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martes, 10 de junio de 2025

EN EL ANTIGUO COTO DE PADERNI: SOLAR DE ALONSO DE QUINTANILLA, EL CONTADOR MAYOR DE LOS REYES CATÓLICOS QUE DIO DE COMER A CRISTÓBAL COLÓN (OVIEDO/UVIÉU, ASTURIAS)


A solamente cinco kilómetros de la Sancta Ovetensis, meta del Camino del Salvador, el Camino, bajando de Picullanza, hace de frontera entre los concejos de Oviedo/Uviéu y La Ribera o Ribera de Arriba, haciendo una cuña el segundo en el primero que se adentra hacia el norte, acercándose a la ciudad

Aquí, del Camino hacia abajo el concejo de La Ribera forma un largo brazo que se extiende hasta El Regueru la Ceposa o La Ceprosa, que forma un estrecho y angosto valle. Luego, del río a la derecha, es la ovetense parroquia de San Esteban o San Esteban de les Cruces, donde vemos las aldeas de Friera, Premoña, Morenti y Paderni, antiguo coto eclesiástico que se constituyó como concejo independiente en el siglo XVI. Más allá La Ceposa da sus aguas al río o Regueru Morente, que forma un valle transversal a este, de este a oeste, en cuya colina está la aldea de Los Arenales, también parroquia de San Esteban, en cuya colina están el Cementerio Municipal del Salvador y el Centro Territorial de Radio Televisión Española en Asturias

Más a lo lejos son los barrios y lugares de La Covadonga, El Cruce, La Barraca, El Pandu, etc., por donde discurre la antigua Carretera de Castilla, construida entre los siglos XVIII y XIX sustituyendo a este camín real como principal vía de comunicación de la capital asturiana (y la costa gijonesa) con la meseta. En 1939 pasó a ser la N-630 hasta que en 1968 fue sustituida por una nueva vía por la ribera del río Caudal que evitaba las grandes cuestas y curvas de Manzanea y El Padrún

Si la Carretera de Castilla quedó en carretera local-comarcal el Camín Real se conservó, según tramos, como camino local y vía pecuaria, como es el caso de este trecho por el que bajamos suavemente al Regueru Morente divisando a lo lejos, aunque a no demasiada distancia, los edificios de la ciudad de Oviedo/Uviéu, la capital asturiana, bajo la colina de La Cuesta Naranco


Aún antes, desde el valle al que bajamos habrá que subir a la colina de La Manjoya o La Maxoya, continuidad al oeste de la de Los Arenales y hasta donde en tiempos habría llegado el coto de Paderni. En la actual La Manxoya es una de las parroquias rurales al sur de la ciudad, cuyo nombre ha querido verse en la expresión francesa mon joie 'mi gozo', con la que los peregrinos francos exclamaban al ver la torre de la catedral de San Salvador, advocación histórica y auténtica, no solo en dicha catedral sino en todo templo de este patronazgo que, por alguna razón, alguien ha pensado que es más correcto quitarle el 'San', dato completamente erróneo, si bien puede bien decirse de San Salvador o del Salvador

Aunque la tradición ha fijado la historia del mon joie, similar a la del Monxoi o Monte do Gozo en Santiago de Compostela, para entender el origen del topónimo de La Manxoya o La Manjoya, los filólogos, atendiendo a la documentación antigua, buscan otras explicaciones de las que iremos hablando al recorrer los barrios de la parroquia al acercarnos a la urbe ovetense


El Camino, por supuesto, no era así antiguamente, hemos visto incluso tramos que conservan algo de su viejo empedrado subiendo de El Portalgo a Picullanza, mientras que aquí, bajando, es en nuestros días una pista de tierra y zahorra o grijo que da servicio a estas fincas

Sebes o setos naturales separan estos prados del Camino conformando un paisaje muy característico del paisaje rural asturiano. Ya a finales del siglo XIX pero sobre todo pasada la posguerra, cuando se produjo el masivo éxodo del campo a la ciudad, el campo asturiano se especializó en ganado de leche para abastecer a las industrias lácteas que administraban a las crecientes ciudades, lo que hizo que se abandonasen otros cultivos en favor de aprovechar todo el espacio al máximo para praderías de pasto y siega

Únicamente el maíz, pero como planta forrajera, no como panificable, se siguió plantando en grandes extensiones. Seguidamente las parroquias rurales vivieron otras transformaciones, una de ellas es la disminución de las labores campesinas en favor de las residenciales, algo especialmente palpable al acercarnos a la ciudad y a las grandes vías de comunicación

Y así, en estas colinas situadas sobre la urbe, se van transformando en áreas residenciales de baja densidad con la construcción de numerosas viviendas unifamiliares, gran parte tipo de chalet, con terreno, a veces nuevas y otras reformando antiguas caserías

Las antiguas fincas se parcelan y urbanizan, como vemos por ejemplo, en la vecina parroquia de Latores o Llatores, al oeste-suroeste de la ciudad, en concreto en sus barrios de Santu Mederu, La Porreta, Ayones, La Rotella, El Faeo y otros. En estas áreas periurbanas se reconocen otras infraestructuras y edificios, como el Centro Médico de Asturias, cuyas instalaciones asoman un poco entre el boscaje un poco más abajo, tapando la Autovía A-66 Vía de la Plata, cuya construcción relegó a la vez a la N-630 como vía terrestre principal de Asturias con la meseta

No queremos dejar de mencionar, al oeste, la Sierra la Degollada que, con la de Bufarán, conforma un cordal que se extiende de sur a norte entre el valle del Nalón y las cercanías de la Ría de Avilés, por lo que será una referencia para los peregrinos que, desde la Sancta Ovetensis continúen hacia Santiago bien por el Camino del Norte o por el Camino Primitivo

Dicha serranía va disminuyendo en altura al acercarse al paso de Peñaflor, cuyo puente medieval sobre el Nalón, en medio de un pequeño desfiladero, constituye uno de los grandes hitos del Camino Primitivo en Asturias

La Degollada y Bufarán se reconocen también por su gran parque eólico. Su línea de cumbres constituye una barrera natural y es frontera entre los concejos de Les Regueres y Candamo. La primera viene a ser la parte más alta de la segunda, siendo su cota más alta 624 m

Según nos acercamos a la ciudad las zonas residenciales de baja densidad, las de las viviendas y chalets unifamiliares, van dando paso a las de expansión urbana en base a bloques de pisos y urbanizaciones, como en El Campón, que fue parte de la antigua parroquia rural de San Pedro de los Arcos, absorbida por la ciudad en lo administrativo civil y en lo eclesiástico por la de El Cristo o El Cristo les Cadenes

Un antiguo camino entraba por ahí en la ciudad desde los puertos del Aramo y el valle del Trubia, señalizado actualmente como GR 106 Ruta de San Melchor, pue sería el empleado por Melchor García Sampedro, San Melchor de Quirós, para venir a la capital desde su aldea quirosana de Cortes

Aquí cerca y más abajo una línea de casas es La Rodá o La Rodada cuyo nombre se relaciona con un antiguo camino de carros que sería antecedente de la actual carretera a cuyos lados se extiende el caserío y que algunos llaman El Camín Real de Quirós

Un poco más allá es Cabornio, del que apenas vemos unas antiguas caserías en el boscaje, cerca de la Vía Verde de Fuso de la Reina, que aprovecha una antigua vía férrea que funcionó entre 1904 y 1999 

Las casas forman una calle en la que están el bar de Casa Álvaro y, a su izquierda Talleres Prieto, cuya nave vemos desde aquí

Un poco más a la derecha, donde empieza el cruce de Cabornio, hay unas viviendas unifamiliares de protección oficial que, formando una hilera, se conocen como La Suerte en referencia a la que tuvieron los que les tocó una

Justo detrás es El Toral, que pertenece a otro barrio de La Manxoya, San Turcao o San Torcuato. Justo detrás es el valle del río Gafu, al que da sus aguas el Morente un poco más al sur. Al fondo destacan los bloques de pisos de Monte Cerrao, con el Parque Plaza Tuero Bertrand, juez y tratadista asturiano. Oculta por los árboles a la izquierda se encuentra la ermita de Santa Ana de Mexide, donde los miembros de la cofradía de La Balesquida, fundada en 1232, celebraban su romería subiendo en procesión desde la de su sede en la de la Esperanza (capilla de la Balesquida), frente a la catedral. El reparto de pan de fisga (escanda) y el vino entre los cofrades dio lugar a la actual fiesta del Martes de Campo

Los edificios de pisos se extienden por la ladera de El Cristo, donde están los depósitos de agua, cuyo color azul destaca en la cima. El barrio nació en torno a la antigua capilla del Cristo les Cadenes o Cristo de las Cadenas, reconstruida como iglesia tras la Guerra Civil. Allí estuvo la cantera de la que se sacó la piedra para construir la catedral de San Salvador entre los siglos XIV a XVI sobre una anterior basílica románica-prerrománica


Toda esa zona es Buenavista, una aldea al oeste de la ciudad que perteneció a la parroquia de San Pedro de los Arcos, la cual desapareció absorbida por la ciudad como hemos dicho. Al fondo reconocemos La Peña Llampaya (561 m), en el extremo occidental de La Cuesta Naranco. Más a la derecha es El Cantu Caleyines (572 m), encima de la aldea de Ules, que vemos más abajo, en la falda de la montaña


Más a la derecha está La Rasa (628 m). Más abajo y a la derecha de La Rodá y San Turcao se encuentra el barrio de Los Prietos, en La Manxoya, Más atrás es Perera, barrio urbano nacido en base a unas caserías que estaban en lo que hoy es el Parque de Invierno, gran parque al sur de la ciudad que se extiende por las riberas del río Gafu

Aquí abajo y en primer término vemos algunos tejado de San Miguel o Samiguel, dividido en dos partes, la ovetense y la riberana y a donde llegaremos enseguida. Su nombre parece deberse a la existencia de una antigua capilla dedicada a este santo o, incluso, a un monasterio

En la colina de La Manxoya sigue el barrio de Los Prietos, por donde sube el Camino hacia del de Los Barreros; de allí seguirá por Los Barreros y bajará a la ciudad por El Caserón y La Bolgachina, entrando en el casco urbano por San Lázaro. Más arriba, en el Naranco, están El Picu'l Paisanu (637 m) y, a su izquierda, El Cantu Borbotón (604 m)


Bajo El Picu'l Paisanu se extiende la parroquia de Naranco, con sus barrios extendidos linealmente por los caminos de la ladera inferior y meridional de la montaña, cuyo nombre parece tener con la raíz hidronímica nar, referida a sus muchos regueros y manantiales, sin embargo, como en todo monte totémico, y el Naranco lo es, tiene su leyenda, la del gigante Noraco "que reinaba en Asturias y que fue enterrado allí. Al morir, los habitantes habrían echado tantas piedras sobre su tumba que habrían formado un monte", explican en la Enciclopedia de Oviedo. Como toda leyenda tiene su trasfondo real y acaso guarde la memoria de antiguos enterramientos megalíticos


Sobresale sobre la ciudad El Pirulí o Torre de Llamaquique del edificio de Telefónica, la cual parece apuntar a una de las aldeas de Naranco, que se extiende lineal y horizontalmente de este a oeste: Casares. Justo encima son los ocalitos del Monte Manolín, El Bravón y La Peña'l Fueye. "La formación del monte se produjo durante los periodos herciniano y alpino, en el primero se formó la parte más elevada del Naranco y durante el periodo alpino se plegaron los estratos del cretáceo formando la ladera meridional", leemos asimismo en la Enciclopedia de Oviedo


Por Casares sube la Carretera del Naranco o Avenida de los Monumentos, así llamada porque se dirige a dos de los grandes monumentos del Arte Asturiano situados en sendos rellanos en plena ladera: Santa María del Naranco, cuyo edificio de piedra color arena claro reconocemos en la rampa (en medio de la foto) y San Miguel de Lliño o Lillo (poco más arriba a su izquierda tapado por la vegetación). A sus pies, en las antiguas escuelas de Naranco, se halla el actual Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico Asturiano


La Avenida de los Monumentos o Carretera del Naranco sube hasta la cima del Picu'l Paisanu, donde hay una gran explanada de aparcamientos y un excelente mirador sobre la ciudad y gran parte del centro de Asturias hacia los puertos de la Cordillera Cantábrica. Es una de las metas clásicas de las vueltas ciclistas y otras competiciones deportivas; no se trata de una cumbre de gran elevación pero, dado que no tiene otras cimas similares a su alrededor, su campo de visión es amplísimo


Ahí se encuentra el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, inaugurada empezando la década de 1980 pero cuya primera idea se fraguó treinta años atrás, en plena posguerra. Compartimos esta su historia de Wikipedia:
"La escultura, hecha en piedra, es obra de Gerardo Zaragoza y Rafael Rodríguez Urrusti, y está datada en 1980. La escultura del Sagrado Corazón de Jesús fue diseñada por García Lomas; tenía treinta metros de altura y es obra de Gerardo Zaragoza, mientras que la de la Cruz de la Victoria, de 5 metros de altura, es obra de Rafael Rodríguez Urrusti. Para realizar el montaje de la obra se contó con el escultor ovetense José Antonio Nava Iglesias, quien realizó las mejoras y las copias necesarias para hacer frente a los desperfectos que el transporte había ocasionado al conjunto de la obra.

Para sufragar los gastos se realizó una colecta popular en la que se recaudaron 10 de los 17 millones necesitados, lo cual permitía ver posible la realización del proyecto ideado en 1950 entre el padre Vega y Ramoncita Bertrand, con el apoyo de Sabino Álvarez Gendín (rector de la Universidad de Oviedo), y de otras personalidades de la vida ovetense y asturiana, para emular el que se había levantado en Río de Janeiro. Dieciocho años se tardaron en acabar el proyecto, que se inició el 21 de junio de 1963 con la colocación de la primera piedra, y se finalizó el 5 de julio de 1981, fecha en que se llevó a cabo su inauguración."

Los peregrinos de antaño verían el Naranco con algunas de sus caserías en los campos debajo de sus faldas pero aún no verían la ciudad, mucho más pequeña y tapada por la colina de La Manxoya, allí sí tendrían la magnífica visión de la torre de la catedral... o las torres, la gótica actual, la románica anterior y la prerrománica, a la que se superpuso la románica, esta al lado de la Cámara Santa que guarda las reliquias de Jesús, la Virgen María, santos y apóstoles que hicieron de la antigua Ovetus un gran centro de peregrinación medieval y hasta nuestros días


A la derecha del Picu'l Paisanu está El Pozu l'Agua (601 m), que desde la Guerra Civil, donde estuvieron las posiciones republicanas durante más de un año de combates, pasó a ser conocido como El Picu la Miliciana. Fijémonos en la rampa de la carretera  que sube al Picu'l Paisanu. En la cima del Naranco existieron pozos en los que se almacenaba nieve que se llevaba a los cafés y boticas ovetenses hasta la generalización de la utilización de neveras que funcionaban con corriente eléctrica


Si en el Naranco estuvieron las posiciones septentrionales republicanas en La Manxoya estuvieron las meridionales, conservándose en ambos teatros de operaciones elementos de aquellos trágicos episodios, como es el caso del emplazamiento de artillería de Los Prietos, cerca del Camino, el cual vemos subir hacia El Caserón, donde estuvo un puesto mando


Más a la derecha tenemos el barrio de Los Corzos, del que el escritor Adolfo Casaprima Collera advierte en su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo que este topónimo "aunque aparece muy claro vinculado con el animal (entonces habría que remontarse al "curtium" latino, tomando la expresión popular "cola corta" para designarlo), es probable que se refiera mejor a un plantío de encinas (en este caso vendría de "quercus")".


Los Corzos se extiende hacia Los Arenales, antiguos areneros y tierras arcillosas ya en la vecina parroquia ovetense de San Esteban o San Esteban de les Cruces. Al fondo vemos el sector oriental del Naranco en Cuyences, por donde los peregrinos que siguen el Camino Norte salen de la ciudad para retomar la costa rumbo a Avilés


Como hemos dicho ya, esta franja de terreno cuesta abajo entre el Camino y el fondo del valle es una cuña de terreno del concejo de La Ribera o Ribera de arriba que se adentra como un brazo en el concejo ovetense, siendo su límite el río o Regueru la Ceposa


Enfrente, río arriba es la ovetense aldea de Friera, cuyo nombre se ha querido relacionar con lugar frío o húmedo en base al término latino frigere y similares; por ahí se extendía el coto de Paderni que, como toda esta zona al sur de la ciudad, perteneció a la Iglesia ovetense, llegando a constituirse en concejos independientes del que solamente conserva dicha independencia en la actualidad este de La Ribera o Ribera de Arriba


Más atrás está Premaña, con el monte de Les Cortines, que cae al valle del río Aramín, otro afluente del Morente, y la casería de La Flexa. Adolfo Casaprima Collera dice que su nombre parece venir de un antiguo posesor de época romana o altomedieval llamado Mannius y que en el lugar existió una venta o posada destinada a los peregrinos de Santiago y el Salvador, por lo que de ser así existiría en tiempos un ramal caminero alternativo a este para dirigirnos allá


La aldea de Paderni se encuentra algo más atrás, esta sería centro de aquel coto eclesiástico que llegó a ser concejo representado en las instituciones asturianas, como señala Adolfo Casaprima Collera:
"Paderni constituía antiguamente un Ayuntamiento independiente (siglo XVI), con representación propia en la Junta General del Principado. Al concejo de Paderni pertenecía incluso el coto de Morente. Fue enajenado por el monarca Felipe II y adquirido por el Ayuntamiento de Oviedo en el año 1584. No obstante, en el siglo XIX lograron sus habitantes que se reconociera para Paderni el título de "concejo realengo" e intentaron en vano adherirse los cotos de Cagigal, al oeste, y Bendones, al este. La Audiencia Provincial decretó finalmente su supresión como concejo en el año 1827, quedando definitivamente anexionado a Oviedo y asumido como lugar dentro de la parroquia de Las Cruces".

En su entrada correspondiente a San Esteban de las Cruces la Enciclopedia de Oviedo nos explica de esta manera la historia de este extinto concejo:
"Paderni era antiguamente un concejo de los conocidos como de obispalía. Dependía de él el coto de Morente. Fueron comprados por Oviedo en el año 1584, durante las desamortizaciones de Felipe II, aunque siguieron gozando de una cierta autonomía respecto al ayuntamiento ovetense".

En la otra vertiente del río Aramín están las casas de El Bosque y arriba el cementerio de Los Arenales, oficialmente el Cementerio Municipal de El Salvador, inaugurado en 1885 para sustituir al antiguo de San Cipriano, en El Prau Picón y al lado de donde luego se construyó el Seminario Metropolitano, sito al paso del Camino y actualmente en pleno centro urbano, el cual empezó a usarse en 1809 tras las disposiciones higiénico-sanitarias que conminaban a construir cementerios fuera de las poblaciones y que no se inhumase en el interior de los templos ni sus campos, 'camposantos' circundantes


A su derecha está el Centro de Radiotelevisión Española (RTVE) en Asturias, sito en el cruce con la carretera AS-375 o antigua Carretera de Castilla que, como dijimos al principio, sustituyó a este camín real y fue la principal comunicación entre el centro de Asturias y la meseta hasta 1968


Dicha carretera sigue por los barrios de La Covadonga y El Cruce siguiendo la zona llana y amesetada de la parroquia de San Esteban, Más acá están La Brañella, El Pondal y El Monte la Vea. Más en primer plano otra vista de Friera y Premaña, sobre el valle de La Ceposa, cuyo nombre ha querido verse vinculado a las viñas que habrían existido cuando estos cotos eran propiedad de la Iglesia, acaso del monasterio de San Miguel antes referido


El barrio de El Calderu debe su nombre a una hondonada del terreno visible desde la distancia. Como podemos comprobar en la fábrica de las casas, los usos residenciales se superponen a los campesinos en estas parroquias de los arrabales ovetenses


En la lejanía, la mayor concentración de casas, La Barraca, también en la AS-375 o Carretera de Castilla, delata el lugar en el que se ubica la iglesia parroquial de San Esteban, en Les Cruces, la cual no llegamos a reconocer pero sí decir que aparece mencionada en documentos fechados el siglo X y se refleja en el inventario parroquial del obispo Gutierre de Toledo en el siglo XIV


Acudían ganaderos y tratantes de toda la zona y otros lugares de Asturias a su renombrada feria de Nuestra Señora de las Nieves, a principios de agosto, que sigue celebrando sonadas romerías, no en vano estamos en una parroquia que fue ganadera por excelencia, como demuestra el topónimo La Brañella, muy posiblemente relacionado con majadas estacionales de las rutas de la trashumancia entre los puertos de la Cordillera y estos valles centrales asturianos de clima más suave en invierno, 'veraniego' o braniegu, de ahí branu (verano) y braña


El lugar más alto de San Esteban está en el barrio de El Pandu y es El Cutayón (395 m), reconocible en lontananza por su depósito de agua en forma de copa. Un poco más a la izquierda son las casas de El Mesón, cuyo nombre revela la antigua existencia de un mesón en la vieja carretera


Más allá de El Cutayón asoma La Grandota (508 m), el pico más alto de la serranía de este nombre, donde existió otro emplazamiento de artillería republicana en la Guerra Civil. Bajo él se ha localizado un castro astur, muy afectado por la instalación de anrtenas. Aportamos de él parte de la ficha de la web ArqueoAstur del arqueólogo Eduardo Pérez-Fernández:
"Historiografía 
Reconocido en 1999 por Susana Hevia y Rubén Montes durante los trabajos de seguimiento arqueológico el Gaseoducto Oviedo-Siero. 
Régimen de Protección Legal 
No está incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) del 23 de diciembre del 2013 ni en el Catálogo Urbanístico del concejo de Oviedo-Uviéu. 
Descripción Arqueológica 
Se localiza en la cima de La Grandota, monte a una altitud de 505 metros desde el que se tiene un gran control visual del sector en torno a Uviéu hasta la costa de Xixón. El recinto es de planta circular, de unos 50 x 40 metros y se dispone a modo de corona en la cumbre de la elevación. El sistema defensivo reconocido se compone de una línea de parapeto en el lado SW y un posible foso en el frente NE, ambos prácticamente destruidos por una cantera (Fanjul Peraza y Menéndez Bueyes (2004).   
Cultura Material 
En el corte de la cantera se documentaron niveles de ceniza y numerosos fragmentos de tejas de época reciente. Y en un de los cortes, el alfarero de Faro, «Selito», encontró la base de un molino de mano, de superficie superior pulimentada. Igualmente a los pies de la colina también se documentaron restos cerámicos medieval, entre ellos cerámica vidriada (Fanjul Peraza y Menéndez Bueyes (2004).   
Periodización 
Se desconoce. 
Estado de conservación 
Durante la guerra civil se emplazó una batería artillera conocida como «La Leona» así como una trinchera en la vertiente W del monte (Fanjul Peraza, Menéndez Bueyes, 2004). La cumbre se encuentra afectada por una antena de radio y una vivienda y las defensas casi totalmente desvirtuadas por una cantera.  
Leyendas y tradiciones 
Los vecinos refieren la existencia de unos socavones en los campos cercanos a la elevación que se atribuyen a los franceses que lo ocuparon durante la guerra de independencia (Fanjul Peraza, Menéndez Bueyes, 2004)".

Estas serranías forman una línea de cumbres que separan el valle del Nalón del valle del Nora, discurriendo varias rutas por ellos y a través de ellos que aprovechaban además estas cresterías, una de ellas viene por La Paranza, a continuación de La Grandota, desde el Puerto de Tarna a través de dicho valle del Nalón


Otra es este mismo Camino del Salvador o San Salvador, se dice que la misma capital asturiana nació en una encrucijada de vías del este al oeste y entre norte y sur en la antigua colina de Ouetus o Ouetao. Determinados hallazgos, anteriores incluso a la mítica fundación de la ciudad por los monjes Máximo y Fromestano en el año 761 así podrían confirmarlo


Y en el Camino del Salvador y a nuestra derecha, en un rellano, un regalo para el peregrino, que puede hacer aquí un alto y descansar de su larga caminata


Un pequeño área de descanso, con un buen banco de tablas de madera en el que aparecen pintadas las franjas roja y blanca del GR-100.1, sendero alternativo al GR-100 Vía de la Plata; como hemos dicho, muchos antiguos caminos confluyen en estos parajes


Un poco más allá, mesa y bancos; un pasillo de grijo se extiende hacia ellos desde el Camino...


El Camino va a ir perdiendo altura suavemente para bajar al valle del río Morente y sus afluentes. Caminamos ahora en dirección oeste con los edificios de Buenavista y El Cristo bien visibles en la lejanía


Si bien no tendría que haber mayor riesgo de pérdida, la existencia de mojones u otra señalización caminera jacobita cada cierto tramo nos dará tranquilidad al confirmarnos que seguimos en la buena dirección y no hemos dejado ningún cruce ni desvío atrás


El Camino hace un poco de curva a la derecha y recupera la dirección norte, que es la general en el Camino del Salvador en el trasiego de León a Asturias


La hermosa línea de tejados rojos de La Rodá, Cabornio, San Turcao y Los Prietos, en el antiguo Camín Real de Quirós delata otra de esas rutas ancestrales a las que se ha superpuesto el entramado viario. Al fondo, bajo La Peña Llampaya, salen de la ciudad los peregrinos del Camino Primitivo en ruta de La Florida a Paniceres y Lloriana


No podemos negar que es un verdadero placer, el cual queremos resaltar, que a tan escasos metros del centro de la populosa urbe el peregrino se encuentre con este magnífico entorno rural y paisajístico que estimamos conveniente conservar y mantener


Los tejados de San Miguel, los de La Maxoya y La Cuesta Naranco no dejan de ser 'hitos' camineros que orientan también nuestros pasos camino de la Sancta Ovetensis, a una hora y poco más de aquí andando en este momento, aunque a nosotros, gustosos de observar cada detalle a nuestro paso, acaso nos lleve un poco más


Tupidas sebes flanquean el Camino, estupendo cierre natural que evita que el ganado salga a la vía pública; están formados sobre todo por escayos o zarzales, pero también por helechos y otras plantas, con base de hierba. También crecen arbustos. Suelen crecer sobre líneas de muries o muretes de piedras


La ciudad, cada vez más cerca, en concreto todo el barrio de Buenavista y sus adyacentes, muestra del crecimiento urbano que va saltando a los campos colindantes, favorecido especialmente por las vías de comunicación. Resaltamos que los peregrinos de las peregrinaciones históricas tendrían un panorama bien diferente


No verían los bloques de pisos, sino algunas pocas caserías salpicando la campiña de Buenavista y, a partir del siglo XVI y hasta finales del XIX en que fue derribado por cuestiones urbanísticas y del paso del ferrocarril, el magnífico Acueducto de los Pilares que daba agua a la ciudad desde las fuentes del Naranco. Este acueducto provocó que la antigua parroquia de San Pedro de Otero, que por aquí se extendía, pasase a ser denominada San Pedro de los Pilares


"Buena situación y vistas" era como titulaba su artículo dedicado a La Manjoya o La Manxoya el periodista de El Comercio Alejandro García en el ya lejano verano de 2012, en el cual se nos informa de cómo estaba el Camino del Salvador por entonces (había 'decaído', cosa que hoy día nos parece increíble) y se nos hace referencia al Camín Real de Quirós, además de hacer galas a las excelencias paisajísticas, históricas y gastronómicas de estos barrios y aldeas...
"La Manjoya es un pueblo con mucha historia, aparece en fuentes diplomáticas del siglo XIV, incluso se podría remontar su origen un siglo más atrás. Por esta parroquia bajaban los peregrinos desde San Lázaro hasta Oviedo, «Ya no hay tantos como antes, pero siguen viniendo algunos», explica Pedro Gómez, vecino de la localidad, «antes, operarios municipales limpiaban la senda del recorrido, pero ahora ya no hacen nada», añade.
También era lugar de paso para los que transitaban por el Camino Real de Quirós. En esta ruta, se encuentra San Torcuato, que contaba con una ermita de la que hoy no queda resto alguno. Próxima a la iglesia parroquial de Santiago, existía antiguamente la Venta del Gallo para el servicio de los que transitaban por el Camino Real a Castilla que desde Oviedo, continuaba por La Manjoya, Olloniego, Ujo, Lena y Pajares hasta la provincia leonesa.

 


La parroquia tiene unos cuantos bares y restaurantes, pero el más emblemático y antiguo de la parroquia es el bar y tienda El Caserón, negocio familiar que pasa de una generación a otra. «En El Caserón hace años se celebraban bailes tradicionales asturianos, había mucho jaleo, subía y bajaba gente por el Camino de Santiago hasta el bar, ya no hay romerías y verbenas como las de antes», explica su dueño, Mateo Álvarez Muñiz, cuyos chorizos, morcillas y picadillo, elaborados artesanalmente en su trastienda, son muy apreciados en la zona, «ya casi no se puede encontrar embutido y alimentos como estos, la mayoría de las costumbres tradicionales se están perdiendo», comenta Pablo Gutiérrez, cliente del negocio. 
En La Manjoya destacan los chalets y las urbanizaciones modernas, frente a los escasos restos de arquitectura tradicional que aún perduran en la zona. En un principio, la gente que se instalaba en el pueblo, vivía de la ganadería, agricultura y la industria de la zona. «Antes se trabajaba en la desaparecida fábrica de explosivos y en la explotaciones de arena, que abastecieron a Oviedo durante años, pero en la actualidad, las personas que vienen a vivir aquí, lo hace por la cercanía a la ciudad y la tranquilidad», afirma Mateo. 
La parroquia tiene su propia reserva, El Bosque de La Zoreda, verdadero pulmón del concejo, formado por más de 30 hectáreas de masa forestal, entre los que destacan los castaños y los robles. A la riqueza biológica del bosque, se une la singular construcción del palacete de los Sela, edificado por la familia Figaredo en 1930 y hoy Castillo del Bosque La Zoreda. Abandonado durante muchos años, fue a raíz de los trabajos de recuperación del terreno cuando volvió a salir a la luz, siendo puesto en venta por el Ayuntamiento a mediados de 2004. En la actualidad, es un hotel de cinco estrellas, «lo han reformado y ha perdido gran parte del encanto que tenía antes, es una pena», lamenta Pablo Gutiérrez, vecino de La Bolgachina".


Más allá, en El Cristo, los restos romanos de la villa de Paraxuga yacen sepultados por el infortunio. Alguien ha dicho alguna vez que es todo un contraste que la construcción de un campus universitario hubiese supuesto su fin. Su topónimo parece hacer referencia a una de aquellas ancestrales paradas camineras, aunque también puede deberse a condicionantes orográficos como dice el filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia Asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos:
En ocasiones a una franja de terreno liso (cultivado o no, según las zonas) puede conocérsele con el nombre de para o de lo que parece su diminutivo paraxa, palabras que podrían estar en relación etimológica con los apelativos usuales paráu o varáu ‘(terreno) liso aunque sea pendiente’.

A lo lejos, la Sierra de Bufarán simboliza los nuevos horizontes que el peregrino encontrará cuando continúe su marcha hacia Santiago de Compostela, con La Degollada en lontananza


Nos separa de Llatores el profundo valle del río Gafu, topónimo vinculado a 'malo' o 'enfermo', no en vano nace al pie del lugar de La Malatería, antiguo Hospital de San Lázaro para enfermos malatos o leprosos, reconvertido en asilo en el siglo XIX y rehecho totalmente en la década de 1920 y cuyo edificio nos encontraremos al bajar de La Manxoya por La Bolgachina y entrar en el núcleo urbano ovetense por el barrio de San Lázaro, topónimo debido a su advocación, la del patrón de los leprosos


Allí están los altos de El Caleyu y Alto'l Caleyu, "cerro que separa los concejos de Oviedo y Ribera de Arriba", apunta Casaprima Collera, quien describe así el lugar:
"Existen casas de principios de siglo junto con bloque de viviendas más modernos, habitado por los trabajadores de las fábricas y naves industriales instaladas en la zona. Pasa por El Caleyo el río Gafo. Nacido inicialmente de un camino secundario, hoy día El Caleyo se ha convertido en uno de los más importantes nudos de comunicación de Asturias, pues a la zona convergen la A-66, la Autovía del Cantábrico y la N-630, además de servir de nexo de unión con la N-634, sin olvidar la línea de ferrocarril de RENFE de la Ruta de la Plata, que cuenta con estación y apeadero en El Caleyo."

Más cerca, Casielles, en términos ovetenses de la parroquia de Pereda o Perera, "caserío que se encuentra sobre el alto de la cuesta, a 310 m de altitud, con hermosas vistas de la parroquia y alrededores", explica Casaprima Collera, "El topónimo Casielles de utilizaba antaño para designar a un grupo pequeño de casas que, poco a poco, daban lugar a un pueblo". Xosé Lluis García Arias por su parte explica que se trata de un diminutivo plural y describe su etimología de este modo:
"El hecho de que el latín CASAM ‘choza, cabaña’  llegue a significar ‘vivienda humana’ puede ser un buen argumento para afianzar en la idea, de la que hay notables testimonios literarios, de que nuestros antepasados no eran excesivamente exigentes a la hora de cobijarse bajo un techo e incluso compartirlo con los animales domésticos. 
La verdad es que casam desplaza al latín domum (té mino del que no conocemos seguidores toponímicos en Asturias) mientras su espacio semántico es ocupado por los derivados del lat. tardío CAPANNAM > cabaña o cabana. Los continuadores de CASAM son muy abundantes, y en muchos casos transparentes"

La vista llega a las colinas que separan el valle del Nalón del valle del Trubia por La Peña Llagos (497 m) y El Picu Siones (475 m), en la parroquia ovetense de Caces, que junto con Priorio (Les Caldes) y Puerto fueron también un concejo independiente que desapareció definitivamente al incorporarse al de Oviedo/Uviéu en 1897, aunque en 1862 ya lo había hecho Priorio. Era esta la antigua Ribera de Suso o de Abajo. Únicamente la Ribera de Yuso o de Arriba mantuvo su independencia municipal, llamada también oficialmente La Ribera, sin más...


La Sierra Estopo, con El Picu Pacerande (561 m) separa el valle de La Ribera, donde el Nalón recibe las aguas del Caudal, del valle del Trubia, otro afluente del Nalón. En la lejanía reconocemos algunos picachos de la cuenca del Cubia, otro afluente más


Más próxima, reconocemos la gran cantera de Llagú o Cellagú en la parroquia de Llatores, cuya polémica ampliación destruyó uno de los más formidables castros prerromanos encontrados en Asturias, El Castiellu de Llagú, del que compartimos su ficha en ArqueoAstur:
"Historiografía 
Identificado el 12 de noviembre de 1958 por José Manuel González y Fernández Valles, siendo añadido a su catálogo de castros de 1966. Incluido en la Carta Arqueológica del concejo de Uviéu elaborada en 1984 por Beatriz Junquera Lantero.  
Régimen de Protección Legal 
No fue incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA) del 23 de diciembre del 2013 ya que en 2005, tras una resolución administrativa, el yacimiento fue desmantelado y destruido por completo por una cantera cercana. 
Descripción Arqueológica 
Se localiza en una elevación aislada de conglomerados de calizas y areniscas a una altitud de 280 m.s.n.m., sobre la confluencia del río Nalón con el Gafo. Recinto de planta ovalada de unos 160 x 100 metros coronado por una acrópolis en el extremo septentrional. En su fase más antigua, entre los siglos VI y IV a.C, el recinto fue delimitado por los frentes meridional, oriental y NE por una muralla de bloques calizos de lienzo corrido bastante simple, no documentándose restos de estructuras domésticas claras en su interior. En los siglos I-II a.C, época prerromana final, se erigió sobre la muralla antigua otra de módulos de 38 metros de largo con dos entradas principales, una peatonal por el sector meridional y otra para carros por el NE, defendida en este sector por un foso, un antecastro y otro posible foso. Las cabañas asociadas a este espacio intramuros son de plantas redondeadas y pequeñas dimensiones, levantadas con materiales perecederos sobre una base de mampuestos o cimientos sencillos.  
A finales del siglo I d.C, bajo gobierno emperadores julio-claudios, se documentó un nivel de incendio generalizado que supuso la remodelación de la muralla antigua por otra de módulos más pequeños de 14 metros de longitud, ampliándose su trazado hacia el NE y monumentalizándose el acceso por el sur. En la segunda mitad del siglo I d.C la cerca se fortaleció con más lienzos adosados en el tramo central y una gran torre de planta redonda de 7 metros de diámetro, así como un cuerpo de guardia adosado de planta rectangular. En su interior de documentaron cabañas de plantas redondas y ovaladas contruidas con zócalos de piedra y materiales perecederos y la posible existencia de una sauna castreña en un espacio cercano a la acrópolis. En la última fase ocupacional, en época romana alto imperial, siglos I y II d.C la muralla es de escasa entidad, posiblemente de madera sobre los cimientos de la anterior. Para una secuencia ocupacional enmarcada entre los siglos VI a.C y II d.C se documentaron 50 construcciones domesticas, concentradas todas ellas entre los siglos II a.C y la fase final del siglo II a.C (Berrocal-Rangel et alli, 2002). 
Cultura Material 
En el lugar se recogieron los restos de un molino circular de mano, varios fragmentos de cerámica romana (terra sigillata) y un yunque de arenisca (González y Fernández-Valles, 1976). Posteriormente se refiere  el hallazgo de una moneda de bronce de Trajano en la cueva de La Ermitán, que parecía indicar una fase ocupacional de época romana (Maya González, 1988). Posteriormente, el enclave fue excavado en su totalidad, lo que permitió completar dicha secuencia. Las intervenciones arqueológicas fueron llevadas a cabo por Javier Rubial Martínez y María Luisa González Álvarez entre 1994 y 1996, por Luis F. López González, Yolanda Álvarez González y Miguel A. López Marcos en 1998, por Luis Berrocal Rangel en 2001 y 2005, y por la UTE Ánade-1:20 en 2005. Material cerámico, metálico, escorias y moldes de diversas fases entre el siglo VI a.C al II d. C (Berrocal-Rangel et alli, 2002).  
Periodización 
Edad del Hierro desde finales del siglo VI y mediados del V a.C hasta finales del siglo I a.C. Época romana, desde finales siglo I a.C hasta siglo II d.C (Berrocal-Rangel et alli, 2002). 
Estado de conservación 
Tras una resolución administrativa, fue completamente desmantelado y destruido por  una cantera en 2005."

Nos acercamos a Samiguel, cuyas casas empezamos a ver camino adelante, "Por aquí pasaba antiguamente el Camino de Santiago" dice Adolfo Casaprima Collera en su Diccionario geográfico del concejo de Oviedo, y sigue pasando, añadimos nosotros, o pasan los dos, 'el de Santiago y el del Salvador', "El topónimo posiblemente aluda al santo a la que estaría dedicada alguna capilla, hoy desaparecida", prosigue. Por su parte, José Ignacio Fernández Fernández, uno de los autores de El Legado. Ecos y pasos. Toponimia de La Ribera, nos dice que una parte está en términos riberanos:
 «Es una localidad del concejo de Oviedo y perteneciente a la parroquia de Perera. Está situada a una altitud de 280 m. En la actualidad cuenta con una población aproximada de 19 personas y 7 viviendas». Un caserío de este núcleo pertenece al concejo de La Ribera"

El Camino ahora prácticamente llanea pues Samiguel se halla en un rellano en la cresta o canto del monte con unas vistas maravillosas sobre estos valles y hacia el norte en La Cuesta Naranco


Les sebes, altas y espesas, forman una bella barrera natural en la que se encaja el Camino, perfectamente integrado en el entorno rural que lo rodea


A veces, lo mejor para un camino es dejarlo tranquilo, señalizarlo, desbrozarlo periódicamente, limpiarlo, y dejarlo tranquilo, sin necesidad de hormigonados ni asfaltados, para eso ya están las carreteras, como la que comunica a Samiguel con el valle sin afectar a este magnífico trayecto


Al pasar bajo estos árboles, mirando al suelo, vemos señales del antiguo empedrado del camín real, un hermoso hallazgo y encuentro más con la historia de esta inolvidable senda


Samiguel, como la parroquia de Perera a la que pertenece, acaso más vinculada a petram 'piedra' que a peras, tiene pues parte ovetense y parte riberana y, en cuanto al Camino, Toponimia de La Ribera nos dice que es una "vía romana que unía Astorga con Lugo de Llanera. Esta vía, en los siglos medievales adquiere un relevante protagonismo, por ser la ruta de los peregrinos a San Salvador y a Santiago. Igualmente, este paso será el Camino Real de Castilla contando con una «venta» para servicio de los viajeros, de ahí, topónimos que hoy se conservan como: La Venta, o Venta del Aire".


Si bien los documentos de la monarquía asturiana recogidos por el obispo Pelayo en el Liber Testamentorum de la catedral de San Salvador son interpolaciones de hacia el año 1118, no dejan de ser una fuente de información muy importante para conocer datos de la alta Edad Media Asturiana. Leemos a Natalia García Mallada, otra de las autoras de Toponimia de La Ribera...
"La primera referencia documental de esta feligresía aparece en el testamento del rey Ordoño I, en el año 857, por el cual donaba a San Salvador de Oviedo diversas iglesias, villas y monasterios, entre los que se encontraba «in territorio Sauti de Lecer iusta fluuium Nilonem ecclesias Sancti Petri de Ferreros, Sancti Martín de Perera, Sancte Agathe, Sancti Saturnini». 

En un documento del año 960, se establece una donación a la Catedral de Oviedo, donde se mencionan los lugares de: Perera, Campo de Santiago, Fresneo, Picullanza, Pando127. Aunque pudiera tratarse de una falsificación resulta novedosa en la documentación recogida las alusiones a Fresneo y Picullanza, pues aunque tempranas, son lógicas por su vinculación con el Camino de San Salvador. 

Y ya será en el siglo XIV cuando volvamos a encontrar referencias a esta parroquia en el libro Becerro realizado por el obispo Don Gutierre de Toledo. La importancia histórica de esta parroquia, sin duda, viene dada por su vinculación con la peregrinación, lo que significa, ser una importante vía de comunicación con la meseta castellana y de esta con el mar: Camino Real de Castilla también para el comercio. La existencia del Portazgo en Olloniego, da buena cuenta de ese momento histórico. Los topónimos La Venta del Aire, La Venta, nos hablan de las posadas para descanso de viajeros y animales. Sobre esta importante vía de comunicación para el comercio tenemos noticias en el siglo XIV: 
 «… un contrato con un Suer Dado, hijodalgo de Aller (1308) para que mediante el pago de 300 maravedises alfonsinos cada mes, custodiase y pusiese a salvo, desde Mieres hasta el llano de San Miguel de Premaña, las recuas de mercaderes que iban y venían de Oviedo a León y de León a Oviedo, con pan, vino, paños y otros artículos, asaltadas sin tregua en el coto de Olloniego...»
Esta vía de comunicación tiene su origen, como ya se ha comentado, en una calzada romana. La proximidad del castro en el Pico de La Corona nos remonta a pueblos antiguos y, con ello, a antiguos dioses olvidados con la cristianización y la fuerza peregrinatoria a San Salvador de Oviedo y a Santiago de Galicia. Topónimos con raíz celta como: Coma, Candama, Duernos... son los últimos testigos del asentamiento de nuestros posibles ancestros".


Al llegar a las casas estas forman un ángulo recto respecto a la explanada que hay ante ellas, aquí empieza el asfalto


Según el mapa del Instituto Geográfico Nacional (IGN) todas estas casas están en términos riberanos, sería detrás de ellas, a la izquierda, donde pasa la frontera, las de la parte ovetense, por donde llega a Samiguel la carretera local que comunica la aldea con el valle


Captura de pantalla del mapa del IGN donde la línea +-+-+-+ señala la frontera de concejos


Nosotros no seguimos por la carretera, sino que seguimos a la derecha, por donde continúa el camín real


Por esta zona de los hórreos, "en la margen derecha del Camino Real (camino de peregrinos en dirección al río Gafo y Oviedo), pudieran estar localizadas las ruinas del antiguo Monasterio de San Miguel, según tradición oral", nos explican los autores de Toponimia de La Ribera



Miremos también atrás, con otro magnífico hórreo de corredor, el cual, desaparecida la cultura cerealística de hacer el pan en casa, ha quedado como elemento ornamental, fijémonos en las vistosas y coloristas flores que crecen en la subidoria...


Los pegollos son de madera y no se apoyan en el suelo sino en un murete de piedra a manera de almacén o bodega


En tiempos en los que Pascual Madoz publicaba aquel famoso Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, los cereales panificables que se plantaban en la parroquia eran escanda, trigo y maíz, este último sin duda colgaba con sus panoyes o mazorcas enristradas o enriestraes de estos corredores


 Asimismo se plantaban "patatas, lino, cáñamo, frutas, leña y pastos", criándose "ganado vacuno, de cerda y lanar, y pesca de varias especies". En la actualidad todo el terreno agrícola prácticamente se ha consagrado en su totalidad a pastos y las pocas caserías existentes a la cría de ganado vacuno. La pesca en los arroyos ha desaparecido


Salimos de Samiguel por este bello vergel en dirección a La Candama, una casa un poco más apartada que vemos al fondo, no muy lejos


El Camino hacia La Candama está asfaltado y es bastante llano, al llegar allá perderá el asfalto y empezará la bajada final al valle


Como en todo este trayecto desde que salimos de Picullanza, del Camino hacia abajo y hacia el norte se prolonga territorialmente esta cuña que hace aquí el concejo de La Ribera en territorio ovetense entre las parroquias de Perera y de San Esteban


Mojón con su concha identificativa del Camino y su flecha direccional. Observemos a la yegua y a su potro pastando en el prado...


El padre nos observa, magnífica estampa con Friera y Premoña al otro lado del valle



La Candama es una casa solitaria rodeada de fincas, su topónimo se basa en la raíz cand que, literalmente, se asocia al color blanco, dando en palabras como candial "de buena calidad (especialmente el pan, el trigo)" dice García Arias o incluso una persona con el significado de 'cariñoso'


Pero también puede referirse a "el apelativo cándanu, cándalu o cándaru ‘rama seca y blanquecina’ y por extensión ‘persona alta y delgada’. De igual modo, el femenino cándana ‘caña grande y seca especialmente cuando queda algo blanca por haberse quemado’", lo que nos haría pensar en terrenos ganados secularmente al monte por quemas



La pumarada en flor: manzanal abajo vemos la carretera que comunica el pueblo. Según el mapa, a partir de ella hacia abajo es territorio ovetense


Y ahí tenemos el valle del Regueru Morente, que va a dar sus aguas al río Gafu en Llamaoscura, bajo los altos de El Caleyu



Llamaoscura está allí abajo, al pie de El Caleyu, por donde sigue la Vía Verde de Fuso de la Reina; es una zona de nuevas urbanizaciones que no vemos, tapadas por los árboles del bosque de La Zoreda, donde hubo una fábrica de explosivos. Cuenta de ello Luis Fernández en Todos los secretos el bosque de La Zoreda, artículo para La Voz de Asturias del 27-4-2019:
"A poco más de 5 kilómetros del corazón de Oviedo, la ciudad esconde uno de sus secretos mejor guardados. El hallazgo estrella en la Zoreda son los restos musterienses que podrían sugerir la presencia de población neandertal en la zona. A falta de un estudio en profundidad, el descubrimiento ha generado unas expectativas importantes que tendrán que confirmar las nuevas pruebas. Junto a ellos, los aproximadamente 240.000 metros cuadrados de bosque albergan construcciones históricas que habían quedado en el olvido y de los que no quedaban restos en los inventarios municipales. Alguno de ellos es del siglo XVIII y, por su interés, Pedro Zapico, arquitecto del proyecto a través del cual se está limpiando el terreno, considera que sería conveniente un «plan de recuperación ambicioso». 
Los robles, hayas y castaños se entremezclan con las ardillas, corzos o jabalíes que habitan el bosque. Con el paso de los años, y tras el abandono de la fábrica de explosivos, la maleza ha ido ganado terreno, especialmente lejos de las vías hormigonadas que cruzan la zona. En el interior el acceso se ha ido complicando con el paso del tiempo y eso ha provocado que, pese a la cercanía a la ciudad, las edificaciones hayan caído en el olvido. 
"(...) una de las construcciones más llamativas que han aparecido son dos edificios racionalistas de los años 30 del siglo pasado. Aunque en apariencia es solo un inmueble, en realidad son dos unidos por una conexión subterránea. 
El arquitecto señala que el edificio fue construido en una oquedad. Esto se debe a que en aquella época funcionaba en el bosque una fábrica de explosivos. De estas forma, el inmueble estaba protegido ante posibles explosiones. El lugar elegido, unido al crecimiento de la maleza, dificulta su localización con un primer golpe de vista, motivo por el que ha pasado desapercibida hasta el desbroce. Zapico asegura que tiene «líneas muy interesantes», motivo por el que, en su opinión, sería conveniente rehabilitarlo. A pesar de ello, es consciente de la dificultad debido al coste que ello supondría. 
Otro de los elementos singulares que han aparecido es una casa mariñana del siglo XVIII. «Ahí la maleza era tal que no se veía nada y eso que está a unos 30 metros en línea recta desde uno de los viales asfaltados». Esta casa es de una época anterior a la fábrica. A lo largo y ancho del bosque hay varios búnkeres y polvorines, y Zapico también destaca dos balsas de agua para posibles incendios. Uno de ellos tiene más de 50 metros de longitud. Junto a ellos, hay unas casetas de bombas que, según el arquitecto, también tienen interés. 
Además de todo esto, el bosque está lleno de edificios que en parte están derruidos. «Ha habido mucho pillaje y, en su día, se llevaron todos los materiales que podían ser reutilizados». Allí quedaron el hormigón y las edificaciones demolidas parcialmente que el paso del tiempo ha ido deteriorando. El plan de empleo finaliza a finales del mes de julio y, aunque siguen las labores de desbroce, el arquitecto considera poco probable la aparición de más patrimonio de estas características. 
El conjunto de construcciones merece, en opinión de Zapico, «un plan de recuperación ambicioso». El arquitecto también alerta de que, en la actualidad, el bosque entraña ciertos peligros debido a la presencia de búnkeres y polvorines que no siempre se ven con facilidad. De hecho, afirma que una de sus grandes preocupaciones durante los trabajos del plan de empleo ha sido señalizar bien los peligros para evitar que los trabajadores pudieran tener algún percance. 
El yacimiento musteriense 
Todas estas edificaciones tienen un gran valor patrimonial, pero el hallazgo más llamativo de todos los del bosque de la Zoreda son los restos musterienses. Según ha explicado el arqueólogo del plan de empleo, Alfonso Fanjul, las piezas halladas son de hace más de 30.000 años y podrían pertenecer a un asentamiento neandertal. Al tratarse de un yacimiento en superficie, los profesionales necesitan nuevos permisos para seguir excavando y afinar más en la investigación. También es necesario hacer más pruebas a los restos encontrados para precisar de forma más exacta la época a la que pertenecen."

En el entorno de la antigua fábrica de explosivos, donde trabajaron antaño tantísimos vecinos de estos pueblos ovetenses y riberanos, aparecieron instalaciones tales como búnkeres y polvorines de su fase iniciar, una casona asturiana estilo mariñana, del siglo XVIII, anterior pues a la industria y un edificio racionalista de la década de 1930. Natalia Tielve García pasa revista a todo ello en la web Patrimoniu Industrial:
"Fundada en el lugar conocido como Llamaoscura, su origen se sitúa en el año 1865, con la adquisición por parte del ingeniero belga Dionisio Thiry de unos terrenos, la constitución de la Sociedad Dionisio Thyry y Compañía y la creación de la primitiva fábrica de pólvora. En la década de 1880, a partir de la unión de la familia Thiry con un grupo de inversores alemanes e industriales ovetenses – entre ellos los Herrero y los Palacio - se funda la Sociedad de Explosivos La Manjoya que, a la fábrica de pólvora, suma otra destinada a producir dinamita. Bajo la gestión del director Carlos Vetter, entre 1883 y 1890, la factoría se amplia sobre la terraza fluvial situada a los pies del monte de La Zoreda. 
Aunque la sociedad se convirtió en una de las más importantes productoras de explosivos del país, la fuerte competencia con los productores de dinamita del momento -  como la Sociedad Anónima Explosivos del Cayés y la Sociedad Vasco-Andaluza-Asturiana de Explosivos de Chávarri y Tartiere – complicó su situación. A partir de 1896 quedaba integrada en la Unión Española de Explosivos. 
La Manjoya, en lamentable estado de abandono, muestra hoy los restos de diferentes edificaciones destinadas a polvorines, hornos, almacenes, depósitos, talleres, oficinas, viviendas para los trabajadores y equipamientos sociales – entre los que se encontraban instalaciones de ocio y un espacio para el culto - cronológicamente escalonados en el tiempo, desde la segunda mitad del siglo XIX, hasta bien avanzado el siglo XX. La edificación que albergaba los polvorines determinaba la estructura organizativa y morfológica de la fábrica. Su rotunda volumetría unida a su gran extensión, unos 160 metros aproximadamente de longitud, imponía su presencia. Su perímetro dentado generaba un volumen discontinuo, con alternancia de entrantes y salientes. Esta disposición dentada fue aprovechada para adosar construcciones de carácter auxiliar, como casetas de vigilancia, vestuarios y montacargas."


Otro paisaje de la campiña de Llatores con sus barrios desparramados y extendidos por sus cuetos y caminos, tal vez todo ello hacienda de un antiguo Latturus que dio nombre a la actual parroquia


Más allá de la carretera y la pumarada, ya en territorio ovetense los prados suben hacia Casielles y El Cantu, otra atayala natural sobre estos valles del Nalón-Caudal, Nora y entrada al del Trubia...


Y hacia el Aramo, la gran montaña central asturiana, que se extiende de sur a norte enlazando la confluencia de estos valles con los puertos de la Cordillera


El Aramo oculta este día sus más altas cimas entre las nubes, a no ser La Mostayal (1.303 m), separada del resto de la sierra, El Puertu l'Aramo, por el collado de Pan de la Forca


De Pandelaforca se sube a la izquierda al Mosquil (1.288 m) y de allí al Gamonal (1.710 m), este sí tapado por el manto blanco de las nubes. Se ha considerado que el nombre de la montaña tenga que ver con el teónimo celta Aramo. Xosé Lluis García Arias hace al respecto esta consideración:
"Alguno considera que L’Aramo, o con metafonía L’Aremu, nombre de un monte entre los concejos de Morcín, Quirós, Proaza y Santu Adrianu, podría ser un teónimo de origen galo, con una acentuación regresiva para evitar la idea de aumentativo a que daría lugar la expresión esperable *Aramón. Pero sin atreverme a negar nada creo que ha de llamarse la atención sobre la proximidad fónica que guarda el topóni mo asturiano y el latín AER¯AMEN ‘bronce’ (EM) uniendo a ello el hecho de que las minas de cobre del Aramo ya en la antigüedad fueron explotadas. Lo curioso del caso es que en el concejo de Uviéu un arroyo lleva el nombre, aparentemente diminutivo, de Aramín que podría admitir una interpretación hidronímica. 
Con todo, el carácter sagrado del Aramo nos lo recuerda claramente el culto cristiano en el nombre de una de sus zonas conocida oficialmente como "Monsacro" y, popularmente La Madalena y, parece que también Muxegre, esto es MONS SACER ‘monte sagrado’. La importancia simbólica de este monte fue tal que la tradición lo hace depositario de las preciadas reliquias del Reino de Asturias. En torno a él se tejió una larga tradición rica en matices y datos expuesta hace ya medio siglo por el gran estudioso José Manuel González. Indudablemente la cristianización pudo haber sido el corolario exigido por los cultos anteriores."

El Monsacro asoma sus cimas un poco más a la izquierda, no cubiertas de nubes pero sí 'camufladas' delante del más alto espolón del Aramo. Ahí quiso la tradición se guardasen las reliquias de Jesús y María que, junto con las de otros santos y apóstoles, habrían venido desde la lejana Jerusalén huyendo de invasiones persas y árabes

 
Aquellas sagradas reliquias que dieron nombre al monte habrían sido trasladadas por disposición de Alfonso II El Casto al nuevo templo del Salvador, reconstruido en su naciente capital tras los ataques musulmanes de los años 794 y 795 ordenados por el emir de Córdoba Hixem I. La importancia de tales reliquias se divulgó extraordinariamente en Europa desde el medievo y es el origen del dicho "quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor". Veneradas en la Cámara Santa de la catedral, son el fundamento de este y otros caminos salvadoranos por los que se entraba desde la meseta a través de los puertos


Cuando da el sol bien llegamos a reconocer una de sus capillas, la de la Magdalena, justo al borde del camino romero que sube desde Santolaya, en Morcín. Su advocación da nombre también al monte, que es conocido como La Madalena. Más atrás y algo más arriba se encuentra la de Santiago, cuya forma octogonal, como el Templo de Jerusalén, a dado lugar a cábalas sobre una nunca totalmente demostrada presencia templaria en Asturias


La cota más alta del Monsacro son los 1.055 m del Cuitu Rumiru, cuyo nombre se dice guardaría relación con las sonadas romerías a sus capillas, Les Capíes, donde se han querido encontrar reminiscencias paganas en los apreciados cardos que se llevaban de sus vegas (símbolos solares) como constancia de haber estado en dicha celebración, o en la quema del Tararu, muñeco que se incineraba y cuyo nombre recuerda al del dios celta Taranis



Huertas de la Candama, al fondo, en el hórreo, veremos alguno de sus productos...


Buenas calabazas madurando, curando al sol


Aquí prosigue el florido y casi llano paseo que nos ha traído desde Samiguel, formando un bello bulevar de parterres


La Candama, vendría a ser la última casa del concejo de La Ribera en el Camino, si bien su término municipal se extiende aún unos cientos de metros más al norte, camino abajo...


Es una casa estilo mariñana, de portalón en medio y cuartos a los lados, con la cocina al fondo y (antiguamente) la cuadra y la tenada. Pese a las reformas conserva bien su estructura. El Camino sigue a su izquierda


Y aquí pierde el asfalto y se convierte en una hermosa y ancha senda de hierba, en la que crecen las blancas flores de la primavera...


Con La Manxoya y La Cuesta Naranco siempre al norte el Camino hace una curva cerrada a la derecha y empieza a perder altura más acusadamente


Bajamos junto a la torre de alta tensión que antes veíamos desde más arriba, viniendo de Picullanza



El Camino va a zigzaguear para perder altura rápidamente, ahora miramos al este, hacia San Esteban


Abajo Premaña, donde se unen los regueros de La Ceposa o La Ceprosa y Aramín, este vinculado a Aramo, ambos afluentes del Morente


Premaña, casería de la parroquia de Les Cruces situada en el estrecho valle que forma el arroyo Aramín (...) podría entenderse como un arcaísmo aumentativo de MAGNUM ‘grande’, o bien desde el antropónimo MAGNONIUS", afirma García Arias, o Mannius, como dice Casapirma Collera. Abajo, oculto en la arboleda ribereña está la aldea de Morente y, arriba, El Bosque y Los Arenales, con la central eléctrica, el cementerio del Salvador y las instalaciones de RTVE en Asturias


Un poco más a la derecha y en la AS-375 (Carretera de Castilla), vemos algunas casas de La Covadonga, donde arranca la Ruta de las Peregrinaciones GR-105 rumbo a la Covadonga de la Santa Cueva de la Santina


El centro territorial de RTVE se inauguró en 1988 pero ya antes existía otro inaugurado en 1979, si bien sus emisiones habían empezado cinco años antes. Como nota curiosa se sabe que la primera vez que se sintonizó televisión en Asturias fue en 1968, captándose emisiones de la BBC y seguidamente de TV. Al año siguiente ya había, en pruebas, un primer centro emisor de TVE en Asturias


Ya hemos hablado del origen y fundación del Cementerio de El Salvador, del que escriben su historia Silvia Blanco y Luis Cué en Breve historia del cementerio de El Salvador, cuyo contenido compartimos en la entrada de blog dedicada a Picullanza. En 1982 se inauguró el Tanatorio los Arenales en una finca anexa


El extremo territorial nororiental del concejo de La Ribera se extiende como una pequeña y estrecha pica camino abajo hasta llegar a las inmediaciones de La Venta, casería de Caxigal dentro de la parte ovetense de la parroquia de Perera o Pereda, este fue, dice la Enciclopedia de Oviedo, "un pequeño coto de señorío del Deán y Cabildo de Oviedo. Dicho coto con las desamortizaciones de la época de Felipe II, en el siglo XVI, fue adquirido por el concejo de Oviedo, aunque gozando de cierta autonomía. Por aquí transitaba el Camino Real a Castilla y por ello contaba con una venta para servicio de los viajeros".


Este Caxigal o Cagigal, fue pues otro coto de la Iglesia ovetense que tuvo cierta independencia pues, al pasar a la Corona con la desamortización de Felipe II, fue comprado por el Concejo de Oviedo en 1584, aunque se independizó parcialmente de su jurisdicción posteriormente, pues Adolfo Casaprima Collera encuentra documentos en los que aparece como ayuntamiento propio en 1744, si bien dentro del ovetense, pues este era el "que elegía entre sus regidores el actuaba como Alcalde Mayor de Cagigal"


Este lugar de Caxigal o Cagigal parece haber estado dentro del coto de Paderni... o 'al revés', pues su más famoso vecino, Alonso de Quintanilla, Contador Mayor del Reino de Castilla y personaje influyente en la corte, aparece como nacido "en el coto de Paderni (Cagigal, cercano a Oviedo), en el seno de una familia noble. Hijo de Luis Álvarez y Urraca Álvarez", según la Enciclopedia de Oviedo. De esta manera, la noticia de que Paderni intentase adherir a su término el lugar en el siglo XIX, que antes citábamos con el texto de Casaprima Collera, tal vez sería buscando recuperar estos términos


No llegamos a ver La Venta, en lo más profundo del boscaje, pero sí otra antigua casería en la cuesta por la que subiremos, Caxigal arriba, a La Manxoya


Va a ser la última cuesta de cierta entidad antes de llegar al casco urbano, la cual no gana una gran altitud, unos 320 metros sobre el nivel del mar, pero sí un importante desnivel en unos duros repechos bastante seguidos, tal y como estamos comprobando


Cuando al otro lado bajemos por El Caserón, La Mercé y La Bolgachina al río Gafu, aún tendremos otra cuesta a La Malatería en San Lázaro, pero mucho menor y más corta que esta. Luego, ya por las calles de la urbe, una ligera subida nos llevará al Seminario de Oviedo, con su albergue público de peregrinos El Salvador, antes de bajar a El Campillín y entrar en el Antiguo o casco histórico por la calle Magdalena, a un paso de la catedral


Más señales del GR-100.1, el cual coincide en todo este tramo hasta la ciudad con el Camino del Salvador. Esta es su descripción en Wikipedia:
"El GR-100.1, denominado Ruta Gijón - Puerto de Pajares, es un Sendero de Gran Recorrido alternativo al GR-100 (Ruta de la Vía de la Plata) en su tramo asturiano. 
Este trazado había sido señalizado y homologado por parte de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (FEMPA) en el año 2000 como GR-100, mientas que el GR-100.1 era otro trazado diferente denominado Vía de la Carisa. Pero en 2013, la Red de Cooperación de la Ruta de la Plata propuso a la FEMPA modificar el trazado del GR-100 para que pasase por la Vía de la Carisa,[2]​ la primera y principal vía de comunicación romana de Asturias, que debe su nombre a Publio Carisio, el legado de Augusto, que ordenó su construcción. De acuerdo con la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), la FEMPA no tuvo inconveniente en modificar la signatura de ambos GR, pasando a ser el antiguo trazado del GR-100 el nuevo GR-100.1".

Y esta es una hermosa estampa del valle del Regueru Morente a principios de la primavera, con La Manxoya, Buenavista y La Cuesta Naranco en lontananza, al oeste-noroeste


Al fondo, algunas casas de la zona de Llamascura y La Zoreda, cerca de la antigua fábrica de explosivos. Más allá son los montes de Cellagú, en Llatores


Según seguimos bajando, al lado de la torre de alta tensión, miramos ahora de frente al este: es la bajada al valle, la cual culminará al llegar a La Venta y antiguo coto de Caxigal y de Paderni, solar de Alonso de Quintanilla y sus antepasados


Este primero es el valle del río o Regueru la Reprosa, Paderni está más arriba y más atrás, cerca de El Pandu y la vieja Carretera de Castilla, en los altos que cierran estos valles al oriente


El sendero es un verde camino de hierba y tierra que camufla buenos trechos de su antiquísimo empedrado, siempre entre sebes separándolo de las fincas


Por el medio, se ve, más claro, el surco pisado por otros peregrinos sobre esta bella alfombra verde


Sin duda hemos de destacar una vez más que el Camino es sumamente hermoso, desconocemos eso sí si pensarían lo mismo los peregrinos de antiguamente, pues los conceptos de hermosura, en lo referente a paisajes y caminería, han cambiado a lo largo del tiempo


En la Xacopedia, por ejemplo, se nos dice que los textos y testimonios de peregrinos históricos "apenas mencionan la naturaleza en sentido positivo" y que, cuando lo hacen, es dentro de otros contextos agradables de la ruta:
"Las penalidades que a los caminantes históricos les ocasionaba la naturaleza sin aditivos, que obligaba a grandes esfuerzos de supervivencia, no estimulaba precisamente los sentidos para una percepción positiva del medio físico. Para el peregrino medieval y de los siglos posteriores el entorno era, como casi todo, un concepto utilitario: resultaba bueno en función de si ayudaba o no en el viaje
Si en la actualidad se valora de forma positiva la naturaleza incluso en condiciones extremas durante la ruta y se acepta el padecimiento momentáneo como parte de la experiencia del Camino -siempre habrá la oportunidad de una ducha y un reparador descanso al final del día-, el peregrino histórico tenía una visión de esta cuestión completamente distinta. Incluso caminantes tan animosos y dispuestos a disfrutar del viaje y de cualquiera de sus oportunidades como el italiano Nicola Albani (s. XVIII) observan y valoran el entorno natural en función sobre todo de sus dificultades: “Tuve que hacer una subida de cuatro millas por una montaña tan horrible que incluso las caballerías se habrían cansado.” Así se refiere Albani al hoy considerado espectacular entorno del Camino Francés en el límite entre León y Galicia. 
Los relatos conservados reservan sobre todo las muestras de admiración y disfrute del entorno -aunque también reciba críticas- para los espacios urbanos, los grandes edificios y, en alguna ocasión, el mar. En el medio urbano el peregrino tenía la posibilidad real de recibir ayuda, alimentos y calor humano. Y estos eran valores supremos en ruta. También aparecen algunas consideraciones positivas cuando la naturaleza se combina con el tiempo agradable para caminar. Poco más."

Lo mismo que la hierba oculta el empedrado, también tapa algunos elementos que formaron parte del antiguo camín real, como aquí a la derecha, al pie de estos árboles


Ahí hay un bebederu o abrevadero, sin duda en desuso desde que felizmente llega el agua para el ganado también a las fincas, pero delata a la vez un manantial y un antiguo lugar de parada para las caballerías y las gentes camineras


Y es que estos eran fundamentalmente caminos de caballerías, esto es, de herradura, aptos solamente para las recuas de mulas de los arrieros, los grandes transportistas de la antigüedad, además de gente a pie y a caballo naturalmente; pocos caminos, o tramos de caminos, eran de carros, de ahí lo perentorio de hacer carreteras, 'caminos de carros', como la de Castilla, que los sustituyese


Pero a pesar de todo este era el Camino principal y así lo fue hasta finales del siglo XVIII cuando el tramo correspondiente de carretera dejó al camín real como vía pecuaria y de comunicación local, pero antes sería por que se entraba y salía de la ciudad, el que emplearía Alonso de Quintanilla para hacer carretera en la corte de Castilla, como continúa diciendo la Enciclopedia de Oviedo:
"En 1440 se traslada a Valladolid como doncel de la corte de Juan II, siendo más tarde el preceptor de Enrique II. Hacia 1462 recibe el nombramiento de contador de Asentamientos pero fue destituido al apoyar a Alfonso como sucesor en el trono en lugar de apoyar a Juana la Beltraneja. Una vez fue proclamado rey Alfonso, Quintanilla pasó a ser Contador mayor del reino y alcaide mayor del adelantamiento de Castilla. Al morir el rey, Quintanilla pasó al servicio de la princesa de Asturias y futura reina Isabel, la Católica, velando fielmente por el patrimonio de ésta en sus primeros años de matrimonio con Fernando, el Católico. Al morir Enrique IV, Quintanilla se ocupó personalmente de la ceremonia de coronación de Isabel en 1471. Participó con sus propios fondos en diversas incursiones militares como fue la conquista de Canarias en 1480, y organizó el reclutamiento y la partida financiera para la toma de Granada. Fue el artífice fundamental de la financiación del proyecto de Colón. Propuso la formación de un ejército permanente al servicio de la corona y llevó a cabo la realización del primer catastro de España. Falleció en Medina del Campo siendo consejero real en 1497. Es uno de los personajes más importantes para la historia de Asturias y de España del siglo XV."

Pero antes, por aquí iría a estudiar a la capital, no obstante, buena parte de su biografía, sobre todo en lo concerniente a su juventud, aparece envuelta en un halo de misterio cuya razón nos advierte así la Wikipedia:
"Alonso de Quintanilla o Alfonso Álvarez de Quintanilla (PaderniCrucesOviedoc. 1420 - Medina del Campo, 1500) fue un político y estadista español del que, a pesar de haber desempeñado un papel relevante al servicio de la Corona en la segunda mitad del siglo XV como contador mayor y promotor de la Santa Hermandad, apenas han llegado, según su primer biógrafo, «vagas noticias, oscuras referencias, y alusiones remotas», silencios y omisiones que pudieran tener su origen «en el ambiente de malquerencia y aislamiento que contra él creara la despechada aristocracia».​ Es la personalidad más sobresaliente de Asturias en el siglo XV. Su vida entera estuvo ligada a la Corte de los Reyes de Castilla, comenzando con Juan II de Castilla para seguir con Enrique IV de Castilla y muy especialmente con los Reyes Católicos, al servicio de los cuales puso de manifiesto su talento de gobernante."

Para él, como para nosotros, La Cuesta Naranco sería una referencia continua en el paisaje hacia el que se supone habría sido su primer centro de enseñanza, el convento ovetense de San Vicente, tan vinculado al nacimiento oficial de la ciudad, situado en el Antiguo, justo detrás de la catedral y ante la muralla medieval:
"Alonso de Quintanilla fue hijo de Luis Álvarez de Paderni y de Orosia Álvarez de Quintanilla, labradores acomodados, cuya memoria quiso honrar mandando reparar y ampliar las instalaciones del monasterio de Santa Clara, extramuros de Oviedo, dándoles en él sepultura junto con su hermano Luis. Según algunos biógrafos debió de formarse en el monasterio benedictino de San Vicente de Oviedo, dado que era el único centro de enseñanza existente entonces en Asturias donde podría haber recibido su esmerada cultura en Humanidades y Derecho". 

Siendo labradores acomodados, es decir, posiblemente dueños de sus tierras de labor y acaso de otras que les proporcionasen algunas rentas, podrían haberle permitido estudiar en San Vicente. Serían entonces posiblemente los monjes quien le buscarían acomodo, aplicado en sus estudios, en la casa de alguien de la nobleza y, de allí, saltaría a la corte en unos años muy turbulentos, de continuas disputas al trono que solían acabar en guerras civiles endémicas. Este camino, muy posiblemente, sería el que le vería partir de su terruño:
"Parece probable que el primer contacto con la Corte lo tuviese como criado de Juan Pachecomarqués de Villena, quien años más tarde, en 1458, le concedió un juro perpetuo situado en las alcabalas de Oviedo. Posteriormente entró como doncel en la Corte de Juan II de Castilla, confiándosele la educación del príncipe don Enrique. Con Enrique IV en el trono escaló en la Corte, existiendo un documento de 1453 que le menciona ya como «poder habiente» del rey en un acto oficial celebrado en Medina del Campo. En 1460 fue nombrado «criado, guarda y vasallo militar» del rey, y de 1462 a 1464 se encargó de las finanzas reales como «contador de acostamientos». Con frecuencia aparece él mismo como prestamista o garante de la Corona en la anárquica corte de Enrique IV."

Más señales del viejo empedrado, ¿pisaría algunas de estas mismas piedras Alonso de Quintanilla?, lo que parece es que, envuelto ya en las vicisitudes de la corte hubo de tomar partido, una decisión arriesgada pero de la que saldría bien parado:
"Al estallar la crisis, Quintanilla se pasó al partido del infante Alfonso, pretendiente al trono de Castilla. Ya en noviembre de 1464 formó parte de la comitiva que se entrevistó con el rey con la pretensión de que reconociese por heredero al infante en perjuicio de Juana, llamada la Beltraneja. Asistió a la Farsa de Ávila, en junio de 1465, participando en la deposición del rey y la coronación del infante, a quien acompañó en la toma de Olmedo, propiedad de Enrique, y en sus correrías por tierras de Valladolid y Palencia. El pretendiente nombró a Quintanilla miembro de su Consejo, contador mayor de Cuentas (oficio que retuvo hasta 1494), escribano mayor de Privilegios y Confirmaciones, alcalde mayor del Adelantamiento de Castilla y «ejecutor de cuentas contra los morosos al pago de los tributos», confiándole la fundación de la fábrica de moneda de Medina del Campo".

En las cambiantes fidelidades que eran moneda de uso común por entonces, Alonso de Quintanilla volvería a la obediencia de Enrique IV tras la muerte de don Alfonso en 1468. Es entonces cuando acontece otro factor absolutamente determinante al pasar al servicio de la princesa Isabel, futura Isabel la Católica, tras ser jurada heredera en septiembre de 1469 en el Tratado de los Toros de Guisando:
"Nombrado por Isabel su contador mayor, tomó posesión en su nombre del castillo de la Mota, disputado por el marqués de Villena, y de Ávila, una de las ciudades entregadas por Enrique a la princesa conforme al pacto de sucesión, para lo que hubo de compensar con 500.000 maravedís a Gómez Manrique que tenía su custodia. Entre 1471 y 1473, gastando fuertes sumas de su propio dinero, logró someter también al patrimonio de la princesa las villas de Sepulveda, pretendida por el marqués de Villena, ahora su rival, Ágreda y Aranda de Duero, que hasta entonces lo era de la Beltraneja. Quintanilla se entregó por completo a la defensa de los intereses de la princesa, participando activamente en las intrigas cortesanas dirigidas principalmente contra el marqués de Villena, favorito de Enrique. Gracias a su habilidad como diplomático y a las ingentes cantidades de dinero de su propio peculio gastadas en tropas y sobornos, logró que en 1473 Isabel entrase en Segovia, acompañada del cardenal de Toledo Alonso Carrillo, para tomar posesión de la ciudad y de su alcázar. En nombre de Isabel tomó Tordesillas por las armas en 1474, ciudad que quedó bajo su gobierno hasta 1476 y en la que estaba en posesión de casas principales, tierra y rentas diversas, con las que formó un mayorazgo dejado a la mayor de sus hijas, doña Inés".

Bien ducho en la administración del dinero, base económica al final de las artes de la guerra y la diplomacia, se convertiría en un gran apoyo para la corte de los Reyes Católicos, tan cuestionados al principio de su reinado y cuyas arcas no estaban nada boyantes:
"Quintanilla tomó parte en la organización del ceremonial para la proclamación de Isabel como reina de Castilla el 13 de diciembre de 1474 en Segovia. En febrero de 1475, ante la grave situación provocada por los partidarios de Juana de Castilla, los reyes Isabel y Fernando le nombraron alcaide del Castillo de la Mota.Al estallar la guerra, con la entrada en Castilla de Alfonso V de Portugal y su matrimonio en Plasencia con su sobrina Juana, Quintanilla recibió la orden de recuperar la villa de Arévalo, en la que Alfonso había fijado su campamento antes de dirigirse hacia Toro y Zamora. De nuevo Quintanilla actuó aquí más como hábil negociador que como guerrero, entregando a su alcaide 80.000 maravadís por la villa, en parte de su propio patrimonio y en otra parte obtenido del empeño del «collar de eslabones» de la reina Isabel. 
Ante la escasez de recursos económicos de Isabel y Fernando, agravada por los gastos de la guerra, Quintanilla propuso a los reyes «que imploraran subsidios del sentimiento religioso y de los magnates» como se hizo en efecto en las Cortes de Medina del Campo, en las que el clero castellano concedió la mitad de la plata de las iglesias, por valor de 30 millones de maravedís, a reintegrar en tres años, con otros subsidios aportados por los magnates opuestos a la Beltraneja, que hicieron posible la formación del ejército que rindió Toro y condujo al fin de la contienda, aunque esta aún prosiguiera algunos meses en Extremadura, donde Quintanilla participó en la rendición de Candeleda."

Viejas piedras para un viejo Camino, vamos así tras las huellas de Alonso de Quintanilla recuperando su memoria a cada paso que damos en esta que fue su tierra natal:
"Ante la situación anárquica del país, participó con Juan de Ortega, a instancias de las Cortes celebradas en 1475 en Madrigal, en el restablecimiento de la Santa Hermandad, algo más que una mera institución encargada del orden público en el ámbito rural, entrando a formar parte como tesorero de su consejo. En la sesión de Cortes o Junta de Procuradores celebrada en marzo de 1476 en la iglesia de Santa María de Dueñas, que aprobó la creación de la Santa Hermandad, Quintanilla propuso el empadronamiento militar para el que habría acometido, en su cargo de contador mayor, un recuento de la población de Castilla: el famoso «Censo de Quintanilla», por el que principalmente le menciona la historiografía. 
En 1480 aportó una fuerte suma de su propio patrimonio para llevar a cabo la conquista de Canarias, concediéndole los reyes notables privilegios sobre los beneficios de tal empresa, incluyendo el quinto de esclavos, sebo, cuero y presas obtenidos en la conquista, aunque tales beneficios no siempre llegase a cobrarlos. Según un apuntamiento de 1483, desde el final del reinado de Enrique IV hasta ese año la Corona le debía 3.288.000 maravedís entre préstamos hechos a la Corona, beneficios no percibidos y quitaciones no devengadas. Una de estas fue la del «collar de los eslabones» que Isabel había empeñado en Arévalo y recuperó Quintanilla para que la reina pudiera lucirlo en una fiesta".

No deja de sorprender cómo pudo llegar a ser de ignorado Alonso de Quintanilla para la historia en comparación con otros protagonistas de episodios tales como la conquista de Granada y en la formación de un ejército permanente en base a la elaboración de un censo...
"En la conquista de Granada, en su calidad de miembro del consejo de la Hermandad, fue con Juan de Ortega el gestor del reclutamiento de los diez mil peones con que las Hermandades de Castilla contribuyeron al esfuerzo bélico,​ encargándose de la obtención de recursos económicos y del aprovisionamiento de las tropas. Un documento de cuatro folios, escrito de su propia mano y conservado en el Archivo de Simancas, ha servido para atribuirle la realización efectiva del que sería célebre «Censo». Esas hojas servían además para acreditar su participación en la creación de un ejército permanente al año siguiente de la toma de Granada, presumiéndose que el documento fue redactado en 1493 aunque, al no ir fechado, Tomás González, al publicarlo en 1829 dando con ello la primera noticia del censo, lo había datado en 1482. Con objeto de conocer el armamento disponible en el reino, decía haber hecho él mismo un recuento de la población de Castilla, León, Toledo, Murcia y Andalucía excepto Granada. Según sus cálculos, decía, «paréceme que puede que aya en ellos [los reinos] un cuento e quinientos mill vezinos poco más o menos» (entre seis y ocho millones de habitantes), cifra a todas luces excesiva. En función de esos números hacía algunas propuestas relativas al armamento del que debía disponer cada hidalgo conforme a su renta y las villas y «lugares principales» que, con los puertos, debían según su recomendación disponer de artillería".

Acabamos su biografía, compartida de Wikipedia, recordamos, con otro momento absolutamente trascendental a la vez que desconocido salvo para los muy eruditos, su papel en los sucesos que llevaron al descubrimiento de América:"
En la acogida dispensada a Cristóbal Colón en Castilla pudo tener un papel destacado, según sus biógrafos, pues desde el primer momento le habría ofrecido su apoyo moral y económico, incluso dándole de comer, «porque de otra manera no se pudiera entretener tanto tiempo en tan larga demanda», según el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, siendo además él quien lo presentó al cardenal Mendoza. Al papel jugado por Quintanilla en el descubrimiento, amplificado por los cronistas locales, aludía también Ramón de Campoamor en un poema titulado Colón, colocándolo, en boca del descubridor, en compañía de otro gran financiero, Luis de Santángel:

De nuevo a mi favor abren campaña / Luis Santángel y Alonso de Quintanilla / y a los pies de la reina me acompaña / la marquesa Beatriz de Bobadilla. 

Ese papel, sin embargo, ha sido puesto en duda por Annie Molinié-Bertrand en vista del silencio de los participantes directos en la empresa y el del propio Colón, quien escribió que el padre Antonio de Marchena había sido la única persona que desde el primer momento le había prestado su ayuda desinteresada. 
Rehusó en todo momento los títulos de nobleza. Ya anciano, a finales de 1494, renunció a todos sus cargos, retirándose a Medina del Campo, donde creó en 1497 un mayorazgo en la persona de su primogénito, el comendador don Luis, quien se sumó al bando comunero y fue uno de los 293 exceptuados del Perdón general de 1522, aunque en su condición de miembro de la Orden de Santiago evitó ser juzgado y sirvió más adelante a Carlos I. 
De Alonso de Quintanilla se conservan dos discursos, uno pronunciado en las Cortes de Dueñas y otro con ocasión de la Orden de empadronamiento militar."

El valle de La Ceposa y El Monte Friera, del río, cuyo curso delata una línea de árboles ribereños, hacia arriba a la izquierda es territorio ovetense que fue antes de aquel coto de Paderni que fue solar de Alonso de Quintanilla. Incorporado a esta parroquia de San Esteban, se rindió homenaje a su figura en la iglesia parroquial el 21 de mayo de 1992 con motivo de las conmemoraciones organizadas con motivo del V centenario del descubrimiento de América. Homenaje en el que participó el profesor Juan Uría Maqua


En este trecho final ya del Camino del Salvador no queremos dejar pasar la ocasión de recuperar también desde aquí su memoria con esta pequeña contribución a saber un poco más de este estadista nacido al lado mismo del Camino. He aquí pues su biografía en la Real Academia de la Historia, que nos proporciona nuevos y muy interesantes datos:
"Nacido en Paderni, una aldea próxima a Oviedo, llamada hoy San Esteban de las Cruces, alrededor de los años treinta del siglo XV, fue Alonso de Quintanilla uno de los personajes más importantes dentro del Gobierno de los Reyes Católicos. Los primeros veinte años de su vida permanecen en una obscura nebulosa conocida indirectamente por documentación posterior, particularmente un pleito que sostuvo contra un miembro de la familia Quirós. Hidalgo emparentado, por su matrimonio y quizás por él mismo, con los ilustres Álvarez de Asturias, apellido que ostentaba su hermano Luis, Alonso de Quintanilla arrastró toda su vida la sospecha de ser un judío convertido al cristianismo. 
Su amistad, más tarde, con los cristianos nuevos de la Corte, caso de Andrés Cabrera o de Luis de Santángel, confirma aún más esa posibilidad, que el citado pleito deja como interrogante. 
Quintanilla se trasladó, en la década de 1450, a Valladolid, ostentando el cargo de escribano mayor de Asturias, si bien la documentación informa que era criado o gentil hombre de Juan Pacheco, marqués de Villena, y todopoderoso privado del futuro Enrique IV del que ahora, aún príncipe, era su sombra. 
Cuando murió Juan II, y ya con el nuevo Monarca, Quintanilla se vinculó a Medina del Campo en calidad de regidor, y comenzó a acumular una riqueza que, pasado el tiempo, hasta le permitiría disponer de préstamos para la hacienda pública. El rey Enrique, además, le nombró contador de acostamientos, pero, con las alteraciones del Reino, Quintanilla optó por el bando “rebelde”. 
Durante el reinado de Alfonso XII (l465-1467), Alonso aparece como claro defensor del jovencísimo Monarca en calidad de consejero y hacendista. Concretamente ostentará el cargo de escribano mayor de los privilegios y confirmaciones, un cargo técnico pero también de confianza que garantizaba los derechos de individuos e instituciones. En 1467 el Rey le concedió a su hermana Isabel un sueño infantil: Medina del Campo, y a su contador el cargo de tesorero de la Casa de la Moneda de la villa. Meses antes, cuando Isabel fue liberada por su hermano en Segovia, el contador sufragó los gastos del desplazamiento desde esa ciudad a Arévalo, el lugar favorito de los hijos de Juan II, donde habían pasado la infancia con su madre. Cuando Alfonso XII murió —probablemente envenado por Pacheco—, Quintanilla siguió la opción de Isabel, que representaba la continuidad del partido alfonsino, y así, comenzó, en Guisando, y a lo largo de seis años, una batalla extraordinaria para apoyar la candidatura de la princesa al Trono de Castilla. 
Su actividad, como delegado de Isabel, se comprueba en la toma de ciudades, la negociación con los nobles, y el apoyo financiero. Asimismo colaboró en la negociación con Juan de Vivero para que se acogiera en Valladolid a la princesa antes de su matrimonio con Fernando. Seguramente el golpe maestro de Quintanilla, durante estos difíciles años, residió en su participación para la ocupación del Alcázar de Segovia por Isabel, alcázar y tesoro que custodiaba Andrés Cabrera. En la guerra civil Quintanilla combatió, hizo cuentas para enfrentarse a sufragar la contienda, negoció con los enemigos o los indecisos, y finalmente pudo ver a su princesa reina de Castilla en 1474. Lo que distinguió a Alonso de Quintanilla toda su vida, aparte de sus logros profesionales, fue su relación de amistad, lealtad e intimidad con Isabel, como se demostró en misiones muy delicadas o casi imposibles. La Reina siempre le escuchó. 
Alonso de Quintanilla realizó, a través del ejercicio de diversos cargos, tanto los más desconocidos en la administración local y territorial como los desempeñados en la Casa y Corte, una obra de gran trascendencia política durante el reinado de los Reyes Católicos. 
Su labor debe entenderse dentro de la política de reformas llevada a cabo por los Monarcas en la que concedían un especial peso a unos funcionarios del nuevo régimen que ejemplificaban el equilibrio entre la nobleza y la Monarquía, si bien eran instrumentos de esta última. Como otros, Quintanilla perteneció a esa categoría de los funcionarios especiales o superministros. 
Aunque su cargo de contador de cuentas es el más paradigmático, su condición de doble consejero —en el Consejo de Castilla y en el de la Hermandad— convierte al personaje en un estadista cuyas responsabilidades encarnan la manifestación plural, dentro de la concepción unitaria, del incipiente estado moderno. 
Como hacendista, Quintanilla creó el antecedente de lo que es actualmente el Tribunal de Cuentas ajustando las deudas en favor de la Corona, gestionando mejor los impuestos indirectos, consolidando la deuda pública y disminuyendo la presión fiscal. En calidad de consejero-juez el asturiano tramitó desde pleitos de nobles a cuestiones de jurisdicción en los señoríos y, como diplomático, actuó en los conflictos de Navarra. 
La obra con la que históricamente se ha asociado a Alonso de Quintanilla es la creación de la Hermandad General, que, aparte de solventar los problemas de orden público, resultaba ser una original fórmula de encuadramiento fiscal y militar que nació a iniciativa de la Corona y cuyas consecuencias serán inmensas para el Reino. Durante muchos años la Hermandad sustituyó a las Cortes y permitió que se pusieran las bases de un Ejército profesional, como se comprueba en el hecho de que sus lanzas fueran de gran ayuda en la Guerra de Granada, en la conquista de Canarias o en el problema turco. Antes, la Hermandad debía poner fin al desorden público que afectaba a la paz para el desarrollo comercial del que dependía buena parte de la prosperidad del Reino. Junto con Juan Ortega y, desde el 20 de mayo de l476, Quintanilla se convirtió en el enlace entre la Corona y el Consejo de Hermandad. Esta institución pasó por varios momentos a lo largo de sus casi veinte años de duración, pero finalmente entró en crisis. Quintanilla se resistió a que la Hermandad desapareciera. 
Fue entonces cuando presentó el plan de movilización general —hasta veinte mil hombres en unidades de infantería y artillería— que consistía en reconvertir sus lanzas y hacerlas operativas en otro escenario. 
Era el año l492 y tres años después se le añadió una regulación sobre tipos de armas y milicia territorial. 
El proyecto se ha calificado por los expertos como el embrión del Ejército permanente y Quintanilla el primer intendente militar. El proyecto también se ha considerado el primer censo de población de España. 
Otro aspecto destacable del contador fue su relación con el descubrimiento de América, puesto que fue Quintanilla la persona que presentó a Colón en la Corte —junto con el cardenal Mendoza y Luis de Santángel— y el que, a través de las subvenciones, le permitió sobrevivir gracias a los acostamientos expedidos a través de la contaduría. Los cronistas escribieron: “Si Alonso de Quintanilla hubiera despreciado a Colón no se hubiera acaso descubierto las Indias”. 
Su papel, pues, fue trascendente durante siete años, si bien su importancia se difumina a partir de finales de la década de 1480, por razones no aclaradas. 
En Asturias —inmersa en un mundo de banderías entre nobles, los problemas que vivió el estadista fueron conflictivos— acumuló varios pleitos de los que salió victorioso, si bien resulta misterioso conocer los motivos de tanta inquina. Quintanilla seguía ostentando el cargo de escribano mayor del principado con el que había salido de Asturias en sus años mozos, cargo que le convertía en una especie de jefe de notarios que actuaba en la audiencia del corregidor. Se sabe que uno de los motivos de fricción entre las familias ovetenses fue el del gobierno de los monasterios y Quintanilla demostró una especial predilección por el de Santa Clara de Oviedo al estar enterrados allí sus padres y otros parientes. Los enfrentamientos del contador con Bernardo de Quirós y con un miembro de los Alas parecen demostrar, asimismo, las sospechas sobre su condición de converso. El resentimiento hacia el poderoso Quintanilla se hizo extensivo a su familia, concretamente a su hermano Luis, que se ocupaba, en Oviedo, de los bienes familiares y que sufrió un intento de ser despojado de ellos. 
Las relaciones del supuesto converso con la Iglesia fueron intensas —uno de sus hijos, Tomás, fue clérigo en la diócesis de Salamanca—, aunque la información permanece incompleta y abierta a futuras investigaciones. 
Quintanilla fundó capellanías en Burgos y Asturias y gozó de gran poder dentro de la Orden de la Merced, de la que, en su testamento, se intituló “Provincial de la Orden en el reyno de Castilla”. 
Pero, sobre todo, Alonso de Quintanilla protagonizó una estrecha relación, colmada de privilegios, con la iglesia de San Juan de Sardón de la Orden de los Hermanos del Hospital de Jerusalén, sita en Medina del Campo, que vino a hacer las veces para Castilla del Monasterio de Santa Clara, en Oviedo. En San Juan, el contador fundó varias capellanías —una de ellas, la de San Bartolomé, se llamaba popularmente “de Quintanilla”— y un hospital. 
Sus testamentos, encontrados en copia posterior, uno realizado con su mujer en 1496 y otro redactado en solitario dos años después, son verdaderos embrollos, como lo demuestran los pleitos posteriores pero proporcionan importantes datos no sólo sobre su patrimonio sino también sobre su vida privada. Alonso de Quintanilla se casó con la también asturiana Aldonza de Noreña y tuvo seis hijos. En su primogénito y único varón que le sobrevivió —ya que su otro hijo, Tomás, murió prematuramente—, Luis, fundó mayorazgo. Este heredero, que fue trece de la Orden de Santiago, jugó a ser héroe y se convirtió en comunero por lo que fue condenado por el Emperador, si bien se le conmutó la pena por el propio Carlos V. Quintanilla también se ocupó del futuro de sus tres hijas, Isabel, Inés y Beatriz, ya que Francisca había fallecido antes de redactar su padre testamento. Algunos de los yernos del contador se beneficiaron de la situación y los cargos que le pertenecían y así, el marido de Isabel, el licenciado Coalla, heredó el oficio de contador mayor de cuentas, y el viudo de Francisca, Juan de Torres, disfrutó de la tenencia de Ponferrada. 
El testamento de Alonso de Quintanilla y el inventario del Archivo de su Mayorazgo, recientemente encontrados, han confirmado las citadas copias posteriores, pero también han añadido nuevos datos. Este conjunto documental, y particularmente el denominado “Inventario de papeles”, aporta nuevas fuentes de conocimiento sobre el personaje, sus sucesores en el mayorazgo y un patrimonio monumental en donde destacan ejemplos de arquitectura civil que aún se conserva en Medina del Campo. 
También son destacables las relaciones que mantuvo Quintanilla con el mundo de la cultura. En San Juan de Sardón encargó al maestro Egas el retablo del altar mayor e instituyó una Cátedra de Gramática para que los clérigos estudiasen las reglas de Nebrija, con el que le unía una buena amistad que también debía compartir con el cardenal Cisneros. 
Alonso de Quintanilla murió dejando un importante patrimonio que fue objeto de posteriores reclamaciones entre sus herederos. Murió, además, sin haber hecho efectivas muchas deudas a la Corona que nunca reclamó, como se desprende de la documentación que su nuera hizo llegar a la reina Juana y al propio emperador Carlos V. Murió también Quintanilla quizás algo alejado de la Corte —de la que también era contino real— aunque, todavía en l498, su hijo Luis hizo un último servicio a Isabel: recoger joyas y vestidos en una misión que probablemente su padre ya no podía cumplir. Su última noticia documental data del 5 de enero l495: un albalá de la Reina librando la correspondiente ración al contador “por hombre de cámara”, siendo las cantidades libradas hasta después de su muerte, en 1503. 
El hombre que contribuyó a que Isabel fuera reina y el gobierno de sus reinos eficaz murió, enfermo y ciego, pero dando alabanzas a Dios porque le había dado “más hacienda de la que merecía”. Su mujer había fallecido cuatro años antes y él pidió ser enterrado en la iglesia de San Juan de Sardón junto a ella. Era el final del verano de l500 y empezaba un nuevo siglo."

Maravillosa espesura, pero es muy posible que en tiempos de Alonso de Quintanilla no lo fuera tanto, salteadores, bandoleros y pícaros pululaban por doquier y más en parajes como este. Es más, no demasiado antes hasta los guerreros del obispo asaltaban a los arrieros como manera de cobrarse el tributo de paso por las buenas, tal y como vimos bajando a Olloniego


Para acabar, o al menos mitigar en lo posible esos y otros desmanes, uno de los primeros cometidos que la Santa Hermandad, auspiciada por Alonso de Quintanilla y para muchos considerada la primera policía europea, fue la de vigilar estos mismos caminos reales, es decir, los caminos del reino, que serían un equivalente, salvando las distancias, a la actual red de carreteras del Estado


Hoy en día, al pasar por aquí, el Camino parece un remanso de paz, ajeno de inquietudes, pero hemos de recordar que no siempre fue así, ni mucho menos, por eso, por entonces, conceptos como la seguridad personal eran esenciales para considerar un camino bonito o no, más que las arboledas y las montañas. Los hitos nos confirman cada cierto tramo la dirección a seguir, quitándonos también la incertidumbre de perdernos


Más paisajes del antiguo coto o concejo de Paderni de Friera a Los Arenales. Paderni parece haber sido la propiedad de algún Paternus de la antigüedad, una 'Paternia' o 'tierra de Paterni'


Y por esta parte, el río, que aparece denominado en esta parte también como El Regueru Friera


Llamativa mata de cipreses en el cierra de una finca, formando una pantalla natural vegetal


Salimos del boscaje y el Camino continúa por un estrecho sendero que bordea la parte inferior de la finca junto a la que acabamos de bajar


Un pastor eléctrico evita que las vacas pasen a la senda, procuremos no acercarnos demasiado a su cable electrificado si no queremos llevarnos un trallazo


Una fila de arbustos flanquea el Camino que, tras unos metros bastante llanos vuelve a bajar


Y en la bajada vuelve a aflorar el empedrado...


A nuestra derecha, ya vamos dejando atrás Friera, cuyas casas nos sirvieron de referencia visual bajando desde La Venta l'Aire, al pie de Picullanza


La vegetación es tupida pero lineal a ambos lados del Camino. Mirando prados abajo comprobamos cómo vamos acercándonos al final de este largo descenso desde Picullanza


Árboles y arbustos parecen querer tragarse el Camino pero siempre se pasa bien, únicamente en primavera puede tocarnos apartar alguna rama o alguna zarza ocasionalmente con nuestro bastón


El paso continuo de peregrinos hace aflorar también aquí el empedrado, que no nos cansamos de contemplar, testimonio de la antigüedad del Camino


Espectáculo en primavera, la flor blanca de los manzanos; pronto nacerá la buena manzana de rica sidra asturiana


El empedrado caminero tenía su continuidad en la misma ciudad, realmente solamente los caminos principales disponían de él. En la ovetense calle la Rúa, llegando a la catedral, la aparición de uno de estos trazados, del siglo XII pero dispuesto sobre otro anterior, lo avala


Naturalmente, el aspecto original de la antigua calzada no era este, esta es la base empedrada, las actuales piedras forman algunos huecos que hay que esquivar para no tropezar y, con lluvia, al estar tan alisadas de pisar sobre ellas, cuidado con los resbalones


En otros trechos la tierra predomina sobre la piedra, más mullida pero que forma un poco de barro al llover. No tengamos miedo de mancharnos un poco las botas, demasiados caminos se han hormigonado ya sin necesidad


La hoja caída también forma una suave hojarasca que cruje al pisar, formando después barro al deshacerse, nos adentramos de nuevo en esta selva natural que tanto nos atrae a nosotros como podría espantar a los caminantes de antaño


Helechos, ortigas y mas plantas crecen en las veredas mientras que la enramada forma una verdadera celosía vegetal


Troncos delgados y largos, muy verticales, se nos antojan un bosque de lanzas en este trayecto hacia el río y La Venta. Compartimos sensaciones con lo que nos dice asimismo la Xacopedia:
"Es uno de los elementos de referencia del Camino de Santiago. Según la Ruta discurra o no por zonas arboladas así serán las sensaciones y la forma de afrontar el itinerario. El árbol forma parte de los recursos del Camino proporcionados por la naturaleza, a veces con alguna colaboración humana, como el agua o la piedra
Quizá por esto el Codex Calixtinus (s. XII) no le presta especial atención. Sólo en el libro V alude de pasada a si alguna zona está más o menos arbolada. Le confiere, sin embargo, ciertas connotaciones divinas. Así sucede cuando, en las inmediaciones de Sahagún, recuerda a los árboles nacidos de las lanzas de los guerreros cristianos del emperador Carlomagno o cuando un peregrino en extrema necesidad acaba rendido y dormido al cobijo de un árbol y en ese escenario se le aparece el Apóstol. Al despertar encuentra como almohada un pan cocido. 
En relatos posteriores no se les concede una especial relevancia a los árboles del Camino, quizá porque la convivencia con ellos era lo habitual. Estaban en el Camino y cumplían su misión. Aportaban sombra para el descanso en verano y cobijo contra la lluvia en invierno y días de lluvia. Como mucho se podían echar en falta en algunos tramos desarbolados. Pero también, llegada la ocasión, representaban una amenaza latente -robos, asaltos, misterios, espíritus desconocidos- en las zonas excesivamente boscosas prolongadas en un interminable y sombrío corredor hasta el reencuentro de nuevo de los espacios abiertos, casi siempre más seguros y menos dados a exacerbar la imaginación. 
Los árboles actuales del Camino, como en el pasado, definen etapas, establecen lugares de descanso, reparan con su solitaria sombra los prolongados descampados del Camino -también necesarios e igualmente reveladores- y animan el espíritu. En muchos casos, permanecen en la memoria, aunque no todos los caminantes perciban y sientan su presencia".

La hiedra crece en los troncos y la umbría hace de este bosque un paraje de cuento de xanes, las ninfas asturianas del agua, que se aparecerían más bien en las fuentes. Los caminos eran más bien dominio de la güestia y del diañu burlón, creencias que acaso buscaban recomendar que la gente evitase caminar las oscuras noches de la historia


Hasta las piedras se tornan verdes porque se cubren de musgo. No tendría que haber mayor riesgo de pérdida pues, aún en medio del monte, el Camino está bien trillado y no hay, o no debería haber, problema para avanzar


Y aquí hace una curva con un giro completo mientras sigue bajando. Es magnífico que, insistimos, tan cercanos a la gran ciudad caminemos por estos caminos de leyenda, plagados de la más deliciosa naturaleza boscosa


Es una suerte contar con estos espacios selváticos, casi vírgenes, en los mismos arrabales de una gran ciudad


Flecha amarilla y rayas del GR-100.1 siguen confirmando que vamos en buena dirección. Fijémonos también de nuevo en otro tramo empedrado


El Camino a principios de primavera, con apenas hojas aún en la mayoría de los árboles y el sol entrando hasta el mismo suelo e iluminando todos los rincones


El mismo lugar a finales de la primavera, la hoja y la vegetación exuberantes forman espacios de umbría, humedad y frescor, que bien se agradecen en los calores estivales


Cierto es que no todo el mundo ha de tener por fuerza las mismas sensibilidades ante lo que ve o ante lo que se encuentra, pero de la misma manera a otros nos obnubila cada recodo del Camino y cada explicación de la Xacopedia al respecto:
"Según el Diccionario de la lengua española, este término viene del celtolatino camminus, derivado del celtíbero camanon, que tiene las siguientes acepciones: “Tierra hollada por donde se transita habitualmente. Vía que se construye para transitar. Jornada de un lugar a otro. Dirección que ha de seguirse para llegar a algún lugar. Modo de comportamiento moral. Adecuación al fin que se persigue. Medio o arbitrio para hacer o conseguir algo. Cada uno de los viajes que hacía el aguador o el conductor de otras cosas”. 
La utilización de la palabra ‘camino’ como metáfora de la vida es muy antigua y también fue empleada como vía para obtener la salvación del alma, desde el punto de vista religioso. En el éxodo del pueblo de Israel, Moisés conduce a su pueblo hacia la Tierra Prometida; el camino es duro, pero cuentan con la ayuda de Dios si cumplen los mandamientos escritos en las Tablas de la Ley y la meta merece la pena. También fue utilizada la metáfora por el propio Jesucristo cuando dijo que Él era “el camino, la verdad y la vida” [Juan 14, 6] para alcanzar la salvación. 
En la literatura española Gonzalo de Berceo, en los Milagros de Nuestra Señora, glosó también esta metáfora por la cuaderna vía:

Todos quantos vevimos
que en piedes andamos,
Si quiere en presión
o en lecho yagamos,
Todos somos romeros
que camino pasamos,
San Pedro lo diz esto
por el vos lo provamos.
Quanto aquí vivimos
en ageno moramos,
La fiança durable
suso la esperamos,
La nuestra romería
entonz la acabamos,
Quando a Paraíso
las almas envïamos. 
En un auto sacramental, escrito para la celebración de la fiesta del Corpus Christi de 1652 y titulado El Año Santo en Madrid, Calderón de la Barca hizo lo propio:

Aunque la esclavina trueque
al cortesano vestido,
no por eso el hombre deja
de ser siempre peregrino.
Pues es la vida un camino,
que al nacer empezamos,
al vivir proseguimos
y aun no tiene su fin cuando morimos
."

"Desde un punto de vista religioso, toda criatura es un peregrino que recorre un camino que tiene como meta el encuentro con Dios, pero también la vida es un camino que el ser humano recorre hacia sí mismo. La idea de camino como ruta que se ha de seguir para alcanzar la salvación está presente en muchas religiones, que vieron la peregrinación como una metáfora de la existencia humana, que hace que nos preguntemos de dónde venimos y hacia dónde vamos, qué camino seguimos para llegar a la meta que deseamos", continúa diciendo la Xacopedia...


Y en cuanto a este, el Camino del Salvador, la misma Xacopedia nos dice que los peregrinos  "que siguen esta vía de peregrinación, de gran eco histórico, acuden a Oviedo con la intención de visitar las reliquias de la Cámara Santa de la catedral de San Salvador, trasladadas en el siglo IX desde Toledo para alejarlas de tierras musulmanas y consolidar la ciudad ovetense como sede espiritual y política de los reinos peninsulares. La seguían y siguen determinados peregrinos que, camino de Santiago, elegían, antes de llegar a Compostela, este desvío para venerar las famosas reliquias ovetenses. También podía ser un itinerario de vuelta."


En el libro Montaña Central. Camino de Santiago. Camino del Salvador. León-Oviedo nos no explican de esta forma:
"Si caminar es el acto de dirigirse a un lugar o meta, hacerlo siguiendo un camino como el de Santiago es seguir una huella profunda que a lo largo de muchos siglos han dejado peregrinos y caminantes. La experiencia, sea cual sea la causa que nos mueve a iniciarla, será sin duda una de las más intensas que podamos experimentar. 

Para todo el que haya realizado el Camino de Santiago existe un antes y un después. La experiencia resulta sorprendente y enriquecedora para el peregrino actual, ciudadano de un mundo en el que todo está al alcance de la mano. Podemos imaginar qué sentiría el peregrino medieval cuyo conocimiento del mundo se reducía al de su entorno inmediato y un aliciente añadido a la ruta es intentar ver el Camino como esos antecesores. 

Este maravilloso fenómeno se inició tras el hallazgo del sepulcro del apóstol Santiago en la novena centuria de nuestra era. Reinaba en Asturias Alfonso II y las crónicas de la época narran cómo se convirtió en el primer peregrino ilustre cuando, desde Oviedo, se dirige al lugar del descubrimiento, en los confines de su reino, siguiendo la que será una de las primeras rutas de peregrinación a través de los concejos del interior del occidente asturiano

Oviedo, capital del Reino, era en aquellos momentos una ciudad santuario a la que había hecho llegar ese mismo monarca el “Arca Santa”, un sencillo recipiente de madera para un contenido de gran valor para la cristiandad: el conjunto de reliquias relacionadas con la vida, pasión y muerte del Salvador y sus apóstoles. La veneración de esos objetos generó una corriente de peregrinación que se pone en relación con la de Santiago desde el siglo XI. Este puede ser el origen de la frase popularizada por los peregrinos franceses: «Quien va a Santiago y no va al Salvador visita al siervo y deja al Señor».

¿Cuál era la importancia de esos objetos? ¿Qué razón podía mover a un peregrino a emprender la aventura de cruzar la Cordillera Cantábrica desde León para visitar la catedral de Oviedo? Sin duda la religiosidad del hombre de la Edad Media explica ese afán por peregrinar hacia lugares sagrados. Alcanzar esa meta era también alcanzar el perdón que garantizaba la recompensa de la vida eterna tras una muerte que, sin duda, veían más cerca que nosotros. 

Según la tradición, las reliquias ovetenses habían sido recogidas en Jerusalén por los cristianos y conservadas en una caja de madera de cedro. Tras un paso por el norte de África, la expansión musulmana obligó a su traslado a España, primero a Cartagena y más tarde a Toledo. La llegada de los conquistadores musulmanes a la Península obligó de nuevo a un cambio de localización. Esta vez Asturias será su destino, donde el recóndito lugar elegido será un monte cercano a Oviedo, lugar de culto desde épocas prehistóricas, conocido como Montsacro (Monte Sagrado).

La última etapa de esta apasionante historia es su llegada a la catedral de Oviedo a instancias del monarca Alfonso II, para cuya custodia y veneración mandó construir una estancia en el complejo catedralicio de la capital del reino astur, la Cámara Santa; un hermoso relicario a la altura de tan magnífico contenido.

El Viernes Santo del año 1075 un grupo de privilegiados peregrinos asisten a su apertura. Además del monarca Alfonso VI, asiste como miembro del cortejo Rodrigo Díaz, el Cid Campeador. La trascendencia de tan solemne acto y la divulgación del inventario de las reliquias, suponen el inicio de la vinculación de la peregrinación al Salvador con la de Santiago. Las reliquias se convirtieron en el elemento de atracción para una ciudad, Oviedo, que dormía en el olvido desde que el monarca Ordoño I trasladara a León la capital de un reino en continua expansión.

 Para venerar esas maravillosas reliquias era necesario llegar al centro del Principado de Asturias, y para hacerlo desde Castilla el peregrino necesitaba salvar la impresionante barrera montañosa de la Cordillera Cantábrica. A pesar de la evidente dificultad desde tiempos inmemoriales, una red de caminos permitió la comunicación y la Montaña Central ha sido recorrida por las rutas más importantes. La propia naturaleza lo hace posible a través de pasos naturales que permitieron el tránsito de pastores, legiones romanas, comerciantes y romeros. El más concurrido de todos ellos, el puerto de Pajares, llevó el nombre de Arbás, donde se localiza uno de los elementos patrimoniales más importantes de la ruta, la Colegiata de Santa María".

Un tramo de barro en el último trecho de bajada antes de llanear, hemos hecho la penúltima gran bajada antes de la Sancta Ovetensis, la catedral de San Salvador. La siguiente, mucho más liviana, la de La Bolgachina


Una cancela, acceso a la finca, camino de ser tupida por la vegetación. Por aquí ya dejamos la raya fronteriza entre los dos concejos y entramos definitivamente en tierras ovetenses de la parroquia de Perera muy cercanas a la de San Esteban



Ya estamos casi abajo, "Aunque entre las razones del peregrino actual ya no se encuentre esa necesidad de redimir los pecados cometidos, el Camino sigue siendo una experiencia en la que el componente espiritual juega un papel fundamental. Caminamos al aire libre para poder recorrer nuestro interior, porque no hay nada que llame tanto a la reflexión como el ejercicio de caminar", seguimos leyendo en el folleto de la Montaña Central


El sendero tiende a estrecharse un poco de nuevo cuando, ya casi llaneando, pasa metido entre la fila de árboles de la finca de la izquierda y el vallado de la finca de la derecha


Es El Pontón de la Venta donde, como su nombre señala, un pontón pasaría sobre el río



El Regueru Friera, al que vamos a llegar ahora, y que pasa al otro lado de la finca, detrás de la caseta, a la sombra de los árboles que crecen a sus orillas


Un poco más adelante llegamos al final de la finca y del vallado


Y ahí de frente tenemos el río o regueru y, poco más arriba, la carretera local a Friera y Premaña


Y este sería El Pontón de la Venta, que realmente es un puentín, una losa de hormigón dispuesta actualmente encima de la corriente


Al otro lado, un mojón jacobita nos indica que hemos de ir a la izquierda tras cruzar y llegar al asfalto


Y he aquí El Regueru Friera, aguas arriba La Ceposa o La Ceprosa, casi cubierto por la vegetación, es posible que ni nos percatemos que pasamos sobre él


Se acaba pues aquí nuestro delicioso caminar por el camino de piedra y tierra desde Samiguel o, mismamente desde El Portalgo pues, aunque con algunos trayectos de asfalto, predominan los suelos de tierra y piedra con un entorno y vistas de ensueño


El río está ahora justamente a nuestro lado, pero no lo vemos apenas tan cubierta su ribera por plantas, árboles y arbustos


Pero este es el contraste cuando pasamos en invierno o en primavera temprana, con mucha menos vegetación y los árboles desnudos


Ha vuelto pues ya el suelo duro óptimo para la circulación de vehículos y así será ya ahora 'hasta la Sancta Ovetensis y más allá'. No obstante no suele haber por aquí más tráfico que el de los residentes y algo de maquinaria agrícola. De todas maneras será uno de esos trayectos, tan abundantes en los caminos de Santiago, en lo que caminar por él, con su paisaje, es todo un placer, aunque enseguida tocará una buena cuesta arriba: la tantas veces mencionada ya subida a La Manxoya por Caxigal


Llegamos al cruce con la carretera que sube a la izquierda a Samiguel, la dejamos a la izquierda y seguimos de frente, en recto y en llano


Ojo con los mojones, que a veces pueden quedar tragados por la vegetación


Unos metros más adelante vemos ya La Venta, donde "convergen el arroyo Morente, que viene del noreste, cerca de Covadonga (cruces); el arroyo Aramín, que llega del este desde El Mesón (Cruces); y el arroyo de La Ceprosa, que llega por el sur desde el lugar del mismo nombre, cerca del Pico de Lanza Ribera de Arriba)", como bien explica Casaprima Collera


De La Venta, lo primero que vemos es la panera de la casa, a la derecha de la carretera y al final de este pasillo flanqueado por altas arboledas que nos lleva allá desde El Pontón de La Venta, "cuyo topónimo alude a un antiguo pontón o puente que servía para cruzar el arroyo los peregrinos".


En nuestros días es una quintana asturiana en el extremo de la parroquia ovetense de Perera. Cuando vinimos la última vez estaba deshabitada


El Aramín llega a La Venta unos metros más a la derecha, detrás de la panera. La Ceposa o El Regueru Friera justo a la izquierda de la casa. En medio está el puente sobre El Regueru Morente, que Casaprima Collera dice se forma de la unión de ambos, aunque en los mapas aparece con este nombre desde su nacimiento aguas arriba al pie de El Calderu en la Carretera de Castilla, pasando bajo Los Arenales y la aldea del mismo nombre que el río, Morente


Caminamos primeramente junto a la cuadra; es muy posible que el conjunto se hubiese reformado más o menos desde que dejó de ser venta caminera cuando se abrió la Carretera de Castilla, pero es muy posible que su tamaño guarde relación con que era donde se guardaban las mulas de los arrieros o las caballerías de los viajeros. Escribe el profesor Xulio Concepción en su blog:
"Los caminos asturianos por cualquier conceyu están tallados con largas historias de la arriería y las habilidades de los carreteros a la hora de sobrevivir en unos siglos tan lejos de la electricidad o el motor con ruedas: los transportes de todo tipo sólo eran posibles gracias al arte de personas y animales, en peripecia diaria por cualquier conceyu según la época del año, pero especialmente en zonas de montaña y en invierno o en primavera. En la memoria de los lugareños mayores, sobre todo, sigue tejida toda una red de caminos, personas, estrategias, fruto del trabajo y del ingenio de los más arriesgados en su tiempo.
En muchos casos, esa red caminera se prolonga varios milenios en el tiempo: dicen los pastores, los vaqueros, que muchos caminos, por los altos o a media ladera, sobre todo, no son sino mejoras hechas en las antiguas vías pecuarias: las que usaban los rebaños en su trasiego estacional desde los pueblos más secos de otras regiones meridionales hasta los frescos pastos de las montañas, y hasta las mismas costas del mar. Las vías romanas, las vías de la Plata, serían un ejemplo entre otros. 
En palabras de Pascual Riesco: 
"La arriería, en sus diversas manifestaciones, despliega una densa malla de relaciones comerciales, que fue adquiriendo ramificación creciente hasta la llegada del ferrocarril. La más antigua arriería, precaria e insegura, iba por caminos de herradura, inicialmente con asnos, posteriormente con recuas de mulos... 
A medida que se generaliza la red de calzadas y caminos aptos para carretas, adquiere también impulso el transporte en carros, carretas y galeras. Es un proceso que se asienta a mediados del siglo XVI, en coincidencia temporal con la magna compilación de Villuga. 
Los maragatos, por ejemplo, usaron inicialmente recuas; luego pasaron a usar carros de mulas, abandonando los caminos de herradura. En la Edad Media era general la arriería por caminos angostos, aptos solo para caballerías."


Antes de los vehículos a motor la quintana sería un trasiego de gentes y ganados, qué decir pues cuando La Venta cumplía su función como parada y fonda de viajeros de todo tipo, seguramente los más numerosos los arrieros, también pastores de la trashumancia, tratantes, artesanos ambulantes, emigrantes estacionales (muchos a la siega de la Castilla), funcionarios de paso hacia la capital o saliendo de ella, y un largo etcétera, incluyendo algunos peregrinos, pero estos es fácil siguiesen un poco más para dirigirse a los hospitales de acogida y alberguerías sitos dentro y fuera de la ciudad


Pero también es posible que, viendo la cuesta de Caxigal hacia La Manxoya, no pocos decidiesen parar antes, sobre todo los que hubieran hecho alguna etapa larga, desde Mieres o aún más atrás. También había un hospital de peregrinos más cerca, en Olloniego


Panera de seis pegollos, de madera, con subidoria de piedra en la que crece la vegetación. Haría las veces de granero, bien separado del suelo y del asalto de los roedores, donde se guardaría el grano que se llevaría a algún molino cercano a molera para luego hacer el pan, o la boroña (pan de maíz) en casa


Podríamos pensar en que la casa que ha llegado a nuestros días es la ampliación de una casa de las llamadas mariñanas, con portalón a los lados y cuartos a los lados, a la cual le habría sido añadido un cuerpo anexo de dos plantas ¿acaso para alojar a los viajeros de la vieja venta?


Y este es el portalón, donde en una venta sería una especie de recibidor y, por supuesto, lugar donde se hacían determinadas labores a la luz natural del día. En una disposición tradicional de funciones, a los lados habría cuartos o habitaciones, al fondo estaría la cuadra, con el vano de la tenada o henar encima. A su izquierda estaría la puerta de la cocina...


Dejando La Venta nos dirigimos hacia el puente. A solamente una hora de camino de la catedral este era el tramo que aguardaba a los peregrinos, explicado por Ramón Avello Luis Sevilla en El Comercio del 4-10-2010 con su artículo Por el camino de Mieres a Oviedo:
"Entre Olloniego y la Manjoya se entrecruzan el camino de Santiago con una antigua vía romana que bordeaba el Picu Llanza, subía a la Venta del Aire y descendía a la Manjoya, el 'Monxoi' o monte de Gozo de los peregrinos franceses, animados y felices ante la proximidad de San Salvador, cuya torre de la Catedral ya divisaban. En los extrarradios de Oviedo el camino pasaba junto a la malatería de San Lázaro de Cerviceres denominada posteriormente San Lázaro de Entrecaminos. No deja de ser llamativo que al igual que a la entrada, a la salida de Oviedo hacia Galicia, en la falda del Naranco, había otra malatería, San Lázaro de Paniceres. A Oviedo se entraba por la falda del 'Prau Picón', en donde se encontraba la primitiva capilla de San Cipriano. Hasta allí acudían los posaderos para ofrecer sus servicios a los numerosos peregrinos que llegaban a Oviedo. 
¿Cúal era el recorrido de un peregrino en la Edad Media? A Oviedo se acercaba por el barrio de San Cipriano, en la falda del 'Prau Picón', lugar hasta donde se acercaban los posaderos para ofrecer alojamiento a los peregrinos. Tras recorrer la calle de la Magdalena, en donde existía en el siglo XV un hospital para mujeres, entraba en la ciudad por la Puerta de Cimadevilla, el arco que hoy está integrado en el edificio del Ayuntamiento. Atravesando la puerta, se entraba en la calle de la Rúa o Rúa Francisca, que se prolonga en San Juan, en donde se encontraba la capilla y el hospital de la Balesquida. Perpendicular a la Rúa está la calle de la Platería, que les llevaría a los peregrinos a la catedral de San Salvador. Visitas principales de la catedral eran la imagen de San Salvador, muy milagrera y que entre otros prodigios hizo que un peregrino mudo, amigo de San Vicente Ferrer, recuperase la voz, y, muy especialmente, las reliquias de la Cámara Santa, inventariadas en 1075 por Alfonso VI y que concedió a Oviedo la calificación entre las catedrales, de Santa: la Sancta Ovetensis. Ambrosio de Morales describe el ritual, hoy en desuso, con el que se mostraban la reliquias al peregrino. Después de la visita, el peregrino buscaba albergue, bien particular en la Rúa de los Albergueros, bien en los hospitales de la ciudad. El más cercano, llamado de San Juan, ocupaba, desde el reinado de Alfonso VI el Palacio de Alfonso III, al que se acedía por la actual calle Schultz."


Nuestro recorrido es el mismo pero, evidentemente, las circunstancias, como la ciudad misma, han cambiado sustancialmente, empezando por la misma ciudad, que ha cambiado mucho desde entonces, como no podría ser de otra manera, sin embargo su callejero urbano conserva bastante bien el itinerario esbozado magistralmente por Ramón Avello


También el mismo Camino ha cambiado, como no podía ser de otra manera, pero cuando por asfalto, cuando por tierra, por hierba o por empedrado, su trazado se conserva y se ha recuperado con la pertinente señalización


Al cruzar el puente, pasamos sobre El Regueru Morente que, a diferencia de lo que suele suceder, está bien a la vista pues en este lugar carece de más vegetación que la hierba de los prados que riega bajando de su nacimiento


Aguas arriba se encuentra El Molín de La Venta, que funcionaba con la fuerza motriz de este arroyo y que suministraría la materia prima para hacer el pan en esta antigua posada caminera



Cruzando El Puente la Venta no hay tampoco miedo de duda, solamente hay un camino y va a la izquierda...


Y aquí empieza la primera de las rampas de la cuesta de Caxigal en la subida a La Manxoya que, recalcamos una vez más, será la última de relevancia antes de entrar en el casco urbano, el cual volveremos a ver cuando lleguemos a lo alto, llegando a El Caserón


Aparentemente, para los peregrinos que han llegado hasta aquí acometiendo los duros pasos de Payares con sus continuas subidas y bajadas en el largo trayecto entre La Pola de Gordón y Campumanes, esta cuesta sería agua de borrajas, pero el cansancio sin duda hace mella en muchos de ellos


Como tantas veces acontece en los caminos de Santiago, los ultimísimos kilómetros, a un paso ya del ansiado final, se cobran también su tributo en forma de tiempo y esfuerzo, razón de más para disfrutarlos en toda su plenitud


El viejo Camino fue aquí la base para hacer esta carretera local que comunica estas aldeas. No es muy ancha, aunque son perceptibles los trabajos de ensanche hechos en su momento, por lo que si pasa algún vehículo habrá que arrimarse bien a la vereda


Dos grandes paneras, una a cada lado del Camino, señalan que llegamos a una casería que, en sus momentos, debió ser rica, es la que veíamos al principio de esta cuesta, cuando bajábamos de La Candama...


Aquí hay una curva un tanto cerrada a la derecha, estemos atentos, pues en caso que venga un vehículo seguramente lo oiremos antes de que lo veamos


Estamos en Caxigal o Cagigal, las cuestas de estos lugares que vieron los pasos de Alonso de Quintanilla en su tierra de nacimiento, glosado así en la Fundación Museo de las Ferias con motivo de una exposición a él dedicada:
"Alonso de Quintanilla fue una figura política fundamental del reinado de los Reyes Católicos, donde sobresalió en tres espacios claves del gobierno y poder: la hacienda, el ejército y el Consejo Real. La exposición que se presenta en el Archivo General de Simancas no solo pretende destacar sus funciones y papel en un período decisivo de nuestra historia como fue el reinado de Isabel y Fernando, sino analizar cómo fue configurándose como hombre de poder en el orden social y económico un personaje político de gran calado en la convulsa segunda mitad del siglo XV, jalonada de conflictos nobiliarios y luchas civiles en los que Quintanilla participó activamente".

Esta casa de Caxigal es larguísima, como que son tres, la primera parece abandonada y con el techo hundido, la segunda es una casa mariñana con su portalón y la tercera de piso alto y corredor


El Camino-carretera bordea la quintana por su izquierda y hace una curva cerrada a la derecha ganando rápidamente altura por esta cuesta de Caxigal, parroquia de Perera, que nos ofrecerá también excelsos paisajes del valle que hemos dejado atrás mientras nos acercamos a La Manxoya...































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