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sábado, 11 de febrero de 2023

CAMINO DE GÜERRES DESDE LOS ACANTILADOS: LA PERUYAL, LA COTARIELLA, LA ESTADÍA, EL BAR Y EL POTRU DE FERRAR (COLUNGA, ASTURIAS)

 

Güerres desde la senda de los acantilados

Antesala de la villa de Colunga, capital del concejo homónimo, el pueblo de Güerres, en la parroquia colunguesa de San Xuan de la Duz, es un hito pertinente para aquellos peregrinos que hubiesen decidido, nada más dejar Caravia en La Espasa, desplazarse primeramente a La Isla para pernoctar en su albergue de peregrinos de las antiguas escuelas, desde donde pueden emplear seguidamente dos caminos principales para retomar el Camino de Santiago oficial en el centro urbano colungués vía Güerres: uno es el que sale del albergue por La Caleya (recuperado como camino jacobeo pintado con flechas amarillas) y otro, más largo, que no es una vía jacobita al uso pero sí espectacular, que es la Senda de los acantilados de Güerres, la cual, como su nombre indica es un bellísimo sendero que discurre por el borde acantilado de su impresionante costa

Los peregrinos que hayan escogido la senda de los acantilados de Güerres (parte de la Ruta de los Misterios del Mar PR AS-196), llegarán pro el impresionante borde de los cantiles, de gran belleza paisajística, a la ladera este del castreño monte de La Villeda, donde hay una importante encrucijada


En esa bifurcación, y siguiendo las señales, para ir al pueblo de Güerres habremos de tomar el camino de la izquierda. Hemos de decir, eso sí, que a la derecha se va a la Playa la Griega, gran arenal, famoso entre otras cosas por sus icnitas o huellas de dinosaurio

No nos olvidemos que no estamos realmente en ningún Camino de Santiago oficial ni secundario, es una opción paisajística y marítima para los peregrinos que hayan ido a La Isla y deseen continuar a Colunga sin desandar nada de lo andado

Ante nosotros, al sur, la montaña, el Sueve, Monte Sueve o Puertu Sueve, con los 1.161 metros de altitud del Picu Pienzu en su cúspide y, su izquierda, la Sierra del Fitu, más baja, su prolongación natural hacia el este


Al este y hacia el mar, porque sus estribaciones más orientales prácticamente se desparraman hacia la costa entre Berbes y Vega, en Ribadesella/Ribeseya, hitos que fueron en nuestro trayecto caminero que ya hemos dejado atrás


Vega, con su gran playa, arriba el monte de La Mortera y a la izquierda La Punta los Carreros y sus acantilados, también célebres por sus icnitas en esta Costa de los Dinosaurios


Otra gran playa, el Arenal de Morís, llegada del Camino a las costas de Caravia. A lo lejos la Sierra Escapa, con los 900 metros del Picu Mofrechu


Al sur, el Sueve se alza, de este a oeste y paralela a la costa, a escasa distancia de la línea litoral, a lo largo de unos doce kilómetros de longitud entre sus dos pasos naturales: el Altu la Llama a la izquierda y La Cruz de Llames (El Fitu) a la izquierda, pro donde va la célebre carretera del Fitu (actual AS-260), que en 1773 ya se estipulaba abriesen los vecinos de los concejos más interesados, Colunga, Caravia y Parres, según ordenanzas del primero:
"para beneficio de este concejo y de los inmediatos, para los principales ramos de vino y aceite y otros de Castilla de que carecemos en éste, es muy conveniente y fácil la apertura del monte del Fito sin más dispendio que un día o dos a lo más, cada vecino de este concejo, Caravia y Parres, interesados en esto"

Era El Fitu el acceso principal de estos concejos hacia los valles del Sella y del Piloña, y luego, a través de ellos, enlace con los caminos de los puertos de la Cordillera Cantábrica y con Castilla, como se llamaba a la meseta en general, proveedora de "vino y aceite", entre otras mercancías, así como vía de exportación hacia ella de frutos secos, manzanas y otros productos, todo ello por las seculares rutas de la arriería siguiendo caminos milenarios


Así la Junta General del Principado, en 1787, concedió una ayuda de tres mil reales para abrir buen camino, el cual serviría al ilustrado Jovellanos para venir por él en setiembre de 1790, describiendo el paisaje en sus Diarios; "país llano sobre la costa, abundante en prados, bellísimo en extremo". Luego de comer en La Venta la Espasa, ya en Colunga, vuelve a incidir en esta belleza resaltando sus "grandes y deleitosos prados"


La Cruz de Llames y el Altu la Llama comparten en su topónimo la alusión a a las llama o llamarga, llamuerga, lodazal, barros que se formarían, y charcas, con el agua acumulada, de fuentes y de lluvias, en esos altos que flanquean lateralmente al Sueve. En ese paso estuvo el monasterio de Sancta María de Liuerdonem (Lliberdón), mencionado en un documento auténtico, fechado en 803, que es el más antiguo que se conserva en el archivo catedralicio ovetense. Es además la primera vez que se registra el término Columca (Colunga), aplicado por entonces a una villa


El Camino baja en recto y suavemente entre esos "grandes y deleitosos" prados a los que se refería Jovellanos a su paso por Caravia y Colunga el 27 de septiembre de 1790, que se extienden mismamente hasta Gobiendes, cabeza de la parroquia vecina de este nombre, al pie mismo de las estribaciones del Sueve


Por ahí va La Caleya, el camino histórico de La Isla a Colunga vía Güerres, señalizado con flechas amarillas y que también pueden emplear los peregrinos que duerman en el albergue de la antigua Colonia Escolar, La Colonia. A partir de ahí se va dividiendo en ramales: La Caleyona, El Camín de La Llana, El Camín del Bosque... 


Si no han cambiado, las flechas de ese camino, no oficial jacobita con sus conchas y mojones, pero sí histórico y señalizado con dichas flechas, toma el ramal que entra en Güerres por el sur, entre La Torre (donde está la recuperada capilla de Santa Catalina de Alejandría) y Trespandu. A partir de ahí también hay diferentes opciones para entrar en Colunga, alguna enlaza con este camino a la entrada de Güerres y otras no lo hacen hasta la iglesia parroquial de San Cristóbal de Colunga


De ellas nos ocuparemos en diferentes entradas de blog, pues cada opción tiene un recorrido sumamente interesante, aparte por supuesto, del Camín Real de la Costa, el camino oficial, que entra en Colunga, rebasando La Isla por el sur, a través de Güeñu y Cobián (cerca de Gobiendes), para entrar directamente en la villa por el campo de la capilla de Nuestra Señora de Loreto, patrona de Colunga, fundada precisamente en agradecimiento a su salvación por un marinero veneciano, Joseph de Misso, único superviviente de un naufragio en los acantilados de Güerres hacia 1630-1633, que cuidado por los monjes de la parroquial colunguesa, se quedó, también agradecido, como hospitalero en el Hospital de Santa Ana, en esa misma villa, a la atención de pobres y peregrinos, hospital fundado a mediados del siglo anterior por la Cofradía de Santa Ana, del entonces muy poderoso Gremio de Mareantes de Llastres


El Fitu tiene también su propia ruta de peregrinaciones, esta a Covadonga, de la que habla José Antonio Fidalgo, Cronista Oficial de Colunga, en su entrevista para el periódico La Nueva España, publicada el 25-12-2017 y titulada Colunga, la química del paisaje:
"En Colunga había tradición de hacer el camino a pie hasta Covadonga, yo lo hice muchas veces. Recuerdo que un día después de salir de noche y subiendo El Fito empecé a oír a gente que hablaba. Eran como las doce. Esperé a ver quiénes eran y en eso me encuentro con Eutimio, el hostelero, que era un chaval, y con su abuela, una mujer que de aquélla debía de tener unos 90 años. La señora había prometido que si Eutimio salía bien de la mili, iba andando a Covadonga con el nieto. Me uní a la expedición familiar, pero el problema es que la abuela nos dejaba atrás"

Entre La Isla y Güerres, parroquias de La Isla'l Moral y San Xuan de la Duz, se unen campos, prados y praderías: del acantilado a los antiguos caminos citados se extienden los de La Raposera, La Chavida y La Manzanilla, este así llamado por la abundancia, al menos en tiempos, de esta apreciada planta. Pero también están Campu Fernando, L'Erón (o Los Erones), La Moría, Les Llagunes o La Portellona, entre otros


Tanto Güerres como estos campos, pumaradas, huertas, pastos y cultivos, son mencionados desde la baja Edad Media en los escritos del monasterio piloñés de Santa María de Villamayor, el ovetense de San Pelayo o la misma documentación de la catedral de San Salvador, todos con propiedades e intereses en este lugar


Al especializarse el agro astur, como el de gran parte de la cornisa cantábrica, en la producción láctea y de carne para suministro de los grandes mercados urbanos, el paisaje predominante es el de prados de pasto y maizales, pero ya empleados estos como plantas forrajeras, no como cereal para hacer la boroña, el pan de maíz


Antaño, y antes del gran éxodo rural pasada la posguerra, habría más huertas y, por supuesto, pequeñas caserías familiares. Ahora buena parte de las casas son segundas residencias y viviendas vacacionales, como es usual en las aldeas de la costa y también en buena parte de las del interior


La Peruyal, antigua tierra de peruyales, perales silvestres, apreciado porque con sus frutos, les peruyes, también se hacía sidra, es el barrio por el que vamos a llegar a las primeras casas de Güerres, topónimo que tal vez tenga que ver con borres, cenizas resultado de la quema de malezas que se empleaban como abono en las tierras comunales, borronaes, como las que hubo en La Villeda


En La Villeda, en cuya corona está El Castru del Foyu (recinto castreño), fue tradición plantar patatas desde su implantación, a duras penas, en la agricultura para consumo humano. Aquí serían "les patates del Castru", de las que nos informa la investigadora Josefina Pis Sánchez en su trabajo Parroquia de la Duz, número 86 de la serie Toponimia de la Academia de la Llingua Asturiana. Ahora el antiguo patatal es ocalital, plantación de ocalitos o eucaliptos


Delante de nosotros, donde el camino hace un ángulo en dirección a La Peruyal, está otro de los barrios de Güerres, La Cotariella, uno diminutivo de cuetu, el pequeño altozano donde se concentran sus casas, rodeadas de prados y frutales


En un documento fechado en 921 pero que en realidad es dos siglos posterior, figura Güerres, en él transcrito Orres, como parte del territorio Colunga, que abarcaría por entonces también Caravia, pues aparecen dentro de este término enclaves caravienses y colungueses: Loronio (Lloroñi), Duassos (Los Duesos), Dulios (Duyos), Ualle (El Valle), Karauiam (Caravia l'Alta), Sancte Marie de Tona (La Isla), etc.


La puebla de Colunga se fundaría hacia 1270-1278 por concesión de Alfonso X El Sabio, formando parte Güerres de su término o alfoz, antecedente del concejo. No mucho después, en 1305, aparece registrado como Cuerres en otro escrito, lo que daría pensar en cuerries o corros de piedra (de cabañas o de cerramientos) como posible origen de su topónimo


Pero no mucho después, en 1329, encontramos Vuerres, en 1330 Huerres, en 1390 Guerres, en 1403 Güerres y también Buerres, etc., que por parte de Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, estaría en realidad relacionado con horreum (hórreo, granero). José Antonio Fidalgo, por su parte, apunta que "Dícese que el nombre primitivo fue Bueres, después Buerres y finalmente, quizá por deformación fonética, Güerres y Huerres"


Muria o murete de piedra a nuestra izquierda, con vallado, cerrando una buena pumarada y campo de frutales. El Camino se alarga, recto, hacia La Peruyal y La Cotariella


La Cotariella aparece citado como barrio o lugar ya en 1448 en la documentación monacal de San Pelayo, "faça que yaze en la Cotarilla", mientras que "de sobre la Perulal" identifica a La Peruyal


Con esta antigüedad documental, como una villa, no es de extrañar que Fidalgo escriba que "tal parece que Bueres fue lugar poblado antes que lo fuera la capital del concejo"


Verdaderamente, el castro de La Villeda, popularmente aquí El Castru del Foyu, nos dice Josefina Pis Sánchez, al que se supone un origen prerromano, es el primer precedente poblacional antecesor del actual pueblo de Güerres y uno de los primeros de Colunga


Las ruinas y fosos del castru, muy afectadas por las plantaciones de esta especie de crecimiento rápido, están monte La Villeda arriba más allá de La Boronada, siendo identificado como tal castro por el estudioso Braulio Vigón Casquero en 1894, siendo llevadas a cabo sus primeras excavaciones por Aurelio de Llano años después, no sin vencer ciertas reticencias del propietario del terreno, dadas las leyendas de tesoros escondidos que acompañan a estos enclaves arqueológicos


En la página ArqueoAstur del arqueólogo Eduardo Pérez Fernández podemos encontrar una buena ficha dedicada al castro de La Villeda o Castru del Foyu y a los estudios a él dedicados hasta nuestros días. Mientras que en la de Ástures, de Fon S.P. hallaremos como cuenta su anécdota el propio Aurelio de Llano (de Del folklore asturiano. Mitos, supersticiones, costumbres...):
"Y en Agosto de 1921 fuí a hacer excavaciones al Castro de la Villeda, sito en el concejo de Colunga. Y el dueño del terreno se opuso en un principio, a pesar de ofrecerle la indemnización correspondiente, a que yo entrara a excavar en la finca. 
-«No le permito excavar -me dijo- porque en lo alto del Castro hay un tesoro escondido, el cual consiste en una vajilla de plata y un juego de bolos de oro. Y esto pertenece a mis hijos, porque el terreno es de mi mujer, que en paz descanse…» 
Por fin se convenció de que allí no había ningún tesoro, y me dió toda clase de facilidades para llevar a cabo mis investigaciones."

"Cuando el Sueve ponga capa garra la tuya y escapa", dice un refrán, referido a que si el monte se tapa de nubes es señal que va a llover, aunque no siempre es verdadero. Si bien otra copla lo asevera: 
Malhaya sea la borrina (niebla)
que asoma al Puertu Sueve
y nun traigo capotillo
para tapame si llueve

Pasando un prau con pumarada y al pie de La Cotariella, al llegar a La Peruyal, el camino hace una suave cuesta bajo esta hermosa arboleda


Bifurcación y a la derecha, subimos a la primera casa, dando vista al Picu Fontanielles (1.063 m), otra cota cimera del Puertu Sueve, al que un error topográfico o tipográfico del Instituto Geográfico le ha dejado sin este nombre, relacionado con las pequeñas charcas o fontanes que hay en su cumbre, para ponerle equivocadamente Peñalichar, causando grave confusión en guías, publicaciones e incluso documentación oficial


Al este, a nuestra izquierda, amplia vista hacia los campos y pumaradas de La Chavida y hasta La Raposera, cuetos, praderías y acantilados por donde viene de La Isla la Ruta de los Misterios del Mar, que es la que hemos empleado para llegar hasta aquí


Hay en medio una gran explotación ganadera, al lado de la que pasamos siguiendo este camino, una bellísima senda todo por el borde del cantil, sobre los pedreros


Ahí está el que en 1448 las monjas de San Pelayo identificarían como "el ero del Tenrrero", una hermosa y llana finca al pie de La Raposera, El Tenreru o Los Tenreros (prados tiernos seguramente), desde donde se ve el monte de La Mortera, en Vega, al igual que la parte más oriental de su playa, cerrada al este por La Punta la Sierra y la Punta los Carreros


Ahí está también, al lado de la playa, la zona de Güeyu Mar, con El Miradoriu, cuya casa blanca reconocemos desde aquí, la cual fue antaño el Bar de Superman, de gran historia en Vega, pues como vimos cuando estuvimos ahí, también tuvo Superman su casa en ese pueblo


Y ya estamos en La Peruyal, no bajo peruyales pero sí a la sombra de castañales y nozales, subiendo un poco más


Ahora, a la altura de esta casa, con finca cerrada por muro de piedra, tendremos una excelente vista también del Sueve


A la derecha, el ya referido Picu Pienzu, de 1.161 metros de altitud, si bien según otras fuentes son 1.160 ó 1.159. A su izquierda La Govieta (1.044 m),seguidamente El Cuetu les Duernes (1.059 m), El Picu'l Sellón (1.030 m) y El Picu Babú, Picu los Cuervos o Picu los Foyos (929 m) son sus cumbres principales, de las que se ven mejor desde aquí, porque a la derecha del Pienzu está el Picu Mirueñu o Miruellu, su segunda altura, con sus 1.138 metros. Unos tienen propiamente forma de picu y otros de cresta o altozano, razón por la cual se les denomine cuetu. En algunos alternan los dos nombres, cuetu y picu a nivel popular, siendo común también decir El Pienzu, El Mirueñu, Les Duernes, etc. sin picu ni cuetu delante


A la altura de la casa salimos a un camino asfaltado que viene de la zona de La Manzanilla y subimos un poco más. Tal vez sea este el Camín de la Llana, que nos dice Josefina Pis Sánchez que comunica La Isla con el bebederu Güerres, esto es, el abrevadero, en La Estadía, hacia donde nos dirigimos ahora


Al dirigirnos a las siguientes casas, en La Cotariella, el camino empezará a llanear


Existe una muy buena ruta circular que aprovecha estos caminos y que pueden hacer los peregrinos que pernocten en La Isla si disponen de una tarde o media tarde libre (y si disponen de fuerza, ganas y han hecho el oportuno descanso, que consiste en venir a Güerres por los acantilados y desde aquí, o más adelante, regresar al albergue por alguno de los caminos existentes, que todos van a dar a La Isla tomando rumbo este


Ya en llano, el camino se hace calle entre las casas, alguna buen ejemplo, más o menos conservado o transformado, de arquitectura popular


Esta debió tener en tiempos un corredor entre cortafuegos que en algún momento se cerró, integrándolos en el interior de la vivienda. Abajo está la antoxana, la delantera o porche, hoy cerrada pero que antaño solía ser un espacio de socialización, donde se realizaban algunas labores al exterior, aprovechando la luz natural, y se entablaba conversación con quien pasaba 


Y por supuesto otear el paisaje, viendo cómo estaban las faenas de otros vecinos u otros pueblos, el ganado, las huertas, si se había segado o no...


Y es que desde aquí, antes que se construyesen estas casas, se verían buena parte de los campos, huertos y caminos de la llanura, atentos también al paso de arrieros siguiendo los caminos costeros


O también los caminos de la sierra, los antiguos caminos de El Fitu, algunos muy antiguos y anteriores a la carretera, ya empleados en época prerromana para enlazar los valles interiores con los puertos de La Isla, Ribadesella/Ribeseya y Llastres y, por supuesto, para comunicarlos con las minas de hierro y cobre existentes en esas montañas, cuyo mineral sería fundido en hornos metalúrgicos de los que parece haber alguna referencia, sólo sea toponímica, en alguno de esos puertos (La Isla)


Otro material sería transportado, tal vez por cabotaje costero, o tal vez por el camino, que luego sería vía romana, camín real y camino de Santiago, que recorre la franja costera al pie de las montañas del litoral, al gran castro metalúrgico de La Campa Torres, en el que ha querido verse el Oppidum Noega de los geógrafos de la Antigüedad y cuyos habitantes, los cilúrnigos (vocablo celta que significa caldereros) tenían gran maestría para fabricar armas y herramientas


Allí, sobre Los Duesos, El Picu'l Castru o castro de Caravia estaría vinculado tanto a estas estratégicas explotaciones mineras como a la vigilancia de los caminos de tierra y mar que aquí confluyen y desde todas direcciones. Por ellos exportaría luego Roma los célebres asturcones, ponis autóctonos de estas montañas, los cuales llegaron a ser tan apreciados que fueron inspiración de sus mejores poetas, extendiendo su nombre a caballos con similares características y cualidades procedentes de todos los rincones del imperio


Y en Los Duesos, al exterior de la iglesia parroquial de Santiago de Caravia, en la parte alta y al lado de Carrales, una estela muestra motivos geométricos, solares y entrelazos, relacionados con los de la cerámica que hallaría, también en sus excavaciones, el pionero Aurelio de Llano, y donde también tuvo sus historias con lo del oro y los tesoros:
«El año 1917, estando yo haciendo excavaciones científicas en el picu’l Castru, concejo de Caravia, varios caravienes, al ver las alhajas de bronce que saqué, me dijeron: 
-«No excave Ud. aquí; es al otro lado; es al medio día donde da la Gaceta la puerta de entrada a un palacio subterráneo; en él dejaron los moros una cadena de oro que rodea este pico».

En relación con la iglesia, su advocación jacobea y la presencia de peregrinos registrados en sus Libros de Difuntos delata su vinculación con el Camino de Santiago, como sucesora del antiguo monasterio de esta advocación, fundado hacia 1040 por el poderoso Mui Roderici El Can y cuyo coto daría origen al concejo de Caravia, pues su comunidad benedictina pasaría a la dependencia de la Iglesia ovetense por disposición de Fernando II en 1176, donación confirmada en 1215 por Alfonso IX, señalando además por escrito los límites de su coto, que viene a ser los del ahora concejo en incluyendo dentro del vasallaje monacal a "todos los hombres y mujeres" pobladores del "valle de Caravia", presentado ya aparte del "valle de Colunga", a diferencia del monarca anterior


Caravia ya figura como concejo, con este nombre, en 1385 y, en algún momento entre esa fecha y el año 1494, desconociéndose motivos y avatares, pasa a ser de jurisdicción ordinaria, es decir, sin dependencia eclesial. Un intento de restituirlo en Colunga en 1839 chocó con tan gran oposición vecinal que no llegó a llevarse a cabo


El monasterio, que podría ser una muy modesta comunidad, quedó declarado extinguido en el siglo XVI, pero diversas fuentes sostienen que su alberguería para peregrinos, cuesta abajo hacia la playa de La Beciella, continuó prestando servicio hasta primeros del siglo XIX. Desaparecida su estructura (Aurelio de Llano afirmó haber encontrado restos), el Ríu los Romeros rememora el paso de peregrinos por allí y una noticia del siglo XVIII, enigmática, la atribuye un antiguo patronazgo templario, pero sin ofrecer más datos ni citar documentos


Caminando un par de zancadas más hacia La Cotariella se nos ofrecerán nuevas vistas y perspectivas, mirando de nuevo al sur


A lo lejos el sector occidental del Sueve vistos desde la costa, con los Picos Pienzu, Mirueñu y Fontanielles (de izquierda a derecha) más la bajada al Altu la Llama, considerado su límite por ese extremo


Esa cuesta es la que desde el Altu la Llama constituye el acceso directo a la Mayá d'Espineres, majada caballar donde se celebra todos los veranos la Fiesta del Asturcón, con el marcaje de los potros, siendo además una de las rutas montañeras clásicas para acceder a estas cumbres, junto con la del Fitu de las más transitadas posiblemente


Uno de los accesos al Altu la Llama es Carrandi, cuyas casas se extienden linealmente por el viejo camino en la cresta del Monte la Riera (ahora transformado en la carretera CL-2), cabeza de la parroquia de este nombre y cuyas minas de carbón sacaban el mineral en tolvas hasta un pantalán frente a Llastres, lo que mantuvo su actividad comercial portuaria hasta mediados del siglo XIX


Entre sus barrios reconocemos, de izquierda a derecha, El Plano (donde estaban las oficinas de la mina y casa de los ingenieros), La Cepada (casa natal de Enrique Suero Llera, más conocido como Javier de Montini, renombrado periodista del corazón), Trespandu, La Ermita, El Cuetu, La Solana, El Prau Grande, Navaliegu, El Tarrerón, La Quintana del Sol, Pedrisca, y otros, extendidos todos en la cresta por la que sube al Altu la Llama la citada carretera


Tuvo Carrandi su impronta indiana pues sus emigrantes sufragaron obras como la actual iglesia de Santa Úrsula, la antigua escuela, el centro social, así como obras públicas y diversas construcciones particulares, tanto de nuevo cuño como reformando sus casas familiares 


De Carrandi era además Vicente Álvarez Valle, el último molinero de Colunga, fallecido en 2016 y a quien el corresponsal de La Nueva España P. Martínez le dedica este artículo publicado el 13 de septiembre de ese año:
"No era molinero a título principal, pero sí hacía funcionar el último molino del concejo de Colunga. Vicente Álvarez Valle, vecino de Carrandi, falleció la semana pasada a los 91 años. Entre las ilusiones que tenía estaba la de ver el "Molín del Medio", en la misma localidad y del que era propietario, otra vez en marcha, después de dos años sin agua para moler.

Trabajador incansable, la sonrisa era el gesto más frecuente en su fisonomía y gozaba de ese sentido del humor que mana de una vida vivida con gran interés. Se dedicó a la ganadería y la agricultura, fue alcalde pedáneo de la localidad durante muchos años y estaba casado con Victorina Aladro Pis, con la que vivía en la casería que denominan "Prau Grande" y con la que tuvo seis hijos. Desde allí caminaba con gran agilidad hasta el molino, que lleva dos años sin funcionar porque el agua del río de Carrandi no le llega.

La instalación se surtía a través de un canal que sale río arriba, a unos 500 metros, pero una riada invernal destrozó hace dos años la canalización y desde entonces para moler grano hay que irse fuera del concejo de Colunga. La presa que ahora está estropeada se construyó al mismo tiempo que el molino, un momento que Álvarez Valle situaba hace más de doscientos años."

Y es que la alargada loma de Carrandi se yergue entre los ríos Cancio y La Espasa, donde existieron más de estos molinos hidráulicos, así como en los demás del concejo. Los molinos eléctricos primero, el abandono del campo, la mejora de las comunicaciones que permitieron traer el preciado pan blanco recién hecho cada día en las tahonas de las villas, y también, la citada especialización de los campesinos tradicionales que quedaban en ganaderos de leche y carne, los hicieron desaparecer, salvo alguno como este del Molín del Medio de Carrandi, por cariño de su dueño:
"Ahora sólo queda el que accionaban los Álvarez Aladro hasta que la traída se estropeó. Su molino, además de moler grano también servía de atractivo turístico, ya que habiendo agua se aprovechaba para hacerlo funcionar siempre que alguien se interesaba por el mecanismo. El grano se introduce por una caja superior y cae en el espacio de la muela de piedra, que un mecanismo hidráulico acciona y que va dejando caer la harina al cajón final, donde el molinero lo recoge. Este era, de alguna manera, uno de los últimos eslabones en la cadena del agricultor, pues el producto resultante estaba listo para el consumo.

Con el sector primario en declive, son pocos los que precisan de los servicios del molinero, pero su supervivencia atestigua épocas no tan lejanas y, quien sabe, asegura el sustento en un momento determinado.

Atrás quedaron los años en los que el "Molín del Medio" era propiedad de siete u ocho vecinos y cada uno tenía un día de la semana para ir a moler. Sucedió así hasta que, hace cuarenta años, la familia Álvarez Aladro lo compró. Pero la instalación nunca dejó de producir harina, sino que adquirió el funcionamiento normal de otros de la zona y de la comarca: aquel que acudía con grano dejaba una medida de lo que traía para el propietario, en este caso los vecinos de Carrandi."


En lo alto de Carrandi, Pedrisca. La parroquia de Carrandi fue un coto señorial particular, propiedad en el siglo XVIII de Bernardo de Junco, siendo su mayor hacendado el cura párroco. Con las reformas liberales decimonónicas se incorporó a la jurisdicción ordinaria del concejo de Colunga


Más a la izquierda y a lo lejos el monte Caxigal (467 m) en Lliberdón, Colunga Y, más a la derecha y más cerca el Cuetu les Pedroses (327 m), por cuya falda este sigue la carretera CL-2 


Justo detrás asoma un poco la cima del Cuetu Argüeri (411 m), en cuya falda oeste nace El Ríu Forcón, afluente del Ríu Lliberdón que, con diferentes nombres, desembocará en la cercana Playa la Griega. Y justo debajo de él y enfrente delante de nosotros, Cuetu Quemáu (181 m) con la casa de Canciu, parroquia de La Riera, en cuyas inmediaciones se une esta a las de Colunga y Carrandi


A la derecha del Cuetu Argüeri son las casas de El Monte, parroquia de La Riera y a lo lejos y a su izquierda, aún más al sur y reconocible por su antena, El Cuetu (653 m), ya en Anayo (Piloña) y referencia visual para otra ruta de peregrinaciones, la Travesía andariega Xixón-Cuadonga / Gijón-Covadonga


Mucho y encima de la cabaña de la izquierda, los prados y arbolado de El Trigal y Casa Puramalbín, al sur de la villa de Colunga, que en su topónimo revelan antiguas plantaciones de trigo y manzanos


En La Cotariella pasaremos junto a una explanada entre las casas que constituye una buena plaza entre casas y hórreos. Nosotros seguimos de frente pero según pasamos contemplaremos esta hermosa quintana


Antiguamente, en muchos lugares de población más o menos concentrada, era habitual construir las casas alrededor del hórreo o panera de cada una, formando corradas o corraladas

Es muy posible que antiguamente haya existido alguno más. Ahora con ellos pasa como con los molinos, salvo un especial interés de los dueños o que se les den nuevos usos, su función como graneros ha desaparecido y depende de cada dueño, o dueños, porque cada uno puede tener varios, lograr su preservación, si bien alguno está especialmente protegidos en ese aspecto. Existe además un sistema de ayudas para su rehabilitación, que como todo lo que depende de entes administrativos, a veces funciona y a veces no

Seguidamente un conjunto de hórreo y panera, muy interesante

En contra de la creencia popular la diferencia entre hórreo y panera no sería el número de pegollos o pilares, sino su planta cuadrada o, en el caso de la panera, rectangular, lo que conlleva también a un tejado diferente, la panera con dos picos, moños o cantapaxarinos, sólo que esta panera carece de ellos. La estructura de la subidoria o escalera es llamativa por lo primitivo, compuesta por unos bloques de piedra aprovechados al natural por su forma y tamaño, sin tallar. Entre les colondres o tablas que componen su pared, esta en su parte izquierda, se han colocado unes riestres de panoyes como recuerdu. Eran esas mazorcas de las que se sacaba el grano que posteriormente se llevaba al molino a moler, para hecho fariña traerlo de vuelta y hacer la borona o boroña, el pan casero de maíz. De ahí la palabra panera, para el pan, (el grano, no sólo el pan hecho y cocido), evolución en tamaño del hórreo para almacenar las grandes cosechas de este cereal que se extendió a lo largo de los siglos XVI y XVIII por gran parte de Europa

Y este es un hórreo con bodega, bastante habituales, a veces se les añadían posteriormente (como se añadían pegollos a los hórreos y por eso los hay de más de cuatro) y a veces se los construía ya así. La bodega, que tiene otros nombres se pensaba en principio para almacén de aperos, pero su uso dependía de cada propietario, garage del carro, xarré (carruaje de un caballo -charrette-), gallinerucorripia pa los gochos (pocilga de cerdos), cuadra, vivienda, almacén de trastos, etc., etc., etc.

Tiene dos puertas por lo que posiblemente tenga al menos dos propietarios. Otros usos posibles era el de taller, llagar de sidra, incluso en alguno se habilitó chigre, e incluso baile, si bien lo de bailar debajo de hórreos y paneras ya venía de muy antiguo, de siempre, como lo de reunirse y cortexar, celebrar reuniones, comidas, etc.

Seguidamente va una tenada, o henar, de tejado a dos aguas, hecha de mampostería pero con algo de sillería en las esquinas, que sostiene mejor su estructura

Arriba es la tenada propiamente dicha, pues el heno cuanto más apartado del suelo y sus humedades mejor. La hierba está oscura y debe llevar años ahí. Hace tiempo se acabó su función. Abajo parece hubo una cuadra pequeña, tal vez no para ganado mayor, gallinero, almacén, o tal vez llagar de sidra

Como antes los carros ahora también van los coches debajo de los hórreos, en el solohorru, esto es, el espacio debajo del hórreo

Otra tenada, esta pegada a una casa a nuestra derecha, donde hay una bifurcación: vamos a ir por la izquierda, donde ya reconocemos La Estadía, la gran plaza que viene a considerarse el centro de Güerres, donde está el bar

Fijémonos, eso sí, cómo el camino que sube a la derecha pasa debajo del cuerpo de otra casa anexa, una solución también bastante habitual pero muy llamativa



Prado abajo va, por aquellos árboles del fondo, el camino, señalizado con flechas amarillas, que viene del albergue de peregrinos de La Isla por La Colonia y La Caleya



Más allá hay otro, que se señalizó alguna vez, que por Casa de Loja se dirige a Trespandu, El Camín del Bosque



Más allá de la extensa finca de Casa de Loja, un gran monte de ocalitos revela el lugar por donde pasa la carretera del Fitu, entre Coceña y Gobiendes. Poco más arriba El Robazu, El Llanu la Faya y La Llongar, laderas ya del Sueve bajo Bustriscosu (o Bustrescosu, 464 m, -no Busfrescosu-), El Llanu la Cuesta y El Cuetu Cordobana (575 m)


Más arriba el ya citado Picu o Cuetu Fontanielles, una de las míticas cimas del Sueve, en la frontera de Colunga, por su parroquia de Gobiendes, con Parres, por la parroquia de Cofiñu, zona de pastos de alta montaña, caprinos y ovinos, hábitat también de los célebres gamos del Sueve, introducidos problemáticamente por intereses cinegéticos en 1961, sin criterios medioambientales, si bien es una especie altamente llamativa también para excursionistas y montañeros


Fontanielles y sus tres cotas, que tan graves problemas geográficos ocasionan de ubicación topográfica a la hora de plasmarlas en los mapas. A la izquierda asoma el Picu Mirueñu y más a la izquierda Les Corripes o Les Corripies, de 1.114 m y muy cerca ya del Picu Pienzu. Como el Picu Fontanielles también con laguna en su base y abrevadero


Justo debajo El Cuetu Corcovu (804 m), redondeado, grande y adelantado al norte respecto al resto de las cimas superiores de la sierra, El Puertu, con su cumbral del Picu Pienzu arriba a la izquierda siempre fácil de identificar, al este de Les Corripes, atalaya sobre gran parte de la Asturias central y la Asturias oriental, desde los Picos de Europa y los puertos de la Cordillera Cantábrica, al sur, hasta el alta mar al norte


Desde el este al oeste se decía que en días claros su vista abarcaba del cabo Estaca de Vares hasta el Machichaco, o sea, la casi totalidad de la cornisa cantábrica, parece que bastante exageradamente. Hace de frontera también entre Colunga y Parres y tiene su famosa Cruz de Pienzu, sucesora de varias reposiciones tras que los hermanos Victorero de Llastres pusiesen la primera, de madera, en 1915, en agradecimiento por haber salido indemnes de la Revolución Mexicana pocos años atrás


Por eso, suele decirse que la Cruz de Pienzu tiene tanto que ver con Pancho Villa, dado que los hermanos Victorero eran emigrantes en México, resultando especialmente afectados por la situación, siendo especialmente célebres por su invento de la liadora de cigarrillos La Victoria. Más abajo y a la izquierda del Picu Pienzu es el Cuetu Sedores (814 m), que está exactamente bajo Les Duernes


Por esas altas laderas entre Les Duernes y El Sellón se extiende la Viesca Grineldos o Grinaldos, con su arbolado extendido por la abrupta pendiente. Más abajo y más cerca, algunas casas de Gobiendes y a su derecha y más cerca aún, las caballerizas de la Casa de Loja parte de cuya gran finca está en La Isla y Parte en Güerres, parroquia de San Xuan de la Duz


En el extremo oriental, el Picu o Cuetu Babú ya es citado en el falso testamento de Ordoño II fechado en 921 pero interpolación dos centurias posterior del obispo Pelayo para su Liber Testamentorum, como braña: "et suas brannias pernominatas unam que dicitur Bobu". En su falda oriental hay otro gran bosque, La Viescona, también llamada La Viesca la Peña y La Viesca la Toya. Más abajo aún, en Piépotru o Pie de Potru, al lado de la carretera del Fitu, está otro de los accesos directos a las cimas del Sueve


Las referencias al Sueve han sido, y serán continuas a lo largo de unas cuantas entradas de blog, en las que iremos alternando la información general básica de sus alturas con diferentes datos, historias y comentarios que nos eviten caer en mucha repetición, pues además, según avancemos y/o según el día, la luz y el ángulo desde el que divisemos El Puertu nuevos detalles se descubren a nuestra vista. Seguimos ahora todo llano y en recto de La Cotariella a La Estadía


Tradicionalmente, siglos ha, los terrenos más cercanos a la casa se plantaban de cereal y de cultivos recurrentes y necesarios cotidianamente, cebollas, ajos, verduras, berzas, patatas, pimientos, tomates, arbeyos (guisantes) y etc., en la actualidad, en buena medida están dedicados a jardín, con plantas y arbustos ornamentales, si bien siguen viéndose aquí y allá pequeños huertos en ocasiones


Se plantan asimismo nuevos frutales, o se mantienen los ya existentes, suministro para la misma casa familiar tradicionalmente


Limonero (llimonal) y naranjo (naranxal), los cítricos fueron antaño especialmente importantes y objeto de exportaciones, sobre todo a Inglaterra, hasta que los ingleses descubrieron mejores precios en el levante mediterráneo que les hacían más rentable la singladura comercial, pese a la mayor distancia


Pese a ello y a que se abandonó la producción exportadora, siguen siendo árboles muy frecuentes en gran parte de la franja litoral asturiana y de otras comunidades del Cantábrico. En la misma capital asturiana se celebraba, coincidiendo con la fiesta de la Candelera (la Candelaria), la famosa Romería de las Naranjas, con los carros que llegaban a los mercados ovetenses, cargados de la preciada fruta. Leemos en la Gran Enciclopedia Asturiana (tomo 10, página 172, voz naranja):
"La naranja fue pues, bastante cultivada en Asturias, uy se exportaba -junto con limones- por los puertos asturianos a Inglaterra, donde este fruto era muy estimado en el aprovisionamiento da la Marina, por sus cualidades antiescorbúticas. El ferrocarril y la navegación a vapor, que permitieron  traer en buenas condiciones naturales y económicas la naranja de Valencia y Málaga, hicieron que, como en el caso del vino, el cultivo fuese abandonado hasta entrar en franca decadencia"

Seguidamente y a la derecha, en otra llosa de antiguo labrantío la pila de leña, amontonada para el invierto al pie del matu


Prado abajo a la izquierda, alguna de las casas de El Fonduxu, barrio hondoprofundo, de Güerres, como evidencia su topónimo, bastante común en nombres de lugar


La Estadía, un vocablo que revela ser de origen marinero, nos informa Josefina Pis Sánchez, pues la expresión "tar d'estadía" es estar un barco atracado en el muelle. Tal vez tenga que ver con la proximidad al puerto de Llastres, de grandísima tradición marinera, o incluso con el desaparecido, pero no por ello menos importante en su tiempo, puerto de La Isla


En este aspecto no deja de sorprendernos su vinculación con la teoría que afirma que el antiguo topónimo llastrín Sábada, conservado en la advocación de su iglesia, tiene que ver con un puerto de estancia, statione, romano, explicación etimológica de palabra y topónimo. Leemos en Buscólu, comunidad de noticias del Oriente de Asturias:
Se sabe que cuando los romanos abordaban en una país y no hallaban puerto conveniente escogían un paraje favorable para anclar, “ad anchoram stabat vel in statione tenebatur” (Tito Livio). Julio César, cuando maniobraba sus naves para evitar los verdaderos puertos en que pudiera acechar la fuerza enemiga, buscaba entre los peñascos una “quietam....stationem” en que podía tener seguridad, buscaban un sitio cómodo en el que poder estar tranquilamente y echaban el ancla en él. El ancla stabat, pues “in statione” y eso debió ocurrir con esa armada en la ensenada de Lastres, lo que dio nombre al lugar “Stabat” y de aquí “Sábada”

La Estadía, hermosa metáfora pues, lugar para estar, para estacionar, para echar el ancla, como bien corresponde a esta luminosa plaza central o Gran Plaza de Güerres. El camino baja a la izquierda, pero vamos a hacer honor a su nombre y, también nosotros, "tar d'estadía"


En esta explanada se celebran fiestas y encuentros, romerías, conciertos y demás actos públicos, la carpa lo de muestra. Bajo ella se festejan el Festival del Oriciu, hacia los meses invernales de febrero-marzo, los mejores para ellos, aunque con las vedas suelen venir de Galicia y, ya acabado el verano y coincidiendo con las fiestas del Rosario, el concurso de sidra casero, el de escanciadores de sidra, el Festival de les Llámpares (lapas), el Festival de los Tortos (tortitas de maíz) con huevos y picadillo y hasta alguna cosa más, como la gran chocolatada, para que nadie se quede con hambre. Al fondo además, el chigre el pueblu, al que nos dirigimos, atravesando la plaza


Arriba a la derecha, parque infantil y zona de juegos, en la cuesta a El Cuetu


Barrio El Pedregal, buen ejemplo de casa de corredor "entre dos cuerpos": a la derecha un cuartu o habitación y a la izquierda el retrete, donde este solía ubicarse cuando llegó el agua corriente a las casas o se dispuso de cisterna


Ya llegamos al Bar Caleya o Caleya Indi, con su terraza a la izquierda, mirando a la calle Sol. Lo fundó en 1960 una vecina, Maricruz, cuya vivienda está arriba, en la misma casa, y luego pasó por diferentes dueños, llegando a ser el chigre de la Comisión de Fiestes, que estuvo a cargo, desde 2015 y durante unos años, de Noelia Fresno, quien preparaba aquellas suculentas especialidades de les Llámpares estilo Güerres o el Filetón al Quesu, entre otras suculentas exquisiteces culinarias


Quien esto escribe entrevistó a Noelia Fresno en el año 2016 para el programa de la TPA (Televisión del Principado de Asturias) Guía Chigrín (pinchar aquí), y este es el reportaje que le dedicó por aquel tiempo (20-6-2015) la corresponsal de La Nueva España Ana Paredes, titulado Llámpares en el chigre social


Seguidamente vino Sonia Toyos, a quien entrevistó para El Comercio, sección Pegados a la tierra, el escritor Pablo Antón Marín Estrada:
"Sonia Toyos, gijonesa criada y formada en Alemania, resume su biografía antes de volver a la tierrina en 2011 como una sucesión de viajes por medio mundo vinculada a su actividad profesional para diversas empresas transnacionales, el diseño industrial o la enseñanza de su segunda lengua, el alemán. Saturada de esa vorágine, dio un giro a su vida para instalarse en Mallorca y desde un entorno rural crear Indigalia, un proyecto basado en la permacultura (actividades productivas inspiradas en los patrones y características del ecosistema natural). Las raíces tiraban y dio el salto a casa para cultivar en una finca de Valdesoto (Siero) productos hortofrutícolas, además de yerbas medicinales y aromáticas. Hace cinco años abría la puerta del Bar Indi Caleya en Güerres (Colunga), un establecimiento en el que ha reinventado el concepto de chigre-tienda y que aúna en su interior un restaurante con carta vegetariana, cocina tradicional asturiana con productos de cercanía y despacho de productos de alimentación, cosmética natural o artesanía. Es también un espacio de encuentro con la cultura y de impartición de talleres sobre cultivos, diseño, reciclaje o restauración de antigüedades".

Sigue siendo por tanto lugar de reunión y encuentro, además de un chigre-tienda, idea tradicional pero adaptada a los nuevos, los nuevos públicos y los nuevos gustos...
«Llegué aquí por volver a mis orígenes. Mi familia es de la zona, de cría pasaba los veranos en La Isla. Un día, dando un paseo, apareció esto, era el chigre del pueblo. Dejamos el nombre que tenía: Caleya, y aportamos el Indi, de Indigalia, porque es una extensión del proyecto original. En el restaurante empecé con platos tradicionales asturianos, usando productos locales, de temporada, la mayoría ecológicos, metía cocina vegetariana por mi preferencia y gustó, la gente comenzó a pedirlo. Ahora es lo que más atrae. También hacemos platos veganos, me adapto a lo que me van pidiendo. En temporada abrimos a diario, ahora solo los fines de semana. Somos el único negocio que hay en Güerres y estamos un poco fuera del entorno más turístico, pero viene gente de todas partes», explica, bajo unos versos de Leonard Cohen y al lado de la biblioteca que llena un rincón del local. Una vitrina muestra objetos de artesanía, en las paredes cuelgan pinturas y hablan grafitis de clientes; sobre el mostrador hay nueces de San Juan de Duz, camisetas hechas a mano, cosméticos naturales o paquetes de azúcar y café"

Damos así buena cuenta de los manjares del lugar mientras acabamos de leer la entrevista:
"Toyos afirma que su bar, más que un trabajo, «es una filosofía de vida. Si montas un negocio, debes tener muy claro que sea lo que te gusta, algo que siempre quisiste hacer y así sabrás transmitirlo a los demás, prosperar y ser feliz, que es de lo que se trata. Tienes que disfrutar y creo que hoy la gente va en ese sentido», expresa. Igual de claro advertía que su lugar no estaba en el centro de una ciudad: «Tenía que ser en un sitio como este, incluso si estuviese más despoblado, lejos de tanto asfalto». Para arrancar, la ayudó el ‘ticket’ de autónomos para el medio rural, un cable que cree debería complementarse con «facilitar las cosas, eliminar la cantidad de trabas burocráticas y papeleos, que es bestial. A veces hasta que puedes abrir un negocio en el medio rural puede pasar un año. Eso acaba desanimando a muchos». Otra receta que aporta para paliar la despoblación sería «que los ayuntamientos crearan bancos de tierras o recalificaran terrenos que hoy son ‘matu’ para cultivos y vivienda de quienes se instalen en ellos. Hay que flexibilizar normas para que no esté todo abandonado».

Afuera, las terrazas se extienden por La Estadía explanada adelante, un lugar realmente acogedor


Dando vista siempre al Sueve, seguimos camino cuesta abajo hacia el potru ferrar, el conservado potro de herrar el ganado, restaurado en esta vereda


Cuesta la Portiella, llamada así porque antaño hubo algún paso con portilla, en el mismo camino antiguo o entrada a los prados de la izquierda 


Y este es El Bebederu Güerres, el abrevadero, hoy claramente en desuso pero que antaño era otro lugar d'estadía, al que se acudía con el ganado (en casi todas las casas lo había) a darle de beber, normalmente al ir a los pastos de los praos o al regresar con él de vuelta pa la cuadra


Desde el potru ferrar tenemos una muy buena vista ahora de la Casa de Loja, un interesante conjunto palacial cuya parte más antigua es del siglo XVII y está muy bien restaurada, casona y extensa finca que fue de Doña Úrsula de Cobián, casada con el jurisconsulto D. José Joaquín de la Isla y Mones, quienes  residieron en esta mansión, de la cual hicieron cuartel general de la resistencia local contra las tropas napoleónicas, tal como escribe en Buscólu el historiador Omar Pardo Cortina dentro del artículo, publicado el 19-1-2019, Los héroes colungueses de la Guerra de la Independencia (1808-1814):
"el famoso Juriconsulto y escritor D. José Joaquín de Isla y Mones, de los Isla de Gobiendes, enorme figura intelectual, ilustre doctor en Filosofía y Leyes y Abogado de los Reales Consejos, síndico procurador de la villa de Colunga y juez primero noble quien asumió en primera persona todos los riesgos frente al invasor francés, bien al contrario de lo que sucedió en otros lugares donde fue el pueblo como impulsor de la rebelión el que arrastró a unos temerosos y vergonzantes estamentos altos y a una casta militar integrada por ellos, que bien escondió la cabeza debajo del ala, para luego echar carreras de última hora para ponerse al frente de la “sublevación-revolución” o lo que fuera, que no era cosa de perder las riendas, claro, hasta ahí podíamos llegar.

Fue pues el de Colunga un atípico caso donde un noble asumiendo múltiples riesgos – algo bien impropio de personas de su rango y condición en esa coyuntura – quien tomando como Cuartel General la casa de su mujer Dª Úrsula de Cobián en Loja (parroquia de San Juan) se puso a coordinar la Defensa junto a D. José Joaquín de Argüelles, de la también noble familia de los Arguelles de Colunga, como comandante de Alarma de la localidad, los que en colaboración con sus hombres de confianza sobre todo los valerosos soldados Vicente Foyo Llames, quien moriría siendo ya capitán años después heroicamente en la defensa del Fuerte de Veracruz en el Virreinato de La Nueva España y el libardonés D. José Cortina, capturado por el enemigo y fusilado por negarse a revelar la ubicación del depósito de armas de Pedralba (Libardón) en su mayoría requisadas a los franceses en la escaramuza del Puente de la Espasa, que dio origen al conocido estribillo: 
“El Coronel Escandón, 
gasta canana de plata
que la ganó a los franceses 
en el Puente de la Espasa”

y los guerrilleros del propio Escandón, junto con los incontrolados que andaban “por libre” un tanto reacios a la militarización entre cuyos cabecillas principales estaban los Frera-Conlledo de Sales y algunos más, que aunque algún quebradero de cabeza causaron al Coronel Escandón, supliendo la falta de medios y recursos logísticos por valor temerario, acosaron al enemigo de tal forma, que hizo que las tropas de ocupación no tuvieran un minuto de sosiego, lo que lógicamente generó violentas represalias por parte de los ocupantes , como frecuentes arrestos, palizas y fusilamientos, así como la destrucción intencionada por el fuego de muchas propiedades particulares y públicas como el valioso archivo e Iglesia parroquial de la localidad de Colunga, como escarmiento a tan tenaz y desesperada resistencia."

De la Isla y Mones nació el 6 de marzo en el vecino pueblo de Lloroñi, parroquia de Gobiendes, estudiando Filosofía y seguidamente Leyes en la Universidad de Oviedo. Fue abogado por los Reales Consejos en 1802 para luego ejercer de síndico procurador de la villa de Colunga y a continuación ser juez primero noble de Carrandi. Con la llegada de los franceses se puso a disposición del parragués coronel Salvador Escandón y Antaño, quien con su Regimiento de Cangas de Onís hostigaba a los franceses en el teatro de operaciones del Oriente de Asturias, participando por ejemplo en el desembarco de pertrechos ingleses de ayuda a estas tropas, que los franceses hostigaban a cañonazos desde el castillo de Llastres, en la Playa la Isla


En otras ocasiones, era al revés, y eran los asturianos los que atacaban el desembarco de armas y vituallas a los franceses para desbaratarlo y arrebatárselas, como fue el dicho combate del Puente de la Espasa. Durante el periodo de mayor ocupación francesa, en 1810, huyó a Galicia, donde ejerció de abogado en A Coruña y, ya en 1815, fue nombrado alcalde mayor de la villa de Valdeorras en Ourense. Durante el Trienio Constitucional paso a juez de primera instancia de Santa Marta de Ortigueira, sin embargo sus simpatías absolutistas le llevaron a la dimisión por incompatibilidad política, regresando a su tierra. Restituido el poder absoluto de Fernando VII por los Cien Mil Hijos de San Luis, es nombrado alcalde mayor de Campo de Criptana (Ciudad Real), asesor interino del Real Sitio de Aranjuez y finalmente alcalde mayor de Dos Barrios en Toledo, hasta que un pleito con el conde de Altamira le obligó a volver definitivamente a Colunga, donde falleció en 1859


A la derecha es la casona del siglo XVII, estilo popular, con capilla propia y, enfrente, las caballerizas. Más a la izquierda está el edificio, estilo modernista, construido en el siglo XX. Aquí vivió también Don Luis Montoto y Cobián, político, abogado y escritor, nacido en la villa de Colunga en 1836 (que no en 1863, como dicen algunos escritos, recalca el Cronista Oficial de Colunga José Antonio Fidalgo) y benefactor del concejo, de cuya biografía se ocupa también en Buscólu Omar Pardo:

"Comenzó Latinidad y Filosofía en el Seminario Conciliar de Oviedo, estudios que abandonó, y seguidamente inició en la Universidad ovetense la carrera de Derecho, obteniendo el grado de doctor en la Universidad Central de Madrid.

Colaboró en diversos periódicos asturianos, publicando artículos de carácter político, siendo además uno de los pioneros de la utilización de la lengua asturiana en sus escritos, aspecto éste bastante desconocido.

Desempeñó los cargos de Alcalde de Colunga y Juez municipal, así como representante de este distrito en la Diputación Provincial.

Asimismo, fue benefactor de su concejo, donando a la villa de Colunga una escuela modelo, equipada con el más moderno material pedagógico entonces existente y con cuatro maestros que recibían cuatro mil pesetas anuales, un suelo espléndido para aquellos tiempos. Además, sufragó numerosas obras de beneficencia tales como la construcción de la nueva iglesia de San Juan de Duz, La Unión Social Católica (Los Asilos), la Escuela de Comercio de Colunga, por mencionar sólo las más conocidas.

En febrero de 1909 fue condecorado por el Gobierno español con la encomienda de la Orden de Alfonso XII; su esposa recibió la cruz sencilla de la misma Orden.

Falleció el 14 de abril de 1932 en su casa de Loja en Colunga."


En cuanto al potru ferrar, decir que fue restaurado por el Ayuntamiento y que, aunque ya se calza al ganado por otros medios, podemos ver todas sus piezas y elementos, haciéndonos una idea de cómo se herraba al ganado. A veces los propios vecinos, pero normalmente acudía cada cierto tiempo un ferrador con maña profesional. En la página Recuperando la memoria se nos ofrece una muy buena descripción de este oficio, de la que extraemos lo siguiente:
"En los tiempos en que los animales hacían tareas de tiro, carga y monta, era un gran problema el desgaste de sus pezuñas en el intento de arrastrar las pesadas cargas o mover las herramientas de trabajo del campo, de ahí que era indispensable herrar los animales que hacían el trabajo y los ferradores eran los encargados de hacerlo.

Las ferraduras de fierro, han sido utilizadas desde el siglo segundo antes de Cristo y desde esas fechas sufrieron pocas modificaciones en la forma o en la tecnología. Para los caballos una pieza en forma de U, fijada al casco por los tradicionales clavos hechos de hierro, constituye la ferradura que viene siendo usada hace miles de años y en los días actuales, todavía lidera el ferramiento de los caballos del mundo entero, para las vacas y bueyes el callo con su forma peculiar para adaptarse a la pezuña de estos animales.

Entre los principales males debidos a las ferraduras de hierro están el exceso de impacto transmitido por la estructura, o sea que contribuye significativamente a los problemas locomotores y el estrago causado por los agujeros de los clavos en la pared del casco, otro problema es la vitrificación de los cascos debido a las partes raspadas que produce el ennegrecimiento de las paredes.

Históricamente el ferramiento es un mal necesario para algunas de las actividades de los animales de tiro y monta un ferramiento debe llevar por lo menos 29 elementos que son 4 ferraduras que se adapten a los cascos bien preparados y respeten una condición anatómica ideal del animal 24 clavos bien puestos y un ferrador consciente de la labor que debe realizar

Con mandil con pechera de cuero, al herrero se le veía poniendo las herraduras a los burros, machos y caballos, a estos dóciles animales, a los cuales vi doblar mansamente sus patas, dejándose herrar... Hasta en la calle, a la entrada de la herrería."

Pero el oficio ha ido desapareciendo, ya no hay casi animales de tiro para herrar y es difícil ver herraduras, como antaño, cuando, tiradas por la calle y según creencia popular, se recogían quien las hallase para ponerlas en la puerta como símbolo de buena suerte y augurio:
"Hasta los años cincuenta del siglo XX, los animales constituían un elemento fundamental en el desarrollo de las tareas agrícolas. Las yeguas y caballos, las mulas y mulos, los bueyes y vacas, los asnos, tan necesarios para el trabajo, abundaban en los pueblos. Había que cuidarlos lo mejor posible. El herraje (ferrar) era uno de estos cuidados. Para que los animales pudieran caminar más cómodamente había que ponerles de vez en cuando herraduras a sus cascos. Herrar al ganado asnal, mular y caballar, no resultaba, salvo excepciones, excesivamente complicado. Mucho más peligrosa se hacía esta operación cuando se trataba del ganado vacuno. Lo mejor era inmovilizar al animal para poder hacer el trabajo con tranquilidad, sin miedo a coces y cornadas. Para eso se inventó el potro de ferrar.

 El potro de ferrar estaba formado por cuatro pilares de piedra o troncos de madera (según los lugares) clavados en el suelo, formando un rectángulo, de tal manera que dentro de él cupiera el animal que habría de herrarse. A su vez, los pilares de los lados más largos estaban unidos con dos vigas horizontales, de las que colgaban unas cinchas de cuero con las que se inmovilizaba al animal mediante elevación. En el frente, se colocaba un yugo (xugo) de madera, donde se sujetaba la cabeza de la res. En algunos lugares aún se conservan potros de ferrar. Han sido restaurados y constituyen interesantes monumentos históricos."

Verdaderamente, el trabajo en el campo necesitaba de gente especializada en esta labor, muy delicada y para la que se requiere buen cuidado y arte:
"El auge que proporcionó la herradura a la agricultura y a la economía no habría sido tal, si no hubieran existido unas manos expertas que colocaran la herradura en los cascos de los animales de tiro. Estas manos expertas son las de los ferradores, cuyo oficio queda casi relegado al olvido y al que tanto tenemos que agradecer. Dentro del herrador, a veces con aspecto de hombre rudo, había y hay un ser afable y cariñoso con los animales y un gran observador de la naturaleza.

El herrador, antes de herrar al animal, lo acaricia en la cara, en el cuello, en el lomo, en las orejas y le habla para tranquilizarle. Cuando toma precauciones de seguridad, procura hacer el menor daño al animal.

Se dice que fueron los ferradores también los primeros veterinarios, pues estaban especialmente atentos a sus enfermedades y dolencias, buscando remedios en la misma naturaleza, pues si no había médicos, o apenas, ni conocimientos, para con los humanos, imaginémonos para los animales:
"Malva, enebro, dormideras, romero... sal, vinagre, sanguijuelas, etc. Curaban mataduras, cólicos, diarreas, infecciones bucales y algunas veces castraban asnos o mulos. Era frecuente que el herrador hiciera labores de rapa (corte y acondicionamiento de las crines, lanas y pelos de los animales).

Las herramientas que utilizan son: Unas tenazas para sacar y recortar los clavos, otras para cortar el casco, el pujavante para rebajar y alisar el casco, una cuchilla para recortar los salientes alrededor de la herradura y el martillo para clavar los clavos."

La Cuesta la Portiella se va suavizando, dejando a la derecha el cruce del Sol, por donde también puede bajarse directamente desde La Estadía, frente al Bar Caleya


Una hermosa pumarada a la izquierda, y más frutales, dando vista al Sueve. Con datos de su primera edición de 1970 recoge la Gran Enciclopedia Asturiana (tomo 5, página 65 y voz Colunga):
"Numerosas pumaradas se extienden por todo el concejo, proporcionando una importante producción de manzanas destinadas a la elaboración de sidra en cinco fábricas , más varios lagares para el consumo propio familiar"

Prácticamente en llano, divisamos arriba a la derecha las casas de El Cuetu, en lo alto


Y de frente La Torre, un lugar donde Braulio Vigón llegó a conocer una vieja casona con arco de medio punto y ménsulas que habría sido la torre defensiva, o de control de caminos, portazgos, etc. que dio nombre al lugar. El lugar es citado en 1448 como Cueto de la Torre en un escrito del convento de San Pelayo, mencionando además una "carrera antigua" (carrera = camino de carros). Asimismo dice en otro punto que ciertas tierras habían sido dadas en trueque "al dicho monesterio de la casa torre de Guerres con su suello e coto"


Pumarada a la derecha, por la ladera sur de El Cuetu. En el tomo y página antes citados de la Gran Enciclopedia Asturiana se dice también que "hasta principios del presente siglo (el s. XX), se recogían limones y naranjas"


En La Torre, el cruce de El Fonduxu. Nuestro camino sigue a la derecha, realizando una curva cerrada frente a Casa Javi y La Jose 


Esta es La Cuesta l'Entornaderu, porque los carros que bajaban con rozu (maleza para mullir la cama del ganado), entornaben, esto es, se inclinaban peligrosamente de un lado, y a veces volcaban con su carga, dado el tramo de curvas que aquí comienza y la muy mala situación de los caminos de antaño


Bifurcación y hacia abajo, aquí tenemos la siguiente e inmediata curva cerrada, ahora a la derecha. Figurémonos tomar cuando esto era una caleya de tierra y piedra. El estado de los caminos del concejo ya lo denunciaba en así 1847 Pascual  Madoz en su Diccionario:
"los caminos son vecinales, y también se dirigen a la costa, capital del partido, a la de provincia, a Santander y a otros puntos, pero no se hallan en buen estado"

L'Entornaderu, además de a la cuesta, da nombre también a todo el lugar, salimos ahora a la pumarada de este nombre


Cruce de El Valle, la cuesta se suaviza, ahora bien ancha, peraltada y asfaltada, pero el camino sigue serpenteando


Continuamos de frente hacia el siguiente cruce, el de El Barradiellu, un topónimo que tiene que ver con barro


En el cruce hemos de ir a la derecha, si bien hemos de decir que, a escasos metros, podemos acercarnos a visitar la capilla de Santa Catalina, del siglo XVI y totalmente derruida hasta que fue recuperada y restaurada por los vecinos en agosto de 2022. A ella le dedicaremos oportuno espacio y referencias en la entrada de blog del camino, señalizado con flechas, que viene de La Isla por La Caleya y La Colonia hacia Trespandu


A nuestra derecha, El Valle, "ero del Valle" en 1448, "casería ente Güerres y San Xuan", informa Josefina Pis Sánchez, en la falda sur de La Villeda, "un castañéu" que ahora "ta d'ocalital"


Por ahí va el Camín de Mirantes, por el que antaño iban los de Güerres camino de San Xuan, la cabeza de la parroquia, en concreto al lugar de Santianes, solar de la antigua iglesia parroquial "que ye enna feligressia de Santianes del Mar", se cita en documentación monástica de San Pelayo en 1329, que pasa a "Santianes de Guerres" en 1390


Por ahí va El Camín de Mirantes, por el que los de Güerres llevaban a los difuntos con el féretro al hombro, como era usual antiguamente, camino del cementerio viejo. Más arriba está El Castru del Valle, quizás referido al mismo yacimiento que El Castru del Foyu, en lo alto de La Villeda, pues sus fasos están localizados algo más arriba


Pasado el cruce de El Barradiellu,  las fincas de Socuvielles o Sucuvielles, a un kilómetro escaso de la villa de Colunga, siendo esta la vía principal de acceso directo a Güerres desde la villa capital del concejo y desde el enlace con de la N-632 con la A-8 o Autovía del Cantábrico



El camino llanea y empieza a hacer tramos bastante rectos. No ofrece mayor dificultad, hay que ir siempre por lo asfaltado


Nuevas plantaciones de ocalitos en las praderías. En lontananza y a la derecha el monte de Cuarezu (169 m) y Monte Pedrada (249 m) en La Riera. A la izquierda Castiellu y Cuetu Quemáu. En medio el valle del Ríu Rozaya o Ríu Lliberdón 


Desde esta curva y mientras nos dejen los ocalitos, reconocemos unas casas que son una muy buena referencia para el caminante


Los Asilos, llamados en plural porque son varios edificios, fundados por la Unión Social Católica de Don Luis Montoto y Cobián e inaugurados en 1927, antesala del casco urbano de la villa de Colunga


La hermosa campiña de Los Llanos, "ero de los Lanos" en 1448


Vista del Sueve desde la llanura cuando estamos a la altura del Cuetu Centolleru. Al otro lado de los árboles está el barrio de Trespandu, por donde va el otro camino, que viene desde El Barradiellu tras pasar el pie de la capilla de Santa Catalina


Pasamos junto a la entrada de una finca, La Rotella, y avanzamos con paso firme por la gran planicie de Los Llanos. Atentos a los vehículos que, en estas rectas y con esta anchura, a veces nos rebasan a velocidad. Vayamos atentos y bien arribados a la izquierda


El Foyu, finca también del pueblo de Güerres, muy característica con una quintana y una casona en lo alto. Su topónimo se debe a un gran hoyo, foyu, u hondonada en el terreno


La casona es de principios del siglo XX y sus grandes palmeras denotan su impronta indiana. actualmente es el Hotel El Foyu, pero antaño fue un restaurante y parrilla de mucho renombre


La casa de piedra que tiene delante, con tendeyón, corredor en su fachada principal, al sur y hórreo, es la quintana antigua


Esta es una de sus entradas, pero la que da a su entrada principal y al parking del hotel está un poco más adelante, en el siguiente cruce


Un muro, no muy alto pero sí larguísimo y de cierto grosor, cierra la finca por la parte de la carretera. En El Foyu se celebró en 2015 el ansiado ascenso a Tercera División del Colunga CD en 2015. Así daba la noticia Guillermo Fernández para El Comercio el 5 de junio de ese año:
"José Manuel Priesca Zapico, natural de la localidad colunguesa de Gobiendes, es el principal valedor del equipo de fútbol de su concejo. Es propietario del hotel El Foyu, ubicado en Colunga, dentro de una finca de 40.000 metros cuadrados, y del restaurante La Rula, situado en el puerto de Lastres. Con esas dos entidades comerciales lleva «seis años» patrocinando al equipo rojillo que en ese tiempo ha logrado tres ascensos, al pasar de Segunda Regional a Tercera División.
El Colunga confirmaba el ascenso a Tercera División tres jornadas antes de que concluyera la competición y ayer José Manuel Priesca invitaba a una contundente espicha a la junta directiva, el entrenador y la plantilla. El ágape tuvo lugar en las instalaciones de El Foyu. El patrocinador se mostraba «encantado por haber culminado la hazaña de subir a Tercera División a un equipo que representa a un municipio de apenas 3.000 habitantes» Y también «por culminar tres ascensos en seis años». Se declaró «seguidor del Sporting y aficionado al fútbol». 
El Colunga luce en la camiseta la publicidad del hotel El Foyu y en el pantalón la del restaurante La Rula. El presidente del equipo, José Ángel Toyos Cayado, aseguraba ayer que el patrocinio de los negocios de Priesca «resulta fundamental para nosotros y supone el 15% del presupuesto anual». Y expresaba su deseo de que la relación «se prolongue durante varias temporadas». 
De cara a la próxima campaña, Toyos lamentó que Manuel Jesús Arias no puede seguir entrenando al equipo y manifestó que el míster de los dos últimos años era «un gran entrenador y mejor persona». «El próximo martes» se conocerá el nombre del técnico que ocupará el banquillo colungués, según desvelaba ayer Toyos. 
De Manuel Jesús Arias recordó Toyos que «llegó hace tres campañas y en la primera de ellas nos salvó del descenso en los últimos diez partidos: ganamos seis, empatamos uno y perdimos tres. En la siguiente quedamos quintos y en la actual ascendimos». También confirmó el presidente que el presupuesto del Colunga en Tercera División será de «50.000 euros».

Unos tejados rojos, de casas relativamente nuevas, son las de La Cruz, justo antes de Los Asilos, puerta de Colunga por la N-632


Por esa zona está también la finca de Espina, que junto Los Llanos, conforman lo más llano de esta parroquia de San Xuan de La Duz


Un poco más a la derecha de La Cruz, un altozano rompe la linealidad de la llanura, Cuetu, zona de expansión urbana de Colunga


A nuestra derecha, más allá de la mata de hortensias que cierran el parking de El Foyu, vemos la iglesia parroquial de San Xuan, que destaca por su alta torre-campanario y su gran cimborrio sobre el crucero


Fue construida en 1924 con las aportaciones de la familia Montoto Hernández, en concreto Luis Montoto Cobián, su esposa Concepción Hernández Alfonso, su hijo Tomás Montoto y su esposa María del Carmen Isant, tal y como reza una lápida inscrita sobre su portada principal, bajo la torre-campanario


Está inscrita dentro del estilo Modernista tan en boga por aquel entonces, cuando se decidió construir este nuevo santuario en un lugar diferente al de la iglesia anterior, en Santianes, lugar del barrio de San Xuan, situado más atrás a su derecha. La idea era construirla más cerca de Güerres, el pueblo con más habitantes de la parroquia, pero a  la vez no alejarlo demasiado de su solar primigenio


Una de las características especialmente llamativas son los pilares en forma de pegollos de hórreo que vemos, por ejemplo, en la parte superior de su torre, que es lo que vemos ahora, pero las columnas que sostienen sus pórticos laterales también tienen esta estructura, dándole un detalle asturiano a la construcción modernista


El templo anterior, que tenía trazas del característico arte románico medieval, era otro viejo pequeño monasterio que, dependiente del de Les Pelayes o San Pelayo, daría apoyo y acomodo a los peregrinos de estos caminos costaneros, según leemos en el excelente blog Dendecagüelu de Luis Javier del Valle Vega


Hijo del barrio de San Xuan, cabeza de la parroquia, es el gran José Antonio Fidalgo Sánchez, Cronista Oficial de Colunga, maestro licenciado en Química, historiador, erudito, notable escritor y gastrónomo, que en su página Les histories de Fidalgo, escribe así de este templo:
"Nuestra iglesia parroquial de San Juan de Duz, donación de don Luis Montoto y su esposa en los finales de la década de 1920, es una de las más bonitas y singulares del concejo. Su torre-campanario terminada en un hórreo, tiene apoyado su basamento en el pórtico de entrada y en sus laterales se apoyaban, uno a cada lado, dos ángeles en devota actitud .- Dos ángeles con su cabeza, su cuerpo, sus alas…

Pero «el cordonazo de la guerra» , que no el de San Francisco, no dejó sin castigo a estos seres celestiales hechos piedra y , ¡zas!, una serie de disparos de fusilería les privó de su cabeza.- Y ahí siguen, firmes y decapitados, en su postura de apoyo al campanario y al templo"

También, en esa misma página de Les Histories de Fidalgo, y con fecha 6-11-2020, sigue escribiendo de esta su iglesia y de esta su parroquia colunguesa:
"La noticia , si deseáramos publicarla en forma escueta y aséptica, se reduciría a este texto : "La Comunidad Parroquial de San Juan de Duz (Colunga-Asturias) , una vez finalizadas las obras de pintura y limpieza de piedra del exterior de su templo parroquial , proyecta restaurar las estatuas de los dos ángeles que se asientan en la base del campanario de tal iglesia" .- 
Pero un servidor, antes que Cronista Oficial e Hijo Predilecto de Colunga, es ante todo un "sanjuanín" , un "milán" (que así nos apodan a los nacidos en ese pueblo de Duz) , un bautizado en su iglesia parroquial y un "Rosario de Honor" de su feligresía. Por eso les quiero contar más cosas. 
La parroquia de Duz , bajo la advocación de San Juan Bautista y compartiendo patronazgo con la Virgen del Rosario, abarca tres "entidades de población" : Huerres (Bueres, Buerres, Güerres) , San Juan y La Poledura (Poladura).- Antiguamente el templo , cementerio y la casa parroquial estaban en San Juan y , sobre todo el templo, eran muestra de humilde sencillez. 
En los primeros años de la década de 1920 -estamos en vías de su centenario- DON LUIS MONTOTO COVIÁN y su esposa DOÑA CONCEPCIÓN HERNÁNDEZ proyectan y hacen realidad la construcción de un nuevo templo que , sustituyendo al anterior, fuese más cercano a la localidad de Huerres y no alejado de San Juan. La benefactora generosidad de ese matrimonio nos regaló el fruto de una preciosa construcción , identificada con las construcciones asturianas como columnas-pegollos de hórreo, remate de campanario en imitación de hórreo..."

Desde aquí podemos ver, en el frontal de la torre, la imagen de San Juan, el patrón, y, a los lados, las estatuas de los ángeles decapitados a tiros en la Guerra Civil:
"Pero en 1936 "llegó la guerra" y con ella un manifiesto "afán iconoclasta" , anticatólico , que se tradujo en hechos de destrucción de templos, de imágenes...etc.- La Iglesia de San Juan no fue ajena a esos actos reprobables sufriendo daños en su estructura y en algunas de sus imágenes.- A la exterior de San Juan Bautista le cortaron una mano (que fue repuesta una vez finalizada la contienda) y los dos ÁNGELES de la base del campanario fueron DECAPITADOS.- El templo, siendo aún párroco don Sandalio Menéndez, fue reparado y los Ángeles siguieron y siguen SIN SUS CABEZAS.-"

Frente a la iglesia, pasa una de las posibles rutas para acercarnos ahora a Colunga, por lo que vamos a reservarnos para hablar más de ella, y de otros lugares, como La Cuevona, en la adecuada entrada de blog dedicada a esa ruta


Mientras, admiramos ya toda la soberbia entrada a El Foyu, con su casona y arbolado en lo alto. Más atrás, La Villeda, al pie de El Castru, llamado popularmente El Castru del Foyu, señala Josefina Pis Sánchez, era así denominado porque se decía que los dueños del terreno eran los mismos que los de El Foyu, empleando sus piedras para construir los extensos muros pétreos de esta su finca


Finca cuyo muro llega a un cruce en el que vamos a tener que tomar una decisión, pues podemos ir a la derecha, pasando frente a la iglesia de San Xuan de la Duz y de ahí dirigirnos al centro de Colunga (iglesia de San Cristóbal), o bien segur de frente, de la curva y cruce a la izquierda, enlazar con el recitado camino que viene de La Isla por Trespandu y entrar en Colunga por el totémico lugar de El Castañar d' Espina, con su imagen de Nuestra Señora de Loreto, colocada, dicen algunas tradiciones, por el náufrago veneciano Joseph de Misso, que luego fue hospitalero en la villa, en el hospital de Santa Ana



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