La Cuesta Naranco sobre la ciudad de Oviedo/Uviéu y el camino a Cuyences por sus laderas |
El Camino de Santiago del Norte sale del casco urbano ovetense por Teatinos y El Pontón de Vaqueros para subir la ladera sureste del Monte Naranco, o La Cuesta Naranco, hacia Cuyences, en la parroquia de La Corredoria, dando vista a sus máximas alturas, El Picu'l Paisanu (637 m), donde está el monumento al Sagrado Corazón (arriba a la izquierda de la foto), inaugurado en 1981, y El Picu la Miliciana (590 m), a su derecha, nombre que evoca algún episodio de la Guerra Civil en lo que tradicionalmente era llamado El Pozu l'Agua. Es el Camino de quienes, tras llegar a la catedral de San Salvador, desean continuar a Santiago de Compostela retomando la ruta costera, dirigiéndose a Avilés por Llanera y Corvera
El Pontón de Vaqueros |
Empezamos a subir a la falda del Naranco en El Pontón de Vaqueros, al norte de la ciudad, donde dejamos la Avenida del Mar por la llamada calle del Ayuntamiento (pese a la lejanía del consistorio). El paisaje de bloques de pisos se transforma para dar paso a la campiña de viviendas unifamiliares y chalets de una antigua zona rural que se ha transformado en residencial de baja densidad
Aquí cruzamos la calle al llegar a la altura de la nave de la cooperativa agraria Campoastur, fundada en enero de 2013 de la fusión de otras anteriores de diferentes partes de Asturias
Y es que aquí hay una bifurcación, dejamos la calle del Ayuntamiento para tomar el camino que se separa a la derecha, El Camín de la Cerámica, que hace referencia a una antigua industria del lugar
Estemos pendientes, cuando vinimos la flecha amarilla que indica tomar ese camino, pintada en el poste telefónico de hormigón en la bifurcación, estaba muy gastada y apenas se veía
Es la zona de El Pontón, donde hubo, según su nombre indica, un pontón sobre El Río la Corredoria o Río Vaqueros, un arroyuelo, afluente del Nora, que ahora discurre canalizado y subterráneo, el cual era antaño aprovechado para curtir los artesanos de la peletería, existiendo también un molino. El otro componente del topónimo, Vaqueros, revela los usos ganaderos, muy posiblemente en el pasado, como acontecía en concejos cercanos, Siero, Gijón/Xixón, Llanera, Les Regueres, etc., vinculados con la trashumancia, vaqueros en el centro de Asturias, vaqueiros en el occidente
Aquí, en este murete sobre el que crece un seto cultivado de cierre, sí vemos un azulejo con concha y flecha
A la izquierda, una cuneta canaliza las aguas sobrantes de las lluvias y de algunos pequeños fontanes y regatos
El tronco de un viejo árbol asoma entre las tapias de los terrenos de las casas, estamos en una zona bastante frecuentada por paseantes, senderistas y runners, como podremos comprobar
No subiremos una gran cuesta en lo relativo al desnivel, pero sí es de esas que son largas, hasta Cuyences y más allá, con algunos tramos llanos intermedios, a manera de tregua
Los prados guardan el testimonio de las antiguas caserías y vaquerías, dando vista al lugar de La Estrecha, que formó parte de El Pontón de Vaqueros y cuyo topónimo se dice tenía que ver con un estrechamiento del antiguo Camín Real, luego Carretera Real, que se dirigía a la costa gijonesa, el cual fue la base de la actual Avenida del Mar, de la que nos hemos separado para subir a Cuyences
No obstante, la ciudad sigue creciendo en todas direcciones, también por aquí, por lo que es muy posible que, cuando vengáis, encontréis el entorno tal vez algo cambiado, con más urbanizaciones y bloques de pisos
El tráfico de vehículos es por aquí, de momento al menos, sumamente escaso, pero estemos pendiente, sobre todo en curvas con poca visibilidad, del paso ocasional, aunque no infrecuente de coches o, también, de camiones y maquinaria para labores de arreglo de caminos, saneamiento, urbanización...
Caminamos en dirección norte, y así seguiremos hasta llegar a Avilés, donde enlazaremos con el ramal gijonés del Camino de Santiago del Norte, aquel del que nos separamos en la bifurcación de Casquita, en Villaviciosa
Este Camino a Avilés sería el empleado por muchos peregrinos que deseaban continuar hacia Santiago por la costa tras acudir a la catedral ovetense de San Salvador a venerar sus reliquias. No poco se sabe tenían la intención de tomar un barco, si se lo podían permitir, para llegar a Santiago arribando a algún puerto cercano. Los caminos del mar, pese a sus peligros de tempestades, corrientes y galernas, fueron mucho tiempo más rápidos y seguros que los de tierra
La subida se ensancha formando una gran rampa antes de entrar bajo el puente del ferrocarril de RENFE. En su momento se solicitó hacer aquí una estación, dada la cercanía al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en La Cadellada, encima de Pontón de Vaqueros
"Consistió en una única calzada bidireccional, la cual posteriormente sería una de las dos calzadas de la AS-II. Esta calzada supuso una inversión de 70 millones de euros y fue inaugurada en abril de 2003 por Vicente Álvarez Areces, aunque el proyecto proviene del Gobierno de Sergio Marqués. Los tramos de la antigua carretera que no se emplearon para este nuevo trazado constituyen la actual AS-381. El objetivo era descongestionar la autovía "Y" tras la negativa del Gobierno de España de ampliar esta última a 3 carriles. La autovía (desdoble) apareció recogida en el "Plan Autonómico de Carreteras 2000-2010", documento aprobado el 1 de febrero de 2001."
La A-II permite un rápido acceso desde el polígono gijonés de Porceyo hasta el centro ovetense de la Estación del Norte y la calle Uría, descongestionando los atascos de la A-66 o Autopista Y, inaugurada en 1976:
"La autovía no es de gestión pública, si bien no hay cabina de peaje en los accesos y los conductores no tienen que pagar directamente un dinero extra por utilizarla. El Principado concedió a Viastur la explotación de la autovía durante 30 años, encargándose esta empresa del mantenimiento, como contrapartida el Gobierno tiene que pagar una tasa anual a Viastur proporcionalmente al número de vehículos que circulen por ella, un sistema conocido como peaje en la sombra."
Tras pasar bajo la AS-II llegaremos a esta bifurcación, en la que seguiremos subiendo, a la derecha
"un pequeño atrio nos conduce al interior. La fachada está adornada con molduras y un relieve del escudo de Asturias, todo en azul celeste y blanco.
El desnivel del terreno permite la existencia de un sótano independiente iluminado por varios óculos a ras de suelo que servía de almacén".
"Barrio del oeste de Oviedo, antigua aldea de los alrededores de la ciudad adscrita a la parroquia de San Julián de los Prados. Se halla Campo de los Reyes al norte de Teatinos y sur de Pontón de Vaqueros y en la actualidad forma la parroquia propia de Nuestra Señora de Covadonga. El siglo pasado todavía formaba un núcleo aislado de la urbe con más de medio centenar de casas. Antes de denominarse Campo de los Reyes se documenta como Campo de San Sebastián, debido a la existencia en el lugar de una ermita dedicada a este santo, situada junto a un edificio descrito en un documento como "castillo con sus cañones" que quizás fuese casa solariega o palacete de verano del que fuera regidor de la ciudad José G. Rodríguez Cueto. La zona del Campo de los Reyes siempre ha sido considerada como pantanosa y lacustre; quizás por ello haya sido elegida desde hace siglos para realizar las plantaciones de árboles más importantes que se llevaron a cabo en Oviedo, formando un bosquete y paseo que desgraciadamente no ha llegado a nuestros días debido a la construcción de la carretera de Gijón, primero, y a la privatización, parcelación del espacio, posteriormente. En el pasado siglo XX se levantaron en el lugar la Colonia Ceano y la Colonia Santa Bárbara; al este se hallaba el matadero municipal, cerrado a finales de los años ochenta, sobre cuya parcela se ha construido ahora un gran centro comercial".
«Los rascacielos son una manifestación del romanticismo: ¿quién no quiere ver una maravillosa puesta de sol en Asturias desde una caja de cristal en lo alto, oyendo una sinfonía? Y son también un mensaje de optimismo creador, hacen realidad el sueño de vencer a la fuerza de la gravedad»
Las torres-rascacielos de Montenuño ejemplifican también los oscilantes vaivenes de la arquitectura, como de cualquier corriente creativa humana. Tras décadas rechazándose las construcciones en altura que habían sido ejemplo del desarrollismo urbanístico de los años 1960-1970 sobre todo, el cambio de milenio volvió a recuperar la idea de construir a lo alto, bien es verdad que ahora procurando dejar bastantes zonas verdes alrededor, que es la tónica constructiva dominante en estas urbanizaciones de las dos primeras décadas del siglo XXI
Mientras no se edifique en estos campos podremos seguir viendo también el Aramo, la gran montaña central asturiana, entre el valle del Caudal y el del Trubia, al otro lado, totémico monte del que hemos hablado mucho, pero que muchísimo, en nuestro trayecto hacia la capital asturiana por el valle del Nora, pues es una referencia visual y geográfica que, en días mínimamente claros, tenemos casi siempre a la vista
Más pequeño, pero no por ello menos importante, disimulado o camuflado por el Aramo pese a estar algo más cerca, ahí tenemos el Monsacro o La Madalena, cuya cima más alta son los 1.055 m del Picu Rumiru, pero no es ciertamente la altitud lo que hacen de esta montaña sagrada y lugar nemético por excelencia un lugar excepcional, sino por sus dos capillas, Les Capíes, La Capía Riba y La Capía Baxo, la de Santiago y La Madalena, de origen románico pero, quiere la tradición, levantadas donde antes míticos eremitas custodiaron las reliquias de Jerusalén, guardadas de invasiones y profanaciones en este paraje de reminiscencias precristianas en el concejo de Morcín
Si nos fijamos, en esta foto reconoceremos bien las dos capillas, a la subida a este monte desde Santolaya, la capital del concejo de Morcín, situada a sus pies, le dedicamos toda una entrada de blog, así como a sus santuarios y tradiciones. Poco más allá, una gran antena nos revela dónde está el Gamoniteiru, que con sus 1.791 metros de altitud es el más alto del Aramo
Realmente la cima del Monsacro es una sucesión de picos calizos con vegetación y praderías, además del mencionado Cuitu Rumiru están La Fayona, El Cantu la Sierra o El Rozu la Espina, por citar algunos. Es todo ello, como Viapará y el Aramo, una sucesión de majadas con actividad pastoril desde la más remota prehistoria, tal y como demuestran sus campos de túmulos y dólmenes, enterramientos megalíticos de varios milenios de antigüedad, de los albores del neolítico y la ganadería
"Una amplia tradición, culta y popular, a la vez, suele vincular con frecuencia la sacralidad de este monte a la leyenda de la "traslación maravillosa" de las Reliquias de San Salvador de Uviéu, depositadas allí, según la creencia popular (...)
Sin embargo, los orígenes de esta tradición legendaria son, sin duda, mucho más remotos, muy anteriores a los siglos de cristianización de Asturias. La situación privilegiada del Monsacro, un sólido conjunto de caliza que emerge llamativamente de su entorno: la llanura regada principalmente por el río Caudal, se configura como un centro casi geométrico de una gran comarca asturiana circundada por varios cordales montañosos y ello pudo propiciar, sin más, la sacralización progresiva del mismo, hasta convertirse en un lugar sagrado, un omphalos, un centro del universo con virtualidades parecidas a las de otros montes sagrados, famosos en la historia de la civilización:
"El lugar en el que podía establecerse la comunicación entre el mundo de los muertos y el mundo de los dioses subterráneos; consagrado por ser punto de unión entre los distintos planos cósmicos y, como tal, no podía estar situado sino en un centro"
"El monte gozó de la condición de sagrado en tan lejanos tiempos, pues si siempre fueron sagradas las necrópolis en las civilizaciones primitivas, las gentes que enterraban a sus muertos en la cumbre del monte de Morcín, no pudieron menos de considerarla de este modo, si no es que para ellos ya anteriormente reunía semejante condición y por lo mismo fue elegida para morada de sus difuntos"
"(Archa) a Toleto in Asturiis in eclessia Sancti Salvatoris loco qui dicitur Ovetum (translata fuit)"Es medio siglo más tarde cuando el obispo Don Pelayo, propagando el culto a estas reliquias, escribirá de cuevas y tabernáculos que delatarían que, antes que en la capital astur, el arca y las reliquias habrían estado aquí guardadas, plasmando una tradición que ya debía de estar asentada a nivel popular. No será hasta poco después cuando, en torno al año 1200, nuevas narraciones, anónimas y más noveladas, mencionen al Mons Sacer o Monsacro:
"... reliquias qua haberent potuerunt et eas in montem excelsum valde detulertunt, qui propter sacras reliquias, que ibi per anos XIV fuerunt, Mons Sacer vocatus et usque hodie, qui itinere VIII diern distat a Toleto"En esa centuria del XIII se construirán las actuales capillas que pronto veremos, muy posiblemente cristianizando enclaves concretos de culto en los altos de la montaña y acaso sucesoras de oratorios o eremitorios aún más antiguos. Es a partir de entonces cuando ya se vincula definitivamente el Monsacro con las reliquias del Arca Santa, cuyo traslado es explicado de esta manera en otro escrito...
"Pagani igitur christianis usque ad Montem illum (Monsacro) persecuti sunt, existimantes eos auri et argenti tesauros conducere. Extat autem juxta hunc montem alius mons, juxta quem pagani fixere papiliones in obsídionem christianorum, volentes eos spoliare et occidere. Ceperunt itaque missilia toxicata diutissime mittere et jaculari christianos, sed sagitte eorum et tela retroversa illos, a quibus mittebantur, percutiebant et in eos revertebantur et interficiebant eos.. . Sequente igitur nocte, cum in papilonibus suis cubarent mons juxta quem fixerant tentoria reversus est super eos et novo et inaudito sepulture genere suffocati sunt, et ceterorum animositatem exemplo suo represserunt.. ."
Tras observar los alrededores, seguimos subiendo esta ancha carretera local camino de Cuyences. Repetimos que el tráfico suele ser escaso y, aunque por asfalto, andamos como en un precioso paseo
Prados arriba, Toleo, en el camino de Fitoria a Cuyences, donde hay otro convento, el de las monjas carmelitas, si bien apenas podemos ver alguna casa, tapadas por el bello arbolado que crece en esta parte del monte. Más arriba son plantaciones de ocalitos. Toleo revela ser un hidrónimo, dice el erudito filólogo Xosé Lluis García Arias en Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, al igual que el topónimo Naranco, aludiendo a sus numerosos arroyos, afluentes del Río Nora, que lo bordea por el otro lado, por el norte:
"El Naranco, monte bien conocido en las inmediaciones de la ciudad de Uviéu, y también de una casería en el mismo, se alza, lato sensu, por occidente sobre el río Nora; etimológicamente no sería imposible considerarlo también un hidrónimo emparentado lingüísticamente con (...) los portadores de *NAR-, aunque el cambio moderno del paisaje haya ocultado la mayoría de sus numerosos arroyos. Esta posible relación etimológica parece más aceptable, en principio, que admitir la suposición de Corominas quien lo considera un derivado indoeuropeo de *NERANKOS ‘gigante’, formado sobre *NER ‘hombre’."
Bordeando vamos nosotros la curva en esta rampa ascendente a Cuyences, admiramos la mata arbolada de La Quinta'l Rabilu, que forma una bella franja boscosa en el límite de la finca
Por aquí, el cierre lo conforma un murete y larga empalizada que separa el bosque del Camino, el cual sube ahora un trecho recto
"Pero si bien la variante céltica carrum triunfa en toda la línea no por ello dejamos de tener muestras de otras expresiones concurrentes pertenecientes al área latina del tipo CURRUS -¯US ‘carro’ (EM). Su pervivencia es real gracias al posible derivado corral, acaso originariamente ‘lugar para el carro’. También son parientes corredor o correor ‘pasillo externo y elevado de una casa, provisto de enrejado’.Un ejemplo claro lo vemos en el participio del verbo CURRERE (EM) > asturiano correr, cuyo analógico *curritus, a, um subsiste gracias a la nominalización del femenino en los topónimos teberganos del tipo La Corrida (Tb) alusivos a caminos de traslado de ganado6. Con incrementación de -T¯ORIAM tendríamos La Corredoria (Uv), etc. que podríamos traducir como ‘camino de carros’
A la izquierda de La Estrecha es La Corredoria Oeste o La Corredoria Alta, en cuyo parque fueron colocados algunos hórreos y paneras de las antiguas caserías de esa vega. De la antigua Carretera Real que atravesaba el lugar quedan tramos empedrados en aquellos lugares en los que su trazado original no resultó afectado por la nueva Carretera de Gijón. Como vemos, esta antiquísima vía fue remodelada sucesivas veces a lo largo de la historia, incluso una vez hecha carretera
"Como oriundo de Asturias, aunque he sido ciudadano del mundo durante muchos años, de vez en cuando pasaba por Oviedo y por su barrio de la Corredoria, pues me pillaba de camino cuando iba a Gijón.
Por este barrio, por su calle principal, realmente pasaba el antiguo camino real/carretera de Oviedo a Gijón de finales del siglo XVIII. La vieja N-630 pisaba este antiguo camino, actualmente denominado AS-18.
La antigua carretera, cuyo empedrado se deja ver en algunos lugares, fue proyectada en 1779 y terminada en 1794 por el arquitecto Reguera. El famoso político Jovellanos también estuvo implicado en su desarrollo ya que el camino debía comunicar Gijón con la meseta a través del Puerto de Pajares, por la denominada “carretera de Castilla” (aquí he hablado de ese proyecto). Esta carretera ha sido testigo del ir y venir de millones de personas, de los ejércitos napoleónicos, de los golpistas carlistas, de los golpistas de la mal llamada revolución de 1934, de los avatares de otro golpe que degeneró en una Guerra Civil de 1936 y de los vehículos automóviles hasta la inauguración de la autopista Y (Oviedo-Gijón-Avilés) en 1976.
El único lugar de toda la ruta entre Oviedo y Gijón donde se pueden ver restos de la antigua carretera es en el barrio de la Corredoria. En el centro podemos ver la fuente de los Cuatro Caños, de 1790, con un grabado referente a la inauguración de la infraestructura y a su promotor, el Rey Carlos IV. Junto a ella existe un antiguo lavadero de ropa público, en forma de paraguas de los años 20 del siglo XX, diseñado por Sanchez del Río, el mismo arquitecto de la famosa Plaza del Paraguas de Oviedo. La carretera pasaba por el frontal de la fuente hasta la reforma de la plaza en 1991.
A unos 200 metros de la fuente, en dirección a Gijón encontramos, a mano derecha, un mojón que marca la distancia de media legua a Oviedo (unos 2.700 m). La legua común o vulgar era la unidad de medida del siglo XVIII (fue instaurada en 1568 por Felipe II sustituyendo a la antigua legua castellana). El monolito o mojón de unos 2,5 m de altura, a modo de miliario romano, es el único que queda en esta antigua carretera. También tiene una inscripción en latín con el nombre de Carlos IV.
En este barrio todavía se pueden ver algunos de los antiguos edificios que rodeaban al camino real. El antiguo palacio de los Méndez de Vigo fue partido en dos por el camino Real, quedando su capilla al oeste y la casa al este. El blasón del palacio todavía es visible en una guardería que ocupa el antiguo solar, cerca del mojón de la media legua.
El Cortijo, actual centro social, cercano a la fuente, es visitable y se puede ver el palacete original del s. XIX (actual biblioteca pública) y parte de los jardines de la antigua gran finca señorial de los Rato-Figaredo, hoy muy reducida, aunque contaba con piscina, palacete y jardines. A finales del XIX José González Alegre fundó una fábrica encurtidora de cuero, construyendo las naves y la finca residencial anexa para su familia. En 1944 pasa a la familia Rato (emparentada con los Figaredo) hasta su cierre en 1954, pasando después a albergar una fábrica de anís. La existencia de una fuente (fuente de la Casa Grande), hoy desaparecida, fue el motivo de la instalación de esta industria en este lugar, dado el gran volumen de agua necesario para curtir las pieles.
Siguiendo la carretera nos encontraremos con la antigua farmacia, frente al antiguo taller de reparación de carruajes de Santos Secades, que llego a fabricar vehículos blindados en la Guerra Civil. El taller de carros se estableció a finales del s. XIX, dado el auge del comercio y la carretera de Castilla, conviviendo con otros dos (uno de ellos de un primo de Secades, llamado Vicente, situado frente a la actual iglesia, donde hoy existe un invernadero). En 1988 cerró el taller siendo derribado para construir viviendas. Hoy ninguno de los dos edificios (en la imagen de abajo son visibles) está en píe. Se situaban a cada lado de la actual Plaza de los Cuatro Caños, donde hoy hay un bazar chino (y su edifico adyacente) y al otro lado una sucursal bancaria (La Caixa). Un taller sobrevive detrás del bazar chino, siendo antiguamente un almacén de vinos. Un poco más abajo se halla el antiguo Bar México, después centro cultural y merendero-restaurante en nuestros días.
Siguiendo la carretera, y antes de llegar al mojón, quedan algunas casa antiguas, últimos testigos del pasado de esta carretera, entre ellas una antigua barbería, reconocible por su exterior con azulejos blancos."
Al este de La Corredoria, La Llanera de Siero, como se conocía documentalmente en la Edad Media a la zona occidental del territorio de Siero, antecedente del actual concejo, no es siempre tan llana cuando se la ve de cerca. Ahí tenemos La Torre de Paredes, un cueto en medio de la planicie al este de Llugones, solar de un castro astur que vigilaría el valle y otra de sus viejas sendas que fue luego camín real, y como tal se conoce en la zona
A los pies del Picu Castiellu caminábamos nosotros siguiendo el Camino desde la cabecera del valle del Nora en Sariegu, llegando a la capilla de la Bienvenida y entrando en La Pola por El Puente Recuna. En su cima se celebra la renombrada romería de la Santa Cruz, de la que hablamos abundantemente, como del Picu Castiellu y sus aledaños, en las entradas de blog correspondientes a nuestras andanzas camineras por la zona
De la Pista Finlandesa y de otras historias y curiosidades de Cuyences, escribía el periodista Alejandro García en "Aquí está todo cerca", artículo para el periódico El Comercio del 6-8-2012, cuando el pueblo ya perdía su fisonomía rural:
"Cuyences es un pueblo con mucha historia: albergó el yacimiento castrense 'El Castiellu', desaparecido en la actualidad, además está documentado como 'Cuenzes' hacia 1186. Aunque en las ultimas décadas ha sufrido muchos cambios y transformaciones, «hace quince años Cuyences todavía seguía siendo un pueblo rural, pero ahora hay multitud de chalés y cada vez quedan menos casas tradicionales asturianas con hórreos, se están perdiendo», comenta José Antonio García Solís, uno de los pocos de antaño que aún viven en la localidad.
No hay bar, ni iglesia ni centro social, pero sus residentes parecen bastante contentos, «aquí está todo cerca, tenemos unas vistas grandiosas de La Corredoria y alrededores», afirma María García, hermana de José. Atrás queda la etapa de aislamiento y los prácticamente dos años de reivindicaciones para la construcción de una pasarela peatonal que uniera el pueblo con La Corredoria. «Al final, en el 2009, se hizo el puente, costó trabajo y esfuerzo para todos, pero el resultado ha sido muy satisfactorio para la aldea», subraya José, «la visibilidad era pésima, había accidentes y era un gran peligro», añade.
El agua
Cuyences es un pueblo situado en la falda del monte Naranco, con un caserío que se distribuye a través de carreteras y caminos, a unos 300 metros de altitud, perteneciente a la parroquia de La Corredoria y a tan solo dos kilómetros de la capital. Se distingue el barrio de Cuyences de Arriba.
Existen infinidad de rutas y caminos por los que pasear y andar en bicicleta, algunos llegan hasta la Pista Finlandesa y Valdeflora, otros hasta el Monte Toleo y el pico Castiello, «es una zona estupenda para disfrutar de la bici, no hay los problemas de circulación de la Pista Finlandesa, solo hay que tener algo de precaución con los coches, pero no hay muchos», explica Adolfo Lastre, ciclista habitual de la zona.
El pueblo tiene un depósito de aguas, que almacena el agua procedente de Cadasa, pasa un tratamiento de 'poscloración' y después se distribuye en la zona rural y en aquellos núcleos en los que el abastecimiento depende del concejo de los grandes depósitos. Se enumeran la fuente y lavadero de Lázaro (al norte), la fuente de Maurín (al sur), y la fuente de El Cierru (oeste), «aunque la de Maurín ya no tiene agua, está seca», detalla José.
La aldea cuenta con la Escuela de Equitación San Jorge, dedicada expresamente a la enseñanza de este deporte, desde los niveles de principiante hasta la competición, también, está el aula de apicultura, donde los visitantes pueden ver colmenas reales antiguas y modernas; por dentro y por fuera. También hay un vivero de plantas, 'Solís', que pertenece a los familiares de José."
"El caserío se distribuye alrededor de las carreteras y los caminos de acceso, entre los 210 y los 300 m de altitud. Se trata de chalets, la mayoría de moderna construcción o de reciente remodelación de casas más antiguas y tradicionales, de las que se conservan ya pocos ejemplos..."
Por esta zona el tráfico es normalmente más escaso aún que saliendo de El Pontón de Vaqueros, no es habitual que nos crucemos más que ocasionalmente con el conche de algún residente o vehículos de reparto
Por lo tanto, y al igual que la Pista Finlandesa y otros caminos del monte, es una excelente ruta senderista y de paseos, muy frecuentada por la vecindad
Desde un pequeño rellano entre estas casas tendremos una muy buena vista hacia La Estrecha y Cadellada
Destaca allí el gran edificio del HUCA, en lo alto de la colina en medio del valle, rodeado del Parque de la Cadellada y cuyo tamaño y forma, además de estar en una posición algo elevada respecto a los barrios del este, le hacen visible desde muchos kilómetros a la redonda
Más abajo, La Estrecha y la Estación Subeléctrica La Corredoria; de la historia del hospital psiquiátrico precedente adjuntamos lo que nos dicen en el Archivo Histórico de Asturias:
"La atención psiquiátrica moderna en Asturias tiene su antecedente más antiguo en el Asilo de Alienados, dirigido por el doctor Sixto Álvarez Armán a finales del siglo XIX y principios del XX, sito en un edificio anexo al Hospital Provincial construido por la Diputación de Oviedo en Llamaquique, en el año 1897. La saturación del espacio físico disponible en este pabellón obligaba a la Diputación a desviar pacientes a un manicomio de Valladolid, con el consiguiente coste económico, por lo que a principios de siglo se plantea la necesidad de construir nuevas instalaciones de atención psiquiátrica. Con el asesoramiento de expertos en las modernas corrientes de la psiquiatría y basándose en modelos de manicomios austriacos, muy alejados del modelo tradicional donde primaba la reclusión del enfermo, con edificaciones más abiertas y dotados de talleres ocupacionales para los enfermos, se elabora en torno a 1927 un ambicioso proyecto hospitalario y asistencial. En 1933, la Diputación inaugura este moderno Hospital Psiquiátrico Provincial en el extrarradio de la capital, en la zona conocida como La Cadellada, y las instalaciones comienzan a prestar servicio en 1934 hasta el año 1936, en que este amplio conjunto de edificaciones se convierte en una estratégica posición en el cerco de la ciudad por parte de las tropas republicanas. Los enfermos mentales son trasladados a los monasterios de Corias y Valdediós hasta el año 1939, en que las edificaciones del Hospital se rehabilitan por completo."
El Hospital Psiquiátrico de Oviedo fue conocido siempre popularmente con el nombre de la antigua aldea que pasó a ser un barrio, hasta el punto que llegó a identificarse totalmente el topónimo con hospital. La cantidad de ingresados que llegó a haber, rondado los 1.400 pacientes, era bastante inaudito en relación con otros centros similares, lo que obligó a una primera gran reforma en 1965:
"La institución mantuvo una estructura organizativa y un desarrollo hospitalario muy estable hasta principios de los años setenta, en que la evolución de la asistencia psiquiátrica en España deriva desde el tradicional concepto custodial o asilar a una nueva concepción centrada en la rehabilitación y reintegración a la sociedad del enfermo psíquico. En 1972 el Hospital estaba regido por la Diputación de Oviedo mediante un Órgano especial de gestión de los Servicios Benéfico-Asistenciales, este organismo nombraba un Consejo de Administración que delegaba las funciones ejecutivas a un Gerente, común al Hospital Psiquiátrico y al Hospital General de Asturias, para la ejecución de planes y proyectos. La asistencia y el funcionamiento diario del Hospital se estructura en estas fechas mediante tres divisiones centrales: División Médico-Administrativa, División Médica y División Administrativa, que contaban con el apoyo técnico de un organismo consultivo, la Junta Facultativa. Este nuevo esquema organizativo, que implico una importante renovación interna en la institución, tanto en el funcionamiento interno como en la renovación del personal médico y directivo, servicio con escasas modificaciones hasta principios de los años ochenta, en que las funciones sanitarias referidas a la Salud Mental son asumidas por la administración autonómica a través de la Consejería de Sanidad."
En 1982, la Consejería de Sanidad del naciente gobierno autonómico se hace cargo del hospital y renueva su gerencia y dirección médica antes de una reforma integral de la asistencia psiquiátrica asturiana, creándose además la Dirección de Estudios de Salud Mental para diseñar el nuevo modelo:
"Se introduce una nueva política de atención sanitaria en la provincia centrada en la reducción progresiva de las dimensiones y funciones del Hospital Psquiátrico, su integración en unas políticas asistenciales de carácter general y en un protagonismo cada vez mayor de los servicios extrahospitalarios. Pese a todo, en 1983 el Hospital aún albergaba más de 700 internos y contaba con un plantilla de 522 trabajadores, incluyendo 25 médicos. En las dos décadas siguientes el proceso de reducción de las dimensiones del Hospital Psquiátrico es constante en favor tanto de la atención extrahospitalaria como de la inserción del enfermo psiquiátrico en la sociedad y en el ámbito familiar, mientras buena parte de las funciones de asilado para enfermos seniles se derivan a las unidades de no válidos de las residencias geriátricas públicas. La historia del centro hospitalario entra así en su fase final, con la reducción progresiva de sus dimensiones y la pérdida de funcionalidad, los amplios terrenos que ocupa son destinados a nuevos fines sanitarios. En el año 2003 se inician las labores de derribo de las edificaciones para la construcción, en los solares resultantes, del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que sustituirá al viejo Hospital General de Asturias."
Las obras comenzaron en 2005 y el nuevo centro se programaba estuviese terminado en 2010, sin embargo se inauguró en 2014, prolongándose las obras pues casi una década. De su estructura leemos en Wikipedia lo siguiente:
"Arquitectónicamente el edificio, de estilo contemporáneo, está formado por un gran edificio de 9 plantas y 300 metros de longitud que incluye un cuerpo de menor altura con patios interiores y otros edificios que sobresalen del complejo, aunque sin perder la idea de unidad y centralidad entre todas las instalaciones.Para poder dotar al edificio de medios de transporte, el exterior se urbanizó con una serie de viales que conectan al HUCA con la «autovía Y», así como con el resto de la ciudad."
A su izquierda, el gran parque de La Cadellada sigue manteniendo el topónimo del lugar; se extiende por unos 130.000 metros cuadrados y unos 360 árboles, entre los que se hallan los trasladados del antiguo psiquiátrico, pues el parque se hizo a la vez que el nuevo HUCA y sus accesos. Amplía estos datos E. Vélez en el periódico La Nueva España del 18-3-2014, con el artículo El regreso de los árboles de La Cadellada:
"La Consejería de Sanidad prepara el traslado de los antiguos ejemplares de la Cadellada, guardados en un vivero cercano al complejo sanitario, al espacio verde que rodea al nuevo hospital. Plátanos orientales, castaños de indias, tuyas, fresnos, nogales, cerezos de flor, árboles de boj, y algunos ejemplares de secuoya, tejo y encina pasarán a formar parte del paisaje hospitalario y darán a los ovetenses un lugar de recreo similar a un parque inglés.
La replantación comenzará la próxima semana y será necesario el uso de dos vehículos especiales importados de Alemania para el transporte de los árboles, que deben conservar sus raíces intactas. En paralelo, la UTE "Jardinería del Hospital" (la adjudicataria del proyecto por 1,2 millones de euros) también ultima los detalles de los jardines de los cuatro patios interiores del nuevo hospital. En total, suman 2.400 metros cuadrados de espacio verde dentro del propio complejo hospitalario.
"Cada patio estará dedicado a una estación del año, por lo que los árboles y las plantas serán diferentes y de nueva adquisición". El arquitecto de la Consejería de Sanidad Jesús Menéndez explicó ayer los dos proyectos de jardinería del HUCA al pie del vivero en el que los antiguos ejemplares de La Cadellada están plantados temporalmente, hasta que pasen a formar parte del espacio verde del hospital, junto a los más de setenta árboles que el Principado decidió dejar en su ubicación original antes de comenzar la construcción del HUCA".
La Carisa delata la posesión de un tal Carisius, sin duda de época romana y que se ha querido vincular, como la Vía de La Carisa, que atraviesa la cordillera, con Publio Carisio, legado de Augusto que participó en la conquista del territorio astur en la guerra de los años 29 a 19 a. C. LaViña, por otra parte, revela cultivos vinícolas, no olvidemos que en gran parte esos terrenos fueron del extinguido y desaparecido monasterio ovetense de Santa María de la Vega
"Barrio de Oviedo (España) adscrito hasta los años cincuenta del siglo XX a la parroquia de San Julián de los Prados. Está a dos kilómetros y medio del centro de la ciudad, lindando con la localidad ovetense de Colloto y con la parroquia de Lugones, perteneciente al concejo de Siero. Es el primer barrio con el que nos topamos nada más entrar por la antigua Carretera de Gijón AS-18.
Se divide en Corredoria Alta y Corredoria Baja en función de la mayor o menor cercanía al centro de la ciudad. En la actualidad es el único barrio ovetense que cuenta con dos parroquias católicas aunque de diferente rito: San Juan Bautista de La Corredoria, la más antigua, de rito romano y Santa Eulalia de La Corredoria, de reciente creación, que es de rito anglicano.
"En los últimos diez años ha experimentado una notable expansión urbanística pasando de ser una zona eminentemente rural, carácter que aún se mantiene en algunos lugares como la Granxa de Villapérez, a fundirse con el casco urbano de Oviedo. Según el censo de 2005 su población alcanzaba los 11.156 habitantes, actualmente ya ronda los 18.000, mientras que a finales de los ochenta apenas llegaba a mil, formando con Lugones una importante área urbana. Las operaciones urbanísticas se sucedieron en varias fases: primero se urbanizaron los terrenos de la zona oeste, situados entre la Carretera de Lugones y la vía del tren; posteriormente se procedió en la zona Este y actualmente está en marcha la urbanización de la Malata, que cuenta con 600 pisos de protección oficial. De mantener el ritmo de crecimiento actual La Corredoria se transformará antes de que concluya la 1º década del siglo XXI en uno de los principales núcleos poblacionales de Asturias y si sumamos a esto el número total de habitantes en el Distrito 3, tendremos la zona de la ciudad con más habitantes de todo Oviedo (56.180 habitantes en Abril de 2012). En la actualidad se está dotando a la zona de servicios básicos acordes con sus dimensiones, en atención a las reclamaciones de los vecinos, tales como la ampliación del Colegio de Primaria "Carmen Ruiz-Tilve" o la ampliación del Instituto o construcción de uno nuevo. El nuevo Hospital Universitario Central de Asturias está situado cerca de sus inmediaciones."
"La Corredoria es el núcleo de población que en Asturias se ha revelado con la mayor capacidad de atracción de residentes en la dos últimas décadas, la final del siglo pasado y la inicial del XXI. Aunque quizá sea excesivo hablar de La Corredoria como entidad urbana diferenciada de Oviedo, ciudad de la que representa su mayor apuesta residencial reciente. La que permitió al concejo ovetense superar el umbral de los 200.000 habitantes en el cambio de siglo, tras décadas de crecimiento lento y hacia dentro, implosivas, del casco urbano. El paso siguiente debería ser la inclusión definitiva de La Corredoria en el núcleo urbano de la capital a efectos estadísticos y completar su dotación urbana.
La mayor operación urbanística de la capital regional permitió poner en el mercado varios miles de viviendas, en un proceso aún no terminado, a precios más asequibles que los que hasta entonces habían caracterizado a la ciudad. Inició Oviedo así un período de expansión y crecimiento, focalizado en el eje metropolitano, es decir, el que une las dos ciudades principales de la región y apunta al espacio que en abanico se extiende por la relativa llanada en la que se ubica la mayor parte de los concejos de Llanera, Noreña y Siero, municipios centrales en el creciente metropolitano y en el que se dan las tendencias más favorables en la evolución de sus variables demográficas.
Así, La Corredoria, junto a las urbanizaciones de la periferia gijonesa y las de los concejos intermedios señalados son las que mayor poder de convocatoria han desarrollado sobre la población asturiana. Podríamos deducir que por ello constituyen el modelo residencial preferido por la mayor parte de la población del Principado, que lo elige frente a los numerosos núcleos rurales que han decaído en estos años, especialmente en las áreas montañosas del Occidente y de las comarcas mineras. El flujo de población desde las ciudades mineras hacia la costa y la capital ha engrosado también esta corriente y el crecimiento de la periferia ovetense. No es la única. Colloto se apoya en esta misma dirección metropolitana. En el Oeste, La Florida, Las Campas, San Claudio y Trubia han vivido este fenómeno, si bien con menor entidad. La Corredoria es la mayor.
¿Es el único modelo posible? Claramente no. Pero sí ha tenido capacidad para dar solución a la necesidad de vivienda de capas amplias de población, en mucha mayor medida que ciudades, pueblos y concejos que no han sabido atender esta demanda y se han retrasado en la puesta en el mercado de suelo y vivienda. Y que han visto cómo su población descendía en los últimos veinte años. En Asturias la población hace décadas que no crece y ello significa que los núcleos que sí lo hacen es a costa de otros que pierden. Y la solución parece tan sencilla como ofrecer vivienda con unos niveles de calidad apreciados como aceptables y a un precio relativamente asequible.
La Corredoria es Oviedo y marca el eje metropolitano de crecimiento residencial, el que vincula a las principales ciudades de la región y el que desarrolla en sus cercanías las mayores superficies de suelo empresarial, orientadas a la logística. En este sentido La Corredoria se inserta en el centro de una media luna menguante, cuyos extremos anclan en Santa Eulalia de Morcín y Quintueles y que contiene a las parroquias que vienen creciendo demográficamente desde hace unas décadas. La fuerza de esta pauta supera los límites concejiles y comarcales y aquí, en el centro del centro, se ve reforzada por el solapamiento con la pauta metropolitana de asentamiento de actividades logísticas, que al sumarse refuerzan su centralidad y emergencia."
"En el año 2012, toda La Corredoria está ocupada por el hormigón y los ladrillos. ¿Toda? No, toda no. La casa de Paulino Álvarez, planta y piso con jardín, resiste irreductible en mitad de las promociones inmobiliarias de La Corredoria Oeste, rodeada por todas partes de edificios de vivienda colectiva de principios del siglo XXI, pegada a lo que siempre fue la carretera a Villaperi y es ahora una calle de dirección única que va a morir a un pequeño parque delimitado por un corral de edificios de cinco alturas. Desde aquí, reducto ceñido por los frutos del progreso, se puede hablar con propiedad y conocimiento de causa de lo que ha pasado con el gran barrio residencial que fue un pueblo de verdad, que ya no se parece nada de nada a aquella aldea industriosa con su curtidora y su fábrica de anís, sus caserías y sus talleres de carros, los molinos y los hórreos ocupando este paisaje uniformado hoy a base de ladrillo y jardines. Ni rastro. «Aquí se levantaron todos los tapinos. Catastral y topográficamente queda la fuente de los Cuatro Caños». Paulino Álvarez Gutiérrez, «Paulino el de La Corredoria», empresario de la grasa y la proteína de los productos cárnicos -«el chatarrero de la carne»-, sabe lo que ha ocurrido y lo que se puede contar.
Nació junto al mojón de la Media Legua, el emblemático indicador de finales del siglo XVIII que señaliza la distancia de aquí al centro de Oviedo por la vieja carretera de Gijón. Por eso y porque sigue viviendo aquí, porque lo ha visto todo, recorre con cierto vértigo el camino de retroceso hacia el pasado del barrio. Fue todo tan rápido, afirma, que «no lo digerías». Primero La Corredoria Oeste, «un proyecto que nadie pensaba que se pudiera desarrollar de esa manera», a aquella velocidad. Luego el «prau de Pichu», el de la fiesta de toda la vida, pavimentado y transformado en la gran plaza circular del Conceyín, cercado a toda velocidad por edificaciones en altura. Y, a continuación, el Este, la zona que linda con la autopista. Deprisa, deprisa. 139 familias en 1888, 2.820 vecinos en 1991, 15.153 censados en 2012. «Y aquí nadie salió a vender sus bienes», recuerda. «La Corredoria fue sorprendida». Con la querencia de Oviedo por expandirse a esta vega llana al norte de la capital llegaron los colonos y tomaron el pueblo reedificado, desfigurado, pero aquí salvaron una parte de la sustancia. Si no de la física, sí de la social: «Fuimos muy hospitalarios, porque hoy se ve aún una abundancia de espíritu correduriense. La gente está unida; si alguien toca el timbre del sistema, la gente escucha».
Levantaron los tapinos y la línea de llegada es este escenario limpio, el «barrio moderno» con su «desarrollo urbano cómodo», los espacios abiertos y las calles anchas para dar cobijo y vivienda asequible a una población que, además de crecer, se multiplica. «La Corredoria debe de ser, junto a Montevil, el sitio de Asturias con más críos», afirma Álvarez, «y eso da alegría».
Levantaron los tapinos, pero hubo quien se las arregló para mantener una parte a cubierto. A simple vista no lo parece, pero La Corredoria sí tiene memoria. Lo sabe Paulino Álvarez y asiente José Antonio Valdés Lorenzo, que se empeñó en rescatar para el callejero de la nueva Corredoria los nombres históricos de cada porción de asfalto urbanizado en el barrio. Por eso aquel pueblo que inicialmente aparecía en los planos de Sogepsa con impersonales números en lugar de nombres en las calles combina ahora los topónimos tradicionales de La Corredoria con los que quiso poner el Ayuntamiento. Por eso esa calle se llama Les Matuques, aquella La Aguamiera, el Molín de la Casuca continúa por Molín del Toro y la calle La Tahona resurge en mitad de la primera zona expansiva de esta población singular, al Oeste, encajada entre arterias urbanas con nombres de grandes cantantes de tonada. «Se trataba de no perder la toponimia de la zona», confirma Valdés Lorenzo; de utilizar los nombres para retener aquel pueblo que quedó para siempre sepultado bajo el hormigón y que ya no volverá. Era una misión al rescate de una pequeña parte de su esencia, una fórmula para ratificar que esto ya existía mucho antes de Sogepsa.
Porque La Corredoria, dan fe los que todavía se tienen que esforzar para dar crédito al gran cambio, era a finales del siglo XIX y fue durante gran parte del XX un pueblo con su protoindustria, su economía mixta y sus tahonas. Había molinos y los talleres de carros y xarrés eran famosos en toda la región, como corresponde a un lugar que lleva en el topónimo la vocación de haber sido prioritariamente un punto de paso y comunicación de la capital del Principado con Gijón y la costa cantábrica. Vivía todo eso y «una industria chacinera muy antigua», todo en este mismo lugar irreconocible adonde hoy, Paulino Álvarez se sigue sorprendiendo, vienen familias enteras a buscar esto que el empresario también llama «calidad de vida».
Álvarez, heredero de la tradición industrial de este pueblo que tuvo mucha, mira ahora al centro social de El Cortijo, en mitad de su finca en La Corredoria Alta. Recuerda que el espacio era mucho más grande en aquella otra vida del barrio, que tuvo entre fines del XIX y los años cincuenta del siglo pasado una gran curtidora, que se instaló justo aquí porque había manantiales cerca y el complejo industrial necesitaba grandes cantidades de agua. El suministro también ayudó después a su reconversión en fábrica de anís. Finalmente, El Cortijo se parceló en una agrupación de pequeños negocios, pero fue siempre una fuente de empleos, justo eso que hoy alguien echa a veces en falta aquí donde ahora apenas el diez por ciento de los habitantes tienen en esta zona además del dormitorio el puesto de trabajo. Cuando los de La Corredoria, los de verdad, quisieron darse cuenta, la explanada circular del Conceyín había cambiado de repente los hórreos por los bloques de ocho alturas que cierran la cuerda de la circunferencia. Los graneros han quedado para simples objetos decorativos en los jardines junto a la estación del tren y en el Parque de Invierno de la capital.
Tampoco tiene nada que ver con su pasado el gran supermercado y la calle que bordea el campo de fútbol, abriéndose paso por entre dos hileras de edificios casi gemelos de ocho plantas. Muy cerca de aquí, José Antonio Valdés recuerda haber visto un molino y «una señora que hacía ruido con una olla para que a su llamada vinieran las nutrias por el Nora a comer lo que ella les tiraba». Por lo menos, en el letrero del nombre de esta calle sigue poniendo Molín de la Casuca."
Tras otra breve detención conociendo la idiosincrasia de todo este territorio del Nora, volvemos al Camino...
"La fuente es la de los «Cuatro Caños», pero tiene sólo tres. El cuarto, dicen en La Corredoria, está en el manantial de Casagrande, donde se capta el agua, unos cuatrocientos metros al noroeste de la plaza que da cobijo al surtidor. Su pilón semicircular y su cuerpo vertical, exento, de prisma con tres caras y un chorro en cada una, rematada por una esfera de piedra sobre un pedestal, sigue hoy en el mismo sitio donde la pusieron en 1790. Exactamente donde siempre. Plantada en el centro histórico de La Corredoria, a un lado de la rotonda ajardinada que le hace de escenario, la fuente es casi lo único que reconocería aquí un habitante de principios de este siglo. No hace tanto que por delante de los tres caños pasaba de largo la vieja carretera de Castilla, que ahora es la menos antigua AS-266 de Oviedo a Gijón, atravesando lo que quedaba de un pueblo que ya no está y las últimas praderas antes de cambiar el concejo de Oviedo por el de Siero. En 2001, el perímetro urbano de la glorieta estaba todavía incompleto; en los ochenta, Maite Orozco, presidenta de la Asociación de Vecinos «San Juan», llegó «al fin del mundo» trasplantado a La Carisa, caminando desde la carretera, «donde me dejaba el autobús», a través de «un barrizal sin luz». «Ahora no cambio esto por nada».
Hoy, aquel cruce con fuente es una plaza redonda que el tráfico intenso del mediodía rodea pasando junto al vetusto manantial y su vecino menos viejo, el lavadero circular de Ildefonso Sánchez del Río. Es el reducto histórico de una ciudad joven, el lejano recuerdo de lo que fue una urbanización del siglo XXI dispuesta a partir de aquí en círculos concéntricos de bloques semejantes sobre la llanura que se extiende desde la AS-II a la autopista «Y» y de la falda del Naranco al cauce del río Nora. A su alrededor, en cinco bloques de seis plantas, se reparten cuatro bancos, una inmobiliaria y una óptica, pizzería, autoescuela, agencia de seguros, peluquería, carnicería, supermercado y, a falta de uno, dos bazares chinos. El gran ensanche residencial de Oviedo, resultado de la querencia de la capital por crecer hacia el Norte, se ha dado tanta prisa por hacerse mayor que en 2000 era la decimoséptima población más habitada de Asturias y hoy es la sexta, que ha multiplicado por más de tres su censo desde 2000 y ha detenido la última cifra en 15.153 residentes, un 165 por ciento de subida sólo desde el arranque del siglo. El doble que en 2002, casi seis veces más que en 1991 para venir a dar a la entidad de población asturiana que más ha progresado desde el cambio de milenio. El barrio más populoso de Oviedo es la línea de llegada de una expansión de crecimiento rápido que al decir del vecindario lleva un tiempo colapsando servicios. La Corredoria, el barrio tranquilo lleno de parques con niños, literalmente pegado a Oviedo, comunicado por dos líneas de tren y otras tantas de autobús urbano, es también este sitio que va por el cuarto centro de salud, este lugar donde el colegio público con más alumnos de la región se ha quedado pequeño y la tercera ampliación «está llena antes de hacerla». La Corredoria, 6.000 viviendas edificadas sólo en 2000, es eso y un centro social que pide otro, un campo de fútbol sobreexplotado, una plaza de abastos sin abrir, un enlace pendiente con la autovía AS-II, un aparcamiento para trescientos vehículos en proyecto, un centro de día en espera, y así sucesivamente.
En la Asturias de la penuria demográfica, eso sí, La Corredoria ha configurado corriendo un brote de prosperidad, un apósito de ciudad nueva al Norte de la capital que ramifica las explicaciones de su éxito entre la clase media empezando por la aceptación que tuvo esta llanura en la onda expansiva del boom inmobiliario. Alguien valora que en La Corredoria «corre el aire entre los edificios» y Blanca Muñiz, presidenta del colectivo vecinal «El Conceyín», señala hacia «la buena calidad de la edificación, las calles anchas y amplias de un barrio muy cómodo y tranquilo, con mucho espacio para los niños y parques, zonas verdes y una urbanización muy atractiva que tuvo en su día una buena relación calidad-precio, dentro de la exageración que hubo en este aspecto en todas partes». Alfonso Pereira, concejal del equipo de gobierno municipal y alcalde de barrio, treinta años en el movimiento vecinal de La Corredoria, reivindica los valores de «una zona privilegiada en todos los aspectos». Un sitio tranquilo, «urbanísticamente hablando de lo más moderno que hay, con su edificación abierta en la que cada edificio está separado del de al lado en la mitad de la altura, la abundancia de zonas verdes» y al final «la calidad de vida»."
"La plaza del Conceyín, la enorme circunferencia delimitada por catorce bloques de ocho plantas separados entre sí, se ofrece como un indicio de que corre el aire, de la amplitud que atrajo hasta aquí a una media de casi ochocientos habitantes al año contando sólo el tramo que viene desde el año 2000. Es el nuevo centro, edificado en torno al cambio de siglo en el «prau de Pichu», el antiguo campo de la fiesta de La Corredoria, y al decir de Ana Cabal, secretaria de la Asociación Libre de Mujeres del barrio, una señal inequívoca de que nadie esperaba ver crecer todo esto «tanto y en tan poco tiempo». Y eso que el censo no alcanza para medir la población real, afirma Alfredo Sánchez, estudioso de la historia local, y que todavía queda terreno por donde recrecer la amplitud urbana de este barrio que fue un pueblo. Como en todas las poblaciones ensambladas por aluvión, aquí ya casi nadie es de aquí y de ahí surge el fantasma de la «ciudad dormitorio», muerta en las horas de oficina, desierta los fines de semana. Para espantarlo, Ana Cabal acude a la «conciencia de barrio» que desde muy pronto edificaron las asociaciones, las trescientas socias de su colectivo de mujeres, los tres colectivos vecinales, la Sociedad Deportiva Cultural Recreativa o esas fiestas que se celebran desde 1899, que están «entre las más antiguas de Oviedo» y que en 2012 «se desbordan». La sociedad de festejos es la más antigua de Oviedo tras la cofradía de La Balesquida y ahora también una de las más multitudinarias. El 23 de junio de este año, recuerda su presidente, Luis Miguel Fernández, «San Juan parecía San Mateo». Por todo eso «no estoy de acuerdo en la definición de la ciudad dormitorio», enlaza Ana Cabal. «La Corredoria tiene mucha vida durante el día» y el incremento de la dotación de servicios que acompaña a la explosión demográfica hace irreemplazable la presión ciudadana y una «conciencia de barrio» incompatible con la definición canónica de una ciudad dormitorio. «Las asociaciones han dado empuje a todos nuestros logros», afirma, y su pujanza es un indicio de que «siempre fuimos muy peleones» y de que van a necesitar seguir siéndolo si se hace caso a Maite Orozco, presidenta de un colectivo vecinal con treinta años de trayectoria que echó a andar luchando en los ochenta por la erradicación de La Carisa como foco de distribución de drogas.
Eso, mirando desde las avenidas y los parques y las plazas de la nueva Corredoria actual, es la prehistoria de un barrio residencial. Hoy, el casco urbano de Oviedo sigue sin separación visible al entrar en La Corredoria, pero el ascenso de aquel pueblo de los arrabales de la capital a este estatus que le da ser la segunda población del segundo concejo de Asturias tiene también, no obstante, varias esquinas de un reverso tenebroso. Uno es la dotación de servicios, desacompasada del incremento de la población; otro, algún efecto secundario de la configuración del barrio a partir de la gran avenida de familias al calor de la bonanza inmobiliaria. Charo Álvarez, presidenta de la agrupación de comerciantes de La Corredoria (Comcor), disiente de las opiniones sobre la falta de semejanza entre esto y una urbanización de extrarradio de las de manual. «Desde el punto de vista del comercio», afirma, no es éste un sitio fácil. «Necesitamos una mayor implicación de los vecinos, que se queden y consuman más en el barrio. Porque vas al parque y hay niños, y a veces cola en la farmacia, pero también muchos comercios cerrando o en proceso de cierre y los fines de semana las terrazas están vacías. Eso es una ciudad dormitorio», remata. Una que no está, a su juicio, bien diseñada para el comercio, que «necesita más zonas comerciales, menos barreras arquitectónicas para llegar a ser una ciudad comercial limpia» y sí, también una gestión adecuada de la plaza de abastos que levanta su silueta de equipamiento terminado y pendiente de los accesos a las espaldas de la plaza del Conceyín, en la calle Emilio Llaneza. Estará antes de fin de año, más o menos a la vez que el aparcamiento del Corredoria Arena si se cumplen los planes de Alfonso Pereira. Su apertura será un vendaje contra la otra cara de la población de aluvión, la que se oculta tras los resultados de una encuesta a pie de calle, promovida hace un año por el centro socioeducativo Alfalar, donde se concluía que solamente un 8,2 por ciento de la población trabaja en el barrio."
"El griterío infantil de la media tarde veraniega en el parque de El Presi, parte de la primera gran expansión residencial de La Corredoria hacia el Oeste, se reproduce con varios focos en la extensión diáfana de la plaza del Conceyín, emblema de la ampliación del barrio ovetense hasta los límites que dispuso en este siglo la burbuja inmobiliaria. Esto es, a la vista está, una ciudad joven. Joven por la estructura, el estilo y la edad de la edificación y por el paisaje humano que se ve de paso por el trazado urbano y se ratifica en el vistazo a la pirámide de población. Alfonso Pereira, concejal y alcalde de barrio, afina el cálculo del sector del vecindario más numeroso, «el de los 33 años», y pone las primeras comuniones con trescientos niños como ejemplo: «Ésta es la zona con más juventud de Asturias, sin ninguna duda».
La edad de los que vinieron al calor de la tranquilidad y la vivienda asequible funciona como una clave de la gran metamorfosis. Alfredo Sánchez alude a un cálculo que sitúa entre un 30 y un 35 por ciento la porción de habitantes menores de veinte años y Pereira vuelve sobre el calado social de un cambio «radical», pero al mismo tiempo «ordenado, pacífico, tranquilo». Con un impulso unitario que cristalizó en los dieciséis colectivos de la junta vecinal y una «vena asociativa» que La Corredoria lleva dentro, sostiene el concejal, desde que no era más que aquel pueblo del que apenas ha sobrevivido «una pequeña quintana en La Granxa, camino de Villaperi». Partiendo de una sociedad de festejos que sobrevive tras dejar atrás el siglo de vida, Pereira recuerda que también hubo una asociación de ganaderos en 1910, otra que se llamó en 1912 «La virtud del trabajo por el bien del obrero» y un Centro de Cultura y Recreo a partir de 1931... De todo aquello a los dieciséis colectivos de esta Corredoria distinta del siglo XXI va la reflexión de Pereira sobre la certeza de que la metamorfosis física no ha impedido el desarrollo del espíritu crítico de unidad corredoriense: «Parece que llegamos gente con una inquietud vecinal muy fuerte, muy interesados por mejorar las cosas, así se creó un movimiento asociativo que no existe en otros sitios».
Esa vena reivindicativa tuvo además su protagonismo en el cambio de fisonomía, en «todos los colegios que se consiguieron a golpe de manifestación» y en la alteración del proyecto inicial de la plaza del Conceyín, que no tenía este espacio diáfano sino «una cosa muy rara con montículos de tierra y fuentes para comunicarlos».
Ese espíritu comunitario es lo que queda en parte, dicen aquí, del tránsito de aquella Corredoria a ésta, cuya enorme mutación nadie ha definido como Jerónimo Granda en unos ripios recogidos por Alfredo Sánchez: «En La Corredoria non queden praos, non queden grillos, sólo cemento, sólo ladrillos».
Allí enfrente, al lado del poste con la señal jacobita, hallaremos un banco a la buena sombra de un roble
Un lugar apacible e ideal por si queremos descansar unos instantes y atarnos las botas, ajustarnos las bridas de la mochila o sacar el bocadillo
El Camino hace un poco de curva al llegar a otro grupo de casas mientras continúa bajando
Al este, empezamos a divisar de nuevo los paisajes del gran valle del Nora y su amalgama urbano-rural-industrial-comercial de pueblos, villas, polígonos, parques empresariales, zonas comerciales y de ocio... la "Ciudad Astur"
Es este entonces uno de esos numerosos trayectos camineros que, pese a ser por asfalto, nos deleitan con un hermoso entorno, paisajes, y buenas vistas
El Camino termina ya su descenso al llegar a este cruce, en el que continuaremos a la izquierda
En esta vertiente norte surgen los manantiales de los que nacen los regatos que hicieron del valle una gran vega fértil apta para la agricultura y ganadería, así como fueron el principal suministro de agua a Oviedo/Uviéu hasta la construcción del gran embalse de Los Alfilorios, en Morcín, inaugurado en 1990. Aún así, el depósito de Cuyences sigue siendo muy importante en esta función
Su nombre es evidentemente un antropónimo y nos lleva a pensar en el nombre de algún antiguo vecino, quién sabe si guardando relación con la antigua malatería (hospital de leprosos) de esta advocación que existió en Paniceres, en esta misma falda meridional de La Cuesta Naranco, unos kilómetros más al oeste y paso también del Camino Primitivo
Esta es la gran balsa de lavado, con parte de aclarado a su derecha, dado que no se usa suele deteriorarse pasando en tiempo, por lo que se realizan labores de restauración y limpieza periódicamente
Fijémonos en la cubierta de madera y a dos aguas, sostenida por vigas
Esta parte de Cuyences tiene más elementos rurales, como este conjunto de hórreos que vemos en lo alto
Y estos prados, por la zona de La Frera, que caen hacia la zona urbana de La Corredoria, evidencian usos ganaderos 'de diente y guadaña', como se decía antaño, es decir, de pasto y siega...
"En La Corredoria Baja, casi a la salida del barrio en dirección a Lugones, hay una señal oculta entre los arbustos que decoran el jardín de una urbanización. El «mojón de la media legua» es un poste cilíndrico de piedra rematado por una bola, un indicador de los que se hacían en 1789 y que informa desde entonces de la distancia exacta que hay desde aquí hasta Oviedo, media legua, 2,78 kilómetros, media hora a pie si se considera que la legua nació para medir el trayecto que una persona era capaz de recorrer en una hora. El mojón, en su calidad de indicio de proximidad adosado a la primitiva vía de comunicación principal entre la capital y la costa, guarda otra de las razones de la expansión residencial de La Corredoria. El mojón del siglo XVIII, rodeado como está de promociones de vivienda colectiva reciente, pero también de las antiguas casas de planta y piso de La Corredoria antigua con sus años de construcción grabados en las fachadas -1893, 1922-, ya informaba entonces de que Oviedo está ahí mismo. Entonces con una amplia separación en medio, hoy al final de una continuidad urbana sin fisuras.
Las últimas edificaciones del pueblo viejo están, resisten, adosadas a la recta que abandona el barrio, en la parte que falta por reconstruir y que, vista hoy en su contexto de bloques de ladrillo marrón, da fe de aquella otra vida que tuvo esta antigua población carretera de paso devenida con el tiempo en populoso barrio de extrarradio de crecimiento acelerado. El cambio todavía encuentra otro ejemplo en esta misma zona de la travesía de la AS-266, en el nuevo uso de la casa-palacio de La Torre, que fue casona señorial con blasón en el pueblo del siglo XVII y guardería infantil en el barrio joven del XXI.
Aquella otra Corredoria agraria ha progresado tanto que en los planos de Oviedo que se exponen en las calles de la ciudad para orientar al despistado La Corredoria ocupa su propio espacio, un recuadro en la esquina inferior derecha del callejero urbano. Mirando alrededor, el ruido del esqueleto de un edificio en construcción en las inmediaciones del campo de fútbol Manuel Díaz Vega informa de que puede que haya espacio para más. El frenazo inmobiliario también ha hecho aquí su parte del trabajo y de momento no volverán las «cincuenta grúas pluma» que silueteaban el perfil del barrio no hace tanto tiempo. «Algo queda, pero poco», afirma Diego Fernández, vicepresidente del colectivo de comerciantes, señalando la grúa que queda en la zona vecina de la autopista «Y» casi nada más que otra en el cada vez más escaso terreno libre entre el barrio y el Hospital. Pero la potencialidad que todavía conserva esta llanura bien comunicada lleva los cálculos de hoy a «23.000 habitantes si contamos los no censados» y la elucubración del futuro hacia 43.000. Alfredo Sánchez cuenta lo que puede quedar por ocupar, al Norte, «toda La Malata»; al Sur, algunas inmediaciones del nuevo hospital y los terrenos que pueden liberar la subestación de Hidrocantábrico, junto al acceso desde Oviedo, y la pequeña reminiscencia de la vieja configuración del pueblo que queda en La Corredoria Baja, las últimas casas antiguas a ambos lados de la salida en dirección a Lugones."
Casas de La Fuente la Braña y El Molín de la Casuca, a cuyos pies pasa la carretera AS-381. Por ahí estaban también El Molín de Pachón y El Molín del Toro. Poco más allá podemos reconocer, enrre los árboles, algunos edificios de Colloto/Cualloto y, más lejana La Paranza, con la gran sierra caliza de Peñamayor en lontananza
"... constituye una buena atalaya para divisar amplias zonas sembradas, sobre todo de escanda, por el método de fogueraes o borronaes, quemando la maleza: las marcas del terreno y los topónimos próximos como La Fogueraona, Los Diales, o L'Ordaliegu (ordum, 'trigo') así lo confirman".
No llegamos a ver el Río Nora, oculto por sus boscosas riberas, que bordea el Naranco del este al oeste por su vertiente norte, donde lo cruzaremos, pero sí seguimos viendo las grandes naves comerciales de Parque Principado, con el Sueve dominando la escena
Alguna casa debió tener también en tiempos un corredor en su planta alta, actualmente cerrado e integrado también en la vivienda. Al terminarse, o transformarse, las labores agropecuarias tradicionales, ello conlleva también la reforma de toda la casería, incluyendo la zona habitacional
La cuesta se suaviza y llegamos a una encrucijada en un rellano, Los Güertones, 'huertos grandes', otro de tantos topónimos que revela los espacios de cultivo de antaño
En la explanada, seguimos todo de frente y recto. Arriba, en lo alto, oculto por los ocalitos, Cuyences tiene su castro astur, también llamado, como tantísimos otros, El Picu Castiellu, uno de los recintos fortificados del Naranco que son el antecedente poblacional estable de las actuales aldeas y parroquias, junto con las posteriores villae
"Está situado en un saliente de la ladera que está fuertemente defendido en la parte que lo conecta al monte por tres fosos con taludes. En la entrada del recinto se registra la existencia de un bastión. El recinto del castro estaba ya deformado en los años 70 por la construcción de una granja avícola que afectó a las defensas. Por aquel entonces era reconocible todavía el conjunto de fosos paralelos.
El gran historiador asturiano todavía vio una acumulación de piedra en el sector norte de más de un metro de espesor. Seguramente era el derrumbe de las defensas o de alguna estructura del asentamiento. Fijaos lo que contaba, porque es la manera en la que perdimos mucha de nuestra memoria castreña en Asturias:
«había una capa de escombros de construcciones derruidas de más de un metro de espesor, con los que después se llenaron varios camiones que fueron utilizados en alguna carretera. Entre tales escombros y en otras partes del recinto castreño aparecieron ruedas de molinos de mano, un majadero de piedra y otros objetos».
El propio J.M. González lo consideraba de época romana más que un castro astur propiamente dicho. Posiblemente, junto con la cogolla de Fitoria, formaba parte de una línea de fortificaciones que controlaba el territorio desde esta posición elevada."
Adolfo Casaprima Collera, en la Introducción con la que abre su Diccionario Geográfico del concejo de Oviedo, señala la "desaparición (por abandono o por integración-asimilación) de no pocas caserías e incluso lugares, mientras surgen otros nuevos", así como "el imparable crecimiento de los núcleos periféricos (llamados dormitorios), o de la destrucción de las caserías lindantes con la ciudad bajo el pretexto de la urbanización de nuevos barrios, o de la paulatina concentración de caserías y lugares hasta formar nuevos núcleos urbanos, o de la conversión de pueblos grandes en pequeñas ciudades dotadas con modernos servicios", tal y como pasó en La Corredoria
Una franja arbolada delata el paso del Nora y la frontera de concejos; aquello ya es Llugones, en Siero, población de la que ya hemos dicho es la que en la actualidad más ha crecido y más habitantes tiene del concejo vecino, la cual forma una continuidad urbana con La Corredoria y esta a la vez con la ciudad de Oviedo/Uviéu
"Ciudad Astur es el sintagma utilizado por Fermín Rodríguez Gutiérrez, catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo, y Manuel Carrero de Roa, investigador-colaborador del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) de la Universidad de Oviedo, para reconocer oficialmente el área metropolitana de Asturias como un área metropolitana policéntrica.
El proyecto no ha sido llevado a cabo aún, pues muchos dudan de la conveniencia de llamar "ciudad" al centro de Asturias, ya que no presenta homogeneidad urbana, dado que en realidad la mayor parte de esta área corresponde a terreno rural, no urbanizado e incluso forestal.
El término ha sido aceptado de forma no oficial y puede verse en publicaciones como libros de texto."
"Rodeada de polígonos industriales y a unos 5 kilómetros de Oviedo, su emplazamiento en el centro de Asturias le permite absorber gran cantidad de transeúntes tanto en el área de ocio, como en el comercio. Lugones posee una gran cantidad de negocios de hostelería, principalmente sidrerías y restaurantes, muchos de ellos en torno al tramo de la calle Leopoldo Lugones denominado "La Peatonal", icono de la hostelería de la localidad, y atractivo turístico creciente que además genera importantes beneficios económicos para Lugones directamente y para Siero de forma indirecta a través de impuestos. Sin embargo, la expansión de Lugones se aceleró sobre todo a partir de la década de 1970 como ciudad dormitorio. Alrededor de la localidad hay muchos centros comerciales de los más concurridos de Asturias, Parque Principado, Aldi, Lidl, Ikea o el centro comercial Azabache por poner algunos ejemplos."
En primer término tenemos el Polígono Industrial Puente Nora, sito al otro lado del río y en la misma vega "Situado en las inmediaciones de Lugones y delimitado por la carretera a La Corredoria, la vía férrea, el río Nora y el casco urbano. Creando de manera no planificada por la instalación asistemática de empresas a finales de la década de los sesenta", leemos en su ficha. A continuación les ocalitales de La Belga y Pañeda con el Alto la Madera y El Picu Samartín (518 m) al noreste. A la izquierda y ya en términos gijoneses, El Picu'l Sol (439 m)
"El 4 de agosto de 1938, Manuel Fernández Álvarez, popularmente conocido como Manolito 'el Pegu', vino al mundo; en plena guerra civil, en El Carbayu, Lugones, y en la misma casa en la que sigue residiendo a día de hoy, con sus 84 años recién estrenados. «Duermo en la misma habitación en la que nací», cuenta con orgullo este lugonino.
Ese año, debido a la contienda bélica, no hubo fiestas de El Carbayu, aunque 'el Pegu' explica que «estoy ligado a ellas» desde que era bien pequeño: «Yo creía que lo que sonaban eran voladores y fuegos artificiales por ellas, cuando lo que sonaban eran bombas», recuerda. Con esta trayectoria, no es raro que haya terminado siendo presidente de la Cofradía de Nuestra Señora del Buen Suceso, que se encarga de la organización de esta festividad. Aunque también le viene de familia: «Cuando se retomó la fiesta después de la guerra, en 1940, mi abuelo habló con sus amistades para que restaurasen las vías del tranvía y que los de Oviedo pudiesen llegar a la fiesta. Siempre hemos estado muy ligados a las fiestas, yo crecí en el prau de estas».
Porque la música siempre ha sido un gran hilo conductor en esta cita. «Recuerdo que desde bien pequeño veía por el prau a la banda del Regimiento de El Milán, y que incluso cuando me fui a la mili con 18 años continuaban viniendo. Ya más tarde, en la década de los cincuenta o los sesenta, fue cuando empezaron a venir las orquestas, Pero aquello no era como es ahora, que vienen un montón a lo largo de todos los días. Venía una, o como mucho una grande y otra un poco más modesta, y se quedaban para todos los días porque salía más rentable», explica Fernández, que también recuerda con cariño a los barquilleros, los heladeros, las atracciones más tradicionales...todo ello en el mismo prau siempre.
Esa ha sido precisamente la única variación que ha sufrido la fiesta desde sus inicios en 1925. Tras el parón por la pandemia, el encarecimiento del arrendamiento del prau en el que históricamente se celebró siempre, obligó a cambiar la ubicación de la fiesta. Este será el segundo año en el que estas se celebren en el solar adjunto a la casa de Manolito 'el Pegu', también de su propiedad. Aunque según explica el presidente, el cambio finalmente ha sido positivo. «Es una pena que al borde de cumplir el centenario tuviéramos que cambiar de sitio, pero estamos muy contentos. Este sitio es más grande, y los vecinos y los feriantes están contentos».
El gran antecedente industrial de Llugones fue la Sociedad Industrial Santa Bárbara, fábrica de fundición y laminación de metales que empezó a trabajar en 1895, fundada por el ingeniero industrial José Tartiere y Lenegre, ingeniero industrial y gran figura de la industrialización asturiana, quien recibió el título de conde de Santa Bárbara de Lugones en 1922 otorgado por el rey Alfonso XIII
"Se localiza en un contrafuerte calizo en la ladera oriental del Monte Naranco, a una altitud de 205 m.s.n.m. sobre las casas de Cuyences. Recinto en ladera de planta ovalada y unas dimensiones de entre 120 y 70 metros en su eje mayor, y unos 40 metros en el menor. Parte del recinto ha sido explanado por una construcción reciente, quedando como testigo un mogote en el extremo occidental. El aparato defensivo constaba, según González y Fernández, de tres fosos dispuestos y dos contrafosos intermedios en el sector más accesible, el NW., y un bastión construido en el interior (González y Fernández, 1978).
Durante la elaboración del inventario arqueológico (Junquera Lantero, 1998) ya sólo se describen dos fosos, uno de 3 metros de ancho que coincide con el camino actual, seguido de un talud en forma de herradura y el segundo foso, que posiblemente descendía ladera S abajo. En un reciente reconocimiento solo se describe un foso con sección en «V» en el sector occidental, el que ha sido aprovechado como camino. El resto de vertientes, estarían defendidas naturalmente por la propia pendiente (Fanjul Peraza, 2005 y 2014)."
Se trata del proyecto de la nueva Ronda Norte, que además de al patrimonio y al paisaje puede afectar al Camino, tanto a este como al Camino Primitivo. Escribe de ello el gran historiador y cronista de los caminos, el peregrino Antón Pombo en la web xacobea Gronze a fecha 21-6-2022:
"... la Ronda Sur ya evita el tráfico pesado por la ciudad. El actual proyecto supondría un nuevo impacto que va sumando atentados al patrimonio cultural, y un golpe para tantos emprendedores que han apostado por el Camino. La percepción emocional también es importante, porque hasta ahora la transición de la zona urbana al rural es amable, sin polígonos industriales o áreas degradadas, uno sale de Oviedo y se introduce de repente entre prados y con la vista de las montañas alrededor. Esto quiere ser sustituido por un tajo. Y también se verá afectada, en la cara opuesta del Naranco, la conexión del Camino Norte entre Oviedo y Avilés.
Hay quien considera, dada la fuerte contestación social, que la obra no tiene futuro, pero no por ello tendremos que cejar en oponernos, por lo que al Camino respecta, para evitar el atentado: si se sigue con el plan, podría incluirse un túnel en este sector, aunque sea un falso túnel. Un caso similar, que demuestra lo poco que le importan el Camino de Santiago y la Unesco a los técnicos del Ministerio de Fomento, lo hemos visto en Jaca. Ignoramos cuál va a ser la evolución de las protestas, y el efecto de las alegaciones, pero es bueno recordar que la movilización ha conseguido grandes logros y modificaciones de proyectos; recordemos, por ejemplo, en Vigo, la consecución de la A-9, donde los vecinos forzaron la construcción de los túneles de A Madroa.
A veces solo es cuestión de sensibilidad, y dinero, el que se consigan paliar las afecciones más graves. ¡Sigamos en la brecha, para evitar la brecha de la Ronda!"
Y en medio del valle, más castros, ahí tenemos bien a la vista por fin el de El Cuetu ya antes mencionado, entre Llugones y La Corredoria y en medio de la vega del Nora, justo encima del río, en el barrio de Paredes, perteneciente a Llugones (en medio de la foto)
"El Picu el Cuetu se encuentra situado en el bonito barrio de Paredes, de la parroquia San Félix de Lugones. Desde esta pequeña colina se puede descubrir a vista de pájaro el entorno de la misma y un radio de varios kilómetros: el propio pueblo, Oviedo, el Naranco, Viella, La Fresneda pueblo y urbanización, Colloto, Limanes...
Ver en la noche iluminado desde aquí Parque Principado es un espectáculo.
Este emblemático lugar del Picu el Cuetu fue un castro habitado por algún clan de los Lugones. Alrededor del promontorio se construyeron, en forma de anillo, una serie de trincheras por parte del bando republicano durante la Guerra Civil de 1936 (trincheras que, al aparecer, no fueron utilizadas con los fines previstos).
Tras la dramática contienda, la Sociedad Deportiva Astur de Caza encargó a Constructora Enrique Justa, de Oviedo, la obra para levantar un edificio con varias dependencias, tanto en su planta baja como en la primera; ésta, con una espléndida terraza abierta al norte. Y por esta cara, una cancha en la que, durante años, se practicó el tiro al plato y al pichón. En estas instalaciones tuvieron lugar importantes competiciones regionales y nacionales. Además de la actividad deportiva, la entidad cumplía funciones de carácter social, para el esparcimiento y recreo de los asociados.
Siempre nos llamó la atención la difícil época, los primeros años de la posguerra, entre 1940 y 1945, en la que se les ocurrió a un grupo de gentes, en su mayoría ovetenses, levantar esta instalación. Claro que las consecuencias llegaron después.
Al no poder hacer frente dicha sociedad deportiva a sus obligaciones económicas con la constructora, la citada Enrique Justa, ésta pasó a ser propietaria de las instalaciones. Es verdad que después la empresa E. Justa las puso en venta, sin que el Ayuntamiento de Siero se percatara que su adquisición, pensando en el futuro, sería muy rentable.
Así, en venta, permanecieron estas magníficas instalaciones durante varios años. Y es en 1989 cuando se transforman en un monasterio. La Orden del Císter pasa a ser su propietario. Esta congregación, hasta entonces, había ocupado una antigua casona situada en La Corredoria Baja.
Esta silenciosa y muy laboriosa comunidad de religiosas, no sólo convirtió el nuevo centro en lugar para la oración y la espiritualidad, sino que, entre otras actividades, disponía de un taller de decoración de cerámica, elaborada mermeladas y cultivaba la huerta, hasta que se procede al cierre del monasterio en 2006. Los últimos oficios religiosos en su capilla tuvieron lugar el domingo día 5 de noviembre de dicho año, siendo trasladas las seis monjas de avanzada edad a Santo Domingo de la Calzada."
"Se localiza en una suave elevación en medio de la llanura a 210 msnm.
Recinto de unos 60 x 50 metros definido como castro en llano que conserva la mayor estructura bélica construida en Asturies durante la guerra civil. Los únicos elementos defensivos que pueden indicar la existencia de una fortificación anterior son algunos leves aterrazamientos en torno a la colina (Rodríguez Otero, 1988; Fanjul Peraza, 2004 y 2014; Requejo Pagés, 2013).
El complejo defensivo de la guerra civil, incluido en el IPCA, estaba integrado en la 5ª línea republicana de fortificaciones en torno a Uviéu, y se compone de un fortín central rodeado por una línea de trincheras blindada de 350 metros de longitud y trazado en zigzag con varios nidos de ametralladora".
"Construido por los republicanos muy cerca de Oviedo, para controlar un importante nudo de comunicación por carretera y ferroviaria cercano. Es de grandes dimensiones, posiblemente el más grande de todo el frente norte, y consta de un buen número de galerías subterráneas, puestos de tirador, para ametralladoras e, incluso, para emplazamiento de morteros. Es posible recorrer una buena parte de las galerías subterráneas, pero hay otras que no son accesibles por el momento, lo que no resta grandiosidad al conjunto.
Está bien conservado porque primero fue adquirido para la construcción de un club de tiro, cuyo edificio se adosó al propio búnker, y que debido a las deudas que generó, acabó cerrando. Luego, tanto el edificio como el búnker, fueron adquiridos por una orden religiosa que lo mantuvo hasta pasado el año 2.000. Luego esta orden religiosa se fue a otro lugar, pero mientras encontraban un comprador, el edificio fue desgraciadamente vandalizado. Afortunadamente, el búnker, como tal, no sufrió desperfectos de importancia.
Alrededor del búnker hay varios nidos de ametralladora, algunos de los cuales están en propiedades privadas y, por tanto, no son visitables.
"Se trata del fruto de años de afición y pasión por recopilar todo tipo de objetos relacionados con la Guerra Civil por parte de varios entusiastas y donaciones particulares. Donde hay cabida para ambos bandos (Nacional y Republicano) sin distinción y con una finalidad puramente pedagógica para dar a conocer al gran público los artefactos empleados en esta lucha fratricida. Una inciativa que arrancó hace poco más de un año. Muy recomendable como plan alternativo de visita por Asturias. (...)
La visita realmente consiste en dos partes situadas en diferentes localizaciones. Comienza en el bunker de El Cuetu, en Lugones, un emplazamiento elevado desde donde puede verse todo Oviedo (está a 5 km de la capital asturiana). Este búnker perteneciente al bando republicano es la estructura bélica más grande conservada en Asturias. Constaba de una línea de trincheras de unos 350 metros y varios nidos de ametralladoras. En la actualidad sólo se conservan tres de esos nidos y varias galerías. En 1939, finalizada a contienda, se decidió construir adosado a sus muros una casa de campo para ocio de los altos mandos, dedicado principalmente como club de tiro y caza al que también se equipó con piscinas y demás comodidades sólo al alcance de las clases acomodadas. Las obras finalizaron en 1944 recibiendo el recinto varios propósitos a lo largo de su vida. En 1989, acusado por las deudas, acabó como monasterio para una congregación de monjas cistercienses hasta que finalmente lo abandonaron en 2006. En un estado vandalizado fue adquirido en 2015 por el empresario Jorge Sandoval, uno de los principales impulsores del museo, el cual por esas fechas pensaba montar un complejo hostelero, pero finalmente tuvo la idea de organizar visitas guiadas y crear una exposición de sus piezas de colección. Este es el germen de un proyecto de gran interés histórico tanto para iniciados como profanos."
En La Nueva España del 16-3-2023 la periodista Luján Palacios da la noticia de la conversión del museo en fundación para organizar fondos y buscar nuevos espacios, pues es tal el material existente que se proyecta su traslado a un lugar más grande:
"El Museo Militar de El Cuetu de Colloto (Siero) está a punto de convertirse en una fundación para proteger la colección bélica que ha ido atesorando su propietario, Jorge Sandoval, y que se ha convertido en una de las más importantes de España. Eso sí, dará este paso posiblemente en el municipio vecino de Oviedo. "Probablemente se llamará Fundación Sandoval, ya está en marcha el estudio de viabilidad y la Delegación de Defensa ya dio el visto bueno”, apunta Sandoval.
Su aspiración es conseguir más espacio para una extensa recopilación de material bélico que incluye armamento y vehículos y podría ser en Oviedo. Entre todo ello destaca una colección de más de un millar de granadas, cuatro misiles SC- 500 y una carga de profundidad del destructor Ceuta, utilizado por Franco, así como un curioso camión que el dictador utilizaba para sus desplazamientos al frente bélico, entre muchos otros vehículos de la época.
A todo ello se suma el hecho de que ya hay varios convenios de colaboración firmados por Defensa para la cesión de piezas, entre las que figura alguna maqueta de grandes dimensiones y armamento único en España, pero por el momento “resulta imposible por la falta de espacio”, apunta el creador del espacio museístico. Está deseoso de dignificar una recopilación única, a la que se une además el bunker subterráneo de El Cuetu, en Lugones, el mayor de este tipo de la época de la Guerra Civil, que se puede conocer en visitas guiadas concertadas y en el que de forma periódica se organizan recreaciones históricas a cargo de asociaciones y entidades colaboradoras.
Se trata de una instalación singular en Asturias, a un paso del núcleo urbano de Lugones, y que complementa la visita al museo con las piezas que Sandoval ha ido recopilando a lo largo de su vida. El sierense tiene de hecho todo su material repartido en algunas naves de su propiedad en Colloto, y muchos otros elementos no se pueden enseñar al público porque no hay capacidad de espacio para ello. De ahí que urja reorganizar el material y contar con una instalación suficientemente amplia para que la colección se conserve de manera óptima. "Necesitamos que se nos reconozca", clama Sandoval."
"El lugar ya había sido objeto de intervención arqueológica durante los años 70, dirigida por José Manuel González, que identificó restos de herramientas líticas del Paleolítico Inferior.
Respecto a la necrópolis se trató de un hallazgo llamativo ya que se documentaron más de treinta tumbas, muchas de ellas con ajuar funerario que permitió obtener una valiosa información sobre la muerte (y vida) de los habitantes del centro de la Asturias actual en la época del Bajo Imperio.
La necrópolis se encontró en la finca denominada «la granxa», cuya ubicación antes de la construcción de Parque Principado (...) Hoy es el aparcamiento.
En la misma zona, hacia el suroeste, a unos 400 metros y fuera del aparcamiento, está enterrada la villa romana de Monte les Muries, que es el centro de población con el que hay que relacionar esta necrópolis.
Las tumbas se excavaban en una fosa, cuyas paredes se cubrían de ladrillo y se remataba en la parte superior con un tejadillo de tégula a dos aguas. El cuerpo era preparado y amortajado, y se depositaba en un ataúd de madera (se detectó que era de roble). Junto al cadáver se depositaban objetos que le habían pertenecido en vida y que dan una idea de la profesión que desempeñaba. Por ejemplo se encontraron útiles de herrero, tijeras, etc… También se acompañaba de diversos objetos y materias primas que creían que iba a necesitar en la vida de ultratumba, como botellas de vidrio, legumbres, y otros objetos cotidianos."
"La pieza, de la que se tuvo noticia por primera vez en diciembre de 2020, fue hallada en la localidad de San Félix en el proceso de elaboración de la nueva carta arqueológica del concejo de Siero. Formaba parte de una pared de una construcción de uso agrícola, reaprovechada como material de construcción tras haber sido hallada por su propietario en un camino cercano. (...)
La estela se podría asociar, por tanto, a las fechas de esta necrópolis que comprenden los siglos IV y V d.C. La propuesta de transcripción dice: Camulo / Viganu / an(nor)um / XXII me(moria sua) que podríamos traducir como En memoria de Camulo Vigano de 22 años. Es interesante la procedencia del primer nombre que aparecen en la inscripción:
Camulo es un nombre extraño en la península ibérica donde hay documentados sólo tres casos. Uno de una mujer, Camullia Primula y Camulia Veneria en Badajoz y otro de Aquilia, hija de Camulo en Vaiamonte, Portugal. Sin embargo es abundante en la Galia y Britania con ejemplos como : Camulos, Camula, Camulatia, Camulatus, Camulaeus, Camulata, Camulinos, Camulinus, Camulissius, Camulixus, Camulogenus, Camulorix, Camuloscus, Camulossesa, Camulognata
En realidad Camulos es un teónimo. Se trata de una divinidad de la guerra que está asociada a los Remos, en la Bélgica y en Britania. Seguro que os suena Camulodunum (Colchester), pues su nombre significa básicamente la ciudad de Camulos. De hecho es frecuente que aparezca asociado Camulos a Marte, dios romano de la guerra, parecido a como aparece Marte Tileno entre los astures. Por tanto, nuestro joven astur transmontano tenía un nombre un tanto pretencioso, probablemente en una época donde este nombre ya habría perdido su naturaleza religiosa."
"Según la denuncia, el lugar habría sufrido daños considerables debido a obras realizadas sin autorización en la zona protegida. Hablamos de restos romanos originales, así como de otros elementos como huesos, cerámica común y material constructivo romano (fragmentos de teja)."
Todo sucedió a finales de 2023, cuando el Ayuntamiento de Siero, en colaboración con una famosa tienda de muebles, llevó a cabo obras dentro del área protegida sin contar con el seguimiento arqueológico preceptivo, a pesar de tratarse de una zona con alto valor histórico. La protección del espacio que ocupa un yacimiento arqueológico, se extiende a una franja de terreno en torno a ellos donde se puede edificar pero es necesario realizar un seguimiento arqueológico por si se descubren nuevos restos. Las obras han provocado la dispersión de materiales arqueológicos, incluyendo cerámica romana, material constructivo e incluso cerámica posiblemente medieval."
Con sus intensos colores azul y amarillo de la bandera sueca, se reconoce bien, al otro lado del bosque ribereño, la famosa nave de Ikea al extremo sur de Parque Principado. Un poco más allá, Granda con sus polígonos industriales a lo largo de la carretera N-634
Entre La Pola, capital sierense y El Berrón, el Camino, siguiendo su antiguo trazado, o uno de ellos, esquivó también la carretera y los polígonos, pero por el norte, por los altos de La Carrera y Forfontía. Existe además un Camino, menos conocido, que no suele aparecer en las guías, pero señalizado, que va por Noreña y Argüelles, a los que dedicamos también sus necesarias entradas de blog
Nuestro Camino empieza a subir, al principio suavemente, por Cuyences de Riba, en ruta a Villaperi y el ya ansiado paso de Nora hacia la gran llanura de Llanera
Además, volvemos a tener un trayecto bastante llano antes de la última cuesta para entrar en las casas altas de Llaviada, en Villaperi
Son Les Cases del Podre, donde el hábitat se hace más disperso y hay menos casas, con unos cuantos metros de separación entre una y otra
Los dos hórreos, en perspectiva
Dicen los filólogos que La Paranza está relacionado con parada, no en vano en el lugar que da nombre a la sierra hubo una malatería u hospital de leprosos; mientras, La Pasera lo está con lugar de paso muy transitado, refiriéndose ambos a los caminos que antaño cruzaban la sierra de lado a lado, además del que discurre por su cresta o canto, el actual GR 105 Ruta de las Peregrinaciones
Ponemos rumbo norte por la cuesta a Les Cases de Campana. Poco más arriba será la cota cimera de nuestro trayecto, cuando enlacemos con el antiguo camino oficial y empecemos a bar al Río Nora para cruzarlo por su ribera norte, dando vista a Llanera y la parte septentrional de su valle
Junto a la casa crece una mata de hortensias, mientras que en el matu de la izquierda florece alguna rosa
A la izquierda un viejo hórreo, sin duda más que centenario, representa la memoria campesina de estos pueblos y lugares del Naranco
Por los ocalitos de allá arriba va el mencionado camino antiguo, próximo ya a unirse a este
La cuesta vuelve a hacerse bien pendiente al pasar delante de la última casa, cerca del monte La Comuna, que puede hacer referencia a antiguos terrenos comunales, de pasto o cultivos
Pasamos ahora por una pequeña arboleda autóctona mientras el Camino sigue subiendo a la vez que hace una larga curva cerrada a la izquierda, siguiendo siempre rumbo norte
Atentos aquí por tanto a cualquier vehículo que de pronto pueda venir de frente
Acaba la curva y se atisba el final de la cuesta en un claro de este bosquete
Salimos al sol: aquí es donde nos cruzamos con el Camino antiguo, que viene a la izquierda, bajo La Peña Galera, y seguimos de frente
También antes, aquí en este poste, una flecha amarilla y una placa de la concha
Bifurcación, nosotros seguimos de frente y en llano hacia el mojón, abajo una senda se introduce en lo más profundo del bosque, bajando a Llaviada. Es el GR 100.1, del que nos dicen así en Wikipedia:
"El GR-100.1, denominado Ruta Gijón - Puerto de Pajares, es un Sendero de Gran Recorrido alternativo al GR-100 (Ruta de la Vía de la Plata) en su tramo asturiano.
Este trazado había sido señalizado y homologado por parte de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (FEMPA) en el año 2000 como GR-100, mientas que el GR-100.1 era otro trazado diferente denominado Vía de la Carisa. Pero en 2013, la Red de Cooperación de la Ruta de la Plata propuso a la FEMPA modificar el trazado del GR-100 para que pasase por la Vía de la Carisa, la primera y principal vía de comunicación romana de Asturias, que debe su nombre a Publio Carisio, el legado de Augusto, que ordenó su construcción. De acuerdo con la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), la FEMPA no tuvo inconveniente en modificar la signatura de ambos GR, pasando a ser el antiguo trazado del GR-100 el nuevo GR-100.1"
Junto al mojón, otro banco nos ofrece una buena oportunidad para echar el freno y reposar, al final de tantas cuestas
Otra flecha pintada en el árbol y justo antes del mojón. Su profusión indica el temor a que los peregrinos no tomen el ramal correcto
Nada más entrar en la foresta el Camino hace una curva cerrada a la derecha, en ángulo recto
Más allá del Camino, la fronda forma una espesura tupida e infranqueable hacia la ocalital, una intrincada masa selvática de zarzales, arbustos, helechos, el matu que se dice en Asturias, el bocage de los franceses
También aquí se nota que se hacen limpiezas periódicas para mantener la vía expedita, ya que la vegetación suele crecer mucho y muy rápido, sobre todo al llegar la primavera, siendo necesarias las oportunas labores de desbroce
El Camino, estrecho incluso para un vehículo (pensamos en la complicación que será cuando se crucen dos) sube ahora muy suavemente
Salimos del sombrío bosque encantado a la claridad del día en Poyana, una de las aldeas de la parroquia de Villaperi, en el extremo nororiental del concejo
Al fondo El Picu Santufirme (439 m), en Llanera, que cierra por el norte este sector septentrional del valle del Nora, al que nos dirigimos
Aquí abajo, Cayés, en Llanera, por cuyas cuestas de Campiello subiremos a la gran planicie que da nombre al concejo, poniendo rumbo a Posada, su capital
Pero antes, atravesaremos esta parroquia ovetense de Villaperi de sur a norte por Poyana, Sobrepoyana y La Pedrera para ganar el paso del Nora por La Ponte Cayés
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