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lunes, 13 de febrero de 2017

GULPIYURI: CAPRICHO DE LA NATURALEZA EN NAVES (LLANES, ASTURIAS)

La Playa Gulpiyuri en verano y con marea alta

Aunque no en el mismo Camino de Santiago  del Norte, pero sí muy cercana a él, la Playa Gulpiyuri, Monumento Natural, es una encantadora cala arenosa cerrada al mar en medio de los prados al norte del pueblo llanisco de Naves y al oeste de su vecina la Playa San Antolín. Su atractivo principal radica en que se trata de un trata de un pequeño y coqueto arenal separado del mar por un murallón natural de piedra caliza, formado dentro de los fenómenos kársticos que, como los bufones o bramadoiros, caracterizan el paisaje, orografía y geografía, de la rasa costera de Llanes, dentro de los caprichos geológicos que la naturaleza ha labrado, con los agentes erosivos marítimos (la inmensa fuerza de las olas) en sus acantilados

Comunicación de Gulpiyuri con el mar

Gulpiyuri está comunicada con el mar por una caverna subterránea por donde entran las olas, subiendo y bajando la marea como si estuviese en la misma orilla

Bajada de entrada a la playa

Así, cuando llegan las pleamares, se forma una fantástica piscina natural de agua salada, sin apenas oleaje, salvo alguna pequeña ola que sale de la gruta. Esto hace que sea muy frecuentada en verano, especialmente por familias con niños pequeños, dado su tamaño y seguridad, pues tampoco es demasiado profunda

Gulpiyuri en bajamares, todo arena

En bajamares (recordemos que en el Cantábrico la diferencia del nivel de las aguas entre mareas altas y bajas es muy acusado, de varios metros) prácticamente no entra agua y queda al descubierto su lecho arenoso, sin apenas rocas en el suelo salvo la parte más próxima a la pared meridional del acantilado, lo que constituye otro atractivo al saberse que, bañándonos, no hallaremos según hacemos pie, ninguna desagradable sorpresa pisando piedras puntiagudas de pedreru, lo que da aún más seguridad para acudir a ella 

Gulpiyuri en invierno

Si bien no tanto como en verano, y sin bañistas normalmente, Gulpiyuri es también muy visitada el resto del año, incluso en invierno, dada su extraordinaria belleza, así como la de todo su entorno (donde hay una senda costera) y su curiosa originalizad de ser como un lago, de agua salada, al lado del Cantábrico, pero a la vez apartada de él...

Gulpiyuri desde lo alto del acantilado, al sur, bajo las planicies de El Llanu Santana, está Naves

Los accesos, peatonales, más inmediatos a Gulpiyuri, son a través de su vecina La Playa San Antolín o desde el pueblo de Naves, al sur, al paso los dos del Camino de Santiago del Norte o de la Costa, por lo tanto es factible su visita por parte de los peregrinos que lo deseen dada su proximidad a la senda jacobita, máxime si resulta que nos vamos a alojar en las inmediaciones (también está muy cerca Villah.ormes, otro de sus accesos más cercanos), donde hay albergues privados, campings y otras posadas en las que pernoctar


Esta es La Playa San Antolín en invierno, tal y como se ve desde el Camino, que aquí sigue su paseo marítimo de hermosas barandillas metálicas pintadas de blanco, una imagen agreste, de ocle o algas marinas de arribada llenando la playa, que contrasta con la del verano (véase la entrada de blog a ella dedicada y al antiguo monasterio de San Antolín que le da nombre)


La más está brava, si en verano la gente acude a estos arenales por su placidez para el baño, en invierno lo hace por lo contrario, por su impresionante bravura, paraíso de surfistas y de quienes se extasían con el imponente oleaje que salta muchos metros hacia el cielo al machacar contra las rocas del cantil, el agente erosivo por excelencia que moldea estos caprichos de la naturaleza marina entre los que también cuentan los famosos bufones, cercanos o relativamente pues están en este mismo concejo de Llanes, de La Bramadoria en Pría (al oeste), de Arenillas en Vidiago (al este) y de Santiuste (más al este aún, en las inmediaciones de Buelna y cerca de La Franca y su playa, esta ya en Ribadedeva)


Asomándonos a la barandilla, nos apostamos en este lugar, justo sobre el túnel del ferrocarril: es pleamar, un buen momento para acercarnos a ver Gulpiyuri, solitaria, o casi... a diferencia del verano, cuando todas estas conchas se llevan de bañistas


Al ser pleamar, y además otoñal (es tiempo de algunas las máximas diferencias de nivel con la bajamar), desaparece a la vista casi por completo u sumergida, la superficie arenosa,  y solo queda, y parcialmente, la de cantos o guijarros. La concha está también muy resguardada, haciendo de ella casi una piscina natural también, por La Deh.esa o Punta la Deh.esa  (pronunciado con hache aspirada), topónimo de vinculación ganadera evidente y donde está El Furacu, un grande y llamativo agujero formado por la erosión marina. Al respecto del lugar, dice la filóloga María Concepción Vega Obeso en su estudio Toponimia de Naves, San Martín y Beón, publicado en la revista Bedoniana VI, del año 2004
"Deh. esa (La). Cueto peñascoso salpicado de hierba y abundantes pastizales. Por la vertiente trasera y más al norte se extiende una pradería llana que desciende hasta llegar casi al nivel del mar, constituyendo así la parte más baja de la costa. Se localiza en las inmediaciones de la Playa de Beón elevándose por encima de ella. En la zona que da al mar surge un manantial abundante de agua dulce que con la pleamar queda cubierto. Posee además un acceso subterráneo por La Vega Beón a través de La Cueva Beón" 

"Furacu (El). Hendidura vertical en forma de arco triangular, por donde entra y sale el mar; en el tramo más sobresaliente de la Punta de la Deh.esa, en la parte occidental de la Playa de San Antolín. La pronunciación popular de este topónimo presenta el insólito sonido /f / inicial en lugar de la esperable y característica /h/ aspirada del asturiano oriental.

 "Punta de la Deh. esa (La). Acantilado saliente del cueto de La Deh.esa que se adentra en la playa por el noroeste. Es notoria su gran hendidura en forma de arco triangular conocida como El Furacu." 


Los chiringuitos cierran con la temporada y permanecen cerrados varios meses, no obstante es fácil ver coches aparcados, de pescadores y surfistas normalmente, pero también de senderistas y visitantes en general, dado el atractivo de esta costa y sus delicias paisajísticas, históricas, etnográficas, culturales, gastronómicas, etc. en cualquier tiempo y estación:
"Playa de San Antolín. Denominación actual predominante de la antaño nombrada Playa de Beón. Se considera la mayor playa del concejo de Llanes en la que desemboca el río Beón, que la divide en dos, y en cuya desembocadura origina un característico pedrero que bordea el arenal de la playa. Por el noroeste, la Punta la Deh.esa se adentra en la playa anclando en ella el arco rocoso del Furacu; y al este, el Pozu Beón y Punta Pistaña marcan el límite con los términos de Posada y Niembru. En ella se recolecta el ocle o algas y en la desembocadura del río se pesca angula."

A la playa y a los chiringuitos se accede pasando debajo del ferrocarril desde la carretera AS-379, llamada popularmente La Pista, saliendo primeramente a una explanada de aparcamientos donde también está la escuela de surf, servicios, contenedores, etc.


Justo allí sale la pista que se dirige a Gulpiyuri, paralela en ese tramo a la vía del tren, que discurre sobre un terraplén, a mayor altura, que salva esta ensenada y su ribera


El Camino de Santiago sigue de frente por la carretera AS-379 hasta que, luego de pasar al fondo a la izquierda bajo la Autovía del Cantábrico (A-8), deja dicha carretera para entrar en Naves


Para ir a Gulpiyuri nosotros dejaríamos el Camino en el mencionado acceso a San Antolín para dirigirnos a Guilpiyuri por la pista paralela al ferrocarril. Después tendríamos la opción de regresar aquí para retomar el Camino de Santiago donde lo habíamos dejado, o continuar hasta Naves y enlazar de nuevo con él allí, en la iglesia de San Antolín (sucesora de la del monasterio) o en la La Plaza la Bolera, un poco más al oeste


Bien, dichas estas consideraciones preliminares previas a tomar el camino a Gulpiyuri no perdamos de vista lo más inmediato y no dejemos de fijarnos bien donde ponemos el pie


Tablas desaparecidas en la pasarela, algo no infrecuente en invierno, con los temporales. Si bien dada la afluencia de veraneantes en temporada estival entonces suelen repararse y reponerse inmediatamente, en temporada baja esta solución puede llegar más tarde, con el correspondiente disgusto para el que "meta la pata" ahí...


Al final de la pasarela una señal advierte a los conductores que pueden encontrarse peregrinos cruzando a la izquierda para ir a Naves. En verano y sobre todo en días de sol, todo esto se llena de coches aparcados a izquierda y derecha y quien vaya caminando va a ir arreglándose como pueda para pasar


Pero nosotros en esta ocasión no vamos a Naves sino a Gulpiyuri, por lo que como hemos dicho dejamos aquí la carretera y su arcén para meternos a la derecha bajo el puente del ferrocarril


Y al otro lado salimos a los aparcamientos, de suelo arenoso, de la playa y sus chiringuitos


Prácticamente sin siquiera ni pisar el parking de los chiringuitos ya podremos tomar el camino de la izquierda nada más pasar bajo el puente


Las señales de la Senda Costera de Llanes nos indican en este poste la dirección a Gulpiyuri


De todas maneras no dejemos de mirar solo sea un instante al este, contemplando la parte oriental de la playa, al otro lado de la legendaria desembocadura del Ríu Beón o Bedón y bajo el picudo monte de Piedras Lluengas (128 m), cerrada al fondo por La Punta Pestaña o Pistaña. Parece ser que del río acá es La Playa San Antolín propiamente dicha, pero del río allá sería La Playa Pestaña o Pistaña, de la que dice la Enciclopedia del paisaje de Asturias lo siguiente:
"La playa más extensa del concejo de Llanes se denomina del ríu Bedón hacia el oeste, la playa de San Antolín, y del Bedón al este la playa Pestaña, que es un largo arenal que desaparece en marea alta viva y que se sitúa al oeste de punta Pestaña, un cabo alargado hacia el noroeste y de 26 m de altura cuyo istmo se puede atravesar (pero no en marea alta) gracias a un túnel natural. En ella se contemplan varios aparatos empleados para recoger ocle, además de diversas trincheras excavadas durante la Segunda Guerra Mundial. El extremo norte de punta Pestaña es un lugar encantador, abierto a la mar Cantábrica, forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental y de la parroquia de Santa María de Valdellera (en concreto, son terrenos del pueblo de Bricia). También se dice Punta Pistaña. La parte baja del cabo alberga una fauna interesante de invertebrados marinos intermareales (es decir, que viven en el espacio comprendido entre las mareas baja y alta) y una flora interesante también intermareal"

De la misma manera y en la misma enciclopedia, en el texto dedicado a la Playa San Antolín, leemos de esta manera:
"La mayor playa del concejo de Llanes, localizada al este de Naves y al norte de Bricia, en la desembocadura del ríu Bedón; de este río hacia el oeste se llama playa de San Antolín, mientras que al este recibe el nombre de la playa Pestaña. De unos 1.000 m de longitud y una superficie de 150.000 m2, su forma es rectilínea y su arena blanquecina; en ella se pescan ocle (algas) y angulas. está custodiada al este por punta Pestaña y al oeste por una punta a la que penetra el agua gracias a El Juracu; junto a ella de alza la iglesia románica del monasterio benedictino de San Antolín de Bedón, construido en época medieval. En los acantilados de la playa afloran en la zona oriental cuarcitas ordovícicas, caliza griotte, pizarras, pliegues y fallas, mientras que en ambos extremos abunda la caliza de montaña de color grisáceo. Pertenece al Paisaje Protegido de la Costa Oriental y a las parroquias de Naves y Valdellera."

Nosotros dejamos La Playa San Antolín por la Senda Costera de Llanes antes citada siguiendo esta ancha pista, apta para vehículos pero no asfaltada, que nos llevará a Gulpiyuri, a poco más de un kilómetro de aquí, con prados y pumaradas a nuestra derecha y el muro-terraplén del ferrocarril a la izquierda


El camino no tiene pérdida y sube suavemente en este primer tramo al lado de los manzanos, en el extremo de La Vega Beón, la cual quedó cortada aquí por el ferrocarril, la carretera y la autovía:
"Vega Beón (La). Pradería llana que antiguamente se extendía desde la entrada de Naves en dirección este descendiendo hasta la misma playa. El terreno sufrió dos cortes, el primero hecho por la línea del ferrocarril a principios del siglo xx y, más tarde, otro a causa del paso de La Pista en los años 60, lo que propició una distribución de prados a ambos lados de dichas vías de comunicación. Actualmente se conoce con este nombre la parte baja localizada más al noroeste hasta las inmediaciones de la playa que le da el nombre."

La Vega Beón está formada por arroyo de El Romeca, que nace en la zona de La Romeca, unos 3,5 km más al sur, tal y como explica en su magnífica obra toponímica Vega Obeso:
"Romeca (El). Río que aflora del suelo en La Romeca. Discurre abiertamente y sin cauce definido por la vega de Gostolizas. En su curso medio baja por la falda del Llanu Santana paralelo al camín del Monte, y su cuenca encajonada se va pronunciando considerablemente hasta alcanzar un desnivel impetuoso en el tramo de Los Molinos, donde se origina la Cascada del Pozón. Ya en su curso bajo atraviesa varios barrios del pueblo (La Calle, La Pola, La H. ondera) y finalmente cruzando La Vega Béon desemboca en la Playa de San Antolín, tras atravesar subterráneamente la carretera, que antes de estar debidamente canalizado se inundaba con el mal tiempo. La Riega la Cuchillona le entrega sus aguas a la altura del Ríu Terceru. El Romeca está atravesado por el Camín del Monte y a cada cruce que el camino hace para vadear el río subiendo del pueblo, se le da respectivamente la denominación de Ríu Primeru, Ríu Segundo, Ríu Terceru, llegando así hasta Gostolizas donde finalizaba con el Ríu Cuartu; éste desapareció con la ampliación del camino, cuando los tres puentes sobre el río fueron reconstruidos por el antiguo organismo del Icona. El primer puente había sido construido por los propios vecinos, a principios de los años 60, cuando comenzó la explotación forestal del Monte. Romeca 

Romeca (La). Vaguada del monte comunal donde nace El Romeca. Se localiza al suroeste, entre el Llanu Mollapiés, en los comunes de Naves y la divisoria con el Llanu Los Carriles y el Llanu Villah.ormes."

Una casa arriba a la derecha en lo alto de la rasa, con varios árboles ornamentales en su finca, puede servirnos de referencia visual, es la zona de La Coviella, al otro lado está La Playa Gulpiyuri. Volvemos a repasar, a ver qué nos dice de este lugar, Mª Concepción Vega Obeso:
"Coviella, (La). Pradería en la que se encuentra una cueva al abrigo de una enorme h.igar o higuera que la cubre casi por completo. La cavidad no presenta mucha profundidad pero tiene dos aberturas de entrada; una, de difícil acceso para las personas, que conduce a diversas galerías estrechas y de techo bajo, en las que se guarecen para criar los raposos o zorros; la otra, tiene en su entrada una pequeña sala. Se localiza en la Vega Beón limitando al norte con San Vicenti y al sur con H.untaguxu. "

Llegados aquí se acaba un primer tramo de cuesta, donde vemos unas señales de circulación


Es una señal de circulación prohibida. Teóricamente a partir de aquí solamente podrían circular vehículos agrícolas y autorizados, pero en la práctica es un acceso rodado libre más, por lo que no nos confiemos y estemos atentos a su paso


Señales de la senda costera, con las clásicas rayas rojas y blancas de los G.R.s o senderos de Gran Recorrido, nos confirman en este cruce la ruta a seguir


Estos guardarraíles identifican además el puente sobre el citado regato de La Romeca, que es posible que ni lo veamos, oculto por la vegetación ribereña


Hay numerosos baches en la pista, al menos evitan que nos encontremos a vehículos a demasiada velocidad y que los podamos ver venir, sobre todo en curvas más o menos cerradas como esta, saliendo del puente


A los lados, los cierres de alambre de las fincas delatan los usos ganaderos de las mismas como prados de pasto y siega. Arriba, la casa de la colina y sus árboles continúan siendo nuestra referencia visual


Vemos sigue ahora un trecho llano al que continuará, enseguida, una subida


La pista zigzaguea un poco para ganar altura en este lugar de las inmediaciones de H.untaguxu, "Prados frente a La Coviella. Se localizan al este en La Vega Beón, en la parte norte del trazado del ferrocarril que la atraviesa, a la izquierda del camino que va a Gulpiyuri", escribe Mª Concepción Vega Obeso 


Y a la misma altura que la vía del ferrocarril llegamos ahora nosotros, esta justo a nuestra izquierda. Se trata de la antigua vía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias, que se integró en la estatal FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha) en 1972. Esta es parte de su historia extraídos de los Archivos de Asturias:
"El 28 de junio de 1887, se constituyó en Oviedo una Sociedad Anónima denominada Compañía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias, que obtendría al año siguiente la concesión de una línea de ferrocarril entre Oviedo e Infiesto, con un ancho de vía de 1 metro. Ésta comenzó a ser explotada en 1891 y doce años más tarde fue ampliada hasta alcanzar Arriondas, gracias a un acuerdo con el Cantábrico, poseedor de la concesión entre Infiesto y Cabezón de la Sal. En 1905, y merced al mismo acuerdo, los trenes de Económicos llegaron a Llanes. Este ferrocarril, junto con el Cantábrico y el Bilbao a Santander, fue durante muchos años la principal vía de transporte y comunicación de la cornisa cantábrica, posibilitando el transito directo entre Asturias y el País Vasco. Como característico de este ferrocarril podemos citar el popular "tren de les piragües" que circula acompañando a las piragüas que efectúan el Descenso Internacional del río Sella entre Arriondas y Ribadesella. La temprana modernización de este ferrocarril, especialmente en el capítulo de tracción, no impidió su crisis económica y así, el 4 de abril de 1972, pasó a formar parte de la empresa estatal FEVE, que continúa con su explotación en la actualidad."

En aquellos tiempos, a finales del siglo XIX, cuando el ferrocarril parecía triunfar sobre las aún incipientes carreteras, las vías férreas iban constituyéndose aquí y allá en las principales ciudades de entonces y, a partir de ellas irían enlazando unas con otras. Por ejemplo, el 30 de mayo de 1905 esta de los Económicos de Asturias se unía en Llanes a la de los Ferrocarriles del Cantábrico, constituida en 1890 en Santander. La inauguración de estos tramos fue una auténtica fiesta en todos estos pueblos llaniscos


A partir de aquí la pista y las vías divergen, se separan justo cuando empezamos otra pequeña cuesta, con curva hacia la derecha. A la izquierda, la Autovía del Cantábrico pasa sobre la vía férrea. Por ahí pasaba La Caleya, camino desaparecido con estas infraestructuras, dice Vega Obeso:
"Camino desaparecido en la actualidad por las obras de la autovía. Este camino sufrió dos cortes, primero con el puente construido para La Pista en los años 60, y otro recientemente, con el entronque de la autovía del Cantábrico que lo anuló por completo. Discurría encajado entre el talud que lo separa de la vía del ferrocarril, por un lado, y, las fincas adyacentes, por el otro. Se localizaba al norte de Naves y cruzaba bajo el puente de la vía del ferrocarril por el camino que conduce a Gulpiyuri."

Una hilera de postes puesta para evitar el estacionamiento de vehículos en esta vereda, la afluencia de gentes en verano llega en ocasiones a ser masiva, como en casi toda la costa asturiana y cantábrica. Esta solución se abordó como manera de abordar el problema aquí creado por este motivo. Leemos en la web del Ayuntamiento de Llanes esta noticia de fecha 15-6-2021:
"El Ayuntamiento de Llanes reordena el tráfico de los caminos de acceso a las playas de Gulpiyuri y San Antolín para evitar atascos y garantizar la seguridad de los peatones

La solución adoptada es el resultado de las reuniones mantenidas por la concejala de Urbanismo y Patrimonio, Marián García de la Llana, con responsables de la DGT en Asturias, para acabar con las aglomeraciones de vehículos que se venían registrando todos los veranos a la salida de la autovía y en los caminos para acceder a las playas de Gulpiyuri y San Antolín. 
Antes el Ayuntamiento, con el visto bueno de la CUOTA, había habilitado un aparcamiento disuasorio próximo a San Antolín, pero la medida no fue suficiente porque los coches seguían utilizando las márgenes de este camino, que es además un tramo de la Senda Costera, para estacionar, entorpeciendo la circulación y poniendo en riesgo a los peatones. 
Ahora se podrá seguir usando el parking pero se va a complementar con un proyecto que se está ejecutando y que consiste en la colocación de unos postes de madera tratada, de un metro de altura, cada tres metros, a los lados de la calzada para impedir el aparcamiento y crear un camino específico y más seguro para los transeúntes. 
Así, los vehículos entran por la salida de la autovía 306 de la A-8 para dirigirse al aparcamiento y visitar caminando Gulpiyuri y San Antolín, y luego pueden salir por un paso bajo la vía del tren a la AS-263. Todo ello señalizado. (Se adjunta foto aérea con aparcamiento y caminos) 
Además la DGT instalará cámaras de seguridad para velar por la seguridad y el cumplimiento de las normas en esta zona. 
La consejería de Contratación, que dirige Juan Carlos Armas, adjudicó la actuación en 7.000 euros a la empresa Anbaso Rivero. 
Con el fin de las obras, previsto para esta semana, se pondrá fin a los estacionamientos indebidos en el camino y al caos circulatorio que en ocasiones se llegaba a producir en una zona muy frecuentada por los turistas. 
Características 
La intervención consiste en la colocación de unos rollizos de madera de diámetro 12cm y 1,5m de altura en un total de 300 metros para reducir el ancho del vial e impedir que los vehículos aparquen en los caminos de acceso. A su vez, las estacas servirán para crear un paso más seguro para los peatones que utilizan la senda costera. 
Los rollizos son de 12 cm de diámetro, 1,5m de altura y con punta. Similares a los instalados en la playa de Cuevas del Mar. Se clavan en el terreno cada 3m. 
En aquellos puntos donde el ancho del vial permite el aparcamiento en ambos lados se colocará por un lado de la carretera los rollizos y por el otro una valla modelo parking de 0,5m de altura."


Como antes estábamos al lado del ferrocarril ahora lo estamos al lado de la autovía, de la que nos separa, también a la izquierda, una pantalla vegetal


Cruce en la cuesta hacia La Coviella, es la entrada a la casa, nosotros seguimos de frente todo recto, en cuesta y subiendo


Al otro lado de los guardarraíles vemos ya, a nuestra izquierda, el pueblo de Naves, cabeza de la parroquia de este nombre, a donde llega el Camino de Santiago, tras dejar la carretera, por La Caleya d'Argumeda, pasando del barrio de de La Puntiga al de La Jondera o H.ondera y seguidamente al de Santana, bajo el llano de su nombre, El Llanu Santana, con Los Otambios, El Motu y La Boriza:
"Llanu Santana (El). Elevación plana y extensa de pastizales sobre Beón y Naves donde se ubica El Motu. Se extiende entre el Llanu’l Barcu por el oeste y Los Otambios por el este. Localizada al este en el Monte, también se conoce como el Llanu Naves"

"Otambios (Los). Lugar en lo más alto y en el punto más al este de la Rasa. Se localiza asomándose por encima de L’Horru frente a la Playa de San Antolín, y al este del Llanu Santana. Posee una vista privilegiada y espectacular sobre Beón, así como sobre Villah.ormes y el Valle de San Jorge por el oeste. En algunos hablantes, la forma de este topónimo alterna con la variante Los Sotambios"

 "Motu (El). Montículo arbolado alrededor del cual se yerguen, de manera equidistante, tres o cuatro túmulos de posible origen primitivo. Se lo caliza en medio del Llanu Santana."

 "Boriza (La). Antigua pradería y castañedo, en la actualidad está plantada de eucaliptos. Se localiza en la falda este del Monte, en la Cuesta las Cruces, entre la Riega Rumaldo y la Riega Cucia."


El barrio de Santana tiene este nombre por ser donde estuvo la capilla de esta advocación, sobre la cual se construyó en 1804 la primera parroquial de Naves al traerse aquí los cultos desde la iglesia del aún monasterio-priorato de San Antolín, dependiente de Celoriu


La iglesia, como la del viejo convento, está bajo la advocación de San Antolín y a ella fueron traídos muchos enseres y objetos litúrgicos del templo del monasterio, pero nunca se olvidaron los cultos a Santa Ana, es más, como es normal en Llanes, el pueblo se divide en bandos para organizar y divulgar las fiestas, como nos señala la investigadora Yolanda Cerra Bada en El territorio sagrado en la parroquia de Naves, de Bedoniana 2001:
"Mientras, el santo titular del monasterio, que antes era el patrono de toda la parroquia, sirve de soporte a una fiesta identitaria de la mitad de la población de Naves que contiende con los que toman como referente a la figura de Santa Ana. La segmentación es geográfica: unos se localizan en torno al barrio de la Bolera; otros, en torno al barrio de Santa Ana. La iglesia parroquial, que alberga a los dos santos, utilizada por ambos bandos, es neutral. Pero la fiesta profana transcurre en territorios distintos, «propios» de cada barrio. Los de San Antolín utilizan las inmediaciones del monasterio, el castañedu, para hacer una comida campestre y realizar el espectáculo del toro de fuego, actos que se engloban dentro de las actividades del día festivo, el 2 de setiembre. También usan este espacio para presentar los volúmenes del anuario Bedoniana, concebido como porfolio de fiestas"

Continuamos adelante y llegamos al final de esta segunda cuesta y empezamos a caminar en llano, hasta el siguiente cruce


Estamos muy cerca de Gulpiyuri,  pero realmente no la veremos hasta estar casi encima, la playa está al fondo a la derecha de aquellos prados que vemos en la distancia


A la derecha, un gran monolito con más señales GR de la Senda Costera de Llanes



Justo después y también a la derecha, la entrada a otro chiringuito de playa, de los que únicamente abren en temporada estival. La Playa Gulpiyuri está exactamente justo a la izquierda de los acantilados del fondo, los que se ven más allá de la lancha, El Castru Gutierri, "Peñasco en el que se abre la gruta que permite el paso del mar hacia la playa de Gulpiyuri y forma parte del acantilado que se interpone entre ésta y el mar", informa del lugar Vega Obeso en su citado estudio toponímico


Esta bifurcación es muy importante, si tras visitar Gulpiyuri queremos retomar el Camino de Santiago desde Naves podríamos ir a la izquierda. Nosotros a la playa vamos por la derecha


La pista es muy ancha y baja suavemente. A la derecha otra señal de dirección prohibida salvo para autorizados a la que tampoco se le hace mayormente caso


A la izquierda de la pista y separada de ella por otra hilera de postes, un sendero peatonal junto al matu o sebe, el seto natural


Y aquí, otra bifurcación muy a tener en cuenta: de frente se llega directamente al Palaciu la Espriella, en H.ontoria, a la derecha sigue la senda costera y sigue el camino a Gulpiyuri, a donde vamos nosotros


Aquí tenemos la señal que nos lo confirma, en otro corto tramo en bajada que, cuando acaba, da continuidad a la derecha al siguiente tramo hasta la playa



Esta es La Ería San Vicenti, donde hubo una capilla dedicada a este santo de honda devoción y tradición romera, que nos explica detalladamente, dada su trascendencia para la historia local, Vega Obeso:
"San Vicenti. Ería que se extiende por el espinazo litoral oeste de la playa de San Antolín. Actualmente hay dos casas en la zona, construidas en los años 60 del pasado siglo. Se localiza por encima de La Coviella limitando por el este con La Deh.esa. En otro tiempo, en el lugar existió una antigua capilla dedicada a San Vicenti, en tiempos la festividad más concurrida en Naves. La capilla, de la que no quedan vestigios, pero de la que la memoria del pueblo da cuenta, estaría situada en la parte más alta de la pradería, y se alzaría sobre el mar beneficiándose de la mejor panorámica y de una impresionante vista sobre el horizonte del Cantábrico. El santo se celebra el 22 de enero, considerándose la fiesta mayor del pueblo, que fue desplazada por Santana y San Antolín, debido al fenómeno turístico y a su celebración en plena época estival. San Vicenti marcaba la proximidad de la primavera y la inminente reanudación de la emigración temporera de los teyeros, ya que casi un 80 % de la población de Naves se marchaba a faenar en las tejeras de Asturias, Castilla, León y País Vasco. También señalaba la época en la que se tallaba a los quintos para el servicio militar, pues el primer reemplazo marchaba en abril, por lo que se celebraba antes de la partida de los mozos. Era, pues, una celebración de despedida de los varones (quintos y tejeros) del pueblo."

Allí al fondo, tras los árboles, está Gulpiyuri, uno de los encantos de la costa llanisca más "escondidos" y que, repetimos, no llegas realmente a ver hasta estar allí, al borde del diminuto pero precioso arenal. Más arriba, esa loma forma el muro natural del acantilado que la separa como un muro del Mar Cantábrico, el citado Castru Gutierri


Nos dirigimos ahora a La Ería Gulpiyuri, verdes prados y camperas en el acceso a este fantástico y apacible paraje, al menos cuando está, no demasiadas veces, románticamente solitario


Unos metros más adelante llegamos a otra bifurcación más, la última ya antes de Gulpiyuri. A la derecha, por los prados de El Pedrosu y Los Pegos, se va a la playa; a la izquierda sigue la senda costera, que algunos peregrinos emplean como alternativa al Camino de Santiago, al menos en algunos tramos


Gulpiyuri se encuentra justo ahí enfrente, ya vamos intuyendo su ubicación exacta por la forma de hondonada que tiene el terreno al final del camino


Se han planteado diversas hipótesis, unas científicas y etimológicas y otras más legendarias, sobre el origen de tan bello topónimo, normalmente se le busca relación con golpear, pues los golpes de mar son impresionantes en el frente acantilado y son los que han modelado esta playa y demás relieves costeros, pero también con el latín volpes, 'zorra', con lo que estaríamos en un "lugar de raposos". Escribe el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"La Raposa, El Raposu, son testimonio de la palabra asturiana con que se designa a la zorra, también llamada rapiega. La Raposera podría recordarnos la guarida de este animal.

Tales expresiones desplazaron en el léxico a las seguidoras de volpes ‘zorra’ hoy sólo presente en nuestra toponimia menor gracias al diminutivo en -ICULAM. Este término diminutivo, VOLP¯ECULAM pervive en topónimos menores como La Golpeya, La Golpea y en el diminutivo La Golpina. Una variante masculina se constata en Galpechos. Lugares colectivos serían Golpecheras.

Combinado nuestro étimo con el suf. -¯ORIAM (o con su variante masculina de -¯ORIA) acaso se justifique Gulpiyuri, nombre de una playa de Llanes, desde*gulpiyoria ‘lugar de zorros’ con un conocido proceso evolutivo -a > -e > -i y con un cierre metafonético de la tónica"

En relación con esto hemos de decir que, al oeste del Castru Gutierri está el lugar de La Golpeya, un topónimo que con sus variantes existe en otros lugares y que en la Enciclopedia del paisaje de Asturias  explican a "que era zona de raposos (la vulpeja)". De ella nos informa asimismo Vega Obeso en su estudio:
"Terreno de cuetos y pradería, donde se encuentra una cueva que recibe el mismo nombre, al oeste de Gulpiyuri siguiendo la línea litoral, justo en el límite con los comunes de Villahormes. La cueva, aunque no muy grande, tiene una espaciosa sala de entrada que en la actualidad esta cubierta de maleza; consta además de dos galerías estrechas y bajas, que se adentran paralelamente, una hacia abajo y otra hacia arriba, que sirven de madriguera habitual de raposos o zorros. Sólo agachándose es posible el acceso al interior, que sirvió de refugio a la gente durante la Guerra Civil."

Si bien sin explicar la raíz lingüística y etimología concreta, la escritora Judith Torquemada dice en el artículo que le dedica a esta playa en España Fascinante que "Gulpiyuri es una antigua palabra de origen astur que significa círculo de agua". Entrando luego en el apartado de las leyendas encontramos la de El sorbo de Yuri, que compartimos de la web de Valleoscuru Hotel Tres Grandas, escrita y creada literariamente por Jesús Pérez:
"Cuenta la leyenda que entre las antiguas montañas asturianas, vivía un ser mitológico, mitad hombre, mitad dios que, en los días de luna llena, al atardecer, se le podía oír cómo, con su simple respiración, podía ponerle ritmo al viento y con él a las olas de la playa…, para lo cual solo tenía que coger grandes sorbos de aire … y expulsarlo lentamente con la frecuencia deseada. 
Tal era su capacidad y constancia, que cuentan quienes llegaron a observarlo en la distancia que cuando en los días de luna llena comenzaba a darle al viento el ritmo deseado, al llegar la luna llena a lo alto de la playa, conseguía que las olas y la marea subieran al ritmo por él deseado. 
Tal era su regularidad que, cuando llegaron los romanos a la Península le pudieron de nombre: “ Yuris” -el dios de las reglas- por conseguir regular el viento y las ola y quizás, también por eso, sus vecinos los antiguos vascones, le pusieron de nombre a la playa en la que tenía su hogar “Gulpiyuri”, o “el sorbo de Yuri» donde en algunas noches de luna llena todavía se le puede oír."

Y llegamos por fin al borde del pequeño "mar de Gulpiyuri", tal y como lo llama, por ejemplo, la Wikipedia, situado en un muy romántico edén, menos frecuentado en invierno pero que hoy por hoy no podríamos calificar de solitario, pues poca o mucha, siempre pasa gente:
"Se trata de una pequeña playa de mar que tiene la peculiaridad de situarse tierra adentro, entre verdes prados agrícolas. En una costa acantilada de roca caliza el mar fue creando una cueva hacia el interior y el fondo de la cueva se hundió, (un fenómeno kárstico conocido como dolina), dejando un pequeño hueco circular de unos 50 m de diámetro que se sitúa a 100 m de la costa. Este hundimiento sigue conectado con la costa y entra el agua de mar, notándose también las mareas y disponiendo de una playa de fina arena. Este origen está relacionado con los cercanos Bufones de Arenillas, también relacionado con el modelado kárstico de la costa asturiana.

Ahora bien, técnicamente, también se podría hablar del mar de Gulpiyuri como un mar continental asociado al océano Atlántico, con una sola playa en su costa sur y un acantilado en su costa norte, y que tiene posibilidades de ser el mar más pequeño del mundo.

Se accede por un desvío de la autopista, por un camino de tierra, y suele estar muy concurrida. Hay un amplio aparcamiento a 200 metros. La policía local pasa cada treinta minutos y multa a todos los coches aparcados fuera de éste y en los caminos aledaños. Entre el aparcamiento y la playa hay un chiringuito."

Esta es una foto en la pleamar máxima, cuando el agua inunda todo este mar interior como un lago, apenas dejando arena a la vista. Aportamos, cómo no, la buena reseña que de ella hace Mª Concepción Vega Obeso en su trabajo sobre la toponimia de la parroquia de Naves:
"Es una pequeña depresión cárstica localizada al oeste de San Antolín y al norte de Naves a la que se accede por un camino peatonal a través de la ería del mismo nombre. Esta concha de arena y mar remansada, aparece de improviso y en solitario, como un lago salado, en medio de la verde pradería que la circunda por el sur, de este a oeste. Por el norte la respalda el acantilado del Castru Gutierri que la separa del mar permitiendo, a su vez, la entrada y salida de las mareas por una gruta abierta en su interior. El efecto del oleaje sobre el roquedo de la playa lo redujo, en alguna zona, a pináculos que arrancan llamativamente de la arena. Se localiza al oeste del litoral en los límites con La Golpeya. Fue declarada, años atrás, Monumento Natural."

Y esta es una foto en bajamar plena, cuando la situación se invierte totalmente y no hay nada de agua, solo arena, algunas rocas, como hemos dicho, al pie del cantil, y únicamente asoma tímidamente la lengua de alguna ola en la boca del surgidero que comunica Gulpiyuri con el mar. La arena seca tiende a tener un color bastante más claro, y así la describen en la web de Turismo Asturias:
"Está formada por arena blanca y agua salada, pero el Cantábrico se bate a unos metros y sólo se cuela por debajo de los acantilados. Mide unos cuarenta metros de longitud y apenas se queda con arena durante la pleamar. Registra un fenómeno denominado desagüe cuando comienza la bajamar. Está catalogada como Monumento Natural.

Gulpiyuri no dispone de ningún servicio y no es accesible, ya que está rodeada de prados con una mayor altitud. La localidad más cercana es Naves y el acceso se realiza a través de un camino agrícola."

Con marea alta se percibe un cierto oleaje, suave pero oleaje, pues queda al descubierto, en cada vaivén, esta franja arenosa de hermoso color tostado y claro. La segunda descripción que aportamos es la de uno de nuestros más consultados libros de cabecera, la Enciclopedia del paisaje de Asturias:
"Playina semicircular que ocupa una depresión kárstica localizada al norte de Naves -entre El Castru Molina y El Juracu- y que comunica con la mar (que ruge a unos 100 m de distancia) gracias a una caverna que permite el paso de oleajes y mareas. Gulpiyuri, casi siempre con arena descubierta, es un lugar encantador rodeado de prados. Forma parte de la parroquia llanisca de San Antolín de Naves y del Paisaje Protegido de la Costa Oriental. La arena de Gulpiyuri alcanza unos 35 m de longitud y forma una superficie de 1.200 metros cuadrados que se cubre por completo en pleamar, pero solamente en una pleamar muy alta. Su lecho está constituido por arenas gruesas cuarzosas (de color blanquecino) y cantos; además presenta llamativos pináculos rocosos. Desde diciembre de 2001 Gulpiyuri está declarado Monumento Natural por el Principado de Asturias. Al arenal se accede caminando"

Buena poza, más profunda al extremo de la playa, que forma una dolina de ensueño, aquí, hace milenios y durante milenios, la roca caliza fue perforada por los envites del mar, excavando una cueva, cada vez más y más profunda, hasta que su techo se vino abajo, dejando al aire este hueco de 40 metros de diámetro, al que el agua continúa entrando por las cavidades formadas entre las rocas


Gulpiyuri cuenta además con alguno de los célebres monolitos de La costa de los 1.150 mojones, como la llama el periodista Ignacio Pulido en su título para la noticia que publica en La Nueva España el 15-2-2010 dando cuenta de su colocación a lo largo de gran parte del litoral asturiano:
"La franja de litoral comprendida entre Colunga y Ribadedeva cuenta con un nuevo «inquilino» en sus contornos. Desde el pasado mes de noviembre, la Demarcación de Costas en Asturias ha colocado 1.150 mojones de hormigón en los 80 kilómetros de la costa contenida entre La Isla, en Colunga, y Tinamayor, en el extremo oriental de Asturias. La reacción ante esta actuación, enmarcada dentro del deslinde del dominio público marítimo terrestre acometido para evitar obras urbanísticas en la franja costera, no se ha hecho esperar. Tanto ecologistas como un nutrido grupo de vecinos critican la medida, a la que tildan de «atroz e innecesaria». Asimismo, denuncian que en algunos lugares los jalones ya se han caído a pesar de que apenas han transcurrido dos meses desde que se inició su colocación. No entienden que se provoque un fuerte impacto medioambiental con el objetivo de preservar la costa. 
La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies ya solicitó que se detuviera la colocación de mojones, una petición que fue desoída por la Demarcación de Costas. «La ley de Costas dice que se delimitará el dominio público, cosa que en principio nos parece bien, pero entendemos que delimitarlo no puede suponer un problema ambiental», advierte Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora, que sostiene que «carece de sentido poner en peligro a importantes espacios naturales para colocar los mojones». «En lugares como el río Cabra, refugio de nutrias, se han metido palas y se han hecho excavaciones», subraya. Y se pregunta: «¿qué sentido tiene destruir lo que se quiere delimitar?». 
Igual respuesta han obtenido de Costas los miembros de la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL). «Manifestamos nuestro malestar ante la Demarcación de Costas sin obtener contestación. Hay que tener en cuenta que en este caso son ellos casi los infractores de la propia ley», espeta María José Rodríguez, secretaria general de AVALL, que añade: «En Llanes se atentó sistemáticamente contra la ley de Costas durante dos décadas». «Eso nos dio una buena referencia de cómo Costas actúa contra estas cuestiones, tarde mal y nunca», matiza Rodríguez. 
Ambos colectivos consideran desmesurada la colocación de los 1.150 mojones. «En algunos sitios se han puesto más de cien hitos, como sucedió en el paisaje protegido de la ría de Tinamayor», precisa Pontigo. Sin ir más lejos, en el humedal de Ribadedeva han sido instalados unos que superan el medio metro de altura. Costas, por su parte, sostiene que todo responde a las necesidades propias del terreno. «No ha sido afortunada la colocación ni el tamaño elegido. En Tinamayor no hay amenaza ni conflicto urbanístico. ¿Qué más da que un paisano entre a segar un poco más o un poco menos?», enfatiza Fructuoso Pontigo. 
Según AVALL y la Coordinadora Ecoloxista d'Asturias, el de Tinamayor no es el único ejemplo donde se ha atentado contra el patrimonio natural y paisajístico de la costa oriental. Las playas de Celorio, Torimbia y Buelna o los monumentos naturales de Gulpiyuri y de los bufones de Arenillas son otros de los ejemplos donde el mojón se ha convertido en un «incómodo inquilino». «Nos sorprende que Costas marque sus lindes con lo que no es más que una atrocidad. Han colocado cinco hitos en Gulpiyuri. Es como si hubiesen desfigurado su rostro», lamenta María José Rodríguez. 
Asimismo, la Coordinadora Ecoloxista d'Asturias denuncia que en algunos lugares los mojones ya han sucumbido como consecuencia de las condiciones del terreno. «No sólo se comete la tropelía de hacer la obra e invertir una sustanciosa partida económica, sino que encima ya se han caído dos hitos en el río Cabra, cuyo terreno es muy fangoso», describe Fructuoso Pontigo. 
Los ecologistas y AVALL advierten de que no encuentran explicación a la implantación de los mojones. «La colocación de los hitos en una región como Asturias y en concreto en Llanes, concejo que ha vivido siempre de su paisaje, donde no hay industria y el sector turístico es de extraordinaria importancia, nos parece absolutamente innecesaria», coinciden ambos representantes. AVALL va incluso más lejos y afirma que Costas está invadiendo el litoral con mojones. «El proyecto no se sometió a información pública. Se actúa sobre el terreno como si fuese de la Administración y no de los administrados. El panorama es desesperante», concluye María José Rodríguez, vecina de Llanes."

Muy completa es asimismo la información que nos da de la playa la web Naturaleza de Asturias. Espacios naturales protegidos, incluyendo sus alrededores, flora y fauna:
"A pesar de su diminuto tamaño, en torno a cuarenta metros, se trata de una singularidad geomorfológica de primer orden, una playa sin conexión directa al mar, situada cien metros tierra adentro.  
La formación de la playa es debida a la inundación por el mar de una dolina kárstica. El roquedo calizo de la rasa llanisca presenta una intensa karstificación que hace que sean numerosas las simas y cavidades subterráneas. Las dolinas son depresiones originadas por el hundimiento del techo de dichas cavidades. 
La Playa de Gulpiyuri no es otra cosa que una dolina desarrollada sobre una sima marina. El mar penetra por las galerías subterráneas y ha creado una pequeña playa arenosa, utilizable en la bajamar, que asemeja una piscina de aguas marinas durante la pleamar. 
La vegetación de la zona está compuesta principalmente por prados que se alternan con cultivos, mayoritariamente de maíz. En las zonas poco aptas para el cultivo se desarrolla matorral, principalmente tojale,s y en ocasiones formaciones de laurel. En las proximidades del borde costero la vegetación es remplazada por las especies características de ambientes marinos, como el perejil marino, la armeria marítima o la acelga salada. 
En cuanto a la fauna, en las praderías que rodean a las dolinas son frecuentes numerosos paseriformes como el colirrojo tizón o la tarabilla común. La zona de acantilados es el territorio de las aves marinas, principalmente del cormorán moñudo y de las gaviotas patiamarillas."

Todo es encantadoramente pequeño en Gulpiyuri, hasta las bajadas a la playa, situada a un nivel inferior que el prado, son estrechos pasillos, similares a diminutas trincheras, abiertos como tajos en la tierra y por cuyas paredes crece la hierba verde


El borde del prado, muy pisado, está más calvo, con la tierra a la vista. Aquí en verano mucha gente toma el sol, pues la superficie arenosa no es como vemos demasiado grande y desaparece totalmente en las mareonas


Hasta aquí llegan también con las marejadas del otoño, a través del túnel marino, las algas de arribada, el ocle, que se recogía como abono para el campo. En la actualidad, aunque esa práctica sigue existiendo, se aprovecha para la industria química, si bien ya se va a por él a mar abierto con personal especializado


Encandilado por su belleza, el poeta llanisco Pablo Ardisana le dedicó a esta playa sus versos Gulpiyuri, publicados en la revista Bedoniana. Anuario de San Antolín y Naves nº 10 (año 2008). En ellos glosa sus bellezas pero también alude a sus masificadas visitas y, muy interesante, a las antiguas madrigueras de los zorros que le habrían dado nombre
Asediada por el torpe ansioso
 azuzamiento que colmata a las gentes
 con viajes y visitas sin sentido. Miles 
de ojos te miran y no aciertan a ver 
porque son ciegos a las recónditas bellezas. 
La sabiduría del sentimiento 
no es dada a quienes obedecen los modos
 y modas dictados desde los oscuros 
subterfugios del dinero, sea como sea. 
Nunca pudiste sospechar que fueses 
reclamo, exhibición impúdica, señuelo, 
tan extraños de tu linaje y el trato 
que mereces, criatura que la mar campesina 
cultivó en la tierra como concha 
donde la generosidad de sus pleamares 
fuesen espejo gris perla o verdiazul… 
Los prados y las tierras de labor 
se inclinaron hacia ti recogiéndote, 
aún más, para que fueses todavía 
más íntima. Mientras te acompañaron 
las gentes campesinas, el canto de los pájaros, 
los vuelos y algarabías de gaviotas, 
la sagacidad tan discreta de los zorros 
que en las calizas oquedades, guarecidas 
de zarzas y arbustos, tenían sus madrigueras, 
fuiste feliz en la quietud y ensueño… 

Hasta que la mal disimulada barbarie 
de las multitudes va haciendo de ti 
grosero objeto de consumo. Y te prostituye 
con disculpa de falsa admiración… 
¡Qué lejos los días labradores, 
los pájaros enardecidos, el vuelo 
pertinaz de la gaviota; aquel espino 
albar, nuncio primero de la primavera, 
y el pálido tímido oro que te donaba 
la madreselva y su aroma de amor. 
Y ya no acuden solícitos los zorros 
a guarecerse a la vera de ti. Es imposible 
que vuelvas a tener la nana de la madre 
mar: acunándote sólo en soledad sonora…!

Gulpiyuri en su esplendor en la plena pleamar otoñal, sola, sin gente o con muy poca, en gran contraste con el estío, que se llena totalmente, algo para lo que no se necesita tampoco demasiada afluencia, dado su tamaño, como un pequeño lago con olas...


El espeso matorral que crece bellamente silvestre nos impide el paso por la derecha, así que seguimos el borde del prado y lo recorremos hacia el oeste, donde hay otro de esos mojones que vemos por doquier en las playas llaniscas y sus acantilados


Acantilado al que nos lleva aquí este camino, muy trillado, con la frondosa vegetación que crece a la derecha, separándonos del margen, elevado, de la ribera, y los prados a la izquierda


Un par de barrotes, tal vez para impedir el paso de ganado o de motos, se han colocado aquí, en este pasillo entre las altas zarzas. Por aquí estarían supuestamente todas aquellas madrigueras de los zorros que darían nombre al lugar, pues aún en 1803 el filólogo Francisco Martínez Marina aludía a su abundancia en el concejo, organizándose monterías para abatirlos, así como a liebres, perdices y buitres, a los que llama "franquesos" (fragüesos o frañagüesos, de frañer, 'quebrantar, romper' huesos)


Y entre artos y helechos hay un pequeño laberinto cuando empezamos a subir hacia la cima del cantil. Las zarzas o zarzaparrillas forman parte de la vegetación silvestre propia de los cuetos y rasas más cercanas al acantilado


Hay también encinas y madroños, relativamente abundantes en estas franjas donde aflora la caliza y son especialmente difíciles las labores agropecuarias. Tojos y helechos, laureles y algunos castaños aparecen también en estos entornos costeros


La playa inspiró siempre a los artistas, escritores y novelistas, poetas, pintores y fotógrafos, pero también a guionistas y directores de documentales y cinematográficos. Este es el caso de la novela gráfica Castillo de Arena ( título original Sand Castle) del año 2010 y de la que son autores el guionista Pierre Oscar Lévy , quien en su juventud fue veraneante en esta playa, y el historietista e ilustrador suizo Frederik Peeters


Esta historia fue luego llevada al cine exitosamente por el director M, Nigtht Shylaman con su taquillera película Old, traducida por Tiempo. La redactora de La Voz de Asturias E.M. Bandera lo plasma como título para su reportaje La playa asturiana que inspiró la historia de "Tiempo", el último taquillazo de Shylaman, publicado el 4-8-2021:

"Tiempo (Old en su versión original), la nueva película del cineasta M. Night Shyamalan, se estrenaba el pasado viernes siendo líder de la taquilla española en su primer fin de semana. Shyamalan, director de El sexto sentido, El protegido o Señales, sitúa su nueva historia en una playa paradisíaca a la que acude una familia a pasar el día durante sus vacaciones. Protagonizada por Gael García Bernal, ganador de un Globo de Oro por Mozart in the Jungle, todo se vuelve extraño y terrorífico cuando empiezan a envejecer rápidamente.

La historia de Shyamalan se basa en la novela gráfica Castilo de arena (Sand Castle, 2010), del realizador y guionista francés Pierre-Oscar Levy y el historietista e ilustrador suizo Frederik Peeters. Levy (París, 1955), cineasta especializado en documentales que escribió el guión pensando precisamente en una película, cuenta en el prólogo del cómic que la playa paradisíaca en la que se inspiró para crear esta escalofriante historia es asturiana.

De hecho, desde que tenía tres años y medio hasta los 17 años veraneó en Asturias con sus padres y, cuando por fin se publicó Castillo de arena en 2010, llevaba más de 20 años dándole vueltas a tan peculiar historia: «Encontrarse con un lugar tan especial despertó mis ganas de hacer una película, y por tanto escribir un guión».
La playa no es otra que Gulpiyuri, «cerca del pueblo de Naves y en el concejo de Llanes«, escribe el guionista, que explica que ya simplemente por escribir sobre ella se imagina un primer plano de una pequeña ola rompiendo en la arena mientras la cámara se aleja para mostrar que está captada por un satélite.

De aquélla, cuenta en el prólogo, «hacer una película basada solo en un escenario parecía imposible, a pesar de que la playa era un lugar real y una fantástica trampa para turistas. Y también una trampa para la imaginación». Pese a que pasó todos los veranos de su niñez en Llanes, también cuenta que no conoció Gulpiyuri hasta el último.

«Por extraño que parezca, siempre íbamos a bañarnos a las mismas playas y no me topé con la de Gulpiyuri hasta los 17 años, el último año en el que estuve de vacaciones con mis padres. Tenía muchas ganas de todas una película allí, pero no tenía historia. No había entrado en la escuela de cine y ni siquiera había terminado la secundaria. Soñaba con ser pintor, director, actor, fotógrafo, novelista y (por supuesto) uno de los más grandes amantes en la historia del mundo y me olvidé por completo de la playa».

Levy, que acabó recuperando Gulpiyuri como el paraíso trampa de una historia que también atrapó a Shyamalan, también explica que la razón por la que sus padres pasaron las vacaciones de verano en Asturias entre finales de los años 50 y principios de los 70. «Mi padre escapó de Francia en enero de 1943 para unirse al Ejército de Liberación Francés en el norte de África y estuvo prisionero durante una larga temporada en España». Eso le salvó de los nazis y, como dominaba el inglés, pasó a ser intérprete de los soldados franceses que se entrenaban con los americanos durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras la guerra, su padre trabajó como fotógrafo para la agencia Associated Press (AP) y uno de sus colegas estadounidenses le recomendó Asturias como el perfecto destino de vacaciones. «Si mi padre no hubiera sobrevivido al extermino de los judíos europeos en España nunca habría conocido a mi madre -que también sobrevivió al bombardeo de Londres- en Bruselas, nunca se habrían casado, nunca habríamos ido de vacaciones a Asturias y yo nunca habría escrito esta historia», relata Levy, que además explica en el prólogo de Castillo de arena que durante 20 años trató de hacer documentales sobre el cambio climático sin demasiado éxito en las redes de televisión -«¡mi error fue haberlos lanzando demasiado pronto!»- porque al menos el guión que realizó para la novela gráfica en la que se basa Tiempo «tiene sus raíces» en la preocupación creciente que, desde los años 70, tiene sobre la imparable y acelerada crisis climática."

Según subimos al Castru Gutierri ganaremos altura y por lo tanto nuevas perspectivas de Gulpiyuri y de todo su entorno se nos ofrecerán a nuestra vista desde este lugar más despejado de vegetación y donde la roca madre aflora a la superficie


La playa en otoño en bajamar, con La Ería Gulpiyuri, La Coviella y a lo lejos La Rasa. Más cerca y a la izquierda vemos los prados y matorrales próximos a otro lugar a destacar, La Punta Rocinera, llamada así por haber sido el lugar donde se arrojaba a los caballos enfermos, según nos narra, nuevamente, Vega Obeso:
"Cala con playa en bajamar que desaparece por completo al subir la marea, al igual que un manantial de agua dulce surgido de la misma roca. Se localiza en el litoral de San Vicenti flanqueada, al este, por la Punta Cabuquexu y el Pozu Bartolo, al oeste. El lugar se utilizó en un tiempo como despeñadero de caballerías moribundas."

El Castru Gutierri está considerado, nos dice Vega Obeso, el sitio más alto de la costa de Naves, sito entre La Punta Rocinera, al este, y La Golpeya, al oeste, cerca ya de los términos de Vilah.ormes, en la vecina parroquia de H.ontoria


Desde aquí, en un pequeño rellano, nos detenemos para seguir contemplando estos sublimes paisajes de este bucólico lugar de la costa de Llanes


Al sur, nuestra referencia es Gulpiyuri con La Coviella y La Mata, entre El Pedrosu y Trescucia. A lo lejos una vista completísima de El Llanu Santana, una de las tan características sierras planas de gran parte de la costa de Llanes, nombre de la villa y concejo, topónimo a lo que parece, también relacionado con estas planicies, como podemos comprobar en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombre de nuestros pueblos:
 Llanes, capital del concejo del mismo nombre, antiguamente territorio de “Aguilar” que, careciendo de artículo, no sabemos si ha de deberse a un resto de la antigua terminación femenina -as > -es, que se exten dió por una amplia zona oriental y penetraba en Cantabria, o si es resultado de una construcción en ablativo del tipo (IN) PLANIS

De la playa solo vemos ya desde aquí una pequeña parte, casi oculta ya por las estribaciones del Castru Gutierri, bajo nosotros pasa a ella el agua del mar


Vemos también perfectamente bien el pequeño acantilado de tierra que cierra Gulpiyuri por su parte sur, con sus pasillos de bajada y acceso a la arena. Con sus 50 metros de diámetro y 40 de longitud suele decirse que es la playa "más pequeña del mundo" en numerosos reportajes pero, aquí mismo y sin salir de Llanes, la de Cobijeru (30 de anchura x 50 de longitud), la otra playa interior del concejo, en Buelna, es aún más pequeña, tanto es así que cuando fue "descubierta" por el turismo de masas llegó a ser calificada como "la otra Gulpiyuri"


El mismo lugar en verano, con la arena más tostada y clara y más gente, algunos bañándose en la "piscina natural de agua salada" que es esta antes recóndita y ahora muy concurrida playa. Lidia Bernaus, de La Vanguardia, y dentro del contexto del paisaje llanisco, dice de ella
"... huele mar, a monte, a sidra, a pasto... es un tierra muy especial a la que siempre nos gusta volver, sin cansarnos, porque siempre hay algo nuevo que hacer o ver. Es como mirar un lienzo pintado con la más amplia paleta de verdes que, junto al azul del mar, crean imágenes maravillosas en rincones insospechados, un paisaje que siempre nos sorprende con alguna preciosidad, como la playa de Gulpiyuri, declarada monumento natural, y además parte del paisaje protegido de la costa oriental de Asturias."

Bajamar otoñal, todo arena en la superficie y sin gente, foto sacada un día por semana. En el blog de viajes Travelholics, nos indican en qué época es preferible visitarla según nuestras preferencias personales:
"La Playa de Gulpiyuri es un pequeño tesoro natural escondido en la costa asturiana, y es considerada como una de las playas más hermosas de España. Sin embargo, muchos viajeros se preguntan cuál es el mejor momento para visitarla. 
Primavera 
Si eres de los que disfrutan de paisajes verdes y llenos de vida, la primavera es la época ideal para visitar la Playa de Gulpiyuri. Durante esta estación, el entorno se llena de flores silvestres y la fauna se vuelve más activa. 
Verano 
El verano es, sin duda, la época en la que más turistas visitan la Playa de Gulpiyuri. Es el momento perfecto para nadar en sus aguas cristalinas, aunque es importante tener en cuenta que la playa es pequeña y puede haber mucha gente. Además, es recomendable llevar protección solar y estar preparado para el calor. 
Otoño 
Para los amantes de la tranquilidad y la soledad, el otoño es la época perfecta para visitar la Playa de Gulpiyuri. La mayoría de los turistas ya se han ido, y los colores otoñales del bosque circundante crean un ambiente mágico. Además, la temperatura es todavía lo suficientemente cálida como para disfrutar de un día de playa. 
En conclusión, la mejor época para visitar la Playa de Gulpiyuri depende de tus preferencias personales. Cualquier momento del año es perfecto para disfrutar de su belleza única..."

Un domingo de otoño, después de comer en alguno de los templos gastronómicos de Naves u otros pueblos llaniscos cercanos, la gente se acerca a Gulpiyuri dando un paseo para hacer mejor la digestión, algunos ya han venido por la mañana


Aquí en El Castru Gutierri tiene Guilpiyuri su propio bufón, esta es su boca entre las rocas, oculta casi del todo por hierbas y tojos, pero se le oye bufar


El Bufón de Gulpiyuri, otro de los fenómenos de la erosión kárstica de los envites del mar en el acantilado, perforándolo e introduciendo agua y aire a presión que sale seguidamente por estas chimeneas, aquí en este día únicamente aire, aunque con su característico bufido


Nos asomamos ahora a la pared exterior del acantilado, la que mira al mar abierto, al norte, también impresionante y espectacular, muy cerca de L'Escaniellu, pozo de agua marina famoso por su abundancia de oricios o arcinos, erizos de mar, al lado de La Cueva las Arreblagas y La Punta Trescucia


Al este La Golpeya, donde el mar bate con extremada fuerza en marejadas y tempestades, otro paraje, como hemos visto, relacionado con vulpes, zorros, que poblaban los parajes más montesinos en los alrededores del prau La Espina y de la ermita de Santolaya, una de las dos existentes en Villah.ormes, cada una con su bando, tradición muy arraigada en Llanes. Aquí tenemos esta crónica de la fiesta hecha por Elisa García Faya para La Nueva España el 5-8-2013 y titulada De baile con Santolaya:
"Del Palacio de la Espriella en Villahormes (Llanes) a la finca de El Serradero pasando por la ermita de Santa Eulalia. Ese fue el recorrido que trazaron ayer bajo un cielo completamente azul las aldeanas y los porruanos que encabezaron la procesión de las fiestas de Santolaya. Chelo Alonso, procedente de Gijón, asistió por primera vez a la cita. En compañía de su amiga Isabel Freitas, disfrutó de los cánticos y bailes populares que sucedieron a la misa. Freitas se casó hace 36 años con un hombre natural de Villahormes y desde entonces reconoce no haber faltado ni una sola vez. Después de los bailes, se subastó el ramo. Entre uno y otro, la pequeña Olaya Peláez de seis años, apuraba un refresco de naranja «para bailar mejor».

Son muchos los que sostienen que el pique hace la fiesta. El tradicional rifirrafe entre los vecinos de Villahormes, unos devotos de Santa Eulalia y otros de San Antonio, mantiene vivas las centenarias celebraciones del pueblo llanisco. Tanto la de Santolaya como la de San Antonio se celebraban en invierno tiempo atrás y las procesiones, según comentó en su homilía el sacerdote Don Domingo, tenían lugar entre los maizales. Ahora las cosas han cambiado, las dos son estivales."

De La Golpeya al oeste se ven otros salientes, puntas y cabos que como cuñas se adentran en el Cantábrico, entre ellas, al norte de Villah.ormes, se encuentra, un poco "escondida", La Playa la Güelga, donde desemboca El Ríu San Ciciliu o San Cecilio y donde hubo un molino de mareas, una vieja cetárea de mariscos y un carrizal, bosquete de carrizos (Phramigtes australis), una especie de caña o cañavera, del que la Enciclopedia del paisaje de Asturias dice que es el único del concejo de Llanes


Por ahí está La Güelga, otro hermoso arenal de la costa llanisca, al norte de Villah.ormes, parroquia de H.ontoria, y seguidamente Puertu Cerráu, otra playa de bellísimos acantilados, no muy altos pero de difícil acceso. Pero lo que más destaca es La Punta San Antoniu con El Cabumar, Cabu Mar o Cabo de Mar, al norte de Picones, parroquia de Nueva y que cierra al por el este la no menos famosa Playa Cuevas o Cuevas del Mar. La Enciclopedia del paisaje de Asturias nos informa así:
"Punta situada al nordeste de La Puente, al noroeste de Puertu Cerráu y al norte de Picones, desde el que se llega fácilmente a ella. También se dice San Antoniu Cabu Mar. En el Cabu Mar se edificó una capilla que sirvió de enterramiento para el conde de la Vega del Sella, el famoso arqueólogo."

El conde de la Vega del Sella era Ricardo Duque de Estrada y Martínez de Morentín, pionero de los estudios científicos de la prehistoria asturiana y sin duda uno de los últimos grandes investigadores románticos a caballo entre los siglos XIX y XX. La capilla-panteón de él y su linaje se encuentra rodeada de un bosquete de arbolado que distinguimos perfectamente desde aquí


Un buen reportaje fotográfico es el que le dedica el fotógrafo Alejandro Braña, titulado Los condes descansan junto al mar, de su blog Asturias por descubrir, en el que dice:
"En este pequeño promontorio de la costa de Llanes, junto al pueblo de Ovies, encontraron los condes de Vega del Sella el lugar ideal para su eterno descanso. Y puedo entenderlo. Aquí levantaron una sencilla ermita que guarda las tumbas de varias generaciones de la familia." 

Desde El Castru Gutierri volveremos a bajar a la playa para regresar al Camino, para lo cual tenemos dos opciones, como antes hemos dicho, una regresar a La Playa San Antolín para empezar donde lo habíamos dejado y otra ir directamente desde aquí a Naves, siguiendo una ruta más o menos parecida a la de La Caleya, pasando sobre la A-8 y el ferrocarril por sendos puentes y luego cruzando La Pista o carretera AS-379 


Existe, es cierto, otra tercera posibilidad, empleada por no pocos peregrinos y es la de continuar, desde la playa, por la Senda Costera de Llanes, que forma parte de la de Asturias (GR 204), pero esta ya no es el Camino de Santiago propiamente dicho y tampoco somos en principio muy partidario de abandonarlo sin mayor necesidad en su trazado oficial que se supone es el histórico o lo más aproximado en el caso que el trazado del viejo camino real costanero no esté claro en algún tramo o se haya perdido, siendo además más directo dado que la senda costera hace más vueltas siguiendo otros criterios paisajísticos, ambientales o la propia orografía sinuosa del litoral


Volvemos por ello hacia arriba, por El Pedrosu y La Ería San Vicenti a La Coviella


Dado que el trayecto entre San Antolín y Naves ya está explicado dentro de la entrada de blog correspondiente, vamos aquí, en esta bifurcación que antes señalábamos al lado del chiringuito que hay antes de empezar la bajada a Gulpiyuri, para tomar el ramal que nos lleva desde la playa directamente e Naves


Empieza una pequeña y corta cuesta, en principio la vereda peatonal es la de la izquierda, separada de la de la derecha por otra línea de pivotes de madera, por donde bajan los vehículos (es dirección única)


Pronto llegamos arriba y reconocemos ya las señales de tráfico del enlace de la Autovía del Cantábrico (A-8) con La Pista o AS-379 que, anteriormente, era la AS-263, por lo que es fácil que podáis verla llamada así en algunas guías


Cruzamos y tomamos el arcén del puente que pasa sobre dicha autovía. De frente vemos Naves y sobre él El Monte (203 m), que es como se llama a otra sierra plana, La Rasa de Naves, junto con sus laderas, vertientes y llanos, separados de El Llanu Santana por el curso del arroyo El Romeca, a su izquierda. Estos llanos y demás estribaciones son los siguientes, recogidos en su obra por Mª Concepción Vega Obeso:
"Llanín (El). Ladera llana y descendente en escalón del Llanón, que se localiza al oeste en el Monte rayando con Villah.ormes. 

Llanón (El). Llanura elevada por encima de El Llanín. Localizado al oeste de La Cuchillona y de la misma vertiente del Monte, en los límites con Villah.ormes. 

Llanu (El). Denominación genérica que se da al lugar que comprende El Llanín y El Llanón, en la zona oeste ya en la raya con Villah.ormes. 

Llanu l’Espinu (El). Rellano en El Monte con camino que comunica con la vecina parroquia de Rales por el sur. Localizado entre el Beón y el Romeca, por un lado, y entre el Llanu Santana y el Llanu Mollapiés, por el otro. Está en la divisoria con Rales cuya vertiente sur pertenece a dicha parroquia. Por el camino que sube discurre la Riega del Camín Nuevu. Este camino ocasionó alguna desavenencia entre los vecinos de ambos pueblos, que se disputaban la propiedad del terreno; se cuenta que en cierta ocasión estando todos los vecinos de Naves en misa, aprovecharon los de Rales para provocar un argayu que les permitió beneficiarse del rozu o roza del lugar. 

Llanu la Cabañina (El). Elevación llana de terreno con dos vegas en vaguada abiertas en el na cimiento de La Riega la Cabañina. Se localiza en La Rasa oeste del Monte en la divisoria con Villah.ormes, en las inmediaciones del nacimiento de la Riega la Cuchillona. 

Llanu Mollapiés (El). Elevación plana que desciende hasta el Ríu Primeru en el Romeca. Localizado al sur junto a La Romeca en la divisoria de los suelos del Llanu Los Carriles y el Llanu Rales. 

Llanu Naves (El). Véase El Monte y Llanu Santana. 

Llanu Santana (El). Elevación plana y extensa de pastizales sobre Beón y Naves donde se ubica El Motu. Se extiende entre el Llanu’l Barcu por el oeste y Los Otambios por el este. Localizada al este en el Monte, también se conoce como el Llanu Naves."

Más a lo lejos y a la derecha asoma la cota más alta del Monte Benzúa (724 m), por cuya cresta, que fue una referencia visual del Camino saliendo de la villa Llanes, discurre la frontera entre las parroquias llaniscas de Ardisana y Nueva


Y esta es, o era, La Vega Beón, la que hemos dicho fue atravesada por el ferrocarril primero y esta autovía después, cuyo tramo Llanes-Lloviu quedó abierto al tráfico el 16 de julio de 2001, si bien desde el 29 de diciembre de 1999 ya había partes abiertas parcialmente. A la izquierda, como a la derecha, hay una vereda peatonal con guardarraíl, que la separa de la carretera, y con barandilla, sobre la autovía


El gran corte como estamos viendo es el de la formidable caja de la A-8, esto propició que la parte de esta gran llanura litoral más cercana al pueblo pasase a ser más concretamente conocida como La Vega Naves, sigue diciendo Vega Obeso:
"Vega de Naves (La). Pradería que antiguamente formaba parte de La Vega Beón. En la actualidad recibe este nombre por considerarse más próxima al pueblo al haber quedado separada de la anterior a causa de los cortes que sufrió el terreno con las obras del ferrocarril, de La Pista y de la autovía del Cantábrico. Se localiza al noroeste de Naves."

Más a la derecha asoman entre los árboles algunas casas de los barrios y lugarres de El Llagu, Marrón y El Barriu Nuevu, próximos ya al pueblo vecino de Villah.ormes:
"Ería en la que se origina un llagunal o laguna por estar en vaguada. Por ella discurre una corriente de agua proveniente del H.obu de Villah.ormes que, pasando por Argumeda, se pierde posteriormente en un sumidoriu o sumidero al pie de una cueva por donde, también, desaparece parte de ella, aunque el rebosante con el mal tiempo sale a la carretera. Se localiza al oeste entre la zona de Marrón y la carretera general en dirección Ribadesella, por encima del barrio de Iyán."

Más en la distancia, al oeste, El Llanu H.ontoria, al sur de Villah.ormes, por cuyo barrio de San Antoniu sigue el Camino de Santiago (ver la correspondiente entrada de blog), y en la lejanía El Picu Maor (369 m), picudo y cónico, encima de Nueva, con El Picu Rinueva (454 m) y, más atrás El Cuetu Rasu (494 m). A la derecha El Picu Mediudía (497 m) o Sorrolles en La Sierra Cueva Negra, paso ya a las tierras riosellanas y el valle del Sella


Más cerca, en Naves, el lugar de Marrón, al lado también de Villah.ormes, donde se encuentran las escuelas y llegamos a reconocer la Villa Marrón que le da nombre (la alta en medio de la foto, detrás de la que está en primer plano con tejado piramidal), actualmente hotel, del que compartimos esta información de su página web:
"El Hotel Villa Marrón está situado en un lugar privilegiado, en una parcela de 3.000 m2 junto a la playa de San Antolín y a orilla de los Picos de Europa. La edificación, catálogada como Casa de Indianos y obra del arquitecto Joaquín Ortiz García (1899 – 1983), fue construida para Benigno Cueto Collado (1863 – 1937) natural de Naves y emigrante cubano. 
La casa destaca por las impresionantes galerías laterales muy típicas en este tipo de arquitectura. Los indianos, emigrantes que triunfaron en América a finales del s. XIX, volvieron a España con grandes sumas de dinero y en numerosas ocasiones lo invirtieron en su tierra natal en forma de colegios, hospitales y palacetes. El edificio principal además cuenta con un porche en la entrada con terraza en la parte superior; en la actualizad sirve como terraza - mirador para una de sus habitaciones desde donde puede contemplarse las imponentes montañas que rodean el pueblo de Naves y el Valle de San Jorge. 
La vivienda de casi un siglo de historia ha sido rehabilitada recientemente (2011-2012), tanto la edificación principal como las auxiliares. Se llevó a cabo un proyecto de restauración total del complejo, incluyendo las majestuosas galerias y la imponente escalera central, manteniendo las leyes compositivas de aquella época. En cuanto a los jardines, Dstudio | diseño del paisaje, el estudio de paisajismo encargado de la rehabilitación de las zonas verdes, realizó un reinterpretación del lenguaje indiano haciendo uso de las líneas más modernas del diseño actual."

Villa Marrón, en segundo plano a la izquierda de la foto

En el muy recomendable blog Casonas de indianos nos ofrecen esta información sobre su fundador y sus características:

"Construida para Benigno Cueto Collado (1.863-1.937) natural de Naves, que emigró junto con sus hermanos a Cuba, de allí pasó a Tapachula (México) donde hizo fortuna y regresando a España para retirarse y casarse con su sobrina Manuela Elosua Cueto. La casa es de estilo compacto, destacando en la fachada principal un porche con una terraza en la parte superior y las galerías de las dos fachadas laterales. Según lne.es la casa familiar de Benigno Cueto es obra del arquitecto Joaquín Ortiz García."

Otro lugar desaparecido es L'Altu la Mula, "Se localizaba en la zona más alta de Naves, donde actualmente está el puente y vías de acceso a la mencionad autovía", seguimos leyendo en Toponimia de Naves, San Martín y Beón por M.ª Concepción Vega Obeso. Ahí estaban también los manzanos de L'Almorada, "Pomarada y prados al norte del pueblo entre L’Altu la Mula y L’Espinu, por el camino que conduce a Los Pegos y Gulpiyuri."


Vista al este que nos permite percatarnos cómo la A-8 ocupó gran parte de La Vega Beón que antaño llegaba, llanísima, a La Playa Beón o de San Antolín


El picudo monte de Piedras Lluengas, con la enorme tajada de su argayu que ha dejado a la vista sus calcáreas entrañas de roca clara se alza sobre La Playa San Antolín o de Beón y La Playa Pestaña es todo un símbolo de este camino costanero a su paso por tierras de Llanes


De frente, en una de las estribaciones de El Monte, El Llanín se encuentra La Barrerona, una gran barrera o zona de la que se extraía barro, además de salvadera, una piedra arenisca especialmente áspera que se empleaba como lija para fregar la madera de las casas y las chapas de las cocinas de carbón de Naves y Villah.ormes


También aquí es, o era, la ería o hermosa tierra del lugar llamado Salas, al norte de Naves, que sería parte de La Vega Naves y a la vez de La Vega Beón, troceado longitudinalmente por las vías de comunicación que, muy próximas y siguiendo el trazado de su antecesor, El Camín Real, aprovecharon para su discurrir esta franja entre los cordales costeros y el mar


Y aquí salimos a esta encrucijada, que hay que cruzar para continuar todo de frente hacia Naves, topónimo de discutida etimología, o al menos eso nos dice García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
"Pocos topónimos, en verdad, fueron tan discutidos como aquéllos que pueden relacionarse con nava. Por un lado se constata su gran diseminación geográfica y, por otro, su densidad en la Península Ibérica. Ello llevó a emitir teorías diversas acerca de su filiación etimológica resumidas de este modo: preindoeuropea (Tovar), protoiliria (Pokorny, Carnoy, Llorente), indoeuropea, precéltica (Corominas), céltica (Hubschmid), griega (Bertoldi). García de Diego, siguiendo opiniones emitidas al menos desde el siglo XIX, la relaciona con el vasco actual naba ‘valle’, cosa que desde un punto de vista del significado podría aplicarse a gran número de nuestros topónimos como Nava, La Nava, Naves"

Luego de pasar al otro lado ganamos de nuevo el arcén, que empieza una suave bajada en rampa hacia las primeras casas de Naves, camino de La Pista o carretera general (AS-379) cerca de El Llosetu. El escritor Pablo Ardisana continúa plasmando sus impresiones del pueblo y su parroquia en la revista Bedoniana
"En el territorio comprendido entre ríos, las sierras y la mar, Naves, su parroquia, ocupa la parte más pequeña, la del vértice triangular. Lo navizu es un pequeño rincón. Imitando con todas las distancias y salvedades el poema de Fernán González con lo de «Castilla era un pequeño rincón». Aquella Castilla, aquel condado embrionario, asombraría al mundo. También, aunque a escala tan mínima como sorprendente, el paisaje y el caserío navizu asombraron y asombran cada día al visitante"

La mayor parte de las fincas de Naves eran propiedad del monasterio de San Salvador de Celoriu, al que había pasado a depender el de San Antolín de Bedón con la reorganización de la Orden Benedictina en el siglo XVI. Este segundo fue el primero en ser desamortizado, en 1820, siendo sus propiedades subastadas en 1822, y así empezarían a ser propiedad de particulares


Volvemos a ver, en la entrada al centro de Naves por La Caleya d'Argumeda, la iglesia parroquial de San Antolín, que no es la construida en 1804 sobre la precedente capilla de Santa Ana, sino fruto de una reforma integral, prácticamente una nueva construcción, comenzada en la primavera de 1923 


Las obras comenzaron arrancándose primeramente en febrero tres grandes castañales para dejar libre el espacio para edificar esta nueva iglesia, para la que se trajeron 150 carros de piedra desde El Caserón, viejo edificio del barrio de La Capillanía que se cree fue propiedad monacal de San Antolín y que fue aprovechado para levantar este nuevo templo. En 1926 el párroco solicita ayuda para cubrir el déficit de 1.450 pesetas que aún había y para construir otro elemento pendiente, el coro, junto con una bolera en el campo de la iglesia y una biblioteca en un local paralelo al pórtico que hiciese las veces de centro social de la juventud


Al sur de la iglesia y del barrio de Santana asoman los tejados de La Pola, barrio de unas seis casas en la ribera de El Romeca. Muy cerca, en El Polledu, se celebraba antaño la romería de la santa


Casas de La Caleya d'Argumeda a la izquierda, por donde pasa el Camino de Santiago. La antaño caleya es en la actualidad el principal acceso a Naves por el este, comunicación directa con la Playa San Antolín. En el barrio de La H.ondera, a escasos 100 metros de la iglesia, está La Cueva Minga, célebre gruta "poco profunda pero con posibilidad de acceso situada al pie del Romeca"


Vista de La Vega Naves, en buena parte parcelada y edificada con viviendas unifamiliares con terreno, ejemplo los nuevos usos residenciales para las antiguas erías de pastos y cultivos


Al fondo La Puntiga, por donde entra en Naves el Camino de Santiago luego de cruzar La Pista. Abajo, la trinchera del ferrocarril, sobre cuyas vías, por un puente, pasamos ahora


A lo lejos, las altas farolas delatan el paso de la autovía junto a La Playa San Antolín, donde está el conocido como El Pozu Beón, en la desembocadura del río, que pasó a ser conocido también como El Pozu las Ánimas por esta tradición que también nos cuenta Mª Concecpción Vega Obeso:
"Pozo grande y profundo desaparecido en la actualidad. Se encontraba en la zona este de la playa en la misma desembocadura del río Beón. Estaba formado por un impresionante muro de contención, hecho por acumulación de cantos que cercaban las aguas dulces en ese lugar, a la vez que servían de barrera frente al mar. La pleamar remontaba hasta él con gran rugido y estruendo, lo que le hacía acreedor de fama de peligroso pues por efecto de las mareas se formaba remolinos que llegaban a succionar a los bañistas más osados que perecían en él sin remisión. Habiéndose ahogado un número considerable de personas, según la tradición, los monjes del Monasterio se reunían en el lugar a rezar por sus almas, lo que le valió el sobrenombre del Pozu las Ánimas. Por otra parte, en el ruido ensordecedor que producía el efecto de las mareas sobre el pedrero a causa del viento norte, pretenden cifrar algunos el origen de la denominación El Rabión de Beón, lo que también se conoce en la vecina parroquia de Posada. Asimismo existe en esta localidad un dicho popular, a propósito del mal tiempo: «Cuando ruxe el Beón, axunta lleñe y compón», pero sin embargo si ruxía o se oía en Naves, entonces era el nordeste el que anunciaba el buen tiempo. En la actualidad, los cantos vuelven de nuevo a amontonarse apretadamente en el mismo lugar reteniendo el agua del río, cumpliendo la predicción de quienes, cuando lo vieron desaparecer a causa de las obras de la autopista en los años sesenta, auguraban que «a los años mil las aguas volvían por donde solían ir»

Después de pasar el puente sobre la vía ferroviaria de vía estrecha seguimos esta suave bajada por el arcén, pegados al guardarraíl, llegando a la altura de las primeras casas en esta Vega de Naves, por la parte de Oreyán y La Pedrera, al este de Marrón


Nos dirigimos, de frente, al cruce de La Pista, desde donde continuaremos seguidamente al centro del pueblo, ensalzado en Naves y sus gentes (revista Bedoniana VI, año 2008) por quien fuera aquí veraneante desde niño y durante toda su vida, Federico Sopeña:
"En esta relación de cuarenta y ocho años Naves me ha ofrecido varias cosas que desde niño me asombraron y maravillaron: la casa de piedra de la carretera, la luz de molino, las pegajosas cintas de papel matamoscas, el agujero en el suelo de la galería de madera que hacía las veces de retrete (con gran alegría de las gallinas que esperaban en La Llosa la caída de nuestras defecaciones), la maravilla del Gulpiyuri, el campo del Polledu donde jugábamos maravillosos partidos de fútbol, el Pozón con sus aguas heladas (¡qué pena que ya no exista!), la plaza de Santa Ana, la Bolera, el monasterio de Bedón, las chocolatadas en el Llanu, las romerías y verbenas, los viajes en los Ferrocarriles Económicos de Asturias, las procesiones de Santa Ana y San Antolín, con la entonces rivalidad muy viva entre ambos bandos, las vacas, el ayudar a recoger hierba, los primeros guateques, mi primer y ruboroso baile a cachetito... 

En este rincón de Asturias yo he encontrado siempre algo que no he hallado en otros lugares, el asilvestramiento. En Naves he realizado aventuras que aún recuerdo encantado. Como mis padres no podían acompañarnos todo el verano, nos mandaban para cuidarnos, bien una chica de servicio, bien un profesor. La primera tarea de todos los hermanos Sopeña era conseguir un ligue para nuestros cuidadores, de forma que se olvidaran de nosotros y nos dejasen libres. La tarea, en ocasiones, no era fácil, pero siempre lo conseguíamos. Otra cosa divertida era asaetear, con arco y flechas construidas con varillas de paraguas, las gallinas de don Laurentino, a veces incluso hacíamos blanco. Y qué decir de Cundín dentro de un barril y hacerlo rodar por las laderas del Llanu. Ya de joven me apasionaba recitar a grandes voces, desde la galería de la casona de Santa Ana, la Desesperación de Espronceda, lo que causaba gran temor a los rapaces del pueblo. Otro gran placer era atapinar a las parejas de amantes que paseaban descuidadamente, y llevar a cazar cordobeyos a los veraneantes novatos, y mis primeros escarceos amorosos en los pajares y en Gulpiyuri. En fin, ¡una delicia!"

Arriba justo ya en el límite de Naves con las plantaciones de eucaliptos que han llenado sus montes como los de toda la cornisa cantábrica vemos las casas de La Pica, de la que quien mejor que Vega Obeso para decirnos:
"Pica (La). Barrio alto de tres casas donde se construyó un hórreo nuevo. Se localiza en la falda del Monte, junto al barrio de Iyán. El lugar está delimitado por su proximidad a La Pica de Cotarelo del que recibe el nombre. 

Pica de Cotarelo. Promontorio calizo y puntiagudo que sobresale al oeste en los comunes del Monte. Hace de mojón en la divisoria territorial entre Naves y Villah.ormes."

Por ahí está Gostolizas o Busterizas, que de las dos maneras lo registra entre sus informantes Mª Concepción Vega Obeso:
"Vega amplia y húmeda por la que discurre el Romeca abiertamente y sin cauce determinado. Se localiza en la vertiente suroeste del Monte, en el curso alto del mismo río que la riega. En otro tiempo hubo cabañas de ganado y fueron terrenos pertenecientes al Monasterio de San Antolín de Beón. Antiguamente, en las laderas que flanquean la vega hubo un castañedo, que hoy está plantado de eucaliptos."

Grande y hermosa galería acristalada, orientada al este, hacia La Playa de San Antolín, en el ático o bajocubierta de una de las casas


Paso a paso vamos acercándonos al cruce con La Pista. En Oreyán estuvo la llamada Casa de Campu, donde vivió el último monje del monasterio de Celoriu, que a la vez fue párroco de San Antolín y Naves, "Tenía su propia fuente que databa de la traída del agua en 1903, por haber sido sus propietarios benefactores de la acometida general en el pueblo"


A la derecha, una magnífica casa indiana de indiscutible inspiración en el estilo montañés, con su clásica torre esquinada


Sin duda, antaño su alrededor fueron todo excelsos jardines, como se acostumbraba a hacer


Nos acercamos al Stop, atención máxima aquí pues suele haber bastante tráfico en verano y fines de semana de casi todo el año


Allí vemos nuevamente la iglesia parroquial de San Antolín, en medio de la vega del Romeca y en el barrio de Santana. La fiesta patronal de Naves es la de San Antolín, que años ha tuvo incluso feria con cierta repercusión comarcal, según puede leerse en el prensa de finales del siglo XIX. Tradicionalmente había dos lugares para el festejo, por la mañana en el campo del antiguo monasterio e iglesia de San Antolín, cuyo edificio era conservado por su dueño, Juan Pesquera Balmori, para que la romería se trasladase a la tarde y tarde-noche a la verbena en Naves. Con el transcurrir de los años el solar del antiguo convento sólo sería empleado para la jira o comida campestre y se centraría lo demás en este pueblo de Naves, sobre todo desde que se inauguró esta nueva iglesia en 1924, con trazas neogóticas siguiendo la moda historicista tan en boga por entonces


Además de San Antolín se festeja a Santa Ana, la advocación de la antigua capilla aquí ubicada, las dos tienen su propio bando, como en la mayoría de los pueblos de Llanes y la misma villa capital del concejo, con su peculiar pica o rivalidad vecinal. Tras el fallecimiento en 1920 del propietario del edificio del monasterio, apoyen los indianos del pueblo apoyarán la fiesta de San Antolín, pero sin que ello implique rechazo hacia la romería de Santa Ana, es más, grandes benefactores de la fiesta de la santa serán de los principales de la de San Antolín, como José Villa Barrero y Benigno Carriles del Cueto


Esta dualidad festiva pudo ser el origen de los dos bandos de Naves, San Antolín y Santa Ana, pero sin duda unido a otras causas, una de ellas es la imitación de la división en bandos que se había producido en 1837 en plena pugna entre liberales y absolutistas. Cada bando plasmaba una idea política, pero también de barrio y lugar de Llanes, según el apoyo a cierta fiesta y sus patronos, los padrinos de la misma promovían sus afinidades o desafecciones ideológicas. Parece ser que, dentro de los actos de otra de las grandes fiestas de Naves, la Sacramental, la colocación de altares populares artesanales o portátiles entre los barrios de Santana y La Bolera, que podríamos decir que son los principales, en pleno corazón del pueblo, simbolizaba esa rivalidad vecinal según quién hizo ese altar, Santa Ana con la iglesia y La Bolera con su plaza, recientemente construidas ambas por entonces


A la hora de cruzar La Pista vamos a extremar aún más nuestra precaución en este enlace con la autovía y acceso a Gulpiyuri y las demás playas. Como referencia vamos a dirigirnos a un camino que sale, al otro lado de la carretera entre las dos casas de piedra vista que hay justo al otro lado del cruce


Hay una larga recta con bastante visibilidad, pero también es verdad que, pese a las limitaciones de velocidad en zonas pobladas, no pocos vehículos pasan raudos y aunque parecen lejanos en un segundo están aquí



La Pista, actualmente la carretera AS-379, es el "Nombre genérico que se dio a la carretera nueva que iba de Unquera a Ribadesella, construida los años 60 del siglo xx, que partió La Vega Beón originando La Vega Naves con dicha división.", recalca Vega Obeso en su trabajo sobre los nombres de lugar de la zona 


Y aquí tenemos el camino que vamos a tomar nada más cruzar, entre las dos casas citadas


Es un hermosísimo camino llano que, haciendo calle, nos llevará al centro del pueblo, donde enlazaremos con el Camino de Santiago, retomando la ruta jacobita


La calle, muy bella, tranquila y apacible, es estrecha y se encaja entre los muros de piedra que cierran los terrenos, muy ajardinados, de las casas de Oreyán


En los jardines hay buenas rosaledas y demás flores y plantas, con numerosos árboles ornamentales y también frutales. Las viviendas, estas primeras de gustos indianos, lucen sus galerías orientadas al sur para recibir la máxima luz natural todo el tiempo posible. El poeta local Antonio Cantero glosa así las bellezas de todos estos rincones del pueblo:
Que es Naves una aldea primorosa
 oigo decir aquí y allá a la gente; 
y es así, primorosa, ciertamente; 
o, si quieres, en alto grado hermosa. 
En la estación del año calurosa, 
el sol la alumbra esplendorosamente. 
Urbanizada y limpia y floreciente, 
bien merece el dictado de preciosa. 
Junto a ella rueda el tren y el auto rueda. 
Tiene monte, campiña, playas, río, 
bar, bolera, tres fuentes, arboleda, 
iglesia, escuelas, bello mujerío. 
Y el visitante atónito se queda 
al verla tan alegre en pleno estío.

En su libro poético Crepusculares, describe en estos versos, Sin aspiraciones, su ideal de vida en este apacible lugar...
Vivo sin ambición... Aquí, indolente, 
En apacible aldea recluído, 
Lejos de la ciudad, lejos del ruído, 
Transcurre mi existencia dulcemente. 
Aquí puedo observar cómo el torrente 
Lleva en otoño al mar embravecido, 
Las mustias hojas, secas ya, que han sido 
Ornato arbóreo en la estación ardiente. 
Las hojas y los seres, de igual modo 
Hacen sobre la tierra la jornada: 
Tras de breve existir, caen en el lodo, 
Y húndense en los abismos de la nada. 
¿A qué, pues, anhelar, gloria, riqueza, 
si es efímero don toda grandeza?

Pero la vida rural ha cambiado, en La casa de mis abuelos paternos recuerda a sus seres queridos y a las antiguas cuadras que había en cada quintana...
Casa en donde nació la madre mía: 
en tu umbral puse el pie por vez primera, 
lleno de gozo, cuando niño era 
y en ella seres de mi estirpe había. 
Ya al corredor no sale, cual solía, 
la abuelita que cariñosa era, 
ni el tío indiano, ni el de vida austera, 
buenos y cultos, ni la amada tía. 
Ya el establo de vacas no es morada, 
ni un árbol en la huerta ya se advierte, 
ni canta el gallo en la amplia corralada. 
Y a ti, casa, cerrada ahora he de verte, 
antaño por mis deudos ocupada 
que, poco a poco, se llevó la muerte.

El día 6 de septiembre de 1952 aparece esta crónica anónima en El Oriente de Asturias titulada San Antolín en Naves, la cual se atribuye con total seguridad a Antonio Cantero:
"Pero ¿cómo fué, Juanín, 
que tan pronto regresaste 
a la Habana y no esperaste 
a honrar a San Antolín 
en tu querido pueblín? 
Figúrate, tres días de fiesta: domingo 31 de Agosto y 1 y 2 de septiembre; éste el de San Antolín. En la tarde del domingo, la orquesta de los simpatiquísimos «Panchines», de Llanes, llegó a Naves, a las cinco, y su llegada es anunciada con el disparo de potentes voladores. Luego, la jira a la playa de San Antolín, que se vió muy concurrida de gente y de veraneantes de todo el valle de San Jorge y de Posada, que a pie o en coche llegaron para pasar unas horas, contemplativos del mar, o jubilosos, participando de las expansiones del baile y escuchando los sones de tonadas astúricas de la gaita del gaitero de Bricia. Por la noche en «La Bolera», cuyos alrededores de la fuente estaban profusamente iluminados con luz eléctrica, bombillas de diversos colores y engalanados con gallardetes de distintos colores, se celebró la primera verbena hasta las dos, pues como entrenamiento eran suficientes cuatro horas de baile para la juventud..."

Llegamos a una bifurcación muy importante en la que, en principio, sería indistinto ir por la derecha o por la izquierda. A la izquierda llegaríamos a La Bolerina, el tránsito del Camín Real por La Caleya d'Argumeda al barrio de La Bolera, muy cerca de la iglesia. Dado que de ella ya hemos hablado y que además, de ese tramo ya hablamos abundantemente en la entrada de blog dedicada al Camino de Santiago en Naves, vamos a tomar el camino de la derecha, pasando entre estos coches aparcados, para conocer otros lugares interesantes del pueblo antes de llegar a La Bolera


Los coches estaban aparcados en el cruce pues esta que seguimos ahora es una caleya de tierra y de hierba sin trasiego de vehículos, pues no se aprecian ni la marca de rodadas


Muro de piedra a la izquierda cerrando una quinta y muria o murete de piedras sueltas separando el camino de la finca de la derecha


De frente, algunas casas al sur de La Bolerina, muy cerca ya de La Bolera, en cuya plaza saldremos al Camino


Bifurcación y a la derecha, seguiremos entre sendos muros cerrando los respectivos terrenos al lado de esta suavísima senda, una deliciosa sensación para nuestros pies tras pisar tanto suelo duro


Estamos en el que para el ya citado poeta llanisco Pablo Ardisana fue uno de los valles más hermosos del mundo, al que pertenece Naves, según plasma en Bedoniana 2003...
"El Valle de San Jorge (o San Jurde o San Xurde) tiene el límite oeste del río Aguamía, que separa los concejos de Llanes y Ribadesella; por el este la linde también es un río: el Bedón o Beón, denominado así hasta Puentenuevu, ya que a partir de dicho caserío se denomina de Las Cabras; por el sur el valle se cierra con frontera serrana y por el norte se abre en límite marino. Contemplado desde el aire semeja un triángulo isósceles con base en el Aguamía y vértice en el Bedón. Fue antaño uno de los valles más hermosos de Asturias, que es decir uno de los valles más hermosos de la tierra. Si se atiende a los viejos documentos que notifican sus gracias se advierte un paisaje prodigioso, donde la caza era abundante, los frutos golosos y la pesca proporcionaba verdaderas delicias. Sus veintitantos kilómetros cuadrados albergan las parroquias de San Pedro de Pría, San Jorge de Nueva, San Miguel de Hontoria, San Julián de los Carriles y San Antolín de Naves. Los habitantes vallesanos fueron siempre campesinos de cuerpo y alma. Por estrictas e ineludibles necesidades económicas los hombres del valle además de avezados labradores ejercieron con suma destreza el oficio de tejeros o tamargos por diversas partes de la región, y traspasando sus límites dejaron durante siglo y medio sus interminables esfuerzos en la teja y el ladrillo (la tamarguina y el morondu) por la vieja Castilla, la vecina Montaña, las Vascongadas y el reino de Navarra. Las penurias económicas y su bien probada capacidad para ejercer el trabajo más allá de las fronteras regionales dieron y afianzaron la disposición anímica para la emigración ultramarina. Esta se venía realizando desde el siglo xvi, pero eran los hidalgos segundones los que vencieron la inmensidad de la mar, colocándose en puestos de la administración de los virreinatos. La secuencia emigratoria de los más pobres comenzaría después, siendo la del siglo XIX quien inició los cambios fundamentales en el valle, que seguía en las estructuras del dominio impuestas por el clero y la nobleza rural"

Dice además Ardisana que si bien Naves es pueblo indiano, no lo es tanto solariego de escudos heráldicos y blasones en las fachadas, al ser su origen monástico, fundado por colonos de estas tierras de los cenobios llaniscos:
"Si se recorren los caminos y los barrios del pueblín no se advierten en las casas huellas o vestigios antiguos: ni ventanas de antañona cantería ni un rastro de blasón (...). Es fácil conjeturar que el fundamento de Naves fue el monasterio bedoniano como extensión del más poderoso que era San Salvador de Celorio. Se puede decir que Naves fue una fundación benedictina. El terrazgo navizu, tanto de pastizal como de labrantío, serviría para el asentamiento de colonos dependientes del monasterio. La situación del caserío se puede entender por el valor acuífero de la cuesta, así como el topónimo La Pola el posible arranque del núcleo poblacional"

Monasterios desamortizados en el siglo XIX, quedan no obstante en sus rincones los recuerdos de aquellos siglos en que los abades regían sus destinos: uno de ellos es este, La Capillanía, finca grande cuyo nombre se debe a que fue propiedad eclesiástica, en origen sin duda del mismo monasterio de San Antolín que prontamente pasó a depender del de Celoriu


En La Capillanía estuvo El Caserón, la casona de la que se sacaron piedras para hacer la actual iglesia parroquial, en la actualidad nada queda de ella salvo el nombre en una parte de la finca, pero "al labrar el terreno, aparecieron tejas y restos de cascotes, por lo que es probable que allí se emplazara el mencionado edificio", relata Vega Obeso


Queda también en la finca la capilla del Rosariu, mirando al Camín del Requexu y a La Casona, otra quinta de indianos cuyos árboles, altos y exóticos, revelan su presencia desde aquí:
"Capilla de la Virgen del Rosariu (La). Capilla al borde del camino situada en la entrada del pueblo, en el lugar había antiguamente un caserón que fue propiedad de la Iglesia, emplazado en la finca de La Capillanía"

La capilla es de fundación y propiedad particular y también está dedicada a San Antonio. Aquí El Camín del Requexu la comunica, como a La Casona, con la carretera, La Pista


Y en El Camín del Requexu, más allá de La Capillanía, está la casa de La Marea. Más allá están la Casa del Requexu "y otra derruida que, en su día, podría haber formado parte del barrio de La Pedrera", apunta Vega Obeso. Viene a considerarse la entrada en Naves por la AS-379, La Pista, donde estaba, en El Cruce, el célebre comercio y posada La Flor de Naves, actualmente desaparecido pero que dio nombre a una marca de puros habanos


La Flor de Naves estaba relacionada con los indianos que fundaron La Casona, cuya fachada principal, mirando al sur y a la capilla, empezamos a ver desde aquí

Antes, a la izquierda, Los Avellanos, otro soberbio caserón de Naves


A nuestra izquierda, el citado barrio de La Bolerina, alineado a lo largo del Camín Real, La Caleya d'Argumeda, entre la iglesia de San Antolín, de la que divisamos su campanario, y La Bolera, a donde nos encaminamos. La tradición local asegura que en algún momento se intentó llevar la fiesta de San Antolín del campo y plaza de la iglesia al barrio de La Bolera, aduciéndose que "el centro del pueblu era aquello y que las había que hacer allí", se dice era un grupo de mozos que catalizaba la rivalidad vecinal de los célebres bandos. Pero, además de las de Santa Ana, San Antolín y la Sacramental, hay una cuarta fiesta basada en otro culto navizu con capilla propia, la de San Vicente, "el patrón de invierno", como le llama la investigadora llanisca Yolanda Cerra Bada:
"Hoy, cuando se halla plenamente arraigado en Naves un sistema festivo dual en el que dos bandos rivales, Santa Ana y San Antolín, correspondientes a la mitad este y oeste respectivamente de esa localidad, compiten en el verano (en sus respectivas fechas del 26 de julio y 2 de setiembre) por lograr la mejor fiesta, se mantiene, pese a los rigores del invierno y a los cambios económicos y socioculturales acaecidos durante el siglo pasado, una festividad en honor a San Vicente, celebrada el 22 de enero en la intimidad local (...)

Al santo estaba dedicada una ermita que se levantaba en la ería de Naves, dando vista al arenal de San Antolín, de la que no quedan restos materiales. Persiste, sin embargo, en la memoria oral y en el topónimo San Vicenti , del que podemos rastrear antiguos testimonios escritos, como la venta de un terreno «en la hería de Naves, do dizen San Vizente», en documento del año 1733. San Vicente era la fiesta de invierno de Naves, aquella en la que todos los vecinos podían tomar parte, ya que cuando el tiempo era más benigno disminunía notablemente la población debido a que los hombres emigraban durante varios meses a las tejeras de Castilla y País Vasco

"La oposición de los más viejos logró evitarlo ese año pero los mozos llevaron a cabo su afán diferenciador asumiendo el protagonismo en la organización de esta fiesta y llevándola a partir de entonces a los espacios que se hicieron propios del bando. En la iniciativa de estos jóvenes vecinos del barrio articulado alrededor de La Bolera, como en la propia construcción de su glorieta por la Sacramental en competencia con la de Santana, podríamos ver reflejada la pretensión de ver reconocida la relevancia urbana de este centro de carácter profano y secular, en el que se ubicaba también el edificio de la casa conceyu (y escuela), que disputa así su hegemonía al centro sagrado en el ámbito expresivo de la fiesta"

La Capilla del Rosariu, al ser particular, no participaba de aquellos bandos aunque sí, como es natural, los vecinos de todos estos barrios. De frente a ella salimos ya al cruce delante de La Casona


De La Casona y del Camín del Requexu continuaremos a la izquierda, pues La Bolera está ya a un paso


Pero antes vamos a ver esta gran finca arbolada de La Casona, dada su implicación con la historia de Naves y sus indianos, para ello, desde la capilla del Rosariu nos encaminamos a su acceso principal, en el arranque del recitado Camín del Requexu


La Casona, es la quinta indiana de los Cueto Collado, se construyó por iniciativa de Ramón Cueto entre 1910 y 1914 sobre una casa anterior propiedad de Juan Obeso que Ramón compró y reformó, destinada a sus hijos. A su fallecimiento en Cuba pasaría a su hermano Pedro


Los hermanos Cueto Collado fueron cinco: Juan, Ramón, Benigno, Pedro y Primo, Juan Cueto Collado emigró a Cuba e hizo fortuna en la industria tabaquera, llegando a fundar con Juan Obeso la empresa Obeso y Cueto, teniendo también Cueto y Cia., siendo ello el origen del prestigioso negocio La Flor de Naves, fábrica de puros que también dio nombre al comercio que ya hemos mencionado. Adjuntamos una de nuestras fundamentales fuentes de información para estos casos, el ineludible blog Casonas de indianos:
"Los hermanos Cueto Collado fueron cinco: Juan, Ramón, Benigno, Pedro y Primo. Juan emigró a Cuba dedicándose al negocio tabaquero donde hizo fortuna. Junto con Juan Obeso fundó “Obeso y Cueto” fabricantes de “La flor de Naves”. Con su hermano fundó “Cueto y hermano”, teniendo también “Cueto y Cia”.

“La casona” en su aspecto actual se debe a Ramón Cueto. Parece ser que existía previamente una casa propiedad de Juan Obeso que Ramón se la compró y reformó, sobre 1.910 -1.914, para los hijos de Juan que murió en Cuba. Al morir Ramón la casa paso a su otro hermano Pedro."
Vitolas marca La Flor de Naves. Foto de Juan Alberto Berni González en Grandes tabaqueros

Una excelente memoria y estudio de su trayectoria vital y empresarial nos lo ofrece  Francisco Crabiffosse Cuesta en Bedoninana 2002 con Algunas noticias sobre los hermanos Cueto Collado y otros tabaqueros de Llanes y de las Peñamelleras


De su espléndida finca y mansión recomendamos el trabajo de José Valdeón El jardín de La Casona de Naves en Bedoniana del año 2005, mientras que del origen de La Casona y de sus estirpes de emigrantes informa, también en Bedoniana pero en su edición del año 2001, Pablo Ardisana en De la estirpe naviza de Iyán: Manuel Carriles Avín:
"Por entonces el minúsculo pueblín de Naves comenzaba a asentarse realmente sobre la trinidad de la tierra: campesinos, tejeros e indianos. El campesino subsistía muy a duras penas; el tejero ayudaba malamente a la subsistencia y el indiano fue quien rompió los dominios eclesiásticos y señoriales, dando la posesión de las tierras a quienes las trabajaban. Por supuesto que era el campesino quien se desdoblaba en teyeru e indiano. Naves sin el señorío y empaque de las casa solariegas iba a tener paulatinamente la riqueza y arrogancia de las mansiones indianas. Sería don Juan Oveso Carriles, navizu emigrante e indiano de Cuba, el que edificara una hermosa y distinguida mansión que años más tarde don Pedro Cueto Collado, también navizu emigrante e indiano enriquecido en las tierras chiapanecas, elevaría aún más en rango y lujos, y que la xente del pueblín bautizó para siempre como La Casona. Todavía hoy el viejo señorío de la mansión y de los árboles que la guardan rinden la mejor bienvenida a quienes se acercan al corazón de Naves. La Casona era el mejor símbolo y expresión de los porvenires y las riquezas indianas. Los más arriesgados jóvenes navizos así lo entendían y así ansiaban que el vecino enriquecido los reclamase desde las fabulosas tierras ultramarinas"

Otro magnífico reportaje es el que le dedica el fotógrafo Alejandro Braña en su también citado blog Asturias por descubrir, el título que le pone lo dice todo, La belleza está en el interior, al principio no le llamaba la atención, escribe, pero luego descubrirá toda su esencia...
"Varias veces me había quedado parado (paralizado) ante la verja de entrada con el mismo pensamiento: “¿para qué?”. 
¿Para qué intentarlo si la casa no me parece atractiva?, ¿por qué no ahorrarme ese momento violento de entrar a preguntar?. 
El chalé de Pedro Cueto está en Naves, concejo de Llanes. No confundir con Nueva, que está cerca y también tiene casas de indianos interesantesTiene ese aspecto inacabado que ves, casi triste, con un jardín francés a ambos lados del camino de entrada que parece a su vez descuidado u olvidado. 
Dos palmeras, agapantos, rosales…, pero esa triste figura. 
Un día, a finales de Agosto, encontré la verja abierta y a los jardineros comiéndose un bocadillo. Cogí un libro del maletero, toqué el timbre, y repasé mi presentación…, no tenía ninguna corazonada. 
Lo que vi a continuación es el tema del próximo boletín para suscriptores que estás a punto de recibir."

Es de nuevo Maiche Perela Beaumont quien en su artículo para la Cofradía de Pescadores de Llanes, titulado La Casona, Villa Marrón y las escuelas de Naves, la fortuna que vino del mar, quien nos desvela la impronta que marcó en el pueblo esta quinta y sus indianos:

"Antonio Cueto y Josefa Collado, de Naves y agricultores, fueron padres de seis hijos, Juan, Ramón, Antolín, Pedro, Primo y José Benigno, y dos hijas, Antonia y Manuela.

El mayor, Juan, nació en Naves el 7 de diciembre de 1847, y fue el primero de los hermanos en emigrar a Cuba, con solo 18 años.

En La Habana, montó  un pequeño taller chinchal, en el cual elaboraba, con gran destreza, cigarros puros.

La buena marcha del negocio tuvo como consecuencia que pudiera traer a la isla a sus hermanos, siendo Ramón el siguiente en emigrar.

Así, aquella pequeña industria familiar tabaquera “Juan Cueto y Hermano”, siguió prosperando, y se convirtió en 1868 en la Fábrica de Tabacos “La Flor de Naves”.

En 1882, se incorpora a la empresa otro asturiano Juan Obeso Carriles,  y adquieren plantaciones de tabaco para potenciar el negocio en otros mercados. Entonces, registran marcas y ganan medallas de oro en importantes exposiciones. Juan falleció en 1896.

El cuarto hermano, Pedro, que fue bautizado en la iglesia de San Antolín en 1853, emigró primero a Cuba y luego a México, donde adquirió una enorme finca en la región de Chiapas, a la que puso el nombre de “San Antolín”. En ella plantó tabaco, además de dedicarse a otros negocios, entre ellos los de su tío León, afamado comerciante. Fue cónsul de España en Chiapas, y el Gobierno de España, por los méritos contraídos en la Guerra de Cuba, le concedió la Cruz de Isabel la Católica. Además, fue presidente del partido liberal llanisco.

A su regreso a España compró a Obeso Carriles, socio de su hermano Juan, la casa, sita en su Naves natal, conocida como “La Casona”. Al morir sin descendencia, la heredó su ahijado Pedro, hijo de su hermano mayor.

Falleció en Barcelona, donde pasaba los inviernos tras su vuelta a España, en 1920.

El último de los hermanos varones de la familia Cueto Collado, José Benigno, nacido en 1863, después de emigrar también a 

Cuba, se trasladó a Tapachula, México, donde también hizo una gran fortuna. 

Se retiró a Naves y se casó con una sobrina, Manuel Elosúa Cueto, hija de una de sus dos hermanas. Allí, construyó la llamada “ Casa Marrón”, en la que destaca un porche con terraza y las galerías de los laterales. En ella vivió hasta que murió en 1937. 

Actualmente es un hotel de tres estrellas.  

Los hermanos Cueto Collado cumplieron el sueño de regresar a su tierra con fortuna y fueron generosos, desprendidos y grandes benefactores de su pueblo, contribuyendo a crear, en 1906, las magníficas escuelas de ambos sexos de Naves, a las que dotaron de libros y otros elementos instructivos. Además de la plaza de dicha localidad, a la que cedieron terrenos de su finca particular, y algunas fuentes. "

Una de esas fuentes es la situada en La Plaza la Bolera, ya a muy escasos metros de La Casona, al otro lado de su finca, cerrada por verja en su acceso principal y aquí, en el camino, por una tapia muy alta


De La Bolera, con su explanada llena de coches un domingo otoñal, de gentes que acuden a conocer las maravillas de Gulpiyuri y de San Antolín, así como dar cuenta de las exquisiteces de la tierra en los paraísos gastronómicos existentes en dicha plaza, damos las oportunas referencias y abundante información en la entrada de blog dedicada al Camino de Santiago en Naves, al que llegamos en este emblemático lugar navizu...



























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