Paisaje de L'Escampleru |
Más al sur hay otras cumbres y cordales que, aunque no vayamos a pasar por ellas, van a ser muchas de ellas nuestras referencia visuales durante unos días de andadura, pues llegan a las estribaciones y puertos más altos de la Cordillera Cantábrica
L'Escampleru se extiende también, por los prados de La Viña, cuesta abajo a lo largo de otra carretera, la que va a Taoces, Pumeda y Premoñu, que tenemos ante nosotros
La cercanía a la capital y la mejora general de las vías de comunicación han hecho de L'Escampleru una zona eminentemente residencial de baja densidad, aún así muchos campos siguen siendo empleados como pastos y campos de 'diente y guadaña', como se decía antaño
Allí, El Llano las Ayalgas (ayalga, 'tesoro escondido') nos ofrece en su revelador topónimo la existencia de otra necrópolis tumular
Sierra dividida en dos partes, la llamada Sollera baja llega hasta el paso de Cabruñana al que antes nos hemos referido, ramal secundario en el Camino de Santiago empleado como alternativa para los peregrinos que buscan acomodo en su albergue, junto a la N-634, En lontananza vemos los eólicos de la Sierra los Gayos y otras del occidente astur...
A nuestra izquierda veremos ahora la iglesia parroquial de Santa María de Valsera, por donde seguirá el Camino hacia el albergue de peregrinos (público), situado unos 150 metros más allá, el primero del Camino Primitivo tras dejar el casco urbano ovetense
CASA MANIN FUN-DADA POR MANUEL PA-REDES GARCIA EN1923 REHABILITADA 2005
"El 16 de abril se cumplieron 30 años desde que Rosa Mª Capita y Fernando Álvarez abrieran al público su bar tienda en el Escamplero. Lo hicieron en el viejo y conocido local de Casa Rogelio, que a partir de entonces pasó a ser Casa Fernando. Eran un matrimonio muy joven y ya habían vivido la experiencia de ser emigrantes en Bélgica. Rosa había trabajado en la cocina de distintos restaurantes durante 6 años, me puntualiza que trabajar en la cocina no supuso trabajar como cocinera. Fernando había sido camarero sirviendo principalmente comidas en grandes banquetes.Por aquel entonces llegar a ser el hoy conocidísimo y alabado Tendejón de Fernando era un sueño, ni siquiera ellos mismos tenían claro que su futuro fuera la restauración. Compatibilizaron las tareas de chigre y casa de comidas, principalmente para atender a los obreros que trabajaban en las cercanías, con la típica tienda de zona rural.Parece que el mes de abril marca hitos en su vida profesional, puesto que el día 1 de este mes del año 2000 inauguraron las nuevas instalaciones a tan solo unos metros de las anteriores. Ahí empezó la evolución de Casa Fernando, un nombre bastante común para cualquier bar, incluso ya existente en otro establecimiento del concejo, al Tendejón sin mas, como se le conoce ahora. Y personalmente casi me gusta más así, porque el tendejón no es solo de Fernando, es también de Rosa, que forman me atrevería a decir, el equipo perfecto. Ella en la cocina y él al tanto de los clientes y como ya les contaré, pendiente también del cuidado de algunos de los productos que sirven al comensal.Volviendo a la época de bar-tienda, etapa que Rosa dice echar en cierta medida de menos, me cuentan que se vendía mucho. Eran otros tiempos dice Fernando, antes de la evolución que afectó por igual a todos los establecimientos del municipio y que hizo que poco a poco fuéramos dejando de vender "un poco de todo" para centrarnos en la hostelería propiamente dicha. Actualmente la gente coge el coche y en unos pocos minutos se planta en cualquier supermercado, hace un par de décadas esto no era tan fácil. Recuerdan como por ejemplo cuando alguien estaba hospitalizado o había algún nacimiento se vendía sobre todo botes de frutas en conserva, las clásicas botellas de vino dulce, la libra de chocolate o las cajas de galletas. Y de esto no hace tantos años, unos quince o así, las generaciones que rondan ahora los 80 todavía tenían esta costumbre de visitar al convaleciente y llevar la bolsa con productos alimenticios. Cuando se acercaba la época de la hierba se demandaban sobre todo jamón y queso, entonces se comía en los prados y no se regresaba a casa prácticamente en todo el día, también tenían especial venta aquellas alpargatas de camping, de las que hoy diríamos que son un calzado cómodo y de estilo vintage. Son costumbres que nos parecen muy lejanas, pero que forman parte de un pasado relativamente reciente.También ofrecían piensos para animales, productos de ferretería, cemento o aceite para motos. Era fácil encontrarse con Fernando repartiendo con su furgoneta blanca por los alrededores.Mientras esto ocurría Rosa se veía obligada a pasar más y más tiempo en la cocina, la clientela aumentaba porque sus platos y su mano en la cocina iban adquiriendo fama.Le pregunto dónde se formó como cocinera y me comenta que fue la experiencia del día a día, que sus primeras maestras fueron su madre y luego su suegra, fue haciendo sus guisos y si salían mal los repetía, cuando ya los tenía dominados buscaba también innovar. Contado así parece fácil, pero querida Rosa, hay que tener mano para ello y sobre todo disfrutar cocinando. Una gran cocinera como tú nace y se hace.Define su cocina como tradicional, siempre habrá una fabada, un pote o un cachopo, pero también es cierto que los platos tienen que evolucionar.Las ensaladas, siempre con un toque especial, tienen mucho éxito, especialmente de queso parmesano y la de pimientos asados y bonito.El cliente pide más carne que pescado, es lógico según nuestra cocinera porque estamos tierra adentro. La paletilla de lechazo funciona muy bien, es muy demandada. En los pescados destaca el bacalao con pisto.En los postres totalmente caseros, siempre hay hueco para los clásicos, un arroz con leche o una tarta de la abuela, pero también es cierto que se buscan postres distintos y originales. El pasado mes de noviembre de 2015 se alzaron con el premio al postre de Las Regueras. Las bases exigían productos autóctonos de la zona, a poder ser fáciles de encontrar durante todo el año, y un nombre también relacionado con el municipio. Así fue como el "escudero" de requesón, compota de manzana, avellanas y merengue requemado cautivó al jurado primero y a los clientes después puesto que es cada vez más solicitado. Recuerde el lector que la historia de Las Regueras está ligada a los siete escuderos que apoyaron a D. Enrique de Trastámara allá por el siglo XIV en su enfrentamiento con Pedro I El Cruel, y cuyas lanzas aparecen reflejadas en el escudo del concejo, con lo que el nombre del postre queda debidamente justificado.El Tendejón sirve un menú semanal, aunque cada vez se solicita más la carta. Los jueves (salvo los festivos) tienen uno especial: de primero pote, seguimos con unos cachopinos de buey con queso Vidiago y postre. Los fines de semana se trabaja a la carta, hace ya 15 años que no sirven menú, salvo para grupos.Hay un producto estrella, las exquisitas croquetas de picadillo, también las de morcilla, pero las primeras no fallan en ninguna mesa.Fernando, como ya les adelanté, trabaja cara al público, pero buena parte del tiempo "huye" para ocuparse de otras tareas que forman parte de sus aficiones pero que sirven también para realzar el negocio. Quienes le conocemos sabemos lo mucho que disfruta atendiendo de sus pollos, de sus terneros y ahora también de sus bueyes. Después de cuidar con mimo a estos animales, vigilando especialmente su alimentación sana y natural, cumpliendo con estrictos controles sanitarios, estos bueyes y estos pollos formarán parte del menú que ofrecer al exigente comensal. Son por supuesto carnes que no se sirven todo el año, en definitiva un verdadero lujo para quien tenga oportunidad de probarlos.Este último año encontró incluso tiempo para la huerta y se dedicó a cosechar "fabas", la faba larga que llamamos por aquí y que asegura el éxito cuando se la cocina. Este es parte del secreto para que hayan quedado finalistas en el Premio a la mejor fabada del mundo 2016 fallado recientemente.Fernando es un excelente conversador, sin embargo no me resulta fácil que se centre sólo en su restaurante. Me habla maravillas de Las Regueras, tierra a la que adora, y de sus gentes. Charlamos sobre la evolución que han sufrido los bares del concejo, y como en definitiva ha cambiado nuestra forma de vida. Hay un tema que le gusta especialmente y que vive muy cerca, el del Camino de Santiago, inclusos en sus últimas vacaciones él y su mujer cogieron la mochila y se aventuraron a hacer el camino.Desde que existe el albergue, en torno ya a los 20 años, en las viejas escuelas del Escamplero, es el propio Fernando el encargado de entregar las llaves al peregrino, de llevar el control en el libro y sobre todo de informarle y atenderle. Hace unos años quienes hacían esta ruta iban movidos pro la fe, ahora es un tipo de turismo que busca una aventura apasionante, una forma de conocer la historia y los paisajes de los lugares por los que discurre y por supuesto hacer deporte.Son también un tipo de cliente que el restaurante debe atender y al que prestar especial atención, no en vano el pasado año 12.000 personas pasaron por el camino justo delante del tendejón. 2000 de ellos hicieron noche en el albergue. Los que desean descansar con un poco más de intimidad y de forma más cómoda, podrán acceder a la pensión de dos estrellas que Fernando y Rosa, con buen ojo para los negocios, han abierto el año pasado.Han atendido peregrinos llegados no solo del centro de Europa, también a rusos, australianos, sudafricanos, coreanos, japoneses... unos a pie, otros en bicicleta, incluso a caballo. Personas ciegas acompañadas de perros guía, incluso los hay que viajan con sus bebés de pocos meses de vida. En una ocasión sirvieron a unos conocidos personajes (cuyos nombres omiten para mantener la privacidad) que llegaron en grupo, 4 montaban a caballo, otro rocín tiraba de la xarré en la que viajaban dos mujeres. La comitiva iba acompañada por un gran camión con su caja para, llegado el caso, transportar a los caballos y un remolque para el carruaje, además del chófer otro hombre se ocupaba del cuidado de los animales.El caminante que se detiene a comer puede pedir desde un bocadillo, unas patatas fritas con huevo y chorizo o cualquier plato de la carta. Para las cenas el restaurante se adapta al horario europeo y sirven temprano, curiosamente hay quien pide fabada o pote. Es interesante mencionar que muchos de ellos llegan hasta aquí recomendados por otros peregrinos que pasaron antes, como fue el caso de un canadiense que venía hasta con la indicación exacta de qué pedir de menú. Ya ven, la fama de este restaurante traspasa fronteras.Hecho el camino y de vuelta al lugar de origen los andarines envían postales de agradecimiento, y con la dirección de sus domicilios por si Rosa y Fernando deciden también viajar. Esto demuestra los importantes lazos emocionales que surgen con la peregrinación y la buena y exquisita atención que le ofrece el local del que hoy hablamos.Vamos finalizando nuestra charla y es imposible no detenerse en la decoración, tradicional y asturiana, cien por cien, con además alguna que otra peculiaridad. Por ejemplo la barra hecha de palets de obra y que es, junto con el mapa de Las Regueras pintado en la pared, fotografiado casi a diario. Las columnas que sujetan el techo terminan en ruedas de carros del país, llocaradas y otros instrumentos propios de la Asturias rural cuelgan de las paredes junto con interesantes pinturas de la propia Rosa, que yo no se cómo además de atender su cocina saca tiempo para la familia y para el arte.Me gusta termina preguntando por alguna anécdota... no parecen acordarse de ninguna, luego me cuentan que hace muchos años en sus comienzos en la antigua Casa Rogelio les metieron un burrito en los aseos que estaban en el exterior, fue labor complicada sacar al pobre asno de allí, imposible darle la vuelta así que tuvo que salir marcha atrás..."
"Hay proyectos de los que te enamoras en cuanto los conoces, y más cuando conoces a la gente que está detrás de ellos. Ca Mamina es una empresa familiar que cría razas autóctonas asturianas. Y empezaron por una de las más complicadas, y que sigue en vías de extinción, los gochos asturceltes. Y además, también crían Oveya Xalda.
Los avisé para que vinieran a la radio a contarme su proyecto, pero lo que me propusieron ya dice mucho de ellos, me dijeron: ven, conoce nuestro proyecto, cómelo y luego, si te presta, hablamos donde tú quieras. Y así fue.
Tati es una de las hijas de Rosa y Fernando, o sea, El Tendejón de Fernando, el lugar donde quedamos para "desayunar". Con una botellina de sidra y embutido de gochu asturcelta. La cosa no podía empezar mejor.
Fuimos dando un paseo precioso por Les Regueres, recorriendo sitios mágicos que coinciden con la etapa del Camín de Santiagu y encontrando unos cuantos peregrinos por el camino.
Primero visitamos los Bueyes Casinos que cría Fernando, y que utiliza en su restaurante. Bueyes de cría propia con una carne excepcional.
Hasta llegar al monte donde tienen los gochos. Sí, porque los gochos están sueltos en el monte. Un mini bosque cerrao, y que esperan poder ampliar en breve, donde van colocando en cada extremos la comida y el agua para que los gochos no paren de moverse y no generen mucha grasa.
A diferencia de otros gochos, como el blanco, el gochu asturcelta solo tiene sentido criar en extensivo. En libertad. Y es un excelente "cuidador" de montes y bosques, porque se alimenta de ellos, sobre todo de bellotas de nuestros carbayos y castañas de nuestros castaños. Esto da una carne de una calidad excepcional, baja en grasa, rica en omega-6 y 3y de unos ácidos que no sé cuales son, pero, dicen, son beneficiosos para nuestra salud. Además, limpia los montes y evita incendios. Todo son ventajas.
Evidentemente, el bosque no da todo el año bellotas, castañas y ablanes, así que hay que compensarlo con algún pienso, aunque más como complemento que como alimentación, ya que, según, Luis y Tati, son unos supervivientes naturales que comen de todo y ayudan a identificar las plantas tóxicas, porque ni se acercan a ellas. "
Y tras visitar Ca Mamina David Castañón regresa para dar cuenta de las exquisiteces del lugar, tal y como hacen tantos y tantos peregrinos:
"Tras visitar a los gochos, nos acercamos al Tendejón de Fernando, donde nos prepararon un menú degustación solo de razas autóctonas asturianas. Un auténtico lujo que jamás vi en ningún otro restaurante. Y encima, prácticamente todo lo que comimos, está criado por ellos.
Comenzamos unas Tostas de Solomillo de Gochu Asturcelta y de Morcilla de Gochu Asturcelta. El solomillo se deshace, está increíble. Le sobra la reducción de módena. Y la morcilla tiene mucho sabor, está increíble. Maravillosa forma de comenzar. La tosta es de pan de escanda de casa.
Seguimos con Tiras de Buey. De crianza propia, por supuesto. Llevan manzana y salsa de soja, cebolla caramelizada y lechuga. No tan suave como el solomillo, pero con mucha más intensidad de sabor. Buenísimo
Lomo de Gochu Asturcelta a la Plancha. Con setas salteadas y una especie de sandwich de bacón y queso. El lomo brutal. Y suave, muy suave.
De postre, ya casi por cortesía, a punto de reventar, Escudero. El postre que universalizó Rosa en el Tendejón. Compota de Manzana, Requesón, Avellanas y Merengue Requemao. Con helao de Frambuesa. Una bomba dulce que está buenísima.
Para beber, Corias Guilfa de Monasterio de Corias. Tinto de Cangas, uvas Carrasquín y Verdejo Negro. 8 meses de crianza en barrica. Muy atlántico, acidez pero sin pasarse. Genial con toda la comida."
Independientemente de todo ello, El Tendejón de Fernando es un verdadero mesón caminero de nuestros días que bien merece la pena conocer, como vamos a comprobar
"Para saber quiénes fueron los Escuderos hay que remontarse al año 1350 cuando D. Enrique, conde de Trástamara, hijo bastardo del difunto rey Alfonso XI y de Dª Leonor de Guzmán, llega a Asturias huyendo de su hermanastro, el entonces rey Pedro I El Cruel. Unos años antes, concretamente en 1334, D. Enrique de Trástamara hereda de Don Rodrigo Alvarez de las Asturias, muerto sin descendencia legítima, los extensos dominios del señorío de Noreña. Es aquí adonde se dirige el conde desde Sevilla en 1350, acompañado de su joven esposa Dª Juana Manuel, buscando el refugio físico y los recursos defensivos que podían ofrecerle estas apartadas tierras asturianas frente a su hermano el rey.
Don Enrique y su mujer debieron hacer el viaje siguiendo el antiguo Camino de la Plata, que era la ruta más directa desde Sevilla a Asturias, y franquearon la cordillera Cantábrica por el puerto de Somiedo. Una vez en tierras asturianas, el primer contratiempo lo halló el conde en el valle de Miranda, ya que el señor de aquel territorio, Don Diego Fernández de Miranda, leal al monarca Don Pedro, no quiso acoger al bastardo. Desde allí el de Trastámara y sus acompañantes llegaron al concejo de Las Regueras, y así lo narra el padre Luis Alfonso de Carvallo en su obra Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, impresa en Madrid en 1695 aunque redactada más de medio siglo antes:
"Partió Don Enrique mal despedido de Miranda, y errando el camino, con la noche que le sobrevino, llegó al Concejo de Las Regueras a casa de un escudero, llamado Rodrigo Alfonso de Escamplero, el cual por su devoción tenía costumbre de dar posada a todos los peregrinos que llegaran a su casa, y así se llamaba su casa el Hospital. Parece ser que el conde advirtió al hidalgo de Escamplero de la siguiente manera:
- Buen escudero, antes de abrir vuestra puerta, sabed a quien dais asilo, yo soy un proscrito, un enemigo del rey D. Pedro, esa fiera coronada que inunda en sangre a Castilla.
A lo cual contestó Rodrigo:
- Mi casa es vuestra, mírame como amigo y como hermano.
Continúa la narración del padre Carvallo:
No solamente este escudero hospedó y regaló esta noche a D. Enrique, sino que también le fue sirviendo y acompañando, con otros siete deudos suyos, a pie, con lanzas y escudos, que en aquel tiempo eran las armas de más importancia y a los que las usaban llamaban escuderos, que es lo mismo que caballeros en hidalguía.
Y sigue el padre Carvallo citando los nombres de estos escuderos por este orden: Bastián Alonso de Tamargo, Marino Pérez, Pedro Marines, Diego de Andallón, Juan Rodríguez de Balsera, y Rodrigo, su hermano. Ellos serán los que junto con el hidalgo Rodrigo Alfonso, escolten al futuro rey desde Escamplero hasta las torres de San Cucao de Llanera.
Poco, por no decir nada, es lo que se sabe de estos hidalgos regueranos. Con todo, el mejor conocido es Rodrigo Alfonso, debido a que fue el fundador de un hospital de peregrinos en Escamplero, en fecha que no es posible precisar, dentro de la segunda mitad del s. XIV. Por los buenos servicios que éste había prestado a Enrique II cuando huía hacia sus dominios asturianos, y también a otros monarcas de la dinastía de Trastámara (Juan I y Enrique III), el rey Juan II concedió a su hospital y sus descendientes una serie de privilegios en 1409, que fueron posteriormente confirmados por Enrique IV (1468) y por los Reyes Católicos (1486)."
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Foto: La Piedriquina |
"Una sabia y refrescante combinación de compota de manzana, requesón, avellanas y merengue requemado, acompañado de un crujiente de manzana y una crema de miel. Todo esto, junto con una excelente presentación, hizo que Rosa María Capita Herrero, del restaurante El Tendejón de Fernando, se alzase ayer con el premio al postre representativo de Las Regueras, en un concurso convocado este año por la Asociación Cultural La Piedriquina entre los establecimiento hosteleros del concejo. Imprescindible era que se elaborase con productos autóctonos de la zona y presentes todo el año, así como que su nombre tuviese relación con el concejo. En este caso no podía estar más acertado pues, desde ayer, el postre de Las Regueras se llama "escudero".
"Escudero" debe su nombre a la propia historia de Las Regueras y a los siete escuderos cuyas siete lanzas, junto con la Cruz de los Ángeles, están reflejadas en el escudo del concejo.
Los miembros del jurado eligieron a "escudero" entre los seis postres presentados, todos de gran nivel, y pertenecientes a la Cabaña de Conce, Casa Florinda, Bar Tienda Casa Dylsia, Restaurante El Quexu (Casa Florina) y Restaurante La Manduca. La original combinación de sabores; su textura y ligereza así como una presentación muy cuidada hizo que el jurado eligiese por unanimidad el trabajo de Rosa María Capita para convertirse en el postre de Las Regueras. "La verdad es que no me lo esperaba. Ha sido un subidón tremendo. Lo cierto es que cuento con un gran quipo en la cocina por lo que este premio es de todos", señaló. En cuanto a la convocatoria de este concurso por parte de La Piedriquina Rosa María Capita dijo que "es muy importante que todos hagamos cosas en apoyo de nuestro concejo. Todo lo que sea promocionarlo es bueno", afirmó.
Ahora, y después de compartir su receta con el resto de hosteleros, sólo queda esperar que pronto, en Las Regueras, ya se pueda pedir un "escudero" a los postres."
"Parece imposible que haya sitios desde donde, sin estar a gran altura, con mal tiempo y el cielo cubierto, se pueda contemplar una buena parte de lo mejor del paisaje asturiano con una facilidad pasmosa. Así lo explica Fernando Álvarez Suárez desde la terraza del establecimiento que regenta junto a su mujer, Rosa María Capita Herrero, en El Escamplero (Las Regueras), el restaurante El Tendejón de Fernando. Y es que desde su terraza, y tal como él lo describe, "se puede ver la sierra del Aramo, la sierra de Tineo, la de Begega, en Belmonte, y hasta Peña Manteca y parte del Buey Muerto, en Yernes y Tameza", afirma no sin cierta admiración este hombre aficionado a la montaña y al senderismo."
"La verdad es que cuando voy suelo ser de piñón fijo: croquetas, pote asturiano, alguna carne (cachopo, cabrito) y tarta de la abuela. Aunque pueda ir acompañado de una pareja, la mayoría de veces somos un grupo numeroso y esto me permite probar más cosas, hacer trueques gastronómicos o simplemente ser la aspiradora del grupo y recoger en mi estomago infinito cualquier resto posible.
El año pasado la Asociación Cultural La Piedriquina realizó un concurso para elegir un postre representativo de Las Regueras. Rosa Mª Capita, de El Tendejón se alzó con el premio al presentar «El Escudero», un postre elaborado de compota de manzana, requesón, avellanas y merengue requemado. Representa la propia historia de Las Regueras y a los siete escuderos cuyas siete lanzas, junto con la Cruz de los Ángeles, están reflejadas en el escudo del concejo.
Pero no pasemos el carro antes que los bueyes, antes de llegar al postre vamos a ver que se puede comer.
Al tener tanta gente, últimamente nos sirven un aperitivo para calmar nuestras ansias. Alguna crema de fabada nos ayudará a que la sidra no caiga en vacío si no habéis tenido suficiente con alguno de los pinchitos.
Las infalibles croquetas en sus versiones de setas de temporada, picadillo o morcilla caseras, y eso se nota.
Una ensalada o debería decir ensaladón de pimientos y bonito, no puede llevar más cosas así que ojo con pensar en una inocente ración de verde.
Vamos a por el cuchareo, llueva o se caigan los pájaros de las copas de los árboles no perdono. Dependiendo de cocina unas veces habrá pote y otras fabada, da igual, ambos son de buena factura y el compango siempre está en mis pensamientos cuando programo una visita.
Lo sencillo si es de calidad siempre es apetecible y aunque no seáis padres podréis comer dos huevos, además de patatas, un chorizo y jamón frito en su Plato de Aldea.
Llegan los cachopos, el clásico de ternera con su queso y jamón o la versión de cecina y queso de cabra. Ambos tienen buen tamaño sin ser una exageración, el grosor a mi modo de ver es el adecuado, buen rebozo y abundante queso, lo que para mi gusto es el cachopo perfecto.
El solomillo de cerdo ibérico se sirve con queso Lazana a la plancha y cebolla caramelizada, contundente, un solomillo entero, nada de medias tintas, estamos en Asturias.
En mi última visita el camarero insistió con la paletilla de lechazo al horno. Punto en boca, marchando!. Recién hecha es un manjar y esta lo era.
¿Dejasteis hueco para el postre?, sería un error no hacerlo. Tarta de chocolate blanco, bizcocho, kiwi y helado de mandarina. Tarta de la abuela y un milhojas de chocolate son otra opción. Y dejo para el final el postre estrella ganador del concurso, el Escudero.
Ya me conocéis y sabéis que puedo prescindir de postres pero en El Tendejón nunca voy directo al café.
Que sepáis que he estado tentado en borrar este artículo. Puede que alguno de vosotros sea el que me quite el sitio la próxima vez que reserve y eso me va a disgustar mucho pero como soy buena persona os dejaré descubrir sus bondades por vosotros mismos."
Y ya, con la barriga llena y, salvo que nos alojemos aquí, continuamos camino frente a la finca de La Ranapega
La Casanueva con los montes de Cabruñana y El Freisnu, paso de Grado/Grau a Salas, en esta foto con los prados agostados, tostados al sol del verano, muy dorados, que resaltan pese a la distancia
Encima de Sograndio es El Picu Piurices (1.166 m), frontera moscona-proacina, en cuyas alturas existe un túmulo y por cuyas laderas discurre el GR-109 Camino Natural de la Cordillera Cantábrica. En las inmediaciones se encuentra la famosa majada de Cuallagar
Su cumbre más alta, situada bastante más atrás, es El Picu Gamoniteiru (1.791 m), pero la que destaca aquí es El Picu Gamonal (1.710 m). Un poco más abajo, y separada del resto del cordal por el collado de Pan de la Forca, es La Mostayal (1.313 m)
Pastan las vacas al pie de la Carnicería Escamplero, negocio local al que también dedica un artículo Ana Paz Paredes en La Nueva España, publicado el 12-9-2013:
"Los peregrinos que se detienen a comprar productos de primera necesidad en la carnicería-charcutería de El Escamplero, tras cuyo mostrador atiende Paula González Martínez, se van bien alimentados. Esta tienda se encuentra en el camino que lleva al albergue donde muchos acuden a descansar para continuar al día siguiente hacia Santiago de Compostela. En el año 2001 esta mujer y su actual marido, Pablo Álvarez, ya contaban con el negocio, mucho antes de que naciera su hijo Pelayo. «Estudié Magisterio y me presenté a unas oposiciones, pero nada», señala ella. En aquella época estaban en otra ubicación, concretamente en el número 20. «Durante tres años tuvimos esta carnicería en el pueblo y otra en Oviedo, donde estaba yo», dice su marido. Finalmente, apostaron fuerte por esta localidad de Las Regueras y la jugada les salió bien.
Él, que siempre ejerció y trabajó como carnicero, decidió en 2003 iniciarse también en un mundo que conocía a la perfección y que siempre le gustó: la ganadería. «Hoy en día tengo 45 vacas entre grandes y pequeñas. Algunas las tengo aquí y otras se encuentran en Arbás del Puerto, en León. Son ganado de carne, de la raza asturiana de los valles. La verdad es que siempre me ha gustado», apunta orgulloso de los avances conseguidos.
Porque González y su esposa nunca quisieron vivir en la ciudad. Todo lo contrario. Habían encontrado su lugar en el mundo en el entorno rural de El Escamplero. La calidad de vida que tienen en Las Regueras también se refleja en su hijo Pelayo, «que está encantado de vivir en este lugar». «Va al colegio en Santullano, donde hay un total de sesenta críos, y está feliz», dicen sus padres. «Tuvimos la carnicería once años en el número 20 de El Escamplero y desde el año 2011 nos encontramos en este local nuevo en el número 13, la verdad que no nos distanciamos tanto», subraya González, que aún recuerda los esfuerzos que realizó para ponerse manos a la obra cuando pusieron en marcha la tienda. «Es difícil. Me costó mucho aprender, pero la gente del pueblo tuvo paciencia conmigo y siempre me animaron. Con el tiempo lo he ido consiguiendo», afirma con una sonrisa. Muchos de sus clientes, además de los de El Escamplero, son de Santullano, Rañeces, Gallegos, Premoño, Valsera y Tamargo. Localidades cercanas en las que casi todos se conocen.
El negocio, a pie de carretera, es al tiempo una tienda de toda la vida donde, además de la carne, tienen muchos productos básicos: pan, leche, quesos, bebidas, productos de la huerta, de limpieza... «Lo nuestro, sin duda, es la carne. Por eso somos conocidos en el concejo, por su calidad. Así como por la que tienen nuestros chorizos y morcillas, con mucho éxito en las fiestas de muchas parroquias. Parte de la carne que ofrecemos es de nuestros terneros, pero también compramos a otros productores para poder atender siempre la demanda», apuntan sintiéndose afortunados."
Con unos palés se han habilitado además unos asientos improvisados a la puerta de la carnicería. Continuamos camino por la acera en dirección a la iglesia
Aquí estaba antiguamente Casa Rogelio, que pasó a ser Casa Fernando, tienda-chigre en el que está el origen de El Tendejón de Fernando. Fueron antaño además famosos en el pueblo los bailes, ya hemos hablado de Casa Manín de la Sienra y, hay que recordar que en Casa Concha, La Venta L'Escampleru, también los hubo hasta 1955. Otro famoso fue el de La Pistola, "uno de los últimos que cerró y de los más concurridos del concejo", leemos en Los salones de bailes en Les Regueres, de varios autores, publicado en la revista La Piedriquina nº 4:
"El baile era amenizado, en los primeros años, con pianola y gramola, después con orquestas como Faz, Melodía, Negresco, Sicora Boys, Marimbas Punto Azul, Neptuno, Boom, etc., entonces los vocalistas eran todos varones"
"Hacían un poco de todo: payasos, malabares, magia, comedia... Actuaron en casi todos los establecimientos del concejo. A Escamplero venían, en ocasiones, unos de Candamo en una pequeña camioneta en la que hacían su vida, pero anteriormente venían en carromatos con lona, y allí dormían, cocinaban…Al salón de La Pistola en Escamplero vinieron una vez unos cómicos que representaron El ciego y lapapuda. Solían hacer la función después del baile. Carmen Paredes recuerda parte de un monólogo:De una manta cordobana,que tiene más pulgas que lanay, mirándola del revés,en cada pelo tiene tres.En La Pistola y en Casa Concha actuaron, entre otros, la compañía Michelín, de Trubia, y Miliki, que abría las latas de sardinas con los dientes o rompía las bombillas dentro de la boca. Venían varias veces al año. También representaban escenas de alguna película, como Sisí emperatriz, según recuerda Candela García. Al final de la actuación rifaban cosas."
A nuestra izquierda, la casa de La Carcabina; a la derecha la iglesia de Santa María con su torre campanario. El 8 de marzo de 2016, dando la noticia del robo de lo recaudado para su restauración Idoya Rey publica en el diario El Comercio un resumen de la historia de la iglesia y de su traslado aquí desde su solar original en Valsera, cabeza de la parroquia, un kilómetro y medio más allá:
"La ventana de la iglesia de Santa María de Valsera, en el concejo de Las Regueras, amaneció hace unos días rota. Era el presagio de lo que el párroco, Pablo González, se encontró en su interior: alguien había roto varias huchas con donaciones de los vecinos y se había llevado la recaudación. Los hechos ya han sido denunciados ante la Guardia Civil.
No es casualidad que los asaltantes eligieran esta semana para asaltar la iglesia. El 1 de noviembre, celebración de la festividad de Todos los Santos, los vecinos de la localidad habían recaudado fondos en el cementerio para contribuir a la reparación del templo religioso, explicaron desde el Arzobispado de Oviedo. La parroquia se vio obligada en 2012 a realizar una rehabilitación de gran calado en el edificio para lo que hubo que pedir un importante préstamo bancario, del que aún queda por amortizar una importante cuantía. Por eso los vecinos de Valsera decidieron realizar la colecta en uno de los días más concurridos en la iglesia.
Los ladrones accedieron por una de las ventanas laterales en algún momento entre el día 2 y el 6 de este mes, según figura en la denuncia ante la Guardia Civil. Rompieron varias huchas y se llevaron los billetes de la recaudación realizada por los vecinos. Eran al menos 600 euros, explica la Benemérita. El puesto de Oviedo de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación para tratar de determinar la identidad de los asaltantes y proceder a su detención.
La iglesia de Santa María de Valsera no sufrió más daños durante el asalto. El templo se ubica en el Escamplero. Se trata de un edificio moderno pues la iglesia románica original, que fue también antiguo monasterio de Santa María de Valsera, fue destruida durante la guerra civil. La historia habla también de un incendio que destruyó gran parte de la iglesia. Se decidió no rehabilitar el templo y construir uno nuevo en el Escamplero, el que ahora fue asaltado por los ladrones. El templo no fue reparado hasta los años 60
El progresivo deterioro de la iglesia hizo que los vecinos se unieran con el Arzobispado para rehabilitar la iglesia ante el riesgo de derrumbe del tejado en ese 2012. Para reparar las puertas de entrada y pintar el templo, además de esa reparación del tejado, el Arzobispado solicitó un préstamo de 30.000 euros cuya amortización no está previsto que finalice antes de 2017.
Capilla de Fátima
Los vecinos del pueblo de Valsera también se han unido recientemente para reparar la capilla de Nuestra Señora de Fátima. Tras el traslado de la iglesia al Escamplero, algunos vecinos optaron en la década de los 50 por construir una nueva capilla. Mediante la venta de rifas y aportaciones particulares han decidido afrontar la reparación de la capilla de Fátima, que tenía la estructura y el tejado a punto de derrumbarse."
Por La Casanueva y prado abajo sigue el paisaje de prados y arboledas, con numerosos frutales, a lo largo del ramal que comunica con la carretera de Premoñu
A la derecha de La Casanueva, vemos las casas de Taraniellu, barrio que se extiende a lo largo del Camino y por donde seguiremos hacia Valsera
En la fachada de la torre y al lado de la puerta encontramos una concha jacobita de azulejo, tan características de la señalización del Camino en Asturias
El concejo de Quirós alarga su cuña territorial más septentrional por la Sierra de Téne hacia Pedroveya, sonde se encuentra el desfiladero de Las Xanas, formado por el río de este nombre, que desemboca en el Trubia cerca de Villanueva, concejo de Santo Adriano y que puede recorrerse en una hermosa y corta travesía
Otra hermosísima vista hacia las montañas de Proaza y Teberga, con La Forcá y Sobia en lontananza. Sobia es uno de tantos topónimos montañeros vinculado con el culto a Júpiter, 'Iovis', "dios del cielo luminoso" dice el profesor Xulio Concepción Suárez en su Diccionario toponímico de la Montaña asturiana
La Forcá por su parte parece hacer mención a sus dos rocosas cimas, que forman una forcá o forcada 'palo bifurcado en horquilla', y "en usos toponímicos puede tener varios sentidos, siempre como bifurcación del terreno: lomas, peñas, arroyos, valles..."
Toda esta planicie del alto de L'Escampleru es un verdadero balcón en el que podemos deleitarnos con estos maravillosos paisajes que son también otra de las grandes esencias del Camino Primitivo
Seguidamente y a su derecha, las casas de la carretera en la bajada a Trubia y cercanas a Rañeces, otro pueblo de la parroquia de Valsera
Aunque es cierto que no suelen pasar por aquí demasiados coches, insistimos en que no nos confiemos y procuremos ir atentos y arrimados a la izquierda, máxime al acercarnos a esta curva sin visibilidad en La Casanueva
Tras la curva de La Casa Nueva viene ahora un tramo recto hacia dichas casas de El Taraniellu. Un poco más arriba, en el bosque, se encuentra el cementerio parroquial, oculto por los árboles
Aquí vemos las dos conchas que plasman esta bifurcación, estemos atentos pues a veces la hierba, al crecer, las oculta parcialmente
Antes de seguir vamos a desviarnos pues a la izquierda para conocer el albergue, cuyo edificio asoma detrás de esta primera casa
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