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lunes, 21 de octubre de 2024

LA CATEDRAL DE SAN SALVADOR (1) EN EL ORIGEN DEL CAMINO (OVIEDO/UVIÉU, ASTURIAS) LA CORRADA DEL OBISPO Y EL TRÁNSITO DE SANTA BÁRBARA: LA TORRE VIEJA, LA PUERTA DE LA PERDONANZA Y LA IGLESIA DE SAN TIRSO


Catedral de San Salvador y Plaza de Alfonso II El Casto

Catedral de San Salvador o del Salvador en Oviedo/Uviéu (de las dos formas es correcto decirlo e incluso tiene más base histórica el San Salvador, pese a cierta creencia errónea en ese aspecto), capital de Asturias y esta su plaza de Alfonso II El Casto. Aquí empieza el Camino Primitivo y acaba el Camino del Salvador o San Salvador o, continúa el Camino de Santiago del Norte que ha entrado en la antigua ciudad intramuros frente al convento de San Pelayo (al fondo a la izquierda de la foto se ve su torre) y al desamortizado monasterio de San Vicente, sede del Museo Arqueológico de Asturias, que podemos visitar en su claustro. Empieza pues un camino, acaba otro y un tercero prosigue, verdadera alegoría de los caminos de Santiago y de la vida misma


Preside la gran explanada de la plaza (donde antaño hubo casas) la majestuosa estructura gótica del templo catedralicio de San Salvador, parte fundamental del mismo, erigida entre finales del siglo XIII y  finales del XVI, empezando por la sala capitular, el claustro y la nave, si bien sobre un templo anterior, románico, del que se conservan buenos elementos, y este, a su vez, sobre otro prerrománico.

La Cámara Santa

De esas partes más antigua ha llegado a nuestros días un legado fundamental, la Cámara Santa, donde se guarda el Arca Santa con las Reliquias de Jerusalén que hicieron de la ciudad, en sí misma, un gran centro de peregrinaciones desde todo el orbe cristiano, pue dado que entre esas reliquias estaban las de Cristo (algunas tan importantes como el Santo Sudario, popularmente El Pañolón), de ahí la advocación de San Salvador, la Virgen María, Santos y Apóstoles, se cantaba por toda Europa aquella célebre frase que decía y dice... "quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor."

La historia de la actual catedral había comenzado realmente mucho tiempo atrás, cuando, allá por el año 791,  Alfonso II El Casto había llegado al trono tras tremendas vicisitudes y había asentado en esta naciente población, fundada por los monjes Máximo y Frómista o Fromestano en tiempos de su padre Fruela, sobre una comunidad monacal (la del mencionado monasterio de San Vicente, al lado del de San Pelayo y justo detrás de la catedral) con sus colonos que, a la vez, se emplazaba en una colina sobre un valle, el del Nora, cruce de caminos entre los puertos de la costa y los de la cordillera, así como entre el este y el oeste de la cornisa cantábrica, rutas ancestrales entre las cordilleras y el mar. Dicha fundación se data en 761 y el llamado Pacto de San Vicente origen de aquel monasterio fundador en el 781, pero hay señales de poblamiento anterior

El primer templo original sería una basílica dedicada a San Salvador, fundada ya en tiempos de Fruela, que sería destruida por las incursiones musulmanas de los años 794 y 795 (al principio del reinado de Alfonso II El Casto) y de la que poco se sabe, aunque en el Liber Testamentorum de la catedral se recoge el texto de una inscripción, desaparecida en el siglo XVI, que decía:

QUICVMQUE CERNIS HOC TEMPLUM DEI HONORE DIGNVUM, NOSCITO HIC 
ANTE ISTVM FVISSE ALTERVUM, HOC EODEM ORDINE SITVUM, QVOD PRINCEPS 
CONDIDIT SALVATORI DOMNO SVPPLEX PER OMNIA FROILA, DVODECIM 
APOSTOLIS DEDICANS BISSENA ALTARIA; POR QVO AD DEVM SIT VESTRA 
CVNCTORVUM ORATIO PIA, VT VOBIS DET DOMINVS SINE FINE PRAMIA DIG 
NA. PRAETERITVM HIC ANTE HEDIFICVUM FVIT PARTEM A GENTILIBVUS DI 
RVTVM SORDIBVSQVE CONTAMINATVM, QVOD DENVO TOVM A FAMVLO 
DEI ADEFONSO COGNOSCITVR ESSE FVNDATVM ET OMNE IN MELIVS RE 
NOVATVM. SIT MERCES ILLI PRO TALI, CHRISTE, LABORE ET LAVS HIC IVGIS 
SIT SINE FINE TIBI.

(Quien quiera que contemple este templo honrado por el culto de Dios, conoce que anterior a éste hubo aquí otro, dispuesto del mismo modo, siendo fundado por Froila siervo del Señor Salvador, ofreciendo doce altares a los doce apóstoles; en cuyo favor sea piadosa vuestra oración hacia Dios, para que os de el Señor digna recompensa. Este edificio anterior fue parcialmente destruido por los paganos y profanado por los herejes, por lo que fue enteramente fundado de nuevo por el siervo de Dios Alfonso y renovado para su mejora. A él, Cristo, séale dada la gracia por tal labor y a Ti, aquí, alabanza incesante sin fin.)

La Torre Vieja

Efectivamente con Alfonso II se reconstruiría dicha basílica, la cual seguiría las premisas del Arte Asturiano, que sin duda seguiría creciendo con monarcas sucesivos, sustituida por una obra románica posterior a partir del siglo XI, cuando ya la corte se había desplazado León, de la que al exterior veremos la llamada Torre Vieja

Pero no será hasta el siglo XIII cuando se emprenda la obra cumbre de la actual catedral gótica, la cual no se considerará terminada hasta trescientos años después. Se comenzó por la sala capitular y el claustro, no sabiéndose quienes fueron sus artistas, pero sí que fue un trabajo patrocinado por el chantre de la catedral Pedro Esteban, enterrado en esa misma sala capitular en 1293, asó como por el deán y luego obispo Fernando Alonso. La fecha exacta de construcción de estos elementos es desconocida aunque sabemos que en la sala ya celebró la primera reunión del cabildo de la catedral en 1314

De todas formas las obras de la parte fundamental y puramente gótica no empiezan hasta 1382 con el arquitecto Juan de Badajoz el Viejo, contando con la colaboración de Candamo de las Tablas y de Pedro Bunyeres, siendo por entonces obispo patrocinador el enérgico Gutierre de Toledo

De 1506 a 1566 se edificaría la fachada y se remataría la torre ya con marcado arte gótico flamígero y renacentista. El pavoroso incendio de 1521 que destruyó la mayor parte de la ciudad antigua, casi toda de casas de madera, la afectó pero, aunque pudieron continuar las obras, la ciudad quedó tan esquilmada que hubo que desistir de construir su segunda torre. Más tarde, entre los siglos XVII y XVIII se le añadirían capillas y sacristía. Sufriría graves destrucciones entre 1934 y 1936, Revolución de Octubre y Guerra Civil, siendo restaurada entre 1939 y 1942. Hubo otras campañas de restauración con posterioridad que le devolvieron todo su majestuoso porte

A los pies de la catedral y ante "su plaza", la estatua del rey que hizo de esta su capital, tuvo aquí su corte y palacio y mandó edificar el primer templo de San Salvador para guardar sus Reliquias, las de Jesús mismo, la Virgen María, apóstoles, santos y profetas, de las más veneradas de la cristiandad guardadas en el cercano Monsacro donde su Arca Santa estaba a salvo de invasiones y profanaciones. Nos referimos al recitado Alfonso II El Casto, bajo cuyo reinado se descubrió además el que se tiene por sepulcro de Santiago en Compostela



La catedral de San Salvador forma parte de una "gran manzana" junto con los mencionados conventos de San Pelayo y San Vicente, mas otros aledaños. Vamos a ir ahora hacia el primero de ellos, dirigiéndonos al otro lado de su torre 'hermana pequeña' de la torre catedralicia, para ver esas otras partes de la catedral antigua que están en su parte posterior. Sería el Camino, señalizado, de los que entran en la ciudad siguiendo el Camino Norte

Monasterio de San Pelayo, el Camino sigue a la izquierda, delante de su fachada

Los antiguos peregrinos entraban por la desaparecida Puerta de la Noceda en la ciudad intramuros pasando delante del convento femenino de San Pelayo, que hunde sus orígenes también en la ciudad y al que, como decíamos al principio, le dedicábamos la oportuna entrada de blog completa

Antiguo monasterio de San Vicente con la actual iglesia de Santa María la Real de la Corte

No una, sino tres, le dedicamos asimismo al desamortizado convento de San Vicente, cuya iglesia pasó a ser la parroquial de Santa María la Real de la Corte y las demás dependencias monacales pasaron por diversos usos. Un artículo se basó en la iglesia y en la figura del Padre Feijoo, abad durante treinta años, pionero de la Ilustración y a quien está dedicada esta plaza; otra entrada de blog es para el claustro monacal y una tercera a las salas del Museo Arqueológico de Asturias, que podemos visitar tras pasar bajo el Arco de San Vicente, el cual, sobre la calle, comunicaba el viejo monasterio con las ampliaciones del siglo XVII, antiguo Colegio de Teología y actual Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo


Pasado el arco y a la derecha de esta calle, llamada también de San Vicente, la portada del monasterio en su imponente fachada barroca de 1670, acceso al claustro y Museo Arqueológico de Asturias, fundado en 1952 y que se extendió también por un edificio anexo, marcadamente historicista, que se construyó en la posguerra. Posteriormente se acometió una gran ampliación entre los años 2004 y 2008


A la izquierda está la Cocina Económica, fundada en 1888 a instancias del obispo Fray Ramón Martínez Vigil y llamada en principio tienda-asilo. Estas son algunas fechas de su historia, sacadas de su página web:
"1888: se funda La Cocina Económica por representantes de distintos sectores de la ciudad, reunidos a instancias del Excmo. y Rvdmo. Sr. Fray Ramón Martínez Vigil, obispo de Oviedo, en un momento en el que Asturias vivía uno de los peores temporales de nieve que se recuerdan y cuyos efectos repercutieron especialmente entre las capas más pobres de la población ovetense. Esta comisión en un principio se denominó «tienda asilo», y surgió a raíz de una conferencia sobre enfermedades epidémicas presentada por el doctor D. Arturo Álvarez Buylla. 
1909: se constituye como Asociación civil, cuyo Presidente nato fue el Sr. Obispo y el primer Presidente efectivo D. José Díaz Ordóñez, se aprobó el primer Reglamento, en el que se declaraba constituida una sociedad titulada “Cocina Económica de Oviedo”, cuyo objeto era “ Facilitar a las clases menesterosas alimentación sana y nutritiva a precio ínfimo, y satisfacer, en la medida que sus recursos lo permitan, necesidades de orden intelectual y moral, dentro de los más rigurosos principios de la Religión Católica, Apostólica y Romana. ”. Hasta esta fecha la Institución facilitaba a los necesitados pan, leche y café. Es a partir de 1909 cuando se comienza a facilitar alimentación más completa. 
1918: siendo Presidente D. Policarpo Herrero Vázquez, se incorpora a la Junta, como Administrador, D. Benjamín Ortiz Román, quien en cuerpo y alma se entrega a la Institución, asumiendo por delegación de la Junta Directiva la gestión de la COCINA y la atención espiritual a los usuarios y a la propia Comunidad".

En 1968 se añade un comedor de estudiantes, trabajadores, empleados y gentes que estuviesen por cualquier motivo lejos de su casa, actualmente en desuso; en 1978 se aprueban sus nuevos estatutos, en 2005 es declarada Entidad de Utilidad Pública y en 2011 el Ayuntamiento le concede la Medalla de Oro de la ciudad


Desde su patio y jardín vemos el viejo gasómetro de la que fue la antigua Fábrica de Gas, para la que se preparan nuevos usos, aunque su edificio principal, construido en 1857 no podemos ver desde aquí. El gasómetro fue construido entre 1958 y 1961


Saliendo del Museo Arqueológico de Asturias vemos alguna de esas partes antiguas de la catedral, como la parte exterior de la sala capitular y un pasillo, entre esta y el museo, desde el que se ve algo de la zona de la Cámara Santa, cripta de Santa Leocadia y cementerio de los peregrinos


Más allá asoman muros góticos de la catedral y su esbelta torre, gótico flamígero que simboliza el final de las obras, a mediados del siglo XVI, en concreto en 1552, cuando se colocó en la cúspide el chapitel o remate en forma de llama que ahora vemos, así como una Cruz de los Ángeles (emblema de la ciudad, que veremos en la Cámara Santa) que se trajo de Flandes 


Esta culminación de la torre ha sido desde siempre la que más a sufrido los embates del clima y también padeció guerra y conflictos, nos lo explican precisamente bien en la web de la Sancta Ovetensis:
"En la tarde del 13 de diciembre de 1575 se desató una tormenta sobre la ciudad y un rayo destrozó el remate de la torre. Según las crónicas, se arruinó el chapitel, los muros del segundo piso sufrieron daños, así como el maderamen de las campanas. Para la reconstrucción se contrató a Rodrigo Gil de Hontañón, maestro cantero que había dado los planos para el edificio de la Universidad de Oviedo. Hontañón, diseñó un airoso cuerpo mixtilíneo, en el que combinó elementos góticos y renacentistas en un ejercicio de elegante genialidad, rematado en la aguja calada, que elevó la altura de la torre en unos diez metros. Dirigieron estas obras Diego Vélez y Juan de Cerecedo el Joven. 
De nuevo el 13 de diciembre, esta vez del año 1723, otra tempestad causó daños de diversa consideración en la torre. Francisco de la Riva Ladrón de Guevara, maestro de obras de la catedral, relató en un informe que se perdió la mayor parte de la flecha, uno de los cubos de las esquinas, algún pináculo, parte de la balaustrada y la cornisa. Se quemó el suelo de madera del cuerpo de campanas y se dañó el primer reloj. También se perdió parte de la escalera de caracol. Este mismo rayo abrió dos grietas en el pórtico, una se aprecia actualmente en la bóveda del tramo sur, la otra está oculta bajo el relieve de la Transfiguración que se colocó sobre la puerta central. La segunda reconstrucción de la torre se llevó a cabo entre 1729 y 1731. 
Ya en el siglo XX, la torre, principal atalaya de la ciudad, fue bombardeada durante el asedio de Oviedo entre 1936-1937, derribando parcialmente la aguja y dañando buena parte de su estructura, sobre todo en el flanco meridional. Luis Menéndez Pidal fue el arquitecto encargado de la reconstrucción. El proyecto, que comenzó con la construcción de un gran andamio diseño de Luis Moya Blanco, se ejecutó en tres fases y se terminó en 1953. 
En el año 1996 comenzaron los trabajos del Plan Director de la Catedral y la restauración de la torre fue considerada intervención de carácter urgente. Bajo la dirección de los arquitectos Cosme Cuenca y Jorge Hevia se llevaron a cabo labores de consolidación en la aguja y de limpieza a lo largo de toda su estructura. Desde el 1 de agosto de 2022, tras los trabajos de adecuación de accesos, la torre gótica es visitable. (...) 
La torre gótica de la Catedral de Oviedo, a lo largo de sus cinco siglos de historia, ha sobrevivido a un incendio, tempestades, los bombardeos de una guerra,  el paso del tiempo… y sigue recibiendo a los peregrinos que llegan a la Sancta Ovetensis, indicándoles el camino hacia el relicario de la Cámara Santa".

También vemos un poco de la cabecera...
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Hermosas ventanas góticas y, entre ellas, los clásicos contrafuertes de este estilo, originalmente era una cabecera escalonada, con un ábside central y dos laterales más pequeños, la cual fue reformada en época barroca para construir un deambulatorio o girola con capillas radiales, que recorreremos también en el interior

El la Sala Capitular puede decirse que empezó la transformación de basílica románica en catedral gótica al comenzar su construcción en 1293 patrocinada por el chantre Pedro Esteban y por el deán Fernando Alonso. Aquí se reunían el cabildo de la catedral y la Junta General del Principado y aquí se declaró la guerra a Napoleón en 1808. Volvemos a consultar la web de la Sancta Ovetensis:
"El estilo gótico llega a Asturias con la construcción de la sala capitular de la Catedral. Se cree que por iniciativa del obispo Fernando Álvarez (1293-1295), hombre culto y viajado que habría conocido el nuevo modo de construir en Francia. Tiene una planta cuadrangular y se cubre con una bóveda de ocho paños apoyada sobre trompas. Construida en gótico clásico, se ha puesto en relación con el llamado “estilo Plantagenet”. La construcción se inició en el año 1293, se supone que adosada al claustro románico, en un lugar que estaba destinado a enterramientos. 
Las salas capitulares surgen en los monasterios como espacios destinados a la lectura de la regla monástica, pero en la Catedral la principal función desempeñada por esta estancia fue la de servir de espacio de reunión a los capitulares; la primera reunión del cabildo en este espacio tuvo lugar en 1314".

Cuando entremos a la catedral, tendremos ocasión de visitar el interior de la sala, a la que se accede por el claustro, ahora vamos a reparar en algunos elementos que se ven desde el exterior, empezando por estos gruesos y soberbios muros



Arriba este gran óculo que proporciona buena luz natural al interior . Cerrado por una artística verja circular


Rematado el hueco en un arco de medio punto, bajo él se ve una imagen religiosa mostrando sus manos abiertas de frente en señal de saludo o bienvenida, ¿San Salvador?


Otra figura se encuentra en un pequeño nicho u hornacina cerca de la esquina


Se reconoce una cabeza humana de grandes ojos, sin duda hubo de ser importante para colocarla allí, dando vista a la calle


En el suelo, un gran rosetón de piedra con tetrapétala sobre pavimento de cantos rodados frente a la Sala Capitular


Al otro lado de la calle está la Residencia Femenina María Inmaculada, regida por las religiosas de la orden de este nombre desde 1911. A ellas les dedica el periodista Javier Neira, de La Nueva España, el artículo Cien años al servicio del servicio, publicado el 15-11-2011 con motivo del siglo de su existencia en la ciudad:
"La comunidad de religiosas de la congregación Hijas de María Inmaculada -conocidas popularmente como las monjas del servicio doméstico- cumple cien años en Oviedo. Llegaron a la capital asturiana el 28 de abril de 1911, se instalaron en una casa de la plaza de la Catedral, que ya no existe, y, al poco, en el edificio de la calle San Vicente, donde siguen. Así lo contaba ayer Alicia Fernández, una de las monjas de la comunidad ovetense, que sigue desarrollando una extraordinaria labor social y educativa. A modo de ejemplo, y como comentaba a mediodía, «ya he recibido hoy a veintiocho personas y aún hay otras ocho esperando». 
La congregación fue fundada por Santa Vicenta María López y Vicuña, navarra de Cascante, de alta cuna y gran sensibilidad social, que vio en el Madrid del último cuarto del siglo XIX las dificultades por las que pasaban las chicas, emigrantes desde villas y pueblos, en la selva de aquella sociedad de la revolución industrial y urbana. 
Ahora, la congregación tiene casi 1.500 monjas distribuidas en dieciocho países. En Oviedo, 15. La comunidad carbayona desarrolla sus actividades en tres líneas fundamentales. 
Tienen un centro social María Inmaculada, donde acogen a las chicas que les llegan en busca de ayuda. «De entrada quizá sea difícil ubicar a alguna joven que pueda haber estado en la prostitución, pero no es lo habitual. Si buscan trabajo, se les da formación en talleres de plancha, repostería o atención a los ancianos. Las vamos conociendo y damos garantías cuando se les busca empleo en una casa, en el servicio doméstico. Después, una vez al mes las reunimos en una eucaristía y a sus niños les damos apoyo escolar, sobre todo a los que tienen problemas con el idioma. Si no cuentan con trabajo les damos residencia aquí, gratuitamente. Para eso estamos. Tenemos una base de datos, mantenemos contactos una vez al mes, las convocamos para diversos actos, pasan aquí la Nochebuena si no tienen familia o la fiesta de Reyes con sus hijos, una fiesta estupenda en la que nos ayudan voluntarios del BBVA y entregamos 150 regalos nuevos a los niños que se acercan con sus madres». 
También cuentan con la residencia María Inmaculada, con mayoría de universitarias. Pagan del orden de 500 euros al mes, «pero es un principio sagrado para nosotras que si no pueden y quieren estudiar no pagan». Las universitarias se insertan en el proyecto de formación humana y cristiana de la comunidad y desarrollan talleres como, mismamente este mes, de risoterapia o de otros contenidos. La residencia está pensada como un hogar para las chicas".

Tienen un pequeño jardín a la entrada, cerrada con verja y portón, disponen asimismo del Centro Cultural María Inmaculada, donde imparten formación profesional, con ciclos de grado medio de peluquería, cuidados auxiliares de enfermería y gestión administrativa, con profesores contratados:
Como explica Alicia Fernández -gallega de Fonsagrada, hija de somedana de Urria-, «no somos una agencia de colocación, no cobramos nada y hacemos un seguimiento; ponemos a las chicas en relación con las familias y estamos atentas a cómo les va a las dos partes. Tenemos muchas inmigrantes latinoamericanas, del Este de Europa, africanas e incluso de la India». La comunidad, formada por 15 hermanas, no es suficiente para tanta tarea, así que cuentan con personas contratadas -especialmente para la enseñanza- y voluntarios que acuden al convento a ofrecer su ayuda. 
La crisis se nota, pero, añade Alicia Fernández, «cuando llegué a Oviedo hace cuatro años no había crisis y también se atendía a muchas chicas». El día grande del centenario se celebrará el 1 de mayo, con una misa en la Catedral a la que asistirán hermanas que estuvieron en otro tiempo en el convento de Oviedo y que ahora se encuentran en otros, incluso en otras órdenes -hay alguna en las Pelayas-, y el día anterior, una hermana, doctora en Historia, ofrecerá una conferencia en el Auditorio sobre la presencia de la congregación en Oviedo".

La calle San Vicen sigue su cuesta delante de la residencia, con sus llamativos edificios a continuación de la cocina económica


El jardín y, al fondo, en la fachada, dos escudos






A continuación, con su fachada mirando a La Corrada del Obispo, en nuestro camino a la catedral, está la Casa del Deán Payarinos, cuyo nombre de debe al deán de la catedral Benigno Rodríguez Pajares, quien se la encargo en el año 1900 al prestigioso arquitecto Juan Miguel de la Guardia


Es de estilo ecléctico con trazas neoclásicas, de sus dos plantas destacan en la de arriba los miradores laterales de madera en forma de chaflán, como las esquinas. Entre los año 1984 y 1986 se construyó un gran cuerpo cúbico detrás, en el jardín oeste, que da a la calle Paraíso (la de la antigua muralla medieval), al tiempo que se demolió todo el interior respetando la fachada, reestructurándolo para acoger el Conservatorio Superior de Música Eduardo Martínez Torner


A la derecha y a continuación de la Sala Capitular hay unos edificios barrocos añadidos exteriormente al claustro gótico.


Al fondo, los árboles de La Corrada del Obispo, lugar que aparece mencionado por primera vez en un documento de 1177 que informa de unas casas pertenecientes al monasterio de Courias en Cangas del Narcea que estaban en el palacio obispal "ad plateam domino episcopi"


En 1265 se le denomina El Corral del Obispo, aunque la plaza propiamente dicha nació de resultas de la reconstrucción de la ciudad tras el incendio de 1521, cuando solamente quedaron en pie la catedral y un par de palacios de piedra, pues el resto de las casas eran de madera


Así fue cómo nació la plaza actual y se reconstruyó el palacio episcopal, que vemos al fondo y hacia el que nos dirigimos. Leemos de ella en la Enciclopedia de Oviedo:
"Casi adyacente a la Catedral de San Salvador, es una de las zonas representativas del casco histórico de Oviedo; en ella se ubican el Palacio Episcopal y el Conservatorio Superior de Música de Asturias, instalado en la ostentosa casa erigida por el deán Benigno Rodríguez Pajares. De planta trapezoidal, la Calle Canóniga, la Calle San Vicente y la Calle San José la delimitan junto con los edificios citados. 
El nombre de Corrada del Obispo parece se remonta al siglo XIII, concretamente al año 1265, en que se fecha un documento según el cual una casa de la Rúa de Barredo limitaba por su parte posterior con la plaza del corral del Obispo. Este nombre de corral del obispo se repite en 1294 y a partir de entonces en multitud de documentos. Tal denominación alude al Palacio Episcopal que aquí se ubica".


Luego, en 1730, el cabildo catedralicio, al decidir levantar un claustro alto sobre el ya existente claustro gótico, aprovecha aquí a la derecha para añadirle a la catedral una portada barroca según el gusto imperante


La portada barroca tiene realmente todo el aspecto de un palacio que rivaliza incluso con el del obispo. Estamos en una zona donde algunos cronistas creen que estuvieron los palacios de algunos reyes que  asturianos que tuvieron aquí su capital.


La plaza era antaño más pequeña pues había unas casas en hilera adosadas al Palacio Episcopal, en una de la cuales nació el jurista Francisco Martínez Marina y en otra la poetisa Micaela de Silva y Collás, continuamos la lectura en la Enciclopedia de Oviedo:
"En 1820, durante el Trienio Liberal, se cambió el nombre de la plaza por Plaza Álvarez Acevedo, en memoria del militar liberal Félix María Álvarez Acevedo, héroe de la Guerra de la Independencia muerto en combate el 10 de marzo de 1820 tras haberse sublevado en Galicia, logrando conquistar toda la región para la causa liberal y contribuyendo de forma decisiva al triunfo del pronunciamiento de Rafael del Riego. Este nombre fue suprimido y repuesto varias veces a lo largo del siglo XIX siendo definitivamente suprimido por resolución del ayuntamiento franquista el 11 de febrero de 1937, restableciéndose el nombre de Corrada del Obispo. 
Junto con denominaciones como Plaza de Riego o Calle Altamirano, Álvarez Acevedo fue uno de los primeros nombres que por resolución municipal venían a sustituir a los que habían surgido de forma espontánea. 
Antiguamente la Corrada del Obispo estaba separada totalmente de la Calle Canóniga por una hilera de casas que avanzaban desde la tapia del Palacio Episcopal hasta la Calle San José; a principios del siglo XX fueron derribadas las contiguas a la tapia, quedando comunicada la Corrada con Canóniga, y finalmente en 1956 se derribaron la restantes ensanchándose la Corrada hasta la misma Calle Canóniga. De la mampostería de esas casas (...) se conservó un bello capitel que hoy puede admirarse en el Museo Arqueológico de Asturias.

La portada barroca al claustro de la catedral es llamada la Puerta de las Limosnas, por ser donde el cabildo catedralicio daba pan a los pobres el día de Jueves Santo. Desde su balcón se llamó a la revuelta contra los franceses en 1808 cuando, al llegar el 9 de mayo el correo de Madrid, que tenía en la catedral su estafeta, la multitud se enardeció al enterarse de los sucesos del 2 de mayo, lanzándose proclamas contra ellos


Destacaron en aquellos acontecimientos Juaca Bobela y Marica Andallón; la primera, Joaquina Fernández Bobela, acudió con obreros de la fábrica de armas y estudiantes a esta plaza y destacó por sus enardecidas arengas. De noche arrancó de las paredes los carteles de llamada a la normalidad de la afrancesada Audiencia y participó en todos los acontecimientos de aquellos días, involucrándose de tal manera que, cuando los franceses entraron en la ciudad, hubo de huir, siendo saqueada su casa. 


Por su parte, Marica Andallón, de nombre oficial María González Suárez pero llamada Andallón por ser vecina de dicho pueblo en el cercano concejo de Les Regueres, estuvo también en primera línea y, al entrar los invasores, socorría a los heridos en una improvisada Asociación de Caridad. Acabada la guerra y yendo a la corte a demandar una pensión ante el rey, se dice respondió 'irrespetuosamente' al infante don Antonio al decir este que "estaba harto de patriotas"


El claustro alto se hizo entre 1731 y 1733 con los arquitectos Francisco de la Riva Ladrón de Guevara y Pedro Moñiz Somonte, auspiciada por el obispo Juan García Avello y Castrillón, coincidiendo además con la apertura de la calle que vemos a la derecha, entre la portada y el palacio, el Tránsito de Santa Bárbara, por donde continuaremos hacia la catedral y que fue trazada por Somonte. A la vez se hacía una escalera para subir a la Cámara Santa, al claustro alto y al Palacio Episcopal, para lo que tuvo que derribarse la capilla del prelado. En la fachada intervinieron el también renombrado arquitecto barroco Manuel Reguera González y, en la puerta, el citado Ladrón de Guevara


Detalle del frontón sobre la portada, en el que dos niños sujetan el escudo de España de la época. Leemos en Disfruta Oviedo lo siguiente:
"Se realizó en 1733 en estilo barroco, con 2 columnas dobles toscanas y 2 niños sujetando sobre el frontón el escudo de España de tiempos del rey Felipe V (origen del actual) que contiene 2 leones rampantes (ref. al reino de León), 2 castillos (ref. al reino de Castilla), la flor de lis (ref a los Borbón) y la corona (ref a la soberanía nacional)".

Y arriba, el escudo ovetense sobre una peineta saliente de la cornisa


La Cruz de los Ángeles...


Allí vemos de nuevo en lo alto, la torre de la catedral, nuestra mejor orientación, hacia la que nos encaminamos, no sin admirar a la vez el Palacio Episcopal al pasar delante de él. Su fábrica actual obedece a diferentes etapas de construcción tras la reconstrucción de la ciudad en 1522. Diferentes obras realizadas han permitido descubrir pequeñas ventanas románicas del palacio medieval, que también fue afectado por la Revolución de Asturias de 1934 y la Guerra Civil



Esta de La Corrada del Obispo e la fachada principal orientada al este, del Palacio, con una gran puerta de sillares almohadillados y, a los lados, en la pared, sendos escudos del Obispado de Oviedo. Sobre ella, un balcón voladizo con rejería


En el balcón, a la izquierda, el blasón del obispo Diego Aponte de Quiñones, quien ejerció como tal entre 1585 y 1598


Y la Cruz de los Ángeles, el escudo de la ciudad


Y continuamos pues por el Tránsito de Santa Bárbara, abierto en 1734, hacia la torre gótica de la catedral y Plaza de Alfonso II El Casto


Y antes de la torre gótica, la torre románica, la Torre Vieja, la cual no es sino la ampliación en altura, la parte superior, donde están las campanas, de una torre anterior prerrománica de los siglos IX o X, reinando Alfonso III El Magno. Una inscripción revela que tenía carácter defensivo contra los ataques de los normandos dentro de la fortificación de la ciudad llevada a cabo por este rey:
"En el nombre del señor Dios y salvador nuestro Jesucristo, y a la gloria de todos, de la gloriosa Santa María Virgen, a los doce apóstoles y restantes santos mártires... el príncipe Alfonso hijo del rey Ordoño de santa memoria mandó edificar esta fortificación con la esposa Xemena, habiéndoles nacido dos hijos, para que la defensa de la fortificación del aula del tesoro de esta santa iglesia permanezca sin daño; precaviendo que nada perezca, pues los gentiles suelen apresurarse con su ejército pirata naval, Dios no lo quiera. Esta obra ofrecida por nosotros, sea concedida en perenne posesión a la misma iglesia"

A nuestra derecha, en la pared que cierra el claustro, dos grandes escudos


Alzamos la vista a ver si podemos discernirlos


El de arriba es el escudo episcopal ovetense, abajo el escudo real


Ahí vemos bien la diferencia de traza y estilo entre la torre y su ampliación a dos pisos más, los de las campanas, a finales del siglo XI, por lo que estaríamos ante un ejemplo pionero del románico en Asturias que va a sustituir al prerrománico o Arte Asturiano. Mª Soledad Álvarez Martínez, catedrática de Historia del Arte, escribe en su libro El románico en Asturias:
"... la Torre Vieja de la catedral de Oviedo constituye un importante eslabón en la secuencia cronológica del románico ovetense en los tiempos de su implantación.

Los orígenes de la Torre Vieja se remontan a la etapa de la Monarquía asturiana, de la que aún se conserva un primer cuerpo de considerable altura construido en el característico sillarejo prerrománico. Por su ubicación junto al palacio de Alfonso II y la Cámara Santa y al sur de la basílica de San Salvador, debió de desempeñar originalmente una función defensiva y, con posterioridad, en la fase románica, la de campanario, para el que se funde en 1219 la campana Wamba.

Con la construcción de los dos cuerpos románicos de esta torre se inician las intervenciones arquitectónicas que sustituyen paulatinamente las fábricas prerrománicas del palacio y las basílicas contiguas de San Salvador y Santa María por otras posteriores románicas (Torre Vieja, claustro románico, nave de la capilla de San Miguel de la Cámara Santa), góticas y barrocas. Tras la construcción de la catedral gótica en el solar de la basílica de San Salvador y dadas las mayores proporciones de la obra bajomedieval, la Torre Vieja queda emplazada en el transepto meridional y contigua al claustro gótico que se levantó sobre el desaparecido románico".

Es entonces cuando la torre perdería su impronta defensiva y se perfila como una parte más del edificio netamente religioso. Además del añadido del campanario, con dos vanos a cada lado, el torreón será en parte reformado pero sin perder su traza de planta cuadrada:

"Siguiendo la práctica común (...) los dos pisos románicos de la torre se alzan sobre el cuerpo prerrománico sin alterar la sección cuadrada ni las proporciones. Pero en su construcción de aplican soluciones bien diferenciadas que son propias del nuevo estilo en su fase de plenitud."

Uno de esos cambios importantes es el del aparejo, que es de sillares de cantería que, aunque no son totalmente iguales sí están perfectamente encuadrados:
"También existen notorias innovaciones  en la estructura mural, puesto que al cuerpo bajo, compacto y de superficies lisas de la fase anterior, se superponen dos niveles articulados horizontalmente por medio de impostas que traducen al exterior la organización espacial en pisos y se abren a través de vanos más amplios y de morfología novedosa: estos dos niveles presentan la plasticidad mural característica del románico pleno, enriquecida por guardapolvos, impostas, arquivoltas, ménsulas y contrafuertes.

Lo mismo se podría decir de las cubiertas. Frente a los pisos de madera prerrománicos desaparecidos, en los dos niveles románicos se aplican  soluciones abovedadas, completamente ajenas a la tradición asturiana, de arista y esquifada. Finalmente, la integración en capiteles y canecillos de un relieva monumental contribuye a aumentar las diferencias respecto al desornamentado cuerpo bajo".

Estos amplios vanos de la parte románica la torre presentan arcos de medio punto de dos arquivoltas con capiteles labrados con diferentes escenas y siguen un modelo similar a la basílica de San Isidoro de León


En el capitel izquierdo del arco izquierdo se representan unas aves, "aves de desarrolladas colas que unen sus picos en los ángulos en torno a un fruto esférico", dice Álvarez Martínez, "Las aves se repetirán con gran frecuencia en los templos románicos asturianos de los siglos posteriores, pero en ningún momento presentarán las llamativas colas que ofrecen estos capiteles de la Torre Vieja"


El de la derecha es de temática vegetal, patrones todos ellos que serán comunes en la decoración románica europea durante siglos


Vamos ahora al arco de la derecha


Capitel derecho de nudos o entrelazos con banda superior (cimacio) ajedrezada


Capitel izquierdo de cabezas de simios que agarran con sus patas delanteras unas molduras de sogas a manera de collar:
"Llama la atención la representación de estos animales, desconocidos en Asturias, cuando lo más frecuente en los monumentos de fines del XI es recurrir a la fauna del entorno como fuente iconográfica; pero la introducción de una temática nueva (...) es fruto de la llegada de corrientes foráneas que posiblemente procedan de León. Con ellas se implantarían animales exóticos de algún bestiario (...) que no excluyen a la representación de la fauna local, presente en la torre en algunos capitales".

En las ménsulas de los contrafuertes de la torre se ha añadido una impronta románica de fauna local con cabezas de osos y lobos tal que esta


La torre románica con la torre gótica simbolizan las transformaciones acaecidas en la catedral de San Salvador a lo largo del tiempo, como las de la misma ciudad. La Torre Vieja fue la que vio el rey Alfonso VI  al acudir a San Salvador a abrir el Arca Santa y descifrar su misterio, registrando todo lo que se hallaba en ella, acompañado de un numeroso séquito en el que destacaban su hermana Doña Urraca, la infanta Doña Elvira, varios obispos y personas de su confianza como Rodericus Diaz, que, avanzando el tiempo, sería otro de tantos personajes que, como esta historia, formarían parte tanto de la realidad como de la fantasía, El Cid Campeador, quien entonces conocería aquí a la que sería su mujer Ximena. Para Mª Soledad Álvarez Martínez aquella visita regia pudo animar a reformar la torre:
"... su construcción debió iniciarse a fines del XI. La visita a San Salvador en 1075 de Alfonso VI, que favorece a la Iglesia ovetense con una donación de diversos bienes y con la cubierta de plata para el Arca Santa, pudo haber constituido una razón para emprender la renovación de estructuras preexistentes, como la Torre Vieja. Esta se presenta por tanto como el primer eslabón románico de la catedral ovetense, coincidiendo su construcción con la implantación de las primeras soluciones del románico pleno en la ciudad."

De aquella época parte la famosa leyenda de Oria, la peregrina endemoniada, una de tantas historias sobre exorcismos de las que se vanagloriaban todos los templos del orbe para atraer más masas de peregrinos ansiosos de librarse de males físicos o espirituales y que hicieron desde entonces sonada romería que acudió a la que fue una de las capitales del mundo entonces conocido


A los pies de la Torre Vieja hay una portada, es la Puerta de la Perdonanza, por donde entraban los peregrinos a la catedral para ganar el Jubileo de la Santa Cruz, promulgado por el papa Eugenio IV en 1438. Se abrió en el siglo XVI y de ella leemos en la web de la Sociedad Protectora de la Balesquida:
"La puerta de la Perdonanza se llama así porque todo peregrino que entre por ella y se arrodille a los pies de la estatua románica del Salvador, entre los días 14 al 21 de septiembre cumpliendo los requisitos de confesión y comunión, se le concede indulgencia plenaria.  
Por ella entraban los peregrinos que venían a la ciudad por el camino del Norte, una vez pasada la puerta de la Noceda, una de las puertas de la muralla, próxima al convento benedictino de San Pelayo y siguiendo la calle San Vicente, llegaban a la Corrada del Obispo y entraban en la Catedral precisamente por la puerta de la Perdonanza. También los peregrinos que venían de la Meseta, entraban por la llamada Puerta Nueva y a través de Cimadevilla, la Rúa y Platerías, por el Tránsito de Santa Bárbara llegaban a ella. Esta puerta está abierta sobre el muro y comunica el Tránsito de Santa Bárbara con un pasadizo que desemboca en el brazo meridional del crucero y es la más próxima al Altar Mayor.  
Desde 1438 la Catedral cuenta con su propio jubileo conocido como el de la Santa Cruz y esta fiesta de la Perdonanza era todo un acontecimiento en la ciudad en el siglo XVI. Es bien conocido el dicho de que  «quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado, pero no al Señor» 
En 1862 el cartel de las fiestas de San Mateo anunciaba dos días de festejos. «Desde entonces hasta hoy, la historia  de San Mateo y la Perdonanza ha tenido mucho recorrido.»

En 1742 se abrió además un gran ventanal para la mejor iluminación del gran retablo barroco de Santa Teresa, que veremos en el interior


Y este es el patio de la Torre Vieja o Patio de la Perdonanza. La apertura de este paso en el mismo muro medieval la realizó Pedro de Buyeres con el patrocinio del obispo Diego de Muros y afectó a la Torre Vieja y a la Torre de San Miguel de la Cámara Santa. Es una de las siete entradas que tiene la catedral y por un pasaje llega al brazo meridional del crucero, frente a la imagen románica del Salvador, patrón de la catedral y de la ciudad, y el altar mayor, dado que es además la más próxima al mismo, leemos en El Camino de Santiago desde Asturias. En 1966 la Asociación de Amigos de la Catedral de Oviedo decidió cambiar la vieja puerta de madera por otra nueva, encargando su diseño al arquitecto Efrén García Fernández y para esculpir al dominico Fray Miguel Iribertegui Erasos


Este cuerpo superior de la Puerta de la Perdonanza es de fundición, "concebido como claristorio con vitrales de colores que iluminan el pasillo interior, y un cuerpo inferior, integrado por dos hojas laterales fijas y una central móvil de bronce, decoradas con bajorrelieves", nos dicen también en El Camino de Santiago por Asturias, relieves presididos por la Cruz de los Ángeles y la figura del Salvador, que imita la talla románica del interior:
"Las imágenes que ocupan la puerta están presididas por la Cruz de los Ángeles partida entre dos hojas y acompañada de imágenes del Libro de los Testamentos. Hay además ilustraciones alegóricas de la persona, la paz, la misión, la cultura, la economía, el trabajo y la familia; también se encuentran alusiones a la visita de Juan Pablo II en 1989, San Melchor de Quirós, Santa Eulalia de Mérida, dibujos de Santa María del Naranco y las imágenes de San Salvador y de la Virgen de Covadonga, entre otros motivos".

La mitad de la Cruz de los Ángeles, que está 'partida en dos' por las hojas de la puerta; alegorías de la familia y el trabajo. En La puerta de bronce de la Catedral ovetense, Mariano Torres Arrabal realiza, en el periódico La Nueva España del 17-11-2008, una semblanza del autor a su fallecimiento y de su obra:
"Un artista del bronce ha dejado como «sigillum», es decir, como sello en la cera, el emblema de su transitar por esta vida: una de las puertas de entrada a la Catedral ovetense. A través de ella Vetusta puede entrar por la broncínea puerta de la modernidad al interior del templo cristiano regido por la episcopalidad católica. De sus bajorrelieves emergen tímidamente siluetas de supervivientes sojuzgados por el denuedo de mantener la fe. En sus trazos esquemáticos todavía se aprecian rasgos físico-culturales de personas fácilmente identificables, en su dura porfía por atenuar el riesgo existencial de la increencia. 
Para nuestro gran pesar, su autor y artista, que respondía al nombre de Miguel Iribertegui Eraso, falleció el 8 de noviembre de este año que tan empeñado está en mermar la esperanza del humano progreso. Y lo hizo sin apenas rebasar la cifra de corte vital de los 70 recién cumplidos. Salió de este mundo prevenido y animado, como quien parte para una gran aventura: el encuentro de la puerta que únicamente abren las llaves de Pedro. Este dominico, escritor y escultor, nació en un pueblecito de Navarra, en las cercanías de Huarte, entre los arrullos de una familia muy unida y numerosa. 
La Asturias catedralicia ha de recordar a un hombre que empeñó todo su ingenio en dotar de una nueva puerta a un templo milenario cada vez más envejecido, no se sabe bien si por el paso del tiempo o por la edad de sus dirigentes. 
Navarro de origen pero afincado en Castilla y León desde hace años, quedó bien pronto prendado por el candor de los belenes. Si alguna vez tienen la oportunidad de admirar los suyos, comprobarán la destreza del hombre que selecciona el noble y nobiliario bronce para plasmar la paz del Niño durmiendo, la quietud de una Virgen parturienta o la seguridad varada de un padre putativo. En su derredor, como una algarabía de comparsas celebrando la buena nueva, escenas de lucha castellano-leonesa, estampas costumbristas o formas robadas a las sombras de lo que fue la pequeña gran familia de una guerra. 
La muerte y su inoportuna embajadora, la enfermedad, conspiró para segar su afán plástico, y por imperativo mortal dejó sin aliento sus proyectadas realizaciones. Lección de una vida que, bajo estructuras de bronce, se aferró mental y metálicamente al clavo ardiendo de la creencia firme, creativa, religiosa. Oviedo conserva una reliquia de carácter afable y didáctico de un ser cuyas revoluciones giraban en torno al sagrado arte de transfundir la realidad presente en realidad futura. Miguel Iribertegui tuvo a bien hacerlo en el «introito» lateral de nuestra pulcra y espigada Catedral. Los animo a que recen en la lápida vertical de su memoria artística y pidan ante esa clausurada puerta que deje paso lateral a los aires capaces de renovar el crucero del olor a cepillo y a gentes permanentemente genuflectas".

La Adoración de los Magos


La Virgen de Covadonga y la paloma de la paz, entre otras imágenes


Numerosas alegorías y representaciones


Ampliando la información del Jubileo de la Santa Cruz, extraemos esta información de la web de la Sancta Ovetensis:
"Se conoce como Jubileo a la indulgencia plenaria, solemne y universal, concedida por el papa en ciertos tiempos y en algunas ocasiones. El término procede del hebreo yobel, que es el cuerno de cordero con el que los judíos anunciaban el año excepcional dedicado a Yavé y de la palabra latina iubilum, que significa alegría. Ambos términos se fundieron en el medievo en la palabra iubileus, naciendo así el concepto de año excepcional dedicado a Dios con alegría. 
En la Edad Media, jubileo fue asociado al concepto de indulgencia, que es la remisión ante Dios de la pena temporal correspondiente a los pecados ya perdonados, que se obtiene por mediación de la Iglesia. En Oviedo se gana la indulgencia desde los tiempos de Alfonso II, cuando las reliquias fueron depositadas en la Cámara Santa. En el año 808 el rey Alfonso II donó a la Catedral la Cruz de los Ángeles y, cien años más tarde, en el 908, Alfonso III donó la Cruz de la Victoria. El jubileo giraba entonces alrededor de ambas cruces, hasta que en el año 1075 se abrió el Arca Santa y se identificaron las reliquias que contenía. A partir de ese momento, la Catedral de Oviedo fue reconocida como el mayor relicario de la Península, recibiendo por ello el sobrenombre de Sancta Ovetensis. 
En el siglo XV, debido a la gran afluencia de peregrinos, el Cabildo solicitó formalmente al papado poder celebrar un jubileo y en 1438 Eugenio IV otorgó la bula que concedía indulgencia plenaria a los que acudiesen a la Catedral el día en que la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre) tuviese lugar de viernes, así como los ocho días anteriores o posteriores a dicha festividad.  
Durante el periodo que duraba el Jubileo de la Santa Cruz había grandes festejos en la ciudad, la mayoría de carácter profano, aunque también había procesiones. Estas fiestas se anunciaban con la colocación de banderolas en la torre de la Catedral y terminaban con gran solemnidad el día 21, fiesta de San Mateo, de ahí que en la actualidad las fiestas de la ciudad de Oviedo se conozcan como fiestas de San Mateo.  
Cuando la Cruz de la Victoria fue devuelta a la Cámara Santa en 1982, después de la restauración tras el robo de 1977, el Papa Juan Pablo II concedió al cabildo la autorización para otorgar a los fieles la indulgencia plenaria del 14 al 21 de septiembre. A partir del año 1985 la Sagrada Penitenciaría permitió la celebración anual, siendo el de Oviedo un caso excepcional, ya que la mayoría de los jubileos – como el año Xacobeo compostelano – tienen lugar cuando la principal festividad cae en un día concreto de la semana.  
En la Catedral de Oviedo se gana la indulgencia entre los días 14 y 21 de septiembre. Para ello se debe realizar una visita piadosa a la Catedral, confesar, comulgar y rezar por las intenciones del Papa"

Esta Torre Vieja es la torre románica-prerrománica más antigua de Asturias y viene a ser un modelo para otras como las de San Salvador de Celoriu (que vimos en el Camino en Llanes) y la desaparecida del también extinguido monasterio ovetense de Santa María de la Vega


Y este es el arco-puente que comunica el Palacio Episcopal con la catedral, hecho a la vez que se abría la calle, en 1734 


Y pasamos al gótico 'barroquizado' en torno a la torre principal de San Salvador, donde la capilla de Santa Bárbara, construida entre 1660 y 1663 donde estuvo la Casa del Portal, cedida por los canónigos Juan y Cosme de Oviedo Valdés, se adelanta desde el muro de la epístola hacia la calle a la que da nombre, formando un ángulo recto con él y es un ejemplo de las ampliaciones barrocas del templo


A la derecha, cerrado por una verja, está El Prau de Pachu'l Campaneru (El Patio de Cartón), con los cimientos de lo que para algunos fue el palacio de Alfonso II El Casto y para otros dependencias eclesiales, todo ello bajo este grandioso muro sur de la catedral gótica y cerrado al oeste por dicha capilla de Santa Bárbara


Estos son los restos que se atribuye fueron parte del palacio de Alfonso II, que empezaron a aparecer a partir de las excavaciones realizadas en 1942, tras las destrucciones de revolución y guerra y los responsables de las mismas José María Fernández Buelta y Víctor Hevia las relacionaron con una gran construcción palacial de ese rey o de su padre Fruela la cual se extendería, según más restos de edificaciones que encontraron, entre la Corrada del Obispo hasta este Tránsito de Santa Bárbara, el llamado Jardín de Pachu,  y el actual claustro catedralicio



En concreto se trataría de una disposición en planta cuadrangular de seis construcciones de 2,30 x 1.80 metros y un horno que parece ser soportaba altas temperaturas. Las investigaciones realizadas dicen que en un edificio de dos plantas había una puerta o hueco de acceso, orientado al sur, rematado en arco de mitra, sin precedentes en Asturias



Interpretarlo como dependencias de un palacio real avala la teoría del gran medievalista asturiano Juan Uría Ríu, si bien otros historiadores no ven nada que lo demuestre y se decantan por dependencias de los monjes y prelados, no en vano sobre parte de ellos están los palacios episcopales. En Wikipedia se nos dice esto sobre el tema:
"Al sur de San Salvador se situaban una serie de construcciones de las que hoy en día quedan restos al sur de la catedral y por debajo del actual palacio episcopal. Aprovechando la total destrucción del mismo durante la guerra civil española y como parte de los trabajos de reconstrucción, se realizaron entre 1942 y 1950 unas excavaciones por la que los arqueólogos José María Fernández Buelta y Víctor Hevia Granda determinaron que correspondían al palacio real de Alfonso II el Casto. Sin embargo esta opinión es rechazada actualmente por otros historiadores, como César García de Castro Valdés y Eduardo Carrero Santamaría, quienes cuestionan la original localización del palacio, mientras que los restos vecinos a la catedral debieron pertenecer al clero que se ocupó de San Salvador hasta su promoción a catedral, momento en que debieron transformarse en palacio del Obispo y otras dependencias episcopales, a la par que en sus alrededores se edificaban las casas y palacios de las dignidades capitulares que, en buena medida, pervivieron topográficamente hasta la contemporánea apertura de la actual Corrada del Obispo".


Aquí se ve parcialmente la parte más antigua de la catedral por su parte exterior. Arriba a la derecha sigue destacando la Torre Vieja, al lado del brazo sur del transepto que forma el crucero de la catedral, construido entre 1459 y 1479 en gótico flamígero por Juan de Candamo y, bajo ella edificios prerrománicos con importantes reformas y que forman parte de la escalera de acceso hecha en el siglo XVIII a la Cámara Santa, la cual tiene dos capillas superpuestas, que pronto veremos cuando visitemos el interior


La capilla inferior es la Cripta de Santa Leocadia y la superior la Capilla de San Miguel, adosadas a la Torre de San Miguel, que debía ser anterior, muy transformada y que no puede reconocerse desde el exterior. En la Cámara Santa se guarda el Arca Santa con las Reliquias de San Salvador, que, según la tradición cristiana, se custodiaban el Jerusalén y fueron escapando de los avances persas y árabes hasta llegar hasta aquí:
"La Cámara Santa sería, por tanto, el tesoro de la catedral de San Salvador, siguiendo las constantes de la arquitectura de la época, compuesto por dos espacios superpuestos y adosados a una estructura cuadrada más alta llamada Torre de San Miguel. No queda constancia documental sobre el funcionamiento del piso bajo, apodado como "cripta de Santa Leocadia", que sirvió como espacio de enterramiento en fechas algo posteriores a su construcción, con la elevación de un pórtico funerario en su lado norte. El superior, el propio tesoro, conocido más tarde como Capilla de San Miguel, adquirió en el siglo XI, una vez desarrollado el culto a las reliquias y la peregrinación, la función de relicario que conserva en la actualidad. Se supone que la construcción de este edificio tuvo lugar hacia el 884, en pleno reinado de Alfonso III el Magno, conjuntamente con la Torre Vieja que le servía de defensa y completaba la fortificación del conjunto levantado anteriormente".

Entre las reliquias destaca el famoso Santo Sudario, denominado popularmente El Pañolón, relacionado con la Sábana Santa de Turín y sobre el que se han hecho numerosas pruebas y estudios científicos, ya que se dice cubrió la cabeza de Cristo en el descendimiento de la cruz se exponen las citadas reliquias que hicieron de la capital asturiana un gran centro de peregrinación

                                                   
La Cámara Santa tuvo una tremenda transformación llegada la baja Edad Media, en el siglo XII y hubo de ser restaurada tras su voladura en la Revolución de 1934 cuando todo símbolo formaba parte del secular enfrentamiento interno de ideales sociales y políticos contrapuestos, independientemente de su importancia como patrimonio histórico-artístico a preservar


Junto con el Santo Sudario están la Caja de las Ágatas y el Arca Santa, con numerosas reliquias que fueron traídas de Jerusalén tras larguísimo periplo por la geografía norteafricana y peninsular, acabaron  en el templo de San Salvador fundado por Fruela y enaltecido por su hijo Alfonso II al trasladar aquí la capital del reino


Estas reliquias en sí mismas ya hicieron de Oviedo/Uviéu un gran centro de peregrinaciones y por lo tanto de llegada de romeros, viajeros, comerciantes, etc., de todo el orbe cristiano, multiplicado todo ello al descubrirse, bajo el reinado del mismo rey (en una fecha que varía entre los años 813 y 834), la que se tiene por tumba del Apóstol Santiago en Compostela, naciendo aquí el primer Camino de Santiago de la historia, al ir el monarca con su séquito (otros dicen que uno de sus representantes) a verificar y confirmar tan trascendental hallazgo, eso si las crónicas al respecto, escritas muchos años después de los hechos, son demostradamente verídicas


Se da, por parte de algunos investigadores, la fecha del 13 de octubre del año 821 como la de consagración de la basílica de San Salvador, lo que no quiere decir que no fuese inaugurada antes en la práctica pues esas ceremonias, con asistencia de autoridades y relevante liturgia, podía retrasarse tiempo, años incluso. Se supone seguiría la tónica de los templos del Arte Asturiano de tres naves, con unos 40 metros de largo por 20 de ancho y 25 de altura máxima, tendría un altar dedicado a San Salvador y otros doce a los apóstoles, que aumentarían a 21, algunos con doble dedicatoria. Su pintura mural sería semejante a la de Santuyano, templo contemporáneo a esta basílica. Su arquitecto constructor pudo ser Tioda o Teoda


Las Reliquias, antes que en el santuario de San Salvador, estuvieron largo tiempo escondidas y custodiadas en una de las capillas del mítico monte Monsacro, también llamado La Madalena, sito justo al sur de la ciudad. Sin duda su misma importancia favoreció la fundación de una sede eclesiástica y una nueva basílica para albergarlas. Los sucesivos reyes de Asturias, León, Castilla... le fueron incrementando donaciones que favorecieron su poder y centro de recepción de peregrinos a nivel internacional para ver el Arca Santa. Destacaríamos entre ellos a Alfonso III El Magno, verdadero refundador de la capital, así como a Alfonso VI, quien en los palacios del anterior estipula hacer un hospital de peregrinos en el año 1096, llamado en textos del año 1100 palatio francisco en relación a los muchos peregrinos francos (actuales franceses y centroeuropeos en general) que acudían en romería. El mismo rey le otorgó a Oviedo/Uviéu los primeros fueros


Vamos a volver la vista de nuevo a la Torre Vieja para fijarnos de nuevo en los arcos románicos del campanario


Y es que ahora tenemos a la vista otros dos, los del lazo occidental, con sus capiteles historiados


Entre ambos hay también dos cabezas de animales, o hubo, pues la derecha parece desaparecida, en la ménsula del contrafuerte 


Aunque a simple vista no se aprecian sus formas, acercando la imagen algo podremos reconocer


Capitel izquierdo del arco izquierdo, de estilo corintio, con sus motivos vegetales "de varios registros de esquemáticas hojas lanceoladas de ápices curvados", como lo describe Álvarez Gutiérrez


Capitel derecho del arco izquierdo "de palmetas nervadas y volutas sobre madera de soga paralela al collarino"


Capitel izquierdo del arco derecho, con su sogueado y espirales


Detalle más de cerca


El capitel derecho, otro derivado del estilo corintio


Fijémonos en la profusión de alambres colocados para que no se posen las palomas


La Torre Vieja va quedando atrás


A la torre gótica vamos acercándonos pues desde el Tránsito de Santa Bárbara, teniendo de frente a nosotros la citada capilla barroca homónima, donde trabajó el arquitecto Ignacio del Caxigal en colaboración con sus ayudantes Juan de Obregón, Alonso de la Peña y José de Huici.


En 1689 este cuerpo que se adelanta más sobre la calle, la sacristía, se hizo con Gregorio de la Roza. Esta capilla se hizo para traer aquí las reliquias de la Cámara Santa, por lo que se la llamó Nueva Cámara Santa. Esta explicación es la que nos da Sancta Ovetensis:
"El culto a las reliquias impulsado por la Contrarreforma llevó al obispo Bernardo Caballero de Paredes (1642-1661) a plantear al cabildo de la Catedral el traslado de las reliquias conservadas en la Cámara Santa a una nueva edificación más moderna que, además, hiciera las veces de panteón para su familia. En la Catedral, los capitulares eran plenamente conscientes de que el templo gótico no se ajustaba a las necesidades contrarreformistas y, por ello, ya se había construido una girola para la circulación de los romeros, tal y como demandaba un templo de peregrinación. También se contempló la posibilidad de ampliar la Cámara Santa, pero los canónigos nunca vieron con buenos ojos el traslado de las reliquias a una nueva ubicación, tal y como proponía Caballero de Paredes con la construcción de este espacio. 
Esta capilla, llamada en su momento “de San Miguel” o “Nueva Cámara Santa”, se contrató con el arquitecto Ignacio de Cajigal y se construyó entre los años 1660 y 1663".

Del Tránsito de Santa Bárbara nos dirigimos a la calle Santa Ana, viendo ahora la torre de la iglesia de San Tirso, uno de los añadidos posteriores a su fábrica prerrománica, construida en el siglo XVI tras el incendio de 1522, sobre otra anterior, fruto de las reformas realizadas en el templo en el siglo XIV, la cual a su vez aprovechaba una torre-fortaleza altomedieval


Según indagaciones de Feliciano Redondo Cadenas, la base sería originaria de un castillo prerrománico del tiempo en el que los reyes tuvieron aquí su corte, otra altura sería de finales del siglo XI o principios del XII, la Torre del Rey o Torre de la Fortaleza, luego ya vendrían las reformas del siglo XIV, cuando los Argüelles construyen además al lado una capilla dedicada a Nuestra Señora la Virgen María.


En 1574, tras la reconstrucción obligada tras el incendio, había otra... "que fizieron y dotaron los Señores Diego Carreño Becino e regidor de Oviedo e María González de la Rúa y del Portal su mujer a servicio de Nuestro Señor Jesucristo y de su Bendita Madre y de la bienaventurada Santa Ana"


En el siglo XVIII fue restaurada, con el tiempo se añadió una casa rectoral, luego centro parroquial, en 1924 se le puso el tejaroz y la cubierta actuales, y fue vuelta a restaurar tras las destrucciones de la revolución y la guerra. En 1977 se construyó en el interior una escalera de piedra dando acceso a la torre y bóveda de la iglesia, pavimentándose el patio que da a la calle y cerrándose con la verja que vemos hoy día


La torre es también llamada de Santa Gadea por una antigua iglesia de las que hubo primitivamente en el entorno de la vieja basílica prerrománica-románica. De ellas nos dan esta oportuna descripción también en Disfruta Oviedo:

"La primitiva catedral era de menor tamaño a la actual gótica del s. XVI, pero estaba rodeada de otras iglesias (San Tirso, Santa María Rey Casto) y varios monasterios:
✅ Santa Gadea (desaparecida)
✅ Santa Marina (desaparecida)
✅ Santa Cruz (desaparecida)
✅ San Pelayo (antes San Juan)
✅ San Vicente (Museo arqueológico + Sta Maria Real Corte) 
El de Santa Gadea (o San Tirso) sería el monasterio de la realeza, junto al palacio Alfonso II Casto. 
Permaneció hasta finales s.X en manos del noble ovetense Gundemaro Pinioliz, que era cargo confianza del rey 👑 en labores de gobierno. 
Tras la donación de Alfonso III el Magno de la iglesia de San Tirso a la Catedral (año 905) el resto del monasterio con su torre y sus casas cambian su advocación a Santa Gadea (o Agueda). 🤔 El año 1150 el rey Alfonso VII de Castilla y León dona también el monasterio a la Catedral de San Salvador. 
Ya en 1521, el terrible incendio de Nochebuena🔥 arrasó esta zona de la ciudad (conocida como el barrio del Portal) con grandes pérdidas humanas y materiales (la torre entre ellas) que supuso a medio plazo la transformación completa de la vieja ciudad amurallada. 
La torre actual no presenta su aspecto medieval, pues fue reformada varias veces (pero su origen es ése)".

Y de la torre de San Tirso avanzamos por la calle Santa Ana a la torre gótica de la catedral, con la capilla de Santa Bárbara y su sacristía a la derecha y la cabecera de San Tirso a la izquierda, iglesia cuya estructura actual es del siglo XVI pero su fundación se atribuye a Alfonso II El Casto, llamada entonces del Mártir San Tirso


Las crónicas dicen que el primer conjunto constructivo de la ciudad tardó treinta años en culminarse, incluyendo la antigua iglesia de San Salvador, junto con esta de San Tirso, muralla, palacio del rey, dependencias episcopales, casa del obispo y otras iglesias como el monasterio de San Vicente, germen de la población, el de San Juan Bautista y San Pelayo, o la basílica de Santa María, anexa a la de San Salvador y que estuvo en pie hasta el siglo XVIII, dedicada a la liturgia funeraria de Alfonso II y luego a los demás reyes que tuvieron aquí su capital


Esta cabecera con ventana trífora es lo que ha llegado a nosotros de los tiempos del rey Casto en la iglesia de San Tirso o Santirso el Real, de la que la Crónica Albeldense decía que era "basílica de admirable fábrica cimentada sobre muchas piedras angulares" o "basilicam quoque sancti Tirsi miro ediicio cum multis angulis fundamentavit"Wikipedia por su parte nos cuenta así del origen del templo y de esta cabecera del Arte Asturiano:
"La iglesia es fundación del rey Alfonso II el Casto de Asturias en el siglo IX. Sin embargo ha sufrido diversas modificaciones, ya que fue transformada en su totalidad a finales del siglo XII, en época románica, y en el siglo XIV, cuando se reedificó gran parte del templo. Además la iglesia fue destruida por un incendio en 1521. La última modificación se produjo durante el siglo XX. De la iglesia primitiva únicamente queda el muro testero de la cabecera, siendo visible la parte superior y encontrándose la inferior un metro por debajo del nivel de la calle. La distribución original del templo se desconoce completamente y únicamente cabe imaginar que tuviera la clásica división en tres naves, con una cabecera tripartita típica de las iglesias asturianas de la época. 
Está catalogada como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, desde el año 1931, figura entonces denominada Monumento Histórico Artístico. (...) 
fue levantada próxima al Palacio Real y a la Cámara Santa y el conjunto catedralicio de la Basílica de San Salvador. Detrás de San Tirso salían las calles que constituían el resto de la ciudad. 
La iglesia de San Tirso fue enmarcada en el programa constructivo del primitivo complejo palatino y eclesiástico que inició dicho rey al trasladar la capitalidad del reino a la ciudad de Oviedo al comienzo de su reinado en 791. Se construye además de esta iglesia, palacios, la Cámara Santa, la Catedral de San Salvador, la Iglesia de Santa María y una muralla defensiva que rodeaba todo este conjunto. Otras construcciones de la época son San Julián de los PradosSan Pedro de Nora y Santa María de Bendones. Dichas obras fueron dirigidas por el maestro Tioda arquitecto constructor de Alfonso II, con un estilo prerrománico. triforio]] por estar formada por tres arcos de medio punto sobre columnas de mármol con collarinos sogueados y bellos capiteles decorados con hojas de acanto (de tradición corintia) y encuadrada en un alfiz. 
La configuración del muro de la cabecera llegada hasta nosotros conserva el sillarejo original, alternando en las esquinas con sillar. Los aleros de las cubiertas descansan sobre ménsulas que están rematadas en su extremo voladizo, por una forma semicircular ("papo de paloma") y decorada con un característico dibujo estriado. 
Las crónicas que elogian el edificio son muy parcas en su descripción por lo que dado lo poco que ha llegado de la primitiva basílica su morfología es muy discutida. Del testero superviviente se deduce que era de cabecera única y sin cámara suprabsidal. Se supone que era un edificio de una sola nave central de planta cuadrada o rectangular, con capillas en cada uno de los lados hasta para formar una planta cruciforme de manera semejante a Santa Cristina de Lena."


El muro de la cabecera conserva el sillarejo original, alternando en las esquinas con sillar. Los aleros de las cubiertas descansan sobre ménsulas características de la época de Alfonso II


En el testero se abre la ventana trífora tan característica del Arte Asturiano, siendo similar a otras del periodo constructivo alfonsí. La ventana está compuesta de dos columnas exentas y dos semiocultas a los lados que sostienen tres arcos de ladrillos:
"Las columnas, de mármol, descansan sobre basas clásicas y fueron reaprovechadas. Los capiteles centrales son de talla original, con el collarino sogueado asturiano y las hojas esquematizadas, siendo copias de los capiteles laterales de tradición corintia, piezas romanas reaprovechadas. Es notable la presencia de un enmarque decorado muy resaltado que circunscribe la parte superior de la ventana, con más similitud a elementos mozárabes que a elementos del periodo alfonsí."

En Turismo Prerrománico se nos da cuenta de otras investigaciones realizadas, así como excavaciones arqueológicas que aportan nuevos datos:
"La historia escrita a propósito de tan admirada iglesia no describe su apariencia y sólo las excavaciones arqueológicas revelan algunos detalles al ahondarse en la raíz del edificio.  D. Feliciano Redondo Cadenas, antiguo párroco de San Tirso, emprendió excavaciones en el presbiterio descubriendo que el ábside original alcanzaba una cota de un metro por debajo del nivel actual hasta la roca base diferenciando claramente tres niveles estratigráficos: 60 cm de materiales de relleno, unos 20 cm. de pavimento “opussigninum”, y una capa de tierra para asentar el pavimento sobre la roca de 20cm. de grosor. 
Las excavaciones realizadas en el exterior por Antonio Maradona Leonardo Faedo produjeron resultados coincidentes hasta la roca base con los realizados en el interior, hallándose tres niveles de 50 cm. el primero, correspondiente a un pavimento moderno, y dos inferiores de 43 cm. entre ambos, que se identifican con el cementerio medieval del atrio catedralicio. 
Tales estudios permitieron descartar la existencia de un triple ábside: una capilla rectangular remataba el templo hacia el Este y un gran vano de tres huecos iluminaba ampliamente el testero, función diferente a la de las cámaras supraabsidales que presentan muchos templos prerrománicos de la región. 
Algunas huellas arqueológicas en el muro Norte delatan la presencia de una cámara de idénticas dimensiones al ábside primitivo (5x5m) y que fue utilizada como recinto funerario en la Baja Edad Media. Parece pues que constaba el edificio de un cuerpo central con habitáculos adosados en sus cuatro caras. La torre anexa al lado Sur corresponde en planta a esta habitación Norte, lo que parece demostrar su coetaneidad"

Hasta sobrecoge un poco mirar arriba y admirar en todo su esplendor esta maravilla del gótico que es la torre de la catedral, cuya construcción se inició en el año 1500, es decir, más de dos siglos después que llegase el arte gótico a este conjunto en su Sala Capitular en 1293 y más de un siglo desde que empezase por la cabecera la construcción del templo gótico en 1382



La plaza, desde hace mucho gran explanada sin casas en medio, nos permitirá disfrutar de unas impresionantes vistas desde todos los ángulos de esta maravilla del arte que es la catedral de San Salvador antes de recorrer y deambular por su interior










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