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sábado, 28 de enero de 2023

EL PASO DE LA ESPASA: LA VENTA DE JOVELLANOS Y EL PUENTE DEL CORONEL ESCANDÓN (PASO DE CARAVIA A COLUNGA, ASTURIAS)

  

La Espasa: playa, venta y río

La Venta de La Espasa guarda el testimonio del paso secular del Camín Real de la Costa en el cruce del río homónimo, La Espasa, río que hace de frontera y paso del concejo de Caravia a Colunga. Aquí por ejemplo comió y se hospedó el ilustrado prócer gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, cuando recorrió estas tierras, el 27 de septiembre de 1790, en sus pesquisas para hallar yacimientos mineros pero que, además, de paso, anotaba asimismo todo lo que juzgaba de interés, desde la "rústica pero abundante y buena comida" al paisaje del "país llano sobre la costa, bellísimo en extremo"


Al lado, el puente de la carretera N-632, en origen (año 1885) carretera de La Espasa a Ribadesella y luego carretera Ribadesella-Canero, es por donde han de pasar los peregrinos, salvo que prefieran vadear el río descalzos y cruzarlo hasta La Venta, decidiendo luego seguir todo por el Camino de Santiago oficial directos a la villa de Colunga, capital del concejo, o bien tomar el camino alternativo a La Isla, donde hay varios albergues, uno de ellos público y orientado en exclusividad a los peregrinos



La Espasa es también una larga y extensa playa caraviense de más de un kilómetro de largo que habremos de recorrer entera hasta el puente y la venta. En bajamares, como esta foto, es factible hacerlo andando por la arena, e incluso pasar a las de El Barrigón y La Isla, ya en Colunga. Sino emplearemos el paseo marítimo que comunica este arenal que en realidad son tres (al menos) desde aquí hasta el río


En pleamares es cuando se perfilan mejor estos diferentes arenales. Según llegamos por el Camino, procedentes de La Punta Melín y La Beciella, esta primera sería la de Moracéi o Moracéy, rodeada de prados, donde en verano también la gente toma el sol cuando sube la marea y se reduce drásticamente la superficie de arena para tumbarse


También es denominada El Pozu les Pipes, aunque para mucha gente este sería únicamente cierto sector de la playa, tal vez este más cercano al acantilado, la zona más recogida y tranquila


En los promontorios que separan los arenales se instalan los salvamentos en verano. La siguiente playa sería la de El Visu, separada a la vez de la de La Espasa propiamente dicha por otro pequeño cabo. En la distancia divisamos ya desde aquí La Venta la Espasa. A la izquierda vemos el Camino, que coincide con el paseo y con la senda costera en este tramo, el cual nos llevará hasta allí siguiendo el borde del acantilado y de las playas


Es la de Moracéi la más agreste sin duda de las tres playas, dado que en su entorno no hay construcciones sino prados abiertos que se extienden hacia el sur, praderías de El Visu y La Cruz, con una formidable vista del Puertu Sueve, impresionante murallón que se extiende unos doce kilómetros de este a oeste, desde La Cruz de Llames en El Fitu al oriente al Altu la Llama al occidente, ambos los dos pasos naturales entre la costa y el interior, valles del Piloña y del Sella


La erosión marina provoca el inexorable retroceso, lento pero continuo del acantilado, que se va paulatinamente desmoronado, principalmente en lugares como este, compuesto principalmente por tierra muy arenosa


Según explica Yolanda Viniegra Pacheco, una de las autoras de El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, coordinado por la catedrática Mª Josefa Sanz Fuertes, esta acción erosiva habría provocado la desaparición de antiguos trechos del Camino muy próximos al mar, sobre todo estos últimos metros del mismo en términos de Caravia:
"Los últimos metros de este tramo se hallan perdidos, fenómeno que se repite con frecuencia en el concejo, ya que el peculiar trazado de la vía por una zona de gran actividad erosiva ha facilitado el progresivo desdibujamiento de su planta"

Los aproximadamente cuatro kilómetros del Camino que recorre la costa caraviense van casi siempre tan pegados al mar, especialmente ante estas playas, donde apenas hay distancia entre él y el acantilado. Lo que unido a que, al ser relegado a vía pecuaria desde la inauguración de la carretera el 30 de julio de 1885, junto con la "apropiación indebida de vías públicas por particulares" en la actualidad más de 1.800 de su trazado original en Caravia hayan desaparecido, según datos de Viniegra Pacheco


La máxima altura del Puertu Sueve el el Picu Pienzu (1.161 m). Su escasa distancia respecto a la línea costera ha supuesto que se le considere una de las mayores diferencias de altura respecto a su cercanía la nivel del mar. Si en embargo esto se discute según datos y opiniones. Recomendamos al respecto el debate abierto en la página montañera Mendikat sobre este caso


Ello no obstante no le quita mérito alguno a esta montaña que se ve desde tan lejos que no pocos viajeros, exploradores y eruditos, desde geólogos a montañeros y etnógrafos, han afirmado en sus obras, tal vez exageradamente, que se ve la costa desde Vizcaya hasta Galicia, es decir, casi los extremos del Mar Cantábrico


En pleamar Moracéi se convierte en una pequeña pero muy coqueta concha bien resguardada por rocas y acantilados. El paisaje es magnífico, llegando al oeste al Cabu Llastres, que guarda esta ensenada que fue abrigo natural de navíos desde tiempos inmemoriales


Separado de la playa, pero a la vez próximo a ella, se habilita un parking en uno de estos prados, hasta el que llega una carretera local procedente de la N-632 en Los Duesos. Al lado se instala un chiringuito con merendero, también en época estival, el Playa Madre. La revista GQ la buena vida lo incluye entre los mejores chiringuitos de Asturias:
"En el arenal de la playa de la Espasa, con la sierra del Sueve de fondo, Playa Madre se ha convertido en uno de los lugares –una mezcla entre chiringuito y festival– en los que la diversión está asegurada
Con su enorme tipi, bajo el que encontrarás la barra, y junto a él un escenario, la programación de música en directo, exposiciones, pop-ups, exhibiciones, jornadas gastronómicas… al aire libre, es de lo mejorcito de la zona. Sin olvidar la fantástica ubicación y una carta que permite picar algo mientras asistes a la puesta de sol."

El Camino realiza una pronunciada curva a la derecha y cruza con el de acceso a la playa, una buena oportunidad para darse un chapuzón en días de sol castigador y agotador, e incluso, recalcamos, para continuar sobre la arena en bajamares. Ciertamente el lugar es excepcionalmente bello, conformando lo que se llama un parque-playa


A la derecha a la playa: de frente sigue el Camino, tras separarse ligeramente del borde acantilado. Multitud de sombrillas ofrecen un toque muy colorista


Aquí nos llama poderosamente la atención este tramo empedrado, tal vez sea parte del antiguo camín real


El trayecto es muy llano, realmente pocas cuestas importantes vamos a tener hasta más allá de Colunga, cuando tras cruzar el valle del Ríu Llobones, emprendamos la subida a Conyéu, camino de Villaviciosa 


Una imagen del mismo lugar, también en verano pero sin gente, poco después de amanecer. Al fondo los blancos y resplandecientes edificios de apartamentos de la urbanización de Entreplayas en El Barrigón, ya en Colunga, por donde proseguirá el Camino tras dejar atrás La Espasa



Nos vamos a acercar a comprobar cómo pueden llegar a ser las diferencias de nivel del mar entre pleamares y bajamares en el Cantábrico. Esta foto es en bajamar, pero también con la marea ya empezando a subir


Marea alta, y aún subiendo. Prácticamente la arena desaparece bajo las aguas en este lugar, quedando únicamente a la vista el pedreru de rocas y cantos rodados


Y esta es una foto de la marea bajando. Este fenómeno no es tampoco homogéneo, la diferencia se acusa enormemente en las llamadas mareas vivas, especialmente las de marzo y los meses de septiembre a octubre, casi como quien dice al empezar y al terminar la temporada (en Semana Santa ya se va apreciando la presencia de turistas y visitantes), pero sin embargo es en realidad más frecuente de lo que popularmente se cree


Esta zona se vio especialmente favorecida además por la gran promoción que hizo de ella la famosa serie de televisión Doctor Mateo, cuyos escenarios naturales y exteriores se realizaron en el pueblo marinero de Llastres y sus alrededores, en la serie llamado San Martín del Sella


Y aquí tenemos una vista del sector oriental de Moracéy-El Pozu les Pipes, que es a la vez el extremo este de este gran conjunto de arenales. Allí los acantilados de La Punta Melín, de donde viene el Camino, procedente de La Beciella

 
En esta foto, por ejemplo, la marea está bajando y se han formado grandes charcas al retroceder el mar


Otra foto subiendo. Si bien para los naturales del Cantábrico no ofrece mayor sorpresa, para los habituados al escaso flujo intermareal de otros mares puede dar sorpresas. No es infrecuente que, en un descuido, el mar nos moje si nos tumbamos inadvertidamente en la playa y nadie nos avisa; o incluso que alguna vez nos lleve alguna pertenencia


Enfrente, La Isla, concejo de Colunga, fue un importante puerto natural desde milenios atrás, es posible que empleado desde época romana hasta la baja Edad Media, cuando en la isla que le da nombre al lugar, por entonces unida a tierra, había un castillo desde el que un tenente o gobernador administraba este territorio de Colunga, que abarcaba a Caravia, al menos hasta el siglo XIII


Han aparecido restos de una villa romana y de edificios termales, además de, lo más sorprendente una estela que revela existió en el lugar culto mitraico, religión oriental de origen persa muy extendida por el Imperio, y que dada su condición salvífica era especialmente popular entre las tropas, lo que ha llevado a pensar en la existencia de una guarnición permanente de legionarios, una de las destacadas en numerosos enclaves estratégicos del noroeste y que dependería de la Legio VII Gemina, que dio nombre a su emplazamiento base, en la ciudad de León 


Un castro astur, El Castru, guardaría esta puerto desde época prerromana, situado y localizado entre La Garita y La Punta la Isla, del que se conservan señales de su antiguo foso. Otro castro estaría más atrás, en el monte La Villeda (141 m), del que también se han hallado restos de sus construcciones y defensas


Ambos castros protegerían sendos puertos de arribada, aquí el de Playa la Isla y al oeste el de la Playa la Griega (de briga, fortaleza). Los dos tendrían una excelente defensa natural cara al mar en sus acantilados, sobre todo el de La Villeda


No llegamos a ver la Playa la Griega pero sí parte del acantilado de la de L'Estilleru, así denominada por haber sido, siglos ha, astillero de construcción de embarcaciones de los marineros llastrinos, cuyo puerto tal vez tenga un origen también muy antiguo pero que alcanzó gran notoriedad con los fueros y derechos otorgados al fundarse, poco antes de 1278, que es la primera vez que se la nombra en documento conservado, la Puebla de Colunga


Si bien Colunga era la capital, el gran puerto de su alfoz era Llastres, y por eso siempre fue la población con más habitantes del concejo, dado el impulso que supuso la promulgación de la carta puebla para su tráfico portuario, derechos de pesca, enclave ballenero, comercio, sisas y tributos, almacenes, industria de salazones y un largo etc., dependiendo directamente de la Corona, que era como decir del Estado, sin señoríos intermedios ni vasallajes monásticos ni feudales


Es por ello que muchas gentes acudieron a establecerse en Llastres, aprovechando el lugar en el que su gran acantilado se suaviza en ladera hacia la Playa l'Escanu, donde se despiezaban las ballenas. El primer puerto propiamente dicho se construyó a mediados del siglo XVI, cuando aparecen además las primeras noticias de la Cofradía de Santa Ana, que agrupaba a sus mareantes. Es entre ese siglo y el XVIII cuando alcanza gran prosperidad, con grandes costeras de pesca y tráfico comercial con Europa, pero en 1740 una galerna lo destruyó, ocasionando la marcha de muchos marineros y sus familias a otros puertos, dado lo que tardó en ser reconstruido y, de paso, mejorado, más de un siglo


Primeramente hubo que esperar más de 30 años, a 1773, a que se dispusiese comenzar las obras, pero estas fueron paralizadas por el Ministerio de Marina en 1807. Un intento de reanudarlas terminada la francesada quedó en nada al llegar a las Cortes y hubo de esperarse al último tercio del siglo XIX para reemprenderlas y culminarlas, inaugurándose el nuevo puerto en 1875


Si bien la pesca siguió prosperando, y con ella una nutrida industria conservera, el puerto comercial fue decayendo, si bien llegó a avanzado el siglo XX como salida comercial a la producción carbonera de las minas de Carrandi, desde las que se transportaba el mineral el tolvas hasta un pantalán cuyos restos aún se conservan frente al barrio de San Antonio. La crisis del sector pesquero hizo menguar drásticamente la flota, las conserveras desaparecieron y El Muellín, la parte antigua, fue transformada en puerto deportivo


Y es que el turismo se manifestó como la nueva industria motora de estos pueblos costeros y playeros, la cual engloba otras muchas, desde la construcción a la restauración, pasando por la construcción y por supuesto la hotelería y alojamientos. No obstante es altamente estacional, tres meses al año y con buen tiempo, de ahí la necesidad permanente de buscar ideas y proyectos que consigan esta deseada desestacionalización


Por aquellas fechas en las que Llastres se configuraba como el gran puerto de Colunga, y cuando el tenente del castillo de La Isla ya no se hizo necesario al tener, gracias a la preciada carta puebla, sus propios organismos de administración y justicia, Caravia ya se habría separado de Colunga. En concreto se da la fecha de 1215 cuando el rey Alfonso IX fija sus límites confirmando la donación anterior, de Fernando II, de este antiguo coto monástico a la Iglesia asturiana


Se trataba del coto del antiguo monasterio de Santiago de Caravia, fundado hacia 1040 por el poderoso conde Munio Roderici, apodado El Can, y que según la tradición acogió monjes benedictinos. Alfonso IX dice está en el valle de Caravia, mientras Fernando II, en 1176, lo emplaza en el valle de Colunga, lo que revela la separación definitiva de ambos términos


Junto con el monasterio, del que la actual iglesia de Santiago de Caravia es sucesora de su templo monacal, hubo una alberguería para peregrinos cuya gestión se atribuyó, sin más datos, a los templarios en el siglo XVIII, sin que se haya encontrado de momento otra referencia documental que lo atestigüe, aunque sí que, de templarios o no, aún figuraba en una relación de estos establecimientos a principios del siglo XIX


No sabemos tampoco cuándo, ni cómo ni porqué, aquella pertenencia a la Mitra ovetense de Caravia desapareció, pero hubo de ser en algún momento entre 1385, cuando aparece dentro de los lugares de obispalía del Libro Becerro del obispo Gutierre de Toledo, y 1494, que está incluido dentro de los concejos de jurisdicción ordinaria de la Junta General del Principado


Un intento de las administraciones liberales de reintegrar Caravia en Colunga en 1839 chocó con la tenaz oposición vecinal y no se llevó a cabo tras escribir, Ayuntamiento y vecinos, una carta a la reina Isabel II rechazando categóricamente tal posibilidad, por lo que no se llevó a cabo


No obstante, el tema de supresión de concejos, normalmente pequeños, e integrarlos en otros mayores, es un tema recurrente en Asturias, al menos entre diversos opinólogos, no obstante de momento de eso, artículos de opinión y entrevistas en medios de comunicación, a veces con detallados mapas incluidos sobre lo cada quien entiende debería suprimirse y lo que no. Frente a ello se crearon las mancomunidades de concejos, en las que estos siguen manteniendo su independencia pero comparten diversos servicios. Aún así ni siquiera están en la misma, Caravia estaba en la Mancomunidad del Sueve (disuelta en 2013), Colunga en la Comarca de la Sidra


Nos acercamos a la Playa'l Visu, a la que llega otra de las carreteras desde Los Duesos. Fijémonos en la cantidad de gente arremolinada en la pequeña franja arenosa que queda libre con marea alta. Aquí no hay prácticamente prados pues está en una zona urbanizada


Y fijémonos también en el mojón jacobeo que confirma que vamos en buena dirección y por el itinerario correcto


En pleno verano tendremos la playa así de llena y compartiremos camino con bañistas, turistas, paseantes, senderistas y demás visitantes...


Y entre ellos, cómo no los surfistas, prestos a desplegar sus tablas ante el mar. Se celebra aquí el famoso Motorbeach, que une al surf con las motos, los coches clásicos y la música, "Motos, surf y rock a la asturiana", así lo definen en la página Motodonamia...
"Prima la improvisación, el olor a combustible, la llovizna y la sal predominantes en la playa La Espasa de la provincia norteña española. Es un encuentro anual que convoca a una cultura liberal que hace un culto del Café Racer, el surf y el rock pesado.
Durante tres jornadas, amantes de las motos retro, el surf y la música rockera se congregan todos los años en el Motorbeach, un festival polifacético que se realiza en un enclave geográfico donde proliferan la lluvia y la sal. 
En la Playa La Espasa, de Asturias, España, la humedad y el salitre se impregnan con la nafta y crean una atmósfera especial para propiciar un sinnúmero de actividades propias de la cultura motera radical. 
En un informe publicado por ABC.es, se describe la séptima edición del Motorbeach, el Motorbeach 2019, al que califica como “el festival de motos más alocado y esperado del territorio español”. 
“Surf, motos, coches clásicos, Rock and Roll, skate, buena gastronomía cerca del mar, con la amenaza siempre presente del amado-odiado orbayu -como dicen en Asturias al calabobos (llovizna persistente)-. Una mezcla auténticamente explosiva”, sintetiza la nota. 
En definitiva –dice ABC.es- “este Motorbeach 2019 ha sido una pequeña ciudad, organizada por y para disfrutar de las motos, con exposiciones de clásicas de fabricación propia, puestos de artículos moteros, una zona de skate, el gran Donut -un circuito Dirt-Track homologado donde atrevidos pilotos compiten por ganar-, Food Trucks con diferentes propuestas gastronómicas, caravanas y furgonetas, desde los años 60 en adelante, reformadas con mimo y buen gusto”. 
Según los propios organizadores la filosofía del Motorbeach Festival “es clara y conocida, ‘una apuesta vocacional por la playa y el surf más espontaneo, el single fin; es una apuesta por la autenticidad, las esencias de la cultura rock&roll, el motor custom y el estilo Café Racer, por la creatividad de nuestro mundo, la comunicación y convivencia en la naturaleza; por el respeto y la diversión, por la fiesta y la solidaridad"

Este promontorio al lado del Camino ofrece una buena explanada verde para contemplar la playa. Parece ser que la etimología de visu, dicen los eruditos, tiene que ver precisamente con lugar de buenas vistas, "un alto divisorio de vistas y parajes: un mirador sobre las laderas divergentes", nos dice Julio Concepción Suárez, Xulio, en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana


"Es difícil, sin conocer previamente el terreno, emitir un juicio acerca del origen etimológico de los topónimos del tipo El Visu, El Viso, dado que, fonéticamente, pueden provenir tanto del término formado sobre el participio de videre ‘ver’, esto es, V¯ISUM ‘acción de ver’ (OLD) como de ABYSSUM ‘abismo’ (abismus). La dificultad se agranda más dado que en muchas ocasiones un abismo puede coincidir con una gran elevación que sirve de atalaya o punto de observación "

En este caso, por ejemplo, la atalaya podrían ser estos mismos promontorios y acantilados, no demasiado altos pero sí lo suficiente para ofrecernos buenas panorámicas...


Y panorámicas a la vez sobre direcciones divergentes, también hacia el este hacia la Playa Moracéi, que ya hemos dejado atrás


Playa en bajamar. Los roquedos que afloran en la superficie arenosa señalan, según los geólogos, el retroceso del acantilado a lo largo de los milenios 


También la peñas del mar, algunas con caprichosas formas producto de la erosión. Se supone están formadas por las rocas más duras, las que más cuesta desgastar a los agentes erosivos, moldeadas por la fuerza de las olas del mar


En esta otra foto parece la marea estuviese aún subiendo, reparemos en la sinuosa franja de arena recién mojada por el creciente oleaje...


Y aquí el mismo lugar por la mañana temprano y en bajamar, sin gente. El caraviense Francisco Llera Ramo, catedrático de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco y director del Euskobarómetro, recordaba su infancia en Caravia con estas frases que pasmaba Marcos Palicio en la serie Nuevas y viejas polas del periódico La Nueva España allá por el año 2010:
«un paseo entre Morís y la Espasa por el camín real, que ahora llaman de Santiago, a la orilla de playas y acantilados» 
«un buen paseo, un partido de lo que sea, un baño o tomar el sol en las playas de Morís, la Tuerba, la Beciella, el VisuMoracey o la Espasa y pulpear por los pedreros o caleyar entre prados y pumaradas»

Al ir retirándose las aguas, y sobre todo en verano, cuando el río baja con poco caudal, se hace factible continuar todo por la arena hacia la Playa'l Barrigón, descalzándonos para cruzarlo y dirigirnos a El Piñoble, y luego continuar hasta la Playa la Isla

 Ahí primeramente tenemos el Hotel Bahía (edificio blanco de ventanas alargadas en su piso alto) y el Marejada Hostel, antiguo albergue turístico El Furacu. Por allí podremos ir dejando la arena para tomar la rampa a El Terreru, el paseo marítimo, actual Avenida Enrique Hidalgo


Ahí está la iglesia de Santa María de Tona, que fue parte de un antiguo monasterio ante el mar. A la derecha asoma El Peñón, llamado a veces El Peñón de les Ánimes. Una línea de rocas señala el lugar por el que, posiblemente hasta el siglo XIX, estuvo unido a tierra como una península




El Peñón presenta una cavidad muy llamativa, una cueva en forma de galería, con entrada por ambos lados. Según recuerdan los veraneantes de posguerra, en la parte más cercana al pueblo se ponían los escasos vecinos que bajaban a la playa


Por su lado, los veraneantes se disponían más bien de El Peñón hacia El Barrigón. Ya en 1845, Pascual Madoz, en su Diccionario, informaba que los bañistas tenían tan cerca sus alojamientos en las casas que podían entrar y salir de sus habitaciones en traje de baño. La noticia revela que ya por entonces se ponían de moda los baños de mar, o de algas como se decía entonces, tras los avances médicos del siglo XIX que demostraron sus efectos beneficiosos para la salud y ciertas afecciones


El paso a El Barrigón desde La Espasa, una vez cruzado el río quienes quieran continuar por los arenales en bajamares hasta La Isla, se hace por El Piñoble, donde una hay una franja rocosa que suele quedar enseguida cubierta por las aguas cuando sube la marea, enfrente de la denominada Punta'l Cuervu


Tal vez una buena opción en este caso sea ir caminando por los tramos más arenosos, junto a las cuevas del acantilado bajo Entreplayas y, si no queremos brincar por las rocas, que puede ser fatigoso, tenemos la posibilidad de subir por las escaleras del muro de contención que hay más la derecha, por el que discurre un pequeño paseo jalonado de arbustos que luego baja a la arena del Barrigón por otras escaleras al final del muro


Esas escaleras salen de la calle entre las casas y apartamentos de Entreplayas, por donde discurre el Camino oficial tras cruzar el Puente la Espasa, el cual podemos seguir hacia allí, o continuar por él y, carretera adelante, separarnos del mismo antes de Güeñu o Bueño y continuar hasta la entrada a La Isla por El Ramal (calle Francisco Carrillo)

Quienes continúen a la villa de Colunga dejarán también la carretera pero a la izquierda, subiendo de Güeñu a Covián, las casas que vemos a lo lejos en lo alto de una colina, que están a solamente un par de kilómetros de la capital del concejo


Según transcurre la mañana la playa y el Camino se llenarán de gente, esto naturalmente en verano y con buen tiempo


En otras estaciones, aunque siempre hay alguien en la playa paseando, pescando, corriendo, etc., estos parajes se vuelven más solitarios. Esta es una foto a principios del verano, cuando ya hay gente pero aún no demasiada


Atención a esas toallas, falta poco para que llegue a ellas el agua. Algunos bañistas ya están tan experimentados que intuyen hasta donde va a subir la marea y a donde no, sobre todo los que acuden a diario


A la izquierda es el pueblo de El Visu, más conocido como La Espasa, prácticamente una urbanización turística de segundas residencias y viviendas vacacionales. Pocos vecinos viven de manera permanente todo el año, pero los residentes se multiplican exponencialmente al llegar el estío


Al sur y bajo el Sueve divisamos algunas casas de Los Duesos, en concreto las de El Requexu, barrio al extremo occidental del pueblo, que es el segundo núcleo de población en número de habitantes de Caravia



Allí destaca un gran palacio con palmeras, que ya veíamos en el artículo dedicado al tramo anterior de Camino por La Punta Melín, magnífica mansión de indudable porte indiano cuya gran torre cuadrada y de tejado a cuatro aguas domina el paisaje y es un perfecto mirador sobre la costa


Se trata de Villa Rosario, construida hacia 1920 en estilo regionalista montañés por el arquitecto Francisco Casariego Terrero, que era además un excelente pintor, padre de los también arquitectos y pintores Pedro y Francisco Casariego Hernández-Vaquero


Además de su majestuosa torre en ángulo, dispone de otros magníficos detalles, como un gran balcón-corredor a su izquierda, mirando al este, así como por sus colores y estar rodeada por un hermoso jardín. Fijémonos también en su grande y alto pararrayos


Para evitar argayos y corrimientos de tierra en la Playa'l Visu que afecten a la playa y el Camino, se ha construido un muro de contención con grandes rocas


Según caminas junto a ella da la sensación que fuese mucho más grande. Existe no obstante cierta confusión con los nombres de estas tres playas de Caravia que en bajamar son una. Según las fuentes consultadas una se engloba en otra y al revés


Sea como sea, se nos ofrece, además de un espectacular arenal por su longitud, unas hermosas vistas de esta gran ensenada que se prolonga hasta el Cabu Llastres



Las casas de Llastres destacan en la lejanía con el intenso blancor de la mayor parte de ellas, así como sus rojos tejados. El espigón que protege su puerto sale de la Punta Misiera o Miseria, que junto con la Punta Penota, bajo La Villeda, guardan la bahía de la Playa la Griega


Más a la derecha están la Punta l'Escanón y los acantilados de Les Llastres de la Cotariella (llastra, piedra grande lisa y plana abundante en esos pedreros). Arriba se distingue muy bien el Campu San Roque, con su antena de comunicaciones, el restaurante El Mirador, la capilla que le da nombre (también muy blanca) y una casa más, solar de grandes romerías marineras


En lo alto, barrio de El Fontanín, la torre de su iglesia parroquial asoma entre los árboles, casi en medio de la foto pero un poco más arriba, con un alto edificio moderno a sus espaldas. Es una obra dieciochesca en estilo neoclásico y barroco que contó con la participación del famoso arquitecto candasín Manuel Reguera González. Su advocación es la de Santa María de Sábada y sustituye a otra anterior, La Iglesiona Vieya, dedicada a San Blas, desaparecida y que estaba en otro lugar


Más cerca, seguimos viendo El Castru y La Garita, donde se han recuperado una serie de trincheras de la Guerra Civil, pozos de tirador en previsión de un posible desembarco de los nacionales, las cuales formaban parte de las defensas del cercano aeródromo de Sales, al oeste de la villa de Colunga, por donde pasará el Camino


Más allá, de nuevo el gran cerro de La Villeda, uno de los primeros enclaves castreños de Asturias donde se realizaron estudios arqueológicos con estudios científicos. Sin embargo, cuando el erudito etnógrafo caraviense Aurelio de Llano quiso excavar allí en agosto de 2021, se encontró con la firme oposición del dueño, pese a ofrecérsele la correspondiente compensación económica, pues pensaba que el investigador lo que quería era llevarse un tesoro que, según la leyenda, está allí escondido. Por suerte "Por fin se convenció de que allí no había ningún tesoro y me dió toda clase de facilidades para llavar a cabo mis investigaciones", escribió posteriormente de Llano


Más al oeste, al otro lado del valle del río Colunga, que desemboca en la Playa la Griega, se extiende el Monte la Salú y rasa de San Telmo, de unos 191 metros en su cota más alta. Luego es la zona de Les Melendereres, parroquia de Sales. Todos esos montes han sido intensamente plantados también de ocalitos



El Peñón o Peñón de les Ánimes, del que reconocemos ahora bien su cueva subterránea con dos entradas, cual galería pétrea que lo atraviesa de lado a lado. Es también llamado El Castiellu o La Isla'l Moral, donde hubo un castillo de época altomedieval, propiedad del conde Piniolo. Se hallaron restos de muralla con aparejo de cal y trozos de cerámica prerromana, romana y altomedieval



Más a la izquierda El Barrigón, que en marea alta casi desaparece como playa, llegando las olas hasta El Piñoble y La Punta'l Cuervu



En ese caso, quienes opten por ir a La Isla han de evitar el vadeo del río y continuar por el arenal, tal y como proponemos en las buenas bajamares, y seguir el trazado oficial del Camino de Santiago por el Puente la Espasa hasta la N-632 y allí separarse de la ruta a la villa de Colunga en el lugar indicado



Según nos vayamos acercando a la desembocadura del río La Espasa iremos explicando, en diferentes entradas de blog, las posibilidades que se nos ofrecen en ese aspecto


El Camino continúa recto y llano por El Visu, con la playa a un lado y las urbanizaciones al otro. El exvicerrector de la Universidad de Oviedo Víctor Guillermo García, que se asentó aquí, cuenta en entrevista para La Nueva España realizada por Eduardo Lagar y publicada el 17-7-2022, su historia personal al respecto, que es un ejemplo de cómo creció este enclave: 
"Siempre iba por la zona de La Isla, en Colunga. A mi mujer le decía: cuando tengamos algo de dinero compramos una casa por aquí. La parte de Caravia era mucho más barata. Metiéndonos en una hipoteca, como todo el mundo, y como aún no había autovía, todo era mucho más barato en Caravia. Estamos hablando del año 1990. Mi padre me animó a comprar, me dijo: la autopista va a pasar por la costa, es lo que está pasando en todos los países; tú compra ahí que seguro que aciertas. Y así fue, por cuatro perras compré una casina con terreno ahí en la misma playa de La Espasa. Había más como yo que veían el potencial de la zona: esto es muy guapo y triunfará. El problema que había entonces eran los vertidos en la playa de La Espasa de la mina de espato flúor, que en su día estuvo limpiando mineral durante muchos años y lo llevaba la marea. Levantaba lodo y la playa no estaba muy bien. Pero como el espato flúor entró en crisis porque México producía más y más barato, la mina cerró. Y eso fue la salvación. La gente ya se animó más a venir por aquí. Llegó a haber en Caravia unas seis minas de espato flúor, me decían los del pueblo. Yo soy muy aficionado a los minerales y tengo muchas fluoritas de la zona. Ahora no hay ninguna mina ya en el concejo. Queda una en Gobiendes, en Colunga, y otra, la mina Ana, entre Ribadesella y Caravia"

Uno de los accesos a la playa, el más natural y arenoso, donde suelen acumularse lo cantos rodados. 


Foto del lugar con la marea bajando. La banda arenosa más oscura es la arena húmeda, de la que se acaba de retirar el mar: es la más firme para caminar si quisiésemos andar por el arenal, también la más libre de gente, ya que no se suelen poner allí toallas ni tumbonas (aunque alguna sí), formando un precioso pasillo por la misma orilla



Observemos que sigue la pared de rocas de contención en el terreno sobre el que discurre del Camino, cuyo terreno se ensancha un poco en este lugar, con un poco de prado a su derecha



Como ya hemos dicho, la vecina playa y pueblo de La Isla fueron de los pioneros del turismo playero en Asturias. Sin embargo su extensión hacia estas playas de Caravia fue algo posterior, llegando a la década de 1970 ó 1980. Lo explica también en la citada entrevista Víctor Guillermo García:
 "En aquella época, el turismo terminaba en La Isla, en el concejo vecino de Colunga. Tenía Caravia pocos servicios. Para que te des cuenta de cómo era aquello, no había ni recogida de basuras, no había ni alumbrado público, aunque suene a ciencia-ficción. Fue hace treinta años. Cada uno teníamos nuestra farola para alumbrar, que pagábamos nosotros y todo lo que se hacía era con cooperación de los vecinos, que estábamos muy unidos para estas cosas. Se formó una asociación y con ella se lograron cosas muy importantes. Hicimos un proyecto para una especie de aprovechamiento de las zonas de dunas de La Espasa con la colaboración uno que era ingeniero de caminos. Aquel proyecto empezamos a moverlo por todas las administraciones y no tuvo éxito, hasta que llegó a Europa. Estamos hablando del año noventa y poco. Europa nos dio 160 millones de pesetas, que en aquella eran muchas perras. Se creó un aparcamiento muy grande en La Espasa, el que hay actualmente, y se hizo el paseo, se instaló alumbrado público, con lo cual se empezó a alumbrar también el resto de las viviendas. Empezó aquello a progresar. Ya en los años 2000 el ayuntamiento empezó a tener un poco más de dinero, porque la gente edificaba, y empezó a haber poner recogida de basuras. Pero no había depuradoras. Había una que era una cosa mínima cerca de unas cuantas viviendas. Caravia baja no tenía depuración, Caravia alta, tampoco…"

Hasta que, en torno al año 2000, se fueron inaugurando los correspondientes tramos de la Autovía del Cantábrico, llegar a Caravia desde el centro de Asturias era además toda una epopeya:
"Antes tardabas hora y media o más, según el tráfico. Recuerdo que cuando nuestra hija era pequeñina llegaba siempre vomitando por todas las curvas de La Campa… Aquello era horrible. Y ahora, en poco más de media hora, llegas desde Oviedo. Es otro mundo. Ahora, en el momento en que tienes un poco de tiempo libre, nos decimos: vamos a tomar un café a La Espasa y a segar. Ahora puedes hacer eso. Antes, imposible".
"Gracias a la autovía el pueblo no se despobló. Muchísima gente había marchado a trabajar y aunque, alguno volvió después de jubilado, la gente se hacía mayor en todos los pueblos y el censo disminuyó mucho". Pero vino nueva gente"

Sobre el urbanismo de Caravia y su costa, menciona Guillermo García lo siguiente, citando de paso al Camino de Santiago en el concejo
"Se hizo una urbanización en Caravia Baja. Una urbanización bien hecha, que respeta un poco la tipología de la zona, que se vendió muy bien y con mucho éxito. Luego también en Caravia Alta. La suerte es que todo son viviendas unifamiliares, no se hizo ninguna barbaridad como se hizo en La Isla. Ves la costa de Caravia y es una maravilla. Pasa toda la ruta del camino de Santiago al lado de la playa"

No obstante, hubo problemas, no fue fácil preservar el paisaje y menos con el boom inmobiliario, que caracterizó los planes urbanísticos en el cambio de milenio, "hasta que estalló la burbuja en 2009", como se suele decir:
"Hubo un plan urbanístico que no triunfó porque no estaba bien hecho. No sé si lo debo decir, pero unos cuantos vecinos, casi la mitad de los vecinos, hicimos un escrito y lo presentamos a la CUOTA (Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio) y lo paró rápidamente porque teníamos razón. (La CUOTA aprobó en 2009 el plan vigente que rebajaba en 600 viviendas las pretensiones originales del ayuntamiento). Gracias a eso se paró y, ahora, lo que se está edificando es poco a poco y con orden. La sociedad civil se movió, como ocurrió en el caso del proyecto para la playa, y paró aquel plan urbanístico, que no es que fuera mala idea paro era desproporcionado para Caravia. Tras la crisis de 2008, hubo unos años en que la construcción estuvo parada, porque estaba parada en todo el país. Pero ahora volvió el boom y todas las parcelas, por lo menos las que están cerca de mi casa, ya están vendidas y con precios caros que los de aquí no podemos pagar. Pero los de Madrid tienen perras, sí (risas)".

"Date cuenta de que Caravia, la mitad del territorio, está en el Paisaje Protegido de la Sierra del Sueve y eso es una maravilla. Te llega hasta la carretera general la zona protegida. Esa fue a otra gran suerte que hubo, ahí no se puede edificar nada. Y si se edifica al lado de la costa es con viviendas unifamiliares o pareados"

Otra gran narradora del veraneo en esta gran ensenada compartida por Colunga y Caravia es la geógrafa, Doctora en Historia y Geografía por la Universidad Complutense de Madrid, Josefina Gómez Mendoza, que en su blog incluye una buena entrada dedicada a sus memorias al respecto titulada Veraneos asturianos de mediados del siglo XX: La Isla (Colunga) y que queremos recomendar. En ella dice cosas como:
"Las bicicletas eran indispensables, no sé dónde las guardaban mis padres entre verano y verano. Se iba mucho a coger moras, y cuando llegaban las grandes mareas de final de agosto, íbamos muy pronto por la mañana, con los esguileros al lugar del Camarón, a las rocas entre el Barrigón y la Espasa. Con la fiesta de la Velilla, la virgen de agosto, nos traían a casa una capilla con una virgen, a mí me impresionaba bastante. A veces nos llevaban nuestras tías al rosario vespertino en la iglesia: allí como ya he contado, lo más llamativo eran los reclinatorios familiares, es decir grabados con el nombre de las familias a las que pertenecían. Con mucha más frecuencia íbamos al Barrigón y a la venta de la Espasa, donde se jugaba a los bolos. Y muchas veces a Colunga, a casa de los Grande, a la farmacia, a la pastelería donde acudía a menudo nuestra madre con algunas amigas."

En verano, hoy como ayer, además de mar y playa había otro gran aliciente, las romerías, así como desplazarse a las cercana villa de Colunga y al puerto de Llastres:
"Las fiestas por antonomasia eran las romerías, el escanciado de la sidra, los puestos y el baile. Yo no sé por qué recuerdo mejor las de Caravia y Gobiendes que las de La lsla que se celebraban en el prado de la Velilla, el día de la Virgen de agosto. De lo que sí me acuerdo muy bien es de las carreras de sacos y de bicicleta, de los concursos de natación. Cuando tuvimos coche, e incluso hasta yo ya conducía, íbamos más a la playa de Colunga y sobre todo al cabo de Lastres, con la maravillosa quebradura de su puerto; se tomaban unas sardinas o se merendaba arriba en el campo de san Roque, o en una terraza colgada sobre el mar, o directamente abajo en el puerto. Asistíamos a la rula o subasta de pescado, incluso alguna vez embarcamos con pescadores. Yo recuerdo haber salido a la sardina, y haber cogido el mayor mareo de mi vida. De las fiestas de Lastres a mí me entusiasmaban el concurso de cucaña, trepar sobre el mar por un palo cubierto de grasa a ver quién conseguía llegar al final y coger el trofeo. Casi todos se caían."

Aunque a nivel popular no se había divulgado la importancia histórica de El Castru, ese enclave era toda una referencia para pasearlo en aquellos animados veranos:
"Cuando empezamos a veranear en la Isla no sabíamos, desde luego, ni que se llamaba Santa María de la Isla del Moral, ni que tuviera tanta historia y hasta prehistoria como ahora se le reconoce; es verdad que para ir al pueblo se subía al Castru pero no creo que en aquella época ninguno lo relacionáramos con un castro prehistórico. Ni mucho menos sabía yo tampoco entonces qué era la rasa cantábrica, esa plataforma de abrasión marina muy visible en el oriente asturiano que luego he tenido que explicar tantas veces en clase"

Vemos en La Isla las casas de barrios como La Garita, El Fonduxu o El Horrón. Por sus callejuelas se adentra desde El Terrerón (paseo marítimo) el camino de los que deseen alojarse en el albergue público, al otro lado del pueblo, en Les Quintanes


Esta es una foto de El Visu a Moracéi al empezar a caer la tarde, cuando la gente se va retirando. Sin embargo la animación de los chiringuitos continúa en verano por la noche, máxime cuando hay alguna fiesta o concierto


La Punta Melín desde la distancia y con la marea bajando. Más atrás la cima de Peñaforada, La Garita, que se levanta a unos 56 metros de altura sobre el mar


En pozas, charcas y cuevas decían las leyendas habitaban les serenes, esto son, las sirenas, mitad mujeres (de la cintura para arriba) y mitad pez (de cintura para abajo), como en otras mitologías, si bien durante un tiempo también se las representó en forma de ave, y como tales aparecen, por ejemplo, en los capiteles de algunas iglesias románicas, sólo por citar un ejemplo artístico de este entorno cultural más inmediato


Aurelio de Llano y otros folkloristas recopilaron unas cuantas tradiciones a ellas referidas, como su origen, el de una chica que se pasaba mucho tiempo ante el mar, que la tenía embelesada, hasta que recibió una maldición que la transformó en un ser con cola de pescado. En otras, estas bellas mujeres llegaban a casarse con pescadores y vecinos, siendo el origen de determinadas familias


Existe cómo no el aspecto negativo más conocido, al popularizarse el mito de Ulises u Odiseo, gracias a la divulgación, desde la Antigüedad clásica, de la Odisea de Homero, la cual narra una singladura que halla equivalentes en otras culturas europeas. En ellas les serenes embelesan con sus cánticos a los marineros que, arrastrados por su encanto, se dirigen a ellas, naufragando al estrellarse en los bajíos y escollos donde ahora la gente disfruta alegremente del oleaje


Llegamos de esta manera al final de la playa, al peñón que la separa de la de La Espasa propiamente dicha. A la izquierda hay unas mesas y bancos de madera en una pequeña zona de descanso


A la derecha, unas escaleras constituyen otro de sus accesos. En la explanada se instala el puesto de salvamentos


Veamos en este poste la señalización de la playa, las rayas blanca y amarilla del G.R. de la senda costera y una pequeña concha xacobea marcando el Camino de Santiago


Se trata del GR-204 (E-9) , que recorre toda la costa asturiana desde Cantabria a Galicia, el cual coincide en bastantes tramos con el Camino Norte. Así lo advierte, por ejemplo, la página de la Federación de Montañismo del Principado de Asturias:
"El GR 204 es un itinerario europeo con la signatura E9; discurre por la costa asturiana desde Bustio, en la frontera con Cantabria, hasta Vegadeo, limítrofe con Galicia.

Actualmente se encuentra señalizado en algunos tramos y en otros no existe dificultad alguna para seguirlo, pues algunos de ellos son paseos litorales que no se encuentran señalizados pero que se recorren sin ningún tipo de dificultad.

Hay tramos donde no existe ningún tipo de señalización, que no están puestos en la web, siendo conveniente en estos tramos seguir por el camino de Santiago de la costa, que muchas veces se entrecruza con el GR 204"

En el suelo, uno de los mojones que delimitan las zonas de dominio público terrestre, instalados a partir 2009 por Demarcación de Costas. Algunos de los primeros eran bastante más grandes, lo que provocó numerosas protestas por su impacto visual


Estamos en otro privilegiado lugar para contemplar El Visu, ahora que también la vamos a dejar atrás


La arena húmeda y la arena mojada: la primera firme, pero no dura como una roca, es un excelente suelo para el paseo y muy reconfortante para los pies; la segunda, mullida, es estupenda para tumbarse y tomar el sol


Las charcas, algunas de ellas verdaderas piscinas naturales, muy adecuadas para bañarse los niños con seguridad


Más allá, incluso la parte más recogida de Moracéi o El Pozu les Pipes, guardada por aquellos peñascos desgajados del acantilado, recibe el ímpetu de los cachones o golpes de mar, lo que no impide una nutrida presencia de bañistas. Eran estos los salutíferos baños de ola o de algas, como los llamaban los médicos decimonónicos cuando los empezaron a recomendar


Antes de eso, las playas no eran, salvo muy contadas excepciones, lugares que se apreciasen popularmente por su salubridad. La creencia en serenes y otros fabulosos seres marinos no dejaban de ser una imagen personificada del subconsciente ante los peligros del mar, caídas, ahogamientos y naufragios


No obstante y a pesar de ello y sus galernas, eran las rutas marinas apreciadas por ser mucho más rápidas y rentables que las largas y por entonces no menos sufridas y peligrosas, tanto para gentes como animales y mercancías, sendas terrestres. De ahí por ejemplo que incluso las empleasen no pocos peregrinos, pues podía recorrerse, en días, lo que a pie, y hasta en caballería, se tardarían meses


Asoma un poco, más allá del acantilado, la corona del Bolu Melín, que veíamos desde lo alto viniendo de La Beciella: un gran peñasco vertical, en forma de bolo, de ahí el nombre, que forma un islote acantilado e inaccesible ante la Punta Melín


Duchas, fuentes para el lavado de pies y quitarles la arena antes de calzarse, y el puesto del salvamento, servicio únicamente en verano. Al ser playa abierta el mar se bate sobre ella con fuerza cuando hay oleaje, por lo que ondea la bandera roja


Por el Camino llega un peregrino, inconfundible por su atuendo, botas, mochila y bastones, fácil de distinguir de cualquier otro visitante, turista, veraneante, o incluso senderista. A veces incluso mucho más moreno si lleva unos cuantos kilómetros y jornadas a sus espaldas


A partir de aquí, el paseo marítimo, ancho, está enlosado, pudiendo pasar algunos vehículos de mantenimiento playero, salvamentos, vigilancia o kiosko de helados


Es el Paseo de la Espasa, que tiene al principio un poco de rampa en suave cuesta, pero pronto llaneará


Y esta es La Espasa con la marea subiendo, un topónimo al que se busca origen en el término sparsus, esparcido, tal vez relativo a su extensión de arena o tal vez al río


La cual también tiene un poderosos muro de rocas a manera de contención del terreno, pues los envites del mar en el largo invierno, con marejadas y fuertes marejadas no pocos días, y olas de varios metros, socavan de manera implacable esta ribera


La Espasa es la más concurrida de estas tres que conforman el litoral más occidental de Caravia, dados sus accesos inmediatos a la N-632 desde el puente, así como la autovía del Cantábrico, desde la rotonda de enlace de la entrada de Colunga, a poco más de tres kilómetros del puente. Dispone de un gran parking permanente y cuenta además con más servicios, como enseguida vamos a comprobar


Ya estamos a un paso de Entreplayas, El Piñoble y El Barrigón, fácil de identificar por su acantilado rocoso arenoso, con cuevas, y seguidamente por el ato muro de hormigón con paseo arbolado bajo las casas, al que nos hemos referido antes


La Punta'l Cuervu, y el paso a La Isla, pero mejor en bajamares, claro. Más arriba los campos de las quintas de Pinomar, El Nierín, La Forca y El Chalet


Y La Isla, en todo su esplendor veraniego, que también se ve llena de gente desde aquí, "las tres playas", que en realidad son más, "playas que interrumpen el acantilado de la rasa", como también dice en sus memorias Josefina Gómez Mendoza:
"de oeste a este, la de la Isla propiamente dicha con su Peñón que es lo que la caracteriza y que durante las mareas bajas queda unido a la playa por una lengua de arena; el paseo de la playa (el terreru) con grandes eucaliptos plantados hacia 1870; le sigue la pequeña playa del Barrigón y a continuación la grande de la Espasa, donde llega ramificado el río, y que el Piñoble divide en dos"

Citando al socorrido Diccionario de Pascual Madoz, siempre indispensable para saber de los cambios acontecidos desde mediados del siglo XIX a nuestros días, estas escritora nos relata lo siguiente:
"Leo en el Diccionario de Madoz en la voz de Colunga, el elogio a las “verdes campiñas de Gobiendes y la Isla, después de recolectados los frutos, cubiertas de ganados que las disfrutan y pacen libremente”. Un vergel que se riega con las aguas del famoso monte o puerto del Sueve, con árboles de muy diversas especies, y muchos sitios de recreo, descubriéndose a trechos el plateado azul de las aguas del mar (Tomo 6, pág. 536). Veo después en el Atlas aéreo de Asturias que publicó La Nueva España y del que son autores Felipe Fernández y Paco Quirós que se incluyen dos fotos aéreas, de 1957 y de 1995. Los autores caracterizan a la Isla como una localidad que ha pasado en pocas décadas de ser un núcleo de carácter rural-agrario a convertirse en una zona turística de cierto renombre."

Y es que, en efecto, el Sueve está muy que pero que muy cerca, su impresionante mole y majestuosos picachos hacen de ella una cumbre emblemática sólo con verla, no digamos ya si conocemos su historia. Además, la carretera del Fitu era otro gran aliciente para estos veraneantes, que tenían, y tienen, a un paso, las playas de la alta montaña:
"...probablemente percibíamos la sierra del Sueve como singular, la montaña meridional de la Isla, sin la más mínima conciencia de que formara parte de la rama litoral de la cordillera cantábrica. Pero lo es, un macizo de calizas antiguas, levantado por la orogenia alpina, que culmina en el Picu Pienzu, a 1.160 m. Apenas dista cuatro kilómetros de la costa, por lo que los ríos, el Libardón y el Espasa se despeñan por las laderas, solo se ramifican al llegar al llano." 
"En la falda de la montaña, formando parte de nuestro paisaje habitual, las aldeas de Caravia, la alta y la baja, Gobiendes con su preciosa iglesia, y Coceña. Finalmente, el mirador del Fitu, en la carretera de Arriondas, desde donde hay una vista espléndida sobre toda la ladera la montaña, con los campos y prados, la costa, la rasa, las playas: al Fitu subíamos habitualmente los chicos varias veces en el verano; nuestra madre, en cambio, que siempre fue muy montañera, hacía la ascensión del Sueve. Y todo ello formando un terrazgo de pastos, prados de siega, de campos de maíz, patatas y otros cultivos, sobre todo maizales, distintas arboledas, pomaradas, huertas: un parcelario irregular que conformaba un verdadero mosaico."

Las playas a la derecha y la sublime sierra a la izquierda, un perfecto paraíso al paso del Camino. En Asturias concejo a concejo, página de la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA), se recoge también esta historia familiar de unos veraneantes que vivieron los cambios aquí acontecidos décadas atrás:

"Cuando Leopoldo, sus tres hermanos y sus padres, Ángel y Josefina, llegaron a La Espasa, las vacas pastaban alegremente en primera línea de playa. Buceando en su memoria, solo consigue recordar una casa en pie, la del dueño de aquella explotación ganadera. Sus padres y otra familia de amigos decidieron construir las primeras casas de la actual urbanización: hablamos de mediados de los años sesenta.

El tardío desarrollo de uno de los arenales más apreciados del oriente asturiano está estrechamente vinculado al auge de la minería. Apenas a un par de kilómetros, ya en Colunga, la playa de La Isla era, ya entonces, un reconocido centro de veraneo para ovetenses, gijoneses y vecinos de Las Cuencas. Sin embargo La Espasa vivía ajena al primer auge del turismo porque su entorno estaba condicionado por las entonces cinco explotaciones que extraían fluorita en la zona.

Esta familia siempre apostó por este entorno, y desde el primer momento intuían que las minas irían cerrando y La Espasa se convertiría en lo que hoy en día es: una de las playas más visitadas y reconocidas de todo el oriente asturiano. A finales de los años setenta la presión minera va descendiendo, las comunicaciones mejoran y la sociedad asturiana comienza a disfrutar de un mejor nivel de vida. La Espasa empieza a crecer."

Pero la reordenación efectiva de este entorno no comenzaría hasta principios del segundo milenio, con la recitada Autovía del Cantábrico, si bien, como vimos, hubieron de sortearse planes que habrían supuesto una indeseada masificación de construcciones en este lugar:
"El entorno que hoy conocemos, urbanizado, ajardinado, con el paseo marítimo y los parques infantiles no llegó hasta comienzos de este siglo. En este último desarrollo hay un factor que prevalece sobre el resto, y que no es otro que la construcción de la Autovía del Cantábrico. Su apertura sitúa La Espasa a media hora de Gijón / Xixón y cuarenta minutos de Oviedo / Uviéu.

Ahora, de hecho, La Espasa está de moda. Pese a que cuenta con amplias zonas de aparcamiento, en un buen fin de semana de verano todas las plazas se ocupan.

Pero, incluso, en los días más tórridos, La Espasa sigue conservando esa belleza agreste, ese toque de playa virgen que tanto gusta a los bañistas y que este año la ha convertido en la imagen que ilustró el pabellón asturiano en la Feria Internacional de Turismo de Madrid."

Pero en su momento, La Isla también tuvo su lanzamiento playero. Pensemos que sólo 35 años antes de que Madoz ya alabase su bonanza para aquellos pioneros del baño, nada de esto existía. El antiguo puerto, o mejor dicho, el embarcadero natural que ofrece su playa, protegida entre La Punta'l Cuervu, El Peñón y La Punta la Isla, era lugar de desembarco ocasional de otras mercancías, como los pertrechos de los ingleses para armar y mantener operativas las unidades del Regimiento de Cangas de Onís, mandado por el célebre coronel Escandón, que operaba en este teatro de operaciones hostigando a los ocupantes franceses


Precisamente, un desembarco mandado por Argüelles Rivero, de la partida de Escandón, acabó mal cuando los soldados franceses lo capturaron en un desembarco en La Espasa. Fue llevado a la villa de Colunga y fusilado tras negarse a delatar el escondrijo de armas de los asturianos


José Joaquín Isla Mones, vecino del cercano pueblo de Lloroñi, jurista que llegaría a ocupar posteriormente importantes cargos posteriormente durante la reposición del absolutismo de Fernando VII, participaría activamente en estas operaciones de desembarco, haciendo de enlace y enviado de los ingleses


A lo lejos, la guarnición francesa de Llastres cañonearía de la batería de El Fuerte, encima del puerto y al lado de San Roque, estos desembarcos, intentando desbaratarlos. En otras ocasiones, cuando ocasionalmente su general,  François Bonet, controlaba la situación y el terreno, eran los franceses los que recibían por La Isla sus pertrechos


Y, lo que son las cosas, tras aquellas guerras napoleónicas que asolaron Europa, a las que siguieron terribles epidemias que como ellas también asolaron Europa, los avances médicos descubrieron los beneficios salubres de las playas y el mar, por lo que estos arenales empezaron a ser concurridos por otros invasores menos bélicos, los bañistas y veraneantes


Aquellos primeros visitantes eran en su mayor parte gente de posibles, pero paulatinamente, sobre todo con las conquistas sociales del siglo XX y la extensión, no sin sangre, de derechos tales como los descansos y las vacaciones, estas estancias en las playas, con largas permanencias, fueron extendiéndose a más ciudadanos, no ya por ningún tipo de prescripción facultativa necesariamente, sino como forma de relax fuera de los escenarios habituales, fuera de lo cotidiano y apartados lo más posible de labores y agobios. Nacen así las vacaciones del verano y el concepto de turismo como hoy lo entendemos (fundamento a su vez de una nueva industria), turismo que aquí no tiene la famosa dualidad de tener que escoger entre las clásicas opciones de mar o montaña, pues están las dos en el mismo sitio...


Pasan los peregrinos: la recuperación de esta histórica ruta xacobea a partir aproximadamente de 1994, junto con su señalización y promoción, impulso la llegada de estos caminantes, sobre todo a partir del año 2000 y avanzando esta década, procedentes de todos los rincones del mundo


En Caravia esto trajo consigo la reutilización del antiguo camín real, que había pasado a ser una mera vía pecuaria desde que se construyó la carretera, como escribía Aurelio de Llano:
"Hasta el 30 de Julio de 1885 que se abrió oficialmente al público la carretera de la Espasa a Ribadesella, no había otros medios de comunicación que caminos vecinales y de herradura; y a lo largo de la costa, el camino público y Real por donde transitaban de Bayona a Galicia..."

 Dos emblemáticos árboles ornamentales señalan nuestra llegada a la parte más transitada de la playa. Aurelio de Llano cuenta también que, antaño, llegó a ser tan el número de peregrinos "extranjeros vagantes que transitaban por este y otros caminos", que el Regente de la Audiencia de Oviedo prohibió, en 1725, su entrada en Asturias sino traían los papeles en regla

 Y además, el Regente ordenaba que si "peregrinan por la Marina que es el camino que llaman Francés" trajesen consigo las correspondientes y preceptivas dimisorias, cartas de presentación de sus respectivos obispos, acreditando su condición de romeros, para mostrarlas en los controles respectivos cuando se les requiriesen consiguiendo la correspondiente licencia o permiso de los encargados o Jefes, según el documento, "que hay a la entrada de estos Reinos y de las cuatro villas del mar de Cantabria"

Otra disposición consistía en que, si se veían parejas de hombres y mujeres en peregrinación, se les habría de exigir "fe de casamiento, y no exhibiéndola, se les ponga presos y se le haga causa". De la otra manera, se estipula que a los "verdaderos peregrinos" las autoridades o justicias les permitiesen "separarse del camino cuatro leguas a una mano y a otra para socorrerse con limosnas que fueran recogiendo", una noticia que puede explicarla razón que a veces se hallen noticias de peregrinos fuera de lo que eran las rutas tradicionales de romería a Santiago en Galicia, como se solía plasmar en documentos

Hasta 3.500 bañistas a diario, de media, en verano, se dice recibe este arenal, si bien algunos días sin duda esa cifra es bastante superior, lo que contrasta con su soledad pasada la temporada estival. Por aquí estaría una de esas castas de control de falsos peregrinos y de parejas de no casados a los que les esperaría la prisión al presentar el justificante correspondiente. Si bien, no sólo en los ya lejanos tiempos de las peregrinaciones históricas, sino incluso en muchas sociedades hasta fechas recientes (en no pocas aún), las relaciones no bendecidas estaban mal vistas, hasta incluso llegar a estar consideradas legislativamente un delito punible. Dice la Xacopedia:

"... tanto en el pasado como en el presente las intensas y continuadas relaciones establecidas a lo largo de la Ruta generaron amores y odios con igual intensidad. De ambos hay pruebas sobradas. En el caso del amor entre parejas, el Codex, sin citarlo de forma expresa, parece rechazarlo. La meta es divina, no terrenal. En el libro I recomienda: “No te dejes llevar por el amor de Venus ni del vino, pues de igual manera perjudican Venus y el vino”.

La peregrinación actual, tan distante en el tiempo y en el espacio físico y humano de la histórica, ha hecho de la intensidad de las relaciones entre los propios peregrinos una de sus razones de ser y uno de los motivos de su éxito. Por este motivo, la Iglesia acepta en el presente el hecho del amor nacido entre peregrinos y santifica sus relaciones. Desde los años ochenta, se conocen muchos casos de peregrinos que se conocieron, se enamoraron y se casaron en el Camino y en la catedral compostelana."

Esta es otra foto al ir acabando la tarde, cuando muchos ya se han retirado. Se trata de una de esas playas "perfectas para venir con la familia", según recaba de ellos en junio 2012 el corresponsal de El Comercio al empezar dicha temporada de sol y baños, cuando siempre se acometen las obras de mantenimiento pertinentes

Y es que, si se realizan antes, estos trabajos pueden padecer aún los rigores de los temporales y quedar afectados antes aún de la llegada del mismo verano; por ello es mejor rematarlas poco antes, incluso la siega de los campos y la retirada de maleza, pues rebrota con fuerza si se efectúan en primavera o a finales del invierno

En esos días justamente antes de temporada estival, en mayo o principios de junio se celebra aquí el Concurso de Cometas de La Espasa, una de las iniciativas que buscan desestacionalizar actividades y atraer gente cuando las playas, y las urbanizaciones están vacías. Hay taller de cometas y otros, paracaidistas, campeonatos de carros con velas (carrovelas), pruebas de habilidad, vuelo de precisión, vuelo nocturno, etc., todo ello organizado por el Club de Cometas Sierpe y que incluye una espicha asturiana (fiesta de sidra y viandas) en la misma playa

En su famosa Guía completa de las playas de Asturias, de tantas ediciones, la geógrafa Belén Menéndez Solar dice de La Espasa y El Visu:

"Playa segura, localizada en la desembocadura del río del mismo nombre, que sirve de límite entre los concejos de Colunga y Caravia. Los dificultosos accesos de la mayoría de las playas occidentales desaparecen en la costa oriental de Asturias"

"El conjunto de extensas y arenosas playas del concejo de Caravia puede apreciarse en toda su grandeza desde el impresionante mirador del Fitu, elevada sierra litoral que enlaza con la Sierra del Sueve" 

Las arenas lucen ese bello color tostado que relumbra especialmente al sol. Cuando baja la marea su gran extensión hace que suela haber bastante espacio por mucha gente que llegue, aunque cierto es que en su mayor parte preferirán la arena más seca y el lugar más cercano a donde hayan dejado su vehículo. Ese sector es además el más accesible para minusválidos o quien quiera que tenga problemas de movilidad. Como diría con su humor y retranca el presentador Joaquín Parajón en el programa de la RTPA  Aquí sí hay playa,

"Que sepáis que esta playa tiene su importancia histórica, no porque haya habido batallas, o un desembarco, sino porque hay un montón de peregrinos que vienen aquí a bañase o a mojar los pies después de una caminata larga y dura. Es más, la playa de La Espasa forma parte del Camino Real a Compostela, por eso hay también un albergue para peregrinos aquí cerca. Lo que yo no entiendo ni lograré entender... ¡cómo hay gente que hace el Camino de Santiago por Roncesvalles y Burgos, si allí no hay playa!"

Por lo común, la gran temporada playera arranca en realidad oficialmente (independientemente de que empiece a haber ya bañistas antes) cuando entra en servicio el dispositivo de salvamentos, que en Caravia suele ser recién pasado San Juan, esto es el 25 de junio, acabando hacia el 8 de septiembre, Día de Asturias y de la Santina. Si bien hay que estar atentos a las fechas cada año, pues a lo mejor pueden variar y es cuando podemos bañarnos con más seguridad y garantías

Ahora vemos asomar un poco más El Bolu Melín, en esos acantilados paraíso se sirénidos que se extiende hacia La BeciellaLa Tuerba y el Arenal de Morís, es decir, toda la costa de Caravia

Seguimos ruta y pasamos junto al Fito Mar, terraza, bar y restaurante, fundado por Paco y Amparo, del cercano pueblo colungués de Güerres, y que es toda una referencia hostelera en este arenal. Pero para hablar de él mejor lo hace que nosotros el historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías, quien le dedica un reportaje en el suplemento Yantar del periódico El Comercio el 14-10-2021:

"Paco y Amparo vieron lo que era un bar de verano y se enamoraron del sitio y sus posibilidades. El Sueve se alza espléndido por detrás y el Cantábrico, abierto de costa, por delante: Fito y mar, prodigio de soldadura geológica. Ahora miman la herencia Nacho y Begoña, hijo y nuera. Consta en forma de antojana verde y arbolada, terraza descubierta, terraza cubierta, barra larga, comedores completamente acristalados, cocina selecta y un punto de elegancia no siempre presente en rincones donde la naturaleza pone tanto. El fondo lo señala Fidalgo, maestro de gastrónomos: «Garantiza una cuidada comida tradicional con toques de modernidad en presentación y servicio». Lo corroboran sus cebollas rellenas de bonito, su fabada (y fabadas de pasto u ola), su pulpo con patatines, sus pescados de Lastres (rapito, chopa, tiñosu, rodaballo, lubina, merluza...) y sus paellas, arroces y parrilladas marineras. 

De familia hostelera natural de Huerres, formada en barracas de fiesta, campings y centros sociales, prolongada además por tres hermanos con respectivos restaurantes, Nacho ve que, camino de los treinta y cinco años de existencia y asistencia, la primera generación que les visitó permanece, y ahora vuelve con la tercera, peregrinos incluidos."

En su reportaje de Colunga con su festival gastronómico de la Semana de les Fabes, el periódico El Mundo publica, refiriéndose a este establecimiento, el 3-12-2019:

"Más allá de las fabes, con todo tipo de acompañamiento (chorizo, almejas, pescados variados, jabalí), que tan bien entran en los días fríos, el pescado, los mariscos y el cachopo son grandes protagonistas de los menús en este concejo marinero. Para beber, no puede faltar una sidra recién escanciada. Merece la pena recorrer los 10 km que separan Colunga del restaurante Fito Mar (La Espasa, s/n, Caravia. Tel.: 985 85 33 26) para probar sus pescados y mariscos (chipirones, rape, zamburiñas...) y arroces con bogavante o almejas mirando al mar."

El Fito Mar, o Fitomar, fue uno de los Soletes de Verano 2022 de la Guía Repsol, que destaca unos 250 establecimientos veraniegos de toda España, entre terrazas, chiringuitos, heladerías y similares. Esta es parte del artículo publicado por La Voz de Asturias dando la noticia:

"Siete establecimientos de Asturias han sido incluidos en la edición de Soletes de verano de 2022, de la que forman parte más de 270 nuevos locales, chiringuitos o heladerías de toda España.

Los nuevos Soletes del Principado son las terrazas de Tierra del Agua, en Caso; Fitomar, en Caravia; Ewan Salinas, en Salinas; La Mar de Fondo, en NaviaLa Playa Luanco, en Luanco; y El Puerto-Casa Seín, en Bustio, y también ha recibido este reconocimiento la heladería Le Llamber Manín Sucre, en Cangas del Narcea.

En esta edición, el equipo de expertos de Guía Repsol, repartido por todo el territorio, se ha centrado exclusivamente en esos sitios a los que «apetece ir en verano», lugares con años de historia que «solo conocen unos pocos» o nuevas aperturas que esta temporada tiene revolucionados a los locales de cada zona.

De esta forma, se ha conformado un listado de novedades del verano que supera los 250 establecimientos, y que está compuesto por chiringuitos en la playa, terrazas frente al mar o en mitad del bosque y rincones donde el calor de la ciudad da un respiro repartidos en 50 provincias de España. También se han integrado las heladerías, míticas o innovadoras, con mil sabores o escondidas, que han llegado a sumar más de 60 establecimientos."

Escaleras a la playa, comprobamos que, según avanzamos y nos acercamos a la carretera, acceso principal a La Espasa, y al parking, cada vez hay más gente

El puesto de helados: este es el cruce de la calle La Arena (a la izquierda), con la de la Calvera, de frente, por donde prosigue el paseo marítimo y por donde vamos a seguir nosotros

El gran maestro surfista Ricardo Fernández Palomeque, director de la Escuela de Surf Marejada en La Isla, enfrente de la playa, donde también tiene su albergue, se inició en La Espasa en este deporte. Esta es parte de la entrevista que le hace el corresponsal Eduardo Lagar para La Nueva España publicada el 2-8-2022:

"Ricardo Fernández Palomeque nació en Oviedo hace 46 años y renació como surfista en la playa colunguesa de La Espasa. Fue cinco veces campeón de España de surf y llegó al número trece del ranking mundial. Dirige la escuela de surf Marejada, que tiene su centro de operaciones en La Isla. En La Espasa enseñan a surfear y en La Isla dan clases de paddle surf y de paddle yoga. Su mujer es profesora de yoga. Además, en la temporada baja asturiana, cambia de aires y abre el surfcamp que regenta en el sur de Senegal.   
"Nací como surfero en La Espasa. Desde los ocho años siempre veraneé aquí, en La Isla. Yo soy de Oviedo. Mis abuelos tenían una casa de veraneo en La Isla y mis padres se hicieron una. Ya cuando estaba terminando la carrera, que hice Administración y Dirección de Empresas, me quedé a vivir aquí, en La Isla. Hace ya más de veinte años que estoy aquí, con mi mujer y mi hijo, que tiene nueve años. Mi padre era médico y mi madre profesora, están los dos jubilados. No tenían nada que ver con ni con la empresa y ni con el deporte. Lo mío, digamos, fue una afición que nació de chiripa. Mis padres siempre me apoyaron pero yo sé que ellos hubieran preferido que fuera médico o trabajara en un banco. Pero yo estoy muy orgulloso y feliz por poder dedicarme a lo que me gusta. Hay mucha gente que eso no lo puede decir, que están en trabajos que no les agradan y tienen que hacerlos para comer".   
"Abrí en la escuela en 2003. Fui creciendo año a año. Ahora mismo, el surf es un motor económico fuerte de la costa en Asturias. Cuando empezamos éramos, creo, seis escuelas en toda la región. Era muy residual. Cada año casi doblabas la clientela. El surf es un deporte súperatractivo, todo el que lo prueba le gusta, se asemeja un poco al esquí. Cuando la gente ya vio que esto podría ser un motor económico pasamos de ser seis escuelas a no sé las que puede haber activas ahora. En Gijón debe haber unas diez. A nivel de Asturias seguro que hay una escuela por playa, por playa que haya olas, claro, y que no sea un rocódromo inaccesible".

"Cualquiera sea la dirección de la mirada, los ojos se inundarán de belleza", quien esto dice es Noelia Ferreiro"periodista y trotamundos", además de "adicta a las playas salvajes", que escribe en Hola.com el artículo Caravia y La Isla: dos paraísos diminutos en Asturias encajados entre el mar y las montañas, en el que entre otras cosas dice:

"Playas deslumbrantes, rutas de senderismo, bonitos paseos entre casas de indianos, huellas del Camino de Santiago y restaurantes con vistas al mar donde comer de lo lindo. Todo estos encontramos en este pequeño territorio (...), recostado en la orilla del Cantábrico

 Si es al norte, darán con un Cantábrico impetuoso que bate sus olas en playas vírgenes, ideales para la práctica del surf. Si es al sur, vislumbrarán la Sierra del Sueve, que despliega su rocoso perfil hasta la Sierra del Fitu y conforma con ella un hermoso murallón a escasa distancia de la costa. Es lo que tienen Caravia y La Isla: el privilegio de encontrarse encajados entre las montañas y el mar (...) 

Comencemos con las vistosas playas, rústicas y salvajes, que se extienden a lo largo de este minúsculo litoral. Playas como la de Espasa, a la que el río del mismo nombre separa del concejo de Colunga, dejando a su paso un reguero de agua en el que chapotean los niños. O como la de La Isla, la más concurrida de todas, que recibe este nombre por un islote al que se accede, a través de una lengua de tierra, sólo cuando hay bajamar. Más seductora resulta La Beciella, a la que se llega caminando por una senda costera, que es también un tramo del Camino de Santiago. Al paso encontraremos el llamado Bolu, un espigado farallón que emerge sobre las aguas como un vigía del mar."

Aquí iremos dejando el suelo de losas que tuvimos desde que salimos de la Playa'l Visu para tomar el de adoquinado de piedra

De frente, un gran prado junto a la playa, lleno de tumbonas, toallas y sombrillas, dando vista ya a La Venta la Espasa, ya en Colunga. Más allá las casas de El Barrigón a la izquierda de la carretera N-632, en buena parte viviendas turísticas

La Venta la Espasa es un edificio del siglo XVI que estuvo destinado a dar servicio de posada y fonda a los viajeros del Camín Real de la Costa, entre ellos también a los peregrinos, si bien es posible que estos prefiriesen dirigirse al Hospital de Santa Ana, más dirigido a ellos, de la villa de Colunga, así como al refugio, que para ellos patrocinaba en Llastres, Bernardo del Castillo, en época dieciochesca

Grandes clientes de estas ventas eran los sufridos arrieros, con sus recuas de mulas y, con suerte si el Camino lo permitía, algunos carros, pues eran los grandes transportistas de la antigüedad. También los muchos trabajadores temporeros, como los segadores, buena parte de ellos camino de ida o de vuelta de Castilla, o los artesanos ambulantes, muy abundantes hasta finales del siglo XIX e incluso principios del XX, como los erguinos o canteros riosellanos, los tamargos o tejeros de Llanes, los mansoleas o zapateros de Pimiango, los maconeros o cesteros de Peñamellera y tantos otros

Pastores trashumantes, tratantes de ganado, gentes camino de ida o de vuelta de ferias y mercados, pescadores, funcionarios en viajes de servicio, visitadores eclesiásticos, gentes del censo, todo tipo de personas en trasiego para arreglar asuntos en la capital o aquí y allá, el correo con sus paradas de postas, al igual que las diligencias y demás carruajes, al igual que cualquiera otros lanzados a los caminos, de grado o por la fuerza, incluyendo músicos, muchos de ellos ciegos y recitadores de romances, y en ocasiones hasta pobres y vagabundos, aunque estos, como los peregrinos, tal vez tuviesen mejor acomodo y recibimiento en las correspondientes fundaciones piadosas de beneficencia fundadas por benefactores

Sin duda el más ilustre de todos ellos, como decíamos al principio, sería el ilustrado gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, que aquí estuvo el 27 de septiembre de 1790 en sus inspecciones en busca de yacimientos minerales, principalmente carboníferos. Escribió de sus impresiones del lugar así en sus Diarios:

"A comer a la venta de la Espasa, sobre una peña ancha, llana y desierta. El cimiento de las peñas parece de carbón; por lo menos tiene el aspecto de tal. Buena mañana; rústica pero abundante comida. Salimos. Grandes y deleitosos prados"

Si quisiésemos cruzar el río andando, buscando en bajamares el vadeo más fácil, podríamos seguir de frente playa adelante. De momento nosotros vamos a seguir el Camino, separándonos ligeramente de la playa para dirigirnos directamente al puente yendo a la izquierda por la calle adoquinada

A la derecha, una estrecha franja de pradería nos separa del arenal. Está cerrada por una empalizada de madera y hay algunas duchas

"Caravia, un bonito concejo de Asturias, entre la brisa del mar y el aire de la montaña", leemos en el blog La Fíbula de Caravia. Aquí se hace bien patente esa hermosa y airosa frase, lugar espacioso y abierto a los cuatro vientos

A la izquierda las casas de La Espasa, "El atractivo de la zona ha provocado la aparición de la segunda residencia", anunciaba, con datos de principios de los años 1990 el libro Asturias concejo a concejo. Ribadesella, Caravia Colunga del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA)"que en 1991, suponía el 33,5 del total de viviendas del concejo. Este tipo de alojamiento alcanza su máxima expresión en el núcleo de la Espasa donde de las 32 viviendas que había en 1991 tan sólo una estaba censada como principal."

Muy diferente era la situación cuando, allá por 1970, la Gran Enciclopedia Asturiana publicaba su primera edición. Había, eso sí, sobre la mesa, un macroproyecto turístico, muy propio del desarrollismo de la época:

"La industria turística, a pesar de ser el país "bellísimo en extremo", en palabras de Jovellanos, y de sus playas y montes, (...), no es destacable. El único establecimiento hotelero se halla en Caravia la Alta. Sin embargo, sus recursos naturales permitirían incorporar el municipio con mejor fortuna en la zona turística integrada en la Mancomunidad de las "Siete Villas".

Existe un proyecto de ordenación integral de Caravia, que supondría la creación de un complejo turístico, con delimitación de zonas de carácter agropecuario, deportivo, cinegético y residencial. Incluye la construcción de un funicular desde la playa de Morís al Mirador de El Fito, un hotel, dos moteles y carreteras turísticas. La zona marítimo-terrestre comprendería en cornisa, más de doscientos "bungalows" y chalets, y diversos servicios comerciales"

Por entonces aún se vislumbraba en Caravia un prometedor futuro con las minas de fluorita, que habían llegado a ser tan estratégicas en la II Guerra Mundial que fueron adquiridas por los alemanes, pasando luego tras su derrota a un Comité Aliado de Control y posteriormente a Fluoruros S.A. Pero en esa misma época se produjo una gran merma de los pedidos y todo se vino abajo estrepitosamente, cerrando las explotaciones paulatinamente, sobre todo tras le grave accidente minero de 1982 en Foncaravia

En la segunda edición de la enciclopedia, en 1993, aunque el desarrollo turístico era incipiente, ya se aprecia un cambio notable en este sentido, con los datos del sector servicios:

"Hasta 1970, con diversos altibajos, se mantuvieron los niveles de población de comienzos de siglo, pero a partir de esa fecha Caravia experimenta un fuerte retroceso de efectivos demográficos como consecuencia directa de la crisis que afecta a la minería del espato flúor, la principal actividad económica del concejo. Desde 1970 a 1991, según el avance del censo de ese año, la población se ha reducido un 40% (...)

La explotación de la fluorita o espato flúor fue durante bastante tiempo la principal actividad económica de Caravia, junto con la ganadería, aunque progresivamente cobran mayor importancia cualitativa los servicios..."

A lo largo de numerosos paseos marítimos del Camino Norte hemos visto este árbol, el tamarindo, tamarisco o tamariz (hay discusión con el nombre exacto y el popular), plantado profusamente en estos entornos dada su resistencia a los vendavales y a la sal, que derribaba o afectaba seriamente a otras especies. No necesita excesivos cuidados y tampoco es exigente con las condiciones medioambientales, tanto es así que se han dado casos en otros lugares en los que, sustituidos por otras especies ornamentales, han tenido que ser replantados

En 1996, el Gran Atlas del  Principado de Asturias, de Ediciones Nobel, manifestaba por entonces que este sector de Caravia más próximo a la costa "ya han hecho aparición urbanizaciones de segunda residencia (La Espasa) e instalaciones de campings (La Espasa y Morís), plasmando además la cuestión de "las posibilidades de un sector turístico flanqueado por los tradicionales núcleos de veraneo de La Isla (Colunga) y Ribadesella

Como al principio de este conjunto de arenales en la Playa de Moracéi y/o El Pozu les Pipes, el espacio de prado aquí existente anima a mucha gente a tomar el sol sobre la hierba, pero a la vez buscando la sombra de los tamarindos

El contraste: el mismo lugar, vacío, o sólo con algunos buenos madrugadores. A la izquierda los baños

Y la playa, desierta, aún en verano, a primera hora de la mañana...

Bajamar, paso franco a La Isla por El Piñoble, El Barrigón y La Punta'l Cuervu

Pronto llegarán los socorristas y ondeará en el mástil la bandera correspondiente: verde, amarilla o roja

Hay incluso un mercadillo de artesanía, cuero, textil, bisutería, etc. que recupera la memoria de las antiguas tiendes del aire, es toda una galería comercial. Naturalmente sólo en verano, cuando hay esta gran afluencia de gente

Así está sin nadie, o con muy pocos, pues parece ya han empezado a servir los desayunos, algo especialmente bueno para los peregrinos tempraneros

Prado y terrazas, sombrillas, sillas y tumbonas, cestas de meriendas y toallas se extiende ahora también a nuestra izquierda hasta el parking, con estupendas vistas del Puertu Sueve. Más cerca, las colinas del Campu Medina o La Medina

Un peregrino se detiene en el Camino ante la terraza del Bar Playa Espasa, del que encontramos esta reseña en la web de noticias del oriente asturiano elBuscolu.com:

"Bar situado en el precioso entorno de la playa de la Espasa (Caravia),que cuenta con una amplia terraza y ofrece a sus clientes una amplia oferta gastronómica

Bocadillos fríos y calientes, hamburguesas con carne 100 % asturiana, pizzas variadas y raciones, donde destacan los embutidos y los quesos de calidad, patatas bravas y al ali-oli, las croquetas  caseras, las rabas de calamar, su especial tortilla

Otro de los aspectos fuertes es su café de alta gama, la gran variedad de helados y snacks de todo tipo para los más pequeños, la sidra, la cerveza y todo tipo de refrescos."

Duchas y pasos de tablas habilitados para preservar lo más posible el césped del trasiego continuo de gentes entre el camino y la playa. Hay también abundantes bancos

Se anuncian suculentas viandas. Campo y playa son una auténtica romería donde se juntan amigos y familias, algunos asiduamente, veraneantes de muchas décadas. Fijémonos al fondo a la derecha en La Venta la Espasa y El Barrigón-Entreplayas, a donde se dirigen nuestros pasos

Pasamos enfrente de la entrada al parking. En días como este puede haber bastante trasiego de coches. Empezamos a ver el río

Filas de postes de madera a cada lado delimitan los aparcamientos y el parque-playa. Enfrente tenemos ya el acceso a la playa desde la N-632, hacia donde vamos a ir nosotros

Una rampa a la izquierda sube a la carretera y se dirige al Puente la Espasa. El adoquín es sustituido por el asfalto. Atención pues no se ha habilitado ninguna vereda peatonal, así que cuando subamos pongamos todos los sentidos y arrimémonos al guardarraíl

Antes que este, inaugurado con la carretera en el verano de 1885, hubo un aún más viejo puente de piedra del que se afirma que a veces pueden verse los cimientos

Ese puente iría por aquí sobre el río directamente a La Venta. En Noticias sobre algunos puentes asturianos en la Edad Moderna, su autor, Inocencio Cadiñanos Bardeci, Doctor en Historia, nos informa que hubo en realidad varios puentes sucesivos:

"En 1676 se aseguraba que aquí había existido un puente de piedra en el pasado. Una riada del mismo año y la acción del mar le arruinaron en su mayor parte de tal forma que no se podía pasar ni a pie ni a caballo. Era paso imprescindible hacia Francia, Galicia, Portugal y las dos Castillas y por él se comerciaba con mucho pescado "y se hazen las sacas del mar" de los puertos de Lastres, Tazones y Villaviciosa. Debía ser reconstruido y repartirse su costo 30 leguas"

Al año siguiente, sigue diciéndonos Cadiñanos Bardeci, se "daban trazas y presupuesto a los canteros Antonio López de Solaesa y Pedro García" quienes plantearon seis condiciones, las más señaladas los dos años de plazo para concluirlo y el presupuesto de 253.000 reales, algo que ocasionó protestas pues se pasaba una grave crisis y trajo oposición al repartimiento de los costes en algunos lugares, lo que dio lugar a pleito


Según el plano conservado del proyecto y que el autor nos muestra en su trabajo, este puente iba a tener cinco ojos, iguales y muy pequeños en los extremos, de 18 pies de luz, con uno mucho más alto, de 44 pies, en el centro, resultando un perfil muy del gusto medieval que nos recuerda a los de la baja Edad Media, como El Puentón de Cangues (Cangas de Onís) o El Puente Vieyu, mal llamado romano:

"Mientras que las cepas centrales son muy potentes, las dos que las flanquean se reducen a la mitad, Presentan tajamares en ángulo curvo, lo que indica cierto avance en la concepción de los empujes de la corriente, aunque mantienen los espolones cuadrados. Todo iría construido en buena sillería"

Bardeci dice que se ordenó pregonar la obra, que Juan de Orejo, vecino de Cudeyo en Trasmiera (Cantabria), puso en 240.000 reales, pero que el expediente se acaba en este punto, por lo que es posible que "quedara en suspenso por entonces" 


Sin embargo un puente se hizo, pues como hemos dicho hay señales de sus cimientos. Bardeci mismo apunta que en el Diccionario de Madoz de 1845 se habla de él. Sin duda es en el que se libró el referido combate entre las tropas del coronel Escandón y las napoleónicas con ocasión del desembarco de pertrechos en La Isla, inmortalizada por una copla popular:
El coronel Escandón
gasta canana de plata
que la ganó a los franceses
en El Puente de la Espasa

Mucha gente, sobre todo en verano, pasa el río andando, para lo que se descalzan o se ponen sandalias. No obstante hay que mirar bien por donde se cruza, un lugar que cubra lo menos posible, y que además ofrezca garantías de no tropezar o resbalar, cosa bastante fácil

Por ello y aunque parezca fácil mejor ir seguros, tanteando con los bastones o, simplemente, emplear el puente, que es por donde está señalizado el Camino. Un peregrino, cargado con mochila y muchas veces ya con muchos kilómetros atrás, puede tener un percance, con él o con sus pertenencias

Una vez al otro lado podrá ir a La Isla o proseguir a Colunga, retomando el Camino oficial a la derecha de La Venta. Y en buenas bajamares incluso ir a La Isla por El Piñoble y El Barrigón

En la desembocadura el río suele dibujar cambiantes meandros y formar pozas, lugar donde suelen bañarse los niños

En algunas bajamares es precisamente en la zona más cercana al mar donde se acumula más arena y se pasa mejor. Si lo hacemos, sobre todo si vamos recorriendo las playas por su arenal, siempre mejor con nuestros bastones por si acaso

Nosotros, como hemos dicho, vamos a optar aquí por lo seguro y cruzar por el puente, por lo que subimos a la carretera, como hacen la mayoría de los peregrinos, siguiendo las indicaciones

Si bien estos ríos son cortos y poco caudalosos, esto cambia drásticamente en temporada de lluvias y temporales invernales, así como cuando se derrite la nieve en el Sueve. Bajan con mucha agua y con fuerza recorriendo un importante desnivel, de ahí que el fuente sea tan alto, robusto y voluminoso, máxime si tenemos en cuenta que es para una carretera general que durante más de cien años fue el nexo principal de la Asturias oriental con la central, y con la primera toda la franja este de la cornisa cantábrica 

El río La Espasa nace en las estribaciones del Sueve y recibe agua de nada menos que siete afluentes en su corto trayecto hasta aquí, La Riega Blanéu, El Ríu Gumial, La Riega'l Fornu, Llanu Llames, La Paraya, Fuensanta y La Cueva'l Beyu, todos ellos también nacidos en el Puertu Sueve

El Picu Fontanielles, también llamado El Cuetu Fontanielles o, simplemente, El Fontanielles, es, de los más altos, el situado más a la derecha, tiene 1.063 metros de altitud y su nombre se debe a los pequeños fontanes o charcas que se forman en su entorno, donde abreva el ganado de montaña. Se trata de la tercera cumbre más alta del Sueve y, lamentablemente, un error topográfico, nada menos que del Instituto Geográfico Nacional, le ha cambiado el nombre a Peñalichar, lo que ha sido transmitido a otros mapas, guías, libros de montaña e incluso a la documentación oficial. Luis Astola Fernández realiza, en la web montañera Mendikat, una pormenorizada descripción de este error y lo que ha ocasionado

Pero indudablemente la cumbre que más destaca es la más visible y la más alta, el Picu Pienzu, con sus 1.161 metros de altura. Su lado más accesible no es este sino por el sur-suroeste, desde El Fitu y ascendiendo por las majadas de El Bustacu y Mergullines

Bajo él y en esta su ladera norte, reconocemos otros cuetos y picachos. Un poco más abajo a su izquierda es el Cuetu Sedores (815 m) y, justo a sus pies, es el Cuetu la Texa (522 m) con El Cuetu Calderón (464 m) a su derecha

Esos cuetos calizos caen verticalmente sobre el valle de La Riega les Teyes, afluente del Ríu Espasa. Esta riega recibe a la vez las aguas de La Riega les Duernes y La Riega la Canal del Beyu, todas nacientes en esas alturas, así que podemos imaginarnos la fuerza que arrastran esos ríos con las crecidas

El Cuetu les Duernes (1.060 m) está justo encima de la Biesca Guinaldos o Quirinaldos, donde nace La Riega les Duernes y baja por la también llamada campera Les Duernes

A su izquierda es el Picu Sellón (1.030 m), que situado a 4,5 kilómetros de la playa en línea recta sería la altitud mayor de mil metros más cercana a la costa cantábrica

Más a la izquierda está El Picu Babú (929 m), que como el Picu Pienzu, donde se aparece el Nuberu o genio de las nubes, tiene resonancias mitológicas, pues a él subían los mozos y mozas de Caravia a "ver bailar el sol" cuando este emerge de las aguas en la mágica y prodigiosa alborada de San Xuan

Más abajo están La Covaniella y La Parea Tucones, también sobre La Riega la Canal del Veyu, La Riega la Toya y el bosque de La Biescona

Según subimos esta cuesta seguimos comprobando la robustez del Puente la Espasa, con cuya agua además funcionaban unos cuantos molinos, como los del Prau Grande de Carrandi o el de La Llongar cerca de Lloroñi. También en su cauce estuvieron las minas de La Canal, también en Carrandi y de Toniellu, en Lloroñi. Aguas arriba es llamado La Riega Ortigosa

Acabada la cuesta de la rampa llegamos a la N-632 y nos disponemos a cruzar el estratégico Puente de la Espasa, el cual, a diferencia de los del Sella y los del Deva, no sufrió las consecuencias de la Guerra Civil al no ser dinamitado para impedir el paso de los nacionales, puesto que la defensa republicana se había desbaratado tras la batalla de El Mazucu, en el Cuera, y posteriormente tras no poder mantenerse un frente estable en torno al río Sella. Además, dado que el río no es caudaloso y podía vadearse fácilmente a pie, no tenía objeto perder tiempo y recursos en su voladura

Un hito jacobeo marca nuestro rumbo y confirma siempre la dirección a seguir. Al otro lado, otro de los aparcamientos que se habilitan en los prados durante el verano

Aquí hay una buena vereda peatonal, suficientemente ancha para quienes van andando, que es una bendición para el peregrino. Ojalá la tuviésemos así en todos los puentes de carreteras generales

Dispone de un buen guardarraíl que nos da seguridad y de una barandilla que es como un balcón sobre el río en su desembocadura

Justo bajo el puente, el Ríu la Espasa recibe a otro de sus afluentes, el Ríu la Cueña o de Los Duesos, que nace en El Caneyu, donde hubo explotaciones de fluorita que décadas atrás afectaron a estos cursos fluviales

Ahí vemos la desembocadura con el meandro que forma el río entre los arenales. Justo antes de la temporada de baños suele hacerse una limpieza de materiales arrastrados por el río durante la invernada, troncos ramas, etc., como en casi todas las playas accesibles y frecuentadas

Aquí vemos cómo se pasa el río sin mayor dificultad, al menos una persona no cargada con su mochila y mirando bien donde pone el pie a cada paso. Parece despertar cierta expectación, pues un grupo le observa desde la orilla, quizás pensando en hacer lo mismo. Más allá, las pozas de baños para los niños

Y al otro lado La Venta la Espasa, "parada y fonda para Jovellanos" la titula el escritor Pablo Antón Marín Estrada en sus Historias del Camino de Santiago para El Comercio:

"La ruta costera lleva al viajero por el Camín Real para entrar en el concejo de Colunga atravesando el río Carrandi y bordeando el arenal de La Espasa, compartida con la vecina Caravia. Allí, a pie de playa, resiste las injurias del tiempo una casona del siglo XVI que fue hospital de peregrinos y famosa venta. Convertida hoy en establo de una explotación ganadera, entre los huéspedes y parroquianos que acogió se cuenta a Jovellanos. Él mismo lo anota en uno de sus diarios de viajes por Asturias. Fue el 27 de septiembre de 1790 y el ilustrado venía de Covadonga. El itinerario lo señala él mismo con sucinta precisión: «Las Arriondas, unión del Piloña y Sella; bellísima vega. Coviella y sus tristes memorias a lo lejos. Gran subida del puerto de El Fito, más bajo que el del Sueve». En Caravia de Arriba visita a don Vicente Duyos: «Indiano, buen hombre, soltero y acomodado». Y después sigue su trayecto por la Caravia Baja para ir a comer a la Venta de La Espasa: «Sobre una playa ancha, llana y desierta». Jovino elogia la cocina de la casa, luego en punto aparte anota: «Buena mañana» -de lo que se deduce que pasó la noche allí- y describe el paisaje que ve al salir de la fonda como «grandes y deleitosos prados, lugar de La Isla a la derecha; el mar a la vista y cerca; un pequeño islote junto a la orilla»

No muy lejos, en la misma carretera (por la que siguen, directos a la villa de Colunga, algunos peregrinos impacientes aprovechando su buena acera) hay ahora otra excelente taberna en plena recta de la N-632, La Peregrina y El Barrigón, histórico local que pasó por varios nombres y de la que también escribe para El Comercio Luis Antonio Alías:

"El camino es el costero a Santiago o el Real a Santander. Y de ahí La Peregrina, que El Barrigón lo pone el sitio. Y nos referimos al topónimo, que el propio cada cual lo trabaja o lo combate como puede. Pero Roberto, apasionado de la historia, le puso también La Peregrina por la fragata que comandó el heroico Blas de Lezo, por la perla ‘Peregrina’ que lucieran Felipe III y Liz Taylor y –finalmente– por la abundancia de mujeres que iban a Santiago pagando a veces su osadía con el secuestro y la muerte. 
Este viejo caserón de intenso color azul que mira al Sueve desde una recta de la carretera, con terraza y merendero, usa por logotipo a una atractiva peregrina silueteada de bastón, sombrero y venera y tiene cerca la playa de Los Romeros, donde dícese hubo hospital caritativo que acogía a quienes caían enfermos. Los tiempos han mejorado mucho y los que hoy continúan pasando van provistos de tarjeta sanitaria europea o seguro de viaje. 
Y paran en La Peregrina, que les ofrece sombra, sol y cordialidad desde 1950, entonces bajo el nombre de El Descanso. 
El implacable paso del tiempo trajo jubilaciones, traspasos y cierres: cerrado estaba cuando Roberto y Sara, al ver el cartel de disponible, decidieron recuperarlo como alto para transeúntes que ahora, mayoritariamente, no ejercen de tal por ir a tiro fijo. 
Los pescados y mariscos a la plancha constituyen el principal reclamo comensal. No en vano Roberto y su hijo Alejandro, el ya actual encargado, llevan el mar en la sangre: pulpo, sardinas, gambas, el no menos delicioso pez ballesta (una rara y deliciosa dorada que se alimenta casi exclusivamente de marisco), dentón, lubina, chipirones, andariques, centollo… 
Y golondros o bonitos, a veces de tal tamaño y hermosura que los medios locales se hacen eco y publican fotos con Alejandro sosteniéndolos y posando justamente orgulloso. 
Hay arroces y fideuás marineros, fabes con marisco, pimientos y setas rellenos, carne guisada, patatines con pulpo, albóndigas, cachopos entre los mejores calificados de Asturias… 
Y hay destino, el de Roberto, que nació en Caravia, se buscó la vida por Madrid donde conoció a Sara, hizo fortuna en la construcción para después perderlo todo, regresó al pueblo e inició la vida bajo otros temples y exigencias. 
Su queridísima madre, Carmina Simón, ejemplo de generosidad y fortaleza, se enterraba el día que visitamos su abierto restaurante: el Gaitero de Gijón* revisitado."

* Se refiere Luis Antonio Alías a la canción El Gaitero de Gijón, de Ramón de Campoamor, que empieza así:

Ya se está el baile arreglando.

Y el gaitero, ¿dónde está?

«Está a su madre enterrando,

pero enseguida vendrá».


«Y ¿vendrá?» «Pues ¿qué ha de hacer?»

cumpliendo con su deber.

vedle con la gaita…, pero

¡cómo traerá el corazón

el gaitero,

el gaitero de Gijón!

Tiempo hace ya que La Venta la Espasa dejó de ser venta, si bien hacia 1950 hay constancia que aún había alguna actividad. Así la geógrafa Josefina Gómez Mendoza escribe en su blog sobre sus recuerdos estivales en los Veraneos asturianos a mediados del siglo XX: La Isla (Colunga):

"La bicicletas eran indispensables, no sé dónde las guardaban mis padres entre verano y verano. Se iba mucho a coger moras, y cuando llegaban las grandes mareas de final de agosto, íbamos muy pronto por la mañana, con los esguileros al lugar del Camarón, a las rocas entre el Barrigón y la Espasa. Con la fiesta de la Velilla, la virgen de agosto, nos traían a casa una capilla con una virgen, a mí me impresionaba bastante. A veces nos llevaban nuestras tías al rosario vespertino en la iglesia: allí como ya he contado, lo más llamativo eran los reclinatorios familiares, es decir grabados con el nombre de las familias a las que pertenecían. Con mucha más frecuencia íbamos al Barrigón y a la venta de la Espasa, donde se jugaba a los bolos"

Pasado el Puente la Espasa, el Camino sigue todo de frente y recto carretera adelante hasta casi el restaurante de La Peregrina y El Barrigón, pero antes, en el primer cruce una vez pasada la venta, se dirige a la derecha, pasando detrás de ella, hacia las casas de Entreplayas

Pero aquí se han habilitado unas escaleras que nos permiten bajar al hermoso prado que se extiende por la ribera izquierda del río, surcado por un sendero de hierba que, pasando a la derecha de La Venta la Espasa, nos ofrece un buen atajo a Entreplayas

Aquí se ha instalado un gran panel con buena información del itinerario del Camino por el conceyu de Colunga, que es muy interesante detenerse un instante y controlar

Este es, por ejemplo, su trazado: abajo estamos nosotros, arriba el paso a Villaviciosa por La Llera, en medio Güeñu, la villa de Colunga, Conyéu, Beldréu, Pernús y La Vega. Aparecen además, fuera del Camino, Sales, Gobiendes, Llastres y La Isla, pero no así el ramal que se dirige al albergue (o albergues) de esta población, del que nosotros sí nos ocuparemos

Aquí tenemos asimismo el mapa de perfil con los desniveles de alturas en el recorrido jacobita colungués y algunos teléfonos útiles

También fotos e información de Llastres y del Museo del Jurásico de Asturias, sito también fuera del Camino aunque no excesivamente alejado de él, sobre todo para quienes lo hagan en bicicleta. Entre los lugares de interés figuran el Centro de Interpretación de la Sierra del Sueve o las playas de La Isla y La Griega, entre otros

Nos disponemos a bajar pues las escaleras de madera y tomar el sendero a La Venta la Espasa, pero antes vamos a ver primeramente el circuito del Camino señalizado: primeramente los peregrinos siguen todo de frente junto a la carretera...

Pasan junto al camino de acceso a La Venta y en el primer cruce y siguiendo los mojones, toman el primer ramal a la derecha, dejando la carretera, de muchísimo tráfico en verano y bastantes días más


Luego de allí llegarán a otro cruce y tomarán rumbo oeste pasando junto a las casas de la urbanización Entreplayas, en dirección a las arboledas del fondo, donde hay una quinta


Nosotros vamos a ir también a Entreplayas y El Barrigón pero escaleras abajo y empleando este hermoso sendero que ataja y nos aparta del asfalto


Lo vemos bien pisado, muy trillado y pasando a la derecha de La Venta la Espasa, luego sigue detrás de las antiguas caballerizas y gira a la izquierda al llegar al peñón de El Piñoble, donde están los coches


Y, detrás de La Venta, enlaza con el Camino señalizado, por el que continúa. Luego saldrá a la carretera de nuevo y, unos metros más allá, en La Forca, entre las parroquias de La Isla y Gobiendes, continuará a La Ferrán, donde se dividirá en dos: uno a La Isla y otro a Colunga


Para quienes deseen ir a La Isla por el arenal tienen dos posibilidades, ¡las dos en bajamares!: una ir a la derecha, a la playa y ganar El Barrigón por El Piñoble...


Y la otra, retomar el Camino oficial detrás de la Venta, como hemos dicho, pero dejarlo unos metros más allá, al pasar las casas del fondo a la izquierda, donde unas escaleras bajan a la Playa'l Barrigón... 


Nuestra es ahora la decisión: a La Isla por La Playa'l Barrigón o por el interior, siguiendo en buena parte la carretera: Entreplayas-El Barrigón, La Forca y La Ferrán, al norte de Gobiendes, decidiendo entonces allí entrar en La Isla por El Ramal o continuar directos a la villa de Colunga por el Camín Real, vía Güeñu y Covián







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