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viernes, 23 de mayo de 2014

LA VENTA L'ESCAMPLERU Y LOS ESCUDEROS DE LES REGUERES (ASTURIAS) EN EL HOSPITAL DE PEREGRINOS DE SAN MARTÍN: LA BATALLA DE LOS ARROXOS, LAS MINAS Y CASA CONCHA

L'Alto L'Escampleru y La Venta (casa blanca en medio de la foto). A sus pies sube el Camino

A once kilómetros al oeste de la Sancta Ovetensis los peregrinos llegan a L'Escampleru, concejo de Les Regueres, por La Venta o La Venta L'Escampleru, en el alto de igual nombre, subiendo por La Carrilona desde El Castañéu del Soldáu, Gallegos y La Ponte Gallegos, donde han cruzado el Nora por su viejo puente de piedra, dejando tierras ovetenses y entrando en términos regueranos

Gallegos (abajo) y La Venta (arriba) con El Castañéu del Soldáu y La Carrilona (a la derecha)

La Venta L'Escampleru constituía pues una perfecta parada para los viajeros de antaño, y más para los que se dirigían al occidente por el antiguo Camín Real de Galicia o Camín de Grao, entre ellos muchos peregrinos, que también tuvieron su hospital de acogida en ese alto, tras remontar la primera cuesta larga e importante del Camino Primitivo


Aquí además este camino se cruzaba con otra importante ruta de arriería y trashumancia como era el camino que se dirigía a la costa desde el paso de Ventana, comunicando Asturias con la meseta por ese puerto, muy empleado por los vaqueros de Les Regueres, que tenían sus ganados en los pastos babianos de la Cordillera en verano y los bajaban a estos valles interiores, de clima más suave, al llegar el invierno

Casa Concha

De La Venta o La Venta L'Escampleru hay noticias desde el siglo XVIII al menos, cuando la menciona, si bien escuetamente, el ilustrado Jovellanos en uno de sus viajes, pero su origen debió ser muy anterior seguramente, aunque la historia más reciente y conocida fue la de Casa Concha, nombre de la mujer que se casó con Cipriano, el propietario de la casa de comidas que existió previamente en el lugar. Cerró en 2010, llegando a ser conocida por tanto por muchos peregrinos


El antiguo hospital de peregrinos estaba unos metros más al sur, no pasaremos por él sino que, caminando frente a Casa Concha, lo veremos de espaldas. Se trata de Ca'l Juez, Casa l'Aldaba, Casa los Alfonsos o Casa los Escuderos, antiguo hospital de peregrinos de San Martín, escenario de un episodio histórico: en el año 1.350 Enrique de Trastámara llegó con su séquito a L'Escampleru, buscando posada y refugio huyendo de las represalias de su hermano el monarca Pedro I de Castilla, El Justiciero para unos o El Cruel para otros, con quien mantenía una endémica disputa por el trono

Los Arroxos, llegando a La Venta L'Escampleru (arriba)

Tras un hermoso paseo fluvial por los bosques de El Castañéu del Soldáu y El Molín de Quintos, en las riberas del Nora, el Camino acomete la dura cuesta de La Carrilona y llega a Los Arroxos donde acaba la subida y se hace calle asfaltada entre viviendas unifamiliares y chalets con terreno al pie de La Venta, que vemos a lo lejos en medio de la foto a la izquierda de la ocalital o plantación de ocalitos junto al Campu la Venta, en La Cerra (263 m), histórico campo de ferias y romerías



Existió en L'Escampleru además un monasterio, bajo la advocación de San Martín, que habría existido entre el año 978, su primera mención, y el siglo XI y que acaso fuese el germen del hospital de peregrinos, este fundado en el siglo XV, que a la vez lo sería de La Venta


Aquí vemos el Camino subiendo por Los Arroxos arriba hacia La Venta o Alto L'Escampleru. No olvidemos de todas maneras que un monasterio no era necesariamente en la Edad Media un gran edificio monacal sino se menciona como tal incluso a muy pequeña comunidades de monjes y, mismamente, a alguna familia acogida a alguna regla religiosa


El edificio de arriba a la izquierda es el de Casa Concha, el último negocio que existió en La Venta L'Escampleru, donde acaba la cuesta de Los Arroxos, que es la última de la gran subida que comienza abajo tras cruzar La Ponte Gallegos, en el paso del Nora y que, tras cruzar el pueblo de Gallegos, ofrece una 'tregua' llaneando por la ribera hasta El Molín de Quintos, donde comienzan dos buenas cuestas hasta llegar aquí a Los Arroxos


Limoneros en los prados al pie de Casa Concha, de la que vemos su fachada este. El Camino sube poco más abajo, a su izquierda, el cual sigue un paso natural que fue vía romana estudiada por la historiadora M. Álvarez Marrero, la cual sería un ramal del famoso Camín Real de la Mesa que, desde el puerto de La Mesa, entraba en Asturias por este que fue paso principal durante siglos, avanzando por aquí hacia la antigua ciudad, posiblemente fundada por los romanos tras la conquista, de Lucus Asturum, en Llanera, y que podría haber sido una especie de 'capital' o centro administrativo, en territorio de los astures luggones, que poblaban el centro de la actual Asturias y norte de León


Ese camino habría sido además la vía o calzada de Lucus Asturum a Lucus Augusti (actual Lugo, capital que fue de la Galicia lucense y acaso de toda Galicia posteriormente en la alta Edad Media), el cual y a partir de la proclamación de la antigua Ouetao como capital de Asturias en tiempos de Alfonso II El Casto, sería la base del Camín Real (del reino) hacia Galicia, vía principal de los primeros peregrinos, tal y como quiso ver la tradición transmitida, empezado por dicho rey, a quien se le considera el primer peregrino conocido, pues en su extenso reinado se descubrió la que se tiene por tumba de Santiago y sus discípulos Teodoro y Atanasio, yendo el mismo monarca con su séquito a verificar el hallazgo



Si bien la historia de la denominada inventio y, en concreto, del viaje de Alfonso II El Casto, es incierta y en su mayoría recopilada siglos después de los hechos, nada quita mérito a este Camino que, a todas luces, era sin duda prehistórico y parte de una red, de la que llegó a ser principal, de rutas este-oeste a través del eje de los valles del Güeña, Sella y Piloña, llegaban aquí por el del Nora y continuaban por el del Nalón hacia occidente, pasándose a la cuenca del Narcea, y su afluente el Nonaya, tras la ascensión al monte de El Freisnu, al oeste de Grado/Grau, donde se cruza con  otro ramal del Camín Real de la Mesa que iba hacia Pravia, la Flavionavia romana, posible capital de los astures pésicos y capital con Silo y Adosinda y tal vez con Mauregato y Bermudo I, los antecesores de Alfonso II El Casto, quien trasladó su capital a Ouetus, tal vez una refundación en tiempos de su padre Fruela I (según otra discutida tradición por los monjes Máximo y Fromestano) de una población anterior sita en otra encrucijada, la del camino que de otro paso de la Cordillera, el de Payares, comunicaba Legio (León) con Lucus Asturum y Noega, castro marítimo y comercial, metalúrgico y ganadero en la costa gijonesa



Si bien no se sabe exactamente cual habría sido exactamente la ruta escogida por Alfonso II para ir a Santiago en caso de que realmente hubiese ido (hay más, entre ellas por la costa), sí sabemos que el camino de la Sancta Ovetensis a Lugo y de allí a Santiago llegó a ser el más consolidado por el interior de Asturias hacia Galicia y, como tal y con sus ramales, siguió siéndolo hasta la paulatina construcción de las primeras carreteras a partir del siglo XVIII y, sobre todo, del XIX. Pasando luego sus tramos a ser caminos locales, vías pecuarias, o incluso desaparecer



Una red de ventas, posadas, hospitales de peregrinos, pobres, malatos, monasterios y otras fundaciones jalonan el recorrido del llamado, a partir de la década de 1990, Camino Primitivo (antes se empleaba el termino Camino de Santiago Astur-Galaico del Interior) desde su mismo comienzo en la capital asturiana y en numerosas poblaciones, enclaves o encrucijadas, tal que esta de L'Escampleru, donde el camino hacia la costa fue empleado también por peregrinos que iban hacia Avilés (puerto marítimo principal de Asturias junto con Llanes durante siglos) a embarcarse para salvar la dureza orográfica del occidente astur o, al revés, peregrinos que arribaban desde puertos europeos como el de La Rochelle entre otros muchos



Actualmente se han proclamado como Camino de Santiago oficiales en Asturias este Camino Primitivo, el Camino Norte o de la Costa, y el del Salvador que viene por Payares, el de aquellos peregrinos que, una vez consolidado el actualmente denominado Camino Francés (realmente todos los caminos que venían de Europa, incluido el Primitivo y el de la Costa eran llamados así), se desplazaban desde León acometiendo este y otros puertos de la Cordillera Cantábrica (los alleranos de Puertu Braña o San Isidro, Piedrafita y Vegará principalmente, junto con La Cubilla, Ventana y La Mesa más al occidente) para hacer caso a la máxima medieval que decía que "quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al señor"


Y así, tras venerar las reliquias de Cristo El Salvador en la Cámara Santa catedralicia ovetense, aquellos peregrinos continuaban ruta por aquellos primeros caminos del norte que habían quedado relegados al desplazarse la frontera cristiana al sur, uno el costero y otro este, el interior, existiendo entre ellos numerosos enlaces y, a la vez, con los puertos de la meseta, constituyendo toda una tupida red caminera con sendas alternativas y sus centros de acogida, que eran rutas de peregrinación, trashumancia y arriería, de emigraciones estacionales (artesanos ambulantes y segadores a la siega a Castilla por ejemplo), funcionarios censales y otros, así como todo tipo de viajeros, que pululaba, tal vez más de los que se piensa, por estas sendas, incluyendo vagabundos, pobres y pícaros, a veces entremezclados sobre todo con los peregrinos, todos ellos transeúntes del Camino, donde acechaban mismamente peligros, como los bandoleros y los ataque de fieras, mucho más numerosas en siglos pasados


Estamos realmente ante una gran red de caminos de origen prehistórico que seguían los pasos naturales existentes al configurarse la orografía actual tal y como la conocemos. Hubieron de ser rutas seguidas por rebaños de herbívoros buscando pastos y seguidos siempre por los carnívoros. Luego, los primeros humanos las seguirían también, detrás de ambos, cuando eran cazadores-recolectores que se suministraban sobre el terreno. Luego, al ir haciéndose sedentarios, irían buscando los mejores lugares para establecerse, naciendo las primeras aldeas en estos mismos caminos



Con la mecanización del campo algunas rutas antiguas que habían pasado a ser vías pecuarias y locales fueron ensanchadas, aplanadas y, seguidamente asfaltadas para permitir el paso de maquinaria a las fincas, lo que, a pesar del éxodo rural y el abandono del campo, permitió y facilitó la urbanización de no pocas aldeas y lugares, como este de Los Arroxos, tan cercano a la capital, que se convirtieron en pequeñas áreas residenciales de baja densidad de chalets y viviendas unifamiliares con terreno



Pero los usos agropecuarios siguen estando presentes, adaptados a los nuevos tiempos y, de la misma manera que, aunque las antiguas caserías tradicionales de autoconsumo familiar hayan desaparecido, siguen los rebaños de vacas pastando en los prados y aparecen buenas huertas e invernaderos por doquier, tal que aquí, en la empresa de horticultura de Bernardo Casero, en la zona más llana de Los Arroxos y ocupando una buena finca



Los Arroxos, sinónimo de argayos o corrimientos de tierra que debieron producirse antaño en estas laderas que caen al oeste, hacia el valle del Nora, que ya ha quedado detrás nuestro


Es un espectáculo ver, desde el Camino, la huerta y sus productos crecer en estos invernaderos, con sus sistemas de riego y demás técnicas y dispositivos de cultivo y laboreo, adaptadas a los nuevos tiempos

Todo en perfectas líneas y guardando escrupulosamente la ciencia agrícola con nuevas técnicas, aunque basadas en lo tradicional


Seguidamente huertas al aire libre, prado arriba, a la izquierda vemos la boscosa ladera septentrional del monte La Berruga, al sur de Los Arroxos


Lechugas y, al fondo, maizales. Por las casas de más atrás va, entre los árboles, la carretera AS-371, que une L'Escampleru con la ciudad de Oviedo/Uviéu y con la que hemos coincidido en algunos tramos por La Bolguina, Fabarín y Gallegos


El Camino ha dejado de llanear y empieza a subir, al principio moderadamente, al pasar junto a las huertas, contemplando esta verdadera colonia de chalets que se extiende por la cuesta de Los Arroxos



La distancia y la subida no son muy importantes desde aquí, pero recordemos que los peregrinos acaban de acometer las cuestas de La Carrilona y Gallegos, así como antes, viniendo de la capital asturiana, otras menores pero a tener en cuenta, como la de La Florida a Paniceres, las de El CaleyuLlampaxuga y los subeybaja de La Pipera a Lloriana



El Camino no tiene pérdida, hay que subir y, en los cruces, siempre ha de haber un mojón que nos confirme la dirección a seguir, estemos pendientes de su ubicación, como aquel que tenemos unos metros más adelante, en la intersección de calles



A partir de esta encrucijada la cuesta empieza a hacerse más pendiente rampa arriba y, en días despejados, a pleno sol 



Por ello, tal vez nos apetezca sentarnos unos instantes en este lugar, donde en un triángulo del cruce se ha habilitado un rellano, guardado por muros de piedra, donde podemos descansar


Hay dos bancos de madera y, en medio y detrás, se han plantado algunos árboles. Luego acometeremos el resto de cuesta hasta La Venta


Estamos en una hermosa atalaya-mirador desde la que vemos, en primer término, la finca de los invernaderos, con El Monte Naranco en lontananza, al este. Un bucólico lugar que nada hace pensar en las terribles batallas que aquí se disputaron en la Guerra Civil, cuando los nacionales abrieron un corredor para socorrer a las asediadas tropas de Aranda, que a duras penas resistían en el casco urbano ovetense


"Los dos bandos distaban entre sí unos cientos de metros, separados por una vaguada en el pueblo de los Arroxos en la que aún se conservan cráteres abiertos por la brutal artillería empleada, así como nidos de ametralladora.", leemos en Wikipedia referido a este mismo lugar...


A Los Arroxos hemos llegado por la carbayera que hay a la derecha del hórreo, una formidable rampa en recto desde El Castañéu del Soldáu y El Molín de Quintos, si bien sin coches ni asfalto una pista de tierra que nos deleitó con sus vistas



El Camino llega a las primeras casas detrás del hórreo y del chalet a su izquierda, donde un seto separa su finca de él


El cruce de El Cuétare, unas casas que vemos al fondo. Luego de pasado el cruce y al llegar a la altura de los invernaderos hemos empezado a subir. A lo lejos es La Cuesta Brañes, en la falda suroccidental del Naranco


Estas estribaciones más occidentales del Monte Naranco son conocidas como La Sierra Llubrió, uno de los pueblos de la ovetense parroquia de Lloriana


Reconocemos las casas de Llubrió a media ladera. El río Nora bordea el Naranco desde el este al norte y al oeste, por lo que en documentos medievales se describía que su territorio que se extendía "de Nora a Nora"


Más arriba discurre la carretera que comunica las parroquias meridionales del Naranco, y con ellas la ciudad, con la de Brañes, situada al otro lado, al norte. Sobre ella se yergue El Cantu l'Árbol (497 m), considerada la cima más alta de la Sierra Llubrió


Pero más allá de Llubrió el Naranco tiene otras cimas mayores, como La Peña Llampaya (561 m) que fue, y sigue siendo, una de nuestras referencias geográficas que tenemos en los primerísimos kilómetros de Camino Primitivo


Por ahí sube la carretera de Brañes, que pasa al pie de una nave de ganado y del Cerro del Capellán o La Texera, una loma que, también llamada La Cabaña, se extiende al este de La Peña Llampaya y la comunica con La Sierra Llubrió. Vemos asimismo la pista que recorre el monte por su parte alta y la senda que asciende desde ella a lo alto de la peña


La carretera Brañes viene de la zona de Los Monumentos (Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo o Lliño), pasa por el Centro Asturiano de Oviedo y Ules y llega a Llampaya, aldea que da nombre a la peña y vemos allí a la derecha, a sus pies


Llampaya, parroquia de Naranco, se extiende linealmente a lo largo de dicha carretera, que ahí empieza a subir hacia Brañes. Más abajo es L'Otero, que se considera parte de Llubrió


El Camino de Santiago, por Llampaxuga y Lloriana, en las estribaciones inferiores de la ladera meridional de La Cuesta Naranco


Para reconocer bien dónde están Llampaxuga Lloriana hemos de fijarnos en los edificios de la urbe ovetense, que reconocemos perfectamente más a la derecha, en la colina de El Cristo por la zona de Buenavista, hacia donde se extendió el casco urbano pasada la posguerra



Un poco más abajo del 'rascacielos' de la Plaza de Occidente (en medio de la foto), veremos una plantación de eucaliptos: ahí está la colina en la que se asienta el pueblo de Llampaxuga, el primero de la parroquia de Lloriana en el Camino de Santiago



Al pie de los ocalitos baja a La Pipera el Camino, procedente de la capilla del Carmen de Llampaxuga, hermosa parada caminera. Y luego sube a Lloriana, la cabeza de la parroquia homónima, pasando al pie de la iglesia parroquial de San Bartolomé que asoma sobre la finca de Villa Rosa. Seguidamente llega a la casa roja de la derecha y empieza a bajar al valle del Nora 


Las arboledas y la ladera de La Berruga y El Monte'l Rei nos ocultan las aldeas o lugares de La Bolguina y Fabarín, abajo en el valle, por donde hemos dejado el concejo ovetense en La Ponte Gallegos para entrar en el reguerano


Lloriana y Llampaxuga caen hacia el valle del Ríu la Maxuca o Llápices, que forma el valle de San Claudio o San Cloyo, del que vemos su aldea de Villamar, en la denominada geográficamente como 'depresión de Oviedo', parte del gran pasillo natural que, desde el valle del Güeña, al pie de los Picos de Europa, sigue por los del Sella, Piloña y Nalón antes mencionados, que constituyó el eje de comunicaciones por el interior de Asturias, del este al centro y a la puerta del occidente por el valle del Narcea (otro afluente del Nalón)


En días muy claros tal vez puedan reconocerse Los Picos de Europa, pero mejor, y más cerca, otros picos de la Cordillera hacia el Alto Nalón como Peña Mea (1.558 m) y otras, donde la caliza resalta por su color claro, así como diversos picachos del Alto Aller y sus puertos, donde los neveros se divisan también muy bien en la lejanía. Aquí mas cerca, en El Cristo, se reconocen bien los edificios del campus universitario y las colonias de chalets que caen hacia el barrio de Olivares, otra antigua zona rural que se transformó en residencial



Por ahí discurre la carretera general, que sustituyó al Camín Real como comunicación principal con Galicia en el siglo XIX y pasó a denominarse N-634 en 1939. Esa es la zona de L'Aspra, paso a la parroquia de Santa Mariña de Piedramuelle. Por esa colina, que se extiende de este a oeste, estaban las numerosas canteras con cuya piedra se construyó la ciudad, empezando por su muralla y catedral



Más allá reconocemos, sobre las casas de Santu Medero y El Campón, El Picu Gúa (658 m), al sur, en la frontera con Mieres (izquierda de la foto), bajo el que sube por La Rebollá el Camino del Salvador en dirección a El Padrún. Seguidamente y más alto (también a a izquierda de la foto) reconocemos el mierense Picu Polio (1.951 m), con la larga loma de La Collada les Muries y Lo Mecío a su izquierda. En la lejanía, las cumbres nevadas del Picu Las Llanonas (1.903 m), El Picu Barreru (1.941 m), La Fitona (2.041 m), El Picu Llastres (2.018 m) y otras que forman la frontera con León por el Alto Aller hacia Vegará y Puertu Braña


Tras esta 'composición de situación' y de haber descansado unos instantes volveremos al Camino, emprendiendo como hemos dicho, la cuesta final hasta La Venta L'Escampleru


Vemos bien la collada verde del Alto L'Escampleru, a la izquierda de La Venta, donde empezaremos a llanear. En principio ya no tendremos más cuestas arriba hasta la de Premoñu... aunque sí cuestas abajo, desde Taraniellu, pasado L'Escampleru, hacia Valsera y de allí, al río Andayón



No suele haber por aquí más tráfico que el de los propios residentes pero no dejemos de estar atentos al ocasional paso de vehículos en estas sinuosas curvas pues no hay acera, vereda peatonal ni arcén salvo estas cunetas-acequias de aguas sobrantes en la que es mejor no poner el pie


El Camino-calle hace una curva bastante cerrada aquí para ganar altura rápidamente. Sin duda ha valido bien hacer un alto y descansar en esta subida


Dos muros pétreos separan el Camino de las fincas colindantes, donde crecen árboles ornamentales en los jardines, y algunos frutales



No deja de ser, en buena medida, un recorrido por un jardín botánico caminero. Arriba del todo destacan los árboles del Campu la Venta, una buena carbayera que podremos visitar



Ahora el Camino sube recto y en rampa antes de la última curva antes de salir a la carretera, la cual vemos al fondo, que llega hasta la casa blanca de la izquierda, a cuya altura llegamos a la AS-371




Al pasar, nos fijamos en esta bella composición de piedras al estilo jardín japonés


No está de más observar los detalles que se nos ofrecen al pasar, como los de este jardín de limoneros y otros árboles



Unos llamativos girasoles, cuyo color amarillo intenso resalta en el camino como verdaderos soles



Cierto es que el peregrino 'moderno', casi siempre preso del reloj, bien por necesidad o bien ya por rutina de la que no es fácil conectar, no tiene siempre tiempo de estar atento a todo y pasa raudo y veloz, pero muchas cosas pueden admirarse sin ni siquiera detenerse, tal que esta maravilla



Un muro de hormigón, además de separar las parcelas del Camino, sirve como poderosa contención para que la tierra no haga corrimientos y afecte a la calzada, esto son, los argayos o arroxos que dieron nombre al lugar



Tras la curva, tenemos también aquí una buena rampa, corta pero muy pendiente, hasta la carretera

Desde ella, y mirando a la izquierda y más abajo, podremos deleitarnos con más paisajes hacia el Naranco y La Sierra Llubrió


Más allá del chalet y al otro lado del valle del Nora está La Peña'l Santín (253 m), encima de Rodiella, parroquia de Lloriana, sobre la vega del río. La leyenda dice que el Naranco es la tumba, hecha de piedra, de un gigante, llamado Noraco "que reinaba en Asturias y que fue enterrado allí. Al morir, los habitantes habrían echado tantas piedras sobre su tumba que habrían formado un monte", leemos en la Enciclopedia de Oviedo, que nos aclara se trata en realidad de un hidrónimo de la raíz nora, palabra prerromana relativa a corrientes de agua "hidrónimo nora que hace alusión a los manantiales y arroyos de la zona y que, en el siglo XVI, llevaron a la construcción del acueducto de los Pilares para abastecer la ciudad ovetense".


Pero, como toda leyenda, esta tiene su trasfondo real, y es la existencia también de buena piedra en abundancia, la cual fue también explotada desde tiempo inmemorial, y lo sigue estando en nuestros días. También hubo minería, actividades que se extendieron por los montes cercanos, como aquí mismo en Los Arroxos, en el monte La Cerra, de las que se extraía hierro, "muy desconocidas y ocultas. Ya son citadas en 1880 en la obra "Mineralogía asturiana", de Fuertes Acevedo. A falta de investigar y rastrear si existe documentación, es posible que fuesen explotadas por Fábrica de Mieres, quien contaba con minas en el cercano Naranco; incluso que su beneficio fuese anterior por parte de la Asturiana Mining Company o la Fábrica de Armas de Trubia", leemos en la página de gestión territorial Gecuna


Desde aquí vemos, al otro lado del Naranco, las tierras del vecino concejo de Llanera por su parroquia de San Cucao, con sus barrios y caseríos extendidos por la llanura que le da nombre, al pie del Picu Cogolla (355 m), cubierto de ocalitos, como a su derecha El Picu Santufirme (439 m)

Por esta ladera del Santufirme, donde también hubo minas, va hacia Avilés el Camino Norte de Santiago, del que nos separamos en la Plaza de Alfonso II El Casto, al pie de la catedral de San Salvador. Más abajo y a la izquierda reconocemos el campanario de la iglesia de San Cucao, identificable por su torre-campanario rematada en pináculo

El Picu Cogolla es hábitat castreño, muy deteriorado por las plantaciones de eucaliptos. En primer término reconocemos El Calero, en Agüera, también en San Cucao, con las instalaciones de la cantera allí existente



Buena rampa la que tenemos por esta ladera norte del monte La Berruga antes de llegar a la carretera en las inmediaciones de La Fuente'l Güeyu



Pero pronto llegamos arriba, a la actual carretera comarcal AS-371, que sí suele tener cierto trasiego de vehículos, por lo que habremos de estar bien atentos



Azulejo de la Santina a la entrada de la casa y antes de llegar a la carretera



En la carretera seguiremos subiendo, a la izquierda, tal y como señala el mojón


Y, a su derecha, un gran panel señalético informa de las carreteras que se unen arriba, en el cruce del Alto L'Escampleru



Cuando la carretera fue acondicionada para hacer una rotonda en dicho cruce, se olvidaron de acondicionar una vereda peatonal en esta subida, como sí se hizo, lo veremos enseguida, al pasar La Venta


Arriba vemos la señalización de la rotonda, donde la AS-371 sale a la AS-233. de Trubia a Avilés, y se cruza con la AS-372 que va a Santuyanu, capital de Les Regueres



Y es que esta será por fin la cuesta última antes de llegar a La Venta L'Escampleru, Casa Concha, que vemos arriba a la derecha, donde empezaremos a llanear, cruzando la AS-233


Ahí en el alto, al lado de la marquesina del autobús, tenemos el mojón jacobita que nos indica el Camino



Nosotros podemos aquí tomar a la derecha este tramo de carretera antigua para atajar hacia Casa Concha, la antigua venta caminera, que menciona, prácticamente de pasada, Gaspar Melchor de Jovellanos, en sus Diarios, cuando pasa por aquí el 20 de marzo de 1795, citando además a la Venta de la Roza, en Gallegos, aunque extrañamente no menciona al Hospital de San Miguel, de acogida de peregrinos, cuya actividad cesó con la invasión napoleónica:
"…Puente de Gallegos; el Nora, con grandes aguas, que trae de los concejos de Siero, Oviedo y Llanera, y a morir en el Nalón. Grandes trozos de camino nuevo o no acabado, o ya perdido. Venta de la Roza; de las alturas se ve la garganta por donde corre el Nora. Escamprero. Venta. Premoño;…"


L'Escampleru, antaño Escampreru, claro del bosque, de "escamplar" "escampar", salir a campo abierto, al que aquí habría y se encontrarían los peregrinos tras subir desde las boscosas vegas del Nora


El topónimo L'Escampleru también puede hacer referencia a que en estos altos es donde primero se disipan, o ni siquiera llegan, las frecuentes nieblas matutinas del valle del Nora, que ya vamos dejando atrás. Vemos desde aquí los invernaderos de Los Arroxos y detrás la carbayera y ocalital donde acabó la cuesta de La Carrilona. Más allá tenemos La Peña'l Santín y una hermosa vista del Monte Naranco desde La Peña Llampaya a La Sierra Llubrió con La Cuesta Brañes


Como en un mapa, vemos estos que fueron nuestros primerísimos kilómetros del Camino Primitivo bajo la falda sur de La Cuesta Naranco


Aquí abajo, casas de Los Arroxos al lado de la carretera y junto al Monte'l Rei, donde asoman a la derecha algunas casas de Fabarín. Poco más arriba vemos de nuevo Lloriana, fácil de identificar por su iglesia, con las praderías de El Campón a su izquierda. Después Llampaxuga, el boscoso monte de El Pando, junto al que vinimos desde Paniceres, Olivares y Buenavista. La vista llega a otras poblaciones del valle del Nora, ya en el vecino concejo de Siero


Proseguimos la marcha hacia Casa Concha, que fue toda una institución en Les Regueres y cuyos carteles aún pueden verse en las fachadas. Su historia era resumida así por A. Fidalgo para La Nueva España del 28-2010 anunciando su cierre:
"Casa Concha, situada en el alto de El Escamplero, histórico establecimiento hostelero y merendero familiar para miles de ovetenses que lo frecuentaban en días soleados, apagará hoy definitivamente sus fogones. 
Esta casa que naciera como venta y parada de postas en el antiguo Camino Real que de Oviedo salía para Galicia y primigenio Camino de Santiago entre los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XX, cierra sus puertas por el imperativo de la edad de sus dos pilares: María Angelina Suárez y Olvido Marinas. Cocineras y propietarias que se habían casado con dos hijos de Concha: Pepe y Cipriano Pérez Álvarez -ya fallecidos-. Su suegra había dado su nombre a este afamado establecimiento que ahora cierra sus puertas. 
Hoy pasarán por sus dos comedores y por la barra del bar los últimos clientes que serán los encargados de sellar uno de los merenderos más populares de las inmediaciones de Oviedo, al tiempo que reputada casa de comidas."

Al día siguiente se abunda en esta historia y en las circunstancias del cierre con Casa Concha apaga los fogones, del mismo periodista y en el mismo diario:
"Casa Concha, uno de los históricos establecimientos hosteleros y merendero de referencia para miles de familias asturianas durante décadas, y que gustaban de frecuentarlo en días soleados, cerró ayer definitivamente sus puertas en el alto del Escamplero.
Las cuñadas Olvido Marinas y María Angelina Suárez, cocineras y propietarias, vivieron ayer un día plagado de emociones. Aseguran que no lo olvidarán mientras vivan. Las retira la edad, no las ganas de seguir trabajando. 
Ayer, Casa Concha estuvo a rebosar. Los clientes de toda la vida quisieron estar presentes en la despedida. «Fue todo muy emotivo y los clientes estuvieron muy cariñosos con nosotras. Por una parte estaban tristes porque cerrábamos el establecimiento, pero por otra se alegraron de que por fin pudiéramos descansar y disfrutar de nuestros nietos», explicaba Olvido Marinas. 
Una copa de champán sirvió para formalizar la despedida. «Quisimos tener un pequeño detalle con nuestros clientes, que en muchos casos son amigos», declaró Olvido Marinas. Los de toda la vida llegaron desde Gijón, Avilés, Grado y naturalmente desde Oviedo. «Incluso unos señores de Trubia que viven en Barcelona y que se enteraron por LA NUEVA ESPAÑA que cerrábamos nos llamaron emocionados por teléfono», explicó también emocionada la guisandera. 
«Sentimos más pena que alegría. Fue un día de muchas emociones porque la gente se despedía de nosotras demostrándonos mucho cariño; a parte del muchísimo trabajo que tuvimos, pero eso al final fue lo de menos», añadió. 
Como anécdota fueron muchos los clientes que se quisieron llevar de recuerdo la nota de la cuenta. Los dos camareros estaban asombrados. Las comidas se empezaron a servir poco después de la una y no pararon hasta las cinco de la tarde. Hubo muchos clientes que tuvieron que marchar sin poder comer. 
Esta casa, que naciera como venta y parada de postas en el antiguo Camino Real a Galicia y primigenio Camino de Santiago entre los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XX, cerró sus puertas y sus dos pilares, María Angelina Suárez y Olvido Marinas, estaban tristes. 
Cocineras y propietarias, se habían casado con dos hijos de Concha, Pepe y Cipriano Pérez Álvarez. Su suegra había dado su nombre a este afamado establecimiento. 
«Nos retira la edad», insistió María Angelina Álvarez, mientras comenzaba a hacer balance de los algo más de cuarenta años que pasó en Casa Concha, que antes se llamó Casa Cipriano. Éste era hijo de la antigua dueña. 
¿La historia? Concha, que ya de joven era cocinera de mucho prestigio, se había casado con Cipriano, el propietario de la casa de comidas a la que daba nombre. Entonces ya era una de las ventas más famosas de Asturias, a la que la joven cocinera aportaría aún más prestigio."


Quince años después, con el fallecimiento de María Ángelina, Gelinos, era Esther Martínez para La Voz del Trubia del 10-4-2025 quien publicaba la historia de La Venta en su obituario
"Gelinos Suárez, uno de los pilares del restaurante Casa Concha del Escamplero, falleció ayer en Oviedo. Junto a su cuñada Olvido Marinas llevó Casa Concha, establecimiento de referencia no solo en Las Regueras sino en toda Asturias, en los últimos años, hasta su cierre, en febrero de 2010. Gelinos, natural de Valduno, se casó con José Antonio Pérez ( Pepe La Venta), que fue alcalde de Las Regueras en los años 80. 
Los orígenes del restaurante Casa Concha se remontan al siglo XVIII, en el que el lugar fue parada de postas y venta de hecho. Al entorno se le conoce como La Venta del Escamplero. La suegra de Gelinos, Concha, fue guisandera de prestigio y de ahí el nombre. Esta tuvo dos hijos Pepe y Cipriano que desde sus matrimonios con Gelinos y Olvido llevaron al restaurante a la cumbre de la gastronomía en Asturias. María Ángeles Suárez, Gelinos, tenía dos hijos; José Antonio y Nuria y será despedida hoy en la iglesia de Escamplero."


Lucas Blanco también publicaba la noticia del fallecimiento de Gelinos en La Nueva España con Adiós a María Angelina Suárez, histórica guisandera escobera, haciendo referencia al apodo de los regueranos, famosos antaño la fabricación artesanal de escobas, que vendían en los mercados:
"Las Regueras llora la pérdida de una de las patas del tándem más conocido de su hostelería. María Angelina Suárez, quien fuera cocinera del restaurante Casa Concha, en El Escamplero, falleció ayer en Oviedo, dejando como legado los sabores de las menestras, arbeyos con jamón o callos que hicieron las delicias de incontables asturianos y visitantes de fuera del Principado durante 42 años. 
Suárez y su cuñada Olvido Marinas fueron, codo con codo, las caras visibles de un negocio en el que cultivaron una prestigiosa carrera entre los fogones hasta que en 2010 alcanzaron la edad de jubilación, echaron el cierre y dejaron huérfanos de sus especialidades a cientos y cientos de paladares que en muchos casos acudieron regularmente durante décadas a un negocio especialmente preciado por su terraza y los columpios para los más pequeños. 
Tanto la fallecida como Olvido Marinas eran nueras de Concha, la mujer que dio nombre al restaurante, que anteriormente había llevado el nombre de su esposo Cipriano. María Angelina, Gelinos para los suyos, estuvo casada con el ya fallecido José Antonio Pérez, con el que tuvo dos hijos, Nuria y José Antonio. Este último le dio a su vez dos nietas: Lucía y Jimena. 
Aunque el negocio ya cerró, el 28 de marzo de hace quince años, su impronta todavía está muy presente en la memoria colectiva escobera. Casa Concha fue un negocio de ambiente muy familiar en el que convivían clientes fieles con numerosos excursionistas llegados de toda Asturias en busca de "ese restaurante en el que cocinan mejor que en ninguna casa". 
LA NUEVA ESPAÑA tuvo la oportunidad de vivir junto a la fallecida y su cuñada sus últimas horas en activo. Aquel último día de febrero el bar estuvo a rebosar, las hosteleras ofrecieron un brindis con champán a sus clientes, sirvieron comidas sin parar entre la una y las cinco de la tarde, algunos tuvieron que irse sin comer y los más nostálgicos guardaron como oro en paño la última cuenta de su bar de cabecera. "Nos retira la edad", suspiró aquel día con cierta nostalgia María Angelina Suárez, pero satisfecha por tantos años de exitosa trayectoria profesional. 
Los recuerdos sobre el bar en el que igual se comía el plato del día, como se celebraban banquetes de boda o comuniones, afloraron ayer de nuevo al conocer la marcha de Gelinos, a la que muchos, especialmente los que ya peinan canas en Las Regueras no olvidan. 
La capilla ardiente está instalada en la sala número 3 del tanatorio ovetense de El Salvador. El funeral por su eterno descanso se celebrará esta tarde, a partir de las 17.00 horas en la iglesia de Santa María de Valsera de El Escamplero. Posteriormente, los restos de María Angelina serán incinerados. Aunque ya nunca más se pondrá al frente de los fogones, sus clientes nunca olvidarán la satisfacción vivida frente a sus platos."

Rosa Mª Rodríguez Fernández, cronista oficial de Les Regueres, dice que en 1752 el lugar figuraba como taberna y en 1795 como venta, citando al folklorista Constantino Cabal, quien escribe que en su fachada lucía una inscripción que decía: "Se da posada a arrieros, estudiantes, militares, curas y demás gente menuda". Fue además parada de diligencias


"A la salida de Escamplero por el viejo Camín Real y antiguo Camino de Santiago, se encuentra otra venta o taberna, conocida todavía hoy por La Tabierna, ya documentada en 1752", explica asimismo la cronista oficial en su artículo para La Nueva España del 29-6-2020 titulado Tierra de ventas, posadas, paradores y mesones, lo que da pie a imaginarse la importancia de esta encrucijada y sus caminos


Menos conocida es la historia es la historia de la existencia aquí de un antiguo polvorín de la Guerra Civil, situado enfrente de la casa, en el mismo aparcamiento, el cual fue transformado, como el edificio del restaurante, siendo destinado a almacén. No obstante es un elemento protegido. Se trata de un polvorín del ejército republicano que defendía las posiciones de los montes de La Berruga y La Trecha


En esta estampa publicitaria podemos ver cómo era Casa Concha antes de su última reforma


Más allá y a unos metros del Camino, al otro lado de la rotonda, reconocemos la parte posterior del antiguo Hospital de San Martín, sucesor del monasterio de esta advocación que habría existido en el lugar anteriormente, "citado por primera vez en 978 y por última el 1097, cuando Pedro Ectaz y sus hijos lo donan a San Salvador", dice el historiador Luis Antonio Alías en su libro El Camino de Santiago en Asturias. Itinerarios 


La alberguería u hospital de peregrinos "sin duda nacido bajo su sombra y en servicio en el siglo XV", dice Alías, habría sido fundado, según  el historiador Luis Alfonso de Carvallo en su libro Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, en algún momento de la segunda mitad del siglo XIV, sin que se sepa la fecha exacta, por un noble del lugar, Rodrigo Alfonso, muy posiblemente en el mismo lugar en el que estaba el monasterio de San Martín, al que agregó sus bienes



Es conocida como Ca'l Juez, Casa l'Aldaba, Casa los Alfonsos o Casa los Escuderos por el episodio que contábamos al principio de Enrique de Trastámara, el futuro Enrique II, que huía de su hermanastro Pedro I de Castilla en sus agrias disputas cortesanas y buscó aquí refugio. Era un largo viaje para buscar protección al amparo de los dominios heredados de su padre adoptivo Rodrigo Álvarez de las Asturias, dueño de gran parte del territorio asturiano en la Edad Media



Enrique entró en Asturias por los puertos de Somiedo pero no fue recibido por los amos de la tierra de Miranda, fieles  por lo que tuvo que que atravesar, con escaso séquito, ese territorio en una larga cabalgada nocturna que le trajo aquí a la mañana siguiente, donde el hidalgo Rodrigo Alfonso, con esta su casa-hospital siempre abierta a peregrinos y viajeros, sí le dio posada y además, la guardia y escolta de siete escuderos armados con lanza, que pasarían a ser los célebres Escuderos de Les Regueres, quienes le guiaron hasta la casa solariega de Noreña, en los dominios señoriales del Trastámara, esquivando el paso por la ciudad de Oviedo/Uviéu, también partidaria de Pedro I


Años después, pasadas guerras y rebeliones, Enrique llegaría al trono con el nombre de Enrique II de Trastámara, otorgando entonces en reconocimiento a aquella ayuda diversas rentas y privilegios al Hospital de L'Escampleru que tan bien le acogió, y a su anfitrión Rodrigo Alfonso, confirmado todo ello por otros sucesores del monarca. Las lanzas de aquellos escuderos pasarían a partir de entonces a formar parte del escudo de Les Regueres como símbolo de hospitalidad y fidelidad


Explica este episodio José Luis Álvarez Quintana en El Hospital de peregrinos de San Miguel de Escamplero a principios del siglo XIX, artículo para la revista La Piedriquina de marzo de 2012:
"En el año 1350 acogió una noche al infante D. Enrique de Trastámara y a su esposa D.ª Juana Manuela, que venían huyendo de su hermanastro el rey Pedro de Castilla. No solo le dio albergue sino que al día siguiente lo acompañó junto a Bastián Alonso de Tamargo, Marino Pérez, Pedro Marinas,
Diego de Andayón y los hermanos Juan y Rodrigo Rodríguez de Valsera como escuderos hasta el concejo de Llanera, donde había heredado extensos territorios de su padrino D. Rodrigo Álvarez de Noreña, conde de Trastámara.

En un documento fechado el 29 de septiembre de 1409, el rey Juan II de Castilla concede a Luis Alfonso y sus descendientes una renta anual de mil maravedíes para el mantenimiento del Hospital y su alberguería y exención de pagos de algunos impuestos, privilegios que fueron confirmados por varios
reyes posteriores.

Este Hospital seguía funcionando en 1785, según consta en el libro de fábrica de la parroquia de
Valsera, donde se menciona una disposición que dejó D. Arias Valledor en su testamento a favor del Hospital que hay en esta parroquia. Cinco años más tarde se dice que D. Luis Alfonso, su dueño, compró libro para cuentas y compostales para la capilla del Hospital.

La casa del Hospital es la misma que habita Rodrigo Alfonso de Escamplero y sus descendientes. Así en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) se describe la casa que habita D. Luis Alfonso
Tamargo: cocina de terreno, cuarto de dormir, 2 corrales y un pajar. Mide 11 por 14 varas. Es una casa muy sencilla, que parece ser tuvo armas de los Escuderos de Las Regueras.

La capilla del Hospital era más bien un oratorio, según las conclusiones de González Calle. Se le atribuyó la advocación de San Martín debido a la creencia de que dicho Hospital se edificó sobre el antiguo monasterio de Escamplero."
Sancho PanzaXXI CC BY-SA 4.0


Y este es el escudo de Les Regueres, con la ovetense Cruz de los Ángeles por su antigua pertenencia al obispo de Oviedo y las lanzas, arma de los Escuderos de les Regueres que, por un error aparecen a veces llamados lanceros, cuando no es así





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...
























































El camino sigue de La Venta a la derecha por la carretera AS-233 (Los Campos-Trubia)


La carretera marca nuestro paso pero antes podemos conocer un hermoso espacio natural, El Campu la Venta, a la derecha


Subimos un momento pues a este campo situado en un hermoso cueto arbolado



Hay  unas mesas y bancos de piedra, ideales para el descanso



Un rincón ideal para conocer el entorno



Es un paraje precioso, una verdadera atalaya natural


También hay un grandioso texu o tejo. Todo con amplias vistas que abarcan desde Oviedo/Uviéu, la capital asturiana con el Monte Naranco y el valle del Nora a la cordillera del Aramo


En este campo, como en otros muchos lugares, crece a finales del verano y principios del otoño, una planta que según qué sitio recibe diferentes nombres: azafrán falso o quitameriendas quizás sean los más exendidos en castellano, así como despachapastores. hacen referencia a ser un familiar del azafrán pero que no es azafrán y además no se debe comer pues es tóxico, y lo de quitameriendas es que anuncia la llegada de la estación fría, con lo que se acabaron las comidas campestres al aire libre. El otro término, el de despachapastores está relacionado con uno de sus nombres asturianos:
 

En gran parte de Asturias se le denomina espantavaqueiros, pues su floración anuncia a los vaqueiros que han de bajar con sus rebaños tashumantes a los pastos de la costa, la marina, más suaves en invierno que los nevados puertos. La memoria de los vaqueiros o vaqueros de Les Regueres (en Asturias central no se diptonga ei-ou por lo que es vaqueros), que desde los pastos altos de la cordiellera o "de alzada" en Torrestío de Babia volvían aquí, ha sido recuperada por algunos vecinos entusiastas, así como por la activa asociación reguerana La Piedriquina, protagonista de otras muchas iniciativas en favor del patrimonio y promoción del concejo, incluyendo este antiguo Camín Real a Galicia, donde se cruzaban, en enclaves como este, los peregrinos, viajeros, pastores y arrieros que iban y venían e este a oeste con los que lo hacían de norte a sur.



Y aquí L'Escampleru, a donde vamos a bajar ahora mismo


Desde este campo regresamos al Camino, que es aquí la carretera


Vamos unos metros por ella


Pero pronto nos desviaremos de ella


Aquí dejamos la carretera AS-233 y entramos en lo que es propiamente el pueblo de L'Escampleru


Ahí pasamos primeramente por Casa Manín


Placa de Casa Manín, de 1923, fundada por Manuel Paredes García y rehabilitada en el año 2015


Hubo en el pueblo de L'Escampleru un monasterio dedicado a San Martín, culto extendido por los peregrinos francos, San Martín de Tours y documentado desde el siglo XI, así como el hospital de peregrinos ya citado de Rodrigo Alfonso. al que en el año 1409 le concede también ciertos privilegios el rey Juan II


Concha caminera en una fachada de piedra a nuestra izquierda


Hay a la izquierda un buen tramo de acera


Y este es el Tendejón de Fernando, paraíso de la gastromonomía asturiana en esta atalaya sobre la comarca del Nora, donde nos darán además las llaves del albergue de peregrinos, sito un poco más allá. También hay pensión. Existen renombradas casas de comidas por todo el contorno


La vista llega, al fondo a Tahoces


Entrada a la pensión. El bar está al otro lado


Ahí está la figura de un peregrino


En la finca a la derecha una casona blasonada, es La Rapanega, cuyos orígenes están en los siglos XVI y XVII. La panera fue traída aquí desde El Palaciu Ardexe en la cercana parroquia de Valdunu (a la que nos dirigimos) en el primer tercio del siglo XX y en la década de 1970 fue reconocida como la panera vieja mejor conservada de Asturias


Sigue la acera


Pomaradas de manzana de sidra. A lo lejos los montes de Priañes, sobre los célebres meandros del Nora, que no vemos desde aquí


Seguimos caminando por esta vereda


Pasamos junto a La Carnicería


Tiene una pequeña tienda. Sus embutidos y carnes son de matanza propia


Aquí estaba antiguamente la tienda de Casa Fernando


La Carcabina: a la derecha la torre-campanario de la iglesia


Ahora en L'Escampleru está la iglesia parroquial de Santa María de Valsera. Antaño estaba en el pueblo de este nombre, un poco más adelante, pero se incendió en 1930 y se decidió hacer la nueva iglesia aquí. No se saben a ciencia cierta los avatares, pues la documentación se perdió en la guerra, pero fue el final del antiguo templo románico, posiblemente del siglo XII


Dado que había que hacer otro nuevo santuario se decidió que, independientemente de la tradición histórica que, en muchos casos consagra, iglesias cristianas en solares de ancestrales cultos prerromanos, lo mejor era construir la nueva parroquial en un lugar a medio camino de todos los pueblos de Valsera, pensándose en este, cercano a la escuela de La Carcabina, donde acudían los niños de la parroquia, adquiriéndose este solar, un tanto menguado pues al ensancharse por entonces la carretera redujo bastante el espacio. Los vecinos de Valsera no vieron bien perder la capitalidad de la parroquia, llegaron a enfrentarse con el párroco, que pasó a residir frente a la iglesia nueva, y construyeron una capilla dedicada a la Virgen de Fátima, por donde también pasaremos

 
El trayecto sigue siendo llano, entre algunas casas más, muchos prados y terrenos, pomaradas y frutales...


Al fondo, el valle del Trubia. Abajo confluyen este y el del Nora pues ambos ríos son afluentes del Nalón


Desaparecen las aceras. Sauce llorón o desmayu


Torre de la luz


Concha peregrina


Nos arrimamos bien a esta vereda


Panera de corredor



Con bodega debajo


Pasamos junto a la casa


Y llegamos a un cruce: el camino sigue de frente, pero a la izquierda, detrás de la primera casa, en la que fue la escuela, está el albergue de peregrinos


El mojón, con dos conchas, nos lo advierte


Si bien muy cercano a la capital aún, suele ser este albergue muy empleado por peregrinos que salen tarde de la capital asturiana y hacen aquí su primera noche en el Camino Primitivo


Al sureste gozamos de unas hermosas vistas de huertas, campiñas y caseríos. En días despejados el campo visual abarca hasta la Sierra del Aramo.


Por allí abajo están los ya mencionados meandros del Nora, más allá de Rañeces


Pernoctemos o no en el albergue desde el cruce seguimos de frente


Atentos una vez más a la señal


Y así vamos saliendo de L'Escampleru


La hermosa campiña, que se extiende hacia Tamargu y el Altu la Trecha (317 m)


Llegamos a El Taraniellu


Esplendor de la primavera temprana...



El Taraniellu, otro lugar de la parroquia reguerana de Balsera


El arcén desaparece


Seguimos por la carretera, junto a la entrada de una casa


Arrimémonos bien a la izquierda


Hay una ligera bajada y... un nuevo paisaje se abre ante nosotros en El Taraniellu: al fondo una línea de cumbres es una referencia visual y geográfica muy importante: las sierras de El Pedrosu, La Degollada, Bufarán, Faidiello, Taborneda, que se extienden de norte a sur desde la costa al valle del bajo Nalón


Al norte los montes y valles de Biedes, Soto y Tresmonte...


También al norte pero más lejos dos picos muy significativos en la Sierra Bufarán, a la izquierda de la foto: el más picudo es el verdadero Gorfolí, Gorfolín o Forfoliz, de 586 metros de altitud, al norte del concejo de Llanera. A su izquierda, con una especie de meseta en su cima, es el Picu Pedregalón o Taborneda. de 623 metros, límite de Llanera con Illas, justo sl sur de Avilés, pero un error topográfico cometido hace ya unas cuantas décadas, dio en denominarlo Gorfolí, y como tal quedó reflejado en mapas y documentos hasta nuestros días


Según caminamos contemplamos todo el panorama...


De frente El Pedrosu (614 m) y La Degollada, donde estuvo el frente estabilizado casi un año durante la Guerra Civil. Todo ese teatro de operaciones, con sus búnkeres, trincheras, casamatas, etc. ha venido siendo recuperado dentro del Espacio Histórico del Frente del Nalón



En todos estos pueblos se vivieron por lo tanto muy intensamente aquellos episodios bélicos, transmitidos de padres a hijos y a nietos y recopilados y publicados en buena parte por Rosa María Rodríguez Fernández de la asociación La Piedriquina, que fomenta el patrimonio cultural de Les Regueres, en la obra A mí tocóme la guerra



Prados de pasto de Taraniellu


Y sobre Tamargu de nuevo la Trecha


En la lejanía, la zona de La Estaca, en Biedes, donde fue localizado un mosaico romano excavado y recuperado con apoyo popular. También está La Braña, topónimo referente a pastos y vaquerías, las de los célebres vaqueros de Les Regueres, que pasaban el invierno en lo pastos de estos valles interiores con sus ganados, haciendo trashumancia en verano hacia los de la cordillera, en Babia


Caminamos así enfrente de esta casa...


Pero pronto dejaremos la carretera...


Tomando este desvío a la izquierda


Mucha atención a las conchas...


Hay una en ese portón, con flecha amarilla indicadora



Los peregrinos, siguiendo una costumbre secular, colocan piedras sobre los hitos del Camino


Y a la izquierda un mojón


Pastos de ovejas, el ganado menor o reciella...


Entrañables estampas



Pasamos entre unos cobertizos


Y los muros de unas fincas


Un rosal


Otro grupo de casas en El Taraniellu


Alguien nos recibe


Una casa a la derecha


Y a la izquierda un tendejón


Un cobertizo que alberga una importante fauna doméstica


Siempre hay una gran cantidad de gatos en El Taraniellu


"No por favor, no se levante..."





Otra concha a la derecha



Bifurcación y a la derecha


Bajamos poco a poco


Más casas unifamiliares con fincas y terrenos


Una cabaña o cobertizo


Concha caminera


Gran portón


Un depósito de agua en un cruce...


Presenta varias frases escritas en gallego, alusivas al Camino con sus símbolos y leyendas.






Enfrente, en el cruce del depósito, bajamos a la izquierda


Por esta pista de tierra


Abajo un piño de casas asoma más allá de la pomarada: Balsera


Por en medio pasa el Camino, a lo lejos El Pedrosu. Más cerca veremos el Picu Ruedes (206 m.), asentamiento de un antiguo castro astur


Vemos la capilla de Nuestra Señora de Fátima, a la derecha de la foto, que también visitaremos


Un poco al norte están Andayón y Santullano/Santuyanu, la cabeza del concejo, un tanto alejada del Camino, de la que solo veremos tal vez algunas casas


El 2 de junio de 1421 se funda allí puebla o villa con ciertos fueros y mercado, la última de las creadas en Asturias, por iniciativa del obispo don Diego, pues esta tierra pertenecía a la mitra ovetense

A diferencia de otros lugares aquí la población nunca llegó a ser un enclave de cierta importancia urbana, si bien llegaría a ser la capital del concejo, que se independizó del señorío eclesiástico en 1581, con la Desamortización de Felipe II posterior a Lepanto, por la que este territorio pasó a la Corona y a continuación pasaría por compra a los propios vecinos previo pago de 2.475. 517 maravedís, haciéndose concejo autónomo


La mayor parte de la población capital del concejo está oculta por el cueto de la izquierda pero se ven algunos de sus barrios y quintanas. Abajo Andayón, a lo lejos Sotu


La bajada es corta pero un tanto pronunciada


Caserón de piedra


En Ca'l Cura, la casa del cura o antigua rectoral cuando la parroquial estaba en Valsera, gran vivienda de piedra de con dinteles y esquineras bien labradas


Así como un arco de medio punto en el acceso a la finca


Un verdadero palacio rural...


Bajamos un poco más


Y volvemos a la carretera, dirigiéndonos a la izquierda



Ahí está El Picu Ruedes (202 m), antiguo solar castreño


Hito caminero


Y nos dirigimos a las primeras casas de Valsera


Rosaleda en el Camino...

 
Pasamos por esta florida vereda...


Otro trecho bien llano...


Atención a las casas del fondo...


Allí nos llama la atención una de estas fachadas, la de la derecha


Pues ostenta una cruz labrada en piedra


Damos una curva a la derecha


Y llegamos a Cá Cachaza. Al fondo la capilla de Valsera


El perro centinela monta guardia


El viejo arado, bajo la palmera


Una espléndida panera


Nos arrimamos a este murete con la concha peregrina


Buena vista de Valsera


Allí El Picu Prietu (197 m), otro antiguo castro astur como, a lo lejos, el ya mencionado Picu Ruedes


Por aquellas casas y junto al palomar, seguirá el Camino.


Palomar de la quinta del Palacio Valsera, hacia donde nos encaminamos


Pero antes, una visita obligada


Podemos desviarnos un momento de la carretera para ir a a la derecha, al campo de la capilla de la Virgen de Fátima, la que se construyó a expensas de la vecindad de Valsera, tras incendiarse la antigua iglesia de Santa María y construirse en L'Escampleru


Es por lo tanto santuario de factura moderna, sito en un verde campo al lado de la carretera, el prado de la fiesta


Hay banco y mesas para sentarse


Un buen lugar para hacer un alto mientras visitamos el interior


Pequeño templo rural de gran belleza y bien cuidado


Preside templo y altar la Virgen de Fátima


Volvemos al exterior, al campo de la capilla


Y nos dirigimos a la carretera retomando el Camino...


Podemos seguir el sendero que hay al lado de esta fuente en el prado de la romería


Desde el campo de la capilla de la Virgen de Fátima cruzamos la carretera y seguimos por el camino que atraviesa el pueblo, empezando por Cá Cañal



Pasamos el hito xacobeo


Y nos asomamos al valle del río Andayón, un topónimo relacionado con "andar", como los peregrinos


Quintanas de Valsera, hacia el valle, castros y montañas


Pasamos junto a esta casa


Y en esta bifurcación iremos a la izquierda


Justo a la derecha del Camino está La Casona, palación blasonado de los Valsera, ya citados en este solar por el historiador Tirso de Avilés en el siglo XVI. Es también llamada Cá Don Pedro



Allí está su blasón, mirando al Camino


Tal y como decimos, antes del campo del palacio vamos a la izquierda


Y pasamos frente a estas casas


Otra concha en un cobertizo


Luego el hórreo


Desde el que seguimos viendo La Casona, a nuestra derecha


Reflejos del sol en las telarañas de pegollu y pegollera. Piezas que constituyen los pilares.



Son estas casas de gran portalón, esencia de la arquitectura popular asturiana


La mesa de las comidas


Y en este cruce a la izquierda iremos saliendo de Valsera


Caminamos junto a la tapia de la finca de La Casona


Un hermoso túnel vegetal


Atención a la bifurcación




El Camino baja a la derecha


Y pasa al lado del portón


Ahora vamos a disfrutar de pronto con un paisaje diferente, de huertas que dan paso al valle abierto y soleyeru, claro y soleado, que se extiende al pie de las pequeñas peñas del Mote'l Forcón, El Pedréu y Los Tres Picos (270 metros en su máxima altura). A la derecha es La Peña L'Aila (205 m)


Pomaradas


Por aquí vamos caminando a La Rabaza y Picarín, sobre las riberas del río Andayón







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