno, Manuel García Prieto (que llegó a ser Presidente del Gobierno varias veces), logró para su pueblo de nacimiento no pocos beneficios, que Francisco  Crabiffosse nos relata en la biografía que hace del religioso en el Blog de Soto de Luiña:
"Nació en Soto en 1850 y falleció en Santiago de Compostela en 1930. 
Celebró su primera misa en 1883, y fue muy cercano al gran obispo de Oviedo Fray Ramón Martínez Vigil. Después de ocupar canonjías en Jaca y Vich, fue Deán de las catedrales de Teruel y Tarragona, para en 1918 ser nombrado deán de la catedral de Santiago, cargo que ocupó hasta su muerte. 
Desde que alcanzó sus primeros puestos en el obispado de Oviedo, inició una labor incansable de apoyo y modernización de su parroquia natal: 
En 1887 promovió la creación de la Escuela de Niñas en Soto de Luiña, que acabó con la coeducación existente hasta entonces. 
En 1890 logró del ingeniero de Obras Públicas Casariego el derribo de los restos del peñón cercano a la torre de la iglesia, despejado parcialmente por el trazado de la carretera de la costa, que se abre al tráfico en 1894, facilitando así el diseño de la plaza de la iglesia tal como hoy la conocemos. 
En 1895 impulsa la creación de las carterías de Soto, San Martín y Novellana. La de Soto sería luego transformada gracias también a él en Administración de Correos. En 1914 logró el establecimiento de la línea telefónica, en el trazado  Cudillero-Ballota.ç 
Las infraestructuras fueron una de sus mayores preocupaciones: 
Propició la apertura de la carretera Soto-Arcallana, de la que únicamente se construyeron los 7 kilómetros del trazado Soto-Troncedo. 
Consigue la variación del trazado de la línea del ferrocarril Gijón-Ferrol, con la creación de las estaciones de Primera de San Martín y Soto de Luiña, levantada en 1950. 
Y la construcción de la carretera de la playa, incluida ya en el plan estatal de carreteras de 1911, pero que no se subastó hasta 1921. En 1925, y gracias también a su iniciativa, se realiza una plazoleta y aparcamiento para 40 coches, proyectándose la plantación de árboles a ambos lados de la carretera. 
De 1923 es el proyecto redactado por el ingeniero Graiño, del Departamento del Ferrol, de realizar un puerto uniendo la playa de San Pedro con la de Castrillón, proyecto a la postre frustrado. 
Dato interesante es la defensa de la propiedad mancomunal de los montes de Prámaro. 
El 11 de mayo de 1921, el Ayuntamiento lo proclamó “Hijo predilecto y benemérito de Soto y del Concejo de Cudillero”. 
La influencia que desarrolla el Deán en todas estas mejoras, se debe a su parentesco y amistad con Manuel García Prieto (Astorga, 1859-San Sebastián, 1938). Figura relevante del Partido Liberal de Romanones, del que encabezaría una escisión fundando el Partido Liberal Democrático, fue  varias veces ministro en distintos gabinetes y en 1912 presidente del gobierno. En 1911 recibió el título de marqués de Alhucemas, con grandeza de España desde 1913. Opuesto a la dictadura de Primo de Rivera, en 1931 fue nombrado ministro de Gracia y Justicia en el último gobierno de la monarquía. 
La influencia se prolonga gracias a Manuel Portela Valladares, el político gallego muy cercano a García Prieto, en cuyo gobierno (hasta el golpe de Primo) fue ministro de Fomento.

A finales del siglo XVII se conoce que el santuario estaba en ruinas y la romería había decaído, siendo rehabilitada por iniciativa del párroco D. Francisco Bances y los gastos asumidos por los vecinos, destacando la limosna de D. Francisco Albuerne. El coste total fue de 774 reales y tras la restauración y por iniciativa también de D. Bances se recuperó la romería y procesión hasta que entraron de nuevo en decadencia hasta desaparecer de esta forma que explica Ángel Ardura Parrondo Parrondo en su libro Historia del valle de Las Luiñas de Cudillero en el Camino de Santiago:

"Durante muchos años siguió celebrándose conjuntamente la procesión hasta que por desavenencias entre los párrocos de Soto y San Martín D. Benito González Arango y D. Benito Miranda respectivamente, allá por la década de 1770 a 1780, hizo que San Martín dejara de asistir como parroquia a la misma, continuando solamente la de Soto. El motivo de la ruptura parece ser que estuvo en el aspecto que más presidía estas funciones: el protocolo"

La puntilla fueron las Disposiciones Sinodiales del obispo D. Agustín González Pisador, prohibiendo estas largas procesiones en peregrinación a capillas distantes de las iglesias, reduciéndolas a un corto trayecto testimonial alrededor de los templos parroquiales. Ello no obstante deja patente el intenso tránsito de gentes por este camino


A la izquierda la sede de la Asociación Cultural Camino de Santiago "La Humildad", y seguidamente la tienda de Cristina Colubi, Multiluiñas. Otro de los edificios notables de Soto. Aquí estaba la Panadería de José Menéndez Álvarez, heredada de su padre José Farnández Álvarez y este a la vez del suyo, también llamado José. En las efemérides destacadas recoge Francisco Crabiffosse la siguiente:
"1925- El 8 de septiembre José María Sarlanga inaugura su panadería, y el mismo día Sabino Gómez abre su carnicería. Ambos celebraron un festejo público amenizado por la banda de Música “ Los Ciegos” de Oviñana"

Escaparate de la Asociación La Humildad, cuyo nombre se debe a Nuestra Señora de la Humildad, se sonada romería en septiembre, sociedad presidida por el gran vecino y erudito local Francisco Javier Fernández Menéndez, Paco Menéndez, gran conocedor de la historia de cada casa y cada recodo del Camino...



A la derecha este edificio alto era Casa Rafaela, que fue una antigua fonda, donde pernoctó en 1976 el escritor Graham Greene cuando atravesó Asturias recorriendo todo el norte de España durante el verano de aquel año, dentro de un itinerario que ha dado lugar a no pocas especulaciones. Con el título Graham Greene, escritor y espía por Asturias, La Nueva España publica, el 20-6-2020 un amplio artículo sobre el tema, del que presentamos esta parte:
"En julio de 1976 una extraña pareja recorrió el norte peninsular, atravesando toda Asturias. Uno, inglés y escritor de éxito. El otro, un párroco gallego, profesor de la Universidad Complutense. Viajaban en un Renault 5 conducido por el estudiante, hoy profesor jubilado, Miguel Ángel Fernández, con el aparente objetivo de hacer turismo y que el afamado escritor descubriera la belleza del país.
Cuarenta y cuatro años después de aquel primer viaje, que estaría seguido por otras catorce rutas más en años consecutivos, el profesor de la Universidad de La Rioja Carlos Villar ha publicado en forma de ensayo todos los detalles de aquellos periplos y de la relación forjada entre el inglés, el afamado Graham Greene (1904-1991) y el sacerdote orensano Leopoldo Durán (1917-2008). 
“Viajes con mi cura. Las andanzas de Graham Greene por España y Portugal” es el título de la obra que Villar, formado en la Universidad de Oviedo, acaba de sacar a la luz con el objetivo de cubrir “una laguna” en la biografía del autor inglés, eterno candidato al Premio Nobel de Literatura. No en vano, los biógrafos anglosajones nunca profundizaron en su aventura española, de la que surgió años después su novela “Monseñor Quijote”, y el único rastro de aquellos viajes quedó plasmado en la obra que Durán publicó tras el fallecimiento del inglés bajo el título “Graham Greene: amigo y hermano”. “Además de un tono general en el que se idealiza la figura de Greene, Durán no quiso ofrecer un registro detallado de los viajes. No quiso ser muy explícito y maquilló algunas cosas. Fui consciente de esa laguna y de que con trabajo e investigación podía llenarla”, apunta Villar, que ha dedicado siete años a dar forma a este ensayo de 400 páginas. 
Tras esta inmersión en la vida de Greene, Villar sostiene la hipótesis de que, al menos en el primer viaje, el escritor se desplazó a España como informador, para conocer la situación política, en un momento delicado tras la muerte del dictador Francisco Franco. Y es que Greene fue miembro activo del servicio secreto inglés, más conocido por MI6. Durante la II Guerra Mundial hizo labores de contraespionaje en la península Ibérica, especialmente en Portugal. “Aunque después de esto Greene dijo que había dimitido, creo que nunca dimitió del todo y hasta el final de su vida estuvo prestando servicios para el MI6. Creo que no vino a España porque fuera amigo de Durán, porque en el 76 aún no lo era, él vino porque tenía mucho interés en ver cómo estaba evolucionando España”, señala el profesor riojano.

Ya unos cuantos años antes, en 1991, Ramón G. Avello publicaba en El Comercio este artículo, si bien las pesquisas de Graham Greene se basaban más en indagar una leyenda sobre la muralla de Soto:





También estuvo aquí Monseñor Roncalli (Angelo Giuseppe Roncalli) pocos años antes antes de ser nombrado Papa como Juan XXIII


También artistas y personalidades del espectáculo como Raphael, el grupo Los Brincos y el famoso Dúo Dinámico, durmieron o pararon por aquí en la antaño larga travesía a Galicia por carretera. Mar Pérez, de la Casa Vieja del Sastre, escribe en Turismo España:
"Destacar 2 peregrinos ilustres (seguro que hay más pero no tenemos constancia): Graham Greene y Juan XXIII, justo dos años antes de convertirse en Papa. Soto de Luiña dio personajes de renombre que ocuparon altos cargos en instituciones regionales, pero destacó siempre por las inquietudes culturales, etnográficas y de recuperación de tradiciones y folklore. Soto de Luiña sobresalió también por ser casi el principal núcleo del boom turístico de la España de los años 60 en el municipio de Cudillero. Además era un lugar de paso obligado camino hacia Galicia por lo que en aquella época no era difícil encontrar comiendo o tomando algo a artistas como Raphael, Los Brincos, el Dúo Dinámico..."

A la izquierda, en este solar se apilaba la leña para alimentar el horno de la Panadería de José Menéndez Fernández, hasta que, allá por 1964 y con el deseo de acicalar el pueblo, se hizo este jardín, auspiciado por el abogado Francisco Peláez, Pachín, y por el médico y pianista José Antonio Menéndez, según datos que nos proporciona Paco Menéndez, de La Humildad


La Plaza de la Iglesia, fruto de las inquietudes del deán para con su pueblo, empezamos ya a verla al fondo, así como la gran torre-campanario de la parroquial de Santa María de Soto. Más cerca y a nuestra derecha, otro de los edificios históricos de la localidad, este de la década de 1920, el de la Casa los Peláez, donde estaba, en el bajo, la Tienda de Claudio Suárez (ferretería y bazar), quien vivía en el primer piso


Esa década de "los felices años 20 del siglo XX" fue trascendental para Soto. Esto son algunas de aquellas iniciativas que transformaron el pueblo, haciendo de él en la práctica esa pequeña villa a la que aludíamos al principio, escogidas por Francico Crabiffosse:
"1920- Se constituye la sociedad colectiva “Álvarez y Compañía”, que adquiere la farmacia de Agustín Bravo, farmacéutico de Cudillero, y que se propone explotar una droguería-farmacia. Soto contaba entonces con dos médicos, uno de ellos municipal 
1922- Inauguración el 15 de mayo de la carretera de la playa.

1925- El 22 de noviembre se inaugura la línea del tendido eléctrico. Tres años después, el 18 de noviembre de 1928, se encienden ocho puntos de luz pública. 

1925- Soto cuenta con una nueva línea de auto-correo que une la localidad con San Esteban de Pravia, y que se suma a la anterior que hacía servicio desde Vegadeo a San Esteban. En 1928 se abre la administración de los automóviles-correos Castropol-Gijón"

En 1928 se inauguró la estación telefónica y se aprobó la construcción de la estación ferroviaria, que no obstante no se inauguraría hasta el 30 de julio de 1962 con el tramo Luarca-Pravia del Ferrocarril León-Gijón, de cuyos retrasos y vicisitudes hablamos y hablaremos ampliamente en este itinerario asturiano del Camino Norte. Para ello se aprueba la construcción de la carretera de Vivigo (Oviñana) a Las Chabolas (en lo alto de Soto) llevando arena de la playa a las obras de las vías férreas



El 10 de noviembre de ese mismo años de 1928 abría su farmacia Juan Ramos. Crabiffosse escribe también:
"Esta dinamización, con una intensa modernización en una década, afecta también a otros ámbitos tradicionales en un medio rural como el de la parroquia, que se relaciona estrechamente con la vecina de San Martín. En ésta el médico Valentín Rodríguez Fernández promoverá el activo Sindicato Agrícola, del que será presidente y médico. La actividad de esta sociedad confluye con la Sociedad Agrícola “El Progreso de Luiña”, que organiza en Soto los Concursos de Ganado Vacuno, que se celebraban en el Prado de la Osera desde 1926 hasta al menos 1931. Desde 1928 San Martín contará con un veterinario, contratado por el Sindicato Agrícola con un salario de 3.000 pesetas.

Otro elemento de dinamización social será el proletariado gallego llegado para trabajar en el trazado del ferrocarril, aunque las duras condiciones de trabajo y la propia inflación de este periodo dejasen sus salarios de 4’50, 5 y 5’50 pesetas totalmente desfasados. Los “gallegos” será un elemento clásico en todas las fiestas de la zona. El 1 de septiembre de 1928 organizarían un “Baile Blanco” en Soto, una verbena a la veneciana con la banda del Pito y organillo, y en la que por supuesto no faltó la gaita gallega y un monumental globo con la inscripción “Galicia” 


En este muro, a la izquierda de la carretera, nos encontramos con una de las muchas alegorías jacobitas de la peregrinación, un cuadro que rememora al primer peregrino, al menos de nombre conocido, a Santiago de Compostela, Alfonso II El Casto. En él un dibujo del rey, basado en la estatua que hay en la plaza ovetense de su nombre, al pie de la catedral de San Salvador, se le presenta con capa y escudo, mirando a un bosque, el Libredón de la historia del hallazgo del sepulcro del santo. Detrás de él,a la izquierda del cuadro, un dibujo de la torre de la iglesia de Santa María de Soto, que no existiría por entonces, al menos en su forma actual, pero que vincula a esta población con el Camino


No se sabe exactamente qué camino siguió, se presume que sería más o menos el más directo desde nu naciente corte ovetense, la antigua vía romana Lucus Asturum-Lucus Augusti, pero también podría hacer salido a la costa, como se hacía frecuentemente, vía Pravia por ejemplo. De su trascendencia para el Camino dice esto la Xacopedia:
"Rey de Asturias (759-842). Reinado: 791-842. Fue decisivo en el nacimiento y desarrollo inicial del santuario compostelano, situado, como el resto de Galicia, en su aislado reino cristiano asturiano, en el noroeste y norte peninsular. Hacia los años 820-830 confirmó como pertenecientes a Santiago el Mayor los restos óseos aparecidos en un olvidado edículo funerario de origen romano emplazado en un bosque del occidente gallego. Sobre los motivos y hechos concretos que le llevaron a tomar esta decisión nada se sabe. 
Fue, en todo caso, un primer e imprescindible paso que sólo él podía hacer efectivo con su superior autoridad, emanada de Dios. Y le dio forma estable mandando construir la primera iglesia para el culto y la custodia del sepulcro. El paso siguiente fue la creación de una comunidad monástica responsable de los restos apostólicos, que dio origen al primer cenobio compostelano, San Salvador de Antealtares, actual convento de San Paio. Completó la labor de creación de lo que se iba a conocer como el locus sancti Iacobi -el lugar santo de Santiago- con un baptisterio del que apenas se conservan restos. 
Pero Alfonso II no se conformó con todo lo anterior. En otra decisión que evidencia su interés por el naciente santuario de Santiago, realiza en el año 834, durante una peregrinación desde Asturias, la primera donación de tierras a la naciente Iglesia compostelana. Fue un espacio de tres millas de radio alrededor del locus sancti que daría origen al futuro señorío de Santiago y permitiría la supervivencia de los primeros religiosos del lugar. 
Estas medidas, unidas a su decisión de situar a Oviedo como capital del reino y centro religioso, pretendían reforzar la pequeña iglesia asturiana frente a la situada en territorio musulmán, liderada desde la poderosa Sede Metropolitana de Toledo, que mantenía serias discrepancias teológicas con la del pequeño reino cristiano. 
Alfonso y Carlomagno 
 Se cree que Alfonso II solicitó ayuda al emperador franco-alemán Carlomagno, con el que mantuvo contactos, para la consolidación de su Iglesia y la durísima lucha contra los musulmanes, que llegaron a arrasar Oviedo, la capital del reino. Estos hechos pudieron inspirar en el siglo XII el relato legendario de la Historia Turpini -libro IV del Códice Calixtino- donde se sitúa al gran emperador continental como liberador del sepulcro y responsable de la apertura del Camino a Santiago. Se buscaba reforzar la dimensión europea del santuario, a pesar de que la muerte de Carlomagno se produjo en el año 814, varios años antes del hallazgo del sepulcro de Santiago, y de que el texto ignoraba la trascendencia de Alfonso II en el nacimiento del santuario. 
Durante el reinado de Alfonso II podría haber nacido la consideración del Apóstol como “patrón y señor de toda Hispania”, partiendo quizá de fuentes que, como el himno O dei verbum, de finales del siglo VIII, aluden a un patronato anterior. En este confirmado patronato estarían los orígenes remotos de una interpretación de su figura como líder celestial en el largo combate peninsular contra los musulmanes. Esta interpretación va a convivir a través de la historia con su consideración como apóstol y peregrino, que le daría su verdadera dimensión europea. 
Alfonso II está considerado como el primer peregrino jacobeo. Visitó el naciente santuario compostelano al menos una vez (834), llegando previsiblemente a través de lo que hoy se conoce como el Camino Primitivo, entre Oviedo y Compostela"


Acercándonos a la Plaza de la Iglesia, una de las casas que más llaman la atención en Soto es esta, con un grandísimo balcón-corredor asomado a la calzada. Es Casa Paco Peláez, luego de su hijo Francisco Peláez. Abajo hubo tienda y estuvo la primera telefónica del pueblo, que funcionaba de ocho de la mañana a doce de la noche


La mujer de Francisco, Fifi,  era muy aficionada a la decoración y ya cuando ella vivía el corredor era una maravilla, con plantas y flores y objetos de cerámica


Ha sido restaurada por Flor María, hija de Fifi, y de aquel esplendor decorativo se conservan las cerámicas, que muchos peregrinos contemplan y admiran al pasar por delante


Entre los platos, también alguna jarra


Una elegantísima composición


Justo antes de la Plaza de la Iglesia, otro llamativo edificio, alto, estrecho, pintado de rojo y con bajo, en él estuvo el bar de María Esperanza, que antes de la guerra era ponderada por hacer unos pasteles en el tradicional mercado que ase celebraba enfrente, en la plaza. Paco Menéndez nos informa que lamentablemente esa especialidad repostera se ha perdido, incluso su memoria y nombre. Talvez algún día alguien pueda recuperarla...


A su derecha, en el bajo de otro edificio más moderno, hay un negocio relacionado con la repostería, la Panadería Estrella, sucesor de la citada Panadería de José Menéndez, que veíamos antes, la cual fue arrendada por los luarqueses Jesús y Jesusa pues su propietario no deseaba que, tras su jubilación, Soto perdiese su tahona. Más tarde Jesús y Jesusa dejaron el antiguo local y se instalaron aquí, en un lugar conocido como la Finca los Robeses, hacia 1975


La panadería tiene también su historia de peregrinos. Tradicionalmente se elaboraba un pan dulce, muy común al occidente asturiano, enfiladas o alfiladas, bollo dulce trenzado al que se le hacían dos cabos. En 1915 llegó un peregrino francés, que les enseñó a hacer el pan francés, pasando a hacer estos bollos de un solo cabo. En la actualidad se hace de dos, como los hacían Jesús y Jesusa


Después, sus hijas Dalila y Beatriz López Rodríguez, se hacen cargo del negocio familiar y, al lado, del Aparthotel La Hortona. Esta es la entrevista que le hacer Ana Paz Paredes para La Nueva España el 18-5-2017:
"La menor de tres hermanos, Beatriz López Rodríguez es una joven licenciada en Arquitectura Técnica que siempre tuvo claro que su vida se desarrollaría en su pueblo natal, Soto de Luiña. "Cuando acabé aquí el módulo de Delineación decidí que quería seguir estudiando y me licencié en Arquitectura Técnica en Valladolid. Mientras estudiaba iba y venía un fin de semana sí y otro también. No me gusta la ciudad, necesito mi pueblo", señala ella, que jamás ha tenido miedo a los cambios y ha sabido adaptarse siempre a las circunstancias con mucha positividad y con optimismo.
"Cuando quise trabajar en lo mío, la cosa estaba en plena crisis. Mis padres tenían la panadería y cuando se jubilaron yo me incorporé a la misma. Mis dos hermanos ya estaban trabajando, pues tenemos también un apartotel. Mis padres, que siempre fueron panaderos, necesitaban a alguien que se ocupase de todo el papeleo, de la gerencia por así decir, y entré yo. Yo no amaso, que conste, pero puedo echar una mano, por ejemplo, si están envasando, o me pongo a hacer empanadas o lo que proceda", afirma ella con una amplia sonrisa en el exterior de la panadería La Estrella, en Soto de Luiña, donde tiene sobrada fama tanto por la calidad de sus diferentes panes como por algunas de sus especialidades, como son "el bizcocho o la enfilada", matiza. Ahora bien, eso no es todo. Además de llevar la gerencia del negocio familiar, esta emprendedora rural también ejerce como aparejadora, "que es realmente mi profesión, mi oficio, lo que más me satisface. Estoy en alguna obra, me ocupo de fichas técnicas; en fin, lo que proceda, y lo combino con la panadería y la vida familiar, pues soy madre de un niño de 2 años y mi pareja también trabaja; menos mal que tengo a mis padres, que me ayudan y con quienes vivimos actualmente a la espera de finalizar mi propia casa", dice ella, que recuerda las dificultades para incorporarse a la vida rural en su concejo de quienes quieren hacerlo, matizando que "la burocracia del Ayuntamiento de Cudillero y la tremenda lentitud del papeleo echan a la gente para atrás" 
Beatriz López cree que sí se puede vivir en y del campo. "Yo creo que hay futuro en el medio rural. Trabajo hay mucho y muy diferente; ahora bien, también te tiene que gustar este estilo de vida y hay que saber que lleva un periodo adaptarse si vienes de la ciudad. En mi caso siempre quise vivir donde estoy, en Soto"

 Después va la Plaza de la Iglesia o del Príncipe de Asturias, pues en 1992 la población fue premiada, junto con la vecina Novellana, con el galardón  al Pueblo Ejemplar de Asturias dentro de los premios que llevan su nombre (ahora Princesa de Asturias). Esta plaza fue abierta como veíamos a instancias del deán Ramón Prieto Albuerne en 1890, cuando logró que se se derribase lo que quedaba del peñón sobre el que se construyó la iglesia, lo que facilitó además el trazado de la carretera, inaugurada cuatro años más tarde


Más antiguamente, el viejo camín real anterior a esta carretera era en este tramo también camino procesional, romería de devotos que se realizaba, allá por el siglo XVI, participando hasta cuarenta clérigos, entre diáconos y párrocos, que salía de San Martín "cabeza de todas las Lluiñas", como cantaba José María Peláez Prieto, Peltó, se unía a otro grupo en Soto y subían por La Cuesta la Torre y Las Chabolas prosiguiendo hasta la venerada capilla de Santolaya en Albuerne, donde se celebraba misa solemne con posterior comida de confraternización en los campos aledaños, actual barrio. Estamos pues ante otra noticia sumamente trascendental para darnos cuenta de la importancia del camino, en el que se celebraban procesiones entre lo que era la cabeza del valle y los pueblos y parroquias de ella dependientes en este trayecto, lo que no deja de ser una romería y peregrinación de carácter local. Es muy posible que la relación atribuida a la santa con las buenas cosechas fomentase esta especial veneración



A la izquierda estaba la antigua carnicería de Inocente Busto y en bar La Plaza. Ahora hay algo importante para los sufrido y cansados peregrinos, un centro de masajes que puede aliviar sus fatigados huesos y músculos. Pero la gran historia del edificio es la del cine de Soto. Ya el 13 de enero de 1929 los Hermanos Sariego, dueños de la Fonda Mendiola, inauguran el Salón Teatro Astur, donde actúan grupos teatrales locales. Una semana después se inician las proyecciones cinematográficas con una película de Charlot y, seguidamente, El Delito de una Madre, protagonizada por Mae Durray, según datos recogidos por Francisco Crabiffosse



En 1948 el industrial Emilio Suárez inauguraba aquí el Cine Las Luiñas con la película Las llaves del reino, a las que seguirían La Lola se va a los puertos, La princesa de los ursinos, Madrecita y Los tres mosqueteros. Leemos en El cine y teatro en Soto, de la Web de Soto de Luiña, Prámaro, San Pedro de la Ribera y San Martín de Luiña:
"Ramón y Paco de la luz, técnicos en el tema, se encargaban  del manejo de la máquina, haciendo verdaderos malabarismos para empalmar los cortes que con frecuencia se sucedían, ocasionados a veces por la censura de entonces y también por el cambio de los rollos, proporcionándonos con ello unos descansos de casi media hora, en los cuales era costumbre salir a los bares adyacentes a comprar chucherías; me acuerdo que junto con mis hermanos, íbamos a despachar cacahuetes a casa de Alfredo, que previamente, nuestra querida Sara, se encargaba de tostar y que estuviesen calentitos para el momento.

Carmina Busto (Carmina Lita), la taquillera que siempre conocimos,  ojeaba  por la ventanilla cuando el penitente le ofrecía duda en determinadas películas clasificadas para mayores,  ya que algunos fingían los años que no tenían para colarse donde no debían.   Mª Luz Menéndez (Cuca Colubi ) y Gregorio Díaz , cumplían con su deber de acomodadores y también velaban por la moralidad del lugar enfocando con la linterna alguna que otra exaltada pareja de espectadores. No todo era cine, pues como el escenario era amplio, se corría la pantalla hacia atrás y daba lugar a otras actuaciones, obras de teatro, corales,  etc.; en  él  hicimos nuestro debut como artistas los jóvenes del pueblo con la colaboración de algunos veraneantes en la coreografía de fin de fiesta"

Se atribuye la tradicional existencia aquí de grupos de teatro en Soto a la labor del antiguo párroco, Don Vicente, que organizaba representaciones en la cercana Casa Rectoral, detrás de la iglesia, que veremos enseguida y que fue el antiguo hospital de peregrinos)
"Soto de Luiña tenía tradición artística, hoy un poco relegada a los más niños, pues ya en la casa Rectoral, había un salón de actos antes de 1.936 dedicado a tal fin siendo muchas las representaciones que allí se hicieron, y que aún recuerdan algunas personas mayores que tomaron parte en las mismas"

En ese aspecto, afirma Francisco Crabiffosse:
"... parece ser que el verdadero artífice de la tradición teatral de SOTO, y este fue D. VICENTE, el cura (asesinado en 1936), que llegó a tener varios grupos de teatro que hacían sus funciones en el salón parroquial de la Rectoral donde se representaban a los clásicos, comedias, zarzuelas etc. y siempre con grandes éxitos, magníficos decorados para cada función. pintados en los últimos años por Dña. MAXIMINA ALONSO y D. FRANCISCO PELAEZ grandes maestros de la pintura y grandes pérdidas culturales para nuestro pueblo al desaparecer, así como el telón que representaba la plaza con la iglesia."

Además del cine y el teatro hubo varias zarzuelas muestra esta de la gran tradición cultural y asociativa de Soto, que sigue en nuestros días:
"Aparte de las obras de teatro representadas,  “LA CIGÜEÑA DIJO SI”, “LA TONTA DEL BOTE”, “AL SONAR DE LA SALGUERA” etc. se pusieron varias zarzuelas ”LA ESPIGADORA”, “EL VIUDO” ,etc. .resultando muy vistosas a la vez que muy comprometida su escenificación; como final de fiesta recuerdo entre otras una actuación de Luisa Mª Ibarra, joven de gran belleza, cantando el “Fumando espero” de  Sara Montiel, recostada en un chaiselongue, vestida muy sexy, y con un cigarro en la mano, escena que nos dejó a todos “gratamente sorprendidos” en aquellos tiempos tan........."

Y se celebraban grandes bailes, viniendo muchísima gente de todos los pueblos de la redonda, al cine, al bailoteo y a los famosos paseos por la carretera...
"Alternando el cine con los espectáculos se celebraban  bailes, una vez al mes se recogían las butacas, colocando una hilera de éstas en los laterales ( donde se sentaban algunas mamás) quedando un espacioso salón; debajo de lo que llamábamos gallinero se instalaba el bar con unas cuantas mesas y sillas, lo que proporcionaba gran comodidad para los observadores  pasivos. 
No importaba la calidad de la orquesta para que la asistencia fuera masiva, cantidad de jóvenes de todos los entornos acudían a Soto a divertirse; los autocares  “ VILLA” de Avilés venían cargados de chicos en su mayoría de otras provincias de España, estaba entonces en su auge ENSIDESA, gran empresa siderúrgica que trajo a operarios de todas partes. 
Al baile acudían  muchas jóvenes de las cercanías; de Oviñana  lugar donde había muchas y  grandes mozas bajaban en animados grupos por la cuesta llamada de  la Torre- atajo que evitaba el rodeo por la carretera – camino en no muy buenas condiciones y peor de invierno, que obligaba a cambiarse de calzado, lo cual hacían al llegar a  Casa de Alfredo quien ponía a su disposición  un local y un servicio para tal fin, de San Martín de Luiña ya bajaban por la carretera con menos problemas, de Cudillero y así de otros muchos lugares cercanos, Soto era un hervidero de gente  en esa época, creo que mas de una joven casadera encontró su media naranja en este lugar. 
Taxis como  el de Mario de Prámaro, Primitivo de Lamuño, Angelín y Mariño de San Martín tenían gran actividad en ese día"

El antiguo cine sufrió también un grave percance, derrumbándose el 11 de marzo de  1962, cuando la empresa Circuito Fernández Arango se había hecho cargo de la sala y anunciaba su reapertura con "una de Sara Montiel", la película Pecado de amor:

"... la fatalidad hizo que, un domingo a las diez de la noche y con motivo de un embolsamiento de agua en el terreno tras el edificio, se produjese una fana, arrastrando con ello el cine. Agradeciendo que al estar ubicado en la carretera general no haya dado lugar a desgracias personales, ya que además la  mencionada reinauguración había quedado pospuesta con motivo de unas “Misiones”, - que por entonces se celebraban en aquellos días- para el domingo de Pascua, fecha posterior a su caída"

La historia del cine en Soto abre una nueva página cuando, tras reconstruirse la sala y ya en la década de 1970, dos vecinos, Avelino Suárez y Francisco Peláez, construyen otro cine, La Vega, cuya primera proyección fue la película Hatari, realizando además las mismas actividades teatrales, de canción y baile que el anterior:

"... aquí se representó “LA HERIDA LUMINOSA”, “MARIBEL Y LA EXTRAÑA FAMILIA”etc. siendo la última “EL DIAÑO DE LOS CUARTOS”, esta obra de ambiente asturiano y de hechos muy comunes en el tiempo, fue escrita por Emilio Suárez –quien modestamente nos ocultó su autoría hasta tiempo después ­–adaptando los papeles a personas conocidas del pueblo;   también recuerdo a Rufino Sarmiento entre bastidores, en su papel de apuntador en el que mas de una vez nos confundía con su incontenida risa según la escena sobre todo, cuando Ceci, su joven esposa salía a escena. 
Esta simpática y divertida comedia y casi real en su época la representábamos repetidas veces con llenos totales, pues  ante la mejor o peor calidad de la misma  primaban los actores pues daban mucho morbo, también se representó en el Cine Sagrario de Pravia y en el Copacabana de Muros de Nalón, en éstos, al ser menos conocidos, no había tanto morbo, la entrada era menos numerosa. La recaudación se  destinada a la reparación de la techumbre de la Iglesia Parroquial. 
Todas estas puestas en escena tenían un director impulsor de estas actividades, José Menéndez (Pepín el de la panadería) a quien dedicamos un recuerdo póstumo y agradecemos su dedicación y creatividad, no solo en esta campo sino en otros muchos de la parroquia. 

Años después con los cambios de usos sociales y por acuerdo de los empresarios cesó en su actividades siendo destinado a otros fines; cerrando con ello, la historia de los cines habidos en Soto de Luiña"

Seguidamente otro gran edificio, el de Casa Emilio, donde hubo, abajo, una afamada tienda de tejidos y ropa, la cual tenía gran competencia, nos dice Paco  Menéndez, con Las Ferinas, que instalaban su puesto también de telas en la plaza los días de mercado


En esta plaza se celebra, el tercer domingo de cada mes, el Mercado Tradicional de Soto de Luiña, con productos artesanales y de la huerta, quesos, embutidos, etc. Además, el segundo domingo de octubre se organiza El Mercadín del Rosario, también de artesanía y productos del campo, así como otras actividades, como el Festival de Canción Asturiana, teatro, concursos y sorteos, premios, etc.


Este Mercadín es el sucesor de una importante feria que se celebraba antaño en esa fecha, la del Rosario de Octubre, con todo tipo de aperos y productos del campo, Eran especialmente renombrados los cesteros, que desde una semana antes iban trayendo sus cestos, que se demandaban ampliamente, pues se empleaban para la siga de todo un año. Ahora, tras el cierre de los otros, solamente hay un bar en esta plaza, el Bar Ecu...


En La Plaza, entre otros árboles está, antes de la iglesia, el totémico carbayu que da nombre a la asociación vecinal del lugar. La iglesia parroquial de Santa María de Soto de Luiña fue declarada Monumento Histórico Artístico tras su restauración en 1984 y está considerada una joya emblemática del barroco en Asturias 


La historia documentada en el libro de fábrica nos cuenta que los pescadores costearon la construcción de un templo en el solar de una vieja ermita dedicada a San Juan Bautista o a Santa Marina, la cual estaba sobre una fuente, como ocurre en tantos templos, considerada milagrosa, salutífera o divina desde tiempos ancestrales, por lo que podrá tratarse de una cristianización de un lugar sagrado prerromano al lado de esta antiquísima vía de comunicación. No se especifica si esa construcción era la del viejo templo o se trataba de una ampliación del mismo a consecuencia de constituirse en parroquia hacia 1600, si bien las fechas varían según fuentes entre 1590 y 1608. Antes de ser parroquia independiente fue hijuela de la de San Martín, suponiéndose que el aumento demográfico acontecido por aquel entonces aconsejaría su separación


De aquel desaparecido templo parroquial primigenio sabemos que en 1611 se comenzó su sacristía, que a causa de la escasez presupuestaria no se acabaría asta 1619. En 1631 se construye una escalera al campanario. Además de obras en el cabildo, se conoce de la construcción de muros para soportar el talud de la peña sobre la que se hizo que se hizo el edificio


El nuevo templo que hoy conocemos empezó a construirse por iniciativa de D. Antonio Bances Cuervo y Osorio de la Bimera en 1694, siendo él quien trazaría y realizaría las primeras obras, que comenzarían por la sacristía-capilla lateral a la derecha del crucero, bajo la advocación precisamente de Nuestra Señora del Rosario, pero para ello había que allanar y eliminar toda la peña que había en este emplazamiento, en lo cual se seguiría trabajando al concluirse definitivamente los trabajos un siglo después, en 1801, con el párroco D. Bernardo Joaquín Sánchez

Para esa primera obra se cuenta con el maestro avilesino Sebastián de la Vega, estando al cargo de la cerrajería Juan de El Pontigón. Estas obras concluirán en 1700, empezarían por los muros y seguirían por la bóveda de crucería, el blanqueamiento de paredes y la dotación de muebles necesarios para guardar los ornamentos religiosos



En una siguiente fase, en 1709, se gestiona la construcción de la torre, siendo adjudicada al también avilesino Pedro García Álvaro, quien recibe un anticipo de sus honorarios, pero al poco tiempo de comenzar la labor es despedido por el párroco y los vecinos, ya que su trabajo no les ofrecía garantías. Esto no gustará a las instancias superiores, recriminando el Arcediano no se hubiese contado con las autoridades eclesiásticas, además de recordar que no se cambiase el sistema de contratación, pues primeramente se había contado con el maestro Domingo Fernández, que con sus oficiales de confianza llegarán a hacerse cargo de la faena



Bances justificaba esta torre-campanario porque cada día que subir por el tejado a tocar las campanas y abrir para dar luz a la capilla mayor, tan oscura que apenas de podía dar misa en ella. Las obras se reinician en 1715. Domingo Fernández va a dirigir también las obras de la capilla mayor, tejados y techo, colocando rejas. El pórtico nuevo será efectuado por el oficial carpintero José Álvarez y el cantero Bernardo Menéndez, trayéndose 150 carros de piedra que fue colocada por el oficial José Cadavedo y su hijo


La iglesia fue edificada a dos niveles, con cinco metros de altura de diferencia, sobre la peña de la que mana la fuente sacra, la cual veremos abajo, al otro lado del ábside, cuando rodeemos el santuario. Abajo está también la Casa Rectoral, detrás de la iglesia y separada de esta por un tramo del Camín Real, solar del antiguo hospital de peregrinos, asimismo dedicado dedicado a Nuestra Señora del Rosario y edificado entre los años 1713 y 1716 también por iniciativa de D. Antonio de Bances y Bimera de Osorio, siendo contemporáneo pues a las primeras obras de la actual iglesia y, como ella, elemento catalogado por la UNESCO como vinculado al Camino Norte de Santiago


Pero es obligado decir que antes que este existió otro, del que apareció una lápida con la fecha de 1516 en la torre de la iglesia, siendo mencionado posteriormente, en documento, de 1607, como Hospital del Lugar. Se supone era de una sola planta hasta que en 1655 el ala norte se transformó en establo y a la sur se le añadió otro piso. El historiador Ángel Ardura Parrondo no descarta guardase relación con la capilla aquí existente. Los dos hospitales convivieron una época, si bien este fue quedando relegado ante el nuevo y en 1748 se planteó unificarlos, siendo esto llevado a término por Don Fernando Joaquín. En 1752 el viejo ya figuraba en ruinas para el Catastro de Ensenada 


El fundador del nuevo hospital, D. Antonio Bances Candamo, cedió para ello su propia casa, que estaba en este lugar, y dos montes aledaños, señalando que había "una gran falta de servir a los peregrinos que iban en romería a la Ciudad de Santiago, por ser camino público y real desde el reino de Francia y otras provincias". En 1780, un párroco sucesor de Bances Candamo escribía así de él, ensalzando su figura:
"... escribió un libro donde se recogen los derechos, usos y diezmos de su parroquia, libro que tiene por becerro y apeo de la propia. Fue un gran poeta y compuso cuartetos, grabando algunos en el retablo de Ntra. Sra. y que hoy están borrados"
A ello, Ardura Parrondo en su Historia del Valle de Las Luiñas de Cudillero en el Camino de Santiago recalca:
"Pero por lo que quedará en la memoria histórica será por la fundación del hospital que  él denominó de de Ntra. Sra. del Rosario y que nosotros conocemos como el de Bances para diferenciarlo del otro hospital del lugar, más antiguo y fundado por el común, al decir de los vecinos"

Y en la iglesia, al lado de la capilla-sacristía de Nuestra Señora del Rosario y de la entrada por el pórtico, está el Monumento al Peregrino, aquí instalado y descubierto el 4-9-2021 por la mencionada Asociación La Humildad

Es obra del escultor gallego Manuel Collazo Torres y se trata de dos figuras de peregrinos claramente diferenciadas: una, la de la derecha, de pie, lleva la indumentario propia de las peregrinaciones históricas desde la baja Edad Media. La otra, sentado, es un peregrino contemporáneo, con sus botas, ropas y mochila. Dos días antes de su descubrimiento Ana M. Serrano explicaba para La Nueva España los preparativos:

"Es Soto de Luiña lugar histórico de paso de peregrinos y por ello la Asociación Cultural y del Camino de Santiago “La Humildad” quiere hacer un homenaje a esta historia local. El próximo sábado a partir de las once de la mañana descubrirán la escultura, obra del gallego Manuel Collazo Torres, que desde ayer se encuentra en la plaza del pueblo. 
Según el presidente del colectivo promotor, Francisco Javier Menéndez, por esta pieza se espera desde hace cuatro años. Entonces el colectivo encargó la obra, con boceto al escultor. 
Menéndez tiene claro que hay que “devolver al peregrino todo lo que deja aquí” y también ensalzar “siempre que se pueda” los conjuntos que pueblan la localidad y que de forma indiscutible recuerdan el lazo entre la ruta jacobea y este enclave cudillerense: son la iglesia, del siglo XVIII y una de las destacadas del barroco asturiano, y el antiguo hospital de peregrinos y casa rectoral. 
La escultura, de 2,5 metros, recrea un Santiago del siglo XIII y un peregrino que concluye el camino. Espera ser reconocida como punto de encuentro de los caminantes. 
Para el sábado, la Asociación Cultural y del Camino de Santiago “La Humildad” ha preparado un cuidado programa cultural. Habrá música e intervenciones. En la iglesia actuará la soprano Mayda Galano. Más tarde se entregarán los premios “Carbayo de Bronce” de la asociación a Manuel de la Cera y María Josefa Sanz y también intervendrá el cronista oficial de Cudillero, Juan Luis Álvarez del Busto, quien recitará un poema de Manuel García Estadella"

A algo tan importante como las ropas le dedica también un buen artículo la Xacopedia

 "La costumbre y las propias exigencias del Camino de Santiago fueron imponiendo una serie de elementos característicos en la indumentaria de los peregrinos medievales [indumenta peregrinorum]. Este equipo permitía identificarlos más fácilmente para poder acceder a los servicios específicos de atención que les ofrecía la Ruta, pero también informaba sobre sus motivos espirituales. Era, en este sentido, una especie de hábito cuya significación iba más allá del uso de unas prendas y complementos apropiados para realizar el Camino. 
El equipo tradicional de referencia -capaesclavinasombrerocalzado- experimentó pocos cambios a lo largo de los siglos, desde que tomó forma más o menos definida en el siglo XI hasta el final ya irremediable del periodo histórico de las peregrinaciones por el Camino, en la segunda mitad del siglo XIX. La vestimenta era muy semejante a la de quienes se dirigían a otros centros de peregrinación -Roma, sobre todo-. Hay que señalar, en este sentido, que era frecuente el viaje de una persona a más de un santuario. Esta indumentaria-tipo era adaptada por cada caminante a sus propias necesidades, procedencia, recursos económicos y forma de entender la peregrinación, por lo que su variedad era notable. 
 Sólo el renacer en el siglo XX del fenómeno y los avances modernos llevaron a un concepto de indumentaria completamente nuevo, aunque las características de la peregrinación y el propio hecho de hacerla caminando -o incluso en bicicleta- siguen exigiendo una serie de peculiaridades. en el atuendo..."


Las primeras alusiones directas a la vestimenta aparecen en el famoso Códice Calixtino en la baja Edad Media, sigue diciendo la Xacopedia:
 "Es en la primera mitad del siglo XII cuando encontramos en el Codex Calixtinus las primeras alusiones al equipo de viaje de los peregrinos jacobeos, sobre todo en lo que se refiere a dos complementos indispensables de la indumentaria peregrina, el bordón y el zurrón, a los que se les concede una gran fuerza simbólica y espiritual. En cuanto a las prendas de vestir, las menciones son mucho más escasas. Se deduce, por indicaciones indirectas, que eran de uso común la capa y el sombrero, pero poco más. Otras fuentes así lo confirman, al tiempo que ofrecen información sobre calzado y otros elementos. 
La capa, que no debía ser excesivamente larga para facilitar el paso; la esclavina, una sobrecapa pequeña para proteger los hombros del frío y la lluvia; el sombrero, destinado a guarecer del agua y el sol, y que para cumplir mejor esta misión comienza a aumentar el ala en el período de la Baja Edad Media; el calzado, en forma casi siempre de sandalias, aunque era frecuente ver a peregrinos descalzos; el zurrón a modo de pequeño bolso de viaje de cuero para llevar algún alimento o documento, y el bordón, para ayudarse en el Camino ante dificultades y peligros, eran los elementos característicos de la indumentaria de los peregrinos europeos que se dirigían a Santiago en esta época. Ya en el viaje de vuelta, y a veces también en el de ida, la concha de vieira complementaba esta indumentaria como emblema jacobeo de referencia, adornando el sombrero y la esclavina, y en ocasiones la capa y el zurrón. 
En los siglos siguientes, este equipo sufre pequeñas adaptaciones a las modas, pero sin variar sus elementos característicos. Las mujeres llevaban una vestimenta semejante con falda. Así se mantendrá hasta casi el siglo XX, cuando aún se constatan ejemplos próximos al atuendo aquí descrito. 
Desde el siglo XVI la indumentaria del peregrino no siempre tuvo connotaciones positivas, al acabar siendo usada por mendigos y otras gentes de condición dudosa para aprovecharse de los servicios que hospitales y centros religiosos prestaban en la Ruta Jacobea con una mayor frecuencia y magnanimidad que en otros caminos. Esto llevó a que a finales del siglo XVI el rey español Felipe II llegase a prohibir este atuendo, aunque sin mucho éxito. Así lo describe en ese siglo, en una de sus diversas variaciones, una canción germana recogida por los estudiosos alemanes Robert Plötz y Klaus Herbers:

¡El que quiera ser desdichado,
que se anime y sea mi compañero
por los Caminos de Santiago!
Que lleve dos pares de zapatos
y una escudilla con una cantimplora.
Que lleve un sombrero de ala ancha
y también una buena capa
guarnecida de cuero.
Tanto si llueve como si nieva o sopla el viento
para que el aire no se la lleve.
Que no falte el fardel y el bordón
y que no olvide confesar […]
 
En los dos siglos siguientes la vestimenta peregrina sigue apareciendo en obras de arte -escultura, pinturas, etc.-, relatos y publicaciones europeas de media Europa"

Además de su función práctica, el hábito antiguo llegó a marcar una muy importante simbología, la cual ha quedado en nuestros días relegada ya a usos simbólicos o ceremoniales:
"La indumentaria y sus complementos permitían ser reconocidos como peregrinos, lo que facilitaba en muchas ocasiones el paso por los caminos y la atención hospitalaria. Pero también llegó a tener una gran fuerza simbólica: era un medio en el camino hacia Cristo, a través de la intercesión de Santiago. En este sentido, sus elementos más característicos bien podían entenderse como atributos o una especie de hábito. Algunos de sus complementos, como el bordón y el zurrón, se bendecían antes de la partida, atribuyéndoles poderes espirituales, tal y como destaca el Codex Calixistinus en el célebre sermón Veneranda dies
No era infrecuente que algunos peregrinos al llegar a Santiago quemasen parte del atuendo como señal del inicio de una nueva vida. La Cruz dos Farrapos de la catedral compostelana nació con ese sentido, aunque no se conozca el uso que llegó a tener. Un número mucho mayor -hay ejemplos en varias partes de Europa- cedían sus ropas a alguna iglesia como una especie de exvoto y, sobre todo, era frecuente guardarlas como un tesoro para amortajarse con ellas. Se han encontrado numerosas sepulturas con restos alusivos. 
En la segunda mitad del siglo XX, con el resurgir del viaje a pie por el Camino de Santiago -una peregrinación que combina ahora la tradición religiosa con la faceta turístico-cultural- el atuendo tradicional fue definitivamente reemplazado y convertido sobre todo en material de consumo para turistas, especialmente el sombrero, el bordón y la capa con esclavinaEl peregrino moderno, como es bien sabido, viste habitualmente equipo deportivo o semideportivo específico para caminar y con una variedad que en nada recuerda a la indumentaria histórica. Jerseys, camisetas, pantalones especiales cortos o largos y ligeros chubasqueros sustituyeron a la capa y a la esclavina; pequeños sombreros y gorras -o nada- al eficaz pero incómodo sombrero de ala ancha; y la mochila repleta al pequeño zurrón. Sólo el bordón conserva todavía algún protagonismo, así como el indispensable complemento de la concha"


Detrás del monumento, un banco y sendas placas explicativas dedicadas a la iglesia y al hospital de peregrinos


La iglesia, de planta de cruz latina, tres naves con otras tantas capillas, ábside semicircular que veremos al bajar a la fuente, y torre cuadrada. Su estructura el resultado de las sucesivas intervenciones llevadas a cabo por los diferentes párrocos a lo largo de todo un siglo. Hay además añadidos posteriores, los pórticos laterales, por ejemplo, con tejado a una vertiente y que se apoyan en tres columnitas de hierro forjado, puestos a finales del siglo XIX



Y enfrente de ella, al otro lado de la carretera, otro edificio a tener en cuenta, donde ahora hay, en el bajo, una entidad bancaria, es la Casa los Rúas, donde tuvo su farmacia Juan Ramos, de la familia Ramos Hernández, originarios de Soria. Una hermana se casó con Emilio Suárez, el de Casa Emilio y su tienda de ropa, situada a su izquierda


Vamos entonces ahora a acercarnos a la monumental torre de la iglesia, de planta cuadrada y tres pisos, el elemento que más destaca sin duda en el conjunto arquitectónico, que durante las obras de Bances fue apuntalado con un nuevo muro de mampostería hecho por José Álvarez y Diego Cándano, pues el paredón antiguo que la asentaba sobre el talud de la peña se había desmoronado. 


En 1720, con la finalización de la construcción de la capilla de Nuestra Señora de las Nieves se da por concluido el periodo constructivo del párroco Bances. Posteriormente a él, el teniente de cura D. Diego Suárez Barrio haría enlosar esta torre, a la vez que rematar la capilla mayor. Serían obras menores pues los trabajos constructivos propiamente dicho no se reanudarían hasta la llegada del nuevo párroco D. Melchor de la Bárcena y Mier en 1740 


Además del campanario era esta torre del reloj. El son de las campanas, además de llamadas y sonoridades litúrgicas, marcaba las horas en un momento en el que apenas había relojes y mucho de pulsera, por lo que regía en cuanto a horarios la vida de toda la parroquia, oyéndose a distancia. A la vez, los vecinos próximos o quienes se acercasen, tenían a la vista el reloj, señalando la hora exacta


Es llamativo que el reloj de la torre de la iglesia esté en esta fachada que mira al este, precisamente a la vista de los que van por el Camino rumbo a Galicia. Hay asimismo cuatro hornacinas, tres de ellas con un santo


Empezamos por las de arriba, las que flanquean el reloj: a la izquierda San Juan Bautista, a la derecha San Antonio de Padua


San Juan Bautista, fácilmente reconocible por su iconografía: hombre de edad mediana de cabello largo y barba, vestido con pieles de camello y manto. Lleva un libro en la mano izquierda sobre el que reposa un cordero, al cual señala con la mano derecha: se trata de una alegoría a su misión profética de proclamar al Mesías o Cordero Pascual 


Por su parte San Antonio de Padua es reconocible primeramente por llevar al Niño en brazos, así como por su hábito franciscano, cinturado con un cordón de tres nudos que proclaman sus tres votos, de obediencia, pobreza y castidad


Debajo del reloj vamos a mirar ahora para el piso intermedio, con las hornacinas a los lados de la ventana enrejada


A la izquierda San Martín Obispo, con su hábito, báculo y mitra

La otra hornacina, vacía



La construcción de estos nuevos templos parroquiales en feligresías desgajadas de Samartín o San Martín de Luiña, como también lo fueron las de Oviñana y Novellana parece haber dado lugar a no pocas tensiones sociales en algunos casos. Las familias notables veían una manera de asentar su preeminencia construyendo sus capillas y panteones en ellas, ostentando sus blasones y  mostrando sus privilegios como los lugares principales en la misa. El estado llano, muchas veces sobre el que recaía el peso económica de la nueva construcción, no siempre se dejaba convencer fácilmente de las ventajas de crear una nueva parroquia, aparte del apego sentimental a la feligresía de su nacimiento


 Caso aparte sería el de los vaqueiros delas brañas, con su dualidad parroquial motivada por la trashumancia, así como por otros factores de desapego respecto a los valores sociales de estas nuevas parroquias "marnuetas", expuestos por Ardura Parrondo en su libro de Las Luiñas en el Camino de Santiago, y de los que hablamos en capítulos del Camino dedicados a Samartín y a Novellana, por ejemplo, donde el conflicto llegó a ser especialmente grave y notorio. También el la entrada de blog correspondiente al Camín de las Palancas o de los Vaqueiros, que sube por algunas de esas brañas


Las iglesias, nuevas o viejas, eran no solamente un espacio religiosos, sino un gran centro social en la práctica. Además de reflejar la estructura de estamentos de la sociedad, es un espacio donde se recibe a los nuevos miembros de la comunidad con el bautismo y se les despide con el entierro, comprendiendo todas las demás fases de la vida: el final de la infancia y llegada a la edad adulta con la confirmación, las fiestas y romerías que, en muchos casos por no decir la mayoría o prácticamente todos, eran lugares fundamentales para las relaciones de los jóvenes, que seguidamente llevarían al matrimonio, los hijos, y la continuidad de los ritos. Mismamente, un motivo de gran apego es que era el lugar donde reposaban los antepasados. Y eso por no hablar de las misas, sobre todo las dominicales, donde aprovechando que se reunían los feligreses de los diferentes barrios y lugares, se aprovechaba para tratar asuntos del común, con juntas vecinales y conceyos abiertos. También en su campo se celebraban asiduamente ferias y mercados, como es este el caso


Tanto llegó a ser así que llegado el siglo XVIII esa laicidad de los lugares sagrados llegó a incomodar a las autoridades eclesiásticas, instando a los párrocos a que no hablasen con los vecinos en el ofertorio de la misa y que no se dirimiesen los asuntos vecinales hasta una vez pasada esta, y en otro local. En 1769 el obispo Agustín González Pisador estableció unas Constituciones Sinodiales en las que, además de combatir la falta de formación de muchos párrocos y preocuparse de facetas de la moral social o la liturgia, expone una serie de normas, a las que se les haría más o menos caso, entre las que, relacionadas con este asunto, podemos destacar estas:
"Se prohíben juntas y elecciones de Oficios de Justicia en las iglesias y sobre todo juego, mercados y cualquiera indecencia en los atrios y los cabildos"

"... ni para mantener resguardo por causa alguna, ni aún de paso de caballería alguna ni de otros animales, pena de veinte ducados con la misma aplicación"
Asimismo limita las procesiones largas, como la ya comentada a Santolaya de Albuerne y prohíbe toda comida y bebida en lugar sagrado


Por ello, las iglesias, además de símbolos de la Fe, plasmaban en gran medida la idiosincrasia de cada parroquia, lugar religioso pero público a la vez, muy ligado a la vida de los habitantes de los pueblos, de ahí que, siempre que se pudiese, se construyesen lo más magníficamente posible, como este sería también el caso, y ahí tenemos para muestra también la cara oeste de la torre, con el pórtico de la que era la portada principal bajo ella, mirando al camino que viene de Prámaro


De frente, vemos bien los dos pórticos laterales gemelos, sobre columnillas. A la izquierda va la carretera de la playa, una de las obras puestas en marcha gracias al deán D. Ramón Prieto Albuerne allá por la década de 1920, si bien ya se contemplaba en el plan estatal de carreteras de una década atrás. Por ahí sigue el Camino hacia El Ponticu y por ahí iremos nosotros dando la vuelta a la iglesia


Pero antes vamos a ver los detalles de esta fachada de la torre, también con hornacinas de santos hechos de piedra y en cuyo piso alto están los huecos de las campanas 


Una de las campanas fue fundida en 1691, es decir, no muchos años antes que, con la llegada de Bances, se empezase a construir este nuevo templo. Se sabe por una inscripción en ella que dice :
IUS=SABES=MORTA-
LES=QUE=SOI=QUIEN-
CON=MI=LENGVA=OS=GUIA-

Año + 1691

Entre las campanas la hornacina allí situada tiene una imagen de Santa María, la patrona


En ella aparece la Virgen coronada y con el Niño. Según Ardura Parrondo se sabe que la iglesia antigua, en el siglo XVII, estaba a cargo de las procesiones de Santa Ana, la comentada de Santolaya de Albuerne y las Letanías. Se supone estas eran organizadas por los vecinos en general, siendo las demás función de las cofradías correspondientes, exceptuando la del Santísimo Sacramento, que sería la celebración religiosa de más solemnidad, competencia de toda la parroquia


A partir de 1619 desaparecen del libro de cuentas la de Santa Ana y sin embargo van apareciendo en el propio de la cofradía de Nuestra Señora de la Natividad, tal vez al traspasar la vecindad su organización a estos cofrades. A la vez, a partir de 1699, es la fábrica de la iglesia. los vecinos de la parroquia, los que se van a hacer cargo de la de la Natividad, dentro de un proceso que se fraguaría a lo largo de esa centuria del 1600, la primera de la existencia de Soto como parroquia independiente 


Ya en 1671 el Visitador censuraría por escrito lo que a su entender eran excesivos gastos del festejo, lo que reflejaría incluso una predisposición de los cofrades a hacer de él por entonces el más importante de todos los aquí celebrados


La fiesta se sigue celebrando el 8 de septiembre pero no se sabe porqué motivo pasó de la Natividad a la Humildad, acaso una variante litúrgica dice Parrondo, pero él mismo afirma que no es una explicación convincente. Sea como fuese, dado que la fiesta acontecía la víspera de la multitudinaria procesión y romería a Santolaya de Albuerne, llegaban a coincidir tres días festivos, lo que hacía una verdadera semana grande que favoreció que la gente la asumiese como una de sus fiestas más importantes, lo que llevó paulatinamente prácticamente a fusionarse ambas celebraciones. Dice Ardura Parrondo:
"En la víspera se preparaba una merienda para los participantes oficiantes y cantores que llegaría a ser tan abundante que los vecinos se quejaban de tales despilfarros y tendría que intervenir el párroco, que de forma sutil modificó esta limosna al titular del curato de 8 reales cada uno"

En 1722 los gastos de la procesión de Santolaya aparecen englobados en los de la patrona, lo que delataría esta fusión festiva. Más tarde, cuando se suprimió la procesión a Albuerne, la fiesta del 8 de septiembre aparece como la única a celebrar. Sigue contando Parrondo:

"La fiesta de la patrona no tenía ninguna diferencia singular con el resto de las festividades, solamente la mayor aplicación de caudales al incrementar el número de oficiantes y cantores, así como la abundancia gastronómica y el mayor consumo de cera y aceite para alumbrado.

En cambio a la parte lúdica únicamente se puede resaltar la preparación de la hoguera en las vísperas que permitía a los vecinos presenciar las actuaciones de los danzantes y participar los mozos en los bailes..."

Volviendo a la impresionante estructura de esta torre, hemos de decir que está rematada en lo alto por una pirámide octogonal que en su pico muestra la figura de lo que, en las fuentes consultadas se define como un gigante


A la vez, el gigante señala con el dedo de la mano derecha hacia el cielo, o más concretamente hacia su cabeza, donde sale una cruz de la que irradian cuatro rayos


 Desconocemos su significado y porqué señala a la cruz en lo alto, pero parece vestir un hábito religioso y podría simbolizar la fuerza de la Iglesia dentro del contexto representativo barroco, una de las alegorías de la fortaleza del catolicismo frente a los protestantes que tanto abundaron tras el Concilio de Trento. Y es que las referencias mitológicas a gigantes aparecen frecuentemente en la Biblia. En un excelente trabajo de M. Vicente Sánchez Molto (Institución de Estudios Complutenses) titulado Los gigantes y el bestiario festivo del Corpus, patrimonio inmaterial de la Humanidad, expone:
"En la Biblia se habla de una raza de gigantes llamada Nephilim. Según la mitología rabínica los talmudistas aseguran que había gigantes dentro del arca de Noé y como ocupaban mucho espacio, fue necesario hacer salir al rinoceronte que siguió al arca a nado. Og, rey de Basan, fue uno de los antiguos gigantes y el único que sobrevivió al diluvio, subiéndose a horcajadas sobre el techo del arca. Noé le alimentó con el único fin de demostrar a los hombres que vivieran tras el diluvio el extraordinario poder de Dios al exterminar a estos monstruos. Hizo la guerra a los judíos, siendo aniquilado finalmente por Moisés. En la Biblia también encontramos referencias a los gigantes a los que se les supone fruto de la unión de ángeles con mujeres y se les destaca su carácter belicoso, pese a lo cual se extinguieron. Probablemente sea Goliat el gigante bíblico que mayor influencia posterior ha tenido sobre la cultura occidental. De origen filisteo, de seis codos y un palmo de estatura (unos 3 metros), se le tiene como el último descendiente de los Nephilim, siendo derrotado durante el reinado de Saúl por el pastor David. El gigante más importante del cristianismo es, sin duda, san Cristóbal, cuya historia narra Santiago de la Vorágine en su Aurea legenda. Ofero o Reprobus era un gigante cananeo que vivió en el siglo III. Tras su conversión al cristianismo, ayudaba a los viajeros a atravesar un río llevándoles sobre el hombro. En cierta ocasión ayudó al Niño Jesús; sorprendido por su peso, éste le explicó que se debía a los pecados del mundo. Jesús le bautizó como Cristóbal (del griego Christóforos, “portador de Cristo”) y le instruyó para que partiese a predicar a Samoa y Lici"

 El investigador encuentra este significado religioso-cristiano-católico en su presencia, como disfraz, en las procesiones del Corpus

"... el hecho de que estos seres irracionales rindan veneración al Santísimo Sacramento, debe interpretarse como una enseñanza para que los seres racionales hagamos lo mismo: rendirle adoración, significa y enseña lo que debemos hacer los hombres racionales en reverencia y veneración del Santísimo Sacramento del altar... cuando vemos que los irracionales le rinden obsequio y veneración. Para otros, su identificación con los reyes de todos los continentes y razas conocidas expresa que no hay en las cuatro partes del mundo reino tan pequeño en donde no haya penetrado la palabra del Evangelio. Hay quien quiere ver en ellos la realidad étnica del orbe, la obra del Creador, al que todos deben su existencia, aunque no gocen de la fé"

Ahora, debajo de las campanas, vamos a ver las hornacinas a los lados de la ventana del piso intermedio


San Pablo es fácilmente identificable por tener el cabello rapado y sostener una espada, instrumento de su martirio, En la otra mano un libro serían sus Epístolas...


San Pedro, con las llaves del cielo es también rápidamente reconocible


La parte baja de la torre dispone de tres arcos cubiertos y otro cerrado, el de la portada del santuario, este terminado, o perfeccionado, en 1782, según se lee en la inscripción de la portada principal, así como que es "Yglesia de Asilo". Esto es, el Asilo en Sagrado, según el cual los perseguidos por ciertos delitos podían acogerse al amparo de estos muros. Se trata de una ley medieval, conocida también como acogerse a sagrado, que tiene como base el concepto jurídico de que cualquier oprimido por las leyes de su país podía ser protegido por otra autoridad, civil o religiosa, derivada de la antigua costumbre de la hospitalidad


Había tres premisas: clemencia para quien se acoge a protección, enmienda de los delitos con penitencias públicas y reverencia a los templos. Sus precedentes aparecen en el Antiguo Egipto y el Derecho Romano, evolucionan en el Derecho Visigodo y existen a partir del medievo en determinados países. La Wikipedia nos habla así del caso de España:
"En España, el derecho de asilo fue legislado por distintos reyes desde la época de Teodorico II (siglo V) y estudiado por juristas como Isidoro de Sevilla
RecaredoSuintila y Wamba dictaron disposiciones sobre el tema, quedando recogido en el año 654 en el Código de Recesvinto y más tarde en el Fuero Juzgo, traducción al castellano promovida en 1241 por Fernando III.

El asilo en sagrado llegó a tierras americanas de la mano de las leyes y usos españoles, y se generalizó de tal modo que terminó incluyendo las casas de algunas familias principales. En muchos casos sirvió para protegerse de la Inquisición.​

El procedimiento quedó regulado por un bula de Gregorio XIV, según la cual quedaban excluidos del derecho los delitos graves. El asilado debía permanecer en la cárcel del obispado, y se abría procedimiento para que un juez eclesiástico decidiera si existía derecho de asilo.​ Desde el reinado de Carlos III el juez era secular y el delincuente permanecía en la cárcel civil para evitar riesgos de huida.

Las primeras restricciones a este derecho llegaron tras la firma en 1737 de un Concordato entre Felipe V de España y Clemente XII, por el cual se dividía a los templos en Templos de asilos e Iglesias frías. En estas últimas solo se gozaría del asilo si estuviese expuesto el Santísimo. Años después, Clemente XIII excluyó de este derecho a los asesinos.

En 1794 Carlos IV dictó una ley limitándolo a los casos de defensa propia, aunque en la práctica no se aplicó​ 
El derecho de asilo en sagrado en España fue modificado de nuevo tras la firma de nuevos concordatos en 1851, entre Isabel II y Pío IX, y 1953, entre Franco y Pío XII, de tal forma que aumentó el número de delitos exceptuados hasta el punto de reconocer que 
El derecho de asilo ha llegado a ser casi inútil en los últimos tiempos, porque los casos exceptuados son muchos, y la pena de perdimiento de miembro se ha desterrado de los códigos, y la de muerte se ha hecho rara; pero si en sentido contrario hubiese un cambio notable en la legislación, el derecho de asilo volvería a recobrar toda su importancia
 Legalmente el derecho de asilo en sagrado ya no existe, toda vez que el concordato quedó derogado ante la entrada en vigor de la Constitución española de 1978"

Pasamos ahora a la cara norte del santuario, con su pórtico lateral izquierdo, sostenido sobre columnas, como el derecho. Aquí este lado de la torre no presenta hornacinas. Aunque tienen la misma forma y estructura son todo ello ventanas


Con la vuelta a los trabajos constructivos en 1740 con el nombramiento del nuevo párroco de la Bárcena y Mier, este viajará a Panes para contratar al maestro cantero José Martínez y a su hermano Bartolomé. José vendrá a Soto a supervisar la obra y preparar el proyecto del cuerpo central de la iglesia, buscando además las canteras y aconsejar en los materiales


La cantera escogida será la de La Raposina, siendo necesario sacar la piedra con poleas y otros ingenios, durando la obra tres años, siendo esta muy demandada por el arcediano dados los inconvenientes de oscuridad del interior del templo


Aquí están la capillas de San Antonio de Padua y de Santa Inés, protagonista esta de un largo pleito y grave conflicto cuyo origen hay que buscarlo en 1622, cuando Doña Inés de Navia, viuda de Don Alonso de Arango Valdés, vecina de esta parroquia, otorgó en testamento a Don Pedro del Busto Castrillón la fundación de una capellanía bajo la advocación de esta santa. El hijo de Doña Inés, Don Alonso Arango Valdés, así como su mujer Doña Mencía de Faes Valdés, ya habían fallecido y estaban enterados en el antiguo templo, donde ella también quería ser enterrada. Así encargó a su nieto Don Antonio Arango Valdés, capitán y regidor del concejo, que hiciera la capilla que su padre había dispuesto construir junto a la casa familiar, pusiese en ella la imagen de la santa y se celebrasen las misas de aniversario


Por alguna razón, Antonio quiso que la nueva capilla estuviese dentro de la iglesia, justo en el lugar en el que había estado la sacristía del templo anterior. Para ello solicitó permiso y lo logró en 1693 no sin previo pleito con los vecinos y el párroco. Sin embargo murió en 1726 sin conseguir hacer la capilla, salvo colocar dos sepulturas, un banco y una tarima junto al altar del lado del evangelio, dado que seguía enérgica la oposición a esta obra, por lo que su sucesor Don Lope Matías Menéndez de Luarca, continuó pleiteando, consiguiéndose permiso en 1737, "pero nuevamente el párroco, respaldado por los vecinos, influiría sobre el Mayordomo para oponerse, entendiendo que había prescrito la ejecutoria", escribe Ángel Ardura Parrondo


El hijo primogénito de Don Lope, Don Juan Matías, dio a su hermano, Don Matías Ignacio Menéndez de Luarca y Tineo, párroco abad de Salime, esta capellanía, recurriendo y ganando todos los juicios y procediendo a la construcción de la capilla pero, cuando sólo faltaba para acabarla terminar la entrada por una puerta particular para ella y cubrir un pórtico en ese acceso, donde estaba antes la osera, cuando el cura se opuso y quiso incluso prender a los albañiles y al notario


En 1763 se dictaminó que la obra continuase y la osera se trasladase, pero dos años más tarde el licenciado Don Antonio Navarra, abogado de los Reales Consejos, determina que la puerta de la capilla únicamente podría abrirse desde el interior y no desde el exterior, obligando además a Don Juan Matías a que en un mes proporcionase una osera adosada al templo, nombrándose al párroco de San Martín de Luiña para ubicarla, lo que se haría en la parte sur de la iglesia para evitar afectar a La Plaza. El largo litigio acabaría definitivamente en 1768


Mientras tanto, las demás obras no habían cesado. En 1759 llegaba un nuevo párroco, D. Benito González Arango, quien contratará para los nuevos trabajos en el cuerpo principal de la iglesia al llanisco Manuel Martínez, quien acude con su criado Juan del Fresno, su ayudante Justo Peláez y cinco oficiales. La tarea, según el libro de fábrica, era ingente:
"...las pilastras entre dos capillas que se cerraron de nuevo, otras tres en la capilla de la puerta principal, dos en la que sigue, crucería de ambas, tres ventanas, el arco del coro, el  lienzo de la capilla frente a la pila y al medio día con su esquina desde cimientos por haberla derruido el maestro para nivelar, retejar la iglesia, levantar el techo para las dos capillas, levantar y retejar el pórtico de Soto y de Prámaro, hacer el tejado del lienzo (muro) norte, poyos en ambas partes, dos confesionarios y preparar otras dos rejas de hierro para una ventana y cuatro planchas para las dos"

Se seguirá empleando la cantera de La Raposina, así como las de Porniella, San Cediello y El Gordo, pero al empezar a explotar esta última sin permiso habrá que hacer frente a la correspondiente demanda. Existía además una especie de plus de peligrosidad dados los riesgos de extracción en algunas de ellas, siendo pagado en pan, pescado y vino. Es además la primera vez que se reseña el empleo en cantidades de ladrillo y se traerán tres carros de hierro


Este equipo de maestros, oficiales y ayudantes seguirá a pie de obra cuando el siguiente párroco, D. Bernardo Joaquín Sánchez, se haga cargo de la parroquia en 1780. Con él se da por concluida la iglesia en 1800, llegando a trabajar en su edificación tanta gente que se instaurará el cargo de listero para llevar un control del personal. Para esta última fase se trae piedra de Avilés y arena de la playa de San Pedro la Ribera, traída por los vecinos del lugar, antiguo coto señorial de los Omaña, como aportación vecinal 


Bordeando las capillas de San Antonio de Padua y de Santa Inés nos dirigimos ahora a la parte posterior del templo, por donde iba antiguamente el camín real, separando el templo del hospital de peregrinos y donde estos y todos los viajeros beberían de la venerada fuente allí existente, que puede haber sido el fundamento, no ya solo de la fundación de un templo cristiano sobre un lugar de culto prerromano, sino de la misma existencia de esta población en tan vital enclave antes de acometer las quebradas costeras de Las Ballotas o las serranías de Las Palancas o, al revés y viniendo de ellas, descansar tras dejarlas atrás no sin esfuerzo 


Aquí, comprobamos también el desnivel existente que complicó de siempre la construcción de esta iglesia y el santuario o santuarios antecesores. Sin duda el lugar tendría una impronta especial para hacerla aquí y no buscar un lugar más llano que no necesitase de muros de refuerzo ni complicaciones arquitectónicas


Y este es el escudo de los Menéndez de Luarca y Tineo en el exterior d ela capilla de Santa Inés, la estirpe de aquellos continuados pleitos que conllevaron tras su fundación


Volvemos a ver el gran valle del río Esqueiro cerca ya de su desembocadura


Al fondo, el viaducto de la autovía vuelve a ser una buen referencia visual, dada su cercanía a la playa


Por aquí pasa el regato de Pico y Medio, que nace en el monte homónimo. La carretera de la playa lo salva por un puente, que sustituiría a otro más antiguo y pequeño, El Pontico, que da nombre a ese barrio, por el que continúa el Camino


A nuestra derecha, tras pasar la capilla de Santa Inés, no deja de ser una sorpresa el ábside semicircular del altar mayor, como si fuese un testigo de alguna vieja estructura románica medieval del santuario preexistente. Aunque cierto es que este modelo siguió empleándose en el arte y la arquitectura


Ábside que en su interior alberga el retablo de la patrona Santa María y que sin duda se construyó justo sobre la misma fuente sacra del viejo camino...


Al lado, el regato de Pico y Medio, que nace en el monte de este nombre, corre a dar su agua al Esqueiro. Un alto muro protege de inundaciones la finca de la Casa Rectoral


Y esta es la fuente de Soto. Justo encima se hizo el templo, y en concreto el ábside del altar mayor


Es llamada La Fuente del Hospital, que suministraría agua al hospital de peregrinos y al pueblo entero


La historia, como la vida, empieza en el agua, que ahora mana de un caño pero que antiguamente saldría de la misma roca, aliviando a viajeros y peregrinos en sus fatigas y suministrando a los vecinos. Sin duda alguna propiedad salutífera la hacía ser sagrada desde la noche de los tiempos y sobre ella se levantó la iglesia

"Fuente inmemorial",  como efectivamente leemos en la placa que plasma las fechas en las que se sabe fue restaurada: 1782, 1800, 1897 y 1992, fecha esta última en la que la población fue galardonada, junto con Novellana, por donde pasaremos, con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, como ya hemos dicho antes


Desde abajo impresionan las dimensiones del ábside: su altura, anchura y robustez, es prácticamente una segunda torre 


Nos dirigimos así a la Casa Rectoral, transformación del Hospital de Nuestra Señora del Rosario al que Don Antonio de Bances Cuervo y Osorio de la Bimera dio carta de fundación el 1 de octubre de 1713 y, como dice Ángel Ardura Parrondo:
"Para ello, cede su casa habitación situada junto a la iglesia con un huerto que está junto a la dicha casa y una huerta por debajo de ella. También cede el castañedo y carbayedo que están situados sobre dicha casa y unidos a la iglesia"

Tras bajar a la Fuente del Hospital volvemos a subir. Aquí el antiguo talud se salva por unas escaleras entre el ábside y el muro de la Rectoral, volviendo a ver, tras el ábside, la capilla del Rosario. Este sería el paso además del camín real antiguo, que atravesaría la arboleda del robledal y el castañar citados por Parrondo y cedidos por Bances para esta fundación hospitalaria. Los árboles de La Plaza podrían ser sus últimos descendientes:
"Confinaba por una parte con la calle y camino real; de otra, con las propiedades de los herederos de Lorenzo Longoriia, a quien compró dichos bienes; y por otra, con la prese del molino de la Vega. Además también cede la casa de su propiedad, que tiene en Albuerne, y que en ese momento la habitaba Alfonso de Albuerne, habiéndola comprado a los herederos de D. Bartolomé García Carvajal, cura que fue de Güeña, concejo de Nava, y otra parte a María Menéndez, viuda de Santos López, vecina de Novellana. Asimismo dona tierras y prados con sus rentas, e igualmente los censos otorgados

Su deseo  es que sirva para habitación del administrador, que habría de ser laical y para una mujer sin hijos o doncella, que ha de tener continuament3e para asistencia del hospital. La carga que le imponen es la de decir el Administrador por sí o por persona que nombre, una misa en el primer domingo de octubre, que deberá ser cantada en el Oratorio del Hospital y al que se le pagará con seis reales, al sacristán con tres y al lego con dos"

Al pasar, comprobamos como el templo fue construido asentado sobre el antiguo peñón aquí existente, del que brota el manantial


En sus buenos tiempos pues, el Hospital de Peregrinos del Rosario disponía de hospitalera, ya que como hemos visto se estipulaba que el cargo fuese ocupado por mujer viuda o soltera sin hijos, como fue el caso de Catalina Espina y María Peláez, quienes atendían a los viandantes con pan, sal, agua y caldo caliente


Si algún romero moría era enterrado con idéntica liturgia a cualquier persona del pueblo, si bien solía buscarse entre sus ropas por si se hallaban elementos que demostrasen su religiosidad y, aunque eran normalmente pobres, cualquier dinero o cosa de valor que se encontrase valdría para sufragar gastos de funeral y entierro, figurando entonces en los Libros Sacramentales de Difuntos. Así en 1656 moría aquí, tal vez en el hospital antiguo o en el mismo Camino, Juan de Francia; en 1718 un romero de Sigüenza, en 1722 el piamontés Andino Bucio, quien hacía el viaje de regreso; en 1742 el navarro José, de Estella; en 1763 Martín Pettit Jean Perpeau-de la Dit, de Fornaitulle (Nancy, Francia), del que se señala tenía unos 40 años y falleció repentinamente...


Este es el portón de acceso a la Rectoral. El antiguo edificio del Hospital de Nuestra Señora del Rosario sabemos tenía bajo y piso alto con tejado a cuatro aguas y que sus cuartos estaban bien soleados, gracias también al corredor que existía entonces en la pared sur


Cuando en 1719 falleció su fundador D. Antonio Bances, por su disposición testamentaria se hizo cargo de este  el cura D. Gerónimo López de Villademoros hasta 1728, cuando fue nombrado párroco de la cercana parroquia de Arcallana, por lo que en 1729 el licenciado y canónigo de la catedral ovetense de San Salvador, D. Miguel Juan de Cifuentes, nombra como nuevo administrador a Diego Suárez Barrio, solicitándole lleve un libro de cuentas, cosa que no hará. Comenzaba de esta manera una larga problemática con ellas y la gestión en general que traerá de cabeza a las autoridades eclesiásticas, no estando claros los efectos, rentas, limosnas, donaciones, etc., que se cobraban para el hospital, si bien se registraba que la hospitalera, la citada María Peláez, viuda de Domingo Menéndez, percibía seis fanegas de pan y diez reales


Había además una grave ambigüedad administrativa y una poco clara distribución de competencias, pero tras las reiteradas solicitudes de visitadores diocesanos, Diego Suárez Barrio empieza a presentar la preceptiva contabilidad a partir de 1732. En 1747 el obispo Gaspar Vázquez de Tablada, visitó también este hospital redactando un Auto al respecto de esta situación económica, que se veía empeoraba por falta de limosnas, disponiendo además la unión de los dos hospitales, cosa que no se realizaría aún inmediatamente 


La historia de hospital y hospitaleras irá, como en otros casos, paralela a la pujanza y declive de las peregrinaciones, pues hospitales y romeros decayeron al ir llegando en siglo XIX,. Entonces una anciana se ocupaba de las instalaciones y la atención a los pocos peregrinos que acudían, sin otros administradores. El hospital dejó de prestar servicios en 1811, tras la guerra napoleónica y sus penurias, pasando luego el edificio, que tenía una dependencia para escuela local, a convertirse en casa de los párrocos o rectoral, objeto de reformas que transformaron el inmueble, desapareciendo elementos como el corredor. La rectoral también languidecería con los años pues, tras caerse el tejado en 1983, fue restaurada con ayuda de la Junta Parroquial, Principado de Asturias y Arzobispado de Oviedo. Es Monumento Histórico-Artístico, casa de cultura y museo de escultura, orfebrería y Arte Sacro


El elemento decorativo que más destaca al exterior es este friso o cenefa con rosetas que recorrer toda esta fachada


La actual Casa Rectoral se ve muy distinta al antiguo hospital, cuya entrada principal, aquí, tenía zaguán o antoxana, mientras arriba estaban la antesala, salón chimenea, oratorio, despensas y alacenas, 


En sus tiempos arriba era la casa del párroco y abajo el hospital de peregrinos propiamente dicho tenía un cuarto dedicado a San Pedro con dos camas reservadas para peregrinos religiosos. Otros cuartos eran el de San Antonio, con tres camas para romeros enfermos, y la habitación para seis romeros pobres con antesala para las misas a los citados peregrinos enfermos. Había igualmente chimenea y cocina al lado de un cuarto para peregrinas solteras. Otros elementos, desaparecidos hoy día, eran el hórreo y la panera para guardar el grano y las cosechas, así como el horno para hacer el pan, situado en una dependencia separada de la casa. También las caballerías, que empezaron a hacerse en 1741


La palabra hospital por aquel entonces estaba más vinculada a hospedería para pobres y peregrinos, refugio o albergue que a centro sanitario propiamente dicho. Solamente en algunos se aplicaban ciertos remedios médicos, más cercanos a la medicina popular o al curanderismo que a la medicina tal como la entendemos hoy en día, los cuales serían aplicados básicamente por los hospitaleros si en ello tenían maña. Si bien es cierto que una clase especializada de hospitales, las malaterías u hospitales de leprosos, como el cercano de Villafría, sí estaban evolucionando a lo que hoy entendemos por hospital en nuestros días. Dice del tema Ángel Ardura Parrondo:
"Es frecuente que casi todos los hospitales dispusieran de un huerto cercano que posiblemente suministraba las hierbas y raíces necesarias para los curanderos. Todavía hoy existen plantas de opio en algunos jardines vecinales. Además nos constan algunas partidas de descargos correspondientes a traslados de enfermos o impedidos a hospitales cercanos, quizá porque en estos centros tuviesen posibilidad de ser atendidos por un estudioso de la medicina 
En las cuentas del 1741 al 43 se descargan 8 reales por conducir a algunos peregrinos enfermos a Cadavedo, lugar situado a 18 kilómetros por carretera hoy en día. En 1771 se hace constar el traslado de un peregrino cojo a Muros, también con un coste de 4 reales y en 1780 se descuentan 6 reales de los 54 que debía Ignacio Acevo, por conducir unos enfermos a Cudillero" 

Desde esta entrada a la Rectoral vemos muy bien, cerca del río, el Molín de Goro, que era el llamado de La Vega con el que lindaban las propiedades del párroco Bances en base a las que se fundó el hospital de romeros a Santiago. Por lo tanto, al aparecer en documentos de la construcción de la iglesia y el hospedaje se sabe es contemporáneo de ellos


Tiene una muy peculiar forma de planta de cruz latina que puede hacer pensar en la distancia que es una capilla. Disponía de cuatro muelas, lo que da una idea del gran trabajo que había de molienda antiguamente. Ahora funcionan solamente dos, más que nada por seguir la tradición, mantener su conservación y que no se pierda. Es seguro que suministró también a este hospital y por supuesto a la posterior rectoral.  

Su cercanía al pueblo y su fácil acceso ha contribuido sin duda a esta su conservación, a diferencia por ejemplo de los molinos de Las Ballotas, en los profundos, selváticos y angostos barrancos formados por los ríos que desembocan en el Cantábrico. Mar Pérez escribe esto de él citando a la investigadora Ana María López Busto:

"En Soto de Luiña tenemos un molino con más de 400 años de antigüedad que solo por sus características, ubicación y estado de conservación ya merece una visita.

Pero empecemos por su historia: El molino data del siglo XVI, probablemente de 1.580. Actualmente la única referencia escrita de su existencia es lo que consta en el archivo eclesiástico de la iglesia Santa María de Soto de Luiña en el que consta que en el año 1.600 se cargaron unas misas a los propietarios del molino. Se conoce también que hasta el año 1.700 había una cesión del molino a favor de Don Pedro Álvarez de Omaña, familia hidalga propietaria del Condado de Omaña. 

El nombre original es el de Molino de la Vega de Barzaniella, pero todos lo conocemos como el Molino de Goro, padre del actual propietario Álvaro y de su nuera Ana María que es la que actualmente se encarga de recabar datos históricos del mismo y la que nos ha cedido las fotos que publicamos aquí. 
Otra curiosidad del molino es que tiene planta de cruz latina algo totalmente inusual. En su origen contaba con 4 muelas pero actualmente están funcionando solamente 2 de ellas, fundamentalmente porque ya casi nadie va a moler y porque el mantenimiento es costoso.
La ubicación del mismo es también digno de mención porque está en un espacio abierto como es la vega del río Esqueiro y prácticamente en el centro del pueblo, cuando lo habitual es que estén en lugares más escondidos y al lado de pequeños regueros.
Pues este es otro rincón que merece la pena visitar si venís al municipio de Cudillero, concretamente a Soto de Luiña"

Al llegar los peregrinos al hospital había un ritual higiénico, el de lavarse los pies al entrar, tanto para aliviar estos cansados y doloridos miembros como para cumplir el simbolismo de la llegada, recepción, recibimiento y acogida hospitalaria


Recordemos que por entonces el calzado era una constante preocupación, por lo rápido que se gastaba o estropeaba, y los peregrinos, que por lo general tampoco podrían reponerlo demasiado a menudo a causa de su coste, sufrían especialmente de los pies


Al acceder al interior, donde habría estado antaño el zaguán, portalón o antoxana del hospital, hay una curiosa piedra en forma de cipote saliendo de la pared, donde tradicionalmente se cuelga la llave de acceso


Un artilugio metálico rodea el largo pedrusco con dos argollas de la que pende el portallaves. Es posible que más antiguamente, con el portal abierto, se atasen aquí las citadas caballerías


Llave antigua, de buen tamaño, para la puerta principal


Para sus nuevos usos el interior ha sido totalmente rehabilitado reformado de manera funcional. Ya en la misma centuria de su fundación, una de sus dependencias fue escuela, dando en ella clase el presbítero Bernardo Rodríguez tras acuerdo sobre sus asignaciones, un peso duro y cuatro fanegas de pan. Daba clase cinco meses al año, del 1 de febrero al 30 de junio a los niños y niñas hijos de vecinos y residentes en la parroquia, para quienes era gratuito. En 1783 impartía sus lecciones D. José Fernández Arango del Oro, curso de enero a mayo, en un momento que habían mejorado las rentas de los maestros, pero a pesar de ello, unos años después, en 1789, no hubo maestro, destinándose esas rentas a otros menesteres


Parece que el párroco D. Bernardo Joaquín, acudió a su Villaviciosa natal para traer a uno. D, Manuel García Norniella. Para ayuda de su función se acordó que cada padre le aportase un copín de maíz en Navidad, pero en 1793 ya no está y se hacen cargo de la enseñanza algunos sacerdotes de la parroquia. A la vez que esto, y ante el menguante paso de peregrinos (posiblemente a causa de la Revolución Francesa) se reduce el pago a la hospitalera a 18 copines de pan


Esta situación de precariedad entre hospital, que ya evolucionaba a servicios sanitarios, y escuela, que seguía sin maestro, hubo de dirimirse en 1803. cuando se planteó escoger entre un enseñante o un cirujano, prefiriendo los vecinos al segundo pero planteando que mejor uno que hiciese lo de los dos. La solución no era barata dada la escasez de médicos, se propuso compartirlo con los vecinos de Samartín pero los de la parroquia vecina y matriz no aceptaron; se publicaron ofertas con sus condiciones económicas pero, o no fueron atractivas o no hallaron a la persona adecuada, por lo q ue hubo se seguirse contando con los presbíteros para dar clases


Esta dualidad de funciones  y variedad de posibilidades, de al escoger entre cirujano o maestro o tener cirujano y maestro, dio lugar a complicaciones, llegó a contactarse con un cirujano, pero antes de firmar este manifestó que no quería asumir la enseñanza, por lo que los vecinos preguntaron al párroco si aún así podían contratarlo, este se negó. Aún así se le contrató pero no todos los vecinos estuvieron de acuerdo en ello al no ser lo acordado, pues no sería justo ocupar la casa sin dotarla de escuela...
"poner al cirujano  en la casa y cerrar esta a los peregrinos. Estos proyectos no son hijos de la caridad porque el cirujano ni su mujer quieren el hospital y así lo manifiestan y deseaban buscar una casa ajustada s su renta. Pero hay que pensar que si la casa sale de su destino se venderá por el rey según nueva orden y entonces ni hospital ni Escuela"

Y es que previamente el Tribunal Eclesiástico había fallado que se había de poner escuela y que el cirujano que se contratase había de ser también maestro. Si esto no se respetaba los vecinos no podrían dar una casa a nadie más


En eso estaban las cosas cuando en ese mismo año de 1803 hubo de afrontarse una seria reforma de este hospital para quitarle humedades y que el maestro, con derecho a vivienda, pudiera dar clase, lo que ascendió a 1.700 reales, colaborando, ahora sí, Samartín y además Ballota. Pronto llegarían tiempos de guerra con la invasión napoleónica y los recursos de estos hospitales hubieron de invertirse, no sin graves problemas, en las economías campesinas, maltrechas por el paso y confiscaciones de las tropas, cuando no directamente los saqueos. El mismo hospital sufrirá físicamente sus consecuencias al emplearse como cuartel, cárcel y polvorín, lo que ocasionó las oportunas quejas. Aún así en 1812, pasada la contienda, el Visitador exigirá a la vecindad reintegrar las rentas que tomaron del hospital durante la guerra 


Si bien se da normalmente la fecha de 1811 como final de la historia de esta casa como hospital, es en 1815 cuando sus rentas desaparecen y se destinan a la escuela y la casa de Bances, destinada a enseñanza, rectoral y otros usos públicos, vendiéndose además las fincas por orden superior y posteriormente las alhajas con destino a la Corona para recuperarse de la guerra. Estará al frente de las clases D. Joaquín García entre 1818 y 1825, año en el que finaliza el Libro de Fábrica del Hospital de Nuestra Señora del Rosario de Soto de Luiña


Las salas son grandes y espaciosas pero nada tienen que ver con los viejos cuartos del hospital de peregrinos, cuyos mayordomos laicos, en contra de lo estipulado para las hospitaleras, debían de estar casados y habían de rendir cuentas al obispo o su representante. Otra cosa es, como hemos dicho, que siempre lo hicieran. Si bien y sin saberse el motivo consta que entre 1726 y 1735 ejerció un hospitalero


Una maravilla artística que podemos ver es la del trabajo en madera, las puertas y el mobiliario, bellamente trabajados. Mesas, arcones, contraventanas... no obstante, Ángel Ardura Parrondo  informa que la dotación de este hospital no era muy abundante, para dormir había camas individuales, aunque abundaban más las tarimas de madera adosadas a la pared cuyo colchón eran gavillas de paja que se cambiaban frecuentemente. Solamente los dormitorios para clérigos o personas relevantes tenían sábanas de lino, en otras eran de lienzo o no había. Tampoco había muchas mantas, muy caras en el mercado, por lo que era frecuente que hubiese que dormir vestido. En invierno estas condiciones eran especialmente crudas


Por lo general los hospitaleros recibían una pequeña remuneración consistente en seis o siete fanegas de maíz al año, que a finales del siglo XVIII tendría en el mercado un valor de 300 ó 400 reales. Para alumbrarse empleaban saín, grasa de sardina muy empleada en las costas.


En contraste con aquellas penurias, estos elementos de carpintería constituyen otra de las joyas de la casa, dada la riqueza y variedad de sus dibujos y filigranas, siendo un buen ejemplo de arte mueble aplicado a la arquitectura


Algunos de estas piezas de madera van recogiéndose y restaurándose. Otra cosa era la leña para el fuego, traída de los montes próximos, que eran comunales, pero había que pagar a quien la cortase y la transportase, lo cual no debería ser poco para calentar el hospital y hacer los caldos, cuyos componentes podían variar según lugar y época 


Ardura Parrondo expone en su recitado libro de Las Luiñas en elCamino de Santiago las conclusiones al respecto de dos estudiosos, uno es Salvador y Conde, quien afirma que los menús más frecuentes eran "lentejas, fríjoles, garbanzos, nabos, arvejos, espinacas, habas, rábanos, tocino...", y otro es Tolivar Faes hablando de la cercana Malatería de Villafría, en el camino que viene de Pravia, si bien al ser un hospital especializado en leprosos parecía tener unos productos más sustanciosos y nutricios... "escanda, vino, pescardas, mielgas, besugos, sardinas, natas, aceite, manteca, especias y huevos"


Se sabe que un elemento tan indispensable para conservar y sazonar alimentos en la antigüedad como la sal era suministrado a sus hospitales, si bien en el siglo XVIII su comercio era todavía un monopolio férreamente regulado administrativamente 


El menaje de la cocina consistía en los potes para calentar los caldos, las ollas y cántaras de barro para el agua y las escudiellas o escudillas, tazas de barro o madera para servir los líquidos, no apareciendo por ejemplo referencias a cubiertos


Como era habitual, las necesidades fisiológicas se realizaban saliendo afuera. Quien se bañaba seguramente habría de ir al río, al arroyo cercano, o es posible que en la misma Fuente del Hospital. Sin embargo se conoce de la existencia en esta fundación de un bañal en la cocina, el lugar más templado gracias al fuego del llar. Se trataba de un elemento muy importante, imprescindible en estas instituciones hospitalarias


En bastantes estancias del edificio han aparecido pinturas murales, unas más claras y otras más borrosas, las cuales se han recuperado y dejado a la vista. Están relacionadas con el antiguo hospital de peregrinos y con la iglesia


Son frescos al temple que decoran casi todas las habitaciones


Están muy gastados y en la mayor parte solamente se conservan algunos trazos


Su hallazgo confiere sin duda un nuevo encanto añadido al lugar


Hay principalmente escenas religiosas o paisajes. En el piso bajo predominan los cuadros de santos


Aquí se ve claramente a San José con el Niño


San Antonio de Padua, también con el Niño


¿San Francisco de Asís?


Otro santo, sentado y con un palo. Se dice que estos frescos son contemporáneos a los que había pintados, relativos a la Natividad, en el ábside de la iglesia, siendo uno de los pocos ejemplos de esta técnica pictórica existentes en Asturias


Personaje con hábito. Se trata de una traza pictórica propia del barroco popular que copia modelos cultos, los cuales estaban en el interior de la iglesia, principalmente en el altar mayor, hoy en día desaparecidos 


Alguien arrodillado. Estos dibujos vinculan por lo tanto aún más la iglesia y el hospital, desde su origen hasta nuestros días


Motivos geométricos y vegetales... muchos cuadros parecen unidos entre sí por guirnaldas de flores y frutos


Jarrón y filigranas florales y naturalistas que predominan en el piso alto


Escenas irreconocibles...


Otro personaje religioso con su hábito


Más estampas de santos y paisajes...


La transformación del hospital de peregrinos en rectoral se hizo siguiendo uno de los patrones de casonas nobles asturianas barrocas en el entorno rural, de planta cuadrada y tejado a cuatro aguas. Leemos en la Web de Soto...
"Se articula en torno a un espacio cuadrangular dividido en dos plantas que se corresponden con sendas filas de vanos dispuestos a diferentes alturas. El piso inferior, una hilera de pequeños ventanucos de diferentes tamaños recorren cada una de las caras del edificio, al cabo de las cuales se encuentran un vano de entrada sin decoración, ni exaltación de ningún tipo. Las paredes, lisas y encaladas, dejan entrever la piedra como marco noble de esas ventanitas antes mencionadas (...) El tejado a cuatro aguas se realizó con teja del país. Esta solución se hace necesaria para romper el aspecto voluminoso del conjunto, además de solventar la necesidad práctica de canalizar el agua procedente de las lluviosas estaciones asturianas"

En la cara sur, donde estaba el corredor que daba tanta luz al interior del hospital, ahora hay u un grupo de tres ventanas corridas proporcionan casi aspecto de galería, y destacan sobre el conjunto de muros gruesos y cerrados al exterior. 

Los ventanucos en el piso bajo identifican también la inspiración arquitectónica de la Casa Rectoral con los palacios rurales asturianos del barroco. Esta fundación iglesia-hospital hace que la parroquia tenga un muy destacado artículo en la Xacopedia, del que plasmamos esta parte:

"Quizás sea una de las feligresías más emblemáticas para el Camino en el concejo de Cudillero. Albergó entre los siglos XVI y XIX un hospital de peregrinos, vinculado a la iglesia de Santa María, un templo barroco del siglo XVIII que consta de tres naves y planta de cruz latina. El santuario y el antiguo hospital están separados por el trazado del camino real una distancia de seis metros.

El hospicio fue reedificado como casa rectoral, reproduciendo el modelo de casa noble rural astur. Disponía el inmueble de varias construcciones como el pajar, el hórreo, la panera, etc. desaparecidas a día de hoy. El edificio es de planta cuadrada, de dos pisos y tejado a cuatro aguas realizado con teja del país.

Las instalaciones del antaño albergue son hoy utilizadas como vivienda parroquial, sala de exposiciones temporales, biblioteca, archivo histórico, salón de actos y museo municipal. La sencillez y austeridad de su exterior contrasta con el ornamento del interior. Sus estancias conservan frescos y tallas de madera variadas, unidas entre sí por guirnaldas de flores y frutos. En 1983 se hundió parte de la cubierta del edificio, siendo restaurado por la Junta Parroquial de Soto de Luiña, con ayuda de la Administración del Principado y del Arzobispado de Oviedo. Respecto a la iglesia, cabe destacar que se separó de la de San Martín de Luiña -donde durante muchos años se prohibía a los vaqueiros oír misa- en el siglo XVII. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1996"

Salimos ya de la Casa Rectoral y volvemos al paso entre esta y la iglesia justo donde lo habíamos dejado, frente al ábside y la parte posterior de la capilla del Rosario, con la misma santa patrona que el antiguo hospital y de gran tradición romera de ferias y mercados


Al pasar ante la fachada de la Rectoral que mira a la iglesia fijémonos en un detalle: también hay frescos en el exterior


Estos frescos se han conservado bastante bien al estar protegidos en la parte inferior de los alerones del tejado



Son series de pequeños círculos concéntricos rojos, uno más grande y otro dentro más pequeño con un punto en medio haciendo de centro. Refleja estupendamente el horro vacui tan propio del barroco que tiende a no dejar hueco o espacio sin intervención


Si bien se trata de un recurso o filigrana decorativa, estos motivos circulares y repetitivos, existentes en el arte desde la prehistoria, transmiten sensaciones de movimiento continuo, infinito y eternidad...


Las escaleras, que salvan el importante desnivel entre iglesia y rectoral, nos llevan de nuevo a La Plaza, donde antaño también se celebraba un muy importante mercado ganadero, hoy también desaparecido, el cual parece se instauró para recuperarse de las penurias de la francesada, siendo el del 24 de octubre de 1813 el primero del que se tiene noticia, seguido del del siguiente, el 7 de noviembre


Las fechas se conocen por haber sido este mercado, que se celebraba en domingo, denunciado por el párroco D. Bernardo Joaquín Sánchez Alonso, con quien en el cambio de siglo habían concluido las obras de la iglesia, pues entendía que las citadas Disposiciones Sinodiales del obispo Pisador no permitían este uso del que vendría a ser un campo de la iglesia o contiguo a la iglesia, y por lo tanto lugar sagrado o anexo al mismo, incomodando a la misa dominical


Según Francisco Crabifosse, parece que tras las hambrunas seculares, agravadas por la guerra y la crisis permanente de la economía rural, habría sido la razón de convocar este mercado que en la práctica hacía de Soto centro económico de la antigua Pravia de Allende, si bien si previa autorización ni licencia, lo que también esgrimió el cura para su denuncia, manifestando que no se opone a su celebración, pero no en domingo, pues ya en su momento el dominical de Pravia, entonces capital del extenso concejo, había pasado al jueves a consecuencia de las normas de Pisador, y el de Muros al sábado: De todas maneras, no deja de plasmar de paso sus opiniones políticas dentro del contexto de la época y las pugnas entre liberales y absolutistas, escribe Crabiffosse:
"No esconde el párroco que esta precisa coyuntura es una consecuencia más de la libertad que vino a reglamentar la Constitución de 1812 y de una perversión interpretativa que hace multiplicar “los defensores del error y de los abusos”, aunque constata una reacción sólida frente a esos extremos: “sin embargo todavía hay muchos aún entre los aldeanos que abominan de todo lo que huele a libertad y desorden, y que no dejan de clamar por el remedio”. Un remedio que nos transmite como precedente de la reacción absolutista que pronto barrerá toda huella de liberalismo. No por ello debemos calificar a Bernardo Joaquín Sánchez como un traidor a esos ideales jurados en 1812, sino como un representante más de esa perpetua dinámica de acción-reacción tan común en la vida española de esa centuria y de la siguiente, que en su caso es fiel en la defensa de los intereses de su iglesia.

Por ello, alega contra el mercado ser la causa de la inasistencia a los oficios religiosos y del olvido de toda doctrina:” es un dolor lo que sucede, son muchísimos los que quebrantan este precepto, unos llegan tarde; otros no la buscan; y otros por cuidar de sus animales, no les da pena el desprecio que se hace de Dios, y de su santa religión”. Además el mercado convoca, como reunión casi festiva de un numeroso grupo de personas, a toda suerte de peligros para la moral y la decencia, que no deben facilitarse y , al contrario, deben ser erradicados"


El Ayuntamiento de Pravia hará caso de la denuncia y tras las correspondientes diligencias y pesquisas, erradicará este mercado:
"Ante la petición del párroco, el Ayuntamiento de Pravia encargará al Juez Noble del concejo, Juan Manuel del Peso, que impida por los medios correspondientes la celebración del mercado, que “autoritariamente” realizan sin tener licencia ni facultad para ello, al tiempo que se recibe un oficio de la Diputación por el que se pide se informe sobre los mercados y ferias que se realizaban, los que podían establecerse y los días propicios para celebrarlos “a fin de formar el plan general de uno y otro”.

La respuesta del Juez a la petición realizada por el párroco al Ayuntamiento de Pravia se materializará casi dos meses después en un oficio (véase Doc. II más abajo) en el que se da cuenta del acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento en 16 de noviembre dando potestad al Juez para determinar lo que fuese oportuno. Éste, con fecha 1 de diciembre, prohíbe a los vecinos la celebración del mercado bajo pena de doscientos ducados, y señala la posibilidad futura de lograr “la superior facultad competente” para materializarlo pacíficamente y sin estorbos.

De este modo, lograba Bernardo Joaquín Sánchez su propósito, y el mercado, al menos hasta su fallecimiento, no volvió a celebrarse en domingo. Triunfarían después los deseos comerciales de los vecinos, y así Soto de Luiña contó durante siglo y medio con un mercado de cuya desaparición fuimos testigos, y que daba vida matutina a esas jornadas dominicales en las que al socaire del original mercado de ganado se multiplicaban la actividad y los puestos de toda especie"


De nuevo ante el Monumento al Peregrino, hemos dado la vuelta completa alrededor de esta iglesia que, como hemos visto, ha marcado intensamente el devenir de Soto, no solo religioso, sino también económico, social y político, y de buena parte de la comarca de Las Luiñas. Volvemos a la Web de Soto, cuando nos dice:
"El templo parroquial, en este caso el de Soto de Luiña, ejercía una importante atracción sobre los feligreses y facilitaba sus reuniones. La campana era el instrumento mediante el cual, previo código establecido, se comunicaba de manera rápida y eficaz a los vecinos los acontecimientos importantes, convocaban asambleas, etc. La parroquia era de hecho la unidad eclesiástica, política y económica. En el templo se bautizaban, se casaban, se divertían y eran enterrados en su interior. En las Luiñas los vecinos tenían el patronato de sus iglesias, es decir nombraban a los curas de sus iglesias por votación entre los aspirantes existentes. A partir de 1741 y después de un largo litigio con el cabildo pierden esa prerrogativa. Seguirán años de reclamaciones sin éxito. En la zona de las Luiñas la financiación de los templos parroquiales, a falta de linajes familiares que hicieran donaciones, fue casi siempre de origen popular. Los templos de San Martín, Santa María de Soto, Santa María de Ballota y Santiago de Novellana tal y como los conocemos ahora fueron construidos en el siglo XVIII y San Roque de Oviñana en el XX. El hecho de que se reconstruyan estos templos en el mismo siglo tiene que significar una mejora económica de la zona, lo que coincide con un siglo agrícolamente próspero"

Vamos ahora al pórtico, uno de estos dos pórticos gemelos laterales "soportados por finas columnas apoyadas en banco corrido"


Ya resguardados bajo este atrio, donde tantos peregrinos, vecinos, y visitantes, se cobijaron de sol y lluvia, pisamos suelo de pequeños cantos rodados, admirando de frente estos contrafuertes barrocos en la pared del templo que dividen las naves en tramos, así como esta portada lateral también barroca y gemela asimismo de su correspondiente al otro lado, que vimos cuando hablamos del exterior de la en su momento más que  polémica capilla de Santa Inés


Y es que aún nos queda "traspasar el umbral", acceder al interior, pues aún nos aguarda en él la visita a sus formidables retablos barrocos, la maravillosa guinda de esta visita a "uno de los más notables conjuntos barrocos eclesiásticos de Asturias" como muy bien decía Joaquín Manzanares, Cronista de Asturias


Según entramos vemos a nuestra derecha la pila del agua bendita. Más allá están el altar y capilla mayor, con las capillas laterales. En el suelo, las losas de las sepulturas, que antiguamente había en el interior de la iglesia. Antes el suelo era de tierra, como los de las casas de antaño. En las cuentas aparecen descargos dedicados a terrar la iglesia, una solución que, unida a las inhumaciones, provocaba polvo, suciedad e insalubridad, lo que disgustaba a los visitadores de la diócesis cuando inspeccionaban el templo 


Por ello, dentro de aquellas ingentes obras dieciochescas, se decidió enlosar el firme, contratándose para ello  en 1798 al maestro avilesino D. Juan González y trabajando aquí los oficiales Juan Fernández y Lope García, de la vecina Oviñana, trayéndose la losa de Avilés, pero no pasaron de las puertas laterales por temor a afectar a las sepulturas. Por entonces aún estaba pendiente hacer una nueva osera tras el pleito por la construcción de la capilla de Santa Inés. El Visitador manifestaba el beneficio de la obra escribiendo:
"para preservar los altares, imágenes y todo el templo de polvo e inmundicias que son indispensables en las iglesias de terrenos..."

Enfrente, esta es la otra de esas puertas, de la misma traza y a la misma altura que la que acabamos de emplear para entrar. En su pila benditera muestra una imagen en relieve de San Antonio de Padua


Y este es el espacio comprendido desde las puertas laterales hasta la portada principal, la de la entrada bajo la torre, bajo el coro o tribuna, que se eleva sobre un arco carpanel o de cesta, que sería restaurado por el equipo de canteros del llanisco Manuel Martínez hacia 1771, contratado por el párroco D. Benito González Arango


Según avanzamos hacia esa portada miramos al techo y nos deleitamos con esta magnífica obra de bóveda de crucería, que realmente es una bóveda nervada muy empleada en el arte gótico. Existen precedentes en bóvedas de arcos entrecruzados en antiguas iglesias armenias y georgianas, así como en edificios islámicos, pero parece una evolución directa de la bóveda de arista del arte románico,. que también gustaba de la bóveda de cañón


Esta bóveda, junto con los arcos ojivales o apuntados es uno de los elementos definitorios del gótico, un estilo que en Asturias prevaleció durante siglos, incluso sobre el renacentista, llegando hasta el barroco y a fusionarse prácticamente con él, como es este el caso. Está formada por nervios diagonales que se cruzan en la clave


Caminando hacia el altar recordamos que el inicio de la obra del cuerpo central de esta iglesia fue encargado por el párroco D. Melchor de la Bárcena y Mier, llegado en 1740, a los hermanos de Panes (Peñamellera) José y Bartolomé Martínez, trabajando aquí durante tres años, entre 1751 y 1753 


A la izquierda, guardada por una reja, la pila bautismal...


Y aquí, en este primer tramo de la nave, están las puertas laterales a los correspondientes cabildos. Nosotros hemos entrado por la derecha, la del sur. Recordemos también que ya en 1728 el Arcediano apremiaba a la construcción de la bóveda inmediata al presbiterio, dada la oscuridad interior, insistiendo en ello tres años más tarde


Las bóvedas de crucería se dice que no son muy perfectas, pero sí de altura uniforme. En el cuerpo central de la nave se trabajó también más adelante, cuando el párroco D. Juan Benítez Arango contrató al maestro llanisco Manuel Martínez, que acudió con su criado, su ayudante y oficiales


Parece ser que en suelo, como en otras iglesias de la zona, había vigas que separaban los diferentes estamentos sociales en la misa y en la sepultura, según su posición: nobles y estado llano, casados, niños célibes, forasteros, vaqueiros... pero se afirma que en algún momento "fueron quemadas"


Y aquí ya vemos las naves laterales, crucero y altar mayor, este en la parte interior del ábside semicircular que hace un momento veíamos al exterior en la parte posterior, al ir de la Fuente del Hospital a la Rectoral 


Altar mayor, capilla mayor y retablo mayor, la cabecera de la iglesia, hacia donde nos dirigimos ahora primeramente por el crucero


A la derecha, la capilla de Nuestra Señora del Rosario fue, según Ardura Parrondo, donde comenzaron las primeras obras del nuevo templo en 1694, para las que se contó con el maestro avilesino D. Sebastián de la Vega


A la izquierda es la tan comentada capilla de Santa Inés, la de los grandes litigios del párroco y vecinos con el linaje constructor. Observemos también este artístico púlpito de piedra, con los anagramas de Jesús, María y José


Por su parte esta capilla mayor se acometerá al reanudarse la obras en 1715 tras el parón efectuado luego de hecha la torre, aún bajo los auspicios del gran fundador D. Antonio de Bances de la Bimera y Osorio, siendo dirigidas por Domingo Fernández, quien con sus oficiales construyó la torre tras el despido de Pedro García de Álvaro, en quien por alguna razón se había dejado de confiar al comenzar los trabajos


La capilla mayor será rematada tras el fallecimiento del fundador Bances, cuando durante algún tiempo al frente de la parroquia estuvo D. Diego Suárez del barrio, pendiente del nombramiento de un nuevo párroco, el citado D. Melchor de la Bárcena, que a su llegada comenzará preocupándose por dotarla de un retablo, este magnífico retablo mayor


 No se sabe quien es su autor, que también hizo el pedestal y la mesa del altar, aunque se atribuyó en su momento al tallista José Fernando de la Meana. Así lo vemos por ejemplo en Turismo Asturias:
"Mención aparte, sin ninguna duda, merecen los retablos de este templo. Todos ellos destacan por su cuidada elaboración, que en el caso del central, forma un destacable ejemplo de retablo exedra de "Cascarón" contando con tallas y elementos artísticos bien elaborados que podrían atribuirse al taller de José Bernardo de la Meana"

El retablo fue dorado por el cántabro de Ajo Juan Antonio Lainz en 1801, fecha que se da como la de finalización de la tarea constructiva del templo. A los lados sendas ventanas daban luz al interior. Ahora únicamente lo hace la de la derecha


En medio está la patrona, Santa María, Nuestra Señora de la Humildad, que antes fue de la Natividad, cuya imagen estuvo aquí hasta 1936. A la izquierda derecha San Vicente Ferrer, la talla más antigua que se conserva; y a la derecha San Juan Bautista: se dice que antes que esta había una figura de Santa Bárbara


A la izquierda, en la ventana cegada que hace las veces de hornacina, una imagen del Niño Jesús


Apoya el pie izquierdo en la bola de mundo y porta una pequeña cruz de madera, alegoría de su crucifixión


En lo alto del retablo figuras de ángeles y motivos vegetales. Fijémonos en la forma picuda del mismo para ajustarse a la bóveda


Bóveda estrellada. Se supone que en este altar mayor estarían las pinturas que inspiraron los frescos descubiertos en las paredes del hospital de peregrinos 


Vamos a ver ahora a la derecha o lado de la epístola el retablo de Nuestra Señora del Rosario, cuya sacristía-capilla iniciaría con Bances las primeras obras del nuevo santuario en 1694 con Sebastián de la Vega, que trabajó tan satisfactoriamente en ella que, además de sus honorarios, fue obsequiado por los vecinos, sufragantes de todas las obras, con un traje valorado en 200 reales. La cerrajería correspondiente se encargó a Juan de El Pontigón


Este era el lugar, el paso entre la capilla del Rosario y presbiterio, donde en 1731 el Arcediano insistía por segunda vez en ejecutar las obras pertinentes diciendo:
"...la capilla es oscura pues donde se deben estar las luces está la capilla de Ntra Sra. del Rosario y el arco que está entre las dos capillas se halla a un lado y es pequeño,,,"

Si bien la capilla es fruto de la primera fase de las obras de Santa María de Soto, aparte de las ulteriores reformas, el retablo parece ser de las finales, o así al menos lo refleja Parrondo en su obra dedicada a las Luiñas en el Camino de Santiago, pues lo engloba dentro del periodo de 1780 a 1800 con el párroco D. Bernardo Joaquín Sánchez y las últimas tareas. Sin embargo también habla de un retablo más antiguo y otras obras sobre retablos anteriores:
"Una vez realizadas las obras estructurales más importantes del templo, tendrían que realizarse las de ornamentación. Los primero fue la construcción de un nuevo retablo para la capilla de Ntra. Sra. del Rosario, contratando al artista D. Benito Álvarez, de Avilés, que además compuso el Jesús Nazareno y unión y reparo de los retablos viejos de Ntra. Señora del Rosario y de Santa Rosa, recibiendo por ello 3.290 reales de los que 3.000 corresponderían al retablo nuevo. Dos años más tarde se encargarán al mismo Maestro las imágenes de San José y San Antonio de Padua, que se colocarán en el anterior retablo, cobrando por ellos 668 reales de su talla y 350 de pintarlos y dorarlos. Después, en 1790, será la imagen de San Roque la que se dore y se pinte de encarnado"

 Por ello entendemos que "los retablos viejos de Ntra. Señora del Rosario y de Santa Rosa"  son muy anteriores, posiblemente del mismo tiempo de construcción de esta capilla, donde una inscripción en la imposta existente bajo la ventana dice:

"Esta obra se hizo siendo cura Don Antonio Bances Cuervo y Osorio de la Bimera a costa de la fábrica I Becinos desta feligresia


El retablo es una gran composición del Árbol de la Vida de Jesús, con varias imágenes y una serie de medallones con escenas de los Quince Misterios del Rosario y de los Siete Gozos de María


En lo lato, en una hornacina, el Niño Jesús y más arriba el escudo papal


Justo debajo y en medio del altar Nuestra Señora del Rosario


San José y el Niño a la derecha


A la izquierda el Sagrado Corazón


Ahora fijémonos en los medallones


La Anunciación


La Visitación


El Nacimiento de Jesús


La Adoración de los Magos


La Pérdida y Recuperación de Jesús en el Templo


La Agonía de Jesús en el Huerto de Getsemaní


La Asunción de la Santísima Virgen al Cielo


La Bajada del Espíritu Santo sobre la Santísima Virgen y los Apóstoles


La Crucifixión y Muerte de Jesús


Llevar la Cruz


La Coronación de Espinas


La Flagelación de Jesús


La Resurrección de Jesús


Al pie del retablo una cabeza de Jesús con la corona de espinas es símbolo de la Pasión. Debajo otros dos medallones representan a la Virgen del Rosario y a San Vicente Ferrer con su hábito dominico


El pintado y dorado de este retablo también figura, junto con el de la capilla mayor, como las últimas intervenciones en el templo, a cargo de Juan Antonio Lainz, entre 1800 y 1801 


Desde la capilla del Rosario y en ets mismo lado de la epístola nos acercamos ahora a la capilla y retablo de Jesús Nazareno


Fechada en el año 1783 correspondería esta capilla al periodo final de las labores de edificación del templo. La puerta del relicario tiene una imagen del Buen Pastor


En medio una gran talla del Nazareno, portando la cruz. Es del año 1708 y se atribuye al gran maestro Antonio Borja


En lo alto Santa Rosa de Lima, santa peruana canonizada por Clemente X en 1671, por lo que la extensión de su culto estaría plenamente vigente en aquellos años durante la edificación de esta iglesia. Sus episodios místicos están vinculados a la Virgen del Rosario y al Niño Jesús, de ahí tal vez su presencia en el retablo, dada su proximidad al del Rosario de esta iglesia, con muchas representaciones también del Niño Jesús


A la derecha del Nazareno la Virgen del Carmen. Es de gran veneración por parte de marinos y pescadores, no olvidemos nuestra cercanía al mar y la vinculación de esta parroquia con la de Oviñana, importante cofradía pesquera, también de Las Luiñas y también segregada en sus tiempos de la de Samartín


Y a la izquierda la Dolorosa. Estas imágenes de abajo tienen sus hornacinas flanqueadas por columnas salomónicas con ángeles orantes...


Enfrente, al otro lado de la iglesia, en la nave del evangelio, otra de las capillas de este santuario, la de San Antonio de Padua, que antes veíamos por fuera, como la de Santa Inés


Allí está su retablo, con varias imágenes 


Abajo, entre columnas de orden jónico, están las más grandes,,,


Arriba, más pequeña, parece la Natividad, la advocación originaria de esta iglesia


Fijémonos ahora en los de abajo


En medio la Inmaculada Concepción. Su dogma fue proclamado por la bula Ineffabilis Deus del Papa Pío IX, por lo que este es el retablo más reciente de todos, de hacia 1866


A la izquierda Santa Teresa de Jesús


Y a la izquierda San Antonio, el titular de esta capilla


Y en la misma nave del evangelio dejamos para el final la capilla de Santa Inés


A la izquierda de la capilla mayor, ostenta en lo alto el escudo de los Menéndez de Luarca y Tineo, blasón también existente en el exterior. A la izquierda tal vez esta talla sea la de Santa Inés, titular esta capilla lateral


Al lado, una ventana arroja luz al interior...


El retablo muestra también un gran Árbol de la Vida con varias imágenes en hornacina y un relieve central


Su escena representa la Adoración del Niño por los Pastores en el Portal de Belén, con la Virgen María, San José, la mula y el buey. Arriba los ángeles anunciadores. También se la llama la Escena del Nacimiento


San José aparece con la cabeza decapitada y anta María y un pastor con la cara cortada


Miramos seguidamente a las tallas de las hornacina


En lo alto, la Virgen de Fátima, y sobre ella el escudo de la estirpe fundacional


No sabemos si en origen aquí habría una figura de Santa Inés, santa titular de la capilla...


A la izquierda San Joaquín, el padre de María...


Y a la derecha la Virgen Niña con su madre, Santa Ana


Y así, completando nuestra apasionante y pormenorizada visita a uno de los mejores conjuntos barrocos de Asturias, salimos de la iglesia y volvemos al Camino...


Cierto es que podríamos ir directamente carretera adelante en cuesta, pasando el Edificio Los Nogales hasta enlazar con el camino señalizado junto al Hotel Valle de Las Luiñas, pero se entiende que para seguir al trazado histórico, y además el que nos lleva a la antigua escuela y actual albergue, hemos de volver a la carretera de la playa, aquí a la derecha de la foto, al otro lado de la iglesia, por dond efuimos antes a la fuente y el hospital...


Al principio de la carretera, a la izquierda, una casa de gran galería y muy reformada, fue la residencia de Don Benigno, el primer notario que hubo en Soto. Luego los Mendiola tuvieron una tienda de ultramarinos


La carretera de la playa sigue el valle del río Esqueiro hasta su desembocadura en San Pedro la Ribera. Ya hemos dicho que, incluida ya en el plan de carreteras de 1911, auspiciada por el deán Albuerne, no se subastó hasta una década después, a la vez que se planeó una nueva plazoleta y aparcamiento para 40 coches (muestra de los transitado que era Soto en tiempos de los primeros vehículos a motor) y plantar árboles en ambos márgenes de la carretera


Un poco más allá empezaba el antiguo Coto de San Pedro de Boca de Mar o Bocamar, con una extensión de 184 días de bueyes, dentro de esta parroquia pero señorío y posesión de la casa de Omaña, a quienes sus vecinos pagaban anualmente unos 24 reales allá por el siglo XVIII, siendo los Omaña los mayores hacendados de esta parroquia, de la que su rentas por entonces eran de 4.327 reales y tres maravedís por sus heredades, 6 de la renta de las casas y 370 de sus foros, según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada


El coto, aunque pequeño, estaba en un enclave estratégico, pues la playa se empleó como embarcadero natural, no solo de pesca sino también comercial. Mismamente se tiene constancia que ciertos materiales muy voluminosos empleados en la construcción de la iglesia vinieron por mar, siendo luego acarreados hasta aquí en carros de bueyes


Aunque por los alrededores hay canteras, algunas como hemos visto tenían una extracción muy complicada y había incluso que abonar a los trabajadores un plus de peligrosidad. Otro tipo de piedra que de ellas no pudiese sacarse había de venir de fuera. De la misma manera, también había oficiales y albañiles, pero la extraordinaria complejidad de estas construcciones hacía que los grandes maestros canteros hubiesen de ser contratados también fuera, principalmente en el oriente, Llanes y Peñamellera, de gran tradición en este oficio


Estos maestros solían exigir que con ellos trabajasen gentes de confianza, por lo que traían a sus propios oficiales y ayudantes. No obstante y como se necesitaba mucha mano de obra, muchas veces se contrataba también a los locales. Por su parte, en torno a los templos ovetenses existía una buena colonia de artistas plásticos, a los que se contrataba para labores tales como las pinturas, dorados, retablos...


Por lo tanto el camino a la playa, anterior a esta carretera, debió de ser muy transitado desde siglos pasados. Aquí en Soto confluyen pues los caminos de tierra y del mar, una característica común a la de tantos valles cercanos a ensenadas. Tengamos presente que la navegación de cabotaje por el Cantábrico fue intensísima desde la prehistoria y que, a pesar de galernas y temporales, a veces eran más seguros los de la mar que los de tierra firme, sobre todo aquí, acometiendo las quebradas de Las Ballotas o de Las Palancas


El Camino, que como hemos dicho pasaba originariamente entre la iglesia y el hospital, sigue su trazado histórico por aquí a la izquierda, en el barrio de El Pontico, por donde vamos a seguir. 


Por ello aquí dejamos la carretera y seguimos a la izquierda. No obstante, máxime si pernoctamos en Soto y disponemos de una o media tarde libre tras nuestra etapa del día, es absolutamente recomendable también visitar la Playa de San Pedro la Ribera, máxime si es verano y nos apetece un buen baño reconfortante y descansar en la suavidad de la arena. Un lugar además con mucha historia... 


En El Pontico el camín real es llamado La Caleína, y como decimos venía históricamente del paso entre la iglesia y el hospital, al lado de la Fuente del Hospital, donde hemos estado. De frente al Camino está Casa Manolín El Sacristán y a la derecha Casa Moreira y Casa Colubi 


Fijémonos a la derecha en la flecha y en la concha. Gran impulsor de la señalización efectiva del Camino en esta zona es Pepe  Rodríguez, el hospitalero. Él además ha recuperado el trazado del viejo Camín Real de la Costa por Las Ballotas, al menos en la mayor parte de los tramos que han llegado a nuestros días, de esta manera quienes no deseen subir a la Sierra de Las Palancas no estarán obligados al sufrido asfalto de la N-632, ahora con escaso tráfico pero que da continuas y largas vueltas y revueltas


A golpe de brocha ha señalizado esa ruta y ha mantenido las flechas del trazado general, repintándolas. El característico color amarillo de estas flechas, algo más pálido que el digamos "estandar" del Camino de Santiago, es precisamente llamado Amarillo Pepe por muchos peregrinos, siendo una muestra de su trascendencia y su cariño por el Camino


A la izquierda la Casa los Peláez. El camín real, una antigua ruta y paso natural por la franja cantábrica que, con sus ramales, sería hecha vía romana, fue senda pública o real, del reino, en la Edad Media y constituiría la comunicación principal con Galicia hasta la apertura de las actuales carreteras a partir del siglo XIX. Sabemos que en el siglo XVIII fue adecentado y construidos puentes que libraban pasos tan temibles como el del Puente que tiembla, en Las Ballotas, del que hablaremos en su momento, pudiendo pasar regularmente una carrilana o diligencia de viajeros de cinco caballos


La fragosidad de Las Ballotas, donde las montañas literalmente se precipitan al mar, formando barrancos y argayos, podían volverse impracticables con las riadas, por lo que muchos viajeros escogían el de Las Palancas, de gran subida pero que, al pasar por la cresta del cordal costero, no tiene esos inconvenientes. De estos dos caminos y la polémica de haber hecho oficial uno y no los dos hablamos en las entradas de blog correspondientes a los siguientes tramos, tanto por un sitio como por el otro


Los dos caminos se bifurcarán arriba, al llegar a Las Chabolas, nosotros al llegar aquí seguiremos a la izquierda


Bordeando el muro del terreno de la Casa los Peláez tenemos de frente la alta y llamativamente alta Casa de Manolín el Sacristán, donde, en el bajo, estaba la Tienda de Gina, su mujer otro de los antiguos negocios de ultramarinos de Soto


Aquí empezamos a subir. De alguna manera  podemos decir que aquí comienzan las cuestas de Las Ballotas, o en su defecto de Las Palancas, dependiendo de por donde vayamos, a partir de Las Chabolas


En el muro vemos pintada otra de las flechas de Pepe, algo de cuya historia podemos ver en fotos y comentarios en la página Cuidando y marcando el Camino, Pepe. Junto con la foto pertinente esta es por ejemplo su entrada del 15-5-2018:
"Hola, en abril remarque de nuevo las señales del camino desde Muros de Nalón a Soto de Luiña y hoy empecé a remarcar Soto de Luiña a Castañeras, estos caminos están llenos de naturaleza y vida.... la playa del silencio .... Qué puedo decir, que la visiten y valoren su entorno.
Adjunto fotos del día de hoy.
Un saludo para todos, Pepe"

Y este ha sido y es también el camino a la escuela, donde está el Albergue de Peregrinos: estas son algunas entradas de Pepe del año 2018, que podéis ver con su foto vinculada en su citada página:
"Feliz Año 2018, os deseo PEPE, desde el Albergue de Soto de Luiña, desde 1999 a 31 de Diciembre 2017 realice la función de hospitalero, como voluntario y lo realice con mucho cariño, acogiendo a todo Peregrino del Camino, quiero dar las gracias a todo Peregrino por el donativo, con ello y mi esfuerzo, se a logrado una mejora muy grande para su descanso. 
Medite que tenía que ceder paso a otras personas para su gestión. 
Lo que seguiré realizando, es seguir pintado con flechas y cuidando el Camino de la Costa. 
Con todo ello me despido un fuerte abrazo y si necesitan algo relacionado con el Camino, preguntar por mi en el Café Bar ECU. 
Atentamente, Pepe 
19/05/2018.  
Hola, aquí en el camino Real de la costa, Castañeras a Santa Marina, retirando el agua que se desvió al camino y señalizado con las flechas. Un saludo, Pepe. 
21/05/2018  
Hola, hoy estuve señalizado desde Ballota a Cadavedo, me doy por finalizado este año, la señalización, realicé unas fotos del trazado.  
Un saludo para todos, Pepe.  
06/06/2018.  
Hola, estoy en compañía de esta peregrina, es de China, camina como un volador, realiza una media 60 km. diarios, tenia los pies con unas ampollas y heridas, le regalé una flecha del camino, en recuerdo de Asturias. Buen camino para todos, Pepe.  
12/07/2018  
Retomo de nuevo, información del Camino de la Costa. https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11653566  
Hola, este enlace es el perfecto para realizar el Camino, relacionado con la costa, encontraréis una vegetación y naturaleza increíble y que todos tenemos que cuidar. Viviréis una experiencia de naturaleza, mar y montaña, Pueblos con su encanto, acantilados, playas para el recuerdo.
Es mejor que lo realicéis. 
Un saludo para todos, Pepe.

Y otro par de enlaces, uno de 2020 y otro de 2021:
"10/06/2020

Quedan los días contados para el camino, vivir la naturaleza y esa libertad para volver a encontrarnos y hacer amistad, hoy estuve revisando el tramo del Concejo de Cudillero, venir a conocerlo y descubrirás la pura naturaleza

02/06/2021

Hola a todos, de nuevo señalizando el Camino desde Muros de Nalón a Cadavedo, por la costa yo recomiendo por su vegetación tan impresionante cercana al mar, los paisajes, sus pueblos con sus gentes tan amables y su gastronomía.

Espero que disfrutéis del Camino y buen Camino. Un saludo para todos, Pepe.

Pasando la Casa los Peláez nos fijamos en esta puerta de arco de medio punto, así como las ventanas sobre ella, bíforas, esto es, gemelas y unidas, también de este tipo de arquería


Y la caseta de telefónica, donde hubo una escuela, anterior a la actual, a donde nos encaminamos ahora 


Seguidamente unos bloques de pisos, que al otro lado miran a la carretera general


Los pisos tienen un pequeño terreno en esta su parte posterior, abigarradamente arbolado y ajardinado, cerrado por tapia. Algunos son apartamentos turísticos o viviendas vacacionales. También las segundas residencias abundan en estos pueblos del litoral, sobre todo desde que la autovía los acercó a los grandes centros urbanos y mismamente al aeropuerto


Seguidamente un seto y una farola isabelina en la estrecha acera. Seguimos la cuesta de La Caleína hacia la escuela, el actual albergue público de peregrinos, aunque aún no la vemos desde aquí


A la derecha otra tapia cierra la finca de una casona, que asoma sobre los árboles...


Son las casas del Camín de Busfrío, a nuestra derecha: Casa los Ruzas



Nos cruzaremos con ese camino justo aquí enfrente, nosotros seguimos de frente, en recto y subiendo


Subiendo pasamos al lado de otro bloque de viviendas, que queda a nuestra izquierda


A la derecha, más allá del talud de este prado, el campo de la escuela, vemos su edificio, el del actual albergue de peregrinos, separado unos metros de La Caleína


Realmente solamente reconocemos el tejado y un frontón con columnas herrerianas que semeja la espadaña de una iglesia dieciochesca... pero es una buena referencia visual para los peregrinos que van en su busca, algunos realmente cansados si han hecho una etapa larga


Hace años no había albergues desde Avilés hasta aquí, por lo que no pocos peregrinos hacían una muy larga etapa de casi 40 kilómetros con subidas y bajadas, a no ser que se desviasen a algún albergue turístico en pueblos o villas de la misma costa o durmiesen de hotel, normalmente llenos en verano o a precios de temporada alta, por lo que llegar a Soto era todo un reto y epopeya


En nuestros días han abierto unos cuantos albergues privados a lo largo de ese trayecto, por lo que es factible dividir la etapa en dos, recordando eso sí que las etapas que vemos en las guías NO SON de obligado cumplimiento sino orientativas, basándose frecuentemente en los escasos albergues públicos existentes cuando se señalizó por primer vez el Camino de manera integral y oficial, hacia 1994


Otros alojamientos, pensiones, hoteles, e incluso apartamentos, reciben gustosos a los peregrinos e incluso algunos se han especializado en ellos, con precios especiales y asesoramiento de la ruta. Una cosa es cierta, si emprendemos el largo trayecto de Las Palancas lo óptimo es, vengamos de donde vengamos, parar en Soto. En caso de ir por Las Ballotas hay otros alojamientos en alguno de los pueblos de su recorrido, pero también merece la pena realizar alguna etapa corta, a las que es muy dado este camino norte, para visitar, por ejemplo, las indómitas playas de El Gavieiru o del Silencio, La Ribera del MolínGueirúaLa Conchona... tal y como podemos hacer en Soto con la de San Pedro la Ribera


Asimismo es conveniente para la Sierra de Las Palancas ir bien provisto de agua y algo de comida. Naturalmente todo esto son también orientaciones, luego cada persona planifica según lo que quiere, puede y entiende le va mejor


Casa Severino El Zapatero: el Camino como tal sigue de frente pero a la derecha podemos ir a la vieja escuela y actual albergue


Pernoctemos o no en ellas vamos a visitarlas, pues son  otro muy interesante elemento del patrimonio del pueblo. No solamente en lo concerniente a la enseñanza, que es a lo que estuvieron destinadas, sino que, tras su desaparición como tales con la concentración escolar, se convirtieron en uno de los albergues pioneros del Camino Norte


Sale un peregrino, en chanclas y recién duchado tras su jornada andariega, sin duda va a comer al pueblo o a comprar algo para comer en el albergue, o para la cena comunitaria, una costumbre de sociabilidad que no debería perderse en los albergues de peregrinos, si bien es cierto que también puede hacerse si se desea en mesa y mantel de alguno de los afamados establecimientos que sirven la buena gastronomía local


También aquí las flechas de Pepe nos orientan en el camino...


Y este es el grandioso edificio de época de las escuelas de Soto de Luiña fueron fundadas por D. Honesto Sebastián Rodríguez, indiano nacido en el pueblo que hizo fortuna en Cuba que, al no tener hijos, pensó en los de sus vecinos donando una parte de la misma para que se construyese, estipulándose se rigiese por un patronato formado por el párroco, el alcalde y un miembro de la familia Rúa


El dinero, depositado en el Banco Herrero, tardó bastante tiempo en invertirse, tanto que se dice que a la hora de hacerlo ya no era suficiente, por lo que hubo de aportarse más. Como en el caso de la iglesia antiguamente, uno mayordomo regía el edificio, cargo que, entre otros muchos, recayó en Víctor de la Rúa y más tarde en Saro 


En los años de la década de 1970, con la concentración escolar en el nuevo Colegio Público Nuestra Señora de la Humildad (en la carretera de San Pedro o de la Playa), las escuelas pasaron a otros usos. Hacia 1994 una parte fue destinada a albergue de peregrinos, entonces aún pocos, que iban a Santiago por este camino costero. Según nos han cotado parte fue cedida al Ayuntamiento y el albergue es gestionado por el Principado, pero el local y este campo siguieron a cargo de la Fundación Honesto Sebastián Rodríguez


La otra parte del edificio es destinada a cursos, talleres, sede asociativa, etc. Los estatutos de la fundación ya habían estipulado si si alguna vez el inmueble dejaba de ser escuela fuese dedicado afines sociales y en beneficio del pueblo


El albergue y el hospitalero Pepe fueron glosados por el escritor Xuan Bello en una de sus crónicas: Caminos secretos: un albergue para el otoño.
 "CAMINOS SECRETOS. UN ALBERGUE PARA EL OTOÑO

Xuan Bello

"Todos queremos escaparnos de nosotros mismos alguna vez en la vida ; puede, incluso, que nos queramos escapar siempre y soñamos cosas más o menos banales. Luis de Baviera soñó altos castillos sobre peñas imposibles y los construyó ; no a todos, por desgracia, se nos ha dado la capacidad de construir, sobre cimientos fértiles, nuestro sueño. Cuando era niño –más o menos iba a cumplir los trece– soñé con una caseta construida de cartón e inestables ramas de pino donde leer aquellas novelas de Edith Blyton. La construí por el verano, que soy muy tenaz, y cuando volví a ella en el invierno pude contemplar la ruina de mi vida. Ya no me gustaban las novelas de Los Cinco, y había comenzado a leer nada menos que 'La Madre" de Gorky. No entendí nada, pero a los trece años ¿quién entiende nada? Tan sólo la consciencia de que uno todo pone en lo que hace –todo– y eso poco que resulta acaba siendo el mayor suspenso de la vida.
    
El pasado verano, por razones laborales, me fui a Santiago de romería. No hay que ir muy lejos para encontrar la maravilla y en Soutu de Lluiña, en el concejo de Cuideiru, me encontré con Pepe l'Hospitaleiru, un señor que me dio no sólo el palique sino también un reflejo de lo que podríamos ser a poco que lo intentásemos. Lo quise entrevistar entonces, para esta página, pero me dijo:
    
–Has llamame pola seronda, qu'agora nun séi que dicir.

Y como ahora es otoño, y urge la noticia del día, le llamé. ¿Cómo ha ido la temporada, Pepe? Los peregrinos, ¿han encontrado su destino?
    
Y me contesta:
    
–La temporada fue muy buena, pero aún faltan meses para acabarla. El año pasado, en total, durmieron en el albergue de Soutu 4.094 peregrinos ; este año van a ser más, según mis cuentas.
    
En el albergue de Soutu de Lluiña no se hace negocio. Por una cantidad honesta se encuentra ducha, cama y calor. Aunque el verano es distinto al otoño:
    
–Ahora llega menos gente, pero cada noche hay por lo menos 26 peregrinos. La media es esta: dos españoles, y el resto alemanes, franceses, italianos, portugueses, rusos, polacos...
    
A Pepe l'Hospitaleiru le viene el oficio de la tradición de su pueblo. Se constituyeron en asociación para potenciar el Camino de Santiago por la costa asturiana y al principio –recuerda Pepe con agradecimiento– todo el pueblo se comprometió. La llave del albergue estaba en la carnicería, en el bar Miguel Ángel, en su casa... Desde 1999 él tiene la llave y ofrece el albergue. Atiende todas las tardes a los peregrinos, les indica la ruta a seguir. Descubre secretos como la Ermita de la Regalina o los acantilados de Ballouta.
    
–El problema que tengo es que el albergue da para 22 personas. En verano esa cifra se multiplica por tres. Yo les digo lo que hay y con un colchón limpio y una manta nos arreglamos entre todos. Es el camino: un lugar de encuentro.
    
Cuando le pregunto si esto tiene que ver con la religión, o con la espiritualidad, y no con una ruta turística más o menos bien planificada, me dice que sin duda sí. Que claro que sí. «Muchos peregrinos me preguntan que por qué las iglesias a su paso están cerradas. Y yo les hablo de la falta de curas».
   
 –Siempre hay alguien que habla en inglés o en alemán y nos vamos entendiendo –concluye.
    
Le pregunto si él habla inglés o alemán. Adivino su sonrisa. Contesta:
    
–Falo n'asturiano y p'alantre..."

Conocidos la escuela, el albergue y sus historias volvemos al Camino, poniendo rumbo al barrio La Casona


Ante nosotros, más allá de las casas, el Alto del Llavín (197 m), antesala de la Sierra de Troncéu, y esta a la vez de la de Las Palancas


La cuesta de La Caleína delata las primeras rampas que nos aguardan, vayamos por el monte o por la costa 


De ahí que la parada de Soto fuese tan sumamente necesaria en viajes y peregrinaciones costeras, incluso en los tiempos de la carretera, de ahí que hayan pasado, parado o pernoctado tantísimos personajes célebres en ella


Fijémonos en el azulejo azul de la concha a la derecha del portón y otro a su izquierda y arriba en la esquina del piso alto de la casa


Concha amarilla sobre fondo azul que destaca sobre la piedra de la pared...


Pared de mampostería que ha sido dejada a la vista durante una restauración. La fachada luce alegre, colorista y vistosa con sus tiestos de flores rojas que resaltan también, estas sobre el blanco de las ventanas



Antes de llegar a la carretera hay un espacio verde dedicado a jardines


Barrio de La Casona a nuestra derecha. Al llegar a la carretera acaba esta primera cuesta


De frente tenemos el hotel Valle de Las Luiñas, regentado por quien fue el gran hospitalero y era y es el gran señalizador y recuperador del Camín de Las Ballotas, Pepe Rodríguez, quien escribe en su página el 11-4-2018:
"Hola caminantes, 
Desde el año 1999 hasta enero de 2018 ejercía como hospilatero voluntario.
Seguiré cuidando el camino de la costa y señalizándolo. 
Mientras estuve de hospitalero en ningún momento promocione por este medio el Hotel Valle Las Luiñas que gestiono. 
Informo que disponéis de menú diario tanto en las comidas como para las cenas, y para aquellos peregrinos acreditando la credencial que se alojen en el Hotel tendrán un 10% dto. Y un detalle relacionado con el camino. Siempre que la reserva se realicé directamente con el Hotel"

Una placa informa que hemos de cruzar la N-632 en este lugar. Es muy bueno que recomiendo precaución, nosotros no paramos de hacer cuando llegamos a intersecciones como esta, pero estaría mejor fuese acompañado de instalar un semáforo o al menos un paso de cebra, como lo hay a la entrada de Soto. Sería bueno, prudente y seguro para todos, vecinos, peregrinos, turistas y conductores



Este es el tramo de carretera desde la iglesia hasta aquí, en los bajos de estos edificios  hay tiendas, comercios, farmacia, cajeros...


Pues con prudencia pues cruzamos la carretera: nos dirigimos a la derecha del hotel, al camino que hay entre este y la casa de al lado


Es El Camín de Cachona, que empieza entre el comedor y el seto de la casa, ya en llano


La señal, al otro lado confirma el paso y la dirección


En el poste, pintada, otra de las flechas de Pepe, en su característico amarillo pálido. En la carretera queda La Casona de Soto con sus alojamientos


Seguimos de frente todo recto, con la galería del comedor del hotel a nuestra izquierda


Pasamos seguidamente también entre la casa y el parking...


Luego de pasar junto a la entrada al aparcamiento del hotel el Camino se estrecha un poco.


Y sigue, todo llano, entre estos muros, hacia las vegas del río de Picu y Mediu


A este gran caserón se lo come la hiedra, es posible que pronto lo tape por completo


Casa Alejo, que fue de indianos. Más allá está el hórreo, que en el momento de sacar esta foto no se veía


Así estaba en 2017. Se aprecia es de corredor y abajo tiene bodega, normalmente dedicada a almacén de aperos


De frente, la arboleda ribereña delata el paso del regato de Picu y Mediu. Más arriba, los montes se cubren de plantaciones de ocalitos


Espesos setos silvestres, intensamente verdes. Antiguamente había bosques de robles y castaños muy apreciados para la construcción y empelados profusamente en las obras de la iglesia. Por aquí se traería esa madera de los montes cercanos, así como la piedras de las canteras, siempre en carros de bueyes, un elemento que, como estos animales, ha desaparecido drásticamente de los caminos rurales, si bien en el cercano pueblos de Santa Marina, en pleno Camín de Las Ballotas, queda un criador, Germán Albuerne


Bifurcación y a la derecha, lo de la izquierda es la entrada a una casa. Por la umbría del fondo baja el río...


Caminamos con la vega del arroyo y su arbolado ribereño a nuestra izquierda. Arriba en lo alto unos árboles exóticos, muy altos, nos ocultan a la vista de El Xalé (chalet) de Goico, palacio indiano cuyo dueño, emigrante a Cuba, arruinó su fortuna, invertida en bolsa, en el crack de 1929, suicidándose de un disparo en esta misma casa. En el blog Casonas de indianos se cuenta así su historia:
"D. Celestino López, natural del concejo de Cudillero, emigró a Argentina, en concreto a Rosario, donde se dedicó al ramo del calzado, tuvo también intereses en Cuba. Hizo una gran fortuna, mandando construir esta casa en 1928 en el Camino de la Estación a un arquitecto del sur de Francia que fue quién dio este estilo neovasco a la construcción 
D. Celestino, apodado Molina en el pueblo, ya mayor solía venir a la casa acompañado de una cantante canaria a la que llamaban “La señorita Angustias”. Como casi todos los indianos fue generoso con su pueblo, solía sufragar parte de los gastos de las fiestas locales pagando a la banda “La Lira” de Luarca, los voladores, los farolillos y los fuegos artificiales. Así mismo regaló una gran alfombra para el altar de la iglesia. Aquí en Soto solía echar la partida en el café con las personas importantes del pueblo y cuentan la anécdota que un día vino un pobre pidiendo dinero y que él hizo el comentario que si algún día él se encontraba en esa situación se pegaba un tiro. Pero el destino es cruel y en la depresión del 29, no se sabe si por ella o porque sus socios le estafaron, perdió todo su dinero quedando totalmente arruinado por lo que cumplió con su palabra y se suicidó a principios de los años 30, según unas versiones de un tiro y según otras tirándose al mar en Cádiz. 
El chalet lo heredó una sobrina de Oviñana que lo vendió a Eduardo Goicoechea San Vicente (Bilbao 1900- 1957), constructor que participaba en ese momento en la construcción del ferrocarril Gijón-Ferrol, casado con Concepción Rodríguez de Llano. Con posterioridad la casa fue vendida por su hija Conchita a los actuales propietarios. Ésta es conocida en Soto de Luiña como “Casa de Goico” y desde ella se ve perfectamente el viaducto de San Pedro de la Ribera"

Un muro cierra esta finca junto al río. A lo lejos vemos ya la Cuesta la Torre, por donde subiremos a Las Chabolas


Estamos en el barrio de Cachona, donde pasamos al lado de este cobertizo


De frente, una casa y una bifurcación: nosotros iremos a la izquierda


Aquí hubo otra casa, pero solamente quedan en pie un par de muros...


En uno de ellos tenemos la señalización pertinente...


Flecha, concha y placa de la calle Camino de Santiago


En La Cachona el Camino pierde el asfalto y se torna en bella senda de verde hierba...


Este sigue siendo el camino de romería por donde la vecindad de Las Luiñas iba a aquella célebre procesión y fiesta de Santolaya, en Albuerne


El río sigue a nuestra izquierda, metido por esa exuberante vegetación ribereña


A nuestra derecha el barrio de Ondina, en la carretera, a donde vamos a subir ahora...


Primero el Camino realiza una curva a la derecha...


Y ya empieza el ascenso, en recto, por este trecho de tierra y piedra. A la derecha unos muros cierran una colonia de chalets


A la entrada de los mismos este camino está asfaltado y, seguidamente y cuesta arriba, hormigonado


Más arriba estuvo la Casa de los Rúas, ahora hay dos viviendas de factura relativamente moderna. Ahí están los  Apartamentos Ondina


El Camino, bastante ancho ahora, al llegar a su altura hace curva a la derecha


Y en esta explanada de acceso a las casas vuelve a estar asfaltado


Descubrimos las señales que nos indican seguir a la derecha, al pie de esta cabaña de madera


La concha y la flecha pálida...


Y un poco más arriba salimos de nuevo a la carretera


Y en la carretera continuaremos a la izquierda...


Placa del barrio


Y junto a esta cabaña de madera volvemos a salir a la carretera general


Pasamos ahora delante de la cabaña, donde un cartel señala que es un puesto de información de los chalets que hemos dejado atrás


Y pasamos al lado de la finca de la antigua Casa los Rúas


Y ya ante nosotros, más allá de las casas, El Picu (153 m), que nos sirve de referencia, pues a su derecha están Las Chabolas, a donde nos dirigimos 


PLaca de Soto de Luiña tu refugio en el Camino...


Los apartamentos y, más allá, el Alto del Llavín


En la distancia otro elemento muy importante del patrimonio pueblo, que vemos desde aquí: La Casona (no confundir con la de abajo, que vimos en la carretera)


La Casona es un palación rural, del que solamente reconoceremos una pequeña parte, con panera enfrente y una gran finca en lo alto del barrio de Otero, cerca de la estación. Un poco más arriba a la derecha asoma un poco del tejado del Xalé de Goico y, a lo lejos, el esbelto campanario de la iglesia de San Martín de Luiña. La Casona entró a formar parte del Inventario del Patrimonio Culutral de Asturias en 2008, de esta forma publicaba El Comercio la noticia el 5 de junio de ese año:
"La Consejería de Cultura y Turismo ha decidido incluir en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias el inmueble denominado 'La Casona', situada en El Otero de Soto de Luiña, localidad perteneciente al concejo de Cudillero. El Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias ratificó en su reunión del pasado 30 de abril esta resolución.  
'La Casona', edificación principal de la finca a la que da nombre, es un inmueble con planta en L y una extensión de 370 metros cuadrados, siendo sin duda el más notable de Soto de Luiña y probablemente una de las más antiguas viviendas de esta localidad. 
El edificio consta de dos cuerpos unidos entre sí por un corredor con galería. Un elemento a destacar es el cuerpo de la derecha, ligeramente retrasado respecto al cuerpo de la izquierda. Algunos detalles arquitectónicos, así como el escudo de armas (en piedra arenisca) que se conserva en ella permiten establecer la antigüedad de la construcción y fecharla en el primer tercio o primera mitad del siglo XVII, lo que hace pensar que en su origen bien pudo haber sido una torre rectangular. 
Noble propietario
La casa no tiene capilla, a diferencia de otras casonas asturianas El motivo quizás se deba a que Antonio Arango Valdés, Capitán de los Ejércitos Reales y Regidor Perpetuo de Oviedo, Avilés y Pravia, considerado primer propietario de la misma solicitó autorización para construir dos sepulturas en la iglesia parroquial de Soto de Luiña, complementándolas con banco tarima y estrado a disposición de él, su mujer y sus descendientes. 
A cambio, el noble donaría diversos bienes raíces que poseía en la parroquia, destinando las rentas producidas al mantenimiento del edificio"

Pasamos la entrada a los apartamentos y seguimos por la carretera, lamentablemente sin arcén ni vereda peatonal: máxima precaución pues de nuevo. En ocasione suele haber bastante tráfico, sobre todo en verano, 


Aquí hay un poco de cuneta para meternos  a ella en caso de que pasen coches. Ladera abajo, prado y jardín, con un sauce llorón


Que no nos pase desapercibido, aquí a la derecha, un detalle muy interesante...


La Fuente del Gochu, llamada de esta forma pues su caño sale de una cabeza labrada en piedra que se asemeja a un gochu (cerdo)


Es cuando estamos cerca cuando más nos percatamos del gran parecido


De momento no hemos podido encontrar ninguna referencia a su historia o significado. La fuente se identifica mejor cuando de ella mana el chorro de agua, sino podemos confundirla con una roca


¿Quién sería el artista?. Ciertamente quien sabe, podría ser también un jabalí de los que tanto abundan en los montes. La cabeza de cerdo, chaola, calamona y otros nombres es tradicionalmente también  muy apreciada en la gastronomía asturiana, gallega y de otros lugares...


Continuamos por la carretera, que en este tramo sube recta. Ser trata del abierto al tráfico en 1894


A nuestra izquierda una explanada en la entrada a lo que parece la nave de un taller o almacén. Nosotros seguimos por la N-632a siempre en cuesta


Hay también frutales e invernaderos. Al borde de la carretera un guardarraíl la separa de esta pendiente que cae hacia el río...


Especial atención aquí cuando tomamos esta curva con no mucha visibilidad


Abajo va quedando el estrecho valle en las estribaciones más orientales de la sierra costera


Y ahora en este recta, y antes de lasiguiente curva, vamos a dejar la carretera, un poco más adelante


Primeramente una señal de tráfico a la derecha advierte a los automovilistas del cruce de peregrinos por la calzada



Toda señalización de este tramo ha de ser bienvenida, mejor aún cuando vaya acompañada de señales acústicas, luminosas, etc., tal y como se hace en otros lugares con la misma problemática, al igual que una senda peatonal. No es una carretera cualquiera y no es de poco tráfico. Esto redundaría, insistimos, en beneficio de todos


Ahora otra señal indica a los peregrinos, que supuestamente y atendiendo a la normativa caminarán por la izquierda, cruzar la calzada en este lugar. Hay bastante visibilidad pero miremos muy bien a ambos lados antes de hacerlo


Al otro lado nos aguarda el duro y pedregoso repecho por La Cuesta La Torre, una fuerte subida pedregosa y estrecha en un bosque donde predominan las plantaciones de eucaliptos


Tal vez esta cantidad de piedra sean restos del antiguo empedrado del camín real o alguna de sus reposiciones o reparaciones. Dada la cercana existencia de canteras no debía de haber excesivo problema en conseguir el material


El Camino sube directo. Es una suerte que se conserve este trayecto pues nos evita la carretera y su gran revuelta, que hace más abajo. Tal vez el ser un buen atajo hacia el cementerio y la antigua tejera favoreció su conservación y que no quedase "para monte" 


Vamos así además familiarizándonos con las continuas cuestas, arriba y abajo, tan características de Las Ballotas, o en el otro caso, con la ascensión a los picos y brañas de Las Palancas


Crecen arbustos y setos silvestres. La Cuesta la Torre, muy frecuentada ahora por los peregrinos, está muy trillada, y aunque a veces, sobre todo en primavera, la vegetación tiende a invadir la senda, el paso continuo de gente la mantiene abierta y siempre se pasa bien


Hay también algunos castaños, tan omnipresentes aún en tantos viejos caminos. La mayor parte del recuesto es a la sombra, pero cuando hay talas aquí queda una ladera pelada y al sol


Las raíces de los árboles afloran a la superficie. Atentos pues aunque forman a veces pequeños escalones naturales pueden dar lugar a tropezones


Arriba se ve claridad entre los troncos, lo que es señal que estamos llegando a lo alto


El sendero recorre la sinuosidad de la montesina falda...


Y comienza el último tramo de esta cuesta...


Y este es el final de la subida, por ahora...


Aquí enlazamos con otra pista, acabando la ascensión por La Cuesta la Torre


Al otro lado del Camino un mojón nos indica continuar a la izquierda


Atentos también pues según le de o no el sol, o cómo esté de crecido el toxo podrá verse mejor o peor


Esta pista es ancha, parece haya sido empleada en su momento para las obras de la ya cercana autovía


Al oeste vemos a la derecha Picu y Mediu (219 m), donde nace el río de este nombre, un poco más a la derecha, por el Alto de Ventana, sube el Camín de las Palancas montaña arriba. A su izquierda El Cierru del Cura (234 m)


En este recodo es fácil encontrar troncos apilados, depositados por los madereros


Y es que ya estamos una vez más en la carretera general, la N-632a, antigua Carretera de la Costa y Carretera de Galicia...


Las Chabolas. Aquí está el cementerio. De la misma manera que a finales del siglo XVIII se decidió enlosar el suelo de la iglesia por higiene y limpieza, más adelante llegaría la disposición de hacer los camposantos fuera de las poblaciones y por el mismo motivo


Aquí cruzamos la carretera al otro lado para seguir camino


Más allá del cementerio vemos las instalaciones de la antigua tejera o fábrica de tejas y ladrillos


Las señales nos indican, al curzar, seguir a la derecha...


Y así, seguimos todo de frente por la explanada de los aparcamientos, con un poco de rampa


Todo este entramado viario fue remodelado con la construcción de la Autovía del Cantábrico, a escasos metros a nuestra derecha


Aquí han sido puestos estos cierres de hormigón que cortan la circulación de vehículos más allá del cementerio por este ramal


Pero en medio hay un espacio libre entre ellos para peatones y ciclistas, por donde pasamos nosotros. Al fondo empezamos a ver los tejados de Llanurrozu, en Oviñana, parroquia que se separó de San Martín de Luiña en 1944


Oviñana es la parroquia del mítico Cabo Vidío, del que tanto hablaremos en los tramos que continúan a este, tantos por Las Ballotas como por Las Palancas. otro gran enclave de tradición pesquera en este concejo, y con numerosas playas, siendo famosa su cetárea


A la derecha la Rotonda de Oviñana, enlace con la Autovía del Cantábrico, otro lugar de mucho e intenso tráfico 


En esta rotonda y según cada ramal se sale a al autovía o se viene de ella. También es la comunicación con Oviñana, sus playas, acantilados y el cabo


Aunque desde aquí apenas vemos nada de ella, la gran rasa costera de Oviñana y Cabo Vidío es sumamente bella y muy recomendable de conocer, si bien tenemos en cuenta que, para quien vaya andando, hay que reconocer que puede resultar un gran rodeo o desvío, con su tiempo y esfuerzo añadido, al menos de un día entero, máxime si además de llegar al faro deseamos acercarnos a alguna playa y conocer los lugares más significativos. Pero, si se tiene oportunidad, dicho queda, no se arrepentirán


De su tradición pescadora y campesina, aunque se sigue en parte manteniendo, se ha pasado, como la mayor parte de los pueblos costeros, a la especialización en la industria turística y todo lo que conlleva, alojamientos, hostelería, gastronomía, segundas residencias, etc.


Acogedora marquesina de autobús a la sombra del seto silvestre, buen refugio para la lluvia o hacer un alto en el camino, cuando castiga el sol


Y en Las Chabolas, de nuevo a la carretera: a la derecha Casa Manuel de Lorenzo, que era tienda mixta de mucho trasiego antaño, pues paraba mucha gente que acudía al mercado de Soto


Desde aquí tenemos otra muy buen avista de Oviñana con el puente que la comunica con la rotonda, sobre la autovía


A la derecha el Hotel Cabo Vidío, hotel-gastronómico. una referencia muy importante también en la gastronomía cudillerense 


Y es que precisamente aquí es donde se bifurcan los caminos...


Pasado el hotel podemos seguir de frente carretera adelante por el Camín de Las Ballotas o ir a la izquierda por el Camín de Las Palancas. Hitos y flechas marcan las dos direcciones: de las dos históricas rutas hablamos en las correspondientes entradas del blog...
























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