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jueves, 7 de abril de 2016

LA TORRE DEL CASTILLO (LLANES, ASTURIAS): EL AYUNTAMIENTO, EL CASINO Y EL HOSPITAL DE PEREGRINOS. "¡VIVA SAN ROQUE Y EL PERRU!"

 

La Torre del Castillo, saliendo del Llanes intramuros 
"Torre de la Fortaleza

Torre circular con barbacana inferior y terraza almenada superior que es lo más íntegro que queda de la fortaleza y murallas mandadas construir por Alfonso IX para asegurar los derechos y libertades de la villa contra cualquier agresión. Y agresiones no faltaron: el famoso pirata Drake lanzó un ataque en 1586, una escuadra holandesa hizo lo mismo en 1635 y cuatro años después fueron rechazados navíos de guerra franceses"

Así de preciso y precioso escribe el historiador Luis Antonio Alías de esta torre llanisca, superviviente de su vieja cerca o muralla medieval, que guardaba una de sus desaparecidas puertas, la Puerta del Castillo, entrada y salida por el oeste de la antigua puebla aforada por los reyes leoneses y castellanos desde que el citado Alfonso IX la fundase, tal vez sobre algún pequeño enclave portuario natural en su pequeña ría, en algún momento hacia el año 1225, privilegiando a sus moradores para favorecer el establecimiento de gentes y mercados, auspiciados por la pesca, la ballenación y el comercio marítimo

Desde el muro norte de la iglesia de Santa María del Conceyu, con el de la finca de los Duque de Estrada, La Bombilla, a nuestra derecha, vemos esta voluminosa torre cilíndrica que fue declarada Monumento Nacional en 1876, no muy lejos, al norte, de un lienzo sí conservado de la muralla, cerca de la playa de El Sablón, la playa urbana de Llanes por excelencia, que también recomendamos visitar aunque no esté en el mismo camino oficialmente señalizado por el casco urbano

Además de los ataques reseñados por Alías, las murallas de Llanes fueron también defensa contra los asedios del conde de Luna en las endémicas guerras civiles castellanas del final de la Edad Media. La villa o puebla había nacido por fueros reales dentro de la política repobladora de los monarcas de entonces, libres del vasallaje a las apetencias señoriales de la época y no deseaba someterse a las cambiantes fidelidades, caprichos, abusos y apetencias de la nobleza feudal terrateniente y guerrera

Unos afirman que habría sido el mismo Alfonso IX quien mandó erigir la cerca o muralla, otros que sería, hacia 1270, cuando Alfonso X El Sabio confirmó y amplió dichos fueros con el de Benavente. La muralla hubo de ser reconstruida también tras los incendios de 1480 (cuando los Reyes Católicos reconfirmarían los privilegios de la localidad para compensarla por el desastre) y de 1509.También padecería las consecuencias de la francesada y posteriormente de la Primera Guerra Carlista. Después y por cuestiones urbanísticas, fue derribada en su mayor parte, incluidas las cuatro puertas y sus portezuelas menores o Portiellos, aunque se conservan como hemos dicho algunas porciones


Camino de La Torre y dejada atrás la iglesia, pasamos junto al Palacio de Posada Herrera, actual casa de cultura, fundado entre los siglos XVII y XVIII por las poderosas familias llaniscas de los Rivero, Valdés Duque de Estrada y Posada


A la derecha sigue extendiéndose el muro semiderruido de La Bombilla, en ruinas desde que fuese incendiado, se dice que por los franceses napoleónicos en retirada en 1809, pero hay otras versiones


Lo cierto es que el palacio había sido anteriormente habilitado como hospital para los soldados asturianos que defendían el frente de Unquera, atendiéndolos de una epidemia de peste que había hecho ingresar aquí a unos 200 y que se propagó por el vecindario, causando gran mortandad, por lo que también se atribuye al incendio a la mano de sus propios dueños. Otra posibilidad, más cuestionada, es que lo quemarían no los propietarios sino los vecinos, bien por esta misma causa o bien en venganza a una posible postura afrancesada de la familia de la que no hay indicios


Por la calle Posada Herrera y pasando por las terrazas de la sidrería El Almacén, siguiendo el trazado oficial del Camino Norte en Llanes, nos acercamos a esta torre que fue restaurada en 1954 por el arquitecto Luis Menéndez-Pidal, Conservador de Monumentos de la Primera Zona, que abarcaba Asturias, León, Zamora, A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra


Las llaves de la puerta que custodiaba, la Puerta del Castillo, las guardaba y custodiaba el Alcaide y Juez de la villa de Llanes, al igual que por el este las de la Puerta del Llegar y por el sur las de la Puerta la Villa, no así las llaves de la Puerta de San Nicolás, acceso directo al puerto, que pertenecían al gremio de mareantes de esta advocación, lo que hace palpable el poder y autonomía de los marinos dentro de la sociedad llanisca


Hoy como ayer, el deambular de viajeros y peregrinos por las calles del casco antiguo de Llanes, tiene algo de errático, pese a la señalización caminera pertinente, y está bien que sea así, pues es mucho lo que se puede ver y visitar en esta zona intramuros cuya estructura sigue las pautas de su fundación medieval: una calle mayor y otra a ella paralela, con una en medio que cruza las dos, a partir de lo cual se trazan callejuelas transversales y paralelas, una de ellas esta


Salvo la iglesia, murallas y un par de palacios y casas de piedra, la mayor parte del Llanes medieval, construido en madera, pereció en aquellos pavorosos incendios que pusieron fin a aquella época. Aún en 1517, cuando Carlos I visitó la plaza con su séquito, estaba todo en fase de reconstrucción y recuperación


La planta circular de La Torre es de unos 8 metros de diámetro y está dividida en cinco pisos. Su azotea almenada estaba dedicada a la vigilancia de la villa, su puerta e e inmediaciones, así como por supuesto a su defensa directa, oscilando sus muros entre el metro y el metro y medio de espesor


La entrada era una pequeña puerta abierta no en el bajo sino en la primera planta de su estructura hecha de mampostería de conglomerado calizo. Naturalmente había de accederse a ella por un puente levadizo


Si nos fijamos, a la derecha hay unos pequeños huecos en la que sería la planta más alta antes de la azotea almenada: se trata de los michinales de una estructura de madera exterior, el matacán, desde las que podían arrojarse piedras y demás proyectiles sobre los posibles atacantes al lado exterior de la muralla


Siguiendo datos de la página Amigos de los Castillos, los vanos son escasos y resultaron afectados por las reparaciones efectuadas en La Torre, conservándose tres en el último piso y solamente uno en los primero y segundo


Durante las obras de restauración de 1954 se abrió esta puerta a nivel de la calle, donde estuvo entre los años 1996 y 2012 la Oficina de Turismo, ahora en el edificio de la Antigua Rula, en el puerto deportivo: Ahora es el local de La Torre de los Cuentos, dedicada a representaciones teatrales


Aquí estaría la Puerta del Castillo. Bajando un poco vemos la parte posterior del Casino de Llanes y al fondo, al otro lado de la calle Alfonso IX, una pared lateral del Ayuntamiento. La muralla tenía un perímetro de unos 840 metros y guardaba una extensión equivalente a unas 7 hectáreas 


Aquí sigue la bajada detrás del Casino, ahora por unas escaleras con barandilla


Un afloramiento rocoso en el terreno conforma esta elevación, sin duda se aprovechó como buena pase para esta torre-castillo con su puerta


De frente el edificio de la Policía Local de Llanes, al otro lado de la calle Alfonso IX


La base de La Torre, asentada sobre la dura roca. Más allá, en los bajos de los bloques de viviendas de la calle, está la Ferretería Sobrado, regentada por Lucio Fernández Sobrado, Lucio, a quien el gran cronista llanisco Higinio del Río Pérez, director de la Casa de Cultura de Llanes, le dedica un entrañable panegírico en sus Personajes Favoritos de su blog que no dudamos en compartir:  
"Lucio (Llanes, 1972), tan seriu y tan en su sitiu, representa una de las tradiciones más arraigadas que atesora el comerciu llaniscu. En su árbol genealógicu, por rama paterna, encontramos comerciantes desde mediados del siglu XIX.  
É nietu de José Ramón Rodríguez Gómez, Ramonín, el ferreteru de eterna sonrisa y ademanes siempre amables, al que recordamos en su ferretería del Puente; bisnietu de Luciano Rodríguez Pérez Sobrado, abogáu y comerciante; y tataranietu de José Rodríguez Sobrado, l’ hombre que abrió la primera ferretería en la historia de Llanes. 
(José Rodríguez Sobrado había llegáu a la villa en 1848, procedente de Avilés, para vender calderos de cobre; se dedicó al comerciu de tejidos, hierros y ferretería en una tienda debaju los arcos, la misma que ocuparía décadas después Eduardo Estefanía, Jayo, y aquí llegó a ser muy amigu de su tocayu Posada Herrera). 
Está claru, pues que Lucio pertenez a una dinastía. É jiyu de Jaime Rodríguez Ruiz (comerciante también, por supuestu) y d’ Ángeles Noriega Moguel, mejicana. Tien 4 hermanos: Javier y Maira (gemelos), Cristóbal y Álvaro, y él é el mayor. 
Siempre tuvo vocación p’ al comerciu. De críu, cuando venía de la escuela o del Institutu, se ponía en seguida a echar una mano al su güelu Ramonín, tan guapamente, sin apurase en nada por d’ ir a la playa o a jugar con los amigos. 
Empezó los estudios de Perito Industrial y Empresariales, pero no los acabó. Luego jizo la mili en la Brigada Paracaidista (BRIPAC), destináu en Murcia y Alcalá de Henares. 
Está casáu con la riosellana Ágatha Barbas García, y el matrimoniu tien dos jiyos: Pelayo y Albar, de 11 y 6 años, respectivamente"

Sobre nosotros se alza la impresionante torre, salvada en 1876 al ser declarada Bien de Interés Cultural, el primero de Asturias, en un momento en el que las murallas, no solamente las de Llanes, fuera ya de su interés defensivo, que hacía siglos habían perdido, eran consideradas canteras públicas y caían víctimas de las piquetas. El interés por el patrimonio estaba por entonces empezando a surgir, muy posiblemente gracias al legado del movimiento romántico de la época


Aún en el siglo XVII, cuando con los avances del arte de la guerra se extendió el uso de la pólvora y las murallas del medievo dejaban de ser útiles en favor de las baterías costeras, emplazadas por ejemplo en el cercano Fuerte de la Moría, el simbolismo de torres y murallas constituía elemento de prestigio y disputa entre las clases sociales más adineradas. No es extraño que la también excelente cronista llanisca Maiche Perela Beaumont haya llamado a Llanes "Una suerte de Cameloten uno de sus artículos, publicado en la web de la Cofradía de Pescadores de Santa Ana:
"Entre 1618 y 1677, una vez más, Fernando y Pedro Duque de Estada, I y II Condes de la Vega del Sella, pleitean con el Ayuntamiento a causa de la merced regia familiar ( Enrique IV, 1461) de “castellano perpetuo del castillo y fortaleza de Llanes”, con salario de 12.000 maravedís anuales.

A causa de aquel largo proceso, que se renovará en el siglo XVIII, se realizan en 1627, aunque se manejan también otras fechas como 1620 y 1624, dos planos de la villa. Así, “los informes periciales” que presentaron las partes en aquel  litigio, cada uno, como ocurre ahora, respaldando su alegación, constituyen las representaciones cartográficas más antiguas de Llanes"

Por ello, aunque las murallas nacieron en principio para evitar el acoso feudal, las grandes familias linajudas irían abandonando sus lúgubres y fríos castillos rurales para asentarse también en las pueblas, desde las que se dirigía el territorio, haciendo valer su presencia. Las cercas pasaron a tener entre gran parte de la población un aire del Antiguo Régimen al que en España se le daba carpetazo en el siglo XIX desde las Cortes de Cádiz a las reformas liberales. En la  página de la Asociación Española de Amigos de los Castillos dan asimismo esta interesante información:
"La construcción de las murallas parece comenzaron en torno al año 1270. Probablemente en esas fechas se construyó el torreón circular, que configura la base del primitivo castillo medieval. De la documentación que ha llegado hasta nosotros destaca que uno de sus alcaides fue Fernando, Duque de Estrada. Del antiguo castillo, probablemente deriva el control noroccidental del conjunto defensivo, donde se construirá un nuevo palacio, base política de los Duques de Estrada"

Bajando las escaleras seguimos admirando esta maravillosa estructura torrera a la que el escritor y también cronista llanisco José Ignacio Gracia Noriega le dedica su artículo Muralla y Torre de Llanes:
"La muralla y la torre de Llanes son, entre otros, los restos de «su pasado rector, influyente y poderoso», como escribe Magín Berenguer. Estas murallas fueron levantadas en el siglo XIII, como confirmación de la carta-puebla otorgada por Alfonso IX de León, el año 1206. En la actualidad se conserva la parte del Norte, que va paralela al paseo de San Pedro; y uno se pregunta si desde aquí se otearían velas vikingas, cosa absolutamente improbable a no ser que las ligeras naves saqueadoras llegaran de levante: de lo contrario, los vigías no las verían hasta haber doblado la Punta del Guruñu, casi ya en la playa del Sablón. Mas así como el fuerte, del que todavía quedan las troneras de los cañones, abiertas al mar, se enfrentó a ataques de franceses y de ingleses, la muralla parece haber tenido un carácter suntuario, majestuoso y testimonial. Así la considera Celso Amieva en su canto a la torre:
que eres inofensiva y sin historia
a fuer de dueña honrada.
El paño de muralla que se conserva es, no obstante, el mayor de Asturias; y hay otros fragmentos incrustados en nuevos edificios. Las llaves de las [116] puertas de la villa eran custodiadas por el Alcalde, salvo las de la puerta del Llegar, que era por donde entraban los marineros una vez terminadas sus faenas en el mar, y que estaban en poder del Gremio de Mercantes. La calle de Mercaderes, en el centro de la villa, proclama su abolengo medieval, y a su lado está la plaza del mercado, situada lo mismo que otros tantos mercados de poblaciones medievales al lado y afuera de la muralla. 
Lo más vistoso de la muralla es el sólido y redondo torreón, también levantado en el siglo XIII: fuerte y austera construcción militar que, por ironía de la historia, ahora tiene de vecino a la zona trasera del Casino, hermoso edificio indiano de 1910. A esta torre la cantó, como dijimos, en versos parsimoniosos, Celso Amieva:
Torre de Llanes que en el siglo XX
desde el fondo del XIII te levantas,
yo me quito la boina ante tu mole
reina y anciana.
Ceñida de galernas, eje rudo
de la rueda terrestre y la terráquea,
tu tronco secular conecta a Llanes
con la Vía Láctea"

De este lugar, bajo la torre que tuvo foso y en tiempos fue también cárcel, saldría además la Ruta Histórica de Llanes a CovadongaEl Camín del Oriente (GR 105.2)


Bajadas las escaleras de la que fue la Puerta del Castillo llegamos a la calle Alfonso IX
frente al citado edificio de la Policía Local, en la parte posterior del edificio del Ayuntamiento de Llanes 


Un concha xacobea en el marco de una de las ventanas nos indica seguir hacia la izquierda


A partir de aquí hemos de estar atentos pues hemos salido de las calles peatonales del casco antiguo, y aunque hay aceras, el paso de vehículos va a ser constante, sobre todo en verano. Esta parte trasera de las consistoriales se construyó en 2002 para ampliar el edificio original, cuya fachada principal mira a la Plaza de los Bandos, si bien este ya había sido a la vez ampliado y transformado varias veces desde su construcción en 1862


De frente, en la Plaza de los Bandos confluyen la calle del Castillo que viene de la calle Mercaderes desde el puente sobre El Riveru y Las Barqueras, la calle San Agustín y la calle Nemesio Sobrino, que empieza frente al consistorio


A nuestra izquierda la fachada del Casino de Llanes que mira a esta calle de Alfonso IX, si bien no tan espectacular como la principal, que vamos a ver ahora, ya acusa las formas modernistas que dan tan buena fama y admiración a su arquitectura


Fue promovido por la Sociedad del Casino-Teatro a principios del siglo XX como lugar de encuentro social y recreo de los indianos. Su construcción se impulsó desde los periódicos El Oriente de Asturias y El Pueblo, escogiéndose en 1909 el proyecto realizado por el arquitecto Juan Álvarez Mendoza para hacerlo en el que lugar en el que estuvo el mercado cubierto municipal de hierro y cristal. El origen de esta institución llanisca nos la resume así la Wikipedia:
"El deseo de los indianos de contar con un lugar de recreo digno desembocó en la construcción a comienzos del siglo XX de este edificio, para cuya construcción se eligió a un joven arquitecto, Juan Álvarez Mendoza, muy influido por las modas de su época. Esto se observa al contemplar un edificio que traduce los aires del influjo francés propio de estos momentos iniciales de la centuria.

El Casino refleja el exotismo típico de la nueva construcción indiana, destacando entre el caserío de Llanes. Muestra un gusto claro por el modernismo de principios del siglo XX, que se refleja en los elementos decorativos"

Nacido en Cornudilla, Burgos, en 1868, este gran arquitecto tuvo en este edificio una de sus mejores obras y su padre, el ingeniero industrial Tomás Álvarez Morán, había sido además autor del plano del Ensanche de Llanes en 1901 y profesor en el llanisco Colegio de la Encarnación. Una buena reseña biográfica de Mendoza la hallamos en la Real Academia de la Historia:
"Estudió en la Escuela de Arquitectura de Madrid (1887-1895), donde se tituló en 1896 con un proyecto para el Congreso de los Diputados. En 1900 ejercía en Lugo como arquitecto municipal.

En 1906 obtuvo una plaza de profesor en la Escuela de Artes e Industrias de Madrid, por lo que presentó su dimisión como arquitecto municipal de Lugo, y en 1910 trabajó como arquitecto de la Diputación Provincial de Oviedo, sustituyendo a Nicolás García Rivero, hasta su regreso al año siguiente. Entonces Álvarez Mendoza pasó al cargo de auxiliar de la oficina de Contrataciones Civiles en la misma Diputación hasta 1912. Entre 1913 y 1915 fue profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo, aunque residía en Infiesto. A partir de 1915 se trasladó a Madrid, donde permaneció el resto de su vida profesional. Así, en 1930, fue nombrado inspector-jefe de construcciones del Ministerio de Instrucción Pública. En 1935 fue vocal de la Junta de Construcciones Civiles y realizó varias ampliaciones de la fábrica de perfumes GAL, la última fue en 1949.

Fue autor de numerosas obras, tanto privadas como públicas, entre ellas numerosas escuelas, proyectos de hospitales y otras dependientes de la Diputación Provincial. También tuvo muchos encargos entre la clientela indiana. Destacan entre los últimos las obras realizadas para los marqueses de Argüelles, en Ribadesella.

Influencia Beaux Arts en el Casino de Llanes (Asturias). El teatro Divino Argüelles fue edificado por la sociedad anónima de dicho nombre, con el fin de promover la cultura y las artes escénicas. También construyó el chalé de la marquesa sobre una gran parcela de cinco mil metros cuadrados, una gran villa para una de las mayores fortunas de Asturias. Con una planta en ele, y sobre el eje de la escalera principal, dispuso los espacios y volúmenes. Planteó en el conjunto una síntesis de referencias secesionistas, con grandes superficies acristaladas en el comedor abierto a la playa y recuerdos regionalistas y pintorescos en las cubiertas. La decoración escultórica de la torre fue realizada por el escultor Alfredo García García, natural de Colombres (Asturias).

También diseñó los singulares monumentos funerarios dedicados a los soldados repatriados de Cuba, en el cementerio lugués de Magoi (1899), y a los Mártires de Carral (1904), ambos con formato de grandes cruces.

Estilísticamente se caracterizó, desde sus primeros años de ejercicio profesional, por manejar con desenvoltura diferentes lenguajes formales, de acuerdo con las características de cada proyecto, por lo que practicó tanto un eclecticismo de influencia francesa, visible en las viviendas de mayores pretensiones y en el monumental casino de Llanes (1910), como el estilo neomudéjar del Teatro Circo de Lugo (1896), inspirado en el Circo Price de Madrid, y el historicismo medievalizante con notas modernistas de la plaza de Abastos de la misma ciudad (1904)"

A la derecha, la planta alta del Ayuntamiento fue un añadido al edificio primigenio, que en principio tenía solamente dos. Era también cárcel


En la esquina, una concha jacobita nos indica continuar a la derecha para salir dirigirnos a la salida de la población por las calles Nemesio Sobrino, Egidio Gavito y Avenida la Paz, pero antes aún tenemos cosas pendientes de ver
 

Primeramente vamos a cruzar al otro lado de la Plaza de los Bandos, dedicada a los bandos festivos y vecinales de San RoqueLa Guía y La Magdalena, que mantienen, divulgan y transmiten gran parte de la historia y tradiciones seculares  de esta villa


Desde la Plaza de los Bandos contemplamos en todo su esplendor la gran fachada principal del Ayuntamiento de Llanes, cuyo diseño se atribuye al arquitecto Andrés Coello, quien también proyecto el nuevo consistorio gijonés en esa época, así como el Balneario de Fuensanta en Nava, si bien no hay ningún documento que lo acredite. Se sabe eso sí que su construcción salió a subasta pública en 1860, inaugurándose dos años después



Como hemos dicho el primer edificio solo tenía planta baja y piso alto, situándose el frontón triangular del reloj encima de la planta noble, sobre los tres balcones encima de las entradas de tres puertas de arco de medio punto, las profundas reformas de 1929 y 1931 transformaron su estructura primigenia,. Edificio de usos administrativos múltiples, tuvo nuevas reformas interiores en la década de 1950, cuando se replanteó asimismo su alzado, las cuales afectaron a la estructura del edificio y a su disposición interna


Sobre el balcón central, el más saliente, una placa en la fachada rememora su inauguración


Dice así:
AÑO DE 1862
REINANDO LA MAGESTAD DE Dª ISABEL II
SIENDO MINISTRO DE LA GOBERNACIÓN D.JOS
POSADA HERRERA SE HIZO ESTA CÁRCEL DE
PARTIDO JUDICIAL Y CASA DE AYUNTAMIENTO
DE LA VILLA Y CONCEJO DE LLANES

Arriba el escudo de Llanes, con el león y la cruz. El león representaría al Reino de León (Llanes fue fundada por el monarca leonés Alfonso IX y la cruz representa a Asturias pues aunque distinta habría de ser la de la Victoria y originalmente estaba en campo verde, según ha recuperado el investigador llanisco Toño Anca



Y esta es la tan fabulosa gran fachada principal del Casino de Llanes, abierto en 1912 y no en 1910 como tantas veces se señala por error. Tal y como leemos en el Gran Atlas del Principado de Asturias de Nobel, se trata de un volumen con tendencia al cubo asentado sobre un amplio zócalo y abierto a la calle por tres grandes arcos, flanqueada esta fachada por dos torres que delimitan la clásica terraza, "Es una obra desmesurada que sigue el modelo francés barroquizante" y está catalogado como monumento histórico artístico


En la página España Fascinante Javier Retuerta firma el muy ameno artículo Los casinos culturales, los verdaderos parlamentos del siglo XIX, donde nos explica las características de estas instituciones que proliferaron en villas, ciudades y no pocos pueblos:
"En casi cualquier ciudad española es fácil que se recomiende echar un vistazo al edificio del casino. Aunque el primer pensamiento pueda retrotraer a imágenes de juego y apuestas, lo más habitual es que se tratara del lugar donde se asentaba, o lo sigue haciendo, el casino cultural. Estas instituciones surgieron en el siglo XIX, dando muestra de que el mundo estaba cambiando. Además de permitir a sus miembros jugar al mus o al billar, sirvieron como epicentros de debate. Acogieron tertulias, asociaciones y más tarde incluso ateneos. Una mezcla que conformó espacios decisivos para el avance de la sociedad y cultura española.
La asociación entre la palabra casino y el juego no es casual. Esta vertiente, al igual que la charla que suele acompañar a esta actividad, ya fue protagonista de espacios antes del siglo XIX (...) 
Tras la Guerra de la Independencia España estaba en una crisis total. Liberales y tradicionalistas chocaban en cualquier tipo de concepto. No obstante, Europa bullía y mostraba ejemplos de que la burguesía era ya un agente a tener en cuenta. Una puja que se saldó con conflictos pero también con la apertura de espacios hasta entonces impensables en el país. Los casinos culturales son un claro ejemplo. Mezclaron el juego legal, al menos oficialmente, con la expansión de la cultura y las libertades individuales (...) 
Estas instituciones se crearon siguiendo el modelo de club inglés. Así eran entornos masculinos, burgueses y en muchas ocasiones elitistas. De “buena sociedad”, como solían describirse. La cuestión clave es que la sangre azul se vio sustituida por el pragmatismo de la época. Políticos, hombres de negocios y nobles se juntaban para divertirse con estilo. Al tiempo, generaban redes de contactos basadas en la exclusividad que aportaba ser socio del casino. La entrada se solía realizar por recomendación. De esta forma, un miembro de la clase alta era apadrinado por otro ya miembro de la sociedad para acceder a la membresía.

Los casinos culturales españoles también tenían influencia italiana. En dicho país las asociaciones solían incorporar tanto un café de tertulia como un espacio de juego (...). Además, el propio nombre “casino” proviene del idioma italiano. Sin duda eran lugares eclécticos, como el mismo siglo XIX. 
A la tertulia y el factor lúdico se sumaban actividades como la lectura de prensa de forma conjunta, que solía derivar en debate. También fueron incorporando espacios como salones para bailes y fiestas o salas para representaciones de teatro o conciertos. A pesar de que intentaron en un comienzo mantener cierta neutralidad política, el pasar de los años supuso que los clubes se politizaran y sirvieran de base para los típicos contubernios (...) 
El nuevo siglo no paró la creación de los casinos culturales. Los indianos de Llanes culminaron en 1910 la construcción del flamante edificio que fue sede de su sociedad hasta 1990"

En el caso de la Fundación Sociedad del Casino de Llanes esta fue fundada en 1867 como institución que promovería reuniones, actos culturales y de ocio, siendo sus promotores como ya hemos dicho indianos de ultramar y participando toda la burguesía y aristocracia llaniscas. Su sede anterior había sido en un inmueble de la calle del Castillo donde luego estaría la pensión Iberia


El precio de construcción de este casino fue de 50.444 pesetas. En la sección Asturias concejo a Concejo de la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA) informan también de sus características: 
"El casino es el puro reflejo del exotismo típico de la nueva construcción indiana. Muestra un gusto por el modernismo de principios del siglo XX con múltiples elementos decorativos y un recargamiento visual propio del barroco. En su interior destacan las puertas de colores lacados en blanco, la escalera monumental y los espejos venecianos. En la actualidad, el edificio se encuentra deteriorado por las filtraciones de agua a través de la cubierta, balcones y terrazas"


Higinio del Río por su parte, en A vueltas con el Casino de Llanes, que publica en La Nueva España el , 2-4-2009, aporta nuevos datos sobre los primeros tiempos de esta institución, cuya fundación retrotrae al año 1950:
"El arquitecto Juan Álvarez Mendoza fue el autor del proyecto de la nueva sede del Casino de Llanes (abierta no en 1910, como se apunta a veces, sino en 1912, cuando era alcalde del municipio Manuel Martínez Garrido). El edificio se ubica junto al Ayuntamiento, justo donde antes se levantaba el mercado cubierto de abastos, y no tardó en convertirse en un centro de elitismo provinciano y de clasismo almidonado y alicorto, con ínfulas de imitación de los hábitos burgueses de las grandes ciudades. Sin embargo, en sus inicios, la Sociedad Casino de Llanes, creada en 1850, intentaría, bajo la influencia indiana -en muchos casos a expensas de indianos favorecedores de la cultura y probablemente adscritos, algunos de ellos, a logias masónicas-, cubrir con altruismo necesidades de instrucción de la población local, en general. En su libro «Apuntes históricos, genealógicos y biográficos de Llanes y sus hombres», (Torrelavega, 1893), Manuel García Mijares nos dice que la biblioteca de la institución, que rondaba los 1.000 volúmenes (entre los que predominaban los libros de historia), «todos los días del año, de 10 a 12 por la mañana y de 6 a 8 por la tarde», estaba abierta a las personas mayores de 14 años que quisieran consultar los libros, aunque no fueran socios"


Durante la Guerra Civil el edificio fue confiscado y pasó a ser Casa del pueblo y juzgado, volviendo tras la contienda a su función de club social. Para ser admitido a la sociedad el aspirante debía de ser presentado por dos socios y  su ingreso sometido a votación mediante un sistema de bolas entre los asociados que permitía el anonimato. Si había más de tres bolas negras de socios la admisión del nuevo era denegada. Este sistema fue suprimido en 1960, pasando a realizarse por el voto favorable de la mayoría. Higinio del Río también menciona y da detalles de este y otros episodios poco edificantes de unos tiempos extremadamente clasistas que imperaron en ciertas épocas de la historia de la institución:
" Durante los años de la «jambre», la imagen de la mansión concebida por Álvarez Mendoza resultó en extremo antipática para los llaniscos. Representaba un mundo clasista, caciquil y distante (jamás olvidaremos que a los críos de la plebe no nos dejaban ni sentarnos en la escalinata, porque se nos consideraba chusma) y en su interior imponían su ley las bolas negras para dirimir la aceptación o el rechazo de nuevos socios. 
Conocemos a fondo la humillación de que fueron objeto algunos llaniscos de bien durante aquella deshonrosa etapa, que tuvo su apogeo en las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta. Una de las víctimas fue Enrique Señaris, «Kiki», que estudiaba en Oviedo para perito mercantil y que era hijo de una modesta viuda dedicada al pequeño comercio (María, la de la mercería Empe). Su grupo de amigos, de un estatus económico desde luego más alto que el suyo -entre ellos, José Luis Buergo, que llegaría luego a fundar y dirigir en Madrid la revista independiente «Crítica de arte»-, eran socios del Casino y querían que él también lo fuera, para participar juntos en los saraos que se organizaban allí. Kiki, aunque no muy convencido, decidió pedir el ingreso, pero se estrelló contra un muro. Algún socio, atrincherado en el anonimato -quizás un señorito de los que tiraban perronas a la acera para que las recogieran los niños harapientos que se hacinaban a la puerta cuando había cenas y bailes de etiqueta-, le echó las bolas negras que bloquearían su ingreso en la sociedad. (El industrial Vicente Guitián, que había sido directivo del Casino, me hizo, hace años, una confidencia: a Kiki no le permitieron ser socio porque era nieto de Pedro «el Sordu», un humilde albañil y pescador de roca, padre de diez hijos). 
Aquel Casino, enemigo del pueblo y rehén de su cerrazón, pertenece a la historia más vergonzante de Llanes, pero, gracias a Dios, ya ha quedado atrás. Definitivamente. La llegada de la democracia puso término a la ignominiosa práctica de las bolas negras en la centenaria institución, que quedó, por fin, democratizada en su estructura y en su funcionamiento"

En 1990 el Ayuntamiento de Llanes compró el edificio por 1,4 millones de pesetas, si bien los socios siguieron manteniendo el usufructo de la primera planta del casino durante 50 años, en las otras dos se organizan actos culturales



Como hemos dicho, en la Calle del Castillo estuvo la primera sede del Casino de Llanes. Antes de seguir Camino vamos a recorrerla para acercarnos a un lugar de Llanes tan plenamente vinculado con las peregrinaciones como es la capilla de San Roque, que fue del antiguo hospital de peregrinos de esta advocación, situado unos metros calle abajo


Por la calle del Castillo pueden atravesar directamente los peregrinos la villa de Llanes desde Las Barqueras y el puente de El Riveru, pues seguiría más o menos el trazado extramuros del antiguo camín real costero. No obstante en este nuestro periplo urbano hemos estimado conveniente, perdernos un poco por la población intramuros y conocer la calle Mayor, las capillas de la Magdalena y Santa Ana, el Palacio Gastañaga o de Rivero, la iglesia de Santa María del ConceyuEl Sablón y el Paseo de San Pedro, entre otros lugares, por lo que nos queda aún pendiente, antes de marchar del centro urbano, conocer esta calle, gran arteria comercial y de comunicaciones del Llanes actual


Pasadas las terrazas del Casino de Llanes, un portón enrejado a a la izquierda es la entrada a su bar-restaurante. En 2020 el prestigioso chef Ricardo González Sotres se encarga de la cocina. Pasado el portón está el Casino del Estanco


La calle del Castillo es la prolongación desde el puente de la calle Mercaderes, cuyo nombre rememora a los antiguos mercaderes de la villa y puerto de Llanes, que se establecieron en ella tras el pavoroso incendio de 1509 en el que resultó destruida la villa medieval. Mientras se reconstruía la población se estableció en las afueras, alrededor de la muralla y sus accesos, naciendo y consolidándose los primeros barrios extramuros



A la derecha, la Pensión Iberia, la primera sede de la Sociedad del Casino de Llanes, a la que el erudito y uno de los primeros cronistas llaniscos Manuel García Mijares le dedica un buen apartado dentro del capítulo Sociedades, Imprentas y publicaciones en su libro Apuntes históricos, genealógicos y biográficos de Llanes y sus gentes, publicado en Torrelavega en 1893:
"Desde el año de 1850, existe en Llanes un Casino o Sociedad, en casa alquilada, pero con moviliario propio, cuyo objeto es puamente el entretenimiento, recreo e instrucción de sus socios, no permitiéndose en él, ni en ninguna de sus dependencias, los juegos prohibidos, ni entablar discusiones de carácter político o religioso. Este Casino está abierto todos los días del año, desde las siete de a mañana, hasta las doce de la noche, excepto los meses de Octubre a Abril, que se cierra a las once.

En el año de 1881, se construyó un Teatro a expensas de un articular, que también tiene arrendado la misma Sociedad de recreo, la cual desde entonces, lleva el título de Casino y Teatro de Llanes.

El Teatro es capaz para 300 personas cómodamente colocadas en sus respectivos asientos, y suficiente a llenar hoy las necesidades del pueblo; tiene 94 butacas; 10 plateas y 11 palcos con 6 entradas cada uno, y un paraiso ámplio y espacioso con 80 asientos n primera fila. El mobiliario es propiedad del Casino, habiendo costeado éste también, algunas obras necesarias en el mismo teatro.
Tiene la Sociedad dicha, su Junta Directiva, que se compone de Presidente, Vicepresidente, Tesorero, Secretario y tres vocales, uno de éstos con el caracter de Bibliotecario.

Todos los socios tienen derecho a disfrutar diariamente las venajas, distracciones y comodidades que la sociedad ofrece, concediendo igual derecho por quince dias a los forasteros que fueren representados por los mismos socios.

A la sociedad le es preceptivo dar en sus salones o en el Teatro una reunión de confianza cada mes, y además cuatro bailes al año; uno el lúnes de carnabal y los restantes en Julio Agosto y Septiembre, como obsequio a los forasteros que visitan la población en el verano. A éstas reuniones y bailes tienen derecho de asistencia, no solo las familias de los socios, sinó también las de las viudas que no tengan varón mayor de 18 años, y sean para ello invitadas.

En 1º de Enero de 1884, abrió al público éste Casino Teatro, una Biblioteca donde todos los socios, y durante las horas en que aquel se halle abierto, tienen derecho a usar los libros que la constituyen, pero con prohibición absoluta de sacarlos fuera del local. Todos los días del año, de diez a doce por la mañana y de seis a ocho por la tarde, pueden concurrir también todos los individuos de ambos sexos mayores de 14 años, y hacer uso allí de los libros. Aunque en el día aumentó yá, y vá aumentando, el número de volúmenes que forman la Biblioteca, diremos que según el catálogo de ella formado en 22 de Septiembre de 1891, existían entonces:
109 volúmenes, sección de Jurisprudencia, Política y Administración.
29 »  » de Filosofía.
193 »  » de Historia.
15 »  » de Geografía.
25 »  » de Idiomas.
63 »  » de Ciencias físico–químicas y naturales.
15 »  » de Medicina e Higiene.
98 »  » de Literatura y Artes.
9 »  » de Viajes.
30 »  » de Ciencias exactas.
123 »  » de Novelas.
41 »  » de Religión y Moral.
70 »  » de Agricultura.
46 »  » de Industria.
5 »  » de Comercio.
14 »  » de Ciencia recreativa.
13 »  » de Juegos y lecturas ligeras.
40 »  » de Poesía género-líririco.
7 »  » de Poesía Epica.
26 »  » de Poesía dramática.
8 »  » de Almanaques y Catálogos.
979 Volúmenes.
Para el cuidado, limpieza y servicio de todas las dependencias del Casino, Teatro y Biblioteca, tiene la Sociedad un conserge con 60 pesetas mensuales de sueldo, y un auxiliar con 22 pesetas y media de retribución, más las gratificaciones de recados o encargos particulares que hacen por los socios"

 En el bajo, donde ahora está la Joyería Ampudiaestaba el café y tienda de ultramarinos de Eladio Bengoa, glosado convenientemente por Higinio del Río Pérez en La Nueva España del 21-8-2007: 

"Eladio Bengoa Goicolea (Haro, 1882-Llanes, 1942), que los comerciantes de hoy deberían tener muy presente como modelo a imitar. 
Bengoa (cuya figura, sorprendentemente, aún está sin historiar) llenó por completo el primer tercio del siglo XX en Llanes. Vino a significar, en cuanto al comercio, lo mismo que el soberbio danzante Pancho el Barrileru respecto al pericote: ambos eran, cada uno en lo suyo, lo más de lo más. Eladio Bengoa había llegado como confitero en 1902, para trabajar en el obrador de José Nachón Miranda y, al cabo de tres años, se casó con una de las hijas del patrón. Cuando falleció su suegro en 1915, él se convirtió en titular del negocio y se reveló definitivamente como un sólido industrial. Para entonces, ya había comprado a los hermanos Pepe y Emilio Ausejo (los Navarro) el Café Universal, que estaba en los bajos de la sede que tenía entonces el Casino (donde está ahora la tienda de modas May), y lo llenó de vida y de actuaciones desde 1903: por allí hizo pasar un carrusel de trotamundos del cabaret serio, como el músico portugués Ibo Josué, que daba conciertos -decía la prensa- con un instrumento «morisco»; el ilusionista Giuseppe Bragado; el arpista Ramallo y el bailarín Don Pánfilo -que son ganas de ponerse nombre artístico-, profesor de baile del Eden Concert de París. Al lado del Universal, regentaba Bengoa una pastelería y tienda de ultramarinos surtida de alubias de riñón y acaparronadas, fréjoles coloraos y buenos caldos de La Rioja. Traería de ayudante a Alejandro Ruales, un mozo de su mismo pueblo que acabaría convirtiéndose, con el sobrenombre de «Pinín», en una de las grandes referencias de la hostelería llanisca en toda la historia. Fundaría una fábrica de chocolates, abriría una confitería también en Posada y formaría parte de la Corporación nombrada para sustituir al Ayuntamiento, destituido por la autoridad militar en octubre del 34 (en 1935, por cierto, sólo él y otro concejal clarividente, Ángel Gutiérrez Cibrián, defendieron la continuidad de la plaza de arquitecto municipal frente a la empecinada opinión en contra del resto del Consistorio) 
Bengoa fue un adelantado, el primero que vio claro aquí que el desarrollo económico y turístico va unido a la cultura y a la industria del ocio. En 1923, junto a otros tres industriales, constituyó una empresa taurina que construiría la plaza de toros de El Rinconín, con capacidad para 3.000 espectadores (él mismo participaba en las becerradas y banderilleaba con maestría); al año siguiente, en sociedad con León Montalbán, construyó el teatro Benavente; y en 1931, arrendó el terreno del Brao para hacer posible el resurgir del fútbol federado en Llanes. 
«Bengoa se va con fe en dirección al torete / como si allá en su café fuese a servir un sorbete». Con este pareado, el cronista taurino Barbutín, al dar cuenta en un semanario local de una novillada celebrada durante las fiestas de San Roque de 1910, radiografiaba el temperamento de un comerciante excepcional. En efecto, Eladio Bengoa acostumbró siempre a ir derecho al grano y fue un hombre de fe, dotado con una visión torera y renacentista del mundo. A su talento se debió, en buena parte, la regeneración de la vida económica llanisca"

Las casas de la izquierda estarían sobre los cimientos de la desaparecida cerca medieval de Llanes.la cual tendría en el siguiente cruce a la izquierda otra de sus puertas, la Puerta de la Villa, que se dice era la principal, mirando al sur, quizás por ello se instalaron en esta calle los mercaderes de Llanes tras el incendio de 1509. A la izquierda, al comienzo de la calle Mayor, tuvo el empresario comerciante Fernando Delgado la tienda de comestibles Las 7 Puertas. De él cuenta Higinio del Río lo siguiente en su blog:

"En 1900, Fernando Delgado (fundador en Llanes de una acreditada dinastía de comerciantes) había entrado como dependiente en el negocio de hierros, ferretería y saneamiento abierto aquel año por Luciano Rodríguez Pérez Sobrado (padre de Ramón Sobrado) en la calle Nueva. El comercio estaba constituido por un conjunto de tres locales, en los números 6, 10 y 16 (dos almacenes y la tienda, propiamente dicha) de la calle que sería rebautizada como Gutiérrez de la Gándara. 

Años después, Delgado, que tenía como compañero de trabajo a  Manuel Caldevilla, cuñado de Luciano, se establecería por cuenta propia. Lo haría en la década de los 20, alquilando lo que había sido el establecimiento de comestibles “Las 7 puertas”, en la planta baja de un espléndido edificio levantado en 1892 a la entrada de la calle Mayor. Justo al lado de donde había estado la “Puerta de Villa”.

En 1931, Fernando Delgado formó parte, desde el primer momento, de la Asociación de Comerciantes y Servicios (ACI), una institución que representó un motor económico local, con innovadoras ideas de promoción turística durante el período republicano. 

Hoy, la Ferretería Delgado continúa abierta, si bien con otro formato, dedicada a artículos de regalo y de decoración y regentada por Fernando Delgado Caldevilla, nieto del fundador. 

De la trayectoria comercial de Fernando Delgado hemos descubierto un revelador detalle que ignorábamos. Ayer mismo, y gracias a José Antonio Requejo, dueño del establecimiento “Numismática & Coleccionismo Requejo” de Gijón (en la calle Alfonso I, número 14), nos hemos enterado de que el antiguo empleado de Luciano Rodríguez Pérez Sobrado tuvo una iniciativa personal muy singular, que no se le había ocurrido a ningún otro de los comerciantes e industrales del Llanes de su época, y que le incorpora al mundo del coleccionismo: acuñar una moneda dedicada al Rey Alfonso XIII. No consta en ella el año en el que fue acuñada, aunque suponemos que vio la luz a finales de los años 20"

Esta calle empieza a ser llamada Mercaderes a partir de aquí. A la izquierda arranca la calle Mayor, que fue la principal del Llanes medieval, al fondo y de frente vemos la Plaza Parres Sobrino y a la derecha es el acceso a la Plaza de San Roque, solar del que fue el hospital de peregrinos de esta advocación, que es hacia donde nos dirigimos ahora

En la esquina está la Peluquería de Conchi Peláez, que es como se conoce familiarmente a Conchita Peláez Posada, quien regenta este veterano negocio, uno de los muchos existentes en estas calles eminentemente comerciales, y a quien El Comercio le dedica el artículo Reciclarse siempre el 28-4-2009, coincidiendo con su apertura:

"Conchita Peláez, de Posada, lo tiene claro. La mejor forma de seguir en la brecha es reciclándose constantemente. Lo sabe bien ella, que lleva desde los quince años dedicándose al cuidado del cabello -tiene ahora cuarenta primaveras-. Desde entonces no ha dejado de trabajar y de aprender. Y aún hoy, cuando la peluquería que ha abierto recientemente le deja tiempo, acude a cursillos de corte y recogidos por Gijón, Oviedo y, en definitiva, donde sea. «En Llanes hay mucha competencia y tienes que estar siempre a la última», comenta al respecto.

«Empecé estudiando y haciendo prácticas en la Formación Profesional de Llanes. Ahora, tras haber acompañado a una de mis profesoras en la escuela durante muchos años y después de su jubilación decidí en febrero abrir mi propia peluquería». Así que, como quien dice, está de estreno. Ubicada en la villa llanisca, Peluquería Conchi Peláez ya tenía parte del camino andado porque «la cartera de clientas que teníamos en la antigua peluquería se ha venido a la nueva», explica. Pero, ¿cuáles son las peticiones más habituales? «Pues todo tipo de servicios de tintura, la plancha, así como peinados de larga duración que pueden aguantar una semana y, últimamente, peinados de novia».

Eso sí, no todo iba a ser fácil. La apertura de un negocio no deja mucho tiempo libre: «Me encanta hacer deporte, pasear y salir por ahí pero ahora casi no tengo un momento para esas cosas»


La plaza es pequeña pero muy coqueta, allí tenemos la capilla, muy reformada, del desaparecido Hospital de peregrinos de San Roque, fundado en 1330 por el presbítero Juan Pérez de Cue para acoger "pobres caminantes", el cual sabemos era de patronato laico y amparaba a "pobres, enfermos, peregrinos o simples viajeros", estando a su frente un hospitalero y hospitalera, pues era indistinto estuviese a su frente un hombre o mujer, nombrado por el patrono de la fundación, que dispondría de bienes y rentas para su mantenimiento. En su libro, Manuel García Mijares dice que su fundación es anterior (1220 a 1250) y que fue de los primeros de España:
"El Hospital de San Roque, hospedería de Peregrinos en Llanes, fundado por los años de 1220 a 1250, figura con el número noveno entre los más antiguos de España de los doscientos treinta y cuatro cuya fecha de su institución nos es conocida.

Además existen otra multitud de establecimientos de beneficencia, más de seiscientos, aunque casi todos de escasas rentas, por que unas fueron vendidas a principios de este siglo, las otras destruidas o arruinadas, especialmente las que consistían en fincas urbanas, y otras finalmente sirvieron para alimentar el patrimonio de los encargados de su administración"

El término hospital no era por entonces exactamente equivalente al de ahora, primeramente estaría relacionado con hospedar, sobre todo a los más necesitados, pero como estos necesitaban cuidados, se realizaban algunas curas y tratamientos, especializándose algunos en ello, como las malaterías de leprosos. Por lo tanto estos hospitales de las edades Media y Moderna serían el antecedente tanto de los actuales hospitales en el sentido médico del significado como de los hospitales de caridad o albergues de transeúntes, además por supuesto de los albergues de peregrinos de ahora. Seguimos leyendo de García Mijares en el apartado de su obra dedicado a Hospitales:
"Los siglos XII, XIII y XIV fueron en toda Europa siglos de instituciones piadosas, contribuyendo a este resultado una multitud de causas que entonces se reunieron. Los viajes en áfrica y en Asia durante las cruzadas, hacían más desprendidos a los fieles, y las enfermedades que de allí importaron, mas necesarios aquellos establecimientos: las peregrinaciones a Santiago y otros lugares santos, la peste que afligió a España y otras naciones a mediados del siglo XIV; el miedo al contagio de esta epidemia y de otras enfermedades que habían llegado a hacerse endémicas; el espíritu religioso en fin, que tan admirables sucesos produjo en aquella edad, dieron orígen a la erección de un sin número de hospitales, hospederias, leproserías, malaterías, y casas de San Anton y San Lázaro, de cuyas instituciones se conservan aun restos en muchos pueblos de España.

Muchos de los establecimientos de beneficencia levantados en los siglos XIII, XIV y XV, habrán desaparecido, otros se confundirían con los nuevamente fundados en las reuniones que se hicieron en el reinado de Felipe II, y del origen de algunos se ha perdido la memoria: pero dando a estos supuestos el valor que se merecen, la imaginación podrá con facilidad representarse los efectos que en las centurias pasadas produjo el espíritu de caridad, inspirado por la religión, cuando a pesar de tantas guerras civiles extranjeras, tanta codicia en los administradores, y tanto descuido en el gobierno, se conservan en pie estas grandes y respetables ruinas"

La fundación de estas hospederías para pobres, peregrinos y enfermos podía ser realizada por órdenes religiosas, particulares, concejos vecinales y otras instituciones, así como las donaciones necesarias para su mantenimiento. Aunque mucha de su documentación y cuentas se han perdido, se sabe por ejemplo que en 1571 el arcipreste Don Juan Pérez Nieto, cura de Valdellera en la vecina Posada, legó a la Capilla de San Roque del Hospital dos ducados "para ayuda de aderezarse del aposento de la capilla y para ayuda de las camas para pobres"

Como en el caso de otros hospitales, lo más de la documentación que ha llegado a nuestros días es de ese siglo XVIII, cuando estas antiguas instituciones habían caído en decadencia. En las famosas Respuestas al Catastro del marqués de Ensenada, sabemos que era en 1753 su patrono don Cosme de Robredo, vecino de la villa, encargándose, como era lo habitual, de administrar sus bienes y rentas un mayordomo designado por el patrono, mayordomo que rendía cuentas antes de cesar en el cargo, las cuales se registraban en el Libro del Hospital, el cual era revisado por los delegados del obispo en las visitas anuales a la parroquia de Llanes

Al igual que la mayoría de estas instituciones, era este, al menos en esa centuria dieciochesca, pobre y estaba mal administrado, con escasos bienes patrimoniales, que rentaban "sesenta y tres zelemines y quatro maquilas de pan", según datos de dicho Catastro de Ensenada recogidos en el libro El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, del que son autores varios especialistas coordinados y dirigidos por la catedrática María Josefa Sanz Fuertes

Sabemos también que, además de la renta de algunas tierras en posesión, que eran la principal fuente de ingresos, se sumaban a veces limosnas y testamentos, al igual que los objetos personales y el dinero de los pobres, enfermos y peregrinos aquí fallecidos, cuyos nombres, origen, sexo y condición eran recogidos en los Libros de Difuntos, así como a veces alguna circunstancia personal. Continuamos con nuestra lectura de los Apuntes históricos, genealógicos y biográficos de Llanes y sus hombres:
"El hospital de San Roque, sirvió en los primeros siglos de su fundación como hospedería de los que iban en peregrinación a Santiago de Compostela; y es lástima no se hubiera llevado un registro de los que en él se albergaban, por que veríamos hoy los grandes beneficios que la tal casa prestó a la humanidad. Hace como treinta años que un vecino de esta Villa, amante de la conservación de documentos antiguos, se encargó de poner índices a todos los libros parroquiales de nuestra Iglesia, y hemos tenido en nuestro poder uno de bautizados, y otro de defunciones, para llenar en ellos aquel trabajo. Si bien entonces nos llamó la atención una partida que en el libro de finados ocupaba cuatro páginas, cuando las demás solo contaban de cuatro a seis líneas, no nos fijamos en el valor histórico que encerraba. Hoy que despierta nuestro interés, hemos procurado una copia de ella, pero sin poder conseguirlo por no encontrarse ya en el archivo de la iglesia el libro mencionado: continuaremos sin embargo nuestras investigaciones, y si tenemos la fortuna de ver colmado nuestro deseo, publicaremos la partida de defunción al final de estos apuntes, tal y como en el original se halla escrita. Recordamos perfectamente que dicha partida es la de un Príncipe Alemán, que, yendo con su servidumbre en peregrinación a Santiago de Compostela, hace como tres siglos, se hospedó en San Roque, donde enfermó y falleció: que se le hicieron honras regias en la parroquial de esta villa, a las que, además del cabildo de señores Beneficiados de ella, asistieron los Monges del convento Benedictino de San Salvador de Celorio, celebrando de Pontifical el Abad del mismo; y que el cadáver de dicho Príncipe se enterró en ésta misma Iglesia"

En las partidas de defunción contenidas en esos libros se reseña el fallecimiento en el Hospital de San Roque de Llanes de casi una veintena de peregrinos en el periodo de 1717 a 1787, sobre todo franceses e italianos, seguidos además de flamencos y alemanes, siendo más cercanos los vascos y cántabros también reflejados, pero incluso aparece un " Buenaventura de Dios, natural, según dijo, de la corte de Constantinopla y convertido a esta Santa Religión cuando se tomó Orán por las armas católicas" , quien murió aquí en 1782


Estos peregrinos eran enterrados con toda solemnidad "según se tiene de costumbre esta comunidad el hacer a los peregrinos que mueren en el hospital" acudiendo todo el cabildo parroquial en procesión a buscar el cadáver al hospital y llevándolo a la iglesia, donde se celebraba "vigilia cantada y misa rezada" para las que el Gremio de Mareantes proporcionaba toda la cera necesaria en estos funerales de caridad


Al salir del hospital se sabe que los peregrinos recibían para continuar viaje alguna limosna por parte del Concejo, pues como tal aparece en sus libros de cuentas a partir del siglo XVI. Tal vez algunos de ellos fuesen incluso llaniscos, pues en el ovetense Hospital de San Juan se sabe de unos veinte llaniscos que, entre 1705 y 1803, se albergaban allí yendo o volviendo de Compostela


Pero los números no salían, los Libros de Fábrica parroquiales estaban en 1718 siendo examinados por un tribunal para "reconocimiento de quentas" y en 1746 el vicario episcopal fue informado en la visita de ese año del "oscurecimiento" que sufrían "los vienes del hospital de San Roque y varios derechos que le competen de tiempo inmemorial", por lo que este dispuso se hiciese un apeo de todos los bienes y rentas de esta institución hospitalaria. 


Los hospitales de peregrinos propiamente dichos se fueron extinguiendo en el paso de los siglos XVIII al XIX, unos desaparecieron y otros evolucionaron o fueron sustituidos por hospitales de caridad o sanitarios, como fue este el caso, según leemos en los Apuntes históricos de Mijares...
"Hoy este hospital, se halla reducido a dar albergue a los ancianos e impedidos pobres transeuntes y del Concejo que no tienen familia, y viven de la caridad pública; y en sus enfermedades, son sostenidos y cuidados por las señoras que forman la sociedad caritativa, institución que hace veintiocho años viene a ser el consuelo de muchos desgraciados (...) 
El hospital, fue cedido al Ayuntamiento por su patrono el Señor Don José de Parres Piñera, para que le enagenase y con su producto, y el de una suscripción entre los vecinos del Concejo, construir otro fuera del casco de la villa que tenga carácter de hospital municipal. Así se hizo hallándose ya próximo a su terminación en el presente año de 1894 el nuevo hospital que reune más capacidad y condiciones más higiénicas que el antiguo, situado en el extremo Sur del prado llamado de Sobre las fuentes, encima de la entrada de la calleja de la Espina, cuyo terreno para su emplazamiento cedieron graciosamente sus dueños los señores don Román y don Manuel Romano Mijares"

Los edificios, propiedades y rentas pasarían prontamente a particulares, pues también, con los aires liberales e ilustrados habían casi cesado las peregrinaciones históricas y luego las carreteras, primero para carros y carruajes y luego para automóviles, sustituyeron a los caminantes, arrieros, peregrinos, viajeros, nómadas y trashumantes, que desaparecieron de los viejos caminos. Durante ese periodo de transformación ocurrieron nuevas irregularidades de las que informa también Manuel García Mijares:
"... el que entonces era dueño y patrono, aprovechándose de la desamortización eclesiástica y civil, redimió con el Estado el único resto que quedaba, consistente en cuatro celemines de pan cocido, medida del país, hechos bollos de a libra cada uno, que se repartían el día de San Silvestre 31 de Diciembre de cada año, entre los niños asistentes a la escuela pública de esta villa; de la cual salían, a las tres de la tarde, en procesión, precedidos de la cruz, y cantando la letanía de la Vírgen, entraban en la capilla de San Roque, enclavada en el mismo hospital, donde después entonaban un padre nuestro, y recibían la limosna; hecho lo cual, volvían también en procesión a la escuela cantando el AveMaría, y con las manos cruzadas sobre el pecho sosteniendo el pan. Si la asistencia diaria de niños a la escuela no bajaba entonces de setenta, en este día aumentaba su número, porque hasta los hijos de las pudientes, y las niñeras con los pequeñuelos en sus brazos, iban a recibir el aguinaldo que llamaban pan de ángeles. El resto sin repartir, se distribuía a los pobres del hospital y de la villa"

Pero, como en el caso de San Roque de Llanes, sus santuarios permanecieron pues pasaron a formar parte de la devoción e identidad locales, definiendo a barrios y lugares. De ella cuenta Mijares...
"La capilla unida al hospital de San Roque, pero independiente del mismo, mantenía un capellan encargado de cumplir las cargas con rentas suficientes al efecto; siendo el último que disfrutó este beneficio, el Ilmo. Señor Don Joaquin María de Posada Herrera, Caballero Gran Cruz de Isabel la Católica, Dignidad de Arcediano de la Catedral Basílica de Oviedo y Beneficiado de la Iglesia de Llanes, y a su fallecimiento pasó al Obispado de la Diócesis"
En base pues a la que fue esta la capilla del hospital nacería por entonces, ya este desaparecido, del Bando de San Roque, uno de los tres existentes en esta villa, toda una historia muy vinculada a la tradición jacobea y que continúa hasta nuestros días, con solemnes procesiones, fiesta y danza de San Roque, danza peregrina con los danzantes vistiendo atuendo de peregrinos a Santiago, reminiscencia del secular paso de romeros por la población, los cuales marcaron incluso su folklore, cánticos, fiestas, romerías y tradiciones. La antropóloga Yolanda Cerra Bada encuentra el origen de estos bandos en una cuestión política nacida en plena efervescencia de esas reformas liberales que tanto transformaron la nueva sociedad decimonónica, según leemos en Antropología de Asturias:
"Los bandos nacen en el año 1837 fruto de la enconada lucha política entre el partido exaltado y el partido moderado (hoy diríamos entre progresistas y conservadores), quienes celebran y discuten sus triunfos electorales en la localidad de Llanes a través de la celebración de la fiesta de la Magdalena (22 de julio) y san Roque (l6 de agosto).  Aunque el origen es político, pronto la motivación inicial es sustituida por la rivalidad entre barrios. Estas dos fiestas acaban con el sistema festivo del Antiguo Régimen y, desde la marginalidad, pasan a ocupar la posición centra 
El nuevo sistema festivo coincide con la introducción en España del movimiento romántico cuyo ideario contribuye a descubrir y poner de moda las costumbres populares campesinas. Estas fiestas toman elementos rústicos como el ofrecimiento de los ramos de pan, que llevan a evocar antiguos rituales naturalistas puestos en valor entonces.  También tienen que ver con la construcción de una indumentaria específica llamada “traje de aldeana” y “de porruanu”, ricos trajes que pretenden evocar la vestimenta rural. El protagonismo de las élites en el origen de los bandos y en la potenciación de la indumentaria está suficientemente probado"

Los bandos evolucionan pues a entidades de asociación vecinal en torno al santo y su fiesta, ocupándose de actividades sociales y culturales, muchas de ellas indagando en su misma historia. Así en la página de este Bando de San Roque hallamos esta completa cronología:
"Según cuentan las crónicas, y las crónicas no mienten, las Populares fiestas en honor del Peregrino de Montpellier nacieron en Llanes en el siglo XIII, celebrándose en tal lejana fecha para solemnizar la inauguración de la Hospedería de San Roque como albergue de peregrinos que iban a Santiago de Compostela. 
Continuaron celebrándose periódicamente las romerías en honor de San Roque y como obsequio del pueblo de Llanes a los peregrinos que transitaban, de todos los puntos de Europa, por este obligado paso, a Santiago de Compostela, hasta mediados del siglo pasado en que adquirieron otro carácter que, si bien no conservan, sirvió de acicate que hizo perdurar a través de los años las patriarcales costumbres de sus fundadores con el hospitalario carácter de los Llaniscos traducido más tarde en el de San Roque a los forasteros. 
-1571. Este año el arcipreste Don Juan Pérez Nieto lego a la Capilla de San Roque del Hospital dos ducados para ayuda de aderezarse el aposento de la capilla y para ayuda de las camas para pobres. Este clérigo era, a la vez, cura de Valdellera (Posada). 
-1626, en virtud de Bula del Papa Urbano VIII se cedieron las capellanías de San Roque a los señores curas beneficiados de la parroquia. Se concertó entre el licenciado J. de Valdés, colegial de San Salvador de Salamanca, y Rodrigo del Valle Noriega, arcipreste vicario, y Lucas de Rivero, estos, capellanes de las capellanías de la iglesia de San Roque, extramuros de esta villa. 
-1726. El mayordomo de la cofradía de San Roque y San Sebastián, Don Ventura Radillo (sucesor de Juan Pariente, el que hospedó a Carlos I), sostiene pleito con los Beneficiados. 
-1786 También hay datos que demuestran que el entusiasmo de los pancarinos por San Roque no es de ayer. Ese año una peste se desarrolló en Pancar y, por acuerdo del Cabildo y Municipio de consuno, se llevó procesionalmente la efigie del Santo, el día 24 de Abril, a La Carúa y Pancar. 
-1839, al celebrar los Sanroquinos la primera Salea del nuevo Bando, se leía en la proa de la lancha capitana: «La Carúa con San Roque Pancar, Cueto y La Portilla triunfarán siempre en la Villa». Lo cual prueba que hasta el Cuetu era de San Roque. 
-1868, no pudiendo celebrarse la Fiesta de San Roque el día 16 de Agosto con motivo de la pertinaz lluvia, dieron los Sanroquinos posteriormente en la Plaza Mayor una suculenta comida a los pobres y regalaron a la Sociedad de San Vicente de Paul setecientos reales producto de una rifa, según reza el atento acuse de recibo firmado por la presidenta de aquella Asociación, doña María de la Concepción Posada y doña María del Carmen Valdés. 
-1871 celebró San Roque su última, incomparable y bella Salea que terminó con un refresco en la Plazuela del Santo, convertida en hermoso jardín, brindando uno de sus capitanes, el Procurador Don Benigno Fernández Pola: Por el mar y por la tierra San Roque siempre da guerra. 
-1872 dieron los Sanroquinos en los salones del Ayuntamiento el primer baile de sociedad que se celebró en Llanes. -1873, el día 15 de Agosto, al oscurecer, con numeroso acompañamiento, se traslada la imagen de San Roque a la Iglesia Parroquial y, celebrada la misa el día 16, retorna procesionalmente a la Capilla. 
-1874 hizo por primera vez entrada la procesión en la Plaza Mayor donde funcionaba una fuente con caprichosos cambiantes de agua, primera y única que se ha visto en Llanes. 
-1881 tomó parte en las Fiestas de San Roque la Banda de Música de Pola de Siero, primera que de fuera de la localidad asistió a las fiestas de Llanes. 
-1884 San Roque reparte en Llanes el primer programa anunciador de sus festejos. 
-1886 adoptan los Sanroquinos el distintivo de las siemprevivas. 
-1888 aparece iluminado el primer kiosco de música visto en Llanes. 
-1891 celebran los Sanroquinos el primer Baile de Sociedad en el Teatro, cuyo escenario aparece convertido en caprichoso jardín, en cuyo centro se destaca una fuente con un elevado surtidor de agua. 
-1892 se reparten por los entusiastas del Bando quinientas raciones a los pobres del Concejo, se celebra la primera Carrera de Cintas y Exposición de Cuadros en la Plaza Mayor. Y un baile de invitación en obsequio a los forasteros. Y en ese mismo año, se da a conocer el primer programa con alegorías de los festejos. 
¿Y para qué más? Recientes están las primeras jiras en el Paseo de San Pedro, las primeras verbenas en la Vega de La Portilla, los doce años consecutivos de la Banda de Ingenieros de Madrid, las Veladas Teatrales, los Festivales Folklóricos…el Perifando, los Concursos Náuticos, El Encuentro de Gaiteros…Esos botones de muestra de la brillante ejecutoria de un Bando popular, que representa el alma de Llanes, sin distinción de clases sociales, que nació con fines de hacer agradable la hospitalidad al forastero y se reajustó celebrando los triunfos de la tradición española que representaban los moderados, no puede morir nunca, porque el alma es inmortal. 
¡¡VIVA SAN ROQUE Y EL PERRU!!

San Roque, en occitano San Roq, era de Montpellier, por entonces parte de la Corona de Aragón, en una fecha que se discute, unos dicen que en 1295 y otros entre 1348 y 1350, no siendo canonizado hasta 1578, por lo que muchos historiadores, como Juan Ignacio Santos Rodríguez en su impecable trabajo El hospital de peregrinos y el culto a San Roque en la villa de Llanes, suponen que la primera advocación de este hospital sería otra dado el año de su fundación. En su biografía, esta extraída de la Wikipedia, sabemos que las llagas de la peste eran lamidas por un perro, una de las formas de aliviarlas, de ahí que se le represente siempre acompañado por un can al que se le dan también vivas en la fiesta

"Roque era hijo del gobernador de Montpellier, Jean Roch de La Croix. Quedó huérfano a los veinte años; entonces decidió vender todas sus posesiones, repartir el dinero entre los pobres y hacer una peregrinación a Roma con la intención de visitar los santuarios. En esa época se desató una epidemia de peste que provocó gran mortandad en toda Europa.​ 
Roque recorrió Italia y se dedicó a curar y atender a todos los enfermos de la peste. Cuidó enfermos en AcquapendenteCesenaRomaRímini y Novara. La tradición popular decía que curaba a muchos enfermos con solo hacer sobre ellos la señal de la cruz. A los que morían, él mismo les hacía la sepultura, pues nadie más se atrevía a acercarse a los cadáveres por el miedo a contagiarse de la peste. 
En Piacenza contrajo la enfermedad; su cuerpo quedó lleno de manchas negras y úlceras. Como no quería ser una carga para nadie, se arrastró hasta las afueras de la ciudad para morir solo y se refugió en un bosque; allí nació un aljibe de agua que le calmaba la sed. Poco después, un perro llegó con un pan y se lo dio a Roque para alimentarlo; esto ocurrió por varios días, pues el perro sacaba el pan de la cocina de su amo, hasta que un día el amo decidió seguir a su perro y descubrió lo que ocurría. Entonces el amo del perro se encargó de cuidar a Roque y curarle sus llagas. Cuando se recuperó, regresó a la ciudad, donde siguió curando no solo a personas, sino también a animales. 
Al parecer, falleció tras un largo periodo en prisión, pues en una guerra que hubo en Montpellier lo confundieron con un espía y lo tomaron prisionero. Además, tampoco quiso revelar quién era. Tradicionalmente, se consideraba que falleció en Italia pero actualmente se estima que murió en Montpellier encerrado por su tío"

Dado que San Roque fue peregrino a Roma se le representa con hábito de peregrino, con bordón, capa conchas y a veces sombrero. También relacionado con los cuidados y curaciones de la peste, que él mismo padeció durante su romería al atender a enfermos de este mal, su culto sería muy especialmente transmitido por los peregrinos, que lo extendieron por todos los caminos de su deambular, dándose especial arraigo entre los vecinos durante las epidemias, como el citado caso de Pancar, pueblo situado un poco más al sur de Llanes, al que la imagen del santo fue llevada en procesión desde aquí en el año de la peste de 1786. La actual está fechada en 1886 y según la tradición procede de Italia, pero en el periódico El Oriente de Asturias se informa que es traída de Barcelona, donde había por entonces importantes talleres imagineros


La devoción por este santo es tan significativa, que a escasa distancia de la villa de Llanes, dio nombre a la vecina parroquia de San Roque, formada originalmente por L'Acebal y Cañamal (donde hubo una malatería dedicada a San Lázaro), por la cual pasamos haciendo el Camino Norte oficial antes de entrar en Llanes por el campo de la capilla del Cristo del Camino


Desde la Plaza de San Roque volveremos sobre nuestros pasos para regresar a la calle Mercaderes, viendo enfrente la calle Mayor, la cual como hemos dicho formaba parte de las trazadas con la fundación de Llanes como puebla aforada con Alfonso IX, y donde estaba la puerta la Villa


En la calle Mayor está la Casa de Juan Pariente, Alcalde Perpetuo de Llanes, hombre de gran influencia en la corte de Enrique IV. En ella dormiría en 1517 el joven Carlos I tras su accidentada singladura desde Flandes para hacerse con el trono de los dominios españoles que heredaba de su abuelo el rey Fernando I tras muy numerosas vicisitudes con su madre e hija de Fernando, Juana I de Castilla. De esta manera lo transmite en su obra Manuel García Mijares en la parte titulada El Emperador Carlos V en Llanes:
"Hallábase D. Carlos Emperador en Flandes, al tiempo que murió su abuelo D. Fernando, que como su curador gobernaba a España, y sabiendo su muerte, se partió luégo para acá, y vino a desembarcar a Villaviciosa, puerto de Asturias en 19 de Septiembre de 1.517. No se fue por Oviedo, aunque lo deseaba mucho para visitar las Santas reliquias, por haber mucha peste, y así fue por Llanes, y muy bién recibido por los Caballeros de Asturias, y muy regalado, según dice Sandoval; y dice también que esta llegada a Villaviciosa estaba profetizada mucho antes– «Que al Charco Vicioso Vendrían Muchas Gentes en Caballos de Madera Acompanando al Jigante»– : y habiendo tomado con su real persona posesión de su Principado, se fue a Valladolid, donde fue jurado por Rey de España, juntamente con su madre la Reina Doña Juana que de antes estaba jurada. 
En un libro titulado primer viaje a España del Emperador Carlos V en 1.517 escrito por Laurent Vital, flamenco, y servidor domestico del monarca, se describe día por día el itinerario desde el desembarco en Villaviciosa, hasta su llegada a Valladolid: sábese por él, que el domingo veinte de Septiembre pisó tierra y pasó allí cuatro noches, saliendo el día veinte y tres de dicho puerto para ir a dormir a Colunga, dato que está perfectamente de acuerdo con Tirso de Avilés. El jueves, veinte y cuatro, salió el Emperador de Colunga para descansar en el agradable puertecito de Ribadesella: que el sábado veinte y seis partió de Ribadesella, y haciendo una jornada de cinco leguas largas, vino a descansar a una pequeña población llamada Llanes, no sin atravesar en el camino muchas y elevadas montañas, y bastantes valles, y con frecuencia rios peligrosos a causa del impetuoso curso de sus aguas, no vadeables más que en las bajas mareas, y aún asi llegándoles el agua hasta las sillas de los Caballos"

Para explicar esta regia visita imperial, García Mijares se basa en el relato del cronista de Carlos, Laurent Vital, que dejó para la posteridad las impresiones del viaje. He aquí la llegada a Llanes:
"Al entrar el Rey en Llanes el sábado 26 de Septiembre de 1.517 fue recibido con regocijo inmenso, hasta el punto, según el cronista, de decirse de sus habitantes lo mismo que de los de Villaviciosa: que no tenían para el monarca mas que amor y buena voluntad; que se formó en honor de S. M. una lucida procesión en la cual el Clero iba delante, atravesando así la comitiva toda la población, cuyas casas estaban adornadas de verde follage y ramos, y cubierto el piso de yerbas olorosas hasta el punto de su alojamiento. Mucho debió agradar el comportamiento de los llaniscos en esta recepción, cuando el cronista flamenco no puede menos de esclamar. – Ciertamente hicieron lo mejor que pudieron, y si mejor hubieran tenido, mejor lo habrian hecho. Tan luego como la comitiva se apeó, y el rey se posesionó de su alojamiento, en la casa de D. Juan Pariente (hoy de D. José Bernaldo de Quirós), los señores de la villa, se presentaron en su cámara, donde fueron recibidos por S. M. a quien llamaron el «Biembenido y Estimado de áquella Pobre y Destruida Poblacion,» y poniendo a sus pies sus bienes y personas, le ofrecieron pan, vino y carne, dando otras muestras de cariño muy señaladas: en esta especie de recepción o besamanos, los señores de Llanes presentaron a Carlos primero la petición de que «Los Tubiese por sus Recomendados, y les Tubiese como sus Predecesores Los Reyes de Castilla Habian Hecho, sin Ponerlos otro Guarda ni Gobierno mas que El Suyo, y que con Ayuda de Dios Darian tan Buena Cuenta de su Villa que Seria Causa de Estar Contento de Ellos» ; petición notable que revela cuan grande era el apego que entonces tenían a sus franquicias y libertades.

El Emperador pasó en Llanes dos noches y un dia, o sea desde la tarde del sábado veinte y seis a la mañana del lunes veinte y ocho de Septiembre de 1517, en que se puso en marcha para Colombres. Natural era que siendo festivo el dia 27, emplease S. M. y la Corte una parte del mismo en las practicas religiosas, y así que, oyó misa el Rey en la Iglesia mayor, y por la tarde asistió a las vísperas: después, la población, que con tan señaladas muestras de regocijo habia recibido al Soberano, procuró festejarle el resto de la tarde como lo hizo con una corrida de toros, notable, no solo por lo muy del agrado que fue de los regios expectadores, sinó por que ha sido causa de que el cronista Vital, nos legara una de las mas acabadas e interesantes descripciones del expectaculo nacional. Hela aquí.

«Por la tarde y después de vísperas, fue Su Magestad a ver la corrida de toros, que proporcionó gran diversión por que los toros eran fieros y malos como ellos solos, segun lo demostraron cuando ya estaban escitados, hiriendo a muchas personas, entre las cuales hubo un hombre en peligro de muerte. Para datos a conocer lo que és este juego, se escoje una plaza grande y espaciosa para ver mejor ía corrida, cuyo sitio se cierra para seguridad de los espectadores, y preservarlos de los peligros que pudieran acontecerles, como también evitar que nadie entre en el cercado que no sea de la cuadrilla, la cual se compone de un número de mozos valientes, a pie y a cuerpo para poder correr mejor y defenderse de la fiera, llevando cada cual en la mano su correspondiente chafarote. Luego, y cuando ya estan preparados, se hace salir un toro y que entre en la plaza, y como se asombra de ver tanta gente por todos lados, por que a donde quiera que vá se encuentra con el paso cerrado, entonces para mas incitarle los toreros, le tiran unos palos de diez pies de largo que tienen a la punta un pincho de hierro afilado como el de una lezna. Cuando los toros se sienten heridos por las picas que les han puesto, y perseguidos por los gritos de todos lados, se enfurecen de tal modo, que destruirían a una persona si llegara a alcanzarla, así braman y corten enfurecidos por los fuertes pinchazos que la cuadrilla les dá, y les veriais correr con quince o diez y seis picas a la vez que les cuelgan de la piel, y la hieren cada vez mas, cuanto mas corren, y se dá a correr detrás de uno de los chicos, en que se ha fijado para envestirle, y el cual no sabe como escapar; tan rudamente le persigue la fiera. Entonces cuando sus compañeros ven que empieza a fatigarse, persiguen todos al toro, dándole tajos con las espadas, de suerte que el animal se vé obligado a dejar su presa para perseguir a otros, viéndose con frecuencia que algunos se hechan al suelo para evitar el encontronazo y tal vez la cornada, cuando de otro modo no les es posible escapar. Y cuando el animal les ha corrido un buen rato, y ellos han dado vastante entretenimiento a los expectadores, de miedo de que la véstia no hiera malamente o mate a alguno de los de la cuadrilla, le cortan los jarretes con sus chafarotes, con lo cual el toro se ve obligado a arrastrarse, y por último a echarse por no poderse tener yá sobre sus piernas, matándole después y arrastrándole fuera para repetir la fiesta con otro toro, y ver cual era el peor de la ganadería o el que habia dado mas juego. Así como lo habeis oido, tienen lugar las corridas de Toros».

Retiráronse el Rey y su comitiva a los respectivos alojamientos, en los que descansaron hasta la mañana siguiente lunes veinte y ocho que el Emperador, la Infanta Doña Leonor, y toda su corte salieron de la histórica villa de Llanes, entre las mismas pruebas de cariño y respeto por parte de los hombres buenos y leales habitantes con que fuera recibido de que el historiador cronista hace los mayores elojios.

La casa de D. Juan Pariente donde se hospedó el Emperador conservó siempre su primitivo estado de antigüedad hasta mediados del presente siglo diez y nueve, que la adquirió y reedificó dándole forma más moderna el Señor D. José Bernaldo de Quirós; sin embargo respetó, y aún conserva una tabla empotrada en una de sus paredes interiores, con una inscripción en caracteres góticos de relieve, en la que se dice– «A veinte y seis de septiembre de mil quinientos diez y siete años Posó el Rey Don Carlos en esta Casa de Juan Pariente.–»


La calle Mayor, peatonalizada, siguen siendo, hoy como en el siglo XIII, un muy importante eje comercial y hostelero, de la que dice Marcos Palicio en su semblanza de Llanes titulada Por los tubos de la memoria, dentro de la serie Viejas y nuevas polas de La Nueva España:
"Donde la calle Mayor muere en Mercaderes se sale del Llanes medieval. Es la antigua puerta de Villa, un acceso en la muralla que aquí ya no está pero que en muchos otros puntos de la población deja a la vista que es Llanes «la localidad del norte de España que más metros de defensa conserva» desde la Edad Media, se vanagloria Del Río. Al frente, la capilla de San Roque tampoco fue siempre iglesia para venerar al santo «y al perru». También hospital de peregrinos al abrigo de la fachada que le hizo «Fermín Coste, el arquitecto que trajo el fútbol a Llanes, uno de los fundadores del Sporting».

Allí donde la calle Mayor se cruza con la que entra en Llanes desde la Puerta del Llegar, actual calle Manuel Cue, estaba el antiguo Ayuntamiento, cuyo edificio se conserva en ese cruce, de Los Cuatro Cantones. Anteriormente a él las reuniones vecinales (conceyos) o de sus representantes se celebraban en la iglesia de Santa María del Conceyu, de ahí su nombre. Marta Álvarez Carballo lo explica en El impulso constructivodel regimiento de Llanesdurante el siglo XVI:
"En 1520, la justicia y regimiento de Llanes informaron a la Corona de que, como consecuencia del incendio, los edificios civiles de la villa, exponentes de la diversificación administrativa alcanzada, habían perecido bajo las llamas, por lo que solicitaban licencia para echar una sisa de hasta 500.000 maravedís para edificar las dichas casas de consystorio e abditorio e aduana e cárçel e muros, puesto que el concejo no disponía de propios para reconstruirlos. 
No obstante, la escasa documentación anterior a las décadas centrales del siglo XVI constata que las reuniones concejiles se llevaban a cabo en el pórtico del templo parroquial de Santa María de Concejo, aunque también hemos documentado que, excepcionalmente, podían celebrarse en el muelle o en las casas del procurador genera. Tales noticias, unidas a la ausencia de referencias documentales concernientes a la existencia de una casa de ayuntamiento con anterioridad al año 1509, plantean serias dudas acerca de la veracidad de los argumentos argüidos por los llaniscos. 

Asimismo, los datos manejados corroboran que el edificio consistorial no fue levantado tras concesión de la sisa, sino que su fábrica se inició en torno al año 157015. Para su emplazamiento se eligió el lugar más señero de la villa, los Cuatro Cantones o Cantón de Malfonso, pequeño ensanche o plazuela generada por la intersección de las dos arterias principales que articulaban el entramado viario de la pola: la calle Mayor y la calle del Llegar. Los Cuatro Cantones poseían, además, un alto grado de representatividad urbana, puesto que en este espacio se ubicaba la audiencia y la casa de Juan Pariente, en la cual se había alojado Carlos V durante su estancia en Llanes en septiembre de 1517. El regimiento adquirió parte de un solar contiguo para erigir un edificio de mayores dimensiones (unos 6,75 metros de fachada por 10 de fondo), exponente del desarrollo de la función pública. Del mismo modo, para privilegiar y enfatizar la significación urbana del nuevo consistorio, su fachada se dispuso ligeramente retranqueada en relación al resto de la calle, hábil operación urbanística que reforzó la concepción de los Cuatro Cantones como ámbito de convivencia ciudadana. Se consiguió, en definitiva, definir el centro simbólico y gubernamental de la villa por oposición al foco económico, la plaza del mercado en el arrabal de Cotiello.

El edificio, de sencilla traza, fue levantado por el carpintero Gonzalo de Sierra y por los canteros Juan Blanco y Juan Guerra, personajes vinculados a varias obras impulsadas por la corporación municipal"



Vemos desde aquí, a la izquierda de la foto, el letrero de el Pinín, popular café llanisco de mucha historia, que reabrió aquí sus puertas el 9 de junio de 2017 tras su forzosa marcha del que fue su local histórico en la calle Nemesio Sobrino, un poco más allá del actual Ayuntamiento. Con El Pinín está de vuelta en Llanes, Guillermo F. Buergo daba así la noticia para El Comercio el mismo día de su reapertura:
" El día 9 de enero de 2016, hace 17 meses, y después de 132 años ininterrumpidos de actividad en el sector de la hostelería, echaba el cierre en Llanes el café Pinín. Un negocio que había abierto sus puertas en 1884, aunque con el nombre de Teatro de La Pedraya ya estaba en funcionamiento desde 1866, dedicado a representaciones escénicas. Su gerente, Fernando Armas Gago, tuvo que abandonar el emblemático café al ser una de las 100.000 víctimas de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994, la llamada Ley Boyer, que establecía una moratoria de 20 años para finiquitar los arrendamientos anteriores al año 1985. 
De patitas en la calle, Fernando Armas iniciaba al día siguiente de su desalojo la rehabilitación de un local del que era propietario en el número 5 de la calle Mayor. En ese edificio, de bajo y tres plantas, abre hoy el nuevo Pinín, sin la palabra café por delante. Para los miles de clientes asiduos que tenía el vetusto café Pinín, el nuevo local va a representar un viaje al pasado. Allí se van a encontrar con la barra, estanterías, iluminación, sillas, mesas y hasta con los radiadores de hierro fundido del desaparecido negocio. Tampoco faltan las soleras de vino blanco y vermú ni los elementos que decoraban las paredes, como el gigantesco cuadro que refleja de la llegada del tren a Llanes, en 1905. 
Confesaba ayer Fernando Armas que estos 17 meses «fueron muy duros porque echaba en falta la actividad diaria, la relación con clientes y amigos». De cara al futuro, reconocía que «regreso con ganas de funcionar y hacer todo lo posible para que la gente disfrute de una buena hostelería». 
El nuevo Pinín alberga en el bajo «un bar de estilo tradicional» y a la entrada, el despacho de quinielas, Bonoloto y Primitiva. En la primera planta se ubican la cocina y «una sala comedor con seis mesas». En la segunda altura, los clientes se van a encontrar con «una amplia sala para ocio, copas y área wifi que también se puede destinar a local para charlas, comidas informales o reuniones varias». Y el almacén se sitúa en un amplio bajocubierta.  
La novedad pasa por la oferta de «comidas con productos basados en el mercado diario, sin ataduras a un menú. Lo justo y bueno adaptado a una gastronomía de temporada: pescados, setas, caza, mariscos, ensaladas...». Y también estarán presentes los emblemáticos pinchos que con mucho mimo elaboraba Fernando. 
Fiel a las pautas de tradición y clasicismo, Fernando Armas bebía ayer de las fuentes continuistas de lo que pudo haber sido el viejo Pinín a la hora de la inauguración en 1884 y para ello invitaba a Florentino Hoyos, párroco de Llanes y amigo de la familia, a bendecir en la intimidad el local que hoy abre sus puertas"

Sobre el que sería el trazado de la desaparecida muralla se han instalado dos columnas conmemorativas. En la documentación medieval se cita a "La Cárcaba de la villa" junto a "la puerta de la villa y camino real"


Por la calle Mercaderes, la que es actualmente la arteria viaria más importante de Llanes vamos a acercarnos a la Plaza de Parres Sobrino, parte de lo que constituyó el barrio extramuros de Cotiello y antigua plaza del mercado. Esta vía, dada su importancia, registra arreglos documentados desde el siglo XVI. Seguimos leyendo a Marta Álvarez Carballo; 
"... hemos podido documentar distintas intervenciones en las calzadas inmediatas a las puertas de la muralla (Puerta de Villa, de San Nicolás y del Llegar), reparadas considerablemente a partir de los años 1568- 1569, merced a la obtención de una Real Provisión para aderezar la cerca. Como parte del acondicionamiento de los portales de acceso, sus espacios adyacentes, especialmente los ubicados extramuros, experimentaron importantes mejoras y remodelaciones que aunaron los aspectos prácticos y funcionales con aquellos más vinculados al embellecimiento de la población y al bien público. Dichas actuaciones responden a lo que bien podría denominarse plan de ordenamiento urbano integral. 

Asimismo, las fuentes documentales han dejado constancia sobre la realización de distintos trabajos de este tipo en los arrabales de la villa. En el ejercicio 1569-1570, el regimiento pagó siete ducados por las obras efectuadas en la calzada de Cotiello y ocho reales más por las herramientas empleadas. En el mismo periodo, el maestro de cantería Pedro Sordo concertó con la corporación municipal la ejecución de ciertas faenas en la calzada del Ribero, a cambio de las cuales recibió dieciocho ducados y medio de salario. 

Sin embargo, la calzada que más atrajo la atención del concejo fue la que conducía desde el arrabal de Cotiello hacia la fuente pública, ligeramente alejada del casco urbano. La vía, una de las más transitadas de la población, pues debía ser recorrida para que los vecinos se proveyesen de agua potable, fue objeto de sucesivas intervenciones entre los años 1568 y 160668. El correcto mantenimiento de la calzada motivó, incluso, la construcción de un pequeño puente entre los años 1583 y 1584. En Llanes, a diferencia de lo ocurrido en Oviedo y Avilés, donde ha podido ser documentada la participación de maestros empedradores en la ejecución de estas obras, fueron canteros -especialmente Pedro Sordo, Juan Blanco y Juan Palmero- y oficiales de cantería quienes se hicieron cargo de estas faenas"

Altos edificios de época se elevan sobre la calle, que constituyó un arrabal burgués gracias a los capitales indianos que transformaron la fisonomía de la villa


En esta fachada, el escudo de los Quirós, con el famoso lema...
DESPUÉS DE DIOS LA CASA DE QUIRÓS

La Plaza de Parres Sobrino forma parte de aquel barrio de Cotiello en el que se establecieron los llaniscos tras el incendio de 1509 que marcó un antes y un después en el devenir de Llanes, al desaparecer la población medieval. Continuamos consultando en El impulso constructivo del regimiento de Llanes durante el siglo XVI:
"Durante la Semana Santa del año 1509, la villa de Llanes sufrió un incendio de funestas consecuencias –cuya causa, parece, se encontró en los enfrentamientos entre bandos rivales con motivo de las elecciones concejiles celebradas nueve días antes- que comportó la ruina del paisaje urbano, no pudiendo reconocerse señal de calle ni de casa ni de plaça, puesto que no abía quedado (…) cosa alguna salvo la yglesia y dos casas, entre lo qual dis que se abían quemado las cárçeles e las casas de la aduana e la casa del consystorio e la casa del auditorio de la dicha villa e mucha parte del muro della por estar muchas casas arrimadas sobre él
Las reacciones del gobierno municipal no se demoraron, ya que tres meses después del siniestro se solicitó a la Corona la facultad de repartir entre los vecinos la cantidad de trescientos mil maravedís para reparar la muralla y sus puertas, sufragar los gastos de los pleitos que se movían a consecuencia del incendio y pagar el salario del corregidor y otros oficiales del concejo. Asimismo, Juan Pariente y Juan Luán, en nombre de la justicia y regimiento, se trasladaron a la Corte para informar de lo ocurrido, gestionar las pertinentes ayudas económicas y suplicar a doña Juana que mediase e hiciese provisión para solventar los conflictos que habían surgido entre los vecinos sobre la manera de reedificar las viviendas. La reina, tras confirmar el fuero y los privilegios de la villa, delegó en el corregidor del Principado, Rodrigo de Ávalos, a quien ordenó se trasladase a Llanes, se informase sobre los pleitos existentes y redactase unas ordenanzas que sirviesen de pauta para reedificar la villa. Dichos capítulos, asentados en el Libro de Concejo y firmados por el propio corregidor y por Pedro Herranz, escribano, debían garantizar que las viviendas estuviesen seguras de otros semejantes fuegos, favoreciéndose la edificación en piedra y la incorporación de cortafuegos para evitar la propagación de las llamas. 
El incendio no sólo implicó la renovación del espacio intramuros sino que, como consecuencia del mismo, la mayor parte de la población se vio obligada a abandonar sus viviendas durante un tiempo para establecerse en los barrios extramuros -e incluso en otras zonas del concejo-, experimentando un último y decisivo impulso los ya existentes (Cotiello y Cimadevilla) o generándose nuevos arrabales al otro lado del Ribero (Cueto y Barqueras)"

Esta gran plaza, rodeada de edificios delos siglos XVII, XVIII y XIX, está especialmente vinculada al bando de San Roque pues es donde se celebran la mayor parte de los actos de las fiestas, bailándose la Danza Prima, el Pericote y la Danza Peregrina y gritándose ¡Viva San Roque y el perru! cuando llega la procesión con la imagen del santo de Montpellier y su can. Un ejemplo de esto puede ser la crónica de la fiesta del año 2009 que describe como noticia en La Nueva España Begoña Díez el 17 de agosto de ese año
"Las calles de Llanes se llenaron ayer de siemprevivas y pasodobles. La devoción a San Roque fue el motivo. Todos sus devotos celebraron una de las fiestas más esperadas e importantes del calendario estival llanisco.
Una descarga de bombas reales anunció el inicio de los festejos. La Banda de Música de San Martín del Rey Aurelio animó el pasacalles por el centro de Llanes al compás de «España cañí», canción del bando de San Roque. Tras la solemne misa en honor del santo, que en vísperas había sido trasladado desde su capilla hasta la basílica, comenzó la imponente procesión, en la que los «sanrocudos» acompañaron a su santo por las principales calles de Llanes. Siete enormes ramos y cientos de porruanos y aldeanas mostraron su respeto al santo de Montpellier, acompañándolo sin descanso hasta el momento de su entrada en la plaza de Parres Sobrino, donde todos se pusieron en pie, como una gran familia unida, para recibirlo a grito de «¡viva San Roque y el perru!». Un momento muy emotivo para todos los llaniscos 
Antes de dar comienzo a los festejos, se rindió homenaje a dos mujeres por toda una vida dedicada al bando de San Roque, Chuchi Novoa y Carmina Pedregal. Ambas recibieron dos placas honoríficas a manos de Aníbal Purón, presidente de la comisión. Tras este conmovedor momento, los más pequeños llevaron a cabo la danza peregrina ante las plantas de San Roque, despidiéndolo así hasta el año próximo, puesto que la imagen vuelve de nuevo a su capilla, donde aguardará hasta las venideras celebraciones. Para rematar una mañana intensa, tuvo lugar un completo festival folclórico, en el que se interpretaron numerosos bailes entre los que destacaron el fandango, el xiringüelu de Naves y, por supuesto, el pericote de Llanes, joya cultural de la zona. 
Alba Noriega comenzó a bailar con 12 años y ayer fue su última vez. «Me da mucha pena», afirmó. Aunque también hubo quienes comienzan. Este año bailaba por primera vez Julia Pastor, bajo la emocionada mirada de su hermana Carmen. 
Las fiestas de San Roque consiguen traer a muchos llaniscos que se encuentran por el mundo y que, a pesar de la lejanía, mantienen el espíritu «sanrocudo». Ornella y Diego Folia Pérez son dos niños suizos descendientes de llaniscos y este año han vivido su fiesta desde dentro. Y hay quien ya desde la cuna empieza a ser parte de las fiestas, como Adrián Nosti Calleja y Martina Blanco Marcos, ambos con 11 meses de edad, que se vistieron de peregrinos. Y también hay mucha gente fiel a la cita que no se la pierde. «Así se caiga el mundo», aseguró Angela Butcher, que lleva treinta años sin faltar al festejo. Javier de la Colina, que bailaba el pericote en los años sesenta, aún sigue enfundándose el traje de porruano. Una de las familias más unidas a este bando son los García Toriello y, a pesar de encontrarse en diferentes puntos de España, cada 16 de agosto vuelven a reunirse para celebrar todos juntos su fiesta. Fernando García Toriello fue presidente del bando durante treinta años y las andas que portan a San Roque fueron obsequio suyo"

La celebración de un mercado semanal era una de las características fundamentales en las nacientes y aforadas pueblas medievales y siguió perviviendo hasta nuestros días, trasladado hace unos años (2-12-1994) a Las Barqueras. Además del mantenimiento de la villa a raíz de sus transacciones, sisas y tributos, con los que también se contribuía al reino, era el mercado asimismo una buena manera de asentar la condición de centro administrativo de su territorio y alfoz, favoreciéndose el establecimiento de pobladores al amparo de dichos fueros y la continua llegada de gentes y mercancías. Los centros administrativos dejaban de estar en los fríos castillos feudales y pasaban a estas verdaderas villas-mercado


Tras el incendio de 1509 se hizo en esta plaza del arrabal extramuros de Cotiello el nuevo macelo y Casa Carnicería, según explica también Marta Álvarez Carballo en su trabajo:
"... la plaza del mercado, sita en el arrabal de Cotiello, constituyó el segundo polo de atracción de las iniciativas municipales. Centro comercial de la villa por antonomasia y ligeramente desplazado hacia el Ribero, ocupaba una posición privilegiada frente a la puerta principal de la cerca y junto al hospital de San Roque, fundado por el clérigo Juan Pérez de Cué a mediados del siglo XV. 

Las fuentes informativas manejadas no permiten establecer en qué momento se edificó la casa carnicería, situada en el extremo oriental de la plaza. Sin embargo, la intensa actividad constructiva impulsada tras el incendio y el hecho de que no haya sido incluida en la nómina de edificios destruidos por las llamas, abogan a favor de que su fábrica hubiese sido realizada durante las primeras décadas o decenios centrales de la centuria, puesto que desde de 1568 –año a partir del cual se conservan las cuentas de los procuradores generales - se constata su existencia y normal funcionamiento. Al igual que hemos explicado para el caso del edificio consistorial, la cronología propuesta no debe resultar extraña: en Oviedo, la carnicería municipal fue levantada entre los años 1523 y 1524 en la nueva plaza del mercado de Trascorrales. Con anterioridad a esa fecha, los carniceros de la capital mataban las reses en plena calle y lavaban los desperdicios en la fuente pública. El inmueble, a juzgar por las sucesivas referencias documentales concernientes a reparaciones y diversos trabajos de mantenimiento (retejos, aderezos de tajos, balanzas y pesos, puertas y cerraduras, trampas para ratones o intervenciones en general), debió edificarse con materiales de escasa calidad. 

Asimismo, la falta de noticias acerca de aderezos de sillares u otros materiales pétreos, parece indicar que el edificio, o al menos buena parte de él, fue levantado en madera. No obstante, se mantuvo en pie hasta finales del siglo XIX. Del mismo modo, las sucintas anotaciones de los procuradores generales describen una construcción de modestas dimensiones, en la cual tenían cabida únicamente un tablero de carnicero y dos banco. La corporación municipal pagaba, además, el alquiler de la casa en que vivía el matarife y arrendaba las carnicerías para asegurar su abasto."

Otros elementos, más lúgubres, fueron el rollo y la picota, para castigo y exhibición de malhechores, que si bien de funesto fin simbolizaban también la independencia jurisdiccional de las poblaciones, pues significaba que tenían sus propios organismos administrativos y judiciales, sigue diciendo Álvarez Carballo

"La alta representatividad urbana de la plaza del mercado de Llanes se corrobora, al igual que sucedió en otras villas y ciudades asturianas, puesto que en ese espacio público, además de las transacciones comerciales habituales y el emplazamiento de la casa carnicería, se ejecutaba la justicia y se promulgaban las disposiciones reales. La primera noticia concerniente a la existencia de la picota en el arrabal de Cotiello data de mayo del año 1513 y, en ese mismo lugar, se localizó el rollo hasta mediados del siglo XIX. Picota y rollo no sólo fueron empleados como símbolo de escarmiento y represión pública, sino que también contribuyeron en el ornato de la urbe"

 Ahora está aquí el edificio La Sirena, por el nombre de una zapatería que hubo en el bajo. Fue hecho construir por el indiano Fermín Pérez Górgolas 

Bares, cafés, sidrerías, comercios, alguna entidad bancaria, pensiones y demás negocios abren sus puertas actualmente en esta plaza que como muchos rincones y lugares de Llanes y su concejo han sido escenario cinematográfico, en este caso de películas como El Orfanato (2007) y Parranda (1977). Marcos Palicio cuenta de ello, y de otras historias de esta plaza, en Por los tubos de la memoria, indagando con los vecinos:

"En la plaza de Parres Sobrino, que antes era del mercado, Ramón Melijosa, peluquero, dedica unos minutos a la contemplación del pasado próximo en el que organizaban fiestas y «marchas populares en bicicleta con hasta quinientas personas». Ya no. «La juventud no es lo que era», concluye. Esta plaza, tampoco. No está el mercado, que sobrevive en el puerto, pero sí el recuerdo de aquel episodio de la Guerra de la Independencia en el que los franceses quemaron aquí los libros de Blas Posada, el padre del preboste local que luego fue ministro y que nació en esa casa, justo allí, donde el tiempo ha puesto una sidrería, a unos metros de donde atropellaban a aquella anciana en «El orfanato», la última película que ha puesto a Llanes a dar la vuelta al mundo. Lo cuenta Sordo, que lo vio desde su zapatería, La Sirena, aquí mismo, en la plaza, y da fe una silla de director de metal que señaliza «Itinerarios de cine» por Llanes y que informa de que en Parres Sobrino también se habían rodado antes «Parranda» (1977), de Gonzalo Suárez, y la serie de televisión «Los jinetes del alba» (1990), de Vicente Aranda"


En abril de 1915 el Ayuntamiento acordó llamarla Plaza de Parres Sobrino en honor a político y escritor José Parres Sobrino, parlamentario liberal y periodista nacido en Llanes el 9 de junio de 1865, quien tras cursar en su villa natal primera y segunda enseñanza estudió Leyes en la Universidad de Oviedo y luego en la de Madrid, licenciándose en Derecho, siguiendo la saga familiar de su padre José Parres Piñera y de su tío paterno Francisco Parres Piñera. licenciados en Jurisprudencia. Extraemos más de su biografía en Fiscal.es
"Tras estudiar en Llanes la primera y segunda enseñanza, continuó la carrera de Leyes en las Universidades de Oviedo y Madrid, sucesivamente, hasta licenciarse en Derecho. 
Político y escritor, destacó como orador parlamentario en el campo liberal y también por sus vastos conocimientos jurídico-sociales. 
Se dedicó con entusiasmo al periodismo y a la política dentro de la ideología liberal. Colaboró asiduamente en la prensa americana y española sobre temas de política internacional, especialmente sobre las relaciones hispanoamericanas. 
Entre otros medios colaboró en: El Heraldo de Madrid, El Nacional, La Época, El Mundo, España, La Correspondencia de España, Diario Universal. Algunos de estos trabajos periodísticos fueron reproducidos en publicaciones extranjeras. 
En 1896 obtuvo el acta de diputado a Cortes por el distrito de Burgos de Osma (Soria), cargo que desempeñó hasta 1901, fecha en que fue elegido senador por esa provincia y de la que ostentó la representación senatorial hasta su fallecimiento. 
Como parlamentario, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, tuvo prestigio como brillante orador, especializado en asuntos internacionales y de carácter económico. 
Instituyó la fundación denominada "Colegio de la Encarnación", dedicada a la enseñanza. 
El Ayuntamiento de Llanes acordó en abril de 1915 nombrarle hijo preclaro y poner su nombre a una de las calles de la villa. 
Entre sus publicaciones destacan: Una carta sobre la historia de Llanes, Madrid, 1897; Italia política: colección de artículos de la revista "España", Madrid, 1900;  Cuestiones políticas y financieras, Madrid, 1903;  Problemas nacionales, Madrid, 1913"

Plaza muy animada en fines de semana, festivos y verano, tiene como San Roque y sus fiestas una relación secular con el paso de las peregrinaciones jacobitas. En la página de Acción Cultural Española en el marco del Xacobeo 2021-22 se de dedica un apartado especial a la Danza Peregrina que aquí se celebra el 16 de agosto:
"Cuando el verano se encuentra en su etapa más agitada, Llanes celebra las fiestas en honor a San Roque, una ocasión organizada por el Bando de San Roque y que viene a dar una pincelada de tradición, arraigo e identidad a quienes pisan estos días este pueblo costero.   
En los principales actos desarrollados, podemos destacar el protagonismo que tiene la danza peregrina, un grupo formado por niños y niñas que suelen tener entre ocho y catorce o dieciséis años. Cada año entran componentes nuevos y determinan el inicio o el fin la edad, principalmente, y también la altura.
El número de parejas (niña-niño) que participan en la danza peregrina, es limitado y suele oscilar entre 20 y 24.
  La vestidura de los peregrinos (nombre que reciben los componentes de la danza) está formada por prendas donde el color blanco es el protagonista. Además, cuentan con adorno de capelina negra, gorro de peregrino colgado a la espalda, cinturón verde (niños) y polaina o calzón negro. Las niñas visten falda blanca, banda verde en la cintura. Capelina negra y gorro a la espalda. Tanto como los niños como las niñas, llevan también un bordón de peregrino en el que cuelga la caramiñola o calabaza.
  El atuendo de los componentes de la danza es por tanto en gran medida, el traje de peregrino. Esto es una clara referencia a la relevancia que ha tenido y tiene el camino y a los valores culturales que han ido y venido a través de su recorrido.

La música que acompaña a la danza es una banda de música. Normalmente suelen venir bandas de música de fuera. Sobre la melodía de la danza peregrina indicar que la referencia más antigua que existe es de 1862.  

 Aunque el momento festivo más importante en el que participa la danza peregrina es el dieciséis de agosto en la procesión de San Roque, hay otros momentos rituales de enorme relevancia en los que la danza esta presente. Así, por ejemplo, el 15 de agosto, día de la patrona de Llanes, Nuestra Señora de la Asunción, tiene lugar el ensayo general de la danza peregrina, un ensayo con público que se lleva a cabo antes de que la imagen de San Roque vaya desde su capilla a la Basílica. El ensayo se realiza en el parque de Posada Herrera. 
 Ese día también acompañan a San Roque en su procesión. Normalmente llevan un paso sin ningún tipo de coreografías, aunque en algunos lugares hacen algún cruce. 
  El 16 de agosto el día grande, comienzan los actos por la mañana con el pasacalle. La banda de música recorre las principales calles de Llanes. En este recorrido, se van sumando los componentes del bando. Delante de la banda y precediendo a la Junta Directiva del bando, se sitúan los “peregrinos”.
  A continuación, es la misa, momento en el que los “peregrinos” participan sentados en los primeros bancos de la iglesia. Después es la procesión del Santo. La danza va delante de la imagen colocados en dos filas y justamente detrás del estandarte. En algunos momentos del recorrido hacen cruces para hacer más vistosa la procesión.
  Cuando la comitiva llega a la plaza de Parres Sobrino es el momento en que se lleva a cabo la danza peregrina en frente de San Roque. Cuando termina la danza, continua la procesión y San Roque vuelve a su capilla. 
  La danza no tiene muchas coreografías y suele repetirse un paso permanente con pequeños saltos. El inicio de la coreografía suele comenzar con el grupo arrodillado ante San Roque y después van haciendo túneles, bóvedas y otros movimientos serpeantes.
En la última mudanza se hacen cuatro “montones” donde se elevan a dos niños y dos niñas que gritan las siguientes frases (una cada uno): 
“Viva San Roque y el Perru” 
“Vivan los peregrinos”
“Vivan los Forasteros”
 “Viva Llanes”
Estrechamente relacionada con la tradición oral de este territorio, debemos señalar que este día suele celebrarse un festival que gira en torno a la música tradicional del oriente asturiano.
Desde el Bando de San Roque se indica que la danza siempre tuvo un papel importante en esta festividad, la misma fuerza y el mismo carácter. Sin duda que más allá de los aspectos formales, la danza peregrina funciona como un proceso de aprendizaje acerca de lo que significa pertenecer al Bando y venerar a San Roque"

Entre la plaza y la capilla se celebran estas fiestas de San Roque cuyo alegre y emotivo programa viene a ser resumido muy acertadamente en la Wikipepia:
"La celebración comienza a primeras horas de la mañana con una potente descarga de cohetes, tras la descarga la banda de música hace un pasacalles por las principales calles de la Villa interpretando el pasodoble "España Cañí". Más tarde se celebra la misa solemne en la Basílica, tras la cual tiene lugar la solemne procesión de retorno a la Capilla de San Roque. La procesión está encabezada por siete ramos de pan ofrendados al Santo por los devotos de Llanes y Pancar, tras los cuales se disponen centenares de chicas ataviadas con el traje de llanisca y los chicos con el traje de porruano. Preceden a la imagen del Santo el Estandarte, los niños que participan en la Danza Peregrina, la reliquia del Santo y finalmente la imagen del Santo, los sacerdotes y la Banda de Música. La procesión hace un alto en la Plaza de Parres Sobrino, donde tiene lugar la ofrenda de los ramos y la interpretación de la tradicional Danza Peregrina ante la imagen de San Roque, al final de la cual continúa la procesión para dejar al Santo en su Capilla. Cuando finaliza la procesión se celebra en la Plaza el más completo Festival Folklórico del Oriente de Asturias, durante el cual se interpretan diversos bailes tradicionales de la zona, finalizando con el pericote de Llanes. Los actos de la mañana finalizan con una Danza Prima hasta la Capilla del Santo. 
Por la tarde se celebra el tradicional Encuentro Regional de Gaiteros, que reúne en Llanes a cientos de gaiteros procedentes de varios puntos del Principado. Se celebra un gran desfile con todas las Bandas de Gaitas, que posteriormente realizan recitales en varios puntos de la Villa. Las nueve de la noche marcan el comienzo de la Tradicional Danza Prima, que da paso a la descarga de fuegos artificiales en la Playa del Sablón mientras las bandas de gaitas interpretan el Himno de Asturias. 
Las fiestas de San Roque en Llanes están declaradas de Interés Turístico desde 1966, siendo las primeras fiestas de Asturias en obtener la citada consideración junto con el Desfile de América en Asturias de Oviedo"

Más a la izquierda, la fuente señala el paso a la Plaza de la Constitución, comunicación también con la Plaza de San Roque, donde está la capilla. Del origen del bando y fiesta hallamos esta interesante noticia publicada en El Comercio por Guillermo F. Buergo el 12-8-2012 al conmemorarse el aniversario de su nacimiento, Los 175 años del Bando de San Roque:
"El año de 2012 representa un hito importante en el largo peregrinaje de los sanrocudos locales, porque se cumplen 175 años desde su constitución como Bando, hecho que se produjo al celebrar las fiestas de 1837, cargadas en aquella fecha de contenido político de alto voltaje. Ese componente político desapareció 50 años más tarde y a lo largo de la historia lo que permanece inalterable en el Bando son seis símbolos capaces de desatar la febrilidad en los sanroquinos. Ellos son, la imagen del santo; el estandarte; la danza peregrina; la hoja de hiedra y las siemprevivas; el pasodoble titulado 'España cañí' y la Reliquia, lo que se supone que es un trozo de la tibia del venerado peregrino que se presume falleció entre 1376 y 1379. Quien mejor ha seguido la evolución de las fiestas de San Roque a lo largo de estos 175 años es el historiador local, a la vez que simpatizante, José Alberto Concha González. Y como punto de partida tiene muy claro que «sin el santo no somos nada, todo lo demás (danzas, bailes, cantares y trajes), por vistoso que sea, resulta accesorio». Pero el Bando, el colectivo que se formó en 1837, también tiene su relevancia y lo define Concha como «un arcón en el que se han conservado elementos culturales de gran importancia: trajes de llanisca, el Pericote o instituciones de naturaleza consuetudinaria como la comisión de festejos».

Y ¿qué sucedió en Llanes en 1837 para que los vecinos dejasen de celebrar las fiestas en común para dividirse en bandos? Según Concha, el principal motivo fue «la lucha por dinero y el poder político» en la villa. Vamos, nada nuevo bajo el sol. En juego estaba el asalto al poder municipal, el reparto de los tributos a pagar por las guerras carlistas, el control de las milicias y la adjudicación de los bienes procedentes de la desamortización eclesiástica. El 15 de agosto de 1836 se celebraron elecciones constituyentes en el distrito de Llanes con victoria de los moderados, más tarde partidarios de San Roque: Pedro Alejandro de la Bárcena, Manuel Noriega Cortina y Miguel Vereterra Carreño, marqués de Gastañaga. Y en las legislativas del 18 de junio de 1837 se llevaron la victoria los exaltados, más tarde simpatizantes de la Magdalena: José Posada Argüelles y Francisco de Posada Fernández de Córdoba.

¿Qué pasó en los días siguientes al 18 de junio de 1837? Pues que el 13 de julio, el marqués de Gastañaga se mostró indignado y disconforme al conocer la cantidad que se le asignaba para contribuir al empréstito de la guerra carlista y protestó airadamente. Y los exaltados, para dejar constancia de que eran ellos quienes ahora tenían el poder en Llanes, prepararon y patrocinaron actos festivos de exaltación propia el día de la Magdalena. Los moderados contestaron celebrando por todo lo alto el día de San Roque.

En política, todos ganan. Y así se llegó a una utilización partidista de dos fiestas locales que hasta entonces se habían celebrado siempre de forma comunitaria entre los vecinos. Explica Concha que «no es para estar orgullosos de que se utilizaran devociones religiosas para alzarse con el poder pero, al menos, sirvió para conservar una serie de tradiciones que se hubieran perdido». Y continúa exponiendo que «lo más curioso y significativo es que los llaniscos, en un momento de profunda crisis de la sociedad tradicional, en un momento de cambio, el paso del Antiguo al Nuevo Régimen, en el que se produce una lucha por las estructuras de poder, trasladaran su división hacia las devociones tradicionales. Pero, 50 años más tarde, la motivación política original estaba olvidada y sólo continúa la rivalidad festiva».

Con posterioridad, las rivalidades políticas se fueron atenuando a través de alianzas matrimoniales y hasta se produjo un llamativo trasvase de simpatizantes de un bando hacia otro. Como bien resume Concha «los títulos, para que den, hay que cucharlos»

En el artículo, nos enteramos también de cómo llegaría a Llanes el culto a San Roque, traído al parecer por peregrinos alemanes:
"La fama de San Roque, un personaje de carne y hueso del siglo XIV, corrió paralela a curaciones milagrosas de la peste y la mecha que facilitó su veneración por toda Europa no fue otra que el Camino de Santiago. A Llanes se estima que llegó a través de peregrinos alemanes, de la ciudad de Nuremberg, población que mantenía importantes vínculos comerciales con Venecia, enclave italiano que había elegido como patrón a San Roque, junto a San Marcos. En el año 1330, Juan Pérez de Cue ya había fundado en la villa un hospital para peregrinos, en el mismo edificio en el que hoy se venera a San Roque"


La banda musical de Ingenieros de Madrid nunca faltaba en estas fiestas de San Roque, cuyo director, Pascual Marquina Narro, fue el autor del pasodoble España cañí, razón por la que sea el himno de bando y romería:
"El día grande, el 16 de agosto, los sanrocudos disparan con todo lo que les queda en la recámara: el pasodoble 'España cañí', la danza peregrina y el festival folclórico. Y por la cuenta que le trae, que a ningún simpatizante se le ocurra presentarse en la vía pública sin lucir en la solapa la hoja de hiedra y las tres siemprevivas, un adorno floral que imprime carácter de permanencia, duración e inmortalidad.

Desde las diez de la mañana los sanroquinos caminan y gritan ¡Olé'! por las arterias centrales de la villa al ritmo del pasodoble 'España cañí', obra compuesta en el año 1925 por el maestro Pascual Marquina, director de la banda de Ingenieros de Madrid, una agrupación musical que nunca faltaba para las fiestas de San Roque en el primer tercio del siglo XX. La danza peregrina se bailó por primera vez en 1862, con melodía de autor desconocido y orquestación de Félix Segura Ricci. Y queda por hacer referencia a la plaza de Parres Sobrino, el pulmón de los sanrocudos, donde cada 16 de agosto se coloca un graderío portátil con aforo para 644 espectadores sentados, más medio millar de aldeanas y porruanos tumbados en el suelo. Todos están pendientes del más mínimo detalle de un festival folclórico en el que la pieza más emblemática es el Pericote, de ocho triadas, con una coreografía que a los sanroquinos les dejó en herencia el genial Ramón Sobrino 'El Nino de Pancar"

También conocemos la historia de otros elementos de la fiesta sanrocuda que aquí se celebra, en este caso con la versión de la procedencia italiana del santo
"Y 175 años más tarde de la constitución del Bando de San Roque en la villa, estamos a tres jornadas de los dos días centrales de los actos en su honor. Los sanrocudos celebran el próximo miércoles el Traslado de la imagen desde su humilde capilla hasta la basílica y con tal motivo sacarán a la calle su artillería pesada: la imagen, el estandarte y la Reliquia. La talla del San Roque que se venera en Llanes es del año 1886, procede de Italia y lo representa como «peregrino, con morral, bastón, esclavina adornada con vieira, mostrando la llaga y acompañado por un perro que le ofrece un trozo de pan», según explica la historiadora local Teresa del Campo Santos. El estandarte fue elaborado en 1892, está rematado con hilos de oro y fue costeado por el indiano mexicano Andrés Toriello, con un donativo de mil pesetas. La Reliquia, una de las joyas de la corona, es un trozo de la tibia de San Roque que en el año 1925 trajo desde Italia, con todo tipo de documentos y autenticaciones eclesiásticas y papales, el matrimonio formado por Gabriel de Teresa y Conchita Fernández"

En la plaza, uno de esos edificios históricos, porticado, es el de la Pensión La Guía, antigua fonda que se dice es la más antigua de Llanes, del siglo XVII


Ya de nuevo en la esquina con la calle Mercaderes admiramos estos bellos soportales, de arcos de medio punto


Más allá están el puente sin nombre y Las Barqueras, por donde antes de su construcción se pasaba en barca de una a otra orilla del El Riveru, en la pequeña ría que forma el Ríu Carrocéu antes de desembocar en el mar y que fue el refugio natural que dio origen al puerto de Llanes. Las Barqueras y El Riveru, por donde entramos en Llanes en este nuestro periplo jacobita, ya tienen dedicadas sus correspondientes entradas en este blog


Regresamos pues de vuelta al Casino y el Ayuntamiento por la calle Mercaderes, por donde hemos venido. Allí a la derecha y mirando a la plaza, donde ahora está Casa Rozas, se ubicaba el bazar de calzado de Antonio Martín, cuyo antiguo rótulo se conserva, y gracias a ello la memoria del establecimiento, rótulo que fue presentado en su momento como el más antiguo de un negocio de Llanes que se ha preservado en nuestros días. Leemos en Cope Ribadesella del 15-11-2019:
"El Ayuntamiento de Llanes presentó esta mañana el rótulo de establecimiento comercial llanisco más antiguo que se conserva. El rótulo es, concretamente, el que se exhibía en la fachada del bazar de calzado de Antonio Martín. 
Dicho establecimiento, ubicado en la calle Mercaderes, enfrente de la plaza, justamente donde hoy se encuentra Casa Rozas, estuvo abierto desde principios de los años 20 del siglo XX hasta poco antes de la Guerra Civil, y era regentado por Antonio Martín García, nacido en Ribadesella en 1884. 
Antonio Martín, popular y polifacético, era muy ingenioso y publicitaba con asiduidad su bazar en el semanario El Oriente de Asturias con anuncios muy creativos y a veces en verso, como el siguiente: «El que quiera bailar / con elegancia y postín / tiene que comprar zapatos / en el bazar de Antonio Martín» 
También, se servía de las visitas a Llanes de personajes importantes, como el Rey Alfonso XIII o Muley Hafid, ex sultán de Marruecos, para publicitar su negocio a través de anuncios en el semanario en los que ligaba a la noticia su establecimiento. 
Además, fue representante para Asturias de varias marcas de zapatos, entre ellas las llamadas almadrabas de goma, una especie de madreñas, con las que, como recogía su publicidad, se podía andar entre la nieve y no tenían fin"

Al fondo, el Casino de Llanes marcará el comienzo de nuestro siguiente itinerario por la población: la salida hacia Poo por las calles de Nemesio Sobrino y Egidio Gavito y la Avenida de La Paz, rumbo a Las Malvinas...





















































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