Camino de Valsera a La Rabaza y Picarín |
Por allí van los peregrinos
Bajo esa peña pasaremos nosotros ahora
En esta vega de ensueño, caballos...
Potros y yeguas.
Pastando...
Vacas a la sombra...
Caminamos en llano
Hermosos frutales
Admiramos el paisaje
Y continuamos ruta
Es La Rabaza, en esta parroquia de Valsera
Justo antes de llegar a ella un cruce
Atención siempre a las señales del Camino
Junto al camino hay un texu o tejo, árbol totémico de la antigüedad, símbolo de la vida, la muerte y la eternidad
La vida por estar siempre verde al ser de hoja perenne. La muerte por la alta toxicidad de sus componentes, de los que se extaían venenos y sustancias alucinógenas, muerte vista tanto en el plano físico como en el mental de pasar a otro estado de consciencia en comunicación, o eso se pensaba, con fuerzas o presencias del más allá, no siendo extraño pues que con la cristianización siempre estuviese al lado de las iglesias o santuarios, aparte de crecer, claro está, plantado enfrente de casas o nacido de manera silvestre. La eternidad es por su alta longevidad, hasta de bastantes siglos en no pocos casos
Un poco más adelante, a la derecha, otro texu, prado abajo
Nos acercamos al bosque...
Una preciosa senda terrera...
Detrás de La Rabaza, al norte, El Picu Prietu (205 m), hábitat castreño
Abajo los espesos bosques de la ribera del Andayón, muy profunda
Continuamos pista adelante
Dejamos La Rabaza y nos dirigimos al bosque
Concha en el Camino
Poco a poco vamos a ir metiéndonos en el bosque mientras el Camino deja atrás La Rabaza.
Más allá de la muria o murete de piedras, pastos y más bosques que caen hacia el estrecho valle del río Andayón.
El bosque es un castañéu, esto es un castañar o castañeda, donde predominan los castaños, aunque también hay otras especies arbóreas autóctonas.
Suelo de tierra y piedra.
El castañar se torna solitario y sombrío, pero extremadamente bello. Por eso en Asturias la expresión "dar voces en castañéu" equivale al castellano "predicar en el desierto".
Las ramas y hojas filtran los rayos del sol cual celosía de la naturaleza
Este cruce es muy importante: a la derecha se baja al río Andayón y la Cueva Oscura, antigua caverna prehistórica, además de subir al pueblo de Ania. Pero nosotros seguimos por la pista de la izquierda, la que sube un poco
Y así vamos pista arriba
Luego el Camino se torna más llano
Y en esta bifurcación seguirá de frente, por la derecha
Haciendo camino
Maravilloso bosque de castañales, espineres, carbayos... encantos de xanas, ninfas asturianas de este bosque atlántico donde también encontraremos álamos y fresnos en el que, por un capricho de la ecología, existen partes catalogadas como "bosque mediterráneo" de encinas y boj, todo ello bajo el pueblo de Ania, que tenemos justo enfrente de nosotros, riberas pobladas desde la prehistoria
Un trayecto muy agradable
La verdad es que el caminar por aquí es un regalo para la vista y para todos los demás sentidos.
Buen Camino...
Musgo en las piedras...
Bajamos muy poco a poco, junto a las fincas donde hay caballos que se acercan al vernos pasar
Luego andamos al lado de esta pradería con frutales y peñascos, rocas que afloran sobre el verde del prado, siempre a la vista del pueblo de Ania.
Ania y el profundo valle del río Andayón a sus pies. Allí tenemos La Cueva La Oscura donde las civilizaciones del paleolítico dejaron sus pinturas y grabados, aún faltaban entonces milenos para que los astures se fortificasen en las alturas de El Castiello, primitivas fortificaciones castreñas en estas legendarias sendas sagradas
Curva a la derecha
Bajamos viendo Ania en la distancia
La primer referencia documental del cultivo de vid en Asturias se refiere a este pueblo de Ania en el año 857 y, si bien se trata de una falsificación del siglo XI, delata la relación de estas tierras con la viña y el vino, hace muchos siglos, relación y producción que se intenta recuperar a nivel particular, el Vino de Les Regueres
Curva a la izquierda
Y salimos a una pradería, donde hay un castañéu
Hemos llegado a Picarín...
Caminamos bajo los venerables árboles
Picarín, otra casa solitaria, con hórreo, cerca de la ribera. El Camino sigue de frente en esta encrucijada, pero hemos de decir que estamos cerca del Molín de Quilo, molino harinero del río Andayón que trabajaba con dos molares y que puede visitarse siempre que hayamos concertado visita previa. Para ello iríamos un momento a la derecha
El Molín de Quilo, restaurado, está a solo unos metros del Camino, aunque cuesta abajo.
Podemos asomarnos a la puerta.
Y desde los ventanucos ver el interior, con toda la maquinaria y elementos para el noble trabajo de la molienda.
En el exterior una muela pone su nombre
Tras ver el molino subimos otra vez a Picarín
Y retomamos el Camino
Rumbo al puente sobre el río Andayón
Vemos la quintana de Picarín
En una curva a la derecha nos metemos en otro castañéu
Río, vino y pueblos glosados por las canciones populares regueranas: "Santuyano ta nun llano, Valsera ta nuna vera, Andayón nun rincón, echa vino tabernera, saca fariñes Manuela, y el que quiera cuatro palos, que salga a la carretera"
Cruzamos el puente...
El río queda ahora a nuestra izquierda...
Caminamos unos metros por la orilla
Y subimos al lado de una cantera
Enlazamos con la carretera local
Y seguimos subiendo
Vemos desde lo alto ahora el panorama del valle
Pumeda al sur
Y Picarín al norte, por donde acabamos de pasar
Luego de un tramo cuestudo empezamos a llanear
Estamos llegando a Premoñu, lugar fundamental en nuestra ruta y en la historia de las peregrinaciones, no solo ya a Santiago, sino incluso a Jerusalén. Otro hito del Camino Primitivo digno de ser conocido
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