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martes, 12 de julio de 2016

BARCIA (VALDÉS, ASTURIAS): EL CEMENTERIO MUSULMÁN, LOS VAQUEIROS Y SAN ANTÓN, LAS ESCUELAS, LA IGLESIA Y EL HOSPITAL DEL "FLORÍN DE RYN"


Barcia en el Camino
El Camino sale del bosque a la N-634 al entrar en la parroquia de Barcia
Por los frondosos bosques el Regueiru Ricande, entramos siguiendo el Camino Norte en la parroquia de Barcia viniendo de la de Canero o Caneiru, en el concejo de Valdés, saliendo en este lugar a la carretera N-634, a escasos kilómetros ya de la villa de Luarca/ L.luarca, su capital. Son los terrenos, relativamente llanos, de la rasa marina valdesana, en la costa occidental asturiana, con pueblos, campos, riachuelos y bosquetes jalonando el recorrido


En este tramo, con mucho cuidado, podremos cruzar al otro lado, pues es lo preceptivo en estos casos caminar por la izquierda. Si nos fijamos, asomando entre la vegetación, unas ruinas llamarán poderosamente nuestra atención


Primero una torre o minarete se yergue entre zarzales y arbustos



Es el cementerio musulmán de Barcia, llamado El Cementerio Moro, construido como camposanto para las tropas norteafricanas que pelearon en el bando nacional durante la guerra civil, el cual podemos visitar antes de continuar ruta por la carretera. De su origen dice la Wikipedia:
"Debido al desembarco de tropas moras en Galicia para combatir en Asturias, se propone la construcción de un cementerio musulmán en la cornisa cantábrica. La elección de Barcia, fue debido a la abundante cantidad de tierras comunales, que permitían agilizar la expropiación, y su fácil acceso. La mano de obra fue la gente del propio pueblo, pero la dirección de las obras recayó en alfaquíes musulmanes. Las tropas musulmanes, contaban con toda una logística religiosa y espiritual, que abarcaba desde la presencia de imanes hasta hospitales propios reservados para ello"

El cementerio, prácticamente abandonado desde que el santón Aomar dejase de venir a orar por los difuntos, puede hasta pasarnos desapercibido, pues en todo el entorno se han plantado eucaliptos y crecen en torno a él arbustos y helechos. Seguimos leyendo en la Wikipedia:
"En la actualidad, el espacio está completamente arruinado, cubierto de grafitis y reclamado por la naturaleza. El espacio se abandonó prematuramente, y la doble controversia de un espacio islámico durante el franquismo, y un espacio franquista en la democracia, han hecho que el cementerio cayera en el olvido durante años. 
Controversia:  
Desde el año 2001, el cementerio ha vuelto a ocupar espacio en periódicos y debates, cuando fue propuesta su cesión a la comunidad musulmana, por ser el único cementerio de sus características en el norte de España.​ Posteriormente, la ciudad autónoma de Melilla, prometió dar fondos para su recuperación, mientras los vecinos reclamaban que se aplicase la Ley de Memoria Histórica también para la conservación de este patrimonio de la guerra civil 
La realidad es que hoy en día sigue estando abandonado, y a pesar de haberse terminado con los saqueos y expolios de los enterramientos, el vandalismo sigue atacando el lugar"

Tampoco se sabía muy bien quien sería su titular y responsable. En el año 2007 el Ministerio de Defensa dice que es la parroquia rural de Barcia, y así lo recoge como noticia B. Fernández en el periódico El Comercio del día 10 de diciembre:
"Ni del Ministerio de Defensa, ni de la Familia Real de Marruecos. El cementerio musulmán de Barcia, en el concejo de Valdés, es propiedad de la Parroquia Rural de esta localidad. Así lo comunicó a la junta de esta entidad local de ámbito menor y al propio Ayuntamiento valdesano el ministerio, que ha disipado así las dudas que existían sobre la propiedad de estos terrenos en los que se han catalogado entre 400 y 500 enterramientos de soldados de las tropas regulares de África que participaron en la guerra civil española. 
Desde hace años, la Parroquia Rural de Barcia y el Ayuntamiento han tratado de esclarecer las dudas que existían respecto a la propiedad de este lugar de enterramiento. Primero se pensaba que el propietario de los terrenos era el propio Ministerio de Defensa. Luego que era de la Casa Real marroquí, a la que Franco podría haber cedido la gestión de estas instalaciones. Sin embargo, finalmente, Defensa ha dejado claro que el cementerio musulmán de Barcia es de la propia Parroquia Rural 
Pero no sólo estas dos instituciones públicas trataban de esclarecer esas dudas. También el colectivo Green se ha interesado por ella con la intención de llevar a cabo un programa de recuperación del cementerio, que se encuentra en un mal estado de conservación y en el que la vegetación ha escondido casi todas las tumbas 
Pero, sin duda, quienes más pretendían conocer de quién era la propiedad de los terrenos era la comunidad islámica de Asturias. Esta asociación ha solicitado la cesión de los terrenos para poder realizar en ellos los enterramientos de quienes practican esta religión 
De momento, ni el el Ayuntamiento ni la Parroquia Rural han querido precisar si se llevarán a cabo actuaciones en el cementerio para su recuperación ni se accederá a ceder a la comunidad religiosa su gestión 
Hace dos años, la asociación de vecinos había propuesto convertir este lugar de enterramiento en un aula didáctica. No obstante, esta propuesta parece que no gusta «de momento» ni al equipo de gobierno valdesano ni a los responsables de la Parroquia Rural. «Es un tema un poco complicado. Por desgracia, aún quedan heridas abiertas de la guerra civil», dicen desde el equipo de gobierno. 
El cementerio musulmán de Barcia fue construido durante la contienda que enfrentó a republicanos y nacionales. El bando franquista eligió esta localidad frente a Santo Emiliano, en Mieres, para enterrar a los soldados regulares de África que les apoyaron en la guerra. Los últimos estudios llevados a cabo determinan que en este lugar hay enterrados entre 400 y 500 soldados musulmanes, todos ellos enterrados de costado mirando hacia La Meca 
En España se han contabilizado una docena de cementerios musulmanes habilitados durante la guerra. El más próximo al de Barcia se encuentra en La Coruña y el de mayor tamaño, en Zaragoza"

Una portada de arco de herradura constituye el acceso a este recinto que ocupa una superficie de 4.500 metros cuadrados. Su descripción es presentada así también en la Wikipedia
"El cementerio está dividido en dos recintos construidos en momentos distintos, abarcando en su totalidad 4500 metros cuadrados. 
El área del primer recinto, de planta rectangular, está perimetrado por un muro de mampostería de pizarra, utilizando barro para su trabado. En su culminación tiene un tejadillo a doble vertiente, de tejas árabes, que sobresale por ambos lados a modo de alero. El muro se abre en un arco de herradura para un acceso monumental. Cada esquina interna del cementerio cuenta con torres cuadrados, que como garitas, se abren al interior del recinto 
El segundo recinto, incompleto, cuenta igualmente con un muro de pizarra, pero sin contar con la techumbre. En esta parte, en el centro, existe un habitáculo inacabado, posiblemente de recepción de los difuntos.​ La construcción se paralizó tras la toma de Oviedo, con el fin de la batalla de El Escamplero. 
Las tumbas están marcadas por dos lajas de pizarra, en los pies y en la cabeza, con dirección prácticamente norte-sur, pero a pesar del cuidado con el que se enterraron a muchos hombres según el rito musulmán, existen otras fosas dispersas. Se piensa que puede haber entre 400 y 500 enterramientos"

Salvo algo de limpieza puntual del recinto que queda en pie, poco o nada más se ha hecho. Aún el 22-1-2011 M. Serrano da noticia en La Nueva España de las gestiones de la comunidad musulmana para volver a utilizarlo:
"La comunidad musulmana asentada en Asturias desea recuperar el cementerio de Barcia para enterramientos acordes a su religión. Uno de sus portavoces, Ismail Fernández, ha destacado el «interés» que despierta entre la comunidad este camposanto, construido durante la Guerra Civil para dar sepultura a los soldados musulmanes que lucharon en el bando franquista, la mayoría procedentes de Melilla
En Asturias se estima que 4.500 personas profesan la religión musulmana. «Una cifra importante», señala Fernández. Según entiende el colectivo musulmán que vive en la región, el número justificaría que el camposanto de Barcia pudiera volver a utilizarse 
El cementerio, que administrativamente pertenece a la parroquia rural de Barcia y Leiján por estar asentado sobre los terrenos, se encuentra en la actualidad abandonado. La entidad rural ha limpiado la zona, hace unos años llena de maleza, y proyecta recuperar el entorno, pero con fines turísticos, para lo que ha pedido ayuda al Gobierno de Melilla. 
Su propuesta choca de frente con la que plantea la comunidad musulmana asentada en Asturias. El deseo de los últimos es poder volver a enterrar allí a los suyos. De este modo, añade Fernández, se evitaría que algunos cuerpos tuvieran que se repatriados, con el coste que conlleva esta operación, y también que algunas familias tuvieran que dejar de enterrar a sus personas queridas por el rito musulmán por no poder hacer frente al gasto que genera el traslado de los cuerpos a otro país. «Para nosotros recuperar el cementerio musulmán sería muy interesante», añade Fernández, quien explica que se han puesto en contacto con la parroquia de Baria y Leiján e incluso con la Consejería de Administraciones Públicas para que apoyen su propuesta. 
La comunidad musulmana incluso ha pensado en mantener la parte delantera del cementerio intacta, por estar allí los restos de los soldados enterrados durante la Guerra Civil, y aprovechar la zona de atrás. 
En Barcia, el cementerio musulmán despierta un debate sin fin. La parroquia rural proyecta su recuperación turística y mantiene contacto con el Gobierno de Melilla, interesado en rehabilitar la zona en caso de que se constante que los soldados allí enterrados tienen familia o raíces e la ciudad autónoma. En todo caso, la parroquia siempre apoyó recuperar la zona como punto de interés turístico. El cementerio pasaría así a formar parte de los atractivos del concejo. Entienden en la parroquia rural que este camposanto tiene interés histórico y rechazan que pueda volver a utilizarse para hacer enterramientos. 
En 2005 ya hubo debate sobre el futuro del área. Más de cinco años después, todavía se discute sobre su futuro. El cementerio musulmán de Barcia es uno de los pocos de España y la parroquia rural quiere explotar turísticamente este recurso, que en la actualidad no figura como reclamo en las guías"

El sendero bordea el ala norte del cementerio musulmán y su muro, continuando paralelo a la carretera: por aquí seguimos camino


El 1 de febrero de 2012 y también en La Nueva España, se da noticia del interés de la Ciudad de Melilla por rehabilitarlo, en artículo firmado por Ignacio Pulido, Historia por desenterrar en Barcia:
"Una tumba permanece abierta desde 1937. La tierra extraída durante su excavación aún sigue amontonada al lado del hoyo, que nunca llegó a recibir el cuerpo de ningún difunto. Quizá ésta fue la última sepultura excavada en el cementerio musulmán de Barcia (Valdés), donde se sostiene que reposan los restos de medio centenar de soldados de las Tropas Regulares Indígenas fallecidos en el frente de Oviedo durante la Guerra Civil. Tras décadas de abandono, el gobierno de Melilla manifestó en noviembre su intención de rehabilitar el camposanto a lo largo del presente año.
Las Tropas Regulares Indígenas, creadas en 1911, llegaron a Asturias en octubre de 1936 para apoyar el avance de las columnas gallegas en su camino hacia Oviedo. El día 4 llegó a La Cabruñana el primer contingente de tropas musulmanas, el III Tabor (batallón) de Ceuta. A éste se sumarían en días posteriores el IV Tabor de Tetuán, el IV Tabor de Alhucemas, dos Tabores de la Mehal-la, el IV Tabor de Ceuta, el IV Tabor de Larache y el IV Tabor de Melilla. 
Tras recibir estos refuerzos, el bando rebelde desistió en su empeño de progresar hacia Oviedo a través de Trubia y optó por abrirse paso a través del concejo de Las Regueras, registrándose cruentos combates, especialmente del 10 al 13 de octubre en el Alto del Escamplero. El papel de las tropas regulares fue decisivo en la ruptura del cerco ovetense. El día 17 el III Tabor de Ceuta y el IV de Tetuán cruzaron el río Nora y ascendieron hasta el pico Paisano, en el Naranco, desde donde se descolgaron para enlazar con las fuerzas sitiadas de Aranda. 
Meses más tarde, durante la ofensiva republicana de febrero de 1937 sobre Oviedo, las tropas regulares participaron activamente en la defensa de la línea del frente. Su condición de fuerzas de choque, siempre en primera línea, supuso a las tropas regulares un alto coste en vidas. Se sostiene que 20.000 marroquíes, de entre 16 y 50 años de edad, fallecieron en combate durante la Guerra Civil. Del mismo modo, dejaron tras de sí un rastro de destrucción cuyo recuerdo aún perdura. 
Parte de los combatientes regulares fallecidos en Asturias reposa en el cementerio musulmán de Barcia. Se sostiene que la cifra de enterrados ronda el medio centenar. Otras fuentes advierten de que alrededor de trescientos soldados fueron sepultados -con carácter de provisionalidad- en el antiguo cementerio civil de la parroquia sin que llegase a producirse nunca su exhumación. Es posible que la cercanía a la carretera de La Espina fuese una de las razones que animaron al bando rebelde a elegir este enclave, próximo también a Luarca, uno de los centros neurálgicos de la retaguardia 
El periodo de construcción del camposanto no ha trascendido. Ricardo García Parrondo, presidente de la parroquia rural de Barcia-Leiján, afirma que en su construcción participó mano de obra civil de la zona. «Lo hizo gente sin cobrar, algunos a punta de pistola», subraya. El perímetro del cementerio, de planta rectangular, está rodeado por una tapia. 
En sus esquinas fueron erigidas cuatro torres y su acceso se práctica a través de un arco de herradura apuntado que en su día poseía una puerta de madera. Asimismo, existe una estructura anexa en forma de «L» en cuyo interior son visibles los restos del recinto donde el alfaquí -encargado de los enterramientos- retiraba la ropa a los cadáveres, que eran lavados y envueltos en un sudario. «Los fallecidos eran transportados en camiones hasta aquí», comenta García. 
A continuación, los cuerpos eran enterrados según el rito musulmán en fosas de dos metros de longitud por cincuenta centímetros de ancho. Cada tumba está marcada por dos lajas de pizarra, una a los pies y otra a la cabeza. La identidad de los allí sepultados es un misterio. Cabe tener en cuenta que en algunos documentos, como se observa por ejemplo en el diario del director del hospital militar de Grado, los moros rezan tan sólo como un número. No obstante la difunta Ángeles González, vecina de Barcia, logró concretar tras numerosas investigaciones que los sepultados en el camposanto valdesano eran integrantes del tabor de Melilla. 
Éste factor ha sido determinante para que el gobierno melillense decidiese implicarse en la conservación del lugar. Durante los últimos años la parroquia de Barcia-Leiján, propietaria de los terrenos, se ha ocupado de adecentar el cementerio. La ciudad autónoma está dispuesta a invertir 200.000 euros en su rehabilitación. El proyecto, aún por perfilar, prevé la consolidación de las estructuras, la limpieza del camposanto, la construcción de un pequeño aparcamiento y la señalización del lugar. «Los árboles no serán retirados para evitar daños en las tumbas», afirma el presidente parroquial, quien descarta dar cabida a nuevos enterramientos. 
Con esta actuación la parroquia pretende dignificar a los fallecidos y rehabilitar un patrimonio de gran importancia en el contexto de la guerra en Asturias. «No sólo se debe recuperar esto, también se debería hacer lo mismo con los cuerpos que hay en las cunetas», concluye García Parrondo"

El Cementerio Moro de Barcia ha sido objeto de varios estudios y numerosos reportajes y artículos. Nos agrada compartir el del periodista marroquí Ali Lmrabet (Primer Premio José Couso de Libertad de Prensa), El cementerio moro perdido de Luarca, publicado en El Mundo el 15 de mayor de 2015:
"Al comienzo de la historia hay un viejo marroquí ex combatiente de la Guerra Civil española, Mohamed Darduch, que sobrevive en la también vieja medina de Tetuán. Mohamed se alistó -o más bien lo alistaron a la fuerza- en los Regulares, el cuerpo de ejército marroquí creado por los españoles cuando la parte norte del vasto Imperio Jerifiano fue ocupada por la España de Alfonso XIII.En el verano de 1936 Mohamed fue a parar al Grupo de Regulares de Tetuán n.infty.1. 
Feroz, temible y odiado cuerpo del ejército nacional, este instrumento del terror franquista inundó la Península con sus casi 100.000 hombres durante toda la guerra, de 1936 a 1939. «¡Que vienen los moros!», se escuchaba por entonces en la zona republicana.Pero también sufrió reveses y dejó a miles de muertos en los campos de batalla. 
Al final de la guerra, quedaron esparcidos en toda España decenas de cementerios musulmanes donde los hijos de Alá que habían luchado para la Cruzada franquista encontraron su última morada. 
Mohamed Darduch combatió en muchos escenarios. Recuerda a los italianos en Guadalajara, a los alemanes y a los mandos españoles, «que hablaban de Dios y la Santa Iglesia Católica, pero eran los que nos mandaban fusilar a sus correligionarios». Pero recuerda también las terribles sangrías de Teruel y el Ebro, los cuerpos destrozados esparcidos en vastos campos de naranjos en el sur de Cataluña, los innumerables hospitales donde estuvo ingresado.«En el Vallcarca de Barcelona me dieron mi quinta medalla de Sufrimiento por la Patria», comenta mostrando unas medallas, más chatarra que otra cosa. 
De los cementerios donde enterraron a sus familiares y amigos también se acuerda: «El de Zaragoza era el más grande». 
En una de sus batallas Darduch perdió a dos primos hermanos. No llega a acordarse de la fecha, pero sabe que fue cerca de Oviedo, en Asturias. Al final de los combates, cuando el fragor de las armas cesó, el entonces joven miembro de la tribu rifeña de los Ibekoyen quiso ir a rezar una última vez sobre las tumbas de sus parientes. Pero no pudo. «Un oficial rumi [cristiano] dijo a nuestro imam que los habían enterrado más al norte, en un lugar desconocido». Intentó informarse de dónde, pero como el frente se movía constantemente, lo mandaron a otra matanza y se olvidó del asunto. 
Hace unos años, cuando yo trabajaba en una tesis doctoral sobre Marruecos en la Guerra Civil en la Universidad de la Sorbona, alguien me presentó a Mohamed Darduch. Ese anciano que mantiene aún la mente clara me contó la historia del cementerio desconocido y de sus locas esperanzas, antes del crepúsculo de su vida, de ir a recitar versos del Corán sobre sus tumbas. 
Nunca hubiera imaginado conocer algún día ese mítico cementerio si no hubiera sido invitado en 2004 por La Revista de Occidente a visitar Luarca, un balneario del norte de Asturias de donde es oriundo Severo Ochoa. Por casualidad, David Piñeiro, director de esa revista, me habló de un «cementerio moro», abandonado por Dios y olvidado por los hombres. Y, de repente, me acordé del viejo Darduch. No podía creerlo. 
Al día siguiente, estaba cerca de una curva de una carretera comarcal, en la parroquia de Barcia, concejo de Valdés, a escasos kilómetros de Luarca. Una pista invadida por la vegetación marcaba el camino hacia ese recinto sagrado para los musulmanes. Tras caminar 100 metros sobre hierba salvaje y arbustos de todo tipo, me topé con la alta muralla que rodea el cementerio. Y un poco más lejos descubrí, alumbrado y fascinado, una puerta de estilo árabe. Como si estuviera en alguna entrada del casco antiguo de Granada. 
El cementerio estaba seriamente deteriorado por la abundante maleza que brota sobre las sepulturas. Las tumbas son irreconocibles, por el paso del tiempo pero también por los enterramientos colectivos y rápidos que se hicieron en la época. Pero otras sorpresas me esperaban. 
Algunas tumbas habían sido saqueadas, el occipital de un soldado marroquí salía de un profundo agujero y algunos huesos, ya casi carcomidos, estaban desparramados sobre una decena de metros cuadrados. Una suerte de mezquita al lado del recinto estaba casi derruida. Me acordé entonces del revuelo que se armó en España cuando se descubrió, al comienzo de los años 90, que los cementerios militares españoles en Marruecos estaban totalmente abandonados. El Estado español sufragó entonces todos los gastos para su rehabilitación. 
Pero Marruecos está lejos de estas costas lluviosas y húmedas.No es seguro que el Estado alauí tenga ganas de rehabilitar este pobre camposanto. Además, los 300 o 400 marroquíes enterrados aquí habían dado su vida por España y no por Marruecos. 
Hace unos meses, David Piñeiro me envió una copia de una carta enviada en 1961 por el antiguo Ministerio de Gobernación al alcalde de Luarca. «La Presidencia del Gobierno y los ministerios de Asuntos Exteriores y del Ejército», se puede leer en ella, «se han dirigido reiteradamente a este departamento, en los últimos años, interesándose ( ) por la conservación de los cementerios en que descansan los restos de los marroquíes musulmanes muertos en nuestra Guerra». El ministerio proponía sufragar los gastos de reparación y de mantenimiento del cementerio. El alcalde de Luarca respondió, pero luego nada mas. 
El cementerio moro retornó al olvido hasta que, en noviembre de 2001, el presidente de la asociación Green, Antonio R. Dosantos, pidió en un artículo publicado en La Revista de Occidente «la restauración del único cementerio musulmán del norte de España».Sugería que el cementerio fuera entregado a la comunidad musulmana de Asturias. Pero otra vez la respuesta fue el silencio de la Administración. 
En noviembre pasado la Asociación de Vecinos de Barcia-Leiján transmitió a EL MUNDO un documento titulado Piedad para los muertos. En la carta, su secretario, Juan Francisco Rodríguez Alonso, hacía un llamamiento a José Bono, cuyo Ministerio es el propietario legal del recinto, para que se haga cargo del cementerio o lo entregue a su asociación para su rehabilitación. «Estos moros muertos en esta tierra y enterrados en ella forman ya parte de la tierra y son la tierra», escribió. 
No sé si José Bono le respondió. En cambio estoy seguro de que Mohamed Darduch no podrá nunca ver el cementerio de sus primos .Me dicen en Tetuán que el viejo combatiente ya no sale de casa. Tiene problemas de salud que le acercan más a su Creador que a Luarca.

El cementerio musulmán de Barcia es pues un lugar único y cargado de historia en el Camino Norte que sigue esperando por una solución a su progresivo estado de deterioro. Luego de pasar a su lado, el sendero nos devuelve por aquí al asfalto de la carretera general


Estamos ahora caminando entre los campos y montes de Suertes Grandes a la izquierda y Valdemedio a la derecha


Es ahora cuando enfilamos la recta de Barcia o de Almuña, que nosotros no seguiremos pues inmediatamente nos desviaremos por aquel ramal a la derecha


Estamos en La Rampla, topónimo de filiación caminera, relacionado con cuesta o pendiente "dispuesta para la comunicación", como parece ser este el caso


Esta sería la rampla que da nombre a este enclave, gran campera verde de este pasillo natural entre las montañas litorales que baja directa hacia el mar


Nosotros tomamos seguidamente el camino de la izquierda, que avanza en dirección oeste mientras contemplamos el hermoso caserío costero de la parroquia de Barcia, que se alarga linealmente por la pradería y ante el mar. Su etimología parece vinculada a la palabra asturiana barcia, que define, como barganal, a lugares pendientes donde crecen arbustos


Sus  barrios y lugares forman pues una línea perfectamente definida en la rasa costera: El Regatín, El Flancu, El Monte, L.leixán o Leiján...


Todo este tramo de costa está plagado literalmente de playas y ensenadas que no podemos ver desde aquí pese a su proximidad, destacando las de Los Molinos, La Polea, La Escaladina, El Carretón y Portizuelos. Sus topónimos hacen referencia a rutas molineras y sendas para coger ouca o algas marinas de arrastre, empleadas secularmente como abono de estos campos, así como también pequeños abrigos naturales de lanchas


El camino, en este trecho, se dirige a un barrio de la zona alta de la parroquia, llamado significativamente El Monte


El territorio, como gran parte del occidente asturiano, formó parte de las extensísimas posesiones del monasterio de Courias, en Cangas del Narcea, dependiente nominalmente de la mitra ovetense pero que gozaba de una gran autonomía. Aquí ejercía directa posesión uno de sus filiales, el convento de San Miguel de Canero o Caneiru, que formó parte a su vez de sus bienes fundacionales y que también disfrutaba de amplia autogestión dentro del de Courias a cambio de ciertas rentas y donaciones reconociendo su señorío

                                                  

En El Libro Registro de Corias de Antonio C. Floriano, leeremos esto:
 "De barcea  o bárcenaUnam terram in Barzia, quam vocant Ermegudi es parte del precio, o compensación de precio que en 1091 se pagó por la villa de Barcellina. En 1103 Johannis Fernandi y Fakilo Ordoniz dieron a Corias in illa uilla  de Barcia  otra uilla llamada Matella, con todos su términos, a magno mare usque in Lucentia. De esta villa de Matella situada in Barcia poseía ya el Monasterio en 1064 una heredad que le había donado Martinus Didaci"

Más adelante, en el año 1131, el rey Fernando II donaría Barcia a la Orden de Santiago, a la que pertenecería hasta el siglo XVII. Tal vez fuese ese el origen de su antiguo hospital de peregrinos, que dio nombre a uno de sus barrios. Las funciones originarias de esta orden era velar por los peregrinos hacia Santiago y contribuir a la expulsión de los musulmanes de la Península, lo que no deja de ser una ironía de la historia en este lugar en el que tuvieron uno de sus enclaves pero que a la vez es famoso por su Cementerio Moro


El Monte: más allá vemos Barcel.lina, que ya pertenece a la parroquia de Luarca/L.luarca, en terrenos intensamente urbanizados durante la última etapa de inversión inmobiliaria y que prácticamente son una prolongación del casco urbano luarqués


Esa zona perteneció a San Miguel de Trevías, otro de los monasterios subsidiarios de Courias en el valle del Esva o Ese, que dio nombre al concejo de Valdés. Más a lo lejos divisamos La Punta Argumoso y La Percebera, al oeste del puerto y playas de Luarca/L.luarca, que al estar en una concha no vemos aún desde aquí


El Camino Norte pasa cerca de la costa pero pocas veces a la misma orilla del mar. Los antiguos caminos reales (públicos, del reino) incluso los litorales, buscaban los pasos directos, siempre algo hacia el interior, que evitaban la serpenteante orografía costera


En otro orden de cosas, si bien relacionado con lo anterior, el aprecio por las playas y el mar no se extendió plenamente hasta los avances médico-sanitarios del siglo XIX, que descubrieron sus cualidades salutíferas. Antes los parajes bañados por el mar, playas y ensenadas, no eran tan tenidos en cuenta, incluso eran considerados insalubres, la trastienda de las poblaciones, a donde iban a parar los detritus y ponzoñas, siendo solo frecuentados por pescadores, además de contrabandistas, piratas y merodeadores, parajes solitarios, escondidos y peligrosos


En nuestros días cuesta imaginarnos aquella situación, ya que en la actualidad la industria turística, atraída por calas, arenales y enclaves costeros, es sumamente importante, configurándose con una importantísima fuente de ingresos ante el declive de la pesca, la industria y el campo. Por ello no pocas viviendas son segunda residencia y bastantes están dedicadas al turismo rural y playero


Y sigue el camino recto, pasando ahora junto al vallado de una parcela. Una leyenda dice que Luarca o L.luarca (pronunciar l.l como ts) debe su nombre a una manada de lobos, encabezada por uno especialmente grande, que recibieron y custodiaron el Arca Santa de las Reliquias que hoy en día se venera en la catedral ovetense de San Salvador, la cual, según esta tradición, habría sido desembarcada en esta villa, que también aparece reseñada como L.lubarca, cuyo nombre vendría del lobo o l.lobu del arca 


Naturalmente es una fabulación fantástica pero como toda leyenda tiene su trasfondo real: los caminos por mar fueron, en la secular navegación de cabotaje, de antiquísimo origen en estas costas, mucho más seguros, rápidos y rentables comercialmente que los angostos pasos por tierra, en buena medida solo caminos de herradura propicios para caballerías. Junto con las mercancías venían gentes y con ella ideas, siendo muy posible que el cristianismo, como otras religiones orientales, entrase primeramente por los puertos de mar antes que por los de la montaña


Y además, tal vez algo de lobos también tenga la cosa. Esto dice Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"De la simple expresión documentada parece que podría aventurarse que se trata de un compuesto donde, a lo mejor, se aislaría un continuador del latín ARCAM ‘arca’, presente en la toponimia medieval29, acaso aplicado metafóricamente a la depresión donde hoy se sitúa la preciosa villa marinera. La dificultad reside en que precedería un artículo masculino ILLUM lo que resulta un tanto difícil en combinación con el nombre femenino. Lo menos comprometido fonéticamente es partir de un conjetural *(VILLAM) LUPERCAM, pues Lupercus se documenta al menos como nombre de sacerdote que participa en las ceremonias lupercales, esto es, en honor de la deificada Lupa o loba que amamantó a Rómulo. Los pasos evolutivos serían todos fácilmente aceptables: LUPERCAM > *lloberca > *lloerca > *lluerca —> lluarca, con una alternancia de ue - ua perfectamente admisible en asturiano medieval y occidental"
Lo cierto es que algunas especies marinas tienen nombres además relacionados con los lobos, Podemos pensar en la lubina, en Asturias también llamada llobina (claro diminutivo de lloba), pero también en el delfín, que entre otras palabras para designarle, a veces relacionadas con especies concretas del mismo, es llamado en Asturias llofín o sus variantes (lloufín, chufín, choufín. etc.), lo cual tendría sentido con animales del mar en el arca que es la cocha luarquesa


Al oeste y más lejos vemos las montañas que separan los concejos de Valdés y Navia, el Monte Pegueiro, con El Picu L'Infernón (314 m) a la izquierda, y a la derecha El Picu Faru (251 m) a la derecha, cuyas cuarcitas blancas pudieron ser en el pasado un referente visual para la navegación, de ahí su nombre. En su cima está el túmulo de Pena Antigua


Esta referencia es muy importante pues por el collado que hay entre los dos montes señalados saldrá el Camino del concejo de Valdés para entrar en el de Navia dejando atrás Otur/Outur por La Barraca. También va por ahí la Autovía del Cantábrico (A-8), de la que vemos el desmonte


Llegamos así a un alto seto, que cierra un chalet con terreno


El camino lo sigue en este trecho


Y formando un ángulo recto alrededor de la finca, yendo ahora a la izquierda


A partir de aquí el suelo estará asfaltado al entrar en el barrio El Monte, Más allá, a la izquierda del Infernón, vemos una línea de cumbres, con el Picu Bustrilde (395 m), 472 m), el Picu Curriechos (472 m) y más a su izquierda Las Penas Rubias (594 m)


En las montañas están las brañas de los vaqueiros de alzada, grupo social histórico de pastores trashumantes que pasaban parte del año, las estaciones frías, en los pastos de clima benigno de la marina con sus rebaños, y con el buen tiempo subían a los de los puertos de montaña de la cordillera. Esta forma de vida nómada, que contrastaba con la de sus vecinos sedentarios de la costa o marnuetos y la de los xaldos o gentes del interior no vaqueiras, dio lugar a una identidad que sigue especialmente viva en nuestros días, siempre de forma comunitaria y tanto desde un punto de vista asociativo como etnográfico, festivo, folklórico, etc., donde tanto los que siguen vinculados al campo y el ganado, como los que no comparten su acervo cultural y familiar. De ellos podemos leer en la Wikipedia:
"Los vaqueiros de alzada​ son un grupo étnico cultural de Asturias, cuyos orígenes ancestrales son aún motivo de estudio. Su principal actividad es la ganadería, que realizan según el modelo de explotación particular mediante una trashumancia estacional. En el mes de mayo, la familia vaqueira deja el pueblo de invierno y se desplaza, junto a su ganado, a las brañas y los pueblos de verano, en las zonas de pasto de los puertos de montaña, donde permanecen hasta el mes de octubre. Con la llegada de los fríos del invierno, regresan con su ganado y enseres a los pueblos de invierno. 
Los vaqueiros de alzada se emparentaban entre ellos, desarrollando una cultura y un folklore muy particular y original, de orígenes ancestrales y transmitido entre generaciones, que llegado a nuestros días prácticamente inalterado, por este motivo son considerados un grupo social.2 
Los vaqueiros de alzada constituyen una de las culturas vivas más importantes de Asturias por su inalterable variación a lo largo de los siglos y pese a las discriminaciones sufridas por la Iglesia y los "xaldos" (denominación que usaban los vaqueiros para referirse a la población asentada en las zonas agrícolas de Asturias desde la edad media). 
Los vaqueiros se extienden por todo el occidente de Asturias y en la actualidad se los reconoce por sus apellidos Acebedo, Acero, Ardura, Barrero, Berdasco, Bueno, Verdasco, Boto, Cano, Redruello, Garrido, Gavilán, Gayo, Mayo, Cano, Feito, Gancedo, Barreiro, Parrondo, Riesgo, Rubio, Freije o Pico, entre otros 
Los vaqueiros rigen su vida y costumbres en comunión con la naturaleza. Para el mes de mayo las familias subían con el ganado hasta las montañas del interior en busca de frescos prados para regresar de cara al invierno a las brañas más próximas a la costa donde las comunidades vaqueiras desarrollaban sus actividades. Hay dos fechas que marcan el inicio y fin de la alzada: San Miguel de mayo y San Miguel de septiembre. Llegada esta fecha, los vaqueiros regresan de las altas montañas del interior a las zonas bajas junto a la costa. 
La revolución de los transportes ha afectado a este viaje entre las brañas, que ahora se hace con medios motorizados, subiendo y bajando el ganado y los enseres con camiones, en vez de formar esas procesiones en las que antaño las familias enteras con sus enseres practicaban la trashumancia. 
Gaspar Melchor de Jovellanos definió a los habitantes de las brañas como “vaqueiros” porque vivían de la cría de ganado vacuno, y “de alzada” porque su asiento no es fijo, sino que “alzan” su morada y residencia para emigrar anualmente, al llegar la primavera, con sus familias y ganados a los altos pastos"

Pero qué mejor que la propia página de la Asociación Cultural Vaqueiros de Alzada para entender un poco más de su idiosincrasia y particularidades, aquí recogemos parte de su extenso y muy ameno contenido:
"La naturaleza y la vida de los vaqueiros se funden en una larga historia que ha marcado la forma de ser de estas gentes nobles, amantes de su libertad y laboriosas a lo largo de toda Asturias y especialmente en el occidente. Un colectivo que tiene por bandera la libertad dada su plena convivencia con la naturaleza lo que sin duda le granjeó conflictos y discriminaciones sufridas desde la edad media, bien por la falta de pago en los diezmos o por el carácter trashumante de los vaqueiros. 
Gaspar Melchor de Jovellanos definió a los habitantes de las brañas como “vaqueiros” porque vivían de la cría de ganado vacuno, y “de alzada” porque su asiento no es fijo, sino que “alzan” su morada y residencia para emigrar anualmente, al llegar la primavera, con sus familias y ganados a los altos pastos. Los vaqueiros rigen su vida y costumbres en una mágica comunión con la naturaleza. Para el mes de mayo las familias subían con el ganado hasta las montañas del interior en busca de frescos prados para regresar de cara al invierno a las brañas más próximas a la costa donde las comunidades vaqueiras desarrollaban sus actividades. Hay dos fechas que marcan el inicio y fin de la alzada: San Miguel de Mayo y San Miguel de Septiembre. 
Llegada esta fecha los vaqueiros regresan de las altas montañas del interior a las zonas bajas junto a la costa. La revolución de los transportes ha afectado, lógicamente, a este viaje entre las brañas, que ahora se hace con medios motorizados, subiendo y bajando el ganado y los enseres con camiones, en vez de formar esas procesiones en las que antaño las familias enteras con sus enseres practicaban la trashumancia. 
La cultura vaqueira se centra principalmente en costumbres, bailes, vestimenta y un amplio folklore que se conservaban aun hoy en las brañas sin influencias externas. También destaca el sentido solidario del vaqueiro que está recogido por Acevedo que narra como en todas las brañas existía el cargo de celador de la caridad que se ejercía por turno entre todos los vecinos. Su misión era la de socorrer a los pobres y transeúntes que pasaran por la braña, ofreciéndoles cama y comida para que continuasen viaje. 
Jovellanos, con su entusiasmo ilustrado, los describe en sus cartas como el pueblo más libre de la tierra; “Créame usted, amigo mío, estas gentes lo serían del todo, y su independencia será la medida de su felicidad, si con tantas precauciones no los forzase todavía la necesidad a buscar otros medios de subsistir una fortuna más amarga y ganada con mayor afán. Los vaqueiros de alzada constituyen una de las culturas vivas más importantes de Asturias por su inalterable variación a lo largo de los siglos y pese a las discriminaciones sufridas por la Iglesia y los xaldos, población asentada en las zonas agrícolas de Asturias desde la edad media. 
Los vaqueiros se extienden por todo el occidente de Asturias y en la actualidad se les reconoce por sus apellidos Gayo, Cano, Feito, Garrido, Barrero, Parrondo, Freige, entre otros (...) 
Los vaqueiros de alzada constituyen una de las culturas vivas más importantes de Asturias por su inalterable variación a lo largo de los siglos pese a las discriminaciones sufridas por la Iglesia y los xaldos, población asentada en las zonas agrícolas de Asturias desde la edad media. La cultura vaqueira debe ser motivo de apoyo en la recuperación de valores y tradiciones para las futuras generaciones. 
Los vaqueiros se extienden por todo el Occidente de Asturias, el norte de León y parte de Galicia asi como en una amplia diáspora en el resto de España y America que supera ya el 50% de la población total vaqueira. A los vaqueiros se les identifica por apellidos propios entre los que destaca Gayo, Cano, Feito, Garrido, Barrero, Parrondo, Freige, entre otros"

Conociendo un poco más la historia de estos lugares y sus pobladores, llegaremos a esta bifurcación en tierra de marnuetos, yendo a la derecha


Pasamos así delante de esta casa y seguimos al lado de la palmera


Flores del Camino. Hasta principios del siglo XX existía en Barcia la tradición en las bodas de que los novios y amigos regalasen flores, avellanas, peladillas, caramelos, etc. a los invitados y vecinos


Fijémonos en el hórreo del fondo pues pasaremos a su lado de frente en el próximo cruce


Su corredor tiene grandes faldones, llamativamente hecho con estrechos listones horizontales (suelen ser más anchos y verticales). Se dice es para protegerse mejor de los cuatro vientos en estas planicies, en lo que abundan también muros y tapias en torno a la casa


Como hemos dicho, en el cruce, continuamos recto y todo de frente


Otra casa bien protegida de los vientos por muros y su propia estructura y orientación. Es de otra estructura que abunda en el occidente asturiano, casa-bloque con piso alto y un bajocubierta con buena buhardilla que en la práctica es un piso más. El tejado es de pizarra a cuatro aguas, siendo más grandes las que caen hacia las fachadas mayores norte y sur


Y siguiendo ruta continuamos mirando hacia La Montaña, la zona suroccidental del concejo de Valdés, que hasta mediados del siglo XIX perteneció a Navia. Otro buen momento para recordar a los vaqueiros de estos lares, siguiendo la página de la asociación:
"Los vaqueiros de alzada de Asturias constituyen un grupo humano asturiano de profundas raíces y costumbres ancestrales. Los vaqueiros de alzada han sido y son los guardianes del paraíso natural en el Occidente de Asturias. Su actividad ganadera y los amplios pastos por los que han transitado durante siglos en la trashumancia contribuyen a conservar intacta una naturaleza que hoy es el mayor patrimonio de los asturianos. 
Los vaqueiros de alzada han sido durante siglos guardianes del paraíso natural y su estilo de vida durante siglos en comunión con la naturaleza les ha hechos ser amantes de su libertad y defensores de su cultura y tradiciones ancestrales que hoy perviven y deben ser transmitidas a las futuras generaciones. 
La naturaleza y la vida de los vaqueiros se funden en una larga historia que ha marcado la forma de ser gentes nobles, amantes de su libertad y laboriosas a lo largo de toda Asturias y especialmente en el occidente. Un colectivo que tuvo por bandera la libertad dada su plena convivencia con la naturaleza lo que sin duda le granjeó conflictos y discriminaciones sufridas en la edad media, bien por la falta de pago en los diezmos o por el carácter trashumante de los vaqueiros. Gaspar Melchor de Jovellanos definió a los habitantes de las brañas como “vaqueiros” porque vivían de la cría de ganado vacuno, y “de alzada” porque su asiento no es fijo, sino que “alzan” su morada y residencia para emigrar anualmente, al llegar la primavera, con sus familias y ganados a los altos pastos. 
Los vaqueiros rigen su vida y costumbres en una mágica comunión con la naturaleza. Para el mes de mayo las familias suben con el ganado hasta las montañas del interior en busca de frescos prados para regresar de cara al invierno a las brañas más próximas a la costa donde las comunidades vaqueiras desarrollaban sus actividades. Hay dos fechas que marcan el inicio y fin de la alzada: San Miguel de Mayo y San Miguel de Septiembre. 
Llegado el otoño los vaqueiros regresan de las altas montañas del interior a las zonas bajas junto a la costa. La revolución de los transportes ha afectado, lógicamente, a este viaje entre las brañas, que ahora se hace con medios motorizados, subiendo y bajando el ganado y los enseres con camiones, en vez de formar esas procesiones en las que antaño las familias enteras con sus enseres practicaban la trashumancia"

El propio nombre, vaqueiros, hace gala de sus grandes rebaños trashumantes de vacas:

"El vaqueiro vive por y para sus vacas. Toda su existencia está supeditada a que su ganado prospere, y para ello organiza su vida en función de las necesidades de éste. Los vaqueiros de alzada pasan el invierno y parte del otoño en sus brañas para, en primavera, desplazarse a otras zonas más altas, donde el ganado encontrará prados de jugosas hierbas. Además, aquí tendrá ocasión de recoger los excedentes de esta vegetación, que podrá, una vez convertido en heno, almacenar y guardar para el próximo invierno. 
Parte de esta hierba que alimenta su ganado crece de forma espontánea, pero otra, sobre todo la de los aledaños de las brañas, es cultivada con tesón. Para ello delimitan y estercolan sus parcelas, y, cuando lo creen conveniente, siegan los prados con objeto de almacenar la hierba. En esto también, sus costumbres son muy similares a las de los pasiegos. 
En lo que sí difieren es en la constitución y estructuración de su sociedad. Pasiegos y vaqueiros forman pequeñas sociedades al margen, que poco o nada se mezclan con el resto. Mientras los pasiegos ocupan una zona determinada, y todos los vecinos dentro de este perímetro son y se sienten pasiegos, en contraposición con los de otras zonas o comarcas, los vaqueiros viven diseminados en pequeños asentamientos o brañas. Lo que hace diferentes a todos los demás, es que estas brañas, lejos de mantener cualquier tipo de comunicación o estructura común, se comporta de forma totalmente independiente frente a las otras. Como observa Jovellanos, cada pueblo, reducido a sus términos y contento con su sola sociedad, vive separado del resto sin que entre ellos se advierta relación, inteligencia, trato ni comunicación alguna. 
El autor achaca todos los males de los vaqueiros a esta falta de conciencia grupal de sus individuos, por lo que escribe a renglón seguido: “Acaso por esto no han podido hasta ahora vencer la aversión y desprecio con que generalmente son mirados. Nunca se congregan, jamás se confabulan, no conocen la acción ni el interés común; y de ahí es que, defendiéndose por partes, siempre separados y nunca reunidos, la resistencia de cada uno no puede vencer el influjo de los aldeanos, que conspiran a una a menospreciarlos y envilecerlos”. 
También Francisco Feo comparte esta opinión y señala que la falta de unión para enfrentarse a su postergación hizo que ésta perdurase, pues los intentos realizados para superarla siempre fueron llevados a cabo por un individuo concreto o una familia y nunca por la totalidad de los brañeros pertenecientes a una determinada parroquia.

Sin embargo, esto, con ser cierto, no ocurre siempre así, pues ante determinadas circunstancias –sobre todo las más adversas-, hacen causa común con objeto de defender sus derechos colectivos. Este sería el caso, por ejemplo, de la multitud de pleitos que se originaron en el S.XVIII y se prolongaron en el S.XIX, a causa de la utilización de los templos, del impedimento a llevar pendones en las procesiones o de ubicaciones fúnebres discriminatorias"


Su ocupación, centrada al máximo en la ganadería trashumante, suponía normalmente un choque de hábitos y costumbres con sus vecinos marnuetos y xaldos, asentados permanentemente en las aldeas:
"Dado su estilo de vida, que no les permitía vivir en comunidad, sino alejados unos de otros diseminados en brañas, cañadas y prados, tampoco podían desarrollar una verdadera vida social, salvo en núcleos muy reducidos, acaso unas pocas familias estrechamente emparentadas que habitaban la misma braña o, como mucho, alguna otra cercana. En estas circunstancias, los lazos que unían a cada individuo con sus paisanos de braña eran muy fuertes. Además, todos ellos se sabían en el punto de mira de la maledicencia de los xaldos, por lo que, de tener que tratar con ellos, preferían siempre hacerlo en grupo o arropados por el clan familiar. 
Así, cuando bajaban a la aldea, por norma durante las fiestas o en fechas señaladas, acudían todos juntos y se comportaban con recato, corrección e incluso generosidad. María Cátedra cuenta que cuando los vaqueiros bajan a la aldea lo hacen en grupo. Fiestas tradicionales, entierros de vaqueiros o ferias de ganado son las ocasiones que los reúnen. La iglesia, el baile y sobre todo los “chigres”, las tabernas, son los lugares donde se congregan.(…) Es muy importante alternar con todos e invitarse mutuamente a un vaso de vino. 
En la braña no hay mucho espacio para la fiesta, salvo aquellas que acompañan a las ferias ganaderas, y que generalmente se desarrollan en aldeas, en las que, además de la compra-venta de animales -y en menor medida de otros productos (sobre todo quesos y demás lácteos)-, se organizan bailes y otras francachelas. 
Estas ocasiones son ideales para que mozos y mozas se conozcan y emparejen. También para que se encuentren familiares y amigos que, de otra forma, apenas se verían. En ocasiones, para iniciar o cerrar negocios ajenos al propio trato del ganado, concertar matrimonios, discutir diversas cuestiones e, incluso, hasta hace no mucho tiempo, contratar los servicios de los célebres “maestros temporeros”, mitad músicos, mitad maestros, que enseñaban a los pequeños de la braña un poco de leer y un poco de las cuatro reglas en el tiempo libre de las faenas de la casa, y además animaban con su música las fiestas y filazones de los mayores"

Pasamos entonces ahora entre otras dos casas con su clásica cubierta de pizarra, abuhardillada y a cuatro aguas, bien cerradas por muros y setos


Una red de caminos van a unirse en este lugar, paso del barrio El Monte al de Las Escuelas


Conchas en tapias y fachadas


Quinta y palmeras, un cierto aire indiano o americano va impregnando también algunos ejemplos de la arquitectura del lugar


A nuestra derecha Casa Chabolo, otra hermosa quintana de El Monte


A ka derecha de la casa, también de gran cubierta, está el cabazo, grande y ancho, un modelo menos abundante pero bien representado. Está un poco tapado en la foto por el árbol frutal. Observemos cómo la vivienda y sus dependencias anexas conforman un espacio bien a resguardo de los vientos, sobre todo del norte, nordeste y noroeste


En esta encrucijada es donde entramos en el barrio de Las Escuelas, siguiendo nosotros de frente y en recto


A nuestra izquierda la gran explanada de la escuela que da nombre al barrio o lugar. En 2020 se estrenó su parque infantil, así recoge la noticia La Nueva España el 6 de septiembre:
"Barcia estrena parque infantil en el barrio de las Escuelas. La parroquia rural de Barcia y Leiján ha invertido 42.000 euros (32.000 provenientes de una ayuda europea) en la nueva zona de juegos. "Es el parque más grande del concejo de Valdés, con casi 300 metros cuadrados dedicados a los niños", destaca el presidente de la entidad rural menor, Ricardo García Parrondo. La parroquia no hará inauguración oficial por la pandemia del coronavirus. En todo caso, anuncia que la nueva zona de juegos ya se puede disfrutar. Esta actuación era muy demandada en el pueblo, según el presidente. Además, se encuentra cerca de las escuelas, que están abiertas desde septiembre a junio por clases lectivas. Esta semana se colocarán los bancos, un mobiliario que estaba pendiente de recibir e instalar, tal y como informa la parroquia rural. El objetivo es disponer de más espacios de juego para los menores. En la actualidad, Barcia tiene un parque con elementos para hacer ejercicios, especialmente destinados a personas adultas, cerca de la iglesia y juegos infantiles en la área recreativa que linda con el campo de fútbol. La parroquia rural, una de las más importantes del Occidente por su economía, y que dispone de su propio presupuesto, organiza las inversiones en función de las necesidades y peticiones comunes, informa A. M. S"

En la actualidad estas escuelas rurales forman parte del Colegio Rural Agrupado (C.R.A.) Pintor Álvaro Delgado, dedicado a esta genial artista, Álvaro Delgado Ramos, que plasmó en sus cuadros las bellezas del occidente asturiano, nacido en 1022 en Madrid pero que se afincó en Navia entre 1955 y 1965, tal como bien nos informa la Wikipedia:

"La relación artística de Álvaro Delgado con el occidente asturiano se inició a través de Luis Álvarez, dueño de la Galería Velázquez en Buenos Aires. Motivado por el calor humano y la belleza del paisaje, se instaló a partir del verano de 1955 en Navia, donde pasó con frecuencia largas temporadas. Resultado de esta experiencia es la "Crónica del Navia", en la que recoge a modo de ecosistema, según sus palabras, " paisaje y paisanaje"

En Analfabetismo en el primer tercio del siglo XX: la creaciónde escuelas en Valdés (Asturias), de Patricia Suárez Trinidad Suárez (Universidad de Oviedo), se nos habla de la fundación de estas escuelas gracias al impulso de los emigrantes, en concreto de Ramón Asenjo, que llegó a ser alcalde
"En términos generales, cabe destacar la aportación de los emigrantes para construir escuelas . Participaban tanto los más favorecidos por la fortuna como aquellos más modestos, que a través de colectas enviaban lo que buenamente podían. Así, un elevado número de escuelas se levantaron con el dinero de estos emigrantes, especialmente antes del advenimiento de la Segunda República, momento en el que el Estado tomó conciencia de la importancia de la educación y estableció un plan de construcción de escuelas sin precedentes. A modo de ejemplo, es necesario dejar constancia de la labor de Ramón Asenjo, emigrado a Argentina y a su regreso alcalde de Luarca durante varios años. Ramón Asenjo donó a título personal dinero y, además promovió desde la Alcaldía la construcción de varias escuelas(Arcallana, Ayones, Barcia, Cadavedo, Luarca, Muñás, Canero, Paredes, Santiago, Trevías, La Carboniella, Carcedo y Otur, entre otras). Según el Informe de Primera Enseñanza de D. Benito Castrillo Sagredo (1926):
En Ayones, D. Vicente Trelles dio 700 pesetas, D. Ramón Asenjo para varias escuelas una respetable cantidad; en Canero, D. Manuel Arango regaló el solar y dinero en total 4.000 pesetas, los emigrantes además dieron 1.687 pesetas, para la Biblioteca, y 1000 para una máquina de escribir; en Carcedo se recibieron de Cuba 13.000 pesetas; en Luarca parte del material y una máquina de coser, son de donación particular, la última de D. Francisco Gamoneda; en Muñás, los americanos dieron 9.000 pesetas, en Otur el Excelentísimo D. Ángel García, VicecÓnsul de España en Rosario de Santa Fe y su hermano D. Ramón aportaron 12.000; a Paredes llegaron de América 10.000, el solar lo regaló Dña. Germana González; en Santiago el solar lo donaron el popular banquero D. Vicente Trelles y el Sr. Marqués de Ferrera; en Trevías la suscripción popular produjo 19.000 pesetas, el Estado dio 5.000: tiene otro donativo para máquina de escribir y biblioteca circulante; en La Carboniella la suscripción alcanzó 7.500. En el citado informe de D. Benito Castrillo Sagredo (1926, p. 52-56) se señala: “en otras escuelas allí construidas no intervino para nada la acción del Estado”

Y en esta bifurcación a la entrada del barrio se sigue a la izquierda, si bien a la derecha se indican diversos alojamientos rurales, especializados en atención a los peregrinos, como Casa Rita y Casa la Fonte


Aquí hay un mapa aéreo de la parroquia que siempre servirán para orientarnos un poco mejor y ver lo poco que nos queda para llegar a la villa de Luarca/L.luarca, capital del concejo. Una buena referencia es abajo la Autovía del Cantábrico (A-8)


Atravesando Barcia vemos los usos residenciales de este entorno rural próximo al casco urbano y a las playas


Señalizado por conchas, las vieiras del Camino, símbolo jacobita por excelencia. Los peregrinos de antaño la llevaban ya en su viaje de regreso, también andando, a sus casas, y era la demostración palpable de su llegada a la Ciudad del Apóstol dada su proximidad al mar. Quizás en origen sería la señal de haber llegado a Fisterra, el Cabo del Fin del Mundo, la culminación de la peregrinación en el cristianizado Ara Solis, pues en su playa de Langosteira abundan estas cáscaras. Con el tiempo se vendieron en el mismo centro de Santiago, llegando a haber todo un barrio, el de Os Concheiros, entrada por el Camino Francés, dedicado a sus vendedores y que ha pasado a darle nombre


Las veredas están floridas con las calas y los rosales


Y también la muy vistosas hortensias


Las flores de Barcia


Llegamos a El Pontigón, otro de los barrios de Barcia, cuyo topónimo sin duda tiene que ver con algún antiguo puente existente en el lugar


Al oeste el Picu Faro nos sirve de referencia, como un faro textualmente, asomando más allá de los tejados


Ante nosotros más barrios de Barcia: Las Güelgas, Carbayinos, El Raneiro... y más al fondo las montañas, La Montaña, son las sierras de Silvayana, Busecu y Panondres, allí donde el concejo de Valdés pa dar paso, al otro lado, al de Navia: los altos de Pegueiru (322 m), El Penón (353 m), El Picu Bustrilde (391 m), El Picu Curriel.los o Picu Quemádu (472 m), Las Penas Rubias (594 m), La Braña l'arcu (586 m), La Carcavona (376 m), La Cruz de los Caminos (690 m) y El Picu'l Recatón (730 m). La cumbre más alta son los 842 metros del Picu'l Can o Canondres, en la frontera Valdés-Navia


Ante nosotros El Pontigón forma un abigarrado conjunto de casas y hórreos, casi como una ciudadela dispuesta en estas encrucijadas de caminos, los que van de este a oeste y de la montaña al mar...


Aquí se forma una vaguada o pequeño valle que puede ser el origen de su topónimo, Parece pasase un arroyuelo y el lugar es muy fértil con prados, huertas y frutales



El camino, ensanchado hace tiempo, tiene aquí su entorno muy bien cuidado, recuperándose la Fuente del Pulgo o Fonte'l Pulgo, donde muchos peregrinos suelen detenerse


La fuente es un caño en la pared de piedra que delimita el camino. Un poco más allá, al otro lado del banco, vemos el abrevadero, restaurado. El Camino sigue de frente


Desde el abrevadero vemos al norte la iglesia parroquial de San Sebastián, que asoma al otro extremo del pequeño valle


Es de origen medieval pero ha sido reformada completamente a lo largo del tiempo. Destaca desde aquí su gran cabecera, así como la espadaña del campanario

                                          

Si vimos la fuente y el abrevadero aquí está el viejo lavadero, preciosamente restaurado, donde antaño se venía a hacer la colada cuando aún no había agua corriente en las casas


Dispuesto a la larga, las lavanderas se disponían a ambos lados de su alargada pila. Antes era el periódico del pueblo, como los chigres o tascas, donde corrían las noticias. Abierto de frente al camino, tiene a los lados dos paredes de piedra y al fondo un hueco por donde pasa el agua. La cubierta es de pizarra y a dos aguas. La restauración ha seguido el modelo original


Antiguamente al lado de las casas se plantaban cereales para hacer el pan luego de llevar el grano a la molienda. En la actualidad hay pequeños huertos y jardines. Sigámonos fijándonos en los grandes faldones de los hórreos


Aquí empezamos a subir una pequeña cuesta, cuando las casas forman calle


Los hórreos y paneras suelen estar en lo alto de una bodega que suele emplearse como almacén de aperos, si bien también como cuadra, gallinero, e incluso vivienda en algunos casos


No deja de tener un cierto aspecto de calle mayor, y así debió de ser en el pasado, cuando este camín real, fue durante muchos siglos la vía principal a lo largo de la costa, hasta que a principios del siglo XX se abrió la Carretera de Galicia, actual N-634


Previamente se habían acondicionado algunos caminos carreteros, en ocasiones aprovechando los antiguos caminos reales, que vieron el paso de las primeras diligencias. En El Blog de Acebedo, de Roberto Cortina Mieres, se explica muy bien su historia, basándose en los estudios de Jesús Evaristo Casariego:
"... la apertura de caminos carreteros entre las villas industriales, mineras y portuarias de la región ocurrirá solo a partir de 1850. Es en esa fecha, por tanto, cuando comienzan a surgir las primeras compañías asturianas de diligencias, «vinculadas en muchos casos a familias que venían dedicándose a la arriería». Así, detalla, desde 1856, «Oviedo, Gijón y Avilés quedaban unidos por dos compañías: La Unión Asturiana y La Villa de Avilés». Mientras tanto, en el occidente también empiezan a funcionar más o menos en esa fecha gracias a la construcción de la carretera entre Oviedo y Luarca que finalizó en 1864. Una de las pioneras será la Empresa de Diligencias del Occidente de Asturias, conocida como La Ferrocarrilana, que prestaba servicios entre Oviedo y Salas, dice Ocampo. A las empresas que funcionaban a mediados de siglo y que operaban entre Vegadeo, Luarca, Tineo, Cangas del Narcea y Pola de Allande, «se irán uniendo nuevas sociedades, hasta llegar a siete en 1880: La Luarquesa, Horga y Cª, Los Maurines y Cª, La Ferrocarrilana, La Ovetense, Llanos y El Puerto», que era la compañía de la familia Cosmen, luego fundadora de ALSA"

Aquí vemos otro tipo de casa tradicional que fue característica de buena parte de la costa asturiana y de la que quedan pocos supervivientes, recordándonos a algunas que vimos en Albuerne, Castañeras, o Santa Marina. La chimenea delata donde está la cocina, disponiéndose el otro volumen anexo en dos alturas. Esta es la puerta que da a la calle pero la fachada principal estaría orientada al sur, esquivando los fríos del norte


Hoy en día las antiguas casas campesinas han sido totalmente reformadas o se han construido nuevas, atendiendo a los nuevos usos y gustos en su disposición arquitectónica. El jardín en la delantera juga siempre un importante papel


Al sur El Picu la Cabra, de 318 metros de altura y El Picaratín de 411 (las cifras varían según qué fuentes), en La Sierra Conciyeiru, Cuncuyeiro, Concelleros Cuncieiro o Concieiro (de todas estas formas y alguna más lo hemos visto escrito). Por allí iba otro camín real que enlazaba con este en Barcia, era el Camín Real de Castilla, que empezó a llamarse de Madrid al proclamarse como capital la villa y corte. Se trata de otra importantísima vía de peregrinaciones entre el camino costero y el del interior, actuales Camino Norte y Camino Primitivo, pues iba, o venía, de La Espina (Salas) a través del valle del Esva. En esa zona es también llamado el Camín de Misa por ser la ruta a la venerada capilla de San Antón, de gran tradición romera y fiestas renombradas. Existen además restos de una antigua parada de postas. En el muy recomendado blog Pueblos de Asturias dicen así:
"Este fue un lugar de trasiego de caminantes y arrieros que viajaban a través del Camino Real. Existía en otra época no muy lejana, una venta, parada de postas donde descansaban los arrieros y sus caballerías. A San Antonio acuden gentes tanto de la marina como de las brañas valdesnas, por lo que Concieiro no sólo es un cruce de caminos sino de pueblos y culturas diferentes. Dos son los días señalados para las fiestas: el 17 de enero se celebra San Antonio de invierno y se acude con figurillas de cera representando los animales a los que se quiere bendecir. En verano se celebran las Pascuins; cuarenta días después de Pascua. Esta ruta permite observar los dos tipos de poblamiento que se han desarrollado a ambos lados de Concilleros condicionado por el relieve y los factores ambientales; disperso en la marina y de pequeños núcleos en la montaña. La sierra de Concilleros, ubicada y en situación prelitoral recoge los vientos marinos cargados de humedad y nos avisa de las futuras condiciones metereológicas. El refranero popular apunta con mucho acierto "nubló Concieiro, agua en el caldeiro". 

Casa El Molín, aquí llegamos a un cruce de caminos, El Cruceiro, en el que iremos a la derecha, rumbo al campo de la iglesia 


Fijémonos en la concha y la flecha del poste telefónico junto a la primera casa


De nuevo la vieira o venera. Ya en el sermón Veneranda Dies del Codex Calixtinus, del siglo XII, se le que...

Del mismo modo que los peregrinos que vienen de Jerusalén traen palmas, así los que regresan del santuario de Santiago traen conchas. La palma significa el triunfo, la concha significa las buenas obras"

 Y en otro apartado de ese primer gran tratado dedicado a las peregrinaciones se dice: 

…las conchas, al regresar los peregrinos del santuario de Santiago, las prenden en las capas para gloria del Apóstol, y en recuerdo de él y en señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran alegría


En el centro de Barcia algunas casas tienen estilo de quinta, al modo indiano, de trazas entre urbanas y rurales


Al fondo, dos viejos hórreos, el del fondo destartalándose


Pasamos el Taller de Figarín, de aluminio, cristalería y PVC mientras nos acercamos al campo de la iglesia


Aquí estuvo una de aquellas antiguas tiendas mixtas, el chigre-tienda de los pueblos, bar y ultramarinos o comercio en general


Y aquí tenemos la fachada sur de San Sebastián de Barcia, donde en nuestros días se halla la portada principal


En lo alto hay una hornacina con una imagen


Es la Virgen de Fátima, sobre ella hay una cruz


Recordemos que el templo, aunque muy reformado en sucesivas ampliaciones, es de origen medieval, pues se venera una talla del siglo XIII de la Virgen de la Leche o de las Nieves, y en el año 2019 se descubrió un arco románico durante unas obras. Si podemos acceder al interior veremos asimismo dos retablos barrocos y un Crucificado también barroco


El camino continúa de frente, delante de la iglesia, pasando junto al pórtico. En las inmediaciones estuvo la Casa la Reverenda, que desapareció como tal convento con la desamortización, según nos dice la Gran Enciclopedia Asturiana


El pórtico o cabildo, que guarda otra de las entradas, está cerrado, formando un largo pasillo que puede verse desde el exterior


Hay allí una hornacina con la imagen de la Virgen de Covadonga, la Santina


Se trata de una copia de la que se venera en Covadonga, santuario de Asturias por antonomasia y también senda de peregrinaciones


Enfrente está El Pradón, el gran campo en el que se celebran las fiestas, el cual fue reformado en 2018


El Pradón es, como su mismo nombre indica, un gran prado en medio de las casas. Aquí se celebra la multitudinaria fiesta del Carmen, de la que se tienen noticias desde el siglo XVII, cuyo programa suele ser muy amplio y con numerosas actividades. Aquí un ejemplo del año 2013:
"Como preámbulo a las fiestas del Carmen, tendrá lugar el XI TORNEO DE AJEDREZ RAPIDO organizado por la A.C. El Hórreo a partir de las 16.00 horas.

Por la noche, CENA DE HERMANDAD, en la carpa ubicada en El Pradón, patrocinada por la Parroquia Rural de Barcia y Leiján. Tras la cena se procederá a la proyección de fotografías antiguas de Barcia y sus gentes. Terminará la velada con un baile amenizado por PABLO BELTRAN.

Viernes 19
A partir de las 23.00 horas, primera verbena, amenizada por la Orquesta Espectáculo FUNÇAO PUBLIKA, procedente del país vecino Portugal. Abrirá y cerrará la verbena la discoteca móvil JonyLuarca.

Sábado 20
A las 22.00 horas Teatro: “EL TRAMPAS DEL VECÍN” por la compañía de teatro “El Hórreo” de Barcia en los locales de la asociación.

A partir de las 22.00 horas segunda verbena en El Pradón. En esta ocasión contaremos con las agrupaciones DOMINO y TAXI. Nuevamente abrirá y cerrará la verbena con la discoteca móvil JonyLuarca.

Domingo 21
A las 13.00 horas Eucaristía Solemne, cantada por la Coral Villa Blanca de Luarca en la Iglesia Parroquial de San Sebastián de Barcia. A continuación procesión solemne acompañada por el grupo musical “Xareu” que también actuará en la Eucaristía.

Después de los actos religiosos sesión vermut en El Pradón.

A partir de las 18.00 horas talleres y juegos infantiles a cargo de la animadora ALBA y baile infantil de disfraces con la música de la Discoteca Móvil JonyLuarca.

A partir de las 22.00 tercera verbena amenizada por LUCIA Y SU ACORDEON y la orquesta CUARTA CALLE. Cerrará la verbena la discoteca móvil JonyLuarca.

Lunes 22
A las 13.00 horas Eucaristía Solemne, cantada por el Coro Parroquial San Sebastián de Barcia seguida del canto de la Salve Marinera por el Coro de hombres de Barcia y amigos. A continuación procesión solemne acompañada por el grupo musical “Xareu” que también actuará en la Eucaristía.

A partir de las 15.00 horas Sesión vermut y I COMIDA CAMPESTRE en el Area Recreativa de Barcia y Leiján (Hay vales a la venta el El Sindicato y Tía María con varios menús a elegir para los que deseen asistir sin cargar con la comida de casa. El precio de los vales es de 10 euros y se pueden adquirir hasta el domingo 21de julio.
Amenizará la velada LUCIA Y SU ACORDEON.

A las 19.00 horas tradicional partido de Solteros contra Casados en el Campo San Sebastián de Barcia.

Después del partido la fiesta continúa en El Pradón con el Reparto del bollo preñao a partir de las 21.30 horas.

Los vales para el bollo se pueden adquirir en los lugares habituales (Bar Isco, El Sindicato, Tía María, tienda de Paco y MariaElena de Luarca) al precio de 7 euros. Cada vale contiene dos bollos preñaos, dos bollinos de manteca y dos refrescos o botella de vino. No se garantiza la disponibilidad de vales después del domingo 21 de julio.

A partir de las 22.00 horas remataremos estas fiestas con la cuarta y última verbena con las agrupaciones IDEAS y VERSION ORIGINAL. Cerrará definitivamente la verbena la discoteca móvil JonyLuarca".

Hay también un campo de futbito, buena ocasión para recordar que el Barcia C.F. es uno de los históricos del fútbol asturiano, fundado en 1931. Naturalmente no juega aquí, sino en el cercano Campo San Sebastián; no obstante es posible que de aquí salga algo de su cantera. Tiene una secular rivalidad local con su vecino el Luarca C.F., otro histórico, de 1912


En El Pradón hay bancos y mesas de madera y es un excelente lugar para hacer un alto y recuperar energías


Junto a El Pradón y dejando atrás la iglesia sigue el Camino junto a las casas, todas con su patio, corralada o jardín delantero


Entre ellas la calle se estrecha un poco en este lugar


Atención, aquí nos desviamos a la derecha del Camino, pues este pasa entre el hórreo y la tapia de la casa de la derecha


Justo por ahí vamos, a la derecha del hórreo, donde arranca una preciosa calleja


Es un paso enlosado con lajas de pizarra. Veamos el luminoso balcón-galería a la derecha


Y también señalizado con la concha xacobea... ¿Por qué la vieira es el símbolo del peregrino?, ese es el título del artículo que responde a esta pregunta en Gaiás Cidade da Cultura de Santiago:
"¿qué convirtió a la concha de este molusco en un símbolo del Camino? Existen muy diferentes teorías, mitos y leyendas sobre sus orígenes. La más aceptada es que la concha fue utilizada como un vaso natural perfecto. Los peregrinos que llegaban a Santiago las recogían para beber en los manantiales y ríos en su camino de regreso.

Existen otras teorías más simbólicas que ven en la vieira una estilización de la pata de una oca, símbolo para muchas tradiciones antiguas de reconocimiento iniciático. Y otras incluso apuntan a la vieira como símbolo de Venus, representación del renacer de una persona, su resurrección y, por lo tanto, de la superación de la muerte y también del ego (egoísmo y egocentrismo) para dar paso al auténtico yo (sencillez y humildad).

Por supuesto también existen leyendas vinculadas a los milagros del  Apóstol. Con diversas variantes, la más extendida es la que cuenta que un caballero, mientras paseaba por la playa, vio aproximarse una barca a punto de naufragar. Dispuesto a prestar ayuda a los que serían inevitablemente próximos náufragos, el caballero se dispuso a cabalgar entre las aguas cuando, de repente, una ola gigante lo arrastró hasta el fondo del mar. Viéndose perdido invocó a Dios y, en ese instante, sintió una fuerza sobrenatural que lo enviaba a la superficie arrastrándolo hasta la orilla. Cuando se vio a salvo y en tierra, comprobó que la barca era la que transportaba los restos del Apóstol y que tanto él como su caballo estaban completamente cubiertos de conchas de vieira. La salvación del caballero se consideró un milagro del Apóstol Santiago por lo que, desde ese momento, vieira y Apóstol quedaron unidos para siempre y la concha pasó a ser el símbolo más importante de los peregrinos.

A pesar de todas las suposiciones, lo único cierto es que su origen como símbolo peregrino no está nada clara y que no existe ninguna teoría aceptada al cien por cien. De lo que sí no hay duda es que la venta de estos objetos fue un negocio muy lucrativo en la ciudad de Santiago. En la puerta de Azabachería, donde se asentaron los artesanos, se vendían conchas de plomo, hueso, marfil y metales hermosos. El negocio fue tan próspero que rápidamente fue regulado por la Iglesia –que se quedaba con el 33% de las ganancias- e incluso se llegó a prohibir su venta fuera de Compostela, bajo pena de excomunión".

Nos llaman la atención también al pasar los pegollos del hórreo, hechos de piedras, uno con argamasa


Otro sin ella, verdadera composición de equilibrio y encaje de piezas


Seguimos la calleja o caleya tan bellamente enlosada, a la sombra de la casa


A la derecha los jardines de la otra, entre las que se abre este paso


Luego seguimos al pie de este caserón de piedra, con ventanas mirando al camino


Murias a ambos lados, separando las fincas y formando este hermoso paseo en el corazón de Barcia


A la sombra de la enrramada pronto salimos a unos prados


Salimos al cruce de La Fonte Baxo, donde iremos a la izquierda


Esta es la concha que nos orienta en este lugar


La Fonte Baxo es una de las históricas fuentes recuperadas en Barcia, esta en el año 2009. Así daba la noticia La Nueva España el 22 de abril:
"La parroquia rural de Barcia y Leiján, en Valdés, ha concluido la primera fase de las obras de recuperación de la Fonte Baxo (en la imagen). La Consejería de Cultura y Turismo aportó 5.350 euros para la actuación, que ha comprendido la limpieza de la senda y el entorno de la fuente, la reparación del muro de piedra y la colocación de nuevo pavimento en la zona. La entidad local menor pedirá una nueva subvención al Principado para ejecutar una segunda fase. Según Ricardo García Parrondo, presidente de la parroquia rural de Barcia y Leiján, esta nueva intervención permitiría acondicionar los accesos a la fuente, que forman parte del Camino de Santiago, informa E. PELÁEZ"

Se halla en una especie de hondonada cerrada con muro de piedras donde está el manantial


A nuestra derecha tierras de labor


Espléndidas huertas en esta encantadora veiga en medio del pueblo


Llegamos seguidamente a La Ferrial


En La Ferrial hay un cruce, en el que llegando a este camino local asfaltado iremos a la izquierda (a la derecha se va a la Playa Portizuelo, playa rocosa que fue el paseo favorito del Nobel de Medicinal, el luarqués Severo Ochoa, que vivió en Barcia. Allí iban las maruyas, mujeres de las aldeas que se bañaban vestidas, y en las cercanías está emplazado el castro de El Castiecho


Seguimos hacia otro grupo de casas que hacen calle en este tramo


Y llegamos al cruce de Casa Varela, otro de los accesos a la playa y al castro


En el cruce seguimos de frente rumbo oeste


Y pasamos delante del portón de Casa Varela


Otro de los hitos históricos de Barcia es el hospital de sangre improvisado que se instaló aquí durante la francesada, bien comunicado por el camín real y próximo a algunos teatros de operaciones, dado que se llama así a los hospitales provisionales cercanos a los frentes. En el caso de Asturias, con la entrada y salida continua de las tropas napoleónicas en sucesivas campañas, propició su creación


Hórreo y bodega. Esta ha crecido tanto que parece haberse comido los pegollos


Otra de esas casas con dependencias anexa formando un patio o corrada, con entrada por el sur y bIen protegida de los vientos


Otra vista de La Sierra Conciyeiru o Concieiro al sur, la del antiguo Camín Real de Madrid y las romerías de San Antón, patrón de los animales, que se llevaban a bendecir. Dada su importancia, antes de hacerse la actual carretera de La Espina por Trevías (N-634), era la principal vía de comunicación entre la costa y el interior, así lo define resumidamente Ray en San Antón de Concilleiro para Wikiloc:
"Lugar con historia al ser paso obligado hace siglos y parada de postas, que contaba con un fielato para las gentes que iban a Luarca. Cuenta con una capilla y una gran pradera donde se celebra anualmente una romería. Aún se conservan antiguos bancales de granito donde las gentes aguardaban el paso de los carruajes"

Aquellos primeros carruajes fueron el origen de la famosa empresa Autocares Luarca S.A., más conocida por su acróstico ALSA, así nos lo explican en la misma página de esta entidad, apartado de historia:
"Para conocer los orígenes de la empresa hay que remontarse al siglo XVIII, donde en el puerto de Leitariegos, en la montaña asturiana, los antepasados de la familia Cosmen se dedicaban, al menos desde 1728, al transporte de mercancías y pasajeros a Castilla a través del puerto de Leitariegos.

A finales del siglo XIX las carreteras occidentales de Asturias fueron testigo del nacimiento de nuestra empresa, que hacía el trayecto de Luarca-Oviedo en 15 horas. Años más tarde, en 1899, "El Luarca, automóviles de viajeros" mejora ese tiempo en ocho horas con sus recién adquiridos coches de vapor, los primeros de la empresa.

A comienzos del siglo XX, la sociedad experimenta un profundo cambio: los avances tecnológicos permiten sustituir la tracción animal por las máquinas de vapor y por los motores de explosión

El transporte de viajeros y de mercancías es de vital importancia, tanto por el suministro como por propiciar el desarrollo e intercambio sociocultural entre las comunidades.

La zona occidental de Asturias despega en una trayectoria de desarrollo económico. "Automóviles El Luarca" participa en ese crecimiento realizando su primer viaje con un coche de motor de gasolina en junio de 1916"

Así llegamos a otro barrio de Barcia con topónimo plenamente vinculado al Camino: Hospital, donde estuvo el hospital de peregrinos de Barcia, uno de los que jalonaban este camino costero de peregrinaciones, tal vez fundado por la Orden de Santiago, dueña de este término desde 1181, por donación de Fernando II como hemos dicho, hasta la decimoséptima centuria, si bien no hay noticia segura de esta fundación


Al no hallarse libros de cuentas, difuntos, u otros documentos, se han conservado muy pocas noticias del hospital, que muy posiblemente tendría capilla propia, rentas de mantenimiento, donaciones, hospitalero, etc., si bien una es relativamente antigua, del año 1479, cuando en las actas capitulares de la catedral ovetense de San Salvador se registra, a día 22 de julio, que "se reciben cinco florines de Ryn que fueron de un romero que murió en Barcia", si bien tampoco quiere decir que muriese exactamente en este establecimiento


El florín fue una moneda de oro florentina que se empleó como referencia económica europea en la baja Edad Media, sustituyendo en esa función al sólido bizantino y al dinar islámico. Se acuñó luego en numerosos estados, de ahí que se añadiese florín de... según su procedencia, en este caso Ryn, actual ciudad polaca que en su momento fue prusiana, lo que deja a las claras el carácter universal de las peregrinaciones. Recordemos de nuevo el sermón Veneranda dies del Codex Calixtinus
"A este lugar vienen gentes bárbaras y civilizadas de todas las partes del mundo: francos, normandos, escoceses, irlandeses, galos, teutones, iberos, gascones, bávaros, los impíos navarros, vascos, godos, provenzales, garascos, loreneses, gautos, ingleses, bretones, de Cornualles, flamencos, frisones […]”

En el famoso Catastro de Ensenada se menciona este hospital como existente por entonces (mediados del siglo XVIII), pero sin renta alguna, por lo que es muy posible que, como tantas instituciones similares, desapareciese no mucho después


En medio de Hospital hay una encrucijada: iremos a la derecha


Hermosa casa de corredor asomada al cruce. Tal vez alguna de ellas ocupe al solar del antiguo hospital de Barcia, que tan fugazmente ha pasado pro la historia, al menos documentalmente


Aunque del de Barcia sabemos poco, sobre estos establecimientos en general hay numerosos estudios. Nos agrada especialmente compartir el comienzo del que hallamos en Arehistoria, Hospitales de la ruta jacobea:
"La referencia a los hospitales medievales crea una cierta confusión en nuestros días, pues estamos acostumbrados a entender estos establecimientos como lugares destinados a la asistencia sanitaria. Como indica claramente su nombre, hospital es el lugar de acogida, donde tendrían albergue y alimento los necesitados y viajeros. A lo largo de la Edad Media la función y el aspecto de estos "hospicios" irá cambiando hasta convertirse, hacia 1500, en dos tipos de instituciones cada vez mejor diferenciadas: el albergue de pobres y peregrinos y la enfermería para los enfermos. Un largo recorrido como el del Camino de Santiago debía estar jalonado por una serie de albergues, hospicios y hospitales que atendiesen las necesidades básicas: agua, comida y cama de los cansados y, la mayoría de las veces, enfermos peregrinos. En un principio eran edificios modestos que no se diferenciaban de una simple estructura doméstica pero, a comienzos del siglo XIII, ya se empiezan a levantar hospitales de grandes dimensiones. Éstos eran reconocidos por los peregrinos por las señales colocadas en sus puertas y fachadas, tales como cruces, conchas o veneras, etcétera (...). En ellos se les ofrecía un mínimo de atenciones consistentes en lecho, sal, agua y lumbre para una noche. Los más importantes acogían al viajero hasta dos y tres días, dándoles comida abundante, baño de pies y cabeza e, incluso, contaban con asistentes políglotas para atender a los viajeros extranjeros. Para evitar abusos, en las grandes ciudades se optó por marcarles los bordones para que no rebasasen el número de días reglamentados que podían residir..."

Con la recuperación del trazado de los caminos de Santiago norteño, a partir sobre todo del Año Santo Xacobeo de 1993, los peregrinos vuelven a recorrer la senda jacobita de Barcia, pero no todos saben aquí existió un refugio a ellos dedicado durante siglos. En la página de la Real Chancillería de Valladolid hallamos también esta excelente explicación de sus historia, funciones y evolución:
"En los primeros siglos de la Edad Media los hospitalesEnlace externo, se abre en ventana nueva desempeñaban varias funciones al mismo tiempo: atención a los enfermos, asilos temporales para los pobres de solemnidad, y hospedería para viajeros pobres y peregrinos, sobre todo los situados en el Camino de Santiago. La mayor parte de los hospitales era de fundación eclesiástica, aunque les había también de fundación regia y de nobles de la zona o comarca donde se ubicara el hospital. Los fundadores donaban a los hospitales numerosos bienes raíces de los que se debían servir para desempeñar su cometido, ya fuera mediante su explotación directa, o las más de las veces, en régimen de arrendamiento.

En los siglos XIV y XV se producirá un incremento importante de fundaciones hospitalarias, tomando importancia las realizadas por gremios y cofradías. Al mismo tiempo aumenta la secularización en la administración de los hospitales de la mano de los mismos reyes, nobles y concejos. Pero lo más destacado en la caracterización de los hospitales según avance la Edad Media, y sobre todo en la Edad Moderna, será su progresiva especialización, de modo que habrá centros para enfermedades concretas, como la peste o lepra; centros para dementes, peregrinos, asilos, etc"


Desde el Campo del Hospital pasamos frente a Villa Carmen, una bella villa residencial de llamativas formas arquitectónicas y emblemáticos árboles ornamentales en el jardín, que es un pequeño botánico, entre ellos un teixu o tejo, uno de los más venerados de la antigüedad


Desde el portón vemos sus formas y estructura


Al sur, ante la sierra, los barrios de Raneiro y La Carretera, que nació y creció a lo largo de la antigua Carretera de Galicia, donde hay dos célebres establecimientos de comidas, Tía María, que fue antigua parada de postas, correos y diligencias, que pasó a ser tienda de ultramarinos en 1926 y posteriormente restaurante, y El Sindicato, construido en 1910 y que es local social vecinal demás de bar-restaurante, recuperado y rehabilitado en 2011


Llegamos a La Cruz; los postes telefónicos de hormigón son un lugar ideal para colocar los azulejos con las conchas indicadoras


Y de frente El Fondón de la Madalena, zona rural y residencial con  nuevas construcciones de chalets y casas unifamiliares con terreno aledañas al camín real


Si bien con la mejora de las comunicaciones y la apertura de la Carretera de Castilla los antiguos caminos reales quedaron relegados a vías pecuarias, estas también fueron en muchos casos ensanchadas y asfaltadas para permitir la mecanización del campo y el acceso de los tractores y otras máquinas a las fincas, como es este el caso, lo que favoreció de paso la construcción de segundas residencias y nuevas urbanizaciones


Aquella adaptación de muchas de aquellas sendas, otras quedaron en el olvido, también llegaron a las brañas de las montañas de Valdés, La Montaña, las montañas vaqueiras... como leemos en la citada página de su asociación cultural:
"... lo que siempre les diferenció y donde se encuentra la raíz de su modo de vida es en su faceta ganadera. Las necesidades de su cabaña son las que marcan la vida del vaqueiro. Todo gira en torno a las vacas y todo se organiza de acuerdo con lo que precisan éstas. Si hay que subir al prado más fresco para que encuentren la mejor hierba, se sube. Si hay que atravesar o invadir tierras ajenas para llegar al puerto, se busca el camino. Si hay que enfrentarse al resto de la sociedad para mantener a su ganado como mejor cree, no se vacila un instante. 
Además, la vida ganadera ofrece una libertad que no tiene el xaldo, generalmente un pechero incapaz de desplazarse unos cientos de metros de la parcela de tierra a la que está ligado. El vaqueiro no conoce más autoridad que la suya. En su vida no hay nobles ni Iglesia ni calendario. El día que quiere hacer fiesta, es fiesta. Y decide dónde, cuándo y cómo trabajar: lujos imposibles para un sedentario aldeano, que le observa con recelo e incluso un asomo de envidia. Para él, el vaqueiro está en el monte con el ganado haciendo lo que quiere 
Pero, aparte de estas labores ganaderas, otra de las actividades reseñables de los vaqueiros es la arriería. Para ello, se valen de mulas y caballos, pero nunca utilizan carros al estilo maragato, sobre todo porque el recorrido trazado para sus idas y venidas a través de las montañas, impediría en muchos casos emplear estos vehículos. Debemos pensar que las rutas en camino llano, las que surcaban Castilla y enlazaban con Galicia, eran patrimonio sobre todo de los maragatos, especialistas en mover grandes cantidades y género valioso, en ocasiones a distancias considerables. La trajinería de los vaqueiros era, en general, de carácter mucho más modesto, más similar a la practicada por otros asturianos, los caldereros de Miranda"

La arriería, otro antiguo oficio muy presente en estos milenarios trayectos entre la costa y las montañas, donde nacen algunos regueiros como este, sobre el que pasamos:
"Ángel Ardura nos cuenta cómo algunas brañas del concejo de Tineo eran atravesadas camino de Luarca por las reatas de muleros que transportaban el vino de Cangas y León y retornaban con maíz o sal. Y continúa con algo bastante insólito, aunque señala que no era mayoritaria la actividad y que se produce a finales del S.XIX, lo que coincidiría con la decadencia del trasiego maragato, y la decadencia misma del sistema de alzada practicado por los vaqueiros durante siglos. 
Según esto, por dichas fechas, ciertos vaqueiros de Las Luiñas, transportaban personas a Madrid con la doble modalidad de “doble burra” y “burra entera”, en la que la persona contratante tenía derecho a disfrutar de la caballería todo el recorrido o solamente la mitad. 
Pero, pese a la importancia que para muchos vaqueiros tuvo la actividad arriera, este fenómeno está escasamente estudiado y, en consecuencia, poco documentado. Aunque todos o casi todos los autores que escriben sobre los vaqueiros lo mencionan, pocos son los que ofrecen datos concretos, cuando todo apunta a que esta actividad constituye por sí misma una de las causas que desencadenase la animadversión que se les profesó. 
También Adolfo García Martínez hace hincapié en esta cuestión de la arriería y declara que muchos vaqueiros formaron recuas y dedicaron su actividad al transporte de mercancías de uno a otro lugar, al estilo maragato. Incluso razona acerca de lo “problemática” que resultaba esta ocupación, por el hecho de estar mal vista, como ya hemos indicado: 
“El hecho mismo de que sus orígenes se relacionasen con judíos tal vez haya tenido en este tipo de actividades un importante punto de apoyo, ya que se trataba de oficios mal vistos entonces y propios de otras etnias. Algo parecido sucede también con otros grupos similares de la cornisa cantábrica, como fue el caso de los pasiegos de Santander”

Luego del río hay una bifurcación: seguimos a la izquierda, en un poco de cuesta


Entramos en otro lugar de Barcia: La Madalena, llamado así como el río que hay un poco más adelante. Tal vez haga referencia a la existencia de alguna antigua capilla de esta advocación


Caminamos unos metros en llano por este tramo que pasa al lado de esta casa


Y seguidamente bajamos por esta curva cerrada a la derecha


Una vuelta completa en descenso a las frondosas riberas del Regueiru La Madalena


En esta bifurcación tomamos el camino de la izquierda para pasar el puente sobre el río, que desemboca en Portizuelo. Aquí dejamos la parroquia de Barcia para entrar en la de Luarca/L.luarca, la capital del concejo. Del río dicen así en la Enciclopedia del Paisaje de Asturias:
"Concejo de Valdés, parroquia de Luarca (L.luarca) y Barcia, Paisaje Protegido de la Costa Occidental. Pequeño arroyo de dos kilómetros de longitud que atraviesa la rasa costera desde el pueblo de Barcia y desemboca en la playa de Portizuelo (Portizoulu). Un rico bosque de ribera cubre el fondo del valle en las proximidades de la desembocadura"
Estamos un poco al sur del citado castro de El Castiecho, que muy posiblemente protegía y dominaba el puerto natural que es la playa, de ahí su nombre. Se sospecha estos castros y abrigos eran parte de rutas comerciales de cabotaje prerromanas empleadas también durante la romanización, tal vez vinculadas a explotaciones auríferas y férricas


Efectivamente pasado el río dejamos la parroquia de Barcia para entrar en la de Luarca/L.luarca. Este es el aliviadero de Bombeo de Almuña, del Consorcio de Aguas


Subimos por La Cuesta Mingón hacia la nave de Macysa (Materiales de Construcción y Saneamiento)


No estamos lejos del Polígono Industrial de Barcia-Almuña, al otro lado de la carretera


Entramos así en Barcel.lina, antigua propiedad del monasterio de San Miguel de Trevías en la alta Edad Media, el cual a la vez pertenecía al de Courias en Cangas del Narcea "illam uillam de Barcellina inter duos riuulos: riu de Muros et Presugio", se dice del lugar en 1091, cuando fue vendida al abad de Courias por Rodericus Días y su mujer Gontrondo 


Cruce y bifurcación: el Camino sigue a la derecha a Luarca/L.luarca, si bien a la izquierda podemos dirigirnos al Albergue de Peregrinos de Almuña, extrañamente un tanto separado del Camino pero que puede ser óptimo para quien desee un lugar tranquilo apartado de las poblaciones


Casas entre lo urbano, lo rural y lo residencial, con hórreos de grandes faldones que casi los tapan por completo lateralmente, salvo una pequeña rendija bajo la cubierta de pizarra


Todo en llano hasta la capital del concejo, una fila de casas se extiende a lo largo del camino


Barcel.lina, diminutivo de Barcia, topónimo del que ya hemos hablado y que incluso dio nombre a un dios, una divinidad local de los astures pésicos, Evedutonio Barciaeco, cuya estela apareció más al sur, en las tinetenses y vaqueiras tierras de Naraval, si bien esta filiación es objeto de discusión


Los campos de la rasa costera y las nuevas viviendas y chalets en los accesos a la población y a las playas


Toamos ahora esta recta de La Castellana


Recta y cruce de La Castellana, que es el nombre de la casa que tenemos a nuestra derecha y que parece haber sido también en el pasado algún bar-comercio. Allí enlazaremos con la Carretera del Faro y llegaremos a Vil.lar, lugar famoso por sus quintas y fundaciones indianas, el hospital-asilo y el colegio, entrada al casco urbano de la capital de Valdés: Luarca/L.luarca




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