Capilla del Cristo del Amparo en Nueva y día grande de su fiesta, 14 de septiembre |
En Nueva, cabeza de la parroquia llanisca del mismo nombre, así como del Valle de San Xurde, hito de honda tradición hospitalaria del Camino Norte de Santiago en uno de los enclaves históricos del varias veces milenario Camín Real de la Costa, se celebran varias fiestas y romerías a lo largo del año, dee ellas sin duda son dos las que llevan la palma, la de Nuestra Señora de la Blanca, advocación de la que fue capilla del hospital de peregrinos aquí existente antaño y esta de la que hablamos ahora, el Cristo del Amparo, cuya capilla de 1712 es centro de tan renombrada romería.
"En fechas inmediatamente anteriores a la plantación, el árbol susceptible de ser cortado es elegido por los hombres en los montes cercanos. Se trata, de modo muy general, de un eucalipto alto y liso que es regalado por su dueño o robado simbólicamente. Hay que tener en cuenta que los hombres jóvenes, en ciertas fechas del calendario festivo, tenían licencia para hacer lo que se llamaban «trastadas», es decir, pequeñas gamberradas previstas y admitidas de antemano como cambiar los carros, los tiestos, las portillas de sitio o, en el caso que nos ocupa, robar el árbol ritual. De alguna forma, entrar a formar parte del grupo de varones que realizan estos actos constituye un rito de paso de la infancia a la juventud"
"Además, la denominación hoguera o joguera, siendo propia aunque no exclusiva del oriente de Asturias, no es la única; por ejemplo, en el Llanes del siglo XVIII, este nombre alterna con el de «ramo de San Juan», por ser en la víspera de esta festividad cuando se plantaba el árbol. Hay que decir, sin embargo, que en la literatura es conocido como «mayo», apelativo genérico y antiguo que guarda relación, por inaugurarlo, con el mes primavera . Ya lo definía el Diccionario de Autoridades como «árbol alto, adornado de cintas, frutas y otras cosas que se pone en un lugar público de alguna ciudad o villa, a donde todo el mes de mayo concurren los mozos y mozas a holgarse y divertirse con bailes y otros festejos».
"Un rito como la plantación de la hoguera destinado a desaparecer por carecer de funcionalidad fue reactivado por los indianos que, a sus regresos estivales o definitivos, pagaban los gastos para ver aquellas fiestas de su pueblo que tuvieron que abandonar para emigrar a América en busca de fortuna. No sólo el impulso económico hace posible estas manifestaciones populares; más importante es la revalorización cultural del vecino enriquecido que proporciona prestigio a unas vetustas costumbres rurales. Hoy ya no son los indianos sino los vecinos los que quieren que «no desaparezca» una costumbre antigua. Porque les dota de identidad y porque es revalorizado por un turismo que, proveniente de una sociedad urbana despersonalizada, se vuelca en lo «natural», busca espacios «naturales», rurales, «autenticidad», «antigüedad», proyectando, en fin, una imagen idealizada de un pasado rural que imagina lleno de valores positivos, de esencias, donde cree que se ha detenido el progreso algún día. Estas actitudes forman parte de una estrategia que se inserta en la búsqueda de las identidades locales, proceso contrario y complementario al de la globalización"
"Este árbol, hoy eucalipto y antes aliso, se corta y se traslada en tractor a un lugar inmediato a la localidad. Pero el árbol ha de sufrir una transformación antes de ser conducido festivamente desde allí al lugar donde se plantará. Se le desnuda y alisa, quitándole la corteza, las ramas y los nudos hasta convertirlo en un enorme y grueso palo o cucaña en cuya cima se deja la copa, que suele adornarse con una bandera instantes antes de la elevación. No hace muchos años se colocaban regalos, dinero, un gallo y, untado de grasa el tronco, había una competición entre los mozos por ver quién era capaz de alcanzar la cima"
"La afiliación al bando se establece por vía familiar; el bebé se adscribe automáticamente al bando de sus progenitores. En caso de matrimonios mixtos, la regla no está claramente definida: la matrifiliación no está reñida con los pactos a que llega el matrimonio de «reparto» de los hijos o con el grado de presión ejercido por una de las familias («el que más pueda»). Ello no quita para que también exista la opción, minoritaria, de elección libre motivada por el grupo de iguales, en el caso de que las amistades juveniles pertenezcan a un bando distinto al familiar; e, incluso, algún caso de doble afiliación"
Siempre hay a cargo de ellos un adulto tutor, pero realmente además de los que acarran el ocalito se precisan ayudantes y colaboradores que abran paso y que coordinen todos los movimientos del grupo desde que llegan hasta que se acaba el plantado, todo dirigido por un voceru que a sus voces y advertencias guiará toda la operación
"El objeto ritual se ha transformado de árbol en ramo; propiamente el ramo será la copa misma del árbol incrementada con otros elementos y el tronco, su largo soporte. Deja, pues, de ser árbol, para convertirse en el llamado mayo, ramo de San Juan o joguera. Bien entendido que forman parte de esas tareas previas la corta y eliminación del mayo viejo así como la preparación del hoyo y la recopilación de las herramientas que servirán para plantar el nuevo ejemplar"
"Efectivamente, los hombres jóvenes, dirigidos por algún experto y ayudados por otros no tan jóvenes, cargan en hombros el pesado tronco y, en un alarde de vigor y esfuerzo, sorteando los obstáculos y las curvas que encuentran a su paso, lo conducen al lugar establecido para la plantación"
"Hay quién dice que se llama así porque el último hombre que vestía tradicionalmente era un hombre de Porrúa o también porque se podía hacer el traje con la misma tela con la que hacían unas mantas que llamaban “de Porrúa”.
Calzoncillos: De algodón o lino blanco, se atan debajo de la rodilla de manera que asomen por debajo del pantalón.
Camisa: Es una de las piezas más bonitas del traje de porruanu, hecha de algodón o lino, a juego con el calzoncillu, tiene una pechera muy elaborada con varios pliegues y bordada con hilo blanco. Los botones están hechos también artesanalmente, con el mismo hilo del bordado..
Pantalón: Hecho de paño, terciopelo o pana de variados colores, llega hasta debajo de la rodilla. Lleva unas aberturas en la parte exterior de las perneras donde van colocados los botones y los ojales. Va decorado con dibujos de simbología vegetal hechos, normalmente, en fieltro.
Chaqueta: Corta, de la misma tela que el pantalón y con los mismos dibujos, haciendo juego. Las mangas no se visten.
Chalecu: Antiguamente de terciopelo o pana. Actualmente suele hacerse, como los juegos de las aldeanas, de damascos o telas de tapicería. En la espalda lleva un corte que se destaca con raso.
Faja: Tira larga actualmente de color rojo, que se ciñe alrededor de la cintura del hombre, dando tantas vueltas como ésta alcance, y queda colgando a la izquierda. La negra se utilizaba para los días de diario, la roja para los días de fiesta.
Medias: Hoy se utilizan, en general, medias tejidas con perlé azul.
Corizas: Especie de zapatos hechos de piel de baquetilla, que se cierran con cordones y una lengüeta trenzada.
Escarpines: Hechos de sayal, protegen el pie del frío y se ponen entre las medias y las corizas.
Montera: Es un triángulo de terciopelo o pana, con un pico hacia arriba (montera picona) cosido a un casquete de fieltro negro o de colores con 8 cortes que hacen que siente en la cabeza. Se remata en un bordado de hilo de colores en la tira que termina el casquete.
Palu: Antiguamente todos los hombres solían llevar palos, para defensa (u ofensa). Hoy se llevan de adorno meramente y se hacen naturalmente cuando una enredadera envuelve una caña de madera."
Trajes de muy vivos colores que realzan y resaltan la fiesta. También las telas y hechuras remarcan el influjo de los indianos que enriquecieron el traje tradicional
"Bando es un término que significa facción política, lo que evoca desunión, disputa y confrontación; nada que ver, en principio, con fiesta y con mucho menos con devoción. Al origen político de los bandos festivos de la villa de Llanes es imputable la asociación de esos términos aparentemente irreconciliables. En un momento de cambios muy intensos, cuando, tras la muerte del rey absolutista Fernando VII se está acabando con el Antiguo Régimen y fraguando un nuevo sistema, los liberales –exaltados y moderados– serán los protagonistas de una confrontación política que dará lugar a la emergencia de un sistema festivo dual en Llanes. La fecha germinal es el año 1837, según nos transmite el historiador local Manuel García Mijares1 . Las elecciones a Cortes constituyentes del año 1836 habían quedado inconclusas debido a los movimientos insurreccionales que llevaron al poder a los exaltados. En Asturias había habido poca participación y los puestos vacantes, que irán a parar al partido moderado, se cubren tras la elección parcial de junio del 37, celebrada con mayor retraso debido a la invasión de la región por tropas carlistas. Uno de los escaños será para el marqués de Gastañaga y Deleitosa, perteneciente a la aristocracia terrateniente llanisca y jefe del partido moderado en Asturias. Sin embargo, es precisamente en junio, recién elegidos los moderados, cuando se promulga la Constitución progresista de 1837, a raíz de lo cual se convocan elecciones de acuerdo con una nueva ley que, por cierto, amplía algo el exiguo censo electoral.En Llanes, el partido de los exaltados o progresistas había sido derrotado en aquellas elecciones constituyentes, pero, considerándose ganador presente y futuro, «se anticipó a celebrar» –afirma García Mijares– un triunfo que no llegará tan pronto mediante una fiesta dedicada a Santa María Magdalena, el día 22 de julio. Pero los moderados, ganadores recientes de las elecciones parciales que correspondían al año anterior, responden al desafío con otra fiesta el 16 de agosto, día de San Roque.Los líderes de los partidos, que son los señores de las casas nobiliarias de Rivero, Inguanzo o La Espriella, moderados, frente a los Posada, exaltados, fomentan estas fiestas utilizándolas durante varios años como arma política. Sin embargo, la creación de las mismas no se produce ex novo sino utilizando santos y capillas preexistentes, lo que contribuye no solamente a mantener y enriquecer el patrimonio artístico local sino a tejer un delicado hilo con la tradición, segura base de su éxito. Pasado el tiempo, las fiestas pierden significación política y pasan a ser apoyadas por los sectores populares. La segmentación entonces será geográfica; los partidarios de la Magdalena se distribuyen por la zona intramuros, en torno a la capilla de la santa y con la calle Mayor como eje viario central, mientras que los de San Roque se esparcen por la zona extramuros, en torno a la capilla del santo, anexa al antiguo hospital de peregrinos"
"Los señores de las familias llaniscas más poderosas, al asentar una celebración política en la onomástica de dos importantes santos del santoral católico, conseguirán indirectamente reactivar la devoción a estos santos en un momento en que la tendencia será precisamente la contraria. Diversas causas como la pérdida de privilegios de la Iglesia, su reorganización, la desamortización de bienes o el cambio de las mentalidades provocan un desplazamiento de los santos a favor de la Virgen María y Jesucristo. El modelo de la villa se impone en Naves, con Santa Ana frente a San Antolín y en Villah.ormes, con San Antonio y Santa Olaya. Los contendientes o bien son santo y santa o, en el caso de Nueva, el Cristo y la Virgen de la Blanca. En cualquier caso la oposición es masculino/femenino.La religión proporciona unos soportes básicos: el temporal (onomástica de los santos), el espacial (la capilla), el iconográfico (las imágenes) y el ideológico (la creencia religiosa). Pero constreñir el análisis a lo estrictamente religioso no es posible, pues existen otras dimensiones: la económica –la fiesta proporciona intercambio de bienes y servicios, un hecho verdaderamente antiguo, incrementado ahora con la facilidad en las comunicaciones y el incremento del turismo–; la social –por medio de los encuentros familiares y comunitarios, la comensalidad, las iniciaciones juveniles y la socialización, los cambios de roles–; la estética –músicas, danzas, canciones, flores, fuegos, colores, vestidos u olores son elementos inherentes a la fiesta capaces de producir momentos de intensa emoción–. Pero, con todo, la dimensión simbólica es fundamental, pues la fiesta es capaz de crear una unidad social que se percibe y se define como grupo: un «nosotros» frente a un «ellos». La fiesta permite a los individuos, creyentes y no creyentes, integrarse en un grupo y reafirmarse como miembros del mismo, bajo el icono religioso convertido en símbolo de identidad(...) , la primera crónica periodística que describe las fiestas de los bandos de San Roque y la Magdalena en 1862, 25 años más tarde de su emergencia como bando, pone de manifiesto la división y rivalidad pero también el interclasismo y la ruptura simbólica de las divisiones sociales, una ilusión de comunidad democrática, mientras dura la fiesta, subrayada por hechos como que las jóvenes distinguidas vistan de aldeanas y la marquesa de Gastañaga se una a la danza prima"
" En efecto, un bando no es una asociación religiosa, no es una cofradía ni tiene por qué serlo. Las cofradías son asociaciones seglares con fines religiosos, sometidas a la autoridad eclesiástica correspondiente, frente a los bandos, que ni son asociaciones ni están sometidos a autoridad alguna"
"La latencia invernal contrasta con la efervescencia del antagonismo veraniego. En el verano se producen los momentos de máxima solidaridad entre los miembros y de máxima tensión entre las mitades. La exhibición de los elementos de autoidentificación (flores, músicas), la minusvaloración del contrario a través de comentarios irónicos, la exhibición del gasto para emular o sobrepasar al contrario son parte del juego escénico que los bandos se prestan a interpretar. La fiesta será el ámbito privilegiado de antagonismo, donde se pretende eclipsar al rival por medio de la competición en el gasto («Viendo como los otros tiran para arriba…». «Todos arrastran»). Los discursos tienden a sobredimensionar lo propio y a minusvalorar al contrario («Somos los primeros», «Hasta la flor é fea»), estableciendo también oposiciones de espacio (arriba/abajo; dentro/fuera), de cantidad de adeptos (menos/más), de poder económico (a base de sacrificios/dinero), de capacidad de iniciativa y liderazgo (ir por delante/imitar)"
"Todos somos sujetos de identidades múltiples (género, familia, profesión, barrio, nación, etnia, confesión religiosa, partido político, etc.) pero la identidad que más se exhibe en las fiestas de Naves es la que define a dos grupos semicomunales (...). La fiesta se convierte en un ritual de división desde un punto de vista interno a la comunidad y «ser» del bando proporciona una poderosa identidad básica que se reactiva con fuerza cada verano bajo el icono religioso como símbolo aglutinador. Gracias a ello y a las esforzadas comisiones de fiestas, que trabajan infatigablemente por hacer de la suya la mejor, es posible el milagro (...) anual de sus dos fiestas rivales y hermosas (...) que disfrutamos, con admiración y respeto, forasteros, observadores y turistas"
"Hoy día el traje de porruano vuelve progresivamente a sus raíces. Sus colores son los de la tierra: marrones, avellanas, verdes; aunque también es muy típico el azulón. Se han incorporado nuevos tonos como el burdeos. El negro se usa mucho, y en algunos casos se convierte en el traje para la boda, suele ser en este caso de terciopelo o panilla lisa. Los adornos de fieltro negro que llevan, dibujan formas de la naturaleza como las hojas de roble o “carbayones”, hojas de hiedra, helechos, etc."
"El área que abarca este rito vegetal es enorme. Desde luego no se trata de ninguna manera de un rito local, puesto que encontramos rituales de plantación de árbol por toda Europa desde Rusia a Galicia o desde Inglaterra hasta Italia. En cuanto a la Península Ibérica la representación es muy alta: Cataluña, Aragón, País Vasco, León, Castilla, Galicia, Andalucía son zonas donde, con más o menos vitalidad, se ha documentado o se documenta en la actualidad este ritual. En lo que concierne a nuestra región, es Llanes el concejo que aporta mayor número de ejemplares y también donde el respaldo social es también mayor. Se pueden nombrar, dentro del Valle de San Jorge, las del Cristo y la Blanca de Nueva, la de San Antonio en Villahormes y la de San Antolín de Naves; en el resto del concejo, las de Celorio, Balmori, Quintana, Bricia, Pancar, San Roque del Acebal, Vidiago, La Borbolla, Riego, Buelna o Pendueles. En otros municipios del oriente también se plantan hogueras, como en Cabrales (Asiego, Tielve), Ribadedeva (Villanueva) o en las Peñamelleras (Abándames, Cuñaba, Siejo, Alevia, Robriguero, Cimiano). En la vecina comunidad cántabra, hay también algunas referencias de las cuales la más representativa es la de la localidad de Pujayo. En el resto de Asturias pueden contarse con los dedos algunos ejemplos, como el arbolón de Cangas del Narcea, el roble de los casados y el álamo de los solteros de Pola de Siero o el ramo de Borines. Por lo tanto, la extensión del fenómeno es europea, siendo el oriente de Asturias el área hispánica norteña donde quizá se asienten el mayor número de ejemplares"
"Plantar la hoguera es un rito que utiliza como soporte lo vegetal y trasmite unos significados simbólicos con gran repercusión en lo social. Tenemos otras muestras en la sociedad agrícola tradicional donde los vegetales se hallan presentes de modo ritualizado. Por ejemplo, el ramo de laurel que se lleva a bendecir a la misa del Domingo de Ramos para después desempeñar una clara función profiláctica: colocado a la puerta de las casas o entre los aperos de labranza, impide la entrada del mal y asegura buenas cosechas; quemado durante las tormentas, preserva del rayo; entregado al padrino refuerza los vínculos sociales. En las fiestas, podemos destacar el que se colocaba a las mozas por San Juan, símbolo de sanción social positiva o negativa sobre su atractivo o conducta, los enrames de las fuentes en esa noche mágica, así como los ramos de Navidad y los conocidos ramos de pan que constituyen la ofrenda real y simbólica que se hace al santo patrón en su festividad. A estos podrían añadirse tanto el ramo que, cuando se abría un tonel de sidra, se ponía a la puerta de la taberna o de la vivienda particular como reclamo y que con su frescura anunciaba y representaba la del líquido, como el que se coloca en el tejado al acabar una edificación, hoy anuncio de fin de obra así como velada petición de convite al dueño, pero antaño seguramente con función preservativa."
A bailar el Pericotevino Xicu de la brañacon madreñes y escarpinosy una faxa colorada
"... se trata de poner a prueba la energía, potencia, pericia, valor de los hombres y en concreto de su generación más joven. Los hombres que llevan la hoguera han de ser jóvenes y deben demostrar fuerza física, destreza y valor para abatir, trasladar, plantar y finalmente ascender al árbol más alto que llegará a ser símbolo de su comunidad. El ritual exige cooperación entre iguales y fomenta la unidad del grupo. Grupo que no es sino una representación de la comunidad entera"
"Las calles de Nueva, en el concejo de Llanes, se vistieron ayer de historia, tradición y complicidad entre todos los vecinos del barrio de Triana para iniciar los dos días de homenaje al santo Cristo del Amparo. Cientos de vecinos de Nueva y del resto del valle de San Jorge se echaron a la calle para animar y participar en el comienzo de las fiestas del Cristo, protagonizado -tal y como manda la tradición- por la plantación de la hoguera, un enorme eucalipto pelado que presidirá Triana hasta el año próximo.
Aproximadamente a las seis de la tarde, los tambores daban la señal, y las aldeanas, cientos de ellas y de todas las edades, comenzaron a avanzar hacia el centro de la villa nuevense desde la capilla del Cristo del Amparo, en el barrio de Triana. Delante del cortejo iba la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo»; detrás, decenas de hombres, ataviados con el tradicional traje de porruanu, y aún más allá las mujeres, vestidas de aldeanas llaniscas y entonando el cantar de la hoguera o joguera. Así comenzaba el ritual de la plantación de la hoguera.
Al cortejo festivo se fueron uniendo más y más vecinos y turistas. En la zona de la farmacia de la localidad, los mozos comenzaron la faena. Más de cincuenta hombres vestidos de porruanos, algo que no se estila en otras fiestas de la comarca, se echaron al hombro el eucalipto pelado. Treinta y tres metros de altura y mil novecientos kilos son las medidas de la hoguera, que desde ayer preside la entrada a Nueva de Llanes, en el prau de la capilla del Cristo.
Si hay algo que impresiona a los asistentes a este ritual es la gran complicidad entre los mozos que llevan el gran tronco, las aldeanas que los animan con cantares y todo un barrio que siente en lo más hondo su fiesta principal. Los mozos sólo hicieron dos paradas durante el trayecto hasta la capilla en el barrio de Triana. Hoy, viernes, día grande de la fiesta, habrá misas desde primera hora de la mañana. A la misa principal, que comenzará a las doce del mediodía, seguirá una procesión por las calles de Nueva, en la que participarán, como cada año, miles de personas"
"Por ejemplo, son frecuentes entradas de este tenor: «Mas se le hace cargo de ocho Reales en que se bendio la hoguera que se puso delante de dicha Yglesia la vispera de San Juan de ssetecientos y tres»5; o en 1728: «Ittem de diez reales que dicho Juan Pariente dio por la hoguera o ramo de San Juan que se pone su Vispera delante de la Iglesia»6. Prueba de que la hoguera en estas fechas ya no se quemaba, nos las proporcionan, por ejemplo, las cuentas del año 1778 donde se dice:
«Que se gasto en la fiesta de San Juan otros trece rreales con mas 3 rreales que se dieron al que subio a desamarrar los cordeles i azer la fosa y 16 rreales i 8 maravedies que costo la conduzion de la oguera i el esceso de lo que avia costado el año pasado, con la adbertencia que ai existente la oguera para el año que biene poniendole algunos ramos berdes»
O sea, que el palo o soporte sirve de un año para otro: lo que se renueva es el ramo. El año siguiente, el mayordomo nos proporciona otros pormenores acerca de esa festividad de San Juan:
«mas, que se gasto la fiesta de San Juan de la Barrica 6 rreales, de velas de sebo 2 rreales y 20 ms que se da al sacristan para refrescar 4= que costo el zepillar la hoguera i componerla 16 rreales de los ramos que se trajeron para ponerlos en ella 4= de una argolla de fierro que se hizo para poner los ramos 22 rreales que se dio al que hizo el hoio para plantarla 1= que se dio al que subio a desamarrar los cabos 1 rial y 16 maravedies de clabos para la argolla y tablas doce clabos de apontonar 1 rial y 16 maravedies todo 98 rreales y 20 maravedies y queda el Palo y argolla y tablas que puede servir para muchos años»
"Cuando decimos que en el oriente no se quema, algo que atestigua para el Llanes decimonónico el historiador local Manuel García Mijares, quien en el año 1893 encuentra ya muy decaída esa costumbre, hay que aclarar la particular excepción del bando de La Magdalena, que, desde la inmediata posguerra, momento de cambio y reorganización festiva, sustituye el rito de plantar la joguera por la quema de su copa. Se trata de una reinterpretación del ritual, basada en el hecho de que, con anterioridad a la Guerra Civil, la víspera plantaban el árbol y, en la verbena del día grande, lo cortaban y encendían una hoguera con los troncos. La ausencia de datos de la quema antigua seguramente será debida a que parece carecer de aparato ritual; sería como retirar el quiosco de los músicos o las banderas, por lo tanto no se hace mención de ellos en las reseñas, programas de fiestas, etc."
"El rito de plantar el árbol mayo no es moderno en la forma, sino arcaizante, pues remite a épocas pretéritas, a gustos pasados, a una sociedad campesina. En origen se planta el día primero de ese mes; una vez que se va perdiendo el significado primero del ritual se traslada funcionalmente a las fiestas patronales o se cristianiza a través de la cruz de mayo. Una explicación, dejando de lado atractivas especulaciones e indemostradas teorías, sería de tipo agrario; parece posible que haya sido un medio simbólico para asegurar la fertilidad general y, en especial, la protección de la cosecha, en un tiempo especialmente delicado de la vida agrícola en que debe asegurarse que la tierra ha de ser fecunda y dar su fruto. Eso garantizaría, por extensión, la supervivencia del grupo social, cuya alimentación, en una tradicional economía de subsistencia, depende, en última instancia, de factores atmosféricos"
"En la actualidad, el ritual de la joguera ha perdido su carácter agrario. Ya no se hace en fechas especialmente delicadas del ciclo agrícola, como mayo o San Juan; por lo tanto, pierde un objetivo final que sería el de perseguir la fertilidad de los campos, la protección de las cosechas o la fertilidad humana. Primero va desplazándose en el calendario hacia los meses de verano u otoño, ligada a la fiesta patronal, celébrese esta cuando se celebre, como un elemento más de diversión. Y como tal elemento de diversión se llegó a desligar de las festividades religiosas; en las Peñamelleras, por ejemplo, se levantaron hogueras con ocasión de actos civiles: como agasajo a personajes ilustres o para celebrar los triunfos en las elecciones políticas anteriores a la Guerra Civil"
"Plantar la hoguera es un rito que utiliza como soporte lo vegetal y trasmite unos significados simbólicos con gran repercusión en lo social. Tenemos otras muestras en la sociedad agrícola tradicional donde los vegetales se hallan presentes de modo ritualizado. Por ejemplo, el ramo de laurel que se lleva a bendecir a la misa del Domingo de Ramos para después desempeñar una clara función profiláctica: colocado a la puerta de las casas o entre los aperos de labranza, impide la entrada del mal y asegura buenas cosechas; quemado durante las tormentas, preserva del rayo; entregado al padrino refuerza los vínculos sociales. En las fiestas, podemos destacar el que se colocaba a las mozas por San Juan, símbolo de sanción social positiva o negativa sobre su atractivo o conducta, los enrames de las fuentes en esa noche mágica, así como los ramos de Navidad y los conocidos ramos de pan que constituyen la ofrenda real y simbólica que se hace al santo patrón en su festividad. A estos podrían añadirse tanto el ramo que, cuando se abría un tonel de sidra, se ponía a la puerta de la taberna o de la vivienda particular como reclamo y que con su frescura anunciaba y representaba la del líquido, como el que se coloca en el tejado al acabar una edificación, hoy anuncio de fin de obra así como velada petición de convite al dueño, pero antaño seguramente con función preservativa"
"Mientras que en otros lugares lo que se resalta es el robo simbólico, la propia comunidad de los mozos (o quintos) o bien la ascensión a la copa, en el oriente de Asturias es la plantación lo que reviste mayor importancia social y ritual"
CHRISTO VIVE, CHRISTO REINA CHISTRO,DE TODO MAL NOS DEFIENDA AMEN, AÑO, D 1712
"El hecho de que las mujeres (mozas solteras, en principio, aunque ahora intervienen casadas) acompañen el acto con sus canciones al son de tambor y panderetas, en filas y ataviadas con el vistoso traje de la zona, contribuye a resaltar la magnitud del acto, muy importante en la vida de la comunidad local y consumido como producto cultural por turistas y veraneantes"
"Existe, como es preceptivo en sociedades anteriores a la actual, una radical separación entre las labores masculinas y femeninas, entre los papeles tradicionales asignados a los diferentes sexos: productivo para los hombres y reproductivo para las mujeres. Ambos grupos actúan simultáneamente, siendo las mujeres las encargadas de animar a los hombres en su actividad. Ellos, principales protagonistas del acto, exhiben fuerza física, destreza y valor, tradicionales valores masculinos. Ellas, en cambio, con el papel subsidiario de acompañar el acto colectivamente sin destacar ninguna de ellas de modo individual, son las encargadas del factor estético. Adornadas con traje favorecedor y aportando la parte musical del acto, en tiempos no tan lejanos representaron a las jóvenes casaderas que lucían su cuerpo y sus habilidades artísticas para lograr un puesto en el mercado matrimonial"
Y aquí tenemos los trajes de llanisca o aldeana, siempre elegantes y llamativos, muy espectaculares. Tradicionalmente se heredaban familiarmente pero en la actualidad existen empresas de confección de los mismos y de alquiler. Otra cosa es el debate sobre sus características y elementos más fidedignos
"Según Fe Santoveña “La denominación de “traje de aldeana” tiene su más probable origen en las clases acomodadas, nobles y burguesas, de la Villa de Llanes. Los pudientes de la época vestían habitualmente siguiendo los dictados de la moda (aquellas prendas llamadas de la moda de Paris) y, llegado el momento de ataviarse para el ofrecimiento de ramos lo hacían a la manera de las mozas del pueblo llano, es decir, como «las aldeanas”.
Blusa y faldón blanco o refaxu: Blusa y la falda de algodón que hacen de “ropa interior” (antiguamente, así era) y que se adornan con puntillas, tiras bordadas, entredoses y pasa cintas. Las mangas de las blusas también pueden ser de organdí, batista bordada, encaje, lino… Las mujeres que bailan pueden llevar pololos a juego con el resto de la “ropa blanca”.
Justillu o cuerpu: Es un jubón sin mangas, o “especie de chaleco”, que se ciñe al cuerpo para realzar la figura de la mujer. Antiguamente se hacían de terciopelo o panilla. Hoy en día, las telas más usadas son las adamascadas.
Falda: Saya de amplio vuelo con adornos de abalorios o agremanes enmarcados por cintas de terciopelo. Según fuese el poder económico de la mujer, sería de rico el bordado de la falda.
Chaquetilla: Chaqueta corta, parecida a una torera, de la misma tela y, generalmente, con el mismo ornamento y del mismo color que la falda. Se lleva de adorno colocada en el hombro izquierdo.
Solitaria: Pieza , normalmente de terciopelo negro, que envolviendo el tronco de la mujer, se aferra en la cintura por detrás. Va adornada haciendo juego con la falda y la chaqueta, bordada con piedras de abalorio, que, ahora, solemos llamar coral y que originariamente eran de azabache. Se remata con una tira de flecos hechos a mano con estos abalorios, o con puntillas. La solitaria puede llamarse también dengue o rebociñu.
Pañuelu: Es un trozo de tela, normalmente idéntica a la del justillu y mandil, rematada, en forma de triángulo que se coloca en la cabeza componiendo, mediante cruces y pliegues, un original tocado que termina en dos picos sobre un moño; de esta manera, el pañuelu queda repicáu.
Banda: Es un lazo ancho, normalmente de raso, que hace juego con los lazos de la blusa y los colores del cuerpu, el pañuelu y mandil. Va colocado a la derecha, a la altura de la cadera.
Medias: Aunque actualmente no todas la aldeanas llevan medias, solían ser las mejores y más elegantes que cada mujer podía llegar a tener. Hoy las aldeanas que bailan o las quieren llevar, usan las medias de perlé azules (blancas en algunos pueblos), o medias de encaje o cualquier media de vestir.
Mandil: Delantal encima de la falda. Normalmente de la misma tela que el justillu y el pañuelu, aunque puede diferir y ser de terciopelos o rasos. Adornado también con bordados de abalorios, se termina, haciendo juego con la solitaria, con flecos.
La aldeana que va bien vestida, guarda tanto mimo en el vestir como en los complementos. Al ser un traje de gala, se usa zapato negro, y como joyas las más características las de coral rojo o azabache. Se llevan también broches, camafeos o guardapelos. Según la época se lleva una flor prendida en la chaqueta, flores que, además, en algunos lugares, hacen distinciones acerca del bando al que pertenece cada persona"
"Dos de las mayores joyas del oriente asturiano ya son oficialmente patrimonio histórico protegido: el traje de aldeana llanisca y el de porruano iniciaron el pasado jueves su andadura legal para ser declarados Bienes de Interés Cultural (BIC). LA NUEVA ESPAÑA asistió a la compleja ceremonia que supone vestirse con auténticas joyas culturales, manifestaciones únicas dentro del textil mundial.Aunque se trata de atavíos que tienen un origen antiquísimo ligado al trabajo rural, los trajes experimentaron un primer impulso a finales del siglo XVIII, cuando por iniciativa del movimiento antiilustrado, las élites comenzaron a vestirse como las clases bajas campesinas. A ese campesinado, representante del pasado y de la estabilidad se le atribuyen valores positivos opuestos a la novedad del progreso industrial, según explicó la antropóloga Fe Santoveña, la máxima defensora de la protección al atuendo.El segundo empuje se vivió durante el siglo XIX con el surgimiento de los bandos -agrupaciones festivas de afiliación emocional muy presentes en Llanes-, quienes promovieron su recuperación para ser vestidos durante las celebraciones parroquiales y las ofrendas al "ramu". Hoy en día, el uso de estos trajes se ha extendido a todo tipo de acontecimientos sociales y no entiende ni de edad ni de condición. También han llegado a traspasar la simbólica frontera del río Sella, dado que incluso las reinas de las fiestas de San Mateo de Oviedo o de San Pedro en La Felguera los visten. Y hasta ha alcanzado el ala contraria de la región, pues esta vestimenta llegó hace años a la villa de Navia.En un antiguo caserón junto a la iglesia del pueblo de Naves, en Llanes, vive Gloria Galguera. Es artesana y dedica su tiempo al diseño y confección de indumentarias tradicionales. Ayer, tres parejas con trajes de porruano y de aldeana se juntaron en su taller para mostrar a LA NUEVA ESPAÑA las partes del traje y cómo es el proceso de vestido. Una transformación que suele durar más de una hora en el caso de las mujeres, y media hora en el caso de los hombres.Una de esas "aldeanas" era la antropóloga Fe Santoveña, encargada de redactar el informe presentado ante el Pleno del Consejo de Patrimonio Cultural de Asturias para que su joya textil llegase a ser declarado BIC de carácter inmaterial. La propuesta, iniciada en el mes de febrero también fue avalada por la Agrupación Cultural de El Pericote, la Asociación Bando de La Magdalena, Asociación Bando de San Roque y la Asociación de Festejos Virgen de Guía, todas ellas de Llanes. Para Santoveña, vestirse de aldeana y de porruano es un sentimiento más allá de lo meramente estético, que es lo que la gente suele apreciar. Antaño, la tradición se vivía con gran pasión y devoción, y esa es la idea que se pretende inculcar en la juventud que continúa ligada a la conservación de unos valores esenciales. Y es que mientras antes el vestido determinaba valores como clase social, el estatus matrimonial, edad o la riqueza, ahora todo tipo de personas se suman a una costumbre muy arraigada en el oriente de Asturias.Originalmente, el atuendo de aldeana estaba compuesto de "camisa y enagua de cáñamo o lino, justillo de tela pintada, refajo de bayeta, basquiña y jubón de sayal, sayalín o estameña, dengue de bayeta más fina, llamada miliquin, y pañuelo de hilo o algodón para la cabeza atada al moño; calzas o medias de lino o lana, corizas o zapato escotado, y un mandil de lienzo o percal pintado". Y el de porruano "por camisa de cáñamo o lino con un ribete por cuello y pechera plegada, calzoncillos de la mismatela, faja de lana azul, encarnada o negra, según el estado o edad del individuo, calzón corto, chaleco abierto y chaqueta". Todo una cultura condensada en un atuendo."
"Será, pues, símbolo de una colectividad, sea esta pueblo o bando, sirviendo su bandera al viento como útil veleta colectiva. Frente a otros lugares de Asturias o de España donde sólo permanece plantado un corto periodo de tiempo, este mayo, en el oriente de Asturias, pasa a formar parte intrínseca del paisaje durante todo el año.Es el momento, pues, de preguntarse qué se hace con el tronco viejo y de volver a la denominación hoguera para el árbol mayo. La hoguera era una verbena que se hacía la víspera de la fiesta. Se nombraba así, con toda seguridad, porque en tiempos en que no existía luz eléctrica encender una fogata era indispensable para cualquier reunión festiva nocturna de importancia. En Llanes, se quemaban barricas de sebo frente a la iglesia parroquial en las grandes festividades del siglo XVIII: el Corpus, San Pedro, San Juan y la Patrona, según consta en los libros parroquiales (los bandos aún no habían nacido); en cambio, en otras como San Bartolomé sólo disponían de velas de sebo para alumbrar3. Plantar la hoguera es algo que se hace la noche de víspera; por lo tanto, fogata y árbol mayo serían elementos indisociables. Pero además de esta consideración acerca del significado antiguo de la palabra hoguera, hay que tener en cuenta que, aunque en el oriente los mayos no se quemen actualmente y tampoco existan referencias documentales, ese nombre estaría indicando una antigua cremación. Nada raro, además, no sólo por las referencias al mayo que se quema tanto peninsulares (Valle de Arán, Burgos, Cataluña) como extranjeras, sino también por la existencia de los árboles de fuego, con o sin pelele, cuya quema en las fiestas de verano es un hecho constatado"
"Para levantar el tronco se tira de tres cuerdas: dos vientos y una cuerda guía o principal en torno a las que se congrega el pulso de un pueblo. El "voceru" es el encargado de dirigir la coordinación de la maniobra, y el tronco del eucalipto se va poniendo derecho a fuerza de voces aunque se precise toda una tarde"
"¿Qué significa este ritual de plantar la hoguera? Su nombre antiguo, como venimos diciendo, se debe a que es el árbol propio de mayo, mes asociado a la fecundidad de la vegetación y al amor. Lamentablemente la documentación sobre el árbol ritual no nos lleva más atrás de la Edad Moderna y, aunque haya referencias de ritos aparentemente parecidos en la forma nada indica que los significados sean similares ni, por supuesto, se hayan mantenido inalterados a lo largo de siglos. Sin embargo, lo que sí se ha constatado es la gran homogeneidad que hay en este ritual."
"En la actualidad, el ritual de la joguera ha perdido su carácter agrario. Ya no se hace en fechas especialmente delicadas del ciclo agrícola, como mayo o San Juan; por lo tanto, pierde un objetivo final que sería el de perseguir la fertilidad de los campos, la protección de las cosechas o la fertilidad humana. Primero va desplazándose en el calendario hacia los meses de verano u otoño, ligada a la fiesta patronal, celébrese esta cuando se celebre, como un elemento más de diversión. Y como tal elemento de diversión se llegó a desligar de las festividades religiosas; en las Peñamelleras, por ejemplo, se levantaron hogueras con ocasión de actos civiles: como agasajo a personajes ilustres o para celebrar los triunfos en las elecciones políticas anteriores a la Guerra Civil"
"En la sociedad actual las fiestas han cambiado de dirección. Manteniendo muchos rasgos formales de sociedades pretéritas, los significados son otros muy diferentes. Las fiestas estaban ligadas antes a la reproducción de lo natural e insertas en el ciclo agrícola. De ellas se mantienen ciertos elementos formales cuyo significado no sea muy marcado, pero se pierden aquellos específicamente ligados a lo natural. Por eso han desaparecido los rituales de bendición de los campos con el laurel y el agua bendita, como han desaparecido las rogativas para propiciar la lluvia o los toques de campanas para ahuyentar las tormentas"
"Hoy las fiestas se han desnaturalizado pero a cambio están íntimamente ligadas a lo social. Sirven para la reproducción del grupo social, para crear conciencia de identidad local. La hoguera es «nuestra» y es mejor o más alta que la de «ellos»; el ritual de la hoguera «nos» identifica como grupo y es necesario para la permanencia y reproducción del grupo social, del «nosotros» comunitario. Ciertos rituales son renovados no atendiendo a sus contenidos simbólicos, a lo que representan, sino a la utilización que hacen de él determinados grupos sociales; se renuevan no en función de lo que significan sino en función de aquello para lo que sirven"
"... están presentes en multitud de fiestas españolas, desde Asturias a Soria y desde Galicia a Extremadura, pasando por Burgos, Cantabria, León, Toledo o Palencia. Su presencia está ligada, en los casos de ramos en las fiestas, a la iglesia, presentándose como una ofrenda a la imagen titular que sea agasajada en esa celebración. Dentro del conjunto de objetos que lo componen están las propias ofrendas, que van de velas a manteca o de panes a derivados del cerdo. En el oriente de Asturias sobresale el pan. Esa ofrenda ha de ir colocada en un soporte, el ramo propiamente dicho. En el caso que nos ocupa adquiere una forma piramidal sita sobre unas andas, que ha de ser portada por, al menos, cuatro personas. Esta estructura contrasta con los ramos verticales del occidente de Asturias o de gran parte de Castilla y León o Extremadura, apareciendo de forma excepcional en puntos del sur de León.
La ofrenda que porta el ramo en el oriente de Asturias va decorada con flores, naturales o de papel y otros objetos como cintas de tela, formando un artefacto muy llamativo. Este es procesionado y presentado en el templo, pero durante todo este proceso la música está muy presente. En el caso de la procesión esta es encabezada por la pareja que tañe gaita y tambor. Tras ellos se sitúan las cantoras, portadoras de una pandereta cada una, que tañen al compás de la melodía que sirve de soporte para los versos del ramu, entendido ahora como la composición literaria que acompaña al ofrecimiento del mismo. Estas cantoras se sitúan en dos filas, a ambos lados del ramo, siendo las que encabezan cada una de ellas portadoras no de una pandereta como el resto de sus compañeras, sino de un tambor. Se tiene, en los pueblos en los que se conserva el ramo, el puesto del tambor como de mayor categoría que los de la pandereta, siendo las más avezadas en el canto y la percusión quienes tienen la potestad de tañer el tambor.
Tras el ofrecimiento, que en algunos casos cuenta con varias tonadas según la secuencia de la ceremonia, tiene lugar la subasta de los panes del ramo y puede haber danza y bailes.
En la actualidad se conserva en localidades costeras del Camino o cercanos a él como Pimiango, Llanes, La Franca, Valmori, Pendueles, Porrúa o Vivañu. También puede tener lugar la joguera (hoguera) para la cual también existe un repertorio de cantos al son del tambor y las panderetas"
"Os presentamos una costumbre asturiana ancestral. Está documentada desde el siglo XIV, aunque se cree que puede tener orígenes precristianos, similares al Erntedank alemán y otras festividades europeas vinculadas a las cosechas.
Actualmente se encuentra vinculada a las fiestas religiosas de los pueblos. Tras la procesión del santo o virgen del pueblo y la misa, se bendicen una serie de panes, habitualmente de escanda. También hay panes de otros cereales o incluso, como en la foto, roscos. Los panes se colocan en una estructura piramidal adornada con flores, ramas y cintas.
A continuación se subastan los panes. Se dice que éstos panes bendecidos aportaban protección a la casa de quien los comprara. Realmente, el dinero de la subasta servía para el mantenimiento de la iglesia y los gastos de caridad. Actualmente, el dinero se utiliza para pagar las fiestas. ¡No es difícil que lleguen a pagarse más de 50 euros por cada pan!
Es muy habitual que “la puya’l ramu” se realice con vestidos tradicionales. ¡Y no falta la música y el baile!"
También los cada vez más grandiosos ramos fueron otro ejemplo de la impronta indiana para magnificar las ancestrales fiestas populares de remotísimo origen. Esto describen Herminia Menéndez de la Torre y Eduardo Quintana Loche:
"El ofrecimiento o la entrega de un ramo como signo de admiración se remonta al menos a la época romana, cuando se coronaba con ramos de laurel a los vencedores de batallas o competiciones deportivas. La entrega de un ramo fue también símbolo de transferencia de autoridad y posesión para los antiguos pueblos germánicos. En este sentido se encuentran en Asturias documentos de los siglos XIV y XV en los que se pone de manifiesto esta misma costumbre. Hoy día sólo quedan vestigios de ello, como el relevo de la mayordomía de las fiestas patronales, que se efectuaba, en un pasado bastante reciente, entregando el mayordomo saliente el ramo procesional al entrante"
Otro gran historiador, cronista y gastrónomo, José Antonio Fidalgo, comenta de esta nutritiva tradición en la página de la Real Asociación de Cronistas Oficiales:
"Fue costumbre entre los primeros cristianos el repartir, entre quienes no habían recibido la Comunión, unos PANES BENDECIDOS por el sacerdote durante el ofertorio de la misa; panes que recibían el nombre griego de EULOGIA y que en cierto modo se conceptuaban como algo santo («quam non sit Corpus Christi, sanctum tamen est», dice San Agustín). Pasado el tiempo esta costumbre se centró en la fiesta dominical; el reparto se efectuaba en el pórtico de la iglesia y con las limosnas recibidas se atendía a los necesitados y a LOS GASTOS DE LA IGLESIA. Lo que en su día fue «costumbre de domingos» se limitó a la celebración solemne de «la fiesta del pueblo» y el RAMU DE PAN, generalmente donado por alguna familia devota o por alguna institución, se «subasta a la baja» («la puya´l ramu) para sufragar gastos del culto, del templo, de la Cofradía, etc. Es una ofrenda de devoción; no un «negocio» de Comisión de Fiestas. Otra cosa es que, en acuerdo común, el párroco ceda un cierto porcentaje de lo recaudado en la subasta y se destine a gastos de «fiesta profana». Esta es la historia; una historia que data, al menos, del siglo IV y que se propagó intensamente a partir del siglo XI con la recomendación del Papa León IV. Vivir la puya´l ramu con ese sentido de tradición devota es, de alguna manera, recobrar y mantener nuestra identidad"
Además de los ramos grandes, también hay otros más pequeños, los ramos infantiles, que van buscando su puesto para cuando empiece la procesión
“y fue allí donde por primera vez vi a las mujeres, ataviadas con los adornos de tan extraña manera; porque parecía que se hubiesen plantado sobre sus cabezas fárragos de cosas o golillas, o, hablando más clara y honestamente, esas cosas con las que los hombres hacen los niños y es el más endiablado adorno de mujeres que jamás se haya visto; porque así como las locas se encasquetan el gorro hasta las orejas y por encima de la forma y pelo ponen una cabeza de un gallo, que les llegue hasta debajo de la frente, así las mujeres casadas de esta provincia llevan un adorno de tela blanca o crepé hecho a manera de golilla, con un palo de grosor de medio palmo de vuelta, tan rizado y cosido sobre su cabeza, que el extremo de esa linda golilla íbales a descansar cerca de la parte superior de la frente. Pero las más gentiles y guapas llevaban el palo tan firme, rígido y estirado, que habían de cuidar mucho el tener la cabeza erguida, y era el extremo de otro color de tela que el palo; de tal modo, que, cuando los palos de sus golillas eran de tela blanca, ponían el extremo de tela amarilla, y «ex inverso » el palo amarillo y la cabeza blanca; y no hay manera, siendo la primera vez, cuando no se está acostumbrado, de que esos adornos no hagan recordar la dicha gentil golilla”.
“Las mujeres solteras, en cambio, llevaban el pelo corto, mientras que las viudas llevaban las tocas desmochadas, es decir sin aquellos altos adornos”
“expediente promovido a instancia de Pedro Gurrea y Melchor Díaz de Posada vecinos del valle de Celorio, solicitando que se reformaran los tocados de las mujeres de aquel valle por su gran coste y perjuicios que se seguían a sus haciendas, por ser cortas sus facultades para hacer estos gastos y porque era motivo de envidia para las demás; que dichas tocas se habrán de reformar como las que se usaban en la villa de Llanes, por cuanto las mujeres casadas de Celorio las traían largas de veintiuno a veintidós varas de lienzo fino sin tejeduría de seda y que cada una tenía por lo menos tres”
En 1685 hay noticias en el cercano concejo de Parres, en concreto en la parroquia de Viabañu, de que ya lo habían sustituido por monteras, según apercibe el obispo en su visita:
"... las mujeres llevan monteras a la iglesia y mientras los oficios divinos las tienen en la cabeza, se las quiten; entrando pena de 10 reales por la primera vez aplicados para las luminarias del Santísimo, y por la segunda vez el cura les evite y de aviso al tribunal”
“Las mujeres de Posada, como gastan tanta ropa, parecen a bergantines navegando viento en popa”
"En Asturias no existe un traje típico tradicional estandarizado, aunque la costumbre nos lleve a hablar de “traje regional”. Definimos como “indumentaria tradicional” la manera característica en la que se vestían nuestros antepasados y por la cual eran reconocidos dentro y fuera de la región. El traje tradicional empieza a verse influenciado por los cambios de la moda del momento a finales del S.XIX. Los cambios en la economía y comunicaciones, hacen que los trajes empiecen a “evolucionar” hasta convertirse en un manifiesto de cada uno, según lo que llevaba puesto. Es importante -a la hora de hacer los trajes- mantener los patrones originales, las telas y los colores, engalanarse o ataviarse de una manera adecuada a la época que tratamos de reproducir, para poder conservar la tradición"
En el libro dedicado a Llanes y Ribadedeva de la colección Asturias concejo a concejo, del Real Instituto de Estudios Asturianos, se nos dice que el concejo de Llanes resulta especialmente pródigo en fiestas, principalmente en verano pero arrancan ya en primavera, siendo estas las más abundantes y multitudinarias, incidiendo además en que fueron los indianos los grandes protagonistas en la revalorización de costumbres tradicionales, aportando ayudas a estas añoradas fiestas de su juventud y costeando durante sus regresos estivales diversos elementos festivos, ramos, cohetes, música, y vistiendo el traje llaniscu (porruanu y aldeana)
Daban de esta forma realce a la fiesta grande de su pueblo, parroquia, barrio y bando, que de otra manera y por simple cuestación no hubiese podido ser tan espléndida ni tampoco haber arraigado tanto en las nuevas generaciones
En la primavera, "época de plena eclosión de las fuerzas de la naturaleza", se celebraban el ramu, la Joguera o árbol de mayo y en enrame de fuentes, "elementos naturalistas de raíz lejanísima que han sufrido el consabido proceso de cristianización y hoy los encontramos asociados a fiestas religiosas", como es este el caso
La mayor transformación vino pues de la mano de los indianos, la tradición de los bandos de 1837 se exportó por todo el concejo y las picas o disputas vecinales por lograr las mejores fiestas no eran sino picas entre indianos extendidas a determinados barrios y aldeas con su propia fiesta y capilla que competía con la de los de al lado. Estos indianos mostraban ser los mejores organizando la mejor fiesta, lo que a veces conllevaba otras mejoras comunitarias, incluyendo la luz eléctrica
La profusión de voladores era otra característica de una buena fiesta sufragada por la emigración, así como la abundancia de abalorios y cuentas de azabache en los trajes de aldeana, hasta el punto de considerárselos verdaderos trajes de gala
En Asturias.com reafirman las características que hacen de las de Llanes unas fiestas únicas:
Las «picas» (rivalidades) son igual de apremiantes, con bandos y más bandos, partes y partes, facciones de sentimientos, pasiones y una competencia inusual que, paradójicamente, ayuda a reforzar el sentir colectivo y hace más prósperos a sus habitantes. En las aldeas perviven toda suerte de procesiones y romerías, subastas del «ramu» así como una infinita gama de hacer los honores. Cada pueblo se ha molestado en ofrecer un matiz distinto al del vecino, pero la costumbre, individualmente sentida, porta en todos los casos la esencia del contagio.
Sin embargo, el mayor cambio en el folklore vino de mano de los indianos, y las picas que actualmente se dan no son sino transmutaciones de las picas personalizadas entre indianos. Los que regresaban a Llanes, después de hacer fortuna en las américas, querían que su fiesta fuese la mejor de todas y no se lo pensaban a la hora de aportar dinero. De este modo, la presencia de luz eléctrica en el entorno festivo, la abundancia de voladores, los ramos más adornados o el incremento notorio de los abalorios en los trajes de llanisca fueron pautas difundidas por estos emigrantes que regresaban"
Una gran aglomeración de gente va llenando la carretera, cortada al tráfico. Muchos miran hacia la capilla, a ver cuándo sale de ella la imagen del Cristo del Amparo, comenzando así la procesión
"El día grande del Cristo nuevense tuvo su momento central a las doce del mediodía. Con la capilla del Cristo y sus alrededores atestados de devotos, comenzó la misa principal, a la que siguió una impresionante procesión por las calles de la localidad. Generaciones enteras de familias, veraneantes, algún que otro peregrino que pasaba por allí rumbo a Santiago de Compostela y se detuvo al ver la multitud, niños, ancianos, extranjeros, y lugareños se congregaron ayer para participar en la emocionante y respetuosa procesión"
"La comitiva se puso en camino con cientos de mujeres, ataviadas con el traje de llanisca, interpretando los cantos propios del bando, acompañándose con sus panderetas. Más atrás, una marea blanca de fieles vestidos de mortaja seguían al cortejo de aldeanas. Todos, hombres y mujeres, con una vela en sus manos encendida representando su fe y agradecimiento al Santo por una petición que se ha cumplido. Allí estaban varias mujeres peregrinas descalzas"
"La nuevense Noemí Pérez del Campo y su marido Eusebio Corrochano viven en Madrid. Ayer viajaron hasta Triana para agradecer una petición a «su» Cristo. «Mi hijo pequeño tuvo un grave accidente. Le supliqué al Cristo del Amparo su recuperación y ha salido adelante. Nunca he sido demasiado creyente, pero el Cristo del Amparo nunca me ha fallado y le debo estar aquí», relató la mujer. «Cuando no puedes más y estás ahogada en una pena muy grande sólo puedes suplicarle a Él», destacó María Luisa Tirador, mientras se preparaba para desfilar entre las mortajas"
"Un día que trae muchos recuerdos a los cientos de personas, de muy distintas procedencias, como Gerard Gillespie, británico de origen escocés. Ayer hacía tres años que falleció su hermano en Nueva, mientras disfrutaba de las vacaciones y Gillespie, vestido como se visten los escoceses para las ocasiones importantes, con su traje regional rindió homenaje al Cristo del Amparo"
«Hay más gente que nunca», se comentaba en los corrillos que esperaban el final de la Misa Mayor, el pasado sábado en Nueva de Llanes, momentos antes de la salida de la procesión con el Santo Cristo del Amparo (...)El Santo Cristo del Amparo de Nueva cuenta con devotos en toda Asturias, y también fuera de la región, por eso la procesión del sábado fue de las más multitudinarias que se recuerdan. Tres largas filas de moces vestidas de llaniscas, precedieron al Cristo en la marcha de más de una hora, que arrancó y concluyó en la ermita de Triana. Allí se oficiaron misas desde las ocho de la mañana, hasta las 12 del mediodía, cuando se celebró la Misa Mayor, que cantaron los integrantes del Coro Manín de Lastres. Pasada la una de la tarde salía la procesión con cuatro ramos de pan y uno de rosquillas, este último lo cargaban a hombros, por turnos, seis niños. Detrás de los ramos más de doscientes moces vestidas de llanisca desfilaban tocando la pandereta y cantando; a continuación iban otro centenar de mujeres y hombres vestidos con mortajas y con una vela en sus manos. La larga marcha recorrió las calles de Nueva, donde se agolpaba muchísimo público en las aceras. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música de San Martín del Rey Aurelio y el Grupo de Gaitas Principado"
"Si una procesión destaca por encima de las demás en el oriente de Asturias ésa es la del Santo Cristo del Amparo, en Nueva de Llanes. Impresiona. Y no sólo por la gran cantidad de asistentes, también por la emoción que transmite y por el fervor de los fieles. El barrio nuevense de Triana acaba de alcanzar una nueva meta: la fiesta del Cristo, «su» fiesta, acaba de ser declarada de interés turístico regional por el Consejo Asesor de Turismo del Gobierno del Principado. La candidatura de Nueva ha sido elegida junto con el Certamen del queso de Gamonéu, que se celebra en Benia.Las fiestas en honor al Santo Cristo del Amparo se celebran en Triana los días 13 y 14 de septiembre, aunque los ritos religiosos comienzan en la capilla del Cristo ya a partir del día 5 con la novena, una oración al Cristo para lograr una intención o para orar por los difuntos, que se celebra los nueve días previos a la fiesta. El día 13 es la que en la zona se denomina jornada de «víspera». En ella un pasacalles de porruanos y aldeanas acompañados por una banda de gaitas recorre el pueblo con la hoguera: un eucalipto pelado que es plantado junto a la capilla del Cristo. Mientras los mozos del bando, ataviados con el traje de porruanu llevan a hombros la hoguera, las aldeanas entonan antiguos cantares. Con la hoguera ya plantada se ejecutan bailes tradicionales en el práu de la fiesta que dan paso a la verbena"
"La tradicional plantación de la hoguera da el pistoletazo de salida a las fiestas del Cristo del Amparo en Nueva de Llanes. En esta ocasión el árbol pesó unos 1.800 kilos y midió unos 40 metros y fue talado en un bosque situado en La Venta de la Castañeda, en los términos de la localidad de Cardoso.Para el traslado desde el barrio de la Farmacia hasta la explanada al margen de la ermita del Cristo hicieron falta más de 80 mozos. Al frente de la expedición, Tomás Alonso 'Tomasu', que confesaba «que no se trata solamente de los kilos de peso, es más problemático el cargarlo entre todos».A las 6 de la tarde los voladores anunciaban que la comitiva de romeros se ponía en marcha para el traslado de la hoguera, siguiendo los pasos de la banda de gaitas La Laguna del Torollu. Más de un centenar de porruanos de todas las edades salían en busca del eucalipto, al ritmo de las panderetas de las 200 mujeres que vestidas de aldeanas colorearon las calles de Nueva. En poco más de media hora, y sorteando las esquinas y curvas de la localidad, los mozos llegaron con la hoguera a un profundo pozo situado en las proximidades de la capilla del Cristo del Amparo donde lo plantaron bajo la atenta mirada de más de un millar de personas, entre seguidores del Cristo, vecinos y visitantes, en una celebración declarada de interés turístico regional. Nueva acoge hoy el día grande de las fiestas, con misas a partir de las 8 de la mañana, y una multitudinaria procesión con la banda de música de Mieres y el grupo de gaitas Principado. Desfiles, bailes regionales y pasacalles amenizarán la jornada, que finalizará con una gran verbena y las tradicionales sopas de ajo"
"La palabra pancarta era la más escuchada ayer en Nueva. Si hace días los simpatizantes del Cristo colocaban en el barrio de la Granda, junto a la Farmacia, un cartel anunciando sus fiestas, luego destruido por manos anónimas, ayer, a las once de la mañana, volvían a instalar una nueva pancarta que ellos mismos retiraban a las seis de la tarde. Pero previamente, varios simpatizantes de la Blanca habían amenazado con quitarla «personalmente, a la luz del día y devolvérsela a la comisión del Cristo».
¿Cuál es la causa de esta batalla por un trozo de tela que mide seis metros de largo por 0,60 de ancho y en el que puede leerse «Tradicionales Fiestas del Santo Cristo del Amparo. 13 y 14 de septiembre?
Los de la Blanca opinan que el cartel «está situado en una zona del pueblo que pertenece a nuestra fiesta» y valoran que «no es el momento adecuado porque todavía no se celebró la fiesta de la Blanca y por allí tiene que pasar la procesión los días 7 y 8 de septiembre». Javier Sainz, devoto de la Virgen de la Blanca, llegó a comentar, «para que lo sepan los de Llanes», que la situación es «como si los de la Guía pusieran una pancarta, anunciando su fiesta, el día 15 de agosto junto a la capilla de San Roque».
Por su parte, los simpatizantes del Cristo aseguraban que el lugar donde habían colocado la pancarta «es Nueva y la fiesta del Cristo se hace en Nueva. Aquí recogemos la hoguera, que es una parte importante de nuestros festejos. Por lo tanto, la pancarta estaba en el pueblo donde se celebra la fiesta del Cristo». Y argumentaban que los de la Blanca «tienen su capilla en la plaza del Hospital y, sin embargo, celebran la fiesta en la plaza de Laverde Ruiz».
Lo cierto es que antes de que se produjeran nuevos enfrentamientos por la tan traída y llevada pancarta, los simpatizantes del Cristo procedían a su retirada siete horas más tarde de haberla colocado.
¿Bajo qué criterios? Jorge Villar, simpatizante del Cristo, comentó que «por educación y respeto». Y sustentó esas valoraciones «en la visita que nos hizo una persona de la Blanca para escuchar nuestro punto de vista». Explicó que se trataba de «una persona muy educada» y que «el 99,99% de las razones para retirar la pancarta se deben a la conversación que mantuvimos con él». Incluso precisó que los del Cristo habían pensado, desde un principio, «retirar el cartel los días 7 y 8 de septiembre», al paso de las procesiones de la Blanca.
No por ello las aguas volvieron a su cauce. Y es que cuando los del Cristo descolgaban la pancarta llegaron al lugar varios simpatizantes de la Blanca y se produjo una acalorada discusión entre personas de ambos bandos. El choque sólo quedó en palabras, afortunadamente"
"La imagen del Cristo, adornada con claveles rojos fue escoltada por los cientos de fieles por las calles de Nueva. La Banda de Música de Mieres, las gaitas, las panderetas y los cánticos acompañaron al Cristo en una de las procesiones más concurridas de todos los tiempos"
"Llanes. La localidad llanisca de Nueva permaneció colapsada durante la mañana de ayer con motivo de la celebración del día grande de las fiestas en honor al Cristo del Amparo. Los visitantes se contaban por centenares y sería imposible establecer cuántas personas pasaron por la capilla y las que participaron en la procesión. La jornada soleada ayudó a que la presencia de romeros fuera multitudinaria.Desde las ocho de la mañana se celebraron misas de forma continuada en la ermita de Triana. Y a mediodía comenzaba la solemne función religiosa, presidida por Domingo González, párroco de Nueva, concelebrada por varios sacerdotes y cantada por el Coro Manín, dirigido por Faustino Martínez. Al término de la eucaristía se formó una procesión kilométrica, densa e interminable. La salida a la vía pública de las andas con la imagen de Cristo crucificado fue saludada con dos tracas de 80 metros de cuerda, cada una, y la suelta de varios morteros de bomba y cajas chinas, que se encargó de disparar el pirotécnico Juan Carlos Devita.La comitiva procesional iba encabezaba por una valiosa cruz de plata y dos ciriales. A continuación aparecía el grupo de gaitas Principado, que ayer contaba con la presencia estelar del afamado gaitero Juan Oliver. El resto de componentes eran los habituales: Manolín Vela y los hermanos Vicente, Gregorio y Victorino Trespalacios.Tras los gaiteros se hacían visibles cuatro ramos, tres de ellos repletos de pan artesanal y el de los niños colmado de dulces y apetitosas rosquillas. De trasladar esta pequeña y golosa pirámide se encargaron los guajes Izan Villa, Alan Villa, Rodrigo Queipo e Izan Gutiérrez. Tras los ramos marchaba una legión de niñas y mozas ataviadas con el traje de llanisca. Su paso resultó interminable y aunque un romero tuvo la paciencia de contarlas, y confirmó que eran «245», lo cierto es que parecían más.Por detrás de las aldeanas caminaban varios hombres y mujeres enfundados en la llamada blusa de mortaja. Se trataba de personas que querían agradecer al Cristo los favores recibidos, tras la demanda de amparo en los momentos delicados que puede ofrecer la vida, sobre todo ante la presencia de enfermedades.Y a continuación se presentaban las solemnes e imponentes andas del Cristo crucificado, flanqueado por multitud de cintas con los colores nacionales y sobre un tupido manto de claveles rojos. Cuatro sacerdotes; el alcalde de Nueva, Tomás González; la banda de música de Mieres, y un incalculable número de fieles cerraban el cortejo. La procesión recorrió las principales calles de Nueva y tardó más de una hora en regresar a la recoleta capilla del barrio de Triana que al Cristo le sirve de morada a los largo del año.La mañana, ya convertida en tarde, se daba por concluida con un festival folclórico en el que la juventud del Cristo puso en escena una amplia batería de bailes: las jotas de Boal, el Cuera, Leitariegos y Cadavedo, la jotina Asturiana, la Flor, el Saltón, el Xiringüelu de Naves, el Quirosanu y el Pericote.Después de asistir a comidas en grupos de familia y amistad, tuvo lugar la tradicional danza de los casados y un pasacalles encabezado por la banda de Mieres, bajo la batuta del maestro Antonio Cánovas"
"La localidad de Nueva, en Llanes, se volvió a inundar ayer de devoción durante la celebración de la fiesta en honor al Santo Cristo del Amparo. Desde las ocho de la mañana, cuando comenzó la primera de las cuatro eucaristías que precedieron a la misa solemne, la capilla del Cristo, en el barrio de Triana, y sus alrededores eran un hervidero de gentes procedentes de todos los puntos de la comarca. En Triana, el goteo de las aldeanas ataviadas con los trajes de aldeana era incesante y se mezclaba con los adornos de una localidad engalanada para la ocasión con sus mejores galas. Poco antes de las doce del mediodía era misión imposible acceder a la ermita. En los exteriores muchos fieles intentaban encontrar el mejor sitio para seguir la celebración religiosa a través de la megafonía.Minutos antes de las doce empezó el pasacalles por las calles de Nueva, encabezado por la banda de gaitas «Principado», formada en esta ocasión por Pablo Torrescano a la gaita y los hermanos Gregorio y Victorino Trespalacios al bombo y al tambor, respectivamente, en busca de la Banda de Música de Mieres, encargada de acompañar al Santo Cristo del Amparo durante la procesión"
"La localidad de Nueva de Llanes vivió ayer una jornada multitudinaria con motivo de la celebración del día grande de la fiesta en honor al Cristo del Amparo. Al barrio de Triana llegaron romeros de todos los rincones de la región y los actos matinales se iniciaban con pasacalles a cargo del grupo de gaitas Principado y la banda de música de Mieres. Desde las ocho de la mañana se celebraron misas de forma ininterrumpida en la capilla del Cristo, con presencia de nueve sacerdotes.La misa solemne, cantada por el coro Manín de Lastres, bajo la batuta de Faustino Martínez, se iniciaba a mediodía y al término de la eucaristía se formaba una concurrida procesión que recorrió Nueva en forma circular. Abría la marcha el estandarte parroquial de San Jorge y a continuación se presentaba la agrupación de gaiteros. Seguían cuatro ramos, dos de rosquillas dulces y otros dos de pan artesanal. De trasladar el de los más pequeños se encargaban los niños Pablo Alonso, Juan Carrillo, Daniel Pérez y Mateo Fernández. Por detrás de las pirámides de pan aparecía un nutrido grupo de niñas y mujeres ataviadas de llanisca"
"Desde hace unos años está proliferando la moda, si es que se le puede llamar así, del traje de llanisca, que llega ya hasta el centro de la región. Oviedo, Pola de Siero o Gijón son lugares donde cada vez se están demandando más los bordados de corales y el pañuelo repicado. Pero no todo es colocárselo, también es importante saber lucirlo y parece ser que hay poca gente que siga las reglas al pie de la letra, algo que lleva incluso hasta la desesperación a los que sienten esta tradición.
Es por eso por lo que, desde los negocios dedicados a la venta y alquiler de estos trajes, existe una insistente demanda de un reconocimiento regional para este símbolo llanisco. ¿Y cual sería la mejor forma para ese reconocimiento?. Hay algunos que lo tienen claro. «No sé cuánto tiempo más habrá que esperar para poder ver un museo del traje, donde se explique su historia y la gente pueda admirar la riqueza de sus diseños», reclamó Marina Tudela, encargada de la tienda de Tere Blanco en Llanes. Algo parecido proponen en Las Panesas. «Debería tener Denominación de Origen. La historia y las raíces de nuestro traje se van perdiendo con los años, y eso es algo que no deberíamos permitir». Hace ahora tres años, también los Bandos de Llanes y el propio Ayuntamiento se unieron con el fin de conseguir los derechos de imagen para el traje de llanisca ya que, a su parecer, «es indispensable que la vestimenta del municipio sea reconocida como tal tanto fuera como dentro de nuestras fronteras». Un lucha que, a día de hoy, parece que se ha enfriado.Haciendo una poco de memoria, es obligado recordar que antiguamente el alquiler de trajes de aldeana no existía como tal. «Se tenía en casa una chaqueta y una camisa, y lo demás te lo iban prestando vecinas o conocidas», detalla Raúl Herrero, un joven diseñador llanisco que ha hecho una apuesta fuerte por la que siempre fue una de sus pasiones, los trajes regionales. Hoy en día es la forma más habitual de lucir una de estas piezas, lo que se ha convertido en un negocio muy lucrativo tanto económica como culturalmente hablando. Se calcula que el total de mujeres que posee un traje propio no alcanza ni una cuarta parte de todas las que se visten para alguna de las decenas de fiestas veraniegas. Pero toda regla tiene su excepción. Y es que, como todo cambio va por épocas, a la gente le está dando por innovar. «Cada vez hay más cursillos, en invierno, que es cuando hay más tiempo, para enseñar a la gente a bordar su propio traje», apuntó Herrero.Aunque un traje regional persista con los años en su esencia inicial, hay cambios, épocas e incluso modas que le afectan. No iba a ser menos el de llanisca. Desde el largo de la falda, hasta los colores, pasando por el tipo de tela, son algunas de los innovaciones que esta vestimenta ha ido sufriendo. «Antiguamente se pedían más cortos, incluso por la rodilla. Hace unos años la largura fue bajando, hasta se podían ver algunos rozando el tobillo, y ahora mismo estamos volviendo a los cortos de nuevo», explica Belén Sánchez, sobrina de la fallecida Tere Sánchez, pionera, junto con Manolita Rodríguez Bueno, de las Panesas, en el negocio de los trajes regionales de Llanes.Existen infinidad de opiniones encontradas sobre cuáles eran las características de los trajes antiguos. Los que se conocen como 'de picos', por la forma geométrica de sus bordados, hay mucha gente que los identifica como antiguos, por la poca cantidad de coral que contienen. Sin embargo, esto también parece ser un error. «Hay fotografías que documentan los adornos que se les ponían a los trajes por aquel entonces. Aunque parezca ahora una barbaridad, los había hasta con volantes. El traje se enriqueció mucho con la llegada de los indianos», explica Magdalena Fernández-Peña Bernaldo de Quirós, bisnieta del Marqués de Argüelles. Ella, periodista de profesión, cuenta con varios artículos escritos sobre el tema y con una amplia colección personal de trajes que datan incluso «de hace más de 125 años». Cuenta que en su casa siempre ha habido mucha tradición de vestirse y que su abuelo, José María Bernaldo de Quirós Argüelles, más conocido como 'Pepe el Marqués', «es el que nos enseñó a vestirnos de manera correcta, sin faltar a ningún detalle». Sabe además, tras muchos años en el bando de la Magdalena, «lo que es luchar para que la gente luzca el traje en condiciones. Hoy en día cualquiera se pone este traje como si fuera un disfraz, y eso no se puede permitir»Al igual que ella, los profesionales del sector coinciden al describir la corrección a la hora de llevar un traje de llanisca. «El traje debe llevarse completo y bien sujeto, con el pañuelo bien repicado y el pelo retirado de la cara. Zapato cerrado de salón con hebillas o lazos y medias negras, lisas o de encaje. No se puede llevar reloj y los pendientes y collares suelen ser de coral rojo. Es muy usual llevar también al cuello una cinta de terciopelo con un camafeo o la medalla de una Virgen y finalmente un broche, que las aldeanas suelen llevar para sujetar la solitaria»
"Noemí Pérez del Campo, ataviada con el traje de aldeana, junto a sus hermanas Lilian e Iris y su sobrina Abril Díaz Pérez, difícilmente podía evitar las lágrimas. Nacida en la parroquia de Pría, vive en Madrid y tiene casa en el barrio de Triana de Nueva, corazón de la fiesta del Cristo. "Desde que vivo en Madrid tengo más pasión por esta fiesta, procuro no faltar nunca. Vivo la fiesta con mucha intensidad", dijo. Desde hace siete años este día tiene para ella un significado muy especial."Mi marido falleció hace siete años. Se hizo devoto del Cristo gracias a mi. Me hizo prometer que, para honrarle, no dejaría de vestirme nunca de aldeana y que disfrutaría de la fiesta con mi familia y eso haremos", dijo.Luis Manuel Veloso y Leticia Pedrayes no podían disimular su felicidad. Por segundo año consecutivo vestían a su hijo de 14 meses de porruano. "Para mí es el día más importante del año", señaló sin dudar la madre. "El crío es del Cristo de cuna", añadió el padre de la criatura mientras lo cogía en brazos para inmortalizar la estampa familiar. Entre las mortajas no faltó, por décimo años consecutivo María Luisa Fernández Suárez. "Soy de Oviedo, pero como si fuera de Nueva. Estoy ofrecida al Cristo mientras pueda venir. Me he vestido también durante muchos años de aldeana. Es una fiesta en la que se respira fe", dijo instantes antes de que comenzase la procesión"
"Hace veinte años Consuelo del Campo, natural de Nueva de Llanes, sufrió un revés en su salud y tuvo que someterse a una delicada operación de corazón, en aquellos momentos de incertidumbre decidió aferrarse a su fe por el Cristo del Amparo y le prometió que si seguía viviendo tras la intervención cada año caminaría junto a él en la procesión como agradecimiento. María Luisa Fernández es natural de Corvera y está casada con un nuevense. Hace tres años su hermano cayó gravemente enfermo y le pidió al Cristo del Amparo ayuda. Su hermano se recuperó y ella, desde entonces, asiste fielmente a la procesión para rendirle homenaje al Cristo que le devuelve cada vez que la vida es dura «las ganas de vivir y la ilusión, si pierdes esto estás perdido», tal y como asegura María Luisa"
"La del Cristo se convirtió un año más en una de las procesiones más multitudinarias de cuantas se celebran en la comarca oriental de Asturias. El recorrido, con inicio y final en Triana, comenzó a la una y veinticinco de la tarde. Abrían la comitiva, portando la cruz y los dos cirios, un porruanu y dos aldeanas que hicieron las veces de monaguillos. Detrás, los estandartes y la banda de gaitas «Principado». Y aún más atrás, los porruanos con los ramos, cuatro en esta ocasión. Era sólo el comienzo, porque detrás de los porruanos aparecían cientos de aldeanas, divididas en tres filas y colocadas, como mandan los cánones, de menor a mayor talla. La procesión continuó con varias decenas de mortaja. Son aquellas personas que han buscado amparo en el Cristo a lo largo del año y que, como pago a los favores recibidos, realizan el recorrido vestidos de blanco y con velas en sus manos. Ayer hubo personas que acudieron a la procesión como mortajas, por ejemplo, por el nacimiento de un bebé sano, por el resultado exitoso de una operación médica o porque un familiar se había curado de alguna enfermedad grave"
"Desfilan con la mortaja para agradecer que están vivos"
"«La procesión de los amortajados o de las mortajas es un acto religioso al que acuden personas de muy diversos lugares que creen haberse librado de la muerte tras sufrir alguna enfermedad o accidente graves, gracias a la intervención milagrosa del Cristo de la Cabaña. Por esta causa, en agradecimiento al Cristo, ofrecen asistir a los actos celebrados en su honor el día de la Cruz de Mayo, vestidos con la que hubiera sido su mortaja en el caso de haber fallecido».
En la lista de milagros, entre los que figuran el caso de un hombre que resultó ileso tras caerse de un tejado o el de un hombre que pudo andar tras una parálisis, destaca «la leyenda del pastor que fue atacado por los lobos mientras cuidaba de las ovejas y, tras invocar al Cristo, vio cómo éstos desaparecían en medio de un gran resplandor»
Santo Cristo del Amparo
hasta el año venidero
si no nos vemos aquí
nos veremos en el cielo
Santo Cristo del Amparonacimos pensando en tiy por eso prometemosadorarte hasta morirUna llaga tiene el Cristoal lado del corazónque sólo puede curarlauna ferviente oraciónEn el pórtico del Cristohay un letrero que rezaCristo vive Cristo reinaCristo del mal nos defiendaLos devotos y devotasaumentan todos los añoséchales tu bendiciónSanto Cristo del Amparo
"Después del recorrido, ya de vuelta en la capilla, las aldeanas cantaron para el Cristo, que fue devuelto a su templo entre voladores, aplausos, lágrimas y una enorme ovación"
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