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martes, 16 de julio de 2013

AL PASAR L'ESCAMPLERU (LES REGUERES ASTURIAS) CASA MANÍN, EL TENDEJÓN DE FERNANDO, LA RANAPEGA Y LA IGLESIA DE SANTA MARÍA: CAMINO DEL ALBERGUE DE PEREGRINOS


Paisaje de L'Escampleru

Al pasar La Venta L'Escampleru en Les Regueres, antigua venta caminera dieciochesca que fue la popular Casa Concha, bar y restaurante de renombre hasta su cierre definitivo en 2010, el paisaje cambia, dejamos atrás el valle del Nora y el panorama del Monte Naranco con las aldeas de sus faldas y la ciudad de Oviedo/Uviéu a sus pies y, caminando mirando a occidente, divisamos ya las primeras importantes cadenas montañosas que tanta fama le dan al Camino Primitivo como ruta xacobea de suprema belleza así como de gran dureza


En primer lugar y pueblo abajo reconocemos la gran hondonada que cae hacia el valle del Nalón, profundo en este tramo, al que el río Nora da sus aguas muy cerca de aquí, en el embalse de Priañes, guardado al oeste por los Montes de Santa María y La Sierra Riba, ya en el vecino concejo de Grado/Grau, que le separan del valles de otro de sus afluentes, el Sama  


A continuación va el valle del Cubia, donde se asienta la villa de Grado/Grau, que domina al oeste El Picu Tablas (476 m), a cuyos lados se encuentran los dos pasos naturales entre el valle del Nalón y el de Narcea en ese sector: Cabruñana al sur (viejo camino sustituido por la actual N-634) y El Freisnu, al sur, paso del Camín Real de Galicia, que se cruza allí con el Camín Real de la Mesa, histórico trayecto de norte a sur entre la meseta y la costa (y la capital asturiana vía Grado/Grau) 

 
Por El Freisnu pues, y al pie de su santuario, cuya voluminosa torre-campanario puede divisarse pese a la distancia, se pasa al valle del Narcea, el principal afluente del Nalón, cuya cuenca fluvial configura geográficamente el suroccidente asturiano, nos encaminamos hacia las serranías del occidente astur que, continuando con las del oriente gallego, serán la tónica general del paisaje y de nuestro itinerario a lo largo de varias etapas del Camino 


A lo largo de esas sierras que se extienden de norte a sur y que conforman una especie de 'montaña rusa' para quienes se dirigen hacia el oeste, los pasos de El Freisnu y La Espina constituyen dos puertas consecutivas del occidente astur, paso secular de la tierra de los astures luggoni a la de los astures pésicos y de las antiguas Asturias de Oviedo a las Asturias de Tineo


El paso de El Freisnu, tiempo ha custodiado desde San Xuan de Villapañada por los caballeros hospitalarios de la Orden de Malta, que tenían allí monasterio y hospital de peregrinos, está dominado al sur por El Picu Curuoza o Curueza (524 m), parte de la línea de cumbres del Camín Real de la Mesa


Bastante más al occidente reconocemos la larguísima loma del Alto Bustel.lán con El Picu Gayu oPena Cezures (1.011 m) o y otras serranías, Bodenaya, El Visu, Los Gayos, etc. de la subida de La Espina, otro hito caminero del Camino Primitivo


Viendo buena parte del recorrido que nos aguarda en los próximos días, nos damos cuenta del continuo subeybaja que, cual montaña rusa, caracteriza el trayecto del Camino Primitivo y donde reside su dureza, a la vez que toda su hermosura



Más al sur hay otras cumbres y cordales que, aunque no vayamos a pasar por ellas, van a ser muchas de ellas nuestras referencia visuales durante unos días de andadura, pues llegan a las estribaciones y puertos más altos de la Cordillera Cantábrica



No siempre es sencillo dar cuenta de todas estas cimas pero algunas sí son relativamente fáciles de reconocer por su forma y ubicación, como por ejemplo, las del Camín Real de la Mesa, que sigue al sur por La Peña l'Águila (525 m), El Picu l'Esqueiriz (534 m), Las Peruyales (671 m) y Sierra de Miranda con El Pedroriu (787 m) y su cordal



Más atrás destaca La Sierra'l Courío (1.017 m), con su arrellanada cima, sobre el valle del Pigüeña, afluente del Narcea y entre los concejos de Salas y Miranda, célebre por sus monumentos dolménicos, como la mayor parte de esas cumbres, señales de las primitivas civilizaciones pastoriles neolíticas que poblaron sus majadas desde los primeros orígenes de la ganadería, unos cuantos miles de años atrás


Mira hacia esas montañas El Picu Guileiru y su cerro (369 m), que domina el valle del Regueiru la Porra, paralelo al del río Sama y que desemboca, como este, en el Nalón en la aldea de Llera, de la parroquia de Santa María


Un poco más al sur, La Sierra Bixega o Begega, en el concejo de Miranda y sobre el valle del Pigüeña, afluente del Narcea, tiene también necrópolis megalíticas en Las Cobertorias, su cota más alta. Su forma y sus cimas llenas de eólicos constituirán otra referencia visual a sur tras subir a La Espina


Y así divisamos alguna de las cimas de la cordillera y sus puertos de Somiedo, La Mesa, Ventana... pero, además de mirar en lontananza fijémonos asimismo en lo que tenemos más cerca, como los montes, aldeas y praderías de Priañes y Rañeces bajo los que se unen los ríos Nora y Nalón


Más a su izquierda, los montes de Las Cuestas guardan otro importante valle de otro gran afluente del Nalón, el Trubia, con los cordales de La Mesa en lontananza, cuyo histórico camino recupera el sendero de gran recorrido GR 101


Volviendo a los montes de Las Cuestas en ellos destacan el Alto del Sanatorio (428 m) y El Monte Lloe o Lloviu (428 m), por ahí existen varios pasos del valle del Trubia al del Sama. La línea de cumbres marca la frontera entre el concejo de Oviedo/Uviéu y el del Grado/Grau


A nuestra izquierda, son las casas de la carretera Los Campos-Trubia, más al sur tenemos las estribaciones septentrionales del Aramo, la gran montaña central asturiana, que separa el valle del Trubia (derecha), del valle del Caudal (izquierda), al que se une muy cerca de aquí


En dicha carretera está la casa que fue del antiguo Hospital de San Martín, luego de San Miguel, de peregrinos existente en este Alto l'Escampleru, fundado en el siglo XIV por don Rodrigo Alfonso y donde encontró refugio el futuro rey Enrique II de Trastámara en 1350 cuando escapaba de las represalias de su hermanastro el rey Pedro I de Castilla, siéndole proporcionada escolta, la de los célebres escuderos de les Regueres, para ir a Noreña, corazón de los dominios heredados de su padrino Rodrigo Álvarez de las Asturias, pues el resto del territorio asturiano era fiel a Pedro


El hospital, en el sentido de alberguería, estuvo en servicio hasta que estas instituciones entraron en decadencia general en el siglo XVIII. Un intento de rehabilitación y recuperación por donación testamentaria  se vio truncado por la invasión napoleónica y con el tiempo su capilla desapareció mientras que el edificio, del que vemos su parte posterior, se reformó para casería, pasando por diferentes nombres, Ca'l Juez, L'Aldaba, Casa los Alfonsos, Casa los Escuderos...


Y a nuestra izquierda también tenemos la rotonda que se hizo en este Alto L'Escampleru en esta importante encrucijada de carreteras que antes fue de caminos reales, de arrieros, peregrinos y otros viajeros, como los vaqueros de la trashumancia y los escoberos de Les Regueres, antiguo oficio artesanal, en gran parte femenino, de fabricación de escobas, que se llevaban a vender por ferias mercados. Todos paraban en La Venta L'Escampleru, que como hemos dicho hemos dejado atrás ya y, los peregrinos y en sus tiempos, en su hospital de acogida


Más al sur está el monte La Berruga (292 m), que desde aquí no parece muy alto pero que, al otro lado, tiene un importante desnivel hacia el valle del Nora, formando parte, como toda esta zona, del frente de guerra durante más de un año en la Guerra Civil, dada su estratégica posición frente a la capital asturiana, asediada por los republicanos y a la que los nacionales socorrieron por un estrecho pasillo de terreno, el pasillo de Grado


Y este es nuestro 'pasillo' particular, un paso en forma de 'U', protegido por barandilla de madera, que constituye un paso peatonal entre la carretera AS-233 Los Campos-Trubia y la AS-372 que va de aquí a Peñaflor, dos de las que confluyen en dicha rotonda


Dejamos así la AS-233, que acabamos de cruzar desde La Venta y nos dirigimos, bajando suavemente, a la AS-372, la cual dejaremos unos metros más adelante a la izquierda, para ir en dirección a las demás casas de L'Escampleru, sitas a lo largo del Camín Real, que apenas vemos desde aquí, ocultas por un bosquete


L'Escampleru se extiende también, por los prados de La Viña, cuesta abajo a lo largo de otra carretera, la que va a Taoces, Pumeda y Premoñu, que tenemos ante nosotros


La mayor parte de las antiguas caserías han desaparecido, pasando a ser viviendas unifamiliares y chalets individuales con terreno, algunos de relativamente reciente construcción


La cercanía a la capital y la mejora general de las vías de comunicación han hecho de L'Escampleru  una zona eminentemente residencial de baja densidad, aún así muchos campos siguen siendo empleados como pastos y campos de 'diente y guadaña', como se decía antaño


Poco más allá de las últimas casas está el boscoso monte El Forcón (267 m), pero lo que más destaca, en lontananza, puede ser El Picu Cimeru (435 m), sito sobre la confluencia de los ríos Nalón y Paladín, otro de sus muchos afluentes


Un poco más abajo es El Picu'l Polléu (298 m), sito sobre el mismo valle. Detrás es la Sierra Pedrouzu, prolongación al sur de la de Bufarán, en la frontera de Les Regueres con Candamo


En la lejanía es la Sierra Sollera (602 m), que se extiende por Candamo y Grado/Grau, otra de las divisoria de las cuencas fluviales de los ríos Nalón y Narcea


Allí, El Llano las Ayalgas (ayalga, 'tesoro escondido') nos ofrece en su revelador topónimo la existencia de otra necrópolis tumular



Sierra dividida en dos partes, la llamada Sollera baja llega hasta el paso de Cabruñana al que antes nos hemos referido, ramal secundario en el Camino de Santiago empleado como alternativa para los peregrinos que buscan acomodo en su albergue, junto a la N-634, En lontananza vemos los eólicos de la Sierra los Gayos y otras del occidente astur...


Tras esta relación de los paisajes montañeros que nos vamos a ir encontrando en próximas jornadas seguimos camino hacia la carretera AS-372. Esta encrucijada sin duda alguna ha cambiado mucho desde los tiempos de los antiguos peregrinos pero el trazado histórico del Camino se mantiene transformado en nuevas vías de comunicación


Saliendo a dicha carretera la cruzamos por aquí, siguiendo las señales, para continuar por la acera


A nuestra izquierda veremos ahora  la iglesia parroquial de Santa María de Valsera, por donde seguirá el Camino hacia el albergue de peregrinos (público), situado unos 150 metros más allá, el primero del Camino Primitivo tras dejar el casco urbano ovetense


Perfila la silueta de su alta torre-campanario blanca con la Sierra Bufarán en la distancia. Antaño la parroquial estaba en el pueblo de este nombre, un poco más adelante, pero se incendió en 1930 y se decidió hacer la nueva iglesia aquí. No se saben a ciencia cierta los avatares, pues la documentación se perdió en la guerra, pero fue el final del antiguo templo románico, posiblemente del siglo XII


Dado que había que hacer otro nuevo santuario se decidió que, independientemente de la tradición histórica que, en muchos casos consagra, iglesias cristianas en solares de ancestrales cultos prerromanos, lo mejor era construir la nueva parroquial en un lugar a medio camino de todos los pueblos de Valsera, pensándose en este, cercano a la escuela de La Carcabina, donde acudían los niños de la parroquia, adquiriéndose este solar, un tanto menguado pues al ensancharse por entonces la carretera redujo bastante el espacio. Los vecinos de Valsera no vieron bien perder la capitalidad de la parroquia, llegaron a enfrentarse con el párroco, que pasó a residir frente a la iglesia nueva, y construyeron una capilla dedicada a la Virgen de Fátima en el antiguo solar del templo, por donde también pasaremos


Las señales confirman cada ciertos metros, y en todos los cruces, la dirección del Camino de Santiago: la concha lo identifica, la flecha indica dicha dirección. La posición de la concha, en contra de la creencia popular ampliamente extendida, NO implica necesariamente la dirección del Camino


El Camino llanea ya en la acera; a la derecha tenemos la carretera AS-232, sucesora del camino del Puertu Ventana a la costa, de la misma manera que esta, la AS-375, sería del Camín Real de Galicia, por donde avanzamos ahora



A nuestra izquierda y cerrada por verja, Casa Manín de Sienra, que tuvo hace años chigre y bolera, así como un salón de baile "con las paredes cubiertas de espejos. En 1935 los hombres pagaban una peseta por entrar. También ponían cine y en una ocasión vino el Circo Ruso", leemos en Los salones de baile en Les Regueres, de varios autores, publicado en el nº 4 de la revista La Piedriquina (marzo 2011)


La casa ha sido reformada y restaurada pero arriba en la fachada, entre las dos ventanas del piso alto, una inscripción resume su historia


En ella leemos:
CASA MANIN FUN-
DADA POR MANUEL PA-
REDES GARCIA EN 
1923 REHABILITADA 2005

Al lado, fachadas antiguas, donde hay una concha de azulejo


A nuestra derecha, cuatro carbayos, muy podados, son el testimonio de las antiguas carbayeras que poblaban el lugar, acaso 'supervivientes' de los muchos plantados en las veredas de los viejos caminos, dando sombra a los caminantes. Aquí entre las dos carreteras había dos boleras una de cuatreada, modalidad asturiana conocida aquí simplemente como 'bolera'; y la también bolera asturiana modalidad de batiente, "Había campeonatos que ganaban Manolo el Bun, Pacholín, Evaristo, Jesús de Pachicón, los Casero, y algunos de Sama, La Felguera y San Cucao", según leemos en Jugar a los bolos en Les Regueres, artículo de la cronista oficial del concejo Rosa Mª Rodríguez Fernández en la web de la Revista La Piedriquina


Pasamos la entrada de Casa Manín y seguimos caminando junto a la verja de su finca


Finca en la que vemos frutales y árboles ornamentales, entre ellos un texu. Unos peregrinos pasan de frente con paso largo acera adelante...


Seguidamente, y al pasar frente a estas casas, el Camino, aquí carretera local, hace una curva a la derecha frente a la colina de El Prau Camacho (250 m)


La verja de Casa Manín pasa a ser una barandilla que separa la acera del desnivel de la gran explanada de aparcamientos de El Tendejón de Fernando, toda una institución en Les Regueres, restaurante afamado de buena cocina tradicional asturiana y bar, un lugar ideal para tomar algo así como para comer, o cenar, disfrutando de los manjares autóctonos más sabrosos


Y disfrutando también del paisaje, pues tiene magníficas vistas desde su amplia terraza, situada frente a la entrada al bar y comedor. Desde aquí contemplamos las casas de L'Escampleru que se extienden hacia la carretera de Premoñu


Más allá del seto de la terraza, prados, casas y arboledas salpica la campiña y florecen los pumares y otros frutales


L'Escampleru, antes y más extendidamente, incluso en documentación oficial Escampreru, es un topónimo relacionado con escamplar, 'clarear', y señala lugares 'despejados'. Puede esto referirse tanto a un claro en un bosque como a un lugar en libre de nieblas, como las que cubren, abajo, tan frecuentemente por las mañanas y en cualquier época del año, los valles del Nalón y del Nora


Volvemos a ver El Forcón y, a lo lejos, La Sierra Sollera, referencias visuales de nuestro camino hacia occidente


De frente tenemos La Casanueva y, por abajo, va la carretera a Taoces, Pumeda y Premoñu, que pasa cerca de La Casanueva y Los Campos. A lo lejos seguimos viendo también los montes de Cabruñana y El Freisnu así como los eólicos de las sierras del occidente astur, camino de La Espina


Más abajo, los Montes de Santa María nos indican por donde está el valle del Nalón, río que acaba de recibir las aguas de sus afluentes Nora y Trubia


Pronto bajaremos al valle, pero mientras nos deleitamos con estas vistas de las montañas de occidente, que serán nuestro escenario de caminatas a lo largo de unas cuantas jornadas de camino


El Picu Guileiru y La Sierra Pedroiru señalando el valle del Cubia, esta segunda paso del Camín Real de la Mesa. A la derecha de Guileiru tenemos El Picu'l Cantu (274 m). Por esas faldas de estas montañas se ven varias aldeas de la parroquia gradense o moscona de Samartín, como San Playu Sienra y La Caborna, sobre el valle que forma El Regueru Valverde o Porra


El Tendejón de Fernando tiene su origen en una tienda mixta que existía unos metros más allá, Casa Fernando, regentado por Fernando Álvarez Suárez y su mujer Rosa María Capita Herrero, quienes un buen día decidieron darle un giro al negocio y refundarlo como casa de comidas en este lugar, a escasa distancia de la casa original pero mucho más grande, para habilitar terraza y comedor, así como un gran rellano para los aparcamientos


Están además al cargo del albergue de peregrinos, por el que pasaremos prontamente, y aquí nos dan las llaves y nos sellan las credenciales. Dada la afluencia de caminantes, Fernando y Rosa habilitaron también en esta casa una pequeña pensión


Rosa está al frente de la cocina mientras que Fernando despacha en la barra, y tienen varios empleados. "Fernando no siempre se dedicó a la hostelería. Sus primeros trabajos fueron de jardinero y mayordomo en Bélgica, donde vivió sin papeles. Hasta que en el año 86, sin poder regular su situación en el país, volvió a Asturias", tal y como podemos leer en Asturias concejo a concejo de la web de la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA). Un amplio reportaje sobre su historia lo encontramos en el periódico digital local El Tapín del 8-6-2016, del que compartimos lo siguiente: 
"El 16 de abril se cumplieron 30 años desde que Rosa Mª Capita y Fernando Álvarez abrieran al público su bar tienda en el Escamplero. Lo hicieron en el viejo y conocido local de Casa Rogelio, que a partir de entonces pasó a ser Casa Fernando. Eran un matrimonio muy joven y ya habían vivido la experiencia de ser emigrantes en Bélgica. Rosa había trabajado en la cocina de distintos restaurantes durante 6 años, me puntualiza que trabajar en la cocina no supuso trabajar como cocinera. Fernando había sido camarero sirviendo principalmente comidas en grandes banquetes.

Por aquel entonces llegar a ser el hoy conocidísimo y alabado Tendejón de Fernando era un sueño, ni siquiera ellos mismos tenían claro que su futuro fuera la restauración. Compatibilizaron las tareas de chigre y casa de comidas, principalmente para atender a los obreros que trabajaban en las cercanías, con la típica tienda de zona rural.

Parece que el mes de abril marca hitos en su vida profesional, puesto que el día 1 de este mes del año 2000 inauguraron las nuevas instalaciones a tan solo unos metros de las anteriores. Ahí empezó la evolución de Casa Fernando, un nombre bastante común para cualquier bar, incluso ya existente en otro establecimiento del concejo, al Tendejón sin mas, como se le conoce ahora. Y personalmente casi me gusta más así, porque el tendejón no es solo de Fernando, es también de Rosa, que forman me atrevería a decir, el equipo perfecto. Ella en la cocina y él al tanto de los clientes y como ya les contaré, pendiente también del cuidado de algunos de los productos que sirven al comensal.

Volviendo a la época de bar-tienda, etapa que Rosa dice echar en cierta medida de menos, me cuentan que se vendía mucho. Eran otros tiempos dice Fernando, antes de la evolución que afectó por igual a todos los establecimientos del municipio y que hizo que poco a poco fuéramos dejando de vender "un poco de todo" para centrarnos en la hostelería propiamente dicha. Actualmente la gente coge el coche y en unos pocos minutos se planta en cualquier supermercado, hace un par de décadas esto no era tan fácil. Recuerdan como por ejemplo cuando alguien estaba hospitalizado o había algún nacimiento se vendía sobre todo botes de frutas en conserva, las clásicas botellas de vino dulce, la libra de chocolate o las cajas de galletas. Y de esto no hace tantos años, unos quince o así, las generaciones que rondan ahora los 80 todavía tenían esta costumbre de visitar al convaleciente y llevar la bolsa con productos alimenticios. Cuando se acercaba la época de la hierba se demandaban sobre todo jamón y queso, entonces se comía en los prados y no se regresaba a casa prácticamente en todo el día, también tenían especial venta aquellas alpargatas de camping, de las que hoy diríamos que son un calzado cómodo y de estilo vintage. Son costumbres que nos parecen muy lejanas, pero que forman parte de un pasado relativamente reciente.

También ofrecían piensos para animales, productos de ferretería, cemento o aceite para motos. Era fácil encontrarse con Fernando repartiendo con su furgoneta blanca por los alrededores.

Mientras esto ocurría Rosa se veía obligada a pasar más y más tiempo en la cocina, la clientela aumentaba porque sus platos y su mano en la cocina iban adquiriendo fama.

Le pregunto dónde se formó como cocinera y me comenta que fue la experiencia del día a día, que sus primeras maestras fueron su madre y luego su suegra, fue haciendo sus guisos y si salían mal los repetía, cuando ya los tenía dominados buscaba también innovar. Contado así parece fácil, pero querida Rosa, hay que tener mano para ello y sobre todo disfrutar cocinando. Una gran cocinera como tú nace y se hace.

Define su cocina como tradicional, siempre habrá una fabada, un pote o un cachopo, pero también es cierto que los platos tienen que evolucionar.

Las ensaladas, siempre con un toque especial, tienen mucho éxito, especialmente de queso parmesano y la de pimientos asados y bonito.

El cliente pide más carne que pescado, es lógico según nuestra cocinera porque estamos tierra adentro. La paletilla de lechazo funciona muy bien, es muy demandada. En los pescados destaca el bacalao con pisto.

En los postres totalmente caseros, siempre hay hueco para los clásicos, un arroz con leche o una tarta de la abuela, pero también es cierto que se buscan postres distintos y originales. El pasado mes de noviembre de 2015 se alzaron con el premio al postre de Las Regueras. Las bases exigían productos autóctonos de la zona, a poder ser fáciles de encontrar durante todo el año, y un nombre también relacionado con el municipio. Así fue como el "escudero" de requesón, compota de manzana, avellanas y merengue requemado cautivó al jurado primero y a los clientes después puesto que es cada vez más solicitado. Recuerde el lector que la historia de Las Regueras está ligada a los siete escuderos que apoyaron a D. Enrique de Trastámara allá por el siglo XIV en su enfrentamiento con Pedro I El Cruel, y cuyas lanzas aparecen reflejadas en el escudo del concejo, con lo que el nombre del postre queda debidamente justificado.

El Tendejón sirve un menú semanal, aunque cada vez se solicita más la carta. Los jueves (salvo los festivos) tienen uno especial: de primero pote, seguimos con unos cachopinos de buey con queso Vidiago y postre. Los fines de semana se trabaja a la carta, hace ya 15 años que no sirven menú, salvo para grupos.

Hay un producto estrella, las exquisitas croquetas de picadillo, también las de morcilla, pero las primeras no fallan en ninguna mesa.

Fernando, como ya les adelanté, trabaja cara al público, pero buena parte del tiempo "huye" para ocuparse de otras tareas que forman parte de sus aficiones pero que sirven también para realzar el negocio. Quienes le conocemos sabemos lo mucho que disfruta atendiendo de sus pollos, de sus terneros y ahora también de sus bueyes. Después de cuidar con mimo a estos animales, vigilando especialmente su alimentación sana y natural, cumpliendo con estrictos controles sanitarios, estos bueyes y estos pollos formarán parte del menú que ofrecer al exigente comensal. Son por supuesto carnes que no se sirven todo el año, en definitiva un verdadero lujo para quien tenga oportunidad de probarlos.

Este último año encontró incluso tiempo para la huerta y se dedicó a cosechar "fabas", la faba larga que llamamos por aquí y que asegura el éxito cuando se la cocina. Este es parte del secreto para que hayan quedado finalistas en el Premio a la mejor fabada del mundo 2016 fallado recientemente.

Fernando es un excelente conversador, sin embargo no me resulta fácil que se centre sólo en su restaurante. Me habla maravillas de Las Regueras, tierra a la que adora, y de sus gentes. Charlamos sobre la evolución que han sufrido los bares del concejo, y como en definitiva ha cambiado nuestra forma de vida. Hay un tema que le gusta especialmente y que vive muy cerca, el del Camino de Santiago, inclusos en sus últimas vacaciones él y su mujer cogieron la mochila y se aventuraron a hacer el camino.

Desde que existe el albergue, en torno ya a los 20 años, en las viejas escuelas del Escamplero, es el propio Fernando el encargado de entregar las llaves al peregrino, de llevar el control en el libro y sobre todo de informarle y atenderle. Hace unos años quienes hacían esta ruta iban movidos pro la fe, ahora es un tipo de turismo que busca una aventura apasionante, una forma de conocer la historia y los paisajes de los lugares por los que discurre y por supuesto hacer deporte.

Son también un tipo de cliente que el restaurante debe atender y al que prestar especial atención, no en vano el pasado año 12.000 personas pasaron por el camino justo delante del tendejón. 2000 de ellos hicieron noche en el albergue. Los que desean descansar con un poco más de intimidad y de forma más cómoda, podrán acceder a la pensión de dos estrellas que Fernando y Rosa, con buen ojo para los negocios, han abierto el año pasado.

Han atendido peregrinos llegados no solo del centro de Europa, también a rusos, australianos, sudafricanos, coreanos, japoneses... unos a pie, otros en bicicleta, incluso a caballo. Personas ciegas acompañadas de perros guía, incluso los hay que viajan con sus bebés de pocos meses de vida. En una ocasión sirvieron a unos conocidos personajes (cuyos nombres omiten para mantener la privacidad) que llegaron en grupo, 4 montaban a caballo, otro rocín tiraba de la xarré en la que viajaban dos mujeres. La comitiva iba acompañada por un gran camión con su caja para, llegado el caso, transportar a los caballos y un remolque para el carruaje, además del chófer otro hombre se ocupaba del cuidado de los animales.

El caminante que se detiene a comer puede pedir desde un bocadillo, unas patatas fritas con huevo y chorizo o cualquier plato de la carta. Para las cenas el restaurante se adapta al horario europeo y sirven temprano, curiosamente hay quien pide fabada o pote. Es interesante mencionar que muchos de ellos llegan hasta aquí recomendados por otros peregrinos que pasaron antes, como fue el caso de un canadiense que venía hasta con la indicación exacta de qué pedir de menú. Ya ven, la fama de este restaurante traspasa fronteras.

Hecho el camino y de vuelta al lugar de origen los andarines envían postales de agradecimiento, y con la dirección de sus domicilios por si Rosa y Fernando deciden también viajar. Esto demuestra los importantes lazos emocionales que surgen con la peregrinación y la buena y exquisita atención que le ofrece el local del que hoy hablamos.

Vamos finalizando nuestra charla y es imposible no detenerse en la decoración, tradicional y asturiana, cien por cien, con además alguna que otra peculiaridad. Por ejemplo la barra hecha de palets de obra y que es, junto con el mapa de Las Regueras pintado en la pared, fotografiado casi a diario. Las columnas que sujetan el techo terminan en ruedas de carros del país, llocaradas y otros instrumentos propios de la Asturias rural cuelgan de las paredes junto con interesantes pinturas de la propia Rosa, que yo no se cómo además de atender su cocina saca tiempo para la familia y para el arte.

Me gusta termina preguntando por alguna anécdota... no parecen acordarse de ninguna, luego me cuentan que hace muchos años en sus comienzos en la antigua Casa Rogelio les metieron un burrito en los aseos que estaban en el exterior, fue labor complicada sacar al pobre asno de allí, imposible darle la vuelta así que tuvo que salir marcha atrás..."

De frente a nosotros, en lo alto de la colina del Prau Camacho, hay una casona blasonada, La Ranapega, cuyos orígenes están en los siglos XVI y XVII y es solar de los Suárez Valdés


La panera fue traída aquí desde El Palaciu Ardexe en la cercana parroquia de Valdunu (por donde pasaremos al llegar a la vega del Nalón tras dejar Premoñu) en el primer tercio del siglo XX y en la década de 1970 fue reconocida como la panera vieja mejor conservada de Asturias


La panera es una evolución en tamaño del hórreo que surgió en el siglo XVII al generalizarse el cultivo del maíz traído de América que proporcionaba grandes cosechas. Esta es de ocho pegollos, largo corredor y subidoria de piedra


El conjunto, sin otras casas ni construcciones alrededor, destaca sobre el Camino y llama la atención por su señorial porte solariego


Dos grandes palmeras podrían revelar asimismo una tradición indiana en alguna de las estirpes aquí radicadas en su momento


Dichas palmeras ocultan el hermoso corredor que tiene también la casona, orientado al sur y con luz todo el día, como solía hacerse


Dedicada actualmente al turismo rural y rehabilitada, tiene a su lado un hermoso bosque de especies autóctonas, carbayos, castañales y acabos principalmente, de dos hectáreas de extensión y que también vemos haciendo camino


Al lado de la casona está la casina, antiguas cuadras también rehabilitadas como vivienda vacacional


Aún a distancia, podemos reconocer el escudo solariego, si bien a esta distancia discernir las armas del blasón ya es otra cosa, aunque sí vemos que es de los rematados en yelmo


Sobre El Tendejón de Fernando hemos de decir que buena parte de su materia prima es producto propio, pues tienen finca con huerta, Ca Mamina, donde crían bueyes, pitos de caleyagochu asturcelta, y oveya xalda. Escribe de ello el gastrónomo David Castañón en Les Fartures:
"Hay proyectos de los que te enamoras en cuanto los conoces, y más cuando conoces a la gente que está detrás de ellos. Ca Mamina es una empresa familiar que cría razas autóctonas asturianas. Y empezaron por una de las más complicadas, y que sigue en vías de extinción, los gochos asturceltes. Y además, también crían Oveya Xalda.  
Los avisé para que vinieran a la radio a contarme su proyecto, pero lo que me propusieron ya dice mucho de ellos, me dijeron: ven, conoce nuestro proyecto, cómelo y luego, si te presta, hablamos donde tú quieras. Y así fue. 
Tati es una de las hijas de Rosa y Fernando, o sea, El Tendejón de Fernando, el lugar donde quedamos para "desayunar". Con una botellina de sidra y embutido de gochu asturcelta. La cosa no podía empezar mejor.   
Fuimos dando un paseo precioso por Les Regueres, recorriendo sitios mágicos que coinciden con la etapa del Camín de Santiagu y encontrando unos cuantos peregrinos por el camino.
Primero visitamos los Bueyes Casinos que cría Fernando, y que utiliza en su restaurante. Bueyes de cría propia con una carne excepcional. 
Hasta llegar al monte donde tienen los gochos. Sí, porque los gochos están sueltos en el monte. Un mini bosque cerrao, y que esperan poder ampliar en breve, donde van colocando en cada extremos la comida y el agua para que los gochos no paren de moverse y no generen mucha grasa.  
A diferencia de otros gochos, como el blanco, el gochu asturcelta solo tiene sentido criar en extensivo. En libertad. Y es un excelente "cuidador" de montes y bosques, porque se alimenta de ellos, sobre todo de bellotas de nuestros carbayos y castañas de nuestros castaños. Esto da una carne de una calidad excepcional, baja en grasa, rica en omega-6 y 3y de unos ácidos que no sé cuales son, pero, dicen, son beneficiosos para nuestra salud.  Además, limpia los montes y evita incendios. Todo son ventajas.  
Evidentemente, el bosque no da todo el año bellotas, castañas y ablanes, así que hay que compensarlo con algún pienso, aunque más como complemento que como alimentación, ya que, según, Luis y Tati, son unos supervivientes naturales que comen de todo y ayudan a identificar las plantas tóxicas, porque ni se acercan a ellas. "

Y tras visitar Ca Mamina David Castañón regresa para dar cuenta de las exquisiteces del lugar, tal y como hacen tantos y tantos peregrinos:
"Tras visitar a los gochos, nos acercamos al Tendejón de Fernandodonde nos prepararon un menú degustación solo de razas autóctonas asturianas. Un auténtico lujo que jamás vi en ningún otro restaurante. Y encima, prácticamente todo lo que comimos, está criado por ellos. 
Comenzamos unas Tostas de Solomillo de Gochu Asturcelta y de Morcilla de Gochu Asturcelta. El solomillo se deshace, está increíble. Le sobra la reducción de módena. Y la morcilla tiene mucho sabor, está increíble. Maravillosa forma de comenzar. La tosta es de pan de escanda de casa.  
Seguimos con Tiras de Buey. De crianza propia, por supuesto. Llevan manzana y salsa de soja, cebolla caramelizada y lechuga. No tan suave como el solomillo, pero con mucha más intensidad de sabor. Buenísimo 
Lomo de Gochu Asturcelta a la Plancha. Con setas salteadas y una especie de sandwich de bacón y queso. El lomo brutal. Y suave, muy suave.  
De postre, ya casi por cortesía, a punto de reventar, Escudero. El postre que universalizó Rosa en el Tendejón. Compota de Manzana, Requesón, Avellanas y Merengue Requemao. Con helao de Frambuesa. Una bomba dulce que está buenísima.  
Para beber, Corias Guilfa de Monasterio de Corias. Tinto de Cangas, uvas Carrasquín y Verdejo Negro. 8 meses de crianza en barrica. Muy atlántico, acidez pero sin pasarse. Genial con toda la comida."
A mejor ser, recomendamos visitar la web de Les Fartures para ver, además del texto, las fotos



Por supuesto, también tienen menú del día o, simplemente, podemos tomarnos un tentempié o descansar con un café, cerveza, sidra, vino o cualquier otra consumición antes de seguir hacia nuestro destino que puede ser, reiteramos, el cercano albergue o, mismamente, esta pensión


Y ahí a la entrada de la pensión, la figura de un peregrino parece darnos la bienvenida


El bar y restaurante están abajo, frente a la terraza y sus impresionantes vistas, verdadera atalaya orientada al sur, siempre al sol...


A solamente 11 kilómetros de la Plaza de Alfonso II El Casto, solar de la Sancta Ovetensis o catedral de San Salvador, esta pensión y el cercano albergue nos ofrecen la posibilidad de hacer una etapa corta para emplear la mañana, por ejemplo, en visitar dicha catedral (donde puede obtenerse la credencial) y/o el casco antiguo de la capital asturiana mas su ensanche decimonónico, algo siempre a recomendar


Independientemente de todo ello, El Tendejón de Fernando es un verdadero mesón caminero de nuestros días que bien merece la pena conocer, como vamos a comprobar


Por ello, y admirando el amplio paisaje que se nos brinda al sur, bajamos por las escaleras que hay a la izquierda, según entramos, que nos llevan hasta el bar


Es un atajo para los andariegos, y así no tenemos que recorrer toda la explanada de aparcamientos


Al bajar, pasamos primeramente al lado de esta caseta-almacén anexa a la casa, con tiestos de flores en su verja y a su entrada, junto con la rueda de un viejo molino...


Y luego vamos ya hacia el bar, con su gran 'tendejón' que proporciona buena sombra a su soleada entrada...


Y su soleada terraza; aquí tenemos las pizarras con las especialidades y el menú del día


Terraza con una buena sombrilla para cada mesa, un lugar realmente acogedor donde apetece pararse, sin duda una de las mejores del Camino Primitivo


Por eso, ya que hemos entrado, comamos fuera o comamos adentro, tomarse algo aquí es 'parada obligada'


Luego, podremos ir al interior, a ver la barra y el comedor, un verdadero museo...


Según entramos, tenemos a la izquierda la barra y, de frente, la entrada al comedor


Numerosos detalles, objetos, enseres, engalanan ambos espacios interiores, cuadros, miniaturas, lecheras, loza y cerámica, cuadros y aperos...


Y también placas de premios, reconocimientos, artículos de prensa...


Premio de la Asociación Cultural La Piedriquina al ganador del Concursos para Hosteleros del Postre Reguerano otorgado a Casa Fernando por el Escudero, dulce manjar que es una referencia a aquellos escuderos de Les Regueres que escoltaron a Enrique de Trastámara en los tiempos en que huía de su hermanastro Pedro I de Castilla, pero dejemos que nos lo expliquen mejor en la página de dicha asociación:
"Para saber quiénes fueron los Escuderos hay que remontarse al año 1350 cuando D. Enrique, conde de Trástamara, hijo bastardo del difunto rey Alfonso XI y de Dª Leonor de Guzmán, llega a Asturias huyendo de su hermanastro, el entonces rey Pedro I El Cruel. Unos años antes, concretamente en 1334, D. Enrique de Trástamara hereda de Don Rodrigo Alvarez de las Asturias, muerto sin descendencia legítima, los extensos dominios del señorío de Noreña. Es aquí adonde se dirige el conde desde Sevilla en 1350, acompañado de su joven esposa Dª Juana Manuel, buscando el refugio físico y los recursos defensivos que podían ofrecerle estas apartadas tierras asturianas frente a su hermano el rey.
Don Enrique y su mujer debieron hacer el viaje siguiendo el antiguo Camino de la Plata, que era la ruta más directa desde Sevilla a Asturias, y franquearon la cordillera Cantábrica por el puerto de Somiedo. Una vez en tierras asturianas, el primer contratiempo lo halló el conde en el valle de Miranda, ya que el señor de aquel territorio, Don Diego Fernández de Miranda, leal al monarca Don Pedro, no quiso acoger al bastardo. Desde allí el de Trastámara y sus acompañantes llegaron al concejo de Las Regueras, y así lo narra el padre Luis Alfonso de Carvallo en su obra Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, impresa en Madrid en 1695 aunque redactada más de medio siglo antes:  
"Partió Don Enrique mal despedido de Miranda, y errando el camino, con la noche que le sobrevino, llegó al Concejo de Las Regueras a casa de un escudero, llamado Rodrigo Alfonso de Escamplero, el cual por su devoción tenía costumbre de dar posada a todos los peregrinos que llegaran a su casa, y así se llamaba su casa el Hospital. Parece ser que el conde advirtió al hidalgo de Escamplero de la siguiente manera: 
- Buen escudero, antes de abrir vuestra puerta, sabed a quien dais asilo, yo soy un proscrito, un enemigo del rey D. Pedro, esa fiera coronada que inunda en sangre a Castilla. 
A lo cual contestó Rodrigo: 
- Mi casa es vuestra, mírame como amigo y como hermano. 
Continúa la narración del padre Carvallo:
No solamente este escudero hospedó y regaló esta noche a D. Enrique, sino que también le fue sirviendo y acompañando, con otros siete deudos suyos, a pie, con lanzas y escudos, que en aquel tiempo eran las armas de más importancia y a los que las usaban llamaban escuderos, que es lo mismo que caballeros en hidalguía. 
Y sigue el padre Carvallo citando los nombres de estos escuderos por este orden: Bastián Alonso de Tamargo, Marino Pérez, Pedro Marines, Diego de Andallón, Juan Rodríguez de Balsera, y Rodrigo, su hermano. Ellos serán los que junto con el hidalgo Rodrigo Alfonso, escolten al futuro rey desde Escamplero hasta las torres de San Cucao de Llanera. 
Poco, por no decir nada, es lo que se sabe de estos hidalgos regueranos. Con todo, el mejor conocido es Rodrigo Alfonso, debido a que fue el fundador de un hospital de peregrinos en Escamplero, en fecha que no es posible precisar, dentro de la segunda mitad del s. XIV. Por los buenos servicios que éste había prestado a Enrique II cuando huía hacia sus dominios asturianos, y también a otros monarcas de la dinastía de Trastámara (Juan I y Enrique III), el rey Juan II concedió a su hospital y sus descendientes una serie de privilegios en 1409, que fueron posteriormente confirmados por Enrique IV (1468) y por los Reyes Católicos (1486)."
En cuanto al postre, nos lo explica Ana Paz Paredes para La Nueva España del 9-11-2015 con su artículo Un "escudero" a los postres, en el que da noticia del galardón otorgado en aquella edición a este restaurante reguerano:
"Una sabia y refrescante combinación de compota de manzana, requesón, avellanas y merengue requemado, acompañado de un crujiente de manzana y una crema de miel. Todo esto, junto con una excelente presentación, hizo que Rosa María Capita Herrero, del restaurante El Tendejón de Fernando, se alzase ayer con el premio al postre representativo de Las Regueras, en un concurso convocado este año por la Asociación Cultural La Piedriquina entre los establecimiento hosteleros del concejo. Imprescindible era que se elaborase con productos autóctonos de la zona y presentes todo el año, así como que su nombre tuviese relación con el concejo. En este caso no podía estar más acertado pues, desde ayer, el postre de Las Regueras se llama "escudero".
"Escudero" debe su nombre a la propia historia de Las Regueras y a los siete escuderos cuyas siete lanzas, junto con la Cruz de los Ángeles, están reflejadas en el escudo del concejo. 
Los miembros del jurado eligieron a "escudero" entre los seis postres presentados, todos de gran nivel, y pertenecientes a la Cabaña de Conce, Casa Florinda, Bar Tienda Casa Dylsia, Restaurante El Quexu (Casa Florina) y Restaurante La Manduca. La original combinación de sabores; su textura y ligereza así como una presentación muy cuidada hizo que el jurado eligiese por unanimidad el trabajo de Rosa María Capita para convertirse en el postre de Las Regueras. "La verdad es que no me lo esperaba. Ha sido un subidón tremendo. Lo cierto es que cuento con un gran quipo en la cocina por lo que este premio es de todos", señaló. En cuanto a la convocatoria de este concurso por parte de La Piedriquina Rosa María Capita dijo que "es muy importante que todos hagamos cosas en apoyo de nuestro concejo. Todo lo que sea promocionarlo es bueno", afirmó. 
Ahora, y después de compartir su receta con el resto de hosteleros, sólo queda esperar que pronto, en Las Regueras, ya se pueda pedir un "escudero" a los postres."

Ana Paz Paredes también publicó en La Nueva España el artículo Parada para comer en el Camino, dedicado a este establecimiento y aquí tenemos también enmarcado y expuesto, el cual empieza así...
"Parece imposible que haya sitios desde donde, sin estar a gran altura, con mal tiempo y el cielo cubierto, se pueda contemplar una buena parte de lo mejor del paisaje asturiano con una facilidad pasmosa. Así lo explica Fernando Álvarez Suárez desde la terraza del establecimiento que regenta junto a su mujer, Rosa María Capita Herrero, en El Escamplero (Las Regueras), el restaurante El Tendejón de Fernando. Y es que desde su terraza, y tal como él lo describe, "se puede ver la sierra del Aramo, la sierra de Tineo, la de Begega, en Belmonte, y hasta Peña Manteca y parte del Buey Muerto, en Yernes y Tameza", afirma no sin cierta admiración este hombre aficionado a la montaña y al senderismo."

Y echamos un vistazo al elegante comedor, con numerosos cuadros y demás alegorías y ornamentos, incluyendo un gran mapa del concejo


Como estaba tan radiante el día, decidimos comer afuera, a la sombra de las sombrillas


Y pedimos el menú del día, con varios primeros y segundos a elegir. Nosotros optamos empezar por un reconstituyente arroz con huevos fritos y arroz blanco cubierto de salsa de tomate, 'Arroz a la Cubana'


Pronto le dimos buena cuenta...


De segundo, escalopines al Cabranes, con sus patatas fritas caseras, todo ello regado con vino agua del mismo menú


Y de postre un pudin casero extraordinario...


Por supuesto, hay más opciones y, sobre todo, una excelente carta cuyas especialidades comenta la página gastronómica Fuego de Mortero, en la que también recomendamos entrar para leer el texto completo (compartimos una parte) y ver las fotografías de las deliciosas especialidades:
"La verdad es que cuando voy suelo ser de piñón fijo:  croquetas, pote asturiano, alguna carne (cachopo, cabrito) y tarta de la abuela. Aunque pueda ir acompañado de una pareja, la mayoría de veces somos un grupo numeroso y esto me permite probar más cosas, hacer trueques gastronómicos o simplemente ser la aspiradora del grupo y recoger en mi estomago infinito cualquier resto posible. 
El año pasado la Asociación Cultural La Piedriquina realizó un concurso para elegir un postre representativo de Las Regueras. Rosa Mª Capita, de El Tendejón se alzó con el premio al presentar «El Escudero», un postre elaborado de compota de manzana, requesón, avellanas y merengue requemado. Representa la propia historia de Las Regueras y a los siete escuderos cuyas siete lanzas, junto con la Cruz de los Ángeles, están reflejadas en el escudo del concejo. 
Pero no pasemos el carro antes que los bueyes, antes de llegar al postre vamos a ver que se puede comer. 
Al tener tanta gente, últimamente nos sirven un aperitivo para calmar nuestras ansias. Alguna crema de fabada nos ayudará a que la sidra no caiga en vacío si no habéis tenido suficiente con alguno de los pinchitos. 
Las infalibles croquetas en sus versiones de setas de temporada, picadillo o morcilla caseras, y eso se nota.
Una ensalada o debería decir ensaladón de pimientos y bonito, no puede llevar más cosas así que ojo con pensar en una inocente ración de verde. 
Vamos a por el cuchareo, llueva o se caigan los pájaros de las copas de los árboles no perdono. Dependiendo de cocina unas veces habrá pote y otras fabada, da igual, ambos son de buena factura y el compango siempre está en mis pensamientos cuando programo una visita. 
Lo sencillo si es de calidad siempre es apetecible y aunque no seáis padres podréis comer dos huevos, además de patatas, un chorizo y jamón frito en su Plato de Aldea. 
Llegan los cachopos, el clásico de ternera con su queso y jamón o la versión de cecina y queso de cabra. Ambos tienen buen tamaño sin ser una exageración, el grosor a mi modo de ver es el adecuado, buen rebozo y abundante queso, lo que para mi gusto es el cachopo perfecto. 
El solomillo de cerdo ibérico se sirve con queso Lazana a la plancha y cebolla caramelizada, contundente, un solomillo entero, nada de medias tintas, estamos en Asturias. 
En mi última visita el camarero insistió con la paletilla de lechazo al horno. Punto en boca, marchando!. Recién hecha es un manjar y esta lo era. 
¿Dejasteis hueco para el postre?, sería un error no hacerlo. Tarta de chocolate blanco, bizcocho, kiwi y helado de mandarina. Tarta de la abuela y un milhojas de chocolate son otra opción. Y dejo para el final el postre estrella ganador del concurso, el Escudero. 
Ya me conocéis y sabéis que puedo prescindir de postres pero en El Tendejón nunca voy directo al café. 
Que sepáis que he estado tentado en borrar este artículo. Puede que alguno de vosotros sea el que me quite el sitio la próxima vez que reserve y eso me va a disgustar mucho pero como soy buena persona os dejaré descubrir sus bondades por vosotros mismos."

Esta es una de las especialidades a pedir a la carta, el chorizu de gochu asturcelta, cerdos criados en la casería propia


Croquetas de carne de buey, también de los que cría Fernando


Imprescindible abrirlo y ver que está bien pero que requetebién relleno


Lomo de gochu asturcelta, maravilla de maravillas


Tarta de kiwi a los postres...


Tras esta suculenta parada gastronómica y reponedora de fuerzas, Fernando sale a despedirnos al Camino. Aprovechamos para hacer con él el siguiente vídeo...



De otras excelencias gastronómicas como el cabritu guisáu, los tortos de maíz con picadillo y huevos, el cachopo de ternera con cecina o las croquetas caseras de morcilla o picadillo, los preciados postres de la casa y todo un abanico que abarca de fabadas a potes y ensaladas os recomendamos la web de El Tendejón de Fernando



Y ya, con la barriga llena y, salvo que nos alojemos aquí, continuamos camino frente a la finca de La Ranapega


Y también frente a su prado y bosque, que llega a la iglesia, cuyo campanario volvemos a ver unos metros adelante


Un poco antes, en una pequeña casa, está la Carnicería Escamplero, que tiene tienda, un lugar ideal para comprar algunas vituallas si deseamos comer o cenar en el Camino o en el cercano albergue, preparado por nosotros


En este tramo seguimos teniendo barandilla y gran paisaje desde este balcón natural que mira al sur y al suroccidente


La Casanueva con los montes de Cabruñana y El Freisnu, paso de Grado/Grau a Salas, en esta foto con los prados agostados, tostados al sol del verano, muy dorados, que resaltan pese a la distancia


Y aquí, con los árboles de estas fincas en flor, a comienzos de la primavera


Por las casas de más abajo pasa la carretera de La Venta L'Escampleru a Pumeda, Taoces y Premoñu


Vistas hacia las parroquias gradenses o monsconas de Berció, Báscones y Santa María, con las sierras de Pedroriu y Bixega en la lejanía


Estos campos de aquí abajo, donde están las torres eléctricas, son los prados de Los Bermeyeros (acaso por el color rojizo de algunas peñas), La Viña (que delata antiguos cultivos de vid), y Los Carbayinos, (antigua carbayera o robledal de árboles pequeños, al ser diminutivo)


Si nos fijamos, veremos, entre las torres de luz de la derecha, uno de los viaductos de la A-63 o Autovía Oviedo-La Espina. Más al sur y a la izquierda es El Picu Porcabezas (1.211 m), en la sierra de ese nombre


Por aquí abajo es la zona de los famosos meandros del Nora, que este forma, junto con sus acantilados, antes de darle sus aguas al Nalón en Priañes


Más cerca y a la izquierda, estos bancos y mesas de madera son también parte de la finca y terraza de El Tendejón de Fernando



Desde aquí tenemos una magnífica vista al sur del valle del río Sama, en el concejo de Grado/Grau, con los montes de Las Cuestas a la izquierda, que lo separan del valle del Trubia. Más a lo lejos se divisan las sierras de Caranga, Pena Collada y otras valle del Trubia arriba


Son las parroquias mosconas (gentilicio del concejo de Grado/Grau, acaso por un antiguo dueño del término, Suero Mosca, pero no es seguro su origen) de Santa María, Báscones, Berció y otras, por donde se extendería el territorio de Bayo, uno de los tres que configurarían el concejo, junto con Pramaro y Salcedo, en la Edad Media. No obstante la extensión y lugar de cada uno de ellos es muy incierta


Más cerca y justo debajo de nosotros es el pueblo ovetense de Priañes, en lo alto de un promontorio entre los ríos Nalón y Nora. Al fondo y al otro lado del Nalón es Berció


El valle del Trubia ya va quedando atrás, oculto por la loma de los Montes de las Cuestas, pero reconocemos algunas de sus serranías río arriba


En primer término, casas de La Chabola, en la carretera de Trubia y, más a lo lejos, a la derecha, los montes de Sograndiu (Proaza), a la izquierda La Forcá (1.111 m), también en Proaza y a lo lejos Sobia, paso a Teberga, junto con otras cumbres en la ruta al Puertu Ventana, acceso a la Babia leonesa


Hermosos peñascos que separan los angostos valles del Trubia y sus afluentes en su cuenca fluvial, La Forcá forma parte de la Sierra de Caranga y se alza encima de la villa de Proaza, capital del concejo del mismo nombre, y del desfiladero de Penas Xuntas, acceso a Quirós



Encima de Sograndio es El Picu Piurices (1.166 m), frontera moscona-proacina, en cuyas alturas existe un túmulo y por cuyas laderas discurre el GR-109 Camino Natural de la Cordillera Cantábrica. En las inmediaciones se encuentra la famosa majada de Cuallagar


Más a la izquierda, el Aramo es otra imponente montaña que se alza entre el valle del Trubia y el del Caudal. Fue nuestra referencia visual desde la salida del casco urbano ovetense y seguirá siéndolo, cada vez que miremos hacia el sur o sur-sureste, durante un buen tramo de Camino


Su cumbre más alta, situada bastante más atrás, es El Picu Gamoniteiru (1.791 m), pero la que destaca aquí es El Picu Gamonal (1.710 m). Un poco más abajo, y separada del resto del cordal por el collado de Pan de la Forca, es La Mostayal (1.313 m)


Un poco a la derecha del Aramo está la Sierra de Téne, que tiene por techo L'Airúa Naval (1.422 m)


Pastan las vacas al pie de la Carnicería Escamplero, negocio local al que también dedica un artículo Ana Paz Paredes en La Nueva España, publicado el 12-9-2013:
"Los peregrinos que se detienen a comprar productos de primera necesidad en la carnicería-charcutería de El Escamplero, tras cuyo mostrador atiende Paula González Martínez, se van bien alimentados. Esta tienda se encuentra en el camino que lleva al albergue donde muchos acuden a descansar para continuar al día siguiente hacia Santiago de Compostela. En el año 2001 esta mujer y su actual marido, Pablo Álvarez, ya contaban con el negocio, mucho antes de que naciera su hijo Pelayo. «Estudié Magisterio y me presenté a unas oposiciones, pero nada», señala ella. En aquella época estaban en otra ubicación, concretamente en el número 20. «Durante tres años tuvimos esta carnicería en el pueblo y otra en Oviedo, donde estaba yo», dice su marido. Finalmente, apostaron fuerte por esta localidad de Las Regueras y la jugada les salió bien. 
Él, que siempre ejerció y trabajó como carnicero, decidió en 2003 iniciarse también en un mundo que conocía a la perfección y que siempre le gustó: la ganadería. «Hoy en día tengo 45 vacas entre grandes y pequeñas. Algunas las tengo aquí y otras se encuentran en Arbás del Puerto, en León. Son ganado de carne, de la raza asturiana de los valles. La verdad es que siempre me ha gustado», apunta orgulloso de los avances conseguidos.
Porque González y su esposa nunca quisieron vivir en la ciudad. Todo lo contrario. Habían encontrado su lugar en el mundo en el entorno rural de El Escamplero. La calidad de vida que tienen en Las Regueras también se refleja en su hijo Pelayo, «que está encantado de vivir en este lugar». «Va al colegio en Santullano, donde hay un total de sesenta críos, y está feliz», dicen sus padres. «Tuvimos la carnicería once años en el número 20 de El Escamplero y desde el año 2011 nos encontramos en este local nuevo en el número 13, la verdad que no nos distanciamos tanto», subraya González, que aún recuerda los esfuerzos que realizó para ponerse manos a la obra cuando pusieron en marcha la tienda. «Es difícil. Me costó mucho aprender, pero la gente del pueblo tuvo paciencia conmigo y siempre me animaron. Con el tiempo lo he ido consiguiendo», afirma con una sonrisa. Muchos de sus clientes, además de los de El Escamplero, son de Santullano, Rañeces, Gallegos, Premoño, Valsera y Tamargo. Localidades cercanas en las que casi todos se conocen. 
El negocio, a pie de carretera, es al tiempo una tienda de toda la vida donde, además de la carne, tienen muchos productos básicos: pan, leche, quesos, bebidas, productos de la huerta, de limpieza... «Lo nuestro, sin duda, es la carne. Por eso somos conocidos en el concejo, por su calidad. Así como por la que tienen nuestros chorizos y morcillas, con mucho éxito en las fiestas de muchas parroquias. Parte de la carne que ofrecemos es de nuestros terneros, pero también compramos a otros productores para poder atender siempre la demanda», apuntan sintiéndose afortunados."

Como ya dijimos, es un lugar ideal si queremos comprar alguna vitualla para seguir camino o para prepararnos la comida, o la siempre alegre cena comunitaria, en el ya muy cercano albergue de peregrinos



Con unos palés se han habilitado además unos asientos improvisados a la puerta de la carnicería. Continuamos camino por la acera en dirección a la iglesia


Aquí estaba antiguamente Casa Rogelio, que pasó a ser Casa Fernando, tienda-chigre en el que está el origen de El Tendejón de Fernando. Fueron antaño además famosos en el pueblo los bailes, ya hemos hablado de Casa Manín de la Sienra y, hay que recordar que en Casa Concha, La Venta L'Escampleru, también los hubo hasta 1955. Otro famoso fue el de La Pistola, "uno de los últimos que cerró y de los más concurridos del concejo", leemos en Los salones de bailes en Les Regueres, de varios autores, publicado en la revista La Piedriquina nº 4:
"El baile era amenizado, en los primeros años, con pianola y gramola, después con orquestas como Faz, Melodía, Negresco, Sicora Boys, Marimbas Punto Azul, Neptuno, Boom, etc., entonces los vocalistas eran todos varones"

Otra atracción que aquí acudía era la de las compañías ambulantes de titiriteros y cómicos, compañías ambulantes generalmente formadas por miembros de una familia. La Cronista Oficial de Les Regueres, Rosa María Rodríguez Fernández, nos escribe de ellos en Antiguos oficios extinguidos: los ambulantes
en La Piedriquina nº 6 de marzo de 2013:
"Hacían un poco de todo: payasos, malabares, magia, comedia... Actuaron en casi todos los establecimientos del concejo. A Escamplero venían, en ocasiones, unos de Candamo en una pequeña camioneta en la que hacían su vida, pero anteriormente venían en carromatos con lona, y allí dormían, cocinaban…

Al salón de La Pistola en Escamplero vinieron una vez unos cómicos que representaron El ciego y la
papuda. Solían hacer la función después del baile. Carmen Paredes recuerda parte de un monólogo:
De una manta cordobana,
que tiene más pulgas que lana
y, mirándola del revés,
en cada pelo tiene tres.
En La Pistola y en Casa Concha actuaron, entre otros, la compañía Michelín, de Trubia, y Miliki, que abría las latas de sardinas con los dientes o rompía las bombillas dentro de la boca. Venían varias veces al año. También representaban escenas de alguna película, como Sisí emperatriz, según recuerda Candela García. Al final de la actuación rifaban cosas."

A nuestra izquierda, la casa de La Carcabina; a la derecha la iglesia de Santa María con su torre campanario. El 8 de marzo de 2016, dando la noticia del robo de lo recaudado para su restauración Idoya Rey publica en el diario El Comercio un resumen de la historia de la iglesia y de su traslado aquí desde su solar original en Valsera, cabeza de la parroquia, un kilómetro y medio más allá:
"La ventana de la iglesia de Santa María de Valsera, en el concejo de Las Regueras, amaneció hace unos días rota. Era el presagio de lo que el párroco, Pablo González, se encontró en su interior: alguien había roto varias huchas con donaciones de los vecinos y se había llevado la recaudación. Los hechos ya han sido denunciados ante la Guardia Civil. 
No es casualidad que los asaltantes eligieran esta semana para asaltar la iglesia. El 1 de noviembre, celebración de la festividad de Todos los Santos, los vecinos de la localidad habían recaudado fondos en el cementerio para contribuir a la reparación del templo religioso, explicaron desde el Arzobispado de Oviedo. La parroquia se vio obligada en 2012 a realizar una rehabilitación de gran calado en el edificio para lo que hubo que pedir un importante préstamo bancario, del que aún queda por amortizar una importante cuantía. Por eso los vecinos de Valsera decidieron realizar la colecta en uno de los días más concurridos en la iglesia.



 

La iglesia de Santa María de Valsera no sufrió más daños durante el asalto. El templo se ubica en el Escamplero. Se trata de un edificio moderno pues la iglesia románica original, que fue también antiguo monasterio de Santa María de Valsera, fue destruida durante la guerra civil. La historia habla también de un incendio que destruyó gran parte de la iglesia. Se decidió no rehabilitar el templo y construir uno nuevo en el Escamplero, el que ahora fue asaltado por los ladrones. El templo no fue reparado hasta los años 60 

El progresivo deterioro de la iglesia hizo que los vecinos se unieran con el Arzobispado para rehabilitar la iglesia ante el riesgo de derrumbe del tejado en ese 2012. Para reparar las puertas de entrada y pintar el templo, además de esa reparación del tejado, el Arzobispado solicitó un préstamo de 30.000 euros cuya amortización no está previsto que finalice antes de 2017. 

Capilla de Fátima 

Los vecinos del pueblo de Valsera también se han unido recientemente para reparar la capilla de Nuestra Señora de Fátima. Tras el traslado de la iglesia al Escamplero, algunos vecinos optaron en la década de los 50 por construir una nueva capilla. Mediante la venta de rifas y aportaciones particulares han decidido afrontar la reparación de la capilla de Fátima, que tenía la estructura y el tejado a punto de derrumbarse." 


En Románico digital se describe cómo era aquel antiguo templo de Valsera, románico y construido "entre las últimas décadas del siglo XII y principios de XIII, dentro de las corrientes estéticas y formales del románico internacional difundidas a través del Camino de Santiago, uno de cuyos ramales discurría por esta localidad". De todas maneras, nada queda de aquel santuario, la parroquial fue trasladada aquí a L'Escampleru y los vecinos de Valsera, histórica cabeza de la parroquia, poco conformes, construyeron una capilla, dedicada a la Virgen de Fátima, en el solar de la antigua iglesia de Santa María


Esta presenta una torre-campanario que, como hemos dicho y recalcamos, es visible en la distancia por su relativa altura e intenso color blanco de la misma y de toda la iglesia. que destaca entre las arboledas que la rodean. Esta a un nivel más alto que el Camino y se accede a ellas por una escalera con pasamanos. Una barandilla de forja cierra su campo y un pórtico cubierto se extiende a lo largo de su fachada principal, sostenido por columnas, y base de la torre, con acceso de arco de medio punto


Hasta aquí llega, como también comentábamos, el magnífico bosque de La Rapanega, llegando los árboles a la misma iglesia. La gran fiesta de L'Escampleru era el Carmen, popularmente El Carme, que realmente venía de la capilla de esta advocación sita en el vecino pueblo de Tamargu, a un kilómetro escaso más al norte, cuya romería pasó a celebrarse en La Carbayera la Venta o de Casa Concha


Pasada la iglesia la acera desaparece y una señal alerta a los conductores del paso de viandantes. Por suerte no suele haber demasiado tráfico normalmente y estamos en una recta con bastante visibilidad, pero avancemos con cautela, no nos confiemos


Al final de la recta, en un ramal a la izquierda, encontraremos el albergue de peregrinos, sito en la antigua escuela, en el lugar de La Casanueva


Por La Casanueva y prado abajo sigue el paisaje de prados y arboledas, con numerosos frutales, a lo largo del ramal que comunica con la carretera de Premoñu


A la derecha de La Casanueva, vemos las casas de Taraniellu, barrio que se extiende a lo largo del Camino y por donde seguiremos hacia Valsera



Pasamos ahora al lado de una vieja torre de la luz, llegando casi ya al final de la recta


En la fachada de la torre y al lado de la puerta encontramos una concha jacobita de azulejo, tan características de la señalización del Camino en Asturias


Desde aquí tenemos otra estupenda vista al sur, hacia el Aramo, con los prados de La Chabola y El Monte, por donde va la carretera de Trubia, a nuestra izquierda


Es una hermosa vista también hacia las montañas que dominan al sur los valles del Trubia y otros afluentes menores del Nalón, concejos de Grado/Grau, Santu Adriano, Proaza, Teberga y Quirós, por donde discurren otros antiquísimos caminos, entrada y salida en Asturias por El Puertu Ventana


Es posiblemente el Aramo la que más nos llame la atención por su proximidad y altura. A sus pies hay otras pequeñas alturas, como El Picu l'Ancina (616 m), El Picu Torollu (637 m), La Cardosa (643 m) y varios más por la zona de Los Alfilorios, concejo de Morcín, donde está el gran embalse que suministra a buena parte de las poblaciones de la zona central asturiana, incluida su capital


El concejo de Quirós alarga su cuña territorial más septentrional por la Sierra de Téne hacia Pedroveya, sonde se encuentra el desfiladero de Las Xanas, formado por el río de este nombre, que desemboca en el Trubia cerca de Villanueva, concejo de Santo Adriano y que puede recorrerse en una hermosa y corta travesía


El Aramo es lugar de sendas montañeras y pastoriles de gran antigüedad, por sus faldas norte y oeste discurren rutas históricas, como las de las Reliquias, viejo Camín Real de Ventana a la Sancta Ovetensis, antaño también empleado por peregrinos, y la Ruta de San Melchor (GR-106), que sería la que recorría Melchor García San PedroSan Melchor de Quirós, canonizado en 1986 por Juan Pablo II, desde su pueblo quirosano de Cortes


El mismo valle del Trubia está recorrido por la famosa Senda del Oso, que sigue el trazado del viejo ferrocarril minero hacia las explotaciones de hulla de Teberga y Quirós, con dos ramales que se bifurcan cerca de Caranga. Estamos pues ante un verdadero paraíso montañero y senderista


Y es que, como el montañero y escritor José Ramón Lueje explica al comienzo de su Guía de la montaña asturiana, "Asturias es, dentro del territorio nacional, la región de más fuerte y poderosa orografía. Mucho más que dilatada marina y Costa Verde, más que la serie de sus valle espléndidamente ubérrimos y siempre en lozanías inmarcesibles, es la verticalidad y la cumbre en ensamble y sucesión. Es la Montaña por antonomasia, la montaña eterna que es como símbolo consustancial y determinante de su naturaleza y paisaje."


Otra hermosísima vista hacia las montañas de Proaza y Teberga, con La Forcá y Sobia en lontananza. Sobia es uno de tantos topónimos montañeros vinculado con el culto a Júpiter, 'Iovis', "dios del cielo luminoso" dice el profesor Xulio Concepción Suárez en su Diccionario toponímico de la Montaña asturiana


La Forcá por su parte parece hacer mención a sus dos rocosas cimas, que forman una forcá o forcada 'palo bifurcado en horquilla', y "en usos toponímicos puede tener varios sentidos, siempre como bifurcación del terreno: lomas, peñas, arroyos, valles..."


Toda esta planicie del alto de L'Escampleru es un verdadero balcón en el que podemos deleitarnos con estos maravillosos paisajes que son también otra de las grandes esencias del Camino Primitivo


La hiedra cubre la muria de la finca de esta quintana cuya panera, pintada de colores vivos (nada inusual en buena parte de Asturias, pues la pintura, especialmente la de lancha, ayudaba a su conservación) parece ir desmoronándose poco a poco


Los peregrinos no tienen tiempo para detenerse cada dos pasos para verlo todo y conocerlo todo, pero sin detenernos no son pocas las cosas y detalles que pueden recabar nuestra atención al pasar


Ni tampoco echar el freno a contemplar, extasiados, cada paisaje que se nos ofrece a cada paso que damos, aunque a nuestro paso admiramos sin detenernos campos y montañas en una maravillosa sucesión de panorámicas


Paso a paso vamos saliendo de L'Escampleru y, paso a paso también, nuestras referencias geográficas y visuales de los primeros tramos del Camino Primitivo


Atrás queda asimismo el monte La Berruga (292 m), por cuya falda occidental va la carretera AS-232 Los Campos-Trubia


Por ahí sube también el camino a Quexu, famoso pueblo actualmente por su hostelería y vistas sobre el valle del Nora. Ahí se encuentra La Mortera, estructura agraria de origen medieval de explotación de terrenos comunales


Y aquí tenemos de nuevo la quintana de Ca'l Juez, Casa los Alfonsos, L'Aldaba o Casa los Escuderos, la del antiguo hospital de peregrinos de San Martín que, en el siglo XVIII, aparece mencionado como de San Miguel, próximo ya a su desaparición


Ahí, mirando al otro lado, a la carretera y en la fachada principal, estuvo primeramente la Carnicería Escamplero de la que acabamos de hablar


Seguidamente y a su derecha, las casas de la carretera en la bajada a Trubia y cercanas a Rañeces, otro pueblo de la parroquia de Valsera


A lo lejos, aún vemos algo de la ladera oriental del Aramo, la que mejor veíamos saliendo del casco urbano ovetense por La Florida, Paniceres, Llampaxuga y Lloriana, así como la que ven los peregrinos que se acercan a la Sancta Ovetensis por el valle del Nora desde Villaviciosa, Sariegu y Siero


Aunque es cierto que no suelen pasar por aquí demasiados coches, insistimos en que no nos confiemos y procuremos ir atentos y arrimados a la izquierda, máxime al acercarnos a esta curva sin visibilidad en La Casanueva


Si bien caminamos pisando asfalto, avanzamos rápida y cómodamente por este camino-calle o carretera local, que va en llano durante un buen tramo y nos ofrece excelentes perspectivas de nuestro entorno


Por La Casanueva nos acercamos a Taraniellu, cuyas casas tenemos cada vez más cerca. Su topónimo ha querido vincularse a algún lugar de culto al dios Taranis pero también al latín tarmus, 'rama cortada' o a un inter amnes, 'entre ríos'


Tras la curva de La Casa Nueva viene ahora un tramo recto hacia dichas casas de El Taraniellu. Un poco más arriba, en el bosque, se encuentra el cementerio parroquial, oculto por los árboles


Aquí tenemos el mojón, que nos confirma que el Camino sigue de frente y, además, que a la izquierda se va al albergue de peregrinos


Aquí vemos las dos conchas que plasman esta bifurcación, estemos atentos pues a veces la hierba, al crecer, las oculta parcialmente


Antiguamente el mojón estaba un poco más adelante y a la derecha, en el cruce con el camino a Tamargu, y era menos visible


Antes de seguir vamos a desviarnos pues a la izquierda para conocer el albergue, cuyo edificio asoma detrás de esta primera casa



En este lugar estuvo antaño El Charcón, "situados en el término de La Casanueva en un cruce de caminos, de una extensión considerable y muy cerca el uno del otro", los cuales fueron cegados en 1949 por disposición de la Junta de Sanidad en previsión de posibles infecciones al ser foco de insalubridad por sus aguas estancadas, según informa José Luis Martínez Quintana en Epidemias y crisis alimentarias en Les Regueres, estudio publicado en la revista La Piedriquina nº 8 (marzo 2015)


De todas maneras, pasaron 65 años desde que, el 21 de junio de 1884 y para "prevenir en lo posible el brote de la enfermedad del cólera", el médico titular de Les Regueres, Demetrio Granda Tamargo, escribiese al Ayuntamiento "recomendando el cierre de los pozos abiertos que no se alimentasen de manantiales y, que, únicamente reciban aguas procedentes de lluvia, ya que, al ser aguas estancadas, su descomposición puede convertirse en foco de enfermedades infecciosas, poniendo especial atención a aquellos que se encuentren próximos a los caminos". Aquel verano se nombraba el 19 de julio a los responsables, los alcaldes de barrio, que señalasen dichos pozos en sus parroquias, siendo los de Valsera Ramón García Alonso, Constantino Suárez Graíño y Casimiro Quirós Campos, quienes señalaron estos y otros de la parroquia


Sobre ellos se edificaron, la Casa Ofelia, en el pequeño, y la escuela, sobre el grande, en este terreno que "había sido vendido por Casa La Trecha a la familia Casero. Los Casero cedieron parte de ese terreno para la escuela a cambio de una parcela en La Berruga", nos explica este investigador del patrimonio local


La escuela es uno de esos edificios clónicos que se construyeron en toda España al ir pasando la posguerra civil y estuvieron con su uso original hasta las concentraciones escolares de los año 1970 cuando los escolinos fueron agrupados en los colegios nacionales de villas y ciudades. Actualmente la escuela propiamente dicha es albergue de peregrinos y la casa de los maestros, a la izquierda, es el centro social


Nos acercamos pues a la entrada del albergue, a la derecha


Aquí una placa de madera señala los dos equipamientos


Poesía de Ángel González


Y la famosa poesía de Antonio Machado


Placa del Aula José Manuel Gómez Méndez


Desde la explanada, seguimos contemplando las excelsas vistas hacia el Aramo y los valles del Trubia que admiramos viniendo desde El Tendejón de Fernando y la iglesia


Y con estas bellas estampas de la montaña asturiana quedamos serenamente instalados en el albergue antes de retomar el Camino, emprendiendo ruta a Valsera, cabeza que fue de la parroquia y solar de la antigua iglesia, por Taraniellu...











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