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domingo, 3 de octubre de 2021

VISITA A CUDILLERO/CUIDEIRU (Y 3): CIMADEVILLA, EL CANTU, LA GARITA Y LA TELAYA. REGRESANDO A EL PITU

Cudillero/Cuideiru y su anfiteatro acantilado desde el Paseo Marítimo

Cudillero/Cuideiru, capital del concejo asturiano del mismo nombre desde su independencia de Pravia en 1836, es uno de esos lugares que, sin estar en el trazado oficialmente señalizado del Camino Norte, bien merecen una visita dada su proximidad y vinculación al Camino, constatándose la presencia documentada de romeros jacobitas desde el siglo XV, pero cuyo tránsito debía ser bastante anterior, tal vez ya desde el siglo XIII, cuando se asentó como importante población portuaria del alfoz praviano y se construyó la capilla del Humilladero, a cuyo lado se hizo un hospital de acogida de peregrinos, muy bien ponderado por ejemplo por el peregrino-cronista Guillaume Manier durante su peregrinación de 1726


Esta es una de sus vistas más características, desde el Paseo Marítimo, donde estuvo el Puerto Viejo, viendo la población en el resguardado y coqueto anfiteatro acantilado del que cuelgan sus casas escalonadas. Abajo está la Plaza de la Marina, tradicionalmente El Sable o La Ribera, donde se concentraba el ambiente marinero hasta la construcción del Puerto Nuevo, magna y larga obra que se inauguró en 1984, y donde actualmente abren sus puertas comercios y casas de comidas, que sacan sus terrazas a la explanada, donde antaño los pescadores sobordaban las lanchas, esto es, las arrastraban a tierra a pulso, pues el muelle antiguo, El Mualle, no resistía los temporales y había que sacarlas de allí cuando azotaba la galerna


A la izquierda de la población, el Muelle del Este, si bien reformado y ampliado, es el testimonio que se conserva del Puerto Viejo. Una senda lo comunica con el Faro de Cudillero/Cuideiru, construido en 1858 para sustituir las hogueras que prendían arriba, en La Garita, las mujeres de los pescadores, señalándoles el camino de vuelta a casa desde alta mar


Ahora en La Garita hay un mirador, uno de los que jalonan los diversos itinerarios posibles para recorrer la población. A él puede subirse desde La Ribera por La Cuesta, o por Cimadevilla y El Cantu, los barrios altos, acantilado arriba


Su estructura... "más o menos integrada en el entorno" como se suele decir, tiene forma de búnker cilíndrico de hormigón, a cuya cúspide se asciende por una escalera de caracol


Tras dejar el Camino Norte oficialmente señalizado en El Pitu, hicimos una propuesta de itinerario para que conozcan un poco la población aquellos peregrinos que, disponiendo de una tarde, o media tarde libre, que es de lo que suelen disponer, con suerte, una vez terminada su jornada o etapa, sobre todo si pernoctan en la villa o en sus inmediaciones,


Esta propuesta, que es sólo un trayecto errático y muy parcial, es solamente una idea para que cada romero, caminante o visitante, la cambie o varíe a discreción según sus preferencias o gustos personales. Así desde El Pitu bajamos por las estrechas aceras de la carretera CU-2 hacia La Formiga y La Cai (esto es, la calle, el barrio cudillerense no pescador, de artesanos y comerciantes -caízos-) y de allí, en un segundo artículo o entrada de blog, pasamos de La Ribera o Plaza de la Marina al Paseo Marítimo y al Puerto Nuevo, disfrutando de sus paisajes costeros y admirando la villa pixueta (pixuetos, de peixe, pez, fundamento de los pescadores) desde los muelles en algunas de sus más reconocidas estampas


Desde el paseo y el puerto, en este itinerario, insistimos, errático y parcial, vamos a proponer regresar al punto de partida, El Pitu, por un camino diferente al de venida. Para ello planteamos subir a los barrios altos, Cimadevilla y El Cantu, que tenemos justo encima, y de ellos continuar a L'Atalaya o La Telaya, retomando el Camino Norte oficialmente señalizado en el mismo lugar que lo dejamos, sin perdernos un solo metro de su trayectoria


Recalcamos que este trayecto que proponemos únicamente pretende dar una idea para el tiempo que puedan tener de visita, por lo general no demasiado abundante, los peregrinos, que también han de descansar, teniendo presente que solamente se acerquen a la villa ya supone un importante rodeo para los que van andando, esto es, la mayoría, pero que sin duda bien merece la pena. Por estas plazas y lugares tan importantes de visitar, y especialmente numerosas en el Camino Norte, nos gusta recomendar que, a poder ser, se haga el Camino sin excesivos apuros, tiempos muy ajustados, prisas y preocupaciones horarias. Si bien entendemos esto no siempre es factible y tampoco el peregrino puede pararse o desviarse continuamente para verlo todo... pero al menos algunas cosas como esta villa, sin duda no se arrepentirán


En La Ribera, El Sable, Plaza del Comercio, Plaza de la Marina... (¡cuantos nombres), atestada de terrazas, sobre todo en verano, vamos a tomar como referencia La Rula, la antigua lonja del pescado, para subir directamente desde ella a Cimadevilla y El Cantu, que tenemos allá arriba...


A la derecha de La Rula nos adentramos en las rúas de la Fuente de Abajo, o La Fuanti de Baxu


Casas con corredores y soportales a nuestra derecha, en los bajos la sidrería de Casa Mari


Nos adentramos en las callejuelas: calle Riofrío. Antiguo paso del río, como su nombre indica


Placa en la fachada


Empezamos a subir escaleras arriba


Es un encanto meterse por estos vericuetos: sabemos que tenemos que subir, lo otro la dirección, es casi por tanteo



Desde las escaleras, mirando a la plaza, vemos un escudo solariego en una fachada


Es llamativo, pues es una de las escasas casas blasonadas existentes en la población


Seguimos subiendo, por estas escaleras. Una de las características del poblamiento pixueto para salvar el desnivel del acantilado en el que están construidas las casas de la ladera


Calle Sol de la Blanca. Como dice Tino Pertierra en Las orillas de un paraíso. Cudillero
"Paisajes que invitan al paseo sin rumbo ni plazos, paisajes que se enroscan en un gran nudo de emociones y sensaciones, paisajes zurcidos en el gran lienzo de la Historia"

Otra placa del callejero


Cimadevilla en lo alto


A nuestra izquierda La Cuesta, El Cantu y encima La Garita


Casas, muros, escaleras, se adaptan al terreno


Los escalones se van alargando y a la derecha hay un tramo con barandillas


Mirador: al norte vemos ya algo del Puerto Nuevo. A la izquierda El Baluarte, solar del Castiallu o El Palación, la antigua casa-fuerte de los Omaña, donde hoy se levanta el Ayuntamiento. A su derecha la iglesia parroquial de San Pedro


Como vemos, tal y como escogimos estas calles podríamos haber ido por otras cualesquiera


El Cantu y La Garita: a la derecha de la foto una mansión indiana en pleno barrio de pescadores: la casa de El Reguerío, reformada con este aspecto en los años 20 del siglo XX por Valeriano López Rodríguez, quien tras sobrevivir a un naufragio con 14 años decidió cambiar de vida y emigrar a Cuba, donde3trabajaría en empresas de tabacos nada menos que tres décadas gracias al tabaquero, también pixueto, Calixto López, de quien fue encargado de almacén, pero que andado el tiempo le compraría su fábric


En 1923 se retiró por motivos de salud y se instaló en Cudillero/Cuideiru con su esposa catalana Rosa Banús Compagne y su hijo llamado también Valeriano, viviendo un tiempo de alquiler mientras reformaban esta que fuera su casa familiar, conocida antes con el apodo de su madre, Lola la Pataguera


Una muy buena biografía de Valeriano la tenemos en el muy recomendable blog Casonas de Indianos, en el apartado dedicado a esta casa:
"Valeriano López Rodríguez, natural de Cudillero, con catorce años tras ser el único superviviente de un naufragio y para evitar un futuro dedicado a la pesca decidió emigrar a Cuba. Embarcó hacia La Habana recabando en la casa de Calixto López, reconocido tabaquero también oriundo de Cudillero, con quien trabajaría durante treinta años como encargado del almacén. Llegó a ahorrar una considerable fortuna de forma que le compró a D. Calixto su cigarrería, llamándola “El cuño”. Fueron años de bonanza en los que D. Valeriano fue incrementando su fortuna hasta que en 1.923 decidió retirarse por recomendación médica y regresó Asturias con su esposa, la catalana Rosa Banús Compagne, y su hijo Valeriano. Se instalaron alquilados en Cudillero mientras rehabilitaban la que fue la casa de su abuela paterna “Lola La Pataguera”, casa con excelentes vistas al puerto pesquero. Su hijo Valeriano López Banús estudió medicina aquí en España pero regresó primero a Filadelfia y después a Cuba, país que le vio nacer, donde llegó a casarse cuatro veces y ejerció de médico además de dedicarse a otros negocios, llegando a ser presidente de la cadena de tiendas “La Quincallera” impulsada por él, su cuñado José M. Mayorga, las esposas de ambos las hermanas Mª Teresa y Enriqueta Gómez-Waddington pertenecientes a una de las familias más adineradas de la burguesía isleña, y por último otro socio llamado José Simó. Tras el triunfo de la revolución castrista, en 1.960 trasladaron la fórmula del negocio a España para crear Simago (acrónimo de Simó, Mayorga y Gómez). La empresa, bajo la presidencia de Mayorga, modificó la fórmula original para hacerla más europea adoptando el modelo de la cadena francesa de almacenes populares Prisunic. 
En la actualidad la casa, también conocida por El Reguerío, no pertenece a la familia"

Las escaleras dan paso a una rampa de hormigón, en cuesta. Otra características de estas rúas son las coloristas macetas de flores en suelos, muros, paredes y fachadas...


Otra vista de la iglesia de San Pedro. Sus contrafuertes delatan su estructura gótica: fue construida a mediados del siglo XVI como forma de unificar religiosa y socialmente la población, hasta entonces disputada por las vecinas parroquias de Piñera (Santa María) y San Xuan o San Juan de Piñera. El río Piñera, que al entrar en la villa se llama La Mimosa, hacía de frontera entre las dos parroquias, separando en dos la localidad, pues hasta 1892 desembocaba en La Ribera al mar


Así, además de la división social, bastante estricta, entre pixuetos o pescadores y caízos, esas dos parroquias se disputaban el lugar, a la vez abusivamente regido por la casa de Omaña, a la que se fue venciendo en largos pleitos seculares, tal y como comentábamos en las entradas correspondientes a los tramos anteriores de nuestro camino pixueto


Un inconveniente, no vamos a negarlo, para los peregrinos que se desvíen a Cudillero/Cuideiru, es que luego de bajar a La Ribera han de volver a subir, vuelvan por donde vuelvan a El Pitu


Aún así, parece apetece recorrer esta parte alta hasta el mirador de La Garita. Un dicho popular dice que los pixuetos son gente fuerte, muestra de ello es que la gente más mayor es la que vive más arriba


Salimos a la calle San José, que sube también desde La Ribera o sus cercanías pero haciendo más vuelta. Es lugar de paso de vehículos, aunque más bien pocos. Es la que se cuenta fue el acceso principal a la población en siglos pasados


La calle también está hormigonada y tiene fuere cuesta: siguiéndola ya podríamos salir del casco urbano...


Pero como hemos dicho, si nos apetece podríamos a cercarnos a dos de los miradores emblemáticos de esta villa, el de Cimadevilla, que es un propia callejuela, y el tan mencionado de La Garita


En este lugar están perfectamente señalizados: vamos a la izquierda


Otra coqueta y estrecha callejuela sube por aquí un poco


La placa nos sirve de referencia


A la izquierda las casas, a la derecha la pared rocosa del acantilado


Luego un muro de contención en la ladera, y otro a la izquierda, cerrando una finca


Las casas de Cimadevilla se extienden en línea en un trecho llano al que vamos a llegar ahora


Cimadevilla y El Cantu, ya ante La Garita. Dice también Tino Pertierra en Las orillas de un paraíso. Cudillero:
"Perderse por el laberinto sin saber lo que nos espera a la vuelta dela esquina: el irresistible encanto de lo imprevisible"

Fantástica vista del anfiteatro desde lo alto, con La Ribera y Plaza de la Marina abajo: un buen repecho que hemos subido en solo un momento


Hasta la construcción del Puerto Nuevo, que vemos al fondo, obra inaugurada en 1984, los pescadores aún habían de sobordar sus lanchas en esta plaza.  Ahora el Puerto Viejo forma parte del Paseo Marítimo, que recorrimos en la correspondiente entrada de blog, donde estuvieron playas como las de Los Calderones, La Barrera y L'Ólio


En la boca del puerto vemos La Cruz, gran peña de la que arrancan el Dique del oeste y, detrás de ella,. el Dique de Abrigo, que forma ángulo recto con el Dique del Moro, que vemos al fondo. El Moro, La Castañal y La Llonga son otras tantas peñas sobre la que se construyó. A la vez que el puerto se habilitó un nuevo acceso, a él y a la población, la carretera local CU-3, que es actualmente la entrada, y salida, principal, evitando a los vehículos las angosturas de La Cai


A la izquierda, el Ayuntamiento, construido a mediados del siglo XIX con planos de Andrés Coello, se hizo sobre el solar del derruido castiallu de los Omaña. El edificio sigue la moda de muchos ayuntamientos de aquel tiempo, con arcos porticados en el piso bajo, balcones en el superior y arriba gran reloj que daba la hora a la villa. Se hizo poco después de que se crease el nuevo concejo, independizado de Pravia y que tomó el nombre de esta su declarada capital


Significativamente el Ayuntamiento, construido a mediados del siglo XIX con planos de Andrés Coello, se hizo sobre el solar del derruido Castiallu de los Omaña. Se hizo poco después de que se crease el nuevo concejo, independizado de Pravia y que tomó el nombre de esta su declarada capital. Esta es la parte posterior, por lo que no vemos la fachada principal de arcos porticados. pero de él hablamos en el capítulo dedicado a la bajada desde El Pitu a La Ribera

Delante del edificio de las consistoriales apreciamos mejor la estructura de la iglesia parroquial de San Pedro, que se hizo siguiendo un gusto gótico muy arcaizante para un momento en el que triunfaban desde hacía mucho en otros lugares las líneas renacentistas

La obra estuvo a cargo del maestro Pedro de Orna siguiendo las directrices de Juan de Cerecedo, exponente de una prestigiosa saga de arquitectos de la época. Tuvo diferentes reformas posteriormente que no afectaron demasiado a su estructura gótica original. De ella escribe Luis Antonio Alías en El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios:
 "Al exterior se muestra robusta, apoyada en gruesos contrafuertes, con una cuadrada torre a los pies, ventanas de medio punto en la parte superior de los muros y un ábside semicircular alto y recto. Sólo un triple arco apuntado, ventana de la capilla lateral que mira a la plaza y, sobre la puerta, la cruz de San Juan de Jerusalén, probablemente relacionada con el hospital de peregrinos, ponen una nota ornamental..."

Ciertamente, el dinamismo de una población de puerto pujante que celebraba mercado diario fue un elemento aglutinador frente al feudalismo de los Omaña, y muy posiblemente esa unión vecinal, a pesar de las disputas de pixuetos y caízos, les hizo ganarles en juicio. Ya a principios del siglo XVIII el vecindario ofreció 1.000 doblones por tener concejo propio y segregarse de Pravia, el cual repiten en 1734, pero en estos casos pierden, aún han de esperar más de un siglo para conseguirlo


Los Omaña eran una de esas familias nobiliarias que tras las guerras trastamaristas de la baja Edad Media fueron aumentando su influencia, posesiones y poder en Asturias en premio a sus fidelidades con la Corona. Desde su leonesa Omaña originaria pasaron a la antigua Cangas de Tineo, hoy del Narcea, y luego de ahí hacia el mar. Llegaron de la mano de otro linaje leonés, los Quiñones, a quienes ayudaban en el incremento de sus posesiones asturianas desde que empezaron a asentarse en ella en 1369. Arias Álvarez de Omaña, por ejemplo, participó con los Quiñones en favor de Juan II en la guerra contra Alfonso Enríquez, en concreto en el frente de las montañas de Babia y Laciana

Ambas familias, como es natural en estos casos, emparentaron prontamente, pero como también suele suceder, enseguida empezaron las más terribles desavenencias. En el año 1408 Ares de Omaña se había enfrentado a su tío, el Adelantado o representante real, Pero Suárez de Quiñones, porque este pretendía construir su palacio en los mismos muros de la ciudad de León. Las desavenencias fueron tan graves que, fingiendo querer buscar un acuerdo, convenció con simulada amistad a la madre de Ares, Sancha Álvarez de Omaña, para que su sobrino fuese a visitarle a su castillo de Ordás, donde quería agasajarlo acorde con su rango y parentesco

Ares se dejó convencer de muy mala gana, fue a la cita muy receloso, pero ante las murallas del castillo de Ordás, su tío le dio tales muestras de cariño que entró en la fortaleza, donde se le recibió con grandes honores, pero esa misma noche, cuando dormía en sus aposentos, su tío entra con sus hombres en el dormitorio y es ahogado entre dos almohadones, siendo después decapitado y arrojada su cabeza al exterior, donde aguardaban los fieles del Omaña, a quienes se encargó con sorna se la llevasen a su madre, doña Sancha, quien tras aquello murió a los pocos meses. Sus hijas y hermanas de Ares, Sancha y María, se refugiaron entonces en sus posesiones canguesas, ayudadas por otro tío, primo del homicida, Suero Pérez de Quiñones. Sus descendientes fueron extendiéndose, con sus ramas y parentescos con la nobleza local, por buena parte del occidente astur, que gobernaron en muchos casos despóticamente hasta las reformas liberales del siglo XIX que acabaron con el Antiguo Régimen. En el blog Aqueraasturias hay una competa historia, firmada por Rodrigo, de su asentamiento aquí: Cudillero y los Omaña, de la que extraemos este retazo:
"Los Omaña pleitearon largamente con los pixuetos para conseguir la preponderancia en la villa, unas veces por las armas otras, las más, con pleitos  Finalmente acordaron someterse al dictamen imparcial del juez licenciado del Valle, quién, pese a ser cliente de los Omaña, dio la razón al concejo, estamos a finales del s.XV. Ni que decir tiene que el licenciado huyó de Asturias tras dar a conocer su veredicto"

En Cimadevilla, pasamos junto a la Casa del Pintor, siguiendo nuestro camino a La Garita. Aquí tuvo su residencia y estudio de pintura el pintor Jesús Casaús Mecho, catalán enamorado de Cudillero/Cuideiru, uno de los pintores españoles más conocidos en España y los Estados Unidos, exponente del Fauvismo, movimiento nacido en Colliure, muy cerca de Cadaqués, donde pasó parte de su vida. De su biografía hablábamos recorriendo La Ribera, pues en el muro de El Baluarte que mira a ella está la reproducción de uno de sus cuadros:
"El pintor Jesús Casaús Mecho nació en Barcelona en 1926 y falleció en la misma ciudad en el año 2002. Sus restos mortales descansan en el cementerio parroquial de Cudillero, pintoresca villa marinera y capital del concejo municipio asturiano de igual nombre. 
Su biografía refleja que es uno de los pintores españoles más conocidos en Europa y EEUU. 
Comenzó sus estudios de arte en la Academia Baixas de Barcelona. Más adelante continuó trabajando en el estudio del pintor Joan Serra. Estudió dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona con el maestro Luis Muntané. 
Realizó su primera exposición en 1953, en la galería Otto Schimdlin de Zurich (Suiza). Tras esta exposición se trasladó a París, donde vivió el desarrollo artístico de los años cincuenta y fue seducido por las experiencias «fauves» de la época. Por entonces sus obras impresionistas ya habían sido expuestas en lugares de Europa, América del Sur, así como en Estados Unidos, donde se convirtió en el artista exclusivo de la Wally-Findlay Galleries de Nueva York. De vuelta a Barcelona, fue miembro del grupo Xifré Morros, el «manager» de la galería Argos. 
A lo largo de su vida profesional expuso en todo el mundo. 
Los temas de Casaús son fundamentalmente las marinas y los grandes puertos de Europa: Hamburgo, Amsterdam, Amberes, Oslo... También pintó escenas taurinas y paisajes urbanos como las Ramblas de Barcelona, de Madrid o de Cadaqués (Gerona). Destacan sus famosos desnudos, especialmente sus espaldas con mariposa, su época de Montecarlo, «Ninfas Azules» y sus íntimas «Maternidades». También sobresalen sus magníficos retratos, entre los que se encuentran María Félix, el ex ministro Sr. Arburúa, la Sra. de Entrecanales, la familia Llopart... 
Fue galardonado con importantes premios, como el Internacional de Pintura «Grolla d'Oro», de Venecia (Italia) o el I Premio de Pintura y de Dibujo del Real Círculo Artístico de Barcelona. 
Entre sus clientes se encontraba el rey Hussein de Jordania, la familia Getti o los Rockefeller. 
En la década de los setenta (aproximadamente en el 73 o 74), se instala en Cudillero, que le cautiva especialmente y donde pasa largas estancias, convirtiéndose en un vecino más. Casaús realiza una amplia obra pictórica de la villa pixueta y sus aledaños. Desde su atalaya del «Cantu», Casaús captó magistralmente el paisaje y los quehaceres pixuetos. El color lo puso él. Suyo es el mural que puede contemplarse en la plaza de la Marina, donde supo fundir su colorismo con la realidad social de este pueblo marinero. En reconocimiento a su labor cultural en pro de lo local y por el respeto y cariño que la gente le tenía, la Asociación Amigos de Cudillero le homenajeó, en el año 1988, con la «Amuravela de oro».

Bien al ir a La Garita, bien al volver, no dudemos a pasar por El Cantu, donde está la famosa fuente de este nombre, La Fuanti'l Cantu, símbolo pixueto por excelencia. En aquellos tiempos en los que el sermón laico de las fiestas de San Pedro, L'Amuravela, no hacía mucha gracia a las autoridades eclesiásticas, que llegaron a prohibir la presencia de la imagen del santo patrón, se pregonaba...
"Miantras Cuideiru viva y duri La Fuanti'l Cantu, va San Pedro a La Ribera con tolos demás santos"

Unos dicen que El Cantu se refiere al conto o ladera en la que está ubicada, otros a que los que bebían de ella cantaban bien. De todas maneras su construcción, trazas o estructuras no eran para los pixuetos un alarde de ingeniería, existiendo el dicho...
¿Quien feixu La Fonti'l Cantu?

-Pellu

Así ta ellu

Aquí se celebra durante las fiestas de San Pedro, San Pablo y San Pablín el ritual de los bautizos pixuetos o pixuatos, el primero acontecido en 1965. Así como L'Amuravela es un sermón laico, puede decirse este es un bautizo también laico. No hay documentos fidedignos de cómo y porqué se empezaron a hacer, pero en la crónica del bautizo, con lluvia incluida, del año 2014, firmada por Gustavo García para La Nueva España el 2 de julio, arroja algunos datos...
"El bautizo de San Pablín multiplica a los pixuetos:
Lo que en un principio comenzó como un bautizo pixueto para una treintena de foráneos se convirtió, lluvia mediante, en un remojón que alcanzó a todos los presentes en la Fuenti'l Cantu, y que deslució una tradición que se mantiene viva desde hace más de treinta años. Las gotas comenzaron a caer cuando Sergio González, el "cura pagano" y maestro de ceremonias, tan sólo había mojado con agua de la fuente a los pequeños Nicolás Saavedra y Darío Busto, recitando siempre aquello de "Mientras Cudillero viva y dure la fuenti'l cantu, te bautizamos con el agua aunque sea sin el Santo". El chaparrón descargó un instante después, empapando a los valientes que desafiaron a la lluvia aguardando su turno en este pintoresco rito de Cudillero. 
Antes, la comitiva encabezada por la banda de gaitas de Aller partía puntual de la plaza de San Pedro y ascendía la serpenteante calle hasta el centro del anfiteatro, donde se enclava la fuente. Detrás, decenas de personas les seguían los pasos, muchos de ellos a punto de convertirse en pixuetos de pro. Al llegar a la fuente, Alfredo Fernández, presidente de la comisión de festejos de Cudillero, lanzó las preguntas: "¿Quias ser pixueto? ¿Vas comportate como corresponde a este rango? ¿Vas llevar el nombre de pixueto por todo el mundo y sentite orgulloso de ello?". Los aludidos respondían al unísono, aceptando la responsabilidad de tal honor, y aferrándose al remo como manda la tradición, para hacer la confirmación. 
"El bautizo empezó cuando una pandilla de amigos de aquí se reunió con un grupo de forasteros para comer. Al acabar, los foráneos quisieron hacerse pixuetos, y los chavales decidieron hacerlo viniendo a esta fuente", explica Alfredo Fernández. 
Por primera vez, que se recuerde, dos mascotas se convirtieron ayer en pixuetos. Una de ellas es "House", de Avilés, que acudió a la cita con César y Adolfo Pumariega. "El perro es de un amigo, y lo traemos por temporadas a Cudillero. Decidimos bautizarlo ahora, que va a pasar una semana con nosotros", cuenta Adolfo Pumariega. Su mujer, que también es de fuera de la villa, en su día recibió igualmente este bautizo. "Esto se hace para que sea pixueto pixueto", remarcó"

Camino pues del Mirador de La Garita subimos estas escaleras en Cimadevilla...


Verdaderamente toda la calle en sí misma es un gran mirador sobre la villa y el puerto


Prados cuestudos nos muestran la acusada pendiente del acantilado, sobre la que se construyeron las moradas de los pescadores


Otra pequeña cuesta en dirección al siguiente grupo de casas en lo alto de Cimadevilla


En Los viajes de Dora hallamos esta acertada descripción:
"Cudillero es una pintoresca villa marinera en la que sus casas escalonadas en la montaña conforman una majestuoso Conjunto Histórico Artístico a modo de anfiteatro. El visitante puede adentrarse por las callejuelas que conectan toda la villa y llegar a los diferentes miradores que proporcionan magníficas vistas de las casas colgadas de la ladera (...) 
Recibe el nombre de “anfiteatro” pues las casas simulan los palcos y la plaza sería la escena. Una de las cosas que más caracteriza este lugar es el colorido que lucen las casas sobre todo en las ventanas y en los aleros. 
Cudillero es un pueblo que vive del mar, desde siempre, desde tiempos inmemoriales. Se nota en el ambiente, la mayor parte de sus ciudadanos vive junto al mar, en una sucesión de casitas que aparecen colgadas casi del azul del mar, en un pequeño anfiteatro de edificaciones escalonadas, de estrechas y empinadas calles llenas de tipismo y encanto. 
Dichos habitáculos se desenvuelven como aros concéntricos para culminar en el escenario que forma la Plaza de la Marina. 
Sin duda, una de las plazas más bellas de España"

Tradicionalmente los pescadores pitan sus lanchas con colores muy vivos; la pintura sobrante era empleada para pintar las fachadas de sus casas. No obstante, al disminuir el número de pescadores y cambiar también las tradiciones marineras, parece que sobre todo el antiguo multicolor va predominando el blanco, tal y como sucede en otras poblaciones costeras


Vemos, más allá de la iglesia, La Cai, por donde hemos bajado desde El Pitu. Sigue siendo una gran arteria comercial, sobre todo al llegar al centro urbano. En lo alto estaba la Casa del Fuego o La Ca`l Fuáu, otro de los lugares donde se prendían hogueras para orientar a los pescadores en alta mar


Ciertamente, la población, aunque en cuesta a lo largo del cantil, está guardada y casi oculta desde el mar, así como también desde Tierra, lo que ha contribuido a fomentar las leyendas sobre los orígenes de sus primeros pobladores, no siendo difícil que, como ocurre en casi todos los puertos, hubiese asentamientos de pescadores y marineros del orbe atlántico. Más difícil es pensar en presencia de colonias vikingas, si bien es una creencia muy arraigada 


Otro tramo de escaleras en nuestro camino a La Garita


Comprobamos cómo la villa se recoge en esta hondonada, muy a salvo además de los vientos


Abajo La Ribera y El Baluarte (solar del Ayuntamiento, la iglesia con El Contorno a la derecha y La Cai a la izquierda, zona de Salsipuedes y La Reguera. Más arriba Tolombréu. Ahí está otro de los miradores pixuetos, el de El Picu


Por ahí abajo pasaba el río Piñera o La Mimosa, que dividía en dos a Cudillero/Cuideiru hasta que fue canalizado y desviado subterráneamente en 1892 por las entrañas del monte de enfrente, yendo a desembocar al puerto


Más a la izquierda las casas de Cimadevilla que acabamos de dejar atrás. A su derecha están las escaleras por las que subiremos más tarde a La Telaya


Ya antes de la canalización del río, la construcción de la iglesia simbolizaba la unión de la población, ya que la estructura parroquial conlleva también en Asturias, Galicia y otros muchos lugares, la configuración administrativa civil. Aún así esta iglesia de San Pedro fue considerada hijuela de San Juan de Piñera hasta finales del siglo XIX. De ello decía el párroco D. José Pérez Barcia en el libro Cudillero en el recuerdo. Evocación gráfica, de Juan Luis Álvarez del Busto y Tico Medina:
"En nuestros pueblos creyentes la construcción de las iglesias parroquiales fue la expresión de su mayoría de edad y de que había llegado la época de su autonomía. Cuando, a principios del siglo XVI, los "pixuetos" determinaron construir su iglesia capaz y hermosa, incluso pidiendo dinero prestado, lo hicieron porque quisieron ya entonces independizarse de Santa María de Piñera o de San Juan, según viviera a un lado u otro del arroyo, y tener unos servicios religiosos más cercanos que facilitasen especialmente la atención a enfermos y moribundos y le diese al pueblo una mayor cohesión social siendo una sola parroquia. Después las cosas se complicaron por intereses de párrocos y feligreses de las citadas parroquias que no querían verse privadas del rango social que aportaba Cudillero. Y Cudillero hubo de esperar trescientos años por la ansiada parroquialidad, hasta que en 1893 un obispo asturiano, Fray Ramón Martínez Vigil, viendo la difícil situación en que se encontraba religiosamente el pueblo de Cudillero, decretó la plena autonomía de la nueva parroquia de San Pedro, atendiendo sobre todo al bien de los más afectados"

En lo alto de Cimadevilla, un rellano y una palmera: a ella subimos por esta escaleras


Y subimos ya el último repecho antes de llegar al mirador


Pasamos un par de pequeñas casas, las últimas de esta cuesta...


Otro admirable paisaje, destacando ahora, más altos, los rojizos tajados de las casas


En medio La Reguera, las casas de la calle San José, el antiguo acceso a Cudilero/Cuideiru por el camín real


Aquí daremos por terminada la subida, pues llegamos ya a La Garita


Este era el rellano donde las mujeres pixuetas encendían hogueras a manera de faro, práctica que finalizó en 1858 al inaugurarse el faro actual


Sin embargo el Mirador dela Garita propiamente dicho no está aquí sino un poco más abajo, pues ellugar parece ser ofrecía mejores vistas


Desde aquí vemos el Puerto Nuevo, cuyas obras se aprobaron en 1969, no inaugurándose hasta 1984. Desde el siglo XVI, cuando hay noticias de un primer muelle, los pescadores pixuetos hubieron de esperar más de cuatrocientos años, que se dice pronto, a un puerto en condiciones que evitase tener que sobordar las lanchas, metiéndolas a pulso en La Ribera, cuando llegaba el temporal


Abajo, en medio de la foto, el Muelle del esta y zona del Puerto Viejo. Enfrente el gran peñón de La Cruz, donde está el Dique del Oeste. Más allá y a su derecha es el Dique de Abrigo, que desde La Cruz llega al Dique del Moro, con quien forma ángulo recto


El Dique del Moro se llama así por asentarse sobre la peña de este nombre, así como sobre las de La Castañal y La Llonga


Más allá del Dique del Moro Las Corberas, Corbera de Tierra y Corbera de Fuera. Entre ellas El Carreiro las Mozas, paso de agua llamado así, al decir de la tradición, por una embarcación en las que unos jóvenes se dirigían a una romería que volcó en ese lugar, ahogándose las chicas


A la izquierda del Dique de Abrigo están los almacenes de los pescadores, la fábrica de hielo, la rula el embarcadero y algunas naves industriales, así como la carretera CU-3, el principal acceso en nuestros días. Quien viene en coche lo mejor es que llegue por allí y busque aparcamiento en los lugares para ello habilitados a lo largo del Paseo Marítimo


Más al oeste la Punta Austera cierra la Concha de Artedo por su sector occidental, donde hubo pesquerías, un astillero de ribera y se sacó mineral de barita de las minas de Las Luiñas. Entre los siglos XVIII y XIX hubo proyectos para hacer allí el gran puerto de Asturias, pero fue desechado. Un castro astur, La Cavona, delata la importancia histórica que tuvo esa ensenada, la cual visitamos en la oportuna entrada de blog a ella dedicada 


Más a la derecha, también fuera del Puerto Nuevo, hay unas peñas rocosas: Las Culinas


Las Culinas están justo enfrente de la unión de los diques del Moro y de Abrigo


En medio de la foto, aunque parecen una, son dos, La Culina Gorda y La Culina Pequeña. A la derecha las peñas de El Llavadoriu. Tapada por el mar está La Llagostera de Tierra


Dentro del puerto, a la izquierda de La Cruz hay un peñón que, aunque más pequeño, es conocido como La Peñona. Otras peñas más pequeñas son las de L Redonda y La Procesión. Por ellas y otras desaparecidas, como la de El Caballo y La Pidriquina, los niños pixuetos aprendían a nadar


Además de las peñas mencionadas desaparecieron con el Puerto Nuevo varias pequeñas playas, como las de Los Calderones (delfines), La Barrera y L'Óleo. No obstante varios lugares del puerto son improvisadas playas y tostaderos para tomar el sol


En verano, cuando Cudillero/Cuideiru se llena de turistas, pueden llegar a formarse grandes colas en La Garita. Una muestra de la masificación, que se perfila como tributo a su belleza. Unas frases, recogida en una página de viajes, lo resumen muy bien:
"Precioso pueblo pesquero, encantador con sus casas pequeñas y sus callejuelas. Tiene una panorámica brutal. 
Masificado por el turismo, en la plaza del pueblo restaurantes con música a todo volumen, lonjas convertidas en restaurantes, etc etc"

El Mirador está un poco más abajo, como hemos dicho, por lo que hemos de bajar a él por las escaleras



Según bajamos tendremos más buenas vistas de la villa y el puerto


Las colas pueden llegar a ser dos, recordemos que también puede subirse directamente de La Ribera


A lo lejos, en la llanura de la rasa costera, Villademar o Villamar, y en la distancia el totémico monte de Santa Ana de Montarés, solar de la emblemática ermita de esta advocación, de gran tradición romera y de la que hablamos también en el capítulo correspondiente a ese tramo, pues el Camino Norte discurre a sus pies rumbo a Artedo


Si no queremos esperar colas desde aquí mismo tenemos unas vistas espectaculares, con el puerto a la derecha y la población a la izquierda


Insistimos en que esta propuesta de recorridos por Cudillero/Cuideiru es solamente una idea entre muchas. Desde aquí podríamos bajar de nuevo a La Ribera y regresar a El Pitu por La Formiga


Pero ya comentábamos al principio que la idea que proponíamos era retomar el camino oficial volvieno a El Pitu por La Telaya o La Atalaya, para lo cual regresaremos a Cimadevilla


A la derecha de las casas de la izquierda de las fotos vemos dos caminos: por el de abajo hemos subido desde la calle de San José, por el de arriba subiremos nosotros ahora


Ese camino en ascenso está también formado por escaleras y barandillas y es otro gran mirador, desde donde veremos estos paisajes desde otro ángulo


Volvemos pues al bloque de casas junto a la del Pintor y seguimos de frente


Bajo nosotros, la picuda y piramidal torre de la casa indiana de El Reguerío


Y aquí, en vez de volver a la calle San José tomamos las escaleras a la izquierda


Todo este trayecto es también en sí mismo un grandioso mirador...


Desde este Mirador de Cimadevilla dirigimos unas últimas miradas a la villa y su anfiteatro. Dice Juan Casaús, el gran pintor de Cudillero/ Cuideiru:
"Creo que Cudillero nos da unos colores únicos, llenos de generosidad y perfumados con sal del mar"

La frase es de otra de las entrevistas del tan mencionado libro Cudillero en el recuerdo. Evocación gráfica, que se acompaña d otras, tal que esta: 

"Lo más admirable de Cudillero es su enorme personalidad. Tiene un alma tan generosa, que en ocasiones me emociona fuertemente,,, Y su magia -que vaya si la tiene- nos envuelve y arropa con ternura y amor a todos los artistas"


Sin embargo, uno de los autores de la obra, el gran cronista Juan Luis Álvarez del Busto, dice, en relación a ciertas intervenciones, transformaciones, y criterios, tal vez en buena parte debidos a la masificación turística y reformas urbanísticas  
"Ya no es aquel pueblo que conquistó Hollywood, cuando se pensaba que el anfiteatro, en la película «Volver a empezar», era un decorado. Ni existe el Cudillero del pintor Jesús Casaus y este pueblo ya no atrae a los pintores ni a los fotógrafos ni a los cineastas. Y yo pienso que es porque hay que hacer las cosas con sencillez y es lo que no se hace. Una barandilla para nuestro puerto que sea idéntica a la Salinas, por ejemplo, resta personalidad a la villa. Y si quieres hacer un mirador, tienes que hacerlo de tal manera que se integre en el pueblo"
(La Nueva España 4-12-2009)


Álvarez del Busto manifiesta en la misma entrevista su preocupación por el que fue el motor económico y social de Cudillero/Cuideiru, y lo que marcó su carácter e idiosincrasia: la pesca:
"Es un lugar que vive y muere con la marea y la marea ahora está baja. Hay una bajamar preocupante porque no hay pesca de bajura y si la pesca falla la vida del pueblo también. En el puerto viejo había una actividad tremenda. En los años setenta, casi 190 embarcaciones y casi 1.000 pescadores.
Cudillero vivió toda la vida de los caladeros de pesca próximos y de la pesca de bajura. Y ahora que están agotados hay que tratar de recuperarlos. Algunas zonas deberían quedar vetadas durante alguna época y que se indemnizara al pescador. Hay que vigilar y proteger lo que tenemos"

Desde aquí nos percatamos en toda la subida que acabamos de realizar desde la Plaza de la Marina hasta el Mirador de La Garita
 

La Plaza de la Marina, El Sable, La Ribera, y sus terrazas. Aún se conserva cierta policromía en alguno de sus edificios, conservando la tradición pixueta. Así lo describen por ejemplo en Escapada Rural:
"Todo el pueblo es una explosión de colores, el verde del monte, el turquesa del mar, el rojo intenso de los tejados y el arcoiris esparcido por las fachadas, con una casa naranja aquí, una amarilla allí y una azul allá. Y se puede apreciar todo esto de un solo vistazo desde el embarcadero, porque la villa está construida en las empinadas laderas de 3 montes, un abrigo natural que le aporta una dimensión especial a la postal.

¿Por qué están pintadas así las casas? Porque cada fachada representa el color de la barca con la que faena el propietario de la casa. Todo un guiño a la tradición marinera de la villa"

Todo este itinerario por Cimadevilla es casi un recorrido por un bello jardín botánico local


Los pequeños terrenos enfrente de algunas casas, donde antaño pudo haber algún pequeño huerto familiar, son hoy en día vistosos y coloristas jardines. Para conseguir productos del campo las pescaderas pixuetas, como las de todos los puertos, iban muy tierra adentro con su cesto de pescado en la cabeza, llegaban andando hasta Pravia, Grao, e incluso Proaza. Más tarde se sirvieron del autobús y el tren


Composición de jarras de barro y flores, más allá matas de hortensias sobre los tejados...


Tolombréu y La Reguera o calle San José. Un poco a la derecha El Picu, otro de los miradores pixuetos, que tienen también una ruta específica. Es otro de los lugares muy recomendados de visitar


Ya en este recodo, miramos atrás y nos despedimos de la población. Sin duda el peregrino agradecerá haberla conocido y pensará que ha merecido la pena realizar este desvío del Camino Norte


Pero todo lo que bajamos desde El Pitu y La Formiga hay que volverlo a subir. Por estas escaleras se asciende directamente rumbo a La Telaya, es un atajo respecto a la calle San José. Es una subida muy empinada pero bastante corta


Un seto ha sido podado en forma de arco, dando acceso a una finca


Son seguramente estas las casas más altas de la villa, en las inmediaciones del camposanto


Las rocas del acantilado parecen sonreírnos...


Alguien les ha pintado bocas, nariz y ojos...


Sigue otro buen repecho de escaleras, ya dejadas atrás las casas de la villa. Ahora nos metemos entre estos arbustos


Viene un tramo con barandillas y algo más solitario...


Hernisos laureles dando fresca sombre en el recuesto...


Muria o murete de piedras a la derecha...


Aún vemos algún tejado, y a lo lejos el Puerto Nuevo


La Peñona, los almacenes de los pescadores, el Dique del Moro, las Corberas, el Dique de Abrigo y Las Culinas...


Arriba Casa Tante, ya estamos a punto de llegar al final de las escaleras


Las escaleras se acaban al llegar de nuevo a la calle San José


Al fondo vemos el arco de la puerta del cementerio, ya en La Telaya o L'Atalaya, donde acaba la cuesta...


Por aquí subiría, hasta aún cerca ya de los cien años, La Roxa, una célebre mujer que se decía hablaba con los muertos, de los que afirmaba que "son más buanus que lus vivus". Figura glosada también por los autores de Cudillero en el recuerdo. Evocación grafica


En el libro hablan de este "Camposanto coronado de gaviotas", como le denominan. No es tan famoso como el de Luarca/L.luarca, que también podremos conocer en el Camino Norte, aunque se habla de sus buenas vistas, que podrían ser aún mejores sin las plantaciones de eucaliptos que plagan la cornisa cantábrica


Su entrada es de una llamativa y artística estructura. Aquí está enterrado en pintor Jesús Casaús Mecho, esta es la crónica que le dedica Javier Cuartas en El País:
"El pintor barcelonés Jesús Casaús, fallecido el viernes en su ciudad natal a los 76 años, recibió sepultura el domingo, según su deseo, en Cudillero (Asturias), donde desarrolló parte de su obra pictórica. 
Nacido en el Paralelo barcelonés, hijo de unos pequeños comerciantes que habían inmigrado desde Valencia, Jesús Casaús databa el arranque de su vocación artística a la corta edad de ocho años. Se adentró en la pintura de la mano de Joan Serra, miembro del grupo Los Evolucionistas. Luego perfeccionará su trazo en la Escuela Superior de Bellas Artes. Sus primeras inquietudes le llevan a plasmar bodegones y el ambiente barcelonés más popular: prostitutas, músicos, marineros, las Ramblas y el barrio de Santa María del Mar... De los años cuarenta datan sus primeras exposiciones en Madrid y Barcelona. Por encargo de una galería, realiza una serie con estudios sobre obras que se exhiben en el Museo del Prado, y en 1953, muy integrado en la bohemia barcelonesa, emprende su proyección europea con una exposición en Zúrich. 
En 1956 se afincó en París, donde se dejará influir por el movimiento fauvista, y en 1958 se traslada a Amsterdam, cuyo ambiente portuario va a ser, junto al de Bermeo, Cudillero, Spakenburg, Greetsiel, Hamburgo, Lemvig y el litoral de Cadaqués, fuentes inagotables de inspiración y que plasma con un colorido intenso y vivísimo y un estilo figurativo que no abandonó aun cuando, tras estancias en Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Noruega, incorporó una incipiente abstracción. Casaús recobró desde mediados de los setenta su interés por la figura femenina, con series como Popas, los desnudos femeninos y sus peculiares Ninfas azules. A lo largo de su trayectoria realizó exposiciones en Europa, EEUU y Latinoamérica"

Su portada de acceso, cerrada con portón y verja, presenta dos arcos ojivales y en medio uno de medio punto, hechos en ladrillo


La Telaya: a partir de aquí el terreno es llano y el camino ancho y asfaltado: estamos en la rasa costera, un lugar poblado desde la Prehistoria pues se han hallado útiles del Paleolítico Inferior


A nuestra izquierda El Alto, cerca de la Playa la Veguina. Estamos ye en términos de la parroquia de Piñera


Algunas casas disponen de altos muros, al estar expuestas a los cuatro vientos


Predominan las casas unifamiliares, alguna de reciente construcción. Hay alojamientos y segundas residencias, si bien no parece haber un boom urbanístico tan acusado como en otras zonas


A nuestra derecha, un caserón con pinta de palacio rural reformado y su terreno cerrado por alto muro. A la derecha parecen asomar los moños o picos de una panera


En la fachada principal un largo corredor a lo largo de todo el piso alto


De frente unos bloques de viviendas protegidas de la posguerra, similares a los existentes en muchas poblaciones. Parece ser fueron construidos para los pescadores y sus familias en unos tiempos en los que gran parte de las casas de Cudillero/Cuideiru tenían grandes problemas de insalubridad y deterioro. Popularmente son conocidos como California


Nosotros seguimos de frente, todo recto hacia El Pitu. Pero si por ejemplo quisiésemos acercarnos a la playa de La Conchiquina deberíamos ir a la izquierda


Es la calle del Diputado Manuel Alfredo Pérez, fallecido en 2006. su nombre se le puso al año siguiente de su fallecimiento. De esta manera daba la noticia para La Nueva España V. Díaz Peñas el 17-11-2007:
"El concejo de Cudillero rindió ayer un sincero y emotivo homenaje al pixueto Manuel Alfredo Pérez, fallecido hace un año y que entre otros cargos fue profesor de la Universidad de Oviedo y diputado socialista en la Junta General. El acto, que reunió a numerosos vecinos, familiares y representantes políticos, sirvió para inaugurar una calle en el barrio de La Atalaya, que a partir de ahora llevará su nombre. Todo ello en un día, como apuntó su viuda, Inmaculada d´Ocon, «muy bonito pero también difícil».
El alcalde de Cudillero, Francisco García, recordó que fue el Pleno del Consistorio el que aprobó por unanimidad homenajear a Manuel Alfredo por su extensa y pródiga vida profesional y sus indudables méritos humanos. «Fue un hombre trabajador, sencillo y discreto que ha dejado una honda y profunda huella, que va más allá de su labor, al haber sido un hombre honesto, leal y cercano», puntualizó el regidor. Asimismo señaló que el nombre de la calle servirá para perpetuar el recuerdo de su existencia entre sus vecinos y compañeros, y que es además una muestra del cariño que aún se le sigue profesando. 
En el acto también estuvo presente la presidenta de la Junta, María Jesús Álvarez, quien agradeció al Consistorio haber llevado a cabo esta iniciativa en la villa en la que nació, vivió y a la que siempre estuvo muy unido el diputado. «Manuel Alfredo era pixueto de nacimiento y de corazón y llevaba en los genes la grandeza y la sobriedad de los hombres y mujeres de la mar», destacó Álvarez. La socialista también manifestó que el diputado «dignificó la acción política, ya que trabajó con amplitud de ideas y desinterés». Y matizó: «Este acto refleja lo mucho que le queremos y lo mucho que significa para todos nosotros». 
Muchos fueron los que quisieron adherirse al acto y que no pudieron asistir, como el presidente del Principado o diputados populares. Al final los aplausos inundaron la calle que para siempre será la de Manuel Alfredo"

El grupo de viviendas tiene aquí su capilla particular. Pasamos delante de ella


A la derecha la corrada de otra casona...


Sucesión de portales y tramo de acera...


El quiosco, a la derecha, sigue abierto. A lo lejos y al sur La Peñona (496 m) uno de los miradores de los cordales costeros cuya vista abarca del Bajo Nalón a Las Luiñas


De frente un bar y casa de comidas: el Mesón el Carbayu


Y al otro lado de la calle las terrazas...


No es un lugar tan fotogénico o turístico como el barrio de pescadores o el puerto pero sí ideal para comer o tomar algo tranquilamente apartado del bullicio que tantas veces y sobre todo en verano, inunda las calles pixuetas. Son renombrados, entre otras de sus especialidades, los cachopos


Seguidamente, también con bar, aunque cuando vinimos cerrado, el centro cultural


Placa con el nombre de la calle...


Cruce y de frente, dejamos los bloques de viviendas y nos adentramos en la zona eminentemente rural de esta parroquia de Piñera


Paisaje y entorno muy diferente ya al del puerto y barrio de pescadores, de nuevo en la campiña de la costa asturiana


Esta panera, con sus dos moños, tiene un gran tejado que se apoya en un muro por una de sus vertientes, la más grande. En vez de corredor presenta mandiles. Todo ello parece una eficaz protección contra el viento


El siguiente hórreo no tiene corredor ni mandil, pero sí una bodega debajo, que tradicionalmente se empelaba como almacén de aperos


Una panera, esta de corredor, con una buena subidoria...


Bifurcación y a la derecha...


En este hórreo un faldón ocupa y guarda toda su cara norte, la más expuesta a los vientos fríos


La casa por su parte ha sido reformada. Lo que parece haber sido la cuadra se ha dejado con la piedra vista, de mampostería. Está actualmente dedicada al turismo rural: Casa de Aldea Mariñana


Sigue la carretera en recto, dirección este-suroeste, muy cerca ya de El Pitu


Pasamos también un par de chalets. Al sur La Peñona sigue siendo nuestra referencia visual


Prados grandes y llanísimos en las inmediaciones de La Conchiquina


No suele haber mucho tráfico pero hemos de tener precaución ya que no hay arcén y a veces los coches pasan a cierta velocidad en estos trechos tan llano
s

Bifurcación de El Pontigo: seguimos de frente, siempre por la carretera a El Pitu


Después de las cuestas caízas y pixuetas esta planicie costanera ofrece un buen contraste


El trayecto es todo asfalto pero se avanza bien y cómodamente, como en un precioso paseo


Otra bifurcación e insistimos: siempre por la carretera local


Quintanas y chalets a nuestra izquierda


Los hórreos van desmoronándose


Verdadero testimonio de la decadencia del mundo rural. Al desaparecer la sociedad agraria y cerealística, la que plantaba el grano y hacía el pan en casa, perdieron su función original, desapareciendo muchísimos de ellos


Un muro cierra esta gran pradería de la quintana


A la izquierda, lo que parece un taller...


Una vieja gloria de la carretera...


Entrada a la nave...


Continuamos avanzando hasta el siguiente grupo de casas...


De frente Casa Tano. A la derecha otro hórreo


La fachada norte, siempre en umbría o casi, se ha dejado también con la mampostería a la vista


El espacio delantero está cerrado y resguardado...


Curva a la derecha entre las dos casas siguientes...


Vivienda con finca y jardín


Árboles frutales y ornamentales


Zona eminentemente residencial...


Vivienda tradicional muy reformada pero que recuerda al llamado estilo Vidío: el cuerpo de la derecha, de planta cuadrada y piso superior, solía estar destinado a la cuadra debajo y arriba a los cuartos de dormir. El tejado es a cuatro aguas


El cuerpo lateral, muy transformado y ampliado como parte de la vivienda, es de planta rectangular y tejado a dos aguas. En origen solía ser la cocina


Dado que abundaba la pintura de lanchas, y aunque no fuesen pescadores, también aquí antaño se pintaba con ella algunas casas y hórreos, pues era excelente contra la humedad


A la altura de estas casas iremos pasando de La Telaya a El Pitu


Más antiguas caserías reformadas y viviendas vacacionales...


A la izquierda un espeso bosque de arbolado ornamental y exótico nos llama especialmente la atención


Efectivamente es parte de la extensa Quinta Selgas, El Versalles asturiano, de la que tan abundantemente hablamos en el artículo dedicado a nuestro paso por El Pitu


Efectivamente sería la zona del Jardín Inglés, al este de la mansión, del que se dice en su página web:
"Salvaje, libre y desordenado, la naturaleza crece aquí en plenitud, sin aparente intervención humana. Las amplias praderas abiertas mueren en angostas zonas de sombras de espectaculares coníferas. Un bosque de secuoyas rojas, especie autóctona de América, cierra el jardín por su lado norte y al sur un río da sonido a un entorno dibujado por magnolios, arces japoneses, eucaliptos, coníferas y un templete jónico sobre una gruta"

El elegante minarete delata esta finca palacial...


Ya nos parece reconocer también a lo lejos las casas del cruce de El Pitu, donde dejamos el camino señalizado para desviarnos a conocer Cudillero/Cuideiru


Hórreo con mandiles y corredores...


Más antiguas casas campesinas reformadas


Sin mayor pérdida continuamos carretera adelante hacia El Pitu...


Los árboles de la Quinta Selgas llegan casi hasta aquí. También esa deber ser parte del Jardín Inglés


Seguidamente pasaremos junto a la torre de la luz...


Y estamos ya en El Pitu, a escasos metros de la carretera CU-2, la Avenida Selgas, por donde nos dirigimos a la villa pixueta


Al fondo, donde están aquellos árboles, llegaremos ya a dicha carretera


Un silo revela que estamos pasando una explotación ganadera

Es la ganadería de Toño Patallo, de la que dicen así en El Campo de Asturias:
"Si algo diferencia a la Ganadería Toño Patallo es estar posicionada entre las mejores de Asturias en las pruebas genéticas, genómicas y combinadas de CONAFE. Con un ICO de 2980 es la primera ganadería asturiana y ocupa la posición 19 en el ranking nacional así como la tercera asturiana en el listado de Mejores Criadores por Calificación Final con una media de 85,48 puntos, después de Ganadería Diplomada Badiola S.L. (87,13) y Casa Flora S.C. (85,90) y la quinta en la lista nacional. Varias de sus vacas pasaron los 100.000 litros de producción vitalicia y el año pasado recibió el título de Maestro Criador de CONAFE. 
La peculiaridad de esta granja ubicada en El Pito (Cudillero) es su dimensión, cuenta con pocas cabezas, no ha hecho grandes inversiones, y siendo el único trabajador de la ganadería, utiliza un manejo tradicional en el que los animales salen todos los días, continúa “segando verde” y subcontrata los trabajos que no puede realizar solo. Es socio de Central Lechera Asturiana, de Campoastur y de ASCOL, y se implica cuando es necesario defender sus ideas. Se trata de un hombre que pone pasión en todos sus retos, deportista y amante de la natación y del yoga, cree que el futuro del sector lácteo pasará por mantener explotaciones familiares y sostenibles con una media de 60 animales con robot de ordeño. “Habrá que ser más eficientes y contaminar menos”, sentencia. 
Las circunstancias de la vida, ya que “no viene como tú quieres”, hicieron que desde muy joven ya fuera a la mar, que su afición al ciclismo lo llevase a correr con profesionales de la talla de como Gorospe, Marino Lejarreta, Pedro Delgado o Álvaro Pino entre otros, corriese maratones o que pasara dos años en la Brigada Paracaidista. Simples anécdotas para un hombre que con 24 años compró la casería de El Pito con 12 frisonas y descubriese su auténtica pasión, la ganadería láctea y sus posibilidades genéticas de mejora. El nombre, Patallo, en homenaje a sus raíces familiares. Empezó pidiendo una hipoteca y tuvo que hacer frente a piedras en el camino como el vacío sanitario que sufrió en 1992. Él se muestra satisfecho con los resultados, sin grandes pretensiones reconoce que “de las vacas se vive” y que a día de hoy con ellas “gana lo suficiente”

 Y  así habla Toño de sus vacas y de las circunstancias actuales del trabajo en la casería:

 “No crecí mucho en vacas, tendría que haber invertido en instalaciones, me dediqué más a tener animales de calidad, cuidados, no los fuerzo nada. Con 23 vacas ahora mismo, la producción de la ganadería es de 300.000 litros de leche anuales. Cuento con 20-25 terneras de recría, de las cuales vendo alguna. La venta de vacas a otros ganaderos supone un ingreso extra al igual que la venta del desvieje, ya que al ser animales grandes ayuda mucho”, explica José Antonio.

 En su ganadería se cuida la genética, reconoce que siempre le gustó. La primera vez que le visitó el calificador tenía una vaca con 80 puntos, le dijo que a ver si conseguía tenerlas todas con esa puntuación. “Actualmente, en la última calificación de junio, la media es de algo más de 86”, afirma. Ha seleccionado sus animales, “busco el equilibrio y lleva tiempo la obtención de resultados, esto es como invertir en bolsa, ya que realmente al elegir un toro, los resultados los ves a los cuatro años, cuando la ternera termina la primera lactación”. Le gusta estudiar y analizar rigurosamente los toros que elige para sus vacas, a veces utiliza los programas que dan los resultados de acoplamiento y “lo suelo usar para comprobar la cosanguinidad”. 

Las vacas de alta valoración genética, como las de la Ganadería Toño Patallo, tienen la posibilidad de asegurarse por precios elevados. “La media para las vacas reproductoras está en una valoración de 2.450 euros y para la recría en 1.247 euros, es una suerte poder hacerlo”, comenta.

Ruedas del viejo carro de labranza, la portiella y algunos aperos tradicionales señalan que es una cuadra con solera...

"Su cuadra es antigua, lo que requiere más trabajo físico, porque “sigo sacando el cucho con carretilla” y cuenta con ordeño directo. Las vacas están en la granja para los ordeños donde también se alimentan de concentrado “muy básico” y mezcla húmeda de maíz, melaza y pulpa de remolacha. Y fuera “les pongo una bobina de silo o un viaje de verde”. No realiza cambios en la alimentación desde hace años y si los hace son “minimos”, tampoco técnicos de nutrólogos o veterinarios, ya que los considera muy importantes.

Y así se explica el presente y futuro de esta explotación ganadera y de las de todo el concejo en realidad:

"En un futuro José Antonio opina que “habrá dificultades para vender leche con marca Asturias. Por ejemplo, en Cudillero somos una treintena de ganaderos, pero en cuestión de cinco años, quedarán pocos por tema de edad, y esto pasará en el resto de la región. Los grandes ganaderos no podrán asumir esa producción”, expone este ganadero vocacional que atiende a sus animales con la mayor dedicación y no duda en salir de madrugada si hace mal tiempo para que las vacas no pasen frío y se resguarden. 

Sin duda el trabajo en su caso ha tenido recompensa. Para conseguir sus objetivos ha contado con el mejor apoyo, con el de su familia. Su madre, Avelina, con 86 años, también colabora y no se resiste a darles la leche a los ‘xatinos’. Su mujer, Belén, siempre se ha dedicado a la formación, pero es su gran respaldo, incluso cuando con el vacío sanitario valoró cambiar de sector fue ella la que lo animó a seguir, porque era consciente de que la ganadería es su pasión. Su otro pilar, su hija María, ingeniera eléctrica que trabaja en CAPSA con una beca de la Universidad a través de un máster de ADE. A ella le gustan las vacas y colabora en lo que puede “en noches duras de partos difíciles”, además fue protagonista de uno de los anuncios de Central Lechera Asturiana"


Antiguamente todas las casas campesinas tenían alguna vaca para proporcionar leche destinada al consumo familiar y cuyo excedente se vendía en mercados locales, tanto en su forma líquida como en quesos, mantecas, etc. Las pequeñas caserías fueron dejando de ser rentables y desaparecieron paulatinamente: solamente unos pocos ganaderos especializados pudieron competir en los nuevos mercados urbanos e industriales, siempre crecientes


El cruce de El Pitu, y en buena medida esta parte de la Avenida Selgas, constituye en buena parte un enclave urbano, o entre urbano, rural y residencial en lo que fue durante muchos tiempo el acceso principal a la villa y puerto de Cudillero/Cuideiru


Tanto es así que aquí a la izquierda, por ejemplo, hay una de casas de vecindad, y enfrente, al otro lado de la avenida, se construyó más recientemente y no sin polémica, un bloque de pisos


Vamos a ir a la izquierda, pues fue al llegar a la altura de esas casas donde dejamos el camino oficial para bajar a la población...


Caminamos junto a la mencionada fila de casas antiguas, a la sombra de una hilera de árboles que tienen delante...


Aparte de viviendas da la impresión que en los bajos pudo haber almacenes, comercios, alguna taberna...


El terreno arbolado es un pequeño parque, casi siempre en umbría


Recorremos toda la fachada de la fila de casas y seguimos por el prado...


Aquí salimos a la Avenida Selgas o carretera CU-2...


La recta tiene bastante visibilidad: por aquí cruzamos la avenida


Al fondo vemos la antigua Casa Rectoral, construida también por iniciativa de los Selgas y que forma parte de su conjunto constructivo. Por donación de sus fundadores pasó a acoger el cuartel de la Guardia Civil. La iglesia, dedicada a Jesús Nazareno, está un poco más allá, pero no la vemos desde aquí


A la derecha, el Camín de La Vallina, donde volveremos a enlazar con el Camino Norte y su señalización


Tomamos pues el Camino justo donde lo dejamos, tras realizar este circuito pixueto al que le hemos dedicado tres entradas de blog


Aquí tenemos el mojón con la concha y la flecha, distintivos del Camino de Santiago: nos dirigimos a La Vallina y El Ventorrillo para luego, por El Mantu, continuar al pie de Santana de Montarés en dirección a El Rellayu y La Concha de Artedo


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