La Plaza de Muros, paso del Camino |
Los Miranda poseyeron este coto, que en el siglo XIII era parte del alfoz de la Puebla de Pravia, fundada por Fernando III sobre la Flavionavia de los astures pésicos y la capital de Asturias con Silo y Adosinda, tal vez por sus fidelidades a los Trastámara, quienes se lo darían en premio, o bien por su vinculación con el cenobio femenino ovetense de San Pelayo, con fuertes intereses y posesiones en la zona desde mucho tiempo atrás
Como corregidor de Medina del Campo, Gutierre quiso hacer esta plaza como lugar de celebración de un mercado similar al de aquella población, solicitado a Carlos V, quien se lo concedió, a celebrar quincenalmente los domingos, pasando en 1768 a los sábados
En torno a esta plaza pues, nació la población tal y como hoy la conocemos, no obstante sobre otra preexistente. Bajo la Plaza y debajo de la misma iglesia fueron localizados cimientos de edificios, teja y cerámica catalogados como de tiempos de Roma
Subiendo a La Plaza por la calle Arango |
Aprovechando el espacio, a la altura de la Casa los Carreño vemos otra vivienda que se eleva a lo lato, si bien en vez de galerías presenta un magnífico balcón-corredor. El final del poder señorial en 1827, la independencia municipal en 1847 y los capitales indianos favorecieron el desarrollo urbano del concejo
"La casa era grande e irregular, con espaciosa cocina en el piso bajo. Escaleras arriba había un vasto comedor con inmensa mesa de roble, rodeada de pesados sillones de cuero muy altos de respaldos, que lo menos tenían tres siglos. Con este aposento se comunicaba una galería o voladizo de madera, abierta al aire, que conducía a un cuarto pequeño, provisto de un lecho antiguo, con dosel y cortinas donde yo había de dormir. Era una de esas posadas que los novelistas gustan introducir en sus descripciones, sobre todo cuando los sucesos narrados ocurren en España"
Por esta descripción, parecería aquella posada un gran palacio, esto hizo pensar que Borrow se hospedase, más que en una fonda, en el cercano Palacio de Valdecarzana u otro similar, pero el gran estudioso de su viaje, José Manuel Gómez Tabanera, publica en La Asturias que conoció George Borrow (1837), que aquel hospedaje no podría ser otro que este, el Mesón de Muros, cuyo edificio aún se conserva en esta calle, si bien el gusto de Borrow por fantasear y exagerar un poco para da mayor aliciente a su narración, según Tabanera, dio origen a esta abultada descripción
Dentro de este gusto por novelar tan propio de Jorgito El Inglés, como llamaban a Borrow en diferentes lugares, introduce en su narración una conversación que habría tenido en este mesón con un "asturiano locuaz" al calor de la lumbre, mientras afuera castigaba con fuerza la galerna: la célebre historia de los "espías rusos"...
"En el mesón de muros, en 1837, pasó noche George Borrow, conocido también como "el inglesito" o D. Jorgito el inglés. Venía desde Galicia propagando la Biblia protestante y tratando de hacer prosélitos. Desde hacía tres años, no pernoctaba ningún extranjero en el mesón"
A nuestro paso por la calle Arango, Casa María Paz Uría González, vivienda unifamiliar de dos plantas y desván incorporado, todo ello con referencias estéticas inspiradas en el Art Decó, el movimiento Secesión y reminiscencias modernistas
"Dieron muerte a varios murenses, y hasta hace poco tiempo se podían notar en las puertas de la iglesia parroquial señales de metralla de los disparos hechos por las tropas francesas"
"Miembro de una familia de ricos hacendados cubanos de origen asturiano, con diez años fue enviado a estudiar en un colegio de jesuitas de Suiza y posteriormente cursó estudios de filosofía y derecho en Madrid y La Habana. Inició la carrera diplomática como agregado de la embajada de España en París, pero pronto se vio obligado a abandonarla por motivos de salud. Tras el triunfo de la Gloriosa, en la que participó como miembro de la Unión Liberal y por su amistad con los generales Serrano y Dulce, fue designado gobernador civil de Asturias por el Gobierno provisional surgido de la revolución y elegido diputado para representar al distrito de Avilés en las Cortes Constituyentes de 1869.
Por la ejecución de su hermano Benjamín Fernández Vallín en vísperas de la batalla del puente de Alcolea, fue recompensado con el título de marqués de Montoro, por la localidad cordobesa donde sucedieron los trágicos sucesos, título que pidió cambiar por el marquesado de Muros, de donde procedía su familia materna y donde conservaba propiedades, que le fue otorgado por Amadeo de Saboya el 17 de abril de 1871.
Volvió a ser elegido diputado, en representación del distrito de Tineo, dentro de la circunscripción de Oviedo, en las primeras elecciones de la Restauración, celebradas en enero de 1876, y de nuevo en abril de 1879, y en representación del distrito de Pravia en agosto de 1881. En diciembre de 1883 fue nombrado senador vitalicio, cargo que desempeñó hasta su muerte. Desde su escaño se interesó por la mejora de las comunicaciones entre Asturias y el resto de la península, participando en las diversas comisiones que con ese fin se crearon en el Senado, y defendió los intereses de los propietarios azucareros cubanos.
Falleció en Madrid, el 5 de febrero de 1895"
El 7 de julio de 1916 la Corporación se da por enterada que por Real Decreto del 27 de junio anterior el topónimo pasa a ser Muros de Nalón, según se dice para evitar errores en la correspondencia, pero que en la práctica suprime la coletilla de Pravia con lo que aparecía la villa citada no pocas veces, al igual que San esteban o Riberas, pese a no ser parte ya del concejo praviano
A la izquierda, en el edificio adosado a las consistoriales, está el Albergue Camino de la Costa, con bar y amplia terraza
"los restos de un pavimento formado de menudos fragmentos de ladrillos unidos por un duro cemento. Aparecieron algunos restos de este suelo, al que el tiempo ha dado resistencia de roca, en el cimiento de la capilla mayor"
También se encontraron "tejas planas (tegulae) con rebordes en sus lados mayores, curvas (imbrices), ladrillos de forma cuadrada y trozos de vasijas de finísimo barro"
La primera referencia documental a Muros es del año 905, figurando como donación de Alfonso III El Magno a la catedral ovetense de San Salvador en base a su iglesia, a la que denomina "S. Maria super flumen Nilonis". Aunque el documento en sí se trata de una falsificación un par de siglos posterior, obra del Libro de los Testamentos del obispo Pelayo, determina la existencia de un templo en la alta Edad Media, superpuesto a estructuras anteriores mucho más antiguas
Muros se integrará en el alfoz de la Puebla de Pravia tras su fundación, en alguna fecha indeterminada entre 1233 y 1240, hasta pasar a formar parte, como hemos dicho, de las posesiones señoriales de los Miranda unos 200 años después, pues en 1431 ya aparece mencionado como coto en la documentación de San Pelayo, dicen en el Gran Atlas del Principado de Asturias:
"Probablemente el proceso guarde alguna relación con la consolidación de determinadas familias de la aristocracia regional, cuyas hijas, que a menudo profesaban como monjas pelayas, favorecieron la creciente influencia del cenobio femenino en Muros. En este caso se trata de la herencia de una nieta de Diego García de Miranda"
De la siguiente fase ya hemos hablado: el funcionario de Carlos V Rodrigo de la Rúa figura como señor del coto tras su casamiento con María Ponce de Miranda, y a este le sucede Gutierre González de Cienfuegos, quien hace construir esta plaza, según leemos en la Gran Enciclopedia Asturiana (tomo 10, voz Muros de Nalón):
"... este Gutierre acrecentó aún más el Coto, con los señoríos de Ranón y La Arena, adquiridos por compra al monasterio de Cornellana. A él le debe también Muros la fundación de lo que es hoy su enclave urbano, pues en sus tiempos comenzó a levantarse el caserío que rodea la hermosa plaza, ante su actual Ayuntamiento"
Este señorío será heredado por la hija de Gutierre, Leonor Ponce de Cienfuegos, que casaría con su primo Lope de Miranda, Corregidor de Granada y alcaide del Castillo de San Martín, al otro lado del Nalón, incorporándose así al coto todo el amplio territorio de la desembocadura del estuario. Al hijo de ambos, Diego, le otorgaría Felipe III el título de alcaide perpetuo de ese castillo, y a su hijo Sancho de Miranda le dio Felipe IV el título de marqués de Valdecarzana, nombre del solar familiar en el valle tevergano del río Carzana, título concedido al levantar el cerco francés de Fuenterrabía con cien hidalgo asturianos por él reclutados. De ahí viene que la casa de Miranda empiece a ser llamada de Valdecarzana
La razón del ordenamiento urbano de La Plaza se debió, recordamos, a la celebración de un mercado, sigue diciendo la GEA:
"Gutierre, seguramente inspirado por la importancia que en Medina del Campo, de donde fue corregidor, tuvo el mercado, se animó a solicitar del emperador, a quien tan fielmente sirvió, la concesión de un mercado para esta villa, Carlos V se lo concedió, siendo éste quincenal y en los domingos, y llegando a alcanzar gran renombre e importancia en el mundo transaccionista de entonces y durante muchos siglos después. En 1768 fue trasladado al sábado, con carácter semanal..."
En esta plaza fueron edificándose nuevas casas a lo largo del tiempo. Una de ellas es la del indiano Francisco Grande, la primera a la derecha de la iglesia, de la que extraemos esta explicación de Muros de Nalón. El libro del concejo, de Xosé Nel Riesgo y Armando Grande Roca:
"En el número 10 de la plaza Marqués de Muros se encuentra la casa del indiano Francisco Grande, se trata de un edificio de carácter netamente urbano que se organiza en tres plantas y se remata en un ático retranqueado. Aunque en el momento presente muestra tres fachadas, originalmente había sido pensado como edificio en esquina, como lo demuestra el hecho de que la fachada Este, con la cornisa sin rematar, y con unos huecos decorados de una forma un tanto espontánea, se concibió para completar la alineación de la calle. Se trata de un inmueble de estilo libre, que presenta tanto un repertorio acristalado marcadamente neogoticista, como elementos de raíz clásica presentes en zócalos, esquinales, recerco y remate de los vanos, líneas de imposta, la cornisa o acroterio, ascribiéndose por tanto en el lenguaje estético del eclecticismo"
"En el inventario de los bienes de D. Diego, fechado el 28 de septiembre de 1631, figura entre sus posesiones: la casa carnicería de La Plaza; la capilla del Espíritu Santo, en estado de ruina, y pegado a ella la casa del ermitaño. Era dueño y patrono del Hospital de Peregrinos, sito en La Plaza, así como de la capilla de San Juan, en La Pumariega, ignorándose donde estuvo situada, Como tributo, sus vasallos debían entregarle una octava parte de los cereales y, además "y más le debe cada vasallo y vecino de dicha jurisdicción de tributo cada año dos carros de leña, media anega de erga, una carga de narvaso y dos dias de jornal"
"La relación de este concejo con la ruta jacobea está verificada por la existencia en Muros de un hospital de acogida y asistencia de peregrinos y pobres transeúntes. Este establecimiento figura ya en 1631 en un apeo de las prerrogativas, bienes y derechos que le correspondían a Don Diego Fernández de Muros por ser propietario del citado coto. Se volverá a mencionar en las Respuestas Generales al Catastro del marqués de La Ensenada de 1751 en donde se dice que estaba en las inmediaciones de la playa, fuera pues de nuestro Camino. Para su instalación el marqués de Valdecarzana cedió una casa de su propiedad y unas tierras de medio día de bueyes cada una, siendo por entonces hospitalero Fernando Bermejo. A Pesar de su modestia este hospital, que se mantenía dela caridad y de las dádivas del señor marqués, aparece reflejado en el Mapa de Asturias que el erudito cartógrafo Tomás López publicó en 1772"
"Muros de Nalón conservaba, al menos hasta el año 1777, un hospital de peregrinos, ubicado en un paisaje paradisíaco a la vera de la ría del Nalón. El patrón y dueño de esta institución era el marqués de Valdecarzana, noble que erigió en la localidad un palacio plateresco del siglo XVI, del que hoy en día tan sólo se conserva la fachada"
Por entonces no se llevaba un registro de peregrinos como los que existen hoy en día en albergues y alojamientos, pero si fallecían sí se registraban en los libros parroquiales de difuntos. Gracias a los libros parroquiales sabemos de numerosos peregrinos que pasaron por Muros en el pasado pero murieron aquí, yendo camino de Santiago. Al inscribirse los fallecimientos, conocemos nombres y procedencia de algunos de ellos: en 1661 el flamenco Francisco Vanch, en 1669 el paduano Jacobo Valerio y el francés de Toulouse Antonio Max, en 1765 el también francés Pedro Labadía, de San Prey, obispado de Lauch, Languedoc
Los edificios que tenemos enfrente, el lado oeste, son también especialmente llamativos, siguen fielmente el trazado original y tienen una importante simetría pese a las transformaciones en ellos realizadas a lo largo del tiempo, con su línea de balcones-corredores, o galería, además de los buhardillones en la cubierta. El de la derecha, el del bar La Plaza, está porticado, pues el balcón-galería se sostiene sobre columnas
Vienen a formar parte de la parte comercial o de esparcimiento de La Plaza. Uno de ellos es La Casona, bar y restaurante, que saca sus terrazas a la calle. Casas, bares y comercios son sucesores de los existentes antaño, que por sesión del 17 de mayo de 1866, y según expone el licenciado D. José M. González, sabemos había "siete establecimientos que tiene de líquidos y otros efectos, cinco estanquillos nacionales y tres lonjas de primera clase". Lo que da idea de la actividad y entidad de la población
Curiosamente, en el mes de agosto de aquel año de 1866, se da cuenta de quejas porque debajo de una de las antiguas paneras de esta plaza se realizaban "matanzas de carne fresca", lo cual fue motivo para que el Ayuntamiento pidiese presupuesto para construir un matadero en otro lugar y se decidiese "útil y conveniente que desaparezcan de La Plaza pública cuantos horreos y paneras existan en ella y puedan afear su aspecto". Esta es la razón, dentro del esquema estético de la época, de la desaparición de estos elementos de muchas plazas de villas y ciudades
El presupuesto para un matadero incrementaba los gastos del Ayuntamiento, que aún estaba afrontando el pago del reloj de la iglesia, consiguiendo aquel mismo año recaudar hasta 2,000 reales de vellón
Según leemos en el recitado Muros de Nalón. El libro del concejo, la casona del número 20 de La Plaza fue construida en el siglo XVIII por el "presbítero y canónigo de la catedral de Oviedo Don Juan del Riego, quien ordenaría labrar inscripciones de carácter religioso en los dinteles de los vanos, la casa fue conocida popularmente como la "Casa de las Pilotinas", ya que fue habitada por las hijas de Don Andrés del Riego, piloto de mar"
A la izquierda de La Casona sigue la fila de casas adosadas, fechadas en el siglo XVIII, también con bastante simetría en cuanto a su alineación y altura, si bien ya sin corredores ni galerías, ni tampoco buhardillones
La que está pegada a La Casona presenta cuatro buenos balcones, y abajo, simétricamente a ellos, ventanas y puerta de entrada. La del medio parece la que muestra la fachada más transformada, y la de la izquierda, ligeramente más alta, tiene dos balcones
Los peregrinos que iban a "Santiago en Galicia" y pasaban la Ría del Nalón descansarían en Muros sabedores ya de la cercanía del dificultoso paso de Las Ballotas, que sin duda lamentarían tener que recorrer Antoine de Lalaing y sus dos acompañantes den 1502, pues su idea primera había sido embarcarse en Avilés rumbo a A Coruña, pero hubieron de desistir a tener vientos en contra
Estas casas verían el paso de aquellos peregrinos de los tiempos históricos de las romerías a Santiago, cuya última época dorada fue en el siglo XVIII, antes de los cambios sociales económicos, políticos, industriales, y también de las vías de comunicación, que acarrearían su decadencia, sobre todo en el sentido tradicional de hacerla andando o a caballo por los viejos caminos reales, que caerían en desuso paulatinamente con la nueva red de carreteras y las primeras líneas regulares de diligencias
El Camino que llega a esta plaza desde "las barquerías" y se dirige luego a Cudillero/Cuideiru por el "puente de Ricabo" es acondicionado en 1857 con la aportación de 2.000 reales. Sin embargo el azaroso viajero e impulsor de caminos Juan de Llano Ponte, apodado Juan de las Carreteras, aún manifestaría en 1864, escribiendo uno de sus artículos en El Faro de Asturias, que "El trayecto de Muros a Luiña es hermoso, si bien el camino es infernal"
Los antiguos peregrinos, luego del de Muros, irían a otros centros de acogida para ellos, como el hospital de Cudillero/Cuideiru y los existentes en Soto de Luiña, perfectos estos para acometer el paso de la sinuosa y montañosa franja costera de Las Luiñas, bien por el Camín Real de la Costa a lo largo de Las Ballotas y cercano al mar, bien por el Camín Real de Las Palancas o Camín de los Vaqueiros, por las brañas de la sierra
Los arrieros, trashumantes y otros viajeros buscarían acomodo en las diferentes ventas que jalonan este recorrido, unas veces un simple refugio a cubierto para prender la lumbre y compartir sus propias viandas, y otras con algún mejor acomodo y hasta taberna o mesón, como el mencionado Mesón de Muros o, pasado El Pitu, el de El Ventorrillo
Peregrinos, vecinos, arrieros y demás visitantes coincidirían, hoy como ayer, en el marcado del sábado. Realmente las pueblas medievales, como Pravia, eran básicamente poblaciones-mercado con fueros para sus moradores que solo rendirían cuentas al rey, que era como decir al reino o estado, el cual se beneficiaba de estas transacciones con las correspondientes alcabalas o tributos pertinentes. Estos ingresos además de incrementar las arcas públicas valdría para mantener estos nuevos centros urbanos
Cuando la nobleza terrateniente fue haciéndose con esas villas o estos sus cotos, promovió también estos fueros y mercados, pero en su beneficio directo, creando otros nuevos, como sería este el caso de Muros. No obstante, los ominosos tributos y otros abusos señoriales fueron creando una fuerte animadversión a la casa de Valdecarzana desde su primer marqués, el mencionado Sancho de Miranda, al que plantearon tan importantes pleitos que se fue a vivir a la Corte, comenzando así su decadencia, pues al fallecimiento de Sancho en Rioseco (Valladolid) en 1661, le sucede su hijo Lope de Miranda, quien tampoco residirá aquí, aunque lo hará más cerca, "en su casa de Grado"
Llamativamente se sabe la razón por la que se cambió el mercado dominical al sábado, pues un documento de 1768 dice "para otro día que no fuese festivo y de obligación de oír misa"
Vamos a pasar ahora, siguiendo camino, al otro lado de La Plaza, donde están, en el edificio porticado de la esquina, el bar de este nombre y la farmacia
Aquí cruzaríamos la calle para acercarnos al otro extremo de esta Plaza del Marqués de Muros, donde dos filas de árboles conforman un pequeño y muy bello paseo, donde se extienden más terrazas entre más bloques de edificios notables
En esta foto, de principios de primavera, con los árboles sin hojas, apreciaremos mejor la estructura de las casas de ese extremo, hacia las que vamos a cruzar
Nos dejamos guiar por el buen hacer de Xosé Nel Riesgo y Armando Grande Roca en Muros de Nalón. El libro del concejo:
"Los números 3,4, 5 y 6 de la misma plaza conforman un conjunto de cuatro edificios de diferente altura y perfectamente alineados y que a excepción del número 6 son el resultado de diferentes intervenciones operadas entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, resumiendo diferentes corrientes estéticas de aquella época y que hoy confieren una singular armonía al ámbito del paseo y parque al que dan frente"
Avanzando la primavera, los árboles del parque se cubren de hojas, haciendo más agradable el paseo y la estancia con su frescor al llegar el verano, sobre todo en las concurridas terrazas, pues hay bar y loterías
Una concha peregrina nos señala al cruzar la dirección a seguir
Y una placa nos muestra la historia de esta histórica plaza por la que pasaron y pasan tantos peregrinos rumbo al occidente. Ha sido declarada de interés histórico-artístico
Aconsejamos recorrer de lado a lado este coqueto paseo para seguir ruta por el centro urbano de Muros... ahí tenemos por ejemplo una de las escasas cabina telefónicas que aún presentan servicio en estas villas, casi desaparecidas con los móviles
A nuestra derecha la casona asturiana al lado del que fue la primera casa del Ayuntamiento y esta a su vez, del antiguo Hospital de Peregrinos de Muros. De la función de estas instituciones dice así la Xacopedia:
"La doble función de los hospitales de peregrinos, durante la Edad Media, consistente en alojamiento y atención sanitaria, se reconvirtió en los albergues actuales, que contribuyen al desarrollo local por la atracción de personas que realizan en Camino de Santiago. Eran atendidos por los denominados hospitaleros, personas dedicadas a los peregrinos que, en algún caso, fueron santificadas, como Santo Domingo de la Calzada o San Juan de Ortega.
Históricamente, el paso de peregrinos que se dirigían a Compostela desde todos los países europeos precisaba de instalaciones específicas tales como hospitales, hospicios, albergues y posadas, que pudieran atenderlos en su camino. Además de los hospitales propiamente dichos, también recibieron, de forma más o menos continuada, ayuda asistencial en monasterios, conventos, iglesias, castillos y catedrales. Esta red generó un cuantioso y valiosísimo patrimonio histórico y artístico que, por desgracia, sólo en parte ha llegado hasta nosotros.
En sus inicios, estos centros fueron fundados y dotados por reyes, nobles, obispos, órdenes religiosas y militares, incluso existieron algunos impulsados por cofradías de gremios de artesanos, con el nacimiento de la burguesía (...)
La fundación de los hospitales de peregrinos podía ser por motivos religiosos, como el cumplimiento de un mandato espiritual, el interés de asegurarse la salvación cuando el promotor partiera al otro mundo, o el intento de garantizarse la concesión de alguna petición pagada bajo promesa. También abundaban las razones políticas, estratégicas y filantrópicas.
Los hospitales estaban destinados a ofrecer acogida y ayuda en todas sus formas al peregrino, para poner en práctica obras de misericordia afines al peregrinaje como “dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento y dar posada al peregrino”.
De Molina explica que “el hospital acostumbraba a cumplir tres funciones: asistir a los enfermos, asilar a los mendigos y dar alojamiento a los viajeros, en especial a peregrinos. Por eso los hospitales proliferaron en las rutas de peregrinación”. Los servicios más valorados y comentados en los diarios de peregrinación que surgen en el siglo XV eran los que daban cobijo por varios días y el sustento, que constaba de desayuno, comida y cena.
En las numerosas escrituras de hospitales se dan instrucciones sobre el uso y dedicación de estos centros y ya en las más antiguas se indica que su función era servir de uso a los pobres y sustento a los peregrinos, según constató Alfonso VI, al referirse a la alberguería de Burgos en el año 1085.
Reyes, obispos y señores feudales se aseguraban de dotarlos tanto de equipos como de medios suficientes; ya en propiedad, como tierras de cereales, huertos, granjas y animales, o bien en usufructo, mediante derechos y concesiones especiales, como diezmos. Así, se sabe que existía una considerable diferencia de unos sitios a otros, y de unos períodos a otros, pero todos tenían el mismo denominador común de dar a los peregrinos una comida lo más abundante y variada posible, según el régimen de la zona"
Y ahora vamos al bloque de casas a las que nos hemos referido anteriormente, las situadas propiamente frente al parque-paseo
Esta primera, que también habíamos visto antes atravesando La Plaza, es una de las casonas situadas en este frente. En su fachada lateral, con entrada cerrada por verja, hay un buen balcón-corredor en el primer piso. Abajo, mirando al bulevar, abre sus puertas una entidad bancaria
Arriba en el primer piso, cuatro balcones; y en el segundo ventanales adintelados, el del medio alargado en forma de pequeño balcón-galería
Justo debajo, entre los dos balcones centrales del primer piso, hay un pequeño escudo solariego
Aunque sobre él permanece bien visible la celada lo que son propiamente las armas del blasón están muy gastadas y borradas, así como la frase que rodea el escudo
El paseo, iluminado por farolas, es el marco por el que discurre este hermoso tramo urbano del Camino Norte
Balcones, ventanas, galerías, miradores y bajos comerciales conforman la estructura artística y arquitectónica de esta preciosa fila...
Al fondo, las casas de la calle Fierro Ordóñes. Un poco a su derecha, aunque no lo vemos desde aquí, estuvo el Cine Copacabana, antiguo almacén habilitado como cinematógrafo y sala de fiestas, inaugurado el 25 de julio de 1955 con la proyección de la película Peter Pan. Cerró en 1978 y aunque conservaba buena parte de su estructura se encontraba en franco deterioro
Este tramo de la calle es peatonal, por lo que las terrazas se extiende por el paseo y también por ella...
Pasamos frente al bar y puesto de lotería Copacabana, que rememora al antigua cine, y este a la vez a la venerada capilla de esta advocación (Virgen de la Candelaria de Copacabana), originaria del lago Titicaca, entre Bolivia y Perú, que parece haber sido traída por el sacerdote murense Francisco Varela hacia 1720, tras haber estado destinado en la diócesis boliviana y volvió a Muros para ejercer de párroco, construyendo para ella una capilla en su casona familiar
Nosotros vamos a ir un poco hacia la izquierda, hacia el paso de peatones que vemos al final del parque...
Aquí cruzamos la calle Fierro Odóñez para continuar de frente por la calle de D. Gerardo González Menéndez
Esta casa, en la esquina, presenta también una muy llamativa y notable estructura: esta es la fachada que mira a la plaza, con buenos balcones y cubierta abuhardillada
Y esta es la fachada que mira a la calle, con estas amplias balconadas- galerías bajo las que vamos a pasar siguiendo Camino y dejando atrás La Plaza
Aquí la calle se estrecha y las aceras también. Puede haber en ocasiones bastante tráfico y trasiego de gentes como principal salida de La Plaza hacia la carretera N-632 y la Autovía del Cantábrico (A-8): estimamos que lo mejor es continuar por la acera de la derecha, más ancha
A nuestra izquierda veremos también notables ejemplos de edificios urbanos de época. Llama la atención por ejemplo en el primero a nuestra izquierda este largo y elegante balcón de hierro forjado y pintado de blanco. Abajo algunos bajos comerciales
Si tenemos oportunidad admiremos, sobre la mencionada galería del edificio a la derecha, otro elegante balcón-mirador forjado y pintado
La galería presenta, como la casa en este tramo de calle, forma de L y tiene dos cuerpos de estructura totalmente diferenciada
"Art. 37. Los fielatos serán abiertos a la salida del sol y cerrados a la puesta del mismo.Art. 41. Los fielatos centrales reconocerán y adeudarán las especies que concurran a ellos al tiempo de entrar y salir de los mismos.Art. 42: Donde no existan fielatos exteriores deberán establecerse uno o más interiores según lo exijan las conveniencias del servicio.Art. 45: Donde sólo existan fielatos interiores, la circulación de especies para dirigirse a ellos, sólo podrá verificarse por las calles designadas al efecto con marcas o rótulos visibles"
Dada su mala fama, la picaresca y que pronto quedaron obsoletos, fueron sustituidos, pasada la posguerra, por otros sistemas recaudatorios y tributarios. Gran parte de ellos desaparecieron, para otros se buscaron nuevas utilidades, como es este el caso.
Aunque existieron durante más de cien años, fueron especialmente recordados los de la larga posguerra con sus carencias y hambrunas. Un buen artículo sobre ellos es el de Zorita, publicado en La Gaceta de Salamanca el 27 de enero de 2016, titulado ¿Qué era el fielato?
"Las entradas (...) estaban vigiladas por los guardias del fielato, más temidos incluso que la Guardia Civil. Desde los años 50 del siglo XIX hasta los años 60 del siglo XX. Hoy son solo recuerdos de aquella España de la postguerra dominada por el estraperlo y la escasez de alimento.
El consumero o inspector del fielato era la persona que cumplía la misión fiscalizadora para que ningún producto alimenticio de consumo se escapara sin pagar el correspondiente impuesto: Las gallinas, los pavos en Navidad, los conejos, los embutidos y los huevos de las gallinas, incluso el pan blanco que traíamos del pueblo, siempre intentábamos agudizar el ingenio para ver cómo podíamos ocultarlos a los aduaneros, operación difícil, porque los inspectores se subían a los autocares y todo lo fiscalizaban y casi siempre encontraban el producto, la picaresca en la ciudad del lazarillo no era efectiva.
A pesar de lo que nos costaba pagar por la introducción de los alimentos y la antipatía que teníamos a los inspectores, que siempre nos obligaban a pagar lo que por ley correspondía, ahora y pasados muchos años, he sabido la finalidad de lo que allí se recaudaba: se destinaba a asfaltar calles, arreglar jardines, construir alcantarillas y pagar los servicios públicos, como es el alumbrado de las calles por parte del Ayuntamiento.
En la sociedad de entonces, con cartillas de racionamiento para casi todo y una economía que podíamos llamar de subsistencia, en una España deprimida por el final de la Guerra Civil, necesitada de reconstrucción, con el trascurso de los años y en momento de comienzo de una cierta bonanza económica los fielatos fueron desapareciendo
Hoy son un eco lejano, desconocido para la gran mayoría. Aquellas casetas de consumos se fueron perdiendo con el devenir de los años. Existen diversas iniciativas para conservar los que aún existen, rehabilitándolas para fines turísticos o como lugar de parada de peregrinos en la ruta del Camino de Santiago. Aún así, la gran mayoría no existen, son un recuerdo de ruinas abandonadas a la vera de caminos y carreteras, a la salida de pueblos por los que ya no transitan autobuses de viajeros, ni carros con caballerías, solo pasa el tiempo por aquellos lugares"
"En 1694, el Rey, cansado de los reparos, trucos y subterfugios utilizados por el Principado para no surtir las reclutas de soldados, monta en cólera, haciendo saber que las órdenes no se oponen a los privilegios del Principado y que conviene complacerle sin alterar el número pedido de 725 soldados. Ante las reticencias del Principado para la recluta, resuelve, inviolablemente, la Cédula Real, son pena de una sanción de 10 ducados a cada componente de la Junta, y que ni el Marqués de Valdecarzana ni el Conde de Toreno, se les ocurra personarse en la Corte para solicitar rebaja de la leva, dado que se les impondría sanción de otros 10 ducados a cada uno, y además "servir personalmente en la campaña y con dios ginetes"(...)En enero de 1695 se da cuenta de una Orden de S.M. pidiendo un soldado por cada 101 vecinos, echando mano de "vagamundos, ociosos, malentretenidos y voluntarios". La Junta hace saber a S.M. lo reducido del vecindario con "la epidemia, esterilidades y saca de gente", haciendo también mérito "de que el año será de muchas nieves, por que comenzó a nevar en la Luna d3e Setiembre y seguirá hasta Junio, por lo que se solicita de S.M. dilate el plazo señalado para enviar gente a León"
En las Juntas del Principado de los días 27 y 31 de agosto y 2 de septiembre de 1700, presentaba poderes "Por Prabia D. Sancho de Miranda Ponce de León Marqués de Valdecarzana... representante de la Obispalía de Yernes y Tameza... diputado por Peñaflor y Teverga... nombrado diputado, además, por Grado y Miranda, así como por las Obispalías de Pajares y Morcín". Ese mismo años, al fallecer su padre D. Lope de Miranda, Sacho será nombrado Alcaide del Castillo de San Martín por Carlos II, siendo sin duda un cargo honorífico pues el castillo habría perdido su valor defensivo, que no, eso sí, sus derechos sobre las barquerías, entre otros privilegios
A lo largo de la primera mitad de la centuria del XVIII aparecen los Valdecarzana en los reiterados asuntos de levas e impuestos, comercio en el puerto de San Esteban, administración del coto, y por supuesto la representación en la Junta del Principado y en la Corte, donde pasarán a residir definitivamente en 1745, lo que contribuirá a un mayor abandono del señorío, lo que tendrá funestas consecuencias posteriormente
En el año 1809, el mariscal Ney entraba con sus tropas en Muros dentro de una gran maniobra de envolvimiento en la que participaban otras tropas napoleónicas operando desde León, rodeando al ejército español mandado por el marqués de la Romana desde su cuartel ovetense. Ney había avanzado penetrando en Asturias desde Galicia, pero al regresar a sus bases gallegas hallaron fuerte resistencia en Avilés y posteriormente en el paso del Nalón por Muros, tal vez esta no tan encarnizada pero lo suficiente para que el mariscal, favorito de Napoleón al menos desde su ascenso en 1804, y al que le aguardarían jornadas intensas en Rusia y otros frentes, hasta su desastrosa decisión en Waterloo, ordenase en venganza el saqueo de la población, "operación que realizó la soldadesca con rara habilidad" dice la Gran Enciclopedia Asturiana
En aquel castigo fueron saqueados la iglesia y este palacio, al que además incendiaron, talando los carbayos de este campo y quemándolos. Dos años después, y ante el acusado abandono de los Miranda-Valdecarzana de este su coto, se produciría la revuelta antiseñorial contra ellos que arrasó su capilla-panteón en la iglesia parroquial, de lo que hemos hablado, incluso con apoyo eclesial, ya que las mismas Córtes de Cádiz habían anulado ese años los privilegios de los cotos y las jurisdicciones señoriales. dice asimismo la Gran Enciclopedia Asturiana:
"... para esta actuación se encontró apoyo en las armas que los nuevos tiempos liberales prestaban, y también con la ayuda de la Iglesia, que se unió al pueblo murense en su motín contra la casa dominadora de Miranda y Valdecarzana, llegando, incluso, a concederles una aportación económica de tres mil reales para pleitear"
El coto desaparecería en 1827 y esta casa-palacio pasaría luego a los condes de Santa Coloma y a los de Girabeli, posteriormente y hasta 1926 a la condesa de Cifuentes, viuda del conde de Girabeli. Más tarde al alcalde Gerardo González y por herencia a su sobrino el doctor Blas Aznar
En este momento, es fácil que pueda llamarnos la atención una espléndida mansión que vemos a lo lejos, al sur, en el vecino pueblo de Somao, famoso por su conjunto de casas de indianos
Es la Casa Amarilla o de La Torre, que ya veíamos cuando veníamos desde El Castillo, antes de cruzar el Nalón, fácil de identificar por su picuda torre que le da nombre, o uno de sus nombres
Casa que fue de Fermín Martínez García, vecino de Somao e hijo de campesinos que emigró a Cuba a los 18 años con tanto éxito que empezó como contable y cinco años más tarde como era director general del almacén de coloniales que los americanos del pueblo tenían en la cubana ciudad de Caibarien
"El emblema de la concha se creó con la intención de identificar un símbolo con el Camino de Santiago. En su origen, tiene un significado orientativo, de posición, no necesariamente direccional. Representa la convergencia de rutas que desde distintos lugares conducen a un punto, siempre en el oeste. No se creó, por tanto, como indicador de dirección, sino como símbolo del Camino, si bien podría ser usada con ambos fines (posición y dirección) en casos puntuales como en el entorno de Bienes declarados por su interés cultural o en Conjuntos Históricos, donde se podrá sustituir el cartel indicador por una concha en suelo, a fin de minimizar el impacto de la cartelería.El Consejo Jacobeo recomienda que el emblema de la concha se utilice como símbolo identificativos del Camino de Santiago y aconseja que su representación, proporciones y colores, así como su utilización se ajusten a las indicaciones contenidas en el Manual de Uso publicado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo en 1989. Es aconsejable que este símbolo aparezca junto con la flecha amarilla, que indica la dirección, en aquellos soportes que así lo permitan"
Cruzamos por el paso de cebra y seguimos de frente
Al fondo, entre las casas, los almacenes La Cueva de material de construcción. Al otro lado pasa la autovía, que no vemos desde aquí
Atentos pues es tránsito de paso de camiones. Llegados ahora a este cruce de La Rixa iremos a la derecha
Una casa pasiva o Passivhaus, es un estándar de construcción creado en 1988 por el físico alemán Wolfgang Feist y el sueco Bo Adamson, profesor de la Universidad de Lund. Este modelo responde a un determinado tipo de diseño constructivo que busca reducir al máximo la energía necesaria para su climatización, logrando mantener un ambiente y una temperatura constantes y confortables durante todo el año mediante la optimización de los recursos existentes. Los cinco principios que lo acompañan son: excelente aislamiento térmico, carpinterías de altas prestaciones (triple acristalamiento, baja transmitancia y correcta instalación), ausencia de puentes térmicos, hermeticidad del aire y ventilación mecánica con recuperación de calor. Cualquier nueva construcción, con independencia de su tamaño y uso, puede edificarse según los estándares Passivhaus.
Más a la derecha, un edificio con su historia, el de la Estación de Muros de Nalón, inaugurada el 30 de julio de 1962 al abrirse el tamo Pravia-Luarca del célebre Ferrocarril Ferrol-Gijón que tardó casi un siglo de pasar del proyecto a la realidad
En aquellos tiempos, el ferrocarril aún imperaba sobre la carretera, por lo que había importante tráfico ferroviario y trasiego de gentes y mercancía. Por ello la estación disponía de taquillas y taquilleros, viviendas para el jefe de estación y su familia y cantina, que estuvo abierta hasta hace unos años
Cuando la línea se abrió al completo, en 1972, el transporte por carretera ya estaba imperando, e imperaría aún más con la mejora de las calzadas y la llegada de la autovía, lo que fue relegando el papel de estas estaciones, en la práctica, en simples apeaderos sin personal permanente
En Villar sigue nuestra llana recta. Las flechas amarillas en algunos postes siguen orientándonos. Es muy importante ver alguna como confirmación, al igual que mojones, aunque no haya cruces ni desvíos. Normalmente si un caminante no ve alguna indicación de ruta, tanto en el Camino de Santiago como en otras sendas señalizadas, en aproximadamente unos 100 metros, puede llegar a temer que se ha dejado algún cruce atrás que no ha visto
Según nos alejamos de la capital el paisaje se torna más rural, con casas tradicionales, algunas más o menos construidas o reformadas siguiendo la impronta indiana. Esta sigue el esquema, tan característico en Muros desde La Pumariega acá, de zaguán en el piso bajo, galería en el superior y buhardillón en el bajocubierta
La integración del bajocubierta en la práctica como un piso más del espacio de la vivienda es una característica que veremos en muchas casas-bloque populares según nos adentremos en el occidente
Bifurcación y a la izquierda. Fijémonos siempre en las flechas amarillas
También vemos hórreos, algunos bien restaurados y conservados, aunque su función original como graneros haya desaparecido hace mucho. Su piso bajo o bodega, tradicionalmente caseta de aperos, se integran también en la vivienda
También se ven algunos ejemplos, reformados, de lo que fueron las casas terrenas en base a las que evolucionaron numerosos estilos constructivos campesinos populares. Las casas rectangulares que imperaron durante siglos en Europa
Y también viviendas de construcción más reciente, no pocas segunda residencia o casa vacacional, Muchos huertos son ahora jardines
Aquí sí que tenemos ahora una pequeña cuesta...
Como ya hemos dicho, los peregrinos que salían de Muros sin duda sabían ya aquí que les aguardaba uno de los recorridos más agrestes y bravos del actual Camino Norte: Las Ballotas, cuyos primeros tramos dificultosos empezarían en el trayecto de Muros a Piñera
Llegamos a esta encrucijada y continuamos de frente
Muro en el que veremos pintada esta gran flecha amarilla. De ella y de su origen como símbolo caminero nos cuenta así la Xacopedia...
"Señal con forma de flecha, de color amarillo, pintada en las paredes, en los árboles, en las piedras o en el suelo para señalizar las distintas rutas jacobeas o Camino de Santiago e indicar por donde deben andar los peregrinos. Ante la necesidad de señalización del Camino, a principios de la década de los ochenta del siglo XX, un grupo de voluntarios, con Elías Valiña y Javier Navarro a la cabeza, empezaron a pintar flechas en los cruces del Camino Francés para orientar a los peregrinos por el ramal adecuado.Elías Valiña Sampedro, cura de O Cebreiro, primer lugar de Galicia por donde pasa el Camino Francés, recibía de la empresa encargada de pintar las rayas de la carretera N-6 botes mediados de pintura sobrante y con la ayuda de una simple brocha señalizó el Camino. La señal persistió y aumentó su presencia. Es el indicativo más reconocido, más valorado y más fiable de los caminos de Santiago, así como el único que da garantía de que se avanza andando hacia Santiago de Compostela. Se ha convertido en un símbolo y un reclamo publicitario y se puede encontrar por otras rutas de Europ"
Pasamos un par de casas a nuestra derecha, casi tapadas por sus frondosos jardines cerrados con artísticas verjas: son de planta baja con bajocubierta abuhardillada, rodeadas de flores y arbustos
"Más tarde, el Diccionario de Autoridades define la voz gamonal en el siglo XVIII todavía, como "espacio de tierra o campo, en que nacen, y se crían muchos gamones"
Tal y como pasa en la mayor parte de su recorrido al ferrocarril no se le ve hasta que se está literalmente encima de él. Tal vez, no sabemos cierto pero parece, esto tenga que ver con que en principio se diseñó como una línea estratégica de carácter militar para comunicar directamente las fábricas de armas asturianas (Trubia y La Vega) con las bases artilleras y de la armada de Ferrol, por lo que estratégicamente debía de ser visto desde el mar (no existía aviación) y había de circular por tonto lo más oculto posible
"Con el Transcantábrico, Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha creó el primer tren-hotel turístico de España. La idea original fue crear un tren turístico, emulando al mítico Orient Express, que recorriese la extensa red ferroviaria de ancho métrico del norte de España, siendo esa la gran peculiaridad de este servicio frente a los demás trenes turísticos operados hoy por Renfe. Técnicamente, el ancho de vía menor permite que el tren pueda circular por parajes a los que los convoyes de anchos de vía mayores no pueden acceder.
El Transcantábrico inicia su andadura el 30 de julio de 1983, con un viaje inaugural entre La Robla y Cistierna en León. Su composición original era de tres coches salón Pullman construidos en Reino Unido en 1923 (pub, bar y salón), cuatro coches cama de literas, un furgón generador y un coche de servicio para la tripulación.
Actualmente existen dos rutas: el Transcantábrico Clásico y el Transcantábrico Gran Lujo, este último está considerado el mejor tren turístico del mundo
Trayecto:
Los primeros años realizó los viajes entre León y Ferrol (pasando por Bilbao), hasta la clausura de la línea León - Bilbao (Ferrocarril de La Robla); desde entonces pasó a realizar el viaje entre Bilbao y Ferrol.
Tras la reapertura de la línea de La Robla en el año 2003, realiza de nuevo el trayecto igual al primitivo.
En 2009 se introdujeron servicios especiales desde San Sebastián hasta Santiago de Compostela y, a partir de 2010, se regularizaron los servicios desde/hasta San Sebastián utilizando para ello las vías de la Red Ferroviaria Vasca a partir de Basauri, enlazando con la red del gestor vasco en la estación de Ariz-Basauri.
Desde 2011 existe también el Transcantábrico Gran Lujo, un nuevo tren turístico que realiza el recorrido entre San Sebastián y Santiago de Compostela, mientras que el anterior tren turístico pasa a denominarse Transcantábrico Clásico, manteniendo el recorrido tradicional entre León y Ferrol (pasando por Bilbao).
Además realizan viajes chárter, a medida del cliente, para grupos y empresas para incentivos, congresos y exposiciones
Equipamientos y servicios:
La composición actual del tren es de 4 coches-salón, 7 coches-cama, un furgón generador y un furgón de servicio para la tripulación. Se han sustituido los originales compartimentos de literas por cabinas suite dotadas de cama matrimonial, aire acondicionado, teléfono, minibar, armario ropero, maletero y w.c completo con ducha con hidromasaje y sauna.
La composición del tren gran lujo es similar, salvo que las habitaciones tienen el doble de tamaño, por lo que la capacidad del tren es la mitad de pasajeros.
La tripulación está dirigido por el jefe de expedición e incluye a la guía, el jefe de camareros, camareros, músico animador, personal de limpieza, de seguridad, maquinista, conductor de autocar y técnicos ferroviarios. La guía acompaña a los viajeros en todas las visitas e incluso a los distintos restaurantes. Además pone a disposición de sus clientes el programa detallado de cada día y la prensa nacional, internacional y local.
La capacidad máxima del tren clásico es de 54 viajeros y la del tren gran lujo es de 28 viajeros"
"El Camino llega a la capital del concejo entrando en la plaza por el lateral sur de la parroquial, prosigue hacia poniente tocando el palacio de Valdecarzana; a unos 150 metros es cortado por la vía del tren, a escasa distancia de la estación, pero nosotros realizaremos el paso por el puente de la carretera sobre la vía, concluido éste, giraremos a la derecha y después de 100 m a la izquierda entroncaremos con el curso originario que se desarrolla entre un grupo de viviendas; luego prosigue llaneando, siempre hacia el oeste, hasta encontrarse nuevamente con la línea férrea, al sur de El Escorial, salvándola por un paso sobreelevado. A partir de este punto, inicia el descenso por la vertiente E. del arroyo de Santa Olaya, cauce que pone fin al tránsito del Camino por el concejo de Muros..
"En la reparación del camino que desde las barquerías conduce a La Plaza, y a Cudillero a través del puente Ricabo, se invierten 2.000 reales, en 1857"
Se trata de un pequeño puente pero muy importante en el pasado y muy afectado por las riadas- A la derecha una caseta de captación de aguas
El río no es de gran caudal aparentemente, pero a causa del desnivel desde su nacimiento hasta su desembocadura en la playa, su volumen de agua aumenta drásticamente con las crecidas causadas por lluvias y todo lo inunda, bajando velozmente y con fuerza, provocando no pocas veces argayos o desprendimientos, siendo este un problema muy común en la franja costera
"siete ballotas y un ballotín, vaya'l demoniu qué mal camín"
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