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viernes, 7 de febrero de 2014

SUBIENDO A LA IGLESIA DE SAN PEDRO DE PRÍA: LA CASA RECTORAL, LA FLOR, LAS ESCUELAS Y EL POETA (LLANES ASTURIAS)

 

Iglesia de San Pedro de Pría desde el camino que viene de Piñeres

Sobre las vegas del Ríu Miyares, entre Piñeres y Silviella, el boscoso Altu Pría o Altu San Pedru es el solar de la iglesia parroquial de San Pedro de Pría, a la cual sube el Camino "en extremo frondoso y pintoresco, ceñido de colosales castaños que dan frescura a aquellos lugares", tal y como escribió en 1879 el escritor y periodista Evaristo Escalera, cuando aún el varias veces milenario Camín Real de la Costa era la principal vía de comunicación de la cornisa cantábrica y todavía faltaba tiempo a que se construyesen las primeras carreteras costeras y el ferrocarril

La traza actual del templo es producto de las grandes reformas rematadas en 1902, auspiciadas por los hermanos indianos Argüelles Alonso, sobre un edificio de origen medieval románico, del que aún se conservan algunos detalles que podremos conocer in situ cuando nos acerquemos a él, tras subir desde la carretera local AS-17, que tomamos viniendo de Nueva por el barrio de Piñeres, solar de la querida poetisa Dolores Sánchez Buergo, La Galana, que sigue la estela del otro gran vate nacido en esta parroquia, a la que honró con su seudónimo, José García Peláez, Pepín de Pría, autor de Nel y Flor y La Fonte del Cai

Desde la bajada de la iglesia, a cuya derecha la antigua Casa Rectoral es actualmente albergue, tendremos una soberbia vista de la costa de esta parroquia de Pría, la más occidental del Valle de San Xurde y del concejo de Llanes, a punto ya de entrar en el de Ribadesella/Ribeseya por el Ríu Mía, Aguamía o Guadamía, cruzando el viejo puente medieval muy cerca ya de aquí

Llames y El Bramadoriu desde la bajada de la iglesia a El Colláu

Desde dicha bajada, en El Colláu, divisaremos el lugar de El Bramadoriu, al norte del pueblo de Llanes y en primera línea de costa, a unos 3 ó 4 kilómetros del Camino. Allí pese a la distancia, en días de mar brava veremos los bufones o bramadorios, grandes chorros de agua marina que salen como chorros a presión de las profundas oquedades naturales producidas en el suelo calizo por la erosión kárstica, con sonoro estrépito, bufando y bramando (de ahí su nombre), que puede llegar a oírse perfectamente desde el Camino

Lugar donde se toma el camino a la iglesia de Pría desde la carretera AS-17

Para subir a la iglesia desde el Camino seguiremos su señalización, saliendo del barrio de Piñeres por la carretera AS-17, la cual dejaremos aquí, a la altura de esta casa, antes del lugar de La Pesa y cerca del nacimiento del Ríu Miyares en las inmediaciones de La Piniella, donde un camino a la izquierda nos llevará al templo parroquial


El camino, entre murias de piedra, atraviesa esta fértil vega verde, de prados de diente y guadaña, esto es, de pasto y siega, con algunos bosquetes autóctonos, resto de lo que fueron, siglos ha, grandes robledales y castañeos


A nuestra izquierda la llanura de la rasa costera se extiende hasta la falda norte de la Sierra de Cueva Negra, cordal litoral que se extiende paralelo al mar, de este a oeste. El viejo camino real (del reino, público), aprovechaba este pasillo natural como después lo aprovecharon la carretera, el ferrocarril, y más recientemente, la autovía


De la misma forma que este camino toma la dirección oeste, y por eso fue seguido por los peregrinos jacobitas durante siglos, otros comunican dichas montañas con el mar, cruzándose por lo tanto aquí y allá. La sierra se extiende entre dos de esos pasos, el del valle del Ereba, que ya hemos dejando atrás, en Nueva, y el valle del Sella, hacia el que nos dirigimos


En este primer tramo el Camino es llano y avanza a la sombra de robles y fresnos



Y enseguida se abre a una gran pradería, La Piniella, al norte de Silviella y las montañas


El gran prado se extiende al oeste hasta las arboledas que dan paso a Belmonte, otro de los pueblos o barrios de esta parroquia de Pría, este al lado de la carretera general, ferrocarril y autovía, que no vemos desde aquí


En la distancia, la parte más occidental de la sierra, La Peñe les Pandes, señala el paso al dicho valle del Sella y sus peñas calizas se reconocen muy bien en días claros. Su cota máxima es el Altu la Teyadura (743 m), fácil de identificar por la tajadura o gran tajo que presente en esta su cara norte



Más cerca y sobre La Piniella, El Picu Mediudía (557 m aunque las alturas varían según la fuente consultada) es también una preciosa atalaya sobre la costa oriental asturiana, conformando parte de esta bella serranía frecuentada por montañeros, si bien acaso no tanto como el famoso Cuera, que ya hemos dejado atrás, al este



De la misma forma que los valles forman pasos naturales entre las montañas y el mar, ofreciendo paso franco a los valles del interior y de ellos a los puertos de la cordillera (sector Picos de Europa y Los Beyos), en esas montañas hay también accesos alternativos por sus majadas y quebradas, uno de Ellos El Portillín, cuyo mismo topónimo, pequeño portillo, delata ser un antiguo lugar de tránsito pastoril, pero también de ruta directa a los Picos de Europa alternativa a la de los valles


Ante nosotros el Altu San Pedru o Altu Pría, muy boscoso, por donde vamos a subir hasta la iglesia parroquial



A mano derecha unas buenas huertas. Es muy posible que en pasado ocupasen una gran extensión, pero además que buena parte de esta vega estuviese plantada de cereal panificable, el mijo o miyu que dio nombre al arroyo que aquí nace, Miyares, cereal que como el panizu se vio desplazado por el más traído de América a partir del siglo XVII, hasta hacerlo desaparecer


Posteriormente, en un proceso que arrancaría con la Revolución Industrial en España, a partir de muy avanzado el siglo XIX, pero que sería determinante en el XX, sobre todo pasada la posguerra, el campo norteño se especializó en gran parte en prados para pastizal para el ganado de leche y carne que habría de satisfacer la creciente demanda de las también crecientes ciudades y áreas industriales, a las que a la vez emigraba mucha población de los pueblos en el gran éxodo rural que caracterizó aquellas década


Con la mecanización del campo muchos viejos caminos se habilitaron como carreteras locales para permitir el acceso de maquinaria y tractores a las fincas, eso ayudó a que el pan de las tahonas llegase diariamente a las casas de los pueblos y ya no fuese necesario emplear espacio, tiempo y esfuerzo, para cultivar el cereal, llevarlo a moler al molino, amasarlo y cocerlo, empleándose en la mayor productividad ganadera, en la plantación de frutas, lechugas,  y hortalizas (para consumo propio o destinado a mercados).Dentro de la producción agrícola destacaría especialmente la del manzano de sidra, plantado en pumaradas


Una hermosa vista del Picu Mediudía a nuestra izquierda, con algunas casas del pueblo de Silviella a sus pies, otro de los que componen esta parroquia de Pría. Su topónimo tiene que ver con silva, selva, bosque, si bien puede venir directamente de la definición de un lugar que en tiempos sería selvático, o bien por medio del antropónimo Silvanus, un antiguo posesor. Silvanus es además una deidad romana de los bosques, otro dato a tener en cuenta dentro de las historias de tan legendaria montaña, descritas por el investigador Hernán del Frade de Blas en la revista Bedoniana del año 2010 con su artículo Mediudía y Socampu, dos montañas sagradas, al que tanto nos hemos referido en las entradas de blog correspondientes a los tramos anteriores del Camino, viniendo de Nueva por Piñeres


Al pie de la montaña del Picu Mediudía y Cueva Negra, en concreto más al occidente, bajo Les Pandes, estaría lo que Pepín de Pría llamaba en una de sus poesías, El Panal Verde Los Robles, del libro La Fonte del Cai, el lugar de los "Robles del Conceyu", que como su nombre indica, podría revelar un antiguo lugar de conceyu o reunión. Pepín de Pría en su poesía alude a un paraje de rituales druídicos entre los que está el consabido de recoger el arfueyu o muérdago con la hoz de oro. Naturalmente es una licencia romántica y una concesión literaria, pero que puede hacer referencia a cierta memoria popular que Hernán del Frade piensa pudo ser un lucus o bosque sagrado:
 "Si bien es una apreciación cargada de romanticismo, la posible existencia de un lucus, es decir, un lugar sagrado situado en un claro de un bosque, no es descartable. En apoyo de esta observación ha de tenerse en cuenta que este lugar, cada vez más destruido por el polígono industrial de «Guadamía», se halla junto a la Madre del Río, lugar de nacimiento del río Aguamía. Además, la referencia a los robles, el árbol sagrado por excelencia de la cultura céltica. Por último, el que ese bosque sea el del «Concejo» está indicando la existencia de reuniones en él, algo habitual en los lucus"

Al principio casi imperceptiblemente el Camino empieza a subir, con la pumarada a la derecha y a la izquierda un pequeño seto con hortensias que cierra un terreno arbolado. Más arriba crecen los ocalitos o eucaliptos, especie de crecimiento rápido imperante que se ha plantado intensamente, primero para la construcción y las labores de entiba en las galerías mineras, ahora para las fábricas de celulosa


Unos metros más allá ya notamos cómo el Camino va ascendiendo de manera poco a poco más acusada mientras deja la pradería y se mete en un de esos bosques cuyos claros sagrados eran los nemeton o lucus a los que se refiere Hernán del Frade de Blas


Robles, álamos, fresnos, alisos castaños... otra colaboradora de Bedoniana (año 2001), M.ª Adoración Abella García, publica en Paisajes agrarios y su evolución reciente en el Valle de San Jorge:
"Los paisajes de bosques mixtos de castaño y roble que existían hace unas décadas se han ido sustituyendo por otros más productivos y de crecimiento más rápido, como el pino silvestre y el ya citado eucalipto. Pero aún se encuentran en el Valle de San Jorge ecosistemas singulares que van ligados a los cursos de los ríos. Se trata por tanto de superficies que van perpendiculares a las anteriores, es decir, de la montaña al mar. El bosque fresco, muy diverso y con gran variedad de estructuras, resulta muy interesante desde el punto de vista ecológico al constituir superficies naturales, ya que las especies arbustivas y arbóreas que allí se instalan rebrotan de manera natural gracias al banco de semillas del suelo y a la dispersión de las mismas por el viento y por la fauna que habita el bosque"

Vamos a tener en esta subida a la iglesia, que tal vez esté también cristianizando uno de aquellos lucus al pie de la montaña sagrada del Picu Mediudía, un par de bifurcaciones importantes en las que no es difícil despistarse, la primera esta


Aquí hemos de seguir subiendo por el camino de la derecha. Es fácil que el mojón jacobita esté tapado, parcial o totalmente, por la vegetación


Aquí tenemos el mojón, de los antiguos en tanto no lo repongan, tal vez de los instalados a partir de 1994 con la primera señalización institucional general del Camino Norte en Asturias


En las veredas abundan las zarzas y helechos


Más arriba empiezan las plantaciones de ocalitos 
 

Hay también algunos robles, podríamos conjeturar y dejarnos llevar por la visión poética de Pepín de Pría pensando son restos de algún gran robledal sagrado en el lucus que luego cristianizaría la iglesia parroquial


La vegetación crece exuberante y forma a veces espesos muros vegetales en este camino que sube muy recto, como lo hacían las viejas vías y calzadas romanas para ganar altura. Se supone que una de ellas, prolongación de la gala Vía de Agripa al Atlántico podría ser el antecedente inmediato del camino real costanero que fue también paso de peregrinos y que hoy conocemos técnicamente como Camino Norte


El Camino no obstante está expedito, el paso de peregrinos es constante y ocasionalmente el de vehículos forestales y de acceso a algunas fincas. Un poco más arriba volveremos a tener que prestar muchísima atención a otra bifurcación


La pista principal sigue a la derecha, pero nosotros hemos de tomar el sendero que sale a la izquierda y que va directo a la iglesia


En el suelo hay restos de un posible antiguo empedrado. No vemos mojones y no hay buen lugar para pintar flechas. La señalización suele ser algún poste artesanal con su correspondiente letrero, hecha voluntariosamente y que no suelen durar intactas en pie demasiado tiempo


Incluso esto modestos letreros pueden desaparecer entre las crecidas zarzas y helechos, o caer durante las periódicas labores de desbroce de caminos o con las talas de ocalitos


Aquí la senda suele estrecharse bastante pero gracias al paso constante de gente, y a la labor de algún voluntariosos entusiasta, nunca se cierra del todo


La luminosidad delata que salimos ya de la arboleda y nos acercamos al campo de la iglesia de Pría


Pronto empezamos a ver flechas amarillas en algunos troncos y piedras


Aquí saldríamos al relumbrante claro del bosque sagrado o lucus en cuya cima se construiría la iglesia para cristianizarlo, bajo la advocación de San Pedro


Detrás de ella y a su derecha el citado albergue de la Casa Rectoral. Delante y a su izquierda el cementerio y el depósito de agua entre los que continúa el Camino. Abundan en este gran prado las plantas herbáceas a las que también se refiere Abella García
"Los cambios de altitud, pendiente, orientación y el manejo ganadero modelan el paisaje en bandas paralelas al mar y muestran estructuras vegetales diferentes. Se encuentran en primer lugar los prados de siega, ubicados en terrenos llanos y fértiles cuyo uso permitía obtener el heno para alimentar el ganado en invierno. La siega anual permitió la existencia de unas especies pratenses características con un buen equilibrio entre familias botánicas. Así la proporción gramíneas/leguminosas en las áreas costeras es favorable a las gramíneas, que forman la fracción de volumen del pasto, pero las leguminosas (o fracción más proteínica) también están presentes. En la actualidad la fuerte mecanización que se produjo permite obtener ensilados de la pradera de buena calidad para cubrir la alimentación del invierno"

Como referencia hemos de decir que el camino señalizado sube al espacio situado entre la iglesia y la rectoral. Aquí ejerció el famoso párroco Don Ángel, Ángel Obeso Ruenes, natural de Posada, cariñosamente conocido como Angelín el Menu, fallecido en diciembre de 2017 a los 91 años y cuya biografía glosaba por entonces para La Nueva España Emilio G. Cea:

"El concejo de Llanes llora la muerte, a los 91 años, del sacerdote natural de Posada Ángel Obeso Ruenes, uno de sus vecinos más queridos y respetados. Popularmente conocido como Don Ángel, también era llamado "Angelín el Menu", apelativo que heredó de su madre y que lucía con orgullo. El deceso tuvo lugar en la Casa Sacerdotal de Oviedo, donde residía desde hace unos meses.

Ángel Obeso Ruenes perteneció a los Dominicos antes de hacerse sacerdote en el año 1952. Con esta orden predicó por todos los rincones de España. Su primera misa la cantó en la iglesia parroquial de Posada. Entre 1968 y 1981 llevó a cabo su labor pastoral en Pravia. Llevó también las parroquias de Ardisana y de Meré entre 1981 y 1986, la de Nueva entre 1986 y 1997, Los Carriles entre 1988 y 1997 y la de Pría entre 1986 y 2006.

El actual párroco de Posada, Aurelio Burgos, lo recordaba ayer como "una persona muy sociable y un gran comunicador. Tenía una conversación ágil e inteligente. En los pueblos donde estuvo es recordado con mucho cariño. Estuvo siempre muy cerca de los jóvenes". La generosidad y la caridad con todas las personas que lo necesitaban y que recurrían a su ayuda son también cualidades que Burgos ponía ayer en valor de Don Ángel. "Estuvo al lado de esa gente hasta el final", subrayó.

El biólogo Luis Carrera, con quien compartía una gran amistad, manifestó que "era una gran persona que hizo mucho por las parroquias de Nueva y Pría". La pasión por la zona de Pría se materializó en una publicación, "Hijos de Pría", sobre las familias y la historia de esta parte del municipio, presentada durante el verano del año pasado. "Era un cura que estaba siempre muy pendiente de sus parroquias y de sus parroquianos", indicó Carrera."

De la iglesia destaca su enorme y picuda torre-campanario, pórtico, cabecera, crucero destacado con tejado a cuatro aguas y capilla lateral sur. También empezamos a ver el pórtico. Su planta basilical de nave única es realmente voluminosa y es una importantísima referencia visual que se ve desde muchos kilómetros a la redonda. Su obra, siguiendo la estética historicista, fue auspiciada por los indianos hermanos Argüelles Alonso, siendo inaugurada en la citada fecha de 1902


Si el ganado está estabulado crecen la hierba y la vegetación: sigamos el camino señalizado por la flecha pintada en esta piedra, que va por el borde meridional del prado, al lado de los arbustos del seto


En otros momentos el prado puede estar así, con ganado y segado, al que han entrado tractores o vehículos con las vacas o el pienso. De cualquier manera vayamos siempre por la izquierda, donde un pastor eléctrico o llendador separa la vaquería del sendero peregrino


Ahora más a la derecha llegaremos a ver el edificio de las antiguas escuelas de Pría, sufragadas también por los benefactores hermanos Argüelles Alonso y construidas en 1878. Su enorme tamaño delata que en sus tiempos la parroquia debió de estar muy poblada, con muchos escolinos, acudiendo a esta los de la mayor parte de sus barrios y lugares. En ellas dio clases el padre de Pepín de Pría, maestro como posteriormente lo sería su hijo


Al estar en un lugar equidistante, pero a la vez notablemente alejado de los núcleos poblados de la parroquia, cayeron en desuso en favor de las situadas en las que se fueron construyendo en esos barrios y aldeas, una de ellas, la de Villanueva, siguió manteniendo alumnos, pese a las concentraciones escolares implantadas desde la década de 1970, como parte del correspondiente Colegio Rural Agrupado. Otra, la de Piñeres, reabrió en 2020 para escolarizar a cinco alumnos


¿Por qué la escuela estaría entonces en este lugar?, sin duda por ser la iglesia el punto de reunión vecinal, no sólo religioso sino también para celebrar reuniones o conceyos en el pórtico al acabar la misa, se decidió hacerla al lado en su momento. Pensemos que en muchos casos el pórtico o cabildo ejerció como el primer centro escolar, como fue este el caso, según datos de 1652, cuando fue creado. Naturalmente la siguiente pregunta es... ¿qué hace aquí la iglesia?. Pues sin duda y dado que su origen es medieval sería el resultado de la renombrada cristianización del espacio sagrado precedente, que ejercería esa misma función de lugar de unión y reunión desde tiempos inmemoriales


El citado pastor eléctrico guarda el Camino, que es aquí un estrecho sendero que como hemos dicho pasa por la parte más cercana a los arbustos que delimitan el pastizal por el sur


Aquí tenemos una hermosísima vista de Silviella y los prados de La Piniella ,al pie de la sierra. Allí estuvo la casona solariega de los Huergo, que según una antigua inscripción sería una reconstrucción del siglo XVII en estilo barroco sobre un edificio anterior, medieval. Es posible que en esa casona, sino otra, sea en la que el escritor José Saro y Rojas viera esta leyenda rimada cincelada en un blasón:
Yo soy la casa de Cuervo
fundada en esta montaña,
soy antigua como España
y de esta casa salieron
capitanes que vencieron
la batalla de Gijón
Por la batalla de Gijón entendemos serían los asedios llevados a cabo en el siglo XIV con las guerras trastamaristas, y más en concreto el sitio final, el que supuso la destrucción de la ciudad vieja en 1385


Un poco más allá sube uno de los accesos a la sierra y Picu Mediudía por El Portillín, dando vista al Picu Maor o Cuetu Maor (369 m). Sobre esa antigua vía existen la tradición del paso de la Virgen María, que tras desembarcar en la Playa Cuevas (Cuevas del Mar), huía de sus captores moros que pretendían capturarla pero ella logra escaparse y se refugia en Covadonga, en lo que es ahora la Santa Cueva. Sobre esa leyenda pesa un trasfondo real que es el antiguo uso de esos puertos de montaña para acceder a los valles interiores y a la vez a los más altos puertos de la Cordillera Cantábrica, en la zona de los Picos de Europa


Como comentábamos, de la misma forma que los valles de los ríos Sella y Ereba conforman cuñas fluviales que comunican la costa con el interior, por la sierra habría y hay pasos secos alternativos a los de dichos cursos fluviales, tantas veces inundados con las frecuentes crecidas, por lo que habrían sido muy empleados en el pasado


El histórico puerto de Ribadesella/Ribeseya habría el muelle de embarque o desembarco que comunicaría las rutas marinas con las costeras y estas al interior. En lo correspondiente al Ereba sería la ensenada de Cabumar o Cabo de Mar, donde está la cala de tan significativo nombre de Puertu Pequeñu o Puertu Secu, además de la misma de la Playa Cuevas, cuyos marineros estaban adscritos, como los de todos los puertos llaniscos, al antiguo Gremio de Mareantes de San Nicolás de Llanes, con sede en la villa capital del concejo y casi tan antiguo como ella, pues se conoce desde el siglo XIII, centuria en la que nace como población aforada por Alfonso IX y confirmada su Carta Puebla por Alfonso X El Sabio 


Casi a mitad del prado, allí donde los alambres electrificados del llendador nos orientan, se sube campo arriba hacia la iglesia. Al estar sin duda cristianizando un promontorio sagrado anterior, su ubicación no obedecería, como en tantos casos similares, a la cercanía a las casas sino a otros parámetros de componente totémico-religioso


 Así, otra gran investigadora colaboradora de la revista Bedoniana, Yolanda Cerra Bada, publica en el número del año 2001 un trabajo dedicado a los espacios sagrados en la parroquia de Naves alguna de cuyas premisas podemos trasladar aquí:
"Todas las sociedades ordenan el espacio, es decir, la naturaleza, creando categorías y estableciendo límites. Todo espacio, dentro de cada cultura, está lleno de significado. Dado que se trata de un término polisémico, se reserva el de territorio para el espacio que tiene un significado sociocultural. 

Desde el punto de vista de la religiosidad popular, existe una ley no escrita respecto a la ubicación de los edificios religiosos que, según del tipo que sean, se sitúan de modo preferente en un lugar o en otro. Las ermitas se hallan en lugares exocéntricos; las capillas suelen formar parte de un conjunto palacial, la iglesia parroquial y el cementerio se instalan en los márgenes de la población; los santuarios comarcales, a mucha mayor distancia."

De esta manera, las iglesias parroquiales, cuanto más modernas, más cerca de la población se construyen:
"Al contrario, aquellas cuyo estilo arquitectónico o documentación revelan una antigüedad de siglos se alejan de los núcleos de población, aunque en ocasiones, debido a la presión demográfica, se encuentren ya parcial o totalmente embebidas en los mismos"

En el caso de Pría la iglesia de San Pedro, reformada y ampliada en el siglo XIX con la intervención de los aportes indianos, siegue estando en esta mágica loma que, no creemos que por casualidad, divisa toda la parroquia y aquellos antiguos caminos, de este a oeste y de norte a sur, que enlazan  los puertos, las montañas y el litoral. Por eso es que el genial escritor, periodista y filósofo Gurmesindo Laverde Ruiz"asturiano de las Asturias de Oviedo y de las Asturias de Santillana", plasmó así sus sentimientos sobre el lugar en su cuento La gratitud del Nubero:
"En la parte occidental del valle de San Jorge, sobre una gallarda colina rodeada de pequeñas aldeas, levántase el modesto templo donde los fieles hijos de Pría tributan perenne culto al Príncipe de los Apóstoles, su intercesor para con el eterno Padre. Desde allí, sobre todo en verano, al nacer y ponerse el sol, se descubren perspectivas de insuperable variedad y hermosura"

Otro escritor y además cronista, José Ignacio Gracia Noriega, asevera esta semblanza de Laverde Ruiz, a la que añade en su artículo La parroquia de Pría sus propias impresiones sobre el lugar y toda la parroquia, citando también a otros autores y al célebre Diccionario de Madoz:
"Todo esto se ve, en efecto, desde la cuesta en la que se levanta con su torre la iglesia parroquial de Pría, que, a su vez, se ve, recortándose sobre el cielo, durante un largo techo, desde la carretera general, que va por el valle.

En la misma cuesta de la iglesia están las escuelas y el cementerio, el saber y el reposo. El cementerio está cerrado con verja de hierro, y en la cerradura consta la fecha de 1878. La iglesia tiene un encanto rural, y más aún por el espléndido paraje en que se alza; cuenta con los servicios de reloj y pararrayos, y, cuando menos, el reloj no solamente funciona, sino que está en hora. En la ladera norte de esta cuesta hay un [169] pozo cubierto por la yedra, al lado de una casa de piedra que se asoma al valle, en medio de un prado verde.

La parroquia de Pría es muy grande, pero fue mayor de lo que es: antes pertenecía a ella Cuerres, que ahora es de Ribadesella. Madoz lo dice: «Situada en las inmediaciones del Océano Cantábrico, donde la combaten principalmente los aires de NE y, O; clima templado y sano. Comprende los lugares, que reúnen más de 200 casas. Hay escuela de primeras letras frecuentada por niños de ambos sexos y dotada con 400 reales anuales. La iglesia parroquial (San Pedro) está servida por un cura de segundo ascenso y patronato laical. Hay también 7 ermitas de propiedad particular. Confina al N., el mar; E. y S., Nueva, y, O., Collera. Le cruza el río Aguamía, sobre el que hay dos puentes. El terreno es de buena calidad y ameno. Produce trigo, maíz, patatas, habas, frutas y pastos; se cría ganado vacuno; caza de liebres, perdices y codornices; y pesca de truchas en el indicado río».

En la «Historia de Llanes», de Fermín Canella, ya no figura Cuerres como perteneciente a Pría. Los lugares de la parroquia son, pues, Belmonte, Llames, Villanueva, Garaña, La Pesa, Piñeres y Silviella. Al N. están Llames, La Pesa, Garaña y Villanueva; al S., Belmonte, Silviella y Piñeres. En esta parroquia nació en 1864, el poeta y dramaturgo en hable (y buen articulista en español) José García Peláez, que empleaba el pseudónimo de Pepín de Pría, autor de «La fonte del Caí» y «Nel y Flor», las dos joyas más legítimas de la cantarina y reidora «lengua asturiana»


Por su parte la antigua vivienda del párroco, que por su traza nos recuerda a los siglos XVI o XVII, se ha reconvertido, tras muchos años de abandono en un precioso albergue que cobija a los peregrinos amantes de estos lugares relativamente apartados en los que durante unas horas puede convivirse comunitariamente y descansar de manera sumamente plácida y relajada, admirando un paisaje que enseguida vamos a describir


No sabemos si en su momento se habría pensado en su traslado, como aconteció en numerosos casos desde el siglo XVIII acá, a uno de los pueblos más habitados de la parroquia, pero lo cierto es que cuando se decidió rehacer la iglesia se decidió fuese en el mismo lugar que estuvo siempre. Por otro lado, cambiar de sitio una parroquial no era tarea fácil, además de discernir su coste y conseguir los sufragios estaba el tema de exactamente a dónde, lo que podría originar grandes rivalidades en los barrios que, por otra parte, solían contar con su propia capilla y hasta su romería particular


Entraban además muchos sentimientos, no era solamente el centro espiritual de la parroquia, que no es poco, una entidad religiosa, social y administrativa que en Asturias, como Galicia y otros muchos lugares del mundo, conserva una entidad civil, vecinal y asociativa, en muchos casos reconocida especialmente. Su nombre nos viene, por medio del latín, del griego paroikía (cerca de casa) y aparecen documentadamente en la Edad Media, especialmente en obras como el Liber Testamentorum del obispo Pelayo, basándose en un anterior Parroquial Suevo y este a la vez, como en el caso de los conventus, en instituciones administrativas romanas que tendrían en cuenta la más antigua aún división en gens y gentilitas ya de origen en sociedades suprafamiliares prerromanas


Por si el peso de la historia no bastase, la parroquia y con ella su centro parroquial, era la unidad vital del individuo, aquí se nacía públicamente para la familia con el bautismo, aquí se presentaba en sociedad con la comunión, aquí se relacionaba en las fiestas patronales con otros individuos, se cortejaba y se hacían parejas, asentadas también aquí con la celebración de la boda, se volvía al ritual de los hijos con el bautismo y se celebraban las despedidas del mundo con los funerales


Pero la trascendencia de la parroquia trascendía  a la misma muerte, aquí tus descendientes te recordarían, enterrado dentro o en el campo de la iglesia, como tú recordaste a los que te precedieron. La ubicación de la tumba del individuo también señalaría su estatus y el de los suyos en la sociedad. Tampoco fue siempre fácil que todos aceptasen de buen grado el sistema de cementerios exteriores por disposiciones higiénicas a partir del siglo XIX, dando que muchos los consideraban fuera del campo santo tradicional, aunque este de Pría está al lado mismo del templo


También estaba el referido tema de las reuniones semanales aprovechando la misa dominical, se llegaba a disponer que, dada la trascendencia de lo religioso, tras lo que estaba lo profano y no menos trascendente de la convivencia vecinal de todos los pobladores de los barrios y lugares de la parroquial, donde se iban a transmitir noticias y a tomar decisiones, acudiese al menos un miembro de cada familia, aunque estuviesen en las majadas de la montaña


No resulta extraño por tanto que en 1769 el enérgico obispo González Pisador, como 300 años antes lo intentase su predecesor Gutierre de Toledo, quisiese enmendar lo que consideraba usos no ortodoxos de la sociedad, empezando por las mismas parroquias y sus curas y vecinos, publicando sus célebres Disposiciones sinodales para ello, en las que, entre otra muchas cosas, trataba de discernir y establecer una rotunda separación entre los usos laicos y religiosos de estas instituciones y sus edificios, que se aplicase o no, que se le hiciese caso o se le ignorase ya es otra cosa


De ahí también que cuando se intentase suprimir una parroquia en lo religioso, anexionándola a otra; o al revés, que una nueva se incorporase a esta, o se se crease una nueva, o que ciertos barrios y lugares pasasen de una a otra, como pasó con Cuerres desgajada de Pría, el asunto fuese también polémico por todo lo que implicaba detrás a nivel civil, de cambios de pertenencia social y comunitaria de aldeas y familias enteras, a veces también de concejo y ayuntamiento. Junto con ello, el periodo de transición podía ser igualmente harto complicado para todo tema, pensemos solamente en papeles, registros, partidas, archivos, contribuciones, etc.


En ocasiones se seguía manteniendo importante dependencia de la parroquia originaria durante mucho tiempo. En el caso de Pría, aunque la parroquia ha cambiado de límites, su iglesia y centro espiritual y vecinal sigue aquí como antaño, la igual que la rectoral, si bien ya con otro uso. Sus hospitaleros han hecho delante de ella un hermoso jardín, reaprovechando todo el edificio excepto lo que debió ser la cuadra y henar. Fijémonos también en el pozo de agua existente en el prado para suministro de la casa antes de que llegase el agua corriente a las viviendas


Iglesia y rectoral, lo mismo la vieja escuelona, se sitúan en el rellano existente en esta loma, un detalle que tampoco pasaría desapercibido ni en los tiempos del lucus, lo que contribuiría a que estos edificios digamos institucionales se mantuviesen en este lugar más o menos reformados con el transcurrir del tiempo. Uno de los benefactores del nuevo templo, Ramón Argüelles Alonso, fue hombre de negocios en Cuba, a donde emigró de muy joven llamado por sus hermanos Joaquín y Juan Vicente, participó en política. Durante un viaje de vacaciones a Asturias mandó hacer el famoso Palacio de Garaña o Palacio de la Huerta en Villanueva, uno de los barrios de esta parroquia, en 1882, que veremos, a la vez que la costa del Bramadoriu, cuando bajemos de la iglesia de Pría a El Colláu, camino del puente sobre el río Aguamía


Por los servicios prestados a la Corona española (donó dinero al ejército durante la Guerra de Cuba), reinando la regente María Cristina de Habsburgo-Lorena se le otorgó el título de Marqués de Argüelles en 1897. Un año después se perdía la isla y tres años después fallecía en la cubana población de Guane, pues había permanecido allí tras la independencia como representante de España luego de la marcha del General Castellanos. Su Palacio de Garaña es ahora un importante centro turístico con camping, cabañas y bungalows, otra interesante posibilidad de alojamiento para los peregrinos que, llegados a Pría, deseen acercarse a los bufones haciendo un desvío y aprovechando los días de mar bravío


De todas maneras, los que pernocten aquí, en el albergue florido de la Casa Rectoral también tendrán oportunidad de verlos en la distancia, así como por supuesto de oírlos, pues se asegura que su sonoridad llega, aunque lejanamente pero llega, a Cabrales y los Picos de Europa


Desde el jardín ya, estamos en un buen lugar para admirar el paisaje del valle de Silviella y El Picu Mediudía


En primer plano, el pozu l'agua de la antigua Casa Rectoral de Pría, ahora cerrado y en desuso y más abajo Silviella, franja de llanura entre este el Altu San Pedru o Altu Pría y la Sierra Cueva Negra, por donde pasan la antigua carretera general, antes carretera Lloviu-Llanes, después N-634 y ahora AS-379, el ferrocarril, inaugurado el 20 de abril de 1905 por la empresa Económicos de Asturias, que a la vez ese día de gran fiesta y celebración enlazaba en Llanes con la línea procedente de Santander de los Ferrocarriles del Cantábrico (todo integrado en la estatal Feve en 1972) y por supuesto la Autovía del Cantábrico (A-8) cuyo tramo por aquí ya estaba en uso desde los últimos días de diciembre de 1999 pero que no se abrió oficialmente al tráfico hasta la culminación de las obras de desdoblamiento del puente de San Antolín de la antigua N-634 sobre el Ríu Beón. Volviendo al cuento La gratitud del Nubero, Laaverde Ruiz decía de este paisaje:
"Si giramos la vista al Oriente vemos recostado a lo largo del océano hasta la desembocadura del Bedón el pintoresco y amenísimo Valle de San Jorge, con sus verdes prados y crías, límpidos riachuelos y populosos lugares: Piñeres, Nueva, Ovio, Cardoso, Hontoria, Villahormes y Naves, que parecen bandadas de palomas medio ocultas entre el apenas interrumpido follaje de sus encinas y robles, álamos y alisos, castaños y, nogales, cerezos y pomares, naranjos y limoneros. Al sudeste, la admirable meseta de Los Llanos es como el primer peldaño de la inmensa escala de montañas que va a terminar en los inaccesibles Picos de Europa, casi siempre coronados de nieve"

No obstante ni el lejano ruido de carretera, autovía y, mucho menos ocasional paso de un tren del ferrocarril parece perturbar la majestuosa serenidad de estas cumbres ni tampoco el solaz del peregrino que aquí se alberga y admira este espectáculo de la naturaleza, escenario de la leyenda del paso de la Virgen María a refugiarse a la Cueva de Covadonga, relatada literariamente por el erudito y escritor Elviro Martínez en su libro Leyendas asturianas
"Es creencia marinera de Asturias que la Virgen quiso es­tablecer su morada por los contornos del litoral oriental, desistiendo de ello porque en todas partes se sentía el rumor del mar.

No alcanzamos la razón de tal asentimiento tradicional, toda vez que en Gijón, y dominando el mar, se halla la capilla de la Virgen de la Providencia; en Pimiango, la Vir­gen de Tina; en Ribadesella y Llanes, los santuarios de la Virgen de Guía, tan próximos al mar que deben alcanzarles las espumas salobres en los días de tempestad; lo mismo en otros lugares del occidente astur: Virgen de la Blanca, en Luarca, y la Virgen de la Barca, en Navia.

El Romancero, por otra parte, asegura que la Virgen na­vegaba en busca de Cristo:
Navegando va la Virgen
navegando por la mar; 
los remos trae de oro 
y la barca de cristal, 
el remador que remaba 
va diciendo este cantar: 
Por aquella cuesta arriba, 
por aquel camino real, 
por el rastro de la sangre 
a Cristo hemos de encontrar
En otro romance, recogido por nosotros en Llanes, se di­ce que los moros perseguían a la Virgen para prindarla y llevarla cautiva a Turquía: 
«Por la mar vienen los moros 
que quisiéranla prindar, 
y ella escapa tierra adentro 
mucho lejos de la mar». 
Fue hace muchos años cuando, antes del alba, una joven bellísima, la Virgen, arribó a Cuevas del Mar, en Nueva de Llanes. Una mula ataviada al estilo oriental, que un hom­bre de más de media edad llevaba del diestro, esperaba a la Virgen. De inmediato se inicia la andadura. 
La más hermosa estrella brillaba sobre el Pico de Socam­po, y una aurora plácida anunciaba la mañana próxima lle­na de tibiezas y armonías. Presurosos, dos pescadores acu­dían con sus cañas al hombro para ocupar sus atalayas al repunte de la marca. Y los dos pescadores, porque eran lim­pios de corazón, vieron el cortejo; y oyeron que el hombre que llevaba del diestro al animal dijo a la mujer con acento dulce: 
-¿Aquí, mi Reina? 
Alguien habló en el regazo de la mujer: 
-Suena el mar, madre mía; subamos más. 
Vieron entonces los pescadores que entre los brazos de aquella mujer había una corona de estrellas que alumbraba como el sol y cuyo reflejo alcanzaba y envolvía la parroquia de San Jorge; la Peña de San Antón y los acantilados de Villanueva también se alumbraron. 
Creyeron los pescadores que era un encanto; tuvieron mie­do e invocaron a Santa María diciendo: ¡Ave María Purísi­ma! Pero el encanto no se deshizo. Se arrodillaron apoyando las conteras de sus cañas en las arenas de la playa y, fasci­nados por la corona de cstrcllas, cayeron desvanecidos. Las cañas tenían su sedal con tres anzuelos cada una. 
Se deshizo el encanto cuando la Virgen se envolvió en su manto, ocultando cuidadosamente en su regazo el fulgor de la corona. El sueño de los pescadores quedó envuelto en las sombras. 
Siguen tierra adentro. La estrella que brillaba en el Pico de Socampo había inclinado su disco más a Occidente y proyectaba su luz sobre la falda de la Peñe, mirando hacia Pría. Como siguiendo el curso de aquella luz celeste, los viajeros llegaron a Ruhazón, y por un estrecho y tortuoso sendero escalaron la ladera de la Peñe. Rendido por la fati­ga, a cierta altura, en el lugar conocido por la Valleyona, se detuvo el hombre. Tornando su mirar piadoso, preguntó a la Virgen: 
-¿Aquí, mi Reina? 
Ella desciñó otra vez el manto. Sobre su corazón brilló de nuevo la corona de estrellas con tanta intensidad que todo el paraje se inundó de luz; inclinó su rostro sobre la corona de estrellas que brillaba sobre su corazón y preguntó con cariñoso interés: 
-¿Aquí, mi Rey? 
De nuevo el Hijo hubo de contestar: 
-Aún se oye el mar, madre mía; subamos más. 
Prosiguieron la ascensión. 
La pequeña cabalgadura pasó por la Cruz del Regón. Unos pastores, mañaneros como las alondras, tenían sus apriscos en Joncima. Los pastores, que también eran lim­pios de corazón, vieron que se iluminaba Paraperi con una lumbre maravillosa; el Niño resplandecía como un foco de luz. En el cielo no había otra luz que la de aquella estrella brillante ocultándose detrás del Pico del Sol. 
Despertaron una vieja, astrosa y maldiciente, que aquella noche dormía en los apriscos, y le pidieron explicación de la maravilla: 
-¡Malditos de vosotros -dijo ella- que me habéis qui­tado el sueño! Todavía es noche, nada veo. Estáis locos, pastores malditos. 
Para ver la luz divina se requiere la gracia de Dios. Los pastores, que tenían diafanidad en el alma, pudieron ver con admiración que en aquella amanecida había cruzado derecho a la Paserina una Virgen bellísima sobre una mula que un hombre llevaba del ramal; que la Virgen llevaba en el regazo un precioso niño con una corona de estrellas tan luminosa que alumbraba hasta las borizas de la marina y más allá de la mar. 
Atraídos por una fuerza misteriosa se fueron los pastores en pos de los viajeros, y en pos de los pastores se fueron los rebaños. 
La vieja, porque no veía la celeste luz, se tumbó a dormir maldiciendo de los pastores que le habían turbado el sueño. 
Una muralla de rocas atajó el paso a los viajeros. La estrella brillante se había pcultado detrás de los montes. No había paso practicable para la cabalgadura. Pero también allí llegaba el rumor rencoroso y lejano del mar: Los moros podían ganar la playa y prindar a la Virgen. El hombre vol­vió a hablar: 
-Aún se oye el mar, mi Reina, y no tenemos paso. Entonces la Virgen extendió su brazo hacia la muralla de rocas y dijo: 
-Ábrete, peña dura, y deja paso a mí y a mi mula. 
Tembló la tierra, se estremeció el monte y, desplomándo­se un enorme bloque de roca, abrió un portillo por el que pasó la Virgen para huir del mar  
«De día andando en el monte, 
de noche en camino real».
Llegaron a Covadonga, instalándose para siempre la Vir­gen en la Santa Cueva. 
En la Peñe de Pría, también término de Llanes, a unos setecientos metros de altitud, se ve el Portellín por donde, según la tradición, pasó la Virgen camino de Covadonga, dejando la mula marcadas las herraduras en la roca en el sitio hoy llamado Patada de la Mula. En Caravia recogió Aurelio de Llano este romance: 

Allá arriba hay un portillo

nunca le he visto cerrado,

por allí pasó la Virgen

de vestido colorado;

el vestido que traía

lo trae todo manchado,

que lo manchó Jesucristo

con la sangre del costado 

 En el valle de Piedra había un enorme abismo que, para dejar paso a la Virgen, se llenó con una avalancha de rocas derrumbadas al abrirse el Portellín; y al otro lado del For­cón existe un bloque rectangular de grandes dimensiones, que llaman la cama de Surpedro, en que quedó convertido el lecho de la vieja maldicente"

Pernoctemos o no en la Casa Rectoral el Camino continúa hacia la iglesia, cuya explanada y camino de acceso están asfaltados. Desde aquí, su gran sacristía, pintada de blanco con un pequeño ventanuco bordeado por una moldura de orejas que arroja luz del sol naciente al interior , parece querer ocupar todo nuestro campo de visión respecto al edificio, a no ser por la capilla lateral saliente a la izquierda, el llamado lado de la epístola


Dada su relación con el Camino, aquí se ha instalado un crucero de piedra con varias imágenes y, bajo él, tres cubos de piedra con la idea puesta, entendemos, en que sirvan de asiento a los peregrinos, de paso o albergados en la Casa Rectoral


Cuatro artísticos tiestos con lo que creemos son árboles ornamentales, que cuando crezcan darán buena sombra completan el conjunto al que hay que añadir una estela conmemorativa donde leemos PARROQUIA DE PRÍA y un hermoso banco corrido a lo largo de la pared oriental de la cabecera


El crucero es un monumento religioso constituido por una gran cruz, generalmente de piedra, sobre un pilar, erigida en un lugar público, campos de iglesias o lugares destacados de caminos, santuarios y encrucijadas. Abundan especialmente en el noroeste peninsular pero también en otros muchos lugares, siendo llamativos los de Bretaña, Inglaterra e Irlanda, apareciendo en otros muchos lugares, incluyendo América. Su aparición tiene que ver con el Concilio de Trento (acabado en 1564) y la Contrarreforma frente a los protestantes, si bien luego siguieron expandiéndose por otras razones, tradiciones piadosas a veces relacionadas con algún suceso acaecido en el lugar o sus inmediaciones


También aparecen en otros muchos lugares tanto públicos como privados y con el auge de las rutas xacobeas se levantan por doquier cruceros de nuevo cuño, si bien se gusta seguir los modelos tradicionales tal que este, en el que vemos, abajo, una concha jacobea, cuyo significado y vinculación al Camino hemos explicado y volveremos a explicar en sucesivas entradas dedicadas al Camino Norte. Un poco más arriba una imagen de Santiago y en lo alto Cristo crucificado. Leemos en Xacopedia:
"En el Códice Calixtino (s. XII) se le atribuyen ( a la concha, venera o vieira) poderes taumatúrgicos. Se señala así, en uno de los milagros de Santiago, que “corriendo el año mil ciento seis de la encarnación del Señor, a cierto caballero en tierras de Apulia se le hinchó la garganta como un odre lleno de aire. Y como no hallase en ningún médico remedio que le sanase, confiado en Santiago apóstol dijo que si pudiese hallar alguna concha de las que suelen llevar consigo los peregrinos que regresan de Santiago y tocase con ella su garganta enferma, tendría remedio inmediato. Y habiéndole encontrado en casa cierto peregrino vecino suyo, tocó su garganta y sanó, y marchó luego al sepulcro del Apóstol en Galicia”.

Las conchas son descritas también en el propio Códice como “unos mariscos en el mar próximo a Santiago, a los que el vulgo llama vieiras, que tienen dos corazas, una por cada lado, entre las cuales, como entre dos tejuelas, se oculta un molusco parecido a una ostra. Tales conchas están labradas como los dedos de la mano y las llaman los provenzales nidulas y los franceses crusillas, y al regresar los peregrinos del santuario de Santiago las prenden en las capas para gloria del Apóstol, y en recuerdo de él y señal de tan largo viaje, las traen a su morada con gran regocijo. La especie de corazas con que el marisco se defiende, significan los dos preceptos de la caridad, con que quien debidamente los lleva debe defenderse, esto es: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo” (...)

En cualquier caso, la costumbre de llevar conchas prendidas venía de antiguo, ya que era símbolo de Venus, diosa del amor y de la belleza, y amuleto contra el mal de ojo. Además, la concha era un perfecto vaso natural, que debió de ser usado desde antiguo por los viajeros.

Algunos autores apuntan a que las estrías de la concha de vieira simbolizan los caminos que desde toda Europa confluyen en Compostela. Con el auge del Camino de Santiago, esta concha constituyó un signo de identificación de los peregrinos. Así, consta que muchos de ellos de procedencia centroeuropea e incluso escandinava, se hacían enterrar con ella, como símbolo de protección tras la muerte, por haber recibido el perdón en Santiago de Compostela. Está considerada, en este sentido, uno de los atributos del peregrino jacobeo, con el zurrón y el bordón. Los tres elementos eran algo más que necesarios objetos materiales. Trascendían al ámbito espiritual del peregrino"

La representación de Santiago es en su original hábito peregrino, con bordón, conchas identificativas del romero jacobita en capa y sombrero, zurrón y libro en mano. En la Xacopedia conoceremos las características de esta clásica iconografía peregrina que triunfa ya en la Edad Media:
"La original representación de Santiago el Mayor como peregrino jacobeo comienza a desarrollarse desde la época románica. No es extraño que este modo de imaginar al Apóstol, como una suerte de compañero de ruta que protege con su presencia el espacio sagrado que conduce a Compostela, suceda en un siglo de gran éxito para el Camino de Santiago. De modo muy brillante y espontáneo surge una nueva concepción iconográfica que expresa esa identificación entre la figura de Santiago con los peregrinos que acuden a su santuario. 
Si durante su vida pública Santiago se familiarizó con los caminos de Hispania en su deambular evangelizador, en plena Edad Media los creadores de imaginería religiosa -escultura monumental, pintura, vitrales, miniatura- no dudan en representarlo como devoto caminante que se ayuda del bordón, porta la calabaza para el vino o el agua, se cubre con sombrero y amplio manto, porta en bandolera un zurrón y se adorna con una o varias conchas de vieira. El único elemento que lo diferencia de un peregrino medieval y le otorga categoría de apóstol evangelizador es el libro que porta en una de sus manos, y que en ocasiones presenta abierto a los fieles. 
Los atributos que caracterizan al devoto entregado a la experiencia ascética de la peregrinatio -en especial el bordón y la concha de vieira- contenían una significación simbólica que tenía en el sermón Veneranda dies del libro I del Calixtino, la fuente escrita de referencia para a su mejor comprensión y valoración. Este texto destaca el significado específico del bordón en el que se apoya el peregrino como si fuese un tercer pie, y que simboliza a la Trinidad, o la concha de Santiago, símbolo de las buenas obras en las que cada peregrino debe perseverar después de haber ultimado su viaje expiatorio al santuario jacobeo"

A partir del siglo XIII, esta imagen de Santiago peregrino fue ampliamente difundida en los portales de las catedrales góticas europeas, posteriormente el gótico internacional lo expandió aún más y con todavía más detalle:

"En este contexto, las representaciones cultas del apóstol realizadas durante el siglo XIV participan de los rasgos propios del estilo gótico, favoreciendo la idealización del rostro y un mayor naturalismo en el tratamiento de barba, cabellera, vestimentas y actitudes. Esta búsqueda del naturalismo introdujo nuevos modos en las ropas de Santiago, actualizando su vestimenta para hacer su imagen más próxima al pueblo devoto. Así, a principios del XIV esta sensibilidad actúa sobre el fecundo ambiente artístico de París, lo que facilitó un cambio de vestimentas, de modo que se sustituyen la túnica y el manto por el jubón y la ropilla, ropas más sencillas y propias de la moda burguesa del momento.

En las piezas salidas de los talleres urbanos, la ropilla -una especie de sobretúnica- de mangas cortas y escotadas deja ver el largo jubón que desciende hasta los pies en pliegues paralelos. Se presenta con este nuevo aspecto a Santiago peregrino en Champaña y Normandía, difundiéndose el modelo hasta España, Inglaterra y Escandinavia. Pese al cambio de ropas se mantienen los atributos del peregrino: bordónsombrero adornado con vieira, escarcela… El tocado se resuelve con un sombrero redondeado o ligeramente abombado, con el ala bajada, semejante al de los campesinos.

Una vez resuelto y acuñado, el nuevo modelo iconográfico se difunde en producciones cultas y populares durante los siglos XIV y XV. Esto se advierte en piezas importantes, salidas de talleres de primer orden y realizadas en los más variados soportes"


La cruz de Cristo está sobre un capitel de tema vegetal y en ella tenemos una imagen bien detallada de de Cristo crucificado, donde se representan bien perfilados los músculos en la tensión extrema del suplicio, las costillas, los brazos extendidos con las manos clavadas y la cabeza caída. También la corona de espinas, el pelo de la barba y cabelleras, los pliegues de la tela del paño y hasta los clavos en pies y manos. Leemos en Wikipedia:
"Es uno de los temas más recurrentes en el arte cristiano y el de una iconografía más evidente. Si bien se representa a veces a Cristo vestido, lo habitual es representar su cuerpo desnudo, aunque con los genitales cubiertos con un paño de pureza (perizonium); los desnudos integrales son muy raros, pero destacados (BrunelleschiMiguel ÁngelCellini). Las convenciones de representación de las distintas actitudes de Cristo crucificado se designan con las expresiones latinas Christus triumphans ("triunfante" —no debe confundirse con la Maiestas Domini o el Pantocrátor—), Christus patiens ("resignado" —no debe confundirse con el Cristo de la paciencia—)​ y Christus dolens ("sufriente" —no debe confundirse con el Vir dolorum—). El triumphans se representa vivo, con los ojos abiertos y el cuerpo erguido; el patiens se representa muerto, con la voluntad totalmente vaciada (kénosis), la cabeza inclinada, el rostro con expresión serena, los ojos cerrados y el cuerpo arqueado, mostrando las cinco llagas; el dolens se representa de un modo similar al patiens, pero con un gesto de dolor, particularmente en la boca (curvada hacia abajo), remarcando los rasgos anatómicos y dando una mayor sensación de tensión y gravedad"

En relación a la vinculación de Cristo con la iconografía jacobita dentro de la relación con Santiago obedece a varias tradiciones que la Xacopedia explica en varias entradas, extraemos parte de dos, una dedicada a Jesús y la otra ala Transfiguración de Jesús:
"Las vidas de Jesús y de Santiago el Mayor, como uno de sus doce apóstoles, se interrelacionan a través de varios pasajes del Nuevo Testamento, la única fuente próxima al periodo de existencia de ambos. Se trata de una relación de la que apenas se pueden extraer conclusiones precisas, como sucede, por otra parte, con la que tuvo Jesús con la casi totalidad de sus discípulos. Los textos bíblicos vinculados al fundador del cristianismo y a sus primeros seguidores tienen una clara intención teológica, por lo que apenas ofrecen datos histórico-biográficos. 
Los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas sitúan el primer contacto de Jesús con Santiago en el momento en que este y su hermano Juan deciden dejar su actividad como pescadores en el lago Tiberíades y seguir al maestro, que les promete convertirlos en pescadores de hombres. Siempre según los textos bíblicos, la atracción de Santiago por Jesús fue casi inmediata, lo mismo que debió de ser la de este por el hijo de Zebedeo, ya que lo elige para formar parte del grupo de los doce apóstoles y hacerlo partícipe destacado, junto con su hermano Juan y con Pedro, de tres momentos esenciales de sus enseñanzas: la resurrección de la hija de Jairo, jefe de la sinagoga de Cafarnaún; la transfiguración en la que se evidencia como Hijo de Dios y la oración en el monte de los Olivos, poco antes de ser hecho prisionero y llevado a la crucifixión (...) 
Este se presentó durante unos instantes en un lugar no especificado -pudo ser el monte Tabor, según cierta tradición-, con su aspecto divino, como hijo de Dios. Así se narra en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. En ellos se dice que para presenciar el acontecimiento, Jesús escogió -como ya había hecho en la resurrección de la hija de Jairo- a Santiago el Mayor y su hermano Juan, y a Pedro, incidiendo así, según han interpretado diversos exegetas, singularmente desde posiciones projacobeas, en la alta estima que tenía por estos tres apóstoles en relación con los nueve restantes. Este hecho aparece también en la Segunda Carta de Pedro, pero no se precisa quién estaba presente"

En el reverso de la cruz y como en tantos cruceros se representa a la Virgen, en este caso coronada y con el Niño, que navega en una barca de la que aparece la proa. En la tradición jacobita sería Nosa Señora da Barca venerada en Muxía, que llega en barca de piedra a anunciar al desconsolado apóstol Santiago, que cree ha fracasado en su tarea evangelizadora tras la destrucción de la ciudad de Dugium, que su misión ha concluido pues en verdad ha esparcido exitosamente las semillas de la fe y ha de regresar a Palestina. Volvamos a la Wikipedia:

"Los habitantes de Duio habían preferido seguir sus cultos paganos y pan-teístas, por lo que el Apóstol rogó que la ciudad quedara para siempre bajo las aguas. Desolado, el santo llegó al litoral de Punta Xaviña cuando observó que se acercaba por mar una barca. En ella venía la Virgen, que le consoló y dio ánimos, a la par que le anunciaba que era necesario que regresara a Jerusalén, puesto que su misión en Hispania ya estaba finalizada y la semilla sembrada. Se dice que la Virgen le dejó al Apóstol una imagen suya que este depositó en un pequeño altar junto a las rocas. La barca de la Virgen quedó allí para siempre y desde entonces es conocida como Pedra de Abalar. Se conservan también otras grandes piedras de la barca: la gran vela -Pedra dos Cadrís- e incluso el timón.

La leyenda y milagro de A Barca, que cobró auge en una época tardía pero con un firme origen medieval, tuvo una amplia divulgación en toda Europa y, por ende, en todo el mundo vinculado a la peregrinación jacobea, en la que tuvo, sin duda, un papel primordial el cercano monasterio de Moraime. El origen de los extraordinarios acontecimientos de Muxía está en la cristianización de unos cultos panteístas, con base litolátrica -culto a las piedras-, basada en la necesidad de una reafirmación de la doctrina cristiana y el rechazo absoluto de un paganismo latente y todo género de supersticiones vinculadas al mismo que, aún en época tan tardía como el año 575, reclamaban personajes como Martín de Dumio en su famoso discurso De Correctione Rusticorum. Hacía falta reconvertir, sin forzar ni violentar, todo un universo pagano"

En relación a ello, las leyendas de la Virgen que llega por mar cristianizando creencias paganas vamos a encontrarlas por doquier, empezando por este mismo valle de San Xurde, la leyenda de la Corona de Estrellas que nos transmite Elviro Martínez y estudia Hernán del Frade de Blas, la Virgen que desembarca en Cuevas del Mar y se dirige a Covadonga por el paso de montaña se El Portillín:

"La llegada a la playa de la Virgen huyendo de los moros, se puede relacionar con leyendas como la de la llegada a Saintes Maries de la Mer, en la costa mediterránea francesa, de las tres Marías, huyendo por mar de los romanos. Tras llegar a tierra, la Magdalena fue a retirarse a una cueva de la montaña de Sainte Baume, junto Aix en Provence. En relación con todo ello, el bretón Jean Markale interpreta un grabado en el dolmen de Petit Mont (Morbihan, Francia) con la Diosa Madre en su navegación nocturna durante el otoño, cuando el sol baja en el horizonte y no comienza a elevarse otra vez hasta el final de diciembre."


Para seguir hablando de esta tradición mariana y marina local, así como de otros detalles y curiosidades de esta iglesia, seguimos recorriendo el templo, ahora por la fachada sur, donde el banco de piedra corrido se extiende también por la pared meridional de la sacristía, siguiendo por la de la cabecera a la que está añadida y llega hasta la capilla lateral, que en esa su pared del este también lo tiene. Fijémonos además en la flecha amarilla orientando el Camino en su comienzo


De frente vemos la tapia blanca del cementerio y a su izquierda el depósito de agua, pintado de verde sin duda para evitar cualquier impacto visual en este emblemático lugar. Entre los dos sigue el Camino


Y aquí está el atrio, pórtico cabildo, en él o en su antecesor estuvo la antigua escuela allá por el siglo XVII y aquí se celebrarían los conceyos o juntas vecinales tras la misa dominical


Su estructura es de madera a dos vertientes, sostenida sobre columnas de madera que a la vez están encajadas en un murete. Se entra a él por esta portilla


Y esta es la portada sur, de arco de medio punto, a la que para resaltar más su tradición xacobea se le ha puesto una concha en la clave. Se accede al interior por escalera de piedra de tres peldaños


Y desde aquí otra maravillosa vista al sur del mítico Picu Mediudía, cuyo nombre sin duda se debe, como pasa en tantas cumbres prominentes, de haber sido empleado secularmente como reloj de sol natural. Así contaba Hernán del Frade de Blas el origen de su interés por esta montaña sagrada del Valle de San Xurde:
"Hace cosa de treinta años, estando en invierno en Llames, mi hermano subió al monte a cazar con mi tío Toño, mi primo Toñín, Ramón –un paisano del pueblo– y su hijo, Ramonín. Yo era un crío y no se me dejó subir por mi condición. Todo el día estuve mirando al monte con los prismáticos de mi padre, sin lograr ver la partida de cazadores por el Pico Mediodía. 

Ya entrada la tarde, volvieron con alguna arcea, pero lo que más recuerdo, aparte de mi frustración infantil por no haber ido a la aventura, fue el relato que me hizo mi hermano de cómo era aquella montaña que dominaba el paisaje. Abundó en detalles de cómo era de empinada, de la cumbre, en la que había nieve; de las praderas de la cresta, que yo imaginaba cortada a pico. Sin embargo, lo que más me interesó fue el que había visto la herradura del caballo de Pelayo. Ramón le había contado cómo Pelayo, batallando con los moros, había pasado por un pequeño y estrecho puerto entre rocas junto al Picu Mediodía y su caballo, al que imaginé fuerte y descomunal, había pegado una patada a la roca, dejando su herradura tallada en ella. Cuando ya tuve edad de subir al monte, busque varias veces la herradura, pero no la pude localizar"

Pasó luego bastante tiempo, hasta que, luego de pasar años fuera, regresó a este monte de nuevo, subiendo a El Portillín a intentar localizar la famosa marca en la roca, infructuosamente y pese a sus pesquisas. Es entonces cuando localizó las fuentes que informaban más pormenorizadamente de la leyenda, que aquí resume: 

"Al pasar por el lugar de la leyenda, El Portillín, volví a intentar localizar la marca en la roca, otra vez sin éxito. Pregunté a gente por la zona pero las indicaciones eran ambiguas, y a veces contradictorias. Un día localicé un artículo de Cristobo de Milio Carrín, que decía que la Virgen y el Niño, habían cruzando el monte junto al Picu Mediodía. En este lugar la mula que montaban había pegado una patada abriéndose la montaña y dejando la herradura marcada en la roca. Las similitudes entre las historias eran casi totales, solo cambiaban los jinetes. A raíz de este artículo localicé otro de Elviro Martínez que recogía la leyenda con detalle, a la que denomina «la Corona de Estrellas» y cuyo resumen sería el siguiente: la Virgen, huyendo de los moros que vienen por mar tras ella, llega con el niño a Cuevas del Mar de noche. Un sirviente la lleva hacia Nueva sobre una mula con el niño bajo su manto. Al descubrir al niño, este emite un extraño fulgor que ilumina la noche. La comitiva va siguiendo a la «estrella más hermosa», que inicialmente está sobre el Socampu y va girando hacia el oeste. La comitiva sube por Robazón hacia el monte, pasando por lugares determinados. Unos pastores ven el fulgor el niño. Una vieja que está con ellos no lo ve por impía, se va a dormir y su lecho se convierte en un bloque de piedra llamado «Cama de San Pedro». La comitiva llega al Portillín. No puede pasar por las rocas. La Virgen ordena a la roca que se abra. Allí deja su marca la mula. Siguen por el Valle la Piedra hacia Covadonga"

Tras leer la leyenda, del Frade advierte que el romance describe de manera muy exacta el camino seguido por la Virgen y todo parece indicar que estamos ante un mito local muy antiguo posteriormente cristianizado.:

"Varios elementos tienen un significado especial, como es la «estrella más hermosa» que cabe identificar con Sirius, la estrella más brillante del cielo y a la que se denomina en la Edad Media Stella Maris, y representación en la cultura mediterránea de la diosa Isis, relacionable con Démeter, Astarté, Potnia Theron, Cibeles, Sirona, Belisana, Danu/Ana –y la lista seguiría–, es decir, la diosa madre por excelencia. Es significativo que Sirius culmina, pasa por el sur, a medianoche el 30- 31 de diciembre5 y visto desde Cuevas del Mar, el Socampu marca el sur.

Otro elemento principal de la leyenda es la luz milagrosa que sale del niño cuando la Virgen abre su manto. El niño/dios brillante puede relacionarse en distintas culturas antiguas con los dioses Horus, Mithra, Helios, Hermes, Apolo, Dagda/Sucello o Belenos. Xose Lluis García Arias cita el pueblo de Belmonte, situado junto al monte de la leyenda, como un rastro toponímico del culto a Belenos, «el brillante» deidad principal del pateón céltico6. La dedicación de montañas a Bel/Belenos se da en otros lugares, como Belén, en Valdés, o el monte Bilibio en La Rioja. Una deidad de raíz indoeuropea relacionada con Belenos es Sirona, representada con una corona en forma de estrella y un niño"


Saliendo del pórtico nos fijamos en los canecillos lisos, que sostienen el alero del tejado de la nave, que pueden ser, al menos en parte, originarios del templo medieval románico. El otro elemento esta bajo la monumental torre-campanario, la portada principal, que como es común en los templos antiguos, mira al oeste, donde se pone el sol


Es un impresionante torreón de planta cuadrada, adosado en el imafronte o fachada principal, el cual se yergue de planta en planta de manera decreciente. Está toda ella construida en piedra de sillería


Desde ella se divida perfectamente el mar y es muy posible que en tiempos, sin los árboles que ahora crecen en las cercanías, se divisasen todos los pueblos del norte de la parroquia, que nosotros veremos al ir bajando desde aquí al barrio de El Colláu, al norte de Belmonte, otro de los pueblos de Pría


El acceso a la portada oeste y principal se realiza por tres vanos situados en el piso inferior. Fijémonos en las artísticas baldosas del suelo, en forma de cruz


Y eta es la portada románica, la cual obedece a criterios estéticos sobrios, no necesariamente por pobreza sino por estética ascética. Diversas órdenes religiosas fomentaron en sus monasterios unos criterios artísticos y arquitectónicos en los que las imágenes fuesen las mínimas "para que nada entretuviese la oración ni la meditación", ni símbolos ni figuras


Naturalmente esa corriente minimalista en lo decorativo pasó de los monasterios a muchas parroquiales. No olvidemos que en esta zona ejerció gran influjo el monasterio de San Antolín de Bedón, cuyos frailes cistercienses eran de una orden especialmente combativa en este aspecto en ese momento, una idea que desaparecería definitivamente con la Contrarreforma y la eclosión iconográfica católica frente a los iconoclastas protestantes


Desde aquí y mirando al sur vamos a tener esta magnífico encuadre visual del Picu Mediudía desde el vano meridional de la torre. Hernán de Frade vincula la advocación de la iglesia de San Pedro con la Cama de San Pedru, citada en la tradición mariana de esta montaña:
"Otro elemento importante en la leyenda es la denominada Cama de San Pedru. Se trata de un gran bloque pétreo se alza en la cresta del monte entre los Cuetos Negros y el Picu Mediudía, siendo muy visible desde el norte y este. La mención a Pedro lleva a una identificación inicial con San Pedro, sin embargo, en gran número de tradiciones y leyendas, Pedro es el nombre de un ser sobrenatural, a veces de connotaciones negativas e, incluso, diabólicas. Quizá la roca lleva la mención a Pedro como algo pagano. Ha de tenerse en cuenta es que la vieja se acuesta en una cama y esta se transforma en roca. Las leyendas relacionadas con rocas denominadas «camas de santos» se repiten por Asturias y Galicia e incluso por Irlanda. Estas «camas de santos» suelen estar relacionadas con ritos de fertilidad en los que las mujeres que no pueden tener hijos realizan rituales que van desde las ofrendas, rodear la roca varias veces en determinado sentido, frotar el sexo contra la roca o incluso yacer las parejas sobre la roca misma. El valle cerrado que existe tras el Mediudía se llama Valle la Piedra, recalcando el artículo «la», referencia directa a La Cama San Pedru; advocación, por cierto, de la iglesia de Pría"

Desde aquí comprobamos que, según cada cuerpo de la iglesia, las cubiertas pueden ser a dos, tres o cuatro aguas. Vamos a pasar ahora la fachada oeste de la gran torre campanario, donde está el reloj


En el tímpano del vano occidental, de arco demedio punto, veremos la fecha del remate de las obras de esta iglesia y sobre ella un círculo algo ovalado en vertical, con las Llaves de San Pedro, las llaves del cielo, que suelen representarse cruzadas. Así como las letras alfa mayúscula y omega minúscula, la primera y la letra del alfabeto griego, con el significado piadoso de "principio y fin y cuerpo de Cristo". Leemos en Wikipedia:
"La frase "Yo soy el alfa y la omega" (en griego koiné: "ἐγώ εἰμι τὸ Ἄλφα καὶ τὸ Ὦ"), es un apelativo de Jesús y del Padre en el Apocalipsis (versículos 1:8, 21:6 y 22:13). Aparece por primera vez en el capítulo 1 versículo 8 (1:8) y puede encontrarse en todos los manuscritos del Apocalipsis que tienen el versículo 1:8. Algunos manuscritos más tardíos repiten "Yo soy el alfa y la omega" en 1:11 también, pero esto no aparece en los manuscritos más antiguos, incluyendo el Alejandrino, el Sinaítico y el Códice Ephraemi Rescriptus. Por esto es omitida en ese versículo en algunas traducciones modernas. El académico Robert Young afirma acerca de esta frase en el versículo 1:11 que "los [manuscritos] más antiguos la omiten". 
Muchos especialistas y diccionarios aplican este título tanto a Dios Padre como a Jesucristo. De ahí que las letras Alfa y Omega yuxtapuestas se usen desde antiguo como un símbolo cristiano (ver ejemplos). 
Este símbolo lo sugiere el Apocalipsis, donde muchos creen que Cristo, así como Yahvé, es "el Primero y el Último" (ii, 8); "el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin" (cf., xxii, 13; i, 8). Clemente de Alejandría habla de la expresión como "el Alfa y la Omega por quien solo el fin se convierte en principio y el fin de nuevo en el principio original sin ninguna interrupción" (Stromata, IV, 25). Tertuliano (De Monogamiâ, v), y por Prudencio (Cathemer, ix, 10) sabemos que en el siglo IV la interpretación de los escritos apocalípticos seguían siendo los mismos: "Alpha et Omega cognominatus, ipse fons et cláusula, Omnium quae sunt, fuerunt, quaeque post futura sunt" que traduce «Alfa y Omega sinónimo, el origen y el final mismo de todas las cosas que son, fueron y serán». Fue, sin embargo, al principio de la cristiandad en que el símbolo Alfa y Omega se encontraba en boga. 
Esta frase es interpretada por muchos cristianos como significado de que Dios existió desde el principio del tiempo y que existirá por siempre"

Estas letras figuran en el emblema oficial de Asturias basado en la Cruz de la Victoria que se encuentra en la Cámara Santa de la catedral ovetense de San Salvador, que podremos conocer haciendo el Camino Norte


La torre-campanario está rematada en un bello chapitel, estructura piramidal en este caso de estructura poligonal. Ahora y dando la vuelta a la iglesia podremos reconocer la fachada norte


Allá, El Picu Mediudía, habrá de seguir revelándonos sus misterios con del Frade de Blas:
"Para finalizar, el elemento milagroso principal de esta leyenda, además de la luz milagrosa, es la patada de la mula que abre la montaña. La virgen obra el milagro por medio de la mula y su coz descomunal, y gracias a ella la Virgen puede escapar. Leyendas similares se reproducen en pasos de montaña del noroeste peninsular. Por citar solo dos lugares con similar leyenda, tenemos la Patadica de la Mula en el monte Pardomino, junto al embalse de Porma, en León, y la Patá la Mula en Teverga. Habitualmente, se relacionan los lugares en los que existen herraduras talladas en la roca con lugares de sacrificio de caballos relacionados con investiduras de jefes locales.

Acerca del posible carácter sagrado de esta montaña, el Padre Risco, refiriéndose a la donación del monasterio de San Martín de Collera por parte de Piniolo y Aldonza al monasterio de Corias el siglo XI, al establecer los límites del alfoz de Melorda, al monte que cierra el territorio por el sur se le denomina como Monte de Santa Cruz. La sacralización de lugares paganos se ha producido desde antiguo colocando cruces en su cumbre, ahuyentando el antiguo culto y/o sustituyéndolo"

Aquí en el alero de la nave tenemos más canecillos de la estructura medieval del templo que se ha conservado


A este costado norte o lado del evangelio se le ha añadido el que parece el elemento más reciente, un cuerpo de grandes ventanas que parece destinado a actividades parroquiales. Seguidamente la capilla correspondiente que forma el otro brazo de la cruz del  crucero de la iglesia , en el que se cruzan la nave principal con la transversal o transepto


Dando la vuelta ya a toda el edificio volvemos al lugar por el que hemos llegado, el tan bellamente ajardinado albergue de la Casa Rectoral


Y el prado cuesto por el que hemos venido subiendo desde Piñeres y admirado el valle de Silviella


La iglesia y la fachada norte de la vieja rectoral de Pría. Por aquí discurre la solemne procesión de la romería de La Flor de Pría, también llamada de la Virgen de la Flor o Fiesta de la Flor, que se celebra el domingo después de Semana Santa y en la que se regala una flor a cada joven de la parroquia que cumple 18 años y a los casados con 25 y 50 años de matrimonio. Tras la misa se realiza la procesión con el pendón de la parroquia, el ramu de pan dulce, el ramu de pan artesanal, las mozas vestidas de llaniscas y tocando la pandereta al ritmo del tambor y la imagen de la Virgen. Así lo resume al anunciarlo La Nueva España el 7-4-2015:
"El programa incluye la salida de los ramos y su ofrecimiento, misa, entrega de "rosas" a los parroquianos que cumplan sus bodas de oro y plata matrimoniales y la mayoría de edad, procesión, bailes, despedida y coronación de la Virgen, subasta del roscu, danza prima, sesión vermut, comida campestre, animación infantil, chocolate con bizcochos y romería"

Se dice además que La Flor de Pría es la primera fiesta de la primavera llanisca. Emilio G. Cea la explicaba así de ampliamente en el mismo periódico a fecha 5-4-2013:
"La primavera no ha hecho nada más que empezar (aunque las lluvias no dejen disfrutarla) y con ella ha llegado el rosario de fiestas en muchos de los rincones del concejo de Llanes. Este domingo le toca el turno la localidad de Pría con la tradicional y singular fiesta de PríaNuestra Señora de la Flor.

La fiesta comenzará al mediodía con la salida del ramu desde la zona de las escuelas en dirección a la cercana iglesia de San Pedro de Pría, acompañado de numerosas aldeanas y porruanos de todas las edades. A las 12. 30 horas llegará la misa solemne en honor a Nuestra Señora de la Flor. El acompañamiento musical durante el transcurso de la eucaristía correrá a cargo de la organista Pilar Sampedro. Concluidas las celebraciones religiosas tendrá lugar unos de los momentos más esperados de la celebración, la entrega de las rosas a los homenajeados de este año, que son los matrimonios que se hayan casado en la parroquia y celebren las bodas de plata o de oro; y también a los jóvenes que cumplan la mayoría de edad.

Los bailes regionales serán el preludio de la emotiva despedida y coronación de la imagen de Nuestra Señora de la Flor, momento éste de especial emoción para los devotos de la imagen. La subasta de los ramos precederá a la sesión vermú que en esta ocasión estará amenizada por el grupo Panderaetas Ruxe y la Banda de Gaitas «L'Alloru» de Balmori.

Sí el tiempo lo permite tendrá lugar la clásica comida campestre en la que cada familia llevará sus viandas. A las 17. 30 horas dará comienzo la romería amenizada por el Duo Chamán y DJ Nacho Barquín. La agenda festiva se cerrará a las dos de la mañana con un chocolatada con bizcochos.

La organización instalará una carpa en la que puedan celebrarse todos los actos previstos en caso de que haga mal tiempo"

Y este es el edificio de las viejas escuelas, en fase de desmoronamiento, pues no ha tenido la misma suerte que la Casa Rectoral. Allí un monolito recuerda a José García Peláez, Pepín de Pría, nacido en esta parroquia el 14 de diciembre de 1864, donde su padre era maestro


Pepín o Pín de Pría nació en el lugar de Los Pindales, barrio o aldea de La Pesa, quedando huérfano de madre a los pocos días. Esta es su biografía en la Real Academia de la Historia:
"Nació en el barrio de Pindales, lugar de la parroquia de Pría, Llanes, en 1864, y murió, también en Pría, en 1928. Marchó a vivir a Gijón a los seis años, donde cursó el bachillerato en el instituto Jovellanos y harto seguido, se empeñó en oficios varios. Ganado por el republicanismo federal, colaboró en algunos periódicos (Noroeste de Xixón, Gijón, y El Oriente de Asturias, Llanes) y apoyó la fundación de otros (La Ley de Dios, Gijón, etc.). En 1896, emigró a Cuba, por invitación del marqués de Argüelles, enviando a la prensa asturiana crónicas sobre la situación en la que se vivía en la isla. Retornado a España, tras vivir unos meses en Llanes, se trasladó a Gijón, donde ejerció de profesor de primera y segunda enseñanza, a la vez que de maestro rural en Lavandera. Colaborador y redactor de varios periódicos, entre ellos El Comercio (Gijón) y El Oriente de Asturias (Llanes). Pronto se hizo un nombre como autor de versos y obras de teatro en lengua asturiana, llegando a publicar ¡A L’Habana! ¡El diañu de los microbios! (1912) y el libro de poesía Nel y Flor (1926). Se le conoció como autor de otras obras teatrales: Alma Virxen, Pinín L’Afrancesáu, Venta quita quita renta... Al final de su existencia, retornó a Pría, trabajando en sus tierras. Al morir, dejó inédito el libro de poesía La Fuente del Cai. Por otra parte, ha legado breves poemas, como La xana, Llibertá, Alma asturiana, Mal d’amores... Por su lirismo y percepción dialectal, se le considera como un renovador de la literatura en asturiano, llegando a singular expresión para algunos especialistas. Se le atribuyen, asimismo, composiciones musicales cortas, como La Rapacina La Xana, a la vez que la autoría de canciones tales como La Raitana La Rapacina"

En 1992 La Consejería de Cultura del Principado de Asturias le dedicó la Selmana de les Lletres Asturianes y se reunió en dos volúmenes su obra completa conocida junto con otro libro conmemorativo. En 1995 se publicaron nuevos poemas recuperados con el título Sietes poemes más por parte de la Academia de la Llingua Asturiana. Han seguido apareciendo varias obras no publicadas, como la comedia La media cama, de la que da noticia de su publicación La Nueva España el 28-1-2013:
"Se conocía la existencia de «La media cama», una de las obras de teatro escritas por José García Peláez, más conocido como Pepín o Pin de Pría (Llanes, 1864 - Gijón, 1928), pero los estudiosos no habían localizado el manuscrito. Miguel Ramos Corrada, profesor de la UNED y autor de sus «Obras Completas» (Llibros del Pexe, 1992-93), asegura que algunos estudiosos hacían referencia a ella cuando se referían a los cuadernos de Pepín de Pría. Por eso, la publicación de la comedia en dos actos, recuperada por Beatriz Hernán-Gómez Prieto, una de sus bisnietas, y editada en Italia por Edizioni Universitarie di Lettere Economía Diritto, es un acontecimiento para la literatura en asturiano. Periodista, poeta, dramaturgo, lingüista, ensayista y músico, Pepín de Pría, a quien Celso Amieva definió como «el máximo juglar del bable», es uno de los autores clásicos asturianos. Autor de unas veinte obras de teatro, aunque sólo se conservaban hasta ahora cuatro, son, sin embargo, sus poemas «Nel y Flor», para muchos su mejor creación, y «La Fonte del Cai», los que elevan su categoría de creador. Contemporáneo del llamado movimiento modernista y de los autores de la generación del 98, su teatro es costumbrista. 
«La media cama», la obra inédita que ahora se presenta, estaba en uno de sus cuadernos, el denominado «La Rotativa», según cuenta la autora del hallazgo y de la edición, su bisnieta Beatriz Hernán-Gómez Prieto, profesora de Lengua y Cultura de Lengua Española en la Universidad del Estudio de Milán. Su abuela, Religión García Argüelles, una de los diecisiete hijos que tuvo el escritor, la hizo depositaria de la obra de su padre y le hizo prometer que defendería y difundiría los escritos de su bisabuelo. «La media cama», escrita entre los años 1919 y 1925, está definida por el propio Pepín de Pría en la primera página del manuscrito: «Comedia asturiana en dos actos, escrita en bable y en verso». La acción se desarrolla en Llanera, en la víspera de San Mateo. Las referencias político-sociales que se leen entre líneas remiten a los últimos años del siglo XIX, coincidiendo con el período juvenil del autor. La cama del título es el elemento en torno al cual gira la acción. El mecanismo dramático se basa en un entramado de relaciones personales y en un enredo donde prima el equívoco. Fundamentalmente se trata de un texto cómico, con un telón de fondo costumbrista"

Citando a su bisnieta Beatriz Hernán Gómez, en el artículo se destaca que el estilo de Pepín de Pría se caracteriza por la gran riqueza y variedad del lenguaje. Prosigue así:
"Asturianista, Pepín de Pría se mostró siempre muy crítico con los detractores del asturiano. Alguna de sus reflexiones de entonces no ha perdido actualidad. «Para algunos de esos tontos que quieren hacer el papel de pasarse de listos, en Asturias debe hablarse como en el Congreso o en la Real Academia, y todo lo que salga de ahí no es ciencia, ni arte ni literatura ni hablar (...) Pretenden reprimir el bable porque lo desconocen y no quieren conocerlo por no darse el trabajo de estudiarlo», decía. José Antonio García Peláez nació en La Pesa de Pría, en el llanisco valle de San Jorge (San Xurde), el 14 de diciembre de 1864. Huérfano de madre desde que contaba pocas semanas, a los 6 años se trasladó a vivir a Gijón. Trabajó en la tejera y en una fábrica de loza, hizo los estudios de Bachillerato en el Instituto Jovellanos y cursó por libre la carrera de Magisterio en Oviedo. Siendo maestro, dirigió durante un tiempo la escuela pública de Lavandera, en Gijón. A lo largo de su vida ejerció numerosas profesiones, entre ellas la de viajante y periodista. Esta última ocupó buena parte de su vida. Colaboró con numerosas publicaciones. Sus artículos periodísticos, en castellano, trabajan sobre los problemas del momento. Publicó su primer poema, «Llibertá», a los 23 años. Se casó con Florentina Argüelles Alonso en 1891, y el matrimonio tuvo 17 hijos. En 1896 emigró, como tantos asturianos a Cuba, de donde retornó en 1914. Autor de un buen número de obras de creación y colaboraciones periodísticas, muchas de ellas perdidas, escribió también varias zarzuelas, narraciones cortas, trabajos filológicos y un «Diccionario Bable del centro y oriente de Asturias», con unos 10.000 términos, del que nada se sabe. Aunque pasó a la historia sobre todo como poeta, él siempre se sintió más músico"

A raíz de este descubrimiento y publicación de La media cama, Beatriz Hernán-Gómez Prieto es además entrevistada por Miguel Rojo en El Comercio el 7-11-2013:
"Ella es la responsable de la edición del último libro publicado de su bisabuelo, José García Peláez (Pepín o Pin de Pría), una comedia titulada 'La media cama' que permanecía inédita hasta este año y que ella encontró en un armario. Ayer hablaba en la Universidad de Oviedo -dentro de les Xornaes d'Estudiu de la Academia de la Llingua- sobre las apostillas del autor asturiano al Vocabulario de Rato y Hevia y sobre el llamado 'Diccionario perdido' de Pin de Pría, que se cree que sumaba más de 10.000 términos en asturiano del oriente y el centro de Asturias. 
-¿Qué se siente al encontrar un manuscrito inédito de un autor como Pin de Pría que, además, es antepasado suyo? 
-Una alegría enorme, es algo muy gratificante. A mi abuela le encargó la viuda de Pin de Pría, su madre, que conservarse sus manuscritos y los divulgase. Inicialmente todos esos escritos estaban en su casa de Llanes; después mi abuela, ya jubilada, pasaba la mitad del año en Llanes y la otra en Madrid. Empezó a recuperar los textos poco a poco, pero muchos estaban desperdigados, desordenados, incompletos... 
-Menos 'La media cama'... 
-Así es. Cuando falleció mi abuela y la hija que vivía con ella fuimos a la casa, y allí, en un armario, encontramos 'La media cama'. 
-¿Había alguna cosa más que no se conociese? 
-Sí, pero ningún texto es publicable. Son borradores incompletos, a muchos les faltan las primeras páginas, tienen agujeros... 
-Entonces, ¿es 'La media cama' lo último que se publicará de 'Pin de Pría'? 
-De lo que yo tengo sí, pero estamos seguros de que hay obras inéditas de Pin de Pría escondidas en bibliotecas privadas. Hay referencias sobre ellas, pero no se sabe dónde están. 
-¿Cree que verán la luz algún día? 
-Es difícil, porque es dudoso cómo se hicieron con ellas, así que quien las tenga no querrá decirlo. 
-De todas formas el material incompleto que obra en su poder será útil para acercarse a la obra de su bisabuelo. 
-Sí, de ahí sí saldrán seguramente estudios, ponencias, análisis... Al igual que 'La media cama' los publicaré tanto en España como en Italia. Creo que es una buena forma de difundir la obra de mi bisabuelo, pero también la lengua asturiana en un lugar donde no se conoce. 
-¿Observa un interés creciente sobre el asturiano en ámbitos académicos? 
-Sin duda, en Europa cada vez interesa más su estudio. 
-No se corresponde con el interés en su uso... 
-No soy la persona más indicada para contestar esa pregunta, porque ya no me queda familia en Asturias y vivo en Italia, así que apenas vengo. Solo puedo decirte que cuando oigo hablar a la gente de Asturias me vienen a la cabeza siempre los escritos de mi bisabuelo."

Vamos a fijarnos ahora en la fachada de la escuela, pues su piso superior está lleno de antiguas pinturas de los escolinos que recibieron aquí clase, hace ya bastantes años 


Son escenas costumbristas de arte plástico escolar, posiblemente relacionadas a algún ejercicio docente pero que tienen su interés sin duda dentro de la historia de estas escuelas. Dado que se están deteriorando grandemente vamos a fotografiarlas


Esto parece una representación del pueblo de Pría, de alguno de sus barrios o quintanas, con casas árboles, macetas, un perro y al fondo las montañas sobre las que asoma el sol y se lee la frase VIVA LA PAZ


La bandera de Asturias, la Cruz de la Victoria antes citada, amarilla por el oro, con el alfa y omega y sobre fondo azul. En primer término un libro o cuaderno abierto con un texto casi legible ¿una reproducción de algo de Pepín de Pría?


Aquí sin duda tenemos un hórreo y una vara herba. Alrededor hay pumares de manzana de sidra. Al fondo volvemos a ver las montañas, esta vez nevadas


Una copa, un chico rubio en pantalones azules que pueden ser vaqueros y detrás los edificios de pisos sin duda representan una ciudad. Una franja bajo ellos y detrás del chico sería una calle


Yendo de izquierda a derecha, pasamos otra de las puertas de acceso y vemos más pinturas


Un echador de sidra o escanciador echa un culín. Su faja, chaleco, camisa blanca y boina revelan es un paisanu de la aldea. Atrás se ve un puesto de despacharla en fiestas, tal vez sea una escena de feria o romería


Muy interesantes el oso, con la luna, o el sol, detrás y un ave rapaz en la rama de un árbol


Vistos los dibujos retomamos el Camino, dirigiéndonos de vuelta a la iglesia


Es aparentemente indistinto ir por la izquierda o por la derecha, pues ambos caminos confluyen al otro lado del templo, pero nosotros vamos a ir por la derecha, para seguir contemplando el paisaje que se divisa desde este tan emblemático e imponente santuario


La sombra del crucero se proyecta sobre la pared de la sacristía, fijémonos en la concha amarilla


Pasamos la capilla del lado norte o del evangelio


También el moderno edificio de ventanas añadido en este costado...


Una gran flecha amarilla pintada en un contenedor nos indica ir a la izquierda frente al cementerio, pero antes vamos a detenernos a ver el paisaje que se divisa desde aquí. De momento y asomando sobre la tapia blanca las montañas más occidentales de la sierra costera al oeste del Picu Mediudía, lo que viene a conocer como La Peñe les Pandes: La Vaúa (566 m), El Picu Bacia (567 m) el Altu Teyadura (743 m) y el Altu Jubitaya o Jorobitaya (719 m)


Más al oeste, las montañas del Sella. La vista alcanza a la Sierra del Fitu y El Sueve, al menos mientras no crezcan los ocalitos plantados ladera abajo


Vamos a tener que citar al cuento La Gratitud del Nubero de Gurmesindo Laverde Ruiz cuando dice:
"el concejo de Ribadesella nos abre sus feraces campiñas y quebradas montañas sobre las que descuella el grandioso Puerto del Sueve, al propio tiempo que, hacia el nordeste, Lastres, madre fecunda de intrépidos pescadores, suelta sus lanchas cual blanco rebaño por el vecino golfo, en cuyos cristales, como en magnífico espejo, se contempla a solas"

Lo cierto es que si el día está claro el campo de visión a occidente es magnífico, algo sumamente importante porque reconocemos numerosas referencias visuales que vamos a volver a ver varias veces a lo largo de los siguientes tramos y jornadas del Camino


Sin duda alguna la vista se nos va a al enorme mole caliza del Sueve en la lejanía, Puertu Sueve o Monte Sueve, con los 1.161 metros de altura del Picu Pienzu, o también a La Peñe Pagadín (419 m), más cercana y más modesta en altitud pero que destaca mucho por su forma cónica sobre el valle que se extiende a la derecha de la foto, pero vamos de momento a fijarnos en algunos detalles más próximos 


Justo debajo de nosotros los eucaliptales pueblan las márgenes por donde discurre, de sur a norte, el río Mía, Aguamía o Guadamía, por donde pasaremos de Llanes a Ribadesella/Ribeseya, y de Pría a Collera por Cuerres, por el viejo puente medieval de piedra restaurado allí existente, símbolo del Camino


Más allá, aunque no vemos el famoso río Sella, sí distinguimos la caída a su valle. Al otro lado del mismo está el Monte Moru con sus estribaciones recorridas por varias pistas bien visibles. Entre sus picudas cimas reconocemos Les Llagunes (443 m) y La Peruyalina (425 m), con laderas cubiertas de eucaliptos y monte bajo. Está situado en la frontera entre Ribadesella/Ribeseya y Parres y más allá reconocemos El Picu Valdefuentes (503 m) y el Altu la H.enosa (509 m)


Seguidamente y al pie del Sueve hay una cresta también caliza como él, cuyo color claro la hace especialmente reconocible, es la Sierra de Collía, Calabrez o Les Corones, al norte del concejo de Parres, donde La Peña del Porrón (545 m) también está en la frontera riosellana-parraguesa. Más a la derecha y en esa misma crestería tenemos El Picu Cabalgadoriu (446 m). Luego, separado de esa muralla caliza, El Felguerosu y Peña Fortigal (353 m)


Ahora sí que nos vamos a ocupar del Sueve. Hemos hablado de los 1.161 metros del prominente Picu Pienzu, pero poco más abajo habríamos de mencionar al Picu la Govieta (1.001 m) sito entre los concejos de Parres y Colunga. Y su derecha al Picu les Duernes (1.029 m) y El Sellón (1.027 m), estando aún más a la derecha y relativamente separado el también muy reconocible Picu Babú (929 m),también conocido como Los Foyos y Picu los Cuervos

A la izquierda del Pienzu nos fijaremos en el Picu Mirueñu (1.138 m), el segundo en altitud del Sueve. Más baja está Peña Corvera (963 m).Todo ello míticas cimas montañeras relativamente accesibles desde El Fitu


El Fitu es un espléndido mirador, accesible por carretera, en la sierra de su nombre, la cual se extiende al pie de El Sueve, pero antes vamos a ocuparnos de La Peñe Pagadín, antes mencionada, aquí a la derecha d e la foto, ubicada en el mismo centro de la parte occidental del concejo de Ribadesella/Ribeseya, es decir, la del otro lado del Sella


A sus pies se extiende el pueblo de Sardéu, en la parroquia riosellana de Moru, citado ya en el siglo 1215 como posesión del monasterio de Caravia. Está regado por el Ríu Llocu, aguas abajo Samiguel  y en él se halla la famosa gruta de Cueva Rosa, de importantes resonancias mitológicas pues se contaban historia de tesoros, memoria quizás de sus prehistóricos pobladores paleolíticos (culturas solutrense y magdaleniense). En esa cueva se halla una de las colonias de murciélagos más importantes de Asturias y una numerosa cantidad de insectos, entre ellas un escarabajo único en el mundo, el Notidocharis Calabresi. Por todo ello la cueva tiene especial protección


Los vecinos dicen que cuando la niebla cubre la mitad de La Peñe Pagadín es que va a llover seguro... "Cuando La Peñe Pagadín nun se ve, les muyerines de Sotu y La Granda quitan la ropa". Aunque desde aquí no se aprecian bien, son en realidad varias cimas, todas ellas de fácil subida


Y efectivamente, tras La Peñe Pagadín se extiende la Sierra del Fitu, una de cuyas cimas, El Colláu los Forcos, está justo detrás de La Peñe. A la izquierda es La Cruz de Llames (599 m) que tenemos justo a la izquierda, bajo las estribaciones orientales del Sueve en Piedra Redonda (619 m). Allí se puede llegar a reconocer el tan visitado Mirador del Fitu, construido en 1926 al lado de la actual carretera AS-260 por José María Sánchez del Vallado tras ser inspirado y auspiciado por el Doctor Pimentel, pero un una gran colaboración popular en la que participaron empresas y particulares, Desde entonces sus magníficas vistas han impresionando a todos los que se acercan. Extraemos parte de su historia de la página Arriondas.com:
"Allá por el año 1925, exactamente el domingo 18 de Octubre, dos coches con varios amigos emprendieron el camino que conduce de Gijón al Alto del Fitu, una vez allí se tomaron fotos y medidas y se acordó la inminente construcción de un Mirador Orientador en tal singular punto.

Entre esos amigos estaban: Jacinto Quesada, los señores de Reigada (director del tranvía Arriondas-Covadonga), Aquilino Pando (alcalde de Parres), Gerardo Gordón (administrador de Correos) y otros.

Después de tocar todas las puertas buscando manuntención para llevar a cabo tal empresa, y sin no pocos contratiempos se llegó a la cantidad de 11.144,82 de las antiguas pesetas (66,98 euros). Los primeros en aportar dinero fueron: La Diputación con 500 pesetas y los antes mencionados 47,40 pesetas.

El Mirador del Fitu, ejemplo de colaboración entre pueblos.

Transcurrió el año 1926 y los promotores de tal obra fueron desapareciendo, en Marzo de 1927 el Dr Pimentel, el señor Reigada y otros cuantos reactivan la vieja idea y se ponen manos a la obra.

Por carta circular publicada en todos los periódicos de la región se difundió la idea del mirador y se hizo saber que la cuota individual, para donativos, sería de 5 pesetas y la colectiva de 25 pesetas.

Es increíble la respuesta que desde todas las partes de Asturias tuvo tal comunicado: Vegadeo, Allande, Tineo, Cornellana, Pravia, Avilés, Covadonga, Llanes, Oviedo, Caravia, Colunga, Villaviciosa, Arriondas y otros pueblos de Asturias colaboraron siendo Gijón el que aportó el 85% del total de la obra.

No todo fueron aportaciones monetarias, otras empresas contribuyeron con materiales como por ejemplo Tudela-Veguín (Oviedo) aportó todo el hormigón, La fábrica de Moreda y Gijón, cedió todo el acero de la construcción, la cantera de Colunga, a través de su dueña Doña Rosa del Valle, aporto toda la arena, el Señor Álvarez facilitó los explosivos. etc.

El Ferrocarril de Langreo ayudó a los viajes de los recaudadores por la zona al igual que hizo la empresa de autobuses Cinco Villas y los F.C. de Económicos de Asturias.

Mención especial a Francisco Gil, vecino de Gijón, que con su furgoneta 0-3940 subió todo el material al Fitu.

El ingeniero de la obra fue el arquitecto José María Sánchez del Vallado (Oviedo) , que de forma altruista llevo a buen puerto esta empresa.

La mayor de las dificultades fue el agua, que estaba a más de un kilómetro pero el ingeniero de la obra, la trajo a «Pie de Mirador», el ingeniero pasó varios días en la obra dirigiendo y ordenando.

Desde el Mirador del Fito podemos contemplar las vistas más increíbles, me atrevo a decir, de todo el Oriente de Asturias.

Situado en un lugar privilegiado nos permite ver gran parte de la costa asturiana y con un simple giro de caderas … las más impresionantes formaciones rocosas de Asturias, como son los Picos de Europa, la Sierra del Cuera o la Sierra del Sueve."

La Sierra del Fitu se alarga a la derecha hacia los picos de Bustronci (534 m) y La Gobia (538 m), límite occidental del concejo de Ribadesella/Ribeseya. Al otro lado comienza el de Caravia, cuya frontera se extiende por la línea de cumbres entre ellos y El Fitu. Más abajo y a la derecha de La Peñe Pagadín la campiña riosellana salpicada por las casas de Pnadu, Fresnu, Sebreñu...


Justo debajo de nosotros, casi tapadas ya por los ocalitos en crecimiento, el barrio de La Cerecera, en Cuerres, por donde vamos a pasar enseguida tras cruzar el puente del Aguamía y entrar en la parroquia riosellana de Collera


Seguimos entonces ruta ruta pues yendo del cementerio, en cuya tapia se proyecta la sombra de la torre de la iglesia, a la izquierda


En la tapia del camposanto hay adosada una fuente con una cruz, grifo y pilón. Sobre el grifo la frase SAN PEDRO DE PRIA y encima de ella una cruz. Un letrero advierte que es de usos exclusivo del cementerio y peregrinos


Si nos acercamos se lee además La Caracola, que es como se conocer realmente a la fuente


Ello se debe a un fósil, en forma de caracola, bien visible en una de sus piedras


Seguidamente, la puerta del cementerio, con la capilla al fondo. Fue construido como la escuela en 1878, también según iniciativa y patrocinio de los hermanos Argüelles Alonso


Sobre la puerta una cruz y una placa con unas frases esculpidas cuyas letras fueron pintadas en oro


Podemos leer lo siguiente:
            D.O.M.
CUIDA PECADOR DE TI,
QUE TU RESISTENCIA ES FUGAZ:
MIRA COMO OBRAS AHÍ
QUE CUANDO VENGAS AQUÍ,
YA FUISTE A LA ETERNIDAD.

Llegamos al depósito de agua y tomamos el camino a la derecha, el que sigue entre este y el cementerio, de nuevo a la vista del Picu Mediudía, tan intensamente estudiado y explorado palmo a palmo por Hernán del Frade de Blas:
"Con todos los elementos citados, se impuso un reconocimiento del camino que siguió la Virgen en su huida. Tras buscar algún rastro en Cuevas del Mar y el camino hacia Nueva, sin ningún resultado, habría de acudirse al lugar del milagro, siguiendo el camino como indica la leyenda. Añádase que desde Cuevas del Mar se observa claramente El Portillín.

Tras pasar por Robazón y dejar atrás las capillas de San Juan y San Lorenzo, cuya orientación hacia el oeste parece honrar más al sol poniente que al naciente, junto al Molín de Vallina se toma el camino que sube hacia el Brañizu. Tras la ascensión se llega a La Valleyona y después se baja a la Cruz del Regón, mestas de dos regatos que conforman el Regón, barranco muy marcado en el monte que baja hasta Piñeres. Continuando el camino se bordea Joncima, pasando por Pelaperi, donde se encuentra el Niñín de Pelaperi. Esta gran piedra, que parece que está colocada sobre un pedestal de roca viva y que presenta un aspecto antropomorfo mirándola desde el oeste, es considerada tradicionalmente el «guardián» de la parroquia de Pría. Desde aquí continúa una leve ascensión hasta el Portillín el lugar de la Patá la Mula. Es este un pequeño paso al este del Picu Mediodía, a 375 metros de altura. Por él baja un estrecho sendero que desciende al Valle la Piedra. Buscada la herradura en esta zona, no hubo manera de dar con ella en cinco intentos. Sin embargo, el 10 de febrero de 2009, en compañía de Maite Mora, Quique Blanco, Fernando Suárez y Enrique Lobeto, se localizaron siete cazoletas o, hablando con mayor propiedad, rebajes de fondo plano, en una de las rocas que bordea el sendero Portillín. La roca, caliza, de forma plana y de un metro por 80 centímetros, presentaba seis de los rebajes irregulares, de diámetros entre los 15 y 8 cm dispuestos oblongamente, con una cazoleta central en la que parece que se aprecia la percusión con la que se realizó. En la parte posterior de la roca, se aprecia una especia de rebaje que parece alargarse en forma de canaleta que rodea la superficie en la que están las cazoletas. Tanto por su aspecto como por la disposición, nos encontramos ante un grabado en la roca cuya antigüedad no se puede adelantar sin hallazgos conexos. En una visita posterior, marzo de 2009, con Manolo Arduengo, de Piñeres, al mostrarle los rebajes, este indicó que ese lugar se llamaba «La culada del Diablu» y que en la leyenda, el diablo estaba allí riéndose porque la Virgen no podía pasar pero, cuando se abrió la montaña, las rocas cayeron sobre él y desapareció. En esa visita, Manolo me indicó el lugar en el que se encontraba el Zapatu de la Virgen. Se trata de una hendidura en una roca del suelo en el Valle la Piedra, al pie del Portillín. Mide unos 35 cms de largo por 15 de ancho y parece una huella de zapato, con tacón incluido. No cabe aventurar que nos hallemos ante un podomorfos, una huella de pie tallada en la roca de significado ritual entroncado con los rituales de las tomas de poder en las sociedades del Bronce/ Hierro, ya que su forma, aparentemente natural, y su falta de colocación en un lugar de predominio visual sobre el entorno, algo habitual en este tipo de insculturas, lo desaconsejan en principio. Sin embargo, su proximidad a las cazoletas, escasos veinte metros, y la leyenda que lleva asociada, hacen que no carezca de interés."

El Camino pierde el asfalto y se torna pista forestal, dando vista a estas míticas montañas entre el Ereba y el Sella...
"Como parte de la búsqueda de los orígenes de la leyenda, también se reconoció la zona en torno a la cumbre del Socampu, ya que la mención a un posible petroglifo denominado La H.erradura recomendaba esa búsqueda. Los datos acerca de este posible grabado eran difusos. Tras un par de búsquedas infructuosas, el 20 de diciembre de 2009, localicé junto a la cumbre, en una pequeña covacha, un grabado en la roca en forma de estela. De unas dimensiones de aproximadamente 30 x 20 cms, presenta forma de U invertida, con un grabado muy marcado en el arco superior y el lado izquierdo, siendo el lado derecho el más difuminado. El trazo del grabado tiene aproximadamente un ancho de 1-2 cm y el interior de este trazo está pintado en tono rojizo. El área interior definida por el trazo grabado está partido en dos por un trazo vertical grabado muy fino que se prolonga levemente hacia la parte superior e inferior de la estela. En la zona superior de cada una de las partes de la estela separadas por este trazo grabado se pueden observar sendas hendiduras de unos 3 x 2 cms que se presentan con una leve asimetría en altura respecto al trazo vertical. La ubicación de este grabado se encuentra al este verdadero del Picu Mediudía, al que parece contemplar a través de La Valleyona. Bajo esta covacha, en la ladera oeste del Socampu, y gracias a la información de Tomás González, se está procediendo a limpiar una laja de cuarcita de superficie predominantemente plana, y con una inclinación de unos 30º. Esta roca, denominada tradicionalmente Llastra de las Herraduras, presentaba, según informaciones de Tomás González y de Blanca Sánchez, unas tallas en forma de herradura que se atribuyen difusamente a los romanos o a la Virgen. Por el momento, la limpieza no ha dado ningún resultado, aunque todavía queda media roca por limpiar"

En la parte más occidental de la Sierra destaca siempre el tajo o tajadura que da nombre al al Altu Teyadera, a sus pies están el lugar conocido como Los Robles del Conceyu, donde Pepín de Pría ubicaba el bosque sagrado delos druidas, al lado de La Madre'l Ríu


En la parte más occidental, ya sobre el mismo valle del Sella, La Peñe la Molinera (368 m), al este de Lloviu, por donde antaño se vadeaba el río en un lugar no tan expuesto como su desembocadura (no había puentes). Por ahí cruzarían Carlos de Flandes y su séquito en septiembre de 1517, dando un rodeo, pero ya habían tenido serios disgustos en circunstancias similares


Y aquí tenemos otra majestuosa vista del Picu Mediudía y Sierra la Cueva Negra. Dice del Frade de Blas que quizá nos hallemos ante la cristianización de un mito pagano que se repite por todo el Arco Atlántico: 
"una diosa que procede del mar, interpretándose la travesía marítima como el viaje subterráneo o infernal que se repite en la diferentes religiones de la antigüedad más remota, en donde la diosa de la fertilidad desaparece de la tierra durante el invierno. De allí se escapa y vuelve a la tierra, haciendo que esta reverdezca. Al volver a la tierra, perseguida por las fuerzas del mar que quieren retenerla, esta revive en la forma de su hijo recién nacido y del que surge un brillo maravilloso. Este brillo es atributo del sol, del sol victorioso, que vence sobre las tinieblas y trae la vida y el calor de nuevo a la tierra."

Según se desprende de los mapas y observaciones del muy recomendable libro El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, obra de varios autores coordinados por María Josefa Sanz, el camino original "... descendía por la cara norte del alto de San Pedro hasta el lugar de Las Cruces". Parece hubo ciertos inconvenientes para reubicar este trazado pues en parte se habría perdido con las carreteras y ferrocarril y en algún momento se planteó, viendo la cartografía, emplear la antigua carretera general hasta el pueblo de Belmonte


No obstante, este trecho que desde Piñeres subió a la iglesia y ahora baja a Belmonte por El Colláu, sí parece seguir el trazado original caminero, al menos hasta el ferrocarril, pues en principio parece bajaba muy directo al puente medieval del Aguamía y en el trayecto antes del río hace un poco de rodeo, pero al menos nos aparte del tráfico, ruido y asfalto de la AS-379, que habíamos cruzado ya en Nueva. Este es el trayecto que vamos a seguir para dirigirnos al histórico puente, no sin antes admirar la costa de Pría con sus bufones de El Bramadoriu en la distancia, el Palacio de Garaña y atravesar la aldea de El Colláu, al norte de Belmonte




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