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La Torre Vieya |
La Torre Vieya es una torre medieval, situada en el pueblo de Vil.lamouros o Villademoros, que pertenece a la parroquia de
Cadavedo/Cadavéu, en el concejo de Valdés, costa occidental asturiana, donde se unen los caminos de Las Ballotas y de Las Palancas, las dos rutas que salvan las fragosidades de Las Luiñas. La torre como tal no está en el mismo camino, pero sí cerca de él y puede visitarse con todo merecimiento, pues es un hermoso aliciente de la historia y patrimonio de estos lugares, que tienen otras excelencias imprescindibles de conocer
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La Ribeirona y arriba La Regalina |
Aparte de la arquitectura rural, el paisaje de la rasa costera, las casas de indianos, el Casino y tantos rincones que conoceremos haciendo el camino (el de Las Ballotas principalmente, que es el que atraviesa Cadavéu), unos cortos desplazamientos nos permitirán conocer su gran playa de
La Ribeirona, a la que podemos acercarnos en un corto desvío de apenas 500 metros por el pequeño valle del río Friera, que nos encontramos antes de subir al pueblo
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La Regalina |
Otro lugar, no en el camino pero sí cerca de él, absolutamente recomendable de visitar, y que es una inexcusable, es La Garita o
La Regalina con su campo de renombrada romería y centro de la más genuina tradición valdesana, al que también le hemos dedicado la oportuna entrada de blog
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La Torre Vieya desde el Camino |
La Torre Vieya se ve desde el camino que, desde el albergue público de peregrinos de Cadavéu, entra en Vil.lamouros. No es una distancia grande, pero para quien va caminando el ir y el volver puede causar cierto quebranto de tiempo, esfuerzo y apuros horarios que, por muy libres que vayamos, siempre existen
Por ello, para poder acercarnos a La Torre Vieya, vamos a proponer un paseo que puede hacerse sin problema, por ejemplo si realizamos una ruta corta, tras la montaña rusa de Las Ballotas y, pernoctando en alguno de los albergues o alojamientos cadavedanos, disponemos de una tarde libre para recorrerlos, pues además caminaremos por una preciosa senda
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Carretera de la Playa (VA-3): el Camino sigue de frente y a la derecha se va a La Regalina |
Por supuesto otra posibilidad es, si llegamos bien de tiempo y sabemos que tenemos plaza para dormir, realizar este paseo antes de llegar al albergue o al hospedaje que hayamos elegido, pues desde La Torre puede volver a enlazarse con el Camino sin necesidad de volver atrás por el mismo camino. El lugar del que partimos es el cruce de la Carretera la Playa (VA-3), por donde acaba la cuesta que hemos tomado tras cruzar el río Frieras para entrar en Cadavéu: el Camino sigue de frente hacia el camping, El Casino, los albergues... y a la derecha se va a
La Regalina: es el que en este caso vamos a tomar
Efectivamente esta ruta está pensada para visitar ambos enclaves, La Regalina o La Garita, y La Torre Vieya, esta más alejada
Por supuesto, ni que decir tiene, que esto es solo una posible idea para descubrir, haciendo el Camino, ambos lugares, luego cada persona puede perfilar otras, ir primero a La Torre desde el albergue por ejemplo, y acabar en La Regalina, o escoger cualesquiera otros caminos, visitando también otros sitios importantes, como la Playa Campiechos o Campiel.los, por ejemplo, al norte de La Torre Vieya
Por ejemplo, aquellos peregrinos que hayan hecho el Camín de la Sierra Las Palancas es posible que puedan preferir visitar La Torre primero, pues les pillaría más cerca, dado que si quieren pernoctar aquí han de retroceder, ya que llegan al final de Vil.lamouros/Villademoros, saliendo ya hacia Quintana
En nuestro caso, tomando el camino de La Regalina junto a la finca El Gordián, llegamos ahora de frente a una importante encrucijada
Por el camino de la derecha se va a La Regalina, que puede visitarse antes y luego volver aquí. Dado que, insistimos, tiene su propia entrada de blog a ella dedicada, os invitamos a que la veáis y consultéis. En este caso vamos a seguir de frente para ir directamente a
La Torre Vieya
Pasamos así al lado de esta casa y su hórreo
Las zonas rurales costeras van haciéndose cada vez más residenciales y de alojamientos turísticos y segundas residencias
Casa y finca con frutales y árboles ornamentales
Hórreo con grandes faldones, también llamados mandiles. Como los muros de debajo, hechos con la idea de guardarse lo más posible de los vientos, que soplan en todas direcciones en esta llanura de la rasa costera
Llegando a esta casa una bifurcación: iremos a la izquierda
Campos recién sembrados de maíz, al comienzo de la primavera
Es el lugar de Sienra Mayor. La palabra
sienra, que a veces aparece mal trascrita como
sierra, conjunto de hazas de terreno que pertenecen a una gran heredad
Apreciamos perfectísimamente la citada llanura de la rasa costanera, viendo al norte el azul del mar, el Cantábrico
Las viviendas campesinas, bien pertrechadas algunas entre muros y paredes. Fijémono en esta, cuya cubierta es de pizarra mientras que su hórreo es de teja
Las hortensias, uno de los grandes símbolos naturales de estos pueblos, que pronto se teñirán de muy vivos colores. En la página de
La Reserva de Los Campos le dedican un apartado muy especial que queremos transcribir:
"Es la flor de Cadavedo por excelencia, las hay por todas partes, de todos los colores, aunque predominan las blancas. Su nombre técnico es Hydrangea y dicen que procede de Asia, aunque se desconoce quien trajo las primeras hortensias a Cadavedo. Es una planta que necesita mucha agua, pero no charco, buen drenaje y clima moderado, ni mucho frio ni mucho calor, es decir, que Asturias es su habitat perfecto. Todo el mundo las cuida con mimo y a cada persona que le preguntes cómo las tiene tan bonitas, te contará un método distinto: unos las podan en octubre, otros en enero, unos dicen que se dan mejor en semi sombra, otros que no tanto. Pero todo el mundo intenta que estén grandes y bonitas para el verano, que es cuando más gente viene a vernos. En todo caso, las flores salen entre mayo y octubre y, según dicen los expertos, esto depende de si las podas más hacia octubre o más hacia enero.
Parece ser que, en función de la acidez del suelo, la Hydrangea adopta un color u otro. Los más habituales son blanco, azul y rosa, aunque se pueden forzar colores intermedios de hortensia añadiendo algunos elementos al terreno o incluso flores variadas o mezcladas.
El azul se consigue en terrenos más ácidos, por lo que se añade sulfato potásico, sulfato amónico o nitrato amónico. En suelos más alcalinos, que son los más habituales en nuestra zona, las flores salen blancas; y en suelos con un pH intermedio (alrededor de 6) es cuando salen colores más rosados.
Si quieres llevar una hortensia como recuerdo de tu viaje a Asturias, se reproducen muy fácil, una sola caña basta para plantarla en una maceta que tienes que regar muy bien, recuerda, sin encharcar... y tendrás un trocito vivo de Cadavedo en tu balcón"
Otro hórreo con su mandil. Suelen tener debajo bodega, tradicionalmente empleada como almacén de aperos agrícolas
Gran portón y corralada
Las palmeras, emblema traído e inspirado por los americanos o indianos, de los muchos que hubo en Cadavéu
Los muros se cubren de verde y otros colores, más flores y vegetación. El gran poeta cadavedano
Fernán Coronas, El Padre Galo, las cogía para llevarlas a la patrona del pueblo, Santa María de Riégala o La Regalina, cuyo culto, que había menguado respecto a otras advocaciones, restituyó. De ahí su poesía
Lluz de las flores:
Mientres nu monte todu son faloupus,
na mi aldeína todo son violetas
que pulus sucus a puñaus apaño
pa la mi Reina
Flores, floriquinas d'humildá atraitiva.
pa mí tenedes claridá de estrellas,
pur esu quieru que pur mi llumedes
xunta la Reina
Bifurcación y a la derecha. Las casas forman aquí barrios y calles.
Era este el camino de la iglesia antigua, que también recordamos con el Padre Galo y sus versos Camín de la iglesia:
Nu cielu que ta de color de violeta remustia,
el sol que puen toma güey el blancor duna hostia.
You miro palló, peru miru namás un momentu,
que cerca d'eiquí vive Dieus ny mayor Sacramentu.
Para El se me va la mirada, el amor ya el espritu
ya yá el corazón mirasole del Sol infinitu
Otra bifurcación y seguimos de frente, calle adelante. Rincones muy añorados por Fernán Coronas, que recorrió toda Europa con su Orden. Así el 20de noviembre de 1910, estando en el Piamonte, escribía con nostalgia:
En qué pienso ahora, preguntáisme,
mientras del ocaso miro hacia el confín.
Pienso en un perdido paraíso
do por breve tiempo fui en verdad feliz.
Pienso en dulces fiestas que pasaron,
pienso en las iglesias de mi astur país
y la luz evoco de la aurora
cuando tantas flores daba mi pensil.
Pienso en las capillas de mi Asturias,
donde el llamamiento de Jesús oí.
Bellos santuarios de mi Cadavéu,
¡Dios me deje veros antes de morir!
Pocos saben que el pueblo dio nombre a un personaje y novela de ficción,
El Capitán Cadavedo, de José Arnao y Bernal. De ello habla este artículo de La Nueva España,
La línea del mar, publicado el 4-9-2013:
"El capitán Cadavedo» es una extensa novela de aventuras marineras escrita por D. José de Arnao y Bernal y publicada en Cádiz en 1882, a cuya reedición facsimilar J. E. Casariego puso un vigoroso prólogo en el que se refiere muy secundariamente a la novela pero donde se las ingenia para publicar parte de su poema heroico «Mares y veleros de España». Tiene razón cuando afirma que si la novela hubiera sido inglesa habría tenido más éxito y califica a su olvido de «antipatriótico». El protagonista de la novela es de la Concha de Artedo, donde se desarrollan algunos de sus episodios. No sé si la habrá leído Baroja, pero las coincidencias con «Las inquietudes de Shanti Andia» se perciben con claridad. Naturalmente, Baroja es mucho mejor narrador que Arnao y Bernal, pero éste, comandante de infantería de Marina, estaba más familiarizado con el mar y sus «pilotos de altura».
Y prosigue el artículo con una buena referencia a esta población costera, que fue en tiempos también pescadora y marinera, con puerto ballenero en La Ribeirona:
"Al oeste de la Concha de Artedo, ya en tierras de Luarca, se encuentra Cadavedo rodeado de mar, de donde era el padre Galo Fernández, más conocido por «Fernán Coronas», poeta de la «llingua» de extraordinaria hondura y versatilidad, y español ante todo (lo apunto por quienes entienden las peculiaridades lingüísticas como oportunidad para la desunión), que al dar su ¡viva España! lo daba a sus provincias (Vasconia, Cataluña, Galicia, «Castiella» y Asturias, «la mi Asturias»). Cantó las flores, el «cuquiellu», «la casina vieya», la tarde gris, la salida del sol, la procesión de estrellas, los «páxarus marinos», el domingo por la mañana, la hoja muerta, el agua que baja cantando, glosó a San Agustín y tradujo a Goethe. También cantó, cómo no, al mar: «Fuxiere mar adientru / yo bien quedría». Junto con el oriental Pepín de Pria y el central Teodoro Cuesta, el occidental P. Galo es la cumbre poética del bable"
Los caminos de esta parte de Cadavéu suelen ser muy tranquilos, incluso en verano. Solamente vecinos, visitantes y algún senderista que realiza esta ruta, que tiene algún cartel y enlaza con la cercana senda costera veremos seguramente por estos caminos, un tanto apartados de las zonas más frecuentadas, la carretera general con sus bares y albergue o la carretera de la playa y los accesos a La Ribeirona y La Garita
Disfrutemos por lo tanto de este ameno paseo, dando vista a casas, hórreos y paneras, de los que encontramos estos datos en la tan socorrida Wikipedia:
"Cadavedo es, actualmente, un núcleo rural disperso, formado por 290 edificaciones de las cuales, 107 son anteriores al año 1900, 42 han sido construidas en el período 1900-1950 y las 151 restantes, desde esta fecha hasta la actualidad.
La dependencia mayoritaria, en otros tiempos, eran los sectores agrícola-ganadero y pesquero, hoy en día los sectores de más importancia son: servicios (cabe destacar la hostelería), maderero, agrícola-ganadero, pesquero y turístico"
Los hórreos y las paneras, construidos para guardar las cosechas del preciado cereal panificable que se molía y se amasaba para hacer el pan, o la borona, el pan de maíz, en casa, hace tiempo han perdido el cometido para el que fueron creados pero se conservan como elementos del patrimonio, la historia y la personalidad del pueblo. No pocas de sus bodegas han sido habilitadas como vivienda
Así, por ejemplo, definen Cadavéu en Asturias.com:
"El enclave de Cadavedo fue galardonado con el premio pueblo más bonito de Asturias en 1954. Ocupa hoy en día lo que antaño fuese el emplazamiento del puerto medieval de Vallenarán, que se dedicaba a la caza de ballenas. Se trata de un pequeño laberinto de callejuelas asfaltadas entre hórreos superpuestos, casinas con jardines cuidados y presumidas villas indianas"
A nuestra derecha. el hórreo de Casa Méndez
Buena referencia visual y orientativa, la placa con el nombre de la casa
También aquí la bodega ha pasado a formar parte de la vivienda
Este otro hórreo en cambio conserva la bodega de piedra tal cual era
Dejamos atrás este barrio, en el que el camino o calle es como un patio de vecindad, y continuamos la marcha
Los tupidos setos son también unos estupendos muros naturales de protección contra los vientos
Al sur-suroeste se divisan unas montañas: la Sierra o Monte L.lamas (353 m), que marcan la divisoria de tres parroquias valdesanas, Cadavéu y Caneiru en la costa, más Trevías en el interior
Unas vacas frisonas, buenas productoras de leche, rumian echadas en el prado, frente a las casas
A nuestra izquierda, al sur, las estribaciones más occidentales de la Sierra de Las Palancas, por donde baja el otro camino, el de la montaña, hacia San Pelayo o San Playu de Teona, antes de venir a unirse a este en Vil.lamouros, ya saliendo hacia Quintana
Nos acercamos a La Cruz, cerca del solar de la antigua iglesia
A la derecha otra vista de la gran planicie, recién plantada de maíz, de Sienra Mayor
Más allá, la línea azul del horizonte marino. A esa altura están las pequeñas playas o riberas de Los Castros y Fontaniecho
Llegando a La Cruz, un gran caserón, cerrado por buena tapia
Unas altas palmeras delatan su pasado indiano, el de tantos emigrantes que salieron a hacer las Américas
Según pasamos admiramos este precioso jardín
Casa de piso alto con bajocubierta que en la práctica es una altura más dentro de la vivienda, y al lado cochera y hórreo con bodega. Muchos indianos al volver hacían una casa nueva o reformaban la antigua familiar, gran parte de ellos seguían teniendo apego a las labores campesinas, por lo que hacían o conservaban hórreos y paneras, así como cuadras, campos y cobertizos
Si bien hay diferentes opiniones, el fenómeno indiano propiamente dicho se da en arrancar a mediados del siglo XIX, cuando las reformas liberales levantaron la mano a la emigración fuera de España de gran cantidad de gentes, las guerras carlistas y de África, que ocasionaron que muchos mozos marchasen para eludir el servicio militar, y la necesidad de mano de obra emprendedora en las nacientes repúblicas americanas. Su final se señala en los cambios económicos mundiales tras el crack de 1929, ese decir, a lo largo de los años 30 y hasta las guerras civil y mundial. En la posguerra hubo emigración a América, pero en otras circunstancias y con otros destinos, ya no siendo considerada emigración indiana
La Cruz debe su nombre a esta cruz en esta encrucijada, la cual delata la cercanía al solar de la antigua iglesia, pues era hasta donde llegaban las procesiones
De La Cruz el camino sigue adelante hacia la siguiente casa (a la izquierda), si bien hemos de informar que a la derecha se puede ir a la
Playa de Campiechos o Campiel.los
Al pie de La Cruz hay un buen banco para poder descansar unos instantes. Si bien el paseo es corto, sin duda los peregrinos llevan muchos kilómetros ya a las espaldas y agradecen un alto en este lugar tranquilo y apacible
Reemprendiendo la marcha, la siguiente casa a la que nos hemos referido era la antigua Rectoral
Al pasar frente a ella, en la fachada un detalle lo delata
Una placa dedicada al párroco D. Manuel Fernández, del año 1930, cuando deja la parroquia para ocupar el cargo de Rector en el antiguo Seminario de
Valdediós (monasterio que habrán conocido los peregrinos del Camino Norte que escogieran ir por ese lugar)
Con motivo de su marcha Fernán Coronas le dedica estos versos:
AL NUESU PÁRROCU D. MANUEL FRENANDE QUE SE NUS VEY PA VALDEDIOUS DE REUTOR
La mesa parez altare
ya, yá l'altarín de casa
y'alredore de la mesa
qu'axunta la fe la xantaç
demde lus tiempus más vieyus
fanse xuntas, ya amoradas.
Amoradas de despìdu
nun pueden ser ensín pena,
y'al parabien que güey damus
al párrocu que nus deixa,
nasqu'el vaya pa bon xeitu
miánicas llárimas llieva.
Nun se puede bien decire
el sentir qu'esprimentamus
de satisfaición ya pena
mecidus d'un modu extrañu
pul reutor que consiguenun
pul padre que nus llevanun.-
Aquí tamos atotadus
n'unión de feitu cordiale,
pa dicer que las oveas
del rebañín delllugares
tan d'acuerdu cul pastore
y han seguir así'n delantres.
Na cena de los adieuses
en nome de la parroquia
todus a una pedimus
qu'algún día a venus volva
y ha ser pa nos una fiesta
que nos consuele desta hora.
Dende güey la mi faliella
pierde ya gana un amigu
y'al perdelu en Cadaveu
gana ayures lu perdidu,
u meyor pueda ensiñase
la dotrina d'esturianismu.
Agora, pa terminare
un recau daremus inda,
qu'a mí en faliella me dierun
unas parés bien antiguas
par'outras parés d'antanu
que en Valdedious avixilan.
Pa aquella ilesia que cunta
doce sieglus per-gloriosos
unvía para usté memorias
delsou amore más fondu
una torre d'nce sieglus:
¡la torre de Villamourus!
Precisamente la torre a la que nos dirigimos ahora, todo concuerda y se relaciona en este paseo, del Camino y La Regalina a La Cruz, la rectoral y ahora, antes del torreón, pasaremos por el camposanto, al lado del que estuvo aquella antigua iglesia
Al sur el barrio de Los Campos y las montañas de
Las Palancas, curioso nombre para una sierra, pero no tiene que ver con las palancas que hoy conocemos, sino en la raíz indoeuropea prerromana
pal-
pala, montaña o roca, como el famoso puerto de montaña de
El Palo, en el no muy lejano
Camino Primitivo, unos kilómetros más al sur
Llegamos así al cementerio de Cadavéu, que está al lado del solar de la desaparecida parroquial de Santa María de la Riégala
Iglesia y cementerio estaban aparentemente en un lugar apartado, pero tal vez en el pasado no lo fuesen tanto. La construcción de los templos antiguos no buscaba necesariamente siempre la proximidad a las poblaciones: en este caso por ejemplo está en un lugar equidistante entre los dos más importantes núcleos de la parroquia, Cadavéu propiamente dicho y Vil.lamouros
Otra razón, no incompatible, sino complementaria con lo anterior, es la construcción de un santuario sacralizando un lugar ya venerado anteriormente, como podría ser este el caso, una fuente o manantial del que brotase agua, fundamento y origen de la vida, gran madre y por lo tanto vinculada a cultos femeninos que suelen cristianizarse en advocaciones marianas. Aquí está la Fonte la Regalina, dedicada a esta Virgen que aquí tuvo su iglesia, fuente de piedra que aprovecha el agua del manantial que aquí nace
Poco más allá una escalera de piedra en forma de semicírculo y la base de un muro parecen revelar el emplazamiento de la antigua iglesia de Santa María de La Riégala o La Regalina
Con el paso del tiempo, los criterios para construir santuarios fueron cambiando. Solía pasar que, ante la disyuntiva de restaurar la iglesia antigua o hacer una nueva aprovechando los materiales, se escogía la segunda. Entonces surgía el debate que, ya que se hace una nueva mejor hacerlo en el barrio más poblado y cerca de las casas. Ello coincidía con que el eje de la parroquia se habría desplazado, del antiguo camín real a la carretera, tras inaugurarse esta en la década de 1880
En contraposición, y esto es un caso común a muchas localidades, el cementerio permaneció en su lugar, y por eso aquí sigue estando el camposanto, donde descansan tantos ilustres cadavedanos, como el mismo Padre Galo
En este lugar recordaremos otra de sus más célebres poesías:
A INCLA INTERIOR
Escurézseme outra tarde
Desta mi vidina breve:
Tou solín na mi solana
Cula lluz del sol que muere,
Ascuitandu que aquí en dientru,
Nu mieu peitu, sonan guelpes:
Diz que son las martelladas
D’un martiellu persistente
Que martiella ya esmartiella,
Ya de día, ya de nueite.
Sin parar ta clabuñandu
La gadaña de la muerte.
Y desde el cementerio y solar de la iglesia parroquial anterior, salimos de Cadavéu para ir a Vil.lamouros, adentrándonos en un bello paraje boscoso
Son los bosques ribereños del
regueiru de La Cogol.la o La Cogol.la Vil.lamouros, que separa los dos pueblos de una misma parroquia
Predominan los árboles autóctonos, sobre todo los castaños, que tan profusamente se plantaban por veredas y caminos pues el fruto, caído al suelo, era de uso público, mitigando hambres de caminantes, viajeros, arrieros, vaqueiros, peregrinos y trashumantes todos, así como vecinos, pues hasta los potes se hacían con ellas antes de la introducción de la patata, que en muchos lugares era llamada india o indiana, por su procedencia de las Indias (América)
El camino es de tierra, relativamente ancho, camino de carros, al menos en este tramo, lo que revela fuese antiguo. No sabemos si sería parte del camín real costero propiamente dicho, o uno de sus ramales. Su paso por la iglesia vieja, así como por La Torre Vieya, no es casualidad, aquellas torres dominaban el territorio y sus caminos terrestres y marinos, a veces se cobraba el oportuno portazgo desde ellas, lo que ahora llamamos peajes y hasta no hace mucho fielatos
De todas maneras, cierto es que no hemos de momento encontrado demasiadas referencias al que debió ser uno de los caminos principales, o el que más incluso, hasta la construcción de la carretera Ribadesella Canero, actual N-632, así como tampoco de las vicisitudes concretas del cambio de ubicación de la parroquial, por lo que nos basamos en nuestras simples elucubraciones
Mucha atención a esta bifurcación: hemos de ir por el camino de la derecha, el que baja
Hay una cuestión que conviene clarificar: si siguen estas señales de madera colocadas en este poste, nosotros hemos de seguir la que pone
Regalina, la que marca a la derecha, insistimos, aunque nosotros realmente venimos de La Regalina y vamos en dirección a La Torre, por lo que suponemos se tratará del nombre genérico de la ruta, que recordamos enlaza también por
senda costera. aunque esta, pese a ser también preciosa, da muchas vueltas y rodeos
siguiendo los acantilados o los pasos entre las fincas próximas al mar
Y así seguimos bajando a la sombra de los castañares...
Aquí el camino tiende a estrecharse un poco, pero para un caminante hay sitio de sobra
Crecen helechos y laureles, l.loureiros, en la ladera. La vegetación de esta mágica umbría
Y el sendero baja recto por su caja caminera, un tránsito de gran belleza natural
Estamos en otro buen lugar para recordar una poesía viajera del Padre Galo
MIENTRES VIAXAMUS PUR SEPARÁU
Nu carru de muitus caballus
arreza'l viaxeiru,
pur outrus viaxeirus que cuida
topar nu miyor paradeiru.
Pur vreda diferente seguimus
la bona carrera,
ya vemus nu sol la surrisa
de Dieus que nu Edén nus aspera.
Salimos a una campera, más abierta, como un claro en el bosque: por allí va oculto un arroyuelo, tapado por la foresta, solo el denso arbolado delata su curso...
Aquí acaba la bajada, yendo nosotros hacia la derecha, siguiendo el camino y la línea de bosque
La senda se vuelve prado de verde hierba, pero no hay pérdida posible
Se nota el camino bien pisado y normalmente segado y limpio
Esta campera se ha plantado de eucaliptos. Arriba un montón de grava o arena para construcción
Seguimos en descenso, pero más suavemente: la línea de helechos a nuestra derecha marcaría el curso del citado arroyuelo, que muchas veces baja seco, arroyando agua, eso sí, cuando llueve
Aquí crecen las margaritas, la más bella alfombra para un camino...
A la izquierda hay un poco de pared rocosa, donde crecen hierbas y más flores silvestres
Como hemos dicho, se trata de un camino sumamente bello, en todo su recorrido, antes viendo elementos del patrimonio y la historia de la parroquia y ahora adentrándonos en estos parajes, más apartados de la población
El camino, que ha vuelto a ser relativamente ancho, va girando a la izquierda, poniendo de nuevo rumbo oeste
Siguiendo el curso del regato, el camino se mete en una plantación de eucaliptos que crecen en estas riberas
El regato desemboca aquí en otro arroyo, el citado regueiru de La Cogol.la, que desemboca en la ribera o playa de Campiechos
El camino parece seguir unos metros su orilla, como buscando un buen paso entre estos recovecos
Y aquí, al lado de este árbol, parece decidirse a dar el paso, y nunca mejor dicho...
El tronco parece un guardián flanqueando la senda antes del regueiru
No es ni mucho menos un gran río, casi puede salvarse de un solo paso largo, pero mejor estar atentos al cruzar y evitar resbalones caídas o tropezones. Cuidado especialmente si pensamos pisar en alguna de las piedras sumamente inestables, dispuestas en su cauce
Y a continuación, lo que hemos bajado va a tocar subirlo, yendo ya directos de aquí a salir a La Torre, barrio donde se asienta La Torre Vieya, ya en Villademoros o Vil.lamouros
La subida, como la bajada, es toda por el bosque que crece en las cuestas ribereñas, predominando los castaños y la vegetación de helechos
A la derecha un muy viejo muro o muria de piedras puede ser otra pista que demuestre la notable antigüedad de este camino de la iglesia a La Torre
No nos extraña que gran parte de la poesía del Padre Galo tenga un componente tan sumamente naturalista...
CAMÍN DE CONSOLACIÓN
¡ Qué multitude de flores rubinas,
sobre el sinnúmeru fierru de espinas!:
¡qué multitude de xoyas douradas
sobre las púas del toxu aceiradas !
La hermosidá del toxal flureciente,
quier que se anime el viaxeiru doliente:
la hermosidá de lus cádavus d'oru
quier que de llárimas faiga un tesouru
La cuesta es bastante recta pero no son aquellas subidas de los que han pasado, bien por Las Ballotas bien por Las Palancas, para llegar hasta aquí
El frescor de la senda ayuda en esta preciosa ascensión. Como hemos dicho, luego no hará falta volver por aquí necesariamente, sino que desde La Torre podremos ir hacia los albergues saliendo al cercano trazado del Camino Norte, o bien ya segur ruta hacia la capital del concejo, Luarca/L.luarca
Es un gran vergel o paraíso verde, que a cada paso que danos nos rememora un verso de Fernán Coronas...
AFANANDU YA ANDANDU
D'un xeitu las trousas azules
ya d'otru lus toxus mariellus
entrugáronme seles el pasu
ya veu you falandu cu ellos.
Pregúntanme au tien que paráse
la vieya carril d'amargura,
ya digu-is: "nun veu aunde apara
peru ella ya fiel ya sigura"
Prado abajo ha quedado ya la orilla del arroyo, en su entorno crece esta maravillosa e indómita selva...
La senda, muy trillada por el paso de gente, sigue su ascenso. Viendo ya la claridad del cielo parece que no queda ya mucho repecho...
Ya al final de este tramo estaremos arriba. El camino sube bien marcado por esta caja caminera
Este ya es el muro de la finca de La Torre Vieya, La Torre de Vil.lamouros. Los árboles crecen entre sus piedras
La caja caminera se ensancha y crece en el suelo la hierba. La muria se hace más alta
Un cobertizo un poco más arriba nos sirve de referencia para saber donde termina exactamente la subida, ya a escasos metros
Estamos en La Torre, barrio de Villademoros/Vil.lamouros solar de La Torre Vieya
Torre Vieya que ya empezamos a ver desde aquí, a nuestra derecha
Más allá de aquella otra muria asoma su parte superior, que perdió su tejado o cubierta hace mucho tiempo
Ya reconocemos dos de sus paredes de su planta cuadrada, así como algunas de sus aspilleras
Aquí por lo tanto se acaba el sendero de tierra y volvemos al camino de asfalto
Al llegar a él, iremos a la derecha
Esta casona forma un conjunto con la torre y está vinculada a ella, parece ser se hizo con sus piedras o restos dentro de un proceso histórico similar al de muchas fortalezas. La antigua nobleza medieval dejó sus frías torres y castillos a partir del siglo XVI para hacer en base a ellos nuevas casonas solariegas. Los nuevos avances bélicos con el desarrollo de las armas de fuego hacían de aquellos torreones obsoletos baluartes, pero más aún pesaron los cambios sociales y políticos, que comenzaron con los
Reyes Católicos, no permitiendo que los señores locales, de cambiantes preferencias dinásticas, se encastillasen en sus recintos amurallados
Es la casona de los Peláez de Villademoros, de las antaño linajudas estirpes solariegas valdesanas, datada en el siglo XVIII y que es ahora, reformada, el encantador
Hotel Torre de Villademoros, otro lugar ideal para descubrir en nuestras caminatas. Vemos asomar la torre detrás. De ella y su leyenda hablan así en la página de este hotel:
"La Torre de Villademoros, uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura señorial de carácter militar de la Baja Edad Media Asturiana, es citada por diversos autores como solar de un Caballero llamado Pelayo (o Pelagio), cabeza de linaje de los Valthos o Valdés, contemporáneo del Rey Don Pelayo, primer monarca de la dinastía asturiana. Según tradición recogida por los historiadores, este Caballero juntó cuatrocientos hombres de los campos de Luarca y fue en ayuda del Rey. En Cornellana se encontró con tres mil moros que huían hacia Galicia, a los que pasaron a cuchillo, por lo cual "le honró mucho el Rey y le trajo siempre en su servicio".
De ser cierta la anécdota (al margen de la probable exageración en el número de acuchillados), la primera referencia a la torre de Villademoros se remonta al siglo IX. y, para algunos historiadores, aún es posible suponer que la misma haya sido "obra defensiva y vigilante romana y que los reyes asturianos la consolidaron y reutilizaron en la defensa de su reino y que a ésta de Villademoros la atacaron y destruyeron los Normandos en el reinado de D. Ramiro.... y que fue reconstruida efectivamente en el siglo X y enriquecida y engalanada a través del siglo XIII y del XIV y quizá del XV". Esta suposición podría verse avalada por la aparición, no hace muchos años, de un sello romano y monedas en las inmediaciones de la torre"
Efectivamente el hallazgo de señales de poblamiento desde época romana, sello y monedas, avalaría que este enclave sería un lugar estratégico desde tiempo inmemorial, y que tanto casona como torre serían los últimos exponentes de construcciones anteriores mucho más antiguas
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Para visitar la torre nos dirigimos por esta pista a los aparcamientos del hotel
Los cruzamos y seguimos de frente, hacia aquel paso en el seto, entrada al campo de la torre
Desde el parking seguimos contemplando la casona, que conserva también su panera, situada justo detrás
El edificio presenta numerosos vanos, enmarcados por grandes sillares de granito, así como las esquinas. En su fachada principal, orientada al sur, hay unos luminosos balcones-galería. El actual hotel tiene además restaurante
Como hemos dicho, al otro lado del aparcamiento hay un paso en el seto hacia el campo de la torre: por allí nos metemos
Es un hermoso prado bien segado, cerrado por un seto, con varios árboles, entre ellos dos nogales, uno joven y otro más antiguo, que son emblema del linaje de palacio y torre, como enseguida vamos a ver
Las nogales se sitúan en este campo de la fortaleza y casa situada "a dos tiros de arcabuz del mar", según transcriben las viejas crónicas
Y aquí tenemos el conjunto de casona, panera y torre, que fue de los Peláez de Villademoros
La estructura de estas casonas, como las de muchas casas-bloque campesinas que empezaremos a ver cada vez más avanzando hacia el occidente, es la de casa con planta alta y un bajocubierta integrado completamente en la vivienda, que en la práctica es un piso más
Entre las dos ventanas del piso alto de esta pared, reconocemos el escudo solariego
El blasón muestra a un guerrero con un moro prisionero y un árbol entre ellos, un nogal, de ahí los plantados en este solar. Alrededor del escudo hay una frase con la leyenda: "El moro que preso está, de Villademoros era". Volviendo a la página del hotel leemos que este blasón forma parte de otra de sus tradiciones legendarias...
"Otra tradición relativa a los avatares de la Torre de Villademoros, refiere que el Caballero Diego Peláez , nieto del anterior, que poseía este solar y casa en tiempos del intruso Rey Mauregato, fue fiel a los legítimos Reyes de Asturias, pasando a Galicia al servicio del Rey Casto. Mauregato le despojó de la torre y solar. Vuelto de Galicia Diego Peláez "halló su casa enajenada y habitada por moros con algunas doncellas que recogían por aquél país y retó al capitán a cuyo cargo estaban, el que salió a pelear con él y le temió y se dio por vencido teniendo noticias de su valor y le entregó la Torre y doncellas y se dio por prisionero". Esta tradición está plasmada en el escudo que se conserva en la fachada Este de la casa anexa a la torre, cuya descripción se transcribe:
"...Dicen estas memorias de los Caballeros de cuya Casa y apellido pintan por Armas en Campo Verde la Torre en la conformidad que se ha dicho y el caballero armado al uso antiguo con un venablo en la mano diestra y en la siniestra una Cruz Roja orlada de resplandores y está puesto de pies en la puerta de la Torre y un Moro preso al nogal y el epitafio siguiente las cuales van en el segundo cuartel del escudo que va por cabeza de esta certificación y de por sí al principio del apellido"
Y aquí está La Torre Vieya, Monumento Histórico Artístico, de planta cuadrada y de cinco pisos, sabiéndose que el superior tubo remate almenado. Su cubierta superior ha desaparecido
Destaca su buena altura de 12 metros, su anchura de planta cuadrada de ocho metros de lado, así como su color de piedra clara. Sus muros van perdiendo grosor según ganan altura en cada planta
Lo cierto es que la torre que ha llegado hasta nosotros es plenamente bajomedieval, del siglo XV, que perteneció a los Peláez de Villademoros, que se dicen sucesores de
Don Pelayo, símbolo de su dominio en esta comarca. Se cuenta tuvo puente levadizo y fosos así como otras estructuras defensivas alrededor
Sin embargo diversas opiniones afirman que La Torre Vieya sería sucesora de otra más
vieya aún, del siglo X u XI, destruida por los vikingos, según cuenta la tradición recogida por
José Luis Pérez de Castro en
Antigüedad y nobleza de las casas y apellidos de Rico, Peláez de Villademoros, Paredes y Castrillón:
"Los normandos destruyeron lugares marítimos desde Gijón a La Coruña, según la tradición de aquella tierra, padeció ruina la casa y torre de los caballeros >Peláez, y una iglesia de la advocación de Santa Eufemia, junto al puerto de Cadavedo, donde se conservan vestigios de torre e iglesia y unas hierbas que se llaman jiniestas, que no hay en otra parte del distrito sino allí"
La Torre está construida de mampostería cuarcítica unida con argamasa hecha con cal y arcilla, empleándose para los vanos sillares de cuarcita y caliza, siendo los de las esquinas solo de cuarcita. La primera planta, que carece de vanos, fue el calabozo. En esta fachada este, además de la puerta, vemos varias saeteras, para disparo de ballestas, una ventana geminada y otra de arco de medio punto. Destaca el matacán arriba justo encima de la puerta, desde donde podían arrojarse directamente proyectiles y el aceite hirviendo, como dicen los más aficionados al cine de época
Esta es su definición arquitectónica, según leemos en la
Wikipedia:
"Un matacán es una caja de obra, maciza, cubierta y volada, o bien una galería que forma un voladizo continuo a lo largo de la coronación de una fortificación (torre, cortina, muralla, etc.) y en el que el piso en vuelo, perforado, permite el lanzamiento de proyectiles verticalmente para proteger ciertas áreas vulnerables, como el pie de las murallas. Utilizados durante un asedio o asalto, eran un lugar seguro desde el cual los defensores podían mirar, y arrojar piedras, materiales ardientes y otros tipos de proyectiles sobre el enemigo a través de los orificios.
Su diseño fue desarrollado durante la Edad Media y representó una evolución importante en la defensa, puesto que permitía cubrir la base misma de los muros.
Los primeros matacanes estaban hechos de madera (cadalsos) y eran, por lo general, construcciones provisionales, que se colocaban en caso de que se fuera a ser asediado por algún enemigo. A menudo, eran incendiados por los sitiadores y no fue, sino hasta fines del siglo XIII, cuando fue sustituido ese material por la piedra.2
Por lo general toma la forma de elemento aislado parecido a un balcón a veces situado a media altura de la fábrica del elemento defensivo. Asociado a un punto débil de la fortaleza, normalmente una puerta, sobre la que se sitúa en el eje vertical para permitir el ataque sobre los asaltantes cuando estos intentaban forzarla. Generalmente asocia la posibilidad del lanzamiento en vertical con el lanzamiento de flechas con arco o de virotes de ballesta o incluso de pequeñas armas de fuego. Por ello en el alzado del muro se presenta variedad de perforaciones para este fin. A menudo reciben un tratamiento decorativo ya sea en los propios canes ya en la factura de los muretes o de los merlones, a veces incorporando elementos heráldicos o inscripciones representativas. En otros casos se extienden a áreas más extensas en la coronación de cortinas o más típicamente en la de torres donde a menudo toman la forma de balconcillos en el centro de los paños o en las esquinas a veces sobre torrecillas redondas.
En los castillos españoles del siglo XV se usa con asiduidad generalmente con carácter defensivo-decorativo. En el siglo XVI se continúa usando con fines fundamentalmente emblemáticos"
La estructura de la puerta de acceso es de arco apuntado de dos medias claves, con una luz de 2,10 m de alto por 1,10 m de ancho, datos todos ellos extraídos del excelente libro Las torres señoriales de la baja Edad Media Asturiana, de J. Luis Avello Álvarez
A la derecha de la puerta una saetera, Un piso más arriba están la ventana geminada y una saetera
Más arriba una ventana, más ancha, Allí solía estar la morada de los señores, si bien es posible que la torre tuviese una función estrictamente militar
La altura de cada piso oscila entre los 2,50 y 2,60 metros de altura, a excepción del último, de 1,70 m, en parte porque está destruido y en parte porque en origen debió de ser más pequeño
En el debate sobre la antigüedad de la torre dice Avello Álvarez:
"En Villademoros y en las proximidades de la torre se encontraron monedas romanas y también 'una piedra de ágata', posiblemente de épocas más modernas. Sin embargo sus antecedentes no son tan antiguos, como algunos autores consideran al contemporaneizar dichos restos con el edificio. También hay que descartar la datación propuesta por J.E. Cassariego que la sitúa en los siglos correspondientes a la monarquía asturiana y cuya destrucción adjudica "a los musulmanes más que a los normandos". La torre más que destrucción, lo que evidencia es abandono al ser reemplazada, funcionalmente, por el palacio que se construyó a su lado"
Una crónica de época habla así de esta construcción:
"... es una torre alta, cuadrada, bien fuerte, con troneras y saeteras, puente levadizo y plataforma con almenas; donde cae la puente levadiza, tuvo foso y contrafoso, que al presente están cegados. Junto a la torre se conserva un nogal antiquísimo y cerca de él se ha puesto otro para que la memoria del nogal no se acabe"
Como no podía ser de otra manera, Fernán Coronas, El Padre Galo, le dedicó unos versos, que pueden leerse esculpidos en una placa a sus pies
LA TORRE DE VILLAMOUROS
"Subre'l cielu clariosu
firme negreya
cargada de memorias
La Torre Vieya.
Dica'l sou picu subu
sin escalada
ya vei esqueicidas cousas
la mía mirada.
Ve lus reis que d'Asturias
fuertes salienun
ya nueva España Llibre
facer soupienun.
Ve las naus que veliaban
pul mar de ocasu
p'afayar d'Outrus mundus
gloriosu pasu.
Ve que inda güei clareyan
estus caminus
que han llevar ande llaman
grandes destinus...
Puen el sol puestu nun nimbu
de vivos ouros
la enyedrada torre
de Villamouros"
De su estancia en Sevilla son otros versos, cuando contemplando la Torre del Oro, se acordó de este y compuso:
DE TORRE A TORRE
Nu espeyu del Guadalquebire,
nel vivu, temblosu cristale,
miránduse ta sul soleiru
la torre que rica prevale.
La Torre del Ouru, nas ondas,
espeya carises escurus,
ya yeu,nelcorriente al mirallus
más veu la mi torre de Mourus.
De Mourus, ya torres douradas
quedóis a lus ríus españoles
l'ceixu esperanzáu duna gloira
que vuolve cun nuovus reboles
En Asturias, al igual que en Galicia y otros lugares, el término moro/mouro y similares no implica tanto musulmán como "antiguos pobladores" y se refiere por lo general a todo "lo antiguo" e incluso a lo "no cristiano", en una definición que, tanto por toponimia como por tradición, abarcaría episodios que van desde la Edad Media a varios milenios atrás. Otra cosa es en el acervo popular la mixtura que se hace de todo ello, máxime si tenemos en cuenta que, durante la guerra civil, hubo en la zona acantonadas unidades de verdaderos moros del norte de África, al servicio del ejército nacional, que incluso tienen un cementerio no muy lejos de aquí, y próximo al Camino, en Barcia
Vamos a mirar ahora su fachada sur, también con un importante aparato defensivo, con numerosas saeteras y otros elementos
Arriba por ejemplo hay una pequeña ventana cuadrada, similar a la de la fachada este pero con un dintel superior más oscuro
Llama la atención una tronera en el segundo piso, preparada para el disparo de armas de fuego, otra señal de la antigüedad de la torre, construida cuando ya se había extendido el uso de pólvora
En el tercer piso, otra ventana bífora
Y esta es la fachada oeste, la que mira al ocaso. Sus vanos defensivos son más o menos similares a los de las otras
Ventana grande arriba, en lo que sería la parte más habitacional, varias saeteras y un ventanuco más pequeño
Otra tronera en el segundo piso...
Vista al norte, hacia el Mar Cantábrico, las llanísimas praderas de Las L.longas y Las Perales, cerca de la ribera o playa de Plumineiru, la parte oriental de la Concha Quintana
Vamos ahora a ver la fachada norte, que es la parte más umbría
Aquí tenemos el aparato de defensa con equivalencias más o menos parecidas con los otros lados: tronera, saeteras, ventana en lo alto...
Y también otro matacán. José Luis Avello afirma en su libro de las torres bajomedievales asturianas que su ubicación es realmente extraña, dado que este saliente suele estar encima de las puertas, defendiéndolas. Por ello se decanta en que pueda ser un
matacán-letrina o vertedero, evitando que los excrementos caigan por las paredes de la fachada, sino que vayan directamente al suelo. Es usual en otras torres y castillos
De nuevo en la fachada este, hemos dado una vuelta completa a la torre, de la que dice, citando a otro investigador,
José Luis Pérez de Castro:
"A los Peláez de Villademoros, sin embargo, les debió de parecer moderna la torre, pues señalan que su lugar es otro:
"Los normandos destruyeron lugares marítimos de Gijón a La Coruña, según la tradición de aquella tierra, padeció ruina la casa y torre de los caballeros Peláez, y una iglesia de la advocación de Santa Eufemia, junto al puerto de Cadavedo, donde se conservan vestigios de la torre y iglesia y unas hierbas que se llaman jiniestas, que no hay en otra parte del distrito sino allí"
(Antigüedades y nobleza de las casas y apellidos de Rico, Peláez de Villademoros, Paredes y Castrillón -Boletín del Instituto de Estudios Asturianos.102 (1981)
No hemos sabido localizar correctamente los restos aquí aludidos que debieron estar muy próximos a la actual playa de Cadaveddo que sirvió, antiguamente, como fondeadero de los barcos de la localidad"
En sus conclusiones finales afirma Avello:
"En resumen, estamos ante un edificio claramente de fines del siglo XV por sus calidades arquitectónicas y ante uno de los más bellos ejemplos de la arquitectura señorial de carácter militar de la Baja Edad Media asturiana"
Ya que estamos ante la escalera, vamos a subir con ella y
curiosear un poco...
Hay un pequeño zaguán al traspasar el umbral de la portada
Es una especie de recibidor, el interior está cerrado. Se han realizado varias restauraciones
Estamos junto al mar, nunca lo olvidemos, así lo refleja la página del hotel:
"El viento trae los olores del mar y desde el jardín se puede escuchar su rugido en los días de marejada. Dar un paseo hasta los acantilados es algo que siempre recomendamos a nuestros huéspedes. Desde el jardín, cruzando los campos, se alcanza el camino que con suavidad nos conduce al mar. Quince minutos escasos caminando o cinco minutos de bicicleta es el tiempo que necesitamos para disfrutar de las hermosas vistas de los acantilados de Entrecabos, probablemente el paisaje costero mejor conservado de España.
Y allí, desde lo alto, podemos seguir alguna de las sendas que nos conducen a la orilla del mar y continuar caminando por las rocas de la costa empapándonos del aroma yodado de las algas, nadando solitarios en un día caluroso de verano u observando la activa fauna de las charcas intermareales que pulula, ajena, en su pequeño y fantástico mundo"
Esta es la fachada norte de la casona-palacio restaurada, con su panera
Dando pues por concluida nuestra visitar a La Torre Vieya volvemos al camino, por donde hemos venido
Volvemos entonces a salir del campo de la torre a los aparcamientos...
Y aquí ahora será donde tomemos una decisión
Si nos ha gustado el camino y queremos volver por él a Cadavéu hemos de ir a la izquierda, si queremos recorrer Vil.lamouros de norte a sur hasta la capilla de San Agustín, seguiremos de frente por este barrio de La Torre, que es lo que vamos a proponer nosotros en este caso
En este barrio o lugar, como en todo el pueblo, prácticamente todos los hórreos y paneras tienen sus faldones o mandiles
La edificación de algunas de estas casas no parece demasiado distinta a la de la torre, al menos así lo apreciamos en esta, que ha dejado a la vista sus fachadas de piedra, mampostería unida por argamase y esquinas con sillares de cantería de piedra cuarcítica
La siguiente casa tiene revocada la pared al lado del camino, mientras que la del norte deja a la vista la piedra en esta estructura constructiva
También al pasar, la fachada norte muestra su piedra
Atrás a nuestra derecha van quedando ya torre y casona...
No queremos olvidarnos que, aunque Vil.lamouros parece reflejar en su nombre a los míticos
mouros de los que ya hemos hablado, también podría venir del nombre de algún antiguo posesor, de época tardorromana o altomedieval, un Maurus o
similar
Al sur vemos ahora más cerca la Sierra L.lamas, así como los tejados de las casas del barrio de La Vil.la Baxu
Aquí el camino hace una pronunciada curva, en ángulo recto, a la derecha
Al fondo, donde asoman los últimos tejados, enlazamos con la señalización del Camino de Santiago en su variante de Las Ballotas
Nos dirigimos hacia aquellas casas donde hay un cruce
A la derecha un cartel nos anuncia la venta de la preciada
faba valdesana. En la capital del concejo y en la cercana Trevías se celebran certámenes y festivales a ella dedicada
En este cruce hay una bifurcación, nosotros vamos a ir a la derecha, pero no queremos dejar de avisar que a la izquierda se va también a la Playa Campiechos, a cosa de un kilómetro de aquí
En el prado, unas gallinas ponedoras, sin duda bien alimentadas, que pondrán unos huevos riquísimos
Este saliente sería la antigua forna en la que se arroxaba o cocía el pan, cuando este se hacía en casa
Antaño en torno a las casas, solía plantarse el grano panificable, maíz o trigo principalmente, aunque también antes aún otros cereales como mijo. La mecanización del campo obligó a ensanchar, arreglar y acondicionar muchas vías pecuarias para introducir la maquinara, tractores y sus remolques principalmente, lo que permitió también el paso de los vehículos de reparto de los proveedores domésticos, ente ellos el preciado pan blanco y del día de las tahonas
Los campos fueron aprovechados para hierba, tanto para pasto como para siega, alimento de las grandes caserías que, pudiendo competir en precios, tenían grandes vaquerías de especialización ganadera, dedicadas a abastecer a los grandes mercados urbanos y de zonas industriales, con una demanda creciente. Las pequeñas explotaciones familiares o se transformaron o desaparecieron, marchando mucha gente, familias enteras, a las ciudades, si bien no pocos siguen conservando la casa familiar, a la que acuden como segunda residencia
Y así vemos estos grandes campos que dan nombre incluso a barrios enteros. Cierto es que siguen plantándose grandes extensiones de maíz, pero ya como forrajera, no para consumo humano, por lo que no se precisa moler ni amasar. Solamente alguna tahona que necesita
farina para hacer boronas (pan de maíz) y otros productos similares, o particulares para ocasiones especiales, fiestas o eventos normalmente, utiliza el maíz para las especialidades tradicionales de antaño, como la
rapa, los
tortos, etc.
Y así los hórreos fueron perdiendo su función original de granero. aislado por lo alto de los grandes enemigos del grano, los roedores, unos desaparecieron y otros, principalmente los que tenía bodega, antes empleada como almacén de aperos, se reformaron con otros usos, integrándose en la vivienda propiamente dicha, en su caso con usos turísticos, muy pujantes pese a la estacionalización de su demanda
Buena parte de los vecinos de diario, empadronados y permanentes, ya no viven tampoco del campo: aparte del turismo y algún bar y comercio, tienen otros empleos en empresas radicadas más o menos cerca. También hay aquí algún taller, como ahora mismo vamos a ver
Estas banderolas señalan que pasamos junto a la entrada de
Áreas Verdes, empresa de reparaciópn y venta de maquinaria agrícola, bosque y jardín
La empresa fue creada en el año 2000 pero sus fundadores ya poseían una larga experiencia en este sector tan vinculado a las actividades agro-ganaderas y su evolución técnica, así como a la creciente demanda de artículos de jardinería en esta zona rural pero también residencial y turística
A la derecha podremos ver al guardián de la entrada, siempre en su puesto...
Un artístico oso a tamaño natural o casi... artísticamente tallado en madera
En actitud y pose vigilante, parece husmear la llegada de visitantes
La entrada es esta gran explanada, donde pueden entrar hasta grandes tractores, remolques y camiones. Nosotros continuamos camino todo de frente
Seguidamente llegamos a esta bifurcación, en la que vamos a tomar el camino de la izquierda
Prados con frutales y bellos setos: nuestra siguiente referencia va a ser aquella casa de planta cuadrada y tejado a cuatro aguas
A su derecha sigue el camino por la zona conocida como La L.lamarga, topónimo cuya raíz es el latín
lama, lodazal, barrizal. Es muy común en sitios llanos por razones evidentes, dando que se encharcan fácilmente en época de lluvias o a causa de algún manantial
Los mismos caminos de antiguamente eran pedregosos y embarrados, ahora son como calles de ciudad, llanos y pavimentados
Además de permitir el trasiego de la maquinaria y su paso a las fincas estos arreglos favorecieron que el éxodo rural, aunque importante, no fuese tan drástico como en otros lugares, principalmente de montaña, favoreciendo por supuesto las segundas residencias, la llegada de visitantes y turistas, la promoción de estos lugares, y el mantenimiento de algo de comercio y hostelería, además de los omnipresentes alojamientos rurales
En todos estos pueblos costeros existe una muy especial sensibilidad para con las flores, plasmado abundantemente en la literatura. Así escribe Ignacio Romero en su blog
Bajo el Cielo de Cadavedo:
"Resulta inconcebible una casa sin su macizo de flores a la entrada. La afición por las flores es como la evolución refinada de la cultura del campo, ahora que la agricultura ha decaído y abundan los terrenos sin labrar convertidos en verdes praderas.
Se cultiva menos maíz o judías, pero la mano del agricultor no ha parado quieta y continua plantando semillas de flores y bulbos, impulsado por su inercia germinadora.
Caléndulas, tagetes, lirios, alhelíes vallotas, agapantos, ipomeas, aloes, margaritas, azaleas. Algunas de estas especies han desbordado los limites de los jardines domésticos y se han asilvestrado a su manera, saltando a los caminos para saludar más de cerca a los paseantes.
Este es un clima benévolo y siempre que se pongan a resguardo de un muro o un seto alto las palmeras, los limoneros o las buganvillas se dan espléndidamente alcanzando soberbios tamaños.
Camelias, calas y hortensias también está omnipresente en jardines y parterres, incluso en terrenos abiertos, tiñendo con sus rojos botones los inviernos"
Bifurcación y de frente en La L.lamarga
Pese a ser por asfalto, este trayecto por Vil.lamouros es un verdadero paseo, muy agradable, todo en llano y en un trecho que no suele tener tráfico
Llegamos así a otro grupo de casas y hórreos. Sigamos fijándonos en la alternancia de teja y pizarra en las construcciones. Pronto predominará solamente la pizarra, losas o
l.lousas, y así será hasta que prácticamente lleguemos a la mitad de Galicia, a la
Serra da Cova da Serpe, en los pasos a
Sobrado dos Monxes
Fijémonos en un detalle en el cobertizo de la derecha
Una vieja y gastada herradura herrumbrosa clavada en una tabla: parece se emplease para amarrar o colgar algo
Algunos hórreos están realmente altos, hay bodegas de hasta dos pisos. Este tiene faldones en la parte que mira al norte
En los demás laterales los faldones sin sensiblemente más pequeños, lo otro es el clásico corredor con forma de barandilla o pasamanos
En la bifurcación seguimos camino a la derecha, todo recto en dirección sur
Los setos, como hemos dicho, son también un excelente protector contra el viento
Por eso algunos son tan altos, y se compatibilizan con muros
Y de esos vientos vienen estos faldones, los mandiles...
En esa bifurcación vamos a continuar también recto y de frente hacia el sur
En medio, una hermosa finca con huertos y frutales, rodeada de casas
Fijémonos en esta, con forma de torre, que acabamos de dejar atrás
Con dos preciosos
cipreses a la entrada, árboles ornamentales de hoja perenne, que florecen a finales del invierno
Entre grupo, barrio o lugar, se extienden prados y fincas. A lo lejos volvemos a ver las cuestas por las que desciende el camino de la Sierra de Las Palancas
Atención cuando el camino se estrecha o encaja un poco entre las viviendas. Si bien pasan pocos coches no es infrecuente el de tractores, algún camión de recogida de leche, transportes de ganado, etc. que ocupan buena parte de la calzada
Hay un pequeño bordillo y buena visibilidad del camino hacia adelante y atrás
Llegamos a unas parcelas muy ajardinadas, con hórreos y palmeras, de frente a unos edificios de apartamentos rurales,
Casa Carín, que tenemos a la izquierda
Esta es propiamente la casa, Casa Carín I y II, rodeada de estos bellos jardines...
Más atrás otros siete apartamentos
Tal y como hemos dicho, la industria turística, que engloba hoteles, casas, apartamentos, albergues turísticos, y también comercio y productos autóctonos, se perfila, pese a su muy severa estacionalidad, como alternativa a los menguantes usos agro-ganaderos del campo asturiano. Algo común a gran perte de Europa
Pasamos al pie del largo y grande corredor de una gran panerona
De frente panera y antigua bodega hecha vivienda: ahí la calle se estrecha ligeramente
Lo rural y lo residencial en los pueblos costeros valdesanos
Rosaleda en el camino, rosinas cantadas por el Padre Galo:
Rosina que naciste - nu mes de mayu.
Dious te dea las gotas - del sou orbayu.
Rosina qu' entre penas - trás alegría,
Dious quera que te lhamen - flor de María.
Rosina qu'amenaces - cun tantas flores,
la rosa de las rosas - te dea olores
Entrada a la finca El Tonel
Placa artística entre las flores. Cada nombre y detalle puede ser una referencia al caminante, viajero, paseante y peregrino para confirmarle que va por elbuen camino...
Y ahora vemos unas barandillas metálicas, otro de nuestros frecuentes encuentros: el paso de un puente sobre
El Vasco, el
Ferrocarril Ferrol-Gijón, llamado vasco pues con el tiempo enlazaba con una línea de vía estrecha (Feve) que arrancaba del País Vasco
La idea original era trazar una línea ferroviaria que uniese las fábricas de armas asturianas con el puerto y artillería naval de Ferrol en Galicia. La idea llevaba tiempo fraguándose y echó a andar en 1886 tras la preceptiva aprobación ministerial. En principio y al tratarse de un ferrocarril con usos militares, debería ser estratégico, pasando por una profunda trinchera que no le hiciese visible desde la mar por flotas enemigas. Recordemos que cuando se asumió su construcción ni siquiera existía la aviación y no se pensaba en la posibilidad siquiera que fuera visto desde el aire (no hablemos ya de radares, satélites y otros ingenios)
Diversos estrategas pensaban, acertadamente, que la tan pospuesta guerra con Estados Unidos era inevitable y cada vez más inminente a causa de las crisis caribeñas. Si bien los medios de comunicación arengaban a la opinión pública sobre la incapacidad militar norteamericana, miembros de los estados mayores españoles no ignoraban el poder industrial y numérico estadounidense, no descartando siquiera que su flota pudiese bombardear, no solo ya Cuba o Puerto Rico, sino incluso costas metropolitanas españolas. Uno de los que vio con total premonición aquel conflicto fue el marino
Fernando Villaamil, del que mucho habremos de hablar en los tramos asturianos más occidentales del Camino Norte, de Tapia a Castropol
Con el tiempo, no mucho tiempo, la predicción fue exacta, Estados Unidos declaró la guerra a España, que a raíz de Ello perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas, pero sin embargo el territorio metropolitano español no fue atacado. No obstante se decidió seguir adelante, a trompicones con el proyecto, que a base de asumir enormes costes, fue avanzando a ritmo de caracol
Muy cerca ya, en las casas situadas poco más allá de esta trinchera, vemos las casas situadas a lo largo del Camino de Santiago (Camín de Las Ballotas), al que vamos a llegar ahora
Ya sin ser concebido como ferrocarril estratégico el proyecto fue siguiendo su curso peses a los vaivenes políticos, económicos y sociales de casi un siglo de gestación
Estos tramos valdesanos se inauguraron en 1962, cuando ya se pensaba más en un tren de transporte de viajeros y mercancías, pero la línea completa no se inauguró hasta 1972, cuando el tren perdía protagonismo ante los transportes por carretera, cuando aún siquiera estaban hechas las autovías o autopistas
En nuestros días, el futuro de esta línea es un quebradero de cabeza para vecinos y autoridades, vías, apeaderos, estaciones abandonadas, grandes problemas técnicos, mantenimiento, y protestas vecinales. Las noticias, casi nunca buenas, salen en la prensa a diario. Esta es una entre tantas, de
La Nueva España:
Los alcaldes de Navia y Valdés piden inversiones en la línea de Feve, "anticuada". Se publica el 3-7-202o firmada por el corresponsal D. Álvarez:
"Miembros de la ejecutiva de UGT del sector ferroviario de Asturias trasladaron ayer su preocupación a los alcaldes de Navia y Valdés por la reducción de frecuencias de los trenes de la antigua Feve en la zona a raíz de la declaración del estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus. La reducción del servicio fue de un 50 por ciento, por lo que solo queda un tren que haga el trayecto Gijón-Ferrol y el que hace el regreso, mientras que antes del estado de alarma había dos más.
"Se está viendo que en la zona oriental y occidental, donde se les llena la boca hablando de mantener la cohesión territorial, se está aprovechando de esta situación para hacer reducción", denuncia Juan Cañal, representante de UGT y también alcalde de Nava. Explica que lo que supone esta reducción es que los vecinos no puedan ir y volver al centro de Asturias en el mismo día.
Cañal reconoce que el trazado de la línea es "bastante sinuoso y lleva su tiempo desplazarse, pero no se puede quitar la oportunidad de que la gente de la zona pueda viajar en tren aprovechando una situación de este tipo". Por lo que reivindica que se restaure la frecuencia de trenes que había antes de la pandemia.
Una petición a la que se sumaron los alcaldes. Óscar Pérez, regidor de Valdés (PSOE), destacó la importancia de recuperar el servicio porque "el ferrocarril nos permite vertebrar el territorio" y hace hincapié en que se debería potenciar el ferrocarril, puesto que reconoce que "la línea está anticuada".
Ignacio García Palacios, alcalde de Navia (PSOE), reclama que se apueste por que Feve sea un transporte que funcione en Asturias como en otras comunidades autónomas y destaca del transporte en ferrocarril que "tiene todas las ventajas al ser el más ecológico". Reconoce que la línea Gijón-Ferrol apenas es utilizada y asegura que "necesita una inversión para renovarse, implementar horarios que favorezcan a los usuarios y al transporte de mercancías, para crear una buena comunicación de transporte público en las alas"
Pasamos el puente pues, rememorando las historias del ferrocarril norteño. como tantísimas veces hemos hecho y volveremos a a hacer en las entradas correspondientes a los siguientes tramos del Camino Norte con él coincidentes
Acto seguido continuamos hacia La Vil.la Riba, el barrio alto de Vil.lamouros o Villademoros
A la derecha otra buena finca con árboles, jardín y en el jardín uno rosal. Rosas glosadas siempre por el Padre Galo:
Dieus te guarde, ya te estoxe
Rosina del mes de mayu,
que tú solina bien vales
las siete flores del ramu.
Dieus del cielu te bendiga
pa que florezcan mil mayus,
na gracia, ya espués na gloria,
del gran xardín de lus santus
Desde el hórreo vemos ya una muy buena referencia caminera
Es la capilla o ermita de La Asunción, frente a la que pasa el Camino de Santiago, con el que vamos a enlazar ahora mismo
Poco más allá se unirá a este el Camín de Las Palancas, haciendo de las dos rutas ya una sola para continuar hacia la villa luarquesa, la capital Valdesana, camino primeramente de Quintana
Justo al fondo, en aquel árbol, nos unimos al Camín de Las Ballotas, procedente de Cadavéu
Y en este cruce, entre esta casa y la siguiente, podremos ya optar por seguir o regresar, según nuestro caso
Si nos hospedamos en el albergue de peregrinos o en otro de los alojamientos cadavedanos, iremos a la izquierda, siguiendo el
Camino de Santiago a la inversa. Si deseamos continuar ruta, iremos a la derecha a enlazar, poco después de la capilla, con el Camín de Las Palancas
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