Procedente de Colunga, el Camino de Santiago del Norte ha entrado en el concejo de Villaviciosa por La Llera, parroquia con términos en ambos concejos, empezando, a la altura del barrio de La Llastra, a descender suavemente hacia Priesca, donde hay albergue de peregrinos en la antigua casa rectoral, al lado mismo de la iglesia de San Salvador, muestra insigne del Arte Asturiano (prerrománico) en su estilo más tardío. Es aquí, bajando a Priesca, cuando el Camino nos ofrecerá excelentes vistas del emblemático Monte Fariu (339 m), parroquia de Miravalles, rodeada por montes y colinas que la separan de la Ría de Villaviciosa
Abajo, al pie de La Cabañona, casería de La Llastra en términos de Villaviciosa, una vaguada lleva el agua de un arroyo, La Riega la Teyera, que es uno de los afluentes del Ríu Carrión, que nace de varias fuentes al pie del
Monte Tandión en Sietes (Villaviciosa) y recorre de norte a sur la parte más oriental de este concejo de Villaviciosa, desembocando en la ría en Sebrayu, en cuyas inmediaciones lo cruzaremos. Leemos de él en la
Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Este río que discurre e su totalidad por el concejo de Villaviciosa, se llamó también Valle y Oritgal, y recibe tantos nombres como parroquias por donde pasa. Con no ser el más usado actualmente, Carrión es con el que se le denomina en todas las descripciones antiguas del concejo. Nace de varias fuentes y arroyos que bajan de las parroquias de Samartín de Vallés, Rales y Breceña"
La Ría de Villaviciosa está al otro lado del Picu Fariu y del Monte Cubera, que se extiende alargado de norte a sur en paralelo al estuario y que en este su extremo norte llega a los 336 metros de altura en el llamado Monte Agüelle, que cierra por el oeste el gran valle de Miravalles, parroquia sita en el centro y corazón de la mitad occidental del concejo villaviciosino y rodeada de montañas, por donde fluye El Ríu los Valles, también afluente del Carrión
Destaca en medio del valle por su altísimo campanario, picudo y de planta cuadrada, de la iglesia parroquial de San Esteban de Miravalles, en medio del valle, templo construido en el siglo XIX, de inspiración historicista, imitando detalles del románico, del gótico y del barroco. Al lado están las antiguas escuelas y la rectoral. Al fondo vemos la carretera AS-330, que comunica con la capital del concejo, popularmente llamada
La Villa, por Agüelle y Abéu. es también la célebre
Carretera Puente Agüera, que enlaza Villaviciosa y Colunga por el interior
Cerca de la iglesia se cruza con la la carretera VV-14, que, por la aldea de Cueli, en la ladera sur del Monte Fariu comunica la AS-330 con Sebrayu, otro de los pueblos de Miravalles, famoso en el Camino de Santiago por tener también
albergue de peregrinos, este en las antiguas escuelas, que muchos escogen para pernoctar antes de llegar a Villaviciosa. El monte está
casi en su totalidad plantado de ocalitos. A la derecha se divisan unas casas en su ladera norte, Moriyón, donde hay localizados dos importantes castros astures del entorno de la ría, encima de Sebrayu, El Picu'l Castru y El Picu Castiellu
El Monte Fariu pudo sin duda haber sido un faro marítimo en el sentido clásico del término, un promontorio en que se encendían fogatas para orientar a los navegantes hacia el gran puerto natural que fue desde la misma prehistoria la Ría de Villaviciosa, la cual empezaremos a ver, parcialmente pero un ben tramo casi en su bocana, unos pocos metros más allá, cuando lleguemos a la parroquia villaviciosina de Priesca
Al sur, a nuestra izquierda, Gancéu, también de la extensa parroquia vecina de Miravalles y más cerca Toroyes, en la de Priesca. A lo lejos es el Tandión (500 m), a cuyos pies están las fuentes del Ríu Carrión. Cerca de su cima discurre, en dirección SO una muy importante ruta de peregrinaciones, esta en dirección oeste, la
Travesía Xixón-Cuadonga/Gijón Covadonga
De Miravalles dice el citado Madoz que sus barrios y lugares
"están situados sobre otras tantas colinas más o menos elevadas, que en distintas direcciones forman una multitud de valles que han dado nombre a la feligresía". Como
Santo Estevo de Miravalles figura en inventario de parroquias del también mencionado Gutierre de Toledo, años 1385-86
Cuando en 1865 se estaban haciendo obras en la iglesia, en concreto los cimientos para hacer el crucero, apareció la estela funeraria de Severila, de época romana, lo que demuestra que estaríamos ante un muy antiguo lugar de culto precristiano
En diciembre de 1877 el entonces párroco de Miravalles, D. Antonio María Valdés, la donó al entonces llamado Museo Provincial, hallándose allí desde entonces. El texto, incompleto, dice así:
SEVERILLE
FI CA A XX
(Severril(a)e
fi(liae) ca(raes) a(nnorum) XX
"La entrada de esta ría ofrece muchas dificultades por la existencia de una barra muy peligrosa. No obstante es practicable con llenantes a partir de media marea, obviamente dependiendo del estado de la mar. Su paso por mercantes de cabotaje hasta este siglo (s. XX) nos da una idea de su abordabilidad. Hemos de tener en cuenta el fenómenos de la colmatación de esta ría. Si pensamos en su grandiosidad actual habría que aumentarla hacia la zona de Villaviciosa, hasta donde llegaban los barcos en la Edad Media, y de Los Porreos, lo que nos da un accidente geográfico de gran magnitud."
Los Porreos son los terrenos, desecados y ganados a la marisma a partir del siglo XVIII para cultivos y pastos, especialmente importante era, y es, el de Sebrayu, junto al que pasará muy pronto el Camino. Casi llegamos a ver la ría desde aquí, que ya reconocemos, al otro lado, la rasa costera de Les Mariñes, que se extiende desde ella hacia el occidente
"El adjetivo bucólico le viene bien a esta etapa", escribe
Antón Pombo en su renombrada
Guía del Camino de Santiago. Camino Norte, etapa, la de Colunga a Villaviciosa, que de todas maneras podremos acortar o estirar a nuestra conveniencia,
"que discurre por el corazón de la comarca turística de la Sidra, de la que forman parte los concejos de Colunga y Villaviciosa"
Habla Antón Pombo de "Valles fértiles y húmedos, ocupados por pumaradas y bosques de castaños". Nos encanta esta maravilla del paisaje y de la historia que contemplamos desde el Camino...
Además del albergue de Sebrayu tenemos, a muy corta distancia de aquí, otro mucho antes, el de la antigua casa rectoral del Priesca, cuya iglesia de San Salvador, recalcamos, es otro de los grandes alicientes de este tramo, al menos para los peregrinos interesados por conocer el arte, la historia, el patrimonio y la idiosincrasia de los lugares por donde pasa
A lo lejos, el Monte Cubera es un verdadero emblema de Villaviciosa, de él se dice que tiene en su interior un "gran lago", que suministra el agua que da nacimiento a numerosos ríos y regueros
Es también montaña de olvidados castros ástures, de tesoros escondidos, y de
aquelarres, llamados aquí la
ofrenda'l diablu, siendo, según la tradición, uno de los lugares de Asturias donde estos se celebraban, junto con el cercano Monte Coroña, entre Cabranes y Nava, una
ardina o encina en Peñamellera, o en La Veiga´l Palo al sur de Cangas del Narcea, ya en términos leoneses-lacianiegos. El investigador
David Madrazo dice que no se sabe el lugar exacto del monte de estas fiestas brujeriles pero sí que existía una ruta piadosa por siete capillas para ahuyentar a
les bruxes
Según avanzamos veremos, a la izquierda de la iglesia y en la boscosa falda del monte, la aldea de El Llugarón, buena parte de cuyas casas están hoy en día dedicadas al turismo rural
Cueli por su parte dispone también su caserío bastante linealmente a lo largo de ese tramo de carretera que une la iglesia con Sebrayu. Del pueblo hacia arriba predominan los ocalitos, hacia abajo hay prados y cerca ya del río, algunos bosquetes de arbolado autóctono
Hay varios hórreos y casonas, así como alojamientos rurales, es también una aldea donde se mantienen en buena medida las albores agropecuarias de la casería asturiana
Atrás van quedando La Cabañona, en la falda oeste del Picu la Cerra (302 m), que cierra por el sur el paso natural de La Llera, por donde discurre este, el antiguo Camín Real. Esta ladera está dedicada a prados de diente (pasto) y de guadaña (siega) mientras en la cima y demás laderas impera el eucalipto
Fijémonos en el camino que comunica La Cabañona con La Llastra y, al lado de la casa, cuadras y una buena pumarada. Es un gran mirador sobre la ría y toda la mitad oriental del concejo de Villaviciosa
A nuestra derecha, en Los Valles, entre El Cantu la Vara (255 m), parte de la sierra de Cualmayor, cuya máxima cota son los 324 metros del
picu de su nombre, El Picu Cualmayor
Estos montes cierran por el sur este histórico paso caminero de La Llera, no muy alto, pues no llega a los 200 metros, pero de mucha pendiente, sobre todo en la subida de Pernús. Por aquí nace La Riega'l Barcón, La Riega Sebrayu o Ríu la Vega, otro afluente del Carrión
En la bajada a Priesca hay algunos trechos bastante llanos, como este, que nos ofrecerán muy buenas vistas, dado que el Camino, aquí carretera local, discurre por la cresta de una colina, con vista a dos valles y, un poco más allá, a la Ría de Villaviciosa
Por lo tanto, no nos extraña para nada el topónimo Miravalles, parroquia que tenemos al oeste a nuestra derecha, de muy clara etimología y que se repite en otros lugares de Asturias de similares características, entre ellos el famoso santuario mariano de Miravalles (
Camino de Santiago Allerano), patrona del concejo de Aller/Ayer,
"suelen ser lugares vistosos desde los que se contempla un amplio panorama a la redonda", dice el profesor y montañero
Julio Concepción Suárez, Xulio, en su
Diccionario Toponímico de la montaña asturiana
"Con el significado de ‘observatorio’ parece pervivir en el dominio ástur lo que tal vez es un deverbal del verbo mirar, esto es, la palabra mira ‘montón de piedras en un montículo que sirve de observación u orientación’ (...) sin duda verdaderos lugares de observación o atalayas"
A la vez, a nuestra derecha, vemos el valle de La Riega Sebrayu abrirse hacia el oeste, donde divisamos a lo lejos el comienzo de la rasa costera de Les Mariñes, sobre la Ría de Villaviciosa, una larga llanura amesetada encima del estuario que se extiende por la franja costera desde ahí a Gijón/Xixón
Les Mariñes es un territorio costero, esto es,
mariñán, que comprende varias parroquias al noroeste del concejo de Villaviciosa, especialmente vinculadas a la ruta xacobea por sus minas de
azabache o
acebache, la
"piedra mágica de Asturias", cuyas propiedades magnéticas de atracción eléctrica (al frotarlo), hicieron de él un mineral sagrado desde la prehistoria, sacralidad que asumió el cristianismo y que dio origen al famoso gremio de azabacheros de Santiago, muy influyente en la ciudad y que dio nombra a la rúa por la que los peregrinos procedentes de la Porta do Camiño se dirigen a la catedral. En
El azabache como símbolo xacobeo y sus atributos mágicos, de la página
Doira de
Visitas Guiadas por Santiago de Compostela y Galicia encontramos esta descripción:
"El azabache es un fósil de madera que está asociado a la peregrinación a Santiago y a la propia ciudad de Compostela. Curiosamente, es un elemento que no encontramos en Galicia: el azabache de Compostela es el asturiano. Esta piedra fue denominada por los romanos ámbar negro, “succinum nigrum”, pues se creía que ambos, azabache y ámbar, tenían un origen común debido a ciertas propiedades eléctricas de las que hablaremos más adelante.
El azabache es una piedra negra que posee varias cualidades que lo hacen único y fácilmente identificable:
- Al ser frotado sobre una placa de porcelana sin vidriar deja una raya marrón o parda. En ningún caso negra. Por lo tanto, color de la raya marrón.
- Al fresar el azabache, el polvillo resultante es marrón de olor bituminoso.
- El azabache no flota en el agua al contrario que otros productos de similar apariencia.
- Es menos frío al tacto que otros productos, como el vidrio, de aspecto similar.
- Cuando es frotado contra lana se carga con electricidad estática adquiriendo propiedades magnéticas: la capacidad de atraer pedacitos de papel u otro tipo de material liviano.
Esta última característica, el magnetismo resultante de la electricidad estática, es la causa que favoreció la creencia en sus propiedades mágicas, sobre todo como amuleto protector, entre nuestros antepasados. En Galicia especialmente asociada a las “figas” que protegen contra el mal de ojo y las conchas de vieira que protegen al peregrino. Pero fueron múltiples los tipos de souvenires religiosos para los peregrinos elaborados en azabache sobre todo entre los siglos XIII y XVIII: estatuas del apóstol u otros santos, crucifijos, medallas o medallones, portapaces, anillos, rosarios...
Nuestra ciudad mantiene evidencias de la gran importancia de esta actividad en la existencia de la calle de los azabacheros: Rúa de Acibecharía. Así como en la persistencia de talleres de azabache en la actualidad. La rúa da Acibecharía sigue siendo la calle de acceso de la mayoría de los peregrinos. Hoy conduce a estos peregrinos a la plaza del Obradoiro o a la Oficina de Peregrinos; pero tradicionalmente los peregrinos entraban por la fachada norte de la catedral, en la cual el Antiguo Testamento estaba representado. En nuestro hemisferio norte, el lado septentrional recibe menos luz que el meridional. Nuestros antepasados dotaban de un significado religioso a esta particularidad natural; entrando por la fachada norte y saliendo por la fachada sur, las Platerías. El simbolismo era claro: el peregrino sufría una transmutación en el interior de la catedral. Entraba por el Antiguo Testamento ligado al azabache; encontraba la luz, que es Cristo, en el interior; y salía por el Nuevo Testamento transmutado espiritualmente el azabache en plata, para regresar a su hogar y comenzar una nueva vida.
El gremio de los azabacheros era de los más importantes en Compostela. Se vendieron millones de piezas a los peregrinos a lo largo de la historia; pues los peregrinos buscaban insignias, amuletos y recuerdos de su peregrinación. La Cofradía de Azabacheros nació en 1410, cuando el oficio ya había logrado una buena organización interna y, debido a la prosperidad del negocio, absorbido el gremio de los concheiros. Se conservan sus ordenanzas de 1443, confirmadas por el arzobispo Lope de Mendoza. Éstas regulaban el oficio desde el aprendizaje a la venta y hasta la comercialización; proponían medidas para vigilar la calidad del azabache; y los dotaban de un monopolio, pues, sin haber sido admitido por el cabildo de azabacheros, no se podía ejercer de azabachero ni vender azabache. Uno de los recursos con los que contaban para comprobar la calidad del azabache era pasar la prueba de “tomar a palla”. Se frotaba la pieza contra un paño de lana para que se cargase de electricidad estática. Si no atraía pedacitos de paja era señal de ser otro tipo de piedra negra, pero no azabache.
El azabache compostelano procedía tradicionalmente de Asturias. Hoy en día llega de otros lugares del mundo e, infelizmente, debe hacer frente al fraude con productos de imitación. En España también se encuentra en Teruel y en Portugal, en Peniche y en Batalha. En los Estados Unidos las tribus Navajo y Pueblo utilizaron el azabache para ornamentar sus armas pues es abundante en Nuevo México, Dakota del Sur y Colorado. En el resto de América se encuentra azabache en México y Venezuela. En todo caso, históricamente, los dos lugares con mayor fama de azabache son Whitby, en Inglaterra, y Asturias.
El azabache asturiano procede de protopináceas y, tal vez, araucariaceae datables en el período Jurásico, hace 65 millones de años. La pieza elaborada en azabache más antigua de España es un colgante que se encontró en la Cueva de Caldas (Oviedo) y pertenece al Solutrense Superior en torno al 15.000 a.C. La zona donde es más abundante en Asturias es la de Villaviciosa.
La última mina de extracción de azabache, Les Caves, cerró en 1923. En 1938 el minero Tomás Noval consiguió un permiso para extraer azabache de las escombreras de Oles (Villaviciosa). Hasta su fallecimiento, en el año 2008, con 87 años, Tomás Noval fue el proveedor de todo el azabache asturiano para la producción artesanal. Con su desaparición hace décadas que no se extrae el mineral. Ha habido varios intentos de reabrir la mina pero infructuosos. La Asociación Azebache de Villaviciosa, consciente de que una mina industrial no sería rentable, proponen que se abra una mina artesanal unos meses al año para abastecer de material y que además se pueda aprovechar para el uso turístico.
La palabra azabache procede del árabe “az-zabay” que al parecer significa lignito cristalizado. De hecho, por su grado de evolución, esta piedra se encuadra en la clase de los lignitos y, con frecuencia, es definida como una variedad del mismo. Se trata de una madera fosilizada ;principalmente originada, como hemos visto, en el período Jurásico, pero también en el Cretácico; con una evolución especial que lo diferencia del carbón convencional. Pues, sus componentes, a parte de los fósiles de carbón, incluyen partes minerales (sobre todo vitrinita) y derivados orgánicos de tejidos leñosos y celulosa. Es objeto de discusión la especie botánica que los origina. Existiendo cierta variedad dependiendo del lugar origen del azabache. Ya hemos comentado que las protopináceas son las que originan el asturiano.
El azabache, también fue denominado gagates en la Antigüedad. En sus Etimologías, San Isidoro aclara el porqué: “Gagates es una piedra hallada primeramente en Licia, Asia Menor (Turquía) que es arrojada a la orilla por el río Gagas, y de ahí le viene el nombre; hay muchas en Bretaña. Es una piedra negra, plana, suave y arde aplicada al fuego. No se borran los escritos hechos con el barro de esta piedra..." Este texto de San Isidoro menciona probablemente, al referirse a Bretaña, el azabache rival del asturiano más conocido históricamente: el de Whitby en la actual Inglaterra.
La tradición del azabache continúa en nuestra ciudad pero el número de artesanos que la mantiene es de apenas una decena. El gran desafío: el problema para abastecerse por el cierre de las minas asturianas. La falta de material asturiano ha producido la llegada de azabaches de otras partes del mundo y de otros materiales que se hacen pasar por azabache.
En todo caso, aunque la extracción del azabache asturiano pasa por momentos difíciles y el número de artesanos compostelanos es pequeño, la demanda no solo no ha desaparecido sino que se ha incrementado. El resurgir de las peregrinaciones ha traído un resurgir del interés por el azabache. Y es fácil encontrar en las tiendas de Santiago pequeñas esculturas, figas, medallas, cruces, rosarios o vieiras elaboradas en este material. Durante cientos de años, el azabache ha sido el talismán protector de los peregrinos a Santiago. Y esta piedra mágica permanecerá entre nosotros porque se ha convertido en un símbolo xacobeo."
Una lengua azul en medio del paisaje, que se extiende de norte a sur bajo la rasa
mariñana es el brazo de mar que constituye la famosa Ría de Villaviciosa, cuenca fluvial formada por la desembocadura de varios ríos, uno es el ya mencionado Ríu Carrión, también llamado Ñabla o Sebrayu, otro es El Ríu Valdediós, que forma el gran valle central villaviciosino por el que proseguirá el Camino (dividiéndose en dos en
Casquita), y también los ríos Espadañal, Sotu y el Viacaba
Aunque desde aquí no llega a apreciarse, pues solo vemos una pequeña parte y desde la distancia, La Ría tiene forma triangular, muy alargada hacia el interior, con unos diez kilómetros de norte a sur, así como una anchura que en su máxima distancia llega a los 1.000 metros entre Misiegu y El Puntal, casi en la bocana y un poco más a la derecha de lo que llegamos a abarcar desde aquí
En este margen, el derecho, están la parroquias de Seloriu (a la derecha) y la de Tornón, a la izquierda, pero la de Miravalles casi llega a la orilla por Sebrayu, nombre de uno de sus porreos, los pólders o terrenos ganados antaño a la marisma, por donde desemboca El Ríu Carrión
Al otro lado, margen izquierdo, es la parroquia de Samartín del Mar, que extiende sus barrios y lugares a lo largo de la orilla y de la ladera que cae sobre ella. Más allá está Oles, donde
Tomás Noval, el último minero del azabache, sacaba el mineral de la mina Dos Amigos. El que actualmente se trabaja procede de antiguas escombreras
En Samartín del Mar vemos
La Isla Monasteriu, rodeada de agua en las pleamares y completamente plantada de
ocalitos. Ahí estuvo el "
monasteriu Sancte Martini in ore maris", citado en un
testamento (en el sentido de disposición), del rey
Alfonso III El Magno (852-910, si bien realmente una interpolación del siglo XII del
Liber Testamentorum) del que, muy malamente, parecen conservarse algunos restos dada la cantidad de piedra existente y que podría estar a la vez fundado sobre un hábitat anterior, tardoantiguo, el no muy conocido periodo comprendido entre el final del Imperio Romano y el surgimiento, en el siglo VIII, del
Asturorum Regnum
En el año 2018 se realizaron diversas prospecciones arqueológicas en la zona, aunque no en la misma isla pues es de titularidad privada, con un equipo dirigido por el arqueólogo
Rogelio Estrada García, con el objeto de discernir, en sus accesos, si hubo un asentamiento de época romana, en concreto buscando señales de una posible pasarela, que pudo ser de madera, que comunicaría la isla con tierra firme
En el camino de acceso natural en bajamares han aparecido tejas romanas y restos de piedra de cantería, además de, al lado, una fuente, si bien sin vestigios arquitectónicos que puedan asociarse al monasterio o a un enclave anterior. En la isla sí que hay una gran cantidad de piedra, sobre todo en esta vertiente, la oriental, de entre dos y tres metros de espesor, que según Rogelio Estrada serían parte del histórico cenobio, "solapándose sobre ocupaciones anteriores", no descartándose la existencia de una necrópolis al otro lado del islote
Una leyenda dice que la Isla Monasteriu está habitada por
"los hombrinos del gorru coloráu", en clara alusión a los trasgos de la mitología asturiana y su peculiar vestimenta, los cuales celebraban
"ruidosas y alegres fiestas en las ruinas del desaparecido monasterio habido en ella y que da nombre al lugar", según leemos en el
Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades Villas y Pueblos
Por esa orilla de la ría pasa la carretera VV-5, que comunica Villaviciosa, La Villa, la capital del concejo, con los puertos de El Puntal (actual puerto deportivo, pero que fue también comercial hasta avanzado el siglo XX) y de Tazones, importante pueblo pesquero y de gastronomía marinera, arribada inesperada de la flota de
Carlos de Flandes (enseguida Carlos I de España y más tarde también V de Alemania) cuando pisó por primera vez tierra española el 19 de septiembre de 1517
Dentro del estilo literario de la época, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, autores del libro
Villaviciosa y su progreso, publicado en 1928 y destinado a poner en valor los recursos del concejo, parroquia por parroquia, dicen de la ría y de Samartín del Mar lo siguiente:
"Aquí quiso el Cantábrico abrir un cauce comunicativo con la tierra virgen y aquí se desposaron en permanente ásculo los aromas florestales y los vientos marítimos; aquí los primitivos ástures, restos de razas ignoradas, pero sí casta de audaces y temerarios, levantaron sus hogares rodeados de bellezas de paraíso; aquí la avaricia de los piratas trazaron sus cuadros de latrocinio y de rapiña; aquí los normandos, introducían sus naves invasoras para sufrir las derrotas repetidas que les inflingían los naturales a golpe de bellezas y de amores; aquí, en fin, se extasía el artista que halla el filón inagotable de matices y emociones, y el filósofo enmudece ante la grandeza sublime de una naturaleza que se agranda, se modifica y se hace infinita"
Frente a esta Isla Monasteriu, donde está El Porréu de Claro, Samartín, la cabeza de la parroquia, se extiende a lo largo de la carretera y ante la ría, bajo las laderas al sur de La Resquebrada, El Torreón y La Parea de Zaldívar.
"Poblado antiguo, de visa propia anterior al siglo VI, en la actualidad hállase defendido por el Norte, por Oles; al sur, por la bella y nunca alterada Ría de Villaviciosa; al Este, por el Cantábrico, y por el Oeste, por Bedriñana; de extensión local reducida, unos siete kilómetros cuadrados, posée dilataciones hermosas y científicamente cultivadas; dispone de una riqueza forestal asombrosa y tanto de su ría, como de sus mar, sus hombres extraen ricos y variados pescados"
Cuesta arriba, La Parea Viadi y, ya en la llanura de la rasa, los lugares de Cabañes, L'Ablanu y Matalasmu. Tradicionalmente, la actividad de muchos vecinos combinaba las las labores agroganaderas con las marisqueras, estas segundas normalmente llevadas a cabo principalmente por mujeres:
"Su vecindario, adaptado al ambiente cultural y progresivo, emplea ventajosa y alternativamente sus actividades en tres especiales y determinadas profesiones, hábil y diestramente cultivadas y mejoradas que les rinden óptimos beneficios. Agricultura y ganadería y sus derivados, industria constructora-marítima, y la pesca"
Exactamente, como leemos en
Villaviciosa y su progreso, hubo aquí carpinteros de ribera. Además de El Puntal y Tazones, no son pocas las ensenadas en las que arriaban pequeñas lanchas marisqueras. En sus tiempos hubo servicios regulares de barquerías para cruzarla, cosa que pervivió hasta hace años entre El Puntal y Rodiles (Seloriu), pero ciertamente desde la fundación de la Puebla de Maliayo, o mismamente antes, la mayoría de los viajeros, arrieros y peregrinos se dirigían a La Villa, tanto si deseaban continuar por la costa (a Gijón/Xixón) como dirigirse al interior (a Oviedo/Uviéu), pasando puentes como los de Buetes o Güetes y Amandi, donde La Ría aún es un estrecho vado de agua, sobre todo en
Amandi, donde es incluso poco profundo, salvo en las correspondientes crecidas
Un hermoso carbayu se yergue sobre el Camino y, bajo él y a su sombra, una cabaña. A lo lejos siempre el Monte Cubera nos orienta al oeste, a la vista de Miravalles
Las casas blancas de El Llugarón y de la iglesia destacan en la lejanía, sobre el verde de la campiña y el tono oscuro de los ocalitos. Un poco a su derecha, El Monte Fariu, otra estupenda referencia geográfica y visual en nuestro trayecto a Priesca
A la puerta de la cabaña, les madreñes, el calzado de madera, especie de zuecos. Antaño fueron muy famosos los madreñeros de estas parroquias, los cuales aprovechaban la riqueza forestal autóctona que hubo en tiempos, con especies apropiadas para este menester
"Se dedica con especialidad a la agricultura, la fabricación de sidra y a la construcción de madreñas", contaba también del pueblo de La Llera Villaviciosa y su progreso en 1928
Desde la
canciella, otra encantadora vista de Cualmayor y las praderías de
les riegues que nacen a sus pies, camino de desembocar al Carrión
En la loma, muy
pindia, que separa el curso de dos de esos arroyuelos, pastan las vacas, 299 había censadas en 1928 en Priesca, junto con
"87 cerdos, 62 asnos, 17 caballos, 250 ovejas y más de 5.000 gallinas con una producción de huevos extraordinaria", sigue diciendo la obra referida
En cuanto a La Llera, más pequeña y menos poblada aún contando los vecinos de las partes colunguesa y villaviciosina juntos, había "más de 200 vacas, de raza selecta del país, 35 cerdos, 27 asnos, 6 caballos, 150 ovejas y cerca de 1.500 gallinas", un completo censo doméstico
Las estribaciones de La Cabañona, las más occidentales de La Cerra se extienden también en forma de loma, hacia el oeste, alargándose como un espolón hacia el valle de Miravalles, asomándose sobre la cuenca del Ríu Carrión
Pequeño pero profundo valle bajo La Cabañona, fértil y muy verde, en esta tierra ganadera por excelencia, La Llera, un pequeño pero muy significativo paso de montaña que asemeja a una braña, una bella majada pastoril de pastos de altura
La cabaña, donde una concha xacobea confirma que vamos en la dirección correcta, así como
les vaques roxes (asturiana de los valles) que pacen en el prado a la derecha, confirman estos seculares usos ganaderos
Este es el prado en verano, mes de julio, no ha mucho segado y ya agostado por el sol. Abajo, en la riega, alternan bosquetes autóctonos con ocalitales
Y más allá otro muy buen paisaje hacia La Ría, Samartín del Mar y la rasa costera de Les Mariñes, gran planicie litoral que se extiende desde el estuario hasta la bahía gijonesa y entre los cordales costeros y la acantilada costa, gran llanada, con alguna suave colina y, eso sí, profundos valles formados por los ríos que desde esos montes costaneros, donde nacen, se dirigen en un corto pero rápido recorrido de fuerte desnivel, a desembocar en arenales como los de Tazones, Merón. La Playa España, La Ñora, Estaño y otras ensenadas más abruptas de Oles, Argüeru, Careñes, Villaverde, Quintes, Quintueles, Somió...
Reconocemos ahora el puerto de El Puntal, bajo la aldea de Lliñeru, en la llanada mariñana, así como aquí abajo, a esta parte de la ría (margen derecha), Bárzana, en la parroquia de Seloriu. Justo más abajo, oculto por la ladera, está Sebrayu, donde la parroquia de Miravalles se asoma al estuario
Vemos perfectamente el muelle deportivo de El Puntal, con su dique o espigón sus lanchas blancas y detrás algunas casas en La Dársena, el puerto comercial estuvo operativo hasta la década de 1960 con el transporte, que venía hasta aquí, de las minas de carbón de Viñón, en Cabranes, y los productos de algunas empresas, como la de sidra El Gaitero, cuya fábrica está en El Porréu de la Espuncia, en Carda, justo al norte de La Villa. Dice en 1928 El Progreso de Villaviciosa:
"A este pueblo (Samartín del Mar) pertenece el Puntal, el puerto marítimo de Villaviciosa, la esperanza del concejo en su manifestación de comunicaciones fluviales.
Antiguamente, nos aseguran era amplio y seguro fondeadero, después de pasar la difícil barra, y aquí anclaban muchas embarcaciones, siempre a flote, frente a aquellas desiertas riberas, con pocos techos más que la "casa de la barca", punto de amarre, privilegio del monasterio de Valdediós.
Hoy cuenta con varios y buenos edificios. Se han construido los las dos escolleras con cegamiento de la ría, y sí, reconociendo la importancia de esta obra se obra continúan, será El Puntal un frecuentado puerto, principalmente para la exportación carbonera y otros ricos minerales que están inexplotados por falta de mejora de transportes.
Hace muchos años se establecieron aquí talleres de astilleros donde se han construido botes, lanchas y buenas embarcaciones de cabotaje"
El proyecto de ampliación fue desechado por entonces, pero como vimos mantuvo su actividad comercial unas décadas más
A la izquierda reconocemos parte del arenal de Bonhome, playa del interior de La Ría, donde está la casa de algunos de los últimos carpinteros de ribera, Casa Bonhome, de Eduardo y Ezequiel Bonhome, que se encargaban de reparar lanchas y pequeñas embarcaciones. Pero también hubo astilleros, en Casa Don Amable y en lo que luego sería el Mara, el bar que después pasó a ser Casa Oscar, así como en Casa Anita se conservaba el viejo horno de la fragua de aquellos constructores de buques. En El Progreso de Villaviciosa podemos leer:
"De los astilleros de San Martín, salieron numerosos barcos admirablemente construídos y en la actualidad son famosos sus carros y barquichuelas de pesca"
Entre Bonhome y El Puntal está, en la carretera, La Curva'l Palaciu, pues allí estaba el palacio de los Peón-Cavanilles, con muralla y capilla propia dedicada a la advocación marinera de San Telmo, el cual fue derribado, lamentablemente, al ensancharse dicha carretera:
"En El Puntal y mirándose en la ría, alzó palacio la nobiliaria familia de los Peón, y en 1884 fue visitado por S.A.R. la infanta D.ª María Isabel Francísca, condesa viuda de Girgenti, según lápida que lo recuerda"
El palacio es también muy recordado por vecinos y visitantes, pues en su última época hubo un renombrado restaurante y animado baile donde acudía la juventud de toda la contorna
En El Puntal están la Casa Ortiz, que fue del práctico del puerto, cuando los barcos atracaban en La Dársena, pagada a Casa Vega, también Casa Paco, en la carretera, que tuvo chigre (bar asturiano), la Casa Tivo y Tirador, que también tenía chigre "onde se diba tomar la pinta vinu y echar la partidina", pegada al antiguo cuartel, Casa'l Moreno era otro bar. Otra estampa característica son Los Ocalitos del Puntal, plantados hace tiempo y, a su derecha, La Playa'l Puntal, también llamada La Playina, sable o arenal de buena arena fina de color tostado, de unos 100 metros de largo y 30 de ancho dependiendo de las mareas
Encima de la playa está la urbanización Gema del Mar y más a la derecha, en la zona de Los Payarones, bajo El Quemaderu y La Talaya, está, oculta por los
ocalitos de la ladera, las ruinas de la antigua iglesia parroquial de San Miguel, cerca de La Peña'l Xaragu, yacimiento
asturiense, donde se hallaron los clásicos
picos de esta singular cultura prehistórica, con los que se arrancaba el marisco de las rocas, principalmente
llámpares (lapas)
Desde la antigua iglesia de San Miguel se dominaba la entrada de La Ría y era una referencia para los navegantes, dependía no de
Valdediós como El Puntal sino del monasterio de
San Salvador de Eslonza, en León. El templo se abandonó cuando la parroquia desapareció al dividirse en dos mitades, la norte para Tazones y la sur para Samartín del Mar
En bajamares afloran en La Ría bancos de arenas entre El Puntal y Misiegu. En el siglo XIX, al haber barcos de cada vez mayor tamaño, el poco fondo del estuario se convirtió en un serio problema. Aunque pasaban barcos de hasta 15 pies de calado, los industriales villaviciosinos quisieron apostar por dragarlo y construir un gran puerto, comunicando El Puntal con el embarcadero de El Salín, al lado de La Villa, coincidiendo a la vez con un proyecto de ferrocarril con las minas de Lieres (Siero). El ingeniero José Lequerica (autor del famoso espigón gijonés de su nombre, La Punta Lequerica) elaboró un proyecto en 1866, pero este no arrancó hasta 1892, sus obras pararon varias veces, definitivamente en los años 1920 y al final únicamente se hizo el canal para El Puntal y la dársena
Cuando miramos hacia La Ría y cuando hacia el interior, hacia Miravalles y los montes Fariu y Cubera, cuya estribación meridional, a la derecha, El Picu Altu es, como su nombre indica, su cota más alta con 367 metros de altura. También aparece como Picu Solares al estar sobre el pueblo de este nombre, parroquia de
Coru. Fijémonos aquí abajo como el profundo valle bajo La Cabañona se torna boscoso y casi selvático al acercarse al Ríu Carrión
Seguidamente y dando vista al Fariu el Camino hace un poco de cuesta para seguidamente iniciar la bajada a Priesca. A su derecha volvemos a reconocer las casas de Moriyón "Lugar de la parroquia de Miravalles (Villaviciosa)", dice el Diccionario Geográfico de Asturias, "situado en la conjunción de las laderas del monte Fariu y el monte Castiellu, próximo al picu El Castru, a una altitud de 240 m, y entre las riegas del Infiernu y de Aveñes, esta última cae al río Carrión o Ñabla, que también llaman aquí de Sebrayu"
Desde lo alto de la cuesta reconocemos, debajo de Moriyón y más cerca de nosotros, unas casas: La Cotaraxa, estas ya en la parroquia de Priesca, en un cueto, como su propio topónimo indica, altozano desde el que se otea también un buen panorama, como desde aquí
Bajo La Cotaraxa da sus aguas al Carrión El Ríu Valles, Treyón o Miravalles, que nace bajo El Llugarón y Monte Agüelle, estribaciones septentrionales del Monte Cubera y que se une al Ríu la Sota o Ríu les Mestres, que nace de les riegues, como la de La Vega, que bajan de las pequeñas parroquias vecinas de El Bustiu y La Malena, situadas a la izquierda, más al sur, bajo El Picu Altu del Monte Cubera
Excelso panorama de Miravalles y sus valles, resultado de su orografía, terreno
"de superficie desigual y variada, muy elevada por el interior, con respecto al nivel del mar o de la ría, a la que se aproxima por el lugar de Sebrayu que es su parte más baja", dice el
Diccionario Geográfico de Asturias. , añadiendo que tiene la parroquia buenos pastos y caserías y que, en tiempos, se explotó una mina de hierro, al igual que una de arena, en La Peña del Fusu, para construcción,
"tan buena y fina como la del mar", según afirmaba el historiador
Caveda y Nava
"Repartidos por las laderas de estos montes están la mayor parte de los núcleos de población y caseríos independientes ", continúa aportando datos dicho diccionario, "los más importantes son Agüelle, La Barrosa, Camatierra, Los Camopios, Casamayor, Cueli, Les Felgueres, Gancéu, La Era, Llosa Nueva, El Llugarón, La Miyar, Moriyón, Sab Blas, San Martín, Sebrayu y La Sota. La población, al igual que todas las parroquias del interior del concejo, sufre un considerable descenso. Si se tiene en cuenta que en la primera mitad del siglo estaba en torno a los 900 vecinos y en la actualidad tiene 228 habitantes, que ocupan un tercio del centenar de viviendas que salpican la parroquia", (según datos de la época de publicación de esta obra, año 1998)
Setenta años antes, en 1998, cuando las sociedad rural aún imperaba, bastante más poéticos se mostraban los autores de Villaviciosa y su progreso, haciendo un símil o metáfora de la parroquia en torno al alto campanario blanco de la iglesia y todo lo que se contempla a su alrededor:
"Coquetón y observador como distinguido artista que desea eternizar su inspiración y plasmar con sus formas el encanto de su elegancia y plenitud, vive sobre sí mismo contemplando la sublimidad de sus valles y teniendo por pedestal la lozanía de sus campos; blanco, puro y esbelto quiere que su aspecto muestre su característica de nieve virgen y se deja ver brillante y excelso a muchos kilómetros de su contorno. Vedle noble , noble y bello rodeado de encantos y bravura; al Norte le guarece Tornón y Selorio; por el sur la Magdalena y el Busto; por el Este Priesca, y por el Oeste Carada y Fuentes; por su centro cruza repentina la carretera que le comunica con Villaviciosa y el resoto del concejo montuoso de Santa Eugenia y Rales. Como serpentinas carnavalescas tiende múltiples caminos que le aprisionan con sus barrios y caseríos..."
Aquí en lo alto de una colina sobre el Carrión está uno de los barrios de Miravalles, Gancéu, de los que ha vivido intensamente el despoblamiento, no obstante es una muestra de revitalización de los pueblos, con su activa
Asociación de Vecinos La Peñueca, Leemos en su página web:
"Fundada el 1 de diciembre de 1998, no tenía una necesidad específica y acuciante como ocurre en otros casos, sino que nació con el espíritu de recuperar el pueblo dando motivos a todos los que se habían ido del mismo a ser más habituales e él, y para ello también recogió el trabajo colectivo que siempre se hizo en Gancéu, uniendo la gestión de las actividades tradicionales (fiesta, comisión para arreglo de la carretera, Capilla), con la reivindicación de las necesidades del pueblo.
La Asociación Vecinal es peculiar porque Gancéu es un barrio muy pequeño de una parroquia como Miravalles, aunque a finales de los 60 tenía 68 habitantes, y porque, a pesar de vivir únicamente media docena de personas en el pueblo, la Asociación Vecinal supera el centenar de socios, siendo la mayoría nativos, familiares o con propiedades uniéndose a ello los habituales simpatizantes.
Precisamente esa peculiaridad ha hecho que la línea de la Asociación Vecinal no haya sido esperar a que las instancias administrativas colaboraran, sino, con independencia de la reivindicación necesaria, la implicación y las aportaciones de la gente de Gancéu (tanto en trabajo como en cuotas económicas), ha hecho posible que se hayan conseguido sucesivamente hitos importantes para nosotros como los de restauración de la Capilla (datada del siglo XVIII), la campaña de rehabilitación de hórreos y paneras, la reparación de la carretera (aportando la Asociación Vecinal la cuantía para las cunetas que nunca habían existido), la compra de una finca y la instalación de una carpa, la creación de una Cooperativa de Aguas que solucionó el déficit existente en el pueblo, y, como hito final en la actualidad, la consecución de un saneamiento propio, con una importante aportación municipal pero con la financiación parcial del vecindario.
Todo ello ha posibilitado que el siglo XXI haya hecho de Gancéu un pueblo recuperado y con vitalidad lo que ha conseguido el objetivo inicial que era que tuviera vida propia y no parecieran uno de tantos lugares abandonados de la zona rural de Asturias."
La capilla del Santo Ángel de la Guarda se halla a un extremo del pueblo (a la derecha de la foto), allí se celebran las recuperadas fiestas de Gancéu, un motivo de reunión de los actuales vecinos con los antiguos, muy numerosos. Por eso la corresponsal de
El Comercio Lucía Riera titulaba su artículo
Gancéu se crece en las fiestas, al publicar su crónica para anunciar esa romería el 26-8-2007:
"Si uno consulta el censo del barrio de Gancéu, perteneciente a la parroquia de Miravalles, sólo encuentra una lista de 14 nombres. Pero residentes vocacionales hay muchos más. La asociación de vecinos tiene 115 socios y la mayoría acudirán hoy a la localidad, que celebra las fiestas del Santo Ángel de la Guarda. Los romeros llevarán refuerzos. Al reparto de raciones de arroz ya se han apuntado 150 comensales y se esperan más de 200 visitantes al cabo de una jornada repleta de actividades.
El renacimiento del pueblo data de 1998. En ese año, un grupo de antiguos vecinos a los que la vida desperdigó por Asturias decidió constituir una entidad que se preocupara por su lugar de origen. Desde entonces han arreglado la capilla, restaurado hórreos e incluso han constituido una cooperativa de aguas para paliar las deficiencias del abastecimiento.
Hoy toca celebrarlo. A las 10.45 horas un pasacalles de gaita y tambor hará saber que arrancan los festejos. A las 11, se celebrará la tradicional misa, cantada en asturiano por la Agrupación Coral San Antonio de Gijón. La mañana continuará con el reparto del bollu preñáu y una nueva actuación de la coral gijonesa.
Una de las actividades más destacadas es el VIII Campeonato de Siega y Cabruñu, que comenzará a las 14 horas. Asisten segadores de toda Asturias. La gran paellada es otra de las grandes atracciones. Ayer por la tarde había inscritas alrededor de 150 personas en esta decimoséptima edición, según el vicepresidente de la asociación de vecinos La Peñueca. José Vicente Vallín. La tarde estará dedicada a los juegos. Carreras de sacos o lanzamiento de huevos entretendrán a todos los que hasta allí se acerquen. Para reponer fuerzas después del ejercicio, a las 19.30 horas está prevista una chocolatada, seguida de la actuación de Cuídome-Cuídame, tras la que se hará entrega de los premios y se rifará un jamón."
"La Asociación de Vecinos La Peñueca de Gancéu (Villaviciosa) estrena directiva y abre una nueva etapa para "revitalizar los proyectos y las ilusiones de este rincón de la parroquia de Miravalles". Las propuestas van desde la mejora de los servicios e infraestructuras hasta la creación de una red de sendas que atraiga a ciclistas y caminantes.
El año pasado, en colaboración con la asociación El Tilar de Priesca, los vecinos de Gancéu recuperaron el antiguo Camín de Mestres, que une ambas localidades. El vial de poco más de tres kilómetros estaba tomado por la maleza y había caído en el olvido. La intención de la nueva junta es ir un paso más allá, rehabilitando también la ruta de Mestres a Cueli y de Mestres a La Sota, que, junto al de Gancéu a la Llosa Nueva, lo que supondría una continuidad de la ruta de San Salvador de Priesca a San Salvador de Fuentes.
Este plan de actuación permitiría crear una importante red de sendas para caminantes y ciclistas, lo que obligaría a tener en cuenta también a futuro cuestiones relativas al tráfico y el aparcamiento en el pueblo.
La asociación también trabajará en la mejora de servicios e infraestructuras, como la numeración de las casas, la instalación de contenedores de reciclaje y papeleras, el uso de nuevas tecnologías o los problemas con el catastro y los bienes públicos.
Con todo, la iniciativa más especial es la celebración del cuarto de siglo de la asociación. La junta está trabajando ya en un programa de actividades que presentará en una próxima reunión y en el que destaca la edición de una publicación sobre el pueblo.
"Gancéu siempre se ha considerado un ejemplo de lo que hoy llaman la Asturias vaciada. Con apenas una docena de residentes habituales, las personas originarias, descendientes de éstas o segundos residentes llevan 25 años luchando por mantener el pueblo y mejorarlo", afirman los vecinos. Buen dejemplo de ello son las actuaciones realizadas sobre la capilla y los hórreos de la zona, la constitución de una cooperativa de aguas, la ampliación del saneamiento y la instalación de una carpa para usos sociales"
En la distancia El Picu Altu del Monte Cubera, que se extiende por términos de las parroquias de Miravalles, La Madalena, Coru, Fuentes y Carda, era antaño rico en pastos y matorrales aprovechados por los vecinos de las mismas, pero en la actualidad, como prácticamente todas las montañas de la zona, es una gran plantación de eucaliptos
En nuestros días es además lugar de paseos y excursiones, de especial esparcimiento para los vecinos de La Villa, capital del concejo, y gran mirador, al oeste, sobre la ría. Pronto caminaremos por la ladera oeste, que da vista a la misma
Más acá, a nuestra izquierda y al otro lado de las profundidades del Ríu Carrión y sus afluentes, Toroyes, ya en la parroquia de Priesca, en lo alto de una colina a 160 metros de altitud, rodeada de prados y pumaraes, así y como no de ocalitos, entre las laderas de Los Llosones. El Vallabián, El Llanu, Les Lloses y La Peñuca
Toroyes, del prerromano tur-tura, es un hidrónimo, dice García Arias, y es que no en vano está "cercada por las riegas de Toroyes por el sur y oeste, y el Espinadal y Llamargón por el oeste", informan en el Diccionario Geográfico de Asturias
Son pocas casas, Casa Servanda, Casa José Rivero, Casa Rafael Robledo, Casa Pilar Casa Santos Cambiella... y de hábitat bastante concentrado, pues "están agrupadas formando una típica quintana, acompañadas de viejos hórreos. Es esta la famosa "ciudad de Toroyes" de la historia que cuenta Adolfo Iglesias Bada en su blog Cosas de Villaescusa, Colunga y más:
"Esta historia me la contaron a mi en Villaescusa cuando yo era pequeño personas ya desaparecidas de las que guardo buenos recuerdos por haberme contado esta y otras muchas historias, cuentos, leyendas, dichos y refranes...
Esto sucedió supuestamente en el pueblo de Santa Eugenia, en el concejo de Villaviciosa, en este pueblo había un bar, el típico bar-tienda, en el que se podía comprar casi de todo, lo mismo se podía tomar una botella de sidra que comprar una fesoria, un litro de aceite, ó unos zapatos.
En una ocasión llego a este bar-tienda en viajante vendedor de bebidas, y una vez que hizo sus negocios con el dueño, comenzó a charlar con las personas del pueblo que estaban en el bar.
En un tiempo en el que viajar no era tan fácil como en la actualidad, este hombre comenzó a presumir ante ellos de los muchos viajes que el había realizado por todo el mundo y las muchas ciudades que conocía, mas o menos, de esta manera les decía.
Cuando yo estuve en New York que es una gran ciudad en Los Estados Unidos de America visité La Estatua de la Libertad y el Museo de Arte Moderno, en New York hay edificios muy altos y por ello es llamada la ciudad de los rascacielos.
En otro de mis viajes estuve en Londres capital de Inglaterra allí estuve visitando el Palacio de Buckingham que es la residencia de la reina de Inglaterra, también visite La National Gallery que es un gran museo, por Londres pasa el río Támesis, también estuve visitando el edificio de la Bolsa de Londres.
También conozco Paris que es la capital de Francia con su Arco del Triunfo, Los Campos Elíseos, el río Sena etc. En Italia conozco la ciudad de Roma que es su capital allí esta la Ciudad del Vaticano que es la residencia del Papa, en Roma también esta el Coliseo Romano, en Italia también conozco otras ciudades importantes, como Milán, Nápoles, Venecia, Florencia, etc.
Las personas que estaban en el bar le escuchaban entre admiración e incredulidad, admiración al pensar lo mucho que aquel hombre había viajado y todo lo que conocía y cierta incredulidad pues no estaban muy seguros de que todos aquellos viajes que el personaje decía haber realizado, los habría hecho de verdad ó simplemente estaría presumiendo ante ellos.
En un rincón del bar sentado en una mesa estaba un viejo paisano que no participaba de la conversación, pero que si la estaba escuchando, este hombre enseguida comprendió que para saber todas aquellas cosas que el viajante estaba contando a sus vecinos no hacia falta haber salido de casa, pues todo aquello se podía saber simplemente leyendo un poco, así que comenzó a pensar en hacer algo para dejarlo en ridículo.
Se levanto de la mesa y se dirigió al personaje diciéndole estas palabras.
“¿Oiga señor usté que tantu sabe y tantos sitios conóz, podía yo facé-y una pregunta sobre una ciudá haber si usté la conóz?”
Sí sí por supuesto, pregunte buen hombre, pregunte, respondió el viajante.
El paisano le hizo la siguiente pregunta.
“¿Conóz usté por casualidad la ciudá de Toroyes?”
Ante esta pregunta el viajante quedo sin palabras pues naturalmente nunca había oído hablar de semejante ciudad.
Se quedo en silencio tratando de hacer memoria mientras en voz baja decía, Toroyes….., Toroyes.…, al poco tiempo dijo, pues no, no conozco esta ciudad, a lo que el viejo paisano respondió
Pues yo si conozco Toroyes y no me doy ninguna importancia y dando media vuelta abandono el bar y se marcho.
Todas las personas que estaban en el bar se quedaron en silencio y el viajante se marcho sin decir nada quizás pensando que no es cosa demasiado buena alardear de los propios conocimientos."
En Toroyes está, arriba, algo separada de las casas y que no vemos desde aquí, la capilla del Carmen, que tuvo en sus tiempos renombrada romería. Muy en la lejanía, al sur, una línea de cumbres con muchas praderías nos va a llamar la atención, es La Llomba, larga loma alargada donde esta
La Campa o Altu la Campa (400 m), divisoria del concejo de Villaviciosa con el de Sariegu y del antiguo valle de Boides (el formado por El Ríu Valdediós y sus afluentes -Villaviciosa-), con el valle del Nora
El valle del Nora es ruta directa a Oviedo/Uviéu, la capital asturiana, para los peregrinos que, desde el cruce de Casquita, escojan esa opción para seguir ruta del Camino Norte, bien subiendo a La Campa directamente por abajo, desde
Valdediós por
Vallinaoscura, o bien por
Arbazal, a la izquierda, subiendo por
San Pedru Ambás
A la izquierda, esa loma, La Llomba, sigue marcando la frontera concejil por El Picu Torres (568 m), también llamado El Monte Fariu (como el Miravalles, ya hemos dicho que el topónimo se repetía) y Piedrafita (583 m). Más cerca es El Picu Miravete, (419 m), sobre Llugás y en la serranía de Peñacabrera, frontera de Villaviciosa con Cabranes
Otro célebre Fariu, El Picu Fariu, está aún más al oeste, confluencia de los concejos de Villaviciosa, Sariegu, Siero y Gijón Xixón), pero el que tenemos nosotros como referencia más inmediata es este, El Monte Fariu de Miravalles, que nos marca rumbo oeste, a su derecha la ría y a su izquierda el valle
A la derecha del Picu Fariu, la collada de Moriyón, con El Castru (242 m)a su derecha, uno de los dos recintos fortificados astures localizados en esa loma que se alarga al oeste, sobre La Ría, en torno a la cual hay todo un conjunto castreño, excavado por el arqueólogo
Jorge Camino Mayor, de enclaves que marcarán nuestros caminos por Villaviciosa,
"que tienen unas dataciones sorprendentes, y que muchos de ellos no llegaron si quiera a la romanización, por lo que se han planteado diversas hipótesis sobre qué pasó en esta zona en la Edad del Hierro", afirma el investigador Fon S.P., quien los describe muy bien en
Los castros de la ría de Villaviciosa, de su blog
Ástures:
"Las primeras noticias que se tienen sobre vestigios arqueológicos en estos castros provienen del diccionario de Pascual Madoz, quien en 1855 habla de «señales de fortificación… murallas, escaleras y pedazos de fosos… alhajas de oro y plata y hasta brazaletes». Se refería a Moriyón. De ellos dieron cuenta también autores como Constantino Cabal, o Aurelio de Llano.
Pero hablar de los castros de la ría de Villaviciosa es hablar sobre todo del trabajo de Jorge Camino Mayor, quien excavó la mayor parte del conjunto de castros de los que hablaré en este post y que podemos considerar equivalente a Villa Valdés para los castros del Navia, o Maya para la Campa Torres. (...)
Tampoco fue el único que investigó, aunque sí el que lo hizo más a fondo. José Luis Maya también publicó un trabajo sobre Camoca, y cómo no, José Manuel González incluyó varios de ellos en su inventario de castros de Asturias antes que ningún otro.
Se trata de un terreno donde aún la rasa costera mantiene una cierta anchura jalonada por elevaciones calizas que se presentan en muchas ocasiones de forma casi aislada, en forma de conos de elevada pendiente. No pasaron inadvertidos para los pobladores de este tiempo que aprovecharían sus favorables condiciones de defensa.
En general se trató hasta no hace tanto de un terreno de bosques y suaves colinas muy apto para el cultivo y la ganadería. Se conocen trabajos mineros en época antigua así como el inevitable aprovechamiento de la ría para obtener alimento y probablemente como fondeadero donde se produce un tráfico comercial.
Los estudios palinológicos hablan de una presencia de bosque de alisos, robles, castaños y pinos silvestres así como de avellanos, brezos y tojos. El más abundante de la zona es el quercus robur, siendo la especie predominante en el paisaje de la edad del Hierro.
Sus buenas cualidades para el poblamiento hacen que en época romana se establezcan varias villas en torno a los yacimientos (...)
Los vestigios arqueológicos que se documentaron en los castros de la ría de Villaviciosa mantienen un cierto paralelismo con los de un amplio grupo de yacimientos excavados desde el Sella al centro de Asturias (Llagú, o la Campa Torres, por ejemplo). Se ubican en un territorio que tradicionalmente ha venido situándose en el espacio ocupado por los Luggones de las fuentes escritas y de la epigrafía."
Más allá de Moriyón asoma la cima del monte Pelapotros (411 m), al otro lado de La Ría, parte de los altos de La Cobertoria, parroquia de Bedriñana, también repleto de ocalitos, también conocido como Monte Bedriñana. El topónimo Pelapotros parece guardar relación con em marcaje de caballos y a su derecha está el paso del Altu la Cruz, por donde discurría otro camín real, que fue ruta de peregrinos, el Camín Real de les Mariñes, bajando de allí a La Lloraza (Oles), asentamiento antiquísimo con estelas del tiempo astur-romano, posteriormente solar de una antigua malatería y joya del románico en su iglesia de Santa Eulalia o Santolaya
Más abajo y en ladera, La Miyar, antiguos campos de mijo, cereal prácticamente desaparecido del agro astur, sustituido principalmente por el maíz. Ahí está La Fuente Llaméu, cerca del nacimiento de La Riega'l Cuervu, que también vierte sus aguas al Ríu Carrión. Más cerca y en primer término otra vista de La Cotaraxa, en Priesca
En La Miyar fue famosos en su época el chigre de Casa Llera y dentro de su patrimonio destaca la casona de El Palaciu. Como es habitual es común hallar elementos constructivos, piedras, algunas incluso talladas, procedentes de los asentamientos castreños
Más acá La Pría, en Priesca, rodeada de prados y pumaradas, donde estaba la capilla de Santa Lucía, que celebraba a esta santa y los Mártires, de la que se dice fue quemada en la Guerra Civil. Por aquí sube El Camín de la Cuesta desde La Vega Priesca, pasando por Fongabín y Les Tarandielles, donde fue famoso el baile de tan Significativo nombre de Tecalé, en el que antaño bailaba y cortejaba la juventud de todos estos pueblos
Esa carretera llega, por L'Oteru, el antiguo colegio de El Patronatu y el palacio de La Casona, a La Quintana, estos tejados que tenemos aquí al pie, donde están el albergue de Priesca y la iglesia de San Salvador, siendo antiguamente famoso el chigre de Casa Regina
"¿Dónde está este pueblo originario del siglo VIII?", se preguntaban, para iniciar el capítulo relativo a Priesca, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno en El Progreso de Villaviciosa en 1928, a lo que, continuando, ellos mismos respondían de esta manera:
"Existe un valle frondoso y exhuberante escondido entre altozanos siempre verdes y cuajados de bosques cuyos árboles centenarios guardan en poblado como joya de inmenso valor. Una zig-zeante carretera que sube y baja, que se esconde y reaparece por montes bellísimos, con valles profundísimos en cuyos fondos corren cantarinas aguas, y allí en un cueto unido a otros cuetos se levanta el poblado legendario con sus edificaciones añejas que nos invitan a la meditación, con sus edificios modernos y elegantes que nos hablan de una raza que se fortalece y se agranda"
"Al Norte, Priesca, se corre temerario como avanzado explorador hasta verse limitado por en Cantábrico", continúan, "al Sur, los altos y tupidos montes de Santa Eugenia: al Este el chiquito y montaraz La Llera, y al Oeste, el coquetón y resplandeciente Miravalles"
"Coquetón y resplandeciente Miravalles" del que llegamos a ver ahora más a la izquierda y más cerca que la iglesia y El Llugarón, El Palaciu, o
Palacio de Miravalles, de los siglos XVII y XVIII y que fue propiedad de José del Fresno Toral, benefactor de la parroquia, luego pasó a los
"De Comminges, perteneciente a una de las líneas Condales de la Casa De Comminges et Foix en Francia", según leemos en Wikipedia:
"El complejo palaciego de Miravalles, en San Martín (casería de la parroquia de Miravalles), vinculado estrechamente al barroco palacial de la región pese a las reformas ulteriores, está integrado por un palacio y una capilla ubicados en torno a un patio rectangular cercado por rejería de hierro que apoya en zócalo.
El palacio, de planta cuadrada, tiene dos alturas, un cuerpo abuhardillado y cubierta a cuatro vertientes. En la fachada, dividida en tres calles, una estrecha cornisa delimita los dos pisos. Todos sus vanos son rectangulares; las ventanas del bajo muestran rejería de hierro, y los balcones del piso alto, balaustradas de idéntico material. Entre los dos existentes en el centro asoma un escudo.
La pequeña capilla, de planta rectangular, posee cubierta a dos vertientes. Coronado por pináculos —con el central haciendo las veces de espadaña—, aparece el frente, en el que se abre una puerta de sencillo arco semicircular.
Miravalles fue fundada el año 1313, 43 años después de que en 1270 Alfonso X fundara la villa de Maliayo gracias a la Carta Puebla, fechada en Vitoria, y que otorga a sus habitantes el Fuero de Benavente y siendo en 1277, siete años más tarde, cuando se la conoció con el nombre de Villaviciosa.
La fundación de Miravalles hay que atribuírsela al Infante D. Juan Manuel, hijo del Infante Don Manuel, durante el reinado de Alfonso XI, dos años después de su matrimonio, en 1311 con Doña Constanza de Aragón, hija de Jaime II. Don Juan Manuel comentaba que podía viajar desde Navarra a Granada durmiendo cada jornada en un señorío, una villa o en un castillo propios.
En nuestra región, la pirámide feudal no es tan rígida, ya que la mayoría de sus habitantes moran en aldeas, como la de Miravalles, constituyéndose éstas como comunidades de hombres libres unidos por vínculos de parentesco y vecindad. En estas aldeas es la reunión de vecinos (conceyu o concilium) quien dirige la vida social y goza de una autoridad acatada por todos los aldeanos y que para muchos aspectos de la vida social continua hasta nuestros días."
José del Fresno auspició, junto con al Ayuntamiento, la construcción de las escuelas, al lado de la iglesia, una de niños y otra de niñas, de los que llegó a tener matriculados más de 120, muestra de lo poblados que estaban los núcleos rurales antes del masivo éxodo rural acaecido tras la posguerra española.
Volvamos a Villaviciosa y su progreso:
"La labor cívico-altruista realizada por su distinguido hijo D. José del Fresno Tora, ha sido tan enorme, que causa admiración. Entre las obras notables llevadas a acabo por el mencionado señor, se encuentra la donación monetaria hecha a favor de sus hermosas Escuelas nacionales, la subvención perpetua para menaje y material de Enseñanza (...)"
La construcción de la nueva iglesia
"y multitud de obras piadosas" también estuvo a su cargo, siendo su hermano, D. Rafael del Fresno Toral, quien sufragó la construcción de la "hermosa y esbelta torre parroquial modelo de gusto y de arte, para la colocación y funcionamiento del reloj público". Fueron párrocos por entonces los
"preclaros hijos sacerdotes don Cándido Carrió, don Alfredo Rodríguez Corujo y don José María Fernández" y en las escuelas impartían sus clases
"don José Fernández y doña María Magdalena Alonso, quien lleva actuando en su Escuela de niñas 27 años"
Por Miravalles discurre el llamado
Camino Perdido, una histórica y antigua senda desde Priesca a La Villa (Villaviciosa capital) que diversos autores tratan de discernir y de la que existen diferentes posibles alternativas a partir de Priesca, una es por Gancéu hacia Bayones y Coru, otra por La Madalena y Solares, etc. , pero se entraría en La Villa por San Vicenti, antigua parroquia extinguida de San Vicente de la Palma, y se entraría en La Villa por la tan evocadora capilla de Santiago la Ballera, fuera esta, pese a su advocación, del itinerario oficial
En nuestro Camino, el oficial, entramos en la parroquia villaviciosina de Priesca por Muñones, casería a 160 metros de altitud "entre las riegas de La Llavandera y El Barcón", explica el Diccionario Geográfico de Asturias, que añade, describiendo el lugar:
"Rodeada de un paisaje amable, en donde la agricultura y la ganadería es el medio de vida tradicional de sus habitantes, cuenta con tres vecinos. Hay una casa notable de buena construcción y una capilla destinada a otros usos. Su distancia a la capital municipal es de 12 km"
En Muñones el Camino es el de la izquierda, que sigue cuesta abajo hacia el albergue e iglesia de Priesca, pues el de la derecha es la entrada a esta casería
Pero desde aquí, en la bifurcación de ambos, invitamos a hacer un alto, pues tenemos otra preciosa estampa de La Ría, ahora incluso hasta la entrada de la misma
Llegamos desde aquí a reconocer, en su margen izquierda, toda la rasa de Lliñeru hasta la misma boca del estuario, la bocana, así como esa orilla de la ribera desde El Puntal
Ahí tenemos los abruptos acantilados de La Envesnada o Mesnada y El Rexife o Punta les Escobes, ya en la parroquia de Tazones, cuyo puerto pesquero, paraíso de la arquitectura popular y gastronomía marineras, está al otro lado, junto con su playa, donde se conservan icnitas o huellas de dinosaurio
La zona es también conocida como La Cresta que
"es un derrumbadero que cae sobre el mar", dice la
Enciclopedia del paisaje de Asturias. Hay además
"un manantial de excelentes aguas y en un buen lugar para pescadores y mariscadores"
A Tazones arribó, tan sorpresiva como inesperadamente aquella flota flamenca que esperaba hacerlo en Laredo transportado al futuro doble emperador Carlos I de España y V de Alemania, aquel 17 de septiembre de 1517. El golpe de estado que iba a perpetrar, institucionalmente, contra su madre
Juana I de Castilla, no parecía comenzar nada bien, aunque luego se resolvió la situación. La flota continuó a Santander sin problema pero el emperador y su séquito real no se fiaron de la azarosa mar que los había llevado hasta aquí y decidieron continuar hasta Castilla vía terrestre de manera un tano improvisada
Dada la dureza de los puertos asturianos para tan galante comitiva de delicada nobleza de Flandes se desechó pasar la Cordillera Cantábrica directamente por Asturias, lo que impidió a Carlos pasar por la ovetense catedral del Salvador o San Salvador a venerar sus reliquias, como parece se habría pensado en algún momento, y se prefirió seguir la no tampoco demasiado cómoda ruta costera hacia las Asturias de Santillana (Cantabria), para ganar la llanura palentina por los puertos, tenidos por más llevaderos, que acceden a Campoo. Desde allí la llanura castellana ya sería más propicia para avanzar cómodamente y sin duda les recordaría a las planicies flamencas, pero otro gran peligro les esperaba, cayendo
"Enfermos todos ellos por los excesos que habían hecho de beber los fuertes vinos de esta tierra", escribía el cronista y acompañante de Carlos,
Laurent Vital
Si bien se conmemora anualmente, con fiesta de disfraces de época incluida, como en prácticamente todas las villas de aquel recorrido, el paso del aún aspirante imperial, se discute muy seria y a veces muy acaloradamente, sobre si el futuro emperador llegó a poner pie en Tazones o si se siguió directamente ría arriba en una barcaza hasta la misma villa de Villaviciosa. Sea como fuere lo cierto es que fue la primera población española que vieron aquellos sorprendidos viajeros desde sus navíos
Sí sabíamos, por la documentación existente, que en esa centuria del XVI había un intenso tráfico fluvial en La Ría. Su atraque se realizaba en dos tiempos, los barcos de calado mediano fondeaban en El Puntal tras superar los arenales del estuario, y desde allí se llevaba la mercancía, en gabarra, hasta el Puente Buetes, Huetes, o Güetes, al lado de La Villa
El proceso, naturalmente, se realizaba a la inversa a la hora de exportar y sacar los productos al exterior. Por El Puntal salía madera, fruta, salazones, artesanía y luego el carbón de las minas de Viñón, como hemos dicho, y entraba, entre otros productos, aceite, vino, paños y sal. En sus astilleros, además de lanchas de pesca se fabricaban bergantines y goletas, barcos veleros comerciales
En El Puntal se hizo realidad la canción asturiana de A la mar fui por naranjas, naranjas dulces y amargas que salían para la exportación y que todavía abundan relativamente en los naranjos o naranxales de muchos pueblos costeros, como mismamente el de Lliñeru, arriba en la rasa...
A la mar fui por naranjas,
cosa que la mar no tiene
Nadie se atrevió a explicarme
si las olas van o vienen
Ay mi dulce amor,
ese mar que ves tan bello
Ay mi dulce amor,
ese mar es un traidor
En Lliñeru, barrio de La Quintana, hubo un afamado alfar de apreciadas piezas, cuyos restos cerámicos fueron estudiados por el arqueólogo
Rogelio Estrada. Se ha seguido la pista de quien pudo haber sido su fundador, el alfarero ovetense Domingo Menéndez, censado en concreto en la aldea de Faro, centro de artesanos ceramistas de gran importancia (
cerámica de Faro) en 1752 y 1754, apareciendo después censado en Villaviciosa en el
Catastro de Ensenada. Estos censos de los alfareros de Lliñeru continuaron hasta 1818 ó 1825, a partir de entonces no se les menciona más y se conoce que habían dejado de trabajar
El Puntal debió ser un fondeadero y puerto natural desde la misma prehistoria, dadas sus condiciones naturales, bien resguardado de todos los vientos y con un buen fondo arenoso que sujetaba bien el ancla. Durante un tiempo, por su benignidad, fue incluso puerto de cuarentena para los barcos con tripulaciones infectadas o con sospecha de estarlo, cuentan en la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Durante los siglos XVII, XVIII y XIX, tuvo una cierta importancia comercial, con afluencia principalmente de barcos ingleses y de otras provincias del Cantábrico, hacia donde partían productos agrícolas, madereros y mineros de la comarca. A finales del siglo XIX, se intentó canalizar la ría y unir el puerto de El Puntal con otro en El Salín, prácticamente en el núcleo urbano de Villaviciosa, con el fin de dar salida al carbón de la cuenca de Lieres"
A la derecha del actual muelle deportivo tenemos el Ocalital del Puntal, entre el puerto y La Playina (derecha de la foto), bajo la empinada ladera de urbanización Gema del Mar. Más abajo algunas casas de Bárzana, parroquia de Seloriu (margen derecho de La Ría), bajo las verdes camperas del alto de Entrecuetos, de prados y sebes (setos silvestres)
Más arriba está La Talaya, que pertenece a la parroquia de Tazones, donde fue famoso El Llagar de los de Vega, después restaurante, desde donde un camino baja, por El Pinalín y El Pinalón, a las ruinas de la iglesia de la desaparecida parroquia de San Miguel del Mar
En La Talaya se prendían grandes hogueras a manera de faro para orientar a los marineros y dar aviso cuando se oteaba la presencia de ballenas, si bien ahí siempre fueron famosos sus llagares, destacando en lo alto el edificio grande y blanco del Llagar de Ovidio, en la carretera VV-5 que comunica La Villa con Tazones
Los pescadores de Tazones pescaban mucho en Piedorru, donde se mariscaban además
llámpares (lapas) y
muergos (navajas). Ahí vemos también La Barra (abajo derecha de la foto), la
"medio canalización" que se hizo en La Ría. De él cuentan así en la página de
Guías masmar:
"Entre la Playa de Rodiles y la Punta de la Barra se abre la Ría de Villaviciosa y su Barra.
Su localización desde la mar no entraña grandes dificultades. Si venimos del E, el Cabo Lastres, nos indica su proximidad. Nada más remontarlo ya se ve el pueblo de Tazones.
Posteriormente, el arenal de Rodiles ya nos indica que estamos en destino. Si procedemos de poniente, al remontar la Punta del Olivo y el faro de Tazones principalmente este último ya tendremos por la proa el arenal de Rodiles
La parte W de esta barra es de fondos de piedra y la parte que corresponde a Rodiles es de fondos arenosos, siendo un buen fondeadero sin marejada.
El canal de la barra es de unos 60m de ancho, aunque angosta se tiene por buena y solo deja de tomarse cuando hay marejada. Normalmente se suele montar ola, la playa de Rodiles es una de las buena playas Surf de Asturias.
Este canal está delimitado al E por el muro de encauzamiento que a partir de Rodiles recurva al S y SW en una extensión de 1500 metros.
ATENCIÓN: Este muro de encauzamiento no está balizado. la entrada sin luz diurna se efectuará con la máxima atención.
Por el W tiene un muro, paralelo al anterior hasta el interior de la ría, ambos separados unos 100 metros.
En medio de la barra el calado en bajamar de mareas vivas es de 1 a 2 metros y de 4 a 5 en pleamar. (No tomar con garantías esta sondas, ya que los vientos hacen variar la altura del agua. 3º y 4º cuadrante aumenta la sonda hasta 0,8m. Al contrario los vientos del 1º y 2º).
La velocidad de la corriente en sicigias es de 3 nudos.
Se puede abocar la barra con todos los vientos menos con los SE al S hasta el WSW"
Arriba, a la derecha, asoma un poco La Farola, El Faru Tazones, encima del puerto y en el pueblo de Villar, también perteneciente a la parroquia, construido en 1864 y electrificado en 1928. En 1953 se instaló una sirena. Este faro sustituyó a las antiguas hogueras que se prendían en La Talaya
Cerca de allí, en la iglesia de Oles y
"según un libro de fábrica muy antiguo" estuvo custodiado un cáliz de bronce dorado a fuego, con las armas reales y la corona imperial, regalo que Carlos I hizo a Tazones por medio del prior de
Santo Toribio de Liébana,
"probablemente como recuerdo de su arribada a este lugar" leemos en el
Diccionario geográfico de Asturias"
Y es que por entonces esa parte occidental de la actual parroquia de Tazones pertenecía a la parroquia de Oles, lo mismo que esta, la oriental, era de la extinguida parroquia de San Miguel del Mar. El mismo pueblo y puerto estaban divididos en dos por El Ríu Llata, También llamado Les Mestres, el de San Miguel (del río hacia acá) y el de San Roque (del río allá, perteneciente a Oles). En 1892 se crea la nueva parroquia de Tazones, basándose en la denominación medieval de
Los Estaçones), incluyendo San Roque, San Miguel, Les Mestres La Talaya, Villar y Viadi
En La Talaya hay otro castro marítimo de los que forman parte del gran conjunto de la Ría de Villaviciosa, el del Picu Catalín, precedente poblacional de Tazones, que llegó a ser durante siglos puerto ballenero y comercia, así lo leemos en el Diccionario Geográfico de Asturias. Ciudades, Villas y Pueblos:
"El puerto fue una ensenada natural que iba de la punta de San Roque a la de San Miguel, de buena extensión y que daba abrigo del oeste a muchos barcos, Durante los siglos XVI y XVII, el comercio de Villaviciosa y su concejo se hacía en su mayor parte por Tazones, a donde llegaban muchas embarcaciones, no sólo del Reino, sino también extranjeras. Se hacían viajes a Galicia, Vizcaya, Andalucía, Francia, Holanda e Inglaterra, tal como consta en los archivos del Ayuntamiento de Villaviciosa. Los principales artículos que se embarcaban eran lino, cáñamo, cera, aceite, brea, paños, lienzos y frutas entre otros. Tenían fama los tazoneros de buenos pescadores de ballenas, aparejando barcos que llegaban hasta Irlanda, y de cuyos productos sacaban buenos beneficios. En el año 1571 intentaron los vecinos realizar un muelle, ante la gran llegada de naves a este puerto, pero el Ayuntamiento de Villaviciosa les pone como condición que las mercancías se descargaran en la Villa, que era donde estaba el Fiel; tras muchos debates y con esas condiciones tan duras, desistieron. Em 1671 volvieron a solicitarlo, pero la oposición del Ayuntamiento, más por espíritu de partido y rivalidades, que porque existiesen motivos legítimos volvió a denegarlo. Como quiera que los barcos balleneros y otros de mercancías eran muy grandes para llegar hasta la Villa y desembarcar allí las mercancías, se autoriza a desembarcar en Tazones, sin Fiel, a partir del 1 de febrero de 1619"
En muelle de Tazones no se realizaría hasta finales del siglo XIX gracias a iniciativa de los políticos
Melquíades Álvarez y el diputado a Cortes por Villaviciosa José María Rodríguez
La Ría es principalmente arenosa, sin embargo abundan los fangos, mezcla de limos, arenas y materia orgánica, con gran afluencia de aguas de marea y aguas dulces de los ríos que en ella desembocan, "que favorece el desarrollo de una vegetación subhalófila, arenícolas (xagorras) y moluscos que hacen un hábitat idóneo para peces y aves marinas", encontramos en la Enciclopedia del paisaje de Asturias
Aquí está su parte más ancha, el kilómetro de distancia entre El Puntal y Misiegu, donde también abundan los alojamientos turísticos, viviendas vacacionales segundas residencias y campings, sobre todo ante la playa aquí existente y hasta la de Rodiles, al norte
No llegamos a ver Rodiles pero sí sus inmediaciones por la zona de La Forca, se trata de un gran arenal, formado a raíz de la construcción del espigón de La Ría, que amplió de forma considerable el depósito de arenas al pie de los acantilados. También existe un castro y hay vestigios de muy antiguas poblaciones y asentamientos
Más abajo, La Riega Sebrayu se acerca al lugar de La Vega bajo las estribaciones más suroccidentales de Cualmayor. A partir de ahí empezará conocerse también como Ríu la Vega mientras que el Carrión, desde Sebrayu, comenzará a ser llamado Ríu Sebrayu, así es la muy cambiante hidronimia en los ríos según cada lugar por el que pasen
Citando otra vez a Antón Pombo, cierto es que
"Otro de los atractivos de la jornada se encuentra en la ría de Villaviciosa, un especio natural protegido de gran valor ecológico por la presencia de aves, aunque los peregrinos la vamos a divisar solo desde lejos", pero en torno a la ría se abre este fantástico paisaje de la campiña que abarca toda su cuenca fluvial, es decir el concejo de Villaviciosa, del que no en vano dice el cantar...
Villaviciosa hermosa
qué llevas dentro
tú me robas el alma
y el pensamiento.
Son tus claveles
que en tus jardines
tienes sembrados
verdes azules
y colorados
No nos olvidemos de Bárzana, aquí abajo, en Seloriu, con sus casas concentradas en nos de esos cuetos del interior de la parroquia que dieron nombre a Entrecuetos y muy cerca de La Encienona, donde desemboca La Riega Pombalín y hubo un pequeño puerto y embarcadero, así como una aceña o molino de mareas que funcionaba con el agua embalsada de las pleamares
Asimismo, ese terreno de La Encienona fue empleado como salina para extraer sal del agua marina, de ahí se dice vendría el topónimo Seloriu, sin embargo también se dice que procedería del prerromano
sel, relacionado en el vasco
zelai, prado, que en la documentación medieval aparece como sinónimo de braña, majada. Por ahí va la carretera VV-6 de acceso a la Playa Rodiles, de intenso tráfico en verano, y más cerca, delante de Bárzana, la N-632, la
Carretera Colunga, La Reguerina, célebre establecimiento, chigre y restaurante, que tuvo baile, así como La Vitoria, Casa Ramón el de La Vitoria, también antaño con chigre y baile
Tras contemplar una vez más los admirables paisajes de La Ría y sus riberas volvemos la vista de nuevo al interior pues nuestros pasos, en estos primeros metros por la parroquia de Priesca, siguen carretera abajo hacia La Quintana
En esta bajada reconocemos muy bien ahora los dos castros de Moriyón, sobre Sebrayu y La Ría, El Picu'l Castru o El Castru Moriyón, dos castros excavados y estudiados por el arqueólogo
Jorge Camino
El Castru es el de la izquierda (243 m, -en medio de la foto-), y El Picu Castiellu, a la derecha. Se les datándose un periodo ocupacional entre los siglos IV a. C. y III d. C., con varias fases de ocupación y abundantes restos de cerámica y metalurgia, crisoles, escorias, paredes de hornos, etc. lo que da a entender era un enclave de gran actividad
El primero en excavarse fue El Picu Castiellu, "castro en corona sobre una elevación prácticamente circular", según seguimos leyendo en Ástures:
"la muralla se asienta de forma que cierra la cumbre de la misma. Se ha dispuesto un sistema de aterrazamientos que permite la construcción de viviendas y otras estructuras anejas a la muralla
Es probablemente el mejor estudiado de todo el conjunto, y se han determinado tres fases de ocupación sucesivas. Camino Mayor habla de una secuencia de hábitat ininterrumpido desde su fundación a época romana."
Lo cierto es que prácticamente a simple vista y desde la distancia puede apreciarse parte de aquel sistema defensivo que ha dejado hondas señales en el terreno. Cuando pasemos a sus pies nos percataremos del alto promontorio que constituye encima del estuario, dominando su acceso y bocana
A lo lejos, el Monte Vistalegre (336 m) en Bedriñana, situado justo a la derecha y a continuación del Pelapotros, al que nos referíamos antes. Todas estas alturas, junto con los castros localizados (según casi se adivina, hay más y van apareciendo, conformaron un muy importante sistema de observación de la Ría de Villaviciosa, comúnmente aquí La Ría, pues estos entrantes del mar, "valle inundado" dicen literalmente los geólogos además de puertos de abrigo naturales eran rápidos accesos al interior del país, por lo que podían ser sensiblemente vulnerables a ataques e invasiones
El Castru Moriyón, a la izquierda, se comenzó a estudiar seguidamente al Picu Castiellu y dispone de una muralla principal que cierra toda la cima en forma de corona, con sucesivos taludes, hasta tres en su ladera noroccidental, la que mira a la bocana
" Son dos castros que se encuentran muy cerca uno del otro en el mismo sistema de cumbres. Tiene traza oval en la que se asentó una terraza. Allí se estudiaron varias viviendas y sobre todo la muralla. El sistema defensivo consiste en una muralla principal que cerca toda la cumbre en forma de corona y sucesivos taludes, hasta tres en el sector noroccidental."
"Puede decirse que la investigación de la Edad del Hierro en Asturias comenzó hace tan sólo una quincena de años. Las publicaciones, a pesar de los esfuerzos de los investigadores, son aún parciales, pero se aunó un corpus documental de indudable calidad con el conocimiento de elementos materiales de amplio espectro contextualizados mediante excavaciones estratigráficas y dataciones de radio carbono. Incluso se han esbozado cronologías regionales en varias comarcas que cubren casi un millar de años. Indudablemente hay causas de debate que perdurarán un tiempo y se abrirán otras en el futuro. Además, persisten sensibles vacíos en las categorías arqueológicas, caso de los poblados abiertos y las consabidas necrópolis, que dificultan más delo deseable el grado de reconstrucción histórica. Por si fuera poco, la estructura administrativa y universitaria ha privilegiado a lo largo del tiempo las inversiones en el rico mundo paleolítico asturiano con claro detrimento del periodo protohistórico, 10 que no es imputable a los investigadores como se olvida fácilmente."
Bajando por Muñones, veremos su quintana a la derecha sobre el Camino con capilla, panera, encina y
texu. La carretera local sigue bajando hacia La Quintana, donde se encuentra, insistimos, tan importante hito del Camino de Santiago en Asturias como es la iglesia parroquial, joya del Arte Asturiano prerrománico de
San Salvador de Priesca, justo al lado de la ruta y seguidamente al albergue de peregrinos La Rectoral de Priesca existiendo además otras construcciones notables y lugares de interés que veremos inmediatamente...
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