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viernes, 17 de junio de 2016

FONCIELLO (SIERO, ASTURIAS) LO RURAL Y LO RESIDENCIAL ENTRE PRADOS Y PUMARADAS DE LA PARROQUIA DE TIÑANA


Fonciello (Tiñana, Siero)

A solamente diez kilómetros de la Sancta Ovetensis, la catedral ovetense de San Salvador ("quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor", se suele decir), Fonciello, en la parroquia de Tiñana y concejo de Siero, donde se reúnen los dos caminos que se han separado al oeste de La Pola, su capital, en La Carrera: uno, el oficial y más empleado, procedente de El Berrón por Los Campones y Carbayal y otro, histórico pero relegado, el que llega de Noreña por Argüelles, parcialmente señalizado


Dicha unión de caminos se produce aquí, en un tramo de la antigua carretera AS-17 al sur de La Revuelta'l Coche, que dejamos, vengamos de El Berrón o de Noreña, en este lugar, tomando El Camín de Fonciello, que sale a este lado y hacia el que nos encaminan las señales jacobitas


Fonciello, como todo el trayecto por el valle del Nora, se halla próximo a las grandes áreas industriales y comerciales que se extienden a lo largo de la cercana Carretera de Santander (N-634), pero a la vez apartado de ellas, pues salvo en algún tramo ni se las ve, resultando un agradable paseo, muy llano casi todo el tiempo salvo puntuales y suaves cuestas camino de Meres y de Granda. Leemos en el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos:
"Aldea de la parroquia de Tiñana (Siero), situada en una zona muy húmeda y antiguamente casi pantanosa debido a las frecuentes crecidas del río Nora. Por esta causa, en el siglo XVI, sus vecinos obtuvieron de la autoridad eclesiástica licencia para acudir y realizar actos de culto en los días festivos en la iglesia de Santa Ana, ermita del palacio de Meres transformada en iglesia como hijuela de la parroquia de Nuestra Visitación de Tiñana. Se encuentra próxima al camino de Santiago conocido como camino francés".

Dicho Palacio de Meres, hito del Camino por el que pasaremos próximamente, fue durante siglos uno de los centros de poder y administración del valle, llegando a tener sus señores la posesión de todo un coto privado al sur de Siero, en La Paranza, fronterizo con Langreo/Llangréu, el cual no se integró administrativamente en Siero hasta las reformas administrativas del siglo XIX


Este valle del Nora desde siempre ofreció paso franco este-oeste y por él discurrieron y discurren los caminos principales tanto en esa dirección como en la norte-sur entre la costa y los puertos de la Cordillera, los cuales se cruzan acá y allá y, en las encrucijadas principales, nacen importantes poblaciones, La Pola, Noreña, El Berrón..., mismamente, el citado coto de La Paranza hace mención en su topónimo al ser lugar de parada obligada en un camino antaño de mucho tránsito que quedó relegado a vía pecuaria con la apertura de las primeras carreteras, como la Carretera Carbonera en 1842, a partir sobre todo de mediados del siglo XIX, coincidiendo además con la llegada del ferrocarril (Ferrocarril de Langreo en 1852)



Esa condición del valle como zona de paso y cruce sirve tanto para los viejos caminos prehistóricos que se transformaron en vías romanas y luego caminos reales (del 'reino') en las edades Media y Moderna (La Pola y Noreña), como para los ferrocarriles y carreteras (El Berrón) y, ahora, las autopistas y autovías. Una de ellas es la actual carretera AS-17 desdoblada, cuyas pantallas acústicas vemos desde aquí


Su construcción trastocó unos metros el trazado caminero a su entrada en Fonciello, obligando a hacer un pequeño rodeo: aquí en esta bifurcación hemos de continuar a la izquierda, bajando un poco 



Esta bajada se hace para pasar debajo de la AS-17, que se transforma en la AS-III o Autovía del Acero, que comunica Avilés con el valle del Nalón. En origen la AS-17 era llamada Avilés-Puerto de Tarna, pues recorría dicho valle del Nalón hasta su cabecera en el puerto de este nombre, paso a León por el concejo de Casu


Antes el Camino cruzaba la vieja AS-17 desde Carbayal a la altura de las casas de la izquierda, ahora hemos de pasar por aquí, donde hay incluso un tramo de acera, el cual nos permite adentrarnos en este túnel con mayor seguridad pues hay en su boca una curva muy cerrada a la derecha, que forma un ángulo recto, quitándonos toda visibilidad



El subterráneo está formado por dos túneles seguidos cuya separación intermedia es la que divide arriba los carriles de la Autovía del Acero según su dirección


Esa abertura proporciona además luz natural al túnel, en el que las señales jacobitas nos confirman que vamos en buen camino...


Sentimos sobre nuestras cabezas el ruido del tráfico que, más o menos intenso y abundante siempre pasa muy veloz. Al otro lado, los prados y pumaradas nos dan la bienvenida a otro tramo de este bello valle del Nora


Al otro lado del túnel sigue la acera, la carretera vuelve a hacer curva cerrada y volvemos a subir también nosotros



Arriba, recuperamos el trazado del antiguo Camino, que de ser de aquellos principales quedó relegado, como el de La Paranza, a vía pecuaria y local


No obstante, la mecanización del campo hizo que muchos caminos, tal que este mismo, fuesen ensanchados, allanados, peraltados y asfaltados como una calle o carretera local, lo que favoreció posteriormente la transformación de muchas áreas rurales, tal que esta también, en zonas residenciales de viviendas unifamiliares con terreno, no pocas segundas residencias, dada su proximidad a las grandes áreas urbanas asturianas y a su inmediatez, incrementada con las autovías (A-I o Autovía Minera Gijón-Mieres y, sobre todo en este caso, la A-64 Oviedo-Villaviciosa), que pasa también muy próxima


De esta manera, retomando arriba el trazado del viejo Camino 'reformado' que había quedado cortado por la Autovía del Acero, continuamos a la izquierda por esta aldea rural-residencial de Fonciello, unos metros al sur del llagar de Sidra Fonciello, que lleva el nombre del lugar, fundado por la familia Llaneza, de La Felguera, en 2000


En este poste telefónico encontramos, encima de la flecha amarilla, una señal del Camín de los Santuarios que, indicado en ambas direcciones, comunica Oviedo/Uviéu con Covadonga y de allí y por los Picos de Europa con Santo Toribio de Liébana


Se trataba además de una ruta xacobea, que no consiguió el rango de 'oficial' que, por el valle del Piloña pasaba al del Nora por Nava aprovechando el grande y largo pasillo natural de ambos valles para ganar la capital asturiana con su Sancta Ovetensis, en sí misma un gran centro de peregrinación medieval con sus reliquias del Salvador y su posterior Jubileo de la Santa Cruz, que aunque quedó relegado por Santiago desde el siglo XII al menos, parece ser le plantó 'competencia' bastante tiempo


Pasamos de esta manera entre las primeras casas de Fonciello, el Camino, muy llano, aunque asfaltado nos proporciona el buen deleite del agradable paseo, sin tráfico apenas, salvo normalmente el de algún vehículo ocasional de los propios vecinos


Y, como hemos dicho y pese a su proximidad, caminamos ajenos al ajetreo, ruido y bullicio de los polígonos industriales-empresariales, con áreas comerciales y de ocio que se extiende a lo largo de la carretera N-634


Esto nos permite, según pasamos, reparar en  detalles como este de la hierba, intensamente verde, que crece en torno a una fuente ornamental de una de estas fincas


Y en estas hortensias, tan coloristas, que crecen en el prado, junto al cobertizo. Las pumaradas, por su parte, dan a Tiñana la fama sidrera de sus llagares, reconocidos desde antiguo


A nuestra derecha, la finca La Catalina, fueron estos antiguamente campos de cultivos de 'pan', es decir, trigo, escanda y centeno, que fueron sustituidos por maíz paulatinamente a partir de su llegada de América pero nunca del todo


Lo que puso fin a la cultura cerealística de hacer el pan en casa vino con las grandes transformaciones del final de la posguerra, con el éxodo rural a las grandes ciudades y zonas industriales y la especialización de, campo en la producción de carne y leche para suministrar a esos grandes mercados de las crecientes urbes, por lo que el prado de pasto y siega pasó a ocupar la casi totalidad de la superficie agraria


Seguidamente, y aunque la ganadería no ha desaparecido ni mucho menos, grandes extensiones de prados fueron parceladas para la construcción de nuevas viviendas unifamiliares y tipo chalet, con terreno, formándose así nuevas zonas residenciales, estas de baja densidad pero, también según nos acerquemos a Meres y Granda, nuevas urbanizaciones estilo adosados, pareados, etc.


Y esta es la vista característica del valle del Nora desde el Camino, al sur a nuestra izquierda. Al río no lo podemos ver, oculto por la arboleda que crece a sus orillas, pero esta delata su curso, formando meandros en esa llanura fluvial de L'Espindión, Les Vegues, La Cava, donde molían, empleando como fuerza motriz las aguas del Nora, molinos harineros como El Molín de Quirós, propiedad que fue de este, otro de los linajes del valle


Señores del valle, de Siero y de gran parte de Asturias fueron también, por eso se apellidaban así, los Álvarez de Asturias o de las Asturias, condes de Noreña cuyo señorío, tras pasar a los Trastámara por testamento de Rodrigo Álvarez de las Asturias, fue luego a parar, tras las endémicas guerras al trono, a otros diversos señores, y su Condado de Noreña a los obispos de Oviedo, otro coto señorial como el La Paranza, pero este, no concentrado en un lugar sino formado por diversos enclaves que salpicaban el territorio de Siero, uno de ellos, el de La Pasera, justo al sur, en la sierra que separa Siero de Langreo/Llangréu, algunas de cuyas cimas vemos a lo lejos, más allá de las casas del barrio de Fontemelga, encima de las riberas del Nora, perteneciente a la vecina parroquia de Santa Marina


Cuando en 1827 se suprimieron los cotos señoriales Noreña se integró, como La Paranza (sito a la derecha de La Pasera, en la misma sierra), en Siero, pero a los pocos años consiguió independizarse como concejo propio, incluyéndose tanto el enclave central de la villa de Noreña como sus 'islas' repartidas por Siero, como es el caso de esta de La Pasera, que es además, al sur, limítrofe con Langreo/Llangréu


Seguimos caminando por El Camín de Fonciello, bordeando La Catalina y contemplando las fincas que caen hacia la ribera del Nora


Abajo, esa hondonada hacia el río sería la de las grandes inundaciones de siglos pasados, las cuales incomunicarían esta parte baja de la parroquia de la alta


Sin embargo, como hemos dicho, no es la parroquia de Tiñana lo que tenemos enfrente sino su vecina la de Santa Marina, con los ya mencionados tejados de Fontemelga y, a la izquierda, reconocemos ahora la torre del campanario de su iglesia parroquial, llamada Santa Marina de Cuquiellos desde la primera mención escrita que se conoce, en el siglo XII, cuando aparece en un documento escrita como Santa Marina de Ququellos, luego en 1215 Cukellos y ya en 1385 Cuquiellos, intentado castellanizarse como Santa Marina de Cuquillos en siglos posteriores, y es que como escribe Alonso Cabeza:
"El nombre de "Ququellos" y "Cukellos" que figura en los documentos citados ¿tendrá relación con el hecho natural de la aparición del cuquiello en el lugar?. El cucú del cuclillo de la parroquia de Santa Marina, al comenzar la primavera se oye varios días antes que en las aldeas vecinas, Tiñana, La Paranza, Hevia, y generalmente se comenta "ya está el cuquiellu en Santa Marina".

Julio Caro Baroja explica que el canto del cuco o cuclillo se consideraba anuncio de las fiestas de primavera, época en la que va en aumento el calor del sol y revive la naturaleza; la mejor etapa va de mediados de abril a mediados de junio. "El pueblo ha simbolizado este periodo y lo considera precisamente el periodo en el que canta el cuco". Y señala que en algunas provincias de España se decía que este pájaro cantaba en la época de mayor vitalidad, y como si de un oráculo se tratara las gentes le hacían preguntas sobre los años de vida que les quedaban. En Álava se consideraba muy grave si no cantaba antes del 20 abril".

En este contexto no deja de ser llamativo que uno de los barrios de Santa Marina lleve el nombre de San Pelayo, monte arriba cerca de La Paranza; no menos sorprendente es que aparezca la iglesia mencionada como Santa Marina de Mercado en donación de Ordoño II en 921 a la mitra ovetense de San Salvador que, si bien es cierto que en realidad será dos siglos posterior, dentro de las falsificaciones-interpolaciones del Liber Testamentorum, nos hace pensar en que pudo haber un mercado en fecha muy anterior a la misma fundación de La Pola, luego ya aparece el famoso Santa Marina de Cuquiellos


La iglesia actual, ya lo hemos dicho, se hizo a finales del siglo XIX, consagrada a Santa Marina, "combina algunos elementos de marcado neohistoricismo (arcos apuntados, decoración de pequeños pináculos..) con otros de marcado acento rural", nos informa el Diccionario geográfico de Asturias, mientras que Alonso Cabeza dice que el Libro de Fábrica entre los años 1587 a 1612 "lo inicia el mayordomo Mateo de la Villa con el "cargo" y "descargo", el debe y el haber, gastos e ingresos, por pequeñas reparaciones en el edificio de la iglesia parroquial", que sería la anterior a esta, "con relevante estilo popular, en línea historicista", a lo que añade:
"De tipo rural con elementos propios de la tradición asturiana, una nave, planta de cruz latina, pórtico adosado al lado de la nave, y otros elementos de la segunda mitad del mismo siglo como la aproximación a la línea goticista con la utilización de arcos apuntados en ventanas y puertas, bóveda de la nave, cierre poligonal del ábside y sentido de ascensionalidad de la fachada. El presbiterio, con retablo bajo de madera, tiene 3 imágenes, la de la Patrona ocupa el lugar central.

Fueron muchos los años de trabajo y aportación económica de los vecinos para la construcción de su templo parroquial. "Obra realizada a fuerza de sudores y sacrificios", "con entusiasmo y constancia".

Antes de su terminación definitiva la iglesia fue bendecida el domingo 6 del mes de junio de 1925.

El periódico diario, "El Carbayón", el 12-6-1925, informaba: "SANTA MARINA (Siero)... a las 10 de la mañana, el párroco don Ángel Vallín Moreda, con el pueblo en masa presente, procedió a la bendición del templo, acto que resultó solemnísimo y conmovedor, del cual se guardará aquí perenne recuerdo..."

Arriba en lo Alto El Picu (361 m) y El Picu Suano (492 m); por esa zona está La Paranza, el coto señorial que fue de la Casa de Meres, del que tomó el nombre toda la sierra, actualmente una pequeña parroquia sierense al lado de La Pasera, paso importante antaño de uno al otro lado del valle donde hubo malatería u hospital de leprosos. Su iglesia, dedicada a Santa María, antiguamente llamada de la Faya y del Camino, no fue reconstruida tras la Guerra Civil. Escribe de La Paranza (etimológicamente 'lugar de parada en camino de mucho tránsito') Mª Dolores Alonso Cabeza:
"Fue lugar de paso frecuente en la comunicación de Oviedo y Siero con Langreo. Un importante camino real que desde Oviedo por las cercanías de San Esteban de las cruces, el monte de la Grandota, bordeando después el extremo suroccidental de Siero por la parroquia de Tiñana, pasaba delante de la ermita de San Pedro situada en la zona llamada Los Campos, en la divisorio con Tudela Veguín, llegaba a La Paranza. Desde aquí (en la actualidad camino vecinal) descendía hacia el valle del Nalón por Riaño y Frieres en el concejo de Langreo. Otro, en la dirección Norte conduce al centro del Concejo por Santa Marina y Hevia o por Tiñana.

El Camino de Oviedo a Langreo por la Paranza continuaba a Castilla. Documentos del Archivo de la Casa de Meres informan del viaje que en el verano de 1591 realizó Pedro Argüelles Meres, regidor de Oviedo, a la capital del Reino para resolver cuestiones del Principado, y fue acompañado desde su casa hasta el lugar de la Paranza por el Escribano que certifica su salida, dice que iba con su maleta y dos caballerías. Otro documento con fecha 1746 expone: "por la Paranza pasan los pesqueros que van y vienen a Castilla con pescado"..., "la Paranza es camino por donde van las recuas a Castilla".

A la importancia del lugar como núcleo de comunicación entre Oviedo, Siero y Langreo y paso hacia Castilla, se añade la existencia en la Paranza de una Malatería, hospital para enfermos de lepra, muy solicitado por la salubridad del lugar.

Las primeras noticias de la Malatería proceden de disposiciones testamentarias: D. Bartolomé, canónigo de Oviedo, en 1275 lega a la malatería de la Paranza 10 sueldos. El Chantre de Oviedo D. Aries Pérez en 1280 le asigna 4 maravedís. Por testamento de Pedro Díaz de Nava en 1289 le corresponden 100 maravedís. En 1331 Rodrigo Álvarez de las Asturias dispone el legado de 400 maravedís.

Hay noticias de su situación, en los comienzos en un lugar más al Sur, en el monte Peñoba, por el aislamiento se temía que los enfermos fueran atacados por los lobos, hecho probablemente ocurrido en una ocasión, y se trasladó a la Paranza.

Colaboraban a su sostenimiento las feligresías de Tudela, Langreo, Limanes, Tiñana, Santa Marina, Hevia, La Carrera, Celles, Argüelles, Bobes, Viella y San Esteban de las Cruces y los vecinos tenían preferencia para ingresar en ella. Podía albergar de 6 a 12 malatos, número bastante elevado en la época para este mal incurable.

Los enfermos habitaban cerca de la iglesia, en la fachada posterior de esta tenían capilla con advocación de San Lázaro. Podían pedir limosna a los pasajeros pro el camino real, sólo en aquel pequeño recinto. Los mayordomos de las parroquias vecinas recogían en ellas los donativos.

Para que los malatos tuvieran cierta protección a su favor y en su caso para defensa de alguna propiedad que les perteneciera, estaban encomendados a personas nobles de localidades próximas como Hevia y Riaño. El último encomendero fue D. Antonio Argüelles, Señor de la Casa de Meres y del Coto de la Paranza.

Esta malatería prestó su funcionamiento con regularidad hasta finales del siglo XVII, a mediados del XVIII estaba en ruinas. Antes de finalizar esa centuria sus propiedades, lo mismo que las pertenecientes a las restantes malaterías de la provincia fueron enagenadas a favor del Real Hospicio de Oviedo, a cuyo cuidado pasaron todos los malatos del Principado.

Las rutas y hospitales situados en las rutas de peregrinación prestaban funciones asistenciales a enfermos, pobres y caminantes, y llevaban frecuentemente el calificativo del Camino.

La parroquial de la Paranza se denominó Iglesia de Santa María del Camino en el "Becerro antiguo", Libro Becerro del obispo D. Gutierre en 1385. Así lo hace constar D. Jerónimo de Chriboga en su informe del año 1613 después de visitar las iglesias de Asturias por orden de Felipe III para averigüar cuáles eran de patrimonio real.

Esta denominación de Santa María del Camino  sugiere que en época del obispo D. Gutierre  por el camino real de Castilla, por Langreo y la Paranza llegarían peregrinos a San Salvador de Oviedo, como una de las rutas secundarias de peregrinación.

Apoyaría esa idea el hecho de que un prado situado entre Siero y Tudela de Veguín "en la feligresía de San Julián de Box en el territorio que llaman de San Pedro de la Paranza, junto a la ermita", y que en 1668 pertenecía al monasterio de San Pelayo de Oviedo, por uno de sus lados limitaba "por el Camino Real Francés hasta un cierro y hórreo antiguo"


Poco más a la derecha de La Paranza están los lugares de El Castru y El Castiellu, encima de Fozana, parroquia de Tiñana, emplazamiento de un castro, de ahí que se le llame El Castiellu Fozana, excavado en 2023 y vinculado a la tradición de don Pelayo, al menos eso nos explica Fon S. P. en su página Ástures dando cuenta de estos hallazgos y sus conclusiones en su actualización de 3-9-2024:
"Ya está en marcha la excavación arqueológica de este impresionante asentamiento fortificado que se encuentra próximo al barrio de Fozana, en Tiñana, Siero. Se trata de una loma alargada que tiene una longitud total de 400 metros, en la que se erige el asentamiento en su último tercio delimitando un espacio de 129 m. en su eje mayor y aproximadamente 90 en el menor. Alcanza los 400 metros de altura en un entorno de las últimas alturas que limitan la cuenca fluvial del Nora, situado al norte de este lugar, y el Nalón al sur, por lo que su control visual sobre la llanura central y todo el concejo de Llanera y Oviedo es extraordinario. La pendiente que lo rodea actúa como defensa natural, rodeada por dos arroyos que discurren por las potentes vaguadas que hay a los lados. 
La protección que proporciona la orografía está reforzada por una muralla de piedra de la que se aprecia derrumbe por todo el lugar. En su parte sur cuenta con dos profundos fosos de al menos seis metros de profundidad que protegerían la parte más expuesta a un ataque. Es en esta parte donde se alza el potente derrumbe de un bastión o torre que debió alcanzar unas proporciones considerables atendiendo a la cantidad de material acumulado. 
El castro ya fue localizado por José Manuel González, en 1969 y está incluido en el IPCA. Alfonso Fanjul Peraza, quien dirige esta campaña, lo estudió y publicó en dos ocasiones. 
En el castro se ha documentado ocupación prerromana, de los últimos siglos antes del cambio de era. También se ha documentado el asentamiento romano y el medieval, a través de hallazgos arqueológicos, las fuentes y la tradición oral. 
Esta tradición habla de un «caballito de bronce» hallado en el castro por buscadores de tesoros, que han afectado profundamente a la estructura del bastión. Las leyendas locales hablaban de una «pita de oro y pitinos» escondidos en el lugar. También que las cuevas situadas en la parte superior de la loma se extienden varios km por el subsuelo del centro de Asturias con salida a los valles del Nalón. 
Otra leyenda cuenta que el rey Pelayo escondió aquí a su hermana para escapar de la persecución de Munuza. El general musulmán que tenía su base en Gijón / Xixón. La misma leyenda se recoge en el Castillo de Tudela, a pocos kilómetros al sur. 
La excavación se está llevando a cabo por un equipo liderado por Fanjul Peraza y cuenta con la participación estudiantes distintas universidades europeas y americanas. Se prolongará hasta el 16 de Julio y se realizarán visitas guiadas al lugar de la que os informaré aquí y en redes sociales. 
El objetivo de esta campaña es documentar la gran estructura defensiva que constituye el gran derrumbe interior para averiguar si es de época romana o medieval, así como determinar el lugar de ocupación de época romana que generó los materiales que, hasta ahora, sólo han aparecido en la ladera, en una zona muy concreta y sin relación con espacios de ocupación, por lo que se especula con que fuera un basurero. 
Se trata de un asentamiento que tiene un notable interés ya que las evidencias halladas en las distintas campañas plantean diferentes momentos de ocupación (no sabemos si hay una continuidad en el poblamiento) que va desde la Edad del Hierro II, época romana y probablemente tardoantigua o medieval. 
Son lugares que por su importancia estratégica son utilizados a lo largo de la Historia. Por ejemplo se usan durante las guerras del siglo XIX por el ejército debido a su control visual. En época romana bajoimperial comienzan a ocuparse determinados lugares que van más allá de las simples posiciones militares, constituyendo el germen de núcleos de poder que acabarán cristalizado en una fortificación de las élites rurales en lugares fácilmente defendibles, que en muchas ocasiones fueron castros de la Edad del Hierro, como es este caso".

Aquí a la derecha, en el cruce con El Camín del Llosu hay una plazoleta con una isleta verde en un rellano, donde hay un banco a la sombra de un árbol, lo que hace de este un lugar perfecto para detenerse a descansar unos instantes contemplando el entorno


A la derecha varias casas componen una bella quintana, con hórreos y paneras. Las casas han sido reformadas pues ya no son las caserías de antaño, con sus cuadras y ganado, aunque sí hay huertas


Pero mantienen no pocos elementos de la arquitectura rural asturiana, como portalones o corredores, como el de Casa Manolo, esta de enfrente


Su nombre, cincelado a la entrada


Además consultar el mapa de situación, aquí tan estratégicamente colocado, en el que aparecen los barrios de Tiñana por los que pasa el Camino, y otros ramales. Precisamente se titula Caminos de Meres, Fonciello y San Xuan Obispo


A la derecha, vemos que este barrio de Fonciello se extiende como una cuña hacia la derecha, al este; al sur están las parroquias de Hevia y Santa Marina y al Norte la de Argüelles


Este es el tramo por El Camín del Carbayal, por el que hemos entrado en Tiñana desde Los Campones (Hevia), saliendo de El Berrón (La Carrera) y al que le dedicamos su pertinente entrada de blog. A su izquierda y pintado de azul empieza El Camín de Fonciello, el que hemos tomado empezando este artículo


El Camín de Fonciello se une con El Camín de los Robles en el lugar donde estamos nosotros ahora y, más al oeste, hace de frontera con el barrio de San Xuan del Obispo, que fue parroquia independiente hasta finales del siglo XIX, también llamada documentalmente Santianes y cuyo patronato era del obispo de Oviedo, de ahí su nombre


A partir de ahí empieza a llamarse Camín de Santiago y sigue, entrando en Meres, hacia el Colegio la Inmaculada para tomar El Camín Real y luego, a la derecha por El Camín del Palacio dirigirse al Palacio de Meres y avanzar ya hacia la parroquia de Granda. Existe no obstante una variante alternativa que, pese a hacer un pequeño rodeo, nos atrevemos a recomendar, la del santuario de la Virgen de la Cabeza


De estos caminos hablaremos muy próximamente, de momento volvemos a ponernos en marcha por El Camín de Fonciello y continuamos ruta


Fonciello, del latín fundus 'finca', 'explotación agraria', lleva en su nombre el pasado agrícola del lugar


Ahí perviven sus huertas, con el hórreo y la panera en la corrada enfrente de las casas, aunque tiempo hace que no guardan aquellas cosechas de maíz de otros tiempos


Fonciello, como tantos núcleos rurales cercanos a las ciudades, ha visto transformado paulatinamente su entorno rural y residencial, pero ahí están las quintanas asturianas tradicionales, que vemos a cada paso que damos



Les sebes o setos silvestres de zarzas y arbustos siguen siendo asimismo los cierres de muchas fincas, como estas


Como en muchas zonas rurales asturianas, el cultivo agrícola que más se ha mantenido es el del manzano de sidra, pues además les pumaraes son compatibles con los prados 'de diente y guadaña' y transmiten la larga tradición sidrera de Tiñana. Ya hemos hablado de Sidra Fonciello pero ya en 1752 el Catastro de Ensenada informa que Diego Ramón de Argüelles, señor de la Casa de Meres, tenía un llagar industrial, aunque la elaboración casera de sidra ya existía desde muy antiguo. Escribe Alonso Cabeza que el llagar más antiguo con producción superior fue posiblemente el que en 1851 tenían José Muñiz y Ramona González, en el barrio de Fozana, quienes lo adquirieron en foro perpetuo o arriendo al ovetense Juan Domingo Aramburu, junto con casa, corral, pumarada y huerta:
"Aramburu había comprado estas propiedades en 1842 a José Palacios Carrio y éste las había heredado en el año 1826 de su tía Doña Josefa Palacio Carrio, casada con el licenciado Joaquín Alonso Sánchez. Le donaron "casa grande de habitación", "la casa de lagar de sidra con el dicho lagar y corral" que habían fabricado en Fozana, más variadas fincas rústicas.

De José Muñiz y Ramona González este lagar pasó al hijo mayor, después al nieto, Cornelio Muñiz Vallina, el cual renueva la edificación y alcanza una etapa de importante actividad y renombre, "Sidra Cornelio".

En lagar de Cornelio Muñiz continúa en sus descendientes, pasó a una de sus hijas, casada con Juan Rodríguez García, después al nieto, Juan Rodríguez Muñiz, hoy es de los biznietos, los hermanos Rodríguez Menéndez.

"Sidra Juanín" en 1993 estos hermanos levantan un edificio moderno, renovaron el antiguo lagar y dieron nuevo impulso a la empresa. Cuentan con espacio para espichas, meriendas, reuniones comerciales y sociales, y el nuevo nombre.

"Sidra Muñiz". Del mismo origen procede el lagar de Pepe Cornelio. Por el año 1935 D. José Muñiz Gutiérrez que había trabajado en la elaboración de sidra en casa de su padre construyó su propio lagar, no lejos del familiar, en la carretera, hoy SI-6. En 1970 este lagar fue adquirido por D. Manuel Riestra, hoy pertenece a su hijo Manuel Riestra Rodríguez. Ha realizado importantes ampliaciones y lo ha dotado de moderno equipamiento: mantiene la marca "Sidra Muñiz". Dispone de extensas plantaciones de manzanos para sidra con denominación de origen.

"Sidra Fanjul". Antonio Fanjul Muñiz, sobrino de Cornelio y muy relacionado con el mundo de la sidra, por familia y por los transportes que de ella hacía con su camión, hacia la tercera década del siglo XX construyó su propio lagar en la carretera de Tiñana SI-6.

Falleció Antón en 1965, el lagar pasó a su sobrino Antonio González Fanjul. En la actualidad pertenece al descendiente Carlos González Ballesteros. Utiliza la más moderna tecnología, extiende su campo de ventas al Centro Asturiano de Nueva York. Ha obtenido varios premios en Festivales de la Sidra. Produce también vinagre.

Otro lagar de continuada descendencia. Juana Fernández Hevia, descendiente del Mayorazgo que había sido fundado en 1653 en el barrio del Baíña, contrajo matrimonio el 25 de mayo de 1823, en la capilla del Santo Ángel de la Guarda, con Joaquín Palacio Cabal. Vivieron en Fozana de Arriba, fueron dueños de numerosas propiedades.

En la  distribución de los bienes de Joaquín Palacio Cabal en el año de su fallecimiento en 1869, se adjudica al hijo un lagar de sidra, "la casa principal del piso alto donde habitó y murió el padre, sita en Fozana de Arriba, la casa destinada a lagar, pegante con la principal, con cuadra y tenada", "el lagar de pisar sidra con todos los cascos que son 18 pipas, 4 medias, y 4 barriles". "Todos estos edificios están situados sobre un mismo techo". También una panera de 6 pies, y en la quintana "un roble grande", junto con parte de la huerta y pomarada, correspondió al hijo Juan Palacio Fernández. La enumeración de los cascos, pipas y barriles indica que se hallaba el lagar en producción.

Es muy probable que el finado lo hubiera recibido de sus padres y antepasados. Palacio Cabal o Fernández Hevia, familias de abolengo en el lugar y dueños de extensas pomaradas.

No es posible conocer la fecha de su fundación ni precisar si es más o menos antiguo que el que anteriormente fijábamos en 1826. Ni del uno ni del otro se rompió la tradición.

El lagar heredado por Juan Palacio Fernández en 1870 se llamó "Lagar de Juanín de Doña Juana", tenía a su lado una bolera. 

Continuó y añadió la producción el hijo Joaquín Palacio Roza muy conocido por "Juacu Xuanín", estableció  la marca "Sidra El Roblón". Este árbol, a cuyo tamaño alude el aumentativo, mantiene en la actualidad su destacada corpulencia, lo mismo que los edificios de la Quintana pertenece a otros dueños.

"Sidra Viuda de Palacio". José Palacio Díaz se inició en El Roblón", en la casa de su padre Joaquín Palacio Roza, después edificó su propio lagar moderno, en la carretera de Tiñana SI-6, de transporte más fácil. Después de su fallecimiento en 1943, continuó su viuda Dª Carolina Gutiérrez, recibió el Primer Premio a la mejor sidra en el Festival de la Sidra de Villaviciosa".

"Sidra Quelo". La hija de Joaquín Palacio Roza, Dª Luisa Palacio Díaz se casó con Aquilino Palacio Fanjul. En 1944 construyeron su lagar en Fueyo, cercano a la carretera SI-6. Pasó después al hijo José Ramón Fanjul Palacio, nieto por línea materna de Juacu Xuanín. Casa año sorprende a sus clientes con nuevo equipamiento. Al lagar propiamente dicho une espaciosos salones típicamente decorados, dispuestos para espichas, bodas, reuniones sociales y de negocios.

"Sidra Choro". En 1941 Salvador Carbajal, más conocido por Choro, construyó su lagar en Meres. En 1957 pasa a su hijo Salvador Carbajal Fernández, que añade tecnología a la empresa."


Estos antedichos, señala Alonso Cabeza, serían los llagares de gran cantidad de producción que utilizan los métodos más avanzados para el proceso de elaboración, tonelería, embotellado, etiquetado, etc., si bien hubo muchos más, desde principios del siglo XX, que empleaban el sistema tradicional manual y cuyos dueños lo compatibilizaban con el trabajo de la casería, aunque no han tenido continuidad. Luego, a principios del siglo XXI aparecen el citado llagar de Fonciello y otro:
"En el lugar de Collada y en el límite entre Santa Marina y Tiñana se edificó el lagar que recibe el nombre "Casería San Juan del Obispo".

El dueño José Luis García Meana reúne las marcas "Tareco" y "Minín", que pertenecieron a antiguos ascendientes en dos parroquias del Concejo de Siero, Feleches y Valdesoto respectivamente.

El procedimiento de prensado sigue el sistema tradicional y combina con maquinaria moderna, grandes depósitos de acero inoxidable, medios de refrigeración, etc., para conseguir una sidra cien por cien natural. Dispone de cosecha propia en una nueva pomarada muy extensa que ha plantado cerca del lagar, en territorio de Santa Marina y Tiñana.

Tiene este lagar una especialización en "Aguardiente de manzana", destilado puro de la sidra, de elaboración artesanal, marca L'Alquitara del Obispo.

En Fonciello con salida a la carretera AS-17, Avilés-Puerto de Tarna, ocupa una gran superficie el llamado "Lagar de sidra Natural Fonciello", S.A. Utiliza toneles de madera de castaño de gran capacidad y tiene depósitos de acero inoxidable que rebasan los 30.000 litros. En total está preparado para una producción de un millón de litros; dispone de la última tecnología. es su promotor D. José Llaneza Martínez".

Ya en 2007, cuando publica El concejo de Siero en sus fiestas. Datos de su historia, Alonso Cabeza nos dice que en la parroquia de Tiñana, si bien predomina "el paisaje natural verde, poblado de variedad de árboles, algunas pomaradas, castaños en disminución, apenas quedan caserías de producción agraria, son construcciones unifamiliares las que aumentan en número y se extienden en varias zonas residenciales con suntuosos chalets".


Abajo, en el río, estaba El Molín Nuevu, uno de los que molían el grano de los cereales que antaño se plantaban por doquier. Según el citado Catastro de Ensenada tenía, mediado el siglo XVIII, tres molares y funcionaba durante diez meses al año (es posible que con la sequía estival parase pues). Pertenecía al Marqués de Camposagrado, otro de los aristócratas con propiedades en el valle



La Casa de Meres, ya lo hemos dicho, era no obstante sin duda el linaje predominante, con La Paranza como coto señorial de su propiedad y gobierno directo. Incluso uno de cuyos miembros, Antonio de Argüelles y Valdés, fue nombrado Marqués de la Paranza por el rey Carlos II en 1698. Estaba en términos de Siero pero a todos los efectos era totalmente independiente, nombrando los cargos regidores sus dueños los señores:
"Pertenecía a la Casa de Meres, uno de sus miembros, Francisco Argüelles, que fue abad de Arbas, en el año 1700 escribió sobre las relaciones entre señores y colonos del lugar, también sobre la malatería.

El señor de Meres, Prior de los malatos, recibía 6 fanegas de escanda como encomendero de los enfermos. Los vecinos como vasallos del dueño y señor "de estas casas y tierras del Solar de Meres" debían de servir dos días al año, tanto los hombres como las mujeres cuando fueran llamados para las labores que se les ofrecieran en las casas de Meres.

Era antigua costumbre  que los matrimonios y las viudas acudieran el día de Navidad a comer con los señores de la casa de Meres. Cada mujer, menos las viudas, tenía que llevar una cesta con 4 panes cocidos, de escanda, de medio copín cada uno y en su lugar buenas gallinas. Acostumbraban a darles uno de los 4 panes para volver a casa, días antes tenían que llevar un carro de leña para preparar la comida y pagaban un pellejo de vino.

Era también antiquísima costumbre que cada año, la víspera de la Ascensión de Jesucristo, "que es día de rogaciones por los frutos y buenos temporales" concurriera a la iglesia parroquial de Santa María de la Faya que es la de dicho coto y villa de la Paranza, con sus procesiones generales, toda la gente de las parroquias y curas de Santa María de Tiñana, Santa Marina, de Hevia, de Riaño, San Julián de Box, San Esteban de las Cruces, como más cercanas a dicha iglesia y villa de la Paranza. En los últimos años faltaban las de las cruces y Riaño.

En el Catastro del Marqués de la Ensenada.

El 22 de enero de 1752 tuvo lugar la reunión para obtener las respuestas generales correspondientes a un territorio que en la primera de ellas denomina Coto de la Paranza, alias Santa María de la Faya, jurisdicción inclusa en el concejo de Siero, pero independiente de él en todos sus términos concejiles. Se hace constar que es señorío perteneciente "a las Casas de Meres y sus dueños", cuyo titular, entonces D. Diego Ramón Argüelles Quiñones, vecino de Oviedo, por razón de su señorío, recibía habitualmente de cada vecino copín y medio de pan y dos gallinas en su casa de Meres el día de Navidad. Tenía la obligación de dar ese día una comida a todos los vecinos y sus mujeres, de modo que acudiesen dos personas por cada casa.

Los derechos recibidos solían ascender a 3 fanegas y media de pan y 18 pares de gallinas, cada par valía aproximadamente 3 reales. El valor de la comida del día de Navidad se calculaba en 2 reales por persona.

El alcalde mayor del Coto tenía facultad de nombrar teniente, regidores y demás oficios públicos, excepto el de escribano, cuya función era realizada por uno de los del concejo de Siero.

Medía el coto, aproximadamente, un cuarto de legua de Este a Oeste, y otro de Norte a Sur, tendría dos leguas de contorno, "que por horas se tardarían en andar naturalmente 6 sobre poco más o menos".

Se califica el terreno de escaso y frío, con una extensión de 322 días de bueyes, de los que 79 se dedican a tierra de labor, 43 a prados y los 200 restantes son de "tierra inculta y brava por naturaleza en abertal y común".

En las tierras de labor se siembra un año pan y otro maíz y habas. Un día de bueyes de buena calidad sembrado de pan, en una cosecha ordinaria, produce un carro de hierba.

El rendimiento de los árboles frutales, manzanos, perales, nísperos y cerezos es pequeño; hay algunos robles y abedules.

El valor de los productos se señalaba por el mercado de la Pola, Para la fiesta del Corpus cada vecino pagaba un real. 

Se pagaban diezmos de pan maíz, habas, y también por las crías de ganados y por la leche. Por las crías de ganados mayores se pagaban 4 maravedís y por las menores (corderos, cabritos y cerdos) "de cada diez" se pagaba "uno".

El diezmo de la leche consistía en entregar toda la que se ordeñase en 10 domingos señalados por el párroco, al cual correspondían todos los diezmos del coto. 

Habitaban el lugar 21 vecinos y 3 viudas, aunque la mayoría eran pobres no necesitaban pedir limosna, lograban vivir de su trabajo. Había 22 casas habitables y dos en ruinas. Disponían de una taberna que el dueño de la jurisdicción alquilaba en 50 reales al año.

Se criaba ganado vacuno, lanar, cabrío y de cerda; muchas ovejas y cabras morían por el frío y las lluvias.

Había un sastre que vivía del campo más que de su profesión, trabajaba dos meses al año por un real y medio y la comida, al día.

En respuesta a la pregunta número 30 se dice: En este Coto hay un hospital o Malatería para curar o asistir enfermos de lepra, con el título de San Lázaro que goza de renta de 44 fanegas de pan anuales. Unas de bienes que arrienda y otras de foro sobre bienes particulares de este Coto y en los concejos de Siero, Langreo, San Julián de Box y otras partes. Cuya renta se distribuye de esta manera anualmente: 6 fanegas al dueño de la jurisdicción como Prior que se intitula de dicha malatería, 18 fanegas al Abad, cura, párroco de este Coto por el servicio y asistencia a los malatos, 6 al que hace oficio de mayordomo para recaudar las rentas y repartirlas, y 6 a cada malato para su alimento (aunque es cierto que habrá de unos 26 a 30 años que no hay malato alguno)..."


Aquí tenemos por ejemplo dos elementos ya muy difíciles de ver con los modernos sistemas de siega y empacado: a la derecha una vara yerba o facina y, a la izquierda y un poco más al fondo, unos balagares o pilas de heno hechos tras segar la hierba y curarla al sol, de los que luego se hará la vara


Aunque sigue habiendo vaquerías se extiende en estos campos la crianza del ganado menor o reciella, ovejas principalmente


Veremos también caballos, existiendo en las cercanías algún centro ecuestre


Aparte de aquellos documentos que revelan que en Tiñana pueden estar los orígenes, al menos familiares, de don Pelayo, sí conocemos, por documentos antiguos en principio auténticos, que en 916 tenía propiedades el monasterio ovetense de San Vicente (origen de la ciudad dos siglos antes). Sostiene Alonso Cabeza que por entonces los lugares de Fozana, Tiñana y Meres constituían tres entidades independientes que se unificaron como parroquia en el siglo XI con la reorganización eclesiástica vigente en la alta Edad Media


Así en el siglo XII vemos que la reina Doña Urraca la Asturiana donó al monasterio ovetense de San Pelayo (cenobio femenino benedictino) la iglesia de Santa María de Tiniana con "todas sus heredades y prestaciones que dentro y fuera le pertenecían, aguas, lugares de pesca, molinos, fuentes, prados, pastos, montes, helechales. Todos los bienes con sus "criazones" y las familias llamadas Juan Peláez, su mujer y todos sus hijos; Juana Johanes, todos sus hijos y su yerno". Esta dependencia de Les Pelayes, como se las conoce popularmente, duraría hasta las desamortizaciones eclesiásticas del siglo XIX


Las monjas pelayas proponían al obispo quien habría de ser el párroco, quien colaboraba con ellas en la administración de las propiedades "y favorecía económicamente al Monasterio". Así en 1385, en el Libro Becerro del obispo Gutierre de Toledo podemos leer:
"Santa María de Tiniana usala a presentar la abadesa de San Pelayo de Oviedo. Es capellán de ella Juan Martínez y beneficiado Gonzalo Piernes. Tiene de manso tres días de bueyes. De los diezmos lleva la mitad el monasterio, el tercio el capellán y el cuarto el beneficiado"

Los mansos o terrenos de propiedad monacal fueron aumentando de tamaño y eran arrendados por cuatro años, según documentos de 1572, 1601 y 1795. La desamortización del XIX hizo que los bienes de la iglesia pasasen a particulares pero el monasterio siguió proponiendo al párroco hasta 1926, siendo el último así escogida D. Severino Fernández Cabo "para la iglesia de Tiñana y su filial de Santa Ana de Meres". Los últimos privilegios del convento de San Pelayo, ya limitados por el Código de Derecho Canónico en 1917, cesaron al seguir las orientaciones del arzobispo Francisco Javier Lauzurica en 1959, renunciando a todos los derechos como patrona de la iglesia de Tiñana y de otras de la diócesis 


Los campesinos no eran los dueños de la tierra de la que dependían sino que pagaban foros y arrendamientos a sus señores, por eso, en el siglo XIX, la industrialización hizo que muchos campesinos buscasen completar sus muy escasos ingresos con otras ocupaciones, incluso muchos hijos de familias numerosas se dedicaron a ellas plenamente. Las minas de Siero no estaban demasiado lejos y para muchos, sobre todo jóvenes, planteaban una mejor alternativa que la agricultura de autoconsumo. Otros emigraron, sobre todo a las Américas



La tradición artesana de no pocos labradores para la construcción de muros, casas y hórreos hizo se emplease en la construcción de las crecientes villas y ciudades próximas, la cuales ponían en marcha sus ensanches decimonónicos y sus primeras ciudadelas y colonias obreras. A primeros del siglo XX otros se fueron a la siderurgia de Duro Felguera y pronto empezaron a aparecer industrial en el valle, aprovechando la buena comunicación que ofrecían las primeras carreteras y el ferrocarril, por ejemplo la Fábrica de Metales de Llugones o la de Cervezas El Águila Negra de Colloto/Cualloto


La ganadería se mantuvo más tiempo pero totalmente transformada, las pequeñas caserías de unas pocas vacas se hicieron inasumibles y los pocos ganaderos que quedaron lo fueron porque se especializaron en ganado de leche para satisfacer la gran demanda de las urbes. Se abandonaron los cereales y se aprovechó casi todo para pastos


En este sentido, la inauguración en 1970 de la Central Lechera Asturiana en la vecina parroquia de Granda constituyó un gran aliciente para la producción láctea y de ahí, recalcamos, que veamos también tantos prados bien cuidados


Pero las antiguas caserías desaparecieron, unas físicamente y otras transformadas en viviendas de nuevo cuño, a veces, volvemos a repetir, segundas residencias, favorecidas por la cercanía a las citadas urbes en esta parroquia insertada ya en plena área metropolitana asturiana


Aquí tenemos por ejemplo una quintana espléndidamente restaurada, con panera y vivienda de largo corredor entre cortafuegos. Sin embargo los usos campesinos han desaparecido 



En otras casas sin embargo se mantienen pero evolucionados, prácticamente todo su terreno es para prado de siega y pasto


Esta es una vaca de los rebaños que pacen en estas vegas del Nora, verdes, húmedas y muy fértiles, "Agricultura, ganadería, plantación de árboles, aprovechamiento de sus frutos y madera fueron las actividades y medios de vida tradicionales de los habitantes de Tiñana", recalca Mª Dolores Alonso Cabeza, añadiendo:
"Tiñana es una parroquia de tradicional actividad agrícola-ganadera, de riqueza en productos de la tierra, fabes, maíz, patatas, legumbres; variedad de frutas, cereales, ciruelas, higos, peras, manzanas de mesa y de excelente calidad para sidra, y abundantes castaños; con buena producción de leche y carne. En la actualidad esta situación ha cambiado por la industrialización y el sector servicios"


Al final del muro de piedra crece la helechal, seguidamente el Camino se mete en una arboleda



Aquí el Camino se estrecha un poco en este lugar en el que confluyen Fonciello, Meres y San Xuan del Obispo


A nuestra derecha La Ortea, que según el mapa que antes vimos ya está en términos de Meres, que junto con Fonciello y San Xuan del obispo conforma la parte llana septentrional de la parroquia de Tiñana, "una amplia zona llana como prolongación de la llanera de Siero", cuyo topónimo, "del latín hortum, 'lugar cerrado, 'huerto' y del posible y tardío hortua", dice el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, revela su pasado agrícola



Aquí también comprobamos cómo comparten espacio las quintanas de siempre con las nuevas viviendas unifamiliares construidas de un tiempo a esta parte. Fijémonos en la división de esta finca en franjas para la siega y el pasto


Les Vegues, pues no es realmente una sola, es toda una sucesión de vegas hasta el río en lo que se configuró como zona inundable que llegó a separar en dos a la parroquia de Tiñana. Llama la atención como la extinguida de San Xuan del Obispo estaba además de pleno en esa zona inundable


El Nora está ahora a unos 300 metros más al fondo, al sur, en medio de este idílico valle cuya tónica paisajística de prados y arboledas es esta que estamos viendo al atravesar Fonciello


El Camino hace aquí precisamente de frontera entre Fonciello a la derecha y San Xuan del Obispo, a la izquierda, que como hemos comentado fue parroquia independiente hasta finales del siglo XIX


Un poco más adelante y a nuestra derecha La Ortea, como ya dijimos también, está en territorio de Meres, que para García Arias es el antropónimo de un tal Maioris, un antiguo posesor posiblemente


Más nuevas construcciones al lado de las quintanas. En estos apacibles lugares nada hace pensar en su proximidad a los polígonos industriales que, en continuidad y hacia el oeste, se extienden entre Siero, Noreña, Llanera y Oviedo/Uviéu a partir de la cercana carretera, a solamente unos 400 metros más al norte


Un pequeño regato a la izquierda revela que nos acercamos a La Fuente Fanxul


De la antigua fuente a la que venía antaño la vecindad a lavar, dar de beber al ganado y a por agua apenas queda nada y parece haberse aprovechado para suministro de agua corriente en la actualidad, a tenor de este pequeño depósito de hormigón


En él se ha pintado el nombre del la fuente además de la flecha amarilla, además de colocarse un azulejo de la concha, pegado con cemento a la pared


Aquí por su parte es el Camino el que hace de frontera entre los barrios de Fonciello a la derecha y San Xuan del Obispo a la izquierda. Que un camino haga de frontera puede dar señales de su antigüedad aunque, naturalmente, nos referimos a su trazado, su firme, asfaltado y ensanchado, ha sido hace tiempo transformado como vía de comunicación local



Otro paisaje de Les Vegues, los prados de pastos se extienden hasta la misma orilla del Nora, cuyo curso delata su arboleda ribereña


Desde poco antes de La Fuente Fanxul la cuesta se va haciendo algo más empinada, llegando ahora a unas casas, construidas ya en término que sería de la antigua parroquia de San Xuan del Obispo, "Pequeña en extensión y número de habitantes" dice Alonso Cabeza, que por ello desde 1892 pasó s ser un barrio más de Tiñana 


Al llegar a la primera casa hay una bifurcación, en la que nosotros vamos a continuar a la derecha, pasando delate de ella todo recto y en rampa, siguiendo la cuesta y saliendo de la arboleda


Subimos todo recto saliendo del boscaje y a pleno son, entre sebes que separan el Camino de las fincas colindantes. Observemos la hierba alta, agostada ya, lista para la siega


El mismo prado empezando la primavera, verde y segado. Al fondo el lugar de La Cuesta, cuya etimología está sobradamente explicada solo con esta subida: por ahí se baja a la que fue la antigua iglesia parroquial de San Juan Bautista que dio nombre a San Xuan del Obispo, junto con el prelado, claro, que la tenía bajo su patronazgo


Esta es de las escasas cuestas que nos depara el trayecto hacia la capital asturiana, muy llevadera, pero que como toda cuesta, 'cuesta', sobre todo con mochila y unos cuantos kilómetros a nuestras espaldas


En medio de la cuesta el Camino vuelve a estrecharse, como pase un vehículo un poco ancho y encontremos así la sebe


Una fila de carbayos nos proporciona buena sombra en este un tanto empinado trecho


La hiedra crece en los troncos, sin duda serán restos de los muchos que antaño se plantaban a lo largo de los viejos caminos para dar umbría y frescor


Un poco más arriba hay una bifurcación en la que se acaba un primer tramo de cuesta


Es El Camín de la Ortea, donde termina nuestro periplo por El Camín de Fonciello, que hemos tomado al entrar en dicho barrio de Tiñana


En El Camín de La Ortea iremos a la izquierda, subiendo un poco más hasta la próxima casa de San Xuan del Obispo


Observemos la flecha amarilla en el poste metálico de la placa del camino y otra más en el contenedor. Hay otra aún más antigua en el poste telefónico de hormigón, casi borrada y tapada por la hiedra


Y arriba, al llegar a la casa siguiente, otra bifurcación, en la que habremos de tomar una decisión



El Camino oficial sigue a la derecha continuando cuesta arriba hacia Meres en el tramo conocido en la placa como Camín de Santiago. No obstante, si estamos bien de tiempo y fuerza nos agradaría recomendar una variante, también señalizada con flechas amarillas, que baja a la izquierda hacia la antigua iglesia parroquial de San Xuan del Obispo que, cuando dejó de ser parroquial, pasó a ser el santuario de la Virgen de la Cabeza, de renombrada romería, pues ya en 1646 había sido fundada en la iglesia la capellanía de esta advocación


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