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viernes, 1 de agosto de 2025

EN CASA FLORINDA "EL PARAÍSO DE LA FABADA" (LES REGUERES, ASTURIAS) SUBIENDO POR LA CASERÍA DE XANDRU Y PAZ Y EL PALACIO DE PUERMA O CASONA LA CABALLERA

 

Fabada en Casa Florinda (Puerma, Les Regueres)

Pasando Paladín, unos 18 kilómetros al oeste de la Sancta Ovetensis, los peregrinos entran en Puerma, otro pueblo de la parroquia de Valdunu y concejo de Les Regueres muy cercano al río Nalón, donde una vez más nos acordaremos de la famosa expresión que dice "No solo de Camino vive el peregrino" y que empleamos como lema de nuestro grupo Viandas y manjares del Camino de Santiago. El buen yantar del peregrino, pues no en vano estamos en el solar de Casa Florinda, El paraíso de la fabada, como se suele decir, toda una institución reguerana y asturiana que, por su proximidad al Camino, merece la pena conocer y disfrutar tras un corto desvío en el que, además, conoceremos otros elementos de la cultura, el paisaje, historia y patrimonio del concejo

Casa Florinda desde el Camino

Efectivamente, Casa Florinda no está en el Camino pero sí 'sobre él', en lo alto de una colina de la ladera que cae del vecino pueblo de Bolgues al valle del río Sotu o Paladín, afluente del Nalón. Así la vemos tras cruzar el puente de Paladín, por su parte posterior, ya que la fachada principal mira al otro lado, a la carretera AS-372, donde está la entrada

Desde Paladín, donde se encuentra el albergue hostel y restaurante Villa Palatina, del que también hablamos en su entrada de blog, puede subirse por carretera a Casa Florinda haciendo un importante rodeo pero, sin separarnos demasiado del Camino, podremos tomar un atajo que llega a dicha carretera por la izquierda, llegando a ella tras pasar junto a la arruinada capilla del Palacio de Puerma, sito un poco más allá

El ramal que sube a Casa Florinda (a la derecha de la foto) desde el Camino de Santiago sale de Casa Felicitas (a la izquierda), que viene a ser la primera de Puerma en nuestro trayecto jacobita 

Al llegar a Casa Felicitas el Camino sigue de frente, bordea la colina que baja de Bolgues y llega a las vegas del Nalón en Puerma Baxo, en ruta a Carril, L'Aracha y Peñaflor, donde cruzaremos dicho río por su puente medieval


Justo enfrente de la casa (recomendamos antes admirar la decoración geométrica de arte tradicional tallada en su panera) y a la derecha, donde está el contenedor, tenemos el desvío a la derecha donde podemos dejar momentáneamente el Camino de Santiago para subir a Casa Florinda, donde recomendaríamos reservar antes de llegar pues sino podéis tener que aguardar una larga espera

Casa Felicitas: a la derecha el desvío a Casa Florinda

Bien sabemos que el peregrino no tiene tiempo a pararse a verlo todo y visitarlo todo, máxime si tiene que desviarse, aunque solamente sea unos metros, y aún más si son cuesta arriba, pero hay lugares que merecen la pena, unos por su historia, otros por su patrimonio, otros por su paisaje, y otros por su gastronomía


Y es que este desvío del Camino de Santiago que aquí comienza, en esta estrecha pista de hormigón, no es solamente por sus alicientes gastronómicos, que no es poco, sino también para descubrir un importante conjunto histórico etnográfico cuyos elementos iremos viendo en el muy corto tramo que nos aguarda a Casa Florinda


El primer tramo es un fuerte repecho, pero enseguida se suavizará, al llegar a una quintana que hay en el camino


El Camino es más que suficiente para un andarín pero estrecho para el paso de vehículos, pues solamente comunica con la antigua casería que encontraremos enseguida


Según subimos vemos el tramo final del valle del río Sotu o Paladín, el cual pasa oculto por su fronda ribereña bajo El Castiellu los Vallaos, solar que fue de un castro astur localizado por el profesor, historiador, filólogo y arqueólogo José Manuel González y Fernández Valles, natural del vecino pueblo de Paladín

Los árboles nos ocultan La Veiga Valdunu, en la orilla del Nalón, de donde venimos, pero no Ardaxe y Premoñu, por donde hemos pasado antes de bajar a La Veiga

Ardaxe (abajo a la derecha de la foto) es un palacio dieciochesco que vemos desde aquí parcialmente y de espaldas. A sus pies baja a La Veiga Valdunu el Camino de Santiago desde los altos de Premoñu, cuyas casas se extienden linealmente a lo largo de la colina, un poco más arriba

En la lejanía y al este reconocemos La Peña Llampaya (561 m), en las estribaciones más occidentales del Monte Naranco y cuya picuda y cónica silueta se identifica fácilmente en la distancia. Bajo ella hemos pasado también saliendo del casco urbano de la capital asturiana por La Florida, Paniceres, El CaleyuLlampaxuga, Lloriana...

El Castiellu los Vallaos forma parte del Monte la Parra (224 m), bajo el que vemos Paladín, que acabamos de dejar atrás, donde se encuentra, en la casa verde de la izquierda, el albergue-hostel y restaurante de Villa Palatina, otra parada y fonda en el Camino presente en la entrada de blog correspondiente a nuestro paso por el pueblo

El Camino pasa un poco más a la derecha, cruzando el puente frente a Casa Manolo Paladín, que fue chigre y tuvo baile; ahí se juntaban los lecheros de las vaquerías a los que Florinda, que vivía un poco más atrás, recogía la leche que luego ella vendía por los mercados de la capital y otras poblaciones, antes de fundar el restaurante que inmortalizaría su nombre y al que nos dirigimos


Es la quintana de Casa Xandru y Paz, de la que empezamos a ver al casa y, al otro lado del camino, uno de sus hórreos


El hormigón llega hasta aquí; a partir de ahora el camino mantiene la estructura del viejo empedrado, en el que crece la hierba


Sendas muries de piedra, en las que crece la sebe o seto natural separan este camino de las fincas aledañas


En esta antigua casería viven Xandru González Fernández y Paz González Mesa desde el año 2000, cuando el etnógrafo Xosé Ambás les ayudó a encontrarla para vivir en ella, restaurándola con mimo y recuperando y restaurando también históricos hórreos, uno procedente de Salas y otro de Pravia. Esther Martínez, corresponsal de La Voz del Trubia, escribe de ella en La casería de Puerma, como las de antes, para la edición del 10-4-2017:
"En Puerma (Valduno, Las Regueras) se ubica probablemente la única casa del concejo que, con más de un siglo de vida, sigue manteniendo su estructura original, y en su interior alberga muebles y enseres domésticos que aunque a sus propietarios no les guste denominarlo así, dan la sensación de ser un museo etnográfico, si no fuera porque en este caso sus habitantes utilizan en su vida cotidiana tanto la gran mesa antigua de la cocina, la masera de madera, la rueca, los calderos de cobre colgados del techo, los cuencos, los cestos, las cacerolas, los viejos armarios de castaño, las pieles curtidas y el telar. En él, Paz, en este momento está tejiendo una bufanda con parte de la lana de sus ovejas xaldas".

La casa presenta un elegante corredor orientado al sur, al sol, como es lo habitual, “Cuando se la enseñamos a constructores y arquitectos nos dijeron que era una ruina, nos aconsejaron tirarlo todo pero precisamente la compramos para mantener la esencia tal y como estaba”, comentaban Xandru y Paz a Esther Martínez por entonces recordando esta anécdota de cuando la adquirieron, a lo que añadían que “La vida urbana es bastante tóxica y a los que vienen de fuera les molesta la caleya y el cucho. Eso es porque los paisanos del pueblo no se sienten orgullosos de su cultura, se siente inferiores y todo lo foráneo les parece mejor porque nadie les enseñó a valorar lo suyo”.


Según subimos a Casa Florinda hallamos pues esta maravilla que merece la pena conocer y por lo que es interesante tener en cuenta este desvío, no solo para comer que, recalcamos, no es poco, sino para conocer este lugar cuyos dueños fueron nombrados Regueranos del Año 2017 por la Asociación Cultural La Piedriquina, tal y como podemos leer en la web de la entidad:
"La Junta Directiva de la Asociación Cultural La Piedriquina, tiene el honor de otorgar, por unanimidad, el reconocimiento de REGUERANOS DEL AÑO 2017 a: Xandru González Fernández y Paz González Mesa, de Puerma y a la Ganadería Alvarez y Velasco s.c, de Escamplero.
Para el nombramiento de Xandru González Fernández y Paz González Mesa se ha valorado su filosofía de vida, la recuperación de su casería en Puerma al más puro estilo tradicional, la restauración de su casa y hórreos con el máximo respeto a nuestra cultura, así como su capacidad para poner en práctica la autosuficiencia con sus cultivos, animales, conservas, útiles y prendas de vestir...  
Hemos considerado que son un ejemplo a seguir y que, si hubiese muchos como ellos, no hablaríamos de dejadez ni despoblamiento del campo. ¡Enhorabuena!

Huertas y frutales. A lo lejos, al sur, las colinas del Picu Tueru (234), La Cabañona y otras cierran por el sur el valle del Nalón, ya en territorio moscón (de Grado/Grau)


Cebolles y un cierre hecho con varas de ablanu 'avellano', un sardu 'zarzo' o cebatu


Una hermosa parra nos recuerda que antaño y hasta la filoxera del siglo XIX Les Regueres fue concejo vinícola. En la actualidad un vecino ha recuperado una pequeña producción


Cuando miramos a un lado cuando a otro, en este vergel rodeado de frutales en el que crecen calas, hiedra y diversas plantas usuales en las caserías asturianas de siempre. Otro galardón para Paz y Xandru fue el Premio Lliñu de la Asociación de Amigos del Hórreo Asturiano por la recuperación de este conjunto. Compartimos la noticia del premio anterior de la mano nuevamente de La Voz del Trubia con Esther Martínez y de fecha 23-11-2021:
"Los horreos de la casería de Xandru y Paz, en Puerma (Las Regueras) han sidopremiados en la primera edición de los premios Hórreo Asturiano, convocados por la Asociación de Amigos del Hórreo con el patrocinio de la Fundación Caja Rural de Asturias. Los galardones tienen por objeto  reconocer la labor de aquellas personas que hayan destacado por su aportación a la conservación, protección, puesta en valor y difusión del patrimonio etnográfico asturiano. Los horreos de la casería de Puerma fueron premiados en la categoría ‘Lliñu’ destinado a distinguir intervenciones artesanales de conservación de hórreos, paneras y cabazos asturianos."

Ahí tenemos un fornu 'horno' donde ahora, como antaño, se hacen el pan. Seguimos leyendo a Esther Martínez:
"Tanto el conjunto como la casa son elementos incluidos en el catálogo urbanístico con la máxima protección. 
También en Llazana cultivan escanda y Xandru amasa el pan para el consumo propio. La leche la compra en una ganadería de Alceu (Soto) y aprovecha la nata para galletas y manteca. 
Xandru Fernández y Paz tocan la gaita y bailan en el grupo Andecha Folclor d’Uvieu.
Durante una época de su vida, Xandru trabajaba partes de la gaita; roncones y fuelles que se vendían a Francia, Catañuña, Aragón, Galicia y Madrid ,y Paz construía panderos. 
A esta pareja, que decidió hacer de lo tradicional su modo de vida, les gustaría poder vivir de la tierra, pero cada uno tiene su profesión fuera de este paraíso tradicional.
“Claro que es viable la ganadería, pero cambiando el sistema de explotación, sería fundamental la concentración parcelaria y el cultivo extensivo pero antes hay que preguntar a los paisanos; ellos tienen que decidir cómo quieren gestionar su territorio”. 
Xandru Fernández cree también que los años 50 y 60 fueron nefastos para el mundo rural y que entonces interesaba vaciar los pueblos y reclutar mano de obra barata y poco cualificada para la industria y la construcción. Y piensa que un pueblo que no utiliza todos los recursos está cometiendo un grave error".

También miramos abajo, al suelo, con sus losas de piedra entre las que crece la hiedra


Y arriba, al pasar bajo el primero de los hórreos que se alza sobre el camino y encima de una bodega empleada antaño como cuadra, almacén de aperios u otras utilidades. También aquí tenemos una buena parra. Fijémonos en los truébanos o caxellos 'colmenas' tradicionales para las abejas


La casa, con su antoxana o corrada de suelo de cantos rodados y, arriba, el corredor, de madera y pintado con los colores usuales antaño. Fijémonos en les madreñes a la entrada. Paz Mesa organiza visitas guiadas a esta quintana y a su taller de confección textil con lana de ovejas autóctonas que ella cría. El 9-5-2025 daba la noticia, también Esther Martínez y también para La Voz del Trubia:
"La artesana reguerana Paz González Mesa, que desde su casería de Puerma lidera un proyecto de recuperación de lana de oveya xalda, recibe esta tarde en el Nuevo Teatro de La Felguera el premio ‘Verdes Valles Asturianos’ que otorga la Fundación Marino Gutiérrez Suárez. El galardón se concede por el trabajo de innovación desde la tradición que desarrolla González Mesa desde el medio rural asturiano. Para la artesana de Puerma, el premio supone «un momento muy especial», ya que es un reconocimiento «a un proyecto que nace del amor por la tierra, la tradición y la innovación en el medio rural. Trabajar con la lana de oveja xalda, no representó un paso atrás, sino un salto hacia lo esencial: tejer con ella futuro, identidad y sostenibilidad. Gracias a quienes han acompañado este camino, a quienes creen que el mundo rural tiene mucho que decir en el siglo XXI. Este premio es también un impulso para seguir creando, enseñando y soñando desde lo pequeño y lo artesanal».

El Camino sigue subiendo, si bien más suavemente, mientras recorremos las dependencias de esta casa. Fijémonos en la canaliega o acequia al pie de ella, por donde bajan hacia los prados las aguas de lluvia


Y ahora a la derecha, vamos a ver otros dos hórreos, el primero profusamente decorado


"El hórreo más antiguo procede de un pueblo de Pravia y está datado en el siglo XVII. Su decoración le costó a Paz ocho meses de trabajo". Explica Esther Martínez, esta es su pared sur


Todos estos símbolos y emblemas existen en el arte asturiano de todas las épocas y estilos prácticamente desde la Prehistoria, algunos desde época castreña e incluso anterior, megalítica, pues aparecen en estelas, pasando al arte mueble


Impera el dibujo plenamente geométrico y su significado original pudiera ser el de protección de lo guardado en el interior, si bien con el tiempo pasaron a ser elementos decorativos, tallados y/o pintados que ostentaban la 'riqueza' de la casería


Los arcos de medio punto con los dientes de sierra son muy propios del llamado técnicamente 'estilo Villaviciosa', que se extiende por gran parte del centro de Asturias. Parece seguir el patrón de las iglesias románicas medievales en su esquema


La repetición de motivos transmite sensaciones de movimiento, continuidad, vida, repetición, infinito, eternidad...


La paleta de colores rojo, blanco y negro es también la más empleada desde la más remota noche de los tiempos. Tras los arcos de medio punto aparecen otras composiciones, en forma de cruces de San Andrés y otras, pero siempre con los dientes de sierra negros y blancos


Arcos de medio punto mas diminutos, unos hacia arriba y otros hacia abajo...


La banda ornamentada con estos motivos en forma <<<<<<<<<  en los que alternan rojo y negro sobre fondo blanco con más dientes de sierra negros y blancos arriba y abajo tiene su continuidad en las demás paredes, a lo largo de les colondres o tablas que la conforman


Pero en esta parte, la que mira al camino presenta algunas variaciones que pasamos a comentar


Aquí los dibujos <<<<< dan paso a cuadrados de lados blancos


Dentro de esos lados blancos hay tetrapétalas o plantas de cuatro hojas, pintadas en vivos colores rojos


Detalle de cerca: los lados de estos cuadrados no llegan a tocarse y presentan motivos de cuatro 'X' trazadas en negro con dibujo fino


Fijémonos en este polisquel, uno de tantos elementos que acaso simbolizase el sol en rotación y, por lo tanto, la divinidad o el contacto con la misma en las civilizaciones antiguas, pues aparece en no pocas estelas funerarias. Los colores siempre los mismos, negro, rojo y blanco


Más arriba, en el lliñu o viga superior, los arcos de medio punto siguen un esquema algo diferente pero los dientes de sierra o zigzag siguen presentes, estos dibujados en negro y a trazo fino. Se dice puede representar en esencia y origen tanto al agua como a los rayos solares, según leemos en el Diccionario de símbolos del Blog del Románico lo siguiente al respecto de estas 'líneas dentadas':
"Símbolo básico del elemento agua, y propiciador de la regeneración permanente en distintas culturas, es imprescindible en muchos ritos iniciáticos entre los que puede incluirse el bautismo cristiano (ver Agua y Bautismo). El contacto con el agua pone al devoto en contacto con la divinidad de una manera directa, además de la función purificadora de su contacto con el cuerpo, como también es el caso de las aguas del Ganges en Benarés (ver “Viajes escatológicos”). 
También el agua es propiciadora y regeneradora de la vida animal y vegetal y por lo tanto está relacionada con la fecundidad humana de manera directa. 
En Egipto el jeroglífico del agua es la línea dentada y en el caso del agua sagrada primigenia que intervino en la creación se representa con la superposición de tres líneas dentadas paralelas, además de ser la representación clásica en todas las escenas relacionadas con el Nilo, así como también con las relacionadas con escenas de caza y pesca en los cañaverales.
Todo ello no impide a la línea dentada adornar arquivoltas de forma radial en portadas para representar la acción de los rayos solares, o rodeando las pilas bautismales en una doble línea dentada en el borde superior del vaso en una doble función simbólica de carácter solar y purificadora".


Esta banda nos recuerdan los esquemas de números digitales y otros iconos informáticos. Más arriba hay una composición de formas en XXXXX en forma de franjas cruzadas de dientes de sierra dentro de rectángulos también con dientes de sierra 


Y aquí tenemos una hexapétala, flor galana o estrella de seis puntas, similar a otra que hemos visto en la otra pared. Aparece también en estelas pero también en todo tipo de ornamentación, desde casas y hórreos hasta arcones, puebles, aperos, enseres, vasijas, recipientes, calzado de madera o cuero, etc.etc.etc., pintado o tallado...


En La hexapétala, más que un simple motivo ornamental, la historiadora Ana Fe Astorga González nos explica su significado ancestral en un artículo dedicado a este símbolo en la cercana Maragatería leonesa:
"La rosa hexapétala o rosa hexafolia es la tipología de adorno tanto de bienes muebles como inmuebles, más común en Montañas del Teleno y, sobre todo, en la comarca maragata. Su trazado se hace con fáciles pero prácticos giros de compás de tal manera que, a partir de una circunferencia central, se proyectan sobre su trazo otras seis circunferencias con el mismo radio, de cuyas intersecciones resulta una roseta o flor de seis pétalos elípticos. Existen ejemplos tanto de hexapétalas toscas cuyos pétalos se limitan a meras líneas rectas incisas a palo seco como otras finamente talladas o esculpidas.
Aparecen tanto aisladas como unidas componiendo hileras o grupos de hileras, formando lo que llaman “rosa de la vida”. 
El aspecto vegetal de este motivo es solo aparente ya que habría que interpretarlo como una alegoría de la luz de los astros, principalmente el sol. Esta roseta ya existía como símbolo en la Edad del Bronce, cuando en todo el continente europeo proliferaron los cultos solares. Se cree que, al igual que los trísquelestetrasqueles,… y esvásticas son símbolos utilizados como amuleto benefactor o protector. Así pues, este tipo de decoración maragata forma parte del legado de los pueblos de las culturas castreñas del Noroeste que habitaron estas tierras; pero también de los romanos que asimilaron esta clase de representaciones sincretizando en ellas a Júpiter con las divinidades indígenas y, posteriormente, del cristianismo donde viene a significar la luz eterna y, por tanto, la resurrección e inmortalidad del alma. 
Según el historiador José María Blázquez Martínez, los pueblos prerromanos suponían que el cielo era la morada de los muertos y el dominio de la divinidad suprema -representada por el sol-, lo que indica una concepción astral de la otra vida. Blázquez mantiene que las esvásticas y las rosáceas que coronan las estelas hispano-romanas representaban al sol y al rayo, estando asociadas al culto a Júpiter, dios supremo de los cielos y de la tormenta que, por el fenómeno del sincretismo religioso, se asoció al dios al que los indígenas adoraban en las cumbres de las montañas, en este caso, Tilenus. En el territorio de los astures y de los cántabros se tiene constancia de la existencia de un Júpiter Cantábricus y del culto a Taranis; pero, concretamente, en este entorno de La Maragatería, más que el culto a Júpiter como divinidad de las tormentas, se considera que las hexafolias simbolizan a Marte y más concretamente a la divinidad sincrética de Marti Tileno. 
El antropólogo José Manuel Gómez-Tabanera sostiene que en la Península Ibérica, la hexafolia, al igual que la esvástica, gozan de particular predicamento entre diversos pueblos indígenas del País Vasco, Cantabria, pero también en el ámbito astur-galaico y gran parte de Celtiberia, asumiendo casi siempre una significación celeste/astral que quizá expresa la esperanza en la inmortalidad y en la eternidad… 
Es muy probable que, como legado indoeuropeo o celta, tras ser asimilada por los romanos, se incorporase al arte visigodo desde donde pasaría al pre-románico y al románico ya épocas subsiguientes, subyaciendo en el arte popular maragato en el que será usado en un sinfín de realizaciones y materiales (madera, piedra, cuero), desde decoración de viviendas (cargaderos de puertas y ventanas, solados de piedra,…) y cualquier tipo de edificación al mobiliario (arcas, espeteras, alacenas,…) y a objetos tan corrientes como las “madreñas”, los mangos de algunas herramientas, el ajuar de cocina de madera (cucharas, cucharones, tenedores,…) e incluso a instrumentos musicales como las castañuelas o los arreos de los animales de tiro y las caballerías, los carros y carretas,...  
Así pues, cronológicamente, estamos ante un símbolo que ha perdurado a través del tiempo ya que los pobladores de la Maragatería fueron asimilando los símbolos paganos originarios a nuevos significados cristianos y como elementos protectores de sus casas, familia, ganado,…"

Y esta es una composición de hexapétalas. Abajo en la panera de Casa Felicitas hallamos también bastantes motivos, de los que hablamos en la entrada de blog dedicada al tramo de Camino por Puerma hacia Carril


Y ahora, unos detalles de estos lliños: los de los rectángulos y formas en 'X'...


Y los de semicírculos o arcos de medio punto que, con su medio disco rojo, nos recuerdan al sol del amanecer y del ocaso...


Bajo el hórreo, el carru'l país. No nos olvidemos, mirando las filigranas, de otros múltiples detalles, como los pegollos, la subidoria..., etc. El 25 de julio de 2025 Esther Martínez y en La Voz del Trubia anunciaba un nuevo premio para esta casería, este relacionado con el hórreo:
"La casería de Puerma, en Las Regueras, de Paz Mesa y Xandru González ha ganado el primer premio del Concurso de Hórreos del Festival Adar, que comparten con Susacasa agrocultural de Keko Marcos y Sandra Murillo (Gozón). 
El primer premio «ha sido concedido ex aequo a dos proyectos que destacan por su compromiso con la vida cultural y la puesta en valor del patrimonio rural asturiano» señalan los organizadores. 
Xandru González Fernández y Paz González Mesa se dedican activamente a la conservación de la cultura tradicional asturiana. Presentaron al concurso un conjunto patrimonial compuesto por tres hórreos que forman parte de una quintana tradicional, junto con la casa, el llagar y la cuadra. Entre ellos destaca un hórreo del siglo XVI, decorado en el denominado estilo Villaviciosa, también conocido como decoración medieval. 
Cada proyecto premiado recibirá una dotación de 300 € y será escenario del festival de música clásica el 11 de agosto. Este reconocimiento «celebra la capacidad de ambos proyectos para mantener vivos y útiles nuestros hórreos como lugares de encuentro, tradición, aprendizaje y cultura.», explican desde el Festival Adar".


Pasamos ya a la pared norte, la tercera de las que son visibles desde el camino, donde vuelven las hexapétalas, una similar a la anterior, la del fondo; y otra de color rojo sobre círculo blanco. Abajo vuelven las filigranas en forma de <<<<< y arriba los arcos de medio punto. Aquí se coloca al llabiegu o arado de madera


Uno detalle del esquema decorativo y su composición 


Y ya llegamos al tercer hórreo de la 'premiada quintana', bajo el que se apila la leña


Aquí aparentemente no se aprecian elementos decorativos, pero observemos la subidoria o escalera, de piedras de sillería, y de los hórreos de madera


Y les pegolleres, losas de piedra colocadas en horizontal para que ningún roedor pueda subir escalando y armar una escabechina en el hórreo, granero y despensa que garantizaba la supervivencia de una familia campesina


Esta era la función esencial de los hórreos, mantener la producción a salvo de los ratones y, de paso, de humedades y de plagas, donde se conservaban bien no solo el grano y la fariña de molerlo, sino muchos productos de la huerta, de los árboles, de la matanza, quesos, etc.


Por si fuera poco, el gato tiene aquí también su casa, labrada asimismo con hexapétalas y dientes de sierra


Tras ver este último hórreo, vamos saliendo de esta inolvidable quintana, que podemos admirar en toda su extensión y detalles según caminamos, la cuesta se suaviza notablemente


Aquí el enlosado o empedrado desaparece y el camino se torna pista de zahorra, de grijo y de hierba...


Pasta la reciella, el rebaño de ganado menor, en el prau de la pumarada. Allá vemos de nuevo la parte posterior de Casa Florinda, la de la derecha y de color blanco, fundada en 1963 (otras fuentes dicen 1960) por Florinda Álvarez, quien como habíamos dicho fue lechera, acudiendo desde su casa de Paladín, donde había nacido en 1922, a los mercados de las poblaciones, llevando la leche de las caserías cercanas en tren para venderlo allí


Florinda venía de una familia de 9 hermanos que quedaron huérfanos muy pronto, por lo que fue enviada con sus hermanas a un colegio de monjas de Colloto/Cualloto. Casada con José Suárez, natural de aquí de Puerma, su trabajo como "lechera del tren", como así se las llamaba, ayudó notablemente a la economía familiar hasta que, ya viuda, decidió abrir esta casa de comidas que pronto alcanzó gran renombre por sus guisos


Nos acercamos a la alta cerca que guarda la finca del que fue El Palacio de Puerma, del siglo XVIII y donde hubo juzgado, pero que resultó tan destruido como consecuencia de la Guerra Civil que jamás fue restaurado


Sí seguimos viendo a nuestra derecha Casa Florinda y otras casas de Puerma Riba o Sobrepuerma. En esta foto de invierno, sin hojas en la pumarada, reconocemos bien El Picu Cimeru (435 m), el Alto Pereda (295 m) y, a lo lejos, La Cuesta (278 m). Por ahí estaría además El Castrillón de Areces, otro antiguo castro reconocido también por José Manuel González y Fernández Valles


Entre Casa Florinda y la casa verde de la derecha divisamos parcialmente el Palacio de Bolgues o La Casona, del siglo XVI y fundada sobre otra casa anterior más pequeña por Gaspar de Avilés y Catalina de Hevia en 1540 con su correspondiente mayorazgo, al que renunció su hijo primogénito  Tirso de Aavilés y Hevia, para seguir la carrera eclesiástica, alcanzando importantes cargos catedralicios, aunque su memoria ha llegado a nosotros más como historiador, epigrafista e investigador de heráldica


De frente a nosotros está El Picu la Peña o Alto de Anzu (261 m), a cuyos pies pasaremos el Nalón por el puente medieval de Peñaflor. Más a la izquierda es El Picu Tueru (234 m)


Caminamos prácticamente en llano, entre la tapia de una gran finca y el muro del Palacio de Puerma o Casona de la Caballera, del que el 4 de agosto de 2023 y con motivo de su puesta en venta daba estos datos la web de la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA):
"En Las Regueras, se vende la Casona de la Caballera, también conocida como palacio de Puerma, por estar ubicado en esta localidad. 
El precio son 45.000 euros, según el portal inmobiliario en el que aparece anunciado este inmueble, y después de que su actual propietario rebajara el precio inicial en más de 8.500 euros. 
Se trata de una casona solariega del siglo XVIII, que fue juzgado antes de la Guerra Civil y que, tras la contienda, sufrió tantos daños que no se restauró. Es un edifico de piedra, con dos plantas, rodeado por un gran muro".

Unos días después, el 12 de agosto, La Voz de Asturias anunciaba también su venta de manera similar:
"Si cuenta en su haber con 50.000 euros puede tratar de hacerse con todo un palacio, ya que la Casona de la Caballería, como también se conoce en Las Regueras al palacio de Puerma está a la venta por ese precio. 
En el portal inmobiliario Idealista ese es el precio por el que se ofrece este inmueble histórico, un palacio rural que, de acuerdo con la descripción que se muestra en la web, precisa de una «gran rehabilitación», tanto de su tejado como del interior. 
Con capilla adosada dedicada a San Antonio, que cuenta con espadaña de un único vano y óculo, se ofrece como una alternativa orientada tanto para vivienda como para un posible alojamiento rural, dado su cercanía al camino de Santiago, «entorno apacible y bello paisaje». 
El palacio de Puerma, típica casona del XVIII, tiene dos plantas, 200 metros cuadrados construidos y seis habitaciones (sin baño). 
El conjunto está rodeado por una gran cerca y está en ruinas desde los años de la Guerra Civil, ya que el conjunto quedó muy dañado durante la contienda. Antes de la guerra el palacio fue empleado como juzgado".

El Palacio de Puerma está orientado al oeste en su fachada principal, incluyendo su capilla de San Antonio, a diferencia del de Bolgues, que mira al sur. Reconociendo los que queda en pie de su estructura parece ser del modelo de palacio con dos torres separadas por un cuerpo central



Delante del cuerpo central parece habría un portalón en el piso bajo y a la entrada y, arriba, acaso, un largo corredor o galería


Y este sería pues el acceso principal al interior, donde crece la maleza


La capilla de San Antonio se encuentra adosada al palacio y a su lado derecho respecto a esta su fachada principal, pegado a su torre septentrional. Su estructura se compone de planta rectangular con puerta adintelada


Sobre la puerta hay un óculo que proporcionaba luz natural al interior. Esta fachada se remata con frontón triangular interrumpido por la espadaña del campanario. Se supone que antaño los señores del palacio podrían entrar desde él directamente a la capilla a través de una entrada en el primer piso, que daba paso al coro


De este pueblo es originario el apellido Puerma que se extendió hasta tierras jienenses de Castillo de Locubín, en cuya web histórica nos encontramos con el artículo La gran familia de los Puerma, del que compartimos lo siguiente:
"El apellido Puerma es uno de los más comunes en nuestro pueblo. Con las emigración de las últimas décadas se ha extendido a casi toda España pero su origen está en Asturias, concretamente en el concejo de Las Regueras, muy cercano a Oviedo. 
La palabra Puerma proviene de Porma, vocablo muy antiguo, de origen indoeuropeo prelatino, que hace referencia al agua. No es de extrañar este nombre ya que Puerma se encuentra muy cerca del río Nalón y de otros muchos cursos de agua y manantiales. 
Toribio de Puerma González fue el primer Puerma que se estableció en Castillo de Locubín, en la segunda mitad del siglo XVIII. Era natural de Ania, parroquia de San Julián de Viado, perteneciente al concejo de Las Regueras, en el Principado de Asturias. 
Según la tradición oral familiar, Toribio tuvo que salir de Asturias por «un asunto de faldas». Se desconocen los detalles de tal asunto, pero debió de ser algo gordo para poner tanta tierra de por medio. Tampoco se sabe porqué eligió precisamente el Castillo de Locubín para asentarse. 
Era descendiente de hijodalgos de sangre y, ya instalado en el Castillo, tramitó un expediente en la Real Chancillería de Granada para que le fuera reconocida su calidad de hidalgo. En Castillo se casó dos veces y tuvo once hijos, dando lugar a la numerosa descendencia que hoy son los Puerma. Sabemos que fue administrador de las fincas de la poderosa familia de los Arandas y alcalde de Castillo a principios del siglo XIX. 
El escudo de armas de los Puermas es: en gules, un creciente ranversado de plata, cantonado de cuatro estrellas de oro. Es decir, en fondo rojo, una media luna, con los cuernos mirando hacia abajo, en color plata, rodeada de cuatro estrellas amarillas. Desgraciadamente, no ha sido posible encontrar ningún escudo de este apellido para fotografiarlo".

Después de la capilla, sigue el muro del palacio; de frente, El Picu Traveséu (128 m) y campos de La Sienra y Les Viñes, topónimos ligados a aprovechamientos del suelo, el primero significa 'conjunto de hazas que pertenecen a una gran heredad' y el segundo, evidentemente, a los cultivos de viñas


Traveséu sería por su parte una evolución de la raíz latina transversam 'transversal', que para el filólogo Xulio Concepción Suárez en su Diccionario toponímico de la montaña asturiana sería "una zona transversal de una ladera muy pendiente y escarpada, que sirve de paso menos mal a personas y ganados."


Pero para montaña escarpada, además de boscosa, tenemos ahí el Alto de Anzu o Picu la Peña ya referido. También llamado Picu la Peña por sus afloramientos rocosos, y Picu los Horrios, no por la existencia de hórreos estilo granero sino por la raíz prerromana ur referida a 'altura, monte, montaña'


A sus pies vemos algunas casas de Anzu, parroquia moscona de Peñaflor, que desde la parte inferior de su ladera oriental se extienden hacia la vega del Nalón, por donde discurre la N-634, antigua carretera Oviedo-Villalba, cuya puesta en marcha a mediados del siglo XIX relegó al Camín Real

Frente a Anzu estuvo el puente de Carril, una quintana por la que pasaremos en camino a Peñaflor. José Manuel González examinó sus restos y resolvió será de fábrica romana. Su destrucción en una riada en la Edad Media motivó la construcción del de Peñaflor en el siglo XII, reconstruido en el XVI

Nuestro camino hace aquí una curva cerrada en ángulo recto a la derecha para bordear esta esquina del muro palaciego y dirigirnos a Casa Florinda



Una estaquera o cierre de estacas separa el camino de la pumarada, a nuestra derecha


Y avanzamos todo en recto y en llano entre unos tendejones, siempre con el muro de la Casona la Caballera a nuestra derecha


Hay también una figar o figal 'higuera' y otros frutales en terrenos que, sin duda, pertenecieron antaño a los señores del palacio




Ya tenemos ahí delante el cruce con la carretera AS-372, por la que iremos hacia Casa Florinda


La carretera comunica el valle de Sotu con Peñaflor y pasa bajo El Picu Traveséu con sus antenas y afloramientos rocosos, donde vemos también algún tendejón


De frente tenemos la carretera que sube a Bolgues por El Campón, pero nosotros, como ya hemos dicho, iremos a la derecha, hacia Casa Florinda

Realmente no haría falta casi ni salir a la carretera, pues antes, a la derecha, podríamos atravesar, más seguros, la explanada de los aparcamientos del restaurante, que ya vemos al fondo (derecha de la foto)

Más lejos, volvemos a ver El Monte la Parra con el castreño Castiellu los Vallaos. Antes de que fuesen plantados de ocalitos se sabe era una majada pastoril y braña vaquera (vaqueira más al occidente) de ganaderos trashumantes que permanecían aquí durante el invierno para regresar en verano, o avanzada la primavera, a las brañas de alzada en la Cordillera, por la zona de Babia (Torrestío), donde tenían su otra residencia, una vez se hubiesen retirado las nieves y los fríos


Atravesando el aparcamiento pasaríamos sin necesidad de cruzar la carretera y casi sin cruzarla a esta primera casa. Detrás de ella ya, Casa Florinda


Con motivo del fallecimiento de Florinda Álvarez, la periodista Esther Martínez publica su obituario y con él una buena biografía de ella y de esta su casa en La Voz del Trubia del 6-1-2021:
"Florinda Álvarez, fundadora de Casa Florinda de Puerma (Las Regueras) falleció hoy casi centenaria, con 99 años. Nacida en Paladín el 6 de enero de 1922, se casó con José Suárez de Puerma. Tuvo una hija, Adamina, que quedó viuda hace pocos años y por lo que Florinda quedó muy apenada, una nieta, Begoña y dos bisnietos Pablo y Noelia. Florinda fue una mujer muy querida y admirada. 
Procedía de una familia de nueve hermanos que quedaron muy pronto huérfanos de padre y madre y por este motivo asistió al colegio de monjas de Colloto junto a sus hermanas. Ya desde joven destacó por ser emprendedora. Era de «las lecheras del tren» como así se las conocía. Recogía leche por el concejo y utilizando la FEVE que pasaba cerca de su casa, la llevaba a vender por todo el recorrido. Empezaba en Trubia y acababa por los pueblos de la cuenca minera hasta donde llegaba el ferrocarril. 
En 1960, ya viuda, abrió el bar Casa Florinda que en unos años se convirtió en un templo gastronómico con clientes de toda España e incluso hay emigrantes en distintas partes del mundo que acuden fieles a su cita con los fogones de Florinda, cada verano. La fabada, el pote, la carne guisada y el arroz con leche son sus platos estrella. Hace unos años que son su hija y su nieta las cocineras pero hasta hace unos días que tuvo que ser ingresada por un problema respiratorio, Florinda recibía en su sillón de mimbre a la izquierda de la puerta, a todos los clientes. Cuando pudieron abrir de nuevo tras los meses de confinamiento, le hicieron una protección con cristal en su sitio de siempre, desde donde era asidua lectora de La Voz del Trubia. Desde la redacción del periódico expresamos nuestras condolencias. En su negocio siempre quiso dar cabida a la familia y además de la directa, trabajan dos sobrinas desde hace 35 años."

El historiador y gastrónomo Luis Antonio Alías visitó Casa Florinda en 2019, por lo que conoció en vida a su fundadora. Fruto de aquella memorable jornada es este su artículo para el diario El Comercio publicado el 22 de febrero de aquel año:

"En la entrada, la mismísima Florinda suele dar la bienvenida al recién llegado desde su sillón de mimbre. Y ya suma 97 primaveras claras de cabeza y fuertes de cuerpo. Algo tendrá que ver el aire, el agua y el paisaje verde y reposado, de colinas suaves y castañéos renovados donde vuelven a florecer las incomparables castañas valdunas, con la suavidad de su acogida. 
O con la energía mostrada cuando el guión de la vida se lo exigió: mediado el pasado siglo redondeaba los magros ingresos de José, su marido, práctico en la Trubia, trasladandose por tren a los mercados de Grado u Oviedo, y vendiendo directamente, «de la lechera al cazu», leche de las vaquerías vecinas. 
Demasiado trabajo y demasiado tiempo:«Mejor construyamos una casa en terreno familiar para que, con toda mi ayuda, allí cocines», le dijo José un día. 
Gran idea la del bar. Florinda guisaba (¡y guisa!) maravillosamente, y de vecino a paisano, y de paisano a forastero, lo que allí se servía produjo visitas de cada vez más lejos, incluidos cazadores y peregrinos jacobeos. Unos para festejar y aprovechar las piezas cobradas, otros para continuar animados y fortalecidos. 
En ese ambiente de honradez y destreza creció Adamina, la hija y continuadora por deseo propio, que tras acabar estudios prefirió quedarse en el pueblo y reforzar el negocio de sus padres; y otro tanto ocurrió con la nieta, Begoña, tercera generación: «viví en Oviedo, me hice administrativa, y finalmente regresé, una decisión acertada para mi y para mis hijos». 
Probablemente hablemos en un futuro de cuarta generación. 
Hoy por hoy, igual que hace casi sesenta años, de lo que seguimos hablando es de dos cocinas exclusivamente alimentadas por carbón y leña donde el pote y la fabada, fijo el primero los miércoles, y fijo la segunda los jueves, bullen lentamente sobre la bruñida chapa. Y de corderín guisado con patatinas, pitu caleyeru, carne guisadina, cocido de garbanzos, callos, platos de la güela, tarta de queso, arroz con leche… 
Y en cuanto cantidades, dadas las calidades, si usted pertenece a la generación 'no dejes nada en el plato, rapacín', repetirá y le costará llegar al pan pringado. «Les fabes, los compangos, las verduras, las carnes, prácticamente todo, lo compramos a los mismos vecinos, o a sus hijos y nietos, de por aquí mismo», apunta Begoña. 
Un aquí mismo notable con Candamo a un lado, al otro Peñaflor, cerca el sólido puente de piedra sobre el Nalón y sus fértiles vegas y de cocorota la sierra del Pedroso. Desde la terraza paraventada de Casa Florinda, su chigre de entrada o su pulcro comedorín, el concejo de Las Regueras nos coloca a medio camino de un montón de poblaciones importantes aunque permanezca tan fragoso y fragante como solitario e incógnito."

"Restaurante fundando en 1963, ofrece comida tradicional Asturiana. Mucha experiencia, calidad en sus productos y el buen trato, son sus principales avales", leemos de Casa Florinda en su página de Facebook, donde podremos quedarnos boquiabiertos con las numerosas fotos de sus manjares, algunos de los cuales vamos a degustar


Frente a la casa hay otro aparcamiento, pero suele quedarse pequeño. Aquí tenemos la terraza paraventada de la que escribe Alías...


Si no hemos reservado habrá que esperar con suma paciencia, pero mucho mejor hacerlo para evitar quedarnos sin probar las exquisiteces del lugar. Nos arrimamos a la barra. Florinda ya no está para recibirnos pero su legado se mantiene vivo con toda intensidad en las nuevas generaciones que llevan el negocio. También David Castañón, gastrónomo, conoció a Florinda, escribiendo así en su web Les Fartures:
"Uno de los templos de la Fabada de Asturies, y decir eso son palabras mayores. Según entras al local, Florinda te saluda protegida desde su cubículo a sus 98 años. 63 años lleva dando de comer en Les Regueres, con su cocina de carbón y de leña. Y son ahora su hija y su nuera las que continúan su legado con la misma calidad."

Pasamos al pulcro comedorín, que también dice Luis Antonio Alías, con sus ventanas dando vista al valle. "Lleno siempre hasta los topes, reserva. Según entras zona de barra, con alguna mesa. Y al fondo un amplio comedor con cristaleras y vistas muy guapas". Dice por su parte David Castañón


Pero las mejores vistas son las de esta suculenta ración de fabada servida en gran perola, llena hasta arriba y abundante para que te sirvas a discreción, como recalca David Castañón:
"La Fabada es de las mejores que vas a poder probar en Asturies, y repito, eso son palabras mayores. Excepcional. Faba muy suave, se deshace, entera, no notas la piel. Maravillosa. Faba de Pravia, compangu casero. Pota al centro de la mesa. Felicidad absoluta". 

Nos servimos generosamente les fabes, con buen compangu abundante de chorizu, tocín y morciella
; estamos en "Uno de los templos de la fabada que no os podéis perder", como asegura también David Castañón


Da pena dejar nada en el fondo, les fabes están diciendo 'coméime'


"No tienen carta, solo menú, muy bueno", advierte David Castañón, con cierta variedad para elegir primero y segundo, tal que esta fuente de carne con patatas fritas y pimiento


De postre optamos por el requesón, maravilla de maravillas culinarias dulces


Esta es otra de nuestras visitas a Casa Florinda, donde comimos en la terraza, dando vista a los campos de Bolgues. Ese día pedimos otra especialidad, el pote asturianu, que lleva fabes pero también patates cocíes y berza, con el correspondiente compangu siempre


De segundo tocaron algóndigues caseres con patates frites y pimientinos


Y de postre, la tarta quesu, bien regada de rico caramelo


Tras la comida y unos instantes de sobremesa (no mucho, pues sin duda tendremos gente esperando), reanudaremos la marcha, regresando por donde volvimos


Volveremos así a pasar delante de las ruinas del Palacio de Puerma y bajaremos por la casería de Xandru y Paz...


Y continuamos el Camino de Santiago justo donde lo dejamos, frente a Casa Felicitas


Desde ella seguimos pues a la derecha, camino de Puerma Baxo y Carril, siguiendo las vegas y riberas del Nalón hasta L'Aracha y Peñaflor, con ganas ya de cruzar su histórico puente de piedra, testigo de tantos y tantos episodios acontecidos en estos parajes...







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