El albergue de peregrinos de San Xuan de Villapañada, en el concejo asturiano de Grado/Grau, sito en la antigua escuela, fue uno de los primeros que se abrieron en Asturias a raíz del Xacobeo'93 que supuso la recuperación y revitalización de las antiguas rutas jacobeas, entre ellas el actualmente denominado Camino Primitivo, recuperando las antiguas escuelas de esta parroquia sita al occidente del concejo moscón, las cuales habían quedado en desuso décadas atrás, con la concentración escolar
El primer hospitalero fue Poldo, un vecino que vivía en la casa de enfrente y, tras él, se hizo cargo Domingo Ugarte, que recibe a los peregrinos y les acomoda y asesora, siendo testigo de todos los aconteceres vividos en el albergue y cambios producidos en el Camino a lo largo del tiempo
El albergue se encuentra además en un lugar maravilloso, en lo alto de una colina sobre el valle del río Ferreiru, Ferreira o Martín, afluente del Cubia, al que va a desembocar tras cruzar la villa de Grado/Grau, la capital del concejo, que vemos desde aquí, al igual que las serranías que guardan el antiguo valle de Prámaro y sus veigas y, en la lejanía, las emblemáticas montañas del Aramo y el Monsacro
El albergue se encuentra en un lugar no menos emblemático, detrás de la cabecera de la iglesia parroquial de San Xuan de Villapañada, exactamente en el lugar en el que tuvieron su hospital de peregrinos los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, Orden de Rodas u Orden de Malta, dentro del que fue su monasterio y centro de una encomienda o coto independiente, por ellos gobernado, el cual no se incorporó al concejo moscón hasta 1827. De su historia hablamos ampliamente en la entrada de blog dedicada al Camino por San Xuan de Villapañada
Aún así, y aún a pesar de que se han abierto varios albergues, públicos y privados, en la villa de Grado/Grau y pueblos anteriores, y de que este albergue de Villapañada no se encuentra en el mismo Camino de Santiago actualmente señalizado, sino a unos 900 metros del mismo, no son pocos los peregrinos que acuden a él para revivir parte de lo que fue el Camino Primitivo de sus primeros tiempos desde 1993, acaso con menos caminantes e infraestructuras pero con más calidez. Además por supuesto que ahora otros albergues se llenan rápidamente
La iglesia y El Picu la Forca (409 m) |
Desde La Barraca el antiguo Camino subía por La Llamiella hacia El Campón, solar del convento e iglesia sanjuanista, donde los peregrinos eran acogidos en su hospital alberguería, sita detrás de su cabecera, donde ahora se encuentra la antigua escuela y actual albergue, como hemos dicho, cuyos colores resaltan y destacan en la distancia
La iglesia y el albergue desde el Camino por Acebéu, arriba a la derecha de la foto |
Dicho camino, si bien estuvo señalizado oficialmente mucho tiempo y sigue apareciendo en algunos mapas y guías, está actualmente en desuso, acasos debido a que está en buena parte perdido y obligaba a realizar la primera parte del trayecto por el asfalto de la carretera N-634, muy peligroso por no disponer de arcén. En la actualidad la señalización oficial pasa por otro antiguo camino, el de La Venta'l Cuernu, antigua venta y posada caminera de la subida a El Freisnu por el Camín Real de Galicia o Camín Francés, al que subimos saliendo del casco urbano de la villa de Grado/Grau por La Podada, subiendo por Acebéu, uno de los pueblos de la parroquia de San Xuan de Villapañada
Según avanzamos, veremos además, anexo a la iglesia, el antiguo edificio monacal de la Orden de Malta, que tuvo además cárcel y Ayuntamiento, pasando después a rectoral. Cuanto la encomienda fue suprimida junto con el coto, los vecinos esgrimieron la existencia de este autogobierno, pese a que fuese señorial y, en ocasiones muy abusivo, en un fallido intento de formar concejo propio e independiente ya en 1821
La Sierra Santa Mariña son aquí El Picu Tablas (476 m) a la izquierda y El Picu la Forca (410 m) a la derecha, que vemos así desde el Camino según nos acercamos a La Venta o La Venta'l Cuernu (bajo El Picu Tablas)
En La Venta'l Cuernu, que vemos a la izquierda al llegar a esta bifurcación, paraban todo tipo de viajeros, entre ellos artesanos ambulantes como los caldereros de Miranda (Avilés), fabricantes de calderas, ollas, garcillas y todo tipo de instrumentos de cobre que tenían por aquí alguna de sus rutas asentándose algunos en el pueblo ya en el siglo XVI. También es por supuesto ruta de arriería, hacia Galicia y el Puertu la Mesa (paso a la meseta), y de peregrinación, si bien los romeros jacobitas gustarían más de albergarse en las fundaciones de acogida a ellos destinadas, como la de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, Orden de Rodas o de Malta, hacia cuyo antiguo convento nos dirigimos
La Venta es en la actualidad una casa particular; como tal posada desapareció tras la apertura, a partir de 1859 de la nueva carretera Oviedo-Villalba, que relegó a este Camín Real de Galicia o Camín Francés a vía pecuaria y de comunicación local. El Camino de Santiago sube hacia ella y, en su bifurcación, sigue subiendo a su derecha rumbo a El Freisnu, santuario mariano de gran devoción en el límite con el concejo de Salas. Pero nosotros, si deseamos pernoctar en el 'albergue de Domingo', en San Xuan de Villapañada, habremos de desviarnos e ir a la derecha
Si nos fijamos, justo enfrente un mojón nos indica esta bifurcación con sus dos direcciones
El Camino sigue pues a la izquierda, subiendo, y al albergue se va a la derecha
Y aquí, en este caso, nosotros iremos a la derecha, bajando (al menos de momento)
El trayecto hacia la iglesia, salvo alguna corta y muy moderada cuesta, es mayormente llano, lo cual agradecen los peregrinos tras la cuesta, escalonada y en tramos pero larga, desde La Podada
Y allí tenemos La Llamiella y la N-634, nombre que en 1939 se aplicó a la carretera Oviedo-Villalba, más conocida aquí como Carretera de Occidente. Vemos también a lo lejos parcialmente el casco urbano de Grado/Grau, en el valle del Cubia y justo antes que este entregue sus aguas al Nalón
Por La Llamiella es por donde sube el camino que desde La Cruz de Grado/Grau recorría la ribera del río Ferreiru por La Barraca, primeramente La Barraca d'Abaxu y luego La Barraca d'Arriba. Es fácil que fuera el camino principal antiguo, al menos para los peregrinos, pues irían más directos a acogerse a la 'hospitalidad de los Caballeros Hospitalarios', valga la redundancia. Los arrieros o demás viajeros que no deseasen pasar por allí irían acaso más directos a occidente siguiendo el camino por Acebéu hacia La Venta'l Cuernu, que es el que acabamos de dejar atrás
Más a lo lejos, cierra el valle del Cubia la larga colina del Cantu Guileiro (369 m) que prolonga su cresta al norte por El Monte los Pinos, El Picu la Robla (329 m), El Castiellu y otros
Más a la izquierda de La Sierra Llubrió, tenemos el Alto la Trecha (312 m), que cierra por el oeste el valle del Nora, ya en el concejo de Les Regueres cerca del cual pasamos en nuestro trayecto de L'Escampleru hacia Valsera. Mucho más cerca tenemos el pueblo de Sestiellu, cuyas casas escalonadas siguen un antiquísimo camino que bajaba al valle del Cubia, en el medievo valle de Prámaro bajando del collado que vemos sobre él un poco a la izquierda
Volviendo al Picu Llavayos, el que tenemos aquí delante, podemos decir que Álvaro Fernández de Miranda, en su libro Grado y su concejo, publicado en 1907, da cuenta que en 1730 existía una Dehesa Real, reserva de árboles autóctonos destinados para la construcción de buques para la armada. En la actualidad y como en gran parte de Asturias y Galicia impera el eucalipto como especie forestal industrial destinada a las fábricas de celulosa
Y ahí tenemos las casas de La Reguera y, poco más allá El Campu con la iglesia parroquial de San Xuan de Villapañada que fue antes del monasterio
Aunque Álvaro Fernández de Miranda sostiene que la Orden de San Juan de Jerusalén (hasta 1530 aproximadamente no sería de Malta) se estableció aquí en 1450, Álvaro Valdés Díaz encuentra referencias a una comunidad de monjas ya en 1229, en un documento del cercano monasterio de San Salvador de Cornellana en el que el nombre del lugar figura como Leñapañada
Esta sería la razón de la presencia de la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en Villapañada y el origen de la otra parte del topónimo, San Xuan, en base al santo patrón del que fue su primer hospital. Se supone que con el establecimiento de aquella primera comunidad de monjas, que tenían un prior que daba misas, un freire o monje que llevaba sus cuentas y estaban a cargo de un primer hospital de peregrinos habría comenzado la explotación de un lugar que por entonces era desangelado e inhóspito
La Orden de San Juan de Jerusalén que, al ser desalojada definitivamente de Tierra Santa por los Turcos se trasladó a sus baluartes de Rodas para defensa del Mediterráneo oriental en 1310 y pasó a ser conocida también como Orden de Rodas, únicamente tenía otra encomienda más en Asturias, la de San Xuan d'Areñes, en Siero, en lo que fue otro importante camino de peregrinación por la cuenca del Nalón hacia la del Nora en ruta a la catedral ovetense de San Salvador. No obstante volveremos a encontrar sus antiguos cotos en Fonfría, O Padrón y Paradavella (A Fonsagrada, Galicia)
Como un pequeño espolón a la izquierda de La Mostayal asoma el Monsacro o La Madalena, monte separado del Aramo por el collado de Viapará que, aunque no vemos, sí reconocemos su 'tajo' o trinchera natural entre ambas montañas
El paisaje es pues sumamente bello, aunque el concepto de belleza se miraba más, en siglos pasados, en lo práctico que en otras consideraciones. Lo que veían los frailes hospitalarios de San Juan de Jerusalén sería, desde su monasterio, prácticamente todo su coto con sus campos, aldeas y caseríos, así como sus accesos. Todo bajo control
Especialmente atentos estarían sin duda a lo que viniese por el viejo camino desde Grado/Grau por el valle del Ferreiru y La Barraca, subiendo hacia La Llamiella y El Carbaín. Muchos de ellos peregrinos pero sin duda también otros viajeros y visitantes, entre ellos miembros de la Orden, con noticias y pesquisas, inspectores y demás cargos, que llegarían aquí como destino o parada de paso
Poco después de establecerse en Rodas, en 1312 la Orden recibe los bienes de la disuelta orden de los templarios en Francia por disposición del papa Clemente V, ello incluiría a Navarra, independiente pero cuyo rey Luis I era hijo del monarca francés Felipe IV (del heredaría su trono en 1314 como Luis X de Francia). Ello motivaría acaso la leyenda de que en San Xuan de Villapañada estuvieron en algún momento los monjes templarios e incluso que serían ellos sus fundadores
Únicamente en días muy claros pueden llegar a verse montañas tan lejanas como los Picos de Europa, como es este el caso (a la derecha de la foto)
Seguidamente hace una curva bastante cerrada a la derecha en la que, sin darnos cuenta, vamos a pasar sobre El Reguerón, que baja oculto entre la espesa vegetación
El Reguerón, el arroyo pasa subterráneo bajo la carretera y baja, normalmente seco salvo durante las lluvias, hacia El Cantarillón, La Llamiella y La Barraca, como ya hemos dicho
El camino se hace ameno contemplando el paisaje desde esta hermosa atalaya natural por las faldas de los montes de Santa Mariña. Si bien es posible que los peregrinos, quien más quien menos con ganas de llegar al albergue, se deleiten más al llegar al él con estas magníficas vistas
El Aramo en lontananza y al sur sigue destacando en altura sobre todas las demás serranías más o menos próximas
Dejamos a la izquierda el camino de acceso al cementerio y empezamos a caminar en llano para pasar entre la casa y el hórreo
Numerosas macetas con flores engalanan esta su fachada principal, que mira al Camino, donde un pequeño jardín botánico se nos ofrece a la vista según pasamos
Ante nosotros vemos, encima de la colina al otro lado de El Reguerón, algunas casas de Acebéu, por las que hemos pasado subiendo de La Podada por La Quintana y La Barrera, más a la izquierda
El Camino siguió avanzando, más a la derecha, por El Valle, encima de El Cantarillón y El Reguerón, dando vista al sur a El Xorru y, a lo lejos, El Picu las Pruyales (669 m), la cima más norteña de La Sierra'l Pedroriu o de Miranda, por donde viene, en dirección hacia la costa, el que fue el ramal principal del Camín Real de la Mesa. El camino principal iría sin duda secularmente a Pravia, la antigua Flavionavia romana fundada en territorio de los astures pésicos, salida directa al Mar Cantábrico y al orbe atlántico a través de su ría
"No quiso el Partido de los Montes en 1822 ser incorporado al naciente Ayuntamiento Constitucional de Cornellana, pidiendo serlo al de Leñapañada, y así lo acordó la Diputación, complaciéndolo; pero exceptuó los barrios ó lugares de Fuejo, Robledal, Fresno y La Texera, que por haber pertenecido al Concejo de Salas pasaron á Cornellana. Sin embargo, no tardó en reincorporarse a Grado la vicaría entera, muy á satisfacción de sus feligreses."
"Se localiza en el concejo de Belmonte de Miranda, pertenece a la sierra'l Pedroriu, o de Miranda, siendo sus 669 m de altura la cima de esta sierra situada más al norte. Su ascensión se puede realizar desde el pueblo de Cutiellos o mucho más cómodamente desde los de Moutas o La Caridá, pertenecientes ambos al concejo de Grau. Es todo zona de pastos, con espléndido paisaje hacia el centro del Principado"
Tras esta breve parada retomamos el camino en La Reguera, barrio del pueblo de San Xuan, uno de los que componen esta parroquia de San Xuan de Villapañada
"Los primeros Comendadores rigieron justamente el sumiso coto, cumpliendo con lo estatuido; pero no así ninguno de los sucesores, que abusaron de sus especiales prerrogativas, trocándose más de una vez en azote de sus propios vasallos. Señores de horca y cuchillo, gobernaban despóticamente, imprimiendo a sus actos un marcado carácter feudal.
La horca aquella, el temido instrumento de muerte, ostentose durante muy largo periodo en la sierra de Santa Mariña, pregonando a veces la crueldad del Comendador. Más abajo, en la “tierra de Santiago”, estaba el Consistorio con su cárcel, cepo y grillos, como era consiguiente.
El derecho de asilo le ejercieron los Comendadores con extremo rigor: criminal que huido de otros puntos trasponía los límites de San Juan, quedaba salvo; jamás era entregado; el Comendador no transigía, por más que lo reclamasen. ¡Los Comendadores! ¡Larga, eterna pesadilla de los de San Juan! ¡Sus protectores primero, y sus verdugos después!
Contaba el coto 1.527 días de bueyes (a prados 126, a labor 464, y el resto tierra inculta dedicada a pastos y arbolado) y 72 casas, 56 hórreos, 2 molinos y 93 colmenas; 9 zapateros, un sastre, 2 caldereros y una tejedora de lienzo con dos oficialas, por el año 1558.
Percibía la Encomienda, procedente de sus fincas con carácter foral, 73 fanegas de escanda y libra y media de cera, y por razón del vasallaje, cada vecino contribuía con un carro de leña o dos reales al año, y el juez electo, con media fanega de pan cocido, un carnero o dos pesetas, dos pollos o dos reales y un roble que llamaban anataliego, valorado en una peseta, precio mínimo. Percibía el Comendador, “sobre frutos y haberes”, el diezmo, que ascendía a 12 fanegas de escanda, 24 de maíz, 4 de judías blancas, 20 de castañas y dos carros y medio de hierba; y por leche y corderos, lechones y otras “avenencias”, recibía 32 reales.
Constituían los bienes libres de la Encomienda: catorce fincas laborables, de unas cuatro hectáreas de extensión; tres prados, de algo más de una hectárea, tres hórreos y los bienes de la Capellanía de Nuestra Señora de Loreto, que eran cinco fincas laborables y un castañeo, sitios en la misma jurisdicción de San Juan.
No eran, pues, como se murmuraba, los emolumentos y propiedades de la Encomienda lo bastante para creerse el Comendador un potentado, ni mucho menos. Por eso acaso quisieron los de Malta dar un corte de cuentas, declarando libres los bienes aforados.
¡Salvadora resolución, que trajo revueltos a siervos y Comendadores, durante el siglo XVIII! Vamos a relatar los echos atendiéndonos a escritos que nos presento D. Areces, vecino de Villapañada.
Las primitivas fundaciones forales constaban solo en simples documentos privados que guardaba la Encomienda, y ni copia tenían de ellas los dueños del terreno útil; así que, prevalido de esta circunstancia los juanitas, se llamaron a la absoluta propiedad de las haciendas. Iniciose la cuestión en los comienzos del siglo XVIII, y a través de los años, aunque trabajosamente, iban los vecinos defendiéndose de las pretensiones de los malteses, pero llegado el año de gracia de 1770, cayó sobre los siervos un turbión en forma de Fr. Nicolás Hortuza, Comendador, de tal guisa, que poco falto para que Leñapañada volviera a quedar inhabitado".
Sería muy interesante discernir hasta qué punto debe el monte su topónimo o que este, abundante y relativo por lo general a la orografía, como la 'U' que forma la sierra en forma de horquilla, o bifurcaciones de caminos, sirviera para transmitir la memoria de los abusos de algunos comendadores como el señalado que, según Álvaro Valdés Díaz, "Maltrataba a sus vasallos con torturas y prisiones" y, según Álvaro Fernández de Miranda:
En el ruidoso pleito que surgió, (...) forzoso es declarar que fue un verdadero azote de los vecinos de San Juan; violento, atrabiliario, no perdono, a lo que parece, medio para arrebatarles sus derechos, pues tras de ocultar las fundaciones forales, que sustrajo del archivo de la Encomienda, maltrataba a sus vasallos con vejámenes y prisiones, a fin de que, empobrecidos y acobardados, concluyesen por abandonar tierras y lugares, dando motivo para arrendar a otros como libre los bienes aforados".Y cerca anduvo de lograrlo; pero al ver aquellas gentes en peligro su hacienda, adquirida a fuerza de trabajo por sus predecesores, que poblaron e hicieron fructífero el ingrato suelo fertilizado por ellos también con el sudor de su frente, llegaron a las gradas de trono; pidiendo amparo y justicia contra los intentos y opresión de Hortuza, y Carlos IV yo sus quejas, considero sagrados los derechos que alegaban, y obrando en consecuencia, quedo humillado el orgullo del Comendador, que a poco pierde su jurisdicción alta y baja, mero, mixto imperio, real y eclesiástica, que tanto invocara para salir airoso en sus demandas. La calma siguió hasta que murió Hortuza.Solo entonces , contra lo esperado, retoñan las discordias, promovidas esta vez, no por el hospitalario sino por su apoderado, al pretender también hacer pasar por libres los vienes todos de la Encomienda; pero los vecinos de San Juan nuevamente protestan y se querellan, ante el propio Comendador, por suponerlo ajeno a las intrigas y sutileza de su mayordomo, y lo estaba, en efecto, o quizás temeroso de que resurgiesen los pasados pleitos, lo cierto es que dio la razón por entero a sus vasallos, los cuales prosiguieron viviendo en paz con su nuevo señor."
"En esta conformidad se hallaban al llegar el golpe de 1821, por el cual, remitida Villapañada a la jurisdicción de Grado, estos habitantes acudieron en queja a la Diputación, a legando, como Peñaflor que toda vez siempre habían estado independientes (olvidaban los palos de los Comendadores), “y tenían Casa-Ayuntamiento, cárcel, archivo, con lo de más necesario para la administración de justicia” les correspondía disfrutar de Ayuntamiento Constitucional independiente, como en efecto lo disfrutaron.
Mas en nada se alteraron ni se quejaron los de San Juan en 1827 cuando el coto fue incorporado á Grado de un modo estable, pensándolo mejor, á nuestro parecer.
Otra vez se produjo el desasosiego en 1847 al ordenarse por el Gobierno la venta de bienes pertenecientes á las Encomiendas, debido a que la mayoría de los vecinos continuaban sin los documentos justificativos de su derecho, y tenían fueran enajenados como libres los fundos aforados.
Pero esta alarma fue pasajera, porque bastó se exhibiesen los antiguos escritos conteniendo los aforamiento, un libro catastro de 1752 y la sentencia contra Hortuza, para que reconociera el Estado el legítimo derecho de estos sencillos aldeanos, que vieron para siempre, al fin, colmados sus afanes."
"Ladera de monta bajo situado al sur de La Mostayal, montaña mítica del relieve central asturiano, y collada de separación entre la sierra del Aramo y el pico reseñado anteriormente, con una altitud de 1.038 m, en la divisoria de los concejos de Morcín y Quirós. Acceso desde Pedroveya por la braña de Gameo y desde el pueblo de La Piñera por La Vara".
Aldeas de la parroquia de La Mata bajo El Cantu Guileiro, "Amplio cerro situado al norte del pueblo de Samartín, en el que parten términos las parroquias gradenses de Gurullés, La Mata y Peñaflor", apuntan en la Enciclopedia del paisaje de Asturias
Un alto seto cierra una finca a nuestra izquierda, el camino sigue ahora un trecho bastante llano y recto
Y ya vemos las casas de El Pueblu, otro de los barrios de la parroquia, acaso el más antiguo por su inmediatez al monasterio, siendo probable que fuese el asiento de los primeros colonos en lo que fue aquella tierra montaraz del alto medievo
"Situada en línea recta a unos quince kilómetros de Oviedo, extiende su gran masa caliza, de norte a sur, desde Peñerudes hasta la collada de la Cobertoria. Cobijan sus tierras agrestes por la parte oriental los concejos de Lena, Riosa y Morcín: limitan su término por la parte occidental los municipios de Quirós, Proaza y Santo Adriano..."
Sea como fuese, según la tradición, las Reliquias de Jesús y María, así como de varios santos, fueron trasladadas posteriormente al primer santuario del Salvador, antecesor de la actual catedral de Oviedo/Uviéu, convirtiendo a la ciudad en un gran centro de peregrinación. Fue allá por los años 812-842, justo cuando se descubría el que se tiene por sepulcro de Santiago en Compostela, reinando Alfonso II El Casto, el primer peregrino de nombre conocido. Por ello se dice: "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al Señor". Así, además de ser el inicio del Camino Primitivo desde la catedral, vienen otros caminos de peregrinación, como el Camino de la Costa, desde Villaviciosa, por Grases, Valdediós, Sariegu y Siero, o del de San Salvador, que sale del Camino Francés en León para subir hacia Asturias
No forma parte el Monsacro de ninguno de los tramos de los actuales caminos de Santiago, pero su ancestral romería a las capillas, cristianizando cultos antiquísimos, como al dios Taranis, tal vez en el mismo Santiago, Apóstol del Trueno, nos lleva a uno de los parajes fundamentales para comprender el génesis de las peregrinaciones xacobeas y porqué Oviedo/Uviéu fue, siendo la capital a la que se llevaron las reliquias custodiadas en estas alturas situadas al sur de la población, el origen del Camino Primitivo y, por ende, de todos los caminos de Santiago
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Foto: Federación Española del Toro de Cuerda |
Seguidamente es el hórreo del Maurel, junto al que llega a San Xuan el antiguo camino que, procedente del barrio de La Cruz, salía de la villa hacia La Barraca y, por la antigua capilla de Santiago, ascendía a La Llamiella y llegaba aquí, cerca del monasterio sanjuanista, que vemos al fondo
Ese camino, que estuvo señalizado y aún hay alguna señal y mojón, sale justo al otro lado del hórreo, desde una sebe. Los peregrinos de los años 1990 a 2000 y pico es posible aún subiesen mayoritariamente por aquí. Nosotros subimos en 1999 (en 1993 fuimos por Acebéu pero por despiste, no estaba entonces marcado por ahí, si no me falla la memoria)
A la izquierda, una tapia separa el camino de una finca en la cuesta de la ladera del monte, frente a cuya casa crecen flores y más frutales
Dentro del monasterio y de su inmediato camposanto, recibían sepultura monjes y vecinos tal y como era lo acostumbrado hasta que las normas higiénico-sanitarias, que tardaron no obstante en aplicarse, estipulasen la construcción de cementerios exteriores, el primero de los cuales estuvo precisamente aquí, donde el primer enterramiento se realizó en el año 1835
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Foto: Aguilandeiros de San Xuan de Villapañada |
"La mazcarada moscona de los Aguilandeiros de San Xuan de Villapañada triunfa por especial y sobrevive por auténtica. Resucitó hace unos diez años, a partir de una rigurosa investigación del Archivo de la Tradición Oral de Ambás (ATOAM), salió de los recuerdos de los más mayores que compartieron sus conocimientos con Xosé Antón Ambás y Ramsés Illesies, y volverá este sábado a recorrer las calles del pueblo y picar a las puertas. Porque los Aguilandeiros son y, en Grau, siguen siendo del pueblo.
"En torno a 2014 se vivió un ‘boom’ en la recuperación de las mazcaradas, y no solo en Asturias. Sí que es cierto que, la zona del Noroeste es una zona muy rica en cuánto a estas mazcaradas, aunque también las hay por toda la península y por toda Europa. Están vinculadas a la tradición del solsticio y el cambiar. Esta, en especial, es siempre en el solsticio de invierno", señala Ambás.
No había fecha exacta, pero alrededor de las navidades los mozos de la zona de San Juan de Villapañada en Grau, tradicionalmente, se vestían de personajes icónicos y representaban sus papeles. "Al final es como una representación de la lucha entre el bien y el mal, a través de esos personajes. Yo, soy algo crítico con las mazcaradas, en el sentido en que no es un desfile folclórico. Soy aguilandeiro un día al año, invístome de vieya y la represento, con su la infertilidad… Ahí es donde la mazcarada está viva", cuenta Ambás.
"El diablu", la "dama ya´l galán", "l'osu ya´l amo", el cura, los maragatos, el escobón, la cenicera o "el médicu" son algunos de los personajes que danzarán y recorrerán los caminos del pueblo. De un núcleo a otro se desplazarán en tractor. "Interpretamos nuestros papeles con un objetivo que es pedir el aguinaldo. La verdad es que la labor de investigación fue muy importante. Contrastamos con todos los viejos de la zona hasta dar con los personajes. Gente de más de noventa años. Recopilamos información sobre el vestuario y, el primer año, lo hicimos con el Grupo Xeito", destaca el músico moscón.
Imposible obviar la emoción del pueblo tras recuperar su mazcarada después de unas siete décadas. "Ver las caras de la gente que volvió a ver a los aguilandeiros en la puerta de su casa, después de vivirlos de pequeños…Fue increíble", cuentan Ambás e Illesies.
Según su indagaciones, hasta dieciséis personas llegaron a formar parte de la especial comitiva moscona de aguilandeiros, a quienes acompañaba un músico, "normalmente un gaitero de la contornada como Pepe Los Macetes o José de Ca Ramiro, de Rozadas", cuentan los investigadores. Este próximo sábado comenzarán ya su recorrido a las 10:00 horas por Rozadas, Acebéu, La Llinar y San Xuan. Luego, en torno a las 15:00 horas, el campo de la iglesia será el lugar de encuentro y disfrute de una merienda.
Aunque antiguamente se sabe que los mozos solían ensayar antes, los aguilandeiros que recorren ahora los alrededores de San Xuan, improvisan. "Cada uno se mete en su papel, que suelen ir cambiando cada año, y sabe las características de su personaje", cuenta Ambás, destacando un "factor extra" en la tradicional mazcarada: el turismo
"También tiene su función porque, por ejemplo, ahora todos saben donde está el Valledor, por la salida de Os Reises. Pero es importante respetar la tradición. Cuando hay un 'puñao' de gente que viene a verlo y respeta y sigue a los aguilandeiros, bien. Como es el caso de San Xuan de Villapañada. Pero, por ejemplo, hay algunos sitios con ya bastante turismo, que crea cierto colapso, como en la mascarada cántabra de La Vijandera, en Cantabria", subraya Ambás.
En cualquier caso, participantes, vecinos y visitantes respetuosos y amantes de la cultura tienen, en Grau, este próximo sábado, una cita, para celebrar los diez años del regreso de los aguilandeiros moscones. La salud de la celebración es buena y la participación activa; si bien el principal anhelo es compartido: que siga habiendo gente en los pueblos para abrir las puertas."
Sobre la mazcarada o mascarada, sus elementos, recorrido y representaciones podemos recomendar numerosas páginas, fotos y vídeos, como los que aquí os presentamos, y el enlace de Asturgeografic (pinchar aquí)
El aspecto actual del conjunto corresponde, recordamos, a la última fase de la encomienda, cuando hacia finales del siglo XVIII se principios del XIX acometieron importantes obras de reforma integral que prácticamente hicieron desaparecer la estructura del antiguo cenobio medieval, que sería de origen románico, pues se sabe conservaría una portada de arco de medio punto
"El conocido coloquialmente como El Aramo tiene el nombre de un dios celta. Es una sierra de la montaña asturiana que se levanta imponente en el centro de la región. Sus estribaciones comienzan a apenas 20 km de la capital del Principado de Asturias, y se elevan hasta casi los 1800 metros de altura en el alto del Gamoniteiro.
Un enorme accidente geográfico como este no pudo pasar desapercibido a los astures luggones, que vivían en los valles centrales de la Asturia trasmontana. Sus cumbres cubiertas de bruma ofrecen muchas tardes un paisaje espectacular. Las nieves lo cubren con bastante frecuencia durante los meses fríos del año, y de hecho es una fuente de agua potable, entre otras, para la ciudad actual de Oviedo.
El nombre Aramo ha sido identificado como un teónimo. En la línea de explicar la toponimia sacra de muchas de las montañas astures a un lado y otro de la Cordillera. Aramo tiene un paralelismo en un nombre de un dios celta que nos llega a través de la epigrafía.
Dice Martín Sevilla que Aramo, -onis sería una divinidad de culto local, que en la Galia acabó dando un nombre a una localidad (igual que Lugdunum p.ej.)
La imponente muralla divide el centro de Asturias, y la vía de comunicación hacia la meseta corre a los pies de este espacio, sagrado en tiempos antiguos. Quizá es lo que significa Aramo, (bifurcación), ya que en la Galia adquiere ese significado, y Sevilla lo pone en el contexto del culto a los lares viales, tan típico del noroeste prerromano. No se olvidó su carácter en siglos posteriores. En él se ubica el Monsacro (el monte sagrado), que emparenta el espacio sagrado prerromano con el mundo sagrado de la monarquía asturiana. Una pervivencia presente en el paisaje actual."
"... palabra indoeuropea sería la que sirvió para designar El Aramo: la masa rocosa sobre El Sosechar, Los Pumares, Peral..., aunque extendida a toda la cumbre entre Quirós y Morcín.
Martín Sevilla ha estudiado la voz detenidamente. Cita en principio el teónimo galo Aramo, lo que indicaría la presencia de esta cultura en nuestras montañas. El mismo autor recoge otras interpretaciones (Pokorny) de Aramo, a partir de una posible voz indoeuropea, reconstruida como *aramo, con el sentido de 'bifurcación de caminos', donde se rendiría culto a la citada divinidad.
Y hay otras interpretaciones aún (prerr. *ar-m-, 'valle', conjunto de valles). El Valle de Aram (Pirineos) se interpreta como una redundancia por sucesión de culturas; en realidad, 'valle de valles', o algo parecido. O la del lat. aerāmen (‘objeto de bronce’), apoyada en que L’Aramo siempre fue lugar de yacimientos de cobre (Arias, Toponimia..., p. 751). Pero las minas de cobre de Teyeo, por ejemplo, se documentan con vestigios de varios milenios antes de los romanos, de modo que el monte ya habría de tener nombre asignado, por supuesto.
Más tarde, la importancia del nombre La Cobertoria (la del alto y la del valle) habría desplazado, con el tiempo, al topónimo Aramo hacia el picacho inmediato, y por extensión, a toda la cadena que le sigue más al norte.
En todo caso, se trataría de un primitivo culto a un lugar del monte próximo a los enterramientos hace unos años descubiertos en la necrópolis megalítica, localizada por toda la línea divisoria de Lena con Quirós: El Prau Chagüezos, La Campa los Fitos, La Cochá Cimera y La Mata'l Casar , Chan de los Fresnos.. (catalogados y excavados algunos).
El Aramo designaría, en fin, el culto a una divinidad, en la bifurcación del camino que cruza todo el cordal en dirección al centro de Asturias: cordales hacia los valles de Riosa, Mieres, Quirós, Lena. O un conjunto de valles altos, los pequeños tollos, que siempre caracterizaron el monte y todo el entorno de L'Angliru ('lugar anguloso, con abundantes ángulos, esquinas, recovecos en el terreno).
Hoy, L'Aramo (L'Aremu, para los más arraigados) es un conjunto de brañas a medias entre riosanos, morciniegos, lenenses y quirosanos: Espines, La Paradiecha, Los Veneros, Los Pumares, Los Fitos, Cuevas, Gamoniteiru, El Barriscal, Zanzabornín, Robles, Fompedrín, Vatsongo, Tresnona, La Gamonal, L'Angliru... Fue, y en parte sigue siendo, lugar preferido por el ganado en el verano, dada la calidad de sus pastos, y a pesar de la escasez de agua en pleno estío. Un puerto entrañable para los vaqueros y vaqueras tiempo atrás, como recoge la copla:
Adiós, Acebín del Vatse.
Adiós, Fuente Braña Vieya.
Adiós, puerto de L'Aramo,
Adiós, cabana cimera"
Más al oeste y más cerca desde aquí se contemplan los montes por los que viene del Pedroriu o Sierra de Miranda el Camín Real de la Mesa, llamado aquí La Carril Vieya, comunicación directa de la encomienda con sus posesiones en Babia. A la derecha El Picu Tablas, en la Sierra Santa Mariña, por cuyas faldas de La Reguera y El Pueblu hemos venido desde La Venta'l Cuernu
Sin duda, como el antiguo hospital, derruido, pudo haber otros elementos en este campo, como una gran panera, habitual en los monasterios por entonces, para almacenar el grano de hacer el pan a salvo del ataque de los roedores. Cuando se suprimió la encomienda la iglesia no parece haber tenido mayores reformas y la casa conventual tal vez no demasiadas, al menos exteriormente
Se lee en ella únicamente
PARROQUIADESAN JUAN
"Sencillo y emotivo. Así fue el acto de entrega de la bandera de la Orden de Malta a la parroquia de San Juan de Villapañada (Grado), celebrado este fin de semana, y que sirvió para estrechar los lazos que desde hace siglos unen a la Orden con esta parroquia moscona. Esta cita religiosa y cultural, que contó con la presencia de tres miembros de la Orden de Malta y uno de la Orden del Santo Sepulcro, reunió a numerosas personas ligadas a este núcleo rural, que siguieron el acto con una mezcla de curiosidad e interés por conocer un poco más sobre sus raíces históricas.
«Este acontecimiento supone para nosotros una honda satisfacción y nos llena de emoción la profunda carga religiosa, histórica y sentimental que entraña», afirmó Rafael Sainz de Baranda, delegado de la Orden de Malta en Asturias, en el inicio de su discurso.
El Camino de Santiago, en su ruta primitiva por el interior, que pasa por esta parroquia, tiene una presencia fundamental y se puede decir que es la causa básica para la presencia de esta Orden hospitalaria. «La Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, hoy Orden de Malta, llegó a estos parajes a principios del siglo XIII y fundó la Encomienda de San Juan de Leñapañada, nombre con el que se conocía primitivamente este lugar, creando en un edificio anexo a la iglesia un monasterio y hospital de peregrinos, eje fundamental de sus actividades. La Orden estuvo instalada aquí hasta el año 1821, cuando por orden del Gobierno sus bienes pasan a formar parte del concejo de Grado», recordó Sainz de Baranda.
Consecuencia de aquellos tiempos de atención y hospitalidad al peregrino es el albergue, que hoy se ubica en las antiguas escuelas de la localidad, y en el que en 2008 descansaron 1.587 peregrinos.
En el ofertorio de la eucaristía, los Caballeros entregaron al párroco, Reinerio García, la bandera de la Orden, que sobre fondo rojo tiene una cruz blanca de ocho puntas, que simbolizan las bienaventuranzas. «Es un orgullo para esta delegación ofrecer esta bandera como recuerdo de los años de actividad de la Orden en este lugar», confesó el delegado de la Orden de Malta en Asturias."
"El estandarte de los Caballeros Hospitalarios se introdujo en 1130, por orden del Papa Inocencio III, para eliminar la ambigüedad de los Templarios que usaban los colores invertidos. También se dice que la cruz de ocho puntas se originó en el siglo XII, bajo Raymond du Puy (al principio fue una cruz fourchée o cruz ancrée, y se convirtió en la cruz de Malta completamente articulada solo alrededor o después de 1500).
Una bula papal de Alejandro IV en 1259 convirtió a la cruz blanca en el diseño que se colocaría en el manto de los caballeros. Posteriormente, el emblema fue adoptado como símbolo general de la Orden. En el tiempo posterior a la mudanza de los Hospitalarios a Chipre en 1291, el estandarte de una cruz blanca en un campo rojo ondeaba desde los barcos de su armada".
Volviendo al exterior nos fijaremos ahora, en el coro, sobre la entrada. A la derecha una imagen de Santiago en su versión bélica matamoros resultado de la legendaria batalla de Clavijo, en tiempos de Ramiro I, en la que se decía se apareció el apóstol
Pasamos así ante su fachada norte, con dos poderosos contrafuertes que, soportando bien el peso de la pared y correspondientes a los arcos de separación de los tramos de la nave en el interior, nos recuerdan al arte gótico
Aunque cuidado, arreglado y restaurado, el albergue público de San Xuan de Villapañada no ha cambiado mucho, por lo que es una oportunidad para conocer cómo eran este tipo de instalaciones que, en muchos casos como este, se 'improvisaban' buscando nuevos usos a antiguas escuelas rurales que ya no cumplían su función
Uno de sus grandes alicientes es su ubicación, en un promontorio a unos 242 metros de altitud en la ladera occidental del Picu la Forca, con unas espectaculares vistas que pronto vamos a disfrutar. Sin embargo antaño, para muchos peregrinos constituía un redoblado esfuerzo acometer la cuesta que desde La Podada, saliendo Grado/Grau, implicaba llegar hasta él, cargando además con las bolsas de la compra de la cena
El albergue no tiene mayores complicaciones, es de una sola planta y se dispone en lo alto de la cuesta de un pequeño prado que hacía las veces de patio de recreo de los escolinos de antaño. Todas sus dependencia se disponen en esta su sencilla pero práctica y efectiva estructura rectangular, las habitaciones con la litera y la cocina-comedor con su frigorífico, despensa y demás dependencias, un lugar ideal para celebrar las cenas comunitarias
A lo lejos, en días despejados como este, se reconocen también muy bien las cumbres del Aramo, máxime en días soleados de invierno y tras una buena nevada en sus cimas, que destacan entonces con su manto blanco en la lejanía
Símbolos de los peregrinos históricos anuncian la entrada al albergue de Villapañada, donde tanto se aprecia el buen hacer de Domingo, el hospitalero
La concha, que identificaba a los romeros jacobitas, y sigue haciéndolo, diferenciándolos de los demás viajeros o de peregrinos a otros santuarios y lugares
Y la calabaza, donde se guardaba el agua, por lo que hacía las veces de cantimplora. Solía colgarse de lo alto del bordón. He aquí una completa descripción sacada de la Xacopedia:
"La calabaza formaba parte, junto con el bordón y el zurrón, del equipo básico y más característico del peregrino medieval y, en muchos casos, de los siglos siguientes. Su objetivo era mantener un suministro constante de agua, vino o una mezcla de agua y vino que el peregrino recibía de algunas entidades asistenciales -como en el hospital de Roncesvalles- o adquiría por su cuenta. Para convertirla en recipiente, la calabaza se vaciaba de semillas y se ponía a secar a fin de que se endureciese su piel leñosa e impermeable. Se utilizaba la que lograba adquirir una marcada cintura central que facilitaba la sujeción.
Gracias a su ligereza y bajo coste, la calabaza se convirtió en uno de los símbolos más reconocibles de la indumentaria de los peregrinos jacobeos. No se conservan datos sobre el origen de su uso en los caminos, pero partiría previsiblemente de la utilización previa para tareas domésticas y en las labores agrícolas. En algunas zonas de Europa, ciertos tipos de calabazas de corteza resistente se vaciaban de semillas, se dejaban secar y se adaptaban como recipientes baratos y muy prácticos para líquidos y otros productos, e incluso como flotadores.
Existían otros recipientes también adecuados para el viaje, como las botas de cuero, pero resultaban más caros, por lo que el uso de la calabaza debió de generalizarse relativamente pronto, con el inicio de las grandes peregrinaciones medievales.
La calabaza contaba con una parte superior menos ancha que la inferior, unidas ambas por una especie de cintura más estrecha que servía para amarrarla a alguna prenda del cuerpo, a la cintura o -como se representa en muchas imágenes históricas- a la parte superior del bordón. De acuerdo con la solidaridad que presidía toda peregrinación auténtica, la calabaza siempre debía estar dispuesta para ofrecer su contenido a otro caminante necesitado. Pese a esta evidente simbología, el Codex Calixtinus (s. XII) se centra en resaltar los atributos físicos y espirituales del bordón y el zurrón, y no la menciona entre la indumentaria del peregrino.
Actualmente la calabaza se ha convertido en un souvenir que se vende sobre todo en Santiago y en otras ciudades y localidades del Camino Francés a los peregrinos y turistas, casi siempre amarrada a los bordones que con el mismo fin se ofrecen en las tiendas. El peregrino moderno prefiere casi siempre la cantimplora o en muchos casos simplemente pequeñas botellas de agua que van comprando, usando y tirando a la basura a lo largo de la ruta. Algún peregrino en busca de las esencias del pasado ha llegado a utilizarla de nuevo y ha alabado sus propiedades a pesar de las dificultades de adaptación en la indumentaria caminera actual. La pequeña y chocante botella de plástico es hoy, como decimos, la “calabaza” del peregrino moderno. Su incomodidad en este caso es visual."

El albergue es propiedad del Ayuntamiento y fue su primer hospitalero Poldo, vecino que vivía en las casas de enfrente. Después de su muerte se ocupa de atenderlo Domingo, "que sube a media tarde, para informar con todo detalle a los peregrinos que lo deseen, sobre todo lo referente al Camino Primitivo, siendo un hombre muy hospitalario y muy conocedor de todo lo relacionado con la ruta jacobea", como explican en Wikipedia, donde se nos pormenorizan las características del lugar:
"Tiene una capacidad de 22 plazas. El local está distribuido en cuatro estancias; un dormitorio común donde se encuentran las literas, el baño, una sala y un salón comedor-cocina de uso libre, una máquina de autoservicio (con ensaladas, bebidas, tabletas de chocolate, etc.), frigorífico con un buen surtido de productos a disposición del peregrino, lavadora y secadora de pago, dos duchas con agua caliente, dos inodoros, botiquín y una terraza en el exterior con dos mesas donde observar las vistas del concejo. El albergue está abierto todo el año y el único requisito para usarlo, es ser peregrino con credencial..."
"A un paso del Camín, las recias torres de la iglesia de San Juan de Villapañada se alzan al cielo como testigos en piedra de la larga tradición hospitalaria con la que han acogido a los peregrinos jacobeos durante siglos. El legado sigue aquí, al otro lado de los muros del templo, en el albergue municipal ubicado en las antiguas escuelas de la aldea. Domingo Ugarte, su responsable, además de hombre abierto, campechano y hablador, es un extraordinario guardián de la historia que atesora este lugar. Vecino de Rivielles, tomó el relevo del popular Poldo, que veló durante años por la atención a los caminantes y por el cuidado de las instalaciones. Su sucesor relata con todo lujo de detalles y de forma amena los orígenes de la hospedería. Nos desvela su vinculación a la Orden de Malta, también conocida como Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, y apunta que el mismo topónimo de Villapañada viene del antiguo Leñapañada, en referencia al carro de leña que los aldeanos debían de pagar cada año al comendador sanjuanita.
Señala el recinto, cerrado por un muro de piedra, en el que se encuentra la iglesia y sobre el solar de la desaparecida alberguería, la casa parroquial, y evoca que allí había derecho de asilo, no solo a quienes peregrinaban, a cualquier persona que viniera a acogerse a él, incluidos los perseguidos por la justicia. Ugarte añade que el mismo Coto de San Juan fue territorio independiente con ayuntamiento, juez y cárcel hasta comienzos del XIX, el siglo hasta el que estuvo en funcionamiento el hospital.
En Villapañada hay otros vestigios de su conexión al Camino de Santiago como la llamada Fuente de los Peregrinos, un manantial que saciaba la sed de los que llegaban aquí tras el duro repecho que conduce al pueblo y en el que recibían la primera muestra de hospitalidad del lugar. Los romeros actuales la obtienen de manos de Domingo nada más flanquear la puerta del albergue.
En su interior hay suficientes botellas de agua fresca preparadas para los recién llegados y en la cocina el fogón dispuesto para que el de Rivielles se ponga el mandil si los huéspedes precisan un plato caliente para cenar.
A falta de chigre en la aldea, el alojamiento cumple esas necesidades básicas y su cuidador incluso dispone siempre de algunas botellinas de sidra enfriando para invitar a los viajeros a unos culinos.
No duda en hacerlo para que prueben nuestra bebida autóctona Norbert Lenz y Peter Korestian, policías jubilados de la ciudad alemana de Nastätten que siguen la vía primitiva a Compostela «por motivos espirituales y también como reto personal», como afirman mientras saborean la sidra del anfitrión.
Salieron desde Oviedo casi con las primeras luces del día y acaban de llegar a San Juan cuando ya la tarde va enfilando su rumbo final. El hospitalero les señala en la distancia el hueco en el horizonte que ocupa la sede de El Salvador y luego, apuntando hacia la cumbre envuelta en neblina que parece guardarla indica a los teutones que allí está el Monsacro: «Es el Monte Sagrado donde estuvieron custodiadas las reliquias de la Arca Santa de la Catedral».
Los peregrinos asienten con interés a las explicaciones del hospitalero que antes les había sorprendido pidiéndoles la guía editada en Alemania que consultaban en una de las mesas exteriores del albergue y mostrándoles en ella una foto suya de hace algunos años. «Todos los peregrinos alemanes traen esta guía y ahí estoy yo. Me conocen ya antes de llegar», comenta con retranca Ugarte.
Norbert y Peter no son los únicos alojados esta tarde en el albergue. Con la espalda apoyada en la fachada de las antiguas escuelas, el burgalés Jorge García descansa a la sombra y con los pies descalzos mientras lee una novela de Carlos Ruiz Zafón. Cuenta que ya hizo dos veces el Camino Francés y que ahora decidió recorrer el Primitivo «porque tenía unas semanas de vacaciones y esta me pareció la mejor opción para disfrutarlas. Me gusta la tranquilidad, poder estar a mi aire y sin depender de transportes, hoteles, etcétera. Iré sin prisa, aunque procurando ajustarme a las etapas oficiales», expresa.
Cerca de él, Jano Villanueva, de Valencia, escucha la conversación y se suma a ella, revelando que este es su cuarta peregrinación a Santiago y la segunda partiendo de Oviedo. «El Francés ahora mismo está sobrepasado de gente, se pierde toda la esencia. Aquí en el Primitivo aún se puede vivir una experiencia distinta», opina.
Domingo el hospitalero sigue escanciando culinos y entre medias aportando nuevos datos sobre el pasado de San Juan de Villapañada. Por ejemplo, que siguiendo la ruta jacobea viajaban hacia Galicia los caldereros avilesinos de Miranda y que algunos acabaron asentándose en la aldea: «Hasta hace poco, todavía quedaban vecinos que sabían el bron, la jerga gremial de los xagó, como se llamaban a ellos mismos», explica. «Este fue siempre un lugar de tránsito y lo sigue siendo hoy gracias a los peregrinos», sentencia mientras apunta al camino que sale desde el albergue hacia donde ya comienza a ponerse el sol y está Santiago."
"Desde que hace seis años sufriese un infarto, mucho ha cambiado en la vida de Domingo Ugarte. El susto le hizo ver las cosas de otra manera y también le animó a hacer el Camino Primitivo a Santiago de Compostela, algo que tenía en mente pero que por la falta de tiempo siempre estuvo aparcado. Pero el tránsito hacia la ciudad gallega guardaba mucho más para Ugarte, quien desde ese momento comenzó a ayudar al hospitalero del albergue de peregrinos de San Juan de Villapañada (Grado), Leopoldo, que a los tres meses falleció, dejando a Ugarte al frente de la posada.
Ugarte hizo la ruta jacobea poco a poco. "Estuve un año de bajo y fui haciendo tramos, aprovechando el tiempo libre que tenía", recuerda Ugarte. El silencio del peregrino durante las etapas a Santiago cambió la perspectiva de Ugarte: "Te das cuenta de que no eres nadie, por mucho dinero o fama que tengas eres una persona que en un momento determinado va a desaparecer y aquí no queda nada porque nada es eterno".
Mientras hacía etapas del Camino Primitivo aprovechó para ayudar al hospitalero de San Juan de Villapañada, que estaba enfermo y al poco murió. "El Ayuntamiento me propuso llevarlo y yo no tuve ningún inconveniente", señala, una labor que hace de manera altruista. Y no quiere nada a cambio porque la labor del hospitalero es "procurar el beneficio de los peregrinos, ayudarles en todo lo posible y orientarles para que lleguen a Santiago", explica.
Y eso que tiene que subir al pueblo todos los días porque siempre hay algo que hacer y "cuando crees que no va a venir nadie, llegan veinte", comenta. Cuando termina de trabajar con el camión, va directamente al albergue, a veces acompañado de su mujer, para "pegar una barrida, limpiar los baños y la habitación y ver si hace falta algo de comida y bebida". Unos alimentos que vende a precio de tienda para financiar y mantener lo que la gente consume.
A las tareas diarias hay que sumar que Ugarte es un manitas y en cuanto puede, y su corazón se lo permite, se pone arreglar lo que haga falta, a poner un tendedero para la ropa o a cambiar la cocina porque "es muy importante que los peregrinos tengan la ropa seca". Y para sus pequeñas reparaciones aprovecha todo lo que se pueda. En ese sentido recuerda que cuando se hizo la reforma del albergue juvenil de Grado para convertirlo en la sede del grupo de desarrollo rural Camín Real de la Mesa aprovecharon algunas cosas, pero como era al principio de su andadura como hospitalero, "no me atreví a pedir más... pero había de todo".
Sobre la iniciativa municipal de habilitar un albergue urbano en la villa, Ugarte dice que es una idea "estupenda" y se ofrece a asesorar a la persona que se ponga al frente. Eso sí, da un aviso a navegantes: "Que lo hagan en condiciones y que sea de peregrinos, no algo manipulado". Y es que seis años de hospitalero dan mucha experiencia y Ugarte tiene calado al personal: "No siendo en verano son todos peregrinos, pero en agosto siempre se mezclan con los turigrinos". Los turigrinos son personas que, dada la crisis económica, realizan sus vacaciones en el Camino a poco coste."
Luego disfrutaremos un poco más de todas las vistas que desde aquí se divisan, así como de la animada tertulia en este ameno y acogedor 'espacio de socialización', como ahora se suele decir, punto de reunión y encuentro en el que los peregrinos tienen animadas tertulias e intercambian experiencias. Ahora vamos a encontrar acomodo en el albergue, visitando de paso su interior
Como en la cocina, varias ventanas proporcionan abundante luz natural al interior, aunque siempre impera una cierta umbría que puede acompañar al sueño reponedor de algún peregrino que llega derrengado
Gran mapa de Europa, donde podremos explicar también nuestro lugar de origen
Si el tiempo invita, puede comerse aquí admirando estos hermosos paisajes, aquí hacia el norte-nordeste, con el monte o Picu Llavayos
El antiguo Camín de Grao Camín Francés o Camín Real de Galicia fue sustituido por la carretera general que, a partir de 1939, fue llamada N-634 y, desde los años 2007 a 2012, se hizo, por tramos, la A-63 o Autovía Oviedo-La Espina, que atraviesa el valle de este a oeste y vemos en la distancia
Allí, el paso de Pan de la Forca es el que sirve para que alguno de esos caminos, muchas veces milenarios cruce el Aramo o, como dicen pastores y naturales, El Puertu l'Aramo, desde la quirosana Pedroveya hacia Morcín y el valle del Caudal
Vídeo de las vistas desde el campo del albergue de San Xuan de Villapañada...
De vuelta a las mesas y campo delantero del albergue de peregrinos seguiremos encantados con la hospitalidad del lugar y de Domingo Ugarte, contemplando estos sublimes paisajes y recuperando fuerzas para acometer la subida a El Freisnu, regresando sobre nuestros pasos al cruce de La Venta'l Cuernu
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