Montefurao desde la bajada de El Palo. Arriba a su izquierda el Sesto da Fonte, ruta a Llago y Berducedo |
El Palo, Allande. una vez se unen las dos rutas empieza la bajada del puerto |
Así, desde El Palo, con Montefurao enfrente a lo lejos, justo a la derecha del mojón, iniciamos la gran bajada desde el puerto hacia el pueblo. A veces se forma un hermosísimo mar de nubes, sobre todo en las mañanas de días soleados, una característica muy usual en la cuenca del Alto Navia. Dicen que el fenómeno tiene que ver con la construcción de los grandes embalses de este río, por uno de los cuales, El Salto de Salime, habremos de pasar
Si el tiempo está claro y despejado a lo lejos la vista llega a las sierras que se alzan sobre este valle del Navia, cuenca fluvial a la que acabamos de pasar. En lontananza llegan a verse muy en la distancia las tierras de Oscos e incluso ya Galicia
La bajada empieza siendo relativamente suave pero pronto se hará verdaderamente fuerte y pronunciada
A nuestra derecha una antigua o antiguo canal para llevar agua de los manantiales a las galerías horadadas en esta sierra en tiempos de Roma para extraer el oro de los ástures, provocando la ruina montium o derrumbe de la montaña
Es en los textos de Pinio el Viejo donde hallamos la descripción de estas labores:
"En nuestro mundo (...) el oro se extrae de tres modos: en primer lugar en las partículas (o pepitas) de los ríos , como en el Tajo en Hispania (...) y ninguno es oro tan puro, ya que está pulido por la corriente y el flotamiento. Se extrae de otra forma mediante pozos o se busca derrumbando los montes . Hablemos, pues, de estos dos sistemas (...)"
"El oro que se extrae de los montes se llama 'canalicium', otros lo llaman 'canaliense'; se adhiere a las piedras de mármol , no de la manera como brillan el zafiro de Oriente y el de Tebas y otras piedras preciosas, sino que envuelve las partículas de mármol (...)""El tercer procedimiento supera al trabajo de los Gigantes; las montañas son minadas a lo largo de una gran extensión mediante galerías hechas a la luz de lámparas, cuya duración permite medir los turnos y por muchos meses no se ve la luz del día. Este tipo de explotación se denomina 'arrugia' A menudo se abren grietas, arrastrando a los mineros en el derrumbamiento (...) Por ello se dejan numerosas bóvedas de piedra para sostener las montañas . En los dos tipos de trabajos se encuentran a menudo rocas duras; se las hace estallar a base de fuego y vinagre (o agua) , pero a menudo, como en este caso, las galerías se llenan de vapor y humo; se destruyen estas rocas golpeándolas a golpes de martillos que pesan 150 libras y los fragmentos son retirados a las espaldas de hombres, (...) Acabado el trabajo de preparación, se derriban los apeos de las bóvedas desde los más alejados; se anuncia el derrumbe y el vigía colocado en la cima de la montaña es el único que se da cuenta de él. En consecuencia, da ordenes con gritos y con gestos para poner en aviso a la mano de obra y, a la vez, él mismo baja volando. La montaña, resquebrajada, se derrumba por sí misma a lo lejos, con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como un increíble desplazamiento de aire (...)"
"El oro obtenido mediante la arrugia no se funde, sino que es oro al instante (...)"
"Otra tarea análoga e incluso más costosa es traer corrientes de agua para lavar estos derrumbes , en ocasiones desde la cumbre de los montes, a menudo a una distancia de 100 millas; (...) Es conveniente que la pendiente esté calculada, de forma que, más que fluir, corra; y por ello se traen desde las zonas más elevadas. (...)"
"Junto a las cabeceras de los declives, en las crestas de los montes, se excavan unos depósitos, de doscientos pies por ambos lados y unos diez de profundidad . En ellos se dejan cinco canales de desagüe de unos tres pies cuadrados, de forma que, una vez abiertas las bocas de salida, con el depósito lleno, se precipite hacia afuera un torrente de tanta fuerza que haga rodar las rocas (...)"
"Todavía queda otra tarea en el llano . Se excavan unas zanjas por las que discurra la corriente , se denominan 'agogae', que se cubren a intervalos con urces (brezo). Se trata de un arbusto semejante al romero, áspero y que retiene el oro. Los laterales están cerrados con tablas y por las zonas accidentadas los canales van suspendidos. Fluyendo de esta forma, la tierra se desliza mar adentro y el monte se diluye en él, (...) La urz se seca, se quema y la ceniza se lava en un cauce de césped herboso para que se deposite el oro. (...)"
"Algunos dicen que se producían 20.000 libras cada año por este sistema en Asturia, Gallaecia y Lusitania, pero la mayoría lo produce Asturia y que en ninguna otra parte se mantiene esta fertilidad por tantos siglos"
El propio topónimo de Montefurao tiene que ver con este procedimiento titánico de explotación aurífera que agujeraba montes y sierras haciéndolos caer sobre ellos mismos
El Camino baja pues recto y directo a Montefurao
La línea de alta tensión sigue un trazado bastante aproximado
Era Montefurao un importante enclave en estos impresionantes puertos de la alta montaña del occidente astur, por eso en él había un hospital de peregrinos que, no solo les acogía, sino que incluso en la oscuridad de la noche, en las nevadas y entre las nieblas, tañía sus campanas y hacía señales para que romeros y viandantes en general sintiesen los sones de un lugar amigo presto a acogerles, socorrerles, calentarlos y alimentarlos, pues pasar estos puertos no era cosa de broma
Montefurao a la derecha de la foto. Justo encima vemos el Sesto da Fonte (1.021 m), por donde sube el Camino, en otra dura cuesta, no tanto como la del Palo pero sí considerable. Luego bajará al Collado del Couso para continuar a Llago, que no vemos desde aquí. Más a lo lejos son los cordales de Berducedo y A Mesa. En la lejanía el Monte da Curiscada y Pedras Apañadas, paso a Galicia por O Acevo. Más cerca, en medio de la foto, el mirador existente la carretera
Aquí es donde la bajada se incrementa en desnivel
Abajo Castanedo, en el valle formado por el río de este nombre, También Valle Pibidal. A la derecha y sobre él el pico cónicO de A Prida (856 m) y las altas camperas de El Rellayo y Gamalloso. A la derecha de A Prida As Penonas, con alturas de poco más de 700 metros, y sobre ellas más lejos El Pico Buxo (736 m). A la izquierda de A Prida El Pico l'Aigla (915 m)
El valle de Castanedo y a la izquierda El Pico Llago (993 m) y el ya citado Sesto da Fonte, sobre Montefurao
A partir de aquí la abundancia de piedra suelta aumenta la dificultad de la bajada, hemos de tener cuidado para no resbalar al pisarla. Unos palos o bastones pueden ayudarnos mucho
Empezamos a ver abajo la carretera, bajando del Palo en grandes zig-zags. A lo lejos a la izquierda El Pico Vallongo (1.084 m)
Altas sierras y profundos valles
Prolongado y duro descenso, pero un paisaje inolvidable y espectacular
A Prida, grandioso espolón y referencia de caminantes. La carretera, bajando a la izquierda
Una bajada formidable
En el horizonte tierras de Pesóz/Pezós, Oscos y... muy lejanamente, ya Galicia
Ante el Camino, abajo, el valle de Castanedo
Pequeña aldea rodeada de bosques
Para no pisar tantos regodones y resbalar muchos peregrinos prefieren bajar bordeando por esta vereda, donde a base de pisar se ha hecho sendero
La grandiosidad de la montaña asturiana
Caminando con bastones....
Allá a la derecha La Fulgueira
Toxos y vegetación de puerto de montaña, con muy pocos árboles
Aquí hay menos morrillos
Pero no nos confiemos, la gran bajada continúa
Ya vamos llegando a la carretera
Salimos a la AS-14
Y aquí la cruzamos con mucho cuidado
Estamos unos cuantos metros más abajo del mirador
Al cruzarla sigue bajando el Camino
Larga pero apasionante es precisamente por ello la bajada desde El Palo. El pedregoso sendero del descenso baja directo e ignora las largas curvas y revueltas de la AS-14, pero con la vista que tenemos delante, recalcamos y repetimos, esta gran bajada entre peñas, rocas, brezos y vegetación de altura, es una maravilla natural, abarcando con la mirada hasta los cordales de A Mesa, Berducedo y del Acevo, hitos que señalan nuestra futura caminata, pues sabemos que bajo ellos se encuentran los pueblos y villas en los que pernoctaremos, comeremos, descansaremos, y hablaremos con vecinos y otros peregrinos
Justo de frente está Montefurao
A la derecha mismamente del pueblo y del Camino se ve la carretera, y justo al pie de ella se ve una pista que sube hacia ella en As Fontaías. Se trata de una antigua o canalización del agua que se hacía para la explotación minera de las vetas auríferas de estas montañas en tiempos de los romanos. Luego fue aprovechada como senda caminera. Por allí viene la alternativa casi desconocida de Vallinadosa, una variante parcialmente señalizada que, haciendo la Ruta de los Hospitales, se desvía en La Marta y no sube ni a La Freita ni a El Palo. Este camino y el de Vallinadosa se unen justo antes de Montefurao
Montefurao, preciosa aldea de montaña que con su antiguo hospital de peregrinos era y es símbolo de bienvenida en estas solitarias inmensidades...
A la derecha la capilla de Santiago y La Casa'l Pintu o Casa del Hospital
Abajo, las honduras de Castanedo también nos llaman la atención
La aldea, perteneciente la parroquia de Llago, tiene apenas media docena de habitantes
A veces hace sol aquí arriba y Castanedo está bajo las nubes, incluso lloviendo
No bajaremos tan allá, nuestro destino es Montefurao
La línea eléctrica y el Camino... las torres de alta tensión siguen "balizando" también la ruta.
Montefurao y a su derecha, más lejos, El Pico Llago
Montefurao, el Camino, la carretera y la ruta de Vallinadosa por la antigua
La bajada da un poco de tregua
Va llegando un trecho casi llano
Vegetación de alta montaña
El sendero en la ladera
Pasamos estos roquedos
Hay un paso entre las rocas
Se trata de un tramo que impresiona también un poco. El Camino, sin duda un paso natural empleado desde hace milenios y fomentado durante la minería del oro romana, ha sido aquí literalmente tallado en la misma roca madre.
Hay además algo parecido a escalones labrados en el suelo
Bajamos un poco a la derecha
Con cuidado donde ponemos los pies
Siempre con Montefurao ante niestros ojos...
Se aprecian sobre el pueblo los prados de Estaxo que suben al Sesto da Fonte.
Una nueva subida que nos aguarda, prados arriba a la izquierda, pero no adelantemos acontecimientos.
Pensemos en Montefurao y su vieja fundación hospitalaria, tal y como hacían los peregrinos de antaño
Volvemos a bajar, con abundante piedra
Cuidado especial aquí con algún mal paso...
Curva a la derecha, ante este pequeño pico
El sendero se estrecha aquí entre helechos. Nos fijamos que Montefurao está situado en una cresta que da a dos valles. Si a la derecha es el de Castanedo aquí abajo a la izquierda es, más angosto y boscoso, el del Río da Zreixal y sus afluentes, del que pronto hablaremos
A la izquierda vemos la Serra dos Llagos cuya máxima altura es Grabis (1.306 m). A la derecha el Sesto da Fonte y más allá A Soma (1.101 m). En medio el Alto dos Chabazos (1.168 m) y Fontefría (1.170 m)
Caminamos otra vez casi en llano...
La red eléctrica nos acompaña...
Caminamos por el sendero en la ladera...
Ahora es a nuestra izquierda, poco antes de llegar a Montefurao, cuando se abre este profundo valle en "v" que se adentra hacia el sur entre estas cordilleras, de faldas peladas por los desmontes causados por la minería del oro, pero densamente arboladas en su parte inferior, bajo las que confluyen, en lo más hondo, El Regueiro del Forno, El Río d'Or y El Río da Zreixal, así como otros arroyos que descienden desde ambas vertientes, y es que, ante nosotros, y desde El Palo al sur, se domina el gran circo montañoso de A Serra dos Llagos, con su línea cimera ocupada por una fila de eólicos. Son las alturas de El Cordal del Palo, El Musqueiro, Fonterroxa, El Grabís, en torno a los 1.300 metros de altitud, cordales que se extienden hasta El Valledor, "el valle del oro"
Ahora las antiguas se utilizan como caminos, anchos y bien trazados
Por aquí subimos ligeramente
Y pasamos al lado de la carretera, justo donde se une a este camino, al cruzarla, la tan desconocida variante de Vallinadosa
Para llegar a Montefurao hay dos opciones: una es seguir el sendero que sigue a la izquierda, bajando, para luego subir a las casas, La otra es subir un poco de frente, a la derecha del mojón, y llegar por allí al pueblo
Quizás ahora los peregrinos prefieren ir por arriba, como vamos a hacer nosotros
Subimos pues por este pequeño cueto
Con bastantes afloramientos rocosos
Coronamos rápidamente el alto
Y empezamos a bajar
Seguimos la muria de piedras teniendo a la derecha la carretera
Y avanzamos todo recto
Otra pequeña subida
Al pie de la torre de alta tensión
Aquí el otro camino se une a este
Y ya llegamos a la que fue la capilla del Hospital de Santiago de Montefurao
El alerón del tejado es muy saliente, lo que da buen cobijo en caso de lluvia o de intenso sol
Al pie de la capilla sigue el Camino
Al lado de prados de pasto
Y ya vamos al solar del antiguo hospital, La Casa'l Pintu
Pasamos junto a uno de los portones de la Casa del Hospital
El portón se abre a una gran corrada o espacio en medio de cuadras, hórreo y vivienda
Vivienda tradicional de portalón. La historia del lugar parece remontarse al menos al siglo XIV, reconstruido el enclave en 1744, teniendo para su mantenimiento las rentas de sus tierras de labor, que ascendían a 845 reales y 5 maravedíes
Establos
La corrada
Vueltos a ponernos en marcha, quizás un perro mastín se acerque a nosotros, avezado guardián de estas solitarias cumbres, mientras gallos y gallinas, dueños del Camino, se apartan para dejarnos pasar. Se trata del perro de Pepe, el único habitante oficialmente empadronado en Montefurao, aunque alguna vez podemos ver más gente en algunas casas, antiguos vecinos que vienen a cuidar las huertas y el ganado
Pasamos junto al otro portón de la Casa'l Pintu o del Hospital, que dejamos atrás
El Camino sigue de frente. A mano derecha, en la fachada de otra casa, hay un grifo de agua, tal vez muy necesaria en el largo trayecto que nos aguarda. Muchos peregrinos tal vez hayan agotado aquí la de sus cantimploras y botellas, sobre todo los que han hecho la Ruta de los Hospitales
Casa del grifo, con un pequeño lavadero
Pasamos junto a más casas
Ante las inmensas serranías de la Serra dos Llagos
Hay un forno o forna, donde se hacía el pan
Hórreo con bodega, a la derecha
Echamos atrás un vistazo dejando atrás la aldea y, encima de ella, también a nuestras espaldas, los formidables murallones auríferos de A Freita y El Palo, pelados en grandes áreas y con los roquedos y pedregales en carne viva, a veces "abiertos en canal", como resultado de la auténtica "fiebre del oro" aquí vivida hace 2.000 años...
Y empezamos a subir poco a poco...
Por aquí salimos de Montefurao
Nuestro siguiente hito caminero es la subida al Sesto da Fonte el alto cueto que se alza tras pasar la aldea y que ya veíamos bajando desde el puerto. Es la ruta al siguiente pueblo: Llago
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