Plaza Mayor de Gijón/Xixón (Asturias), presidida por el Ayuntamiento, a su izquierda viene el Camino |
El Camino de Santiago entra en la Plaza Mayor de Gijón/Xixón (Asturias) procedente del Campo Valdés, cuyos árboles vemos al fondo a la izquierda de la foto y al que hemos llegado después de recorrer el gran paseo marítimo de El Muro, que pasa detrás del Ayuntamiento, que tenemos enfrente, presidiendo esta plaza...
Plaza que es un gran espacio cuadrado adoquinado, construido en 1858, en base a una plaza más pequeña, para albergar el nuevo Ayuntamiento, que a lo largo del tiempo pasó por diferentes casas consistoriales, según crecía la población y a antaño pequeña villa se convertía en una gran urbe
La Plaza Mayor vista desde el Ayuntamiento. Por el pasadizo de la derecha sigue el Camino |
"Don Manuel Meana Canal (Gijón, 1888 – 1958) era natural de Fano, apodado «El Aldeanu», fue un hombre cordial y un auténtico relaciones públicas muy querido y popular en Gijón. Muy joven abrió en El Muelle la taberna de sidra «El Diablo», y a principios de siglo XX compró una finca de la Plaza Mayor estableciendo en ella la hospedería El Laurel, que con los años se transformaría en el actual Hotel Asturias.
Desde él, José Luis Garci contó las emociones de su regreso y nos hizo vibrar de tal manera que, cuando en 1982 envió su historia de vuelta a América en su rollo de celuloide, volvió a conquistarla en forma de Oscar de Hollywood a la mejor película de habla no inglesa. El primero para España. Gracias Garci."
"Nació en Cangas de Onís en 1928. Cursó el bachillerato en Gijón y Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Oviedo. Fue profesor ayudante en Oviedo (1954-1956) y en Madrid (1954-1956), donde enseñó Historia del Español en la Universidad Complutense. Trabajó con Menéndez Pidal y se doctoró en Madrid. Se doctoró en Lyon en 1960 tras tres años de estudio, obtuvo una cátedra de enseñanza media, ejerciendo primero en Ponferrada y después en el Instituto Jovellanos de Gijón, de 1962 a 1966. Ocupó la cátedra de Lengua y Literatura en la Universidad de Oviedo en 1963, y después estuvo en la misma cátedra en la Universidad de La Laguna, volviendo a Oviedo en 1968, donde ejerció durante tres décadas y fue rector entre 1973 y 1977. Anteriormente había colaborado en la Gran Enciclopedia Asturiana.
A partir de 1971 se especializó como dieciochista y en 1972 funda el Instituto Feijoo (anteriormente Centro de Estudios del Siglo XVIII). Fue el primer presidente del Foro Jovellanos y está considerado como el mayor especialista en Jovellanos, siendo muy notable la edición de sus obras completas que estaba realizando desde 1984 y que quedó inconclusa a causa de su fallecimiento, que tuvo lugar en Oviedo el 11 de octubre de 1995.
A los numerosos homenajes realizados en su villa natal se unió el Ayuntamiento de Oviedo, que tras previa solicitud del Instituto Feijoo de Estudios Asturianos, decidió homenajearle el 2 de noviembre de 1999 asignándole el nombre de una calle que desemboca en la de Vicente Vallina."
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"Primero, aprobar por unanimidad que el escudo de Gijón sea la efigie del Rey Pelayo con la Cruz de la Victoria; y segundo, que los elementos accesorios se sometan a votación, y al efecto se acuerda que la efigie del Rey Pelayo ha de llevar la Cruz de la Victoria en la mano izquierda, y la espada desenvainada hacia abajo en la mano derecha. Se acuerda que la Cruz ha de llevar báculo."
"Descripción del sendero
El GR 100 o Vía de la Plata es una antigua vía de comunicaciones de origen romano que comunicaba Emérita Augusta (Mérida) y Astúrica Augusta (Astorga). Esta ruta canalizó el desarrollo urbano y comercial de todo el occidente peninsular desde el siglo II a.C. hasta bien entrado el siglo XIX, cuando aún era utilizada como camino trashumante, lo que le confirió el nombre de Cañada Real de la Plata o de La Vizana.
La Vía de la Plata se construyó, como el resto de las calzadas romanas, con fines militares y desempeñó un papel decisivo en la dominación y posterior romanización de los pueblos indígenas del centro-oeste ibérico. Mérida era ciudad de retiro para los legionarios romanos y Astorga fue fundada en el año 15 a.C durante las campañas de Roma contra cántabros y astures. En las fuentes bibliográficas antiguas este itinerario viene recogido como Itera b Emerita Asturicam.
También se empleó, fundamentalmente durante el Medievo, como camino de peregrinación a Santiago de Compostela. La Vía de la Plata constituye el Camino de Santiago de Sur o Camino Mozárabe, que en buena parte coincide con la propia calzada romana y con la Cañada Real de la Plata en las rutas de trashumancia ganadera.
El GR 100 cruza de norte a sur la península desde Gijón en Asturias hasta llegar a Sevilla y Cádiz en Andalucía. A lo largo de sus más de mil kilómetros de recorrido pasa también por Castilla y León y Extremadura. En total recorre nueve provincias: Asturias, León, Zamora, Ávila, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Sevilla y Cádiz.
Observaciones
El GR 100 está homologado en Asturias y en algunos tramos de Castilla y León (Salamanca). Está pendiente de señalizar la mayoría del recorrido con las marcas de GR aunque tiene señalización propia y puede seguirse entero gracias al trabajo de la Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata."
"La emblemática película Volver a empezar continúa fresca en el recuerdo de los gijoneses, como una especie de postal que trae a la memoria lo mucho que ha cambiado la ciudad. La cinta de José Luis Garci cumple 40 años y hoy el Ayuntamiento de Gijón ha descubierto una placa conmemorativa en la fachada del Hotel Asturias, uno de los principales escenarios de la misma y el lugar en el que Antonio Miguel Albajara, inmortalizado por Antonio Ferrandis, se hospedaba durante su estancia en Gijón.
La alcaldesa de Gijón, Ana González, quiso traer al presente el «vago recuerdo» que queda del Antonio Miguel Albajara real, que murió en un campo de concentración del sur de Francia y al que «la ficción acudió para reivindicar su memoria».
González destacó como José Luis Garci, «paseando por San Lorenzo se preguntó que habría sido de Antonio Miguel Albajara si hubiera sobrevivido». En definitiva, qué hubiera pasado con ese amigo de juventud del padre del director «si el destino le hubiera dado la posibilidad de volver a empezar».
La alcaldesa de Gijón destacó también que la cinta «abrió el camino para el reconocimiento internacional de nuestro cine» y supuso todo «un hito cultural», gracias al cual la ciudad «entró por la puerta grande en la historia del cine». «Ese Gijón de 1981, cuando se rodó la película, es el origen de nuestro hoy», resaltó.
Indicó además que la película se rodó en 1981, un «momento clave en la Transición», considerando que el «adecuado mensaje» de «amor, amistad y perdón» de la película «en estos tiempos inciertos que vivimos» está más presente que nunca."
"Tenía dieciséis años cuando un joven José Luis Garci vestido con esmoquin blanco subió al escenario del Dorothy Chandler Pavillion de Los Ángeles a recoger la estatuilla de manos de la actriz Luise Reiner. Era el año 1983 y en Gijón la noticia de que la película española acababa de ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa la recibimos, lógicamente al día siguiente, pero con la algarabía y el grandonismo con que en esta ciudad se reciben las buenas noticias o, por ejemplo, que el Sporting gane dos partidos consecutivos.
El Gijón de Oscar que nos contó Garci en “Volver a empezar” acaba de cumplir cuarenta años. Al igual que el resto del país, la ciudad estrenaba una década tan incierta como emocionante. Con una democracia recién recuperada, Tejero y su banda nos metieron el miedo en el cuerpo la noche del 23 F de 1981 y los disparos en el techo del Congreso reforzaron la idea de que había que afianzar el nuevo tiempo. Volver atrás, ni siquiera era aceptable para coger impulso. En 1982, el fútbol convierte a España en la sede del mundial de fútbol y en El Molinón, amén del claro cambalache entre Alemania y Austria para dejar fuera de juego a la selección argelina, pudimos ver fútbol internacional en un momento en el que el Sporting sí que era vencedor por los campos de España.
La ciudad a la que vuelve Antonio Albajara se encontraba en plena crisis industrial de la siderurgia, el sector naval y el textil. El paisaje de ese Gijón se conformaba aún con grandes fábricas e industrias incrustadas en la ciudad como la Fábrica del Gas y una costa de grúas y astilleros. Todavía quedaban instalaciones militares en el cerro de Santa Catalina y poblados chabolistas como la Santina o la Cábila, a escasos cien metros del Paseo de Begoña. En lo que hoy es el centro comercial del Llano, se jugaba a la petanca y, salvo unas concretas excepciones, no había museos, ni polideportivos o piscinas públicas; tampoco centros municipales, bibliotecas o parques en los barrios. Por el contrario, aún se podía ver el cine en el Robledo, Maria Cristina, Hernán Cortes o Arango, la sala en la que hace cuarenta años se estrenó “Volver a empezar”.
Es esa la ciudad a la que Albajara vuelve para vivir una historia que el director escribió con el objetivo de demostrar que aquella España oscura y siniestra que dejábamos poco a poco atrás no podía volver a repetirse. Había que volver a empezar y bien lo entendieron alcaldes como José Manuel Palacio y sobre todo Vicente Álvarez Areces que dieron la vuelta a una ciudad que, a día de hoy, mantiene la esencia pero que nada tiene que ver con los fotogramas de José Luis Garci.
Y ese trabajo nunca acaba. Hace 40 años hubo que superar los obstáculos de una ciudad oscura, sucia y llena de barreras. Hoy, cuarenta años después, hay que seguir volviendo a empezar. Desde lo hecho para lograr nuevas metas y para que la esperanza, el entusiasmo y el coraje del que hace gala nuestro oscarizado Gijón siga siendo un estímulo en todas las facetas ciudadanas. Incluida la futbolística.
Desde el viernes, en el Hotel Asturias una placa recuerda que hace cuarenta años Gijón volvió a empezar, en casi todo, excepto y así parece en este Sporting que de vencedor por los campos de España ha pasado a casi arrastrarse por los estadios en los que antes defendía con orgullo los colores del club con el estadio más antiguo de España. La grada silbó el domingo y con razón pidiendo a la directiva que se vaya. Y es que la afición es la única que una semana tras otra vuelve a empezar pensando que va a ver alguna esperanza de aquel Sporting que esa temporada acabó en el octavo puesto de Primera División.
Acabo con nostalgia del Sporting de Joaquín, Ferrero, Redondo, Jiménez…, y parafraseando a un sportinguista de corazón, gran periodista y mi extraordinario amigo Edu González cierro hoy está columna con una de sus muchas frases magistrales que este domingo nos dedicó durante mi paseo diario: “el viernes una placa, el domingo una lápida”. A quién corresponda: tomen nota y vuelvan a empezar."
"En la cinta, se ven lugares de Gijón como el Palacio de Revillagigedo, los antiguos cines Robledo o el estadio de El Molinón. Pero una de las localizaciones principales fue el Hotel Asturias, situado en la Plaza Mayor de la ciudad asturiana, donde el protagonista del film, el profesor Albajara (interpretado por Antonio Ferrandis) se hospedaba.
Cuarenta años después de aquella gala, COPE ha vuelto al hotel, que sigue teniendo tirón entre los turistas: "Vienen, ven la habitación en la que Ferrandis se sentaba, pensaba y escribía y les gusta. Está modernizada en todos los aspectos, pero es una habitación clásica y con vistas a la playa", explica en COPE el propietario del establecimiento, Manuel Lázaro.
Lázaro ya regentaba el hotel cuando Garci montó allí un set de grabación. Sin embargo, no era la primera localización que barajaba el director de cine. Lo ha desvelado en Mediodía COPE Gijón: "Él quería utilizar un barco, pero le gustó el hotel"
"Claudio Alvargonzález Sánchez (Gijón, 9 de agosto de 1816 - Gijón, 21 de agosto de 1896) fue un marino español conocido como el «Héroe de Abtao», por su actuación en el combate homónimo, durante la Guerra hispano-sudamericana
Alvargonzález nació en la actual Plaza Mayor, número 22 de Gijón en el seno de una familia de marineros. Hijo de Mateo Alvargonzález Pérez de la Sala -piloto y dueño de una incipiente industria conservera- y Josefa Sánchez García-Jove. Estudió en el Instituto Jovellanos de la misma ciudad obteniendo el título de piloto. El 2 de julio de 1835 ingresó en el cuerpo de guardiamarinas perteneciente a la Escuela de Ferrol.
Durante la Primera Guerra Carlista participó en distintas batallas navales libradas en el Cantábrico, ascendiendo al grado de Teniente de Navío. En 1855 fue ascendido a Capitán de Fragata y destinado a Santander. Permanece tres años en aquella ciudad, ocupando el cargo de Comandante de plaza. En 1861 es nuevamente ascendido, obteniendo el grado de capitán de navío.
El 20 de diciembre de 1864 se unió a la Escuadra del Pacífico, participando en la Guerra hispano-sudamericana. Durante este conflicto, dirigió la primera expedición a Chiloé con el objetivo de localizar a la escuadra combinada chileno-peruana, flota a la que se enfrentaría el 7 de febrero, sin resultados concluyentes. Participó, más tarde, en el bombardeo de Valparaíso (Chile) y en el combate del Callao (Perú). Tras este último enfrentamiento, regresaría a España con el resto de la escuadra española.
Por los méritos en combate, el 29 de julio de 1886 se dictó una Real Orden por la que se le ascendió a brigadier.
Durante los disturbios al ser destronada la Reina Isabel II, es requerido por las autoridades constituidas en Junta Revolucionaria para intervenir ante el pueblo exaltado. Es nombrado Alcalde de Gijón el 11 de octubre de 1868 y 3 días después se forma la nueva Junta Municipal, que será presidida por Nemesio Sanz Crespo.
Una vez jubilado se retiró a su ciudad natal, donde pasó los últimos años de su vida. Falleció allí el 21 de agosto de 1896."
"No estaba el horno para bollos ni para pasodobles. Justamente un año antes la corporación había decidido posponer una anunciada manifestación oficial de inauguración del Ayuntamiento a causa de los problemas surgidos con la escalera de mármol y la falta de mobiliario de la casa"
"En adelante y por mucho tiempo, el edificio que indudablemente más que otro alguno ha de llamar la atención, es el palacio consistorial: en desdoro de Gijón venía recayendo que en población tan importante se alojara el Ayuntamiento en una casa sobrado mezquina y humilde; á vez de remediar esta falta venían dedicando sus trabajos de mucho tiempo atrás las celosas personas que formaron parte de la municipalidad: por fin, conseguidos algunos fondos que fue posible distraer de otras atenciones y obtenido el consiguiente permiso, se subastó en el año de 1862, terminándose en 1865. Forma este edificio el frente de la plaza de la Constitución; todo él es de piedra sillería, perfectamente ajustada. Consta de cuatro fachadas, si bien no arregladas á un riguroso órden arquitectónico, vistosas y de agradable perspectiva (...). Su interior corresponde al resto del edificios: espacioso vestíbulo, magnífica escalera de mármol de Carrara, gran salón de juntas regiamente decorado, antesalas y despacho del Alcalde también de mayor lujo; despacho del secretario, adornado con sencillez y buen gusto; oficinas, espacioso salón de quintas, sala de estadística, archivos y otros muchos departamentos"
"El Ayuntamiento de la plaza no es un mal edificio dentro de los de su clase, pero una mirada crítica es una lástima que mientras los peldaños de la escalera principal fueran de mármol blanco, los pasamanos sean de madera pintada de blanco. Lo inadecuado se detecta fácilmente y no es bueno para Gijón. En la sala de sesiones hay algunos cuadros, el mejor es el de Claudio Alvargonzález, que comandó la fragata "Villa de Madrid", y hay un retrato bastante diferente del rey actual, Su Majestad Alfonso XII. El mobiliario del edificio es sencillo pero sustancioso: la presencia de numerosas escupideras es tal vez un mal necesario. En la Exposición del centenario de Filadelfia, en 1876, la siguiente placa adornaba en las paredes: "los caballeros usarán las escupideras; los demás no deben hacerlo". Sin embargo a nuestros amigos españoles les compete la ley, pues en otros tiempos ellos pertenecían invariablemente a la primera categoría".
"La Plaza Mayor es moderna, del siglo pasado, pero el conjunto, con sus clásicos soportales norteños para resguardarse del orbayo, el edificio del Ayuntamiento con el clásico balcón apto para toda suerte de pronunciamientos aunque, lo confieso, le "pegan" más los de tipo civil y racional que los otros, la vieja Pescadería, no muy lejos de allí y, detrás, el Cantábrico, sonoro y oloroso, posee unos reconfortantes estigmas antiguos, románticos y literarios"
"Andrés Coello diseña un edificio siguiendo un estilo clasicista según las directrices de la Real Academia de San Fernando. El edificio conforma un volumen cúbico de 3 plantas, con unas líneas sobrias únicamente interrumpidas por un reloj coronado con el escudo de la ciudad en la fachada principal.
"En 1865, cuando la edificación del Ayuntamiento, vio el historiador Rendueles en el mismo sitio varios sepulcros de gran antigüedad, con esqueletos bien conservados. Mucho debió subir de entonces acá el nivel del terreno, cuando antes pasaba el mar de banda á banda, bien que esta subida sea general el toda la población. A espaldas de la casa de Rato, mirando a San Pedro, estaba la fuente de la pescadería"
"A pesar de su reducido tamaño, la plaza es lugar habitual de numerosas celebraciones, desde conciertos a espectáculos, además de acoger el pregón de la Semana Grande, las fiestas de Begoña en agosto. Además es un lugar de concentración habitual de visitantes gracias a su situación de paso entre el Puerto Deportivo, la calle Corrida, el barrio de Cimadevilla, El Centro y la playa de San Lorenzo, hospedando numerosos locales hosteleros. Además la plaza se usa para eventos de toda clase como concentraciones, eventos religiosos, mercadillos (generalmente de artesanía y gastronomía) e incluso conciertos durante la llamada "Semanona" y por el Día de Asturias.Es tradición de entes municipales como la Policía Local y en especial de Emtusa el despliegue de los nuevos modelos de sus flotas en la plaza para la familiarización de la ciudadanía y la prensa".
"... el proyecto original contemplaba construir una plaza cuadrada y porticada por sus cuatro lados, mientras que finalmente sólo se porticaron dos lados y se cerró un tercero con la casa consistorial, la cual da la espalda al mar. Los soportales se cierran con arcos de medio punto en edificios de dos plantas. El lateral que no está porticado conserva edificios antiguos de factura tradicional y otros modernos que siguen la estética de los anteriores. El motivo de esto es debido a la falta presupuestaria durante la construcción de la plaza y a la buena conservación e interés arquitectónico de los edificios cuando se planteó su demolición en los 1980, además uno de esos edificios, el Hotel Asturias, aparece en la película Volver a Empezar, ganadora de un Oscar. La plaza es totalmente peatonal, está empedrada y presenta una farola de hierro ornamental en el centro."
"El nombre más antiguo de esta calle. Ya se cita en el Catastro del marqués de la Ensenada: «Antonio Menéndez Valdés Cornellana tiene casa en la calle que va a la Plaza de la Villa, que llaman de las Arrebalgadas». Lo de Arrebalgadas era debido al levantamiento de faldas de las mujeres para cruzar una calle con agua por el medio y embarrada. En realidad, el término rebalgar es eso: andar a grandes pasos para pisar en las piedras que hacían transitable la calle"
"El popular establecimiento hostelero de la plaza Mayor, La Botica Indiana, cerrará sus puertas el próximo domingo, 10 de enero. "Después de 20 años nos vemos obligados a cerrar ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con la propiedad para renovar el contrato", aseguraban en redes sociales para anunciar su cierre. "Nos llevamos miles de recuerdos. Esos primeros desayunos de la mañana, los vermuts, los almuerzos, las meriendas, los cafés, las noches eternas, las fiestas interminables, bailes, risas, conversaciones, algunos amores y muchas anécdotas. Tanto en el interior como en la terraza. 20 años dan para mucho…"
"Mesón que existía en tiempos del Gijón amurallado y del que Julio Somoza y Pachín de Melás nos aportan en sus escritos algún dato. Este mesón, estaba en la esquina de Melquíades Álvarez con Valladolid, en los bajos de una casa conocida como La Botica. "
"Fecha del año 1886 en la que se cubre el empréstito para la traída de aguas del manantial de Llantones para abastecer a la ciudad. «En el Orden del Día de la Sesión Municipal bajo la Presidencia del señor Alcalde D. Alejandro Alvargonzález y con la asistencia de los Concejales Menéndez (Don Macario), Pidal (Don Ángel), Hevia (Don Donato), Menéndez (Don Jesús) y Menéndez (Don José) se dio lectura a un oficio de la Dirección de Hacienda, señalando el día 27 de Diciembre actual para la subasta del empréstito de la traída de aguas» (diario El Comercio, 21 de diciembre de 1886). «Se aprueba que el nombre de Sal-si-puedes, cuya significación no está ya en armonía con las condiciones de la aludida vía pública y que, por otra parte, no responde a ninguna idea religiosa, social, histórica o política se sustituya por otro más digno de la importancia que tiene dicha calle.»
Nombres anteriores: Salsipuedes. O Sal-si-puedes, que de las dos maneras se llama esta calle, de nombre tan habitual también en otras poblaciones para referirse a calles estrechas y laberínticas. Dice Julio Somoza: «En el número 12 nació el General Evaristo San Miguel, aunque otros opinan que fue en otra calle cercana al Hospital de La Caridad»."
"Aquellos primeros años de concejal fueron apasionantes y repletos de inicios de proyectos, era una época de grandes cambios. En el verano del 80, en junio, nada más llegar de la mili me incorporé al Ayuntamiento y el alcalde José Manuel Palacio, hombre muy serio y discreto, decidió que como era el concejal más joven me encargara de Juventud y Festejos. Mi primera responsabilidad sería hacerme cargo de un proyecto, que estaba aún verde, para poner un toldo en la plaza Mayor. La realidad era que estaba muchísimo más que verde, pero salió adelante y el Entoldado de la plaza Mayor nos proporcionó cuatro veranos sensacionales, en los que vimos desfilar grandes actuaciones, nacionales e internacionales, que en aquél Gijón de los primeros 80 parecían increíbles. El humilde Entoldado fue lo que encendió el interés por las actividades culturales y demostró la necesidad de tener espacios mayores y mejores. En los años posteriores, el reguero de actividades se extendió a Las Mestas, El Molinón y el Pabellón de La Arena. Después se expropió y rehabilitó el Jovellanos y se empezó a utilizar el Palacio de Deportes. También el teatro de la Universidad Laboral y el patio, empezando por aquellos Encuentros de Juventud de Cabueñes"
"Ya posee título de sidrería clásica, y cuenta con trascendencia y proyección. Además, ejerce un papel imprescindible despachando buenos augurios, sea durante los rituales del Año Nuevo, sea durante las mil y un demostraciones de fiesta o protesta que enmarca el principal espacio cívico y público gijonés, sea cionando techo y sidra a los invitados antes de las bodas civiles para que las esperas se hagan cortas y bien libadas. Y de producirse la siempre temida ausencia de parte en el último momento, que la decepción disminuya ante barra generosa.
No cabe duda de que estar junto a Cimadevilla tiene su importancia; ocupar un amplio bajo de la mismísima plaza del Ayuntamiento, su excepcionalidad; aguantar el tipo veinticuatro años, donde pasamos de la riqueza fácil al recorte perpetuo, su virtud; ofrecer una cocina de raíz local y ramas sin fronteras imaginada y dirigida por un 'chef de cuisine' francés, inusual.La Galana es, ante todo, un requexu guapu. Guapu por vistoso, por claro, por original, por espacioso, por moderno y bien dispuesto, capaz de que el indígena se identifique y el forastero se sienta, al mismo tiempo, en Asturias patria querida y en Gijón del alma, sin obviedades ni lugares comunes.
Pasada la larga sala de barra, escanciados, tapas y encuentros, con momentos en los que atravesar la multitud exige andar igual que un egipcio, unos escalones nos suben a la sala comedor. Arriba y abajo, el entorno decorativo sorprende, complace, acoge y entretiene: techos de madera y vigas enmarcando coloristas pinturas, pipas y cajas de sidra cuidadosamente dispuestas, liños y bancos tallados de rosetas, un torno llagarero, un enorme llar chimenea y, resumiendo, un ambiente a la vez vetusto y renovador de taberna playa y mesón coqueto.
¡Y sin televisores! Así, entre admiraciones bien marcadas, que la presencia de la caja tonta (actualicemos a placa o plancha tonta) constituye un error que la mayoría de chigres incorporan, sazonándonos las gracias de las mejores ingestas con igualmente indigestos políticos y accidentes, cuando no éxitos musicales dudosamente ídem.
La vida pasa, pues, felizmente si hay amor y no televisor. Y con doble dosis de felicidad al poder elegir, aprovechando la reciente entrada del verano y las costeras en pleno ferver y fervor, soberbias sardinas asadas con tomate de Somió y, siempre partiendo de bonito de norte, sobrasada, ensaladilla clásica con ceviche, canelones con queso de Varé, marmitako, rodaja, rollo, ventresca, nigiri de solomillo y otras cocciones y presentaciones que el versátil gochín marino permite.
El pixín en salsa de llámpares, el rodaballo salvaje a la plancha con espuma de placton, la merluza a la sidra según estilo pixuetu, la lubina salvaje a la espalda con wok de verduras, y las calderetas, parrilladas, y 'del puerto al horno' según lo disponible cuando preguntemos, revelan (ahora sólo en escrito pero aconsejamos el oral) la visión cosmopolita que gasta Denise y resume perfectamente el solomillo de carne roxa con micuit de foie y salsa perigueux, o sea, el tournedó Rossini 'à la asturienne'.
Y del pitu de caleya sin adjetivos pasamos al pitu thai con noodles salteados."
"Este hotel, que abrió sus puertas como tal en el año 1946, tiene sus orígenes en una antigua hospedería del siglo XIX. Aunque hoy está totalmente renovado, conserva esa esencia regia tan característica de los edificios de antaño, con las barandillas de las escaleras de filigrana de hierro, techos altos, columnas, suelos de madera... que lo convierten en un hospedaje con encanto. Sus salones climatizados, con diferentes capacidades, están preparados para acoger actos y celebraciones de todo tipo, tanto familiares como de empresa. Su restaurante, situado en la planta baja y en donde se sirve menú del día, comparte protagonismo con la zona de bar, un rincón acogedor que mantiene la magia de los cafés de estilo literario. La decoración clásica de estas zonas nobles continúa en las habitaciones "tradicionales" del Hotel Asturias, dormitorios que, con su mobiliario de madera maciza y sus vistas a la Plaza Mayor de Gijón, hacen un guiño a los establecimientos hoteleros de principios del siglo pasado. Por su parte, las habitaciones "modernas" incluyen cómodos armarios empotrados, bañeras o columnas de duchas de hidromasaje, así como muebles de diseño contemporáneo."
"Cada día, sobre las dos del mediodía, muchos eran los que hacían fila a la puerta del hotel. Allí salía puntualmente Manuel Meana, acompañado por alguno de sus empleados, para dar de comer a los necesitados, liderados por "La Perala", que se encargaba de contar platos y cubiertos al terminar. Una práctica que "El Aldeanu" comenzó tras el funeral de su esposa, al que acudieron varios mendigos a darle el pésame para sobrellevar mejor el luto. Incluso, dejó escrito en su testamento que el rito se siguiese llevando a cabo a pesar de su muerte.
Las crónicas de la época le definían como "un perfecto caballero, católico de sentimientos bien afincados; un español que jamás renunció a sus ideas y que tuvo la valentía de proclamar sus convicciones en las circunstancias más difíciles". Con esa carta de presentación se dejaba ver diariamente por la ciudad, dando muestra de que era trabajador. Siempre acudía él en persona a comprar la mercancía en la plaza del Sur. Allí reñía con las campesinas del concejo o bien por el precio o bien por la calidad del producto. Luego, en compañía de algún pinche llevaba las viandas que se servirían ese día. Alguno quedará en Gijón que le recuerde todavía hoy con dos pollos en la mano por la calle Corrida seguido de un carro con verduras y mantecas.
Otra de sus anécdotas que perdura en Gijón se produjo merced a la incorporación de mobiliario francés para los aseos. Al final de la cadena de la cisterna en una empuñadura de porcelana estaba escrita la palabra "tirez", es decir, "tire usted" pero pocos o nadie lo hacían. De ahí que colgase un cartel en el baño que ponía "tirad del tirez". Tal fue su contribución a la historia de la city que hasta el Ayuntamiento -tras acuerdo ratificado el 9 de octubre de 2001- estimó oportuno darle su nombre a una calle situada en el polígono industrial de Somonte, con entrada por el Río Pinzales y salida por la calle de María González, "La Pondala". Otra mítica."
"Su muerte corrió como la pólvora, de boca en boca, por toda una ciudad que se iba entristeciendo poco a poco con la noticia. Era un día 15 de mayo de 1958 cuando, horas después de que los rusos mandasen al espacio a el satélite artificial Sputnik 3, una larga enfermedad hizo claudicar a Manuel Meana Canal, "El Aldeanu", a sus 71 años. Había muerto un hombre cordial, trabajador, sincero, auténtico, generoso, popular y muy querido en Gijón. "Una verdadera institución" que en ese momento lograba pasar, con nombre y apodo propio, a la historia de la ciudad por ser el fundador del oscarizado Hotel Asturias y por haber alimentado a los muchos hambrientos que la posguerra dejó en Gijón."
"Denise, natural de Sèvres, una de las grandes capitales mundiales de la porcelana, se formó en una culinaria académica, compleja, constructiva, que da importancia a las especias, las salsas, las combinaciones, los contrastes. Podría vivir de pintar, que su obra artística, aplaudida en numerosas exposiciones, reúne sobradas calidades y originalidades. No obstante, casado con una polesa y padre de una gijonesa, eligió la dura seguridad del oficio a la caprichosa bohemia del marchante, notándose -eso sí- un decidido y figurativo gusto por el individualismo, las materias, la sencillez y las armonías.
A cargo de la sala queda Cristián García que, antes de los últimos once años, se formó en Los Hórreos, aquel adelantado de la estrella Michelin desgraciadamente perdido junto con su irrepetible entorno: contar a Gabino (qepd) y Nieves como profesores no resulta circunstancia baladí.
Guisa y sirve un completo equipo que escancia, proporciona tapas y minis en barra, atiende la lateral terraza con la Casona de Jovellanos por fondo, pone igual cariño en la fabada y el dim-sum, y convoca reuniones festivas alrededor de los sabores y los culinos, luego de la alegría."
"El nombre de la calle es debido a los árboles, en otro tiempo muy abundantes en esta zona de la plaza Mayor. De hecho, en antiguas fotografías de la plaza se distinguen varios árboles, quizás Robinas o falsas acacias. (...) Jovellanos cita en varias ocasiones la calle «Las Acacias» para referirse a ésta, aunque con el paso del tiempo el nombre deviene en Acacias. Así la denomina Julio Somoza en su Callejero, y luego aparece ya en todas las relaciones de calles a partir de finales del XIX con la forma de hoy: Acacia."
"se asemeja más a las tenidas por muchos montañeses en Cádiz y otras poblaciones andaluzas y reciben el nombre de colmados. Propiedad de nuestro Manín, mayordomo de la Marina Mercante"
"En la Plaza Mayor de Xixón, El Centenario es uno de los restaurantes con más historia de Asturies, cuyo nombre se debe al aniversario del nacimiento de Xovellanos, y que a su vez en 2011 ha cumplido los 100 años. Zona de chigre, comedor en la primera planta, una amplia terraza permanente en la Plaza Mayor y una cocina en la que destacan los estupendos pescados y mariscos del cantábrico, la fabada y las carnes de los valles asturianos. Por si fuera poco en El centenario se lleva una cuidada selección de las mejores sidras, alternando entre otras la sidra de los llagares de Coro, Gelo, Castañòn y Vallina"
"... No había planeado nada y nos dejamos llevar, alcanzada la Plaza del Ayuntamiento volvemos a explorar un mercadillo navideño, ya habíamos estado en el del Paseo de Begoña. Las 20:30 es buena hora para tomar una botella de sidra y de entre todos los que hay por la zona, entramos en El Centenario, una sidrería-marisquería de toda la vida.
Aunque cuentan con un comedor en la primera planta, en la zona de sidrería ya se empezaba a acumular mucha gente y por si entraba el hambre y no fuese a ser demasiado tarde, nos sentamos en la única mesa libre que quedaba.
Val de Boides fue el palo elegido, una DOP del Llagar Castañón que fue galardonada como mejor sidra DOP en 2016.
Dicen que la sidra hay que acompañarla de algo de comida para que no caiga mal, pues oye, a rajatabla, tráenos un par de andaricas. Muy sabrosas y cargadinas.
Parece que el chupeteo y la segunda botella abrió el apetito y decidimos quedar a cenar. Unas buenas zamburiñas sirvieron de excusa para mojar algo de pan.
Por seguir con marisco y bajo la premisa de culo veo, culo quiero, ver las caras de satisfacción de la mesa de al lado mientras se comían una ñocla a la plancha, definió el siguiente plato.
Creo que ya os lo comente alguna vez, la gente se pirra por las centollas y no puedo decir que un buen carro no me encante, pero si de patas y más carne hablamos, no se puede comparar con un buey de mar. Encima si lo pedís a la plancha, la cosa mejora con creces.
Turno del pescado, con la chopa no hubo discusión pero pedirla con salsa, a la espalda o al ajillo fue otro cantar. Al final elegimos la última opción en función de mantener un poco la línea."
"... la placa de Travesía de Recoletas no se retiró en 1941, cuando se aprobó el nombre del arzobispo, con lo que prácticamente todos los habitantes de Cimadevilla seguían llamándola por el nombre antiguo. La confusión aumenta cuando vemos callejeros como, por ejemplo, el incluido en el padrón de habitantes de 1960 con la denominación de travesía de Recoletas para la corta calle perpendicular a Recoletas y Arzobispo Valdés, que desembocaba frente a la capilla de los Remedios. (...)Trataremos de aclarar el asunto. El 7 de agosto de 1941 desaparece oficialmente la travesía de Recoletas para convertirse en Arzobispo Valdés, pero al no desaparecer la placa, lo que sucedió fue que en realidad la travesía se bifurcó, llamándose con el nombre nuevo a la vía así conocida hoy y manteniendo el de travesía de Recoletas otro tramo. En consecuencia, por eso aparecen en planos, incluso recientes, las dos calles."
"La vigilancia del Musel, desmontada desde el asalto al puesto de Carabinaros, es retomada por 60 marineros del Libertad que establecen turnos de centinela. Dos marineros de los 60 que tenía el buque en tierra para la vigía, entablan contacto con los revolucionarios y traman un plan. A bordo del Libertad, el ambiente está enrarecido: algunos oficiales no eran partidarios de bombardear a la población civil. Se trataba de aprovecha el descontento reinante y para ello, decidieron que al relevo de la guardia, los dos marineros desde La Calzada avanzasen en manifestación hacia el Musel, captar a la guardia entrante y marchar hacia Gijón.Así se hizo y los dos marinos sublevados rodeados de una muchedumbre se encaminan hacia el Musel dando vivas a la revolución. Los carabineros situados en el cargadero nuevo abren fuego y caen varios manifestantes. La oficialidad del buque que más quería que un buen motivo para cerrar filas con la marinería. Varias lanchas de desembarco parten del Libertad y a pesar de intentar repelerlas con 6 o 7 fusiles, lograron detener a 36 hombres y 24 mujeres.El sufrido 29 batallón de Infantería: JMª Martínez se entera que el tren del 29 está detenido en Veriña. Los 400 soldados están desesperados intentando organizar el desplazamiento hasta Oviedo por tierra. Se dedican a confiscar carros y animales para transportar el material. A doce km de allí, JM Martínez al frente de unos cuantos cenetistas, repartidos por los montes anteriores a llegar a Veranes. Unas cuantas descargas hacen pensar al comandante Cerrada que tiene en frente una tropa de revolucionarios que les han tendido una emboscada. Se repliegan, frenado el avance. JMª Martínez y los suyos vuelven para Gijón.Aeroplanos: por segunda vez aeroplanos vuelan bajo en tares de observación. Moriones, envalentonado por el aplastamiento del motín del Libertad, se decide a dar un golpe de mano. Desde Manuel Llaneza y la Puerta la Villa, guardias civiles y de Asalto lanzan un ataque que es rechazado con vigor por los revolucionarios dirigidos por Vázquez del Cte Local de CNT. Se repliegan y dejan dos heridos en el camino. Cimavilla por la tarde: El bloqueo al que están sometidos los revolucionarios y temiendo un nuevo ataque del Libertad, se lanza un nuevo asalto al Ayto., con bombas de mano y quemando los últimos cartuchos, logran llegar a los arcos de la Plaza, donde son rechazados por los de Asalto.Justo e la esquina de “El Centenario”, cae Ángel García Sobral “el Pescao”, militante cenetista, por el disparo del viajante catalán desde la terraza de Los Laureles. Oscurece: Comienzan los bombardeos del Libertad contra Cimavilla. Esta vez potentes proyectiles derrumban todo lo que tocan. Varias casas sufren daños terribles, otras se desploman, la torre de la Iglesia de San Pedro, la fabrica de Tabacos… El polvo y la destrucción siembra el pánico en los vecinos del barrio de pescadores. Se había acordado que los revolucionarios (entre 30 o 40) abandonasen las armas y se mezclasen con la gente si hubiese que huir. Por las calles en riada, comienza a salir los pobladores de barrio enarbolando banderas blancas.Los guardias detienen a todos los hombres para conducirlos a la Iglesiona. Allí son encerrados 600 vecinos. Comienzan los interrogatorios y las torturas a los que parecen responsables. Cae uno de los bastiones y además 15 revolucionarios de primera línea. El asunto se pone mal. Las fuerzas gubernamentales, no entran al barrio hasta el amanecer."
"En principio, la calle iba a ser un homenaje al coronel Portela, aunque nunca se llegó a aprobar, «quedó sobre la mesa», dice el acta. En efecto, el 15 de mayo de 1931, con la proclamación de la República reciente, se trató en la Sesión del Ayuntamiento este asunto, al recordar a «quien había tenido una labor importante en la resolución de una huelga siendo Coronel del Regimiento de Guarnición en esta plaza»
"Javi Fuego participó el miércoles en una cena muy especial en el Restaurante Entreplazas. El histórico Juan Maribona, ATS del Sporting durante décadas y una persona muy querida en el club, dejó de trabajar en Mareo después de 41 años, entre su etapa como futbolista e integrante de los servicios médicos, recibiendo entre varios regalos una camiseta de recuerdo firmada por numerosos excompañeros.
La cena sorpresa congregó a varias personalidades de la historia del Sporting, como Abelardo y Ciriaco Cano, además de trabajadores tan destacados como Gerardo Ruiz e Iñaki Tejada y exfutbolistas rojiblancos: Juan Muñiz y Juan Pablo, entre otros. Maribona, que sigue con su profesión fuera del Sporting, estuvo a punto de debutar con el primer equipo como jugador, pero una grave lesión de rodilla en 1979 precipitó el final de su carrera."
"Suena y sabe. Se paladea y cruje. Es asturiana y sus características peculiares le han otorgado un primer puesto en el II Certamen de pinchos y tapas de Gijón. La «Fabada sonora», nombre que se le ha dado con motivo del estruendo que produce al contacto con el paladar, resultó la tapa ganadora en un concurso que contó con la presencia de un jurado especializado. El creador de este ingenio responde al nombre de Carlos Ramos, el cocinero, desde hace dos años, del restaurante gijonés Entreplazas, un local que no es la primera vez que resulta premiado, ya que en la pasada edición del certamen su mousse de queso curado y jamón quedó en segundo puesto.
En esta ocasión, Ramos quiso hacer algo «de la tierra, aunque variando su forma de consumo», explica. De esta forma, transformó la fabada en puré y añadió el compango de morcilla y chorizo en polvos. Para rematar la «Fabada sonora», el hostelero incorporó un crujiente de tocino, gelatina de sidra y peta zetas. «Había oído hablar de los famosos peta zetas de Ferran Adrià, así que decidí usarlo en un producto asturiano como es la fabada», cuenta Carlos Ramos haciendo suya la iniciativa del cocinero catalán.
El resultado no pudo ser mejor y el sabor diferente, pero «muy asturiano». «Es como tomarse una cucharada de fabes, pero con culín de sidra incorporado», dice Carlos, que en la mañana de ayer pudo comprobar el éxito del pincho, «ya pasaron alrededor de una veintena de personas pidiendo la "Fabada sonora"».
Muchas tuvieron que esperar hasta media mañana, ya que la elaboración de este pincho asciende a cuatro o cinco horas. «Es una preparación muy larga y costosa, a la que después le debes sumar el emplatado», explica Carlos, «el chorizo y la morcilla se secan al horno para eliminar la grasa, ésa es la parte más laboriosa del proceso», añade.
Ayer todos los clientes del Entreplazas pudieron disfrutar del entrante ganador, así como los habituales de la barra. Además, según los datos que maneja el establecimiento, «durante los días que duró el certamen se consumieron alrededor de 3.000 unidades de la "Fabada sonora"».
El objetivo de Carlos Ramos era «sorprender» y considera que así lo ha hecho. «A partir de ahora incorporaremos la tapa en el menú y la mantendremos en la carta, para que no caiga en el olvido», puntualizó el dueño del local Entreplazas, Marcos Sanjurjo.
Por su parte, Carlos Ramos, quien lleva más de diez años ejerciendo como cocinero en establecimientos de Tenerife, Mieres o Gijón, cree que el balance es «positivo». «De los dos años de existencia del certamen, uno fuimos finalistas y éste ganadores, creo que es una buena señal», puntualizó.
«Fabada sonora»
Ingredientes
Espuma cremosa de fabes, polvo de chorizo, polvo de morcilla, crujiente de tocino, gelatina de sidra, peta zetas y salsa de pimentón.
Presentación
El pincho se emplata en un pequeño vaso de cristal y se toma con una cucharilla.
Elaboración
La elaboración asciende a cuatro o cinco horas. En la creación del pincho participa todo el equipo de cocina, aunque la idea original sea del cocinero Carlos Ramos.
En primer lugar, se prepara una fabada al estilo tradicional en la que se incorpora el compango de chorizo, la morcilla y el tocino. Después, se reduce la fabada a puré, excepto el compango. El chorizo y la morcilla se introducen al horno hasta que eliminen toda la grasa, posteriormente se reducen a polvo. El tocino se introduce en el horno hasta que cruja. Se echan peta zetas y gelatina de sidra."
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