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miércoles, 16 de julio de 2014

VISITA A CUDILLERO/CUIDEIRU (1): DE EL PITU A LA FORMIGA, LA CAI, EL HUMILLADERO, LA PLAZA Y LA RIBERA (ASTURIAS)


Cudillero/Cuideiru

Pese a que el Camino oficial y señalizado no pasa por la villa de Cudillero/Cuideiru, capital del concejo del mismo nombre desde que la antigua Pravia de Allende se emancipó de la jurisdicción praviana el 29 de diciembre de 1836, este histórico y muy pintoresco puerto pesquero, que antes fue también comercial y ahora turístico, ha sabido mantener y divulgar sus atractivos de paisaje, gastronomía, tipismo, arquitectura popular, lo que atrae a numerosos visitantes, entre ellos no pocos peregrinos que deciden emplear al menos un día para conocerlo, desplazándose un par de escasos kilómetros desde El Pitu, donde está el Palacio de los Selgas, del que hablamos en la oportuna entrada de blog


Y efectivamente, en lo que a este blog atañe, pese a no estar en el Camino oficial, Cudillero o Cuideiru, la villa pixueta (de peixe, pez), sí es población caminera, pues desde antiguo tuvo hospital de peregrinos, cuya capilla podremos visitar de la que bajamos al puerto, existiendo varios registros documentales del paso de los mismos así como relatos de los propios romeros. En este blog dedicaremos una trilogía a visitar algunos lugares de la población y sus alrededores, La Cai, La Ribera, el puerto, El Cantu, La Telaya o La Atalaya... como forma de que el viajero y peregrino pueda recorrerlos y, a la vez, perderse por estos y otros tantos a su libre albedrío

Cruce de El Pitu: a la izquierda va el Camino; de frente la ruta a la villa de Cudillero/Cuideiru

En El Pitu, os peregrinos, una vez dejada atrás la Quinta Selgas, siguen la Avenida Selgas, carretera CU-2, hasta el cruce de La Vallina: el Camino sigue a la izquierda (veamos el mojón),pero si deseamos acercarnos a la villa y el puerto hemos de seguir de frente, que es lo que vamos a proponer en esta ocasión


Es posible que incluso, dentro del lío de señales común a tantos caminos, veamos alguna flecha amarilla en esa dirección, como esta pintada en la farola. No sabemos la razón, si acaso recomiendan esta ruta para bicigrinos de bicicleta de carretera, o es para tomar el desvío poco más adelante. Sea como fuese pasamos ahora al lado de un bloque de viviendas cuya construcción en este lugar causó ciertos quebraderos de cabeza a nivel institucional y judicial debido a la definición del suelo urbanizable


De frente, casas y casonas con solera han sido reformadas especializándose en alojamientos turísticos, de gran demanda. No están pensados especialmente para peregrinos, pero cada vez son más los romeros que hacen uso de ellos, dado que no siempre hay albergues, y con plazas libres, o porque desean o necesitan alguna noche dormir de forma más íntima, tranquila y confortable, máxime si, por ejemplo, dedican un día a visitar esta población


A nuestra derecha hay un pequeño parque arbolado y una fila de casas populares. En nuestro periplo propondremos un circuito para retomar el Camino oficial en este lugar sin volver sobre nuestros pasos sino regresando por otro sitio, La Telaya o Atalaya, reenlazando aquí con el Camino oficial


Este sería el cruce pues, por el que luego regresaríamos dentro de la propuesta de visita a la villa y su puerto que aquí vamos a comenzar


De frente, en el mismo cruce, vemos la casa de los apartamentos Aldea de Cerecedo, vivienda rural del siglo XIX habilitada para tal fin. Justo detrás está la Casona Selgas, que es hotel


Aquí es La Madrileña, antigua casa que ha dado nombre al lugar: nosotros seguiremos de frente por la Avenida Selgas


Hay aceras a ambos lados, pasamos así frente al hotel y unas altísimas palmeras, una con el tronco cubierto de plantas trepadoras, señalan el solar de una casa de indianos


Es La Parra, con una bella quinta, y jardín a la entrada. El Pitu, en lo que fue durante muchísimos años el acceso principal al puerto de Cudillero/Cuideiru, fue zona de expansión urbana-residencial donde se asentaron no pocos indianos, aprovechando su situación, en las afueras pero a la vez cercana a la villa, y en un terreno predominantemente llano


Aquí está el acceso principal: portón al jardín, sobre el que se asoma en el primer piso de la casa un elegante balcón de galería acristalada


El cierre es un magnífico trabajo de forja. Aquí está la portilla de entrada directa a la mansión


De frente, el portón de otra gran quinta, nosotros continuamos todo recto por la avenida


Las aceras se estrechan notablemente, casi desaparecen, la carretera, ancha, se encajona un tanto entre muros y setos de palacios y chalets de época


A la derecha otra grandiosa quinta con un verdadero bosque de árboles notables


Tal vez la maravilla de los jardines de La Quinta Selgas inspiró en su momento este precioso bosque jardín para otro palacete indiano


Palacete que vemos ahora desde aquí a nuestra derecha. Es posible que la magnificencia de la Quinta Selgas haya eclipsado a las demás de El Pitu, de las que hasta el momento no hemos encontrado demasiada información


Desde la calle vemos estructuras de grandes pasillos exteriores con columnas. Y arriba un larguísimo balcón en el ático. Una arquitectura muy llamativa y no demasiado vista en estos lugares


A la izquierda el muro de otra quinta de extensa finca: El Picazu. La recta de la carretera nos ofrece una perfecta perspectiva en línea de fuga. Realmente el antiguo camín real (real, del reino, público) que enlazaba el de la costa con el puerto, pasaba más a la derecha y entraba en la población por La Reguera (calle San José). Esta carrtera se haría para comunicar Cudillero/Cuideiru con la de la Costa


"A un lugar un tanto elevado y quizá un tanto romo debió de denominárselpitu que todavía hoy significa ‘cría de la gallina’ y ‘tipo de piedra’. Toponími ca mente puede haberse manifestado, real o metafóricamente, en El Pitu y quizá en La Pita, Los Pitos aunque en algún caso, como en El Piteru, no es imposible que la referencia sea zoonímica o simplemente entendible desde la voz asturiana piteru ‘gallinero’

A la derecha, el portón de la quinta de grandes balcones y pasillos que veíamos hace un momento de frente. Debe hacer bastante tiempo que nadie franquea esta entrada, pues está casi tomada por plantas y arbustos

En lo alto del portón las letras BBB, sin duda iniciales del dueño-fundador y/o nombre de la casa


Estamos en el kilómetro 1 de la CU-2 o Avenida Selgas. Esa debe ser la distancia que nos aguarda hasta la entrada de la población en lo que es propiamente su casco urbano


Preciosa la casona que tenemos ahora a la izquierda, con enormes galerías, un elemento constructivo que se expandió ampliamente con la industria del vídeo a partir de la década de 1880. En algunos casos se hicieron de nuevo cuño, en otros cerraron corredores o balcones preexistentes, integrándolos térmicamente en el interior de las viviendas


La arquitectura, entre lo rural y lo urbano, plasma toda una época


Las fachadas que miran a la calle, también soberbiamente restauradas...


Estamos en Tolombreo, en concreto en Tolombréu de Riba. A partir de aquí empieza la bajada de La Cuesta la Formiga, un descenso que no acabará ya hasta llegar a La Ribera y el puerto de Cudillero/Cuideiru


Nosotros seguimos de frente cuesta abajo, pero hemos de decir que a la derecha se va al Camping L'Amuravela, viendo en primer lugar la Casona de la Paca, otra delas casas de indianos de El Pitu, habilitada de hotel


Fue mandada construir en 1877 por José Martínez Martínez, quien había hecho fortuna en Cuba. Al fallecer sin descendencia hereda la casa su hermano, quien tiene un hijo con una de las sirvientas y posteriormente vende la mansión. En el año 1998 abre el hotel


Tal y como comprobamos en la señalética, abundan alojamientos y apartamentos turísticos que, si bien no destinados especialmente a los peregrinos, los acogen con gusto


La calle La Formiga, además de por su prolongada bajada, se caracteriza por sus grupos de casas en fila, formando bloques de vecindad, la mayor parte a la derecha de la calzada


La mayor parte de las casas lucen espléndidas fachadas muy bien pintadas y restauradas, todas con una traza entre lo urbano de época y lo rural. En algunos de estos bajos hubo antaño tiendas y tascas


A partir de aquí la acera izquierda desaparece y la de la derecha queda reducida a la mínima expresión. Por suerte puede decirse que en la actualidad la mayor parte del tráfico no entra por aquí al casco urbano sino por la CU-3, al otro extremo, que baja al puerto desde La Tuerba y Villademar


Ahora tenemos una magnífica vista del valle del río Piñera, con el totémico monte de Santa Ana de Montarés (404 m), bajo cuyas laderas sigue el camín real, el Camino Norte. En lo alto está la capilla de su advocación, de gran tradición romera, con campo de romerías, el Campu Santana y antiguo hospital de peregrinos. Es la de Santa Ana de Montarés fiesta de gran tradición en el concejo, siendo costumbre ir a ella andando en su romería, saliendo muchos de la villa pixueta por la larga cuesta que lleva a la emita. De ella escribe José Luis González y González en La Nueva España:
"Esta fiesta es misteriosa, dado los milagros que en ella se suceden a los numerosos romeros de las distintas villas colindantes o no colindantes a la de Cudillero, como son: Muros de Nalón, Luarca (Valdés), Pravia, Soto del Barco, Salas, Comarcas Vaqueiras, Comarcas de Avilés, Grado, etcétera, que cada año acuden a la romería puntuales a la cita. La ermita de Santa Ana es como ya dijimos un lugar venerado por la abundancia de portentos, ya que en su morada en las paredes de la misma se encuentran muchas muletas antiguas de gente que gracias a la Santa no necesitaron volverlas a usar. También hay lepantos de marineros que en su día salieron bien parados de las contiendas navales y se ofrecieron a ir a la ermita a depositar sus gorros. Dentro de la capilla se encuentran multitud de reliquias e imágenes de distintas cosas y sobre todo de santos, pero lo más característico y peculiar son dos cadenas que los fieles se frotan por todo el cuerpo y al mismo tiempo se pide un deseo a la Santa mediante rezos de Fe. 
Antaño la gente ofrecida, después de que se cumpliese la profecía, subían a la ermita de rodillas rezando desde distintos puntos de la montaña, para saldar así su deuda"

Al pie de la montaña, por Piñera y San Juan Piñera va el Camino, pasando por las antiguas ventas de El Gallo y El Ventorrillo, cerca de La Estación, yendo luego a El Valle y Belandres, pasando cerca del palacio de este nombre, allí existente


Y allí está El Mantu, por donde el Camino Norte cruza la N-632 y va, siguiendo la falda del monte, a El Rellayu, para bajar a la Concha de Artedo, rumbo a los valles de La Barca y Las Luiñas


Más a la izquierda del monte, Otero o L'Outeiru, uno de los accesos rodados a la cima, al Campu Santana. En días muy claros, y si no han crecido aún mucho la correspondiente plantación de ocalitos, tal vez se pueda reconocer la capilla de Santa Ana, de la que dice Luis Antonio Alías en El Camino de Santiago por Asturias. Itinerarios:

"Ocupando la cima del accesible y panorámico monte de Santa Ana, teas una cruz de piedra, la extraña ermita de Santa Ana de Montarés compartía funciones piadosas con las de hospedería jacobea y cuadra de caballerías. En el interior, la madera de la cubierta y del trilateral coro, crea formas de casa campesina. Las paredes se cubren de devociones inmemoriales: fotos agradeciendo curaciones, viejas muletas de madera, menos viejas muletas de metal, gorras de soldados... las imágenes -Cristo de la Misericordia, Santa Bárbara, San Miguel...- tienen antigüedad, calidad y poderes. Ante la patrona -la tradición cuenta la aparición aquí de la intrasladable imagen de la madre de la Virgen- hay una larga cadena que cura de las males del cuerpo por donde se pase"

Esa cadena curadora recuerda a la de San Adriano en Naveces (Castrillón), de la que hablábamos en las entradas correspondientes a la Sierra del Cordel, comentando lo de las propiedades salutíferas naturales de ciertos metales


De frente a nosotros la aldea de Cerecedo o Zrecéu, en la rasa costera encima del valle, barrios y lugares de Castru, La Quintana y El Pozu


A lo lejos, el canto de la arbolada ladera de Santa Ana de Montarés, paso a El Rellayu


La autovía, y antes el ferrocarril y la carretera, han trastocado sensiblemente el trazado original del camín real, pero al menos puede seguirse un trayecto bastante aproximado que evita caminar por el sufrido arcén de la carretera general


La acera de La Formiga sigue siendo sumamente estrecha, pero yendo de uno en uno espacio hay. De noche además este trayecto está iluminado con farolas


El topónimo La Formiga es sumamente curioso. La tradición popular habla por un lado de que antiguamente abundaban las hormigas, por otro que al venir subiendo se iba despacio como una formiga. No deja de llamar la atención con otras cuestas similares del mismo nombre, por lo que los filólogos esgrimen otras posibles explicaciones, entre ellas una derivación de la raíz lingüística del prerromano borm, cauce o canal, que daría forma (aspecto externo) que en toponimia denominaría a lugares que dan vista a valles con agua, que podría ser este el caso


Este es el valle del río Piñera, que nace a lo lejos, cinco kilómetros más al sur, en la Sierra de Gamonéu, recibiendo en esta vega, poco antes de llegar al casco urbano, las aguas de sus afluentes Santana y San Roque. Estos ríos costeros son cortos, en este caso unos 5 kilómetros, pero recorren un importante desnivel, unos 340 metros de diferencia de altitud, por lo que, en caso de lluvias, bajan con fuerza, en torrentera, causando inundaciones y estragos, por eso en 1892 fue canalizado y desviado su cauce natural, que atravesaba la población, para, subterráneamente, llevarlo a desembocar al actual puerto


En esta foto, en primer término y en medio, vemos la Estación de Cudillero, inaugurada el 30 de julio de 1962 con el tramo Luarca-Pravia del Ferrocarril Ferrol-Gijón, que fue la línea de Feve. La línea ferroviaria cortó el camino original y desde El Ventorrillo se hace un corto rodeo. Más allá a la izquierda vemos el viaducto de la Autovía del Cantábrico, cerca de La Cuesta'l Cestu, topónimo que podría a hacer referencia a los antiguos caminos empleados por las pescaderas pixuetas para llevar el pescado a los pueblos y villas del interior, con el cesto en la cabeza, como sucedía en casi todos los puertos pesqueros


La loma de la serranía costera se extiende hacia de Santa Ana de Montarés a la izquierda por El Forcón, Gamonéu y Los Llanos (365 m). Las cimas de los montes se cubren de las clásicas plantaciones de crecimiento rápido. En las faldas, donde están los pueblos, es donde se ven más prados y fincas


Gran parte de las pescaderas pixuetas se dirigían por los caminos del monte a Pravia, la secular capital del que fue un gran concejo, sucesor del territorio o alfoz consignado a esa villa a la que se otorgó carta puebla en la baja Edad Media, antigua corte asturiana de Silo y Adosinda, en la Flavionavia de los astures pésicos


Recogemos de Pueblos de Asturias este emotivo comentario firmado por Marta:
"El paisaje más bonito y mágico de mi niñez, correteando por los prados pendientes, cogiendo alguna mazorca para jugar, sorprendida de ver babosas de un negro reluciente, desconocido todo ello para una madrileñita de cuatro años que era llevada a los orígenes familiares en verano. Allí, mirando hacia lo alto del monte Santana cercano, descubrí la Vía Lacta en todo su esplendor, con resonar de fondo de canciones en bable, de dulce cadencia, que no entendía. La Cuesta 'el Cesto era la intriga de las historias antiguas que narraban algunas tías mayores. Ese paisaje sirvió durante muchos años en mi mente, como escenario de referencia de narraciones por lugares lejanos en los libros de aventuras, de una adolescencia todavía sin TV"

La carretera, labrada en la roca, realiza aquí una curva


Bordeamos toda la falda de la rasa de Tolombréu que cae hacia el valle, profundo y estrecho, del río Piñera, un verdadero barranco similar a los que nos encontraremos si hacemos el Camino de las Ballotas


Lo cierto es que, si bien el peregrino no puede desviarse ni pararse continuamente a verlo todo, este Camino Norte, aunque ya largo de por sí, es muy significativo para, en muchos casos y si se puede, hacer etapas cortas para, en muchos casos, disponer al menos de una tarde para visitar tranquilamente pueblos y villas marineras, monumentos y cascos históricos, acercarnos a algunas playas (sobre todo en verano) y a la vez disfrutar de un merecido descanso (y porqué no de una buena gastronomía), como este es el caso que nos ocupa, Cudillero/Cuideiru, villa capital de este concejo


Por ello, en este blog, dedicaremos unas entradas a un recorrido por la población y su entorno más inmediato, pensando en una tarde (o media tarde), que con suerte es el tiempo del que suele disponer un peregrino, que tampoco, reiteramos, puede normalmente estar parando continuamente y mucho. Este recorrido es solo uno entre otros muchos posibles que cada persona puede hacer a su gusto, dependiendo de su tiempo, preferencias, fuerzas, etc., sobre todo si va a pernoctar aquí o en las proximidades


El cartel señala nuestra entrada en los términos de la villa y capital del concejo, pero sin embargo aún no vemos los edificios de lo que es propiamente su casco urbano, algo más abajo  


De frente, sobre las empinadas cuestas de El Costón, está Villademar o Villamar, solar de La Torre, casa indiana de 1920 hecha sobre una torre medieval que fue de los Sierra de Jarceley, que ya en 1876 mandaron construir allí una capilla dedicada a Nuestra Señora de la O



Cuando el 29 de diciembre de 1836 este concejo de separó de Pravia su capitalidad se estableció en esta población, desde donde los Omaña, y antes los Quirós, gobernaron el territorio del Cuarto de las Luiñas, en la Pravia de Allende, no pocas veces férreamente. El puerto y sus rutas pesqueras y comerciales, marinas y terrestres, era para ello un óptimo lugar. El nombre de la localidad pasó a designar al nuevo concejo


Abajo unos grandes edificios en la vega del río Piñera: es el Colegio Público Asturamérica, en la calle Agustín Bravo, inaugurado el 8 de septiembre de 1956. Antes en esta calle estaba la escuela nacional llamada popularmente La Jabonera. Frente a él el Mesón Roa. Un poco más allá pasa el río Piñera, oculto por la frondosa arboleda ribereña en el valle que divide las parroquias de Piñera y San Xuan o San Juan de Piñera, divisoria marcada en buena parte por uno de sus afluentes, el San Roque. Ambas parroquias, de nombre gemelo pero rivales, se disputaron en lo eclesiástico y administrativo la preeminencia sobre la localidad y puerto de Cudillero/Cuideiru, del que se tienen noticias documentales desde el año 1285 (en una donación al monasterio de Santa María la Real de Oubona), pero que sin duda existiría desde mucho tiempo atrás


Aún en 1892, ya independientes de los Omaña y de Pravia, la iglesia parroquial de Cudillero/Cuideiru, construida entre 1553 y 1569 era hijuela de la de San Juan de Piñera


Reparamos, admirando el valle, en la importante distancia que separa la estación de tren del casco urbano, siendo esta otra de las características de la línea Ferrol-Gijón, que había sido concebida como tren estratégico de uso militar en la lejana fecha de 1886. De su idea primigenia de comunicación de las fábricas de armas asturianas con Ferrol, que no fuese visto desde el mar para evitar ser cañoneado por flotas enemigas (no existía la aviación), se pasó a tren de pasajeros y mercancías, pero en buena medida el trazado e idea original de estructuras ocultas se mantuvo



Las huertas de las casas de La Formiga se extienden colina abajo, hacia el valle


Ahora a la derecha tenemos un buen tramo de acera algo más ancha, delante de este grupo



Casas de la calle Juan Antonio Bravo, sobre el río Piñera


Precioso corredor y abajo antoxana con columnas y soleada corrada 


Colorista tono rojo de la planta trepadora que sube al corredor


La acera vuelve a estrecharse pero algo es algo...



Las Camuñas y al fondo una soberbia vista de la rasa costera en Villademar


A la derecha otra hilera de viviendas de La Formiga, esta bastante grande, antesala del casco urbano, cuyo poblamiento es así en buena parte, tal y como escribe el erudito Magín Berenguer:
"por la original distribución de su casco urbano, en el que los edificios escalonados por la superficie de una fuerte pendiente,  se agolpan unos sobre otros atropelladamente, para remansar en la parte baja donde se reúnen, alrededor de la plaza, el Ayuntamiento, la iglesia y el puerto"

Este era el acceso principal, junto con el de Las Dueñas, para entrar en la villa, tal vez incluso este más para quienes venían desde el centro de Asturias. Hasta aquí los vehículos pasan bien, pero luego se adentran en La Cai, sus estrechuras y su tupida red de cruces con otras callejuelas, que enseguida vamos a conocer

De estas carreteras y accesos escribía el también erudito Agustín Bravo a finales del siglo XIX muy desconsoladamente

"...una y otra, con pendientes de 12 y 14 por ciento, son el coco de cocheros y carreteros. Una por el E. y otra por el O. empalman con la general de la Costa, que no sé porqué misterioso arcano, se interna en los montes de Piñera, dejando a la capital del concejo a tres kilómetros de distancia en el más completo aislamiento"

Precisamente a Agustín Bravo está dedicado otro de los accesos, mucho menos frecuentado, dando nombre a la calle que pasa debajo de nosotros, comunicación con la lejana estación ferroviaria. Ciertamente la población, ante su puerto, parecía tener más comunicación con el exterior en base a los caminos del mar que a los de tierra. Dada la abrupta orografía, era esta una constante en muchos puertos cantábricos. José Antonio Suárez Marqués escribe algo de ello en el artículo Cudillero en la memoria... del futuro pasado, publicado en su blog 3cortasy1arga:

"... la primera mitad del siglo XX, Cudillero, especialmente 'la marina', vivía abierto a la mar, pero cerrado a tierra. Vivía en su mundo: la pesca, y todo lo demás que giraba a su alrededor. La actividad, la cultura y hasta el ocio eran marinos. Seguramente el cine Mary y la radio eran los únicos canales de comunicación que llegó a tener con el mundo de más allá de El Pito. 
Cerrado en su cascarón entre La Garita, el Tolombreo y la Casa'l fuego, esa andadura por el tiempo, fue decantando una mentalidad y unas tradiciones peculiares. De manera que los viajeros de esos tiempos modernos, desde Ortega y Gasset o Evaristo Valle, hasta los pénjamos de Jesús López Pacheco, cuando bajaban de La Formiga, venían a dar en un mundo verdaderamente extraño para ellos. Nos veían como cormoranes prestos, ávidos, de arrojarse al mar, y como depósito de la raza marinera del Cantábrico. Nunca lo habríamos imaginado, bueno sí, pero abordo, en la mar. En tierra y, sobre todo, pasando Muros, éramos bastante retraídos, por decirlo así. Pero nuestro mundo, tal como era, estaba a punto de ser alcanzado por… la barahúnda del Desarrollo"


Hubo antaño en La Formiga una antigua farmacia, dato importante para hacernos una idea de lo importante que hubo de ser el trasiego de gentes por esta calle. En la actualidad, solo con algún estrecho tramo de aceras, un poco más ancho delante de las casas, hay que reconocer que no es un excelente paseo precisamente, lo que es una pena, dada la belleza del paisaje



Alguna casa tiene portón para su cochera. Varias se nos antojan de cierto gusto indiano. Por aquí subían y bajaban antaño los carros del pescado y otras mercancías, y las carrilanas o diligencias de la línea regular. En la actualidad los camiones emplean la otra entrada, la de la carretera local CU-3 hacia el puerto. Aún así La Formiga sigue teniendo, como la Avenida Selgas, tráfico abundante, especialmente veranos, festivos y fines de semana, pues Cudillero/Cuideiru es en sí mismo un gran polo de atracción turística



Un muro de piedra asienta la pendiente ladera que baja por Tolombréu. Sólo hay una mínima acera a la derecha y un también mínimo arcén a la izquierda. Estimamos conveniente se plantease en algún momento una buena senda en esta calle que mejorase el acceso a pie a los muchos peregrinos que visitan la población, pero que, naturalmente redunde también en beneficio de los vecinos, que son los que viven aquí todo el año, así como los visitantes


Es llamativo que, pese a no estar en el Camino mismo, la población contase con un hospital de peregrinos de cierta entidad, si bien solo hay unas escasas noticias en el siglo XVIII. Esto da pie a pensar que los romeros frecuentarían este establecimiento hospitalario. Así, uno de los que dejó escrito su relato, Guillaume Manier, en 1726, ponderaba la calidad de sus lechos, cosa no demasiado frecuente por cierto


Más de 200 años antes, en 1502, el noble flamenco Antoine de Lalaing, quien con dos acompañantes se dirigía a Santiago por esta ruta costera, dejó el ramal caminero principal no ya para dormir sino para comer en la población. Parece ser iban a caballo y hacían distancias largas (habían cruzado el Nalón por El Castillo), pero es significativo este desplazamiento tan importante, tal vez ya por entonces se apreciaban los mesones del lugar


A nuestra derecha, en un recodo, La Fonte la Formiga. La tradición explica que, aparte de la razón etimológica, el nombre de la calle viene del de esta fuente


Las fuentes, siempre muy importantes, lo son especialmente más en Cudillero/ Cuideiru por su disposición en cuestas. Aquí es donde estarían los hormigueros que le darían nombre, decir de la tradición local, aunque como hemos dicho los filólogos plantean otros posibles orígenes. No queremos obviar dentro de la incógnita del topónimo que, por ejemplo, la expresión "a la formiga" se emplea para las filas de personas que se forman para trabajos comunales, pasándose aperos, enseres, objetos, materiales, etc. para efectuar su labor


Dispone la fuente a ambos lados de un gran banco corrido de piedra en forma de media luna, como el muro que la cierra por la parte de la ladera. Evidentemente se trataba de un antiguo lugar de reunión vecinal


Hasta que se dispuso de agua corriente en las casas aquí acudiría toda la vecindad a diario a por agua, llenando calderos, bidones, xarras, ferradas...


Es del año 1854 y aprovecha un manantial anterior, que tal vez estuviese incluso más arriba. En esta carretera haría mucho mejor servicio, dado el continuo paso de gentes y caballerías


Pasada la fuente la acera de la derecha desaparece y no hay espacio para el peatón pues un muro cierra la calle a ese lado. Habremos de cruzar, con mucho cuidado, en este lugar, pues ahora la acera empieza a la izquierda


De frente la reconocemos los edificios de lo que es propiamente el casco urbano. Pero aún nos aguarda una buena bajada hasta La Plaza y La Ribera


Como nos pasaba antes, delante de las casas la acera es suficientemente ancha


Luego se estrecha sensiblemente pero caminando de uno en uno es suficiente. No invadamos la calzada bajo ningún pretexto. Los automóviles suelen pasar a cierta velocidad


Estas casas que vienen ahora tienen entrada por aquí y por el otro lado, más abajo, por la calle Agustín Bravo


Los coches aparcados montando algún tramo ancho de acera donde hay casas son la muestra de las dificultades de circulación y aparcamiento a partir de aquí


Desde este lugar, más ancha o más estrecha, podemos decir que vamos a tener siempre acera, pero habrá que estar pendiente del paso de automóviles. Algo más abajo apenas tienen espacio para cruzarse y no pocas veces montan las aceras al pasar


Ahora sí que se forma una larga calle con una continuidad de casas a ambos lados tan característica de Cudillero/ Cuideiru. La calzada serpentea entre ellas perdiendo altura


Nosotros proponemos en esta entrada bajar directamente hacia La Plaza, La Ribera y El Puerto, que es lo que suelen hacer mayoritariamente los visitantes que acceden por aquí al centro urbano. Una vez abajo, en medio del anfiteatro que es la población, se abre un amplio abanico de posibilidades para adentrarse por numerosas callejuelas, subir a los miradores, o recorrer el puerto, especialmente grande


Un poco más allá enlazamos con la citada calle Agustín Bravo, que viene por el valle, y continuamos bajando. Esta parte sería realmente una prolongación hacia el sur del histórico barrio de La Cai, esto es, la calle, donde vivían los vecinos no pescadores, a los que se llamaba caízos. Únicamente los pescadores, que vivían en el entorno del puerto, eran llamados pixuetos, El puerto no era más que meter las barcas a tierra en El Sable (arena) en La Ribera, donde ahora están las terrazas de los bares y que conoceremos al llegar abajo. Esta acción de varar las embarcaciones, sobre todo con temporales se llamaba sobordar.


Enlaza con esta a nuestra izquierda la calle Agustín Bravo, donde como hemos dicho estaba la escuela nacional llamada La Jabonera. A partir de ahí comienza la calle García de la Concha, que antiguamente era denominada en este tramo la calle Príncipe


Existió en tiempos importante rivalidad entre pixuetos y caízos, también llamados terrestres, hasta tal punto que los segundos no podían llevar santos ni estandartes en las procesiones, lo que por entonces era todo un símbolo de pertenencia a una comunidad. Estos caízos tenían oficios artesanos y comerciantes y, unido a los otros estamentos existentes en la Pravia de Allende y Cuarto de las Luiñas que compusieron el actual concejo, daba lugar a una variada composición social, no siempre bien avenida, pues sus ocupaciones y diferentes maneras de vivir, chocaban a veces de forma estrepitosa, con intereses cruzados y distintas formas de pensar y actitud ante la vida, como podemos ver en las  tradiciones, canciones, historias y folklore


Junto con los caízos y pixuetos de la villa habitaban esta tierra los marnuetos, marnuatos o marinuetos, que son los aldeanos de la franja costera; los vaqueiros o pastores trashumantes de las brañas; los xaldos o campesinos del interior no vaqueiros ni trashumantes y también los farriegos, campesinos y pescadores de Oviñana, en el Cabo Vidío. Se juntaban en las fiestas, ferias y mercados, si bien no siempre en son de paz. Los matrimonios entre estamentos estaban muy mal vistos y no solían ser consentidos


En nuestros días este antiguo apartamiento social ha desaparecido, si bien aún con cierta sorna y piquilla vecinal puede oírse alguna conversación con el tema. Esta situación de sociedades estancas ha dado pie a ciertos mitos sobre los orígenes étnicos de cada una de ellas, principalmente los pixuetos y los vaqueiros, en las que incluso redundaron eruditos de cada época, llegando algunas con cierta vitalidad a nuestros días, más o menos divulgadas incluso por los medios de comunicación. De ahí a decir (y publicar) que los vaqueiros "son moros" o que el habla pixueta "es una mezcla de vikingo y bable" (sic) hay un paso


Por ello, y aunque hayan desaparecido aquellas barreras sociales de antaño, no deja de ser erróneo, pese a que se ha extendido grandemente, hablar del concejo pixueto, pues pixuetos son solo una parte de los pobladores, incluso en la misma villa. Así lo expresa el cronista oficial Juan Luis Álvarez del Busto:
"En los medios de comunicación hablan del concejo "pixueto", cuando en realidad tal concejo no existe. Lo que existe es el concejo cudillerense, y dentro de los cudillerenses hay vaqueiros, hay "farriegos", hay "caízos", hay "pixuetos..."

De todas maneras no pocas cosas tenían en común los habitantes del actual concejo, no siempre todas buenas, como el despótico dominio que ejerció sobre ellos y su vida la casa de Omaña, quienes hicieron de la población su sede durante largos siglos 

Aquí a la derecha estuvo la Farmacia Nueva, fundada por Agustín Bravo, que además de farmacéutico fue cronista, alcalde y escritor. Popularmente era conocida como La Farmacia de Roque, por su seudónimo

Tras un periodo de cierto despegue económico y social en los albores de la baja Edad Media, cuando se funda la puebla de Pravia y se establece su extenso alfoz, librándolo en la medida de lo posible de la jurisdicción señorial y del control monacal; las guerras trastamaristas, luchas civiles al trono castellano, hacen que extensos territorios vuelvan a la órbita nobiliaria en pago a las cambiantes fidelidades de los grandes señores feudales, que recuperaron su poder e influencia dada su disposición a participar en el combate y reclutar soldados entre sus súbditos

 Los Omaña, con solar en la comarca leonesa de ese nombre, entraron en Asturias de la mano de los Quiñones, también leoneses, a partir de 1369 Harían la guerra en los puertos lacianiegos y babianos a Alfonso Enríquez, contrincante de Juan II y se asentarían en Cangas. Graves conflictos en León con una parte de sus aliados Quiñones hizo que fuesen centrándose en sus dominios, donde, por compra y donación, por lo general fraudulenta, fueron haciéndose con el control de buena parte de la Asturias occidental, de la cordillera al mar

La razón por la que escogieron esta población para hacer de ella su morada sin duda hay que buscarla en su puerto, que además de pesquero era comercial, y aunque no tenía el alfolí, o el almacén y preceptivo privilegio de comerciar con sal, se sabe esta circulaba de contrabando. Por eso se sabe que ya en 1493 se sabe de la existencia de un baluarte en La Ribera, desde el que, además de controlar el tráfico portuario, un tal Diego de Quirós imponía sus tributos a los habitantes de la por entonces extensa tierra de Pravia. En esa fortaleza, El Palación o El Castiallu, se asentaron los Omaña, que desde un principio ejercieron abusos señoriales que fueron causa de agrias disputas y pleitos. Cuando, ya libres de los Omaña, el concejo de independizó, esta villa y puerto se confirmaron como su capital. Su castiallu fue derribado y en su lugar se construyó el Ayuntamiento, que veremos también al llegar abajo


A nuestra izquierda, el antiguo Cine Mary, diseño del año 1941 del arquitecto Manuel del Busto y Delgado para los empresarios Adolfo y Telesforo Palacios, inaugurado en 1945. Luego estuvo regentado por la Empresa Urbano Cuervo-Arango García-Roves. En 1964 se sabe proyectaba películas los jueves, sábados y domingos. alcanzando en 1967 los 144 días de proyección. Más tarde, ya con la crisis de las salas de cine, pasó a propiedad municipal, habilitándose en él la Casa de Cultura Juan Selgas, con biblioteca y escenario, inaugurada el 20 de junio de 1998, Antes del cine hubo en este lugar una panera, según foto publicada en Cudillero en el recuerdo. Evocación gráfica, de Juan Luis Álvarez del Busto y Tico Medina


Frente al antiguo Cine Mary cruzamos la calle Juan Antonio Bravo, antes de La Industria, donde estaba las fábricas de conservas de Herrero y de Salvadores. Ahora, entre otros, está el Edificio Centro


En su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios, el historiador Luis Antonio Alías dice así:
"Pintoresco, sorprendente, encantador, original... Cudillero ha estado acompañado por adjetivos de este tipo en un intento de transmitir las sensaciones del visitante ante un casco urbano, crecido en el fondo de una hondonada abierta al mar (hay quien deriva su nombre de la palabra "escudilla") que, tras desparramarse ante el puerto, trepa pendiente arriba colgando unas casas sobre otras..."

Si ya en La Cai apreciamos esta estructura de casas que trepan cuesta arriba apoyándose unas sobre otras, esta sensación se incrementará notablemente cuando las veamos desde abajo, en La Ribera, formando un anfiteatro natural a nuestro alrededor y con salida directa al mar


Sobre la etimología del nombre, tanto en base a Cudillero como a Cuideiru se han buscado todo tipo de etimologías, siempre relacionadas con su forma o con el terreno, desde el latín cubitum (codo) a cubitellum (pequeños recodos) o coticulam (lugar de gijarros, como podría ser El Sable o La Ribera antaño). El recitado erudito Agustín Bravo, dentro de los conocimientos y estilo de la época dice así:
"Como casi siempre los etimologistas, no andan muy conformes acerca del origen y significado de la palabra Cudillero. Martínez Marina cree que pueda derivarse de la provenzal codals (guijarro) por los muchos que se encuentran en su playa, No me parece muy fundada la opinión del ilustre ovetense, porque también en muchísimas playas asturianas abundan los guijarros. Otros, guiados únicamente por la fonética, suponen que Cudillero proviene de Escudillero, dando por probable que los primeros pobladores de este pueblo fueran fabricantes de escudillas; pero es muy problemático que tales fabricantes de escudillas tuvieran el humor de establecerse en un paraje deshabitado. Además, la analogía fonética resulta anacrónica a todas luces. No puede ser que del latín scutela (escudilla), se derive inmediatamente Codillero, como ya se nombraba en el siglo XIII (...) más aceptable que todo esto, me parece derivar la palabra Codillero, de codo, codillo (cubitus) expresando así la especial atención topográfica del pueblo; pero no quito ni pongo etimologías y cada cual puede decidirse por la que le parezca mejor"

El filólogo y toponomista Fernando Balbuena, además de aportar más propuestas etimológicas en su pormenorizado estudio sobre la evolución de la palaba, escribe en la revista Lletres Asturianes, escribe:
"El nome del conceyu y de la villa de Cuideiru tien dao que cavilgar a los etimoloxistes -cuándu aficionaos, cuándu llingüistes- desde hai munchu tiempu. Quizabes la molición etimolóxica foi primero un simple apéndiz de la molición xeneral pola villa pixuata, esi requexu d'Asturies del que cuásique tol mundu tuvo o tien dalgo que dicir. Y asina nun ye raro que delantre d'un pueblu de cases qu'agaten monte arriba, de cais emprunes, estrenches y retorcíes que güelen a humedanza y a gates curando nos balcones, d'un pueblu tan vueltu contra la mar que marcaba una raya poco menos qu'intrespasable pa los terrestres, nun ye raro, digo, que delantre d'esi pueblu l'estudiosu más o menos decimonónicu buscare nel aniciu del nome l'étymos lógos, esa pallabra verdadera que pudiere dicir daqué del orixen del pueblu mesmu"

La primera vez que se registra el nombre de Codillero, en 1285, en donación al monasterio de Santa María la Real de Obona, se habla de "un solar en el puerto, donde pudiesen vender su pan, y una cabaña, con su salida al mar"


Por entonces la influencia de los monasterios era absoluta en estos parajes, y a ella sucedería la de los Omaña, de los que dice la Gran Enciclopedia Asturiana (voz Cudillero, tomo 5):
"Algunos de los privilegios que disfrutaban los señores de Omaña eran muy especiales. Nadie podía encender el fuego en sus casas antes que ellos, no se edificaba sin su licencia, elegían el objeto más valioso de la herencia de cada vecino y cobraban un pez por cada lancha que entraba en el puerto"

No es de extrañar que, cuando se vio libre de su yugo, la población creciese considerablemente. Dada la dificultad de hacerlo por el anfiteatro mismo lo hizo sobre todo por La Cai, aprovechando el espacio sobre el río Piñera, que se supone desembocaría en El Sable, si bien su curso original parece ser que no se sabe absolutamente con certeza


El río, que Piñera viene por aquí abajo a nuestra izquierda, es llamado en la villa La Mimosa. Su curso formaría parte de la separación de las zonas de influencia de las parroquias de Piñera y San Juan de Piñera, quienes también se disputaban su cabeza parroquial sobre esta población, tal y como hemos dicho 


Bajo El Costón, plantado de eucaliptos, el Piñera o La Mimosa pasa canalizado y seguidamente irá subterráneo debajo de la montaña para desembocar en el puerto, evitando que las crecidas causasen estragos en las calles y viviendas


En estos lugares, donde se interrumpe línea de casas, estas aprovechan para lucir espléndidas galerías y balcones, orientados al luminoso sur


En esta, mirando a la calle, hay una hornacina con la imagen de un Cristo. Es importante la veneración cristológica en el entorno de la villa y puerto. Las parroquias rivales de San Juan y Santa María de Piñera tienen dos de gran devoción. El Cristo de Piñera, parroquia de Santa María, fue encontrado al decir de la tradición por unos pescadores pixuetos en un sarreo o cala de la cercana Playa la Conchiquina y del que se dice que, allí donde tenía la mano derecha, brotó agua, naciendo La Fonti'l Cristu


Independientemente de la realidad histórica lo cierto es que no fue del todo extraño encontrar figuras religiosas, flotando o encallando, en redes de pescadores o incluso en la costa, en tiempos de las reformas anglicanas en Inglaterra, pues los iconos, por oposición al catolicismo, eran quemados o arrojados al mar, llegando algunos muy lejos. Los pescadores le tuvieron de siempre gran veneración, ofreciéndole votos, rogativas y promesas, principalmente en la fiesta del segundo domingo de agosto, cuando acudían allí andando con sus familias, muchas veces descalzos y con los remos al hombro. Luego se hacía solemne procesión en la que los marineros portaban al Cristo tal y como lo encontraron, de pie. La iglesia de Santa María de Piñera fue además parroquial de la villa de Cudillero/Cuideiru durante casi tres siglos


San Juan de Piñera, como la de Santa María, tiene su particular Cristo, el Cristo de la Bonanza, del que dice la tradición que fue encontrado por unos pescadores pixuetos en medio del mar durante una tormenta. Tan pronto lo cogieron e izaron a su embarcación la galerna amainó, por lo que consideraron era un milagroso prodigio, siendo la imagen llevada a este templo de San Juan, donde se hicieron sus devotos, fundando la cofradía del Cristo que sería llamado de la Bonanza, con importante rivalidad en tiempos con la del Cristo de Santa María de Piñera


En la tradición se vislumbran los enfrentamientos de las dos parroquias por su hegemonía religioso-administrativa sobre el puerto de Cudillero/Cuideiru, la cual habría de cesar, en parte al menos, con la constitución de la población pesquera como parroquia, con la construcción de su propia iglesia, dedicada a San Pedro, patrón de los pescadores, en el siglo XVI


La Mimosa y su canalización, cuando el valle se hace estrecho barranco al pie de El Costón, en Laniello, donde el río La Mimosa pasa ya canalizado 


Vemos algunas casas unifamiliares asomadas a la ribera. Más allá se han hecho bloques de pisos, como el del edificio Virgen de Covadonga, donde las antiguas conserveras. En el monte estaba La Casa'l Fuego, donde se prendían hogueras para orientar a los barcos, antes de la construcción del faro


Reconocemos también la parte posterior del Edificio Centro. Son las casas que al otro lado miran a la calle Juan Antonio Bravo


En el año 1983 la villa fue declarada Área de Rehabilitación Integrada, lo que favoreció la restauración de las casas y el arreglo de calles y otros edificios y construcciones notables. Así lo publicaba para El País el corresponsal José Luis Vaquero a fecha 10 de enero de ese año:
"Una próxima orden ministerial declarará a Cudillero, la villa asturiana con perfil más marinero, área de rehabilitación integrada, dentro de la campaña para el renacimiento de la ciudad promovida por el Consejo de Europa. El Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) ha puesto en marcha un plan sobre varias localidades españolas dentro de una operación piloto dirigida a mejorar la calidad de la vida local con aspectos rehabilitadores de su patrimonio arquitectónico.
El estudio relativo a Cudillero recoge la evolución histórica de la villa desde su nacimiento, junto con aspectos sociales y económicos de Cudillero y, de manera fundamental, un análisis detallado, urbanístico y arquitectónico de cada uno de los edificios de la capital del concejo pixueto. Un equipo multidisciplinar coordinado por el arquitecto asturiano Efrén García Fernández ha realizado este trabajo. La operación rehabilitadora, a la que sirve de base el estudio, busca la conservación de los elementos ambientales propios de esta población marinera, la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes y la creación de unas nuevas bases de productividad y desarrollo económico. La declaración de área de rehabilitación integral lleva aparejada la concesión de créditos, en condiciones muy favorables, a los propietarios de los edificios para realizar las obras recomendadas 
Las casas de Cudillero, villa que tiene cerca de 2.500 habitantes, son pequeñas. Magín Berenguer destaca el particular encanto de este pueblo, capital del municipio, "por la original distribución de su casco urbano, en el que los edificios, escalonados por la superficie de una fuerte pendiente, se agolpan unos sobre otros, atropelladamente, para remansar en la parte baja, donde se reúnen alrededor de la plaza del Ayuntamiento, la iglesia y el puerto". 
Los autores del proyecto de rehabilitación integrada de Cudillero afirman que "el efecto logrado por los constructores de estas obras, guiados por un aguzado sentido de adaptación a las peculiaridades del lugar, para aprovechar todas las ventajas del emplazamiento, forma una agrupación muy estimada por los espíritus sensibles de nuestro tiempo, al que se atribuye un elevado valor cultural. Posiblemente", agregan, "en ningún lugar de Asturias sea más acusado el contraste entre las necesidades de conservar una muestra urbanística sobresaliente y las aspiraciones a mejorar las condiciones de vida íntima y social de sus habitantes y, por tanto, donde está más justificada la conveniencia de establecer un equilibrio entre ambas exigencias a través de un marco institucional adecuado". 
El proyecto de rehabilitación del casco antiguo de Cudillero, cuya importancia cultural reside en la calidad de la agrupación de edificios modestos, se realizó en cuatro fases y contiene las propuestas de actuación, que se formulan en los cuatro niveles de estudio y para distintos plazos temporales, diferenciando las que corresponden al ámbito político, administrativo y al de la iniciativa privada. El grado de transformación apreciado en el conjunto y en cada unidad aconsejó a los autores a proponer una estrategia tradicional basada en la financiación de las infraestructuras y servicios por parte de la comunidad y en el establecimiento de estímulos a la iniciativa privada para subsanar las deficiencias tecnológicas proporcionadas al grado de interés estético y ambiental de cada unidad.

Seguimos avanzando por el largo barrio de La Cai, el de los caízos, los vecinos no pescadores, siempre en bajada. Esta parte era antes la calle Sagunto, según leemos en Cudillero en el recuerdo. Evocación gráfica, del cronista Juan Luis Álvarez del Busto y el famoso periodista enamorado del lugar, Tico Medina


Por su parete, en Un día para descubrir Cudillero, de Eternomade, hallamos esta bella descripción de lo que sería un recorrido bastante parecido al nuestro hasta llegar aquí:
"El pueblo tiene ritmo de lo que es. De un pueblo que durante el año no tiene más de 2.000 habitantes que se verán multiplicados en periodo de vacaciones, cuando los urbanitas de muchos lugares vengan a buscar reposo a este hermoso rincón marinero que descansa sobre las laderas de la montaña con un puerto pesquero relevante aunque ya no sea lo que fue".

Si bien ya nos hemos adentrado bastante en la población, aún hemos visto muy poco de ella, así lo plasman también en el citado artículo:
"En esta primera inmersión, no hay mucho que destacar en el camino. Edificios de viviendas. Comercios. Bares. Gente que va y viene. Al fondo de la calle por la que bajamos distinguimos el albergue-hostal donde haremos noche: Alver. Está pintado de azul y en la puerta se aparca una bicicleta que decora la fachada y da la bienvenida. Una pareja con un niño nos saluda. Son los dueños. La madre y el pequeño se van. Nos quedamos con él. Un inglés con toda la pinta y un acento que lo delata nos da todas las explicaciones. Dónde pasear. Qué ver. Dónde comer. Cómo recorrer el pueblo que se ordena en pisos de escaleras que distribuyen las casas que se han construido en la ladera de la montaña. El inglés lleva ya unos cuantos años por aquí. Vino. Se fue. Y volvió. Para quedarse. Y nos habla como un local que sugiere al visitante el paseo que debe hacer para atrapar el encanto de su pueblo".

Y esta es la Pensión Alver, pintada de azul, edificio construido en 1942 y catalogado como edificio histórico dadas sus características arquitectónicas tanto al exterior como al interior. En la fachada ventanas, puertas y balcón se inspiran en el art decó y otros estilo de la época, según leemos en su página web: 
"En el interior, su extraordinario conjunto de escaleras muy bien conservadas de madera autóctona de castaño y la barandilla que las acompañan con los balaustres en diferentes motivos todos ellos tallados a mano. En los descansillos se puede contemplar el piso de madera original y los magníficos tablones que los forman"

Seguidamente la residencia Casa del Mar, fundada en 2015


Aquí estuvo la antigua Casa Rectoral, al menos en 1914, según el citado libro Cudillero en el recuerdo. Evocación gráfica


El peregrino o viajero que haya escuchado o leído algo de Cudillero/ Cuideiru sin duda está esperando el ambiente marinero y pescador que narran la mayor parte de las guías, libros y relatos, sin embargo este, ya muy sustituido en realidad por el turístico-gastronómico que sin duda impera en la actualidad, no llegará hasta asomarnos al mismo muelle. De la rivalidad entre La Cai de los caízos y el barrio de pescadores cuentan numerosos dichos y leyendas, que vayamos a saber si son verdad o no. Una de ellas era que los caízos solo compraban a los pixuetos el pescado más barato, caballa o xarda y chicharro


Respecto a los pixuetos, dada su idiosincrasia, se les ha buscado, como a otros pueblos de vida y actividades diferenciadas con las del entorno, un origen foráneo, cobrando especial relevancia, gracias al cine y series épicas, una pretendida ascendencia vikinga-normanda, cuando no hay, en contra de lo que a veces puede llegar a leerse, ninguna evidencia documental, arqueológica, lingüística ni de ningún tipo


Otra cosa es que, como en otros puertos, la mayor parte de las localidades marineras cantábricas sin duda, el trasiego de gentes era más rápido (y muchas veces seguro pese a galernas y temporales) y eran normal los asentamientos de gentes que, siguiendo la pesca y el comercio de cabotaje, procediesen de puertos a veces muy distantes, emparentando e integrándose con la población local.: vascos (balleneros vizcaínos principalmente), aquitanos, bretones, irlandeses, etc., cuya relación con estas costas podría sumirse en la noche delos tiempos 


Y cierto es también que entre pescadores y marineros hay muchas cosas comunes que, independientemente de la distancia que los separa, pueden tener más relación dada su forma de vida, que con sus vecinos terrestres más inmediatos. Más aún en marinas de tan difícil orografía como la del occidente astur. Tanto es así, recordemos, que viajeros, incluyendo peregrinos, con posibles, procuraban eludir los pasos terrestres y embarcarse


Por ejemplo, en el año 1502, la idea del noble flamenco Antoine de Lalaing, del que tanto hablamos en estas entradas de blog, era embarcarse con sus compañeros en Avilés para desembarcar en A Coruña y de allí continuar a Santiago de Compostela. Pero, no siendo propicios los vientos, hubieron de continuar por tierra siguiendo el Camín Real de la Costa, eso sí, viniendo a comer a Cudillero/ Cuideiru


Esto nos indica que, ya empezando la centuria del 1500, era común bajar a esta población, no ya a dormir como escala de viaje sino a comer, aunque tampoco sería imposible descartar que, conocedores de la importancia del puerto, también hubiesen buscado manera de embarcar. No olvidemos que en esa misma centuria, unas décadas después, marineros pixuatos o pixuetos participaron con Pedro Menéndez de Avilés en la conquista de La Florida, y que los festejos a su regreso pudieron ser el origen del famoso pregón de L'Amuravela, que se recita el 29 de junio, la gran fiesta del patrón local San Pedro, en La Ribera (fiestas de San Pedro, San Pablo y San Pablín)


La población, por entonces, ya se habría configurado como un enclave portuario de mucho interés, muestra de ello puede ser que el contrabando de sal que aquí se efectuaba, preciada mercancía cuyo solicitado alfolí no consiguió, había motivado las protestas del mismo puerto de Avilés dos veces casi seguidas, en 1488 y en 1490. Es decir, no mucho antes de la peregrinación de Lalaing


¿Existiría ya por entonces el hospital de peregrinos de Cudillero/Cuideiru atrayendo a los romeros a la población desde el camín real costero?. No existe documentación de él hasta el siglo XVIII pero no sería extraño, pues disponían de él casi todas las poblaciones de cierta relevancia sitas en los caminos jacobitas o en sus inmediaciones. Lo que sí sabemos es que estaría aquí, al lado del que se tiene por edificio más antiguo de Cudillero/Cuideiru, la capilla del Humilladero (a la izquierda de la foto tras la cruz dela farmacia), del siglo XIII, que por entonces se hallaba a lo que era el comienzo de la población


Aquí está además la Fuente Campillo o Fonti Campillu, otra de las antiguas fuentes que suministraban agua en los diferentes barrios y lugares de la villa, de las que llegó a ahber más de una docena. Algunas aún se conservan, como esta, que ha sido restaurada


La capilla del Humilladero, al lado de la que, insistimos, estuvo el hospital de acogida de peregrinos, es de estilo gótico, fu construidas a expensas del Gremio de Mareantes, lo que delata su importancia ya en la baja Edad Media, y a ella se acudía en momentos de necesidad y sobre todo de tempestades, para rogar por los pescadores que faenaban en el mar. También estos a su regreso, sobre todo si habían tenido penalidades y peripecias, la visitaban. Era además solar de conceyos vecinales o asambleas abiertas para tratar de asuntos de Derecho y Bien Común.


Su estructura de contrafuertes evidencia su fábrica de estilo gótico. Su origen, nos dice Luis Antonio Alías en El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios, fue una cruz de piedra o humilladero "ante el que oraban los transeúntes, costumbre heredada de los Lares Viales paganos y uno de los símbolos visuales delas peregrinaciones"


Los arcos exteriores son  recientes, no así los interiores, que vamos a ver ahora, pues suele estar abierta y es una buena oportunidad para visitarla


A la capilla, un poco elevada sobre la rúa, accedemos por esta rampa, que da vista a una bella plaza...


Es la calle Doctor Fleming, cuya explanada pudo ser el antiguo campillo aquí existente. Son viviendas sociales construidas en la década de 1970 en una de las antiguas fábricas conserveras aquí existente. Yo de diferentes colores siguiendo la tradición pixueta, en la que los pescadores aprovechaban la pintura sobrante de pintar las barcas para pintar la fachada. de ahí la variedad colorista que conjuga muy bien con los bancos arco-iris. Son por ello llamadas Las Casas de Colores


Al otro lado el río La Mimosa pasa subterráneo hacia el puerto por un túnel con un pasillo iluminado que puede seguirse hasta el puerto. Se dice que antiguamente los pescadores subían por aquí el pescado de forma directa, sin tener que atravesar la población, a las antiguas conserveras, En este lugar estaba también el huerto del benefactor D. Bernardo García-Rovés Ordóñez, fundador de dos centros de enseñanza, el Colegio de Monjas Francesas de la Providencia y el San Dionisio


En lo concerniente al antiguo hospital de peregrinos, sabemos por su relato que en él durmió el 14 de noviembre de 1726 el peregrino y sastre picardo Guillaume Manier, llamando a la villa Condidierre: "ciudad situada sobre la pendiente de una montaña, donde dormimos en el hospital, en buenas camas"


Del hospital hablan también los autores, coordinados por la catedrática María Josefa Sanz, del libro El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa
"El mencionado establecimiento, denominado de Santiago, aún acogía peregrinos en los primeros años del siglo XIX, según reflejan los Papeles de Martínez Marina (sacerdote, historiador y filólogo). Estaba pegado a la derecha del río junto a la capilla del Humilladero y cercano a la fuente del campillo"

A la entrada de la capilla hay un pequeño rellano. En la pared al lado de la portada de la misma vemos un monolito y una placa con dedicatoria


Son las niñas Amets y Sara, cruelmente asesinadas en 2014. Este homenaje se realizó en el año 2020, publicando la corresponsal Mariola Riera esta crónica para La Nueva España, publicada el25 de noviembre:
"Cudillero se ha sumado este miércoles al Día mundial contra la violencia de género con un homenaje a Amets y Sara, las niñas asesinadas por su padre el 27 de noviembre de 2014, una tragedia de la que se cumplen seis años. Su madre, Bárbara García, es natural del concejo y en el mismo han querido tener un gesto con ella que contribuya a mantener viva la memoria de sus dos hijas (que ahora tendrían 15 y 13 años). Es este uno de los principales anhelos de García
"En recuerdo a Amets y Sara del pueblo de Cudillero", reza en el monolito, colocado junto a la capilla del Humilladero, en plena travesía de la villa pixueta. "Poco más se puede hacer. Es un gesto. Faltaría más", ha dicho el alcalde, Carlos Valle. 
Las pequeñas vivían con su madre en Soto del Barco, donde aún esta reside. Su padre las mató a golpes en su domicilio de San Juan de la Arena durante una de las tardes en las que el juzgado había fijado el encuentro con las niñas, pues la pareja llevaba años separada. En la capital del concejo, Soto, en el parque que solían jugar Amets y Sara, cerca de la escuela a la que iban y a escasos metros de su casa se colocó también un monolito en recuerdo de ambas"

La capilla, sensiblemente reformada, es de planta cuadrada. Sus grandes arcos están cerrados por buenas cristaleras, esta es la puerta de acceso


En el altar está la imagen del Cristo del Humilladero, del siglo XV o XVI y también del tan prolongado estilo gótico, que prevaleció en Asturias varias centurias. Otra de las advocaciones cristológicas de la población y sus antiguas parroquias-madre de Piñera y San Juan de Piñera


El Cristo, como la capilla fue restaurado en el año 2000, cuando le quitan hasta nueve capas de pintura de lancha, que era la forma más efectiva que hubo para conservarlo y se supone que, rehabilitada, esta sería su policromía original


No hemos de olvidar que en esta villa marinera se filmó en 1970 la famosa película El Cristo del Océano, cuya sinopsis extraemos de El Mundo Televisión:
"Pedrito, un niño huérfano, ha vivido toda su infancia junto a un pescador que le recogió y le trató como si fuera su propio hijo. Pero un día, el pescador pierde la vida en el mar. Pedrito no pierde la esperanza de que regrese, y continúa esperando. Al pueblo llega esos días un desconocido que se llama Manuel y también aparece una imagen de Cristo, flotando sobre las olas. Cinta que promueve a través de una tierna historia valores católicos de amor, fe y esperanza. Indicada para toda la familia, ''El Cristo del Océano'' es una producción italiana, mexicana y española, aunque fue rodada en el norte de este último, concretamente en Cudillero y Luarca, Asturias. Además, es una adaptación de un cuento con el mismo título del escritor francés Anatole France. La adaptación a la gran pantalla estuvo a cargo, entre otros, de Miguel Oliveros (''Los amores de Don Juan''), que bajo el pseudónimo de Keith Luger realizó guiones para varias películas en los años 70 y entró en la mayoría de los hogares españoles con sus más de 500 novelas del oeste"

En esta parte interior sería donde se conservaría mejor la original fábrica gótica del santuario en el que, en ciertas guías, se dice que era donde además pasaban los reos la noche en capilla, antes de ser ejecutados

Estos arcos salieron al descubierto en la gran restauración del año 2000, pues habían sido cubiertos a consecuencia de antiguas reparaciones

En los arcos y sus detalles se conservan restos aún de la vieja policromía

También arriba, en la bóveda enervada, se han localizado señales de antiguas pinturas


Y, ya conocido el edificio más antiguo de Cudillero, salimos por donde hemos entrado


Admiramos de paso el interior del precioso arco gótico de la portada de acceso


Y por las escaleras bajamos de nuevo a la calle, aquí calle Suárez Inclán, por donde prosigue la bajada a La Ribera. Por los Libros Sacramentales de Difuntos se sabe de peregrinos que fallecieron en Cudillero/Cuideiru, algunos en este mismo hospital. Las peregrinaciones no eran, incluso en centuria tan avanzada como la dieciochesca, ni una excursión ni un viaje de placer, los romeros enfermaban frecuentemente, esfuerzos, mal descanso, mala alimentación, muchos meses, a veces años, en los caminos, fiebres, pestes, malas aguas y un sinfín de sinsabores podían aguardar en las viejas sendas. 


Aunque los hospitales de peregrinos eran sus centros asistenciales y de acogida, los conocimientos y medios médicos, empezando por la misma higiene, aún no eran los de hoy en día, ni mucho menos, sin contar con la misma seguridad de las rutas. Por ello el Camino se consideraba una verdadera penitencia, a veces estipulada incluso como tal, para purgar ciertos delitos. Son especialmente curiosos los casos de peregrinación por huir de acreedores reclamando deudas, como fue mismamente el caso de Guillaume Manier, o por vivir aventuras, si bien para ello, además de los peligros mencionados, había de pasarse por lugares despoblados, o con forajidos, países en guerra, con riesgo, además de los combates, a ser tomado como espía


De esta manera se sabe de un tal Tomás Herrero, palentino de Baquerín de Campos, muerto aqií en 1715; de un "pobre que iba en romería a Santiago" llamado Pedro y "francés de nación", fallecido en 1746. En 1752 fallecía en este hospital otro francés, Sylvaion Aucoutier, natural de Mont Luçon y en 1754 un italiano, Silbestre Canagnoli, "peregrtino". Los entierros de peregrinos solían ser solemnes y estaba a su cargo la cogradía de la Misericordia


No deja de ser llamativo que, como antaño estaba aquí el hospital de peregrinos, ahora hay una pensión, Campillo, pegada a la capilla del Humilladero


Enfrente, donde ahora hay un edificio en chaflán, había antaño un solar. Un poco más atrás estuvo la fábrica de conservas La Industrial. Las conserveras fueron, a partir del siglo XIX, una muy importante industria en la mayoría de los puertos asturianos. Solían en ellas trabajar mujeres, limpiando, enlatando, escabechando, etc. lo que dio lugar a toda una cultura femenina en torno a este oficio. En el libro Iconografía femenina en la industria conservera del pescado en Asturias del Museo Nicanor Piñole  leemos:
"En el segundo cuarto del siglo xix Asturias se erige pionera nacional en la fabricación de conservas alimenticias utilizando el método de esterilización mediante calor inventado por el confitero francés Nicolás Appert. Los productos elaborados (carnes, vegetales y sobre todo pescados), eran envasados herméticamente en botellas de vidrio y en recipientes de hojalata, y comercializados principalmente en los territorios de ultramar. Sin embargo, aún habría que esperar hasta las décadas finales del siglo para garantizar su definitiva consolidación, tras la entrada en vigor de una serie de medidas liberalizadoras que abrieron el camino a la industrialización. A partir de entonces, en la mayoría de los pueblos pesqueros asturianos comienzan a instalarse modernas fábricas de conservas enlatadas que sustituyen a las antiguas bodegas de escabeches y salazones, establecimientos que se nutrirían, para realizar sus principales tareas, de personal formado fundamentalmente por mujeres"

El trabajo de la mujer en las conserveras comenzaba casi de niñas y era temporal, dependiendo  de las costeras efectuadas por los pescadores de cada puerto:
"En Asturias, durante buena parte del siglo XX, las dos principales costeras de pesca que sustentaron a la industria conservera fueron la del bocarte en los meses de primavera y la del bonito, que duraba desde junio hasta septiembre. Así, los fabricantes se sirvieron de un trabajo femenino ocupado en puestos no cualificados de labores auxiliares de la pesca, pero sin mejores alternativas de empleo asalariado que las de entrar en las conserveras durante las costeras, consiguiendo mano de obra barata y adaptable tanto a la estacionalidad de la pesca como a la premura de su procesado"

En la mayor parte de las fábricas las trabajadoras superaban el 80% del total y contaba con su propio organigrama:

"Había una encargada general que supervisaba las distintas labores y fases del proceso productivo; otras mujeres se ocupaban de descabezar, eviscerar y manipular la pesca que entraba en la factoría; también estaban las empacadoras, que realizaban con gran destreza y habilidad la principal labor para la buena presentación y venta del producto, el empacado del pescado en las latas; las cebadoras rellenaban las latas con aceite, escabeche o salsas elaboradas por las cocineras; el proceso finalizaba con las encargadas del almacenamiento y preparación de las conservas para su expedición y venta. La diferencia salarial y la escasa valoración social del trabajo femenino en la industria conservera se mantuvo durante gran parte del siglo xx. Desde la década de 1920 en la que se implanta la jornada laboral de ocho horas y cuarenta y ocho semanales, el salario diario femenino, que se cobraba los sábados de cada semana, iría experimentando una lenta mejoría con el paso de los años 

En el oficio de la mujer conservera también conviene destacar el papel fundamental desarrollado con su aportación a mejorar los precarios niveles de vida de sus familias en los puertos pesqueros" 



Llegamos ahora a esta preciosa plazoleta, que descongestiona la angostura de La Cai, ofreciendo a caminantes y paseantes un bello lugar para unos plácidos instantes de reposo


Su explanada fue ampliada a derribarse un viejo edificio en ruinas que estaba en este solar, también engalanado con estos coloristas bancos arco-iris


El secular problema de los edificios en mal estado en el casco histórico, común a tantas poblaciones, hubo de ser abordado con un plan especial en el año 2019


Seguimos bajando por la calle Suárez Inclán, formada por una línea de casas a cada lado que tienen detrás las laderas del barranco formado por el antiguo curso del río. Es la Cuesta los Guaítos. El río antaño pasaba antaño a la derecha y separaba los barrios caízo y pixueto. Un molino servía de referencia



Lo cierto es que la llegada a La Ribera, Plaza de la Marina, y al puerto, parece hacerse esperar, pero paso a paso nos adentramos en el tipismo urbano de La Cai


A la derecha el edificio de la antigua Cofradía de Pescadores y otras dependencias sociales y recreativas. Ahora hay bar y otras tiendas y comercios


Es llamativo que, dada la trascendencia de su puerto y barrio de pescadores, muchas guías y artículos obvian o pasan de largo La Cai, o le dedican un muy breve comentario dentro del contexto de la capilla del Humilladero, saltando incluso a veces del muelle a El Pitu sin fijarse por lo general mayormente en esta larga calle que también conforma la esencia de la población


La calle es escenario del paso de las procesiones de San Pablo y San Pablín, también de las de Semana Santa, fiestas y desfiles. También se sale por aquí a la gran gira o comida campestre de la romería de Santa Ana de Montarés en julio, fiesta por excelencia de todo el concejo



Especial animación vivió también esta calle con motivo de la visita del Alcalde de la ciudad de San Agustín en La Florida, el 28 de marzo de 1963, a cuya conquista fueron 1565 los marinos pixuetos del barco Espíritu Santo, acompañando la expedición de Pedro Menéndez de Avilés


La variedad cromática de las fachadas no es solo del barrio de pescadores, al que aún no hemos llegado, sino también en La Cai


Incluso en una misma fachada pueden verse variedad de colores y filigranas


Llega ahora una curva muy pronunciada a la izquierda, donde las aceras volverán a estrecharse


Casas de vecindad, no pocas con trazas clásicas de finales del siglo XIX y principios del XX


Juan de Llano Ponte, Juan de las Carreteras, erudito decimonónico preocupado al máximo por la red viaria asturiana, de ahí su apodo, escribe en sus Impresiones de viaje (Por Occidente), publicadas en 1864:
"Arrimado a dos colinas, una frente a otra, formando una herraduram empiezan a nacer sus casas en la hondonada por donde sale el río, siendo tan estrecho el valle en algunos puntos que ha sido preciso fundar los edificios sobre los puentes"

Hacemos hincapié en que el río ya no pasa por aquí, pero la angostura del valle se revela en el crecimiento de las casas hacia lo alto, a veces como aquí formando robustos bloques


Gran parte de las casas de La Cai parecen haber sido construidas cuando Cudillero/Cuideiru ya era capital de un concejo independiente, desgajado de Pravia y del poder local de los Omaña, un momento de gran despegue social y económico gracias a sus pesquerías


El camino empieza a llanear en lo que será ya el tramo final hacia La Plaza, La Ribera y el puerto


La calle fue en este trecho llamada Lepanto, en recuerdo a la participación de marineros pixuetos en esa batalla. Las ofrendas o ex-votos de los mismos en santuarios como el de Santa Ana de Montarés fueron llamados a partir de entonces también lepantos


Algunas fachadas son lisas, otras presentan detalles y filigranas, Salvo las urbanizaciones como las que vimos en los solares de las antiguas conserveras, podemos decir que no hay dos edificios iguales


Además de procesiones y desfiles, en esta calle se colocaban antiguamente los grandes arcos florales de bienvenida con aquel viejo lema... "Cudillero a los forasteros"


Hermosos y luminosos balcones galería, en este edificio que mira a la Plaza de Evaristo Feito, a nuestra derecha


La plaza, pequeña pero coqueta, ha sido rehabilitada dentro de los trabajos de recuperación del casco histórico, pues había sido destinada a aparcamiento


En medio hay una farola isabelina, y un par de bancos. Luego, en el muro lateral de una casa, unas redes de pesca decorativas parecen señalar que ya estamos muy cerca del puerto. Poco a poco vamos encontrando elementos que nos adentran en el ambiente marinero tan característico de esta villa


Aunque los tradicionales trabajos de arreglo y mantenimiento de redes, apareyos, lanchas, cajas de pescado y demás enseres de la pesca puede decirse que han desaparecido de las calles de Cudillero/Cuideiru (estos se han trasladado a las actuales instalaciones portuarias), las fotos de época de gentes realizando estas labores en La Ribera y otros lugares marcan una impronta en la idiosincrasia local, sin duda las veremos en muchos establecimientos hosteleros, plasmando la identidad de la población


En base a esa identidad se ha tejido, además de redes, un rico folklore marinero, siendo una de sus muestras más peculiares El Perlindango. Así lo definen en Andando por mi Asturias:
"Danza típica marinera de la villa pixueta Cudillero. El perlindango es, una especie, de giraldilla lenta , la bailaban ,casi siempre, las mujeres viejas y sus coplas suelen ser, un tanto, atrevidas. Bailan agarrados mientras dura la estrofa, formando una rueda que gira hacia la derecha, soltándose al cantar el estribillo para coger el delantal y moverlo hacia los lados alternativamente.
Perlindango, andango
perlindango,andango,
¡digo!
esti perlindango, andango, andango
andango,andango
troúxulu el mióu Mingo
esti perlindango,andango, andango
andango,andango
troúxulu el mióu Mingo"



La plaza esta dedicada a D. Evaristo Feito, sacerdote que fue coadjutor de esta parroquia durante nada menos que 58 años. Desde aquí una escalera puede llevarnos a Salsipuedes y La Reguera, calles de San José, Ríofrío, Cimadevilla... muchos rincones de la esencia pixueta, en ruta a El Picu, uno de los varios miradores existentes sobre la población y el puerto, en Tolombréu de Baxo, por donde vendría el antiguo camín real, en parte desaparecido y en parte comido por la maleza


Esta el la placa que recuerda a D. Evaristo Feito, cuyo nombre fue puesto a este lugar, guardando su memoria


A partir de ahora, las calles adyacentes, transversales a izquierda y derecha, pueden llevarnos a muy bellos rincones a descubrir. Nosotros, pensando como hemos dicho en los peregrinos que po rlo general no tendrán más de una tarde o media para realizar su visita, vamos a continuar por La Cai, la calle Suárez Inclán, la gran arteria y espina dorsal del callejero cudillerense, directos al puerto y el mar


Calle que ya es prácticamente llana y así lo será ya hasta La Plaza y La Ribera


Una de las antiguas viviendas caízas, o pixuetas, aún pendiente de restaurar


Excelente trabajo detalle en madera para el balcón


Al llegar al Hotel Isabel la calle aquí se ensancha


Hemos llegado a La Plazoleta, actual parada de taxis, donde antiguamente un muro separaba la calle del río


Además de los taxis está el aparcamiento para inválidos antes radicado en la Plaza de Evaristo Feito


Hay en La Plazoleta bares y terrazas. Aquí estuvo la Escuela Práctica de San Dionisio, fundada por Bernardo García-Rovés Ordóñez, quien también fundó el Colegio de Monjas Francesas de La Providencia


Ciertamente, pasando La Plazoleta, la calle es algo más ancha y ya vemos al fondo los edificios del entrono de La Plaza, asomando mismamente los de El Contorno, un poco más arriba


Pero siempre ansiando espacio, las viviendas se columpian también sobre la calle, formando esta especie de soportales sin arcos ni columnas a la izquierda


Si bien a lo largo de toda esta larga travesía hemos visto tiendas y bares, la zona más comercial se concentra sobre todo a partir de aquí. Destacan, además de las de ultramarinos, las tiendas de recuerdos y artesanía local


A la derecha por ejemplo, el edificio de un establecimiento emblemático, el de la Relojería Ceballos, fundada en 2007 en el bajo que antes ocuparon otros negocios. Sin duda está pendiente una historia pormenorizada del comercio cudillerense, que tal vez algún día pueda ser contada  


Hay grandes casas de vecindad, como esta, otras son altas y estrechas, como las de los pescadores pixuetos o los comerciantes caízos que tenían abajo su comercio o taller


Varias han sido seriamente reformadas o construidas de nuevo. Tal vez estemoa en la zona más transformada de toda la población


Aquí estaba La Lola, célebre restaurante de Verónica y Vicente Pardo, quienes escribían así con motivo de su jubilación el 26 de enero de 2021:
"Estimad@s amig@s tras diez años dia a dia, con todos vosotros nos ha llegado el momento de la ansiada Jubilación del mejor patron del mundo. Este fin de semana será el último de La Lola Cudillero y nos encantaría pasarlo contigo. 
Muchísimas gracias a todos los que habéis compartido tantos momentos con nosotros y nos habéis ayudado a llegar a aquí.Siempre estaréis en nuestro corazones pero ahora nos toca disfrutar a nosotros. 
Muchísimas gracias y seguimos viéndonos por Cudillero. 
Verónica Pardo y Vicente Pardo"

Un poco más adelante hay otro célebre restaurante, El Patrón, que en su nombre porta los antiguos patrones de las lanchas de pesca


A la derecha, Marejada, artesanía pixueta. Y de frente ya La Plaza, la Plaza de San Pedro, el campo de la iglesia, el corazón de la villa junto con la Plaza de la Marina, La Ribera, El Sable, que llega a continuación


A la derecha La Casina, vivienda porticada


Esta es una foto más reciente, con La Casina reformada, pues ahora es restaurante. Es otro de los accesos a Salsipuedes, La Reguera, Cimadevilla, El Picu


Ya nos acercamos a la iglesia parroquial de San Pedro, santo pescador. Es llamada popularmente La Catedralina y sus obras comenzaron en el año 1553 para terminarse en 1569. Era un momento en el que el vecindario del puerto ansiaba desprenderse del control de algunos estamentos, como la poderosa Casa de Omaña, las parroquias de San Juan y Santa María de Piñera, que se disputaban el control de la localidad (el ríoera la frontera), la cual prosperaba con su puerto pesquero y mandaba marineros a las flotas de ultramar, y también del dominio del extenso concejo de Pravia, que por aquel entonces abarcaba estas tierras de la denominada Pravia de Allende. No obstante en lo eclesiástico San Pedro sería hijuela de San Juan de Piñera hasta 1892, pero socialmente constituiría un germen de unidad de la población. La Catedralina tuvo un coste de más de 3.000 ducados pagados principalmente por los propios vecinos, que en aquel entonces eran unos 160, bajo los auspicios del Gremio de Mareantes

No olvidemos que en Asturias, al igual que en Galicia, la parroquia en el sentido tradicional del término agrupa en lo eclesiástico pero también en lo civil a los habitantes de un sitio atendiendo a sus características históricas y familiares. Aunque aparecen documentalmente en la Edad Media su origen está sin duda en la administración romana de la gens sustentada a su vez en estructuras indígenas de agrupaciones suprafamiliares ancestrales. Por ello, los cambios territoriales y la aparición de nuevas parroquias a lo largo del tiempo constituyen una auténtica reagrupación que pone al día la administración de las relaciones humanas y su regulación en un espacio definido.


Justo antes de la iglesia, en un edificio protegido de gran balconada y galería, construido en 1917, está el comercio Arte y Mar, dedicado a artesanía, productos náuticos, recuerdos... fundado por Julia Marqués, cuya biografía y la historia de su negocio, que extraemos de la propia página, plasma también el paso de la población de villa pesquera a enclave turístico:
"Julia Marqués es una persona muy conocida en la villa pixueta, vinculada a un negocio familiar de hostelería situado en la Plaza de la Marina. En 1981 decide iniciar su actividad en el comercio, en una pequeña tienda de venta de artículos de deporte bautizada como La Marina. 
Poco a poco, la actividad pesquera, principal fuente de recursos de los habitantes del pueblo, fue decayendo de manera inexorable, llevando al pueblo de Cudillero a buscar nuevas formas para revitalizar la zona, siendo el turismo su más firme apuesta. 
En el año 1988 deciden reconvertir la actividad de la tienda hacia artículos típicos de calidad, recuerdos y regalos, artesanía asturiana, prendas y decoración de inspiración náutica, etc. 
En 2001 adquieren una emblemática construcción de 1917 situada en la Plaza San Pedro y catalogada de Protección Monumental. Nace así Arte y Mar, heredando toda la tradición y experiencia atesoradas, y especializándose en tres variedades de productos: náuticos, artesanía y gourmet. 
Y fruto de este reto asumido, en 2004 se inaugura una nueva tienda, Casa Julia, de inspiración más clásica y dedicada igualmente a productos náuticos, artesanía y gourmet. 
En el año 2006 asume, junto con su hijo Carlos Arias, un nuevo reto. En un esfuerzo por posicionar a Cudillero en un escenario de calidad, acometen una personal e imaginativa rehabilitación del insigne edificio de la Plaza de San Pedro. 
Para ello cuentan con un profesional de prestigio en el interiorismo y la decoración, José Díaz, y con un colaborador de lujo, el maestro artesano de la madera Bernardo Galdo. Juntos recrean sugerentes atmósferas, combinando actualidad y tradición y utilizando materiales nobles como la madera de castaño maciza, con bellas policromías incrustadas en la madera y realizadas de una forma totalmente tradicional. 
Fue, sin duda, un gran paso, que a día de hoy es motivo de gran orgullo y reafirma la confianza en el pueblo y las gentes de Cudillero, así como en sus posibilidades en el sector turístico, no sólo de ámbito nacional, sino internacional, pues cada día son más los visitantes que desde todos los rincones visitan esta hermosa villa"

La iglesia por su parte se hizo siguiendo un gusto gótico muy  arcaizante para un momento en el que triunfaban desde hacía mucho en otros lugares las líneas renacentistas. La obra estuvo a cargo del maestro Pedro de Orna siguiendo las directrices de Juan de Cerecedo, exponente de una prestigiosa saga de arquitectos de la época. Tuvo diferentes reformas posteriormente que no afectaron demasiado a su estructura gótica original. De ella escribe Luis Antonio Alías en El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios:
 "Al exterior se muestra robusta, apoyada en gruesos contrafuertes, con una cuadrada torre a los pies, ventanas de medio punto en la parte superior de los muros y un ábside semicircular alto y recto. Sólo un triple arco apuntado, ventana de la capilla lateral que mira a la plaza y, sobre la puerta, la cruz de San Juan de Jerusalén, probablemente relacionada con el hospital de peregrinos, ponen una nota ornamental..."

El interior presenta estructura de nave única dividida en cuatro tramos y cubierta con bóveda de crucería, así como capillas laterales con arcos ojivales. Han desaparecido elementos como el antiguo retablo mayor, datado en 1661 y obra de Sánchez de Agreda, pues fue quemado el 29 de agosto de 1936 en plena guerra civil. Presentaba una importante imaginería, también destruida. El actual es un buen retablo barroco, del siglo XVII, con la imagen de Cristo crucificado debajo de Dios Padre e imágenes de San Juan Bautista y San Pablo, así como San Sebastián en el banco y relieves de niños. Una imagen de Santiago, con espada y a caballo, se ve en lo alto del ático


Salimos así de nuevo a La Plaza, la Plaza de San Pedro, frente Salsipuedes


Ahí se encuentra también la fuente de La Plaza, de 1887, una de las que fueron restauradas


Justo detrás de la iglesia, el Ayuntamiento se construyó en el solar donde se encontraba El Palación o El Castiallu, casa-fuerte de los Omaña, Nombrados desde tiempo inmemorial administradores y verdaderos amos de la tierra, ejercieron una presión inmensa durante siglos enteros. Cobrábanse estos un buen pez por cada lancha que entraba en puerto, tenían puerta particular para acceder a la iglesia desde su palacio y nadie podía abrir ventanas, salir a la calle o encender el fuego de casa, el llar u hogar, antes que ellos lo hiciesen.


La vecindad y los Omaña vivieron en permanente hostilidad, a veces llegando a las armas y otras en continuos litigios. Algunos de los abusos señoriales tocaron a su fin cuando, tras numerosos pleitos, a fines del siglo XV el juez Valle dicta sentencia definitiva en favor de los vecinos. Esto le costaría el puesto, del que habría de marcharse por temor a la venganza del linaje. . La memoria de aquellos sucesos se conserva en una danza pixueta:
"Si pensaban lus d'Omaña
que nus ganaban el pleitu
bon desengañu llevanon
que'l Xuez falló en favor nuestru..."

La sacristía de la iglesia es el testimonio de uno de los últimos pleitos con los Omaña a raíz de su construcción, en el siglo XVIII. La estirpe se opuso a que los marineros la hiciesen, alegando que estaba en terreno de su propiedad, pero los pixuetos volvieron a ganar y el suceso pasó también al folklore local:
Omaña quixu poner
pasillu a la sacristía,
peru bian si fastidióu
que pudo más la Marina

A finales de esa centuria, fue visitada por el insigne ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos, que así se la encontró y así le pareció, según dice en sus Diarios (1792):

"La iglesia parroquial, con la advocación de San Pedro, está en el costado izquierdo de la villa: es de una nave, de gusto gótico moderno; harto grande  y buena pero asquerosa y sucia en extremo, porque no está enlosada y el polvo vuela por todas partes y todo lo afea. No hay en ella cosa notable sino un retablo de caoba en el altar de Nuestra Señora, regalado por el capitán de paquebotes Albuerne, natural del pueblo. Está trabajado en La Coruña, y parece la invención de Caveiro (Lucas Ferro Caaveiro), de quien vi muchas cosas en Galicia. Parece que le falta un segundo cuerpo y que se trabaja en Avilés. En un costado de la iglesia y sobre el arco de la puerta que está a los pies, se ve la cruz de San Juan de Jerusalén y me dicen que la fundación de esta iglesia, de doscientos sesenta años de antigüedad, existe en poder de D. Alonso Arango, a quien la pediré"

Y en 1880, en De Avilés a Cudillero, el historiador Fortunato Selgas plasma lo siguiente: 

"Este curioso templo atrae con justicia las miradas de los inteligentes, por la belleza de sus proporciones arquitectónicas. Construida a mediados del siglo XVI, en una época en la que no había penetrado en este país el clasicismo, tenía que pertenecer necesariamente al arte ojival con algunos elementos del plateresco; y este consorcio, que tan admirablemente supieron hacer los arquitectos de aquel fecundo período artístico, se realiza, aunque modestamente, en la iglesia de Cudillero, que reúne en su interior la esbeltez de las construcciones ojivales y la gracia que distingue los primeros monumentos del Renacimiento"

Se sabe además de antiguas laudas sepulcrales de los siglos XVII y XVIII, apuntadas por el erudito Ciricaco M.Vigil en su Asturias monumental, epigráfica y diplomática


Aquí sí vamos a proponer, antes de seguir directamente hacia La Ribera o Plaza de la Marina, subir un momento a la explanada del Ayuntamiento, para verla, junto con todo el anfiteatro pixueto, desde lo alto y en todo su esplendor


A lo lejos, el mirador de La Garita, otro de los que nos ofrecen unas maravillosas vistas de la población. La Garita, donde, como en la Casa del Fuego, se prendían hogueras para orientar a los navegantes. Fue el antecedente del actual faro, situado un poco más abajo


Significativamente el Ayuntamiento, construido a mediados del siglo XIX con planos de Andrés Coello, se hizo sobre el solar del derruido castiallu de los Omaña. El edificio sigue la moda de muchos ayuntamientos de aquel tiempo, con arcos porticados en el piso bajo, balcones en el superior y arriba gran reloj que daba la hora a la villa. Se hizo poco después de que se crease el nuevo concejo, independizado de Pravia y que tomó el nombre de esta su declarada capital.


Ciertamente, el dinamismo de una población de puerto pujante que celebraba mercado diario fue un elemento aglutinador frente al feudalismo de los Omaña, y muy posiblemente esa unión vecinal, a pesar de las disputas de pixuetos y caízos, les hizo ganarles en juicio. Ya a principios del siglo XVIII el vecindario ofreció 1.000 doblones por tener concejo propio y segregarse de Pravia, el cual repiten en 1734, pero en estos casos pierden, aún han de esperar más de un siglo para conseguirlo


El consistorio se levanta sobre la roca o peñón que dio antes asiento al Palación de los Omaña, una de esas familias nobiliarias que tras las guerras trastamaristas de la baja Edad Media fueron aumentando su influencia, posesiones y poder en Asturias en premio a sus fidelidades con la Corona. Desde su leonesa Omaña originaria pasaron a la antigua Cangas de Tineo, hoy del Narcea, y luego de ahí hacia el mar. Llegaron de la mano de otro linaje leonés, los Quiñones, a quienes ayudaban en el incremento de sus posesiones asturianas desde que empezaron a asentarse en ella en 1369. Arias Álvarez de Omaña, por ejemplo, participó con los Quiñones en favor de Juan II en la guerra contra Alfonso Enríquez, en concreto en el frente de las montañas de Babia y Laciana

Ambas familias, como es natural en estos casos, emparentaron prontamente, pero como también suele suceder, enseguida empezaron las más terribles desavenencias. En el año 1408 Ares de Omaña se había enfrentado a su tío, el Adelantado o representante real, Pero Suárez de Quiñones, porque este pretendía construir su palacio en los mismos muros de la ciudad de León. Las desavenencias fueron tan graves que, fingiendo querer buscar un acuerdo, convenció con simulada amistad a la madre de Ares, Sancha Álvarez de Omaña, para que su sobrino fuese a visitarle a su castillo de Ordás, donde quería agasajarlo acorde con su rango y parentesco

Ares se dejó convencer de muy mala gana, fue a la cita muy receloso, pero ante las murallas del castillo de Ordás, su tío le dio tales muestras de cariño que entró en la fortaleza, donde se le recibió con grandes honores, pero esa misma noche, cuando dormía en sus aposentos, su tío entra con sus hombres en el dormitorio y es ahogado entre dos almohadones, siendo después decapitado y arrojada su cabeza al exterior, donde aguardaban los fieles del Omaña, a quienes se encargó con sorna se la llevasen a su madre, doña Sancha, quien tras aquello murió a los pocos meses. Sus hijas y hermanas de Ares, Sancha y María, se refugiaron entonces en sus posesiones canguesas, ayudadas por otro tío, primo del homicida, Suero Pérez de Quiñones. Sus descendientes fueron extendiéndose, con sus ramas y parentescos con la nobleza local, por buena parte del occidente astur, que gobernaron en muchos casos despóticamente hasta las reformas liberales del siglo XIX que acabaron con el Antiguo Régimen. En el blog Aqueraasturias hay una competa historia, firmada por Rodrigo, de su asentamiento aquí: Cudillero y los Omaña, de la que extraemos este retazo:
"Los Omaña pleitearon largamente con los pixuetos para conseguir la preponderancia en la villa, unas veces por las armas otras, las más, con pleitos  Finalmente acordaron someterse al dictamen imparcial del juez licenciado del Valle, quién, pese a ser cliente de los Omaña, dio la razón al concejo, estamos a finales del s.XV. Ni que decir tiene que el licenciado huyó de Asturias tras dar a conocer su veredicto"

La base de los Omaña en esta zona estaba el el mismo puerto de Cudillero/Cuideiru, en El Palación o El Castiallu, fortaleza ubicada donde hoy es el Ayuntamiento, de la que se sabe ya en 1493 un tal Diego de Quirós ejercía su poder feudal desde ella cobrando tributos a los habitantes de Pravia, que por entonces abarcaba extensos términos a ambos lados de las márgenes del Nalón, incluyendo Las Luiñas, en la llamada Pravia de Allende. La Pravia de allá, visto desde la capital del antaño enorme concejo


Aquí, desde lo alto del promontorio, vemos ya las casas de los pescadores pixuetos. Por ello nos dirigimos a la gran balconada detrás del Ayuntamiento


Es el llamado Mirador del baluarte, cuyo nombre guarda el testimonio del viejo castillo señorial. A la izquierda más casas de pescadores en El Contorno


A la izquierda, en El Contorno, hay un buen mirador. De frente, al pie de estas casas, unas escaleras bajan directamente a La Ribera, pero nosotros, en nuestro caso, insistimos, antes que nada proponemos asomarnos al balcón de El Baluarte


Y por fin vemos también el puerto, aunque sea parcialmente, y el mar


Aquí estaba El Sable, donde se sobordaban las barcas de pesca, las tradicionales peseteras. En origen, como la mayor parte de los puertos históricos, el  muelle no era más que la propia arena, el sable, donde varaban o eran varadas las embarcaciones con mal tiempo, arrastrándolas a seco. Es cierto que ya en el siglo XIII aparece identificado como puerto, que en el siglo XV solicitó tener un alfolí de sal, que el XVI se construye un primer muelle y que en el XVIII se acomete una importante obra portuaria, pero no será hasta que, tras la construcción de un nuevo puerto, obra aprobada en 1969, esta práctica desaparezca y La Ribera se transforme en gran plaza turística, la Plaza de la Marina


Las obras del puerto antiguo fueron aprobadas en 1765 e iniciadas en 1787. En 1792, durante su visita, Jovellanos lamentaba que a pesar de lo gastado en ellas los pescadores tuviesen que seguir arrastrando sus lanchas en El Sable, por La Ribera arriba:
"en la obras de Cudillero van gastados cerca de cuatrocientos mil reales y que los inconvenientes están en pie. Ello es que sus marineros tienen aún que sobordar diariamente los barcos en el invierno"

Las obras de aquel primer Muelle del Este acabaron a mediados del siglo XIX, más o menos cuando Pascual Madoz en su Diccionario presenta este completo informe:
"Al extremo N. de esta se encuentra el puerto con el pequeño muelle de que hicimos mérito: es de arribada y sin fondeadero, siendo preciso sacar las lanchas del agua para que estén con seguridad: convendría mucho la construcción de un segundo muelle proyectado hace mucho tiempo, y aprobado por el Gobierno en los años 1822, 1826 y 1834, cuyo presupuesto no excedería de 30 á 40.000 duros. En 14 de octubre de 1844 elevó el ayunt. una esposición á S.M. para que se llevase á efecto lo mandado tantas veces; encontrándose reunidos los antecedentes y paralizado el espediente en el ministerio de la Gobernación .La urgente necesidad de dicha obra está justificada por lo prevenido en real órden de 15 de setiembre de 1826, lo mismo que las ventajas que resultarían de ser este puerto un refugio y amparo para la navegación de cabotage; con ello se evitarían los naufragios y desgracias que ocurren cuando los buques acosados del fuerte temporal no pueden montar el cabo de Peñas, y siendo inaccesibles en tales circunstancias las barras de San Esteban y Avilés, que se hallan intermedias, por precisión tienen que zozobrar: el fomento de la ind. pesquera, sería muy considerable y se establecería un tráficoi costanero muy animado y lucrativo: todo esto con grande utilidad para el Tesoro, además de las ventajas que reportaría la vecindario"

Del puerto y su prolongado parto, también se ocupó, como no podía ser de otra manera, el cronista y alcalde Agustín Bravo:

"al abrigo de la colina de la Cruz y del Faro, ofrece fácil entrada y tiene bastante calado, pero existen algunos bajos peligrosos, como la piedra de la Concha, sobre la que se asentará, cuando Dios quiera, el espigón del O. El antiguo muelle, según anota el señor Selgas, por disposición de Esquilache fue estudiado en 1765 por el piloto Huergo y el arquitecto Menéndez. Desde 1768 prosiguió los estudios Lizardi; pero por discrepancias con el insigne marino don Jorge Juan, encomendó la audiencia de Oviedo el tan estudiado proyecto a Ibargoyen, y las obras se comenzaron en 1787, siendo ingeniero de las mismas el señor Vigil de Quiñones. Tanto estudio no fue obstáculo para que el muelle resultara insuficiente para el servicio que habrá de prestar, y á mediados de este siglo (XIX) se solicitó la construcción de otro nuevo, que hace pocos años se terminó con arreglo á los planos del señor Casariego. Es de sólida construcción, le falta altura, y dentro de muy poco tiempo se quedará en seco, por no haberse hecho la limpia de la bahía y por los continuos desprendimientos de roca (de las colinas colindantes) que acabarán por cegar la entrada. Este muelle construido por la parte E. debía completarse con otro espigón por la del O., proyecto también del mismo ingeniero; pero aunque la obra no es de mucha importancia, pues está presupuestada en 200.000 pesetas, es difícil prever cuándo se terminará"

En 1969, 30 de setiembre, se celebró por fin en el Ministerio de Obras Públicas la subasta para su construcción, presentándose once compañías de la que resultó la de Caso y Cía la adjudicada, con un presupuesto de 145.763.348 pesetas, que suponían un 45% menos del presupuesto oficial.Su primera fase fue la construcción del dique de abrigo. Los trabajos, en sucesivas fases, se alargaron hasta la década de 1980 e incluyeron la nueva carretera de acceso al puerto y villa, la CU-3, que descongestionaría la CU-2 por la que hemos venido (Avenida Selgas, La Formiga, García de la Concha, Suárez Inclán...)

Para hacer el nuevo y necesario puerto, efectivamente, se tuvieron que volar peñas y rocas, y hubo de sacrificarse una querida playa, la de Los Calderones (delfines), donde estaba La Piedriquina, lugar en el que muchos pixuetos aprendieron a nadar, haciendo un recorrido por las antiguas peñas que afloraban a la superficie, algunas desaparecidas, como desaparecida está también la playa del Olio, situada donde el nuevo puerto. Se llegaba a ella por un túnel desde el antiguo Muelle del Oeste. En febrero de 1977 se voló el gran peñón de El Rabo Castro para dar entrada al nuevo muelle pesquero, cuando aún los temporales echaban a pique embarcaciones allí refugiadas

La gran peña que vemos en medio es La Cruz, por donde se extiende, delante de ella, el Dique del Oeste, y detrás el Dique de Abrigo, enlazando ambos. Más a la derecha y separado de ella, el Muelle del Este. Covadonga Loy Madera, en Cudillero. Caprichos del mar, explica el proceso de construcción es estos muelles:

"Por fin, en el año 1969 se puso en marcha el gran sueño de aquellos vecinos. Las obras comenzaron en el año 1970, finalizando en 1983.Para llevar a cabo la construcción de este sueño, se tuvieron que realizar diversas reformas en la costa natural del pueblo, entre la que destacan la demolición de la Casa de Puertos y el túnel que daba acceso a las playas de Cudillero (Barera, Oleo y los Calderones). El puerto nuevo está apoyado en las peñas de La Llonga, El Moro y La Castañal, donde se levanta en la actualidad el Dique del Moro (al fondo de la foto).Quedan dentro del puerto La Peñona y La Procesión, que de momento ni se han quitado, ni se ha llevado terreno hasta ellas. El 2º dique, llamado Dique de Abrigo (a la derecha del del Moro, detrás de La Cruz), se extiende desde la Peña La Castañal hasta la Peña de La Cruz, finalizándose así la construcción del Puerto Nuevo de Cudillero"

Y así era, de la mano de la misma autora y libro, el puerto precedente:

"El Puerto Viejo de Cudillero se hallaba resguardado por las montañas. Estaba formado por un pequeño espacio protegido por 2 malecones que arrancaban de sus lados Este y Oeste, que quedaba seco en bajamar, propio solamente para embarcaciones menores y vapores de pesca. Durante siglos, los pescadores han tenido que poner en tierra sus pequeñas embarcaciones "a fuerza de hombros", pues era imposible dejarlas en el mar. El resto de las embarcaciones debía abandonar el fondeadero y buscar refugio en Avilés o San Esteban. Por esto siempre lucharon aquellos pescadores, por conseguir un puerto mejor"

El ambiente propiamente marinero de lanchas, pescadores, pescaderas, faenas con el pescado, las redes, etc. desapareció prácticamente de La Ribera y se trasladó al tan mencionado Puerto Nuevo, pero se ganó una especie de gran plaza mayor muy transitada, concurrida y turística desde la que se contempla todo este gran anfiteatro natural y las casas de comidas y bares sacan sus terrazas a la calle, especializados en gastronomía marinera. Aquí, por ejemplo, están La Taberna del Puerto y La Parra. Encima está La Cuesta, callejuelas por donde si nos apetece podemos perdernos subiendo a La Garita


A la derecha La Paloma. Ahora cobran todo su sentido las definiciones más características de Cudillero/Cuideiru como anfiteatro natural, tal que esta de Luis Antonio Alías:
"Pintoresco, sorprendente, encantador, original... Cudillero siempre ha estado acompañado por adjetivos de este tipo en un intento de transmitir las sensaciones del visitante ante un casco urbano, crecido en el fondo de una hondonada abierta al mar (hay quien deriva su nombre de la palabra "escudilla") que, tras desparramarse ante el puerto, trepa pendiente arriba colgando unas casas sobre otras"

Antaño, aparte de sobordar lanchas, se amontonaban por aquí enseres, redes y apareyos de pesca, o se ponían a secar al sol chicharros y xarda en varales


Pero como pescado secado al sol está el curadillo, la gata, especie de pequeño tiburón o escualo, en concreto especies como la gata, touca, lija y glayo que pescan los pescadores pixuetos y que se empleaban para extraer aceite. Tanta era el hambre que se pasaba que se ideó un proceso de curado para aprovechar su carne, áspera como lija. Lo veremos colgado de ventanas, balcones y corredores. Cuenta con su propia cofradía y la Enciclopedia de la Gastronomía dice esto de él:

"... se trata de un pequeño tiburón, vulgarmente conocido con el nombre de gata, y del que durante muchos años vivieron básicamente los pescadores de este pueblo. 
Cumplía tres funciones fundamentales. 
La primera era la extracción del aceite de su hígado. Con él se freía, pero sobre todo se iluminaba, hasta tal punto que el alumbrado público de Oviedo se abastecía de este producto, con lo que mantenía una industria y una flota florecientes. 
La segunda era el uso de su piel para limpiar y pulir maderas y metales, el llamado papel de lija, hoy fabricado con polvillo de vidrio pegado a papel sintético, pero que antaño solo se conocía como derivado de la piel de estos u otros escualos. 
Y la tercera función de este tiburoncito era como pescado cecial, como alimento de recurso para aquellas largas vigilias impuestas, ora por la Iglesia, ora por un temporal del Diablo que mantenía la flota amarrada durante interminables días. ¡O semanas! 
A diferencia del bacalao y similares, este no es una salazón, si no todo lo contrario. 
Una vez eventrado, el animal es cuidadosamente lavado con agua dulce, endulzado en términos de la mar, operación que se repite hasta quedar sin el menor rastro de sangre. 
A partir de ahí, y desprotegido de cualquier agente protector, sal, pimentón, aceite, etc., la gata se crucifica sobre una tablilla engarzada de dos travesaños, adoptando la figura de un curtido de piel de cabra, y se cuelga de los aleros de las casas para que se vaya secando al oreo. 
Pero solo de día y cuando el viento es seco, ya que de otro modo, tanto si lo toca la niebla, como si lo hace la lluvia o el rocío, el tasajo se echa a perder. 
De este modo, cuando las mozas salían a pasear, soñando como sería el hombre de su vida, al ver una ventana llena de curadillos al oreo, pensaban: «N’esta casa nun hai fame. No. Nin con la mar bella nin con temporal» y así el joven pescador que en ella habitase sabía que sería el soltero mas codiciado del puerto. 
Dice un antiguo cantar: 
«Muciquinas aldianas 
Si querais mozu pixuatu, 
tenéis que saber guisar 
curadillu pa’l inviarnu.» 

Volviendo a mirar al oeste, al puerto, vemos el gran paseo marítimo: es la CU-3, la nueva carretera hacia el Puerto Nuevo y la villa, que puede recorrerse hasta los diques, y que es una propuesta que vamos a hacer en una siguiente entrada de este blog


Desde aquí vemos también un poco mejor El Contorno, a la izquierda de la foto, otra gran atalaya sobre villa y puerto, un pequeño grupo de casas que invitamos a recorrer, asomándonos también a su mirador. 


Seguimos avanzando por el Mirador del Baluarte admirando en toda su plenitud este grandioso anfiteatro natural que se desparrama por la ladera. En Vive Cudillero nos hablan de esta manera de este gran espectáculo visual:
"El núcleo antiguo de Cudillero es una de las características más vistosas de esta localidad gracias a la disposición que tienen sus casas y la ubicación en la que se encuentran, escalonando una ladera y conformando un precioso anfiteatro presidido por la Plaza de San Pedro.

El emplazamiento en el que se encuentra, que ha sido declarado como conjunto histórico-artístico, es un lugar ideal no solo para admirarlo sino para disfrutar de la gastronomía local en los muchos establecimientos de hostelería que hay en este lugar.

Asimismo, este lugar se encuentra en la conocida como ruta de los Miradores, que trata de ir ascendiendo por las callejuelas siguiendo la barandilla azul y poder disfrutar de algunas de las mejores vistas tanto de la localidad como de la costa"

Las calles, cono las casas, también se disponen escalonadamente formando barrios y lugares: abajo, La Ribera y la Marina la Fuente de Abajo o La Fuanti Baxu. Más arriba Sol de la Blanca y en lo alto Fuente del Canto o La Fuanti'l Cantu y Cimadevilla. Entre ellas hay calles. o más bien callejuelas, preciosas, que comunican la ladera de lado a lado, y otras, con escaleras, de abajo arriba. En la oportuna entrada de blog invitaremos a adentrarnos por ellas para subir a La Garita


Aún hasta la década de 1960 se veía La Ribera, o El Sable, repleto de lanchas de pesca sobordadas, antes eran la llamadas peseteras, luego las pequeñas motoras, que empiezan a abundar a partir de 1920-1930. Junto con las lanchas ya aparcaban en otro símbolo sesenteros, los coches Seat 600. En medio había un edificio más, El Granero, derribado en 1971 para descongestionar la explanada. Recordando aquellos tiempos de las lanchas y, a pesar de las penurias, decía Ramón Marqués, Estampina
"Aquello era la gloria. Pescadores llevando la abundante pesca a la vieja lonja, tiempos en que la mar era generosa y veníamos con las lanchas...Y ya se sabe: cuando hay pesca hay alegría"

 (De Cudillero en el recuerdo. Expresión gráfica, de Juan Luis Álvarez del Busto y Tico Medina)


Arriba en  lo alto, en La Fuanti'l Cantu, con el agua de la fuente de este nombre, se celebra, durante las fiestas de San Pedro, San Pablo y San Pablín, el ritual de los bautizos pixuatos, por el que los foráneos pueden bautizarse como pixuetos festeros. Esta es la crónica del año 2008 dela corresponsal Elena Peláez para La Nueva España:
"Cudillero los bautiza en el nombre de la fiesta. El espíritu de los festejos de San Pedro, San Pablo y San Pablín atrajo ayer a una procesión pagana y lúdica de más de setenta personas que, anfiteatro arriba, terminaron inscribiéndose como «pixuetos festeros» bajo el agua de la Fuanti'l Cantu.
En la atalaya que domina la villa pixueta, y bajo el sol que picaba entre nubes, los nuevos «devotos» del festejo cudillerense fueron bautizados ayer como cada año desde 1963. Recibieron las aguas de Sergio González Ondina, presidente de la Asociación Cultural Avante Cuideiru, que ha cuidado en los últimos años de que esta tradición no se pierda. Las frías aguas que salen de la peña, según advertía antes un vecino y pudieron comprobar después los bautizados, «nacionalizaron» pixuetos a esos más de setenta que oficializaron así su incorporación al festejo patronal de la villa. Varios niños, una inmigrante rumana con permiso para escaparse del trabajo e incluso algunos de los integrantes de la fanfarria «El Felechu» de Corvera, que fue la encargada de poner música a este nada solemne bautismo. 
«¿Quias ser pixuatu?», inició la ceremonia en el dialecto local González Ondina. «Sí, quiaru», respondieron los bautizados. «¿Tas dispuastu a comportati co'la dinidá que-i correspondi a tal catiguría?». «Sí, toilo», replicó el coro. «Puas recibi estas aguas pixuetas de la Fuanti'l Cantu ya fai todu lo que puadas por Cuideiru ya por todos los pixuatus. San Pedrín te lu pagará nel cialu. Ya repití conmigo: viva San Pedro, San Pablo ya San Pablín». 
Con el juramento, que escucharon y acompañaron los nuevos fieles pixuetos agarrados a un remo, como manda la tradición, fueron pasando bajo las aguas de la fuente. Todos al mismo grito en verso que se puede leer en una placa junto a la fuente y que proclama que «ya miantras Cuideiru viva y duri la Fuanti'l Cantu, bautizámusti con agua anque sea sin el Santu». 
María Serban, rumana residente en Cudillero desde hace dos años y medio, lo había intentado el año pasado y lo hizo éste. Esta vez sí se convirtió en la «pixueta festera» que acreditaba el diploma que exhibía tras el «baño». Andrea Ferré Quintana, de 5 años, corverana, fue una de las más jóvenes en cumplir «encantada» con este rito tradicional de todas las fiestas de San Pedro, San Pablo y San Pablín. Durante el bautizo, desde hace cuatro años se homenajea además a la persona de mayor edad de Cudillero. Este año el premio lo recogió la hija de Piedad Fernández Bravo, de 95 años"

Otras frases muy significativas, recogidas en su libro por del Busto y Tico Medina, son las de D.José Pérez Barca, al que presentan como el alma religiosa de Cudillero:
"Cudillero es un milagro. Que un grupo humano se haya asentado en este rincón en el que no hay espacio para un mal huerto, supeditando, supeditando todo su futuro a lo que pueda dar el mar, es un portento de la confianza humana que lo tendríamos que llamar milagro. En Asturias hay otros pueblos pesqueros, pero un pueblo que lo haya fiado todo a la mar, que además tiene fama de ser tan bella como traidora, no tiene fácil explicación racional"

El barrio de pescadores tiene también su casa de indianos. la cual destaca arriba en Sol de la Blanca, al pie del Mirador de Cimadevilla, por su picuda torre. Es la casa de El Reguerío, reformada con este aspecto en los años 20 del siglo XX por Valeriano López Rodríguez, quien tras sobrevivir a un naufragio con 14 años decidió cambiar de vida y emigrar a Cuba, donde3trabajaría en empresas de tabacos nada menos que tres décadas gracias al tabaquero, también pixueto, Calixto López, de quien fue encargado de almacén, pero que andado el tiempo le compraría su fábrica


En 1923 se retiró por motivos de salud y se instaló en Cudillero/Cuideiru con su esposa catalana Rosa Banús Compagne y su hijo llamado también Valeriano, viviendo un tiempo de alquiler mientras reformaban esta que fuera su casa familiar, conocida antes con el apodo de su madre, Lola la Pataguera


Una muy buena biografía de Valeriano la tenemos en el muy recomendable blog Casonas de Indianos, en el apartado dedicado a esta casa:
"Valeriano López Rodríguez, natural de Cudillero, con catorce años tras ser el único superviviente de un naufragio y para evitar un futuro dedicado a la pesca decidió emigrar a Cuba. Embarcó hacia La Habana recabando en la casa de Calixto López, reconocido tabaquero también oriundo de Cudillero, con quien trabajaría durante treinta años como encargado del almacén. Llegó a ahorrar una considerable fortuna de forma que le compró a D. Calixto su cigarrería, llamándola “El cuño”. Fueron años de bonanza en los que D. Valeriano fue incrementando su fortuna hasta que en 1.923 decidió retirarse por recomendación médica y regresó Asturias con su esposa, la catalana Rosa Banús Compagne, y su hijo Valeriano. Se instalaron alquilados en Cudillero mientras rehabilitaban la que fue la casa de su abuela paterna “Lola La Pataguera”, casa con excelentes vistas al puerto pesquero. Su hijo Valeriano López Banús estudió medicina aquí en España pero regresó primero a Filadelfia y después a Cuba, país que le vio nacer, donde llegó a casarse cuatro veces y ejerció de médico además de dedicarse a otros negocios, llegando a ser presidente de la cadena de tiendas “La Quincallera” impulsada por él, su cuñado José M. Mayorga, las esposas de ambos las hermanas Mª Teresa y Enriqueta Gómez-Waddington pertenecientes a una de las familias más adineradas de la burguesía isleña, y por último otro socio llamado José Simó. Tras el triunfo de la revolución castrista, en 1.960 trasladaron la fórmula del negocio a España para crear Simago (acrónimo de Simó, Mayorga y Gómez). La empresa, bajo la presidencia de Mayorga, modificó la fórmula original para hacerla más europea adoptando el modelo de la cadena francesa de almacenes populares Prisunic. 
En la actualidad la casa, también conocida por El Reguerío, no pertenece a la familia"

Si bien todo el recorrido desde El Pitu hasta aquí es sumamente precioso e interesante, sin duda es al llegar a La Ribera cuando los peregrinos se dan cuenta que ha merecido la pena bajar desde el Camino a la población y, si pernoctan en ella o cerca dedicarle esa tarde o al menos media tarde de la que tanto hablamos y que, con suerte, es el tiempo del que suelen disponer si realizan etapas más o menos cortas, con el preceptivo tiempo dedicado al descanso para recuperar fuerzas, ya que nos acercamos a los abruptos pasos de Las Ballotas, o su alternativa montañera de Las Palancas


Nuestra idea, en base a la que los peregrinos pueden luego plantear cuantas alternativas deseen, es, desde La Ribera, recorrer el puerto y luego regresar para, subiendo a Cimavilla y La Fuanti'l Cantu, llegar a la rasa costera por el cementerio y La Telaya, regresando a El Pitu por un camino diferente al que empleamos para venir, retomando el Camino Norte oficial y señalizado en el mismo lugar en el que lo dejamos


A la derecha de La Paloma está el Restaurante Isabel, al que sigue el de Los Arcos o Casa Carrasco, cuyo edificio se conoce también como Casa de José, al ser la casa donde vive el protagonista de la famosa película José, una de las filmadas en esta población, dirigida por Manuel Noriega y estrenada en 1925, basada en la novela homónima de Armando Palacio Valdés. Esta filmación tuvo sus anécdotas, que refleja para La Nueva España el cronista Juan Luis Álvarez del Busto en Cudillero de cine:
"José". Está basada en la novela del mismo nombre, de Armando Palacio Valdés, que fue quien eligió Cudillero para plasmarlo cinematográficamente, ratificando que su Rodillero donde se desarrolla la trama literaria era Cudillero. Por supuesto, el rodaje no se realizó íntegramente en la villa pixueta, también se tomaron exteriores en Candás, Cangas de Onís, Covadonga, Gijón, Luanco, Llanes, Ribadesella, Riberas de Pravia, San Esteban de Pravia, Teverga y la Quinta de Selgas, en El Pito.
Producida por Cartago Film, esta película (muda con rótulos) fue dirigida por Manuel Noriega, siendo los principales intérpretes, arropados como figurantes por el pueblo pixueto, Javier de Rivera (José), Enriqueta Soler (Elisa), Ramón Meca (don Cipriano, el juez), Carmen Rico (Marta), Dolores Valero (Isabel, madre de Elisa), Vicente García (don Fernando de Meira), Carmen Ortega (madre de José), Manuel Miranda (Rufo, el tonto), Antonio Zaballos (don Claudio, el maestro) y José Ballester. Rodada en 1925, se estrenó en Madrid el 22 de febrero de 1926, tres días después en Oviedo y Gijón y el 14 de marzo en Cudillero. Previamente, en noviembre de 1925, se realizó un pase de la película en prueba privada. 
El 20 de marzo de 1926, Agustín Bravo, Roque, se ocupa de la película en el periódico "Pravia", en un artículo titulado "José en su tierra". En él destaca el realismo y la verdad de los cuadros, que "parecen retazos de la vida de un pueblo pescador sin efervescencia alguna de artificios artísticos o teatrales". "El admirable trabajo del fotógrafo -continúa- contribuye a este efecto de naturalidad que nos subyuga durante todo el desarrollo de la película. Los diferentes lugares de la villa, donde ocurren las diferentes escenas de la acción, son otras tantas vistas panorámicas, que destacan con relieves insospechados, sus grandes bellezas". Hace constar el notabilísimo trabajo de los actores y del pueblo que, como antes dije, tomó parte en la representación. 
Pero José, al decir de Juan Bonifacio Lorenzo Benavente (Asturias y el cine. Mases Ediciones. 1984), a pesar de haberse presentado en el madrileño Real Cinema en olor de multitudes, "obtiene como balance definitivo de su explotación comercial tan solo un rendimiento mediano".

La polémica. Cuando en 1924 se va a rodar la película "José" basada en la novela y sugieren a Palacio Valdés que lo haga en otro puerto, el autor de "José" y creador del topónimo "Rodillero" impuso, contra no pocas presiones, que se rodase en Cudillero. En la película interviene el propio Palacio Valdés de la mano de una nieta y él mismo dice que en Cudillero es donde se desarrolla "José". Lo que ratifica la propia nieta en octubre de 1953 cuando se desplaza a Cudillero con motivo de la inauguración de la biblioteca municipal, bautizada con el nombre de su abuelo. 
Tras exhibirse la película "José" que, como quedó dicho, no obtuvo el rendimiento comercial esperado, el escritor de Entralgo demuestra no perder su fe en el séptimo arte y escribe en un artículo publicado en "La Gaceta Literaria" que "La cinematografía es un poderoso auxiliar de la literatura, muy particularmente de la novela. Porque si es cierto que los lectores dotados de imaginación se representan escenas y pasajes con toda verdad y relieve, los que de ella carecen encuentran en el cinematógrafo un adecuado estímulo para saborear las páginas trazadas por el novelista. Es un arte mudo, y algunos por ello le motejan. Para mí no es grave defecto. Las palabras son plata -dice un proverbio árabe- y el silencio oro. La naturaleza no las necesita para expresarnos su belleza"

Más allá siguen bares, terrazas y gastronomía marinera. Citaremos alguno con el nombre que conocimos, aunque siempre nos quedarán varios olvidados: Galerna, Don Vito Corleone, El Remo, Casa Mari, Casa Julio etc.etc.etc. Hay también por supuesto tiendas de souvenirs y otros comercios


Y ahora, ya recorrido el Mirador del Balñuarte, regresamos a La Plaza o Plaza de San Pedro, dando la vuelta completa al edificio del Ayuntamiento. Arriba en lo alto El Picu


Saliendo de la iglesia, en La Plaza, donde ahora hay un edificio de grandes cristaleras y trazas modernas, estuvo antiguamente una casa que fue sede del  Círculo Católico de la Marina, fundado por el sacerdote D. Sergio Fernández Ahúja


Retomando el camino, al lado del Ayuntamiento estuvo la célebre Casa de los Panzacola, antiguo nombre español de Pensacola, se dice que porque los antepasados habían participado en la conquista de Florida con Pedro Menéndez de Avilés. Dice de ello la Wikipedia:
"El nombre "Pentze/a-kola" ("Mango/Rabo de Prados") de la ciudad es, posiblemente, de origen amerindio, significando "Adatsherria" ("pueblo de melena"). Sin embargo, probablemente deriva del nombre de un puerto español, el de Peñíscola (Rabo de la Peña y/o Habitante de las Cavernas); o tal vez, de una mezcla de la palabra península con la de cola. Por otro lado, en los más antiguos documentos cartográficos del Archivo General de Indias, la ciudad se denomina "Panzacola", compuesta por las palabras "panza" y "cola", posiblemente debido a la orografía del lugar, donde el arco costero de tierra firme (panza) colinda con la punta de la alargada isla de Santa Rosa (cola), dando origen al estrecho de la bahía de Pensacola. La palabra "Panzacola" pronunciada en voz inglesa habría derivado en la forma "Pensacola"

A la derecha, al otro lado de la calle, la tienda de Comestibles La Gijonesa, aberita en 2017 y, pegado a ella, el Rincón Pixueto


También aquí las terrazas se asoman a la calle. En ocasiones, cuando en verano se viven ciertas masificaciones, puede tocarnos tener que andar entre las mesas para esquivar el tráfico, no demasiado intenso, pero si muy encajado en la abigarrada plaza


Aquí, de una plaza pasamos a otra, la Plaza de la Marina, en este lugar en el que la calle vuelve a estrecharse. Un inconveniente que no vamos a negar y que hay que dejar patente es el de las citadas masificaciones veraniegas, principalmente días de fin de semana, aunque otros días también puede producirse, y también en fechas vacacionales o festivas de buen tiempo a lo largo del año. En Una escapada por Cudillero, que publica en el excelente blog A buen bocado, Olalla Salazar, nos comenta de ello:
"Con eso del orgullo de pertenencia, a mí se me suele hacer la boca grande cada vez que tengo que explicar a los foráneos que Cudillero es un pueblo de pescadores, hacinado en la colina de una montaña y mirando al mar. Con casas de colores y verde en sus laderas, y que nada tiene que envidiar a los míticos pueblos italianos de Cinque Terre (ya digo que se me hace la boca demasiado grande), con los que coincide en su encanto pero también en su masificación turística. Por supuesto, en menor nivel ambas características. Pero, lo cierto es que Cudillero hace unos 15 años era un gran desconocido y hoy, afortunadamente, es un gran conocido y reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España. El exceso de turismo también hace de las suyas y algunos aspectos, como el caso de la gastronomía, se ven más perjudicados que otros (dejo el tema gastronómico para más adelante). El turismo hay que saber aplicarlo y dosificarlo. De hecho, en Cinque Terre han dejado de promover el turismo y es uno de los destinos que las guías recomiendan no visitar durante 2016. A veces es mejor decelerar. 
Dicho esto, y por aquello de la masificación y de preservar el encanto, mi recomendación es evitar los fines de semana para visitar Cudillero si lo hacemos en verano. Y si organizamos una visita, qué mejor que contar con un guía que por 4€/persona, nos enseñe los recovecos del pueblo, la capilla del humilladero o el mirador desde donde mejor se observan las vistas. Otra cosa que no suelen hacer los foráneos es subir a las alturas, supongo que por desconocimiento más que por pereza. Pero la vista del pueblo desde arriba bien merece la pena subir un par de cuestas y escaleras entre sus casas"

Pasamos la esquina de La Gijonesa y caminamos ya por la Plaza de la Marina, con más tiendas y casas restauradas, habilitadas para apartamentos



Los soportales de la que fue la Casa los Panzacola, pueden ser una buena alternativa para el discurrir de una plaza a la otra cuando se aglomera la gente, yendo y viniendo de La Ribera. Una de las muchas persona foráneas enamoradas de Cudillero/Cuideiru como es la escritora Isabel San Sebastián respondía así a esta cuestión a la corresponsal de La Nueva España Sara Arias el 24-8-2016:
"-¿Cómo ve Cudillero? 
-Con demasiada gente.
-¿Está masificado? 
-Absolutamente. No todo el concejo, porque todavía quedan playas practicables que no voy a decir, pero el pueblo está colapsado. He llegado a bajar a las once y media de la mañana y no he podido aparcar ni en el muelle. En agosto creo que deberían tomar alguna medida, hacer un parking, un servicio de autobús y poner la calle que baja de El Pito de un sentido. He bajado a los recados, pero estar en la plaza, sólo dos veces"

Pero lo cierto es que Cudillero/Cuideiru atrae. En el año 2021 entra en la Asociación de Los Pueblos más Bonitos de España.Y así lo publica el 19 de diciembre de ese años Cope Ribadesella:

"La Asociación Los Pueblos más Bonitos de España acaba de anunciar en la Asamblea Nacional de Presidentes, en el municipio burgalés de Frías, sus nuevas incorporaciones para el año 2021.  
En total son once las localidades que han cumplido con los requisitos que establece la organización para formar parte de la red, que se inicia con la petición del pleno municipal o junta de gobierno, y que este año han solicitado numerosos municipios. A partir del 1 de enero de 2021, la red pasará a tener 104 localidades. 
Entre ellos, se encuentra los pueblos asturianos de Bulnes (Cabrales) y Cudilleroque se suman a los tres pueblos que tiene la Asociación en el Principado de Asturias: Torazu, Tazones y Llastres.

De frente, Casa Juliainaugurada en 2004 por Julia Marqués,de quien ya hemos hablado al pasar por su otra tienda, la de Arte y Mar 

A la derecha La Conservera de Cudillero, abierto por los dueños de La Gijonesa en 2019 y dedicado especialmente a conservas y patés del Cantábrico

A la izquierda El Quiosco, otro buen lugar de encuentro en esta plaza...

Seguidamente, escaleras que comunican con El Baluarte y al fondo Casa Julio


Y esta es la Plaza del Comercio. A la derecha el Bar de Chupis, la Confitería la Pixueta, o el el Restaurante Ópera, fundado en 2015 por Pedro Mallada y del que dos años después escribían así en la revista La Sidra:
"En un entorno tan privilegiado como es Cuideiru, se sitúa el restaurante Ópera. Un coqueto enclave que aboga por una cocina de proximidad, en la que el producto local es la materia prima de sus creaciones. Los pescados y mariscos son los protagonistas de la oferta gastronómica. En la carta, siempre hay una sugerencia diaria en función de la materia disponible en el mercado.

Platos como el carpaccio de gamba roja al ajo negro con aceite de oliva virgen, las croquetas de bacalao a la plancha con salsa vizcaína o los lomos de merluza en salsa de andaricas y gambas con almejas, son una muestra perfecta del buen hacer de la cocina del Restaurante Ópera. Una cocina de las que salen unos platos con una presentación más que cuidada"

 Por su parte, de Casa Julio leemos así en Cudillero Turismo:

"Casa Julio es un restaurante situado en el centro del pueblo de Cudillero. Sus especialidades en la cocina se centran en las tapas, pescados y mariscos frescos, y embutidos, así como rabas de potera, cachopo de ternera, chipirones rellenos en su tinta y croquetas de jamón y cecina.

Cuenta con una pequeña terraza desde la que podrás admirar todo el anfiteatro de Cudillero mientras desayunas, comes o cenas"

Y este es El Anfiteatro del que tantísimo hablamos desde ya mucho antes de verlo, primeramente desde El Baluarte, ahora desde estas plazas donde antaño se reunía El Senado, reunión de pixuatas, como las retratadas por el fotógrafo Mendoza Ussía en la década de 1920. Hasta aquí llegarían antaño las lanchas sobordadas cuando el puerto era aún terriblemente inseguro

Llegamos de frente a la antigua Lonja del Pescado, llamada así desde los años de la década de 1920, pues más anteriormente era la Casa de Ventas. Actualmente es el Restaurante La Lonja y Aula Didáctica Los Pixuetos y la Mar:

"El aula didáctica Los Pixuetos y la Mar refleja la cultura marinera a través de su historia y de las costumbres de las gentes de Cudillero. Pobladores de esta villa vinculada desde sus inicios a la mar y a la pesca dándole mayor protagonismo al s. XX. El edificio que alberga al aula es la antigua y emblemática lonja de pescados, situada en el corazón del anfiteatro, siendo considerado el lugar más idóneo para ubicar la muestra más representativa de nuestra cultura y marinera y pescadora.

Exposiciones permanentes: 
En la planta baja se hace referencia a la mar: Situación y orientación de los barcos en la mar. Maquetas de barco con las diferentes artes de pesca, proyección de imágenes de fondos marinos, peces...
En la primera planta hay cinco representaciones con paneles gigantes y objetos relacionados con temáticas propias de la vida de Cudillero durante el siglo XX.
El pescado en tierra
La llegada de los barcos con el pescado, como se secaba, curadillos, conservas de pescado...
Las pixuetas
El trabajo de las mujeres en Cudillero, como colocaban y vendían el pescado. También se homenajea a los muertos en la mar.
Las compañas
Como se formaban las tripulaciones de los barcos, como partían el dinero, como se divertían...
La casa
Casa tradicional y objetos de la época.
L´amuravela
La fiesta del pueblo, historia y tradición.
También existe una pantalla táctil que nos indica como se hacen los nudos marineros y un vídeo sobre una jornada de pesca para obtener la merluza del pincho".

Aquí comienzan las grandes terrazas de La Ribera que vimos antes desde arriba, desde el Mirador del Baluarte, si hay hambre tengamos presente siempre la gastronomía del producto local, la del Kilómetro Cero, que dicen los que saben. o está de más recordar lo que dice una gran conocedora de loque hablamos, Covadonga Loy Madera, en Cudillero, caprichos del mar:

"Gastronomía

En Cudillero es muy rica y variada, destacan los productos del mar y la agricultura.

Como plato característico de la villa pixueta destacamos el "curadillo", pescado de la familia de los escualos, que se cuar al aire y tras remojarlo y pelarlo, se guisa siguiendolas recetas de los antepasados; se puede tomar guisado con una salsa de tomate o hay quien lo hace con "fabes", de cualquier manera es  manjar dignode ser probado. La tradición del Curadillo viene de épocas ancestrales, cuando había que conservar los alimentos y por supuesto no había neveras. El pescado se ponía a secar al aire y posteriormente se salaba, así podía conservarse más tiempo

Otro plato típico es la merluza del pincho, llamada así porque se pesca de forma tradicional, es decir, con azuelo, se saca del mar viva, por lo que su carne no se machaca como pasa cuando se pesca red, así conserva mejor su sabor.

Los mariscos como el centollo, langosta, percebe... son muy abundantes por esta zona y muy apreciados

En cuanto a la repostería destacamos las bollinas, el arroz con leche, frixuelos y natas de aldea (crema de la leche cuando hierve)"

Por su parte, en Turismo Cudillero, centrándose en la gastronomía del mar y erto, además de ofrecernos una relación de los pescados y mariscos de estas costas, nos informan de las grandes especialidades marineras:

"CURADILLO guisado con patatas fritas.

Para los que buscan una gastronomía propia, singular, comida típica pixueta no se pierdan por ejemplo el Jamón del Mar. “El Curadillo“. Alimento tradicional, muy apreciado por su sabor característico. Es producto que se elabora con especies como la touca, el glayo o la gata, que provienen de la familia de los escualos (a la que pertenecen, por ejemplo, el tiburón y el cazón). Es típico para comerlo en Semana Santa -tiempo de Cuaresma- sólo, con patatas o con fabas.

BUCHOS (callos de merluza). Guiso  de callos de merluza a fuego lento que se prepara con una salsa tipo pisto con la cebolla, el ajo y el pimiento picados y salsa de tomate. La característica de los buchos es que necesitan un reposo prolongado antes de ser servidos. Aunque el uso del picante es opcional, siempre deben picar un poquito por lo tanto téngase esto presente.

En Cudillero es famosa la MERLUZA DEL PINCHO. Se pesca con caña y se recoge una a una. De esta forma la merluza es tratada con esmero y llega a puerto muy fresca. Se sale a pescar de madrugada y se llega a puerto a primera hora de la tarde. Se limpian y se extraen los buchos  para ser guisados con una receta tradicional similar a la de los callos. Es un plato muy sabroso.

LAS CALDERADAS DE PESCADO Y MARISCO  son un plato especial que es habitual en nuestro municipio. Es un guisado de patatas, pescado y marisco . Es realmente exquisito.

LA CALDERETA DE MARISCOEs similar a la calderada pero solamente lleva marisco y patata. Todo ello guisado a fuego lento"


Ya metidos pues en terreno culinario y en plena plaza gastronómica el Gran Atlas del Principado de Asturias dice así:
"La fabada, el pitu de caleya, la merluza del pinchu y el curadillo son platos muy representativos de la gastronomía pixueta, en particular dos dos últimos, pues de todas las especialidades culinarias, son las procedentes del mar las que poseen mayor protagonismo, como es lógico en un concejo de carácter marinero. El curadillo es un pescado que se suele servir en Semana Santa, aunque puede verse colgado secándose en algunos corredores de las casas a lo largo de todo el año. No faltan tampoco el pixín o rape ni otros pescados como el congrio, el besugo y los calamares; ni mariscos como las andaricas, centollos, percebes y oricios, En los postres es típico el arroz con leche, los fixuelos (que se acostumbran a tomar en Carnaval) y las bollinas, que son empanadillas con un relleno dulce. Diversos certámenes promueven el consumo de estos sabrosos platos, como el Festival del Curadillo, el Festival Gastronómico de las Fabas, el Pescado y el Marisco, y las Jornadas Gastronómicas de la Merluza del Pinchu"

El mismo Gran Atlas... nos presenta así esta población:

"La capital del concejo de Cudillero es una de las villas de pescadores más significativas del Principado de Asturias. Su población, que supera los 2.000 habitantes, se concentra en torno a un escarpado acantilado por el que ha excavado su cauce el río Piñera, que discurre bajo la calle principal de la localidad. Debe sus orígenes a su actividad pesquera, que ha marcado su impronta en el inconfundible caserío, declarado conjunto histórico artístico. Este está formado por pequeñas casitas que se apiñan en su bajada hacia el mar para abrirse a la manera de un anfiteatro y distribuirse en anillos concéntricos en torno a la plaza de La Marina, que conduce al puerto"


Covadonga Loy Madera, en su libro de Cudillero, caprichos del mar, escribe:
"Cudillero, capital del concejo, invita a pasear y disfrutar de sus vistas, tanto desde el puerto como desde sus numerosos miradores"
Pero también, haciéndolo extensivo al concejo, afirma:
"La creciente presión turística puede precipitar la degradación de la zona en lo que se refiuere a los aspectos urbanísticos y de accesos"

Bicigrinos en La Ribera, la concha los delata. Como podemos comprobar no son pocos los peregrinos que se desplazan a conocer esta localidad y su puerto, insistimos en que, si no estamos presos exageradamente del tiempo, el reloj y los días contados, así como de fuerzas, merece realmente la pena 


Vamos a cruzar ahora toda La Ribera, El Sable donde se sobordaban las lanchas, para encaminarnos hacia la rampa y el puerto


Caminamos al pie de El Baluarte y viendo más allá las casas colgadas de El Contorno


Una de las casas más antiguas de La Ribera, donde antaño existió una fábrica de salazón, que luego pasó a pescadería, la Pescadería Demetrio, fundada por Esther Menéndez Fernández


El arco de medio punto de sillares de cantería delata esta antigüedad


"Cudillero es una de esas villas marineras del norte asturiano cuya visita es obligada, al menos una vez en la vida", leemos en Cudillero (Asturias)a vista de dron, en El Independiente. Sin duda no es una frase que contribuya a paliar la masificación, pero relata magníficamente su belleza en unas frases: 
"Las casas bajas del pueblo se apiñan alrededor del acantilado, hasta dibujar una especie de anfiteatro, dando lugar a una localización de una belleza singular.
Se trata de un destino ideal para visitar tanto en invierno, donde se puede disfrutar de la calma de la temporada baja y, a la vez, de la ferocidad del Cantábrico; como en verano, donde suele llenarse de vida con el bullicio de la gente. 
Uno no puede marcharse de Cudillero sin visitar la Plaza de la Marina, desde donde se consigue la mejor vista de las famosas casas colgantes; y el Faro del Cudillero, a las puertas del mar. 
Este pueblo de pescadores (...) cuenta, además, con una gran riqueza cromática que combina el verde característico del norte español; las diferentes tonalidades de azul del mar y la coloridas viviendas, cuya belleza se aprecia especialmente bien desde el cielo"

Varias rutas, literarias, paisajísticas, costumbristas, recorren la población. Ya que nosotros propondremos visitar el puerto, podremos pasar por la Oficina de Turismo (Muelle del Oeste s/n) donde nos informarán de estos recorridos e itinerarios, por si deseamos y disponemos de tiempo para recorrerlos. 


En Sapos y Princesas, del periódico El Mundo, realizan una bella semblanza de estos recorridos, de la que extraemos esta parte esencial:
"El precioso pueblo de Cudillero en Asturias, es una villa totalmente ligada al mar, que vive de él y del turismo, y eso se nota en cada rincón del pueblo. Si nos adentramos por las estrechas calles de este singular anfiteatro, siguiendo la famosa barandilla azul, iremos encontrando la ruta de los miradores desde la que tendremos unas impresionantes vistas tanto de la ciudad como del mar. 
Cudillero es una bonita villa que nos mostrará algunos rincones inolvidables. El símbolo de esta ciudad tan especial es, sin duda, su puerto pesquero y sus preciosas casas de colores situadas de tal forma que parece que estuviéramos en un auténtico anfiteatro romano, ya que las casas simulan los palcos y la plaza la arena del teatro. 
En la villa se distinguen dos culturas claramente diferenciadas. Por un lado los pixuetos que son los pescadores y habitantes de la parte baja del pueblo, donde las casas cuelgan de la ladera de la montaña; y por  otro lado están los caízos, que son los que viven en la calle principal de acceso al pueblo, es la zona de los oficios y donde tradicionalmente se ubican los comerciantes. 
Un paseo por la villa es imprescindible: monumentos, casas de pescadores donde cuelgan los típicos ‘curadillos’ – peces pequeños, deshidratados al aire, que constituyen un manjar único y muy típico -, tiendas, el faro, el puerto, un aperitivo o comida marinera. Y, como complemento un paseo por el concejo que nos lleva a espacios únicos como la Playa del Silencio, la de Gueirúa, la Concha de Artedo y la de San Pedro de la Ribera, así como a las increíbles vistas panorámicas del Cabo Vidío, uno de los acantilados de la costa asturiana"

De la misma forma que hacemos con esta villa y capital de concejo, a lo largo de nuestro trayecto por el Camino Norte planteamos realizar pequeñas excursiones a alguna de esas playas más o menos próximas al trazado oficial, por si algún peregrino dispone de esa tarde o media tarde a la que tanto aludimos para desplazarse unos cientos de metros. Así a la del Silencio o Gavieiru (y la Ribera del Molín) iremos desde Castañeras; a la de Gueirúa (y La Conchona) desde Santa Marina; a San Pedro de la Ribera desde Soto de Luiña. Si seguimos la ruta de Las Ballotas. Cabo Vidío lo veremos desde alguna de ellas así como si realizamos la ruta de la Sierra de las Palancas


Oficina de Puertos, pegada al muro de El Baluarte, al que nos asomábamos hace un momento. Arriba, la parte posterior del Ayuntamiento


En el muro, una placa y un cuadro van a recabar ahora nuestra atención


La placa rememora la gran rehabilitación de esta plaza efectuada en el año 1994


El cuadro es un mural que representa una verdadera oda a Cudillero/Cuideiru del artista catalán Jesús Casaús Mecho, otro de los muchos enamorados del lugar y que tiene en el mar, en cocnreto en los puertos, gran parte de la inspiración de su obra


En la placa explicativa situada en su base leemos así
"Este mural fue realizado en 1976 por Jesús Casaus Mecho (Barcelona 1926) quien desde que viniera por primera vez a Cudillero, en 1969 no pudo ni quiso escapar del embrujo, el aroma y la magia de esta villa marinera. Nadie como él ha sabido plasmar en cada una de sus obras esos colores únicos, llenos de generosidad y perfumados con sol del mar como él mismo los definía, convirtiéndose, por derecho, en el Pintor de Cudillero"

Y esta es la explicación del cuadro...
"La peculiar silueta de la villa pixueta se recorta sobre un cielo gris, típicamente asturiano, pero lejos de conformarse con plasmar la atmósfera de Cudillero, sus calles, casas y rincones, Casaus ha conseguido atrapar el alma y la esencia de la villa definiendo la relación ancestral de sus gentes con la mar. Esa mar, que da la vida y la quita, simbólicamente representada mediante una perfecta forma circular de un azul tan intenso como el de sus entrañas y que contrasta con el rojo pasional del fuego tan vinculado a la tierra. La mujer en los brazos del marinero mira cabizbaja a las viudas, consciente de que la caprichosa muerte les acecha cada día en su lucha por la vida"

El texto incluye unas frases del propio Casaus:

"Una vida que Casaus consagró a Cudillero en cuerpo y alma aunque se le quedó corta para disfrutarlo y pintarlo tanto como hubiese deseado. En sus propias palabras:
"En mi caballete tengo un Cudillero inacabado, lo tengo en mi vida, ya que el tiempo apremia y siento no poder terminar todo lo que pictóricamente quisiera sobre mi querido y amado Cudillero. Este sí es mi cuadro inacabado. Mis lágrimas llenarían miles de mares y cuando estoy fuera de él parte de mi ser llora y no tengo consuelo"
Jesús Casaus falleció en Barcelona en Octubre de 2002 y sus restos descansan en el cementerio parroquial de Cudillero"

Y esta es su biografía, escrita por Javier Cuartas para El País, sacada de la página del propio artista,  Jesús Casaús Mecho:
"El pintor Jesús Casaús Mecho nació en Barcelona en 1926 y falleció en la misma ciudad en el año 2002. Sus restos mortales descansan en el cementerio parroquial de Cudillero, pintoresca villa marinera y capital del concejo municipio asturiano de igual nombre. 
Su biografía refleja que es uno de los pintores españoles más conocidos en Europa y EEUU. 
Comenzó sus estudios de arte en la Academia Baixas de Barcelona. Más adelante continuó trabajando en el estudio del pintor Joan Serra. Estudió dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona con el maestro Luis Muntané. 
Realizó su primera exposición en 1953, en la galería Otto Schimdlin de Zurich (Suiza). Tras esta exposición se trasladó a París, donde vivió el desarrollo artístico de los años cincuenta y fue seducido por las experiencias «fauves» de la época. Por entonces sus obras impresionistas ya habían sido expuestas en lugares de Europa, América del Sur, así como en Estados Unidos, donde se convirtió en el artista exclusivo de la Wally-Findlay Galleries de Nueva York. De vuelta a Barcelona, fue miembro del grupo Xifré Morros, el «manager» de la galería Argos. 
A lo largo de su vida profesional expuso en todo el mundo. 
Los temas de Casaús son fundamentalmente las marinas y los grandes puertos de Europa: Hamburgo, Amsterdam, Amberes, Oslo... También pintó escenas taurinas y paisajes urbanos como las Ramblas de Barcelona, de Madrid o de Cadaqués (Gerona). Destacan sus famosos desnudos, especialmente sus espaldas con mariposa, su época de Montecarlo, «Ninfas Azules» y sus íntimas «Maternidades». También sobresalen sus magníficos retratos, entre los que se encuentran María Félix, el ex ministro Sr. Arburúa, la Sra. de Entrecanales, la familia Llopart... 
Fue galardonado con importantes premios, como el Internacional de Pintura «Grolla d'Oro», de Venecia (Italia) o el I Premio de Pintura y de Dibujo del Real Círculo Artístico de Barcelona. 
Entre sus clientes se encontraba el rey Hussein de Jordania, la familia Getti o los Rockefeller. 
En la década de los setenta (aproximadamente en el 73 o 74), se instala en Cudillero, que le cautiva especialmente y donde pasa largas estancias, convirtiéndose en un vecino más. Casaús realiza una amplia obra pictórica de la villa pixueta y sus aledaños. Desde su atalaya del «Cantu», Casaús captó magistralmente el paisaje y los quehaceres pixuetos. El color lo puso él. Suyo es el mural que puede contemplarse en la plaza de la Marina, donde supo fundir su colorismo con la realidad social de este pueblo marinero. En reconocimiento a su labor cultural en pro de lo local y por el respeto y cariño que la gente le tenía, la Asociación Amigos de Cudillero le homenajeó, en el año 1988, con la «Amuravela de oro». 
Fallece Jesús Casaús 
El pintor barcelonés Jesús Casaús, fallecido el viernes en su ciudad natal a los 76 años, recibió sepultura el domingo, según su deseo, en Cudillero (Asturias), donde desarrolló parte de su obra pictórica. 
Nacido en el Paralelo barcelonés, hijo de unos pequeños comerciantes que habían inmigrado desde Valencia, Jesús Casaús databa el arranque de su vocación artística a la corta edad de ocho años. Se adentró en la pintura de la mano de Joan Serra, miembro del grupo Los Evolucionistas. Luego perfeccionará su trazo en la Escuela Superior de Bellas Artes. Sus primeras inquietudes le llevan a plasmar bodegones y el ambiente barcelonés más popular: prostitutas, músicos, marineros, las Ramblas y el barrio de Santa María del Mar... De los años cuarenta datan sus primeras exposiciones en Madrid y Barcelona. Por encargo de una galería, realiza una serie con estudios sobre obras que se exhiben en el Museo del Prado, y en 1953, muy integrado en la bohemia barcelonesa, emprende su proyección europea con una exposición en Zúrich. 
En 1956 se afincó en París, donde se dejará influir por el movimiento fauvista, y en 1958 se traslada a Amsterdam, cuyo ambiente portuario va a ser, junto al de Bermeo, Cudillero, Spakenburg, Greetsiel, Hamburgo, Lemvig y el litoral de Cadaqués, fuentes inagotables de inspiración y que plasma con un colorido intenso y vivísimo y un estilo figurativo que no abandonó aun cuando, tras estancias en Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Noruega, incorporó una incipiente abstracción. Casaús recobró desde mediados de los setenta su interés por la figura femenina, con series como Popas, los desnudos femeninos y sus peculiares Ninfas azules. A lo largo de su trayectoria realizó exposiciones en Europa, EEUU y Latinoamérica"

Bajo las casas de El Contorno y también en el paredón del baluarte, se ha mantenido un rincón típicamente marinero con estas redes, tal y como antes se extendían e izaban a lo alto, para secarlas al sol, una de las escenas antes tan cotidianas en La Ribera

Era esta una estampa habitual en La Ribera durante siglos: las redes secando colgando de las vergas, al lado de las lanchas sobordadas que se extendían a sus pies por toda la Explanada

No hay lanchas sobordadas pero, oh sorpresa, sí una vagoneta minera y junto a ella un ancla. Es el homenaje de la Asociación Cultural Avante Cuideiru "A LA MINA Y LA MAR"

Fue instalado el 2 de junio de 2001 y en base a esta idea la asociación organiza todos los años unos encuentro culturales con este lema, la mina y la mar

No hemos de olvidarnos que fue este concejo minero, no de la envergadura de las cuencas del Nalón, Caudal, Narcea, Trubia... pero sí de sus montañas se sacó hierro y barita, que a veces era embarcada en la Concha de Artedo, que también visitaremos en nuestro recorrido por el Camino Norte

La vagoneta, que cuenta con su tramo de raíles, estaba antes en una especie de cueva bajo las redes, a manera de galería, pero se ha quitado para que el monumento luzca mejor y se vea más

Y llegamos a la rampa, ya prácticamente sin uso, salvo a manera de playa de cemento para los baños veraniegos, desde que las lanchas no son sobordadas al sable. Aquí, al pie de La Cuesta y La Garita, estuvieron algunas de las casas más antiguas de la población, cuya imagen nos llegó, inmortalizada, por lso fotógrafos de época, bien recogidas en obras como la recitada Cudillero en el recuerdo. Evocación gráfica, de Juan Luis Álvarez del Busto y Tico Medina

En este lugar y desde hace siglos se pronuncia el sermón de L' Amuravelapara las fiestas de San Pedro, San Pablo y San Pablín. Un gran sermón laico, de gran expectación y raigambre popular, que es una institución secular más que solo una tradición. De L'Amuravela, El Faro y El Puerto Nuevo hablaremos en elsiguiente tramo de nuestra propuesta de ruta para los peregrinos que, tal vez sin demasiado tiempo, decidan conocer un poco esta villa de Cudillero/ Cuideiru, al lado mismo del Camino Norte en Asturias



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